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El principal objetivo del lavado es eliminar la lejía que queda adherida a la superficie
de los frutos y al menos una parte de la que penetró en su interior.
El primero se caracteriza por utilizar lavados suaves, menores a los convenientes. Las
aceitunas permanecen amargas por mayor cantidad de tiempo, queda excesiva
cantidad de lejía, lo que dificulta conseguir valores de pH aptos para una buena
conservación. En contrapartida se elimina menor cantidad de materia fermentable lo
que posibilita el desarrollo de microorganismos lácticos, con buena producción de
acidez.
Estos componentes, muy solubles, son afectados por el lavado. Incluso se corre el
riesgo que se produzcan fermentaciones detenidas, ya que al eliminar la totalidad de la
lejía, estamos privando a la salmuera de un sistema tampón y así a las primeras
cantidades de ácido que se originen, sigue una caída violenta del pH, inhibiendo a las
bacterias lácticas.
En relación con la microbiología, hay que tener en cuenta que el agua que se utiliza en
esta etapa efectúa el primer aporte de microorganismos ambientales, ya que el
tratamiento alcalino elimina, casi en su totalidad, la flora que acompaña al fruto
durante su desarrollo en el árbol, recolección, transporte, etc.
El desarrollo microbiano está influenciado por diversos factores tales como: Cantidad y
calidad de microorganismos aportados por el agua y temperatura ambiente. Esta
última influye tanto en la velocidad de los cambios osmóticos como en el desarrollo
microbiano.
Para eliminar la soda que penetra al interior de los frutos, éstos se mantienen
sumergidos en agua de lavado durante un tiempo variable. La disminución de esta
lejía depende de la duración y el número de lavados, eliminándose aproximadamente
la misma proporción de la lejía original para el mismo sistema de lavado.
Es decir, para un mismo resultado hay distintas alternativas, lo que permite una cierta
elasticidad en el trabajo de fábrica.
Cálculos:
LR = CA x VA = CB x VB
donde:
CA: concentración del ácido clorhídrico. (expresado como normalidad)
VA: volumen de ácido gastado.
CB: concentración incógnita de lejía residual (expresada como normalidad)
VB: volumen de salmuera utilizado.
Eliminación del amargo
Es un hecho que las aceitunas mal lavadas conservan casi indefinidamente su sabor
amargo, esto es mucho más notable en unas variedades que en otras. Por ejemplo es
muy evidente en Manzanillas y menos marcado en Arauco.
b- Las sales sódicas de los ácidos formados durante el tratamiento alcalino y los
lavados, no eliminadas en este último proceso y
Una eliminación excesiva de los productos alcalinos durante el lavado disminuye más
de lo conveniente la capacidad amortiguadora de la salmuera.
Una salmuera con los lavados correctos nos asegura un pH cerca del pK del ácido
láctico (3,8) al final de la fermentación.
Una salmuera con exceso de lavados, lo que se traduce en un casi inexistente sistema
amortiguador.
Como regla general se tendrá en cuenta que cuando la soda del quemado es muy
concentrada, el primer lavado será corto, de media a una hora, con objeto de reducir
en lo posible los efectos del "recocido" y que el sistema de lavados será tanto más
enérgico cuanto más lo haya sido el tratamiento alcalino, de forma que la acidez
combinada, una vez equilibrada la salmuera, esté dentro de un intervalo razonable.
Dentro de ciertos parámetros, es muy difícil que el proceso de lavado haya sido tan
deficiente que requiera una corrección posterior. Sin embargo puede darse alguna
situación que necesite modificaciones en el proceso de elaboración.
Lavados excesivamente cortos: Los frutos permanecen amargos por más tiempo, el
sistema tampón es muy fuerte y esto imposibilita alcanzar un pH adecuado aún
después de una buena fermentación.
Para una corrección, se puede renovar una o varias veces la salmuera del tanque ya
sea con una salmuera blanca o con otra de un recipiente en plena fermentación.
Dada la lentitud de los procesos difusionales, se tarda mucho en corregir este defecto
y el tratamiento será largo y costoso. Por ello, se puede recurrir al uso de ácido
clorhídrico para neutralizar el exceso de soda.
Sea cual fuere la corrección del lavado siempre dejará mucho que desear, puesto que
hay sustancias en exceso o en defecto que no se pueden medir y que influyen en las
características finales del producto. Por eso conviene ajustar los lavados según el
criterio de trabajo de cada fábrica, eliminando posibilidades de correcciones
posteriores.
SUPRESIÓN DE LAVADOS
Las aguas de lavado contiene menos proporción de hidróxido sódico que las de
cocido, por lo que su aprovechamiento para la preparación de lejías no presenta un
atractivo económico (el primer agua de lavado lleva tan solo del orden de un 6% del
hidróxido sódico inicial, frente al 30-40% que tiene la lejía de cocido).
Cuando se elimina uno de los dos lavados es conveniente que el aplicado sea
largo, para lograr que la acidez combinada en el equilibrio resulte lo más baja posible
al eliminar una mayor cantidad de hidróxido sódico que penetró en las aceitunas. Este
sistema de lavado se aplica especialmente en zonas donde el agua disponible no es
muy abundante o cuando por razones técnicas no se pueden realizar los 2 lavados.
1) una primera, 30 L HCL, en la salmuera blanca, o bien a los 2-3 días de colocadas
las aceitunas en salmuera.
2) el resto debe añadirse una vez que concluya la fermentación láctica principal.
Es posible realizar la adición de HCL en un solo aporte, pero entonces debe hacerse al
final de la fermentación. El primer aporte de HCI cuando se añade en la salmuera
blanca tiene una efectividad del 70% para neutralizar el exceso de hidróxido sódico,
según se ha comprobado experimentalmente.
Para una correcta aplicación de esta forma de elaboración del producto sin lavados
debe tenerse en cuenta las siguientes consideraciones:
- La dosis de HCL a añadir debe homogeneizarse perfectamente en la salmuera.
- Se deben evitar contaminaciones metálicas que puedan dan lugar a un mal color
del producto una vez fermentado.
- Debe realizarse una retirada de los fondos del fermentador a los 15 días, entre 300 y
500 litros de salmuera, y con posterioridad, durante el transcurso de la fermentación, al
menos otras 2-3 veces más.
- Una buena práctica de elaboración hace aconsejable, una vez realizado el primer
aporte de HCL, realizar una inoculación con Lactobacilos cuando el pH de la salmuera
se encuentre en torno a las 6 unidades.
- Una vez que la fermentación ha concluido y el control organoléptico indique que el
fruto tiene las características sensoriales adecuadas, debe realizarse el ajuste final de
la acidez combinada, bien por adición del resto de HCI, o bien por un sistema mixto
(HCL y cambio de parte de salmuera) que permita una mayor disminución de la lejía
residual.
- Si se opta por añadir toda la cantidad de HCL al final de la fermentación, también
debe hacerse con las precauciones anteriores. De todas formas parece que es mejor
hacer un aporte inicial, lo que facilita un descenso más rápido del pH hasta valores
próximos a 6 unidades en que empiezan a desarrollarse los lactobacilos. De todas
formas, estas diferencias no son muy acusadas y debe elegirse la manera que mejor
se adecue a las instalaciones disponibles, necesidades y costumbres de la propia
empresa.
Este proceso, así desarrollado, da lugar a una fermentación normal del producto. Los
frutos presentan un sabor más acentuado al final de la fermentación, que puede
definirse como más concentrado, lo cual es bastante lógico por el hecho de que al no
existir lavados que retiran una serie de compuestos hidrosolubles, resulta una mayor
concentración de todos estos compuestos en las aceitunas. Este sabor más
concentrado no presenta ningún tipo de problema ya que su intensidad disminuye con
la aplicación de las operaciones previas al envasado que implican unos cambios de
salmuera que, en definitiva, van a disminuir estas concentraciones.
Se han investigado otros procesos para la la eliminación o reuso de vertidos que por
mayor complejidad, menos ahorro o peores resultados no se han considerado
aplicables a la industria. Eso no implica que se pueda considerar su utilización.
Este sistema emplea una lejía de cocido de una concentración tan baja que sin la
necesidad de aplicar lavados, nl de corregir con HCI, resulte una acidez combinada
normal, después de colocadas las aceitunas en salmuera. Pero para que el cocido sea
efectivo y las aceitunas presentan la características típicas, es necesario emplear una
concentración mínima de la lejía, que depende de la temperatura y la variedad: en
caso de aceitunas Manzanillas y a 20 °C esta concentración mínima es del orden del
1,5%. Con este tratamiento la acidez combinada resulta algo elevado.
Si se emplea una concentración inferior, la fermentación puede detenerse porque no
existe desarrollo de lactobacilos ni aún después de su inoculación También el fruto se
ve afectado en sus características organolépticas presentando un sabor amargo que
se parece al de las aceitunas verdes en salmuera.
Con este sistema se elimina todos los vertidos del proceso de aderezo, salvo la
salmuera Este sistema consistir en un cocido con una lejía normal. Una vez terminado
éste, la lejía se acidifica con HCL hasta pH neutro. Se repite una primera acidificación
a las 3-4 horas y una segunda a las 12-15 horas, reproduciéndose de esta forma la
secuencia de los lavados en su aspecto de eliminar la lejía residual. Después de la
última acidificación se añade sal hasta una concentración del 9% para convertirla en
salmuera de fermentación. Este sistema exige muchas manipulaciones y el producto
final presenta un sabor amargo desagradable y distinto del típico.
Mezcla de los dos anteriores sistemas en el que no hace falta añadir HCI. No requiere
tantas manipulaciones pero presenta problemas de fermentación, a pesar de la
inoculación con lactobacilos. El producto tiene un sabor que, como en el primer caso,
recuerda a las aceitunas verdes en salmuera.