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Justificación.

A lo largo de la historia, la gestión menstrual ha sido una parte connatural de la

vida de todas las mujeres. Con el paso del tiempo, han surgido diversas

opciones para abordar esta necesidad, las toallas sanitarias y los tampones

han desempeñado un papel fundamental gracias a su accesibilidad y aparente

conveniencia.

En la era actual, se ha justificado que las toallas y tampones han demostrado

una creciente negatividad hacía la prevención y cuidado del medio ambiente.

En los últimos años, como alternativas y opciones más sostenibles y

ecoamigables para el cuidado de la mujer y al mismo tiempo con la naturaleza

que nos rodea se han creado las copas menstruales, con la intención de crear

conciencia sobre la importancia de reducir residuos y minimizar un poco el

impacto ambiental.

El uso de la copa menstrual contribuye significativamente al cuidado del medio

ambiente en comparación con los productos menstruales desechables. Esto se

debe a que la copa menstrual es reutilizable y puede durar aproximadamente

10 años, lo que reduce drásticamente la cantidad de residuos generados en

comparación con los productos desechables que se descartan constantemente.

Además, al optar por la copa menstrual, se minimiza el problema de

contaminación asociado con la producción y eliminación de componentes

plásticos y no biodegradables durante el ciclo menstrual.

Un contexto y realidad que ha inspirado a la elección de nuestro lema de

campaña “Fluye con conciencia, ¡protege tu salud y nuestro planeta!”.


Desarrollo

En el ámbito del ciclo menstrual, las mujeres recurren a diversas alternativas

para evitar manchas, malos olores y preservar su salud. Sin embargo, se ha

señalado que las toallas sanitarias, comúnmente usadas, contienen químicos

que pueden causar alergias y materiales propensos a infecciones

Por otro lado, los productos menstruales desechables suelen ser cambiados

cada 2 a 4 horas, dependiendo de la necesidad, y posteriormente son

descartados. Esto plantea un problema significativo, ya que muchos de estos

productos están hechos de materiales que pueden tardar hasta 400 años en

degradarse. Realizando algunos cálculos, se revela que la mayoría de estos

productos terminan en basureros después de un breve período de uso.

Las toallas sanitarias es unos de los elementos contaminantes encontrados en

el lago Cocibolca y es que el tratado incorrecto de estos residuos ha llevado a

contaminaciones de cuerpos de agua y acumulación de residuos plásticos.

Posteriormente, estos desechos son considerados residuos patógenos, ya que

al depositarse en rellenos sanitarios y basureros a cielo abierto sus materiales

pueden filtrarse en arroyos, lagos y ríos que al consumirse produce graves

problemas de salud.

Es difícil tener una idea clara de cuántos residuos plásticos contienen estos

productos menstruales, la mayoría de ellos vienen rodeados en una gran

variedad de plástico. Consideremos la apariencia de las toallas y tampones

menstruales, estos vienen envueltos de plástico, algunos con aplicadores que

ayudan a su puesta, con cuerdas y una delgada capa en su parte absorbente,


todos estos elementos son de plásticos, esto sin tomar en cuenta la bolsa o

paquetes en las que vienen.

El plástico es uno de los materiales más contaminantes para el medio ambiente

por su largo periodo de degradación. Además, forma parte de muchos

productos menstruales debido a que, en cierto momento, se consideró una

mejora en el diseño o una comodidad adicional, como lo promocionan muchas

campañas de marketing de toallas y tampones femeninos para aumentar las

ventas.

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