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Monición de entrada

Sean bienvenidos, queridos hermanos. Hoy estamos de fiesta con la Virgen


María, celebrando la Solemnidad de la Inmaculada Concepción..

La fiesta de la Inmaculada surgió en el Oriente hacia los siglos 12, y luego


se extendió rápidamente también por el Occidente. En 1854 el papa Pío IX
declaró dogma de fe que María, por singular privilegio, en previsión de los
méritos de Jesucristo, fue preservada de toda mancha de pecado ya desde
el momento de su concepción.

Esta solemnidad no desentona con el Adviento. En la Madre empieza a


realizarse el misterio de la encarnación del Hijo, y por eso nos alegramos
con María y la celebramos en esta Santa Eucaristía. De pie, cantamos con
gozo el canto de entrada

: Monición única para todas las lecturas


La primera mujer, Eva, de cuyo pecado nos habla el libro del Génesis, le
falló a Dios; pero otra mujer, María, la llena de gracia, sin pecado, según
nos narra el evangelio, acepta gustosamente el plan de Dios para salvar a
la humanidad. Por ese hijo, concebido de sus entrañas, nosotros también
hemos recibido toda clase de bienes espirituales y celestiales, y el llamado
a vivir en santidad. Escuchemos la Palabra de Dios

Evangelio (Lucas 1, 26-38)


San Lucas nos relata la escena de la anunciación a María, una de las más
hermosas y significativas del evangelio. La iniciativa de la salvación es de
Dios y encuentra la respuesta de una humilde jovencita de Israel, que ha
sido la elegida, la llena de gracia

Comunión
Como María recibió a Jesús, también nosotros acerquémonos con un
corazón limpio a recibirle y hacerle parte de nuestras vidas. Cantemos.
Final
Que la Virgen María nos ayude hoy a ir al mundo a ser cada vez más puros
y santos. Despidámonos cantando

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