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El negocio minero está sujeto a incertidumbres y riesgos inherentes a su propia naturaleza, tanto en
etapas tempranas de previabilidad como en operaciones ya maduras. Sobre algunas de estas
incertidumbres nada podremos hacer, como por ejemplo el precio de los metales; otras como el
recurso mineral nunca llegarán a ser exactamente conocidas.
Adén Muñoz, AYMA Mining Solutions.
Benjamín Cebrián, Blast- Consult
Finalmente, otras, como la dilución, tienen una doble implicación: por un lado su estimación en fases
iniciales del diseño, y por otro la realidad operativa alcanzada, la cual es en gran parte consecuencia
directa, aunque con ciertos matices, de nuestros actos o nuestra inacción.
Es nuestra responsabilidad diseñar, controlar y medir esa parte de la dilución que es consecuencia de
qué y cómo operamos.
A QUÉ NOS ENFRENTAMOS
La dilución es un ente complejo, fruto de la concurrencia de diversos aspectos y disciplinas y su
manejo. Aunque existen numerosas definiciones que varían en diverso grado [1] todas son
coincidentes en espíritu en definir/ cuantificar la dilución respecto a un valor ideal (estimado o
diseñado). Sin embargo, hay ciertos matices que no siempre son fácilmente extrapolables a partir de
las definiciones más comunes.
Definición
De manera básica y academicista, la dilución es aquel material estéril que no se ha separado de la
mena durante la operación y, por lo tanto, es enviado a tratamiento.
Formalmente en este documento lo expresaremos como:
Donde:
- Ley de corte se expresa en %.
- Coste de operación se expresa en $/t procesada.
- - Dilución se expresa en %.
- Recuperación se expresa en %.
- Precio del metal y coste de venta se expresa en $/lb.
Marcadores: Se entiende por marcadores los elementos ajenos al mineral que, previamente al
disparo, se anexan a la voladura para, mediante su seguimiento, evaluar el desplazamiento sufrido
por aquellos elementos que queremos controlar: bolsadas de estéril, contactos de diferente ley, etc.
Un sistema con muy buena relación coste/resultado es mezclar pintura y resina con el explosivo a
granel en aquellos barrenos que queramos diferenciar. En el disparo la resina adhiere la pintura a la
roca que rodea al barreno, una vez iniciada la carga el palista detecta la roca pintada y avisa por
radio al geólogo de control de leyes para que se persone y dé las instrucciones oportunas.
Equipos dotados de control de rasante son ya estándares de trabajo muy extendidos.
En casos extremos se ha tomado la decisión de realizar la carga del mineral sólo con luz diurna.
Perforación y voladura: es muy importante en todos sus aspectos, desde la sobreperforación; la
distribución de energía en los límites; el control del desplazamiento y el modelado usando
adecuadamente los tiempos, etc.
Lo más importante es definir el objetivo de la voladura: ¿vamos a volar estéril? ¿queremos evitar la
pérdida de mineral? ¿deseamos controlar la fragmentación? ¿o queremos preservar la integridad de
los taludes?.
Subterráneo
En minería de interior, desde el punto de vista del autor, es aún más importante que en cielo abierto
el equilibrio entre el método empleado, la selectividad requerida o fijada y la escala de la operación.
No podemos querer matar moscas a cañonazos, como tampoco podemos llegar al punto en el que la
lucha contra la dilución nos lleve a disminuir la recuperación [5].
Los límites y limitantes estructurales deben ser bien conocidos y evaluados. Difícilmente vamos a
poder revertir una decisión previa demasiado arriesgada (recuerden nuestra metodología).
Como en el cielo abierto, la perforación y voladura es fundamental en todos sus aspectos.
El principal factor extrínseco es su afección por las voladuras efectuadas en los paneles o cámaras
secundarios conforme avanza su explotación.
El factor intrínseco es la propia calidad del relleno.
MEDIR
La propia naturaleza de la dilución, así como el poder ejercer un control sobre la misma, implica que
el concepto medición aplicado a ella es algo más que una cifra en tanto por ciento.
En la práctica será la dilución externa, la “más fácil” de poder ser “medida” en su totalidad; eso sí, si
la producción nos da oportunidad.
Entonces, ¿qué entendemos por “medir la dilución”? Medir será cuantificar sus toneladas y su
geometría (área, volumen…).
Medir será discriminar su tipo, causas, material y ley.
Medir será clasificar con el objetivo de poder realizar una autoevaluación y un bench-marking de
nuestra gestión.
Esta “medición” equivale a llevar al día un registro, en un formato ágil y útil, que permita saber para
cada caso concreto:
- Qué y cómo se planeó hacer.
- Qué y cómo se ejecutó realmente.
- Qué resultó
La alimentación de este registro, así como su análisis, nos debe proporcionar información de nivel
superior con la cual generaremos herramientas que nos permitan implementar soluciones paliativas,
las más de las veces, pero que nos posicionarán mejor a la hora de afrontar la etapa de evaluación de
riesgos y establecimientos de condicionantes operativas.
DILUCIÓN Y RECONCILIACIÓN
Reconciliación, ese momento temido y ansiado a partes iguales y que no siempre es la mejor ocasión
para hacer amigos…
No cabe duda que un buen control de todas y cada una de las diferentes etapas y variables del
proceso productivo, incluida en la dilución, minimizará discrepancias a la hora de comparar lo que
se obtuvo vs lo que se tenía que obtener.
Independientemente de la aparición de softwares cada vez más completos y precisos a la hora de
afrontar la reconciliación, y de que cada compañía e incluso cada operación tienen su modus
operandi, sí se puede apreciar la bondad de nuestro modelo en términos de ley, de manera gruesa y
sencilla a partir de una fórmula simple: