El documento analiza la obra de la escritora argentina Silvina Ocampo, destacando su búsqueda constante de nuevas formas narrativas que desafían lo establecido. Sus cuentos exploran lo mágico, lo fantástico y lo premonitorio desde una perspectiva femenina que rechaza los roles de género tradicionales. Sus personajes femeninos complejos desafían las normas sociales de su época y habitan en una realidad anárquica. La literatura de Ocampo cuestiona la moral burguesa y la fam
Descripción original:
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Título original
Análisis "El vestido de Terciopelo" y "La muñeca" de Silvina Ocampo
El documento analiza la obra de la escritora argentina Silvina Ocampo, destacando su búsqueda constante de nuevas formas narrativas que desafían lo establecido. Sus cuentos exploran lo mágico, lo fantástico y lo premonitorio desde una perspectiva femenina que rechaza los roles de género tradicionales. Sus personajes femeninos complejos desafían las normas sociales de su época y habitan en una realidad anárquica. La literatura de Ocampo cuestiona la moral burguesa y la fam
El documento analiza la obra de la escritora argentina Silvina Ocampo, destacando su búsqueda constante de nuevas formas narrativas que desafían lo establecido. Sus cuentos exploran lo mágico, lo fantástico y lo premonitorio desde una perspectiva femenina que rechaza los roles de género tradicionales. Sus personajes femeninos complejos desafían las normas sociales de su época y habitan en una realidad anárquica. La literatura de Ocampo cuestiona la moral burguesa y la fam
La lectura de la obra de Silvina Ocampo diseña un camino hacia la
incertidumbre y el asombro. Una escritura que propone la invención, el orden
de lo imaginario como vía de búsqueda constante de nuevas formas para la narración, es un elemento de suma importancia. → DATOS BIOGRÁFICOS: Esa búsqueda no sólo se encuentra en su obra sino también en la forma en que la escritora se relacionó con el ambiente cultural y literario de su época. La familia Ocampo pertenecía a la alta burguesía, pero Silvina elige ubicarse en una óptica periférica donde observa y establece vínculos con personas de otras clases sociales: el cuarto de criados y la cocina, son lugares de fascinación en su infancia y escenarios de muchos relatos. Lo mágico, el azar y lo premonitorio, son motivos elementales en sus cuentos. Algo que debería permanecer oculto súbitamente se revela. Ese secreto se manifiesta, pero al mismo tiempo sostiene un grado de misterio y de convivencia que nos inquieta. Ese clima narrativo se expresa con claridad en los cuentos del mismo libro como en “La muñeca”: que en el comienzo del cuento, la declaración de la protagonista dice: “Sospecho a veces que no adivino el porvenir, sino que lo provoco.” → INFLUENCIA DE VANGUARDIAS EUROPEAS Consciente de la realidad ampliada con el quiebre del límite entre lo fantástico y la realidad. Por otra parte, teniendo en cuenta las corrientes vanguardistas anteriores y practicadas por su círculo cultural junto con la formación pictórica surrealista de nuestra autora en París, podríamos aproximarnos a esa feminidad como una manifestación de fuerzas irracionales, creadoras y revitalizadoras que el surrealismo recuperó tras haber sido rechazadas por el racionalismo burgués y su proyecto socioeconómico. → VOZ NARRADORA: Voz narradora en la mayoría de los casos de mujer y personajes centrales mujeres, pero no menos varoniles, ni poderosos, ni visibles que los pocos hombres que recorren sus relatos. Las narradoras y personajes, dan la impresión de habitar en otra realidad; una realidad no necesariamente fantástica, pero sí imposible, anárquica o desconocida. Es decir, una niña no puede matar, una mujer no puede pasear desnuda, ni mentir a su marido, ni pecar de lujuria o avaricia, la mujer de su tiempo no retará a la Iglesia, ni a la familia, ni al hombre. Una mujer no hablará de sexo abiertamente y mucho menos jugará o experimentará con él. Nada de eso podía esperarse o tolerarse, pero todo ello está presente en la obra completa de Silvina Ocampo, lo cual, teniendo en cuenta la pluma de la que procede, de una joven oligarca de tradicional educación produjo cierto efecto chocante y de sorpresa en su escritura. → CARACTERIZACIÓN DE PERSONAJES: -Estas tienden a ser o bellas o bestias, bondadosas o malvadas, activas o moribundas, listas o presas de la ignorancia. No hay término medio y, de hecho, la posesión de alguna de las categorías positivas de esta enumeración normalmente las guiará a la tragedia. -No tienen miedo a exponerse. En sus naturalezas parece estar esa necesidad de protagonismo, de salirse del guión. Todas quieren actuar más o hablar más alto. ↳ Ej: Cuando la niña de La Muñeca usó de excusa el carnaval para poder vestirse como el niño de esa época. A partir de ahí, forma una relación amistosa con Horacio, quien la trata como igual. Ambos iban a bañarse a un tanque, salían a pasear en caballo e incluso ella se sentía lo suficiente valiente como para sacarse la remera para tener un aspecto más varonil. → Son actantes. Ejercen el mal, dominan la acción, la palabra y el silencio. De este modo adquieren la capacidad de alterar un rol y una realidad preconcebida. Así, hemos visto que los personajes femeninos de Silvina Ocampo usan máscaras, las cuales, a su vez, son las máscaras que la sociedad burguesa impuso a la mujer, entre ellas: maquillaje, disfraz, vestido, clase social y niñas inocentes. Las mujeres de sus relatos no son domesticables a pesar de no salir de esos ambientes. Sus actos suelen esconder una segunda intención o provocar un segundo efecto más o menos fantástico, más o menos perverso. TEORÍA DEL ICEBERG: la historia secreta se construye con lo no dicho. -La figura de la “Adivina”, se presenta su historia como don que se da desde la niñez. Tenemos, entonces, no solo las niñas (pertenecientes a la alta burguesía o a las clases bajas) sino también la propiedad sumamente característica de su pluma de brindarnos un personaje que “provoca las situaciones del futuro” en sus presagios. Esto significa que la infancia aparece ligada otra vez a cierta falta de conciencia moral, pues uno de los efectos de este don de la premonición es provocar las situaciones del futuro sin que importen sus consecuencias. → ¿Qué valores defiende la autora? -Rechaza la pasividad de la mujer de los cuentos de hadas y princesas tradicionales. -Reivindica desde la literatura el espacio del otro. -Da voz a personajes marginados y de la periferia. Esta deconstrucción de los mitos femeninos tradicionales ha sido, a su vez, un tema recurrente en la literatura escrita por mujeres durante el siglo veinte. → PERSPECTIVA INFANTIL: Habla de la crueldad con la que puede narrar algo que se inicia con una mirada inocente. ↳ Se pone en evidencia también en otro cuento de 1959 (es decir, escrito dos décadas después del relato primeramente citado), titulado “El vestido de terciopelo”, que comienza así: (CITA) → COMPARACIÓN CON CASA TOMADA: Odios, resentimientos y conjuros se desarrollan en el seno de la casa que se transforma en ominosa, a pesar de lo idílico de su entorno. Como en “Casa tomada” de Cortázar, la vivienda se va reduciendo a un sector en el cuento de Silvina Ocampo. El dormitorio pasa a ser el espacio reducido de Cornelia. Ese es el lugar donde duerme, se viste y demás, pero es también el lugar donde muere finalmente asfixiada por un vestido que ha querido tan estrecho como estrangulante, por una cuestión de fidelidad a sus gustos y a la elegancia, una ley de hierro dentro de sus “hábitos” de clase. → ROL DE GÉNERO: -La niña huérfana que luego es adoptada, se mezcla no sólo con la clase alta a la que pertenece, sino que ella misma empieza a identificarse con sus compañeros de juegos. La niña imita en todo al otro niño rico de la estancia, Horacio, porque ama la libertad de que él dispone. La llegada de una muñeca como regalo que ella preanuncia con sus artes adivinatorias (sin saber que es para ella) termina poniéndola en su lugar –no en su lugar de huérfana adoptada–, sino en el lugar femenino. Los roles de género impuestos por el sistema capitalista y el patriarcado, nos normalizan y encuadran en determinados “lugares comunes”, que tenemos que llenar siendo y actuando de determinada manera: como personas de sexo femenino o masculino, nos corresponden géneros respectivos, que conllevan actitudes determinadas, cierta orientación sexual, y también cierto lugar en el sistema productivo. Podemos extraer un mensaje claro: el mandato de género que indica que las nenas juegan con muñecas y los nenes no. De hecho, ninguno de los mandatos impuestos con el género vienen de nacimiento, no son naturales. Los niños nacen con iguales capacidades e intereses, y es la mirada del otro, de los demás personajes del cuento, de la sociedad, la que los aplasta con su risa y con su dedo juzgante, que señala y rechaza, aquello que sale de la norma inventada e impuesta por el mismo sistema patriarcal y capitalista. La que nos moldea y nos fuerza mandatos. Problematizar que la femineidad y la masculinidad son constructos sociales, y que nosotros tenemos la capacidad de romper y reconstruirnos, no tiene un potencial subversivo del sistema y totalmente emancipador, pero es un primer paso esencial para la problematización y la toma de consciencia. El contenido de estas pequeñas-grandes obras no se agota en estos análisis: podemos seguir rascando y encontrar críticas a la familia, a la moral burguesa y católica, principios de feminización del trabajo, entre otras cuestiones interesantísimas. Todos los cuentos de Silvina Ocampo tienen algo para rescatar y desmenuzar: con El vestido de terciopelo podemos pensar lo dañino de los estándares de belleza; Amada en el amado no abre la puerta a pensar lo tóxicos que pueden tornarse los vínculos monogámicos y cerrados, y el cuento El pecado mortal establece una relación directa entre abuso sexual y religión. Su literatura es increíblemente rica y completa, y sobre todo, muy adelantada para su época. → LO FANTÁSTICO: Una forma de interpretar la literatura fantástica es pensarla como un abordaje del mundo a través del cual se cuestionan las manifestaciones del sentido común. En la búsqueda por desnaturalizar las convenciones, los relatos fantásticos ponen en evidencia tensiones de la realidad construyendo a la vez una sólida estrategia de resistencia de la razón. Si hay algo que podemos atribuirle a este género es que aporta más preguntas que respuestas. En su juego nos deja como huérfanos de sentido en un escenario de incertidumbre donde lo que conocemos no es suficiente para explicar lo que sucede. Los hechos de estas ficciones nos empujan a un estado de intriga que no sólo se resiste a lo homogéneo de lo convencional, sino que cuestiona, en su singularidad, la idea del acto de crear adentrándose en la compleja relación entre el creador y lo creado. La lectura de la obra de Silvina Ocampo se posiciona cómodamente en esta visión. Sus relatos sugieren una complicidad y una proximidad con el lenguaje para que suceda el efecto fantástico. Los límites entre la realidad y la ficción se hacen difusos de manera sutil, casi como en una ondulación del relato, sin exabruptos, utilizando la ironía como estrategia, nos confina en una atmósfera inquietante que pone de manifiesto lo inexplicable.