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TEMA:
Matrimonio y Familia
DOCENTE:
INTEGRANTES:
Chiclayo 2022.
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 3
II. MARCO TEÓRICO ............................................................................................................ 4
2.1. Definición de matrimonio ............................................................................................. 4
2.1.1. El designio divino del matrimonio ....................................................................... 4
2.1.2. El matrimonio como alianza ................................................................................ 4
2.1.3. El matrimonio sacramento cristiano ..................................................................... 5
2.1.4. El matrimonio, un proyecto de dios...................................................................... 6
2.1.5. El matrimonio a la luz de la creación y de la alianza.............................................. 6
La comunidad cristiana es la casa de los que creen en Jesús como fuente de fraternidad
entre todos los hombres de la familia. El lugar insustituible en donde inicia la historia que
permanece en eterno. De los grandes eventos de la historia del mundo solo queda el
recuerdo en los libros. La historia de los afectos de las personas, en cambio, se conserva
en el corazón de Dios y se inicia en la familia. Esa es la historia que cuenta.
La Iglesia que camina entre los pueblos, en la historia de los hombres y mujeres, de los
hijos e hijas, es lo que “realmente cuenta para el Señor”. Así experimentó Jesús, Hijo de
Dios, que nació en una familia y en ella, por 30 años, aprendió la condición humana, en la
sencillez de una dura vida de trabajo, en una aldea insignificante. Cuando inició su vida
pública, quiso formar a su alrededor una comunidad, una “Asamblea”, una convocación
de personas: la Iglesia. No la quiso como una secta para privilegiados, sino como una
familia hospitalaria, una casa donde todos, sin exclusión, fueran acogidos y amados”.
Dios crea al hombre en el Jardín del Edén, pero esto no es el final del
proceso creativo, pues para que la creación humana sea perfecta, culmina
con la conformación de la mujer y como resultado final, la unión de la
pareja, que está destinada a poblar la tierra, a través de una vida indeleble,
sellada por el amor de los dos, con la finalidad de hacer crecer la vida de
los seres humanos sobre la tierra que han heredado de su Creador. Cabe
destacar como dato primordial acerca de la vida del matrimonio, como un
hecho querido y bendecido por Dios, lo dicho y acontecido en el libro de
Tobías, donde apreciamos que el hombre y la mujer pueden encontrar las
respuestas a sus diferentes necesidades como humanos y como miembros
de una sociedad.
Una familia es un grupo de personas unidas por parentesco. Esta unión puede formarse
por consanguinidad o por vínculo legal y socialmente establecido y reconocido, como
el matrimonio o la adopción.
El concepto de familia ha ido cambiando de acuerdo con los cambios que se van
produciendo en la sociedad, según las costumbres, la cultura, la religión y las leyes de
cada país. Durante mucho tiempo, una familia se definió como un conjunto de personas
compuesta por una madre, un padre y los hijos e hijas nacidos como resultado de esta
relación. Sin embargo, esta clasificación está desactualizada hoy en día ya que hay
varios modelos familiares disponibles en la actualidad. Hoy en día, la familia es
ampliamente entendida como un ámbito en el que una persona se siente cuidada sin
tener vínculos o relaciones familiares inmediatas.
El parentesco puede ocurrir en diferentes niveles. Esto quiere decir que no todos los
miembros de la familia tienen la misma cercanía ni el mismo tipo de relación. Por
ejemplo: Una familia nuclear es un grupo formado por una pareja y sus hijos, mientras
que una familia extensa incluye abuelos, tíos, primos.
Pero les exige también valentía para decir serenamente la verdad a los
hijos y corregirles cuando se desvían, sin rendirse a un cómodo
permisivismo que, bajo la apariencia de comprensión, encierra una
traición a los hijos y a la sociedad. Los hijos, por otra parte, no pueden
olvidar que han recibido de sus padres el don de la vida y los valores
fundamentales que configuran su personalidad humana y cristiana. Y
necesitan tener conciencia clara de que la familia es el lugar primario de
aprendizaje de la buena voluntad, del saber compartir, de la renuncia de
uno mismo para poder darse por amor.
A este propósito, nos merece especial atención las misas para pequeños
grupos, celebradas en el marco del domicilio familiar y con ocasión de
acontecimientos significativos: aniversarios, onomásticas, etc. Con las
debidas orientaciones y con la seriedad y vigilancia convenientes, puede
ser un momento cumbre de la vida familiar, a la vez que debe ser una
verdadera iniciación a la Eucaristía de la comunidad parroquial. Queremos
señalar por último otro momento importante de la vida familiar, que con
frecuencia se minusvalora: la unción de enfermos, que no es sólo de
moribundos, debe ser una verdadera celebración comunitaria en la que se
comparte la fe familiar y se encuentra, en esa misma fe, la fuerza y la luz
para afrontar solidariamente la prueba de la enfermedad.
Por ser comunidad cristiana, la familia debe ser también una escuela donde
se descubran y practiquen los verdaderos valores evangélicos. Es este un
objetivo difícil y lento, pero absolutamente necesario en una sociedad en
la que los padres y los hijos respiran noche y día un ambiente materialista
y pagano.
• El amor cristiano. Entre todos los valores evangélicos, la familia
debe esforzarse por vivir el amor cristiano, que nace de Dios y va
más allá del mero respeto a las personas; que no discrimina ni
juzga, sino que se traduce en entrega y en olvido de sí mismo,
tanto dentro como fuera del hogar. El perdón de los enemigos, la
comprensión y respeto a los que tienen diversas ideologías; la
superación de las venganzas y del odio, y la defensa de los débiles
pueden y deben ensayarse en la familia como en el mejor campo
de entrenamiento
Todos estos valores no son sólo conceptos doctrinales que la familia debe
impartir teóricamente, sino que sobre todo deben configurar
paulatinamente el modo de vida del grupo familiar. Así podrán surgir
nuevos hombres que serán a la vez luz y sal en la creación del nuevo
mundo.
Pero guardemonos del exceso de pedirle todo a la familia. Es utópico que pueda cumplir por
sí sola todas las tareas que tiene encomendadas. Resulta explicable el desánimo de muchas
de ellas ante el cúmulo de responsabilidades que han de asumir, sin que apenas nadie les
ayude. Por eso hacemos un llamamiento a toda la sociedad, y en particular a las comunidades
cristianas, para que todos ejerzamos una eficaz corresponsabilidad en este campo.
“El amor es como una flor y, al igual que el cuerpo, necesita que se le alimente
constantemente. El cuerpo mortal pronto se consumiría y moriría si no se le alimentara con
frecuencia. La tierna flor se marchitará y morirá si no se le diera alimento y agua. Así
también sucede con el amor; no se puede esperar que perdure por siempre a menos que se
le alimente continuamente con porciones de cariño, manifestaciones de aprecio y
admiración, expresiones de gratitud y generosidad”
¿Cuáles son algunas de las “cosas pequeñas” que mantienen vivo el amor y la amistad
en el matrimonio?
Que siempre existan esas pequeñas sorpresas después de haberse ausentado durante una
tarde o un fin de semana.
Mantener vivo el noviazgo. Pasar tiempo y hacer cosas juntos. Así como es importante
pasar tiempo con los niños en familia, es necesario que todas las semanas, y en forma
regular, los esposos pasen tiempo a solas. El hacerlo servirá para que los hijos sepan que
ellos consideran que su matrimonio es tan importante que necesitan hacer todo lo posible
por fortalecerlo. Eso requiere dedicación y planificación”.
V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: