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Qué temas geopolíticos hay que monitorear en el 2020

Cristian David Yate Giraldo

Profesor
Luis Alfonso Albarracín palomino

ESAP
Escuela superior de administración publica
Programa
Administración pública territorial semi presencial
Paujil Caquetá
Quinto semestre
2020

Qué temas geopolíticos hay que monitorear en el 2020


La atención general del mercado hacia los riesgos geopolíticos globales se encuentra en
niveles elevados, como lo resalta nuestro Indicador de riesgo geopolítico (BGRI). Nuestro
BGRI mide el nivel de atención a los 10 riesgos principales en informes de analistas,
medios sociales y financieros, y ha aumentado a niveles altos en los últimos años.
Aumentamos la probabilidad de que crecieran las tensiones en el Golfo a fines del año
pasado, y aún vemos tensiones continuas y elevadas a pesar de evitar una confrontación
importante entre Estados Unidos e Irán. La reacción del mercado hasta la fecha a las
tensiones del Golfo se ha silenciado, lo cual refleja en parte el peso decreciente del Medio
Oriente al determinar los precios mundiales del petróleo, con Estados Unidos ahora como
un exportador neto de petróleo. Sin embargo, un aumento sostenido que resulte en ataques
repetidos a las instalaciones petroleras o interrupciones en el transporte marítimo en el
Golfo Pérsico, que amenazan más el crecimiento global, probablemente cambiaría esta
historia.

La economía mundial está afrontando un proceso masivo de desaceleración económica,


básicamente como resultado de la guerra comercial de Trump contra China y otros socios
comerciales. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó el crecimiento mundial para
2019 en el 3%, el menor valor en décadas, exceptuando los años de recesión mundial (2001
y 2009). 2019 se ha descrito como un año de “desaceleración sincronizada” que afectaría al
90% de los países, y se proyecta un 2020 “de recuperación precaria y no generalizada”. La
explicación radica en el incremento de las barreras comerciales, la incertidumbre en torno a
la política comercial de los grandes actores del comercio mundial, así como a las tensiones
geopolíticas. Todo ello está debilitando severamente la actividad manufacturera y el ritmo
del comercio internacional. La incertidumbre sobre las políticas comerciales, a la vez,
influye en el clima de las inversiones, frenando la demanda por bienes de capital y
afectando al dinamismo de las cadenas globales de suministro.
En 2019 y 2020, EE.UU. crecería en torno al 2%, lejos del 4% que ofreció Trump en su
campaña, la UE apenas ha crecido un 1,2% en 2019 y Alemania intenta escapar de la
recesión. En el segundo semestre de 2019, EE.UU. registró recesión en su sector
manufacturero, y la guerra comercial de Trump ha llevado a que el comercio mundial de
bienes crezca apenas un 1,2% en 2019 y se prevé que lo haga en un2,7% en 2020 (en la
medida en que amainen las controversias comerciales). Estos valores no tienen precedentes,
salvo en periodos de recesión internacional. A título de ejemplo, el comercio internacional
de bienes creció un 7% anual entre 1997 y 2006, y un 5% anual entre 2001 y 2010. El
Reino Unidos de encamina a un brexit duro y enredado, que afectará a sus proyecciones de
crecimiento y a las de la UE. Japón y Corea del Sur están enfrascados en una controversia
comercial-tecnológica que replica argumentos y métodos de Trump.
La geopolítica está ante un punto de inflexión. El mundo que viene está caracterizado por
ser menos previsible, más impulsivo y caótico y, en muchos aspectos, más dependiente de
actores no estatales.

Además de las guerras o conflictos armados a los que estamos acostumbrados, estaremos
expuestos a influencias, riesgos y amenazas de todo tipo que se traducirán en un mayor
número de disputas, mayor polarización social, menos consensos y más decisiones
unilaterales de los que hemos presenciado en décadas anteriores.
Una de las principales tendencias que podemos observar en el mundo actual y que será
clave en los próximos años será el paso de un mundo unipolar a un mundo mucho más
multipolar. Ello, auspiciado por el fin de la época de la unipolaridad de la que disfrutó
Estados Unidos como única y gran potencia global desde el final de la Guerra Fría (1991)
hasta el inicio de la crisis financiera global (2008).

En esta etapa transitoria hacia la multipolaridad, el poder de Estados Unidos se está viendo
rivalizado por China, país que está motivando un cambio en la balanza mundial del poder
tanto por su rápido crecimiento durante estas últimas décadas como por las capacidades
económicas, demográficas, militares o culturales que ha ido adquiriendo con los años.
Por otro lado, la pérdida de hegemonía de Estados Unidos abre la puerta a una competición
entre potencias que aumentan el riesgo de escaladas militares, agravado por el armamento
nuclear y otro tipo de armas de destrucción masiva.
No obstante, podemos mencionar otros países que se están conformando como centros de
poder en determinadas regiones o ámbitos, entre ellos: India e Indonesia en la región de
Asia-Pacífico; Rusia y Turquía en la zona euroasiática; Sudáfrica, Angola, Nigeria o
Etiopía en el África subsahariana; Irán y Arabia Saudí en Oriente Próximo y Brasil o
México en América Latina.

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