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AL CONCILIO DE NICEA
griegos
A. Monarquianismo dinámico
A. Tertuliano e Hipólito
B. Clemente y Orígenes
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
La doctrina de la Trinidad ha sido un tema central en la teología cristiana desde los primeros días
de la Iglesia. A medida que los seguidores de Jesucristo buscaban comprender la naturaleza divina de
Cristo y su relación con Dios Padre y el Espíritu Santo, surgieron diversas interpretaciones y
discusiones en los primeros siglos del cristianismo. Este ensayo se adentra en el concepto trinitario
en la Iglesia primitiva, explorando las creencias, las herejías y las contribuciones de figuras
teológicas clave, así como el desarrollo de esta doctrina fundamental. A través de un análisis de
textos bíblicos, escritos de los Padres de la Iglesia y herejías emergentes, se busca arrojar luz sobre la
Desde los primeros escritos del Nuevo Testamento, donde se encuentra la declaración de que "el
Verbo era Dios", hasta las controversias y debates teológicos en los primeros concilios ecuménicos,
esfuerzo por comprender la naturaleza de Dios y la relación entre las tres personas divinas. A lo largo
de este ensayo, exploraremos cómo esta doctrina se fue formando y cómo las herejías, como el
reflexión más profunda sobre la Trinidad. Esto permitirá tener una idea clara de las diferentes
opiniones que llevaron a los teólogos cristianos al Concilio de Nicea y a la definición de la doctrina
trinitaria.
Los debates trinitarios que condujeron a la controversia arriana y al Concilio de Nicea
Sin lugar a dudas la doctrina de la Trinidad ocupó inmediatamente la atención de los cristianos de
los primeros siglos. Muy pronto la iglesia comenzó a creer en la divinidad de Cristo y exceptuando
unos pocos grupos, sobre todo de origen judío como los ebionitas, para la mayoría de los cristianos
quedó claro que Jesús era un hombre singular, y que esto se debía precisamente a su divinidad.
En las primeras páginas del evangelio de Juan (escrito probablemente entre el 90 y el 100 D.C) se
encuentra una importante declaración con respecto a Jesús: En el principio era el Verbo, y el Verbo
era con Dios, y el Verbo era Dios. (Juan 1:1). Se puede concluir por el análisis histórico que el
evangelista Juan probablemente no conocía las implicaciones profundas de lo que estaba planteando,
y esto es cierto puesto que los debates de los siglos II y III al respecto muestran esta verdad. Pero lo
que sí es claro para Juan es que Jesucristo era Dios, eternamente Dios. Este concepto respecto a la
naturaleza de Cristo era pensado de diferentes formas por las comunidades cristianas, y es totalmente
justificable para este momento de la historia la existencia de esta variedad de opiniones. Se pueden
… un hombre más o menos normal y corriente, cuyo estatus pasaba a ser divino tras su muerte; o
bien si el tránsito al ámbito divino ocurría en un momento especial de su vida; o bien si era ya
divino desde su concepción en el seno de su madre; o bien si lo era antes incluso de ser
concebido en este mundo.1
1
Antonio Piñeiro, Los cristianismos derrotados (Madrid: Editorial Edaf, 2007), 45.
La primera de estas visiones sobre la divinidad de Cristo lo presentan como un hombre normal
que después de su muerte y gracias a su vida de perfecta obediencia a la ley de Dios alcanzó un
estatus divino y vino a ser un ejemplo para toda la humanidad, mostrando la forma en que deben
vivir los hombres si desean alcanzar la inmortalidad. Probablemente esta haya sido la opinión de
algunos grupos mayoritariamente judíos que intentaban entender la divinidad de Cristo sin alejarse
de sus creencias monoteístas judías. La segunda opinión, conocida como adopcionismo, mostraba a
un Jesús nacido como humano, pero que en algún momento de su vida había sido elegido y adoptado
por Dios para cumplir un ministerio especial como el Mesías de Israel. Fue en el momento de la
elección, que generalmente se creía en el bautismo, que Cristo fue ungido y capacitado para este
ministerio y recibió una especie de divinidad que lo hacía un ser diferente al resto de los humanos.
La tercera forma de entender la divinidad de Cristo que se hizo popular entre algunos grupos
cristianos fue la de un Jesús que había sido engendrado en el vientre de María por una obra
creado como un ser divinizado. Pero para una gran parte del mundo cristiano, como para el
evangelista Juan, Cristo era preexistente y eternamente Dios. Su origen divino era por esencia y no
por participación, Cristo no había sido creado, ni adoptado, sino que el Verbo preexistente de Dios
En cuanto la opinión del más grande de los escritores del Nuevo Testamento, el apóstol Pablo,
existe diversidad de opiniones al respecto, pero parece claro si se estudia el material escrito de Pablo
que, sobre todo en las cartas posteriores, Pablo se ubica entre aquellos que manifestaban la creencia
en la preexistencia de Jesús. Los dos textos que más luz aportan sobre esta idea son Filipenses 2:6-7,
y Colosenses 1:15-20, y en ellos resulta claro que el apóstol consideraba la naturaleza del Salvador
desde la perspectiva divina. Es importante entender que la doctrina trinitaria en estos primeros
momentos se discutió solo alrededor de la relación entre el Padre y el Hijo, existe muy poco debate
evolución de las doctrinas desde los apóstoles de Cristo hacia los Padres de la iglesia. Es real que el
pensamiento de los Padres Apostólicos es sobretodo simplista y poco argumentado, pero a pesar de
ello revelan las doctrinas básicas creídas por los cristianos del siglo I. En el material que hasta el día
trinidad. A continuación algunos ejemplos extraídos de la obra Historia de las doctrinas cristianas
de Reinhold Seeberg:
En el caso de los apologistas griegos y su defensa de la verdad frente a los ataques de los
Logos inmanente al mundo. Para Justino Mártir, el principal dentro de este grupo, estaba claro a la
luz de la escritura que Cristo era un ser divino, pero los problemas comienzan cuando se intenta
profundizar en la relación existente entre el Padre y el Hijo, y esto lleva a Justino a asumir una
postura que sería característica de la mayoría de los teólogos cristianos antes de Nicea, creer en la
divinidad del Hijo, pero al intentar establecer la diferencia entre ambos, caer en el error de hacer del
La más importante de las herejías que tuvo que enfrentar el cristianismo durante el siglo III fue el
Monarquianismo. Casi todo el pensamiento de los Padres de la iglesia durante este período estuvo
2
Reinhold Seeberg, Manual de historia de las doctrinas, Vol. 1 (El Paso, TX: Casa bautista de
publicaciones, 1963), 66,73.
marcado por la oposición a esta desviación de la fe cristiana. Muchos cristianos asumieron esta
postura, entre ellos Sabelio y Pablo de Samosata, que aún con marcadas diferencias entre ambos,
A. Monarquianismo dinámico
Una forma menos influyente pero peligrosa de Monarquianismo fue ideada por el obispo Pablo
de Samosata. Al parecer, Pablo combinaba ciertas tendencias monarquianista con otras tendencias
principal de la teología de Pablo estaba en salvaguardar el monoteísmo cristiano. Todo esto le llevó a
subrayar la unidad de Dios, aun en perjuicio de la distinción entre el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo. El Hijo no es Dios, ni es tampoco el Verbo o Sabiduría de Dios. El Hijo no existe sino a partir
de la encarnación, a partir del momento en que Cristo es engendrado en el seno de María por el
Espíritu Santo. El Verbo, por otra parte, sí existe «desde el principio en Dios», pero sólo como su
razón inmanente, como su Sabiduría, y no como una personas o hipóstasis junto al Padre.3
… concebía a las tres Personas de la Deidad como diferentes modos en los que Dios se
manifiesta… El representante más importante de esta secta fue Sabelio… Según Sabelio, los
nombres de Padre, Hijo y Espíritu Santo son simplemente designaciones de tres diferentes fases
en las cuales la esencia divina única se manifiesta. En la creación y en la entrega de la ley, Dios
se revela como Padre; en la encarnación se revela como Hijo; mientras que en la regeneración y
santificación se revela como el Espíritu Santo.4
El peligro de este pensamiento de Sabelio está en el hecho de eliminar las distinciones personales
entre las tres personas de la Trinidad, de tal modo que el Hijo era Dios, pero no un ser personal
distinto a Dios. Este sistema de pensamiento trajo como consecuencia que los teólogos cristianos,
3
Justo L. González, Historia del pensamiento cristiano, Vol. 1 (Nashville, TN: Editorial Caribe,
2002), 240-241.
4
Louis Berkhof, Historia de las doctrinas cristianas (Edinburgh: El estandarte de la verdad, 1969),
102-103.
ocupados hasta el momento en establecer la divinidad de Cristo, se vean obligados a elaborar
también una doctrina con respecto a la distinción personal entre las personas de la Trinidad para
Fueron precisamente los Padres de la iglesia los encargados de definir y defender la doctrina de
la Trinidad. Aunque en los primeros momentos ni ellos mismos estuvieron libres del error al intentar
entender las relaciones en el seno de la Trinidad, si sentaron las bases para las futuras discusiones y
A. Tertuliano e Hipólito
Tanto para Tertuliano como para Hipólito, padres de la iglesia occidental, el concepto de la
El único Dios es el Dios trino. Así enseña la iglesia. Se presupone en la ceremonia bautismal. El
creyente lo halla en las Escrituras. Es decir, Dios no fue nunca solo: ¨más él, siendo el solo
(Dios), era muchos. Porque no era sin palabra, ni sabiduría, ni poder, ni consejo¨.5
Tertuliano es el primer escritor en referirse al Padre, Hijo y Espíritu Santo como entidades
homoousios, es decir, de la misma sustancia. Tertuliano expresó el concepto más claro al explicar
que dos personas participan de una substancia divina en el segundo y tercer lugar. Padre, Hijo y
Espíritu Santo son iguales en esencia, naturaleza y poder, pero el Hijo y el Espíritu Santo participan
de estos atributos en el segundo y tercer grado, como sustancias personales individuales. Esta noción,
que sería la base para la futura declaración de Nicea, no libraba a Tertuliano del error, porque aun al
concebir la diferencia entre las personas de la Trinidad, y por temor al sabelianismo, Tertuliano
afirmaba que el Hijo no había sido eternamente Hijo, sino que había sido engendrado en algún
momento, pasando el Verbo inmanente a Dios a asumir la naturaleza humana y es en ese punto
5
Reinhold, Manual de historia, 129.
donde comienza a existir el Hijo de Dios. Esto deja ver como la relación entre las personas de la
B. Clemente y Orígenes
Los padres alejandrinos van a cometer el mismo error característico de la teología en este
la divinidad del Hijo y del Espíritu Santo, pero en el momento de explicar las relaciones entre ellos,
lo harán desde el subordinacionismo que se viene manifestando como elemento común en la mayoría
de los teólogos del período. La creencia más destacada es la de Orígenes, quién a pesar de cometer el
mismo error subordinacionista, es el primero en mencionar la generación eterna del Hijo como un
intento de responder a la cuestión del momento en que fue engendrado el Hijo de Dios. Louis
Orígenes afirma que Dios es principalmente el Padre, pero que se revela y obra por medio del
Logos quien es personal y co-eterno con el Padre, engendrado por Él mediante un acto eterno. En
relación a la idea de la generación del Hijo, rechaza toda idea de emanación y división. Pero,
aunque Orígenes reconoce la completa divinidad del Hijo, sin embargo usa algunas expresiones
que indican subordinación. Cuando habla de eterna generación, define esta frase de tal manera,
que enseña no meramente una subordinación económica sino una subordinación de la esencia del
Hijo hacia la del Padre. Algunas veces, Orígenes denomina al Hijo el segundo Dios.6
Estas dos ideas presentes en el pensamiento de Orígenes: la igualdad esencial entre las personas
de la Trinidad, pero a la vez la subordinación del Hijo y del Espíritu Santo, van a dividir a sus
discípulos en dos grupos, en la medida en que enfatizan una de estas áreas. De uno de estos grupos,
conocidos como origenistas de izquierda, surgirá el partido colucionista, al que pertenecían Arrio y
Eusebio de Nicomedia, principales defensores del arrianismo en el Concilio de Nicea. Del otro
grupo, conocido como origenista de derecha procederán hombres como Eusebio de Cesárea, quienes
CONCLUSIÓN
6
Berkhof, Historia de las doctrinas, 93.
El concepto trinitario en la Iglesia primitiva representa un proceso teológico rico y complejo
que refleja la búsqueda de comprensión de la naturaleza divina. A lo largo de los primeros siglos del
cristianismo, los pensadores y teólogos lucharon por articular de manera coherente la relación entre
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Las discusiones y debates en torno a la divinidad de Cristo, la
generación eterna del Hijo y la igualdad esencial entre las personas de la Trinidad marcaron este
proceso.
cristiana y obligó a los teólogos a aclarar y defender sus creencias trinitarias. A pesar de estas
controversias, los Padres de la Iglesia desempeñaron un papel crucial al sentar las bases para la
sentando las bases para la comprensión trinitaria que ha perdurado en la tradición cristiana hasta
Iglesia.
BIBLIOGRAFÍA
Álvarez, Jesús. Historia de la iglesia: Edad Antigua. Vol. 1. Madrid: Biblioteca de Autores
Cristianos, 2001.
Berkhof, Louis. Historia de las doctrinas cristianas. Edinburgh: El estandarte de la verdad, 1969.
González, Justo L. Historia del pensamiento cristiano. Vol. 1. Nashville, TN: Editorial Caribe, 2002.
Seeberg, Reinhold. Manual de historia de las doctrinas. Vol. 1. El Paso, TX: Casa bautista de
publicaciones, 1963.