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tema. Las preguntas estarán incluidas en el examen final. Las respuestas pueden no estar
mencionadas en el texto del presente escrito; por lo tanto, el congresista debe realizar su
propia investigación para responderlas y así obtener mayor provecho académico.
El documento PDF es para uso exclusivo del XVIII Congreso Virtual Mexicano de
Anestesiología 2021. Prohibido su distribución por cualquier medio impreso o electrónico
fuera del CVMA.
INTRODUCCIÓN
La anestesia del paciente con insuficiencia respiratoria crónica se confunde con la del
paciente que sufre una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en un estadio
evolucionado. Aunque la morbilidad perioperatoria ligada a la EPOC ha disminuido de forma
importante en estos últimos años, aún se asocia a un riesgo elevado de complicaciones
perioperatorias respiratorias y cardiovasculares. Es frecuente que la EPOC no sea
conocida, al menos en los estadios iniciales. Su tratamiento precoz, además de evitar los
factores que favorecen la inflamación broncopulmonar e instauración de un tratamiento
broncodilatador a largo plazo, ha tenido un efecto beneficioso sobre la evolución de la EPOC
En el contexto de la estratificación preoperatoria del riesgo, la evaluación clínica ocupa un
lugar central por la recogida de los elementos funcionales. La preparación debe asociar
la interrupción del hábito tabáquico, tratamiento broncodilatador en caso necesario y
fisioterapia respiratoria. La elección de la anestesia no supone un problema específico
importante. La elección deberá ir a favor de la anestesia locorregional siempre que sea
posible, aunque sus ventajas respecto a la anestesia general no se han documentado
convenientemente. En el paciente con una obstrucción grave la ventilación mecánica
deberá limitar en la medida de lo posible la hiperinsuflación pulmonar. En el
postoperatorio será preciso retomarlos tratamientos y la fisioterapia, asociados a una
analgesia de calidad. Actualmente, la ventilación no invasiva que asocia presión espiratoria
positiva y ayuda inspiratoria tiene una función ineludible en la prevención y el tratamiento de
la descompensación respiratoria postoperatoria de los pacientes con insuficiencia respiratoria
crónica.
Es fácil que la presencia de una enfermedad pulmonar crónica pueda pasar desapercibida o
se subestime en la consulta de anestesia. En estas condiciones, antes de una cirugía
electiva, la evaluación preoperatoria meticulosa de la función pulmonar representa una etapa
crítica del manejo anestésico.
La afectación respiratoria ligada a la EPOC va desde una afectación menor, con una
sintomatología moderada, a las formas más graves de insuficiencia respiratoria terminal. En
la población general, la mayoría de los pacientes no presenta insuficiencia respiratoria
en el sentido propio del término. Sin embargo, el paciente con EPOC presenta un riesgo
de exacerbación de su enfermedad que se puede descompensar en relación con esta
situación.
Actualmente, la EPOC se define como una patología que se puede prevenir y tratar con
posibles consecuencias extrapulmonares que pueden contribuir a su gravedad en un
determinado individuo. En el plano pulmonar, se caracteriza por una limitación al flujo
aéreo que no es completamente reversible. La limitación del flujo es normalmente
progresiva y se asocia a una respuesta inflamatoria anormal de los pulmones a partículas o
causas deletéreas [9].
Los estudios de prevalencia muestran que más del 25% de los adultos de más de 40 años
sufre un cierto grado de obstrucción de las vías aéreas y, aunque la EPOC es actualmente la
cuarta causa de mortalidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) proyecta que se
convertirá en la tercera causa en el horizonte de 2030 [10]. Estos últimos años han estado
marcados por progresos muy importantes en la compresión de la epidemiología,
fisiopatología, diagnóstico y tratamiento de la EPOC, aunque aún quedan cuestiones
importantes no resueltas, concernientes en particular a las causas y los mecanismos
responsables de esta enfermedad, así como a los medios de un diagnóstico más precoz, en
ocasiones mediante la utilización de biomarcadores. Actualmente, la mayoría de los estudios
utilizan una definición de la obstrucción crónica de las vías aéreas extraída de la Global
Iniciative on Obstructive Lung Disease (GOLD), cuyo umbral se estableció en una relación
del volumen espiratorio máximo en un segundo (VEMS o VEF1) sobre la capacidad
forzada de 0.7 (índice de Tiffeneau). En la medida en que esta relación disminuye con la
edad, es discutible como herramienta epidemiológica, ya que su uso puede conducir a un
sobrediagnóstico de EPOC en pacientes ancianos. Por ello deben tomarse también en
cuenta la exposición a factores de riesgo y síntomas respiratorios o un VEMS <80% de los
valores teóricos.
EXACERBACIÓN
En el paciente hospitalizado por un episodio agudo de EPOC, en cerca del 80% de los
casos está presente una infección vírica o bacteriana y el cuadro es a menudo más grave
que en los episodios agudos de origen no infeccioso [17]. No existe un método de referencia
para establecer el diagnóstico de una causa bacteriana, y el aislamiento de microorganismos
en los cultivos de esputo no es suficientemente sensible ni específico como para que pueda
utilizarse para ello. Esencialmente son los criterios clínicos los que debe conducir a la
decisión de introducción de antibióticos, como la presencia de esputos purulentos, y/o la
determinación de biomarcadores como procalcitonina y proteína C reactiva (PCR)
[18,19]. Una dificultad potencial es que algunos pacientes conservan una colonización
bacteriana por microorganismos patógenos fuera de los episodios de reagudización. Esta
colonización favorece la inflamación bronquial y sistémica que puede acelerar la progresión
de la enfermedad pulmonar [20].
Las infecciones víricas están en el origen del 15-25% de todos los accesos infecciosos;
los agentes patógenos aislados con más frecuencia son los rinovirus humanos y virus de
la gripe y parainfluenza [16]. La infección vírica puede facilitar una sobreinfección
bacteriana; se observan infecciones concomitantes víricas y bacterianas en el 25% de los
pacientes.
EPOC Estable
Aunque aún no esté formalmente establecido, parece ser que el uso regular de
broncodilatadores reduce la velocidad de la disminución progresiva del VEMS y degradación
de la calidad de vida. Este beneficio se asociaría a una reducción de los episodios de
insuficiencia aguda e infarto de miocardio [16]. A pesar de la ausencia de pruebas directas, el
tratamiento farmacológico precoz ya en los estadios iniciales de la EPOC (GOLD 1 y 2) sería
beneficioso en términos de evolución [24].
Otros medicamentos pueden ser potencialmente interesantes en el tratamiento de la EPOC,
como los inhibidores de la fosfodiesterasa (teofilina, mucolíticos y antioxidantes).
VALORACIÓN PREOPERATORIA
Evaluación de la Disnea
Examen de la Respiración
Edad
Tabaquismo
Disfunción Cardíaca
En las formas graves de EPOC y en las fases de exacerbación, es clásica una alteración
de la función cardíaca derecha con hipertensión arterial pulmonar (HTAP). Sin
embargo, muy a menudo la HTAP es asintomática. Datos recientes indican que, incluso en
ausencia de signos clínicos, la HTAP es un factor de riesgo de exceso de morbimortalidad
importante en esta población, en particular en la cirugía ortopédica del tipo artroplastía de
cadera o de rodilla [37]. El papel de los émbolos pulmonares grasos y/u óseos a partir del
foco quirúrgico es controvertido, y el uso de los biomarcadores cardíacos como la
prohormona N-terminal del péptido natriurético cerebral (NT-pro-BNP) parece ser útil
para detectar la HTAP, incluso aunque este punto aún no se ha precisado claramente [38].
Así, es frecuente la presencia de una afectación cardíaca latente asociada a la EPOC. Esto
explica la elevada frecuencia de complicaciones cardíacas tras cirugía mayor en los
pacientes con EPOC, incluso superior a la de las complicaciones respiratorias [39].
Dependencia Funcional
Estado Nutricional
Radiografía de Tórax
Los gases de sangre arterial son fáciles de extraer y proporcionan información sobre el
equilibrio ácido-básico, oxigenación y contenido de hemoglobina. Sin embargo, la revisión
sistemática de la literatura que acompaña las RFE de la SFAR [43] subraya que, en el
conjunto de los estudios, la tasa de anomalías fue del 20% para la presión arterial de oxígeno
(PaO2; umbral: 80 mmHg) y 6% para la presión de CO2 (PaCO2; umbral: 45 mmHg) pero
que nunca obligaron a modificar el manejo perioperatorio de los pacientes. En el 13%
de los casos apareció una complicación respiratoria posoperatoria. La sensibilidad y
especificidad de la gasometría arterial para las complicaciones descritas, clasificadas
a menudo como "complicaciones ventilatorias", son respectivamente del 33% y 73%.
El valor predictivo positivo de la gasometría arterial es mediocre. La realización
preoperatoria rutinaria de este examen no predice la aparición de complicaciones
respiratorias posoperatorias en cirugía no cardiotorácica. La ausencia de anomalías es
tranquilizante.
Urea Plasmática
Existe un alto nivel de evidencia que identifica que una elevación de la urea plasmática
³7.5 mmol/L (³21 mg/dL) es un factor de riesgo de desarrollar una complicación
respiratoria posoperatoria [44].
Albuminemia
Los factores de riesgo relacionados directamente con la intervención quirúrgica pesan más
que las comorbilidades relacionadas con el paciente en la estratificación del riesgo de
complicaciones respiratorias posoperatorias [34].
Existe un elevado nivel de evidencia para considerar que las intervenciones quirúrgicas que
alteran profundamente los volúmenes respiratorios posoperatorios se asocian a un aumento
del riesgo de complicaciones pulmonares postoperatorias. Se trata en particular de la cirugía
de aneurisma de aorta abdominal, cirugía torácica y cirugía abdominal alta [1,2,34,44]
por otra parte las cirugías de cabeza y cuello, y vascular se asocian con un riesgo intermedio
[34].
Duración de la Cirugía
Diversos estudios han mostrado que la duración de la cirugía de más de 3-4 horas es un
factor de riesgo predictivo independiente de complicaciones pulmonares
posoperatorias [2,34].
Cirugía de Urgencia
Existe un alto nivel de evidencia que permite considerar que la cirugía de urgencia es un
factor predictivo significativo de complicaciones pulmonares posoperatorias [2,34].
PREPARACIÓN RESPIRATORIA
Broncodilatadores
En la práctica, pocos pacientes con EPOC se benefician a largo plazo del tratamiento con
broncodilatadores recomendado. Probablemente se deba promover una introducción más
sistemática de estos tratamientos durante el período preoperatorio en el contexto de la
preparación, incluso aunque este punto no esté aún bien documentado. Un estudio reciente
ha puesto de manifiesto el importante beneficio de la introducción, 1 semana antes de una
cirugía de resección pulmonar por cáncer, de la asociación de agonistas beta-2 adrenérgicos,
anticolinérgico (ipratropio) y corticoide inhalado. Este tratamiento no sólo mejoró la
sintomatología respiratoria, sino que se asoció además a una importante reducción de la
morbilidad respiratoria postoperatoria en estos pacientes con EPOC previamente no tratados
[61].
Corticoides
Para algunos autores, un tratamiento con corticoides por vía oral o intravenosa de
corta duración durante el período de la cirugía sólo tendría una consecuencia muy
baja tanto sobre el proceso cicatricial como en término de un mayor riesgo de
infección [64]. En realidad, el análisis crítico de los diferentes trabajos sobre los que se
funda esta opinión muestra que aún persiste una incertidumbre franca sobre las
consecuencias potencialmente perjudiciales de la corticoterapia durante el período
perioperatorio, en particular para las intervenciones quirúrgicas con un alto riesgo de
infección y/o de dehiscencia de las anastomosis. De hecho, en estudios experimentales se
ha comunicado un retraso en la cicatrización tras un bolo único de corticoides [65].
Intervención Nutricional
Aunque el aumento de la masa magra del paciente con EPOC es un objetivo difícil de
alcanzar, es interesante, en el contexto de la preparación preoperatoria que a menudo es de
corta duración, mejorar la contractilidad de los músculos respiratorios corrigiendo la
depleción de minerales y electrolíticos que acompaña la desnutrición [67]. De hecho, la
actividad muscular glucolítica está reducida, lo que disminuye la disponibilidad energética a
partir de la glucólisis durante las contracciones. Un aporte energético adecuado, asociado
a la corrección de los trastornos hidroelectrolíticos y minerales, aumenta y mejora
rápidamente la contractilidad de los músculos respiratorios. Además, restaura los
mecanismos de defensa pulmonar, lo que constituye una ayuda en la prevención de
las complicaciones infecciosas pulmonares posoperatorias en estos pacientes.
TRANSOPERATORIO Y POSTOPERATORIO
Técnica quirúrgica
De una forma general, los estudios que comparan la cirugía laparoscópica con la laparotomía
no evalúan de forma sistemática las complicaciones pulmonares; además, la mayoría no
tienen una fuerza suficiente para detectar una diferencia de tasas de complicaciones
postoperatorias. Actualmente, son necesarios nuevos trabajos para evaluar el beneficio de la
cirugía laparoscópica en la reducción de la incidencia de las complicaciones respiratorias
[68].
Medicación Preanestésica
Tipo de anestesia
Intuitivamente, parecería que la anestesia locorregional debería tener un menor riesgo en los
pacientes con EPOC al evitar la pérdida de conciencia en el perioperatorio. Esto supone
evitar hipnóticos u opioides en la intervención quirúrgica para minimizar el riesgo de
depresión respiratoria en un paciente en ventilación espontánea [72].
Un beneficio claramente establecido de la anestesia regional y neuroaxial en relación con la
anestesia general es la menor incidencia de broncoespasmo, probablemente debido al
hecho de que se evita la intubación [73]. Incluso aunque no existe ningún estudio
aleatorizado y prospectivo que demuestre que la anestesia locorregional (ALR) presenta
menos complicaciones respiratorias graves que la anestesia general en los pacientes con
EPOC, sigue siendo una buena práctica privilegiar el uso de la ALR siempre que sea
posible y que el paciente la acepte. Las anestesias regionales, como los bloqueos axilares,
se asocian a menos complicaciones que las anestesias neuroaxiales, probablemente debido
a una menor repercusión hemodinámica, aunque la vía de acceso cervical expone a un
riesgo de parálisis diafragmática y descompensación respiratoria aguda [74].
ANESTESIA GENERAL
Cuando las resistencias de las vías aéreas son muy altas, el riesgo de hiperinsuflación
pulmonar puede ser muy importante, en particular al inicio de la ventilación mecánica,
debido a la estimulación bronquial producida por la intubación traqueal [78]. La
hiperinsuflación, cuando es intensa, conlleva un taponamiento gaseoso, con limitación
del llenado diastólico de las cavidades cardíacas que puede ir hasta el colapso. El
análisis de la curva de flujo del ventilador mecánico permite reconocer una situación de
hiperinsuflación cuando el flujo espiratorio no es nulo al producirse la siguiente insuflación.
Se limitan las consecuencias de este fenómeno disminuyendo el volumen corriente a
ventilación minuto constante y aumentando la fase espiratoria [32]. En estas
condiciones, prácticamente siempre se puede mantener una ventilación alveolar adecuada y
suficiente para conservar una PaCO2 similar al valor de despierto. La oxigenación arterial
produce pocos problemas en el transoperatorio y sólo en casos excepcionales es necesario
un aumento de la concentración inspirada de oxígeno, probablemente porque durante la
anestesia general con ventilación mecánica en el paciente con EPOC, el cortocircuito
es poco importante y las atelectasias prácticamente inexistentes [79]. Estos datos
contrastan con los resultados obtenidos en los pacientes sin patología pulmonar, en los que
las atelectasias, fuente de cortocircuito, se instauran rápidamente en la inducción de la
anestesia. No obstante, en caso de EPOC, los trastornos de la relación ventilación/perfusión
son más frecuentes [79].
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
Bullectomía: en pacientes sintomáticos con bullas que ocupen más de 1/3 del hemitórax
con evidencias radiológicas de áreas de parénquima pulmonar relativamente preservado y
comprimido por las áreas bullosas.
Reducción de volumen pulmonar: en pacientes con enfisema grave, resecando áreas con
mayor grado de destrucción pulmonar grave.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
Existen estudios que documentan el mayor efecto del uso combinado de ipratropium +
agonista beta-adrenérgico de corta acción sobre el uso por separado de cualquiera de estos
dos. Se ha demostrado mayor beneficio con la combinación ipratropium + agonistas beta-
adrenérgicos de acción prolongada (salmeterol, formoterol). El uso actual combinado
con teofilina es un tema controvertido debido al monitoreo necesario en pacientes con
comorbilidades por los efectos adversos.
El control del dolor es uno de los objetivos principales del tratamiento postoperatorio, aunque
aún no se ha establecido el beneficio de la analgesia posoperatoria en términos de reducción
de las complicaciones pulmonares. En un análisis conjunto de estudios controlados
aleatorizados heterogéneos, Ballantyne [88] demostró que las diversas técnicas de
analgesia epidural (morfínicos o anestésicos locales) tienen un efecto idéntico sobre la
función pulmonar a la de una analgesia que utilice los morfínicos por vía sistémica. En
comparación con la administración sistémica, la analgesia epidural reduce la incidencia de
atelectasias, aunque no las complicaciones pulmonares globalmente. Por su parte, la
analgesia epidural con anestésicos locales reduce la incidencia de las infecciones
pulmonares en su conjunto, aunque la asociación de morfínicos y de anestésicos locales no
disminuye las complicaciones pulmonares posoperatorias. En un estudio controlado doble
ciego, la analgesia epidural mejoró el bienestar postoperatorio tras cirugía mayor. Sin
embargo, este modo de analgesia no reduce la incidencia de complicaciones
respiratorias ni la duración de la estancia hospitalaria en comparación con la analgesia
controlada por el paciente [82]. La infiltración continua de la pared con anestésicos locales
es una alternativa analgésica que se está desarrollando desde hace varios años. Aunque aún
no se ha evaluado específicamente en el paciente con EPOC, podría ser interesante, ya que
tras cirugía digestiva mejora la disfunción diafragmática [89].
El control del dolor es imprescindible para favorecer la realización de las maniobras de
expansión pulmonar y tos. Cuando la función respiratoria es precaria, es fundamental una
dosificación muy prudente de la analgesia con opioides. No obstante, aún son necesarios
nuevos estudios controlados aleatorizados para determinar formalmente si una técnica
particular de analgesia es superior a las otras para reducir el riesgo de complicaciones
pulmonares graves en el paciente con EPOC, teniendo en cuenta que deberá inscribirse en
el contexto general de un tratamiento multimodal y rehabilitación.
POSTOPERATORIO
Soporte Nutricional
PUNTOS IMPORTANTES
CONCLUSIÓN
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Recordatorio: Las preguntas y respuestas podrían no estar publicadas en el texto del artículo;
por lo tanto, el congresista debe hacer su propia investigación para responderlas y obtener
mayor provecho académico.
3. Paciente de 68 años con EPOC fue dado de alta con oxígeno domiciliario. Dos meses más
tarde acude a consulta refiriendo disnea con medianos esfuerzos. Suspendió el tabaquismo y
continuó correctamente con su tratamiento con broncodilatadores inhalados. Tiene una
SatO2 85% FiO2 0.2 y hematocrito 49%. Cuál de las siguientes afirmaciones respecto a la
oxigenoterapia domiciliaria es correcta:
4. Paciente de 78 años, EPOC muy grave (FEV1, 25%), ex fumador, tres hospitalizaciones
por exacerbación de EPOC el último año. Ingresa a urgencias por disnea muy severa y
febrícula. No se ausculta murmullo vesicular y el esputo es verdoso y abundante. Gasometría
arterial (FiO2 0.21) muestra PaO2 36 mmHg; PaCO2, 63 mmHg; pH 7.28; HCO3- 31; EB -6;
placa de tórax sin infiltrados. Cuál sería, entre las siguientes, la pauta terapéutica más
recomendable:
a) Dos broncodilatadores (beta 2- agonista y anticolinérgico) de corta acción, nebulizados,
glucocorticoides sistémicos y antibiótico de amplio espectro, con oxigenoterapia de flujo
reducido (puntas nasales) durante las primeras horas de observación.
b) Dos broncodilatadores (beta 2- agonista y anticolinérgico) de acción prolongada,
inhalados, glucocorticoides sistémicos y antibiótico de amplio espectro, con ventilación
mecánica no invasiva las primeras horas de observación.
c) Dos broncodilatadores (beta 2- agonista y anticolinérgico) de corta acción, nebulizados,
glucocorticoides sistémicos y antibiótico de amplio espectro, con el empleo de ventilación
mecánica no invasiva las primeras horas de observación.
a) Disnea importante.
b) Expectoración purulenta abundante.
c) Aumento de las marcas pulmonares en la radiografía.
d) Hipercapnia.
a) Volumen corriente.
b) Disminución del volumen espiratorio forzado en 1 seg (VEF 1).
c) Cantidad de cigarros fumados por día.
a) Laringoespasmo y broncoespasmo.
b) Derrame pleural e hipoventilación.
c) Neumotórax a tensión y reintubación.
a) Propofol, desflurano.
b) Propofol, sevoflurano.
c) Tiopental, isoflurano.
11. Los siguientes fármacos pueden inducir una crisis broncoespástica, EXCEPTO:
a) Ácido acetilsalicílico.
b) Acetaminofén.
c) Ácido mefenámico.
12. Paciente de 65 años. EPOC desde hace varios años. Trasladado al hospital por disnea
progresiva y expectoración purulenta. En el traslado se le suministra oxígeno y fluidoterapia.
Obnubilado y tembloroso. Se auscultan abundantes crepitantes en base pulmonar derecha.
Gasometría arterial muestra pH 7.08, PaO2 90, PaCO2 106. El tratamiento inicial más
adecuado es:
IMPORTANTE: Documento PDF para uso EXCLUSIVO del XVIII Congreso Virtual Mexicano
de Anestesiología 2021. Prohibida su distribución por cualquier medio impreso o electrónico
fuera del CVMA.