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“Actualización constante como patrimonio personal”

CENTRO MEXICANO DE ESTUDIOS DE


POSGRADO

Juicio de Amparo

QUE PARA APROBAR LA ASIGNATURA

Derecho Constitucional

de la Maestría en

Derecho Procesal

Presenta:

Diana Dámaso Bandala

Catedrático:

Raúl Pimentel Murrieta

Xalapa, Ver., 07 de Julio de 2023.


INTRODUCCIÓN

En este trabajo de investigación se abordará lo referente al juicio de amparo, toda vez que, es una
figura fundamental en muchos sistemas jurídicos, especialmente en su país de origen, México.
Este instrumento legal tiene como objetivo “proteger los derechos fundamentales de los
individuos frente a posibles actos de autoridad que vulneren dichos derechos” (Valle Hernández,
2017, S/P), además de que, dentro de nuestro sistema jurídico mexicano se distinguen dos tipos
principales de juicio de amparo: el amparo directo y el amparo indirecto.

En primera instancia, el juicio de amparo indirecto “es aquel que se interpone ante un Juez de
Distrito cuando se considera que una ley, acto o resolución de autoridad viola los derechos
fundamentales de una persona o entidad” (Valle Hernández, 2017, S/P), se puede decir que es el
tipo de juicio por excelencia para impugnar actos de autoridad que vulneren las garantías
individuales, fundamentales, constitucionales y/o de derechos humanos consagradas en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de los artículos 1-29.

Por otro lado, el juicio de amparo directo “es una instancia posterior al indirecto y se presenta
ante un tribunal colegiado en materia administrativa, civil, penal o según el caso. Este tipo de
amparo procede únicamente contra resoluciones definitivas, laudos y sentencias dictadas en los
juicios de amparo indirecto o en juicios en los que se haya concedido estos recursos” (Valle
Hernández, 2017, S/P).

Por ello, ambos tipos de juicio de amparo son vitales para garantizar la protección de los
derechos fundamentales de los ciudadanos y mantener el equilibrio entre el ejercicio del poder
estatal y la preservación de las libertades individuales, incluso su funcionamiento y aplicación
son parte esencial del sistema jurídico mexicano, contribuyendo a la defensa de los principios
democráticos y el Estado de derecho.
Contenido
INTRODUCCIÓN.....................................................................................................................................2
DESARROLLO.........................................................................................................................................4
CONCLUSIÓN........................................................................................................................................12
BIBLIOGRAFÍA.....................................................................................................................................13
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DESARROLLO

Se debe recordar que el juicio de amparo “es un procedimiento jurisdiccional que tiene como
objetivo proteger la constitución, a los derechos humanos y a las garantías de los derechos
humanos” (Ley de Amparo, 2024, art.1), incluso es aplicable para el particular y nace en el
artículo 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. De igual forma,
se debe mencionar que el juicio de amparo en México no es un recurso es un juicio, toda vez que
“hace respetar y garantizar los derechos humanos, garantías constitucionales y derechos
fundamentales” (Rosario Rodríguez, 2017, págs. 1-15), a diferencia de otros estados Latino
Americanos que optaron por implementar el juicio de amparo como un recurso en sus
legislaciones, factor que logra ser evidenciado en “Colombia, Ecuador, Cuba, Argentina, Chile y
Venezuela, ya que, su recurso de amparo revoca, reforma o modifica resoluciones” (Rosario
Rodríguez, 2017, págs. 1-15), no obstante, esta situación no podría regular todas las
posibilidades que el juicio de amparo pueden resolver, ya que, recordemos que esta figura
jurídica se divide en amparo directo e indirecto.

No obstante, se debe aclarar que el juicio de amparo no es una instancia, ni mucho menos un
procedimiento de impugnación, sino que tienen la denominación de juicio, toda vez que, “busca
preservar la paz y proteger los derechos humanos establecidos en la carta magna, en virtud de
poder mantener la esfera jurídica de la nación, es decir, es un medio de control constitucional de
autotutela” (Parra Ortiz, 2021, págs. 1-150). En otras palabras, el juicio de amparo puede ser
directo o indirecto, en este caso, el amparo directo es una figura jurídica esencial para la
protección de los derechos humanos y las garantías individuales de los ciudadanos, ya que, a
través de este recurso, los particulares pueden impugnar resoluciones que afecten sus derechos,
buscando la protección de los mismos.

Estos dos tipos de juicio o divisiones del amparo pueden ser localizados dentro del artículo 103,
fracción I de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (2024), ya que, se
establece el origen del amparo para el ciudadano, toda vez que establece lo siguiente:

Los Tribunales de la Federación resolverán toda controversia que se


suscite:
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I. Por normas generales, actos u omisiones de la autoridad que violen los


derechos humanos reconocidos y las garantías otorgadas para su
protección por esta Constitución, así como por los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte. (CPEUM,
2024, art. 103)

No obstante, cabe mencionar que el amparo no solo establece que el ciudadano será el único
capaz de utilizar este juicio, también, dentro del artículo previamente citado en su fracción II se
menciona la aplicación por parte de la autoridad estatal en el uso del amparo, toda vez que, se
menciona lo siguiente:

Los Tribunales de la Federación resolverán toda controversia que se


suscite:
II. Por normas generales o actos de la autoridad federal que vulneren o
restrinjan la soberanía de los Estados o la autonomía de la Ciudad de
México. (CPEUM, 2024, art. 103)

De igual forma, este mismo artículo constitucional prevé dentro de su fracción III la aplicación
de este juico a favor de la autoridad federal cuando el estado atenta en su contra, es decir, cuando
excede sus competencias y jurisdicción en su ámbito, toda vez que se menciona lo siguiente:

Los Tribunales de la Federación resolverán toda controversia que se


suscite:
III. Por normas generales o actos de las autoridades de las entidades
federativas que invadan la esfera de competencia de la autoridad
federal. (CPEUM, 2024, art. 103)

Con estos postulados legales, se puede inferir que el juicio de amparo “es un medio jurídico que
preserva las garantías constitucionales del gobernado contra todo acto de autoridad que viole
garantías constitucionales a favor del particular y que, en última instancia, busca proteger toda la
constitución” (Parra Ortiz, 2021, págs. 1-150). Si bien es cierto, este apartado profundiza aún
más en la naturaleza de este juicio, también es verdad que se deja de lado lo establecido en las
fracciones II y III del artículo 103 de la carta magna, ya que, sigue estableciendo que esta
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herramienta jurídica es exclusiva del particular, cuando la misma autoridad puede ejercerla en
sus distintas ramas de competencia y jurisdicción como ya se ha mencionada con anterioridad.

Por estos motivos es que el Juicio de Amparo es “un proceso que constituye un procedimiento
armónico, autónomo y ordenado a la composición de los conflictos entre las autoridades y las
personas individuales y/o colectivas por violaciones directas o indirectas de las normas
fundamentales” (Parra Ortiz, 2021, págs. 1-150). Con el concepto anterior, se puede mencionar
que, si bien, esta herramienta jurídica es un juicio, también es cierto que da origen a un
procedimiento por medio de a una acción, cuya herramienta para actuar es por medio de una
demanda cuyo objetivo es demostrar mediante hecho y derecho una o varias pretensiones a un
juez con competencia y jurisdicción en el asunto, lo cual, es evidenciado en el juicio de amparo.

Como se ha hecho mención, resulta evidente que el juicio de amparo busca principalmente
proteger los derechos de los particulares frente a la capacidad de autoridad del gobierno en
cualquiera de sus niveles, además de que tutela todos los derechos establecidos dentro de
tratados internacionales y/o leyes secundarias, simplemente es un juicio que se encarga de
salvaguardar todo tipo de integridad dentro del territorio donde se encuentre legislado, ya que, no
solo protege los derechos fundamentales establecidas en la Constitución, también protege los
derechos humanos proporcionados por tratados internacionales y por el mero hecho de ser
humano, toda vez que son intrínsecos.

No obstante, a pesar de que se ha hecho mención del apartado constitucional que regula este tipo
de procedimiento, se debe recordar que, también debe existir un ordenamiento especializado que
trate esta materia en general, la cual será la Ley de Amparo y que en su artículo 33 fracción II y
artículo 34 de la Ley de Amparo (2024), toda vez que se señala lo siguiente:

Artículo 33. Son competentes para conocer del juicio de amparo:


I. La Suprema Corte de Justicia de la Nación;
II. Los tribunales colegiados de circuito;
III. Los tribunales colegiados de apelación;
IV. Los juzgados de distrito; y
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V. Los órganos jurisdiccionales de los poderes judiciales de los


Estados y del Distrito Federal, en los casos previstos por esta Ley.
(Ley de Amparo, 2024, art. 33)

Artículo 34. Los tribunales colegiados de circuito son competentes


para conocer del juicio de amparo directo.

La competencia de los tribunales se fija de acuerdo con la residencia


de la autoridad que haya dictado el acto reclamado y, en su caso,
atendiendo a la especialización por materia.

En materia agraria y en los juicios en contra de tribunales federales de


lo contencioso administrativo, es competente el tribunal colegiado de
circuito que tenga jurisdicción en donde el acto reclamado deba tener
ejecución, trate de ejecutarse, se esté ejecutando o se haya ejecutado;
si el acto reclamado puede tener ejecución en más de un circuito o ha
comenzado a ejecutarse en uno de ellos y sigue ejecutándose en otro,
es competente el tribunal colegiado de circuito que primero hubiere
recibido la demanda; en su defecto, aquél que dicte acuerdo sobre la
misma. (Ley de Amparo, 2024, art. 34)

De igual forma, se debe hablar sobre el artículo 170 de la Ley de Amparo (2024), ya que,
establece su procedencia, el cual será contra sentencias definitivas, laudos y sentencias que
pongan fin al juicio en primera instancia o bien en segunda instancia por parte del tribunal de lo
contencioso administrativo cuando sean favorables por el quejo, además de que, para poder
ejercer este juicio mediante la acción, se deberá realizar una demanda que reúna las
características establecidas dentro del artículo 175 de la misma Ley de Amparo, el cual, establece
lo siguiente:

Artículo 175. La demanda de amparo directo deberá formularse por


escrito, en el que se expresarán:

I. El nombre y domicilio del quejoso y de quien promueve en su


nombre;

II. El nombre y domicilio del tercero interesado;

III. La autoridad responsable;


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IV. El acto reclamado.

Cuando se impugne la sentencia definitiva, laudo o resolución que


haya puesto fin al juicio por estimarse inconstitucional la norma
general aplicada, ello será materia únicamente del capítulo de
conceptos de violación de la demanda, sin señalar como acto
reclamado la norma general, debiéndose llevar a cabo la calificación
de éstos en la parte considerativa de la sentencia;

V. La fecha en que se haya notificado el acto reclamado al quejoso o


aquélla en que hubiese tenido conocimiento del mismo;

VI. Los preceptos que, conforme a la fracción I del artículo 1o de esta


Ley, contengan los derechos humanos cuya violación se reclame; y

VII. Los conceptos de violación. (Ley de Amparo, 2024, art. 175)

Una vez mencionado el amparo directo, se debe establecer las bases del amparo indirecto, para
ello, se debe entender y comprender que el juicio de amparo indirecto es "una garantía
constitucional que permite a cualquier persona impugnar actos de autoridad que violen sus
derechos humanos y garantías constitucionales"(Parra Ortiz, 2021, págs. 1-150), es decir, es un
proceso legal que permite a cualquier persona o entidad proteger sus derechos fundamentales y
garantías constitucionales, y puede ser utilizado para impugnar actos de autoridad que se
consideren violatorios de estos derechos.

Este tipo de juicio es conocido por los juzgados de distrito y los tribunales unitarios de circuito,
toda vez que, acorde al artículo 33 fracción IV de la Ley de Amparo (2024) se establece que
“será competencia de los jueces de distrito en materia de amparo conocer de los juicios de
amparo indirecto cuando el acto reclamado no corresponda a la materia administrativa o del
ramo especializado” (Ley de Amparo, 2024, art. 33), ya que, la competencia de los jueces de
distrito en materia de amparo se determina en función del territorio y de la materia del acto
reclamado. Además, el artículo 35 de la Ley de Amparo (2024) establece que “el juez de distrito
en materia administrativa o del ramo especializado que corresponda, es el competente para
conocer del juicio de amparo indirecto cuando el acto reclamado corresponde a su materia” (Ley
de Amparo, 2024, art. 35).

Por ello en caso de que el acto reclamado no corresponda a la materia administrativa o del ramo
especializado, la competencia para conocer del juicio de amparo indirecto recae en un juez de
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distrito en materia de amparo, mientras que, si el acto reclamado corresponde a la materia


administrativa o del ramo especializado, la competencia recae en un juez de distrito en materia
administrativa o del ramo especializado que corresponda.

Es importante destacar que la competencia de los jueces de distrito en materia de amparo puede
ser modulada o limitada por diversas disposiciones de la Ley de Amparo (2024), así como por la
jurisprudencia emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación a lo largo de los años y con
vigencia y/o valor en el territorio mexicano.

No obstante, así como el Juicio de Amparo directo, el juicio de amparo directo se puede
encontrar regulado en el artículo 107 de la ley antes mencionada que es procedente el juicio de
amparo contra actos de autoridad que violen los derechos humanos reconocidos por la
Constitución y los tratados internacionales de los que el Estado mexicano sea parte, así como
contra leyes, reglamentos, decretos, acuerdos o cualquier otra norma de observancia general que
violen dichos derechos.

Además, el artículo 107 señala que procede el Juicio de Amparo contra actos de autoridad que
afecten la libertad personal, el debido proceso legal, la seguridad jurídica, la propiedad, la
igualdad, la no discriminación, la libertad de expresión, el derecho de asociación, la libertad de
tránsito, la libertad de trabajo y el derecho a la salud, entre otros.

Por ello, resulta importante señalar que el Juicio de Amparo también puede proceder contra actos
de autoridad que, sin violar directamente algún derecho fundamental, afecten el interés jurídico
del quejoso y no exista otro medio legal para su defensa.

En otras palabras, los diversos articulados de la Ley de Amparo (2024) previamente


mencionados, establecen que es procedente el Juicio de Amparo contra actos de autoridad que
violen derechos humanos reconocidos por la Constitución y los tratados internacionales, así
como contra leyes, reglamentos, decretos, acuerdos o cualquier otra norma de observancia
general que violen dichos derechos, además, procede en casos específicos en los que se afecten
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derechos fundamentales como la libertad personal, el debido proceso legal, la seguridad jurídica,
entre otros.

También, acorde a las ideas del autor, se establecen los plazos para interponer el amparo, los
cuales pueden ser localizados en el artículo 17 de la Ley de Amparo (2024), toda vez que,
menciona que por norma general el amparo será interpuesto en 15 días, pero, cuando se reclamen
normas generales auto aplicables, el plazo será de 30 días, así como será de 8 años en casos de
sentencias definitivas condenatorias penales, incluso llega a ser de 7 años cuando el amparo se
promueve en contra de actos que privan total o parcialmente la propiedad, el disfrute o posesión
de derechos agrarios, así como se podrá entregar en cualquier momento por actos que impliquen
peligro a la vida.

Por último, los conceptos de violación para el amparo indirecto se encuentran dentro del artículo
107 de la Ley de Amparo (2021), los cuales pueden enlistarse de la siguiente forma:

 Violación a la legalidad: cuando se ha violado alguna norma jurídica,


ya sea por parte de la autoridad que emitió el acto o por parte de la
autoridad que lo ejecutó.
 Violación al debido proceso: cuando se han vulnerado las garantías
procesales del quejoso, como el derecho a ser oído, el derecho a la
defensa, el derecho a un juicio imparcial, entre otros.
 Violación al derecho de propiedad: cuando se ha afectado de
manera arbitraria o ilegal la propiedad del quejoso, ya sea en su
aspecto material o intelectual.
 Violación a los derechos humanos: cuando se han vulnerado los
derechos fundamentales del quejoso reconocidos en la Constitución o
en tratados internacionales.
 Error de hecho o de derecho: cuando se ha cometido algún error de
hecho o de derecho en el acto impugnado que afecta los derechos del
quejoso. (Parra Ortiz, 2021, págs. 1-150).

En general, estos conceptos deben ser precisos, claros y concretos, y deben estar relacionados
con los actos de autoridad que se impugnan, además de que, es importante mencionar que los
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conceptos de violación pueden variar dependiendo del caso concreto y de las circunstancias
particulares del acto o resolución que se impugna.

Por ello, es que el Juicio de Amparo, resulta ser un juicio y no un recurso legal vital en cualquier
sistema judicial que busca proteger los derechos individuales de los ciudadanos frente a posibles
abusos de poder por parte de las autoridades, no obstante, como se ha mencionado, este tipo de
juicio en México se divide en dos, amparo indirecto y directo. El primero puede entenderse y
comprenderse como el primer paso para impugnar actos de autoridad que se consideran
violatorios de los derechos constitucionales, ya que, se presenta ante un Juez de Distrito y tiene
un alcance amplio, ya que puede cuestionar la constitucionalidad de leyes, reglamentos, actos
administrativos, entre otros. Por otro lado, el amparo directo se percibe como una instancia
posterior al indirecto, que se presenta ante tribunales colegiados especializados en diversas
materias, ya que, este tipo de amparo se enfoca en revisar resoluciones definitivas, laudos o
sentencias emitidas en el contexto del amparo indirecto o en otros juicios donde se haya
concedido este recurso.

En conjunto, tanto el amparo directo como el indirecto forman un sistema integral de protección
de derechos que promueve la justicia y la equidad. Desde mi punto de vista, estos recursos son
pilares fundamentales en la defensa de los principios democráticos y en la construcción de un
Estado de derecho sólido, donde los ciudadanos puedan confiar en la protección de sus derechos
fundamentales ante cualquier situación que los amenace.

Incluso, ambos tipos de amparo deben estar estrechamente vinculados a los principios
fundamentales del amparo en general, toda vez que, estos principios, que son pilares del sistema
jurídico mexicano, guían tanto la interpretación como la aplicación de ambos tipos de juicio de
amparo, asegurando que se respeten los derechos individuales y se mantenga el equilibrio entre
el poder estatal y las libertades ciudadanas.

Situación que se evidencia mediante el principio de definitividad, que establece que el juicio de
amparo “procede únicamente contra actos definitivos y consumados” (Rosales López, 2018,
págs. 1-22), es decir, aquellos que ya han surtido todos sus efectos y contra los cuales no procede
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ningún otro recurso legal ordinario. Este principio se relaciona especialmente con el amparo
directo, ya que este tipo de juicio se presenta ante tribunales colegiados para revisar resoluciones
definitivas, laudos o sentencias emitidas en el contexto del amparo indirecto o en otros juicios
donde se haya concedido este recurso. De esta manera, el principio de definitividad asegura que
las decisiones judiciales sean revisadas de manera exhaustiva y definitiva, evitando la dilación
injustificada del proceso legal.

Otro principio esencial del amparo es el de relatividad de las sentencias, que establece que “las
sentencias dictadas en un juicio de amparo solo benefician a las partes involucradas en el caso
específico, sin tener efectos generales o abstractos sobre otras situaciones similares” (Rosales
López, 2018, págs. 1-22). Este principio se relaciona con el amparo indirecto, ya que este tipo de
juicio permite impugnar actos de autoridad que se consideren violatorios de los derechos
individuales de una persona o entidad, ya que, al presentarse ante un Juez de Distrito, este tipo de
amparo busca resolver la situación particular del demandante, sin crear precedentes que afecten a
terceros.

Además, el principio de suplencia de la queja deficiente es también fundamental en el amparo,


ya que establece que “las deficiencias en la presentación de la demanda de amparo deben ser
suplidas por el juez para garantizar el acceso efectivo a la justicia y la protección de los derechos
fundamentales” (Rosales López, 2018, págs. 1-22), por ello, este principio se aplica tanto en el
amparo directo como en el indirecto, asegurando que los ciudadanos tengan la oportunidad de
defender sus derechos de manera efectiva, incluso si no cuentan con asesoramiento legal
adecuado.

CONCLUSIÓN

Como se puede evidenciar en este trabajo de investigación, el juicio de amparo, tanto directo
como indirecto, representa un pilar fundamental dentro del sistema jurídico mexicano y de otros
países que han adoptado figuras similares. Estos juicios constituyen una vía crucial para la
protección de los derechos fundamentales de los individuos frente a posibles abusos o excesos de
poder por parte de las autoridades estatales.
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En primera instancia, el Juicio de Amparo indirecto, al presentarse ante un Juez de Distrito,


permite impugnar cualquier ley, acto o resolución de autoridad que se considere violatorio de los
derechos reconocidos en la Constitución Mexicana. Su importancia radica en que brinda a los
ciudadanos un mecanismo efectivo para hacer valer sus garantías individuales y mantener el
equilibrio entre el ejercicio del poder estatal y el respeto a los derechos humanos.

Por su parte, el Juicio de Amparo directo, que se lleva a cabo ante tribunales colegiados en
materia administrativa, civil o penal, se presenta como una instancia adicional para revisar
resoluciones definitivas, laudos y sentencias emitidas en el contexto del amparo indirecto o en
otros juicios donde se haya concedido este recurso. Esta fase del amparo garantiza una revisión
exhaustiva de las decisiones judiciales, asegurando que se respeten los principios de legalidad y
justicia.

En conjunto, tanto el amparo directo como el indirecto cumplen una función esencial en la
protección de los derechos humanos y en la preservación del Estado de derecho. Su aplicación
contribuye a fortalecer la democracia y a consolidar un sistema jurídico que promueve la
igualdad, la justicia y el respeto a la dignidad humana. Además, fomenta la transparencia y la
rendición de cuentas por parte de las autoridades, al establecer un mecanismo efectivo para
corregir posibles arbitrariedades o irregularidades en su actuar.

Gracias a estos datos se infiere que el Juicio de Amparo, en todas sus etapas y modalidades,
representa una herramienta invaluable para la defensa de los derechos individuales y colectivos
en un Estado democrático y de derecho, asegurando que ninguna autoridad esté por encima de la
ley y que todos los ciudadanos gocen de una protección efectiva ante posibles vulneraciones de
sus garantías fundamentales. Su preservación y fortalecimiento son fundamentales para el
desarrollo de sociedades justas, libres y equitativas.
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BIBLIOGRAFÍA

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[Digital]. Porrúa. https://porrua.mx/compendio-de-derecho-procesal-administrativo-

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Rosas López, M. E. R. L. (2018). PRINCIPIOS DEL JUICIO DE AMPARO [Diapositivas;


Digital]. Tribunal Electoral.
https://www.te.gob.mx/ccje/Archivos/curso_juicio_amparo/principios_del_juicio_amparo.pdf

Rosario Rodríguez, M. R. R. (2017). EL JUICIO DE AMPARO: ORIGEN Y EVOLUCIÓN

HASTA LA CONSTITUCIÓN DE 1917. Jurídicas UNAM, 8(5), 12.

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Valle Hernández, J. V. H. (2017). El Juicio de Amparo. Banco de Conferencias Digitales.


Recuperado 17 de marzo de 2024, de
http://www.tribunalmmm.gob.mx/conferencias/2002/txtprocedimiento.htm

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, artículo 49, 103 fracción I, II y III y 107

(2024).

Ley de Amparo, artículos 17, 33 fracción II, 34, 35, 107, 170 y 175 (2024).

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