Está en la página 1de 6

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/328945426

José Clemente Orozco, Caricaturista

Article in La Palabra y el Hombre revista de la Universidad Veracruzana · May 2018


DOI: 10.25009/lpyh.v1i43.2532

CITATIONS READS

0 555

1 author:

Elissa Rashkin
Universidad Veracruzana
38 PUBLICATIONS 82 CITATIONS

SEE PROFILE

All content following this page was uploaded by Elissa Rashkin on 10 December 2021.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


JOSÉ CLEMENTE
sas “decentes”, quienes, en una de
las caricaturas, cambian de marido
con la misma facilidad con que de-
jan una prenda vieja por otra más
de moda. Hay que decir que aquí,
como en todos sus temas, Orozco

OROZCO, CARICATURISTA
no discriminaba por motivos de
clase, raza u orientación sexual,
como muestra un sugerente dibu-
jo de unos caballeros cuyas diver-
siones incluyen el agarrarse entre
sí las redondas, “afeminadas” nal-
gas… Todos los seres humanos a
su alrededor podían ser objeto de
Elissa J. Rashkin sus envenenados dardos: mujeres
y hombres, ricos y pobres, artistas
exquisitos y rudos aficionados del
pulque, pues para el pintor, la eli-

L
te afrancesada, pretenciosa, no era
a exposición José Clemen- titución que, para el pintor, era más más ni menos ridícula que la pia-
te Orozco: obra gráfica, pre- bien un foco de disfuncionalidad. dosa exaltación de lo mexicano.
sentada en 2017 en Xalapa y Conociendo la biografía del Aunque unas cuantas figuras
luego en el Puerto de Vera- caricaturista, podemos recordar políticas hacen acto de presencia
cruz, reunió, en sencillas pero su afición por el ambiente de los entre los dibujos, la exposición se
bien logradas reproducciones, una prostíbulos, cuyas trabajadoras se enfocó más en la sátira social –la fa-
parte de la trayectoria del pintor convertían en sus modelos pre- milia, la pareja, el sector cultural, los
mucho menos conocida que sus dilectas, además de su obsesión sacerdotes, las cantinas– que en la
famosos murales: la caricatura, por la niña Refugio Castillo, do- política. Esto quizás debido a las in-
l a pa l a b r a y e l h o m b r e , i n v i e r n o , 2018

oficio que el gran artista mexicano cumentada en centenas de cartas tenciones de los curadores de resal-
ejerció durante décadas de mane- ardientes: una pasión prohibida tar la gráfica de Orozco como faceta
ra paralela a sus otras actividades que duró años y que sólo terminó de su quehacer artístico, en lugar de
creativas. Colaborando en perió- al final de la guerra revolucionaria, profundizar en la historia nacional
dicos de diversas índoles ideoló- cuando Orozco estaba entablando o de la obra expuesta, la cual, como
gicas con el pretexto de ganar un una relación con su futura esposa, ya se mencionó, fue producida para
sueldo para seguir pintando, ma- Margarita Valladares, a la que co- una variedad de periódicos, a veces
nejó –a pesar de esta declarada in- noció tiempo antes en Orizaba.2 Si aliados con una u otra facción re-
diferencia– una de las plumas más Orozco reía de las convenciones volucionaria, con un gobierno en
mordaces de la historia.1 de la sociedad en torno al “amor”, turno o bien con la oposición. Sus
La exposición, que reunió 67 lo hizo desde un sitio de profundo ataques contra Francisco I. Made-
piezas de las 234 que resguarda y complicado dolor. ro, luego contra Victoriano Huerta
el acervo del Instituto Veracruza- Las escenas que dibujó sobre o Francisco Villa, por ejemplo, se
no de la Cultura, abarcó una va- violencia de género son contun- explican más por el cambiante em-
riedad de temas, todos abordados dentes, y unos cien años después pleo del caricaturista que por sus
desde una visión satírica y escép- (la exposición infortunadamente sentimientos propios. Orozco deja
tica al extremo. Uno de los blan- no proporcionó las fechas ni los claro este punto en su Autobiografía
cos favoritos de Orozco fue, sin lugares de las publicaciones ori- al declarar: “Así como entré en un
duda, la hipocresía que veía en el ginales) no han perdido su fuer- periódico de oposición podía haber
amor romántico en general y el ma- za: la mujer golpeada es víctima entrado a uno gobiernista, y enton-
trimonio en particular: satirizaba del machismo, de los celos y de ces los chivos expiatorios hubieran
la infidelidad, la coquetería de las otros complejos culturales que, sido los contrarios. Los artistas no
mujeres, la violencia doméstica, ayer como hoy, pueden terminar tienen ni han tenido nunca ‘convic-
|

los embarazos vergonzosos, los en barbarie. Eso, a pesar del afán ciones políticas’ de ninguna espe-
44

abusos y las mentiras con que la so- del pintor por burlarse del sexo cie, y los que creen tenerlas no son
ciedad “decente” defendía esta ins- femenino, sobre todo de las espo- artistas” (1970, 28-30).
José Clemente Orozco [delegación cultural y comercial italiana], El Machete, 11, 28/08-4/09/1924
Imágenes cortesía de Colección Gobierno del Estado de Veracruz/Ivec

Cabe aclarar que la trayec- riódico La Vanguardia, editado propio estudio en la Ciudad de
toria de Orozco, marcada por su en Orizaba durante 1915, bajo México donde retrataba, según el
participación en agrupaciones de la dirección del también pintor pintor, a “las diosas más radian-
izquierda y proyectos como el pe- y entonces propagandista del ca- tes”, siendo la mujer joven el tema
riódico El Machete, nos hace dudar rrancismo, el Dr. Atl. En este pe- predilecto de su arte (1970, 33).
de la sinceridad de esta afirma- riódico, Orozco participó como Había participado en el activismo
ción; sin embargo, es importante, caricaturista al servicio de la re- estudiantil, guiado por el mismo
ya que muestra que, por lo me- volución constitucionalista, que Dr. Atl, y tomó parte en la huelga
nos en esa época, Orozco se veía operaba en ese momento desde de la Academia de San Carlos que
a sí mismo como alguien que, en el Puerto de Veracruz y cuyo Pri- inició en 1911 y duró mucho tiem-
el negocio periodístico, podía ser mer Jefe era Venustiano Carranza; po, coincidiendo así con las prime-
vocero del patrón del momento y al mismo tiempo, como pintor en- ras fases de la Revolución.
al mismo tiempo mantener su au- tre pintores, anarquista entre anar- Para 1915, ante la creciente
tonomía como artista. En todo quistas, Orozco pudo dar rienda inseguridad social y económica,
caso, el énfasis en el quehacer ar- suelta a sus propias inclinaciones, los artistas e intelectuales urbanos
tístico, evidente en la curaduría de en particular el anticlericalismo, de la capital, al igual que los obre-
la exposición, justifica la omisión uno de los baluartes de la publica- ros, empezaron a admitir la posibi-
de datos contextuales y la mínima ción junto con el obrerismo y, a la lidad de la participación directa en
atención dada a la caricatura pro- vez, materia ideal para la creativi- el conflicto revolucionario. Con la
piamente política en ella.3 dad del dibujante. entrada de las fuerzas de la Con-
No obstante, algunos de los vención a la Ciudad de México,
arte

trabajos expuestos en “José Cle-


mente Orozco: obra gráfica” tie- Orozco en Orizaba los altos mandos carrancistas op-
taron por trasladarse a Veracruz,
nen una clara procedencia: por En el momento de llegar al esta- proclamándola capital provisio-
su forma de reproducción, en- do de Veracruz, Orozco tenía unos nal; mientras tanto, los integran-
| 45

marcados en su contexto original, 31 años y era ya veterano de la ca- tes de la Casa del Obrero Mundial
sabemos que son portadas del pe- ricatura, además de contar con su (com), a pesar de sus conviccio-
“Si no voto…”, L’ABC, 22/11/1925 • Portada, La Vanguardia, 14/05/1915 • Portada, La Vanguardia, 10/05/1915

nes anarquistas que les inclinaban ba de editar un periódico re- mismo tiempo, tal como planteó
hacia una postura de desconfianza volucionario que se llamó La su manifiesto inaugural “Al Pueblo
ante la acción militar, decidieron Vanguardia y en la casa cural de la República”, como un ensayo
brindar el apoyo que el carismáti- del templo fue instalada la re- de otro tipo de prensa, constitu-
co Dr. Atl les había pedido como dacción. cionalista en cuanto su postura
agente de confianza de Carran- El templo de El Carmen política, pero más allá de eso, re-
za, asegurándoles que éste repre- fue asaltado también y en- volucionario en forma y mensaje.
sentaba la mejor alternativa para tregado a los obreros de “La Una pieza clave de esta propues-
l a pa l a b r a y e l h o m b r e , i n v i e r n o , 2018

la clase obrera. De modo que en Mundial” para que vivieran ta fue el contenido gráfico. Con la
marzo de 1915 los ocho mil volun- allí. Los santos, los confesio- participación de los pintores, La
tarios de la com llegaron a Oriza- narios y los altares fueron he- Vanguardia exhibe un concepto de
ba a formar los Batallones Rojos, chos leña por las mujeres, para libertad creativa no visto en otras
mientras el Dr. Atl y sus discípu- cocinar, y los ornamentos de publicaciones de la época, den-
los, entre ellos Orozco, llevaron los altares y de los sacerdotes tro del cual sobresalen las carica-
a la misma ciudad las imprentas nos los llevamos nosotros. To- turas de Orozco. Aunque, como
del periódico porfirista El Impar- dos salimos decorados con ya hemos visto, Orozco mismo
cial, que instalaron en el templo de rosarios, medallas y escapula- caracterizó su trabajo como algo
Dolores. Allí, en lugar de tomar las rios (1970, 42). impersonal, los dibujos realizados
armas, pusieron sus plumas y pin- en Orizaba parecen reflejar ya un
celes al servicio del movimiento El primer número de La Vanguar- estilo y un punto de vista propios.
constitucionalista. dia salió el 21 de abril de 1915. Su Una de las vertientes más no-
Respecto de este insólito equipo editorial era el siguiente: tables en este corpus de dibujos
acontecimiento, Orozco escribió director, Dr. Atl; secretario de re- son las caricaturas de sacerdotes,
años después en su Autobiografía dacción, Raziel Cabildo; redac- las cuales serían caracterizadas más
lo siguiente: tores, Manuel Becerra Acosta, tarde por David Alfaro Siqueiros
Luis Castillo Ledón, Juan Manuel como “los más violentos dibujos
Al llegar a Orizaba, lo prime- Giffard y Jesús Ochoa; dibujan- anticlericales que se han produci-
ro que se hizo fue asaltar y tes, Francisco Romano Guillemín do en todos los tiempos y en todos
saquear los templos de la po- y Miguel Ángel Fernández; cari- los países” (1977, 86). La Vanguar-
blación. El de Los Dolores caturista, José Clemente Orozco. dia, de hecho, fue un periódico
fue vaciado e instalamos en la Proclamándose “El Diario de la profundamente anticlerical, cuya
|

nave dos prensas planas, va- Revolución”, durante los cuatro postura antieclesiástica quedaba
46

rios linotipos, y los aparatos meses de su existencia, este pe- plasmada en su programa funda-
del taller de grabado. Se trata- riódico sirvió como noticiero y al cional y en muchos textos subse-
cuentes. Sus críticas al zapatismo, Aunque, como ya tra sangre”. Otro dibujo en esta lí-
por ejemplo, a menudo tenían nea, del 10 de mayo, muestra una
que ver con la supuesta influencia hemos visto, Orozco cara sonriente parcialmente tapa-
del clero sobre este movimiento, mismo caracteri- da por un hacha y una daga, y aba-
ya que para el campo carrancista jo la frase “¡Yo soy la Revolución,
era difícil en esta etapa de la Re- zó su trabajo como la destructora…!”
volución atacar de otra manera la algo impersonal, los Al mismo tiempo, Orozco pu-
ideología de un movimiento cam- blicaba imágenes que no preten-
pesino tan claramente popular. Si dibujos realizados dían transmitir ningún mensaje
bien los dibujos de Orozco apoyan en Orizaba parecen político. El 25 de abril aparece un
la postura general de La Vanguar- dibujo de cuatro muchachas, tres
dia en contra de la religión y sus reflejar ya un estilo de las cuales son retratadas de
representantes, la óptica emplea- y un punto de vista cuerpo completo y la cuarta repre-
da es distinta. Mientras los textos sentada solamente por una pierna
escritos denuncian, desde el racio- propios. que entra al cuadro desde el lado
nalismo, la actuación de la Iglesia derecho. Las poses de las otras tres
como institución, la caricatura de exclamando: “¡Abre, Timotea, te jóvenes, luciendo cabello suelto,
Orozco refleja la imagen popular concedo otros 500 días de indul- ropa ligera y amplias sonrisas, su-
del sacerdote como ser grotesco, gencia plenaria!” (5 de junio de gieren un ambiente de cabaret u
lujurioso y borracho, quien hace 1915). En las representaciones de otro lugar de diversión para hom-
burla de su supuesta condición Orozco los sacerdotes están do- bres. El texto, que “presenta” esas
de celibato, aprovechándose de la tados de apetitos insaciables para mujeres al lector y además pro-
devoción de las mujeres piadosas todo tipo de vicios. La portada del mete que “ya conocerás después a
para abusar de ellas en la oscuridad 19 de mayo, por ejemplo, muestra sus hermanitas”, refuerza esa im-
del confesionario. a un padre frente al altar, con na- presión, aunque el contexto del di-
Aunque esta actitud –junto riz de teporocho y luciendo sím- bujo está lejos de ser explícito. En
con la ocupación y saqueo de los bolos profanos (copas, guitarras, otra representación parecida, del
templos de la ciudad por los ca- una mujer desnuda) en su vesti- 8 de mayo, dos mujeres alzan sus
rrancistas– sin duda escandalizó menta; agarra alegremente el cá- faldas coquetamente para compa-
a gran parte de la sociedad oriza- liz mientras un acólito le pregunta, rar sus “atributos”.
beña, al mismo tiempo la visión de “¿Qué le sirvo, padrecito, whiskey Estas imágenes femeninas no
Orozco se emparentaba con cier- o tequila?” tienen nada que ver con las abne-
ta corriente de la cultura popular Además de los dibujos anti- gadas soldaderas, las viudas sufri-
veracruzana que, sin abandonar clericales, la otra vertiente princi- das, las madres llorando por sus
la devoción hacia los santos, el pal de Orozco en La Vanguardia hijos perdidos, que aparecerán en
Cristo y la Virgen, siempre había es el retrato femenino. Recorde- la pintura mural de los años vein-
desconfiado bastante de los repre- mos que en la Ciudad de México, te y treinta. Aquí Orozco repre-
sentantes de la Iglesia. Esta des- Orozco ya se había dedicado noto- senta a la Revolución como una
confianza se mostraba en formas riamente al retrato pictórico tan- muchacha alegre, parecida, quizás,
tan burlonas como los célebres to de prostitutas como de niñas de a la joven Refugio Castillo, o a la
versos del son del “Chuchumbé”, la escuela. Algunos de sus dibujos igualmente joven Margarita Valla-
rescatados de los archivos de la In- en La Vanguardia resignifican ese dares, a quien conoció precisamen-
quisición: “En la esquina está pa- material para darle un sentido sim- te durante su estancia en Orizaba.
rado / un fraile de la Merced / con bólico “revolucionario”; la “Aren- Pero más fascinante que la rela-
los hábitos alzados / enseñando el ga”, por ejemplo, del 17 de mayo, ción con la biografía del artista es
chuchumbé”. No sabemos si Oroz- donde la cara de una bonita joven lo que todos los dibujos nos dicen
co tenía conocimiento de estos acompaña un texto que exhorta a sobre la representación de la Revo-
u otros versos populares sobre el los soldados a amar “intensamen- lución en 1915. No son heroicos,
arte

tema, pero el “fraile de la Merced” te a vuestra compañera, la mujer ni didácticos, ni estereotipados,


tiene su doble en el sacerdote del mexicana”, ya que ella les brinda sino idiosincráticos, personales y,
dibujo “¡Qué espléndido!”, quien, socorro y placer en los campos en gran parte, grotescos. Sólo de
con la boca abierta, obscenamen- de batalla, y que “os ama ardien- paso apoyan al carrancismo; más
| 47

te escurriendo saliva, intenta for- temente porque ama también a la bien se ríen del ser humano y sus
zar la puerta del confesionario humanidad, por quien dais vues- instituciones, sin dejar de ser “re-
“Con que no te quero…” (s. f., s. l.)
l a pa l a b r a y e l h o m b r e , i n v i e r n o , 2018

volucionarios”. En esta carcajada Monsiváis, Carlos. 1983. Sainete, drama y Notas


escéptica, sui generis quizás entre barbarie. Centenario de José Clemente
las posturas predominantes de la Orozco 1883-1983. México: inba/
1
La exposición José Clemente Orozco: obra grá-
fica se inauguró en la Pinacoteca Diego Rivera, en
época en torno a la identidad mexi- Munal. Xalapa, el 16 de noviembre de 2016, y en el Re-
cana, encontramos uno de los ras- Orozco, José Clemente. 1970. Autobio- cinto Sede exconvento Betlehemita del Instituto
gos de la grandeza de Orozco como grafía. México: Era. Veracruzano de la Cultura, en Veracruz, el 27 de
abril de 2017.
pintor. Al mismo tiempo, viéndo- Rashkin, Elissa. 2012. “Hacia una prensa 2
A los 26 años Orozco se enamoró de Refugio,
la como aportación al estudio de la revolucionaria: Dr. Atl y La Vanguar- una niña de 12 años que vivía en la Ciudad de Mé-
historia nacional y sus imaginarios, dia en Orizaba (1915)”. En Prensa, xico, en la vecindad donde él rentaba un cuarto
para pintar. Le escribía cartas (745 en total) y la
su obra gráfica nos ofrece muestras revolución y vida cotidiana en Veracruz, acompañaba, desde una discreta distancia, en su
in situ de una narrativa de la Revo- 1910-1915, coord. por Celia del Pa- ir y venir entre la casa y la primaria. En sus cartas
lución en formación, que no deja lacio Montiel. 215-259. Xalapa: uv. expresaba la intención de formalizar la relación
cuando ella tuviera la edad para hacerlo y cuando
de ser caótica y multivalente, y que Sánchez Fernández, José Roberto. 1998.
él hubiera logrado el éxito como pintor: cuento
aún tardará muchos años para ser Bailes y sones deshonestos en la Nueva de hadas nunca realizado, aunque mantuvieron la
institucionalizada. LPyH España. Veracruz: Ivec. ilusión durante más de una década. Esta historia
queda documentada en El joven Orozco. Cartas de
amor a una niña, de Adriana Malvido.
3
Cabe mencionar que la exposición en Veracruz
Referencias se basó en una investigación llevada a cabo por
investigadores del Museo Nacional de Arte para
exponerse en 1983, centenario del natalicio del
Alfaro Siqueiros, David. 1977. Me llama- pintor. El libro que resultó, Sainete, drama y bar-
ban el coronelazo. México: Grijalbo. • Elissa J. Rashkin es investigadora barie. Centenario. J. C. Orozco 1883-1983, con en-
|

Malvido, Adriana. 2010. El joven Orozco. del Centro de Estudios de la Cultura sayos de Carlos Monsiváis y otros comentaristas,
amplía la perspectiva y nos ayuda a identificar
48

Cartas de amor a una niña. México: y la Comunicación de la Universidad con mayor precisión las obras en sus contex-
Lumen. Veracruzana. tos originales.

View publication stats

También podría gustarte