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Evolución de la actividad económica en diferentes periodos históricos

Economía Paleolítica

La gran mayoría de la gente vivía en pequeñas cuadrillas o bandas que sumaban en total varias decenas, o como mucho varios cientos
de personas. Quizá en periodos de crisis se acercaban a bandas vecinas para cazar conjuntamente. El comercio se limitaba sobre todo a
objetos de prestigio. La población de sapiens estaba desperdigada sobre territorios inmensos. La mayoría de las culturas de cuadrillas
vivían como nómadas, viajando de un lugar a otro en busca de comida. Por lo general se desplazaban por un mismo territorio conocido.
A veces, las bandas salían de su territorio y exploraban nuevas tierras, ya fuera debido a desastres naturales, a conflictos violentos, a
presiones demográficas o a la iniciativa de un jefe carismático. Estos desplazamientos eran el motor de la expansión humana por todo
el mundo."

La economía paleolítica se basaba muy ampliamente en modos de producción de alimentos no intensificables como son la caza, la
recolección y la pesca.

La Revolución Neolítica

La revolución neolítica, junto con la revolución industrial, ha sido el proceso histórico-económico que ha tenido un mayor impacto en
la organización de las sociedades humanas y los modos de producción. Ambas revoluciones comportaron una explosión demográfica
de las sociedades humanas.
La economía neolítica comportó un desarrollo más amplio de la agricultura y la ganadería que eran modos de producción intensificables,
es decir, si se dedicaban más horas de trabajo a esas actividades podía incrementarse la producción.
La agricultura intensiva apareció independientemente en diversas regiones del planeta. Parece que el único continente donde la
agricultura fue un desarrollo importado, fue Europa donde la agricultura se extendió a partir de migraciones o expansiones de pueblos
a partir de Próximo Oriente.
La intensificación de la agricultura permitió por primera vez la existencia de excedentes, lo cual permitió la existencia de asentamientos
permanentes, la explosión demográfica, la especialización laboral y en consecuencia estratificación laboral. La diversidad de papeles
sociales y la división del trabajo llevó a la aparición de la servidumbre, las guerras, la existencia de clases sociales, a su vez el aumento
del número de personas que formaban una comunidad llevó a la necesidad de coordinar la acción social y en último término llevó a la
aparición de ciudades-estado y de una clase administrativa (donde frecuentemente se desarrolló la escritura y otros desarrollos culturales
más complejos).
Economía antigua

La economía del mundo antiguo era esclavista. Destacan los imperios de Mesopotamia, Egipto, Persia, India, China, Grecia y Roma.
La organización social asociada a su economía se caracterizó por:

 Un sistema jerárquico de clases sociales inmutables con poca o nula movilidad social, basado en unidades tradicionales como
clanes familiares, castas u órdenes sociales.

 Un sistema agrario de bajo o nulo crecimiento económico porque no había inversión o ahorro.

 Dimensión del mercado reducida, y limitada a la comercialización de excedentes y de productos de primera necesidad
fundamentalmente.

 En su última fase, la economía del mundo antiguo estaba ya monetarizada y el trueque fue desapareciendo paulatinamente.

El imperio romano se basó en un sistema mixto, compuesto por el modelo de imperio tributario típico y un modelo esclavista con mano
de obra forzada.

En China y en India con algunas diferencias parece que existió un sistema similar aunque con desarrollos regionales peculiares. Es
importante señalar que ya durante este período existieron rutas comerciales que unían occidente y oriente tanto a través de la ruta de la
seda como por vía marítima a través del Mar rojo. Sin embargo, los productos comerciados a largas distancias se limitaban
principalmente a productos suntuarios y no perecederos.

Economía Medieval

Europa
En Europa occidental, el sistema económico romano evolucionó a una sociedad básicamente agrícola, en el que la tierra se constituye
la fuente primaria de riqueza y poder. La traducción política de este hecho económico es el sistema denominado comúnmente
como feudalismo, que presentó variaciones regionales, y que nunca llegó a ser uniforme en toda Europa. Este sistema tenía tasas de
crecimiento cercanas a cero, y los salarios dependían ampliamente de la cantidad de mano de obra disponible. Así la gran peste negra de
mediados del siglo XIV que mató a un 30% de la población europea, produjo un vertiginoso aumento de los salarios en las generaciones
siguientes.

China

Durante la Edad Media, China fue en muchos aspectos tecnológicamente superior a Europa. Tenía una economía más grande que
involucraba redes de intercambio mayores que las existentes en Europa. Durante la dinastía Song se generalizó el uso de papel moneda,
eso contribuyó a la economía durante los inicios de la "revolución industrial china". El historiador Robert Hartwell estimó que la
producción per cápita de hierro fundido en China se multiplicó por seis entre el 806 y el 1078. Numerosos inventos que tuvieron una
importancia crucial durante la Edad Moderna en Europa tuvieron su origen en China: la pólvora, el papel moneda, el cañón, la brújula,
la imprenta, etc., sin embargo, quienes le dieron un mayor impulso a esos inventos fueron los imperios europeos.

Economía Moderna y Contemporánea

Ciertos desarrollos económicos poco anteriores al descubrimiento de América y la introducción de ciertas innovaciones técnicas, algunas
de ellas importadas desde China, marcaron el inicio de la expansión europea en América, que más tarde se generalizaría también a
Oceanía, partes de Asia y África. Esa expansión eminentemente militar aunque también económica y cultural llevó a un predominio
mundial de las potencias europeas y otras surgidas de la colonización europea (como Estados Unidos o Australia).

Mercantilismo y orígenes del Capitalismo


La economía europea de los siglos XVI, XVII y la primera mitad del XVIII, estaba caracterizada por una política económica de
gran intervencionismo. Se promovía un fuerte control de la moneda, se expandió la regulación estatal de la economía, la unificación del
mercado interno, y se estimuló la producción propia, controlando los recursos naturales y los mercados. Se practicó ampliamente
el proteccionismo, protegiendo la producción local de la competencia extranjera, se subsidió a empresas privadas y se impusieron
grandes aranceles a los productos extranjeros. Además se procuró un incremento de la oferta monetaria -mediante la prohibición de
exportar metales preciosos y la acuñación inflacionaria-, siempre con vistas a la multiplicación de los ingresos fiscales. Estas actuaciones
tuvieron como finalidad última la formación de Estados-nación lo más fuertes posible. Si bien esta doctrina conocida
como mercantilismo no es un conjunto de recomendaciones económicas enteramente coherente, la mayor parte de especialistas
económicos de la época se adherían en mayor o menor medida a la mayoría de estas medidas. Estas políticas, se dieron en un contexto
general de aumento de la población de la renta de las naciones europeas, en las que también intervinieron factores extraeconómicos.
Durante este período tanto por el aumento de los metales en circulación procedentes de América como por las políticas inflacionistas
tuvo lugar la revolución de los precios entre los siglos XV y XVI.

Sin embargo durante el siglo XVIII estas políticas fueron desechadas progresivamente, Adam Smith (economista y filósofo escocés),
criticó ampliamente estas doctrinas en La riqueza de las naciones y en su lugar promovió ampliamente el liberalismo económico
(promueve la libertad económica sin la intervención del Estado).

Industrialización europea
El concepto de "revolución industrial" hace referencia al nacimiento y pronto desarrollo de la industria moderna en Inglaterra (después
en el resto de Europa y del mundo) a partir del uso extensivo de maquinaria mecánica, la introducción de nuevas fuentes de energía
(hidráulica, carbón, gas y petróleo) y la organización del sistema de producción fabril.

Esto permitió realizar tareas que hasta entonces se habían hecho de forma mucho más lenta y laboriosa con energía humana o animal,
o que no se habían realizado en absoluto. La introducción de la máquina de vapor en la minería, la fabricación y el transporte dio
resultados impresionantes. Los cambios no fueron sólo “industriales”, sino principalmente sociales.

¿Por qué ocurrió la revolución industrial en Inglaterra? Las razones son diversas, pero destacan: el avance científico y las aplicaciones
tecnológicas realizadas, una burguesía cada vez más pujante, la consolidación de un sistema legal que garantizaba los derechos
de propiedad privada, los pensadores políticos propugnaban por mayor libertad económica y la ética protestante empujaba al
enriquecimiento.

Primera globalización (1870-1914)

Se produce la consolidación de los mercados nacionales en casi todo el globo y su interconexión creciente por efecto de la libertad de
comercio. Desaparecen las aduanas interiores dentro de los estados en casi toda Europa y Asia. Aparecen los primeros bancos y casas
aseguradoras internacionales y las primeras industrias integradas globales textil y siderometalúrgica. Tienen lugar las primeras
migraciones masivas entre Europa y América despuntando un mercado de trabajo global. Surge la primera potencia no occidental,
Japón, que enfrenta al imperio ruso con éxito ya en 1905. La primera globalización tiene en el telégrafo su catalizador y su símbolo
cultural en el optimismo del progreso y el librecambio, las exposiciones universales, el concierto de las naciones y las novelas de Verne.
Acaba con la primera guerra mundial, afectando a las economías de todas las regiones, incluida la neutral América del Sur en el marco
de un mercado mundial mínimamente estructurado.

La gran depresión y el período de entreguerras (1914-1945)


A diferencia de Europa, Estados Unidos salió de la guerra más fuerte que nunca. Sólo en términos económicos había pasado de ser
deudor a acreedor y había obtenido posición de liderazgo a nivel mundial en nuevos mercados. Se vivieron los "felices años veinte" en
una época de continuo crecimiento y cada vez mayor especulación. Durante el alza especulativa, muchas personas con ingresos modestos
compraron acciones a crédito. En medio del furor, se creó una burbuja financiera (fenómeno económico consistente en el incremento
desproporcionado del precio corriente de algún activo o producto), que finalmente estalló el 24 de octubre de 1929. Los americanos que
habían invertido en Europa dejaron de hacerlo y vendieron su activo allí para repatriar los fondos. Así se difundió la crisis a Europa y
otras partes del mundo. Algunos historiadores señalan que esa fue una de las razones por la que pudieron ascender los líderes fascistas
-Hitler y Mussolini- al poder en Europa.
La edad de oro capitalista y el comunismo (1945-1973)

Poco antes del final de la Segunda Guerra Mundial, los acuerdos de Bretton Woods de 1944 supusieron un intento de establecer reglas
para las relaciones comerciales y financieras entre los países más industrializados del mundo. Dentro de los acuerdos alcanzados se
decidió la creación del Banco Mundial y del FMI y el uso del dólar como moneda internacional. Estas organizaciones se volvieron
operativas en 1946. Estos acuerdos trataron de poner fin al proteccionismo del período 1914-1945, que se inició en 1914 con la Primera
Guerra Mundial. Se consideraba que para llegar a la paz tenía que existir una política librecambista, donde se establecerían las relaciones
con el exterior. Por diversos motivos el crecimiento económico en los países capitalistas bajo estas reglas e instituciones fue estable y
sostenido en el período 1945-1973.

Por otra parte, en esa época los países donde se practicó la vía socialista experimentaron también tasas de crecimiento económicas
vertiginosas. De hecho, durante el periodo 1950-1965 la Unión Soviética y otros países socialistas experimentaron tasas de crecimiento
mucho mayores que el promedio experimentado por los países capitalistas de Europa occidental y Norteamérica.

Otros países como Corea del Sur o Japón optaron por una tercera vía que podría denominarse un capitalismo de estado o economía con
fuerte intervención estatal, con el objetivo de lograr una amplia y rápida industrialización de estos países.

Segunda globalización y crisis económicas (1973-2010)


Desde 1973 a la actualidad la tasa de crecimiento a nivel mundial ha sido considerablemente menor que en el período 1945-1973.
La crisis del petróleo de 1973 tuvo un impacto demoledor en los precios del petróleo, lo cual desembocó en una crisis económica
importante en los países occidentales más dependientes del petróleo. A partir de finales de los años 70, en diversos países las políticas
keynesianas (Teoría general del empleo, el interés y el dinero) fueron arrinconadas en gran medida por numerosos gobiernos, por
motivos políticos o porque algunos economistas consideraban no daban respuestas adecuadas en la nueva situación económica. En gran
parte el abandono de las políticas económicas desarrollistas, fueron acompañadas por un auge de política neoliberales tendentes a
desregular la economía, disminuir el tamaño del sector público en la economía y privatizar numerosas industrias.

Durante este período el sector secundario o industrial disminuyó como porcentaje del PIB en muchos países, y a costa del sector
terciario (sector servicios), y el desarrollo de las TIC empezó a tener un papel destacado en la economía de muchos países occidentales.

Sin embargo, este período fue mucho menos estable respecto al crecimiento y estuvo sometido a numerosas crisis económicas regionales
como la Crisis de la deuda latinoamericana durante los años 1980, la crisis europea de los años 1990 (fue especialmente grave en Suecia
y Finlandia), la crisis, la crisis financiera asiática de 1997 y otras crisis que aún más localizadas como las de Japón (1986-2003), México
(1994), Rusia (1998) o Argentina (1999-2002). Todas ellas preludio de la gran crisis económica de 2008-2013.

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