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Análisis y reflexión crítica sobre el cuento de

Elizabeth Silance Ballard, "Three letters from Teddy".

En este cuento se relata la historia de Teddy, un chico que había comenzado a bajar su
rendimiento académico y con ello también su higiene personal y su bienestar emocional. Sin
embargo, la profesora al revisar su historial académico se dió cuenta de que Teddy era antes
un niño excelente, sino que por circunstancias familiares el alumno había comenzado a
decaer emocionalmente y académicamente.

Me gustaría pararme en este aspecto ya que con él se puede ver la importancia que tiene el
bienestar emocional en el rendimiento, aprendizaje y desarrollo. Tras la muerte de su madre,
Teddy había comenzado a perder la motivación en los estudios y había pasado de ser un
alumno excelente a un alumno sin ganas. Sin embargo, gracias a la profesora Miss
Thompson, que se dió cuenta del problema, Teddy comenzó a recobrar la confianza en sí
mismo. Tanto es así, que consiguió finalmente llegar muy lejos en sus estudios.

Este hecho me recuerda a una experiencia personal del pasado. Cuando estaba en tercer curso
de secundaria, mis padres se divorciaron. En ese momento, mi rendimiento académico
comenzó a decaer. Normalmente había sido una chica excelente en los estudios por lo que los
profesores tardaron poco en darse cuenta de la situación. Apenas atendía en clase, no tenía
ganas de levantarme por las mañanas, ni de estudiar por las tardes, me distraía con cualquier
cosa y estaba empezando a pensar que los estudios no valían para nada. Sin embargo, mi tutor
habló conmigo y me hizo ver una perspectiva diferente de las cosas. Además, el apoyo que
recibí de los demás profesores me ayudó muchísimo. Con una simple sonrisa cómplice antes
de salir de clase o un “¿Qué tal estás?” consiguieron que sintiera aquel apoyo emocional que
me faltaba en ese momento.

Es muy importante detectar el malestar emocional en un alumno para poder actuar. Si no nos
damos cuenta de que un alumno está mal, no tomaremos las medidas necesarias para poder
ayudarlo. Sin embargo, si detectamos a tiempo este malestar emocional podemos ayudar al
alumno convirtiéndonos en su fuente de apoyo, motivándole y consiguiendo que recupere la
confianza en sí mismo y siga adelante con sus estudios.

De hecho, en esta historia, vemos lo fundamental que es tener a alguien que confíe en
nosotros. Hay veces que no confiamos en nosotros mismos, pero si alguien externo lo hace,
poco a poco conseguiremos nuestra propia confianza.

Me siento bastante identificada con el protagonista del cuento ya que he conseguido llegar
lejos gracias a aquellos profesores que confiaron en mí cuando más lo necesitaba, aquellos
que me apoyaron hasta el final. Después de que me ocurriese esto en mis propias carnes,
considero la empatía como un aspecto fundamental en la educación. Normalmente le damos
demasiada importancia a las calificaciones, sin tener en cuenta que hay veces que un mínimo
esfuerzo realizado por el alumno en situaciones personales difíciles supone un gran avance y
también hay que felicitarlo y motivarlo a seguir. Pienso que es muy importante reforzar cada
pequeño paso que dé el alumno para continuar con sus estudios y más aún cuando su
situación personal le está dificultando en ello.

Por último, me resulta muy interesante comentar las últimas líneas del cuento: "Teddy, te
equivocas, tú fuiste el que me enseñó a mí que yo puedo hacer la diferencia. No sabía cómo
educar hasta que te conocí". Me resultan muy conmovedoras estas líneas, me transmiten
sinceridad y valentía. Hay veces que nos olvidamos de lo importante, de nuestro real
cometido como profesores: la educación. Esta educación engloba todos los aspectos, no sólo
matemáticas ni inglés, sino que nos habla de una educación que va más allá. Una educación
que percibe y trata a personas en vez de a alumnos, que actúa cuando cree necesario y que
sobre todo educa para ser buenos seres humanos.

Trabajo realizado por Ángela Jiménez Padilla

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