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EL COMERCIO INFORMAL EN BOLIVIA

Realizado por Herica Aramayo Fernandez


La economía informal de Bolivia es una serie de actividades de producción y
comercialización que están infravaloradas en las cuentas nacionales porque se están
desarrollando fuera de control o, en algunos casos, completamente ilegales.
La economía informal en Bolivia, según los analistas y estudiosos de este importante
sector, indican que “el 80% de las personas trabaja en la informalidad. El 87% de estas
personas son mujeres y, de este porcentaje, 4 de cada 10 desempeñan sus actividades por
cuenta propia”. (OIT informe de 10 de marzo de 2022). Según el experto Pablo Mendieta,
Director del CEBEC (Centro Boliviano de Economía), “la calidad del empleo bajó mucho
en Bolivia desde el 2017 y empeoró en 2019. Si bien se suman más empleos, casi todos son
informales y precarios...Bolivia tiene un alto porcentaje de empleo informal, el 2019
teníamos un 85% de trabajadores en la informalidad. Las cifras actuales indican un 90%;
sin embargo, solo el 10% tiene un seguro de salud, no contribuye con el pago de impuestos,
ni aporta a los fondos de pensiones”.
Cuando despertamos, descubrimos que vivimos en uno de los tiempos más
inciertos sobre el desarrollo económico, político, social y moral de nuestra sociedad.
Buscamos las respuestas que reflejan estas cifras oficiales y, cuando encontramos muy
pocas, no estamos seguros de qué hacer. para afrontar el futuro inmediato y el
de menos largo plazo, dado que Bolivia tiene un sector industrial reducido, un sector
minero privilegiado, un sector agrícola sectorizado, un sector de la construcción que intenta
recuperarse, un sector financiero que se está beneficiando y un sector comercial en
crecimiento y un sector informal dominante. Por eso, nos apegamos a seguir invirtiendo
en el sector informal, que ha sido el motor de nuestra economía durante los últimos más de
40 años, y durante este período estudiamos cómo surge el negocio informal con
una respuesta simple: la falta de empleo formal, lo que demuestra que este mercado la
forma de membresía está arraigada en nuestra cultura artesanal y mercantil.
Entonces, podemos afirmar que la “economía informal” se
ha convertido en un soporte para nuestro crecimiento, creación de empleo, actividad
empresarial, recuperación económica y conexión con los mercados internacionales.
En resumen, de este análisis no se puede ignorar que gran parte de los productos que
se venden en el mercado informal provienen del contrabando y por lo tanto no
aportan al país aunque se compren con moneda que circula en el mercado informal.
El mercado informal de nuestro país realiza la mayoría de sus transacciones
en dos monedas, el boliviano, el peso argentino y el dólar estadounidense, y al no estar
ligadas al sistema financiero, ambas monedas se mantienen en lugares que les brindan la
seguridad que necesitan.
Lo que para muchos se convirtió en una forma de sustento, se ha convertido en una
problemática económica y social, que va de la mano del contrabando. Situación que ha
golpeado duramente al sector formal, aquel que paga impuestos al país.
Esto se traduce en pérdidas para el estado boliviano, debido a que el 80% de los comercios
son informales en nuestro país, lo que significa 2.000 millones de dólares en pérdidas, de
forma anual. Pero la situación se agravó durante la pandemia con el contrabando que
genera 3500 millones de dólares en pérdidas, esto representa el 10% del Producto Interno
Bruto (PIB).
Los sectores más afectados por el contrabando y comercio informal de acuerdo
al economista, Hugo Rodríguez, del Centro Boliviano de Estudios Económicos
(CAINCO), son las empresas de gaseosas, las bebidas no alcohólicas, cereales.
La informalidad se vislumbra en las calles de nuestro país, en los diversos negocios que
ofertan productos o servicios. Ahora se ve una realidad preocupante, hay más vendedores
que compradores.

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