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La equidad de género es un concepto fundamental que se refiere a la igualdad de

oportunidades, derechos y responsabilidades entre mujeres y hombres en todos los ámbitos


de la vida, incluyendo el acceso a la educación, el empleo, la salud, la participación política
y la toma de decisiones. Este concepto reconoce las diferencias biológicas entre hombres y
mujeres, pero busca eliminar las desigualdades y discriminaciones basadas en el género.

A lo largo de la historia, las mujeres han enfrentado numerosos desafíos y obstáculos para
lograr la equidad de género. Estos desafíos han variado según la época, la cultura y el
contexto socioeconómico, pero algunos de los más significativos incluyen:

1. Acceso a la educación: Durante mucho tiempo, a las mujeres se les negó el acceso a la
educación formal, lo que limitaba sus oportunidades de desarrollo personal y profesional.
Aunque se han logrado avances significativos en este sentido, todavía persisten
disparidades de género en el acceso a la educación en algunas partes del mundo.
2. Participación en la fuerza laboral: Las mujeres han enfrentado discriminación en el ámbito
laboral, incluyendo la brecha salarial de género, la segregación ocupacional y la falta de
oportunidades de ascenso. Además, las responsabilidades familiares y el trabajo no
remunerado han limitado la participación plena de las mujeres en la fuerza laboral.
3. Derechos políticos: Históricamente, a las mujeres se les ha negado el derecho al voto y la
participación en la vida política y pública. Aunque se han logrado avances significativos en
la lucha por la igualdad política, todavía existen barreras para la participación plena de las
mujeres en la toma de decisiones políticas.
4. Violencia de género: La violencia contra las mujeres, incluyendo la violencia doméstica, la
violación, el acoso sexual y el tráfico de personas, es una violación de los derechos
humanos y un obstáculo importante para la equidad de género. A pesar de los esfuerzos por
prevenir y combatir la violencia de género, sigue siendo un problema generalizado en todo
el mundo.

El movimiento feminista ha desempeñado un papel crucial en la lucha por la equidad de


género. El feminismo es un movimiento social y político que busca la igualdad de género y
la eliminación de la opresión y la discriminación basadas en el género. A lo largo de la
historia, el feminismo ha adoptado diversas formas y enfoques, incluyendo el sufragismo,
el feminismo radical, el feminismo liberal y el feminismo interseccional.

Algunos hitos importantes en la historia del movimiento feminista incluyen la Convención


de Seneca Falls en 1848, donde se adoptó la Declaración de Sentimientos que exigía el
derecho al voto para las mujeres en Estados Unidos; la adopción de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos en 1948, que reconoció la igualdad de derechos entre
hombres y mujeres; y la adopción de la Convención sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) en 1979, que es considerada la
"Carta Magna" de los derechos de las mujeres.

En la actualidad, el movimiento feminista continúa luchando por la equidad de género en


todas sus formas. Algunas de las principales áreas de acción incluyen la promoción de leyes
y políticas que protejan los derechos de las mujeres, la sensibilización sobre la violencia de
género, la promoción de la igualdad salarial y la representación equitativa en todos los
ámbitos de la sociedad. El feminismo también ha evolucionado para abordar las
intersecciones entre género, raza, clase, orientación sexual y otras formas de opresión,
reconociendo que las experiencias de las mujeres son diversas y están influenciadas por
múltiples factores.

El 68º período de sesiones anual de la Comisión de la Condición


Jurídica y Social de la Mujer (CSW68), la mayor reunión anual de
las Naciones Unidas sobre la igualdad de género y el
empoderamiento de las mujeres, se celebrará este año del 11 al 22
de marzo de 2024 bajo el tema prioritario ”Acelerar el logro de la
igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y
niñas abordando la pobreza y fortaleciendo las instituciones y la
financiación con perspectiva de género”.

El mundo se encuentra en una encrucijada crucial para la igualdad


de género. A escala mundial, el 10,3 por ciento de las mujeres
viven hoy en la pobreza extrema, y son más pobres que los
hombres. El avance hacia la erradicación de la pobreza debe ser 26
veces más rápido para alcanzar los Objetivos de Desarrollo
Sostenible en 2030.

Para acelerar el progreso hay que invertir. Los datos disponibles


sobre 48 economías en desarrollo muestran que se necesitan USD
360.000 millones adicionales al año para lograr la igualdad de
género y el empoderamiento de las mujeres en todos los objetivos
mundiales clave, incluido el de acabar con la pobreza y el hambre.

En este año decisivo, 2.600 millones de personas acudirán a las


urnas para depositar sus votos, por lo que tienen el poder de exigir
una mayor inversión en igualdad de género.

Las soluciones para acabar con la pobreza de las mujeres están


ampliamente reconocidas: invertir en políticas y programas que
aborden las desigualdades de género e impulsar la capacidad de
actuar y el liderazgo de las mujeres. Estas inversiones producen
enormes dividendos: más de 100 millones de mujeres y niñas
podrían salir de la pobreza si los gobiernos priorizaran la
educación y la planificación familiar, unos salarios justos e
igualitarios y mayores prestaciones sociales. Podrían crearse casi
300 millones de puestos de trabajo de aquí a 2035 mediante
inversiones en servicios de cuidados. Si se cerraran las brechas de
género en el ámbito del empleo, el producto interno bruto (PIB)
per cápita podría aumentar un 20 por ciento en todas las regiones.

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