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Actividad 3: Estudio de caso

Lic. Gabely Fernanda De Santos Escobedo

Universidad Iexpro

Maestría En Psicología Clínica Y De La Salud

Epistemología Y Psicología De La Salud

Dra. Lina Edelmira Mancilla Vera

Viernes 22 de marzo del 2024


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La historia de la Psicología de la Salud se ha desarrollado en Latinoamérica


especialmente en Brasil, que fue el primer país que inició el trabajo del psicólogo en el
nivel de salud hospitalario, exponiendo las funciones que el especialista en Psicología
de la Salud debe realizar en su intervención, pero fue en Cuba donde se insertó por
primera vez a los psicólogos en la atención primaria de salud. En el año 2005, en la
Habana Cuba, en el Congreso de la Asociación Latinoamericana de Psicología de la Salud,
se entregó el Premio Latinoamericano de Psicología de la Salud a Matilde Neder, quien se
dedicó a describir de una forma pionera, las principales tareas que un psicólogo debía
emprender en el contexto hospitalario.

Según Zas, B. (2016) el análisis de los cambios y riesgos de hospitalización para


el psicólogo que se inserta en el contexto hospitalario incluye dos aspectos
fundamentales: “Observación de las situaciones que se dan en la institución hospitalaria
que pueden favorecer o entorpecer una mejor adaptación del paciente hospitalizado y
conocimiento de las reacciones psicológicas más frecuentes y necesidades del paciente
hospitalizado para su cuidado y prevención” (pp. 32 y 33).

Respecto al primer punto es importante resaltar lo que implica para el paciente ser
hospitalizado y el costo emocional, incluido el estrés, que tendrá que enfrentar el paciente
hospitalizado, simplemente porque en el momento está en una situación vulnerable,
preocupado por su salud física y sacado de su medio habitual de vida, siendo aislado,
en algunas ocasiones. Pierde además su espacio privado y personal al tener que
compartir espacio con otros pacientes quienes pueden agravarse o incluso morir, y verse
vulnerado ya que está en una situación similar, donde además pierde su privacidad
además al ser visto y tocado por médicos y enfermeros.

Tiene que someterse a situaciones y exámenes desconocidos y dolorosos,


además de estar rodeado de aparatos médicos tecnológicos. Sus hábitos alimenticios y
de sueño cambian, al estar al mando del personal médico para satisfacer las
necesidades físicas presentes. Escuchar a su alrededor lenguaje técnico que desconoce,
el ver o imaginarse a sus familiares preocupados por su condición y su evolución,
teniendo en cuenta todo lo anteriormente descrito, es innegable que, pese a todos los
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esfuerzos del equipo médico es restablecer la salud y disminuir las afecciones físicas del
paciente, al mismo tiempo su estado emocional se verá deteriorado.

Es por eso que es importantísimo que el equipo médico, incluido el psicólogo de


la salud intervenga para que esta experiencia emocional no sea tan adversa y no caer
en iatrogenias psicológicas (como nombrar al paciente de acuerdo a su número de
cama).

El psicólogo de salud tiene que estar dotado del conocimiento de las reacciones
emocionales de los pacientes hospitalizados y de sus necesidades emocionales para
poder tratarlas satisfactoriamente y prevenirlas, dentro de lo que sea posible.

Las reacciones emocionales de los pacientes hospitalizados pueden ser variadas,


y en el caso de cada uno de ellos, única. Pero generalmente puedes sentirse
preocupados y frustrados e impedidos de sus libertades, pudiendo ver como
imposibilitadas los objetivos de vida que tenían planteados. Sentir una pérdida ya sea de
la salud o de sus funciones físicas o corporales, miedo, enojo, estrés, ansiedad,
depresión y una experiencia de displacer por el dolor y molestias físicas.

Para explicar la atención psicológica que se le brinda a un paciente en atención


primaria con una enfermedad crónica tomaré como ejemplo el caso expuesto en la
película “el aceite de Lorenzo (1992)” se trata la historia de Lorenzo, un niño que a los 5
años fue diagnosticado con Adrenoleucodistrofia, un fallo genético del metabolismo de
los ácidos grasos en sangre que degenera rápidamente el cerebro y con él todas las
funciones físicas y cerebrales. Lorenzo tiene una inteligencia excepcional, aprendió tres
idiomas y le gusta escuchar historias, ante la nueva situación de enfermedad reacciona
con enojo y gritos, en la escuela los niños lo molestan y los maestros se quejan de su
comportamiento “raro”.

En la película se expone la necesidad de la madre de Lorenzo en que alguien le


ayude a nutrir la mente y el espíritu de su hijo, como tal en la película no existe un
psicólogo de salud que se encargue de esta tarea, además de orientar y tratar la
ansiedad de sus familiares, pero sí muestra la necesidad real de los pacientes y
familiares de que exista un especialista que ocupe este rol.
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Si Lorenzo fuera mi paciente, mi intervención, como psicóloga de la salud,


tomando en cuenta lo mencionado en las dimensiones esenciales de referencia en la
inserción de la psicología de la salud en el ámbito hospitalario (Zas, B., 2016 pp. 9 y 10
citado de Angerami, 1996) y (Zas, B., 2016 pp. 28 - 30 citado de Hares, Werner, 1996)
serían las siguientes:

 Realizaría una entrevista clínica con el paciente y sus familiares para


recabar la información necesaria para conocer el estado intelectual, la
personalidad, habilidades, aptitudes, potencialidades y limitaciones de
Lorenzo, además de conocer su estado de salud físico. Esta entrevista
tendría una función diagnóstica y me permitiría conocer las necesidades
del paciente y a que plantee sus objetivos, además de desarrollar una
estructura psicodinámica de la personalidad del paciente.

 Desarrollaría un plan de acción que incluyera la aplicación de un


instrumento de evaluación continua del proceso evolutivo de la relación del
paciente con su dolencia o tratamiento, que satisfaga las necesidades del
paciente, ya que se trata de una enfermedad degenerativa sería necesario
estar adaptando las intervenciones según sea el estado de salud del
paciente y sus limitaciones.

 Colaboraría con los miembros del equipo de salud definiendo el rol que
cada uno de ellos además de un aporte extra con el que pudieran incidir en
un mejor trabajo psicológico con el paciente. Mientras el especialista en
Psicología de la Salud realiza sus funciones, los demás especialistas de
salud están trabajando al unísono según las necesidades que Lorenzo vaya
necesitando, por ejemplo el neurólogo, estaría realizando estudios a nivel
cerebral, los nutriólogos estarían estableciendo una dieta adecuada, los
químicos estarían realizando la composición química del “aceite de
Lorenzo”, el oculista estaría realizando exámenes de la visión, los
laboratoristas estarían realizando exámenes periódicos del nivel de ácidos
grasos de cadena larga en la sangre de Lorenzo, el equipo de enfermería
estaría asistiendo a Lorenzo en sus cuidados y obteniendo las muestras de
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sangre, los fisioterapeutas estarían brindando terapia física para disminuir


la rigidez muscular mientras que su médico tratante estaría recetándole
medicación y observando su evolución.

 Le brindaría asistencia psicológica a Lorenzo y a sus padres mediante la


escucha activa, empatía, respeto y atención de sus necesidades
emocionales, resolviendo sus dudas y aportando herramientas para la
solución de conflictos. Ante esta situación les brindaría contención
emocional ante la rabia, el dolor, el aturdimiento y la negación, tanto a
Lorenzo como a sus padres, trabajando con los sentimientos de culpa o el
sentir que hay algo mal conmigo o que no soy “normal”, manteniendo un
contacto cercano con los padres para resolver sus dudas, buscando
desarrollar nuevos hábitos de autocuidado, porque para ser una ayuda para
su hijo tienen que satisfacer sus necesidades básicas y más que eso, les
informaría de que cosas pueden realizar para apoyar a su hijo sin dejar de
lado sus propias necesidades físicas y emocionales, además de servir
como soporte emocional para la difícil toma de decisiones a las que se
verán envueltos. Me ayudaría de las bases de la tanatología, ya que
Lorenzo y sus padres están atravesando la pérdida de la salud del niño y
con ello la disminución de sus funciones físicas y cognitivas enfrentándose
a un cambio de vida y de rutina. Estaría evaluando su estado emocional en
general para adaptar el tratamiento según las necesidades emocionales del
paciente. En el momento en que para Lorenzo es imposible comunicarse,
por ejemplo, sería oportuno interpretar su lenguaje no verbal, dentro de lo
posible para que podamos saber si los estímulos que recibe son adversos
o placenteros. Acompañando a la familia en todos estos cambios para
buscar su adaptación a ellos reduciendo, mediante lo posible el sufrimiento
de Lorenzo y el de ellos mismos.

 Buscaría incidir en los compañeros de otras especialidades médicas para


que puedan tener un conocimiento sobre la situación emocional que vive el
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paciente y sus familiares, para que tomen las medidas necesarias para que
la experiencia hospitalaria sea menos perjudicial en el área psicológica.

Las funciones del profesionista en Psicología de la salud en el contexto


hospitalario serían las mismas que se aplican con los pacientes con enfermedades con
afecciones crónicas, que a pacientes con adicciones y pacientes en fase terminal; las
diferencias radicarían en las necesidades de los pacientes, en cuanto a un paciente con
enfermedades crónicas el especialista en Psicología de la salud atenderá las
necesidades emocionales del paciente durante el proceso de su enfermedad, con el
objetivo de regular las emociones presentadas a raíz de la enfermedad física, no sólo
por la estancia hospitalaria, si no fuera de ésta, crear hábitos saludables para disminuir
la sintomatología física y el desarrollar herramientas emocionales y a nivel de
pensamiento, que permitan hacerle frente a las exigencias presentadas por la
enfermedad que padece el paciente. Asistiendo a los familiares en sus dudas y en las
acciones que pueden realizar para favorecer el bienestar del paciente emocionalmente
hablando.

En cuanto a las funciones del(a) Psicólogo(a) de la salud en pacientes con


adicciones, estarán presentes las de atender las necesidades emocionales del paciente
atendiendo el motivo por el cual consumen, la necesidad emocional que se ve satisfecha
a través del consumo de la sustancia, brindándole herramientas de regulación emocional
que promuevan la evitación del consumo de la sustancia a la que sea adicto, así como
hábitos saludables que busquen disminuir y evitar el consumo de la sustancia, creando
planes de intervención diseñados para evitar una recaída y el posterior consumo,
dotando a los familiares de información acerca de la enfermedad (a raíz del consumo de
la sustancia) presentada por el paciente además del rol de apoyo que pueden brindarle;
asistiendo en cada paso de su recuperación al paciente con adicción.

Respecto a la atención psicológica brindada por el especialista en Psicología de


la Salud a los pacientes en fase terminal (y sus familiares) sería importante aplicar los
conocimientos en tanatología para poder contener el impacto emocional al que se ven
enfrentados al tener una noticia de un fatídico desenlace, atendiendo la fase de negación
donde el paciente presenta un estado de conmoción del que se recuperará
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gradualmente, la fase de ira, donde se llena de sentimientos de irritación y amargura,


para llegar a la fase de pacto en donde entiende que ya no podrá vivir por un largo
periodo y donde se puede incidir en que se proponga objetivos alcanzables en un corto
periodo de tiempo, apoyándolos en la fase de depresión en donde se da cuenta de que
no puede negar la realidad ni puede realizar ninguna acción para evitar su muerte y
finalmente apoyarlos en la fase de aceptación en donde a menudo muestran una singular
expresión de serenidad y paz llena de dignidad humana, logrando la integridad al estar
satisfechos con lo vivido. Todo lo anterior con el objetivo de ayudarlos a lograr una mejor
calidad de vida y prepararlo para asumir la muerte propia.

Sería importante también asistir a los familiares para apoyarlos en su propio duelo
ante la idea o la pérdida de un ser querido ayudándolos a ser un soporte para sus
familiares, pero también incitándolos a ellos mismos a que vivan plenamente y se
preparen para la muerte del ser querido y elaboren un duelo en el menor tiempo y con
menor sufrimiento posible.

Indistintamente de si el paciente tiene una enfermedad crónica, una adicción o


una enfermedad terminal, el especialista de la Psicología de la salud tendrá que estar
trabajando con el equipo multidisciplinario médico para lograr los objetivos terapéuticos
del paciente.

Los especialistas en salud podremos hacer nuestra planificación y plan de acción


de tratamiento para los pacientes, pero no solamente la adecuada intervención de cada
especialista, ni el trabajo en conjunto del equipo multidisciplinario, será el único predictor
de adherencia terapéutica del paciente hospitalizado y por lo tanto tampoco de
recuperación o disminución de sintomatología exitosas.

Por ejemplo, puede realizar acciones que van en contra de su recuperación o


perjudica su calidad de vida en general (Zas, B., 2016 pp. 35 y 36) desde conductas de
oposición, conductas de negación en donde se niegue a cambiar de hábitos o cumplir
con el tratamiento médico, hasta conductas de sobreinclusión en donde pierda la
iniciativa y la enfermedad forma a ser no parte de su vida, si no su vida misma, buscando
cuidados y atenciones excesivas. El denominado “buen paciente” sería el que asume un
rol activo en su proceso salud – enfermedad, que pregunte sus dudas, se informe,
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conozca y comunique sus síntomas y este enterado de su tratamiento médico, además


que mantenga una relación de cooperación con el personal de salud, aceptando el apoyo
y las recomendaciones brindadas junto a tener una relación cooperativa con sus
cuidadores y familiares, aceptando el apoyo social que se les ofrece y que puedan
expresar libremente sus emociones y preocupaciones.

Claro está que sería una falacia el esperar tener pacientes con estas
características todo el tiempo, ya que ellos mismos están pasando por procesos físicos
y emocionales dolorosos y demandantes, es por eso que al tener conocimiento de lo que
está viviendo, el personal de salud puede comprender y propiciar un ambiente saludable
de apertura en donde se pueda guiar al paciente, respetando su ritmo y su tiempo, para
que pueda adoptar un rol participativo en sus procesos de salud – enfermedad.

Además de las reacciones psicológicas de los pacientes, debemos tener en


cuenta las reacciones de la familia del enfermo hospitalizado y su atención, como lo
menciona en su escrito Zas, B., (2016):

El mantener una buena relación entre el equipo de salud-paciente-familia, trae


beneficios para todas las partes. Ya que se trabaja de forma colaborativa, (con
participación activa y positiva del paciente y su familia), en los objetivos terapéuticos del
paciente. Además de que la sensación de seguridad, confianza y la información continua
del proceso, hacen que el paciente y la familia vayan mejorando y adoptando
mecanismos de enfrentamiento más adecuados y saludables. Para que el equipo de
salud influya para lograr resultados óptimos en la relación entre el equipo de salud-
paciente-familia, le implica un proceso de formación y preparación continua, el trabajo en
conjunto del equipo multidisciplinario, estar en contacto con valores éticos, dedicarse a
la conservación de la mencionada relación, humanizando y dignificando su práctica.

El papel fundamental del psicólogo de la Salud en el ámbito hospitalario es el de


observador y de formador del equipo de salud, es una de las tareas esenciales que puede
acometer para prevenir en la institución hospitalaria la ocurrencia de efectos secundarios
que afecten al paciente y a sus familiares (pp. 37 y 38).
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Zas, B. (2016). Dimensiones esenciales de referencia en la inserción de la


psicología de la salud en el ámbito hospitalario pp.8,9,10, 32,33, 35, 36, 37 y 38.

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