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INSTITUTO LATINO-AMERICANO DE

ECONOMIA, SOCIEDADE E
POLÍTICA | ILAESP

SERVICIO SOCIAL

“CAILLOIS Y LA NOCIÓN DE SACRALIDAD”


El Hombre y lo Sagrado. Roger Caillois 1° Ed. 1942

MARIA GABRIELA ROJAS


CYNTIA BARRIOS PERALTA
KATIA JULIANA COELLO

Foz de Iguazú
2024
Introducción
Roger Caillois, nacido el 03 de marzo de 1913 en la Ciudad de
Reims y fallecido en la Comuna Le Kremlin Bicêtre en Francia en el año 1978,
fue un filósofo, poeta, sociólogo, traductor, escritor y crítico literario. Ha
formado parte en sus inicios del grupo surrealista francés, del que luego se
apartó para alinearse con los trabajos de Bachelard, Bataille y Leiris del
Collège de Sociologie. A lo largo de su obra, mayoritariamente ensayística
tuvo influencias en la relación entre la naturaleza, lo sagrado, el juego, lo
fantástico y el ser humano.

Fue reconocido por sus obras principales como: El mito y el


hombre (1938), Estética generalizada (1962), La escritura de las piedras
(1970) y El río Alfeo (1978) El hombre y lo sagrado (1942, 2004, 2006), La
cuesta de la guerra (1972), Los juegos y los hombres. La máscara y el vértigo
(1986), El mito y el hombre (1988) y Acercamientos a lo imaginario (1989).

Durante la etapa del Collège de Sociologie, Caillois, fue


bastante influido por Bataille. Periodo en la que examina la problemática de lo
sagrado en El hombre y lo sagrado, que considera una fuente de la cohesión
social. En su comprensión, lo sagrado posee dos polos opuestos y
complementarios, una ambigüedad, pues ciertamente muchas de sus
categorías van transitando entre lo puro, lo impuro, la contaminación y la
santidad.

En términos sociológicos el autor pone en evidencia el


conocimiento de las relaciones de lo sagrado y el poder que, al parecer,
siempre incluyen una jerarquía, señalando también como esa función decisiva
que trae consigo para el ser humano en la orientación en la vida hacia la
muerte.

En este contexto se emplea con razón la palabra «sagrado»


fuera del terreno propiamente religioso para designar aquello a lo que cada
uno consagra lo mejor de su ser, lo que cada uno considera como valor
supremo, lo que venera y a lo que sacrificaría incluso su existencia.
El Hombre y lo Sagrado. Roger Caillois 1942.

RELACIONES GENERALES ENTRE LO SAGRADO Y LO PROFANO

En este tópico el autor habla sobre cómo cualquier surgimiento religioso


supone la diferenciación entre lo sagrado y lo profano, señalando como uno
no existe sin el otro. Realiza una profundización del concepto y características
de las mismas.
Así mismo Caillois sostiene que:

Toda concepción religiosa del mundo implica la distinción entre lo


sagrado y lo profano, y opone al mundo donde el fiel se consagra
libremente a sus ocupaciones, ejerciendo una actividad sin
consecuencia para su salvación, un dominio donde el temor y la
esperanza le paralizan alternativamente y donde, como al borde de
un abismo, el menor extravío en el menor gesto puede perderle por
lo irremediable (CAILLOIS, 1942, p.11)

Según el autor para el hombre religioso existen dos medios complementarios,


uno donde puede actuar sin angustia ni tormento en donde se compromete su
persona externa y el otro donde un sentimiento de dependencia contiene y
dirige todos sus impulsos. De allí lo sagrado y lo profano sólo se definen uno
por el otro excluyéndose recíprocamente, es decir que se encuentran en la
ausencia del otro.

En este punto agrega describiendo a lo sagrado como una categoría de la


sensibilidad, de carácter específico que impone al fiel un sentimiento que
inmuniza su fe contra el espíritu libre, y lo coloca más allá de la razón.

En forma primitiva lo sagrado representa una energía peligrosa,


incomprensible, difícilmente manejable, eminente y eficaz. Consiste en captar
y utilizar a favor de los propios intereses, pero no se la puede domesticar.
Por lo tanto, Caillois engloba a lo sagrado como algo intocable que no se
encuentra al alcance del idioma abstracto, el cual no logra definir su cualidad.
Lo sagrado presenta ciertas características como una propiedad estable o
efímero, que pueden ser:
✔ Cosas, por ejemplo, los instrumentos de cultos

✔ Seres como el rey, sacerdote

✔ Lugares como los templos, las iglesias

✔ Tiempos en caso de días específicos como los domingos, Navidad,

semana santa, pascua, etc.

En este sentido se destaca que no hay nada que pueda despojar de tal
preeminencia concebida ya que es una gracia mística.

No existe nada que no pueda convertirse en sede de lo sagrado


revistiendo así a los ojos del individuo o de la colectividad un
prestigio inigualable. No hay tampoco nada que no pueda ser
despojado de ese privilegio. Es una cualidad que las cosas no
poseen por sí mismas, y que una gracia mística les concede. “El
pájaro que vuela, le explicaba a Miss Fletcher un indio dakota, se
detiene para hacer su nido. El hombre que camina se para dónde
quiere. Lo mismo sucede con la divinidad: el sol es un lugar donde
ésta se ha detenido; lo mismo los árboles y los animales. Y se les
reza porque así se alcanza el lugar donde se estaciona lo sagrado
obteniendo su ayuda y su bendición” (CAILLOIS, 1942, p.14)

Prosigue convirtiéndose así ante los ojos de los individuos como prestigio
inigualable. Los mitos y los dogmas analizan su contenido, los ritos utilizan
sus propiedades; de esto resulta la moralidad religiosa y los sacerdocios la
incorporan, como, por ejemplo, en santuarios, lugares sagrados, monumentos
y lo dejan arraigado en la sociedad.

El objeto consagrado no obtiene modificación aparente, pero sí realiza una


transformación es absoluta, su manera de comportarse con el sufre una
transformación paralela; ya no es posible utilizarlo libremente, este provoca
sentimiento de temor y veneración, su contacto se hace peligroso. Lo sagrado
es “aquello a lo que uno no puede aproximarse sin morir” (CAILLOIS, 1984).

Por esto es necesario proteger lo sagrado de todo roce con lo profano. Este
en efecto altera su ser, lo desprende de sus cualidades específicas, lo vacía
de su virtud poderosa y fugaz que contenía. Por este motivo se busca alejar
de un mundo profano a un lugar consagrado como, por ejemplo; sólo el
sacerdote puede introducirse en el tabernáculo.

Por otro lado, lo profano presenta caracteres negativos; en comparación


parece pobre, carente, degrada y arruina la plenitud de lo sagrado. El contacto
entre ambos es fatal; pero los dos son necesarios para la vida. Uno como
medio en que esta se desenvuelve, y la otra como fuente inagotable que la
crea, la mantiene y la renueva. Lo sagrado y lo profano solo se definen uno
por el otro y se excluyen recíprocamente.
Prosiguiendo con el siguiente punto Caillois destaca la función de los ritos y
de las prohibiciones, que puede ser:

✔ De carácter positivo: sirven para transmutar la naturaleza de lo profano

o de lo sagrado según las necesidades de la sociedad.

✔ De carácter negativo: tiene como objetivo mantener al uno y al otro

dentro de su ser respectivo, por miedo a que provoquen recíprocamente


su ruina.

De las Prohibiciones y los riesgos de la mezcla.

Las prohibiciones están activas en la sociedad, llamadas


“primitivas’’; son prohibiciones con ciertas mezclas, estas son temidas
cuando tienden a aproximar algunas cosas de ellas pueden ser, por causa,
por contagio o por naturaleza, ejemplo, los instrumentos de trabajo
masculino no deben acercarse a los femeninos, los esquimales y las pieles
de morsa, las variantes son innumerables

El orden natural y el orden social están unidos, uno altera y


perturba al otro. Toda mezcla es una operación peligrosa que atrae confusión
y desorden, y que corre el riesgo de confundir sus cualidades, por esto es
importante mantenerlas separadas. La mezcla no está considerada en el
pensamiento religioso, como una especie de operación, es puramente
material, afecta la esencia de los cuerpos, que introduce en ella una mancha o
infección que es necesario aislarla rápidamente.
Y es que el orden natural continúa el orden social y lo refleja.
Ambos están unidos; lo que trastorna al uno, perturba al otro.
Un crimen de lesa majestad es la equivalencia de un acto
contra la naturaleza y perjudica del mismo modo el buen
funcionamiento del universo. (CALLOIS 1942, p.20)

A continuación, el autor menciona que las propiedades de las


cosas son contagiosas ya que las mismas se intercambian, se transfunden, se
combinan y se corrompen, haciendo referencia que si se aproximan
demasiado les permitirá que reaccionen entre sí. Siguiendo esta línea de
pensamiento existe una forma en que lo profano pueda tocar lo sagrado sin
infectarse por medio de la consagración, en donde el hombre puede
desprenderse de lo profano y mantenerse distanciado con el fin de evitar un
contagio.

El tabú “Se llama así, escribe Durkheim, un conjunto de


prohibiciones rituales que tienen por objeto prevenir las peligrosas
consecuencias de un contagio mágico, impidiendo todo contacto entre una
categoría de cosas donde se supone que reside un principio sobrenatural, y
otras que no poseen el mismo carácter o que no lo poseen en igual grado”. El
tabú se presenta como una categoría negativa y no obtiene justificación de
carácter moral. No debe respetar la ley y define de manera absoluta lo que
está permitido y lo que no está. En los primeros tiempos no existían las
prohibiciones; los antepasados, al dar comienzo, fundaron el orden y el
funcionamiento del universo; determinaron para siempre la existencia de la
relación entre los hombres y los dioses; dando lugar a lo sagrado y lo profano.

Los tabús son introducidos por la fórmula de Themis en la


Grecia Antigua, que señalan la no-conformidad del acto prohibido, con las
captaciones sagradas que mantiene al mundo dentro de las normas y la
estabilidad

Mencionemos ahora el sacrificio, el ser humano desea


obtener éxito, adquirir virtudes y prevenir las desgracias, al gozar de
prosperidad desea conservarla; el individuo siente tanta gratitud que obtiene
de los dioses que no hay nada mejor que un sacrificio o una consagración,
introduciendo en el dominio de lo sagrado algo que le pertenecía ya ahora lo
abandona, renunciando sus derechos sobre ello. De este modo lo sagrado, no
puede rechazar el este obsequio del donante, convirtiéndose en deudor y
comprometiéndose en conceder lo que se le pida; (ventaja material, virtud etc.
el mundo se restablece). A través del sacrificio, el fiel se ha hecho acreedor,
espera que las potencias que venera le paguen, de este modo exige todo
gesto unilateral, restableciendo el equilibrio que su generosidad interesada ha
comprometido en provecho de ellos.
Referencias

Caillois, Roger El hombre y lo sagrado, México, Ed. Fondo de la Cultura


Económica, 1942.

Caillois, Roger “El mito y el hombre”, Buenos Aires, Ed. Sur, 1939.

Librería Virtual, México,Ed Fondo de Cultura Económica 1934 -2024.


Recuperado de: https://www.fcede.es/site/es

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