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EL SENTIDO DE LOS SÍNTOMA

Se debe partir del hecho de que para el psicoanálisis los síntomas tienen un sentido,
que están en relación con la vida del mismo paciente, de esta manera lo introduce Freud en
la 17ª Conferencia. El Sentido de los Síntomas (1917), y también refiere que sus causas son
inconscientes, por tanto no es algo que el sujeto pueda controlar a voluntad, por tal motivo
la racionalidad no lleva a su extinción, ya que el problema es mucho más profundo;
además, no representan un placer para el sujeto,llegando a producirle un desgaste, por lo
cual la mayoría de las veces, los sujetos acuden a la terapia psicoanalítica en búsqueda de la
extinción de los mismos. Entonces se puede dilucidar que el síntoma corresponde a un
enigma para el paciente, este no sabe de dónde viene, pero a través del análisis estas
cuestiones desconocidas pueden ser interpretadas, y traducidas de manera que el sujeto
pueda llegar a encontrar los nexos de aquello que padece, con su historia de vida. Se
adiciona que los síntomas tienen un propósito, cuestión que se retomará posteriormente.
También introduce los síntomas típicos de la enfermedad, que básicamente comprenden
esas características que se reiteran de un caso a otro, y también habla de síntomas
individuales, propios de cada caso y que tienen una relación directa con alguna cuestión de
su pasado.

Posteriormente, en la Conferencia 23. Los Caminos de la Formación del Síntoma.


(Freud, 1917 [1916-17]) se habla con más amplitud sobre los orígenes y el concepto de
síntomas psíquicos, agrega que aparte de que generan displacer y se hacen en contra de la
voluntad, son perjudiciales e inútiles para la vida, ya que conlleva un gasto anímico
importante y también se requiere del mismo para intentar contrarrestarlos, por lo tanto la
persona relega ciertas cosas de su vida cotidiana o tiene inconvenientes para cumplir con
estas, debido a lo que le cuestan sus síntomas. introduce entonces varios aspectos
importantes en la creación del síntoma, uno de estos se basa en la satisfacción pulsional y
la libido que mantienen al síntoma presente en el sujeto, por su parte la primera buscará el
placer y la otra que ha sido, como lo menciona Freud, excluida de lo real, también se
encontrará intentando hallar la manera de satisfacer su necesidad, utilizando como medio
la regresión, en donde espera obtener sus objetivos,es decir satisfacer sus deseos en lo que
anteriormente había sido superado por el sujeto(épocas anteriores u objetos), más
concretamente volviendo a la niñez y en los afanes parciales abandonados, ahora bien si
esto no ocasiona en el sujeto una discordancia con el yo, tampoco hará aparición la
neurosis, podríamos decir entonces que la libido alcanza su objetivo, aunque no de una
manera normal, esta estará buscando aquello que el principio de placer exige, que será
hallar un lugar donde liberar su investidura energética, es entonces que se separa del yo y
sus leyes, por consecuencia deja de lado toda influencia del mismo, ahora será parte de lo
inconsciente, estando a merced de esto, es aquí donde la condensación y el desplazamiento
serán parte de la libido.

También el autor menciona que hay vivencias de la infancia y vivencias de nuestros


antepasados que pueden dejar fijaciones en la libido, esta será la razón de las causas de la
neurosis, dado que la libido de este tendrá un contenido sexual hereditario y otro vivencial,
esto se condensa y crea en sí mismo la neurosis, es decir la neurosis estará constituida por
los contenidos sexuales mencionados anteriormente, pero además estos se darán por una
predisposición por fijación de la libido y una vivencia accidental traumática del adulto, es
decir la libido regresa nuevamente a los acontecimientos infantiles, sugiriendo así que esto
no tuvo importancia alguna pero que es en la regresión de la libido que estos sucesos
vuelven a tomar fuerza; en conclusión el síntoma se contrae por la combinación de estos
eventos psíquicos que tienen lugar desde la infancia; cabe resaltar que para Freud todos
tenemos síntomas, pero es cuando este nos aqueja que recurrimos a una terapia.

En Inhibición, Síntoma y Angustia (Freud, 1925) se establece que el síntoma es “un


indicio y sustituto de una satisfacción pulsional interceptada, es un resultado del proceso
represivo” (pp. 87). Y relaciona la angustia con el síntoma, de modo que la angustia que se
da en el sujeto indica una situación de peligro, de ahí que se formen los síntomas, esta
situación se refiere a una perturbación, insatisfacción, y se caracteriza por la impotencia, a
verbigracia, la posibilidad de pérdida de algún objeto de amor. Siguiendo lo anterior , se
indica que el síntoma se crea para evitar la angustia y cancelar la situación de peligro,
funcionando como una sustitución, un relevo de un proceso pulsional que fue modificado, a
expensas de evitar una descarga angustiosa en el sujeto.
En la 17ª Conferencia. El Sentido de los Síntomas (Freud, 1917), se trata el tema del
síntoma desde la perspectiva psiquiátrica y psicoanalítica, de la cual se puede extraer que
aunque los síntomas converjan en el sentido en que ambos pueden ser indicios para
establecer un diagnóstico psicopatológico, su manera de tratarlos desde la psiquiatría y el
psicoanálisis es en extremo diferente, y esto parte del concepto que tanto la psiquiatría y el
psicoanálisis tienen de tal palabra. Por un lado la psiquiatría ve el síntoma como ese
malestar de la persona que refiere en torno a asuntos objetivos, neurofisiológicos, por tanto
les busca su alivio inmediato, y no un sentido como tal, lo cual sí persigue la terapia
psicoanalítica, ir a las causas, hacer las conexiones necesarias para que tanto el analista
como el paciente se acerquen a la génesis del problema en cuestión, se puede decir que esa
característica de la inmediatez no está presente en el análisis, ya que trata asuntos muy
recónditos en la vida psíquica, y debido a la característica atemporal del inconsciente, y a
que el papel activo de la persona para encontrar los significados propios en sus síntomas,
hace que no se pueda establecer un tiempo fijo en que estas cuestiones se den; esto último
también marca una diferencia contundente, desde la psiquiatría, el papel que tiene el sujeto
frente a su padecimiento es pasivo, y esto refiere algo en frente al síntoma, y es que en este
caso es el médico el que lo observa, mientras que el paciente espera una solución a su
problemática.

Por otro lado, respecto al discurso psicológico, Freud expone grandes diferencias
entre esta y el psicoanálisis en ¿Pueden los Legos Ejercer el Análisis? (1926), expresa que
esta profesión puede ser descrita como fisiología de los sentidos, que aunque brinda
muchos conceptos importantes relacionados con lo psíquico, se muestra como insuficiente
para dar explicaciones sobre esto, y sobre cómo está construido el aparato anímico, el autor
expone que a la psicología no le interesa, adicionalmente, expone a modo de ilustración,
que frente a los sueños no brinda grandes aportaciones, recalcando su desentendimiento
sobre estos; se puede inferir de lo anterior que psicología y psicoanálisis se ocupan de
temas que difieren, objetos de estudio diferentes, por tanto, se entiende que sus modos de
tratar esas cuestiones van a ser distintas, es relevante hacer la acotación sobre la variedad
de asuntos que trata la psicología y sus respectivas vertientes, de esta misma manera, la
variedad de miradas teóricas y terapéuticas sobre lo que le aqueja a la persona, y que en
Freud se refiere como síntomas.

REFERENCIA

Freud, S. (1976 ).17ª conferencia. El sentido de los síntomas (1917). En Obras Completas
(Vol. XVI pp. 235 - 249). Buenos Aires: Amorrortu Editores

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