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E

n las últimas dos décadas, las opiniones argumentadas y la reflexión crí-


DEBATES

tica han sido elementos medulares en la orientación editorial de la revista


Debates. Este medio —gestado por iniciativa de los estamentos de la Uni-
versidad de Antioquia—, ha propiciado que las voces de profesores, egre-
sados y estudiantes dinamicen las discusiones sobre temas coyunturales
en los contextos universitario, local, regional, nacional e internacional.
Con esa misma convicción presentamos ahora esta edición —la nú-
El contenido de los artículos mero 81—, con un diseño renovado con el que buscamos propiciar una lec-
que se publican en DEBATES
tura amena. También, atraídos por el potencial del ecosistema digital y de
es responsabilidad exclusiva
de sus autores y el alcance de los públicos universitarios en la web, en esta edición —y las siguientes—
sus afirmaciones solo a ellos procuraremos una difusión convergente que trascienda el alcance de la
competen. versión impresa y permita que más lectores, en cualquier lugar, puedan
acercarse a las visiones académicas que aquí se ofrecen.
En las páginas siguientes encontrará un dossier con rigurosas y pro-
Rector fundas reflexiones acerca de la Jurisdicción Especial para la Paz —JEP—,
John Jairo Arboleda Céspedes así como sobre algunos asuntos centrales del proceso de paz con las Farc.
Director de Comunicaciones
Oportuno, en ese contexto temático, es también el texto que recoge la con-
Carlos Mario Guisao Bustamante ferencia ofrecida en 2005 por la profesora María Teresa Uribe sobre la im-
plementación de la Ley de Justicia y Paz.
Jefe de la División de Contenidos,
¿Cómo justifica su ser social la Universidad? Esta pregunta centra la
Medios y Eventos
Luz Adriana Ruiz Marín atención del artículo con el que cerramos la edición, una reflexión a pro-
pósito de los 25 años del Estatuto General de la Universidad de Antioquia.
Coordinador de Impresos En un momento de país en el que propiciar la conversación civilista y
Luis Javier Londoño Balbín
argumentada debe ser un compromiso ineludible de la academia, lo invi-
Diseño y diagramación tamos a leer y compartir los textos que aquí presentamos —expresión de
Juliana Morales Urrego la voz crítica y analítica de nuestros universitarios— y, con ello, le reitera-
Víctor M. Aristizábal Giraldo mos nuestra invitación: ¡bienvenido al debate!
Foto portada y contraportada
Juan Pablo Hernández Sánchez Dirección de Comunicaciones

Impresión y terminación
Publicaciones VID

Ciudad Universitaria, bloque 16


oficina 336. Medellín.
Teléfono 2195026
E-mail: revistadebates@udea.edu.co
Índice
6
Una invitación para el debate
Hernando Londoño Berrío
Juan Carlos Arenas Gómez
Debates políticos sobre justicia transicional: a propósito
8 de las tensiones sobre la JEP
Gabriel Ignacio Gómez Sánchez

La Constitución y el derecho en transición. Comentarios


16 sobre la justicia de transición en el marco de la implementación
del Acuerdo del Teatro Colón
María Cristina Gómez y Derzu Pérez Figueroa

26 El gobierno desestabilizador del Acuerdo


Adrián Restrepo Parra

34 La paz y la JEP en el Plan Nacional de Desarrollo (2018-2022)


Germán Darío Valencia Agudelo

44 Atacar a la JEP para invisibilizar el Acuerdo


Julio González Zapata

La guerra no, pero esta sí. La ‘paz verdadera’ en el discurso

50 de oposición a la JEP
Diana Patricia Higuita Peña

58
El odio como estrategia. El estado de opinión contra la JEP
Juan Carlos Arenas Gómez

66
Los duelos colectivos: entre la memoria y la reparación
María Teresa Uribe de Hincapié

86
Los laberintos de la paz y la reconciliación
Grupo de investigación en Violencia Urbana

Peligros de la reforma rural integral (punto uno del Acuerdo


96 de Paz de La Habana) en el gobierno de Iván Duque
María Rocío Bedoya Bedoya

106 Por una política vincular


María Ochoa Sierra

Transición(es) política(s) y paz territorial “La paz territorial


116 como dispositivo transicional”
Gloria Naranjo Giraldo

126
Para la vida todo, nada para la muerte
Hernando León Londoño Berrío

¿Cómo justifica su ser social la Universidad?: una lectura pedagógica

134 del Estatuto General de la Universidad de Antioquia


Elvia María González Agudelo
Alejandro Hurtado
Una
Este conjunto de eventos propició que hacia los territorios, sobre los centenares de
el Claustro, que reunió profesores de la Fa- asesinatos de líderes sociales que siguen mar-
cultad de Derecho y Ciencias Políticas y del cando cotidianamente la política colombiana,

invitación
Instituto de Estudios Políticos de la Univer- que muestra ante estos hechos dolorosos una
sidad de Antioquia, decidiera participar en indolencia institucional que no parece tener
el debate con reflexiones interdisciplinarias límites y que nos pone de nuevo frente a “los

para el
que abarcaran los temas de mayor relevancia, laberintos de la paz y la reconciliación”.
en procura de facilitar tanto una mejor com- Finalmente, como un golpe de suerte, uno
prensión del conflicto, como la valoración de los colaboradores del dossier recordó la pu-
crítica de la pluralidad de discursos y hechos blicación de una conferencia de la profesora

debate
que en este campo se vienen produciendo. María Teresa Uribe, escrita a propósito de la im-
Los artículos que ponemos a consideración plementación de la Ley de Justicia y Paz, y que
de la opinión pública fueron el resultado de llama la atención sobre el lugar de las víctimas,
un esfuerzo en el que cada uno trató de plan- sobre los oficios de la memoria y sobre los re-
Hernando Londoño Berrío tear, desde su experticia y desde las sensibi- tos sociales y políticos de la reconciliación des-
Profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas lidades que despierta el momento histórico pués de largos años de conflictos sangrientos.
Juan Carlos Arenas Gómez por el que atravesamos, su visión de los pro- Nos pareció oportuno —y un buen homenaje—
Profesor del Instituto de Estudios Políticos blemas que afronta el país y la inquietud de si, que sus palabras articularan los dos conjuntos
como sociedad, vamos a estar a la altura del de reflexiones que reúne el dossier.
reto que ha puesto ante nosotros la historia.
Este propósito coincide con la razón de
Desde el inicio del gobierno del presidente ser de la revista DEBATES, la cual ha estado
Duque se han producido acontecimientos dedicada a prohijar en sus páginas, análisis
que generan una profunda polarización y opiniones serias y responsables, sobre te-
respecto de las políticas e instituciones mas actuales y de relevancia social, cultural
creadas en el marco del Acuerdo final y política. Comprometidos como universita-
“Para la terminación del conflicto y la rios, hacemos manifiestos nuestros puntos
construcción de una paz estable y dura- de vista, como una invitación para que se in-
dera”, suscrito entre el Estado colombiano crementen los espacios de discusión razona-
y las Farc- EP. Entre ellos, sobresalen las ble e informada, que mantengan una actitud
objeciones que el presidente Duque pre- crítica que no olvide reconocer la humanidad
sentara a la Ley Estatutaria de la Jurisdic- del otro que piensa diferente.
ción Especial para la Paz; la intromisión Este dossier está dividido en dos grandes
directa de Estados Unidos, en particular, bloques. El primer conjunto de artículos abor-
la presión ejercida sobre congresistas y da diversos puntos de vista sobre la JEP, sobre
magistrados de las altas cortes de Colom- las tensiones políticas que han rodeado su im-
bia, abocados a decidir asuntos transcen- plementación, sobre los dilemas que la justi-
dentales relacionados con el Acuerdo; las cia tiene que resolver en medio de una transi-
amenazas de extradición contra exgue- ción indecisa, sobre los climas de opinión que
rrilleros en proceso de reincorporación; alientan posiciones radicalizadas y sobre la
previsión de estos asuntos en el Plan Nacional
las graves y sistemáticas expresiones de
de Desarrollo aprobado para el cuatrienio.
violencia contra desmovilizados y líde-
El segundo bloque enfoca su atención en
res y lideresas de las organizaciones y
otros asuntos centrales del proceso de paz,
movimientos que luchan por la defensa y presenta un panorama sobre los tropiezos en
protección de los derechos humanos; así la implementación del acuerdo sobre tierras
mismo, la denuncia, desde diversas orillas y desarrollo rural, plantea un debate sobre la
de la falta de voluntad política para hacer comprensión que tenemos de violencia sexual
viable la implementación de diversos en contextos bélicos, sobre los retos que supo-
puntos del acuerdo referido. ne la transición cuando uno dirige la mirada
D
ebates
políticos
sobre justicia
transicional:
a propósito de las tensiones
sobre la JEP
Gabriel Ignacio Gómez
Profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas
Universidad de Antioquia
gabriel.gomez@udea.edu.co
1
R
ecientemente, con ocasión de las objeciones
presidenciales al proyecto de ley estatutaria de
la JEP, y de algunas decisiones judiciales, se ha
buscado crear un ambiente adverso a la imple-
mentación del proceso de paz, los mecanismos
de justicia transicional y las cortes. Sin embar-
go, estos debates no son nuevos, hacen parte de
una tensión política que ha estado presente en
las discusiones sobre la comprensión de la vio-
lencia en Colombia, de los mecanismos de jus-
ticia transicional y de la función del derecho en
estos procesos. Este artículo busca ofrecer ele-
mentos de juicio para comprender estos deba-
tes y, para tal efecto, se exponen, inicialmente,
unas ideas generales sobre la justicia transicio-
nal; posteriormente, se explican las caracterís-
ticas específicas del caso colombiano, y luego
se describen brevemente los debates sobre los
mecanismos de justicia transicional en el con-
texto reciente.

1. Unas ideas generales sobre la justicia


transicional
La justicia transicional es un término que se
acuñó internacionalmente en el contexto de la
finalización de la guerra fría y de un conjunto
de cambios políticos que se experimentaron du-
rante la década del noventa. En principio, estas
transformaciones comenzaron a abordarse des-
de la perspectiva de los estudios de transición a

1
Resultados parciales de la investigación Transición y construcción de paz en Antioquia, financiada por el Centro de Investiga-
ciones de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia.
que padecieron de violencia masiva, comen- Un tercer momento, que inició en el año un conflicto armado y la condición de delin-
10 zaron a ensayarse diferentes respuestas a las
demandas de justicia. El conjunto de meca-
2012, tiene que ver con el proceso de paz en-
tre el Gobierno Nacional y las Farc. Se trató
cuentes políticos a las Farc. En consecuencia,
se adoptaba una especie de maximalismo se-
nismos que se crearon (amnistías, tribunales, de una negociación política bastante larga y lectivo que exigía la mayor retribución para
comisiones de la verdad, mecanismos de re- difícil que, luego de cuatro años de conversa- las Farc, pero un trato privilegiado para los
paración, etc.) respondía a las necesidades y ciones, logró un acuerdo de paz con la gue- agentes estatales. En segundo lugar, la postu-
desafíos de cada sociedad. Luego de más de rrilla más antigua del continente y dio fin a ra de las Farc, más minimalista en términos
tres décadas de experiencias sobre justicia un ciclo de violencias que se había iniciado de justicia, buscaba inicialmente represen-
transicional, queda claro que no hay fórmu- desde la década del sesenta. Como parte de tarse como organización rebelde que ejercía
la democracia liberal. Pero posteriormente, las únicas, ni universales. Sin embargo, para los acuerdos, en el punto 5 del Acuerdo Final el derecho de resistencia, que rechazaba la
los activistas y académicos observaron que, el análisis del caso colombiano, deben tener- (AF) se diseñó el Sistema integral de verdad, legitimidad del Estado para juzgar sus actos
adicionalmente a la búsqueda de democracia, se en cuenta dos lecciones de los estudios justicia, reparación y no repetición (SIVJR- y que, por tal razón, debía obtener amnistías
también surgían intensos reclamos de justi- comparados. En primer lugar, es necesario NR), del cual hacen parte varias institucio- generosas. Y, finalmente, un conjunto vario-

Debates políticos sobre justicia transicional: a propósito de las tensiones sobre la JEP
cia frente a las múltiples formas de violencia. diferenciar entre las transiciones de las dic- nes como la Comisión de Esclarecimiento de pinto de posturas intermedias que buscaban
Se hizo evidente entonces una tensión muy taduras a las democracias, y las transiciones la Verdad (CEV), la Unidad de Búsqueda de encontrar una solución negociada al conflic-
compleja entre la búsqueda de un cambio de la guerra a la paz; y en segundo lugar, en Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), la to y que exploraban mecanismos de justicia
político que procuraba garantizar la paz, la casos de conflicto armado interno, es impor- Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y los transicional para balancear la tensión entre
convivencia y la democracia, y los reclamos tante prestar atención a la recomposición de mecanismos de reparación. la búsqueda de la paz y la satisfacción de
de justicia por parte de los diferentes grupos los lazos sociales fracturados por la guerra. En resumen, no puede perderse de vista el los derechos de las víctimas. Esta tendencia
de víctimas de la atrocidad masiva. Por tal ra- hecho de que haber llegado al diseño de estas intermedia, a su vez, mostraba tensiones in-
zón, se comenzó a hablar de justicia en tiem- 2. La especificidad del caso colombiano instituciones fue el resultado de una nego- ternas entre orientaciones maximalistas que
pos de transición o justicia transicional. ciación política que se daba en un contexto buscaban mayores niveles de justicia retribu-
Ahora bien, en el campo de la justicia En cuanto al contexto colombiano, hay que de conflicto armado de larga duración y en tiva de acuerdo con los estándares del DIDH
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

transicional hay dos aspectos que merecen recordar que es un caso especial en el con- el que no había vencedores ni vencidos. Ade- y el DPI, y perspectivas moderadas que, con
atención: en primer lugar, las relaciones en- texto latinoamericano. No es propiamente más, estaban en juego diferentes concepcio- base en principios del DIH y de justicia res-
tre el derecho y la política y, en segundo lugar, una experiencia de transición de dictadura a nes sobre la forma de resolver el conflicto y la taurativa, exploraban un diseño que permi-
la importancia de los contextos en el diseño democracia, como ocurrió en el Cono Sur; ni manera de lograr el mayor nivel de respeto a tiera llegar a un acuerdo con base en menor
de los mecanismos. Con respecto al primer es una transición de la guerra a la paz como los derechos de las víctimas. nivel de retribución y mayor grado de com-
aspecto, para la década del noventa los cam- sucedió en Centro América en la década del
promiso con la verdad, la reparación y la no
bios políticos y las movilizaciones de acti- noventa. Se trata de un caso complejo de
3. Los debates políticos recientes sobre repetición (Gómez, 2017).
vistas transnacionales llevaron a replantear transiciones parciales de conflicto armado
los mecanismos de justicia transicional en
DEBATES

las relaciones entre la política y el derecho, hacia la paz, que ha tenido diferentes actores,
Colombia La refrendación: la construcción del mie-
de acuerdo con una perspectiva liberal. En momentos y expresiones institucionales.
do y del odio
tal sentido, el derecho debería ser un límite Un primer momento tuvo que ver con la
efectivo de la fuerza. Esta orientación con- desmovilización de los grupos paramilitares En esta parte se hará referencia a los princi-
pales debates políticos sobre los mecanismos Con posterioridad a la terminación de
trastaba con el realismo político que había entre 2003 y 2006, y el conjunto de mecanis-
predominado en las décadas anteriores, de mos que se diseñaron. Como resultado de de justicia transicional en los diferentes mo- las negociaciones a mediados de 2016, de-
acuerdo con el cual las relaciones de poder, estas negociaciones se expidió la Ley 975 de mentos del proceso de paz: la negociación, la bía continuarse con el proceso de refrenda-
los intereses y la fuerza, se imponían sobre el 2005 (Ley de Justicia y Paz), mediante la cual refrendación, y la implementación. ción del AF. Se trató de un periodo bastante
derecho y sobre la racionalidad ética y jurídi- se creó la Jurisdicción de Justicia y Paz. Un paradójico. En el escenario internacional se
ca. No es extraño entonces que para finales segundo momento se dio entre 2007 y 2011, En el acuerdo de paz
del siglo XX hubiera un mayor protagonismo y se caracterizó por la movilización de las
del derecho internacional de los derechos organizaciones de derechos humanos para Cabe recordar que con respecto al pun-
humanos y se crearan nuevos instrumentos promover un marco jurídico en favor de las to quinto del AF se presentaron, al menos,
contra la impunidad. víctimas. Esta movilización crearía las condi-
tres posturas políticamente diferenciables.
En cuanto al segundo aspecto, el carácter ciones de posibilidad para que se expidiera la
En primer lugar, un sector de oposición al
contextual de la justicia transicional, debe te- Ley 1448 de 2011, más conocida como Ley de
proceso de paz, que negaba la existencia de
nerse en cuenta que en el caso de sociedades Víctimas y Restitución de Tierras.
emociones negativas, en lugar de promover no es posible aplicar dispositivos basados diferentes para llevar los casos de miembros
12 espacios de deliberación argumentada. Ante
los resultados negativos del plebiscito, en las
principalmente en justicia retributiva (pri-
sión), sino que era necesario explorar una
de la fuerza pública.
Estos debates no fueron solamente de or-
semanas siguientes, vino un intenso periodo concepción que satisfaciera los derechos de den político, sino que tuvieron que pasar por
de movilizaciones sociales, de acercamientos las víctimas y que permitiera también esta- el escrutinio de la Corte Constitucional. En
entre el gobierno y los promotores del NO, y fi- blecer sanciones restaurativas y reparadoras. efecto, correspondió a la Corte Constitucio-
nalmente, un proceso de reajuste al AF. En el Además, estos mecanismos, incluida la JEP, nal conocer del control automático del Acto
proceso de re-negociación entre los negocia- debían incluir a todos los actores que habían Legislativo 01 de 2017 (Corte Constitucional,
dores del Gobierno y de las Farc se introdu- participado en el conflicto armado. Del otro 2017), así como del proyecto de Ley Estatutaria
jeron múltiples precisiones, que respondían lado, sectores de derecha, liderados por el de la JEP (Corte Constitucional, 2018). La Cor-
interpretaba como un hito muy significativo
a buena parte de las objeciones realizadas Centro Democrático y respaldados por algu- te Constitucional, contrario a lo que pretendía
y esperanzador el hecho de que se hubiera
por los líderes de la campaña del NO (Gobier- nos gremios, sectores económicos y asocia- la oposición, consideró que el Acto Legislati-
llegado a un acuerdo entre la guerrilla más
no Nacional, 2016). Sin embargo, era imposi- ciones de militares en retiro, han sostenido vo que incorporaba el SIVJRNR en la Consti-
antigua del continente y el Estado colombia-

Debates políticos sobre justicia transicional: a propósito de las tensiones sobre la JEP
ble cruzar dos líneas rojas: la imposición de que los mecanismos aplicables debían diri- tución, no sustituía la Constitución, sino que
no. En La Habana, las partes habían logrado
penas privativas de la libertad y eliminar la girse exclusivamente en contra de las Farc y permitía desarrollar precisamente valores
transformar sus posturas iniciales y llegar a
representación política. Por último, el nuevo basarse principalmente en la imposición de constitucionales como la paz y los derechos
fórmulas que permitieran construir un futu-
acuerdo se firmó el 24 de noviembre y se re- sanciones privativas de la libertad. de las víctimas. Posteriormente, con ocasión
ro diferente en una sociedad que había sufri-
frendó en el Congreso en diciembre de 2016. En este sentido, los debates a lo largo de la de la decisión de la Ley Estatutaria, la Corte
do tanta violencia. Sin embargo, tal como lo
implementación mostraron, en un comienzo, consideró que la mayor parte de su articulado
sostiene Francisco de Roux (2018), el nivel de
La implementación: la JEP frente a las el apoyo de las fuerzas políticas del Congreso se ajustaba a la Constitución. No obstante, en
transformación subjetiva de los negociadores estrategias de deslegitimación y reforma al proceso de paz. Esto permitió entonces el este fallo, se declararon inconstitucionales
y de consenso sobre los acuerdos, no se tradu-
avance en la expedición del Acto Legislativo las disposiciones que introducían nuevas in-
jo de igual forma en la sociedad colombiana. Con posterioridad a la refrendación, le co- 01 de 2017. Posteriormente, en el segundo se- habilidades para ocupar cargos de magistra-
Debido al carácter reservado que tuvieron
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

rrespondió al Congreso de la República desa- mestre de 2017, los debates se tornaron más dos ante la JEP. Posteriormente, en 2018, ante
las negociaciones por varios años, así como
rrollar el marco normativo para la implemen- intensos con ocasión de la selección de los in- la demanda de inconstitucionalidad presen-
las deficiencias en los procesos de pedagogía
tación del AF. En primer lugar, era necesario tegrantes de la JEP, la CEV y de la UBPD; y de la tada por Dejusticia y la Comisión Colombiana
social sobre los acuerdos, quedó un espacio
hacer una reforma constitucional que per- discusión de la Ley Estatutaria de la JEP. En un de Juristas, la Corte Constitucional declaró
para que los opositores al proceso de paz
mitiera simplificar los trámites de reformas entorno político afectado por la campaña pre- inconstitucional las reformas introducidas
construyeran imaginarios sociales basados en
constitucionales y legales que desarrollaran sidencial de 2018, la oposición a la JEP se hizo por el Centro Democrático orientadas a pro-
el miedo y el odio. En consecuencia, la socie-
el AF (Acto Legislativo 01 de 2016). Luego, era más intensa. En el Congreso, esta oposición hibir la práctica de pruebas en casos de ex-
dad colombiana comenzó a experimentar una
necesario: incorporar el contenido del AF so- fue liderada por el Centro Democrático y re- tradición y las normas que daban un trato pri-
DEBATES

fuerte división entre quienes promovían el re-


forzada, posteriormente, por Cambio Radical. vilegiado a los miembros de la fuerza pública
chazo, o al menos la desconfianza, ante cada bre justicia transicional en la Constitución
Estos partidos mostraron su discrepancia con (Corte Constitucional, 2019).
nuevo punto acordado, y quienes defendían (Acto Legislativo 01 de 2017); expedir una Ley
la selección de los magistrados y promovieron
con moderado optimismo los acuerdos logra- Estatutaria para la JEP, y finalmente, diseñar
reformas orientadas a que defensores de dere-
dos. Los opositores al proceso de paz crearon el procedimiento de la JEP (Ley 1922 de 2018).
chos humanos no pudieran integrar la JEP y a
imaginarios negativos según los cuales los Sin embargo, la creación de estas bases
que los terceros civiles no fueran obligados a
mecanismos de justicia transicional promo- institucionales no ha sido pacífica. Por el comparecer a este tribunal.
verían la impunidad al no establecer como contrario, ha mostrado a lo largo de estos dos Luego en 2018, con ocasión de los deba-
dispositivo fundamental la pena de prisión
años y medio una fuerte tensión entre dos tes sobre el proyecto de ley de procedimiento
para los comandantes de las antiguas Farc.
posturas políticas relativamente identifica- de la JEP, emergieron dos nuevos puntos de
Esta división se dejó ver con más intensi- discusión. En primer lugar, ante la captura
bles y que ya existían con anterioridad. De un
dad en la campaña previa al plebiscito del 2 de con fines de extradición de Jesús Santrich,
lado, una orientación que apoya el AF y los
octubre de 2016. Pero, adicionalmente, quedó el Centro Democrático propuso que la JEP no
en evidencia la estrategia de los promotores mecanismos de justicia transicional allí pac-
pudiera evaluar pruebas; y, en segundo lugar,
del NO por desarrollar una campaña mediá- tados. Esta perspectiva considera que, dadas este mismo partido propuso que se creara
tica orientada a exacerbar sentimientos y las características del contexto colombiano, una sala especial compuesta por magistrados
consideró que las objeciones presidenciales Recuperado de:
14 fueron rechazadas en el Congreso. http://equipopazgobierno.presidencia.gov.co/
Documents/cambios-precisiones-ajus-
Reflexiones finales tes-nuevo-acuerdo-final-termina-
cion-conflicto-construccion-paz-esta-
De acuerdo con lo expuesto, dadas las carac- ble-duradera.pdf
terísticas del caso colombiano, no era facti-
ble políticamente hacer un diseño de justicia Sentencias Corte Constitucional
transicional basado en dispositivos de justi-
cia retributiva. Adicionalmente, la fuerte divi- CORTE CONSTITUCIONAL. (2017). Sentencia
El contrataque a la JEP y a las cortes
sión política de la sociedad colombiana hace C-674. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pé-
que los mecanismos de justicia transicional rez.
En el primer semestre de 2019 varios he-
estén sometidos a una intensa disputa, ya sea CORTE CONSTITUCIONAL. (2018). Sentencia
chos habrían de crear un nuevo ambiente po-

Debates políticos sobre justicia transicional: a propósito de las tensiones sobre la JEP
para promover el esclarecimiento de la ver- C-080. M.P. Antonio José Lizarazo.
lítico. En primer lugar, en el mes de marzo el
dad, la reparación y la reconstrucción de los CORTE CONSTITUCIONAL. (2019). Sentencia
presidente Duque anunció que, en nombre de
lazos sociales; o ya sea para convertirlos en C- 112. M.P. José Fernando Reyes Cuartas.
la unidad del pueblo colombiano, haría seis
instrumentos de combate.
objeciones y promovería algunas reformas.
Así mismo, queda en evidencia que la de-
Sin embargo, el efecto político que generó fue
recha más radical, representada por el Centro
totalmente contrario, intensificar la división
Democrático, no solamente tiene una fuerte
política en Colombia. Además, estas objecio-
animadversión a la solución negociada del
nes, más que presentar argumentos de incon-
conflicto, sino un alto desprecio por el dere-
veniencia política, eran cuestionamientos
cho y las cortes como límites del poder. Los
a la interpretación constitucional que había
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

intentos por reformar o destruir la JEP, las


hecho la Corte en la sentencia C-080 de 2018.
presiones en contra de las altas cortes, y los
Dicho en otras palabras, las objeciones, no
llamados a asambleas constituyentes, mues-
solo evidenciaban el interés por reformar la
tran la intención por erosionar los principios
JEP, sino que dejaban ver una postura política
del Estado Social de Derecho, de construir
que no admite los límites del derecho frente
una administración de justicia subordinada
al ejercicio del poder.
a al poder y, si se da la oportunidad, refundar
En segundo lugar, ante el rechazo de las
la patria.
DEBATES

objeciones en el Congreso, nuevas presiones


se dejaron ver en contra de las cortes. Ini-
cialmente, la Embajada de Estados Unidos
Bibliografía
revocó las visas de un congresista y varios
DE ROUX, Francisco. (2018). La audacia de la
magistrados. Luego, el 15 de mayo de 2019,
ante la decisión de la JEP de otorgar la garan-
paz imperfecta. Ariel: Bogotá.
GÓMEZ, Gabriel Ignacio. (2017). Entre el casti-
tía de no extradición a Jesús Santrich, y de
go y la reconciliación. Análisis sociojurí-
la renuncia oportunista de Néstor Humberto
dico del proceso de paz y la negociación
Martínez como Fiscal General, el Centro De-
del Acuerdo sobre las Víctimas del Con-
mocrático aprovechó el momento para refor-
flicto. Estudios Políticos (Universidad de
zar imaginarios sociales negativos sobre el
Antioquia), 50, pp. 236-256.
proceso de paz y las cortes. Pero a pesar de
GOBIERNO NACIONAL. (2016). Cambios, pre-
la presión política, el 29 de mayo se tomaron
dos decisiones muy significativas: 1) la Corte
cisiones y ajustes para un nuevo acuer-
Suprema ordenó nuevamente la libertad de
do final para la terminación y la cons-
Jesús Santrich y, 2) la Corte Constitucional
trucción de una paz estable y duradera.
L
a Constitución
y el derecho
en transición
Comentarios sobre la justicia de transición en
el marco de la implementación del Acuerdo del
Teatro Colón

María Cristina Gómez Isaza


Profesora de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas
mcristina.gomez@udea.edu.co

Derzu Pérez Figueroa


Profesora de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas
derzu.perez@udea.edu.co
Universidad de Antioquia
1. La justicia transicional

E
n nuestra historia inmediata tenemos tres eta-
pas referentes a la consagración normativa de
la justicia transicional en Colombia: la Ley de
Justicia y Paz (Ley 975 de 2005), el Acto legis-
lativo N°. 1 de 2012 y el Acto legislativo N°. 1 de
2017, este último, desarrollo normativo directo
del Acuerdo del Teatro Colón.
La definición de esta justicia en estas consa-
graciones es dilemática, se mantiene en continua
tensión, en medio de un contexto político y social
en el que aún no existe acuerdo hacia la transi-
ción (Orozco, 2005). Los dilemas que advertimos
son de tipo temporal, institucional y político:
El dilema temporal se encuentra en la con-
frontación del pasado de violencia en el presen-
te que busca proyectar un futuro sin conflicto
armado. El dilema institucional se explica por la
coexistencia de dos instituciones que adminis-
tran justicia: la transicional y la ordinaria; de la
misma manera, en cuanto a los órganos de in-
vestigación: la Fiscalía General de la Nación y la
Unidad de Investigación y Acusación adscrita
a la Justicia Especial para la Paz. El dilema po-
lítico se observa en la limitación del Estado de
su obligación de persecución de los delitos y los
crímenes ocurridos durante el conflicto arma-
do que debe centrase en los máximos respon-
sables y flexibilizarse conforme a una cesión
hecha a los integrantes de las Farc para lograr
el Acuerdo Final.
Estos dilemas los pretende resolver la justi-
cia transicional en defensa de los derechos de
las víctimas del conflicto, a la verdad, la repara-
ción y no repetición, la terminación del conflicto y la construcción En la segunda etapa, con la regulación del Acto Legislativo N°. 1
de una paz estable y duradera. de 2012 o Marco Jurídico para la Paz, aparece el concepto de justicia
Esta justicia pretende que los actores del conflicto, una vez ha- transicional en nuestro país, diferente al de justicia restaurativa es-
yan suscrito el acuerdo final cumplan con la verdad plena, la repara- tablecida en la Ley de Justicia y Paz, un modelo cuyo propósito es el
ción, reconstruyan la memoria, se comprometan con no continuar de crear condiciones para la finalización del conflicto.
con la lucha armada y buscar la reconciliación y el perdón. Para el denominado Marco Jurídico para la Paz, la justicia tran-
Un adecuado entendimiento de dichos dilemas puede ser logra- sicional se caracteriza por su temporalidad, su finalidad de facili-
do a partir de una comprensión de la noción de justicia transicional. tación de la terminación del conflicto armado y la construcción de
Al respecto, el Secretario de las Naciones Unidas definió la justicia paz, además de la garantía —en mayor nivel posible— de los dere-
transicional como una justicia que abarca variedad de procesos y chos de las víctimas a la verdad, a la justicia y a la reparación (artí-
mecanismos asociados con los intentos de una sociedad por resol- culo 1, Acto Legislativo N° 1 de 2012).
ver los problemas derivados de un pasado de abusos a gran escala, La tercera etapa la constituye el Acto Legislativo N°. 1 de 2017.
a fin de que los responsables rindan cuentas de sus actos, servir a Tal reforma fue un compromiso asumido por el gobierno con las
la justicia y lograr la reconciliación (ONU, 2014). En el ámbito dog- Farc-EP en el punto quinto del Acuerdo Final, y es allí donde se en-
mático recurrimos a Eser, quien entiende por justicia transicional a: cuentra la definición que será desarrollada posteriormente. Dice el
Acuerdo Final:

La Constitución y el derecho en transición


… la transición de injusticia a justicia, la generación de
justicia en la medida en que se logra el resarcimiento La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), es una ju-
de las víctimas y de los autores de los crímenes que re- risdicción especial que ejerce funciones judiciales de
ciben el equivalente desvalor de sus actos, con el fin de manera autónoma y preferente sobre los asuntos de su
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

sentar los fundamentos para una futura vida pacífica competencia, en especial respecto de conductas consi-
en comunidad. (2018, p. 36) deradas graves infracciones al Derecho Internacional
Humanitario o graves violaciones a los derechos (p. 145).
Los instrumentos utilizados por esa justicia, según Reyes (2018),
deben ser adecuados para conocer la verdad, tener la seguridad de que El Acto Legislativo N°. 1 de 2017 creará el Sistema integral de ver-
las víctimas van a ser reparadas de manera oportuna y contar con la dad, justicia, reparación y no repetición, conforme a lo establecido en el
Acuerdo Final y es en el artículo 5 transitorio en el que definirá la Jus-
garantía de que los crímenes cometidos en desarrollo de este conflicto
ticia Especial para la Paz (JEP), como un elemento de dicho sistema.
DEBATES

no volverán a repetirse; estos cometidos son procesos de superación

18 19
La JEP se caracteriza por su temporalidad y por ser una juris-
o elaboración del pasado; en definitiva este modelo se orienta a lograr dicción preferente y exclusiva. Administrará la justicia transicional
una justicia de contenido predominantemente restaurativo, distinta al durante 10 años prorrogables por 10 años más (20 años); debe deci-
retributivo que caracteriza la justicia penal ordinaria. dir sobre los delitos cometidos en razón o por causa directa o indi-
En cuanto a la adopción de dichos mecanismos, en Colombia recta con el conflicto armado, respecto de conductas consideradas
graves violaciones al Derecho Internacional Humanitario —DIH— o
podemos contemplar tres etapas de acuerdo con los instrumentos
graves violaciones a los derechos humanos, antes del 1°. de diciem-
normativos que integran diferentes modelos de justicia transicio-
bre de 2016; además mantiene su competencia preferente para el
nal al ordenamiento nacional. conocimiento de los delitos de ejecución permanente que hayan
La primera etapa de acercamiento a esta justicia se dio con la comenzado antes del 1°. de diciembre de 2016; así mismo el artículo
promulgación de la Ley 975 de 2005, conocida como Ley de Justi- transitorio 6 determina que prevalece la JEP sobre las actuaciones
cia y Paz. En este proceso se hizo especial énfasis en el cambio del penales disciplinarias o administrativas de los funcionarios públi-
concepto de castigo desde su contenido retributivo a un contenido cos, cometidas con ocasión por causa o en relación directa o indi-
restaurativo (Uprimny & Safón, 2005). recta con el conflicto armado.
Los objetivos de esta Jurisdicción son: satisfacer los derechos ten en normas que pueden limitar el éxito de posibles acuerdos en-
de las víctimas a la justicia; ofrecer verdad a la sociedad colombia- tre el Estado y el grupo armado, y por ello aparece como solución la
na; proteger los derechos de las víctimas a la reparación y no repe- existencia de la justicia transicional con sus mecanismos jurídicos
tición; contribuir al logro de la paz estable y duradera, y sus decisio- y políticos para lograr fórmulas de acuerdo que permitan la finaliza-
nes deben otorgar seguridad jurídica a quienes participaron en el ción del conflicto con relativos niveles de justicia.
conflicto armado y se acogen a la justicia transicional. De los cinco Entre los mecanismos jurídicos se encuentran las leyes de am-
objetivos de la jurisdicción prevalecen los derechos de las víctimas, nistías e indultos, regulación de procesos judiciales penales con limi-
dotando a tres de ellos de su contenido. tación de la acción penal y el deber de perseguir los delitos de parte
La competencia personal o los sujetos en los que recae esta ju- del Estado; entre los mecanismos políticos se encuentran los acuer-
risdicción se define bajo la figura de la condicionalidad: pues se po- dos de fin del conflicto, medidas indemnizatorias, medidas simbó-
drán someter a la misma si garantizan los derechos de las víctimas. licas de reparación, peticiones de perdón, entre otros. (Ardila, 2006).
Los sujetos que se quieran acoger a la JEP deben aportar verdad La pregunta sobre el tipo de derecho que aplica esta justicia tran-
plena, reparar a las víctimas y garantizar la no repetición; es por ello sicional es una pregunta pertinente. En el caso colombiano aparece
que el criterio denominado “principio de garantía de los derechos nuestra tradición de leyes, además de nuestra creencia en el de-
de las víctimas” determina el contenido competencial de carácter recho y en su capacidad de transformar la realidad personal para
personal de esta jurisdicción. construir un derecho transicional propio en el marco del Acuerdo

La Constitución y el derecho en transición


Frente a los excombatientes, sólo aplica la JEP a aquellas per- Final entre el Estado colombiano y las Farc-EP.
sonas que suscribieron el Acuerdo Final con el Gobierno Nacional Entre el vasto conjunto de normativas que permitieron y resulta-
y que hayan entregado las armas; al igual que los terceros intervi- ron del proceso de negociación, acuerdo e implementación de éste,
nientes, que conforme al artículo 16 transitorio no formaron parte encontramos varios actos legislativos, leyes y sentencias de consti-
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

de las organizaciones o grupos armados, pero que contribuyeron de tucionalidad que componen un derecho transicional. El fundamen-
manera directa o indirecta a la comisión de delitos en el marco del to y justificación de este derecho es la existencia de un acuerdo de
conflicto, si cumplen las condiciones de verdad, reparación y no paz que busca la terminación del conflicto y en el reconocimiento
repetición a las víctimas. de las víctimas del conflicto como ciudadanos con derechos a la
A su vez, el artículo 17 transitorio del Acto Legislativo N°. 1 de verdad, a la reparación y a la no repetición como eje central de los
2017 establece que los agentes del Estado comprometidos en he- mecanismos de justicia transicional.
chos relacionados con el conflicto armado y con ocasión de este, se El cuerpo normativo que constituye este derecho, específica-
podrán acoger a la JEP y a éstos se les aplicará en forma diferencia- mente en lo atinente a la justicia transicional y que le sirve de refe-
DEBATES

20 21
da, por medio de un tratamiento equitativo, equilibrado, simultaneo rencia a las decisiones de la JEP, consta de un numeroso conjunto
y simétrico las normas de justicia transicional. de disposiciones, empezando por la Constitución, el Acuerdo Final
(entendido como fuente normativa indirecta en razón de su uso
2. El derecho transicional como categoría explicativa de la como parámetro de constitucionalidad de las normas que imple-
implementación del Acuerdo del Teatro Colón mentan el Acuerdo), el Código Penal, los Actos Legislativos N°. 1 de
2012, N°. 1 de 2017, además de la Ley de procedimiento de la JEP, la
En medio de un conflicto armado aparece el derecho internacional Ley de amnistía e indulto, y se espera que se integre, además, la Ley
de los derechos humanos, el derecho internacional humanitario y Estatutaria de la Justicia Especial de Paz.
el derecho penal internacional como los regímenes normativos que La Constitución aporta el valor de la paz desde su preámbulo y el
regulan las conductas punibles en el estado de barbarie: la guerra; derecho a la paz en el artículo 22, además de normas de integración
este conjunto de regulaciones internacionales son instrumentos de del derecho internacional de derechos humanos en el artículo 93,
prevención o sanción en medio de los conflictos armados. así como la constitucionalización de la justicia transicional creada
En procesos de negociación para la finalización de la guerra, mediante el Acto Legislativo N°. 1 de 2012.
tanto el derecho interno como el derecho internacional se convier- El Acuerdo Final se constituye en el marco de referencia del con-
trol constitucional automático al que están sujetas las normas pro- lo establecido en el mismo Acuerdo y a lo aprobado por el Congreso
ducto del procedimiento especial legislativo contemplado en el Acto en el Acto Legislativo N°. 2 de 2017; dicho Acuerdo, además de ser
Legislativo 01 de 2016, así como de cualquier acto que lo desarrolle, derecho, está dotado de precisas condiciones sustantivas y tempo-
aun por fuera del procedimiento aludido. El Acuerdo Final habla de rales de estabilidad jurídica por el referido acto reformatorio.
los marcos jurídicos de referencia que debe utilizar la JEP como En la sentencia C- 630 de 2017 se establece un “blindaje especial”
sustento de sus decisiones: el derecho internacional en materia de para el Acuerdo, pues no se permitirá que los tratamientos otorga-
derechos humanos, el derecho internacional humanitario y el dere- dos a agentes del Estado o a otras personas por conductas rela-
cho penal internacional. Para calificar las conductas se basará en el cionadas directa o indirectamente con el conflicto armado, fueran
Código Penal Colombiano, DIDH, DIH, el derecho penal internacional combatientes o no combatientes, sean desconocidas por regulacio-
—DPI— con la aplicación obligatoria del principio de favorabilidad. nes jurídicas posteriores.
El Acuerdo Final establecerá el contenido de los derechos de las Conforme a una interpretación propia, este pronunciamiento,
víctimas, como contenido material del derecho que regule la transi- según el cual el Acuerdo final es derecho, incorporado al orden jurí-
ción del conflicto al posconflicto. Estos son: dico conforme a lo establecido en el derecho constitucional transi-
cional, dota de contenido a todas las regulaciones que lo implemen-
a. El derecho a la verdad plena: significa relatar de manera ten y tiene además un blindaje especial de seguridad jurídica y un
exhaustiva y detallada las conductas cometidas y las circuns-

La Constitución y el derecho en transición


sentido adicional de seguridad política, pues no puede ser descono-
tancias de su comisión, así como las informaciones necesarias cido por los gobiernos siguientes.
y suficientes para atribuir responsabilidades, para así garanti-
zar la satisfacción de los derechos de las víctimas a la repara- 3. La Constitución como lugar de posibilidad del derecho transicio-
ción y a la no repetición (p. 146). nal hacia la paz
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

b. El derecho a la reparación integral: esta debe ser ga-


rantizada por el Estado de manera integral, adecuada, diferen- La confianza en la Constitución y en el derecho ha convivido con
ciada y efectiva, priorizando la distribución de las medidas de la práctica política de ser utilizados como instrumentos para crear,
reparación entre las víctimas, teniendo en cuenta el universo
sofocar e invisibilizar conflictos.
de víctimas del conflicto armado y buscando la igualdad en el
Quienes enseñamos la Constitución y el derecho en Colombia
acceso y la equidad en la distribución de los recursos disponi-
nos vemos abocados a explicar que su origen no es el de los acuer-
bles, dando preferencia en la atención a los sujetos de especial
dos, que tanto la Constitución como el derecho no son ganancias
protección constitucional.
DEBATES

políticas que surgen en medio de confrontaciones y debates respe-

22 23
c. El derecho de no repetición como parte del principio de
garantía de los derechos de las víctimas, directriz y criterio in- tuosos de la diferencia en los que se reconoce ideologías e intereses
terpretativo del funcionamiento de la JEP, las garantías de no diversos; en fin, que la Constitución y el derecho, por muy paradóji-
repetición serán cumplidas por el estado colombiano al ga- co, son garantía de libertad e igualdad conseguidas a veces a través
rantizar la implementación de las medidas establecidas en el de la imposición de los vencedores.
acuerdo general de paz. No es fácil explicar que en este contexto de violencia y guerra, la
Constitución y el derecho se originan en el interés o en los intereses
El Acuerdo se constituye en derecho, según lo dicho por la Corte de actores políticos que los apropian como ganancia impuesta y no
Constitucional en la sentencia C- 669 de 2016 que hizo el control de debatida, sin diálogo, sin conciencia de la existencia del otro; es por
constitucionalidad al procedimiento especial de implementación ello que las constituciones y el derecho terminan siendo el reflejo
normativa del acuerdo denominado fast track; en esta sentencia, el del oportunismo del ganador político que pretende con su victoria
Acuerdo Final no entra en el bloque de constitucionalidad, pues es cerrar los procesos políticos a los diálogos y a la oposición.
deber de los órganos competentes implementarlo dentro de los pro- En este espacio es difícil explicar, bajo una de tantas teorías del
cedimientos establecidos en la Constitución; lo anterior, conforme a contrato social, que los seres libres e iguales acuerdan crear el Estado
para garantizar su libertad, acabar con el estado de naturaleza (gue- En este sentido, somos categóricos en que el Acuerdo Final se adap-
rra) y someterse a la Constitución y al derecho de manera voluntaria, ta perfectamente a los propósitos del constituyente de 1991: la paz, y
pues con esa actitud se logrará vivir en convivencia pacífica, a pesar de tal manera pretende sentar las condiciones para una transición
de una Constitución formal a una Constitución real.
de las contradicciones y tensiones inherentes a la sociedad.
Referencias bibliográficas
Volvemos nuevamente a debatir la Constitución, tratando en-
tonces de explicar los pactos o convenios en el que individuos estig-
ACUERDO FINAL PARA LA TERMINACIÓN DEL CONFLICTO Y LA
matizados, invisibilizados o excluidos acuden al derecho para que
CONSTRUCCIÓN DE UNA PAZ ESTABLE Y DURADERA. Recupe-
sean reconocidos, con el miedo a perder su ganancia temporal y a
rado de: 2016NuevoAcuerdoFinal.pdfhttp://www.altocomisio-
ser nuevamente negados por la sociedad que promete los acoge-
nadoparalapaz.gov.co/procesos-y-conversaciones/Documen-
rá para reincorporarlos a una vida civil que jamás han tenido, pues
tos%20compartidos/24-11-2016NuevoAcuerdoFinal.pdf
solo han vivido en medio del conflicto armado. Esta es la expecta-
ARDILA, D. (2010). Justicia transicional: principios básicos. Recupe-
tiva generada por un pacto político como nuestra Constitución de
rado de: http://escolapau.uab.cat/img/programas/derecho/jus-
1991 en el marco del Acuerdo Final.
ticia/doc004.pdf
Por ello, advertimos la dificultad de explicar que nuestra Cons-
ESER, A, (2018). Justicia transicional: acerca del Acuerdo de Paz co-
titución se forjó ante el embate de los violentos como una apuesta
lombiano a la luz de Ulfrid Neumann. En: Reyes, Y. (Ed.) (2018).

La Constitución y el derecho en transición


de paz, como un pacto que debería instaurar el Estado de Derecho
¿Es injusta la justicia transicional? Bogotá: Universidad Exter-
Constitucional frente al Estado de Sitio que reinó durante toda la
nado de Colombia.
vigencia de la Constitución de 1886.
ONU. (2014). Justicia transicional y derechos económicos, sociales y
Es en el marco del tránsito de la excepción permanente al Es-
culturales. Recuperado de: https://www.ohchr.org/Documents/
tado Social de Derecho que el dilema de la justicia transicional es
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

Publications/HR-PUB-13-05_sp.pdf
el problema del Estado de derecho en periodos de cambio político
OROZCO, I. (2005). Sobre los límites de la conciencia humanitaria.
radical. Para Teitel, las sociedades luchan con las formas de justicia
Dilemas de la paz y la justicia en América Latina. Bogotá: Uni-
luego de la transición del sistema político, jurídico y económico. En
versidad de los Andes, Temis.
este dilema, el estado de derecho es, en última instancia contingen-
REYES, Y (2018). ¿Es injusta la justicia transicional? A manera de es-
te; en lugar de simplemente establecer un orden jurídico, ejerce el
tudio preliminar. En: Reyes, Y. (Ed.) (2018). ¿Es injusta la justicia
rol de mediador entre el cambio normativo y los valores que carac-
transicional? Bogotá: Universidad Externado de Colombia.
terizan estos periodos extraordinarios, puesto que:
UPRIMNY, R; SAFFON, M. (2005). Justicia transicional y justicia res-
DEBATES

24 25
taurativa: tensiones y complementariedades. En: Uprimny, R.
Dependiendo de las condiciones políticas y legales exis-
et al. (2005) ¿Justicia transicional sin transición? Verdad, justi-
tentes en la sociedad en cuestión, los períodos de transi-
cia y reparación para Colombia. Bogotá: Dejusticia.
ción se ubicarán en algún punto a lo largo del continuo
TEITEL, R. (2006). Genealogía de la justicia transicional. Recupe-
del estado de derecho de las democracias establecidas.
rado de: http://biblioteca.cejamericas.org/bitstream/hand-
Esta observación debiera tener implicancias en el inten-
le/2015/2059/Teitel_Genealogia.pdf?sequence=1&isAllowed=y
to por afianzar cualquier forma particular de estado de
derecho transicional. (2006, p. 26).

En nuestro proceso de paz hemos invertido esta realidad, de tal


suerte que el derecho ha creado la transición y no la realidad polí-
tica. Se advierte que no existen rupturas políticas que se reflejen
en nuevos textos jurídicos luego del Acuerdo Final, tales como una
nueva Constitución, un nuevo sistema penal, sino que existe una
continuidad del Estado de derecho que ha creado primero un dere-
cho transicional normalizado mediante reformas constitucionales.
E
l gobierno
desestabilizador
del Acuerdo

Adrián Restrepo Parra


Profesor del Instituto de Estudios Políticos
Universidad de Antioquia
adrian.restrepo@udea.edu.co
E
l sector promotor del no en el plebiscito sobre
el Acuerdo de paz estuvo por fuera del gobierno
durante la negociación de La Habana y en el ini-
cio de la implementación del Acuerdo. Después
de las elecciones presidenciales de 2018 el esce-
nario cambió. La implementación del Acuerdo
quedó en manos de ese sector porque el can-
didato Duque ganó las elecciones, ahora ejerce
como gobierno.
El gobierno Duque hizo campaña presiden-
cial y obtuvo las mayorías bajo la propuesta de
implementar el Acuerdo, pero con ajustes con-
ducentes a estabilizar la paz sin volverla trizas.
Y por ello, el actual gobierno, según argumenta,
intenta hacer las reformas al Acuerdo de paz
prometidas en campaña electoral y simultá-
neamente avanzar en la reconciliación nacio-
nal. El gobierno considera coherente y posible
hacer reformas al Acuerdo sin tener en cuenta
a la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Co-
mún, Farc (la contraparte del Acuerdo) y, a la
vez, continuar normalmente con la implemen-
tación, como si las reformas propuestas fueran
de poca monta.
Ante esta perspectiva, el argumento central
de este artículo plantea que el propósito del go-
bierno es cumplir con la parte del Acuerdo refe-
rida a reincorporación de la base exguerrillera y,
a la vez, por medio de reformas al Acuerdo lograr
sancionar a la dirigencia subversiva. De concre-
tarse dicho interés, el Acuerdo entraría en un
colapso, o sea, puede paralizarse, deformarse o
destruirse porque el Acuerdo dejaría de serlo y
devendría en un proceso de sometimiento a la
justicia, lo cual niega la naturaleza política de la
guerrilla y el reconocimiento de la
28 proceso de sometimiento a la jus-
29
existencia de un conflicto armado ticia de la cúpula exguerrillera. El
interno en el país. sometimiento a la justicia es el mo-
En efecto, el gobierno Duque delo propuesto a las guerrillas des-
considera, según consta en su po- de el gobierno de Uribe Vélez; ese
lítica de paz llamada: “La paz, la es- modelo fue rechazado por las Farc
tabilización y consolidación son de y el ELN porque niega la existencia
todos (2018-2022)”, que debe hacer- de un conflicto armado en Colom-
se una serie de reformas al Acuer- bia y la naturaleza de la subversión
do: (i) que el narcotráfico y el se- como actor político. En este senti-
cuestro no sean reconocidos como do, la propuesta de paz ajustada al
un delito conexo al delito político; estilo Duque reduce el Acuerdo a la
(ii) revisar el tratamiento para los reincorporación social, económica
delitos sexuales contra menores y política cumplida al mínimo, y a la
de edad; (iii) los integrantes con- serían “hacia futuro”, para otros procesos de paz (¿ELN?). Sin implementación de los Programas los plazos sino también el tipo de atención que recibirán los
denados por crímenes de lesa hu- embargo, el presidente Duque presentó seis objeciones a la de desarrollo con enfoque territorial exguerrilleros durante ese tiempo. Ambos asuntos podrían
manidad deberían abandonar sus ley estatutaria de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), (PDET); a la vez, intenta castigar a transformarse en un incentivo para aumentar los índices
curules en el Congreso mientras la cual está diseñada para el actual proceso de paz. Las ob- los excomandantes, los máximos de deserción del proceso, especialmente porque muchos de
cumplen sus condenas, sin pér- jeciones presentadas por el presidente a la ley estatutaria responsables. los exguerrilleros están en los 170 municipios priorizados

El gobierno desestabilizador del Acuerdo


dida de la curul porque su partido recogen las seis objeciones planteadas en el documento de Respecto a la reincorporación, para desarrollar los componentes de la paz territorial. Estos
puede reemplazarlos; y (iv) quienes paz del gobierno. Es decir, el gobierno dice en documento en los dos primeros años de la im- municipios tienen serios problemas de economías ilegales
no hayan cumplido con todos los oficial que no hará reformas al actual Acuerdo de paz, pero plementación destacan como in- y actores armados.
requisitos exigidos para los benefi- uno de los primeros actos de gobierno es objetar la ley esta- dicadores preocupantes que van Si el anterior gobierno, que lideró la negociación, fue
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

cios de la JEP, incluidos la entrega tutaria que rige para el actual proceso. alrededor de 134 exguerrilleros ase- criticado por la lentitud para cumplir con la implementa-
de todos los bienes con destino a la El presidente al negarse a firmar la ley estatutaria porque sinados, los Espacios territoriales ción, el actual ha ganado reclamos, denuncias y llamados
reparación de las víctimas, deben presentó las objeciones, devolvió el debate al Congreso de la de capacitación y reincorporación de atención para que cumpla con el Acuerdo porque en los
perder la totalidad de los beneficios República y a la Corte Constitucional, la cual ya había hecho (ETCR) están quedando solos por- territorios consideran que los incumplimientos guberna-
de la justicia transicional. control de constitucionalidad de la JEP. En el Congreso la ini- que los exguerrilleros, ante las di- mentales acarrean riesgos al proceso de reincorporación y
Según la política de paz del go- ciativa gubernamental, a pesar de todos los recursos utiliza- ficultades de acompañamiento por construcción de paz territorial.
bierno, estas objeciones no serían dos por el partido de gobierno para lograr su aprobación, nau- parte del gobierno, están tomando El indicador evidente de esta situación es el incremento
un obstáculo para cumplir con el fragó tanto en Cámara de Representantes como en el Senado. iniciativa grupal o individual para de los homicidios y la dinámica de violencia en esos mu-
DEBATES

Acuerdo porque: “El Presidente Este resultado fue reafirmado por la Corte Constitucional que resolver la subsistencia, y persis- nicipios. El ambiente es adverso a la paz, la mayoría de los
Iván Duque cumplirá con lo pac- demandó al presidente Duque firmar la ley estatutaria de la ten problemas de financiación, etc. exguerrilleros persisten en la reincorporación, pero es sabi-
tado. Por ello, las variables de acto JEP. El resultado adverso a los intereses del gobierno tiene Esta situación se dio, no obstan- do de las deserciones de todo tipo, incluida la más temidas:
legislativo que se han propuesto entre sus explicaciones que las mayorías del Congreso con- te, la importancia que el Acuerdo optar por distintos grupos armados. La forma en la cual el
serán hacia futuro y no afectarán sideraron que tales objeciones sí están encaminadas a afectar atribuye a hacer la reincorporación gobierno implementa el Acuerdo contribuye a crear fallas
a ninguno de los involucrados en el actual proceso de paz. Desde la perspectiva del Derecho In- de los exguerrilleros en los dos pri- en la reincorporación. En la medida que la implementación
este proceso, en particular no a los ternacional Humanitario, en la que está inscrita lo acordado, meros años de la firma del tratado sea mínima y bajo amenaza de ajustar más el Acuerdo esto
excombatientes, las regiones más aceptar las objeciones cambiaría la concepción misma del de paz para evitar así el incremen- crea un ambiente de zozobra que, aunado a los problemas
severamente afectadas por la vio- Acuerdo, porque este fue posible en cuanto las partes, Farc y to de disidencias y de otros grupos de seguridad, juega en detrimento de la organización y la
lencia, las familias que se han vin- el Estado colombiano, aceptaron la existencia de un conflicto armados. Sin embargo, el actual participación de los exguerrilleros en el sistema político
culado al proceso de sustitución armado en el país y su mutua responsabilidad en el mismo, Alto Consejero para el Posconflicto porque los desincentiva para permanecer en el proceso.
voluntaria, ni a las víctimas” (p. 26). por tanto, el Acuerdo de paz es el resultado de la negociación advirtió que el proceso podría du- Por su parte, los PDET son ejercicios de planeación par-
El documento en mención afir- entre partes que, declaradas en enemistad, reconocen el trato rar hasta ocho años, lo cual incluye ticipativa que, si efectivamente son implementados, per-
ma que los actos legislativos que simétrico del adversario en la mesa de diálogos. la reubicación de 11 de los 24 espa- mitirán llevar obras de desarrollo a los 170 municipios más
buscan esos cambios no afectarán El gobierno Duque con las objeciones considera que pue- cios territoriales de capacitación. golpeados por el conflicto armado. Son intervenciones es-
el actual proceso porque los ajustes de convertir la etapa de implementación del Acuerdo en un No solo preocupa la ampliación de tatales que deberían haberse hecho hace años para estar a
tono con los dictámenes básicos de
30 de la cúpula paramilitar a USA por
31
los derechos señalados en la Cons- parte del gobierno de Uribe Vélez
titución. Los proyectos propuestos acompañó a las Farc porque los
por los participantes están enmar- guerrilleros necesitaban garantías
cados en ocho “pilares” estableci- de no ser extraditados por los ne-
dos previamente en el Acuerdo: xos con el narcotráfico una vez fir-
“Ordenamiento social de la propie- mada la paz. Por su lado, al gobier-
dad rural y uso del suelo”, “Infraes- no lo acompañó la preocupación
tructura y adecuación de tierras”, por diferenciar entre reincorpora-
“Salud rural”, “Educación rural y do y narcotraficante. Ambas preo-
primera infancia rural”, “Vivienda cupaciones fueron conjuradas en
rural, agua potable y saneamiento la discusión del punto solución al
básico rural”, “Reactivación econó- problema del uso ilícito de drogas,
mica y producción agropecuaria”, el cual contó con la presencia del
“Sistema para la garantía progre- do como es el caso de la sustitución de cultivos que está delegado de USA, Bernard Aron- la reconciliación está siendo el punto polarizador. El estado
siva del derecho a la alimentación” perdiendo el carácter de sustitución para ser un programa son. Aun así, el gobierno Duque, de la implementación del Acuerdo ha generado distintos
y “Reconciliación, convivencia y de erradicación forzada. Igualmente, el gobierno con las con su insistencia en las objecio- pronunciamientos y acciones políticas en su protección.
construcción de paz”. objeciones a la JEP y con presiones a la Corte encargada nes, está creando un ambiente de Diversos sectores del país han creado el bloque “defenda-
Los 16 PDET del país quedaron de aplicar la Justicia Especial para la Paz, pretende quitarle zozobra para los exguerrilleros que mos la paz”, porque consideran que el gobierno Duque no

El gobierno desestabilizador del Acuerdo


incluidos en el Plan nacional de participación política a la exguerrilla y enviar a la cárcel a perciben en la marcha el cambio tiene “manos libres” para continuar con la reforma unila-
desarrollo. Sin embargo, todavía sus máximos responsables vía extradición. de las reglas del Acuerdo, cambios teral del Acuerdo. Las serias dificultades en el Congreso y
no es clara la asignación presu- Las enmiendas que propone el gobierno a la JEP no ha- unilaterales que eventualmente las posiciones de la Corte Constitucional hacen parte de los
puestal. Asimismo, deben afinarse blan directamente de cárcel para los máximos responsables, pueden llevar a sus comandantes a actores del entorno que demandan el cumplimiento de lo
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

los mecanismos para articular los aunque sí dicen que el implicado debería de dejar el cargo pú- la cárcel en otro país. acordado.
PDET con los planes de gobierno blico mientras purga la pena impuesta por la JEP. La cuestión La fórmula de paz del gobierno Sectores adeptos al gobierno, operadores de presión,
de los nuevos alcaldes y goberna- que genera temor es la obsesión del gobierno y sus simpati- está desestabilizando el Acuerdo. parecen no comprender que asuntos como la paz en estos
dores que serán elegidos en octu- zantes por ahondar en la extradición de exguerrilleros, como Y lo hace porque quiere modificarlo tiempos de globalización comprometen al gobierno y tam-
bre de 2019. Cumplir con los PDET bien lo ha ilustrado el caso Santrich. La Jurisdicción Especial ignorando la contraparte. Aunque bién al Estado, la sociedad y a la comunidad internacional.
permitirá avanzar en el desarrollo para la Paz (JEP) negó la petición de una corte de USA de ex- participaron muchos, finalmente Los cánones actuales trascienden las fronteras, por eso el
de esos territorios, pero ello no es traditar al exguerrillero Santrich por delitos de narcotráfico. fueron dos los firmantes del Acuer- Acuerdo en distintos momentos ha sido respaldado por el
sinónimo de paz. La mayoría de los Una de las reacciones ante esta decisión fue la renuncia del do de paz; Duque insiste en desco- Consejo de Seguridad de la ONU de manera consensuada
DEBATES

actores armados considera impor- cuestionado Fiscal de la Nación, Néstor Humberto Martínez, nocer esa realidad nacional e in- y por otras instancias internacionales como la Corte Penal
tante que las obras comprometidas quien respaldaba el pedido de extradición. ternacional. Fue posible el Acuerdo Internacional (CPI). El Acuerdo está suscrito en términos de
en los PDET sean realizadas, vías El partido de gobierno, quien considera que el Estado de porque el Estado colombiano reco- cumplir con los requerimientos de esta Corte, de la cual el
terciarias, escuelas, canchas, etc. Derecho y la institucionalidad está en crisis por esta deci- noció la existencia de un conflicto Estado colombiano es miembro y por tanto sujeto a su juris-
Por eso no entorpecieron el pro- sión, propuso realizar una constituyente y también un refe- armado interno, la naturaleza polí- dicción internacional.
ceso de elaboración participativa rendo para modificar la JEP. El exfiscal, el partido de gobier- tica de uno de los grupos armados Al respecto, el abogado Ramiro Bejarano afirma que el
que comprometió actores desde no y el presidente coinciden en querer modificar el Acuerdo inmiscuido en tal confrontación y artículo 37 del Primer Protocolo Adicional a los Convenios
los niveles veredales, municipales de paz para así proteger el tratado de extradición y a la vez negoció con él. de Ginebra de 1949, sancionado por la Corte Penal Interna-
y subregionales. permitir el cierre jurídico del conflicto por los delitos come- Todos los cambios anterior- cional (CPI), tipifica el delito de perfidia, o sea el quebranta-
La reincorporación y los PDET tidos hasta la firma del Acuerdo. Esta postura encuentra el mente descritos están llevando miento de la fe debida o traición al dejar de cumplir con los
son la forma del gobierno para problema en el Acuerdo de paz y no en los términos que el Acuerdo a una crisis, un colap- Acuerdos una vez la guerrilla queda desarmada. De confi-
cumplir con la base exguerrillera. rigen el tratado de extradición entre Colombia y USA. Con- so. La implementación “tortuga”, gurarse dicho delito, la Corte Penal quedaría facultada para
Mientras tanto, los otros puntos sideran pertinente modificar el Acuerdo de manera que sa- la reducción de lo acordado a dos actuar en el país, procesando incluso al presidente. Esa
del Acuerdo o están estancados, tisfaga el tratado, aún a riesgo de afectar el proceso de paz, componentes y la persistencia del misma Corte, antes de la firma del Acuerdo, avaló la JEP.
sin desarrollo legislativo y sin pre- en vez de ajustar el tratado al Acuerdo. gobierno en cambiar el sistema de Justicia Especial para la Paz que el gobierno Duque objetó.
supuesto, o los están desmontan- En la mesa de La Habana, la sombra de la extradición justicia de paz, en vez de aportar a La situación de la paz colombiana ha llegado también
a los escenarios internacionales de
32
opinión pública. De hecho, una de

E
las editoriales de uno de los princi-
pales diarios de USA, The New York
Times, generó bastante preocupa-
ción y molestias al gobierno Duque
porque el diario afirmó: “Iván Du-
que y sus aliados de derecha han
saboteado el proceso de paz”. El
gobierno Duque considera que una
l gobierno considera coherente y posible hacer re-
reunión con los editores aclarara el
formas al Acuerdo sin tener en cuenta a la Fuerza
malentendido. Mientras eso piensa
Alternativa Revolucionaria del Común, Farc (la con-
el gobierno, ochenta congresistas
traparte del Acuerdo) y, a la vez, continuar normal-
de USA solicitan al gobierno Trump
mente con la implementación, como si las reformas
que no contribuya con el gobierno Referencia bibliográfica propuestas fueran de poca monta.
colombiano a sabotear la paz y que,
por el contrario, facilite la imple- PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA (2018).
mentación de lo acordado. La paz, la estabilización y consolidación son de todos. Polí-
La persistencia del gobierno y tica de Iván Duque, Presidente de la República, para la esta-

El gobierno desestabilizador del Acuerdo


sus aliados en modificar el Acuer- bilización 2018-2022.
do no solo contradice seriamente
los objetivos de la política de paz
del gobierno: “La paz, la consolida-
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

ción y estabilización son de todos”,


sino que además la desestabili-
zación ocasionada por el mismo
gobierno conduce a una imple-
mentación maltrecha que pone en
vilo el proceso y, a la vez, envía un
mensaje poco optimista (incum-
plir lo acordado) para posteriores
DEBATES

negociaciones e incentiva así el


mantenimiento de distintas vio-
lencias. Considerando los tiempos
pactados para la implementación
aún hay tiempo de corregir el rum-
bo; para eso el gobierno tendrá que
desistir de ser el eje polarizador del
país y dedicarse a cumplir con el
Acuerdo de paz.
L
a paz y la JEP
en el Plan
Nacional de
Desarrollo
2018-2022)
Germán Darío Valencia Agudelo2
Profesor del Instituto de Estudios Políticos
Universidad de Antioquia
german.valencia@udea.edu.co

1
1

Algunas ideas de este texto fueron presentadas en la ponencia “Reflexiones en torno a los pactos propuestos en el Plan Nacional
P
lanificar es un ejercicio mental, que consiste en
trazar objetivos y estructurar un conjunto de
acciones para construir realidades posibles. Si
a este ejercicio planificador se le agrega el com-
ponente del desarrollo, se convierte la tarea en
el diseño de un programa de economía política,
es decir, una apuesta ideológica por un mode-
lo de desenvolvimiento económico y social. En
breve, planificar el desarrollo es una invitación
a pensar en el buen vivir, a construir futuros de-
seables y cambiar el rumbo de una colectividad
para mejorar su bienestar social.
En esta lógica de trabajo es que se espera que
cada cuatro años se diseñe en Colombia los pla-
nes nacionales de desarrollo, como un ejercicio
colectivo y prospectivo con el que se logre dise-
ñar una hoja de ruta que sintetice los lineamien-
tos para el desarrollo, y que de manera integral
y sostenible permita mejorar las condiciones de
vida de toda la población a través de un conjunto
de acciones en un periodo presidencial. En defi-
nitiva, se espera construir cada cuatro años una
carta de navegación donde se logre presentar a
los ciudadanos una visión de futuro y una estra-
tegia procedimental para llegar a ella.
El 28 de mayo de 2019, luego de surtir los trá-
mites legislativos, fue sancionada, en la ciudad
de Valledupar, por el presidente de la República,
la Ley 1955 Plan Nacional de Desarrollo 2018-
2022, titulado: “Pacto por Colombia, pacto por
de Desarrollo”, presentada en el foro “El Plan Nacional de Desarrollo: políticas públicas y salud”, el 12 de abril de 2019, en el audi- la equidad” (El Tiempo, 2019). Con este plan, el
torio principal del Edificio de Extensión, de la Universidad de Antioquia, organizado por la Facultad de Ciencias Económicas, la
gobierno Duque quiere llevar a los colombianos
Maestría en Políticas Públicas y el Grupo de Economía de la Salud, con el apoyo del pregrado en Ciencia Política de la Facultad
de Derecho y Ciencias Políticas, el Instituto de Estudios Políticos y Proantioquia - Centro de Pensamiento Social. por la senda del progreso. Es un plan donde se
2
Economista. Especialista en Gerencia Social. Magíster en Ciencia Política. Doctor en Estudios Políticos. Grupo Hegemonía, gue- establece una visión de desarrollo, se diseñan
rras y conflictos, Instituto de Estudios Políticos, Universidad de Antioquia. Orcid: http://orcid.org/0000-0002-6412-6986.
36 1. Legalidad + emprendimiento = equi-
dad: una ecuación que no da
el Plan abarca seguridad y justicia: “seguri-
dad efectiva y justicia transparente para que
todos vivamos con libertad y en democracia”
prendimiento: “es fundamental para generar
mayor crecimiento e inclusión productiva,
lo que se traduce en equidad, que servirá
Llama la atención en el título y en el texto (DNP, 2019, p. 1). Y con el segundo componen- para darle oportunidades a todo aquel que
del nuevo Plan Nacional de Desarrollo el te de emprendimiento (E), “la formalización las quiera y las merezca” (Presidencia de la
concepto de equidad, pues, según este, el y la productividad: una economía dinámica, República, 2019; p. 1). Y en ningún momento
principal problema que tiene Colombia es la incluyente y sostenible que potencie todos se habla en el PND de cambiar las distribu-
inequidad. Lo cual es acertado: las cifras que nuestros talentos” (DNP, 2019, p. 1). ciones de la renta y, mucho menos, en giros
describen al país muestran que desde hace Y aquí aparece el primer comentario crí- sobre los mercados de capitales y la tenen-
varias décadas este fenómeno se encuentra tico: no se entiende en este Plan cómo a tra- cia de tierras en Colombia.
unos ejes estratégicos, se establecen unas presente y va en aumento. El último censo vés de legalidad y emprendimiento se llega
metas y se asigna un presupuesto. del Departamento Administrativo Nacional a equidad. Y la razón es muy simple: la equi- 2. Un pacto con uno mismo, no es un pacto
Mirar el Plan Nacional de Desarrollo — de Estadísticas —Dane— (2018), por ejemplo, dad en la economía política es un asunto de
PND— desde la economía política permite ver calculó para el país un coeficiente Gini de la distribución de recursos; una situación don- Un segundo concepto que aparece en el título
el documento como una apuesta ideológica, tierra cercano al 0.93, que lo ubica entre los de unos pocos poseen mucho y otros muchos del PND es el de pacto y lo hace en dos veces.
con deseos o aspiraciones. Una carta de nave- primeros lugares en inequidad en el mundo, que poseen poco. De esta manera el problema Este lleva a pensar inicialmente que el plan

La paz y la JEP en el Plan Nacional de Desarrollo (2018-2022)


gación diseñada en un momento fundamental solo superado por Haití, Honduras y Sudáfri- de gobierno es cómo cambiar aquella situa- fuese resultado de un gran acuerdo nacional;
de nuestra historia política: aquel período de ca (Valencia, 2017). Inequidad que se da, no ción inequitativa de distribución de riqueza. pues, como dirá Corominas (1961, p. 422), un
posconflicto, donde la guerrilla más antigua solo en términos de la riqueza monetaria, Una situación que fácilmente se puede ilus- pacto es un convenio o tratado, procede “de la
y numerosa del país, luego de negociar polí- sino también en activos como la tierra y el trar con el reparto de riqueza en el mundo: misma raíz que paz”. Y sorprende esto, ya que
ticamente la paz y firmar un acuerdo, busca capital accionario. donde el 1% de la población posee cerca de la el gobierno actual y el partido del que proce-
transitar a la vida civil. Es un plan que debe- De allí que el Gobierno Duque haya elegi- mitad de la riqueza mundial y que tres cuar- de se han mantenido muy reacios y críticos
ría estar diseñado para un periodo especial, do a la inequidad como el rey de los proble- tas partes de la población mundial (o sea el frente al Acuerdo Final firmado con las Farc.
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

al menos que cumpla el mandato transitorio mas en Colombia. Algo importante, aunque 75%) poseen menos del 5% de la riqueza total Paradójicamente el Plan utiliza el concepto
constitucional establecido en el Acto Legisla- nada de novedoso, pues al mirar atras se ob- (Valencia, 2017). de pacto, de la misma raíz etimológica de un
tivo 02 de 2017, donde se obliga a las institu- serva cómo los anteriores gobiernos inclu- En esta situación de la lucha contra la tratado de paz, que es “texto elaborado por
ciones y autoridades del Estado a cumplir de yeron en sus planes de desarrollo la equidad inequidad, el problema para el gobernante dos o más partes y firmado para su estricto
buena fe los puntos establecidos en el Acuerdo como una de sus principales metas. Así, por es cómo aumentar el nivel de activos de una cumplimiento” (Corominas, 1961, p. 422).
Final (Congreso de la República, 2017). ejemplo, el anterior PND (2014-2018) puso a población con respecto a la de otros, cómo re- Y en este preciso punto, surgen varias
El presente texto busca indagar en el PND la equidad en el corazón de su propuesta: distribuir la riqueza para cambiar esta situa- preguntas: ¿quiénes participaron en su ela-
la manera como el presidente Iván Duque “Todos por un nuevo país. Paz, equidad y ción. El economista clásico y científico social boración del Plan?, ¿cómo lo construyeron?,
DEBATES

concibe la paz y la justicia especial desde su educación”. En este sentido, la novedad del John Stuar Mill (1951) planteó en el siglo XIX ¿qué temas propusieron y cuáles quedaron?
ejercicio planificador. El artículo explora tres gobierno Duque no está en la equidad, sino que este cambio era posible, pues, mientras y ¿quiénes y dónde lo firmaron?, entre otras
asuntos del Plan: en el primer apartado, se en los componentes que acompañarán esta las leyes de la producción son relativamente preguntas. Frente a estas preguntas, atina el
presenta y critica el principio rector que se propuesta para alcanzar este objetivo. estáticas, cambian lentamente y no pueden gobierno a decir en la introducción a las ba-
establece en él, mostrando cómo se instituye El PND del gobierno Duque propone: ser gobernadas a su antojo por el hombre, las ses del plan que estos pactos “incluyen los
una ecuación que no da: no se entiende cómo 3 grandes pactos estructurales, 13 pactos leyes de la distribución son un acuerdo so- proyectos estratégicos identificados en múl-
legalidad más emprendimiento dan como transversales y 9 pactos por la productivi- cial, las normas de reparto de la renta pueden
resultado la equidad. El segundo apartado se dad y la equidad en las regiones (DNP, 2019). ser modificadas por el hombre. En el caso de
detiene a analizar el concepto de pacto, una Esta amplia propuesta, expuesta en un do- la distribución de la riqueza, normas imposi-
palabra que se repite en el título del Plan, cumento base de más de 1.450 páginas, se tivas o de entrega de tierras pueden cambiar
pero que al observar la metodología con que sintetiza en una fómula matemática y un la desigualdad social.
se construyó se ve inapropiado. Finalmen- principio rector: “La ecuación legalidad + A pesar de esto ser claro desde hace
te, el tercer apartado, explora el no lugar que emprendimiento = equidad es el principio tanto tiempo, en la ecuación propuesta en
ocupa la paz y la Justicia Especial para la Paz rector del Plan de Desarrollo” (DNP, 2019, p. 1). el PND para nada se tocan estos temas. Se
—JEP— en el Plan. Con el primer componente de legalidad (L) propone equidad a través de legalidad y em-
38 3. El olvido premeditado de la paz

A pesar de que el PND reconoce que la políti-


justicia accesible, lucha contra la impunidad.
2) Seguridad y orden: Zonas Estratégicas de
Intervención Integral (ZEII), lucha contra las
conceptos como estabilización, legalidad o
consolidación como alternativos y distan-
tes de la paz. No se quiere reconocer los es-
ca de estabilización se enmarcará en el man- drogas y el lavado de activos. 3) Participación: fuerzos del gobierno anterior por poner en el
dato constitucional y en la sentencia C-630 promoción de la participación y el diálogo. primer plano el reconocimiento del conflicto
del 11 de octubre de 2017, con la que se declara 4) Política de estabilización: bienes públicos armado y la paz. En el PND solo aparece una
exequible el Acto Legislativo 02 del 2017 y que en las regiones, priorizando las más afecta- vez el concepto de conflicto armado —en el
adiciona un artículo transitorio a la Constitu- das por la violencia y DDRR. Y 5) Atención y capítulo sobre construcción de paz—, no se
ción Política con el propósito de dar estabili- reparación a las víctimas: reparación moral, menciona el acuerdo de paz y están minimi-
tiples espacios de diálogo y concertación con dad y seguridad jurídica al acuerdo paz firma- material y económica, lucha contra la impu- zados en el documento términos utilizados
las regiones” (DNP, 2019, p. xl). Además en rue- do con las Farc, se puede advertir que en este nidad y garantías de no repetición”. en el Acuerdo Final como: reforma rural inte-
das de prensa, ante similares cuestionamien- hay una ausencia de la paz. Es decir, a pesar Es un pacto que sirve para reafirmar, una gral, campesino, campesinado, posconflicto o
tos, el gobierno dice que estos pactos fueron de que la sentencia obliga a las instituciones vez más, la intención del Gobierno nacional de restitución de tierras.
fruto de la participaron de “48 mesas depar- y autoridades del Estado a cumplir de buena hacer modificaciones al Acuerdo Final, especí- De esta manera, como lo dice Victoria
tamentales y 8 talleres regionales, foros y en- fe los puntos establecidos en el Acuerdo Fi- ficamente en lo relacionado con la JEP. Se ad- Sandino, senadora del partido Farc, “el len-
cuentros sectoriales y académicos a los que nal (Mesa de Conversaciones en La Habana, vierte allí que se presentará una reforma cons- guaje con el que se escribieron las bases del

La paz y la JEP en el Plan Nacional de Desarrollo (2018-2022)


asistieron más de 10.000 personas que reali- 2016), y, además, compromete por tres perio- titucional donde “el narcotráfico y el secuestro Plan Nacional de Desarrollo desconoce lo que
zaron cerca de 1.000 propuestas para incluir dos presidenciales posteriores a la firma del no serán reconocidos como delitos conexos al se pactó en La Habana, porque quieren volver
en el plan” (Presidencia de la República, 2019). acuerdo a implementarlo, hay un olvido pre- delito político”; además que “es necesario co- a un esquema de desarme, desmovilización y
Y aquí, el segundo comentario crítico: meditado de paz en el nuevo PND. rregir las fallas estructurales que se han hecho reintegración. Nosotros hemos dicho que es-
seamos realistas, en alrededor de 100 días Los dos ejes de legalidad y emprendi- evidentes en las implementaciones, para que tamos en proceso de reincorporación colecti-
que llevó la elaboración de las bases del plan miento del Plan contienen un conjunto de va- las víctimas de Colombia cuenten con una ver- va y comunitaria” (Herrera, 2019). Incluso, ha
es imposible construir un texto tan extenso riables que no le apuntan al cumplimiento de dadera reparación moral, reparación material, sido tanto el esfuerzo del gobierno Duque por
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

de manera concertada y participativa en un lo acordado en el Teatro Colón. El componen- reparación económica por parte de sus victi- desaparecer el acumulado frente a la paz, que
país tan diverso y extenso. Lo que se puede te de legalidad incluye variables como defen- marios y que nunca, ¡nunca!, serán agredidas al llegar a la Presidencia, cambió el nombre
inferir es que se llegó a estos limitados espa- sa nacional, colaboración ciudadana, justicia por la impunidad” (DNP, 2019, pág. 699). de la organización que se ocupa de manera
cios de socialización con un plan ya elabora- accesible, alianza contra la corrupción y polí- Es decir, Pacto por la construcción de paz directa de la paz: De Alta Consejería para el
do por el Departamento Nacional de Planea- tica exterior responsable; y el componente de resulta ser para el gobierno Duque el lugar Posconflicto a Consejería Presidencial para la
ción —DNP—; y que este plan, al igual que los emprendimiento incluye, entre otros facto- para defender una reestructuración unilate- Estabilización y la Consolidación. En definiti-
anteriores, es un acuerdo entre ministerios y res, al entorno para crecer, la transformación ral del acuerdo de paz (Valencia, Valencia y va, en el PND, como en otros documentos del
demás personal del Gobierno que tiene como empresarial, el aprovechamiento de merca- Banguero, 2019), para contrariar la raíz eti- gobierno Duque, se observa un abandono de
DEBATES

tarea construir dicho Plan. dos internacionales y la atracción de inver- mológica de pacto: “texto elaborado por dos o la narrativa de la paz y se trata de posicionar
En definitiva, la reiteración del “pacto” siones productivas. Nada de ello vinculado más partes y firmado para su estricto cum- otros como los de legalidad, emprendimiento
opera más como rótulo en los capítulos del directamente con el Acuerdo Final (Mesa de plimiento” (Corominas, 1961, p. 422). Con esta y economía naranja.
PND. Que el Plan es un gran documento, que Conversaciones en La Habana, 2016). advertencia, lo que busca el presidente Duque Finalmente, el PND se ve como un docu-
en menos de cuatro meses el gobierno de Du- Tanto en las bases del Plan (DNP, 2019) es dar cumplimiento, no al Acuerdo Final y mento donde se reparten recursos escasos y
que trató de diseñar y presentar, pues es obli- como en el Plan mismo (Ley 1955 del 28 de que tiene obligatoriedad constitucional, sino quien quede por fuera de este no recibirá recur-
gatorio para el Gobierno nacional presentarlo mayo de 2019), el componente de la paz y la a las promesas hechas por él y su partido po-
en ese tiempo para ser aprobado por el Con- JEP aparecen de forma marginal. Se presen- lítico en los discursos electorales a la Presi-
greso de la República, colectivo que —hay que ta un pacto (el 11), entre los 25 que componen dencia entre 2016 y 2018.
decirlo— aprovecha el debate para presentar el texto, titulado Pacto por la construcción Precisamente esta crítica recurrente a lo
sus intereses, modificarlo y aprobarlo como de paz: cultura de la legalidad, convivencia, pactado en el Teatro Colón de Bogotá ha lle-
ley. En este último sentido, tal vez es donde estabilización y víctimas, en donde se ex- vado al gobierno Duque a hacer un esfuerzo
se puede hablar de un pacto, pues tiene mu- ponen una serie de elementos, según el go- por desterrar del PND la paz y los contenidos
cho de política y es elaborado por más partes bierno Duque, necesarios para construir la del Acuerdo Final. Una revisión detallada el
para su estricto cumplimiento. paz como: “1) Imperio de la ley y convivencia: Plan permite observar cómo se utilizan otros
40 del Congreso de la República) ha dicho que la
JEP, tal como quedó aprobado en el PND, no
cuenta con los recursos financieros para su
Referencias bibliográficas

CONGRESO DE LA REPÚBLICA (mayo 11 de


https://www.eltiempo.com/politica/
gobierno/presidente-ivan-duque-san-
ciona-ley-del-plan-nacional-de-desa-
pleno funcionamiento. El artículo 148 de la 2017). Acto Legislativo 02 de 2017. Dia- rrollo-366908
Ley que establece el Plan “no está conforme rio Oficial, año CLIII no. 50.230, 11, mayo, HERRERA, N. (2019). Desfinanciación de la
con la Constitución y resquebraja la estruc- 2017. pág. 1. Tomado de: http://www. paz, visión militarista y menos repara-
tura administrativa y financiera de la Juris- suin-juriscol.gov.co/viewDocument.as- ción en el Plan Nacional de Desarrollo.
dición” (entrevista en la W radio el 6 de mayo p?id=30030560. El Espectador (11 de febrero de 2019).
de 2019), afectando de manera muy directa el CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley N°. 1955 Tomado de https://www.elespectador.
sos para su ejecución, de allí la importancia de cumplimiento de las funciones de la Unidad del 28 de mayo de 2019. Por el cual se com/colombia2020/politica/desfinan-
este documento. En lo relativo a los recursos de Investigación y Acusación de la Justicia expide el Plan Nacional de Desarrollo ciacion-de-la-paz-vision-militaris-
para la implementación del Acuerdo Final el Especial de Paz o la Fiscalía de la JEP, como 2018-2022. “Pacto por Colombia, pacto ta-y-menos-reparacion-en-el-plan-na-
gobierno Duque ha dicho desde agosto de 2018, comúnmente la conoce la ciudadanía. por la equidad”. Tomado de https://dapre. cional-de-articulo-857634.
en el Documento Paz con Legalidad (Duque, presidencia.gov.co/normativa/normati- LINARES, P. (6 de mayo de 2019). Entrevista en
2018), que los recursos para este componen- Conclusiones va/LEY%201955%20DEL%2025%20DE%20 la W radio.
te son limitados y alude un déficit fiscal: “los MAYO%20DE%202019.pdf. MESA DE CONVERSACIONES EN LA HABANA

La paz y la JEP en el Plan Nacional de Desarrollo (2018-2022)


recursos presupuestados para la implementa- En definitiva, frente a los dos primeros compo- COROMINAS, Joan (1961). Breve diccionario (2016). Acuerdo final para la terminación
ción no son suficientes para cubrir la totalidad nentes de este texto, se puede decir que el PND etimológico de la lengua castellana. Ma- del conflicto y la construcción de una
de lo acordado, particularmente en el caso de que ha elaborado el gobierno Duque y firmado drid: Gredos. paz estable y duradera. Bogotá: Imprenta
la Reforma Rural Integral, el programa integral por él mismo, no debe verse como un pacto, DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEA- Nacional de Colombia.
de sustitución de cultivos y el fortalecimiento más bien debe presentarse como una apuesta CIÓN -DNP-. (2019). Bases del Plan MILL, S. (1951). Principios de Economía Políti-
de las medidas de reparación integral de vícti- de un gobierno por una idea de administrar re- Nacional de Desarrollo 2018-2022. To- ca. México, D. C.: Fondo de Cultura Eco-
mas” (El Espectador, 2018). cursos escasos en cuatro años, tal como tradi- mado de: https://www.dnp.gov.co/ nómica.
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

De allí que Juanita Goebertus, represen- cionalmente se ha elaborado. Tampoco es claro


Plan-Nacional-de-Desarrollo/Paginas/ PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA (2019).
tante por la Alianza Verde (Revista Semana, cómo la suma de legalidad y emprendimiento
Bases-del-Plan-Nacional-de-Desarro- Gobierno presenta al Congreso ‘Pac-
dan como resultado más equidad; ya se dijo
2017), haya afirmado que el PND no tiene un llo-2018-2022.aspx. to por Colombia, Pacto por la Equidad’,
que la búsqueda de equidad tiene que ver con el
presupuesto específico en el plan plurianual DANE (2018). Censo Nacional de población plan que fue construido de la mano
tema clásico de la redistribución como lo plan-
de inversiones donde se comprometan re- y vivienda 2018. https://www.dane.gov. de todos los colombianos desde cada
tea la economía clásica y con ella las leyes de la
cursos para sacar adelante los programas y distribución. co/index.php/estadisticas-por-tema/ una de las regiones del país. Consul-
proyectos para el posconflicto. Y aunque el Frente al tema de la paz y la JEP, en el demografia-y-poblacion/censo-nacio- tado en: https://id.presidencia.gov.co/
Gobierno asegura que los dineros para la im- PND el Gobierno realiza un olvido deseado. nal-de-poblacion-y-vivenda-2018 Paginas/prensa/2019/190206-Gobier-
DEBATES

plementación están distribuidos en los dife- Se nota el esfuerzo del gobierno Duque por DUQUE, Iván (2018). Paz con legalidad. Toma- no-presenta-Congreso-Pacto-Colom-
rentes pactos, lo cierto es que es muy difícil desaparecer la paz como elemento trans- do de http://www.reincorporacion.gov. bia-Pacto-Equidad-plan-fue-construi-
ver en el Plan los recursos para la implemen- versal del Plan. La utilización de conceptos co/es/reincorporacion/Documents/Po- do-mano-todos-colombianos-regio-
tación del Acuerdo Final. De manera especí- como estabilización y legalidad evidencia litica_PAZ_CON_LEGALIDAD_Conseje- nes-pais.aspx.
fica, frente a la Jurisdicción Especial para la el fastidio que le tienen al Acuerdo Final; ria_Estabilizacion.pdf REVISTA SEMANA. (17 de febrero de 2019).
Paz —JEP—, por ejemplo, el Plan, al ser discu- además se presenta las bases del Plan
EL ESPECTADOR (20 de septiembre de 2018). “Duque pretende reparar menos vícti-
tido en el Congreso de la República, logra ex- como un espacio para advertir la necesi-
Implementación del acuerdo de paz ne-
dad que tiene como gobierno de realizar
plicitarse su independencia y compromete al cesitaría $76 billones adicionales. To-
modificaciones unilaterales al pacto de
Gobierno a asegurar los recursos necesarios mado de https://www.elespectador.com/
paz, borrando el verdadero significado de
para su funcionamiento, respetando la divi- economia/implementacion-del-acuer-
pacto. Se nota, en definitiva, como el Go-
sión de poderes. bierno Duque ha tratado en el PND de dejar do-de-paz-necesitaria-76-billones-adi-
Sin embargo, Patricia Linares, la presi- a un lado la implementación del Acuerdo cionales-articulo-813475
denta de la JEP, en distintos momentos y Final, ha buscado resquebrajar financiera- EL TIEMPO (25 de mayo de 2019). Duque
espacios (ante el DNP, el Ministerio de Ha- mente a la JEP y busca avanzar poco en la sancionó el Plan Nacional de Desa-
cienda y Crédito Público y las comisiones construcción de la paz en Colombia. rrollo en Valledupar. Consultado en:
42
mas”: Juanita Goebertus. Revista Se-
mana. Tomado de https://www.semana.
E
n el PND, como en otros documentos del gobierno
Duque, se observa un abandono de la narrativa de la
paz y se trata de posicionar otros como los de legali-
com/nacion/articulo/juanita-goebertus- dad, emprendimiento y economía naranja.
habla-de-lo-que-falta-en-el-plan-de-de-
sarrollo-en-materia-de-paz/601309.
RED+ NOTICIAS (7 de marzo de 2019). ¿Se
debe incluir el Acuerdo de Paz en el Plan

La paz y la JEP en el Plan Nacional de Desarrollo (2018-2022)


Nacional de Desarrollo? RED+ Noticias.
Tomado de http://www.redmas.com.co/
paz/se-debe-incluir-el-acuerdo-de-paz-
en-el-plan-nacional-de-desarrollo/.
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N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

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VALENCIA, L., VALENCIA, G. & BANGUERO,
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del acuerdo de paz: a dos años de la fir-
ma del Teatro Colón. Cali: Sello Editorial
Unicatólica.
DEBATES
A
tacar a la
JEP para
invisibilizar el
Acuerdo

Julio González Zapata


Profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas
Universidad de Antioquia
juliogzapata@yahoo.com
E
l modelo de justicia transicional acordado en
las conversaciones de La Habana (y denomina-
do Sistema integral de verdad, justicia, repara-
ción y de no repetición), es probablemente uno
de los modelos más elaborados que se ha produ-
cido en el mundo, hasta ahora. Para su elabora-
ción se tuvieron en cuenta las experiencias de
muchos países e inclusive la misma experien-
cia colombiana con la ley 975 de 2005 (Ley de
Justicia y Paz). Este modelo nacido del Acuerdo
con las Farc tiene una respuesta sistemática a
los cuatros objetivos que debe cumplir la justi-
cia transicional: verdad, justicia, reparación y
garantías de no repetición. Además, se ajusta a
las exigencias jurídicas y políticas actuales, ha-
ciendo de las víctimas, su eje central.
El hecho de tener un modelo de justicia tran-
sicional altamente satisfactorio, no supone que
esté exento de dificultades y que seguramente
tendrá que superar todavía muchos obstáculos
para su adecuada implementación. Pero es muy
preocupante que la discusión pública se haya
centrado en el ingrediente de la Justicia Espe-
cial para la Paz (JEP), porque puede producir el
efecto paradójico y negativo, que se descuiden
e invisibilicen los demás puntos del Acuerdo y,
por tanto, se diluya el propósito de la paz.
Cuando el gobierno y las Farc empezaron
sus conversaciones en el año 2012, acordaron
una agenda que partía del supuesto de que en
Colombia existía un conflicto armado y que éste
tenía unas causas que era necesario enfrentar-
las para lograr el propósito de la paz estable y
duradera. El Acuerdo comprendió los siguientes
puntos principales:
1. Hacia un nuevo campo colombiano: reforma rural integral. taleció enormemente con el resultado adverso en el plebiscito con-
2. Participación política: apertura democrática para construir vocado por el gobierno nacional el 2 de octubre de 2016, en el cual
la paz. la respuesta negativa tuvo una ligera ventaja. Y con el triunfo del
3. Fin del conflicto. candidato del Centro Democrático a la presidencia en las elecciones
4. Solución al problema de las drogas ilícitas. de mayo de 2018, envalentonó más a quienes se oponen al Acuerdo.
5. Acuerdo sobre las víctimas del conflicto: “Sistema integral de Difícilmente se puede creer que el verdadero motivo de oposi-
verdad, justicia, reparación y no repetición”, incluyendo la Ju-
ción a los acuerdos, y concretamente a la Justicia Especial para la
risdicción Especial para la Paz y compromiso sobre Derechos
Paz (JEP), consista en esa presunta impunidad que consagra, por-
Humanos.
que hay detrás de esa crítica y oposición algunos intereses políticos
Tal vez el desafío mayor que tiene el Acuerdo es que apenas re- y sobre todo electorales, que seguramente contarán mucho más a la
presenta el punto de partida para una transición desde una socie- hora de justificar ese rechazo.
dad atravesada por un largo conflicto armado, a una donde se aspira Por eso vale la pena intentar una explicación sobre lo que puede
a que los conflictos sociales, políticos y económicos se resuelvan considerarse una hábil estrategia discursiva, que con el pretexto de
por mecanismos diferentes al uso de las armas y la violencia. Desde encontrar inaceptable la JEP, busca básicamente distraer la discu-
un punto de vista comparativo, Colombia ha elaborado su justicia

Atacar a la JEP para invisibilizar el Acuerdo


sión de otros puntos, probablemente más importantes para la tran-
transicional, antes de producirse la transición. De hecho, hasta aho-
sición en la sociedad colombiana.
ra, el paso que se ha dado hacia la transición de una sociedad que ha
padecido un conflicto armado tan largo y degradado hacia una me- No se puede olvidar que la Justicia Especial para la Paz es apenas
nos violenta, ha sido la dejación de las armas por parte de las Farc y uno entre los instrumentos que se han diseñado para lograr ese trán-
la aplicación parcial de algunos ingredientes de la justicia transicio- sito hacia una sociedad menos violenta. Si bien hoy aparece como
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

nal, como la amnistía y el indulto y la presencia en el Congreso de la el instrumento institucional más visible de la transición, no quiere
República de algunos de sus integrantes. Muchos otros puntos del decir que sea el más importante, porque, hay que repetirlo, un proceso
Acuerdo, ni siquiera se han discutido como el problema de la tierra;
transicional no es un mero proceso de rendición de cuentas.
otros parecen caminar en sentido contrario a lo acordado, como el
problema del tratamiento a las drogas ilícitas; y la reforma política, La estrategia discursiva que busca centrar la discusión en la
que debería permitir una mayor y más democrática participación JEP, para no tenerse que ocupar de los otros puntos del Acuerdo,
política, apenas se menciona en la agenda pública. tiene algunas explicaciones que en parte pueden obedecer a facto-
Hablando de experiencias históricas, como las del Cono Sur en res ideológicos, pero que también pueden operar como elementos
DEBATES

América Latina y en la antigua Unión Soviética y los países que

46 47
para reducir la JEP y en su conjunto, el acuerdo de La Habana, a un
pertenecían a su órbita de influencia, la justicia transicional, con
mero tribunal de cuentas que termine frustrando la transición, por-
modelos diferentes al muestro, empezó a operar después de que se
que, de triunfar esta línea de pensamiento, seguramente la sociedad
produjo la transición en el régimen político.
El hecho de que en Colombia la justicia transicional no sea la res- colombiana podrá tener identificados algunos culpables del conflic-
puesta a una transición sino apenas el punto de partida para su reali- to, pero no podrá remover las causas estructurales del mismo y ni
zación, de alguna manera es una dificultad considerable, en la medida siquiera llegará a conocerlas.
en que los que obstáculos y dificultades que tenga la justicia transicio- Tal vez esa estrategia discursiva tenga algunas explicaciones:
nal, van a afectar la transición de la sociedad y, obviamente, podrán en a) El concepto de justicia transicional es un concepto relativa-
vilo ese sueño de una sociedad menos violenta y más equitativa.
mente novedoso y complejo que tiene diferencias notables con la
Desde el mismo momento en el cual se empezaron a conocer
los acuerdos sobre justicia transicional en La Habana y mucho más, justicia tradicional y también con la forma como anteriormente se
cuando ya se concretaron, no han dejado de producirse ataques a resolvían esta clase de conflictos en nuestro país. La justicia tran-
este modelo de justicia transicional porque para algunos sectores sicional está pensada para satisfacer los intereses de las víctimas y
políticos, básicamente el Centro Democrático y sus aliados, en él no simplemente para señalar la responsabilidad de los victimarios.
se consagraba una impunidad insoportable. Esa oposición se for- Y también es una fórmula más compleja del simple perdón y olvido,
que fue la manera como se terminaron muchos conflictos a lo largo Como diría Foucault, el discurso no es el mero reflejo de las lu-
de la historia de Colombia y cuya última aplicación se hizo a princi- chas, sino que es un parte importante de ellas. No dejar que la dis-
pios de los años noventa con el M-19. cusión se centre apenas en unos puntos del Acuerdo es una tarea
b) Probablemente para una sociedad tan punitivista como la co- importante, para impedir que éste se reduzca a un proceso de mera
lombiana y en estos tiempos de un exacerbado populismo punitivo, rendición de cuentas y se puedan realizar las transformaciones que
tal vez resulta más rentable electoralmente y más aceptable cultu- requiere el país como requisito indispensable para la paz.
ralmente el eslogan de que “quien la hace la paga”, que aquellas so-
Medellín, mayo 27 de 2019.
luciones un poco más complejas que no tienden a satisfacer deseos
de venganza, sino a aportar soluciones al conflicto, a partir de la
verdad, la reparación y las garantías de no repetición.
c) Un conflicto armado como el que ha vivido Colombia no es
simplemente la suma de una inmensa cantidad de delitos, sino un
universo sumamente complejo en el cual ciertamente hay muchos
delitos y muy graves, pero también hay políticas públicas que lo
han propiciado, prácticas institucionales y particulares que lo han
favorecido, factores culturales que lo han justificado y situaciones
políticas, económicas e históricas que lo han normalizado. Por tan-

Atacar a la JEP para invisibilizar el Acuerdo


to, estaríamos apenas ante un remedo de solución, si pretendemos
reducir su solución a encontrar responsabilidades individuales y
silenciamos las respuestas acerca de las responsabilidades colec-
tivas, históricas, económicas y sociales sobre el conflicto. Es obvio
que si apenas nos enfocamos en las responsabilidades individua-
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

les, descuidamos esas responsabilidades colectivas, que cuando las


logremos establecer, podremos caminar en un sendero más cierto
sobre las posibilidades de no repetición.
Reducir el problema de la justicia transicional a un mero proble-
ma de justicia retributiva o pensar que se trata apenas de estable-
cer responsabilidades individuales, es dejar de lado las inmensas
posibilidades de acceder a formas de justicia mucho más producti-
vas, como las que ofrece el modelo de justicia transicional. ¿Acaso
DEBATES

48 49
la verdad no es un forma de hacer justicia, tanto para las víctimas
como para la sociedad? ¿Qué es la reparación sino una forma de
hacer justicia con las víctimas? ¿Y las garantías de no repetición,
qué son si no una forma de darle seguridad a las víctimas de que
por fin se podrán sentir seguras y a las futuras generaciones que no
tendrán que vivir las tragedias de sus antepasados?
Indudablemente que los debates sobre la JEP son de una gran
trascendencia. Pero no se puede perder de vista que la justicia tran-
sicional, por sus propios objetivos (poner término a un conflicto po-
lítico) es básicamente un tipo de justicia política, donde aparecen
con mucha claridad las relaciones entre el derecho y la política. No
es un asunto meramente jurídico, aun cuando el derecho es el que
le da la forma a esta particular manera de hacer justicia. Reducir
el debate a lo jurídico, es limitarlo considerablemente y, sobre todo,
contribuir a esas estrategias que han buscado minimizar los otros
objetivos del Acuerdo.
L
“(...) si se escribiera la historia de la paz y de sus
instituciones no se escribiría otra cosa que la
historia de la guerra”.

a guerra no,
Foucault. Genealogía del racismo

pero esta sí D
ice Byung-Chul Han (2016) que los antiguos
griegos aceptaban la tortura “como un destino

La ‘paz verdadera’ en el
o una ley natural”. La suya era una sociedad
sangrienta que sancionaba “la violencia física
como medio para un fin” y resolvía sus conflic-

discurso de oposición a
tos mediante el uso de la fuerza: “[l]a violencia y
su puesta en escena teatral son una parte esen-
cial del ejercicio del poder y la dominación” no
disimulada sino expuesta y visible. Pero el fin

la JEP
de la sociedad premoderna impuso un cambio
topológico a la violencia. Para la sociedad mo-
derna, que es la sociedad “del alma”, la violencia
no sólo deja de ser una herramienta de la comu-
nicación política

Sino que va perdiendo legitimidad


en casi todos los ámbitos sociales.
A su vez, se queda sin un espacio
de exhibición. Las ejecuciones se
desarrollan en lugares a los que no
tiene acceso la comunidad públi-
ca. La pena de muerte deja de ser
Diana Patricia Higuita Peña un espectáculo (…) En vez de mos-
trarse con ostentación, la violen-
Docente de cátedra de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas cia se esconde pudorosa. Aun así,
Universidad de Antioquia
diana.higuita@udea.edu.co sigue ejerciéndose, aunque no se
exponga públicamente (…) Se reti-
ra a espacios mentales íntimos (…),
subcomunicativos, subcutáneos,
capilares. Se desplaza de lo visi-
ble a lo invisible; de lo directo, a lo
discreto; de lo físico, a lo psíquico;
de lo material, a lo mediado; de lo
frontal, a lo viral. Su modo de ac-
ción ya no pasa por la confronta-
ción, sino por la con-
52 ubicación territorial o condición
53
taminación; no hay social que tanto antes como ahora
ataques directos, sino no reconocen la autoridad pública
infecciones subrepti- u otro poder diferente al propio, se
cias (Han, 2016:18-19). resisten ante los intentos de do-
minación y mantienen viva la vo-
Sabemos que las muertes por luntad de entrar en guerra o usar
inyección letal y las celdas de cas- la violencia cuando su integridad
tigo, por ejemplo, son menos grotes- está puesta en peligro (Uribe de
cas que los medievales métodos de Hincapié, 1998).
arrancar la piel, desmembrar o coci- Entre otras formas, en Colom-
nar al fuego, pero ambos son irresis- bia ha prevalecido el expediente
tibles actos de autoridad que tienen Mediante los conjuros teóricos adecuados de la filosofía del pactismo a la hora de resolver amnistías mutuas, tanto así que el gobierno legítimo se obli-
el mismo efecto de preservación del política de los siglos XVII y XVIII, básicamente desde el dis- la disputa por la soberanía, lo que gó a asumir él mismo el pago de los empréstitos en que había
poder; nuestro destino civilizatorio curso pacificador de la soberanía, se pretendió si no abolir ha conducido indefectiblemente no incurrido Isaacs para la confrontación rebelde (Melo, 2001).
estuvo custodiado, entre otras mu- por lo menos llevar a sus confines a la guerra, conjurarla y solo a la prórroga indefinida de las Dice la profesora María Teresa Uribe que la preferencia
chas cosas, por un racionalismo a hacerla directamente incompatible con el imperio de la ley. tensiones entre los diferentes gru- por esta opción no ha estado vinculada necesariamente al

La ‘paz verdadera’ en el discurso de oposición a la JEP


todo nivel, lo que sin duda implicó el Es más: “la aparición del derecho expulsaría de las socieda- pos de dominación territorial —en aprecio por “el valor de la paz, las bondades éticas del con-
tránsito hacia el uso de una violencia des la violencia e inauguraría el ejercicio legítimo y reglado vista de que sus poderes han sido senso o las ventajas comparativas de la democracia”:
más discreta y sutil. Las bondades de de la fuerza, o el recurso social permanente a la violencia transados y no depuestos—, sino al
esta asepsia política no siempre nos denotaría una sociedad sin derecho” (Pérez, 2005:67-68). círculo defectuoso de la “rutinización” En condiciones de predominio privado y de
Esta “pseudo-paz”, como la llamó Foucault, estaría ocultan- ampliación de las estructuras de patronazgo
permiten entender el sentido que de la guerra por la vía de la “rutiniza-
do la potencia telúrica de la guerra, capaz tanto de fundar y y clientela, y dada la vulnerabilidad de todos
estas higiénicas prácticas entrañan, ción” de la amnistía (García, 2006).
mantener el pacto social de las modernas sociedades polí- frente a la violencia, las tesis de la negociación
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

a saber, la violencia que se esconde En efecto, nuestra tradición


ticas como de servir de “principio de inteligibilidad” de esos del conflicto pueden abrirse paso [pues] ante
tras la impoluta palabra de la ley y, mismos órdenes jurídicos y políticos (Uribe de Hincapié, pactista data de los prolegómenos
la debilidad política y pública de los implica-
consecuentemente, la irrenunciabi- 2002; Pérez, 2005). de la vida republicana, caracteri- dos en una guerra con estos perfiles, el uso de
lidad del conflicto, de la disputa y la Las leyes y la paz no nacen de las batallas abstractas que zada por una sucesión de guerras la fuerza se vuelve ineficiente para casi todos
confrontación tanto en la vida públi- imaginaron los filósofos sino de la guerra real, “de conflictos entre facciones políticas y sucesi- e inconducente en términos de los resultados
ca como en la privada, lo que consti- reales, de masacres y conquistas; de victorias que tuvieron vos pactos entre vencedores y ven- esperados, y la inclinación a negociar puede
tuye corazón normativo de la políti- efecto en fechas y sitios precisos, que fueron protagonizadas cidos, de lo que dan cuenta 17 pro- sustituir la hostilidad y el animus belli (Uribe
ca (¿la política es la continuación de por actores de carne y hueso” (Uribe de Hincapié, 2002:134). cesos de amnistía en el siglo XIX, de Hincapié, 1998, 36).
DEBATES

la guerra por otros medios?). En consecuencia, el orden que se establece no vendría a ser 9 en el siglo XX y 63 indultos entre
Basta recordar que precisa- sino la imposición de la ley del vencedor sobre el vencido, y ambos siglos (García, 2006). Uno En Colombia, aunque fue recepcionada la retórica de
mente el proyecto de la moderni- la paz o el ejercicio pacífico del poder soberano, sombras chi- de tantos remates bélicos lo pro- un constitucionalismo liberal o contractualista soportado
nescas del triunfo que tiene asegurado el vencedor. sobre una pacificación previa y el sometimiento conjunto
dad privilegió como ningún otro tagonizó el novelista Jorge Isaacs
Ahora bien, la ausencia de una victoria o la falta de con- a unas reglas de juego comunes que no pueden ser inapli-
el ocultamiento de la guerra tras en 1880 quien, tras rebelarse ante
servación de un triunfo trae como consecuencia un estado cadas aduciendo una imaginada injusticia, predominó en
la constitución y mantenimiento la autoridad local antioqueña, au-
de guerra prolongado en vista de que nadie tiene asegurado realidad un “maximalismo iusnaturalista”, es decir, la idea
de estructuras jurídico-políticas el uso exclusivo de la fuerza o violencia legítima. La “na- toproclamarse jefe cívico-militar
de que el derecho debe ser justo (¿y la paz verdadera?); de
cada vez más potentes, capaces de turaleza de las confrontaciones armadas y de la violencia y ejercer un brevísimo mandato faltar este atributo, la ilegitimidad del régimen justificaba
transformar el uso de la violencia molecular en Colombia” (Uribe de Hincapié, 1998:17), por en el Estado de Antioquia, depuso el levantamiento militar, nuevos conflictos y a su vez nue-
en fuerza legítima. Entre otros mu- ejemplo, hacen que se mantenga “en vilo la soberanía del las armas luego de la intervención vos vencedores y nuevos pactos con los vencidos (García,
chos sentidos del estado de natu- Estado”, según el muy conocido diagnóstico de la profesora del gobierno nacional en el lío de la 2006). Los vencedores transitorios del siglo XIX cobijaban
raleza, la peregrina hipótesis de un María Teresa Uribe. usurpación local. La amnistía que su legitimidad sobre el poder de armas que libraban guerras
momento prepolítico sirvió para El estado de guerra en Colombia no es nada diferente de tuvo lugar entonces fue tan origi- ganadas a medias tras el mantenimiento de los poderes in-
comprender racionalmente cómo la competencia prolongada por la soberanía, lo que tradu- nal como generosa: el acuerdo de termedios regionales y locales: fue así como la institucio-
el nacimiento del Estado supon- ce la “debilidad endémica” de un estado puesto en entredi- paz supuso que ambas partes, go- nalidad nació debilitada por su sometimiento indefinido a
dría la superación de la guerra. cho por grupos armados de diferente alineación ideológica, bierno y rebeldes, se concedieran una guerra con treguas escalonadas.
Mucho de esta cultura pactista
54 1998). Cambios éstos que, si bien se
55
se extendió durante el siglo XX, que miran, no dependen tanto de tal o
vio en sus postrimerías no solo el cual contenido de los acuerdos, es
nuevo “pacto fundacional” en que se decir, de lo que se haya pactado
convirtió la actual Constitución Po- efectivamente, sino que su éxito
lítica de 1991 si no el controvertido obedece más a la capacidad de ha-
pacto con los narcotraficantes1. El cer del pacto una oportunidad de
nuevo siglo trajo consigo otros pro- transformación.
cesos de negociación de paz (2002 Ahora bien, el profuso documen-
y 2005) y, de hecho, los Acuerdos de to oficial de los Acuerdos de Paz sus-
Paz de La Habana logrados en 2016 critos entre el gobierno y las Farc tie-
entre el gobierno colombiano y la ne en su principal fortaleza al mismo
otrora guerrilla de las Farc constitu- tiempo una incómoda debilidad: una
yen la reedición actualizada de este vez identificadas las causas del ori- cia, reparación y garantías de no repetición (SIVJRNR). Los
capítulo pactista de la historia polí- ¿Qué paz invocan los detractores de los Acuerdos de La gen y la prolongación del conflicto2, Acuerdos de La Habana son un aporte singular por su re-
tica de Colombia. Habana? O mejor: ¿qué conflicto seguir justificando en aras los acuerdos se redactaron en más de levancia a la discusión global sobre la resolución de con-
Nadie —ni los principales con- de una paz auténtica? Si algo ha debido enseñar nuestra 300 páginas que enuncian los cam- flictos internos para el mantenimiento del equilibrio entre

La ‘paz verdadera’ en el discurso de oposición a la JEP


tradictores del acuerdo con las sostenida tradición pactista en el arco de doscientos años bios y los instrumentos políticos más los valores de la paz, la justicia, la verdad y la garantía de
Farc—, se opone en abstracto a la de vida republicana protagonizada por la conflictividad y necesarios y urgentes para su termi- no repetición. Precisamente el nuestro es “el primero que
paz. Este valor se ha elevado como las disputas por la soberanía, es que los acuerdos por sí mis- nación y la construcción de una paz avanza de forma integral en estos principios generando por
una liturgia cuyo credo de “parar la mos no acuerdan nada o por lo menos nada fundamental estable y duradera; escrito que por su primera vez un sistema articulado que busca el mejor equi-
guerra y hacer la paz” es un man- en tanto que la negociación solo implique cambios en el extensión revela de alguna manera librio posible” (Informe Kroc 2019)3. 
dato inexcusable, sobre todo tras la plano más superficial de lo normativo. El cese de hostili- nuestro convencimiento fetichista La historia de las objeciones presidenciales en Colom-
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

finalización de la II Guerra Mundial dades importa como acuerdo inmediato para salvar vidas, en la legalidad o lo que es lo mismo, la bia no es la de la colaboración armónica entre poderes, sino
y la multiplicidad de instituciones pero deviene transitorio si la transformación no trasciende muy extendida pero ingenua creen- que su uso ha coincido casi siempre con climas de alta po-
e instrumentos jurídicos que fue- otras capas de la cultura y las estructuras sociales (García, cia en la trasformación de la realidad larización política (Cajas, 2019). Las objeciones formuladas
ron creados para acotarla (ONU, 2006) ni promueve el desmonte de la organización armada por la vía de la reforma normativa. por el presidente Iván Duque a la JEP no son una excepción
Convenios de Ginebra y protocolos ilegal o, mejor, su reincorporación a la vida civil. La mejor prueba de que tal cosa a esta regla sino resultado de su obsecuencia con el partido
adicionales, entre otros). En cum- El reto de la “construcción nacional” y soberana como no es cierta y de que el fetichismo que le permitió escalar a la presidencia y el trabajo conse-
plimiento de este mandato moral condición necesaria para la convivencia y el desarrollo de- jurídico sí es una pandemia nacio- cuente de quien siendo congresista se opuso a los Acuerdos
nació el desafío de la paz sí, pero mocrático tiene que ver con transformaciones más profun- nal, fue la contrapartida estratégi- y como ciudadano demandó la constitucionalidad de uno
DEBATES

no así: “[u]na atinada combinación das relativas al cambio de las prácticas patrimonialistas y ca (jurídico-política) de las objecio- de los más importantes marcos jurídicos para su imple-
de vocablos, perfecta para neutra- clientelistas, al fortalecimiento de lo público mediante el nes presidenciales al proyecto de mentación. Evidentemente, la única “colaboración armóni-
lizar  la  culpa, elevar  la  aspiración abandono del uso privado de los recursos públicos y bé- ley estatutaria de la Jurisdicción ca” es la de obstaculización sistemática de los Acuerdos4.
por  la  paz, pero descalificar los licos para garantizar intereses particulares y a la supera- Especial para la Paz (en adelante Fuerza concluir que la oposición a los aspectos “trans-
Acuerdos” (Kaltschmitt, 2016). ción del autoritarismo en la vida social (Uribe de Hincapié, JEP), uno de los instrumentos del formadores” del Acuerdo de Paz con las Farc, especialmente
Acuerdo de Paz que hace parte del a la JEP, se inscribe una vez más en la perniciosa inercia del
Sistema integral de verdad, justi- pactismo tradicional colombiano, acostumbrado a perpe-
1
En la década del 80 y en un clima de elevada presión y desbordamiento de la violencia, la Corte Suprema de Justicia declaró
en varias oportunidades la inconstitucionalidad de la extradición. En 1990, el presidente César Gaviria “estableció una nueva
política de “Sometimiento a la Justicia” (…). Allí se establecía que la entrega y confesión de delitos daba lugar a la rebaja de
la pena y a la no extradición por los delitos cometidos hasta la entrega. Varios narcotraficantes se entregaron. El 8 de oc-
tubre del mismo año salió un nuevo decreto (…), resultado de las negociaciones entre los abogados del Cartel de Medellín y 2
El informe de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas (CHCV) está compuesto por 12 ensayos que se encargan,
el gobierno, en el cual se precisan las condiciones en que se garantizaba la no extradición para quien se entregara. El 17 de desde la múltiple perspectiva de sus autores, de determinar los orígenes, las causas y los efectos del conflicto, así como de
diciembre y fruto de esas mismas negociaciones, se expidió un tercer decreto (…) especificando la garantía absoluta de no establecer los factores que han contribuido a su permanencia.
extradición para quien se entregara, incluso si el delito por el cual se surtía la entrega no era confesado; estipulaba además 3
Continúa la cita: “Se logró la paz y el fin del conflicto con las FARC-EP, hay un proceso de justicia transicional con penas res-
que había sitios especiales de reclusión para quienes se acogiera a esta política”. Un año más tarde, la Asamblea Nacional taurativas condicionado a decir la verdad sobre los delitos cometidos y a reparar a las víctimas con los bienes ilícitos. Existe
Constituyente votaba la prohibición de extradición de ciudadanos colombianos y fue en el año 1997 cuando el Congreso la la presión judicial de ser sentenciado a penas ordinarias en el caso de que un juez demuestre que no se ha dicho la verdad o
reestableció y desde entonces sigue su vigencia (García, 2006: 297-298).1 no se ha reparado con bienes, o se han cometido nuevos delitos tras la firma del Acuerdo”.
tuar la situación de conflicto arma-
56
do sobre la base de negar la guerra

¿
bajo la consigna del “aquí no pasó
nada”, hacer declaraciones de paz
y disolver temporalmente los ejér-
citos. La metódica oposición a los
Acuerdos a la que asistimos no son
otra cosa que la “guerra por otros
medios” cuyos efectos en la guerra
real no se revelan, todo lo contra-
rio: se disfrazan de un progresismo
que reclama una paz “auténtica” y
Qué paz invocan los detractores de los Acuerdos de
rechaza toda impunidad. Pampli-
La Habana? O mejor: ¿qué conflicto seguir justifican-
nas sobre zancos de quienes quie- do en aras de una paz auténtica? Si algo ha debido
ren la paz, pero no así; o lo que es lo KALTSCHMITt, Alfred (2016, 4 de octubre). La paz sí pero no
enseñar nuestra sostenida tradición pactista en el
mismo, no quieren la guerra, pero así. Prensa libre. Recuperado de internet: https://www.
arco de doscientos años de vida republicana pro-
ésta sí. prensalibre.com/opinion/paz-si-pero-no-asi/ (mayo,
tagonizada por la conflictividad y las disputas por
la soberanía, es que los acuerdos por sí mismos no

La ‘paz verdadera’ en el discurso de oposición a la JEP


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acuerdan nada o por lo menos nada fundamental en
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el plano más superficial de lo normativo.
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4
Importa señalar otras formas de obstaculización, entre ellos, el recorte presupuestal de recursos a la JEP y a la Comisión para
el Esclarecimiento de la Verdad (CEV), además de otras presiones políticas a las que son sometidas estas instituciones, como
la apertura de investigación contra magistrados de la JEP en una comisión de investigación caracterizada, casualmente, por
no investigar.
E
“El odio, el portero atroz, nos deja a la intemperie”.

Rafael Cadenas

l odio como
estrategia. La creación de un clima de hostilidad
permanente

El estado de Las objeciones a la JEP dieron paso a más de dos

opinión contra
meses de publicidad a favor de las tesis del Cen-
tro Democrático sobre el proceso de paz y sus
consecuencias. Todos los medios atentos y en
cadena han registrado este relato y han hecho
eco de las ideas que este grupo defiende sobre

la JEP
el pasado reciente de Colombia. Como políticos
hicieron de la catástrofe una bandera y, al tiem-
po que la mantienen como su apuesta de mayor
alcance, la ofrecen como un vidrio opaco que
refuerza la desconfianza de la opinión pública
ante la implementación de lo acordado en el
proceso de paz.
Unidos por el odio y siguiendo un libreto
repleto de rencores, han ocupado el lugar de
atizadores de la hoguera, ofreciendo un ho-
rizonte colonizado por la venganza en el que
abrevan un número significativo de sus segui-
dores, incluidos los más radicales, que resultan
Juan Carlos Arenas Gómez más proclives a arrasar con las instituciones y
con las salvaguardas del Estado de derecho. Su
Profesor del Instituto de Estudios Políticos práctica y el espíritu de sus acciones queda bien
Universidad de Antioquia
juan.arenas@udea.edu.co) descrito en un viejo poema de Rafael Cadenas
titulado categóricamente Inquisidores (2000,
pág. 217). Allí están retratados:

Van de un sitio a otro midiendo,


anotando, mordiendo aquí, más
allá, llenos de baba de pasado, mue-
cas, rótulos. Indician, señalan, dic-
tan, corrigen, acosan. Ahí, dicen,
está el culpable. Nuestros códigos
60 reconocimiento entre las partes y requiere el
compromiso de defender visiones en disputa
sobre la sociedad sin recurrir a la eliminacion
liación, se refuerza con el apoyo de redes de
poder que cruzan instituciones vitales para
la democracia y para el funcionamiento del
más algunos integrantes del Partido de la U
y de Cambio Radical y con el apoyo de una
nube de empresarios que se incorporaron al
de los contendientes (Uprimny, 2018, pág. 80). Estado, redes articuladas con negocios que gobierno como funcionarios o como conse-
Este criterio político, que sirve de fundamen- van y vienen entre los mundos privados y jeros, ha realizado acciones conscientes y
to a una salida inteligente de la guerra, había públicos, cuyos agentes conocen el meca- calculadas para erosionar el respaldo social
ido ganado un terreno frágil pero importante nismo para hacer fluir las ilegalidades admi- al proceso de paz, para obstaculizar el ya di-
entre los formadores de opinión (Gómez Gi- tidas dentro del sistema político y afinar las fícil recorrido de la implementación y para
raldo & Cárdenas Ruiz, 2018, págs. 235-236), prácticas que les permiten mantener la causa que el entorno institucional esté plagado de
amaestrados lo perseguirán la- pero en el contexto actual de radicalización común de atizar el espíritu de confrontación francotiradores, que pongan sus cargas con-
drando día y noche (…) Por el y exacerbación de un espíritu retaliatorio, ha para obstaculizar la formación de otras pre- tra quienes defienden la necesidad de que el
mundo, siempre, con sus libros sido sometido a lecturas confusas que lo ca- guntas y reclamos. Estado cumpla cabalmente lo acordado en el
de cuentas, sus lápices perver- ricaturizan como una abdicación del poder Es un clima de opinión que salvaguarda complejo proceso de negociación llevado a
sos, sus esto sí esto no, sus autos legítimo del Estado. con obstinación la deformación de los hechos cabo en La Habana.
de fe, sus pócimas vengativas, Para desprestigiar la importancia estraté- y mantiene la práctica de maltratar a quienes Una de las estrategias para bloquear el
extendiendo un rojo metro sobre gica y el valor ético de la negociación política, han asumido el ejercicio de la oposición de- Acuerdo de Paz y hacer inviables sus prome-

El odio como estrategia. El estado de opinión contra la JEP


el cuerpo que la jauría va a per- han optado por acrecentar el resentimiento mocrática. Un clima de opinión que muestra sas, consiste en enfilar baterías contra el Sis-
seguir. de una sociedad adolorida, por utilizar sin es- la reconciliación como quimera y que ante tema integral de verdad, justicia, reparación y
crúpulos el dolor de una parte de las víctimas las posibilidades de tener menos guerre- no repetición, contra las instituciones que lo
Y en este santo oficio de la inquisición, sus del conflicto, conduciéndolas en medio de la ros en un país que se desangra, sólo atina a integran y contra los funcionarios que deben
múltiples voceros, increpan y maldicen y en ofuscación a ocupar posiciones en los bandos advertir sobre los costos de emprender este atender las labores encomendadas a las mis-
la tinta que dejan en los diarios, en los videos más hostiles. Y, como el reto de concebir al camino y a señalar como mal ejemplo la im- mas. En el caso de la JEP, sus detractores han
que circulan por las redes sociales, en los otro diferente como opositor y no como ene- plementación de un mecanismo de justicia ofrecido una caricatura que le atribuye un es-
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

blogs que alimentan disciplinadamente, rei- migo desborda su estatura moral, han pues- transicional que puede permitir, al tiempo, píritu contrario al de “investigar, juzgar y san-
teran su deseo de encadenar a otros, de atibo- to todos sus recursos institucionales al ser- construir un equilibrio entre justicia, verdad y cionar las conductas cometidas en el contexto
rrar las cárceles con aquellos a quienes han vicio de aumentar los artificios para que la reparación y ofrecer una alternativa razona- y en razón del conflicto armado, en particular
puesto en el lugar de enemigos jurados. hostilidad no ceda un ápice en su función de ble a las lógicas de justicia del enemigo, que los delitos más graves y representativos”, y la
No conciben un mundo en el que se con- crear bandos irreconciliables. De paso, con el engendrarían nuevos ciclos de retaliación. Se presenta ante la gente como un “tribunal de
cilie la diferencia política, los conflictos que espectáculo en los medios y en las redes so- pide “genuina paz” como estrategia para opo- impunidad” (Colombia 2020, 2019).
al tramitarse abren oportunidades para el ciales, ocultan las múltiples ganancias eco- nerse a un acuerdo logrado con inteligencia y Un recorrido por varias columnas de líde-
progreso y la representación de intereses nómicas, sociales y políticas que obtienen tenacidad, aunque defendido mediocremente
DEBATES

res de opinión cercanos o directamente im-


genuinamente plurales y diversos. Incapa- mientras persista el desastre. por algunos de sus arquitectos. plicados en el uribismo, permite identificar
ces de concebir un país reconciliado, se han No les resulta rentable un país reconcilia- las “ideas-sentimientos” que constituyen el
enforzado por malograr la oportunidad que do y orientado a crear y fortalecer redes de El teatro de las objeciones: la mediación ins- almendrón de su defensa del “estado de con-
supone la desmovilización de un contingen- confianza entre aquellos que antes participa- titucional de la hostilidad frontación”, que erosiona drásticamente las
te armado y han hecho más difícil la susti- ban de una disputa a muerte. Y esto es algo posibilidades de reconciliación y que refuer-
tución del código de la guerra por un nuevo que empeora nuestra condición de república En un contexto como el descrito, resulta de
lenguaje que permita tramitar los conflictos y indecisa, porque quienes presiden el gobierno vital importancia entender las mediaciones
las diferencias sin que medie la eliminación o lideran acciones en el legislativo o son los institucionales con las que se ha ido refor-
física y sistemática de aquellos que son por- responsables de los órganos de investigación zando el clima de hostilidad para bloquear
tadores de visiones e intereses divergentes. judicial, además de la evidente mediocridad una parte importante de las tareas condu-
Con la postulación del odio como princi- en otros temas, se esfuerzan en condenarnos centes a la reconciliación. Después de los re-
pio han querido ocultar el hecho político de a vivir en medio de una disputa sangrienta y sultados electorales de 2018, la coalición que
que toda salida de una confrontación armada en someternos al designio de intereses que gobierna, estructurada alrededor del Centro
de larga duración, cuyo balance no remite a parecen incuestionables. El discurso del odio, Democrático, en colaboración con el Partido
una derrota militar ni estratégica, supone el que obstruye las posibilidades de reconci- Conservador y los movimientos cristianos,
62 que este hecho tiene como consecuencia el
reconocimiento del carácter heterogéneo de
la masa de votantes que apoyó el no y dicha
la continuidad de nuevas violencias debido al
mal ejemplo (Lafaurie Rivera, 2019).
Presentar la JEP como el espacio de la im-
político se constituye en la principal fuerza
de oposición contra el Estado.
Cuando el presidente, en su alocución,
heterogeneidad debilita sus banderas. punidad y complacencia con el terrorismo y habla de “todos los colombianos” como ami-
Adicionalmente, suelen socavar la legiti- el narcotráfico es, además de mentiroso, una gos de la paz” y subraya la “excepción de
midad de la acción del Congreso, sugiriendo manera de erosionar la posibilidad de que, al quienes hoy son incapaces de renunciar a la
que cualquier decisión favorable a la imple- menos por una ocasión, se pueda afrontar de violencia”, no señala a aquellos que en los te-
mentación de los acuerdos está movida por la forma sistemática un juicio responsable so- rritorios han asesinado a más de 170 líderes
“mermelada”, recurso a través del cual el go- bre lo que ha significado el larguísimo con- sociales durante lo transcurrido del gobierno
za la hostilidad, dando señales de no supera- bierno controlaba las voluntades de los con- flicto armado en Colombia, abriendo espacios o han matado a 128 desmovilizados de las
ción de los estados de guerra. Un síntoma de gresistas. Esta estrategia de etiquetamiento no sólo para castigar a los responsables, sino Farc (Agence France Press, 2019) o siguen
esta situación es que, a pesar de que insistan del comportamiento de los legisladores, in- también para alcanzar unos niveles razona- desplazando familias enteras en lugares que
en que no le apuestan al recrudecimiento de visibiliza y deslegitima la acción conscien- bles de verdad y reparación. parecen claves para ciertos desarrollos eco-
la confrontación armada, no son capaces de te y comprometida de muchos de ellos que, El uribismo ha encontrado que es renta- nómicos. Su alusión genérica a “todos los
desautorizar públicamente a algunos de sus de manera responsable, actuaron a favor del ble, al menos en el corto plazo, dilatar los trá- colombianos” ha servido, más bien, para re-
seguidores que repiten, con excitación, que cabal cumplimiento de lo acordado. Así, la mites para que la justicia transicional tenga forzar la idea errónea según la cual todos los

El odio como estrategia. El estado de opinión contra la JEP


“plomo es lo que hay” o que amenazan con retórica para deslegitimar los acuerdos y su reglas claras, mientras va incrementando el colombianos apostaron por la misma bande-
“pelar” en la calle a quienes están por fuera incorporación al marco normativo y consti- ruido y los mensajes desaforados que defor- ra de arrasamiento o mutilación del acuerdo
del estándar de valores que ellos suponen que tucional tiene en la idea del “robo del plebis- man la realidad para socavar la confianza para salir del conflicto.
hay que proteger (Jaramillo González & Gar- cito” y en la denuncia de “la mermelada san- ciudadana en la institucionalidad derivada Toda esta estrategia orquestada por el
zón Ramírez, 2019). tista” dos claves “pegajosas” para movilizar el del acuerdo de paz. Y para su estrategia, estas uribismo, además de mantenernos en un
La primera de estas ideas-sentimientos malestar colectivo en contra de las bondades ideas falsas tienen como ventaja que pueden ambiente de belicosidad, refuerza la estig-
está asociada con los resultados y las conse- de las instituciones de justicia transicional y ser repetidas sin discernimiento, que están matización, da mayor margen de juego a las
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

cuencias del plebiscito de 2016, con el que se de su marco regulatorio. atadas a la costumbre de una sociedad que posiciones extremas y arrincona a los líderes
pretendía refrendar los acuerdos y dotarlos de La segunda idea-sentimiento está asocia- combina, a la vez, la práctica de violar fre- más conciliadores y proclives a un pacto que
un amplio margen de legitimidad democrática. da con los reclamos de “no impunidad”. En cuentemente la ley y de pedir con obstina- nos ayude a salir del atolladero. No es casual
Varios académicos han resaltado el déficit en ese plano, para los detractores del acuerdo y ción los mayores castigos. Con un recurso de que en este contexto se escuche muchísimo
el apoyo popular que conspira contra la imple- del sistema de justicia transicional, tanto el esta naturaleza, se logra reforzar la sensación menos la voz de Humberto de la Calle o de
mentación del acuerdo final (Gutiérrez Sanín, tribunal como quienes lo diseñaron y quienes de que la sola implementación del sistema Sergio Jaramillo o de Guillermo Rivera que
2018; Uprimny, 2018). Pero la estrategia del CD fueron partícipes del proceso de selección constituye una gran traición a la sociedad y la de Paloma Valencia, Carlos Felipe Mejía
es ahondar dicho déficit y reforzar la sensación de sus integrantes son sectores complacien- un fraude a las expectativas de las víctimas o Álvaro Uribe Vélez. No es casual tampoco,
DEBATES

de agravio, alimentando la creencia de la opi- tes con la criminalidad (Escobar Valencia, de ver adecuadamente juzgados y castigados que el ojo avizor de los medios de comunica-
nión pública de que la adopción de los acuerdos 2019). Para ellos, la JEP es un engendro que a los causantes de sus males. ción ponga su énfasis no en el compromiso
por la vía legislativa traicionó el resultado de atenta contra principios mínimos de justicia. El presidente Duque, que por el lugar que de Timochenko, Carlos Antonio Losada o Vic-
las urnas y defraudó la voluntad popular. Entonces, han construido un mensaje en el ocupa tiene que ser mesurado con los llama- toria Sandino sino en las disputas protagoni-
Después de los resultados del 2 de octu- que etiquetan todo lo que esté asociado con dos en contra de las instituciones, sin embar- zadas por Iván Márquez o en la persecución
bre de 2016, el Congreso de la República asu- el Sistema de Justicia Transicional con las go, está preso de la estrategia de su partido enconada contra Zeuxis Pausias Hernández.
mió la tarea de discutir, introducir ajustes y fronteras de la delincuencia y con el debili- y del líder de su bancada. Las razones para
refrendar lo acordado, ya no sobre el texto tamiento de las herramientas que el Estado objetar algunos artículos de la Ley Estatutaria
original de La Habana, sino sobre aquel que tiene para luchar contra la criminalidad. Ad- de la JEP, ponen en evidencia que la incon-
resultó de los ajustes posteriores a la nego- vierten, con espanto, que cualquier proceso veniencia política radica en que lo acordado
ciación con los voceros del no. El detalle de de juzgamiento en el marco de esta justicia entre el Estado y las Farc dio como resultado
la participación de estos voceros en la rene- interina —para usar la expresión acuñada por una agenda de construcción de Estado con-
gociación unilateral de los acuerdos es algo Álvaro Uribe— protege el narcotráfico, auspi- traria a la del partido de gobierno. Lo que dejó
que el CD minimiza o trata de ocultar, presen- cia el encubrimiento de criminales de lesa al presidente en la situación paradójica de es-
tándolo como una negociación fallida, por- humanidad, de violadores de niños y propicia tar a la cabeza de un gobierno cuyo entorno
64 Referencias

P
AGENCE FRANCE PRESS. (15 de abril de 2019).
128 exmiembros de Farc han sido asesi-
nados desde 2016. El Nuevo Siglo.
CADENAS, R. (2000). Obra Entera. Poesía y
prosa (1958-1995). México: FCE.
CASTRO SAAVEDRA, C. (2017). El mundo por
dentro. Antología. Bogotá: Universidad
resentar la JEP como el espacio de la impunidad
Cuando uno piensa en los últimos Externado de Colombia.
y complacencia con el terrorismo y el narcotráfico
acontecimientos, ve repetir historias doloro- COLOMBIA 2020. (2 de febrero de 2019). Las
es, además de mentiroso, una manera de erosionar
sas de las que este país ha sido testigo. Inten- campañas engañosas del Centro De-
la posibilidad de que, al menos por una ocasión, se
tos de cambio que se ven frustrados porque mocrático contra la JEP. Obtenido de
pueda afrontar de forma sistemática un juicio res-
sectores que tendrían que ceder un milímetro El Espectador: https://www.elespec-
ponsable sobre lo que ha significado el larguísimo
de sus privilegios, creen que los cambios que tador.com/colombia2020/justicia/jep/
conflicto armado en Colombia, abriendo espacios no
se precisan solo pueden hacerse para ase- las-campanas-enganosas-del-cen-
sólo para castigar a los responsables, sino también

El odio como estrategia. El estado de opinión contra la JEP


gurar que sus beneficios se vean reforzados tro-democratico-contra-la-jep-articu-
para alcanzar unos niveles razonables de verdad y
y que aquellos sectores que se les oponen, lo-857602
reparación.
además de hacer acto de contrición, tendrían ESCOBAR VALENCIA, J. D. (4 de junio de
que, para sobrevivir, sumarse a sus huestes. 2019). Estamos en manos de bandidos.
Habiendo pagado una alta cuota de dolor El Colombiano.
y de pérdida de vidas, hemos ido aprendiendo GÓMEZ GIRALDO, J. C., & Cárdenas Ruiz, J. D.
que terminar la guerra es una tarea necesaria (2018). El papel de la opinión publicada
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

y difícil, que reclama el compromiso de mu- en la prensa escrita colombiana antes


chos sectores de la sociedad y la comprensión del plebiscito del 2 de octubre de 2016.
de aquella cosa tan sencilla que Carlos Castro Palabra Clave, 204-253. doi:10.5294/pa-
Saavedra (2017, pág. 33) había manifestado en cla.2019.22.1.9
un poema escrito hace más de 50 años: GUTIÉRREZ SANÍN, F. (2018). Los enredos de
la paz. En M. García Villegas (Ed.). ¿Cómo
Vamos a florecer, decid conmigo, mejorar a Colombia? 25 ideas para repa-
y tenemos raíces profundas en la tierra. rar el futuro (págs. 99-121). Bogotá: Ariel
DEBATES

Vamos a florecer, mas no podemos - IEPRI.


florecer en la rama de la guerra. LAFAURIE RIVERA, J. F. (23 de marzo de 2019).
Los divisionistas. Periódico Debate. Ob-
Hoy podríamos repetir estos versos como una con- tenido de http://periodicodebate.com/
signa, como un cántico esperanzado pero realista. index.php/opinion/columnistas-nacio-
nales/item/22351-los-divisionistas
UPRIMNY, R. (2018). ¿Una paz incluyente y
fundacional? En M. García Villegas (Ed.),
¿Cómo mejorar a Colombia? 25 ideas
para reparar el futuro (págs. 77-98). Bo-
gotá: Ariel - IEPRI.
L
Los duelos
colectivos:
entre la
memoria y la
reparación
María Teresa Uribe de Hincapié
Instituto de Estudios Políticos
Universidad de Antioquia
Presentación y vigencia de este ensayo

El escrito Los duelos colectivos: entre la memo-


ria y la reparación es el resultado de una ponen-
cia que la profesora María Teresa Uribe de Hin-
capié presentó en el simposio “Violencia, dolor
y duelo: a propósito de la verdad, la justicia y la
reparación en el actual conflicto político militar
colombiano”, realizado en Medellín el 24 de junio
de 2005 y organizado por la Asociación Médica
Sindical Colombiana, Asmedas, y el Grupo de in-
vestigación en violencia urbana de la Facultad
de Medicina de la Universidad de Antioquia.
Este simposio se realizó en un momento
crucial de la historia nacional, cuando por un
lado avanzaba la desmovilización de las Auto-
defensas Unidas de Colombia comprometidas
con crímenes de guerra y de lesa humanidad
y por otro el Congreso de la República apruebó
la Ley 975 de 2005 denominada Ley de Justicia
y Paz. En ese entonces, se dio un fuerte debate
por la relación entre paramilitarismo y narco-
tráfico, por los lazos existentes entre autodefen-
sas y sectores políticos y del Estado, por la fi-
nanciación del paramilitarismo por sectores del
empresariado y por la relación entre beneficios
jurídicos e impunidad. En ese marco se realizó
este simposio que indagó por los caminos para
la reconstrucción del tejido social.

Algunas preguntas pertinentes

L
as sociedades que han padecido guerras, que han
vivido procesos de violencia intensa, fragmenta-
da y degradada; quienes han sufrido el horror, las
amenazas y las incertidumbres cotidianas que suscitan los conflic-
tos armados, ¿deberían asumir de manera colectiva el duelo por lo 1. Las víctimas: actores primarios de los conflictos armados
acontecido, con el propósito de acceder a alguna forma de curación
social? Es que las sociedades enferman como los individuos por las Los duelos colectivos tienen por objeto, en primera instancia, situar
memorias reprimidas, por las palabras no dichas, por los duelos ocul- a las víctimas en el espacio de lo público y de la acción política; re-
tados o por los sentimientos de incomprensión, soledad y angustia. conocerlas como actores primarios de las guerras y las violencias y
Estas no son respuestas fáciles y en torno a ellas se ha desarro- no como sujetos pasivos, sufrientes,1 invisibles y la mayoría de las
llado un amplio debate en el mundo contemporáneo, impulsado por veces ignorados porque se los percibía como una consecuencia ló-
los organismos internacionales que tienen como propósito tutelar gica de la guerra, como un subproducto no deseado de los conflictos,
bienes públicos universales, por asociaciones defensoras de los dere- como un remanente inevitable de la confrontación y como los gran-
chos humanos y, en general, por todas aquellas personas, entidades des ausentes en los procesos de negociación, acuerdo o rendición
y gobiernos que intentan mitigar de alguna manera los desastres hu- con los que les ponía fin al enfrentamiento entre ejércitos rivales,
manitarios producidos por las guerras o los desajustes y las tensio- entre hostiles. Las víctimas constituían el resultado lamentable de
nes que acompañan habitualmente las posguerras. El propósito de las guerras pero su dolor y sufrimiento parecían estar justificados

Los duelos colectivos: entre la memoria y la reparación


esta charla es el de abordar algunos elementos críticos que perfilen por los altos intereses bélicos pues las guerras, y hasta las violen-
respuestas posibles, con el ánimo de ampliar el debate en un momen- cias comunes, siempre han sido presentadas por sus protagonistas
to en el cual el país se enfrenta a los balances catastróficos y se lo como moralmente justas, políticamente inevitables y socialmente
induce a escoger entre el valor supremo de la paz y la necesidad del útiles y necesarias.
ejercicio de la justicia y entre las eventuales reparaciones y las exi- Situar las víctimas en el espacio de lo público y lo colectivo, sig-
gencias de perdones sociales. nifica reconocerlas como actores centrales de los conflictos, como
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

Cuando se habla de duelos colectivos surge de inmediato la tenta- sujetos políticos con derechos conculcados y pisoteados que es ne-
ción de acudir a las metáforas comparativas de sentido orgánico que cesario restablecer y restaurar hasta donde ello sea posible, como
tienden a asimilar los colectivos a los individuos; lo biológico con lo ciudadanos que tienen palabra y capacidad de acción y cuyas de-
social-político; los desastres humanitarios producidos por la volun- mandas deben ser tenidas en cuenta a la hora de las negociaciones
tad humana con aquellos que se generan por acción de la naturaleza y de los acuerdos de paz. En otras palabras, reconocimiento y ac-
y que identifican la violencia con una enfermedad que afectaría el ción política es el nuevo estatus de las víctimas y su participación
cuerpo de la sociedad; de allí el riesgo de llegar a conclusiones facilis- activa en el diseño de las posguerras y los nuevos ordenes políticos
tas o al diseño de estrategias terapéuticas para sanar una población se deben surgir de allí; la presencia y el reconocimiento de las vícti-
DEBATES

68 69
supuestamente enferma o degradada. mas es absolutamente necesario y pertinente.2
La tentación metafórica puede llevar a equívocos y es conveniente El Derecho de Gentes, primero, y el Derecho Internacional Hu-
tener presente que las guerras y las violencias obedecen a procesos manitario, después, se ocuparon de ponerle límites a los actos de
sociales y políticos; es decir, son actos voluntarios, racionales o emo- barbarie que ocurrían en las guerras y a mitigar en algo el sufri-
cionales que poco tienen que ver con lo natural o lo biológico y los miento ocasionado por su despliegue, a partir de la promulgación
actos bélicos o de daño a otros son llevados a cabo por seres comunes de leyes y protocolos sobre el respeto a la población civil no involu-
y corrientes y no por locos, por demonios, por santos o por héroes. crada, a los prisioneros rendidos y al uso indiscriminado de armas
Superadas las tentaciones metafóricas, continúa vigente la pregunta o de estrategias que resultase desproporcionado con relación a los
sobre la naturaleza y la utilidad de los duelos colectivos y sobre la
manera de llevarlos a cabo para lograr el propósito de crear órdenes
más justos, diferentes a aquellos en los que se generaron los climas
de violencia y guerra, y para mitigar los efectos perversos sobre las 1
Raúl Romeva. Guerra, posguerra y paz. Barcelona, lcaría, 2003, pp. 29 y ss.
víctimas, individuos o grupos, grandes o pequeños, que se vieron 2
Véase al respecto: Tomás Valladolid Bueno. “Los derechos de las víctimas”. En: José
afectados por los despliegues del conflicto armado. María Mardones y Reyes Mate (editores). La ética ante las víctimas. Barcelona, An-
tropos, 2003 pp. 155- 173.
objetivos militares buscados; no obstante, en este contexto de hu- gentina que dio como resultado el “Nunca Más” ( 1983); la Comisión
manización de la guerra, las víctimas eran sujetos pasivos, recep- Nacional de la Verdad y la Reconciliación Chile 1990; la Comisión de
tores de acciones de protección por parte del Estado o de entidades la Verdad en El Salvador y la de Esclarecimiento Histórico de Guate-
internacionales que trataban de aliviar en algo su situación, pero no mala, esta última acordada en las negociaciones de paz en Oslo que
eran reconocidos como actores primarios de los conflictos, con de- puso fin a la confrontación y, más recientemente, la Comisión de la
rechos ciudadanos, portadores de palabras de verdad y poseedores Verdad, la Justicia y la Reconciliación en Sudáfrica.4
de un recurso cultural incalculable, la memoria sobre esos períodos Estos procesos que tuvieron lugar en muy diferentes escenarios
oscuros y traumáticos de los cuales a veces se pierden las huellas y nacionales fueron proyectando una nueva imagen de las víctimas
los ecos en la vida de los pueblos. como actores primarios de las guerras, como personas de carne y
Las víctimas sólo aparecían como receptores de servicios y de hueso; individuos, pueblos, estamentos, grupos sociales o étnicos
ayudas, es decir, como clientes; la verdad era la de los vencedores, no cuyos derechos fundamentales habían sido conculcados por los ac-
existían tribunales que juzgasen y condenasen los crímenes contra tores armados, incluidos los del propio Estado y, por tanto, deberían
la humanidad, los perdones judiciales se asumían como perdones tener reconocimiento y derecho a la verdad, la justicia y la repa-
sociales y parecía que nadie debería hacerse cargo de la reparación ración. En otras palabras, en la guerra y en la paz, en el conflicto y

Los duelos colectivos: entre la memoria y la reparación


y los resarcimientos morales, económicos, simbólicos y culturales en el posconflicto, apareció un nuevo actor, con perfil e identidad
de los afectados. propios, un sujeto del cual no era posible prescindir en adelante. Las
Esta situación comenzó a cambiar a partir de la segunda guerra víctimas llegaron para quedarse y su dolor y sufrimiento, sus pérdi-
mundial con los procesos de Nuremberg y Tokio, para juzgar a los das materiales y simbólicas; sus errancias y destierros, las heridas
responsables del genocidio judío, proceso que continúa convocando morales infringidas de manera directa o indirecta por los avatares
a la sociedad alemana hasta el presente y podría decirse que aún no de los conflictos armados, pasaron a tener un lugar central en la
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

termina. A partir de allí, varias naciones que habían sufrido el flage- vida pública de las naciones.
lo de las guerras, iniciaron el incierto camino de la recuperación de Los investigadores sociales han convertido el tema de las vícti-
la memoria colectiva y del reconocimiento político de las víctimas mas en campo de estudio y reflexión; ellas forman parte hoy de las
en Europa, Asia y América Latina, con independencia de los tiem- agendas públicas de organismos nacionales e internacionales y su
pos en los que hubiese ocurrido el desastre de la guerra: casos como condición se convirtió en un problema prioritario para la gestión de
el de las investigaciones sobre torturas, maltrato a los prisioneros y los órdenes políticos con pretensión democrática.
desaparecidos en la Guerra Civil Española; los tribunales penales in- Si bien la presencia de las víctimas en lo público significó un
ternacionales para los genocidios extremos de origen estatal como avance importante en la humanización y la deslegitimación de las
DEBATES

70 71
los de Yugoslavia y Ruanda; la exigencia de apertura de archivos y estrategias bélicas para solucionar conflictos de diferente orden,
rectificación histórica de la guerra de descolonización de Argelia de también es cierto que abrió un nuevo abanico de preguntas difíci-
1954 a 1962 que involucraba a la nación francesa.3 les de responder: ¿Quiénes son las víctimas? ¿Cuál es el grado de
En América Latina, el tema de las víctimas y de la memoria his- victimización de cada quién? ¿Cómo establecer alguna forma de
tórica surgió en los años setentas del siglo anterior, a propósito del dosificación de las reparaciones? ¿Son inocentes las víctimas o les
colapso de las dictaduras en el Cono Sur y Centroamérica con el cabe algún grado de responsabilidad en lo acontecido? ¿Es posible
nombramiento de tribunales y comisiones de la verdad y la repa- ostentar al mismo tiempo la doble condición de víctima y victima-
ración; tales como la Comisión Nacional de Desaparecidos de Ar- rio? ¿Qué es lo que perdonan las amnistías y dejan en el olvido los

3
Existe una literatura muy amplia sobre los procesos de recuperación de memoria. 4
Sobre el caso argentino ver: Mónica Cerruti. “La memoria de las víctimas”. Testi-
Ver entre otros: Silvana Rabinovich “La mirada de las víctimas”. Responsabilidad y monio para una reflexión ética. En: José María Mardones y Reyes Mate. Op. cit., pp.
libertad. En: José María Mardones y Reyes Mate, (editores). Op. cit. pp. 50- 76. Sobre 248 y ss.
la guerra civil española ver: Paloma Aguilar Fernández. “Memoria y olvido de la
Guerra Civil Española”. Madrid, Alianza Editorial, 1996.
indultos? ¿Qué tipo de justicia se requiere para restablecer de algún credibilidad a sus palabras, es un principio de reparación y de resar-
modo medianos equilibrios en la sociedad posbélica? cimiento, es una suerte de reconocimiento a sus derechos concul-
Estas preguntas no pueden responderse en abstracto y de ma- cados y un principio de justicia para el restablecimiento del tejido
nera general, requieren de un análisis profundo sobre la naturaleza social roto por la guerra.
específica de cada conflicto, sus espacios de despliegue, sus tiem- d) Porque la memoria de las víctimas concretada en forma de
pos de duración y agudización, el tipo de inserción de los actores recordatorios tales como monumentos, placas, lugares y simboliza-
armados en las sociedades, y exigen además un reconocimiento ciones de diverso tipo, constituyen un referente ético y un recur-
de las maneras en que la guerra y sus diversos actores, incluidas so pedagógico orientado a las nuevas generaciones para evitar al
las víctimas, son percibidos por parte de los ciudadanos, sus imagi- máximo en el futuro, el retorno de situaciones bélicas. O, como bien
narios, sus prejuicios y sus miedos; en otras palabras, los balances lo dice Todorov, se trata de “aprovechar las lecciones de la injusticia,
entre paz y justicia y la dosificación entre cuánta memoria, cuánto del dolor y el sufrimiento de las víctimas para luchar contra situa-
olvido y cuánto perdón son admisibles en una sociedad concreta, ciones similares que se estén produciendo en el presente o que se
varía muchísimo de un lugar a otro; pero lo único concluyente es que avizoren hacia el futuro”.
estos análisis y estos balances deben ser incluyentes, no pueden En síntesis, las víctimas son actores imprescindibles para en-

Los duelos colectivos: entre la memoria y la reparación


hacerse de espaldas a las víctimas, pero deben incorporarse en ellos tender a profundidad el drama humanitario de la guerra y para que
la pluralidad de voces de la sociedad. Además, deben ser procesos, las situaciones posbélicas no evolucionen a una nueva condición
abiertos en el tiempo, sobre los cuales sea posible volver cuando se prebélica que en poco tiempo desate los elementos constitutivos de
requiera, pues la construcción de un nuevo orden y la posibilidad de un nuevo conflicto armado; de allí que resulte muy preocupante, por
construir la paz están en relación directa con el esclarecimiento de decir lo menos, que en el actual debate sobre la Ley de Justicia y
las memorias atrapadas en la guerra y la reparación a las víctimas. Reparación en Colombia, no aparezca la verdad por ninguna parte,
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

borrada incluso del nombre del proyecto que se discute; que las víc-
2. Las víctimas: eje fundamental de la reconstrucción del orden político timas sigan siendo como el pasado accidentes más o menos lamen-
tables de la guerra y percibidas como sujetos pasivos, sin palabra ni
Las víctimas directas e indirectas de los conflictos armados tienen un participación, como clientes de una eventual reparación económica
papel protagónico en la recomposición de los órdenes posbélicos por librada a lo que buenamente entreguen los victimarios y de la cual
cuatro razones fundamentales: se han borrado los referentes simbólicos y culturales.
a) Porque conservan en sus memorias fragmentos, eventos, acon- Las grandes críticas a la ley se han dado en los escenarios de la
tecimientos parcialmente desconocidos para la sociedad mayor, bien justicia, de los delitos y las penas, del estatus político otorgado a los
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porque nunca fueron denunciados o contados a otros, porque al con-

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victimarios y de los riesgos implícitos de incluir narcotraficantes
tarse no fueron creídos o porque sobre ellos se tendió un manto de si- entre los beneficiarios de las amnistías y los indultos, aspectos que
lencio por los interesados en borrar huellas o en tapar acontecimientos bien vale la pena discutirse por supuesto, pero nadie ha preguntado
vergonzosos. Las memorias parciales o literales, son la materia prima por la verdad, no se ha considerado importante el esclarecimiento
para la configuración de una memoria colectiva y para el esclareci- histórico, no se contempla la realización de duelos colectivos que
miento histórico sobre lo que sucedió. contribuyan a transformar las dinámicas bélicas y se llama a las
b) Porque la puesta en público del dolor y el sufrimiento de las víc- víctimas y a las sociedades al perdón y a la reconciliación sin que
timas de los conflictos armados, sus relatos y narraciones, cumple la medien mínimos elementos que lo posibiliten; es decir, contrario
indeclinable tarea de conmover las sociedades y de apuntalar las de- a las tendencias internacionales, nuestras víctimas siguen siendo
cisiones para superar los conflictos; es decir, no se trata únicamente parte del paisaje.
de convencer a los públicos con argumentos racionales, se trata tam-
bién de conmoverlos, de tocar sus sentimientos para que contribuyan 3. Las víctimas y su ambiguo lugar en los duelos colectivos
a superar las situaciones de guerra y a prevenir cualquier conato de
repetición en el futuro. Las víctimas serían los actores por excelencia de un duelo colec-
c) Porque oír la voz de las víctimas, escuchar sus testimonios de tivo; pero un duelo colectivo es algo más que la puesta en público
horror, de padecimiento y de pérdidas, a veces irreparables, darles del dolor y el sufrimiento, y sus propósitos tienen que ir más allá de
los relatos memoriales y de las historias particulares de cada quién; volver la mirada a un pasado trágico y doloroso y que es preferible
debe ser incluyente, plural, polifónico, si es que se pretende con él dejar el pasado en el olvido y reiniciar la vida de los pueblos en un
reconstruir el orden social roto por la guerra y establecer la relación clima de reconciliación y de perdón; se argumenta que recordar es
presente-futuro a través del pasado. peligroso, que la memoria es frágil y engañosa y ponerla en público
La primera condición para la realización de un duelo colectivo es puede tener efectos contrarios a los buscados y desatar espirales de
que exista una mediana disposición de las víctimas, los victimarios venganza y odios que harían naufragar en poco tiempo los propósi-
y los testigos a hablar y de la sociedad mayor, nacional e internacio- tos de reconciliación, y que los perdones judiciales deberían ser algo
nal a escuchar y a aceptar como verosímil aquello que escucha. Se así como un imperativo moral de obligatorio cumplimiento para la
trata, pues, de abrirle espacios a la palabra de los diversos actores sociedad en conjunto.
involucrados directa o indirectamente en el drama del conflicto; o Sin embargo, las heridas morales de las víctimas siguen allí,
en otras palabras, se busca con esto romper la conjura del silencio,5 dolorosas, angustiantes, persistentes, las pérdidas económicas que
ese círculo que empieza a cerrarse sobre sí mismo cuando las víc- sufrieron mantienen a muchas de ellas en la indigencia y el despo-
timas temen hablar sobre su situación, cuando son sometidas al si- jo; la ausencia definitiva de los seres queridos, cubiertos a su vez por
lencio por amenazas o cuando prefieren callar y olvidar para poder el manto de la duda sobre una supuesta culpabilidad que los habría

Los duelos colectivos: entre la memoria y la reparación


seguir viviendo. hecho merecedores de esa suerte, es mucho más difícil de aceptar;
La contrapartida del silencio de las víctimas es la indiferencia de las heridas físicas y a veces incapacitantes están allí para recordar
la mayoría; que cierra el círculo de la conjura del silencio; los miem- día a día las circunstancias de su lamentable situación y las me-
bros de la sociedad mayor no quieren saber y prefieren ignorar lo morias individuales no obedecen mecánicamente a una orden de
que está sucediendo o se niegan a creer lo que dicen las víctimas y perdón o a un mandato de reconciliación.
lo interpretan como exageraciones o como estrategias interesadas Para que empiecen a sanar de alguna manera las heridas mo-
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para conseguir algo, para desprestigiar el gobierno de turno o para rales de las víctimas, es necesario que la sociedad y el estado las
encubrir algún delito anterior que habría hecho merecedora la vícti- reconozcan como actores sociales que deben ser resarcidos, reivin-
ma de lo que le ocurrió; ese “algo debía” tan frecuente entre nosotros dicando públicamente su dignidad, recordando sus nombres y los
es la manera más socorrida para justificar la ocurrencia de los actos lugares donde murieron, compensándolos, no sólo por los daños
de violencia y barbarie. Los miedos recíprocos a hablar y a saber y físicos y mentales, sino también por los haberes e ingresos perdi-
las estrategias de terror de los victimarios para impedir que sus de- dos; asumiendo la rehabilitación económica, física y sicológica a
litos sean conocidos, cierra el círculo de la impunidad y da lugar a la que diera lugar, y ofreciéndoles alguna satisfacción en el sentido
conjura del silencio y el olvido, donde todos los actores directos e in- de que los victimarios tengan alguna sanción jurídica, memorial e
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directos, por diferentes y contradictorias razones, terminan identi- histórica. Si esto no ocurre, las heridas morales de las víctimas y de
ficados en torno a la condena de la palabra y al propósito del olvido. las sociedades sufrientes se encargarán de mantener climas prebé-
Otro argumento muy socorrido para mantener la conjura del si- licos, estados de guerra cuasi permanentes, una paz inestable, frágil
lencio y el olvido es el de la preservación de la frágil paz resultan- y armada que prolongará el conflicto en el futuro.
te de los acuerdos y de los procesos de desmovilización; se afirma, No obstante, quienes piensan que las memorias entrañan ries-
con buenos propósitos a veces, que para conseguir la paz cualquier gos, que los deseos de venganza continúan al asecho, que a partir de
la puesta en público de los relatos y las narraciones de las víctimas
sacrificio es válido incluso el de la justicia; que las posguerras son
se puede conducir a las sociedades a quedarse fijadas en el pasado o
períodos inestables de ajuste y recomposición, de allí que no resul- a proyectarlas al futuro como repetición, tienen algo de razón; de allí
te pertinente reabrir las heridas, alimentar los odios y los rencores, la necesidad de darle un sentido y una orientación política y ética a
los duelos públicos, a las palabras de las víctimas, a la reconstruc-
ción memorial e histórica de los sucesos trágicos del pasado, pues
5
Sobre la Conjura del silencio ver: María Teresa Uribe de H. “Estado y sociedad frente las palabras pueden ser también armas de guerra y las memorias
a las víctimas de la violencia”. En: Estudios Políticos Nº. 23. Medellín. Julio -Diciem- tienen muchos usos, entre ellos justificar moralmente la violencia
bre de 2003, pp. 10 y ss. propia, los ataques preventivos o la defensa privada frente a un ene-
migo real o imaginario.6
4. El propósito político y ético de los duelos colectivos victimarios a quienes reconocían como integrantes de un grupo de-
terminado, vuelvan a presentarse en sus comunidades ostentando
Los duelos colectivos tienen como Jano dos caras: la de la vengan- en esta oportunidad una divisa diferente,9 lo que puede conducir a
za y la de la justicia; de allí la necesidad de establecer controles y convertir los duelos públicos en un nuevo campo de disputas, de
salvaguardas para evitar que víctimas y sociedades queden fijadas agravios, de sindicaciones irresponsables que sólo lograría refle-
en el pasado trágico y atadas a una percepción de victimización jar la sociedad escindida, fragmentada y antagónica en la que se
que puede llegar a ser tan nefasta como la conjura del silencio y forjaron y se desplegaron las memorias individuales o literales que
el olvido pues, tal como lo advierte Todorov, lo que las memorias concurren a poner en público su sufrimiento. Cuando esto ocurre,
ponen en juego es demasiado importante “para dejarlo a merced del los duelos colectivos muestran su otra cara y en lugar de propiciar
entusiasmo o de la cólera”.7 La disyuntiva está planteada; la puesta la generación de consensos narrativos, míticos o visuales propios
en público del dolor y el sufrimiento puede conducir a la victimiza- de las memorias colectivas, se configuran terrenos de disputa, des-
ción y a la despolitización o puede convertirse en un instrumento trucción y reimposición o reforzamiento de las viejas relaciones de
de aprendizaje social y de transformación del viejo orden político poder armado. 10
que desató las furias de la violencia, la guerra y la muerte. Los duelos públicos y colectivos ponen muchas verdades en jue-

Los duelos colectivos: entre la memoria y la reparación


Las palabras, los relatos, las narraciones y las memorias indi- go, muchas memorias rivales, muchas palabras de agravio, muchas
viduales o grupales, ponen en juego sentimientos, emociones y re- sindicaciones genéricas, memorias y relatos siempre fragmenta-
cuerdos traumáticos y dolorosos, imaginarios y percepciones a ve- rios, siempre incompletos, siempre relativos. Estas memorias de
ces borrosas u opacas sobre lo acontecido, pues es preciso recordar las víctimas se confrontan, cuando ello es posible, con las de los
que las memorias no son un reflejo fiel de los acontecimientos pasa- victimarios, las de los testigos, con la verdad jurídica emitida por
dos ya que no se ocupan de los hechos en sí o de su orden cronológi- los jueces, con la que difunden los medios de comunicación, con lo
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co ni de sus explicaciones lógicas, consignan huellas, impresiones, que dicen los funcionarios públicos, con las interpretaciones de los
percepciones, apuntan a describir la manera como las víctimas o académicos y los analistas y, por último, con la del sentido común,
los testigos vivieron esos momentos dramáticos en sus vidas; de es decir, con las interpretaciones y las imágenes que los actores so-
allí que las memorias sean imprecisas, difusas y selectivas, conser- ciales que habitan en los entornos violentos se han venido forjando
van unos recuerdos y olvidan otros porque, como dice Paul Ricoeur, para explicarse lo que acontece y para protegerse de alguna manera
están alimentadas y acompañadas por la fantasía; además, tienden frente los avatares de una guerra que no pasa y que parece encon-
a almacenar, omitir o resaltar aquello que les permite encontrarle trar en su despliegue los elementos de su propia reproducción.
sentido individual y colectivo a lo que les aconteció, darle alguna Este juego de relatos, de verdades a medias, de ocultamientos
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explicación a aquello que parecería no tenerla. Por estas y otras ra- con intención o sin ella, de interpretaciones y de prejuicios, puede
zones, es frecuente que los relatos de las víctimas tiendan a acen- convertirse, si se la deja a la deriva, en un verdadero juego de espe-
tuar el sufrimiento propio y a minimizar el ajeno.8 jos en el cual unos reflejan a los otros y todos terminan justificando
En un contexto de conflicto armado y prolongado en el tiempo, sus ejercicios violentos e intimidatorios mediante la apelación a su
y diferenciado en los espacios con actores armados y víctimas de condición de víctimas de una violencia anterior; es como si el ha-
unos y de otros incluido el Estado, como en el caso colombiano, lo ber sido víctima o sentirse en peligro de serlo le otorgase a alguien
que puede esperarse racionalmente es que se expresen memorias el derecho a la venganza, a tomar la justicia por mano propia, a la
rivales, enfrentadas y en pugna; relatos y narraciones confrontadas
de víctimas, victimarios y testigos, así como familias y colectivos
barriales o rurales que han sido dañados y afectados sucesivamen-
te por actores armados de diferente signo político o que aquellos
8
Marta Tafalla. “Recordando para no repetir”. El nuevo imperativo categórico de T.W.
Adorno. En: José María Mardones y Reyes Mate. Op. cit., pp. 143-144.
9
Ver: María Teresa Uribe de H. “Memorias. historias y ciudad”. En: Revista Trabajo
Social Nº. 1 Medellín. Enero-Junio de 2005. pp. 11-27.
6
Ver: Tzvetan Todorov. Los abusos de la memoria. Barcelona, Paidos, 2000, pp. 29 y ss.
10
Juan Carlos Vélez Rendón. “Una Comisión de la verdad en la encrucijada colom-
7
Ibid. biana”. En: Estudios Políticos Nº. 23. Medellín. Junio-Diciembre de 2003. pp. 29-51.
defensa privada de su persona y sus bienes, o a recurrir a otro ac- acompañamiento internacional y con aceptación expresa de las di-
tor armado para que lo defienda de un eventual enemigo que puede versas fuerzas políticas y sociales del entorno; es decir, los duelos
actuar contra él; así, el victimario de hoy se mira en el espejo del colectivos deben contar con el aval institucional y con garantías
victimario de ayer y reproduce sus estrategias, sus prácticas vio- mínimas de seguridad para quienes denuncien a los actores vio-
lentas e intimidatorias, no sólo contra aquellos que le infringieron lentos e, incluso, para quienes resulten afectados por las denuncias.
daño, sino contra todos aquellos que tengan un perfil semejante, b) El propósito expreso de estos duelos colectivos debe ser cono-
igual adscripción política, ideológica, pertenencia territorial y so- cido y aceptado por los diversos participantes, haciéndose claridad
cial, creando una dinámica que supera límites y distinciones para sobre la intención pedagógica y ética de su realización y sobre el de-
generalizarse, degradarse y perder anclajes en las razones que lo recho que les asiste a todos a contar su historia, pero también a es-
llevaron a empuñar las armas. cuchar las de los demás, y a otorgarles algún grado de credibilidad a
Colombia ha vivido, desde el medio siglo XX, prisionera en el la- los relatos de las contrapartes; de lo que se trata con esta puesta en
berinto de los espejos, en el contrapunto de la victimización, en las común es de sacar las narraciones y los recuerdos de víctimas, vic-
justificaciones morales de las guerras, ha vivido períodos agudos de timarios y testigos de lo que podríamos denominar como su hábitat
confrontación y muerte seguidas de amnistías y perdones judicia- natural; es decir, de las esferas domésticas y privadas por donde han

Los duelos colectivos: entre la memoria y la reparación


circulado las historias de dolor y sufrimiento, y presentarlas a públi-
les que en la práctica se convierten en autoamnistías, se perdona a
cos amplios capaces de conmoverse y convencerse de los horrores
los actores armados que entregaron las armas pero también a los
de la guerra; pero al mismo tiempo, se busca sacar los relatos de los
gobiernos que los persiguieron, los delitos de unos quedan impunes,
victimarios de los ámbitos judiciales destinados a producir senten-
la violación de los derechos humanos de los otros también y, en esta
cias de culpabilidad o inocencia, pero carentes de matizaciones, de
suerte de complicidad de doble vía, se apela al bien supremo de la referentes contextuales, de sobredeterminaciones históricas; en fin,
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paz sobre un entramado sociohistórico profundamente escindido, de todas aquellas circunstancias conducentes a inducir a seres co-
roto por las guerras y las violencias; y en ese contexto, las gentes del rrientes a convertirse en victimarios de sus semejantes.
común no logran articular una visión sobre lo que ha pasado en el c) Generar un espacio común donde las diversas verdades frag-
país, sólo saben que deben precaverse de todos, que el amigo de ayer mentarias se puedan confrontar con otras verdades rivales, donde
puede ser el enemigo de mañana, que no deben confiar en nadie, ni los mutuos agravios se puedan encontrar sin destruir a quien los
siquiera en los entes públicos que tienen la obligación de proteger- enuncia, en donde el recuerdo de las sangres derramadas no convo-
los y que lo razonable es acomodarse a los órdenes dominantes en quen otras sangres, permitiría matizar el dolor propio, resignificar el
su localidad o región para defender algo de lo que les dejó la guerra. sufrimiento al percibir el sufrimiento del otro, real o supuesto, e in-
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Con ello, los actores armados se legitiman como garantes del orden, cluso encontrar algunos puntos de identidad con él, iguales rabias,
similares deseos de venganza, idénticas salidas desesperadas; en
y los gobiernos se deslegitiman, pierden credibilidad y capacidad de
fin, adquirir una visión más compleja y diferenciada de las guerra,
control social, en suma dejan de ser soberanos en el territorio de su
de sus gramáticas y sus dinámicas superando visiones dicotómi-
propia nación.
cas de amigo-enemigo que inducen a polarizaciones irreversibles
Los duelos colectivos están sembrados de riesgos pero no asu-
y son precisamente las que mantienen y reproducen los estados de
mirlos o hacerlo de manera sesgada e incompleta no es una alter-
guerra semipermanentes; es posible que de allí no surja el perdón a
nativa viable si de lo que se trata es de construir una paz estable
la manera cristiana porque hay agravios imperdonables pero sí pue-
y duradera. Aquí cabría recordar las palabras de Renán dirigidas a
de surgir un entendimiento sobre las consecuencias del odio, sobre
Straus en su segunda carta: “La guerra no tendrá fin si no se admiten
la amenaza de las venganzas, sobre la perversidad del laberinto de
prescripciones para las violencias del pasado”.11 Por estas razones,
los espejos y sobre la necesidad de construir escenarios diferentes
los duelos colectivos deben llevarse a cabo con ciertas precaucio-
nes como las siguientes:
a) Deben ser convocados por las autoridades institucionales, en
espacios o lugares públicos a los cuales se tenga libre acceso, con 11
Citado por Gonzalo Sánchez. Guerra. Memoria e historia. Bogotá, lcan, 2004, p. 19.
donde sea posible reconstruir un orden nuevo, distinto a aquel don- el recuerdo que una colectividad nacional tiene de sí misma, de su
de la guerra encontró sus mecanismos de continuidad. pasado y de lo que desea ser en el futuro, y en la memoria colectiva
debe haber un lugar para la vergüenza, el dolor, la tristeza y el miedo.
En un duelo público y colectivo se cumple con la impostergable Este ajuste de cuentas con el pasado y la memoria colectiva que
tarea de darle la palabra a las víctimas, de recuperarles su dignidad surge de allí, es lo que se pretende con los duelos colectivos y es el
perdida, de reconocerlas como actores primarios y de resarcirles principio de reparación a las víctimas y de reconstrucción de las
sus derechos; pero para los victimarios directos e indirectos (auxi- sociedades. Sin embargo, en este país de guerras y de violencias
liadores, financiadores, encubridores, promotores y simpatizantes) nunca se ha intentado nada semejante; las guerras del siglo XIX se
puede ser una manera de hacer surgir en ellos una conciencia mo- siguen interpretando desde visiones antagónicas partidistas, o se
ral; al menos así lo han pensado los surafricanos. Desmond Tutu, las piensa como parte de un pasado caótico que no amerita ninguna
el director de las comisiones de verdad, justicia y reparación de recordación y todavía no existe una memoria colectiva ni una inter-
ese país, argumenta que el encuentro público entre las víctimas y pretación medianamente compartida sobre la llamada violencia de
quienes les ocasionaron daños no solamente es un principio de re- los años cincuenta; el frente nacional, estrategia pensada para su-
paración para las primeras sino la única manera posible para que perar situaciones desbordadas y degradadas de violencia y muerte,

Los duelos colectivos: entre la memoria y la reparación


los victimarios, a través de su confrontación con el dolor y el su- se configuró sobre un pacto público de silencio y olvido y sobre la
frimiento de sus víctimas dejen de pensarse a sí mismos como los autoamnistía de las elites bipartidistas comprometidas en ese de-
salvadores de la patria, como los héroes de una gesta gloriosa, y se sastre humanitario pero, a su sombra, se fueron configurando las
miren como lo que son, actores y responsables en distintos grados fuerzas y desplegando los procesos de exclusión que irrumpirían en
de un desastre humanitario y de una devastación de consecuencias forma trágica durante las décadas siguientes.
incalculables.12 d) En cuarto lugar, los duelos colectivos, y las memorias resul-
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En los duelos públicos no se trata solamente del derecho de las tantes de allí, deben estar orientados en primera instancia a la repa-
víctimas a decir su verdad, sino también la de los victimarios, di- ración de las víctimas; es decir, a determinar quiénes tienen el dere-
rectos e indirectos, a decir la suya y la de las sociedades, a buscar- cho a ser reparados, las gradaciones de esa reparación, en cabeza de
la y saber, con algún grado de certeza, qué pasó y por qué pasó lo quién debe quedar la obligación de hacerlo y cuáles serían las for-
que pasó; es decir, se trata en primera instancia de configurar una mas más adecuadas de llevarlo a cabo; estas decisiones no son un
memoria colectiva que les permita a los diferentes actores armados asunto que deciden autónomamente gobierno y actores desmovili-
y desarmados incorporar sus memorias individuales y familiares zados; requiere la presencia y la voz de las víctimas y de la llamada
o lo que Todorov llama memorias literales, en un contexto expli- población civil no involucrada. A su vez, la reparación tiene varias
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80 81
cativo más amplio donde los sujetos puedan inscribirse como per- dimensiones; una de ellas es la restitución de los bienes, de las tie-
tenecientes a la nación como sujetos portadores de derechos y, al rras y de las viviendas apropiadas indebidamente por los actores
mismo tiempo, como responsables de la suerte de sus semejantes. armados. Otra es la compensación por los daños ocurridos durante
Es necesario aclarar que la memoria colectiva no se identifica el conflicto y el restablecimiento de las víctimas en una situación
con la historia oficial, aquella que conviene mantener para divul- similar a aquella que tenían antes de ser dañados por la confronta-
gar una sola verdad, la de los vencedores; tampoco se trata de la ción armada. Además de las anteriores, se requiere la rehabilitación
verdad elaborada por los medios de comunicación y comúnmente de las víctimas en términos de asistencia médica y sicológica; y, por
aceptada como la única; la memoria colectiva es polifónica, está he- último, pero no por ello menos importante, se requieren reparacio-
cha de muchas voces y sonidos, es plural y puede ser divergente en nes simbólicas que restituyan la dignidad perdida de las víctimas,
algunos aspectos, pero la memoria colectiva es la visión, la imagen, que los incluya como sujetos de derecho en el demos de la nación
y que les recuerden a las gentes del presente y el futuro aquello que
no debe volver a acontecer nunca más.13
12
Véase: Fernando Barcena y Melich Joan Caries. “La mirada excéntrica. Una edu- Las reparaciones económicas y asistenciales no son suficien-
cación desde la mirada de la víctima”. En: José María Mardones y Reyes Mate. Op. tes; se requieren también reparaciones simbólicas y colectivas,
cit., pp. 204-205.
pues la experiencia histórica de países que han padecido guerras Algunas notas incidentales para terminar
y violencias lo ha demostrado con creces; así como hay diversas
formas de recordar, se multiplican las formas de conmemorar; mu- La memoria colectiva, configurada mediante la realización de los
seos, monumentos, placas recordatorias, nombres de las calles y las duelos públicos, debe tener la virtud de invertir los procesos histó-
plazas, festivales, rituales conciertos, publicaciones; estas repara- ricos de las sociedades; se trata de un viaje al pasado pero no para
ciones simbólicas, al decir de Elizabeth Jelin, son vehículos de la quedarse fijados en él sino para proyectarse hacia el futuro con lo
memoria, maneras de traer el pasado al presente, son los lugares y que se aprendió sobre la guerra y sus desastres; es decir, los due-
los mementos en que las gentes de cada país eligen para expresar y los colectivos, cuando ellos sean posibles, deben tener una inten-
confrontar en escenarios públicos los sentidos que les otorgan a los ción pedagógica orientada a cambiar comportamientos sociales,
conflictos y las violencias que unos impulsaron y otros sufrieron. prácticas políticas, estrategias culturales, nociones dicotómicas de
Los rituales y las conmemoraciones son puentes tendidos entre buenos y malos con el propósito de remediar lo remediable y darle
el pasado y el futuro, en la medida en que son afirmaciones simbóli- espacio al despliegue de nuevos órdenes sociales y políticos donde
cas de la memoria, lugares donde las víctimas y los grupos sociales sea cada vez más difícil que se repitan las circunstancias históricas
puedan conjurar sus miedos, exorcizar el olvido, ahogar el silencio que condujeron a la guerra.

Los duelos colectivos: entre la memoria y la reparación


y darles salidas diferentes a la indignación, al dolor y al sufrimiento; Es decir, si la puesta en público del dolor y el sufrimiento propios
constituyen necesarias acciones que contribuyen de manera muy y la confrontación con los ajenos no están orientadas a los aprendi-
significativa para que las víctimas continúen sus duelos en públi- zajes sociales y a la creación de nuevos referentes éticos, se pierde
co, para que sean acompañadas en este proceso por otros sectores el carácter liberador de la memoria y la virtud curativa de los duelos
sociales y que ellas, y las sociedades a las que pertenecen, vayan colectivos; se desvanece el sentido de transformación social implí-
restañando sus heridas morales y recuperando el lugar que les co- cito en el proceso y se frustra la posibilidad de construir, paciente-
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rresponde en la memoria histórica del país. mente y a mediano plazo, alguna forma de paz sostenible. Si este no
Lo que sorprende y preocupa es que en la Ley de Justicia y Paz es el sentido que anime los duelos colectivos, los riesgos de mante-
que se discute actualmente en el Congreso, si bien se contemplan ner las memorias atrapadas en la guerra y sepultadas por pactos de
reparaciones económicas para las víctimas, no queda muy claro és- silencio y olvido, así como de reproducir el laberinto de los espejos
tas en qué van a consistir, si se van a incluir las diversas dimensio- y de replicar los órdenes armados, constituyen un costo demasiado
nes de la reparación económica, si existen alternativas de rehabili- alto para las sociedades posbélicas.
tación física y sicológica para los afectados; y, definitivamente, no Es bueno recordar que sin verdad no hay reconciliación y sin
se contempla ninguna acción simbólica para resarcir la dignidad justicia y reparación la paz no pasaría de ser un intermedio entre
DEBATES

dos conflictos o simplemente la continuación del anterior. Las justi-

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de las víctimas o para recordarlas. Si ellas no son pensadas en la
cias transicionales, como las puestas a operar en todos los procesos
ley como sujetos de derechos, si la verdad ha sido cuidadosamen-
de negociación y acuerdo con actores armados, deja por lo general
te excluida del proceso y las confesiones de los victimarios están
muchos crímenes en la impunidad y más aún bajo el modelo pro-
circunscritas a los estrados judiciales y son presumiblemente pre-
puesto en la Ley de Justicia y Paz que se discute hoy en el Congreso;
carias e incompletas porque no existen o son muy limitados los me- de allí que la única manera posible para compensar la falta o la pre-
dios de la justicia para confrontarlos o completarlos, se puede de- cariedad de la justicia sea con altas dosis de memoria y de verdad; el
ducir fácilmente que este proceso no conduce a la paz y que puede imperativo de las víctimas es llegar a una reconciliación razonable
revertirse o contribuir a la continuación del conflicto bajo los mis- pero la obligación de los gobiernos y de las sociedades es recordar
mos u otros determinantes sociales y políticos. y hacer recordar dando las garantías necesarias para que se desa-
rrollen formas de duelos públicos y estrategias de reparación como
las comisiones de la verdad o las de esclarecimiento histórico. De lo
contrario, los climas de violencia y miedo seguirán gravitando sobre
los órdenes sociales y las víctimas continuarán siendo las grandes
13
Pablo De Greiff. “Elementos de un programa de reparaciones”. En: Justicia, verdad y ausentes del proceso de negociación, y una ausencia vergonzosa en
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DEBATES

84
L
“Tanto dolor, me dices,
y yo te digo: tanto,
pero también te digo: tanto amor
y siento que me nacen unos deseos locos

os laberintos
de sacar de los ríos la patria que se ahoga
y de ponerla encima de la arena,
encima de las redes y las playas,
para que el sol le caiga sobre el pecho,
le rompa el frío de la frente
y le destruya toda su humedad de revólveres”.

de la paz y la
Carlos Castro Saavedra (1924-1989)

reconciliación
E
n un poco más de doscientos años de historia
republicana, Colombia ha vivido con intermiten-
cia ciclos importantes —en intensidad, duración
y extensión— de conflictos y de violencias entre
diversos actores sociales y políticos, los cuales
han derivado en dinámicas de confrontación bé-
lica —con expresiones e incidencias diversas—,
en las regiones y en las localidades. Así como in-
tentos de reconciliación truncos, mal tramitados
y excluyentes que han abonado el camino para
la nueva confrontación y el nuevo intento de re-
conciliación (González et al., 2003).
Las diferentes dinámicas de conflictividad
social y ciclos de violencia han tenido un impac-
to humano, institucional, económico y cultural
importante sobre el tejido social (CNMH, 2013).
En los procesos y dinámicas de configura-
ción histórica del Estado en Colombia, éste ha
Grupo de investigación en violencia urbana1 presentado grados diferenciados de eficacia
para la gestión del conflicto social y en el ofre-
cimiento de unos mínimos de bienestar y de
seguridad para amplias capas de la población
asentada en sus territorios (Palacios, 2011).
En este sentido es posible postular que una
parte importante de los niveles de desarrollo
económico desigual de las regiones, así como los
procesos de conflictividad social y de violencia
1
Estas reflexiones emergen en el marco de las reuniones de trabajo del Grupo de investigación en violencia urbana de la Uni- acaecidos en el país desde la segunda mitad del
versidad de Antioquia: María del Pilar Pastor (maria.pastor@udea.edu.co) y María Victoria López (maria.lopez@udea.edu.co),
Facultad de Enfermería; Héctor Iván García (ivan.garcia@udea.edu.co) y Carlos Alberto Giraldo (carlosgiraldo91@gmail.com),
siglo XX y hasta el presente, son las expresiones
Facultad de Medicina, y Deiman Cuartas (deiman.cuartas@udea.edu.co), Instituto de Estudios Políticos. de la compleja dinámica de configuración del Es-
tado en Colombia (González, 2014).
Esta presencia diferenciada
88 proceso de paz. Sin embargo, esa
89
del Estado a escala local y regional fase parece no fluir fácilmente.
también tiene como correlato las De un lado, no conocemos cómo
dinámicas y tensiones derivadas es una sociedad reconciliada —los
de los procesos de articulación de acuerdos de negociación realiza-
intereses y de poderes entre dife- dos previamente en Colombia no
rentes sectores sociales y políticos, estuvieron sucedidos por un tiem-
así como de actores armados, que po de reconciliación—; de otro, al
en grados diversos se disputan, con iniciar el camino de la reconcilia-
pretensiones de legitimidad, los con- ción emergen en una compulsión
troles territoriales y poblacionales. de repetición aquellas condiciones
A pesar de que Colombia os- que auparon el conflicto, y no se
tenta una de las democracias más modificaron las condiciones subje-
antiguas del mundo en desarrollo, tivas propiciadoras de la hostilidad
tanto en su diseño institucional turno —desde Betancur (1982-1986) hasta Pastrana (1998- (Peña et al., 2007; Semana, 2014). Estado y de algunos sectores económicos y sociales —como
asociado con un Estado de Dere- 2002), e incluso a comienzos del siglo XXI en el primer man- Sin pretender ser exhaustivos, auspiciadores— cometieron en el marco del conflicto arma-
cho, así como en los ideales que la dato de Uribe (2002-2006)—, se llevaron a cabo iniciativas hay varios asuntos a considerar do interno. Lo que ha implicado, tanto para el proceso de
animan, en tanto régimen político de negociación entre estos gobiernos y los grupos alzados que podrían dar algunas pistas al- negociación como para su posterior refrendación e imple-
y como forma de vida y de proyecto en armas, la mayoría de las cuales fueron infructuosas en rededor de las persistentes difi- mentación, el diseño y ejecución de una Jurisdicción Espe-

Los laberintos de la paz y la reconciliación


de sociedad, ésta no ha tenido un términos de ponerle fin al conflicto armado y la violencia cultades con las que se enfrenta la cial de Paz (JEP).
carácter civilizador, en el sentido de presentes en el país y en las regiones. implementación de los acuerdos de Al menos desde la campaña electoral y hasta la pose-
contribuir para la tramitación pací- A partir de diálogos secretos —inicialmente— y luego paz y, por supuesto, los procesos de sión del presidente Duque (agosto de 2018), ha sido uno de
fica e institucional de buena parte con la instalación pública de una mesa de negociación en verdad, justicia, reparación y no re- los aspectos más polémicos en la implementación de los
La Habana (Cuba), entre el gobierno del presidente Santos acuerdos, teniendo como una de sus últimas disputas las
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

de la conflictividad social y de las petición, que serían un insumo fun-


formas de violencia, así como en la y las Farc-EP, se logra la firma de un acuerdo de paz —no- damental para emprender el largo y objeciones a seis de los 159 artículos a Ley Estatutaria de
constitución de un ethos nacional viembre de 2016, después de un poco más de cinco años de difícil camino de la reconciliación la JEP formuladas por el Presidente en marzo del presen-
más equitativo y plural (Gutiérrez, negociación—, a partir del cual se le pone fin a una confron- y la reconstrucción del tejido social te año (2019) y que fueron discutidas en el Senado sin lo-
2014). Todas estas dinámicas han tación bélica de más de medio siglo, en la que la mayor par- colombiano (García et al., 2012). grar un consenso y sin emitir un juicio sobre su validez a
tenido una incidencia importan- te de las víctimas han sido civiles (Comisión Histórica del En general, las dificultades que comienzos de mayo y, por tanto, dejando que sea la Corte
te sobre la constitución del tejido Conflicto y sus Víctimas, 2015). han venido atravesando la imple- Constitucional quien decida sobre las mismas.
social, el desempeño institucional, Desde hace ya algunos años, en Colombia y en otras so- mentación de los acuerdos de paz se Habría que señalar que la JEP es un mecanismo funda-
DEBATES

económico, e incluso cultural de ciedades que como ésta atravesaron conflictos internos, se podrían ubicar en tres grandes regis- mental de justicia transicional que debe lograr un complejo
la sociedad colombiana (Palacios, vienen analizando las posibilidades de que dichas socieda- tros: jurídicos, políticos y sociales. equilibrio entre sanción jurídica a los implicados en delitos
2011; Gómez, 1999; Sánchez, 1987). des transiten por el denominado posconflicto; es decir, por un cometidos en el marco del conflicto armado interno, de tal
Desde la segunda mitad del si- proceso de reconciliación, reparación y reconstrucción del Dificultades jurídicas manera que pueda garantizarse a las víctimas el acceso a la
glo XX se han llevado a cabo dife- tejido social y de las víctimas —producir una especie de su- verdad, la justicia, la reparación y la no repetición. Pero tam-
rentes iniciativas para ponerle fin tura del corpus social que intervenga sobre las almas amila- En el ámbito de lo jurídico —sin bién debe crear un marco jurídico general a partir del cual
a las dinámicas de confrontación nadas, los odios almacenados, las dignidades socavadas, los ser nuestro campo disciplinar y de haya incentivos —y sanciones— para quienes decidan co-
partidista y social, así como a los afectos truncados, los duelos no resueltos y las existencias competencia—, una de las preocu- laborar —y para quienes no— con este mecanismo jurídico
diferentes ciclos de violencia y de empobrecidas—; así como de la confianza en el funciona- paciones centrales radica en poder especial. Al respecto, podría resultar esclarecedor Aristóteles
emergencia y consolidación de di- miento institucional y económico afectados negativamente valorar para investigar, judicializar al indicar que la justicia tiene que ver con tratar a los igua-
versos actores armados. Para fines por las dinámicas de la guerra y sus lógicas de degradación y y sancionar las diferentes conduc- les como iguales y a los desiguales como desiguales, aspecto
de los años 50 con la conformación violación de los derechos humanos (Arias et al., 2014). tas punibles —violación de dere- con el cual la firma del acuerdo de paz había logrado un dise-
del Frente Nacional (1958-1974), Es posible afirmar que lo que se sigue después de la fir- chos humanos, de lesa humani- ño complejo y delicado que atendía tanto a los derechos de
durante la dictadura de Rojas Pini- ma e implementación de un acuerdo de paz como el de La dad, narcotráfico, tráfico de armas, las víctimas, como a un contexto internacional, por ejemplo,
lla (1953-1957), hasta los años 80 y Habana, es la reconciliación (Oficina del Alto Comisiona- rebelión, sedición, etc.— que tanto a través de la Corte Penal Internacional (CPI), cada vez me-
90 con los diferentes gobiernos de do para la Paz, 2016). O sea, un tercer momento lógico del los miembros de las Farc como del nos permisivo y más vigilante con este tipo de acuerdos.
Dificultades políticas
90 no, sino, más bien, el Estado con un
91
contradictor político-militar que
En el ámbito político, valdría la pena durante más de medio siglo había
formular una pregunta que podría puesto en vilo al orden institucio-
resultar obvia, pero que sería perti- nal, económico y social colombia-
nente analizar: ¿qué hace especial o no.
relevante el acuerdo de paz logrado También se podría argumen-
entre el Estado y las Farc-EP? tar asuntos referidos con la falta
En primer lugar, reconocer que de incentivos de la clase política
haber concluido a través de un pro- regional y nacional para apoyar la
ceso de negociación una guerra implementación de los acuerdos,
civil de más de medio siglo es, de dado que se había acabado la “mer-
suyo, un logro valiosísimo, como melada” y, por tanto, los recursos
bien lo atestigua la comunidad in- con los cuales podrían realizar in-
ternacional, por su respaldo a los Behemoth de la guerra civil que hemos padecido la mayoría versiones en sus regiones y loca- nuos ataques y objeciones a su implementación?
procesos de diálogo y por los acuer- de las colombianas y los colombianos por más de medio siglo. lidades para mantener cautivas a
dos alcanzados (Semana, 2016a). Nótese que al hablar del proceso de negociación no clientelas y sectores sociales (Ma- Dificultades sociales
En segundo lugar, porque una par- se alude al “Gobierno”, sino al “Estado”, porque a pesar de nettto, 2018). O incluso se podría
te de la sociedad colombiana, in- que hubiera sido en los mandatos presidenciales de Juan argumentar que la clase política Esto nos remite a las dificultades sociales que han venido

Los laberintos de la paz y la reconciliación


cluidas las las víctimas, reconoce Manuel Santos (2010-2018), no se puede olvidar que estos —en tanto actores racionales, es movilizando la implementación de los acuerdos. Al res-
que es un logro importante para la gobiernos encarnan las instituciones, las reglas de juego y decir, calculadores de beneficios pecto, es posible indicar que en la reconstrucción del tejido
construcción de la paz y de la re- los recursos del poder funcional e infraestructural del Esta- y costos en sus actuaciones, deci- social y en las representaciones sociales, para el país y las
conciliación tener un contradictor, do y, por tanto, no solo actúan como gobiernos sino, y ante siones y apoyos—, reconocía que regiones —con niveles diferenciados—, se han tenido acce-
sos a procesos modernizadores, los cuales cada vez más
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

un antagonista político, el partido todo, como Estado. Aunque una parte importante de la clase la correlación de fuerzas estaba
Fuerza Alternativa Revolucionaria política desee y construya una suerte de “amnesia selecti- de nuevo en el discurso belicista introducen a los sujetos y a la sociedad en las relaciones y
del Común —Farc— que “eche dis- va” sobre cómo leer la realidad y sobre los responsables de y de seguridad que despliega un prácticas mercantiles y financieras, así como en los usos de
cursos” en los ámbitos de delibera- nuestros problemas, conflictos y violencias. Desde la mo- grupo político como el Centro De- tecnologías e infraestructuras propias de las sociedades de
ción y de toma de decisiones y no dernidad hasta hoy, los Estados —al menos en la perspec- mocrático, ganador en las últimas mercado (Caballero, 2016; Estrada, 2004). Sin embargo, entre
“bala”. En tercer lugar, porque con tiva weberiana, que es la más socorrida para hablar de los elecciones presidenciales, y que, una importante porción de las colombianas y colombianos
el acuerdo se podría descentrar la atributos de esta “asociación de dominación” (Weber, 2002) por tanto, requiere alinearse con se asiste a visiones de mundo, a valores y prácticas ancla-
atención de la guerra como teatro en el occidente cristiano— buscan ofrecer y garantizar den- las objeciones jurídicas, políticas das en una época premoderna, propia de una sociedad se-
DEBATES

de diagnóstico y discusión de los tro de un territorio delimitado y para una población concre- y sociales a la implementación de ñorial y estamental (Jaramillo, 1994). Se instituye un ethos
problemas nacionales —seguridad, ta, con pretensiones de legitimidad, unos niveles básicos de los acuerdos de paz para obtener que valida imaginarios y formas de actuación a partir de las
narcotráfico, orden público, etc.—, seguridad y bienestar social. los recursos financieros y burocrá- cuales es común el recurso a la violencia y a la discrimina-
y comenzar a ver otros conflictos Lo paradójico de la situación colombiana radica en que- ticos que le garantice la continui- ción para la tramitación de buena parte de la conflictividad
y cuestiones sociales no resueltos rer hacer pasar los procesos de negociación como si solo dad de su carrera política, máxime social (López, 1995; Sánchez, 1987; Uribe, 2001). Este ethos se
o (in)visibilizados por las lógicas fueran un asunto de los gobiernos de turno, como si solo cuando en octubre de 2019 hay una expresa en términos de exclusión social, limitaciones en el
de la confrontación armada, en- fueran un tema que compete a una determinada clase polí- reconocimiento de la diferencia, el respeto a los derechos
nueva contienda electoral para la
tre ellos los altísimos niveles de tica o una determinada élite o sector social que se beneficia humanos, la tolerancia social; todas como expresiones de
selección de autoridades locales y
con ellos, dejando de lado, en primer lugar, que como man- una modernidad por lograr en nuestra sociedad.
exclusión, de desarrollo regional regionales (2020-2023).
dato constitucional, al menos desde la Constitución de 1991, El choque entre la modernización económica y tecnoló-
desigual, las violencias sexuales y Sin embargo, ¿qué explica
la búsqueda de la paz y del bienestar de los colombianos gica y la falta de una buena dosis de modernidad, según la
de género que obedecen a patrones que una parte importante de la
está dentro de los fines esenciales del Estado. En segundo
culturales y androcéntricos que re- población en Colombia aún no expresión previamente utilizada, puede catalogarse como
lugar, también deja de lado a una cantidad enorme y doloro-
quieren ser pensados, denunciados pueda considerar los acuerdos traumática, debido a que Colombia es un país de regiones
sa de víctimas de esta guerra civil, que nos ubica a una —o
y sobre todo transformados; en fin, alcanzados con las Farc-EP un en donde conviven valores tradicionales relativos a la fa-
uno— de cada seis de nosotras y nosotros en esta condición
ocuparnos de una Colombia y de lacerante y persistente (CNMH, 2018). En este sentido, es gran logro para la sociedad y, por milia y la religión con lógicas modernas de acumulación de
una sociedad invisibilizadas por el posible asegurar que quien firmaba la paz no era un gobier- tanto, no se inmute ante los conti- capital y modernización globalizadora. En un autor como
Habermas, por ejemplo, ese choque
92 la misma puede cumplir al favore-
93
concierne a diversas localizacio- cer escenarios de reconciliación y
nes en las que se da una asimul- de reconstrucción del tejido social
taneidad entre cultura y sociedad. es importante, pues permitiría la
Se trata de una modernización ex- generación de
pansiva de la sociedad, pero que no
está en consonancia con las raíces prácticas sociales y di-
culturales. La pérdida o amenaza rectrices que posibiliten
de pérdida de los valores tradicio- verdaderas transforma-
nales produce una reacción de do- ciones en sus miem-
lor no compensado ni subsanado bros y, asimismo, pue-
por la mejora en las condiciones da garantizar que las
materiales de vida. acciones restaurativas
En este sentido, las tensiones que se emprendan, bien
que desde el comienzo generaron que deriva en un efecto de humillación y de rabia (Haber- entre individuos o en la flicto sostenible? Universidad de los Andes, Facultad
los diálogos, así como su refren- mas, 2001). Estas ideas permiten proponer que más allá de comunidad, respondan de Economía, CEDE, Ediciones Uniandes, Bogotá, 268
dación e implementación están la confrontación de grupos políticos o aún de personajes de a principios morales p.
también relacionadas con que para la política, que se apropian la representación de las posicio- y políticos igualitarios CABALLERO, Carlos (2016) La economía colombiana en el
una parte de la población los mis- nes antagónicas de lo que debe ser la implementación de (De Gamboa,2004: 7). siglo XX. Debate - Penguin Random House Grupo Edi-

Los laberintos de la paz y la reconciliación


mos pueden colegirse como ame- los acuerdos, se trata del choque de visiones del mundo en torial, Bogotá, 296 p.
nazas al orden institucional y a pugna y sobre todo de la amenaza de disolución de tradicio- En los próximos años, la re- CENTRO NACIONAL DE MEMORIA HISTÓRICA (CNMH)
las “buenas” costumbres en tanto nes y valores incorporados en el “alma” nacional, expresán- gión y el país tendrán que ir cons- (2013) ¡Basta ya! Colombia: memorias de guerra y dig-
propiciaban la expropiación de la dose diferencialmente en las distintas latitudes del país. truyendo los mecanismos insti- nidad. Resumen. CNMH, Bogotá, 120 p.
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

propiedad y la instauración de un A pesar de las diferencias geográficas y poblacionales tucionales —jurídicos, políticos, CENTRO NACIONAL DE MEMORIA HISTÓRICA (CNMH)
es posible afirmar un sustrato común que refleja los obs-
régimen “castrochavista”, el ma- económicos—, así como sociales (2018) Sujetos victimizados y daños causados. Balance
táculos culturales para la reconciliación, para el reconoci-
trimonio igualitario, el aborto y la y culturales a partir de los cuales de la contribución del CNMH al esclarecimiento histó-
miento del otro como diferente, expresado en despojarlo
adopción de menores por parejas sea posible la deconstrucción de rico. CNMH, Bogotá, 222 p.
de su condición de sujeto (Uribe, 2017) ya sea mediante el
del mismo sexo; genéricamente desconocimiento, la degradación, la humillación, o incluso la figura del enemigo, así como el COMISIÓN HISTÓRICA DEL CONFLICTO Y SUS VÍCTIMAS
calificadas como ideología de gé- el aniquilamiento. Todas estas representaciones y prácti- trabajo de la resignificación del (2015) Contribución al entendimiento del conflicto ar-
nero, entre otras disposiciones que cas condicionan la solución de las discrepancias por vías otro, para propiciar verdaderos es- mado en Colombia. Alto Comisionado para la Paz, Bo-
pondrían en vilo al orden imperan- distintas a las de la intimidación y de la fuerza. cenarios para la reconstrucción gotá, 809 p.
DEBATES

te. Los sectores sociales y políticos La reconciliación en una sociedad que como la nuestra del tejido social, la búsqueda de DE GAMBOA, Camila (2004) “Perdón y reconciliación polí-
que defendieron esa posición y que ha atravesado por diversos procesos y dinámicas de violen- caminos para la reconciliación y tica: dos medidas restaurativas para enfrentar el pa-
obtuvieron una mayoría por el “no” cia, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, será una ta- así tal vez, la anhelada y esquiva sado”. En: Revista Estudios Socio-jurídicos, Vol. 6, N°.
en la votación del plebiscito que rea dispendiosa y de larga duración. No solo por las lógicas paz. Para que se haga un tránsito 1, enero-junio, Universidad del Rosario, Bogotá, pp. 81-
avalaba los acuerdos de La Habana de retaliación (Pécaut, 1997; Kalyvas, 2004) y de venganzas del estancamiento a la movilidad, 110.
(octubre de 2016), fueron acompa- de sangre (Uribe y Vásquez, 1995) que dichos procesos han para desprenderse del pasado y así ESTRADA, Jairo (2004) “Primera parte. Génesis e itinerario
movilizado entre las poblaciones víctimas de los diversos
ñados por distintas iglesias (Sema- abrirle espacio al futuro, como un del proyecto neoliberal”. En: Estrada, Jairo (2004) Cons-
actores armados e institucionales, en el marco del conflicto
na, 2016b; 2016c). renacimiento para que la sociedad trucción del modelo neoliberal en Colombia. 1970-
armado interno, sino también por los desiguales niveles de
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P
eligros de la
reforma rural
integral
(punto uno del Acuerdo de
Paz de la Habana) en el
gobierno de Iván Duque

María Rocío Bedoya Bedoya


Profesora de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas
Universidad de Antioquia
maria.bedoya@udea.edu.co
E
l acuerdo de tierras se produce en el marco de
las negociaciones realizadas en La Habana, y
fue posible por el cambio generado en el gobier-
no Santos en cuanto al reconocimiento de la
existencia de un conflicto armado interno y la
necesidad del Estado de reconocer, reparar a las
víctimas y restituirles sus tierras (Ley 1448 de
2011), además de admitir la importancia de su-
perar estas realidades socioeconómicas y polí-
ticas y el conflicto armado, por la vía negociada.
La reivindicación fundamental de las Farc-
EP que justifica su alzamiento y su programa,
es la pobreza del campesinado y la ausencia de
una reforma agraria en un país donde la con-
centración de la tierra, el despojo de millones
de hectáreas de tierras de los campesinos por
la violencia y el abandono del Estado han sido
las causas de la miseria de millones de campe-
sinos, comunidades indígenas y comunidades
afrodescendientes. De allí que, el reconocimien-
to de esa realidad en el Acuerdo, la disposición
de un fondo de tierras de tres millones de hec-
táreas para distribuir gratuitamente entre cam-
pesinos pobres, la formalización de la propiedad
sobre la tierra de siete millones de hectáreas y
la disposición de planes nacionales para pro-
veer de bienes públicos a las zonas campesi-
nas, constituyan un significativo avance en el
concepto de “bienestar y buen vivir” que recoge
repetidamente el texto del Acuerdo.
98 ción de la tierra en Colombia y las desigual-
dades que este ha generado, lo que dio lugar
al surgimiento de la guerrilla. En materia de
saria para garantizar el desarrollo social y el
estímulo a la productividad campesina. Así
mismo, se debe adoptar una política de se-
propiedad de la tierra y la necesidad de catas-
tro rural en beneficio del pequeño campesino
y del desarrollo territorial.
tierras, se acordó la constitución de un “Fon- guridad alimentaria y trabajar en función del
do de tierras para la reforma rural integral”, fortalecimiento de los mercados regionales. La implementación del acuerdo de tierras
cuyo propósito es Si bien se registran avances importantes en el Gobierno Santos
Lograr la democratización del acceso a en esta materia, es preciso señalar que aún
la tierra en beneficio de los campesinos y de quedan asuntos pendientes de hondo calado En 2015, el gobierno creó la Misión Rural para
manera especial las campesinas sin tierra en lo que se refiere a la reforma agraria, lo que pensar los problemas del campo colombia-
Si se suma a esto el objetivo de la ley de o con tierra insuficiente y de las comunida- tiene que ver con: el latifundio, la delimita- no. Dicha misión se propuso desarrollar las

Peligros de la reforma rural integral (punto uno del Acuerdo de Paz de la Habana) en el gobierno de Iván Duque
víctimas y restitución de tierras, se crea una des rurales más afectadas por la miseria, el ción de la propiedad, las políticas públicas que siguientes seis estrategias para superar las
gran expectativa para la verdadera transfor- abandono y el conflicto, regularizando los prohíban la extranjerización del territorio, la limitaciones en el sector rural:
mación del campo, lo que el acuerdo deno- derechos de propiedad y en consecuencia regulación sobre la extracción minero-ener- • Ordenamiento y desarrollo territorial,
mina Reforma Rural Integral. Sin embargo, desconcentrando y promoviendo una dis- gética y de agro-combustibles que respete la que busca desarrollar instrumentos (normas,
recordemos que el Gobierno Santos repetida- tribución equitativa de la tierra. (Gobierno y vocación agrícola de los territorios, la autono- leyes, incentivos) que regulen la propiedad, el
mente afirmó que en los diálogos de La Ha- Farc-EP, 2017). mía de las comunidades y las bases del mo- uso, la distribución, la conservación y explo-
bana no se estaba negociando, ni el modelo Este Fondo de 3 millones de hectáreas delo de desarrollo rural integral acordado en tación de la tierra y los recursos naturales del
de desarrollo, ni el modelo militar del país; lo se alimentará de tierras provenientes de la La Habana; del mismo modo se precisa de una territorio buscando el equilibrio entre lo so-
que significa que tampoco el modelo de de- extinción de dominio, baldíos recuperados a renegociación de los tratados de libre comer- cial, lo económico y lo ambiental.
sarrollo agrario, que está atado a la gran pro- favor de la nación, tierras de la actualización cio, los planes de ordenamiento territorial, el • Cierre de brechas sociales con enfoque
ducción agroindustrial, a los tratados de libre de la reserva forestal, tierras adquiridas por uso del suelo y el derecho real de superficie, de derechos, la cual tiene como objetivo la
comercio para la exportación y al beneficio el Estado y tierras donadas para el Fondo de además, de la creación del Consejo Nacional inclusión social de los pobladores del campo
de las empresas y empresarios privados del tierras.Así mismo, se decidió diseñar un plan de la Tierra (Villarraga Sarmiento, 2016). Todo a través de la provisión de bienes de interés
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

campo, está comprometido con el Acuerdo de masivo de formalización de la pequeña y me- lo anterior evidencia que el gran pendiente de social con modelos de intervención que res-
paz en materia de tierras. diana propiedad rural y formación y actuali- la negociación es el modelo económico. pondan a las necesidades del campo.
zación del catastro e impuesto predial rural, Más aún, esta “locomotora” del modelo de • Inclusión productiva cuyo objetivo es
La reforma rural integral en el Acuerdo dado los altos niveles de informalidad que desarrollo de Santos y la “locomotora minera”, incorporar a los pobladores del campo en di-
de La Habana existen en Colombia en materia de titulación están exentas de discusión y tratamiento en el námicas económicas, complementando la
de tierras. También se acordó promocionar acuerdo de tierras de La Habana. Ello explica estrategia de inclusión social. Se busca de-
En junio de 2013 se dio a conocer que la mesa planes nacionales de desarrollo con enfoque por qué, por ejemplo, ya publicado desde mayo sarrollar mecanismos para que los pequeños
de conversaciones entre el Gobierno y las territorial (Mesa de conversaciones, 2016), lo de 2013 el acuerdo de tierras, el Gobierno expi- productores y los trabajadores rurales se inte-
DEBATES

Farc había llegado a un acuerdo sobre el pri- cual supone un compromiso con las necesi- dió a principios de 2016 la Ley Zidres que in- gren a los mercados, alcancen una remunera-
mer tema de la agenda: Desarrollo agrario dades de cada territorio y las particularida- tenta legalizar la apropiación ilegal de baldíos ción justa y mejoren su bienestar.
integral con enfoque territorial. Muchos co- des de sus habitantes (Bedoya, 2018). de la nación en manos del gran empresariado • Desarrollo de una ruralidad competitiva
lombianos consideraron que este era un buen El Acuerdo crea los Programas de desa- agroindustrial nacional y transnacional y ex- con énfasis en el sector agropecuario, dado
mensaje, ya que se avanzaba en la discusión rrollo con enfoque territorial (PDET) con el plica también cómo tras la derrota del plebis- que el país tiene un gran potencial económico
y concreción de un acuerdo y se mostraba la objetivo de “lograr la transformación estruc- cito en octubre de 2016, en la renegociación basado en la ruralidad. Tiene como propósito
posibilidad de un arreglo en temas tan sen- tural del campo y el ámbito rural, y un rela- que estableció con los sectores del “no”, el Go-
sibles y controversiales como el agrario, lo cionamiento equitativo entre el campo y la bierno pretendiera demostrar que no se estaba
cual significa que sí es posible solucionar el ciudad”. Incluye criterios de priorización de poniendo en entredicho la propiedad privada,
conflicto armado conversando (Vargas Ve- territorios, planes de acción para la transfor- no se estaba negociando un nuevo modelo
lásquez, 2013). mación regional y mecanismos de participa- económico, ni el Estado de Derecho, ni se es-
Como se ha dicho, el primer punto de la ción activa de las comunidades. taba comprometiendo la seguridad jurídica de
negociación fue el referido al desarrollo rural Con los Planes nacionales para la reforma las grandes empresas agropecuarias. Dicha
integral, aspecto de gran relevancia, dado que rural integral se asumió, además, la respon- renegociación, en cambio, puso en entredicho
precisamente es el problema de concentra- sabilidad de construir infraestructura nece- el acento en el carácter redistributivo de la
Decretos del fast track sobre tierras con control de constitucionalidad

100 que permita arrojar información más precisa


sobre la cantidad y calidad de las necesida-
des básicas insatisfechas de esta población.
Decretos
fast track
Temas Problemas

No se definen instrumentos y mecanismos para efectivamente confor-


mar y alimentar el fondo de tierras con grandes latifundios inadecuada-
Crea el Fondo de tierras
Por otra parte, el análisis de las condiciones 902 del mente explotados ni prioriza la recuperación de los baldíos; en cambio,
para la reforma rural crea la acción de nulidad agraria con lo cual se prevé mayores dilaciones.
socioeconómicas es otra cuestión relevante, 29/05/17 También se prevén conflictos entre campesinos e indígenas en el proce-
integral
con el fin de identificar las condiciones pro- so para determinar los territorios ancestrales.
ductivas, de empleo y en general del aparato
Tener clara las fuentes del fondo de tierras implica la reversión
económico de los territorios rurales, bajo el de los baldíos adjudicados fraudulentamente; se requiere una
enfoque de desarrollo territorial. Crea el Programa nacio- revisión de los títulos mineros, para darle prioridad a las comuni-
Asimismo, se precisa el análisis de los 896 del nal integral de sustitu- dades campesinas y étnicas; que las víctimas, las comunidades
el impulso de la competitividad por medio de

Peligros de la reforma rural integral (punto uno del Acuerdo de Paz de la Habana) en el gobierno de Iván Duque
la provisión adecuada de bienes públicos y el niveles de organización social y participa- 28/05/17 ción de cultivos de uso étnicas y los campesinos que no han tenido acceso a la tierra
ilícito —PNIS— o no gozan de su titularidad sean realmente los sujetos de
fomento de un ambiente macroeconómico y ción política de los campesinos, los jóvenes derechos de la reforma y simultáneamente estos territorios sean
financiero apropiado. y las mujeres rurales, ya que es importante reparados de manera colectiva
• Elementos de sostenibilidad ambiental la construcción del tejido social, a efectos de Los aspectos cuestionados a este decreto, según Codhes (2017),
para el desarrollo rural, con lo cual se preten- dotar de sentido el territorio a través de las Crea los Programas de son: la autonomía territorial; la consulta previa, libre e informada
relaciones entre los sujetos, sus organizacio- 893 del y el derecho a la reparación de las víctimas, particularmente de
de generar las condiciones de sostenibilidad desarrollo con enfoque
las comunidades rurales victimizadas, y el enfoque reparador de
para las actividades rurales por medio de ins- nes y sus formas de participación política; 28/05/17 territorial —PDET—
los PDET.
trumentos que contribuyan a la conservación entendiendo el territorio como escenario de
del patrimonio del país en materia de aguas, relaciones de poder y toma de decisiones en Flexibilización de requisitos exigidos por el MEN, vulneración
892 del Crea un régimen transi- del derecho a la igualdad vs medida razonable en zonas rurales
suelos, biodiversidad, riqueza forestal y adap- las que la participación de los actores impli- torio para la acreditación
cados es fundamental (Semillero de Estudios 28/05/17 en alta calidad de los PAL afectadas por el conflicto y por la pobreza.
tación al cambio climático.
Políticos Rurales UdeA, 2014). en pregrados
• Reforma institucional profunda, que tiene
como fin contar con un arreglo institucional in- Ahora bien, en lo que tiene que ver con los En general, el decreto responde lo que señala el Acto Legislativo
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

tegral y multisectorial, políticas claras, amplia decretos del fast track expedidos para imple- para la Paz, sin embargo, se resaltan dos elementos ausentes en
mentar el Acuerdo de paz en temas de tierra, Normas tendientes a el decreto: 1. No se hace mención específica a la instalación de
presencia y capacidad de ejecución a nivel te-
implementación del Plan infraestructura necesaria para el servicio de energía eléctrica. 2.
rritorial, que involucre a la sociedad civil orga- resulta preocupante la gran burocratización y nacional de electrifica- No se hace mención al acceso comunitario a internet. Además, el
recentralización en contra de lo que el mismo 884 del
nizada y al sector privado en la planeación, la ción rural en el marco del Ministerio de Minas y Energía es el responsable de la implemen-
acuerdo llama “Paz territorial”, donde la par- 26/05/17 Acuerdo Final tación de los planes sin veeduría local o de alguna otra entidad.
toma de decisiones, la ejecución de programas
Esto podría suponer presiones en relación con consultas popu-
y proyectos y el seguimiento de resultados, con ticipación de las regiones parece reducida a
lares relacionadas con la explotación minero-energética; por ello
el fin de darle a los pobladores rurales un papel aplicar y ejecutar las orientaciones que desde es necesario definir contrapesos en este proceso, o establecer
protagónico como gestores y actores de su pro- el nivel central se definan, lo cual va en con- veedurías ciudadanas.
DEBATES

pio desarrollo. (Ocampo, 2014). travía del principio de autonomía territorial El decreto utiliza verbos no programáticos como “promoción”
Sin embargo, las estadísticas del sector previsto en el artículo 287 de la Constitución o “socialización” sin un lenguaje de garantía de derechos. Ello
Formulación del Plan na- ocurre de manera particular, en lo que se refiere al punto de solu-
agropecuario y el diagnóstico de la pobreza Política, del cual se desprende el propósito de
890 del cional de construcción y ciones tecnológicas para el acceso a agua potable y tratamiento
rural 2010 - 2014, revelan que un desarrollo ru- descentralización. 28/05/17 mejoramiento de vivien- de aguas residuales (Codhes, 2017). Además, los subsidios de
ral sostenible para Colombia supone la inter- da social rural vivienda de interés social rural serán operados por un actor priva-
La Reforma rural integral en el Plan Nacional do, lo cual va en contravía de la implementación de los acuerdos
vención estructural del Gobierno, a partir de
con enfoque territorial, que supone el fortalecimiento de las
un diagnóstico que dé cuenta de otras varia- de Desarrollo del Gobierno Duque autoridades locales y participación de la comunidad.
bles fundamentales en los territorios rurales,
En el Plan Nacional de Desarrollo 2018 - 2022 Para Codhes es un decreto ley operativo que describe el proceso me-
más allá de la pobreza. Si bien esto es cierto, el
diante el cual se seleccionará la planta educativa en los municipios
diagnóstico de las desigualdades existentes Pacto por Colombia, pacto por la equidad, el Normas sobre servicio priorizados para la implementación del PDET. No incorpora medidas
en los territorios rurales, en los cuales se vive acuerdo de tierras de La Habana no es prio- 882 del educativo estatal y pro- o mecanismos de acceso, ni hace referencia a procesos inclusivos o
fesión docente en zonas de etnoeducación. De hecho, señala que todo será reglamentado por
bajo unas profundas condiciones de pobreza ritario, en cambio se privilegia una visión 26/05/17
afectadas por el conflicto circulares del Ministerio de Educación Nacional.
y exclusión, se considera que estas variables agroindustrial del modelo de desarrollo que Por su parte la PGN considera que son medidas necesarias que
armado
deben posibilitar la construcción del diagnós- prioriza un enfoque de la gran producción se encuentran acordes con la CP para garantizar el derecho funda-
mental a la educación en zonas que han estado afectadas por la
tico desde una óptica plural y participativa, para el mercado mundial, los beneficios para violencia.

Fuente: Elaboración propia con información de la Procuraduría General de la Nación (2017) y Codhes (2017).
102 no cumplir las metas establecidas en cuanto
a la restitución de tierras, a pesar de que sólo
el 12% de las víctimas incluidas en el registro
CASTILLA, A. (2015). La disputa por los bal-
díos: ¿el campo para los inversionistas
o para el campesinado? 475. En: http://
ración en el Plan Nacional de Desarrollo.
En: https://amp.elespectador.com del 11
de febrero de 2019, consultada el 8 de ju-
nacional han sido reparadas. Más grave aún, viva.org.co/cajavirtual/svc0326/, con- nio de 2019.
si consideramos las altas cifras de asesina- sultada el 1°. de julio de 2016. Mesa de conversaciones para la terminación
tos de líderes sociales en el gobierno Duque, CONSULTORÍA PARA LOS DERECHOS HUMA- del conflicto y la construcción de una
especialmente de aquellos vinculados a los NOS Y EL DESPLAZAMIENTO FORZADO paz estable y duradera en Colombia. En:
procesos de restitución de tierras y de reivin- -CODHES- (2017). Comentarios genera- https://www.mesadeconversaciones.
el gran capital nacional y transnacional vin-
dicación de los derechos campesinos en los les a decretos fast track que tienen im- com.co/, consultada el 1° de julio de 2016.
culados a la producción agraria. Se excluye el
diferentes territorios del país. pacto en los derechos de las víctimas. OCAMPO, J. A. (2014). ¿Qué propone la Mi-

Peligros de la reforma rural integral (punto uno del Acuerdo de Paz de la Habana) en el gobierno de Iván Duque
apoyo a la economía campesina, la pequeña
En relación con el presupuesto desti- En: http://www.codhes.org/~codhes/ sión rural para el campo colombiano?
producción familiar y la democratización de
nado en el PND para la implementación del images/CODHEScomentariosdecretos- En: http://www.las2orillas.co/que-propo-
la tierra recogidos en el Acuerdo de La Haba-
Acuerdo de paz, la asignación claramente in- leyfasttrackvictimas_final.pdf, consul- ne-la-mision-rural-para-el-campo-co-
na. (Herrera, 2019).
suficiente de recursos demuestra la decisión tada el 14 de octubre de 2017. lombiano/, consultada el 21 de junio de
Se debilitan los propósitos de redistribu-
de este gobierno de hacer trizas el Acuerdo CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE COLOM- 2016.
ción de la tierra en beneficio de los pequeños
de paz, no solamente por su desfinanciación BIA, Ley 1776 (2016), Ley Zidres por la OSPINA, J. M. (2019). Duque no volvió trizas
productores del campo, de formalización de la
sino también por el cambio de ritmo (Ospina, cual se crean y se desarrollan las zonas los Acuerdos, pero cambió la marcha.
propiedad campesina y de formación y actuali-
2019) que significa en la práctica la congela- de interés de desarrollo rural, económico En: https://www.las2orillas.co del 10 de
zación del catastro rural multipropósito que be-
ción de su implementación. y social. febrero de 2019, consultada el 8 de junio
neficie a los territorios.1 Por tanto, la aspiración
Igualmente, los desmovilizados de las CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA, de 2019.
que planteaba la Misión rural de buscar elimi-
Farc han señalado el incumplimiento del Es- Cámara de Representantes, Plan Nacio- PELÁEZ, L. D. (2013). El chicharrón de los
nar las brechas económicas y sociales entre
tado en cuanto a la dotación de tierras para nal de Desarrollo 2018-2022, Pacto por baldíos. En: http://www.semana.com/
campo y ciudad, también queda relegada.
el desarrollo de los proyectos productivos de Colombia, pacto por la equidad —PND— nacion/articulo/el-chicharron-bal-
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

En segundo lugar, el PND refleja un retor-


los reincorporados en los diferentes espacios (2019). En: http://www.camara.gov.co/ dios/346489-3, consultada el 18 de julio
no a la seguridad democrática del gobierno
territoriales de paz. plan-nacional-de-desarrollo-2018-2022, de 2016
Uribe en cuanto recoge su propuesta de “Zo-
consultada el 8 de junio de 2019. PNUD. (2011). Colombia rural. Razones para la
nas de rehabilitación y consolidación” nom-
Referencias bibliográficas REPÚBLICA DE COLOMBIA. (1991). CONSTI- esperanza. En: http://escuelapnud.org/
bradas ahora como “Zonas estratégicas de
TUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA. Bogo- biblioteca/documentos/abiertos/06_
intervención integral” —ZEII—. Este cambio ACUERDO FINAL GOBIERNO DE COLOMBIA – tá: Legis. indh2011co.pdf, consultada en junio 3 de
de enfoque hacia la seguridad nacional deja FARC-EP (2017). Para la terminación del DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEA- 2016.
de lado la necesidad de desarrollar los Pro- conflicto y la construcción de una paz
CIÓN —DNP— (2014). Misión para la PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA. Decreto Ley
DEBATES

gramas de desarrollo con enfoque territorial estable y duradera. Bogotá: ediciones


desde abajo. transformación del campo colombia- 902 (2017), por el cual se adoptan medi-
—PDET—, fundamentales para la implemen-
BEDOYA BEDOYA, R (2019). Luces y sombras no, En: https://colaboracion.dnp.gov.co/ das para facilitar la implementación de
tación del acuerdo de tierras de La Habana.
en la implementación del Acuerdo de CDT/Prensa/DOCUMENTO%20MAR- la Reforma rural integral contemplada
En cuanto a la implementación de la Ley tierras en Colombia. En: Revista Estudios CO-MISION.pdf, consultada el 21 de julio en el Acuerdo final en materia de tierras,
de víctimas y restitución de tierras, el enfo- Políticos N°. 54 (2019): Elecciones 2017- de 2016. específicamente el procedimiento para
que del actual gobierno, aun cuando afirma 2018 en América Latina ante el cambio
DIARIO OFICIAL N|. 49.954 de 3 de agosto de el acceso y formalización y el Fondo de
que mantiene la importancia de la repara- de ciclo político del Instituto de Estudios
2016. Decreto 1273, por el cual se adicio-
ción a las víctimas, expresa su voluntad de Políticos de la Universidad de Antioquia.
na una parte al Libro 2 del Decreto 1071
de 2015, Decreto único reglamentario
del sector administrativo agropecuario,
pesquero y de desarrollo rural relaciona-
1
En julio de 2019 el gobierno colombiano recibe un crédito de 150 millones de dólares de parte del Banco Mundial y da con las Zonas de interés de desarrollo
del BID para el desarrollo del catastro multipropósito acordado en La Habana, pero en el discurso del actual gobierno rural, económico y social (Zidres).
no se menciona para nada el Acuerdo de Paz, como si fuera una iniciativa independiente del gobierno Duque. Ver:
HERRERA DURÁN, N. (2019). Desafinación de
https://www.elespectador.com/economia/creditos-por-us-150-millones-recibe-el-gobierno-para-catastro-multipro-
posito-articulo-871392, consultado el 29/07/2019. la paz, visión militarista y menos repa-
104 PROCURADURÍA GENERAL DE LA NACIÓN
DE COLOMBIA. (2017). Conceptos. En:

E
https://www.procuraduria.gov.co/portal/
index.jsp?option=co.gov.pgn.

l Acuerdo crea los Programas de desarrollo con en-


tierras. foque territorial (PDET) con el objetivo de “lograr la

Peligros de la reforma rural integral (punto uno del Acuerdo de Paz de la Habana) en el gobierno de Iván Duque
PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA. Decreto transformación estructural del campo y el ámbito
Ley 896 (2017), por el cual se crea el Pro- rural, y un relacionamiento equitativo entre el cam-
grama nacional integral de sustitución po y la ciudad”.
de cultivos de uso ilícito —PNIS—.
PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA. Decreto
Ley 893 (2017), por el cual se crean los
Programas de desarrollo con enfoque te-
rritorial —PDET—.
PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA. Decreto
Ley 892 (2017), por el cual se crea un ré-
gimen transitorio para la acreditación
en alta calidad de los programas acadé-
micos de licenciaturas a nivel de pregra-
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

do que son ofrecidos en departamentos


donde se localizan municipios prioriza-
dos para la implementación de los Pro-
gramas de desarrollo con enfoque terri-
torial —PDET—.
PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA. Decreto
Ley 884 (2017), por el cual se expiden
normas tendientes a la implementación
DEBATES

del Plan nacional de electrificación rural


en el marco del Acuerdo final para la ter-
minación del conflicto y la construcción
de una paz estable y duradera.
PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA. Decreto
Ley 890 (2017), por el cual se dictan dis-
posiciones para la formulación del Plan
nacional de construcción y mejoramien-
to de vivienda social rural.
PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA. Decreto
Ley 882 (2017), por el cual se adoptan
normas sobre la organización y presta-
ción del servicio educativo estatal y el
ejercicio de la profesión docente en zo-
nas afectadas por el conflicto armado.
P
“¿Cómo etnografiar el poder, con su estrategia
clásica del pacto de silencio sellado entre pares,
raramente falible en cualquiera de sus escenas
—patriarcal, racial, imperial, metropolitana—? ”

or una
(Segato, 2016)

política
I. El Pacto de silencio

C
vincular
omo a un pacto de silencio se refieren algunas
feministas (Despentes, 2006; Ziga, 2009; Segato,
2016) a esa dificultad para hablar de la violencia
sexual, que ocurre sobre todo contra las muje-
res. Un pacto entre pares, pero del que también
participamos nosotras. El primer caso, el pacto
entre pares, ha sido estudiado por Manuel Sán-
chez (2013), quien luego de un análisis minucio-
so de las guerras en el mundo y la legislación
creada para regularlas, concluye que este silen-
cio sigue implícito. Participan de él tanto ven-
cidos como vencedores, puesto que la violencia
sexual ha sido una táctica de todos los ejérci-
tos y las implicaciones de llevar cada caso a la
justicia penal, serían devastadoras para ambos
bandos del enfrentamiento.
A su vez, Despentes (2006) se refiere explí-
citamente a la violación (no ya a la violencia
sexual), y analiza el silencio cruzado de hom-
bres y mujeres en vínculo con la vergüenza. Se
María Ochoa Sierra1 pegunta, ¿Por qué los hombres no confiesan tan
fácilmente haber cometido una violación? ¿Por
Profesora ocasional del Instituto de Estudios Políticos qué se refieren a la violación con otras palabras
Universidad de Antioquia
maria.ochoas@udea.edu.co como forcejeo, o por qué se alude a un consenti-
miento implícito en el estado alterado de la víc-
tima o en cierta predisposición o ligereza eró-
tica? ¿Cuál es la palabra que tradicionalmente
entra en duda? En otros términos, estamos ha-
blando acá de múltiples y desiguales relaciones
de poder, pero también de puntos de vista, es de-
cir posicionamientos. ¿Qué hace que un hombre
que violó, condene la violación y crea (o diga),
1
Investigadora del grupo Hegemonía, guerras y conflictos del IEP, y del grupo Cultura, violencia y territorio del INER. que lo que hizo fue otra cosa? A su vez, plantea
Despentes (2006), el silencio con respecto a este tipo de crímenes una historia más compleja, como la pornografía, el acoso sexual, la
se vuelve perverso también para la víctima, en cuanto la ubica en violación, el embarazo forzoso, la esclavitud sexual, la prostitución,
el código cultural de su sexo, es decir, sufrir sin poder hacer otra la violencia obstétrica (Coral-Díaz, 2010).
cosa.2 Aquellas que deciden hablar empezarán por nombrarlo de
otra manera, pues la palabra violación encubre una sensación de II. Las memorias mutiladas
inoculación que se acalla pero no se deshace (hará falta decir, para
el descrédito de algunos, que Virginie Despentes fue violada, exhibe La palabra se debería imponer en estos casos, para reescribir la
así la prueba que le permite hablar en voz alta). historia a partir de memorias que han sido mutiladas, reprimidas
¿En qué radica la incapacidad para nombrar la violencia sexual, o aisladas. Esto conlleva a advertir los elementos que produjeron
para reconocerla públicamente y sacarla del ámbito privado sea su silenciamiento y ocultamiento, la ausencia de representación;
como denuncia o como memoria? En parte, la respuesta a esta las submemorias que, latentes o individualizadas, no logran hacer
pregunta parte de lo que se entiende por violencia sexual, pues, parte del relato común de la memoria histórica que también se forja
aunque la agresión se lleva a cabo por medios sexuales, su finalidad en medio de disputas de poder por la enunciación y el significado.
no es de orden sexual, expone una relación de dominación como Ahora, esta historia no es sólo la de las mujeres, pero dada la cons-
expresión de soberanía sobre un cuerpo, por lo general femenino. Es trucción (patriarcal, y no feminista) de estereotipos alrededor de los
un poder físico y moral, que se dirige a la víctima pero también a los sexos y su papel en la sociedad, se considera que la principal afec-
pares a través de ella (Segato, 2016; Sánchez, 2013). tación del conflicto armado que interesa al enfoque de género es la
La vergüenza de las mujeres que han sido violadas viene atada violación (que es lo que se entiende por violencia sexual), y que la

Por una política vincular


a la culpabilidad de no poderse defender, y esto último, a la pregunta mujer es la víctima y el hombre el victimario. Así en singular, como
por la socialización de hombres y mujeres3 (uno como predador y si hubiera un hombre y una mujer prototípica. Esto oculta otras na-
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

otra como víctima) que trae la violación del campo de lo extraor- rrativas de violencia de mujeres combatientes hacia otras mujeres
dinario y periférico, al centro de nuestra sexualidad, por supuesto o hacia hombres, y de hombres hacia hombres y en todos los casos,
como algo político. Denunciar, entonces, contribuye a expiar la ver- sin preguntarse por la orientación sexual de la víctima y el victima-
güenza y la culpa y a ubicarlas en el agresor. rio y la relación que esto ocupa en la expresión de la violencia (Sán-
El problema con el testimonio en estos casos es que la prueba chez, 2013; Céspedes-Báez, 2017). Esto conlleva a que 1) se aluda a la
se exige más que para exponer el crimen, para demostrar que real- violencia de personas del mismo sexo como violencia homosexual4,
mente no se lo consentía. La pasividad y la objetivación sexual son adscribiendo una identidad que encarna un prejuicio estereotipado,
características fundamentales de la mujer como víctima que se ex- en otros términos, que quienes sufren este tipo de violencia sean re-
DEBATES

108 109
ponen como objeto de dominación. Pero dentro de estas formas de conocidos como homosexuales o lesbianas; 2) el análisis se centre
violencia sexual, la violación es sólo la más visible, y no puede eclip- en los aspectos sexuales y no en el poder que este tipo de violencia
sar otras que probablemente acaecen en medio del conflicto armado busca infringir; y 3) que un hombre que sufre violencia sexual está
y que ojalá hicieran parte de la narrativa nacional de la guerra para siendo siempre feminizado (Sánchez, 2013).
En ese sentido, la denuncia (sea que esta se haga ante la Ju-
risdicción Especial para la Paz con fines penales, o ante la Comi-
sión de la Verdad con fines restaurativos) contribuye a marcar una
2
Itziar Ziga (2009) plantea que, así como el Estado ostenta el monopolio legítimo
de la fuerza, los hombres lo hacen con respecto a las mujeres. Por supuesto que
ruptura con el pasado y a exponer una vergüenza nacional que ha
conociendo teorizaciones contemporáneas, estas dos afirmaciones pueden ser re- sido relegada al ámbito privado. La forma en que el derecho y los
futadas (en la práctica la soberanía se disputa y las mujeres van a la guerra), pero organismos encargados de procesar estas denuncias reconstruyen
interesa la creación de códigos por medio de los cuales los hombres se asocian de
la masculinidad y la feminidad, especialmente en casos en los que
manera natural a la guerra, y el Estado sigue haciendo uso de la “fuerza de ley”.
3
Pero también a las mitologías, con Zeus el violador en serie (Holland, 2010); o las
representaciones artísticas del harén con mujeres que lucen desnudas y lánguidas,
incluso felices, pese a estar encerradas y ser propiedad de un sultán hasta que éste
sea derrocado por otro (Mernissi, 2006).
4
O llanamente se habla de violencia contra la “comunidad” LGBTI.
tradicionalmente ha habido impunidad y marginalidad, contribu- ción de la ONU en Colombia, correspondiente al período compren-
yen a la confianza para denunciar. Si no se procura la indagación dido entre el 27 de diciembre de 2018 y el 26 de marzo de 2019, a par-
exhaustiva de las condiciones de agresión, sólo podrá construirse la tir de los quince meses desde el establecimiento de la Jurisdicción
verdad de los sujetos neutros, sin género (Coral-Díaz, 2010). Especial para la Paz, se han suscrito actas de sometimiento de 9.691
Tal es el ejemplo que se tiene con la Ley 975 o Ley de Justicia y excombatientes de las Farc, 1.958 personas de las Fuerzas Militares,
Paz, en medio de la cual se desmovilizaron los paramilitares. Entre 39 personas de entidades públicas y doce particulares; a 195 perso-
agosto de 2002 y abril de 2010 se desmovilizaron entre individual nas les fue negada la solicitud. Además de ello, ya se ha empezado
y colectivamente 53.254 personas; 4.482 fueron postuladas a dicha a trabajar en siete casos que afectaron a aproximadamente 820.000
ley, por medio de la cual se conocen, para 2010, alrededor de 62.000 víctimas y ellas pueden presentar información relevante para el de-
delitos, más de 22.000 confesados por los responsables. No obstan- sarrollo de los casos. De hecho, en uno de ellos, la Fiscalía General
te, de estos delitos: homicidio, reclutamiento forzado, desaparición y organizaciones de la sociedad civil han presentado material de
forzada, masacres, desplazamiento forzado, secuestro, violencia apoyo sobre actos de violencia y esclavitud sexual, abortos planifi-
sexual, esta última tiene solo tres hechos imputados y uno con for- cados y forzados, castigos crueles y reclutamiento. No obstante esta
mulación de cargos, puesto que quienes relataron los hechos son importante labor, las críticas de la Misión de Verificación de la ONU
los perpetradores. De esta cifra se podría inferir que las mujeres no (2019) se dirigen, entre otras, a la implementación del enfoque de
sufren este tipo de agresiones en medio de la guerra, pero todos sa- género en los programas de reincorporación, a la falta de una res-
bemos que no es así, y que se corresponde más bien con una histo- puesta integral para más de 800 infantes que viven en los espacios

Por una política vincular


ria parcial de la guerra relatada (Coral-Díaz, 2010). territoriales de capacitación y reincorporación, a la falta de diligen-
Se presume que en este caso la situación es diferente debido a la cia para la regularización de la tutela legal de los hijos e hijas de las
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

contribución de la subcomisión de género en el Acuerdo final, pues reincorporadas, las garantías de seguridad, económicas y sociales
con participación de mujeres diversas (combatientes, representan- de las mujeres exguerrilleras, así como garantías de seguridad para
tes del Estado y del movimiento de mujeres y de organizaciones mujeres lideresas y defensoras de derechos humanos (quienes son
sexo género diversas) logra hacer recomendaciones relevantes asesinadas en promedio, una cada 18 días).
(Céspedes-Báez, 2017). Vale la pena mencionar que la discusión de El panorama no es desdeñable pero tampoco alentador y es me-
los acuerdos contó con las recomendaciones de más de 3.000 vícti- nester de las organizaciones de mujeres y de la academia velar por
mas que participaron en foros, 60 testimonios aportados en La Ha- transformaciones de género a largo plazo, para lo cual este proceso
DEBATES

110 111
bana y más de 17.000 propuestas remitidas por organizaciones de será fundamental. Pero hay todavía un grupo poblacional que parece
víctimas a la Mesa de conversaciones (Chaparro y Martínez, 2016). no estar dispuesto a esta transformación y que se aferra a un tradicio-
El espíritu del Acuerdo final es el de contar la(s) verdad(es) de lo nalismo profundamente machista que seguirá produciendo guerra.
que sucedió en el país en medio del conflicto armado, de comprender
el contexto que favoreció la guerra y los actores involucrados, y en III. Los puritanos contra la “ideología de género”
este proceso se involucran una serie de instituciones como la Juris-
dicción Especial para la Paz, la Comisión de la Verdad, la Unidad de En su libro La guerra contra las mujeres, Rita Laura Segato (2016)
búsqueda de personas dadas por desaparecidas, el Centro Nacional cuenta que la famosa frase “ideología de género” que ha hecho ca-
de Memoria Histórica y las organizaciones de la sociedad civil. Todas rrera en la política nacional, es un concepto que hace público Jorge
las entidades señaladas anteriormente manifiestan tener enfoque de Scala, católico conservador argentino, en un libro publicado en 2010.
género, un enfoque en el que no predominan sólo las mujeres sino La “ideología de género” se esgrime luego en Brasil para radicar un
también personas con orientación sexual y de género diversa; parti- proyecto de ley denominado “Escuela sin partido”, que buscaba la
cularmente la JEP, tiene una comisión exclusiva de género. prohibición en la educación, de lo que llaman los postulados de la
De acuerdo con el informe trimestral de la Misión de Verifica- teoría o ideología de género. Un capítulo similar tuvimos en Colom-
bia en 2016, con la oposición a la propuesta del Ministerio de Edu- cambios no afectan la aplicación de la perspectiva de género en lo
cación de la producción de unas cartillas educativas para entornos acordado, yo me pregunto, si un acuerdo no depende de lo allí es-
escolares libres de discriminación, y dos meses después, el cuestio- crito, ¿de qué lo hace? ¿De la voluntad de los funcionarios de turno?
namiento a la integración de la perspectiva de género en el Acuerdo Lo cierto es que la modificación del Acuerdo irradia una intención
de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc. Esto nos política a quince años (tal vez prorrogables) en los que ya no existen
aspectos centrales de lo pactado.
lleva a una discusión necesaria, y es qué tanto aporta el género a la
comprensión del conflicto armado en Colombia, y qué tanto de esa
información relevante sigue en la opacidad. IV. Por una política vincular
Aquellos que hablan de la “ideología de género” como Miranda
Novoa (2012), profesora de Derecho de la Universidad de la Sabana, Una política vincular en la que las relaciones cotidianas sean re-
plantean que el igualitarismo homogeneiza al hombre y a la mujer, levantes permitiría identificar el género como un asunto concer-
ignorando lo que ella considera sus diferencias esenciales, particu- niente a hombres y mujeres, relacional, fundamentado en vínculos
larmente biológicas (algo por supuesto revaluado por la teoría queer que importan. Procuraría una justicia y una memoria diferente. Es
y teorizaciones de autoras como Beatriz Preciado y Judith Butler, importante romper el pacto de silencio y denunciar, así como reco-
pero en lo que no me detendré). Para Novoa, la consecuencia más nocer ante las entidades encargadas el tipo de violencia ejercida.
nociva de esta ideología es el “vaciamiento de significado de la ma- Con la denuncia se evita que se capitalice el odio y se hagan reivin-
ternidad, la paternidad y la familia” (p. 354). Este modelo de familia dicaciones partidistas (de lado y lado) frente a los vejámenes que

Por una política vincular


puritana como mandato natural y “madre” de todas las instituciones sufrieron las víctimas, impidiendo la comprensión de un problema
sociales, con la autoridad paterna y la reproducción materna como
social y su superación.
roles fijos, retrocede a las mujeres décadas y también a la construc-
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

Por otro lado, si bien lo pactado en el Acuerdo de paz contem-


ción de otras formas de hombres y de masculinidad, así como a la
pla la participación de la sociedad civil, pues está reglamentada su
diversidad de creencias y mundos de vida.
incidencia en la Comisión de la Verdad y la JEP, se requiere una
Por supuesto, esta mirada del género está anclada en la hete-
sociedad civil que incluya la perspectiva de género para que el be-
rosexualidad, en una noción de género binaria instituida en com-
prensiones estáticas de sexo y sexualidad, y en un tipo específico neficio no sea sólo para las mujeres sino también para la población
de familia. En ese sentido la inclusión de lo que se ha llamado la sexo-género diversa. Incluso, se requiere pensar en los hombres he-
población o peor “comunidad” LGBTI, se convierte para ellos en una terosexuales y sus afectaciones en la guerra a partir de un modelo
amenaza al orden heterosexual de la sociedad colombiana (Céspe- de masculinidad que permanece opaco, sin estudios de caso que
DEBATES

112 113
des-Báez, 2017; CNMH, 2018). los explore desde una perspectiva de género (esto es también un
Como sostiene Alexandra Sandoval, magistrada de la Sala de llamado a los hombres y a sus preguntas por la construcción de sí
Amnistía o Indulto y coordinadora de la Comisión de Género de la mismos). Se trata pues al género como una categoría para pensar
JEP, el enfoque de género planteado en el Acuerdo final para la ter- de manera compleja la discriminación y la violencia en contra de
minación del conflicto y la construcción de una paz estable y dura- las personas en general, para que la dicotomía hombre-perpetrador
dera con las Farc, incluía de manera específica a mujeres, niñas y
/ mujer-víctima y por consiguiente el posicionamiento de la violen-
personas LGBTI. Posterior al plebiscito, algunos de los sectores que
cia sexual como el crimen paradigmático de género, no oscurezca
lideraron el “no” exigieron no incluir a las personas “LGBTI” ni utili-
el análisis de la violencia de género que sufren los hombres, la dis-
zar la expresión “enfoque de género” que debía ser reemplazada por
cusión sobre las mujeres que toman las armas, y la violencia entre
“equidad entre hombres y mujeres”. Para el descrédito del enfoque
de género, se dijo que los acuerdos abordaban temas como dere- personas del mismo sexo sin atender a las diferentes formas en que
chos sexuales y reproductivos, interrupción voluntaria del embara- esto puede darse (CNMH; 2018).
zo y matrimonio igualitario, lo cual no hubiera estado mal pero no Esta es una pregunta teórica pero también metodológica sobre
era cierto (Sentiido, 2018). Si bien la magistrada plantea que estos la reconstrucción de la memoria histórica. Para evitar silencia-
mientos y revictimizaciones no se debe reducir la experiencia de oportunidad para la justicia, pero sobre todo para la verdad, sin que la
las mujeres en la guerra a la de la violencia sexual; los cuestiona- verdad sirva de objeto de disputa para la guerra, sino para la construc-
rios y esquemas de generación de información deben estructurarse ción de paz.
teniendo esto en cuenta (Chaparro y Martínez, 2016). A su vez, la
transversalización del enfoque de género en el Estado requiere de Referencias bibliográficas
la asignación de presupuestos5 que se vean reflejados en agendas
CENTRO NACIONAL DE MEMORIA HISTÓRICA (2018). Género y me-
ciudadanas que propendan por la paridad entre hombres y mujeres
moria histórica. Balance de la contribución del CNMH al escla-
y la inclusión de ellos y ellas en toda su diversidad; esto conlleva a
recimiento histórico, Bogotá, CNMH.
identificar discriminaciones cruzadas de etnia, clase social, etárea y
CÉSPEDES-BÁEZ, L. M. (2017). En los confines de lo posible: inclusión
otras relevantes. La posibilidad de interrogar al versionado, permite
del enfoque de género en el Acuerdo de La Habana. Utopía u
el diálogo entre las partes (víctima-victimario) y establece un filtro
oportunidad fallida. Análisis crítico del Acuerdo de Paz, 295-326.
frente a los posibles prejuicios de género del fiscal (Coral-Díaz, 2010).
CHAPARRO GONZÁLEZ, N., & MARTÍNEZ OSORIO, M. (2018). Negocian-
El ordenamiento de la sexualidad como lugar de producción de je-
do desde los márgenes: la participación política de las mujeres en
rarquía entre hombres y mujeres ha llevado a que se asuma que lo que
los procesos de paz en Colombia 1982-2016. Bogotá: Dejusticia.
podía ser categorizado más claramente como violencia de género era
CORAL-DÍAZ, A. El cuerpo femenino sexualizado: entre las construc-
violencia sexual, dejando de lado otro tipo de violencias y prácticas de
ciones de género y la Ley de Justicia y Paz, 17 International Law,
dominio y regulación de los actores armados, así como las resistencias
Revista Colombiana de Derecho Internacional, 381-410 (2010).

Por una política vincular


de las víctimas. El Centro Nacional de Memoria Histórica ha avanzado
DESPENTES, V. (2018). Teoría king kong. España: Literatura Random
no sólo en la descripción de hechos victimizantes sino también de con-
House.
textos sociopolíticos y culturales en los que tienen lugar, así como de
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

HOLLAND, J. (2010). Una breve historia de la misoginia: el prejuicio


estructuras y objetivos de los grupos armados. A partir de estas inclu-
siones la violencia sexual deja de ser leída como una pulsión biológica más antiguo del mundo. España: Editorial Océano.
MERNISSI, F. (2006). El harén en Occidente. España: S.L.U. Espasa
masculina y se la ubica en medio de relaciones de poder y repertorios
de violencia más amplios. De esta manera, la paz empuja horizontes libros.
NOVOA, M. M. (2012). Diferencia entre la perspectiva de género y
conceptuales y metodológicos de la realidad, y así mismo, el feminismo
la ideología de género. Díkaion: revista de actualidad jurídica,
con sus preguntas ha permitido analizar cómo el sexo y la sexualidad
21(2), 337-356.
tuvieron un lugar en los repertorios de violencia de los grupos armados
ONU. Informe trimestral de la Misión de Verificación de la ONU en
(CNMH, 2018). Como dice Segato (2016), una paz sin género no es una paz
DEBATES

114 115
Colombia correspondiente al período comprendido entre el 27
verdadera y ello requiere entender la política como un espacio vincular
de diciembre de 2018 y el 26 de marzo de 2019. En línea: https://
en el que el contacto interpersonal vuelva a estar en el centro de los re-
colombia.unmissions.org/sites/default/files/s_2019_265_es-
lacionamientos, así como la vida cotidiana y las narrativas menores; la
política de genealogía masculina en la que predomina la esfera pública, panol.pdf
SÁNCHEZ, M. (2013). Género y justicia transicional; la violencia se-
es monopólica y universal e impide el mundo en plural, relegando aque-
xual en la jurisprudencia de los tribunales internacionales para
llo que no le interesa a las márgenes de lo privado. Esta puede ser una
la exYugoslavia y Ruanda. UNSAM, Buenos Aires.
SEGATO, R. L. (2016). La guerra contra las mujeres. Madrid: Trafican-
tes de sueños.
SENTIIDO (2018). LGBTI en la JEP: cambió la forma pero no el fondo.
5
El Estado cuenta con la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, que sur-
Entrevista a Alexandra Sandoval, magistrada de la Sala de Am-
ge en 1999 y desde su surgimiento el presupuesto más alto ha sido de 3.500 millones
de pesos en el año 2000 y entre 2006 y 2007 fue de 450 y 470 millones de pesos, en nistía o Indulto y coordinadora de la Comisión de Género de la
el 2015 de 742 y en 2016 de 800; en comparación, el Ministerio de Tecnologías de JEP. En línea: https://sentiido.com/lgbti-en-la-jep-cambio-la-
la Información y las Comunicaciones en 2015 se asignó COP $ 56.775.580.000 y en forma-pero-no-el-fondo/
2016 COP $ 49.600.333.000 (Chaparro y Martínez, 2016).
ZIGA, I. (2009). Devenir perra. España: Editorial Melusina.
T
ransición(es)
política(s) y
paz territorial
“La paz territorial como
dispositivo transicional”

Gloria Naranjo Giraldo


Profesora e investigadora del Instituto de Estudios Políticos
Universidad de Antioquia
gloria.naranjo@udea.edu.co
U
na transición política por negociación de un
conflicto armado que deriva en un acuerdo de
paz se convierte en una “promesa transicional”;
a veces, nada más que la indicación teleológica
que supone que se avanza hacia un nuevo futu-
ro (el “nuevo país”, el “nuevo relato de nación”),
con clivajes fundamentales en los discursos
geopolíticos de la justicia transicional y la cons-
trucción de paz. De la primera se afirma que ha
llegado a una etapa en que busca aplicarse, in-
cluso, donde las guerras persisten y su horizon-
te de finalización es incierto (Teitel, 2003). De la
segunda, la construcción de paz, se dice que nos
vamos aproximando, y que debería avanzarse
en ese camino, a una etapa de paz postliberal
(Richmond, 2011).
Junto con esta mirada geopolítica, es funda-
mental analizar las micropolíticas de la paz en
los territorios, esto es, los modos en que las po-
blaciones locales aportan discursos y prácticas
de paz, antes, durante y después de un acuerdo.
Es en estos “escenarios transicionales” donde
se puede observar el juego entre dispositivos
sociales, económicos, geográficos, culturales,
legales, simbólicos y las reinterpretaciones,
disputas, apropiaciones y resistencias que ma-
nifiestan las poblaciones, las comunidades, los
territorios, en la cotidianidad. Un pulso que va
configurando las paces territorial(es) realmente
en construcción.
En la medida en que Colombia podría ser
el caso en donde el “paradigma transicional”
describa una experiencia no necesariamente
“post-autoritaria” (se viene acuñando el térmi-
no “postconflicto violento”), la comprensión de
la geopolítica del Acuerdo de paz y
118 territorios? ¿Cuál es su duración? ¿Cuá-
119
sus intersecciones o no con las mi- les son las temporalidades presentes
cropolíticas de la experiencia en los en las narrativas de las poblaciones,
territorios, desde una perspectiva las comunidades y los territorios? En
crítica de las transiciones políticas, otras palabras, la revisión de las episte-
es una urgencia, tan teórica como mologías legales asociadas al discurso
política, para la sociedad y para la global, a los conocimientos expertos y
universidad. a las prácticas institucionales “propias
Con Alejandro Castillejo com- de” la justicia transicional y la cons-
partimos la siguiente pregunta de trucción de paz, que no toman sufi-
investigación: ¿Qué tipo de disposi- ciente atención de las enormes dificul-
tivos emergen en la intersección de tades para superar pasados-presentes
mecanismos hegemónicos (aplica- de violencias (no solo asociados a un
dos por lo general en el sur global y conflicto armado, también violencias
que circulan a través de elites inter-
1. Algunas problematizaciones iniciales históricas y sociales), y tampoco reco- tualizadas, y reproducidas, para darle a conceptos como
nacionales) y cómo operan y crean nocen los pasados-presentes de resis- “justicia”, “reparación” o “paz” una serie de contenidos so-
Hablar de la relación entre transición política y paz territo- ciales basados no sólo en las conceptualizaciones legales
ámbitos de la “vida cotidiana” y en- tencia y las imaginaciones de futuro y
cuentros intersubjetivos? Se trata
rial nos permite abordar, de manera distinta, algunos deba- transformación. que circulan en la aplicación misma de la ley sino también
tes sobre “posconflicto”, justicia transicional y construcción en los recursos narrativos y culturales que organizaciones
de un tema vital: la posibilidad de Una tercera problematización

Transición(es) política(s) y paz territorial


de paz. En esta intención son necesarias algunas proble- de diferente índole pueden tener a la mano.
la paz no sólo se da en el terreno de (y propuesta) se dirige a anali-
matizaciones como punto de partida:
negociaciones de grupos de poder zar la aplicación de “dispositivos
económicos y políticos concretos,
Una primera problematización se interroga por la ma- transicionales”: sus burocracias 2. La paz territorial como dispositivo transicional
nera teleológica de entender los tránsitos hacia la paz y la
sino en la capacidad de recons- establecidas, sus discursos y pre-
democracia. Esto implica una relectura crítica a las llama-
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

truir las relaciones de “projimidad” supuestos fundacionales, y sus Como paradigma transicional nos referimos a los diseños
das transiciones canónicas1, y tomar en cuenta los avatares particulares de la justicia transicional y otros temas rela-
y “confianza” corroídas por el con- prácticas institucionales, como se
de la recepción de la paz liberal2 en América Latina. En la cionados con la construcción de paz: comisión de la verdad
flicto armado y otras violencias po- dijo antes, desde las intersecciones
mayoría de los casos la noción “transición democrática” o (V); tribunales penales (J); programas de reparación (R); re-
líticas (2015, p. 7). Por otra parte, el de la geopolítica del Acuerdo y las
“países en transición”, implica un movimiento teleológico formas institucionales (NR) (eslabón esencial entre transi-
grupo Estudios Políticos inicia en el micropolíticas de la experiencia en
desde un “régimen autoritario” hacia una “democracia libe- ción política y desarrollo a largo plazo, que no se debe des-
año 2019 el proyecto de investiga- los territorios, atendiendo de ma-
ral” indefectiblemente asociada a economías de mercado y articular de los objetivos de paz y justicia y de la protección
ción: “Análisis de la configuración nera especial los significados que
democracias electorales, insertadas, cómo no, al capitalis- a los derechos humanos).
y operación de los dispositivos de se confieren en la vida cotidiana3 a
DEBATES

mo global contemporáneo. Se habla de transición política y no solo de justicia tran-


transición hacia la paz territorial la llamada “paz territorial”. Los “te-
y la eventual democratización de
Una segunda problematización se encamina a la revisión crí- rritorios” de la “paz territorial” son sicional y/o construcción de paz, para destacar el papel de
tica de los presupuestos subyacentes al “paradigma transicional” la política más allá de los marcos jurídicos y normativos
contextos locales en los municipios universos particulares de produc-
con sus dispositivos: verdad, justicia, reparación y garantías de no internacionales. Para recordar que la justicia (o la verdad,
de Ituango y Remedios (Antioquia)”, ción/reproducción social donde
repetición, y a la política del tiempo que le subyace, para abrir pre- o la reparación) es una construcción histórica y no un con-
en el cual se inscriben las presentes diversas “modalidades de sentido
guntas como las siguientes: ¿cuándo inicia una transición en los junto de valores que surgen o se pueden aplicar en “vacíos
reflexiones. y acción” son articuladas, concep-

1
Según Boaventura de Sousa Santos (2010), para los autores de las transiciones democráticas en el continente, la solución 3
Vida cotidiana tiene que ver, con el universo de encuentros estructurados cara-a-cara que se gestan entre las personas en
dominante fue definir de modo exhaustivo las características de los regímenes dictatoriales y establecer como inicio de la muy diversos contextos sociales. Estos encuentros no son aleatorios ni se dan por azar (aunque obviamente tienen un alto
transición el momento en que algunas de esas características dejaron de estar presentes. Simétricamente, la transición es grado de fluidez), sino que obedecen a reglas de diverso tipo que “comunidades de sentido” específicas reproducen y nego-
dada por terminada en el momento en que están presentes todas las características que los autores atribuyen a la democra- cian en común. Hay en esta vida cotidiana un orden que, aunque de menor escala, se relaciona con estructuras sociales más
cia representativa (O’Donnell 1982). amplias. Son encuentros estructurados, es decir, que obedecen a patrones de interacción social con repertorios limitados y
2
El término paz liberal hace referencia a la corriente de pensamiento y a las políticas dominantes puestas en práctica en las que definen itinerarios personales y colectivos. Es en esa cotidianidad, en ese ámbito de lo inmediato, donde se producen y se
intervenciones en casos de “postconflicto” llevadas a cabo luego de la guerra fría. Representa, en general, la noción según reproducen, en parte, las maneras como los seres humanos dan sentido al mundo que les rodea, al igual que le dan sentido y
la cual, el mejor antídoto para evitar la reanudación de los conflictos armados internos es la promoción de la “democracia significado al pasado y al futuro. “El mundo de la vida cotidiana es desde el comienzo un mundo compartido con semejantes,
liberal” y de la “economía de mercado” en “sociedades en transición hacia la paz” (comillas agregadas, Uribe, 2018, p. 176). experimentado e interpretado con otros; en síntesis, un mundo común a un nosotros” (Castillejo, 2015, p. 20).
políticos”. Para destacar la insupe-
120 to de daños y resistencias, en la
121
rable tensión entre los principios perspectiva de la reparación trans-
y herramientas internacionales, formadora en la escala territorial.
plasmados en un acuerdo de paz, y Plantea la necesidad de incluir en el
las realidades y necesidades loca- análisis diversas temporalidades y
les. Para recordar que un acuerdo formas de responsabilidad, de ma-
refleja las capacidades y debilida- nera más amplia y estructural.
des de los actores de la negocia- 2) La construcción de estatali-
ción política, y en el caso de los dad y socialidad, a partir del reco-
excombatientes, sus condiciones nocimiento de las infraestructuras
para presentarse ante la sociedad institucionales y sociales para la
como actores políticos y los retos paz preexistentes en los territorios.
para generar apoyos o al menos Supone leer a la transición, tam-
neutralizar las resistencias explí- bién, como transición institucio-
citas, disminuir la opinión negati- en realidad se trata de una dialéctica entre continuidades y nal, de instituciones que se crean y programas y proyectos que pasan por el Departamento Na-
va sobre su nuevo rol como actores rupturas, de violencias, de daños y de resistencias. otras que se ajustan y bifurcan para cional de Planeación.
políticos. Para reconocer, en fin, el Este presupuesto fundacional es traducido a través de la la transición. Es la perspectiva del 4) La transformación de los territorios, de las condicio-
peso de la institucionalidad real- aplicación de una serie de dispositivos de fractura: “iniciati- análisis político de las instituciones nes de vida y exclusiones que hicieron posible las violen-
mente existente. vas de memoria” que se encargan de la “producción” de ese en construcción y reconstrucción, cias, y que son la base de un futuro que se construye desde el

Transición(es) política(s) y paz territorial


La paz territorial la analizare- pasado, de “programas de reparación” que “sanan” el “daño” pues finalmente son el resultado de presente. Se trata de la idea de “reparaciones transformado-
mos como un “gran-dispositivo4” causado por la “violencia” al “tejido social” (en el pasado), de la negociación y la transacción polí- ras” que contemplen justicia retributiva y justicia distributi-
articulador de la justicia transicio- “proyectos de desarrollo” en medio de economías de transi- tica. Así mismo, las movilizaciones va (conocida como “construcción de paz con justicia social”).
nal y la construcción de paz (JT&- ción que hablan de un futuro distinto, conllevando incluso sociales por la paz, en construcción
3. La paz territorial en escenarios transicionales5
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

CP), el cual se inscribe en políticas a una redefinición de la idea de “nación”. Este nexo entre y reconstrucción.
del tiempo que establecen una de- reparaciones, justicia transicional, y políticas de desarrollo 3) El diseño institucional del municipales
terminada relación con el pasado del tipo Banco Mundial, es decir, políticas que promueven acuerdo de paz. La territorializa-
y con el futuro. Aquel dispositivo “la expansión de reformas legales basadas en el mercado” ción del acuerdo de paz con sus Las maneras en que diversas sociedades han experimen-
articulador se convierte en una no penetran en las causas del conflicto ni reparan las “múl- mecanismos de implementación: tado una multiplicidad de formas de violencia han estado
“promesa transicional” que ofrece, tiples víctimas de la historia” (Castillejo, 2015, p. 19) gestión, normas, ajustes de la “vie- en el centro de una serie de debates académicos y políticos
al mismo tiempo, el prospecto fu- El gran dispositivo de la paz territorial funcionaría de ja institucionalidad” y puesta en en las últimas décadas. Una de las preguntas centrales en
turo de “nuevos territorios imagi- manera integrada y complementaria alrededor de, al me- marcha de la “nueva institucionali- estas discusiones ha sido la cuestión de cómo sociedades y
DEBATES

nados”, y la posibilidad de asignar a nos, cuatro dimensiones, cada una de ellas relacionada con dad”, la priorización territorial, en- naciones concretas enfrentan su propio pasado violento y
las violencias un lugar “atrás”, con distintos aspectos: causas, consecuencias, infraestructuras tre otros. La coordinación nación/ viven con sus consecuencias y efectos en el presente. En el
la ilusión de que vayan quedando institucionales y sociales de paz preexistentes, y los dise- territorios y el enfoque territorial centro de estas reflexiones se encuentran las preguntas por
confinadas al “pasado”. Un movi- ños, planificación y territorialización del acuerdo de paz: (territorialización de políticas de los recursos legales, sociales, culturales y políticos que una
miento hacia “adelante” que se pre- 1) El trámite de los pasados y presentes de violencias paz y políticas territoriales de paz). sociedad tiene a la mano para lidiar con su propia historia.
senta como una “fractura”, cuando superpuestas, junto con la identificación del palimpses- Pueden distinguirse dos grandes (Castillejo, 2015, p 18)
escenarios de la implementación: En el marco de aquella dialéctica entre el “antes” y el
el escenario de las nuevas deci- “después”, en el presente proyecto de investigación que ve-
siones del acuerdo, el escenario nimos comentando, los dispositivos transicionales que se-
4
“Dispositivo”, como refiriera Foucault: […] un conjunto resueltamente heterogéneo que compone los discursos, las institucio-
programático referido a los planes, rán abordados son: espacios territoriales de capacitación
nes, las habilitaciones arquitectónicas, las decisiones reglamentarias, las leyes, las medidas administrativas, los enunciados
científicos, las proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas. El dispositivo mismo es la red que tendemos entre estos
elementos. […] (Castillejo, 2015, p. 26). Desde otra perspectiva que compartimos y tendremos en cuenta en la investigación en
marcha, el dispositivo no funciona tan solo como una red que captura, sino más bien como una experiencia sensible que re- 5
Hablar de “escenario transicional” es hacer referencia a los espacios sociales (y sus dispositivos legales, geográficos, produc-
sulta de la articulación de maneras de ver, decir y pensar. No se trata tanto de liberarse del dispositivo sino de problematizar tivos, imaginarios, y sensoriales) que se gestan como producto de la aplicación de leyes de unidad nacional y reconciliación,
los diferentes tipos de experiencia sensible que propician los dispositivos. La disposición estética no es la representación de y que se caracterizan por una serie de ensambles de prácticas institucionales, conocimientos expertos y discursos globales
algo dado de antemano, sino la presentación de una disposición o estado de ánimo para actuar en el mundo (Cadahia, 2016, que se entrecruzan en un contexto histórico concreto con el objeto de enfrentar graves violaciones a los derechos humanos
p. 281). En pocas palabras, observaremos las dos posibilidades del dispositivo: sujeción y subjetivación política. y otras modalidades de violencia. (Castillejo, 2015, p 23)
y reintegración (ETCR); planes
122 porque el Estado ha sido incapaz
123
de desarrollo con enfoque terri- de garantizar la seguridad de los
torial (PDET), circunscripciones excombatientes, los líderes y las
transicionales especiales de paz comunidades, tras la desmoviliza-
(CTEP), Comisión para el esclare- ción de las Farc, sino también por-
cimiento de la verdad y la no re- que el gobierno local tiene una muy
petición (CEV). baja capacidad de gestión a través
Los dispositivos transiciona- sus unidades administrativas; ade-
les elegidos los visualizamos como más, de acuerdo con sus ingresos
piezas de todo un sistema híbrido y presupuesto, Ituango y Remedios
de ampliación política con preten- son municipios de sexta categoría.
siones democratizadoras, en el cual Todo ello nos lleva a preguntar-
distintos mecanismos de participa- nos ¿Qué pasa en estos territorios
ción, reparación y memoria, crea- con los dispositivos transicionales
mayor que el nacional que se ubica en 49,00%, según el Cen- dad por la presencia desarticulada de agencias y entidades
dos o visualizados previamente en que, se supone, se desprenden del
so del Dane de 2005. nacionales creadas al calor del Acuerdo.
nombre de un Estado que transi- Acuerdo de paz? Comprendemos la
La territorialización de la paz en Ituango y Remedios A propósito, ya para terminar, habría que ampliar nues-
taría desde la década del noventa implementación del Acuerdo como
(Antioquia) se puede constatar en varios procesos: allí se tra mirada sobre esa “superposición de transiciones políti-
hacia la democracia plural, hoy son un proceso político atravesado por
instalaron zonas de transición y normalización veredal que cas” que nos habitan en este presente colombiano. ¿Cuánta
retomados, ajustados y empujados tramas locales, regionales y nacio-
reforma institucional democrática nos quedó faltando con

Transición(es) política(s) y paz territorial


para un nuevo momento de transi- permitieron la concentración de los guerrilleros de las Farc nales, que se intersectan y super-
y la dejación de las armas, en la actualidad son ETCR que el pacto político de la Constitución de 1991? ¿Por qué aquel
ción, la transición a la paz y los im- ponen en discursos, intereses, po-
buscan la reintegración de los excombatientes a la comu- momento transicional tan importante para el país no ha
pulsos de democratización local. deres y situaciones. Leerlo así nos
nidad y el desarrollo de los proyectos productivos. También logrado sentar las bases para una transformación política,
La investigación6 se enfoca en coloca en el lugar de la transición
económica y social de largo plazo? Pacífica y democrática.
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

los municipios de Ituango y Re- hacen parte de una de las circunscripciones especiales de que realmente está configurándose,
paz (CEP 3), están integrados a una de las zonas estable- Está una haciéndose esas preguntas, y piensa si la respues-
medios (Antioquia) porque son te- en esos matices de la paz que vie-
cidas en Antioquia para la construcción de los planes de ta tiene que ver con la ausencia de reformas institucionales
rritorios locales eminentemente nen sucediéndose en el adentro del
desarrollo con enfoque territorial (PDET, zona Bajo Cauca estructurales (políticas, económicas, a la justicia, al compo-
rurales en los que confluyen y se territorio.
y Nordeste) y, muy seguramente, la Comisión de la Verdad nente de seguridad y militar del Estado). Y ahí vamos, como
superponen diferentes procesos Un análisis de la paz territo-
tendrá en estos municipios un capítulo o escenario local “ciudadanos-víctimas” de la dependencia de la ruta de la
globalizadores que han incidido en rial como dispositivo transicional
de actuación, debido a la violación sistemática de los dere- institucionalidad realmente existente. Intentando abrir tro-
su dinámica social, cultural, econó- pone en evidencia, también, la ne-
chos humanos y el derecho internacional humanitario de cha para el “caminito” de la “nueva institucionalidad” (JEP,
mica y política reciente: la guerra, cesidad de estudiar las dinámi-
CEV, UBPD), tan lejos de las “autopistas” de “vieja institucio-
DEBATES

los megaproyectos hidroeléctricos, que ha sido víctima la población por parte de los distintos cas organizativas, movilizatorias,
actores armados, por las mutaciones del conflicto que han nalidad”, vigente, muy vigente... Y el acuerdo de paz 2016 ¿a
las concesiones de exploración y electorales y partidistas en un
experimentado algunos territorios a causa de las disputas quiénes incluyó y a quiénes dejó por fuera? Preguntas váli-
explotación minera, los cultivos ambiente altamente fragmentado,
entre grupos delincuenciales por los recursos minero-ener- das, tanto como el cambio de escala que proponemos para
ilícitos, y ahora la paz. Todas estas descentralizado y poco coordina-
géticos y los cultivos ilícitos, así como por las capacidades interrogarnos por esos momentos políticos con pretensiones
dinámicas globalizadoras suceden do, en donde los líderes y organiza-
que han desarrollado las víctimas y las organizaciones so- transicionales, también en los territorios.
en un contexto de profunda inequi- ciones sociales locales se sienten
dad y pobreza, pues Ituango y Re- ciales para resistir las violencias y construir proyectos de perplejos ante la inminencia de la
medios presentan una incidencia vida dignos. dejación de las armas y del control
Un “proceso de transición y de postconflicto” que está Bibliografía
de pobreza multidimensional de territorial ejercido por las Farc; los
80,73% y 71,20% respectivamente, sucediendo en contextos de debilidad institucional, no solo líderes partidistas parecen mol-
BARBERO, Jesús Martín (2010). Mutaciones culturales y es-
dear el ejercicio político electoral,
téticas de la política. Revista Estudios Sociales N° 35,
limitando el acceso de la población
Bogotá, Universidad de los Andes, pp. 15-25.
civil tradicionalmente excluida a
6
Deicy Hurtado, Juan Esteban Lopera, Gloria Naranjo, Diana Carolina Giraldo. Proyecto de investigación “Análisis de la con- CADAHIA, Luciana. (2016). Dispositivos estéticos y formas
figuración y operación de los dispositivos de transición hacia la paz territorial y la eventual democratización de contextos los espacios de representación; y
sensibles de la emancipación. Ideas y Valores, 65 (161),
locales en los municipios de Ituango y Remedios (Antioquia)”. Instituto de Estudios Políticos, financiado por el Comité para el las autoridades locales ven ame-
Desarrollo de la Investigación (CODI), Universidad de Antioquia. 2019.
267-285.
nazado su poder y su gobernabili-
CASTILLEJO, Alejandro (2017). In-
124
troducción. Dialécticas de

S
la fractura y la continuidad:
elementos para una lectura
crítica de las transiciones. En:
La ilusión de la justicia tran-
sicional. Perspectivas críticas
desde el Sur global, Bogotá:
Universidad de los Andes, Fa-
cultad de Ciencias Sociales,
e habla de transición política y no solo de justicia
Departamento de Antropolo-
transicional y/o construcción de paz, para destacar
gía, Ediciones Uniandes (1-42).
el papel de la política más allá de los marcos jurí-
CASTILLEJO, Alejandro. (2015). La
dicos y normativos internacionales. Para recordar
imaginación social del porve-
que la justicia (o la verdad, o la reparación) es una
nir: reflexiones sobre Colom- nal, Vol. 16, Spring 2003, Cambridge, MA, pp. 69-94. construcción histórica y no un conjunto de valores
bia y el prospecto de una Co- Artículo traducido al castellano por el Centro de Dere- que surgen o se pueden aplicar en “vacíos políticos”.
misión de la Verdad. Buenos chos Humanos, Facultad de Derecho, Universidad de
Aires. Clacso. Chile. © (2003)
CASTILLEJO, Alejandro. (2014). La URIBE, Mauricio (2018). Infraetructura de paz y estatalidad

Transición(es) política(s) y paz territorial


localización del daño: etno- en Colombia. Perfiles latinoamericanos, 26 (51), pp. 167-
grafía, espacio, y confesión 189.
en el escenario transicional
colombiano. Horizontes An-
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

tropológicos, Porto Alegre, año


20, n. 42, p. 213-236, jul./dez.
2014.
DE SOUSA SANTOS, Boaventura
(2010). “Naturaleza de la tran-
sición” (cap. 5) En: Refunda-
ción del Estado en América
Latina perspectivas desde una
DEBATES

epistemología del Sur. Institu-


to internacional de derecho y
sociedad, programa democra-
cia y transformación global.
RICHMOND, Oliver (2011) Resisten-
cia y paz postliberal. Relacio-
nes Internacionales, N°. 16,
febrero de 2011 GERI – UAM.
www.relacionesinternaciona-
les.info
TEITEL, Ruti. (2003) Genealogía de
la justicia transicional. Título
original: “Transitional Justi-
ce Genealogy”. Publicado en
Harvard Human Rights Jour-
P
“Hay hombres que luchan un día y son bue-
nos.  Hay  otros que  luchan  un año y son
mejores.  Hay  quienes  luchan  muchos años, y
son muy buenos. Pero los hay que luchan toda

ara la
la vida: esos son los imprescindibles”.

Bertolt Brecht

vida todo, C
olombia, con el 0.6% de los habitantes del pla-

nada para
neta, produjo en 2018 el 39,2% de los asesinatos
de defensores de derechos humanos de todo el
orbe (Front Line Defender: 2019). Y ello sin con-
tar con el subregistro de los casos y otras for-
mas de violencia. Aunque las fuentes divergen
sobre los datos, todos ellos denotan la magnitud

la muerte
de la infamia:

La violencia política en 2018 dejó


—por lo menos— 648 muertos, 48
atentados, 1.151 personas amena-
zadas, 304 heridos, 66 torturados,
3 víctimas de violencia sexual, 22
desaparecidos y 243 detenidas de
forma arbitraria (falsos positivos
judiciales) (Cinep, 2019, p. 3).

Este escrito pretende aportar elementos


para comprender, en el marco de la implemen-
tación del Acuerdo de paz, la violencia presente
contra líderes sociales y defensores de dere-
Hernando León Londoño Berrío chos humanos; así mismo, bosquejar algunas
posibles formas de tratar el conflicto, a partir de
Profesor de la Facultad de Derecho y Ciencia Políticas las características de su contexto.
Universidad de Antioquia
hernando.londono@udea.edu.co
1. Un problema de todos

Los derechos humanos y las libertades funda-


mentales no son concesiones del poder produc-
to de su generosidad. Su origen son las luchas
contrahegemónicas de resistencia de los pue-
blos, por el derecho a la igualdad, cuando las di-
ferencias los tornan inferiores, y por el derecho
a la diferencia, cuando la igualdad los desca-
128 gración y la inclusión social... Sin
la garantía de los derechos para
todos, la democracia se convierte
Muchas violencias se articulan sin so-
lución de continuidad con las precedentes.
La guerra tuvo como propósito el despojo de
en el derecho internacional! En este orden de
ideas, resulta grave que el Ministro de Defen-
sa justifique el homicidio del desmovilizado
en una mera escenificación for- tierras y los territorios, calculado en siete mi- Dimar Torres Arévalo, cuando la evidencia
mal, que perpetúa los intereses llones de hectáreas, para implantar proyectos sugería que se trataba de una ejecución ex-
particulares de las élites. (2018, agroindustriales de gran escala y ampliar la trajudicial que, gracias al valor de la comuni-
pp. 348-349). hacienda; se utilizó también para hacer facti- dad y de diversos organismos, impidió que el
bles megaproyectos extractivos de los bienes caso ingresara a la lista de desaparecidos. Así
2. Contextos, motivos o explicaciones comunes por el capital. Las luchas sociales mismo, el Fiscal General —responsable de in-
racteriza (Aguiló, 2010). En estos escenarios que confrontan este modelo, demandando vestigar estos homicidios— cuando fue enca-
es donde se fraguan los liderazgos, porque Aunque la vida es segada en proporciones la restitución de las tierras y la incolumidad rado sobre su balance de gestión al respecto,
en ellos las personas adquieren educación, inverosímiles y por motivaciones muy diver- de sus territorios con sus recursos, es lo que mintió de forma desvergonzada con ficticias
saberes, fortaleza, confianza, representación sas, los escenarios, roles y organizaciones a motiva la violencia homicida concentrada en estadísticas de capturas de supuestos o rea-
y reconocimiento, de tal manera que puedan las cuales pertenecen los líderes y defenso- líderes vinculados a juntas de acción comu- les ejecutores, cuidándose de mencionar los
cumplir roles protagónicos en esos procesos. res asesinados, permite una aproximación a nal (23.73%), a trabajo cívico (20.23%) y a los poderes que están detrás del genocidio como
La agresión a la vida y a las libertades de los poderes comprometidos con estas trans- miembros de pueblos y organizaciones indí- autores intelectuales, instigadores y finan-
los líderes sociales y defensores de derechos gresiones, a sus motivos e intereses, lo cual genas y afrocolombianos (22%) (CCJ, 2018). ciadores de dicha violencia.
humanos tiene como objetivo aniquilar los constituye una condición para abrir caminos La democracia de “baja intensidad”, so-
procesos colectivos, porque los desmoviliza, para tratar el conflicto y hallar soluciones. Una portada sobre el clientelismo, la corrupción, 3. La política del Estado para la criminalidad

Para la vida todo, nada para la muerte


siembra el terror, fractura las solidaridades lectura macropolítica del conflicto explica que el miedo y la violencia, teme perder el espa- del poder
e induce al refugio en ámbitos privados. Son la riqueza de la cual disponen los pueblos y co- cio político con movimientos y partidos alter-
los derechos humanos colectivos (asocia- munidades es el origen de su tragedia y el mo- nativos que emergen con el proceso de paz y El proceso de paz, con el correlativo desar-
ción, participación, protesta social), intercul- tivo del saqueo y el despojo que concentra la confrontan su legitimidad; ello se correlacio- me y desmovilización del enemigo armado,
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

turales (buen vivir, incolumidad del territorio, riqueza y difumina la pobreza. En este sentido na con el 7% de los homicidios. comporta un significado para la soberanía,
consulta previa, autonomía de gobierno y cul- se expresan académicos del mundo en recien- Otro campo conflictual de agresiones son porque radica en el Estado la titularidad del
tural, etc.) y las libertades fundamentales (de te carta al presidente colombiano: los cultivos de uso ilícito. La población que par- monopolio en el ejercicio de la fuerza física
pensamiento, de expresión), los conculcados. ticipa, además de ser el eslabón más débil de y simbólica (violencia) y concentra en él las
De otro lado, las instituciones políticas, en Hemos planteado vínculos per- la economía de las drogas ilegales, es abocada armas, la coerción y la administración de jus-
particular el Estado, son artificios humanos. versos entre fuerzas legales e ile- a ello en alto grado por la pobreza y la exclu- ticia. Ello lo obliga, de un lado, a realizar sus
Y si reclaman el estatus de Estado democrá- gales para expulsar a las pobla- sión; y esta vulnerabilidad es instrumentali- funciones en el marco estricto de los límites
tico de derecho cifran su legitimidad, entre ciones de sus territorios (…). En zada por los beneficiarios económicos y polí- que el DIH y el DIDH le imponen al ejercicio
DEBATES

otras cosas, en garantizar el respeto por par- el caso de Colombia se advierte ticos del “narcotráfico”, en el orden nacional y de su violencia; y, del otro, dado que la sobe-
te de todos los poderes, de la vigencia plena, esta situación en relación con global, que ejercen la violencia para conservar ranía comporta un papel relevante en la ad-
integral e interdependiente de los derechos la política económica que pro- el statu quo. Tal circunstancia también explica ministración de justicia, lo compele también
humanos. La prolijidad de homicidios y otras mueve las medidas extractivas la recurrencia de los cultivos, no obstante, los a investigar, juzgar y sancionar a los actores
violencias, sus rasgos de sistematicidad e como eje de desarrollo, lo cual enfoques y programas estrictamente bélicos y cuyos actos agreden la vida de los líderes y
impunidad generalizada, significan que falta incentiva y facilita que sectores punitivos que han predominado hasta el pre- defensores. Y tal ejercicio debe comprender
trasegar bastante el proceso de construcción de poder que representan inte- sente para acabar con ellos. especialmente las violencias con origen en la
de nuestra democracia. En este sentido, dice reses diversos copen los territo- Por último, respecto de los exguerrilleros
Fariñas Dulce: rios, instalándose una escalada de las Farc en proceso de reincorporación, los
de asesinatos contra líderes y datos arrojan que 135 de ellos han sido asesi-
(…) la democracia es un proceso lideresas quienes defienden los nados entre el primero de enero de 2016 y el
histórico de inclusión de todos. derechos de los pueblos y las co- 20 de mayo de 2019 (Indepaz, 2019). El Estado
Un proceso de lucha por los dere- munidades locales (Múnera, et no puede suscribir un acuerdo de paz y des-
chos y las libertades que son, en al., 2019). armar a sus enemigos, para luego permitir su
realidad, los vehículos de la inte- exterminio. ¡Un verdadero crimen de perfidia
130 En efecto, el primer escenario correspon-
de al campo de la hegemonía neoliberal que
reacciona de manera bélica y criminal contra
En el escenario cultural se tiene que en-
carar una lucha personal y colectiva contra
el analfabetismo político para que, como dice
a los recursos y riquezas del país. Para este
actor, las resistencias de los pueblos y las co-
munidades representan riesgos para sus aspi-
quienes se resisten a los procesos de exclu- Bertolt Brecht, se tenga la certeza de que el raciones económicas y políticas en lo local y
sión y pobreza consustanciales a la apropia- precio, la calidad y el acceso al pan, al agua, al regional, que reputan la garantía de su inmu-
ción privada de los bienes comunes; y que abrigo, al médico y a los remedios, a la tierra nidad. El compromiso para todos es proscribir
además mercantiliza la vida, la biodiversidad y a la paz, dependan de decisiones políticas; la violencia en la política.
y la cultura. La respuesta es radicalizar la de- para no olvidar que, como producto de la ig- En cuanto a los cultivos de uso ilícito, has-
mocracia local, participativa, deliberativa y norancia, la pusilanimidad y la falta de soli- ta ahora han predominado enfoques y polí-
criminalidad del poder, que, en términos de “desde abajo”, que respetan los derechos de la daridad, nacen la injusticia, los abusos y los ticas serviles a los imperativos e intereses
Ferrajoli (2008), son los poderes abiertamente naturaleza e intergeneracionales. peores bandidos: los mequetrefes y lacayos foráneos, que entronizan un ecobiogenocidio,
criminales (paramilitarismo, mafias, terroris- El segundo escenario es la sociedad, frag- de poderes tenebrosos y depredadores de la como es el que se comete con la aspersión
mo), los grandes poderes económicos (corpo- mentada, racista, clasista, patriarcal, apo- vida y de la paz. Y desterrar del universo de la aérea con glifosato, mintiendo sobre su ino-
raciones multinacionales) y, finalmente, los rofóbica (Cortina, 2017), xenófoba, desigual, política cualquier intento de ponerle precio a cuidad y eficacia. En quince años de activi-
poderes públicos. polarizada, multicultural, y en la cual nos ca- la muerte, porque siempre conlleva cosificar dad —antes de que la Corte Constitucional la
La voluntad política contra la violencia ben responsabilidades en grado equivalente y aniquilar el valor de la vida. Finalmente, re- suspendiera— se fumigaron dos millones de
de la criminalidad del poder solo se puede a las posiciones ya ocupadas. El primer reto sistirse para no empoderar a quienes, a partir hectáreas, una práctica contraproducente e
valorar por los resultados. La preocupación es desmercantilizarse, proscribir el mercado de la reproducción del miedo, la venganza y inocua porque hoy existen más tierras invo-
por la eficiencia, connotada con el restable- como modelo de las relaciones sociales y no el odio, quieren mandar en nuestras vidas. lucradas en los cultivos que cuando comenzó

Para la vida todo, nada para la muerte


cimiento de la política de medir los resulta- erigir la competencia como razón de la vida En el campo de la política, la eficiencia no esa tarea. Además, degradar la vida, la salud, la
dos operacionales por el número de muertos ni el acumular símbolos de estatus como pa- puede ser medida por el número de muertos “en soberanía alimentaria, la biodiversidad, amén
“en combate”, e incluso, exigir proyecciones radigma de éxito existencial (Laval y Dardot, combate”, porque esta política mezquina con- de contaminar las aguas, aniquilar las tierras
para el futuro duplicándolos, que está en la 2013). Por el contrario, instituir la solidaridad, dujo a la hecatombe humanitaria representada y despojar a las poblaciones de su territorio,
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

base de los mal llamados “falsos positivos”, la justicia y la empatía, como valores que fun- por miles de ejecuciones extrajudiciales come- son afectaciones a derechos colectivos con
contrasta con el silencio, la inoperancia y la damenten las relaciones con los otros. Toda tidas sobre población indefensa o los “desecha- un peso muy superior a las “razones de segu-
casi indiferencia por los líderes y defensores vida injustamente sacrificada debe convocar bles” del sistema, para ostentar que estaban ridad” esgrimidas o al cumplimiento de cuotas
de los derechos humanos. Los magros resul- a la indignación y a la solidaridad; no está ganando la guerra y reclamar el respaldo ciuda- de persecución impuestas desde el exterior.
tados, mediáticamente sobredimensionados, permitido el refugio en la indiferencia o en la dano en las elecciones. La eficacia solo puede La construcción de seguridades reales
circunscritos a algunos supuestos ejecutores desidia. Por eso, deben confrontarse los dis- ser medida por la reducción o extinción de los para la vida y otros derechos fundamentales
materiales, contrasta con la impunidad ins- cursos divulgados desde diversos escenarios asesinatos, las ejecuciones extrajudiciales y las de las poblaciones articuladas a los progra-
titucionalizada de los actores que impulsan de poder, que ante tal tipo de constataciones otras violencias, con origen en cualquier actor, mas de sustitución de cultivos, debe tener en
DEBATES

dicha estrategia “de despojo y exterminio”, y de la muerte, preconizan: “¡quién sabe en qué particularmente público. cuenta que su opción por los cultivos de uso
sus reales beneficiarios; y, también, con el re- andaba metido!”, “por algo le pasó”. En este En este mismo campo, el Estado y las ilícito tiene correlación directa con la violen-
currente discurso de la “infiltración” de toda mismo sentido se debe entender el interro- élites deben dejar de legitimar y apoyar gru- cia estructural que se agrava con la “crimi-
movilización, marcha o protesta social. gante que formula William Ospina: pos privados armados a partir del discurso de nalización de la pobreza y la exclusión”. Por
la “seguridad” de los “ciudadanos de bien”, en encima de la presencia del Estado policía
4. Rutas para tratar el conflicto ¿Seremos capaces los atención a su participación protagónica en to- debe prevalecer el Estado social con políticas
colombianos de cambiar la riqueza das las formas graves de violencia. Cualquiera
Las formas de manejar un conflicto como el por la inteligencia, la astucia sea el modo de nombrarlos (paramilitarismo,
aquí analizado deben tener como eje princi- por la lealtad, la competitividad bacrim, crimen organizado, etc.), lo cierto es
pal la participación y deliberación de los ac- enfermiza por la generosidad, que además del control territorial y poblacio-
tores colectivos objeto de las agresiones, los el egoísmo mezquino por la nal, en función de las rentas de las economías
compromisos serios por parte de la sociedad cordialidad, la mera acumulación ilegales, también cumplen funciones directas
y, principalmente, la voluntad política de los de bienes por el verdadero goce a favor de la economía “legal”, dado que dispu-
poderes del Estado. de vivir? (2016, p. 22). tan las tierras producto del despojo y objeto de
restitución y tienen aspiraciones de hacerse
132 ejemplo al respecto, como sucedió con el papel
protagónico asumido en la movilización a raíz
de las demandas en el campo de la educación
asesinatos de líderes sociales en el pos-
tacuerdo. Bogotá.
CORTINA, A. (2017). Aporofobia, el rechazo al
superior, que logró acuerdos y confrontó con pobre. Un desafío para la democracia.
sólidas pruebas y argumentos el proceso de Bogotá.
mercantilización que sufre el derecho funda- GARCÍA MÁRQUEZ, G. (1986). El cataclismo
mental a la educación. de Damocles. San José.
En fin, a la vida todo, porque también es OSPINA, W. (2016). De La Habana a la paz. Bo-
un milagro cosmológico que nos deshonra si gotá.
y oportunidades productivas a cultivadores y se deja que regrese a la nada, de donde vino, DUQUE, A. M; Escobar, A., et al. (2019), “Carta
recolectores basadas en las formas de la eco- como lo describe —asistido de la poética— abierta”, El Espectador, 21 de mayo, dispo-
nomía social y solidaria. Además, respecto de García Márquez (1986): nible en: https://www.elespectador.com/
los pueblos indígenas es perentorio respetar noticias/politica/academicos-piden-ac-
su autonomía cultural porque la coca (no la Desde la aparición de la vida visi- ciones-de-fondo-en-defensa-de-lide-
cocaína) es una planta sagrada —no la “mata ble en la tierra debieron transcu- res-y-excombatientes-articulo-861841
que mata”—, con funciones religiosas, me- rrir trescientos ochenta millones FARIÑAS DULCE, M. J. (2018). Neoliberalismo
dicinales, alimenticias, rituales, etc. Que el de años para que una mariposa versus democracia. Eunomía, N°. 14, pp.
Acuerdo Final reconozca estos derechos no aprendiera a volar, otros ciento 342-352.
es una concesión, sino el producto de la legi- ochenta millones de años para FERRAJOLI, L. (2008). Criminalidad y globali-

Para la vida todo, nada para la muerte


timidad política lograda por las organizacio- fabricar una rosa sin otro com- zación. Estudios de Derecho Nº. 145. Me-
nes y los pueblos indígenas. promiso que el de ser hermosa, y dellín, pp. 16-29.
En cuanto a la política criminal, dado que cuatro eras geológicas para que FRONT LINE DEFENDERS (2019). Análisis
el Estado dispone del sistema penal para la los seres humanos, a diferencia global 2018. Dublin.
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

contención de los crímenes de cualquier ori- del bisabuelo pitecántropo, fue- INDEPAZ, et al. (2019). Todos los nombres. To-
gen, debe dejar de perseguir las bagatelas y ran capaces de cantar mejor que dos los rostros. Informe de derechos hu-
a los pobres, centrando sus recursos en in- los pájaros y de morirse de amor. manos sobre la situación de líderes/as y
vestigaciones que, con el respeto del debido No es nada honroso para el talen- defensores de derechos humanos en los
proceso, develen a los actores y sus motivos, to humano, en la edad de oro de la territorios. Separata de actualización.
con la inclusión de los poderes financiadores ciencia, haber concebido el modo Bogotá.
e instigadores de las muertes. El balance del de que un proceso milenario tan LAVAL, C.; Dardot, P. (2013). La nueva razón
sistema penal es que ha hecho más por in- dispendioso y colosal, pueda re- del mundo. Ensayo sobre la sociedad
DEBATES

timidar, estigmatizar, acosar y judicializar a gresar a la nada de donde vino… neoliberal. Barcelona.
los defensores de derechos humanos, líderes
sociales y comunitarios, que investigar los Bibliografía
crímenes del poder contra ellos.
Finalmente, un compromiso auténtico del AGUILÓ BONET, A.J. (2010). La democracia
poder político con los derechos humanos debe revolucionaria, un proyecto para el siglo
comenzar por erradicar la estrategia de estig- XXI (Entrevista a Boaventura de Sousa
matizar a todo aquel que confronte el statu Santos).  Revista internacional de filoso-
quo, denuncie la corrupción, lidere procesos fía política, Nº. 35, pp. 117-148.
de resistencia, postule el desarrollo alternativo CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y EDUCACIÓN
o alternativas al desarrollo, etc. Cuando la gue- POPULAR (CINEP/PPP) (2019). Violencia
rra pierde peso, emergen los conflictos estruc- camuflada. La base social del riesgo. Bo-
turales y las demandas sociales no visibiliza- gotá.
das y silenciadas, lo cual obliga a luchar por su COMISIÓN COLOMBIANA DE JURISTAS (CCJ),
legitimación. Como Universidad se debe dar et al. (2018). ¿Cuáles son los patrones?
¿
Cómo justifica
su ser social la
Universidad?:
una lectura pedagógica
del Estatuto General de la
Universidad de Antioquia

Elvia María González Agudelo*


E
l Estatuto General de la Universidad de Antio-
quia, hoy con 25 años de vigencia, es el docu-
mento rector de nuestra vida académica. Desde
su expedición, el 5 marzo de 1994 por parte
del Consejo Superior Universitario, máximo or-
ganismo de dirección y gobierno de la Univer-
sidad, se ha convertido en la guía del quehacer
universitario. La pregunta que lo concibe en su
exposición de motivos —¿Cómo justifica su ser
social la universidad?— nos compenetra con el
debate entre el individuo, el ser, y lo colectivo, lo
social, la conciencia del yo en una colectividad,
la formación y la educación. A la universidad
se le adjudica el ser, un texto de donde emanan
múltiples significados que crean un sentido
que le es único, el espíritu universitario, que su
esencia es social: la sociedad creó la universi-
dad y a ella se debe, es su responsabilidad, se
compromete al cambio y a la transformación
social como propósito continuo para el mejora-
miento de la vida. Esta es una lectura pedagógi-
ca de nuestro Estatuto General, veamos:
Desde su misión, la Universidad es clara
en plantearse como una “Institución estatal
Profesora Universidad de Antioquia que presta el servicio público de la educación
Alejandro Hurtado** superior”1. Ahora bien, la educación es “la ac-
ción ejercida por las generaciones adultas sobre
Profesor Universidad de Antioquia aquellas que no han alcanzado todavía el grado
de madurez necesario para la vida social” (Dur-
kheim, 2000:53); es decir, la educación es esen-
cialmente un proceso de socialización. Para lo-
*
Doctora en Ciencias Pedagógicas grar la socialización de las nuevas generaciones
**
Magíster en Psicopedagogía

1
Estatuto General. Misión de la Universidad, pág. 21
a través de la educación superior, el Estatuto General plantea, por valorando la vida misma como filosofía, son fuente suficiente para
ejemplo, la convivencia2, el carácter democrático, la diversidad posibilitar esta pedagogía del buen vivir, en la frontera de la cultura.
étnica y cultural3, la armonía del hombre consigo mismo y de éste En síntesis, todos estos planteamientos educativos del Estatuto Ge-
con sus semejantes y con la naturaleza4, la responsabilidad social5, neral los podríamos plantear como estipula la Unesco: “aprende a
el mejoramiento de la vida6 y la ecoética7. vivir juntos: se trata de generar otra educación que recupere lo me-
La democracia, en el Estatuto, toma fuerza en principios como jor de las tradiciones humanistas de todas las culturas y se consti-

¿Cómo justifica su ser social la Universidad?: una lectura pedagógica del Estatuto General de la Universidad de Antioquia
la igualdad8, la participación9 y la asociación10, los cuales, junto con tuya incluso en un polo de contracultura frente a algunas fuerzas
la convivencia, remiten, por un lado, a lo tradicional, en tanto que la centrípetas que actúan en las sociedades y pueden atentar contra el
Universidad fue creada por la sociedad y a ella se debe, por ello su futuro de la humanidad” (pág. 14).
responsabilidad social. Pero esta visión tradicional de la Universi- Ahora bien, mientras la educación busca la socialización de los
dad entra en diálogo con asuntos visionarios para la época, como ciudadanos para posibilitar el vivir juntos, lo general, la pedagogía
la diversidad, y todo lo que ella representa, la compresión y el res- posibilita la formación de los seres desde su singularidad para ha-
peto de las diferentes etnias, sexualidades, creencias, origen social bitar libremente dicha sociedad, lo singular. Como lo dice Regenbre-
y cultural, expuestos en la misión universitaria, para que podamos cht (1987) la formación es la “autodeterminación del ser humano en
coexistir; es la propuesta pluralista, de un diálogo intercultural. libertad” (p. 11). Parafraseando a Gadamer (1993), la formación es la
Es visionario también el término ecoética, la ética del medioam- elaboración de una conciencia histórica en el devenir del ser, es un
biente, y la armonía, un concepto desde la estética, el equilibrio que proceso interior del ser en un infinito continuo, donde se va adqui-
se necesita entre lo uno y lo otro, el sí mismo y los semejantes, entre riendo una cultura, en tanto aprendizaje; “en la formación alcanzada
lo único y lo diverso, entre lo individual y lo social, y aún más entre nada desaparece, sino que todo se guarda” (p. 15).
lo social y lo natural, la vida del planeta, con un propósito loable, Si bien el Estatuto General menciona el concepto de pedagogía
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

el mejoramiento de la vida; somos seres biológicos, pero el planeta como un principio, “el profesor puede exponer sus conocimientos
también necesita seguir vivo. con base en un contenido programático mínimo, y en principios
Podríamos interpretar, entonces, que esta visión de la educación éticos, científicos y pedagógicos”12. Es recurrente en aludir a la pe-
sería hoy en día una pedagogía del buen vivir, consignada en el ac- dagogía más como proceso de enseñanza que como un proceso de
tual Plan de Desarrollo Institucional11, donde se propone retornar a formación propiamente dicho, por ejemplo cuando se enuncia en su
una cosmovisión de los pueblos originarios andinos, en tanto pen- misión “vela (…) por la creación de estrategias pedagógica”13, en sus
samiento filosófico que enaltece la unidad del ser con la naturaleza, principio declara “la docencia, fundamentada en la investigación,
ese otro ser que está vivo; el ser humano, como un ser biológico más, propende por la formación disciplinar y profesional mediante el uso
DEBATES

136 137
puede vivir en armonía con todo lo que lo rodea; es la posibilidad del de métodos pedagógicos”14 o cuando dice “los métodos pedagógicos
entendimiento entre varios mundos en diálogo intercultural. a desarrollar fomentarán el pensamiento crítico y creativo”15. Ade-
Vale la pena anotar que luego de una literatura propia en Amé- más, cuando manifiesta “la actualización científica y pedagógica”16
rica Latina, el realismo mágico y este retorno a nuestros orígenes y “la pertinencia científica y pedagógica”,17 lo hace en relación con
los programas universitarios en sus procesos de acreditación y eva-
luación; se intuye más como un postulado de contenidos y de do-
cencia que de formación.
2
Estatuto General. Principio. Artículo 11, pág. 24
3
Estatuto General. Artículo 5, pág. 23
4
Estatuto General. Misión de la Universidad, pág. 21
5
Estatuto General. Principio. Artículo 6, pág. 23
6
Estatuto General. Misión de la Universidad, pág. 21 12
Plan de Desarrollo Institucional 2017-2027, pág. 53
7
Estatuto General. Principios Generales. Artículo 4, pág. 23 13
Estatuto General. Misión de la Universidad, pág. 21
8
Estatuto General. Principio. Artículo 5, pág. 23 14
Estatuto General. Principios. Artículo 14, pág. 24
9
Estatuto General. Principio. Artículo 18, pág. 25 15
Estatuto General. Objetivos. Artículo 27, pág. 26
10
Estatuto General. Principio. Artículo 19, pág. 25 16
Estatuto General. Principios. Artículo 16, pág. 25
11
Plan de Desarrollo Institucional 2017-2027, pág. 53 17
Estatuto General. Objetivos. Artículo 27 m, pág. 27
Pero el Estatuto General incluye literalmente el concepto de La formación ética se enuncia reiterativamente en el Estatuto
formación cuando expresa por ejemplo: “la Universidad forma…” General, a saber: en la misión, “es una institución estatal que de-
y la Universidad “vela por la formación de…”18. Dichas expresiones sarrolla el servicio público de la educación estatal con criterios de
son personificaciones, pues la Universidad, como institución so- excelencia académica, ética y responsabilidad social”26; en los prin-
cial, promueve lo general, la educación, y el ser en su interioridad cipios generales, “en el horizonte de la ecoética”27; aunque no es un
es quien libremente se forma. Esta expresión, así utilizada, signi- principio en sí mismo, se enuncia en la responsabilidad social, “el

¿Cómo justifica su ser social la Universidad?: una lectura pedagógica del Estatuto General de la Universidad de Antioquia
fica algo externo al sujeto, un uso que provoca malos entendidos. respeto a la ética”28, y en los objetivo, cuando se le otorga a la univer-
Lo mismo ocurre cuando se enuncia: “Formar y consolidar comu- sidad “el ser paradigma ético en la región y el país”29.
nidades académicas…”19, además “la docencia, fundamentada en la La ética y su correlato los valores, también están presentes en el
investigación, permite formar a los estudiantes…”20. Pero el sentido Estatuto General, a saber: en los principios generales, “la reafirmación
interior de la formación lo incluye cuando señala entre sus obje- de los valores de la nacionalidad, en su diversidad étnica y cultural”30;
tivos “Generar y difundir una cultura de respeto por los derechos en los objetivos, “Desarrollar la sensibilidad hacia las artes y la cultu-
humanos mediante la adopción de actitudes y prácticas que favo- ra, y el aprecio por el trabajo y los valores históricos y sociales de la
rezcan la formación y el progreso de la sociedad civil”21. Lo exterior, comunidad”31. En los propósitos del bienestar universitario, “Desarro-
la educación, lo que le compete plenamente a la institución social llar valores de comunicación, de solidaridad y de responsabilidad que
universidad, se pone en conversación con su contrario, lo interior, la ayuden al cumplimiento de la misión universitaria”32.
formación, lo que le compete al ser en sí mismo. Ahí en los valores se entrecruzan otros procesos como la for-
Late, entonces, una intencionalidad, el deseo de la formación, mación política, la convivencia, en tanto el valor de la nacionalidad,
que se configura en la denominada formación integral, cuando se los valores históricos y sociales de la comunidad, el valor de la soli-
plantee explícitamente en los objetivos: “Formar integralmente a daridad y el valor de la responsabilidad. La nacionalidad, lo comu-
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

los estudiantes sobre bases científicas, éticas y humanísticas. Capa- nitario, lo solidario, lo responsable, ponen en diálogo la conciencia
citarlos para el trabajo autónomo y en equipo, para el libre desarrollo individual de la formación ética con todo eso otro, lo social, en tanto
de la personalidad, para cumplir responsablemente las funciones educación, la conciencia colectiva; donde el ser en su formación
profesionales, investigativas, artísticas y de servicio social que re- interior, lo plenamente humano, que además se concibe como un
quieren la región y el país, y para liderar creativamente procesos de derecho, se involucra con la convivencia, la democracia, la diversi-
cambio”22; cuando se le adjudica al profesor el perfil der ser “un ele- dad, la igualdad, la participación, la asociación, la responsabilidad,
mento dinámico para la formación integral de los estudiantes”23 y el servicio y el cambio social, todo ello para el mejoramiento de la
cuando se instaura como el primer propósito a la gestión del bien- vida, aspectos, ya descritos, que emanan del Estatuto General como
DEBATES

138 139
estar universitario: “propiciar la formación integral del personal”24. interpretación de la formación política para nuestra Universidad;
Más aún, en su objeto enuncia que la Universidad está “puesta al pero, además, la política se explicita como un ejercicio libre de la
servicio de la concepción integral del hombre”25. controversia ideológica y como un derecho33, además de ser un ob-
Comprendemos en este enunciado de formación integral plan- jetivo de liderazgo que la universidad debe desarrollar34.
teamientos éticos, lógicos (bases científicas, investigación, funcio-
nes profesionales), estéticos (arte y creatividad) y políticos (servicio
social, liderar, procesos de cambio).
26
Estatuto General. Misión de la Universidad, pág. 21
18
Estatuto General. Misión de la Universidad, pág. 21
27
Estatuto General. Principios Generales. Artículo 4, pág. 23
19
Estatuto General. Objetivos. Artículo 27 h, pág. 27
28
Estatuto General. Principios. Artículos 6, pág. 23
20
Estatuto General. Principios. Artículo 14, pág. 24
29
Estatuto General. Objetivos. Artículo 27d. pág. 26
21
Estatuto General. Objetivos. Artículo 27 ñ, pág. 27
30
Estatuto General. Principios Generales. Artículo 4, pág. 23
22
Estatuto General. Objetivos. Artículo 27 b, pág. 26
31
Estatuto General. Objetivo. Artículo 27 c, pág. 26
23
Estatuto General. Profesores. Artículo 81, pág. 46
32
Estatuto General. Bienestar Universitario. Artículo 105, pág. 51
24
Estatuto General. Bien estar universitario. Artículo 105, pág. 51
33
Estatuto General. Principios. Artículos 5 y 7, pág. 23
25
Estatuto General. Objeto. Artículo 3, pág. 22
34
Estatuto General. Objetivos. Artículo 27 d, pág. 26
Vale la pena resaltar los valores históricos, en tanta formación cambio social, comprometidos con el conocimiento para la solución
histórica que está en las entrañas del concepto de formación gada- de los problemas regionales y nacionales, con visión universal.
meriana que alude a conciencia histórica del ser, a su movimiento en En síntesis, todos estos planteamientos pedagógicos en torno
el tiempo, a su devenir, somos lo que la historia ha hecho de nosotros. a la formación integral y su interpretación en cuanto a la lógica, la
Los planteamientos del arte y la creatividad en la formación in- estética, la política y la ética, los podríamos plantar hoy como las
tegral se interpretan como la formación estética que se explicita en denominadas racionalidades, una forma trascendental de ser y es-

¿Cómo justifica su ser social la Universidad?: una lectura pedagógica del Estatuto General de la Universidad de Antioquia
la misión como la armonía, un concepto desde la estética, que nos tar en el mundo que implica una red de relaciones interconecta-
muestra el equilibrio entre la forma y el fondo, entre lo bello y el das para vivir la vida, y que puedan establecerse como conceptos
gusto; conocer a partir de los sentidos, lo sensible, que es un objetivo transversales al currículo, para afrontar los diferentes problemas de
de la Universidad, como ya se enunció, “desarrollar la sensibilidad”. nuestra cultura. (Duque Roldán, María Isabel).
La creatividad es la base de la investigación y del emprendimiento, Ahora bien, entre la educación, lo general, y la pedagogía, lo sin-
ambos presentes en el Estatuto General, y rasgos de la formación gular, media por el currículo lo particular. “El currículo es un media-
integral. Veamos: dor entre el proyecto cultural de una sociedad, el proyecto educativo
La formación lógica, se manifiesta como un pensamiento cien- de una institución docente y el proyecto de vida de un sujeto. Es el
tífico e investigativo, soporte de las profesiones, es esencial en el cruce entre tres propósitos: el social, más general, el de la escuela,
Estatuto, y lo considera un eje misional, la Universidad “vela por más particular, y el del estudiante en su singularidad, con sus de-
la formación de hábitos científicos”35, y un principio, a la par de la seos de formación. El currículo diseña los programas académicos
docencia y la extensión, “La investigación, fuente del saber, gene- en las instituciones educativas través de la selección, sistematiza-
radora y soporte del ejercicio docente”36. Desde allí, la Universidad ción, registro y gestión de los conocimientos que problematizan
ha priorizado la investigación y se ha postulado como un centro de la cultura para provocar la formación de las nuevas generaciones”
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

“creación, preservación, transmisión y difusión del conocimiento y (González, 28). Es menester resaltar de esta descripción dos con-
la cultura”37 lo cual, le ha permitido destacarse en el concierto na- ceptos: cultura y problemas, ambos presentes y reiterativos en el
cional e internacional. En esencia, la investigación fue un asunto Estatuto General. Veamos:
absolutamente visionario, como lo fue también postular como uno Desde su misión, la Universidad es clara en manifestar su
de sus objetivos “adelantar programas y proyectos orientados a im- compromiso con la solución de problemas: “liderar el cambio so-
pulsar el desarrollo de un espíritu empresarial”38. cial, comprometidos con el conocimiento y con la solución de los
Si bien el espíritu investigativo y empresarial como ya se dijo problemas regionales y nacionales, con visión universal”39; en los
fueron visionarios y hoy se unen con la extensión en la denomina- principios generales, vuelve a manifestarlo: “se compromete en la
DEBATES

140 141
da gestión tecnológica, el concepto propiamente de innovación no búsqueda de nuevos conocimientos y de las soluciones a los pro-
fue planteado en el Estatuto General. blemas de la sociedad”40, y en su primer objetivo: “crear, desarrollar,
A lo largo del Estatuto se alude a rasgos de la personalidad que la conservar, transmitir y utilizar el conocimiento para solucionar con
Universidad debe posibilitar en sus estudiantes, a saber: libres, dignos, independencia los problemas y necesidades locales, regionales y
pacíficos, demócratas, autónomos, éticos, responsables, respetuosos, nacionales”41. También, en el principio de interdisciplinariedad y
pluralistas, capaces de trabajar en equipo, de controvertir las ideas, de investigación y docencia alude a ello; en el primer caso cuando
críticos, líderes, organizados, creativos, con civilidad, investigadores, enuncia “las actividades académicas de investigación, de docencia
sensibles, ecologistas, solidarios, con conciencia social para servir a y de extensión abordan problemas prácticos o teóricos”42 y plantea
los sectores más vulnerables de la sociedad, capaces de promover el como una posibilidad para la investigación “la búsqueda de solucio-

35
Estatuto General. Misión de la Universidad, pág. 21 39
Estatuto General. Misión de la Universidad. pág. 21
36
Estatuto General. Principio. Artículo 14, pág. 24 40
Estatuto General. Principios Generales. Artículo 4, pág. 22
37
Estatuto General. Misión de la Universidad, pág. 21 41
Estatuto General. Objetivos. Artículo 27 a, pág. 26
38
Estatuto General. Objetivos. Artículo 27 ll, pág. 27 42
Estatuto General. Principio. Artículo 13, pág. 24
nes a los problemas de la región y del país”43. Asimismo, en el perfil También fue visionario el Estatuto General al plantear los prin-
del profesor universitario lo compromete también: “el profesor es un cipios de interdisciplinariedad56 y universalidad57 y plasmar la
funcionario público comprometido con la solución de los problemas internacionalización58 y la pertinencia59 como intencionalidad para
sociales”44. Asimismo en su principio de extensión se propone que el currículo, pues las relaciones e interacciones entre las ciencias y
la Universidad debe “asimilar las diferentes producciones cultura- su posible aplicación en el mundo entero, así como la apertura de la
les y hacer de las necesidades sociales objeto de la cátedra45, es de- Universidad a todas las culturas y su inserción en el contexto global

¿Cómo justifica su ser social la Universidad?: una lectura pedagógica del Estatuto General de la Universidad de Antioquia
cir, la sociedad en sí misma, con sus saberes cotidianos, hace parte se pone en tensión con la relación de los programas académicos
de la docencia universitaria. con su entorno más cercano; lo local y lo global en juego para la res-
Se comprende, entonces, que la solución de problemas es esen- ponsabilidad social como principio universitario.
cial para la Universidad; su carácter investigativo, como una visión Es plausible entonces inferir, a manera de síntesis, que un cu-
del tipo de institución que allí se plantea, nos lleva a interpretar que rrículo basado en problemas propende por el desarrollo de la inves-
el vínculo entre la sociedad y la Universidad se construye a partir de tigación, pues tautológicamente las ciencias resuelven problemas;
los problemas que habitan en ella, y la Universidad debe, como pro- por la interdisciplinariedad, pues los problemas en esencia nece-
pósito, contribuir a su solución, por medio de la investigación, apor- sitan la relación entre varias disciplinas para ser resueltos; por la
tando a la cultura, que nos habita en sus múltiples manifestacio- pertinencia, pues los problemas más plausibles nos rodean y siem-
nes. Es una apuesta, hace 25 años visionaria, pues el currículo está pre será loable que en la solución del problema se vean favorecidas
planteado como cultura: conocimientos productos de las ciencias46, muchas culturas.
las artes, la técnica, la tecnología47, como pensamientos, como sa- Vale la pena anotar que la gestión del currículo está entre las
beres48, como campos disciplinares y profesionales49, como trabajo50 funciones del Consejo de la Facultad60 y se enuncian los del Comité
y, más bello aún, como axiología51, como espíritu52 y como expresio- de Currículo como órganos asesores de dichos consejos, institutos,
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

nes53, antes que como contenido. Más aún, cuando lo señala de esta escuelas y de los departamentos académicos.
manera, lo abre a la investigación: “investigación, fuente del saber, Las usencias, en relación con la concepción del currículo, son
generadora y soporte del ejercicio docente, es parte del currículo”54, las características de flexibilidad, integralidad y transversalidad,
podríamos interpretar como la denominada la formación en inves- que para la época ya estaban en este discurso.
tigación; o a la novedad cuando expresa la capacidad que tienen los Ahora bien, el currículo se desarrolla en las instituciones educa-
egresados de “vincular la cultura escolar con la cultura del trabajo, tivas a través de la didáctica, que “estudia la génesis, circulación y
lo que facilita la adecuación continua de los currículos para incor- apropiación del saber y sus condiciones de enseñanza y aprendiza-
porarles nuevos contenidos55. je” (Zambrano, 57), siempre mediados por la comunicación.
DEBATES

142 143
En sí mismo el concepto de didáctica no aparece en el Estatu-
to General, es la gran ausente, pero la intencionalidad late en los
enunciados de la enseñanza y el aprendizaje como dos procesos
absolutamente libres61, enunciados desde la misión misma, donde
43
Estatuto General. Principio. Artículo 14, pág. 24 se anudan la libertad de cátedra que se refuerza en los principios
44
Estatuto General. Profesores. Artículo 81, pág. 46 generales, que incluye la libertad de información62 y como princi-
45
Estatuto General. Principio. Artículo 13, pág. 24
46
Estatuto General. Misión de la Universidad, pág. 21
47
Estatuto General. Objeto. Artículo 3, pág. 22
48
Estatuto General. Principio. Artículo 8, pág. 23
49
Estatuto General. Principio. Artículo 14, pág. 24
56
Estatuto General. Principio. Artículo 13, pág. 24
50
Estatuto General. Egresados. Artículo 98, pág. 50
57
Estatuto General. Principio. Artículo 8, pág. 23
51
Estatuto General. Egresados. Artículo 98, pág. 50
58
Estatuto General. Relaciones internacionales. Artículo 123, pág. 55 (adición en 2001)
52
Estatuto General. Objetivos. Artículo 27ll, pág. 27
59
Estatuto General. Artículo 16, pág. 25. Artículo 27 m, pág. 27. Artículo 60, pág. 42
53
Estatuto General. Principio. Artículo 8, pág. 23
60
Estatuto General. Consejo de Facultad. Artículo 60, pág. 42
54
Estatuto General. Principio. Artículo 14, pág. 24
61
Estatuto General. Misión de la Universidad, pág. 21.
55
Estatuto General. Egresados. Artículo 98, pág. 50
62
Estatuto General. Principios Generales. Artículo 4, pág. 23.
pio, donde es importante resaltar que “el alumno puede controvertir Todos estos planteamientos educativos, pedagógicos, curricula-
dichas explicaciones con (…) acceder a las fuentes de información res y didácticos como misión, identidad y filosofía de la Universidad,
disponibles y utilizarlas para la ampliación y profundización de sus necesitaron unos requisitos administrativos para desarrollarlos: la
conocimientos”63. propuesta de gestión curricular se basó en la autonomía70 la des-
Comprendemos que el término controversia es significativo en centralización71, la planeación72, la normatividad73, los estamentos
el Estatuto; la Universidad es considera como un “espacio para la universitarios74 y su bienestar75, el gobierno76 y el régimen financie-

¿Cómo justifica su ser social la Universidad?: una lectura pedagógica del Estatuto General de la Universidad de Antioquia
controversia racional64, para la controversia ideológica y política65 ro77 y de control78, la estructura académica y administrativa79, todo
para la controversia civilizada66. La controversia implica la discu- ello circunscrito en los procesos de autoevaluación universitaria80 y
sión y el debate, el sentido podría ser el diálogo, dos posiciones en el sistema nacional de acreditación en pro de la excelencia acadé-
juego, una característica propiamente dialéctica en la comunica- mica81, que no es más que cumplir con calidez la misión, la identi-
ción de los conocimientos, cuando se desea ir más allá de la mera dad y filosofía de la Universidad.
repetición de contenidos. Es una clara posición didáctica, inferida, En síntesis, es posible diseñar un modelo educativo de la Uni-
que invita a los movimientos del pensamiento, como se insinúa versidad de Antioquia en tanto el Estatuto General proyectó una
también un pensamiento crítico tanto en la misión como en los pos- universidad investigadora, con el propósito de resolver los proble-
tulados de autonomía67 que se refuerza en la libertad de la cátedra, mas sociales mediante la investigación, soporte de la docencia y
la enseñanza, el aprendizaje. la extensión. Así, entonces, los estudiantes aprenderán a resolver
Pero también podemos interpretar que como la investigación es problemas con el sustento de la investigación que se desarrolla me-
la base de la docencia y la extensión68 y es generadora de proce- diante proyectos. El currículo se diseñaría con base en problemas y
sos creativos, estos serían la esencia de los procesos didácticos de su correlato, una concepción didáctica con base en proyectos para
la Universidad; desde la misión, como hemos repetido insistente- lograr un perfil del estudiante que incida en el mejoramiento de la
N.° 81 . Septiembre de 2019 . Universidad de Antioquia

mente, la Universidad es un “centro de creación de conocimiento y vida, en tanto una pedagogía del buen vivir.
cultura (…) “vela por (…) la creación de estrategias pedagógicas que
desarrollen la inteligencia y creatividad“69.
En síntesis, podemos inferir, insistiendo que si la investigación
es la base del quehacer universitario y este se desarrolla en forma
de proyectos, una concepción de la didáctica como proyecto, en tan-
to la investigación formativa, podría transcender la controversia y
el pensamiento crítico hacia la creatividad, que es necesaria para el
DEBATES

144 145
cambio social y el mejoramiento de la vida, insignes propósitos del
Estatuto General.
Vale la pena anotar que la educación virtual o digital, los pro-
cesos de autoevaluación de los aprendizajes y el aprendizaje para
toda la vida son conceptos de frontera en la didáctica hoy, y están
70
Estatuto General. Principio. Artículo 7, pág. 23
ausentes en nuestro Estatuto. 71
Estatuto General. Principio. Artículo 23, pág. 26
72
Estatuto General. Principio. Artículo 22, pág. 25
73
Estatuto General. Principio. Artículo 10, pág. 24
74
Estatuto General. Título V y VI. pág. 46
63
Estatuto General. Principios. Artículo 9, pág. 24.
75
Estatuto General. Título VII. pág. 51
64
Estatuto General. Principios Generales. Artículo 4, pág. 23
76
Estatuto General. Título II y III, pág. 27
65
Estatuto General. Principio. Artículos 7, pág. 23.
77
Estatuto General. Título IX y X, pág. 53
66
Estatuto General. Principio. Artículo 11, pág. 24.
78
Estatuto General. Título VIII, pág. 52
67
Estatuto General. Principio. Artículos 7, pág. 23
79
Estatuto General. Título IV, pág. 44
68
Estatuto General. Principio. Artículo 14, pág. 24.
80
Estatuto General. Principio. Artículo 16, pág. 25
69
Estatuto General. Misión de la Universidad, pág. 21.
81
Estatuto General. Principio. Artículo 12, pág. 24
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