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FACULTAD DE CIENCIAS PSICOLOGICAS

Psicopatología II

Monografía

Tema:

“A partir de una investigación bibliográfica, fundamente y desarrolle las diferencias


metapsicológicas entre la Neurosis obsesiva y la Neurosis de Angustia, especificando su
relación con la angustia y la formación de síntomas. Puntualice las conclusiones
personales a las que ha arribado.”

Profesora a cargo: Dra. Vázquez, Mariana

Alumna: Milagros Soledad Ramírez (472109)

Comisión: Piedras

Año lectivo: 2023

Introducción

A lo largo de este trabajo, examinaremos las elaboraciones de Freud respecto a la neurosis de


angustia y neurosis obsesiva para esclarecer las características intrínsecas de cada neurosis,
centrándonos en el lugar que tienen la angustia y la formación de síntomas en cada una. Estas
dos formas de neurosis presentan similitudes en términos de sexualidad, ya que se pone en
juego en ambas, pero también exhiben notables divergencias en su etiología, dinámica y
manifestaciones sintomatologicas. A partir de la investigación bibliográfica propuesta por el
programa, este trabajo se propone explorar y fundamentar estas diferencias metapsicológicas,
poniendo un énfasis especial en su relación con la angustia y la formación de síntomas.

Al final de este estudio, se presentarán conclusiones personales basadas en la información


recopilada, ofreciendo una síntesis de los hallazgos y una reflexión sobre la importancia de
comprender estas diferencias metapsicológicas para la práctica clínica y la investigación en
psicología. El propósito de este trabajo es contribuir a una apreciación más completa y
profunda de la naturaleza de la neurosis obsesiva y la neurosis de angustia.

Desarrollo

La neurosis de angustia es un concepto nosologico freudiano perteneciente al campo de las


neurosis actuales que surge en opocision al concepto de psiconeurosis, de manera tal que sus
sintomas tienen un estatuto diferente al de la psiconeurosis, no son interpretables y por lo
tanto no pueden ser abordados por la palabra. Nosologicamente se ubica a la neurosis de
angustia dentro del campo de las neurosis actuales cuyo origen se entiende por una
acumulacion de excitación sexual que se traduce en sintoma (fischer, pag 60)

La neurosis de angustia es considerada por freud una de las neurosis actuales y al ser actual
no tiene origen en la historia del sujeto como en la psiconeurosis, pero coinciden en que
ambas hay una etiologia sexual. La neurosis de angustia sobreviene por una acumulacion de
una tension psiquica de origen sexual, donde esta acumulacion de excitación sexual se
transforma directamente en sintoma, generalmente en angustia sin mediacion psiquica. Los
sintomas que se manifiestan son exteriorizaciones de la angustia y la falta de descarga suele
estar desdencadenada por la abstinencia sexual o el coitos interruptus.

Los sintomas pueden tener una manifestacion fisica y psiquica, esto quiere decir, que por
ejemplo un ataque de angustia puede estar enlazado o asociado con algunas representaciones
que van mas alla del ataque de angustia en el cuerpo. Esto podria dar lugar a una idea o
representacion pero en el fondo si se le pregunta al sujeto esto carece de contenido simbolico.
Lo metapsicologico refiere a que en este cuadro no hay libido psiquica, no hay elaboracion
porque faltan representaciones entonces la acumulacion se transforma directamente en
sintomas somaticos. Es un defecto de la libido por falta de representaciones.
Metapsicologicamente no podemos hablar de represion o angustia señal en este cuadro
porque todo sucede en el campo de la conciencia, es la corporeidad del sujeto que se juega en
la actualidad respondiendo a un conflicto actual.

La etiologia es actual en doble sentido, presente en tiempo y acto porque no remite a ningun
acontecimiento del pasado. Es un conflicto real que causa estasis libidinal. La dificultad real
y presente pone en juego a la sexualidad (al igual que la psiconeurosis) pero a un nivel no
elaborado, no simbolizado, no se puede llevar ni siquiera al plano de la fantasia. Entonces hay
una causa que es real y actual en tiempo y en acto. Esta causa, cuya fuente es el cuerpo,
provoca un estasis libidinal, un estancamiento que da lugar a un conflicto somatico que no se
situa a nivel del deseo y la defensa.

Lo que refiere a sexualidad no es en terminos de fantasias como en la neurosis de


transferencia, sino que es una sexualidad sin enlazar a ninguna representacion, no puede ser
tramitada.
Otra puntualizacion respecto a las diferencias de neurosis de angustia y neurosis obsesiva es
el papel que juega la angustia, ya que la angustia en este cuadro es automatica porque
responde al fenomeno actual, no aparece como señal para alertar de un peligro pulsional ni
para dar lugar a la represion que luego daria lugar a la formacion de sintomas como en la
neurosis. Los sintomas que se producen en este cuadro son somaticos porque como la via
representacional esta cerrada y el malestar deriva al cuerpo.

Respecto al mecanismo en la neurosis de angustia, en tanto neurosis actual, refiere a que la


fuente de excitación somatica es incapaz de encontrar su expresion simbolica. No hay un
conflicto interno a nivel psiquico. Entonces el mecanismo de formacion de sintomas es
somatico, se trata de la transformacion directa de la excitación en angustia, y al no formar el
conflicto como parte del mecanismo, los sintomas no van a ser significables ni interpretables.
Es un pasaje directo a lo somatico.
Estos sintomas no pueden ser descompuestos analiticamente porque no tienen un sentido en
terminos de simbolo, no hay representacion reprimida porque nunca hubo representacion
enlazada a nada.
Sin embargo, la neurosis de angustia contribuye al conocimiento de la formacion de sintomas
en la histeria y la neurosis obsesiva. Porque hay un NOTABLE NEXO existente entre los
sintomas de las neurosis actuales y los de las psiconeurosis, ya que el sintoma de la neurosis
actual suele ser el nucleo y la etapa previa del sintoma psiconeurotico.

Es decir, se clasificaba las enfermedades mentales únicamente desde un enfoque

organicista, donde se atribuía la causa de los síntomas a disfunciones o alteraciones orgánicas.

Para este enfoque los síntomas tenían una base puramente biológica. En la actualidad, este

campo se apoya en criterios que se centran en aspectos más observables y cuantificables, tal

como los descritos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM).

(2013)

La escuela francesa de Henry Ey, escuela orientada a la psiquiatría pero influida por el

psicoanálisis freudiano concibe a la neurosis como una enfermedad mental crónica menor,

donde no hay deterioro profundo del vínculo con la realidad. (Fischer, H, 2000, p.147). Esta

definición permite hacer una primera diferenciación con la psicosis porque se la define como

una enfermedad mental crónica menor en relación a la psicosis, es decir, en la neurosis hay

una desestructuración menos profunda que en la psicosis, de manera tal que la relación con la

realidad y las manifestaciones sintomáticas son distintas y menos groseras.


Freud introduce otra forma de ver las enfermedades mentales. Desde su enfoque

psicoanalítico desafío la visión reduccionista de la época (auge de la psiquiatría) al proponer

que los síntomas también tienen una dimensión psíquica, este enfoque respecto a los síntomas

se centro en la exploración de los procesos inconscientes y en la interpretación de los

síntomas como manifestaciones simbólicas de estos conflictos. Esta perspectiva

metapsicológica fue más allá de la mera observación y descripción de fenómenos. En este

contexto, en función de las elaboraciones teóricas que Freud realiza respecto a los síntomas

detalla que la etiología de la neurosis se concibe en dos tiempos, lo que da lugar a pensar el

síntoma de otra forma, en otros tiempos, es decir, tiempos lógicos y no cronológicos. Freud

desafía de esta manera la concepción lineal determinista de causa y efecto de su época, y

establece una nueva relación dialéctica entre el pasado y el presente.

Lo que guiara y determinara las manifestaciones patológicas y por lo tanto permitirá hacer

una diferenciación entre neurosis y psicosis es la noción de conflicto que introduce Freud y

sostiene a lo largo de toda su obra. Para el enfoque psicoanalítico las manifestaciones

patológicas, ya sea síntoma o delirio, son el resultado de conflictos que se dan entre instancias

psíquicas y es la realidad sexual del inconsciente la que está en la base de esta conflictiva.

Comenzaremos situando un punto de partida en común en la neurosis y la psicosis: la

frustración en la realidad. El efecto patógeno diferencial correspondiente a cada una está

determinado por lo que el yo hace ante esta tensión conflictiva: puede huir de la realidad u

obedecerla. Esto último mencionado nos remite a los tres vasallajes del yo: ello, superyó y

realidad. La función del yo respecto a estos tres vasallajes es armonizar y lograr un equilibrio

para que estos tres amos puedan satisfacerse a la vez. Respecto a esto señalaremos una primer

diferencia, en la neurosis el conflicto está dado entre el ello y el yo, el yo no quiere ceder ante

las mociones pulsionales del ello, y en la psicosis el conflicto está dado entre la realidad y el

yo. Por otro lado, no podemos omitir que la decisión que tome el yo respecto a la frustración

de la realidad nos remite a la falta, es decir, a como se ha constituido ese yo en sus primeras

vivencias y como en esa constitución se ha implantado la falta, y es a partir de esta nueva


frustración de la realidad que se resignificara esa falta y en consecuencia se responderá ante

ella. En este sentido, la frustración va a ser el factor común de la psicosis con la neurosis en

tanto factor de desencadenamiento.

Ahora bien, en la etapa inicial de las neurosis, el yo al servicio del principio de realidad

reprime una moción pulsional. Sin embargo, esto no tiene un efecto patógeno de inmediato, es

decir, aun no alcanza el estatus de síntoma, ya que corresponde este momento al segundo

tiempo de la represión. Señalamos que esta acción no entraña un efecto patógeno en este

primer momento de la frustración porque no implica un alejamiento de la realidad, solo se

emplea la defensa para evitar un conflicto. Es en el segundo momento donde las

representaciones que han sido llevadas al inconsciente no dejan de cesar para buscar su salida

a la conciencia. Entonces, la represión en la neurosis primero da lugar a la frustración y la

libido frustrada vuelve a las fantasías y sobreinviste las mismas, buscando su realización en la

realidad, condición cuantitativa que da lugar al tercer tiempo de la represión. Como la

represión ha fallado se da lugar al retorno de lo reprimido y en consecuencia al síntoma

propiamente dicho.

Freud destaca la importancia de las fantasías en la formación de síntomas neuróticos

porque es la que tiene los objetos y orientaciones que la libido resigno y sobre los cuales

volverá en la frustración, la libido vuelve a las fantasías para hallar desde ellas el camino a

cada fijación reprimida. De manera tal que la retirada de la libido a la fantasía es un estadio

intermedio en el camino hacia la formación de síntoma, se da por el mecanismo de

introversión.

En” Introducción del Narcisismo” Freud habla del movimiento de la libido, el movimiento

libidinal va a marcar la distinción entre lo patológico y lo normal. Para poder hacer esta

distinción entre lo normal y lo patológico, utiliza introversión para las neurosis y retracción

para las psicosis.

La introversión libidinal habla del regreso de la libido en las neurosis. Es del retiro de la
libido de los objetos, se retiran las catexias, y esa libido que se retira va a las fantasías. En la

introversión hay sustitución de objetos reales por objetos de la fantasía. Pero cuando el

neurótico retira la catexia del mundo o desinviste al objeto, no lo desinviste del todo. Aun

retirando la libido mantiene un lazo erótico con el objeto. Puede mantener ese lazo porque hay

una sustitución del objeto real por el objeto de la fantasía. Se cancela en la realidad el acto

motor y se lleva a la fantasía esa investidura. Al retirar esa catexia e ir a la fantasía nunca se

corta el vínculo erótico porque el objeto de la fantasía está en relación con el objeto de la

realidad.

Muy diferente es lo que sucede en la psicosis, para la que utiliza un concepto diferente en

el retiro de catexias, que va a ser el de retracción libidinal. En la retracción libidinal lo que se

produce es un retiro total de la investidura, al ser total el desprendimiento de la libido de los

objetos esta regresa al yo.

Sin embargo, Freud señala que esta retracción también se produce en algunas situaciones

de la normalidad: duelo, enfermedad orgánica y sueño, pero es una retracción normal, no es

psicótica. Es normal por su carácter de transitoriedad. Hay retracción, hay estancamiento,

pero ese estancamiento tiene que tener un destino diferente que es otra vez volver la libido al

mundo. Cuando el dolor cesa, la libido vuelve a investir el mundo. En cambio el duelo

patológico y la melancolía hablan del estancamiento en el tiempo de la libido.

El duelo que significa la pérdida que finalmente es aceptada como una parte de la vida, y la

melancolía, como un duelo que no se resuelve y que permanece inmanente en el tiempo, es

decir, que el tiempo no pasa frente a esta pérdida.

En los artículos de 1924 “Neurosis y psicosis” y “La pérdida de la realidad en la neurosis

y la psicosis” Freud aborda de forma sintética y detallada la génesis y el proceso de

restauración de las psicosis y de las neurosis además de la manera en la que se encuentra

perturbado el vínculo con el mundo exterior y sus efectos a nivel del yo, como así también

señala aspectos en los que coinciden neurosis y psicosis, como es la perdida de la realidad.
La perdida de realidad no es algo que solo sucede en la psicosis, para Freud el refugio en la

fantasía propio del segundo tiempo de la neurosis conlleva también una pérdida de realidad,

lo que cambia en ambas es el modo de ser sustituida está perdida. Esto nos permite retomar el

segundo momento en la neurosis donde a consecuencia de la perdida de la realidad el síntoma

se constituye como tal y se construye como una satisfacción sustitutiva. Los reclamos del

superyó y la realidad poseen más fuerza sobre el yo que las exigencias pulsionales del ello.

La condición del síntoma en la neurosis es el retorno de lo reprimido y a partir de esta

condición es que el neurótico pierde la realidad en tanto que se refugia en la fantasía y busca

en ella modalidades de satisfacción que habían sido resignadas, de manera tal que la

diferencia en la neurosis y en la psicosis es que en la neurosis la libido liberada por la

frustración queda adscripta a los objetos de la fantasía, mientras que en la psicosis la libido se

retira sobre el yo, impidiendo la investidura de los objetos. La fantasía aporta el material

simbólico, es la realidad psíquica que se sobrepone ante la realidad objetiva, hay una cuota de

pérdida de realidad en tanto que se refugia en la fantasía y esto es lo que distingue

fundamentalmente la posición del neurótico y en consecuencia su síntoma que es la expresión

simbólica de conflictos inconscientes. Es decir, se produce una pérdida de la realidad en

ambas, pero difieren en los modos de ser sustituida está perdida.

En ‘’Neurosis y psicosis’’ Freud señala una diferencia genética en el origen de la neurosis

y la psicosis, dirá que: ‘’La neurosis es el resultado de un conflicto entre el yo y su ello, en

tanto que la psicosis es el desenlace análogo de una similar perturbación en los vínculos entre

el yo y el mundo exterior’’ (Freud, 1924, p.155)

Retomaremos la noción de conflicto para abordar la psicosis, en tanto que las

manifestaciones patológicas son el resultado de conflictos que se dan entre instancias

psíquicas, de aquí la importancia del concepto de conflicto. Si la manifestación sintomática en

la neurosis es el resultado de un conflicto entre el yo y el ello, en la psicosis su manifestación

será consecuencia del conflicto entre los vínculos del yo y el mundo exterior. En la psicosis el

yo se rebela ante la realidad y se rinde al vasallaje del ello.


El yo se rebela ante la realidad y huye, constituyendo desde el primer momento una

reacción patológica. Es decir, en la situación inicial de la neurosis, el yo al servicio del

principio de realidad reprime la moción pulsional, todavía no hay síntoma.

En el caso de la psicosis, el yo se desliga patológicamente de la realidad e intenta resarcir

algo de este vínculo pero sin ponerle ninguna limitación o condición al ello, se entrega ante él,

razón por la cual reconstruye una realidad que desmiente la realidad objetiva y la sustituye vía

la formación delirante. El sujeto vuelve a configurar un nuevo orden psíquico por medio del

delirio y este mundo se edifica a expensas de las mociones pulsionales del ello.

En la psicosis no se opera con el mecanismo de la represión como en la neurosis, se opera

con el rechazo porque no está inscripta la falta, no se acepta la frustración. En la neurosis la

frustración resignifica la falta constitutiva del yo y da lugar al deseo, mientras que en la

psicosis no hay un yo constituido como tal porque no hay diferenciación yo-no yo, hay

identificaciones narcisisticas donde no hay posibilidad de perdida, por lo tanto la falta no está

inscripta. En la psicosis cuando la realidad da lugar a la frustración esto resignifica la perdida,

la falta constitutiva está ausente y lo que genera es el derrumbe. El sujeto psicótico queda

avasallado por el ello porque la represión primordial falla. Al no haber represión las mociones

pulsionales se presentan sin censura para el sujeto, además el inconsciente esta desinvestido

por lo cual ese avanza sobre el preconciente dando lugar a la alucinación patológica.

Mencionamos que es el mecanismo del rechazo el que opera en la psicosis, a partir de este

se arranca el trozo de la realidad junto con el afecto y la representación, dando lugar a la

retracción libidinal respecto de la frustración que pone un tope al deseo del ello. Esta reacción

patológica se da en el primer momento, ya hay pérdida de la realidad que va a dar lugar a una

desestructuración.

Si bien Freud habla de este mecanismo no llega a conceptualizarlo como tal, dirá que

frente a la frustración dada por la realidad; la función de este mecanismo será la de expulsar

de la realidad tanto la representación como el afecto ligado a ella. Arrastra parte de la realidad
en conjunto con el mundo interno del sujeto, dando en consecuencia un vacio en la realidad

que da lugar a la desestructuración. Rechazar la realidad no es gratis puesto que el mundo

interno también cae. Ante esta desestructuración se vuelve a crear un nuevo mundo interno y

externo por medio de la construcción delirante, mundo que se crea a expensas de las mociones

pulsionales del ello. El rechazo de la realidad tiene consecuencias, ya que también afecta al

mundo interno. En respuesta a esta desestructuración, se genera una nueva construcción

delirante, este nuevo mundo se forma a expensas de las pulsiones del ello.

El sujeto psicótico volverá a la realidad a partir del segundo momento con la construcción

delirante, donde el delirio aparece como un parche colocado en el lugar donde

originariamente se produjo una desgarradura en el vínculo con el mundo exterior (Freud,

1924, p.157). Este parche viene a rectificar la función de la castración que nunca se inscribió

de forma sustitutiva. Mientras hay delirio, hay libido volcada al mundo externo como intento

de conexión.

Conclusión

El recorrido que realizamos en esta monografía nos permitió observar como el síntoma, en

tanto manifestación patológica de enfermedades mentales fue progresando y cambiando en su

concepción, tanto para la psiquiatría como para el psicoanálisis.

Gracias al aporte teórico brindado por el psicoanálisis es que se pudo establecer de forma

progresiva y con mayor precisión la diferencia entre neurosis y psicosis. La diferenciación

entre estas patologías, inicialmente indiscriminadas, se afianzo paulatinamente hasta lograr

una delimitación precisa en cuanto a su presentación.

Como conclusión señalaremos que tanto la neurosis como la psicosis tienen sus puntos de

apuntalamiento, tienen puntos en común, como lo es la perdida de realidad que hemos

descripto y conceptualizado anteriormente. No obstante, los mecanismos que operan en cada

una son diferentes, y es en su relación con la realidad material y la construcción de la realidad

psíquica donde se encuentra su diferencia más significativa: En una de ellas, la fantasía ocupa
un lugar central como punto de fijación, mientras que en la otra, se produce una sustitución

completa que busca restaurar lo que inicialmente se negó.

Bibliografia:

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