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La casa de la belleza
Tomado de https://goo.gl/UbgjEm
La casa de la belleza
Melba Escobar
Editorial Planeta
Bogotá, 2015.
nes; Claire Dalvard, una psicoanalista co- van calando silenciosa en el subconsciente
lombo-francesa divorciada con neurosis y hasta convertirse en realidad que recae so-
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hojas universitarias | Número
Lucía Estrada, una mujer que vive 33 años bre las mujeres sin distinción de clases. Al
con un hombre manipulador y corrupto al inicio de la novela, Claire hace juicios sin
cual apenas ha dejado hace poco. El mal- contemplación sobre su propia clase alta.
trato físico, violencia sexual y asesinato de “Nunca tantas mujeres parecieron travestis
una joven colegial, Sabrina Guzmán, es el o prostitutas disfrazadas de buenas esposas...
detonador de la historia que hace que las me hacen pensar en todo lo que está roto y
piezas del rompecabezas se junten y mues- estropeado en un país como este... universo
tren las diferentes capas de frustración y mafioso que desde hace más de treinta años
corrupción de los personajes y la sociedad predomina en la estética del país, en la ló-
colombiana. De un lado la inoperancia de gica de los matones, de los políticos, de los
la justicia, la burocracia e insensibilidad de empresarios y de casi todo el que tenga una
158 los funcionarios de la Fiscalía; de otro, la mínima relación con el poder”. Y esta lógica
repercute directamente en cada una de las Lucía Estrada soporta una vida de pareja 159
protagonistas de la novela. durante 33 años con Eduardo Ramelli, solo
Libros
Karen lleva la cruz de ser mujer por- por agradarle, porque se siente obnubilada.
que, según decía su madre: “Los varones Ella escribe libros que él firma y se hace fa-
hacen lo que se les da la gana, en cambio las moso, una farsa de diecisiete libros. Al final
hembras hacemos lo que nos toca... desde se da cuenta de que ha perdido su esencia
entonces se preguntaba, con cada mujer que y se pregunta: “Cuántas mujeres sentían
conocía, si realmente hacía lo que quería o que habían estropeado sus vidas por querer
lo que tocaba”. Viaja a Bogotá en busca de complacer a un tercero, por hacer las cosas
oportunidades, pero los obstáculos no es- para ser vistas haciéndolas, más que por el
peran, le roban los ahorros, la violan y la gusto de hacerlas. Y quizá muchos hombres
excusa de la casera madre del violador es también, pero de eso no tenía evidencia”.
“¿Qué hace viviendo sola como una cual- Finalmente, como dice Lucía: “La
quiera? Quién la manda...”, justificando al vida de uno es un invento... una cosa que
hijo, como las preguntas típicas de algunos uno se inventa de principio a fin. Incluso
funcionarios que reciben las denuncias de esos supuestos momentos felices que le dan
violación y preguntan si estaba en minifalda sentido son un invento”. Y pareciera ser ne-
o escote para salir luego con un “Usted se lo cesario: una lucha constante por sobrellevar
buscó, quién la manda a provocar”. Las es- la vida en medio de las agresiones de todo
cenas van mostrando esa vulnerabilidad de tipo, una lucha en que se trata de no perder
las mujeres en su búsqueda de un espacio, la identidad, la esencia “en un mundo don-
pero a precios altos por vivir en un universo de ya ni las flores crecen en la tierra”.
machista que perpetúa los excesos de poder.
La opción tampoco es vivir acompañada, si manuel José rincón
se quisiera seguir el consejo de la casera. Escritor, periodista, corresponsal, autor de varios libros.