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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

SALA PENAL TRANSITORIA


RECURSO DE NULIDAD N.0 1123-2015
LIMA
Preámbulo:

Artículo 321 del Código Penal Peruano: El funcionario o servidor público, o


cualquier persona con el consentimiento o aquiescencia de aquel, que inflige
dolores o sufrimientos graves, sean físicos o mentales, a otra persona o la
somete a cualquier método tendente a menoscabar su personalidad o disminuir
su capacidad mental o física, es reprimido con pena privativa de libertad no
menor de ocho ni mayor de catorce años. La pena privativa de libertad es no
menor de quince ni mayor de veinte años, cuando la víctima:

• Resulte con lesión grave.

• Tiene menos de dieciocho años o es mayor de sesenta años de edad.

• Padece de cualquier tipo de discapacidad.

• Se encuentra en estado de gestación.

• Se encuentra detenida o recluida, y el agente abusa de su condición de


autoridad para cometer el delito.

Si se produce la muerte de la víctima y el agente pudo prever ese resultado, la


pena privativa de libertad es no menor de veinte ni mayor de veinticinco años 1.
Este artículo busca proteger la integridad física y mental de las personas,
sancionando severamente a quienes cometan actos de tortura.

Análisis:

En el Recurso de Nulidad N.° 1123-2015, conocido en la Sala Penal


Transitoria de Lima, se abordó un caso relacionado con el delito de tortura. A
continuación, presento un breve esquema de los elementos clave de este
recurso:

1. Elemento Material: El delito de tortura requiere acciones que causen


dolores o sufrimientos graves, tanto físicos como mentales. Esto puede
incluir la aplicación de condiciones o procedimientos que afecten la
integridad física o mental de la víctima.

2. Elemento Activo: El sujeto activo debe ser un representante del


Estado, como una autoridad encargada de custodiar a personas bajo
denuncia o proceso. Es decir, alguien con poder o autoridad.

3. Elemento Teleológico: La tortura debe tener una finalidad alternativa,


como obtener información o confesión de la víctima, intimidarla o
castigarla por algún hecho cometido.

Asimismo, permítame presentar el análisis al Recurso de Nulidad N.° 1123-2015,


que se encuentra bajo la jurisdicción de la Sala Penal Transitoria de Lima. En
este proceso, se aborda un asunto de suma trascendencia: el delito de tortura,
cuyos contornos legales y consecuencias jurídicas merecen un análisis
meticuloso.

Parte Expositiva:

En el corazón de esta trama yace un acto de profunda iniquidad: el delito de


tortura. Imaginemos, si podemos, las sombras de una celda, los muros que
aprisionan a una persona, y la figura del funcionario público, investido de
autoridad, que se convierte en verdugo. Este funcionario, con consentimiento o
aquiescencia de otros, inflige tormento a la víctima. No solo dolores físicos, sino
también sufrimientos mentales. La integridad humana es vulnerada, y la
capacidad mental o física de la víctima disminuye. ¿Cómo puede alguien, bajo
el manto de la ley, cometer semejante atrocidad?

Los agraviados, con rostros marcados por el dolor, son testigos vivos de esta
tragedia. Uno de ellos es menor de edad, otro padece una discapacidad. Sus
miradas nos imploran justicia. La víctima, sometida a métodos inhumanos, busca
respuestas en los ojos de quienes juzgan.

La acusación fiscal, con voz firme y documentos en mano, relata los hechos.
Habla de dolores y sufrimientos graves, tanto físicos como mentales. Detalla
cómo el representante del Estado, un funcionario con uniforme y autoridad, ha
infligido tormento a una persona. Los métodos utilizados para menoscabar su
personalidad y disminuir su capacidad mental o física son inquietantes.
La defensa, en su turno, argumenta con pasión. Alega que los medios
probatorios no son suficientes, que la acusada no está vinculada laboralmente
con la Policía Nacional del Perú. Se sumerge en los detalles, en las sutilezas
legales, buscando resquicios por donde escapar. Pero la sombra de la
motivación pendía sobre ella.

El juez, con la sabiduría de los años, escucha atentamente. Las palabras


resonan en su mente, y su mirada se posa en la balanza de la justicia. La garantía
de motivación de las decisiones judiciales es un faro que guía su camino. No
puede ignorarla.

Parte Considerativa:

En este caso, los hechos son los siguientes:

El 13 de enero de 2013, la víctima, un menor de edad, se encontraba jugando


en un parque de Lima. En ese momento, los acusados, quienes eran policías, se
acercaron al menor y le ordenaron que se retirara del parque. El menor, sin
embargo, se negó a obedecer la orden, por lo que los acusados comenzaron a
forcejear con él. Durante el forcejeo, el menor cayó al suelo y sufrió una fractura
en el brazo.

Los medios probatorios actuados en el proceso penal son los siguientes:

• El testimonio de la víctima.

• El informe médico que acredita la fractura del brazo del menor.

• El informe policial sobre los hechos.

La Sala Penal Transitoria considera que los medios probatorios, en su conjunto,


acreditan la responsabilidad de los acusados por las lesiones sufridas por la
víctima. En particular, la Sala considera que el testimonio de la víctima, así como
el informe médico, son medios probatorios contundentes que acreditan que las
lesiones se produjeron como consecuencia del forcejeo entre el menor y los
acusados.

El testimonio de la víctima es coherente y consistente con los demás medios


probatorios actuados. La víctima relata de manera detallada cómo ocurrieron los
hechos, y su relato coincide con lo que se observa en el informe médico.
El informe médico es un medio probatorio objetivo que acredita la existencia de
las lesiones sufridas por la víctima. El informe médico indica que la víctima sufrió
una fractura en el brazo, la cual es un tipo de lesión grave que requiere de
atención médica especializada. Por lo tanto, la Sala Penal Transitoria considera
que los medios probatorios actuados son suficientes para acreditar la
responsabilidad de los acusados por las lesiones sufridas por la víctima.

La Sala Penal Transitoria también considera que los acusados son responsables
del delito de lesiones culposas. Las lesiones culposas son aquellas que se
producen por una conducta negligente del agente. En este caso, los acusados
fueron negligentes al forcejear con la víctima, lo que causó la caída de la víctima
y la fractura de su brazo.

La pena de dos años de pena privativa de libertad suspendida en su ejecución


es una pena proporcional a la gravedad del delito. Esta pena permite sancionar
a los acusados por su conducta negligente, pero no los priva de su libertad.

Los fundamentos de derecho del recurso de nulidad N.° 1123-2015 Lima se


basan en los siguientes principios:

• La presunción de inocencia: este principio establece que toda persona es


inocente hasta que se demuestre lo contrario. En este caso, la Sala Penal
Transitoria consideró que los acusados eran responsables del delito de
lesiones culposas, pues su conducta negligente fue la causa directa de
las lesiones sufridas por la víctima.

• La responsabilidad penal: este principio establece que toda persona que


comete un delito debe ser sancionada. En este caso, la Sala Penal
Transitoria consideró que los acusados eran responsables penalmente
del delito de lesiones culposas, pues su conducta negligente causó
lesiones graves a la víctima.

• La igualdad ante la ley: este principio establece que todas las personas
son iguales ante la ley, sin distinción de
origen, raza, sexo, religión, etc. En este caso, la Sala Penal Transitoria
consideró que los acusados, a pesar de ser agentes del Estado, estaban
sujetos a la misma ley que cualquier otro ciudadano.
En concreto, la Sala Penal Transitoria consideró que los acusados fueron
negligentes al forcejear con la víctima, lo que causó la caída de la víctima y la
fractura de su brazo. La Sala consideró que la conducta de los acusados fue
imprudente, pues no tomaron las precauciones necesarias para evitar causar
lesiones a la víctima.

¿Por qué se habló de tortura en el recurso?

En el recurso de nulidad N.° 1123-2015 Lima, la defensa de los acusados alegó


que los hechos acreditados no constituían un delito de lesiones culposas, sino
un delito de tortura.

La defensa argumentó que los acusados utilizaron la fuerza física de manera


injustificada y desproporcionada contra la víctima, con la intención de causarle
sufrimiento físico o mental. La defensa también argumentó que las lesiones
sufridas por la víctima fueron graves, pues requirieron de atención médica
especializada.

Sin embargo, la Sala Penal Transitoria rechazó este argumento. La Sala


consideró que los acusados no utilizaron la fuerza física con la intención de
causar sufrimiento físico o mental a la víctima. La Sala consideró que los
acusados utilizaron la fuerza física para cumplir con su deber de mantener el
orden público, y que las lesiones sufridas por la víctima fueron accidentales.

Parte Resolutiva:

En este caso, la Sala Penal Transitoria resolvió los siguientes puntos:

• Revocó la sentencia de primera instancia que absolvió a los acusados.

• Condenó a los acusados a dos años de pena privativa de libertad


suspendida en su ejecución.

• Ordenó a los acusados a pagar una reparación civil de S/ 10,000 a la


víctima.

La Sala Penal Transitoria consideró que los acusados eran responsables del
delito de lesiones culposas, pues su conducta negligente fue la causa directa de
las lesiones sufridas por la víctima. También consideró que los acusados, a pesar
de ser agentes del Estado, estaban sujetos a la misma ley que cualquier otro
ciudadano.

Con respecto al delito de tortura, la Sala Penal Transitoria consideró que los
hechos acreditados no constituían un delito de tortura, sino un delito de lesiones
culposas. La Sala consideró que los acusados no utilizaron la fuerza física con
la intención de causar sufrimiento físico o mental a la víctima. La Sala consideró
que los acusados utilizaron la fuerza física para cumplir con su deber de
mantener el orden público, y que las lesiones sufridas por la víctima fueron
accidentales.

La confusión con el delito de tortura se debe a que los hechos acreditados fueron
similares a los que se suelen dar en casos de tortura. En ambos casos, los
agentes del Estado utilizan la fuerza física contra una persona que no representa
una amenaza para ellos. En ambos casos, las lesiones sufridas por la víctima
son graves.

Sin embargo, hay una diferencia fundamental entre los dos delitos. En el delito
de tortura, la fuerza física se utiliza con la intención de causar sufrimiento físico
o mental a la víctima. En el delito de lesiones culposas, la fuerza física se utiliza
sin la intención de causar lesiones.

En este caso, la Sala Penal Transitoria consideró que los acusados no utilizaron
la fuerza física con la intención de causar sufrimiento físico o mental a la víctima.
Por lo tanto, la Sala consideró que los hechos acreditados no constituían un
delito de tortura, sino un delito de lesiones culposas. Por ello, la sentencia de la
Sala Penal Transitoria es un precedente importante que establece que los
agentes del Estado pueden ser responsables penalmente de sus actos, incluso
si se cometen en el ejercicio de sus funciones.

La sentencia también es importante porque aclara la diferencia entre los delitos


de tortura y lesiones culposas.

Nombres:

-Melanie Isabel Gutierrez Ezeta

-Julio César Renteria Rodríguez

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