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Tema 8
Tema 8
Riesgos básicos
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
8.1. Introducción y objetivos 4
8.2. Riesgos del emisor 6
8.3 Riesgo de crédito 7
8.4 Riesgo de mercado 9
8.5 Riesgo de Interés 10
8.6. Riesgo de liquidez 12
8.7. Riesgo operacional 13
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A fondo 24
Test 26
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Emisor
Otros riesgos
Crédito
Operacional Interés
Liquidez
3
Ideas clave
El riesgo es algo inherente a la actividad empresarial, algo que hay que tomar como
natural y normal. Este se genera por la posibilidad del incumplimiento de las
condiciones pactadas como consecuencia de un deterioro de la capacidad de pago.
Hay que identificar cada factor de riesgo, ver sus repercusiones en el proceso de
producción, estudiar cómo evitarlo, como asumirlo, transferirlo o absorberlo y
analizar la incidencia del factor de riesgo respecto al costo de su cobertura, cuando
ello sea posible, viendo como acometerlo y valorarlo, como acotarlo o reducirlo,
identificando la metodología de control y gestión de cada riesgo . En este sentido,
algunas reflexiones evidentes pero necesarias sobre el riesgo son:
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Por ello, en este tema vamos a profundizar en los riesgos que se consideran básicos
a los productos financieros dividiéndolos en comerciales derivados de la práctica
habitual de las empresas y no comerciales que son los que tienen que ver más con el
contexto en el que estas operan.
Entender los principales tipos de riesgos: riesgo del emisor, riesgo de crédito,
riesgo de mercado, riesgo de interés, riesgo de liquidez, riesgo operacional y riesgo
país.
Conocer los principios de Basilea sobre la gestión del riesgo en las entidades
financieras.
Riesgos internos: son variables en los que la empresa puede incidir, tales como el
modelo de gestión, número de productos con los que cuenta, productos nuevos,
innovación, plan de inversiones, planes de reducción de costes…
Riesgos externos: son elementos en los que la empresa no tiene incidencia, tales
como el crecimiento del PIB, la tasa de paro, inflación, variación de los tipos de
interés, aparición de nuevas tecnologías en el sector, cambios políticos…
Crédito proviene del verbo latín credere, que significa creer, en este caso creer o
tener confianza en alguien, ya que sin confianza no hay crédito. Es decir, nadie deja
prestado sin la confianza de la recuperación del capital y de los intereses. Esta
confianza ha de basarse en ciertas premisas. Por ejemplo, cuando una entidad
financiera presta dinero a un cliente, está asumiendo en un riesgo, de igual forma
que una empresa que aplace el cobro de un determinado producto también asume
el mismo riesgo.
Por tanto, el riesgo de tipo de interés que corre un inversor que adquiere, por
ejemplo, un bono con vencimiento a veinte años es muy superior al que corre un
inversor que adquiere un bono que vence en uno. Como sabemos, el precio de un
bono puede estar por encima o por debajo del nominal, a medida que se acerca la
fecha de vencimiento, los cambios en la cotización en el mercado secundario (debido
a variaciones en el tipo de interés del mercado) serán cada vez menores; y en la fecha
de vencimiento no existirán, con lo cual el precio del bono en el mercado coincidirá
con el valor nominal. Veamos un ejemplo en la tabla de los denominados principios
de Malkiel respecto a la influencia de los tipos de interés.
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1. El valor de mercado de un bono de renta Bono de 100 EUR nominales que paga tres cupones anuales
fija varía en sentido contrario al tipo de del 7 % y se amortiza a los tres años:
interés de mercado; es decir, si el tipo de
Precio del bono si el tipo de interés del mercado es del 7 %:
interés aumenta, el valor del bono
disminuye, y viceversa. Precio = 7 / (1 + 0,07) + 7 / (1 + 0,07)2 + (7 + 100) / (1 + 0,07)3 =
100 EUR.
Precio del bono si el tipo de interés del mercado es del 8 %:
2. Si dos bonos difieren únicamente en el Bono A: Precio 100 EUR, cupón anual 7 %, tipo de interés del
cupón, entonces, para una mercado 7 % y reembolso a los tres años por su valor
determinada variación del tipo de interés, nominal de 100 EUR.
el bono de menor cupón experimentará
Bono B: Precio 94,75 EUR, cupón anual 5 %, tipo de interés
mayor cambio porcentual de precio en el
del mercado 7 % y reembolso a los tres años por su valor
mercado.
nominal de 100 EUR.
Si el tipo de interés del mercado aumenta del 7 al 9 %, el
nuevo precio del bono A es de 94,93 EUR y el del bono B es
de 89,87 EUR. La disminución relativa del precio para el
bono A es de 5,07 % [(100 – 94,93) / 100], mientras que para
el bono B es de 5,15 % [(94,75 – 89,87) / 94,75].
3. Para un bono determinado, un Bono cuyo precio es de 100 EUR, que paga un cupón del 5 %
descenso del tipo de interés provoca un anual (el tipo de interés del mercado es también del 5 %) y se
aumento del precio mayor que la bajada amortiza a los tres años.
de éste provocada por un aumento del
Precio para un tipo de interés del 4 %:
tipo de interés de igual magnitud.
Precio =5 / (1 + 0,04) + (5 / (1 + 0,04)2 + (5 + 100) / (1 + 0,04)3 =
Por consiguiente, ante una misma
102,77 EUR.
variación en el tipo de interés del
mercado, son mayores las plusvalías por Precio para un tipo de interés del 6 %: Precio = =5 / (1 +
aumento del precio que las minusvalías. 0,06) + (5 / (1 + 0,06)2 + (5 + 100) / (1 + 0,06) 3 = 97,32
EUR.
El descenso del tipo de interés hace subir el
precio un 2,77 %, mientras que un aumento del tipo de
interés hace bajar el precio un 2,68 %.
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Tabla 1. Principios de Malkiel sobre el riesgo de tipos de interés. Basado en: Castaño et al. (2017)
Este tipo de riesgo suele ser una de las mayores preocupaciones de un inversor
respecto de su inversión. De alguna forma, los inversores quieren saber la facilidad
de desinversión que tendrán una vez hayan comprado el activo financiero. La
posibilidad de liquidar la inversión en cualquier momento antes del vencimiento es
, por supuesto, una ventaja considerable que atenúa este tipo de riesgo. Así cuanto
más líquido sea el activo en el que se ha invertido, menor será el riesgo de liquidez.
La liquidez por ejemplo en el caso de la renta variable también está asociada a la falta
de comprador en el mercado. Así, si por ejemplo queremos deshacernos de una
acción que nadie quiere comprar (no hay contrapartida) no podremos liquidar
nuestra inversión. En el caso de las acciones el grado de liquidez de una emisión
cotizada viene determinado por el análisis de dos variables:
Dentro del riesgo operacional se debe incluir el riesgo legal que son los derivados de
los distintos sistemas legales; los cambios en las mismas, que pueden afectar a la
operación; las potenciales figuras societarias y asociativas para su desarrollo.
Como vimos anteriormente, uno de los problemas del riesgo de emisor, son los
riesgos externos. Entre ellos, destaca el denominado riesgo país. Esta denominación
es un poco equívoca debido a que en realidad, el riesgo país no es una modalidad de
riesgo sino una serie de factores que sirven para establecer el grado de confianza y
de solvencia que merece un país para establecer relaciones comerciales y financieras.
Es decir, se entiende por riesgo país, aquel que genera el propio país a la hora de
invertir en el por circunstancias distintas a las del riesgo comercial habitual y que
están muy relacionadas con la situación económica y política que pueden impedir
una determinada inversión en un momento determinado.
Riesgo político: determinadas leyes, medidas, etc. adoptadas por las autoridades
de un país dan lugar a que no se celebren determinadas inversiones que pudieran
estar previstas en un país.
Riesgo soberano y no soberano: cuando se opera directamente con el gobierno de
un país o con empresas garantizadas por ellos, los Estados pueden impedir la
realización de determinadas acciones legales contra empresas de ese país
(garantizadas por ellos) o contra ellos mismos invocando al concepto de
inmunidad soberana.
Riesgo de transferencia: se debe a la incapacidad de los residentes de un país de
hacer frente a sus deudas por carecer de divisas o por restricción de acceso a la
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moneda extranjera. Se da cuando una empresa tiene que cobrar en una moneda
distinta o cuando se quiere repatriar una inversión y no se puede debido a la
imposibilidad de sacar el dinero del país. Por ejemplo, durante el corralito
argentino.
A nivel bancario, la gestión de riesgos de las entidades crediticias tiene dos fuentes
básicas de responsabilidad: el control interno (como en cualquier empresa) y el
control externo, del que se encargan las autoridades monetarias que armoniza las
normas internacionales en materia de riesgos y evitan las diferencias legislativas,
impulsan la libre competencia y aseguran la estabilidad y solvencia de las entidades
financieras.
Para conseguir este control externo se han hecho tres recomendaciones plasmadas
en tres normativas que deben de seguir todas las entidades de crédito Basilea I,
Basilea II y Basilea III.
Basilea I
En 1988 se crea Basilea I (adelante aparece también como Bis I) con el objetivo de
fijar una correlación estimada entre el capital mínimo de la entidad y el tipo de
negocio que esta realiza y que necesariamente se enmarca en las políticas de
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𝐶𝑜𝑒𝑓𝑖𝑐𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑑𝑒 𝑠𝑜𝑙𝑣𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎 =
(𝑅𝑅𝑃𝑃 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑢𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠 ⁄𝑎𝑐𝑡𝑖𝑣𝑜𝑠 𝑝𝑜𝑛𝑑𝑒𝑟𝑎𝑑𝑜𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑟𝑖𝑒𝑠𝑔𝑜) > 8 %
El acuerdo BIS I fue bastante aceptado internacionalmente, por lo que resultó ser un
estándar de cobertura que permitió evitar diferencias normativas entre países,
mejorando la solvencia del sistema financiero internacional y estableciendo reglas
comunes de capital mínimo. Sin embargo, también evidenció algunas debilidades.
Basilea II
Antes de la aparición de Basilea II, el mercado estaba cada vez más saturado, los
márgenes en los sistemas financieros a nivel mundial se habían reducido muchísimo
(con especial incidencia en España), la competencia había aumentado de una forma
también notable (elevado nivel de bancarización) y por lo tanto era una etapa de
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cambios profundos:
Con esta situación, en 2006 nace Basilea II para trata de cambiar la forma de gestionar
el riesgo. Partiendo de la base de que tanto la rentabilidad como el riesgo son dos
caras de la misma moneda la misión de una entidad de crédito consiste en
intermediar entre oferentes y demandantes, para lo que ha de exponerse como
cualquier empresa a un conjunto de riesgos (crédito, mercado, liquidez, operacional,
legal…) que debe gestionar eficaz y eficientemente. Por tanto, la frontera eficiente es
el conjunto de combinaciones de rentabilidad y riesgo que ofrecen la mayor
rentabilidad para un riesgo dado o el menor riesgo para una misma rentabilidad.
Lo que nos interesa en este tema es lo referente al primer pilar de riesgos, que
establece que un coeficiente de relación directa entre el nivel de riesgo no
controlable (lo que llamaremos la «pérdida no esperada») que puede tener la entidad
crediticia y el requerimiento de fondos propios a inmovilizar para cubrirlo. En el caso
de España, este coeficiente mínimo de fondos propios sobre los activos es del 9 % de
los activos ponderados por riesgo.
Por lo tanto, para una adecuada calificación del riesgo, se deberán de calcular las
pérdidas previsibles o esperadas (PE) y las pérdidas inesperadas o no anticipadas para
cada uno de los segmentos:
Pérdidas esperadas: indican el importe medio que se estima perder y que son
cubiertas mediante provisiones. Con un adecuado sistema de fijación de precios
se debería tener suficiente para cubrir las pérdidas esperadas. Matemáticamente
se calcula como PE = EAD x PD x LGD. Donde: EAD (exposición crediticia), importe
que está en riesgo de resultar impagado; PD (probabilidad de impago),
probabilidad de que un cliente incumpla sus compromisos crediticios; y LGD,
(severidad) porcentaje no recuperado históricamente de operaciones morosas.
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Por lo tanto, para las entidades de crédito cuanto más solvente sea el cliente,
más podrán liberar esos fondos propios cautivos, menor será el coste de
oportunidad y por tanto la remuneración que exigirán los accionistas será más
fácil de conseguir.
Para la determinación del riesgo total, las entidades financieras disponen además de
distintos sistemas de cálculo:
Como hemos visto, Basilea II significó un cambio profundo en la medición del riesgo.
Se pasó de un sistema tradicional basado en la experiencia de los analistas a otro
donde son prioritarios el análisis estadístico y los métodos de medición del riesgo.
Dicha evolución se basa en las siguientes características:
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Siendo:
Basilea III
Aumento de la calidad del capital para asegurar su mayor capacidad para absorber
pérdidas.
Castaño Gutiérrez, F. J., Tascón Fernández, M. T., y Castro Castro, P. (2017). Gestión
y operativa bancaria. Madrid: Comercial Grupo ANAYA, SA.
En esta magistral se tratan en profundidad los conceptos explicados en las ideas clave
sobre la calificación de riesgos.
Marsh & McLennan Companies (Marsh). (2020). Mapa de riego político 2018: Tensiones
y turbulencia en el camino.
Accede al documento a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.marsh.com/co/campaigns/mapa-riesgo-politico-2018.html
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Vídeo con textos y animación con dibujos, bastante actualizado, que resalta los
factores más importantes del riesgo político y que ayuda a un mejor entendimiento
de este.
Accede al vídeo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.youtube.com/watch?v=WoZUK9E4JoE
Vídeo con textos y animación con dibujos que resalta los factores más importantes
incorporados en el concepto de riesgo comercial.
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Accede al vídeo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.youtube.com/watch?v=r7nhpzXs9G4
3. El riesgo del emisor viene determinado por dos tipos de riesgos, señala los
correctos:
A. Riesgo interno y externo.
B. Riesgo de resolución de contrato.
C. Riesgo de no aceptación de la mercancía.
D. Ninguna de las anteriores.