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Clase 26 Marzo 2021

UNIDAD nº 1: la Filosofía del Derecho: aproximaciones


conceptuales.
1. La Filosofía del Derecho como encrucijada entre dos saberes: el filosófico
y el jurídico. El sentido de la Filosofía del Derecho.

1. LA FILOSOFÍA DEL DERECHO COMO ENCRUCIJADA ENTRE


DOS SABERES: el filosófico y el jurídico.

La Filosofía del Derecho es una disciplina de las ciencias jurídicas que


estudia el Derecho a partir de la confluencia epistémica (los fundamentos
cognitivos-metodológicos) del saber filosófico y el saber jurídico; es decir,
hace uso de la reflexión filosófica que se proyecta sobre una cierta porción
de la realidad: la experiencia jurídica, para conocerla y valorarla; lo hace
con sus formas y su rigor cognitivo.
De este modo, la Filosofía del Derecho tiene por objeto de estudio el
campo de la realidad jurídica en sus distintas dimensiones y
manifestaciones, a fin de comprenderla en su sentido más profundo,
describiendo, explicando y valorando críticamente las razones y los sentidos
que la determinan y la constituye como un orden regulativo de la realidad
social, conformado a lo largo de su desenvolvimiento histórico.
En esa tarea, la Filosofía del Derecho indaga críticamente sobre aquellas
pretendidas verdades jurídicas universales, absolutas e irrefutables, y las
pone en compulsa con el devenir histórico y social. Esto se vincula
intrínsecamente con la concepción filosófica que se proponga a fin de lograr
una plena comprensión de la realidad jurídica; no será posible si aquella se
centra sólo en la reflexión de las esencias intemporales o en la intuición de
verdades últimas, al margen de la experiencia.
De este modo, el Derecho no puede ser entendido como una pura
creación lógica, especulativa y subjetiva del filósofo y, por tanto, como algo
totalmente ajeno a lo que el derecho es en su realidad social expresada en
sus diversas manifestaciones históricas. La Filosofía del Derecho deberá
contemplar esa realidad y, a la vez, ahondar en el fundamento de
racionalidad del Derecho, en los valores que lo justifican e interpretan,
especialmente, en el criterio de justicia que lo constituye e interpela.
Siguiendo esta línea argumentativa, Pérez Luño adhiere a una
concepción de la Filosofía del Derecho entendida como reflexión
sobre la experiencia jurídica, esto es, como un intento de captar el
Derecho en su entero desenvolvimiento, como un todo unitario que
comprende las múltiples dimensiones del fenómeno jurídico. Es que la
realidad es esencialmente compleja, diversa, histórica, situada, concreta, y
por tanto, el Derecho nunca podrá entenderse de un modo unidimensional,
acotado, reducido, sino que exige y admite una pluralidad de dimensiones
que lo enriquece y constituye como tal. No se queda en el conocimiento y
explicación del derecho positivo en su faz normativa, propio de las ciencias
jurídicas, (al menos como lo propone, por ej., el formalismo normativista de
Kelsen) sino que analiza la compleja estructura sustantiva del derecho, a
partir de su realidad social, cultural, política desplegada en sus diversas
manifestaciones históricas (políticas, culturales, sociales, jurídicas, etc.).

Ahora bien, ¿cuál es el aporte del saber filosófico? Su mejor aporte es


esa forma característica de indagar y explicar la realidad y la vida: lo hace a
partir de una reflexión profundamente racional y radical sobre las cosas
(episteme), dado que no le es suficiente la mera descripción empírica de los
fenómenos, sino que avanza hasta las causas últimas. Lo hace con gran
rigurosidad y probidad, aunque lo distintivo es su carácter esencialmente
crítico, no admite verdades dogmáticas, sino aquellas verdades forjadas
desde la razón. La filosofía lleva adelante su tarea a través de ciertas vías
metódicas que aseguran un conocimiento válido de la realidad jurídica, así
como elaborar las premisas teóricas que permiten su explicación y,
también, discernir los valores que fundamentan su legitimidad (en especial,
la justicia).
En síntesis, la filosofía no se limita al razonar teórico (a través de los
conceptos y principios ideales y abstractos), sino que también reflexiona
sobre la racionalidad práctica, se aboca a comprender y valorar las acciones
y comportamientos de los hombres. Es decir, explica teóricamente la
naturaleza del mundo, y, a la vez, racionaliza la vida cuando fundamenta
los valores guía que sirven de orientación y medida para un mejor vivir.

LA FILOSOFÍA
La Filosofía es “indagación racional y crítica valorativa de la realidad y de la
vida. Tiende a indagar la episteme, es decir, se dirige a la compresión radical de las
cosas sobre las bases de la razón y sus límites; a la vez que busca comprender y
valorar las acciones y comportamientos de los hombres.
De este modo, a lo largo de su historia, se la ha considerado formada por dos
partes:
a.- de un lado por una teoría en torno a la naturaleza del mundo,
b.- del otro, por una doctrina ética y política sobre la mejor manera de vivir.

Como actitud Como saber


razón teórica razón práctica
reflejar el carácter La indagación racional
como actitud pretende una
integral y problemático es también sobre la vida,
búsqueda incondicionada de la
(crítica y racional) que es decir, pretende
realidad jurídica considerada en
distingue al saber comprender y valorar las
su universalidad (totalidad)
filosófico. acciones y
comportamientos de los
hombres.
Busca la clarificación del en la fundamentación de
- La filosofía se caracteriza por
conocimiento fundado en los valores que "deben
su forma de mirar y analizar la
la reflexión racional, ser" los criterios de
realidad y la vida… implica una
indaga la episteme (la orientación y medida de
reflexión rigurosa, genuina,
compresión radical de la vida práctica
proba
las cosas)

- una determinada actitud pretende la búsqueda de


autorreflexiva y crítica, la verdad fundada en la
contradictoria, implícita en su razón y sus límites, no
propia naturaleza que avanza en dogmas revelados o
sobre el statu quo de verdades intuiciones místicas.
absolutas e irrefutables
(dogmáticas).
- La Filosofía es un proceso, No le basta la sola
fruto de la actividad descripción empírica de
intersubjetiva, como una tarea la realidad, ni se detiene
colectiva y compartida. en las certezas del
conocimiento
instrumental (científico-
técnico) de las ciencias.

2. El SENTIDO DE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO


La Filosofía del Derecho cuando indaga lo jurídico, hace uso de los
recursos que caracterizan al saber filosófico: una determinada actitud y una
particular forma de conocimiento. Es así que…
a) como actitud pretende una búsqueda incondicionada de la
realidad jurídica considerada en su universalidad
(totalidad)
b) como forma de conocimiento deberá reflejar el carácter
integral y problemático (crítica y racional) que distingue al
saber filosófico.
Todo ello posibilita una comprensión interna y totalizadora surgida de la
propia raíz problemática de la experiencia jurídica.
De tal modo, la filosofía, enraizada en la tradición del pensamiento
platónico, concibe el filosofar como una reflexión acerca …
a) sobre el conocer: es decir, un método o conjunto de métodos
que conduzca el conocimiento de la realidad (gnoseología),
b) el ser: el conocimiento sobre la realidad, como su manifestación
más amplia y omnicomprensiva, la investigación filosófica va a
privilegiar un aspecto básico: la propia vida humana (ontología)
y

c) y el deber ser: que es la racionalidad práctica sintetizada en la


consigna que cuestiona si aquello que “es” merece “deber ser”
(deontología).

Las tres dimensiones de la Filosofía hasta aquí expuestas se proyectan


sobre la realidad jurídica. El sentido y la relevancia actuales de la Filosofía
para el Derecho se derivan de la respectiva incidencia de cada una de estas
dimensiones en dicha experiencia jurídica.

A) LA DIMENSIÓN COGNOSCITIVA O LÓGICA DE LA FILOSOFÍA. El


derecho no posee un particular método jurídico; tanto Carnelutti como
Kelsen consideraron que el método no es otro que la lógica general en
aquellos aspectos en los que la experiencia jurídica es susceptible de ser
analizada desde presupuestos metodológicos lógicos-formales.
En este punto se plantea un dilema que se puede expresar en los
siguientes términos:
i. de un lado, la posibilidad de una plena y absoluta formalización
lógica del Derecho, pero no ‘todo’ el derecho es reducibles a
esquemas lógicos-formales;

ii. del otro, identificar el Derecho en su conjunto (por ej. el


razonamiento jurídico) con la esfera de la incertidumbre, la
intuición, la decisión y/o el arbitrio, equivale a dejar en la
penumbra todos los ámbitos y procesos jurídicos que responden a
criterios de racionalidad.
El positivismo jurídico de carácter normativo, lógico y analítico-
lingüístico, potencia la primera opción.
Los Iusnaturalistas latu sensu en los últimos años, revalorizan la
axiología jurídica basada en la justicia y los Derechos humanos, la
racionalidad práctica y las teorías argumentativas, la función normativa de
los principios…, ha servido de estímulo para la segunda.
Para la superación de ese dilema resultan útiles las teorías
integradoras en lo que es oportuno insistir en la necesaria conexión entre
las tres grandes dimensiones (sociedad, normatividad y valores) que
conforman la experiencia jurídica.

Tampoco debe ser omitida la difusión presente de las proyecciones


metódicas de la Filosofía analítica en el Derecho. El análisis del
lenguaje ha cifrado como una de sus principales metas en el ámbito jurídico
el dotar a la ciencia jurídica y a la Filosofía del Derecho de un lenguaje
riguroso. Para ello se ha dirigido a esclarecer el significado de los
términos fundamentales que aparecen en el discurso jurídico. Su
principal preocupación metódica ha sido la de purificar los dominios del
Derecho de conceptos inútiles o equívocos desde el punto de vista teórico o
de nociones destinadas a enmascarar la realidad desde el plano ideológico.

El análisis del lenguaje constituye un procedimiento habitual y


tradicional de los juristas, pues el Derecho se expresa siempre a través de
terminados lenguajes (simbólicos, escritos u orales), al ser las normas
jurídicas, en su dimensión externa, entidades lingüísticas. Sin embargo,
debe evitarse la actitud reduccionista de toda la Filosofía del Derecho al
análisis del lenguaje; porque el Derecho es más que una forma de lenguaje
(está integrado también de acciones, comportamientos, valores…)

B) LA FILOSOFÍA CONTRIBUYE A UN MEJOR CONOCIMIENTO DEL


DERECHO Y POSIBILITA SU EXPLICACIÓN. Son especialmente
relevantes las tesis que han ubicado la reflexión sobre el Derecho a la
propia vida humana. Esta conexión Derecho - Vida ha permitido ofrecer una
explicación contextualizada del mismo a partir de su significación histórica y
social.

Estos planteamientos que, a la postre, propugnan una concepción global


e integradora de los distintos aspectos o dimensiones que conjuntamente
conforman el Derecho ha sido la principal preocupación de la Filosofía de la
experiencia jurídica.

La FILOSOFÍA DE LA EXPERIENCIA JURÍDICA busca ofrecer una


concepción del Derecho que capte su entero desenvolvimiento, desde
sus presupuestos sociales, a su formalización normativa y su
valoración crítica.

Los problemas actuales del Derecho deben ser estudiados desde una
perspectiva de totalidad. La sociedad humana es multidimensional y,
asimismo, lo son sus problemas económicos, éticos, jurídicos y políticos. Por
eso la Filosofía de la experiencia jurídica se presenta como un cauce
adecuado para explicar y captar la dinámica y compleja red de las
conexiones globales del Derecho. La tendencia hacia la globalización viene
impuesta por el carácter interdependiente, multicéntrico y multicultural de
los fenómenos que gravitan sobre el horizonte presente del Derecho. Por
eso parece que la concepción del Derecho como experiencia jurídica es la
que mejor satisface los apremios globalizadores del presente.

Concebir el Derecho desde una perspectiva globalizadora implica un


compromiso por no desgajar su significación teórica de su realización
práctica. Se trata, a la postre, que el Derecho postula un mundo
interconectado cuyo atributo más notorio es la interdependencia. En
definitiva, la experiencia jurídica implica avanzar hacia una concepción
omnicomprensiva. Para ese propósito totalizador del Derecho nada parece
estático, nada se muestra aislado. La Filosofía de la experiencia jurídica es
el vértice que, con morfología de cúpula, es capaz de ofrecer una visión
cabal de los múltiples aspectos conformadores de esa totalidad.

C) Incumbe a la FILOSOFÍA UN PAPEL DECISIVO EN LA


DETERMINACIÓN DEL “DEBER SER” JURÍDICO. El jurista tiende a
circunscribir su reflexión sobre el Derecho en las normas positivas, es decir,
en el derecho que “es”. La Filosofía recuerda al jurista la necesidad de
cotejar ese Derecho existente con el Derecho que “debe ser”; en otros
términos, con el Derecho justo.

La filosofía, en cuanto sea auténtica “Filosofía crítica”, en el sentido


anteriormente expuesto, tiene que contribuir a clarificar el “deber ser”
jurídico, a partir del discernimiento de los valores que fundamentan el
Derecho.

Esta Dimensión crítico-valorativa de la Filosofía, al proyectarse sobre el


Derecho, incide en los siguientes aspectos:

1. Contribuye a ampliar el horizonte intelectual y las atribuciones


del jurista.
- fomenta la conciencia cultural de los operadores jurídicos para
contextualizar social e históricamente su concepción y elaboración del
Derecho.
- superación de la exégesis legal ya que la Filosofía le invita al jurista a
cotejar el sistema normativo con los valores que lo fundamentan y
orientan su crítica, superando, de este modo, la visión de la
Dogmática jurídica.

2. La Filosofía plantea al jurista la tensión entre el “ser” y el


“deber ser” del Derecho, entre la legalidad y la legitimidad.
La Filosofía permite al jurista determinar y elucidar los valores que
conforman el sistema de legitimidad que debe servir de orientación y límite
crítico de la legalidad.

3. La Filosofía, en cuanto tenga una orientación crítica, invita al jurista


a un compromiso activo en la realización de los valores que integran el
sistema de legitimidad del Derecho, concretándolos en la experiencia
jurídica y en la vida cotidiana de las sociedades democráticas.

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