Está en la página 1de 7

Enfocaremos nuestro estudio en la economía informal en Perú, un problema

considerado como el segundo más importante en el Perú, luego de la corrupción,


según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El ámbito informal engloba las
acciones económicas realizadas por empleados y/o empresas que no están
completamente reguladas por acuerdos formales. Estas actividades no son
reconocidas por la legislación y, por lo tanto,se ejecutan en la clandestinidad. En
muchos casos, la legislación no se cumple o desalienta su cumplimiento debido a
problemas como su estructura inadecuada, burocracia o costos excesivos
(Organización Internacional del Trabajo, 2015).

Los dos principales tributos en el Perú son el impuesto general a las


ventas (IGV) y el impuesto a la renta (IR), los cuales, a través de la
Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (SUNAT), son
recaudados por el Gobierno Central con el fin de destinar presupuestos, pagar
salarios, llevar a cabo obras públicas, promover y proveer programas sociales,
entre otros.

La economía sumergida se ha convertido en un gran desafío en nuestro


país, ya que el dinero que los negocios informales no declaran en impuestos no
llega a la SUNAT y perjudica nuestro presupuesto nacional. Nos causa más
perjuicio que beneficio, puesto que el sector informal genera un factor externo
negativo que se suma a su efecto adverso sobre la eficiencia: las actividades
informales utilizan y congestionan la infraestructura pública sin contribuir con
los ingresos fiscales necesarios para su mantenimiento. Dado que la
infraestructura pública complementa la inversión privada en el proceso de
producción, la existencia de un sector informal de gran tamaño implica un
menor crecimiento de la productividad (Modelo de crecimiento endógeno que
resalta el impacto negativo de la economía sumergida mediante la congestión
de servicios públicos, consultar Loayza 1996).

Según el Experto en Economía Elmer Cuba Socios: La informalidad


laboral se divide en dos categorías: la de empleados dependientes y la de
trabajadores independientes. Los primeros pueden laborar tanto en empresas
formales como en empresas informales. En el caso de las empresas formales,
nos adentramos en el ámbito de la Sunafil. En el caso de las empresas
informales, nos encontramos en un territorio desconocido (Informalidad
Peruana, Elmer Cuba Socios).

En nuestro país, la informalidad forma parte de nuestra cotidianidad, y


nos hemos acostumbrado a ello, considerándolo como una realidad de la
sociedad peruana. No obstante, no nos percatamos de que esto genera un
desequilibrio económico alarmante. La informalidad aumenta cada año,
especialmente en la actualidad, dada la problemática migratoria venezolana
que vive el Perú. Esto perjudica el crecimiento económico de nuestra nación,
ya que disminuye a medida que la informalidad se expande. Si no se
implementan cambios en las políticas, regulaciones y leyes más estrictas, este
problema aumentará de manera preocupante en los años venideros.
Cabe mencionar que el concepto de informalidad surgió en la década de
1970 (Hart, 1970), vinculándose a actividades de subsistencia que abarcan
negocios rentables, pero que no son reconocidos como actividades
productivas.

Las unidades de producción son los elementos, terrenos y otros bienes


utilizados en actividades agrícolas y no agrícolas, en las que participa una
familia o un grupo de familias que residen en la misma vivienda y se rigen por
una sola administración (Pérez, 1979).

Para el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial, el sector


informal constituye una tarea pendiente que tiene como objetivo reducir las
altas tasas de informalidad. Esto se debe a que las personas que inician un
negocio o una pequeña empresa sin registrarse ni pagar impuestos son las
mismas que carecen de acceso al crédito formal, protección policial y judicial,
así como de oportunidades para acceder a mercados extranjeros.

Los 4 millones 887 mil de unidades productivas, de las cuales las no


agropecuarias representan el (66,5%) restante y se distribuyen entre los doce
sectores económicos, tales como el comercio con un (22,4%), transporte y
almacenamiento (14,2%), manufactura (7,2%), etc. Las unidades de producción
no agropecuarias han experimentado tasas de crecimiento del 2,4%, 7,0% y
3,9% en los años 2016, 2017 y 2018 respectivamente.

La mayor parte de las actividades informales no se llevan a cabo en


locales propios, como es el caso de los vendedores ambulantes y personas
que trabajan en el transporte público. De hecho, para el año 2018, el 57,3% de
las unidades productivas no contaban con un local para desarrollar su actividad
económica.

Aquellas unidades de producción que disponen de un local,


generalmente se encuentran en sus propias viviendas, lo cual genera ciertas
consecuencias (Fuente: Informe económico del Instituto de economía y sector
empresarial).

En el área rural, el sector formal representa apenas el 2%, mientras que


el sector informal alcanza el 98%. En contraste, en el área urbana, el sector
formal es del 19% y el sector informal del 87% (Fuente: Instituto Nacional de
Estadística e Informática).

En el ámbito rural, la ganadería y la agricultura son las principales


fuentes económicas. A menudo, los agricultores rurales venden sus productos
a precios bajos, lo que resulta en pérdidas de ganancias y de capital. Por esta
razón, muchos empleos en las zonas rurales suelen ser informales, con el
objetivo de obtener ingresos un poco más altos. Sin embargo, el trabajo
informal en las zonas rurales no cumple con las condiciones adecuadas de un
entorno laboral y las horas de trabajo superan las 8 horas establecidas por el
ministerio de trabajo y promoción de empleo.

Por otro lado, en las zonas urbanas, las actividades económicas se


centran en la industria y los servicios. En estas áreas, muchas personas tienen
empleos en empresas donde se respetan las horas de trabajo y la mayoría
cuenta con seguro. Además, hay comerciantes, transportistas y personas que
trabajan en espacios públicos. No debemos olvidar que en las zonas urbanas
hay un mayor uso de tecnología y los espacios educativos son más adecuados.

El desarrollo de un país está estrechamente relacionado con su


bienestar, y la producción debe satisfacer las necesidades humanas. La
economía desempeña un papel fundamental en el desarrollo de un país. Si
bien el Perú cuenta con recursos, no necesariamente nos hacen ricos. Existe
un problema de gestión que está relacionado con la falta de educación, cultura
y respeto por las leyes.

Entre las décadas de los 60 y 80, hubo migraciones hacia Lima, ya que
las personas de provincias veían oportunidades económicas al trasladarse a la
capital. Aquellos que llegaban a Lima dejaban todo en el campo y comenzaban
desde cero, construyendo su futuro poco a poco.

En aquellos años, hubo una gran afluencia de personas provenientes de


distintas partes de Perú hacia Lima, generando una explosión demográfica. Sin
embargo, Lima no podía ofrecer suficientes empleos formales para todos los
que llegaban, lo que llevó a que estas personas no pudieran acceder al empleo
formal. Para subsistir, se dedicaron a actividades informales e ilegales, como la
venta ambulante En el presente trabajo abordaremos el asunto de la economía
sumergida que ocupa el segundo lugar en términos de desafíos a nivel nacional
en nuestro país, únicamente después de la corrupción, de acuerdo con la
Organización Internacional del Trabajo (OIT). La economía informal se refiere a
todas las actividades económicas llevadas a cabo por trabajadores y unidades
económicas que no están completamente o parcialmente cubiertos por
acuerdos formales. Sus actividades no están contempladas en la legislación, lo
cual implica que operan al margen de la ley, la cual no se aplica o desincentiva
su cumplimiento debido a que es inapropiada, burocrática o impone costos
excesivos (Organización Internacional del Trabajo, 2015).

Los dos principales tributos en el Perú son el impuesto general a las


ventas (IGV) y el impuesto a la renta (IR), los cuales, a través de la
Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (SUNAT), son
recaudados por el Gobierno Central con el fin de destinar presupuestos, pagar
salarios, llevar a cabo obras públicas, promover y proveer programas sociales,
entre otros.

La economía sumergida se ha convertido en un gran desafío en nuestro


país, ya que el dinero que los negocios informales no declaran en impuestos no
llega a la SUNAT y perjudica nuestro presupuesto nacional. Nos causa más
perjuicio que beneficio, puesto que el sector informal genera un factor externo
negativo que se suma a su efecto adverso sobre la eficiencia: las actividades
informales utilizan y congestionan la infraestructura pública sin contribuir con
los ingresos fiscales necesarios para su mantenimiento. Dado que la
infraestructura pública complementa la inversión privada en el proceso de
producción, la existencia de un sector informal de gran tamaño implica un
menor crecimiento de la productividad (Modelo de crecimiento endógeno que
resalta el impacto negativo de la economía sumergida mediante la congestión
de servicios públicos, consultar Loayza 1996).

Según el Experto en Economía Elmer Cuba Socios: La informalidad


laboral se divide en dos categorías: la de empleados dependientes y la de
trabajadores independientes. Los primeros pueden laborar tanto en empresas
formales como en empresas informales. En el caso de las empresas formales,
nos adentramos en el ámbito de la Sunafil. En el caso de las empresas
informales, nos encontramos en un territorio desconocido (Informalidad
Peruana, Elmer Cuba Socios).

En nuestro país, la informalidad forma parte de nuestra cotidianidad, y


nos hemos acostumbrado a ello, considerándolo como una realidad de la
sociedad peruana. No obstante, no nos percatamos de que esto genera un
desequilibrio económico alarmante. La informalidad aumenta cada año,
especialmente en la actualidad, dada la problemática migratoria venezolana
que vive el Perú. Esto perjudica directamente el crecimiento económico de
nuestra nación, ya que disminuye a medida que la informalidad se expande. Si
no se implementan cambios en las políticas, regulaciones y leyes más estrictas,
este problema aumentará de manera preocupante en los años venideros.

Cabe mencionar que el concepto de informalidad surgió en la década de


1970 (Hart, 1970), vinculándose a actividades de subsistencia que abarcan
negocios rentables, pero que no son reconocidos como actividades
productivas.

Las unidades de producción son los elementos, terrenos y otros bienes


utilizados en actividades agrícolas y no agrícolas, en las que participa una
familia o un grupo de familias que residen en la misma vivienda y se rigen por
una sola administración (Pérez, 1979).

Para el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial, el sector


informal constituye una tarea pendiente que tiene como objetivo reducir las
altas tasas de informalidad. Esto se debe a que las personas que inician un
negocio o una pequeña empresa sin registrarse ni pagar impuestos son las
mismas que carecen de acceso al crédito formal, protección policial y judicial,
así como de oportunidades para acceder a mercados extranjeros.

Los 4 millones 887 mil de unidades productivas, de las cuales las no


agropecuarias representan el (66,5%) restante y se distribuyen entre los doce
sectores económicos, tales como el comercio con un (22,4%), transporte y
almacenamiento (14,2%), manufactura (7,2%), etc. Las unidades de producción
no agropecuarias han experimentado tasas de crecimiento del 2,4%, 7,0% y
3,9% en los años 2016, 2017 y 2018 respectivamente.

La mayoría de las actividades del sector informal no se llevan a cabo en


locales propios, como es el caso de los vendedores ambulantes y personas
que trabajan en el transporte público. De hecho, para el año 2018, el 57,3% de
las unidades productivas no contaban con un local para desarrollar su actividad
económica.
Aquellas unidades de producción que disponen de un local,
generalmente se encuentran en sus propias viviendas, lo cual genera ciertas
consecuencias (Fuente: Informe económico del Instituto de economía y sector
empresarial).

En el área rural, el sector formal representa apenas el 2%, mientras que


el sector informal alcanza el 98%. En contraste, en el área urbana, el sector
formal es del 19% y el sector informal del 87% (Fuente: Instituto Nacional de
Estadística e Informática).

En el ámbito rural, la ganadería y la agricultura son las principales


fuentes económicas. A menudo, los agricultores rurales venden sus productos
a precios bajos, lo que resulta en pérdidas de ganancias y de capital. Por esta
razón, muchos empleos en las zonas rurales suelen ser informales, con el
objetivo de obtener ingresos un poco más altos. Sin embargo, el trabajo
informal en las zonas rurales no cumple con las condiciones adecuadas de un
entorno laboral y las horas de trabajo superan las 8 horas establecidas por el
ministerio de trabajo y promoción de empleo.

Por otro lado, en las zonas urbanas, las actividades económicas se


centran en la industria y los servicios. En estas áreas, muchas personas tienen
empleos en empresas donde se respetan las horas de trabajo y la mayoría
cuenta con seguro. Además, hay comerciantes, transportistas y personas que
trabajan en espacios públicos. No debemos olvidar que en las zonas urbanas
hay un mayor uso de tecnología y los espacios educativos son más adecuados.

El desarrollo de un país está estrechamente relacionado con su


bienestar, y la producción debe satisfacer las necesidades humanas. La
economía desempeña un papel fundamental en el desarrollo de un país. Si
bien el Perú cuenta con recursos, no necesariamente nos hacen ricos. Existe
un problema de gestión que está relacionado con la falta de educación, cultura
y respeto por las leyes.

Entre las décadas de los 60 y 80, hubo migraciones hacia Lima, ya que
las personas de provincias veían oportunidades económicas al trasladarse a la
capital. Aquellos que llegaban a Lima dejaban todo en el campo y comenzaban
desde cero, construyendo su futuro poco a poco.

En aquellos años, hubo una gran afluencia de personas provenientes de


distintas partes de Perú hacia Lima, generando una explosión demográfica. Sin
embargo, Lima no podía ofrecer suficientes empleos formales para todos los
que llegaban, lo que llevó a que estas personas no pudieran acceder al empleo
formal. Para subsistir, se dedicaron a actividades informales e ilegales, como la
venta ambulante y ventas rápidas. Esta situación se debió en parte a un
problema de centralismo en el país.

La economía informal surgió como resultado de esta situación. Su


principal importancia radica en la creación de empleo, brindando una
perspectiva económica a aquellas personas que no pueden acceder a la
economía formal. Aunque no tengan acceso a la economía formal, logran cubrir
sus necesidades básicas.
Brinda una oportunidad para que estas personas destaquen en la
capital. El sector informal genera un porcentaje muy importante del Producto
Interno Bruto (PBI) del país. La mayoría de los empleos se encuentran en el
sector informal, al igual que la mayor parte del PBI. No toda la informalidad es
ilegal. Es importante tener en cuenta que la informalidad no es una causa, sino
un efecto. Las verdaderas causas son la corrupción, la ineficiencia burocrática
y el excesivo centralismo. Para resolver esto, debemos abordar las causas
subyacentes. La preocupación por la informalidad en América Latina es
significativa, pero en los últimos 15 años Perú ha logrado reducirla, gracias a
grandes reformas que han permitido disminuir la informalidad en comparación
con la década de 1980.

El sector informal es aquel que opera al margen de la ley, utilizando


medios ilícitos para lograr fines lícitos. Según un estudio, la informalidad sigue
siendo uno de los principales desafíos que el país debe enfrentar en los
próximos años. A pesar de los avances macroeconómicos, la informalidad
persiste en nuevas formas y afecta a diversos grupos vulnerables, como
mujeres, jóvenes, trabajadores independientes y personas en situación de
pobreza.

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en Perú,


aproximadamente 239 mil personas obtuvieron empleo informal entre abril de
2018 y marzo de 2019, mientras que solo 98 mil personas obtuvieron empleo
formal durante el mismo período. Esto indica que el empleo informal sigue
creciendo más rápido que el empleo formal en el país.

En nuestro país, tanto el crecimiento de la población informal como el


crecimiento económico están estrechamente relacionados con la dificultad para
acceder a empleos formales. Según análisis, la economía informal representa
el 35% del PBI y el 60% de las horas trabajadas en Perú.

La economía informal no solo impacta a los países en desarrollo, sino


que también se ha observado que debido a la globalización económica, la
informalidad es también un fenómeno presente en el mundo desarrollado
(Barragan, 2005). Como sabemos, una persona necesitada buscará un empleo
que le brinde beneficios económicos, pero a veces, debido a la urgencia de
obtener dinero, puede llevar a esa persona a buscar un empleo informal, en el
cual su negocio no se realiza de manera legal. El empleo informal puede
encontrarse tanto dentro como fuera del sector informal. Aquí en la comunidad
de Majes, al igual que en otros lugares, podemos observar un ejemplo claro de
trabajo informal, como el comercio ambulante, donde personas ejecutan su
labor en la sociedad sin contar con permisos legales ni documentos. En
muchas ocasiones, se han visto casos en los que la policía se ha visto obligada
a retirar a estas personas, ya que una desventaja del comercio ambulante es
que a menudo obstruye el paso. Estas intervenciones a veces han resultado en
violencia. También existen empleos informales en sectores institucionales que,
por definición, son formales, como las sociedades financieras y no financieras.
En Perú, desde 2007 hasta 2016, el empleo informal en el sector informal ha
disminuido mínimamente, al igual que el empleo informal fuera del sector
informal, aunque ha variado. La mayor parte del empleo informal se encuentra
dentro del sector informal, representando el 61,6% de la Población
Económicamente Activa (PEA) en 2007 y el 55,0% en 2016. El empleo informal
fuera del sector informal representó el 18,4% de la PEA en 2007 y el 17,0% en
2016.

Sin embargo, es importante destacar que la economía y el empleo


informal contribuyen de manera significativa al país. Volviendo a lo mencionado
anteriormente, el comercio ambulante no se puede considerar perjudicial, ya
que beneficia a las personas y es una forma de subsistencia para muchas
familias, entre otras razones. Según el decano del colegio de sociólogos,
Rodríguez Rabanal, los estudios sobre este fenómeno socioeconómico valoran
las contribuciones del trabajo informal, ya que este aporta a la economía
peruana en términos de producción, comercialización y generación de empleo.
Sin embargo, considera que, a pesar de su contribución, en un futuro cercano
sería mejor formalizar estas actividades para el beneficio de nuestro país. "No
se trata de que la economía informal vaya a ser la solución, creo que debemos
ser cautelosos al respecto y deberían ser dinamizadas con todas las facilidades
necesarias." Según Rodríguez Rabanal, una de las razones de los constantes
fracasos en la formalización de esta actividad para los pequeños
microempresarios es la falta de un plan de trabajo que tenga en cuenta a estas
personas. La causa principal es que no se les consulta ni se les solicita su
opinión a los involucrados. La segunda causa es que fue un plan demasiado
enfocado en el futuro, centrándose únicamente en aspectos fiscales y sin
considerar sus necesidades. La corrupción es uno de los factores que
contribuye a la existencia y al desarrollo desmedido de la informalidad en el
estado peruano, ya que la constitución peruana está más orientada y regulada
en beneficio de las empresas transnacionales. Aquí se observa mucho la falta
de cobro de impuestos y otros pagos que las empresas transnacionales deben
realizar en Perú. Por ejemplo, tenemos a Telefónica, una empresa española
que ha dejado de pagar impuestos desde hace muchos años, y el estado
muestra indiferencia al no tomar medidas basadas en los ingresos fiscales de
la empresa mencionada.

Otro factor que contribuye a la existencia de la informalidad es el


pensamiento de los emprendedores. En muchos casos, piensan que no
deberían pagar impuestos si las grandes empresas no lo hacen. Además, la
informalidad también se debe a que muchos están empezando en los negocios
y el capital del que disponen no cubre sus proyecciones de ganancias.

En los últimos años, se ha observado un aumento abrupto de la


informalidad en el sector minero. Como ciudadano, creo que es necesario llevar
a cabo una reformulación completa de la constitución y las normas, derogando
políticas que nieguen rotundamente la corrupción. Puedo afirmar que, aunque
el derecho a la vida debe ser respetado, esto permite que los corruptos se
aprovechen de ese derecho. Sería beneficioso implementar políticas similares
a las de Singapur, donde la corrupción es inexistente. Considero que solo de
esta manera podríamos avanzar de ser un país emergente a ser un país
desarrollado.

También podría gustarte