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El Hombrecito de papel

Personajes
1. Hombrecito de papel
2. Margarita
3. Edelmira Madre de Margarita
4. Doña Obdulia
5. Doña Genoveva
6. Dama de las Palabras
7. Doña Paca
8. Doña Magdalena
9. Tatina Deportista
10.Carlos Deportista
11.Enamorado
12.Enamorada
13.Violeta
14.Rosa
15.Lila
16.Pablo

Escena 1

Sala principal de una vivienda cualquiera. Una niña juega sola con algún
juguete impersonal, de caja inmensa y poco gratificante resultado. Se la nota
aburrida.

Margarita: (Habla con un muñeco articulado, una especie de personaje


intergaláctico moderno y lejano. Y si al menos tu Capitán Alondra fueras
realmente un amigo...podríamos ...(se queda pensativa)... que se yo, ir al
parque ver una película, jugar al corro o a la pelota (suspira)...contarte mis
cosas....
(Mientras juega con entusiasmo se le sale un brazo al muñeco)

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¡Vaya y ahora te vienes a romper! Menos mal que no me ha visto nadie. (La
niña deja el juguete sobresaltada. Ha notado que se acerca su madre y no
quiere que vea que se le ha roto el muñeco. Lo tapa con lo primero que
encuentra, un periódico. Y disimula, luego haciendo como que lee un libro)

Edelmira: Margarita, ¿Has terminado de merendar?

Margarita: Sí, mamá. Me lo he comido todo.

Edelmira: ¡Estupendo! ¿Y estudiaste?. Mira que los años pasan deprisa y lo


que hoy no estudies lo echarás en falta cuando seas mayor.

Margarita: También hice la tarea, mamá, después quiero escribir una historia
para la clase de lengua. Una historia intergaláctica. (La madre pone una cara
muy rara. Y ya tengo el protagonista: El Capitán Alondra.

Edelmira: ¿Quién?

Margarita: ¡Quién va a ser! ¡El Capitán Alondra! (Empieza a destapar el


juguete pero al recordar que se le ha roto, lo vuelve a tapar)

Edelmira: ¡Esta niña siempre tan fantasiosa! No sé a quién habrás salido.


Fíjate en tu madre, una señora tan distinguida (mirándose y dándose cuenta de
que está con la y los rulos puestos. Bueno.... cuando me arreglo, no hay quien
me iguale.

Margarita: Oye mami .... se me ocurre una idea: como el verdadero Capitán
Alondra está.... eh.....resfriado. ¿Porque no juegas conmigo y haces de Capitán
Alondra?

Edelmira: ¿Qué dices?

Margarita: Anda, sí, mami, un ratito. Mira; es muy fácil: los rulos te servirán
de cápsula aisladora refrigerante antipolución... la batidora, la espada fisio-
laser destripamurdoks. y la bata ....

Edelmira: ¡Pero niña! ¿Qué dices? ¡Con la de cosas importantes que tengo que
hacer!

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Margarita: ¿Qué cosas?

Edelmira: Hoy es jueves, y los jueves voy con mis amigas de la asociación de
damas de la defensa del caniche a la reunión semanal y doña Obdulia y doña
Filomena van a pasar a recogerme. Seguramente estén al llegar. y fíjate como
me encuentro.

(Llaman en ese momento a la puerta)


¿Ves? Seguro que son ellas.

(La niña queda pensativa mientras su madre sale de escena. Destapa el


muñeco y vuelve a taparlo al aparecer doña Obdulia, doña Filomena y su
madre)

Escena 2

Doña Genoveva: ¡Vaya, pero quién está aquí! ¡Margarita Mari!

Margarita: Me llamo solamente Margarita.

Doña Genoveva: ¡Anda! Pues es mucho más bonito Margarita Mari.Fíjate en


mi nombre, hijita, y comprueba que bonito hace el “María”: Genoveva
Angustias San Lázaro y María. ¿A que suena muy elegante?

Margarita: Es demasiado largo....

Doña Obdulia: Pero muy bonito

Edelmira: Ay! Esta niña ....Bueno esperadme un ratito. No tardo nada


Enseguida nos vamos a la reunión.

(Las señoras se sientan. Margarita piensa que a lo mejor les apetece jugar un
poco).

Margarita: ¿Ustedes jugaron mucho cuando eran niñas?

Doña Obdulia: Si! Si mucho mucho

Doña Genoveva: No, mucho no, ¡Muchísimo!.A hacer labores y punto de


cruz, a bordar sábanas, a tejer alfombras....

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Margarita: Pero, ¡eso no es jugar!
Doña Genoveva: ¡Que eso no es jugar!. Explícaselo mi querida Obdulia .

Doña Obdulia: No mejor explícaselo tú que tienes más facilidad de palabras.

Doña Genoveva: Bueno querida.... Como decía mi madre, que en paz


descanse: los juegos tienen que ser de provecho, juegos que sirvan para algo,
juegos útiles... ¿Has entendido?

Margarita: Pues no
Doña Obdulia: Querida explícaselo mejor.

Doña Genoveva: “Los juegos rompen el orden y traen el caos”. Lo decía mi


padre, don Servando, todo un sabio. Y el jamás se equivocaba.

Margarita: Ahora escuchadme a mí, ¿Vale que por unos minutos solamente,
ustedes fueran murdoks?

Las dos señoras: ¿Murdoks?

Margarita: Sí, murdoks, habitantes de la galaxia Zhenta, auténticos murdoks


vampirizantes de sueños...

Doña Obdulia: Pero, ¿Qué dice esta niña Genoveva?

Doña Genoveva: ¡Ay, Yo que sé!... A lo mejor no habrá merendado o sufre de


empacho de televisión.

Margarita: En realidad los murdoks no son tan malos.... El Capitán Alondra


les demostrará que lo mejor es que todas las galaxias estén unidas. (Mientras
toca el rostro de las señoras) Además a mi no me importa que los murdoks
sean feos como sapos, y que tengan cientos de verrugas peludas y que ...

Doña Genoveva: ¡Nos está insultando! ¡No soporto más estos insultos!

Doña Obdulia: ¡Ni Yo!, ¡Ábrase visto niña más insolente!


Las dos señoras: ¡Edelmira! ¡Edelmira!
(Entra Edelmira ya arreglada)

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Edelmira: ¿Qué sucede?

Doña Obdulia: ¡Tu hija nos ha insultado!

Doña Genoveva: ¡Si,si! Nos ha llamado sapos verrugosos.

Edelmira: ¿Qué?

Margarita: No es verdad solo quería que fuesen murdoks ...Quería inventar


una historia ....

Doña Genoveva: ¡Pues vaya historia! Y vaya personajes.

Edelmira: (moviendo amenazadora el dedo mientras señala a su hija) ¡Luego


hablaremos de todo esto Margarita! Adiós.

Margarita: Adiós mamá

Edelmira: Ah! No molestes a papá, ya sabes que no le gusta que le


interrumpas cuando trabaja en su despacho.

(Salen Edelmira, doña Obdulia y doña Genoveva queda Margarita sola)

Escena 3
Margarita: ¡Y ahora estoy perdida!, no puedo ir al parque todavía porque mis
amigos no han llegado, no puedo molestar a papá, el Capitán Alondra se me
ha roto (Mira el periódico que ha servido para tapar a su juguete preferido y
enseguida le viene una idea) ¡Ya está! Haré un muñeco de papel. Así si se me
rompe puedo hacer otro, es fácil.(Margarita toma unas tijeras y pone en
hacer el muñeco toda su alma.) Ya casi está listo. Ojalá tú pudieras
hablarme...Podríamos vivir un montón de aventuras. Ahora regreso espérame
aquí.
(Sale Margarita y de repente el muñeco de papel cobra vida).

Margarita: ¡Ya estoy aquí para darte los últimos detalles!(ve al muñeco de
papel de pie) ¡Ay! ¿Quién eres tú? ¿De donde has salido? ¡No me hagas daño!

Hombrecillo: Como voy a hacerte daño, tú me has creado, me recortaste....con


estas tijeras ¿O no te acuerdas.?

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Margarita: ¡Si, Si claro! ¡Es que no puedo creerlo! Pero me parece estupendo
Mira no importa como has llegado hasta aquí, ni que no seas... (Mirándolo de
arriba hacia abajo)... como yo.. Lo importante es que ahora tengo un amigo.

Hombrecillo: ¡Claro!

Margarita: Tengo una idea ¡Iremos al parque! Mis amigos cuando te vean se
van a quedar con la boca abierta.

(El hombrecito y la niña se dan la mano. Margarita está eufórica, salen


ambos.)

Escena 4

( Una música festiva servirá de transición y puente entre está escena y la


siguiente en la que se verá el parque. En uno de los bancos de la plaza Se
encuentra sentada la Dama de las palabras, una señora que está rodeada de
libros y que siempre está leyendo. Aparece de repente la pareja de
deportistas, Carlos y Tatina. Se trata de un matrimonio excesivamente
preocupado por la salud física y por la estética corporal.)

Dama: (Lee en voz alta un párrafo de uno de los libros que está leyendo)

Carlos: Y con ésta, ya van diez.

(Dejan de correr aunque no paran de moverse, no se desplazan, pero mientras


hablan, continúan con la actividad física.)

Tatina: ¿Estás seguro, Carlos?

Carlos: Por supuesto, Tatina: diez vueltas.

Tatina: Ten en cuenta, cariño, que nos jugamos mucho. ¡No podemos
permitirnos el lujo de equivocarnos....!

Carlos: Te aseguro que llevo bien la cuenta.

Tatina: También dijiste eso el otro y en vez de dar veinticinco vueltas, dimos
veinticuatro.

Carlos: Pero si yo....

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Tatina: ¡Calla! A lo peor no nos sirve y envejecemos un día o dos antes... ¡no
estoy dispuesta a que eso se repita!

Carlos: Mujer, si se nos pasa alguna vuelta, haremos cinco veces el pino y
doscientas siete flexiones....equivalen a una vuelta ¿no?

Tatina: Está bien, querido. ¿Seguimos?

Carlos: Si quieres podemos descansar un rato. Vamos bien de tiempo. Además


hoy es un hermoso día y vendrá mucha gente al parque podemos hacer
algunas amistades.

Tatina: ¡Carlos, no tenemos necesidad de hacer amistades!

Carlos: Pero....

Tatina: Si quieres conseguir un cuerpo perfecto tienes que renunciar a muchas


cosas: a los amigos, a las comidas en el campo, al cafelito con pasteles de la
tarde, a trasnochar y etc, etc, etc.

Carlos: ¿y eso...?

Tatina: (Cortándole por enésima vez) ....y eso supone grasas, calorías,
estimulantes... ¡Una lata!.... Y yo perdería mi línea, esta línea que tanto me ha
costado conseguir...

Carlos: Pero mujer...también tenemos que relacionarnos.

Tatina: ¿Con quién? ¿Con esos sacos de manteca ambulantes? ¿Con esos
trozos de carne fofa con ojos?

Carlos: Pero Tatina, son personas...como nosotros.

Tatina ¿Cómo nosotros? Como tú tal vez, pero yo ... ¡yo soy perfecta!

Carlos: ¡Mujer...!

Tatina: ¿Crees que no? Tomo alimentos macrobióticos. Respiro el aire más
puro posible y mis pulmones forman parte de una maravillosa y sincronizada
máquina

Carlos: Yo lo decía porque...

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Tatina: Si tú quieres ser como ellos, adelante, mézclate con esa gente... pero si
lo que deseas es ser eternamente joven y atractivo, sígueme...

(La deportista continúa corriendo. Su marido, resignado, decide seguirla.)

Carlos: Que le voy a hacer ¡Es que la quiero!

(Ambos dejan la escena)

Escena 5

(Salen ahora a escena las dos viudas, Paca y Magdalena, su paso es lento y
pesado.)

Paca: Pues tú me dirás cómo con esta paga llego a fin de mes.

Magdalena: A todo se hace una, Carmen. A todo

Paca: Pero a ti te dejó tu marido una buena casa. Tú sabes que vivo de
alquiler.

Magdalena: Se puede vivir con muy poco...

Paca: ¿Con menos? ¿Qué crees que soy, un pajarito?

Magdalena: Mujer, tienes a tus hijos, a tus nietos...

Paca: (Se lamenta) ¡Ay, mis hijos!. Para ellos sólo soy un estorbo...

Magdalena: ¡No digas eso, mujer!

Paca: Es verdad... quieren que me vaya con ellos, pero yo prefiero tener mi
casa... y mi independencia.

Magdalena: Yo también lo prefiero. Pero no tengo ese problema. Yo no tengo


hijos y mucho menos, nietos.

Paca: ¿Y no te desespera tanta soledad?

Magdalena: No, porque no estoy sola. Yo me siento un poco la abuela de


todos los niños y niñas que vienen al parque. Ellos no lo saben, pero les
sonrío como si fueran algo mío.

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Paca: ¡Que disparate!

Magdalena: Te aseguro que no. En esos pequeños está la fuerza y las ganas de
vivir, las que yo necesito.

Paca: ¿Los niños?

Magdalena: Sí. Ellos, con sus risas con sus juegos, sin saberlo me la dan.

Paca: Pues ahí vienen unos pocos.

Magdalena: ¡Que bien! Todas las tardes en que el tiempo es bueno pasan un
rato en el parque ¿Los escuchamos sin que se den cuenta?

Paca: De acuerdo.

Escena 6

(Aparecen Pablo, Violeta, Rosa y Lila, son los amigos de Margarita)

Pablo: ¡Y cada día peor! ¡Como se nota la manía que me tiene!

Lila: ¿Qué ha pasado esta vez?

Pablo: ¿Que qué a pasado? Pues....otro cero.

Violeta: ¿No hiciste la tarea?

Pablo: Sí, hice lo de la poesía.

Rosa: ¿Entonces?

Pablo: Me mandó leerla delante de toda la clase, con el corte que me da..
Entonces me dijo que aquello no era poesía ni nada por el estilo, que era una
ristra de palabras-chorizos, sin sentido y sin ritmo... ¡ Como la odio!

Lila: ¿De palabras-chorizo?

(Risas de los demás)

Violeta: A mí tampoco me va nada bien. La directora acaba de llamar a mis


padres.

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Pablo: ¿Y por qué?

Violeta: Porque me aburre todo lo que huele a colegio.

Rosa: Pues en la escuela hay cosas muy divertidas.

Lila: ¿Si? ¿Cuáles, guapa?

Rosa: Pues... las matemáticas, las sociales... ¡Un montón!

Lila y Violeta: ¿ Que las mates son divertidas?

Pablo: A mi las mates me parecen divertidas, es como si fueras un detective


resolviendo montones de casos. Los problemas son muy chulos.

Violeta: No digas tonterías guapo.

Lila: Eh! Fijaos, por ahí vienen los tortolitos de siempre...

Rosa: Fijaos cómo se miran.

Pablo: ¡Que risa!

Lila: ¿Por qué es cosa de risa? ¡ Están enamorados! No se a mí me gustaría


que algún día alguien se enamorara de mí.

Rosa y Violeta: ¡Uuuuy!

(Entra finalmente a escena la pareja de enamorados, caminan sin dejar de


mirarse)

Escena 7

Diego: Y tendremos once hijos.

Silvia: ¿Pero que dices? ¿Tú sabes lo que cuesta alimentar a once hijos?

Diego: Pues entonces tres.

Silvia: Eso es otra cosa. Tú me ayudarás ¿Verdad?

Diego: Claro, yo los domingos haré en casa la tortilla de gambas ¡Me encanta
la tortilla de gambas!

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Silvia: ¿Solo eso?

Diego: Y retiraré los platos de la mesa...pero las servilletas, no: me dan un


poquitín de asco...

Silvia: ¿Solo eso?

Diego: Y para nuestros hijos, cantaré nanas los días de fiesta.

Silvia: ¿Nanas? ¿De veras?

Diego: Claro, mamá cuando era niño me las enseñó y yo siempre haré las
cosas buenas que mamá me ha enseñado: lo de las nanas , las tortillas de
gambas...

Silvia: ¿Solo eso?

Diego: No eso y mucho más....

Silvia: Ah...

(Se miran y suspiran)

Escena 8

(Vuelven a aparecer los deportistas que se quedan apartados haciendo


ejercicios. Aparece Margarita y el Hombrecillo de papel y se dirige a los
niños que se habían quedado observando a los enamorados)

Margarita: ¡ Hola Amigos!

Pablo: Pero, ¿Qué se eso?

Margarita: Pues...Un Hombrecillo...Un hombrecillo... de papel

Lila: ¿Pero qué dices?

Margarita: Miradlo...Pero tened cuidado. Es bastante frágil.

(Todos rodean al Hombrecillo de papel, no sólo los niños: también las viudas,
e incluso los enamorados, que por cierto han dejado de mirarse para
observar, también lo hace la Dama de las palabras, que aunque no se separa

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de sus libros observa muy atenta. y hasta los deportistas que aunque no dejan
de hacer ejercicios miran con curiosidad la situación.

Carlos: Fíjate, Tatina

Tatina: Si, que raro no. (Dándose cuenta que se ha distraído)¡Carlos te pido
por favor que prestes atención! ¡Porque número de vuelta vamos!

Carlos: Ya me he perdido, es que me gustaría saber quien es hombre


disfrazado.

Tatina: Ya te he dicho que no tenemos tiempo y te lo repito si tú quieres


quédate yo voy a continuar.

Carlos: ¡Espérame! Voy contigo.

(Los dos salen. Mientras todos están atentos al Hombrecillo de papel, pasan
por el parque Doña Genoveva y Doña Obdulia, se las oye hablar, todos están
concentrados en el Hombrecillo de papel.)

Doña Genoveva: Querida, que estará pasando, que hay tanta gente.

Doña Obdulia: No lo sé, quizá regalan algo.

Doña Genoveva: No lo creo querida, quien te va a regalar algo, seguro que


están vendiendo algo.

Doña Obdulia: Es que veo muchos niños.

Doña Genoveva: Si es cierto, (sorprendida,)esa no es la hija de Edelmira.

Doña Obdulia: ¡Si, si es ella misma, Margarita Mari.!

Doña Genoveva: ¡Por Dios! Que niña más terrible.

Doña Obdulia: ¡Fíjate, en el centro hay un hombre disfrazado con papel de


periódico!

Doña Genoveva: ¡Pero es que estamos en Carnaval! La gente cada día está
más loca!

Doña Obdulia: ¡Ah querida mejor vamos a casa.!

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Doña Genoveva: Si, si, muy buena idea, mejor vamos antes de que me vuelva
loca ¡Por Dios!

(Las dos salen protestando. Vuelve a un primer plano la escena con el


Hombrecillo de papel.)

Pablo: (Realmente asombrado y sin encontrar las palabras adecuadas) ¿Y


como...cuando... de que forma...? Es que no entiendo nada..

Margarita: ¿Que cómo lo he descubierto? ¿Qué cuando ha sido y de que


manera?

Pablo: ¡Eso! ¡Eso!

Margarita: Pues, no lo sé muy bien... Yo deseé con todas mis fuerzas que
ocurriera, lo empecé a recortar, salí por un momento de la sala y cundo
regresé, estaba allí.

Lila: ¡Es muy guapo!

Violeta: Pues yo lo veo un poco soso. Parece un paquete barato envuelto en


hojas de periódico.

Pablo: A mí me parece una momia antigua. ¡La momia de Tután –Papel.!

Margarita: (Enfadada) ¡Dejad en paz a mi amigo! ¡El no se ha metido con


vosotros!

Rosa: (Conciliadora) ¡Sólo era una broma, Margarita!

Pablo: Si

Violeta: No te enfades

Lila: ¿Que tal si ahora jugamos al escondite para darle la bienvenida a tu


amigo?

Todos: ¡Vale!

Hombrecillo: Yo no se jugar a eso

Pablo: Es muy fácil, uno se queda y cuenta hasta veinte mientras los demás se
esconden. Entonces , el que se queda, tiene que encontrar a algunos de los que
se ha escondido. ¿Entiendes?

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Hombrecillo: Sí, entiendo.

Pablo: Pues venga, me quedo. Escondeos que empiezo a contar..

(Lo hace... las niñas salen de escena, Margarita lleva de la mano al


Hombrecillo de papel. Cuando el niño ha contado hasta veinte, también él
sale de escena.)

Escena 9

Paca: Es lo único que me faltaba por ver ¡Un hombre todo entero de papel!

Magdalena: A mí me ha parecido muy interesante. Lo peor del mundo es la


rutina.

Paca: ¡Y la historia que ha contado la niña!

Magdalena: Puede que la historia sea como la ha contado

Paca: ¿y tu crees a los niños?. Los niños aprenden a mentir antes que hablar.

Magdalena: No. Yo sólo sé que los niños tienen el don de soñar y de llorar o
reír con naturalidad, con espontaneidad.

Paca: ¿Tú crees?

Magdalena: ¡Claro que sí!. Además, eso es algo a lo que no podemos


renunciar, por muchos años que cumplamos, por muchas cosas que se nos
hayan ido perdiendo por el camino...

( Salen Paca y Magdalena)

(Los enamorados también desean comentar la aparición del Hombrecito de


Papel)

Diego: ¿Qué te pareció?

Silvia: ¿El qué?

Diego: Pues que va a ser... lo del tipo ese de papel... ¿No te ha impresionado?

Silvia: ¡Es magnífico!

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Diego: ¿Magnífico?

Silvia: Sí. Si nosotros tuviéramos diez u once niños de papel. no me


importaría nada. Después de jugar, o a la hora de dormir los recogeríamos en
un cajón.

Diego: ¡Pero mujer! ¡Yo quiero niños de verdad! ¡Muchos niños!...que


pataleen, que lloren, que suden, que se manchen...

Silvia: (Rebelándose y marchándose) ¡Pues tenlos tú, guapo!

Diego: Pero, cariño.

(Los dos salen)

Escena 10

(Aparece de nuevo en escena la pareja de deportistas. Ella sigue tan fresca.


Él, no tanto)

Carlos:... Y doce. Ya falta menos.

Tatina: ¡Mientes, Carlos! Sólo llevamos once vueltas, ¿ o es que te crees que
soy tonta?

Carlos: No mujer, yo creía...

Tatina: Yo creía, yo creía....Cuando seas un sapo barrigón y yo en cambio


esté tan bien como ahora, ya verás como te arrepientes de haberte saltado
unas vueltitas.

Carlos: Es que, Tatina yo....

Tatina: A Callar. Y sigue corriendo. Aún no estamos ni en la mitad del


recorrido. ¡Adelante!.

(Corren y salen otra vez de escena. Entran, entonces los niños, Margarita
Sigue de la mano del Hombrecillo, su ya inseparable compañero

Escena 11

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Margarita: ¿TE gustó el juego?

Hombrecillo: Sí, mucho.

Rosa: ¿Tu sabes otros juegos?

Hombrecillo: No

Lila: ¿Ningún otro juego?

Hombrecillo: No. Lo siento

Pablo: ¿Y que cosas sabes tú?

Hombrecillo: Yo sé noticias. Estoy lleno de noticias.

Violeta: ¡Humm, noticias!. ¡Con lo que me gustan los chismes y esas cosas!

Pablo: ¡Chismosa!

Margarita: ¡Qué tonto eres! (Mimosa, ahora hacia el Hombrecillo) Anda...


¿Por qué no nos cuentas alguna? Las más interesantes. ¿Vale?

Hombrecillo: Bueno (Se leerán noticias de actualidad que debemos traer)

(Los niños han asistido sorprendidos a la narración de noticias. Ha cambiado


el semblante alegre de sus rostros por otro más triste.)

Pablo: ¡Vaya con tu amigo!

Lila: ¡Sus historias me dan ganas de llorar!

Rosa: Y a mí.

Violeta: Y a mí también.

Margarita: (Al Hombrecillo) ¿Sólo conoces esas noticias?

Hombrecillo: Con esas noticias me alimentan. Son noticias del día, de cada
día.

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Margarita: Pues no me gustan..

Lila: Bueno, me tengo que ir.

Pablo: Yo, también. Es un poco tarde.

Rosa: ¡Anda! Aún no he hecho la tarea. Me voy.

Violeta: ¿Te vienes, Margarita?

Margarita: Pues... sí. Hasta mañana, Hombrecillo... No puedes venir conmigo,


si mis padres te ven en casa. así ...de pronto.... ¡Les da un infarto!. Tengo que
prepararles poco a poco.

(Los niños han abandonado poco a poco la escena. Sólo han quedado en el
escenario el Hombrecillo de papel y la Dama de las Palabras, que siempre
desde su banco, desde su banco, ha observado las distintas escenas... Así
hasta que avanza hacia el desolado y ahora solitario Hombrecillo.)

Escena 12

Dama: Estás triste, ¿Verdad?

Hombrecillo: Sí. Mis palabras hacen llorar a los niños. ¡Odio las palabras que
hacen llorar!

Dama: Las palabras no son las que hacen llorar, son los hombres que no saben
respetar a los demás.

Hombrecillo: ¿Respetar? ¿Qué es respetar?

Dama: Aceptarte como eres, no por lo que tienes o por lo que aparentas tener,
no por lo que seas o por lo que aparentas ser.

Hombrecillo: ¿Tú me aceptas como soy?

Dama: Claro que sí.

Hombrecillo: ¿Un hombrecillo de papel lleno de historias tristes?

Dama: ¿Quieres que las borre?

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Hombrecillo: (Entusiasmado) ¡ Sí! ¿Puedes hacerlo?

Dama: Es Fácil. Con un poco de agua clara... ¡No quedará ni rastro!(La Dama
de las palabras coge un recipiente con agua y un trapito). ¿Ves? Pronto
desaparecerán todas esas noticias tan tristes.

Hombrecillo: ¡Que bien!

(Las noticias se irán despegando del traje del Hombrecillo dela mano de la
Dama de las palabras.)

Dama: ¡Ahora, ahora sí que estás radiante.

Escena 13

(Aparece en escena Elena, con aire claro de haberse marchado de casa...)

Margarita: Mi querido amigo... ¿Eres tú realmente? (El Hombrecillo asiente


con su cabeza) Estás. tan reluciente.... No podía dormirme sin saber de ti, me
porté muy mal contigo dejándote aquí.(Nueva pausa para mirar, aún
asombrada el nuevo aspecto de su amigo) ¿Quién te ha puesto así?(El
Hombrecillo señala a la Dama de las palabras) ¿Usted?

Dama: Sí. Tú amigo no quería veros sufrir. Con un poco de agua fue fácil.

Margarita: (Al Hombrecillo) ¿Estás contento?(El hombrecillo afirma de


nuevo con la cabeza, Margarita se alarma.) Pero, dime algo, ¿No puedes
hablar? (Él lo intenta pero es inútil).

Dama: Se ha quedado sin palabras. No sé cómo no calculé esa posibilidad.


Pues no te preocupes, en primavera todos los amaneceres son mágicos. ¿No lo
sabías?. Seguro que mañana en este mismo parque habrá un encuentro con las
palabras y los colores

Margarita: ¿ Y dice que sucederá mañana, al amanecer?

Dama: No lo dudes

Margarita: Me quedaré con él hasta que eso ocurra.

Dama: No. Él te lo agradece.....pero tus padres se preocuparían si descubren


que no estás en casa.

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Margarita: No creo que a mis padres les importe mucho, nunca juegan
conmigo.

Dama: ¡Eso no es cierto! A veces a los mayores se nos llena el corazón con las
preocupaciones de cada día...y a veces estos problemas tapan el rinconcito de
la memoria.

Margarita: ¿Y entonces?

Dama: Entonces se nos olvida que fuimos niños y que es maravilloso jugar..

Margarita: ¿Y quien le enseñó a decir todo eso?

Dama: Los libros. Mira: Los libros son como cajitas de música, si quieres
conocer como suena un libro, tienes que abrirlo.

Margarita: Lo haré.

Dama: Anda, y ahora vete. Ya es muy tarde, yo me quedaré con tu amigo toda
la noche.

Margarita: Hasta mañana, señora....Hasta mañana hombrecillo......

Escena 14

(Un sol aún tímido anuncia el amanecer, aparecen Margarita y sus amigos.
Permanecen allí hablando en voz baja observando mientras al Hombrecillo y
a la Dama de las Palabras que aún duermen.)

Pablo: ¿Ves? Esa es la loca de los cuentos...

Margarita: ¡No está loca! Es una mujer sabia. Lee mucho sabe mucho.

Pablo: Hay gente que se vuelve loca sólo por leer. Fijaos en el caso de Don
Quijote.

Margarita: Ella no. Ella es estupenda. Y hará que el Hombrecillo vuelva a


hablar de nuevo. Además, yo confío en esta señora. Sólo os pido que confiéis
vosotros también.

Rosa: No, si yo confío.

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Violeta: Bueno, vamos a ver que pasa

Lila: Eso, a ver que pasa.

Margarita: (Acercándose) ¡ Señora, señora! ¡Va a amanecer!

Dama: ¿Eh? Perdona, Margarita. Nos hemos quedado dormidos.... ¡Hola


niños!

Todos: ¡Hola!

Dama: Hablé con tu amigo sobre las palabras, la risa, sobre lo importante que
es tener buenos amigos...seguro que el lo ha entendido ¿Verdad?

(El Hombrecillo asiente. Se muestra feliz.... Sobre todo porque están de


nuevo, allí los niños y entre ellos Margarita.) ¡Que bien te veo! ¡ Mira, aquí
estamos todos contigo otra vez!

Dama: Ahora que empieza a asomar el sol es el mejor momento. Sentaos


todos, y tomaos de la mano...Si juntos lo deseamos, será más fácil.

(Lo hacen. Aparece una luz especial y se escucha una música mágica que
envuelve el ambiente. El traje del Hombrecillo ahora está lleno de flores de
colores, los niños asombrados no dejan de mirarlo.)

Margarita: (A sus amigos) ¿Qué os dije? ¿No era una señora extraordinaria.?

Todos: ¡Si tenías razón!

(Margarita se abraza al Hombrecillo y a la Dama de las palabras)

Margarita: Gracias, gracias por haber ayudado a mi amigo.

Hombrecillo: Yo también quiero daros las gracias. Ahora estoy lleno de


palabras hermosas, y tengo ganas de regalar historias...

(Entran ahora en escena la madre de Margarita Doña Genoveva y Doña


Obdulia.)

Edelmira: ¡Ay, Dios mío! ¡Que disgusto! Margarita, estábamos preocupados


por ti.

Doña Obdulia: : Si querida, tu madre estaba muy triste.

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Doña Genoveva: ¡Si fueran mis hijos, no pasaría esto!, ¡Eso seguro!

Dama: Señores, no se preocupen ...No ha pasado nada. A su hija se le había


perdido un amigo, y lo acaba de recuperar.

Margarita: ¡El mejor de los amigas!

Todos: Eso ¡Si!

Magdalena: Un amigo es lo mejor para la soledad.

Paca: (Tomando del brazo a su amiga del alma) Un amigo es tan bueno como
mi amiga del alma.

Silvia: Un amigo que ayudará a su hija.

Diego: Y que ojalá conozcan los míos algún día para que aprendan a
compartir, a colaborar

Tatina: Un amigo que es mejor que correr una maratón

Carlos: Y, que lo digas, Tatina querida, y que lo digas....

Dama: Y que nos ha hecho sacar y regalar lo mejor que todos guardamos
dentro: el cariño por el otro...

Hombrecillo: ¿ Que tal si cantamos y bailamos todos un buen rato?

Doña Genoveva y Doña Obdulia: ¿Nosotras también?

Margarita : ¡Claro, porque no!

(Hacen un corro grande, grande donde caben todos los personajes de esta
historia. Suena la canción final que todos cantan y bailan. Al finalizar la
canción, entre risas y abrazos, cae muy lentamente el telón.)

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