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PRESENTADO POR
CELAPH COLOMBIA
BARRANCABERMEJA 2023
INTRODUCCION
Posteriormente, se pudo conocer los primeros ataques con ácido en los países de
Asia, principalmente en Bangladés en el año 1967, Camboya en el año 1979 e
india en el año 1982; al igual, que en décadas recientes el aumento de estos
ataques, en donde sus mayores víctimas son las mujeres, pero ya no solamente
en Asia, sino que ya se fue extendiendo por diferentes países hasta llegar a
Colombia. En países de Asia, existen entidades en las cuales ayudan a las
sobrevivientes de ataques con ácido, no solo físicos sino también psicológicos.
Por su alto porcentaje de víctimas, poseen un amplio conocimiento sobre el
mismo, como por ejemplo, la fundación de sobrevivientes en Bangladesh, unidad
de quemados, organizaciones gubernamentales que ayudan en la india, entre
otras.
En Colombia el primer ataque con ácido conocido, fue el 28 de octubre de 1996,
donde la víctima fue Gina Potes. Desde allí se fue incrementando este tipo de
ataques, por lo que, al igual, se fueron creando los diferentes proyectos de ley
para la protección y el aumento de las penas a los victimarios.
Por otro lado, vale la pena destacar que, las personas que son afectadas por esta
situación no mueren, pero tampoco están bien física y emocionalmente ya que
trae consigo grandes secuelas y la recuperación de estos ataques tiene un
proceso lento. Además, la persona víctima del ataque, aparte de tener que realizar
una serie de cirugías, todas necesarias y enfocadas a mejorar su calidad de vida,
también tiene que sobrepasar las dificultades que tenga con la sociedad (Casa de
la Mujer, 2012.).
En Colombia el ataque con ácido compromete una tipología nueva. El primero fue
el 28 de octubre de 1996; la víctima fue Gina Potes, quien señala que su caso
quedó en la completa impunidad, pero a pesar de esto ella ha seguido luchando
día a día porque se haga justicia a su caso (Casa de la Mujer, 2012). Desde ese
momento se empezó a incrementar este delito como lo muestra Medicina Legal
que registró un total de 269 casos reportados del año 2004 al 2014 entre hombres
y mujeres (Fino, 2012), es por ello que se han venido presentando modificaciones
a las normas y leyes que garantizan la legislación de este tipo de actos para de
una manera dar un parte de alivio a las víctimas sin dejar de enfocar otras partes
importantes como las acciones de atención inmediata que requiere la víctima en
salud física – mental y social.
Es un tema bastante complejo en el contexto de que quienes padecen más este
tipo de violencia son la mjeres dado a entender que se trata de violencia de
género ya que en la mayoría de los casos son responsables de éstos ataques las
parejas o exparejas sentimentales y que su principal objetivo es desfigurar, mutilar,
torturar o asesinar y que afecta no solamente a la víctima sino a su entorno
familiar, laboral y social; lo que conlleva que la víctima lleve todo un proceso de
intervención en salud mental antes de retomar sus actividades y que durante todo
este tiempo la atención integral sea fundamental para su adaptación al entorno.
Desesperación, rabia, dolor, angustia, confusión: Una situación como ésta provoca
un evento traumático incluso cuando una persona es amenazada con que le
realicen tal daño, miedo a salir y sentir que te siguen, no estar tranquila en ningún
lado es algo angustiante que ante esto las autoridades no realizan ninguna
intervención aún cuando se presenten pruebas de dichas amenazas hacia la
integridad de una persona sólo por que el hecho no se ha cometido; pueden ser
múltiples las reacciones de las víctimas a lo cuál el personal de salud encargado
de la atención debe estar preparado para brindar una atención oportuna y de
calidad que contribuya a la recuperación no sólo física sino emocional de la
persona para que pueda afrontar su situación.
Los primeros auxilios psicológicos
Es relevante señalar, que se busca que esa contención inicial, una persona del
común, este en posibilidad de realizarla o llevarla a cabo mientras llega el
profesional o la persona con la formación correspondiente, por lo tanto, no es
de extrañar que en un contexto institucional esos primeros auxilios sean
brindados, por una persona de servicios generales o de vigilancia, por
compañeros de estudio o de trabajo, se hace en espacios diferentes a un
consultorio, entre otras características. En el siguiente cuadro, se hace ese
paralelo entre esos primeros auxilios psicológicos y una segunda intervención,
que sería una terapia psicológica breve.
El primer paso es pedir permiso para hablar con la otra persona (si es menor
de edad hablar primero con el padre o adulto responsable), no es prudente
caer en paracaídas, como si nada, si la persona que vemos afectada la
conocemos, en ese caso le podríamos decir: “¡hola!, ¿qué te pasa?, ¿te
puedo colaborar en algo?”.
Si no conocemos a la persona y estamos en un contexto institucional, sería
prudente hacer previo una breve presentación de nosotros mismos, por
ejemplo: “Hola, mi nombre es…, yo soy…, ¿te ocurre algo?
Desde el inicio debemos de mostrar una actitud empática y de respeto hacia
la otra persona, siendo prudentes, le damos su espacio, pero a la vez
cercanos con la otra persona, que estamos allí con la intención de
acompañarle, no de que sienta invadida o intimidada con nuestra presencia.
Prestar atención a la otra persona, que le ponemos cuidado a lo que nos
dice tanto con su palabra, tono, gestos, lenguaje corporal y demás, pero
tampoco con una actitud invasiva o estando allí encima.
Es relevante prestar atención y moderar nuestro tono de voz, no es gritar y
tampoco hablar en susurros, debemos dirigirnos a la otra persona usado un
tono de voz que dé cuenta que estamos calmados y seguros.
Generalmente, los primeros auxilios psicológicos, se hacen en espacios
abiertos o semiabiertos como son el aula, un pasillo, una cafetería, un taller,
una cancha, entre otros, no son propiamente un consultorio, es por esto, en
la medida de lo posible se debe de buscar tener cierto grado de privacidad
con la persona que estamos atendiendo y que las demás personas que
están allí tomen distancia, en otras palabras, “a volar patos”.
En este punto, haremos énfasis en que debemos de hacer y que acciones hay
que evitar. La actitud de calma es relevante, ya que esta nos va a facilitar
escuchar, prestar atención, ser realistas y más objetivos, por ende, si no estoy
en calma o emocionalmente no estoy bien, lo más probable es que no sea la
persona más idónea para brindar esa contención o atención inicial. Ahora mira
con detalle el siguiente cuadro:
Ahora bien, continuemos… las preguntas que hagas que sean las que deben
de ser, no es momento de ponerte a averiguar “cosas” por curiosidad o deseo
de chisme, además hay que evitar caer en suposiciones, es clave validar lo
que le estoy entendiendo a la otra persona y por supuesto, el otro que me esta
entendiendo a mí, a su vez, hay respetar al otro, no acosarlo a que hable, ya
que los silencios también son valiosos.
Es posible que la otra persona nos responda de manera hostil, esto se busca
minimizarlo por medio del respeto, la actitud empática, el tono de voz
adecuado, la cercanía no invasiva, pero si llega a ocurrir es clave no igualarme
con el estado emocional de la otra persona, es recordar que la situación actual
tiene que ver con la respuesta de la persona, no es algo que tenga o guarde
en tu contra. En este punto, observa y mira con atención el siguiente cuadro:
Para algunas personas sus creencias de tipo religioso o de índole espiritual les
sirven para tramitar sus estados de ansiedad y de angustia, es por ello que
independiente de tus creencias y lo que te parezcan o no, por un tema practico
o de estrategia se respeta el tema de la fe de la otra persona, y por una razón
similar, en estos momentos de intensa carga emocional no es el momento más
correcto de hacer señalamientos o de confrontar a la otra persona, este tipo de
acción es válida pero posteriormente. Y bueno, nuevamente observa con
atención el cuadro siguiente sobre que se debe de hacer y que hay que evitar.
Ahora bien, luego de ver los primeros seis pasos, y de ver tanto las buenas
practicas como las que no lo son, veamos ahora, a manera de complemento, y
este sería en principio para un profesional de la psicología, un modelo o
estrategia que plantea cinco pasos de manera esquemática o secuenciada,
que serían el puente entre el primer auxilio y la posterior intervención breve o
secundaria. Estos cinco pasos que se proponen son los siguientes:
Uno de los profesores autores del protocolo ABCDE nos hace una
presentación de cada uno de los pasos que hacen parte de esta estrategia de
brindar apoyo emocional, observa y escucha con la mayor atención
https://youtu.be/bDZmv5s6Vww
CLONCLUSION
Las personas victimas de ataques con agentes químicos requieren de los primeros
auxilios Psicológicos (PAPS) para superar la crisis de enfrentar al mundo con
miedo a ser atacado nuevamente o por el simple hecho de no ser aceptado en la
sociedad por el daño ocasionado a su cuerpo. Estos PAPS ofrecen a la persona el
poder recuperar su seguridad y su autoestima en cierto grado de importancia para
poder asimilar sus temores con tranquilidad y confianza en si mismos.