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ACCESO A LA JUSTICIA DE MUJERES CON

DISCAPACIDAD PSICOSOCIAL E INTELECTUAL,


MECANISMOS DE PROTECCION Y SISTEMAS DE APOYO
Introducción
El presente módulo tiene por objetivo conceptualizar el modelo social de la discapacidad e
identificar las barreras que este colectivo enfrenta en el acceso a la justicia. Se pondrá particular
énfasis en los casos de mujeres, niños y niñas con discapacidad intelectual o psicosocial por
encontrarse en una particular situación de vulnerabilidad, en especial en su interacción con el
sistema jurídico.

Tema 1: El concepto de discapacidad y su evolución


La discapacidad ha existido desde siempre en nuestra sociedad. Sin embargo, la valoración que
la sociedad le ha dado, y las respuestas con miras a lograr la inclusión de las personas con
discapacidad, ha ido evolucionando, configurando los llamados “modelos” de la sociedad.

Así, el primer modelo que se puede identificar es el Modelo de Prescindencia. Desde este modelo
se asigna una connotación religiosa a las causas que dan origen a la discapacidad. La persona es
considerada una carga, para sus padres y/o la propia sociedad. La respuesta social primaria es
“prescindir” de las personas con discapacidad.

Es posible situar históricamente este modelo en la antigüedad clásica (o incluso con matices,
durante la Edad Media). Las causas que dan origen a la discapacidad se explicaban apelando a
un motivo religioso. De acuerdo con Palacios, "las personas con discapacidad eran asumidas
como innecesarias por diferentes razones: porque se estimaba que no contribuían a las
necesidades de la comunidad,que albergaban mensajes diabólicos, que eran la consecuencia del
enojode los dioses, o que -por lo desgraciadas-, sus vidas no merecían la pena ser vividas".1

Como consecuencia de dichas premisas, la respuesta que la sociedad da frente a las posibilidades
de inclusión de estas personas es el prescindir de ellas. Es decir, bajo el modelo de la
prescindencia no es posible incluir personas con discapacidad. Dentro de este modelo pueden
distinguirse a su vez dos especies de paradigmas o submodelos, que –si bien coinciden en los
presupuestos respecto del origen de la discapacidad- no se ajustan en cuanto a sus consecuencias
o características primordiales. Estos son:

1. El submodelo eugenésico o de exterminio: La discapacidad era vista como una


situación desgraciada, -tan desgraciada, que la vida en dichas condiciones no llegaba a
ser concebida como digna-. En consecuencia, la idea de que la vida de una persona con
discapacidad no merecía la pena ser vivida, sumada a la creencia acerca de su condición
de carga –para los padres o para el resto de la comunidad- originaba que la respuesta
1 PALACIOS, Agustina. 2008 El modelo social de discapacidad. Orígenes, caracterización y plasmación en la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, Cinca, Madrid. Disponible en:
http://sid.usal.es/idocs/F8/FDO20632/Elmodelosocialdediscapacidad.pdf
social primaria fuera prescindir de estas personas, mediante el recurso a prácticas
eugenésicas, como el infanticidio en el caso de niños y niñas con diversidad funcional. A
modo de ejemplo puede recordarseque sociedad griega y romana, basándose en motivos
religiosos y políticos, consideraban inconveniente el desarrollo y crecimiento de niños con
discapacidad. Era considerado de un pecado cometido por los padres en el caso de
Grecia, o una advertencia de que la alianza con los Dioses se encontraba rota en el caso
de Roma.

2. El submodelo de marginación: A diferencia del submodelo eugenésico, ya no se


comente infanticidio, aunquegran parte de los niños y niñas con discapacidad mueren
como consecuencia de omisiones –ya sea por falta de interés y recursos, o por invocarse
la fe como único medio de salvación-. En este submodelo la discapacidad genera dos
valoraciones diferentes pero que generan una misma respuesta. Así, la discapacidad será
vista por la sociedad como un objeto de menosprecio o de temor, y dará como única
respuesta la exclusión. Un ejemplo que puede resultar ilustrativo puede encontrarse en el
tratamiento brindado a las personas con diversidad funcional durante la Edad Media, en
donde se encontraban insertas dentro del grupo de los pobres y marginados, y signadas
por un destino marcado esencialmente por la exclusión. Si bien las explicaciones
religiosas medievales fueron diferentes de las alegadas por los antiguos, e incluso dentro
del cristianismo se presentaran de manera fluctuante –el poder de Dios o la consecuencia
del pecado original- o como obra del diablo desde la creencia supersticiosa; el hecho de
considerar a la discapacidad como una situación inmodificable originaba que debiera ser
aceptada con resignación.

El segundo modelo de la discapacidad es el Modelo Médico Rehabilitador. Desde este modelo


se considera que la causa de la discapacidad es una enfermedad o condición de salud. La persona
es considerada un ser a “rehabilitar” y por lo tanto la respuesta social primaria esintegrarla,
mediante políticas de cura o asimilación (en los mejores casos). Cuando ello no era posible, la
respuesta era la exclusión.

Este modelo es criticado por su búsqueda de la normalización, de un único tipo de ser humano,
ocultando la diferencia y diversidad que puede haber entre la humanidad. La persona con
discapacidad es considera desviada de un supuesto estándar de normalidad; desconociendo que
la configuración de lo estándar no es neutra, sino que se encuentra sesgada a favor de los
parámetros físicos y psíquicos de quienes constituyen el estereotipo culturalmente dominante.2

Finalmente, el tercer modelo de la discapacidad es el Modelo Social. Desde este modelo se


considera que la discapacidad tiene su origen en las barreras sociales. La persona con
discapacidad es considerada una persona con igual valía y dignidad que el resto de seres

2COURTIS, C. “Discapacidad e inclusión social: retos teóricos y desafíos prácticos. Algunos comentarios a partir de
la Ley 51/2003”, en Jueces para la Democracia, núm. 51, 2004, p. 7. Siguiendo a Iris Marion Young, se hace necesario
destacar que el significado que suele atribuírsele a lo “estándar”, o a lo “imparcial” se encuentra al servicio de al menos
dos funciones ideológicas. En primer lugar la apelación a la imparcialidad alimenta el imperialismo cultural al permitir
que la experiencia y la perspectiva particular de grupos privilegiados se presente como universal. En segundo lugar,
la convicción de que los burócratas y expertos pueden ejercer su poder en la toma de decisiones de manera imparcial
legitima la jerarquía autoritaria. Vid. YOUNG I. M., La justicia y la política de la diferencia, traducción de Silvina Álvarez,
Cátedra, Universidad de Valencia, Madrid, 2000, p. 24.
humanos. Por ello, se la respuesta social debe focalizar, además de la persona, la prevención y
eliminación de barreras sociales.

Los presupuestos del modelo social son dos. En primer lugar, las causas que originan la
discapacidad no radican en la persona, sino en la sociedad. En ese sentido, las causas de la
discapacidad son socialeso al menos, preponderantemente sociales. No serían las “limitaciones
individuales” las raíces del problema, sino las “limitaciones de la propia sociedad” para asegurar
adecuadamente que las necesidades de las personas con discapacidad sean tenidas en cuenta
dentro de la organización social.

En segundo lugar, a diferencia del modelo rehabilitador, se entiende que la persona con
discapacidad no es una persona con un déficit o incapacidad sino con una deficiencia o diversidad
funcional (un órgano, sentido o función no estándar). A partir de allí, ypartiendo de la premisa de
que toda vida humana es igualmente digna, desde el modelo social se aboga por la inclusión y la
aceptación de la diferencia, que no es más ni menos que parte de la condición humana.

Si en el modelo rehabilitador la discapacidad era atribuida a una patología individual, en el modelo


social se interpreta como el resultado de las barreras sociales y de las relaciones de poder, más
que de un destino biológico ineludible. Así, “una incapacidad para caminar es una deficiencia,
mientras que una incapacidad para entrar a un edificio debido a que la entrada consiste en una
serie de escalones es una discapacidad. Una incapacidad de hablar es una deficiencia pero la
incapacidad para comunicarse porque las ayudas técnicas no están disponibles es una
discapacidad. Una incapacidad para moverse es una deficiencia pero la incapacidad para salir de
la cama debido a la falta de disponibilidad de ayuda apropiada es una discapacidad.” 3

Esta distinción fue de suma importancia, ya que al tomarse conciencia de los factores sociales que
integran el fenómeno de la discapacidad, las soluciones no debían apuntar exclusivamente a la
persona, sino más bien encontrarse dirigidas hacia la sociedad, o teniendo muy presente el
contexto social en el cual la persona desarrollaba su vida. A partir de dichas premisas, se redefinió
la rehabilitación o normalización, estableciendo que éstas deben tener como objeto el cambio de
la sociedad, y no de las personas. Desde esta perspectiva, ciertas herramientas, como el diseño
universal y la accesibilidad universal cobran una importancia fundamental como medio de
prevención de situaciones de discapacidad.4

Las personas etiquetadas con discapacidad gozan del derecho a participar plenamente en todas
las actividades: económicas, políticas, sociales y culturales, -en definitiva, en la forma de vida de
la comunidad- del mismo modo que sus semejantes sin discapacidad. Esta afirmación o reclamo
de igualdad, no obstante, no se encuentra dirigida –tal como se planteaba desde un modelo
rehabilitador- a que las personas con discapacidad deban encubrir sus diferencias para acceder a
ciertos espacios de participación–supuestamente, al igual que los demás-.

El modelo social de la discapacidad ha sido recogido en la Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad de Naciones Unidas, y en la Ley General de la Persona con
Discapacidad, Ley 29973. De acuerdo con la Ley, se entiende por persona con discapacidad a:

3MORRIS, J.,Pride against prejudice. A Personal Politics of Disability, Women´s Press Ltd., London, 1991, p. 17.
4.DE ASIS ROIG R, y otros,La Accesibilidad Universal en el Derecho, Cuadernos Bartolomé de las Casas, nº 42,
Dykinson, Madrid, 2007, pp. 64 y 65.
La persona con discapacidad es aquella que tiene una o más deficiencias físicas, sensoriales,
mentales o intelectuales de carácter permanente que, al interactuar con diversas barreras
actitudinales y del entorno, no ejerza o pueda verse impedida en el ejercicio de sus derechos y su
inclusión plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones que las demás.

Tema 2: Accesibilidad y ajustes razonables como condiciones necesarias de


igualdad
El derecho a la no discriminación de las personas con discapacidad va más allá del entendimiento
tradicional que se tiene. Usualmente se ha concebido a la no discriminación como un derecho de
omisión: eliminar prohibiciones basadas en sexo, raza, orientación sexual o clase. No obstante, en
el caso de personas con discapacidad, la no discriminación también puede requerir acciones.

Una de las formas de garantizar la no discriminación en el caso de personas con discapacidad es


la accesibilidad. Esta es una obligación de carácter general que busca que el entorno no excluya
a la persona con discapacidad. Para ello, a veces hay que modificar estructuras previas. Pero
también es posible diseñarlas de manera que todos y todas podamos acceder a ellas. A esto se
le conoce como diseño universal.

Adicionalmente, puede haber situaciones en las que la accesibilidad no es suficiente. En tales


casos, será necesario tomar medidas específicas para la personas con discapacidad. A ello se le
conoce como "ajuste razonable".

La accesibilidad

La accesibilidad es un principio general de la CDCPD recogido en el artículo 3.Sin embargo, es el


artículo 9 el que desarrolla esta figura con mayor detalle. De acuerdo con dicha norma:

1. A fin de que las personas con discapacidad puedan vivir en forma independiente y
participar plenamente en todos los aspectos de la vida, los Estados Partes adoptarán
medidas pertinentes para asegurar el acceso de las personas con discapacidad, en
igualdad de condiciones con las demás, al entorno físico, el transporte, la información y
las comunicaciones, incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y las
comunicaciones, y a otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público,
tanto en zonas urbanas como rurales. Estas medidas, que incluirán la identificación y
eliminación de obstáculos y barreras de acceso, se aplicarán, entre otras cosas, a:

a) Los edificios, las vías públicas, el transporte y otras instalaciones exteriores e interiores
como escuelas, viviendas, instalaciones médicas y lugares de trabajo;
b) Los servicios de información, comunicaciones y de otro tipo, incluidos los servicios
electrónicos y de emergencia.

2. Los Estados Partes también adoptarán las medidas pertinentes para:


a) Desarrollar, promulgar y supervisar la aplicación de normas mínimas y directrices sobre
la accesibilidad de las instalaciones y los servicios abiertos al público o de uso público;
b) Asegurar que las entidades privadas que proporcionan instalaciones y servicios abiertos
al público o de uso público tengan en cuenta todos los aspectos de su accesibilidad para
las personas con discapacidad;
c) Ofrecer formación a todas las personas involucradas en los problemas de accesibilidad
a que se enfrentan las personas con discapacidad;
d) Dotar a los edificios y otras instalaciones abiertas al público de señalización en Braille
y en formatos de fácil lectura y comprensión;
e) Ofrecer formas de asistencia humana o animal e intermediarios, incluidos guías,
lectores e intérpretes profesionales de la lengua de señas, para facilitar el acceso a
edificios y otras instalaciones abiertas al público;
f) Promover otras formas adecuadas de asistencia y apoyo a las personas con
discapacidad para asegurar su acceso a la información;
g) Promover el acceso de las personas con discapacidad a los nuevos sistemas y
tecnologías de la información y las comunicaciones, incluida Internet;
h) Promover el diseño, el desarrollo, la producción y la distribución de sistemas y
tecnologías de la información y las comunicaciones accesibles en una etapa temprana, a
fin de que estos sistemas y tecnologías sean accesibles al menor costo.

De esta manera, la accesibilidad consiste en la modificación del entorno, transporte y sistemas de


comunicación e información para que, de forma general, se permita el ejercicio de derechos al
colectivo de personas con discapacidad.Así, un bus adaptado para que las personas usuarias de
silla de rueda puedan acceder, es una medida de accesibilidad. De igual manera, la lengua de
señas o el Braille también lo es.

Si se analiza el impacto de estos cuatro ámbitos, se comprenderá, siguiendo la línea del Comité
de Derechos de las Personas con Discapacidad, que la accesibilidad es una precondición para
que las personas con discapacidad tengan una vida independiente y puedan participar plenamente
y en igualdad de condiciones en la sociedad5, y que se aplica a diferentes aspectos de la vida:
“entorno físico, transporte, información y comunicación, incluyendo tecnologías y sistemas de
comunicación e información y otros bienes y servicios abiertos al público”. 6

Es importante, al hablar de la accesibilidad, poner el acento en cuatro cuestiones: el carácter


general de la medida (no está pensada para una persona en particular, sino para un conjunto de
beneficiarios que comparten una misma situación de discapacidad), el alcance de los beneficiarios
(las personas con discapacidad), el carácter vinculante de las medidas (el Estado está obligado a
adoptar medidas de accesibilidad), y el entorno en el cual opera el levantamiento de barreras. Es
decir, aceptando el carácter progresivo en la implementación de medidas de accesibilidad, el
Estado (e incluso los privados, en la medida en que prestan servicios públicos y de uso público)
no puede desligarse de dicha obligación, ni puede demorar el inicio de dicha aplicación
progresiva.7 El alcance de la obligación de accesibilidad puede graficarse en la siguiente tabla:

5COMITÉ SOBRE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD. General comment No. 2 (2014)
Article 9: Accessibility. CRPD/C/GC/2, pár. 1.
6Idem.
7La inmediatez del deber de adoptar obligaciones progresivas ha sido desarrollado por el Comité de Derechos

Económicos, Sociales y Culturales en su Observación General No. 3.


Ámbito de
Alcance de la
modificación del Beneficiarios
obligación
entorno
Arquitectónico,
Personas en una Deben adoptarse
transporte,
Accesibilidad misma situación de medidas de
comunicaciones e
discapacidad accesibilidad
información

A nivel nacional, la accesibilidad está establecida de manera general en el artículo 15 de la Ley


General de la Persona con Discapacidad (LGPCD). Además, el artículo 21 establece la obligación
de adoptar medidas de accesibilidad en la comunicación. Estas medidas, como veremos más
adelante, son fundamentales para garantizar un adecuado acceso a la justicia para personas con
discapacidad. Así la norma establece que:

21.1 El Estado garantiza a la persona con discapacidad el acceso y la libertad de elección


respecto a los distintos formatos y medios utilizables para su comunicación. Estos incluyen
la lengua de señas, el sistema braille, la comunicación táctil, los macrotipos, la
visualización de textos, los dispositivos multimedia, el lenguaje escrito, los sistemas
auditivos, el lenguaje sencillo, los medios de voz digitalizada y otros modos y medios
aumentativos o alternativos de la comunicación.
21.2 La persona con discapacidad tiene derecho a utilizar la lengua de señas, el sistema
braille y otros formatos o medios aumentativos o alternativos de comunicación en los
procesos judiciales y en los procedimientos administrativos que siga ante la administración
pública y los proveedores de servicios públicos. Para tal fin, dichas entidades proveen a
la persona con discapacidad, de manera gratuita y en forma progresiva, el servicio de
intérprete cuando esta lo requiera.
21.3 Las entidades públicas, los prestadores de servicios públicos, las administradoras de
fondos de pensiones y las entidades bancarias y financieras y de seguros remiten
información, recibos y estados de cuenta en medios y formatos accesibles al usuario con
discapacidad que lo solicite.

Vinculada a la noción de accesibilidad, se encuentra la de "diseño universal". Esta idea se


entiende, según el artículo 2 de la CDPCD, como “el diseño de productos, entornos, programas y
servicios que puedan utilizar todas las personas, en la mayor medida posible, sin necesidad de
adaptación ni diseño especializado”. Estos diseños deben cumplir con características: “uso
equitativo, flexibilidad en el uso, uso simple e intuitivo, información perceptible, tolerancia al error,
bajo esfuerzo físico, tamaño y espacio para el acceso y el uso”. 8 Evidentemente, esta obligación
está limitada por lo posible, es decir, está supeditada al estado actual de la ciencia, el
conocimiento, la técnica y la tecnología. En la legislación peruana, el artículo 15 establece que el
Estado, a través de los distintos niveles de gobierno, establece las condiciones necesarias para
garantizar este derecho sobre la base del principio de diseño universal.

El espíritu de la institución de diseño universal es similar al de la accesibilidad (eliminar las barreras


del entorno para lograr el disfrute de derechos) y ambos son de carácter general. No obstante, se
identifican diferencias en relación con los beneficiarios y la obligatoriedad. En relación con los
beneficiarios, la accesibilidad es una medida dirigida a garantizar el acceso a personas con
discapacidad. El diseño universal, por el contrario, está dirigido a todas las personas. Por su parte,

8DE ASÍS, R. Sobre discapacidad y derechos. Op. Cit, p. 78


mientras que los Estados están obligados a adoptar (progresivamente) medidas de accesibilidad,
el artículo 4.1.f) de la CDCPD establece que los Estados deben “emprender o promover la
investigación y el desarrollo de bienes, servicios, equipo e instalaciones de diseño universal (…)
que requieran la menor adaptación posible y el menor costo (…) y promover el diseño universal
en la elaboración de normas y directrices”. Es claro, como resulta de la redacción del texto, que la
obligación de “promover” diseño universal es más flexible que la de “accesibilidad”. Si se grafican
ambas se obtendría lo siguiente:

Ámbito de
Alcance de la
modificación del Beneficiarios
obligación
entorno
Arquitectónico,
Personas en una Deben adoptarse
transporte,
Accesibilidad misma situación de medidas de
comunicaciones e
discapacidad accesibilidad
información
Deben promoverse
estudios y normas
Diseño Universal General Todas las personas
técnicas en diseño
universal

Adicionalmente, la accesibilidad, además de relacionarse con el diseño universal, también lo hace


con el concepto de los ajustes razonables.9

Los ajustes razonables

El alcance de la obligación del ajuste razonable es bastante interesante como figura jurídica.
Aunque sus orígenes pueden remontarse a la figura de “acomodo razonable” propia del Derecho
Laboral, su consagración jurídica internacional se da en la CDPCD, que la define en su artículo 2
como:

las modificaciones y adaptaciones necesarias y adecuadas que no impongan una


carga desproporcionada o indebida, cuando se requieran en un caso particular,
para garantizar a las personas con discapacidad el goce o ejercicio, en igualdad
de condiciones con las demás, de todos los derechos humanos y libertades
fundamentales.

De igual manera, el Reglamento de la LGPCD define los ajustes razonables en su artículo 3.2.

La eliminación de las barreras es también el fundamento de la figura del ajuste razonable, y eso
lleva a confundirlo en muchos casos con medidas de accesibilidad. 10 No obstante, las figuras

9DE ASÍS, R. Sobre discapacidad y derechos, Op. Cit., p. 77.


10Sibien es posible que otros colectivos se vean beneficiados por este derecho, este trabajo abordará la problemática
referente a las personas con discapacidad. Al respecto, ver CONSTANTINO, Renato y Saulo GALICIA. La
configuración de los ajustes razonables en materia laboral en el Perú: definiciones, omisiones y propuestas.2014
(enprensa) y WADDINGTON, Lisa, “Reasonable Accommodation: Time to Extend the Duty to Accommodate Beyond
Disability? “. NTM|NJCM-Bulletin, Vol. 36, No. 2, pp. 186-198, 2011.
tienen contenido propio (y de alguna manera se ejercen bajo dinámicas opuestas). A diferencia de
otras obligaciones de la CDPCD que se basan en un tratamiento igualitario, general, pleno y previo
al ejercicio del derecho, en el caso del ajuste, su alcance individual hace necesario que la medida
sea ex post, es decir, solo constatada la especial situación de una persona con discapacidad, se
debe aplicar una medida diferenciada para asegurar el disfrute de los derechos en igualdad de
condiciones. Entonces, el ajuste razonable responde a la idea de: “un tratamiento desigual a las
personas atendiendo a que estas pueden encontrarse en una situación de diferencia o
desigualdad, que les resulte desfavorable o perjudicial”.11

Asimismo, mientras que la accesibilidad (y en cierto punto, el diseño universal) generan


obligaciones en el Estado (que pueden, dependiendo de la actividad del privado, ser transferidas
a este), el ajuste razonable trasciende los ámbitos generales de la accesibilidad y se inserta en
aspectos más circunscritos: las metodologías de estudio y enseñanza, los criterios de contratación
de un empleado, la jornada laboral, los interrogatorios judiciales, las prestaciones de atención y
medicación en el ámbito de la salud, entre otros. Esta diseminación de la figura, y su amplitud de
alcance, contrasta, por otro lado, con la posibilidad de oponerse a la realización de un ajuste. El
filtro para determinar la validez de esta oposición no es otro que la “razonabilidad”.

Recogiendo parte de la definición de Pérez Bueno, podemos señalar que un ajuste razonable se
compone de:12

 Conducta positiva de actuación de transformación del entorno (elemento fáctico de cambio);


 Transformación que ha de dirigirse a adaptar y hacer corresponder ese entorno a las necesidades
específicas de las personas con discapacidad, en todas las situaciones concretas en que estas
puedan hallarse, proporcionándoles una solución (elemento de individualización y satisfacción de
las particularidades);
 que surge en aquellos casos no alcanzados por las obligaciones generales de protección de los
derechos de las personas con discapacidad (elemento de subsidiariedad);
 y en todo caso su finalidad es la de facilitar la accesibilidad o la participación de las personas con
discapacidad en análogo grado que los demás miembros de la comunidad (elemento de garantía
del derecho a la igualdad).

Los dos primeros elementos se refieren la modificación de un entorno. Como hemos señalado
previamente, esto es insuficiente. En ocasiones, las modificaciones podrán ser de las prácticas o
las políticas. El tercer elemento refiere a la vinculación conla accesibilidad. El ajuste razonable se
dará cuando la accesibilidad prevista no sea suficiente. Finalmente, el ajuste tiene que permitir un
ejercicio de derechos en igual condición que el resto.

De los elementos mencionados, el que es particularmente problemático es el referido al concepto


de carga indebida. Al momento de determinar la carga indebida es necesario evaluar cuánto

11RUBIO CORREA, M., EGUIGUREN PRAELI F. y BERNALES BALLESTEROS E. Los derechos fundamentales en
la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los artículos 1, 2 y 3 de la Constitución. Lima: Fondo Editorial
de la PUCP, 2011, p. 146.
12PÉREZ BUENO, Luis Cayo. “La Configuración Jurídica de los Ajustes Razonables” en PÉREZ BUENO, Luis Cayo

(dir.) 2003 – 2012: 10 años de legislación sobre no discriminación de personas con discapacidad en España. Estudios
en homenaje a Miguel Ángel Cabra de Luna. Madrid: Ediciones Cinca. 2012, p. 166. En esta definición hemos decidido
omitir la referencia a la carga desproporcionada en tanto no coincidimos con su inclusión dentro de la figura propia de
ajuste razonable por motivos que explicaremos en la siguiente sección.
cuesta realmente un ajuste razonable. Siguiendo a Stein,13 es posible identificar dos clases de
costos: los fijos y los indeterminables. Los costos fijos serán aquellos que involucren cambios
directamente cuantificables a través del precio, por ejemplo, la modificación de maquinaria para
adaptarla a un trabajador con discapacidad física. En cambio, los costos indeterminados tendrán
que ver con modificaciones en las prácticas o los procedimientos.

Siguiendo la dinámica abordada para la accesibilidad y el diseño universal, la tabla comparativa


entre estas figuras sería la siguiente:

Ámbito de
Alcance de la
modificación del Beneficiarios
obligación
entorno
Arquitectónico,
Personas en una Deben adoptarse
transporte,
Accesibilidad misma situación de medidas de
comunicaciones e
discapacidad accesibilidad
información
Deben promoverse
estudios y normas
Diseño Universal General Todas las personas
técnicas en diseño
universal
Aquel a quien se le
solicita el ajuste
Una persona con
Ajuste razonable Específico puede oponer que
discapacidad
este no resulta
razonable.

Tomado de: BREGAGLIO, R. El principio de no discriminación por motivo de discapacidad. En: SALMON, E y R.
BREGAGLIO (Coord). Nueve conceptos claves para entender la Convención sobre los derechos de las personas con
discapacidad. Lima: IDEHPUCP, 2015, pp. 73-97. Disponible en http://idehpucp.pucp.edu.pe/wp-
content/uploads/2015/03/Libro-Discapacidad-PDF-VERSIÓN-COMPLETA-FINAL.pdf

13Stein
utilizalostérminos “soft” y “hard”. STEIN, M. A. “The Law and Economics of Disability Accommodations” en
Duke Law Journal, Vol 53, No. 1, octubre de 2003, p. 88
Tema 3: El reconocimiento de capacidad jurídica
La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad es de obligatorio
cumplimiento para el Estado peruano y un aspecto fundamental de este instrumento internacional
es el reconocimiento de la capacidad jurídica de todas las personas con discapacidad establecido
en el artículo 12 de dicho tratado. A nivel nacional, la LGPCD establece dicho reconocimiento en
su artículo 9.

El artículo 12 de la CDPCD señala:

Igual reconocimiento como persona ante la ley

1. Los Estados Partes reafirman que las personas con discapacidad tienen derecho en
todas partes al reconocimiento de su personalidad jurídica.

2. Los Estados Partes reconocerán que las personas con discapacidad tienen capacidad
jurídica en igualdad de condiciones con las demás en todos los aspectos de la vida.

3. Los Estados Partes adoptarán las medidas pertinentes para proporciona acceso a las
personas con discapacidad al apoyo que puedan necesitar en el ejercicio de su capacidad
jurídica.

4. Los Estados Partes asegurarán que en todas las medidas relativas al ejercicio de la
capacidad jurídica se proporcionen salvaguardias adecuadas y efectivas para impedir los
abusos de conformidad con el derecho internacional en materia de derechos humanos.
Esas salvaguardias asegurarán que las medidas relativas al ejercicio de la capacidad
jurídica respeten los derechos, la voluntad y las preferencias de la persona, que no haya
conflicto de intereses ni influencia indebida, que sean proporcionales y adaptadas a las
circunstancias de la persona, que se apliquen en el plazo más corto posible y que estén
sujetas a exámenes periódicos por parte de una autoridad o un órgano judicial
competente, independiente e imparcial. Las salvaguardias serán proporcionales al grado
en que dichas medidas afecten a los derechos e intereses de las personas.

5. Sin perjuicio de lo dispuesto en el presente artículo, los Estados Partes tomarán todas
las medidas que sean pertinentes y efectivas para garantizar el derecho de las personas
con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás, a ser propietarias y heredar
bienes, controlar sus propios asuntos económicos y tener acceso en igualdad de
condiciones a préstamos bancarios, hipotecas y otras modalidades de crédito financiero,
y velarán por que las personas con discapacidad no sean privadas de sus bienes de
manera arbitraria.

Prácticamente todos los sistemas jurídicos del mundo distinguen entre una dimensión de titularidad
de los derechos, y una dimensión de ejercicio de los mismos. De este modo “el derecho al
reconocimiento a la personalidad jurídica” genera en la persona la capacidad de ser reconocido
como persona ante la ley, y por tanto, es un requisito previo a todos los otros derechos. El concepto
de “capacidad jurídica” es un concepto más amplio que lógicamente presupone la capacidad de
ser sujeto de derechos y obligaciones (elemento estático), pero también presupone la capacidad
de ejercer dichos derechos, o asumir obligaciones a través de sus propias decisiones (elemento
dinámico)”. Sin un reconocimiento pleno de capacidad jurídica, no es posible acceder
verdaderamente al ejercicio de los derechos humanos en general. Por ello, la capacidad jurídica
incluye la “capacidad de obrar”, entendida como la capacidad y la facultad de una persona en
virtud del derecho de asumir compromisos o transacciones particulares, mantener un estatus
determinado, o una relación con otro, o en un sentido más general, de crear, modificar, o extinguir
relaciones jurídicas.14 En ese sentido, cuando el artículo 12 de la CDPD y 9 de la LGCPD hacen
referencia al derecho de ejercicio de la capacidad jurídica, debe interpretarse como el derecho a
la capacidad de obrar, es decir, a tomar decisiones en nombre propio.

Sin embargo, una de las barreras más complejas que aún permanece en la sociedad peruana es
la falta de reconocimiento de capacidad jurídica de las personas con discapacidad, lo que se
traduce en que las personas con discapacidad, principalmente aquellas con discapacidad
intelectual o psicosocial, no puedan realizar actos con consecuencias jurídicas (casarse, heredar,
contratar, etc.). Esta barrera, ha sido recientemente modificada a nivel normativo (el pasado
setiembre, el Decreto Legislativo 1384 modificó el Código Civil peruano para eliminar a las
personas con discapacidad de los supuestos de incapacidad), pero es posible suponer que seguirá
manifestándose como barrera actitudinal en los operadores jurídicos por mucho tiempo más. Se
trata de una barrera compleja debido a que nosolo afecta el derecho universal al reconocimiento
y ejercicio de la capacidad jurídica sino que restringe o limita el acceso a derechos como la
educación, trabajo, salud, participación política, etc.

En este sentido, la discapacidad no puede ser un motivo para la incapacidad. De hecho, el propio
Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas determinó ello
en su Observación General 1 sobre capacidad jurídica.15 En ella argumentó que condicionar la
capacidad jurídica a la carencia de diagnósticos médicos o a la funcionalidad de una persona eran
exigencias de índole discriminatoria. La existencia de una discapacidad no puede conllevar la
incapacidad jurídica de una persona.

El reconocimiento de la capacidad jurídica de las personas con discapacidad no sólo supone el


reconocimiento de la personalidad jurídica y de la capacidad jurídica en todos los ámbitos de la
vida de estas personas, sino también la implementación de medidas de apoyo y salvaguardias que
promuevan su ejercicio. Por ello, el artículo 12° inciso 3 de la CDPD dispone que “los Estados
Partes adoptarán las “medidas pertinentes para proporcionar acceso a las personas con
discapacidad al apoyo que puedan necesitar en el ejercicio de su capacidad jurídica”.

El concepto de apoyo es flexible y está en constante evolución como el concepto de discapacidad


y capacidad jurídica. En este sentido, de acuerdo a la Observación General N° 1 del Comité CDPD,
apoyo es un término amplio que incluye una variedad de acuerdos de carácter formal e informal,
acuerdos que pueden ser de distintas intensidades según los requerimientos de la persona que
los solicita16. Además, se deben promover y reconocer los apoyos en la comunidad en el marco

14BARIFFI, F. J., (2009) “Capacidad jurídica y capacidad de obrar de las personas con discapacidad a la luz de la
Convención de la ONU”, en Hacia un Derecho de la Discapacidad. Estudios en homenaje al Profesor Rafael de
Lorenzo, en CAYO PÉREZ BUENO L, (dir); SASTRE A (ed), Aranzadi Thomson Reuters, Navarra.
15COMITÉ CDPD. Observación General N° 1 sobre el artículo 12: igual reconocimiento como persona ante la ley. 11°

Periodo de sesiones.19 de mayo de 2014


16Cfr. COMITÉ CDPD. Observación General N° 1 sobre el artículo 12: igual reconocimiento como persona ante la ley.

11° Periodo de sesiones.19 de mayo de 2014, párr. 16-19.


de la sinergia existente entre capacidad jurídica y, vida independiente17. Por ejemplo, apoyo de
una o más personas que pueden ser un familiar, amistad, un asistente personal, una asociación,
un ombudsman o defensor oficial, directivas anticipadas, entre otros. De manera general, se puede
decir que el apoyo es una herramienta que ayuda a que la persona manifieste su voluntad o la
pueda generar adecuadamente.

En este sentido, tal como afirman Michael Bach y Lana Kerzner, “la pregunta ya no puede ser si
la persona tiene la capacidad para ejercer su capacidad jurídica sino qué requiere la persona para
el ejercicio de su capacidad jurídica”18. Así, el sistema de apoyo se presenta como una herramienta
para la persona que lo solicita, que promueve el ejercicio de su capacidad jurídica y su
autonomía19.

Ahora bien, el artículo 12.4 de la CPDPCD establece también la necesidad de contar con un
sistema de salvaguardias. Estas son garantías para evitar abusos o sustitución de voluntad por
parte de las personas a quienes se confía el apoyo en la toma de decisiones. Así, al cumplir un rol
de control a los apoyos, las salvaguardias deberían ser ejercidas por personas distintas a las que
proveen estos apoyos. ¿Qué medidas se pueden tomar al respecto? Se puede pensar en
obligaciones de rendir cuentas, por ejemplo. También se puede prohibir o restringir la actuación
de un apoyo en actos jurídicos que le generen un conflicto de interés: como ser apoyo en la
redacción de un testamento que instituye al apoyo como heredero de la persona con discapacidad.
Otra idea puede ser el establecer prohibiciones a la posibilidad de ser apoyo. Así, se puede
argumentar que las personas condenadas por estafa, no deberían poder ser apoyos para el
manejo de dinero.

En consecuencia, las medidas de apoyo deben ser coherentes con la narrativa de vida de la
persona con discapacidad, sus preferencias, valores, deseos, etc. La decisión debe ser tomada
con la persona con discapacidad y, no por ella, en el marco del modelo social. Por tanto, se trata
de un mecanismo de promoción y, no de restricción o sustitución de la capacidad jurídica. Por ello,
es fundamental que la persona que brinde el apoyo no tenga ningún conflicto de intereses ni
influencia indebida en relación al acto jurídico sobre el que se le ha solicitado ayuda. Además, las
medidas de apoyo deben ser proporcionales y adaptarse a la situación de cada persona.
Recordemos que el grupo de personas con discapacidad no es homogéneo y que existen distintos
grados de discapacidad. A mayor interferencia en los derechos de la persona con discapacidad,
mayores medidas de protección deben aplicarse.

Además, en los casos excepcionales en los que es muy difícil detectar la voluntad o preferencias
de la persona, tal como lo ha señalado el Comité CDPD en su Observación General N° 1, la
interpretación del “interés superior” debe ser reemplazada por la “mejor interpretación posible de
la voluntad y de las preferencias”20. En este tipo de casos, los apoyos deben crear condiciones
para que éstas surjan. Esto quiere decir que se debe buscar descifrar qué sería lo que la persona
con discapacidad decidiría en caso estuviese en condiciones de manifestar una voluntad clara.

17Sodis. Submission to the CRPD Committee on the Draft General Comment on Article 12. Lima, 2014, párr.3.
18BACH, Michael y KERZNER, Lana, A New Paradigm for protecting autonomy and the right to legal capacity. Prepared
for the Law Commission of Ontario. 2010, p. 58.
19Cfr. BACH, Michael. “El derecho a la capacidad jurídica bajo la CDPD. Conceptos fundamentales y guía para la

reforma de leyes”. En: Capacidad Jurídica, Discapacidad y Derechos Humanos. Palacios, Agustina y Bariffi, Francisco.
Editorial EDIAR. Buenos Aires, 2011, pp. 55-107.
20Ídem, párr. 21.
Además, las medidas de apoyo deben aplicarse en el plazo más corto posible y sujetarse a
exámenes periódicos por parte del juez o autoridad competente e imparcial.

La reciente reforma del Código Civil peruano: de un sistema de sustitución de la voluntad


a uno de apoyo en la toma de decisiones

El 4 de setiembre de 2018 se publicó el Decreto Legislativo Decreto Legislativo 1384, que reconoce
y regula la capacidad jurídica de las personas con discapacidad en igualdad de condiciones. Esta
norma se aprobó a partir del mandato de la Segunda Disposición Complementaria Final de la
LGPCD, que ordenó la conformación de una Comisión Revisora del Código Civil para modificar
las regulaciones de capacidad jurídica de las personas con discapacidad.

Esta Comisión Especial Revisora del Código Civil (CEDIS) se constituyó en el 2014 y trabajó
durante poco más de un año para elaborar un proyecto de reforma. El proyecto fue archivado, y
retomado en el 2016 como proyecto legislativo multipartidario (872/2016). Desde entonces, la
sociedad civil impulsó la posibilidad de aprobar la ley. Sin embargo, ante la falta de consenso en
el ámbito parlamentario, el Poder Ejecutivo solicitó competencias para legislar en la materia y
aprobó el referido Decreto.

La norma plantea una serie de medidas para garantizar la capacidad jurídica de este grupo de
personas. Estas normas modifican completamente las regulaciones de incapacidad civil para
personas con discapacidad, y eliminan la posibilidad de demandar interdicciones y designar un
curador a estas personas.

De esta manera, el Decreto Legislativo elimina modifica los artículos 43 y 44 del Código Civil,
eliminando la incapacidad de “Los que por cualquier causa se encuentren privados de
discernimiento” (artículo 43), “Los retardados mentales” (artículo 44) y “Los que adolecen de
deterioro mental que les impide expresar su libre voluntad” (artículo 44). Además, señala de
manera expresa en el artículo 42 que “Toda persona mayor de dieciocho años tiene plena
capacidad de ejercicio. Esto incluye a todas las personas con discapacidad, en igualdad de
condiciones con las demás y en todos los aspectos de la vida, independientemente de si usan o
requieren de ajustes razonables o apoyos para la manifestación de su voluntad.” Como correlato,
entonces, se eliminará la posibilidad de demandar interdicción por por dichos supuestos. A partir
de esta norma, todas las personas con discapacidad tienen capacidad jurídica, lo que implica
también (de acuerdo con el artículo 1976-A) que, en tanto la persona con discapacidad mental es
la que toma decisiones, también es la que debe responder civilmente por sus faltas.

La reciente modificación del Código, además, crea la figura de los apoyos para el ejercicio de
capacidad jurídica. Así, los artículos 45 y 45-A establece aquellas personas con discapacidad que
requieran apoyos para el ejercicio de su capacidad jurídica puede solicitarlos o designarlos de
acuerdo a su libre elección por trámite judicial o notarial. Además, el artículo 659-C establece que
es la propia persona con discapacidad la que solicita los apoyos y determina: su forma, identidad,
alcance, duración y cantidad.

De manera excepcional, el artículo 659-E establece que un juez puede determinar apoyos para
aquellas personas con discapacidad que no puedan manifestar su voluntad. Es importante señalar
que la no manifestación de la voluntad solo se configura luego de haberse realizado esfuerzos
reales, considerables y pertinentes para obtener una manifestación de voluntad de la persona, y
de habérsele prestado las medidas de accesibilidad y ajustes razonables, y solo cuando la
designación de apoyos sea necesaria para el ejercicio y protección de sus derechos. Es decir, la
medida debe ser de última ratio y no podrá ser como mecanismo masivo de privación de
capacidad.

Es importante señalar que esta reforma es solo el primer paso para poder contar con un
ordenamiento jurídico que, de manera integral, garantice la igual capacidad jurídica a todas las
personas, incluyendo las personas con discapacidad. Un aspecto que debe ser abordado en una
segunda reforma, es el referido a las modificaciones de las normas procesales, que permitan que
las personas con discapacidad intelectual o psicosocial puedan demandar, comparecer como
testigos, prestar declaración, etc.
Tema 4: Acceso a la justicia de personas con discapacidad
Por su interdependencia, el derecho de acceso a la justicia se encuentra reconocido en todos los
tratados de derechos humanos. En el caso de las personas con discapacidad, su derecho de
acceso a la justicia se encuentra reconocido en el artículo 13 de la CDPCD. Dicho artículo señala:

1. Que las personas con discapacidad tengan acceso a la justicia en igualdad de condiciones
con las demás, incluso mediante ajustes de procedimiento y adecuados a la edad, para
facilitar el desempeño de las funciones efectivas de esas personas como participantes
directos e indirectos, incluida la declaración como testigos, en todos los procedimientos
judiciales, con inclusión de la etapa de investigación y otras etapas preliminares.

2. Que las personas con discapacidad tengan acceso efectivo a la justicia, los Estados
Partes promoverán la capacitación adecuada de los que trabajan en la administración de
justicia, incluido el personal policial y penitenciario”.

Del análisis del artículo 13 podemos afirmar que se desprenden tres dimensiones21:

1. Legal: Se debe asegurar que todas las personas con discapacidad puedan participar, sin
importar la calidadcon la que lo hagan, en los procesos judiciales, por derecho propio.
Para que esto sea posible, es fundamental el reconocimiento del derecho a la capacidad
jurídica de las personas con discapacidad en el ámbito procesal.

2. Física: Se refiere a que todas las instalaciones judiciales deben ser accesibles
físicamente. Esto se vincula con la obligación de accesibilidad.

3. Comunicacional: Que cualquier información que se proporcione a las personas con


discapacidad durante todo el proceso judicial sea accesible y se presente en medios
alternativos de comunicación, como por ejemplo: Lengua de Señas, en Sistema de
Escritura Braille, en formatos digitales, o en un texto de fácil lectura. Esto también se
vincula con las obligaciones de accesibilidad en el plano de la comunicación e información.

El artículo 13 de la CDPCD puede complementarse con lo dispuesto en las Reglas de Brasilia


sobre Acceso a la Justicia de las Personas en Condición de Vulnerabilidad (Reglas de Brasilia),
aprobadas en marzo de 2008 en el marco de la XIV Cumbre Judicial Iberoamericana. Estas reglas
son un conjunto de estándares mínimos que sirven de orientación a los operadores jurídicos para
garantizar y facilitar el acceso a personas que comúnmente sufren limitaciones y/o vulneraciones
de su derecho de acceso a la justicia22. Si bien son un instrumento de soft law, es decir, que no
tienen carácter vinculante, son una guía de actuación muy importante para quienes integran el
sistema de justicia.

21BARIFFI F., “Implementing the UN Convention on Disability in the European Union and Member States: A review of
Substantive Obligations and Examples of Good Practices”, en http://www.era-
comm.eu/uncrpd/kiosk/speakers_contributions/111DV67/Fco_Bariffi_pres_paper.pdf
22Martinez Alcorta, J. a., “Las Reglas de Brasilia y el acceso a la justicia de las personas con discapacidades mentales

o adicciones graves”, en A. Sojo Lorenzo (dir.), El Derecho, Cuaderno de Familia, octubre de 2011. Ver texto en:
http://www.scribd.com/doc/69117891/ El-Derecho-Cuaderno-de-Familia-de-Octubre-del-2011
En relación con la primera dimensión, debe tenerse presente que, en tanto el acceso a la justicia
es un derecho, si a las personas con discapacidad no se les reconoce previamente la capacidad
amplia de ejercicio de derechos, el acceso a la justicia se vuelve imposible. Por ello, las personas
con discapacidad:

1. Deben ser reconocidas con la misma capacidad que las demás personas frente a los
jueces y tribunales, policías, trabajadores sociales y otros funcionarios involucrados en
procesos o procedimientos.
2. Deben tener acceso a representación jurídica en igualdad de condiciones con las demás.
3. Deben poder testificar en las actuaciones judiciales, administrativas y otras actuaciones
jurídicas en igualdad de condiciones con las demás.

Al respecto, el Comité sobre los derechos de las personas con discapacidad, en su observación
general No. 2,que se debe promover que las personas con discapacidad que ven obstaculizado
su derecho a la capacidad jurídica tengan la oportunidad de impugnar esos obstáculos (en su
propio nombre o mediante su representante legal) y defender sus derechos ante los tribunales.

En relación con la segunda y tercera dimensión, el Comité sobre los Derechos de las Personas
con Discapacidad en su Observación General No. 2 estipula que “No puede haber un acceso
efectivo a la justicia si los edificios en que están ubicados los organismos encargados de hacer
cumplir la ley y de administrar la justicia no son físicamente accesibles para las personas con
discapacidad, o si no son accesibles los servicios, la información y la comunicación que
proporcionan."23

En la misma línea, el apartado 8 de las Reglas de Brasilia establece que se “procurará establecer
las condiciones necesarias para garantizar la accesibilidad de las personas con discapacidad al
sistema de justicia, incluyendo aquellas medidas conducentes a utilizar todos los servicios
judiciales requeridos y disponer de todos los recursos que garanticen su seguridad, movilidad,
comodidad, comprensión, privacidad y comunicación”.Al incluirel acceso a los servicios judiciales,
este apartado no solo plantea un acceso formal a un procedimiento judicial, sino más bien el
acceso efectivo a todas las instancias y medidas disponibles por la administración de justicia
promoviendo en particular la reducción de barreras arquitectónicas, facilitando tanto el acceso
como la estancia en los edificios judiciales. Esto quiere decir que se debe lograr que los servicios
dentro de las instituciones judiciales sean accesibles. El acceso a expedientes virtuales, por
ejemplo, es una medida de accesibilidad que permite que las personas ciegas finalmente puedan
acceder a sus documentos de manera autónoma.

Un aspecto común a todas las dimensiones: los ajustes al procedimiento

El artículo 13 señala que se deberán implementar ajustes al procedimiento para eliminar las
barreras y la desigualdad que enfrentan las personas con discapacidad en el acceso a la justicia.
Los ajustes al procedimiento derivan de la idea de “ajuste razonable” estudiada en el tema 2, pero
presentan algunas diferencias. En primer lugar, mientras los ajustes razonables son adaptaciones
ad hoc para cualquier ámbito de la vida de la persona con discapacidad, los ajustes en el

23Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad Observación general Nº 2 (2014), Artículo 9:
Accesibilidad, 11º período de sesiones, 31 de marzo a 11 de abril de 2014, Párr. 37
procedimiento operan para tipo de procesos judiciales: penales, civiles, familiares, mercantiles,
laborales, administrativos, mediación, entre otros y con inclusión de la etapa de investigación y
otras etapas preliminares. Es decir, el deber de garantizar se extiende a etapas anteriores a la
existencia de un proceso judicial, incluyendo las diligencias policiales iniciales y otras medidas
prejudiciales.

En segundo lugar, mientras que los ajustes razonables deben proveerse en tanto no generen una
carga desproporcionada o indebida; los ajustes en el procedimiento se deben otorgar
obligatoriamente siempre en todo proceso judicial. Esto quiere decir que se deben proveer incluso
si demandan una carga indebida. Esto se debe a la importancia capital del derecho de acceso a
la justicia. Si no se accede a la justicia, no es posible obtener los derechos que a una

Ajustes al procedimiento Ajustes razonables

Artículo13 Artículo 2
Ámbito de adaptación Procedimientos judiciales. Todos los ámbitos de su vida.
Alcance de la obligación Se deben otorgar siempre en Se deben otorgar si no
todo proceso judicial. imponen una carga
desproporcionada o indebida.

Los ajustes al procedimiento podrán ser tan variados como las necesidades del caso lo
establezcan, pues en última instancia los operadores jurídicos tienen la obligación de
implementarlos, atendiendo al caso en concreto, sin pretender establecer criterios generales de
aplicación. De esta manera, son ejemplos de ajustes al procedimiento los siguientes:

o Utilización de la comunicación alternativa y aumentativa, tales como imágenes y tableros


de comunicación, para permitir a la persona expresarse plenamente.
o Apoyo en la comunicación con el testigo.
o Asistencia para la formulación de preguntas de modo que sean comprendidas por el
testigo.
o La posibilidad de declarar sin formalidades de vestimenta oficial; poder declarar en
lugares diferentes a las cámaras, despacho del Juez o sala de audiencia oficial, incluso
mediante enlaces de video.
o Mayor tiempo para dar testimonio y descansos adecuados durante el proceso.
o Brindar información sobre los procedimientos en un lenguaje sencillo.
Tema 5: Barreras en el acceso a la justicia de las mujeres, niños y
niñas con discapacidad
Las mujeres, niños y niñas con discapacidad se enfrentan con múltiples barreras en el acceso a
la justicia que impiden su participación plena y efectiva en los procedimientos judiciales de los que
son parte. Así, la discapacidad interactúa con otras barreras que llevan a que la discriminación sea
mayor o, cuando menos, más compleja.

A la combinación de más de un factor de discriminación se le conoce como discriminación


interseccional. Este término fue acuñado por la investigadora Kimberlé Crenshaw para hablar
sobre cómo las mujeres afrodescendientes sufrían una forma de discriminación que no era igual
que al de las mujeres blancas ni al de los hombres afrodescendientes.24El enfoque de género
busca ser una lupa que genere un análisis con respecto a las diferencias que existen entre los
roles que han sido asignados socialmente a los sexos. En tal sentido, en el caso de las políticas
públicas, el análisis tiene como fin visibilizar las diferencias que se presentan entre hombres y
mujeres (y en la actualidad también en la población LGTBIQ25) al momento de ejercer sus
derechos.

Hay que tener en cuenta que la diferencia no está en los sexos, sino en las construcciones sociales
que se han producido sobre ellos. En tal sentido, al combinar los enfoques de género y
discapacidad es necesario entender que las mujeres con discapacidad sufren una doble
discriminación.26 Esto impacta de manera real en el ejercicio de derechos. Por ejemplo, con
respecto al derecho a la salud, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer
señaló que

Con frecuencia, las mujeres con discapacidad de todas las edades tienen dificultades para
tener acceso físico a los servicios de salud. Las mujeres con deficiencias mentales son
especialmente vulnerables [...] Los Estados Partes deberían adoptar las medidas
apropiadas para garantizar que los servicios de salud atiendan las necesidades de las
mujeres con discapacidades y respeten su dignidad y sus derechos humanos.27

Por otro lado, la emergencia política de los pueblos indígenas ha generado que las políticas
públicas tengan que considerar las necesidades de este colectivo a través de un enfoque
intercultural. Este enfoque parte de la idea de que la

interculturalidad reconoce el derecho a la diversidad, a las diferentes racionalidades y


perspectivas culturales de los pueblos, expresadas en diversas formas de organización,
sistemas de relación y visiones del mundo. Implica reconocimiento y valoración del otro.
Propone la interrelación, la comunicación, y el diálogo permanente para favorecer la
convivencia entre las distintas culturas en contacto, garantizarles a cada una un espacio

24Al respecto, revisar el siguiente video:


https://www.ted.com/talks/kimberle_crenshaw_the_urgency_of_intersectionality?language=es
25Acrónimo para lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, intersexuales y queers.
26COMITÉ PARA LA ELIMINACIÓN DE LA DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER. Recomendación N°18. Mujeres

discapacitadas. HRI\GEN\1\Rev.1. 1994


27COMITÉ PARA LA ELIMINACIÓN DE LA DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER. Recomendación N°24. Artículo

12 de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer - La mujer y la salud.
1999.
para desarrollarse en forma autónoma y promover su integración a la ciudadanía, en el
marco de una sociedad pluricultural, multiétnica y multilingüe.28

Al combinar este enfoque con la discapacidad, es necesario atender a varios factores. En primer
lugar, si ya el colectivo indígena suele encontrarse apartado de la provisión de servicio, puede
haber mayores problemas con los indígenas con discapacidad.

Adicionalmente, se debe intentar lograr una inclusión más adecuada de las personas con
discapacidad en la cultura indígena, ya que usualmente se les designa con términos peyorativos
y se les aparta de la vida comunitaria.29

Finalmente, la edad es también otra variable particularmente importante. Los niños y los adultos
mayores pueden ser considerados grupos en especial situación de vulnerabilidad. Con respecto a
los niños, la propia CDPCD establece una protección especial para ellos; pues entiende que suelen
verse excluidos del goce y disfrute de varios derechos.30 Esto obliga a pensar en que la provisión
de servicios y el establecimiento de políticas incluyan adecuadamente sus necesidades. Así, por
ejemplo, no basta con plantear políticas de accesibilidad diseñadas para adultos con discapacidad,
sino que también es necesario pensar que los niños merecen poder desplazarse de manera libre
y autónoma.

Por otra parte, los adultos mayores viven en una situación de especial vulnerabilidad porque se ha
considerado el envejecimiento como algo esencialmente negativo.31 No obstante, es necesario
entender que también es una situación social. Y es una situación que puede estar muy vinculada
con la discapacidad. En tal sentido, se debe considerar desarrollar servicios pensados para que
los adultos mayores con discapacidad no se vean excluidos de ciertos derechos.

28Resolución Ministerial 638-2006. Aprueban la “Norma Técnica de Salud para la Transversalización de los Enfoques
de Derechos Humanos, Equidad de Género e Interculturalidad en Salud”. Publicada en el Diario Oficial El Peruano el
19 de julio de 2006.
29PERMANENT FORUM ON INDIGENOUS ISSUES. Study on the situation of indigenous persons with disabilities,

with a particular focus on challenges faced with regard to the full enjoyment of human rights and inclusion in
development. E/C.19/2013/6. 5 de febrero de 2013, pár. 19. En el caso peruano, habría que pensar en el uso que se
le da a los vocablos opa (sordo o tonto) o ñawsa (ciego), vocablos quechua que suelen ser usados con ánimo
peyorativo para designar a personas con discapacidad.
30CDPD. Art. 7. Niños y niñas con discapacidad

1. Los Estados Partes tomarán todas las medidas necesarias para asegurar que todos los niños y las niñas con
discapacidad gocen plenamente de todos los derechos humanos y libertades fundamentales en igualdad de
condiciones con los demás niños y niñas.
2. En todas las actividades relacionadas con los niños y las niñas con discapacidad, una consideración primordial será
la protección del interés superior del niño.
3. Los Estados Partes garantizarán que los niños y las niñas con discapacidad tengan derecho a expresar su opinión
libremente sobre todas las cuestiones que les afecten, opinión que recibirá la debida consideración teniendo en cuenta
su edad y madurez, en igualdad de condiciones con los demás niños y niñas, y a recibir asistencia apropiada con
arreglo a su discapacidad y edad para poder ejercer ese derecho.
31 BARRANCO AVILÉS, María del Carmen y Francisco J. BARIFFI. “La Convención Internacional sobre los Derechos

de las Personas con Discapacidad y su potencial aplicación a las personas mayores” en Informes Portal Mayores.
ISSN: 1885-6780. (105) 2010, p. 4 y 5.
Con ello en cuenta, la CDPCD también ha abrazo el concepto de interseccionalidad y lo desarrolla
con respecto a algunas poblaciones. Una de estas son las mujeres. El artículo pertinente de la
CDPCD señala:

“Artículo 6. Mujeres con Discapacidad.

1. Los Estados Partes reconocen que las mujeres y las niñas con discapacidad están
sujetas a múltiples formas de discriminación y que, a ese respecto, deben adoptar medidas
para asegurar que puedan disfrutar plenamente y en condiciones de igualdad de todos los
derechos humanos y libertades fundamentales.

2. Los Estados Partes tomarán todas las medidas pertinentes para asegurar el pleno
desarrollo, adelanto y potenciación de la mujer, con el propósito de garantizarle el ejercicio
y disfrute de los derechos humanos y las libertades fundamentales establecidos en la
presente Convención.”

En esta norma específica se reconoce la necesidad de tomar medidas específicas para abordar la
discriminación interseccional que viven las mujeres con discapacidad y que les impiden disfrutar
de sus derechos en igualdad de condiciones con el resto de personas.32

A partir de este artículo de la CDPCD, existen otros artículos que han tomado en cuenta la
perspectiva de género para proteger específicamente la manera en que los derechos de las
mujeres con discapacidad se pueden ver afectados. Al respecto, podemos encontrar: la toma de
conciencia (art. 8), el derecho a la protección contra la explotación, la violencia y los abusos (art.
16), el derecho a la salud (art. 25), el derecho a un nivel de vida adecuado y a la protección social
(art. 28) y la regulación de la conformación del Comité sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad (art. 34).

Si bien hay algunas omisiones33, es importante que la CDPCD estableciera una protección tanto
desde una norma general y también desde protecciones específicas en cada derecho. Así, no
importa si es que acaso no hay una mención explícita al género, a partir del artículo 6, todo derecho
reconocido en la CDPCD debería ser interpretado con perspectiva de género.

Así como sucede con el género, la CDPCD decide adoptar un doble enfoque a la hora de proteger
la situación de las niñas y niños con discapacidad. Es decir, establece una cláusula de protección
general y luego menciona protecciones específicas en todo el tratado.

Así, el artículo 7 sobre niños y niñas con discapacidad, establece:

“1. Los Estados Partes tomarán todas las medidas necesarias para asegurar que todos
los niños y las niñas con discapacidad gocen plenamente de todos los derechos humanos
y libertades fundamentales en igualdad de condiciones con los demás niños y niñas.

32 BARRERE UNZUETA, M.A. y Morondo Taramundi, D., “Subordiscriminación y discriminación interseccional:


elementos para una teoría del derecho antidiscriminatorio”, Anales de la Cátedra Francisco Suárez 45 (2011),
33 PALACIOS, A., “Igual reconocimiento como persona ante la ley y acceso a la justicia”, en el Manual: La

transversalidad del género en las políticas públicas de discapacidad… cit., pp.143-180.


2. En todas las actividades relacionadas con los niños y las niñas con discapacidad, una
consideración primordial será la protección del interés superior del niño.
3. Los Estados Partes garantizarán que los niños y las niñas con discapacidad tengan
derecho a expresar su opinión libremente sobre todas las cuestiones que les afecten,
opinión que recibirá la debida consideración teniendo en cuenta su edad y madurez, en
igualdad de condiciones con los demás niños y niñas, y a recibir asistencia apropiada con
arreglo a su discapacidad y edad para poder ejercer ese derecho.”

Entonces, primero, la norma establece una cláusula general de igualdad de derechos con el resto
de niñas y niños. Para ello, el Estado tiene que adoptar las medidas que se necesiten para alcanzar
tal finalidad.34 Adicionalmente, se menciona el concepto de interés superior del niño como idea
clave para toda protección de derechos de niños y niñas con discapacidad. Finalmente, otra idea
que debe rescatarse es lo referido a la participación de niños y niñas con discapacidad. Si bien ya
la Convención de los Derechos del Niño había planteado la idea de que niños y niñas tienen
derecho a participar en lo que les incumbe35, es claro que esto no siempre aplicaba a niños y niñas
con discapacidad. En un contexto que busca fortalecer la autonomía de las personas con
discapacidad, es necesario que esta se ejercite desde las infancia. Evidentemente, igual es
necesario que se tengan en cuenta la edad y la madurez del niño o niña. Pero eso es un estándar
para cualquier niño.

En ese sentido, estas dos criterios condicionan las valoraciones sobre sus decisiones. Entonces,
los tomadores de decisiones, no pueden excluir con base en el tipo o grado de deficiencia. Ni
tampoco con base en lo que dice un diagnóstico. Tales consideraciones serían plenamente
discriminatorias. Recurrir a tales visiones de índole médica niegan el modelo social que inspira la
CDPCD. Finamente, siguiendo el ejemplo del caso anterior, la CDPCD también reconoce los
derechos de niños y niñas en varios artículos específicos: el derecho a la participación política,
(art. 4 sobre obligaciones generales); el derecho al respeto del hogar y de la familia (art. 23); el
derecho a la educación (art. 24); y el derecho a la participación en la vida cultural, las actividades
recreativas, el esparcimiento y el deporte (art. 30).

5.1 Barreras Legales


Como hemos señalado en el Tema 3, los sistemas normativas basados en la sustitución del
ejercicio de la capacidad jurídica de las personas con discapacidad afectan capacidad jurídica.
Esto se traduce en la imposibilidad de ejercer derechos, como el derecho a la justicia.

Gracias a la reciente reforma del Código Civil realizada por el Decreto Legislativo 1384, las
personas con discapacidad tienen capacidad para comparecer en el proceso, pues ya no serán

34“1. Los Estados Partes tomarán todas las medidas necesarias para asegurar que todos los niños y las niñas con
discapacidad gocen plenamente de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales en igualdad de
condiciones con los demás niños y niñas.”
35Artículo 12

1. Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresar
su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del
niño, en función de la edad y madurez del niño.
2. Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser escuchado, en todo procedimiento judicial o
administrativo que afecte al niño, ya sea directamente o por medio de un representante o de un órgano apropiado, en
consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional.
consideradas personas incapaces. Sin embargo, aún existen algunas normas procesales que
restringen capacidad jurídica. Un ejemplo es el artículo 162 del Nuevo Código Procesal Penal que
plantea:

Artículo 162°.- Capacidad para rendir testimonio


1. Toda persona es, en principio, hábil para prestar testimonio, excepto el inhábil por
razones naturales o el impedido por la Ley.
2. Si para valorar el testimonio es necesario verificar la idoneidad física o psíquica del
testigo, se realizarán las indagaciones necesarias y, en especial, la realización de las
pericias que correspondan. Esta última prueba podrá ser ordenada de oficio por el Juez.

Dependiendo de la capacidad interpretativa del juez, esta norma puede impedir que personas con
discapacidad puedan participar en igualdad de condiciones en los procesos judiciales. Toca a
jueces, y al sistema judicial entero poder dar una respuesta a esta condición injusta de las
personas con discapacidad al momento que ellas enfrentan las barreras. Esto es particularmente
grave en el caso de las mujeres, niños y niñas con discapacidad, que pueden haber sido víctimas
de un acto de violencia sexual, pues en estos casos el testimonio es prueba fundamental.

Por otro lado, en materia penal, cuando a una persona con discapacidad psicosocial y/o intelectual
se le acusa de haber cometido un delito puede ser procesada y sentenciada como un inimputable,
es decir, se le considera como un individuo que al momento de cometer el hecho no tuvo “la
capacidad de comprender el carácter ilícito de aquél o de conducirse de acuerdo con esa
comprensión, en virtud de padecer trastorno mental o desarrollo intelectual retardado”. 36 En
nuestro país, tal disposición se encuentra en el artículo 20.1 del Código Penal.37

La figura de la inimputabilidad se encuentra contenida en los códigos penales, generalmente en


los capítulos dedicados a las causas de exclusión del delito. Sin embargo, aun cuando las
personas declaradas inimputables son excluidas de responsabilidad penal, la declaración de
inimputabilidad implica la sujeción a un procedimiento penal, en ocasiones carente de garantías
procesales y conlleva, asimismo, la imposición de medidas de seguridad como el internamiento en
un centro de salud mental. Ante esto es importante señalar que las personas con discapacidad
psicosocial tienen derecho a las mismas garantías judiciales que cualquier otra persona, esto
incluye el derecho a ser parte de los procedimientos que involucren internamientos involuntarios y
el derecho a una defensa adecuada, sin importar si existe o no un cuestionamiento sobre su
capacidad. Sin embargo, en la realidad esto no ocurre así. Es más, en muchas ocasiones las
violaciones a los derechos de las personas con discapacidad internadas y bajo la custodia legal
de la institución son cometidas justamente por la misma o por personal que trabaja en ellas, hecho
que resulta en situaciones donde la persona sólo podría iniciar una denuncia por abuso a través
del presunto abusador.

Ahora bien, para superar estas barreras legales es pertinente realizar un análisis exhaustivo del
marco normativo con el fin de identificar los obstáculos jurídicos materializados en leyes,
reglamentos, políticas o prácticas discriminatorias. Dicha revisión deberá partir de identificar en

36Extracto del Código Penal de la Ciudad de México. Sin embargo, la revisión sobre la legislación penal de otros países
latinoamericanos da cuenta de que la inimputabilidad es tratada de manera muy similar.
37 Artículo 20°.- Está exento de responsabilidad penal: 1. El que por anomalía psíquica, grave alteración de la

conciencia o por sufrir alteraciones en la percepción, que afectan gravemente su concepto de la realidad, no posea la
facultad de comprender el carácter delictuoso de su acto o para determinarse según esta comprensión;
qué medida los derechos de las personas con discapacidad, consagrados en la CDPCD y la
LGPCD, están protegidos por la legislación nacional así como por las disposiciones relativas al
sistema de justicia, por ejemplo, cuando se impongan límites a la capacidad jurídica de las
personas con discapacidad o a su participación desempeñando funciones directas o indirectas en
los procedimientos judiciales de cualquier ámbito, es decir, penales, civiles, familiares, entre otros.

Aunque la armonización legislativa será sin lugar a dudas un proceso de realización progresiva y
de largo plazo, es importante tomar en consideración que la superación de barreras legales no
sólo implica la expedición de leyes y políticas, sino también y de manera fundamental la
capacitación sobre el contenido de las mismas y sobre la interpretación de las normas
internacionales en torno a los derechos de las personas con discapacidad. En este contexto, vale
la pena rescatar las resoluciones judiciales que dan cuenta de la manera en que algunos miembros
del poder judicial han incorporado los principios y derechos de la CDPD. Dichas resoluciones
constituye buenas prácticas que deben ser difundidas y visibilizadas con miras a ser replicadas en
distintos contextos.

5.2 Barreras Actitudinales


Un segundo grupo de barreras lo constituyen los estereotipos y prejuicios en torno a las personas
con discapacidad en las prácticas de todos los operadores jurídicos (policías, defensores de oficio,
fiscales, jueces, entre otros). Lo anterior se agrava en el caso de las personas con discapacidad
intelectual y psicosocial, quienes por el hecho de experimentar dificultades en la interacción social
y en la comprensión, conceptualización y comunicación son a menudo percibidas como incapaces
de participar efectivamente en los procedimientos judiciales, por ejemplo, rindiendo su testimonio
o declaración. Dichos prejuicios constituyen una barrera difícil de franquear en el acceso a la
justicia y representan uno de los mayores retos dado que se trata de modificar visiones histórico-
culturales profundamente arraigadas.

En este contexto, las mujeres con discapacidad intelectual, por poner un ejemplo, se enfrentan
con múltiples barreras para denunciar un hecho delictivo cometido en su contra. Las dificultades
derivadas tanto de la complejidad de los procedimientos judiciales como de la falta de apoyos y
ajustes en los procedimientos para hacerlos accesibles resulta en que estos casos no procedan
por razones ligadas a la discapacidad de la víctima. A ello se suma la idea de que, en los casos
de violencia sexual, las denuncias no son tomadas en cuenta pues se ve a las mujeres con
discapacidad como niñas o asexuadas que no comprenden lo que implica un acto de violencia
sexual. Así, las denuncias de abusos y violaciones en contra de mujeres con discapacidad que
podrían derivar en la investigación, consignación y posterior juicio de un probable responsable,
terminan por no ser investigados ni procesados por el sistema de justicia penal.

Es importante en este punto diferenciar entre la capacidad jurídica y la capacidad mental. El hecho
de que una persona tenga dificultades para comunicarse o tomar decisiones, no quiere decir que
deba ser privada de su capacidad de ser titular de derechos y obligaciones y de poder ejercerlos.
Al respecto, el mismo Comité también ha sustentado que “la capacidad jurídica y la capacidad
mental son conceptos distintos. La capacidad jurídica es la capacidad de ser titular de derechos y
obligaciones (capacidad legal) y de ejercer esos derechos y obligaciones (legitimación para
actuar). Es la clave para acceder a una participación verdadera en la sociedad. La capacidad
mental se refiere a la aptitud de una persona para adoptar decisiones, que naturalmente varía de
una persona a otra y puede ser diferente para una persona determinada en función de muchos
factores, entre ellos factores ambientales y sociales.”38

De esto se desprende que el hecho de que una persona tenga una discapacidad intelectual,
psicosocial o limitaciones en la comunicación no es justificación para negar la capacidad jurídica
o cuestionar su legitimación para actuar. Hacerlo implica una violación a sus derechos y una
discriminación basada en su condición, pues no se puede hablar de un acceso efectivo a la justicia
cuando sustancialmente a la persona que desea denunciar ante un órgano jurisdiccional se le
niega su derecho de participar activamente en su proceso.

5.3 Barreras comunicacionales


El acceso a la justicia implica como condición necesaria el conocimiento sobre los derechos y las
distintas vías para hacerlos exigibles. Sin embargo, en muchos países existe un limitado acceso a
información sobre el funcionamiento del sistema de justicia en formatos que sean accesibles, en
documentos de fácil lectura y comprensión o, por ejemplo, en Braille. La ausencia de esta
información limita sin lugar a dudas la posibilidad de que las personas con discapacidad participen
activamente en procesos judiciales ya sea en calidad de víctimas, testigos e imputados, e incluso
como miembros del sistema mismo, es decir, como abogados, jueces, defensores o fiscales.

A la falta de información hay que sumar la carencia de personal especializado, por ejemplo,
intérpretes profesionales de lenguas de señas y facilitadores de justicia39 que funjan como un
puente de comunicación entre los operadores y el individuo y que garanticen que la discapacidad
no constituya una desventaja en el acceso a la justicia en igualdad de condiciones que los demás.
La calidad de la información y del vínculo de comunicación entre todos los participantes en un
procedimiento judicial es determinante para resguardar los derechos de todas las partes
involucradas.

Para superar las barreras en el ámbito de la accesibilidad – centrándose en este caso de la


información y las comunicaciones- los gobiernos deben considerar la elaboración de programas y
protocolos que incluyan la colaboración de las personas con discapacidad en la identificación
sobre las barreras en distintas etapas del proceso. Asimismo, los sistemas de justicia deben estar
preparadas para hacer frente a las necesidades de las personas con discapacidad y contar con
los recursos para poder hacer uso de herramientas alternativas y aumentativas de comunicación,
intérpretes profesionales de lenguas de señas, Braille, grabaciones de audio, formatos de fácil
lectura y comprensión, facilitadores de justicia, entre otros.

Aun cuando hacer sistemas de justicia accesibles es una obligación de los Estados, se requerirá
la exigencia del cumplimiento de dicha obligación. En ese sentido, resulta una buena práctica que
los operadores – defensores, asesores victimales, ministerios públicos- soliciten que la información
y las notificaciones relacionadas con el procedimiento de alguna persona con discapacidad sean
emitidas en un formato accesible para la misma. Así, por ejemplo, podemos rescatar las siguientes
resoluciones publicadas en lectura fácil como una buena práctica que es necesario replicar en
todos los procedimientos judiciales en que sea requerido.

38Ibidem
39Se hablará de esta figura cuando se analicen las buenas prácticas en el acceso a la justicia.
Una buena práctica entre los esfuerzos por garantizar la igualdad en el acceso a la justicia y
superar las barreras actitudinales y en la comunicación es la creación de equipos de facilitadores
– llamados de diferente manera dependiendo el país- quienes tienen la función de ser un
intermediario imparcial en los procedimientos judiciales que involucran a personas con
discapacidad intelectual y psicosocial, incluidos individuos en el espectro autista. El rol del
facilitador es entender las implicaciones de la discapacidad en los procedimientos y al mismo
tiempo eliminar los obstáculos y hacer accesible los mismos mediante la implementación de
ajustes procesales. Es importante señalar que el papel del facilitador no es proteger al individuo,
mejorar su posición en el procedimiento o tomar partido. Su rol es coadyuvar en la disminución de
las violaciones al debido proceso por motivos de discapacidad y eliminar la discriminación por la
denegación de ajustes procesales.

Programas de facilitadores o intermediarios de justicia


Israel: www.bizchut.org.il
Reino Unido: http://www.intermediaries-for-justice.org/
Canadá: http://www.access-to-justice.org/
México: www.documenta.org.mx

La implementación de ajustes al procedimiento en el sistema de justicia es una alternativa viable


que podría eliminar las barreras que enfrentan las personas con discapacidad para acceder a la
justicia en igualdad de condiciones que los demás. Este sistema de ajustes parte de la
identificación oportuna de la discapacidad. Es importante señalar que si bien no es la función del
operador de justicia reconocer los distintos tipos de discapacidad y conocer sus implicaciones, sí
constituye una obligación implementar los ajustes para garantizar su participación en pie de
igualdad. En ese sentido, se considera que tanto las autoridades ministeriales como judiciales, la
defensa, la víctima, los testigos y el propio acusado pueden apoyarse en un facilitador capacitado
para trabajar con personas con discapacidad e implementar los ajustes procesales necesarios.

Uno de los principios fundamentales que debe guiar al facilitador es garantizar la participación
plena de las personas con discapacidad durante los procedimientos en el sistema de justicia. Esto
implica atender aspectos importantes del proceso mismo, por ejemplo, el modo en que se
proporciona la información, las características del entorno, la manera en que se producen las
comunicaciones judiciales, y todos aquellos aspectos que contribuyan a la identificación y
eliminación de obstáculos y barreras. Aunque el tipo de ajustes que se proveen debe ser adecuado
a la circunstancia específica de cada persona y varían en función de ésta, existen ciertos ajustes
que pueden ser aplicables a todas las etapas de los procedimientos y que de hacerlo se contribuiría
a garantizar el acceso a la justicia de las personas con discapacidad en igualdad de condiciones
que las demás:

 Ajustes en la comunicación y el lenguaje. Es importante que los funcionarios del sistema


de justicia adopten todas las medidas necesarias para reducir las dificultades de
comunicación que afecten la comprensión de los actos judiciales en los que participen las
personas con discapacidad, para garantizar que ésta pueda comprender su alcance y
significado. Para ello es importante: favorecer la generación de un vínculo de confianza
con la persona con discapacidad a través de un trato respetuoso, mantener una
comunicación clara, evitando confusiones, respetar el espacio vital de la persona con
discapacidad, así como los momentos de silencio, permitir que se exprese y relate lo
sucedido, evitar actitudes de superioridad, sobreprotectoras, intimidatorias y prejuicios,
fomentar la presencia de una persona de confianza que le pueda apoyar en el proceso de
comunicación y comprensión de sus actuaciones.

 Evitar el uso de tecnicismos jurídicos. El uso de formalismos innecesarios dificulta la


comprensión de los objetivos de las entrevistas y comunicaciones procesales, por lo que
los funcionarios judiciales deben priorizar el empleo de un lenguaje sencillo tomando en
cuenta las características sociales, culturales, económicas u otras de la persona con
discapacidad. Por ejemplo: emplear términos y estructuras gramaticales simples y
comprensibles que respondan a las necesidades particulares de la persona con
discapacidad psicosocial y emplear formatos de fácil lectura adaptado a las necesidades
particulares de la persona.

Además de los apoyos para facilitar la comprensión del proceso y el diálogo con los otros
participantes, otro tipo de ajustes que pueden realizarse se relacionan con la adaptación de las
características del entorno en el que se llevan a cabo las actuaciones ministeriales y judiciales. El
entorno es un factor importante porque puede afectar de manera negativa o positiva la
participación de las personas con discapacidad. En el caso específico de la discapacidad
psicosocial e intelectual, llegar a un ambiente desconocido, por ejemplo, puede ser tan intimidante
que aun teniendo las herramientas lingüísticas y cognitivas para responder a un interrogatorio, la
persona podría dejar de hablar o dar un testimonio incoherente. Por ello es importante:

 Crear entornos seguros y sin estrés que generen confianza en la persona con
discapacidad para que ésta se sienta cómoda y lo más relajada posible. Ello podría
implicar quitarle la formalidad al ambiente y la rigidez de las interacciones con los
operadores del sistema de justicia.
 Familiarizar a la persona con discapacidad con el lugar y con las personas que estarán
presentes.
 Permitir el apoyo de algún familiar o una persona de confianza que no interfiera en el
proceso pero que sirva de contención.
 Adaptar la duración de los procedimientos a las circunstancias particulares que deban
considerarse.

En resumen, la incapacidad del sistema de justicia para dar respuesta a las necesidades de las
personas con discapacidad amenaza sustancialmente su derecho a la igualdad, la inclusión y la
equidad. También mina el interés general de la sociedad y el objetivo mismo del sistema.Por lo
tanto, hacer accesible los procedimientos judiciales en el sentido más amplio posible a las
personas con discapacidad requiere herramientas, métodos, conocimientos técnicos y enfoques
profesionales que se pueden combinar para asegurar que las personas con discapacidad puedan
realizar plenamente su derecho de acceder a la justicia en igualdad de condiciones que los demás.

5.4 Barreras Físicas


El artículo 9 de la CDPCD establece el deber de implementar entornos arquitectónicos accesibles
que a fin de que las personas con discapacidad puedan participar plenamente en todos los
aspectos de la vida. En el caso del acceso a la justicia, este derecho puede verse obstaculizado
cuando no se han adoptado las medidas necesarias para garantizar la accesibilidad de los
tribunales, las agencias del ministerio público, las estaciones de policías, las oficinas de
defensores y de otros prestadores de servicios relacionados con la impartición y administración de
justicia.

Con miras a asegurar la accesibilidad física a las instalaciones relacionadas con el sistema de
justicia – estaciones de policía, tribunales, prisiones- es fundamental consultar a las personas con
discapacidad para recibir su retroalimentación con respeto a las medidas de accesibilidad y de
diseño universal que puedan implementarse en obras nuevas o en renovaciones de las
instalaciones. Aún más, deberían realizarse verificaciones sobre accesibilidad en colaboración con
personas con discapacidad y organizaciones en toda la infraestructura del sistema.

5.5 Las barreras que enfrentan las mujeres y niños y niñas con discapacidad
en el marco de la Ley Nº 30364, Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar; y su
reglamento, Decreto Supremo N°009-2016-MIMP
Uno de los grandes avances en tiempos recientes para el combate contra la violencia de género
ha sido la promulgación de la Ley Nº 30364, Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar; y su reglamento, Decreto Supremo N°009-
2016-MIMP. A partir de dicha norma, el Estado Peruano ha intentado defender mejor a mujeres e
integrantes del grupo familiar contra la violencia familiar.

En estos casos, las víctimas tienen la posibilidad de solicitar medidas de protección de manera
previa a que el fiscal conozca del crimen. En ese sentido, apenas las autoridades toman
conocimiento del hecho violento, disponen que un juez de familia emita medidas de protección,
antes de que el Ministerio Público inicie la investigación. De acuerdo con el artículo 22 de la Ley y
el artículo 37 del Reglamento, los jueces pueden determinar las siguientes medidas de protección:

 Retiro del agresor del domicilio


 Impedimento de acercamiento o proximidad a la víctima en cualquier forma, a la distancia
que la autoridad judicial determine.
 Prohibición de comunicación con la víctima vía epistolar, telefónica, electrónica; asimismo,
vía chat, redes sociales, red institucional, Intranet u otras redes o formas de comunicación.
 Prohibición del derecho de tenencia y porte de armas para el agresor, debiéndose notificar
a la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones
y Explosivos de Uso Civil para que proceda a dejar sin efecto la licencia de posesión y
uso, y para que se incauten las armas que están en la posesión de personas respecto de
las cuales se haya dictado la medida de protección.
 Inventario sobre sus bienes
 Prohibición de acceso a lugares de trabajo o estudio de la víctima u otro lugar que ésta
frecuenta o de acercarse a una distancia de 300 metros.
 Prohibición de disponer, enajenar, otorgar en prenda o hipoteca o cambiar de titularidad
de los bienes muebles o inmuebles comunes.
 Prohibición a la persona agresora de trasladar niños, niñas o personas en situación de
cuidado del grupo familiar.
 Tratamiento reeducativo o terapéutico para la persona agresora.
 Cualquier otra medida de protección requerida para la protección de la integridad y la vida
de sus víctimas o sus familiares.

Lamentablemente, la norma, cuando hace referencia al tratamiento reeducativo o terapéutico de


la persona agresora, no hace referencia a programas de concienciación y sensibilización contra la
violencia hacia las mujeres en condición de discapacidad. Además, este proceso, como cualquier
otro, enfrenta a las mujeres con discapacidad ante diversas barreras. Por ejemplo, en tanto las
notificaciones siguen enviándose en hojas impresas, las mujeres con discapacidad se ven
impedidas de conocer las resoluciones que las pueden favorecer. Adicionalmente es posible
analizar algunas normas específicas de la Ley 30364 y su Reglamento que abordan la
discapacidad.

Por ejemplo, con respecto a la recepción de la denuncia, el Reglamento ha planteado que:


Artículo 20 - Decreto Supremo N°009-20160MIMP: Condiciones especiales para la recepción
de la denuncia:
1. Cuando la víctima o testigo requiere de un o una intérprete, un traductor o traductora o una
persona que facilite la comunicación con la autoridad, el personal responsable gestiona y coordina
la inmediata participación de dicha asistencia, registrar sus generales de ley e identifica su relación
con la víctima y con la persona denunciada (…)

Al respecto, es necesario señalar que la norma no toma en cuenta otras formas de comunicación
convenientes para personas con discapacidad sensorial como el uso de imágenes y símbolos, las
cuales además son de más sencillas en su implementación. Además, la norma tampoco considera
que para la comunicación directa con una persona con discapacidad mental o intelectual, si bien
no será necesaria la presencia de una persona adicional como intérprete o traductor/a, sí se
requerirá que la autoridad utilice un lenguaje claro y sencillo.

Luego de la recepción de la denuncia, es necesario que su declaración sea registrada


adecuadamente puesto que solamente se toma una declaración de la víctima. De acuerdo con la
Ley:
Artículo 19 - Ley Nº 30364: Declaración de la víctima y entrevista única:
Cuando la víctima sea niña, niño, adolescente o mujer, su declaración debe practicarse bajo la
técnica de entrevista única, la misma que tiene la calidad de prueba pre constituida. La declaración
de la víctima mayor de edad, a criterio del fiscal, puede realizarse bajo la misma técnica. El juez
solo puede practicar una diligencia de declaración ampliatoria de la víctima, en los casos que
requiera aclarar, complementar o precisar algún punto sobre su declaración.

Por otra parte, el Reglamento establece:


Artículo 11 - Decreto Supremo N°009-20160MIMP: Declaración única:
La Declaración Única de las niñas, niños, adolescentes o mujeres debe practicarse bajo la técnica
de entrevista única y se lleva a cabo en un ambiente privado, cómodo y seguro. Las operadoras y
operadores de justicia cuidan que la mencionada declaración se registre de forma adecuada para
evitar la necesidad de su repetición
Si bien la norma es un avance, no se contemplan garantías para que se le provea a la persona de
apoyos en caso sean necesarios. Esto es importante porque tales declaraciones son valoradas
como prueba pre constituida en el caso. Tampoco se tiene previsto que, además de las
características mencionadas del espacio físico donde se realizaría la entrevista, es necesario que
se implementen ajustes razonables a dicho espacio, a fin de que se adapte el entorno a las
necesidades específicas de la persona con discapacidad

Otra norma relevante es la relacionada con las medidas de protección social. Allí, el Reglamento
señala:
Artículo 38 - Decreto Supremo N°009-20160MIMP: Medidas de protección social:
38.1. Las medidas de protección social tienen como objetivo contribuir a la recuperación integral
de las víctimas y promover su acceso a los servicios de asistencia y protección social públicos o
privados, con especial énfasis en el caso de niñas, niños y adolescentes, personas con
discapacidad, personas adultas mayores y personas en situación de vulnerabilidad.
A pesar de que la norma enuncia el énfasis que debe tenerse hacia las personas con discapacidad,
no elabora una lista sugerida como en el artículo 37 para el caso de las medidas de protección en
relación al agresor. Para el caso de personas con discapacidad, era importante que aborde las
siguientes medidas: (i) dar seguimiento social y psicológico a la víctima con discapacidad y a su
entorno familiar, (ii) brindar los servicios de apoyo necesarios para la víctima con discapacidad;
(iii) en caso sea necesario, reasignarle una vivienda o centro comunitario a la víctima con
discapacidad debido a la falta de apoyos en su vivienda habitual o institución en la que se
encontraba internada.

Asimismo, el Reglamento también trae cambios con respecto a la forma en que los operadores
jurídicos deben enfrentar los casos de violencia sexual. Así, con respecto a los exámenes médicos,
se señala:
Artículo 58 - Decreto Supremo N°009-20160MIMP: Examen médico en casos de violación
sexual:
El examen médico debe ser idóneo al tipo de agresión denunciada por la víctima y evitar
procedimientos invasivos y revictimizadores. Independientemente del medio empleado, se recurre
a la evaluación psicológica para apoyar la declaración de la víctima.

Lamentablemente, la norma no protege a las personas con discapacidad en los exámenes


médicos en casos de violencia sexual, toda vez que olvida implementar ajustes razonables para
que la persona conozca el propósito específico de la práctica médica que se le realiza, manifieste
su consentimiento, y se ejerza un procedimiento atendiendo a las necesidades de la persona con
discapacidad.

Finalmente, también se elaboran lineamientos especiales para la valoración de casos de violencia


sexual:
Artículo 61 - Decreto Supremo N°009-20160MIMP: Lineamientos especiales:
En casos de violencia sexual, las y los operadores de justicia se guiarán por los siguientes
principios:
61.1. El consentimiento no puede inferirse de ninguna palabra o conducta de la víctima cuando la
fuerza, amenaza de fuerza, coacción o aprovechamiento de un entorno coercitivo han disminuido
su capacidad para dar un consentimiento voluntario y libre.
61.2. El consentimiento no puede inferirse de ninguna palabra o conducta de la víctima cuando
ésta sea incapaz de dar un consentimiento libre.
61.3. El consentimiento no puede inferirse del silencio o de la falta de resistencia de la víctima a
la supuesta violación sexual.
61.4. La credibilidad, la honorabilidad o la disponibilidad sexual de la víctima o de un testigo no
pueden inferirse de la naturaleza sexual del comportamiento anterior o posterior de la víctima o de
un testigo.

Cabe destacar, con respecto a la situación de mujeres con discapacidad que la norma no
contempla lineamientos específicos para la atención a este colectivo. Los/as operadores/as de
justicia deberían también tener en cuenta cambios físicos en mujeres con discapacidad intelectual
como retrocesos en su desarrollo evolutivo, lenguaje, psicomotricidad, socialización, producto de
la violación sexual. Además, es importante que los/as operadores/as tengan como lineamiento la
utilización de un lenguaje sencillo evitando términos jurídicos o tecnicismos que dificulten o
impidan su comprensión.

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