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TOMO I
De los orígenes a la construcción
de los Estados Prehispánicos
10000 a.C. - 1540 d. C.
Ximena Medinacelli
Coordinadora
Autoras:
Silvia Arze
Pilar Lima
Ximena Medinacelli
Autores invitados:
Isabelle Combès
Carla Jaimes Betancourt
Heiko Prümers
Mariela Rodríguez
Edición: Alejandra Canedo
Diagramación: Elena Carvajal
Elaboración de mapas: Renzo Aruquipa Merino
Portada: Alejandro Salazar
Asistencia editorial: Plural editores
© Coordinadora de Historia
© De la presente edición: La Razón
Impreso en Bolivia
Índice general de la colección
Tomo I: De los orígenes a los Estados prehispánicos, siglos XV a.C. – XVI d.C.
Índice de figuras
Índice de cuadros
Índice de recuadros
¿Qué fue lo que llevó a un grupo de más de la investigación historiográfica y que estuviera
veinte investigadores a emprender la aventura dedicada a un público más amplio.
de escribir una obra de cerca de dos mil páginas En los siguientes años se trabajó y publicó
para la lectura de un público no especializado una colección de fascículos sobre el siglo XX
en el tema de la historia? ¿Cuál fue la energía (1999), otra abordó la historia de mujeres boli-
que impulsó a este grupo a trabajar más de tres vianas bajo el título “Protagonistas de la Historia”
años, articulando la investigación individual con (1997) iniciándose también la publicación de la
el debate colectivo y sacrificando horas y días en revista Historias de… (1998-2003). También or-
reuniones a veces interminables? ganizamos varios congresos internacionales sobre
Las mismas preguntas han estado presentes temas como la historia del siglo XIX (1994) y del
en los participantes en este proyecto. ¿Por qué siglo XX (1998), la historia de la minería (2007)
pudimos pasar tardes íntegras dedicadas a leer, y el congreso de Etnohistoria (2011).
escribir y debatir sobre temas tan diferentes A pesar de que las actividades individuales
como las formas de organización social en de cada uno de los investigadores nos llevaron
Tiwanaku; la violencia del ingreso de Almagro por caminos diversos, siempre mantuvimos el
al Collasuyo, las luchas de los pueblos indígenas sueño de realizar esta obra colectiva. A lo largo
en el Oriente, los andares de José Santos Vargas de los últimos años, y pese a haber reducido
en Ayopaya, los proyectos liberales o la manera parcialmente las actividades del grupo, el aná-
en que se luchó contra las dictaduras? Quizás lisis conjunto de los temas que nos interesan no
podamos encontrar las respuestas en la lectura cesó. En reuniones periódicas y en proyectos
misma de estos libros, resultado de esa aventura más específicos se siguió debatiendo acerca de
humana e intelectual. la historiografía boliviana y del propio quehacer
Para comprender nuestro compromiso histórico. Así, a lo largo de nuestro recorrido
con este proyecto es importante retroceder en como historiadores individuales y como Coordi-
el tiempo con el fin de conocer la historia de nadora, la reflexión teórica se fue enriqueciendo
esta historia, ya que estos libros se remontan a partir de la formación adquirida en postgrado
a un objetivo de larga data. A inicios de la úl- y de las experiencias que algunos acumulamos
tima década del siglo XX, se reunieron algunos durante años como docentes de la Carrera de
grupos de investigación para debatir diversos Historia de la Universidad Mayor de San Andrés
temas en torno a la situación de la historia en (La Paz). El debate con una nueva generación
Bolivia. En aquel tiempo, ninguno de nosotros de investigadores y la vivencia sobre la historia
podía imaginarse que de esta experiencia saldría reciente de Bolivia también han sido muy fruc-
un proyecto que lleva ya más de veinte años de tíferos e inspiradores. La toma de conciencia
existencia. Fue ahí que se decidió la creación de conjunta en torno a este enriquecimiento mutuo
una Coordinadora de Historia cuyo objetivo fue la que nos llevó, finalmente, a tomar la de-
central era, precisamente, elaborar una historia cisión de asumir este reto –una obra fruto de la
de Bolivia que incluyera los últimos avances de experiencia– en un momento como el actual en
16 DE LOS ORÍGENES A LA CONSTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS PRESHISPÁNICOS / TOMO I
el cual urge contar con una historia de Bolivia Estos libros también están pensados como
actualizada y accesible. instrumentos de reflexión sobre el pasado,
Desde la conformación del equipo de inves- presente y futuro de una sociedad. Las visiones
tigación, esta obra ha sido un reto pues si bien que consideraban a la historia de manera ins-
predominan los historiadores, otros profesionales trumental, como herramienta para la creación
como arqueólogos y cientistas sociales también de una unidad nacional o bien como posibilidad
participaron en la misma, abriendo la investi- científica para descubrir leyes y regularidades,
gación a la interdisciplinariedad, confluyendo o para prevér el futuro, han quedado –indu-
en ella diversas generaciones de investigadores, dablemente– atrás. Para nosotros, la historia
mujeres y hombres. permite desarrollar una mirada analítica, crítica
El análisis realizado de forma individual y y reflexiva. Esto significa que, como académicos
grupal sobre las percepciones pasadas y actuales y profesionales, proporcionamos elementos para
acerca de la historia de Bolivia nos llevó a pre- pensar y no para repetir, para comparar visiones
guntarnos sobre las imágenes que se han cons- y proposiciones, para generar reflexión antes
truido y se construyen sobre nuestro pasado. En que entregar una interpretación histórica que
muchos casos, nos encontramos con una historia pretenda ser la única y la verdadera. La historia
militante respaldada en una visión de fe subor- contribuye así a la creación de una ciudadanía
dinada a las coyunturas políticas que generan y activa, a la construcción de una esfera pública
regeneran mitos y se basan sólo en una historia informada y democrática.
de culpables e inocentes, vencedores y vencidos o Nuestra propuesta se centra en tres ejes
de explotadores y víctimas, de malos y de buenos, estructuradores. En primer lugar, repensar y
encubriendo tramas complejas de dominación y utilizar las nuevas propuestas teóricas planteadas
explotación pero también dinámicas de exclusión en los ámbitos científicos y que fueron plasmadas
e inclusión en las que participan diferentes gru- en varios estudios por historiadores nacionales y
pos sociales, de distintas maneras y en diversos extranjeros que no habían sido aún difundidas;
momentos históricos. en segundo lugar, transmitir en un lenguaje más
Esta obra no trata de ofrecer una historia simple –pero no por ello menos profundo– la
“color de rosa” carente de conflictos sino, pre- información recogida por los estudios histo-
cisamente, una historia mucho más articulada riográficos de los últimos treinta años y que se
de lo que suponemos y, por tanto, mucho más mantuvo hasta hoy en un ámbito exclusivamente
compleja, densa y con contradicciones. Los académico; y, en tercer y último lugar, generar a
actores y sujetos, trátese de individuos, clases partir de nuestra propia reflexión una agenda de
sociales, grupos étnicos, pueblos o naciones, no opinión y debate ciudadano en torno a nuestra
son ni han sido entidades esenciales con fronteras historia y nuestra visión del pasado y del presente.
absolutamente discernibles y que han coexistido El proyecto editorial que presentamos consta
de manera separada: todos ellos han estado ab- de seis tomos, elaborados por el mismo número
solutamente interconectados e interrelacionados. de equipos de investigación.
Si bien somos un país geográficamente diverso El primer tomo aborda la historia de los
y plurinacional, esto no supone que tengamos pueblos originarios en la etapa anterior a la lle-
historias aisladas, cerradas en sí mismas y auto- gada de los europeos, tradicionalmente llamada
rreferentes. Más bien, nos hemos interesado en prehispánica. En este tomo, se enfatiza en la
enfatizar un pasado articulado, con tensiones, relación hombre-naturaleza en la multiculturali-
luchas cambiantes y paradojas. Asimismo, hemos dad tan evidente tanto en el espacio de las tierras
buscado articular procesos y estructuras, aspectos altas como de las bajas, así como en el papel del
macro y micro, determinaciones estructurales y Estado en las primeras sociedades. Se parte de
agencia de los actores que nos permitan entender los primeros poblamientos en América así como
los cambios y las continuidades en un proceso sus interrelaciones e influencias hasta llegar a
de larga duración. Finalmente, pretendemos inicios del siglo XVI.
superar la estructura y cronología presidencial y El segundo tomo se centra en los siglos
las visiones Estado-centristas, andino-centristas, XVI y XVII, caracterizados por la implantación
andro-centristas y elitistas. en Charcas del sistema colonial bajo el reinado
PRESENTACIÓN 17
El tomo I De los orígenes a la construcción de los de la relación entre distintos grupos sino que en
Estados Preshispánicos es un esfuerzo por dar una gran medida están condicionados por las relacio-
mirada de conjunto al pasado más remoto de lo nes de poder, el segundo eje tiene que ver con la
que hoy es Bolivia. Dividimos este extenso perío- tensión entre esta multiculturalidad y la presen-
do siguiendo la manera cronológica tradicional. cia o ausencia del Estado. El tercer eje que guía
Incluimos una línea del tiempo que sirve como nuestras preocupaciones es la relación sociedad-
orientación didáctica de la sucesión de culturas, medioambiente pues el período prehispánico es
su elaboración implicó una serie de decisiones de aprendizaje del control y aprovechamiento
respecto de lo que consideramos lo más relevante de la naturaleza que se expresa en las distintas
en cada etapa. Sin embargo, es preciso aclarar que soluciones culturales de los pueblos.
si bien la sucesión de culturas en el tiempo ordena Fuera de los ejes planteados, quisiéramos
la información y le da un sentido, la historia no resaltar algunos de los problemas generales que
es un proceso lineal hacia una suerte de destino encontramos al realizar el trabajo. Uno de ellos
superior preestablecido, es más bien un proceso se refiere al espacio que debería cubrir el perío-
complejo, expresión de la variedad de opciones do prehispánico. Sabemos que por entonces los
asumidas por los seres humanos. límites geográficos no eran los actuales, pero
Nos planteamos tres ejes temáticos y de a veces en los estudios sobre esta etapa no se
análisis que, de acuerdo a sus peculiaridades, asume de esta manera. Los límites o las fron-
son desarrollados y problematizados de distintas teras políticas pueden interferir en las miradas
formas en cada capítulo. El primero de los ejes hacia este pasado, enfatizando o minimizando
se refiere a la multiculturalidad, presente en to- la información según los intereses nacionales,
das las etapas aunque no siempre con la misma pues la construcción de la memoria nacional
visibilidad. Su estudio permite conocer cómo se en cada uno de estos países tiene una de sus
dieron las relaciones entre culturas y sus cambios bases en los logros de este periodo. En Bolivia,
en el tiempo. Podemos afirmar que la presencia por ejemplo, la búsqueda por dar sustento al
de múltiples expresiones culturales es una de las nacionalismo de los años 50, hizo que se mag-
realidades que se evidencia con mayor claridad. nificara Tiwanaku y se minimizara a los incas.
En el altiplano y valles encontramos una diversi- En cambio en el Perú, los incas representan
dad de pueblos en forma cohesionada, mientras el punto culminante de su pasado. El énfasis
que en las Tierras Bajas existe una atomización que se hace en cada uno de los países podría
más marcada. A partir del supuesto de que los distorsionar la cultura de los hechos del pasado.
procesos identitarios no son sólo consecuencia Este tomo, aunque se concentra en el territo-
rio de la actual Bolivia, intentará superar las mira-
das nacionalistas.Tiwanaku, por dar un ejemplo,
1 Agradecemos a Claudia Rivera por la lectura y suge- tiene elementos de la cultura chavín, ubicada en el
rencias a este tomo que nos han servido para comple- actual Perú, y, si bien su centro estaba al Sur del
mentar de mejor manera las disciplinas de arqueología
e historia. Titicaca, en Bolivia, tuvo núcleos importantes en
20 DE LOS ORÍGENES A LA CONSTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS PRESHISPÁNICOS / TOMO I
Moquegua o Atacama en las actuales repúblicas ciones arqueológicas de los países vecinos que
del Perú y Chile. Lo propio en el período de los cuentan con mayor cantidad de investigación que
Señoríos: un bloque importante de pueblos de en Bolivia, y, por otra, entre los conocimientos
lengua preponderantemente aymara se ubicaba sobre el oriente y el occidente de Bolivia. De
alrededor del Titicaca, lago que, como se sabe, este modo los estudios, excavaciones, dataciones
comparten Perú y Bolivia. También en el sur, y otros aportes que se hacen e hicieron en Perú,
los carangas abarcaban Arica y el valle de Azapa, Chile, Argentina y Brasil sirven para completar
actualmente Chile. Por otra parte, los desarrollos el panorama propio.
de las Tierras Bajas tuvieron migraciones desde En cuanto a Bolivia misma, es más lo que se
el Atlántico que atravesaron el Brasil, Argentina sabe sobre las tierras altas, altiplano y valles, que
y Paraguay para instalarse en tierras bolivianas. sobre la Amazonia, Chiquitanía y Chaco. Aunque
La familia lingüística arawak tiene representantes la región de los Llanos de Mojos ha recibido
por lo menos desde Venezuela. una atención privilegiada desde principios del
El estudio del pasado prehispánico también siglo pasado (Denevan, 1966; Erickson, 2006,
encuentra algunas dificultades en la relación 2010; Jaimes Betancourt, 2012; Lombardo et
entre disciplinas. Tradicionalmente se considera al., 2012, 2013; Nordenskiöld, 1913; Prümers,
que su estudio corresponde a la arqueología, sin 2012, 2013; Walker, 2004 ) y hay recopilación de
embargo, a partir de documentos de la colonia información etnohistórica sobre la Chiquitania
temprana, tradición oral, documentos visuales, y Chaco (Combes, 2002-2008), todavía existe
como textiles, cuadros y, por supuesto, crónicas, es un desequilibrio de información que podría dar
posible obtener información desde la etnohistoria, una impresión equivocada del pasado de ambas
entendida ésta como una especialidad de la historia regiones. Las organizaciones políticas más cen-
que ha desarrollado métodos de acercamiento a tralizadas y la impronta estatal determinan una
las fuentes para la interpretación de los períodos centralidad más contundente en las tierras altas
prehispánicos más tardíos. Usamos la etnohistoria y sobre todo en la región circuntiticaca. En ese
para subrayar los esfuerzos que se hicieron para entendido, hemos hecho también el esfuerzo
superar la falta de registros escritos e incorpora- por incorporar de manera coherente los últi-
mos métodos de interpretación que no están rela- mos aportes sobre las Tierras Bajas intentando,
cionados con la lectura de restos arqueológicos. Si además, tomar en cuenta su propia lógica. Sin
bien ambas disciplinas son complementarias, sus embargo, es indispensable tener presente que
enfoques y sus conclusiones no siempre coinciden, “lo andino” es en realidad una articulación de
lo que genera líneas de discusión que en muchos diversas ecologías ubicadas en diferentes altitudes
casos enriquecen las perspectivas tanto de la et- y que ríos que nacen en la cordillera de los Andes
nohistoria como de la arqueología. y desembocan en afluentes del río Amazonas,
Es común que los aportes de la arqueología, funcionan como corredores de comunicación
con estudios de caso y con la urgencia de encon- entre los Andes y la Amazonía, conectando las
trar evidencias materiales, sean más puntuales. La historias de los bosques amazónicos subandinos
etnohistoria, en cambio, suele tener el problema con aquellas desarrolladas en los bosques de
de dar saltos en el tiempo, del siglo XVI al XX, por llanuras aluviales y tropicales.
ejemplo. Estas perspectivas un tanto diferentes se En los últimos años el desarrollo de la
hacen evidentes en ciertos momentos, por ejem- ciencia en temas como la identificación del ge-
plo en las hipótesis acerca de la desintegración noma humano y la investigación genética sobre
de Tiwanaku. A pesar de ello, creemos que estas los cromosomas ha abierto nuevos caminos al
aparentes discrepancias en realidad enriquecen estudio multidisciplinario de la historia más
nuestras preguntas y posibles interpretaciones, antigua de los seres humanos, las dinámicas de
por ello el presente volumen es precisamente poblamiento en distintos lugares del planeta, las
el intento de conjugar los aportes de ambas –y rutas de desplazamiento y el desarrollo posterior
otras– disciplinas para avanzar en nuestra com- de poblaciones locales. Aunque en Bolivia no
prensión de este pasado. se han efectuado estudios específicos de este
Dentro del panorama académico existe un tipo, centros de investigación en el exterior
desequilibrio; por una parte entre las investiga- han realizado recientemente análisis de algunos
REFLEXIONES Y DEBATES 21
a continente, como planteó el francés Paul Sur Lípez. En 1954 el investigador argentino
Rivet en 1943. Descubrimientos arqueológicos Ibarra Grasso descubrió el sitio de Viscachani,
permitieron establecer las pruebas para las teo- considerado actualmente un campamento al
rías, pero también éstas apelaron a la lingüística aire libre. La existencia de una enorme canti-
y a la biología. dad de instrumentos y herramientas líticas en
Otro de los temas más estudiados y discuti- este sitio hizo que durante décadas Viscachani
dos fue el de la datación de las primeras eviden- fuera considerado el lugar más importante del
cias de grupos humanos en América, es decir, período Arcaico, y que una de sus fases tuviera
la antigüedad de los sitios donde aparecieron la reputación de ser la más antigua evidencia
las primeras evidencias de presencia humana. de presencia humana en Bolivia; sin embargo,
Descubrimientos arqueológicos al extremo Sur descubrimientos más recientes cambian este
del continente en las últimas décadas del siglo panorama.
XX pusieron sobre la mesa de las discusiones El inglés William Barfield realizó excavacio-
académicas y científicas nuevos datos que todavía nes en Laguna Hedionda, Lípez, al Suroeste del
están en discusión. A principios del siglo XXI, el país, en 1958. En 1978 E. Berberian y J. Arellano
proyecto de investigación científica del genoma encontraron y estudiaron otros sitios en Lípez
humano abrió las posibilidades de estudios ge- con restos de herramientas líticas, y en 1982
néticos aplicados al análisis de los restos de seres Ibarra Grasso y Querejazu Lewis hallaron restos
humanos que vivieron hace miles de años y que arqueológicos de esta etapa en San Pablo de Lípez.
probablemente estuvieron entre los primeros A partir de 1980 continuaron las excavaciones
pobladores del continente. Sin duda, los descu- en el altiplano y en la zona de Lípez y también
brimientos futuros y el estudio de las evidencias excavaciones en las Tierras Bajas del Chaco, al
encontradas permitirán aclarar más el panorama sureste de Bolivia, donde en el sitio de Ñuapua se
de la historia temprana de la población del con- encontraron restos humanos que fueron datados
tinente americano. con una antigüedad de 6000 años y considerados
como los más antiguos encontrados hasta enton-
ces. También por esa misma década se realizaron
Poblaciones más tempranas excavaciones e investigaciones en Cochabamba.
Las investigaciones más recientes sobre
La época conocida como Arcaico se desarrolló el Arcaico fueron realizadas en 2012 por José
aproximadamente entre 11000 y 4000 años Capriles y Juan Albarracín en el sitio de Cueva
antes del presente (9000 y 2000 a.C.). Las in- Bautista de San Cristóbal (Lípez, Potosí); los
vestigaciones sobre estas etapas son las menos resultados permiten confirmar allí presencia
numerosas dentro del campo arqueológico y de humana de 10.900 años de antigüedad (c. 8900
otras disciplinas en Sudamérica y son más esca- a.C.), lo que hace que éste sea el sitio con pre-
sas aún en Bolivia. Las instituciones estatales no sencia humana más antigua en territorio de la
promovieron trabajos arqueológicos que se enfo- actual Bolivia.
caran en este período y los esfuerzos y hallazgos Las investigaciones arqueológicas en Bolivia
realizados hasta ahora proceden de iniciativas de tomaron nuevos rumbos en el siglo XXI. La ar-
investigadores como Dick Edgard Ibarra Grasso queología, centrada anteriormente en Tiwanaku,
(1986), Jorge Arellano (1981), Eduardo Berberian cedió paso a nuevas excavaciones que se dirigen
(1981) y otros. La Universidad Mayor de San más bien a buscar información sobre las historias
Simón tuvo un papel importante con el trabajo de otras regiones. En el caso de las Tierras Bajas
de Ricardo Céspedes y David Pereira (2005). se debe mencionar que un equipo multidiscipli-
La colección de objetos de esta etapa histórica nario (Lombardo, et al. 2013) confirmó reciente-
excavados por Ibarra Grasso, Céspedes y Pereira mente, que algunas de las islas de bosque en los
forma hoy parte de los fondos del Museo Arqueo- Llanos de Mojos, son en realidad acumulaciones
lógico de la Universidad Mayor de San Simón de desechos alimenticios, principalmente de ca-
de Cochabamba. racoles, restos de fauna y material orgánico por
En 1903 el estudioso francés Georges grupos de cazadores y recolectores que vivieron
Courty localizó un yacimiento paleolítico en hace por lo menos 10000 años.
REFLEXIONES Y DEBATES 23
Posteriormente investigadores como D. Pereira, Gamboa, Acosta, Anello Oliva, Cobo y otros).
R. Céspedes, Ramón Sanzetenea, Javier Gonzá- Ellos recogieron mitos que identificaban a Tiwa-
les y María de los Angeles Muñoz desarrollaron naku como el lugar de origen de la humanidad
estudios más sistemáticos. A este equipo se unie- y consideraron que allí se encontraban las raíces
ron investigadores como Donald Brockington, de la civilización sudamericana más conocida en
Marianne Vetters, Olga Gabelmann, Christoph la época, los incas. Fue entonces que Tiwanaku
Dollerer, Timothy McAndrews y Claudia Rivera, quedó consolidado en el pensamiento de la épo-
quienes lograron también importantes aportes. ca como uno de los sitios más importantes del
Estos aportes fueron extendidos a los valles mundo prehispánico.
del Sur con los trabajos de Rivera en Cinti y los Durante el siglo XIX varios diplomáticos, via-
importantes fechados que Pereira y su equipo jeros y científicos europeos visitaron Tiwanaku,
publicaron sobre el Formativo en Santa Cruz, hicieron descripciones sobre el sitio arqueológico
que muestran ocupaciones muy tempranas que y ensayaron algunas interpretaciones tanto de
hacen ver que la historia cultural del Oriente su antigüedad como de su identidad. En 1864
boliviano todavía es desconocida. George Squier, diplomático Norteamericano,
El Formativo en las Tierras Bajas no ha sido hizo planos de Tiwanaku y fotografió el sitio;
muy investigado, lo que no quiere decir que años después el austriaco-francés Charles Wiener
no exista. Un buen ejemplo constituye el sitio fotografió Tiwanaku e hizo algunas interpreta-
arqueológico Grigotá ubicado entre el segundo ciones sobre los restos arqueológicos. En 1877
y tercer anillo de la ciudad de Santa Cruz. Este el francés Theodore Ber postuló que Tiwanaku
sitio fue excavado en 1976 por Bustos Santelices debió haber tenido dos épocas diferentes y que
(1976, 1977) y posteriormente por Heiko Pru- ambas eran anteriores a los incas. Encontró que
mers (2000) del Instituto Alemán de Arqueología. los muros de las edificaciones estaban orientados
Aquí se documentaron poblaciones sedentarias de acuerdo a los puntos cardinales (Albarracín,
que practicaron la agricultura y se establecieron, 1999). El sitio arqueológico de Tiwanaku atrajo
según fechados radiocarbónicos, entre el 400 a. también a investigadores europeos, como el
C. y 100 d. C. Conde de Castelnau, el Marqués de Nadaillac,
Si bien en la frontera entre Brasil y Bolivia el científico Alcides D’Orbigny y el arqueólo-
se tienen evidencias de las primeras ocupaciones go y etnógrafo suizo-estadounidense Adolphe
sedentarias (ca. 2500 a. C.), son muy escasos los Bandelier.
sitios formativos que han sido encontrados en Los arqueólogos alemanes Alphons Stübel y
la región amazónica. Esto no solamente se debe Wilhelm Reiss llegaron a Tiwanaku atraídos por
a la falta de investigación, sino posiblemente a las narraciones de D’Orbigny. Años más tarde,
que los sitios correspondientes a este periodo, Stübel trabajó con Max Uhle, arqueólogo alemán
se encuentren cubiertos por sedimentos aluvia- considerado el padre de la arqueología peruana,
les debido a un proceso de cambio climático, el y en 1891-1892 publicaron el libro Las ruinas
cual todavía está siendo estudiado y que estaría de Tiahuanaco en las tierras altas del Antiguo Perú,
asociado a un aumento de las temperaturas y de con fotografías de B.von Grumbkow. Más tarde
la pluviosidad en toda la Amazonía (Neves, 2007). Uhle propuso una secuencia para las culturas de
los Andes. En este libro Stübel y Uhle asociaron
Tiwanaku con los aymaras y señalaron que la
distribución de la lengua aymara coincide con
Tiwanaku las áreas de expansión de Tiwanaku (Albarracín,
1999).
Diferentes interpretaciones sobre lo que fue Las excavaciones e investigaciones científi-
Tiwanaku surgieron a través de los años. Las cas y sistemáticas comenzaron en el siglo XX. El
explicaciones más tempranas se perdieron en gobierno de Pando otorgó permiso a la misión
el tiempo y solamente fue posible conocerlas a francesa de Crèqui de Montfort para excavar
través de los mitos e historias que registraron en Tiwanaku con la condición de que las piezas
los primeros cronistas españoles en el siglo encontradas pasaran a formar parte del Museo
XVI (Cieza de León, Betanzos, Sarmiento de Arqueológico, cuyo director era Manuel Vicente
REFLEXIONES Y DEBATES 25
Ballivián (Laguna Meave, 1986). Uno de los y 1960. La reconstrucción del Kalasasaya en la
arqueólogos del equipo, Georges Courty, encon- década de 1970 posiblemente tuvo el propósito
tró algunos monolitos, una escalinata y cerámica de mostrar la monumentalidad de Tiwanaku. La
(Albarracín, 1999). investigación arqueológica estuvo liderizada por
En 1903 llegó a Bolivia el ingeniero aus- Ponce Sanginés y tuvo la intención de resaltar los
triaco Arthur Posnansky, quien trabajaría sobre logros de este Estado, llegó incluso a adjudicarle
este tema durante décadas. Con los resultados calidad imperial, expansión en un amplio espa-
de sus estudios publicó los cuatro volúmenes cio geográfico, monumentalidad de su ciudad
bilingües español/inglés de Tiahuanacu, la Cuna principal y un enorme número de habitantes.
del Hombre Americano. Posnansky hizo un tra- Desde mediados de la década de 1950 hasta los
bajo muy importante de registro en Tiwanaku, años 70, el trabajo arqueológico en Bolivia estuvo
aunque muchas de sus hipótesis carecen de bases centrado en el trabajo de arqueólogos bolivianos,
científicas y son consideradas por algunos sec- en especial de Ponce Sanginés, que fue la figura
tores académicos como “arqueología fantástica principal de la arqueología de esta época y del
y mítica” (Browman, 2007). Creó la Sociedad enfoque político del Estado.
Arqueológica de Bolivia, un grupo de estudio A fines de los años 80 equipos de investi-
con matices esotéricos, que se propuso la tarea de gación de universidades extranjeras realizaron
lograr la protección estatal al sitio arqueológico trabajos de excavación en el sitio de Tiwanaku.
de Tiwanaku. Este grupo estuvo conformado El proyecto Wila Jawira dio un nuevo impulso
por importantes hombres públicos bolivianos, a excavaciones, análisis, estudios e hipótesis. El
especialmente de la ciudad de La Paz, en un Norteamericano Alan Kolata mostró a Tiwanaku
contexto de políticas liberales y, posiblemente, como centro urbano y ceremonial y también
con influencia masónica (Barnadas, 2002). expuso el complejo sistema agrícola en la zona.
El arqueólogo Norteamericano Wendell Gray Graffam estudió los sukakollos y Marc Ber-
Bennett (1930) propuso una cronología de la mann trabajó uno de los sitios incorporados a
cultura tiwanaku y también hizo una síntesis de Tiwanaku, Lukurmata. Charles Ortloff y Alan
la arqueología de Bolivia que sirvió de guía para Kolata estudiaron la tecnología e ingeniería
trabajos posteriores (Rivera y Stecker, 2005). hidráulica desarrollada en Pajchiri y Lukurmata.
Bennett afirmó que el estilo de la arquitectura En la década de 1990, nuevas investiga-
de Tiwanaku tuvo una distribución extensa y que ciones completaron el panorama de Tiwanaku
la fase clásica tuvo variantes en las Tierras Bajas como centro urbano y como Estado. Para ello
(Albarracín, 1999). El arqueólogo sueco Stig aportaron las excavaciones realizadas por Linda
Ryden hizo excavaciones en la zona del Titicaca Manzanilla y Maria René Baudoin, que dieron
y también aportó con estudios sobre cerámica mayor información sobre Akapana, los trabajos
del valle de Mizque (Cochabamba). de Juan Albarracín y Claudia Rivera, que mostra-
El gobierno del MNR, instaurado en 1952, ron un panorama más completo sobre Tiwanaku.
buscó elementos para la construcción del nacio- En este contexto, las nuevas lecturas, a partir de
nalismo estatal e íconos que lo emblematizaran. la década de 1980, buscaron también allí temas
Tiwanaku fue clave para este propósito. En esta como la identidad y la etnicidad, y encontraron
época se dio un nuevo impulso a la investigación que este Estado estuvo formado por diferentes
arqueológica desde el Estado; en 1958 se creó grupos étnicos y sociales. Este interés no estu-
el Centro de Investigaciones Arqueológicas vo centrado solamente en el centro urbano de
de Tiwanaku ( CIAT ) y más tarde, en 1975, el Tiwanaku, sino también en otras regiones. En
Instituto Nacional de Arqueología ( INAR ). La algunos casos, los estudios buscaron la vincula-
arqueología nacionalista intentó unir la ideología ción de culturas locales con Tiwanaku (Anderson
política propugnada desde el gobierno con un y Céspedes, 1998).
pasado remoto y glorioso; se hizo un intenso A principios del siglo XXI un nuevo descu-
trabajo de excavaciones, pero se difundieron y brimiento arqueológico en la isla de Pariti hecho
publicaron pocos trabajos con los resultados. por el equipo del proyecto finlandés (Sagárnaga y
Portugal Zamora y Gregorio Cordero realizaron Korpisaari, 2005) el año 2004, abrió la posibilidad
extensas excavaciones entre las décadas de 1950 de estudiar una cerámica exquisita y plenamente
26 DE LOS ORÍGENES A LA CONSTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS PRESHISPÁNICOS / TOMO I
realista hasta entonces desconocida, permitiendo uso en cuanto a la secuencia en tiempo y espacio.
ampliar la perspectiva de lo que fue Tiwanaku. En cuanto al período del llamado “Intermedio
Los trabajos recientes de Vranish, Isbell, Stanish, Tardío”, Uhle estableció que luego de la caída
Vinning, Couture y otros escritos durante los de Tiwanaku tuvo lugar una atomización en
últimos años son un aporte que seguramente Desarrollos Regionales, aclarando con ello el
generará nuevas investigaciones a futuro. panorama histórico-cultural de la región y ubi-
Además de la arqueología y la etnohistoria, cando a los Señoríos en una etapa intermedia
los estudios sobre Tiwanaku se han enriquecido entre dos formaciones estatales: Tiwanaku e
con el aporte de otras disciplinas. En la década de Inca. Sin embargo, no se puede aplicar el corte
1970, varios estudiosos (Torero, Cerrón Palomi- temporal de manera mecánica a todo el altiplano
no y otros) generaron desde la lingüística nuevas y mucho menos a las Tierras Bajas, debido a que
hipótesis sobre Tiwanaku y la identidad de los el sello que dejó Tiwanaku al Sur y al Este no
grupos que lo conformaron. En los últimos años es el mismo que en la región del Titicaca y, por
se han incorporado estudios médicos y biológi- tanto, su desintegración no afectó con la misma
cos a partir del análisis del ADN de restos óseos intensidad a todas las regiones.
de enterramientos rituales, con el propósito de Los Señoríos formaron organizaciones co-
encontrar el origen biológico de sus habitantes. lectivas con autoridades y territorios que consi-
Estos estudios abren un campo enorme para la deramos no constituyen plenamente un Estado,
determinación de importantes características de aunque tengan algunos elementos “estatales”,
la composición de la población de Tiwanaku, como autoridades de gobierno, territorio y algún
tanto en el sitio como en los diferentes lugares tipo de instituciones sociales y rituales distribui-
bajo su hegemonía. das de manera relativamente homogénea entre
En cuanto al trabajo arqueológico, se ha aña- la población. En el aspecto político, se producen
dido recientemente a las tradicionales excavacio- también federaciones y confederaciones más
nes, las posibilidades que brindan la exploración visibles en la región del Altiplano Sur que en la
con magnetómetro y con radar que permiten del lago Titicaca.
localizar lugares donde probablemente existen En cuanto a la cultura material que queda
estructuras y contextos arqueológicos, técnicas como evidencia arqueológica, se estableció que
que ya han sido aplicadas en Tiwanaku desde chullpas (torres funerarias) y pucaras (sitios defen-
2007 (Williams, Couture and Blom, 2007). No sivos de altura) son los elementos característicos
obstante apenas se ha excavado menos del 20% de este período, tanto así que la memoria indí-
la ciudad de Tiwanaku y mucho menos aún en gena hace referencia a un aucaruna o “tiempo
otros sitios. A pesar los avances y del enorme de guerra”. Precisamente la inestabilidad polí-
potencial cultural de Tiwanaku hoy son lamen- tica y la competencia por el acceso a recursos,
tables las condiciones en que se conservan las características de esta etapa, se reflejan e en el
ruinas más notables del pasado prehispánico de abandono de varios asentamientos de las llanuras
Bolivia, incluso el ícono de esta cultura como es y la presencia de pucaras (fortalezas) distribuidas
el monolito Bennett está perdiendo ante nuestros por todo el altiplano, aunque su intensidad no
ojos los símbolos esculpidos en su cuerpo. es igual en todas las regiones. Albarracín Jordán
(1996) sugiere la existencia de esporádicos con-
flictos en el valle de Tiwanaku, lo mismo que
Señoríos y Desarrollos Regionales sostiene Martti Pärssinen para Caquiaviri (región
pacaje), mientras que Stanish (1997) encuentra
A mediados del siglo XX los hallazgos y las profusión de ellos en la región lupaca, en el
teorías sobre la cronología de las culturas pre- lado occidental del lago Titicaca, lo mismo que
colombinas del arqueólogo alemán Uhle (1856- ocurrió en la región colla al Norte y Noreste del
1944) sirvieron a J. Rowe (1962) para precisar y lago (Arkush, 2009). Es precisamente esta región
definir una cronología sobre las secuencias de ubicada en el actual Perú la que fue objeto de
las culturas en los Andes que aún está vigente. sostenidos estudios arqueológicos (Tschopik,
La propuesta de “horizontes culturales”, a pesar 1946, Hyslop, y Mújica, 1976). Probablemente
del debate respecto a la terminología, sigue en la causa principal de estos enfrentamientos fue
REFLEXIONES Y DEBATES 27
el deterioro climático y las intensas sequías, cuya como el de Therese Bouysse-Cassagne (1986),
mayor intensidad tuvo lugar entre los años 1250 quien, usando como fuente crónicas coloniales,
y 1310 d. C. En cuanto a la antigüedad de estos estableció que había una organización del espacio
restos, Pärssinen (2009) considera que en la re- basada en una concepción dual: Urco/Uma a lo
gión pacaje las pucaras precedieron a las chullpas, largo del eje acuático del altiplano. Por su parte,
en cambio Elizabeth Arkush (2009) encuentra Charles Stanish (1997) tiene una visión regional
que en la región colla la profusión de pucaras que incluye el circuntiticaca (alrededor del lago
llega incluso hasta la conquista inca, es decir que Titicaca). También en este campo se debe men-
algunas de ellas son más tardías. cionar la propuesta realizada por Teresa Gisbert,
La correspondencia entre el espacio de que plantea que la caída de Tiwanaku se pudo
distribución de las chullpas con el de la lengua deber a migraciones aymaras desde el Sur (1987),
aymara marca de manera singular a este período. hipótesis que, aunque muy debatida, promovió
La región de mayor presencia de estas torres es el nuevas lecturas y reflexiones.
altiplano boliviano y en menor medida el altipla- Los estudios, sobre todo de historia, no se
no peruano. Nunca se encontraron restos tiwa- concentran en el Intermedio Tardío más bien
nakotas en las chullpas, lo que dejó muchas dudas abarcan períodos más amplios introduciéndose
acerca de la posible continuidad con Tiwanaku. en el período Inca y aún colonial. Algunos au-
Sin embargo, algunas chullpas de piedra de dis- tores como Ibarra Grasso (1953), en la década
tintas formas y dimensiones en la región lupaca de 1950, se interesaron en estos Desarrollos
se presentan posiblemente reemplazando a sitios Regionales cuando el interés dominante era
rituales Tiwanaku. Las investigaciones arqueo- Tiwanaku. A partir de los años 70 creció el
lógicas en el sector boliviano son aún dispersas interés por estudiar este período. Desde enton-
y están pendientes interpretaciones de conjunto ces contamos con los aportes importantes que
(Rydén, 1947; Arellano y Kuljis, 1986; Portugal, resumimos los más significativos siguiendo un
1988; Pärssinen, 1990 y Huidobro, 1992). Aún orden geográfico de Norte a sur. Sobre los co-
así, algunas cuestiones van siendo respondidas: llas trabajaron Bouysse-Cassagne (1975, 1987),
por ejemplo, si el sistema de enterramiento en Caterin Julien (1983) y Arkush (2009); sobre los
chullpas irrumpe en el altiplano rompiendo con kallawaya Juan Carlos Chávez (2010, 2011); John
una tradición tiwanakota. Esto deja abierta la Murra (1969, 1975), Stanish (1997) y Hyslop
posibilidad de que el sistema funerario en chull- (1976) escribieron sobre los lupaca; Xavier Albó
pares se hubiera difundido de Sur a Norte como (2003), Roberto Choque (1987, 1993) y luego
un fenómeno repentino a mediados del siglo Pärssinen (2009) sobre los pacajes; acerca de los
XIII, que enfatizaba el culto a los antepasados soras trabajó Mercedes del Río (2005); sobre los
(Pärssinen, 2009). carangas Gilberto Pauwels, Gilles Riviere (1982),
A diferencia de lo que ocurríría en la región Ximena Medinacelli (2007) y Marcos Michel
lupaca, donde se habría establecido un corte (2000); Tomás Abercrombie (1986) y Pilar Lima
abrupto, Albarracín Jordán y Mathews (1990) (2008) estudiaron a los quillacas; sobre los char-
enfatizan para la región pacaje una continuidad cas contamos con publicaciones de Silvia Arze y
con Tiwanaku. No sabemos si el patrón de asen- X. Medinacelli (1991) y el trabajo colectivo de
tamiento disperso que se constata tanto desde la Tristan Platt, Therese Bouysse, Olivia Harris y
etnohistpria como de la arqueología es parte de Thierry Saignes que además se ocupan de los
esta continuidad o es más bien la muestra de un cara cara, así como Pablo Cruz (2007), M. del Río
nuevo poblamiento. Como fuera queda por esta- (1989) y Patrice Lecoq (2003); de los yamparaes
blecerse si lo que conocemos como Intermedio se ocuparon Rossana Barragán (1994) y P. Lima;
Tardío, Señoríos o Desarrollos Regionales no de los chuis Raimund Schramm (1990); de los
fueron más bien provincias incas o wamani, pues cintis C. Rivera (2006, 2014); de los chichas se
la información de la etnohistoria proviene de ocuparon Carlos Zanolli (2005), María Beierlein
fuentes coloniales más cercanas al mundo inca. (2008), Mariela Rodríguez (2011) y Florencia
Los trabajos de etnohistoria tienen la dificultad Ávila (2013); sobre los lípes trabajaron J. Are-
de que la mayoría de ellos se concentra en una na- llano López y E. Berberian (1981), Axel Nielsen
ción o Señorío, excepto en algunos casos notables (1998, 2002) así como José Luis Martínez (2011).
28 DE LOS ORÍGENES A LA CONSTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS PRESHISPÁNICOS / TOMO I
Todavía hay una serie de grupos más dispersos –donde se registran los restos más monumentales–
hacia los márgenes de lo que fue el Imperio hacia las zonas marginales o periféricas del Imperio
Inca como moyomoyos, urus y casabindos. Los (Rowe, 1944). En ese mismo sentido, también se
urus han merecido una serie de investigaciones ha discutido mucho la pertinencia de cierta termi-
desde los años 30 con Alfred Metraux (1931) y nología para denominar a los incas, desde la visión
Jehan Vellard (1949-1951) que culminan con la de una sociedad Estado centralizada en Cusco,
obra de Nathan Wachtel (2000). Normalmente hasta el desarrollo de un Imperio, perspectiva que
el estudio de los otros grupos ha estado inserto es más aceptada por sus particulares características
en medio de otros estudios. (D’Altroy, 1984, 1992; Schreiber, 1992). A pesar
La dispersión de las investigaciones da cuen- de ello, todo lleva a plantear que el paso de esta
ta de la atomización de identidades que se hacen sociedad por este territorio trajo los cambios más
visibles en este período. Sin embargo, existen relevantes a todo nivel para las sociedades prece-
temas comunes de estudio, como la organización dentes (Alconini, 1998; Angelo, 1999; Hyslop, 1992;
territorial y fronteras (Alconini, 2002), el sistema Julien, 2002; Lima, 2000; Stanish, 2003).
de autoridades, la movilidad en el espacio (Conti Los incas justificaron su dominio apoyán-
y Albeck ,2012) y la metalurgia (Lechtman, 1984; dose en los mitos de origen que difunden su
Lechtman y Macfarlane, 2005; Cruz y Vacher origen divino. En consecuencia establecieron
comp., 2008). Una línea importante planteada una jerarquización social muy estricta, diferen-
en la obra Qara Qara – Charka (Platt et al., 2006) ciando a las élites del resto de la población (Cobo,
es la publicación de fuentes junto con estudios 1950 [1653]; Ramos Gavilán, 1988 [1621]). Esto
sobre una región específica, lo que permite co- implicó también la consolidación de un aparato
nocimientos comparativos interesantes y abre religioso complejo, que se centraba en un culto
posibilidades de estudios a futuro. solar, pero que reconocía divinidades locales e
incluso ocultas de la élite. Desde esta perspectiva,
la construcción de diferentes niveles de santua-
Incas rios y la práctica de numerosos tipos de rituales
cobraron mucha relevancia en la vida pública y
El período Inca es el más corto en la cronología , social de las diferentes poblaciones.
pero a la vez es el que mayores cambios trajo a las A nivel político, la expansión territorial hacia
sociedades andinas. Por un lado, su estudio está diferentes partes de los Andes a partir de Cusco,
basado tanto en investigaciones arqueológicas implicó el sometimiento y/o la alianza de diferen-
como etnohistóricas, donde se observan ciertos tes tipos de poblaciones (D’Altroy, 1992; Pärsin-
problemas, incoherencias y contradicciones que nen, 1990). Estos hechos convierten el territorio
todavía son debatidos. Uno de esos problemas es en un espacio multiétnico y multinacional bajo
el tipo de interpretaciones que se dan en los do- la égida de un solo gobierno (Schreiber, 1992).
cumentos y crónicas coloniales para entender el Esto, sumado a una política basada en la estrategia
llamado Incario, y que ha llevado a cierto escepti- militar y socio-política, implementada en períodos
cismo en las interpretaciones arqueológicas. Por cortos de tiempo, le da a los incas la característica
otro lado, la arqueología inca se ha desarrollado a de sociedad imperial. Este afán expansivo parece
partir de la identificación de su cultura material, haber estado basado en el acceso a diferentes re-
como el estilo cerámico, arquitectónico o el tra- cursos de los Andes, los cuales eran convertidos en
bajo en textiles y metales, para interpretar el área bienes de consumo y bienes de prestigio por las
y la intensidad de su incursión en distintas partes élites, que dieron el soporte socio-económico al
de los Andes (Bauer, 1992, 2006). Esto debido a Imperio (Earle y D’Altroy, 1995). Luego de la con-
que se hace difícil la datación de contextos Inca quista de los alrededores de Cusco (Bauer, 1996),
de los últimos 70 años del período prehispánico, los incas se expandieron al Norte hacia tierras de
pues el sigma del C-14 muchas veces rebasa ese los cañaris (Meyers, 2002). Luego esta expansión
tiempo (Vranich et al., 2002). se dirigió hacia los Andes centro-Sur (Pärsinnen,
Es así que con la ayuda de las fuentes históricas 1990), intentando llegar hasta la Amazonía, como
se ha construido una secuencia de la presencia inca relatan los documentos coloniales (Saignes, 1986;
en los Andes, desde el centro ubicado en Cusco Tyuleneva, 2010).
REFLEXIONES Y DEBATES 29
Los cambios a nivel tecnológico son los El estudio de Capac Ñan fue otro de los ejes
más visibles, pues se observa todavía la impronta en cuanto a la investigación de los incas. Entre
inca como prueba de su influjo en el pasado. La los estudios más notables se encuentran los de
arquitectura, como una herencia de Tiwanku, Hyslop (1992), R. Espinoza (2005), Michel y
dejó los restos monumentales a nivel de palacios, Lima (2005) y Ballivián (2011). Asociados a este
santuarios y centros administrativos. Son muchos camino y en regiones adyacentes se encuentran
los sitios que conservan este rasgo en Bolivia y centros administrativos, algunos de los cuales, por
Perú, al igual que en otros lugares de los Andes su importancia, fueron estudiados por Pärsinnen
(Bauer, 1996; Stanish, 2003). La alfarería desarro- (2005) y Michel (2011) en Caquiaviri, Muñoz
llada permitió la generación de un nuevo estilo (2010) en Incallajta, Pereira (1985) en Incarracay,
caracterizado por la policromía y la estilización Lima (2006) en Sevaruyo, D. Angelo (1999) en
de las formas, símbolo de la presencia imperial Tupiza, y Rivera (1998) en Cinti, entre otros.
donde se las registra. La textilería, desarrollada Paralelamente, los estudios de Barragán (1994),
a partir de los tejidos de la costa central, adqui- Del Río (1989) y Presta (2005), ofrecen impor-
rió mucha relevancia en el uso de algodón y de tante información sobre los incas en regiones de
fibras de camélidos, caracterizada también por la los valles interandinos.
policromía, la estilización y geometrización de Otra vertiente de trabajos de estudio del
los diseños. El uso de los metales fue, sin duda, el tema inca, relacionada a sus rituales, tradiciones
rasgo que más diferencia a los incas de las culturas funerarias y cosmología se desarrolló en algunas
precedentes; existía un exacerbado interés por el regiones de Oruro. Entre estos trabajos se pueden
uso del oro como bien de prestigio, herencia de citar los desarrollados con las torres funerarias
la tecnología de los expertos chimú. de color del río Lauca (Lima, 2003; Lima et al.,
Otro cambio ejercido por los incas fue el 2005), las torres de color de Condor Amaya (Sa-
movimiento de poblaciones y su implantación gárnaga, 2007), el centro ritual de Pumiri (Diaz,
en nuevos territorios, que originaron el surgi- 2005), las necrópolis de Totora (Ganem, 2012),
miento de los mitmas (Wachtel, 1982). El pago el centro de Antín Curahuara (Ticona, 2012),
hacia el Imperio se daba a través de la mano de las torres de piedra de Yaraque (Hesley, 1986) y
obra, lo que implicó la consolidación de grupos los santuarios de altura de Sajama (Torrez, 2010,
especializados en determinadas actividades, como comunicación personal).
el de los alfareros, mineros, agricultores. Todos Por último, tenemos los estudios relaciona-
estos aspectos cambiaron diametralmente el pa- dos al área de frontera de los incas hacia la ver-
norama social, político y cultural de los pueblos tiente oriental. En este ámbito es muy importante
y se convirtieron en la antesala a la llegada de los el aporte de investigadores de la etnohistoria
españoles. Vale aclarar que los cambios ocurridos como Thierry Saignes (1986) y Vera Tyuleneva
durante la Colonia temprana continuaron con las (2010), y los estudios arqueológicos de Pärsinnen
políticas de los incas y adaptaron sus estrategias (2003) y Sonia Alconini (2002).
para lograr el control de las poblaciones y de los
recursos.
El estudio de tan complejo desarrollo Las Tierras Bajas
político fue, en principio, objeto de estudios
etnohistóricos en Bolivia, como los desarrolla- Samaipata
dos por Murra (1975), Saignes (1986), Bouysse-
Cassagne (1987) y Pärsinnen (1990), entre otros. En el llamado “codo de los Andes”, a 1.920 me-
Sin embargo, a través de la arqueología también tros sobre el nivel del mar en la provincia Florida
se estudió el tema inca por regiones; una de las del departamento de Santa Cruz, está ubicada
más importantes es la del Titicaca, centrada en la mayor obra ceremonial de arte rupestre de
Copacabana y las islas del Sol y de la Luna (Bauer, América latina y el mundo: una imponente y
1996; Escalante, 1993; Rivera, 2003; Stanish, gigantesca roca completamente labrada en su
2003). Esta región de los Andes centro-Sur es la dorso, conocida como “el Fuerte de Samaipata”.
que presenta la mayor centralización y el resto Este sitio cuenta con registros desde finales del
se considera como área periférica del Imperio. siglo XVIII (Tadeo Haenke) y desde entonces fue
30 DE LOS ORÍGENES A LA CONSTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS PRESHISPÁNICOS / TOMO I
Poco es lo que se sabe del pasado prehispánico del Desarrollos Regionales en la Amazonía Boliviana
Chaco. Los estudios arqueológicos en la región
provienen mayormente del Chaco argentino, y El pasado de la región amazónica fue y es
sólo durante los últimos diez años se han venido todavía menospreciado. Posiblemente esto se
realizando prospecciones en los valles contiguos deba a un marcado andino centrismo de los
de Chuquisaca y Tarija, lo que ha permitido estudios arqueológicos; y también a que los
inferir que hubo contactos muy tempranos con restos culturales se preservan menos en climas
las tierras altas (Pärssinen y Siiriäinen, 2003; Al- húmedos. Asimismo juega un papel importante
conini, 2002; Michel, 2000; Beirelein, 2008). Los la imagen de zona marginal que dejaron los incas
estudios etnohistóricos recientes confirmaron y enfatizaron los españoles. Sin embargo, las
además estos contactos (Combès, 2009). investigaciones arqueológicas llevadas a cabo
Unos primeros datos históricos aparecen a en la región amazónica, especialmente en los
mediados del siglo XVI sobre el Chaco, cuando Llanos de Mojos de Bolivia, dan indicios de que
las expediciones asunceñas cruzan la región. esta región estuvo densamente poblada entre
Sin embargo en los siglos posteriores, el Chaco el 400 y 1400 d. C. es decir, mucho antes de la
se mantiene como un espacio históricamente llegada de los españoles.
marginal de los centros de poder colonial y Así lo atestiguan los cientos de sitios arqueo-
nacional. Esta marginalidad se explica en buena lógicos esparcidos en diferentes latitudes de los
medida por la tenaz resistencia que ofrecie- Llanos de Mojos. Al Oeste, se encontraron gran-
ron los chiriguanos al avance español sobre su des sistemas de plataformas de cultivo o camello-
territorio –puerta natural de entrada al Cha- nes, asociados a extensos sitios habitacionales. Al
co– que impidió el contacto con los grupos sureste, centenares de montículos habitacionales,
del interior, todos nómadas y poco numerosos. muestran construcciones monumentales de
Este aislamiento geográfico e histórico, sumado hasta 20 m de altura y al Noreste de la región,
a la infranqueabilidad de la barrera chiriguana, se registraron decenas de complejos sistemas de
puede apreciarse en las fuentes más tempranas zanjas, intercomunicadas por largos terraplenes
del siglo XVI, todas elaboradas en un momento que atraviesan las sabanas.
de hostilidades en que los agentes coloniales de Las primeras publicaciones sobre montículos
Charcas ya habían vislumbrado la importancia artificiales en los Llanos de Mojos, fueron realiza-
de expandir los límites de su jurisdicción hacia das por Erland Nordenskiöld (1913) a inicios del
el este ante la creciente necesidad de vincular la siglo pasado. Casi setenta años después, Bernardo
Audiencia a la metrópoli a través del Atlántico Dougherty y Horacio Calandra del Museo de la
(Matienzo, [1567] 1967). Por lo menos hasta el Plata - Argentina (1981-82, 1984, 1984-85, 1985),
siglo XVIII, cuando los padres jesuitas empeza- llevaron a cabo prospecciones y excavaciones de
ron a incursionar entre los pueblos chaqueños, sondeo en diversos sitios habitacionales del sures-
por ejemplo con la reducción de San Ignacio de te y Noreste de los Llanos de Mojos. A partir de
Zamucos desde Chiquitos, las informaciones se los años 80’s Clark Erickson (2006, 2008, 2010)
limitaban a los grupos asentados en la periferia de la Universidad de Pensilvania, emprende el
REFLEXIONES Y DEBATES 31
proyecto Agro-Arqueológico del Beni y realiza Hasta ahora, no se han encontrado indicios
prospecciones regionales y excavaciones en sis- directos de interacción o influencia con el área
temas agrícolas. Marcos Michel (1993) y John andina. Las culturas de los Llanos de Mojos, ade-
Walker (2004), investigaron también sistemas más de poder ser consideradas como desarrollos
agrícolas, en las áreas de San Ignacio de Mojos autónomos, forman parte de la historia cultural
y del río Iruyañez respectivamente. Erickson de la Amazonía, en la cual similares hallazgos
(2009) continuó con investigaciones en el área están siendo también investigados.
de Baures y Walker (2012) en río Yacuma.
A partir de 1999, Heiko Prümers (2008, Pasado prehispánico de la Chiquitania
2012, 2013) y Carla Jaimes Betancourt (2004,
2012, 2013), del Instituto Alemán de Arqueolo- Datos arqueológicos y registros en la Chiqui-
gía, inician el Proyecto Arqueológico Lomas de tania (Prümers, 2002; Riester, 1981), denotan
Casarabe, investigando sitios habitacionales en que la población de estas regiones se remonta
montículos al sureste de los Llanos de Mojos. por lo menos al 500 d. C. Al parecer, dichas po-
Actualmente, dirigen el proyecto arqueológico blaciones constituían sociedades con niveles de
boliviano - alemán en Mojos e investigan siste- complejidad poco entendidos y discutidos por
mas de zanjas al Noreste en Bella Vista y Baures los investigadores.
(Prümers, 2006, 2014; Jaimes Betancourt, 2012b, La arqueología del Departamento de Santa
2013). También se intensificaron los aportes de las Cruz, como parte del conjunto de las Tierras
ciencias geográficas y geológicas con las investiga- Bajas, no fue muy explorada. Sin embargo, existen
ciones de Umberto Lombardo (2010, 2012, 2013). algunos documentos que presentan datos muy
Todas estas investigaciones mencionadas interesantes sobre la producción cultural pre-
han permitido cambiar sustancialmente las con- hispánica de sus antiguos habitantes como datos
cepciones del pasado cultural de la Amazonía sobre El Puente, Piedra Marcada, San Ignacio de
boliviana. En primer lugar, hay que mencionar los Velasco y Pailón (Prümers, 2002). Es importante
avances en diferenciar tanto cronológicamente mencionar que en la obra de Riester (1981) existe
como espacialmente los diferentes asentamientos un buen compendio de sitios de arte rupestre en
y grupos culturales que habitaron las diversas todo el departamento.
áreas de esta región. En la región chiquitana se realizaron varios
Además de saber dónde se encuentran, qué trabajos de registro de sitios de arte rupestre
tipo de obras y en qué periodo de tiempo éstas existentes, sobre todo en las serranías de Santia-
fueron construidas, se ha podido comprobar que go y San José de Chiquitos (Kaifler, 1993, 1997,
las poblaciones fueron fundadas en territorios 1999, 2002, Pia 1987, 1997). Uno de los primeros
altos, sin riesgo a las inundaciones, que anual- registros corresponde a Jorge Arellano, Danilo
mente amenazan a los Llanos de Mojos. Esto Kuljis y William Kornfield (1976) y luego fue
les permitió vivir con una relativa estabilidad documentado más detalladamente por Sergio
durante largos periodos de tiempo, gozando Calla (2005).
de buenas condiciones para la agricultura. En Los primeros trabajos a nivel regional en
este escenario florecieron grandes y extensas estas serranías fueron realizados por Marcos
poblaciones, que pudieron construir obras Michel y Sergio Calla (2001). Dicho estudio fue
monumentales. denominado “Arqueología del Valle Tucavaca,
En otras áreas de los Llanos de Mojos, donde Serranías de Santiago y Chochis” y consistió
las inundaciones eran inevitables, los antiguos en un diagnóstico encargado por la Fundación
pueblos supieron mitigar los efectos, mediante para la Conservación del Bosque Chiquitano.
la construcción de canales, diques y campos La prospección arqueológica regional llevada
elevados. Esto nos demuestra, que las culturas a cabo por Lima (2006) en 38 sitios, permitió
de la Amazonía boliviana, lejos de dejarse limitar identificar claros componentes culturales aso-
por el medio ambiente, inventaron estrategias ciados tanto al área amazónica como al Chaco,
de adaptación, transformando culturalmente a denotando la importancia de la Chiquitania
su entorno con la construcción de centenares de como zona de contacto y alta movilización en
obras de tierra. el pasado. Excavaciones en los últimos años
Las primeras aldeas
(2000 a.C.-500 d. C.)
Región 6000-5000 4000 A.C. 3000 A.C. 2000 A.C. 1500-1000 A.C.
ESTE DE EUROPA Agricultura
temprana
Catal Huyük
EGIPTO PeríododelaUnificación
Fayum
MESOMÉRICA Tehuacán Domésticacióndelmaíz Períodopreclásico
Como se verá más adelante, las investiga- Las secuencias presentadas son producto del
ciones realizadas en varias partes de nuestro país desarrollo de las investigaciones arqueológicas,
permiten proponer que el proceso mencionado reconociéndose cuatro áreas principales:
se desarrolló entre el 2000 a.C. y el 400-600 d.
C. Aunque abarca un gran espacio temporal, las • La cuenca del Titicaca, que desde los años
connotaciones culturales de este período fueron 40 es el centro de importantes hallazgos del
particulares, de acuerdo a la dinámica de cada Formativo, tanto a nivel de los sitios como
región. de niveles de complejidad. En adelante
En el cuadro 1 se observa el desarrollo de equipos de investigadores bolivianos, pero
diferentes culturas del Formativo, comparando sobre todo Norteamericanos, consolidaron
temporalmente la ubicación de aquéllas regis- una secuencia cronológica basada en los
tradas en Bolivia en relación a otros desarrollos trabajos desarrollados en el sitio arqueoló-
a nivel mundial. gico de Chiripa.
• El altiplano Noreste de Oruro, donde se
registró una de las culturas más antiguas
Periodización del Formativo del Formativo de Bolivia: Wankarani. Las
investigaciones realizadas permitieron fe-
En Bolivia se reconocen dos claras áreas para el char algunos sitios y establecer diferentes
estudio del Formativo; primero, el altiplano con secuencias locales.
sus variantes regionales en la cuenca circunla- • Los valles de Cochabamba, valles del Sur
custre y el altiplano Central, y la región de los y Santa Cruz, donde se identificaron ex-
valles mesotermos, sobre todo Cochabamba. La presiones muy particulares del Formativo
secuencia de periodización presenta, en ambos que fueron la base de los desarrollos pos-
casos, variantes cronológicas que se observan en teriores. Los trabajos desarrollados en esos
el cuadro 2. espacios fueron promovidos en los últimos
surgimiento de la noción de territorialidad, pues que permitió el cultivo a gran escala en tiempos
cada grupo empezó a demarcar su territorio y sucesivos.
reconocer espacios de interacción que fueron
consolidados a partir de redes de tráfico de bie-
nes. Consecuentemente, se dio paso también a
una ideología religiosa, la cual fue consolidada
materialmente durante el siguiente período.
A nivel de producción material, la cerámica
reportada de este período corresponde a los
trabajos desarrollados en la península de Taraco,
donde se identificaron los estilos Chiripa Tem-
prano (1500-1000 a.C.) y Chiripa Medio (1000-
800 a.C.) (Hastorf et. al., 2001). Este tipo de
materiales entonces, podrían estar considerados
entre los más antiguos de la cuenca del Titicaca.
Ya en la fase del Formativo Medio (800-200
a.C.) los grupos empezaron a mostrar niveles de
centralización política y jerarquización social,
marcando el desarrollo de un nivel de complejidad
no observado hasta ese entonces. Parte de esa com-
plejidad se advierte en la construcción de arquitec-
tura pública y monumental, la cual era destinada
al ámbito ritual, implicando un sistema religioso
que lograba la comunión entre el hombre andino
y las divinidades naturales. Una prueba de ello son
los templos con patios hundidos, conocidos como Figura13.DuranteelFormativoMediosedesarrollóenlacuencadel
templetes semisubterráneos o semi-hundidos, en Titicacaunestiloescultóricoenpiedraqueesapreciadohastalaactua-
los que se aprecian pilastras con grabados zoo- lidad.EsatradiciónfuedenominadaYaya-Mama,enlasfotografíasse
morfos (sapos, lagartos, serpientes y felinos), o observanalgunosejemplosdedichasrepresentaciones.
monolitos con forma humana (antropomorfos) en Fuente: P. Lima.
posiciones particulares (Fig. 13). Los ritos realiza-
dos en los templos fueron los primeros esfuerzos Por otra parte, el Formativo Tardío (200 a.C.-
por congregar a las comunidades en base a un fin 400 d. C.) fue relacionado con el surgimiento de
común, el religioso en este caso, promoviendo Pucara, un sitio que centralizó e influyó en los asen-
también niveles de autoadscripción regional y tamientos de la cuenca del Titicaca (Stanish, 2003).
local. La construcción de templos hundidos y la Este período se caracteriza por una complejidad
representación de esculturas y artefactos de la política no observada antes, la consolidación del
denominada tradición Yaya-Mama o Pa-ajanu, sistema económico precedente y una manufactura
son los aspectos más característicos del Formativo artefactual más elaborada. El estilo decorativo de
Medio (Chavez y Mohr, 1975). la cerámica era más complejo, pues se observa la
La alfarería de este período está relacionada policromía del rojo, crema y negro, algunas veces
con el estilo Chiripa Tardío, es decir una cerámica asociado a un delineado inciso de los motivos.
con antiplástico de fibra vegetal, que presenta Los indicadores mencionados son aspectos
decoración en rojo y crema. También, se inicia la representativos, así como elementos típicos de
elaboración y utilización de trompetas cerámicas, varios grupos asentados en las márgenes del Ti-
destinadas a fines rituales. ticaca. Los principales sitios de las distintas fases
Al parecer, la economía de este tiempo estuvo del Formativo se encuentran en Chissi, Escoma,
basada en la agricultura, el pastoreo y la pesca. la península de Santiago de Huata, Tiwanaku, Tu-
Por lo mismo, se plantea que los sitios del For- matumani, Titinhuayani, Casani, Ckackachipata,
mativo Medio pudieron estar ya asociados a in- Chiripa y Pukara, éstos últimos son los sitios más
cipientes campos elevados de cultivo, tecnología conocidos de la cuenca del Titicaca (Fig. 14).
PERIODO FORMATIVO 55
Figura14.EnlasriberasdellagoTiticacaseasentarondiferentespoblacionesdurantetodaslasfasesdelperiodoFormativo.Enelmapaseobserva
una distribución de los principales sitios registrados.
Fuente: Tantaleán y Leyva 2011.
Recuadro 3
Figura16.Unadelasestructurasqueseencontrabaalrededordeltemplete
enChiripafueexcavadaporelProyectoPACHduranteelaño2007.
Fuente: a) P. Lima y b) CAF
Hacia la formación del Estado alto valor social, la realización de alianzas y tam-
bién de conflictos. Hasta ese momento ya se había
El proceso descrito fue consolidado durante el consolidado un sistema social jerárquico y se había
Formativo Tardío. Los diferentes grupos tenían hecho evidente la existencia de élites regionales.
similar organización además de compartir ele- Durante el Formativo Medio, Pukara se
mentos culturales comunes, por ejemplo se había había consolidado en el lado Norte del Titicaca.
consolidado el cultivo a gran escala en sukakollus. Conformaba un complejo ceremonial y político
Esto fortalecía un esquema de relacionamiento y de alta relevancia durante el Formativo Medio y
también la creación de una esfera de competencia Tardío (Fig. 17), y fue el área donde se elaboraron
por la hegemonía regional. las representaciones iconográficas y arquitectóni-
Esta competencia se manifestaba en la cons- cas más relevantes de ese período (Stanish, 2003).
trucción de centros ceremoniales, la producción Este panorama hizo que el asentamiento
agrícola excedentaria, el control de redes de inter- existente en Tiwanaku pugnara también por
cambio para la obtención de productos exóticos de el control político de la cuenca.
Figura17.Vistapanorámicadel
sitioarqueológicodePukara,
ubicadoenlaprovinciadePuno
- Perú.
Fuente:EnChemin,entrePunoet
Cusco,panarcheo.e-monsite.com
58 DE LOS ORÍGENES A LA CONSTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS PRESHISPÁNICOS / TOMO I
Figura18.Comoherenciadeperiodosmástempranos,elTempleteSemisubterráneodeTiwanakuesunamuestra
arquitectónica de la última fase del Formativo del Titicaca.
Fuente: Jaimes Betancourt, 2012.
En Tiwanaku, ya se había construido el Tem- embargo, que los camélidos fueron domesticados
plete Semisubterráneo (Fig. 18) y probablemente hace 4000 años en Atacama (Dransart, 1999) y el
algunas otras estructuras del área ceremonial, lo Noroeste Argentino (Yacobaccio, 2003), lo que
que muestra la importancia del sitio como centro lleva a suponer que en ese intervalo del proceso
religioso, incluso en relación a sitios como Chiripa, surgieron las sociedades pastoriles, más o menos
que en su momento fueron los más importantes. hace 3000 años (Ibid.).
Alrededor del 400 d. C., la élite que ocupaba Esta tendencia productiva probablemente se
Tiwanaku se consolidó como una entidad política extendió por el resto de los Andes y se consolidó
regional de gran alcance. La llegada de poblacio- como la principal característica para los habitan-
nes de diferentes partes del altiplano a este centro tes del altiplano central. Esa actividad, junto a la
le dieron la hegemonía que buscaba, y dos siglos cacería de vicuñas y guanacos, probablemente
más tarde (600 d. C.) se consolidó la formación del representó la base productiva de las sociedades
Estado en la cuenca del Titicaca (Kolata, 1993). del Formativo en esta región.
Paralelamente, el proceso consolidado de
la sedentarización posibilitó la construcción de
El Formativo del altiplano de Oruro aldeas, cuyos espacios fueron reutilizados y sobre-
puestos continuamente por cerca de 2000 años.
El Altiplano Central y meridional corresponde a El proceso de reutilización del espacio dio lugar
la categoría ecológica de puna seca. Se encuentra a montículos artificiales, construidos por siglos,
ubicado en medio de los nevados de la cordillera que llegan incluso a los 15 metros de altura y que
Occidental y de los salares, es un lugar seco e ina- ahora son los testigos de la presencia cultural de
propiado para el desarrollo de la agricultura (Fig. ese tiempo.
19). Este hecho parece haber influido para que No tan elaborada como la cerámica del Ti-
las poblaciones de cazadores se especializaran en ticaca, la alfarería del Formativo en el Altiplano
la actividad pastoril, en la que se tiene a la llama Central presenta características muy particulares
(Lama glamma) como especie emblemática. y está más relacionada al ámbito utilitario. La
Datos generados en diferentes lugares de los distribución de ese material demarca un área de
Andes Centrales y de los Andes Centro-Sur indi- expansión que más adelante llevó a considerar
can que el proceso de domesticación de la llama la existencia de la llamada cultura Wankarani
se dio en lugares diferentes y en tiempos sucesi- (Fig. 20). Esta distribución comprende parte
vos. La información más conocida indica que en del Sur de La Paz y el departamento de Oruro,
la sierra peruana se domesticó la llama hace 5500 identificándose su influencia hasta los valles de
años (Wheeler, 1998); otros estudios plantean, sin Cochabamba.
PERIODO FORMATIVO 59
Figura19.ElpaisajealtiplánicodeOrurosecaracterizaporlaexistenciadenevadoseinmensos
camposdetholaypajabrava,siendounambienteaptoparaelpastoreooganaderíadecamélidos.
Fuente: P. Lima.
WANKARANI
VENEZUELA EN SURAMERICA
COLOMBIA
ECUADOR
BRASIL
PERU
La BOLIVIA
go
OCEANO PACIFICO
PA
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ARGENTINA URUGUAY
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& WANKARANI
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KASKA KOLLO
SALAR
DE
COIPASA
REFERENCIA
& SITIOS PRINCIPALES
RIOS
LAGOS 40 20 0 40 80
SALAR Kilometros
SALARES DE
UYUNI
Figura20.EnelmapaseobservaclaramenteladistribucióndelossitiosWankaranienel
Departamento de Oruro.
Fuente: Bermann y Estévez 1993.
60 DE LOS ORÍGENES A LA CONSTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS PRESHISPÁNICOS / TOMO I
Figura22.Representacióndeunasentamientowankaraniysuanalogía
conunaviviendaurucontemporánea.Lasimilituddelasplantas,lleva
asuponerquelosactualesputukussonreminiscenciadeesetipode
arquitectura.
Fuente: Rose, 2001.
Figura21.Unelementosignificativodelosasentamientoswankarani
fuelarepresentaciónescultóricadecabezasdecamélidos.Muchas En comparación a los desarrollos de la cuenca
deestaspiezasfueronregistradasdesdeiniciosdelsigloXX,siendo del Titicaca, los sitios wankarani parecen ser menos
actualmenteexhibidasenelMuseoLópezRivasdelaciudaddeOruro. complejos, presentando niveles de organización
Fuente: P. Lima. más incipientes. Este hecho se observa, sobre todo,
en la escasa presencia de sitios de carácter adminis-
Al parecer, las poblaciones wankarani se asen- trativo. Sin embargo, las investigaciones realizadas
taban en determinados sitios y habían desarrollado en varios lugares de Oruro muestran sitios nuclea-
cierta tecnología cerámica y lítica. Arqueológica- dos de estructuras domésticas circulares, las cuales,
mente se ha registrado una tradición alfarera sin en algunos casos, también se encuentran asociadas
decoración pintada, sino ocasionalmente incisa o a estructuras de mayor tamaño, como en el sitio La
en forma de pequeñas estatuillas. Tecnológicamente Barca (Rose, 2001) (Fig. 22). Esto lleva a presumir
sobresale el acabado y tipo de engobe, que es un bru- que se trata de áreas ceremoniales, ya que también
ñido muy particular en piezas con los labios hacia el en ellas se registraron artefactos rituales.
PERIODO FORMATIVO 61
Al igual que Wankarani, algunas poblaciones • Existencia de una tradición cerámica que en
del Formativo de los valles también reocuparon sus fases más tempranas presenta incisiones
los sitios y crearon montículos artificiales donde sin pintura y formas muy particulares que la
actualmente se registran los restos materiales de caracterizan. Para las últimas fases del For-
sus actividades. Pero, por otro lado, también se mativo, dichas tradiciones se complejizan
registraron asentamientos formativos con terrazas con decoración pintada, dando paso a los
habitacionales en las laderas de los cerros, en el pie- estilos que luego serán claramente manifes-
demonte, así como en lugares planos. Gran parte de tados en el período de Desarrollos Regio-
estos sitios fueron ubicados preponderantemente al nales Tempranos.
sureste de Cochabamba, siendo Mizque y Aiquile • Elaboración de artefactos de metal y de pie-
las áreas donde se registraron los más importantes dra, los cuales son producto de un sistema
(Pereira y Brockington, 2005). Sin embargo, in- de intercambio y de acceso a recursos de
vestigaciones también realizadas en otras regiones otras regiones ecológicas.
de los valles del Sur y del Oeste de Santa Cruz
muestran una dinámica muy particular para el Los sitios más característicos en Cocha-
tratamiento de este período a nivel macroregional. bamba son Sierra Mokho, Chullpa Pata, Mayra
Las características más sobresalientes de los Pampa, Conchupata, Villa Granado, Khopi,
sitios formativos en los valles son: Yuraj Molino, Valle Ibirza y Sehuencas (Pereira
y Brockington, 2005) (Fig. 24). En esos asenta-
• Asentamientos en montículos de ocupacio- mientos está representada toda la secuencia del
nes sucesivas, áreas de plataformas y pla- Formativo de Cochabamba, desde la presencia
nicies, cuyas dataciones más tempranas se más temprana hasta lo que luego dará paso al
remontan hacia el 1300 a.C. surgimiento del estilo Tupuraya, paralelamente
• Identificación de una tradición escultórica, al desarrollo del Formativo Tardío en la cuenca
en la que predomina una especie de estatui- del Titicaca.
llas antropomorfas que principalmente son Muchos de esos asentamientos fueron estu-
representadas con ojos rasgados, caracterís- diados durante décadas y los resultados nos llevan
tica denominada “grano de café” (Fig. 23). a discutir la heterogeneidad de las poblaciones
y el grado de influencia de las mismas a escala
regional. A partir de excavaciones y dataciones
radiocarbónicas se han establecido secuencias
locales, cuyo fechado más temprano se encuen-
tra en Yuraj Molino (1300 a.C.), como parte del
Fomativo Temprano (1300-500 a.C.); luego se
identifican el Formativo Medio (500 a.C.-200
d. C.) y el Formativo Tardío (200-600 d. C.).
Aunque gran parte de los sitios se encuentra en
Cochabamba, muestras de su relacionamiento se
observan hasta los valles de Santa Cruz.
Las excavaciones y dataciones del sitio
Tambo en Santa Cruz son hitos que permiten
entender el Formativo de los valles interan-
dinos. El trabajo desarrollado por Pereira y
Brockington (2005) muestra una profundidad
temporal que llega alrededor del 2000 a.C.
Este proceso dio paso al estilo Mojocoya
Figura23.DuranteelFormativoenlosvallesfuerepresentativalaela- Monócromo, el cual es antecedente estilístico
boracióndeesculturasantropomorfas.Fueronrepresentadoshombresy del Mojocoya Tricolor que se manifiesta en el
mujeres,siendocaracterísticoeldiseñodeojosrasgados,conocidosen período de Desarrollos Regionales Tempranos
la literatura como “ojos granos de café”. y que desde los valles cruceños llega hasta
Fuente: Ibarra Grasso y Querejazu, 1986. Chuquisaca y Cochabamba.
PERIODO FORMATIVO 63
Figura24.LamayorpartedelossitiosformativosdelvallefueestudiadoenCochabamba.Enelmapaseobservaunadistribucióndelosprincipales
asentamientos
Fuente: Pereira y Brockington, 2005.
64 DE LOS ORÍGENES A LA CONSTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS PRESHISPÁNICOS / TOMO I
De la misma forma, los trabajos desarrolla- dos. De ahí es que, por ejemplo, se reconoce el
dos en la región Sur de Potosí por Lecoq (2001) surgimiento de la cerámica Tupuraya, Mojocoya
muestran otro tipo de asentamientos del Foma- bícromo y Omereque, expresiones tempranas de
tivo, relacionados a la existencia de aldeas con la variabilidad poblacional existente en los valles
estructuras circulares de barro o piedra, asociadas a interandinos durante ese tiempo. Como se ha
terrazas de cultivo. En la misma línea, es relevante visto, estilos como el Mojocoya parecen haberse
el trabajo desarrollado por Claudia Rivera (2011), originado en espacios de Tierras Bajas, llegando
quien establece una periodización del Formativo a consolidar desarrollos complejos en los valles
en los valles de Cinti y San Lucas. La investigadora de Chuquisaca.
establece secuencias cronológicas que identifican En adelante, esta matriz estilística marcará
la presencia de asentamientos formativos asocia- la variabilidad de los valles interandinos, lo que
dos a antiguas áreas de caza, los cuales desde una implicará también una multietnicidad mantenida
cerámica sin pintura desarrollan estilos locales que hasta los tiempos del Inca y registrada incluso en
luego serán manifestados en el período posterior. la Colonia. Lo interesante de todo el proceso es la
Otros asentamientos representativos son los regis- continuidad que se observa en el desarrollo de las
trados en los valles de Tarija, cuyo indicador más culturas de los valles desde el período Formativo,
claro es el registro de cerámica incisa sin pintura. aspecto también evidente en el área circunlacus-
En esta larga secuencia de asentamientos tre, pero poco visible en el altiplano central.
también se hace evidente el relacionamiento A partir de esta diferenciación se con-
de las poblaciones del Formativo de los valles formaron unidades socio-políticas no cen-
con las del altiplano, ya que en algunos de los tralizadas que mantenían ciertos niveles de
sitios se registraron materiales muy similares autonomía y relacionamiento constante, que
a los existentes en tierras altas. Un caso bien en la literatura académica son denominadas
documentado al respecto es el movimiento de como cacicazgos o jefaturas simples y com-
cerámica wankarani hasta los valles de Cocha- plejas. Sin embargo, los trabajos desarrollados
bamba y hacia la costa, aspecto que pudo deberse en esas áreas permiten observar que si bien no
a movimientos de intercambio (Gabelman, 2001; eran sociedades centralizadas, se trataba de
Ayala y Uribe, 2003). poblaciones con altos niveles de complejidad,
Toda esa información lleva a plantear que probablemente ligada a la movilidad y a los
desde un período tan temprano se dio un tipo intercambios constantes.
de articulación interzonal que integraba dife- Precisamente por encontrarse en áreas de
rentes nichos ecológicos. De ahí surge la idea contacto entre el contingente altiplánico y las
de un movimiento transversal que unía los valles Tierras Bajas, las expresiones materiales de esas
interandinos con la costa a través del altiplano. poblaciones presentan influencias en ambos
Probablemente, los restos altiplánicos encontra- sentidos. Esto muestra también que dichas pobla-
dos son parte de esa dinámica, consolidada en ciones fueron el eje articulador del movimiento
tiempos posteriores. interzonal o transversal que ha caracterizado a
las sociedades del pasado.
Hacia la diversidad cultural
Al igual que en la cuenca del Titicaca, aproxima- Las características más importantes
damente hacia el 400 d. C. se dio un fenómeno del Formativo
que cambió la dinámica existente en las pequeñas
aldeas formativas. Las poblaciones constituidas El Formativo es el periodo más amplio en la
muestran una tendencia a la diferenciación, escala temporal prehispánica, ligada al seden-
probablemente étnica o de autoadscripción, que tarismo y al desarrollo cultural y tecnológico
se plasma en los estilos cerámicos posteriores. en Bolivia, abarcando cerca de 2000 años. Las
La característica que marca el denominado poblaciones de este tiempo desarrollaron y sen-
Formativo Tardío de los valles es el surgimiento taron las bases culturales que llegaron hasta la
de cerámica con decoración pintada que parece época de los incas y que incluso se mantuvieron
caracterizar grupos sociales étnicamente defini- durante la Colonia.
PERIODO FORMATIVO 65
Los avances más importantes son: esta movilidad tuvo incidencia en la diferen-
ciación étnica y la multiculturalidad, aspecto
• Definición de la vocación productiva de consolidado en los valles y presente hasta los
los pueblos, que permite diferenciar en- tiempos de la Colonia.
tre agricultores, pastores, pescadores y/o • Aunque en el Formativo se habla de socie-
cazadores, actividades que pueden ayudar dades sin Estado, los fenómenos desarro-
a explicar ciertas adscripciones culturales llados sobre todo en el Formativo Tardío
que se mantienen hasta la actualidad. Estos condicionaron el devenir histórico y polí-
aspectos estuvieron íntimamente ligados tico de las sociedades que los sucedieron.
con el conocimiento del medio y la buena Como ejemplo tenemos la conflictividad
utilización de sus recursos. Por ejemplo, desarrollada en el Titicaca por la hegemo-
en la región del Titicaca las poblaciones nía política, la cual dio paso a la formación
fueron agricultoras debido al aprovecha- del Estado en Tiwanaku. Por otra parte, la
miento de las bondades del lago y la ferti- pluralidad desarrollada en los valles fue el
lidad de la tierra; en cambio hacia el Sur se antecedente de la consolidación de organi-
desarrollaron sociedades de pastores que zaciones no centralizadas, pero altamente
aprovecharon a la llama como un recurso complejas.
productivo.
• La movilidad y el intercambio son aspectos Aspectos de igual relevancia se observan du-
recurrentes en todos los espacios analizados; rante el periodo Formativo en las Tierras Bajas,
ya sea entre los grupos alrededor del Titicaca mostrando la importancia de su conocimiento e
o como entre las poblaciones de los valles o investigación en cualquier región de Bolivia. La
del altiplano sur. Los datos muestran niveles investigación de problemáticas específicas de este
de interrelación permanente que son resul- periodo ayudará a comprender los sucesos cultu-
tado de la existencia de una compleja red de rales posteriores, relacionados con la complejidad
intercambio interzonal que conectaba, desde social y política de las poblaciones prehispánicas.
períodos tan tempranos, la región de los va- Algunos de esos sucesos serán presentados en los
lles mesotermos con la costa. Por otro lado, siguientes capítulos de esta historia de Bolivia.