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INFORME
Leonor de Aquitania
Problematización ..........................................................................................................................................3
marco teórico ............................................................................................................................................. 11
referencia ................................................................................................................................................... 21
PROBLEMATIZACIÓN
Parte de la caracterización de la edad media es que los individuos desde que nacen,
y dependiendo su rol en la sociedad, tienen que comportarse de una manera
predeterminada. Los que tiene más suerte, y llegan a ser libres tienen la gracia de poder
obtener privilegios a diferencia de aquellos que son esclavos y nacen siéndolo y morirán en
su esclavitud, por otra parte, están aquellos que le sirven al señor feudal, no son vistos
como esclavos pero tampoco son libres. Todos estos personajes tienen que desarrollar un
comportamiento que para la época sea ah-doc a las situaciones a las que se vean
enfrentadas, según los planteamientos de Huizinga en otoño de la edad media, 1998.
Uno de los rasgos más significativos de la edad media es la relación con la iglesia:
prácticamente todo giraba en torno a ella. A aquél que se le ocurriera juzgarla tendría sobre
sus hombres todo el rigor de la ley de Dios, está tomaba la autoridad plena bajo sus manos
y podría convertir de tu vida un calvario social si se atentaba contra sus planteamientos
religiosos y su estructura interna.
Una religión poderosa desplegarse en todas las cosas de la vida y tiñe con
sus colores todos los movimientos del espíritu y todos los elementos de la
cultura. Con el tiempo, sin embargo, reaccionan todas estas cosas, a su vez,
sobre la religión: más aun, el verdadero núcleo de estas puede ser sofocado
por el círculo de las representaciones e imágenes que ella había hecho entrar
antes su esfera. La santidad de todos los aspectos de la vida tiene su lado
fatal (Huizinga, 1998, p.213).
La iglesia dictaba mucho de los mandatos que unían a la gente con el sentido de la
religión, sobre todo con la pertenencia del Espíritu Santo, en cómo serían perdonados y
dejados entrar al Reino de los Cielos. Asimismo, ante los ojos de la iglesia mantenían su
comportamiento bajo las reglas que ellos proporcionaban a la comunidad de la época, si
ibas a la iglesia, si aportabas con el diezmo, si llevabas alimentos a los canónicos de la
Santa Iglesia, independiente de la religión, desde un punto de vista moral y ético las iglesias
querían obtener el poder por sobre la corona de los reyes y durante mucho tiempo fue así la
configuración social de la época.
La monja
Este tipo de mujer dejaba toda su vida para dedicársela enteramente a Dios.
Aunque no todas ingresaban en un monasterio con este fin, sino movidas por
otros objetivos: tener una mayor libertad (escapar de un matrimonio
pactado…), encontrar un techo y comida, obtener el perdón por pecados
cometidos o por ser viudas (este caso muy dado entre nobles y reinas).
(Martínez, 2015,recuperado de https://www.anthropologies.es/la-mujer-en-
la-edad-media/,)
La noble
Este grupo estaba formado princesas reales casadas con nobles, condesas,
duquesas y marquesas. Por tanto, un tipo de mujer que por la clase social a la que
pertenecía podía llegar alcanzar mayores reconocimientos. Entre sus tareas cabe
destacaban: Organización y control al servicio que trabaja en el hogar, cuidado y
educación de los hijos, estar pendiente de la economía de la familia en ausencia
del marido, que generalmente estaba en la guerra…Todas estas funciones se
multiplicaban cuando la mujer se quedaba viuda, pues era cuando asumía el
control de todo: las posesiones, contabilidad, empleados… Una situación que se
reafirmaba cuando había de por medio un heredero menor, pues esto provocaba
que estas llegaran a adquirir un gran poder social. (Martínez, 2015, recuperado de
https://www.anthropologies.es/la-mujer-en-la-edad-media/)
La prostituta
Esta se encontraba en el último estrato de la sociedad, dentro de los
sectores de marginación y pobreza. Pues, eran las mujeres que vivían en
peores condiciones y que moralmente estaban mal vistas dentro de la
sociedad, porque representaban el antagonismo del modelo de mujer
medieval. Por lo que llevaban una vida muy compleja, expuesta a todo tipo
de enfermedades venéreas, violencia y escarnio público. Este último,
reflejado (en parte) en las leyes que las obligaban a vestir de forma diferente
para ser diferenciadas del resto de mujeres (vestidos con colores llamativos
o llevar un adorno hecho con cintas de colores) (Martínez, 2015, recuperado
de https://www.anthropologies.es/la-mujer-en-la-edad-media/)
El mismo hijo de Dios, Jesús presenta a María Magdalena como una mujer “que ha
amado mucho y por ello sus pecados serán perdonados. María realizaba acciones donde
tomaba los pies de su señor en medio de sus lágrimas de amor puro y ferviente, lo que no
representa un amor carnal, ni pasional sino la representación de un amor de fe, los lavaba y
secaba con sus cabellos y los cubría con sus besos hasta hundirlos en el aroma de su
perfume. El significado de estas acciones toma un giro totalmente diferente si la acción la
realiza un hombre a que la realice una mujer, ya que como hemos mencionado las acciones
que comenten las mujeres siempre estarán más en tela de juicio que la de los varones.
Una mujer que se destacó por su belleza desde joven y nadie esperaría que
demostrara una gran habilidad para librarse de situaciones que para ella fuesen
embarazosas, los autores han desarrollado diferentes opiniones sobre esta mujer, algunos
comentan que su comportamiento la conllevaría directamente al infierno por su conducta
“sexualizada”, lujuriosa, manteniendo la representación de:
“Una mujer libre, dueña de cuerpo, que se enfrenta a los sacerdotes y
desprecia la moral de los mojigatos, portaestandarte de una cultura brillante,
alegre e injustamente ahogada, la de occitana frente al salvajismo gazmoño u
la opresión del norte, pero siempre enloqueciendo a los hombres, frívola,
pulposa y burlándose de ellos” (Duby, 1996, p.7).
Esta mujer, de carácter fuerte e imponente logró captar la atención de los hombres
de la época, más allá de las reglas tradicionales que eran impuestas en los hombros de las
mujeres, encontraba esta atracción por Leonor por la representación del pecado carnal que
era estrictamente condenado en la sociedad. Los puntos que son atacados y reprochados son
su Divorcio en primera instancia y sus constantes actitudes rebeldes.
En la edad media, la mujer pasaba a un segundo plano, se tomaba más en cuenta el ideal
caballeresco, las relaciones de vasallaje y las contiendas entre los reyes, por lo cual, la
historiografía dejo un tanto de lado a las mujeres. Sin embargo, Leonor, por su calidad de
duquesa y reina, y gracias a su particular personalidad, logro trascender en la historia como
líder viéndolo desde un punto de vista actual, y estratega en el ámbito de las relaciones
familiares y políticas, hasta llegar a posicionarse como una de las soberanas más
reconocidas y de renombre del periodo medieval.
Se ha escrito muy poco sobre ella, por lo cual su imagen en ocasiones ha sido
deformada, sin embargo, tomaremos descripciones que los cronistas han hecho de ella.
Leonor acompañó a Luis VII a la segunda cruzada, situación criticada por la Iglesia
y posteriormente copiada por otras reinas. Se dice que Leonor tenía intenciones de dirigirse
hacia tierra santa con ansias de aventurarse en diversos países extranjeros y ver a su tío,
príncipe de Antioquia, con el cual más tarde la relacionaron y se cree que pudo haber
cometido incesto además de involucrarse sexualmente con otros hombres de ese territorio.
Por lo que se considera que traicionó no solo a su marido, sino también a Dios, pues había
entregado su cuerpo de bautizada a un infiel (Duby, 1996).
Básicamente María Magdalena representaba todo lo que una mujer debía ser para la
época, por ende, el comportamiento de Leonor de Aquitania produjo en la sociedad, una
especie de quebrantamiento para las mujeres. Ella era muy diferente a María Magdalena,
con ambiciones que se plasmaban en sus gustos por la decoración, las joyas, las alfombras,
entre otros especies que se podían conseguir en la época, algunos autores también la
destacan por que esta mujer fue una gran impulsora del arte y la poesía Francesa.
Se dice que se burló de la dignidad real, por cuanto su actitud promiscua y por
contraer matrimonio con Luis VII y posteriormente con Enrique de Plantagenet,
perteneciente a principados rivales. Se burló también de la ley del matrimonio pues se casó
dos veces con su primer esposo, a través de la intervención del papa intentaron que dicho
matrimonio no se disolviera, sin embargo esta apelo a su consanguinidad con el rey Luis
VII, por lo que su matrimonio llego a su fin.
Los hechos por los que más se la recuerda son por su carácter liberal y por su
rebeldía. Los cronistas e historiadores se han encargado de perpetuar esta representación de
Leonor, el historiador medievalista Georges Duby (1996) señala que Leonor era bígama y
doblemente incestuosa. Mientras que Guillaume indica que Leonor era una mujer
imprudente, quien se burló de la dignidad real, de la ley del matrimonio y del derecho
conyugal. En el libro de George Duby se indica que Leonor es la encarnación de la lujuria
pero que los hombres se encontraban atraídos hacia ellas pues, consideran a las mujeres
solo como un juguete, y si ellas están consumidas por el deseo, esta situación se vuelve más
atrayente aun para los hombres. Sin embargo, un factor de esta descripción poco positiva,
puede estar relacionada con que existen muy pocos escritos sobre la reina y gran parte de
los que se han encontrado, forman parte de la historiografía inglesa, la cual se ha encargado
de representar a Leonor de una manera poco beneficiosa.
El legado de Leonor permanece hasta nuestros días pues en la actualidad puede ser
abordada como una de las mujeres que, a través de su comportamiento logró librarse del
sometimiento de aquella época que planteaba como natural la sumisión de las mujeres,
fundamentado en la voluntad divina y avalada por las jerarquías y reinos medievales.
Se considera que si las damas responden y aceptan el amor que les ofrecen los
hombres, estos tienen el derecho de perseguirlas y tomarlas para sí. En eso consistiría el
amor cortes. Sin embargo, el hecho de cometer adulterio significaba una marca social y
seguramente una mala reputación para la mujer, cuestión sumamente distinta en el caso del
hombre, al cual no se le reprochaba nada ni se menoscababa su imagen.
Cándano (2003) dice al respecto, que es probable que la desconfianza hacia la mujer
haya aumentado durante la edad media por parte de los hombres, pero esto pudo darse
mayormente en el caso de los clérigos, en detrimento de la importancia que la mujer había
llegado a adquirir debido a su relevancia en el rol político por cuánto sus enlaces
matrimoniales aseguraban la prevalencia del status de la familia y además su buena
reputación al relacionarse con hombres de alta alcurnia.
San Miguel (2015) nos señala que la figura de Leonor lleva más de ocho siglos
incitando a leer, debido a su costumbre de dedicarse a esta actividad en tiempos de ocio,
además es una inspiración para la investigación y la creación.
Leonor de Aquitania, un personaje que se puede tomar como el claro ejemplo para
la propulsora del movimiento femenino actual pues se salió de los parámetros impuestos
por la Iglesia en la sociedad medieval, rompiendo las trabas de ese entonces y atreviéndose
a llegar más allá de los límites que las mujeres de su época tenían por costumbre.
Impulsada por sus deseos e intereses personales, no se dejó amedrentar por figuras que en
ese entonces representaban autoridad e infundían el temor a través de sus amenazas y
sentencias. Hoy en día debernos tener en cuenta que en la época de la Edad Media, una
parte muy reducida de la población contaba con privilegios y el hecho de desarrollarse en
un mundo que realzaba en gran medida la figura masculina, el papel de Leonor de
Aquitania debe ser tomado como un gran paso para que las mujeres sean consideras como
parte de una sociedad igual entre ellas y los hombres.
Referencia
https://www.anthropologies.es/la-mujer-en-la-edad-media/
Ardesi, B. (2012) La mujer y el Poder Político: Leonor de Aquitania (s. Xll) Revista
Filológicas.
Poética, vol9-2,213-218.
Duby, G. (1996) Leonor de Aquitania y María Magdalena. (2ª ed.). España, Madrid,
Alianza Editorial
Fuentes, M. (2003) ¿Reina de reina? Mujeres en la Cúspide del poder en los reinos
Dykinson.
Morata.