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CAPíruLO 1

SUJETOS DE SEXO/GÉNEROIDESEO

No se nacemujer: liega una a serlo.


SIMONE DE Bnzuvom

Estrictamentehablando, no puede decirse


que existan los «mujeres».
JULIA KRISTEVA

La mujer no tiene un sexo.

LUCE IRlGARAY

El despliegue de la sexualidad L. .. 1
estableció esta noción de sexo.
MICHEL FOUG\ULT

La categoría del sexo es la categoría política


que crea a la sociedad como heterosexual.
MONIQUE WITTIG

LAS «MUJERES» COMO SUJETO DEL fEMINISMO

En su mayoría, la teoría feminista ha asumido que existe


cierta identidad, entendida mediante la categoría de las mu-
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jeres, que no sólo introduce los intereses y los objetivos fe- Foucault afirma que los sistemas jurídicos de poder pro-
ministas dentro del discurso, sino que se convierte en el su- ducen a los sujetos a los que más tarde representan. ~ Las no-
jeto para el cual se procura la representación política. Pero ciones jurídicas de poder parecen regular la esfera política
política y representación son términos que suscitan opiniones únicamente en términos negativos, es decir, mediante la li-
contrapuestas. Por un lado, representación funciona como mitación, la prohibición, la reglamentación, el control y has-
término operativo dentro de un procedimiento político que ta la «protección» de las personas vinculadas a esa estructu-
pretende ampliar la visibilidad y la legitimidad hacia las mu- ra política a través de la operación contingente y retractable
jeres como sujetos políticos; por otro, la representación es la de la elección. No obstante, los sujetos regulados por esas
función normativa de un lenguaje que, al parecer, muestra o estructuras, en virtud de que están sujetos a ellas, se consti-
distorsiona 10 que se considera verdadero acerca de la cate- tuyen, se definen y se reproducen de acuerdo con las impo-
goría de las mujeres. Para la teoría feminista, el desarrollo de siciones de dichas estructuras. Si este análisis es correcto,
un lenguaje que represente de manera adecuada y completa entonces la formación jurídica del lenguaje y de la política
a las mujeres ha sido necesario para promover su visibilidad que presenta a las mujeres como «el sujeto» del feminismo
política. Evidentemente, esto ha sido de gran importancia, es, de por sí, una formación discursiva y el resultado de una
teniendo en cuenta la situación cultural subsistente, en la versión especifica de la política de representación. Así, el su-
que la vida de las mujeres se representaba inadecuadamente jeto feminista está discursivamente formado por la misma
o no se representaba en absoluto. estructura política que, supuestamente, permitirá su eman-
Recientemente, esta concepción dominante sobre la re- cipación. Esto se convierte en una cuestión políticamente
lación entre teoría feminista y política se ha puesto en tela de problemática si se puede demostrar que ese sistema crea su-
juicio desde dentro del discurso feminista. El tema de las jetos con género que se sitúan sobre un eje diferencial de do-
mujeres ya no se ve en términos estables o constantes. Hay minación o sujetos que, supuestamente, son masculinos. En
numerosas obras que cuestionan la viabilidad del «sujeto» tales casos, recurrir sin ambages a ese sistema para la eman-
como el candidato principal de la representación o, incluso, cipación de las «mujeres» será abiertamente contraprodu-
de la liberación, pero además hay muy poco acuerdo acerca cente.
de qué es, o debería ser, la categoría de las mujeres. Los El problema del «sujeto» es fundamental para la políti-
campos de «representación» lingüística y política definieron ca, y concretamente para la política feminista, porque los su-
con anterioridad el criterio mediante el cual se originan los jetos jurídicos siempre se construyen mediante ciertas prác-
sujetos mismos, y la consecuencia es que la representación se ticas excluyentes que, una vez determinada la estructura
extiende únicamente a lo que puede reconocerse como un jurídica de la política, no «se perciben». En definitiva, la
sujeto. Dicho de otra forma, deben cumplirse los requisitos construcción política del sujeto se realiza con algunos obje-
para ser un sujeto antes de que pueda extenderse la repre- tivos legitimadores y excluyentes, y estas operaciones políti-
sentación. cas se esconden y naturalizan mediante un análisis político
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en el que se basan las estructuras jurídicas. El poder jurídi- término .emujeres» indica una identidad común. En lugar de
co «produce» irremediablemente lo que afirma sólo repre- un significante estable que reclama la aprobación de aque-
sentar; así, la política debe preocuparse por esta doble fun- llas a quienes pretende describir y representar, mujeres (in-
ción del poder: la jurídica y la productiva. De hecho, la ley cluso en plural) se ha convertido en un término problemáti-
produce y posteriormente esconde la noción de «un sujeto co, un lugar de refutación, un motivo de angustia. Como
anterior a la ley»" para apelar a esa formación discursiva sugiere el título de Denise Riley, Am I tbat Name? [¿Soy yo
como una premisa fundacional naturalizada que posterior- ese nombres], es una pregunta motivada por los posibles
mente legitima la hegemonía reguladora de esa misma ley. significados múltiples del nombre.' Si una «es» una mujer, es
No basta con investigar de qué forme las mujeres pueden es- evidente que eso no es todo lo que una es; el concepto no es
tar representadas de manera más precisa en el lenguaje y la exheustivo.jno porque una «persona» con un género prede-
política. La crítica feminista también debería comprender terminado sobrepase los atributos específicos de su género,
que las mismas estructuras de poder mediante las cuales se sino porque el género no siempre se constituye de forma co-
pretende la emancipación crean y limitan la categoría de «las herente o consistente en contextos históricos distintos, y
mujeres», sujeto del feminismo. porque se entrecruza con modalidades raciales, de clase, ét-
En efecto, la cuestión de las mujeres como sujeto del fe- nicas' sexuales y regionales de identidades discursivamente
minismo plantea la posibilidad de que no haya un sujeto que constituidas. Así, es imposible separar el «género» de las in-
exista «antes» de la ley, esperando la representación en y por tersecciones políticas y culturales en las que constantemente
esta ley. Quizás el sujeto y la invocación de un «antes» tem- se produce y se mantiene.
poral sean creados por la ley como un fundamento ficticio La creencia política de que debe haber una base univer-
de su propia afirmación de legitimidad. La hipótesis preva- sal para el feminismo, y de que puede fundarse en una iden-
leciente de la integridad ontológica del sujeto antes de la ley tidad que aparentemente existe en todas las culturas, a me-
debe ser entendida como el vestigio contemporáneo de la nudo va unida a la idea de que la opresión de las mujeres
hipótesis del estado de naturaleza, esa fábula fundacionista posee alguna forma específica reconocible dentro de la es-
que sienta las bases de las estructuras jurídicas delliberalis- tructura universal o hegemónica del patriarcado o de la do-
mo clásico. La invocación performativa de un «antes» no minación masculina. La idea de un patriarcado universal ha
histórico se convierte en la premisa fundacional que asegura recibido numerosas críticas en años recientes porque no tie-
una ontología presocial de individuos que aceptan libre- ne en cuenta el funcionamiento de la opresión de género en
mente ser gobernados y, con ello, forman la legitimidad del los contextos culturales concretos en los que se produce.
contrato social. Una vez examinados esos contextos diversos en el marco de
Sin embargo, aparte de las ficciones fundacionistas que dichas teorías, se han encontrado «ejemplos» o «ilustracio-
respaldan la noción del sujeto, está el problema político con nes» de un principio universal que se asume desde el princi-
el que se enfrenta el feminismo en la presunción de que el pio. Esa manera de hacer teoría feminista ha sido cuestiona-
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da porque intenta colonizar y apropiarse de las culturas no quier otra forma la «especificidad» de lo femenino, una vez
occidentales para respaldar ideas de dominación muy occi- más, se descontextualiza completamente y se aleja analítica y
dentales, y también porque tiene tendencia a construir un políticamente de la constitución de clase, raza, etnia y otros
«Tercer Mundo» o incluso un «Oriente», donde la opresión ejes de relaciones de poder que conforman la «idenridadsy
de género es sutilmente considerada como sintomática de hacen que la noción concreta de identidad sea errónea."
una barbarie esencial, no occidental. La urgencia del femi- Mi intención aquí es argüir que las limitaciones del dis-
nismo por determinar el carácter universal del patriarcado curso de representación en el que participa el sujeto del fe-
--<:00 el objetivo de reforzar la idea de que las propias rei- minismo socavan sus supuestas universalidad y unidad. De
vindicaciones del feminismo son representativas- ha pro- hecho, la reiteración prematura en un sujeto estable del fe-
vocado, en algunas ocasiones, que se busque un atajo hacia minismo -------entendido como una categoría inconsútil de mu-
una universalidad categórica o ficticia de la estructura de jetes-e- provoca inevitablemente un gran rechazo para ad-
dominación, que por lo visto origina la experiencia de sub- mitir la categoría. Estos campos de exclusión ponen de
yugación habitual de las mujeres. manifiesto las consecuencias coercitivas y reguladoras de esa
Si bien la afirmación de un patriarcado universal ha per- construcción, aunque ésta se haya llevado a cabo con objeti-
dido credibilidad, la noción de un concepto generalmente vos de emancipación. En realidad, la división en el seno del
compartido de las «mujeres», la conclusión de aquel marco, feminismo y la oposición paradójica a él por parte de las
ha sido mucho más difícil de derribar. Desde luego, ha habi- «mujeres» a quienes dice representar muestran los límites
do numerosos debates al respecto. ¿Comparten las «muje- necesarios de las políticas de identidad. La noción de que el
res» algún elemento que sea anterior a su opresión, o bien feminismo puede encontrar una representación más extensa
las «mujeres» comparten un vínculo únicamente como re- de un sujeto que el mismo feminismo construye tiene como
sultado de su opresión? ¿Existe una especificidad en las cul- consecuencia irónica que los objetivos feministas podrían
turas de las mujeres que no dependa de su subordinación frustrarse si no tienen en cuenta los poderes constitutivos
por parte de las culturas rnasculinistas hegemónicas? ¿Están de lo que afirman representar. Este problema se agrava si se
siempre contraindicadas la especificidad y la integridad de recurre a la categoría de la mujer sólo con finalidad «estra-
las prácticas culturales o lingüísticas de las mujeres y, por tégica», porque las estrategias siempre tienen significados
tanto, dentro de los límites de alguna formación cultural que sobrepasan los objetivos para los que fueron creadas.
más dominante? ¿Hay una región de lo «específicamente fe- En este caso, la exclusión en sí puede definirse como un sig-
menino», que se distinga de lo masculino como tal y se acep- nificado no intencional pero con consecuencias, pues cuan-
te en su diferencia por una universalidad de las «mujeres» do se amolda a la exigencia de la política de representación
no marcada y, por consiguiente, supuesta? La oposición bi- de que el feminismo plantee un sujeto estable, ese feminis-
naria masculino/femenino no sólo es el marco exclusivo en mo se arriesga a que se lo acuse de tergiversaciones inexcu-
el que puede aceptarse esa especificidad, sino que de cual- sables.
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Por lo tanto, es obvio que la labor política no es rechazar categoría de las mujeres estabilidad y coher~c~ únicam~­
la política de representación, lo cual tampoco sería posible. te en el contexto de la matriz heterosexual? SI una noción
Las estructuras jurídicas del lenguaje y de la política crean el estable de género ya no es la premisa principal de la política
campo actual de poder; no hay ninguna posición fuera de feminista, quizás ahora necesitemos una nueva política fe-
este campo, sino sólo una genealogía crítica de sus propias minista para combatir las reificaciones mismas de género
acciones legitimadoras. Como tal, el punto de partida crítico e identidad, que sostenga que la construcción va.riable de ~a
es el presente histórico, como afirmó Marx. Y la tarea con- identidad es un requisito metodológico y normativo, ademas
siste en elaborar, dentro de este marco constituido, una crí- de una meta política.
tica de las categorías de identidad que generan, naturalizan Examinar los procedimientos políticos que originan y es-
e inmovilizan las estructuras jurídicas actuales. conden lo que conforma las condiciones al sujeto jurí?ico
Quizás haya una oportunidad en esta coyuntura de la del feminismo es exactamente la labor de una genealogía fe-
política cultural (época que algunos denominarían posfe- minista de la categoría de las mujeres. A lo largo de este in-
minista) para pensar, desde una perspectiva feminista, so- tento de poner en duda a las «mujeres» como el sujeto d~
bre la necesidad de construir un sujeto del feminismo. feminismo, la aplicación no problemática de esa categona
Dentro de la práctica política feminista, parece necesario puede tener como consecuencia que se descarte la opción de
replantearse de manera radical las construcciones ontoló- que el feminismo sea considerado una política de ::preset;'--
gicas de la identidad para plantear una política representa- tación. 'Qué sentido tiene ampliar la representacron hacia
tiva que pueda renovar el feminismo sobre otras bases. Por sujetos ~ue se construyen a través de la exclusión de qu~enes
otra parte, tal vez sea el momento de formular una crítica no cumplen las exigencias normativas tácitas del sujeto?
radical que libere a la teoría feminista de la obligación de (
.Qué relaciones de dominación y exclusión .se, establecen. de
construir una base única o constante, permanentemente manera involuntaria cuando la representacron se convierte
refutada por las posturas de identidad o de antiidentidad a en el único interés de la política? La identidad del sujeto fe-
las que invariablemente niega. ¿Acaso las prácticas exclu- minista no debería ser la base de la política feminista si se
yentes, que fundan la teoría feminista en una noción de asume que la formación del sujeto se produce dentro ~e un
«mujeres» como sujeto, debilitan paradójicamente los ob- campo de poder que desaparece invariablement~.~edlante
jetivos feministas de ampliar sus exigencias de «represen- la afirmación de ese fundamento. Tal vez, paradoJlcamente,
ración»?' se demuestre que la «representación» tendrá sentido para el
Quizás el problema sea todavía más grave. La construc- feminismo únicamente cuando el sujeto de las «mujeres» no
ción de la categoría de las mujeres como sujeto coherente y se dé por sentado en ningún aspecto.
estable, ¿es una reglamentación y reificación involuntaria de
las relaciones entre los géneros? ¿Y no contradice tal reifi-
cación los objetivos feministas? ¿En qué medida consigue la
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EL ORDEN OBUGATORIO DE SEXO/GÉNERO/DESEO teoriza como algo completamente independiente del sexo, el
género mismo pasa a ser un artificio ambiguo, con el resul-
Aunque la unidad no problemática de las «mujeres» sue- tado de que hombre y masculino pueden significar tanto un
le usarse para construir una solidaridad de identidad la di- cuerpo de mujer como uno de hombre, y mujer y femenino
ferenciación entre sexo y género plantea una fragmentación tanto uno de hombre como uno de mujer.
en el sujeto feminista. Originalmente con el propósito de dar Esta separación radical del sujeto con género plantea
respuesta a la afirmación de que «biología es destino», esa otros problemas. ¿Podemos hacer referencia a un sexo
diferenciación sirve al argumento de que, con independen- «dado» o a un género «dado» sin aclarar primero cómo se
cia de la inmanejabilidad biológica que tenga aparentemen- dan uno y otro y a través de qué medios? ¿Y al fin y al cabo
te el sexo, el género se construye culturalmente: por esa ra- qué es el «sexo»? ¿Es natural, anatómico, cromosómico ti
zón, el género no es el resultado causal del sexo ni tampoco hormonal, y cómo puede una crítica feminista apreciar los
es tan aparentemente rígido como el sexo. Por tanto, la uni- discursos científicos que intentan establecer tales «he-
dad del sujeto ya está potencialmente refutada por la dife- ches»?" ¿Tiene el sexo una historia?" ¿Tiene cada sexo una
renciación que posibilita que el género sea una interpreta- historia distinta, o varias historias? ¿Existe una historia de
ción múltiple del sexo." cómo se determinó la dualidad del sexo, una genealogía que
Si el género es los significados culturales que acepta el presente las opciones binarias como una construcción varia-
cuerpo sexuado, entonces no puede afirmarse que un géne- ble? ¿Acaso los hechos aparentemente naturales del sexo
ro únicamente sea producto de un sexo. Llevada hasta su tienen lugar discursivarnente mediante diferentes discursos
límite lógico, la distinción sexo/género muestra una discon- científicos supeditados a otros intereses políticos y sociales?
tinuidad radical entre cuerpos sexuados y géneros cultural- Si se refuta el carácter invariable del sexo, quizás esta cons-
mente construidos. Si por el momento presuponemos la es- trucción denominada «sexo» esté tan culturalmente construi-
tabilidad del sexo binario, no está claro que la construcción da como el género; de hecho, quizá siempre fue género, con
de «hombres» dará como resultado únicamente cuerpos el resultado de que la distinción entre sexo y género no exis-
masculinos o que las «mujeres» interpreten sólo cuerpos fe- te como tal."
meninos. Además, aunque los sexos parezcan ser claramen- En ese caso no tendría sentido definir el género como la
te binarios en su morfología y constitución 00 que tendrá interpretación cultural del sexo, si éste es ya de por sí una
que ponerse en duda), no hay ningún motivo para creer que categoría dotada de género. No debe ser visto únicamente
también los géneros seguirán siendo sólo dos." La hipótesis como la inscripción cultural del significado en un sexo pre-
de un sistema binario de géneros sostiene de manera implí- determinado (concepto jurídico), sino que también debe in-
cita la idea de una relación mimética entre género y sexo, en dicar el aparato mismo de producción mediante el cual se
la cual el género refleja al sexo o, de lo contrario, está limi- determinan los sexos en sí. Como consecuencia, el género
tado por él. Cuando la condición construida del género se no es a la cultura lo que el sexo es a la naturaleza; el géne-

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