ее СЁАЕвО ЕМ оббРиТА
4 suemos de sexo/cfwero/peseo
jeres, que no sdio introduce los intereses y los objetivos fe-
miristas dentro del discurso, sino que se convierte en el su-
eto para el cual se procura la representaci6n poltica. Pero
poЙica y representacin son t&rminos que suscian opiniones
contrapuestas. Por un lado, represeniac6n funciona сото
іёгтшо орегаиуо депго деип ргосеатіепо роПйсо дие
pretende amplar la vsibiidad yla legitimidad hacia las nu-
jeres como sujetos polticos; por otro, la representaci6n es la
runci6n normatva de un lenguaje que, a parecer, muestra o
distorsiona lo que se considera verdadero acerca de la cate-
goria de las mujeres. Para la teoria ferinista, el desarrolo de
un lengиаjе дие гергезепіе де тапега ааесиада у сотріега
a las mujeres ha sido necesario para promover su visibiidad
poliica. Ewdeneemente, esto ha sido de gran imporrancua,
teriendo en cuenta la situaci6n culrural subsistente, en la
que la vida de las rueres se representaba inadecuadamente
o no se representaba en absoluto.
Recientemente, esta concepcin dominante sobre ha ге-
laci6n entre teoria feminista y politica seha puesto en tela de
juici desde dentro del discurso feminista. El tema de las
тиегез уа по ве уе еп tёгтппоз езгаЫез о сопвтапгев Нау
nurerosas obras que cuestonan la viabiidad del «sujeto»
como el candidaro pnncipal dela representaci6n o, incluso,
dela liberaci6n, pero ademas hay muy poсо acuerdo acerca
de qu& es, o deberia ser, la categoria de las mujeres. L.os
campos de «representacіп» lngiistica y poliica defnieron
con anteroridad el criterio mediante el cual se orgian los
sujetosmismos, yla consecuencia es que la representaci6n se
extende inicamente a lo que puede reconocerse como un
suieto. Dicho de otra forma, deben cumplirse los requisitos
para ser un sujeto antes dе qие риеда ехгепаегве іа герге
sentacion.
47
Poucault afirma que los sistemas juridicos depoder pro-
аucen alos sujeros a los que mas tarde representan.*las
no- cones juridicas de poder parecen regular la esfera
poltica unicamente en t&rminos negatvos, es deci,
mediante lа Б mitaci6n,la prohibid6n,la reglamentaci6n,
el control y has- ta la «protecci6n» de las personas
vinculadas a esa estructu- га роЙйса а tгауёв аеАа
орегасбп сопйпдепе угеггастаЫе de la eiecci6n. No
obstante, los sujetos regulados por esa5 estructuras, en
virtud de que estdn suieros a ellas, se const- tuyen, se
дейпеп у ве гергодисеп ае асиегао соп іав йтро-
siciones de dichas estructuras. Si este andlsis es
correcto, entonсеs la formaci6n juridica del lenguaje y de
la poltica que presenta a las mujeres como «el sujeto» del
feminismo e5, de por si, una formaci6n discursiva y
elresиlіадо де ипа veгябп езресШса ае1а роШiса de
represenaсбп Asl,elsu ieto femumista estd discursivarnente
[ormado por la misma estructura polica que,
supuestamente, permitrd su eman- сiрaсібп. Esto se
convierte en una cuesti6n politicamente probiemdtica si se
puede demostrar gue ese sistema crea su- jetos con genero
que se sitian sobre un eje diferencial de do- mnaсiбп о
suetоs que supuestamente, son masculnos. Еп tales casos,
recurrir sin ambages a ese sistema para la eman- cpaci6n
de las «mujeres» seга abiertamente contraprodu-
cente.
Е ргоЫema del «sujего» es fundamental paгаlа роШй-
са, y concretamente paralapoltca feminsta, porque los su-
jetos juridicos siempre se construyen mediante ciertаз ргас-
hcas excluyentes que, una vez determinada la estructura
iuridica de la poliica, no «se perciben». En definttva, la
construccidn poiiica del sujeto se realza con algunos obje-
ivos legiumadores y excluyentes,у estаs орегасіопез роШй-
cas se esconden y naturalzan mediante un anAliss poltico
48 EL GENeRO EN DISPUTA
en el que se basan las estructuras juridicas. El poder juridi-
со «ргодисе» irremedabemente lo que afrma sбlо герге-
sentar; asi, la politica debe preocuparse por esta doble fun-
сібп del poder: la juridica y la producuva. De hecho, la ley
produce y posteriormente esconde la noci6n de «un sujeto
anterior a la ley»2 para apelar a esa formaci6n discursiva
соmо una premisa fundacional naturalizada que posterior-
mente legitma la hegemonia reguladora de esa misma ley.
Nobasta con investgar de qu& lonna las mujeres pueden es-
tar representadas de manera mds precisa en el lenguaje y la
polttca. La cridca teminista tambi&n deberia comprendeг
que las mismas estructuras de poder mediante las cuales se
pretendela emancipaci6n crean y limitan la categoria de «as
rnujeres», sujeto del feminismo.
En efecto, la cuesti6n de las mujeres como sujeto del te-
minismo planteala posibiidad de que no haya un sujeto que
exista «antes» delaley, esperandola representaci6n en у рог
esta ley. Quizas el sujeto y la ivocaci6n de un «antes» tem-
poral sean creados por la ley como un fundamento ficticio
de su propia afirmaci6n de legitimidad. La hipdtesis preva-
leciente de la integridad ontol6pica del sujeto antes de la ley
debe ser entendida como el vestigio contemporineo de la
hp6tesis del estado de naturaleza, esa fdbula fundacionista
que sienta las bases de las estructuras juridicas del liberalis-
mo clasico. La invocaci6n pertormativa de un «antes» no
hstorico se convierte en la premsa fundacional que asegura
una ontologia presocial de individuos que aceptan libre-
mente ser gobernados y, con elo, forman la legitimidad del
сопггато восйаТ
Sin embargo, aparte de las fccines fundacionistas que
respaldan la noci6n del sujeto, estd el probema politico con
el que se enfrenta el feninismo en la presunci6n de que el
suетOs ре sехо/семево/Dезео 49
t&rmino «mujeres» indica una identdad comin. En lugar
de un significante estable que reclarna la aprobacion de
aque- las a quenes pretende describiry representar,
mujeres (n- dusoen plural) se ha convertido en un
termino problemdt- со, un lugar de refutacin, un motvo
de angusia. Como sugiere el ttuo de Denise Riey, Am l
ibat Name? [gSoy уо ese nombre?], es una pregunta
motivada por los posbles significadosmiltiples del
nombre.? Si una «es» una mujer, es evidente que eso no es
todolo que una es;el concepto no es exhausuvo,lпо рогдие
ипа «регбопа» соп ип вёпего ргєdе- termunado sobrepase
los atrbutos еsресйісов де sи дёпего, sino porque el
g&nero no siempre se consttuye de [огта со- herente o
consistente en contextos hist6ricos distntos, y porque se
entreсгиzа сon modaldades raciles, de case, ё! nicas,
sexuales y regionales de identidades discursivamente
consttuidas. Ast, es imposible separar el «gёпего» de las
in- tersecciones pоlncas y cururaes enlas que
constantemente se produce y se mantiene.
La creencia politica de que debe haber una base
unver- sal para el temuinisrno, y de que puede fundarse en
una iden- idad que aparentemente existe en todas las
culuras, a me- nudo va unida a la idea de que la opresion
de las mujeres ровее alguna [ormа esрeсtiса гeсоnосіЫe
dentro de la es- tructura umversa о hеgетопіса деі
рагпагсадо о деіа ао- minacin mascuhna. La idea de un
patriarcado universal ha recibido numerosas critcas en aios
recientes porgue no te- пе еп сиепtа е [ипсюпатієпіо
деіа оргеябп де вёпего еп los contextos culturales
concretos en los que se produce. Una vez examinados
esos contextos diyersos en el marco de dichas teorias, se
han encontrado «ejemplos» o «iustracn- nes» de un
pnncipio universal que se asume desde el princi- pіо. Esa
manera de hacer teorta feminista ha sido cuestona-
50 EL GENERO EN DISPUTA
da porque intenta coionizar y apropiarse de las culturas no
occidentales para respaldar ideas de dorninaci6n muy оссі-
dentales, y tambi&n porque tiene tendencia a construir un
«ТTегсег Mundо» o incluso un «Oriente», donde la opresi6n
de g&nero es sutilmente considerada como sintomatica de
una barbarie esencial, no occidental. La urgencia del femi-
nismo por determinar el cardcter universal del patriarcado
—con el objeuvo de reforzar la idea de que las propias reі-
vindicaciones dcl ferinismo son representativas— ha pго-
vocado, en algunas ocasiones, que se busque un atajo hacia
una universalidad categ6rica o ficticia de la estructura de
dominacidn, que por lo visto origina la experiencia de sub-
yugaсібn habirual delas mujeres.
Sibien la afirmaci6n de un patriarcado universal ha per-
ddo credfbiidad, la noci6n de un concepto generalmenee
compartdo de las «mujeres», la conclusi6n de aquel marco,
ha sido mucho mas dificl de derribar. Desde luego, ha habi-
do numerosos debates al respecto. gComparten las «muje-
res» algun elerento que sea anterior a su opresi6n, o
bien las «rnujercs» comparten un vinculo inicamente
сото ге- sultado de su opresi6n? 2Existe una especificidad
en las cul- turas de las mujeres que no dependa de su
subordinaci6n por parte de las culturas inasculnistas
hegem6nicas? Estdn siempre contraindicadas la
especificidad y la integridad de las practicas culturales o
lngiistcas de las mujeres y, por tanto, dcntro de los
limites de alguna tornaci6n cultural mas dominante?
gHay una regi6n de lo «especticamente [е- menino», gue
se distnga deio masculno como taly sе асер- te en su
diferencia por una universaldad de las «mujeres» no
marcada y por consiguente, supuesta? la oposici6n bi-
naria masculno/femenino no s6lo es el marco exclusivo en
el que puede aceptarse esa especifcidad, stno que de
cual-
suremos De sexo/ctnero/peseo 51
quier otra forma la «espectficidad» delo femenino, una vez
mas, se descontextualza completamente y se aieja analica y
poltcamente dela consttuci6n de clase, raza, etnia y
otros eyes de reiaciones depoder que conforman la
«idenudad».y hacen que la nосібn соncreta de identidad
sea err6nea.
Mi intenciп aqu es argiiг que las lmitaciones del dis-
curso de representaci6n en el que participa el sujeto del fe-
minismo socavan sus supuestas uniyersaldad y unidad. De
hecho, la reieraci6n prematura en un sujeto estable del
fe- miismo —entendido como una categoria inconsiti de
mu- ere5 ргоуосa ineviabemente un вгап гесhаго
рага ад- muiur la categorta. Estos campos de exclusi6n
ponen de manfesto las consecuencias coerciivas y
reguladoras de esa construcci6n, aunque &sta se haya
llevado a cabo con objeti- уоs dе етапсірасюп. En
realdad,la dvsin en elseпо de ieminismo у lа ороsiсібп
рагаdбіса а ёl por parte de las «mnujeres» a quienes dice
representar muestran los limites necesarios de las poliicas
de identidad. La noci6n de que el leminismo puede
encontrar una representaciбп mаs ехієпва de un sujeto que
el mismo leminismo construye tene como consecuencia
ironica que los objetvos feministas podrian lrustrarse si
no tienen en cuenta los poderes constitutivos delo que
afinman representar. Este problema se agrava si se recurre
a la categoria de la muier s6lo con finaldad «estra-
tegica», porque las estrategias siempre tienen significados
que sobrepasan los objetivos para los gue fueron creadas.
En este caso,la exclusi6n en si puede defnirse como un s18-
nificado no intencional pero con consecuencias, pues cuan-
do se amolda a la exigencia delapoluica de representaci6n
de que el feminismo plantee un sujeto estabe, ese feminis-
mo se arriesga a que se lo acuse de tergiversaciones
inехси- <яbles.
52 EL GENERO EN DISPUTA
Por lo tanto,es obvio que la labor polica no es rechazar
la poltica de representacion,lo cual tampoco seria
posible. Las estructuras juridicas del lenguaje y de lapolftica
crean el campo actual de poder;no hay ninguna posicion
fuera de este campo,sino solo una genealogia critica de
sus propias acciones legitimadoras.Como tal,el punto
departida critico es el presente histórico,como afirmó
Marx.Y la tarea con- siste en elaborar,dentro de este
marco constituido,una crí- tica de las categorias de
identidad que generan,naturalizan e inmovilizan las
estructuras juridicas actuales.
Quizás haya una oportunidad en esta coyuntura de la
poltica cultural (epoca que algunos denominarian posfe-
minista)para pensar,desde una perspectiva feminista,so-
bre la necesidad de construir un sujeto del feminismo.
Dentro de la practica politica feminista,parece necesario
replantearse de manera radical las construcciones ontol6-
gicas de la identidad para plantear una polftica representa-
tiva que pueda renovar el feminismo sobre otras bases.Por
otra parte,tal vez sea el momento de formular una crítica
radical que libere a la teoria feminista de la obligación
de construir una base unica
constante,permanentemente refutada por las posturas de
identidad o de antiidentidad a las que invariablemente
niega.eAcaso las prácticas exclu- yentes,que fundan la
teoria feminista en una noción de <mujeres 》 como
sujeto,debilitan paradojicamente los ob. jetivos feministas
de ampliar sus exigencias de xrepresen- tación>?5
Quizs el problema sea todavia mas grave.La
construc- ción de la categoria de las mujeres como suieto
coherente y estable,ces una reglamentación y reificacion
involuntaria de las relaciones entre los géneros?Y no
contradice tal reifi- cación los objetivos feministas?En qué
medida consigue la
53
SUJETOS DE SEXO/GENERO/DESEO
categoria de las mujeres estabilidad y coherencia únicamen.
te en el contexto de la matriz heterosexual?6 Si una noción
estable de género ya no es la premisa principal de la politica
feminista,quizás ahora necesitemos una nueva politica fe.
minista para combatir las reificaciones mismas de genero
e identidad,que sostenga que la construccion variable de la
identidad es un requisitometodologico y normativo,ademas
de una meta politica.
Examinar los procedimientos polfticos que originan y
es- conden lo que conforma las condiciones al sujeto
juridicc del feminismo es exactamente la labor de una
genealogia fe minista de la categoria de las mujeres.A lo
largo de este in- tento de poner en duda a las
<mujeres>como el sujeto del
feminismo,la aplicacion no problemática de esa categoria
puede tener como consecuencia que se descartela opciónde
que el feminismo sea considerado una politica de represen-
tación.cQué sentido tiene ampliar la representacion hacia
sujetos que se construyen a traves de la exclusion de
quienes no cumplen las exigencias normativas tacitas del
o sujeto? :Qué relaciones de dominacion y exclusion se
establecen de manera involuntaria cuando la
representacion se convierte en el unico interes de la
politica?La identidad del sujeto fe. minista no deberia ser
la base de la politica feminista si se asume que la
formacion del sujeto se produce dentro de un campo de
poder que desaparece invariablemente mediante la
afirmación de ese fundamento.Tal vez,paradojicamente se
demuestre que la <representacion>tendra sentido para el
feminismounicamente cuando el sujeto de las 《 mujeres 》
no se dé por sentado en ningun aspecto.
54 еL сёмеко еМ рпбриТа
Еі окрем овшсатокю ре бехо/сёмево/резео
Aunquela unidad no probematica de las «rnujeres» sue-
le usarse para construir una solidaridad de identidad, la di-
fегепсіасіп еппге зехо у вёпего рАаптеа ипа Ёгадтепгасюп
en elsujetofeminstа. Опдіпаіпепtе соп еІргорбзио ае ааг
respuesta a la afirmaci6n de que «biologia es destino», esa
diferenciaci6n sirve al argumento de que, con independen-
cia de la imanejabildad bil6gica que tenga aparentemen-
tе el sехо, еІ дёпего зе соnstгиуе сиlигаітеше рог еза га-
z6n, el gёnего no es el resultado causal del sexo пі tатросо
es tan aparentemente rigidо сото el sexо. Por tanto, la uni
dad del sujeto ya estd potencialmente retutada por la dife-
renciaciбп дие ровіЫШга qие еІ дёпего sеа ипа іпtегргега-
ci6n mniiltple del sexo.1
Si el g&nero es los significados culturales que acepta el
сиегро sexuado, entопсез по pиedе aЁrnаrsе дие ип дєпе
ro unicamente sea producto de un sexo. Levada hasta su
lmite l6giо, la dstnci6n sexo/s&nero muestra una discon-
tnuidad radical entre cuerpos sexuados y g&neros cultural-
mente construidos. Si por el romentо ргеsиропетоs lа ез-
tabidad del sexo binaгю, по еsєа саго дие lа сопsггиссюп
de «hombres» dard como resultado inicamente cuerpos
masculnos o que las «mujeres» interpreten s6lo cuerpos [е-
meninos. Ademas, aunque los sexos parezcan ser clararnen-
te binaros en su morfdlogia y consttuci6n (lo que tendri
4ue ponerse en duda), no hay ningin motvo рara creeг дие
tambien los generos seguiran siendo s6lo dos.9 La hip6tesis
de un sistema binario de generos sostiene de manera impl-
cia la idea de una relaci6n mimetica entre g&nero y sexо, еп
la cual el g&nero refleja al sexo o, de l contrario, estd limi-
tado por &l. Cuando la condicin construida del g&nero se
sujemos pe sExO/cenero/beseo 55
teorza como ago compleramente iпdерепdепе деІвехо,еН
дёпего тіsто раsа а sег ип агййсю атЫдио, соп еІ
гезш- tado de que bombre y masculno pueden significar
tanto un сиегро ае тиег сото ипо деНотЬге,у тиегу
Летептпо tanto uno de hоmЬге сото ипо де тиjег
Esta separaci6n radical del sujeto con g&nero plantea
otros problemas. 2Podemos hacer referencia a un sехо
«dado» o a un gёпего «dado» si aclarar primero c6mo se
dan uno y otro ya trav&s de que medios? gY al fn y al cabo
que es el «вехо»? gEs narural, anat6mico, cromos6mico u
hormonal, у сбто puede una crittca feminista apreciar los
discursos cientficos que intentan establecer tales «he-
chos»?9 /Tiene el sexo una historia?1 tTiene cada sexо ипа
hisroria distinta, o varias historias? zExiste una histona de
сбто se determin6 la dualidad del sexo, una genealogia
que presente las opciones binarias соmо una constucсіп
уaгіа Ые? :Acaso los hechos aparentemente naturales
del seхо tenen lugar discursivarente mediante diferentes
discurso5 centficos supeditados a otros intereses politicos
y sociales?
Si se refuta el cardcter invarable del sexo, quizas esta cons-
trucсіп deпошіпаdа «зехо» est& tan culturalnente
construi-da como e genero; de hecho, quiza siempre lue
g&nero, con
el resultado de quela dstnci6n entre sexo y genero no
exis- te como tal.11
En ese caso no tendria sentido definir el g&nero como
la interpretaci6n cultural del sexo, si &ste es ya de por si
una categoria dotada de genero. No debe ser visto
inicamente comо la inscripci6n cultural del significado en
un sexo pre- determinado (concepto juridico), sino que
tambien debe in- dicar el aparato mismo de producci6n
mediante el cual se determinan los sexos en si. Como
consecuencia, el genero no es ala cultura lo que el sexo es
а la naturaleza; el gene-
 EL GENERO EN DISPUTA
5 SUJETOS DE SEXO/GENERO/DESEO
ro tambien es el medio discursivo/cultural a traves del cual
la <naturaleza sexuada>o《un sexo natural>se forma y esta.
blece como 《prediscursivo>,anterior a la cultura,una su-
perficie politicamente neutral sobre la cual actua la cultura
Trataremos de nuevo esta construccion del 《sexo》 como
lo radicalmente no construido al recordar en el capitulo
2 lo que afirman Levi-Strauss y el estructuralismo.En
esta co- yuntura ya queda patente que una delas formas de
asegurar de manera efectiva la estabilidad interna y el
marco binaric del sexo es situar la dualidad del sexo en un
campo predis. cursivo.Esta produccion del sexo como
lo prediscursivo debe entenderse como el resultado del
aparato de construc. ción cultural nombrado por el
genero.Entonces,ecómo debe reformularse el género para
incluir las relaciones de poder que provocan el efecto de
un sexo prediscursivo y es- conden de esta manera ese
mismo procedimiento de pro duccion discursiva?
GENERO:LAS RUINAS CIRCULARES DEL DEBATE ACTUAL
Existe《un>género que las personas tienen,o se trata
de un atributo esencial que una persona es,como lo expresa
la pregunta:《cDe qué género eres?》?Cuando las teoricas
feministas argumentan que el genero es la interpretación
cultural del sexo o que el género se construye culturalmen
· te,cual es el mecanismo de esa construccion?Si el
génera se construye,cpodria construirse de distinta
manera,o aca- so su construccion conlleva alguna forma
de determinismo social que niegue la posibilidad de que
el agente actúe y cambie?Implica la《construcción>que
algunas leyes pro. vocan diferencias de género en ejes
universales de diferencia
5
sexual?Como y dónde se construye el género?cQué
senti- do puede tener para nosotros una construccion que
no sea capaz de aceptar a un constructor humano
anterior a esa construcción?En algunos estudios,la
afirmacion de que el género esta construido sugiere cierto
determinismo de signi- ficados de genero inscritos en
cuerpos anatómicamente di. ferenciados,y se cree que
esos cuerpos son receptorespasi- vos de una ley
cultural inevitable.Cuando la <culturay pertinente
que《construye》 el genero se entiende en función de dicha
ley o conjunto de leyes,entonces parece que cl ge nero es
tan preciso y fijo como lo era bajo la afirmacion de que
abiologia es destinoy.En tal caso,la culaura,y no la bio-
logia,se convierte en destino.
Por otra parte,Simone de Beauvoir afirma en El
segun- do sexo que xno se nace mujer:lega una a
serloy,Para Beau- voit,el genero se wconstruyey,pero en
su planteamiento queda implicito un agente,un cogiio,el
cual en cierto modo adopta o se aduena de ese genero
y,en pincipio,podria aceptar algún otro.cEs el género
tan variable y volitivo como plantea el estudio de
Beauvoir?Podria circunscribir se entonces
la<construccion>a una forma de eleccion?Beau. voir
sostiene rotundamente que unawllega a ser>mujer, pero
siempre bajo la obligacion cultural dehacerlo.Y es evi-
dente que esa obligacion no la crea el <sexo>.En su estudio
no hay nada que asegure que la xpersonay que se convierte
en mujer sea obligatoriamente del sexo femenino.Si <el
cuerpo es una situacion》,"como afirma,no se puede aludir
a un cuerpo que no haya sido desde siempre interpretado
mediante significados culturales;por tanto,el sexo podria
no cumplir los requisitos de una facticidad anatómica pre-
discursiva.De hecho se demostrara que el sexo,por defini
ción,siempre ha sido género.I
58 EL GENERO EN DISPUTA
La polfmica surgidarespecto al significado de construc-
ct6n parece desroronarse con la polaridad flos6lica con-
vencional entre libre albedrio v determninismo. En conse
cuencia, es razonable suponer que una limitaci6n lingiistica
comun sobre el pensaniento crea y restringe los terminos
del debate. Dentro de esos t&rminos, el «cuегро» se tnani
festa como un medio pasivo sobre el cual se circunscгiЬеп
los significados culturales o como el instrumento mediante
e cual una voluntad apropiadora e interpretauva establece
un signiicado culrural para st misma. En ambos casos, el
сиегро es un mero istrumento o medio con el cual se rela-
ciona s6lo externamente un conjunto de significados cultu-
rales. Pero el «сиегро» es еп sі unа construcci6n, como lo
son los miltples «сиегроs» qие conlorman e! сатро de lo5
sueros con g&neго. No puede afrmarse quelos сиегроб ро-
sean una existencia significable antes de la marca de su gc-
пего; епгопсеб геп диё тейда сотиепт а ехнш
еГсиегро еп у mediamela(s) тагса(s) аеівёпего? гСбто
геёогтиаг el cuerpo sin verlo como un medio o
instrumentopasivo que esperala capacidad vivficadora de
una voluntad rotunda- mente inmaterial?1
El hecho de que el g&nero o el sexo sean fijos o
lbres еяй еп Гипсіп де ип дзсигзо дие, сото ве уега,
шиепа П miar el analsi o defender algunos principios
del humans- тосото ргезировсюпез рагасиакдшег
апйЙябдевёпего Eluar delo intratable. va sea en el
«sехо» о el «депего» с en elsipnifcadо mismo de
«constгиссібп», оєогда ип ид- cio deJas opciones
culturales aue pueden o no activarsc mediante un andisis
mas profundo. Los hmtes del anAlsi5 discursivo del
g&nero aceptan lasposibilidades de configu- racines
imaginabes y realzabes del genero dentro de ia cultura
y las hacen suyas. Esto no quiere decir que todas у
59
SUJETOS DE SEXO/GENERO/DESEO
cada una de lasposibilidades de g&nero est&n abiertas,
sino qие los ltmites del andlisis revelan los lfmites de una
expe- riencia discursivamente determinada. Esos limites
siembre se establecen dentro delos t&nminos de un
discurso culhural hegem6nico basado en estructuras
binarias que se mani[ies- ran como el lenguaje de la
racionalidad universal. De esta lorma, se elabora la
restricci6n dentro de lo que ese lengua- ie estabece сото
е] сатро ітаршаЫе дедёпего
Tncluso cuando los cientificos socialeshablan del gёпего
сото de un «tactor» o una «dimensi6n» del andlisis, tam
Ыёп sе геЙегеп а регзопаз епсагпадаб сото «ипа
тагса» de derencia boogcа, hngйsncа o culural En
estos саsоs, el g&nerо puede verse como cierto significado
que adquiere un сиегро (ya) sexualmente diferenciado,
pero incluso en ese caso ese significado existe
inicamente en relact6n con otro significadoopuesto.
Algunas te6ricas feministas aducen que el g&nero es «una
relaci6n», o incluso un conjunto dє relaciones, y no un
atributo individual. Otras, que coinciden соп Веаиуопг,
аПгшап дие збоеПдёпего Ёетеппо езгй таг- cado, quela
persona unversaly el g&nero masculno estdn umdos yen
consecuencia defnen alas mujeres en t&rmtnos de su sexo
v convierten a los hombres en portadores de la caidad
unversal de persona que trasciende el cuerро .
En un movtmiento que dificulta todavia mas la
discu- s6п, Luсе lngaray afirma quelas mujeres son una
рaгadоjа, сиапао по ипа сопггадссбп, аепгго аеІ
дзсигзо тбто де la identidad. Las mujeres son el «sexo»
que no es «ипо» . Dentro de un lenguae completamente
masculnsta, {alogo- centncо,las тиуегез соп[огтап ю по
тертезеп!аЫе. Ев де cr, las mujeres representan el sexo
que nо puede pensarse, una ausenсiа уunа орaсiad
lngйstcas. Dentо de un leеп-
60 EL CfNERO ENDSPUTA
guaje que se basа en la significaci6nunivoca, el sexо fете-
nino es lo no restringibleylo no designabe. En este sentido,
las mueres son el sexo que no es «unо», sino miltple.16 Al
contrarю que Beauvou, дшеп рiensа que las mujeres estdn
destgnadas como lo Otro, lrgaray sostene que tanto el
su- jеюо сото е! Оtго зоп ароуоs masсиlпоs dе ипа
есопотіа significante, falogoc&ntrica y cerrada, que
consigue su obje- tivo totalizador a trav&s de la exclusi6n
total de lo fementno. Para Beauvou, las mujeres son o
negatvo de los hombres, hа carencia trente a la cual se
distinguela idenidad masculina; para lngaray, esa
dial&ctca especiica establece un sistema que descarta una
economia de significaci6n totalmente dife- rente. L.as
mujeres no s6lo estdn representadas falsamente dentro del
marco sartreano de sujeto signiicante y Otro sig- nificado,
sino-quela falsedad de la significaci6n vuelve ina- propiada
toda la estructura de representaci6n. En ese caso, еІзехо
дие по ез ипо ез еІрипо де рагпда рага ипа сгйса deia
representaci6n occidental hegem6nica y de la merafisi- ca
de la sustancia que artcula la noci6n misma del sujeto.
tQue es la metafsica de la susrancia, y c6mo inlluye en
la refexi6n sobre las categorias del sexo? En primer lugar,
las concepciones humanistas del sujeto tienen tendencia a
dar por sentado que hay una persona sustantiva
portadora de dtterentes atributos esenciales y no escnciales.
Una posi- cбn feministahumansta puede sostener que el
g&nero es un atributo de un ser humano caracterirado
esencialmente como una sustancia o «nicleo» anterior al
g&nero, denominada «persona», que designa una
capacidad universal para el га- zonamiento, la deiberaci6n
moral o el lenguaje. No obstan- te, іа сопсерсi6n unyersal
de la personа fa sido susttuida сото punto de parйda para
una teora social del дєпего рог las posturas histonicas y
antropol6gicas que consideran el g&-
зшетОб рЕ бехО СёМЕко ОезеО
61
пего соmо una «relaci6n» entre suietos socialmente consti-
ruidos en contextos concretos. Esta perspectiva relacional o
contextual seiiala que lo que «es» la persona y, de hecho, lo
que «es» el g&nero siempre es relativo a las relaciones cons-
truidas en las que se establece.17 Como un fen6meno varia-
Ые усопгехгиа, еIвёпего по designа аuп seг
sustanпуо, sino a un punto de uni6n relativo entre
coniuntos de rela- ciones culturales e hist6ricas especificas.
Рего Iпрагау аЙгтага дие еА«бехо» Ёетеппо
ебипа cuesti6n de ausencia lingiiistica, la imposibilidad
de una sustancia gramaticalmente denotada y, por esta
raz6п, 1г perspectiva que muestra que esa sustancia es
una ilusi6n permanente y fundacional de un discurso
masculinista. Esta ausencia no esta marcada como tal
dentro de la есопотіа sipnificante masculina, afirmaci6n
que da la vuelta al argu- mento de Beauvoir (y de Wittig)
respecto a que el sexo fe- menino estd marcado, mientras
que el sexo masculino no lo estd. Irigaray sostiene que el
sexo femenino no es uпа «са- rencia» ni un «Otro» que
inherente y negauvamente define al suieto en su
masculinidad. Por el contrario. el sexo feme- numо eуita
las exigencias mismas de representaсіп, рогдие ella no es
ni «Otro» ni «carencia», pues esas categorias si- guen
siendo relativas al suieto sartreano, inmanentes a ese
esquema falogocentrico. Asi pues, para Irigaraylo femeninо
nипса роdпasегlа тагса dе ин ушею, сото айптапа Веаи
voir. Asimismo, lo femenino no podria teorizarse en t&rmi-
nos de una relacion espectfica entre lo masculino y lo feme-
пшпо dеntго de ип шзсигзо дадо,уа дие адш е!двсигзо
по es una noсiбn adecuada. Incluso en su variedad. los
discur. sos crean otras tantas manifestaciones del lenguaje
lalogo- c&ntrico. Asipues, el sexo femenino es tambi&n el
sujeto que no es uno.La relacidn entre masculino v
femenino no puede
62 EL GENERO EN DISPUTA
representarse en una economia signiicante en la que lo
mas culino es un circulo cerrado de sigrificantey
sipnificado. Pa-
rad6jicamente, Beauvoir anunci6 esta imposibiidad en E/
segundo sexo alalegar que los hombres no podian llegar a un
асиегдо гезресто аІргоЫета dе lав тиjегез рогдие
епгоп- ces estarian actuando como juez y parte.18
Las diferenciaciones entre las posicines
mencionadas no son en absoluto claras; риedе рeпsагsе дие
сааа ипа ае elas probematza la localdad y el significado
tanto del «su- jeto» como del «gtnего» dentro del
contexto de la asime- tia entre los g&neros socialrmente
instaurada. Las opcines interpretatyas del g&nero en
ningin sentdo se acaban en las opcines rencionadas
anteriormente. La circularidad probematica de un
cuestionamiento feminista del genero se bace evidente
por la presencia de dosposiciones: por un lado, las que
afirman que el genero es una caracteristica se- cundaria de
las personas, y por otro,las que sostienen gue la nocin
msma de persona siuada en ellenguae comо ип
«sujeto» es una construcci6n y una prerrogativa rasculinis-
las que en realidad miegan la posibiidad estructural y se-
mantica de un genero femerino. El resuitado de divergen-
cias tan agudas sobre el significado del genero (es ma5,
aсегса de si genero es realmente el t&rmino que debe exa-
minarse, 0 si la construcci6n discursiva de sexo es, de he-
cho, mas fundamental, o tal vez muyeres o mujer y/o
bom- bres v bombre) hace necesario replantearselas
categorias
de identidad en el dmbito de relactones de radical
asime- tria de genero.
Para Beauvot, el «sujeto» dentro del andlisis
existenctial de la misoginia siempre es masculino, unido
con louniver- sal,y se dsunguede un «Oto» femenno
fuera delas replas
universalizadoras de la calidad de persona, irrernediabe-
SUJETOS DE SEXO/GENERO/DESEO 63
тeпге «езресйсо», регвопйсадо у сопае падо аІа
тта- nenсіа. Aunque suele sostenerse que Beauvoir
reclama el derecho de las mujeres a convertrse, de
hecho, en suetos existencules y, en consecuencia, su
inclusi6n dentro de los t&rminos de una universalidad
abstracta, su posici6n tam- bien crtica la desencarnaci6n
misma del sujeto epistemol6- pico abstractomascuino.19
Ese sujeto es abstracto en la me- dida en que no asume su
encarnaci6n socialmente marcada y ademds, dirge esа
епсагпасібп педада уdespreciada ala esfera terenna,
renorbrando etecivamentе аl сиегро сото hembra. Esta
asociaci6n del cuerpo.con lo femenino se basa en
reiaciones magicas de reciprocidad mediane las cuales el
sexo femeninо sе йmtа а sи сиёгро, у еІсиегро тавси-
no, completamente negado, рагаdбiсаmente se translorma
en elinstrumento incorp6reo de una fЬегtад арагепtетєп-
te radical. El andlsis de Beauvoir formula de manera impl-
ctala siguente pregunta: ta trav&s de qu& acto de negaci6n
y desconocimiento lo masculino se presenta como una unі-
versahdad desencarnada ylо [emeпiпо sе сопstгиуе сото
una corporeidad no aceptada? La dial&ctica del amo y el
esclavo, replanteada aqui por completo dentro de los t&r-
minos no rectprocos de la asimetria entre los g&neros, pre-
fgura lo que lrgaray luego definiri como la economia sg-
nfcante masculna que abarca tanto al sujeto existencul
соmо a su Оtго .
Beauvoi alrma que el сиегро feтeпіпо debe ser la
s- tuaCiбп y el instrumento de la ibertad de las mujeres,
no una esencia defnidora y limitadora.?0 1La teoria de la
encar- naci6n en que se asienta el analisis de Beauvoi esti
restrin- gida por la reproducci6n sin reservas de la
distinci6n carte- запа епге йЬепад у сиегро, Резе ат
етрейо рог аЁгтаг lo contrano, parece que Bеаиvоiг
maniene eldualsmo meп-
64 EL GENERO EN DISPUTA
te/сиегро, aun cuando o{rece una sintesis de esos t&rmi-
noв.2 La preserуaci6n de esa misma distnci6n puede ser re-
veiadora del mismo taiogocentrismo que Beauvoir subest-
ma. En la tradici6n flos6fica que se inicia con Plat6n y
sigue con Descartes, Husserly Sartre, la diferenciaci6n
on- toi6gica entre alma (conciencia, mente) у сиeгро
siempre defende relaciones de subordinaci6n y ierarquia
politica y psiquca.la mente no s6lo somere al сиегро, sno
que eyen- malmente juega con la fantasta de escapar
totalmente de su corporeidad. las asociaciones cuiturales
de la mente con la masculnidad y del сueгро con la
feminidad estdn bien do- cumentadas en el саmpо de la
flosofia y el teminisrno.? En consecuencia, toda
reproduccin sin reservas de la diferen- ciacin entre
mente/cuerpo debe replantearse en virtud de la jerarquia
implicua de los g&neros que esa diierenciacin
ha creado. mantenido v racionalizado cominmente
La construcci6n discursiva del «сиегро» у su separaci6n
dela «tbertad» exisrente en la obra de Beauvoir no logra
f- iar,en eleye del genero,la propia dilerenciaci6n entre
men- te/cuerpо que presuntamente alunbra la persstencia
de la astmetria entre los gtneros. Ofcialmente, para
Beauvoir el сиегро femenino estd marcado dentro del
discurso masculi- nista, raz0n por la cual el сиегро
masculino, en su tusi6n con lo universal, permanece si
marca. lrigaray exphca de forma cara que tanto la marca
como lo marcado se insertaп dentro de un modo
mascuinista de significaci6n en el que el сиегро {emenino
estй «demarсado», por asi deciю, fuera del campo de o
spnflcabe. En termunos poshegelanos, la mujer esіа
«апиіада», рего по ргезегуада. Еп lа шгегргега- Cidn de
Iriearav. la explicaci6n de Beauvoir de que la mujei «es
sexo» se modifica para significar que ela no es el seхо gue
estaba destnada a ser, sino, mas bien, el sexo masculno
suetos pe sexO/cfnerO/peseo 65
епсоте (у en corps) que discurre eп еl тодо delа оtгедад
Para lrigaray, ese modo falogocentrico de significar el
sexo feтепіпо sіeтрге вепега faпгаsтаз де ви ргорю
девео ае amplacion. En vez de una postura lingiiistico-
autolimitante que proporcione la alteridad o la dtferencia a
las mujeres, el їаоросепшвзто ргорогсюпа ип потЬге
рага осшгаг ю Ёе menino y ocupar su lugar.
Теовпак ио впавЮ,ТО иМтАКО У МАб АША
Beauvoir e lngaray tenen dierentes posturas sobre las
estructuras fundamentales mediante las cuales se reproduce
ia asimetria entre los g&neros; la primera apela a la recipго-
cidad talida de una dialectca asimetnica, yla segunda argu-
menta que la dialectica en si es la construccion monol6pica
de una economia significante masculinista. Si bien lrigaray
extende claramente el campo de la critica feminista al eх-
plcar las estructuras epistemol6gica, ontol6gica y l6gica de
ina economia significante masculinista, su andlisis pierdt
tuerza justamente a causa de su alcance globalizador. zSe
puede reconocer una economia masculinista monolitica asi
сото monol6gica que traspase la totaldad de contextos cul
trales e hist6ricos en los que se produce la diferencia se-
xual? 2Elhecho de nо aceptar los procedimentos culturaleз
especificos de la opresi6n de g&neros es en si una suente de
lmperialismo epistemol6gico, que по se desarrolla con la
mera elaboracin de diferencias culruraies сото «еіетрюз»
de mismo falogocentrismo? El empeйo por inciur culturas
de «Otros» соmо ampliicaciones vanadas de un falogocen-
tismo gobal es un aсtо аргоpiаtуо qие sе ехропе а
герейг el gesto faiogocentrico de autoexaltarse, у domina
bajo el
 EL GENERO EN DISPUTA
6 SUJETOS DE SEXO/GENERO/DESEO
signo delo mismo las diferencias que de otra forma
cuestio. narian ese concepto totalizador.2!
La critica feminista debe explicar las afirmaciones
totali. zadoras de una economia significante
masculinista,pero también debe ser autocritica respecto de
las acciones totali zadoras del feminismo.El empeno por
describir al enemigo como una forma singular es un
discurso invertido que imita la estrategia del dominador
sin ponerla en duda,en vez de proporcionar una serie de
términos diferente.El hecho de que la tactica pueda
funcionar tanto en entornos feministas como antifeministas
demuestra que la accion colonizadora no es masculinista
de modo primordial o irreductible.Puede crear distintas
relaciones de subordinacion racial,de clase y
heterosexista,entre muchas otras.Y es evidente que detallar
las distintas formas de dominacion,como he empezado a
hacerlo,implica su coexistencia diferenciada y consecutive
en un eje horizontal que no explica sus coincidencias dentro
del ambito social.Un modelo vertical tampoco es suficiente
las opresiones no pueden agruparse sumariamente,relacio.
narse de manera causal o distribuirse en planos de《origi.
nalidad,y《derivatividad》.24 De hecho,el campo de poder
estructurado en parte por la postura imperializante de apro.
piacion dialectica,supera e incluye el eje de la diferencia se.
xual,y proporciona una grafica.de diferenciales cruzadas
que no pueden jerarquizarse de un modo sumario,ni dentro
de los limites del falogocentrismo ni en ningun otro candi.
dato al puesto de wcondicion primaria de opresion>.Más
que una estrategia propia de economias significantes mascu
linistas,la apropiacion dialectica y la supresion del Otro es
una estrategia mas,supeditada,sobre todo,aunque no úni
camente,a la expansión y racionalizacion del dominio mas.
culinista.
6
Las discusiones feministas actuales sobre el
esencialismo exploran el problema de la universalidad de la
identidad fe. menina y la dominacion masculinista de
distintas maneras Las afirmaciones universalistas tienen
su base cn una posi- ción epistemologica comun o
compartida (entendida como la conciencia articulada o las
estructuras comparidas de la do- minación),o en las
estructuras aparentemente transculturales de la feminidad,la
maternidad,la sexualidad y la ecrinwre fe minine.El
razonamiento con el que inicio este capftulo afir- maba
que este gesto globalizador ha provocado numerosas
criticas por parte de mujeres que afirman que la categoria
αmujeres>es normativa y excluyente y se utiliza mantenien-
do intactas las dimensiones no marcadas de los privilegios de
clase y raciales.Es decir,insistir en la coherencia y la unidad
de la categoria de las mujeres ha negado,en efecto,la multi-
tud de intersecciones culfurales,sociales y polkticas en que se
construye el conjunto concreto de amujeres》.
Se ha intentado plantear politicas de coalición que
no den por sentado cual seria el contenido de
omujeres".Mas bien proponen un conjunto de encuentros
dialogicos en los que mujeres de posturas diversas
propongan distintas iden. tudades dentro del marco de
una coalicion emergente.Es evidente que no debe
subestimarse el valor de la politica de coalición,pero la
forma misma de coalicion,de un conjunto emergente e
impredecible de posiciones,no puede imagi- narse por
adelantado.A pesar del impulso,claramente de-
mocratizador,que incita a construir una coalicion,alguna
teórica de esta posicion puede,involuntariamente,reinser.
tarse como soberana del procedimiento al tratar de estable
cer una forma ideal anticipada para las estructuras de coali-
ción que realmente asegure la unidad como conclusion.Los
esfuerzos por precisar qué es y qué no es la forma verdadera
 EL GENERO EN DISPUTA
6 SUJETOS DE SEXO/GENERO/DESEO
de u ddogо, quё consttиуe unа роsiсібп де зшею у,
sobге todo, cudndo se ha conseguido la «unidad», pueden
impedit la dnamica autolormnativa y autolimitante de la
coaici6n.
Tnsistr anticipadamente en la «unidad» de
coalici6n соmо objetvo implca que la soldandad, a
cualquierpreciо еб ипа сопдісібп ргеупа рага Іа ассйбп
роПиса Рего, гдиё иро де роIіса геqшеге еве про dе
ипдаа аписрада? Ош- zis una coalici6n tiene que admitir
sus contradicciones an tes de соmenwaг я actшar
conservandо intactas dchas соп
tradicciones. O quiza parte de lo que implica la comprensi6n
dialogica sea aceptarla dvergencia, la ruptura, la fragmen-
іасібп уМа діувюп сото рагtе де ргосезо, рогЮо
депега iortuoso, de la democratzaci6n. Е] сопсеріо
misuo de «diAlogo» es culturalmente espectfco e hist6rico,
pues mien- tas que un hablante puede afirmar que se estd
manteniendo una conversaci6n, otro puede aseguraг quе
по es ast Ргте- ro deben ponerse en tela de juicio las
relaciones de poder gue determunan y restringen
lasposibiidades dial6gicas. De lo contrari, elmodelo de
didogo puede volvera саeгeп ип modelo liberal, que
implica que los agenteshablantes poseen las
mismasposiciones de poder y hablan con las mismas pre
suposiciones acercа de lo que es «асиегdо» у «undad» y de
becho, que &sos son los objetvos que se pretenden. Sегіа
eггбпео sиропег anucipadamene que haу una cateропа
ае «тшегез» que simplemente debа роsеег distnrоs
сотро- nentes de raza. clase. edad. etnicidad v sexualidad
para que est& completa. La hip6tesis de su cardcter
incorpleto esen- ctal posiblta que esa caregoria se utiice
como un lugar de sgniicados retutados que existe de
lorma permanente. El caracter icomplero dela defnici6n
de esta categoria puede servir, entonces, соmо un ideal
nornatvo desprovisto de lа fuerza coercitiva.
69
2Esprecisa la «unidad» para una acci6n poltica eficaz?
!Es justamente la insistencia prematura en el obietivo de la
umdad la causante de una divsi6n cada vez mas amarga en-
те юоз ргиров? АЦдипаз Ёогтаб ае дувібп гесопосйда
рие den faclitarla acci6n de una coalci6n, justamente
porgue ia «unidad» de la categoria de las mujeres ni se
presupone ni se desea. 2Estabiece la «unidad» una norma
de soldar- dad excluyente en el dmbito de la identidad, que
excluye la posЬШdad de dferentез aссюпез дие
тодйсап las [гопе ras mismas de los conceptos de
idenidad o que preсіsа- тєпге iепЕап сопведшг езе
сатЫю сото ип оЫепуо ро Iшсо ехрШспо? Sin ia
presuposicin ni el objeuvo de «umdad», gue en ambos
casos se сrea en un nvel conceр- rual, pueden aрaгесer
unkades pгоvsinales en el соntехго ае ассіопез
евресШсаз сиуоз ргорбвйоз по sоп ]а оггапйа ci6n de
la idenudad. Sin la expectatva oblgatoria de que 1as
acciones ferinistas deben construirse desde una identi-
dad esrabe, unificaday acordada, &stas bien podrian
ini- carse mas rapidamente у pareсeг таз асергаЫез рага
аТди- nas «mujeres», para quenes elsignticado dela
categoria es siempre discutible.
Este acercanuento antftundacionista a la poltica de coa-
lci6n no impйса que la «identidad» sea una premisa ni que
ia rma yel signilcado del conjunto en una coalci6n pue-
dan conocerse antes de aue se efectie. Puesto que la es
tructuraci6n de una identdad dentro de lmies culturales
disponibles establece una definici6n que descarta por ade-
iantado la aparci6n de nuevos conceptos de idenudad en
acciones politicamente comprometidas y a traves de ellas, la
tacUca fundacionista no puede tener como fin normativo la
tгапsfоптасібп оІа атрПасібп аеlоз сопсергов
ехйепгєв de idenudad. Asimsmo, cuando las identdades
acordadas o
 EL GENERO EN DISPUTA
7 sueTos pe sexo/cfnero/peseo
las estructuras dial6eicas estipuladas, mediante las cuales se
comunican las identidades ya establecidas, ya no son el
tema o el sujeto de la poltica, entonces las idenidades
pueden legar a exisnry descomponerse conforme a las
practcas es- ресісаs que las hacen posbes. Algunas
pracucas politicas estabecen ienudades sobre uпа Ьаsе
сопппдепге рага соп- segur cualquier objetvo. la poltica
de coalici6n no exige n una categoria amphada de
«mujeгeз» ni una identdad i- iernamente riluple qие
dеsспЬа sи сотріеідаа ае тапе rа inmediatа.
El genero es una complejidad cuya totalidad se
posterga de manera permanente, nunca aparece completa
en una de- terminada coyuntura en el teтро. Ast, una
coalci6n abier- ta creara identdades que alternadamente
se instauren y se abandonen en funci6n de los objetivos
del momento; se tra tara de un conjunto abierto que
permia mulupies comct- dencias y discrepancias sin
obediencia a un teios normatvo de definici6n cerrada.
Тремтпао. sехо у lA MeTAflstca DE lA SUSTANCIA
;Oue sinicado puede tener entonces la «identidad» y
cual es ia base de la presuposici6n de que las
identidades son identicas a st mismas, y que se mantienen
a trav&s del tempo como tguales, unifcadas e іпtегатепtе
соhегепгез? Y,por encima de todo, гсбто сопfдuгaп esras
вировісіопеб los discursos sobre «identidad de genero»?
Seria err6neo pensar que primero debe analzarse la
«identdad» y des- pues la identidad de g&nero porla
sencila raz6n de que las «регвопаs» s6lo se vuelven
inrelgibes cuando poseen un вёпего дие зе ауизга а
погтав гесопосіЫез ае іпейдЫшдаа
71
de genero. Los andlsis sociol6gicos convencionales inten-
tan dar cuenta de la idea de persona en funci6n de la сара-
cidad de actuaci6n que requiere prioridad ontol6gica res-
pecto de los distintospapeles y funciones mediante los cuales
adquiere una visibilidad social y un significado. Dentro del
ргоріо dвсигво Ёіозбйсо, іа іаеа йе «іа регзопа» sе hа
ат- plado de manera analuca sobre la hpotesis de que el
con- іехtо sосіаі «еп» дие евшй ипа регзопа де адипа
тапега
esta externamente relacionado con la estructura dela def
nici6n de «calidad de persona» [personboodl, ya sea la
con-
cenсіа, la capacidad para el lenguaje o la delberaci6n mo-
ral. Si bien no profundizaremos en csos estudios, ипа
premisa de esas investigaciones'es su enfasis en la exblora
Ci6n ctiica yla inversi6n. Mientras quela cuesi6n de qu& es
lo que establece la «identidad personal» dentro de los estu-
dios fiosбhcos casi siempre se centra en la pregunta de
qиё asресto interno de la persona determina la
contnu- dad o la propia identdad dela persona a trav&s del
tiempo, habria que preguntarse: gen qu& medida las
prdclicas regula- doras de la lormacin y la separaci6n de
g&nerо determinan la identdad, la coherencia interna del
sujeto y, de hecho, la condici6n de la persona de ser
identica a simisma? rEn qu& medida la «identdad» es un
ideal normativo mas que un as- pecto descnptvo dе lа
ехрепепсіа? Сбто puedeп lав pгacuсas
гegamenadoгas qие dеtегтпап еlвёпето Насег- io con
las nociones culruralmente intelgibles de la ident- dad?
En definitiva, la «coherencia» y la «continuidad» de «ia
persona» по son rasgos 16gicos o analtcos dela caldad de
persona sino, mas bien, normas de intelgibidad social-
mente instauradas y mantenidas. En la medida en que
la «idenudad» se preserva mediante los conceptos
estabilza- dores de sexo, вёпего у sexиaIdad,lа посіп
mismа de «a
72 EL GENERO EN DISPUTA
personay se pone en duda por la aparicion culrural de
esos seres con género《incoherente,o《discontinuo》 que
apa- rentemente son personas pero que no se
corresponden con las normas de genero culturalmente
inteligibles mediante las cuales se definen las personas.
Los generos cinteligiblesy son los que de alguna
manera instauran y mantienen relaciones de coherencia y
continui- dad entre sexo,genero,practica sexual y deseo.Es
decir,los fantasmas de discontinuidad e esa matriz de inteligibilidad—otras matrices diferentes y
incoherencia,concebibles ünicamente en relacion con las
reglas existentes de continui- dad y coherencia,son
prohibidos y creados frecuentemente por las mismas leyes
que procuran crear conexiones causa- les o expresivas
entre sexo biologico,generos culturalmente formados y
la<expresión>o 《 efectow de ambos en la apari- ción del
deseo sexual a traves de la practica sexual.
La nocion de que puede haber una saverdady del
sexo, como la denomina ironicamente Foucault,se crea
justamen · te a traves delas practicas reguladoras que
producen identi- dades coherentes a traves de la matriz de
reglas coherentes de género.La heterosexualización del
deseo exige e instau · ra la produccion de oposiciones
discretas y asimétricas entre kfemenino 》
amasculinoy,entendidos estos conceptos como atributos
que designan whombre>y 《 mujep>.La ma · triz cultural
—mediante la cual se ha hecho inteligible la identidad
de genero—exige que algunos tipos de cidenti- dades>no
puedan 《 existiry:aquellas en las que el género no es
consecuencia del sexo y otras en las que las practicas del
deseo no son kconsecuencia>ni del sexo ni del género.En
este contexto,xconsecuencias es una relación polftica de
vinculación creada por las leyes culturales,las cuales deter.
minan y teglamentan la forma y el significado de la sexuali.
dad.En realidad,precisamente porque algunos tipos de
SUJETOS DE SEXO/GENERO/DESEO 7
sidentidades de generoy no se adaptan a esas reglas de
inte- ligibilidad cultural,dichas identidades se manifiestan
unica. mente como defectos en el desarrollo o
imposibilidades l6- gicas desde el interior de ese
campo.No obstante,su insistencia y proliferacion otorgan
grandes oportunidades para mostrar los limites y los
propositos reguladores de ese Campo de inteligibilidad
y,por tanto,para revelar -dentro de los limites mismos de
subversivas de desorden de género.
Pero antes de analizar esas practicas
desordenadoras,es importante entender la <matriz de
inteligibilidady.eEs sin- gular?cDe qué está formada?Cuál
es la peculiar union que aparentemente hay entre un
sistema de heterosexualidad obligatoria y las categorias
discursivas que determinan los conceptos de identidad
del sexo?Si la kidentidad,es un efecto de las practicas
discursivas,hasta qué punto la iden- tidad de género,vista
como una relacion entre sexo,género, practica sexual y
deseo,es el efecto de una präctica regula- dora que puede
definirse como heterosexualidad obligato- ria?Nos
devolveria esa explicacion a otro marco totaliza dor en
y el que la heterosexualidad obligatoria simplemente ocupa
el lugar del falogocentrismo como la causa monoliti- ca de
la opresión de género?
Dentro del ambito de las teorias feminista y
postestruc- turalista francesas,se cree que diferentes
regimenes de po- der crean los conceptos de identidad
del sexo.Considerese la oposicion entre esas
posturas,como la de Irigaray,que sostienen que sólo
existe un sexo,el masculino,que evoly. ciona en y
mediante la produccion del wOtrow;y,por otra
parte,posturas como la de Foucault,que argumenta que la
Categoria de sexo,ya sea masculino o femenino,es la pro.
ducción de una economia difusa que regula la sexualidad
74 et GENERO EN DlSPUTA
Considerese tambi&n el argumento de Witig respecto a
que la categorla de sexo, en las condiciones de
heterosexualidad oblgatoria, siempre es {emenina (mientras
que la masculina по estй marcada y, POr tanto, es sin6nimo
de l «universal»). Aunque parezca parad6jico, Witug esti
de acuerdo con Foucault cuando afirma que la categorta
misma de sexo sе anularia y, de hecho, desaparecemia a
travts dela alteraci6n y el desplazamiento de la hegemonia
heterosexual.
Las dferentes explcaciones que se presentan aqui reve-
lan las diversas maneras de entender la categoria de
sexo, dependiendo de la {orma en la que se organiza el
campo de poder.Se puede preservar la complejidad de
estos campos de poder yal misro temро pensar en sus
capaсidadєs рго- ducuvas? Por un lado, la teoria de lrigaray
sobre la diferen- ca sexual expresa que nо se puede delinir
nunca a las muje- res segin el modelo de un «suetо» en
elsenо de ls sistemas de representaci6n habituales de la
cuicura occidental, justa- mente porquе sоп еl fейсhе де
Іа гергєsепtасіп у рог гап- ю, юо по гергевепгаЫе сото
tаl Lав тиjегез пипса риедеп «ser», segin esta ontologia
de las sustancias, justamente por- que son la relaci6n de
diferencia, lo excluido, mediante lo cual este dominio se
distingue. Las mujeres tambi&n son una «dfferencia» que no
puede ser entendida como la mera ne- gaci6n o el «Ошо»
del sujeto ya siempre masculnо . Сото he comentado
anteriormente, no son ni el sujeto ni su Otro, sio una
diferendia resрecto de la economia de oposici6n bі- nana,
gue es por sf msma una estratagera para el desarro- lo
monol6gico de lo masculino.
No obstante, para todas estas posiciones es vital la idea
de que elsexo surge dentro del leпgиаjе певетбпсо
сото una sustancia, cоmо un ser id&ntco a si mismo, en
terminos metafsicos. Esta apanencia se consigue mediante
un giro
suiemos De sexO/ctnero/peseo 75
performaivo del lenguaje y del discurso que esconde el he-
co de qие «вег» dе иn зехо оип вЄпего ез Ьasiamenе
іт- рояЫе Зедйп Ппрагау,а втатяпса пипса риейе
вегипи aco realdeias reacones entelos вёneгоs рогque
resраIdа iustamente el modelo sustancial de g&neго соmо
una rela- ci6n binaria entre dos t&rminos positivos y
representables.25 Para lrigaray, la gramatica sustantiva del
gtnero, que impli- сa a hombres v muieres. ast como sus
atnibutos de masculi. по утетєппо, ез ип ететро де ипа
оровсюп Ьтапа дие de hecho dstraza el discurso unvoco
y hegemdnico de lo masculno, el laogocentrismo,
acalandolo lemenino como u iugаг де тишрШсіаад
виЬуегзуа Рага Роисаші, Іадга matca sustanuva del
sexo exige una reiaci6n bnara art- lcial entre los
sexos, у tambiёn una coherencia interna artilcial dentro
de cada t&rmino deesa relaci6n Ыiпагйа.Та reglamentaci6n
binaria de la sexualidad elimina la multipli- cidad
subversiva de una sexualdad que trastoca las bege-
monias heterosexual, reproductva y medico-juridica.
Para Wnng,a resrnccюп Ьnапа dеІзехо езйй
виредйа da a los objetivos reproductivos de un ststema de
hetero- бехиаШдад оЬдатопа; еп осаяопєз аЁгта qие
едеггит- bamen de esta darй lugar a un verdaderо
humansmо dе «la persona» lberada de los grilletes del
sexо. En otros con- техюов, рнапгеа диеіа ргоЁиябп уlа
dIивбп ае ипа есопо mia erodca no faocentica haran
desaparecer las lusiones de sехо, вeпего eidenudad. En
otros lragmentos de sus tex- гоб «шаТезЫапа»
арагепгетепе арагесе сото ип гегсєг вЄ nero que
promete ir mas alld de la restricci6n binaria del sсхо
шsгаигада рог elssrета dе hегеговехиаНааа оЫйдаго na
Ensu detensa del«sueto cognoscitvo», aparentemente
УТтпд по тапиепе ппдип рєно тесаЙясо соп ав
Ёогтав hegem6nicas de significaci6n o representaci6n; de
hecho, el
76 EL GENERO ENDISPUTA
sujeto, con su atributo de autodeterminaci6n, parece ser la
rehablraci6n del agente de la elecci6n existencial bapo
el nombre de «lesbiana» «La legada de sujetos
indviduales impone destrur pninero las categorias dе sехо
[…; 1a ies- bianа es el йтісо сопсерго дие сопогсо дие
игазсіепае іаз categorias de seхо»26 No censura al
«suieto» por ser siem- pre masculno segйn las normas
dc ю Simb6ico ineviabe- mente patnarcal, sio que
recomienda en sulugar el equva- lente de un sujeto
lesbiano como usuano del lenguaje.?
Idenufcar alas muieres con el «seхо» es, рага Beauvoir
y Viug, una uni6n dela categoria de rmuieres con las сагас-
teristcas aparentemente sexualtzadas de sus cuerpos y, рог
consiguente, un rechazo a dar lbertad y autonomia a
la5 mujeres comо aparentemente las disfrutan los hombres.
Ast pues, destrurla categoria de sexo seria destruir un
atrbuto, el sexo, quea traуёs de un gestomis6gino de
sinecdoque ha осирado ellugar de la persona, el cogio
autodeterminanre. Dicho de otra {orma, s6lo los
hombres son «personas» у s6lohay un genero: el
femenino
ЕІ дёпего ез еАіпдсе Ппрйзйсо аеІа орозісюп
ройпса етге юв зехов Сёпего ве ицШта адиі еп впдшаг
рогдие геа- mente no bay dos вёпегоs. Йnсamentе hау
ипо: еНетеппо, pues el*masculino" no cs un вёпего.
Porque lomascuino по es lo masculino, sino lo general».24
Ast pues, Wuuigreclama la destrucci6n del «sехо» рага
gue las mujeres puedan aceptar laposici6n de un sujeto un-
versal. En el carino hacia esa destrucci6n, las
«mujeres» deben asumir tanto una perspectva particular
como otra uriversal.9 En tanto que sujеtо сарах ае
сопведшг іа ип
versalidad concreta a trav&s de la lbertad, la
suEmos De sExo/cenero/peseo 77
Wiig corrobora la promesa normatva de ideales humans-
tas que se asientan en la premisa de la metafisica de la sus-
tancia, en vez de refutarla. En este senudo, Wirtg se
des- marca de lngaray no s6l en lo referente alas
oposiciones ahora muy conocidas entre esencialismo y
materialismo,0
sio tambien en la adhesi6n a una metafisica de la sustancia
que corrobora elmodeo normatvo delhumansmo como el
marco del feminismo. Cuando Vitig parece defender un
proyecto radical de emanсірасin lesbiana у dstngue
entrе «tesbiana» y «mujer», lo hace meciante la defensa
de la «persona» anterior al g&nero, representada como
lbertad. Eso no sdlo conlirma el caracter presocial dela
lbertad hu- mana, sino que tambi&n respalda csa metafisica
dela sustan- ca que es responsable de la producci6n y la
naturalzaci6n de la categoria del sexo en si.
La metafsica de la sustancia es una frase relacionada
con Nietzsche dentro de la critica actual del discurso
flos6fico. En un comentario sobre Nietzsche, Michel Haar
afirmna que nunerosas ontologias flos6ficas se han
quedado atrapada5 en ciertas lusiones de «Ser» у
«Sustancia» animnadas por la idea de que la formulaci6n
gramatical de suieto y pretlicado releja la reahdad
ontol6gica previа de susanсiа у ашіЬиго Estos
constructos, segun Нааг, сопГогтап ов теаов Шо
s6lcos artificiales mediante los cuales se crean de manera
eecuva la simpicidad, el orden yla idenudad. Pero en ni-
gun caso muestran ni representan un orden real delas соsаs.
Para nuestros fnes, esta critica nietzscheana es instructva si
se atrbuye a las categorias psicol6gicas que rigen muchas re-
lexiones populares y te6ncas sobre la idenuqаа dе еёпего
Como sostene Haar, la criica de la metafsica de la sustan-
cia conleva una critica de la noci6n misma de la persona
lesbiana de psicol6gica como una cosa sustanuva:
78 EL GENERO EN DISPUTA
La destrucci6n de la l6gica mediante su genealogia impii-
ca ademas la desaparici6n de las categorias psicologicas basa-
das en esta l6gica. Todas las categorias psicol6gicas (el yo, el
indwiduo,la persona) proceden dela iusin de identidad sus-
tancial. Pero esta iusi6n regresa basicamente a una superst-
ci6n qиe eпдайа по s6о al senido comin, sio tambien a los
fl6sofos, es deci, la creencia en el lenguaje y, mas concreta-
mente, en la verdad de las categorias gramanicales. La grama-
uca (la estructura de sujeto y predicado) sugini6 la certeza de
Descartes de gue «уо» es el sujetode «piensо», сuandomа5
bien son los pensamenos los que vienen a «mi»: en elfondo,
la fe enla gramatca solamente corunica la voluntad de serla
«саиsa» de ios pensamientos propюs. EI suet, elyo, elindi
viduo son tan sdio faisos conceptos, pues convierten las uni-
dades ftcticias en sustancias cuyo ongen es exclusivamente
una realidad lingiitstica.31
Viug ofrece una crtica dferente al sefalar que lаз рег-
sonas no pueden adqurir significado dentro del lenguaje sin
la marca de g&nero. Analza desde la perspecuva poltica la
eramatica del gnero en franc&s. Para Wittig, el gtnero no
s61o destgna a personas —las «саlfіса» por ast decirlo—,
sino que consttuye una episleme conceptual mediante la
cual se universalza el marco binano dei genero. Aunque el
francёs posee un gёneго рarа todo tipo de sustantivos de
personas, Wittig sostiene que su andlisis tambi&n puede
apicarse al ingl&s. Al principio de «Tbe Mark of Gender»
(1984),escribe;
Para ios gramatcos, la marca del вЄneго estй relacionada
con los sustantvos. Hacen referencia a &ste en t&rminos de
luncбп. S ропеп eп duda sи ядшйсадо,о Ьасеп еп Ьгота,
lamando al gtnero un «sехо Ёсйсі» […]. Enlo que concier-
sujetos pe sexo/cfnero/peseo 79
ne alas categorias dela persona, ambos lngl&s y franc&s] son
portadores de g&nero en la nusma medida. En realdad, am-
bos orginan un concepto onrol6gico primiivo que en el len-
guajediwide alos seres en sexos dstntos [.…]. Сото
сопсер- tо ontоюбдісо que tratа delа паtигаiета де Sег
іипго соп ипа nebulosa distnta de otros conceptos
primitivos gue pertene- cen ala misma lnea de pensamiento,
el g&nero parece ataier pnncipalmente a la filosolia.92
El hecho de que elgёпего «pertenezca ala fosofa» si
nifса, segйn Wittg, que pertenece а «esе сиегро de con-
ceptos ewidentes por si solos, si los cuales los fl6sofos
no puedendelnr una lnеа йе гагопатіепо у дие зедйп
еПов se presuponen, ya existen previamente a cualquer
pensa- miento u orden social en la naturaleza»." El
razonamiento de Witig se confirma con ese dscurso
popular sobre la idenudad de g&nero que, sin ningin tpo
de duda, atribuye lia infexi6n de «ser» a los generos y a las
«sexualdades». La аЙгтасюп по ргоЫетйпса де «вег»
ипа тиуег у «зег» Ье- teгоsехual seria representatva de
dcha metafsica dela sus- tancia del genero. Tanto en el caso
de «hombres» como en e! de «mujercs»,esa afimaci6n
iende a supeditarla nocin de вепего ala de identidad ya
concuir que una persona es de uп вєпего у lo es en
virtud de su sexо, su sentdo psiqшсо de yo y dierentes
expresones de ese yo psiquico, entre las cuaies esta el
deseo sexual. En ese contexto prefeninista, el generо,
ingenuamente (y no cniicamente) соn[undдо соп е зехо,
[ипсопа сото ип ргпсірю ипйЙсадог аеІ уо епсаг-
nado y conserva esa unidad por encima y en contra de un
«sехо opuesto», сиуa estructura presuntamente mantene
cierta coherencia internaparalela pero opuesta entre sехо,
gёпего у deseo. Las frases «Me siento como uпа ти;ег»
рго-
 80 EL GENERO EN DISPUTA
nunciada por una persona del sexo femenino y《Me siento
como un hombre,formulada por alguien del sexo masculi-
no dan por sentado que en ningún caso esta afirmación es
redundante de un modo carente de sentido.Aunque puede
no parecer problemático ser de una anatomia dada (aunque
más tarde veremos que ese proyecto también se enfrenta a
muchas dificultades),la experiencia de una disposición psi-
quica o una identidad cultural de género se considera un lo-
gro.Asi,la frase《Me siento como una mujer>es cierta si se
acepta la invocacion de Aretha Franklin al Otro definidor:
《Tú me haces sentir como una mujer naturaly.Este logro
exige diferenciarse del género opuesto.Por consiguiente,
uno es su propio género en la medida en que uno no es el
otro género,afirmación que presupone y fortalece la restric-
ción de género dentro de ese par binario.
El género puede designar una unidad de experiencia,de
sexo,género y deseo,solo cuando sea posible interpretar
que el sexo de alguna forma necesita el género —cuando el
género es una designación psiquica o cultural del yo—y el
deseo —cuando el deseo es heterosexual y,por lo tanto,se
distingue mediante una relación de oposición respecto del
otro género al que desea—.Por tanto,la coherencia o uni-
dad interna de cualquiergénero,ya sea hombre o mujer,ne-
cesita una heterosexualidad estable y de oposición.Esa he-
terosexualidad institucional exige y crea la univocidad de
cada uno de los términos de género que determinan el limi-
te de las posibilidades de los géneros dentro de un sistema
de géneros binario y opuesto.Esta concepción del género
no sólo presupone una relación causal entre sexo,género y
deseo:también senala que el deseo refleja o expresa al géne-
ro y que el género refleja o expresa al deseo.Se presupone
que la unidad metafisica de los tres se conoce realmente y
81
SUJETOS DE SEXO/GENERO/DESEO
que se manifiesta en un deseo diferenciador por un ginero
opuesto,es decir,en una forma de heterosexualidad en la
que hay oposición.Ya sea como un paradigma naturalista
que determina una continuidad causal entre sexo,genero
y deseo,ya sea como un paradigma autentico expresivo en
el que se afirma que algo del verdadero yo se muestra de
ma- nera simultanea o sucesiva en el sexo,d genero y el
deseo, aquí wel viejo sueio de simetriay,como lo ha
denominado Irigaray,se presupone,se reifica y se
racionaliza.
Este esbozo del genero nos ayuda a comprender los
mo- tivos polticos de la vision sustancializadora del
género.Ins- tiuir una heterosexualidad obligatoria y
naturalizada re- quiere y reglamenta al genero como una
relacion binaria cn la que el término masculino se distingue
del femenino,y esta diferenciacion se consigue mediante
las practicas del deseo heterosexual.El hecho de establecer
una distincion entre los dos momentos opuestos de la
relacion binaria redunda en la consolidación de
cadatérmino y la respectiva coherencia in- terna de
sexo,género y deseo.
El desplazamiento estrategico de esa relacion binaria y
la metaffsica de la sustancia de la que depende admite que
las categorias de hembra y macho,mujer y hombre,se
constitu- yen de manera parecida dentro del marco
binario.Foucault está de acuerdo de manera implicita con
esta explicación. En el áltimo capitulo del primer tomo de
La historia de la se-
xualidad y en su breve pero teveladora introduccion a Her.
culine Barbin,llamada AlexinaB,”Foucault dice que la ca-
tegoria de sexo,anterior a toda categorizacion de diferencia
sexual,se establece mediante una forma de sexualidad
histó- ricamente especifica.La produccion tactica de la
categoriza- ción discreta y binaria del sexo esconde la
finalidad estraté. gica de ese mismo sistema de produccion
al proponer que el
82 EL GÉNERO EN DISPUTA
«вехо» es «una causa» dela experiencia, la conducta y el de-
seo sexuales. El cuestonamiento geneal6gico de Foucault
muestra que esta supuesta «causa» es «un etecto», lа рго-
duccion de un regunen dado de sexualidad, que intenta re-
euar la experiencia sexual al determinar las categorias dis-
cretas del sexo como funciones tundacionales y causales en
el seno de cualquier andisis discursivo de la sexuaidad.
Foucault, en su introducci6n al diario de este hermatro-
dita, Herculne Barbi, sostiene que la critica geneal6gica
de estas categorias reificadas del sexo es la consecuencia i-
voluntania de practicas sexuales que no se pueden incluir
dentro del discurso m&dico legal de una beterosexualidad
naturalzada. Herculine no es una «idcntdad», sino la im-
posbШdad sexual de una identidad. Si bien las parres ana-
t6micas masculnas y femeninas se dstribuyen conjunta-
mente en y sobre su сиегро, n0 es &sa la fuenre real del
escdndalo. Las convenciones lingiiisticas que generan sere.
соп ёёпего іпгепдіЫе епсиешгап зи Нтпе еп
Негсиіпе justamente porque ela/&l origina una
convergenciayla de- sarticulaci6n de las normas gue
rgen sexo/genero/deseo. Hercиlnе ехропе у redstbuye
ls tёгmiпоs dе ип sіета binaro, рего esза misma
redistibисібп altега у тиtрhса los t&rminos que quedan
fuera de lareiaci6nbinania msma. Рага РоисаиI,
НегсиШпе по риеде сагедогйагве аепго ае la relaci6n
binaria del genero tal como es; la sorprendente
concurrencia de heterosexualidad y homosexualldad en su
persona es onginada —pero nunca causada— por su dis-
conunuidad anat6mica. La аргоpiaсібп que Foucaulr hace
de Hercuhne eз sовресhоsа,6 рего su anaisis afade lа іdеа
interesante de que la heterogeneidad sexual (parad6іса-
mente impedda por una «hetero»-sexuahdad naturalizada)
contiene una critica de la metafisica de la sustancia en la
suietos ne sexo/cenero/peseo 83
medida en que penetra en las categortas identitarias del
sexo. Foucault imagina la experiencia de Herculine como
un mundo de placeres en el que «lotaban, en el aire, sonri-
sas sin duefo».’ Sonrisas, felicidades, placeres y deseos se
presentan aqui como cualdades sin una sustancia perma-
nente a la gue presuntamente se adhieran. Como atributos
vagos, plantean laposibiidad de una experiencia de g&nero
que no puede percibirse a trav&s de la gramatca sustanciа-
lzadora y jerarquizadora de los sustantvos (res extensa) у
los adjetvos (atributos, tanto esenciales como accidentales).
A partr de su interpretaci6n suraria de Herculine, Fou-
cault propone una ontologia de atributos accidentales que
muestra que la demanda de la identidad es un
principio culruralmnente limitado de orden y jerarquia, una
fcci6n rе- guladora.
Si se puede hablar de un «hombre» con un atributo mas-
culno y entender ese atributo como un rasgo felz pero ac-
cidental de ese hombre, entonces tarbi&n se puede hablar
de un «hombre» con un atributo femenino, cualquera que
este sea, aunque se continie sosteniendo la integridad del
generо. Pero una vez que se suprime iapnondad de «hom-
Ьге» у «mujег» сото sustancias constantes, entonces ya no
se pueden supedtar rasgos de g&nero disonantes coro otras
tantas caracteristicas secundarias y accidentales de una on-
iologta de genero que estd lundamentalmente intacta. S1 la
nocin de una sustancia constante es una construcci6n fcu-
cia creada a trav&s del ordenamiento obligatorio de atribu-
tos en secuencias coherentes de g&nero, entonces рагесе дие
el g&nero como sustancia, la viablidad de bombre у тиjет
como sustantivos, se cuestiona por el juego disonante de
arributos que no se corresponden con modelos consecutivos
o causales de inteligibilidad.
84 EL GENERO EN DISPUTA
La apariencia de una sustancia constante o de un yo
con género(lo que el psiquiatra Robert Stoller denomina
un knácleo de generow)se establece de esta forma por la
re. glamentaciön de atributos que estan a lo largo de lineas
de coherencia culruralmente establecidas.La consecuencia
es que el descubrimiento de esta produccion ficticia cstá
con- dicionada por eljuego desteglamentado de atributos
que se oponen a la asimilacion al marco prefabricado de
sustanti. vos primarios y adjetivos
subordinados.Obviamente,siem- pre se puede atfirmar que
los adjetivos disonantes funcionan retroactivamente para
redefinir las identidades sustantivas que aparentemente
modifican y,por lo tanto,para ampliar las categorias
sustantivas de género de modo que permitan posibilidades
antes negadas.Pero si estas sustancias solo son las
coherencias producidas de modo contingente mediante la
reglamentacion de atributos,pareceria que la ontologia de
las sustancias en si no es inicamente un efecto artificial,sino
que es esencialmente superflua.
En este sentido,genero no es un sustantivo,ni tampoco
es un conjunto de atributos vagos,porque hemos visto que
el efecto sustantivo del género se produce performativa-
mente y es impuesto por las practicas reguladoras de la co-
herencia de género.Asi,dentro del discurso legado por la
metafisica de la sustancia,el género resulta ser performativo,
es decir,que conforma la identidad que se supone que es
En este sentido,el género siempre es un hacer,aunque no
un hacer por parte de un sujeto que se pueda considerar
preexistente a la accion.El reto que supone reformular las
categorias de genero fuera de la metafisica de la sustancia
debera considerar la adecuacion de la afirmacion que hace
Nietzsche en La genealogia delamoral en cuanto a que<no
hay ningun “ser”detras del hacer,del actuar,del devenir;“el
SUJETOS DE SEXO/GENERO/DESEO 85
agente”ha sido ficticiamente aiadido al hacer,el hacer
es todow!"En una aplicacion que el mismo Nietzsche no
ha- bria previsto ni perdonado,podemos anadir como
corolario: no existe una identidad de género detras de las
expresiones de género;esa identidad se construye
performativamente por las mismas wexpresiones>que,al
parecet,son resultado de ésta.
LENGUAJE,PODER Y ESTRATEGIAS DE DESPLAZAMIENTO
No obstante,numerosos estudios feministas han
afirma- do que hay un chacedor>detras de la acción.Sin un
actuan- te,se afirma,no es posible la accion y,por lo
tanto,tampoco la capacidad para transformar las relaciones
de dominacion dentro de la sociedad.En el continuo de
teorias sobre el su- jeto,la teoria feminista radical de
Wittig es ambigua.Por un lado,Wittig parece refutar la
metafisica de la sustancia pero, por el otro,mantiene al
sujeto humano,el individuo,como el sitio metaffsico
donde se sitia la capacidad de acción.Si bien el
humanismo de Wittig presupone de forma clara que hay un
realizador de la accion,su teorfa de todas formas tra- za la
construccion performativa del género dentro de las
prácticas materiales de la cultura,refutando la temporalidad
de las explicaciones que confundieran《causay con《resulta-
dow,En una frase que muestra el espacio intertextual que
une a Wittig con Foucault (y descubre los rastros de la
no- ción marxista de reificacion en ambas teorias),ella
escribe:
Un acercamiento feminista materialistamanifiesta que
lo que consideramos la causa o el origen de la opresion
es,en realidad,solo la marca impuesta por el opresor,el
emito de la