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PORTAFOLIO
Actividades formativas de los
temas de la Unidad II
AUTOR(A): Karen imán naira
2019
A S I G N AT U R A : D O C T R I N A S O C I A L D E L A I G L E S I A I I
PRESENTACIÓN
San Pablo dice: "Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia [...] Gran
misterio es éste, lo digo con respecto a Cristo y la Iglesia" (Ef. 5,25.32).
La alianza matrimonial, por la que un hombre y una mujer constituyen una íntima
comunidad de vida y de amor, fue fundada y dotada de sus leyes propias por el Creador. El
sacramento del Matrimonio significa la unión de Cristo con la Iglesia. Esa unión significa
la llamada de Cristo a la conversión atraves del sacramento de la penitencia que los
reconcilia con Dios si caemos en pecado y nos alejamos de ÉL es nuestra oportunidad de
volver, a estar en el camino correcto, eso es lo que Dios quiere que exista en el Sacramento
del Matrimonio, es por eso que da a los esposos la gracia de amarse con el amor con que
Cristo amó a su Iglesia y perdonarse de corazón para vivir en armonía, con la gracia del
sacramento perfecciona así el amor humano de los esposos, reafirma su unidad indisoluble
y los santifica en el camino de la vida eterna. El matrimonio se funda en el consentimiento
de los contrayentes, es decir, en la voluntad de darse mutua y definitivamente con el fin de
vivir una alianza de amor fiel y fecundo formando una gran familia guiados con la práctica
de los sacramentos y con las enseñanzas que nos da Jesús a través de sus representantes en
la tierra y de la biblia que es libro de libros.
Dios ha creado al hombre como varón y mujer, con igual dignidad personal, y ha
inscrito en él la vocación del amor y de la comunión. La sexualidad es
verdaderamente humana cuando está integrada de manera justa en la relación
de persona a persona. La virtud de la castidad supone la adquisición del dominio
de sí mismo, como expresión de libertad humana destinada al don de uno mismo.
Todos, siguiendo a Cristo modelo de castidad, están llamados a llevar una vida
casta según el propio estado de vida: unos viviendo en la virginidad o en el
celibato consagrado, modo eminente de dedicarse más fácilmente a Dios.
Los pecados gravemente contrarios a la castidad, cada uno según la naturaleza
del propio objeto: el adulterio, la masturbación, la fornicación, la pornografía, la
prostitución, el estupro y los actos homosexuales. Las autoridades civiles, en
cuanto obligadas a promover el respeto a la dignidad de la persona humana,
deben contribuir a crear un ambiente favorable a la castidad .El acto conyugal
tiene un doble significado: de unión (la mutua donación de los cónyuges),y de
procreación (apertura a la transmisión de la vida).La regulación de la natalidad,
que representa uno de los aspectos de la paternidad y de la maternidad
responsable, es objetivamente conforme a la moralidad cuando se lleva a
cabo por los esposos sin imposiciones externas.
La importancia de
los sacramentales y
de la oración
cristiana
Jesucristo instituyó la Eucaristía (en la noche que fue entregado por Judas
Iscariote). Los Apóstoles en el Cenáculo, Jesús tomó en sus manos el pan, lo
partió y se lo dio, diciendo:
«Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo que será entregado por
vosotros»
Las familias, lejos de ser sólo objeto de la acción política, pueden y deben ser
sujeto de esta actividad, movilizándose para « procurar que las leyes y las
instituciones del Estado no sólo no ofendan, sino que sostengan y defiendan
positivamente los derechos y deberes de la familia. En este sentido, las familias
deben crecer en la conciencia de ser “protagonistas” de la llamada “política
familiar” y asumir la responsabilidad de transformar la sociedad».Con este fin, se
ha de reforzar el asociacionismo familiar: « Las familias tienen el derecho de
formar asociaciones con otras familias e instituciones, con el fin de cumplir la
tarea familiar de manera apropiada y eficaz, así como defender los derechos,
fomentar el bien y representar los intereses de la familia. En el orden
económico, social, jurídico y cultural, las familias y las asociaciones familiares
deben ver reconocido su propio papel en la planificación y el desarrollo de
programas que afectan a la vida familiar ».
Benedicto XVI. Carta encíclica. Caritas in Veritae. Jun 29 de 2009. Obtenido de:
http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/encyclicals/documents/hf_ben-
xvi_enc_20090629_caritas-in-veritate.html
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