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MERCEDES MERCADO CISNEROS

PROFETAS MENORES II
HAGEO

Hageo que signi ca “festivo”, fue el primer profeta postexílico en ejercer su


ministerio en medio del remanente de Israel que había regresado. Es evidente que
formaba parte del primer grupo que volvió de Babilonia a Judá. Hageo profetizó
después del regreso del exilio babilónico, alrededor del año 520 a.C. Su mensaje
principal es una exhortación al pueblo de Judá para que prioricen la reconstrucción del
templo de Jerusalén.

Hageo fue levantado por Dios para llamar al pueblo de Dios de vuelta a las prioridades
divinas. Hageo se dirigió a los líderes y al pueblo que habían vuelto de Babilonia para
comenzar una nueva vida en Judá. El objetivo de su ministerio era recordar al pueblo
su tarea primordial de reconstruir el templo, y advertirles acerca de las consecuencias
de la desobediencia. El pueblo de Israel había recibido la oportunidad de parte de Ciro,
rey de Persia, de volver a su propia tierra y reconstruir el templo del Señor en
Jerusalén. Unas 50.000 personas respondieron a la invitación de Ciro y se volvieron a
la patria. El proyecto de reconstrucción fue obstaculizado por los enemigos de Israel y
pronto se detuvo completamente. Fue en este contexto que Hageo predicó al pueblo.

Durante una asamblea de adoración en agosto del 520 a.C., el profeta Hageo lanzó un
mensaje de reprobación al pueblo. Destacó la necesidad prioritaria de reconstruir el
templo de Dios, la cual había sido descuidada en favor de una vida opulenta y
mundana. Aunque las residencias de los exiliados relucían en esplendor, el santuario
divino se encontraba en ruinas. Hageo identi có el descontento y la insatisfacción en
la vida como frutos de la desobediencia a las claras prioridades divinas. Según el
profeta, la solución residía en la obediencia. La respuesta del pueblo al mensaje de
Hageo fue inmediata y sincera. Sin excusas, se arrepintieron y retomaron la
construcción del templo, la cual había estado estancada durante quince años. Tres
semanas después de la predicación de Hageo, la obra en el templo volvía a estar en
curso. Dios reaccionó al arrepentimiento del pueblo asegurándoles su presencia y
favor. Prometió bendiciones futuras y garantizó que, aunque el templo no igualara la
magni cencia del de Salomón, él permanecería con ellos. A pesar de las amenazas de
los enemigos y los desafíos legales, cuando el pueblo obedeció y con ó en Dios, este
actuó en su bene cio. De esta historia se desprenden dos verdades fundamentales: el
descontento surge cuando no compartimos las prioridades de Dios, y la obediencia a
Dios conduce a su favor y bene cio.
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En resumen, el libro de Hageo es una llamada al arrepentimiento y a la acción para el
pueblo de Judá, instándoles a priorizar la reconstrucción del templo de Dios. A través
de las palabras del profeta, el pueblo es recordado de la importancia de obedecer a
Dios y con ar en sus promesas de bendición y restauración. El mensaje central es el
llamado a poner a Dios en primer lugar en sus vidas y con ar en Su provisión y favor.

Para nosotros también podemos poner excusas para no trabajar en el Reino y estas
palabras del profeta, nos deberían hacer eco a priorizar de manera correcta todos
nuestros asuntos. Las prioridades de Dios deben ser nuestras prioridades. Debemos
recordar que Dios nos ha escogido, así como escogió a Hageo y debemos usar bien
nuestro tiempo. Al igual como en que tiempo, el pueblo fue instado a meditar, así
también nosotros debemos meditar en que gastamos nuestros recursos, si para
satisfacer nuestro ego o para Dios.

BIBLIOGRAFIA
Panorama del Antiguo Testamento, Comentario Bíblico Portavoz, Benware Paul N.
Editorial Portavoz, 1994, Michigan.
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