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IV JORNADAS DE PSICOANALISIS EN TIGRE:

ALGUNAS NOTAS ACERCA DEL PORCESO DE ADMISION, EN EL


DISPOSITIVO ASISTENCIAL PSICO. SAN FERNANDO.

COLEGIO DE PSICOLOGOS DISTRITO XV.

Ante todo, quiero agradecer la invitació n que me hiciera la Asociació n


de Psicoaná lisis San Fernando Tigre, y estar compartiendo aquí con
Uds. estas reflexiones, acerca de la clínica-

Me gustaría comenzar este escrito con una serie de interrogantes que


se me plantearon a la hora de escribir unas breves notas para las
jornadas que nos convocan hoy:

¿Qué es una admisió n? Es una entrevista, dentro de la serie de


entrevistas preliminares?

¿Có mo lee el psicoaná lisis la demanda, o mejor dicho como “escucha”


allí el admisor lo que trae el posible consultante bajo la forma de un
pedido? una demanda, o una indicació n institucional?¿Hay algo allí de
lo que podemos denominar “transferencia”?

Me gustaría primero, historizar el proceso-.

SAC-(Servicio de Atenció n a la Comunidad) era la comisió n encargada


de brindar este sistema prestacional; allí ocupé la coordinació n
general,

, 2 añ os de intensa labor junto a colegas comprometidos en los asuntos


de nuestra prá ctica clínica, ¿Có mo insertar un dispositivo comunitario,
que no es gratuito y tampoco tiene el formato de una prepaga u obra
social?

En ello trabajamos en los añ os 2013. 2014, hasta llegar al punto donde


implementar una admisió n como requisito formal del entonces
dispositivo SAC era necesario.

Experiencia(…)

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Advenido en el 2015 Psico, como nuevo dispositivo asistencial del
Colegio de Psicó logos mantuvo casi el formato original incluyendo las
admisiones, con el nombramiento formal de uno o dos emisores por
zona.

El requisito era una trayectoria clínica y el no integrar la lista de


profesionales prestadores.

Mi experiencia personal en Psico San Fernando es muy enriquecedora,


trabajamos con otras instituciones de la zona como el Hospital,
colegios, Defensoría.

Así entonces el trabajo es sumamente plural,

Los pedidos de tratamiento varían desde el clá sico interrogante


neuró tico que lleva a una persona a consultar”; así como también
numerosas derivaciones de colegios para que los niñ os que atraviesan
dificultades escolares estén contenidos y asistidos por profesionales
calificados, en el decir vulgar “especialistas”,- y derivaciones ya
má sespecíficas de juzgados, y otras instituciones-

El Colegio de Psicó logos posee esa pluralidad acerca de la


praxis,profesionales capacitados en las diferentes á reas clínicas que
puede requerir una consulta o interconsulta.

Entonces, Volviendo a la interrogació n inicial:

¿Que escucha un admisor? Y cuá l es su tarea, clínica?

Lo define bien Adriana Rubinstein en su texto sobre admisiones:

“ El termino admisió n designa, la forma que la institució n tiene de


recibir, de acoger, a quien consulta buscando una respuesta a lo que le
ocurre. Si admitir implica aceptar, dar cabida, _ segú n la acepció n del
diccionario de la Real Academia Españ ola_ es necesario para eso que
haya por parte del quien consulta un pedido, una pregunta, que se
dirija a un Otro. La respuesta que en ese momento se dé, el modo en
que se lo escuche, las intervenciones que se produzcan condicionan, a
su vez, en gran parte, el modo de tratarlo y la posició n que el sujeto
pueda tomar con relació n a su propia consulta.

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Por eso no es indiferente el modo en que dicha admisió n se realice, la
posició n de quien esté a su cargo, y por eso suelen plantearse para los
analistas interrogantes vinculados a las articulaciones y disyunciones
entre el espacio de la admisió n y las llamadas entrevistas preliminares.
¿Es la admisió n un espacio administrativo o algo de la escucha analítica
puede ponerse en juego desde un principio? Si esto es así, ¿qué pasa
con la transferencia? Por otra parte, ¿a qué se lo admite? ¿A un
tratamiento, a un aná lisis? ¿Qué enlaces hay entre uno y otro?
Podríamos pensar que lo que pase en este encuentro no es sin
consecuencias.

Que el sujeto sienta que su padecimiento es escuchado, que su palabra


toma valor, no es lo mismo que si se siente tratado como uno má s en
una lista de espera.

Que la dimensió n del sujeto a producir tome lugar de entrada no es lo


mismo que apuntar a un diagnó stico objetivante”..

Podemos decir , entonces, que cada consultante solicita una entrevista


de admisió n, en un determinado momento particular, de su vida, por
cuestiones inherentes a su subjetividad.

En lo que respecta al admisor, uno de los objetivos de esta experiencia


sería evaluar si la persona que consulta está en el lugar preciso, en el
tiempo oportuno para comenzar un tratamiento.

Podemos llamarlo también: “proceso de admisió n, como bien dicen en


otro texto los colegas de Estudios Freudianos; “porque a veces no es
suficiente una entrevista para evaluar estas condiciones. En ese caso se
podrá dar lugar a un nuevo encuentro que difiere de una primera
entrevista del tratamiento. El mero hecho de aclarar este dato es en sí
misma una intervenció n. Entonces, será importante evaluar si es el
tiempo y el lugar oportunos.

Que el profesional que está a cargo de una admisió n pueda tomarse la


atribució n de evaluar estas condiciones tiene valor de intervenció n. ..

. Si bien no hay un aná lisis la escucha puede ser analítica. “

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Nombrarlo “proceso de admisió n” a mi entender, concuerda, con lo
que vamos experimentando en el equipo de Psico, día a día.

Trabajamos en conjunto con al coordinació n y con los colegas que lo


integran, muchas veces por la complejidad que el caso requiere.

Si bien en la admisió n hay una escucha atenta, flotante y muchas veces


se detectan frases, decires, problemá ticas que pueden tener que ver, o
no, puntualmente con el motivo de consulta o derivació n, lo que sí hace
a la complejidad de este proceso, es que a veces es necesaria má s de
una entrevista para poder realizar la derivació n “adecuada”. Y no se
me ocurre otra palabra aunque sabemos que desde el psicoaná lisis no
hay adecuació n posible.

Es importante que el admisor tenga presentes cuá les son los


posibilidades de atenció n y recursos econó micos del consultante o la
familia, porque en el Colegio de Psicó logos trabajamos actualmente
condos aranceles en consulta individual por ejemplo.

Si el caso requiere atenció n psiquiá trica, alguna especializació n


específica, (trastornos de la alimentació n, psicosomá tica, niñ os….), si es
imprescindible algú n dispositivo en particular en cuá nto a frecuencia
semanal, terapia grupal para acompañ ar el tratamiento.

Un tema no menos importante es el tiempo y la intervenció n,

Considero que la admisió n es una marca temporal, en la llegada del


paciente a un posible abordaje terapéutico, quizá s, y muy
frecuentemente, por primera vez; entonces, ya en la entrevista
telefó nica le señ alo la duració n que tendrá la admisió n, y de que se
trata la misma -

Y dentro del espacio de la admisió n, a diferencia de las entrevistas


preliminares, al menos en mi experiencia clínica actual, realizo
intervenciones precisas, y le brindo al final una apreciació n de có mo
encuadraría su tratamiento. Sobre todo si implica la interconsulta,

En resumen, podemos comparar la tarea que realiza el admisor como


el arquitecto, que pone los cimientos a lo que luego será un probable
edificio, o casa (tomando la metá fora de Freud acerca de la
construcció n en psicoaná lisis)

Se lo ordena al paciente o grupo familiar, se lo deriva con indicaciones


precisas, y luego, el paciente llega o no llega a la primera entrevista.
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Ese es otro avatar,

En las estadísticas que manejamos en San Fernando, no es tan alta la


incidencia de pacientes que no llegan”, si bien muchos se pierden en el
camino entre la admisió n y la primera consulta, podemos decir a
grandes rasgos que el 70 % llega al menos a las primeras entrevistas.

Tener en cuenta la posibilidad econó mica es de gran importancia, ya


que son tratamientos que implican un dinero en juego, no son
gratuitos.

Es frecuente que un paciente derivado de una institució npú blica


abandone a los pocos meses,

Ya entramos en el á rea de las dificultades propias quizá s de una


admisió n en una institució n como lo es el Colegio de Psicó logos.

No espú blica, pero brinda asistencia a la comunidad con aranceles


institucionales fijados por el colegio.

No puedo hablar en este contexto de “ un aná lisis” o de un


psicoaná lisis, ya que, si bien mi formació n es psicoanalítica, no todos
los colegas integrantes de Psico lo son, tenemos en el abanico que
conformamos los colegas con títulos de Lics en psicología, diferentes
escuelas y orientaciones teó ricas.

Algunas veces la derivació n ya viene con la indicació n precisa del


psiquiatra y de resultar pertinente, la respetamos; o el mismo paciente
pide por alguna practica especifica: o cognitivo conductual, o
psicoaná lisis, o requiere una bordaje familiar y en ese caso se realizan
dos derivaciones, en articulació n.

Las judicializadas merecen un trato particular.

Yo sostengo que en los casos de derivaciones de casos judicializados en


donde está la sospecha de abuso de un menor, radicada la denuncia y
competencia del juzgado, la derivació n no admite muchas opciones.
Tenemos colegas peritos formados en estas á reas -

Al igual que en los casos de violencia familia o de género.

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La intervenció n del juzgado y los acontecimientos que ya tocan el
orden o desorden familiar, la violació n de derechos, no pueden tener
otro lugar que el de la escucha adecuada y formada, para tal fin.

La entrevista de admisió n entonces compromete al admisor, en un


acto.

Algo se jugara allí para que el posible consultante se abra o no a un


interrogante, o duda, algo que lo conduzca al lugar de posible paciente.

Luego también se juega algo del orden del “diagnó stico diferencial” …
entre comillas.

Al menos entre neurosis, psicosis, perversió n y otras no llamadas


“estructuras” pero que son subjetividades lá biles en su constitució n, y
comú nmente llamadas “borde, o de borde”,-

Mi trabajo personalmente cuando concluye la admisió n es contactarme


con la coordinadora zonal para informar de la derivació n, (circuito
formal institucional)

Y luego transmitirle al colega que recibirá la derivació n una impresió n


diagnostica.

Eso que se “escucha” en esa Atenció n libremente flotante “y


condicionada por este encuadre particular del dispositivo asistencial:
la admisió n-

Como gusto personal, les diría que lo má s enriquecedor es asistir a las


supervisiones grupales que en psico se organizan cada 3 meses, y allí
hacer otra escucha” pensar teó ricamente a aquel paciente, y a veces
hasta no reconocerlo en el recorte del decir de la viñ eta clínica.

Lo que se despliega luego en un aná lisis, en un tratamiento psicoló gico,


es impredecible.

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Para concluir, quiero mencionar que todos los colegas que integran
Psico San Fernando ponen de si una gran motivació n para que el grupo
de trabajo funcione, está n atentos a las comunicaciones, a las palabras
de sugerencia, a los espacios de debate para esos casos clínicos que
han recibido.

Considero que trabajar teó ricamente lo que sucede en el proceso de


admisió n es muy rico y valioso para nuestra clínica. Son muchas las
variables a tener en cuenta, está el caso por caso…pero también es
posible abordar el tema así se trate de un Hospital pú blico, una
prestació n ligada a una obra social, la prá ctica privada en Instituciones,
en un consultorio.

Mi experiencia como admisora en este transcurso que ya lleva casi dos


añ os, me permite sostener algunas reflexionas y muchos
interrogantes.

Lic. Alejandra Madormo

Admisora Psico San Fernando-

Bs As, olivos diciembre 2016.

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BIBLIOGRAFIA.

S. FREUD. O COMPLETAS: Consejos al médico,

Sobre la dinámica de la transferencia-

Construcciones en psicoanálisis-

J Lacan: Seminario 8 : La Demanda de felicidad y la promesa analítica.


Asociación Latinoamericana de Estudios Freudianos: .” El proceso de admisión
en una institución”.

Adriana Rubinstein: “Sobre la admisión”.

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