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Semana VIII

El imputado. La defensa.

Concepto de imputado:

El imputado está sujeto al proceso, a la ley procesal. La nota característica que permite
distinguirlo: es que en primer lugar, se encuentra generalmente en estado de crisis.
La crisis surge porque se le atribuye la comisión de un hecho con apariencia de delito.
El concepto de imputado es relativo, se es imputado siempre en relación a un hecho que ya
ocurrió históricamente, a diferencia de lo que ocurre con el Fiscal o con el Juez, el imputado, al
igual que al victima, está directamente vinculado a un hecho que va a constituir luego el núcleo
fáctico de la imputación penal o el objeto de procedimiento. No se puede ser imputado de un
modo abstracto o absoluto, sino en relación a determinada conducta, de la que se le considera
autor o participe.

Calidad y tratamiento:

Como consecuencia de esa crisis en la que se encuentra inmerso aquel a quien le ha tocado
asumir la condición de imputado, los sistemas jurídicos van a adoptar a su respecto distintos
tratamientos, ya sea para potenciar sus derechos o convirtiéndolo en un mero objeto de
persecución penal, como si la sentencia condenatoria ya estuviera dictada y restara sólo cumplir
ciertas formalidades.
Quien otorga el rol o la calidad de imputado siempre es ajeno a la misma persona, y por otra
parte ningún efecto tendría su auto imputación, sola, sin ningún otro elemento que la haga
creíble.
Con cualquier organización social, ya no va a ser la victima sino un tercero, quien otorgue el rol
de imputado. Es así como posteriormente, en la organización estatal tal calidad de imputado va
a provenir siempre de un órgano del estado, que en general ha sido, y es, el Juez. Claro que en
el sistema inquisitivo, la confusión entre órgano de la acción y jurisdicción en una sola persona,
permite que la calidad de imputado se otorgue de oficio, sin que le sea solicitada por quien
representa los intereses de la victima o de la sociedad. Por el contrario, en el sistema acusatorio,
es imprescindible que el actor le solicite al Juez otorgue el rol de imputado, a quien a su juicio
merece serlo, para dar comienzo a lo que entendemos es un proceso valido, para el debate
sobre la existencia del hecho y la responsabilidad penal ulterior.
En la realidad inquisitiva, en la que se desenvuelve el procedimiento penal vigente en toda
América Latina, el carácter de imputado nace generalmente, por imperio y decisión de las
agencias policiales. Es que ellas concentran un poder estatal tan importante, que pueden privar
de la libertad a las personas, “ad referéndum” de un posterior decisión judicial que se limita a
revisarla.
Sin embargo, el sistema demoliberal que encontramos en los grandes principios y garantías de
las constituciones en América, se apartan de la implementación que los códigos realizan en este
tema. En efecto, las constituciones potencian los derechos del imputado y por el contrario los
procedimientos, encuentran el medio para disminuir las alternativas de defensa que se
proclaman.

Regulación constitucional:

El art. 18 de la CN considera inocente a toda persona mientras una sentencia no declare lo


contrario (culpable) y quede ésta firme, o sea, pasada en autoridad de cosa juzgada (relativa).
De esta presunción de inocencia surgen consecuencias importantes para potenciar los derechos
del imputado.
Fundamentalmente se garantiza de un modo terminante el derecho al silencio que el imputado
tiene. Se resguarda su discurso de manera que no puede ser obligado a declarar en su contra.
La CN establece que nadie puede ser obligado a declarar contra si mismo. Nadie duda que en la
CN, aunque no se diga expresamente, más allá de respetarse el discurso del imputado, se
respeta en general la vida y la dignidad de toda persona. Ahora bien, cuando no se afecten estos
aspectos (vida y dignidad), salvo el discurso, el imputado sin llegar a ser considerado un objeto
queda sin aquella protección, que era derivación de la ficción de inocencia. Entonces, podrá ser
válido valorar en su contra toda negativa a servir como elemento probatorio, para lograr
confirmar la verdad alegada de los hechos: eso siempre que no se afecte su dignidad, ese es el
limite (ej, muestra de orina o sangre, mostrar su físico, ser examinado por un medico).
Más allá de las dificultades que la propia coacción plantea no creemos que sea necesario el uso
de la fuerza. Basta con permitir que esa negativa sea valorada en su contra, aunque más no sea
como un indicio. Obviamente al no estar prohibido, es posible tal valoración.

ART. 100 CPPSF.- “Calidad de imputado.- Los derechos que este Código acuerda al imputado,
podrá hacerlos valer la persona que fuera detenida o indicada como autor o partícipe de un
hecho delictuoso, en cualquier acto inicial del procedimiento dirigido en su contra y en función de
la etapa en que se encuentre, hasta la terminación del proceso.
Si estuviera privado de su libertad podrá formular sus instancias ante el funcionario encargado
de la custodia, quien la comunicará inmediatamente al Tribunal interviniente.”

Notas constitutivas de la calidad:


1) identificación del perseguido: no necesita ser exacta bastando la indicación de características
particulares, señas, etc. que permitan la individualización personal.
2) el señalamiento de que la persona anteriormente intervino en la comisión u omisión de una
conducta presuntamente delictiva.
3) que dicha participación de conocimiento haya sido recepcionada por un funcionario público
competente, es decir, la autoridad policial o Fiscal de Distrito.

ART. 102 CPPSF.- “Identificación.- La identificación del imputado se practicará por sus datos
personales, impresiones digitales y señas particulares, los que deberá brindar. Si se negara a
suministrar esos datos o los diera falsamente, se procederá a la identificación por testigos en la
forma prescripta para los reconocimientos o por otros medios que se estimaran convenientes.
La individualización dactiloscópica, fotográfica o por cualquier otro medio que no afectara la
dignidad ni la salud del identificado se practicará, aun contra su voluntad, mediante la oficina
técnica respectiva.”

El derecho del imputado a la comunicación previa y detallada de la imputación


formulada, su relación con el principio de congruencia. El derecho del imputado a
defenderse por sí mismo y el derecho del imputado a elegir a su abogado de confianza.

ART. 101 CPPSF.- “Derechos del imputado.- Los derechos que este Código le acuerda, serán
comunicados al imputado apenas nace su condición de tal. (…)”

Los sistemas de defensa pública: el Art. 120 CN. La ley provincial 13.014 y la ley
nacional 24.946.

1 defensor general
5 defensores regionales: a cargo de la organización
Defensores de campo: 1 instancia y adjuntos.
 Consejo: contralor
ARTÍCULO 23.- “Funciones. Son funciones del Consejo:
1. Asesorar y evacuar consultas del Defensor Provincial para el mejor desarrollo de su gestión.
2. Efectuar recomendaciones de carácter general de los estándares básicos de desempeño que
deben asegurar en el proceso penal quienes presten servicios en el Servicio Público Provincial de
Defensa Penal.
3. Efectuar recomendaciones generales a otras autoridades estatales cuando lo considere
pertinente.
4. Intervenir en el apartamiento del Defensor Provincial en los términos del artículo 8, en cuyo
caso el mismo no integrará el Consejo.”
 Órgano disciplinario propio: lo juzga frente al mal desempeño.
 Cuerpo de abogados particulares a menor costo: posibilidad.
Es cuando existe una vulneración económica y social.
ARTÍCULO 11.- Gratuidad. Las prestaciones brindadas por el Servicio Público Provincial de
Defensa Penal son gratuitas para todas aquellas personas que no cuentan con medios
económicos suficientes para contratar un defensor de su confianza. El costo de las prestaciones
brindadas por el Servicio integrará las costas del proceso, las que sólo podrán ser cobradas al
asistido cuando contare con medios económicos suficientes, y en el límite de su imposición.

El derecho del imputado de comunicarse libre y privadamente con su defensor. El


derecho a declarar.

ART. 101 CPPSF.- “Derechos del imputado.- Los derechos que este Código le acuerda, serán
comunicados al imputado apenas nace su condición de tal.
En la oportunidad que este Código establece, el imputado deberá conocer:
1) la existencia de una causa seguida en su contra con los datos necesarios para individualizarla;
2) el o los hechos que se le atribuyen y la calificación legal que provisionalmente corresponda;
3) los derechos referidos a su defensa técnica;
4) que podrá solicitar audiencia a fin de prestar declaración cuando lo estime conveniente,
presumiéndose mientras tanto que ejerce el derecho de abstenerse a declarar sin que ello
signifique ninguna presunción en su contra.”

La incoercibilidad del discurso del imputado: la prohibición de valorar su silencio.

ART. 110 CPPSF.- “Validez.- Para no ser invalidada la declaración del imputado deberá contar
siempre con la presencia de su defensor y, antes de comenzar, se le hará saber que cuenta con
el derecho de abstenerse de declarar sin que ello signifique ninguna presunción en su contra.”

Situaciones problemáticas, el imputado como objeto de prueba (extracción compulsiva


de sangre, huellas dactilares, toma de radiografías, etc.).

A los fines identificatorios el implicado resulta objeto (y no sujeto) de prueba y por lo tanto no se
consideran afectados sus derechos fundamentales por lo que no entra en juego aquí lo relativo a
las garantías que proscriben la auto incriminación. De este modo, resulta innecesario requerir
autorización para proceder al fichaje dactiloscópico o solicitar antecedentes.

El discurso:

Nunca puede jugar en contra del imputado, ningún elemento probatorio obtenido al margen de
la ley; por lo tanto, la confesión procurada por métodos ilícitos, es intolerable por el sistema
jurídico del Estado de Derecho.
Todos los derechos que la CN establece en favor del imputado tienden a proteger su discurso.
Según la CSJN, él también tiene derecho a ser oído, a ofrecer pruebas a su favor, a corroborar, a
alegar, a impugnar resoluciones. Se le permita hablar, pero quien lo escuche debe ser un
interlocutor valido, y también que se confirmen sus dichos con otros discursos.
La realidad de lo ocurrido, será reconstruida por los distintos discursos (peritos, testigos) y en
tal caso también importara lo que ellos expresen, coincidan o no con el suceso, del que pueden
haber distintas lecturas.
Todos estos discursos, están programados por el discurso de la ley, o sea por el código de
procedimientos penales. Y tienen como objetivo final el discurso del Juez en la sentencia; el que,
además, deberá respetar tanto al discurso de la CN como el de la ley penal de fondo. La ley
procesal es la que organiza cómo se escucha a las partes y a los órganos de prueba, así como
los tiempos en que se producirán validamente.

Las declaraciones del imputado:

Promovida una persecución penal siempre resultará de importancia lo vinculado normativamente


a las declaraciones que pueda brindar el sujeto imputado. Ello con una doble finalidad: asegurar
el hecho de la defensa material por un lado y por el otro, permitir a los órganos estatales que
mediante el interrogatorio, se logre esclarecer el hecho investigado.
Muchas veces, estas dos finalidades aparecen coyunturalmente como antieticas. Por todo ello el
derecho procesal se ocupa de lo referente a la declaración del imputado, sea ésta prestada en
sede policial o directamente ante la Justicia.
Declaración policial:

 En el CPP de la Nación:

El CPPN les niega esta facultad, “no podrán” dice la norma, prohibiéndoles de este modo tanto a
los funcionarios de la policía como a los de la fuerza de seguridad, recibirles declaración a aquél.
No habilita a la policía a hacerle otras preguntas distintas a las referidas a constatar su identidad
y exige además la previa lectura de los derechos y garantías: a contar con un defensor, a
entrevistarse con éste previamente a su declaración ante la policía y ante el Juez, el de declarar
libremente y a abstenerse sin que esto implique una presunción en su contra. Esto bajo pena de
nulidad en caso de no realizarse, sin perjuicio de las sanciones administrativas por su
incumplimiento.
El CPPN dispone que en caso que el imputado manifestare razones de urgencia para declarar, el
funcionario policial o de las demás fuerzas de seguridad que intervengan, deberá instruirlo
acerca de la posibilidad de su declaración inmediata ante el juez competente o en su defecto, y
si por algún motivo éste no pudiere recibirle declaración en un lapso razonablemente próximo,
ante cualquier otro juez de instrucción que al efecto podrá ser requerido. La norma no admite
una interpretación que incluya aquí una excepción a la prohibición de que la policía le reciba
declaración al imputado, como una opción a su cargo.
La reforma producida por la ley 23465 le quita todo valor probatorio a la confesión que
eventualmente brindara el imputado ante la autoridad prevencional. Claro que se refiere a la
posibilidad de que “espontáneamente” el imputado brindara declaraciones en sede policial.
Si la persona detenida por la policía confiesa voluntariamente la comisión del delito, esta versión
no podrá introducirse válidamente al procedimiento, sino por el testimonio de quienes tuvieron
la oportunidad de escucharlo. Luego tendrá que ser valorado como una prueba más, y es
evidente que no podrá nunca equipararse a la confesión brindada con todos los recaudos
previstos en la declaración del imputado en sede judicial.

 En el CPP de Santa Fe (ley 6740):

Esta declaración lleva el nombre de simple interrogatorio ya que en este sistema, se faculta a los
funcionarios de policía a recibirla. Configura un deber y a la vez un atributo de la policía en
relación a su actividad cumplida en el sumario prevencional, por lo que seria de cumplimiento
ineludible, salvo las dos condiciones que le dan viabilidad: la referida a que el acto sea
consentido por el imputado y la necesidad de que sus dichos puedan posibilitar orientar la
investigación.

 En el nuevo código procesal penal de Santa Fe:

El problema desaparece en tanto la policía carece de la facultad de interrogar a quienes gozan


de los derechos del imputado. El art. 268 establece como deber de la policía el de informar al
imputado inmediatamente de que fuera citado, aprehendido o detenido, los derechos con que
cuenta. Se le deberá entregar esa información por escrito, dejando constancia de su entrega.
Ellos consisten en: nombrar abogado, tomar contacto con él en forma privada, abstenerse de
declarar o solicitar ser escuchado por el fiscal, solicitar al fiscal que le haga conocer los hechos
que le atribuyen, la calificación jurídica y la prueba que lo incrimina y finalmente solicitar se
practique la prueba que estimara útil. En todo momento, la declaración del imputado para ser
valida deberá presentarse en presencia de su defensor.

La declaración indagatoria:

La declaración indagatoria es reconocida por la doctrina como un acto medular dentro del
procedimiento penal. No existe libertad de formas para este importante acto procesal.
La doctrina mayoritaria considera a la declaración del imputado como un medio de defensa y no
de prueba. Sin embargo, no compartimos tal afirmación: que la indagatoria sea un medio de
prueba o de defensa dependerá, en cada caso, de la finalidad que persiga el propio imputado al
utilizarla.
La mayoría de la doctrina está de acuerdo en que su ubicación en el proceso debe estar
necesariamente en los primeros momentos de la instrucción. En realidad, lo que debería
ubicarse en los primeros momentos de la investigación, es la notificación fehaciente de los
hechos que se le atribuyen al imputado. Para nuestro punto de vista, su declaración existirá o no
dependiendo ello de su voluntad y cuando, en tal caso, la solicite.
El CPPN que prevé un juicio cuyo debate será oral y publico, exige – para después de su
apertura - la recepción de la declaración del imputado; lo mismo en lo que respecta a la
hipótesis del plenario oral en los dos códigos de Santa Fe (ley 6740 y 12734).
El CPPN le impone al Juez que produzca el acto de la declaración indagatoria “si estuviere
detenida, inmediatamente, o más tardar en el término de 24 horas desde su detención” y en
forma similar lo establece el CPP de Santa Fe (ley 6740). Es obvio que debe mediar el estado de
sospecha, sino simplemente se debe disponer la libertad por decreto.
Se recurre a la indagatoria forzadamente porque ella implica el cese de la incomunicación y
recién entonces el remedio de la libertad se encuentra por el juego de la excarcelación o de una
libertad por falta de merito.
Una particularidad que ofrece la declaración del imputado en el juicio oral y que encontramos
tanto en el código de la Nación como en el viejo provincial, es la lectura de las declaraciones
prestadas ante la instrucción, para los supuestos de que ahora se abstenga de declarar o incurra
en contradicciones. Toda una actitud inquisitiva, si el imputado decidió abstenerse de declarar,
porque conferirle tanta validez a su anterior declaración introduciéndola por lectura en el debate.
Lo que si se da en ambos sistemas, escrito u oral, es la ampliación de la originaria declaración
indagatoria. Cuando se mantiene la validez definitiva de la primera, no es una nueva declaración
indagatoria la del plenario, sino simplemente ampliaciones de aquella con la finalidad de que el
imputado tenga un lugar formal para usar de la palabra. Solo habrá declaración indagatoria
nueva, en la medida en que se resuelva modificar el espectro fáctico de la imputación penal
contenida en la anterior.
El aspecto medular de la declaración del imputado, tiene que ver con la información fáctica y
jurídica que debe proporcionar el Juez (art. 298 CPPN y art. 319 CPPSF, ley 6740). Ésta refiere,
en primer lugar, a la intimación factica de los hechos que se le atribuyen y, luego de ello, la
información de los derechos que puntualmente le asisten:
a) derecho a conocer los hechos que se le atribuyen, que en el ámbito de la Nación se extiende a
las pruebas existentes en su contra.
b) derecho a abstenerse de declarar sin que ello signifique una presunción en su contra, lo que
se extiende a negarse a contestar cualquier pregunta que luego se hiciere.
c) derecho a que no se le hagan cargos ni reconvenciones tendientes a obtener su confesión.
d) derecho a conferenciar en forma privada y libre con su o sus defensores, aun en caso de estar
detenido e incomunicado.
e) derecho a prestar declaración ofreciendo en su descargo toda la prueba que considere
oportuna.
f) derecho a leer por si mismo el acta labrada, y a rectificar o añadir algo a lo dicho.
Dos son las diferencias puntuales entre un sistema y el otro. En la Nación, se consigna
expresamente al imputado se le deben hacer saber las pruebas que existen en su contra, donde
casualmente se apoya el estado de sospecha. Además, se regula el derecho a hablar con su
defensor aún estando incomunicado, para asegurar una eficiente asistencia técnica.
La protección del discurso a nivel constitucional y en función de la ficción de inocencia de que
goza, se limita al derecho a guardar silencio sin que signifique presunción en su contra y a no
ser obligado a declarar en su contra. Pero una vez elegida la alternativa de declarar, claro que
no está autorizado a mentir: esta declarando ante un Tribunal, lo que supone seriedad y
responsabilidad en el acto. Cuando decide declarar, tiene que decir la verdad, porque si miente
ello no quedara impune y si bien el sistema no contempla un delito especifico de perjurio (como
para el testigo), su actitud será considerada a la hora de individualizar la pena en caso de
condena.

La declaración del imputado en el nuevo CPP de Santa Fe (ley 12734):

Una de las principales notas que lo distinguen al nuevo modelo marcadamente acusatorio, es
que no exista la comentada “declaración indagatoria”.
La declaración del imputado, la que sin duda tendrá lugar cuando éste lo solicite y luego de la
audiencia imputativa, que precisamente se hará para que se concreten los hechos que el Fiscal
le atribuye.
Apenas nace la condición de imputado, sea porque ha sido privado de su libertad o citado en
relación a un procedimiento penal, se le hacen saber sus derechos. Ellos se refieren a la
existencia de la causa seguida en su contra con los datos necesarios para individualizarla; a él o
los hechos que se le atribuyen y la calificación legal que provisionalmente corresponda; a los
derechos referidos a su defensa técnica; y el que aquí nos interesa, referido a que podrá solicitar
audiencia a fin de prestar declaración cuando lo estime conveniente, presumiéndose mientras
tanto que ejerce el derecho de abstenerse a declarar sin que ello signifique ninguna presunción
en su contra.
Este código al no regular la declaración indagatoria, consagra la necesidad de la audiencia
imputativa del art. 274. Esta audiencia nace porque el Fiscal lo decide, en función de la
valoración probatoria que acaba de hacer y que reclama la probabilidad de que el imputado sea
el autor o participe de un delito.
Para la validez de la declaración que fuera a prestar el imputado, es preciso que siempre esté
presente su defensor.
En la nueva declaración del imputado, lo único que corresponde es informarle todos sus
derechos y dar por cumplido el acto, si el imputado no manifiesta voluntariamente que ahora en
ese mismo momento quiere declarar, en cuyo caso, obviamente podrá hacerlo.
Además para ser valida la decisión del imputado pidiendo audiencia para declarar, debe contar
previamente con el asesoramiento de su defensor de confianza o del defensor oficial que se le
designe.

ART. 8. Inviolabilidad de la defensa. La defensa en juicio deberá comprender para las partes,
entre otros, los siguientes derechos: ser oídas, contar con asesoramiento y representación
técnica, ofrecer prueba, controlar su producción, alegar sobre su mérito e impugnar resoluciones
jurisdiccionales, en los casos y por los medios que este Código autoriza.

ART. 100. Calidad de imputado. Los derechos que este Código acuerda al imputado, podrá
hacerlos valer la persona que fuera detenida o indicada como autor o partícipe de un hecho
delictuoso, en cualquier acto inicial del procedimiento dirigido en su contra y en función de la
etapa en que se encuentre, hasta la terminación del proceso.
Si estuviera privado de su libertad podrá formular sus instancias ante el funcionario encargado
de la custodia, quien la comunicará inmediatamente al Tribunal interviniente.

ART. 101. Derechos del imputado. Los derechos que este Código le acuerda, serán comunicados
al imputado apenas nace su condición de tal.
En la oportunidad que este Código establece, el imputado deberá conocer:
1) la existencia de una causa seguida en su contra con los datos necesarios para individualizarla;
2) el o los hechos que se le atribuyen y la calificación legal que provisionalmente corresponda;
3) los derechos referidos a su defensa técnica;
4) que podrá solicitar audiencia a fin de prestar declaración cuando lo estime conveniente,
presumiéndose mientras tanto que ejerce el derecho de abstenerse a declarar sin que ello
signifique ninguna presunción en su contra.

Diferentes momentos en que el imputado puede declarar a lo largo de todo el proceso


según la ley 12.734.

 Podrá solicitar audiencia a fin de prestar declaración cuando lo estime conveniente,


presumiéndose mientras tanto que ejerce el derecho de abstenerse a declarar sin que ello
signifique ninguna presunción en su contra.
 Sin perjuicio de lo especialmente establecido para la audiencia imputativa, a pedido de las
partes, antes de resolver un incidente, como en el procedimiento intermedio, el imputado podrá
declarar y ser interrogado primero por la parte que lo ofreció, y luego por las demás.
 La detención será ordenada por el Fiscal contra aquel imputado a quien los elementos
reunidos en la Investigación Penal Preparatoria, le autorizaran a recibirle declaración como tal y
fuera procedente solicitar su prisión preventiva.
 Cuando el imputado en la audiencia imputativa del artículo 274 no hubiera ejercido el
derecho a declarar, o considerara necesario ampliar o modificar su anterior declaración, podrá
solicitarlo al Fiscal, en cualquier momento de la Investigación Penal Preparatoria y hasta la
presentación de la requisitoria de acusación contemplada en el artículo 294 de este Código.
 Después de la apertura del debate y escuchados que fueran el Fiscal, el querellante, en su
caso, y el defensor, el Juez recibirá declaración al imputado.
En la oportunidad le explicará con palabras claras y sencillas el hecho que se le atribuye, le
advertirá que puede abstenerse de declarar sin que ello signifique ninguna presunción en su
contra, y que el debate continuará aunque no declare.
Permitirá, en principio, que él manifieste libremente cuanto tenga por conveniente sobre la
acusación, pudiendo ser interrogado posteriormente.
Preguntará primeramente el Fiscal, luego el querellante y el defensor, en ese orden.
Posteriormente, y en cualquier momento del debate a instancias de las partes, se le recibirá
nueva declaración al imputado, pudiendo las partes formular preguntas aclaratorias.
 En el curso del debate, el imputado podrá hacer todas las declaraciones que considerara
pertinentes, siempre que se refieran al objeto del juicio. El Juez impedirá cualquier divagación y
si persistiera, podrá alejarlo de la audiencia.
 Si se ampliara la acusación, el Juez deberá recibir nueva declaración al imputado, lo que
ocurrirá inmediatamente de producida la ampliación o cuando se reanudara la audiencia si la
defensa solicitara su suspensión para ofrecer nuevas pruebas o preparar su intervención.
 El Tribunal de Juicio, convocará a las partes a una audiencia pública donde se le recibirá
declaración al imputado.

Diferencia entre audiencia imputativa y declaración indagatoria

Audiencia Imputativa Indagatoria


Procedencia Cuando el Fiscal estimara que de los Cuando hubiere motivo bastante
elementos reunidos en la para sospechar que una persona ha
investigación surge la probabilidad participado en la comisión de un
de que el imputado sea acusado delito, el juez procederá a
como autor o partícipe de un delito, interrogarla.
procederá a citarlo.
Presencia En caso de que el imputado diere su A la declaración del imputado sólo
consentimiento, se permitirá la podrán asistir su defensor, y el
presencia del querellante, a quien no ministerio fiscal. El imputado será
es obligatorio notificar previamente informado de este derecho antes de
la realización del acto. comenzar con su declaración.
Interrogatorio El querellante no podrá en esta El juez podrá formular al indagado
oportunidad interrogar directamente las preguntas que estime
al imputado, pero, en privado y sin convenientes.
recurso alguno, le será admitido
sugerir preguntas al Fiscal o hacer
observaciones dejando constancia de
su protesta en acta.
Información al El Fiscal dará a conocer al imputado, Terminado el interrogatorio de
imputado bajo su firma, por escrito y dejando identificación, el juez informará
constancia fehaciente de la detalladamente al imputado cuál es
comunicación: el hecho que se le atribuye, cuáles
1) el hecho atribuido y su calificación son las pruebas existentes en su
jurídico penal; contra y que puede abstenerse de
2) las pruebas fundantes de la declarar, sin que su silencio implique
intimación; una presunción de culpabilidad.
3) todos los derechos que este Antes de terminarse la declaración
Código le acuerda al imputado al indagatoria, o después de haberse
momento de originarse su condición, negado el imputado a prestarla, el
especialmente los de procurar juez le informará las disposiciones
procedimientos abreviados. legales sobre libertad provisional.
Asistencia Para ser válida la audiencia, deberá La asistencia del defensor es un
técnica estar presente el defensor del derecho del imputado.
imputado.
Firma del acta Terminado el acto se dará lectura en El acta será suscripta por todos los
voz alta del acta labrada, y luego presentes.
firmarán el Fiscal, el imputado, su
defensor y, en su caso, el
querellante.
Declaración a Cuando el imputado en la audiencia El imputado podrá declarar cuantas
solicitud del imputativa no hubiera ejercido el veces quiera, siempre que su
imputado derecho a declarar, o considerara declaración sea pertinente y no
necesario ampliar o modificar su aparezca sólo como un
anterior declaración, podrá solicitarlo procedimiento dilatorio o
al Fiscal, en cualquier momento de la perturbador.
Investigación Penal Preparatoria y Asimismo, el juez podrá disponer que
hasta la presentación de la amplíe aquélla, siempre que lo
requisitoria de acusación. En esta considere necesario.
audiencia el Fiscal podrá formular las
preguntas que considerara
pertinentes.

La declaración informativa:

Es la declaración que presta una persona, a quien si bien no se le recibe declaración indagatoria
por faltar el “estado de sospecha” exigido como presupuesto, las circunstancias del caso indican
que debe responder sobre información que sólo ella conoce y no corresponde recibirle una
declaración testimonial.

La declaración del imputado en los careos:

El careo es el medio procedimental para confrontar discursos contradictorios, que provenientes


de imputados o de testigos, se intentan conciliar. El careo se encuentra reservados para
imputados y testigos.
Su procedencia supone entonces, que ya existían declaraciones indagatorias o testimoniales, que
presenten evidencias de discrepancias sobre hechos o circunstancias, que tengan cierto grado de
importancia para la causa.
En todo careo donde participe por lo menos un imputado, su discurso tendrá la misma
protección garantizadora que establece la prohibición de obligarlo a declarar contra si mismo
contenida en el art. 18 de la CN. En primer lugar no puede realizarse un careo sin la previa
conformidad del imputado para prestarse al acto. Incluso no parece viable el medio careo en
caso de negativa del imputado. La negativa al acto del careo supone el ejercicio del derecho al
silencio, y ello de ninguna manera le puede acarrear un perjuicio en su contra, como lo seria el
brindar la posibilidad para contradecir su versión a partir de que le fuera íntegramente leída.
La circunstancia de que el imputado preste inicialmente conformidad para prestarse al careo, no
implica que durante el transcurso del acto, no pueda cambiar de opinión y en consecuencia
rehusarse a continuar el mismo.
Se contempla la alternativa de que en los careos en los que participe el imputado pueda estar
presente el defensor.

El derecho del imputado a gozar del tiempo y los medios adecuados para la
preparación de su defensa. El derecho del imputado a interrogar a los testigos, el
principio de igualdad de armas. El derecho del imputado a una pronta conclusión del
proceso penal. El derecho del imputado a recurrir el fallo condenatorio.

La rebeldía o no comparencia del imputado. Distintos supuestos. Posibilidad del juicio


en rebeldía.

ART. 124 CPPSF.- “Procedencia y declaración.- Será declarado rebelde el imputado que, sin
grave impedimento, no compareciera a la citación, o se fugara del establecimiento o lugar donde
estuviera detenido, o no obedeciera a una orden de detención, o se ausentara de la residencia
fijada, sin licencia del Ministerio Público Fiscal o del Tribunal.
La declaración de rebeldía será emitida por el Tribunal competente, a pedido de parte, previa
constatación de la incomparecencia, fuga o ausencia, expidiendo orden de detención, si antes no
se hubiera dictado. La orden se hará conocer también a las autoridades encargadas del control
para salir del país, con mandato expreso de que lo impidan, y se inscribirá en el Registro Único
de Antecedentes Penales que informará al Registro Nacional de Reincidencia, con todos los
recaudos de una solicitud de extradición interna, que valdrá a ese efecto cuando el imputado
fuera aprehendido en otro lugar del país.”

La nueva ley santafesina prevé efectos restringidos, efectos suspensivos del procedimiento, sin
que surta efecto alguno en caso de que se verifique la rebeldía durante la IPP o luego del
comparendo del imputado a la primera audiencia del juicio.
Un sector de la doctrina, entre nosotros, Superti y Corvalán, han sostenido la legitimidad y
conveniencia del juicio penal en rebeldía, afirmando que el juicio penal contra rebeldes es
constitucionalmente válido y políticamente conveniente.
Desde esta perspectiva, advierte Superti que corresponde distinguir entre ausente (que puede
conocer o no la existencia del proceso) y contumaz o rebelde, quien conociendo el proceso
desobedece la intimación judicial de comparecer o se fuga. En estos casos el derecho de defensa
es respetado, al igual que el ejercicio que de él quiere hacer el imputado. Por otra parte, como
corre el curso de la prescripción, al ausente voluntario se lo termina premiando.
Sin embargo, nuestro derecho penal no autoriza el proceso en rebeldía, en tanto sin perjuicio del
aseguramiento de elementos de pruebas para el proceso posterior, para cuando el imputado
pueda ser hallado, su presencia en el procedimiento constituye un presupuesto procesal, en todo
caso subjetivo o personal, pues su ausencia impide toda decisión material sobre el objeto del
procedimiento que perjudique al imputado.

ART. 125.- “Efectos de la rebeldía.- La declaración de rebeldía no suspenderá la Investigación


Penal Preparatoria, pero no podrá formularse la requisitoria de acusación prevista por el artículo
294, reservándose las actuaciones y otros efectos, instrumentos o piezas de convicción que
fueran indispensable conservar.
Si la rebeldía se declarara luego de la apertura del juicio habiendo comparecido el imputado a la
primera audiencia, no impedirá su total sustanciación y el dictado de la sentencia. En tal caso el
imputado rebelde será representado por su defensor o se le designará otro de oficio, y se lo
considerará presente para todos los efectos de este Código.
La declaración de rebeldía del imputado lo obligará al pago de las costas provocadas por su
contumacia, originando la reanudación o el nuevo examen de la coerción personal que
corresponda.”

El imputado mayor de edad inimputable. La aplicación de una medida de seguridad. La


incapacidad mental sobreviniente. Efectos.

ART. 106 CPPSF.- “Incapacidad.- La afección mental del imputado, que excluya su capacidad
de entender los actos del procedimiento, o de obrar conforme a ese conocimiento y voluntad,
provocará la suspensión de su persecución penal hasta que desaparezca esa incapacidad.
Sin perjuicio de la aplicación de las reglas que rigen el juicio para la imposición exclusiva de una
medida de seguridad, la comprobación de esta incapacidad impedirá el procedimiento
intermedio, el juicio y toda labor crítica del comportamiento que se le atribuye que no autorice
expresamente la ley, pero no inhibirá la averiguación del hecho, su antijuridicidad y autoría, o
que se continúe el procedimiento con respecto a otros coimputados.
La incapacidad será declarada por el Tribunal competente, a pedido de parte y previo dictamen
pericial.
Sospechada la incapacidad, el Ministerio Público Fiscal o el Tribunal competente ordenará la
peritación correspondiente.
Sin perjuicio de su propia intervención, las facultades del imputado podrán ser ejercidas por su
curador o el designado de oficio si no lo tuviere. Si carece de defensor o hubiere sido autorizado
a defenderse por sí mismo, se designará inmediatamente un defensor de oficio.
Los actos que el incapaz hubiera realizado como tal, carecerán de valor.”
La norma rige en cualquier momento del proceso, de manera que si la causa de inimputabilidad
que impide el reproche penal es descubierta en cualquier etapa del proceso, se deberá aplicar la
disposición.
La eventual imposición de una medida de seguridad exige, como condición de validez necesaria,
que se haya comprobado con certeza la existencia de un “injusto” o “ilícito” penal; es decir, una
conducta típica y antijurídica objetivamente atribuible a su autor.

ART. 107.- “Internación.- Cuando para la preparación del informe sobre el estado psíquico del
imputado fuera necesaria su internación en un establecimiento psiquiátrico, la medida sólo podrá
ser ordenada por el Juez de la Investigación Penal Preparatoria o por el Tribunal competente
según el caso.
La internación será ordenada por resolución fundada, sólo cuando existiera la probabilidad de
que el imputado haya cometido el hecho y no fuera desproporcionada respecto de la importancia
del procedimiento y de la pena o medida de seguridad que razonablemente pudiera
corresponder.
La internación sólo durará un plazo razonable para obtener la información técnica que la motiva,
debiéndose velar por la celeridad en el cumplimiento de la medida.”

El defensor

El derecho a la asistencia de un profesional del derecho, es decir de un abogado, no se trata solo


de la posibilidad de contar con un defensor, sino de que obligatoriamente y más allá de su propia
voluntad, se impone que cuente con uno y que ejerza efectivamente su actividad defensista.
Si el sistema predispone funcionarios para el inicio y la prosecución de la persecución penal, es
lógico que al particular imputado se le permita, en lugar de permanecer solo, contar con la
asistencia de una persona, cuya profesión es similar a la que poseen quienes lo acusan y quienes
lo juzgan. Por otra parte, las dificultades de comprensión que presenta el discurso jurídico, al
que se accede solamente luego de estudios universitarios, justifican plenamente que la persona
sometida a un procedimiento de cualquier índole que sea, tenga una suerte de traductor, que le
permita entender los pasos a seguir y las formas a cumplimentar.
La elaboración de una defensa implica el diseño de una estrategia que difícilmente pueda llevar
adelante quien está directamente involucrado en el procedimiento penal.
La legislación procesal, desde antiguo ha regulado la tarea del defensor, a quien la doctrina le
asigna una función técnica tanto en la asistencia, como en la representación del imputado.
Esa asistencia, se traduce en asesoramiento que casi siempre vienen instrumentados con un
léxico específico y que debe ser objeto de traducción para el lego imputado. No solamente se
cumple en el proceso mismo, en el ámbito de los Tribunales, sino también fuera de ellos y
muchas veces no se reduce a la tarea eminentemente jurídica en lo penal, sino que alcanza
otras ramas del derecho.
La representación del imputado es la otra característica que asume la labor de la defensa
técnica, y ella se cumple toda vez que el defensor actúa en nombre de su defendido. También en
el control del respeto por el cumplimiento de garantías, de parte de los demás operadores,
deduciendo nulidades contra actividades invalidables.
El cliente siempre tiene la posibilidad de reemplazarlo o simplemente revocarle el
nombramiento.

Para nombrar al abogado defensor, no se utiliza un poder especial, sino que es mediante un
mandato. Se presenta un escrito que firma el imputado o cualquier tercero con “interés” que
invoque una relación con el imputado, donde propone un abogado.
En el primer supuesto, puede estar preso o libre, pero comunicado; en el segundo, debe estar
incomunicado.
Caso 1: 1- designación; 2- se le presenta al tribunal o fiscal la designación; 3- la autoridad lo
nombra como abogado defensor; 4- el abogado debe aceptar el cargo.
La aceptación puede ser expresa: debe constituir domicilio procesal, jurar cumplir su tarea de
manera correcta y presentar la boleta de iniciación de juicio. O tacita, que es cuando ejerce los
derechos del imputado como abogado, cuando ejerce cualquier acto propio de la defensa.
Caso 2: 1- propuesta de tercero; 2- se le presenta a la autoridad para hacerle saber al
imputado; si la acepta continua como el Caso 1; si no la acepta, se termina ahí.

Cantidad de defensores:
 provincial: antes se podían nombrarse a 2 y esos 2 eran los que podían actuar. Ahora,
con el nuevo CPP, no hay limite para nombrarlos, pero solo actuar de a 2.
 nacional: son 2 y existe la posibilidad de sustituir en el caso concreto, en acto
determinado.

Pluralidad de defensores: CPPSF


ART. 114. “Defensa del imputado.- El imputado tendrá derecho a elegir como defensor de
confianza a un abogado habilitado legalmente al efecto, o a defenderse personalmente salvo
cuando de ello resulte un perjuicio evidente para la misma.
En caso de no ejercer tales derechos, se le proveerá de oficio un defensor conforme a las
normas aplicables que asegurarán la efectiva disponibilidad de defensa para todos los casos que
requieren las disposiciones de este Código y según sus condiciones.
Si el imputado se encontrara sufriendo una afección mental que excluyera su capacidad de
entender o de querer los actos del procedimiento, el defensor será designado por su curador, si
lo hubiere, o en su defecto se nombrará al defensor de oficio, para que ejercite su derecho de
parte y, en su caso, éste último provea a su representación legal.
En ningún caso el estado de incomunicación constituirá obstáculo alguno.”

ART. 115. “Propuesta de terceros.- Cuando el imputado estuviera incomunicado, cualquier


persona que tenga con él relación de parentesco o amistad podrá proponer un defensor, lo que
se le hará saber a aquél de inmediato.
La relación con el imputado no necesitará ser probada, bastando la manifestación bajo
juramento del peticionario.”

ART. 116. “Pluralidad de defensores. El imputado podrá designar los defensores que considere
convenientes, pero no será defendido simultáneamente por más de dos en las audiencias orales
o en el mismo acto.
Si el imputado tuviera más de un defensor, la notificación hecha a cualquiera de ellos valdrá
para todos, y la sustitución de uno por otro no alterará trámites ni plazos.
El defensor designado podrá sustituir facultades en un defensor auxiliar, para actuar en aquellas
diligencias a las que no pudiera asistir personalmente. El defensor auxiliar sólo tendrá
responsabilidad en aquellos actos en los que participe, pero ello no exime de responsabilidad al
designado.”

ART. 117. “Libertad de la defensa.- La defensa es completamente libre sin más restricciones
que las impuestas por la ética, por el respeto debido a los jueces, a las partes y la observancia
de las normas constitucionales y los trámites legales.”

ART. 118. “Separación del defensor.- El Tribunal, aun de oficio, procederá a separar al defensor
de confianza que abandonara el cargo al imputado sin defensa, incurriera en notorias omisiones
o negligencia, provocara deliberadamente demoras en la sustanciación de la causa, o actuara en
la defensa común incompatible de varios imputados.
En tales casos será de aplicación lo dispuesto por el artículo 114 de este Código.”

ART. 119. “Renuncia del defensor.- El defensor, en caso de renuncia al cargo, estará obligado a
continuar en su desempeño hasta que el imputado proponga otro o le haya sido designado de
oficio. Los plazos no se suspenderán en ningún caso.
No se podrá renunciar durante las audiencias salvo imposibilidad manifiesta e imprevisible de
ejercer razonablemente la defensa.”

ART. 120. “Designación de oficio.- Si el imputado no nombrara defensor de confianza o hasta


tanto el designado acepte el cargo o realice actos de defensa, asumirá su defensa un defensor
designado de oficio, debiéndosele hacer saber al imputado el nombre del mismo.
Para el caso de acumulación de causas, cuando así procediera, deberá oficiosamente nombrarse
en todas ellas, al defensor de oficio correspondiente a la causa de atracción, dejándose sin
efecto las designaciones de quienes pudieran haber actuado en las causas acumuladas.”

ART. 121. “Deberes de los defensores de oficio.- Los defensores de oficio concurrirán a los
institutos de detención y penitenciarios en los que se alojen sus defendidos para informarles
sobre el estado de sus causas.
En todos los casos tomarán conocimiento personal y directo de sus defendidos en el modo más
inmediato posible.”

ART. 122. “Sustitución del defensor de oficio.- Mediando causal de separación de las previstas
en el Artículo 118 o cualquier otra que pueda perjudicar la eficacia de la defensa, el Tribunal,
aún de oficio, podrá disponer que éste sea sustituido por quien corresponda según la normativa
pertinente.”

ART. 123. “Investidura.- Quien hubiera sido designado como defensor del imputado será tenido
como tal desde el momento en que aceptara el cargo o realizara actos de defensa, pudiendo
previamente examinar las actuaciones, salvo que se encontraran bajo reserva.”

Excepción a la existencia del defensor:


La legislación procesal penal le brinda al imputado el derecho a hacerse asistir y defender por
abogados, pero al mismo tiempo lo autoriza a defenderse personalmente.
La autodefensa será tolerada siempre que no afecte el normal desenvolvimiento del proceso, ni
la eficacia de su defensa, o directamente siempre que de ello no resulte un perjuicio evidente
para la misma persona.
Es posible pensar que la falta de titulo de abogado y de experiencia, hace perfectamente posible
presumir que el imputado no podrá desenvolverse adecuadamente, ya sea – por ejemplo – para
contestar por escrito la acusación, como para poder ofrecer pruebas pertinentes y procedentes,
para dar dos ejemplos prudentes.
De otro lado, si el imputado es abogado, la eficacia de su defensa resulta imposible de evaluar
hasta que se llegue a la sentencia, donde será obviamente tarde para no aceptar su
autodefensa.
El otro caso donde se admite que el imputado se defienda solo, sin la asistencia de un abogado,
se encuentra en el procedimiento por infracción a los códigos de faltas.

La defensa pública (Ley 13.014)


1 defensor general

5 defensores regionales: a cargo de la organización

Defensores de campo: 1 instancia y adjuntos.

 Consejo: contralor
ART. 23.- Funciones. Son funciones del Consejo:
1. Asesorar y evacuar consultas del Defensor Provincial para el mejor desarrollo de su gestión.
2. Efectuar recomendaciones de carácter general de los estándares básicos de desempeño que
deben asegurar en el proceso penal quienes presten servicios en el Servicio Público Provincial de
Defensa Penal.
3. Efectuar recomendaciones generales a otras autoridades estatales cuando lo considere
pertinente.
4. Intervenir en el apartamiento del Defensor Provincial en los términos del artículo 8, en cuyo
caso el mismo no integrará el Consejo.
 Órgano disciplinario propio: lo juzga frente al mal desempeño.
 Cuerpo de abogados particulares a menor costo: posibilidad.

Es cuando existe una vulneración económica y social.

ART. 11.- Gratuidad. Las prestaciones brindadas por el Servicio Público Provincial de Defensa
Penal son gratuitas para todas aquellas personas que no cuentan con medios económicos
suficientes para contratar un defensor de su confianza. El costo de las prestaciones brindadas
por el Servicio integrará las costas del proceso, las que sólo podrán ser cobradas al asistido
cuando contare con medios económicos suficientes, y en el límite de su imposición.

Jurisprudencia

Defectuosa intervención del asistente técnico. Defensa técnica ineficaz.

“Núñez, Ricardo Alberto”


La Cámara Quinta en lo Criminal de la ciudad de Córdoba condenó a Ricardo Alberto Nuñez a la
pena de seis años de prisión por el delito de lesiones graves, declaración de reincidencia y costas
“…unificándola con lo que le restaba por cumplir de la pena de diez años de prisión que le había
impuesto la Cámara Novena del Crimen de esa ciudad el 13 de diciembre de 1993 (…) y
revocación de la libertad condicional que le había sido otorgada con fecha 8 de noviembre de
1999”
Contra tal sentencia, el justiciable interpuso recurso de casación in forma pauperis en el que
destacó a lo menos 6 puntos diferentes que certificaban el erróneo camino lógico transitado por
el juzgador en punto a la redefinición de su propia responsabilidad penal.
Corrida la vista de ley a los efectos de dotar de fundamentación técnica a las manifestaciones
articuladas por el encartado, la asesora letrada encargada de dicho cometido “…prácticamente
transcribió –en forma sintética- la presentación de Núñez antes referida (…). Aclaró que ‘En lo
que hace al sustento de los agravios expresados, aunque no compartiera el criterio del
expresador…solicito se haga lugar al recurso, por los motivos invocados y sin perjuicio de las
razones que suplirá el elevado criterio de V.E., cumpliendo con el deber que el cargo me impone,
en resguardo del derecho de defensa en juicio y del debido proceso amparado por el art. 18 de
la Constitución Nacional…”
El recurso fue declarado formalmente inadmisible por el Tribunal Superior de Justicia de la
Provincia de Córdoba sobre la base de la falta de fundamentación que gobernó la exégesis de
toda la pieza procesal. Ello, con excepción de un único agravio (aquél referido a los criterios
utilizados a los efectos de la unificación de la pena) que, en definitiva, fue rechazado en virtud
“…de la interpretación asignada por el tribunal apelado a ese precepto de derecho común…”
Ocurrido ello, Núñez dedujo un recurso extraordinario federal in forma pauperis, tras lo cual
intervino la asesora letrada con el objeto de cimentar jurídicamente dicha manifestación de
voluntad impugnativa.
Sin embargo, la defensora del justiciable sólo se limitó a plantear en tal oportunidad “…la
arbitrariedad de la denegación de acceso a la instancia de casación por ‘excesivo rigor formal, en
desmedro de la verdad jurídica objetiva emergente de las circunstancias de la causa’, dejando a
salvo su parecer en contrario…”
El día 14 de febrero de 2003 el Tribunal Superior de la Provincia de Córdoba declaró inadmisible
el remedio federal. Al momento de ser notificado de dicho rechazo –esto es, el día 17 de febrero
de 2003- Nuñez manifestó in pauperis: “Apelo la resolución. Solicito audiencia”, tras lo cual el
tribunal cimero provincial “…dio intervención al asesor letrado (…) quien se entrevistó con aquél
y se comprometió a compulsar los autos principales para actuar de acuerdo a derecho (…)
[pero] lo cierto es que no existen constancias de que esa compulsa se haya hecho efectiva ni
tampoco que esa defensa fundamentara un recurso de hecho por denegación del remedio
federal ante esta Corte Suprema”.
Cabe agregar que el propio justiciable remitió a la Corte por vía epistolar una presentación en la
cual reiteró todos sus reparos a la sentencia condenatoria, tras lo cual intervino la Defensoría
Oficial ante esa instancia que, en su respectiva fundamentación técnica propició la declaración
de admisibilidad del recurso “…junto con la nulidad del auto que lo denegó, por haber carecido el
interesado de una defensa eficaz que fundara debidamente su reclamo” .
Cabe aclarar que la Corte no se ha privado de ejercer una fuerte crítica respecto de la actitud
desaprensiva de las dependencias del poder judicial local que actuaron durante el proceso en
punto a la situación de indefensión por la cual atravesó el justiciable.
En tal sentido, agregó el Máximo Tribunal que:
a) la insuficiencia de asistencia técnica registrada por Núñez debió haber sido corregida por las
instancias locales;
b) el rechazo, ora del recurso de casación, ora del extraordinario federal por pretendidas razones
formales trasuntó un excesivo rigor ritual que poco se compadece con la situación de indefensión
del procesado y con una interpretación regular del llamado derecho al doble conforme.
Tras ello y como modo de certificar la situación de minusvalía que aquejó a Núñez a lo largo de
todo el proceso, la Corte expresó que:
a) el justiciable estuvo originariamente detenido por más de diez días sin comparecer ante el
fiscal que solicitó su detención.
b) tampoco contó en ese ínterin con asistencia técnica letrada (ídem);
c) su defensa fue sustituida en varias oportunidades a lo largo de todo el proceso;
d) se produjo prueba irreproducible sin que la defensa fuera debidamente notificada;
e) se rechazó la pretensión del lego dirigida a cuestionar el auto de prisión preventiva sin
reencauzarla jurídicamente;
f) el defensor de confianza de Núñez que actuó en la etapa preliminar “no ofreció prueba y
renunció a su mandato 48 hs. hábiles antes de la audiencia de debate…”. Tras ello fue designada
una asesora letrada que al parecer no ofreció prueba alguna.
Para concluir y luego de afirmar que: “La condena no hizo sino acumular nuevos agravios
basados en la insuficiencia de la prueba incriminatoria para fundar su responsabilidad por el
hecho y, a todo evento, la falta de fundamento en los criterios mensurativos de la pena
individual y única impuesta” (considerando 21 in fine), el Tribunal resolvió declarar la nulidad de
“todo lo actuado a partir del recurso de casación in forma pauperis (…), que deberá ser resuelto
después de que Ricardo Alberto Núñez haya recibido una efectiva y sustancial asistencia letrada
de parte de su defensor”.
Por otro lado y a la par de solicitar que se arbitren los medios necesarios para determinar cuáles
fueron las circunstancias en “…que permaneció Ricardo Alberto Núñez privado de su libertad por
espacio de más de diez días sin contar con asistencia técnica letrada y sin comparecer ante la
autoridad fiscal y/o judicial que había solicitado su detención…”, la Corte “recomendó” “…que
situaciones como las aquí consideradas, que sólo concurren en detrimento de una eficaz
administración de justicia, sean evitadas”.

“Olariaga, Marcelo Andrés”


En el caso, Olariaga había sido condenado a una pena de ocho años de prisión por parte de un
tribunal de la provincia de Córdoba. Deducido el respectivo recurso de casación, el Tribunal
Superior de Justicia de esa provincia lo declaró inadmisible por carecer de la debida
fundamentación, tras lo cual el justiciable dedujo un recurso extraordinario in forma
pauperis que ameritó la intervención de un asesor letrado con el objeto de brindarle sustento. En
esa oportunidad, el defensor sólo se limitó a reproducir –en un escrito muy breve- los
fundamentos insertos en el recurso de casación otrora declarado inadmisible sin siquiera referir
la cuestión federal sometida a la jurisdicción de esa Corte como así tampoco el desarrollo de una
crítica concreta y razonada de los argumentos en los que se basó la sentencia apelada.
La Corte –por mayoría- rechazó el recurso sobre la base del artículo 280 CPCCN. Por su parte,
los jueces Maqueda y Zaffaroni –en disidencia- entendieron que en el caso no se había
satisfecho el derecho del imputado a ser asistido eficazmente, por cuanto la fundamentación
técnica del recurso extraordinario no podía considerarse tal. Es por ello que declararon la nulidad
de lo actuado desde el momento en el cual el justiciable interpuso la presentación federal in
pauperis.

Caso “Schenone, Carlos s/ causa Nº 1423” (Resuelto el 3/10/06)


La corte, al advertir la total falta de idoneidad puesta en evidencia por la letrada encargada de la
defensa del Sr. Schenone en el caso, circunstancia que obligo al tribunal a dejar sin efecto la
resolución impugnada que motivo en primer lugar la participación de la Corte, decidiendo el
apartamiento de la defensora, a la vez de poner en conocimiento del imputado se derecho a
designar un nuevo defensor, para que fuinde debidamente el recurso.
La Corte resolvió apartar a un abogado defensor y dejar sin efecto la decisión que tuvo por no
presentado el recurso de queja interpuesto por considerar que se había violado el derecho de
defensa del imputado al no habérsele proporcionado asesoramiento legal efectivo.
Hechos: Un imputado interpuso una queja "in pauperis" contra la denegatoria del recurso
extraordinario deducido contra la sentencia que lo condenaba doce años de prisión. El letrado
defensor omitió sustanciar la voluntad recursiva de su defendido. El recurso de queja se tuvo por
no presentado por no haberse cumplido con los recaudos de identidad y domicilio exigidos por la
acordada 13/90, pese a haber sido intimado en dos oportunidades a que cumpla con la acordada
bajo apercibimiento de tener por no presentada la queja. La defensa solicitó la reconsideración
de la decisión del Tribunal.
Decisión de la Corte: La Corte dejó sin efecto la decisión que tuvo por no presentado el recurso
de queja interpuesto, dispuso el apartamiento del letrado defensor y ordenó poner en
conocimiento del imputado su derecho a designar un nuevo abogado. Para así resolver consideró
que la falta de idoneidad del letrado había importado un inadmisible menoscabo del derecho de
defensa. Sostuvo que la garantía de defensa en juicio importa el aseguramiento de una defensa
técnica a todo justiciable, pero que no resulta suficiente con asegurar al imputado la posibilidad
de contar con asesoramiento legal, sino que éste debe ser efectivo

Noriega (Defensa en juicio)


Al observar menoscabo a la defensa del imputado en el juicio, afectándose garantías
constitucionales en esa materia, y en salvaguarda de una correcta asistencia técnica del
imputado, mas aun como sucede en el caso, donde la defensa era prestada por el Estado. Aparta
al abogado y el nuevo, podrá fundar debidamente el recurso

Nacheri
La Corte resolvió similar al fallo Noriega. Declaro la nulidad del recurso de casación y de todo lo
actuado en consecuencia, por considerar que se había violado el derecho de defensa del
imputado al no habérsele proporcionado asesoramiento legal efectivo.
El imputado presentó contra la sentencia de Cámara in forma pauperis tanto el recurso
extraordinario federal como el de queja por su denegación, los que fueron fundados por el
asesor letrado penal – en la jurisdicción local – y por el Defensor Oficial ante la Corte,
respectivamente.
La corte dijo que frente a la lectura del recurso de casación se advierte con claridad que la
Defensora Oficial, en lugar de dar sustento jurídico al recurso in forma pauperis, se limitó a
transcribir los agravios que había alegado el imputado en ducha presentación, pues no les dio
fundamento técnico ni desarrolló una crítica concreta y razonada a los argumentos de la
sentencia condenatoria. Consideró que tal proceder es inaceptable con el principio que impone a
los jueces en materia criminal extremar los recaudos que garanticen plenamente el ejercicio del
derecho de defensa, ya que quien sufre un proceso penal debe ser provisto de un adecuado
asesoramiento legal que asegure la realidad sustancial de la defensa en juicio y es obligación de
los tribunales suministrar la debida asistencia letrada que permita ejercer la defensa sustancial
que corresponda.
Esta circunstancia importa un inadmisible menoscabo al derecho de defensa en juicio del
acusado que determina la nulidad del recurso de casación por carecer de una asistencia efectiva
de la defensa, máxime que se trataba de una defensa técnica provista por el Estado y que la
debida fundamentación de esa impugnación resultaba fundamental para que se cumpliera
eficazmente con la revisión integral de la sentencia condenatoria.
Se hace lugar a la queja y se ordena que se le otorgue al imputado una efectiva y sustancial
asistencia letrada. Asimismo, se exhorta al superior tribunal provincial a que adopte los recaudos
necesarios que permitan esclarecer las razones por las que Nacheri permaneció privado de su
libertad sin asistencia letrada y sin ser conducido ante autoridad fiscal o judicial alguna, a los
efectos que se tomen las medidas correspondientes.
El derecho de defensa en juicio no implica solo la presencia de un abogado, sino que se le brinde
al imputado una asistencia letrada completa y efectiva. Son los tribunales los que deben bregar
por que esto se cumpla, y cuando no ocurre, deben asegurarse de suministrarle la misma.

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