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Benemérita y Centenaria Escuela

Normal de Guanajuato

Lic. en Educación

“Reflexión”
Materia: Lengua de señas mexicana

Docente: José Luis Rodríguez


Barrientos

Alumna: Fernanda Pérez Gómez

Grado y grupo: 3º "A"


Martes 12 de diciembre del 2023
Congreso de Milán
El Congreso de Milán, celebrado en 1880, supuso un hito importante en la historia de la
educación de los sordos. Este evento reunió a educadores de diferentes partes del
mundo con el objetivo de establecer un enfoque unificado para la educación de los
sordos. Sin embargo, en lo personal considero que la decisión más impactante fue la
prohibición oficial del uso de la lengua de signos en las escuelas para sordos,
promoviendo en su lugar el método oral como principal forma de educación.

La introducción de métodos de comunicación oral y la prohibición del uso de la lengua


de signos en las escuelas marcaron un cambio significativo en el enfoque de la educación
de los sordos. Estos cambios, aunque intentaban integrar a las personas sordas a la
sociedad oyente, lo único que logran es consecuencias negativas y limitaciones para la
comunidad sorda.
Mediante la información que he leído, pude reflexionar que, a pesar de las restricciones
impuestas por el Congreso de Milán, la comunidad sorda ha demostrado una
extraordinaria resiliencia y determinación para preservar su lengua y cultura. Existe un
movimiento global que aboga por el reconocimiento y la promoción de las lenguas de
signos, así como por enfoques educativos que sean inclusivos y respetuosos de la
diversidad lingüística y cultural de las personas sordas.
Hoy en día, se reconoce cada vez más la importancia de la lengua de señas y se están
tomando medidas para brindar acceso a la educación bilingüe, incluidas tanto la lengua
de señas como la oral, para satisfacer las necesidades individuales de la comunidad
sorda.

El Congreso de Milán supuso un punto de inflexión en la historia de la educación de los


sordos, pero su impacto negativo también sirvió como catalizador de la resistencia y la
búsqueda de una educación más inclusiva que respete la diversidad lingüística y cultural
de la comunidad sorda. A través de la perseverancia y el activismo, la comunidad sorda
ha logrado avances significativos en la lucha por sus derechos lingüísticos y educativos,
ayudando así a construir una sociedad más inclusiva y equitativa para todos.
A causa de esto, y en base con la materia impartida por el maestro José Luis “Lengua de
señas mexicana” considero firmante que, la importancia de respetar a la comunidad
sorda va mucho más allá de un simple acto de cortesía o inclusión. Esto incluye
reconocer la diversidad lingüística y cultural, así como comprender y apreciar la riqueza
que aporta a la sociedad en su conjunto.
Para esto es fundamental el reconocimiento y la validación de la lengua de signos como
forma legítima de comunicación. La lengua de signos es mucho más que una serie de
gestos; es un sistema lingüístico complejo y completo con su propia gramática, sintaxis
y estructura. Al respetar y reconocer la lengua de signos, afirmamos la identidad y
autonomía de las personas sordas.
Parte del respeto a la comunidad sorda incluye comprender sus experiencias únicas.
Vivir en un mundo predominantemente centrado en la audición puede crear obstáculos
importantes para quienes no comparten esta capacidad. Para garantizar la igualdad de
oportunidades y el acceso a la educación, el empleo y la plena participación en la
sociedad, es importante reconocer estas barreras y trabajar para eliminarlas.
La verdadera inclusión de la comunidad sorda requiere no sólo la provisión de intérpretes
o servicios accesibles, sino también la creación de un entorno en el que se acepte y
fomente la lengua de señas. Esto significa promover la enseñanza bilingüe y el
reconocimiento de la lengua de signos como lengua legítima y valiosa en las escuelas y
en la sociedad en general.
En resumen, el respeto por la comunidad sorda va más allá de la simple tolerancia; se
trata de reconocer su identidad, su lengua y su cultura como partes valiosas de nuestra
diversidad humana. Al hacerlo, no sólo creamos un entorno más inclusivo y equitativo,
sino que también enriquecemos nuestra sociedad al celebrar y valorar la diversidad de
formas en que las personas se comunican y se relacionan entre sí.

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