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MELON Aprende a cultivarlo

El melón es una planta de climas cálidos y no muy


húmedos, por lo que no es conveniente el cultivo en zonas
húmedas y con poca luz. Su desarrollo, floración y
maduración óptimos se producen a una temperatura de
entre 20ºC y 39ºC. La humedad oscila en torno a los 55ºC
y 70ºC y la luminosidad es determinante para la
fecundación de las flores y la absorción de elementos
nutritivos. La temperatura del suelo debe estar a un
mínimo de 15ºC, evitando la época de heladas para su
cultivo, y se debe llevar a cabo al aire libre.

Existen dos procedimientos de cultivo, la siembra directa y el trasplante, que se llevan a


cabo dependiendo de la época de cultivo. En el primer método las semillas se colocan
mediante pequeños golpes, y se cubren con uno o dos centímetros de arena, turba o humus
de lombriz. En el segundo, inicialmente se realiza la siembra en el semillero, y a las seis o
siete semanas, cuando la primera hoja esté totalmente desarrollada, se procede al trasplante.
El fruto no debe cosecharse hasta que la madurez esté asegurada.

Mantenimiento y recolección
Para evitar que la planta se pudra, el riego debe efectuarse evitando que
el agua toque las hojas, por lo que es aconsejable hacerlo
mediante surcos o por goteo. Es necesario llevar a cabo un'despulgue',
es decir, un raleo de hojas para que la planta no crezca muy vigorosa y
con pocas flores femeninas, que son las que originan los frutos. Para
aumentar la temperatura del suelo, disminuir la evaporación del agua y
aumentar la calidad del fruto colocaremos una película de polietileno
negro o tunelillos de plástico con arcos de alambre sobre la plantación.

En cuanto a la madurez, existen tres grados: fisiológicamente


e inmadura para el consumo, que tiene lugar cuando el fruto carece de aroma y presenta un
color blanco con tintes verdosos y piel vellosa; fisiológicamente y en proceso de maduración,
cuando advertimos un ligero aroma y todavía no cede con la presión manual; y
la madurez para consumirlo, cuando observamos tintes amarillos, el aroma es notable y el
fruto ya cede cuando ejercemos fuerza sobre él. Finalmente, para conservar una calidad
óptima es necesario un rápidoenfriamiento inmediatamente tras la cosecha.
Si llevamos a cabo el cultivo controlando la temperatura, el clima, la humedad, la luz y el
suelo, seguimos las pautas de mantenimiento señaladas y controlamos adecuadamente el
grado de maduración, lograremos unos fantásticos frutos listos para endulzar nuestro
paladar.
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