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Módulo de Emergencias Primeros auxilios

Botiquín, rescate y transporte de


heridos y clasificación de las
urgencias médicas

Mariví San Isidoro


Elisa Santamaría
ÍNDICE
18. Botiquín de Primeros Auxilios. ................................................................................................ 2
18.1. Composición. .................................................................................................................... 2
18.2. Cuidado y mantenimiento. ............................................................................................... 3
19. Rescate y transporte de heridos. ............................................................................................ 4
19.1. Transporte adecuado de un accidentado. ....................................................................... 4
19.2. Vendajes útiles en un traslado. ........................................................................................ 5
19.3. Métodos para transportar a una persona. ..................................................................... 10
19.4. Formas de improvisar una camilla. ................................................................................ 14
19.5. Prevención durante el traslado de las víctimas. ............................................................ 15
20. Clasificación de las urgencias médicas. ................................................................................. 16
20.1 Clase IV. ........................................................................................................................... 16
20.2 Clase III. ........................................................................................................................... 16
20.3 Clase II. ............................................................................................................................ 16
20.4 Clase I. ............................................................................................................................. 17

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18. Botiquín de Primeros Auxilios.
El botiquín es un recurso básico para las personas que atienden, en un primer momento,
a una víctima de una enfermedad o accidente. Debe existir un botiquín en cada hogar, cada
centro de trabajo y en todos los lugares en donde haya concentración de personas.

18.1. Composición.
El contenido del botiquín se debe decidir en base a la evaluación de riesgos. De esta
manera se establece la necesidad en primeros auxilios según las características de la actividad
desarrollada. El contenido mínimo que debe asegurarse en un botiquín portátil es el siguiente:

• Material para curas: gasas estériles, algodón hidrófilo, venda, esparadrapo y apósitos
adhesivos.

• Antisépticos autorizados y desinfectantes (por ejemplo: yodo, agua oxigenada,


alcohol, etc.).

• Instrumental (tijeras y pinzas) y elementos adicionales (guantes desechables).

• No se incluirán medicamentos (antiinflamatorios, reguladores térmicos, etc) debido a


la obligatoriedad de la prescripción facultativa para cada paciente.

El botiquín debe estar ordenado y con todos sus elementos etiquetados. Estará ubicado
en zona visible, de fácil accesibilidad y preferiblemente no contar con cerradura. La situación o
distribución del material en el lugar de trabajo y las facilidades para acceder al mismo y para, en
su caso, desplazarlo al lugar del accidente, deberán garantizar que la prestación de los primeros
auxilios pueda realizarse con la rapidez que requiera el tipo de daño previsible.

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La empresa, en base a la evaluación de riesgos, deberá considerar si es necesario ampliar
el contenido mínimo del botiquín (por ejemplo, añadiendo suero fisiológico para los ojos,
parches oculares, toallitas húmedas, triángulos de vendaje, imperdibles, etc.).

Los lugares de trabajo de más de 50 trabajadores deberán disponer de un local


destinado a los primeros auxilios y otras posibles atenciones sanitarias. También deberán
disponer del mismo los lugares de trabajo de más de 25 trabajadores para los que así lo
determine la autoridad laboral, teniendo en cuenta la peligrosidad de la actividad desarrollada
y las posibles dificultades de acceso al centro de asistencia médica más próximo.

Como referencia, se recomienda la dotación siguiente para una sala de primeros


auxilios:

• Un lavabo con agua fría y caliente.

• Agua potable y vasos de plástico desechables.

• Jabón y toallas de papel.

• Armario para almacenar material de primeros auxilios.

• Contenedores de apertura con el pie, con bolsas adecuadas para la eliminación de


material sanitario.

• Camilla con protección impermeable.

• Una silla.

• Teléfono u otro medio de comunicación.

• Libro registro de incidentes atendidos por la persona encargada de los primeros


auxilios. La señalización de los botiquines y locales de primeros auxilios se lleva a cabo con una
cruz blanca sobre fondo verde.

18.2. Cuidado y mantenimiento.


Según RD 486/97 por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y
salud en los lugares de trabajo, el material de primeros auxilios se revisará periódicamente y se
irá reponiendo tan pronto como caduque o sea utilizado.

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El empresario, con el asesoramiento del personal sanitario o, en su defecto, de la
persona encargada de atender los primeros auxilios, deberá establecer la frecuencia de estas
revisiones.

Cuando no haya personal sanitario en el lugar de trabajo, esta labor de resguardo y


vigilancia ha de corresponder a los técnicos de prevención, ya sean de nivel básico o intermedio,
quienes, entre sus competencias, tienen encomendadas la de gestionar los primeros auxilios y
dirigir las actuaciones en estas materias y, en su defecto, la persona que designe el empresario
para encargarse de las actividades de primeros auxilios (art. 20 LPRL).

Aunque no haya un protocolo de cuidado y mantenimiento del botiquín establecido, existen


algunas recomendaciones:

• El botiquín debe guardarse en un lugar ni muy seco ni muy húmedo, lejos de una fuente
directa de calor y del alcance de los niños.
• Debe estar ubicado en un lugar conocido, de fácil acceso y próximo a los puestos de
trabajo.
• Deberá mantenerse ordenado con objeto de facilitar una rápida detección visual de los
materiales y productos.
• Su contenido es de carácter básico, acorde con el nivel de formación en primeros
auxilios del personal que lo va a utilizar.
• El contenido será exclusivamente el material de primeros auxilios, sin que el botiquín
deba ser utilizado para almacenar otros objetos.
• Es recomendable hacer una lista del contenido y pegarla en la contraportada del
botiquín, para facilitar la revisión y asegurar la cantidad correcta de suministros
disponibles.
• Revisiones periódicas, sustituyendo aquellos elementos que se encuentran dañados,
contaminados o caducados.

19. Rescate y transporte de heridos.


El rescate, la evacuación y el manejo de los heridos son las primeras actividades
cuando se produce un accidente.

19.1. Transporte adecuado de un accidentado.

Nuestra intervención, si no es adecuada, podría agravar la situación. Al trasladar un


accidentado o un enfermo grave, se deberá garantizar que las lesiones no aumentarán, ni se le

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ocasionarán nuevas lesiones o se complicará su recuperación ya sea por movimientos
innecesarios o transporte inadecuado.

Es mejor prestar la atención en el sitio del accidente, a menos que exista peligro
inminente para la vida de la víctima o del auxiliador como en un incendio, peligro de explosión,
derrumbe de un edificio, contactos eléctricos o ambientes tóxicos.

Una vez que se haya decidido cambiar de lugar a la víctima, el auxiliador deberá
considerar tanto la seguridad de la víctima como la suya. También debe tener en cuenta su
propia capacidad, así como la presencia de otras personas que puedan ayudarle.

Lo mejor es esperar a que lleguen los auxilios solicitados. Sólo en casos excepcionales si
hay peligro transportaremos a la víctima teniendo las siguientes precauciones:

1. Antes del transporte, asegurarse que la víctima respira, que no tiene hemorragias, etc.
2. La víctima ha de ser transportada tumbada boca arriba, salvo en las siguientes
excepciones:
• Si tiene heridas en el tórax, semisentada.
• Si tiene heridas en el abdomen, acostada con las piernas flexionadas.
• En posición de descanso si inconsciente, recobrase el conocimiento.

19.2. Vendajes útiles en un traslado.


Una venda es una tira de gasa, tela o material elástico, de longitud y ancho variable,
que se utiliza para envolver o sujetar una parte del cuerpo. Las funciones de los vendajes son:

a) Fijar gasas o apósitos sobre una herida o quemadura.


b) Detener el sangrado proveniente de una herida.
c) Inmovilizar articulaciones lesionadas por: traumatismos, esguinces, luxaciones
y fracturas.
d) Realizar cabestrillos y fijar entablillados.

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Existen vendas de tela, de gasa y tejido elástico. Hay diferentes anchuras de venda. En
función de la parte del cuerpo donde realicemos el vendaje elegiremos el tamaño:

• 5 cm para los dedos


• 7 cm para la mano, antebrazo, codo, pierna, rodilla y cabeza
• 10 cm para el muslo, hombro y tronco

Existen muchas formas de aplicar el vendaje según la parte del cuerpo y la patología o
inmovilización que tengamos que realizar.

Técnicas para aplicar los vendajes:

• Vendaje circular: Se realiza en las articulaciones de la muñeca y el tobillo. Las vueltas se


dan en forma circular, por encima de la vuelta anterior.

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• Vendaje recurrente: Se utiliza para amputaciones y partes distales de un dedo. Pasamos
la venda desde la parte posterior a la frontal, sucesivamente en dirección perpendicular
a las vueltas circulares. El vendaje lo fijaremos con dos vueltas circulares.

• Vendaje en espiral: Se utiliza para extremidades en que la parte distal es más estrecha
que la proximal. Cada vuelta del vendaje ha de cubrir la mitad de la anterior en dirección
de distal al proximal.

• Vendaje en 8: Se utiliza para inmovilizar articulaciones y clavícula. Cada vuelta de la


venda ha de cubrir la mitad de la anterior, y la dirigimos sucesivamente en dirección
proximal y en dirección distal, hasta cubrir toda la articulación. Con estos movimientos
de la venda dibujamos la forma del 8, de ahí viene su nombre.

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• Vendaje en espiga: Se utiliza para vendar articulaciones y extremidades. Cada vuelta
de la venda cubre ligeramente a la anterior en progresión predominante proximal,
pero siguiendo un movimiento de arriba y abajo hasta cubrir toda la zona. Forman un
dibujo en forma de V.

Vendajes según la forma corporal:

• Vendaje de la cabeza: Para ello lo más utilizado es el vendaje de capelina, primero se


hacen dos circulares alrededor de la cabeza, al llegar a la región occipital, se efectúa un
inverso en ángulo recto que llevará la venda a la frente donde se hace otro inverso, esta
maniobra se repite hasta cubrir totalmente la cabeza, luego se repite el vendaje circular
para fijar los extremos de las vueltas del frente a la parte posterior.

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• Vendaje de axila y hombro: Puede hacerse para la axila y el hombro en forma de espiga
ascendente, se debe comenzar con círculos de brazo y luego hacer vueltas en 8, cada
vez más alto y pasar por la otra axila cruzándose arriba del hombro, terminando en
circular del brazo.

• Vendaje de la mano: Puede realizarse en forma oblicua desde la palma de la mano hacia
la muñeca y luego terminar cubriendo los dedos o dejándolos libres e incluyendo el
pulgar.

• Vendaje de la rodilla: Se aplica un vendaje en ocho sobre la rodilla en ligera flexión,


extendiéndose las vueltas cada vez más lejos o viceversa.

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19.3. Métodos para transportar a una persona.
Son varias las técnicas empleadas para el transporte de heridos:

a) Traslado sin medios:


• Arrastre. Colocar a la víctima boca arriba con sus brazos sobre el tórax, el socorrista se
debe posicionar por detrás de la cabeza de la persona, colocando sus brazos debajo de
los hombros de la misma, sosteniendo entre ellos su cuello y cabeza y efectuando el
arrastre por el suelo.

• Soporte o “muleta humana”. Se utiliza cuando la persona tiene gran debilidad o


lesiones de los miembros inferiores (no emplear si la víctima presenta shock o lesión de
la columna vertebral). El rescatista se debe colocar del lado lesionado de la persona,
tomar el brazo de dicho lado y pasarlo alrededor de su cuello, sosteniéndole la mano,
intentando la incorporación de ambos. Una vez finalizado el paso anterior debe pasar
su brazo alrededor de la víctima, sosteniéndola firmemente y comenzar a caminar
despacio (si hay un miembro lesionado, el enfermo puede dar pequeños saltos con la
pierna sana).

• Cargue en brazos. Útil para personas de bajo peso (niños) y sin sospecha de lesión de la
columna. El rescatista debe pasar un brazo por debajo de los muslos de la persona,
colocar el otro alrededor del tronco, por encima de la cintura y efectuar el traslado.

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• Cargue de bombero. Se utiliza para víctimas pequeñas, que no tengan lesión de la
columna vertebral; esta técnica permite el traslado a distancias mayores. El socorrista
se debe posicionar de rodillas en la parte posterior de la víctima, a la cual se le cruzan
las manos sobre el tronco, colocar una mano bajo la nuca y la otra bajo los omóplatos y
con un solo movimiento sentarla y sostenerla con una pierna; colocar ahora sus brazos
por debajo de las axilas de la persona, tomándola por los antebrazos anteriormente
cruzados, ponerse de pie, levantar a la víctima y sostenerla, pasar el brazo derecho de
la víctima sobre su cuello sin soltarle el otro brazo, girar hacia adelante y posicionarse
frente a la persona sin soltarla, sosteniéndola por la cintura y tomándole firmemente de
la muñeca izquierda, extenderle el brazo izquierdo, el socorrista se debe agachar
pasando su cabeza por debajo del brazo extendido, de tal forma que su hombro
izquierdo quede a la altura del abdomen de la persona, pasar su brazo izquierdo
alrededor de las piernas de la víctima, luego debe levantarse lentamente y halar a la
persona de forma tal que quede libre su hombro izquierdo, tomar firmemente la
muñeca izquierda con la suya y sostenerle las piernas.

• Silla de dos y de cuatro manos. Sirve para transportar personas conscientes y sin lesión
de la columna, en ambas se necesita de dos socorristas. Los rescatistas se deben colocar
detrás de la persona con una rodilla en tierra, entrecruzar las manos y orientar a la

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víctima para que se siente sobre las manos entrecruzadas, colocando sus brazos
alrededor del cuello de los rescatistas, estos últimos se deben levantar y caminar
lentamente iniciando la marcha con el pie que está lejos del lesionado. Para la silla de
dos manos el procedimiento es similar, pero los socorristas deben ponerse frente a
frente, cada uno entrecruza un brazo, pero por separado de forma tal que uno quede
por debajo de la cadera y el otro por detrás (espalda) de la víctima.

• Técnica de tres o cuatro socorristas. Para movilizar un herido hacia la camilla (esta debe
ir hacia él y no al revés), el lesionado debe sostenerse por, al menos, seis puntos de
apoyo:
 Un punto bajo el conjunto cabeza-nuca.
 3 a 5 puntos bajo el tronco.
 2puntos debajo de los miembros inferiores.
o Con ayuda de tres socorristas: Deben colocar a la víctima en posición neutral
alineada, boca arriba con los brazos sobre el tronco. Posteriormente deben
colocarse a un lado de la persona y arrodillarse. Socorrista 1: Pasa un brazo por
debajo de la cabeza hasta el hombro y el otro por la parte inferior de los hombros.
Socorrista 2: Pasa un brazo por la cintura y el otro por debajo de la parte inferior de
los glúteos. Socorrista 3: Coloca uno de sus brazos por debajo de las rodillas y el otro
por debajo de los tobillos. A una orden, deben levantarla y colocarla en línea recta
sobre sus rodillas; a una segunda orden, deben ponerse de pie y acercarla hacia sus
cuerpos. Caminar lentamente iniciando la marcha con el pie izquierdo.

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o Con ayuda de cuatro socorristas: Colocar a la víctima en posición neutral alineada,
boca arriba con los brazos sobre el tronco. En esta variante, los socorristas 1,2 y 3
tienen los mismos pasos que en el anterior. Un cuarto se coloca detrás de la cabeza
de la persona y realiza la inmovilización manual de la columna cervical.

• Extracción desde un auto por un socorrista: En esta variante, el socorrista debe abrir la
puerta y tratar de rotar al lesionado de forma tal que se pueda ubicar detrás, su brazo
derecho corre por debajo de la axila del mismo lado de la persona para, con la mano,
sostenerla por la mandíbula y hacer férula con el antebrazo de forma tal que se
mantenga alineada la columna cervical y torácica. Su otro brazo se debe desplazar por
debajo de la otra axila y sostener el brazo derecho de la persona a nivel de la parte media
del antebrazo. Una vez sostenida la víctima, se arrastra hacia atrás de forma tal que se
traslade a un lugar seguro para realizar su evaluación.

b) Traslado con medios:


• Transporte en silla. Con alguno de los procedimientos manuales, se levanta la víctima,
se la sienta en una silla y se la asegura a ella mediante un cinturón a nivel del tórax de
forma tal que no se caiga. Para levantar la silla, inclinarla hacia atrás para que la espalda
de la persona quede contra el espaldar; a una orden, levantar la silla y caminar
lentamente.

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• Camillas (de madera, lona o metal, de rescate tipo Miller, de vacío, improvisadas con
frazadas etc.). Es cualquier dispositivo que pueda ser llevado por una o dos personas,
con el objetivo de transportar heridos o enfermos; están construidas de madera, lona o
metal, o pueden ser improvisadas con colchas, sábanas, etc. La camilla convencional de
brazos rígidos y superficie de lona ha evolucionado para permitir una recogida menos
traumática y un mejor control.

19.4. Formas de improvisar una camilla.


Si no se dispone de camilla, se puede improvisar una de las dos formas siguientes:

• Una camilla se puede improvisar de la siguiente manera:

o Consiga 2 o 3 Chaquetas o abrigos y 2 trozos de madera fuertes.


o Coloque las mangas de las prendas hacia adentro.
o Pase los trozos de madera a través de las mangas.
o Botone o cierre la cremallera de las prendas.

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• Otra forma de improvisar una camilla es la siguiente:

o Consiga una manta y dos trozos de madera fuertes.


o Extienda la manta en el suelo.
o Divida la manta imaginariamente en tres partes, coloque un trozo de madera en la
primera división y doble la manta.
o Coloque el otro trozo de madera a 15 cm del borde de la manta y vuelva a doblarla.

Estas dos últimas variantes no se pueden usar si se sospecha que hay una lesión en la
columna, ya que no son rígidas.

19.5. Prevención durante el traslado de las víctimas.

Para evitar mayores lesiones en el traslado de las víctimas de un accidente se debe:

• Asegurar que las vías respiratorias estén libres de secreciones.


• Controlar la hemorragia antes de moverla.
• Inmovilizar las fracturas.
• Verificar el estado de conciencia.
• Si se encuentra inconsciente, como resultado de un traumatismo, considérela como
lesionada de columna vertebral.
• Evite torcer o doblar el cuerpo de una víctima con posibles lesiones en la cabeza o
columna.
• Utilizar una camilla dura cuando sospecha fractura de columna vertebral.
• No debe ser transportadas sentadas las personas con lesiones en la cabeza, espalda,
cadera o pierna.

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• Seleccionar el método de transporte de acuerdo con la naturaleza de la lesión, número
de ayudantes, material disponible, contextura de la víctima y distancia a recorrer.
• Dar órdenes claras cuando se utiliza un método de transporte que requiera más de 2
auxiliadores. En estos casos uno de los auxiliadores debe hacerse cargo de dirigir todo
el procedimiento (generalmente el que se sitúa en la cabeza del accidentado).

20. Clasificación de las urgencias médicas.


Las urgencias médicas se clasifican en clases I, II, III, IV, las mismas vienen condicionadas
por el tiempo de atención que se debe invertir para abordar y tratar la misma. Esta manera de
clasificar a las víctimas o accidentados se denomina “triaje” o “triage” en términos médicos.

Una urgencia médica no es más que la atención que se le debe prestar al paciente en
referencia al estado de salud que presenta y los niveles de deterioro del mismo, bien sea como
consecuencia de una patología sobrevenida o bien se trate de una patología recurrente.

20.1 Clase IV.


Es aquella que puede demorar a lo máximo un día para su atención, tiempo durante el
cual el paciente puede permanecer en observación para constatar su evolución.

Los síntomas más comunes en este tipo de urgencias consisten en la presencia de


dolores leves de cabeza y de cuerpo, pequeña dificultad para orinar, respirar o bien ver, también
pueden presentarse infecciones.

20.2 Clase III.


Son aquellas cuyo tiempo de atención de oscilar entre los 40 y 60 minutos dada las
distintas complicaciones que el paciente presenta entre las cuales se encuentra dificulta para
respirar, dolor agudo de cabeza, taquicardia frecuente, sangrado sobrevenido, elevaciones de la
temperatura como consecuencia de infecciones mal curadas o bien que ya llevan tiempo de
incubación de una semana.

20.3 Clase II.


Este tipo de urgencias ameritan la atención en un tiempo de 20 a 15 minutos, ya que el
paciente presenta una temperatura sumamente elevada, lo cual va acompañado de un estado
de cansancio que llega casi a la inconciencia también acompañada de la deshidratación.

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En este tipo de urgencia el paciente presenta grandes dificultades para respirar por lo
que amerita la colocación inmediata de oxígeno, para que las vías respiratorias se le puedan
despejar por completo o al menos ayudarlo a respirar.

De igual forma al paciente le sobrevienen hemorragias que no pueden ser controladas.

20.4 Clase I.
En la cúspide de las emergencias, estas deben ser atendidas inmediatamente sin
vacilaciones ni dilaciones en el tiempo, ya que los signos vitales del paciente se hayan escasos
productos de las consecuencias patológicas apreciables en el mismo.

En estos casos, el paciente se presenta con traumas graves que evidencian músculos o
bien estructuras Oseas, lo que le desencadena fuertes dolores como también evidencia gran
pérdida de sangre, siendo necesario la colocación de plasma de forma rápida para poder
restablecerlo una vez haya sido contenida la hemorragia.

NOTA: Generalmente, en los hospitales trabajan con cinco clasificaciones, con un tiempo
máximo de 240 minutos de espera para la clase menos urgente. A partir de allí, volverán a
realizar el “triaje o triage”. Y vuelta a empezar.

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