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NACAR- COLUNGA

BIBLIOTECADE AUTORES CRISTIANOS


NUEVO TESTAMENTO
INTRODUCCION AL NUEVO TESTAMENTO

ÉL NUEVO TESTAMENTO, PLENITUD DEL ANTIGUO

1. La epístola a los Hebreos comienza dándonos en breves y lapidarias


palabras la diferencia entre, el Antiguo y el Nuevo Testamento. «Habiendo Dios
hablado a nuestros padres en diversas maneras y muchas veces, por medio de los
profttas, al fin, en nuestros días nos habló por su Hijo, a quien constituyó heredero
de todas las cosas, por quien hizo elmundo; el cual, siendo el esplendor de su glo-
ria, e imagen de su esencia, y que con el poder de su palabra sostiene todas las
cosas, realizada la purificación de los pecados, está sentado a la diestra de Dios
en las alturas (Hcbr. I, 1-3). En el Antiguo Testamento, Dios se sirvió de los
profetas para instruir a su pueblo. Abraham, Moisés, David, Elias, Isaías, etc.,
reciben las comunicaciones divinas, y cada uno en su forma van enseñando al
pueblo, a fin de que le sirvan de norma en la vida que el Señor le tiene trazada
hucia Cristo, objeto supremo de sus esperanzas. Todos estos son, usando de una
palabra de San Pablo, como «ayos» que llevan de la mano a Israel hasta conducirlo
al Maestro supremo, de quien recibirán la plenitud de la revelación ( Oal. III, 24).
A El, Unigénito del Padre, esplendor de su gloria e imagen de su esencia, por
quien hizo todas las cosas, le estaba reservada la obra de la restauración de las mis-
mas, destruyendo el pecado y la muerte y volviéndo las cosas a aquel estado en
que al principio habían sido creadas, hasta entregar después al Padre los poderes
recibidos y que sea Dios todo en todas las cosas (I Cor. XV, 28).

LA PREPARACION DEL MUNDO ANTICUO EN LOS


PUF.BLOS GENTILES

2. Así, el Nuevo Testamento


es la plenitud, el cumplimiento del Antiguo,
como éste fuépreparación de aquél. Mas la preparación para la realización
la
de misterios tan sublimes debía por necesidad de ser larga y trabajosa, ni podía
limitarse a un solo pueblo; debía extenderse a todos: que no se trataba sólo de la
salud de Israel, sino de la del género humano. Y para esta preparación era ante
todo preciso que el hombre, caído en el pecado por la soberbia, se convenciese por
propia experiencia de su incapacidad para levantarse de su postración, para
alcanzar la verdad y la vida, para lograr aquella perfección y dicha a que aspiraba
cuando deseó ser como Dios (Gén. 3, 5). San Pablo llama a estos tiempos siglos
de ignorancia, en los cuales Dios, Padre providente, no dejó de acudir a sus hijos
para que siquiera a tientas le buscasen y se dispusiesen a recibir a Aquel por
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quien tendrían la resurrección y la vida (ln. 11. 25). De esta preparación corres-
ponde a Israel la parte principal, y por ello fué de Dios escogido como pueblo
peculiar suyo, dándole la ley y las promesas; pero también tocaba su parte a los
demás pueblos de la tierra, llamados asimismo a gozar de la gracia del Mesías,
pues también son ellos criaturas de Dios (Ex. 19. 5).
Estos pueblos se nos presentan al principio de la Historia aislados, con
sus dioses propios y su culto, sus reyes, su territorio bien limitado, viviendo
siempre con gran recelo de sus vecinos, y las relaciones de unos con otros son más
que nada guerras. Entre estos pueblos hubo quienes se aventajaron en poder y en
ambición de dominar. De aquí nacieron los grandes imperios orientales, que poco
a poco fueron borrando las fronteras y preparando la unidad del mundo antiguo.
Primero el asirio, al cual sucede el babilónico, y a éste el persa. La Biblia conoce
la extensión de este imperio sobre ciento veintisiete provincias, que van desde la
India hasta Etiopía. Otro imperio aparece en Occidente, el macedonio, que
después de absorber las pequeñas repúblicas griegas, se adueña del imperio
persa, con la aspiración de juntar en uno el Oriente y el Occidente y formar con
ambos una grande unidad política informada por la cultura helénica. El ideal
de Alejandro no fué realizado por él ni por sus sucesores; pero todavía se realizó
en buena parte.
Viene, por fin, de las regiones occidentales la fuerza de Roma, que des-
pués de haber sometido a su imperio los pueblos del extremo occidental^de Euro-
pa y del Norte de A frica, se vuelve hacia el Oriente e incorpora a sus dominios
una gran parte del imperio de Alejandro. De esta suerte quedó constituida una
gran unidad política, que se extendía desde el Eufrates hasta el Océano y desde
el Rin y el Danubio hasta la cordillera del Alias. Todas estas provincias obede-
cen ahora a una sola autoridad, habiendo desaparecido las fronteras que antes
las dividían, y permitiendo a los subditos de tan vasto imperio recorrer sin estor-
bo alguno todas las vastas provincias en que mantenían el orden las legiones
romanas.
3. Pero no es sólo la unidad política lo que Roma impone, sino también la
unidad cultural. Por encima de la cultura peculiar de cada pueblo y de la que
imponía la dominación romana, se extendía la cultura helénica, la lengua, la
literatura, el arte, la filosofía creada por los griegos, que Akjandro y sus suceso-
res extendieran por el Oriente, y que las colonias griegas y luego el mismo imperio
romano, vasallo en lo cultural de los griegos, difundieron por las provincias occi-
dentales, viniendo a constituir otro principio de unidad más fuerte que el primero.
Una parte del Helenismo era la religión. Cada pueblo tenía sus dioses; pero
todos sintieron el atractivo del arte y de la mitología griegos, dejándose influir
por ellos, si bien compensándose de este homenaje con la influencia que ellos
mismos ejercieron sobre la religión helénica. Con esto los subditos del imperio
romano salieron de la estrechez de sus concepciones culturales y religiosas que
antes tenían, para adquirir otras más amplias, si no más verdaderas, pero sí un
tanto depuradas por la filosofía, y que por su universalidad los preparaba a con-
cebir una divinidad trascendente sobre todos los pueblos y provincias.

EN EL PUEBLO DE ISRAEL

4. Israel habla sido llevado cautivo por los asirios a fines del siglo VIII.
Judá, que vivió casi todo el siglo Vil sometido al imperio de Nínive, pasó luego
bajo el dominio de los imperios que se vinieron sucediendo en Oriente hasta la
era cristiana. El Señor, que ron tan preciosos bienes había enriquecido a Israel,
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no quino otorgarle la perpetuidad de la soberanía política. Loa caldeos, que a los


asirlos sucedieron, castigaron duramente con el destierro de Judá los anhelos
que éste tenia de independencia. Luego pasaron a Jormar parte del imperio persa,
más tarde del macedonio, después del sirio o egipcio, según que la suerte de las
armas favorevía a uno u otro de estos reinos, siempre en lucha. Los locos em-
peños de introducir en Judea el helenismo dieron lugar a la sublevación macabea,
que terminó en la independencia de la nación bajo los principes de esta heroica
familia, que fundaron en Judea la dinastía asmonea. Pero los hijos de aquellos
valientes, que siempre unidos habían conquistado la libertad de su patria, no
supieron seguir el ejemplo de sus mayores, antes se dejaron llevar del espíritu de
discordia, dando lugar a que Roma se creyera autorizada a intervenir en los
negocios de Judea para imponer la paz (63 a. de C).
Los príncipes asmoneos no aprendieron la lección y dieron lugar a
que un personaje idumeo de grandes ambiciones, halagando a los caudillos de la
guerra civil romana, Marco Antonio y Octavio Augusto, llegara a ceñirse la
corona de Judea y establecer en Jerusalén la dinastía herodiana bajo la alta sobe-
ranía de Roma (37 a. de C). Herodes, llamado el Grande, que lo fué por sus cons-
trucciones y también por sus crímenes, receloso, como suelen serlo todos los tiranos,
cometió innumerables crímenes contra los elementos influyentes de la nación,
contra sus hermanos, esposas y hasta contra sus hijos. Por otra parle, quiso
atraerse los corazones del pueblo embelleciendo a Jerusalén con grandes monu-
mentos y, sobre todo, con la restauración del templo, del que hizo una verdadera
maravilla, gloria de los creyentes de Israel. A su muerte, acaecida poco después
del nacimiento del Salvador, le sucedieron tres de sus hijos con el título de tetrar-
cas. En Judea y Samaría, Arquelao; en Galilea y Perea, Herodes Antipas, y en
la Traconltide, Filipo. El primero, al cabo de ocho años de reinado, fué destituido
por Augusto, que puso en su lugar un procurador romano (6 d. de C). Tal era
el estado político de Israel al aparecer Jesucristo.
5. En el aspecto religioso se destaca la Judea con la ciudad santa de Jeru-
salén y su templo, centro de la vida religiosa de todo Israel. En toda la región
imperaba el culto de Dios, excluidos totalmente los cultos gentílicos. La clase sacer-
dotal tenía su principal asiento en Jerusalén, donde se hallaban también los
doctores más insignes de la ley y las escuelas más concurridas. Abundaban las
sinagogas, fundadas muchas de ellas por las colonias de la dispersión, que en ellas
tenían como su hogar cu/indo venían a Jerusalén en peregrinación. Por encima
de la Judea está Samaría, perpetuo escándalo para los judíos. A causa de su
origen gentílico y de su religión, mezcla de gentilismo y mosaísmo, los samarita-
nos eran aborrecidos de los judíos, que recibían de aquéllos el mismo pago. Un
punto de su contienda tenía por objeto el lugar legítimo del culto, que los judíos
ponían en Jerusalén, mientras que los samaritanos sostenían ser el monte Garizin.
Los peregrinos del Norte de Palestina, cuando iban a Jerusalén, rehuían pasar
por Samaría, situada en medio de la Palestina, prefiriendo hacer un rodeo por
el valle del Jordán o por la región transjordánica hasta Jericó.
La Galilea, que se halla al norte de Samaría, era región montañosa, pero rica.
Sus habitantes eran trabajadores, nobles, aunque rudos, religiosos, aunque por
su mayor contacto con los gentiles, menos escrupulosos que los judíos. El centro
de la región venía a ser el lago de Genesaret, de 20 kilómetros de largo y 10 de
ancho, rico en pescados, y a cuyas orillas se hallan T iberíades y Gafarnaún,
Magiala, Betsaida, Corozain. De las regiones situadas al este del Jordán, se ha-
llaban la Traconítidc al Norte y la Perea al Sur, regiones ricas también, sobre todo
por sus pastos. La población era mezclada, abundando los gentiles acaso más que
los judíos.
Todas estas regiones, sin excluir la Samaría, vivían en la ansiosa expecta-
ción del reino de Dios y del Mesías. Y este estado de ánimo daba lugar a </n< <!<
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vez en cuando as levantasen algunos fanáticos, que se apellidaban mesías, y que
siempre tenían quienes los siguiesen. Pero el Mesías y el reino de Dios no lo
concebían todos igualmente. La variedad de imágenes con que los profetas nos
describen al Mesías y su reino era la causa de que formasen ideas muy distintas
los que se adherían a la letra del texto sagrado. Sobre todo hacían en ellos impresión
los vaticinios que hablan del futuro y glorioso reino de David o de su vastago el
Mesías. Avivaba más estas ideas el ver ocupado el país por los romanos, que,
como dominadores y gentiles, eran de ordinario aborrecidos del pueblo. Por lo
contrario, aquellos vaticinios de carácter más espiritual, como eran los del Siervo
paciente del Señor, y los que hablaban de la renovación moral y de la efusión del
espíritu de Dios, eran peor entendidos, como no fuera por algunas almas escogi-
das, tales como Zacarías y Simeón, en quienes el Espíritu Santo moraba de asiento.
6. Dominaban en Israel dos sectas principales, la de los fariseos y la de
los saduceos, que venían a ser los directores espirituales de la nación. La primera
era la que tenía más influencia en el pueblo. Se distinguía por su severidad en la
interpretación y en la práctica de la ley, aunque la interpretación fuera excesiva-
mente material y la práctica puramente externa. Con esta práctica externa de la
ley pretendían alcanzar la justicia; pero una justicia también externa, no según
Dios, sino según su propia conciencia y el parecer de los hombres. Cuán arraigada
estuviera en ellos esta idea se echa de ver en la parábola del publicarlo y el fariseo,
y en el empeño que pone San Pabló en combatir la justicia de las obras, opuesta
a la justicia de la fe, que nos confiere el Espíritu Santo. El Apóstol, que había
pertenecido a la secta, conocía sus ideas y cuán lejos estaban de aquellos altos
principios morales que se hallan en la ley. Con ésta admitían las tradiciones,
en las cuales se apoyaban para interpretarla y completarla. El Salvador reprende
en ellos la falta de sentido moral, la avaricia, la ostentación, la vanagloria, la
hipocresía (Mt. 23). Hasta dónde llegasen estos vicios nos lo muestran las re-
criminaciones que dirigían a Jesús porque milagrosamente curaba en sábado a
los enfermos.
Por otra parte, los fariseos esperaban el reino de Dios y el reino del Mesías,
que impondría al mundo el imperio de la ley mosaica y la hegemonía de Israel.
Admitían el juicio final y la resurrección de los muertos. Aunque muy celosos
de los privilegios de Isra l, todavía sabían acomodarse a las circunstancias y
vivir en paz con los romanos.
Los saduceos formaban la aristocracia y el partido sacerdotal, aunque no
faltasen entre los sacerdotes adictos al fariseísmo. Su interpretación, y sobre todo
la práctica de la ley, era más libre. La severidad la reservaban para las sancio-
nes penales. Se mezclaban mucho con los gentiles y se mostraban muy compla-
cientes con los romanos dominadores, con tal de poder disfrutar de los altos cargos
de la nación. Esto lis quitaba la popularidad de que gozaban los fariesos. Cuanto
a sus doctrinas, admitían la ley, pero recliazaban las tradiciones; negaban la
providencia, la resurrección y la existencia de los espíritus.
Por los Evangelios conocemos, además de los fariseos y saduceos, a los escri-
bas. La palabra significa el que escribe, o el que sabe escribir. En los tiempos
antiguos se aplicaba a los secretarios y otros funcionarios público?. Más tarde
se aplicó a los que copiaban y estudiaban la ley; luego vino a ser sinónimo de
doctor de la ley. Era un oficio importante en Israel, y la mayoría de ellos era
adicta al fariseísmo.
7. La Palestina con Jerusalén, y el templo como centro de ella, no era sino
elllorar nacional, porque la inmensa mayoría de la nación se liallaba dispersa
por todas las ¡<ror incias del imperio romano y aun f uera de las fronteras de éste.
Las deportaciones, ejecutadas por los asirios primero y luego por los caldeos,
acentaron a las provincias orientales a muchos hijos de Israel, de los cuales sólo
una pequeña porción volvió a la patria al promulgar Ciro el edicto de líber-
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tad (539). En los siglos posteriores otros más abandonaron la Palestina, unas
veces forzados, como prisioneros de guerra; otras espontáneamente, buscando
mejores condiciones de vida. Los que de éstos perdieron su fe religiosa y nacional,
quedaron como el agua de un arroyo que en el mar desemboca, diluidos entre la
masa de los gentiles;pero la mayoría, que se mantuvo fiel a la fe de sus padres,
formaron colonias, con frecuencia ricas por el comercio, que lograron de los pode-
res públicos el reconocimiento de su nacionalidad y el respeto de su religión. Todas
las grandes ciudades del imperio tenían colonias numerosas, y todas las vías de
tierra y mar eran recorridas por los judíos, que desde entonces adquirieron el espí-
ritu comercial que hoy tanto los distingue. La fe religiosa y la ley, que los sepa-
raba de los gentiles, los unía entre si, y era la sinagoga el centro de cada colonia.
8. Otro detalle importante tenemos que consignar: su proselitismo, que
Jesús mismo consigna en el Evangelio. Sentían los hijos de Israel gran afán
por incorporar a su pueblo multitud de gentiles, aunque no fuera una incorpora-
ción plena que igualase a los prosélitos con los israelitas; pero aquéllos renun-
ciaban al gentilismo, reconocían y adoraban al Dios de Israel, creador del cielo
y de la tierra, y guardaban los preceptos fundamentales de la ley. Sólo por la
circuncisión podían adquirir pleno derecho de ciudadanía en Israel (Ex. 12,
48 ss.); pero los griegos sentían repugnancia hacia este rito. Cuánta influencia
tuvo este proselitismo en la propagación del Evangelio comenzamos a notarlo
en la misma historia evangélica. El centurión, cuya fe tanto alaba el Salvador,
era, sin duda, un prosélito, rico y generoso además, que había levantado a sus
expensas la sinagoga de Cafarnaún. Otro tanto hemos de decir del centurión
Cornelio, a quien San Pedro admitió en la Iglesia. Pues San Pablo, que buscaba
siempre las grandes ciudades, se dirigió siempre a la sinagoga, donde estaba
seguro de hallar a los de su nación, a quienes se creía obligado a anunciar el reino
de Dios, y con ellos a muchos prosélitos. Estos, con más agrado que los judíos,
escuchaban la palabra de Dios y venían a formar los primeros sillares con que
levantar el edificio de cada iglesia. De esta suerte, Israel venía a completar aquella
preparación de los pueblos gentiles de que antes hablamos y cooperaba, sin darse
de ello cuenta, a la difusión del Evangelio.

COMO EL EVANGELIO REALIZA LAS PROMESAS MESIANICAS

9. Por fin aparece en la tierra el Mesías, por quien tan ardientemente sus-
piraba Israel. Cuál fué el recibimiento que le hicieron bien sabido es de todos.
Sólo algunas almas humildes y llenas del espíritu de Dios recibieron la gracia
de reconocer al Cristo del Señor; los demás, esperando un rey glorioso, que debía
aparecer envuelto en la majestad de Dios, quedaron por entonces privados de
aquella gracia. Cuando le llegó la hora de manifestarse al mundo, comienza Jesús
insistiendo en el tema de su Precursor: «Haced penitencia, porque se acerca el
reino de los cielos.» El reino de Dios era la síntesis de los vaticinios proféticos y
de las esperanzas de Israel.
Pero ¿cómo entendía Jesús ese reino? No hallamos en el Evangelio una
definición de lo que El entendía por reino de Dios; pero su modo de presen-
tarse era ya un argumento claro de que su concepción no se ajustaba a
la que corría entre los doctores de Israel. Por de pronto estaba muy lejos
de enseñar que para tener parte en él bastara pertenecer a la raza de Abraham
y estar circuncidado. La explicación más clara de Jesús está en las bienaventu-
ranzas. En ellas se promete el reino de los cielos a los pobres de espíritu, a los
mansos, a los que sienten hambre y sed de justicia, a los que lloran las miserias

67
1058 NUEVO TESTAMENTO
y pecados del mundo, a los misericordiosos, a los de corazón limpio, a los pací-
los
ficos, a los que padecen persecución por la justicia (Mt. 5, 1 ss.). Al contrario, se
amenaza a los ricos, a los que ríen, a los que viven en la hartura, a los que son
bendecidos del mundo (Le. 6, 24 ss.). Todo esto tiene algún parecido con el conte-
nido de algunos salmos, en que se nos presenta a los justos humillados y abatidos
por los impios, pero salvados y bendecidos por Dios. Asi declaraba Jesús la natu-
raleza del reino de Dios, y con esto su dignidad de Rey-Mesías e Hijo de David.
Las parábolas vienen a completar estas enseñanzas del sermón de la Montaña.
10. Los doctores oían esta doctrina, y, no alcanzando su sentido, se pregun-
taban cuál sería la actitud de Jesús ante la ley. Contestando a sus tácitas pre-
guntas, les responde Jesús: «No he venido a abrogar la ley y los profetas, sino
a cumplirlos." Ya hemos indicado cuán esclavos de la letra eran los doctores
de la ley en la interpretación de ésta. Jesús, a través de la letra, busca la inten-
ción del legislador divino, como ya antes habían empezado a hacer los profetas,
guiados del espíritu de Dios. «Habéis oído lo que fué dicho a vuestros padres: No
matarás; el que matare será reo de pena capital. Mas yo os digo que quien se irrita
contra su hermano será reo de la misma sentencia, e igualmente el que le insultare
llamándole tonto o necio.» Todo mal sentir contra el prójimo queda incluido en la
prohibición de la ley y sancionado con el fuego eterno. «Oísteis lo que fué dicho
a los antiguos: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que quien mire a una
mujer con mal deseo, ya es adúltero en su corazón. Habéis oído lo que fué dicho
a los antiguos: No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos. Mas
yo os digo que no juréis en modo alguno. Sean vuestras palabras: si, sí, y no, no.
Lo que pasa de ahí procede del mal. Finalmente, habéis oído: Amarás a tu pró-
jimo y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos,
haced bien a los que os aborrecen; orad por los que os persiguen y calumnian, para
que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre buenos y
malos, y manda su lluvia sobre justos e injustos. Sed perfectos como vuestro
Padre celestial es perfecto» (Mt. 5, 21 ss.). Tal es la interpretación que Jesús
opone a los directores espirituales del pueblo judio. Para El son esos preceptos
expresión de la voluntad del Padre celestial, de su justicia, de su santidad, de su
amor paternal hacia los hombres, y a la luz de tales atributos interpreta los man-
damientos de la ley mosaica. Las normas jurídicas externas, eomo las juzgaban
los doctores de Israel, Jesús las declara normas concretas de aquel amor de
Dios sobre todas las cosas y del prójimo como a uno mismo, en que se reswnen
la ley y los profetas. Principio sublime, inspirador de las más grandes abnega-
ciones de los santos.
11. En este mismo principio se inspira la interpretación de los demás pre-
ceptos religiosos, a los que la ley daba grande importancia, y que los doctores
de Israel habían falseado con sus interpretaciones. Particularmente el precepto
sabático y la ley de la limpieza habían venido a convertirse en una carga insopor-
table para todo israelita que tonujra a pecho la exacta observancia de la ley. A
ellos convenía la sentencia contenida en aquella invitación de Jesús: «Venid a mi
todos los que estáis fatigados y cargados, que yo os aliviaré» (Mt. 11, 28 ). El
sábado era para los doctores un día por naturaleza santo, contra el cual ningún
precepto de caridad prevalecía. Las normas que de este principio se derivaban
eran a manera de aros de hierro, que sujetaban la conciencia y la vida toda del
pueblo. Jesús hubo de sostener fieros combates contra las pretensiones de los escri-
bas. Prueba de ello es aquella cuestión que una vez les propuso: «¿Es lícito en día
de sábado hacer bien, más bien que mal; salvar un alma, más bien que dejarla
perecer f» (Mt. 12, 4). Esta sola pregunta basta para poner de manifiesto la falta
de sentido moral de aquellos que la motivaban. Y todavía se pone esto más de relieve
cuando se oye a Jesús echarles en cara que, mientras condenaban la curación
milagrosa de lo» enfermos en din de sábado, se autorizaban a sí mismos para
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sacar una bestia que hubiera caldo en un pozo. De ahí la conclusión del Salvador;
«Luego es lícito hacer bien en día de sábado" (Mt. 12, 12). Oran maravilla es
que tal conclusión necesite ser demostrada a hombres que se tenían por sabios
y hacían profesión de santidad Muy otro era el principio exegético de Jesucristo
enunciado en aquella sentencia: «No fué creado el hombre por el sábado, sino, al
contrario, el sábado fué establecido por amor del hombre» (Me. 2, 27). Los doc-
tores podían leer bien claro este pensamiento en el Deuteronomio (5, 14 s.).
Igual principio sigue en la interpretación de los preceptos tocantes a la pureza
legal, en cuya observancia los doctores ponían gran parte de su justicia: no
comer, ni aun tocar cosa impura: lavarse las manos y el cuerpo, y esto con fre-
cuencia, para alejar de sí cualquier mancha que pudieran haber contraído, purificar
los vasos, los platos, los asientos y hasta los lechos de su casa. El juicio de Jesús
sobre la conducta de sus contradictores es aquí más severo. Es que encontraba la
doctrina de ellos más alejada de la verdad de Dios. Cuando los fariseos reprendían
a los discípulos de no guardar las tradiciones de los antiguos, no lavándose las
manos antes de comer, les replicaba: «Y vosotros, ¿por qué traspasáis los precep-
tos de Dios por amor de vuestras tradiciones?» Y luego, dirigiéndose a la muche-
dumbre, les decía: «No es lo que entra por la boca lo que mancha al hombre, sino
lo que sale por la boca.» Y explicando luego su pensamiento a los discípulos, que
no habían acabado de entenderle, les decía: «¿No comprendéis que todo lo que de
fuera entra por la boca va al vientre y es luego despedido: mas lo que sale del
corazón, eso sí que mancha al hombre? Porque del corazón proceden los pensa-
mientos malos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los
falsos testimonios, las blasfemias. Esto sí que mancha al hombre, no el comer con
las manos menos limpias» (Mt. 15, 1-20; Me. 7, 1-23).
12. Qué juicio formaba Jesús de los sacrificios y ofrendas, que son los prin-
cipales actos de la religión, nos lo dicen los dos textos siguientes: «Si al presentar
una ofrenda recordares que tu hermano tiene alguna cosa contra ti, deja tu ofrenda
ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y luego vuelve a hacer
tu ofrenda» (Mt. 5, 25 8.). Jesús no reprueba las ofrendas, pero les antepone la
caridad y la paz con el prójimo. Y en esto no es más que el continuador de las pro-
fetas y del salmista, que decía: «El sacrificio grato a Dios es el corazón contrito»
(Sal. 51, 19). Tampoco quiere que por los sacrificios se eche en olvido la piedad
hacia los padres, y de ello arguye duramente a los escribas, llamándoles hipócritas
y aplicándoles el texto de Isaías (29, 13): «Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí» (Mt. 15, 4).
Pero, sobre todo, nos revela la mente de Jesús acerca de estos actos del culto
el episodio referido por San Lucas (21, 1 ss.): «Miraba el Maestro cómo los pere-
grinos ricos echaban sus ofrendas en el tesoro del templo. Entre ellos confundida,
se acerca una pobre viuda, que echó unos céntimos. Jesús llama la atención de los
discípulos, diciéndoles: «Esta viuda ha echado más que todos los otros, porque
éstos hacen ofrenda de lo que les sobra, mientras que ésta ha dado lo que le era
necesario para vivir.» Segiín esto, no es el don material lo que cuenta ante Dios,
sino la devoción con que se ofrece.
De esta suerte interpretaba Jesús la ley mosaica, dando remate a la obra
empezada por los profetas. Y en su interpretación llega a veces a declarar opuesta
a las intenciones del supremo Legislador ciertas concesiones o indulgencias
hechas posteriormente al pueblo, a causa de su indocilidad para seguir el camino
recto de la justicia. Tal es el caso del repudio, que Jesús declara contrario a la
primera institución divina del matrimonio. Con esto la ley mosaica adquiere un
valor espiritualista, y, reducida a estos principios universales, se hace adaptable
o todos los pueblos.
13. Es también muy de notar la interpretación de Jesús sobre aquella parte
tan notable de preceptos que tocan a la vida política y social del pueblo israelita.
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Precisamente fueron éstos los que contribuyeron más poderosamente a exaltar
el nacionalismo del pueblo judío. Jesús se desliga de ellos, considerándolos como
un lastre demasiado pesado para elevar las almas a Dios. En su conducta perso-
nal, se atiene a las leyes establecidas, y nadie pudo nunca acusarle con razón de
rebelde a la ley y perturbador del orden. Cuando le piden su intervención en
algún pleito, se excusa declarándose incompetente (Le. 12, 14). Los doctores,
queriendo tenderle un lazo, le proponen aquella cuestión torturadora de muchas
conciencias israelitas: ¿Es lícito pagar tributo al César o no es lícito? Negarlo
sería ponerse enfrente de la autoridad romana. Afirmarlo equivalía a negar el
privilegio del pueblo israelita de ser el pueblo de Dios, y los derechos del Señor
como Rey soberano de Israel. Jesús se da cuenta de las intenciones de los que le
preguntan, y les responde con una severidad bien merecida: «¿Por qué me tentáis,
hipócritas f Mostradme una moneda. ¿Cúya es esa imagen y esa inscripción?»
«Del César», le contestan. «Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que
es de Dios» (Mt. 22, 15 ss.). Con esto viene a desligar los deberes para con Dios
de los deberes para con los poderes humanos. Separación relativa, claro está, ya
que Jesús no desconoce que también estos poderes vienen de Dios y deben ser
ejercidos según la voluntad del Padre celestial. Pero esta distinción basta para
eximir la vida religiosa de los poderes humanos y librarla de las pasiones y con-
tiendas en que suele desarrollarse la vida política de los pueblos.
14. Toda esta doctrina moral tiene en el Evangelio un origen muy alto,
tan alto como el concepto que Jesús tenía de Dios. Lo primero que notamos en los
Evangelios es que Dios no pierde en los labios de Jesús ninguno de los atributos
que le reconoce el Antiguo Testamento. Es el creador del cielo y de la tierra, es el
conservador y proveedor de todos los seres, el que «ab aeterno» señala a cada ser su
destino, el bueno, el misericordioso, el omnisciente. Pero Jesús nos descubre una
condición de Dios que los profetas no habían hecho más que apuntar: Dios es el
Padre celestial de cada uno de los fieles, y bajo este nombre quiere que le invo-
quemos, que le pidamos, que en El pongamos toda nuestra confianza. Sobre todo,
nos descubre su misericordia hacia los pecadores, cosa que los doctores de Israel
tenían muy olvidada, no obstante lo mucho que la pregonan los profetas y los
salmistas. El Padre en todo perfecto, ha de ser el modelo que hemos de imitar: la
voluntad justa, santa y misericordiosa del Padre debe ser la norma perpetua de
nuestra conducta. Y Jesús se muestra en toda su vida el perfecto ejemplar de
cuanto inculcaba a los otros.
15. Pero hablando así de Dios, nuestro Padre, muestra sentirse unido a El
con especialee vínculos. En el trato con sus discípulos dise siempre «vuestro
Padre»; mas hablando de sí mismo nunca tiene otro lenguaje sino «mi Padre».
Dios es siempre Padre, pero no lo es de igual modo para Jesús que para nosotros.
Las relaciones con el Padre son tan íntimas, que pudo decir en un desahogo de su
corazón con el Padre: «Yo te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque escondiste estas cosas a los sabios y prudentes y las revelaste a los peque-
ñuelos. Bien está, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.» Y luego añade: «Todo
me ha sido dado por mi Padre. Y nadie sabe quién es el Hijo sino el Padre, ni
quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quisiere revelarlo» (Le. 10,
21 s.). Admirables sentencias, que nos ponen en las manos la llave para abrirnos
la inteligencia del prólogo de San Juan, de los misteriosos discursos de Jesús, que
el discípulo amado recogió en su evangelio, y la de las profundas
intuiciones
sobre el misterio de Jesús y de su m isión salvadora, que el mismo San Juan y San
Pablo nos han dejado consignadas en sus inspirados escritos.
16. Esta universal paternidad divina abre horizontes universales al estable-
cimiento de su reino entre los hombres, cual vislumbraban ya los profetas. El
reino de Dios que establece Jesús no admite fronteras, ni geográficas, ni etnoló-
gicas, ni temporales.
NUEVO TESTAMENTO
Y al lado de lu universalidad del remo de Dios, aparece en lodo el Nuevo
Testamento su organización interna de forma social, correspondiente a la natu-
raleza social del hombre. Desde los primeros momentos, Jesús traza las líneas
de esta organización y prepara a los que fian de constituir su piedra fundamental
y ser testigos de la vida y doctrina del Maestro, y portadores de la gracia que
transforma a los hombres y los hace hijos de Dios mediante el Bautismo y otros
signos externos que llamamos Sacramentos. Son sus Apóstoles, o sea sus envia-
dos, como El es el enviado del Padre. Y Pedro recibe la prelacia sobre los mismos.
Apenas liay libro en el Nuevo Testamento en que no se hallen claras las líneas
esenciales de esta j erarquización, que en los Hechos de Apóstoles y en las Epístolas
aparece transmitiéndose a los obispos, como sucesores de los Apóstoles, de los
cuales reciben, con la imposición de manos, la misión de continuar la obra que
Jesús les encomendara.
17. No se reduce a esto solo la revelación de Jesús sobre el misterio del reino
de Dios. Hablando con los discípulos, les decía: «Si vuestra justicia no fuere
mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los ciclos» ( Mt. 5,
20). ¿Qué justicia es esta de que habla Jesús? Entendemos que, desde luego, ha
de tener por normas lasque Jesús señala, bien distintas de lasque seguían los doc-
tores y los fariseos. ¿Pero cómo adquirirla? ¿Bastarían los propios esfuerzos?
En el Antiguo Testamento se habla con frecuencia del Espíritu de Dios, que,
inf undido en el hombre, le trae la vida, la inteligencia, la santidad, la gracia de
Dios. Por esto rogaba el salmista: «No me rechaces lejos de tu rostro, ni retires
de mí tu Espíritu Santo» (Sal. 51, 13). Pues la efusión de ese Espíritu es lo que
los profetas señalan como característica de los tiempos mesiánicos. Esta es la
alianza nueva que, según Jeremías, el Señor hará con Israel, imprimiendo su
ley en sus corazones para que todos le conozcan y amen (Jer. 31, 31-34).
Lo mismo dice Ezequiel, prometiendo que Dios borrará todas las iniquidades
de su pueblo y les infundirá un espíritu nuevo, dándoles, en vez del corazón de
piedra, un corazón de carne para que guarden sus mandamientos y ellos serán
su pueblo y El será su Dios (Ez. 11, 18-20). Según se cuenta en el libro de los
Números (11, 26 ss.), alguien, que quiso mostrarse celoso del honor de Moisés,
le fué a decir que dos de los designados por jueces del pueblo y auxiliares suyos,

estaban profetizando. A lo cual respondió el caudillo: «¡Quién me diera que todo


el pueblo profetizase y Dios le diese su Espíritu!» Pues esto que Moisés deseaba
lo anuncia Joel para los tiempos mesiánicos, en que Dios «derramará su Espíritu
sobre toda carne» y todos profetizarán (2, 28). Esta promesa, según testimonio
de San Pedro, se cumplió el día de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo descen-
dió sobre los discípulos, que constituían la Iglesia, para no apartarse jamás de
ella. El mismo apóstol decía a los oyentes que le pedían consejo sobre lo que debían
hacer: «Haced penitencia, bautizaos en el nombre de Jesucristo para remisión
de vuestros pecados y recibiréis el Espíritu Santo» (Act. 2, 38). Esta es la gran
promesa que Jesús nos hace en el Evangelio, el don que al volver al Padre pedirá
para nosotros, el que morando en nuestras almas las purifica, les infunde los sen-
timientos de los hijos de Dios, nos hace vivir como tales y después de la muerte
nos volverá el cuerpo glorioso, a semejanza del de Jesucristo. Este Espíritu, que
procede del Padre, y por eso se llama Espíritu de Dios, se dice también Espíritu
de Jesús, que lo da a quien quiere. Y aquí se nos declaran dos misterios, el de
nuestra santificación, que es obra del Espíritu Santo, y el de ,la vida íntima de
Dios, resumido en el misterio de la Trinidad.
Tales son, en líneas generales, las enseñanzas del Nuevo Testamento, con que
el Antiguo se completa, consumando su revelación y realizando sus promesas.
Lo que el Señor nos enseña en los cuatro evangelios nos lo declaran ampliamente
los Apóstoles en sus cartas, y la historia de los Actos nos lo muestra actualizado
en los comienzos de la historia de la Iglesia.
EL TEMPLO EN LOS DIAS DE CRISTO N. S.

Foso.— 3. Atrio de los gentiles.— 4. Cerca.—


1 Torre Antonia.— 2.
5 Gazophilakyon.— 6. Naos— 7. Atrio de los sacerdotes— 8. Altar.—
9 Atrio de Israel.— 10. Puerta de Nicanor.— 11. Patio dejas mujeres.
Dryfaktos.— 14. Gazophilakyon.— 15. Atno
12 Pórtico corintio.— 13.
Pórtico de Salomón.— 17. Puente a a Ciu-
exterior de los gentiles.— 16.
dad Alta.— 18. Pórtico Real.— 19. Pórtico doble — 20. Pórtico triple —
21. Codos. — 22. Pílenle.
INTRODUCCION GENERAL A LOS EVANGELIOS

T OS CUATRO EVANGELIOS. — El profeta Ezequiel, en el comienzo de sus


vaticinios, nos describe la gloria de Dios con la imagen de una nube de
fuego, que se mueve tirada por una cuadriga compuesta de\uatro seres misteriosos
y raros. Tiene cada uno cuatro aspectos: de hombre, de león, de toro y de águila.
El espíritu de Dios los impulsa y los lleva a donde quiere.
La tradición patrística ha querido ver en estos animales los símbolos de
los cuatro evangelios, que difunden el nombre glorioso de Jesucristo por toda
la tierra; y Rafael, en un maravilloso cuadro, ha dado forma plástica a esta
imagen, representándonos a Jesucristo en medio de una nube arrastrada por
los cuatro seres misteriosos, el hombre, el león, el toro y el águila. Han sido
también los artistas los que han venido a fijar la tradición exegética de los
Padres, atribuyendo a San Mateo el hombre, el león a San Marcos, el toro a
San Lucas y el águila a San Juan, aunque no deja de haber en esto alguna
diversidad.
Inspirándose asimismo en la Escritura, los artistas cristianos suelen re-
presentarnos al Cordero de Dios sobre un montículo, de donde brotan cuatro
raudales de agua pura como el cristal, y en los cuales vienen a saciar su sed
las mansas ovejas. Imagen viva de los cuatro evangelios, que brotan de los
labios del divino Maestro para saciar a las almas que vienen a El en busca
de la verdad y la vida. Efectivamente, por ellos la palabra de Jesús resuena
en los oídos de todas las generaciones hasta el fin de los siglos. Y estas mismas
generaciones repiten de continuo las palabras de San Pedro: «Señor, ^adonde
iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.»

SU ORIGEN LITERARIO. Como palabras de vida las recogieron en sus
corazones los primeros discípulos del Salvador, y alentados por el Espíritu
Santo, las repetían a los catecúmenos y neófitos de las primeras cristiandades,
procurando conservar no sólo su pensamiento, sino también su expresión y
su colorido. No faltaron desde los primeros días quienes intentaron ponerlas
por escrito, añadiendo a los discursos y parábolas del Señor el relato de los
sucesos, que forman muchas veces el marco de sus palabras, marco necesario
para su inteligencia, y juntamente con éstos, el relato de innumerables pro-
digios obrados por Jesús, ofreciéndolos a los fieles como pruebas perennes de
su divinidad.
Los tres primeros evangelistas, que conocían esos escritos y sabían cuan
bien se ajustaban a la verdad, loé utilizaron para la composición de sus res-
pectivos evangelios, copiándolos con frecuencia literalmente o modificándolos
conforme al plan que cada uno se proponía al escribir su obra. Además de esto
parece también que alguno o algunos de los evangelistas utilizó para componer su
obra la de los precedentes. Este es un detalle que nosotros entendemos mal por
nuestro afán fie imprimir a nuestras producciones literarias el sello de nuestra
10(54 EVANGELIOS
propia personalidad. No solía ser éste el criterio de los antiguos, que conside-
raban los libros o escritos como propiedad común, que les era licito aprovechar
en la forma que más les agradase, y que, en casos como el nuestro, solía ser la
más respetuosa con los documentos escritos.
PLAN DE LOS TRES PRIMEROS EVANGELIOS Y MODO DE
SU COMPOSICION. — Con esto podemos darnos cuenta de un fenómeno fácil
de observar a la simple lectura de los evangelios. Que en los tres primeros es
uno el plan general de la historia evangélica: infancia de Jesús, predicación del
Bautista, bautismo de Jesús y su retirada al desierto; predicación en Galilea
durante un lapso de tiempo que no se puede fijar, pero que da la impresión de
ser corto; ida a Jerusalén, donde entra el día de Ramos, predica los días siguien-
tes, celebra la Pascua el jueves y muere el viernes, para resucitar el domingo.
Además de este plan uniforme, que se destaca más si lo comparamos con el de
San Juan, echamos de ver la agrupación también uniforme de varios milagros
y discursos. Esta agrupación, más que a la tradición oral, parece deber atri-
buirse al empleo de documentos escritos. Sobre todo se nota con sorpresa la
uniformidad con que narran dos o tres autores el mismo discurso o suceso,
con el mismo orden y con palabras idénticas o muy poco diferentes, cosa sin
duda difícil de explicar por la sola tradición oral.
Al contrario, liabremos de recurrir a ésta para explicar las diferencias muy
frecuentes que se notan, sea en las modificaciones del plan general, sea en la
agrupación de los sucesos o discursos, sea, finalmente, en el modo de componer
la narración de cada relato. Mas por encima de todo esto se cierne la inteligencia
de los autores sagrados, a quienes el Espíritu Santo inspiraba y guiaba en
la ejecución de su obra, conforme a las miras especiales de cada uno y guardando
su propio temperamento psicológico. De aquí resulta una variedad notable
junto a una más notable unidail, de cuya armonía proviene la admirable be-
lleza de los evangelios. Muchos después de ellos se han propuesto narrarnos
la vida del Hombre-Dios; pero ninguno consiguió su propósito, siho es en
cuanto se ajustó al texto de los evangelistas. Es que la misión de narrar la his-
toria del Verbo encarnado estaba reservada a aquellos que gozaban de la ins-
piración del Espíritu Santo. Jesús mismo había dicho que el Espíritu Santo
daría testimonio de El, y uno de los modos de rendirle ese testimonio fué éste
de inspirar d los evangelistas al contarnos su historia, y luego mover a los
fieles a leer los santos evangelios, iluminando a la vez su mente para que pe-
netren el sentido de sus palabras. Y aun podemos añadir a esto la acción de
la Iglesia, que de muchos modos pone a nuestro alcance ese texto divino y nos
exhorta a que de continuo lo leamos, lo meditemos y busquemos en él el alimento
nutritivo de nuestra vida cristiana.
INTRODUCCION AL EVANGELIO DE SAN MATEO

ttL AUTOR. —En el orden


E> actual de los 'evangelios,
que remonta al siglo II, ocupa
el primer lugar el evangelio de
San Maleo. Según San Mar-
cos ySan Lucas, se llamaba
también Levi, y era hijo de
A Ifeo. Los tres convienen en
decirnos que era publicarlo, es
decir, arrendador de las alca-
balas en Cafarnaúm, y que se
convirtió y se hizo seguidor de
Jesús ni decirle éste: «Sigúe-
me» (Mt. 9, 9-13; Me. 2, 14;
Le. 5, 27). Y en prueba de
que le seguía sin pesar, luego
hizo preparar en su casa un
gran banquete, al que no invitó
sólo al Maestro y a sus discí-
pulos, sino a los publícanos
compañeros suyos. Todo esto
con gran escándalo de los fari-
seos, a cuyas murmuraciones
hubo de responder Jesús con
aquella sentencia: «No tienen
necesidad de médico los sanos,
sino los enfermos» y «no vine
a buscar a los justos, sino a
los pecadores».
EL EVANGELIO.— Como
de otros mucJws apóstoles, los
evangelistas no nos cuentan de
Levi cosa alguna. El buen senti-
do cristiano nos obliga a pen-
sar que no defraudó las esperanzas y los propósitos del Maestro al llamarle al apos-
tolado, pero ignoramos en qué forma correspondió a ellos. También sabemos
que fué obra suya la co?nposición del primer evangelio, escrito en la lengua
de la Palestina, que era un dialecto arameo, pues lo destinaba a sus compa-
triotas. Más tarde fué traducido a la lengua griega, no sabemos cuándo ni por
lUtítí SAN MATEO, 1

quién. Una cosa podemos asegurar: que la traducción no te hizo esperar muchos
años, y que una vez hecha, el original arameo quedó olvidado y pereció, quizá
para siempre. La Iglesia ha hecho uso de esta versión griega como si Juera el
propio original de San Mateo.
Escribiendo para judíos convertidos a la nueva fe, o a quienes deseaba con-
vertir, el evangelista les presenta su obra como una prueba de que Jesús de
Nazaret es el Mesías anunciado por los Profetas, cuyos vaticinios se cumplie-
ron en El. A
esto ordena la frecuente citación de los textos proféticos. Otra nota
característica de su composición es la formación de secciones, agrupando cosas
semejantes, sin mirar que hayan sido dichas o hechas en ocasiones diferentes.
Así nos amplifica el sermón de la montaña (5, 7 ) con elementos que, a juzgar
por los otros evangelistas, fueron pronunciados en otros tiempos, y en el capí-
tulo 10 añade a las instrucciones que Jesús dirigió a sus discípulos, al enviar-
los a predicar por Galilea, las que sin duda más tarde les dió al enviarlos a pre-
dicar por el mundo, anunciándoles las persecuciones por que habían de pasar.
La transición de un suceso a otro se halla indicada frecuentemente con ciertas
expresiones vagas, v. gr., «en aquellos días, entonces, de allí», etc., las cuales,
más que indicación del tiempo o del lugar en que los sucesos ocurrieron, se han
de tomar como expresiones de transición o enlace de los relatos. San Mateo se
cuida más de darnos los discursos del Señor, y en cuanto a los milagros, su
narración se distingue por su laconismo, no atendiendo sino a lo sustancial
del hecho, a lo que basta para expresar su carácter divino.
PLAN DEL PRIMER EVANGELIO— Puede reducirse a lo siguiente:
1. Infancia del Salvador (1-2). 2. Predicación del Bautista y manifestación de
Jesús como Mesías e Hijo de Dios (3, 1-4, 11). 3. Predicación de Jesús en
Galilea (4, 12-13, 58). 4. Predicación en los confines de Galilea (14, 1-20, 16).
5. Ministerio de Jesús en Jerusalén (20, 17-25, 46). 6. Pasión y resurrec-
ción (26-28).

EVANGELIO DE SAN MATEO

Genealogía del Salvador. manos, 3


Judá engendró a Fares y
a Zara en Tamar (1); Fares engen-
1
Genealogía de Jesucristo, hijo dró a Esrom, Esrom a Aram, * Aram
de David (1), hijo de Abraliam: a Aminadab, Aininadab a Naasón,
2 Abraham engendró a lsac, Isac a Naasón a Salmón, 5 Salmón a Booz
Jacob, Jacob a Judá (2) y a sus her- en Ranal >: Booz engendró a Obed
en Rut, Obed engendró a Jesé, • Jesé
(1) Es un título mesiánico, como se ve por engendró al rey David (2), David a
Mt. 20, 30 s., y 21, 9. La genealogía comienza
en Abraham, padre del pueblo escogido, y el
primero que recibió las promesas mesiánicas. (1) Las mujeres no entran de ordinario en
(Mt. 3. 9.) El texto original repite el verbo en- la genealogía; pero el evangelista menciona al-
gendró» después de cada persona de la serie ge- gunas ya conocidas por la Escritura, por ser
nealógica; por ser fícil de suplir, y en atención extranjeras y para mostrar cómo el Mesías no
a lo que pide el estilo castellano, lo omitimos en era extraño a los gentiles.
muchos casos. (2) Desde aquí la genealogía sigue la línea
(2) Adiferencia de Abraham e Isac. Jacob marcada por la sucesión dinástica de la casa de
recibió promesa para todos sus descendientes,
la David, según la promesa que éste había recibido
que vinieron a formar luego el pueblo de Dios. de Dios, (n Reyes, 7, 12 ss.)
SAN MATEO. 2 1067

Salomón en la mujer de Urías, 7 Sa- le apareció en sueños un ángel del


lomón engendró a Roboam, Roboam ¡Señor y le dijo: José, hijo de David,
a Abías, Abías a Asa, 8 Asa a Josafat, no temas recibir en tu casa a María,
|

Josafat a Joram, Joram a Ozías (1), tu esposa, pues lo concebido en ella


21 Dará
9
Ozías a Joatam, Joatam a Acaz, es obra del Espíritu Santo.
Acaz a Ezequías, 10 Ezequías a Ma- ]a luz un hijo a quien pondrás por
j

nasés, Manasés a Amón, Amón a nombre Jesús, porque salvará a su


22 Todo esto
Josías, 11 Josías a Jeconías y a sus pueblo de sus pecados.
hermanos en la época de la cautivi- sucedió para que se cumpliese lo
dad de Babilonia. 12 Después de la que el Señor había anunciado por el
cautividad de Babilonia, Jeconías en- profeta, que dice:
23 He aquí que la virgen concebirá
gendró a Salatiel, Salatiel a Zoroba-
bel, 13 Zorobabel a Abiud, Abiud a y parirá un hijo,
Eliacim, Eliacim a Azor, 14 Azor a Y le pondrán por nombre Emma-
Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a nuel,
16 Eliud a Eleazar, Eleazar a Que quiere decir «Dios con nos-
Eliud,
24 Al despertar José de su
Matán, Matán a Jacob, 16 y Jacob en- otros».
gendró a José, el esposo de María (2), sueño, hizo como el ángel del Señor
de la cual nació Jesús, llamado Cristo. le había mandado, recibiendo en casa
17
De manera que las generaciones a su esposa. 25 No la conoció hasta
desde Abraham hasta David son ca- que dió a luz a su hijo (1), y le puso
torce, catorce desde David hasta lá por nombre Jesús.
cautividad de Babilonia y catorce
desde la cautividad de Babilonia hasta
Cristo
La adoración de los magos.
(3).

Kl misterio de la concepción de
2 1 Nacido, pues, Jesús en Belén
de Judá en los días del rey Hero-
Jesús, revelad» a José. des, llegaron del Oriente a Jerusalén
unos magos (2), 2 diciendo: ¿Dónde
18
La concepción de Jesucristo fué está el rey de los judíos que acaba
de este modo: Estando desposada de nacer? Porque hemos visto su
María, su madre, con José, antes de estrella (3) en Oriente y venimos
que conviviesen (4), se halló haber a adorarle. 3 Al oír esto el rey Hero-
concebido María del Espíritu Santo. des se turbó, y con él toda Jerusa-
19
José, su esposo, siendo justo, no lén, y reuniendo a todos los príncipes
quiso denunciarla y resolvió repu- de los sacerdotes y a los escribas del
diarla en secreto. 20 Mientras refle- pueblo, les preguntó dónde había de
xionaba sobre esto, he aquí que se nacer el Mesías. 5 Ellos contestaron:

Según IV Reg. 8. ss., entre estos dos


(1) (1) La intención del evangelista está en Je-
reyes hubo otros tres, que el evangelista omite, sús y en su concepción virginal, sin decir nada
sin duda para obtener el número de catorce. de lo que a su nacimiento siguió. La virginidad
(2) José, hijo de David (1, 20), como esposo de María después del nacimiento de Jesús tiene
de María, es el que transmite a Jesús el título su fundamento en los Evangelios; pero su de-
y los derechos de hijo de David. mostración clara hay que buscarla en la tradi-
(3) Como medida mnemotécnica, el evan- ción de la Iglesia.
gelista divide la genealogía en tres períodos, que (2) Originarios de la Media, donde consti-
corresponden bien a otros tantos de la historia tuían una clase sacerdotal, habían adquirido
de Israel. De éstos, el primero abarca unos diez gran influencia en Babilonia. Se distinguían por
siglos; el segundo, cuatro, y el tercero, seis. Si su afición al estudio de la astronomía o, mejor,
la serie de las personas no está completa en el astrología, que era una ciencia adivinatoria ba-
segundo período, ya se deja comprender que en sada en el principio de que la vida de los hom-
los otros tampoco lo estará. Mas esto importa bres se desarrolla bajo la influencia de los astros.
poco para la verdad y el fin de la genealogía,, (3) Por el trato con los judíos, que habían
que es establecer la unión de Jesús con David 1 difundido por todo el Oriente sus esperanzas
y Abraham. ; mesiánicas, tenían conocimiento del esperado
(4) Según la ley mosaica, a las bodas pre- Mesías, Rey de los judíos, el cual, como todos
cedían los esponsales, los cuales tenían el mismo j
los grandes personajes, debía tener una estrella
valor jurídico que el matrimonio; la solemnidad que vaticinase su destino. De este prejuicio se
de las bodas consistía en la conducción de la sirvió Dios para conducirlos a la cuna del Sal-
novia a la casa del novio. (Deut. 20, 7.) El vador. La naturaleza de esta estrella es muy
evangelista se propone mostrar aquf la con- misteriosa; no tanto la estrella interior, con que
cepción virginal de Jesús, según el vaticinio del I
el Espíritu Santo iluminaba su alma y los guia-
profeta Isaías. 7, 14 ss. ba hacia el establo de Belén.
10G8 SAN MATEO, 3

18
En Belén de Judá, pues asi está es- «Una voz se oye en Rama,
crito por el profeta: lamentación y gemido grande:
6
«Y tú, Belén, tierra de Judá, Raquel que llora a sus hijos,
no eres ciertamente la más pequeña y rehusa ser consolada porque no
entre las principales de Judá, existen (1).»
porque de ti saldrá un jefe
que apacentará a mi pueblo, Is- Vuelta u Nazaret.
rael (1).»
19
' Entonces Herodes, llamando en Muerto ya Herodes, el ángel del
secreto a los magos, les interrogó Señor se apareció en sueños a José en
cuidadosamente sobre el tiempo de Egipto, 20 y le dijo: Levántate, toma
8
la aparición de la estrella; y envián- al niño y a su madre y vete a la
dolos a Belén les dijo: Id e informa- tierra de Israel, porque son muertos
ros sobre ese niño, y cuando le en- los que atentaban contra la vida del
contréis, comunicádmelo, para que |i
niño. 21 Y
levantándose tomó al niño
vaya también yo a adorarle. Después y a su madre, y partió para la tierra
28 Mas habiendo oído que
de" oír al rey, se fueron, y he aquí de Israel.
que la estrella, que habían visto en en Judea reinaba Arquelao en lugar de
Oriente, les precedía hasta que, lle- su padre Herodes (2), temió ir allá,
gada encima del lugar en que estaba y advertido en sueños, se retiró a
el niño, se detuvo.
10 Al ver la estrella la región de Galilea, 23 yendo a habitar
sintieron grandísimo gozo. 11 Y
en- en una ciudad llamada Nazaret, para
trados en la casa, vieron al niño con que se cumpliese lo dicho por los pro-
María, su madre, y de hinojos le ado- fetas, que sería llamado Nazareno (3).
raron, y abriendo sus tesoros le ofre-
cieron "dones, oro, incienso y mirra. Predicación de Juan en el desierto.
12
Advertidos en sueños de no volver
a Herodes, se tornaron a su tierra por 3 1
En aquellos días aparece Juan
otro camino. el Bautista (4) predicando en el
desierto de Judea, 2 diciendo: «Arre-
Huida a Fnipto y matanza de los pentios (5), porque el reino de los
niños inocentes. cielos está cerca. 3 Este es aquél de
quien habló el profeta Isaías, cuan-
u Partido que hubieron, he aquí do dice:
que el ángel del Señor se apareció en Voz que clama en el desierto:
del
sueños a José y le dijo: Levántate, Preparad el camino del Señor,
toma al niño y a su madre y huye a haced rectas sus sendas (6).»
4
Egipto, y estáte allí hasta que yo te Juan iba vestido de pelo de ca-
avise, porque Herodes buscará al niño mello, llevaba un cinturón de cue-
para quitarle la vida. 14 Y levantán- ro a la cintura, y se alimentaba
dose de noche tomó al niño y a la de langostas y miel silvestre. s Venían
madre y partió para Egipto, 15 per- a él de Jerusalén y de toda Judea y
maneciendo allí hasta la muerte de de toda la región del Jordán, • y
Herodes, a fin de que se cumpliera eran por él bautizados en el rio Jor-
lo que había pronunciado el Señor dán, y confesaban sus pecados.
por su profeta, diciendo: «De Egipto
Jer. 31, 15.
llamé a mi hijo» (2). 16 Entonces (1)
Habla sucedido a su padre en la provin-
(2)
Herodes, viéndose burlado por los cia de Judea; pero a los nueve años fué privado
magos, se irritó sobremanera y man- de su dignidad por el César, a ruegos de los ju-
dó matar a todos los niños que ha- díos, que estaban cansados de sus violencias.
bía en Belén (3) y en sus términos, (3) Esto es, despreciado, porque lo eran en-
de dos años para abajo, según el tre sus paisanos los vecinos de Nazaret (Jn. 1.
46), y lo fueron luego mucho más los discípulos
tiempo que con diligencia había in-
de Jesús entre los judíos.
quirido de los magos. 17 Así se cum- (4) Conforme a la predicción del ángel a su
plió la palabra del profeta Jeremías, padre, viene Juan en hábito de austero peni-
que dice: tente, llamando al pueblo al arrepentimiento,
para preparar los caminos del Mesías.
(i) Miq. 4, 2. (5) Contra lo que se imaginaban los judíos,
(a) Os. ii, i. el reino de Dios no es un privilegio de clase O.
(3) Como todos los tiranos, Herodes era re- de raza; está condicionado por nuestras dispo-
celoso. Su historia está llena de crímenes contra siciones morales, de las cuales la fundamental
los miembros de su familia. Nada tiene de ex- es el espíritu de penitencia.
traño el suceso de Belén. (6) Is. 40. 3.
SAN MATEO, 4 1069

7
Como viera a muchos saduceos y ser tentado del diablo. * Y habiendo
fariseos venir a su bautismo, les dijo: ayunado cuarenta días y cuarenta
Raza de víboras, ¿quién os enseñó a noches, al fin tuvo hambre. 3 acer- Y
huir de la ira que os amenaza? cándose el tentador, le dijo: Si eres
8
Haced, pues, frutos dignos de pe- hijo de Dios (1), di que estas pie-
nitencia, ' y no os forjéis ilusiones dras se conviertan en pan. 4 Pero él
diciéndoos: Tenemos a Abraham por respondió diciendo: Escrito está: «No
padre. Porque yo os digo que Dios I sólo de pan vive el hombre, sino de
puede hacer de estas piedras hijos toda palabra que sale de la boca de
de Abraham. 10 Ya está puesta el Dios (2).» 5 Llevóle entonces el dia-
hacha a la raíz de los árboles, y todo blo a la ciudad santa y poniéndole
árbol que no dé buen fruto será cor- sobre el pináculo del templo, • le
tado y arrojado al fuego. 11 Yo, dijo: Si eres hijo de Dios, échate
cierto, os bautizo en agua (1) para de aquí abajo, pues escrito está: «A
penitencia: pero en pos de mí viene
¡

j
sus ángeles encargará que te tomen
otro más fuerte que yo, a quien no en sus manos para que no tropiece
soy digno de quitar las sandalias; él tu pie contra una piedra (3).» 7 Dí-
os bautizará en Espíritu Santo y en jole Jesús: También está escrito: «No
fuego. 12 Tiene ya el bieldo en su tentarás al Señor tu Dios (4).» 8 De
mano y limpiará su era y recogerá nuevo le llevó el diablo a un mon-
su trigo en el granero, pero quemará te muy alto, y mostrándole todos los
la paja en fuego inextinguible. reinos del mundo y la gloria de ellos,
9
le dijo: Todo esto te daré, si de hino-
Bautismo de Jesús. jos me adorares. 10 Díjole entonces Je-
sús: Apártate, Satanás, porque escrito
13 Vino Jesús de Galilea al Jordán está: «Al Señor tu Dios adorarás y a
y se presentó a Juan para ser bauti- El sólo servirás (5).» 11 Entonces el
zado por él.
14 Juan se oponía, di- diablo le dejó, y llegaron ángeles y le
ciendo: Soy yo quien debe ser por ti servían.
bautizado, ¿y vienes tú a mí? 16 Pero
Jesús le respondió: Déjame a mí ahora
hacer, pues conviene que cumplamos Jesús, en Galilea.
toda justicia (2). Entonces condes-
cendió. 16 Bautizado Jesús, al ins- 12
Habiendo oído que Juan había
tante salió del agua. he aquí que Y sido preso, se retiró a Galilea. 13 de- Y
vi ó abrírsele los cielos y al Espí- jando a Nazaret se fué a morar en
ritu de Dios (3) descender como Cafarnaúm (6), ciudad situada a
paloma y venir sobre él, 17 mientras orillas del mar, en los términos de
una voz del cielo decía: Este es mi Zabulón y Neftalí, 14 para que se
hijo muy amado, en quien tengo mis cumpliese lo que anunció el profeta
complacencias (4). Isaías, que dice:
15 Tierra de Zabulón y tierra de Nef-
La tentación de Jesús. [talí,
camino del mar, al otro lado del
1
-|. Entonces fué llevado Jesús por [Jordán,
el Espíritu al desierto (5) para
los hombres. Para sernos ejemplo en todo, quiso
(i) Este bautismo significaba un cambio de ser tentado, y para vencer en singular combate
vida en quien lo recibía; pero no producía la al tentador perpetuo de los hombres. (Hebr. 2,
gracia,como el bautismo cristiano, administrado 17 s.).
en nombre de la Santísima Trinidad. (Mt. 28, 19.) (1) Las tentaciones de Jesús son todas cua-
(3) Esto es, toda obra de justicia. El bautis- les convenían al Mesías. Con ellas el tentador
mo lo era, y Jesús lo recibe para ejemplo de los procura apartar a Jesús del camino que el Padre
demás y para que los fariseos no pudieran de- le habla trazado para realizar la obra mesiánica.
volverle la reprensión que les haría de no haber (2) Deut. 8, 33.
creído en Juan. (Mt. n, 16 ss.; 21, 28 ss.) (3) Salm. 90, 11 ss.
(3) Los Padres de la Iglesia han visto aquí (4) Deut. 6, 16.
la consagración del agua destinada a lavar los (5) Deut. 6, 13.
pecados por el bautismo. (6) Como sitio más céntrico y, por tanto,
(4) La voz del Padre viene a confirmar la más acomodado para difundir la luz de la ver-
dignidad que en Jesús había reconocido el Bau- dad anunciada por el profeta Isaías 8, 23 s. Asi-
tista. mismo, porque sabía que ningún profeta es titn
(5) La santidad de Jesús no consentía sino recibido en su patria y entre los de su paren-
la tentación externa, por parte del diablo o de tela. (Mt. 13, 57.)
1070 SAN MATEO, 5

Galilea de los gentiles! y abriendo su boca les enseñaba, di-


18El pueblo que habita en tinieblas ciendo (1):
vio una gran luz 3
Bienaventurados los pobres de es-
y para los que habitan en la región píritu, porque suyo es el reino de
[de mortales sombras los cielos. 4 Bienaventurados los man-
una luz se levantó (1). sos, porque poseerán la tierra. 5 Bien-
17
Desde entonces comenzó Jesús aventurados los que lloran, porque se-
a predicar y a decir: Arrepentios, rán consolados. * Bienaventurados los
porque el reino de Dios se acerca. que tienen hambre y sed de justicia,
7
porque serán hartos. Bienaventura-
dos ios misericordiosos, porque alcan-
Llamamiento de los primeros zarán misericordia. 8
Bienaventurados
discípulos. los limpios de corazón, porque verán a
Dios. * Bienaventurados los pacíficos,
18 Caminando, pues, junto porque serán llamados hijos de Dios.
al mar
de Galilea, vió a dos hermanos, Simón, 10 Bienaventurados los que padecen
que se llama Pedro, y Andrés, su persecución por la justicia, porque
hermano, los cuales echaban la red suyo es el reino de los cielos.
en el mar, pues eran pescadores; 11 Bienaventurados seréis cuando
18
y les dijo: Venid en pos de mi (2) os insulten y persigan y con mentira
y os haré pescadores de hombres. digan contra vosotros todo género
20 Ellos dejaron al instante de mal, por mí. 12 Alegraos y regoci-
las redes
y le siguieron. 21 Y
pasando más ade- jaos, porque grande será en los cielos
lante vió a otros dos hermanos, San- vuestra recompensa, pues así persi-
tiago el de Zebedeo y Juan, su her- guieron a los profetas que fueron
mano, que en la barca, con Zebedeo, antes de vosotros.
su padre, componían las redes, y los
llamó. 22 Ellos, dejando luego la barca Misión de los discípulos en la
y a su padre, le siguieron. tierra.
18
Vosotros sois sal de la tierra;
Predicación de Jesús en Galilea. pero si la sal se desvirtúa, ¿con qué
se la salará? Para nada aprovecha
23
Recorría toda la Galilea (3), ya, sino para tirarla y que la pisen
enseñando en las sinagogas, predi- ios hombres.
cando el evangelio del reino y cu- 14
Vosotros sois luz del mundo.
rando en el pueblo toda enfermedad No puede ocultarse una ciudad asen-
y toda dolencia. 24 Extendióse su tada sobre un monte; 18 ni se encien-
fama por toda la Siria y le traían a de una lámpara y se la pone bajo el
todos los que padecían algún mal, los celemín, sino sobre el candelero, para
atacados de diferentes enfermedades que alumbre a cuantos hay en la
y dolores y los endemoniados, luná- casa. 14 Así ha de lucir vuestra luz
ticos, paralíticos, y los curaba. 28 Y ante los hombres, para que viendo
grandes muchedumbres le seguían de vuestras buenas obras, glorifiquen a
Galilea y de la Decápolis, y de Jeru- vuestro Padre, que está en los cielos.
salén y del otro lado del Jordán.
Misión de Jesús con respecto a la
ley antigua.
Las bienaventuranzas.
17
No penséis que he venido a
Viendo a la muchedumbre, subió
1 abrogar la ley y losprofetas; no he
a un monte, y cuando se hubo sen -
tado se le acercaron los discípulos;
(1) Aquí comienza el sermón de la montaña,
que un resumen y a modo de programa de la
es
(1) Is. 9, i ss. predicación del Salvador. Los Padres notan el
(2) Ya conocían a Jesús, y hasta se hablan contraste entre la promulgación de la ley anti-
adherido a su persona (Jn. 1, 35 ss.); pero ahora gua en el Sinal y esta promulgación de la ley
tos llama en su seguimiento, cuando se proponía nueva. Las bienaventuranzas señalan las condi-
empezar su misión evange'izadora. ciones que han de tener los discípulos del evan-
(3) Como respondiendo al vaticinio de gelio para entrar en el reino de Dios, el cual,
Isaías, nos ofrece aquí et evangelista un cuadro como dice San Pablo, no consiste en cosas terre-
de conjunto de la predicación de Jesús en Ga- nas, sino en la justicia, en la paz y en el gozo
lilea. del Espíritu Santo (Rom. 14. 17).
SAN MATEO, 5 1071

venido a abrogarla, sino a consumar- perezca uno de tus miembros, que no


la 18 Porque en verdad os digo que todo tu cuerpo sea arrojado en la
(1).
que antes pasarán el cielo y la tierra gehenna. 30 Y si tu mano derecha te
que falte una jota o una tilde de escandaliza, córtatela y arrójala de
la ley hasta que todo se cumpla. ti, porque más te conviene que uno
19
Si, pues, alguno descuidase uno de tus miembros perezca, que no que
de esos preceptos menores y ense- todo el cuerpo sea arrojado a la
ñare así a los hombres, será ei menor gehenna. 31 También se ha dicho:
en el reino de los cielos; pero el que El que repudiare a su mujer déle
practicare y enseñare, éste será gran- libelo de repudio. 32 Pero yo os digo
de en el reino de los cielos. 20 Porque que quien repudia a su mujer ex- —
os digo que si vuestra justicia no su- cepto el caso de fornicación la ex- —
pera a la de los escribas y fariseos, no pone al adulterio, y el que se casa
entraréis en el reino de los cielos. con la repudiada comete adulterio (1).

Declaración del quinto precepto. Declaración del segundo precepto.


21 33
Habéis oído que se dijo a los También habéis oído que fué
antiguos: No matarás, el que matare dicho a los antiguos: No perjurarás,
será reo de juicio. 22 Pero yo os digo antes cumplirás al Señor tus jura-
que todo el que se irrita contra su mentos. 34 Pero yo os digo que no
hermano será reo de juicio; el que juréis de ninguna manera: ni por el
le dijere: «Raca» será reo ante el cielo, pues es el trono de Dios, 35 ni
Sanedrín; y el que le dijere «Loco» será por la tierra, pues es el escabel de sus
reo de la gehenna de fuego. 23 Si vas, pies, ni por Jerusalén, pues es la
pues, a presentar una ofrenda ante ciudad del gran Rey. 36 Ni por tu
el altar, y allí te acuerdas de que cabeza jures tampoco, porque no está
tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja en ti volver uno de tus cabellos blanco
allí tu ofrenda ante el altar, Ve pri- o negro. 37 Sea vuestra palabra: sí, sí;
mero a reconciliarte con tu hermano, no, no; todo lo que pasa de esto,
y luego vuelve a presentar tu ofrenda. del mal procede.
25 Muéstrate
conciliador con tu ad-
versario mientras vas con él por el
camino, no sea que te entregue al Declaración de la pena del talión.
juez y el juez al alguacil y seas puesto
en prisión. 26 En verdad te digo que 38 Habéis oído que fué dicho: Ojo
no saldrás de allí hasta que pagues por ojo y diente por diente. 39 Pero
el último ochavo. yo os digo, no resistáis al mal, y si
alguno te abofetea en la mejilla de-
recha, dale también la otra; 40 y al
Declaración del sexto precepto. que quiera litigar contigo para qui-
tarte la túnica, déjale también el
27
Habéis oído que fué dicho: No
28 Pero
manto. 41 Y si alguno te requisa para
adulterarás. yo os digo que
todo el que mira a una mujer para
desearla, ya adulteró con ella en su (i) La indisolubilidad del matrimonio se de-
muestra por el lenguaje decisivo y tajante de
corazón. 29 Si, pues, tu ojo derecho
Jesús en 19, 4 ss.; Me. 10, 5 ss.; Le. 16, 18. A
te escandaliza, sácatelo, y arrójalo estos pasajes hay que añadir la terminante de-
de ti, porque más te conviene que claración de San Pablo: «A los que están unidos
por el matrimonio mando, no yo, sino el Señor:
Que la mujer no se aparte del marido, y si se
separa debe quedar sin casar o reconciliarse con
(O La que además de ley mo-
ley mosaica, el marido; y el marido no despida a la mujer».
ral era litúrgica, socialy penal, tenía un aspecto (I Cor. 7, 10 ss.). La excepción hecha por San
muy aún más por los escri-
jurídico, agravado Mateo para el caso de adulterio obedece a esta ra-
bas, que habían hecho de ella la norma férrea, zón: la ley mosaica condenaba a la pena capital
pero externa, de su vida individual y colectiva. a la adúltera y a su cómplice. Si esta pena se
Jesús la eleva a su perfección poniendo de relie- aplicaba, el matrimonio quedaba disuelto por
ve el espíritu de caridad, que en ella estaba como muerte de la adúltera. San Mateo, escribiendo
en germen. Conforme a esto, dirá después San para los hebreos, que vivían bajo la legislación
Pablo que toda la ley se resume en este pre- mosaica, en la parte penal dejada intacta por
cepto: «Amarás al prójimo como a ti mismo». Jesucristo, se expresa en el supuesto de su vi-
(Gal. 5. 14.) gencia y de su aplicación.
IÜ72 SAN MATEO, 6

una milla, vete con él dos. 42 Da a nes de las plazas, para ser vistos de
quien te pida y no vuelvas la espalda los hombres; en verdad os digo, que
a quien te pide algo prestado. ya recibieron su recompensa. 6 Tú,
cuando ores, entra en tu alcoba y,
cerrada la puerta, ora a tu Padre, que
lil amor de los enemigos. está en lo secreto; y tu Padre, que
ve en lo escondido, te recompensará.
Habéis oído que fué dicho: Ama-
43 7
Y
orando, no seáis habladores como
rás a tu prójimo y aborrecerás a tu los gentiles, que piensan que serán
enemigo. 44 Pero yo os digo: Amad a escuchados por su mucho hablar.
vuestros enemigos (1) y orad por
8
No os asemejéis, pues, a ellos, por-
los que os persiguen, 45 para que que vuestro Padre conoce las cosas
seáis hijos de vuestro Padre que está de que tenéis necesidad antes que se
en ks cielos, que hace salir el sol las pidáis. 9 Así, pues, habéis de orar
sobre malos y buenos y llueve sobre vosotros:
justos e injustos. 46 Pues si amáis Padre nuestro que estás en los
a los que os aman, ¿qué recompensa cielos, santificado sea tu nombre;
io venga
tendréis? ¿No hacen esto también los a nos el tu reino, hágase tu
publícanos? 47
Y si saludáis sola- voluntad, así en el cielo como en la
11
mente a vuestros hermanos, ¿qué ha- tierra. El pan nuestro de cada día
céis de más? ¿No hacen esto también dánosle hoy, 12 y perdónanos nuestras
los gentiles? 48 Sed, pues, vosotros deudas, así como nosotros perdona-
perfectos, como perfecto es vuestro mos a nuestros deudores; 13 y no nos
Padre celestial. pongas en tentación, mas líbranos
de mal.

Rectitud de intención.
El perdón de las ofensas.
1
Estad atentos a no hacer vues-
6 tra justicia delante de los hom- 14
Porque si vosotros perdonareis
bres (2) para que os vean; de otra a los hombres sus faltas, también os
manera no tendréis recompensa ante perdonará a vosotros vuestro Padre
vuestro Padre, que está en los cielos. celestial. 15 Pero si no perdonareis a
los hombres las faltas suyas, tam-
poco vuestro Padre os perdonará
Método de practicar la limosna. vuestros pecados (1).

4 Cuando hagas, pues, limosna, no

vayas tocando la trompeta delante ¡VIodo de ayunar.


de ti como hacen los hipócritas en
14
las sinagogas y en las calles, para ser I Cuando ayunéis no os mostréis
alabados de los hombres; en verdad tristes como los hipócritas, que de-
os digo que ya recibieron su recom- I mudan su rostro para que los hom-
pensa. 3 Cuando des limosna, no sepa ;
bres vean que ayunan; en verdad os
tu izquierda lo que hace la derecha, digo, ya recibieron su recompensa.
17
4
para que tu limosna sea oculla, y Tú, cuando ayunes, unge tu cabe-
el Padre, que ve lo oculto, te pre- za y lava tu cara, 18 para que no
miará. vean los hombres que ayunas, sino
tu Padre, que está en lo secreto; y tu
Padre, que ve en lo secreto, te re-
.Método de hacer oración. ¡
compensará.
6
Y
cuando oréis, no seáis como
los hipócritas, que gustan de orar en |Je la solicitud de las cumu
pie en las sinagogas y en los rinco- temporalee.

(1) Esta es la suma de toda la ley y de los 19


No alleguéis tesoros en la tierra,
profetas, como luego declara en el cap. 22. donde la polilla y el orín los consu-
(2) En esta sección Jesús inculca, contra la
doctrina y practica de los fariseos, la reciitud
de intención en nuestras obras, que debemos (i) Este es el gran principio de la moral
hacer para gloria del Padre celestial. (1 Cor. io, cristiana y última consecuencia del precepto del
3') amor a Dios y al prójimo.
SAN MATEO, 7 I07:i

nien (1), y donde los ladrones per- |


añadidura. 34 No os inquietéis, pues,
foran y roban. 20 Atesorad tesoros por el mañana; porque el día de
en el cielo, donde ni la polilla ni el I mañana ya tendrá sus propias in-
orín los consumen y donde los la- quietudes; bástale a cada día su
drones no perforan ni roban. 21 Donde afán (1).
está tu tesoro, allí estará tu cora-
zón. 22 La lámpara del cuerpo es el
ojo. Si, pues, tu ojo estuviere sano, El juicio sobre los otros.
todo tu cuerpo estará iluminado;
23 Pero
si tu ojo estuviere enfermo, 7 1
No
2
juzguéis y no seréis juzga-
todo tu cuerpo estará en tinieblas. dos porque con el juicio
(2);
con que juzgareis seréis juzgados, y
con la medida con que midiereis se os
Dios y las riquezas. medirá. 3 ¿Cómo ves la paja en el
ojo de tu hermano y no ves la viga
24
Nadie puede servir a dos señores, en el tuyo? 4 ¿O cómo osas decir a
pues o bien aborrecerá al uno y ama- tu hermano: Deja que te quite la
rá al otro, o bien se adherirá a uno paja del ojo, teniendo tú una viga
y menospreciará al otro. No podéis en el tuyo? 5 Hipócrita: quita pri-
servir a Dios y a las riquezas. mero la viga de tu ojo y entonces
verás de quitar la paja del ojo de
tu hermano. 6 No déis las cosas santas
Abandono en manos de la Pro- a los perros ni arrojéis vuestras per-
videncia. las a los puercos, no sea que las pi-
soteen con sus pies y revolviéndose
26 Por esto os digo: No os inquietéis os destrocen.
por vuestra vida sobre qué comeréis,
ni por vuestro cuerpo sobre qué ves-
¿No es la vida más que el ali-
tiréis. Eficacia de la oración.
mento, y el cuerpo más que el ves-
tido? 26 Mirad cómo las aves del 7
Pedid y se os dará; buscad y
cielo no siembran ni siegan, ni en- hallaréis; llamad y se os abrirá. 8 Por-
cierran en graneros, y vuestro Padre que quien pide recibe, y quien busca
celestial las alimenta. ¿No valéis vos- hallará y a quien llama se le abrirá.
otros más que ellas? 27 ¿Quién de 9 Pues ¿quién
de vosotros es el que,
vosotros con sus preocupaciones pue- si su hijo le pide pan, le da una
10
de añadir a su estatura un solo codo? piedra, o si le pide pescado le da
28 Y
del vestido, ¿por qué preocu- una serpiente? 11
Si, pues, vosotros,
paros? Mirad a los lirios del campo siendo malos, sabéis dar cosas bue-
cómo crecen: no se fatigan ni hilan. nas a vuestros hijos, ¡cuánto más
29
Y yo os digo que ni Salomón en vuestro Padre que está en los cielos
toda su gloria se vistió como uno dará cosas buenas a quien se las pidel
de ellos. 30 Pues si a la hierba del
campo, que hoy es y mañana se
arroja al fuego, Dios así la viste, ¿no La ley de la caridad.
hará mucho más con vosotros, hom-
bres de poca fe? 31 No os preocupéis, 12
Por eso cuanto quisiereis que os
pues, diciendo: ¿Qué comeremos, qué hagan a vosotros los hombres, ha-
beberemos o qué vestiremos? 32 Los cédselo vosotros a elios, porque esta
gentiles se afanan por todas estas es la ley y los profetas.
cosas. Pero bien sabe vuestro Padre
celestial que de todas estas cosas
tenéis necesidad. 33 Buscad, pues, (1) Obrar de otro modo es tomar las rique-
zas como fin de la vida, haciéndose reo del pe-
primero el reino (2) y su justicia, ¡

!
cado de avaricia. Contra los avaros pronunció
y todas estas cosas se os darán por I el Señor palabras tan graves como aquéllas: «Hi-
>
jos míos, ¡cuan difícil es que entren en el cielo
(1) Como
viajero hacia la eternidad, debe el los que confían en las riquezas! Más fácil será
cristiano vivir con los ojos en el cielo, y no tomar ! a un camello pasar por el hondón de una aguja,
de los bienes terrenos sino cuanto es necesario j
que a un rico entrar en el reino de los cielos»,
para caminar hacia la patria del cielo. ;
(Me. 10, 24.)
(2) El Padre celestial, que promete y da lo (2) Es decir, no condenéis, pues de juicio
más, que es 1a gracia y la gloria, no nos negará \
condenatorio se trata aquí. Es otra aplicación
lo menos, que es el sustento corporal. del precepto de la caridad hacia el prójimo.

68
1074 SAN MATEO, 8

Las dos sendas. bor obra será como el varón prudente,


pue edifica su casa sobre roca. 25 Cayó
13
Entrad por la puerta estrecha (1), la lluvia, vinieron los torrentes, so-
porque ancha es la puerta y espa- plaron los vientos y dieron sobre
ciosa es la senda que lleva a la per- aquella casa, pero no cayó, porque
dición, y muchos los que por ella estaba fundada sobre roca. 26 Y
entran. i4 ¡Qué estrecha es la puerta todo el que me escucha estas pala-
y qué angosta la senda que lleva a la bras y no las pone por obra, será
vida, y cuán pocos los que dan con semejante al necio, que edificó su
ella! casa sobre arena. 27 Cayó la lluvia,
vinieron los torrentes, soplaron los
Los falsos profetas. vientos, y dieron sobre aquella casa,
y cayó, y fué grande su ruina.
15
Guardaos de los falsos profe-
tas (2), que vienen a vosotros con
vestiduras de ovejas, mas por dentro Conclusión.
son lobos rapaces. 16 Por sus frutos
los conoceréis. ¿Por ventura se cogen 28 Aconteció que, cuando acabó
racimos de los espinos, o higos de Jesús estos discursos (1), se maravi-
los abrojos! 17 Así que todo árbol llaban las muchedumbres de su doc-
bueno da buenos frutos, y todo árbol 29 enseñaba como
trina, porque les
malo da frutos malos. 18 No puede quien tiene poder, y no como sus
árbol bueno dar malos frutos, ni doctores.
árbol malo frutos buenos. 19 El árbol
que no da buenos frutos es cortado
y arrojado al fuego.
20 Por los frutos, La curación de un leproso.
pues, los conoceréis.
O Como bajó del monte, le siguie-
1

ron muchedumbres numerosas. 2 Y


La verdadera sabiduría. he aquí que un leproso se le acercó
y se postró ante El, diciendo: Señor,
21 No todo el que dice: ¡Señor, si quieres, puedes limpiarme.
3 Y ex-
Señorl, entrará en el reino de los tendió la mano y le tocó y dijo:
que hace la
cielos, sino el voluntad Quiero, sé limpio. Y al instante quedó
de mi Padre, que está en los cielos. limpia su lepra. 4 Jesús le advirtió:
22
Muchos me dirán en aquel día: Mira, no lo digas a nadie, sino ve a
¡Señor, Señorl, ¿no profetizamos en i
mostrarte al sacerdote y ofrece la
tu nombre y en nombre tuyo arroja- ofrenda que Moisés mandó para que
mos los demonios, y en tu nombre I
les sirva de testimonio (2).
obramos muchos milagros! 23 Yo en-
tonces les diré: Nunca os conocí,
apartaos de mí, obradores de ini- I I siervo del centurión.
quidad. 24 De manera que todo el
6
que escucha mis palabras y las pone Entrado en Cafarnaúm, se le
acercó un centurión (3), suplicán-
dole, 8 y diciéndole: Señor, mi siervo
(1) El camino de la virtud y del cielo es
yace en casa paralítico, gravemente
áspero y exige un esfuerzo constante; en cam-
bio, el camino del vicio y de la perdición es
atormentado. 7 El le dijo: Yo iré y
ancho y cuesta abajo, por lo cual no hay más le curaré. 8
Y respondiendo el centu-
que dejarse ir por él.
(2) Abundaban éstos en la antigua ley, en (i) Comparando sermón con el de San
este
frente de los profetas verdaderos que Dios en- Lucas, se echa de ver que S. Mateo, para hacer
viaba-a su pueblo. En tiempo de Jesús hacían más completo su programa, insertó en él cosas
este oficio los escribas y los fariseos, que extra- que el Salvador habla dicho en otras ocasiones.
viaban al pueblo con sus falsas doctrinas. En (a) En el Levitico, 14, 1-32, se describe el
todos los tiempos abundan los que, vistiéndose largo ritual a que debía someterse el leproso
el manto de la verdad, con aparato de sabiduría, que lograba su curación, antes de reintegrarse a
tratan de extraviar a los hombres de la única la vida social, de que le habla separado la en-
senda que a Dios Ueva. Por los frutos los podre- fermedad.
mos conocer. En los dias en que nos ha tocado (3) Era gentil; pero, sin duda, prosélito de
vivir se descubre por sus frutos de muerte la judaismo. S. Lucas dice que no vino en persona,
calidad de muchas doctrinas, que desde hace sino por sus amigos los judíos, a quienes creía
tiempo se predicaban como la expresión de la más autorizados para presentar sus ruegos a
más alta sabiduría. Jesús.
SAN MATEO, 8 1075

Condiciones de los seguidores


rión, dijo: Señor, no soy digno de
tic Jesús.
que entres bajo mi techo; di sólo una
palabra y mi siervo será curado.
9
Porque yo soy un subordinado, pero 18 Viendo Jesús grandes muche-
bajo mí tengo soldados, y digo a dumbres alrededor de sí, dispuso par-
éste: ve, y va; y al otro, ven, y viene, tir a la otra ribera. 19 Y le salió al
y a mi esclavo: haz esto, y lo hace. encuentro un escriba, que le dijo:
10 Y oyéndole Jesús, se maravilló Maestro, te seguiré adondequiera
y
dijo a los que le seguían: 11 En ver- que vayas. 20 Díjole Jesús: Las rapo-
dad os digo que en nadie de Israel sas tienen cuevas, y las aves del
he hallado tanta fe. 11 Os digo, pues, cielo nidos, pero el Hijo del hombre
que del Oriente y del Occidente (1) no tiene donde reclinar la cabeza.
21 Otro de los discípulos le dijo:
vendrán y sentarán a la mesa con
se
Abraham, Isac y Jacob en el reino Señor, permíteme ir primero a se-
de los cielos, 12 mientras que los hijos pultar a mi padre (1). 22 Pero Jesús
del reino serán arrojados a las tinie- le respondió: Sigúeme y deja a los
blas exteriores, donde habrá llanto y muertos sepultar a sus muertos (2).
crujir de dientes. 13 dijo Jesús al Y
centurión: Ve, hágase contigo según La tempestad calmada.
has creído. Y
en aquella hora quedó
curado el siervo (2). 14 Entrando 23
Cuando hubo subido a la nave
Jesús en casa de Pedro, vió a la sue- le siguieron sus discípulos. 24 he Y
gra de éste, que yacía en el lecho, aquí que se produjo en el mar una
con fiebre. 16 Y le tomó la mano y
agitación grande, tal que las olas
la fiebre la dejó, y se levantó y le
cubrían la nave; pero El entretanto
servía.
dormía. 25 Y acercándose le desper-
taron, diciendo: Señor, sálvanos, que
perecemos. 26 El les dijo: ¿Por qué
Curación de muchos.
teméis, hombres de poca fe? Enton-
16 ces se levantó, increpó, a los vientos
Ya atardecido, le presentaron
y al mar y sobrevino una gran cal-
muchos endemoniados, y arrojó con ma. 27 Los hombres se maravillaban
una palabra los espíritus, y a todos
y decían: ¿Quién es éste, que hasta
los que se sentían mal (3) los curó,
17 los vientos y el mar le obedecen?
para que se cumpliese el anuncio
del profeta Isaías, que dice: «El tomó
nuestras enfermedades y cargó con La curación de los endemoniados.
nuestras dolencias» (4).
28
Llegado a la otra orilla, a la re-
gión de los gadarenos, le vinieron al
encuentro, saliendo de los sepulcros,
(1) La salud eterna, simbolizada por el ban-
quete del cielo, no está vinculada a la raza es- dos endemoniados (3) tan furiosos,
cogida; será de "los hombres de buena volun- que nadie podía pasar por aquel ca-
tad» (Le. 2, 14). mino. 29 Y le gritaron, diciendo: ¿Qué
(2) Resalta en el relato evangélico la modes- hay entre ti y nosotros, Hijo de
tia delcenturión, que se creía indigno de recibir Dios? ¿Has venido aquí a destiempo
a Jesús bajo su techo, y asimismo la fe en el
poder divino del Salvador. El cuidado que mues-
para atormentarnos? 30 Había no lejos
tra por el siervo tampoco debía de obedecer a
de allí una piara de muchos puercos
interés egoísta, sino a verdadero amor por él. Por paciendo (4), 31 y los demonios le
todo esto mereció aquel elogio de Jesús, que los
judíos no debieron de oír con mucho agrado. (1) Que, sin duda, no había aún muerto, y
(3) Los milagros del Salvador tienen un do- así pide que se le deje atender a su padre en sus
ble sentido. Nos revelan primeramente su bon- últimos días.
dad y misericordia hacia todos los desgraciados; (2) Muertos, aquí, sonlos que viven en el
también son signos de la misión divina que traía mundo entregados a los cuidados de la vida
al mundo en beneficio de las almas. Con las temporal.
curaciones corporales pretendía que le acepta- (3) San Marcos y San Lucas hablan de uno
sen como médico de las almas, cuyos pecados solo, que es, sin duda, el que, de los dos, más
venía a perdonar y a sanar sus llagas. Este prin- se distinguía y más llamó la atención de los tes-
cipio, que sobre todo se hace patente en el tigos o de la tradición posterior, por haberse
evangelio de San Juan, se puede aplicar, en ar- convertido a la fe.
monía con los males que el Señor remedia, a las (4) El Oriente del Lago estaba poblado por
diversas especies de milagros. gentiles, los únicos que podían criar tales ani-
(4) Js. 43. 4. males, declarados inmundos por la ley mosaica.
1076 SAN MATEO, 9

11
rogaban, diciendo: Si nos has de echar, Viendo esto, los fariseos decían a
échanos a la piara de puercos. 32 Y los discípulos: ¿Por qué vuestro maes-
les dijo: Id. Ellos salieron y se fue- tro come con publícanos y peca-
ron a los puercos, y toda la piara se dores? (1). 12 El, que los oyó, dijo:
lanzó por un precipicio al mar, mu- No tienen los sanos necesidad de mé-
riendo en las aguas. 33 Los porqueros dico, sino los enfermos. 13 Yd y apren-
huyeron, y yendo a la ciudad con- ded qué significa: «Prefiero 1 a mise-
taron lo que había pasado con los ricordia al sacrificio.» Porque no he
endemoniados. 34 Y
he aquí que toda venido yo a llamar a los justos, sino
la ciudad salió al encuentro de Jesús, a los pecadores.
14 Entonces se llegaron a él los
y viéndole le rogaron que se retirase
de sus términos (1). discípulos de Juan (2), diciendo:
¿Cómo es que, ayunando nosotros y
los fariseos, tus discípulos no ayunan?
Curación del paralitico.
15 YJesús les contestó: ¿Por ventu-
ra pueden los compañeros del novio
llorar mientras está el novio con
t) 1
Subiendo en la barca, hizo la ellos? Pero vendrán días en que les
y vino a su ciudad (2).
travesía será arrebatado el esposo; y entonces
2
Le presentaron un paralítico acos- ayunarán. 16 Nadie echa una pieza
tado en un lecho, y viendo Jesús la fe de paño no abatanado a un vestido
de aquellos hombres, dijo al paralí- viejo, porque el remiendo se llevará
tico: Confía, hijo, tus pecados te algo del vestido y el roto se hará
17
son perdonados. 3 Algunos escribas mayor. Ni se echa el vino nuevo
dijeron dentro de sí mismos: Este en cueros viejos; de otro modo se
blasfema. 4 Jesús, conociendo sus romperían los cueros, el vino se de-
pensamientos, les dijo: ¿Por qué rramaría y los cueros se perderían;
pensáis mal en vuestros corazones? sino que se echa el vino nuevo en
5 ¿Qué es más fácil: decir tus pecados cueros nuevos, y así lo uno y lo otro
te son perdonados, o decir leván- se conserva.
tate y anda? * Pues para que veáis
que el Hijo del hombre tiene sobre
la tierra poder de perdonar los peca- Curación de la homorroisa, y
dos (3), dijo al paralítico: levántate, resurrección de una niña.
toma tu lecho y vete a casa. 7
Y le-
vantándose, fuése a su casa. Viendo 8
18
esto, las muchedumbres quedaron so- Mientras les hablaba, llegó un
brecogidas de temor y glorificaron jefe (3), y acercándosele se postró
a Dios de haber dado tal poder a los ante él, diciendo: Mi hija a 'aba de
hombres. morir; ven, pon tu mano sobre ella
y vivirá. 19 Y
levantándose Jesús, le
siguió con sus discípulos. 20 En-
Vocación de Mateo. tonces una mujer, que padecía flujo
de sangre hacía doce años se le
acercó por detrás y le tocó la orla
• Pasando Jesús de allí, vi ó a un del vestido Í4), 21 diciendo para sí
hombre sentado en el telonio, de misma: Con solo tocar su vestido seré
nombre Mateo, y le dijo: Sigúeme. sana. 22 Jesús se volvió, y viéndola
Y él, levantándose, le siguió. 10 Ha-
llándose, pues, Jesús sentado a la
mesa en la casa de aquél, vinieron (1) Para los fariseos, los publícanos eran pú-
muchos publícanos y pecadores a blicos pecadores, con quienes no se podía tratar
sin contaminarse.
sentarse con Jesús y sus discípulos. (a) Eran gentes que. habiendo recibido el
bautismo de Juan, llevaban una vida de peni-
(i) Los sucesos que acababan de oír los ha- tencia, y asi se extrañaban de que Jesús y los
blan puesto en un temor supersticioso, y prefe- suyos no hicieran otro tanto.
rían verle lejos. (3) Era la sinagoga el centro de la vida reli-
(a) Cafarnaúm, que habla constituido en giosa y social del pueblo, y tenia para su go-
centro de su actividad apostólica. (4. 13.) bierno un consejo de personas respetables.
(3) Los milagros de Jesús tienen una fina- (4) A causa de la enfermedad, que consti-
lidad más alta que la de remediar los males tuía una impureza legal, no se atrevía a pedir
físicos: probar su misión divina de salvador de francamente el remedio del mal. (Levitico. 15.
las almas. 25 ss.)
SAN MATEO, 10 1077

37Entonces dijo a los discípulos: La


dijo: Hija, ten confianza; tu fe te
ha sanado. Y quedó sana la mujer mies es mucha, pero los obreros pocos.
38 Rogad, pues, al dueño de la mies
desde aquel momento. 13 Cuando
llegó Jesús a la casa del jefe, viendo que envíe obreros a su mies.
a los flautistas y a la muchedumbre
de plañideras, 24 dijo: Retiraos, que Confiere a los doce el poder
la niña no está muerta: duerme. Y se de hacer milagros.
reían de El (1). 25 Una voz que la
muchedumbre fué echada fuera, entró,
tomó la mano de la niña y ésta se IU 1
Habiendo llamado Jesús a sus
levantó. 26 La nueva se divulgó por discípulos, les dió poder sobre
toda aquella tierra. los espíritus impuros para arrojarlos
y para curar toda enfermedad y toda
Curación de dos ciegos. dolencia (1).
2
Los nombres de
los doce Após-
toles son primero Simón,
éstos: el
27 Partiendo Jesús de allí, le se- llamado Pedro, y Andrés, su her-
guían dos ciegos, dando voces y di- mano; Santiago, el de Zebedeo, y
ciendo: Ten piedad de nosotros, Hijo Juan, su hermano; 3 Felipe y Barto-
de David. 28 Y cuando hubo entrado lomé, Tomás y Mateo, el publicano;
en casa, se le acercaron los ciegos y Santiago, el de Alfeo, y Tadeo; 4 Si-
les dijo Jesús: ¿Creéis que puedo yo món, el Celador, y Judas Iscariote,
hacer esto? Respondiéronle: Sí, Señor. el que le traicionó.
29
Entonces tocó sus ojos, diciendo:
Hágase en vosotros según vuestra fe. Instrucción a los doce.
30 Y se abrieron sus ojos,
y con tono
severo les advirtió: Mirad que nadie
lo sepa (2). 31 Pero ellos, una vez 5
A estos doce envió Jesús, des-
fuera, divulgaron la cosa por toda pués de haberles instruido en estos
aquella tierra. términos: «No toméis el camino de
los gentiles (2) ni entréis en la ciu-
Curación de un mudo. dad de los samaritanos; 6 id más
bien a las ovejas perdidas de la casa
de Israel. 7 Y en vuestro camino pre-
32
Salidos aquéllos; le presentaron dicad diciendo: El reino de Dios se
un hombre mudo endemoniado, 33 y acerca. 8 Curad a los enfermos, resu-
arrojado el demonio, habló el mudo citad a los muertos, limpiad a los
y se maravillaron las turbas, dicien- leprosos, arrojad los demonios; gratis
do: Jamás se vió tal en Israel. 34 Pero 1 lo recibís, dadlo gratis.
9
No llevéis
los fariseos replicaban: Es por virtud I
oro ni plata ni cobre en vuestro cin-
del príncipe de los demonios como '

to, 10 ni alforja para el camino,


arroja a los demonios. ni dos túnicas, ni sandalias, ni bas-
tón; porque el obrero es acreedor a
Actividad misional. su sustento. 11 En cualquiera ciudad
o aldea en que entréis, informaos de
quién hay en ella digno (3), y que-
35 Jesús recorría todas las ciuda- daos allí hasta que partáis. 12 Y en-
des y aldeas, enseñando en sus si- trando en la casa, saludad. 13 Y si la
nagogas, predicando el evangelio del casa fuere digna, sobre ella vendrá
reino y curando toda enfermedad y vuestra paz; si no lo fuere, vuestra
toda dolencia. 36 Viendo a la muche- paz volverá a vosotros. 14 Y si no
dumbre, se enterneció de compasión
por ella, porque estaban fatigados y
(t) Jesús no sólo tiene poder de hacer mi-
decaídos como ovejas sin pastor. lagros, sino facultad para conferirlo a otros. Era
ésta una facultad que jamás se había visto en
(1) Como gente que tenía por oficio llorar Israel.
a los muertos, se ríen de Jesús; sin duda que no (2) La misión personal de Jesús se dirigía a
reirían los padres de la niña difunta. j
los hijos de Israel, por los cuales la salud había
(2) Estos mandatos de Jesús tienen su razón !
de llegar a los gentiles. (Rcm. 15, 8.)
de ser en el estado de los ánimos, demasiado (3) La misión que llevaban los obligaba a <

excitados en aquel momento con los milagros mirar dónde se hospedaban, no fuera que la con-
; prontos a estallar en manifestaciones que pu- dición del huésped impidiese el ministerio apos-
dieran comprometer su ministerio. (Jn. 6. 15.) tólico.
1078 SAN MATEO. 11

os recibieren o no escucharen vuestras el alma y el cuerpo en la gehenna.


palabras, saliendo de aquella casa o 29¿No se venden dos pajaritos por
de aquella ciudad, sacudid el polvo un as? Sin embargo, ni uno de ellos
de vuestros pies*. 18 En verdad os caerá en tierra sin la voluntad de
digo que más tolerable suerte tendrá vuestro Padre. 30 Cuanto a vosotros,
la tierra de Sodoma y Gomorra en aun los cabellos todos de vuestra ca-
el día del juicio que aquella ciudad. beza están contados. 31 No temáis,
pues; ¿no aventajáis vosotros a los
IV ucva instrucción a los apóstoles. pajaritos? 32 Pues a todo el que me
confesare delante de los hombres, yo
también le confesaré delante de mi
16
He aquí que yo os envío como Padre, que está en los cielos 33 Pero
ovejas en medio de lobos (1); sed, a todo el que me negare delante de
pues, prudentes como serpientes y los hombres, yo le negaré también
sencillos como palomas. 17 Guardaos delante de mi Padre, que está en los
de los hombres, porque os entregarán cielos.
a los sanedrines y en sus sinagogas os No penséis que he venido a
34

azotarán. 18 Seréis llevados a los go- poner paz en la tierra (1); no vine
bernadores y reyes por amor de mí, a poner paz, sino espada. 35 Porque
para dar testimonio ante ellos y los he venido a separar al hombre de su
gentiles. 19 Cuando os entregaren, no padre, y a la hija de su madre, y la
as preocupe cómo o qué hablaréis; nuera de su suegra, 36 y los enemigos
porque se os dará en aquella hora lo del hombre serán los de su casa.
que debéis decir. 20 No seréis vos- 37 El que ama al padre y a la madre
otros los que habléis, sino el Espíritu más que a mí, no es digno de mí (2),
del Padre el que hablará en vosotros. y el que ama al hijo o a la hija más
21
El hermano entregará al hermano a que a mí, no es digno de mí; 38 y el
la muerte, el padre al hijo, y se le- que no toma su cruz y sigue en pos
vantarán los hijos contra los padres de mí, no es digno de mí. 39 El que
y les darán muerte. 22
Y seréis abo- halla su vida la perderá, y el que la
rrecidos de todos por causa de mi perdiere por amor de mí la hallará.
nombre; el que persevere hasta el 40 El que os recibe a vosotros, a mí
fin, ése será salvo. me recibe, y el que me recibe a mí,
23 Cuando
os persiguieren en una recibe al que me envió. 41 El que re-
ciudad, huid a otra; y si en ésta os cibe al profeta como profeta, obten-
persiguieren, huid a una tercera. En drá recompensa de profeta, y el que
verdad os digo que no acabaréis las recibe al justo como justo, obtendrá
ciudades de Israel antes de que venga recompensa de justo. 42 Y el que diere
el Hijo del hombre.
24 No está de beber a uno de estos pequeños,
el
discípulo sobre el maestro, ni el siervo sólo un vaso de agua fresca, en razón
sobre su amo. 26 Bástale al discípulo de discípulo, en verdad os digo que
ser como su maestro y al siervo como no perderá su recompensa.»
su señor. 29 Si al amo le llamaron
Belcebú, (cuánto más a sus domés- La misión del Bautista.
ticos! 26 No los temáis, pues; porque
nada hay oculto que no se venga a
descubrir, ni secreto que no venga a 1 1 1
Aconteció que cuando hubo
ser conocido. 27 Lo que yo os digo Jesús acabado de instruir a sus
en la oscuridad, decidlo a la luz, y discípulos, partió de allí para enseñar
lo que os digo al oído, predicadlo y predicar en sus ciudades. 2 Y ha-
sobre los terrados. 28 No tengáis mie- biendo oído Juan en la cárcel las
do a los que matan el cuerpo, que obras de Cristo, envió por medio de
al alma no la pueden matar; temed sus discípulos, 8 a decirle: «Eres tú
más bien a Aquél que puede perder
(i) Jesús gusta de semejantes figuras para
(i) Lo que sigue, sin duda, fué dicho por I
imprimir mejor las ideas en la mente de sus
Jesús mirando a otra misión más lejana y más j
oyentes. Siendo principe de la paz, porque nos
larga entre las naciones gentiles. Es, al mismo ! trae el amor, lo es también de la guerra, porque
tiempo, una profecía de lo que sucederá a los I
El mismo y los suyos serán para el mundo blanco
•apóstoles y a los fieles en los tiempos venideros. de contradicción.
En la historia reciente de la persecución mar- (3) Singular pretensión, que sólo en Dios es
xista pudiéramos hallar pruebas confirmatorias justa, como principio y fin que es del hombre
de lo que aquí dice el Salvador. Es una expresión manifiesta de su divinidad.
SAN MATEO, 11 1079

17
el que viene (1), o debemos esperar tan unos a otros, diciendo: «Os
a otro? Y respondiendo Jesús, les tocamos la flauta y no bailáis, he-
dijo: Id y referid a Juan lo que habéis mos endechado y no os habéis do-
oído y visto. 8
Los ciegos ven, los lido.» 18 Porque vino Juan, que no
cojos andan, los leprosos quedan lim- comía ni bebía, y dicen: Está poseído
pios, los sordos oyen, los muertos del demonio. 19 Vino el Hijo del
resucitan y los pobres son evangeli- hombre, que come y bebe, y dicen:
zados; 6 y bienaventurado aquél que Es un comilón y un bebedor de vino,
no se escandalizare en mí. amigo de publícanos y pecadores.
Y la Sabiduría se justifica por sus
Elogio de Juan. obras.

7
Cuando éstos se hubieron ido,
comenzó Jesús a hablar de Juan a Amenaza a las ciudades infieles.
la muchedumbre: ¿Qué habéis ido a
ver al desierto? ¿Una caña agitada 20
Comenzó entonces a increpar a
por el viento? 8 ¿Qué habéis ido a las ciudades en que había hecho
ver? ¿A un hombre vestido afemina- muchos milagros, porque no habían
damente? Mas los que visten con hecho penitencia: |Ay de ti, Corazaín,
molicie están en las moradas de los ay de ti, Betsaidal, porque, si en
reyes. 9 ¿Pues a qué habéis ido? Tiro y en Sidón se hubieran hecho
¿A ver un profeta? Sí, yo os digo los milagros hechos en ti, mucho ha
que más que a un profeta. 10 Este es que en saco y ceniza hubieran hecho
de quien está escrito: penitencia. 22 Así, pues, os digo que
He aquí que yo envío a mi men- Tiro y Sidón serán tratadas con menos
sajero delante de tu faz, rigor que vosotros en el día del juicio.
Que preparará tus caminos delante 23 Y
tú, Cafarnaúm, ¿te levantarás
de ti (2). hasta el cielo? Hasta el infierno serás
11
En verdad os digo que entre los precipitada. Porque si en Sodoma se
nacidos de mujer no ha parecido hubieran hecho los milagros hechos
uno más grande que Juan el Bau- en ti, hasta hoy subsistirían. 24 Así,
tista. Pero el más pequeño en el pues, os digo que el país de Sodoma
reino de los cielos es mayor que él (3). será tratado con menos rigor que tú
12
Desde los días de Juan hasta ahora, en el día del juicio.
el reino de los cielos sufre violencia
y los esforzados lo arrebatan. 13 Por-
que todos los profetas y la ley han Acción de gracias al Padre.
profetizado hasta Juan. 14 si que- Y
que ha de venir.
réis oírlo, él es Elias, 25 En aquel tiempo tomó
Jesús la
15
El que tiene oídos, que oiga. palabra y dijo: Yo te alabo, Padre,
Señor del cielo y de la tierra, porque
Juicio sobre la generación ocultaste estas cosas a los sabios y
presente. discretos y las revelaste a los peque-
ñuelos (1). 26 Sí, Padre, porque así
16
¿A quién compararé yo esta ge- te plugo. 27 Todo me ha sido entre-
neración? Es semejante a los niños por mi Padre (2), y nadie
gado
sentados en la plaza (4), que se gri- conoce al Hijo sino el Padre, y nadie
conoce al padre sino el Hijo y aquél
(1) El laconismo de los evangelistas no nos a quien el hijo quisiere revelárselo.
permite poner en claro el motivo de esta emba- 28 Venid a mí, todos los que estáis
jada. Parece lo más probable que obedeciera al fatigados y cargados, que yo os ali-
deseo de que sus discípulos oyesen la verdad
de labios del mismo Jesús. Hay quien cree que
obedeció a un pasajero oscurecimiento del cono- clases directoras de Israel, en quienes fué bien
cimiento que Juan tenía de Jesús como Mesías. marcada la oposición contra Jesús, hasta aca-
(2) Mal. 3, i. bar poniéndole en la cruz.
(3) Después del elogio que precede, la com- (1) Maravilloso desahogo de Jesús con su Pa-
paración no puede referirse a la dignidad de las dre acerca de los planes de su providencia. El
personas, sino de los estados. Juan vive aún en reino de los cielos es de los pobres y humildes;
la antigua alianza, que es la promesa del reino de los que presumen de sabios, la reprobación.
de Dios; los hijos del reino ya gozan de la pose- (I Cor. ,, 18 ss .)
sión del mismo reino prometido. (2) Estas palabras expresan la intima comu-
(4) Nota característica de la enseñanza po- nión de vida entre el Padre y el Hijo, la consus-
pular de Jesús. La parábola va dirigida a las tancialidad de ambos.
.

1080 SAN MATEO, 12

viarc. Tomad sobre vosotros mi


29
mano; la extendió sana como la
y
14
yugo, aprended de mí, que soy
y otra. Los fariseos, saliendo, se reu-
manso y humilde de corazón, y halla- nieron en consejo (1) contra El para
réis descanso para vuestras almas, ver el modo de perderle.
pues mi yugo es blando y mi carga
ligera.
La mansedumbre del Mesías,
predieba por el profeta.
Sobre la observancia del sábado. 15
Jesús, teniendo noticia de esto,
Primera cuestión. se de allí (2). Muchos le si-
alejó
O 1
P° r aquel tiempo iba Jesús,
guieron, y los curaba a todos, 16 en-
|
un día de sábado por los sem- cargándoles que no le descubrieran;
17
brados; sus discípulos tenían hambre para que se cumpliera el anuncio
del profeta Isaías, que dice:
y comenzaron a arrancar espigas y 18 He
aquí mi siervo, a quien elegí;
comérselas. 2 Los fariseos, que lo
echaron de ver, dijéronle: Mira que mi amado, en quien mi alma se
tus discípulos hacen lo que no es complace. Haré descansar mi espíritu
lícito hacer en sábado (1). 3
Pero sobre él, y anunciará el derecho a
las gentes. 19 No disputará ni gritará,
El les dijo: ¿No habéis leído lo que
hizo David cuando tuvo hambre él nadie oirá su voz en las plazas. 20 La
que acompañaban? 4 ¿Cómo caña cascada no la quebrará, y no
y los le
entró en casa de Dios, y comieron
la
apagará la mecha humenate, hasta
los panes de la proposición, que no
hacer triunfar el derecho, 21 y en su
les era lícito comer a él y a los suyos,
¡
nombre pondrán las naciones su es-
sino sólo a los sacerdotes? 6 ¿Ni ha-
peranza. (42, 1-4.)
béis leído en la ley que el sábado
los sacerdotes en el templo violan el
La calumnia de los fariseos.
sábado sin ser culpables? 8 Pues yo
os digo que lo que aquí hay es más 22 Entonces le trajeron un ende-
grande que el Templo. 7 Si hubierais moniado ciego y mudo (3); y le curó,
entendido qué significa: Yo prefiero de suerte que el mudo hablaba y
la misericordia al sacrificio, no con- veía. 23 Y se maravillaron las muche-
denaríais a inocentes. 8 Porque el dumbres y decían: ¿No será éste el
Hijo del hombre es señor del sábado. Hijo de David? (4). 24 Pero los fari-
seos, que esto oyeron, dijeron: Este
no echa a los demonios sino por el
Segunda cuestión sobre el sábudo. poder de líeelcebub, príncipe de los
25 Penetrando
demonios (5). El sus
8
Y
pasando de allí vino a la sina- pensamientos, les dijo: Todo reino
goga, 10
donde había un hombre que en sí dividido será desolado, y toda
tenía seca una mano. Y le pregun- ciudad o casa en sí dividida no sub-
taron para poder acusarle: ¿Es lícito sistirá. 26 Y si Satanás arroja a Sata-
curar en sábado? 11 El les dijo: ¿Quién
de vosotros, teniendo una oveja,
si cayere en un pozo en día de sá- Esto nos muestra a qué extremo llegaba
(1)
laoposición farisea.
bado, no la coge y la saca? (2).
12 Cede ante la violencia de sus enemigos
(2)
Pues ¡cuánto más vale un hombre porque no era llegada su hora. (Jn. II, J ss.)
que una oveja! Lícito es, por tanto, (3) Is. 42. 1-4-
hacer bien en sábado. 13 Entonces (4) La
posesión diabólica solía llevar con-
dijo a aquel hombre: Extiende tu sigo alguna enfermedad, la cual desaparecía
luego de echados los espíritus por el Señor.
(5) Que quiere decir Mesías. Estas expre-
(i)Este episodio nos muestra hasta qué ex- siones populares muestran cuan vivas estaban
tremo llegaba la superstición de los fariseos en en aquellos días las esperanzas mesiánicas.
la interpretación del precepto sabático, pues en (6) Era Beelzebub el dios de Acarón, a quien
la prohibición de la siega y de la trilla veian con- por burla los judíos llamaban Beelzebul, señor del
denada la simple acción de frotar unas espigas estiércol. Los espíritus, aun después de perdida
y limpiar sus granos para entretener el hambre. la gracia por el pecado, conservan su jerarquía,
(Exodo 34,21.) que tiene por base su perfección natural. Al jefe
(a) La casuística rabinica sabia atender supremo de esa jerarquía le ILmab.n Beelzebub
a sus intereses. Prohibe curar en sábado, que es !
Jesús, según ellos, tendría pacto con éste, y tn
oficio del médico; pero no salvar una res que l su virtud, los espíritus inferiores le tslarl.n
está a punto de perecer. I sujetos.
SAN MATEO, 12 1 0S1

nás, estará dividido contra si, ¿cómo, dijo: La generación mala y adúltera,
pues, subsistirá su reino? 27 si yo Y busca una señal, y no le será dada
arrojo los demonios con el poder de más señal que la de Jonás (1) el
40 Porque, como estuvo
Beelcebub, ¿con qué poder los arro- profeta.
jan vuestros hijos? Por esto serán Jonás en el vientre de la ballena tres
28 Mas si yo,
ellos vuestros jueces. días y tres noches, así estará el Hijo
arrojo a los demonios con el espíritu del hombre tres días y tres noches
de Dios, entonces es que ha llegado en el seno de la tierra. 41 Los nini-
29
a vosotros el reino de Dios. ¿Pues vitas se levantarán el día del juicio
cómo podrá entrar uno en la casa contra esta generación y la conde-
de un fuerte y arrebatarle sus ense- narán, porque ellos hicieron peni-
res, si no logra primero sujetar al tencia a la predicación de Jonás, y
fuerte? Ya entonces podrá saquear hay aquí algo más que Jonás. 42 La
su casa. 30 El que no está conmigo reina del Mediodía se levantará en
está contra mí, y el que conmigo no juicio contra esta generación y la
recoge, desparrama. condenará, porque vino de los confi-
nes de la tierra para oír la sabiduría
de Salomón, y aquí hay algo más
La blasfemia contra el Espíritu que Salomón. 43 Cuando el Espíritu
Santo. impuro sale de un hombre, discurre
por lugares áridos, buscando reposo
44 Entonces
31
Por esto os digo: Todo pecado
y no lo halla. se dice:
Me volveré a mi casa de dotide salí.
y blasfemia les será perdonado a los Y va y la encuentra vacía, barrida y
hombres, pero la blasfemia contra el compuesta. 45 Entonces va, toma con-
Espíritu (1) no les será perdonada. sigo otros siete espíritus peores que
32 Quien hablare contra el Hijo del
él, y entrando, habita allí, viniendo
hombre será perdonado: pero quien a ser las postrimerías de aquel hom-
hablare contra el Espíritu Santo, no bre peores que sus principios. Así será
será perdonado, ni en este siglo ni
de esta generación mala.
en el venidero. 33 Si plantáis un árbol
bueno, su fruto será bueno, pero si
plantáis un árbol malo, su fruto será Los parientes de Jesús.
malo, porque el árbol por los frutos
se conoce. 34 ¡Raza de víboras! ¿Cómo 46 Mientras El hablaba a la mu-
podéis vosotros decir cosas buenas,
chedumbre, su madre y sus herma-
siendo malos? Porque de la abun-
nos estaban fuera y pretendían ha-
dancia del corazón habla la boca.
35 El hombre bueno, blarle. 47 Alguien le dijo: Tu madre
de su buen te-
soro saca cosas buenas, pero el hom- y tus hermanos (2) están fuera y
desean hablarte. 48 Y El respondió
bre malo de su mal tesoro saca cosas
malas. 36 Y yo os digo que de toda y dijo al que le hablaba: ¿Quién es
mi madre y quiénes son mis herma-
palabra ociosa que hablaren los hom-
bres habrán de dar cuenta el día del
nos? 49
Y
extendiendo su mano sobre
juicio. 37 Pues por tus palabras serás
He aquí mi madre
los discípulos, dijo:

declarado justo, o por tus palabras y mis hermanos. Porque quienquiera


que hiciere la voluntad de mi Padre,
serás condenado.
que está en los cielos, ése es mi her-
mano y mi hermana y mi madre.
Amenaza contra la generación
actual. (1) La última señal que Jesús dará a los ju-
díos de que es el Mesías será su resurrección.
38 El que la rechace quedará en peor situación
Entonces le interrogaron algu-
que antes, porque su resistencia a la verdad le
nos de los escribas y fariseos, y le habrá confirmado más en el mal.
dijeron: Maestro, quisiéramos ver una (2) Los parientes, queno creían en El (Jn. 7, 5),
señal tuya. 39 El, respondiendo, les antes pensaban que estaba fuera de sí (Me. 3, 21).
vienen para reducirle a casa. Jesús se aprovecha
de la ocasión para poner de relieve el orden
(i) Es el pecado que directa y consciente- divino sobre el humano. No hemos de atribuir
mente va contra la verdad. Como de ella ha de a la Madre los mismos sentimientos por el
venir la salud, el que la impugna se cierra a si hecho de que acompañara a los parientes. Iban
mismo la puerta de la salvación, y asi resulta su en busca de su Jesús, y no podía permanecer
pecado irremisible. indiferente.
1082 SAN MATEO. 13

La parábola del sembrador. razón y convertirse, que yo los cu-


raría (1). 18 [Pero dichosos vuestros
'J 3 1
Aquel día salió Jesús de casa ojos, porque ven, y vuestros oídos,
y se sentó junto al mar. 2 Se porque oyen! 17 Pues en verdad os
le acercaron numerosas muchedum- digo que muchos profetas y justos
bres. El, subiendo a una barca, se desearon ver lo que vosotros veis,
sentó, quedando la muchedumbre y no lo vieron, y oír lo que vosotros
sobre la playa, 3 y les dijo muchas oís, y no lo oyeron.
cosas en parábolas (1): Salió un
sembrador a sembrar, * y de la si- Explicación de la parábola.
miente parte cayó junto al camino,
y viniendo las aves, la comieron. 18
5 Oíd, pues, vosotros, la parábola
Otra cayó en sitio pedregoso, donde del sembrador. 19 A quien oye la
no había tierra y luego brotó, porque palabra del reino y no la entiende,
la tierra era poco profunda, 9 pero
viene el maligno y le arrebata lo
levantándose el sol la agostó, y como que había sido sembrado en su co-
no tenía raíz, se secó. 7 Otra cayó razón: esto es lo sembrado junto al
entre cardos, y los cardos crecieron camino. 20 Lo sembrado en terreno
y la ahogaron. 8 Otra cayó sobre tierra pedregoso es el que oye la palabra
buena y dió buen fruto, una ciento,
otra sesenta, otra treinta. 9 El que
y desde luego la recibe con alegría;
21 pero
no tiene raíces en sí mismo,
tenga oídos, que oiga. sino que es voluble, y en cuanto se
levanta una tormenta o persecución
Razón de la parábola. a causa de la palabra, al instante se
escandaliza. 22 Lo sembrado entre
10
Acercándosele los discípulos, le espinas es que oye la palabra;
el
dijeron: ¿Por qué les hablas en pará- pero los cuidados del siglo y la se-
bolas? 11 Y les respondió diciendo: ducción de las riquezas ahogan la
A vosotros os ha sido dado conocer palabra y queda sin dar fruto. 23 Lo
los misterios del reino de los cielos, sembrado en buena tierra es el que
pero a ésos no. 12 Porque al que tiene oye la palabra y la entiende, y da fruto,
se le dará más y abundará; y al que uno ciento, otro sesenta, otro treinta.
no aun aquello que tiene le
tiene,
será quitado. 13 Por esto les hablo
en parábolas, porque viendo no vean
La parábola de la cizaña.
y oyendo no oigan ni entiendan;
" y se cumpla en ellos la profecía de 24 Les propuso otra parábola, di-

Isaías, que dice: ciendo: Es semejante el reino de los


Cierto no entenderéis (2),
oiréis y cielos a un hombre que sembró en
veréis y no conoceréis. 15 Porque su campo semilla buena. 18 Pero
se ha endurecido el corazón de este mientras la gente dormía, vino el
pueblo, y se han hecho duros de enemigo y sembró cizaña entre el
26
Cuando creció la
oídos, y han cerrado sus ojos, para trigo y se fué.
no ver con sus ojos y no oír con sus hierba y dió fruto, entonces apare-
27 Acercándose los cria-
oídos, y para no entender en su co- ció la cizaña.
dos al amo, le dijeron: Señor: ¿no
San Mateo, siguiendo su método, reúne
has sembrado semilla buena en tu
tí)
aqut un grupo de parábolas cuyo tema es el campo? ¿De dónde viene, pues, que
misterio del reino de Dios. No estando el pue- haya cizaña? 28 él les Y
contestó:
blo en condiciones de recibir la verdad desnuda Eso obra de un enemigo. Díjéron-
es
sobre este misterio, a causa de sus prejuicios le: ¿Quieres que vayamos y la arran-
mesiánicos, el Señor le presenta la verdad en quemos? 29
Y les dijo: No, no sea que
forma velada para que, poco a poco, la vaya al querer arrancar la cizaña, arran-
percibiendo. Esto siempre serla mejor que negár-
sela del todo.
quéis con ella el trigo. 30 Dejad que
(3) Hasta cinco veces se cita este texto en ambos crezcan hasta la siega; y al
los evangelios y en los Hechos, 28, 26. El pro- tiempo de la siega diré a los sega-
feta fué enviado por Dios a predicar al pueblo dores: Coged primero la cizaña y
y, cierto, para que su palabra le reportase la atadla en haces para quemarla, y el
salud; pero a causa de la malicia del pueblo, el
trigo recogédlo para encerrarlo en el
ministerio del profeta le iba a ser ocasión de
mayor mal. Tal ocurría a los judíos por su opo- granero.
sición a la verdad, que brillaba en la predi< .1-
cjón de Jesús y de los Apóstoles. (1) Is. 6, 9 h,
SAN MATEO, 14

i;i grano de mostaza. también semejante el reino de los


cielos a un mercader que busca
81 Otra parábola les propuso, di- preciosas perlas, y hallando una de
ciendo: Es semejante el reino de los gran precio, va, vende todo cuanto
cielos a un grano de mostaza que tiene y la compra.
toma uno y lo siembra en su campo;
82
y con ser la más pequeña de todas La red.
las semillas, cuando ha crecido es
la más grande de todas las hortali- 47
Es también semejante el reino
zas y llega a hacerse un árbol, de de los cielos a una red barredera, que
suerte que las aves del cielo vienen se echa en el mar y recoge peces de
a anidar en sus ramas. toda suerte; 48 y llena, la sacan sobre
la playa, y sentándose recogen los
peces buenos en canastos, y los malos
El fermento. 49
los tiran. Así ser4 a la consumación
33 del mundo: saldrán los ángeles y
Otra parábola les dijo: Es seme-
separarán a los malos de los justos,
jante el reino de los cielos al fermento, 60
que una mujer toma y lo pone en y los arrojarán al horno de fuego:
allí habrá llanto y crujir de dientes.
tres medidas de harina hasta que 61 ¿Habéis entendido todo esto? Res-
todo fermenta. 34 Todas estas cosas
dijo Jesús en parábolas a las mu- pondiéronle: Sí. 52
Y les dijo: Así,
todo escriba instruido en la doctrina
chedumbres, y no hablaba nada
les
del reino de los cielos es como el
sin parábolas, 35 para que se cum-
pliera el anuncio del profeta que dice:
amo de casa, que de su tesoro saca
Abriré en parábolas mi boca, de-
lo nuevo y lo añejo. 53 Cuando hubo
clararé las cosas ocultas desde la
terminado Jesús estas parábolas, se
alejó de allí, 64 y viniendo a su tierra
creación (1).
36 les enseñaba en la sinagoga, de ma-
Entonces, dejando a la muche-
nera que, admirados, se decían: ¿De
dumbre, se vino a casa, y sus discí-
pulos se acercaron a El, diciéndole:
dónde le viene a éste tal sabiduría
Explícanos la parábola de la cizaña y tales prodigios? 55 ¿No es éste el loijo
del carpintero? (1). ¿Su madre no
del campo. 37 Y respondiendo, dijo:
se llama María y sus hermanos San-
El que siembra la buena semilla es
tiago y José, Simón y Judas? ¿Sus
el Hijo del hombre; el campo es ^1
mundo; la buena semilla son los hijos hermanas no están todas entre nos-
otros? ¿De dónde, pues, le viene todo
del reino; la cizaña son los hijos del
esto? 57 Y se escandalizaban en El.
maligno; 39 el enemigo, que la siem-
bra, es el diablo; la siega es la con-
Jesús les dijo: Sólo en su patria y en
su casa es menospreciado el profeta.
sumación del mundo; los segadores 58 Y
son los ángeles. 40 A la manera, pues, no hizo allí muchos milagros
por su incredulidad.
que se recoge la cizaña y se quema
en el fuego, así será a la consumación
del mundo. 41 Enviará el Hijo del Juicio de Herodes sobre Jesús y-
hombre a sus ángeles y recogerán muerte del Bautista.
de su reino todos los escándalos y a * a 1
Por aquel tiempo llegaron a
todos los obradores de iniquidad, 1 ^ Herodes el tetrarca noticias
42
y los arrojarán en el horno de acerca de Jesús, 2 y dijo a sus servi-
fuego, donde habrá llanto y crujir dores:
Ese es Juan el Bautista que
de dientes. 43 Entonces los justos ha resucitado de entre los muertos
brillarán como el sol en el reino de
y por eso obra en él un poder mila-
su Padre. El que tenga oídos, que oiga. groso 3
Pues Herodes había he-
(2).

El tesoro y la perla. Jesús pasaba por hijo de José, ya que el


(1)
misterio de su concepción virginal estaba aún
44 Es semejante el reino de los cie- velado por el secreto. Los hermanos y hermanas
los a un tesoro escondido en un campo, de que nos hablan con frecuencia los autores sa-
grados son parientes cercanos, primos carnales
que quien lo encuentra lo oculta y,
por parte de la Madre o de San José.
lleno de alegría, va, vende cuanto Vuelto del otro mundo, vendría investi-
45 (2)
tiene, y compra aquel campo. Es do de poderes extraordinarios para hacer mila-
gros. Tal era el juicio de Herodes Antipas y de
(i) Salm. 7, 2. otros más (Mt. t6. 14.)
1084 SAN MATEO, 14

cho prender a Juan, le ñabia enca- ojos al bendijo y partió los


cielo,
denado y puesto en la cárcel por panes y se dió a los discípulos, y
los
causa de Herodías, la mujer de Fi-
4
éstos a la muchedumbre. 20 co- Y
lipo, su hermano (1). Pues Juan mieron todos (1) y se saciaron, y
le decía: No te es lícito tenerla. recogieron de' los "fragmentos sobran-
5
Quiso matarle, pero tuvo miedo de tes doce cestos llenos, 21 siendo los
la muchedumbre, que le tenía por que habían comido unos cinco mil
profeta. 6 Al llegar el cumpleaños hombres, sin contar las mujeres y los
de Herodes, bailó la hija de Hero- niños.
días ante todos, 7 y tanto gustó a He-
rodes, que con juramento le prometió
darle cuanto le pidiera, y ella, indu- Jesús camina sobre las aguas
cida por su madre: Dame, le dijo, del lago.
en una bandeja, la cabeza de Juan el
Bautista. 9 El rey se entristeció, mas 22
Luego obligó a los discípulos a
por el juramento hecho y por la pre- subir en la barca y precederle a la
sencia de los convidados (2), or- otra orilla, mientras El despedía a
10
denó dársela, y mandó degollar la muchedumbre. 23
Una vez que la
en la Juan el Bautista,
cárcel a despidió, subió a un monte apartado
11 cuya cabeza fué traída en una para orar. Y
llegada la noche, estaba
bandeja y dada a la joven, que se allí solo. 24 La barca estaba ya en
su madre. 12 Vinieron sus medio del mar, agitada por las olas,
la llevó a
discípulos, tomaron el cadáver y lo pues viento le era contrario. En la
el
sepultaron, yendo luego a anunciár- cuarta vigilia de la noche vino a
selo a Jesús. ellos andando sobre el mar. 28 en Y
viéndole ellos andar sobre el mar, se
turbaron y decían: Es una fantasma.
Primera multiplicación de los Y de miedo comenzaron a gritar.
27 Pero
panos. al instante les habló, diciendo:
Tened confianza, soy yo: no temáis.
28 Tomando Pedro la palabra, dijo:
13
A esta noticia Jesús se alejó (3)
de allí en una barca a un lugar de- Señor, si eres tú, mándame ir a ti
sierto y apartado, y habiéndolo oído sobre las aguas. 29 El dijo: Ven.
las muchedumbres, le siguieron a pie Y bajando de la barca, anduvo Pedro
ciudades. 14 Al desembar- sobre las aguas y vino hacia Jesús.
desde las
30 Pero, siendo el viento fuerte, temió
car vi ó una gran muchedumbre y se
compadeció de ella y curó a todos y comenzaba a hundirse y gritó:
sus enfermos. 15 Llegada la tarde, Señor, sálvame. 31 Al instante Jesús
se le acercaron los discípulos, dicién- le tendió la mano y le cogió, dicién-
dole: El lugar es desierto y es ya dole: Hombre de poca fe, ¿por qué
tarde; despide, pues, a la muche- has dudado? 32 Y
subiendo ellos a la
dumbre para que vayan a las aldeas barca, se calmó el viento. 33 Los que
16 en ella estaban se postraron ante El,
y se compren alimentos. Jesús les
dijo: No hay
por qué se vayan; diciendo: Verdaderamente, tú eres
dadles vosotros de comer. 17 Tero Hijo de Dios.
ellos le respondieron: No tenemos
aquí sino cinco panes y dos peces.
18 Les dijo: Traedlos acá. 19 Y man- Curaciones de Jesús en Gcncsarct.
dando a la muchedumbre que se sen-
34
tara sobre hierba, tomó los cinco
la Terminada la travesía, vinieron
panes y los dos peces y, alzando los a la región (2) de Genesaret. 85 Y re-
conociéndole los hombres de aquel
lugar, esparcieron la noticia por toda
(1) Este no hablatenido parteen la herencia
paterna, y asi vivía como privado. Su mujer,
ambiciosa de figurar, le dejó para irse con el cu- ( i ) Es la primera multiplicación de los panes
ñado, que gozaba título de rey. realizada por Jesús. En las catacumbas romanas
(2) Herodes, disoluto y voluble, no habla se la reproduce con frecuencia como símbolo
pensado que se llegaría a este extremo; pero por de la Eucaristía.
falso respeto a su imprudente juramento y al (a) De esta región vino sin duda el nombre
juicio de los convidados, cumplió a la fuerza del Lago o Mar, como le llaman los evangelis-
los deseos de la joven bailarina. tas. El nombre designa una llanura muy ponde-
Otra vez cede Jesús a la tormenta, por- rada por Flavio Josefo, pero también había
(3)
bue aún no era llegada su hora. una ciudad del mismo nombre.
SAN MATEO, 1S 1085

aquella comarca y le presentaron Pedro la palabra, le dijo: Explícanos


todos 'os enfermos, 36 y le suplicaban esa parábola. 16 Dijo El: ¿Tampoco
que les dejase tocar siquiera la orla vosotros entendéis? 17 ¿No compren-
de su vestido, y todos los que la déis que lo que entra por la boca va
tocaron quedaron sanos. al vientre y acaba en el seceso?
18 Pero lo que sale de la boca pro-
corazón, hace impuro
Enseñanza sobre la pureza exte- cede del y eso
rior y la interior. aL hombre. 19 Porque del corazón
provienen malos pensamientos, homi-
I £ Entonces se acercaron a Je.'ús cidios, adulterios, fornicaciones, robos,
1

* 20 Esto
fariseos y escribas venidos de falsos testimonios, blasfemias.
Jerusalén, diciendo: 2 ¿Por qué tus es lo que hace impuro al hombre;
discípulos traspasan la tradición de pero comer sin lavarse las manos,
los ancianos? (1). ¿Por qué no se eso no hace impuro al hombre.
lavan las manos cuando comen?
3
El respondió y les dijo: ¿Por qué La mujer cananca.
traspasáis vosotros el precepto de
21 Saliendo
Dios por amor de vuestras tradicio- de allí Jesús, se retiró
nes? 4 Pues Dios dijo: Honra a tu pa- a los términos de Tiro y de Sidón.
dre y a tu madre (2), y quien maldije- 22 Y
he aquí que una mujer cananea,
re a su padre o a su madre sea conde- procedente de aquellos lugares, co-
nado a muerte (3). 8 Pero vosotros menzó a gritar, diciendo: Ten piedad
decís: Si alguno dijere a su padre' o a de mí, Señor, Hijo de David; mi hija
su madre: ¡Cuanto de mí pudiere apro- es malamente atormentada del de-
vecharte, sea ofrendal 6 Ese no tiene monio. 23 Pero El no le contestaba
que honrar con ello a su padre ni palabra. Y
los discípulos se le acer-
a su madre; y habéis anulado la pa- caron y le rogaron, diciendo: Despí-
labra de Dios por vuestra tradi- dela, pues viene gritando en pos de
ción (4). 1 iHipócritasl Bien profe- nosotros. 24 El respondió y dijo: No
tizó de vosotros Isaías, cuando dijo: he sido enviado (1) sino a las ovejas
8
«Este pueblo me honra con los perdidas de la casa de Israel. 25 Mas
labios, pero su corazón está lejos de ella, acercándose, se postró ante El,
mí; 9
en vano me rinden culto, las diciendo: ¡Señor, socórreme! 26 Con-
doctrinas que enseñan son preceptos testó El y dijo: No es bueno tomar el
humanos (5).» pan de los hijos y arrojarlo a los
10 Y
llamando a sí a la muche- perrillos. 27 Mas ella dijo: Cierto,
dumbre les dijo: Oíd y entended: Señor, pero también los perrillos co-
II
No es lo que entra por la boca lo men de las migajas que caen de la
que hace impuro al hombre; sino lo mesa de sus señores. 28 Entonces
que sale dé la boca, eso es lo que al Jesús le dijo: ¡Oh mujer, grande es
hombre hace impuro. 12 Entonces se tu fel (2). Hágase contigo como tú
le acercaron los discípulos y le dije- quieres. Y
desde aquella hora quedó
ron: ¿Sabes que los fariseos al oírte curada su hija.
se han escandalizado? 13
Respondió-
les y dijo: Toda planta que no ha Curaciones junto al mar de
plantado mi Padre celestial será Galilea.
arrancada. 14 Dejadlos: Son guías
ciegos; si un ciego guía a otro ciego, 29
Partiendo de allí, vino Jesús
ambos caerán en la hoya. 15 Tomando cerca del mar de Galilea (3), y su-
(1) Los fariseos daban importancia a la lim-
pieza legal, anteponiéndola en muchos casos a (1) Concuerda con la instrucción de ro, 5,
la pureza del alma. De esto los reprende Jesús, y esto muestra que en su viaje a Tiro y Sidón
enseñándoles a buscar más bien la pureza del Jesús iba en busca de los judíos que moraban
corazón que la del cuerpo. fuera de los límites de la Palestina, no a evan-
(2) Ex. 20, 12. gelizar a los gentiles, misión que reservaba a
(3) Ex. 21. 17- los Apóstoles para después de su pasión. (In.
(4) Un
mal hijo, para ahorrarse los gastos de 12, 20 ss.)
socorrer a sus padres, declara ofrecido a Dios (2) Caso semejante al del centurión, que
lo que de él pudieran llegar a necesitar. Los es- también mereció un elogio parecido de Je-
cribas dan por válida esa ofrenda, que ni siquiera sús. (8, 10 s.)
se cumple en obsequio de Dios. Era la mayor (3) Por otro nombre, Lago de Genesaret, tan-
falta de sentido moral que podía darse. tas veces mencionado en los evangelios como
(5) Is. 29. 13. teatro de la actividad apostólica del Salvador.
1U8(¡ SAN MATEO, 16

biendo a una montaña, se sentó allí. ción mala y adúltera busca una
30 Y se le acercó una gran muche- señal, mas no se le dará sino la señal
dumbre, en la que había cojos, man- de Jonás. Y dejándolos, se fué.
cos, ciegos, mudos y muchos
otros
enfermos, y se echaron a sus pies y
los curó. 31
Y
la muchedumbre se La levadura de los fariseos.
maravillaba viendo que hablaban los
mudos, los mancos sanaban, los cojos 6
Yendo los discípulos a la otra
andaban y veían los ciegos. Y glori- ribera, se de llevar pan.
olvidaron
ficaban al Dios de Israel. * Jesús les dijo: Ved bien de guar-
daros del fermento de los fariseos y
saduceos. 7 Ellos pensaban entre sí y
Segunda multiplicación v se decían: Es porque no hemos traído
8
de los panes. pan. Conociéndolo Jesús, dijo: ¿Qué
pensamientos son los vuestros, hom-
32 Jesús llamó a Sí a sus discí- bres de poca fe? ¿Que no tenéis pan?
pulos y dijo: Tengo compasión de
9
Aún no habéis entendido, ni os
la muchedumbre, porque ha ya tres acordáis de los cinco panes para los
días que está conmigo y no tienen cinco mil hombres, y cuántas es-
qué comer; no quiero despedirlos en puertas cogisteis? 10 Ni de los siete
ayunas, no sea que desfallezcan en panes para los tres mil hombres,
el camino. 33 Los discípulos le con- y cuántos canastos cogisteis? 11 ¿Cómo
testaron: ¿De dónde vamos a sacar no 'habéis entendido que no hablaba
en el desierto tantos panes como se del pan? Guardaos, os digo del fer-
necesitan para saciar a tanta muche- mento de los fariseos y saduceos.
12 Entonces
dumbre? 34 Díjoles Jesús: ¿Cuántos cayeron en la cuenta de
panes tenéis? Ellos contestaron: Sie- que no les había dicho que se guar-
85 Y man- dasen del fermento del pan, sino de
te y algunos peceeillos.
dando a la muchedumbre que se sen- la doctrina de fariseos y saduceos.
36 tomó los siete panes
tara en tierra,
y los peces, y dando gracias los partió
y se los dió a los discípulos, y éstos La confesión de Pedro.
a la muchedumbre. 37 Y comieron
13
Viniendo Jesús a los términos de
todos y se saciaron, y se recogieron
de los pedazos que quedaron siete Cesárea de Filipo (1), preguntó a
espuertas llenas. 38 Los que comieron sus discípulos: ¿Quién dicen los hom-
eran cuatro mil hombres, sin contar bres que es el Hijo del hombre?
las mujeres y los niños. 39 Y despi- 14 Ellos contestaron: Unos, que Juan
diendo a la muchedumbre, subió a el Bautista; otros, que Elias; otros,
la barca, y vino a los confines de que Jeremías, u otro de los profetas.
Magadán. " Y El les dijo: Y
vosotros, ¿quién
decís que soy? (2). 16 Tomando la
palabra Pedro, dijo: Tú eres el Me-
La petición de una señal del cielo. sías, el Hijo de Dios vivo (3).
17
Y
Jesús, respondiendo, dijo: Bien-
1 1
Se le acercaron los fariseos aventurado tú, Simón Baryona, por-
* "
f.
y saduccos para tentarle, y le
rogaron que les mostrara una señal (1) Se halla al pie del Hermón y próxima a
del cielo (1). 2 El, respondiendo, les una de las fuentes del Jordán. Su antiguo nom-
dijo: Por la tarde decís: Buen tiempo, bre era Pancas, hoy Banias, restaurada por el
si el cielo está arrebolado. 8 Y a la tretarca Filipo y llamada Cesárea en honor de
César.
mañana: Hoy habrá tempestad, si Como de un personaje misterioso, las opi-
(a)
en el cielo hay arreboles oscuros. niones son diferentes y todas tocan lo maravi-
Sabéis oiscernir el aspecto del cielo, lloso. Por su trato más Intimo con el Maestro,
pero no sabéis discernir las señales los discípulos tenían razones para juzgar con
de los tiempos nuevos. * La genera- más acierto que el vulgo.
(3) Esto es, tú eres el Mesías esperado por
Israel; pero, además, el Hijo de Dios vivo. Lo
(i) En 12, 38, los escribas y fariseos piden a primero no implicaba lo segundo, a juicio de
Jesús que les haga ver un milagro; aquí los fari- los Isrealitas, los cuales estaban tan lejos de
seos y los saduceos hacen una petición más con- alcanzar este misterio, que por confesarlo juz-
creta: un milagro del cielo. La respuesta de Je- garon blasfemo a Jesús y le declararon reo de
sús se acomoda a la petición. muerte. (26. 63 ss.)
SAN MATEO, 17 1087

que no es la carne ni la sangre quien su cruz (1) y sígame. 25 Pues el


eso te ha revelado, sino mi Padre que quiera salvar su vida la per-
que -está en los cielos (1). 18 Y yo derá; y el que pierda su vida por
te digo a ti que tú eres Pedro (2), m<, la hallará. 26 Pues ¿qué aprove-
y sobre esta piedra edificaré mi Igle- chará ganar todo el mundo si se
sia, y las puertas del infierno no pierde su alma? ¿O qué podrá dar
prevalecerán contra ella. 19 Yo te el hombre a cambio de su alma?
27 Porque
daré las llaves del reino de los cielos, el Hijo del hombre ha de
y cuanto atares en la tierra será venir en la gloria de su Padre, con
atado en los cielos, y cuanto desata- sus ángeles, y entonces dará a cada
res en la tierra será desatado en los uno según sus obras. 28 En verdad
cielos. 20 Entonces ordenó a los dis- os digo que hay algunos entre los
cípulos que a nadie dijeran que El presentes que no gustarán la muerte
era el Mesías (3). antes de haber visto al Hijo del
hombre venir en su reino (2).

Primer anuncio de la Pasión. La transfiguración.


21
Desde entonces comenzó Jesús 17
1
1
Seis días después tomó Jesús
a manifestar a sus discípulos que ' a Pedro, a Santiago y a Juan,
tenía que ir a Jcrusalén para sufrir su hermano, y los llevó aparte, a un
mucho de parte de los ancianos, los monte alto, 2 y se transfiguró ante
príncipes de los sacerdotes y los escri- ellos (3); y brilló su rostro como el
bas, y ser muerto, y al tercer día sol, y sus vestidos se volvieron blan-
resucitar. 22 Pedro, tomándole aparte, cos como la luz. 3 Y se les aparecie-
comenzó a amonestare diciendo: No ron Moisés y Elias hablando con
quiera Dios (4), Señor, que esto El (4). 4 Y tomando Pedro la pala-
suceda. 23 Pero él, volviéndose, dijo bra, dijo a Jesús: Señor, jqué bien
a Pedro: Retírate de mí, Satanás; estamos aquí. Si quieres, haré aqui
tú me sirves de escándalo, porque tres tiendas, una para ti, una para
no sientes las cosas de Dios, sino las Moisés y otra para Elias. B Aún -

de los hombres. estaba él hablando, cuando los cu-


brió una nube luminosa, y salió de
la nube una voz que decía: Este es
mi Hijo muy amado (5), en quien
Condiciones para seguir a Jesús. tengo mi complacencia; escuchadle.
' Al oírla, los discípulos cayeron
24 Entonces
dijo Jesús a sus dis- sobre su rostro, sobrecogidos de gran
cípulos: El que quiera venir en pos temor. 7 Y Jesús se acercó, y tocán-
de mí, niéguese a sí mismo, y tome dolos, dijo: Levantaos, no temáis.
8
Y
alzando ellos los ojos, no vieron
(1) El juicio expresado por Pedro en nombre a nadie, sino sólo a Jesús. 9 al Y
de los Doce no fué dictado por sentimientos bajar del monte les mandó Jesús,
humanos ni israelitas, sino por el mismo Padre
celestial, que había dado a Pedro el conocimien-
to de este misterio. Tales palabras nos dan la (1) Este misterio de la cruz se convierte en
norma para entender rectamente la respuesta norma general de vida para los discípulos de
de Pedro. Jesús. Todos tendrán que abrazarse con la cruz,
(2) En la lengua hablada por Jesús, que y llevarla hasta morir en ella, como el Salvador.
es el arameo, el juego de palabras es más (2) Este versículo, que se lee también en
claro, porque Pedro es Ceja, piedra o peña. Me. 9, 1, y en Le. 9, 27, no está ligado a lo que
Tú eres peña, sobre la cual edificaré mi Iglesia. precede. La venida de que aquí se habla no es
Estas palabras contienen en suma la misión de la última, a juzgar al mundo, sino otra próxima,
Pedro en la Iglesia y su dignidad de jefe supremo a juzgar a Israel, la cual tendrá gran influen-
de la misma. Y como la Iglesia ha de ser per- cia en el desarrollo de la Iglesia entre los gentiles.
durable, la dignidad de Pedro también lo es. (3) Fué una verdadera glorificación de su
(3) En
atención al falso concepto que el pue- cuerpo, aunque momentánea, para alentar a los
blo tenía del Mesías, y mientras los sucesos no discípulos a sufrir el escándalo de la pasión.
fueran revelando el misterio de Jesús, manda
(4) Los representantes de la ley y de los
guardar silencio sobre su persona. Profetas, que vienen a dar testimonio de Jesús.
(4) Los discípulos no pueden concebir al (Apoc. II, 3 ss.)
Mesías e Hijo de Dios si no es rodeado de glo- (5) Como en el bautismo, habla el Padre
ria; el misterio de la cruz no lo entenderán hasta
para confirmar la fe de los discípulos, según
después de la resurrección del Maestro. dice San Pedro. (II Pet. I, 18.)
1088 SAN MATEO, 18

diciendo: No deis a conocer a nadie Secundo anuncio de la l'asión.


esta visión, hasta que el Hijo del
22
hombre resucite de entre los muertos. Estando
reunidos en Galilea,
10 Yle preguntaron los discípulos: díjoles Jesús: El Hijo del nombre
¿Cómo, pues, dicen los escribas que ba de ser entregado en manos de los
antes ha de venir Elias? (1). 11 El hombres, 23 que le matarán, y al
respondió: Elias en verdad vendrá a tercer día resucitará. Y se pusieron
restablecerlo todo. 12 Sin embargo, muy tristes (1).
yo os digo: Elias ha venido ya, y no
le reconocieron; antes hicieron con
él lo que quisieron; de la misma ma- Kl tributo del templo.
nera el Hijo del hombre ha de pade-
cer de parte de ellos. 13 Entonces 24
Entrando en Cafarnaúm, se acer-
entendieron los discípulos que les caron a Pedro los perceptores de la
hablaba de Juan el Bautista. didracma y le dijeron: ¿Vuestro Maes-
tro no paga la didracma? (2). 26 Y
él respondió: Cierto que sí. Y cuando
Curación del niño endemoniado. iba a entrar en casa, le salió Jesús
al paso, y le dijo: ¿Qué te parece,
14 Y al llegar a ellos la muche- Simón? Los reyes de la tierra, ¿de
dumbre, se le acercó un hombre, quiénes cobran censos o tributos?
15 ¿De sus hijos o de los extraños?
y doblando la rodilla, le dijo:
Señor, ten piedad de mi hijo, que 26 Contestó él: De los extraños. Y
le
está lunático y sufre mucho; porque dijo Jesús: Luego los hijos son libres.
27
con frecuencia cae en el fuego y Mas para que no los escandalice-
muchas veces en el agua; 16 lo pre- mos, vete al mar, echa el anzuelo,
senté a tus discípulos, mas no pu- coge el primer pez que pique, ábrele
dieron curarlo (2). 17 Jesús res- la boca, y en ella hallarás una esta-
pondió: ¡Oh generación incrédula (3) tera; tómala y dala por mí y por ti.
y perversa, ¿Hasta cuándo tendré
que estar con vosotros? ¿Hasta cuán-
do habré de soportaros? Traédmelo i:i más <|rande en el reino de
aquí. 18 E increpó al demonio, que los cielos.
salió, quedando curado el niño desde
aquella hora. 19 Entonces se acer- IO
1
1
En momento se acer-
aquel
caron los discípulos a Jesús, y aparte *' carón discípulos a Jesús,
los
le preguntaron: ¿Cómo es que nos- diciendo: ¿Quién será el más grande
20 Dí-
otros no hemos podido curarle? en el reino de los cielos? (3). * Y
joles: Por vuestra poca fe; porque en llamando a sí a un niño, le puso en
verdad os digo que, si tuviércis fe, medio de ellos, 3 y dijo: En verdad os
aunque no fuera más que como un digo, si no os mudareis e hiciereis
grano de mostaza, diríais a este como niños, no entraréis en el reino
monte: Vete de aquí allá, y se iría, de los ciclos. 4 Pues el que se humi-
21
y nada os sería imposible. Esta llare hasta hacerse como un niño
especie no puede ser lanzada sino de éstos, ése será el más grande en
por la oración y el ayuno (4). el reino de los cielos.
6
el que por Y
mí recibiere a un niño como éste,
La desaparición misteriosa de Elias, a mí me recibe; y al que escandali-

(1)
narrada en IV Reyes 2, I ss.. dió origen a mu- zare a uno de estos pequcñuelos que
chas cavilaciones sobre su persona y su destino, creen en mí, más le valiera que le
entre otras, que vendría a ungir al Mesías y pre- colgasen al cuello una piedra de
sentarle a Israel. Jesús dice que ese Ellas fué
el Bautista, de quien los escribas ningún caso
hicieron. (1) Los discípulos no se pueden acomodar
(2) Según el relato, se trata de una verda- a la idea de la pasión. Esta idea no cabla dentro
dera posesión diabólica, que llevaba consigo del cuadro de su concepción mesiánica.
la epilepsia. (2) Era el tributo que todo israelita cabeza
(3) Parece como si el misterio de la transfi- de familia debía pagar para sostenimiento del
guración hiciera sentir más a Jesús las miserias Templo y de su culto, conforme lo habla esta-
morales de la generación con quien vivía y de- blecido Nehemlas. (10, 32.)
sear más la vuelta al Padre. (3) La pregunta pudo tener su origen en la
(4) Este versículo se halla omitido en mu- atención que Jesús tuvo antes con Pedro. El
llios códices y versiones, y se supone proce- Maestro responde estableciendo la ley funda-
den'e de Mr. o. 39. mental de su reino, que es la humildad.
SAN MATEO. 18 1089

molino de asno y le arrojaran al calo a la Iglesia (1); y si a la Igle-


fondo del mar. 7 lAy del mundo por sia desoye, sea para ti como gentil
los escándalos! Porque no puede me- o publicano. 18 En verdad os digo,
nos de haber escándalos; pero ¡ay de cuanto atareis en la tierra será atado
aquél por quien viniere el eseándalol en el cielo, y cuanto desatareis en la
tierra será desatado en el cielo.
19
Aún más, os digo en verdad que
Sacrificio que impone el deber de si dos de vosotros conviniereis sobre
evitar el escándalo. la tierra en pedir algo, os lo otorgará
mi Padre que está en los ciclos. 20 Por-
8 tu mano o tu pie te escanda-
Si que donde están dos o tres congre-
liza, córtalo (1) y échalo de ti; gados en mi nombre, allí estoy yo
mejor te es entrar en la vida manco en medio de ellos.
o cojo, que con dos manos o dos pies
ser arrojado en el fuego eterno.
• Y
si tu ojo te escandaliza, sácatelo El perdón de las ofensas.
y échalo de ti: más te vale entrar
con un solo ojo en la vida, que con 21
Entonces se acercó Pedro y le
dos ojos ser arrojado en la gehenna preguntó: Señor, ¿cuántas veces he
de fuego. de perdonar a mi hermano si pecare
contra mí? ¿Hasta siete veces? 22 Dí-
jole Jesús: No digo yo hasta siete
Dignidad de los niños. veces, sino hasta setenta veces sie-
te (2). 23 En esto se asemeja el
Mirad que no despreciéis a uno
10 reino de los cielos a un rey, que quiso
de estos pequeños, porque en verdad tomar cuentas a sus siervos. 24 al Y
os digo que sus ángeles ven de con- comenzar a tomarlas se le presentó
tinuo en el cielo la faz de mi Padre, uno que le debía diez mil talen-
que está en los cielos. 11 Porque el tos (3). 25 Como no tenía con qué
Hijo del hombre ha venido a salvar pagar, mandó el señor que fuese
lo perdido. vendido él, su mujer y sus hijos,
y todo cuanto tenía, para que pagase
la deuda. 26 Entonces el siervo, ca-
La oveja descarriada. yendo de hinojos, dijo: Señor, dame
espera y te lo pagaré todo. 27 Com-
12 ¿Qué os parece? Si uno tiene padecido el señor de aquel siervo,
cien ovejas y se le extravía una, le dejó, condonándole la deuda. 28 En
¿no dejará en el monte las noventa saliendo de allí, aquel siervo se
y nueve e irá en busca de la extra- encontró con uno de sus compañeros
viada? 13 Ysi logra hallarla, cierto que le debía cien denarios, y aga-
que se alegrará por ella más que rrándole le ahogaba, diciendo: Paga
29
por las noventa y nueve que no lo que debes. De hinojos le supli-
se habían extraviado. 14 Así os digo caba su compañero, diciendo: Dame
en verdad que no es voluntad, de espera y te pagare. 30 Pero él no
mi Padre que se pierda ni uno sólo quiso, y le hizo encerrar en la prisión,
de estos pequcñuclos. hasta que le pagara la deuda. 31 Vien-
do esto sus compañeros, se disgus-
taron mucho, y fueron a contar a su
La corrección fraterna. señor lo que pasaba. 32 Entonces
hízole llamar el señor, y le dijo:
ls Si pecare tu hermano, ve y
repréndele a solas. Si te escucha,
Por segunda vez aparece la Iglesia en la-
habrás ganado a tu hermano. 16 Si (i)
bios de Jesús como sociedad organizada, y aquí
no te escucha, toma contigo a uno con poder para juzgar a sus hijos.
o dos, para que por la palabra de (a) Esto es. indefinidamente. La parábola
dos o tres testigos sea fallado todo pone bien de r?lieve la enseñanaza sobre el per-
negocio. 17 Si los desoyere, comuní- dón de las injurias, contenida en la súplica del
Padre nuestro: Perdónanos nuestras deudas...
(3) Es una cantidad fabulosa, que indica lo
(i) Siendo el escándalo pecado tan grave, que son nuestras ofensas contra Dios compara-
es preciso soportar cualquier sacrificio antes das con las que nosotros recibimos de nuestros
que cometerlo. La salud del alma, propia o prójimos, y ante la cual aparece ridiculamente
ajena, está antes que todas las cosas. pequeña la cantidad de cien denarios.
60
1 090 SAN MATEO, 19

Mal siervo, te condoné yo toda tu La guarda de la continencia.


deuda, porque me lo suplicaste. ¿No
era, pues, de ley que tuviese? tú 10
Dijéronle los discípulos: Sí tal
piedad de tu compañero, como la es condición del hombre y la
la
tuve yo de ti? 34 E irritado, le entregó mujer, es preferible no casarse (1).
a los torturadores hasta que pagase 11
El les contestó: No todos entien-
toda la deuda. 35 Así hará con vos- den esto, sino aquellos a quienes ha
otros mi Padre celestial, si no perdo- sido dado. 12 Porque hay eunucos que
nare cada uno a su hermano de todo nacieron así del vientre de su madre,
corazón. y hay eunucos que fueron hechos
por los hombres, y hay eunucos que
a sí mismos se han hecho tales por
amor del reino de los cielos. El que
Camino de Judea. pueda entender, que entienda.

1 Q 1
Y sucedió que cuando Jesús
Imposición de las manos a los
hubo acabado estos discursos,
niños.
se alejó de Galilea (1) y vino a los
términos de Judea, al otro lado del 13
Entonces le fueron presentados
Jordán. 2 Y le siguieron numerosas unos niños para que les impusiera
muchedumbres, y allí los curaba.
las manos y orara; y como los repren-
dieran los discípulos, 14 díjoles Jesús:
Dejad a los niños y no les estorbéis
El repudio. de acercarse a mí, porque de ellos
es el reino de los cielos. 15 habién- Y
doles impuesto las manos, se fué
3 Y se le acercaron unos fari-
de allí.
seos con propósito de tentarle, y le
preguntaron: ¿Es lícito repudiar a
la mujer por cualquier causa? (2). La respuesta ni joven rico.
* El respondió: ¿No habéis leído
que al principio el Creador los hizo 16 Y
he aquí que se acercó uno y
varón y hembra? 5 dijo: «Por Y le dijo: Maestro, ¿qué de bueno haré
esto dejará el hombre al padre y a yo para alcanzar la vida eterna?
la madre y se unirá a la mujer y
17
El le dijo: ¿Por qué me preguntas
serán los dos una sola carne (3)». j
sobre lo bueno?: Uno sólo es bue-
* De manera que ya no sean dos, no (2); si quieres entrar en la vida,
Por tanto, lo guarda mandamientos. 18
sino una sola carne. los Díjole
que Dios unió no debe separarlo el él: ¿Cuáles? Jesús respondió: No
hombre. 7 Ellos le replicaron: Enton- matarás, no adulterarás, no hurta-
ces, ¿cómo es que "Moisés ordenó dar rás, no levantarás falsos testimonios;
libelo de divorcio al repudiar? 8 Dí- i
19
honra padre y madre, y ama al
joles El: Por la dureza de vuestro i prójimo como a ti mismo. 20 Díjole
corazón os permitió Moisés repudiar el joven: Todo eso lo he guardado.
a vuestras mujeres, pero al principio ¿Qué me queda aún? 21
Díjole Jesús:
no fué así. 9 Y yo os digo que quien Si quieres ser perfecto, ve, vende
repudia a su mujer (salvo el caso de cuanto tienes (3), dalo a los pobres
adulterio) y se casa con otra, comete y tendrás un tesoro en los ciclos,
adulterio. y ven y sigúeme. 22 Al oír esto el
joven, se fué triste (4), porque

(i) Hasta aquí San Mateo nos presenta a Je- (i) Jesús responde a los discípulos ponde-
sús misionando en la Galilea y en los países rando el valor del celibato guardado por amor
cercanos; ahora le conduce a Jerusalén, pasando del reino de los cielos. San Pablo (I Cor. 7, 25 ss.)
por la ribera izquierda del Jordán para repasar declaró este pensamiento del Salvador y redacto
el rio por frente a Jericó. la carta magna del celibato cristiano.
(3) Supuesto que la Ley autorizaba el di- (3) Con esta respuesta levanta Jesús el es-
vorcio, los escribas sólo discutían los motivos. píritu a la bondad del Padre, el único que es
Jesús responde que la indulgencia de la ley sustancialmente bueno.
es contraria a la primera institución del marti- (3) Le invita a seguirle en el apostolado,
monio, y en consecuencia la declara abrogada. para lo cual le propone desprenderse de todo
Sobre el caso de la fornicación, véase la nota cuanto le ate a la tierra.
a 5. 32- (4) Porque tenia su corazón pegado a sus
(3) Gen. 2. 24. muchos bienes. Esto es lo que hace decir a Je*
SAN MATEO, 20 1091

tenía muchos bienes.


23 Y
Jesús dijo 3
Salió también a la hora de tercia y
a sus discípulos: En verdad os digo, vió a muchos que estaban ociosos en
4 Díjoles: Id también vos-
que difícilmente entra un rico en el la plaza.
reino de los cielos.
24 De nuevo os i
otros a mi viña y os daré lo que
digo, es más fácil que un camello fuere justo. 6 Y
se fueron. De nuevo
entre por el ojo de una aguja que salió hacia la hora de sexta y la
el que entre un rico en el reino de los
j

de nona e hizo lo mismo.


6
sa- Y
cielos.
25 Oyendo esto, los discípulos ,
liendo cerca de la hora undécima,
se quedaron estupefactos, y dijeron: ¡
encontró a otros que estaban allí y
¿Quién, pues, podrá salvarse?
26 Mi- les dijo: estáis aquí sin hacer
¿Cómo
rándolos, Jesús les dijo: Para los labor todo el día? 7 Dijéronle
en
hombres es esto imposible, mas para ellos: Porque nadie nos ha ajustado.
El les dijo: Id también vosotros a
¡

Dios todo es posible.


mi viña. 8 Llegada la tarde, dijo el
señor de la viña a su administrador:
La renuncia de los apóstoles y su |
Llama a los obreros y dales su sala-
premio. empezando por los últimos hasta
rio,
'
llegar a los primeros. viniendo 9
Y
27 Entonces, tomando Pedro la los de la hora undécima, recibieron
palabra, le dijo: Nosotros lo hemos un denario. 10 Cuando llegaron los
dejado todo y te hemos seguido: primeros, pensaron que recibirían
28 Je-
j

¿qué tendremos, pues, nosotros? ¡ más, pero también ellos recibieron


sús les dijo: En verdad os digo que un denario. 11 Y
al cogerlo murmu-
vosotros, los que me habéis seguido, raban contra el amo, 12 diciendo:
j

en la regeneración, cuando el Hijo Estos postreros han trabajado sólo


del hombre se siente sobre el trono
j

una hora y los has igualado con los


de su gloria, os sentaréis también que hemos llevado el peso del día
Y
j

vosotros sobre doce tronos para juzgar y el calor. 13 él respondió a uno


29 Y todo
a las doce tribus de Israel. de ellos, diciéndole: Amigo, no te
el que dejare hermanos o hermanas, hago agravio: ¿no bas convenido
o padre o madre, o hijos o campos, conmigo en un denario? 14 Toma io
por amor de mi nombre, recibirá ei tuyo y vete. Yo quiero dar a este
15 ¿No
céntuplo y heredará la vida eter- postrero lo mismo que a ti.
na (1). 30 Y muchos primeros se- puedo hacer lo que quiero de mis
rán postreros y los postreros prime bienes? ¿O ha de ver con mal ojo,
ros (2). porque yo sea bueno? 16 Así, los
postreros serán primeros y los pri-
meros postreros. Porque son muchos
Los obreros enviados a la viña. los llamados y pocos los escogi-
dos (1).
Oí) 1
Porque el reino de los cielos
es semejante a un amo de
casa, el cual salió muy de mañana Tercer anuncio de la Pasión.
a ajustar obreros para su viña. 2 Y
17
habiendo convenido con ellos en un Subía Jesús a Jerusalén, y to-
denario al día, los envió a su viña. mandoaparte a los doce discípulos,
18 Mirad, su-
les dijo por el camino:

sús que es difícil entrar un rico en el reino de los


bimos a Jerusalén, y el Hijo del
cielos. La avaricia es un obstáculo, no sólo a la hombre será entregado a los príncipes
perfección apostólica, sino también a la vida
cristiana.
(1) En premio de la vida que llevan tan des- (1) las pretensiones de los fariseos,
Contra
prendida de las cosas terrenas y tan unida a Je- que por más santos y se atribuían por
se tenían
sús, tendrán con El parte en la gloria del cielo esto especiales derechos ante Dios, la parábola
y en el gobierno de la Iglesia del mundo. nos dice que no hay más derechos que la miseri-
(2) Varias veces repite el evangelista esta cordia divina. En Dios no cabe acepción de
sentencia, la cual no siempre está ligada con el personas y quiere que todos sean salvos.
contexto. Parece aludir a los escribas y fari- (I Tim. 2, 4.) Las palabras «porque muchos son
seos, que se creían con derecho a ser los pri- los llamados», faltan en muchos códices, y acaso
meros en el reino del cielo. De ellos dice Jesús estén tomadas de 22, 14. En todo caso, tienen
que serán precedidos por los publícanos y pe- el mismo sentido de la sentencia anterior. Los
cadores, a quienes tenían en poco y declaraban muchos llamados son los judíos, sobre todo las
malditos de Dios, porque ignoraban la ley. clases directoras, que más presumían de sí y
(Jn. 7. 49.) más tenazmente se opusieron a la obra de Jesús.
1092 SAN MATEO. 21

de los sacerdotes y a los escribas, iSeñor, ten piedad de nosotros, hijo


y le condenarán a muerte (1), de Davidl 31 La multitud les repren-
19 entregarán a los gentiles para
y le día para hacerles callar, pero ellos
que escarnezcan, le azoten y le
le gritaban con más fuerza, diciendo:
crucifiquen, pero al tercer día resu- |Señor, ten piedad de nosotros, Hijo
citará. de Davidl 32 Se paró Jesús, y llamán-
dolos, les dijo: ¿Qué queréis? Dijé-
ronle: Señor, que se abran nuestros
La madre de ojos. 33 Compadecido Jesús, tocó sus
los hijos de Zebedeo.
ojos, y al instante recobraron la
20 Entonces se le acercó la madre vista, y seguían en pos de El.
de los hijos de Zebedeo con sus hijos,
postrándose, para pedirle una cosa:
21 Díjole El: ¿Qué quieres? Ella le Entrada triunfal en JeruaaJéii.
contestó: Di que estos dos hijos mfos
se sienten uno a tu derecha y otro a 1 Cuando, próximos ya a Jeru-
tu izquierda en tu reino (2). 22 Y ¿•\ salén, llegaron a Bctfagé (1),
respondiendo Jesús, le dijo: No sa- junto al monte de los Olivos, envió
béis lo que pedís: ¿Podéis beber el Jesús a dos discípulos, 8 diciéndoles:
cáliz que yo he de beber? Dijéronle: Id a la aldea que está frente a vos-
Pódeme s. 23 El les respondió: Bebe- otros y luego encontraréis una borrica
réis mi cáliz, pero sentarse a mi atada y con ella el pollino; soltadlos
diestra o a mi siniestra, a mí no me y traédmelos. 8 Y si algo os dijeren,
toca otorgarlo, sino a aquellos para diréis: El Señor los necesita, y al ins-
quienes mi Padre lo ha dispuesto. tante los dejarán. * Esto sucedió para
24 Yoyéndolo, los diez se enojaron
25
que se cump.icra lo dicho por el Pro-
contra los dos hermanos. Pero feta:
Jesús, llamándolos a sí, les dijo: 6
«Decid a la hija de Sión: He aquí
Vosotros sabéis que los príncipes de que tu rey viene a ti, manso y mon-
las naciones las subyugan, y que tado sobre un asno, sobre un pollino
los grandes imperan sobre ellas. hijo de borrica (2).» • Fueron los
24 No ha de ser así entre vosotros;
discípulos e hicieron como les había
al contrario, el que entre vosotros mandado Jesús; 7 y trajeron la bo-
quiera llegar a ser grande, sea vuestro rrica y el pollino, y pusieron sobre
servidor, 27 y el que entre vosotros éste los mantos (3) y encima de ellos
quiera ser primero, sea vuestro siervo. montó Jesús. La numerosísima mu-
8
28 Como el Hijo del hombre no ha chedumbre extendía sus mantos por
venido a ser servido, sino a servir y el camino, mientras que otros, cor-
dar su vida en redención de todos. tando ramos de árboles, los echaban
también para alfombrarlo. • La mul-
titud que le precedía y la que le se-
Curación de dos ciegos. guía gritaba, diciendo:
«Hosanna (4) al Hijo de David.
M Al salir de Jericó (3) les seguía Bendito el que viene en nombre del
una muchedumbre numerosa. Y 30 Señor; hosanna en las alturas.»
10 Y cuando entró en Jerusalén,
dos cicg( s que estaban sentados junto
al camino, oyeron que pasaba Jesús toda la ciudad se conmovió, y decía:
y comenzaron a gritar, diciendo: ¿Quién es éste? 11 Y la muchedumbre
respondía: Este es Jesús, el profeta
de Nazarct, de Galilea.
(1) Es la tercera vez que Jesús anuncia a los
discípulos su pasión.
(2) Salomé, como los demás discípulos, no (1) Estaba situada en la vertiente oriental
acababa de entender el misterio de Jesús, y pen- delmonte Olívete, por donde pasaba el antiguo
saba que ibi a inaugurar su reino temporal en camino de Jericó.
Jerusalén. Jesús contesta reduciéndolos a la (2) Zac. 9, 9.
verdad, que no acabarán de comprender sino (3) El pollino, aún no hecho al trabajo, estaba
después de la resurrección. con su madre; por eso Jesús manda traer los dos
(3) En Jerbo hay que distinguir la ciudad Con esta entrada solemne en la ciudad quiso
cananea, restaurada en el siglo ix por Hiél, se- recordar a los escribas el texto del profeta Zaca-
gún I Reyes, 16, 34, y la nueva ciudad, levan- rías y mostrarles cómo entendía El su misión
tada por los últimos reyes para su residencial mesiánica.
de invierno, y en la que vino a morir el rey (4) Es una aclamación que significa salad,
Herodes. salve, viva.
SAN MATEO, 21 1093

del templo. y los ancianos del pueblo mientras


La purificación
enseñaba, diciendo: ¿Con qué poder
18 Entró haces tales cosas? ¿Quién te ha dado
Jesús en el templo de
Dios y arrojó de allí a cuantos ven- tal poder? (1). 24 Respondió Jesús
dían y compraban en el templo (1), y les dijo: Voy a haceros también
y derribó las mesas de los cambistas yo una pregunta, y si me contestáis,
y los asientos de los vendedores de os diré con qué poder hago tales
palomas, 13 diciéndoles: Está escrito: .
cosas. 25 El bautismo de Juan, ¿de
Mi casa es casa de oración, pero vos- dónde procedía? ¿Del cielo o de los
otros la habéis convertido en cueva hombres? Ellos comenzaron a pensar
de ladrones. 14 Y
se llegaron a él entre sí: Si decimos que del cielo,
ciegos y cojos en el templo y los curó. nos dirá: ¿Pues por qué no habéis
18 Yviendo los príncipes de los creído en él? 28 Si decimos que de
sacerdotes y los escribas las maravi- los hombres, tememos a la muche-
llas que hacía, y a los niños que gri- dumbre, pues todos tienen a Juan
taban en el templo y decían: Ho- por profeta. 27 Y
respondieron a
sanna al Hijo de David, se indigna- Jesús: No sabemos. Díjoles El a su
ron 18 y le dijeron: ¿Oyes lo que vez: Pues tampoco os digo yo con
estos dicen? Respondióles Jesús: Sí. qué poder hago estas cosas.
¿No habéis leído jamás: «De la boca
de los niños y de los que maman
has hecho salir la alabanza? (2)» La parábola de los dos hijos.
17
Y dejándolos, salió de la ciudad, a
28
Betania (3), conde pasó la noche. ¿Qué parece? Un hombre
os
tenía dos hijos, y llegándose al ma-
yor, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar
La maldición de la higuera. en la viña. 29 El respondió: No quiero.
Pero después se arrepintió y fué.
18 Y volviendo a la ciudad muy de 30 Y
llegándose al segundo, le habló
mañana, sintió hambre. 19 Y viendo del mismo modo, y él respondió:
una higuera cerca del camino, se Voy, señor; pero no fué. 31 ¿Cuál de
fué a ella; pero no halló en ella más los dos cumplió la voluntad del pa-
que hojas, y dijo: Que jamás nazca dre? Respondiéronle: El primero. Dí-
fruto de ti. Y la higuera se secó al joles Jesús: En verdad os digo que
instante. 20 Viendo esto los discípu- los publícanos y las meretrices os
los, se maravillaron y dijeron: ¡Cómo precederán en el reino de los cielos.
de repente se ha secado la higueral 32 Porque
vino Juan a vosotros por
21
Respondióles Jesús y les dijo: En el camino de la justicia, y no habéis
verdad os digo que si tuviereis fe (4) creído en él, mientras que los publí-
y no dudareis, no sólo haréis lo de la canos y las meretrices creyeron en
higuera, sino que si dijereis a este él. Pero vosotros, aun viendo esto
monte: «Quítate, y échate en el mar», no os habéis arrepentido creyendo
se haría. 22 Todo cuanto con fe pi- en él.
diereis en la oración, lo recibiréis.

Los poderes de Jesús. Parábola de los viñadores infieles.

23
Entrado en el templo, se le acer- 33
Oíd otra parábola: Había un
caron los príncipes de los sacerdotes padre de familia que plantó una viña,
la rodeó de una cerca, cavó en ella
(i) Los santuarios muy concurridos suelen un lagar, edificó una torre y la arren-
ser centros comerciales, y las peregrinaciones,
origen de ferias. Tal ocurría en Jerusalén. El
dó a unos viñadores, partiéndose
mal estaba en que la tal feria se celebraba en el luego a tierras extrañas. 34 Cuando
recinto sagrado, convirtiendo el santuario en se acercaba el tiempo de los frutos,
lugar de tráfico. envió a sus criados a los viñadores
(2) Salm. 8, 3. para percibir su parte. 35 Pero los
(3) Se halla algo más distante de Jerusalén
que Betfagé; allí vivía Lázaro con sus herma- uno menos de recordar la parábola de la higuera
nas y Simón el leproso, sin duda curado por estérily aplicarla a Israel. (Le. 13, 6 s.)
Jesús. (1) Le preguntan por los poderes de sumi-
(4) Según el rigor de la letra, Jesús hizo este sión, que eran manifiestos. Por eso Jesús les re-
singular milagro para enseñar a los discípulos ponde haciéndoles otra pregunta para poner
el poder de la fe; mas al leer el texto, no puede más en evidencia su falta de sinceridad.
i OíM SAN MATEO, 22

viñadores cogieron a los siervos, y llamar a los invitados, pero éstos no


a uno le atormentaron, a otro le quisieron venir. 4 De nuevo envió a
mataron, a otro le apredrearon. 86 De otros siervos, ordenándoles: Decid a
nuevo les envió otros siervos en los invitados: Mi comida está prepa-
mayor número que los primeros, e rada, los becerros y cebones muertos,
hicieron con ellos lo mismo. 37 Final- todo está pronto, venid a las bodas.
5
mente les envió a su hijo, diciendo: Si- ¡ Pero ellos, desdeñosos, se fueron,
quiera respetarán que- es mi hijo (1). quién a su campo, quién a su nego-
38 p ero i os viñadores, cuando vieron
j

cio. * Los otros, cogiendo a los sier-


al hijo se dijeron: Es el heredero; ea, vos, los ultrajaron y les dieron muerte.
7
a matarle, y tendremos su herencia. El rey, montando en cólera, envió
39 Y
cogiéndole, le sacaron fuera de sus ejércitos, hizo matar a aquellos
la viña y le mataron. 40 Cuando asesinos y dió su ciudad a las llamas.
8
Venga, pues, el señor de la viña, Después dijo a sus siervos: El ban-
¿qué hará con esos viñadores? 41 Le quete está dispuesto; pero los invi-
respondieron: Hará perecer de mala tados no eran dignos. 9 Id, pues, a
muerte a los malvados, y arrendará I
las salidas de los caminos, y a cuan-
la viña a otros que le entreguen los j
tos encontréis llamadlos a las bodas.
frutos a su tiempo. 48 Jesús les res- 10 Salieron a los caminos los siervos
pondió: ¿No habéis leído alguna vez y reunieron a cuantos encontraron,
en las Escrituras: :
malos y buenos, y la sala de bodas
«La piedra que los edificadores quedó llena de convidados. 11 En-
hablan rechazado, ésa fué hecha ca- !
trando el rey para ver a los convida-
beza de esquina; del Señor viene esto, dos, vio allí a un hombre que 110
y es admirable a nuestros ojos? (2)» llevaba traje de boda. 18 Y
le dijo:
48 Por Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin
esto os digo que os será
quitado (3) el reino de Dios y el vestido de boda? Y él enmudeció.
13
será entregado a un pueblo que rinda j
Entonces el rey dijo a sus servi-
sus frutos. 44 Y el que cayere sobre ]
dores: Atadle de pies y manos y arro-
esta piedra se quebrantará, y aquel jadle a las tinieblas exteriores; allí
sobre quien ella cayere será pulve- i
habrá llanto y crujir de dientes.
46 Y oyendo los príncipes 14 Porque muchos son llamados
rizado. de los
los sacerdotes y los fariseos sus pará- j y pocos los escogidos (1).
bolas, entendieron que de ellos ha-
blaba. 46 Y queriendo apoderarse de
El, temieron a la muchedumbre, que ! La cuestión del tributo al Cesar.
le tenía por profeta.
16 Entonces se retiraron los fari-
seos y celebraron consejo sobre cómo
Parábola de los invitados la 16 Y
:\
le cogerían en alguna cosa. le
boda. enviaron discípulos suyos con faero-
dianos para decirle: Maestro, sabe-
22 1
Tomó
Jesús de nuevo la pa- mos que eres sincero, y que con ver-
labra y les habló en parábo- |
dad enseñas el camino de Dios, y
las (4), diciendo: 2
El reino de los i que no te da cuidado de nadie y que
cielos es semejante a un rey, que j
no tienes acepción de personas. 17 J>i-
preparó el banquete de bodas de su I
nos, pues, tu parecer: ¿Es lícito pagar
hijo. 3 Y envió a sus criados para tributo al César o no? (2). 18 Jesús,
conociendo su malicia, dijo: ¿Por qué
(1) La parábola tiene perfecta aplicación a la me tentáis, hipócritas? 19 Mostradtne
misión de Jesús entre los judíos.
(2) Salm. 117, 22.
(3) Estas palabras son la clave para la in- (1) Esta sentencia, varias veces repetida, de-
teligencia de la parábola, que resume toda la bía de ser un proverbio, que aquí se aplica a las
historia de Israel y su fin, sobre el que insiste clases directoras de Israel, pues desecharon el
más en 23. 33-39. Véase sobre esto II Parali- llamamiento que a ellos primeramente se hizo.
pomenos 36, 14 ss. (2) Los fariseos ponían muy alta la dignidad
(4)Parece evidente que en este relato hay de Israel como nación santa, cuyo soberano legí-
dos parábolas unidas: la primera, que termina timo era sólo Dios; mas, por otra parte, sabían
con la destrucción de los soberbios invitados, y adaptarse a los tiempos como varones pruden-
que tiene el mismo sentido que la de los viña- tes. Al hacerle esta pregunta, quieren ponerle
dores (21, 33-44). y la segunda, cuyo tema serian a mal con el pueblo o con la autoridad romana.
las disposiciones necesarias para entrar en el Después le acusarán ante Pilato de lo misino
banquete del reino mesiánico. que deseaban que respondiera. (Le. 23. a.)
SAN MATEO, 23 1095

la moneda del tributo. Ellos le pre- miento más grande de la ley? 37 El


sentaron un denario. 20 El les pre- le dijo: Amarás
Señor, tu Dios,
al
guntó: ¿De quién es esa imagen y con todo tu corazón, con toda tu
esa inscripción? 21 Le contestaron: alma y con toda tu mente. 38 Este
Del César. Díjoles entonces: Pues es el más grande y
el primer manda-
39
dad al César lo que es del César y miento. El segundo, semejante a
a Dios lo que es de Dios. 22 al Y éste es: al prójimo como a
Amarás
oírle se quedaron maravillados, y de- ti mismo. 40 De estos dos preceptos
jándole, se fueror. penden toda la ley y los profetas.

La resurrección de los muertos. La cuestión del origen del Mesías.


23 41 Reunidos
Aquel día se acercaron a El los los fariseos, les pre-
saduceos (1), que niegan la resu- guntó Jesús: 42 ¿Qué os parece de
24 Maes-
rrección, y le interrogaron: Cristo? ¿De quién es hijo? Dijéronle
tro, Moisés dice: «Si uno muere sin ellos: De David. 43 Les replicó: Pues
tener hijos, el hermano tomará su ¿cómo David, en espíritu, le llama
mujer para dar descendencia a su Señor, diciendo (1):
hermano» (2). 25 Había entre nos- 44 «Dijo el Señor a mi Señor: sién-
otros siete hermanos; y habiéndose tate a mi diestra mientras pongo a tus
casado el primero, murió sin des- enemigos por escabel de tus pies? (2).»
cendencia y dejó la mujer a su her- 45 Si, pues, David le llama Señor,
mano; 26 igualmente el segundo y el ¿cómo es hijo suyo? 46 Y
nadie podía
tercero, hasta los siete. 27 Después responderle palabra, ni se atrevió
de todos murió la mujer. 28 Ahora nadie desde entonces a preguntar-
bien, en la resurrección, ¿de cuál de le níás.
los siete será mujer?, porque los
siete la han tenido (3). 29 Y res-
pondiendo Jesús, les dijo: Estáis en Los escribas y fariseos, puestos
un error, y ni conocéis las Escritu- al desnudo.
ras ni el poder de Dios. 30 Porque
en la resurrección ni se casarán ni se
darán en casamiento, sino que serán
1
23
Entonces Jesús habló a las
muchedumbres y a sus discí-
como ángeles en el cielo. 31 Y
cuanto pulos, 2
diciendo: En la cátedra de
a la resurrección de los muertos, ¿no Moisés se han sentado los escribas
habéis leído lo que Dios ha dicho: y los fariseos (3). 3 Haced, pues, y
32 Yo
soy el Dios de Abraham, el guardad lo que os digan, pero no los
Dios de Isac, y el Dios de Jacob? imitéis en las obras, porque ellos
Dios no es Dios de muertos, sino de dicen y no hacen. 4 Atan pesadas
vivos. 33 Y la muchedumbre, oyén- cargas y las ponen sobre los hom-
dole, se maravillaba de su doctrina. bros de los otros; pero ellos ni con
un dedo quieren moverlas. 5 Todas
sus obras las hacen para ser vistos
El primer mandamiento de la ley. de los hombres. Ensanchan sus fi-
lacterias, y alargan los flecos; 6 gus-
34 Los fariseos, oyendo que
había tan de los primeros asientos en los
hecho enmudecer a los saduceos, se banquetes y de las primeras sillas
juntaron en torno de El 35 y le pre-
guntó uno de ellos, doctor, tentán- (1) Los fariseos interpretaban el salmo 109
dole: Maestro, ¿cuál es el manda- como refersnte al Mesías. Jesús pregunta:«¿Cómo
le llama Señor, si es hijo suyo?» Para sacar en
consecuencia que el Mesías era algo más que
to Vienen por grupos. Enemigos entre si. hijo para David.
se unen para acabar con Jesús. (2) Salm. 109, 1.
(a) El texto hace referencia al Deuterono- (3) Cada sábado los escribas leían al pueblo
mio 25, 5. La ley llamada del levirato miraba la ley mosaica. Aunque venida de tales labios,
a perpetuar las familias por medio de esta ficción debe ser escuchada, porque es la palabra de
jurídica. Moisés y de Dios. Otra cosa será cuando se trate
(3) Ef un cuento que debía de correr en las! de sus propias enseñanzas y de sus ejemplos.
escuelas, y en el cual encerraban los saduceos! En este capítulo resume Jesús el juicio que tan-
una objeción, a su parecer insoluble, contra el tas veces había proferido sobre los escribas y los
dogma de la resurrección defendido por los fari- fariseos, a fin de prevenir al pueblo contra sus
1<W engaños hipócritas
1096 SAN MATEO, 23

en las sinagogas; 7 y de los saludos que limpiáis por defuera la copa y ei


en las plazas y de ser llamados por plato, que por dentro están llenos de
los hombres Éabbi. 8 Pero vosotros rapiñas y codicias. 26 Fariseo ciego,
no os hagáis llamar Rabbi, porque limpia primero por dentro la copa y el
uno solo es vuestro maestro, y todos plato, y también luego por defuera.
vosotros sois hermanos. 9 Ni llaméis 87 jAy de vosotros, escribas
y fariseos,
padre a nadie sobre la tierra, porque hipócritas, que os parecéis a sepul-
uno solo es vuestro Padre, el que está cros blanqueados, hermosos por fuera,
en los cielos. 10 Ni os hagáis llamar mas por dentro llenos de huesos de
doctores, porque uno solo es vuestro muertos y de toda suerte de inmun-
doctor, Cristo. 11 El más grande de dicia! 28 Así también vosotros, por
vosotros sea vuestro servidor. 12 El fuera parecéis justos, mas por den-
que se ensalzare será humillado, y tro estáis llenos de hipocresía y de
el que se humillare será ensalzado. iniquidad. 29 ¡Ay de vosotros, escri-
bas y fariseos, hipócritas, que edifi-
Recriminaciones a los escribas y cáis sepulcros a los profetas y ador-
fariseos. náis los monumentos de los justos,
30
y decís: Si hubiéramos vivido nos-
13
jAy de vosotros, escribas y fari- otros en tiempo de nuestros padres,
seos,hipócritas, que cerráis a los no hubiéramos sido cómplices suyos
hombres el reino de los cielos! Ni en la sangre de los profetas. 31 Ya
entráis vosotros, ni permitís entrar con esto os dais por hijos de los que
a los que querrían entrar. (
14
) (1)
15 ¡Ay mataron a los profetas (1). 84 Col-
de vosotros, escribas y fariseos, hi- mad, pues, la medida de vuestros
pócritas, que recorréis mar y tierra padres (2). 33 Serpientes, raza de
para hacer un solo prosélito, y luego víboras, ¿cómo escaparéis al juicio de
de hecho, lo hacéis hijo de la gchenna la gehennaí
dos veces más que vosotrosl 16 ¡Ay
de vosotros, guías ciegos, que decís: VA juicio divino.
Si uno jura por el templo, eso
no es nada; pero si jura por el oro 34
Para esto os envió yo profetas,
del templo, queda obligado. 17 [In- sabios y escribas (3), y a unos los
sensatos y ciegos! ¿Qué vale más, mataréis y los crucificaréis, a otros
el oro o el templo que santifica el los azotaréis en vuestras sinagogas,
oroT 18 Si alguno jura por el altar, y los perseguiréis de ciudad en ciu-
3"
para que caiga sobre vosotros
eso no es nada; pero si jura por la dad,
ofrenda, que está sobre él, ése queda toda sangre inocente derramada
la
obligado, i* Ciegos, ¿qué es más, la sobre tierra, desde la sangre del
la
ofrenda o el altar que santifica la justo Abel hasta la sangre de Zaca-
ofrenda? 20 Pues el que jura por el rías hijo de Baraquías, a quien ma-
altar, jura por él y por lo que está tasteis entre el Templo y el altar.
en él. 21 Y el que jura por el templo, 36 En verdados digo que toda caerá
jura por él y por quien lo habita. sobre esta generación (4). 37 ¡Je-
22 Y
el que jura por el cielo, jura por rusalén, Jcrusalén, que matas a los
el trono de Dios y por el que en él profetas (5) y apedreas a los que
se sienta. 23 |Ay de vosotros, escri-
(1) Pues alardeando de tanta veneración por
bas y fariseos, hipócritas, que diez- ellos, no hablan hecho caso de Juan ni lo hacían
máis la menta, el anís y el comino, de Jesús, a quien, además, pretendían matar.
y no os cuidáis de lo más grave de (3) San Esteban desarrolla el mismo pensa-
la ley: justicia, la misericordia y
la miento en su discurso de los Hechos, cap. 7.
la buena Bien sería hacer aque-
fe. acabando con un apóstrofe que le costo la vida:
llo, pero sin omitir esto. 24 Guías cie- «Duros de cerviz e incircuncisos de corazón y
de oídos, siempre resistís al Espíritu Santo.
gos, que coláis un mosquito y os Cuales fueron vuestros padres, tales sois vosotros.'
tragáis un camello. 25 jAy de vos- (3) Estos profetas, sabios y escribas, son
otros, escribas y fariseos hipócritas, los Apóstoles y discípulos, a quienes los judíos
tratarían como hablan tratado sus padres a
(i) El versículo 14: »Ay de vosotros, escri- los antiguos profetas, según habla anunciado
bas y fariseos, hipócritas, que devoráis las en 10, 15 ss.
casas de las viudas y hacéis por aparentar lar- (4) La misma amenaza que en 24. 34. Que
gas oraciones. Por eso seréis más rigurosamente es la destrucción de la ciudad de Jerusalén y
juzgados*, parece ser una interpolación prove- su Templo.
niente de Marc. 12. 40, y los críticos lo consi- (5) Palabras conmovedoras semejantes a las
deran como extraño al evangelio de San Mateo, que refiere San Lucas en 19. 41 ss.. y 23. a8 ««
SAN MATEO, 24 1U97

te son enviadosl [Cuántas vetes. quise La persecución contra


reunir a tus hijos, a la manera que la el evangelio.
gallina reúne a sus pollos bajo las
He 38 aquí que Entonces os entregarán a los tor-

alas, y no quisiste! mentos y os matarán (1), y seréis
vuestra casa quedará desierta. 39 Por-
aborrecidos de todos los pueblos a
que en verdad os digo que no me
causa de mi nombre. 10 Entonces se
veréis más hasta que digáis: Bendito
escandalizarán muchos y unos a otros
el que viene en el nombre del Se-
se harán traición y se aborrecerán;
ñor (1). 11
y se levantarán muchos falsos pro-
12
fetas que engañarán a muchos, y
por exceso de la maldad se en-
el
Profecía sobre la destrucción del 13 mas
friará la caridad de muchos,
templo.
el que perseverare hasta el fin, ése
Saliendo Jesús del templo, se
1 será salvo. 14 Será predicado este
¡y a
Ji'i le acercaron sus discípulos y le evangelio del reino en todo el mun-
mostraban las construcciones (2) del do (2), testimonio para todas las
templo. 2 Y
El les dijo: ¿Veis todo naciones, y entonces vendrá el fin.
esto? En verdad os digo que no que-
dará aquí piedra sobre piedra; todo
será destruido. 3 Y
sentándose en el La desolación de Judea.
15 Cuando vieren, pues, abomi-
monte de los Olivos (3), llegáronse la
a El aparte unos discípulos, diciendo: nación de la desolación (3) predi-
Dinos cuándo será todo esto, y cuál cha por el profeta Daniel en el lugar
la señal de tu venida y de la consu- santo 16 (el que leyere entienda), en-
mación del mundo. tonces los que estén en Judea, huyan
a los montes; 17 el que esté en el te-
rrado no baje a tomar nada de su
casa, 18 y el que esté en el campo
Tiempos de angustia. ¡

no vuelva atrás en busca del manto.


4
Y
Jesús les respondió: Cuidad 19 ¡Ay de las que estuvieren encintas
que nadie os engañe. 5 Porque ven- y de las que críen en aquellos díasl
drán muchos en mi nombre, y dirán: 20 Orad para que vuestra huida no
Yo soy el Mesías (4), y engañarán tenga lugar en invierno ni en sábado.
a muchos. 6 Oiréis hablar de guerras
y de rumores guerreros; pero no os
turbéis; porque es preciso que esto La tribulación suprema.
suceda, mas no es aún el íin. 7 Se 21 Porque habrá entonces una tan
levantará nación contra nación y reino gran tribulación (4), cual no la
contra reino, y habrá hambre y terre- hubo desde el principio del mundo
motos en diversos lugares; 8 pero hasta ahora, ni la habrá, 22 y, si no
todo esto es el comienzo de los do- se acortasen aquellos días, nadie se
lores. salvaría; mas por amor de los ele-
gidos se acortarán los días aquellos.
23 Entonces, si alguno os dijere: Aquí
(1) Esta aclamación del pueblo judío a su o allí está el Mesías, no le creáis,
Mesías indica la futura conversión del mismo 24 porque se levantarán falsos mesías
anunciada por San Pablo a los Romanos, II,
II ss. y falsos profetas, y obrarán grandes
(2) Eran construcciones soberbias las que
en muchos años de trabajo habían levantado (1) Jesús insiste en anunciarlas persecucio
los arquitectos griegos, y Josefo no se cansa de nes de los suyos para que no los cojan de sor-
ponderar su magnificencia. Herodes había que- presa.
rido con esta obra ganarse la voluntad del pue- (2) Es una prueba deque el fin délas cosas
blo judío y borrar su mancha de advenedizo no está cercano, puesto que antes de esto el
y usurpador aunque sin conseguirlo. Evangelio debe llegar a noticia de todos los
(3) El monte de los Olivos, desde el cual se pueblos.
dominaba la fábrica del templo y la ciudad. (3) Jesús da aquí una señal, que es la profa-
El discurso que sigue abarca dos temas no del nación del templo, para que los discípulos
todo distintos, sino entremezclados: la ruina huyan de la eiudad. Efectivamente, según Eu-
de Jerusalén y el fin de las cosas, unidos bajo sebio de Cesárea, huyeron al otro lado del Jor-
la razón común de juicio de Dios. dán, librándose de las calamidades de la guerra
(4) La expectación mesiánica en que vivía judía, que acabó con Jerusalén y con el templo.
el pueblo por aquella época daba origen a la (4) Una nueva advertencia, semejante a la
aparición de muchos falsos mesías. de 4-8, pero que mira a tiempos más lejanos.
IU9.S SAN MATEO, 25

señales y prodigios para inducir a el Hijo, sino sólo el Padre. 87 Porqu e


error, si fuera posible, aun a los como en días de Noé, así será
los
mismos elegidos. 26 Mirad que os lo a la aparición del Hijo del hombre.
digo de antemano. 26 Si os dicen, pues: 88 En los
días que precedieron al
Aquí está, en el desierto, no salgáis; diluvio, comían, bebían, se casaban
aquí está, en un escondite, no lo y daban en casamiento, hasta el
se
creáis, 27 porque, como el relámpago, día en que entró Noé en el arca;
que sale del oriente y brilla hasta el 39
pero ellos no se dieron cuenta hasta
occidente, así será la venida del Hijo que vino el diluvio y los arrebató
del hombre. 28 Donde está el cadáver a todos; así será a la venida del Hijo
allí se reúnen los buitres. del hombre. 40 Entonces estarán dos
en el campo, uno será tomado y otro
Ln venida del Hijo del hombre. será dejado. 41 Dos molerán en la
muela, una será tomada y otra será
29 Pero luego, en seguida, después dejada.
de la tribulación de aquellos días, se
oscurecerá el sol, y la luna no dará Necesidad de velar.
su luz, y las estrellas caerán del
cielo (1), y las columnas del cielo 42
Velad, pues, porque no sabéis
se conmoverán. 80 entonces apa- Y cuándo llegará vuestro Señor. 43 Pen-
recerá el estandarte del Hijo del sad bien que si el padre de familia
hombre en el cielo, y se lamentarán supiera en qué vigilia vendría el
todas las tribus de la tierra y verán ladrón, velaría y no permitiría hora-
al Hijo del hombre venir sobre las dar su casa. 44 Por eso vosotros ha-
nubes del cielo con gran poder y ma- béis de estar preparados, porque a la
jestad. 81 Y enviará sus ángeles con hora que menos pensáis puede venir
46
poderosa trompeta y reunirán de los el Hijo del hombre. ¿Quién es,
cuatro vientos a los elegidos, desde pues, el siervo fiel y prudente, a
un extremo del cielo hasta el otro. quien constituyó su amo sobre la
servidumbre para darle provisiones
Ln parábola de a su tiempo? 49 Dichoso el siervo a
la higuera.
quien, al venir su amo, hallare que
Aprended de la semejanza de la
32 hace así. 47 En verdad os digo, que
higuera (2): cuando sus ramos están le pondrá sobre toda su hacienda.
48 Pero si el mal siervo dijera para
tiernos y brotan las hojas, conocéis
que el estío se acerca; 88 así vosotros sus adentros: Mi amo tardará, 49 y
también, cuando veáis todas estas comenzare a golpear a sus compañe-
cosas, entended que está próximo, ros y a comer y beber con borrachos,
84 En verdad os digo 60 vendrá el amo el día que menos
a las puertas.
51
que no pasará esta generación (3) lo espera y a hora que no sabe, y
86 El cielo
antes que todo esto suceda. le hará azotar y le echará con los
y la tierra pasarán, pero mis palabras hipócritas: allí habrá llanto y crujir
ño pasarán. de dientes.

Incertidumbre del juicio. Parábola de las diez vir¡|eucs.


38 De día y hora nadie
aquel T Entonces el reino de los cielos
1

sabe (4), ni los ángeles del cielo, ni será semejante a diez vírgenes
que tomando sus lámparas salieron
(i) Todo esto son figuras para anunciar la
majestad con que vendrá el Hijo siempre preparados. Insiste el Señor sobre su
grandeza de la
juzgar al mundo. incertidumbre, porque sabia cuánta era la curio-
del hombre a
sidad humana por averiguar la venida de este
(a) Esta parábola alude a las señales indica-
dia y las ansiedades que podría causar esta cu-
das en los versículos 15 ss.
riosidad. Es un secreto del Padre, el cual ni a
(3) Como tantas otras veces, habla aquí Je-
que le vió, pero los ángeles ni al mismo Hijo lo ha comunicado
sús de la generación presente,
para que lo anuncien a los hombres. No es que
que no quiso recibir su mensaje y que dentro los ángeles, y menos el Hijo, lo ignoren; pero
la sangre
de pocos días reclamará ante Pilato
el año 70. como mensajeros divinos, encargados de dar a
del Justo. Se cumplió este vaticinio
Jerusalén fué arruinada por los Romanos. conocer la voluntad de Dios, lo desconocen ab-
cuando
solutamente. Véase una respuesta semejante
(4) El contraste entre estas palabras y los ver-
habla sino en Act. I, 7: «No os toca a vosotros conocer los
sículos anteriores prueba que no se
los tiempos. Esta tiempos y momentos, que el Padre se ha reser-
ue la venida de Jesús al fin de
habrá que estar vado. 1
venida será repentina y para
I
ella
SAN MATEO, 25 1099

al encuentro del esposo. 2 Cinco de I bien, bueno y fiel, has sido


siervo
ellas eran necias y cinco prudentes; i fiel en
poco, te constituiré sobre
lo
* las necias, al tomar las lámparas, ! lo mucho; entra en el gozo de tu señor.
24 Se acercó también el que había
no tomaron consigo aceite, * mientras i

que las prudentes tomaron aceite en recibido un solo talento y dijo: Señor,
las alcuzas juntamente con sus lám- tuve en cuenta que eres hombre duro,
pairas.
5
Como el esposo tardaba, se i que quieres cosechar donde no has
adormilaron y durmieron. 6 A la |
sembrado y recoger donde no has
media noche se oyó un clamoreo: esparcido, 25 y temiendo, me fui y
Ahi está el esposo, a su en-
salid escondí tu talento en la tierra: aquí
26 Respondióle amo:
cuentro. 7 Se despertaron entonces lo tienes. su
todas las vírgenes y se pusieron a Siervo malo y haragán, ¿conque
preparar sus lámparas. 8 Las necias sabías que yo quiero cosechar donde
dijeron a las prudentes: Dadnos acei- no sembré y recoger donde no es-
te del vuestro, porque se nos apa- parcí? 27 Debías, pues, entregar mi di-
gan las lámparas. 9 Pero las prudentes nero a los banqueros, para que a mi
respondieron: No, porque podría ser vuelta recibiese lo mío, con los in-
que no bastase para nosotras y vos- tereses. 28 Quitadle el talento y dád-
otras; id más bien a la tienda y com- selo al que tiene diez; 29 porque al
pradlo. 10 Pero mientras fueron a que tiene se le dará y abundará; pero
comprarlo llegó el esposo, y las que a quien no tiene, aun lo que tiene
estaban prontas entraron con él a
11
se le quitará. 30 Y
a ese siervo inútil,
las bodas y se cerró la puerta. Lle- echadle a las tinieblas exteriores; allí
garon más tarde las otras vírgenes, habrá llanto y crujir de dientes.
12 Pero
diciendo: Señor, señor, ábrenos.
él respondió: En verdad os digo que
no os conozco. 13 Velad, pues que no El juicio final.
sabéis el día ni la hora (1).
31
Cuando el Hijo del hombre venga
Parábola de los talentos. en su gloria y todos los ángeles con
El (1), se sentará sobre su trono
de gloria, 32 y se reunirán en su pre-
14
Porque es como uno que al em- sencia todas las gentes, y separará a
prender un viaje llama a sus siervos unos de otros, como el pastor separa
y les entrega su hacienda, 15 dando a las ovejas de los cabritos, 33 y pon-
a uno cinco talentos, a otro dos y a drá las ovejas a su derecha y los
otro uno, a cada cual según su capa- j
cabritos a su izquierda. 34 Entonces
cidad, y se va. 16 Luego el que había dirá el Rey a los que están a su de-
recha: Venid, benditos de mi Padre,
j

recibido cinco talentos se fué y ne-


goció con ellos y ganó otros cinco. ¡
tomad posesión del reino preparado
17 Asimismo el de los dos ganó otros
para vosotros desde la creación del
dos. 18 Pero el que había recibido mundo. 35 Porque tuve hambre y me
uno se fué, hizo un hoyo en la tierra disteis de comer; tuve sed y me dis-
y escondió el dinero de su amo. teis de beber; peregriné y me aco-
19 Pasado mucho tiempo, vuelve el
gisteis; 36 estaba desnudo y me vestís-
amo de aquellos siervos y les toma teis; enfermo y me visitasteis; preso
cuentas. 20 Y llegando el que había y vinisteis a verme. 37 Y le respon-
recibido los cinco talentos, presentó derán los justos: Señor, ¿cuándo te
otros cinco, diciendo: Señor, tú me vimos hambriento y te alimentamos,
has dado cinco talentos, mira, pues, sediento y te dimos de beber? 38 ¿Cuán-
otros cinco que he ganado. 21 Y su do te vimos peregrino y te acogimos,
amo le dice: Muy bien, siervo bueno desnudo y te vestimos? 39 ¿Cuándo
y has sido fiel en lo poco, te
fiel; te vimos enfermo o en la cárcel y
constituiré sobre lo mucho; entra en vinimos a ti? 40 Y el Rey les dirá:
el gozo de tu señor.
22 Llegó
el de En verdad os digo, que cuantas veces
los dos talentos y dijo: Señor, dos hicisteis eso a uno de estos mis her-
talentos me has dado, mira otros
dos que gané; 23 Díjole su amo: Muy (i) Con este sublime cuadro de su venida a.
juicio termina Jesús este discurso. Es muy de
notar la norma suprema de su juicio, que es la
(i) Continúa el discurso anterior con estas caridad del prójimo por amor de El. La caridad,
parábolas, que refiere San Mateo con el fin regla suprema de la vida cristiana, será también
j

de inculcar más la vigilancia. norma del juicio divino al fin de los tiempos.
1 100 SAN MATEO, 26

manos más pequeños, a mi me lo pobres. 10


Dándose Jesús cuenta de
hicisteis. esto, les ¿Por qué molestáis a
dijo:
Y dirá a los de la izquierda:
41 esta mujer? Una buena obra es la
Apartaos de mí, malditos, al fuego que conmigo ha hecho. 11 Porque
eterno, preparado para el diablo y pobres, en todo tiempo los tendréis
para sus ángeles. 42 Porque tuve con vosotros. 12 Con derramar ella
hambre y no me disteis de comer, este ungüento sobre mi cuerpo me
tuve sed y no me disteis de beber. ha ungido para mi sepultura. 13 En
43 Fui peregrino
y no me alojasteis; verdad os digo, dondequiera que sea
estuve desnudo y no me vestísteis: predicado este evangelio en todo el
enfermo y en la cárcel y no me visi- mundo, se hablará también de lo
tasteis. 44 Ellos responderán diciendo; que ha hecho ésta, para memoria
Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, suya.
o sediento, o peregrino, o enfermo,
o en y no te socorrimos?
prisión
La traición de Judas.
46 El contestará diciendo: En ver-
les
dad que cuando dejasteis de
os digo,
hacer eso con uno de estos pequeñue- 14 Entonces
se fué uno de los doce,
los, conmigo no lo hicisteis. 48 E iránllamado Judas Iscariote, a los prín-
al suplicio eterno, y los justos a la cipes de los sacerdotes; 15 y les dijo:
vida eterna. ¿Qué me dais y yo os lo entrego?
Y se convinieron en treinta piezas
de plata (1). 16 Y desde entonces
La conspiración de los judíos. buscaba ocasión para entregarlo.

2()
1
Y aconteció que cuando Jesús La última cena de Jesús.
hubo terminado estos discursos,
dijo a sus discípulos: 2 Sabéis que
dentro de dos días es la Pascua, y 17
El día primero Tde los Acimos (2)
el Hijo del hombre será entregado se acercaron los discípulos a Jesús y
3
para que le crucifiquen. Se reunie- le dijeron: ¿Dónde quieres que pre-
ron por entonces los príncipes de los paremos para comer la Pascua?
sacerdotes y los ancianos del pue- 18 El les dijo: Id a la ciudad, a casa
blo (1) en el palacio del Pontífice, de fulano y decidle: El Maestro dice:
que se llamaba Caifás 4 y se consul- y\i tiempo está próximo, quiero ce-
taron sobre cómo apoderarse con en- lebrar en tu casa la Pascua con mis
gaño de Jesús para darle muerte. discípulos. 19 Y los discípulos hicie-
Pero se decían: Que no sea du- ron como Jesús les ordenó y prepa-
rante la fiesta, no vaya a alborotarse raron la Pascua. 20 Llegada la tarde,
el pueblo. se puso a la mesa con los doce (3),
21
y mientras comían dijo: En verdad
os digo que uno de vosotros me ha
La unción en Detania. de entregar. 21 Y muy entristecidos,

• Hallándose Jesús en Betania (1) Para mejor ejecutar sus planes, el Sane-
(2),
en casa de Simón el leproso, 7 se llegó drín se ve ayudado por el discípulo traidor, que
a él una mujer con un frasco de ala- en su modo de presentarse, indica claro que va
impulsado por la avaricia. En el Exodo 21, 32, se
bastro lleno de costoso ungüento, y fija en treinta siclos la indemnización por un
lo derramó sobre su cabeza, mientras siervo que hubiera sido muerto por un buey
estaba recostado a la mesa. 8 Al verlo bravo. Tal debió de ser el principio, que sirvió
se enojaron los discípulos y dijeron: para fijar los honorarios de Judas.
«A qué este derroche? Podría haberse (2) La fiesta de la Pascua se llamaba también
vendido a gran precio y darlo a los de los Acimos, porque en los ocho días que
duraba no se podía comer pan fermentado. El
dia solía contarse desde un atardecer a otro,
(i) Desde Galilea los escribas y fariseos vie- pero aquí el día primero es el dia natural, que
nen conspirando contra Jesús; ahora son las precede al atardecer, porque en él debían reco-
autoridades supremas de la nación las que se ger de casa todo el pan fermentado. (Exo-
echan sobre si esta gravísima responsabilidad. do 12, 15.) Se llamaba también Parasceve, pre-
2) Según 2i, 17, Jesús contaba allí con hués- paración, porque en él habla de prepararse todo
ped amigo. Este Simón era sin duda un curado lo necesario para la Pascua.
por Jesús, y la mujer de la unción era la hermana (3) Se reclinó, se recostó sobre el brazo iz-
de Lázaro, el resucitado, según nos explica quierdo, porque tal era el modo de comer en-
San Juan ft2. 13) tonces usado.
SAN MATEO, 26 1101

comenzaron a cada uno: ¿Soy


decirle garé. Ylo mismo dijeron todos los
23
acaso yo, Señor? El respondió: El discípulos.
que conmigo mete la mano en el
plato, ése me entregará. 24 El Hijo
del hombre sigue su camino, como
La oración de Gctsemaní.
de El está escrito; pero ¡desdichado
de aquél por quien el Hijo del hom- 38 Entonces vino Jesús con ellos
bre será entregado!; mejor le fuera a a un lugar llamado Getsemaní y les
ese no haber nacido. 25 Tomó la pa- dijo: Sentaos aquí mientras yo voy
labra Judas, el que le iba a entregar, allá a orar. 37 Y
tomando a Pedro y
y dijo: ¿Soy acaso yo, Rabbí? Y El a los hijos de Zebcdeo (1), comenzó
38 En-
respondió: Tú lo has dicho. a entristecerse y angustiarse.
tonces les dijo: Triste está mi alma
Institución de la Eucaristía. hasta la muerte (2); quedaos aquí y
velad conmigo. 39 Y yendo un poco
26 Mientras comían, Jesús tomó más allá, se postró sobre su rostro,
pan, y bendiciéndolo, lo partió y orando y diciendo: Padre mió, si es
posible, pase de mí este cáliz; sin em-
dándoselo a los discípulos, dijo: To-
bargo, no se haga como yo quiero,
mad y comed, éste es mi cuerpo (1).
sino como quieres tú. 40 Y viniendo
27
Y tomando y dando gra-
un cáliz
a los discípulos, los encontró dormi-
cias, lo dió, diciendo:
se Bebed de
28 porque ésta es dos, y dijo a Pedro: De modo que no
él todos, mi sangre
del Nuevo Testamento, que será de-
habéis podido velar conmigo una
hora. 41 Velad y orad, para que no
rramada por muchos para remisión
caigáis en la tentación; el espíritu
de los pecados. 29 Yo os digo que no
está pronto, pero la carne es flaca.
beberé más de este fruto de la vid, 42
hasta el día en que lo beba con De nuevo, por segunda vez, fué a
orar, diciendo: Padre mío, si esto no
vosotros nuevo en el reino de mi
puede pasar sin que yo lo beba, há-
Padre (2).
gase tu voluntad. 43 Y
volviendo,
otra vez los encontró dormidos; tenían
Predicción sobre la conducta de los ojos cargados. 44 Y dejándolos,
los discípulos. de nuevo se fué a orar por tercera
vez, diciendo aún las mismas pala-
Y dichos los himnos (3), salie-
30 bras. 45 Luego vino a los discípulos y
ron camino del monte de los Olivos. les dijo: Dormid ya y descansad (3),
31
Entonces les dijoJesús: Todos vos- que ya se acerca la hora y el Hijo
otros os escandalizaréis de mí esta del hombre va a ser entregado en
noche, porque escrito está: Heriré al manos de los pecadores. 46 Levantaos,
Pastor y se dispersarán las ovejas de vamos; ya llega el que me va a en-
la manada. (4) 32 Pero después de tregar.
resucitado, os precederé a Galilea (5).
33 Tomó Pedro la palabra y le
dijo: Aunque todos se escandali- La prisión de Jesús.
cen de ti, yo jamás me escandali-
zaré. 34 Respondióle Jesús: En ver- 47
Aúnestaba hablando, cuando
dad te digo que esta misma noche, llegó Judas, uno de los doce, y con
antes que el gallo cante, me negarás él una gran turba, armada de espa-
tres veces. 35 Díjolc Pedro: Aunque das y garrotes, enviada por los prín-
tenga que morir contigo, no te ne- cipes de los sacerdotes y los ancia-
nos del pueblo. 48 El que lo iba a
entregar les dió una señal, diciendo:
(i) Con esta admirable sencillez nos cuenta
el evangelista la institución del inefable miste-
Aquel a quien yo besare, ése es,
rio de la Eucaristía.
(a) Usa aquí Jesús una vez más la imagen del (i) Los mismos que habían sido testigos de
banquete para representar el reino del ciclo. su transfiguración lo serán de su agenía.
(3) Las plegarias con que, según el ritual (a) Esta frase nos revela toda la realidad de
acostumbrado, debía terminarse la cena pas- la naturaleza humana de Jesús, que repugna la
cual. muerte; pero se resigna a ella por cumplir la
(4) Zac. 13, 7. voluntad del Padre.
(5) Para sostener su ánimo durante la pasión, (3) Dichas estas palabras en aquel memento,
les anuncia una vez más el triunfo de la resurrec- tienen un dejo de ironía y contrastan con las
ción. que siguen.
!

1 102 SAN MATEO, %1

prendedle. 49 Y al instante, acercán- I el Mesías (1), el Hijo de Dios.


dose a Jesús, dijo: Salve, Rabbí. le Y 64 Díjole Jesús: Tú lo has dicho.
besó. 60 Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué
[

Y yo os digo que un día veréis al


vienes? Entonces se adelantaron y Hijo del hombre sentado a la diestra
pusieron las manos sobre Jesús, apo- del Padre y venir sobre las nubes del
derándose de El. 51 Uno de los que cielo. 45 Entonces el Pontífice rasgó
estaban con Jesús extendió la mano sus vestiduras, diciendo: Ha blasfe-
y sacando la espada, hirió a un sier- mado. ¿Qué necesidad tenemos de
vo del Pontífice y le cortó una oreja. más testigos? Acabáis de oír la blas-
52
Jesús entonces le dijo: Vuelve la femia. ¿Qué os parece? 86 Ellos res-
espada a la vaina, pues quien toma pondieron: Reo es de muerte. 87 En-
la espada, a espada morirá. 63 ¿O crees tonces comenzaron a escupirle en el
que no puedo yo rogar a mi Padre, rostro y a darle de puñetazos (2), y
que me enviaría luego doce legiones otros le herían en la cara, 68 diciendo:
de ángeles? 54 ¿Cómo van a cumplirse Profetiza, Cristo, quién te hirió.
las Escrituras (1) de que así con-
viene que sea? 85 Entonces dijo Jesús [ La negación de Pedro.
a la turba: ¿Como a ladrón habéis
salido con espadas y garrotes a pren- :

89 Entretanto Pedro estaba senta-


derme? Todos los días me sentaba
en el Templo para enseñar y no me do (3) en el atrio; y se le acercó
una sierva diciendo: Tú también es-
|

prendisteis. 66 Pero todo esto sucedió


para que se cumpliesen las Escritu- tabas con Jesús de Galilea. 70 El
ras de los profetas. Entonces todos 1
negó ante todos, diciendo: No sé lo
los discípulos le abandonaron y hu-
que dices. 71 Pero cuando salía hacia
yeron .
la puerta, le vió otra sierva y dijo
a los circunstantes: También éste es-
taba con Jesús el Nazareno. 72 Y de
Jesús ante el Sanedrín. nuevo negó con juramento: No co-
nozco a ese hombre. 73 Poco después
s' se llegaron a él los que allí estaban
Los que prendieron a Jesús le
llevaron a casa de Caifás (2), el y le dijeron: Cierto que tú eres de
los suyos, pues tu mismo hablar te
Pontífice, donde los escribas y los
descubre. 74 Entonces comenzó él a
ancianos se habían reunido. 68 Pedro
maldecir y a jurar: jYo no conozco
le siguió de lejos hasta el palacio del
a ese hombre! Y al instante cantó el
Pontífice, y entrando, se sentó con 75 Pedro se acordó de lo que
gallo.
los servidores para ver en qué pa-
Jesús le había dicho: Antes que cante
raba la cosa. 59 Los príncipes de los
el gallo me negarás tres veces, y sa-
sacerdotes y todo el Sanedrín bus-
liendo fuera, lloró amargamente.
caban falsos testimonios contra Jesús
para condenarle a muerte, 80 pero no Jesús, condneldo ante Pilatu.
los hallaban, aunque se habían pre-
sentado muchos falsos testigos. Al
61 que dije-
fin se presentaron dos, * 1
Llegada la mañana, todos los
ron: Este ha dicho: Yo puedo des- príncipes de los sacerdotes y los
truir el Templo de Dios y en tres ancianos del pueblo tuvieron conse-
días reedificarlo. 82 Levantándose en- jo (4) contra Jesús para quitarle
tonces el Pontífice, le dijo: ¿Nada
respondes? ¿Qué dices a lo que éstos (i) Esta pregunta, atestiguada por ' os cua '
testifican contra ti? 63 Pero Jesús tro evangelistas, prueba que Jesús habla habla-
callaba. Y
el Pontífice le dijo: Te
do bastante claro de su dignidad mesianica y
de su filiación divina.
conjuro por Dios vivo; di si eres tú
(a) Esto fué sin duda obra de los esbirros en-
cargados de guardarle, una vez terminada la se-
(1)Dios habia predicho la pasión de su Me- sión. Véase Le. 22, 63 s.
sías. Los judíos, obedeciendo libremente a las (3) Pedro, que siguió al Maestro, entró en
inspiraciones de su maldad, cumplen los desig- casa del Pontífice para ver en qué paraba la
nios de Dios, que miraban a la salud del mundo prisión. En este tiempo ocurrió la triple nega-
por la pasión de su H ijo. ción predicha por Jesús y narrada por los evan-
(2) Era entonces el Pontífice, y por tanto la gei istas.
autoridad suprema, y el presidente nato del (4) Celebraron entonces nueva sesión para
Sanedrín. Esta sesión, por razón de la hora, era dar valor legal a lo actuado en la sesión de la no-
ilegal, más sirvió, en la intención de sus auto- che. La actuación de los tribunales empezaba de
res, para preparar el proceso y ganar tiempo. madrugada.
SAN MATEO, 27 I I IM

la vida; 2 y atado, le llevaron al pro- tú el rey de los judíos? (1). Res-


curador Pilato (1). pondió Jesús: Tú lo dices. 12 Pero a
las ácusaciones hechas por los prín-
cipes de los -sacerdotes y los ancianos
nada respondía. 13 Díjole entonces
Fin desastroso de Judas.
Pilato: ¿No oyes todo lo que dicen
contra ti? 14 Pero El no respondía a
3
Viendo entonces Judas, el que
había entregado, cómo era conde-
nada, de suerte que el Procurador
le
se maravilló sobremanera. 15 Era cos-
nado, se arrepintió y devolvió las
treinta monedas de plata a los prín-
tumbre que el Procurador, con oca-
sión de la fiesta, diese a la muche-
cipes de los sacerdotes y ancianos (2),
4
diciendo: He pecado entregando
dumbre la libertad de un preso, el
sangre inocente. Dijeron ellos: ¿A nos-
que pidieran. 16 Había entonces un
preso famoso llamado Barrabás. 17 Es-
otros qué? Viéraslo tú. 8 Y
arrojando
tando, pues, ellos reunidos, les dijo
las monedas de plata al Templo, se
Pilato: ¿A quién queréis que os suel-
retiró, fué y se ahorcó. 6 Los prínci-
te, a Barrabás o a Jesús, el llamado
pes de los sacerdotes tomaron las
Cristo? 18 Pues sabía él que por envi-
monedas de plata y dijeron: No es
lícito echarlas al tesoro (3), puesto
dia se lo habían entregado (2).
19 Mientras estaba sentado en el
que son precio de sangre. 7 Y resolvie-
tribunal, envió su mujer a decirle:
ron en consejo comprar con ellas el
campo del alfarero para sepultura de No te metas con ese justo (3), pues
peregrinos. 8 Por eso aquel campo se
he padecido mucho hoy en sueños
llamó campo de la sangre, hasta el por causa de él. 20 Pero los príncipes
día de hoy. 9 Entonces se cumplió lo
de los sacerdotes y los ancianos per-
dicho por el profeta Jeremías: suadieron a la muchedumbre que pi-
«Y tomaron treinta piezas de pla- diesen a Barrabás e hicieran perecer
ta, el precio en que fué tasado, aquel a a Jesús (4). 21 Tomando la palabra
el Procurador, les dijo: ¿A quién de
quien pusieron precio los hijos de |

los dos queréis que os dé por libre?


Israel, 10 y los dieron por el campo ;

del alfarero Ellos respondieron: A Barrabás. 22 Dí-


(4).»
jolcs Pilato: Entonces, ¿qué queréis
que haga con Jesús, el llamado
Cristo? Todos dijeron: Que le cruci-
Proceso de Jesús ante _ l'ilato. fiquen. Dijo el Procurador: ¿Y qué
23

mal ha hecho? Ellos gritaron más,


11
Jesús fué presentado ante el diciendo: ¡Que le crucifiquen! 24 Vien-
Procurador, que le preguntó: ¿Eres do, pues, Pilato que nada conseguía,
sino que el tumulto crecía cada vez
Roma había reservado a su representante
(1) más, tomó agua y se lavó las manos
el derecho de imponer la pena capital. Sin su
delante de la muchedumbre, diciendo:
aprobación, el fallo del Sanedrín no tenía va-
lor ninguno. (Jn. 18, 30.)
Yo soy inocente de esta sangre; vos-
(2) Los treinta siclos no le trajeron la felici- otros veáis (5). 25 Y todo el pueblo
dad que había soñado, y se arrepintió al ver el contestó diciendo: Caiga su sangre
sesgo que tomaba el proceso en que había
tenido tanta parte. (1) A Pilato, que en sus funciones de gober-
(3) Como dinero adquirido mediante un cri- nador, había tenido que reprimir la sublevación
men, no podía ser echado en el tesoro del tem- de algún falso mesías, le presentan a Jesús
plo, y así resuelven emplearlo en beneficio de como otro tal. Pero el juez, que conoce a los
los peregrinos que morían en Jerusalén. Este judíos, no se deja engañar y rechaza la acusación.
episodio nos pinta al vivo la hipocresía de los (2) Aunque veía que por envid ia se lo habían
sacerdotes, que colaban un mosquito y se tra- entregado, no quiso desairar a tan graves seño-
gaban un camello (23, 34). El texto del pro- res, y así recurre a este expediente para pcner en
feta citado por el evangelista es de Zac. 1, 7 ss. libertad a Jesús.
El Señor, que se había hecho mayoral de pas- (3) Este detalle viene a poner más de mani-
tores del pueblo judío, representado bajo la fiesto la inocencia de Jesús y la maldad de sus
figura de un rebaño, cansado de la indocilidad acusadores.
de los pastores y de la del rebaño, rompe su (4) El recado de la esposa de Pilato tuvo lu-
cayado y pide por medio del profeta el salario gar entre la propuesta de éste al pueblo y la res-
que le corresponde. Le pesan treinta siclos de puesta del pueblo, que, trabajado por los jefes,
plata, y el Señor dice al profeta: Echa en el pide la libertad de Barrabás y la muerte de
tesoro del templo ese magnífico precio en que Jesús.
me han estimado; y el profeta los tomó y los (5) Cou esto creyó cumplir sus deberes de
echó en el tesoro. juez y alejar de sí la responsabilidad que el
(4) Jer. 32, 6 ss.; Zac. 11, 12 ss. sueño de su mujer pudiera traer sobre él.
1104 SAN MATEO, 27

sobre nosotros y sobre nuestros hi- pusieron escrita su causa: Este ta


jos (1).
2*
Entonces dió libertad a Jesús, el Rey de los judíos (1).
Barrabás; y a Jesús, después de ha- 38 Entonces fueron crucificados con
berlo hecho azotar, se lo entregó para él dos bandidos, uno a su derecha y
que le crucificaran (2). otro a su izquierda. 39 Los que pasa-
ban le injuriaban (2), moviendo la
cabeza 40 y diciendo: Tú que ibas a
destruir el templo y a reedificarlo
Jesús, escarnecido por los en tres rifas, sálvate ahora a ti mismo;
soldados. si eres Hijo de Dios, baja de esa cruz.

27
Lossoldados del Procurador,
41
E igualmente los príncipes de
los sacerdotes, con los escribas y an-
tomando entonces a Jesús, lo condu-
cianos, se burlaban y decían: Salvó
jeron al pretorio ante toda la cohorte.
28 Y a otros y a sí mismo no se puede
despojándole de sus vestiduras
salvar. Si es el rey de Israel, que
le echaron encima una clámide de
púrpura, 29 y, tejiendo una corona baje ahora de la cruz y creeremos
de espinas, se la pusieron sobre la en él. 43 Ha puesto su confianza en
Dios, que El le libre ahora, si es que
cabeza, y en la mano una caña; y
le quiere, puesto que ha dicho: Yo
doblando la rodilla delante de El,
soy el Hijo de Dios. 44 Asimismo los
se burlaban (3) de El, diciendo: ¡Sal-
ve, rey de los judíos! 31 Y escupién-
bandidos que con él estaban crucifi-
dole, lomaban la caña y le herían
cados (3) le ultrajaban.
con ella en la cabeza. 39 Y después de
haberse divertido con El, le quitaron
la clámide, le pusieron sus vestidos La muerte de Jesús.
y le llevaron a crucificar.
46 Desde la hora de sexta
(4) se
extendieron las tinieblas sobre toda
La cruciiixión. la tierra hasta la hora de nona.
46 Hacia la hora de nona clamó Jesús
32
Al salir encontraron a un hom- con voz fuerte, diciendo: ¡Eli, Eli,
bre de Cirenc, de nombre Simón, al lemma sabactani! Que quiere decir:
cual requirieron para que llevase la Dios mío, Dios mío, ¿por qué me
cruz (4). 33 Y llegando al sitio lla- has desamparado? (5). 47 Algunos
mado (Jólgota, que quiere decir el de los que allí estaban, oyéndole,
lugar de la calavera, 34 diéronlc a decían: A Elias llama éste. 48 Y luego,
beber vino mezclado con hiél (5); corriendo, uno de ellos tomó una es-
mas en cuanto lo gustó, no quiso ponja, la empapó en vinagre y la
beberlo. 35 Y
así que le crucificaron, fijó en una caña y le dió a beber (6).
49
se dividieron sus vestidos echándolos Otros decían: Deja, veamos si viene
a suertes, 36 y sentados hacían la Elias a salvarle. *° Jesús, dando de
guardia allí. 37 Y
sobre su cabeza nuevo un fuerte grito, expiró.

(1) El cumplimiento de esta maldición que ! (i) Jesús muere porque se ha declarado Rey
el pueblo echa sobre si, era lo que a Jesús con- de los judios, esto es, Mesías.
movía hasta hacerle derramar lágrimas. (Le. 19.) ! (2) Para mayor ejemplaridad, los lugares de
(2) San Juan, que es más detallado, nos dice ,
suplicio solían estar al lado de los caminos,
que Pilato habla mandado azotar a Jesús por i
Por aqui se ve hasta qué punto hablan logrado
via de corrección y para dar alguna satisfacción los jefes de la nación inficionar los ánimos del
a sus enemigos, después de fracasado el primer pueblo centra Jesús.
expediente de libertad. (Jn. 19, 1 ss.) (3) Este plural genérico no se aplica sino a
(3) El mi ni S. Juan coloca esta burla luego |
uno de los dos, según nos lo declara más explfci-
de la flagelación, y nos dice que Filato la quiso 1
tímente S¿n Lucís 23, 39 ss.
aprovechar para aplacar el ánimo de los judíos, i
(4) El día se dividía en cuatro partes igua-
aunque en v„no. (jn. 19, 4 ss.) I les, horas, a contar desde el amanecer, cerno la
(4) La costumbre dictaba que el reo mismo j
noche en cuatro vigilias. La hora de sexta co-
llevase el travesano de la cruz (el pie derecho menata al medicdla.
estaba plantado en el sitio); pero Jesús no podía, !
(5) Estas palabras están tomadas del sal -
sin duda a causa de la crudeza de la flagelacicn. | mo 21. Ese desamparo es uno de tantos misté-
is) Era un anestésico que embotaba los sen- ;
rios como ofrece la psicología del Hombre-Dios
ti Jo» para que el reo simiese menos los tormén- (6) Era agua mezclada con vinagre, que los
|

tos; por eso Jesús no lo quiso beber, porque j


soldados encargados de la custodia de los reos
quería apurar hasta las heces el cáliz del dolor, tenían a mano para beber.
SAN MATEO, 28 1105

El duelo por Jesús. piedra grande a la puerta del sepul-


cro, fué. el Estaban María
se allí
61 La cortina del Templo se rasgó Magdalena y otra María, sentadas
la
de arriba abajo (1) en dos partes, frente al sepulcro.
52 tembló y se rajaron las ro-
la tierra
cas, se abrieron los monumentos (2),
y muchos cuerpos de santos, que ha- La guardia del sepulcro por los
bían muerto resucitaron, 63 y saliendo judíos.
de sus sepulcros, vinieron a la ciudad
62
santa y se aparecieron a muchos. Al otro día, que era el siguiente
54El centurión y los que con él guar- a la Parasceve, fueron los príncipes
daban a Jesús, viendo el terremoto de los sacerdotes y los fariseos a
y cuanto había sucedido, temieron Pilato 63 y le dijeron: Señor, recorda-
sobremanera y se decían: Verdadera- mos que ese impostor, vivo aún, dijo:
mente (3), este era hijo de Dios. Después de tres días resucitaré.
65 64 Manda, ,pues, guardar el
Había allí muchas mujeres que sepul-
desde lejos le miraban (4), las cua- cro (1) hasta el día tercero, no sea
les habían seguido a Jesús desde Ga- que vengan sus discípulos, le roben
lilea para servirle; 66 entre ellas y digan al pueblo: Ha
resucitado de
María Magdalena, y María, la madre entre los muertos. Y última
será la
de Santiago y José, y la madre de impostura peor que la primera. 85 Dí-
los hijos de Zebedeo. joles Pilato: Ahí tenéis la guardia, id
y guardadlo como vosotros sabéis.
66 Y ellos fueron
Sepultura de Jesús. y pusieron guardia
al sepulcro, después de haber sellado
Llegada la tarde, vino un hom-
57 la piedra.
bre rico de Arimatea, de nombre
José, que era discípulo de Jesús.
58 Se presentó a Pilato
y le pidió el La mañana de Pascua.
cuerpo de Jesús. Pilato entonces or-
denó (5) que le fuese entregado. 00 1
Pasado el sábado, ya para
69 Y
tomando el cuerpo de Jesús, lo amanecer el día primero de la
envolvió en una sábana limpia 60 y lo semana (2), vino María Magdalena
depositó en su propio sepulcro, del con la otra María a ver el sepulcro.
todo nuevo, que había sido excavado 2
Y sobrevino un gran terremoto (3);
en la peña (6), y corriendo una pues un ángel del Señor bajó del
cielo y acercándose removió la piedra
(1) Esta cortina se hallaba a la puerta del del sepulcro y se sentó sobre ella.
3
Santísimo, cuyo secreto quedaba con esto ex- Era su aspecto como el relámpago,
puesto a los ojos profanos. y su vestidura blanca como la nieve.
(2) Este hecho nos es transmitido sólo por 4 De miedo
de él temblaron los guar-
San Mateo; su interpretación es difícil, y por
esto objeto de varias opiniones. En el sentido
dias y se quedaron como muertos.
5
obvio del lugar esos santos se habrían adelantado El ángel, dirigiéndose a las muje-
al Señor en la resurrección, lo que no puede res, dijo: No temáis vosotras, pues
admitirse. Habrá anticipado el evangelista la
resurrección del Señor? Esos que resucitados
salieron de sus sepulcros, volvieron a morir? se depositaban los cadáveres, bien fajados y en-
Otros tantos misterios. Lo que es indudable vueltos en arcmis. La puerta baja se cubría con
es que esa resurrección, cualquiera y como una losa gruesa, que se hacía rodar a un lado
quiera que sea, es señal de la victoria de Jesús cuando se abría el sepulcro.
sobre la muerte y de la liberación de los que (1) Sólo San Mateo nos refiere esto; con ello
le esperaban en el seno de Abraham. los judíos vinieron a ser testigos del triunfo de
(3) Los soldados gentiles confiesan la ino- Jesús y de su propia derrota. Los guardas eran
cencia de Jesús, y que, en efecto, decía verdad soldados romanos, que Pilato puso a disposi-
en aquello de que le acusaban. ción de los sacerdotes.
(4) San Lucas (8, 1 ss.) nos indica el oficio (2) Aquel año coincidía el sábado con el día
que estas mujeres tenían en compañía de Jesús de la Pascua, y por doble motivo no se podía
y de sus discípulos. trabajar nada. En la cuenta de las Marías no
(5) Como cadáver de un reo, estaba en po- son igualmente completos los evangelistas; una
der del juez, que no lo entregó hasta haberse hay que no falta en ninguno, que es María Mag-
certificado de que estaba ya muerto (Me. 15, dalena.
44 s.). (3) A esto se ordenaba en los planes divinos
(6) El sepulcro en Palestina no era una hoya, la colocación del sello y de la guardia por los
sino una cámara excavada en la peña viva, ro- prudentes magistrados judíos, y sucedió, sin
deada en el interior de poyos, sobre los cuales duda, antes de la llegada de las mujeres.
70
1 1Ü6 SAN MATEO. 28

sé qué buscáis a Jesús el crucificado. estabais dormidos. 14 Y si llegase la


8
No
está aquí, ha resucitado, según cosa a oídos del Procurador, nos-
lo había dicho. Venid y ved el sitio otros le aplacaremos y estaréis se-
donde fué depositado. 7 Id luego guros. 18 Y
tomando ellos el dinero,
y decid a sus discípulos que ha resu- hicieron como se les había dicho.
citado de entre los muertos, y que os Esto se divulgó entre los judíos,
precederá a Galilea (1); allí le hasta el día de hoy.
veréis. Es lo que tenía que deciros.
8
Y partieron ligeras del monumen-
to, llenas de temor y de gran gozo, La aparición del Señor en Galilea.
corriendo a comunicarlo a los dis-
cípulos. 9
Y he aquí que Jesús les 16
Los once discípulos se fueron a
salió al encuentro, diciendoles: Dios Galilea (1), al monte que Jesús les
os salve. Ellas, acercándose, le cogie- había indicado, 17 y, viéndole, se pos-
ron los pies y se postraron ante El. traron; algunos vacilaban (2). 18 Y,
10 Díjoles entonces Jesús: No te- acercándose Jesús, les dijo: Me ha
máis, id y decid a mis hermanos que sido dado todo poder
(3) en el cielo
vayan a Galilea, y que allí me ve- y en la tierra; 19 id, pues, enseñad a
rán (2). todas las gentes, bautizándolas en el
nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, 20 enseñándoles a ob-
servar todo cuanto yo os he man-
I'.l anuncio a los judíos. dado. Yo estaré con vosotros siempre
hasta la consumación del mundo.
11
Mientras ellas iban, algunos de
los guardias vinieron a la ciudad y (1) San Mateo omite las apariciones del Sal-
comunicaron a los príncipes de los vador en Judea, las cuales tuvieron por objeto
convencer a los discípulos incrédulos de la re-
sacerdotes todo lo sucedido. 12 Reuni- surrección del Maestro y ponerlos en camino de
dos estos en con sejocon los ancianos, Galilea.
tomaron bastante dinero y se lo die- (2) San Juan nos cuenta más en detalle las
ron a los soldados, 13 diciéndoles: dudas de Tomás, a quien, sin duda, alude aquí
Decid que, viniendo los discípulos de San Mateo. (Jn. 20, 24 s.)
noche, le robaron, mientras vosotros (3) San Pablo dice que por las humillacio-
nes de su pasión, Jesús recibió del Padre el titulo
de Señor, con la plenitud del poder soberano
(1) Así se lo había dicho Jesús (26, 32), por- en el cielo, en la tierra y hasta en los infiernos
que allí,más tranquilamente que en Judea, po- (Fil. 2, 6 ss.). En virtud de esos poderes, Jesús
día completar su instrucción, una vez que por envía a los discípulos a predicar, con la facultad
la resurrección se les habían abierto los ojos. de perdonar los pecados y divulgar sus ense-
(2) La forma demasiado compendiosa en que ñanzas, prometiéndoles para ello su asistencia
San Mateo nos cuenta este suceso tan impor- hasta la consumación de los siglos. Esto quiere
tante de la mañana de Pascua, nos autoriza para decir que no habla sólo a los presentes, sino a
interpretarlo a la luz del más detallado relato todos los que hayan de creer en su palabra por
de San Juan (20, 11 ss.), identificando esta el ministerio de ellos y ser ministros de su doc-
aparición con la concedida a María Magdalena. trina. (Jn. 17, 20.)
SAN MARCOS
INTRODUCCION AL EVANGELIO DE SAN MARCOS

T A tradición eclesiástica atri-


buye a San Marcos la
composición del segundo evan-
gelio. Marcos es un personaje
bastante conocido en los escri-
tos neoteslamentarios. El mis-
mo evangelista noshabla de
un joven que la noche de la
prisión del Señor en Getsemaní
le siguió, envuelto en una sába-

na, y que, hallándose a punto


de ser cogido por la tropa ju-
sábana y huyó
día, les dejó la
desnudo en medio de la noche.
Muchos han querido identifi-
con el mismo evangelista
carle
que narra el episodio. Cuando,
a principios del año 44, Pedro
se encontró en medio de la ciu-
dad de Jerusalén liberado de la
prisión por el ángel, se di-
rigió a casa de María, madre
de Juan, por sobrenombre
Marcos, donde encontró a mu-
chos fieles orando por su liber-
tad (Act. 10, 12). Alrededor
de aquella fecha, Pablo y Ber-
nabé, que habían sido enviados
a Jerusalén por la Iglesia de
Antioquía con una limosna
para socorro de loshambrien-
tos fieles de la iglesia madre,
al partir llevaron consigo a
Marcos (Act. 12, 25). Poco
más tarde los mismos após-
toles emprenden su primera misión para anunciar el Evangelio y to?nan por
compañero al mismo Marcos, que cobardemente los abandona, volviéndose a
Jerusalén (13, 13). Cuatro años después los mismos Apóstoles se disponen a
realizar su segunda misión, y Bernabé quiere que Juan Marcos los acompañe, a
lo que Pablo se opone, recordando su anterior cobardía. Al fin Pablo se fué con
Silas a la vuelta de Cilicia, y Bernabé, con Marcos se encaminó a Chipre, su
patria (Act. 15, 37 ss.).
II 10 SAN MARCOS

Con los años, Marcos vino a ser un gran ministro del Evangelio y coad-
jutor de los Apóstoles. Y
no hay que decir que esto le reconcilió el afecto de Pablo,
a quien sólo su cobardía había disgustado. Por esto tinos diez o doce años más
tarde le hallamos en Roma a su lado (Col. 4, 10; Filcm. 24). Hacia la misma
época, Pedro, escribiendo desde Roma a los fieles del Ponto, Oalacia, Capa-
docia, Asia y Bitinia, les saluda de parte de Marcos, su hi jo en la fe (I Pet.
5, 13). Años más tarde, durante su segunda prisión, Pablo encarga a Timoteo
que traiga consigo a Marcos, que le es de mucha ayuda para el ministerio
(II Tim. 4, 11). Una tradición posterior, recogida por Eusebio en su «His-
toria Eclesiástica» (11, 9), afirma que fué el evangelizador de Egipto y fun-
dador de la gloriosa iglesia de Alejandría. San Jerónimo le señala como padre
del monacato egipcio.
EL EVANGELIO. — La tradición cristiana que, con Papias, remonta a los
últimos años del siglo primero, nos dice que San Marcos escribió su evangelio
en Roma, recogiendo en él la predicación de San Pedro: «Marcos, intérprete
de Pedro, puso por escrito cuantas cosas recordaba de lo que Cristo había hecho
y dicho, con exactitud, pero no con orden. No es que él hubiera oído al Señor
o le hubiera seguido; pero, como se ha dicho, siguió después a Pedro, el cual
hacia sus instrucciones según las necesidades de los oyentes, pero no narraba
ordenadamente los discursos del Señor. Por esto Marcos no incurrió en error,
escribiendo algunas cosas conforme las tenía en la memoria; de una cosa tenía
cuidado: de no omitir nada de lo que había oído, o de no fingir cosa falsa."
Los escritores posteriores confirman en sustancia estas afirmaciones de Papias,
de las cuales sacamos en consecuencia: 1.° Que San Marcos nos ha conservado
la suma de la catcquesis de San Pedro. 2. a Que su evangelio fué destinado a
los convertidos de la gentilidad. 3." Que fué escrito en Roma. 4.° Sobre la
fecha precisa no existe la misma certidumbre, pero lo más razonable es supo-
ner que lo escribió en la fecha en que los apóstoles San Pedro y San Pablo nos
muestran a Marcos en Roma, que sería por los años 60 a 62.
El examen del evangelio nos confirma en estos puntos, v. gr., 8, 29 88., la
confesión de Pedro y la reprensión que luego recibió del Señor (cf. Mt. 16, 17 88.);
la negación de Pedro conforme a la predicción (14, 30, 66 ss.); la explicación
de los vocablos hebreos y de las costumbres judías, que naturalmente debían
de ser desconocidos de sus lectores, v. gr., 7, 3 s., en que declara las tradiciones
judías sobre la pureza; 14, 12, en que declara el rito del día primero de los Aci-
mos, y 15, 42, donde explica lo que era la parasceve. Es también San Mareos,
de loe cuatro evangelistas, el que emplea más vocablos y construcciones latinas.
El estilo de San Marcos es bastante incorrecto, lo que aun en la versión
castellana se echará de ver; en cambio, abundan en él los rasgos pintorescos.
Para hacerse cargo de esta cualidad, bastará comparar la curación del para-
lítico, 2, 1-12, con Mt. 9, 1-8; la tempestad calmada, 4, 35-41, con Mt. 8, 18-27,
y la curación de la hemorroisa, 5, 21-34, con Mt. 9, 18-26. Es también San
Marcos el que emplea un lenguaje más fuerte para hablar de la humanidad
del Señor, v. gr., 3, 21, la salida de los parientes para recoger a Jesús, porque
le creían fuera de sí; 6, 3, Jesús calificado de carpintero; 6, 5, por que no hace

milagros en Nazaret; 8, 12, su llanto ante la incredulidad de la generación


presente; 10, 18, su afirmación solemne de la bondad de sólo Dios; 13, 32; su
actitud ante la revelación del día del juicio. Todo lo cual se echará bien de ver
comparando ^stos pasajes con los paralelos de San Mateo y San Lucas.
PLAN DEL —
EVANGELIO. San Marcos no nos dice nada de la infan-
cia de Jesús. El plan de su obra responde bien al que trazaba San Pedro en
casa del centurión Cornelio (Act. 10, 37-42): «Dios ha enviado la palabra a los
hijos de Israel, anunciándoles la paz por Jesucristo, que ra Señor de todos.
Vosotros conocéis lo que ha nucrdido eti Utiln la Judea, hnhirndo comenzado
SAN MARCOS. 1 111 I

in Galilea después del bautismo predicado por Juan, cómo Dios ha ungido con el
Espíritu Santo y el poder o Jesús de Nazaret, que iba de lugar en lugar ha-
ciendo bien y curando a todos aquellos que estaban bajo el imperio del diablo,
porque Dios estaba con El. Y nosotros somos testigos de todo lo que ha hecho
en el país de los judíos y en Jerusalén. Ellos le dieron muerte, colgándole de
un madero, pero Dios le resucitó al tercer día y permitió que se apareciese, no a
todo el pueblo, sino a los testigos elegidos de antemano por Dios, a nosotros,
que hemos comido y bebido con El después que hubo resucitado de entre los
muertos. El nos ha ordenado predicar al pueblo y atestiguar que El ha sido
establecido por Dios Juez de vivos y muertos. Todos los projetas dan testimonio
de El, que quien creyere en El recibe por sri nombre el perdón de los pecados.»
Conforme a este programa, San Marcos trazó el plan de su evangelio, que es
el siguiente: 1. Título del evangelio en que afirma la divinidad de Jesús

(1, 1). 2. Predicación del Bautista, bautismo de Jesús y su retiro en el de-


sierto (1, 2-13). 3. Ministerio de Jesús en Galilea (1, 14-9). 4. Ministerio
en Judea y Jerusalén (10-13). 5. Pasión y resurrección (14-16).

SAN MARCOS
La misión de Juan. decía: de mí viene uno más
Tras
fuerte que yo, ante quien no soy
1 digno de postrarme para desatar la
Principio del evangelio de Jesu-
I cristo (1), Hijo de Dios. 2 Como correa de sus sandalias. 8 Yo os
está escrito en el profeta Isaías (2): bautizo en agua, pero El os bautizará
«He aquí que envío delante de ti en el Espíritu Santo.
mi ángel que preparará tu camino.
3 Voz
de quien grita en el desierto:
Preparad el camino del Señor, ende- Kl bautismo de Jesús.
rezad sus senderos;»
4 Apareció
en el desierto Juan el 9
Y
sucedió que en aquellos días
Bautista, predicando el bautismo de vino Jesús desde Nazaret, en Galilea,
penitencia para remisión de los pe- y fué bautizado por Juan en el
cados. 5 Y acudían a él de toda la Jordán. 10 Y
en saliendo del agua
región de Judea (3), todos los mo- vió los cielos abiertos y el Espíritu,
radores de Jerusalén, y se hacían como paloma, que descendía sobre
bautizar por él en el río Jordán, con- El, 11 y se dejó oír de los cielos una
fesando sus pecados. 6 Llevaba Juan voz: «Tú eres mi Hijo amado, en
un vestido de pelos de camello, y un quien yo me complazco».
cinturón de cuero ceñía sus lomos,
y se alimentaba de langostas y miel
silvestre. 7 Y en su predicación les Hl retiro tle Jesús.

El objeto de la misión del Bautista es


(1)
12
Y
en seguida el Espíritu le em-
Jesucristo, Hijo de Dios. Declaración bien ex-
pujó hacia el desierto. 13 Permaneció
plícitade que Jesús era el Cristo, el Mesías y en él cuarenta días tentado por Sa-
el Hijo de Dios. tanás (1), y moraba entre las
(2) Los dos primeros versos son de Mala- fieras (2), pero los ángeles le servían.
quías (3, 1), los otros son de Isaías (40, 3 s.);
pero ambos aluden al mismo objeto.
(3) Este versículo nos muestra la conmoción (1) Palabra hebrea que significa adversario
producida por el Bautista al aparecer en el de- de Dios, de Cristo, de sus fieles.
Era una visión que traía a la memoria la
sierto. (2) En el desierto, donde no habitan los
persona de Elias, el gran celador del culto de hombres, tienen su habitual y libre morada las
Dios. fieras.
1112 SAN MARCOS, 1

?»u predicación.
25
Y
Jesús le mandó:" Cállate y sal
28
de El espíritu impuro, agitán-
él.
11
Después que Juan fué preso (1), dole violentamente, dió un fuerte
vino Jesús a Galilea predicando el grito y salió de él. 27 Y se quedaron
evangelio de Dios, 18 y diciendo: todos estupefactos, diciéndose unos
Cumplido es el tiempo, y el reino de a otros: ¿Qué es cstot Una doctrina
Dios está cercano; arrepentios y creed nueva y revestida de autoridad, que
en el evangelio. manda a los espíritus impuros y le
obedecen. 28 Y
se extendió luego su
fama por doquiera, en todas las re-
Vocación de los primeros giones limítrofes de Galilea.
discípulos.
16
Y caminando a lo largo del mar Curación de la sueura de Pedro.
de Galilea (2), vió a Simón y a
Andrés, hermano de Simón, que 29 Luego, saliendo de la sinagoga,

echaban las redes en el mar, pues vinieron a casa de Simón y Andrés,


17 Y
eran pescadores. Jesús les dijo: con Santiago y Juan. 30 La suegra
Venid en pos de mí y os haré pesca- de Simón estaba acostada con fiebre,
dores de hombres. 18 Y al instante, e inmediatamente se lo dijeron. 31 El,
dejando las redes, le siguieron. 19 Y acercándose, la tomó de la mano y
continuando un poco más allá vió la levantó. La fiebre la dejó, y ella
a Santiago, el de Zcbedco, y a Juan, se puso a servirlos.
su hermano, que estaban también
remendando sus redes en la barca, 20 y
los llamó. Y luego ellos dejando a su Curaciones en la tarde del sábado.
padre Zebedeo en la barca con los
jornaleros, se fueron en pos de El. 32 Llegado el atardecer, puesto ya

el sol, le llevaron todos los enfermos


y endemoniados, 83 y toda la ciudad
En la sinajjoyn de Cafarnaúm. se reunió a la puerta; 84 y curó a
muchos pacientes de diversas enfer-
21
Llegaron en Cafarnaúm, y luego, medades y echó muchos demonios, y
el día de sábado, entrando en la a éstos no les permitía hablar, porque
sinagoga, enseñaba. 22 Se maravilla- le conocían.
ban de su doctrina, pues la enseña-
ba como quien tiene autoridad (3),
23 Hallábase
y no como los escribas. Deja a Cafarnaúm secretamente.
en la sinagoga un hombre poseído
de un espíritu impuro (4), que 85 A la mañana, mucho antes de
comenzó a gritar, 24 diciendo: ¿Qué amanecer, se levantó, salió y se fué
hay entre ti y nosotros (5), Jesús a un lugar desierto, y allí oraba.
Nazareno? ¿Has venido a perdernos! 38 Y fué después Simón y los que
Te conozco, tú eres el Santo de Dios. con él estaban, 87 y hallado, le dije-
ron: Todos andan en busca de ti.
(i) Si atendemos a la superficie de la letra, 88 El les contestó: Vamos a otra
habríamos de decir que Jesús no comenzó a
parte, a las aldeas próximas, para
predicar hasta después de la prisión de Juan;
sin duda que no es éste el pensamiento del
predicar allí, pues para esto he salido.
39 Y se fué a predicar en las sinago-
evangelista. Recordemos la falta de orden de
que nos habla Papias. Esta ida de Jesús a Ga- gas de toda Galilea, y echaba a los
lilea es la que narra San Juan 4, 1 s. demonios.
(3) Véase Mt. 4, 19.
(3) Los escribas no sabían enseñar sino in-
vocando la autoridad de los maestros antiguos;
Jesús tiene en sí mismo y en la evidencia de la
Curación de un leproso.
verdad que enseña la fuerza de imponer sus en-
señanzas. Vino a El un leproso, que su-
40
(4) Dios es el Santo, el Puro; sus ángeles plicando y de rodillas le decía: SI
41 Enter-
participan de su santidad y pureza; al contrario, quieres, puedes limpiarme.
los demonios son impuros. necido, extendió la mano, le tocó y
(5) Este espíritu presiente en Jesús un poder 48 Y ins-
divino, que viene a destruir el suyo. Es el tes- dijo: Quiero, sé limpio. al

timonio que continuamente dan de Jesús los es- tante desapareció la lepra y quedó
píritus por boca de los posesos. limpio. 48 Despidióle luego con im-
SAN MARCOS, 2 1113

perio, diciéndole: Mira no digas nada pasar vió a Levi el de Alfeo (1), sen-
a nadie; sino vete, muéstrate al sacer- tado al telonio, y le dijo: Sigúeme.
dote,y ofrece por tu purificación lo Y levantándose, le siguió. 15 Sucedió
que Moisés ordenó para testimonio. que estando sentado a la mesa en
" Y en partiendo, comenzó a pre- casa de éste, muchos publícanos y
gonar a voces y a divulgar el suceso, pecadores estaban recostados con
de manera que Jesús ya no podía Jesús y con sus discípulos, que eran
entrar públicamente en una ciudad, muchos los que le seguían. 16 Los
sino que se quedaba fuera, en luga- escribas y fariseos, viendo que comía
res desiertos, y allí venían a El de con pecadores y publícanos, decían
todas partes. a sus discípulos: ¿Pero es que come
con publícanos y pecadores? 17 Y
Curación de un paralítico. oyéndolo Jesús, les dijo: No tienen
necesidad de médico los sanos, sino
2 1Entrado de nuevo, después de los enfermos; ni he venido a llamar a
algunos días, en Caíarnaúm, se los justos, sino a los pecadores.
18 Los discípulos de Juan
supo que estaba en casa, 2 y se jun- y los
taron tantos, que ni aun en el pa- fariseos ayunaban. Vinieron, pues, y
tio (1) cabían, y El les hablaba. le dijeron: ¿Por qué, ayunando los
8 Y vinieron trayéndole un paralí- discípulos de Juan y los de los fari-
tico, que llevaban entre cuatro. 4 Y seos, tus discípulos no ayunan? 19 Y
no pudiendo presentárselo a causa Jesús les dijo: pueden los
¿Acaso
de la muchedumbre, descubrieron el compañeros del esposo ayunar mien-
terrado por donde El estaba (2), y tras está con ellos el esposo? Mien-
hecha una abertura, descolgaron la tras tienen con ellos al esposo no
camilla en que el paralítico estaba pueden ayunar. 20 Días vendrán,
acostado. 5 Viendo Jesús su fe, dijo cuando les arrebatarán el esposo, y
al paralítico: Hijo, tus pecados te entonces ayunarán. 21 Nadie cose un
son perdonados. 6 Estaban sentados pedazo de paño sin tundir en un ves-
allí algunos escribas, que pensaban tido viejo; pues el remiendo nuevo
entre sí: 7 ¿Cómo habla así éste? se llevaría lo viejo y la rotura se
Blasfema. ¿Quién puede perdonar pe- haría mayor. 22 Ni echa nadie vino
cados sino Dios? 8 Y luego, cono- nuevo en cueros viejos; pues el vino
ciendo Jesús lo que pensaban les rompería los cueros, y se perderían
dijo: ¿Por qué pensáis así en vuestros vino y cueros; el vino nuevo se echa
corazones? 9 ¿Qué es más fácil, decir en cueros nuevos'.
al paralítico: Tus pecados te son per-
donados, o decirle: Levántate, toma Defensa de los discípulos sobre
tu camilla y vete? 10 Pues para que la observancia del sábado.
veáis que el Hijo del hombre tiene
poder en la tierra de perdonar los 23
Y
aconteció que, caminando El
pecados, se dirige al paralítico. 11 Yo a través de las mieses en día de sá-
te digo: Levántate, toma tu camilla bado (2), sus discípulos, mientras
y vete a tu casa. 12 El se levantó, iban, comenzaron a arrancar espi-
y tomando luego la camilla, salió a gas. 24 Y
los fariseos le decían: Mira.
la vista de todos, de manera que ¿Cómo hacen en sábado que no
lo
todos se maravillaron y glorificaban está permitido? 25 Y ¿Nunca
les dijo:
a Dios diciendo: Jamás hemos visto habéis leído lo que hizo David cuan-
cosa tal. do tuvo necesidad, y sintió hambre
él y los suyos? ¿Cómo entró en la
Vocación de Leví y respuesta a casa de Dios, bajo el pontífice Abia-
ciertas críticas. tar, y comió los panes de la propo-
sición, que no es lícito comer sino
13
Salió de nuevo a la orilla del a los sacerdotes, y los dió asimismo
mar, y toda la muchedumbre se a los suyos? 28 El sábado ha sido
llegó a El, y les enseñaba. 14 Al hecho para el hombre, y no el hombre
para el sábado. 27 Y dueño es ade-
(i) Las casas tenían delante como un patio más el Hijo del hombre del sábado.
cercado, que servia de desahogo a la casa.
(a) Las casas no tenían tejado, sino terrado
de tierra apisonada. Como no son altas, o tienen (1) Por aquí conocemos otro nombre d« Ma-
una escalera exterior, la subida al terrado no era teo y además el de su padre.
difícil. (2) Véase Mt. ia. I,
SAN MARCOS, 3 1 1 15

Curación en sábado del hombre Elección de los Doce.


de la mano seca.
18
Subió a un monte, y llamando a
los que quiso vinieron a Él. 14 Y desig-
Q Entró de nuevo en la sinagoga,
1
nó a doce para que le acompañaran y
donde había un hombre con una
para enviarlos a predicar, con poder
mano seca, 2 y le observaban a ver si
de expulsar a los demonios. 16 A Si-
le curaba en sábado, para poder acu-
món, a quien puso por nombre Pedro,
sarle. 3 Y
dijo al hombre de la mano 17 a
Santiago el de Zebedeo, y Juan,
seca: Levántate y sal al medio.
4
les Y hermano de Santiago, a quienes dió
preguntó: ¿Es lícito en sábado hacer ¡

bien y no mal, salvar un alma y no I


el nombre de Boanergus, esto es,
hijos del trueno, 18 a Andrés y Fe-
dejarla perecer? (1). 5 dirigién- Y I

lipe, a Bartolomé y Mateo, a Tomás


doles una mirada airada (2), en-
y Santiago el de Alfeo, a Tadeo y
tristecido por la dureza de su cora-
zón, dijo al hombre: Extiende tu
Simón el Cananeo, y a Judas Iscario-

mano. Y la extendió y fuéle resti- I


te, el que le entregó.
tuida la mano. 6 Y saliendo los fari-
seos, luego se concertaron con los
herodianos contra El para pren- Diversos juicios sobre Jesús.
derle.
Llegados a casa, se volvió a juntar
la muchedumbre, tanto que no po-
21 Y oyendo esto sus
Predicación al pueblo y curaciones dían ni comer.
numerosas. allegados, salieron para llevárselo,
pues decían: Se ha vuelto loco (1).
22
7
Los escribas, que habían bajado
Se retiró Jesús con sus discípulos de Jerusalén, decían: Está poseído
hacia el mar, y una numerosa mu- de Beelcebub, y, por virtud del prín-
chedumbre de Galilea, de Judea, de cipe de los demonios echa a los de-
Jerusalén, de Idumea, de Transjor- monios.
dania y de los alrededores de Tiro
y de Sidón, una muchedumbre grande,
oyendo lo que hacía, acudía a El.
9
Y dijo a sus discípulos que le pre- Replica de Jesús a los escribas.
parasen una barca, a causa de la
muchedumbre, para que ésta no le ,
23
Llamólos a sí y les dijo en pará-
10
oprimiese; pues curaba a muchos, bolas:¿Cómo puede Satanás expulsar
y cuantos padecían algún mal se a Satanás? 24 Si un reino está divi-
echaban sobre El para tocarle (3). dido contra sí mismo, no puede
11
Y los espíritus impuros, al verle durar. 26 Y
si una casa está dividida
se arrojaban ante El y gritaban: contra sí misma, no podrá subsistir.
Tú eres el Hijo de Dios. 12 Y con 26
Si, pues, Satanás se levanta contra
imperio les mandaba que no le die- sí mismo y se divide, no puede sos-
sen a conocer (4). tenerse, sino que ha llegado su fin.
27 Mas nadie puede entrar en la casa

de un fuerte y saqueax-la si prime-


(1) En Mt. 12, II, el Señor expone el argu- ro no ata ai fuerte, y entonces sa-
mento usando de otra semejanza para venir a la queará la casa. 28 En verdad os digo
misma conclusión. que todo les será perdonado a los
(2) Aquí tenemos un rasgo de San Marcos
en esta nota de
hombres, los pecados y aun las blas-
la ira y tristeza de Jesús, a
causa de la perversidad de que dan muestra los femias que hayan proferido; 29 pero
fariseos. si alguno blasfemare contra el Espí-
(3) Porque su fe les decía que sólo en El ritu Santo, no tendrá perdón jamás,
podían hallar el remedio de sus males. es reo de eterno pecado. 30 Porque
(4) No pudiendo alcanzar los espíritus el mis- ellos decían: Tiene espíritu impuro.
terio divino de Jesús, estas palabras no signifi-
carían otra cosa que Mesías. Sin duda, no tienen
certeza de que lo sea; pero lo proclaman para (1) Otra nota característica de San Marcos.
excitar los entusiasmos del pueblo. Por la misma Los parientes, que hasta ahora no le habían te-
razón, Jesús les impone silencio, como lo im- nido sino por un carpintero, hijo de María y de
pone muchas veces a los curados por El. Mar- José, al ver que se daba a predicar, le creyeron
cos es, de todos los evangelistas, el que más in- trastornado, y van en su busca para reducirle a
sisté_sobre esta imposición de silencio. casa. Véase Mt. 12, 47.
I 1 16 SAN MARCOS, 4

La verdadera familia de Jesús. rábolaT ¿Pues cómo vais a entender


todas las otras? 14 El sembrador siem-
81
Vinieron su madre y sus hermanos, bra la palabra. 15 Unos están junto al
y desde fuera le mandaron a llamar. camino donde se siembra la palabra,
32
Estaba la muchedumbre sentada pero en cuanto la oyen, viene Sata-
en torno de El, y le dijeron: Ahí nás y arrebata la palabra que en
fuera están tu madre y tus hermanos, ellos se había sembrado. 18Y asimismo
que te buscan. 33 Y El les respondió: los que reciben la simiente en terreno
38 ¿Quién es mi madre pedregoso son aquellos que al oír la
y quiénes son
mis hermanosT 34 Y echando una palabra la reciben desde luego con
mirada sobre los que estaban en alegría, 17 pero no tienen raíces en sí
derredor suyo, dijo: He aquí mi mismos, sino que son inconstantes, y
madre y mis hermanos. 35 Quien hi- en cuanto sobreviene la adversidad
ciere la voluntad de Dios, ése es mi y la persecución por la palabra, al
hermano, y mi hermana y mi madre. instante se escandalizan. 18 Otros hay
para quienes la siembra cae entre
espinas; ésos son los que oyen la
La parábola del sembrador. palabra, 19 pero sobrevienen los cui-
dados del siglo, la fascinación de las
1
1
Y
de nuevo comenzó a enseñar riquezas y las demás codicias, y la
junto al mar. Habia en torno a ahogan, quedando sin dar fruto. 20 Los
El una numerosísima muchedumbre, que reciben la siembra en tierra bue-
de manera que tuvo que subir a una na, son los que oyen la palabra, la
barca en el mar y sentarse; y la mu- reciben y dan fruto, quién treinta,
chedumbre estaba a lo largo del mar, quién sesenta, quién ciento.
en la ribera. a Y les enseñaba muchas
cosas en parábolas, y les decía en su
enseñanza: 3 Escuchad (1): Salió Deber de eonoeer el misterio
un sembrador a sembrar. 4 Y sucedió del reino.
que al sembrar, una parte cayó
junto al camino, y vinieron las aves 81
Y les decía: ¿Acaso se trae la
y se la comieron. 8 Otra parte cayó candela para ponerla bajo un cele-
en terreno pedregoso, donde no habia mín o bajo la cama? ¿No es para
casi tierra, y al instante brotó por ponerla sobre el candelero? Porque
no ser mucha la tierra; 8 pero en nada hay oculto sino para ser des-
cuanto salió el sol, se marchitó, y cubierto, y no hay nada escondido
por no haber echado raíz, se secó. sino para que venga a la luz. 23 Si
7
Otra parte cayó entre cardos, y en alguno tiene ofdos, que oiga. 84 Y les
creciendo los cardos la ahogaron y decía: Prestad atención a lo que
no dió frutos. 8 Otra cayó en tierra oís: Con la medida con que midiereis
buena, y dió fruto, que subía y cre- se os medirá y se os añadirá. 25 Pues
cía, dando uno
treinta, otro sesenta al que tiene se le dará, y al que no
y otro ciento. 9 Y
decía: El que tenga tiene, aún lo que tiene le será quitado.
oídos para oír, que oiga.
10 Cuando se quedó solo, le pre-
guntaron los que estaban en torno La parábola de la semilla que
suyo con los Doce acerca de las pará- ereec.
bolas; 11 y El les decía: vosotros A
os ha sido dado conocer el misterio 28 Y decía: El reino de Dios es
del reino de Dios, pero a los otros como un hombre que arroja la semi-
de fuera todo se les dice en parábolas, lla en la tierra, 27 y ya duerma, ya vele
para que: de noche y de día, la semilla germina
13 Mirando, miren
y no vean (2); y crece (1), que él sepa cómo.
sin
oyendo, oigan y no entiendan, 28 De sí misma da fruto la tierra,
no sea que se conviertan y sean per- primero la hierba, luego la espiga,
donados. en seguida el trigo que llena la cs-
13
Y les dijo: ¿No entendéis esta pa-
(1) Esta parábola, que es propia de San Mar-
cos, significa que el reino de Dios seguirá su
(i) Esta llamada de atención nos muestra la 1 desarrollo normal, sin la intervención espectacu-
forma familiar de ensenar que tenia Jesús. Véa- ¡ lar y fulgurante de Dios, con que los iudios es-
se Mt. 13, i. j
peraban que habia de establecerse el reino me-
(a) Véase Mt. 13. 14. ciánico.
SAN MARCOS. 5 1117

19
piga; y cuando el fruto está ma- entre los sepulcros, un hombre po-
duro, se mete la hoz, porque la mies seído de un espíritu impuro, 3 que
está en sazón. tenía su morada en los sepulcros, y
ni aun con cadenas le podía nadie
4
sujetar, pues muchas veces le ha-
bían puesto grillos y cadenas y los
El grano de mostaza.
había roto. 5 Y continuamente, no-
30 Y decía: ¿A qué asemejaremos che y día, iba entre los monumentos
el reino de Dios, o de dónde toma- y por los montes, gritando e hirién-
remos parábolat Es semejante al dose con las piedras. 6 Viendo desde
grano de mostaza, que cuando se lejos a Jesús, corrió y se postró ante
siembra es la más pequeña de todas El; 7 y gritando en alta voz, decía:
las semillas de la tierra; 32 pero una ¿Qué hay entre ti y mí, Jesús, Hijo
vez sembrado, crece y se hace más del Dios altísimo? Por Dios (1) te
grande que todas las hortalizas, y echa conjuro que no me atormentes. 8 Pues
ramas tan grandes que a su sombra El le decía: Sal, espíritu impuro (2),
pueden abrigarse las aves del cielo. de esc hombre. 9 Y le preguntó: ¿Cuál
33
Y con muchas parábolas como éstas es tu nombre? Y le dijo: Legión es
les proponía la palabra, según po- mi nombre, porque somos muchos.
10 Y le suplicaba insistentemente que
dían entender, 34 y no les hablaba
sin parábolas; pero a sus discípulos no le echase fuera de aquella región.
se las explicaba todas aparte.
11
Como hubiera por allí en el monte
una gran piara de puercos paciendo,
12 le suplicaban aquéllos, diciendo:
Envíanos a los puercos para que en-
La tempestad calmada. tremos en ellos. 13 El se lo permitió.
Y los espíritus impuros salieron y
38 En aquel día les dijo, llegada ya entraron en los puercos, y la piara,
la tarde: Pasemos al otro lado.
36 Y en número de dos mil, se precipitó
despidiendo a la muchedumbre, le por un acantilado en el mar, y en él
llevaron según estaba en la barca, se ahogaron. 14 Los porqueros huye-
acompañado de otras barcas. 37 Y se ron y difundieron la noticia por la
levantó un fuerte vendaval (1), y ciudad y por los campos; y vinieron
las olas se echaban sobre la barca, a ver lo que había sucedido. 15 Y lle-
de suerte que ésta estaba ya llena. gándose a Jesús contemplaban al en-
38 El estaba en la popa durmiendo
demoniado sentado, vestido y en su
sobre un cabezal. Y le despertaron sano juicio: el que había tenido toda
y le dijeron: Maestro, ¿no te cuidas una legión, y temieron. 16 Y
los tes-
de que estamos ahogándonos? (2). tigos les referían el suceso del ende-
39 Y
despertando, mandó al viento, moniado y de los puercos. 17
se Y
y dijo al mar: Calla, enmudece. se Y pusieron a rogarle que se alejase de
aquietó el viento y se hizo completa sus términos. 18
Subido El en la
calma. 40 Y les dijo: ¿Por qué sois barca, el endemoniado le suplicaba
tan tímidos? ¿Aún no tenéis fe? que le permitiese acompañarle. 19 Mas
41
Y sobrecogidos de gran temor, se no se lo permitió, antes le dijo: Vete
decían unos a otros: ¿Quién será a tu casa y a los tuyos y cuéntales
éste, que hasta el viento y la mar le cuanto hizo el Señor contigo y cómo
obedecen? tuvo de ti misericordia. 20 él se Y
fué y comenzó a predicar en la De-
cápolis cuanto le había hecho Jesús,
Curación de un poseso. y todos se maravillaban.

1
Llegaron al otro lado del mar,
5 a la región de los Gerasenos,
(1) Es singular esta súplica del espíritu, que
habla según el estilo de los hombres.
2
y en cuanto salió El de la barca (3) Jesús parece seguir aquí el estilo de los
vino a su encuentro, saliendo de exorcistas. Manda al espíritu salir; pero éste,
aunque se siente torturado, no acaba de dejar
a su victima. Le pregunta su nombre, como si
(i) Es propio de este pequeño lago sufrir con esto tratara de obligarle más, y el espíritu
estas repentinas y fuertes tormentas. se escapa, diciendo que son muchos. Pero en
(a) Compárese esta' expresión de San Mar- todo momento se deja sentir el poder de Jesús,
cos con la de San Mateo 8, 25, y se verá en hasta que, al fin, deja el cuerpo del poseso. Véa-
ella la nota propia del estilo de San Marcos. se Mt. 8. 38.
I 118 SAN MARCOS. 6

Resurrección de la hija de Jairo plañideras,y entrando les dijo: ¿A qué


y curación de la hemorroida. ese alboroto y ese llanto? La niña
no ha muerto, duerme. 40 Y se bur-
21
Habiendo Jesús ganado en la laban de El. Pero El, echando todos
barca la otra ribera, se reunió una fuera, tomó consigo al padre de la
gran muchedumbre, y El estaba junto niña, y a la madre y a los que iban
al mar. 22 Y
llegó uño de los jefes de con El, y entró donde la niña estaba;
la sinagoga llamado Jairo, que en y tomándole la mano le dijo: Talitha,
viéndole, se arrojó a sus pies, 23 e qumi, que quiere decir: Niña, leván-
instantementele rogaba diciendo: Mi tate. 42 Y al instante se levantó la
hija está muñéndose, ven e imponle niña y echó a andar, pues tenía doce
las manos, para que sane y viva. años, y se llenaron de espanto.
24 Y
se fué con él. Y le seguía una
43
Recomendóles mucho que nadie
gran muchedumbre que le apretaba. supiera aquello, y mandó que diesen
25 Una mujer, que de comer a la niña.
padecía flujo de
sangre desde hacía doce años 26 y
había sufrido grandemente de mu-
chos médicos, gastando toda su ha- Jesú>. en Alazaret.
cienda sin provecho alguno, antes iba
de mal en peor, como hubiese oído í\
1
Salió de allí y vino a su patria,
lo que se decía de Jesús, vino entre siguiéndole sus discípulos. s lle- Y
la muchedumbre por detrás y tocó gado sábado, se puso a enseñar
el
su vestido; 28 pues se decía: En to- ni sinagoga; y la muchedumbre
la
cando siquiera su vestido seré sana. que le oía se maravillaba, diciendo:
29 Yal punto se secó la fuente de la ¿De dónde le vienen a éste tales cosas
sangre, y sintió en su cuerpo que y cpié sabiduría es ésta que le ha sido
estaba curada de su mal. 30 luego Y dada, y cómo se hacen por su mano
Jesús, sintiendo en sí mismo la vir- tales milagros? 3 ¿No es acaso el
tud que había salido de El, se volvió carpintero, hijo de María (1) y her-
a la multitud y dijo: ¿Quién ha to- mano de Santiago y de José, y de
cado mis vestidos? (1). 31 los Y 1 Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas
discípulos contestaron: Ves que la
le |
no viven aquí entre nosotros? se Y
muchedumbre te aprieta por todas par- escandalizaban a causa de El. 4 Y
tes, (2) y dices: ¿Quién me ha toca- Jesús les decía: Ningún profeta es
do? 32 Y echando una mirada en derre- tenido en poco sino en su patria y
dor, para ver a la (pie lo había hecho, entre sus parientes y en su familia.
33
la mujer, llena de temor y temblo-
5
Y
no pudo hacer allí ningún mila-
rosa, conociendo lo que en ella habla ¡
gro, fuera de que a algunos enfer-
sucedido, se llegó y postrada ante El mos les impuso las manos y los curó.
declaróle toda la verdad. 34 El le Y * Y se admiraba de su incredulidad.
dijo: Hija, tu fe te ha salvado, vete
en paz y sana de tu mal. 35 Aún es-
taba El hablando cuando llegaron de La misión de los Apóstoles.
casa del jefe de la sinagoga, diciendo:
Tu hija ha muerto; ¿por qué moles- Recorría del contorno
las aldeas
tas ya al Maestro? 36 Pero oyendo enseñando. 7
Y
llamando a Sí a los
Jesús lo que decían, dijo al
jefe de Doce (2), comenzó a enviarlos de
la sinagoga: No temas, ten fe. 37 Y no dos en dos, dándoles poder sobre los
permitió que nadie le siguiera, más espíritus impuros. 8 Y les encargó
que Tedro, Santiago y Juan, el her- que no tomasen (3) para el camino
mano de Santiago. 38 Y
llegados a
la casa del jefe de la sinagoga, notó
(1) Entre las piadosas mujeres que con la
el gran alboroto de las lloronas y Magdalena asistieron a la muerte de Jesús, men-
|

ciona San Marcos una María «madre de Santia-


(1) Es de notar esta manera, muy humana, go el Menor y de José*, sin duda cuñada de la
de expresarse, propia de San Marcos, la cual pa- Virgen, ya que lleva su mismo nombre, y no es
recería indicar que el milagro le habla sido arran- probable que fuera hermana suya.
cado por sorpresa. (3) Véase Mt. 10, 1.
(2) He aquí otra expresión que revela la vi- (3) La suma de esta instrucción es que
veza de San Marcos. Jesús, que unas veces quiere '

vayan a la ligera, sin bagajes ni nada que de-


ocultar sus milagros, otras hace que vengan en nuncie interés temporal o falta de confianza en
conocimiento del pueblo, conforme a las diver- '
la providencia del Padre celestial, de quien son
sas circunstancias apreciadas por su prudencia. mensajeros.
SAN MARCOS, 6 1110

nada más que un bastón, ni pan, ni presteza hizo su petición al rey, di-
alforja, ni dinero en el cinturón, ciendo: Quiero que al instante me
9
y se calzasen con sandalias, y no des en una bandeja la cabeza de
llevasen dos túnicas. 10 Y
les decía: Juan el Bautista. 26 Y
el rey, entris-
Dondequiera que entrareis en una tecido por su juramento y por los
casa, quedaos en ella hasta que sal- convidados, no quiso desairarla. 27 Y
gáis de aquel lugar. 11 Y
si un lugar al instante envió el rey un verdugo,
no os recibe ni os escucha, al salir ordenándole traer la cabeza de Juan.
de allí sacudid el polvo de vuestros Aquél se fué y le degolló en la cárcel,
pies en testimonio contra ellos.
12 Y 28 trayendo su cabeza en una bande-

partidos, predicaron que se arrepin- ja, y se la entregó a la muchacha, y


tiesen, 13 y echaban muchos demo- la muchacha se la dió a su madre.
nios, y ungiendo con óleo a muchos
29
Y sus discípulos, que lo supieron,
enfermos, los curaban (1). vinieron y tomaron el cadáver, y le
pusieron en un monumento.

Juicio de Herodes sobro Jesús.


Vuelta de los discípulos'y primera
Llegó esto a oídos del rey Hero-
14 multiplicación de los panes.
des, porque se había hecho célebre su
30
nombre, y decía: Este es Juan el Volvieron los Apóstoles a reunir-
Bautista, que ha resucitado de entre se con Jesús, y le contaron cuanto
los muertos, y por esto obra en El
15 pero
habían hecho y enseñado. 31 Y
les
el poder de hacer milagros; dijo: Venid que nos retiremos a un
otros decían: Es Elias; y otros decían lugar desierto y descanséis un poco;
que era un profeta, como uno de los pues eran muchos los que iban y
profetas. 16 Pero Herodes, oyendo ,
venían, y ni espacio les dejaban para
esto, decía: Es Juan, a quien yo de- ¡ comer. 32 Y se fueron en la barca a
17 Porque, un sitio desierto y apartado. 33 Pero
gollé, que ha resucitado.
en efecto, Herodes se había apode- los vieron ir, y muchos supieron
rado de Juan y le había encerrado dónde iban, y a pie de todas las ciu-
en prisión a causa de Herodías, la dades vinieron a aquel sitio, y se les
mujer de su hermano Filipo, con la adelantaron. 34 alY desembarcar
que se había casado. 18 Pues decía vió una gran muchedumbre, y se
Juan a Herodes: No te es lícito tener compadeció de ellos, porque eran
la mujer de tu hermano.
19
Y Hero- como ovejas sin pastor, y se puso a
días estaba enojada contra él y que- enseñarles largamente. 35 Y siendo
20 porque
ría matarle, pero no podía; ya hora avanzada, se le acercaron
Herodes sentía respeto por Juan, los discípulos y le dijeron: El sitio
conociendo ser hombre justo y santo, es desierto y avanzada la hora; 36 des-
y le amparaba, y, oyéndole, vacilaba pídelos para que vayan a las alque-
pero le escuchaba con gusto. 21 Llegado rías y aldeas del contorno y se com-
un día oportuno, cuando Herodes en pren algo que comer. 37 El respondió
su cumpleaños ofrecía un banquete y les dijo: Dadles vosotros de comer.
a sus magnates y a los tribunos y a Y le dijeron: ¿Vamos nosotros a com-
22 entró la prar doscientos denarios de pan para
los principales de Galilea,
hija de Herodías y, danzando, gustó a darles de comer? 38 Y
El les con-
Herodes y a los comensales. Y el testó: ¿Cuántos panes tenéis? Id a
rey dijo a la muchacha: Pídeme lo ver. Y habiéndose informado, le di-
que quieras y te lo daré. 23
Y le jeron: Cinco panes y dos peces.
juró: Cualquier cosa que me pidas 39 Y
les mandó que les hicieran re-
te la daré, aunque sea la mitad de costarse por grupos sobre la hierba
mi reino. 24 Y
saliendo ella dijo a su verde. 40 Y
se recostaron por grupos
madre: ¿Qué quieres que pida? Y ella de ciento y de cincuenta. 41 Y
to-
le contestó: La cabeza de Juan el j
mando los cinco panes y los dos peces,
Bautista. 25 Y entrando luego con alzando los ojos al cielo, bendijo y
partió los panes y se los entregó a
(i) El óleo se cuenta entre los remedios ca- los discípulos para que se los sir-
seros en Oriente. No leemos que Jesús lo em-
vieran, y los dos peces los repartió
pleara nunca, ni aun aquí lo emplean los dis-
cípulos como médicos, sino como taumaturgos, entre todos. 42 Y
comieron todos y
que al mismo tiempo anuncian la institución del se hartaron. 43 Y
recogieron doce ca-
sacramento de la Extremaunción. nastos llenos de las sobras de los
I 120 SAN MARCOS, 7

panes y de los peces. 44 Y eran los dosamente, no comen (1), cumpliendo


que comieron de los panes cinco mil la tradiciónde los antiguos, 4 y de
hombres. vuelta de la plaza, si no se aspergen,
no comen, y otras muchas cosas que
han aprendido a guardar por tradi-
•les iid ando sobre el mar. ción: el lavado de las copas, de las
ollas y de las bandejas. 5 Y le pre-
45 En
seguida mandó a sus discípu-
guntaron los escribas y los fariseos:
¿Por qué tus discípulos no siguen la
a la barca y precederle al
los subir
otio lado, frente a Betsaida, mien- tradición de los antiguos, sino que
tras El despedía a la muchedumbre.
comen pan con manos impuras? 6 Y El
46
Y después de haberlos despedido, les dijo: Muy bien profetizó Isaías
se fué a un monte a orar. 47 Y de vosotros, hipócritas, según está
lle-
escrito:
gado el anochecer, se hallaba la barca
en medio del mar y El solo en tierra. «Este pueblo me honra con los
48 Y labios, pero su corazón está lejos de
viéndolos fatigados en remar,
mí; pues me dan un culto vano, ense-
porque el viento les era contrario
hacia la cuarta vigilia de la noche
ñando doctrinas que son preceptos
vino a ellos andando sobre el mar, humanos.»
e hizo ademán de pasar de largo.
8
Y dejando a un lado el precepto de
49
Pero ellos, así que le vieron andar Dios, os afen áis a la tradición humana.
* Y les decía: En vei dad que anu-
sobre el mar, creyeron que era un
láis el precepto de Dios para esta-
fantasma y comenzaron a dar gritos,
60 porque todos le veían blecer vuestra tradición. 10 Porque
y estaban Moisés ha dicho: Honra a tu padre
espantados. Pero El les habló en
seguida y les dijo: Animo, soy yo, y a tu padre, y el que maldiga a su
no temáis. 51 Y subió con ellos en padre o a su madre es reo de muerte.
11 Pero vosotros decís:
Si un hombre
la barca, y el viento se calmó. Y se
dijere a su padre o a su madre:
quedaron en extremo estupefactos,
62
Pues no se habían dado cuenta Corbán, esto es, ofrenda sea todo lo
que de mí pudiera serte útil, 11 ya
de lo de los panes, sino que su cora-
zón estaba embotado.
no le permitís hacer nada por su
padre o por su madre, 13 anulando la
palabra de Dios por vuestra tradi-
Jesús, en Genesaref v sus ción que se os ha trasmitido, y
cercanías, hacéis otras muchas cosas por el
estilo.

M Yhabiendo hecho la travesía,


llegaron a tierra en Genesaret, y 1-a verdadera pureza.
atracaron. 84 En cuanto salieron de
la barca, le conocieron, 88 y corrieron Y llamando de nuevo a la muche-
de toda aquella región, y comenzaron dumbre, les decía: Oídme todos y
a traer en camillas a los enfermos entended: 15 Nada hay fuera del
donde oían que El estaba. 66 Y a hombre, que entrando en él pueda
dondequiera que llegaba, en las al- mancharle; lo que sale del hombre,
deas o en las ciudades o en las alque- eso es lo que mancha al hombre (2).
rías, colocaban a los enfermos en las 18 El que tenga oídos para oír, que
plazas y le rogaban que les permitiera oiga. 17 Y cuando se hubo retirado
tocar siquiera la orla de su vestido; de la muchedumbre y entrado en
y cuantos le tocaban quedaban sanos. casa, le preguntaron los discípulos
por la parábola. 18 Y
El les contestó:
Las tradiciones rabfnicas. ¿Tan faltos estáis vosotros de sen-
tido? ¿No —
comprendéis añadió, de-
1
i Se reunieron en torno de El los (i) San Marcos, que escribía para gentes des-
y algunos escribas veni-
fariseos conocedoras de las costumbres judias, da aquí
una amplia noticia de las preocupaciones de éstas
dos de Jerusalén; * los cuales vieron
por la pureza legal o corporal practicada con
que algunos de los discípulos comían espíritu religioso. Víase Mt. 15, 3.
pan con las manos impuras, esto es, (a) La verdadera pureza es la del corazón,
sin lavárselas; 3 pues los fariseos y to- no la del cuerpo o de los muebles y utensilios
dos los judíos, si no se lavan cuida- domésticos.
SAN MARCOS, 8 1121

clarando puros todos los alimentos ,


que todo lo exterior que entra en el
— |
86
y se abrieron sus oídos y se le soltó
la lengua, y hablaba expeditamente.
hombre no puede mancharle, 19 por- 36 Yles encargó que no lo dijesen a
que no entra en el corazón, sino en nadie. Pero cuanto más se lo encar-
el vientre, y sale al seceso?
20 Decía, gaba, mucho más lo publicaban. 87 Y
pues: Lo que sale del hombre, eso sobremanera se admiraban, diciendo:
es lo que mancha al hombre, 21 por- Todo lo ha hecho bien, a los sordos
que de dentro, del corazón de los hace oír y a los mudos hablar.
hombres, proceden los pensamientos
malos, fornicaciones, hurtos, homici- Segunda multiplicación
dios, 22 adulterios, codicias, maldades, de los panes.
fraude, impureza, envidia, blasfemia,
altivez, insensatez. 23 Todos estos 1
En aquellos días, hallándose
males proceden del hombre y man- otra rodeado de una
vez (1)
chan al hombre. gran muchedumbre que no tenía
qué comer, llamó a los discípulos y
La mujer cananea. les dijo: 2 Tengo compasión de la
muchedumbre, porque ya hace tres
24 Y
partiendo de allí, se fué hacia días que me siguen y no tienen que
los confines de Tiro. Y
entrando en comer; 3 y si los despido en ayunas
una casa, no quería ser de nadie para sus casas, desfallecerán en el
conocido; pero no le fué posible ocul- camino, y algunos de ellos son de
tarse; 25 porque luego, en oyendo lejos. 4
Y
discípulos le respon-
sus
hablar de El, una mujer cuya hijita dieron: ¿Y cómo
podría saciárseles
tenía un espíritu impuro, entró y de pan, aquí en el desierto? 5 les Y
26 Era gentil, preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Di-
se postró a sus pies.
sirofenicia de nación. le rogabaY jeron: Siete. 6 Y
mandó a la mu-
que echase al demonio de su hija. chedumbre recostarse sobre la tierra;
27 YEl le decía: Deja primero har- y tomando los siete panes, dando
tarse a los hijos (1), pues no está gracias, los partió y los dió a sus
bien tomar el pan de los hijos y discípulos para que los sirviesen, y
echarlo a los cachorrillos. 28 ella Y sirvieron a la muchedumbre. 7 te- Y
le contestó diciendo: Sí, Señor, pero nían unos pocos pececillos, y dando
los cachorrillos, debajo de la mesa, gracias, dijo que los sirviesen tam-
comen de las migajas de los hijos. bién. 8 Y
comieron y se saciaron, y
29 El le dijo:Por lo que has dicho, recogieron de los mendrugos que so-
vete, el demonio ha salido de tu hija. braron siete cestos. 9 Eran unos cuatro
30 Y llegada a casa, halló a la niña mil. Y los despidió.
echada en la cama y que el demonio
había salido. Los fariseos piden un prodigio
del ciclo.
Vuelta hacia Galilea.
10 Subiendo luego a la barca con sus
81 Dejando de nuevo términos los discípulos, vino a la región de Dal-
de Tiro, se fué por Sidón hacia el mar manuta; 11 y salieron los fariseos, que
de Galilea, atravesando los términos comenzaron a disputar con El, pi-
de la Decápolis (2). 32 Y le llevaron diéndole, para probarle, señales del
un sordo y tartamudo, rogándole que cielo. 12
Y exhalando un profundo
le impusiera las manos.
33 tomán- Y suspiro (2), dijo: ¿Por qué esta
dole aparte de la muchedumbre, me-
tióle los dedos en los oídos y escu-
(1) Repitiéndose las necesidades, nada tiene
pió en el dedo y le tocó la lengua, de extraño que Jesús renueve el milagro en cir-
34 y mirando al cielo, suspiró y dijo: cunstancias semejantes.
Epheta (3), que quiere decir, ábrete; (2) Con estas palabras nos indica San Marcos
uno de los rasgos de la naturaleza humana de
(1) Esto indica que también a los otros, a los Jesús: el sentimiento que en su alma causaba
gentiles, les llegaría su hora. Véase Mt. 15, 24. la ceguedad de las clases directoras de Israel,
(2) Era un distrito de diez ciudades situadas que acabarían por conducir al pueblo a su ruina
al oriente del lago de Genesaret. total. Cuando Jesús les ofrece tantas y tan evi-

(3) El evangelista nos da aqui, como en otros dentes señales, ellos piden una señal del cielo,
lugares, la misma palabra aramea pronunciada como queriendo imponer la ley a Dios mismo,
por Jesús. único autor de los milagros.
71
1122 SAN MARCOS. 9

generación pide una señal? En ver- El les preguntó: Y vosotros, ¿quién


dad os digo que no se le dará nin- decís que soy? Respondiendo Pedro,
guna. 13 Y
dejándolos, subió de nue- le dijo: Tú eres el Cristo (1). 80 Y les
vo a la barca y se dirigió a la otra encargó que a nadie dijeran esto de El.
ribera.

Primera predicción de su muerte.


La levadura de los fariseos.
81
Y
comenzó a enseñarles cómo
14 Se olvidaron de tomar consigo pa- era preciso que el Hijo del hombre
nes, y no tenían en la barca sino un padeciese mucho, y que fuese recha-
pan. 15 Y
les recomendaba, diciendo: zado por los ancianos y los príncipes
Mirad de guardaros del fermento de de los sacerdotes y los escribas, y
los fariseos y del fermento de Hcrodes. que fuese muerto, y resucitase des-
16 Y ellos iban discurriendo pués de tres días. Y claramente
entre si,
que no tenían panes. 17 conocién- Y les hablaba de esto. 32 Pedro, tomán-
dolo El, les dijo: ¿Qué caviláis de que dole aparte, comenzó a reprenderle.
33 Pero
no tenéis panes? ¿Aún no entendéis El, volviéndose y mirando a
ni caéis en la cuenta? ¿Tenéis vues- sus discípulos, reprendió a Pedro (2)
tro corazón embotado? 18 ¿Teniendo y le dijo: Quítate allá, Satán, porque
ojos no veis, y teniendo oídos no no sientes según Dios, sino según los
oís? Ya no os acordáis de cuando hombres.
paití los cinco panes a los cinco mil
hombres, cuántos cestos llenos de
sobras recogisteis? 19 Dijéronle: Doce. ¡
Condiciones dol seguimiento do
80 Cuando los siete
a los cuatro mil, Jesús.
¿cuántos cestos llenos de mendrugos
recogisteis? Y le dijeron: Siete. 21 Y 34 Y llamando a la muchedumbre
les dijo: ¿Pues aún no caéis en la y a los discípulos, les dijo: Si alguno
cuenta? (1). quiere venir en pos de mí, niéguese
a sí mismo, tome su cruz y sígame.
38 Pues quien quisiere salvar
su vida,
Curación do un ciego. la perderá; y quien perdiere la vida
por mí y el evangelio, ése la salvará.
íl Y llegaron a Betsaida. Y le lle-
38 ¿Y qué aprovecha al hombre
varon un ciego, rogáudole que le ganar todo el mundo y perder su
tocara. Y tomando al ciego de la
23
|
alma? 87 ¿Pues qué dará el hombre a
mano, sacó fuera de la aldea, y
le !
cambio de su alma? 38 Porque si al-
poniendo saliva en sus ojos e impo- guien se avergonzare de mí y de mis
niéndole las manos, le preguntó: ¿Ves palabras ante esta generación adúl-
alguna cosa? Mirando él dijo: Veo tera y pecadora, también el Hijo del
hombres, algo así como árboles que : hombre se avergonzará de él cuando
andan. 25 Y
de nuevo le impuso las I
venga en la gloria del Padre, con
manos sobre los ojos, y al mirar se los santos ángeles.
sintió curado, y lo veía todo cla-
ramente. 28 Y le envió a su casa
diciéndole: Cuidado con entrar en la I.a transfiguración.
aldea.
(
\Y les decía: En verdad os digo
1

que hay algunos de los aquí pre-


'
1.» confesión de Cesárea. sentes que no gustarán la muerte
hasta que vean venir en poder el
17
Y
se fué Jesús con sus discípulos reino de Dios. 2 Y pasados seis días,
a las aldeas de Cesárea de Filipo, y
en el camino les preguntó: ¿Quién (1) Esto es, el Mesías esperado por Israel;
dicen los hombres que soy yo? 28 Y pero no cual Israel le concebía, sino como Dios
ellos le respondieron, diciendo: Unos se lo quiso dar, cumpliendo los vaticinios pro-
féticos, que los judíos interpretaban en su pro-
que Juan Bautista; otros que Elias,
pia honra y glorificación.
y otros que uno de los profetas.
l

(2) San Marcos, que pasa en silencio la elec-


ción de Pedro, referida por San Mateo, no omite,
(i) San Marcos se complace en poner de en cambio, la reprensión recibida de Jesús. Véa-
relieve la rudeza de los discípulos. se Mt. 16, 33.
1

SAN MARCOS. 9 1123

tomó Jesús a Pedro, a Santiago y al pulos que lo arrojasen, pero no han


Juan, y condujo solos a un monte podido. 19 Y les contestó, diciendo:
los
J

alto y apartado, y se transfiguró ante ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta


|

ellos. 3 Y sus vestidos se volvieron cuándo habré de estar con vosotros?


resplandecientes, muy blancos, como ¿Hasta cuándo os tendré que sopor-
no los puede blanquear lavandero (1) tar? Traédmelo. 20 Y se lo llevaron.
sobre la tierra. 4 Y se les apare- Y en cuanto lo vió, le agitó el espí-
cieron Elias y Moisés, que hablaban ritu, y arrojado en tierra se revol-
con Jesús. 5 Y tomando Pedro lapa- caba y echaba espumarajos por la
labra, dijo a Jesús: Rabbi (2), |qué boca. 21 Y preguntó a su padre:
bueno es estarnos aquíl Hagamos tres ¿Cuánto tiempo hace que le pasa
tiendas, una para ti, una para Moisés esto? El contestó: Desde la infancia.
y una para Elias. 6 No sabía lo que 22 Y muchas veces le arroja en el
decía, porque estaban espantados. fuego y en el agua para hacerle pere-
7
Y se formó una nube que los cubrió cer; pero, si algo puedes, ayúdanos
|

con su sombra, y una voz se dejó por compasión hacia nosotros. 23 Dí-
oír desde la nube: Este es mi Hijo jole Jesús: Si puedes creer (1), todo
amado, escuchadle. 8 Y luego, mi- es posible al que cree. 24 Y al instante,
rando en derredor, no vieron a nadie gritando, dijo el padre del niño:
con ellos, sino a Jesús solo. 9 Y ba- ¡Creo! Ayuda a mi incredulidad.
jando del monte, les prohibió contar 25
Y viendo Jesús que se reunía
¡

a nadie lo que habían visto, hasta! mucha gente, mandó al espíritu im-
que el Hijo del hombre resucitase de puro, diciendo: Espíritu mudo y sordo,
entre los muertos. 10 Y guardaron yo te lo mando, sal de él y no vuelvas
j

aquella orden, y se preguntaban qué a entrar más en él. 28 Y dando un


era aquello de «cuando resucitase de grito y agitándole violentamente, sa-
entre los muertos». 11 Y le pregun- lió; y quedó como muerto, de suerte
taron diciendo: ¿Cómo, pues, dicen que muchos decían: Está muerto.
los escribas que primero ha de venir 27 Pero Jesús, tomándole de la mano,
Elias? 12 Y El les dijo: Cierto que lo levantó, y se mantuvo en pie. 28 Y
Elias vino primero, para restable- entrado en casa, a solas le pregunta-
cer todas las cosas, pero ¿cómo está ban los discípulos: ¿Por qué no hemos
escrito del Hijo del hombre que pa- podido echarle nosotros? 29 Y les
decerá mucho y será despreciado? contestó: Esta especie no puede ser
13 Y
yo os digo que Elias ha venido expulsada por ningún medio, si no es
ya, y que hicieron con él lo que por la oración (2).
quisieron, conforme a lo que de él
está escrito.
Segunda predicción de la muerte
de Jesús.
Curación del epiléptico.
30 Y
saliendo de allí, atravesaban
14 Y
viniendo a los discípulos, vió de largo la Galilea (3), queriendo
a una gran muchedumbre en torno que no se supiese. 31 Iba enseñando a
suyo y a escribas que con ellos dis- sus discípulos, y les decía: El Hijo del
putaban. 15 Y
luego toda la muche- hombre será entregado en manos de
dumbre al verle se quedó sorprendi- los hombres y le matarán, y muerto,
da, y corriendo hacia El le saludaban. resucitará al cabo de tres días. 32
Y
16 Y les preguntó: ¿Qué disputabais
con ellos? 17 Y le dijo uno de la mu- (1) Esta sola palabra nos revela la honda
chedumbre: Maestro, te he traído a pena que a Jesús causaba la poca fe de aquella
mi hijo (3), que tiene un espíritu gente, después de tantos prodigios como le
veían hacer.
mudo, y dondequiera que se apodera (2) La oración es el arma poderosa contra
de él, le derriba y le hace echar el espíritu impuro; los discípulos se habían ol-
espumarajos y rechinar los dientes,
j

vidado de ello, empleando el poder que de Je-


y se queda rígido; y dije a tus discí- sús habían recibido, sin la conciencia de que era
algo que les venía prestado de arriba.
(1) Rasgo característico del estilo de San (3) Quiere hacer esa travesía como de in-
Marcos. cógnito, para dedicarse más a los discípulos. A
(2) Rabbi, igual que maestro en la lengua la instrucción que estos días les daba pertenece
aramea. la predicción segunda sobre su próxima muerte.
(3) Es muy de notar la gráfica pintura que San Marcos se complace en decir que los discí-
del poseso nos da el evangelista. pulos no entendían.
1124 SAN MARCOS, 10

ellos no entendían estas palabras, y arrojasen al mar. 48


le si tu Y
pero temían preguntarle. mano te escandaliza (1), córtatela;
mejor te será entrar manco en la
vida, que con las dos manos ir a la
Quién es el mayor. gehenna, al fuego inextinguible, don-
de ni el gusano se acaba ni el fuego
83 Y
vinieron a Cafarnaám. Y es- se apaga. 45 Y
si tu pie te escanda-
tando en casa les preguntaba: ¿Qué liza, córtatelo; mejor te es entrar
discutíais en el camino? (1). Y 34 en la vida cojo, que con los dos pies
ellos se callaron, porque en el camino ser arrojado en la gehenna, 46 donde
habían discutido entre sí sobre quien ni el gusano muere ni el fuego se
sería el mayor. 36 Y sentándose, llamó apaga. 47 Y
si tu ojo te escandaliza,
a los Doce a Sí y les dijo: Si alguno sácatelo; mejor te es entrar tuerto
quiere ser el primero, que sea el últi- en el reino de Dios, que con dos
mo de todos y el servidor de todos. ojos ser arrojado en la gehenna,
36 Y tomando un niño, le puso en 48 donde ni el gusano muere ni el
medio de ellos, y abrazándole (2) les fuego se apaga. 49 Porque todos han
dijo: 87 Quien recibe a uno de estos ni- de ser salados al fuego. 60 Buena es
ños en mi nombre, a mí me recibe, y la sal, pero si la sal se hace sosa,
quien me recibe a mí, no es a mí a ¿con qué se la salará? Tened sal en
quien recibe, sino al que me ha en- vosotros, y vivid en paz unos con
viado. otros.

La Invocación del nombre Camino de Judca, por


de Jesús.
,
la Pcrea.
i
1 Y
partiendo de allí, vinieron
88 Díjole Juan: Maestro, vimos a 1 () a los confines de la Judea y
uno (3) que en tu nombre echaba I
de la Perea, y de nuevo se le junta-
los demonios y no está con nosotros, ¡ron en el camino muchedumbres, y
y se lo hemos prohibido. 39
Y Jesús les enseñaba.
les dijo: No se lo prohibáis, pues nin-
guno que haga un milagro en mi
nombre hablará luego mal de mí. 1.a cuestión del divorcio.
40 El que no está contra nosotros,
está con nosotros. * Y llegándosele los fariseos, le
preguntaron, tentándole, si es lícito
3
al marido repudiar a la mujer. El
La caridad hacia los discípulos. respondió y les dijo: ¿Qué os ha
mandado Moisés? 4 Contestaron ellos:
41 que os diere un vaso de
Pues el Moisés manda escribir el libelo de
agua (4) en razón de discípulos de repudio y despedirla. 6 Díjoles Jesús:
Cristo, os digo en verdad que no per- Por la dureza de vuestro corazón,
derá su recompensa. 42 Y el que es- os dió Moisés esta ley; 8 pero al prin-
candalizare a uno de estos peque- cipio de la creación los hizo Dios
ñuelos que creen, mejor le sería que varón y hembra; 7 por esto dejará el
le echasen al cuello una muela asnal I
hombre a su padre y a su madre, 8 y
¡serán los dos una carne. De manera
(1) En el reino de Jesús, la humildad es la que no son dos, sino una carne. 9 Lo
que impera; quien desee subir, debe humillarse que Dios juntó, no lo separe el hom-
más que los otros. bre. 10 Y vueltos a casa (2) de
(2) Rasgo sublime éste de Jesús abrazando nuevo, le preguntaron sobre esto los
y bendiciendo a los niños y proponiéndolos como discípulos; 11 y les dijo: El que repudia
modelos a los aspirantes al reino de los cielos.
Los judíos usaban de exorcismos para a su mujer y se casa con otra, come-
(3)
expulsar los espíritus de los posesos. Viendo a
Jesús dotado de tanto poder contra ellos, invo- tí) La salud del alma está por encima de
caban su nombre en esos exorcismos. Véase en todo, y a ella es preciso sacrificar hasta la vida;
Act. 19, 13 ss. un caso curioso de este mismo en esto se halla la fuerza de una conciencia cris-
género. |tiana.
(4)Concepción verdaderamente divina de la (a) La solución del Maestro dejó a los dis-
I

vida humana, cuyas obras quedan asi enalteci- Íclpulos muy impresionados; les parecía dema-
das; pero manera bien singular de revelar la siado dura. Jesús responde inculcándoles la mis-
grandeza de Cristo, que sublima cuanto toca. ma idea. Véase Mt. 19, 10.
SAN MARCOS, 10 1125

te adulterio contra aquélla. 12 Y si aún se espantaron, y decían entre sí:


la mujer repudia al marido y se casa Entonces, ¿quién puede salvarse?
con otro, comete adulterio. 27Y fijando en ellos Jesús su mirada,
dijo: A los hombres sí, es imposible,
más no a Dios, porque a Dios todo le
Bendice Jesús a los niños. es posible.

13
Presentáronle unos niños para
que los tocase (1), pero los discípulos Recompensa de los que todo lo
los reprendían. 14 Viéndolo Jesús, se renuncian por Cristo.
enojó y les dijo: Dejad que los niños
vengan a mí, y no los estorbéis, 28 Pedro comenzó a decirle: Pues

porque de ellos es el reino de Dios. nosotros hemos dejado todas las cosas
15 En verdad os digo, quien no re-
y te hemos seguido. 29 Respondió
ciba el reino de Dios como un niño, Jesús: En verdad os digo que no hay
no entrará en él. 16 Y
abrazándolos, nadie que, habiendo dejado casa o
los bendijo y les impuso las manos. hermanos o hermanas o madre o padre
o hijos o campos, por amor de mí y
del Evangelio, 30 no reciba el céntuplo
El peligro de las riquezas. ahora en este tiempo en casas, her-
manos, hermanas, madres e hijos y
17
Salido al camino, corrió a El campos, con persecuciones, y la vida
uno, que, arrodillándosele, le pregun- eterna en el siglo venidero. 31 Y mu-
tó:Maestro bueno, ¿qué líe de hacer chos primeros serán los últimos, y los
para alcanzar la vida eterna? 18 Y últimos los primeros.
Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas
bueno? Nadie es bueno, sino sólo
Dios. 18 Ya sabes los mandamientos: Tercera predicción de la muerte.
No matarás, no adulterarás, no ro-
32
Iban subiendo hacia Jerusalén,
barás, no levantarás falso testimonio,
no harás daño a nadie, honra a tu y Jesús iba delante, y ellos iban so-
padre y a tu madre. 20 Y él le dijo: brecogidos y le seguían medrosos (1).
Maestro, todo esto lo he guardado Y tomando de nuevo a los Doce,
desde mi juventud. 21 Y Jesús, po- comenzó a declararles lo que había
niendo en él los ojos (2), le amó, y le de sucederle. 33 Subimos a Jerusa-
dijo: Una sola cosa te falta; vete, lén, y el Hijo del hombre será entre-
vende cuanto tienes y dalo a los gado a los príncipes de los sacerdotes
pobres, y tendrás un tesoro en el y a los escribas, y le condenarán a
cielo, y ven, sigúeme. 22 Ante estas muerte y le entregarán a los gentiles,
palabras se anubló su semblante y 34 que se burlarán de El
y le escupi-
fuése triste, porque tenía muchas rán, y le azotarán y le darán muerte,
haciendas. 23 Y mirando en torno y a los tres días resucitará.
suyo dijo Jesús a los discípulos:
|Cuán difícilmente entrarán en el reino
de Dios los que tienen haciendas!... Petición de los hijos de Zebedeo.
24 Los discípulos se quedaron espan-
tados al oír esta sentencia. Tomando 36 Y se le acercaron Santiago
y
entonces Jesús de nuevo la palabra, Juan, los hijos de Zebedeo, diciéndole:
les dijo: Hijos míos, ¡cuán difícil es Maestro, queremos que nos hagas lo
entrar en el reino de los cielos! 25 Es que te vamos a pedir. 36 Díjoles El:
más fácil a un camello pasar por el ¿Qué queréis que os haga? 37 Ellos
hondón de una aguja que a un rico le respondieron: Que nos sentemos el
entrar en el reino de Dios. 28 Y más uno a tu derecha y el otro a tu iz-
quierda en tu gloria. 38 Jesús les
(1) Creían las madres que, sin duda, el con- respondió: ¡No sabéis lo que pedís!
tacto de un hombre tan santo como Jesús sería ¿Podéis beber el cáliz que yo he de
saludable a sus hijitos. beber y ser bautizados con el bautis-
(2) He aquí una bella observación que nos
transmite el evangelista. Jesús, al ver aquel jo-
ven, sintió hacia él viva simpatía; era bueno, (i)' Es un rasgo de San Marcos. Jesús cami-
pero estaba demasiado apegado a su hacienda. na delante de los discípulos, absorto en el pen-
Gran miseria la de los ricos, no saber correspon- samiento de su pasión, hacia la cual marcha con
der al amor de Dios, que los invita y llama a Si. paso acelerado.
1126 SAN MARCOS, 11

mo con que yo he de ser bautizado? tania, al Monte de los Olivos (1),


89
Le contestaron: Sí que podemos. envió a dos de los ¡discípulos 4 y les
Les dijo Jesús: El cáliz que yo he dijo: Id a la aldea que está enfrente,
de beber, lo beberéis, y con el bau- y luego que entréis en ella, encontra-
tismo con que yo he de ser bautizado, réis un pollino atado, sobre el que
seréis bautizados vosotros; 40 pero nadie montó aún; soltadlo y traedlo.
sentaros a mi diestra o mi siniestra, no 3
Y si alguno os dijere: ¿Por qué hacéis
me toca a mí dároslo, sino que es para esto?, decidle: El Señor tiene nece-
aquellos para quienes está preparado. sidad de él; y al instante os lo dejará
41
Y
los diez, oyendo esto, se eno- traer. 4 Y se fueron y encontraron el
jaron contra Santiago y Juan. 42 Pero pollino atado a la puerta, fuera en
llamándolos Jesús a Sí, les dijo: Ya el camino, y le soltaron. 5 Algunos
sabéis (1) cómo los que en las na- de los que allí estaban les dijeron:
ciones pasan por príncipes, las domi- ¿Por qué desatáis el pollino? 6 Ellos
nan con imperio, y sus grandes ejer- les contestaron como Jesús les había
cen poder sobre ellas. 43 No ha de dicho, y los dejaron. 7 Llevaron el
ser así entre vosotros; antes si algu- pollino a Jesús, y echándole encima
no de vosotros quiere ser grande, sea sus vestidos, montó en él. 8 Muchos
vuestro servidor; 44 y el que de vos- extendían sus vestidos sobre el ca-
otros quiera ser el primero, sea siervo mino, otros cortaron follaje de los
de todos; 45 pues tampoco el Hijo del árboles. 9 Y los que le precedían y
hombre ha venido a ser servido, sino le seguían gritaban:
a servir y dar su vida para redención ¡Hosanna! Bendito el que viene
de muchos. en el nombre del Señor. 1 * Bendito
el reino, que viene, de David nuestro
padre. ¡Hosanna en las alturas!
Curación del ciego Hartimeo. 11
Y entró en Jerusalén, en el
templo, y después de haberlo visto
Y llegaron a Jericó. Al salir ya todo, ya de tarde, salió para Beta-
de Jericó con sus discípulos y una nia con los doce.
crecida muchedumbre, el hijo de
Timeo, Bartimeo un mendigo ciego,
que estaba sentado junto al camino, La maldición de la higuera.
oyendo que era Jesús de-Nazaret,
comenzó a gritar y decir: ¡Hijo de
12
A la mañana siguiente, saliendo
David, Jesús, ten piedad de mi! de Betania, sintió hambre; 13 y vió
48 Y muchos
increpaban para que
le una higuera (2), y llegándose a
callase; pero gritaba mucho más:
él ella, no encontró sino hojas porque
¡Hijo de David, ten piedad de mil no era tiempo de higos. 14 Y tomando
49 Se detuvo Jesús
y dijo: Llamadle. la palabra, dijo: Que nunca jamás
Y llamaron al ciego, diciéndole: Ani- coma ya nadie fruto de ti. Los discí-
mo, levántate, que te llama. 60 Y él pulos le oyeron.
tiró el manto (2), y saltando se
llegó a Jesús. 61 Y tomando Jesús
la palabra, le dijo: ¿Qué quieres que Expulsión de los vendedores.
te haga? el Y
ciego le respondió:
Señor, que vea. 52 Y Jesús le dijo: 15
Llegaron a Jerusalén y, entrando
Anda, tu fe te ha salvado. Y al ins- en Templo, comenzó a expulsar a los
el
tante recobró la vista, y le seguía que allí vendían y compraban (3),
por el camino.
viva de su fe. Echa de si el manto para correr
mejor a tientas hacia Jesús, de quien espera re-
cibir la vista, y con la vista corporal, la de su
Entrada triunfal en tlcrusnlén.
alma.
(i) Singular modo de escribir esta yuxtapo-
J 'I
1
Y cuando se aproximaban a sición de cuatro lugares como puntos de apro-
Jerusalén, a Betfagé, y a Be- ximación. Véase Mt. 21, i.

(a) San Marcos nota que no era aún el tiempo


(i) El ejercicio de autoridad será en su
la de los higos,por donde no era maravilla que no
reino muy otro de lo que es entre los principes los tuviese. Esto pone más de relieve el sentido
de la tierra. En este pasaje se inspiró S. Gregorio parabólico de este hecho. Véase Mt. ai f 18 ss.
para introducir la fórmula protocolaria papal: (3) San Mateo pone este suceso el mismo día
Siervo de los siervos de Dios. de Ramos. Esto pone de manifiesto el aprecio
(a) Hermoso rasgo éste del ciego y expresión que los evangelistas hacen de la cronología. Los
SAN MARCOS. 12 1127

y derribó las mesas de los cambistas estas cosas, o quién te ha dado


y los asientos de los vendedores de poder para hacerlas? 29 Jesús le con-
palomas; 18 y no permitía que nadie testó: También voy a haceros yo una
transportase fardo alguno por el pregunta, y si me respondéis, os
Templo. 17
Y los enseñaba y decía: diré con qué poder hago estas cosas.
¿No está escrito: Mi casa será casa 30 El bautismo de Juan ¿era del cielo
de oración para todas las gentes? o era de los hombres? Respondedme.
Pero vosotros la habéis convertido 31 Y
comenzaron a cavilar entre
en una cueva de ladrones. 18 Y llegó sí, Si decimos del cielo,
diciendo:
todo esto a oídos de los príncipes de dirá: Pues ¿por qué no habéis creído
los sacerdotes y de los escribas, y en él? 32 Pero si decimos de los hom-
buscaban cómo perderle, pero le bres, es de temer la muchedumbre,
temían, pues toda la muchedumbre porque todos tenían a Juan por ver-
estaba maravillada de su doctrina. dadero profeta. 33 Y respondiendo
19 Y cuando se hizo tarde, salió de la
a Jesús, le dijeron: No sabemos.
ciudad. Y Jesús les dijo: Entonces tampoco
yo os digo con qué poder hago estas
cosas.
La higuera seca.
20 Pasando madrugada
de (1), La parábola de los viñadores.
vieron que la higuera se había secado
de raíz. 21
Y acordándose Pedro le Isy
1 Y comenzó a hablarles en pará-
dijo: Rabbi, mira, la higuera que £ bolas: Un hombre una
plantó
maldijiste se ha secado. 22 Y
respon- viña (1) y la cercó de muro,
y cavó
diendo Jesús, le dijo: Tened fe en un lagar, y edificó una torre, y la
Dios. 23 En verdad os digo que si arrendó a unos viñadores, y se partió
alguno dijere a este monte: Quítate lejos. 2 A su tiempo, envió a los viña-
y arrójate al mar, y no vacilare en dores un siervo para percibir de
su corazón, sino que creyere que lo ellos una parte de los frutos de su
dicho se ha de hacer, se le hará. 24 Por viña. 3 Y cogiéndole le azotaron y
esto os digo, todo cuando orando pi- le despidieron con las manos vacías.
diereis, creed que lo recibiréis y se
4
De nuevo
les envió otro, y le hirie-
os dará. 25 Y
cuando os pusiereis ron en la cabeza y le ultrajaron.
5
en pie para orar, si tenéis alguna cosa Envió otro, y a éste le dieron
contra alguien perdonadlo primero, muerte; igualmente a muchos otros,
para que vuestro Padre que está en de los cuales a unos los azotaron y a
los cielos os perdone a vosotros vues- otros los mataron. 8 Le quedaba toda-
tros pecados (2). 28 Porque si vos- vía su hijo amado, y se lo envió
otros no perdonáis, tampoco vuestro también por último, diciéndose: A
Padre que está en los cielos os per- mi hijo le respetarán. 7 Pero aquellos
donará vuestras ofensas. viñadores se dijeron pára sí: Este es
el heredero. ¡Eal Matémosle y será
nuestra la heredad. 8 Y
cogiéndole
La cuestión sobre los poderes le mataron y le echaron fuera de la
de Jesús. viña. 9 ¿Qué hará el dueño de la viña?
¿Vendrá y hará perecer a los viña-
27 Llegaron de nuevo dores, y dará la viña a otros. 10 ¿Y
a Jerusalén,
y paseándose El por el templo, se no habéis leído esta escritura: La
le acercaron los príncipes de los sacer- piedra que desecharon los edifica-
dotes, los escribas y los ancianos; dores, ésa vino a ser cabeza de es-
28 quina; 11 del Señor procede esto y
y le dijeron: ¿Con qué poder haces
es admirable a nuestros ojos?
hechos son para ellos lo substancial, las circuns-
tancias de lugar y tiempo las pasan por alto, (1)Esta parábola nos resume la historia de
como cosas indiferentes. Israel en sus relaciones con Dios. La dureza de
(1) San Mateo (21-21), que gusta de referir cerviz que Moisés echa en cara a los hebreos en
los hechos sucintamente, dice que la higuera se el desierto, prosigue con la resistencia a los pro-
secó enseguida. fetas y se consuma con la muerte del Mesías,
(2) El perdón de las ofensas, la paz con Hijo de Dios. En castigo les será quitado el
nuestros hermanos, es la condición para lograr reino, o sea el privilegio de pueblo de Dios,
la paz con Dios. Grave enseñanza para los ren- para darlo a otro que le sea mas fiel. Véase Ma-
corosos. teo, 23, 3,
1128 SAN MARCOS, 12

12 Y buscaban apoderarse de El, habló Dios, diciendo: Yo soy el Dios


pero temían a la muchedumbre, pues de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios
conocieron que de ellos había sido de Jacob? 27 No es Dios de muertos,
dicha la parábola. dejándole, seY sino de vivos. Muy errados andáis.
fueron.

lil primer precepto.


I'l tributo del C£sar.
Y se le acercó uno de los escri-
28
13
Le enviaron algunos de los fari- bas,que había escuchado la disputa,
seos y herodianos para cogerle en que viendo cuán bien había respon-
una trampa. 14 Y llegados le dijeron: dido (1), le preguntó: ¿Cuál es el
Maestro, sabemos que eres sincero, primero de todos los mandamientos?
que no te da cuidado de nadie, pues 29
Y Jesús contestó: El primero es:
no tienes respetos humanos, sino que Escucha, Israel, al Señor, vuestro
enseñas según verdad el camino de Dios, el único Señor, 30 y amarás
Dios: ¿Es lícito pagar el tributo a al Señor tu Dios, con todo tu cora-
César, o no? ¿Debemos pagar, o no zón, con toda tu alma, con toda
debemos pagar? (1). 15 El, cono- tu mente y con todas tus fuerzas.
ciendo su hipocresía, les dijo: ¿Por 31
Y el segundo es éste: Amarás a tu
qué me tentáis? Traedme un dena- prójimo como a ti mismo. Mayor
rio para que lo vea. 16 Se Jo trajeron, que éstos no hay mandamiento al-
y les dijo: ¿De quién es esta imagen guno. 38 Díjole el escriba: Muy bien,
y esta inscripción? Ellos le dijeron: Maestro: con razón has dicho que
Del César. 17 Y Jesús replicó: Dad, El es único y que no hay otro fuera
pues, al César lo que es del César, de El, 33 y que amarle con todo el
y a Dios lo que es de Dios. Y se admi- corazón, con todo el entendimiento,
raron de El. y con todas las fuerzas, y amar al
prójimo como a sí mismo es mucho
mejor que todos los holocaustos y
Cuestión <le la resurrección. sacrificios. 34 Y viendo Jesús cuán
atinadamente había respondido, le
18 Se le llegaron algunos saduceos, dijo: No estás lejos tú del reino de
de que dicen que no hay resu-
los Dios (2). Y nadie se atrevió ya más
rrección, y le preguntaban diciendo: a preguntarle.
Maestro, Moisés nos ha prescrito que
si el hermano de uno viniere a morir

y dejare la mujer sin hijos, tome el Origen del Mesías.


hermano esa mujer y dé sucesión a
ss Tomando
su hermano. 20 Eran siete hermanos. Jesús.la palabra, decía,
El primero tomó mujer, pero al enseñando en el Templo: ¿Cómo dicen
morir no dejó descendencia. 21 La los escribas que el Mesías es hijo de
tomó el segundo, y murió sin dejar David? 38 David mismo ha dicho,
sucesión, e igual el tercero, 22 y de los inspirado por el Espíritu Santo: Dijo
siete ninguno dejó sucesión. Después el Señor a mi Señor: Siéntate a mi
de todos murió la mujer. 23 Cuando en diestra, hasta que ponga a tus ene-
la resurrección resuciten, ¿de quién migos debajo de tus pies. 37 El mismo
será la mujer? Porque los siete la
tuvieron por mujer (2). '
(i) Los que hasta aquí se le acercaron venían
24 Díjoles Jesús: ¿No
bien está con intenciones torcidas; pero este fariseo es, en
claro que erráis y que desconocéis las parte al menos, una excepción de la regla. Vien-
Escrituras y el poder de Dios? 25 Por- do cómo Jesús había confundido a los saduceos.
se acerca a El para proponerle una cuestión que,
que, cuando resuciten de entre los
sin duda, debía de agitarse mucho en las escue-
muertos, ni se casarán ni serán dados las, y que a la verdad lo merecía por su trascen-
en matrimonio, sino que serán como dencia. Pero si va con intención de probar la
ángeles de Dios en los cielos. 24 Por sabiduría de Jesús (Mt. 33, 35). no procede con
lo que toca a la resurrección de los la mira de perderle, sino de instruirse o de ver
si es confirmada su propia opinión.
muertos, ¿no habéis leído en el libro
(a) Esto muestra claro que este fariseo era
de Moisés, en lo de la zarza, cómo una excepción entre los muchos que de ordinario
nos presentan los evangelistas. La palabra dtl
(i) Véase Mt. aa. 16. Señor es una invitación a seguir por el camino
(a) Véase Mt. 33, 3;. que llevaba hasta el fin, el reino de Dios.
SAN MARCOS, 13 I 1 29

David le llama Señor; ¿de dónde, y Santiago, Juan y Andrés: 4 Dinos


pues, viene que sea hijo suyo? una Y cuándo será esto (1), y cuál será
gran muchedumbre le escuchaba con la señal de que todo esto va a cum
agrado. 38 En su enseñanza les decía: plirse.
Guardaos de los escribas, que gustan
de pasearse con rozagantes túnicas,
de ser saludados en las plazas, 39 y Tiempos de angustia.
de ocupar los primeros asientos en
las sinagogas y los primeros puestos
8 Y Jesús comenzó a
decirles: Mirad
en los banquetes, 40 mientras devoran que nadie os induzca a error. 6 Mu-
las casas de las viudas y simulan
chos vendrán en mi nombre, diciendo:
largas oraciones. Estos tendrán un Yo soy; y extraviarán a muchos (2).
juicio muy severo. .
' Cuando oyereis hablar de guerras
y rumores de guerras, no os turbéis:
Es preciso que esto suceda; pero eso
El óbolo de la viuda. no es aún el fin. 8 Porque se levantarán
pueblo contra pueblo, y reino contra
41 Y
estando sentado enfrente del reino; habrá terremotos por diversos
gazofilacio, observaba cómo la mul- lugares; habrá hambres: Ese es el
titud iba echando monedas de cobre comienzo de los dolores.
en el tesoro, y muchos ricos echaban
mucho. 42 Y llegándose una viuda Las persecuciones contra el
pobre echó dos leptos, que haceil un Evangelio.
cuadrante. 43 Y llamando a los dis-
cípulos les dijo: En verdad os digo 9
Estad alerta (3): Os entrega-
que esta pobre viuda ha echado más rán a los sanedrines, y en las sina-
que todos cuantos echan en el te- gogas seréis azotados, y comparece-
soro (1), 44 pues todos echan de lo réis ante los gobernadores y los reyes
que les sobra, pero ésta de su miseria por amor de mí, para dar testimonio
ha echado todo cuanto tenía, todo ante ellos. 10 Y antes habrá de ser
su sustento. predicado el Evangelio a todas las
naciones. 11 Y cuando os lleven para
ser entregados, no os preocupéis de
La magniíicencia del templo. lo que habéis de hablar, porque en
aquella hora se os dará qué habléis,
13 1
Y al salir El del templo, díjole pues no seréis vosotros los que habléis,
*
uno de los discípulos: Maestro, sino el Espíritu Santo. 12 Y el her-
mira qué piedras y qué construc- mano entregará a la muerte al her-
ciones (2).
2
Y Jesús le dijo: mano, y el padre al hijo, y se levan-
¿Veis estas grandes construcciones? tarán los hijos contra los padres y
No quedará aquí piedra sobre piedra les darán muerte. 13 Y seréis aborre-
que no sea destruida. cidos de todos por mi nombre. El que
perseverare hasta el fin, ése será salvo.
La cuestión del fin.
Desolación de la Jadea
3
Y
habiéndose sentado en el
14 Cuando
monte de los Olivos, enfrente del viereis la abominación
templo, le preguntaban aparte Pedro de la desolación instalada donde no

(1) He aquí otra sentencia que pone de ma- (1) La pregunta abarca dos puntos: cuándo
nifiesto la espiritualidad del Evangelio. Dios no será la ruina del templo y cuál será la señal
atiende tanto a lo material de las ofrendas cuanto de que eso se va a cumplir. Dan por seguro que
a la devoción de quien las hace. Esta devoción la ruina del templo va ligada a una gran catás-
es la que da valor más grande a dos ochavos de trofe.
la pobre que a los doblones de los ricos. (2) Primero vendrán falsos mesías, de quie-
(2) Enparte del recinto actual del templo,
la nes se deben guardar; luego, calamidades públi-
que remontaba a la época de Herodes, y sobre que cas. Pero ni aun esto es el fin, sino sólo el co-
descansaron los ojos de Jesús y de sus discípu- mienzo de los dolores.
los, se ven aún hoy bloques que miden cinco (3) Una vez más anuncia las persecuciones
metros de longitud, y las columnas monolíticas de los judíos y de los infieles contra los suyos.
se elevan hasta ocho y diez metros de altura. Pero ni esto será el fin, porque es preciso que el
Había motivo para admirarse de esto, y más Evangelio sea predicado a todas las nacione s
todavía del arte con que estaban tra bajadas. Véase Mt, 24, 14.
1130 SAN MARCOS, 14

debe — que lee entienda


el —
enton- , y la tierra pasarán, pero mis pala-
ces los que están en Judea huyan a bras no pasarán.
los montes, 15 el que esté en el terrado
no baje ni entre para tomar cosa
alguna de su casa. 16 Y el que esté Iaccrtiduiubre del fin.
en el campo no vuelva atrás para
recoger su manto. 17 jAy de aquellas 32
Cuanto a ese día o a esa hora,
que estén encintas y de las que críen nadie la conoce, ni los ángeies del
en aquellos díasl 18 Orad para que cielo, el Hijo (1), sino sólo el
ni
no suceda esto en invierno. Padre. 33
Estad alerta, velad, porque
no sabéis cuándo será el tiempo.
34 Como el hombre que parte de
Lu tribulación supremu. encargó a sus
viaje, al dejar su casa,
siervos a cada uno su obra y al por-
19
Pues serán aquellos días de tri- tero le encargó que velase. 35 Velad,
bulación tal como no la hubo desde pues, vosotros, porque no sabéis
el principio de la creación que Dios cuándo vendrá el amo de la casa, si
creó hasta ahora, ni la habrá. 20 Y por la tarde, si a medianoche, o al
si el Señor no abreviase aquellos canto del gallo, o a la madrugada,
días, nadie sería salvo; pero por 36 no sea que, viniendo de repente,
amor de los elegidos, que El eligió, os encuentre dormidos. 37 Lo que
abreviará esos días. 21 Y
entonces, a vosotros os digo a todos lo digo,
si alguno os dijere: He aquí o allí al velad (2).
Mesías, no le creáis. 22 Porque se
levantarán falsos mesías y falsos pro-
fetas y harán señales y prodigios para Lu conspiración de lúe Judíos.
inducir a error, si fuera posible, aun
a los elegidos. 23 Pero vosotros estad1 Faltaban dos Ápara la
1 días
sobre aviso, de antemano os he dicho * * Pascua y los Acimos, y busca-
todas las cosas. ban los príncipes de los sacerdotes y
los escribas cómo apoderarse de El
con engaño y darle muerte, 2 pero
Lo vcuida del Hijo del hombre. decían: No en la fiesta, no sea que
se alborote el pueblo.
24 Pero en aquellos días, después
de aquella tribulación, se oscurecerá
25
el sol, y la luna no dará su luz, y Lu unción de Uctunia.
las estrellas se caerán del cielo, y las
columnas de los cielos se conmoverán. 3 Y hallándose en Betania, en casa
26 Y entonces verán al Hijo del hom- de Simón el leproso, cuando estaba
bre, viniendo sobre las nubes, con recostado a la mesa, vino una mujer
gran poder y majestad. 47 Y enviará trayendo un vaso de alabastro lleno
a sus ángeles, y juntará a sus elegi- de ungüento de nardo auténtico, de
dos de los cuatro vientos, del extremo
de la tierra hasta el extremo del cielo.
(1) Contrasta este v. con 30 s. Gravísima
resulta la afirmación de que ni el Hijo conoce
Parábola de el dia ni la hora. Esto sólo quiere decir que
la higuera.
siendo el Padre el autor del plan de la salud del
mundo, cuya ejecución se encomendó a Jesús,
28 Aprended de la higuera la pará- asi como su revelación a los hombres, este punto
bola (1). Cuando sus ramas están no les ha encomendado revelarlo ni a El ni a los
tiernas y echa hojas, conocéis que el santos ángeles, que con frecuencia son los men-
sajeros divinos para dar a conocer a los hombres
estío está próximo. 29 Así también
I

la voluntad de Dios. En suma, que ni los ánge-


vosotros, cuando veáis suceder estas les ni el Hijo conocen este dia como mensajeros
cosas, entended que está próximo, a del Padre, para comunicarlo a los mortales. Esta
En verdad os digo que
I

la puerta. 30 |
sentencia prueba el valor que tienen tantas reve-
no pasará esta generación antes que laciones o conjeturas como corren a veces sobre
el fin del mundo. Véase Jn. 1, 18; Act. t, 6 s.;
todas estas cosas sucedan. 81 El cielo j

1 Tim. 6. 16.
(2) Como en San Mateo, notamos aqui la
(i) La perspectiva se acerca hasta la presente j misma intención de inculcar la vigilancia sobre
generación, que verá la ruina del templo y las nosotros mismos, a fin de que el dia del Señor
calamidades en que irá envuelta. nos halle siempre prevenidos.
SAN MARCOS, 14 1131

valor, y rompiendo el vaso de


griirt dijo Jesús: En verdad os digo que uno
alabastro se lo derramó sobre la de vosotros me entregará; uno que
cabeza. 4 Había algunos que indig- come conmigo.
19
nados se decían unos a otros: ¿Para Comenzaron a entristecerse y a
qué se ha hecho este derroche del decirle uno en pos de otro: ¿Soy yo?
ungüento? 5
Porque pudo venderse El les dijo: Uno de los doce, el que
20

en más de trescientos denarios y darlo moja conmigo en el plato (1); 21 pues


a los pobres. Y murmuraban de ella. el Hijo del hombre sigue su camino,
6
Y Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la según de El esta escrita; pero jay de
molestáis? Es una buena obra la que aquel hombre por quien el Hijo del
ha hecho conmigo, porque pobres hombre sera eutregado! Mejor le fuera
siempre los tenéis con vosotros, y a ese hombre no haber nacido.
cuando queráis podéis hacerles bien;
7
pero a mí no siempre me tenéis.
Institución de la Eucaristía.
Ha hecho lo que ha podido, se ha
anticipado a ungir mi cuerpo para la
sepultura. 9 En verdad os digo, don-
22 Y
'mientras comían (2), tomó
dequiera que se predicare el Evan- pan, y bendiciéndolo lo partió, y se
lo dió, y dijo: Tomad, éste es mi
gelio en todo el mundo, se hablará
cuerpo. 23 Y tomando el cáliz, des-
de lo que ésta ha hecho, para memo-
ria de ella.
pués de dar gracias, se lo entregó y
bebieron de él todos.
24 Yles dijo:
Esta es mi sangre, de la alianza, que
La traición de Judas. es derramada por la muchedumbre.
10
Judas Iscariote, uno de los doce,
25
En verdad os digo que ya no beberé
fué a los príncipes de del fruto de la vid hasta aquel día
se los sacer-
dotes para entregárselo. 11 Ellos al
en que lo beba nuevo en el reino de
Dios.
oírle, se alegraron y prometieron darle
dinero. Y
buscaba ocasión oportuna
para entregarle. Tristes predicciones.

Preparación de la última cena. Y después de haber dicho los him-


nos salieron para el monte de los
12
El primer día délos Acimos (1), Olivos. 27 Díjoles Jesús: Todos os
cuando se sacrificaba la Pascua, di j é- escandalizaréis, porque escrito está:
ronle los discípulos: ¿Dónde quieres Heriré al pastor y se dispersarán las
que vayamos para preparar la Pascua ovejas; 28 pero después de haber
y la comas? 13 Y envió a dos de sus resucitado os precederé a Galilea.
discípulos y les dijo: Id a la ciudad, 29
Mas Pedro le dijo: Aun cuando
y os saldrá al encuentro un hombre todos se encandalizaren de ti, no yo.
con un cántaro de agua; seguidle,
14
30 Y
Jesús le respondió: En verdad
y donde él entrare, dec'd al dueño: te digo (3) que tú, hoy, esta
El Maestro dice: ¿Dónde está mi
departamento en que pueda comer recostados en el brazo izquierdo sobre cojines
la Pascua con mis discípulos? 15 él Y y alrededor de una mesa baja.
os mostrará una sala alta, grande, (1) Uno de los actos que, según las costum-
alfombrada, pronta. Allí haréis los bres orientales, establecen más estrechas rela-
ciones entre los hombres, es el acto de comer
preparativos para nosotros. 16 sus Y juntos. Así que la frase de Jesús resulta una
discípulos se fueron y vinieron a la ponderación de la deslealtad de Judas.
ciudad y hallaron lo que les había (2) En tres versículos narra San Marcos, así
dicho y prepararon la Pascua. como los otros evangelistas, la institución del
gran misterio de la Eucaristía. San Pablo, escri-
biendo a los Corintios (I Cor. 11, 23 ss.), hace,
Anuncio de la traición al relatar la institución, que declara haber reci-
bido del Señor, algunas reflexiones que nos
17
Llegada la tarde, vino con los muestran mejor el sentido de este misterio. Asi-
18
doce, y recostados y comiendo (2), mismo, San Juan (6, 41-59) nos refiere más am-
pliamente la explicación que Jesús hace a los
judíos de este inefable misterio de su cuerpo
(1) La tarde de ese día, el 13 de Nisan según y su sangre.
el calendario hebreo, se sacrificaba el cordero (3) Es muy de notar en el relato de San Marcos
pascual, que se debía comer por la noche, o sea '
Ja forma más precisa que la de los otros evange-
el 14, que comenzaba a la puesta del sol. listas: antes que el gallo cante dos veces, tú me
(2) Según la usanza griega, los judíos comían I negarás tres.
1132 SAN MARCOS, 14

misma noche, antes que el gallo i


ése es; cogedle y conducidle con segu-
cante
81
dos veces, me negarás tres. ;
ridad. 45 Y
al instante llegó y se le
Pero él más y más insistía: Aun- i
acercó, diciendo: Rabbi, y le besó,
que fuera preciso morir contigo, 46 Ellos le echaron mano
i y se apo-
47 Pero uno de
jamás te negaré. '

deraron de El. los


|
presentes, sacando la espada, hirió
a un siervo del Pontífice y le cortó
La agonía de Gctscmam. una oreja. 48 Y tomando la palabra
Jesús, les dijo: ¿Como contra ladrón
Otro tanto decían todos. Y 38 habéis salido con espadas y garrotes
llegaron aun lugar, cuyo nombre era ¡
para prenderme? Todos los días estaba
Getsemaní, y dijo a sus discípulos: yo en medio de vosotros en el Templo
Sentaos aquí mientras voy a orar. enseñando y no me prendisteis; mas
33 Y tomando para que se cumplan las Escrituras.
consigo a Pedro, a
50 Y abandonándole, huyeron todos.
Santiago y a Juan, comenzó a sentir
61 Y un cierto joven le seguía en-
temor y angustia, 34 y les decía:
Triste está mi alma hasta la muerte; vuelto en una sábana sobre el cuerpo
permaneced aquí y velad. 35 Y ade- desnudo, y trataron de apoderarse
lantándose un poco, cayó en tierra, de él; 52 mas él, dejando la sábana
y oraba que, si era posible, pasase en sus manos, huyó desnudo.
de El aquella hora. 36 Y decía: Abba,
Padre, todo te es posible; aleja de Jesús ante el Sanedrín.
mí este cáliz; mas no sea lo que yo
quiero, sino lo que quieres tú. 37 Y 53 Condujeron a Jesús al Pontí-
vino y los encontró dormidos, y dijo fice se juntaron todos los príncipes
y
a Pedro: ¿Simón, duermes? ¿No has de los sacerdotes, los ancianos y los
podido velar una horaT 38 Velad y escribas. 54 Y
Pedro le siguió de lejos,
orad para que no entréis en tentación; hasta entrar dentro del atrio del
el espíritu está pronto, mas la carne Pontífice y sentado con los servidores
es flaca. 39 Y
de nuevo se retiró y se calentaba a la lumbre. 68 Los prin-
oró haciendo la misma súplica. 40 Y cipes de los sacerdotes y todo el
viniendo otra vez, los encontró dor- Sanedrín buscaban un testimonio
midos, porque estaban sus ojos pesa- contra Jesús para hacerle morir, y no
56 Porque muchos
dos; y no sabían qué responderle. lo encontraban.
41 Y
llegó por tercera vez y les dijo: testificaban falsamente contra El,
Dormid ya y descansad (1). Basta. pero no eran acordes sus testimonios.
Ha llegado la hora; he aquí que el 57 Y algunos se levantaron a testi-
Hijo del hombre
entregado en
es ficar contra El, y decían: Nosotros
mano de los pecadores 42 Levantaos; le hemos oído decir: Yo destruiré este
vamos. Ya se acerca el que me ha Templo hecho por mano de hombre,
de entregar. y en tres días levantaré otro, que
no será hecho por manos humanas.
69 Y ni aun así, sobre esto era con-
La prisión de Jesús. corde su testimonio.
60 Y levantándose en medio el
48 Y en aquel instante, cuando aún Pontífice preguntó a Jesús, diciendo:
estaba El hablando, llegó Judas, uno ¿No respondes nada? ¿Qué es esto
61
de los doce, y con él un tropel con que testifican contra ti? El se
espadas y garrotes, de parte de los callaba y no respondía palabra. De
príncipes de los sacerdotes, de los nuevo el Pontífice le preguntó y dijo:
escribas y de los ancianos (2). ¿Eres tú Mesías (1), el Hijo del
el
44 Y
el traidor les había dado esta Bendito? Y Jesús dijo: Yo soy,
62

señal, diciendo: A quien besare yo, y veréis al Hijo del hombre sentado
a la diestra del Poder y venir sobre
(1)Resulta este verso un tanto oscuro por las nubes del cielo.
63
el Pontífice, Y
el cambio de ánimo que supone en lesús. La rasgando sus vestiduras, dijo: ¿Qué
incitación a dormir después de la reprensión pre- necesidad tenemos ya de testigos?
cedente indica un tanto de ironía, la cual des- 94 Acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué
aparece en las palabras siguientes: «Ha llegado
la hora.»
(2) El evangelista enumera los tres elemen- (i) Que quiere decir el ungido. El Hijo dtl
tos que componían el sanedrín, senado o tribu- Bendito. Por no pronunciar el nombre de Yave.
nal supremo de la nación. los judíos usaban de otros como éste.
SAN MARCOS, 15 1133

os parece? Y
todos contestaron ser el que pedían. 7 Había uno llamado
reo muerte. 65 Comenzaron a
de Barrabás, encarcelado con sedicio-
escupirle, y le cubrían el rostro y le sos, que en una sedición (1) había
abofeteaban, diciendo: Profetiza. Y cometido un homicidio. 8 subiendo Y
los criados le daban de bofetadas (1). la muchedumbre comenzó a pedir lo
que otorgárseles (2). 9 Pilato
solía
les preguntó, diciendo: ¿Queréis que
La negación de Pedro. os suelte al rey de los judíos? Pues
conocía que por envidia se lo habían
entregado los príncipes de los sacer-
88 Y
estando Pedro abajo, en el dotes. 11 Pero los príncipes de los
atrio, llegó una de las siervas del sacerdotes excitaban a la muchedum-
Pontífice, 67 y viendo a Pedro a la bre para que más bien les soltase
lumbre, fijó en él sus ojos, y le a Barrabás.
dijo (2): Tú también estabas con 12 Y
Pilato de nuevo preguntó y
68 Y él le
el Nazareno, con Jesús. dijo: ¿Qué queréis, pues, que haga
negó, diciendo: Ni sé, ni entiendo de este que llamáis rey de los judíos?
lo que tú dices. Y salió fuera al ves- 13 Y ellos otra vez gritaron: ¡Cruci-
89 Pero la
tíbulo, y cantó el gallo. fícale! 14 Pero Pilato les dijo: ¿Pues
sierva, viéndole, comenzó de nuevo qué mal ha hecho? Y ellos gritaron
a decir a los presentes: Este es de más fuerte: ¡Crucifícale! 15 Pilato,
ellos.
70 Y él de nuevo negó. Y pasado
queriendo dar satisfacción a la plebe,
un poco, otra vez los presentes decían les soltó a Barrabás; y a Jesús,
a Pedro: Efectivamente, tú eres de después de haberle azotado, le entregó
71 Pero él
ellos, porque eres galileo. para que le crucificasen.
se puso a maldecir y a jurar: Yo no
conozco a ese hombre que vosotros
decís. 72 Y al instante, por segunda La Narjclación.
vez, cantó el gallo. Y
se acordó Pedro
de la palabra que Jesús le había
18 llevaron dentro
dicho: Antes que el gallo cante dos Los soldados le
veces, tú me negarás tres, y rompió del atrio, esto es, al pretorio, y con-
a llorar. vocaron a toda la cohorte, 17 y le
vistieron una púrpura, y le ciñeron
una corona tejida de espinas, 18 y
Jesús ante Plintos. comenzaron a saludarle: Salve, rey
de los judíos. 19 Y
le herían en la
cabeza con una caña, y les escupían,
15 1 Y
en cuanto amaneció cele-
e hincando la rodilla le hacían reve-
braron consejo los príncipes de
los sacerdotes, con los ancianos y
rencias. 20 Y
después de haberse
burlado de El, le quitaron la púrpura
escribas; y todo el Sanedrín, atando
a Jesús, le llevaron y entregaron a y le vistieron sus propios vestidos.
Pilatos. 2 Y
le preguntó Pilatos: La crucifixión.
¿Eres tú el rey de los judíos? Y Jesús
le respondió, diciendo: Tú lo has
dicho. 3 E insistentemente le acusa-
ban los príncipes de los sacerdotes. Le sacaron para crucificarle, 11 y
4
Pilatos de nuevo le interrogó, requisaron a un transeúnte, un cierto
diciendo: ¿No respondes nada? Mira
de cuántas cosas te acusan. 5 Pero (1) El evangelista nos habla aquí de un mo-
Jesús ya no respondió nada, de ma- vimiento sedicioso, reciente y conocido, al cual,
nera que Pilatos se maravilló. 8 Por por otra parte, no da mucha importancia. Ba-
rrabás habría tomado parte en él, y por esto
la fiesta solía soltárseles un preso,
estaría condenado. Eran estos movimientos fre-
cuentes en Palestina por esta época, y Pilato se
(i) La sesión terminó con la declaración de habla distinguido por su dureza en reprimir al-
que era reo de muerte. Estos ultrajes son de los gunos.
encargados de custodiarle, sin duda los mismos (2) Como era cosa acostumbrada la libertad
que le habían preso en Getsemaní. dei preso, así debía de serlo la hora y el sitio
(a) Curioso detalle, que indica un testigo de hacer la petición. En aquel momento se ha-
más que de vista y muy interesado en conservar llaban reunidos los sanedritas ante el juez para
la memoria de lo sucedido. Lo que sigue se acusar a Jesús, y aprovechan la ocasión para
ajusta a la profecía anterior: Pedro niega tres ganar a la plebe y sugerirle que pidan la libertad
veces antes que el gallo cante dos. de^Barrabás y la muerte de Jesús
1134 SAN MARCOS, 16

Simón de Cirene
(1), que venia en frente a El, de qué manera expi-
del campo, padre de Alejandro y de
el raba, dijo: Verdaderamente este hom-
Rufo, para que llevase la cruz. bre era Hijo de Dios. 40 Había tam-
22
Y le llevaron al lugar del Gólgota, bién unas mujeres, que de lejos le
que quiere decir lugar de la calavera. miraban, entre las cuales estaba María
23
Y le dieron vino mirrado, pero no Magdalena, y María la madre de
tomó. 24 Le Menor y de
lo crucificaron, y se re- Santiago el José, y Salomé,
partieron sus vestidos, echando suer- las cuales, cuando El estaba en Gali-
tes sobre ellos, para saber qué llevaría lea, le seguían y le servían, y otras
cada uno. 25 Era la hora de tercia muchas que habían subido con El
cuando le crucificaron. 26 el título Y a Jcrusalén.
de su causa estaba escrito: El rey
de los judíos. 27 Y crucificaron con
El a dos bandidos, uno a la derecha La sepultura de Jesús.
y otro a la izquierda. 28 Y se cumplió
la escritura que dice: Fué contado
entre malhechores. 29 Y los transeún- Y
llegada ya la tarde, porque era
tes le injuriaban moviendo la cabeza laparasceve, es decir, la víspera del
y diciendo: |Ah!, tú que destruías sábado, vino José de Arimatea,
el templo de Dios y lo edificabas miembro ilustre del Sanedrín, el cual
en tres días, sálvate bajando de esa también esperaba el reino de Dios,
cruz! 31 Igualmente los príncipes de que se atrevió a entrar a Pilato y
los sacerdotes se mofaban entre pedirle el cuerpo de Jesús. 44 Pilato

con los escribas, diciendo: otros A se maravilló de que ya hubiera
salvó, a sí mismo no puede salvarse. muerto (1), y haciendo llamar al
32
(El Mesías, el rey de Israel! Baje centurión le preguntó si en verdad
45
ahora de la cruz para que lo veamos había muerto ya. E informado del
creamos. Y
los que estaban con El
centurión dió el cadáver a José,
y 46 el cual
crucificados le ultrajaban (2). compró una sábana, lo bajó,
83 Y
llegada la hora sexta hubo lo envolvió en la sábana y lo depo-
sitóen un monumento, que estaba
oscuridad sobre la tierra hasta la
hora de nona. 34 Y a la hora de cavado en la peña r y volvió la piedra
sobre la puerta del monumento. 47 Ma-
nona gritó Jesús con voz fuerte (3):
Eloy,- Eloy, lamma sabactani'! Que ría Magdalena y María la de José
quiere decir: Dios mío, Dios mío, miraban dónde se le ponía.
¿por qué me has abandonado? 35 Y
algunos de los presentes, ovéndole,
decían: Mirad, llama a Elias. 3 * Y El sepulcro, vacío.
uno corrió, empapó una esponja en
vinagre, la puso en una caña y se 1 ()
1
Pasado el sábado, María Mag-
lo dió a beber, diciendo: Dejad, veamos dalena, y María la de Santiago,
si viene Elias a bajarle.
y Salomé compraron aromas para ir
a ungirle. 2 Y muy de madrugada, el
Muerte de Jesús. primer día después del sábado, en
cuanto salió el sol, vinieron al mo-
numento. 3 Y se decían entre sí:
87
Jesús, dando una voz fuerte, ¿Quién nos removerá la piedra de la
expiró. 38 Y
el velo del Templo se puertá del monumentoT 4 Y mirando,
partió en dos partes de arriba abajo. vieron que la piedra estaba removida,
s*
Viendo el centurión, que estaba era muy grande. 6 Y entrando en el
monumento vieron un joven sen-
(1) Indicio claro de que eran dos fieles bien
tado a la derecha, vestido de una
conocidos en la comunidad cristiana de Roma.
El Señor pago, sin duda, largamente a Simón
túnica blanca, y quedaron sobreco-
el servicio que le habia prestado. gidas de espanto. 4 Y les dijo: No
(2) Señala el evangelista tres grupos de los os asustéis. Buscáis a Jesús Nazareno,
que insultan al Señor: los transeúntes (pues de el crucificado; ha resucitado, no está
<rdinario, para mayor ejemplaridad, las ejecu- aquí, mirad el sitio en que le pusieron.
ciones solian hacerse cerca de los caminos); los 7
Pero id a decir a sus discípulos y a
sacerdotes, que entre si comentaban el suceso,
y los otros crucificados.
Pedro que os precederá a Gali-
(3) Palabras tomadas del salmo 21, 1, un
poco diversamente transcritas de como las cita (1) El suplicio de la cruz añadia a sos hono-
San Mateo. res el ser muy prolongado, de varios días a veces •
SAN MARCOS, 16 1135

lea (1), allí le veréis, como os Aparición a los once.


ha dicho. 8 Y saliendo, huían del
monumento (2), porque el temor 14 Al fin se manifestó a los
y el espanto se habían apoderado (once (1) estando recostados a la
de ellas, y a nadie dijeron nada, tal jmesa y les reprendió su incredulidad
era el miedo que tenían. y dureza de corazón, por cuanto no
habían creído a los que le habían
visto resucitado de entre los muer-
Aparición a María Magdalena. tos. 16 Y les dijo: Id por todo el
mundo y predicad el Evangelio a
9
Habiendo resucitado (3) Jesús, toda criatura. 16 El que creyere y
a la mañana del primer día de la fuere bautizado se salvará, mas el
semana María
se apareció primero a que no creyere se condenará. 17 A
Magdalena, de quien había echado los que creyeren les acompañarán
siete demonios. 10 Y ella fué quien estas señales: En mi nombre echarán
lo anunció a los que habían vivido ¡los demonios, hablarán lenguas nue-
con El, que estaban sumidos en la vas, 18 tomarán en las manos las
tristeza y el llanto. 11 Pero oyendo serpientes, y si bebieren una pon-
que vivía y que había sido visto por zoña, no les dañará, pondrán las
ella, no lo creyeron. manos sobre los enfermos, y éstos
recobrarán la salud.

Aparición a los discípulos.


Fin del Evangelio.
12
Después de esto se mostró en
otra forma a dos de ellos, que iban 19 Y el Señor Jesús, después de
de camino y se dirigían al campo. haber hablado con ellos, fué levan-
13 Estos, vueltos, dieron la noticia tado a los cielos y está sentado a la
a los demás; ni aun a éstos creyeron. diestra de Dios. 20 Ellos se fueron,
predicando por todas partes, coope-
(1) A Pedro, como jefe de los discípulos en rando con ellos el Señor y confir-
ausencia del Maestro. Como en San Mateo, les mando su palabra con las señales
da cita para Galilea, donde fué la conversación consiguientes (2).
más prolongada de los discípulos con Jesús des-
pués de resucitado éste.
(2) Espantadas por la sorpresa de la visión los 9-1 1 responden a la aparición narrada en
y por el mensaje que el ángel les había dado. Jn. 20, 11-18.
Esto prueba lo poco que en la resurrección del (1) Es lo que leemos en Le. 24, 36-43, y
Maestro creían, a pesar de las predicciones de Jn. 20, 19-23, con las instrucciones de Mt. 28,
éste. A nadie dijeron. Se entiende de los extra- 16-20.
ños que en el camino encontraban. (2) Brevemente narra la Ascensión del Señor,
(3)Lo que sigue hasta el fin del capítulo es que San Lucas cuenta en 24, 50, y más amplia-
lo que llaman final de San Marcos, que tiene el mente en Hech. 1, 3, ss. El Señor cooperaba
carácter de apéndice, en que se apuntan diver- a la obra de los discípulos mediante los milagros
sas apariciones que se leen en los evangelistas y la acción interior de su Espíritu sobre las
San Lucas y San Juan. Estos primeros versícu- almas.
LUCAS
INTRODUCCION AL EVANGELIO DE SAN

pL'AVTOR.—La tradición
hace a nuestro evangelista
gentil de nacimiento, origina-
rio de Antioquía de Siria, la
primera ciudad griega donde
los fieles comenzaron a multi-
plicarse y recibieron el nombre
de cristianos. Debió de ser Lu-
cas uno de estos convertidos, y
no de los menos fervientes, pues-
to que el Apóstol San Pablo
le asoció a su labor misione-
ra, en la que le acompañó has-
ta el fin. Por los Hechos de
los Apóstoles (16,1) sabemos
que se hallaba en compañía
del Apóstol en Tróade cuando
por revelación divina se dis-
ponía a pasar a Macedonia.
Con él y con Silas llegó a
Filipos, donde, sin duda, par-
ticipó en los trabajos apostó-
licos y en las penalidades que
hubieron de experimentar en
aquella primera ciudad de Eu-
ropa. Sin embargo, el historia-
dor no menciona, cuando habla
de la prisión, más que a Pablo
y a Silas. Otra vez le volve-
mos a hallar en Macedonia,
cuando San Pablo, en su terce-
ra misión, volvía de Corinto y
por la costa de Asia se enca-
minaba a Jcrusalén (año 58).
Fué Lucas uno de los que
acompañaron al Apóstol hasta la Ciudad Santa y no le abandonó en sus años
de prisión en Jerusalén, Cesárea y Roma. Cuando San Pablo escribió las epís-
tolas a Filemón ya los colosenses (FU. 24; Col. 4, 16), Lucas figura entre
los compañeros y auxiliares del Apóstol en su ministerio: "Os saluda Lucas,

7a
1138 SAN LUCAS
médico carísimo.» En la segunda epístola a Timoteo, escrita durante la segunda
prisión romana de San Pablo, cuando ya éste daba por consumada su carrera,
se queja de la poca fidelidad de muchos que le abandonaron, pero Lucas se
mantuvo fiel al maestro (4, 11). Las noticias de la tradición sobre los años
posteriores de San Lucas son menos seguras. Se da como cierto que evangelizó
Acaya y Bitinia, donde habría sellado con su sangre la verdad del Evangelio.

SUS OBRAS. La tradición cristiana está conteste en atribuir a San Lucas
dos obras, evangelio y los Hechos de Apóstoles. Eusebio de Cesárea
el tercer
resume sobre estepunto la tradición en las siguientes palabras: «Lucas, proce-
dente de una familia de Antioquia, médico de profesión, fué por largo tiempo
compañero de San Pablo y vivió en continuas relaciones con los otros Após-
toles. Nos lia dejado una prueba de que había aprendido de ellos el arte de curar
las almas, pues nos ha dado dos libros inspirados por Dios: el Evangelio, que
asegura haber compuesto según las informaciones de aquellos que desde el prin-
cipio fueron testigos oculares y ministros de la palabra, con quienes afirma
haber tratado íntimamente en otro tiempo, y los Hechos de Apóstoles, que es-
cribió, no según lo que había oído contar, sino según lo que había visto con sus
ojos.» Se dice que San Pablo acostumbraba hablar del Evangelio de San Lucas
como de una obra propia, pues escribe: «Según mi evangelio» ( Rom. 2, 16;
II Tim. 2, 8; Hist. Ecles. III, 4.) Estas dos obras se distinguen a primera
vista entre los escritos del Nuevo Testamento por sus prólogos, en los cuales
se destaca la persona del autor, sus fuentes de información, y, en fin, por la dedi-
catoria de los litros a Teófilo, para mostrarle la firmeza de la fe que había
abrazado. A esta primera prueba de ser uno mismo el autor de las dos obras,
se añade la redacción, el lenguaje, el estilo, que corresponde a un crisliano gentil
de nacimiento y griego de cultura.

EL EV ANGELI O. No sabemos a ciencia cierta cuándo compuso San Lu-
cas su Evangelio, pero parece lo más probable que fué en Roma, donde hacia el
fin de la primera prisión de San Pablo se hallaba al lado del Apóstol, junta-
mente con San Marcos. Así lo testifica el mismo Apóstol en la epístola a File-
món: «Te saludan... Marcos... Lucas, mis auxiliares.» San Lucas concibe su
obra como la historia de la Buena Nueva, que baja del cielo, es anunciada
en J erusalén y en Nazarct, aparece en Belén, y se derrama por el país de Ga-
lilea, para venir a consumarse en J erusalén. El libro de los Heclws nos la pre-
senta difundiéndose por la Judea, Samaría hasta Roma y hasta los confines
de la tierra.
Según nos indica en prólogo del Evangelio, fué propósito del autor narrar
el
la historia con orden, cual no es siempre el orden cronológico; a veces es el
el
geográfico, el lógico o el psicológico, trabaiuio siempre los hechos y discursos
de suerte que resulte la historia una. Resalla esto en los primeros capítulos,
que contienden la historia de la infancia del Precursor y la de Jesús.
Para escribir sus obras utiliza San Lucas documentos escritos en arameo
o. hebreo, que traduce en lengua griega con fidelidad, pero sin el rigorismo lite-
ral de los otros evangelistas, templando el literalismo y limando las expresio-
nes que pudieran sonar duras en los oídos griegos. Como gentil y discípulo
del Apóstol de los gentiles, trata de poner más de relieve el aspecto universa-
lista del Evangelio, lo que se echa de ver en la omisión de ciertas sentencias o
expresiones como éstas: «No iréis por el camino de los gentiles», «acaso los gen-
tiles no hacen esto», «no fui enviado fino a las ovejas que perecieron de la casa
de Israel». En cambio destaca la misericordia de Dios o de Jesús, que más
podía cautivar el ánimo de sus lectores. Es San Lucas el que nos ha conservado
mayor número de parábolas, las cuales va repartiendo a lo largo de su historia,
como perlas preciosas con que enriquecer la obra.
Las fuentes de información las señala él mismo en el prólogo. Son »los que
SAN LUCAS, 1 1139

desde el principio fueron testigos de las cosas y ministros de la palabra». Se


puede señalar en muchos puntos la dependencia de San Marcos, h que prueba
que conoció y utilizó el segundo Evangelio. También es de advertir la insistencia
con que. nota que la Virgen María observaba y meditaba cuanto ocurría en
torno del niño Jesús (2, 19, 33, 51), lo cual indica que para esta parte, tan
propia de San Lucas, contó el autor con las verídicas referencias de María.
Plan del Evangelio. —En general se ajusta al de los Sinópticos: 1) La
aurora de la salud en la infancia del Salvador (1-2). 2) La investidura de
Jesús como Salvador (3, 1-4, 13). 3) Sv manifestación en Galilea (4, 14-9, 50).
4 ) Sigue una sección propia de San Lucas, en que recoge una gran cantidad
de material evangélico en su mayor parte omitido por los otros erangi listas
(9, 51-18, 30). 5) Viaje a Jerusalén y ministerio en la
Ciudad Santa (18, 31-
21, 38). 6) Pasión y resurrección (22-24).

SAN LUCAS
Prólogo. cuya mujer, de la descendencia de
Arón, se llamaba Isabel. 6 Eran
Puesto que ya muchos (1) han
1
ambos justos en la presencia de Dios,
I intentado escribir la historia de e irreprensibles caminaban en los
lo sucedido entre nosotros, 2 según preceptos y observancias del Señor.
que nos ha sido transmitida por los 7 No
tenían hijos, pues Isabel era
que, desde el principio, fueron tes- estéril, y los dos ya avanzados en
tigos oculares y ministros de la edad.
palabra (2); 3 me ha parecido tam- 8
Sucedió, pues, que ejerciendo él
bién a mí, después de informarme sus funciones sacerdotales delante
exactamente de todo desde los orí- de Dios según el orden de su turno,
genes, escribirte ordenadamente, óp- 9 conforme al uso del servicio divino,
timo Teófilo (3), 4 para que conozcas le tocó entrar en el santuario del
la firmeza de la doctrina que has ¡Señor para ofrecer el incienso (1),
10
recibido. iy toda la muchedumbre del pueblo
estaba orando fuera durante la hora
;

de la oblación del incienso (2). 11 se Y


Anunciación del Precursor. le•
apareció un ángel del Señor, de
pie a la derecha del altar del incienso,
l

5
Hubo en los días de Herodes, 12 Al verle se turbó Zacarías (3) y
i

rey de Judea, un sacerdote, de nom- se apoderó de él el temor. 13 Díjole


|

bre Zacarías, del turno de Abías (4), el ángel: «No temas, Zacarías, porque
i

tu plegaria ha sido escuchada, e Isa-


bel, tu mujer, te dará a luz un hijo,
(1) El ejemplo de los que antes de él habían
acometido narrar la historia del Salvador es lo al que pondrás por nombre Juan (4);
14 Será para ti gozo
que alienta al evangelista a una empresa tan atre- y regocijo, y
vida por lo grandiosa. muchos se alegrarán en su- naci-
j

(2) Estas expresiones designan en primer tér-


mino a los Apóstoles; pero no sólo a ellos, sino
también a otros testigos y propagadores del Evan- (1) Los sacerdotes se distribuían por suertes
gelio, con quienes San Lucas vivió en íntima los diversos oficios del templo. Esta vez tocó
familiaridad. a Zacarías ofrecer dentro del santuario el incien-
(3) Prueba esto la diligencia del autor y la so. (Ex. 30, 1 ss. )
seguridad que tenía de sus informaciones. El (2) Se asociaba con espíritu de oración al
autor dedica su obra a Teófilo, es decir, a todo ofrecimiento del incienso, que el sacerdote hacía
el que se sienta amado de Dios por su amor a la en el interior del santuario.
verdad. <
(3) Es natural que toda visión c"ivina pro-
(4) Los sacerdotes estaban divididos en vein- duzca en el ánimo turbación y terpj - que luego
,

ticuatro turnos, que se sucedían regularmente se convierte en paz y alegría íntima.


en el servicio del templo cada semana. (I Par. 24, (4) El deseo de tener sucesión los movía a
10, 19.) orar pidiéndosela a Dios.
»

1140 SAN LUCAS, 1

miento, 15 porque será grande en la con un varón de nombre José (1),


presencia del Señor. No beberá vino de la casa de David; el nombre de la
ni licores (1), y desde el seno de virgen era María. 28 Y entrando a
su madre será lleno del Espíritu elia le dijo: Dios te salve (2), llena
Santo; 16 y a muchos de los hijos de de gracia, el Señor es contigo. 29 Y
Israel convertirá al Señor su Dios, ella se turbó (3) al oír estas pala-
17 bras y discurría qué podría significar
y caminará delante del Señor en
'el espíritu y el poder de Elias (2), aquella salutación. 30 Y
el ángel le
para reducir los corazones de los dijo: No temas, María, porque has
padres a los hijos, y los rebeldes a hallado gracia delante de Dios (4).
31
los sentimientos de los justos, a fin y concebirás en tu seno y darás
"de preparar al Señor un pueblo bien a luz un hijo, a quien pondrás por
dispuesto. nombre Jesús. 32 Será grande (5) y
18 Ydijo Zacarías al ángel: ¿Y qué llamado Hijo del Altísimo, y le
señal tendré de esto? Porque yo dará el Señor el trono de David su
soy ya viejo y mi mujer muy avan- padre, 33 y reinará en la casa de Jacob
zada en edad. 19 Y
el ángel le con- por los siglos, y su reina no tendrá fin.
34 Y dijo María al ángel:
testó diciendo: «Yo soy Gabriel, que ¿Cómo
asisto ante Dios y he sido enviado podrá ser esto (G), pues que yo no
para hablarte y comunicarte esta conozco varón? 35 Y el ángel le con-
buena nueva (3). 20 He aquí que testó y dijo: El Espíritu Santo (7)
tú estarás mudo y no podrás hablar vendrá sobre ti, y la virtud del
hasta el día en que esto se cumpla, Altísimo te cubrirá con su sombra,
por cuanto no has creído mis pala- y por esto el hijo engendrado será
bras, que se cumplirán a su tiempo.» santo, será Hijo de Dios. 38 Isabel,
,

21 El pueblo esperaba a Zacarías tu pariente (8), también ha con-


y se maravillaba de que se retar-
dase en el templo. 22 Y
cuando salió
(1) un varón, pues
Virgen, pero ligada ya a
no podía hablar, por donde cono- los esponsales tenían en la ley mosaica la misma
cieron que había tenido alguna visión fuerza que matrimonio, el cual sólo exigía ya
el
en el templo. El les hacía señas, pues la conducción de la novia a casa del novio.
se había quedado mudo. 23 Cumplidos (Deut. 22, 22 ss.) De la casa de David. El cual,
los días de su servicio, volvióse a casa. en virtud de su matrimonio con María, había
28 Y. concibió Isabel, su mujer, que de conferir al hijo de ésta el título legal de hijo
de David.
se ocultó durante cinco meses (4), En griego, alégrate, regocíjate, que era
(2) el
diciendo: Así ha hecho conmigo el saludo corriente en griego. Llena de gracia. Es
Señor, acordando quitar mi oprobio la traducción que dan las antiguas versiones al
entre los hombres. participio griego agraciada, gratificada en sumo
grado. El ángel emplea este participio a modo
de nombre propio, lo que da más expresión a la
La anunciación de Jesús. frase. La piedad y la teología cristianas han sa-
cado de aquí todas las grandezas de María. El
Señor es contigo. Te acompaña, te asiste, para
** En el mes sexto fué enviado el que lleves a cabo los planes que sobre ti tiene
ángel Gabriel de parte de Dios a una formados. (Ex. 3, 12; Jos. 1, 5.)
ciudad de Galilea llamada Naza- (3) Esta turbación no la impide reflexionar
sobre la significación del saludo que acaba de oír.
ret (5), 27 a una virgen, desposada
(4) Declaración de la expresión «llena de
gracia».
(1) Será nazareo todo el tiempo de su vida. (5) Estos dos versículos nos presentan al
(Núm. 6, i ss.) niño anunciado como Hijo del Altísimo, desti-
(2) El gran celador del honor de Dios y nado a realizar las promesas mesiánicas, que
debelador del cuitó de Baal pasó a la historia Dios había hecho a su padre David. (II Reg. 7.
como el modelo del verdadero profeta. (Mal, 3, 1.) 14 ss.)

(3) Juan será la aurora que anuncia al sol, La dificultad de la Virgen no se explica
(6)
Jesús. (Mal. 3, 1.) sino en el supuesto de que los esposos tuvieran
(4) Durante este tiempo el misterio de la elpropósito de vivir en perfecta continencia.
concepción de Isabel queda oculto, hasta que (7) Estas palabras responden a la dificultad
con la venida de María se declara para dar lugar de María; la concepción que se le anuncia no
a la expansión de las dos madres, tan agraciadas será obra de varón, sino del Espíritu Santo. Y
por Dios y llenas de su espíritu. por eso «el fruto de tu concepción milagrosa será
(5) Pequeña ciudad de Galilea, que tuvo el santo y llamado Hijo de Dios». Esto último no
alto honor de abrigar en su seno al Verbo encar- sólo por la manera de la concepción, sino por
nado; no es conocida ni en el Antiguo Testa- otro misterio, que no se declara, pero queda in-
mento ni en las obras de F. Josefo. Señal clara dicado arriba al llamarle Hijo del Altísimo.
de su poca importancia. (8) Para informarla plenamente de los planes
SAN LUCAS, 1 1141

cebido un hijo en su vejez, y éste y por eso todas las generaciones me


es ya el mes sexto de la que era llamarán bienaventurada,
estéril, porque nada hay imposible 49
porque ha hecho en mí maravillas
para Dios. 38 Y dijo Maria: He aquí el Poderoso,

a la sierva del Señor, hágase en mí y cuyo nombre es santo,


según tu palabra (1). se fué deY *° Y su misericordia de generación
ella el ángel. en generación,
sobre los que le temen.
61 el poder de su brazo,
Desplegó
La visitación de Isabel. y dispersó a los que se engríen con
los pensamientos de su corazón.
52 Derribó a los potentados de sus

39 En aquellos días se puso María tronos


en camino y con presteza se fué a y ensalzó a los humildes.
lamontaña, a una ciudad de Judá (2)
53
A los hambrientos llenó de bie-
40 y entró en casa de Zacarías y nes,
saludó a Isabel (3).
41 Y así que y a los ricos despidió vacíos.
64 Acogió a Israel, su siervo,
oyó Isabel el saludo de María saltó
el niño en su seno, e Isabel se llenó acordándose de su misericordia.
65 Según lo que había prometido a
del Espíritu Santo, y clamó con fuer-
te voz: [Bendita tú entre las mu- nuestros padres,
jeres y bendito el fruto de tu vientre! a Abraham y su descendencia para
43¿De dónde a mí, que la madre de siempre.
56 María permaneció con ella como
mi Señor (4) venga a mí? 44 Porque
apenas sonó la voz de tu salutación unos tres meses (1), y se volvió a
en mis oídos ha saltado de gozo su casa.
45 Dichosa tú
el niño en mi seno.
que has creído, porque se cumplirá
lo que se te ha dicho de parte del Nacimiento del Bautista.
Señor. 46 Y dijo María (5):
Mi alma magnifica al Señor, 57
47
y salta de júbilo mi espíritu en Le llegó a Isabel el tiempo de
mi Salvador,
Dios, dar a luz y parió un hijo. 58 Y oyendo
48 porque ha mirado la humildad de sus vecinos y parientes que el Señor
su sierva, le había mostrado la grandeza de
su misericordia, se congratulaban (2)
divinos le comunica la concepción de Isabel y lo con ella. 69 Y
al octavo día vinieron a
que ella significaba. circuncidar (3) al niño, y querían
(i) Informada de la voluntad de Dios, la llamarle con el nombre de su padre,
Virgen presta su asentimiento, y en ese instante Zacarías. 60 Pero tomó la madre la
se realiza el misterio divino de la encarnación
palabra y dijo: No, se llamará Juan.
del Verbo en su seno virginal. 61 Y le decían: Si no hay ninguno en
(3) Se halla esta ciudad, hoy Ain Karim, 1

pocos kilómetros al sur de Jerusalén. Esto nos tu parentela que se llame con ese
explica que María pudiera realizar su viaje con nombrel 62 Y entonces preguntaron
alguna de las caravanas de peregrinos que de por señas al padre cómo quería que
continuo se dirigían a la Ciudad Santa, bien a se llamase. 63 Y pidiendo unas tabli-
las fiestas o en cumplimiento de sus votos.
llas escribió: Juan es su nombre.
(3) Las dos madres, llenas del espíritu de
Dios, aunque en diverso grado, mutuamente se
felicitan y juntas alaban al Señor, que las quiso
bendecir tan maravillosamente. Pero María lleva (1) Con esto cierra San Lucas este capítulo
en su seno al Santificador de los hombres, el de la anunciación y visitación, para pasar al se-
cual hace sentir sus efectos en Isabel y en el gundo de los nacimientos, sin cuidarse de infor-
fruto de su vientre por una santificación pre- marnos sobre la asistencia de María al nacimiento
matura. del Precursor.
(4) También Isabel estaba informada, sin (2) Los hijos son la bendición del matrimo-
duda por revelación divina, del misterio que nio, y la esterilidad era un oprobio, como una
María llevaba en su seno. señal de maldición divina.
(5) Este cántico, que está inspirado en los (3) La circuncisión es un rito religioso. En
salmos davídicos y formado de las frases toma- Israel se practicaba a los ocho días de nacido
das de ellos, expresa los sentimientos de María, el niño, que por ella era incorporado al pueblo
su humildad ante la grandeza de la gracia reci- de Dios. Sin la circuncisión estaba como ex-
bida, su reconocimiento hacia Dios y la admi- comulgado y excluido del pueblo de Dios y
rable providencia del Señor, que ensalza a los de su alianza. (Gen. 17, 10 ss.) Era uso impo-
humildes y humilla a los soberbios. ner entonces el nombre.
1142 SAN LUCAS, 2

Y todos se maravillaron (1). 64 Y Nacimiento de Jesús.


se abrió al instante su boca y habló
bendiciendo a Dios.
65 Se
O 1
Aconteció, pues, en los días
apoderó el temor de todos un edicto de
aquellos que salió
los vecinos (2), y en toda la 'mon- César Augusto (1) para que se em-
taña de Judea se contaban todas padronase todo el mundo. 2 Fué este
estas cosas, y cuantos las oían pen- empadronamiento anterior al hecho
sativos se decían: ¿Qué irá a ser siendo gobernador de Siria Girino (2).
este niño? Porque, en efecto, la mano 3
Iban todos a empadronarse (3),
del Señor estaba con él. 67 Zaca- Y cada uno en su ciudad. 4 subió Y
rías, su padre, se llenó del Espíritu de Galilea José, de la ciudad de Na-
Santo y profetizó diciendo (3): ret, a Judea, a la ciudad de David,
68
Bendito el Señor, Dios de Israel, que se llama de Belén, por ser de la
porque ha visitado y redimido a su casa y de la familia de David, 5 para
pueblo, empadronarse con María su esposa,
69
y levantó en favor nuestro un que estaba encinta. * estando Y
cuerno de salvación, allí, se cumplieron los días de su
en de David, su siervo,
la casa parto 7 y dió a luz a su hijo primo-
70 como
había prometido por la boca génito (4) y le envolvió en pañales
de sus santos profetas desde antiguo, y le acostó en un pesebre, por no
71
salvándonos de nuestros enemigos haber sitio para ellos en el mesón.
8
y del poder de todos los que nos Había en la región unos pasto-
aborrecen, res (5) que moraban en el campo y
72
para hacer misericordia con nues- estaban velando las vigilias de la
tros padres, y acordarse de su alianza noche sobre su rebaño. 9 Y se les pre-
santa, sentó un ángel del Señor, y la gloria
73
juramento, que juró a Abraham
el del Señor los envolvió con su luz,

74
nuestro padre darnos, y quedaron sobrecogidos de temor.
para que, sin temor, libres del po- 10 Di joles el ángel: No temáis, os
der de los enemigos, anuncio una gran alegría, que es
le sirvamos, 75 en santidad y justicia
en su presencia, todos nuestros días. (1) Respondía este edicto a las medidas de
76
Y tú, niño, serás profeta del Altísimo, gobierno tomadas por Augusto para organizar
pues tú irás delante del Señor la vida del Imperio. Estas medidas se extendían
también a los reinos socios del Imperio, como
para prepararle sus caminos,
77 era el de Herodes.
para dar la ciencia de la salud a (2) Cuando el hijo de Herodes, Arquelao
su pueblo, (Mat. 2, 22) fué destituido por Augusto, y la
con la remisión de sus pecados, Judea incorporada al Imperio romano, Cirino,
78 por legado de Siria, hizo un empadronamiento, que
las entrañas de misericordia
de nuestro Dios, fué muy mal recibido por los judíos y dió ocasión
a la sublevación de Judas Galileo, de que nos
en las cuales nos visitará naciendo
habla Josefo (Ant. XVIII, 1) y a que alude Ga-
de lo alto, maliel en Act. 5, 37. San Lucas tomó este suceso
78
para iluminar a los que
están como punto de partida para fijar la fecha del
sentados nacimiento del Salvador. •

en tinieblas y sombras de muerte, (3) Roma, en este punto, como en otros más,
para enderezar nuestros pies respetaba las costumbres de las provincias, y los
orientales nunca se creen desarraigados de la
por el camino de la paz.
80 El niño crecía tribu, región o ciudad donde tienen su origen.
y se fortalecía en Y asi, Belén era el solar de todos cuantos se
espíritu y moraba en los desiertos creían hijos de David, aunque de tiempo atrás
hasta el día de su manifestación a tuvieran su residencia lejos de ella.
Israel. (4) Recibe este nombre el hijo primero, el
que abre el seno materno, sin mirar a que otros
puedan venir después por los deberes particula-
(1) Aunque ignorantes del misterio, las cir- res que la Ley le impone. La tradición, que re-
cunstancias que rodeaban la concepción y el na- monta a mediados del siglo 11 con San Justino,
cimiento del niño Juan les hacían presentir en originario de Palestina, dice que nació en una
él algo grande. de las grutas en que abunda el suelo calcáreo de
(2) Es un temor religioso procedente del mis- Belén, y que los naturales utilizan como abrigo
terio que presienten. para si o para los ganados.
(3) El cántico consta de dos partes: una, en (5) Estos podían ser betlemitas, que en la
que bendice a Dios porque realizó la obra de estación benigna hacen vida en el campo con
salud sobre su pueblo (vv. 68-75); otra, que va sus ganados, o nómadas, que viven de continuo
dirigida al niño, declarando la misión a que esta bajo tiendas en el desierto que comienza al este
destinado (w. 76-79). y al sudeste de Belén.
SAN LUCAS, 2 1143

11
para todo el pueblo: os ha na- piadoso y esperaba la consolación de
cido hoy un Salvador, que es el Israel, y el Espíritu Santo estaba
Cristo Señor, en la ciudad de David. en él. 26 Y le había sido revelado
12
Y
esto tendréis por señal: encon- por el Espíritu Santo que no vería
traréis al niño, envuelto en pañales y la muerte antes de ver al Cristo del
acostado en un pesebre. 13 al ins- Y Señor. 27 Movido del Espíritu vino
tante se juntó con el ángel una mul- al templo, y al entrar los padres
titud del ejército celestial que alababa con el niño Jesús para cumplir lo
a Dios, diciendo: 14 «Gloria a Dios ¡ que prescribe la Ley sobre El, Simeón
en las alturas, y paz en la tierra a le tomó en sus brazos (1), y bendi-
los hombres de buena voluntad.» ciendo a Dios, dijo:
15 Y
así que los ángeles se fueron 29
Ahora, Señor, puedes dejar ir
al cielo, se dijeron los pastores unos a tu siervo
a otros: Vamos a Belén a ver esto en paz según tu palabra;
que Señor nos ha anunciado, 30 porque
el han visto mis ojos tu salud,
i» Yfueron con presteza y encon- 31
la que has preparado ante la faz
traron a María, a José y al niño de todos los pueblos,
acostados en un pesebre. 17 vién- Y 32 luz
para iluminación de las gentes,
dole hicieron saber lo que se les y gloria de tu pueblo Israel.
había dicho acerca del niño. 18 Y 33 Su padre
y su madre (2) esta-
cuantos lo oían se maravillaban de ban maravillados de las cosas que se
lo que les decían los pastores. Y decían de El. 34 Y Simeón los bendijo,
María guardaba todo esto y lo medi- y dijo a María su madre (3): Puesto
taba (1) en su corazón. 20 Los pas- está para caída y levantamiento de
tores se volvieron glorificando y ala- muchos en Israel, y para blanco de con-
bando a Dios por todo lo que habían tradicción; 35 y para que se descubran
oído y visto, según se les había dicho. los pensamientos de muchos cora-
zones, una espada atravesará tu alma.
36 Había una profetisa, Ana, hija

Circuncisión del Señor- de Fanuel, de la tribu de Aser, muy


avanzada en años; casada en los '

días de su adolescencia, vivió siete


21
Cuando se hubieron cumplido años con su marido, 37 y permaneció
los ocho días para circuncidar al viuda hasta los ochenta y cuatro.
Niño, le dieron el nombre de Jesús, No se apartaba del templo, sirviendo
impuesto por el ángel antes de ser con ayunos y oraciones, noche y día.
concebido en el seno. 38 Y como viniese en aquella misma

hora, alabó también a Dios y ha-


blaba de El (del Niño) a cuantos
La presentación en el templo. esperaban la redención de Jerusa-
lén. 39 Cumplidas todas las cosas
según la Ley del Señor (4), se vol-
22 Y así que se cumplieron los días vieron a Galilea, a la ciudad de
de la purificación (2), conforme a Nazaret.
la Ley de Moisés, le llevaron a Jeru-
salén para presentarle al Señor,
(1) Es ésta una segunda manifestación del
23
según está escrito en la Ley del Niño, que nos muestra cómo en Israel había
Señor que ttodo varón primogénito almas que vivían en las esperanzas mesiánicas.
sea consagrado al Señor», 24 y para El anciano se da por satisfecho con haber visto
ofrecer en sacrificio, según lo pres- al Salvador, que será la gloria de Israel y la luz

crito en la Ley del Señor, un par de de las naciones.


tórtolas o dos pichones. (2) San José es llamado padre, porque ejerce
25 Había los oficios de tal. El y María se maravillan al ver
en Jerusalén un hombre cómo el Señor les va descubriendo los destinos
llamado Simeón, que era justo y de Jesús.
(3) Aun humanamente, la vida del hijo se
(1) Por vez primera nota San Lucas cómo considera más íntimamente unida con la de la
María observaba y meditaba cuanto ocurría en madre. Simeón descubre aquí a María un mis-
torno de Jesús. terio, la acogida que su Hijo tendrá en Israel
(2) Engloba aquí San Lucas dos cosas: la pre- y el dolor que por esto ella habrá de sentir. Aquí
sentación del Niño en el Templo para cumplir se halla encerrada la cruz de Jesús y de María.
los deberes que como primogénito le imponía (4) San Lucas no refiere la venida de los
la Ley (Ex. 13, 2 ss.), y la purificación de la Magos ni la huida a Egipto, acaecidos entre la
Madre, prescrita en el Levítico 12, 1 ss. presentación del templo y la vuelta a Galilea.
SAN LUCAS, 3

El niño Jesús, en el templo. ocupe en las cosas de mi PadreT


50 Yno entendieron lo que les
ellos
40 61
El Niño crecía y se fortalecía, decía. Bajó con ellos, y vino a
lleno de sabiduría, y la gracia de Nazaret, y les estaba sujeto, y su
Dios estaba en El (1). 41 Sus padres madre conservaba todo esto en su
iban cada año a Jerusalén (2) en corazón. 82 Jesús crecía en sabiduría
la fiesta de la Pascua. 42 Y cuando y edad y gracia ante Dios y ante
era ya de doce años, al subir sus padres los hombres.
según el rito festivo, 43 al volverse
acabados los días, el niño Jesús se
quedó en Jerusalén, sin que sus padres Presentación de Juan a Israel.
lo echasen de ver. 44 Pensando que
estaba en la caravana (3), andu- Q 1
El año quintodécimo del impe-
vieron camino de un día. Buscáronle " rio de Tiberio César, siendo gober-
45 nador de Judea Poncio Pilato, tetrar-
entre los parientes y conocidos, y
al no hallarlo, se volvieron a Jeru- ca de Galilea Herodes, y Filippo su
salén en busca suya. 46 Y
aconteció hermano tetrarca de Iturea y de la
que al cabo de tres días le hallaron Traconitide, y Lisania tetrarca de
en el templo.sentado en medio
(4), Ahilena, 2 bajo el pontificado de
de oyéndolos y pregun-
los doctores, Anás y Caifás (1) fué dirigida la pa-
tándoles. Y cuantos le oían se
47 labra de Dios a Juan, hijo de Zaca-
maravillaban de su inteligencia y rías, en el desierto, 3 y vino por toda
de sus respuestas. la región del Jordán predicando el
48 Cuando sus padres le vieron se bautismo de penitencia en remisión
maravillaron, y le dijo su madre: de los pecados, 4 según está escrito
Hijo, ¿por qué nos has hecho así? en el libro de los oráculos del pro-
Mira que tu padre y yo, apenados, feta Isaías:
te andábamos buscando. 49 Y El les Voz del que grita en el desierto:
dijo: ¿Y por qué me buscábais? (5). Preparad el camino del Señor,
¿No sabíais que conviene que me enderezad sus sendas.
6
Todo barranco será rellenado,
y todo monte y collado allanado,
(1) Como 8o nos dijo de Juan, asi nos
en i, y los caminos tortuosos rectificados
dice de Jesús, que
crecía en estatura y robustez, y los ásperos igualados.
y además en sabiduría y gracia, las cuales dis-
cretamente iba descubriendo a medida que crecía
6
Y toda carne verá la salud de
en edad.
Dios (2).
(2) Ordenaba la Ley (Ex. 23, 14 ss.) que los
israelitas se presentasen tres veces al año ante
el Señor, en las tres grandes festividades de Pas- Predicación del Bautista.
cua, Pentecostés y Tabernáculos, para dar gra-
cias a Dios por los beneficios recibidos. Llegado 7
Decía, pues, a las muchedumbres
a la edad en que pudiera hacer el viaje a pie, el
Niño acompañaba a sus padres. que venían para ser bautizadas por
Para la vuelta se dan cita los del mismo él: Raza de víboras (3), ¿quién os
(3)
pueblo o familia; pero la costumbre impone que ha enseñado a huir de la ira que
las mujeres vayan separadas de los hombres. Los llega? 8 Haced, pues, dignos frutos
niños pueden formar grupo aparte o agregarse de penitencia, y no vengáis dicién-
a uno cualquiera de los de los mayores. Asi se
explica que el Niño pudiera quedarse en la ciu-
dad sin que lo echaran de ver sus padres. rosa prueba; pero también un rayo de luz, que
(4) Se entiende al tercer día. Jesús aparece les va descubriendo el misterio de la vida de
en ios atrios del templo, donde los doctores Jesús.
ponían cátedra y los oyentes, sentados en el sue- (1) Con esta introducción se propone S. Lu-
lo, escuchaban sus lecciones. Jesús está como cas colocar su narración en el cuadro general dr
uno de tantos escuchando y preguntando; pero la Historia. Tiberio sucedió a Augusto, muerto
con sus preguntas descubre su maravillosa sabi- el 19 de agosto del año de Roma 767. Pudiera
duría y ciencia precoz con que hace meditar a suceder que, según la cuenta de San Lucas, el
los doctores sobre los sentidos de las divinas primer año sólo alcanzase hasta eli.° de octubre,
Escrituras. en que comenzaba a contarse el año en Siria.
(5) La pérdida de Jesús no fué involuntaria Esto nos darla el año 780 ó 781 para el principio
de su parte. Teniendo plena conciencia de quién de la misión de Juan.
era y de la misión que traía, quiso empezar a (2) Is. 4. 3-5-
cumplirla. Igual que hará después, ahora busca Expresión dura, pero bien merecida de
(3)
cumplir la voluntad de su Padre celestial sin los directores de Israel, tan pagados de su jus-
atender a la de sus padres terrenos. Fué esto ticia exterior y tan sañudos en perseguir a los
para ellos, sobre todo para la Madre, una dolo- verdaderos justos si no les rendían homenaje.
SAN LUCAS, 3 1145

doos: Tenemos por padre a Abraham. Bautismo de Jesús.


Porque yo os digo que puede Dios
21
sacar de estas piedras hijos a Abra- Aconteció, pues, cuando todo el
ham. 9 Ya el hacha está puesta (1) pueblo se bautizaba, que, bautizado
a la raíz del árbol; todo árbol que no Jesús y orando, se abrió el cielo
22
dé buen fruto será cortado y arrojado y descendió el Espíritu Santo en
al fuego. forma corporal, como una paloma,
10 Y muchedumbres le pregun-
las sobre El, y se dejó oír del cielo una
taban: ¿Pues qué hemos de hacer? voz: Tú eres mi Hijo amado, en ti
11 Y El respondía: El que tiene dos me complazco.
túnicas, dé una al que no la tiene,
y el que tiene alimentos haga lo
mismo. 12 Vinieron también los pu- Genealogía de Jesús.
blícanos a bautizarse y le decían:
Maestro, ¿qué debemos hacer? 13 Y 23Jesús al empezar tenía unos
les contestaba: No exigir nada fuera treinta años (1), y era, según se
de lo que está tasado (2). creía, hijo de José, hijo de Heli,
14 Le preguntaban también los 24 hijo de Matat, hijo de Leví,
soldados: Y
nosotros, ¿qué hemos de hijo de Melqui, hijo de Janai, hijo
hacer? Y
les respondía: No hagáis de José, 25 hijo de Matatías, hijo de
extorsión a nadie, ni denunciéis fal- Amos, hijo de Naum, hijo de Esli,
samente; contentaos con vuestra sol- hijo de Nagai, 26 hijo de Maat, hijo
dada. de Matatías, hijo de Semei, hijo
15 Hallándose el pueblo en ansiosa
de Josec, hijo de Judá, 27 hijo de
expectación y pensando todos entre Joanan, hijo de Resa, hijo de Zo-
sí de Juan, si sería él el Mesías, robabel, hijo de Salatiel, hijo de
18 Juan respondió a todos, diciendo:
Neri, 28 hijo de Melqui, hijo de Addi,
Yo os bautizo en agua, pero llegando hijo de Cosam, hijo de Elmadam,
está otro más fuerte que yo, a quien hijo de Er; 29 hijo de Jesús, hijo de
no soy digno de soltar la correa de Eliezer, hijo de Jorim, hijo de Matat,
sus sandalias; El os bautizará en hijo de Leví, 30 hijo de Simeón, hijo
Espíritu Santo y fuego. 17 En su de Judá, hijo de José, hijo de Jonam,
mano tiene el bieldo (3) para biel- hijo de Eliacím; 31 hijo de Melea,
dar la era y almacenar el trigo en su hijo de Menna, hijo de Natán, hijo
granero, mientras la paja la quemará de David, 32 hijo de Jesé, hijo de
con fuego inextinguible. Obed, hijo de Booz, hijo de Sala,
hijo de Naassón, 33 hijo de Amina-
dab, hijo de Admín, hijo de Arni,
Prisión de Juan. hijo de Esrón, hijo de Fares, hijo
de Judá, 34 hijo de Jacob, hijo de
18 Muchas veces, haciendo otras Isac, hijo de Abraham, hijo de Taré,
exhortaciones, evangelizaba al pue- hijo de Nacor, 35 hijo de Saruc,
blo. 19Pero el tetrarca Herodes (4),
reprendido por él a causa de Herodías, (1) Como ignoramos lo que duró la misión
la mujer de su hermano, y por todas del Bautista, no podemos precisar por aquí la
las maldades que cometía, 20 añadió edad de Jesús, aparte de que la cifra es sólo apro-
ximada, unos treinta años, según se creía. El mis-
ésta a todas las otras, encarcelando
terio de la concepción virginal era desconocido,
a Juan.
y Jesús pasaba fuera de la casita de Nazaret por
hijo de José. La genealogía es aquí, como en
(i) Los profetas anuncian con frecuencia la San Mateo, la de San José, pero en orden ascen-
inauguración del reino de Dios como un juicio dente y prolongada hasta Adán, para mostrar
sobre Israel, como sobre la higuera estéril (13, que Jesús no sólo era hijo de Abraham, sino
6 ss.). Este juicio se halla próximo y será el re- también de Adán, y Salvador del género huma-
sultado de la vida pública de Jesús. no, que es criatura de Dios, no menos que el
(3) No condena el Bautista la exacción de pueblo de Israel (Rom. 3, 29). La discordancia
los tributos impuestos por la legítima autoridad, de las dos genealogías hasta David es manifiesta.
sino las extorsiones injustas de los publícanos, Varias soluciones se han propuesto para resolver
a que los soldados cooperaban. la dificultad. La más fundada y más sencilla,
(3) Es ésta otra imagen del juicio que hará es la que considera la de San Mateo como la
en su pueblo recogiendo el grano en sus paneras genealogía legal y dinástica, que señala la trans-
y condenando la paja al fuego que no se extin- misión de los derechos mesiánicos desde David
gue. (Mt. 3, 12.) hasta Jesús, y la de S. Lucas la genealogía natural
(4) Con esto da San Lucas por terminada la que va de padres a hijos desde San José hasta
misión del Bautista, refiriéndonos su muerte. David.
)

1146 SAN LUCAS, 4

hijo de Ragau, hijo de Falec, hijo ; se levantó para hacer la lectura (1).
de Eber, hijo de Sala, 88 hijo de Cai- 17 Le entregaron el libro del profeta
nán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, Isaías, y desenrollándolo dió con el
hijo de Noé, hijo de Lamec, 37 hijo pasaje donde está escrito:
18 El Espíritu del Señor está sobre
de Matusalá, hijo de Enoc, hijo de
Jared, hijo de Malelel, hijo de Cainán, mí, porque me ungió para evange-
38 hijo de Enós, hijo de Set, hijo
j
lizar a los pobres, me envió a predi-
de Adán, hijo de Dios. car a los cautivos la libertad, a los
ciegos la recuperación de la vista,
La tentación en para poner en libertad a los oprimi-
el desierto.
dos, 19 para anunciar año de gracia
A 1
Jesús, lleno del Espíritu Santo, del Señor (2).
» volvió del Jordán y fué lle-
se
20 Y enrollando el libro se lo de-
vado por el Espíritu al desierto, 8 y volvió al servidor, y se sentó. Los
tentado allí por el diablo durante ojos de cuantos había en la sinagoga
cuarenta días. No comió nada en estaban fijos en El. 21 comenzó a Y
decirles: Hoy se cumple esta escri-
aquellos días y, pasados, tuvo ham-
bre. 3 Díjole el diablo: Si eres Hijo I
tura que acabáis de oír. todos le Y
de Dios di a esta piedra que se con- aprobaban (3) y maravillados de las
vierta en pan. 4 Y
Jesús le respondió: palabras llenas de gracia, que salían
Escrito está: No de sólo pan vive de su boca, decían: ¿No es éste el
el hombre.
8
Y
llevándole a una al- hijo de José? 23 Y
El les dijo: Seguro
tura le mostró desde allí en un ins- que me diréis este proverbio: Médico,
tante todos los reinos del mundo (1), cúrate a ti mismo; todo cuanto he-
• y le dijo: Todo este poder y su glo- mos oído que has hecho en Cafar-
ria te daré, pues a mí me ha sido en-
naum (4) hazlo aquí en tu patria.
tregado y a quien quiero se lo doy;
24 Y
El les dijo: En verdad os digo
7
sí, pues, te postras delante de mí,
que ningún profeta es bien recibido
todo será tuyo. 8 Y
Jesús respon- en su patria. 25 Pero en verdad, os
diendo, le dijo: Escrito está: Al Se- digp también que muchas viudas
ñor tu Dios adorarás y a El sólo había en Israel, en los días de Elias,
servirás. 8 Le condujo luego a Jeru-
cuando se cerró el cielo por tres años
salén y le colocó sobre el pináculo y seis meses y sobrevino una gran
de] templo, y le dijo: Si eres Hijo
hambre en toda la tierra, 28 y a nin-
guna de ellas fué enviado Elias, sino
|

de Dios échate de aquí abajo; 10 por- I

que escrito está: A sus ángeles ha a Sarcpta de Sidón, a una mujer


mandado sobre ti que te guarden,
¡

viuda. 27 Y
muchos leprosos había en
Israel en tiempo del profeta Eliseo,
11
y te tomen en las manos para que
no tropiece tu pie contra las piedras. y ninguno de ellos fué curado sino el
12 Y respondiendo, díjole Jesús: Dicho sirio Namán.
28Al oír esto se llenaron de cólera
está: No tentarás al Señor tu Dios.
13 Y acabado todo género de tenta- cuantos estaban en la sinagoga, 28 y
ciones el diablo se retiró de El hasta levantándose le arrojaron fuera de
la ciudad y le llevaron a la cima del
el tiempo determinado.
monte, sobre el cual está edificada
su ciudad, para precipitarle de allí,
Vuelta de Jesús :i Galilea. 30 pero El, atravesando por medio
de ellos, se fué.
14
Jesús, impulsado por el Espíritu,
y su
se volvió a Galilea, fama corrió (t) El culto de las sinagogas en los sábados
por toda la región, 15 y enseñaba constaba, entre otras cosas, de lecturas bíblicas,
en las sinagogas siendo alabado por i
que los doctores explicaban a la asistencia. Cuan-
todos. do se hallaba presente algún personaje conspicuo,
se le invitaba a hacer esa explicación (Act. 13,
14 ss.).
Jesús, en Nazaret, (2) Is. 61. 1. si.

(3) Como conocían su vida anterior, no po-


19
Vino a Nazaret, donde se había dían menos de dar testimonio favorable de ella.
criado, y entró según su costumbre (4) Esto parece indicar que Jesús habla obra-
do ya muchos milagros en Cafamaum. San Ma-
el día del sábado en la sinagoga y
teo y San Marcos ponen la venida de Jesús a
Nazaret algo mas tarde. Acaso San Lucas ade-
(i) San Lucas invierte el orden de San Mateo 1
tántalos sucesosyjunta en una dos visitas (Mateo,
en las dos últimas tentaciones (Mt. 4, 1, 3). 13, 53 ss.; Me. 6, 1 ss.).
SAN LUCAS, 5 1147

En la sinagoga de Cafarnaum. La pesca milagrosa.


31
Bajó a Cafarnaum, ciudad de Ga- ^ 1
Agolpándose sobre El la muche-
lilea (1), y les enseñaba los días de dumbre para oír la palabra de
sábado, 32 y se maravillaban de su Dios, y hallándose junto al lado de
doctrina, porque su palabra iba acom- Genesaret, 2
vió dos barcas que es-
pañada de autoridad. 33 Y había en taban borde del lago, y los pes-
al
la sinagoga un hombre poseído del cadores, que habían bajado de ellas,
espíritu de un demonio impuro que estaban lavando las redes. 3 Subió,
gritaba a grandes voces: ¡Ah! ¿Qué pues, a una de las barcas, que era
hay entre ti y nosotros, Jesús Na- de Simón, y le rogó que se apartase
zareno? ¿Has venido a perdernos? un poco de tierra, y sentándose,
Bien sé quién eres, el Santo de Dios. desde la barca enseñaba a las muche-
35
Y Jesús le ordenó, diciendo: Cá- dumbres. 4 Así que cesó de hablar,
llate yde él.
sal Y
el demonio, arro- dijo a Simón: Boga mar adentro y
jando poseso en medio, salió de
al echad vuestras redes para la pesca.
36 Y quedaron 8
él sin hacerle daño. Simón le contestó y dijo: Maestro,
todos pasmados, y mutuamente se toda la noche hemos estado traba-
hablaban diciendo: ¿Qué palabra es jando y no hemos pescado nada, mas
ésta, que con autoridad y poder im- por que tú lo dices echaré las redes.
pera a los espíritus impuros y salen? 6
Y haciéndolo, cogieron una gran
37 Y por todos los lugares de la co-
cantidad de peces, tanto que las
marca se divulgó su fama. redes se rompían. 7 E hicieron señas
a sus compañeros de la otra barca
Curación de la suegra para que vinieran a ayudarles. Y vi-
de Pedro. nieron, y llenaron las dos barcas,
38
tanto que se hundían. 8 Y viendo esto
Saliendo de la sinagoga entró Simón Pedro se postró a los pies de
en casa de Simón. La suegra de Jesús diciendo:. Señor, apártate de
Simón estaba con una gran calen- mí (1), que soy hombre pecador.
tura, y le rogaron por ella. 39 Y acer- 9
Pues así él como todos sus com-
cándosele mandó a la fiebre, y la pañeros habían quedado sobrecogidos
fiebre la dejó. Al instante se levantó de espanto ante la pesca que habían
y les servía. hecho, 10 e igualmente Santiago y
Juan, hijos de Zebedeo, que eran
Nuevas curaciones. socios de Simón. Y dijo Jesús a Si-
món: No temas, en adelante vas a
40
Puesto el sol, todos cuantos ser pescador de hombres (2). 11 Y
tenían enfermos de cualquiera en- atracando a tierra las barcas, lo de-
fermedad los llevaban a El, y El, jaron todo y le siguieron.
imponiéndoles las manos, los cu-
raba. 41 Y los demonios salían tam-
bién de muchos, gritando y diciendo: Curación de un leproso».
Tú eres el Hijo de Dios. Pero El les
reprendía y no les dejaba hablar, 12
Estando El en una ciudad (3),
porque conocían que era El el Mesías. y viendo a Jesús un hombre cubierto
de lepra, se postró ante El y le su-
Jesús sale de Cafarnaum.
(1) Pedro siente en el milagro la grandeza di-
42
Llegado el día, salió y se fué a vina de Jesús y teme por su vida, no creyéndose
un lugar desierto; y las muchedum- bastante puro para estar cerca de El (Jueces, 13,
bres le buscaban, y vinieron hasta 20 ss.).
(2)Estas palabras dan a la pesca un sentido
El y le retenían para que no se par-
43 más que el histórico. Jesús hizo aquel pro-
alto
tiese de Pero El les dijo:
ellos. digio para que sus discípulos le reconociesen
Es preciso que anuncie también el como Mesías y le siguiesen, proponiéndose aso-
reino de Dios en otras ciudades, por- ciarlos a su misión salvadora. Los primeros evan-
que para esto he sido enviado. gelistas narran el llamamiento sin el milagro (Ma-
44 E iba predicando por las sinago- teo, 4, 18 ss.; Me. 1, 16 ss.).
(3) Es extraño se presente en poblado, es-
gas de Judea.
tando excluidos de toda sociedad por temor del
contagio. Tal vez llevado del deseo de su cura-
(i) Desde este punto, San Lucas sigue su ción, se atrevió a infringir la Ley. Esto mismo
narración paralela a San Marcos (Me. i, 21 ss.). significaría su actitud suplicante.
1148 SAN LUCAS, 6

plicó, diciendo: Señor, si quieres, ¡


28 Y dejándolo todo se levantó y le
él
puedes limpiarme. 13 Y extendiendo ¡
siguió. 29Leví le ofreció un gran ban-
El la mano, le tocó diciendo: Quiero, quete en su casa, y asistían gran mul-
ser limpio. Y
luego desapareció la titud de publícanos y otros que ve-
lepra. 14 Le encargó: No se lo digas nían con ellos. 30 Y los fariseos y los
a nadie, sino: Veté y muéstrate al escribas murmuraban hablando con
sacerdote y ofrece por tu limpieza i los discípulos (1): ¿Por qué coméis
lo que prescribió Moisés para que les i
y bebéis con publícanos y pecadores?
sirva de testimonio. 15 Y cada vez I
81 Y respondiendo Jesús, les dijo:
más se extendía su fama y concurrían 1

No tienen necesidad de médico los


numerosas muchedumbres -para oírle sanos, sino los enfermos. 32 no he Y
y ser curados de sus enfermedades. venido yo a llamar a los justos, sino
16 Pero El se retiraba a lugares soli- a los pecadores a penitencia.
tarios y se daba a la oración.

Por qué no ayunan los discípulos


Curación de un paralítico. de Jesús.
17 Sucedió un día que 33 dijeron: Los discípulos de
mientras en- Ellos le
señaba, estaban sentados algunos fa- j
Juan ayunan con frecuencia y ha"cen
riseos y doctores de la Ley, que ha- |
oraciones, y asimismo los de los fa-
bían venido de todas las aldeas de í
riscos; pero tus discípulos comen y
Galilea, y de Judca, y de Jerusalén; ! beben. 34 Respondióles Jesús: ¿Podéis
y la virtud del Señor estaba en su i vosotros hacer ayunar a los convida-
mano para curar. 18 Y he aquí que ¡
dos a la boda mientras con ellos está
unos hombres que traían en una ca- el esposo?
35 Días vendrán en que les
¡

milla un paralítico, buscaban intro- será arrebatado el esposo, entonces


ducirle y presentárselo, 18 pero no ;
en aquellos días ayunarán. 36 Y les
encontrando por donde meterlo, a ! dijo una parábola: Nadie rasga una
causa de la muchedumbre, subieron I
pieza de un vestido nuevo para po-
al terrado y por el techo le bajaron ¡ nerla a un vestido viejo; de lo con-
con la camilla y le pusiern en medio, I romperá el nuevo y el remiendo
trario
delante de Jesús. 20 Viendo su fe I
tomado del vestido nuevo no ajus-
37 Ni echa nadie
dijo: Hombre, tus pecados te son i
tará sobre el viejo.
perdonados. 21 Comenzaron a mur- j
vino nuevo en cueros viejos; de lo
murar los escribas y fariseos, diciendo: ! contrario el vino nuevo romperá los
¿Quién es este que así profiere blas- i
cueros y se derramará, y los cueros
femias? ¿Quién puede perdonar los i se perderán; 38 sino que el vino nuevo
pecados ino sólo Dios? 22 Conociendo |
se ha de echar en cueros nuevos.
39 Y nadie que tenga vino añejo,
Jesús sus pensamientos, respondió y ;

les dijo: ¿Por qué murmuráis en vues- quiere el nuevo, porque dice: El
tros corazones? ¿Qué es más fácil, añejo es mejor.
decir: Tus pecados te son perdona-
dos, o decir: Levántate y ancla?
24 Pues para que veáis que el Hijo
Sobre la observancia del sábado.
del hombre tiene poder sobre la
tierra para perdonar los pecados dijo — "
1
Aconteció que un sábado, atra-
al paralítico: A
ti te hablo, levántate, vesando El por los sembrados, sus
toma la camilla y vete a casa. 25 al Y discípulos arrancaban espigas y fro-
instante se levantó delante de ellos, tándolas con las manos las comían.
tomó la cama en que yacía y se fue 2
Algunos de los fariseos dijeron:
a casa glorificando a Dios. 29 Queda- ¿Cómo hacéis lo que no está permi-
ron todos fuera de sí y glorificaban a tido en sábado? 23 Y Jesús les res-
Dios, y llenos de temor decían: Hoy pondió: ¿No habéis leído lo que hizo
hemos visto maravillas. David cuando tuvo hambre, él y susi
acompañantes? ¿Cómo entró en la
casa de Dios y, tomando los panes .le
Vocación de Lcvf. la proposición, comió y dió a los que

27
Después de esto salió y vió a (l) En San Lucas se dirige la acusación con-
un publicano por nombre Lcvl sen- tra los discípulos; pero ésta iba de rechato contra
tado al telonio, y le dijo: Sigúeme, 'tu Maestro (Mt. 9, n; Me. a. 16).
SAN LUCAS, 6 1149

venían con El, siendo así que no es Las bienaventuranzas.


lícito comerlos sino sólo a los sacer-
dotes? Y
les dijo: Dueño es del sá-
20 Y El levantando sus ojos sobre
bado el Hijo del hombre. los discípulos decía: Bienaventurados
6 En otro sábado, entrando en la los pobres (1), porque vuestro es
sinagoga, enseñaba; y había allí un elreino de Dios. 21 Bienaventurados
nombre que tenía una mano seca. losque ahora padecéis hambre, por-
7
Y le observaban los escribas y fa- que seréis hartos. Bienaventurados
riseos para ver si curaría en día de los que ahora lloráis, porque reiréis.
22 Bienaventurados seréis, cuando
sábado, a fin de tener de qué acu-
sarle. 8 El, que conocía los pensa- aborreciéndoos los hombres, os ex-
mientos suyos, dijo al hombre de comulguen, y maldigan y proscriban
la mano seca: Levántate y ponte en vuestro nombre por amor del Hijo
medio. Y él levantándose se quedó del hombre, 23 alegraos en aquel día
en pie. 9 Díjoles Jesús: Voy haceros y regocijaos, pues vuestra recompensa
una pregunta sobre si es lícito hacer será grande en el cielo. Así hicieron
bien o hacer mal en sábado, salvar sus padres con les profetas.
un alma o perderla. 10 Y dirigiendo
su mirada a todos ellos, le dijo: Ex-
tiende tu mano. El lo hizo y su mano Las imprecaciones.
quedó sana. 11 Ellos se llenaron de
furor y trataban entre sí qué podrían 24Pero ¡ay de vosotros (2), ricos,
hacer contra Jesús. porque habéis recibido vuestro con-
suelo! 25 ¡Ay de vosotros los que
ahora estáis hartos, porque tendréis
Elección de los doce. hambre! ¡Ay de vosotros los que ahora
reís, porque gemiréis y lloraréis! 26 ¡Ay
12 Y
aconteció en aquellos días que de vosotros si todos dijeren bien de
salió El hacia la montaña para orar, vosotros, porque así hicieron sus pa-
y pasó la noche orando a Dios (1). dres con los falsos profetas!
13 Y
cuando llegó el día, llamó a Sí
a los discípulos y escogió a doce de
ellos, a quienes dió el nombre de El amor hacia los enemigos.
apóstoles: Simón, a quien puso tam-
bién el nombre de Pedro, y Andrés, 27 Pero yo os digo a vosotros que
su hermano, Santiago y Juan, Fe- me escucháis, amad a vuestros ene-
Mateo y Tomás,13
lipe y Bartolomé, migos, haced bien a los que os abo-
Santiago el de Alfeo y Simón llamado rrecen, 28 bendecid a los que os mal-
el Celador.
16 Judas de Santiago y dicen y orad por los que os calum-
Judas Iscariote, que fué el traidor. nian. 29 Al que te hiere en una me-
17 Y bajando con ellos del monte se
jilla ofrécele la otra, y a quien te
detuvo en un llano (2), y la muche- tome el manto no le estorbes tomar
dumbre de sus discípulos, y una gran la túnica, 30da a todo el que te pida,
multitud del pueblo de toda la Judea y no reclames de quien toma lo tuyo.
31 Tratad
y de Jerusaléh y del litoral de Tiro a los hombres de la manera
y de Sidón, 18 que habían venido para en que vosotros queréis ser de ellos
oírle y ser curados de sus enferme- tratados. 32 Si amáis a los que os
dades; que eran molestados de
y los aman, ¿qué gracia tendréis? ¿Porqué
los impuros eran curados.
espíritus los pecadores aman también a quie-
19 Y toda la multitud buscaba tocar- nes les aman? 34 Y si prestáis a aque-
la, porque salía de El una virtud que
sanada a todos.
(1) San Lucas nos da sólo cuatro bienaven-
turanzas, y en las tres primeras es de notar la
(1) Es muy de notar la conducta del Señor forma más material de su redacción, pues nom-
contada por San Lucas. Antes de escoger a los bra sólo a «los pobres», mientras San Mateo dice
doce pasa la noche en oración ante su Padre, «los «los que padecen ham-
pobres de espíritu»;
como si buscara el acierto en la elección que va bre», cuando San Mateo dice «hambre de justi-
a hacer. cia». No
hay duda que San Lucas se debe inter-
(2) Baja del monte y encuentra en una lla- pretar por San Mateo.
nura a la muchedumbre con los enfermos, que (2) A las cuatro bienaventuranzas añade San
buscan de El la salud. En esta llanura, que bien Lucas las cuatro amenazas, desconocidas de los
puede ser una meseta, como escribe San Mateo, otros evangelistas, que deben explicarse según
pone San Lucas el Sermón del Monte. Mt. 5-7.) el mismo espíritu de las bienaventuranzas.
1150 SAN LUCAS, 7

líos de quienes esperáis recibir, ¿qué i contra la casa, pero no puede conmo-
gració tendréis? Los pecadores pres- |
verla, porque está bien edificada.
49
tan a los pecadores para recibir de El que oye y no hace es semejante
ellos igual favor. 36 Pero amad a al hombre que edifica su casa sobre
vuestros enemigos, haced bien y pres- tierra, sin cimentar; contra la cual
tad sin esperanza de remuneración, choca el río, y luego se cae, y viene
y será grande vuestra recompensa, a ser grande la ruina de aquella casa.
y seréis hijos del' Altísimo, que es
bondadoso para los ingratos y los
malos. 36 Sed misericordiosos como El centurión de Calarnaum.
vuestro Padre es misericordioso. 87 No
juzguéis y no seréis juzgados; no 7 1
Cuando hubo acabado de pro-
condenéis y no seréis condenados; ab- nunciar estos discursos a oídos
solved y seréis absueltos. 38 Dad y del pueblo entró en Cafarnaum 2 Es-
se os dará; una medida buena apre- taba a punto de morir un siervo de
tada, colmada, rebosante será derra- cierto centurión, que le era muy que-
mada en vuestro seno. La medida rido. 3 Este oyendo hablar de Jesús
que para otros usareis, ésa se usará envió a El algunos ancianos (1) de
para vosotros. los judíos, rogándole que viniese para
salvar de la muerte a su siervo.
4
Estos, llegados a Jesús, le rogaban
Espíritu de benevolencia. con instancia, diciéndole: Merece que
le hagas esto, 5 porque ama a nuestro
39
Y les dijo también una pará-
pueblo, y él mismo nos ha edificado
bola: ¿Puede un ciego guiar a otro la sinagoga. * Y Jesús echó a andar
ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo? con ellos. Ya no estaba lejos de la
40 Ningún discípulo está sobre su casa, cuando el centurión envió al-
maestro; para ser perfecto ha de ser gunos amigos, que le dijeron: Señor,
como su maestro. 41 ¿Por qué ves la no te molestes, pues no soy digno de
paja en el ojo de tu hermano y no que entres bajo mi techo. 7 Ni yo
adviertes la viga en el tuyo? 42 ¿O me he creído digno de ir a ti. Di sólo
cómo puedes decir a tu hermano: una palabra y mi siervo será sano.
Hermano, déjame quitarte la paja
8
Porque también yo soy un hombre
que tienes en el ojo, cuando tú no sometido a la autoridad, pero tengo
ves la viga que hay en el tuyo? también soldados bajo mi mando, y
Hipócrita, quita primero la viga de digo a éste: Vete, y va, y al otro: Ven,
tu ojo, y entonces verás de quitar y viene, y a mi siervo: Haz esto, y lo
hace. * Oyendo esto Jesús se mara-
la paja que hay en el de tu hermano.
43 Porque no hay árbol bueno que dé villó de él y, vuelto a la multitud que
le seguía, dijo: Yo os digo que tal fe
fruto malo, ni árbol malo que dé fruto
bueno. 44 Pues cada árbol se conoce por como ésta no la he hallado en Israel.
10 Vueltos
su fruto; y no se cogen higos de los a casa los enviados encon-
espinos, ni de la zarza se vendimian
traron sano al siervo.
racimos. 45 El hombre bueno del buen
tesoro de su corazón saca cosas bue-
nas; y el malo saca cosas malas de
La resurrección de IViiím.
su mal tesoro; pues de la abundancia 11
del corazón habla la lengua. 46 ¿Por
Aconteció tiempo después que
qué me llamáis: Señor, Señor,' y no iba a una ciudad llamada Naím, e
hacéis lo que os digo? iban con El sus discípulos y una gran
muchedumbre. 12 Cuando se acer-
caba a la puerta de la ciudad vieron
< ¡oncluslón final. que llevaban un muerto, hijo único

(i) La comparación de este relato con el que


4'
Todo el que viene a mí, y oye nos da San Mateo (8, 5-13) sirve para entender
mis palabras, v las pone en práctica, mejor el estilo de uno y otro evangelistas. San
os diré a quien es semejante. 48 Es Mateo nos da la suma del suceso, y hace ejecu-
tar al centurión mismo lo que en San Lucas
semejante al hombre que edifica una cumplen otros intermediarios. La intervención
casa, que cava y profundiza y ci- de éstos pone mas de relieve la fe y la humildad
menta sobre roca; y sobreviniendo del centurión, y explica mejor la admiración de
una inundación, el río va a chocar Jesús.
SAN LUCAS. 7 1151

de su madre, viuda, y una muche- delante de tu mi mensajero,


faz a
dumbre bastante numerosa de la que preparará camino delante
tu
ciudad la acompañaba. 13 Y
viéndola de ti. 28 Yo
no hay entre
os digo,
el Señor se compadeció de ella (1) y los nacidos de mujer ningún profeta
dijo: No llores. 14 Y acercándose, más grande que Juan; pero el más
le
tocó el féretro; los que lo llevaban pequeño en el reino de Dios es mayor
se detuvieron, y El dijo: Joven, a ti que él.
te hablo, levántate. 18 Y se sentó el
muerto y comenzó a hablar, y El
se lo entregó a su madre. Se apoderó Actitud «lo los publícanos y de los
de todos el temor, y glorificaban a fariseos ante la misión de Juan.
Dios diciendo: Un gran profeta se ha
levantado entre nosotros, y Dios ha Todos los que le escucharon, aun
29

visitado a su pueblo. 17 Y la fama de los publícanos, recibieron el bautis-


este suceso corrió por toda la Judea mo de Juan, reconociendo la justicia
y por todas las regiones vecinas. de Dios; 30 pero los fariseos y los
doctores de la Ley anularon el con-
sejo divino respecto de ellos no ha-
I I mensaje del Bautista. ciéndose bautizar por él. 31 ¿A quién,
pues, compararé yo a los hombres
18
Los discípulos de Juan dieron de esta generación, y a quién son
a éste noticia de todas estas cosas y, semejantes? 32 Son semejantes a los
llamando Juan a dos de ellos, 19 los niños que, sentados en la plaza, invi-
envió al Señor para decirle: ¿Eres tú tan a los otros, diciendo: Os tocamos
el que viene, o esperamos a otro? la flauta y no danzáis, os hemos
20 Llegados cantado lamentaciones y no habéis
a El le dijeron: Juan el
Bautista nos envía a ti, para pre- llorado. 33 Porque vino Juan, el Bau-
guntarte: ¿Eres tú el que viene, o tista, que no comía pan, ni bebía
esperamos a otro? 21 En aquella mis- vino, y decíais: Tiene el demonio.
ma hora curó a muchos de sus enfer- 34 Vino el Hijo del hombre, que come
medades y males, y de los espíritus y bebe, y decís: Es comilón y bebedor
malignos, e hizo gracia de la vista a de vino, amigo de publícanos y peca-
muchos ciegos, 22 y tomando la pala- dores. 35 Pero la sabiduría ha sido jus-
bra les dijo: Id y comunicad a Juan
j

tificada por todos sus hijos.


lo que habéis visto y oído: Los ciegos ]

ven, los cojos andan, los leprosos i

quedan limpios, los sordos oyen, los I


La pecadora arrepentida.
muertos resucitan, los pobres son
evangeliza los. 23 Y bienaventurado
¡

36 Le invitó un fariseo a comer


es quien no se escandaliza en mí. con él, se puso
y entrando en su casa
a la mesa. 37 Y
he aquí que llegó
una mujer pecadora, que había en
El panegírico del Bautista. la ciudad, la cual sabiendo que es-
taba a la mesa en casa del fariseo,
24
Cuando se hubieron ido los men- con un pomo de alabastro de ungüen-
sajeros de Juan, comenzó Jesús a to, se puso detrás de El, junto a sus
decir a la muchedumbre acerca de él: pies, llorando, y bañaba en lágrimas
¿Qué habéis salido a ver al desierto? sus pies y los enjugaba con los cabe-
¿Una caña agitada por el viento? llos de su cabeza, y besaba sus
26¿Qué salisteis a ver? ¿Un hombre pies (1) y los ungía con el ungüento.
vestido con molicie? Los que visten 39 El fariseo que le había invitado,

suntuosamente y viven regalados es- dijo para sí: Si éste fuera profeta,
tán en los palacios de los reyes. conocería quién y cuál es esta mujer
26 ¿Qué
salisteis, pues, a ver? ¿Un que le toca, porque es una pecadora.
profeta? Sí, yo os digo, y más que 40 Y tomando Jesús la palabra, le
27 Este
profeta. es aquel de quien dijo: Simón, tengo una cosa que de-
está escrito: He aquí que yo envío cirte: Y él dijo: Maestro, habla. Un

(i) Este milagro, propio de San Lucas, nos (i) Esta conducta de la pecadora, que re-
muestra admirablemente la tierna compasión sueltamente entra en la casa y se postra a los
para con la pobre y desolada viuda y para con pies de Jesús, contrasta con la actitud de los fa-
su hijo. riseos, recriminados en el párrafo anterior.
1152 SAN LUCAS, 8

acreedor tenía dos deudores, el uno le La parábola del sembrador.


debía quinientos denarios, el otro
cincuenta. 42 No teniendo ellos con 4
Reunida una gran muchedumbre
qué pagar, se lo condonó a ambos. de los que venían a El de cada ciu-
¿Quién, pues, le amará más? 43 Res- dad^ dijo en parábola: 5 Salió un
pondiendo Simón, dijo: Supongo que j
sembrador a sembrar su simiente, y
aquel a quien condonó más. Díjole: al sembrar, una parte cayó junto al
Bien has respondido. 44 Y vuelto a camino, y fué pisada, y las aves del
la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta cielo la comieron. 6 Otra cayó sobre
mujer? Entré en tu casa, y no me peña, y nacida, se secó por falta de
diste agua para lavar los pies; mas humedad. 7 Otra cayó en medio de
ella ha regado mis pies con sus lá- espinas, y creciendo con ella las espi-
grimas y me los ha enjugado con sus j
nas, la ahogaron. 8 Otra cayó en
cabellos. 45 No me diste el ósculo ;
tierra buena, y nacida, dió un fruto
de paz; pero ella, desde que entré, céntuplo. Dicho esto, clamó: El que
no ha cesado de besarme los pies. |
tenga oídos para oír que oiga.
46 No ungiste mi cabeza con óleo,

y ésta ha ungido mis pies con ungüen- Razón «le las parábolas.
to. 47 Por lo cual te digo que le son
perdonados sus muchos pecados, por- 9 Preguntábanle sus discípulos qué

que amó mucho (1). Pero a quien significaba aquella parábola. 10 El Y


poco se le perdona, poco ama. 48 Y a contestó: A vosotros os ha sido dado
ella le dijo: Tus pecados te son per- conocer los misterios del reino de
donados. 49 Y comenzaron los con- Dios, a los demás sólo en parábolas,
vidados a decir entre sí: ¿Quién es de manera que viendo no vean y
éste para perdonar los pecados? (2). oyendo no entiendan.
60 Y
dijo a la mujer: Tu fe te ha sal-
vado, vete en paz. Explicación de la parábola del
sembrador.
Las proveedoras de Jesús. aquí la parábola: La semilla es
He
la palabra de Dios. 14 Los que están
Q Yendo por las ciudades y aldeas
1
a lo largo del camino son los que
predicaba y evangelizaba el reino oyen; pero en seguida viene el diablo
de Dios. Le acompañaban los doce y arrebata do su corazón la palabra,
18 Los
1
y algunas mujeres, que habían sido | para que no crean y se salven.
curadas de espíritus malignos y de que están sobre peña son los que,
enfermedades, María, llamada Mag- cuando oyen, reciben con alegría la
dalena, de la cual había echado siete palabra; pero no tienen raíces, creen
demonios, 3 Juana mujer de Cusa, por algún tiempo y al tiempo de la
administrador de Herodes, y Susana, |
tentación sucumben. 14 Lo que cae
y otras varias que le servían con sus i
entre espinas son aquellos, que oyen-
bienes (3). do, van, y se ahogan en los cuidados,
la riqueza y los placeres de la vida,
Expuesto el contraste entre la conducta 18 Lo caído
(i) y no llegan a madurez.
de Simón y la observada por la pecadora, declara en buena tierra son aquellos que,
Jesús que por esas muestras de amor le fueron ovendo con corazón generoso y bueno,
perdonados sus muchos pecados. Pero a quien
poco se le perdona, es una señal de que ama poco,
retienen la palabra y dan fruto por
como sería el caso del fariseo. «La caridad cubre la perseverancia.
la muchedumbre de los pecados.» (I Pet. 4. 8.)
(a) Más atrás (5, 17 ss.) se nos cuenta cómo El misterio del reino debe ser
Jesús hizo un milagro para probar que poseía conocido.
el poder de perdonar los pecados.
(3) Es San Lucas el único que menciona al 18 Nadie, después de haber encen-
lado de los discípulos a las mujeres que seguían
dido una lámpara, la cubre con un
la compañía de Jesús y atendían a sus necesida-
des materiales. No era esto extraño a las costum-
en la ribera occidental del lago de Genesaret.
bres de los rabinos, si hemos de creer a F. Jo-
sefa (Ant. XVII, n). De ambos ejemplos se No hay motivos para creer que la posesión dia-
una vida culpable; pero el nú-
autorizaban los Apóstoles, según indica San Pa- bólica signifique
mero siete acaso indique una recaída en el mismo
blo (I Cor. 9, 5). La piedad y la gratitud por la
talud recibida eran la causa que las movía a ejer- mal. (Mt. u, 45.) Esta presentación de la Mag-
cer esta obra de misericordia. Una de ellas es
dalena demuestra también que no tiene nad»
María Magdalena, o de Magdala, ciudad situada que ver con la pecadora de 7, 37 ss-
SAN LUCAS, 8 1153

utensilio cualquiera ni la pone debajo i hombre. Pues muchas veces se apo-


de la cama, sino que la coloca sobre deraba de él, y le ataban con cadenas
el candelero para que los que entren y le sujetaban con grillos, pero rom-
vear. 17 Pues nada hay oculto que pía las ligaduras y era arrebatado
no haya de descubrirse, ni secreto por el demonio a los desiertos. 30 Pre-
que no haya de conocerse y salir guntóle Jesús: ¿Cuál es tu nombre?
¡

a la luz. 18 Mirad, pues, cómo es- Contestó él: Legión, porque habían
cucháis, porque al que tiene se le entrado en él muchos demonios.
31 Y le rogaban que no los mandase
|

dará, y al que no tiene, aun lo que


le parece tener, se le quitará. volver al abismo. 32 Había allí una
piara de puercos bastante numerosa
paciendo en el monte, y le rogaron
Los parientes «le Jesús. que les permitiese entrar en ellos.
Y se lo permitió. 33 Y saliendo los
19
Vino su madre con sus herma- demonios del hombre entraron en
nos, y no lograron acercarse a El a los puercos, y se lanzó la piara por
causa de la muchedumbre. 20 Y le un precipicio abajo hasta el lago,
comunicaron: Tu madre y tus her- y se ahogó.
manos están ahí fuera y desean verte. 34 Viendo los pastores lo sucedido
21 Y El contestó diciéndoles: Mi madre
|

huyeron, y lo anunciaron en la ciudad


y en los campes. 35 Y salieron a ver
¡

y mis hermanos son estos, los que


oyen la palabra de Dios y la ponen lo ocurrido, y vinieron a Jesús, y
por obra. encontraron al hombre, de quien ha-
/•til bían salido los demonios, vestido y
;

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I en su pleno juicio y sentado a los pies


La tempestad calmada. de Jesús, de lo que se quedaron espan-
tados. 38 Los que habían visto cómo
22
Sucedió, pues, un día que subió el endemoniado había sido curado
con sus discípulos a una barca, y lo contaban, s ' y toda la gente del
les dijo: Pasemos a la otra ribera territorio de los gerasenos le rogó se
del lago, y se dieron a la mar. retirase de allí, porque estaban domi-
23 Mientras navegaban se durmió. nados de un gran temor. El, subiendo
Vino sobre el lago una borrasca, y a la barca, se volvió. 38 El hombre,
el agua que entraba los ponía en de quien había echado los demonios
peligro. 24 Llegándose a El le des- le suplicaba quedarse con El. Pero
pertaron diciendo: Maestro, Maestro, El le despidió, diciendo: Vuélvete a
que perecemos. Despertó El e in- tu casa y refiere lo que te ha hecho
crepó al viento y al oleaje del agua, Dios. Y se fué por toda la ciudad
que se aquietaron, haciéndose calma. pregonando cuanto le había hecho
" Y les dijo: ¿Dónde está vuestra Jesús.
fe? Y llenos de temor se admiraban
y se decían unos a otros: ¿Pero
quién es éste, que manda a los vien- La hija de Jairo y la hemorroisa.
tos y al agua y le obedecen?
40 Cuando Jesús estuvo de vuelta
le recibió la muchedumbre, pues
La curación del endemoniado y
todos estaban esperándole. 41 Y llegó
la muerte de la piara.
un hombre, llamado Jairo, que era
jefe de la sinagoga y, cayendo a los
26 Arribaron
a la región de los pies de Jesús, le suplicaba que en-
gerasenos, que está frente a Galilea, trase en su casa, 42 porque tenía una
27
y bajando El a tierra le salió al hija única, de unos doce años, que
encuentro un hombre de la ciudad estaba a punto de morir. Y mientras
poseído de los demonios, que en iba, las muchedumbres le ahoga-
mucho tiempo no se había vestido, ban. 43 Y una mujer que padecía
ni morado en casa, sino en los sepul- flujo de sangre desde hacía doce años,
cros. 28 Cuando vió a Jesús, gritando y que en médicos había gastado toda
se postró ante El, y en alta voz dijo: su hacienda sin lograr ser de ninguno
¿Qué hay entre mí y ti, Jesús, Hijo curada, 44 se acercó por detrás y tocó
de Dios Altísimo? Te pido que no la orla de su vestido, y al instante
me atormentes. Porque El ordenaba cesó el flujo de su sangre.
al espíritu impuro que saliese del 46
Y dijo Jesús: ¿Quién me ha
73
1154 SAN LUCAS, 9

tocado? Como
todos negaban, dijo que era Juan que había resucitado
Pedro y de su compañía: Maestro,
los de entre los muertos, 8 otros que era
las muchedumbres te rodean y te Elias que se había aparecido, y otros
oprimen. 48 Pero Jesús dijo: Alguno que había resucitado alguno de los
me ha tocado, porque yo he conocido antiguos profetas. * Dijo Hcrodes:
que una virtud lia salido de mí. A Juan le degollé yo, ¿quién puede
47 La mujer, viéndose descubierta, ser éste de quién oigo tales cosas?
se llegó temblando, y postrándose Y deseaba verle.
ante El, le dijo ante iodo el pueblo
por qué le había toendo y cómo al
instante había quedado sana. 48 El Regreso de los discípulos y mul-
le dijo: Hija, tu íe te ha salvado,
tiplicación de los panes.
vete en paz.
40
Aún estaba hablando, cuando A su vuelta, los Apóstoles le con-
llegó uno de casa del jefe de la sina- taron cuanto habían becho. 10 Y El,
goga diciendo: Tu bija ha muerto, tomándolos consigo, se retiró a un
no molestes ya al Maestro. 60 Pero lugar apartado hacia una ciudad
Jesús que lo oyó, respondió: No temas, llamada Betsaida. 11 Tero la muche-
cree y será sana. 61 Llegado a la dumbre se dió cuenta y fué en pos
casa, no permitió que entrasen con de El. Y habiéndolos recibido, les
El mas que redro, Juan y Santiago y hablaba del reino de Dios y curaba
el padre y la madre de la niña. a todos los necesitados. 14 Empezaba
52 Todos lloraban
y plañían por ella.ya a declinar el día, y acercándosele
Y Ies dijo El: No lloréis, porque no los doce, le dijeron: Despide a la mu-
está muerta, es que duerme. 43 se Y
chedumbre para que vayan a las
burlaban de El, pues sabían muy bien aldeas y alquerías de alrededor,
que estaba muerta. 54 El, tomándola donde se alberguen y encuentren ali-
de la mano, le dijo en alta voz: mentos, porque aquí estamos en el
Niña, levántate. 55 Y
volvió a ella desierto. 13 les contestó: Dadles Y
el espíritu, y al instante se levantó, vosotros de comer. Ellos le dijeron:
y El mandó que le diesen de comer. No tenemos más que cinco panes y
M Los padres se quedaron estupe- dos peces; a no ser (pie nosotros vaya-
factos, pero El les mandó que no mos a comprar provisiones para
contasen a nadie lo sucedido. todo este pueblo... 14 Porque eran
unos cinco mil hombres. Y dijo a sus
La misión de los Apóstoles. discípulos: Hacedlos recostarse por
grupos como de cincuenta. 14 Y lo
9 1 Habiendo convocado a los doce hicieron así, diciéndoles-que se recos-
16 Y tomando los cinco
les d¡ó poder sobre todos los demo- tasen todos.
1
nios y de curar enfermedades, y los panes y los dos peces, alzó los ojos
envió a predicar el reino de Dios y a al ciclo, los bendijo y se los dió a los
hacer curaciones. 3
Y les dijo: No discípulos para que los sirviesen a la
toméis nada (I) para el camino, ni muchedumbre. 17 Comieron, se sa-
báculo, ni alforja, ni pan, ni dinero, ciaron todos y se recogieron de las
ni llevéis dos túnicas. 4 Y en cual- sobras doce cestos de mendrugos.
quier casa en que entréis, quedaos
5 Cuanto
allí, sin dejarla basta partir.
I.a confesión de Pedro.
a los que no quieran recibiros, sa-
liendo de aquella ciudad, sacudios
18 Y aconteció que orando El a
el polvo de los pies en testimonio
".ontra ellos. 6 Y partieron y reco- solas, estaban con El los discípulos,
• rieron las aldeas anunciando el Evan- a los cuales preguntó: ¿Quién dicen
gelio y curando en todas partes. las muchedumbres que soy yol
18 Respondiendo ellos, le dijeron:
Opinión de Hcrodes sobre .lesús. Juan Bautista; otros Elias, otros que
uno de los antiguos profetas que ha
7 Tuvo noticias Herodcs el tetrarca resucitado. 10 Dfjoles El: ¿Y vosotros

de todos estos sucesos, y estaba vaci- quién decís que soy? Respondiendo
lante, por cuanto algunos decían Pedro, dijo: El Cristo de Dios. ,l El
les prohibió decir esto a nadie, aña-
(t) Que pueda en algún modo servir de es- diendo: Es preciso que el Hijo del
torbo a vuestra misión. hombre padezca mucho, y que sea
SAN LUCAS, 9 1155

rechazado de los ancianos, y de los aquí que de entre ella comenzó a


príncipes de los sacerdotes, y de los gritar un hombre, diciendo: Maestro,
escribas, y sea muerto y resucite te ruego que eches una mirada sobre
al tercer día. este mi hijo, porque es mi hijo único,
39
y el espíritu le coge, le hace gritar,
Necesidad de seguir a Jesús. le agita haciéndole echar espuma-
rajos, y a duras penas de se retira
23 Y
decía a todos: Si alguno quiere él después de haberle molido. 40 He
venir en pos de mí, niéguese a sí suplicado a tus discípulos que lo
mismo, tome cada día su cruz y echasen, y no han podido. 41 Y Jesús,
sígame. 24 Porque quien quisiere respondiendo, dijo: ¡Oh generación
salvar su vida, la perderá; pero quien incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo
perdiere su vida por amor de mí, habré de estar con vosotros y sopor-
la salvará.
25 Pues ¿qué aprovecha al taros? Tráemelo acá. 42 "al acer- Y
hombre ganar todo el mundo si el carse, el demonio
echó por tierra
le
26 Porque
se pierde o se condena? y lo agitó fuertemente. Pero Jesús
quien se avergonzare de mí y de increpó á! espíritu impuro, y curó
mis palabras, de él se avergonzará al niño y se lo entregó a su padre.
el Hijo del hombre cuando venga
43
Y todos se maravillaron al ver
en su gloria y en la del Padre y de la grandeza de Dios.
los santos ángeles. 27 En verdad os
digo que hay algunos de los que están
aquí que no gustarán la muerte
antes que vean el reino de Dios. Profecía de la pasión.

la transfiguración. Admirándose todos de cuanto hacía,


dijo El a sus discípulos: 44 Estad
28
Y como unos ocho
aconteció atentos a lo que voy a deciros: El
días después que,tomando a Pedro, Hijo del hombre ha de ser entregado
a Juan y a Santiago, subió a un en poder de los hombres. 45 Pero
monte a orar. 29 Y mientras oraba, ellos no sabían lo que significaban
el aspecto de su rostro se transformó, estas palabras, estaban para ellos
y sus vestidos se hicieron resplande- veladas, de manera que no las enten-
cientes. 30 Y
hablaban con El dos dieron, y temían preguntarle sobre
varones, que eran Moisés y Elias, ellas.
que aparecían gloriosos y le hablaban
de su muerte, que había de cumplirse
•en Jcrusalén. 32 Pedro y sus com- Quién será el mayor.
pañeros estaban cargados de sueño;
despertar vieron su gloria y a 46 Les vino
y al a ellos este pensamiento,
los dos varones que con El estaban. ¿quién sería entre ellos el mayor?
33 Y al
desaparecer éstos, dijo Pedro 47 Y conociendo Jesús los pensa-
a Jesús: Maestro, qué bueno es mientos de su corazón, tomó a un
estar aquí, hagamos tres cabañas, niño, le puso junto a sí, 48 y les dijo:
una para ti, otra para Moisés y otra El que rccil forc a este niño en mi
para Elias, sin saber lo que se decía. a mí me recibe, y el que me
nombre
34 Micnlras esto decía, apareció una
recibe a mí, recibe al que me envió,
nube que los cubrió, y quedaron y el menor de entre vosotros, ése
atemorizados al entrar en la nube. será el más grande.
35 Y de la nube una voz que
salió
dijo: Este es mi Hijo, mi elegido,
escuchadle. 36 Mientras sonaba la
voz estaba Jesús solo. Ellos callaron, La invocación del nombre de
Jesús por los extraños.
y por aquellos días no contaron
nada de cuanto habían visto.
49 Tomando la palabra Juan, dijo:
Curación del epiléptico endemo- Maestro, hemos visto a uno echar los
niado. demonios en tu nombre y se lo hemos
estorbado, porque no era de nuestra
37
Al día siguiente, al bajar del compañía. 60 Contestóle Jesús: No se
monte, vino a su encuentro una lo estorbéis, pues el que no está
numerosa muchedumbre. 38 Y he contra vosotros está con vosotros.
1156 SAN LUCAS, 10

La mala acogida de los sama- sí, a toda ciudad y lugar adonde El


ritanos. había de venir, 2 y les dijo: La mies
es mucha y los obreros pocos; rogad,
61 Estando para cumplirse los pues, al amo que mande obreros a
días de su asunción (1), se dirigió su mies. 8 Id, que yo os envío como
resueltamente a Jerusalén, 62 y envió corderos en medio de lobos. * No
mensajeros (2) delante de sí, que llevéis bolsa, ni alforja, ni sanda-
en su camino entraron en una aldea lias, a nadie saludéis por el camino.
y
de samaritanos para prepararle al- 6
En cualquiera casa que entréis,
bergue. 64 No fueron recibidos (3), decid primero: La paz sea con esta
porque iban a Jerusalén. 64 Viéndolo casa. • Y
si hubiere allí un hijo de
los discípulos, Santiago y Juan dije- la paz, descansara sobre él vuestra
ron: Señor, ¿quieres que digamos paz; si no, se volverá a vosotros.
que baje fuego del ciclo que los con- 7 Permaneced en
esa casa, y comed y
suma? 55 Y
volviéndose, Jesús los bebed lo que os sirvieren, porque el
reprendió, 66 y se fueron a otra aldea. obrero es digno de su salario. No
vayáis de casa en casa. 8 Y en cual-
quier ciudad donde entrareis y os
Varias vocaciones. recibieren, comed lo que os fuere
servido y curad a los enfermos que
6'
Y siguiendo ellos el camino, en ella haya, y decidles: El reino
vino uno que le dijo: Te seguirá a de Dios
está cerca de vosotros.
donde quiera que vayas. 68 Jesús 10 En cualquier ciudad donde en-
le respondió: Las raposas tienen cue- tréis y no os recibieren, salid a las
vas, y las aves del cielo nidos; pero plazas y decid: Hasta el polvo que
el Hijo del hombre no tiene donde de vuestra ciudad se nos pegó a los
reclinar la cabeza (4). 69 A otro le pies os lo sacudimos, pero sabed que
12 Yo
dijo: Sigúeme, y respondió: Señor, el reino de Dios está cerca. os
déjame ir primero a sepultar a mi digo que aquel día Sodoma (1) será
padre. 60 Y El le contestó: Deja a tratada con menos rigor que esa
los muertos sepultar a sus muertos, ciudad. 13 jAy de ti, Corazainl jAy de
y tú vete y anuncia el reino de Dios. ti, Betsaida! (2) Que si en Tiro y en
81 Otro
le dijo: Te seguiré, Señor, Sidón hubieran sido hechos los mila-
pero déjame antes despedirme de los gros, que en vosotras se han hecho,
de mi casa. 62 Jesús le dijo: Nadie tiempo ha que en saco y sentados
que después de haber puesto la mano en ceniza hubieran hecho penitencia.
14 Pero Tiro
sobre el arado mire atrás (5) es y Sidón serán tratados
apto para el reino de Dios. con más blandura que vosotras en
el juicio. 15 Y tú, Caíarnaum, que te
levantas (3) hasta el ciclo, hasta
1 el infierno serás abatida.
18 El que
1 () Después de esto, designó Jesús
a otros setenta y dos y los a vosotros os oye, a mí me oye, y el
envió de dos en dos (6), delante de que a vosotros os desecha a mí
me desecha (4), y el que me desecha
a mi, desecha al que me envió.
(1) En este punto comienza la cuarta parte
del Evangelio, y por esta frase vemos que San
Lucas encamina al Salvador hacia Jerusalén, sión de los doce, que nos cuenta San Mateo
donde ha de morir. Esto nos suministra una in- en 10, 1 ss.

dicación general del lugar y tiempo a que per- (1) En Gén. (18-19) se refieren los pecados
tenece todo el conjunto de sucesos, que no suelen de Sodoma y la justicia que Dios hizo en ella,
llevar indicación alguna geográfica ni cronológica. quedando como ejemplar de la cólera divina.
(2) Un grupo de discípulos caminaba de- (Deut. 29, 23.)
lante del grueso de la comitiva, para buscar hos- (2) San Mateo (1 1, 20 ss.) parece colocar este
pedaje en los lugares por donde debían pasar. discurso del Salvador a la vista de las ciudades
(3) Las relaciones de los samaritanos y de los situadas a orillas del lago. San Lucas enlaza este
judíos no eran nada amistosas, y más cuando pasaje con los versículos anteriores, en que habla
intervenía un motivo religioso. (In. 4, 9.) de la ciudad hipotéticamente incrédula. Si en
(4) Muéstrale con esto el espíritu de abne- Tiro y en Sidón. Ciudades fenicias situadas en
gación de que ha de venir animado. la costa, al norte de Galilea, y que más de una

(5) Debe de ser éste un proverbio común, e vez fueron objeto de las amenazas de los profetas.
indica que quien se da al reino de Dios no debe (3) La prosperidad material era causa de su
mirar a otra cosa. orgullo, que tendrá por castigo el abatimiento.
(6) Se parece esta misión de los setenta y dos (4) Hermosa semencia que muestra el valor
iscipulos, referida sólo por San Lucas, a la nu- de la misión que los discípulos reciben.
SAN LUCAS, 10 1157

Vuelta de los setenta. toda tu alma, con todas tus fuerzas


y con toda tu mente, y al prójimo
17 Volvieron los setenta y dos como a ti mismo. 28 Y le dijo: Bien
llenos de alegría, diciendo: Señor, has respondido. Haz esto y vivirás.
29
hasta los demonios se nos sometían El, queriendo justificarse, pre-
en tu nombre (1). 18 Y El les dijo: guntó a Jesús: ¿Y quién es mi pró-
Veía yo a Satanás caer del cielo (2) jimo? (1).
como un rayo. 19 Yo os he dado
poder para andar sobre serpientes Parábola del samaritano.
y escorpiones y sobre toda potencia
enemiga, y nada os dañará. 20 Mas 30 Tomando Jesús la palabra, dijo:
no os alegréis de que los espíritus Bajaba un hombre de Jerusalén a
os estén sometidos, alegraos más bien Jericó y cayó en poder de ladrones,
de que vuestros nombres están escri- que le desnudaron, le cargaron de
tos en los cielos. azotes, y se fueron dejándole medio
muerto. 31 Por casualidad, bajó un
sacerdote por el mismo camino, y
Revelación del Padre a los viéndole, pasó de largo. 32 Asimismo
pequeños. un levita, pasando por aquel sitio,
le vió también y pasó adelante.
21 En
aquella hora se sintió inun- 33 Pero un samaritano,
que iba de
dado de gozo en el Espíritu Santo y camino, llegó a él, y viéndole, mo-
dijo: Yo te alabo, Padre, Señor del vido a compasión, 34 acercándosele,
cielo y de la tierra, porque has ocul- le vendó las heridas derramando en
tado estas cosas a los sabios y pru- ellas aceitevino, y haciéndole
y
dentes y las revelaste a los pequeños, montar sobre
su propia cabalga-
es, Padre, porque tal ha sido tu dura, le condujo al mesón y cuidó de
beneplácito. 22 Todo me ha sido él.
35 A la mañana, sacando dos
entregado por mi Padre, y nadie denarios, se los dió al mesonero y
conoce quién es el Hijo sino el Padre, dijo: Cuida de él, y lo que te cueste,
y quién es el Padre sino el Hijo, a la vuelta te lo pagaré. 36 ¿Quién
y aquel a quien el Hijo quisiere de estos tres (2) te parece haber
revelárselo. 23 Y
vuelto a los discí- sido prójimo de aquel que cayó en
pulos, aparte les dijo: Dichosos los poder de ladrones? 37 El contestó:
ojos que ven lo que vosotros veis, El que hizo con él misericordia.
24 porque yo os digo que muchos Contestóle Jesús: Vete y hazlo tú
profetas y reyes quisieron ver lo mismo.
que vosotros veis y no lo vieron,
y oír lo que oís, y no lo oyeron. Marta y María.
38
Yendo de camino, entró en una
El mayor precepto. aldea, y una mujer, Marta de nom-
bre, le recibió en su casa. 39 Tenía
25
Levantóse un doctor de la Ley ésta una hermana llamada María (3),
para tentarle, y le dijo: Maestro,
¿qué haré para alcanzar la vida eterna?
26 Ley. Este principio constituye la diferencia ra-
El le dijo: ¿Qué está escrito en la dical entre el Evangelio y la Ley, tal como los
Ley? ¿Cómo lees? 27 Le contestó doctores la entendían, a modo de norma jurídica
diciendo: Amarás al Señor tu, que regula los actos exfernos de la vida.
Dios (3), con todo tu corazón, con (1) Esta instancia es propia de San Lucas,
que con ella introduce la hermosa parábola del
samaritano.
(1) Como niños, los discípulos vuelven ale- (2) Tal pregunta, a la que luego responde el
gres de las obras realizadas; Jesús levanta sus «vete y haz tú lo mismo», no responde directa-
pensamientos a considerar un motivo más alto mente a la cuestión arriba propuesta por el es-
de alegría. criba, «quien es mi prójimo». Pero, aunque in-
(2) La expulsión de los demonios signifi- directa, esta respuesta es bien cla.ra, para que
caba una victoria sobre el príncipe de las ti- todos puedan entenderla.
nieblas y un retroceso de su imperio ante el (3) Con este episodio nos traslada el evange-
reino de Dios. (11, 20.) listaa Betania. Aparece claro que esta María
(3) San Mateo (22, 34 ss.) y San Marcos que aquí se nos presenta no tiene nada que ver
(12, 28 ss.) proponen la misma cuestión en forma ni con la Magdalena ni con la pecadora. San
un poco diferente; mas para venir a la misma Lucas nos hace su presentación como si no la
conclusión, que el amor es la suma de toda la conociéramos.
1158 SAN LUCAS. 11

la cual, sentada a los pies del Señor, tará y le dará cuanto necesite. • Y os
1

escuchaba su palabra. 40 Marta anda- digo: Pedid y se os dará; buscad y


ba afanada en los muchos cuidados hallaréis; llamad y se os abrirá:
del servicio, y acercándose, dijo: 10 porque quien pide recibe, y quien
¿Señor, no te da enfado que mi her- busca halla, y al que llama se le
mana me deje a mí sola en el ser- abre. 11 ¿Qué padre entre vosotros,
vicio? Dile, pues, que me ayude. si el hijo le pide un pan, le dará
41 Respondió el Señor y le dijo: una piedra? ¿O si le pide un pez,
Marta, Marta, tú te inquietas y te ¡le dará en vez del pez una serpiente?
turbas por muchas cosas; pero pocas ¿O si le pide un huevo le dará un
son necesarias, o mas bien una sola. escorpión? 13 Si vosotros, pues, que
42 María ha escogido la mejor par- sois malos, sabéis dar cosas buenas

te (1), que no le será arrebatada. a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro


Padre celestial dará el Espíritu San-
La oración dominical. to (1) a los que se lo piden?

1
Acaeció que, hallándose El Origen del poder sobre los
orando en cierto lugar, así que demonios.
acabó, le dijo uno de los discípulos:
Señor, enséñanos a orar, como tam- 14 Estaba expulsando
a un demo-
bién Juan enseñaba a sus discí- nio mudo, y así que salió el demonio,
pulos (2). 2
Y El les dijo: Cuando habló el mudo. Y 15
las muchedumbres
oréis, decid: Padre, santificado sea se admiraron, pero algunos de
el tu nombre; venga a nos el tu reino; ellos dijeron: Por poder de Bcclzebul,
3
danos cada día el pan cotidiano; príncipe de los demonios, expulsa
4 perdónanos nuestras deudas, por- éste los demonios; 16 otros, para ten-

que también nosotros perdonamos a tarle, le pedían una señal del ciclo.
todos nuestros deudores y no nos 17 Pero El, conociendo sus pensa-
pongas en tentación (3). mientos, les dijo: Todo reino divi-
dido contra sí mismo será devas-
18 Si,
Parábola del ami<|o importuno. tado, y caerá casa sobre casa.
pues, Satanás se halla dividido con-
5
Y les dijo (4): Si alguno de vos- tra sí mismo, ¿cómo se mantendrá
otros tuviere un amigo y viniese a su reino? Puesto que decís que por
él a medianoche, y le dijera: Amigo, virtud de Bcelzebul expulso yo a
19
préstame tres panes; 6 pues un amigo los demonios. Si yo expulso a los
mío ha llegado de viaje y no tengo demonios por Bcclzebul, vuestros hijos
qué darle. 7 Y él, respondiendo desde ¿por quién los expulsan? Por esto
dentro, le dijese: No me molestes, ellos mismos serán vuestros jueces.
20 Pero si expulso a los demonios
la puerta está ya cerrada, y mis í

niños están ya conmigo en la cama, por el dedo de Dios, sin duda que
no puedo levantarme para dártelos. el reino de Dios ha llegado a vos-
8
Yo os digo que, si no se levanta y otros. 21 Cuando un fuerte, bien ar-
'

se los da por ser amigo suyo, a lo mado (2), guarda su palacio, segu-
|

22 pero, si llega
menos por la importunidad, se levan- ros están sus bienes
uno más fuerte que él, le vencerá,
le quitará las armas en que confiaba,
to La cual no era otra cosa que el reino de repartirá sus despojos. 23 El que
Dios, que ella veía en la palabra de Jesús. En la y
historia de la espiritualidad cristiana, estas dos
no está conmigo está contra mí, y el
hermanas representan la vida activa y la vida ,que conmigo no recoge, derrama.
contemplativa. 24 Cuando un espíritu impuro sale
(a) San Mateo inserta la oración dominical de un hombre (3), recorre los luga-
en la sección del Sermón del Monte, que dedica
a la oración (6, 5-15); mas parece que la ocasión
de su enseñanza debe de ser ésta. La antigua (1) Es este el don mesiánico. en el cual se
tradición coloca este suceso en el Monte de resumen todas las gracias divinas. (Act. 3. 38;

los Olivos, en la Eleona. 19, 3 ss.)


(3) Como las bienaventuranzas, asi el padre- (3) Parábola para mostrar que El. que ex-
nuestro está más abreviado. La Iglesia prefirió pulsa los demonios, es más fuerte que éstos.
desde principio la forma más completa de San
el (3) Espíritu impuro, porque induce a actoi
Mateo para la oración litúrgica. de impureza, como se le llama mudo porque
Esta parábola se liga a lo que precede, produce la mudez. La parábola enseña el mal
(4)
un modo
y con ella trata de enseñar la confianza y la per- de la recalda en «1 pecado, pintada de
severancia en la oración. muy gráfico.
SAN LUCAS, 11 1159

res áridos buscando reposo, y no ojo; si tu ojo es puro, todo tu cuerpo


hallándolo se dice: Volveré a la casa estará iluminado; pero si fuese malo,
de donde sali; 85 y viniendo la en- también tu cuerpo estará en tinie-
cuentra barrida y aderezada. 48 En- blas. 35 Cuida, pues, que tu luz no
tonces va y toma otros siete espí- tenga parte de tinieblas. 30 Porque
ritus peores que él y, entrando, si todo tu cuerpo es luminoso, sin
habitan allí, y vienen a ser las pos- parte alguna tenebrosa, todo él res-
trimerías de aquel hombre peores plandecerá como cuando la lámpara
.que los principios. te ilumina con vivo resplandor.

Elogio de la madre de Jesús.


Reprensión de los fariseos \

27
doctores.
Mientras El decía estas cosas,
levantó la voz una mujer de entre la
37
muchedumbre y dijo: Dichoso el Estaba hablando, y le invitó
seno que te llevó y los pechos que un fariseo a comer con él; y fué y
mamaste (1). zs Pero El dijo: Más se puso a la mesa. 38 El fariseo se
bien, dichosos los que oyen ja pala- maravilló de ver que no se había
bra de Dios y la guardan. lavado antes de comer. 39 Y el Señor
le dijo: Mira,
vosotros los fariseos
•Juicio severo sobre la presente limpiáis la copa y el plato por de
generación. fuera, pero vuestro interior está lleno
de rapiña y maldad. 40 iTnsensatosl
29 Acaso el que ha hecho lo de fuera no
Creciendo la muchedumbre, co-
ha hecho también lo de dentro?
menzó a decir: Esta generación es 41 Sin embargo,
dad limosna según
una generación mala; pide una señal,
vuestras facultades y todo será puro
y no le será dada otra señal que la para vosotros. 42 ¡Ay de vosotros,
de Jonás. 30 Porque como fué Jonás
fariseos, que pagáis el diezmo de la
señal para los ninivitas, así también
menta, y de la ruda, y de todas las
lo será elHijo del hombre para esta
legumbres, y descuidáis la justicia
generación. 31 La reina del Medio-
día (2) se levantará en el juicio
y el amor de Dios! Hay que hacer
esto sin omitir aquello. 43 (Ay de
contra los hombres de esta genera-
ción y los condenará; porque vino
vosotros, fariseos, que amáis los
primeros asientos en las sinagogas y
de los confines de para oír
la tierra
los saludos en las plazasl 44 ¡Ay de
la sabiduría de Salomón, y hay aquí
vosotros, que sois sepulturas que no
algo más que Salomón. 32 Los nini-
se ven, que los hombres pisan sin
vitas se levantarán en el juicio
saberlo!
contra esta generación y la conde- 45 Tomando
la palabra un doctor
narán, parque hicieron penitencia a
de la Ley le dijo: Maestro hablando
la predicación de Jonás, y hay aquí ;

así nos ultrajas también a nosotros.


más que Jonás. 46 Pero El le dijo: ¡Ay también de

I.a luz de Cristo, luz del alma. vosotros, doctores de la Ley, que
echáis pesadas cargas sobre los hom-
bres, y vosotros ni con uno de vues-
33
Nadie enciende la lámpara (3) tros dedos las tocáis! 47 ¡Ay de vos-
y la pone en un rincón, ni bajo el otros, que edificáis monumentos a
celemín, sino sobre un candclcro, para los profetas, a quienes vuestros pa-
que los que entren tengan luz. 34 La dres dieron muerte! 48 Vosotros mis-
lámpara de tu cuerpo (4) es tu mos atestiguáis que consentís en la
obra de vuestros padres; ellos los
Curiosa exclamación la de esta mujer,
mataron; vosotros les edificáis sepul-
(1) 49 Por
madre sin duda, que se entusiasma oyendo a cros. esto dice la Sabiduría
Jesús enseñar. La respuesta del Salvador con- de Dios: Yo les envío profetas y
cuerda con de Mt. 12, 50; Me. 3, 35.
la apóstoles, y ellos los matan y per-
(2) Es la reina de
Saba, en la Arabia Meridio- siguen, 60 para que sea pedida cuenta
nal, de que se habla en I Reg. 10, 1 ss.
a esta generación de la sangre de
(3) Esa lámpara es el mismo Jesús, predica-
dor de la verdad, que lleva a Dios. todos los profetas derramada desde
(4) Es la misma verdad evangélica, que, de- el principio del mundo, 61 desde la
positada en el alma, debe servir de guía para sangre de Abel hasta la sangre de
caminar hacia la consecución de la salud. Zacarías, asesinado entre el altar y
1160 SAN TUCAS, 12

el santuario; sí, os digo que le será no os preocupéis de cómo o qué


pedida cuenta a esta generación- habéis de responder o decir, 12 por-
62 jAy
de vosotros, doctores de la. que el Espíritu Santo os enseñará en
Ley, que os habéis apoderado de la aquella hora lo que habéis de decir.
llave de la ciencia; y ni entráis vos-
otros ni dejáis entrar! 53 Cuando salió
de allí comenzaron los escribas y fari- Cuidado con la avaricia.
seos a acosarle terriblemente y a pro-
ponerle muchas cuestiones, 64 ar- 13 Díjole uno de la muchedumbre;
mándole trampas para cogerle por Maestro, di a mi hermano que parta
alguna palabra de su boca. conmigo la herencia. 14 El le respon-
dió: Pero hombre, ¿quién me ha
constituido juez o partidor entre
Advertencia a los discípulos. vosotros? 15 Y les dijo: Mirad de
guardaros de toda avaricia, porque
1 O 1
se fué juntando la
Entretanto aunque se tenga mucho no está la vida
I ^ muchedumbre por millares, has- en la hacienda. 16 Y les dijo una pa-
ta el punto de pisarse unos a otros, rábola: Había un hombre rico, cuyas
y comenzó El a decir a sus discí- tierras le dieron gran cosecha. 17 Y
pulos: Ante todo guardaos del fer- él comenzó a pensar dentro de sí,
mento de los fariseos, que es la hipo- diciendo: ¿Qué haré, pues no tengo
cresía, 2 pues nada hay oculto que dónde encerrar mi cosecha? 18 Y dijo:
no haya de descubrirse (1), y nada Ya sé lo que voy a hacer; demoleré
escondido que no haya de llegar a mis graneros y los haré más grandes,
saberse. 3 Por esto, todo lo que decís y almacenaré en ellos todo mi grano
en las tinieblas (2) será oído en la y mis bienes, 19 y diré a mi alma:
luz, y lo que habláis al oído en vues- Alma, tienes muchos bienes almace-
tros aposentos, será pregonado desde nados para muchos años, descansa,
los terrados. 4 Y a vosotros, mis come, bebe, regálate. i0 Pero Dios
amigos, os digo: No temáis a los que le dijo: Insensato, esta misma noche
matan el cuerpo y después no tienen te pedirán el alma, y todo lo que has
ya más que hacer. 8 Yo os diré a acumulado, ¿para quién será? 21 Así
quién habéis de temer; temed al que, será el que atesora para sí y no es rico
después de haber dado la muerte, ante Dios (1).
tiene poder para ecl ar en la gehenna.
Sí, yo os digo que temáis a ése.
* ¿No se venden cinco pájaros por dos Confianza en la Providencia.
ases? Y, sin embargo, ni uno de ellos
está en olvido ante Dios. 7 Y aun 22 Y
dijo a sus discípulos: Por esto
hasta los cabellos de vuestra cabeza os digo: No os preocupéis de vuestra
están contados. No temáis, vosotros vida pór lo que comeréis, ni de vues-
valéis más que muchos pájaros. tro cuerpo por lo que vestiréis,
8
Yo os digo: a quien me confesare 23
porque la vida es más que el ali-
delante de los hombres, el Hijo del mento, y el cuerpo más que el ves-
hombre le confesará delante de los tido. 24 Mirad a los cuervos (2),
ángeles de Dios. 9 El que me negare que ni hacen sementera ni cosecha,
delante de los hombres, será negado que no tienen ni despensa ni granero y
ante los ángeles de Dios. 10 A quien Dios los alimenta; ¿cuánto más valéis
dijere una palabra contra el Hijo vosotros que un ave? " ¿Quién de
del hombre le será perdonado; pero vosotros, a fuerza de cavilar, puede
al que blasfemare contra el Espí- añadir un codo a su estatura? 24 Si,
ritu Santo no le será perdonado. pues, no podéis ni lo menos, ¿por
II Cuando os lleven a las sinagogas, qué preocuparos de lo más? 27 Mi-
ante los magistrados y las autoridades, rad los lirios cómo crecen; ni tra-
bajan, ni hilan, y yo os digo que ni
(x) La hipocresía de los fariseos vendrá tam- Salomón en toda su gloria se vistió
bién a la luz.
El misterio del reino de Dios, que a ellos
(a) (i) En esta parábola muestra la inanidad de
se comunica aparte, a las claras deberán publi- los bienes terrenos ante el valor eterno del alma.
carlo y a la luz del dfa, aunque sea con peligro (a) Hermosa página ésta, que nos enseña,
de su vida, por la cual no deberán temer, pues a la luz de las obras naturales, la providencia del
Dios tiene cuenta de ella y la guardará para la Padre celestial. Confiados en ella, hemos de bus-
eternidad. car sin afán el pan de cada día. (Mt. 6. as ss).
SAN LUCAS, 12 1161

como uno de ellos. 28 Y si a la hierba, choso ese siervo a quien el amo, al


que hoy está en el campo, y mañana llegar, le hallarehaciendo así. 44 En
es arrojada al horno, asi la viste verdad os digo que le pondrá sobre
Dios, ¿cuánto más a vosotros, hom- todos sus bienes. 45 Pero si ese siervo
bres de poca fo? 29 No andéis buscando dijere en su corazón: Mi amo tarda
lo que comeréis o lo que beberéis, en venir, y comenzase a golpear a
no andéis ansiosos, 30 porque todas los siervos y siervas, a comer, y
estas cosas las buscan las gentes del beber, y embriagarse, 48 llegará el
mundo, pero vuestro Padre sabe que amo el día que menos lo espere y a
tenéis de ellas necesidad. 31 Vosotros la hora que no sabe, y le quitará
buscad su reino (1), y todo eso pondrá entre los infieles. 47 Y
y le
se os dará por añadidura. 32 No temas, que conocía la voluntad
ese siervo,
rebañito mío (2), porque vuestro de su amo y no se preparó, y .no
Padre se ha complacido en daros el hizo conforme a ella, recibirá muchos
reino. 33 Vended vuestros bienes y azotes. 43 Pero el que no la conocía
dadlos en limosna; haceos bolsas y hace cosas dignas de castigo, re-
que no se gastan, un tesoro inagotable cibirá menos. A quien mucho se da,
en los cielos (3), a donde ni el mucho se le reclamará, y a quien
ladrón llega, ni la polilla roe; 34 por- mucho se ha entregado mucho se le
que donde está vuestro tesoro, allí pedirá.
está vuestro corazón.

IV'cccsidud de la vi(jilancia. Por Jesús, o contra Jesús.


49
Yo he venido a echar fuego (1)
35 la tierra, ¿y qué
Tened ceñidosvuestros lo- en he de querer sino
mos (4) y encendidas las lámparas, que se encienda? 50 Tengo que recibir
86
y sed como hombres, que esperan un bautismo (2), ¡y cómo me siento
a su amo, de vuelta de las bodas, constreñido hasta que se cumplal
61 ¿Pensáis que
para que, al llegar él y llamar, al he venido a traer la
instante le abran. 37 Dichosos los paz a la tierra? Os digo que no, sino
siervos a quienes el amo hallare en la disensión. 82 Porque en adelante
vela; en verdad os digo que se ce- estarán en una casa cinco divididos,
ñirá, y los sentará a la mesa, y se tres contra dos y dos contra tres;
53
prestará a servirles. 38 Ya llegue a se dividirán el padre contra el
la segunda vigilia, ya a la tercera, hijo, y el hijo contra el padre, y la
si los encontrare así, dichosos ellos. madre contra la hija, y la hija contra
39
Vosotros sabéis bien que si el amo la madre, la suegra contra la nuera,
de casa conociera a qué hora habría y la nuera contra la suegra.
de venir el ladrón, velaría y no dejaría
horadar su casa. 40 Estad, pues,
prontos, porque a la hora que menos
Las señales del tiempo.
penséis vendrá el Hijo del hombre.
41 Dijo Pedro:
Señor, ¿es a nosotros 54 Y a la muchedumbre le decía tam-
a quienes dices esta parábola, o a bién: Cuando veis levantarse una
todos? 42
Y
el Señor contestó: ¿Quién nube por el poniente, al instante decís:
es, pues, el administrador fiel, pru- Va a llover. Y así es. 55 Y cuando
dente, a quien pondrá el amo sobre sentís el viento sur que sopla, decís:
su servidumbre para distribuirle la Va a hacer calor. Y
así sucede.
ración de trigo a su tiempo? 43 Di- 56 Hipócritas; sabéis juzgar del as-
pecto de la tierra y del cielo; ¿pues
cómo no juzgáis de los tiempos pre-
Este debe ser el objeto de nuestros afa-
(1)
sentes? 57 ¿Por qué no juzgáis por
nes; lo demás se nos dará por añadidura.
(2) Expresión consoladora para los discípu- vosotros mismos lo que es justo?
68 Cuando vayas, pues, con tu
los de todos los tiempos, que se ven hechos ob- ad-
jeto de las persecuciones del mundo. versario al magistrado, procura en el
(3) Nuevo modo de hacer que los bienes te-
rrenos contribuyan a la felicidad eterna del alma. (1) Es el fuego santificador del Espíritu, que
(4) Desarrolla en esta sección el mismo tema da vida eterna. Por eso desea Jesús que se pro-
que San Mateo nos ofrece en 24, 26 ss., el de la pague.
preparación o vigilancia con que hemos de vivir (2) Singular expresión que muestra cómo
para presentarnos ante el tribunal de Dios a Jesús vivía con ansias de consumar su obra con
darle cuenta de nuestra vida. el bautismo de sangre, que era su muerte.
1162 SAN LUCAS, 13

camino desembarazarte de él, no dignado porque había curado en


sea que te entregue al juez (1), y i sábado (1), decía a la mucho-
el juez te ponga en manos del algua- I dumbre: Hay seis días en los cuales
cil, y el alguacil te meta en la cárcel. se puede trabajar; cu esos, venid y
69
Te digo que no saldrás hasta que curaos, y no en día de sábado.
hayas pagado el último ochavo. 15 Respondióle el Señor y dijo:
Hipócritas, ¿cualquiera de vosotros
no suelta
del pesebre su buey o su
Invitación a la penitencia. asno en sábado y lo lleva a beber?
18
¿Pues esta hija de Abraham, a
1
Por aquel tiempo se presen- quien Satanás tenía ligada dieciocho
13 taron algunos (2), que le años ha, no había de ser soltada de
contaron lo de los galileos, cuya san- su atadura en día de sábado? 18 Y
gre había mezclado Pilato con la diciendo esto confundía a todos sus
de los sacrificios que ofrecían. 2 Y adversarios: y la muchedumbre se
respondiéndoles dijo: ¿Pensáis que alegraba de las obras prodigiosas que
esos galileos fueran más pecadores hacía.
que los otros por haber padecido
todo esto? 3 Yo os digo que no;
y que si no hiciereis penitencia* todos Fl grano de mostaza.
igualmente pereceréis. 4 Y aquellos
18
dieciocho sobre los (pie cayó la torre Decía, pues: ¿A que es seme-
de Siloé matándolos, ¿creéis que eran jante el reino de Dios, y a qué
más pecadores que todos los otros, lo compararé? 19 Es semejante a ün
que moraban en Jcrusalén? 5 Os digo grano de mostaza (2), que uno
que no, y que si no hiciereis pe- toma y arroja en su huerto, y crece
nitencia, todos igualmente perece- y se convierte en un árbol, y las
réis. * Y dijo esta parábola: Tenía aves del cielo anidan en sus ramas.
uno plantada una higuera en su viña, 20 Y de nuevo dijo: ¿A qué compararé
y vino en busca del fruto y no lo el reino de Dios? 21 Es semejante al
halló. 7 Dijo entonces al viñador: fermento, que una mujer toma y
Van ya tres años que vengo en busca echa en tres medidas de harina hasta
del fruto de esta higuera, y no lo que fermenta todo (3).
hallo; córtala; ¿por qué ha de ocupar
la tierra en balde? 8 Y le respondió
y dijo: Señor, déjala aún por este La salud ile los gentiles y la re-
año, que la cave y la abone a ver probación de los israelitas.
8 si da fruto para
el año que viene...;
22 Y recorría
si no, la cortarás. las ciudades y las
aldeas, enseñando y siguiendo su
camino hacia Jcrusalén. 23
Y le
Una curación en sábado. dijo uno: Señor, ¿son pocos los que
se salvan? El le dijo: 24 Esforzaos a
10
Enseñaba en una sinagoga un entrar por la puerta estrecha (4),
11 Y había
sábado. allí una mujer,
que tenía un espíritu de enfermedad (i) Un ejemplo más que nos pone de mani-
hacía dieciocho años, y estaba en- fiesto la aberración moral de los doctores judies
en la interpretación de la Ley. (Me. a, 23 ss.)
corvada, y no podía en modo alguno (a) Esta parábola declara la desproporción
12
enderezarse. Viéndola Jesús la entre los orígenes humanos del reino de Dios, o
llamó y le dijo: Mujer, estás curada sea, la vida humilde de Jesús, su pasión, los co-
de tu enfermedad. 13 Y le impuso las mienzos de la Iglesia, etc., y su maravilloso des-
manos y al instante se enderezó, arrollo ulterior en la tierra y en el cielo. Lo cual
glorificaba a Dios. 14 Y tomando tiene una aplicación perfecta a la vida de los
y la
Santos, que se apoyan sólo en Dios. (Mt. 13, 31;
palabra el jefe de la sinagoga, in Me. 4, 31.)
Asi va el Evangelio y su gracia transfor-
(3)
(i) Mientras caminamos por vida tenemos
la mando
al individuo y la sociedad, callada, pero
tiempo para arreglar nuestras cuentas con Dios eficazmente. (Mt. 13, 33.)
por medio de la penitencia. (4) Jesús rehuye responder a la pregunta de
(a) Vienen a darle la triste nueva, suponiendo los discípulos; pero enseña lo que debemos hacer
que, como a galileo, le habrá de interesar. Como tratándose de negocio tan grave como el de nues-
siempre, Jesús saca de aquí una lección para tra salvación. Esta exige esfuerzos, y para ase-
invitar a la penitencia. Ni de este episodio ni gurarla hay que violentarse, porque una vez ex-
del siguiente se tiene otra noticia. cluidos del reino de los cielos ya no hay remedia
SAN LUCAS, 14 1163

porque os digo que muchos serán los El hidrópico curado en sábado.


que busquen entrar y no podrán,
15 una vez que el amo de casa se 14 1 Habiendo entrado en casa
levante y cierre la puerta, y quedaréis * de uno de los principales fari-
fuera y llamaréis a la puerta di- seos para comer en día de sábado
ciendo: Señor, ábrenos, y os respon- le estaban observando. 2
Y había
derá: No sé de dónde sois.
26 Enton- delante de él un hidrópico. 3 toman- Y
ces comenzaréis a decir: Hemos co- do Jesús la palabra habló a los doc-
mido y bebido contigo, y lias ense- tores de la Ley y a los fariseos,
ñado en nuestras plazas. 27 Y él diciendo: ¿Es lícito Curar en sábado,
dirá: Os repito que no sé de dónde o no? 4 Ellos guardaron s'lencio.
sois. Apartaos de mí todos, obreros Y asiéndole, le curó y le despidió.
de iniquidad. 28 Allí habrá llanto y
8 Y
les dijo: ¿Quién de vosotros,
crujir de dientes, cuando viereis a si su hijo, o su asno, cayere en un

Abraham, a Tsac, y a Jacob y a to- pozo, no le saca al instante, en día


dos los profetas en el reino de Dios, de sábado? 6
Y no podían repli-
mientras vosotros sois arrojados fuera. carle (1).
29Y vendrán de Oriente y de Occi-
dente, del Septentrión y del Medio-
día (1), y se sentarán a la mesa Invitación a la modestia.
en el reino de Dios. 30 Y los últimos
serán los primeros, y los primeros Decía a los invitados una pará-
'

serán los últimos. bola, observando cómo escogían para


sí los primeros puestos: 8 Cuando
seas invitado a una boda, no te
La astucia de Herodes. sientes en el primer puesto, no sea
31 En aquella hora se le acercaron
que venga otro más honrado que
tú invitado por aquél, 9 y llegando
algunos de los fariseos diciéndole: el que al uno y al otro os invitó, te
Sal y vete de aquí, porque Herodes diga: Cede a éste el sitio, y entonces
quiere matarte (2). 32 Y El les dijo con vergüenza vayas a ocupar el
Id y decid a esa raposa: Yo expulso último puesto. 10 Cuando seas invi-
demonios y hago curaciones hoy y tado, ve y siéntate en el postrer
las haré mañana, y al día tercero lugar para que, cuando venga el
consumaré mi obra. 33 Pues he de qac te invitó, te diga: Amigo, sube
andar hoy y mañana, y al día siguien- más arriba. Entonces tendrás gran
te, porque no puede ser que un pro
honor en presencia de todos los co-
feta perezca fuera de Jerusalén. mensales. 11 Porque el que se ensalza
será humillado, y el que se humilla
Amenaza contra Jerusalén. será ensalzado.

84 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas

a los profetas y apedreas a los que Sobre la elección de los invitados.


te son enviados! ¡Cuántas veces quise
juntar a tus hijos como el ave su 12
Y dijo también al que le había
nidada debajo de las alas y no qui invitado: Cuando hagas una comida
sistel 35 Se os deja vuestra casa o una cena, no llames a tus amigos,
Y os digo que no me veréis hasta que ni a tus hermanos, ni a los parientes,
digáis: ¡Bendito el que viene en el ni a los vecinos ricos, no sea que ellos
nombre del Señor! (3). a su vez te inviten y tengas ya tu
recompensa. 13 Cuando hagas una
comida, llama a los pobres (2),
a los tullidos, a los cojos
a los ciegos, y
14
y tendrás la dicha de que no pue-
dan pagarte, porque recibirás la re-
tí) El argumento se apoya en la exégesis ra-
bínica, la cual queda calificada con sólo expo-
nerla.
(2) Los banquetes de ostentación y camara-
dería quiere que sean sustituidos por actos de
misericordia, que Dios recompensará en la vida
eterna.
1164 SAN LUCAS, 15

compensa en la resurrección de los que ¿quién de vosotros, queriendo


justos. una torre, no se sienta pri-
edificar
mero y enícola los gastos, a ver si
La parábola de los invitados des- tiene para terminarla? 29 No sea que,
corteses. echados los cimientos y no pudiendo
acabarla, todos cuantos lo vean se
15 Oyendo esto uno de los invita- burlen de 61 diciendo: Este hombre
dos, dijo: Dichoso el que coma pan 31
comenzó a edificar y no pudo acabar.
en el reino de Dios (1). 16 Y
El 1c ¿O que rey saliendo a campaña
para guerrear con otro rey, no con-
contestó: Un hombre hizo un gran
sidera primero y delibera si puede
banquete e invitó a muchos. 17 a Y
hacer frente con diez mil al que viene
la liora del banquete envió a su
contra él con veinte mil? 32 Si no,
siervo a decir a los invitados: Venid,
hallándose aún lejos aquel, le envía
que ya está preparado todo. 18 Y
una embajada, haciéndole propo-
todos unánimemente comenzaron a
siciones de paz. 83 Así, pues, cual-
excusarse, el primero dijo: He com-
prado un campo, y tengo que salir quiera de vosotros que no renuncie a
todos sus bienes (1), no puede
a verlo; te ruego que me des por 31
excusado. 19 Otro dijo: Ha comprado
ser mi discípulo. Buena es la
sal pero si la sal se vuelve
(2);
cinco yuntas de bueyes, y tengo que
insípida, ¿con qué se sazonará? 35 Ni
ir a probarlas; ruégote que me des
para la tierra es útil, ni aun para el
por excusarlo. 20 Y otro dijo: He
estercolero; la tiran fuera. El que
tomado mujer, y no puedo ir. 21 Y
tenga oídos para oír, que oiga.
vuelto el siervo comunicó a su amo v
estas cosas. Entonces el amo de casa,
irritado, dijo a su siervo: Sal aprisa La censura de los fariseos.
a las plazas y calles de la ciudad, y a
los pobres, tullidos, ciegos y cojos
tráclos aquí. 22 Y
el siervo le dijo: \5 1 Se acercaban a El todos los
Señor, esta hecho lo que mandaste publícanos y pecadores para
y aún queda lugar. 23 Y
dijo el amo
oírle. 2
Y los fariseos y escribas
al siervo: Sal a los caminos y a los
murmuraban (3), diciendo: Este
cercados, y obliga a entrar, a fin acoge a los pecadores y come con
ellos.
de que se ¡lene mi casa, 24 porque os
digo que ninguno de aquellos que La oveja perdida.
hablan sido invitados gustará mi
cena. 3 Y propuso esta parábola,
les
4
¿Quién habrá entre vos-
diciendo:
Necesidad de la almefiaeióri para otros que teniendo cien ovejas y
tomar la cruz. habiendo perdido una de ellas no
deje las noventa y nueve en el de-
25 Se sierto y vaya en busca de la perdida
le juntaron numerosas muche-
dumbres, y, vuelto a ellas, les decía: hasta que 'la halle? 8 Y, una vez
26 Si alguno viene a mí
y no aborrece hallada, alegre la pone sobre sus
al padre, a la madre, a la mujer, hombros, y vuelto a casa convoca
a los hijos, a los hermanos, a las her- a los amigos y' vecinos, dicícndoles:
manas y aun su propia vida (2), Alegraos conmigo, porque hallé la
no puede ser mi discípulo. 27 El que oveja perdida. 7 Yo os digo que en
no toma su cruz y viene en pos de
mí, no puede ser mi discípulo. 28 Por- (1) Que no pospone todos los bienes al se-
guimiento de Jesús, de manera que prefiera per-
derlos todos antes que renunciar a la fe y amor
(1)La imagen del banquete para representar del Salvador. Tal ha sido la conducta de los
al reino mesiánico era familiar a los judíos. De mártires en todos los tiempos.
aquí la exclamación del comensal, de la cual (2) Esta sal son los discípulos para la tierra
Jesús toma pie para proponer oirá parábola, con (Mt. 5. 13); si perdiesen su virtud para nada
que muestra la poca estima que se hacía del aprovecharían.
banquete, a juzgar por el desprecio de los invi- (3) Esta es la clave para entender la razón
tados. de las parábolas siguientes, por las cuales Jesús
(2) He aquí una pretensión que sería exce- muestra a estos celadores de la virtud cuanta
siva, si Jesús no fuera Hijo de Dios, y si el se- es la misericordia de Dios y cómo se alegran
guirle a El no fuera lo más trascendental para los santos ángeles, buenos conocedores de esta
el hpoibre, su salud eterna. misericordia, de la conversión de los pecadores
SAN LUCAS, 16 1165

24 porque éste mi hijo que había


el cicloserá mayor la alegría por un
pecador que haga penitencia que muerto ha vuelto a la vida, se había
por noventa y nueve justos, que no perdido y ha sido hallado. Y se
necesitan de penitencia. pusieron a celebrar la fiesta.
25 El hijo mayor se hallaba en el

campo, y cuando, de vuelta, se


La dracma perdida. acercaba a la casa, oyó la música
y los coros; y llamando a uno de los
8
¿O quémujer, teniendo diez criados le preguntó qué era aquello.
dracmas, pierde una no enciende
si El le dijo: Ha vuelto tu hermano,
la luz, y barre la casa, y busca cui- y tu padre ha mandado matar un
dadosamente hasta hallarla? 9 Y, becerro cebado, porque ha venido
una vez hallada, convoca a las ami- sano. 28 El se enojó, y no quería
gas y vecinas, diciendo: Alegraos entrar; pero su padre salió y le llamó.
29 El respondió
conmigo; porque hallé la dracma y dijo a su padre:
que había perdido. 10 Tal os digo Hace ya tantos años que te sir-
que será la alegría entre los ángeles vo (1) sin jamás haber traspasado
de Dios por un pecador que haga tus órdenes, y nunca me diste un
penitencia. cabrito para hacer fiesta con mis
amigos; 30 y al venir este hijo tuyo,
que ha consumido su fortuna con
El hijo pródigo. meretrices, le matas un becerro ce-
bado. 31 Y él le dijo: Hijo, tú estás
11
Y añadió: Un hombre tenía siempre conmigo, y todos mis bienes
dos hijos. 12 Y dijo el más joven tuyos son; 32 mas era preciso hacer
de ellos al padre: Padre, dame la fiesta y alegrarse, porque éste tu
parte de hacienda que me corres- hermano estaba muerto y ha vuelto
ponde. Y les dividió la hacienda. a la vida, se había perdido y ha sido
13 Y pasados pocos días, el más hallado.
joven, reuniéndolo todo, partió a
una tierra lejana, y allí disipó toda
su hacienda viviendo disolutamente. El administrador infiel.
14 Después de haberlo gastado todo
sobrevino una fuerte hambre en \ (y
1
Y decía a los discípulos (2):
aquella tierra y comenzó a sentir Había un hombre rico, que tenía
necesidad. 18 Yse fué y se puso a un mayordomo, que fué acusado de
servir a uno de los de aquella tierra, disiparle la hacienda. 2
Y llamándole
que le mandó a sus campos a apa- le dijo: ¿Qué es lo que oigo de ti?
centar puercos. 16 Deseaba llenar su Da de tu administración,
cuenta
estómago de las algarrobas que comían porque ya no podrás seguir de ma-
los puercos, y no le era dado. 17 Y yordomo. 3 Y se dijo para sí el ma-
volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jor- yordomo: ¿Qué haré, pues mi amo
naleros de mi padre tienen pan en me quita la mayordomía? Cavar no
abundancia, y yo aquí me muero puedo, mendigar me da vergüenza.
de hambre! 18 Me levantaré, e iré 4 Ya sé lo que he de hacer, para que

a mi padre, y le diré: Padre, he pe- cuando me destituya de la mayor-


cado contra ti. 19 No soy digno de domía me reciban en sus casas. 5 Y
ser llamado hijo tuyo; trátame como llamando a cada uno de los deudores
a uno de tus jornaleros. 20 Y levan- de su amo, dijo al primero: ¿Cuánto
tándose, se vino a su padre. Y cuandodebes a mi amo? 8 El dijo: Cien
aún estaba lejos viole el padre, y batos (3) de aceite. le Ydijo:
compadecido corrió a él y se arrojó Toma tu caución, siéntate al instante
a su cuello, y le cubrió de besos.
81
Dijole el hijo: Padre, he pecado Habla como hablaría un esclavo o un jor-
(1)
contra el ciclo y contra ti; y no soy nalero, no como un hijo que se siente de casa
digno de ser llamado hijo tuyo. y que mira como suyo cuanto hay en ella. Muy
22
Pero el padre dijo a sus criados: otro es el sentir del padre.
i

Pronto, traed la túnica más rica, (2) Es esta una nueva lección sobre el uso
de las riquezas, las cuales, si no por el modo de
y vestídsela, poned un anillo en su adquirirlas, por el apego que a ellas tienen los
mano y unas sandalias en sus pies, hombres, se pueden bien llamar «riquezas de ini-
23
y traed un becerro bien cebado y quidad». (12, 33 ss.)
matadle, y_eomamos y alegrémonos,
|

(3) Medida hebrea, equivalente a 38 litros.


1166 SAN LUCAS, 16

7
y escribe cincuenta. Luego dijo al se casa con la repudiada por el ma-
otro: ¿Y
tú cuánto debes? El di jo:l rido, comete adulterio.
Cien coros (1) de trigo. Dfjole:
Toma tu eaucóin y escribe ochenta,
8
Y el amo alabó al mayordomo infiel El rico epulón y el pobre Lázaro.
de haber obrado industriosamente,
pues los hijos de este siglo son más 19
Había un hombre rico que vestía
avisados en el trato con los suyos de púrpura y lino, y celebraba cada
que los hijos de la luz. 9 Y yo os digo: día espléndidos banquetes. 80 Y un
Con las riquezas injustas haceos ami- pobre, por nombre Lázaro, estaba
gos, para que, cuando éstas falten, echado en su portal, cubierto de
os reciban en los eternos tabernácu- úlceras, 21 y deseaba hartarse de lo
los.
10 El que es fiel en lo poco, que caía de la mesa del rico: Insta
también es fiel en lo mucho; y el que los perros venían a lamerle las úlce-
en lo poco es infiel, también es infiel ras. 22 Sucedió, pues, que murió el
en lo mucho (2).
11
Si vosotros, pobre, y fué llevado por los ángeles
pues, no sois f.elesen las riquezas al seno de Abraham; y murió tam-
injustas, ¿quién os confiará las rique- bién el rico y fué sepultado. 23 en Y
zas verdaderas? 12
Y si en lo ajeno el infierno, en medio de los tor-
no sois fieles, ¿quién os dará lo vues- mentos, levantó sus ojos y vió a
tro? 13 Ningún criado puede servir Abraham desde lejos y a Lázaro
a dos señores (3); porque, o abo- en su seno. 21 Y, gritando, dijo:
rrece al uno y amará al otro, o se Padre Abraham, ten piedad de mí,
allegará al uno y menospreciará al y envía a Lázaro para que, con la
otro; no podéis servir a Dios y a las punta del dedo mojado en aguo,
riquezas. refresque mi lengua, porque estoy
atormentado en estas llamas. 25 Dijo
Abraham: Hijo, acuérdate de que
Itcprciisión de los fariseos. recibiste ya tos bienes en vida,
y Lázaro "recibió males, y ahora el
es aquí consolado y tú eres ator-
14 Oían estas cosas los fariseos, mentado. 26 Además, entre nos-
que son avaros, y se mofaban de El. otros y vosotros hay un gran abismo,
15 Y les dijo: Vosotros pretendéis de manera que los que quieran atra-
pasar por justos ante los hombres, vesar de aquí a vosotros no pueden,
pero Dios conoce vuestros corazones; ni tampoco pasar de ahí a nos-
porque lo que es para los hombres otros (1).
27 Y dijo: Te ruego, padre (2),
estimable es abominable ante Dios.
18 La Ley
y los Profetas llegan hasta que siquiera le envíes a casa de mi
padre, 28 porque tengo cinco her-
Juan (4); "desde entonces se anun-
cia el reino de Dios y todos se esfuer- manos, para que les advierta, a fin
zan por entrar en él.
17 Pero más de que no vengan también ellos a
fácil es que pasen el cielo y la tierra, Y
este lugar de tormento.
28 dijo
que el faltar un solo ápice de la Ley. Abraham: Tienen a Moisés y a los
18 Todo el que repudia a su mujer Profetas, que los escuchen. 80 él Y
y se casa con otra, adultera, y el que dijo: No, padre Abraham; que si
alguno de los muertos fuese a ellos,
harían penitencia. 31 Y le dijo: Si no
Medida también hebrea, equivalente a 589
(1 )
litros.
oyen a Moisés y a los Profetas, tam-
(2) Estas sentencias sobre el uso de los bienes
temporales y de los eternos tienen analogía con il) Con esta parábola quiere confirmar Jesús
lo dicho sobre el valor de los bienes terrenos.
el pensamiento de la parábola; pero no son ex-
plicación de la misma. El rico con toda su hacienda y con los placeres
(3) Entre Dios y las riquezas hay una oposi- que ésta le procura, acabó en los ardores del in-
fierno, donde se ve precisado a pechr a Lázaro
ción irreductible, y no puede caber el amor de
ambos en el corazón humano. una gota de agua, que no recibe. En cambio, el
(4) Distingue aquí Jesús la época del Anti- mendigo Lázaro es llevado por los ángeles al
guo Testamento, que llega hasta Juan, y la época seno de Abraham, es decir, a la santa compañía
del Reino, que empieza con el Bautista. La mi- de los patriarcas y amigos de Dios.
sión que representaban los escribas ha caduca- (2) No se ha de tomar como suena este len-
do, y asimismo las promesas terrenas que la Ley guaje del condenado. El Señor se vale de expre-
hacía a sus guardadores (Lev. 26, y Deut. a8), siones parabólicas para poner de relieve la ense-
son sustituidas por las eternas, las cuales no ñanza de la parábola, que es la dicha anterior-
dejarán de cumplirse- mente.
SAN LUCAS, 17 1167

poco se dejarán persuadir si un muerto Los diez leprosos.


resucita.
11
Yendo hacia
Jerusalén, atravesó
por entre la Samaría y la Galilea,
12
EJ escándalo. y entrando en una aldea le vinie-
ron al encuentro diez leprosos, que
Itm
1
Y dijo a sus discípulos: F.s a lo lejos se pararon, 13 y levantando
i inevitable (1) que haya es- la voz, decían (1): Jesús, Maestro,
cándalos: sin embargo, tay de aquel ten piedad de nosotros. u Y vién-
por quien vengan! 2 Mejor le fuera dolos, les dijo: Id y mostraos a los
que le atasen al cuello una rueda de sacerdotes. Y en el camino quedaron
molino y fuese arrojado al mar, limpios. 15 Uno de ellos viéndose
antes que escandalizar a uno de cstus curado, volvió glorificando a Dios a
pequeños. 3 Mirad por vosotros. grandes voces: 18 y cayendo a sus
pies, rostro en tierra, le daba gracias.
Y era un samaritano (2). 17 To-
mando Jesús la palabra dijo: ¿Acaso
El perdón del prójimo. no han sido diez los curados? Y los
3 Si peca tu hermano
contra ti, otros nueve ¿dónde están? ¿No ha
corrígele, y si se arrepiente, perdó- habido quien volviera a dar gracias
19 Y le
nale. 4 Y si siete .veces al día peca a Dios sino este extranjero?
contra ti, y siete veces se vuelve a dijo: Levántate y vete, tu fe te ha
ti diciéndotc: Me arrepiento, le per- salvado.
donarás.

La venida del reino de Dios.


El poder de la fe. 20
Preguntado por los fariseos
acerca de cuándo llegaría el reino de
8 Y
dijeron los Apóstoles al Señor:
Dios, respondióles y dijo: No llegará
Acrecienta nuestra fe. 0 Dijo el
el reino de Dios ostensiblemente.
Señor: Si tuvierais fe tanto como un 21
Ni podrá decirse: Helo aquí, o allí,
grano de mostaza, diréis a este sicó- porque el reino de Dios está dentro
moro: Desarráigate y plántate en el
mar, el os obedecerá.
de vosotros (3). 23 Y
dijo a los dis-
cípulos: Llegará tiempo en que desea-
réis ver un solo día del Hi jo del hom-
bre, y no lo veréis. 2:1 os dirán: Y
Siervos inútiles ante el Señor. Hele allí, o 24hele aquí. No vayáis
ni le sigáis, porque así como el
7
¿Quién de vosotros, teniendo un rayo relampaguea y fulgura desde
siervo arando o apacentando el un extremo al otro del ciclo, así
ganado, al volver él del campo 1c Hijo del hombre en su día.
será el
25
dice: Pasa en seguida y siéntate a la Pero antes ha de padecer mucho,
mesa, 8 y no le dice más bien: Prepá- y ser reprobado por esta generación.
rame la cena, cíñete para servirme 26
Y como sucedió en los días de
hasta que yo coma y beba, y luego Noé, asi será en los días de! Hijo
comerás y beberás tú? 9 Deberá gra- del hombre. 27 Comían y bebían,
titud al siervo, porque hizo lo que le los hombres tomaban mujer y las
había sido ordenado? 10 Así también mujeres marido, hasta el día en que
vosotros, cuando hiciereis estas cosas Noé entró en el arca, y vino el dilu-
que os están mandadas, decid: Somos vio y los hizo perecer a todos. 28 Lo
siervos inútiles (2); lo que tenía-
mos que hacer, eso hicimos. Obedientes a la Ley, que les prohibe e-
(1)
trato con los no contagiados, gritan de lejosl
(1) Dada condición humana, no puede
la Jesús responde como en 5, 14, con la diferencia
faltar el escándalo entre los hombres; pero esto de que curó primero al leproso.
allí
no quita la grave responsabilidad del escan- (2) La común
miseria lo había unido a los
daloso. otros, que serían judíos. Los samaritanos aca-
(2) El texto de la parábola inducirla a pensar taban también la ley de Moisés; pero éste creyó
que el intento de Jesús es declararnos los sen- más sagrado volver a dar gracias a Jesús, que acu-
timientos de Dios; pero más bien quiere mostrar dir al cumplimiento del precepto legal.
os que deben tener los discípulos en el servicio (3) Viene callado a las almas, que escuchan
del Señor. con docilidad la voz de Dios.
1168 SAN LUCAS, 18

mismo en los días de Lot: comían y El fariseo y el pubücano.


bebían, compraban y vendían, plan-
taban y edificaban; 29 pero en cuanto • Y
también esta parábola a
dijo
Lot salió de Sodoma, llovió del cielo algunos, que confiaban mucho en sí
fuego y azufre que los hizo perecer mismos ^teniéndose por justos (1), y
a todos. 30 Así será el día en que el despreciaban a los demás: 10 Dos
Hijo del hombre se revele. 31 Aquel ¡ hombres subieron al Templo a orar,
día, el que esté en el terrado y tenga el uno fariseo y el otro pubücano.
11
en casa sus enseres, no baje a cogerlos; El fariseo, en pie, oraba para sí
c igualmente el que esté en el campo de esta manera: O Dios, yo te doy
no vuelva atrás. 32 Acordaos de la gracias de que no soy como los de-
mujer de Lot. 33 El que busque más hombres, rapaces, injustos, adúl-
guardar su vida, la perderá, y el que teros, ni soy como este publicano.
12
la perdiere la conservará. 34 Dígoos Ayuno dos veces en la semana,
que en aquel día estarán dos en una pago el diezmo de todo cuanto poseo.
13
misma cama, uno será tomado y otro El publicano se quedó allá lejos
dejado. 35 Estarán dos moliendo juntas y ni se atrevía a levantar los ojos
una será tomada y otra será dejada. al cielo y hería su pecho, diciendo:
36 Y tomando la palabra le dijeron: O Dios, sé propicio conmigo peca-
¿Dónde será, Señor? Y les dijo: Donde dor. 14 Os digo que bajó éslc justifi-
esté el cuerpo, allí se juntarán los cado a su casa, más bien que aquél.
buitres (1). Porque el que se ensalza será humi-
llado, y el que se humilla será en-
salzado.
Parábola del juez inicuo.
Los niños vienen a Jesús.
A ii 1
Yuna 'parábola (2)
les dijo
16 Y también
para mostrar que es preciso le presentaban niños (2)
,

orar en todo tiempo y no desfallecer, para que los tocase, pero viéndolo los
2
diciendo: Había en una ciudad un discípulos les reprendían. 19 Y Jesús
juez que ni temía a Dios, ni respe- los llama a si, diciendo: Dejad que
taba a los hombres. 3 Y había asi- los niños vengan a mí y no se lo
mismo en aquella ciudad una viuda prohibáis, porque de tales es el reino
que vino a el, diciendo: Hazme jus- de Dios. 17 En verdad os digo, quien
ticia contra mi adversario. 4 Y por no reciba el reino de Dios como un
mucho tiempo no le hizo caso; pero niño, no entrará en él.
luego se dijo para sí: Aunque a la
verdad yo no tengo temor a Dios
ni respeto a los hombres, 6 mas, I 11 abnegación y renuncia de todo.
porque esta viuda me está cargando,
le haré justicia para que no acabe
18 Y
cierto personaje le preguntó,
por molerme. • Dijo el Señor: Oíd diciendo: Maestro bueno (3), ¿que
lo que dice este juez inicuo. 7 Y Dios haré para alcanzar la vida eterna?
19
no hará justicia a sus elegidos, que Jesús le respondió: ¿Por qué me
claman a El día y noche, aun cuando llamas bueno? Nadie es bueno, sino
los haga esperar? 8 Yo os digo que sólo Dios. 20 Ya sabes los preceptos:
hará justicia prontamente. Pero cuan- No adulterarás, no matarás, no ro-
do venga el Hijo del hombre, ¿encon- barás, no levantarás falso testimonio,
trará fe en la tierra? (3).
(1) Hermosa pintura
del espíritu fariseo, que
presumiendo de su despreciaba a los
justicia,
demás por impuros, como
del ánimo humilde
asi
(1) Este versículo, según los códices más au- de tantos publícanos y pecadores que se acer-
torizados, está tomado de San Mateo 24, 28. caban a Jesús en demanda de perdón.
(2) Este relato muestra a las claras la dife- (2) Las madres le ofrecen los niños para que
rencia entre la parábola y la alegoría. Serla ab- les imponga las manos, no dudando que con esto
surdo decir que el juez inicuo era Dios. La for- descendería sobre ellos la bendición divina. Je-
ma de la aplicación de la parábola esta en el ver- sús se complace en bendecirlos, porque los ve
sículo 7. exentos de los prejuicios de sus padres para reci-
(3) No tiene conexión con lo que precede. bir el reino de Dios.
El mismo pensamiento en Mt. 24, 12; Me. 13, (3) El preguntante nota la bondad de Jesús;
32, y II Tes. 2, 3 ss. Se habla del estado del pero El levanta su espíritu a la bondad soberana
mundo al fin de los tiempos. de Dios.
SAN LUCAS, 19 1169

honra padre y madre. 21 Díjole el: El cieyo de Jcricó.


Todos esos preceptos los he guardado
desde la juventud. 22 Oyendo esto 35 Y acercándose a Jcricó, estaba
Josús le dijo: Aún
queda una cosa:
te un ciego sentado junto al camino
Vende cuanto tienes (1), y dalo a los pidiendo limosna. 30 Oyendo a la
pobres, y tendrás un tesoro en el muchedumbre que pasaba, preguntó
ciclo, y luego, sígneme. 23 E!, oyendo qué era aquello. 37 Le contestaron
esto, se puso triste, porque era* muy que era Jesús Nazareno qtie pasaba.
rico. 24
Viéndolo Jesús, dijo: ¡Qué 38 Y el se puso
a gritar, diciendo:
difícilmente entran en el reino de Jesús, hijo de David, ten piedad de
Dios los que tienen riquezas! 25 Por- mí. 39 Los que iban en cabeza le re-
que más fácil es que un camello pase prendían para que callase, pero él
por el ojo de una aguja que el que gritaba cada vez más fuerte: Hijo
un rico entre en el reino de Dios. de David, ten piedad de mí. 40 De-
26 Dijeron los que
le oían: Enton- teniéndose Jesús, mandó que se lo
ces, ¿quien puede salvarse? 27 El res- llevasen, y cuando se le hubo acer-
pondió: Lo que es imposible a los cado, le preguntó: 41 ¿Qué quieres
hombres es posible para Dios. que te haga? Dijo él: Señor, que vea.
42 Y
Jesús le dijo: Ve, tu fe te ha he-
cho salvo. 43 Y
al instante recobró la
vista, y le seguía glorificando a Dios.
El prouxiu de- los Apóstoles. Y todo el pueblo que esto vió daba
28 gloria a Dios.
Díjole Pedro: Pues nosotros (2),
dejando todo lo que teníamos, te
hemos seguido. 29 Y
El les dijo: En Zaqueo.
verdad os digo que ninguno que
haya dejado casa, mujer, hermanos, IOJ 2
1
Y entrando, atravesó Jcricó.
padres o hijos por amor del reino
* Había allí un hombre llama-
de Dios 30 dejará de recibir mucho
do Zaqueo, que era jefe de publíca-
nos y rico. 3 Y hacía por ver a Jesús,
más en este siglo y la vida eterna en pero a causa de la muchedumbre,
el venidero.
no podía, porque era de poca esta-
tura. 4
Y
corriendo delante se subió
a un sicómoro para verle, pues había
iVuevo vaticinio de la pasión. de pasar por allí. 6 Cuando llegó a
aquel sitio, levantó los ojos Jesús,
81
Tomando aparte a los doce les y le dijo: Zaqueo, baja pronto, por-
dijo: He aquí que subimos a Jeru- que hoy he de hospedarme en tu
salén y se cumplirán todas las cosas casa. 0 El bajó a toda prisa (1), y le
escritas del Hijo del hombre por los recibió con alegría. 7 Y viéndolo, todos
profetas, 32 que será entregado a los murmuraban de que hubiera entrado
gentiles y escarnecido c insultado, y a alojarse en casa de un hombre pe-
escupido, 33 cador. 8 Zaqueo, en pie, dijo al Señor:
y después de haberle
azotado le quitarán la vida, y al ter- Señor, doy la mitad de mis bienes a
cer día resucitará. 34 Pero ellos no los pobres y, si a alguien he defrau-
entendían nada
de esto (3), eran dado en algo, le devuelvo el cuádru-
cosas ininteligibles para ellos, no en- plo (2).
9
Díjole Jesús: Hoy ha
tendían lo que les decía. venido la salud a -esta casa, por
cuanto es también
éste hijo de
Abraham; 10
pues el Hijo del hom-
(1) Jesús nos presenta dos caminos: uno el bre ha venido a buscar y salvar lo
de los preceptos, otro el de renunciar a todas las que estaba perdido.
cosas para seguir a Jesús consagrando su vida
a la predicación del Evangelio como los Apósto-
les. A ambos es un obstáculo la avaricia. Parábola de las minas.
(2) Le siguieron no sólo con la práctica de la
11
ley divina, sino con el abandono de todas las Oyendo ellos esto añadió Jesús
cosas, para Unirse a su compañía. A
estos les
promete mayor abundancia en la tierra por la
la
mayor satisfacción que causa el goce de los bienes (:) Es éste otro ejemplo del espíritu dócil,
espirituales y luego ta vida eterna en el cielo. que mostraban aquellos publícanos tan despre-
(3) Los evangelistas notan esa falta de inte- '
ciados de los fariseos.
ligencia en los discípulos siempre que Jesús les (2) Era la pena que la Ley imponía a los
habla de la pasión'. '

ladrones. (Ex- 22, 1.)

74
"70 SAN LUCAS, 19

una parábola (1), por cuanto es- envió a dos de sus discípulos, 30 di-
taba próximo a Jcrusalén, y les pa- ciendo: Id a la aldea, que está en-
recía que el reino fie Dios iba a ma- frente, y en entrando en ella hallaré s
nifestarse luego. 12 Dijo, pues: Un un pollino atado, que todavía no
hombre noble se partió a una región ha sido montado por nadie, y des-
lejana para recibir la dignidad real atándole le traéis. 31 Y si alguno os
13
y volverse; y llamando a diez sier- dijere: ¿Por qué lo soltáis?, diréis así:
vos suyos* Ies entregó diez minas, y El Señor tiene de él necesidad. 32 Fue-
les dijo: Negociad mientras vuelvo. ron los enviados y lo hallaron asi
11 Sus conciudadanos !c aborrecían y como les había dicho. 33 Desalando
enviaron detrás de el una legación, ellos el pollino Ies dijeron sus amos:
diciendo: No queremos que éste reine ¿Por qué desaláis el pollino? 34 Les
sobre nosotros. 15 Y
sucedió que al respondieron: F.l Señor tiene necesi-
volver el, después de haber recibido dad de él. 35 Y lo llevaron a Jesús, y
el reino, hizo llamar a aquellos sier- echando sus manlos sobre el pollino,
vos, a quienes babía entregado el montaron a Jesús.
dinero, para saber cómo habían ne- 36 Según El iba, extendían sus ves-
gociado. 16 Se presentó el primero tidos en el camino. 37 Y cuando ya
diciendo: Señor, tú mina ha produ- se acercaba a la bajada del monte de
cido diez minas. 17 Díjole: Muy bien, los Olivos, comenzó la muchedumbre
siervo bueno, puesto que has sido de
los discípulos a alabar alegres a
fiel en lo poco, recibirás el gobierno Dios, a grandes voces, por- tocios l»is
de diez ciudades. 18 Vino el segundo milagros que habían visto, 32 diciendo:
que dijo: Señor, tu mina ha produ- Bendito el que viene, el Rey, en el
cido cinco minas. 19 Díjole también nombre del Señor; paz en el cíelo y
a éste: Y tú recibe el gobierno de gloria en las alturas.» 39 Y algunos
cinco ciudades. 20 Llega otro di- de los fariseos de entre la muchedum-
ciendo: Señor, ahí tienes tu mina, bre le dijeron: Maestro, reprende a
que tuve guardada en un pañuelo, tus discípulos. 40 Y El contestó, y
21
pues tenia miedo de ti, que eres dijo: Yo os digo que, si ellos callasen,
hombre severo, que quieres recoger las piedras gritarían (1).
lo que no pusiste y segar donde no
sembraste. 22 Díjole: Por tu boca
misma te condeno, mal siervo. Sabías I llanto sobre Jcrusalén.
I

que yo soy hombre severo, que cojo 41


Y
así que estuvo cerca, al ver
donde no deposité, y siego donde no la ciudad, lloró sobre ella (2), dicien-
sembré, 23 ¿por que, pues, no diste do: Si al menos hoy conocieras tú lo
mi dinero al banquero T Y
yo, al que hace a la paz luya! Pero ahora
volver, lo hubiera recibido con los está oculto a lus ojos. 43 Porque
intereses. 24 Y dijo a los presentes: días vendrán sobre li, y te rodearán
Cogedlc a éste la mina y dádsela al de trincheras lus enemigos, y te cer-
que tiene diez. 25 Y le dijeron: Señor, carán, y te estrecharán por todas
tiene ya diez minas. 28 Dfjolcs: Os portes, 44 y te abatirán al suelo a ti
digo que al que tiene se le dará, y y a los hijos que tienes dentro, y no
al que no tiene, aun lo que tiene, dejarán en ti piedra sobre piedra,
27 Cuanto
le será quitado. a esos por no haber conocido el tiempo
mis enemigos, que no quisieron que de tu visitación.
yo reinase sobre ellos, traédmelos acá,
y delante de mi dcgolladlos. 28 Y di-
ciendo esto, siguió adelante subiendo Impulsión de los vendedores.
hacia Jcrusalén. *s Y
entrando en el templo co-
menzó a echar a los vendedores.
46 dicicndoles: Escrito eslá: Será mí
Entrada triunfal en Jcrusalén.
29
Al acercarse a Bctfagé y Betania, (1) La petición de los fariseos implica una
en el monte llamado de los Olivos, acusación de imprudencia cuando menos contra
Jesús. Su respuesta afirma la razón con que
(i) Dos temas
encierra esta parábola: el pri- claman los reprendidos.
mero que debemos dar de los bienes
es la cuenta (i) Es conmovedor este episodio referido por
a nosotros encomendados por el Señor, y con- San Lucas. En medio de las aclamaciones popu-
cuerda con la de los talentos (Mt. 25. 14 ss.); el lares. Jesús llora al descubrir la Ciudad desde
otro es el juicio de los que no quisieron recibir el Olívete, previendo la cercana ruina como cas-
a Jesús como Rey y Mesías. tigo de su incredulidad.
SAN LUCAS. 20 1171

casa de oración: pero vosotros la| el amo de la viña? 18 Vendrá, y hará


habéis convertido en cueva de la-¡ perecer a esos viñadores, y dará la
drones. 47 Y enseñaba cada día en el viña a otros. Oyendo lo cual dijeron:
templo; pero los príncipes de los No lo quiera Dios. 17 El, fijando en
sacerdotes, y los escribas, así como ellos su mirada, les dijo: ¿Pues qué
los primates del pueblo, buscaban significa aquello que está escrito:
perderle, 48 y no sabían qué hacer, La piedra que reprobaron los edifi-
porque el pueblo todo estaba pen- cadores, ésa ha venido a ser cabecera
diente de El escuchándole. de esquina? 18 Todo el que cayere
contra esa piedra se quebrantará, y
aquel sobre quien ella cayere quedará
Oritjen de los poderes de Jesús. desmenuzado.
1 Y
aconteció uno de aquellos
días que, enseñando Elal pueblo El tributo al César.
en el templo y evangelizándolo, se
19
presentaron los príncipes de los sacer- Los escribas y príncipes de los
dotes, y los escribas con los ancianos, sacerdotes quisieron echarle mano en
2
y le dirigieron la palabra, diciendo: aquella hora, porque conocieron que
Dinos con qué poder haces estas cosas, a ellos iba dirigida aquella parábola;
o quién te ha dado ese poder. 3 Y
to- pero tenveron al pueblo. 20 Y que-
mando la palabra les dijo: También dándose al acecho, enviaron espías
quiero yo haceros una pregunta; de- que se presentaron como varones
cidme, pues: 4 ¿El bautismo de Juan justos, para cogerle en alg"o, de ma-
procedía del cielo o de los hombres? nera que pudieran entregarle a la
5 Ellos comenzaron autoridad y poder del gobernador.
a cavilar entre
sí diciéndose: Si decimos: Del cielo,
21
Y le preguntaron, diciendo: Maes-
dirá: ¿Por H u é no le habéis creído? tro, sabemos que hablas y enseñas
* Si decimos: De los hombres, todo el con rectitud, y no tienes miramientos,
pueblo nos apedreará, porque está sino que enseñas según verdad los
persuadido de que Juan era un pro- caminos de Dios. 22 ¿Nos es lícito a
feta. 7 Y así respondieron que no nosotros pagar tributo al César, o
sabían de dónde procedía. 8 YJesús no? 23 Viendo El su falsía, les dijo:
24 Mostradme un denario. ¿De quién
les dijo: Pues tampoco os digo yo
con qué poder hago estas cosas. y la inscripción que tiene?
es la efigie
Dijeron: Del César. Y El les respon-
dió: Pues dad al César lo que es del
Parábola de los viñadores. César, y a Dios lo que es de Dios.
26
Y
no pudiendo cogerle por nada
9
Y comenzó a decir al pueblo esta delante del pueblo, y maravillados
parábola: Un hombre plantó una viña de su respuesta, callaron.
y la arrendó a unos viñadores y se
partió de viaje para largo tiempo.
10 En el tiempo oportuno
envió un La resurrección de los muertos.
siervo a los viñadores para que le
diesen de los frutos de la viña; pero 27
Se le acercaron algunos saduceos,
los viñadores le azotaron, y le despi- que niegan la resurrección, y le pre-
dieron con las manos vacías. 11 Y
vol- guntaron, 28 diciendo: Maestro, Moi-
vióles a enviar otro siervo, y a éste sés nos ha prescrito que si el hermano
también le azotaron, le ultrajaron y de uno viniere a morir dejando mujer
le despacharon vacío. 12 Y aun les y sin hijos, su hermano tome la mujer
envió un tercero, y también a éste le para dar descendencia a su hermano.
echaron fuera, después de haberle 29 Pues había siete hermanos, y el
herido. 13 Dijo entonces el amo de la primero tomó mujer y se murió sin
viña: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo dejar hijos. 30 También el segundo.
amado, a lo menos a éste le respe- 31 Y
el tercero tomó la mujer, e igual-
tarán. 14 Pero en viéndole los viña- mente los siete no dejaron hijos, y
dores, se hablaron unos a otros, di- se murieron. 32 Por fin murió también
ciendo: Este es el heredero; maté- la mujer. 33 En la resurrección ¿de
mosle y será nuestra la heredad. cuál de ellos será mujer? Porque los
15 Y
arrojándole fuera de la viña, le siete la tuvieron por mujer. 34 Díjolcs
mataron. ¿Qué hará pues con ellos Jesús: Los hijos de este siglo toman
1172 SAN LUCAS, 21

mujeres y maridos. 35 Pero los juz- 6 De todoesto que veis, vendrán


gados dignos de tener parte en aquel días en que no quedará piedra sobre
siglo y en la resurrección de los piedra que no sea destruido. 7 Y le
muertos, ni tomarán mujeres ni ma- preguntaron diciendo: Maestro, ¿pues
ridos, 36 porque ya no pueden morir, cuándo sucederá y cuál es la señal
y son semejantes a los ángeles e hijos de que estas cosas comiencen a su-
de Dios, siendo hijos de la resurrec- ceder? (1).
ción. 37 Pues que han de resucitar
los muertos, el mismo Moisés lo da a
entender en el pasaje de la zarza, Tiempos de angustia.
cuando dice: El Señor, Dios de Abra-
ham, Dios de Tsac, y Dios de Jacob.
38 Dios no
8
Y El les dijo:Mirad que no os
es Dios de muertos, sino dejéis engañar, porque muchos ven-
de vivos, porque para El todos vi- drán en mi nombre diciendo: «Soy yo»,
ven. 39 Tomaron entonces la palabra y: «El tiempo está cerca». No los
8
algunos escribas, y dijeron: Maes- sigáis. Cuando
oyereis hablar de
tro, muy bien has dicho. 40 Porque guerras y revueltas, no os aterréis;
ya no se atrevían a proponerle nin- porque es preciso que sucedan estas
guna cuestión. cosas primero, pero aún no vendrá
luego el fin. 10 Entonces les decía:
Origen del Mesías. Se levantará nación contra nación
y reino contra reino, 11 habrá grandes
41
Entonces les dijo El: Y ¿Cómo terremotos, y en diversos lugares
dicen que Mesías es hijo de David?
el hambres, pestes, espantos y grandes
42 Pues el mismo David
dice en el señales del ciclo.
libro de los salmos:
Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate
a mi diestra, 43 hasta que ponga Persecución de los discípulos.
a tus enemigos por escabel de tus pies.
44 Pues si David le llama Señor, 12 Pero antes de todas estas cosas
¿cómo es hijo suyo? 45 Oyéndole todo pondrán sobre vosotros las manos y os
el pueblo, dijo a sus discípulos: perseguirán, entregándoos a las sina-
4S Guardaos de los escribas, que gogas y metiéndoos en prisiones, con-
gustan de ir vestidos de largas túni- duciéndoos ante los reyes y gober-
cas, y buscan los saludos en las plazas, nadores por amor de mi nombre.
13
y los primeros asientos en las sina- Será para vosotros ocasión de dar
gogas, y los primeros puestos en los testimonio. 14 Haced propósito de no
convites, 47 mientras devoran las preocuparos de vuestra defensa, 15 por-
casas de las viudas, hacen ostenta- que yo os daré un lenguaje y una sa-
ción de largas oraciones. Estos ten- biduría, a la que no podrán resistir
drán un juicio más severo. ni contradecir todos vuestros enemi-
gos. 16 Seréis entregados aun por los
11 Altólo de la viuda. padres, por los hermanos, por los pa-
rientes y por los amigos, y harán
01 Levantando la vista, vió ricos
1 morir a muchos de vosotros, 17 y se-
que echaban sus ofrendas en el réis aborrecidos de todos a causa de
gazofilacio, 2 y vió también a una viu- mi nombre. 18 Pero no se perderá
da pobre que echaba dos ochavos, un solo cabello de vuestra cabeza.
8
y dijo: En verdad os digo que esta 19 Por vuestra paciencia salvaréis
viuda pobre ha echado más que todos vuestras almas.
los otros, 4 porque los demás echaron
Í>ara las ofrend-as de Dios de lo que
es sobraba, mientras que ésta echó La ruina de Jerusalén.
de su indigencia todo lo que tenía
para el sustento. 20 Cuando
viereis a Jerusalén cer-
cada por ejércitos, entended que
(2)
La hermosura del templo, se aproxima su desolación. 21 Enlon-
arruinada.
(1) Dos puntos abarca esta pregunta: cuando
6
Hablando
algunos del templo, sucederá y cuáles serán las señales.
que estaba edificado con hermosas (2) Con esto concuerdan las palabras de I9t
piedras y adornado de ex votos, dijo: 41 ss.
SAN LUCAS , 22 1173

ees los que estén en Judca huyan a paciones de la vida, y de repente


los montes, los que estén en medio venga sobre vosotros aquel día 38 como
de ciudad retírense, quienes en los
la un lazo; porque vendrá sobre todos
campos no entren en ella, 22 porque los moradores de la tierra. 36 Velad,
días de venganza serón ésos para que pues, en todo tiempo y orad, para
se cumpla todo lo que está escrito. que podáis evitar todo esto que ha
23
]Ay entonces de las encintas y de venir, y comparecer ante el Hijo
de las que estén criando en aquellos del hombre (1).
días! Porque vendrá una gran cala-
37
Y
enseñaba durante el día en el
midad sobre la. tierra y gran cólera templo, y por la noche salía para
contra este pueblo. 24 Y caerán al pasarla en el monte llamado de los
filo de la espada, y serán llevados Olivos (2). 38 Y todo el pueblo
cautivos entre las naciones, y Jeru- madrugaba para escucharle en el
salén será hollada por los gentiles, templo (3).
hasta que se cumplan los tiempos de
las naciones (1).
La conspiración contra Jesús.
La venida del Hijo del hombre.
25 Y habrá señales en el en la
sol,
22 1
Estaba cerca la fiesta de los
Acimos, que se llama la Tascua.
luna y en las estrellas, y sobre la 2 Y los príncipes de los sacerdotes y
tierra perturbación de las naciones, los escribas buscaban cómo quitarle
aterradas por los bramidos del mar de enmedio, pero temían al pueblo.
y la agitación de las olas, !r exhalando
'
3
Entró Satanás en Judas, llamado
los hombres sus almas por el terror Iscariote, que era de los doce, 4 y fué
y el ansia de lo que viene sobre la a tratar con los príncipes de los
tierra, pues las columnas de los cielos sacerdotes y los oficiales sobre la ma-
se conmoverán. 27 Y
entonces verán nera de entregárselo. 5 Ellos se ale-
al Hijo del hombre venir en una graron, y convinieron con él en darle
nube con poder y majestad grandes. dinero. 6 Y puestos de acuerdo, bus-
caba ocasión para entregárselo sin
Señales de la proximidad ruido.
del reino de Dios.
28 Cuando estas cosas
comenzaren La preparación de la última cena.
a suceder cobrad ánimo y levantad
7 día de los Acimos,
vuestras cabezas, porque se acerca Llegó pues el
vuestra redención. 29 Y
les dijo una en que habían de sacrificar la Pascua,
parábola: Ved la higuera y todos los 8
y envió a Pedro y a Juan, diciendo:
arboles, 30 cuando echan ya brotes, Id y preparadnos la Pascua para que
8
viéndolos, conocéis por ellos que se la comamos. Ellos le dijeron: ¿Dónde
acerca el verano. 31 Así también vos- quieres que la preparemos? 10 Díjolcs
otros, cuando veáis estas cosas, co- El: En entrando vosotros en la ciu-
noced que está cerca el reino de Dios. dad, os saldrá al encuentro un hom-
32 En verdad os digo, que no pasará bre con un cántaro de agua: seguidle
esta generación antes que todo su- hasta la casa en que entre, 11 y decid
ceda. 33 El cielo y la tierra pasarán, al amo de la casa: El Maestro te dice:
pero mis palabras no pasarán. ¿Dónde está la sala en que he de
comer Pascua con mis discípulos?
la
La vigilancia. 12 Y él una sala grande,
os mostrará
aderezada; preparad allí. 13 Idos, en-
34 Estad atentos,
no sea que se
emboten vuestros corazones por la
(1) Estos versículos contienen en resumen el
crápula, la embriaguez y las prcocu-
tema más ampliamente desarrollado por San Ma-
teo en 24, 37 ss.
(i) La Ciudad Santa será hollada por los (2) San Lucas nos da aquí una noticia sobre
gentiles, y su pueblo muerto al filo de la espada la actividad de Jesús en estos últimos dias de
o llevado cautivo. Esto durará hasta que se cum- su vida.
pla la edad de las naciones. Para aclarar este (3) Notas como ésta ponen de relieve la di-
misterio de la suerte de Israel servirán las pala- ferente conducta entre los directores del pueblo
bras de San Pablo sobre la ceguedad de Israel y éste, y. por tanto, la responsabilidad de aqué-
y su fin, en Rom. n, 25 ss. La misma idea llos en haber apartado con su influencia al pue-
expresa SanMateo en 24, 14. blo del camino de la salud, a que Jesús le llamaba.
1174 SAN LUCAS. 22

contraron al que les habla dicho, y como quien sirve. 11 Vosotros sois
prepararon la Pascua. los que habéis permanecido conmigo
en mis pruebas, 29 y yo dispongo
del reino en favor vuestro como mi
Institución de la Eucaristía. Padre ha dispuesto de él en favor mío,
*? para que comáis y bebáis a mi mesa,
14 Y
cuando llegó la hora se puso en mi reino, y os sentéis sobre tronos
a la mesa y los Apóstoles con El. como jueces de las doce tribus de
15 Y les dijo: Ardientemente he
de- Israel.
seado comer esta Pascua (1) con
vosotros antes de padecer, 16 porque
os digo que no la comeré más hasta La prueba de Pedro y el vaticinio
que sea cumplida en el reino de Dios. de la negación.
17 Y tomando el cáliz, dió gracias, y
Tomadlo y distribuidlo entre 31 Simón, Simón
dijo: (1), Satanás os
1S
vosotros; porque
os digo, que desde busca para aecharos, como trigo;
ahora no 32 pero yo
beberé del fruto de la vid he rogado por ti para que
hasta que llegue reino de Dios.
el no desfallezca tu fe, y tú, una vez
19 Y tomando pan,
dió gracias,
el convertido, confirma a tus hermanos.
33 Díjole él: Señor, preparado estoy
lo partió y se lo dió, diciendo: Este
es mi cuerpo, que se entrega por para ir contigo, no sólo a la prisión,
vosotros: haced esto en memoria de sino a la muerte. 34 Y El dijo: Yo te
mf. 20 Y
asimismo el cáliz, después aseguro, Pedro, que no cantará hoy
de haber cenado, diciendo: Éste cáliz el gallo antes que tres veces hayas
es la nueva alianza en mi sangre, negado conocerme.
que es derramada por vosotros. 21 Y
mirad, la mano del que- me entrega
está conmigo a la mesa. 22 Porque La gran prueba que se acerca.
el Hijo del hombre va su camino,
según está decretado, pero ¡ay de 35 Yles dijo: Cuando os envié sin
aquel por quien será entregado! 23 Y bolsa, sin alforjas, sin sandalias, ¿os
ellos comenzaron a preguntarse unos faltó alguna cosa? Dijeron ellos: Nada.
a otros sobre quién de ellos sería el 38 Pues ahora el que tenga bolsa, tó-
que había de hacer esto (2). mela (2), e igualmente la alforja, y
el que no la tenga, venda su manto
37 Porque os
y compre una espada.
Cuestión de la primacía. digo que ha de cumplirse en mí esta
escritura: Fué contado entre los mal-
24 Se suscitó entre ellos hechores; porque también lo que a
(3) una
contienda sobre quién de ellos había mí toca llega a su término. ** Dijé-
de ser tenido por mayor. 25 Y El les ronle ellos: Aquí hay dos espadas.
dijo: Los reyes de las naciones im- Respondióles: Es bastante.
peran sobre ellas y los que ejercen
la autoridad sobre ellas son llamados
Biencchorcs; 25 pero no será así entre
La oración en Gctscmani.
vosotros; sino que el mayor entre
vosotros será como el menor, y el 39
Y saliendo se fué, según costum-
que manda como el que sirve. 27 Por- bre, al monte de los Olivos, y lo si-
que quién es mayor, ¿el que está
sentado a la mesa, o el que sirve? (1) San Lucas omite, después de la confesión
¿No es el que está sentado a la mesaT de San Pedro (7, 20 ss.). el privilegio que el

Pues yo estoy en medio de vosotros Señor leconfiere del primado; en cambio, nos
ofrece aquí este pasaje, en que anuncia a los dis-
cípulos la gran prueba a que serán sometidos,
(1) Los versículos 15-18. que son propios la calda de Pedro, su conversión y el encargo de
de San Lucas, pertenecen a la Pascua judia, cele- confirmar a los otros en la fe, que es en otra
brada por Jesús antes de anularla con la institu- forma la idea de la primada sobre los demás dis-
ción de la Pascua cristiana, la Eucaristía. cípulos.
(2) En este relato se echa de ver la semejanza (2) Cuando los envió antes, contaban con la
de San Lucas con su maestro San Pablo. (I Cor. benevolencia del pueblo para atender a sus nece-
11, 23, ss.) sidades; ahora las cosas han mudado tanto, que
(3) Los primeros evangelistas colocan este los Apóstoles no podrán contar sino con la opo-
irc. dente en otra ocasión. (Mt. 18, 1; Me. 10, sición del pueblo israelita. El lenguaje meta-
42.) fórico no fué entendido por los discípulos.
SAN LUCAS, 22 1175

guieron también sus discípulos. 40 Lle- La negación «le I'cdro.


gado allí, dijoles: Orad para que no
entréis en tentación. 41 Y se apartó 54 Y apoderándose de El
le llevaron
de ellos como un tiro de piedra y, e introdujeron en casa del Sumo
puesto de rodillas, oraba. 42 diciendo: Sacerdote, y Pedro seguía de lejos.
le
Padre, si quieres, aparta de mí este 88 Habla fuego encendido en medio

cáliz; pero no se haga mi voluntad, del atrio y estaban sentados y redro


sino la tuya. 43 Y se le apareció un se sentó también entre ellos. 86 Y
ángel del cielo que le confortaba. viéndole una sierva sentado a la
44 Y lleno de angustia oraba con más lumbre y fijándose en él, dijo: Este
instancia. Y sudó como gruesas gotas estaba también con El. 57 El lo negó,
de sangre (1), que corrían hasta la diciendo: No le conozco, mujer. 88 Y
tierra. 45 Y levantándose de la ora- después de poco, le vió otro, y dijo:
ción, vino a los discípulos, y los en- Tú eres también de ellos. Y redro
contró adormilados por la tristeza, Hombre, no
dijo: soy. 89 trans- Y
46 ¿Por qué dormís? Levan- currido como una hora, otro insis-
y les dijo:
taos y orad para que no entréis en ten- tió, diciendo: En verdad que éste
tación. estaba con El, porque es galileo.
00 Dijo Pedro: Hombre, no sé lo que
La prisión.
dices. Y al instante, hablando aún
47
Aún estaba El hablando, y he él, cantó el gallo. Y vuelto el °^
aquí que llegó una turba, y el llamado Señor miró a Pedro, y Pedro se acor-
Judas, uno de los doce, los precedía, y do de la palabra del Señor, cuando
acercándose a Jesús, le besó. 48 Jesús le dijo: Antes que el gallo cante hoy,
le dijn: Judas, ¿con un beso entregas me negarás tres veces.
62
Y saliendo
al Hijo del hombre? 49 Y viendo los fuera lloró amargamente.
que estaban en torno de El lo que
pasaba, le dijeron: Señor, ¿herimos
con la espada? Y uno de ellos hirió Jesús, escarnecido.
a un siervo (2) del Sumo Sacerdote
81 Toman- 63
y le llevó la oreja derecha. Los que le guardaban se burla
do Jesús la palabra le dijo: Basta ya. ban de El y le maltrataban, 04 y ven-
Dejad (3). Y tocando la oreja le dándole, le preguntaban, diciendo:
curó. 82 Dijo Jesús a los príncipes de Profetízanos: ¿quién es el que te
los sacerdotes, oficiales del templo hirió? 05 Y otras muchas injurias pro.
y ancianos, que habían venido con- ferian contra El.
tra El: ¿Como contra un ladrón ha-
béis venido con espadas y garrotes?!
83
Estando yo cada día en el templo; El consejo y la condenación.
con vosotros, no habéis puesto las¡
manos en mí; pero ésta es vuestra] 60 Y cuando fué de día se reunió
hora y el poder de las tinieblas (4). el consejo (1) de los ancianos del
|

pueblo, y los príncipes de los sacer-


(1) Ninguno de los evangelistas nos pinta dotes, y los escribas-, y. le conduje-
con tan vivos colores la agonía de Jesús. Ante la ron ante su tribunal, 67 diciendo: Si
representación de su próxima pasión» con todos tú eres el Mesías, dínoslo. El les dijo:
sus detalles y con todas las consecuencias desas-
Si os lo digo, no creeréis; 68 y si
me
trosas para Israel. Jesús se aflige y suda gotas 09 pero
de sangre en tanta abundancia, que corren por pregunto, no responderéis; el
el suelo. El Padre, a quien ora que. si es posible, Hijo del hombre estará sentado desde
le haga gracia de tanto dolor, le envía un ángel, ahora a la diestra del poder de Dios.
no para servirle, como en el desierto (Me. i, 13), 70
sino para confortarle y animarle a cargar con la
Y todos dijeron: ¿Luego eres tú
el Hijo de Dios? Díjoles: Vosotros
cruz. La tradición se sintió a veces tan impre-
decís, yo soy. 71 Dijeron ellos: ¿Qué
sionada de este fenómeno, que suprimió los ver-
sículos 43 y siguiente de los códices sagrados. necesidad tenemos ya de testigos?
(2) Y sin aguardar la licencia que pedía, hirió Porque nosotros mismos lo hemos
ai siervo cortándole una oreja, que Jesús bonda- oído de su boca.
dosamente curó.
(3) Dejadlos ir hasta el extremo de prender-
me, pues asi está escrito de mí. (Mt. 26, 54.) (1) San Lucas omite la sesión preparatoria
(4) Antes lo habían intentado muchas veces, de la noche, de la cual nos hablan los otros evan-
y nada hablan podido, porque no era llegada su gelistas, y traslada todo el proceso a la sesión
hora; al presente es ya llegada, y la de infierno de la mañana, que los primeros evangelistas no
que los mueve h ace n sino mencionar. (Mt- 37, 1; Me
15. I .
1176 SAN LUCAS, 23

Acusación ante Pilato. contra El. 16 Y


ni aun Herodes, pues
"nos lo ha vuelto a enviar. Nada, pues,
(y ty Y levantándose todos le lle-
1 ha hecho digno de muerte. 14 Le
¿«5 varón a Pilato, 2 y comenzaron corregiré, y le soltaré. 17 Tenía que
a acusarle, diciendo: Hemos encon- soltarles uno por la fiesta (1). 18 Pero
trado a este que pervierte a nuestro todos a una comenzaron a gritar, di-
pueblo, y prohibe pagar tributo al ciendo: Quítale, y suéltanos a Barra-
Cesar y dice ser El el Mesías rey. bás, 19 que había sido encarcelado
3 Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres por un motín ocurrido en la ciudad
tú el rey de los judíos? El respondió, y por un homicidio. 20 De nuevo
4
y dijo: Tú dices. Pilato dijo a los Pilato se dirigió a ellos, queriendo
principes de los sacerdotes y a la librar a Jesús. 21 Pero ellos gritaban
muchedumbre: Ningún delito hallo diciendo: Crucifícalo, crucifícale. 22 Por
5
Pero ellos insis-
en este hombre. tercera vez les dijo: ¿Qué mal ha
tieron, diciendo: Subleva al pueblo hecho? Yo no encuentro en El nada
enseñando por toda la Judea, desde digno de muerte: le corregiré y le
Galilea hasta aquí. soltaré. 23 Pero ellos a grandes voces
instaban pidiendo que fuese crucifi-
1'roscnta.cióu a Herodes. cado, y sus voces prevalecieron.
24 Decidió,
pues, Pilato acceder a
Oyendo esto Pilato, preguntó si su petición. 25 Soltó
• al que por el
aquel hombre era galileo, 7 y ente- motín y el homicidio había sido
rado de que era de la jurisdicción de puesto en la cárcel, según le pedían,
Hcrodcs, lo envió a Herodcs (1), que y entregó a Jesús a la voluntad de
estaba también en Jerusalén por ellos.
8 Viendo Herodcs a
aquellos días.
Jesús se alegró mucho, porque desde Camino del Gólgoln.
hacia bastante tiempo deseaba verle,
pues había oído hablar de El, y es- Y cuando le llevaban echaron
20

peraba ver de El que hiciera alguna mano de un cierto Simón de Cirene,


señal. 8 Le hizo bastantes preguntas, que venia del campo, y le cargaron
pero 61 no le contestó nada. 10 Esta- con la cruz, para que la llevase en
ban presentes los príncipes de los pos de Jesús. 27 Y le seguía una
sacerdotes y los escribas, que insis- gran muchedumbre del pueblo y de
tentemente le acusaban. 11 Hcrodes mujeres que se herían y lamentaban
con su escolta le despreció (2), y por por El. 28 Vuelto a ellas Jesús, dijo:
burla le vistió una vestidura blanca Hijas de Jerusalén, no lloréis por
y se lo devolvió a Pilato. 12 En aquel mi, llorad más bien por vosotras
día se hicieron amigos uno del otro, mismas y por vuestros lujos, M por-
Herodes y Pilato, pues antes eran que días vendrán en que se dirá:
enemigos (3). Dichosas las estériles (2), y los
vientres que no engendraron, y los
pechos que no amamantaron. 30 En-
J i-sil* y Borrabas»
tonces dirán a los montes: Caed sobre
13 Pilato, convocando a
los prín- nosotros, y a los collados: Ocultadnos,
31 porque
cipes de los sacerdotes, a los magis- si esto se hace en el leño
trados y al pueblo, les dijo: 14 Me verde, ¿en el seco qué será? 32 Y con
habéis traído a este hombre como El llevaban dos malhechores para ser
alborotador del pueblo, y habiéndole ejecutados.
interrogado yo ante vosotros no halle
en él delito alguno de los que alegáis La crucifixión.
33 llegaron al lugar llamado
Episodio propio de San Lucas, y que
Cuando
(1)
Calvario, le crucificaron allí, y a los
muestra hasta qué punto la causa resultaba eno-
josa para Pilato.
(2) Su modo de conducirse entonces no res- (1) El v. 17. excesivamente lacónico para in-
pondía a lo que de El habla oído y a lo que es- troducir la petición de Barrabás, falta en muchos
peraba ver, y no entendiendo los motivos, le des- códices, y graves expositores lo consideran como
precia teniéndole por fatuo. tomado de los otros evangelios.
(3) No es improbable que la causa de esta (a) Este pasaje, propio de San Lucas, se co-
enemistad fuera alguna cuestión de competen- rresponde con el de 19, 41 ss. Ambos muestran
cia. Algunos piensan en los galileos muertos por el extremo dolor de Jesús por la rebeldía de

Pilato en el templo. (13, 4.) Israel y sus tristes consecuencias.


SAN LUCAS, 24 1177

dos malhechores, uno a la derecha y a aquel espectáculo, viendo lo suce"


otro a la izquierda. 34 Y Jesús decía: dido, se volvía hiriéndose el pecho.
40
Padre, perdónalos, porque no saben Todos sus conocidos y las mu-
lo que hacen (1). Y dividiendo sus jeres que le habían seguido de Gali-
vestidos, echaron suertes sobre ellos. lea estaban a distancia y contem-
85 Y
el pueblo estaba allí mirando. plaban todo esto.
Y los príncipes mismos se burlaban,
diciendo: A otros salvó; sálvese a sí
mismo, si es el Mesías de Dios, el La sepultura.
Elegido. 30 Y
le escarnecían también
los soldados, que se acercaban a El
ofreciéndole vinagre, 37 y diciendo:
60 Un varón, de nombre
José, que
Si eres el rey de los judíos, sálvate a
era miembro Consejo, hombre
del
bueno y justo, 51
que no había dado
ti mismo. 38 Había también una ins-
cripción sobre El: Este es el rey de su asentimiento a la resolución y a
los actos de aquéllos, originario de
los judíos.
Arimatea, ciudad de Judca, que es-
peraba el reino de Dios, 52 se presentó
Los dos ladrones. a Pilato y le pidió el cuerpo de
Jesús. 53 Y bajándole le envolvió en
39
Uno de los malhechores crucifi- una sábana y le depositó en un mo-
cados insultaba, diciendo: ¿No eres
le
numento cavado en la roca, donde
tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y
ninguno había sido aún sepultado.
54
sálvanos a nosotros. 40 Pero el otro, Era día de Parasceve, y estaba
tomando la palabra, le reprendía, di- para comenzar el sábado. 65 Y las
ciendo (2): ¿Ni tú que estás su- mujeres, que habían venido con El
friendo el mismo suplicio temes a de Galilea, le siguieron y vieron el
Dios? 41 Y
nosotros justamente, por- monumento y cómo fué depositado
que recibimos el digno castigo de su cuerpo. 56 Y a la vuelta prepara-
nuestras obras; pero éste nada malo ron aromas y mirra. Y durante el
ha hecho. 42 Y
decía: Jesús, acuérdate
sábado se estuvieron quietas por cau-
de mí cuando entres en tu reino. sa del precepto.
43 Y
le dijo: En verdad te digo, hoy
serás conmigo en el paraíso. 44 era Y
ya como hora de sexta y las ti-
la El sepulcro, vacío.
nieblas cubrieron toda la tierra hasta
la hora de nona, 45 oscureciéndose el. 1
24 ^
as °1 primer día de la se-
sol, y el velo del templo se rasgó mana, muy de mañana, vinie-
por medio. 46 Y Jesús, dando una ron al monumento trayendo los aro-
gran voz, dijo: Padre, en tus manos mas que habían preparado, 2 y en-
entrego mi espíritu. Y diciendo esto contraron removida del monumento
expiró. la piedra, 3 y entrando no hallaron
el cuerpo del Señor Jesús. 4 Y acon-
teció que estando ellas perplejas
La hora de la verdad. sobre esto, se les presentaron dos
hombres vestidos con unas vestiduras
47 Y
viéndolo el centurión (3) glo- deslumbrantes. 5 Mientras ellas se
rificó a Dios, diciendo: Verdadera- quedaron aterrorizadas y bajaron la
mente este hombre era justo. 48 Y toda cabeza hacia el suelo, les dijeron:
la muchedumbre' que había asistido ¿Por qué buscáis entre los muertos
al que vive?
6
No está aquí, ha resu-
citado. Acordaos cómo os habló es-
(1) Súplica sublime, que confirma toda su
doctrina sobre el amor del prójimo.
tando aún en Galilea, 7 diciendo que
(2) San Lucas precisa más la conducta de los el Hijo del hombre había de ser
ladrones, y, según él, se han de entender los entregado en poder de los hombres
otros evangelistas. pecadores, y ser crucificado, y resu-
(3) El centurión gentil reconoce la inocencia citar al tercer día. 8 Y
ellas se acor-
de Jesús ante los fenómenos naturales; el pueblo daron de sus palabras, 9 y volviendo
confiesa su culpa, y vuelve a la simpatía que mos-
del monumento, comunicaron todas
traba por Jesús. Pero sus directores vuelven
también a la carga, y acaban por extraviarle de- estas cosas a los once y a todos los
demás. 10Eran éstas María la Mag-
finitivamente y atraer sobre su cabeza el castigo
anunciado y llorado por Jesús. dalena, y Juana, y María de^San-
1178 SAN LUCAS, 24

tiago; y demás (1) que estaban creer todo lo que vaticinaron los pro-
las
con decían estas cosas a los fetas! 24 No era preciso que el Mesías
ellas,
Apóstoles. 11 A ellos les parecieron padeciese y entrase en su gloria? co- Y
desatinos estos relatos, y no los creye- menzando por Moisés y por todos los
12
ron. Pero Pedro se levantó y corrió profetas les fué declarando en todas
al monumento, e inclinándose vi ó só- las escrituras las cosas tocantes a
lo los lienzos, y se volvió a casa ad- El. 28 Cuando se acercaron a la aldea
mirado de lo ocurrido. a donde iban, y El fingió seguir ade-
lante. 24 le Y
obligaron diciendo:
Quédate con nosotros, pues el día ya
En el camino de Emaús. declina. entró Y
para quedarse con
ellos.
30 Puesto a la mesa con ellos, tomó
13 Y he aquí que, el mismo día, el pan, lo bendijo y se lo dió partido.
dos de iban a una aldea, que
ellos
31 Y se les abrieron los ojos y le reco-
dista de Jerusalén sesenta estadios, nocieron y desapareció de su
(1),
32
llamada Emaús, 14 y hablaban entre presencia. Se dijeron uno a otro:
sí de todos estos acontecimientos. ¿No ardían nuestros corazones dentro
15 Y mientras iban hablando y razo- de nosotros, mientras en el camino
nando, el mismo Jesús se les acercó nos hablaba y nos declaraba las Es-
e iba con ellos, 16 pero sus ojos no crituras? 33 Y
en el mismo instante
podían reconocerle. 17 Y les dijo: se levantaron, y volvieron a Jeru-
¿Qué razonamientos son estos que salén y encontraron reunidos a los
vais haciendo entre vosotros mientras once y a sus compañeros, 34 que les
camináis? Y ellos se detuvieron en- dijeron: El Señor en verdad ha resu-
tristecidos. 18 Y tomando la palabra citado y se apareció a Simón. 35 Y ellos
uno de ellos, por nombre Clcofás, le contaron lo que les había pasado en
dijo: ¿Eres tú el único forastero en el camino, y cómo le reconocieron en
Jcrusalcn que no conoce los sucesos la fracción del pan.
en ella ocurridos estos días? 19 Y les
dijo: ¿Cuáles? Contestáronle: Lo de
Jesús Nazareno, que fué un varón Aparición a los once.
profeta, poderoso en obras y pala-
bras ante Dios y ante todo el pueblo;
20 cómo le entregaron los príncipes 38
Mientras esto hablaban, se pre-
de los sacerdotes y los magistrados sentó en medio de ellos (2), y les
para que fuese condenado a muerte dijo: La paz sea con vosotros. 37 Ate-
y crucificado. 21 Nosotros esperába- rrados y Henos de miedo, creían ver
mos que sería El quien rescataría a un espíritu. 38 Y El les dijo: ¿Por
Israel; mas, con todo esto, van ya qué os turbáis y por qué suben a
tres días desde que todo esto lia su- vuestro corazón esos pensamientos?
cedido. 22 Nos asustaron ciertas mu- 39 Ved mis manos
y mis pies, que yo
jeres de lns nuestras que, yendo de soy. Palpadme y ved que el espíritu
madrugada al monumento, 23 no en- no tiene carne ni Irnosos como véis
contraron su cuerpo, y vinieron di- que yo tengo. 40 Y diciendo esto les
ciendo que habían tenido una visión mostró las manos y los pies. 41 Y no
de ángeles que les dijeron que vivía. creyendo aún ellos, en fuerza del gozo
24 Y algunos de los nuestros se fue-
y de la admiración, les dijo: ¿Tenéis
ron al monumento, y hallaron las aquí algo que comer? 42 Y le dieron
cosas como las mujeres decían, pero un trozo de pez asado. 43 Y tomán-
a El no le vieron. dolo comió delante de ellos.
25 Y El les dijo: jOh hombres sin

inteligencia y lardos de corazón para


(i) Este episodio, propio de San Lucas, nos
muestra claro cuáles eran los sentimientos de los
(i) No concuerdan en la enu-
los evangelistas discípulos sobre el fin de Jesús, cuan difícil era
meración de las mujeres que acudieron al sepul- volverlos al camino de la verdad y cuinta fué su
cro la mañana de Pascua. San Lucas menciona alegría cuando, al fin, lograron convencerse
por segunda vez a Juana, que, sin duda, debió de ella.
de ser una de sus fuentes de información. Decían Esta aparición debe de ser la de Jn. ao,
(3)
islas cosas a los Apóstoles. San Lucas es sobre 19 no obstante que aquí se habla de los once
ss.,
cs:c punto algo mas explícito que los dos pri- como expresando el grupo de los Apóstoles, igual
meros evangelistas, aunque todavía no nos da la que antes se decia los doce sin atender a que ti
luz que hallamos en San Juan. grupo estuviera completo. •
SAN LUCAS, 24 1179

48 Vosotros daréis testimonio de esto.


Ultimas instrucciones.
49 Pues yo os enviaré lo prometido
por
44Les dijo (1): Esto es lo que yo mi Padre; pero habéis de permanecer
os decía estando aún con vosotros: en la ciudad hasta que seáis revesti-
que era preciso que se cumpliera todo dos de lo alto.
lo que está escrito en la ley de Moisés
y en los Profetas y en los Salmos de
mí. 45 Entonces les abrió la inteli- Ascensión.
gencia para que entendiesen las Es-
60
crituras, 46 y les dijo: Que así estaba Los llevó hasta cerca de Beta-
escrito, que el Mesías padeciese y al |
nia (1), y levantando sus manos
tercer día resucitase de entre los los bendijo, 51 y mientras los bendecía
muertos. 47 Y que se predicase en su se alejaba de ellos, y era llevado al
nombre la penitencia para la remi- cielo. 52 Ellos se postraron ante El,
sión de los pecados a todas las na- |
y se volvieron a Jerusalén con grande
ciones, comenzando por Jerusalén. gozo 53 y estaban de continuo en el
templo bendiciendo a Dios.

(i) En estos versículos resume San Lucas


las instrucciones dadas por Jesús a los discípu- (i) Si no tuviéramos los Hechos de los Após-
los durante los cuarenta días que permaneció toles, dinamos que la ascensión ocurrió el mismo
con ellos. Entonces ya estaban en mejores con- día de esta aparición. San Lucas, que, sin duda,
diciones de entenderle, aunque el Espíritu Santo tenía ya idea del segundo libro, dejó para él estos
debía aún completar esta obra. últimos sucesos.
INTRODUCCION AL EVANGELIO DE SAN JUAN

C L A UTOR. — Fué Juan, hijo de Ze-


L> bedeo y de Salomé, natural de Ga-
lilea y de las cercanías del Lago. El
padre era pescador, y como él sus hijos.
El Evangelio indica que Zebedeo era
patrón de la barca y dueño de los apare-
jos de pesca conque trabajaba, ayudado
de\algunos jornaleros (Me. 1, 20). Esto
prueba que Zebedeo tenia una posición
distinguida entre sus compañeros de
profesión. Juan debe ser contado, junto
con A ndrés, hermano de Pedro, entre
,

los discípulos del Bautista, y los prime-


ros que se unieron a Jesús (1, 35 ss.).
Con el salvador volvió de las riberas
del Jordán, donde Juan bautizaba, a
Galilea, y fué testigo del primer mila-
gro en Cana. Algo más tarde, después
de la pesca milagrosa, fué llamado con
su hermano Santiago y con los otros dos
hermanos, Simón y Andrés, al segui-
miento de Jesús, para no separarse ya de
El. Formaba parte del grupo de los tres
que solían ser distinguidos por el Maes-
tro, y hemos de creer que, correspondien-
do a esta distinción, también él se desta-
caba por su adhesión al Salvador. Tal
vez hemos de tomar como una señal de
esto la proposición que los dos her-
manos hicieron a Jesús, cuando le vieron rechazado en una aldea de
samaritanos: «.¿Quieres que pidanws que baje fuego del cielo que los
destruya?» A lo que Jesús les replicó: «A o sabéis de qué espíritu sois hijos*
7

(Le. 9, 54 s.J. Acaso por esto los llamó Boanerges, que quiere decir «hijos
del trueno» (Me. 3, 17). Esa misma adhesión los llevó, juntamente con
su madre, a hacer al Señor un atrevido ruego: que reservase para ellos los pri-
meros puestos del reino de Jesús, que creían pronto a inaugurarse en Jeru-
salén. A esto Jesús les respondió: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz,
que yo he de beber?» A lo que ellos respondieron: «Sí que podemos.» Mi cáliz, les
dijo J esús, lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca
a mí darlo, sino al Padre, que está en los cielos.» Y no desmintió Juan la pala-
1182 SAN JUAN
bra que dió al Maestro, porque, si huyó como sus compañeros en Oetsemani
la noche de la prisión, luego se presentó en casa del Pontífice Caifas y, valién-
dose de los conocimientos que allí tenia, obtuvo de la portera la entrada para Pedro.
A la larde se halló presente, en compañía de María, a la muerte de su Maestro,
el cual, agradeciendo su lealtad, le encomendó el cuidado de su Madre. La
mañana de la resurrección, al oír de labios de la Magdalena que el sepulcro es-
taba vacío, corre con Pedro a comprobarlo, y viendo el sepulcro vacío, creyó en la
resurrección (20, 8).
En los Hechos de los Apóstoles Juan aparece varias veces al lado de Pedro:
en el templo, acudiendo a la oración, y a dar testimonio ante el Sanedrín que
los manda azotar (3-4); en Samaría, confirmando a los convertidos por el diá-
cono Felipe (8, 14). Años más tarde continuaba en Jerusalén, donde le vió
y trató el Apóstol de los gentiles, San Pablo, que le cuenta entre las columnas
de la Iglesia (Gal. 2, 9). La tradición nos refiere que moró en Efeso, de donde,
en tiempo de Domiciano, habría sido llevado a Roma, y allí echado en una cal-
dera de aceite hirviendo, de la que salió ileso. Vuelto a Oriente, fué después
relegado a la desierta isla de Palmos, enfrente del Asia, donde escribió el Apo-
calipsis. Libre del destierro en tiempo de Nerva, volvió a Efeso y allí murió,
reinando Trajano. Siglos después se mostraba en aquella ciudad su sepulcro,
como se muestran hoy los restos de la casa en que habría vivido con la Virgen
María. En la misma ciudad de Efeso escribió el Evangelio, en una fecha que no
se puede precisar, pero que fué ya al fin de su vida.
EL EV ANGELI —
O. Que sea Juan el autor del cuarto Evangelio, nos lo dice
él mismo con su empeño en ocultarse. Efectivamente, es este Evangelio el que
con más frecuencia introduce a los Apóstoles hablando o haciendo alguna cosa,
y el autor siempre los llama por sus nombres. Hay uno, sin embargo, que siem-
pre queda incógnito. Cuando a orillas del Jordán se presentan a Jesús dos
discípulos del Bautista, el autor nos dice que uno de ellos es Andrés, hermano
de Simón Pedro; el otro no parece tener nombre (1, 10). Durante la última cena,
cuando Jesús anuncia que uno de los doce le hará traición, Pedro hace señas
al que se recostaba sobre el pecho de Jesús, y que era de El especialmente amado,
y el Maestro accede a su ruego reglándole en secreto el nombre de J udas (13, 23);
pero tampoco se dice su nombre. Aquella misma noche, preso el Señor y con-
ducido a casa de Caifas, Simón Pedro le sigue, aunque de lejos, con el otro
discípulo, que, por ser conocido en el Palacio, pudo entrar y obtener de la
portera que Pedro fuese también admitido (18, 15 ss.), siu que tampoco se
diga su nombre. A la larde de aquel mismo día, el discípulo amado de Jesús
se le presenta en el Gólgota en compañía de su Madre. Conmovido el Maestro
de aquella lealtad, encomienda a su fiel, discípulo lo que más amaba en este
mundo, que era su Madre (19, 26 ss.), igualmente sin nombrarlo. La ma-
ñana de Pascua, cuando María Magdalena lleva a los discípulos la noticia
de que el cuerpo de Jesús había desaparecido del sepulcro, el tínico que
corre con Pedro a comprobar el hecho es el discípulo amado de Jesús
(20, 2 ss.), siempre sin el nombre. En la misma forma se habla de él
en la última aparición del Salvador a los Apóstoles, que nos es referida por
el cuarto Evangelio (21, 7 ss.). Por exclusión podemos sacar en consecuencia
que este personaje, que ocupa un lugar distinguido entre los doce y que nunca
tiene nombre, no puede ser otro que Juan, el hermano de Santiago e hijo de
Zebedeo, y esta deducción la vemos confirmada por la tradición cristiana desde
los comienzos del segundo siglo.
Ya se deja entender que en el lugar y en la fecha en que San J uan escribió
no podía destinar su Evangelio sino a las iglesias de la gentilidad que había
en Asia, fundadas por el Apóstol San Pablo. El fin que el autor se propuso
al redactar su obra se halla indicado en 20, 31: -Estas cosas han sido escritas
SAN JUAN 1183

para que creáis que Jesucristo es el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis
la vida por su nombre.» Esta intención general no quita otras particulares, como
la de completar y aclarar ti relato de los Sinópticos y la de refutar la herejia
cerintiana.
PLAN —
DEL EVANGELIO. Lo primero que advertimos en el cuarto
Evangelio es la diferencia con los Sinópticos cuanto a su contenido. Sólo tiene
de común con ellos la expulsión de los vendedores del Templo (2, 13 ss.), la
primera multiplicación de los panes (6, 1 ss.), Id marcha de Jesús sobre las
aguas (6, 16 su.), la unción de Betania (12, 1 ss.), la entrada triunfal en Jeru-
salcn (12, 12 ss.), y finalmente, la pasión y la resurrección. Pero aun en estos
puntos no existe entre San Juan y los Sinópticos ninguna dependencia litera-
ria. Convienen en el fondo de los sucesos, mas no en la redacción.
El teatro de la historia, que en los Sinópticos es Galilea, es en San Juan
principalmente la Judea. Jesús va y viene de Galilea a Jerusalén y de Jeru-
salcn a Galilea, y sus conversaciones y disputas no son con el pueblo, sino con
los doctores. Por eso los temas son más altos, y en vez de las parábolas más o
menos alegorizadas de los Sinópticos, encontramos en San Juan verdaderas
alegorías, como la de la viña (15, 1 ss.) y la del pastor y el redil (10, 1 S3.) .
Por esto los Padres llaman a este Evangelio el Evangelio espiritual. El número
de los milagros referidos se reduce a siete, sin ninguno de aquellos cuadros
generales sobre la actividad taumatúrgica del Salvador que abundan en los
Sinópticos, fuera de las palabras que se leen en 20, 30 s. sobre la infinidad
de las señales obradas por El y las alusiones a sus obras, señales o milagros, que
a cada paso leemos en sus disputas con los judíos. Ija mayor parte del Evan-
gelio la forman discursos, que a veces se apoyan en los milagros mismos, de
los cuales vienen a ser como una explicación; v. gr., a la multiplicación del pan,
sigue el discurso sobre el pan de vida ( 6 ); la curación del ciego de naci-
miento sirve de base a la declaración de ser El la luz del mundo (9); a la resu-
rrección de Lázaro va unida la afirmación de ser El la resurrección y la vida (11).
DI VISION DEL EV ANGELI O.—l ) En vez delEvang;lio de la infancia,
que San Mateo y San Lucas nos dan, San Juan nos ofrece en el prólogo de su
Evangelio los orígenes eternos del Verbo ( 1, 1-18 ); 2) la misión de Jesús en Judea
y Galilea (1, 19-12, 50); la pasión y resurrección (13-21). Los viajes entre
las dos regiones, que son el teatro de la actividad del Salvador, se hallan seña-
lados en los siguientes jiasajes: 1, 29; 1, 43; 2, 12 «.; 4, 3; 4, 43; 5, 1; 6, 1;
6, 16 ss.; 7, 1-14; 10, 40; 11, 17 s.; 11, 54; 12, 1; 12, 12.
;

1184 SAN JUAN, 1

SAN JUAN
Prólogo. 10 Estaba en el mundo (1)
y por El fué hecho el mundo,
1
Al principio era el Verbo (1), pero el mundo no le conoció.
el Verbo estaba con Dios, 11
y Vino alos suyos (2)
y Verbo era Dios.
el pero suyos no le recibieron.
los
2
Estaba al principio con Dios. 12 Mas
a cuantos le recibieron,
3
Todas las cosas (2) fueron hechas dióles poder (3) ser hijos de Dios,
por El, a aquellos que crctín en su nombre:
13 que no de la sangre (4),
y sin El no se hizo nada de cuanto
ha sido hecho. ni de la voluntad carnal,
4
En El estaba la vida (3), ni de la voluntad de varón
y la vida era la luz de los hombres. sino de Dios son nacidos.
5 Y
la luz luce (4) en las tinieblas, 14 Y
el Verbo se hizo carne (5),
pero las tinieblas no la abrazaron. y habitó entre nosotros,
6 Hubo un hombre y hemos visto su gloria,
enviado por Dios, gloria como de Unigénito del Pa-
de nombre Juan. dre,
7 Vino éste
a dar testimonio de la luz. lleno de gracia y de verdad.
15 Juan da testimonio de El cla-
para testificar (5) de ella.
y que todos creyeran por él. mando:
No era él la luz, Este 'es de quien os dije:
sino que vino a dar testimonio de «El que viene en pos de mi (6),
la luz. ba pasado delante de mí,
9
La luz verdadera (6) era ya porque era primero que yo.
16 Pues de su plenitud
e ilumina a todo hombre, (7) recibimos
viniendo a este mundo. todos,
gracia sobre gracia.
17Porque la Ley fué dada por Moisés,
.(i) Cuando Dios creó el cielo y la tierra, exis-
tía ya Verbo. Manera de expresar la eternidad
el
del mismo, i?ual, aunque menos expresiva, que (t) Porque habiendo sido hecho por El, habla
la empleada por Jesús en 17, 5, 34. El Logos, la derramado los tesoros de su sabiduría por todas
Sabiduría eterna de Dios, de que empiezan a las cosas creadas. (Prov. 8, 30; Ecl. 1, 10; Sab. 13,
hablarnos los Proverbios 8, 22 ss., y la Sabidu- t ss.)

ría 7, 1 ss., la segunda persona de la Trinidad. (2) A los israelitas, que eran el pueblo de
El Verbo estaba en Dios. Expresa esta frase la Dios y su heredad predilecta. (Ecl. 24, 2! ss.)
Intima unión del Verbo con Dios, de la Sabidu- Pero su pueblo no le recibió.
ría de Dios con Dios mismo, del Hijo con el (3) Esto es, a cuantos creyeron en El les con-
Padre. V el Verbo era Dio?. Era tan estrecha esta firió el nombre y el ser de hijos de Dios. (I,
unión, que ambos comunicaban en la naturaleza Jn. 3. I.)
divina, eran consubstanciales el Verbo de Dios (4) Contrapone al principio de vida, que vie-
y el Padre. ne de Dios por su Verbo, la causa material de la
(2) Porque Dios todo lo creó por su Sabidu- generación humana y la voluntad racional, todo
ría, que es el Verbo. (Proverbios 8, 30.) lo humano.
(3) La vida divina, que había de comunicar (5) es, hombre que connota la flaqueza
Esto
a los hombres, por lo que San Pedro le llama humana en oposición a la gloria divina. Por me-
•autor de la vida*. (Act. 3. »5») dio de su humanidad moró en medio de nos-
(4) Es la luz de la verdad y de la vida, que otros, mucho mejor que antes habla morado en
Jesús trajo al mundo, que era El mismo (8, 12; medio de Israel por su presencia en el Templo.
9, 5), como era la vida (n, 25; 14, 6), luce en (Ex. 25. 8; Ecl. 24, 11.) Vimos su gloria. La gloria
medio de las tinieblas del error y del vicio en de la divinidad, que se reflejaba en sus obras,
que viven los hombres; pero éstos no quisieron milagros, sabiduría, etc. -

darse cuenta. (6) Juan, como precursor, vino primero; pero


(5) Tal fué el oficio de Juan respecto del Jesús, como Hijo de Dios, pasó delante de él,
Verbo encarnado. (Le. I, 16, 67.) por la misión más excelente que traía. (Heb. 1,
(6) Juan no era la luz, sino un reflejo de la
misma. Como enviado de Dios, su oficio era (7) En Cristo, luz y vida, está la plenitud
dar testimonio de la luz, que era el Verbo, el cual de la gracia, de la cual todos participamos una
viene a este mundo para iluminar a todos los gracia,que va siempre creciendo hasta su última
hombres. expansión en La gloria.
SAN JUAN, 1 1185

la gracia y la verdad (1) vino por yo dije: En pos de mí viene un varón,


[Jesucristo. que ha pasado delante de mí, porque
18
A Dios nadie le vió jamás, era primero que yo. 31 Yo no le cono-
Dios Unigénito, que está en elseno cía; mas para que El fuese manifes-
[del Padre, tado a Israel he venido yo, y bautizo
ese (2) nos le ha dado a conocer. en agua. 32 Y Juan dió testimonio di-
ciendo: Yo he visto al Espíritu des-
cender del cielo, como paloma, y
Primer testimonio de Juan. ¡posarse sobre El. Yo no le co-
33

nocía; pero el que me


envió a bauti-
19 Este estestimonio de Juan,
el tizar en agna me dijo: Sobre quien
cuando desde Jerusalén le
los judíos vieres descender el Espíritu y perma-
enviaron sacerdotes y levitas (3), necer en El ése es el que bautiza en
para preguntarle: Tú, ¿quién eres? el Espíritu Santo.
34 Y
yo vi, y doy
20 Yél confesó y no negó, y confesó: testimonio de que éste es el Hijo
No soy yo el Mesías. 21 Y le pregun- de Dios.
taron: Entonces, ¿qué eres? ¿Eres
Elias? Y él dijo: No soy. ¿Eres el
Profeta? Y contestó: No. 22 Dijéronle, Primeros discípulos de Jesús.
pues: Entonces, ¿quién eres?, para
35
que podamos dar respuesta a los que Al día siguiente, otra vez esta-
nos han enviado. ¿Qué dices de ti ban Juan y dos de sus discípu-
allí
mismo? 23 Dijo: Yo soy la voz del los (1), 36
y fijando la vista en
que clama en el desierto: «Enderezad Jesús, que pasaba, dijo: He aquí el
el camino del Señor», según dijo el Cordero de Dios. 37 Y
los dos discí-
profeta Isaías. 24 Los enviados eran pulos, que le oyeron, siguieron a Je-
fariseos. 25 Y
le preguntaron, di- sús. 38 Vuelto Jesús a ellos, viendo
ciendo: Pues entonces, ¿por qué bau- que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis?
tizas, si no eres el Mesías, ni Elias, Dijéronle ellos: Rabbi, que quiere
26 Juan les contestó,
ni el Profeta? decir Maestro, ¿dónde moras? 39 Les
diciendo: Yo bautizo en agua, pero dijo: Venid y ved. Fueron, pues, y
en medio de vosotros está uno a vieron donde moraba, y permane-
quien vosotros no conocéis, 27 que cieron con El aquel día. Era como la
viene en pos de mí, a quien no soy hora décima. 40 Era Andrés, el her-
digno de desatar la correa de la san- mano de Simón Pedro, uno de los
dalia. 28 Esto sucedió en Betania, al dos que oyeron a Juan y le siguie-
otro lado del Jordán, donde Juan ron. 41 Encontró él luego a su her-
bautizaba. mano Simón, y le dijo: Hemos ha-
llado al Mesías, que quiere decir el
Cristo. 42 Le condujo a Jesús, que
Segundo testimonio de Juan. mirándole dijo: Tú eres Simón, el
hijo de Juan; tú serás llamado Cefas,
29
Al día siguiente vió a Jesús que que quiere decir Pedro.
venía y dijo: He aquí el Cordero de 43 Al otro día quiso El salir hacia
Dios (4), que quita el pecado del Galilea, y encontró a Felipe, y le
mundo. 30 Este es aquel de quien dijo Jesús: Sigúeme. 44 Era Felipe,
de Betsaida, la ciudad de Andrés y
(1) La Leyera la preparación, la promesa, de Pedro. 45 Encontró Felipe a Na-
la figura de la gracia y de la verdad, que nos tanael, y le dijo: Hemos hallado a
trajo Jesucristo. (Heb. io, i ss.) aquel de quien escribió Moisés en la
(2) Ni aun los profetas le vieron; pero el Ley y los Profetas, Jesús hijo de
Unigénito del Padre, que mora en el seno del José, el de Nazaret. 46 Díjole Nata-
Padre, le conoce y ha bajado a darnos noticia
nael: ¿De Nazaret puede salir algo
de El.
(3) Habiendo comenzado Juan su misión en bueno? (2). Díjole Felipe: Ven y
el desierto, las autoridades religiosas de Jerusa- verás. 47 Vió Jesús a Natanael, que
lén se creen en el deber de informarse acerca venía hacia El, y dijo de él: He aquí
de la misión del nuevo profeta. La respuesta
de Juan concuerda con lo referido por los Sinóp- (1) Eran Andrés y Juan. Para entender este
ticos. suceso es preciso hacerse cargo del ambiente
Este nuevo testimonio tuvo lugar después
(4) mesiánico que reinaba en torno del Bautista.
del bautismo de Jesús, el Cordero de Dios, por (3) Natanael era de Cana, ciudad próxima a
la pureza de su vida, y que, no teniendo pecado, Nazaret, y no es extraño que entre ambas exis-
puede quitar los pecados del mundo entero. I tieran celos.

75
1186 SAN JUAN, 2

un verdadero israelita, en quien no les dice: Sacad ahora y llevad al


hay dolo. 48 Díjole Natanael: ¿De maestresala. Y
se lo llevaron. 9 Luego
dónde me conoces? Contestó Jesús y que el maestresala probó el agua
le dijo: Antes que Felipe te llamase, convertida en vino él no sabía de—
cuando estabas debajo de la higuera, dónde venía (1), pero lo sabían los
te vi. 49 Natanael le contestó: Rabbi, servidores, que habían sacado el
tú eres el Hijo de Dios (1), tú eres
el Rey de 60
Contestó Jesús,
Israel.
agua —
llamó al novio, 10 y le dijo:
,

Todos sirven primero el vino bueno,


y le dijo: ¿Porque te he dicho que y cuando están ya bebidos, el peor;
te había visto debajo de la higuera pero tú has guardado hasta ahora
crees? Cosas mayores has de ver (2). el vino mejor. 11 Este fué el primer
sl
Y añadió: En verdad, en verdad milagro que hizo Jesús en Caná
os digo, que veréis abrirse el cielo de Galilea, manifestando su gloria
y a los ángeles de Dios subiendo y y creyeron en El sus discípulos (2).
bajando sobre el Hijo del hombre.

Residencia en Gafarnaum.
Primer milagro de Jesús.
12
Después de esto bajó a Cafar-
í)
1
Al día (3) hubo una
tercer naum (3), El, su madre, sus her-
— boda en Caná de Galilea, y es- manos y sus discípulos, y permane-
taba allí la madre de Jesús. 2 Fué cieron allí no pocos días.
invitado también Jesús con sus dis-
cípulos a la boda. s no tenían Y Expulsión de los vendedores del
vino, porque el vino de la boda se Templo.
había acabado. En esto dijo la
madre de Jesús a éste: No tienen
vino (4). 4 Díjole Jesús: Mujer, 13 Estaba próxima la Pascua de los
¿qué nos va a mí y a ti? (5). No judíos, y subió Jesús a Jerusalén.
es aún llegada mi hora. 5 Dijo la 14 Y encontró en el Templo (4)
madre a los servidores: Haced lo a los vendedores de bueyes, de (nejas
que El os dijere (6). y de palomas, y a los cambistas
6
Había allí seis tinajas de pie- sentados; 15 y haciendo de cuerdas
dra (7) para las purificaciones de un azote los arrojó a todos del Tem-
los judíos, en cada una de las cuales plo, con las ovejas y los bueyes, y
cabían dos o tres metretas. 7 Díjoles derramó el dinero de los cambistas,
Jesús: Llenad las tinajas de agua. y derribando las mesas; 18 y a los
Y las llenaron hasta el borde. 8 El que vendían palomas les dijo: Quitad
de aquí todo esto y no hagáis de la
casa de mi Padre casa de contra-
(i) La expresión Hiio de Dios, puede tener tación. 17
Y
se acordaron sus dis-
diversos sentidos: el justo, el Mesías, el Hiio de
Dios. Aquí parece que debe entenderse Mesías. cípulos que está
escrito: «El celo de
(a) Sólo habían oído los testimonios de Juan tu casa me
consume.» 18 Los judíos
y la profecía de Jesús; pronto verán cosas que tomaron la palabra y le dijeron:
les muestren mejor quién es El. ¿Qué señal das para obrar así? (5).
(3) No es claro desde cuándo se ha de con- 19
Respondió Jesús, y dijo: Des-
tar, si desde la partida para Galilea (i. 43) o
truid este Templo, y en tres días lo
desde el último discurso.
(4) Es de advertir Ja discreta manera de pe-
dir el remedio de aquella necesidad en tan so- (1) Por razón de su oficio, debía estar ente-
lemne momento. rado de los elementos de que disponía, y al en-
(5) La trata como en la cruz, lo que no ex- contrarse con la sorpresa de aquel vino no puede
presa falta alguna de respeto. La negativa, sin menos de manifestarlo.
duda, iría suavizada por el tono de la voz con (2) Con este primer milagro comenzó Jesús
que Jesús la pronunció y por la razón alegada a manifestar la gloria de su divinidad, que sus
de no ser hora de obrar milgros. discípulos comenzaron a ver. (1, 14.)
(6) A pesar de la negativa, la Madre confia (3) Aun no se trata, de la bajada definitiva
que Jesús hallará modo de remediar la necesidad. de que nos hablan Mt. 4, 14 ss.; Le. 4, 31.
Más tarde accederá a los ruegos de la cananea, (4) Discútese si es el mismo episodio de que
no obstante decir que no habla venido sino a las hablan los Sinópticos, los cuales, por no llevar
ovejas de Israel. (Mi. 15, 34.) a Jesús sino una vez a Jerusalén, se verían preci-
(7) En que tenían depositada el agua nece- sados a ponerlo al fin de su carrera apostólica.
saria para las frecuentes abluciones prescritas (5) Son las autoridades del templo las que
por la costumbre judía. (Me. 7, 3 s.) La medida le piden las credenciales de sus poderes para
o metreta equivalía a unos 40 litros. entrometerse en el orden del mismo.
SAN JUAN, 3 1187

levantaré. 20 Replicaron los judíos: la carne, carne es pero lo


(1);
Cuarenta y seis años se han emplea- que nace del Espíritu, es espíritu.
do (1) en edificar este Templo, 7
Y no te maravilles de que te he
¿y tu lo vas a levantar en tres días? dicho: Es preciso nacer de arriba.
21 Pero El hablaba del templo de su 8
El viento sopla donde quiere, y
cuerpo. 22 Y cuando resucitó de entre oyes su voz, pero no sabes de dónde
los muertos, se acordaron sus dis- viene, ni a dónde va; así es todo el
cípulos de que había dicho esto, y cre- nacido del Espíritu.
9
yeron en la Escritura y en la pala- Respondió Nicodemo, y dijo:
bra que Jesús había dicho. ¿Cómo puede ser eso? 10 Jesús res-
pondió, y dijo: ¿Eres maestro en
y no sabes esto? 11 En
Israel (2)
Primeros frutos del ministerio verdad, en verdad te digo que nos-
de Jesús. otros hablamos de lo que sabemos,
y de lo que hemos visto damos tes-
timonio; pero vosotros no recibís
En el tiempo en que estuvo en
23
nuestro testimonio. 12 Si hablán-
Jerusalén por la fiesta de la Pascua doos de cosas terrenas no
(3)
creyeron muchos en su nombre viendo creéis, ¿cómo
creeríais si os hablase
24 Pero Jesús
los milagros que hacía. Y
de cosas celestiales? 13 nadie sube
no se confiaba a ellos, porque los al cielo sino el que bajó del cielo, el
conocía a todos, 28 y porque no tenía Hijo del hombre, que está en el
necesidad de que nadie diese tes- cielo. 14 Y
a la manera en que Moisés
timonio del hombre, pues El cono- levantó la serpiente en el desier-
cía lo que en el hombre había. to (4), así es preciso que sea levan-
tado el Hijo del hombre, 15 para que
todo el que creyere en El tenga la
Visita de IVicodemo. vida eterna.
16
Porque tanto amó Dios al
3 Había un hombre de los fari-
1 mundo (5), que le dió su Unigénito
seos, de nombre Nicodemo, prin- Hijo, para que todo el que crea en
cipal entre los judíos, 2 que vino de El no perezca, sino que tenga la
noche a Jesús, y le dijo: Rabbi, vida eterna; 17 pues Dios no ha en-
sabemos que has venido como maes- viado a su Hijo al mundo para que
tro de parte de Dios, pues nadie juzgue al mundo (6), sino para
puede hacer esos milagros que tú que el mundo sea salvo por El.
18 El que cree en El no es juzgado;
haces si Dios no está con él. 3 Res-
pondió Jesús, y le dijo: En verdad, el que no cree, ya está juzgado,
en verdad te digo que quien no na- porque no creyó en el nombre del
ciere de arriba (2) no podrá en-
4
trar en el reino de Dios. Díjole
(1) La vida religiosa de Israel, inspirada en
Nicodemo: ¿Cómo puede el hombre la interpretación material de la Ley y de las pro-
nacer siendo viejo? ¿Acaso puede mesas mesiánicas, no pasaba de una vida mate-
entrar de nuevo en el seno de su rial; pero la que Jesús proponía tenía principios
madre y nacer? 6 Respondió Jesús: más altos y divinos.
En verdad, en verdad te digo que (2) Motivo había para maravillarse de que
quien no naciere del agua (3) y un doctor no entendiese el lenguaje de Jesús, y
esto es una prueba más de cuan materializados
del Espíritu no puede entrar en el estaban.
reino de los cielos. 6 Lo que nace de (3) La
oposición de que habla Jesús entre
las cosas celestialesy las terrenas debe enten-
derse, de una parte, del nacimiento espiritual,
(1) La obra del templo, que tanta admira- que de alguna manera es objeto de nuestro cono-
ción causaba a los Apóstoles (Me. 13, 1), había cimiento experimental, y de otra, su causa mis-
sido comenzada por Herodes el año 18 ó 19 ma, que es el Espíritu Santo.
antes de Cristo, y acaso no estuviese totalmente (4) Mirando a la serpiente, sanaban los is-
acabada. (Fl. Josefo, Antigüedades, XV, 14.) raelitas picados de las serpientes venenosas; mi-
(2) Este nacimiento espiritual ha de tener rando con fe a Jesucristo levantado en la cruz se
su principio en el cielo, es decir, que deben ser alcanza la salud eterna. Es un segundo aspecto
del cielo los principios que informan esa nueva del tema propuesto.
vida. (5) Estos versículos son reflexiones del evan-
(3) Tal nacimiento tiene su principio espiri- gelista sobre lo dicho por Jesús acerca de la fe
tual en la fe; su causa ritual es el bautismo del en su persona.
agua, por el cual se comunica el Espíritu Santo, (6) Juzgar aquí equivale a condenar, y se
según lo que Juan había ya declarado. opone a salvar.
1 l.S.S
SAN JUAN, 4

Unigénito Hijo de Dios. 19 Y el I


que Dios es veraz. 31 Porque aquel
juicio consiste en que vino la luz a quien Dios ha enviado habla pala-
al mundo, y los hombres amaron bras de Dios, pues Dios no le dió el
más las tinieblas (1) que la luz, espíritu con medida. 35 El Padre
porque sus obras eran malas. 20 Por- ama al Hijo, y ha puesto en su mano
que todo el que obra mal, aborrece todas las cosas. 36 El que cree en el
la luz, y no viene a la luz, porque Hijo tiene la vida eterna; el que
sus obras no sean reprendidas. 21 Pero rehusa creer en el Hijo no verá la
el que obra la verdad, viene a la vida, sino que está sobre él la cólera
luz, para que sus obras sean mani- de Dios.
fk-stas, pues están hechas en Dios.
Partida de Jesús para Galilea.
Tercer testimonio de Juan.
4 1
Así, pues, que supo el Señor
que habían oído los fariseos cómo
22
Después de esto vino Jesús con Jesús hacía más discípulos y bauti-
sus discípulos
(2) a la tierra de zaba más que Juan, 2 aunque Jesús
Judea, y permaneció allí con ellos y mismo no bautizaba, sino sus dis-
bautizaba. 23 Juan bautizaba tam- cípulos, 3 abandonó la Judea, y
bién en Ainón, cerca de Salum, partió de nuevo para Galilea (1).
donde había mucha agua, y venían a
bautizarse, pues Juan aún no había Encuentro con la samaritana.
sido metido en la cárcel. Se suscitó
4
una discusión entre los discípulos de Tenía que pasar por Samaría.
5
Juan y cierto judío acerca de la Llegó, pues, a una ciudad de Sama-
purificación, 26 y vinieron a Juan, ría llamada Sicar (2), próxima a
y le dijeron: Rabbi, aquel que estaba la heredad que dió Jacob a José
contigo al otro lado del Jordán, de su hijo, 6 donde estaba la fuente de
quien tú diste testimonio, está ahora Jacob (3). Jesús, pues, fatigado del
bautizando, y todos se van en pos caminó, se sentó sin más junto la
de El. 27 Juan les respondió, diciendo: fuente; era como la hora de sexta.
No debe el hombre tomarse nada (3) 7
Llegó una mujer de Samaría a
si no le fuere dado del cielo. 28 Vos- sacar agua, y Jesús le dijo: Dame de
otros mismos sois testigos de que beber; 8 los discípulos habían ido a
dije: Yo no soy el Mesías, sino que la ciudad a comprar provisiones.
he sido enviado ante El. 29 El que • Díjole la mujer samaritana: ¿Cómo

tiene esposa es el esposo; el amigo tú, siendo judío, me pides de beber


del esposo, que le acompaña y le a mí, una samaritana? (4). Porque
oye, se alegra grandemente de oír
la voz del esposo. Pues así este mi
ficará que Dios ha cumplido sus promesas, que
gozo es cumplido. 30 Es preciso que
se resumen en la donación del Espíritu Santo.
El crezca y yo mengue. 81 El que (Jer. 31, Joel 2, 28; Ez. 36. 25 ss.)
33 s.;
viene de arriba está sobre todos (4). (1) Ya comienza la preocupación de los fari-
El que procede de la tierra es terreno seos por la actividad de Jesús. Los discípulos
y habla de la tierra; el que viene practicaban el bautismo de agua, como hablan
del cielo, 32 da testimonio de lo que aprendido de Juan; pero no era éste el bautismo
del Espíritu, pues aun no había sido glorificado
ha visto y oído, pero su testimonio
Jesús. (7, 39; Act. 1, 5.) Esta partida de la región
nadie lo recibe. 33 Quien recibe su del Jordán coincide con la narrada por los Sinóp-
testimonio pone su sello (5) a ticos después de la prisión de Juan. (Mt. 4, 12;
Me. 1, 14.)
(1) He aquí explicado el misterio de la in- (2) La provincia ocupa el centro de la Pa-
credulidad de tantos hombres. Como sus obras lestina. Sicar se halla situada a la entrada del
son malas y su alma impura, temen que la luz valle en que están Siquem y Naplusa, en medio
descubra que son.
lo de los dos montes Ebal y Garizim. Sobre este
(2) De
Jerusalén no se dirigió directamente último se hallaba el templo opuesto al de Jeru-
a Galilea, sino a la región del Jordán, donde Juan salén, y centro de la vida religiosa de los sama-
continuaba ejerciendo su misión. ritanos.
(3) Aquí está el fundamento supremo de la (3) Es un pozo manantial de unos 30 metros
humildad cristiana, enunciado por San Pablo de profundidad, que aun subsiste en medio de
en ICor. 4, 7. las ruinas de una iglesia cristiana.
(4) Jesús está sobre todos. Son reflexiones (4) La enemistad entre judíos y samaritanos,
del evangelista acerca de la declaración de Juan. de que nos da testimonio San Lucas (9, 53), re-
(5) El que por la fe recibe el testimonio de monta a la vuelta de la cautividad, como se narra
Jesús, recibirá el Espíritu Santo, y con él testi- en los libros de Esdras y Nehemlas.
SAN JUAN, 4 i 189

no se tratan judíos y s amántanos. mujer: Yo sé que el Mesías, el que


10 Respondió jesús, y dijo: Si cono- se llama Cristo, está para venir, y
cieras el don de Dios (1) y quiénes que cuando El viniere nos hará
26 Díjole
el que te dice: Dame de beber, tú le saber todas las cosas (1).
pedirías a El, y El te daría a ti agua Jesús: Soy yo, el que contigo ha-
viva. 11 Ella le dijo: Señor, no tienes bla (2).
cubo con que sacar el agua, el pozo Y en esto llegaron los discípulos,
27

es hondo; ¿de dónde, pues, te viene y se maravillaban (3) de que


esa agua viva? Acaso eres tú más hablase con una mujer; nadie, sin
grande que nuestro padre Jacob, embargo, le dijo: ¿Qué deseas? O
que nos dió este pozo, y de él bebió ¿qué hablas con ella? 28 Dejó, pues,
él mismo, sus hijos y sus rebaños? su cántaro la mujer, y se fué a la
13 Respondió Jesús,
y le dijo: Quien ciudad, y dijo a los hombres: Venid
bebe de esa agua volverá a tener sed; a ver a un hombre que me ha dicho
14 pero el que beba del agua que yo todo cuanto he hecho. ¿No sorá el
le diere no tendrá jamás sed. que el Mesías? 30 Salieron de la ciudad y
agua que yo le dé se hará en él una vinieron a El. 31 Entretanto los dis-
fuente que salte hasta la vida eterna. cípulos le rogaban, diciendo: Rabbi,
15 Díjole a El la mujer: Señor, come. 32 Díjoles El: Yo tengo una
dame de esa agua, para que no sienta comida que vosotros no sabéis. 33 Los
más sed ni tenga que venir aquí a discípulos se decían unos a otros:
buscada. 16 El le dijo: Vete, llama ¿Acaso alguien le ha traído de comer?
34 Jesús les dijo: Mi alimento (4)
a tu marido y ven acá. 17 Respon-
dió la mujer, y le dijo: No tengo es hacer la voluntad del que me envió
35 ¿No decis vos-
marido. Díjole Jesús: Bien dices: y acabar su obra.
No tengo marido; 18 porque cinco otros, aún cuatro meses (5) y
tuviste, y el que ahora tienes no es llegará la mies? Pues bien, yo os
tu marido; en esto has dicho verdad. digo: Alzad vuestros ojos y mirad
19 Díjole la mujer: Señor, veo que tú los campos, que ya están amarillos
eres profeta. 20 Nuestros padres ado- para la siega. 36 Él que siega recibe
raron en este monte (2), y vos- su salario y recoge el fruto para la
otros decís que es Jerusalén el sitio vida eterna, para que se alegren
donde hay que adorar. 21 Jesús le juntamente el sembrador y el sega-
dijo: Créeme, mujer, que es llegada dor. 37 Porque en esto es verdadero
la hora en que ni en este monte ni el proverbio, que uno es el que siem-
en Jerusalén adoraréis al Padre. bra y otro el que siega. 38 Yo os
22
Vosotros adoráis lo que no cono- envío a segar lo que no trabajasteis;
céis, nosotros adoramos lo que cono- otros lo trabajaron y vosotros os
cemos, porque la salud viene de los aprovecháis de su trabajo.
39
judíos (3); pero luego llega la Muchos samaritanos de aquella
hora, y ésta es cuando los verda- ciudad creyeron en El por la palabra
deros adoradores adorarán al Padre de la mujer, que atestiguaba: «Me
en espíritu y en verdad, pues tales ha dicho todo cuanto he hecho.»
40 Pero así que vinieron
son los adoradores que el Padre a El le roga-
busca. 24 Dios es espíritu y los que.
le adoran deben adorarle en espí-
en ese lugar debe ser ádorado; pero Dios, que
ritu (4) y en verdad. 25 Díjole la
está por encima de todos los lugares, no puede
consentir que su culto se estreche a un solo lugar.
(1) Es la gracia del Espíritu Santo, represen- Jesús deja aquí entrever la universalidad del
tada con frecuencia por el agua viva que brota culto divino predicha por Malaquías (1, 10 s.).
de un manantial. (7, 38 s.) (1) Y nada más natural que esperar de él la
(2) Era éste uno de los puntos fundamentales solución de este pleito.
de división entre judíos y samaritanos, el
la (2) Después de las declaraciones del Bautis-
lugar del culto legítimo. ta, no nos debe maravillar ésta de Jesús a una
(3) Jesús empieza por declarar que en cuanto mujer.
al lugar no está ni con unos ni con otros, (3) Efectivamente, no estaba muy conforme
porque el Padre pide un culto en espíritu con las costumbres del país; pero el respeto al
y verdad, y, por tanto, no ligado a lo material Maestro selló sus labios, y nadie le dijo nada.
del lugar, ni exterior, como el que Jesús repren- (4) Es el alimento de su alma el amor del
de en los judíos. (Mt. 15, 8.) Pero en todo caso Padre y la satisfacción de cumplir su voluntad.
la salud vendrá de los judíos, que tienen la Ley (5) Es un proverbio vulgar (4, 37). La ma-
y las promesas mesiánicas. (Rom. 9, 4 s.) durez de la mies es el estado de las almas, mani-
(4) El culto divino debe estar en armonía festado en aquella mujer del cántaro que acababa
con su objeto. Un dios localizado en un lugar, de traer a Dios.
1190 SAN JUAN, 5

ron que se quedase con ellos; y per- Curación del enfermo de la


maneció allí dos días. 41 muchos Y piscina.
más creyeron al oírle. 42 decían Y
a la mujer: Ya np creemos por tu 1 Después de esto se celebraba
palabra, pues nosotros mismos hemos una fiesta de- los judíos (1), y
oído y conocido que éste es verda- subió Jesús a Jerusalén. 2 Hay en
deramente el Salvador del mundo. Jerusalén, junto a la puerta probá-
43
Pasados dos días, se partió de allí tica, una piscina, llamada en hebreo
para Galilea. 44 El mismo Jesús Bezata (2), que tiene cinco pór-
declaró que ningún profeta es hon- ticos. 3 En éstos yacía una multitud
rado en su propia patria (1). de enfermos, ciegos, cojos, mancos,
46 Cuando llegó a Galilea, le acogieron que esperaban el movimiento del
los galileos, que habían visto cuán- agua. 4 Porque el ángel del Se-
tas maravillas había hecho en Jeru- ñor (3) descendía de tiempo en
salén durante la fiesta, pues también tiempo a la piscina y revolvía el agua,
ellos babían ido a la fiesta. y el primero que bajaba, después de
la agitación del agua, quedaba sano
de cualquiera enfermedad que pade-
curación B un hombre que
Regreso a Galilea y ciese. Había allí
del hijo de un éortesanoit llevaba treinta y ocho años enfermo:
8
Jesús le vió acostado, y conociendo
48 Caná de
Llegó, pues, otra vez a que llevaba ya mucho tiempo, le
Galilea, donde había convertido el dijo: ¿Quieres ser curado? 7 Respon-
agua en vino. Y había allí un corte- dióle el enfermo: Señor, no tengo a
sano (2), cuyo hijo estaba enfermo nadie que al moverse el agua (4)
en Cafara aum. 47 Oyendo que llegaba me meta en la piscina, y mientras
Jesús de Judea a Galilea partió a su yo voy, baja otro antes de mí.
encuentro, y le rogó que bajase y 8
Díjole Jesús: Levántate, toma la
curase a su hijo, porque estaba para camilla y anda. * Y al instante quedó
morir. 48 Jesús le dijo: Si no viereis el hombre sano, y tomó su camilla
señales y prodigios (3) no creéis. y se fué.
49
Díjole el cortesano: Señor, baja
antes que mi hijo muera. 60 Jesús
le dijo: Vete, tu hijo vive. Creyó el Disensión sobre el sábado.
hombre en la palabra que le dijo
Jesús, y se fué. 51 Y
ya bajaba él, Era día de sábado, 10 y los judíos
cuando le salieron al encuentro sus decían al curado: Es sábado. No
siervos, diciéndole: Tu hijo vive. te es lícito llevar la camilla. 11 Res
52
Preguntóles entonces la hora en
que se había puesto mejor, y le
(x) Una de las tres señaladas por la Ley
dijeron: Ayer, a la hora octava le no la Pascua, que sería la del
(Le. 2, 41); pero
dejó la fiebre. 53 Conoció, pues, el año segundo. Esta la suele denominar San Juan
padre que aquella misma era la por su propio nombre. (2, 23; 6, 4.)
hora en que Jesús le dijo: Tu hijo (2) La puerta de las ovejas, probática, se ha-
vive, y creyó él y toda su casa. llaba en el ángulo NE. del Templo, y no lejos
64 Este fué el segundo milagro que de esa puerta; pero fuera del recinto sagrado
estaba la piscina, de forma rectangular, rodeada
hizo Jesús viniendo de Judea a
de cuatro pórticos y dividida en dos partes por
Galilea (4). otro pórtico, que hacía el quinto. Se alimentaba
por un manantial de aguas intermitentes y ter-
males.
(1) La citación de esta sentencia viene de la (3) Todo este versículo falta en los mejores
contraposición entre la benévola acogida que le códices griegos y es ignorado de los Padres an-
hicieron los samaritanos y la frialdad de sus com- tiguos, que comentaron a San Juan, San Agustín,
patriotas los de Nazaret. (Le. 4, 24.) San Crisóstomo y San Cirilo de Alejandría. Al-
(2) Se trata de algún dignatario de la corte gunos comentaristas modernos lo dan por una
del tetrarca Herodes Antipas, que tenia su resi- glosa añadida por un copista al Evangelio.
dencia habitual en Tiberíades. (4) En este lugar habla un manantial de
(3) Se entiende prodigios estupendos, de re- aguas termales, que si no curaban todos los ma-
lumbrón, como los judíos esperaban de ¿u Me- les aliviarían muchos de ellos. Según el texto el
sías. (Le. 17, 20 s.) manantial era intermitente. Sabido es que esta
(4)Fué el primero el de Caná (2, 1 1). Y los clase de aguas es más eficaz al brotar del manan-
por cuanto Jesús no había comenzado aún
1101 a tial que después. En el supuesto de la autentici-

su misión en Galilea, que es el objeto principal dad del v. 4, habría que admitir en esas curacio-
de la historia sinóptica. nes una intervención sobrenatural.
SAN JUAN, 5 1191

1
ondióles: El que me ha curado me ! la vida eterna y no es juzgado, porq'ie
ha dicho: Coge tu camilla, y vete. ! pasó de la muerte a la vida. 25 En
18 Le preguntaron: ¿Y quién es ese verdad, en verdad os digo que llega
hombre que te ha dicho: Coge y la hora, y es ésta, en que los muertos
vete? 13 El curado no sabía quién oirán la voz del Hijo de Dios (1),
era, porque Jesús se había retirado y los que la escucharen vivirán.
26 como
Padre tiene la
de la muchedumbre que había allí. Pues así el
14 Después de esto, le encontró Jesús vida en sí dió también
mismo, así
en el templo, y le dijo: Mira que has al Hijo (2) tener vida en sí mismo.
sido curado; no vuelvas a pecar (1),
27
Y le dió poder de juzgar (3),
no sea que te suceda algo peor. por cuanto El es Hijo del hombre.
15 28 No os maravilléis de esto, porque
Fuése el hombre y dijo a los judíos
que era Jesús el que le había curado. llega la hora en que cuantos están
16 Y los judíos perseguían a Jesús, en los sepulcros oirán su voz, 29 y
por haber hecho esto en sábado. saldrán los que han obrado el bien
17 Pero El les respondió (2): Mi para la resurrección de la vida, y
Padre sigue obrando todavía, y por los que han obrado el mal para la
eso obro yo también. 18 Por esto los resurrección del juicio. 30 Yo no
judíos buscaban con más ahinco puedo hacer de mí mismo nada;
matarle, porque no sólo quebrantaba según le oigo, juzgo, y mi juicio
el sábado, sino que decía a Dios su es justo, porque no busco mi voluntad,
Padre, haciéndose igual a Dios. sitio la voluntad del que me envió,
Kl Hijo obra en unión con el Padre. El testimonio del Padre a favor
del Hijo.
19
Respondió, pues, Jesús, y les
decía: En verdad, en verdad os digo 31
Si yo diera testimonio de mf
que no puede el Hijo hacer nada mismo, mi testimonio no sería verí-
por sí mismo, sino lo que ve hacer dico; 32 es otro el que de mí da testi-
al Padre; porque lo que Este hace monio (4), y yo sé que es verí-
20 Porque dico el testimonio que de mí da.
lo hace igualmente el Hijo.
el Padre ama al Hijo, y le muestra
33 Vosotros habéis mandado a pre-
todo lo que El hace, y le mostrará guntar a Juan, y el dió testimonio
aún mayores obras que éstas, de de la verdad. 34 Pero yo no recibo
suerte que vosotros quedéis maravi- testimonio de hombre; mas os digo
llados. 21 Como el Padre resucita esto para que seáis salvos. 35 Aquél
a muertos y les da vida, así
los era la lámpara, que arde y alumbra;
también el Hijo a los que quiere y vosotros habéis querido gozar una
da vida. 22 Aunque el Padre no juzga hora de su luz; 36 pero yo tengo un
a nadie, sino que ha entregado al testimonio mayor que el de Juan,
Hijo todo el poder (3) de juzgar, porque las obras que. mi Padre me
23
para que todos honren al Hijo dió a hacer, esas obras que yo
como honran al Padre. El que no hago, dan en favor mío testimonio,
honra al Hijo no honra al Padre, de que el Padre me ha enviado,
que le envió. 24 En verdad, en verdad 37
y el Padre que me ha enviado,
os digo -que el que escucha mi pala- ése da testimonio de mí. Vosotros
bra y cree en el que me envió, tiene
(1) Los que ahora están espiritualmente
(1) La enfermedad es muchas veces conse- muertos, escucharán la palabra de Jesús, que es
cuencia de los vicios, y tal era, sin duda, este palabra de vida, y resucitarán a la vida de la
caso. gracia, que es germen de la vida eterna.
Para entender esta argumentación de Je-
(2) (2) Como Hijo encarnado, tiene la plenitud
sús, debe tenerse en cuenta que los milagros, de la gracia y de la vida, de la cual recibimos
como obras sobrenaturales que son, sólo por Dios todos. (1, 16.)
pueden ser hechos como causa principal, y como (3) El poder de juzgar viene a ser una con-
obras ad extra, deben ser atribuidas a la Trini- secuencia de su poder de comunicar la vida, ya
dad en común; sin embargo, siendo el Padre el que, en suma, el juicio versará sobre el modo
principio de la Trinidad, la primera de las per- como los hombres recibieron y aprovecharon esa
sonas divinas, a El se le apropia la iniciativa en gracia.
estas obras de la omnipotencia de Dios. (4) Es Padre, con los milagros que ejecuta
el
(3) Cuando se habla del Hijo se puede con- a favor del Hijo encarnado, y para mostrar la
siderar como Dios y como hombre, y en cuanto misión divina que le ha dado. La misión de Juan
hombre, ha recibido el ministerio de juzgar al era señalar a Jesús y dirigir hacia El la atención
mundo en premio de su pasión. (Fil. 2, 8 ss.) '
del pueblo.
1 192 SAN JUAN. 6

no habéis oído jamás su voz, ni- un pedacito. 8


Díjole uno de sus dis-
habéis visto su semblante, 38 ni tenéis cípulos, Andrés, el hermano de Simón
su palabra en vosotros, porque no Pedro: Hay aquí un muchacho que
habéis creído en Aquel que El ha tiene cinco panes de cebada y dos
enviado. 39 Escudriñad las Escri- peces; pero esto ¿qué es para tantos?
turas (1), ya que en ellas creéis 10 Dijo Jesús: Mandad que
se aco-
tener la vida eterna, pues ellas dan moden. Había en aquel sitio mucha
testimonio de mí; y no queréis hierba verde. Se acomodaron, pues,
venir a mí para tener la vida. 41 Yo los hombres en número de unos cinco
no recibo gloria de los hombres (2), mil. 11 Tomó entonces Jesús los
42
pero os conozco y sé que no tenéis panes (1), dando
gracias, dió
y,
en vosotros el amor de Dios. 43 Yo a los que estaban recostados, e igual-
he venido en nombre de mi Padre mente de los peces, cuanto quisieron.
y vosotros no me recibís; si otro Así que se saciaron, dijo a los dis-
viniere usurpando mi nombre, le cípulos: Recoged los fragmentos que
recibiríais. 44 ¿Cómo podéis creer han sobrado para que no se pierdan.
vosotros que recibís la gloria unos 13 Los recogieron, pues, y llenaron
de otros y no buscáis la gloria del doce cestos de fragmentos, que de
Unico? 45 No penséis que vaya yo los cinco panes de cebada sobraron
a acusaros atite mi Padre; hay otro a los vue habían comido. 14 Y los
que os acusará, Moisés, en quien hombres, viendo el milagro que había
vosotros tenéis puesta la esperanza. hecho, decían: Verdaderamente éste
46 Porque, creyerais en Moisés, es el Profeta (2), que ha de venir
si
creeríais en mi, pues de mí escribió él. al mundo. 15 Y Jesús, conociendo
47 que iban a venir para arrebatarle y
Pero si no creéis en sus Escri-
turas (3), ¿cómo vais a creer en hacerle rey, se retiró otra vez al
mis palabras? monte El solo.

.Multiplicación de los panes y de


Vuelta hacia Cafarnauui.
los peces.

esto, partió Jesús 16 Llegada bajaron


/ 1
Después de la tarde (3),
" otro lado del mar de Galilea,
al sus discípulos al mar, 17 y subiendo
de Tiberíades, 2 y le seguía una gran en la barca se dirigían al otro lado
muchedumbre, porque veían los mi- del mar, hacia Cafamaum. Ya había
lagros que hacía con los enfermos. oscurecido y aún no había vuelto a
3
Y subió Jesús a un monte y se ellos Jesús, 18 y el mar se había
sentó con sus discípulos. 4 Estaba alborotado por el viento fuerte que
cercana la Pascua, la fiesta de los soplaba. 19 Habiendo, pues, nave-
judíos. 5 Levantando, pues, los ojos gado como unos veinticinco o treinta
Jesús, y contemplando la gran muche- estadios vieron a Jesús, que caminaba
dumbre que venía a El, dijo a Felipe: sobre el mar y se acercaba ya a la
¿Dónde compraremos pan para dar barca, y temieron. 20 Pero El les
de comer a éstos? 6 Esto lo decía dijo: Soy yo, no temáis. 21 Querían
para probarle, porque El bien sabia ellos tomarle en la barca; -pero al
7
lo que había de hacer. Contestó instante se halló la barca en la ribera,
Felipe: Doscientos denarios de pan a donde se dirigían.
no bastan para que cada uno reciba

(1) Esta multiplicación de los panes es la


(1) ésras la norma de vida para Israel;
Eran primera que leemos en los Sinópticos, aunque
pero todas ellas se ordenan al Mesías, a preparar con algunas variantes. (Mt. 14, 13 ss.; Me. 6.
sus caminos y dar testimonio de El. 33 ss.; Le. 9. 10 ss.)
(2) Los judíos, jactanciosos de ser los únicos (2) Mis de una vez aparece este personaje
que conocen y honran a Dios, acusan a Jesús en labios judíos. No es fácil saber quién sea.
de este vicio; pero El rechaza esta acusación y la Puede ser un nombre del Mesías, o algún pro-
devuelve contra sus acusadores. feta que se creería anunciado en Deuteronomio 18,
(3) Por los Sinópticos resulta bien claro hasta 15. que, a modo de Ellas, vendría a preparar el
qué extremo llegaba la aberración de los judíos advenimiento del Mesías. En todo caso, este epi-
en la interpretación de la Ley. Esto era lo que sodio nos explica por qué Jesús rehuye cierta?
los tenia apartados de Moisés y de los Profetas, manifestaciones populares.
y era también la venda que cubría sus ojos para (3) Con algunas vanantes, también esto se
que no viesen en Jesús al enviado del Padre. lee en los Sinópticos.
SAN JUAN, 6 1193

Concurso de los oyentes en busca Les dió a comer pan del cielo. 32 Dijo-
de Jesús. Ies,pues, Jesús: En verdad, en verdad
os digo: Moisés no os dió pan del
22
Al otro día, la muchedumbre cielo; es mi Padre el que os da el
que estaba al otro lado del mar, verdadero pan del cielo; 33 porque el
echó de ver que no habia sino una pan de Dios es el que bajó del cielo
barquilla y que Jesús no había y da la vida al mundo. 34 Dijéronle,
entrado con sus discípulos en la pues, ellos: Señor, danos siempre
barca, sino que los discípulos habían ese pan.
35 Les contestó Jesús: Yo soy
partido solos; 23 pero llegaron de el
Tiberíades barcas cerca del sitio pan de vida (1); el que viene a mí
donde habían comido el pan, después no tendrá más ya hambre, y el que
de haber dado gracias al Señor. cree en mí jamás tendrá sed. 36 Pero
24 Y cuando la muchedumbre vió yo os digo que vosotros me habéis
que Jesús no estaba allí, ni sus dis- visto y no me creéis. 37 Todo lo que
cípulos tampoco, subieron en las el Padre me da (2) viene a mí,
barcas y vinieron a Cafarnaum (1) y al que viene a mi yo no le echaré
en busca de Jesús. fuera, 38 porque yo he bajado del
cielo, no para hacer mi voluntad,
sino la voluntad del que me envió.
•Jesús, pan de vida para los que 39 Y ésta
es la voluntad del que me
creen en El. envió, que yo no pierda nada de lo
que me ha dado, sino que lo resucite
25Habiéndole hallado al otro lado en el último día. 40 Porque ésta es la
del mar, le dijeron: Rabbi, ¿cuándo voluntad de mi Padre, que todo el
has venido aquí? 26 Les contestó que ve al Hijo y cree en El, tenga la
Jesús, y dijo: En verdad, en verdad vida eterna y yo le resucitaré en el
os digo, vosotros me buscáis, no último día. 41 Murmuraban de El los
porque habéis visto los milagros (2), judíos, porque había dicho: Yo soy
sino porque habéis comido los panes el pan que bajó del cielo, 42 y decían:
27
y os habéis saciado; procuraos, ¿No es éste de José,
Jesús, el hijo
no el alimento perecedero, sino el cuyo padre y madre nosotros cono-
alimento que permanece hasta la cemos? (3). ¿Pues cómo dice ahora:
vida eterna, el que el Hijo del hom- Yo he bajado del cielo?
43
bre os da, porque Dios Padre le ha Respondió Jesús, y les dijo:
28
sellado con su sello (3). Dijé- No murmuréis entre vosotros. 44 Na-
ronle, pues: ¿Qué haremos para hacer die puede venir a mí, si el Padre,
obras de Dios? 29 Respondió Jesús, que me ha enviado,- no le trae, y yo
y les dijo: La obra de Dios es que le resucitaré en el último día. 45 En
creáis en Aquel, que El ha enviado. los profetas está escrito: Y serán
30 Y ellos le dijeron: Pues tú, todos enseñados de Dios (4). Todo
¿qué señales haces para que veamos el que oye a mi Padre y recibe su
y creamos? ¿Qué haces? 31 Ya nues- enseñanza viene a mí. 46 No porque
tros padres comieron el maná en el alguno haya visto al Padre (5),
desierto (4), según está escrito:
(1) Jesús, Salvador, objeto de nuestra fe y
amor, es el pan bajado del cielo, el verdadero

(1) Fué enesta ciudad, y en su sinagoga, maná de las almas.


donde tuvo lugar el discurso que sigue (v. 59), (2) La fe
es don de Dios, y es el Padre quien,
para cuya inteligencia hemos de observar que por ella, conduce las almas a su Hijo para que
no todos los oyentes ni todos los interlocutores les dé la vida y las resucite en el último día.
participan de losmismos sentimientos respecto (Rom. 8, 30 ss.)
de Jesús, aunque sean designados con el mismo (3) Para los que le habían conocido en su
nombre por el evangelista. vida humilde y de artesano, era este lenguaje
(2) Los milagros pueden considerarse como un gran motivo de escándalo, del cual no se li-
señales de la misión divina de Jesús, que con braban sus mismos parientes. (7, 5.)
ellos invita a la fe, o como objetos extraordina- (4) El texto es de Isaías 54, 13. Esa doctrina
rios, propios para satisfacer la curiosidad, o como del cielo consiste en hacernos conocer en Jesu-
fuente de provechos materiales. cristo al enviado del Padre. Jesús nos instruirá
(3) Este sello son los milagros. en los misterios de Dios y nos resúcitará en el
(4) Recordando el maná del desierto, con que último día.
Dios alimentó a Israel por tanto tiempo, les pa- (5) Es dicho repetido en la Escritura: «Nadie
recía poca cosa la multiplicación de los panes y vió a Dios»; pero üan Juan ha dicho ya que el
de los peces. Tal vez los que esto dicen no habían Unigénito del Padre, ése le ha visto y nos ha
visto el milagro ni participado de él. descubierto sus misterios. (1, 18.)
1 194 SAN JUAN, 7

sino sólo el que está en Dios, ése son estas palabras! ¿Quién puede
ha visto a) Padre. 47 En verdad, en oírlas? 61 Conociendo Jesús que mur-
verdad os digo: El que cree tiene la muraban de estos sus discípulos, les
vida eterna. dijo: ¿Esto os escandaliza? ¿Pues
qué será ver (1) al Hijo del hom-
al
i;i pan eucarístico. bre subir allí a donde estaba antes?
63
El espíritu es el que da vida (2),
48 la carne no aprovecha para nada.
Yo soy el pan de vida; 49 vues-
tros padres comieron el maná en el
Las palabras, que yo os he hablado,
son espíritu y son Vida; 64 pero hay
desierto, y murieron. 50 Este es el
pan que baja del cielo, para que el algunos de vosotros que no creen.
que lo coma no muera. 51 Yo soy el
Porque sabía Jesús desde el principio
quiénes eran los que no creían, y
pan vivo bajado del cielo; si alguno
come de este pan, vivirá para siempre, quién era el que le había de entregar.
85 Y decía: Por
esto os dije que nadie
y el pan que yo le daré es mi ca r - puede venir a mí, si no le ha sido
ne (1), vida del mundo.
62 Disputaban entre
sí los judíos,
dado de mi Padre. 88 Desde entonces
diciendo: ¿Cómo puede éste darnos
muchos de sus discípulos se reti-
raron (3), y ya no le seguían.
a comer su carne? 53 Jesús les dijo: 87
En verdad, en verdad os digo que Entonces dijo Jesús a los doce:
si no coméis la carne del Hijo del
¿Queréis iros vosotros también? 88 Res-
hombre y no bebéis su sangre (2), pondióle Simón Pedro: Señor, ¿a
no tendréis vida en vosotros. 54 El quién iríamos? Tú tienes palabras
que come mi carne y bebe mi sangre de vida eterna, y nosotros hemos
tiene la vida eterna, y yo le resu- creído y sabemos que tú eres el
citaré en el último día. 65 Porque mi Santo de Dios. 70 Respondióle Jesús:
carne es verdadera comida (3) y ¿No he elegido yo a los doce? uno Y
mi sangre es verdadera bebida. 68 El de vosotros es Ú11 diablo. 71 Hablaba
que come mi carne y bebe mi sangre de Judas Iscariote, porque éste,
está en mí y yo en él. 57 Así como
uno de los doce, había de entregarle.
me envió mi Padre (4) vivo, y
vivo yo por mi Padre, así también Estado de
el que me come vivirá por mí. 58 Este
los ánimos 011 Galilea
y Jertas alén,
es el pan bajado del cielo, no como
el pan que comieron los padres y
murieron; el que come este pan vivirá 7 1
Después de esto andaba Jesús
para siempre. 69 Esto lo dijo ense- por Galilea, pues no quería ir a
ñando en una sinagoga de Cafarnaum. Judea, porque los judíos le buscaban
para darle muerte. 2 Estaba cerca la
fiesta de los judíos (4), la de los
Efecto del sermón en los dis- Tabernáculos. 3 Dijéronle sus her-
cípulos. manos (5): Sal de aquí y vete a
80 Luego
de haberle oído, muchos (1) Esto podría aumentar el escándalo en
de sus discípulos dijeron: ¡Qué duras quienes persistiesen en ver en El. sólo al hijo
de José; pero seria la solución del misterio para
quienes se resolviesen a ver en El algo más que
(1) Hasta aquí el pan del cielo, el pan ver" eso, y tal era el propósito de Jesús.
dadero, que da la vida eterna y la resurrección, (2) La solución está no en la inteligencia gro-
era Jesús, objeto de la fe y del amor. Se trataba sera de sus oyentes, sino en la espiritual de los
de una comunión espiritual. Ahora da un paso discípulos fieles.
más hacia la comunión sacramental. El pan es (3) Asi se va haciendo la selección entre los
su misma carne, su cuerpo, que será entregado oyentes de Jesús, y con la selección el juicio di-
a los dolores y a la muerte para dar vida al vino anunciado por los Profetas y por el Bautista.
mundo. (4) Era la tercera de las fiestas prescritas por
(2) Aquí se declara más el misterio, pues ya la Ley; se celebraba a fines del verano, con gran
no se habla sólo de comer la carne, sino también solemnidad, para dar gracias por los últimos fru-
de beber la sangre como medio indispensable de tos de ta tierra y pedir la lluvia para la próxima
alcanzar la vida eter-ia y llegar a la resurrección. sementera. Era la que más concurso de peregri-
(3) Es consecuencia de lo dicho; pero con- nos atraía, porque la bonanza del tiempo estival
tribuyó a aumentar el escándalo de sus oyentes. facilitaba la navegación de los judios de la Diás-
(4) Es el Padre la fuente de la vida que el pora.
Hijo goza; esta vida del Hijo, difundiéndose lue- (5) Son éstos sus parientes, que podían serlo
go 1 su humanidad, constituye aquella plenitud en diverso grado, los cuales padecían del mismo
ue que todos henos de recibir, (i, 16.) mal de la incredulidad que los nazarenos.
SAN JUAN. 7 1 195

Judea para que tus discípulos vean monio (l), ¿quién busca darte
31 Respondió Jesús, y les
las obras que haces; nadie hace esas muerte? dijo:
cosas en secreto, si pretende mani- Una obra he hecho, y todos os mara-
festarse. Puesto que eso haces, mués- villáis. 22 Moisés os dió la circunci-
trate al mundo. 5 Pues ni sus her- sión —
no que proceda de Moisés,
manos creían en El. 6 Jesús les dijo:
Mi tiempo no ha llegado aún, pero
sino de los padres —
y vosotros cir-
cuncidáis a un hombre en sábado.
,

23
vuestro tiempo está pronto. 7 El Si circuncidáis en sábado, para
mundo no puede aborreceros a vos- que no quede incumplida la Ley de
otros, pero a mí me aborrece, porque Moisés, ¿por qué os irritáis contra
yo doy testimonio contra él de que mí (2) porque he curado del todo
sus obras son malas. 8 Vosotros, a un hombre en sábado? 24 No juz-
subid a la fiesta; yo no subo a esta guéis según las apariencias, juzgad
fiesta,porque aún no se ha cumplido según justicia.
mi tiempo. 9 Habiendo dicho esto,
se quedó en Galilea.
10 "Una vez que sus hermanos su- Orinen divino del Mesías.
bieron a la fiesta, entonces subió El
también, no manifiestamente, sino 25 Decían, pues, algunos de los
en secreto. 11 Y
los judíos le buscaban de Jerusalén: ¿No es éste a quien
en la fiesta y decían: ¿Dónde está buscan matar? 28 Y está hablando
ése? Y
había entre las muchedum- libremente y no le dicen nada.
bres gran cuchicheo acerca de El: ¿Será que de verdad habrán recono-
Los unos decían: Es bueno. Pero cido las autoridades que es el Mesías?
27
otros decían: No, seduce a las masas. Pero de éste sabemos de dónde
13
Sin embargo, nadie hablaba libre- viene; mas del Mesías, cuando venga,
mente de El por temor de los ju- nadie sabrá de dónde viene (3).
díos (1).
28
Y Jesús, enseñando en el Templo,
gritó y dijo: Vosotros me conocéis
y sabéis de dónde soy; y yo no he
venido de mí mismo; pero el que me
La defensa de Jesús acerca del ha enviado (4) es veraz, aunque
quebrantamiento del sábado. vosotros no le conocéis. 29 Yo le
conozco, porque procedo de El, y El
Mediada ya la fiesta, subió Jesús me ha enviado. 30 Buscaban, pues,
al templo y enseñaba. 15 Admirá- prenderle, pero nadie le ponía las
banse los judíos, diciendo: ¿Cómo es manos, porque aún no había llegado
que éste, no habiendo estudiado, su hora.
sabe letras? 16 Y Jesús les respondió
y dijo: Mi doctrina no es mía, sino
me Desaparición misteriosa de Jesús.
del que ha enviado. 17 Quien
quiere hacer la voluntad de El (2),
conocerá si mi doctrina es de Dios 31 Muchos
de la muchedumbre cre-
o si es mía. 18 El que de sí mismo yeron en El, y decían: El Mesías,
habla busca su propia gloria; pero cuando venga, ¿hará más milagros
el que busca la gloria del que le ha de los que éste hace? 32 Oyeron los
enviado, ése es veraz y no hay en él fariseos a la muchedumbre que cuchi-
injusticia. 19 ¿No os dió Moisés la cheaba acerca de El, y enviaron los
Ley? (3). Y ninguno de vosotros príncipes de los sacerdotes y los
cumple la Ley. ¿Por qué buscáis
darme muerte? 20 La muchedumbre
respondió: Tú estás poseído del de- (1) Es el demonio quien le sugiere esa manía
persecutoria, que le lleva a pensar tales propó-
sitos. Así pensaba la muchedumbre, ignorante
(1) «Judíos» equivale aquí a los que conspi- de lo que pasaba entre bastidores.
raban contra Jesús. Es ordinario en San Juan (2) Los judíos, a falta de mejores argumentos
el sentido peyorativo de la palabra. contra Jesús, acuden a sus curaciones en sábado,
(2) Las disposiciones morales son fundamen- como si éstas fueran un crimen.
tales para entender toda doctrina que se refiera (3) El Mesías será hijo de David, pero apa-
al gobierno de la vida humana, mucho más si recería en el mundo por caminos misteriosos, con
esta doctrina es sobrenatural. lo que autorizaría más su persona. Así no podrían
(3) La Ley es la expresión de la voluntad de I
decirle: «¿No es éste el hijo de José?»
Dios, y vosotros no la guardáis; por eso no en- ]
(4) Jesús contrapone su origen humano a su
tendéis mi doctrina. misión divina.
1196 SAN JUAN. 8

fariseos para que le


alguaciles
(1) ha de venir el Mesías? 43 Y se originó
33
prendiesen. Dijo entonces Jesús: un desacuerdo en la multitud por su
Aún estaré con vosotros un poco de causa. 44 Algunos de ellos querían
tiempo, y me iré al que me ha enviado. apoderarse de El, pero nadie le
34 Me me
buscaréis y no hallaréis (2), puso las manos. 45 Volvieron, pues
y a donde yo voy vosotros no podéis los alguaciles a los príncipes de los
venir. 35 Dijéronse entonces los judíos: sacerdotes y fariseos, y éstos les
¿A dónde quiere ir éste, que nos- dijeron: ¿Por qué no le habéis traído?
no le hayamos de hallar? 46
otros Respondieron los alguaciles: Jamás
¿Acaso quiere irse a la dispersión hombre alguno habló como éste.
de los gentiles y enseñarlos a ellos? 47
Pero los fariseos les replicaron:
36 ¿Qué es esto que dice: Me busca- ¿Es que también vosotros os habéis
réis y no me hallaréis, y a donde yo dejado engañar? 48 ¿Acaso alguno de
voy vosotros no podéis venir? los' magistrados o de los fariseos
ha creído en El? 49 Pero esta gente
ignora la Ley (1) y son unos mal-
La promesa del agua viva. ditos. 50 Les dijo Nicodemo, el que
había ido antes a El, que era uno
37
El último día,
el día grande de de ellos: ¿Acaso nuestra Ley condena
la fiesta, sedetuvo Jesús y gritó, di- a un hombre antes de oírle y sin
ciendo: Si alguno tiene sed (3), averiguar lo que hizo? 52 Le respon-
venga a mí y beba. 38 El que cree dieron y dijeron: ¿También tú eres
en mí, según dice la Escritura, ríos de Galilea? Investiga y verás que
de agua viva correrán de su seno. de Galilea no ha salido profeta
39
Esto dijo del Espíritu, que habían alguno. &3 Y se fueron cada uno a
de recibir los que creyesen en El, su casa (2).
pues aún no había sido dado el
Espíritu, porque Jesús no habla
sido glorificado (4). La mujer adúltera.
1
Se fué Jesús al monte de los
Diversos pareceres sobre Jesús. Olivos, 2 pero de mañana otra
vez volvió al templo (3), y todo
40 De muchedumbre, algunos el pueblo venía a El, y sentado los
la (pie
escuchaban estas palabras, decían: enseñaba. 3 Los escribas y fariseos
Verdaderamente que éste es el pro- trajeron a una mujer cogida en adul-
feta. 41
Otros decían: Este es el terio y, colocándola en medio, 4 le
Mesías. Pero otros replicaban: ¿Acaso dijeron: Maestro, esta mujer ha sido
el Mesías puede venir de Gali- sorprendida (4) en flagrante delito
lea? (5).
42
¿No dice la Escritura de adulterio. En la Ley nos ordena
que del linaje de David, y de la aldea Moisés apedrear a estas tales; tú,
de Belén, de donde era David ((>) pues, ¿qué dices? 8 Esto decían ten-
tándole, para tener de qué acusarle.
(1) Viendo que la muchedumbre se volvía Jesús, inclinándose hacia abajo, es-
favorable a Jesús, resuelven poner en ejecución
sus propósitos. Esos alguaciles eran la policía
interior del templo. (1)Esta expresión muestra el desprecio que
(2) En los días de angustia que seguirán a los fariseos hacían del pueblo rudo y el alto
la muerte de Jesús, los judíos buscarán a su Me- valor que daban
a su ciencia de la Ley.
sías para que los salve; pero éste no responderá (2) Esta respuesta dada a la observación pru-
a sus clamores. dente de Nicodemo manifiesta a qué punto lle-
(3) Esta exclamación de Jesús parece coinci- gaba el apasionamiento de los fariseos contra
dir con cierto rito que practicaban el día séptimo Jesús.
de la fiesta arrojando agua de un lugar alto, como (3) Concuerda este comienzo con Le. ai, 38,
para imitar la lluvia que pedían a Dios. El evan- y el relato que sigue se parece a uno de los varios
gelista nos explica su sentido en armonía con las lazos que los directores de Israel tendían a Jesús
palabras de 4, 13. con el intento de perderle.
(4) Más tarde dirá Jesús que lo pedirá al (4) El lazo consistía en esto: la Ley sancio-
Padre cuando haya vuelto a El (16, 26), y que naba con la muerte el adulterio (Lev. 20, 10;
El mismo lo enviará. (15, 26.) Deut. 22. 22 ss.); pero las costumbres habían
(5) Se ve por aquí que los jerosolimitanos mudado mucho desde la época de Moisés, y la
tenían mucho más alta idea de sí mismos que pena se había mitigado en la práctica. Los que
de los galileos. preguntan pretenden ponera Jesús enfrente de
(6) Asi lo dice el profeta Miqueas. (5. 2; la Ley o echar sobre El la nota de cruel, lo que
Mt. 2, 4 s.) le compiometeria ante el pueblo.
SAN JUAN, 8 1197

cribía con el dedo en tierra.


7
Como Ley está escrito que el testimonio
ellos insistieran en preguntarle, se de dos es verdadero. 18 Yo soy el que
levantó y les dijo: El que de vos- da testimonio de mí mismo, y el
otros esté sin pecado, arrójele la Padre que me ha enviado da testi-
piedra el primero. 8 E inclinándose monio de mí. 19 Pero ellos le decían:
de nuevo (1), escribía en tierra. ¿Dónde está tu padre? Respondió
9
Ellos, que le oyeron, fueron salién- Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi
dose uno a uno comenzando por los Padre; si me conocierais a mí, cono-
más ancianos, y quedó El solo y la cieraistambién a mi Padre. 20 Estas
mujer en medio. 10 Y levantándose palabras las dijo Jesús en el gazofi-
Jesús, le dijo: Mujer, ¿dónde están? lacio, enseñando en el templo. Y
¿Nadie te ha condenado? 11 Dijo ella: nadie puso en El las manos, porque
Nadie, Señor. Jesús dijo: Ni yo te aún no había llegado su hora.
condeno tampoco (2); vete, y en
adelante no peques más.
Peligro de los judíos en desco-
mundo, atestiguado nocer a Jesús.
Jesús, luz del
por el Padre.
21
Todavía les dijo: Yo me voy (1),
12
Otra vez, pues, les habló Jesús y me buscaréis, y moriréis en vuestro
diciendo: Yo soy la luz del mun- pecado; a donde yo voy no podéis
do (3); el que me sigue no anda en venir vosotros. 22 los judíos se Y
tinieblas, sino que tendrá luz de vida. decían: ¿Acaso se va a matar, que
13 Dijéronle, pues, los fariseos: Tú dice: A donde yo voy, no podéis venir
das testimonio de ti mismo, y tu vosotros? 23 Y
El les decía: Vosotros
testimonio no es verdadero. 14 Res- sois de abajo, yo soy de arriba; vos-
pondió Jesús, y dijo: Aunque yo otros sois de este mundo, yo no soy de
dé testimonio de mí mismo, mi este mundo. 24 Os dije que moriríais en
testimonio es verdadero, porque sé vuestro pecado; porque, si no creyereis,
de dónde vengo y a dónde voy, moriréis en vuestros pecados. 25 ellos Y
mientras que vosotros no sabéis de le decían: ¿Tú quién eres? Jesús les
dónde vengo y a dónde voy. 15 Vos- dijo: Es enteramente lo que os
26 Mucho tengo
otros juzgáis según la carne; yo no estoy diciendo (2).
juzgo a nadie. 16 Y
si yo no juzgo, que hablar y juzgar de vosotros,
mi juicio es verdadero (4), porque pues el que me ha enviado es veraz,
no estoy solo, sino yo y el Padre (5) y yo 27
hablo al mundo lo que le oigo
que me ha enviado. 17 Y en vuestra a El. No comprendieron que El les
28
hablaba Padre.
Dijo, pues,
del
Jesús: Cuando levantéis en alto al
(i) Como hombre absorto en sus pensamien-
Hijo del hombre, entonces conoceréis
tos, escribe en tierra aparentando no darse cuenta
de lo que hace, o más bien escribe algo que, leído
que soy yo (3), y no hago nada
por sus interlocutores, los ahuyenta. Por des- de mí mismo, sino que, según me
gracia, los acusadores no estaban en moralidad enseña el Padre, así hablo. 29 Y el
por encima de la acusada, y asi se fueron esca- que me envió está conmigo; no me
bullendo temiendo una rociada mayor. ha dejado solo, porque yo hago
Sentencia muy conforme con la conducta
(a)
siempre lo que es de su agrado.
de Jesús, que había venido a salvar a los pecado- 30 Hablando El estas cosas, muchos
res, no a juzgarlos. Este episodio se halla omitido
en bastantes códices y versiones antiguas, y los creyeron en El.
Padres que comentaron a San Juan parecen ig-
norarlo. De los códices, hay algunos que lo traen
a continuación de Le. 21, 38, o de Jn. 7, 36. Esto
no significa que no sea auténtico e inspirado, sino (1) Alusión a su muerte y a la incredulidad
que lo omitieron los copistas por temor de que de los judíos. (7, 33 s.)
fuera ocasión para abusar de la indulgencia del (2) La expresión es oscura y da lugar a di-
Salvador. versas explicaciones. San Crisóstomo la glosa
(3) Esta sentencia acaso fué sugerida a Jesús así: «Absolutamente no sois dignos de oír mis
por la iluminación que en algunos días de esta palabras ni de aprender quién soy yo.» Sin em-
fiesta se hacía en el Templo, (i, 9.) bargo, cumple la voluntad del Padre, que le
(4) Porque no he venido a juzgar, sino a sal- envió a enseñar.
var. (13, 17.) (3) La resurrección fué el mayor argumento
(5) Jesús se presenta aquí como Hijo de Dios dado a los judíos sobre la misión divina de Je-
y unido con el Padre en cuantas cosas hace éste. sús, y el que mejor mostraba que Dios estaba
(5, 17.) con El.
1198 SAN JUAN. 8

Los judíos no son hijos de Abra- digo la verdad, no me creéis. 46 ¿Quién


ham ni de Dios, sino hijos del de vosotros me argüirá de peca-
diablo. do? (1). Si os digo la verdad,
¿por qué no me creéis? 47 El que es
31 decía a los judíos que
Jesús de Dios oye las palabras de Dios;
habían creído en El: Si vosotros por eso vosotros no las oís, porque
permanecéis en mi palabra, seréis no sois de Dios. 48 Respondieron los
en verdad discípulos míos, 32 y cono- judíos y le dijeron: ¿No decimos
ceréis la verdad,y la verdad os libra- bien nosotros que eres samarita-
33
Respondiéronle ellos no
rá. (1): (2) y demonio en el
tienes el
Somos linaje de Abraham, y de nadie i cuerpo? Respondió Jesús: Yo no
49

hemos sido siervos;dices tú: como tengo demonio, sino que honro a mi
¿Seréis libres? 34
Jesús le contestó: Padre y vosotros me deshonráis a
En verdad, en verdad os digo que mí. 50 Yo no busco mi gloria, hay
todo el que comete pecado es siervo quien la busque y juzgue. 61 En
del pecado. 35 El siervo no permanece verdad, en verdad os digo: Si alguno
en la casa para siempre; el hijo per- guardare mi palabra, no verá jamás
manece para siempre. 34 Si, pues, el la muerte (3).
52
Hijo os librare, seréis verdadera- Dijéronle los judíos: Ahora nos
mente libres. 37 Sé que vosotros sois convecemos de que estás endemo-
linaje de Abraham; pero buscáis niado. Abraham murió, también los
matarme, porque mi palabra no profetas, y tú dices: Quien guardare
ha sido acogida por vosotros. 38 Yo mi palabra no gustará la muerte
hablo lo que he visto en el Padre; y nunca. 53 ¿Acaso eres tú mayor que
vosotros también hacéis lo que habéis nuestro padre Abraham, que murió?
oído de vuestro padre. 39 Respon- Y los profetas murieron. ¿Quién pre-
dieron y dijéronle: Nuestro padre es tendes ser tú? 64 Respondió Jesús:
Abraham. Jesús les dijo: Si sois Si yo me
glorifico 'a mí mismo (4),
hijos de Abraham, haced las obras de mi gloria no es nada; es mi Padre
Abraham. 40 Pero ahora buscáis qui- quien me glorifica, de quien vosotros
tarme la vida, a un hombre que os decís que es vuestro Dios, 65 y no
ha hablado la verdad, que oyó de le conocéis, pero yo le conozco; y
Dios; eso Abraham no lo hizo. 41 Vos- si dijere que no
conozco sería
le
otros hacéis las obras de vuestro semejante a vosotros, embustero; mas
padre. yo le conozco y guardo su palabra.
56
Dijéronle ellos: Nosotros no somos Abraham, vuestro padre, se rego-
fruto de fornicación, tenemos por cijó pensando en ver mi día; lo vió
padre (2) a Dios. 42 Díjoles Jesús: y se alegró. Pero los judíos le dijeron:
Si Dios fuera vuestro padre, me ama- ¿No tienes aún cincuenta años, y has
ríais a mí; porque he salido y vengo visto a Abraham? 68 Respondió Jesús:
de Dios, pues yo no he venido de En verdad, en verdad os dijjo: Antes
mí mismo, antes es El quien me ha que Abraham naciese (5), era yo.
enviado. 43 ¿Por qué no entendéis 69 Entonces tomaron piedras para
mi lenguaje? Porque no podéis oír arrojárselas; pero Jesús se ocultó y
mi palabra. 44 Vosotros sois nacidos salió del templo.
del diablo, y queréis cumplir los
deseos de vuestro padre. El es homi-
cida desde el principio y no se man- (1) Sorprendente desafio éste dirigido a sus
tuvo en la verdad, porque la verdad adversarios. Cuanto contra El dicen, todo se
no estaba en él. Cuando habla la funda en su propia malevolencia.
mentira, habla de lo suyo propio, (2) Era éste el nombre más aborrecible para
porque él es mentiroso y padre de un judio; poco menos que el de dominio.
la mentira. 48 Pero a mí, porque os (3) La muerte eterna se entiende (6, 39), cosa
que los judios, llevados de sus prejuicios, en-
tienden de la muerte temporal.
(4) La alabanza en boca propia envilece; pero
(1) No es fácil que sea a los creyentes a quie- Jesús, enviado al mundo por su Padre, recibe
nes Jesús dirige estas palabras, sino a otros de de El la gloria por las obras maravillosas que le
los presentes, que muestran en la prontitud de su concede ejecutar.
réplica el espíritu que los anima. (5) La eternidad se expresa ordinariamente
(2) Más de una vez Dios se dice padre del por la anterioridad al mundo (Le. 11, 50; Jn. 17.
pueblo israelita; pero a los judios les faltaba el 34); aqui la declara por la anterioridad al Pa-
espíritu de adopción para pronunciar y sentir triarca, cosa que los judios toman por una blas-
la palabra Padre. (Is. 63, 16; Rom. 8, 15.) femia.
.

SAN JUAN, 9 1 199

La curación del ciego <le naci- gros? Y había desacuerdo entre ellos'
miento. 17
Otra vez dijeron al ciego: ¿Qué
I

dices tú de ése que te abrió los ojos?


Pasando vió a un hombre ciego El contestó: Que es un profeta.-
18 No
de nacimiento, 2 y sus discípu- querían creer los judíos (1)
los le preguntaron, diciendo Rab- : que aquél era ciego y que había
bi, ¿quién pecó, éste o sus padres (1), recobrado la vista, hasta que llama-
para que naciera ciego? 3 Contestó ron a sus padres, 19 y les preguntaron,
Jesús: Ni pecó éste, ni sus padres; diciendo: ¿Es éste vuestro hijo, de
sino para que se manifiesten en él quien vosotros decís que nació ciego?
las obras de Dios. 4 Es preciso ¿Cómo ahora ve? 20 Respondieron los
que yo haga las obras del. que padres, y dijeron: Lo que sabemos es
me envió mientras es de día (2); que éste es nuestro hijo y que nació
venida la noche, ya nadie puede ciego; 21 ahora, cómo ve no lo sabe-
trabajar. 5 Mientras estoy en el mos; quién le abrió los ojos, nos-
mundo, soy luz del mundo. 6 Diciendo otros no lo sabemos; preguntádselo
esto, escupió en el suelo, hizo con la a él, edad tiene; que él hable por sí.
saliva un poco de lodo y untó con 22 Esto
dijeron sus padres, porque
el lodo los ojos, 7 y le dijo: Vste y también temían a los judíos, pues
lávate en la piscina de Siloé, que ya los judíos habían convenido en
quiere decir, enviado. Fué, pues, se que si alguno le confesaba Mesías
lavó y volvió con vista. 8 Los veci- fuera excluido (2) de la sina-
nos y los que antes le veían, pues goga. 23 Por esto sus padres dije-
era mendigo, decían: ¿No es éste el ron: Edad tiene, preguntadle a él.
que estaba sentado pidiendo limosna? 24 Llamaron,
pues, por segunda vez
9
Unos decían que era él; otros de- al ciego, y le dijeron: Da gloria a
cían: No, se le parece. El decía: Dios (3); nosotros sabemos que
Soy yo. 10
Entonces le decían: ¿Pues ese hombre es pecador. 25 A esto
cómo sehan abierto los ojos?
te respondió él: Si es pecador, no lo
11Respondió él: Ese hombre llamado sé (4); lo que sé es que, siendo
Jesús hizo lodo, me untó los ojos, ciego, ahora veo. 26 Dijéronle tam-
y me dijo: Vete a Siloé y lávate; bién: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió
fui, pues, me lavé, y recobré la vista. los ojos?
27
El les respondió: Os lo he
12
Y le dijeron: ¿Dónde está ése? dicho ya, y no habéis escuchado.
Contestó: No lo sé. ¿Para qué queréis oírlo otra vez? ¿Es
que queréis haceros discípulos suyos?
88 Y ellos,
insultándole, dijeron: Sé
Discusión sobre el valor del .
tú discípulo suyo; nosotros somos dis-
milagro. cípulos de Moisés. 29 Nosotros sabe-
mos que Dios habló a Moisés; cuanto
13
Llevando a presencia de los fari- a éste, no sabemos de dónde viene.
seos al antes ciego, 14 pues era sábado 30 Respondió el hombre, y les dijo:
el día en que Jesús hizo lodo y le Es de maravillar (5) que vosotros
abrió los ojos, 15 los fariseos le pre- no sepáis de dónde viene, habiéndome
guntaron de nuevo cómo había reco- abierto a mí los ojos. 31 Sabido es
brado la vista. Y él les dijo: Me puso que Dios no oye a los pecadores;
lodo sobre los ojos, me lavé, y veo. pero si uno es piadoso y hace su
16 Dijeron entonces algunos de los voluntad, a ése le escucha. 32 Jamás
fariseos: No puede venir de Dios (3) se oyó decir que nadie haya abierto
este hombre, pues no guarda el los ojos a un ciego de nacimiento.
sábado. Otros decían: ¿Y cóhio puede 33
Si éste no fuera de Dios, no podría
un hombre pecador hacer tales mila-
(1) La incredulidad de los judíos deja sin
(i) Las palabras de Jesús al paralítico debie- excusa la de todos los incrédulos con la discusión
ron confirmar a los discípulos en la idea corriente de este milagro.
de que todo mal proviene de algún pecado, lo (2) Es decir, excomulgado.
que en este ciego de nacimiento ofrecía una di- (3) Declarando la verdad. (Js. 7, 19.)
ficultad. (4) Es una discreta manera de excusar la dis-
(a) Este lenguaje metafórico se inspira, sin cusión con los doctores, que trataban de con-
duda, en la condición del ciego privado de luz. vencerle de ser Jesús pecador.
(3) Era una de las acusaciones de los judíos (5) Esto muestra la intima convicción del
contra Jesús, aunque no aparezca luego en el ciego. Por él habla el buen sentido, que va a es-
proceso trellarse contra la malevolencia de los judíos.
120(1 SAN JUAN, 10

34
hacer nada. Respondieron y dijé- era lo hablaba. 7 De nuev<>
que les
ronle: Eres todo pecado desde que les dijo Jesús: En
verdad, en verdad
naciste (1), ¿y pretendes ense- os digo: Yo soy la puerta de las
ñarnos? Y le echaron fuera. ovejas, 8 todos cuantos han venido
eran ladrones y salteadores; pero las
ovejas no los oyeron. * Yo soy la
La te y la eeyuera. puerta; el que por mí entrare se
salvará, y entrará y saldrá y hallará
35 Oyó Jesús que le habían echado pasto. 10 El ladrón no viene sino
fuera, y encontrándole, dijo: ¿Crees para robar, y matar, y destruir; yo
tú en el Hijo del hombre? 36 Res- he venido para que tengan vida y la
pondió él, y dijo: ¿Quién es, Se- tengan abundante. 11 Yo soy el buen
ñor (2), para que crea en El? pastor, el buen pasto/ da su vida
37Díjole Jesús: Le estás viendo, es el por sus ovejas. 12 El asalariado, el
que habla contigo. 38 Dijo él: Creo, que no es pastor, dueño de las ovejas,
39 ve venir al lobo, y deja las ovejas,
Señor, y se postró ante El. Jesús
dijo: Yo
he venido .al mundo para un y huye, y el lobo arrebata y dispersa
juicio (3),para que los que no ven las ovejas, 13 porque es asalariado y
vean, y los que ven se vuelvan ciegos. no se cuida de las ovejas. 14 Yo soy
40 Oyeron esto algunos de los fariseos el buen pastor (1), y conozco a las
que estaban con El, y le dijeron: mías, y las mías me conocen a mí,
el Padre me conoce y yo
15 como
¿Conque nosotros somos también
ciegos? 41 Díjoles Jesús: Si fuerais conozco a mi Padre; y pongo mi
ciegos no tendríais pecado; pero decís: vida por las ovejas. 16 Tengo otras
Nosotros vemos, y vuestro pecado es ovejas .(2) que no son de este apris-
permanente. co, y es preciso que yo las traiga,
y oirán mi voz, y habrá un solo
rebaño y un solo pastor.
El puntar y el rebaño.

10 1
En verdad, en verdad os digo Lu muerte de Je*ús.
que el que no entra por la puerta
en aprisco de las ovejas, sino que
el 17
Por esto el Padre me ama,
sube por otra parte, ése es ladrón y
salteador. * Pero el que entra por la
porque yo doy mi vida (3), para
tomarla de nuevo. 18 Nadie me la
puerta, ése es pastor de las ovejas.
quita, soy yo quien la doy de mí
3
A éste le abre el portero, y las ovejas mismo. Tengo poder para darla y
oyen su voz, y llama a sus ovejas
poder para volver a tomarla. Tal es
por su nombre, y las saca afuera.
el mandato que del Padre he recibido.
4 Ycuando las ha sacado todas,
va delante de ellas, y las ovejas le
siguen, porque conocen su voz; 6 pero
no seguirán al extraño, antes huirán Pareceres contrarios.
de él porque no conocen
voz de la
9 19
los extraños. Les dijo esta seme- Otra vez se suscitó desacuerdo
janza (4); pero no entendieron qué entre los judíos a propósito de estos
razonamientos. 20 Pues muchos de
ellos decían: Está endemoniado, ha
( 1 ) En virtud del principio indicado antes por
los Apóstoles. (9. 2.) perdido el juicio; ¿por qué le escu-
(2) El ciego se muestra en estas palabras to- cháis? 21 Otros decían: Estas palabras
talmente rendido a Jesús, en quien reconoce al no son de un endemoniado, ni el
enviado de Dios. demonio puede abrir los ojos a los
(3) Ese juicio lo realizaba con su enseñanza ciegos.
y sus obras, dando asi ocasión para que se des-
cubriesen los ocultos sentimientos de muchos,
según lo había anunciado a María el anciano Si- i
(1) No sólo es la puerta del redil; es también
meón. (Le. 2, 35.) el pastor supremo de las almas. (I Pet. 5. 4-)
(4) Pastores son, en el lenguaje de la Escri- (2) Son éstas las naciones de la gentilidad,

tura, los principes, sacerdotes y profetas de Is- que en Le. 13, 29, nos hace entrever sentadas
rael; pastor era el Mesias, y pastor de su pueblo a la mesa, en el reino de los cielos, en compañía
el mismo Dios (Zac. :o, 2 s.; Ez. 34, 2 s.) Los de los Patriarcas.
oyentes de Jesús podían entender sus palabras; (3) Jesús, dueño de su destino, se entrega
lo que no entenderían era el propósito a que l¿s| a la muerte y recobra la vida según la voluntad
decía. del Padre.
SAN JUAN, 11 1201

Jesús, uno con bu Padre. 38


De nuevo
y yo estoy en el Padre.
buscaban cogerle, pero El se deslizó
22
Se celebraba entonces en Jeru- de entre sus manos.
salén la dedicación (1); era in-
vierno, 23 y Jesús se paseaba en el
templo por el pórtico de Salomón. Huida de Jesús hacia el Jordán.
24
Le rodearon, pues, los judíos y le
decían: ¿Hasta cuándo nos vas a 40 Y partió de nuevo al otro lado
tener en vilo? (2). Si eres el Mesías, del Jordán (1), al sitio en que Juan
dínoslo claramente. 25 Respondióles había bautizado la primera vez, y
Jesús: Os lo dije y no lo creéis; las permaneció allí. 41 Y muchos venían
obras que yo hago en nombre de mi a El y decían: Juan no hizo milagro
Padre dan testimonio de mí; 26 pero alguno, pero todas cuantas cosas dijo
vosotros no creéis, porque no sois de Juan de éste eran verdaderas. 42 Y
mis ovejas. 27 Mis ovejas oyen mi muchos allí creyeron en El.
voz, y yo las conozco, y ellas me si-
guen, 28 y yo les doy la vida eterna,
y no perecerán para siempre, y nadie Vuelta a Betunia.
las arrebatará de mi mano. 29 Lo
que mi Padre me dió es mejor que \ \ 1
Había un enfermo, Lázaro, de
todas las cosas, nadie podrá arre- Betania (2), de la aldea de
batar nada de la mano de mi Padre. María y Marta, su hermana. 2 Era
30 Yo
y el Padre somos una sola esta María, la que ungió al Señor con
cosa (3). ungüento y enjugó sus pies con sus
31
De nuevo los judíos cogieron pie- cabellos, cuyo hermano Lázaro es-
dras para apedrearle. 32 Jesús les taba enfermo. 3
Enviaron, pues, las
respondió: Muchas obras os he mos- hermanas a decirle: Señor, el que
trado de parte de mi Padre, ¿por amas está enfermo. 4 Oyéndolo Jesús,
cuál de ellas me apedreáis? Respon- dijo: Esta enfermedad no es de muer-
diéronle los judíos: Por ninguna obra te, sino para gloria de Dios (3),
buena te apedreamos, sino por la para que el Hijo de Dios sea glorifi-
blasfemia, porque tú, siendo hombre, cado por ella. 5 Jesús amaba a Marta
te haces Dios. 34 Jesús les replicó: y a su hermana y a Lázaro. 6 Y aun-
¿No está escrito en vuestra Ley (4): que oyó que estaba enfermo, perma-
Yo digo: Dioses sois? 35 Si llama dio- neció en el lugar en que se hallaba
ses a aquellos a quienes fué dirigida dos días más; 7 pasados los cuales
la palabra de Dios, y la Escritura no dijo a los discípulos: Vamos otra vez
puede fallar, 36 de aquél, a quien el a Judea.
8
Padre santificó y envió al mundo, Los discípulos le dijeron: Rabbi,
decís vosotros: Blasfemas, porque los judíos te buscan para apedrearte,
dije: ¿Soy Hijo de Dios? 37 Si no hago ¿y de nuevo vas allá? 9 Respondió
las obras de mi Padre, no me creáis; Jesús: ¿No son doce las horas del
38
pero si las hago, ya que no me creáis día? Si alguno camina (4) durante el
a mí, creed a las obras, para que sepáis día, no tropieza, porque ve la luz de
y conozcáis que el Padre está en mí, este mundo; 10 pero, si camina de
noche, tropieza, porque no hay luz
En memoria de la restauración del culto en él. 11 Esto dijo, y después añadió:
(1)
por Judas Macabeo en 165 a. de C, después Lázaro, nuestro amigo, está dormido,
de la profanación de Antíoco IV, se instituyó pero yo voy a despertarle. 12 Dijéronle
esta fiesta. (I Mac. 4, 59.)
(2) No nacia esta suspensión de la falta de (1) Aunque dueño de su vida, según declaro'
claridad en las palabras de Jesús, sino de la re- en versículo 17, se retira del peligro, porque
el
sistencia a las mismas. no es voluntad del Padre hacer milagros para
(3) Esta sentencia es
la declaración de su di- defenderse, mientras llega la hora. El sitio seña-
vinidad, que tantas veces, en palabras menos lado es el mismo de 1, 28.
claras,ha manifestado; pero lo toman por una (2) Esta familia ya nos es conocida por Le. 10,
blasfemia, sin hacer caso de los testimonios con 39 ss.; pero no la persona de Lázaro.
que lo probaba a sus ojos. (3) Para manifestación de la gloria de Dios
(4) No trae estas palabras para atenuar el mediante el milagro de la resurrección.
sentido de su declaración anterior, sino para de- (4) El día, como la noche, se dividía en doce
cir a los judíos que no deben escandalizarse de horas, que eran mayores o menores, según la es-
la declaración; antes examinar y ver, según los tación del año. Si alguno camina. Declara con
testimonios que le rodean, el sentido que puede esto que no hay peligro ninguno mientras no
tener. sea llegada la hora decretada por el Padre.

7J
1202 SAN JUAN, 11

entonces los discípulos: Señor, si duer- sino que se hallaba aún en el sitio
me (1), sanará. 13 Hablaba Jesús de donde le había encontrado Marta.
su muerte, y ellos pensaron que ha- 31
Y los judíos, que estaban con ella
blaba de sueño. 14 Entonces les dijo en casa, y consolándola, viendo que
Jesús francamente: Lázaro ha muer- María se levantaba con prisa y salía,
to, 16 y me alegro por vosotros de la siguieron pensando que iba al mo-
no haber estado allí, para que creáis; numento para llorar allí. 32 Así que
pero vamos allá. 16 Dijo, pues, Tomás, María llegó a donde Jesús estaba,
llamado Dídimo, a los compañeros: viéndole, se echó a sus pies (1), di-
Vamos también nosotros a morir ciendo: Señor, si hubieras estado aquí,
con El (2). no hubiera muerto mi hermano.

La resurrección de Lázaro.
Conversaciones con Marta y
Muría. 33
Viéndola Jesús llorar, y que llora-
ban también los judíos que venían con
17
Fué, pues, Jesús, y se encontró ella, se conmovió hondamente (2),
con que llevaba cuatro días en el y se turbó, 34 y dijo: ¿Dónde le habéis
sepulcro. 18 Estaba Betania cerca puesto? Dijeron: Señor, ven y ve.
de Jerusalén, como unos quince esta- 34 Lloró Jesús. 36 Y los judíos decían:
dios (3),
19
y muchos judíos ba- ¡Cómo amabá! 37 Algunos de ellos
le
bían venido a Marta y a María para dijeron: ¿No pudo éste, que abrió los
consolarlas por su hermano. 20 Marta, ojos del ciego, hacer que no mu-
pues, en cuanto oyó que Jesús lle- riese? 38 Jesús, otra vez conmovido
gaba, le salió al encuentro; pero en su interior, llegó al monumento,
María quedó sentada en casa.
se que era una cueva cubierta con una
21
Dijo, pues, Marta a Jesús: Señor, piedra. 39 Dijo Jesús: Quitad la
si hubieras estado aquí, no hubiera piedra. Díjole Marta, la hermana del
muerto mi hermano; 22 pero sé que muerto: Señor, ya hiede, pues lleva
cuanto pidas a Dios, Dios te lo otor- cuatro días. 40 Jesús le dijo: ¿No te
gará. 23 Díjole Jesús: Resucitará tu he dicho que si crees verás, la glo-
hermano. 24 Marta le dijo: Sé que ria (3) de Dios? 41 Quitaron, pues,
resucitará en la resurrección, en el la piedra, y Jesús, alzando los ojos
último día (4). 25 Díjole Jesús: Yo al cielo, dijo: Padre, te doy gracias
soy la resurrección y la vida (5), el porque me has escuchado; 42 yo sé
que cree en mí, aunque muera vivirá; que siempre me escuchas, pero por la
26
y todo el que vive y cree en mí, muchedumbre que me rodea lo digo,
no morirá (6) para siempre. ¿Crees para que crean (4) que tú me has
tú esto? 27 Díjole ella: Sí, Señor, yo enviado. 43 Y diciendo esto gritó con
creo que tú eres el Mesías, el Hijo fuerte voz: Lázaro, sal fuera. 44 Salió
de Dios, que ha venido a este mundo. el muerto ligados con fajas pies y
28 Diciendo esto, se fué
y llamó a manos y el rostro envuelto en un
María, su hermana, diciéndole en se- sudario (5). Jesús les dijo: Saltadle
creto: El Maestro está ahí y te llama. y dejadle ir.
29 Cuando oyó esto, se levantó al
instante y se fué a El. 30 Pues aún
(1) María se echó a sos pies. Se nota aquí el
no bahía entrado Jesús en la aldea,
distinto temperamento de las dos hermanas, lo
mismo que en Le. 10, 38 ss.
(i) El sueño suele ser buen síntoma en un (2) Jesús amaba a Lázaro, y participa de la
enfermo. emoción de las hermanas hasta derramar lagri-
(a) Esto muestra la decisión de los dscipulos; mas, como pocos días más tarde las derramará
pero también declara cómo velan la situación de sobre Jerusalén. No era extraño a los sentimien-
Jerusalén. tos de la amistad.
(3) Tiene el estadio 185 metros, de donde (3) El milagro estupendo de la resurrección
resultan unos tres kilómetros. de un muerto de cuatro días.
(4) Hay entre estas palabras y las del ver- (4) Por todos los milagros realizados en el
sículo 21 cierta oposición. Marta tiene gran fe curso de su ministerio; ahora pide éste que pa-
en el poder de la oración de Jesús; pero no se rece mayor, en beneficio, más que del muerto
atreve a pensar en la resurrección de su hermano, y de las hermanas, de la muchedumbre que lo
enterrado hacía ya cuatro días. presencia, a fin de que crean, pues ésta era la
(5) De lo último habla San Juan (1, 3); lo razón principal de los milagros de Jesús.
primero lo repite Jesús (6, 40, 43). (5) Asi fué también einoalsamado el cuerpo
(6) Se entiende de muene eterna, que es lo de Jesús, ligado con fajas bien empapadas en
opuesto a vida eterna. aromas para retardar la corrupción.
SAN JUAN, 12 1203

He-solución del Consejo. La unción en Retania.


45 Muchos de aquellos judíos que 1 Seis días antes de la Pas-
Isy^ cua (1) vino Jesús a Betania,
habían venido a Marta y vieron lo
que había hecho, creyeron en El. donde estaba Lázaro, a quien Jesús
* Pero algunos de ellos se fueron á había resucitado de entre los muertos.
los fariseos y les dijeron lo que había
2
Y le dispusieron allí una cena; y
hecho Jesús. 47 Convocaron entonces Marta servía (2), y Lázaro era de
los príncipes de los sacerdotes y los los que estaban recostados con El.
fariseos una reunión (1) y dijeron:
3
Y María, tomando una libra de
¿Qué hacemos, que este hombre hace ungüento de nardo legítimo, de gran
muchos milagros? 48 Si le dejamos así, valor, ungió los pies de Jesús y los
todos creerán en El, y vendrán los enjugó con sus cabellos, y la casa se
romanos y destruirán nuestro lugar llenó del olor del ungüento. 4 Y Judas
santo y nuestra nación. 49 Uno de Iscariote (3), uno de los discípulos,
ellos, Caifás, que era Sumo Sacer- el que había de entregarle, dijo:
dote aquel año, les dijo: Vosotros no 5 ¿Por qué este ungüento (4) no se
sabéis nada; 60 ¿No comprendéis que vendió en trescientos denarios, para
conviene que muera un hombre por darlo a los pobres? 6 Esto decía, no
todo el pueblo (2), no que perezca por amor a los pobres, sino porque
todo el pueblo? 51 Y no dijo esto de era ladrón, y, llevando él la bolsa,
sí mismo, sino que como era Pontí- hurtaba de lo que en ella echaban.
7
fice aquel año, profetizó que Jesús Pero Jesús dijo: Déjala, lo tenía
había de morir por el pueblo, 52
y no guardado (5) para el día de mi se-
sólo por el pueblo, sino para reunir pultura. 8 Porque pobres siempre los
en uno todos los hijos de Dios, que tenéis con vosotros, pero a mí no me
estaban dispersos. 63 Desde aquel día tenéis siempre.
tomaron la resolución de matarle.
54
Jesús, pues, ya no andaba en Concurso de curiosos a Betania.
público entre los judíos; antes se fué
a una ciudad llamada Efrem (3), y 9
Una gran muchedumbre de judíos
allí moró con los discípulos. 55 Estaba supo que estaba allí, y vinieron, 110
próxima la Pascua de los judíos, y sólo por Jesús, sino por ver a Lázaro,
muchos subían del campo a Jeru- a quien había resucitado de entre los
salén antes de la Pascua (4) para muertos. 10 Habían resuelto los prínci-
purificarse. 56 Buscaban, pues, a Je- pes dé los sacerdotes matar a Lázaro,
sús, y unos a otros se decían en el pues por él muchos judíos se iban y
Templo: ¿Qué os parece? ¿No vendrá creían en Jesús.
a la fiesta? 87 Pues los príncipes de
los sacerdotes y los fariseos habían Entrada triunfal en Jerusalén.
dado órdenes para que si alguno su-
piese dónde estaba lo indicase, a 11 Al día siguiente, la numerosa
fin de echarle mano. muchedumbre, que había venido a

(1) Este milagro, que debía abrirles los ojos, (1) Fué esto el sábado, víspera de la entrada
no hizo sino poner el colmo a su furor. en Jerusalén.
(2) Porque este hombre los comprometía ante (2) Siempre se revela la mujer activa y ha-
los romanos, y, quitado de delante, se salvaba la cendosa, en oposición a su hermana, más quieta
situación.Pero en estas palabras ve el evange- y contemplativa.
listaun sentido más alto, en que Caifás no pen- (3) San Juan limita a Judas lo que San Mateo
saba. Dios realizó mediante la muerte de Jesús atribuye a «los discípulos». Igual ocurre con la
lasalud del mundo. conducta de los ladrones entre Mt. 27, 44 y Le. 23,
(3) Si antes había venido a Judea, aun a 39. San Mateo gusta del plural genérico en vez
trueque de chocar con los judíos, ahora, termi- del singular.
nada su obra, se retira de nuevo al desierto. (4) San Marcos nota que era legítimo (14, 3),
Efrem, o Efrom'en el Antiguo Testamento, se y, por consiguiente, de gran precio. Y lo era en
halla al NE. de Jerusalén, en el límite del de- verdad, pues valía 300 denarios. El denario era
sierto. el jornal de un obrero. (Mt. 20, 2.)
(4) La celebración de la Pascua, como la (5) La frase de Juan es un tanto oscura; pero
participación en otros actos del culto, exigía el explicada a la luz de Mt. 27, 12, significa que
estado de pureza legal, que muchos, sobre todo María, como si presintiera la muerte de su Maes-
los que moraban entre gentiles, no tendrían. De tro, anticipa la unción, que no podrá ejecutar
esa pureza hablan Ex. 12, 43 ss.; Num. 9, 13 ss.; sobre su cadáver, y satisface así su amor y su
II Par. 30, 2 ss.; Jn. 18, 28. gratitud por la resurrección de Lázaro.
1204 SAN JUAN, 12

la fiesta, habiendo oído que Jesús ama su alma la pierde (1); pero el
llegaba a Jerusalén, 13 tomaron ramos que aborrece su alma en este mundo,
de palmeras y salieron a su encuen- la guardará para la vida eterna. 26 Si
tro gritando: ¡Hosanna! Bendito el alguno me sirve, que me siga, y donde
que viene en el nombre del Señor, yo esté, allí estará también mi ser-
el Rey de Israel. vidor; si alguno me sirve, mi Padre
14
Y
habiendo Jesús encontrado un le honrará. 27 Ahora mi alma se
pollino, montó sobre él, según está siente turbada (2). ¿Y qué diré?
escrito: 15 Xo temas, hija de Sión, he ¿Padre, líbrame de esta hora? ¡Mas,
aquí que viene tu rey, montado sobre para esto he venido yo a esta hora!
un pollino de asna. 16 Esto no lo en- 28 Padre, glorifica tu nombre. Llegó
tendieron desde luego (1) los dis- entonces una voz del cielo: Le he glo-
cípulos, pero cuando fué glorificado y le
rificado glorificaré. 29 La muche-
Jesús, entonces se acordaron que de dumbre que estaba y oyó, decía
allí
El estaban escritas estas cosas que que había tronado; otros decían: Un
17 Y le rendía
ellos le habían hecho. ángel le ha hablado.
testimonio la muchedumbre que es- 30 Jesús respondió
y dijo: No por
taba con El cuando llamó a Lázaro mí se ha dejado oír esta voz, sino por
del sepulcro y le resucitó de entre vosotros. 31 Ahora es el juicio de este
los muertos. * 8 Por esto le salió al mundo (3), ahora el príncipe de
encuentro la multitud, porque habían este mundo será arrojado fuera, 32 y
oído que había hecho este milagro. yo, si fuere levantado de la tierra,
19
Entretanto los fariseos se decían atraeré a todos a mí. 33 Esto lo decía
entre sí: Ya veis que no adelantamos indicando de qué muerte había de
nada, he aquí que todo el mundo se morir.
va en pos de El (2).

Desconcierto en la muchedumbre.
Griegos deseosos de ver a Jesús.
Y la multitud le contestó: Nosotros
20 Había algunos griegos entre los sabemos por la Ley que el Mesías
que habían subido a adorar en la permanece para siempre: ¿.Cómo, pues,
fiesta. 21 Estos, pues, se acercaron a dices tú que el Hijo del hombre ha
Felipe, el de Bctsaida de Galilea, y de ser levantado? ¿Quién es ese Hijo
le rogaron, diciendo (3): Señor, que- del hombre? (4). 35 Díjoles Jesús:
remos ver a Jesús. 22 Felipe fué y Por poco tiempo aún está la luz en
se lo dijo a Andrés; Andrés y Felipe medio de vosotros (5). Caminad
vinieron y se lo dijeron a Jesús. mientras tenéis luz, para que no os
sorprendan las tinieblas, pues el que
camina en tinieblas no sabe por
El triunfo de Jesús en su muerte. dónde va. 36 Mientras tenéis luz,
creed en la luz, para ser hijos de la
23 Y Jesúscontestó diciendo:
les luz. 37 Esto dijo Jesús, y partiendo
Es llegada la hora en que el Hijo del se ocultó de ellos.
hombre será glorificado (4). 21 En
verdad, en verdad os digo que, si el
(1) El hecho de la glorificación de Jesús es
grano de trigo no cayere en la tierra convertido en ley general para todos sus segui-
si mu-
y muriere, quedará solo, pero
25 El que
dores.
riere llevará mucho fruto. (3) Como en Getsemani, Jesús siente el ho-
rror de la muerte, que se le acerca, y. movido
de él. hace esta petición al Padre. Pero luego
(i) Quiere decir San Juan que los discípulos vuelve sobre si para pedir la glorificación del
cumplieron el vaticinio profético movidos por Padre y el cumplimiento de su voluntad.
instinto divino, pero sin darse cuenta de ello. (3) Este juicio se realizará por la victoria de-
(a) Hermosa expresión, que muestra el estado finitiva sobre el diablo, principe de este mundo.
de ánimo de los judíos. Esta victoria, iniciada en el desierto, continuada
(3) Es una muestra de las disposiciones de con la expulsión de los espíritus, se consumará
estos prosélitos venidos de la gentilidad, y que con la muerte y la resurrección.
contrasta con la conducta de los directores del (4) Los oyentes entienden lo que Jesús quiere
pueblo israelita. significar con esa exaltación; pero no lo compa-
(4) Por la resurrección que seguirá a la muer- ginan con la dignidad del Mesías.
te. Entonces será llegada la hora de anunciar su (5) Esa luz es el mismo Jesús, que con su
nombre a los gentiles, y el grano de la palabra palabra busca iluminar las almas. Caminar en
evangélica se multiplicará. la luz es recibir su palabra y vivir según ella.
SAN JUAN, 13 1205

La incredulidad judía, prevista hablo, las hablo según el Padre me


por Jesús. ha dicho.

Aunque había hecho tan grandes


milagros en medio de ellos, no creían Lavatorio de los pies.
en El (1), 38 para que se cumpliese
la sentencia del profeta Isaías que -1 o 1
Antes de la fiesta de la Pas-
dice: «Señor, ¿quién prestó fe a nues- 1" cua (1), viendo Jesús que lle-
tro mensaje?, ¿y el brazo del Señor gaba su hora de pasar de este mundo
a quién ha sido revelado?» 39 Por esto al Padre, habiendo amado a los suyos
no pudieron creer, porque también que estaban en el mundo, al fin ex-
había dicho Isaías: 40 «El ha cegado tremadamente los amó. 2 Y comen-
sus ojos y ha endurecido su corazón, zada la cena, como el diablo hubiese
no sea que con sus ojos vean, con su |
ya puesto en el corazón de Judas
corazón entiendan, y se conviertan Iscariote, hijo de Simón, el propósito
y los sane.» 41
Esto dijo Isaías, por- de entregarle, 3 con saber que el Padre
que vió su gloria y habló de El. había puesto en sus manos todas las
42 Sin embargo, aun muchos de los cosas y que había salido de Dios y
jefes creyeron en El; pero por causa a El se volvía, se levantó de la mesa,
de los fariseos no le confesaban, te- se quitó los vestidos, y tomando una
miendo ser excluidos de la sinagoga, 1 toalla se la ciñó; 5 luego echó agua
43
porque amaban más la gloria de ¡
en la jofaina, y comenzó a lavar los
los hombres que la gloria de Dios. pies de los discípulos (2) y a enju-
gárselos con la toalla que tenía ce-
ñida.
Necesidad de creer en Jesús. Llegó, pues, a Simón Pedro, que
6

le dijo:Señor, ¿tú lavarme a mí los


44Jesús, gritando, dijo: El que pies? 7 Respondió Jesús y le dijo:
cree en mí, no cree en mí, sino en el Lo que yo hago, tú no lo sabes ahora,
que me ha 45
enviado,y el que me lo sabrás después (3). 8 Díjole Pe-
ve, ve al que me
ha enviado. 46 Yo dro: Jamás me lavarás tú los pies.
he venido como luz al mundo, para Le contestó Jesús: Si no te los lavo,
que todo el que cree en mí no per- no tendrás parte conmigo. 9 Simón
manezca en tinieblas. 47 Si alguno Pedro le dijo: Señor, entonces no sólo
escucha mis palabras (2) y no las los pies, sino también las manos y
guarda, yo no le juzgo, porque no he la cabeza. 10 Jesús le dijo: El que se
venido a juzgar al mundo, sino a ha bañado no necesita lavarse, está
salvar al mundo. 48 El que me re- todo limpio; y vosotros estáis limpios,
chaza y no recibe mis palabras, tiene pero no todos. 11 Porque sabía quién
ya quien le juzgue (3); la palabra le había de entregar, y por eso dijo:
que yo he hablado, ésa le juzgará No todos estáis limpios. 12 cuando Y
en el último día, 49 porque yo no he les hubo lavado los pies, y tomado
hablado de mí mismo; el Padre mis- sus vestidos, y puéstose de nuevo a
mo que me ha enviado es quien me la mesa, les dijo: ¿Entendéis lo que
mandó lo que he de decir y hablar. he hecho yo con vosotros? 13 Vosotros
50 Y yo
sé que su precepto es la vida me llamáis Maestro y Señor, y decís
eterna. Así, pues, las cosas que yo bien, porque lo soy. 14 Si yo, pues,
os he lavado los pies, siendo vuestro
(1) San Juan, en este lugar, como los Sinóp-
ticos al narrar las parábolas del reino, se mara- (1) San Juan pone la última cena un día
villa de la incredulidad de Israel, y buscando antes del en que los judíos celebraron la Pascua
la razón la hallan en el vaticinio de Isaías. Pero en Jerusalén. La razón de este cambio es in-
ya se ve que el vaticinio sólo anuncia la incredu- cierta; pero no lo es que Jesús celebró la Pascua
lidad, no la causa. Esta nace de la libertad huma-
'
legal antes de instituir la nueva Pascua.
na, que resiste a la gracia divina. Por esto los (2) No obstante la alteza de su dignidad, y
judíos son responsables. que tenia recibido del Padre el poder sobre todas
(2) Este versículo se enlaza con el 41 y si- las cosas, etc., ejecutó aquel acto de humildad
guiente, y se refiere a los que, sintiendo simpa- y amor hacia sus discípulos. Era un obsequio
tía por la doctrina de Jesús, no se resolvían a que se prestaba a los huéspedes al llegar a casa
aceptarla por respetos humanos. Los tales, a sí fatigados de caminar a pie y con calzado que pro-
mismos se juzgaban. tegía poco del polvo del camino. (Gén. 24, 32;
(3) La palabra misma le juzgará. Así, en otra 43, 24; Le. 7, 44; I Tim. 5, 10.)
ocasión, decía que Moisés, su Ley, daba testimo- (3) Cusndo yo os explique la razón de lo que
monio de El. (5. 45.) hago. (13, 12 ss.)
1206 SAN JUAN. 14

Señor y Maestro, también habéis de 28 Nin-


que has de hacer hazlo pronto.
lavaros vosotros los pies unos a otros. guno de recostados conoció a qué
los
15 Porque yo propósito decía aqueUo. 29 Algunos
he dado el ejem-
os
plo (1), que vosotros hagáis
para pensaron que, como Judas tenía la
también como yo he hecho. 16 En ver- bolsa, le decía Jesús: Compra lo que
dad, en verdad os digo: No es el siervo necesitamos para la fiesta, o que diese
mayor que su señor, ni el enviado algo a los pobres. 30 él, tomando Y
mayor que quien le envía. 17 Si esto el bocado, se salió luego: era de
aprendéis, seréis dichosos si lo practi- noche (1).
cáis. 18 No lo digo de todos vosotros;
yo sé a quiénes escogí, más lo digo Comienza la despedida.
para que se cumpla la Escritura: El
que come mi pan, levantó contra mí 31
Asi que salió, dijo Jesús: Ahora
su calcañar. 19 Desde ahora os lo digo, ha sido glorificado el Hijo del hom-
antes de que suceda (2), para que, bre (2), y Dios ha sido glorificado
cuando suceda creáis que yo soy. en El. 32 Si Dios ha sido glorificado
20
En verdad, en verdad os digo que en El, Dios también le glorificará a
quien recibe al que yo enviare, a mí El, y le glorificará en seguida. 33 Hiji-
me recibe, y el que me recibe a mí, tos míos, un poco aún estaré todavía
recibe a quien me ha enviado. con vosotros; me buscaréis, y como
dije a los judíos: A donde yo voy
vosotros no podéis venir, también os
Anuncio de la traición. lo digo a vosotros ahora. 34 Un pre-
cepto nuevo os doy: que os améis
21 Habiendo
dicho esto, se turbó los unos, a los otros (3); como yo
Jesús en su espíritu (3), y demostrán- os he amado, así también amaos mu-
dolo, y dijo: En verdad, en verdad os tuamente. 38 En esto conocerán todos
digo que uno de vosotros me entrega- que sois mis discípulos, si tenéis ca-
rá. 22 Se miraban los discípulos unos a ridad unos para con otros.
otros, sin saber de quién hablaba.
23
Uno de ellos, el amado de Jesús, La nefjaeión de Pedro.
estaba recostado (4) ante el pecho
de Jesús. 24 Simón Pedro le hizo señal, 36
Díjole Simón Pedro: Señor, ¿a
diciéhdple: Pregúntale de quién habla. dónde vas? Respondió Jesús: A donde
25
El que estaba recostado ante el yo voy, no puedes tú seguirme ahora;
pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién me seguirás más tarde. 37 Pedro le
es ése? 28 Y Jesús le contestó (5): dijo: Señor, ¿por qué no puedo se-
Aquel a quien yo mojando le dé un guirte ahora? (4). Yo daré por ti
bocado. Y mojando un bocado lo mi vida. 38 Respondió Jesús: ¿Darás
tomó y se lo dió a Judas, hijo de por nií tu vida? En verdad, en verdad
Simón Iscariote. 27 Después del bo- te digo que no cantará el gallo antes
cado, en el mismo instante, entró en que tres veces me niegues.
él Satanás. Jesús le dijo (6): Lo
Volverán a encontrarse cerca
(1) Jesús habla enseñado que la candad era del Padre.
la ley fundamental de su reino, y quiso dejarla
más impresa en la mente de sus dscipulos con
este hecho. \ \ 1
No se turbo vuestro eora-
(2) Contrapone a conducta de los once la
la

zón (5); creéis en Dios, cree!
del traidor, anunciándola de antemano para que
no se escandalizasen, viendo que no le habla (1) En efecto, el banquete pascual se cele-
cogido de sorpresa. (Act. 2, 22.) braba después de puesto el sol. El evangelista
(3) La vista del traidor y su suerte le turba, nota la hora de la noche como algo extraña pan
como antes le había arrancado lágrimas la vista cumplir ningún mandato.
de Jerusalén. (Le. 19, 41.) (2) Con la salida del traidor sintió Jesús un
(4) Estaba recostado delante de Jesús, pu- desahogo en su espíritu; ya podía expansionarse
diendo hablarle en secreto con sólo volver la con los que permanecían fieles. Habla de su
cabeza y Jesús a él al oído con sólo inclinarse. muerte como de una glorificación para no asus-
(5) Sin duda en voz baja y sin que los demás tar a los discípulos. El Hijo glorifica al Padre
se dieran cuenta. A quien yo diere tm bocado. Era con su obediencia y el Padre al Hijo con loe
una muestra de afecto que Jesús daba a Judas prodigios de su pasión y con la resurrección.
al tiempo que servía de señal a Juan. (3) Esta es la suma de la ley evangélica.
(6) Las palabras de Jesús a Judas eran am- (4) Pedro presiente que algún grave peligro
biguas; el traidor resolvió aprovecharlas para salir amenaza a Jesús, y no quiere abandonarle.
a ejecutar sus planes. (5) Por lo que os he dicho antes, debéis tener
SAN JUAN, 14 1207

también en mí. 2 En la casa de mi .rogaré al Padre (1), y os daré otro


Padre hay muchas moradas; si no Abogado que estará con vosotros para
fuera así os lo diría, pero voy a pre- siempre, 17 el Espíritu de verdad, que
pararos el lugar. 3 Y cuando yo me el mundo no puede recibir, porque
haya ido, y os haya preparado el no le ve ni le conoce; vosotros le co-
lugar, de nuevo volveré y os tomaré nocéis, porque permanece con vos-
conmigo, para que, donde yo estoy, otros y está en vosotros. 18 No os
estéis también vosotros. 4 Pues para dejaré huérfanos; vendré a vosotros.
donde yo voy, vosotros conocéis el 19 Todavía un poco y el mundo no me
camino. verá; pero vosotros me veréis (2),
5
Díjole Tomás: No sabemos a porque yo vivo y vosotros viviréis.
dónde vas; ¿cómo, pues, podemos 20 En aquel día conoceréis que yo
saber el camino? 6 Jesús le dijo: Yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí
soy el camino (1), la verdad, y la y yo en vosotros. 21 El que recibe mis
vida; nadie viene al Padre sino por preceptos y los guarda, ése es el que
mí. 7 Si me habéis conocido, conoce- me ama; el que me ama a mí será
réis también a mi Padre (2). Desde amado de mi Padre, y yo le amaré
ahora le conocéis y le habéis visto. y me manifestaré a él.
8 22
Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Díjole Judas, no el Iscariote:
Padre, y nos basta. 9 Jesús le dijo: Señor, ¿qué ha sucedido (3) para
Felipe, ¿tanto tiempo ha que estoy que te hayas de manifestar a nos-
con vosotros, y no me habéis cono- otros y no al mundo? 23 Respondió
cido? El que me ha visto a mí, ha Jesús y les dijo: Si alguno me ama,
visto al Padre; ¿cómo dices tú: ¡Mués- guardará mi palabra, y mi Padre le
tranos al Padre? 10 ¿No crees que yo amará, y vendremos a El y en El
estoy en el Padre y el Padre en mí? haremos morada. 24 El que no me
Las palabras que yo os digo, no las ama no guarda mis palabras; y la
hablo de mí mismo; el Padre, que palabra que oís no es mía, sino del
mora en mí, hace sus obras. 11 Creed- Padre que me ha enviado. 25 Os he
rae, que yo estoy en el Padre y el dicho estas cosas mientras perma-
Padre en mí; a lo menos creedlo por nezco entre vosotros; 26 pero el Abo-
las obras mismas. gado, el Espíritu Santo, que el Padre
enviará en mi nombre, ése os lo en-
señará todo y os traerá a la memoria
todo lo que yo os he dicho.
I'romesas hechas a los discípulos
para la ausencia.

12
En
verdad, en verdad os digo
Despedida y palabras de aliento.
que que cree en mí, ése hará tam-
el
27
bién las obras que yo hago (3), y las La paz os dejo, mi paz os doy
hará mayores que éstas, porque yo (4); no como el mundo la da, os la
voy al Padre. 13 Y lo que pidiéreis doy yo. No se turbe vuestro corazón,
en mi nombre eso haré, para que el ni se intimide. 28 Habéis oído lo que
Padre sea glorificado en el Hijo; 14 si os dije: Me
voy y vengo a vosotros. Si
me pidiéreis alguna cosa en mi nom- me amaseis, os alegraríais, pues voy
bre > o la haré. 15 Si me amáis, guar-
r

daréis mis mandamientos; 16 y yo Después de asegurarles que no los aban-


(1)
donará, añade algo más, la venida del Espíritu
fe en mí, como en Dios, de que no os
la tenéis Santo, que, como nuevo abogado y defensor, les
olvidaré; antes volveré a buscaros y llevaros alcanzará del Padre.
conmigo. (2) Entenderá esto quien considere cuán real
(1) El término es el Padre. Para llegar a El, era la presencia de Jesús entre los Apóstoles des-
es Jesús el camino, por su vida y doctrina; es la pués de la venida del Espíritu Santo.
verdad, pór cuanto cumple las promesas divinas (3) No entendiendo la honda razón de lo
contenidas en la Ley y los Profetas; es la vida, dicho, cree que obedecerá a algún privilegio.
porque ésta se fraila en El y El la comunica a los Jesús, en su respuesta, prosigue la exposición
demás, (i, 3; 6, 33; 40.) del misterio, dejando sin respuesta la pregunta
(2)Siendo tan estrecha la unión de Jesús con del discípulo.
el Padre, según ha dicho (10, 30), conociéndole (4) La paz es el saludo oriental y el que em-
a El conocerían también al Padre. pleaba Jesús después de resucitado. Sólo se co-
(3) Como Jesús hace obras divinas por el noce el valor de esta palabra cuando se ha vivido
Padre, así quierl creyere en El hará otras seme- mucho tiempo en guerra. Pero sobre todo tiene
jantes por su unión con El. valor 1e paz de Dios, la única que llena el alma.
1208 SAN JUAN, 15

al Padre (1), porque el Padre es ma- Los discípulos, elevados a la


yor que yo. 29 Y os lo he dicho ahora categoría de amigos.
antes que suceda, para que cuando
suceda creáis. 30 Ya no hablaré mu- 9
Como el Padre me amó (1), yo
chas cosas con vosotros, porque viene también os he amado; permaneced en
el príncipe de este mundo, que en mi amor. 10 Si guardareis mis precep-
mino tiene nada (2); 31 pero convie- tos, permaneceréis en mi amor, como
ne que el mundo conozca que yo amo yo guardé los preceptos de mi Padre
al Padre y que, según el mandato que y permanezco en su amor. u Esto os
me dió el Padre, así hago. Levantaos, lo digo para que yo me goce en vos-
vámonos de aquí (3). otros,y vuestro gozo sea cumplido.
12
Este es mi precepto, que os améis
unos a otros, como yo os he amado.
13
La alegoría fie la vid. Nadie tiene amor mayor que este
de dar uno vida por sus amigos.
la
14Vosotros mis amigos, si hacéis
sois
1 5 1
Yo soy la vid verdadera (4) lo que os mando. 15 Ya no os llamo
y mi Padre es el viñador. 2
Todo siervos, porque el siervo no sabe lo
sarmiento que haya en mí, que no que hace su señor; pero os digo ami-
lleve fruto, lo cortará; todo el que dé gos, porque todo lo que oí de mi
fruto, lo podará para que de más Padre os lo he dado a conocer. 18 Xo
fruto. 3 Vosotros estáis ya limpios por me habéis elegido vosotros a mí, sino
la palabra que os he hablado; 4 per- que yo os elegí a vosotros, y os he
maneced en mí, y
yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto
destinado para que vayáis y deis
fruto, y vuestro fruto permanezca,
de sí mismo, si no permaneciere en para que cuanto pidiereis al Padre
la vid, tampoco vosotros, si no per- en mi nombre os lo dé. 17 Esto os
maneciereis en mí. 5 Yo soy la vid, mando, que os améis unos a otros.
vosotros los sarmientos. El que per-
manece en mí y yo en él, ése da
mucho fruto, porque sin mí no podéis Odio del mundo contra Jesús
hacer nada. 6 El que no permanece y los suyos.
en mí es echado fuera como el sar-
18
miento y se seca, y los amontonan Si el mundo os aborrece (2),sa?
y los arrojan al fuego para que ardan. hed que me aborreció a mi primero
7
Si permanecéis en mi y mis palabras que a vosotros. 19 Si fueseis del mun-
permanecen en vosotros, pedid lo do, el mundo amaría lo suyo; pero
que quisiereis y se os dará. 8 En esto porque no sois del mundo, sino que
será glorificado mi Padre, en que yo os escogí del mundo, por esto el
deis mucho fruto y así seréis discí- mundo os aborrece. 20 Acordaos de
pulos míos. la palabra que yo os dije: No es el
siervo mayor que su señor. Si me per-
(1) Porque en el Padre alcanzará la gloria siguieron a mí, también a vosotros os
de su humanidad, y es ésta tan grande, que aun perseguirán; si guardaren mi palabra,
ir a ella por la pasión es cosa de gran consuelo. también guardarán la vuestra. 21 Pero
Como lo ha sido siempre para los mártires la todas estas cosas haránlas con vos-
muerte vista a través de la gloria celestial. otros por causa de mi nombre, porque
(2) En Jesús no tiene derecho alguno, por
un conocen al que me ha enviado.
cuanto en Jesús no hay pecado. Sin embargo, 22
por un momento le será dado poder sobre El, Si no hubiera venido y les hubiera
a fin de realizar la obra de Dios. (Le. 22. 53.) hablado, 110 tendrían pecado; pero
(3) Estas palabras implican una dificultad,
por cuanto el discurso parece continuar sin cam-
bio alguno. Se proponen diversas soluciones, de (1) Es el amor la liga que une a Jesús con el
las cuales la más sencilla sería trasladar esas fra- Padre, a los discípulos entre sí y a éstos con Je-
ses después de 16, 31, si esto tuviera algún apoyo sús y con el Padre. Este amor borra las distan-
en los códices antiguos. Luego seguirla la ora- cias y establece la igualdad, que es condición
ción sacerdotal, que puede bien suponerse haber de la amistad.
dicho Jesús en pie y en actitud de partir. (2) Como en otros pasajes de los Sinópticos,
(4) Contrapuesta a la vid condenada en Isa- Jesús anuncia a los discípulos que serán objeto
ías (5. 1 ss.; Salmo 39, 9 ss.), que es el pueblo de odio de parte del mundo, como El lo es. y
de Israel. El es la vid verdadera, como en 6, 32 por el mismo motivo, porque representan la
se declara el pan verdadero. El sentido de la ale- causa de Dios, a quien el mundo no conoce. La
goría es claro para quien entienda cómo Jesús es historia confirma de continuo estas palabras de
fuente de vida para todos. Jesús.
SAN JUAN. 16 12(1»

9
ahora no tienen excusa de su pecado. De pecado, porque no creyeron en
23
El que me aborrece a mí, aborrece mí; 10 de justicia (1), porque voy
también a mi Padre. 24 Si no hubie- al Padre y no me veréis más; 11 de
ra hecho entre ellos obras que nin- juicio (2), porque el príncipe de
guno otro hizo, no tendrían pecado; este mundo está ya juzgado. 12 Muchas
pero ahora, no sólo han visto, sino cosas tengo aún que deciros (3),
que me aborrecieron a mí y a mi mas no podéis llevarlas ahora; 13 pero
Padre. 26 Pero es para que se cumpla cuando viniere aquél, el Espíritu de
la palabra que en la Ley de ellos está verdad, os guiará hacia la verdad
escrita: Me aborrecieron sin motivo. completa, porque no hablará de sí
26 Cuando venga el Abogado, que mismo, sino que hablará lo que oyere
yo os enviaré de parte del Padre, el y os comunicará las cosas venideras.
14 El me glorificará, porque tomará
Espíritu de verdad, que procede del
Padre, él dará testimonio de mí, 27 y de lo mío, y os lo dará a conocer.
vosotros daréis también testimo- Todo cuanto tiene el Padre es mío;
15 por esto os he dicho que tomará
nio (1), porque desde el principio
estáis conmigo. de lo mío y os lo dará a conocer.

Anuncio de la persecución judía.


El gozo tras de la tristeza.
os lo he dicho para que
16 noEsto
1
16 Todavía un poco, y ya no me
os escandalicéis. 2 Os echa-
rán de la sinagoga (2); pues llega
veréis (4), y todavía otro poco, y
me veréis. 17 Dijéronse entonces algu-
la hora en que todo el que os quite
nos de los discípulos: ¿Qué es esto
la vida pensará prestrar un servicio
que nos dice: Todavía un poco y no
a Dios. 3 Y esto lo harán, porque no me veréis, y todavía otro poco y me
conocieron al Padre ni a mí. 4 Pero
veréis? Y: Porque voy al Padre.
yo os he dicho estas cosas para que, 18 Decían, pues: ¿Qué es esto que dice
cuando llegue la hora, os acordéis de un poco? No sabemos lo que dice.
ellas, y de que yo os las he dicho; pero 19
Conoció Jesús que querían pre-
esto no os lo dije desde el principio,
guntarle: ¿De esto inquirís entre vos-
porque estaba con vosotros. otros, porque os he dicho: Todavía
un poco, y no me veréis, y todavía
La promesa del Espíritu Santo. otro poco, y me veréis? 20 En verdad,
en verdad os digo que lloraréis y os
Mas ahora voy al que me ha en- lamentaréis, y el mundo se alegrará;
viado y nadie de vosotros me pre- vosotros os entristeceréis, pero vues-
gunta (3): ¿A dónde vas? 6 Antes, tra tristeza (5) se volverá en gozo.
21
porque os hablé estas cosas, vuestro La mujer, cuando pare, siente
corazón se llenó de tristeza. 7 Pero os tristeza, porque llega su hora; pero
digo la verdad, os conviene que yo cuando ha dado a luz un hijo, ya
me vaya. Porque si no me fuere, el no se acuerda de la tribulación, por
Abogado no vendrá a vosotros; pero, el gozo que tiene de haber venido
si me fuere, os le enviaré.
8
Y en vi- al mundo un hombre. 22 Vosotros,
niendo, éste argüirá al mundo de pues, ahora tenéis tristeza; pero de
pecado (4), y de justicia y ds juicio. nuevo os veré, y se alegrará vuestro
corazón, y nadie será capaz de quitaros

(1) Con
las obras maravillosas que hará por (1) Es la de Jesús, que se mostrará en su re-
medio de los Apóstoles. surrección y en su vuelta al Padre.
(2) Esto ya había comenzado. (9, 22.) Mis (2) Es el juicio que los judíos habían formado
de una vez nos refieren los Sinópticos el anuncio acerca de Jesús, del cual había sido inspirador
de estas persecuciones. (Mt. 10, 16 ss.; Me. 13, el príncipe del mundo. Satanás.
9 ss.; Le. 12, 11.) (3) Pero su capacidad es muy reducida mien-
(3) La pregunta se halla en 13, 36; 14, 5, 28, tras no venga el Espíritu Santo a ensancharla.
y Jesús les dice que va al Padre, adonde es tanta (4) Porque se acerca la hora de la pasión,
dicha ir, que, aunque sea por la cruz, todavía pasada la cual vendrá la resurrección, que los
es cosa deseable. Pero los Apóstoles persisten llenará de alegría.
dominados por la tristeza, no considerando el (5) Cuanto mayor fué el descon-
dolor y el
término de la partida. Por eso Jesús insiste en cierto de los discípulos en la muerte del Maestro,
10 dicho, para consuelo suyo. otro tanto será grande su gozo en la resurrección.
(4) El gran pecado de Israel, rechazar al Me- Al revés le sucederá al mundo, esto es, a los 14- j

sías y ponerle en la cruz. dios,


1210 SAN JUAN, 17

vuestra alegría. 23 Y en aquel día 2


según el poder que le diste sobre
no me preguntaréis nada; en verdad, toda carne, para que a todos los que
en verdad os digo: Cuanto pidiereis tú le diste, les dé El la vida eterna.
3
al Padre os lo dará en mi nombre. Esta es la vida eterna (1) que te
24 Hasta ahora no habéis pedido conozcan a ti, único Dios verdadero,
nada en mi nombre (1); pedid y y a tu enviado Jesucristo. 4 Yo te
recibiréis, para que sea cumplido he glorificado sobre la tierra, lle-
vuestro gozo. vando al cabo la obra que me enco-
mendaste. 5 Y ahora tú. Padre, glo-
rifícame cerca de ti mismo con la
Promesa de una revelación más gloria que tuve (2), cerca de ti,
clara. antes que el mundo existiese.

35
Esto os lo he dicho en parábolas;
llega lahora en que ya no os hablaré Ruega por los discípulos.
más en parábolas, antes os hablaré
claramente del Padre. 24 Aquel día 6
He manifestado tu nombre a los
pediréis en mi nombre, y no os digo hombres que me has dado de este
que yo rogaré al Padre por vosotros, mundo. Tuyos eran, y tú me los diste,
pues el mismo Padre os ama, por- y han guardado tu palabra. 7 Ahora
que vosotros me habéis amado y saben que todo cuanto me diste
creído que yo he salido de Dios. viene de ti; 8 porque yo les he comu-
28 Salí del Padre
y vine al mundo; nicado las palabras que tú me diste,
de nuevo dejo el mundo y me voy y ellos las recibieron y conocieron
Padre. 29 Dijéronle los discípulos: verdaderamente que yo salí de ti,
al
Ahora hablas claramente y no dices y creyeron que tú me has enviado.
parábola alguna. 30 Ahora sabemos • Yo ruego por ellos (3); no ruego
que conoces todas las cosas y que no por el mundo, sino por ios que tú
necesitas que nadie te pregunte; en me diste; porque son tuyos, 10 y todo
esto creemos que has salido de Dios. lo mío es tuyo, y lo tuyo mío, y yo
31
Respondióles Jesús: ¿Ahora creéis? he sido glorificado en ellos. 11 Y yo
32
He aquí que llega la hora (2), y ya no estoy en el mundo; pero ellos
ya es llegada, en que os dispersaréis están en el inundo, mientras yo voy
cada uno por su lado y a mí me deja- a ti. Padre santo, guarda en tu
réis solo; pero no estoy solo, porque nombre a éstos, que me has dado,
el Padre está conmigo.
33 Esto os lo
para que sean uno (4) como nos-
he dicho para que tengáis paz en otros. 12 Cuando yo estaba con ellos,
mí; en el mundo habéis de tener tri- yo conservaba en tu nombre a
los
bulación; pero confiad, yo he vencido éstos que me has dado, y los guardé,
al inundo (3). y ninguno de ellos pereció, si no es
el hijo de la perdición, para que la
Escritura se cumpliese. 13 Pero ahora
Jesús ora al Padre por sí mismo. yo vengo a ti, y hablo estas cusas
en el mundo para que tengan mi
1
Esto dijo Jesús, y levantando
1*7
•sus ojos al cielo añadió: Padre,
(1) El conocimiento de Dios Padre y de Je-
llegó la hora (4); glorifica a tu
sucristo; pero un conocimiento que engendre
Hijo, para que el Hijo te glorifique, amor, que obra por la caridad. (Gal. 5, 6.)
la fe
(2) La gloría, que como a Hijo de Dios le
(1) Cuando vean a Jesús sentado a la diestra corresponde, no la perdió, ni la podia perder
del Padre, pedirán en su nombre, esto es, ale- jamás siendo inherente a la naturaleza divina;
garán su nombre para ser escuchados, cosa que lo que pide es la gloria de su humanidad, efusión
hasta ahora no hablan hecho. (Act. 4, 20 ss.) de la gloria de la divinidad.
(2) La próxima prueba dirá cuáles son los (3) Por los que creyeron que Jesús habla ve-
quilates de esa fe vuestra. nido del Padre y como de tal hablan recibido
(3) No
sólo por la prueba aludida, por otras sus palabras. Porgue tuyos son. Esos que el Pa-
muchas tribulaciones tendrán que pasar en el dre le dió son también del Padre, porque todo
mundo; pero tengan confianza, porque El ven- cuanto tiene el Padre es también del Hijo, y vi-
ció al mundo y por El también ellos vencerán. ceversa.
(4) De la que tantas veces habla dicho que (4) Porque la fe y el amor sean uno, a seme-
no era aún llegada, la hora de la pasión. Glorifica janza del Padre y del Hijo; y en esa vida de fe
a ta Hijo. Por los milagros de la muerte y el de y de amor será Jesús glorificado. Este es el
la resurección, para que, a su vez, el Hijo glori- principio de la admirable unidad de la Iglesia
ficado glorifique al Padre, dándole a conocer. Católica.
SAN JUAN, 18 1211

gozo cumplido en sí mismos. 14 Yo Prisión de Jesús.


les he dado tu palabra, y el mundo
los aborreció, porque no eran del 1 ii
1
En diciendo esto salió Jesús
mundo, como yo no soy del mundo. con sus discípulos al otro lado
18No pido que los tomes del mun- del torrente Cedrón, donde había
do (1), sino que los guardes del mal. un huerto, en el cual entró con sus
16
Ellos no son del mundo, como no discípulos. 2 Y Judas, el que le había
soy del mundo yo. 17 Santifícalos en la de traicionar, conocía el sitio, por-
verdad, pues tu palabra es verdad. que muchas veces concurría allí Jesús
18
Como tú me enviaste al mundo, con sus discípulos. 3 Judas, pues,
asíyo los envié a ellos al mundo. tomando la cohorte, y los alguaciles
19
Y
yo por ellos me santifico (2), de los pontífices y fariseos (1),
para que ellos sean santificados por vino allí con linternas, y hachas, y
la verdad. armas. 4 Conociendo, pues, Jesús
todo lo que iba a sucederle, salió,
y les dijo: ¿A quién buscáis? 8 Res-
Ituerju por todos los creyentes. pondiéronle: A Jesús Nazareno. El
les dijo: Yo soy. Y Judas el traidor
.
20
Pero no ruego sólo por éstos, estaba con ellos. 6 Así que les dijo:
sino por cuantos crean en mí por su Yo soy, retrocedieron (2) y cayeron
palabra (3), para que todos sean en tierra.
7
uno, como
tú, Padre, estás en mí y Otra vez les preguntó: ¿A quién
yo sn para que también ellos sean
ti, buscáis? Ellos dijeron: A Jesús Na-
en nosotros, y el mundo crea que tú zareno. Respondió Jesús: Ya os dije
me has enviado. 22 Y
yo les he dado que yo soy; si, pues, me buscáis a
a ellos la gloria que tú me diste (4), mí, dejad ir « éstos. 9 Para que se
a fin de que sean uno como nosotros cumpliese la palabra que había dicho:
somos uno. 23 Yo "en ellos y tú en De los que me diste no se perdió
mí, para que sean consumados en la ninguno. i° Y
Simón Pedro, que tenía
unidad, y conozca el mundo que tú una espada, la sacó e hirió a un
me enviaste y amaste a éstos como siervo del Pontífice, cortándole la
tú me amaste. 24 Padre, lo que tú oreja derecha (3). Este siervo se
me has dado, quiero yo que donde llamaba Maleo. 11 Pero Jesús dijo
yo esté, estén ellos también con- a Pedro: Mete la espada en la vaina;
migo (5), para que vean mi gloria, ¿el cáliz que me dió mi Padre no lo
que tú me has dado, porque me amaste be de beber?
antes de la creación del mundo.
25
Padre justo (6), si el mundo
no te ha conocido, yo te conocí, y Conducción a casa de Anas.
éstos conocieron que tú me has en-
viado, 26 y yo les di a conocer tu
12
nombre, y se lo haré conocer, para La
cohorte, pues, y el tribuno,
que el amor con que tú me has amado y de los judíos se apo-
los alguaciles
esté en ellos y yo en ellos. deraron de Jesús, y le ataron, 13 y
le condujeron primero a Anás (4),
porque era suegro de Caifás, que era
(i) Sabiendo que serán objeto de las perse-
Pontífice aquel año. 14 Era Caifás
cuciones del mundo, le pide que los defienda.
(a) Ofreciéndose como hostia en obsequio
del Padre y en expiación de los pecados del (1)Es San Juan el único que menciona
mundo, para que los discípulos sean santifi- la tropa romana, pedida sin duda por los judíos
cados, y así preservados del contagio del mundo. a Pilato para asegurar el golpe contra la posible
(3) Sino por todos los que por el minis- resistencia de los partidarios de Jesús. La pa-
terio de los Apóstoles crean en El; para todos labra cohorte lo mismo puede significar la
pide la unión en la fe y el amor, que sea ante cohorte entera que una sección.
el mundo un argumento de la divinidad de la (2) Otro detalle propio de San Juan. Jesús
Iglesia. parece haber querido darles una última prueba
(4) La gloria de los milagros y demás do- de que sólo por su voluntad se les entregaba.
nes divinos ordenados a fomentar en los fieles (3) Debía de ser conocido del evangelista, que
la unión de la fe y el amor del nombre de Dios. nos da a conocer su nombre.
(5) Sentado a la diestra del Padre, allí estén (4) Debe esto entenderse como un acto de
ellos participando de la gloria del Padre. cortesía para con el suegro del Pontífice, que
(6) Esta justicia del Padre mira a discernir también lo había sido y conservaba grande auto-
el mundo, que no le conoció, de los discípulos, ridad (Le. 3, 2), y tal vez también en atención
que reconocieron ser el enviado del Padre. a la gravedad del caso.
1212 SAN JUAN, 18

el que había aconsejado a los ju- Negación de Pedro.


díos: «Conviene que un hombre muera
por pueblo.» 26
el Entretanto Simón estaba de pie
y calentándose, y le dijeron: ¿No
Negación de Pedro. eres tú también de sus discípulos?
Negó él, y dijo: No soy. 26 Díjole
15
Seguían a Jesús Simón Pedro y uno de los siervos del Pontífice, pa-
riente de aquél, a quien Pedro había
otro discípulo (1). Este discípulo
era conocido del Pontífice, cortado la oreja: ¿No te he visto
y entró, yo en el huerto con El? 27 Y de nuevo
al tiempo que Jesús, en el atrio del
Pontífice, mientras que Pedro se quedó Pedro negó, y al instante cantó el
gallo.
fuera. Salió, pues, el otro discípulo,
conocido del Pontífice, y habló a la
portera e introdujo a Pedro. 17 Y Jesús ante Pilato.
dijo la portera a Pedro: ¿Eres tú
acaso de los discípulos de este hom-
bre? El dijo: No soy. 18 Los siervos
28
Y llevaron a Jesús de casa de
del Pontífice y los alguaciles, habían Caifás al Pretorio. Era muy de ma-
preparado un brasero, porque hacía ñana (1). Ellos no entraron en el
frío, y se calentaban, y Pedro estaba Pretorio por no contaminarse y poder
también con ellos calentándose. comer la Pascua. 29 Salió, pues, Pilato
fuera a ellos, y dijo: ¿Qué acusación
traéis contra este hombre? 30 Ellos
Jesús ante Caifás. respondieron, diciéndole: Si no fuera
malhechor (2), no te lo traeríamos.
19 31
El Pontífice, pues, preguntó a Díjoles Pilato: Tomadle vosotros
Jesús sobre sus discípulos y sobre
2U
y juzgarle según vuestra Ley. Le
su Respondióle Jesús:
doctrina. dijeron entonces los judíos: En que
Yo públicamente he hablado al mun- a nosotros no nos es permitido (3)
do (2); yo siempre enseñé en las dar muerte a nadie: 32 Para que se
sinagogas y en el Templo, a donde cumpliese la palabra que Jesús había
concurren todos los judíos, y nada dicho, significando de qué muer-
hablé en secreto. 21 ¿Qué me pregun- te (4) había de morir.
tas? Pregunta a los que han oído 33 Entró Pilato de nuevo en el
qué es lo que yo he hablado; ellos Pretorio, y llamando a Jesús le dijo:
deben saber lo que les dije: 22 Ha- ¿Eres tú el, rey de los judíos? 34 Res-
biendo dicho esto Jesús, uno de los pondió ¿De ti mismo dices
Jesús:
alguaciles, que estaba a su lado, le eso, o te lo han dicho otros de mi!
dió una bofetada, diciendo: ¿Así res- 35 Pilato contestó: ¿Soy yo judío
pondes al Pontífice? 23 Jesús le con- por ventura! Tu nación y los pontí-
testó: Si he hablado nial, muéstrame fices te han entregado, ¿qué has
en qué, y si bien, ¿por qué me abofe- hecho? 36 Jesús respondió: Mi reino
teas? 24 Anas, le envió atado a Cai- no es de este mundo; si de este
fás (3), el Pontífice. mundo fuera mi reino, mis ministros
habrían luchado para que yo nó
fuese entregado a los judíos; pero
mi reino no es de aquí. 37 Le dijo
(1) La
intervención de este misterioso dis-
cípulo es asimismo propia de San Juan, para
entonces Pilato: ¿Luego tú eres rey?
quien no debia ser desconocido.
(2) No es buen proceder pedir al reo que (1) Los jueces romanos eran muy madru-
sea acusador de sí mismo; los testigos dirán gadores. Y ellos no entraron. El solo contacto
si ha habido en su conducta alguna culpa. con un pagano impedia comer la Pascua. He
Termina el interrogatorio sin decir una pala- aquí una prueba de que Jesús no la celebró
bra de la condenación de Jesús, cosa que su- el día oficial en Jerusalén.
pone el versículo 28. (2)Aquellos graves varones se enojan de la
(3) Todo el relato precedente, y los paralelos pregunta, muy natural en el juez, como si éste
de los Sinópticos, prueban que el interroga- estuviera obligado a firmar en blanco la sen-
torio fué ante Caifás y en su casa, lo que exige tencia que ellos habían pronunciado.
la transposición, propuesta ya por San Cirilo (3) Roma se había reservado en el estatuto
de Alejandría, del versículo 24 a continuación del de autonomía dado a los judíos el derecho de
13. Anás, satisfecho con la deferencia de su yemo, la espada, y los judíos no pedían para Jesús
remitió a éste el preso. Los Sinópticos omiten pena más suave que la de muerte.
este detalle por no haber tomado Anás más par- (4) Los judíos no usaban el suplicio de la
te en el proceso de Jesús. cruz, que Jesús habla predicho para sí (12. 32).
SAN JUAN, 19 1213

Respondió Jesús: Tú dices, que soy Tereer interrogatorio.


rey. Yo para esto he venido al
mundo, para dar testimonio de la Cuando Pilato oyó estas palabras
verdad (1); todo el que es de la temió más, 9 y entrando otra vez
verdad oye mi voz. 38 Pilato le dijo: en el Pretorio, dijo a Jesús: ¿De
¿Y qué es la verdad? Y dicho esto, dónde eres tú? Jesús no le dió res-
de nuevo salió a los judíos, y les dijo: puesta ninguna. 10 Díjole entonces
Yo no hallo en éste ningún crimen. Pilato:¿A mí no me contestas?
¿No sabes que tengo poder para
soltarte y para crucificarte? 11 Res-
Expedientes para librarle. pondióle Jesús: No tendrías ningún
poder sobre mí (1) si no te hubiera
sido dado de lo alto; por esto los
39
Hay entre vosotros costumbre que me han entregado a ti tienen
de que os suelte a uno en la Pas- mayor pecado. 12 Desde entonces
cua (2): ¿Queréis, pues, que os Pilato buscaba librarle; pero los
suelte al rey de los judíos? 40 Enton- judíos gritaron diciéndole: Si sueltas
ces de nuevo gritaron, diciendo: ¡No, a ése, no eres amigo del César; todo
a éste no, a Barrabásl Era Barrabás el que se hace rey va contra el César.
un bandolero.
La condenación.
\ 9 Tomó entonces Pilato a Jesús,
y le hizo azotar. 2 Y los sol- 13
Cuando oyó Pilato estas pala-
dados, tejiendo una corona de espi-
bras sacó a Jesús fuera, y se sentó
nas, se la pusieron en la cabeza, y le
en el tribunal, en el sitio llamado
vistieron un manto de púrpura, y
litóstrotos, en hebreo gabbata. 14 Era
acercándose a El le decían: Salve,
el día de Parasceve, preparación de
rey de los judíos, y le daban de bofe-
la Pascua, alrededor de la hora sexta.
tadas. 4 Otra vez salió fuera Pilato,
y les dijo (3): Aquí os le traigo,
Y dijo a los judíos: Ahí tenéis a
vuestro rey. 15 Gritaron entonces
para que veáis que no hallo en El
ellos: ¡Quítalo, quítalo de delantel
ningún crimen. 5 Salió, pues, Jesús
¡Crucifícale! Díjoles Pilato: ¿A vues-
fuera con la corona de espinas y el
tro rey voy a crucificar? Contesta-
manto de púrpura, y Pilato les dijo: ron los príncipes de los sacerdotes:
Ahí tenéis al hombre. 6 Cuando le
vieron los príncipes de los sacerdotes
No tenemos más rey que el César.
16
Entonces se lo entregó para que
y sus satélites gritaron, diciendo:
fuese crucificado (2).
¡Crucifícale, crucifícalel Díjoles Pila-
to: Tomadle vosotros y crucificadle,
pues yo no hallo crimen en El. Camino del Calvario.
7
Respondieron los judíos: Nosotros
tenemos una Ley, y, según la Ley, Tomaron, pues, a Jesús; 17 que
debe morir, porque se ha hecho llevando su cruz salió al sitio llama-
Hijo de Dios (4). do Calvario, que en hebreo se dice
Gólgota, 18 donde le crucificaron, y
con El a otros dos, uno a cada lado
(1) Esta respuesta debió de hacer pensar a
Pilato que Jesús era un ideólogo, rey de la
y Jesús en medio. 19 Escribió Pi-
ciencia, y sus vasallos los discípulos que le
lato un título, y lo puso sobre la
seguían. Reyes como éste no hacían competen- cruz; estaba escrito (3): Jesús
cia a Roma.
(2) Ya conocemos este expediente de Pi- (1) Jesús no quiere dejar sin correctivo la
lato y cómo fracasó. pretensión de Pilato.
(3) Oíro expediente, bien cruel por cierto, (2) Esto era el colmo. Los judíos, cuyas
para librar a Jesús y contentar a sus acusadores. sublevaciones tantas veces había reprimido Pi-
De propia iniciativa, los soldados organizan lato, pretenden darle lecciones de lealtad al
aquella sangrienta burla, con la que pretendían César. Al fin, cansado de luchar en defensa
escarnecer a los judíos en su rey, y Pilato de aquel hombre, que para él no era más que
se aprovecha de aquella ocurrencia de sus sol- un judío, se lava las manos, queriendo con
dados para ver de mover a clemencia a los esto declinar la responsabilidad de aquella
acusadores de Jesús. condena.
(4) Esto constituía un nuevo embrollo para (3) El título de Juan es el más extenso y
Pilato. ¿Qué significaba semejante acusación? sin duda la reproducción del texto original,
¿Qué alcance político podía tener? Y por tercera que los Sinópticos abrevian, dándonos sólo la
vez vuelve a preguntar a Jesús. causa de la condenación «rey de los judíos».
12 U SAN JUAN, 19

Nazareno, Rey de los Judíos. 20 Muchos venablo una esponja empapada en


de los judíos leyeron este título, por- vinagre y se la acercaron a la boca.
que estaba cerca de la ciudad el sitio 30
Cuando hubo gustado el vinagre,
donde fué crucificado Jesús, y esta- dijo Jesús: Todo está acabado, e
ba escrito en hebreo, en latín y en inclinando la cabeza entregó el
griego. espíritu.
21
Dijeron, pues, a Pilato los prín-
cipes de los sacerdotes de los judíos:
La lanzada
No escribas rey de los judíos, sino
que El ha dicho: Soy rey de los
31
Y
los judíos, como era el día
|de la Parasceve (1), para que no
judíos. 22 Respondió Pilatos: Lo es-
crito, escrito está. 23 Los soldados,
¡quedasen los cuerpos en la cruz el
día de sábado, porque era día grande
una vez que hubieron crucificado a
el de aquel sábado, rogaron a Pilato
Jesús, tomaron sus vestidos (1), que les rompiesen las piernas
V los
haciendo cuatro partes, una para cada
quitasen. 32 Vinieron, pues, los sol-
soldado, y la túnica. Era la túnica sin
costura, tejida toda desde arriba.
dados y rompieron las piernas al
24 primero y al otro que estaban cruci-
Dijéronse, pues, unos a otros:
ficados con El; 33 pero llegando a
No la rasguemos, sino echemos suer-
Jesús, como le vieron ya muerto,
tes sobre ella para ver a quién le
toca, a fin de que se cumpliese la
no le rompieron las piernas, 34 sino
que uno de los soldados le atravesó
Escritura. «Dividiéronse mis vestidos,
con su lanza el costado (2), y al
y sobre mi túnica echaron suertes." instante salió sangre y agua. 3 * El
Es lo que hicieron los soldados.
que lo vió da testimonio, y su testi-
26 Y
estaban junto a la cruz de monio es verdadero (3), y él sabe
Jesús, su Madre, y la hermana de su
que dice verdad, para que vosotros
Madre, María la de Cleofás y María
creáis. 38 Porque esto sucedió para
Magdalena. 26 Y
Jesús, viendo a su
que se cumpliese la Escritura: «No
Madre y al discípulo a quien amaba,
romperéis ni uno de sus huesos.»
que estaba allí, dijo a la Madre:
Mujer, he ahí a tu hijo. 27 Luego
Y °tra Escritura dice también: «Mi-
rarán al que traspasaron.»
dijo al discípulo: He ahí a tu Madre.
Y desde aquella hora el discípulo la
tuvo en su casa (2). La sepultura.
28
Después desabiendo Jesús
esto,
que todo estaba ya consumado, para 38
Después de esto rogó a Pilato
que se cumpliera la Escritura dijo: José de Arimatea, que era discípulo
Tengo sed (3). 29
Había allí un de Jesús, aunque secreto por temor
vaso lleno de vinagre. Fijaron en un de los judíos, que le permitiese tomar
el cuerpo de Jesús, y Pilatos se lo
permitió. Vino, pues, y tomó su
(1) En pago de sus servicios, la justicia
dejaba a la escuadra encargada de la ejecución cuerpo. 39 Y llegó Nicodemo, el
los despojos del reo. Era ¡a túnica. Asi solían mismo que había venido a El de
llevarla las personas de distinción. La de Jesús, noche al principio, y trajo una mezcla
hijo único, era tal vez una muestra del cariño de mirra y áloe, como unas cien
de su Madre, si no lo era de la gratitud de
alguna persona beneficiada con sus milagros.
(2) Desde la muerte de San José era Jesús (1) La Ley declara maldito el cadáver del
el cabeza de familia, y tenía a su cargo la reo, que contamina la tierra. Por esto se le
Madre. Al morir no la olvida, y la encomienda debe quitar del palo al ponerse el sol (Deut, 21,
al cuidado de su fiel discípulo. Tal es el sen- 23). Esto debía hacerse con mayor razón en
tido histórico. Mas la piedad cristiana ve aquí la víspera del gran día de la Pascua, día sobre
algo más. Por el misterio de la encamación todos santo (Ex. 12, 16). No le rompieron las
somos todos elevados en Cristo a la dignidad piernas. Era este un nuevo suplicio, que apli-
de hijos de Dios, siendo Jesús el primogénito caban a los esclavos y desertores, pero que
entre muchos hermanos (Rom. 8, 29). La Ma- también se aplicaba a otros, para acelerar su
dre de Jesús ve por aquí extendidos sus debe- muerte con la mayor pérdida de sangre.
res maternales a todos estos hermanos de su (2) Como estaba ya muerto se ahorraban
Primogénito, hijos también del Padre. el trabajo de romperle las piernas; pero la
(3) Era la pérdida de sangre la causa de crueldad de un soldado le abrió el costado para
esta sed. Un soldado le socorre con la bebida asegurarse mejor de su muerte.
que alli tenía para su propio uso, la posea, (3) El evangelista, presente lo atestigua, y
agua mezclada con vinagre. Los evangelistas los Padres no han creído que esto careciese de
no ven en este acto una muestra de crueldad, misterio, aunque no todos lo expliquen de
sino de misericordia hacia el moribundo. igual modo.
SAN JUAN, 20 L215

libras. 40 Tomaron, pues, el cuerpo de Xparición a María Magdalena.


Jesús y lo fajaron con bandas y aro-
mas, según es costumbre sepultar 11 María se quedó junto al monu-
entré los judíos. 41 Había cerca del mento fuera, llorando. Mien-
(1),
sitio donde fué crucificado un huerto, tras lloraba, se inclinó hacia el monu-
12
y en el huerto un sepulcro nuevo, mento, y vió a dos ángeles vestidos
en el cual nadie aún había sido de blanco (2), sentados, uno a la
depositado. 42 Allí, pues, a causa de cabecera y otro a los pies, de donde
la Parasceve de los judíos, por estar j
había estado el cuerpo de Jesús. 13 Y
cerca el monumento, pusieron a Je- le dijeron: ¿Por qué lloras, mujer? Ella
sús (1). les dijo: Porque han tomado a mi Se-
ñor y no sé dónde le han puesto. 14 En
diciendo esto se volvió para atrás,
La Magdalena encuentra remo-
vida la piedra. y vió a Jesús que estaba allí (3),
pero no conoció que fuese Jesús.
15 Díjole Jesús: Mujer, ¿por qué
f)A 1
El día primero de la semana,
María Magdalena (2) vino lloras? ¿A quién buscas? Ella, cre-
muy de madrugada, cuando aún era yendo que era el hortelano, le dijo:
de "noche, al monumento, y vió la Señor, si lo has cogido tú, dime dónde
16 Dí-
piedra quitada del monumento. 2 Co- lo has puesto, y yo lo tomaré.
rrió, pues, y vino a Simón Pedro y al jole Jesús: ¡María! Ella, volviéndose,
otro discípulo a quien Jesús ama- le dijo en hebreo: ¡Rabboni!, que
ba (3), y les dijo: Han quitado al quiere decir: Maestro. 17 Jesús le dijo:
Señor del monumento y no sabemos No me toques (4), porque aún no
dónde le han puesto. he subido al Padre; pero ve a mis
hermanos y diles: Subo a mi Padre y
Comprobación por Pedro y Juan. a vuestro Padre, a mi Dios y a vues-
tro Dios. 18 María Magdalena vino
3
Salió, pues, Pedro y con él otro a anunciar a los discípulos: He visto
discípulo, y fueron al monumento. al Señor, y las cosas que le había
4
Ambos corrían, pero el otro dis- dicho.
cípulo corrió más aprisa que Pedro
y llegó primero al monumento, e Primera aparición a los
inclinándose vió las bandas; sin em- discípulos.
bargo, no entró. 6 Llegó, pues, Simón
19
Pedro después de él, y entró en el La tarde del primer día de la
monumento, y vió las fajas allí colo- semana, estando cerradas las puer-
cadas, 7 y el sudario que estaba tas (5) del lugar donde se hallaban
sobre su cabeza, no puesto con las los discípulos, por temor de los judíos,
fajas, sino envuelto en un sitio aparte. vino Jesús y, puesto en medio de
8
Entonces entró también el otro
discípulo, que vino primero al monu- (1) Las compañeras se habían quedado ya
mento, y vió y creyó; 9 porque aún en casa; sólo ella volvió al sepulcro con los
no se habían dado cuenta de la Escri- Apóstoles, e idos éstos, ella se queda, como
tura, según la cual era preciso que quien más había sentido la pérdida de su
El resucitase de entre los muertos. Maestro.
10 Y
los discípulos se fueron de nuevo (2) En figura de jóvenes, que son los pri-
meros en dar la noticia de Jesús (Le. 24. 4).
para casa. (3) Jesús resucitado no estaba sometido a
las leyes físicas; por eso María no le conoce
(1) La sepultura fué practicada a toda prisa, hasta que Jesús quiso dársele a conocer con
porque se acercaba el fin del día, y con él el aquella palabra: María.
comienzo de la Pascua. Sin embargo, la devo- (4) María, en cuanto conoció al Maestro,
ción de los discípulos le tributó aquella muestra se echó a sus pies y los abrazó (Mt. 28, 9 s. J.-
de afecto, cubriendo el cadáver de aromas, Jesús le dice: «No me toques.» La dificultad está
según la costumbre de los judíos. en lo que sigue, que San Crisóstomo glosa:
(2) Los Sinópticos mencionan algunas com- <No te me acerques como antes, pues no me
pañeras de ésta. San Juan, al omitir sus nom- hallo en el mismo ser, no he de tratar con
bres, no quiere decir que estuviera sola. vosotros en la misma forma de antes.» Subo a
(3) San Lucas, 24, 12, menciona sólo a mi Padre. Quiere esto decir que Dios no es
Pedro, el cual, seguramente, como antes la Padre ni Dios de igual modo para nosotros
Magdalena, no debía de ir solo. El relato que que para El.
sigue es'á hecho por quien fué testigo del su- (5) El cuerpo glorificado de Jesús, y por la
ceso y había conservado la memoria de todos gloria espiritualizado (I Cor. 15, 44) no está
los detalles de aquella histórica mañana. sometido a las leyes que los demás cuerpos.
— — — y

1216 SAN JUAN, 21

ellos, les La paz sea con vos-


dijo: Postrera aparición a los dis-
otros. 20 Y
diciendo esto, les mostró cípulos.
las manos y el costado. los discí- Y
pulos se alegraron viendo al Señor. f)-|
1
Después de esto se apareció
Díjoles aún: La paz sea con vos- ^1 Jesús a los discípulos junto al
otros. Como me envió mi Padre (1), mar de Tiberíades (1); y se apa-
así os envío yo. 22 Y
diciendo esto, reció así: Estaban juntos Simón Pedro
sopló y les dijo: Recibid el Espíritu y Tomás, llamado Dídimo, Natanael,
Santo, a quien perdonareis los peca- el de Caná de GaJilea y los de Zebc-
dos les serán perdonados, a quienes deo, y otros dos de sus discípulos.
3
se los retuviereis les serán retenidos. Díjoles Simón Pedro: Voy a pescar.
Tomás, uno de los doce, llamado Los otros le dijeron: Vamos también
Dídimo, no estaba con ellos cuando nosotros contigo. Salieron y entraron
vino Jesús. Dijéronle, pues, los otros en la barca, y en aquella noche no
discípulos: Hemos visto al Señor. cogieron nada. 4 llegada ya la ma-
25
El les dijo: Si no veo en sus manos ñana, se hallaba Jesús en la playa;
la señal de los clavos (2), y meto sin embargo, los discípulos no se
mi dedo én el lugar de los clavos, y dieron cuenta de que era Jesús.
mi mano en su costado, no creeré. 5
Díjoles, pues, Jesús: Muchachos,
¿no tenéis a la mano nada que
comer? (2). Le respondieron: Ño.
Segunda aparición. El les dijo: Echad la red a la derecha
de la barca, y bailaréis. La echaron,
26 Pasadosocho días, otra vez pues, y ya no podían arrastrar la
estaban dentro los discípulos, y Tomás red por la muchedumbre de los peces.
7
con ellos. Vino Jesús, cerradas las Dijo, pues, a Pedro aquel discí-
puertas, y puesto en medio de ellos, pulo a quien amaba Jesús (3):
di jo: La paz sea con vosotros. 27 Luego ¡Es el Señor! Así que oyó Simón
dijo a Tomás: Alarga acá tu dedo, Pedro que era el Señor, se ciñó un
y mira mis manos, y tiende tu mano
y métela en mi costado y no seas

zamarrón pues estaba desnudo
se arrojó al mar. 8 Los otros discí-

incrédulo, sino fiel.
28 Respondió pulos vinieron en la barca, porque no
Tomás, y dijo (3): ¡Señor mío y estaban lejos de tierra, sino como
Dios mío! 29 Jesús le dijo: Porque unos doscientos codos, tirando de la
me has visto, has creído; dichosos red con los peces. 9 Así que bajaron
los que sin ver creyeron (4). |a tierra, vieron unas brasas encen-
30 Muchas otras señales hizo Jesús didas (4) y un pez puesto sobre
en presencia de los discípulos que ellas y pan. 10 Díjoles Jesús: Traed
no están escritas en este libro; 32 y de los peces que habéis cogido ahora.
11
éstas fueron escritas para que creáis Salió, pues, Pedro y arrastró la
que Jesús es el Mesías, Hijo de Dios, red a tierra, llena de ciento cincuenta
y para que creyendo tengáis vida y tres peces grandes (5); y con
en su nombre (5). ser tantos no se rompió la red.

(1) Ya
se lo había dicho en 18, 18. Recibid (1) Jesús, después de convencidos los dis-
el Espíritu.Ya se lo habfa prometido en 14, 16; cípulos de su resurrección, los encaminó a
15, 26. A
guien perdonareis. Este es un poder Galilea, y allí, libres del temor de los judíos
nuevo, que Jesús había ejercido antes, pero (20, 19), se les aparece y los instruye sobre los
que no había conferido aún a los Apóstoles. misterios del reino de Dios (Act. 1, 3).
Ahora se lo confiere para que persevere en la (2) Espera la respuesta negativa con la in-
Iglesia hasta el fin de los siglos. tención de poder remediar su necesidad.
(2) La actitud de Tomás muestra cuáles (3) El discípulo anónimo, al ver la pesca
eran las disposiciones de los discípulos en milagrosa, recuerda sin duda la de otro tiempo,
orden a la resurrección. y esto le lleva a reconocer ai Señor. Pedro
(3) El discípulo incrédulo de una manera se ciñó. El texto no es claro. Parece que Pedro
inequívoca expresa su fe en la divinidad de se hallaba sin túnica y con sola una zamarra
Jesús, de laque El tantas veces les había ha- de cuero o de piel de carnero, buena para el
blado. trabajo del mar, la cual se ciñó, apretando el
(4) Estas palabras van dirigidas a cuantos cinturón antes de echarse al agua.
por la palabra de los discípulos creerán en su (4) Era el desayuno que Jesús les tenía pre-
resurrección (17, 20). parado después de la fatigas de la noche.
(5) San Juan escribe para dar a conocer (5) Este milagro tiene sin duda el sentido
a Jesucristo, lo que puede abarcar muchos fines simbólico que según Le. 5. 10 tuvo la primera
particulares. pesca milagrosa.
SAN JUAN, 21 1217

12
Jesús les dijo! Venid y comed*. ñirá y te llevará a donde no quieras.
19
Ninguno de los discípulos se atrevió Esto lo dijo indicando con qué
a preguntarle: ¿Tú quién eres?, sa- muerte había de glorificar a Dios.
biendo que era el Señor. 13 Se acercó Y después de dicho esto, añadió:
Jesús, tomó el pan y se lo dió, e igual- Sigúeme.
mente el pez. 14 Ésta fué la tercera
vez que Jesús se apareció a los discí-
pulos (1) después de resucitado KI discípulo ainado.
de entre los muertos.
20
Se volvió Pedro y vió que seguía
detrás el discípulo a quien amaba
La triple confesión «le Pedro. Jesús (1) y que en la cena se había
recostado en su pecho, y le había
15 Cuando, pues, hubieron comido, preguntado: Señor, ¿quién es el que
dijo Jesús a Simón Pedro: Simón te ha de entregar? 21 Viéndole, pues,
(hijo) de Juan, ¿me amas más que Pedro dijo a Jesús: Señor, ¿y éste, qué?
22
estos? El le dijo: Sí, Señor, tú sabes Jesús le dijo: Si yo quisiera (2)
que te amo. Díjole: Apacienta mis que éste permaneciese hasta que yo
ovejas. 16 Por segunda vez le dijo: venga, ¿a ti qué? Tú sigúeme. 23 se Y
Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro divulgó la voz entre los hermanos
le respondió: Sí, Señor, tú sabes que de que aquel discípulo no moriría,
te amo. Jesús le dijo; Apacienta mis mas no dijo Jesús que no moriría,
17 Por sino: Si yo quisiera que éste perma-
ovejas. tercera vez le dijo: Si-
món (hijo) de Juan, ¿me amas? (2) neciese hasta que venga, ¿a ti qué?
Pedro se puso triste de que por ter- 24 Este es el discípulo que
da tes-
cera vez le preguntase: ¿Me amas? timonio de esto (3), que lo escribió,
Y le dijo: Señor, tú lo conoces todo, y sabemos que su testimonio es ver-
tú sabes que te amo. Díjole Jesús: dadero.
Apacienta mis ovejas. 18 En verdad, 25 Muchas
otras cosas hizo Jesús,
en verdad te digo: Cuando eras joven, las cuales, si se escribiesen una por
tú mismo te ceñías e ibas a donde una, creo que este mundo no podría
querías; cuando envejezcas, exten- contener los libros.
derás tus manos (3), y otro te ce-

(1) Muchas veces vemos a Pedro íntima-


(1) La tercera de las narradas por el evange- 1
mente unido con Juan. En este momento Jesús
lista, siendo la primera la aparición a los diez parece alejarse. Pedro le sigue y asimismo Juan.
y la segunda a los mismos con Tomás. Entonces Pedro se interesa por el amigo y pre-
(2) En castigo de su presunción había incu- gunta cuál será su fin.
rrido en la triple negación de su Maestro, (2)Jesús no es afirmativo, sino , hipotético.
éste le exige ahora una triple confesión de su Si yo dispusiera esto, como podría hacerlo,
lealtad antes de confirmarle en el oficio de jefe ¿a ti qué te iba en ello? Como si le dijera: Tú
y cabeza de los Apóstoles y pastor de su rebaño. ,
atiende a lo tuyo y deja lo demás. Y en este
(3) Pedro había presumido de ir hasta la sentido lo interpreta el autor en el versículo 23.
muerte con Jesús y había ido a la negación; Juan vivió hasta fines del siglo, pero murió.
ahora es Jesús quien le anuncia que dará su (3) Termina el Evangelio con una solemne
vida por El. En efecto, Pedro morirá en la ¡declaración de la verdad del testimonio, que en
cruz. él se da a favor de Jesús.
I

77
INTRODUCCION A LOS HECHOS DE APOSTOLES

T OS Hechos o Actos de
Apóstoles son obra de
San Lucas, según dejamos
consignado en la introduc-
ción al tercer evangelio, y han
debido de ser escritos en
Roma, poco después del
evangelio y cuando estaba
para ser fallada favorable-
mente la causa de San Pa-
blo (60-62). No seria in-
exacto decir que una y otra
obra fueran fruto de los ocios
relativos a que por la prisión
del maestro estaba forzado el
discípulo.
El objeto de esta segunda
obra no es la actividad mi-
sional de los Apóstoles todos,
como el título pudiera indu-
cirnos a creer, sino la predi-
cación del nombre de Jesu-
cristo en Jerusalén y en Ju-
dea, en Samaria y hasta los
confines de la tierra, según
el programa trazado por Je-
sús a sus discípulos al des-
pedirse de ellos el día de su
ascensión. En la ejecución
de este programa, sin duda
que tomaron parte todos los
Apóstoles, a quienes ayuda-
ron otros muchos discípulos;
pero San Lucas, tal vez por
carecer de informes acerca de
otros, sólo nos habla de la actividad de San Pedro en Jerusalén y Palestina, y
luego de la de San Pablo, que ll r gó preso a Roma. Allí otros le habían precedido
en sembrar la fe en la capital del Imperio y en fundar aquella igl sla, de la que
él mismo hace tan gran elogio en la epístola que a los ful s de la misma dirigió.
En el desarrollo de este tema San Lucas nos muestra como, según la pro-
mesa de Jesús, el Espíritu Santo, que descendió sobre los Apóstoles y los fieles el
día de Pentecostés, es el principio de vida y actividad de los discípulos, mu-
dándolos en otros hombres e impulsándolos a propagar por todas partes el
Í220 APÓSTOLES

nombre adorable de Jesús. Por esto, no sin razón San OrisósVomo llama a los
Hechos el evangelio del Espíritu Sanio. Movidos por El, los discípulos em-
piezan desde el día de Pentecostés a predicar el cumplimiento de las promesas
mesiánicas en Jesús de Nazaret, quien después de crucificado por los príncipes
del pueblo, había resucitado y subido al cielo, enviando a los suyos el Espíritu
Santo que les había prometido, asegurándoles que sólo por Jesús podían todos
alcanzar la penitencia y recibir el Espíritu Santo. Su palabra, confirmada
con muchos prodigios y con sobrehumanas virtudes, conmueve a J erusalén,
la Judea y Samaría, incorporando a la Iglesia «o cuantos estaban de ante-
mano ordenados a la vida tierna» (13, 48). Las persecuciones suscitadas por
los judíos, dispersando a los Apóstoles y a los fieles de la ciudad, sirvieron para
propagar la semilla evangélica por las naciones gentiles. En todo esto San Lucas
sólo hace mención del Apóstol Pedro, de Juan, su compañero, y de los discí-
pulos Esteban y Felipe, diáconos.
Uno de los frutos del martirio de San Esteban fué la conversión del gran
perseguidor Saulo, transformado por la gracia de Jesús en el gran predicador
de su nombre. San Lucas, olvidados los doce, se dedica a narrar la maravillosa
actividad de este Apóstol, que recibió de Jesucristo la misión de evangelizar a
los gentiles, y con haber llegado después de los otros, había, con la gracia de
Dios, trabajado más que todos. Partiendo de Antioquia del Orontes, Saulo,
llamado Pablo, emprende tres grandes misiones hacia las regiones de Occi-
dente, llegando en la segunda a Europa, para terminar luego preso en Je-
rusalén por las malas arles de los judíos. De J erusalén fué llevado a Cesárea,
donde permaneció dos años, partiendo luego para Poma, en que aguardó otros
dos a que se diera sentencia en su causa. San Lucas no nos dice expresamente
que su maestro haya sido absuelto y puesto en libertad; pero el modo de acabar
su libró indica esto, y lo confirman las epístolas de lo cautividad.
La narración de San Lucas nos pone en contacto con la vida del pueblo
judío en Jerusalén y en las ciudades de la dispersión, y con lavida de las muchas
naciones y ciudades recorridas por el Apóstol, y no es el menor argumento de
la fidelidad del escritor, la que tiene en narrarnos con exactitud las diversas
características de cada región. De este libro deducimos algunos datos cronológicos
que, si bien no del todo precisos, todavía sirven para suplir la casi completa
falta de cronología del libro. Asi sabemos que la huida de San Pablo o Da-
masco acaeció entre la muerte de Tiberio (37) y la de Aretas IV, rey de los
nabateos (40); que la muerte de nuestro Apóstol Santiago ocurrió poco antes
de la muerte de Herodes Agripa (44); que la fundacióti de la iglesia de Co-
rinto por San Pablo tuvo lugar en el proconsulado de Junio Galión, hermano
de Séneca (51-53).
Como guía de nuestra historia, señalaremos las principales fechas, aunque
no sean del todo ciertas ni siempre precisas.

Pasión de Jesucristo 30 de la era cristiana.


Conversión' de San Pablo 34-36 •> » » »

Muerte de Santiago el Mayor 43-44 » » » »

Primera misión de San Pablo 45-48 » » » »

Concilio de Jerusalén 49 » » » »

Segunda misión de San Pablo 49-52 » » ,« »

Estancia en Corinto 51-52 » • »

Tercera misión de San Pablo 52-57 » <> » »

Estancia en Efeso 53-56 » » » »

Prisión del Apóstol 57 i » i «

Partida para Roma 59 » » )> »

Libertad 62 » » » •
APÓSTOLES. 1 1221

HECHOS DE APOSTOLES
Prólogo. llevado de entre vosotros al cielo,
vendrá así, del modo que
le habéis
1
En el primer libro, caro visto ir al cielo. 12 Entonces se vol-
¡oh
I Teófilo! (1), traté de todo lo quej vieron del monte llamado Olívete a
Jesús hizo y enseñó, 2 hasta el día¡ Jerusalén, que dista de allí el camino
en que fué levantado al cielo, una vez de un sábado. 13 Y
cuando hubie-
que, movido por el Espíritu Santo, ron llegado, subieron al piso alto,, en
tomó sus disposiciones acerca de los donde permanecían Pedro y Juan;
Apóstoles que se había elegido; 3 a los Santiago y Andrés; Felipe y Tomás;
cuales, después de su pasión, se dejó Bartolomé y Mateo; Santiago de Al-
ver en muchas ocasiones, aparecién- feo y Simón el Zelotes y Judas de
doseles durante cuarenta días y ha- Santiago. 14 Todos éstos persevera-
llándoles del reino de Dios; 4 y co- ban unánimes en la oración, con al-
miendo con ellos (2), les mandó no gunas mujeres, con María, la Madre
apartarse de Jerusalén, sino esperar de Jesús, y con los hermanos de éste.
ta promesa del Padre, que de mí
habéis escuchado; 5 porque Juan bau-
tizó en agua, pero vosotros, pasados Elección de San Matías.
no muchos días, seréis bautizados en 15 En aquellos días se levantó Pedro
el Espíritu Santo. 6 Y los reunidos en medio de los hermanos, que eran
le preguntaban: Señor, ¿es ahora en conjunto unas ciento veinte per-
cuando vas a restablecer el reino de sonas, y dijo: 16 Hermanos, era pre-
Israel? 7 El les dijo: No os toca a ciso que se cumpliese la Escritura,
vosotros conocer los tiempos ni los que por boca de David había predi-
momentos que el Padre ha fijado en cho el Espíritu Santo acerca de
virtud de su poder soberano; 8 pero Judas, que fué guía de los que pren-
recibiréis la virtud del Espíritu Santo, dieron a Jesús; 17 y era contado entre
que descenderá sobre vosotros, y se- nosotros, habiendo tenido parte en
réis mis testigos en Jerusalén, en este ministerio. 18 Este adquirió un
toda la Judea, en Samaría y hasta campo con el precio de su iniquidad,
los extremos de la tierra. pero precipitándose, reventó y todas
sus entrañas se derramaron; 19 y fué
público a todos los habitantes de Je-
la ascensión. rusalén, tanto que el campo se llamó
9
Diciendo esto, y viéndolo ellos, en su lengua Haceldama, que quiere
se elevó, y una nube le ocultó a sus decir campo de sangre. 20 Pues está
ojos. 10 Y estando mirando al cielo, escrito en el libro de los Salmos:
fija la vista en El, que se iba, he aquí Quede desierta su morada y no
que dos varones con hábitos blancos haya quien habite en ella, otro se
se les pusieron delante 11 y les dije- alce con su cargo (1).
21
ron: Varones galileos, ¿qué estáis mi- Ahora, pues, conviene que de
rando al cielo? Ese Jesús que ha sido todos los varones que nos han acom-
pañado todo el tiempo en que vivió
entre nosotros el Señor Jesús, 22 a
(1) Estas palabras hacen manifiesta refe-
rencia al terceí Evangelio, también dedicado a
partir del bautismo de Juan, hasta
Teófilo. el día eti que fué tomado de entre
(2) Por última vez el Señor come con loa nosotros, uno de ellos sea testigo con
discípulos, aunque ya El no necesitaba de co4 nosotros (2) de su resurrección. 23 Y
mida, para darles el último argumento de la
realidad de su resurrección. Cfr. Le. 24, 25 ss.J
44; Jo. 21, 60 ss.; Act. 10, 41. Los discípulos (1) Salms. 79-26 y 109-8.
viven aún con la ilusión del reino temporal; sólo (2) Señalan estos versículos las condiciones
la luz del Espíritu Santo acabará de corregir susj que han de reunir los Apóstoles, a quienes
prejuicios judaicos y les dará a conocer la verdad Jesús dijo que serían testigos suyos ante las
de Dios sobre el Evangelio. naciones.
1222 APÓSTOLES, 2

fueron presentados dos, José, por ¿cómo nosotros .los oímos cada uno
sobrenombre Barsaba, llamado Justo, en nuestra propia lengua, en la que
y Matías. 24 Y orando dijeron: Tú, hemos nacido? 9 ¿Cómo partos, rue-
Señor, que conoces les corazones, dos, elamitas, los que habitan la
muestra a cuál de estes dos escoges Mesopotamia, la Judea, la Capadocia,
25 para ocupar
el lugar de este minis- el Ponto y el Asia, 10 la Frigia y
terio y el apostolado de que preva- Pamfilia, el Egipto y las partes de
ricó Judas, para irse a su lugar. Libia que están contra Cirene, y los
26 Y
echaron suertes sobre ellos (1), forasteros romanos, 11 judíos y pro-
y cayó la suerte sobre Matías, que sélitos, cretenses y árabes, los oímos
quedó agregado a los doce Apóstoles. hablar en nuestras propias lenguas
las grandezas de Dios? 12 todos, Y
atónitos y fuera de sí, se decían unos
Pentecostés. a otros: ¿Qué es esto? 13 Otros, bur-
lándose, decían: Están cargados de
*) Cuando llegó el día de Pente-
1 mosto.
14
costes (2), estando todos juntos
1
Entonces se levantó Pedro con
en un lugar, 2 se produjo de repente los once, y alzando la voz les habló:
un ruido del cielo, así como el dé Judíos y todos habitantes de Je-
los
un viento impetuoso (3), que invadió rusalén, oíd y prestad atención a
toda la casa en que residían. 3 Y apa- mis palabras. 15 No están éstos bo-
recieron, como divididas, lenguas de rrachos, como vosotros suponéis (1),
fuego (4), que se posaron sobre cada pues no es aún la hora de tercia;
16 esto es lo dicho por
uno de ellos, 4 quedando todos llenos el profeta Joel:
riel Espíritu Santo; y comenzaron a
17
Y sucederá en los últimos días,
hablar en lenguas extrañas (5), según dice Dios, que derramaré mi Espí-
|

que el Espíritu les riaba. 6 Residían ritu sobre toda carne, y profetiza- |

en Jerusalén judíos, varones piadosos, rán vuestros hijos y vuestras hijas, ¡

de cuantas naciones hay bajo el cielo, y vuestros jóvenes verán visiones, y |

8 vuestros ancianos soñarán sueños;


y habiéndose corrido la voz, se
juntó una muchedumbre que se quedó 18 Y sobre mis siervos
y sobre mis
confusa al oírlos hablar cada uno en siervas derramaré mi Espíritu en
|

su propia lengua. 7 Estupefactos de aquellos días y profetizarán.


|

admiración, decían: Y todos éstos 19


Y haré prodigios arriba en el
que hablan, ¿no son galileos? 8 Pues ciclo, y señales abajo en la tierra
| |

sangre y fuego y nubes de humo.


20 El sol se tornará tinieblas
(1) Para resolver el caso, echan suertes sobre y la |

los dos, después de invocar al Señor para que, luna sangre, antes que llegue el día
|

según lasentencia de Prov. 16, 33, él dirija las del Señor, grande y manifiesto.
suertes. 21 Y todo el que invocare el nombro
(2) Pentecostés era una de las tres fiestas
del Señor se salvará (2).
nacionales impuestas por la Ley (Ex. 23, 16). Se 22
celebraba siete semanas después de la Pascua y
Vosotros, israelitas, escuchad
marcaba el fin de la recolección, por lo que en ella estas palabras: Jesús de Nazaret,
se hacia a Dios la ofrenda de los primeros panes. varón probado por Dios entre vos-
A este primer sentido la tradición judia añadió otros con milagros, prodigios y seña-
la conmemoración de la promulgación de la les que Dios hizo por El en medio
Ley en el Sinai, y a ésta corresponde la pro- de vosotros, como vosotros mismos
mulgación de la Ley nueva, que consiste prin-
sabéis, 23 éste, entregado según los
cipalmente en la gracia del Espíritu Santo.
(3) El viento fuerte, como en el Sinai, para
llamar la atención de los de fuera. (1) Pedro empieza explicando el fenómeno
(4) Las llamas de fuego son el signo sensible de la glosolalia, que a las muchedumbres tenía
del Espíritu Santo, que invisiblemente se comu- pasmadas, y lo hace con las palabras de Joel,
nica a los fieles, como el fuego del Sinai era el que anuncian la efusión del Espíritu Santo para
signo de Yave que hablaba al pueblo. los tiempos mesiánicos; después presenta a
(5) Este don de lenguas prometido en Jesús de Nazaret aprobado por Dios con tantas
Marc. 16, 17 lo vemos repetido luego en 10, 46; señales y por divino consejo crucificado. Pero su
11, 16 y explicado por San Pablo en l Cor, 14. resurrección, ya predicha por David, prueba
Consiste en alabar a Dios sin tener inteligencia que Dios no le había abandonado. Concluye
clara de lo que se dice, sino sólo conciencia de dándose a si y a sus compañeros por testigos
hablar con Dios bajo la acción del fcspiritu -de tales verdades y exhortándolos a creer en
Santo. Por esto el Apóstol no quiere que los el único Salvador dado por Dios y, mediante
glosolalos hablen en la iglesia, si no hay quien esta fe, alcanzar el perdón de los pecados y el
inierprete sus palabras para común edificación don del Espíritu Sanio.
(1 Cor. 14, 28). (a) Jo 3. 1-5.
APÓSTOLES. 3 1223

designios de la presciencia de Dios, I


remisión de vuestros pecados, y reci-
le cruz y le disteis
alzasteis en la biréis el don del Espíritu Santo.
39 Porque para vosotros es esta pro-
muerte por mano de los infieles.
24 Pero Dos, rotas las ataduras de mesa y para vuestros hijos, y para
la muerte, le resucitó, por cuanto todos los de lejos, cuantos llamare
no era posible que fuera dominado a sí el Señor Dios nuestro. 40 conY
por ella, 25 pues David dice de El: otras muchas palabras atestiguaba y
Traía yo al Señor siempre delante los exhortaba diciendo: Salvaos de
de mí, porque El está a mi derecha,
|
esta generación perversa. 41 Ellos,
para que no vacile. pues, recibieron su palabra y se bau-
26 Por esto se regocijó mi corazón tizaron, y se convirtieron aquel día
y exultó mi lengua, y hasta mi |
unas tres mil almas. 42 Y
persevera-
carne reposará en esperanza. la ban en oír la enseñanza de los Após-
27
Porque no abandonarás en el toles, y en la unión en la fracción del
Af'es mi alma, ni permitirás que tu
|
pan y en la oración.
43
Santo experimente la corrupción. Se apoderó de todos el temor,
28 Me
has dado a conocer los ca- a la vista de los muchos prodigios y
mines de la vida, y me llenarás de
|
señales que hacían los Apóstoles; 44 y
alegiía con tu presencia (1). todos los que creían vivían unidos (1)
29 Hermanos, séame permitido de- teniendo todos sus bienes en común;
45 pues vendían sus posesiones
ciros con franqueza que David murió y ha-
y fué sepultado, y que su sepulcro ciendas y las distribuían entre todos,
se conserva entre nosotros hasta hoy. según la necesidad de cada uno.
3o p er0 siendo profeta,
y sabiendo que
46
Y todos acordes acudían con asi-
le había Dios jurado solemnemente que duidad al templo, partían el pan en
un fruto de sus entrañas se sentaría las casas y tomaban su alimento con
sobre su trono, 31 le vió de ante- alegría y sencillez de corazón, 47 ala-
mano y habló de la resurrección de bando a Dios en medio del general
Cristo, que no sería abandonado en favor del pueblo. Y cada día el
el Ades, ni vería su carne la corrup- Señor iba incorporando a los que
ción. 32 A este Jesús le resucitó Dios, habían de ser salvos.
de lo cual todos nosotros somos tes-
tigos (2). 33 Exaltado a la diestra de
Dios y recibida del Padre la promesa Sermón de San Pedro en el
del Espíritu Santo, le derramó, según templo.
vosotros veis y oís. 34 Porque no
subió David a los cieles, antes dice: O 1
Pedro y Juan subieron a la
Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate " hora de la oración, que era la de
a mi diestra nona. 2 Había un hombre tullido desde
35Hasta que ponga a tus enemigos el seno de su madre, que traían y
por escabel de tus pies (3). ponían cada día a la puerta del tem-
36 Tenga, pues, por cierto toda la plo, llamada la Hermosa, para pedir
casa de Israel que Dios le ha hecho limosna a los que entraban en el
Señor y Cristo a este Jesús a quien templo. 3 Este, viendo a Pedro y
vosotros habéis crucificado; a Juan que se disponían a entrar
37
En oyéndole, se sintieron com- en el templo, extendió la mano pi-
pungidos de corazón y dijeron a diendo la limosna. 4 Pedro y Juan,
Pedro y a los demás Apóstoles: ¿Qué fijando en él los ojos, le dijeron:
hemos de hacer, hermanos? 38 Pedro Míranos. 5 El los miraba, esperando
les contestó: Arrepentios y bautizaos recibir de ellos alguna cosa. 6 Pero
en el nombre de Jesucristo (4) para Pedro le dijo: No tengo oro ni plata;
lo que tengo, eso te doy: En nombre

(1) Salm. 16. 8-u.


(2) Salm. no. 1. de Jesús, instituido por El, que de El tiene la
(3) La
resurrección de Jesús es su exaltación virtud de santificar, por contraposición al bau-
a la soberanía que de El estaba profetizada, y en tismo de Juan. Otras veces se dice bautismo en
la cual recibe el título de Señor. Fil. 2. 9. Jesús, para incorporarse a El.
(4) El Señor declaró en forma categórica (1) Esta vida común de los fieles de Jeru-
que el bautismo debe administrarse en el nom- salén no obedecía a ningún precepto del Señor,
bre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo sino al espíritu de caridad, y tal vez a la per-
(Mt. 28, 19). La frase que encontramos en los suasión en que muchos vivían, traída del judais-
Hechos, del bautismo en el nombre de Jesús, mo, de que la segunda venida del Salvador
no puede tener otro sentido que el bautismo estaba muy cerca.
1224 APÓSTOLES, i

de Jesucristo Nazareno, anda. 7 Y Señor Dios de entre vuestros herma-


tomándole de la diestra, le levantó, nos, como yo; vosotros le escuchareis
y al punto sus pies y sus talones se todo lo que os hablare; 23 toda per-
consolidaron; 8 y de un brinco se sona que no escuchare a ese profeta,
puso en pie, y comenzando a andar será exterminada de su pueblo» (1).
24 Y todos los profetas,
entró con ellos en el templo, saltan- desde Samuel
do y brincando y alabando a Dios. y los siguientes, cuantos hablaron,
9
Y todo el puebio, que le vió andar anunciaron también estos días. 26 Vos-
y alabar a Dios, 10 reconoció ser el otros sois los hijos de los profetas y
mismo que se sentaba a pedir li- de la alianza que Dios estableció con
mosna en la puerta Hermosa del vuestros padres, cuando dijo a Abra-
templo, y quedaron llenos de admi- ham: En tu descendencia serán ben-
ración y espanto por lo sucedido. decidas todas las familias de la tie-
11
El cogió a Pedro y a Juan, y todo rra (2). 26 Dios, resucitando a su sier-
el pueblo espantado concurrió a ellos vo, os lo envía a vosotros primero para
en el pórtico llamado de Salomón. que os bendiga, al convertirse cada uno
12 Visto lo cual por Pedro, habló así de sus maldades.
al pueblo:
Varones israelitas, ¿qué os admi- I.os dos Apóstoles, unte
ráis de esto o qué nos miráis a nos- el Sanedrín.
otros, como si por nuestro poder o
por nuestra virtud hubiéramos hecho «4 1
Mientras ellos hablaban al pue-
andar a éste? 13 El Dios de Abraham blo, sobrevinieron los sacerdotes,
y de Isac y de Jacob, el Dios de el oficial del templo y los saduceos.
nuestros padres, ha glorificado a su 2 Indignados de que enseñasen al
siervo Jesús, a quien vosotros entre- pueblo y anunciasen cumplida en
gasteis y negasteis en presencia de Jesús la resurrección de los muertos,
Pilato, cuando éste juzgaba que le 3
les echaron mano y los metieron en
había de soltar. 14 Vosotros negas- prisión hasta la mañana, porque era
teis al Santo y al Justo y pedisteis ya tarde. 4 Pero muchos de los que
que se os hiciera gracia de un homi- habían oído la palabra creyeron, hasta
cida. 15 Pedisteis la muerte para el el número de unos cinco mil.
autor de la vida, a quien Dios resu- 6
A la mañana se juntaron todos
citó de entre los muertos, de lo cual los príncipes, los ancianos y los es-
nosotros somos testigos. 16 Y por la cribas, en Jerusalén, • y Anás, el
fe en su nombre, éste, a quien veis sumo sacerdote, y Caifás y Juan y
y conocéis, ha sido por su nombre Alejandro, todos los que eran del
consolidado, y la fe que de El nos linaje pontifical; 7 y colocándolos en
viene dió a éste la plena salud en medio, les preguntaron: ¿Con qué
presencia de todos vosotros. 17 Ahora poder o en nombre de quién habéis
bien, hermanos, ya sé que por hecho esto vosotros? 8 Entonces Pe-
ignorancia habéis hecho esto, como dro, lleno del Espíritu Santo, les dijo:
también vuestros príncipes. 18 Dios Príncipes del pueblo y ancianos:
ha sido así cumplimentado a lo míe 9
Ya que somos hoy interrogados
había anunciado por boca de todos sobre la curación de este inválido,
los profetas, la pasión de su Cristo. por quién haya sido curado, 10 sea
19 Arrepentios, pues, y convertios, a todos vosotros manifiesto y a todo
para que sean borrados vuestros pe- el pueblo de Israel, que en nombre
20
cados, a fin de que lleguen los de Jesucristo Nazareno, a quien vos-
tiempos del refrigerio de parle del otros habéis crucificado, a quien Dios
Señor y envíe a Jesús, el Cristo, que resucitó de entre los muertos, por El,
os ha sido destinado, a quien fué éste se halla sano ante vosotros.
preciso que el cielo recibiese, hasta 11 El es la piedra rechazada por

llegar los tiempos de la restauración vosotros los constructores, que ha


de todas las cosas (1), de que Dios venido a ser piedra angular. 12 en Y
habló desde antiguo por boca de sus ningún otro hay salud, pues ningún
santos profetas. 22 Dice, en efecto, otro hombre nos ha sido dado bajo
Moisés: «Un profeta hará surgir el el cielo, entre los hombres por el ,

cual podamos ser salvos.


(i) San Pedro ¿lude Aquí a la segunda
venida del Señor, que los ángeles prometieron (1) Dent. 18. ly
día de la Ascensión.
I (2) Gen. 2i. 18.
APÓSTOLES. 5 1225

1:1
Viendo lu libertad de Pedro y i que estaban reunidos, y lodos .fueron
Juan, y considerando que eran hom- llenos del Espíritu Santo y hablaban
bres sin letras y plebeyos, se maravi- la palabra de Dios con libertad.
llaban, pues los habían conocido de
que estaban con Jesús; 14 y viendo
por otra parte al curado que estaba La vida común entre los fielesi
con ellos, no sabían qué replicar;
15 32
La muchedumbre de los que
y mandándoles salir fuera del Con-
16
sejo, conferían entre sí, diciendo: habían creído tenía un solo corazón
¿Qué haremos a éstos? Porque el y un alma sola, y ninguno tenía por
milagro hecho por ellos es manifiesto, propia cosa alguna, antes todo lo
notorio a todos los habitantes de tenían en común. 33 Los Apóstoles
Jerusalén y no podemos negarlo. atestiguaban con gran poder la re-
17
Mas para que no se difunda la surrección del Señor Jesús, y todos
cosa en el pueblo, conminémosles los fieles gozaban del favor del pueblo.
que no hablen a nadie en este nom- 34 No había entre el'os indigentes,
bre. 18 Y llamándolos, les intimaron pues cuantos eran dueños de hacien-
no hablar absolutamente ni enseñar das o casas las vendían y llevaban
35
en el nombre de Jesús. 19 Pero Pedro el precio de lo vendido, y lo depo-
y Juan respondieron y dijeron: Juz- sitaban a los pies de los Apóstoles,
gad por vosotros mismos si es justo y a cada uno se le repartía según su-
ante Dios que os obedezcamos a vos- necesidad. 36 José, el llamado por
otros más que a El; porque nosotros los Apóstoles Bernabé, que significa
no podemos dejar de decir lo que hijo de la consolación, levita, chiprio-
hemos visto y oído. 21 Pero ellos los ta de naturaleza, que poseía un
despidieron con amenazas, no hallan- campo, lo vendió y llevó el precio,
do motivo para castigarlos, y por y lo depositó a los pies de los Apóstoles.
causa del pueblo, porque todos glo-
rificaban a Dios por el suceso. El 1 Pero cierto hombre llamado
ET
hombre en quien se había realizado " Ananías, con Safira, su mujer,
el milagro de la curación pasaba de vendió un campo 2 y retuvo una parte
los cuarenta años. 23 Los apóstoles, del precio, siendo sabedora de ello
despedidos, se fueron a los suyos y también la mujer, y llevó el resto a
les comunicaron cuanto les habían depositarlo a los pies de los Após-
dicho los pontífices y los ancianos. toles. 3 Díjole Pedro: Ananías, ¿por
24 Ellos, en oyéndoles,
a una levan- qué se ha apoderado Satanás de tu
taron la voz a Dios y dijeron: Señor, corazón, moviéndote a engañar al
tú que hicisteel cielo y la tierra, el Espíritu Santo, reteniendo una parte
mar y cuanto en ellos hay, 25 que por del precio del campo? 4 ¿Acaso sin
boca de David tu siervo dijiste: venderlo no lo tenías para ti, y ven-
¿Por qué braman las gentes y |
dido, no quedaba a tu disposición el
los meditan cosas vanas?
pueblos precio? ¿Por qué has hecho tal cosa?
26
Los reyes de la tierra han cons- No has mentido a los hombres, sino
pirado y los príncipes se han fede-
|
a Dios. 6 Al oír Ananías estas palabras,
rado contra el Señor y contra su
| cayó y expiró. Se apoderó de cuan-
Cristo (1). tos lo supieron un temor grande.
27
En efecto, juntáronse en esta 6
Luego los jóvenes se levantaron, y
ciudad contra tu santo siervo Jesús, envolviéndolo, lo llevaron y le dieron
a quien ungiste, Herodes y Poncio sepultura. 7 Pasadas tres horas entró
Pilato, con los gentiles y el pueblo la mujer, ignorante de lo sucedido, y
de Israel, para ejecutar cuanto tu Pedro le dirigió la palabra: Dime si
mano y tu Consejo habían decretado habéis vendido en tanto el campo.
de antemano que sucediese. 29 Y aho- Dijo ella: Sí, en tanto; 9 y Pedro a
ra, Señor, mira sus amenazas, y da ella: ¿Por qué os habéis concertado
a tus siervos hablar con toda liber- en tentar al Espíritu Santo? Mira,
tad tu palabra, 30 extendiendo tu los pies de los que han sepultado a
mano para realizar curaciones, se- tu marido están ya a la puerta, y
ñales y prodigios, por el nombre de ésos te llevarán a ti. 10 Cayó al ins-
tu santo siervo Jesús. 31 Y después tante a sus pies y expiró. Entrando
de haber orado, tembló el lugar en los jóvenes, la hallaron muerta y la
sacaron, dándole sepultura con su
(i) Salm. 2. i s. marido. 11 Gran temor se apoderó
122t¡ APÓSTOLES, 5

de toda la iglesia y de cuantos oían tonces se fué el oficial con sus algua-
tales cosas (1). ciles y los condujo, pero sin hacerles
fuerza, poique temían que el pueblo
los apedrease. 27 Conducidos, los pre-
El Sanedrín contra los. Apóstoles. sentó en medio del Consejo. Dirigién-
doles la palabra el sumo sacerdote,
12
Eran muchos los milagros y pro- les dijo: 28
Solemnemente os hemos
digios que se realizaron en el pueblo ordenado que no enseñáseis sobre
por mano de los Apóstoles. Y estando este nombre, y he aquí que habéis
todos reunidos en el pórtico de Salo- llenado a Jerusalén con vuestra ense-
món, 13
nadie de los otros se atrevía ñanza y queréis traer sobre nos-
a unirse a ellos, pero el pueblo los otros (1) la sangre de ese hombre.
tenía en gran estima. 14 Y crecían 29
Respondiendo Pedro y 'os Após-
más y más los creyentes, en gran toles,dijeron: Es preciso obedecer a
muchedumbre de hombres y mujeres, Dios antes que a los hombres. El Dios
15
hasta el punto de sacar a las calles de nuestros padres resucitó a Jesús,
los enfermos y ponerlos en los lechos a quien vosotros habéis dado muerte
y camillas para que llegando Pedro, suspendiéndole en un madero. 31 Pues
siquiera su sombra los cubriese; 19 y a ése le ha levantado Dios a su dies-
la muchedumbre concurría de las ciu- tra por Príncipe y Salvador, para
dades vecinas a Jerusalén, trayendo dar a Israel peniteiu-ia y remisión
enfermos y atormentados por los es- de los pecados. 32 Nosotros somos tes-
píritus impuros, y todos eran curados. tigos de estos sucesos, y también el
17
Con esto, levantándose el sumo Espíritu Santo que Dios otorgó a
sacerdote y todos los suyos de la los que le obedecen. Oyendo ellos
secta de los saduceos, llenos de envi- esto, rabiaban de ira y trataban de
dia, 18 echaron mano a los Apóstoles quitarles de delante. 34 Pero levan-
y los metieron en la cárcel pública. tándose en el Consejo un fariseo, de
19
Pero el ángel del Señor les abrió nombre Gamaliel, doctor de la ley,
de noche las puertas de la prisión, muy estimado del pueblo, mandó
y sacándolos les dijo: 20 Id, estad en echar fuera a los Apóstoles por un
el templo y predicad al pueblo todas momento y dijo:
estas palabras de vida. 21 Ellos obe- 35 Varones Israelitas, mirad bien
decieron; y entrando al amanecer en lo que vais a hacer con estos hombres.
templo, enseñaban. Entretanto, 36
el Los días pasados se levantó Téodas,
el sumo sacerdote y los suyos convo- diciendo que él era alguien, y se le
caron el Consejo, es decir todo el allegaron como unos cuatrocientos
senado de los hijos de Israel, y en- hombres. Este fué muerto y todos
viaron a la prisión para que se los cuantos le seguían se disolvieron,
llevasen. 22 Llegados los alguaciles, quedando reducidos a nada. 37 Des-
no los hallaron en la. prisión. Volvie- pués de esto se levantó Judas el
ron y se lo hicieron saber, 2:1 diciendo: (¡alileo, en los días del empadrona-
La prisión estaba cerrada y bien ase- miento, y arrastró al pueblo en pos
gurada y los guardias en sus puertas; de sí; mas pereciendo él también,
pero abriendo, no encontramos dentro cuantos le seguían se dispersaron.
a nadie. 24
Cuando el oficial del
38 Y
ahora os digo: Dejad a estos
templo y los pontífices oyeron tales hombres, dejadlos; porque si esto
palabras, se quedaron sorprendidos, fuera Consejo y obra de hombres,
pensando qué habría sido de ellos.
lo se disolverá; pero si viene de Dios,
85
En uno que les comu-
esto llegó no podréis disolverlos, y quizá algún
nicó: Los hombres ésos que habéis día os halléis con que habéis hecho
metido en la prisión están en el guerra a Dios.
templo enseñando al pueblo. 26 En- Se dejaron persuadir; 40 e introdu-
ciendo luego los Apóstoles, después
(i) Este relato es, sin duda, impresionante, de azotados, les conminaron que no
y no es maravilla que lo fuera el hecho para los hablasen en el nombre de Jesús y ,

fielesque de él fueron testigos. Las palabras


de Pedro dicen claro que los dos esposos no
estaban obligados a vender su campo ni a (i) Se queja el Pontífice de que quieran los
entregar el precio a la comunidad; pero ellos Apostóles echar sobre el pueblo la responsabi-
quisieron pasar por generosos y a la vez que- lidad de la sangre de Jesús, sin acordarse de
darse una parte del dinero. Esta fué su culpa que ellos mismos habían pedido que esa sangre
y por ella lucran de Dios castigados. cayere sobre ellos y sobre sus hijos.
APÓSTOLES. 6. 1227

41
los Ellos se fueron
despidieron. duría y al espíritu (1) con que ha-
r

contentos de presencia del Con-


la blaba. 11 Entonces sobornaron a al-
sejo, porque habían sido dignos de gunos que dijesen: Nosotros hemos
padecer ultrajes por el nombre de oído a este blasfemar contra Moisés
Jesús; 42 y en el templo y en las y contra Dios. 12 Con esto, los ancia-
casas no cesaban todo el dia de en- nos y escribas conmovieron al pue-
señar y anunciar a Cristo Jesús. blo y le arrebataron y le llevaron
ante Sanedrín. 13 Presentaron los
el
testigos falsos que decían: Este hom-
I.a elección »!«• los diáconos. bre no cesa de proferir palabras con-
tra el lugar santo y contra la Ley;
y nosotros le hemos oído decir
1
/
1
Por aquellos días, habiendo cre- 1

*' cido número de los discípulos,


el que ese Jesús de Nazaret destruirá
se produjo una murmuración de los este lugar y mudará las costumbres
helenistas contra los hebreos, porque que nos dió Moisés. 15 Fijando los
las viudas de aquéllos eran mal aten- ojos en él, todos los que estaban sen-
didas en eí servicio cotidiano. 21 Los tados en el Sanedrín vieron su rostro-
doce, convocando a la muchedum- como el rostro de un ángel.
bre, dijeron: No es razonable que
nosotros abandonemos el ministerio el sumo sacerdote: ¿Es
1
Díjole
de la palabra de Dios para servir a así como éstos dicen? 2 El con-
las mesas. 3 Elegid, hermanos, de testó: Hermanos y padres, escu-
entre vosotros a siete varones esti- chad (2): El Dios de la gloria se
mados de todos (15), llenos de espí- apareció a nuestro padre Abraham
ritu de sabiduría, a los que consti- cuando inoraba en Mesopotamia, an-
tuyamos sobre este ministerio, 4 pues tes que habitase en Jarán, 3 y le
nosotros debemos atender a la ora- dijo: Sal de tu tierra y de tu paren-
ción y al ministerio de la palabra. tela y ve a la tierra que yo te mos-
5
Fué bien recibida la propuesta por traré. 4 Entonces salió del país de
toda la muchedumbre y eligieron a los caldeos y habitó en Jarán. De allí,
Esteban, lleno de fe y del Espíritu después de la muerte de su padre,
Santo, \? a Felipe, a Procoro, a Nica- se trasladó a esta tierra en la cual
nor, a Timón, a Parmenas y a Nico- vosotros habitáis ahora; 5 y no le
6
lás, prosélito antioqueno; los cuales dió en ella heredad, ni aun de un pie
fueron presentados a los Apóstoles; de tierra, mas le prometió dársela en
quienes, orando, les impusieron las posesión a él y a su descendencia
manos. 7
Y palabra de Dios fruc-
la después de él, cuando no tenía hijos.
6
tificaba, y multiplicaba grande-
se Sin embargo, Dios le habló de esta
mente el número de los discípulos en manera: Habitará tu descendencia en
Jerusalén, y numerosa muchedumbre tierra extranjera y la esclavizarán y
de sacerdotes se sometía a la fe. la maltratarán por espacio de cuatro-
cientos años; 7 pero al pueblo a quien
han de servir le juzgaré yo, dice Dios,
San Esteban. y después de esto saldrán y me ado-
rarán en este lugar. 8 Luego le otorgó
8
Esteban, lleno de gracia y de :
el pacto de la circuncisión; y así en-
virtud, hacía prodigios y señales gran- gendró a Isac, a quien curcuncidó el
des en el pueblo. 9 Se levantaron al- día octavo, e Isac a Jacob y Jacob
gunos de la sinagoga llamada de los a los doce patriarcas. 9 Pero los pa-
Libertos, de la de los cirenenses, de triarcas, por envidia de José, le veii-
la de los alejandrinos y de la de los
de Cilicia y Asia, a disputar con Es-
Lo que aquí se dice de San Esteban
teban, 10 sin poder resistir a la sabi- (1)
prueba que los diáconos no eran sólo adminis-
tradores de las cosas temporales, sino también
(i) Conformándose con aquel espíritu de ministros de la palabra divina.
caridad que los llevaba a la vida común, la (2) Es difícil formarse idea del plan que el
Iglesia había ya nombrado ministros para aten- santo diácono desarrolló en su discurso. Va
der a las viudas y demás personas necesitadas. siguiendo la historia de Israel por sus princi-
Estos ministros debían de ser de los judíos pales etapas, poniendo de relieve la conducta
palestinos; los helenistas, o judíos de la dis- generosa de Dios y la dureza del pueblo, hasta
persión, se quejan, y los Apóstoles proveen parar en aquella explosión del versículo 51:
nombrando estos siete diáconos o ministros, Duros de cerviz, etc., que fué causa de otra
para remediar aquella necesidad. explosión en el pueblo.
I22fi APÓSTOLES. 7

dieron para Egipto; 10 Mas Dios es- I


30 Pasados cuarenta años, se le
taba con él y le sacó de todas sus apareció un ángel en el desierto del
tribulaciones y le di ó gracia y sabi- Sinaí, en la llama de una zarza que
duría delante del Faraón, rey dé ardía. 31 Se maravilló Moisés al ad-
Egipto, que le constituyó gobernador vertir la visión, y acercándose para
del Egipto y de toda su casa. 11 En- examinarla, le fué dirigida la voz del
tonces vino el hambre sobre toda Señor: 32 'Yo soy el Dios de tus
la tierra de Egipto y de Canán, y padres, el Dios de Abraham, de Isac
una gran tribulación, de modo que y de Jacob. Estremecióse Moisés y
i>

nuestros padres no encontraban pro- no se atrevía a mirar. 33 Y el Señor


visiones; 12 mas oyendo Jacob que le dijo: «Desata el calzado de tus
había trigo en Egipto, envió primero pies, porque el lugar en que estás es
a nuestros padres, 13 y a la segunda tierra santa. 34 He visto la aflicción
vez José fué reconocido por sus her- de mi pueblo, que está en Egipto, y
manos y su linaje dado a conocer al he oído sus gemidos. Por eso he des-
Faraón. 14 Envió José a buscar a su cendido para librarlos; ven, pues,
padre con toda su familia, en núme- que te envié a Egipto.» 38 Pues a
ro de setenta y cinco personas; 15 y este Moisés a quien ellos negaron di-
descendió Jacob a Egipto, donde mu- ciendo: ¿Quién te ha constituido
rieron él y nuestros padres. 16 Y fue- príncipe y juez?, a éste le envió Dios
ron trasladados a Siqucm y deposi- por príncipe y libertador, por mano
tados en el sepulcro que Abraham del ángel, que se le apareció en la
había comprado a precio de plata, zarza. 38 E los sacó, haciendo pro-
1

de los hijos de Get en Siquem. digios y milagros en la tierra de


17 Cuando se iba acercando el Egipto, en el Mar Rojo, y en el de-
tiempo de la promesa hecha por Dios sierto, por espacio de cuarenta años.
Abraham, 37
a el pueblo creció y se Ése es el Moisés que dijo a los
multiplicó en Egipto, 18 hasta que hijos de Israel: Dios os suscitará de
surgió en Egipto otro rey que no entre vuestros hermanos un profeta
había conocido a José. 19 Usando de como yo. 88 Ese es el que estuvo en
malas artes contra nuestro linaje, medio de la asamblea por el desierto,
afligió a nuestros padres hasta ha- con el ángel que en el monte de Sinaí
cerlos exponer a sus hijos para que le habló a él y nuestros padres; ese
no viviesen. 20 En aquel tiempo nació es el que recibió la palabra de vida
Moisés, hermoso a los ojos de Dios, para entregárosla a vosotros, y a
que fué alimentado por tres meses quien no quisieron obedecer nues-
en casa de su padre; 21 y al ser ex- tros padres, antes le rechazaron y
puesto, fué recogido por la hija del Fa- Icol! sus corazones se volvieron a
raón, que le hizo criar como hijo Egipto, 40 diciendo a Arón: Haznos
suyo. 22 Y fué Moisés instruido en dioses que vayan delante de nosotros,
toda la sabiduría de los egipcios y porque esc Moisés que nos sacó de
era poderoso en palabras y obras. la tierra de Egipto, no sabemos qué
23
Así que cumplió los cuarenta años, ha sido de él. 41 Entonces se hicieron
sintió deseos de visitar a sus herma- un becerro y ofrecieron sacrificios al
nos, los hijos de Israel; 24 y viendo ídolo, y se regocijaron con las obras
a uno maltratado, le defendió y le de sus manos. 42 Y Dios se apartó
vengó, matando al egipcio que le de ellos y los entregó al culto del
maltrataba. 26 Creía él que entende- ejército celeste, según que está es-
rían sus hermanos que Dios les daba crito en el libro de los profetas.
por su mano la salud, pero ellos no ¿Acaso me habéis ofrecido vícti-
lo entendieron. 26 Al día siguiente vió mas y sacrificios durante cuarenta|

a otros dos que estaban riñendo, y años en el desierto, casa de Isttelt


procuró reconciliarlos, diciendo: ¿Por 43 la tienda de Mo-
Habéis llenado
que4 , siendo hermanos, os maltratáis loc, astro del dios Remfain, las
| y el I

unos a otros! 27 Pero el que maltra- imágenes que vosotros os habéis hecho,
taba a su prójimo le rechazó di- para adorarlas. Por eso yo os trans-
|

ciendo: ¿Y quién te ha constituido portaré al otro lado de Babilonia.


principe y juez sobre nosotros? 27 Aca- 44 Nuestros padres tuvieron en el
so pretendes matarme, como mataste desierto la tienda del testimonio, se
29
ayer al egipcio 1 Al oír esto huyó |
gún lo había dispuesto el que ordena
Moisés, y moró extranjero en la tierra j
a Moisés que la hiciesen, conformo al
de Madián, en la que engendró dos hijos. '
modelo que había visto. 45 Esta lien-
APÓSTOLES, 8 1229

da la recibieron nuestros padres, y la Jerusalén, y todos, fuera de los Após-


introdujeron cuando con Josué ocu- toles, se dispersaron por las regiones
paron la tierra de las gentes, que de Judea y Samaría. 2 A Esteban
Dios arrojó delante de nuestros pa- le recogieron algunos varones pia-
dres: y así hasta los días de David, dosos, e hicieron sobre él gran luto.
46 que halló gracia en la presencia de 3
Por lo contrario, Saulo. devastaba
Dios y pidió hallar habitación para la Iglesia, y entrando en las casas,
el Dios de Jacob.
47 Pero fué Salo- arrastraba a hombres y mujeres y
món quien le edificó una casa. 48 Sin los hacía encarcelar.
embargo, no habita el Altísimo en
casas hechas por mano de hombre,
según dice el profeta: El Evangelio en Samaría.
Mi trono es el cielo y la tierra el
|

escabel de mis pies: ¿qué casa me


|
4
Los que se habían dispersado
edificaréis a mí, dice el Señor, o |
iban por todas partes predicando la
cuál será el lugar de mi descanso? palabra. 5 Felipe bajó a la ciudad de
50 No es mi mano la que ha hecho Samaría y predicaba a Cristo. 6 La
todas las cosas? muchedumbre a una oía atentamente
51 Duros de cerviz e incircuncisos lo que Felipe le decía y admiraba los
de corazón y de oídos, vosotros siem- milagros que hacía; 7 pues muchos-
pre habéis resistido al Espíritu Santo. espíritus impuros salían gritando a
Como vuestros padres, así también grandes voces, y muchos paralíticos
vosotros. 52 ¿A qué profeta no persi- y cojos eran curados, 8 lo cual pro-
guieron vuestros padres? Dieron muer- dujo gran alegría en aquella ciudad.
9
te a los que anunciaban la venida del Pero había allí un hombre llamado
Justo, a quien vosotros habéis ahora Simón (1), que de tiempo atrás
traicionado y crucificado, vosotros, venía practicando la magia en la ciu-
que recibisteis por ministerio de los dad y maravillando al pueblo de
ángeles la ley y no la guardasteis. Samaría, y diciendo ser él algo grande.
54 Al oír estas cosas, se llenaban de Todos, del mayor al menor, le se-
rabia sus corazones y rechinaban los guían y decían: Este es gran poder
dientes contra él. * 8 El, lleno del de Dios; 11 y se adherían a él, porque
Espíritu Santo, miró al cielo y vió durante bastante tiémpo los había
la gloria de Dios y a Jesús a la dies- embaucado con sus magias. 12 Mas
tra de Dios; 56 y dijo: Estoy viendo cuando creyeron a Felipe, que les
los abiertos y al Hijo del
cielos anunciaba el reino de Dios y el
hombre en pie, a la diestra de Dios. nombre de Jesucristo, se bautizaban
57 Ellos, gritando hombres y mujeres. 13 El mismo
a grandes voces,
tapáronse los oídos, y se arrojaron a Simón creyó, y bautizado, se adhirió
una sobre él. 58 Y sacándole fuera de a Felipe, y viendo las señales y mi-
la ciudad, se dispusieron a apedrear- lagros grandes que hacía, estaba
le (1). Los testigos depositaron sus fuera de sí.
14 Cuando
mantos a los pies de un joven lla- Apóstoles que esta-
los
mado Saulo; 59 y mientras le apedrea- ban en Jerusalén oyeron cómo había
ban, Esteban oraba, diciendo: Señor, recibido Samaría la palabra de Dios,
Jesús, recibe mi espíritu. 60 Puesto enviaron allí a Pedro y a Juan, los
de rodillas, gritó con fuerte voz: cuales, bajando, oraron sobre ellos
Señor, no les imputes este pecado. para que recibiesen el Espíritu Santo,
Y diciendo estos se durmió. 16 pues aún no
había venido sobre
ninguno de ellos; sólo habían sido
Calilo aprobaba su muerte. bautizados en el nombre del Señor
Jesús. 17 Entonces les impusieron las
1
Aquel día comenzó una gran
8 persecución contra la iglesia de
manos y recibieron el Espíritu Santo.
18 Viendo Simón que
por la imposi-
(i)Decir que veía a Jesús a la diestra de ción de las manos de los Apóstoles
Dios, como participante de la soberanía divina, se comunicaba el Espíritu Santo, les
era, en los oídos de los judíos, una blasfemia
inaudita. Por eso se tapan los oídos y como a
blasfemo arrebatan al predicador y, sin aguardar (i) Felipe era otro de los diáconos. Simón,
a formarle un proceso regular, le llevan y le que aquí nos es presentado como seductor de
apedrean. La muerte de San Esteban es seme- los samaritanos y dado a las artes mágicas, es
jante a la de Jesús en pedir el perdón para sus bien conocido en la historia de las herejías
verdugos. I primeras que nacieron en' la Iglesia.
1230 APÓSTOLES, 9

ofreció dinero, 18 diciendo: Dadme a ¿de sí mismo o de otro? 36 abriendo Y


mí ese poder de imponer las manos, Felipe sus labios, comenzando por
de modo que se reciba el Espíritu esta Escritura, le anunció a Jesús.
Santo. 20 Díjole Pedro: Sea ese tu 36 Y
siguiendo su camino, llegaron a
dinero para perdición tuya, pues has donde había agua, y dijo el eunuco:
creído que fon dinero se podía com- Aquí hay agua; ¿qué impide que me
prar el don de Dios. 21 No tienes en bautices? 37 Y
Felipe dijo: Si crees
esto parte ni heredad, porque tu co- de todo corazón, bien puedes. res- Y
razón no es recto delante de Dios. pondiendo, dijo: Creo que Jesucristo
22
Arrepiéntete, pues, de ésta tu mal- es el Hijo de Dios (1). Y mandó 38
dad, y ruega al Señor que te per- parar el coche y bajaron ambos al
done este mal pensamiento de tu agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.
corazón; 23 porque veo que estás 39
En cuanto subieron del agua el
lleno de maldad y envuelto en lazos Espíritu del Señor arrebató a Felipe,
de iniquidad. 24 Y Simón respondió y ya no le vió más el eunuco, que
diciendo: Rogad vosotros por mí al continuó alegre su camino. 40 Cuanto
Señor para que no me sobrevenga a Felipe, se encontró en Azoto, y de
nada de eso que habéis dicho. 25 Ellos, paso evangelizaba todas las ciudades
después de haber atestiguado y pre- hasta llegar a Cesárea.
dicado la palabra del Señor, volvie-
ron a Jerusalén, evangelizando mu-
chas aldeas de los samaritanos. La conversión de Saulo.
1
í) Saulo (2), respirando "amenazas
I.a conversión del eunuco etiope.
de muerte contra los discípulos
del Señor, se llegó alsumo sacerdote,
»• 2
El ángel del Señor habló a Fe- pidiéndole cartas de recomendación
lipe, diciendo: Levántate y vete hacia para Damasco, a las sinagogas, a fin
el mediodía, por el camino que del de que si allí hallaba quienes siguie-
desierto baja de Jerusalén a Gaza. sen este camino, fueran hombres o
17 Púsose luego en camino, mujeres, los llevase atados a Jeru-
y se en-
contró con un varón etíope, eunu- salén. 3 Estando ya cerca de Damasco,
co (1), ministro de ('audaces, reina de repente se vió rodeado de una luz
de los Etíopes, intendente de todos 4
del cielo; y cayendo a tierra, oyó
sus tesoros. Había venido a adorar una voz que le decía: Saulo, Sanio,
a Jerusalén, 28 y se volvía sentado ¿por qué me persigues? & El contestó:
en su coche, leyendo al profeta Isaías. ¿Quién eres, Señor? Y el Señor: Yo
29
Dijo el Espíritu a Felipe: Acércate soy Jesús (3), a quien tú persigues.
y llégate a este coche. 30 Aceleró el 6
Levántate y entra en la ciudad, y
paso Felipe; y oyendo que leía al se te dirá lo que has de hacer. 7 Los
profeta Isaías, le dijo: ¿Entiendes por hombres que le acompañaban que-
ventura lo que lees? 31 El le contestó: daron atónitos oyendo la voz, pero
¿Cómo voy a entenderlo, si alguno sin ver a nadie. 8 Saulo se levantó
no me guía? Y rogó a Felipe que su- de tierra, y con los ojos abiertos nada
biese y se sentase a su lado. 82 El veía. Lleváronle de la mano y le
pasaje de la Escritura que iba le-
yendo era éste:
(1) Este eunuco, prosélito del judaismo, era
«Como una oveja llevada al mata- ministro de Hacienda de la reina de Etiopía,
dero, y como un cordero ante el que cuya capital era Nepata, al sur del Egipto.
lo trasquila, enmudeció y no abrió El nombre de Candaces era el nombre común,
su boca. 33
En
su humillación ha sido como los de Tolomeo o Faraón.
consumado su juicio; su generación, (2) Los Hechos nos ofrecen tres relatos de
la conversión de Saulo. Esta, contada por San
¿quién la contará?, porque en vida
Lucas como historiador; la de 22, 4-16, narrada
ha sido arrebatado de la tierra» (2). por Pablo al pueblo, y la de 26, 9-18, contada
34 Preguntó el eunuco a Felipe: por el mismo en Cesárea, ante el rey Agripa*
Dime de quién dice eso el profeta, Habla Jesucristo en persona, que se aparece
al que tiene destinado para ser testigo de su
(1) Este versículo, que contiene una clara resurrección, como se habla aparecido antes
confesión de la divinidad de Jesucristo, se lee a los doce con el mismo fin.
de muy varios modos en los Padres y en los (3)Estas palabras, interpretadas a la luz
códices antiguos que lo tienen, pues los mas de 1 Cor. 15, 8, dicen que es el mismo Jesús
autorizados lo omiten del todo. quien se le aparece glorioso, para que Saulo
(2) Is. 53-7S- 1
pueda ser testigo de la resurrección.
APÓSTOLES, 9 1231

introdujeron en Damasco, 9 donde los discípulos, tomándole de noche»


estuvo tres días sin ver, y sin comer le bajaron por la muralla, descolgán-
ni beber. dole en una espuerta. 26 Llegado que
10
Habla en Damasco un discípulo, hubo a Jerusalén, quiso unirse a los
de nombre Ananías, a quien dijo discípulos, pero todos le temían (1),
el Señor en visión: [Ananías! El con- no creyendo que fuese discípulo.
testó: Heme aquí, Señor. Y el Señor 27 Tomóle Bernabé entonces
y le
a él: Levántate y vete a la calle condujo a los Apóstoles, a quienes
llamada Recta, y busca en casa de contó cómo en el camino había visto
Judas a Saulo de Tarso, que está al Señor, que le había hablado, y
orando. 12 Y vió Saulo en visión a cómo en Damasco había predicado
un hombre llamado Ananías, que en- valientemente el nombre de Jesús.
traba y le imponía las manos para 28 Estaba con ellos, yendo y viniendo
que recobrase la vista. 13 Y contestó dentro de Jerusalén, predicando con
Ananías: Señor, he oído a muchos de valor el nombre del Señor 29 y ha-
este hombre cuántos males ha hecho blando y disputando con los hele-
a tus santos en Jerusalén, 14 y que nistas, que intentaron quitarle la
viene aquí con poder de los príncipes vida, 30 pero sabiendo esto los her-
ds los sacerdotes para prender a cuan- manos, le llevaron a Cesárea y de
tos invocan tu nombre. 15 Pero el allí le enviaron a Tarso.
Señor le dijo: Ve, porque para mí
es vaso de elección para que lleve mi
nombre ante las naciones y los reyes Milagros de Pedro en Lilla.
y los hijos de Israel. 16 Yo le mos-
traré cuánto habrá de padecer (l)por 31
Por toda Judea, Galilea y Sa-
mi nombre. maría, la Iglesia gozaba de paz y
17 Fué
Ananías y entró en la casa, se fortalecía y andaba en el temor
e imponiéndole las manos, le dijo: del Señor, llena de los consuelos del
Hermano Señor Jesús, que
Saulo, el Espíritu Santo. 32, Acaeció que yendo
se te apareció en el camino que Pedro por todas partes, vino también
traías, me ha enviado para que re- a los santos enje moraban en Licia.
33
cobres la vista y seas lleno del Espí- Allí encontró a un hombre llamado
ritu Santo. 18 Al punto se le cayeron Eneas que estaba paralítico desde
de los ojos unas escamas, y recobró hacía ocho años, echado en una ca-
la vista y levantándose fué bauti- milla. 34 Díjole Pedro. Eneas, Jesu-
zado, 19 tomó alimento y se repuso. cristo te sana; levántate y coge la
Pasó algunos días con los discípulos camilla.
35 Visto
Y
al punto se levantó.
ds Damasco, y luego se dió a pre- lo cual, todos los habitantes
dicar en las sinagogas que Jesús es de Lida y de Sarona se convirtieron
el Hijo de Dios; 21 y cuantos le oían al Señor.
quedaban fuera de sí, diciendo: ¿No 36
Había en Joppe una discípula
es éste el que en Jerusalén perseguía llamada Tabita, que quiere decir Ga-
a cuantos invocaban este nombre, y cela. Era rica en buenas obras y en
que a esto había venido aquí, para limosnas. 37 Sucedió, pues, en aque-
llevarlos atados a los sumos sacer- llos días que enfermando murió, y
dotes? 22 Pero Saulo cobraba cada lavada, la colocaron en el piso alto
día más fuerzas y confundía a los de la casa. 38 Está Joppe próximo a
judíos de Damasco, demostrando que Lida; y sabiendo los discípulos que
éste es el Mesías. 23 Pasados bastantes se hallaba allí Pedro, le enviaron
días, resolvieron los judíos matarle; dos hombres con este ruego: No tardes
24
pero su resolución fué conocida de en venir a nosotros. 39 Se levantó
Saulo. Día y noche guardaban las Pedro, se fué con ellos, y luego le
puertas 25 pero
(2) para darle muerte;
autoridades nabateas, que por aquellos años
(1) Anuncian
estas palabras todo lo que mandaban allí, velaban para prender al nuevo
será vida de Saulo, el cual tenia por las
la predicador de Jesús, a quien miraban como un
más auténticas señales de su apostolado los traidor a su nación.
sufrimientos por Jesucristo (II Cor. 12, 12), (1) Saulo se ve en esta situación: de una
en que nos ofrece el cuadro de sus trabajos parte, los judíos le consideran como traidor a la
y penas. Ley y a la nación; y de otra, los fieles no se
(2) Los judíos, que en Damasco, como en fian de él, conociéndole como fiero perseguidor;
otras partes, gozaban de grandes privilegios y por eso el Señor le manda ir a donde no conoz-
contaban, además, con la benevolencia de las can su historia. Y se fué a su patria, Cilicia.
APÓSTOLES. ]()

13
condujeron n la sala donde estaba Oyó una voz que le decía: Leván-
y le rodearon todas las viudas, que tate, Pedro, mata y come. 14 Dijo
lloraban, mostrando las túnicas y l'edro: No, Señor, que jamás he co-
mantos que en vida les diera Tabita. mido cosa alguna manchada e im-
40 Pedro los echó
a todos fuera, y pura.15
Y de nuevo le dijo la voz:
puesto de rodillas, oró; 'luego, vuelto Lo que Dios ha purificado, no lo
al cadáver, dijo: Tabita, levántate. llames impuro. 16 Sucedió esto por
Abrió y viendo a Pedro,
ella los ojos, tres veces, y luego el lienzo fué re-
se sentó. 41 En seguida le dió éste cogido al cielo.
la mano y la levantó, y llamando a 17 Estaba Pedro
dudoso y pensa-
los santos y viudas, se la presentó tivo sobre lo que sería aquella visión
42
viva. Se hizo esto público por toda que había tenido, cuando los hom-
Joppe y muchos creyeron en el Señor. bres enviados por Cornelio llegaron
43
Pedro permaneció bastantes días a la puerta preguntando por la casa
en Joppe, en casa de Simón el cur- de Simón; 18 y llamando pregunta-
tidor. ron si se hospedaba allí cierto Simún
llamado Pedro. 19 Meditando Pedro
sobre la visión, le dijo el Espíritu:
La conversión del centurión 20
Ahí están unos hombres que te
Cornelio. buscan. Levántate, pues, baja y vete
con ellos sin porque yo los
vacilar,
1 0 1
Habia en Cesárea un hombre i he enviado. 21
Bajó Pedro y dijo a
llamado Cornelio (1), centu- los hombres: Yo soy el que buscáis.
rión de la cohorte denominada Itá-| ¿Qué es lo que traéis? 22 Ellos dije-
lica; 2
piadoso, temeroso de Dios, como i
ron: El centurión Cornelio, varón
toda su casa, y que hacia muchas justo y temeroso de Dios, que en todo
limosnas al pueblo y oraba a Dios el pueblo de los judíos es muy esti-
continuamente. 3 Este, como a la mado, ha recibido de un santo ángel
hora de nona, vió claramente en vi- el mandato de hacerte llevar a su
sión a un ángel de Dios, que acer- casa y escuchar tu palabra. 23 Pedro
cándose a él le decía: Cornelio. 4 El les invito a entrar y los hospedó.
le miró, y sobrecogido de temor, dijo: Al día siguiente partió con ellos,
¿Qué quieres, Señor? Y le dijo: Tus acompañado de algunos hermanos de
oraciones y limosnas han sido recor- Joppe; 24 y al otro día entró en Ce-
dadas ante Dios. s Envía, pues, unos sárea, donde los esperaba Cornelio,
hombres a Joppe, y haz que venga que había invitado a todos sus pa-
un cierto Simón, llamado Pedro, 8 (pie rientes y amigos íntimos. 28 Así que
se hospeda en casa de Simón, el cur- entró Pedro, Cornelio le salió al en-
tidor, cuya casa está junto al mar. cuentro, y postrándose a sus pies,
7
En cuanto desapareció el ángel le adoró. 26 Pedro le levantó, diciendo:
que le hablaba llamó a dos de sus Levántate, que yo también soy hom-
domésticos y a un soldado, también bre. 27 Conversando con él, entró y
piadoso, de sus asistentes, 8 y con- encontró allí a muchos reunidos,
28
tándoles todo el suceso, los envió a a quienes dijo: Bien sabéis cuán
Joppe. * Al día siguiente, mientras ilícito es a un hombre judío llegarse
ellos caminaban y se acercaban a la a un extranjero o entrar en su casa,
ciudad, subió Pedro a la terraza para pero Dios me ha mostrado que a
orar hacia la hora de sexta. 10 Sintió ningún hombre debía llamar man-
hambre y deseó comer; y mientras chado o impuro, 29 por lo cual, sin
preparaba la comida, le sobrevino unj vacilar he venido, obedeciendo el
éxtasis. 11 Vió
el cielo abierto, y que mandato. Decidme, pues, para qué
bajaba algo como un mantel grande, me habéis llamado.
30 Cornelio contestó: Hace cuatro
sostenido por las cuatro puntas y
que descendía sobre la tierra. 12 En días a esta hora de nona, orando yo
el había todo género de cuadrúpedos, en mi casa, vi a un varón vestido de
reptiles de la tierra y aves del cielo. I
refulgentes vestiduras, 31 que me dijo:
Cornelio, ha sido escuchada tu ora-
(i) San Lucas, gentil de nacimiento, se |
ción y tus limosnas recordadas de-
complace en presentar a personajes como Cor-
lahte de Dios. 32 Envía, pues, a Joppe
i

nelio, prosélito del judaismo, piadoso, y de cuya


conversión tomó el Señor ocasión para decla- y haz llamar a Simón, llamado Pedro,
rar a Pedro ser llegada la hora de admitir a que se hospeda en casa de Simón,
33
jos gentiles en la Iglesia. el curtidor, junto al mar. Al ins-
!, ¡
' 1

APÓSTOLES, 11 1.233

tante envié porti, y tú te has clifí- palabra de Dios. 2 Pero cuando subió
nado Ahora, pues, torios nos-
venir. ¡
Pedro a Jerusalén disputaban con él
otros estamos en preseneia de Dios, ¡
los que eran de la circuncisión, 3 di-
prontos a escuchar de ti lo ordenado ciendo: ¿Cómo tú has ido a los incir-
por el Señor. 34 Tomando entonéis cuncisos (1) y has comido con ellos?
Pedro la palabra, dijo: 4
Y comenzó Pedro a contarles por
Ahora reconozco que no hay en menudo, diciendo: 5 Estaba yo en la
Dios acepción de personas, 35 sino ciudad de Joppe orando, y vi en éxta-
que en toda nación el que teme a sis una visión, algo así como un
Dios y practica la justicia le es mantel grande suspendido por las
acepto. 38 El ha enviado su pala- j
cuatro puntas, que bajaba del cielo
6
bra a los hijos de Israel, anuncián- ¡
y llegaba hasta mí; y volviendo a él
doles la paz de Jesucristo, que es el j
los ojos, vi cuadrúpedos de la tierra,
Señor de todos. 37 Vosotros sabéis '
fieras, reptiles y aves del cielo. 7 Oí
lo acontecido en toda Judea, comen- también una voz que me decía: Le-
zando por la Galilea, después del ¡
vántate, Pedro, mata y come. 8 Pero
bautismo predicado por Juan; 38 esto; yo dije: No, Señor, jamás cosa man-
es, cómo a Jesús de Nazaret le ungió
'

chada e impura entró en mi boca.


Dios con el Espíritu Santo y con 9
Por segunda vez me habló la voz
poder, y cómo pasó haciendo bien y del ciclo: Lo que Dios ha purificado,
curando a todos los oprimidos por el no lo llames tu impuro. 10 Esto suce-
diablo* porque Dios estaba con ElJ dió por tres veces, y luego todo volvió
39
Nosotros somos testigos de todo lo] al cielo. 11 En aquel instante se pre-
que hizo en la tierra de los judíos y I sentaron tres hombres en la casa en
en Jerusalén, y de cómo le dieron que estábamos, enviados a mí desde
muerte, suspendiéndole de un ma-j Cesárea. 12 Al mismo tiempo el Es-
dero. 40 Dios le resucitó al tercer día píritu me dijo que fuese con ellos sin
y le dio manifestarse, no a todo el vacilar. Conmigo vinieron también
|

pueblo, sino a los testigos de ante-¡ estos seis hermanos, y entramos en


mano elegidos por Dios, a nosotros, la casa de aquel varón, 13 que nos
que comimos y bebimos con El des- contó cómo había visto en su casa
pues de haber resucitado de entre] al ángel, que presentándosele, dijo,
los muertos. 42 Y nos ordenó predi- Envía a Joppe y haz venir a Simón:
car al pueblo y atestiguar que por llamado Pedro, 14 el cual te hablará
Dios ha sido instituido juez de vivos palabras por las cuales serás salvo tú
y muertos. 43 De El dan testimonio
¡

y tu casa. 15 Y comenzando yo a
todos los profetas, que dicen que por hablar, descendió el Espíritu Santo
su nombre cuantos crean recibirán |
sobre ellos, igual que al principio
el perdón de los pecados. sobre nosotros. 16 Yo me acordé de
44 Aún
estaba Pedro pronunciando! la palabra Señor cuando dijo:
del
estas palabras, cuando descendió el Juan bautizó en el agua, pero vos-
Espíritu Santo sobre todos los que otros seréis bautizados en el Espí-
le oían; 46 quedando fuera de sí los ritu Santo. 17 Si Dios, pues, les había
fieles de la circuncisión que habían otorgado igual don que a nosotros,
venido con Pedro, de que el don del que creíamos en el Señor Jesucristo,
Espíritu Santo se derramase sobre ¿quién era yo para oponerme a Dios?
los gentiles, 46 porque les oían hablar 18 Al oír estas
cosas, callaron y glori-
en varias lenguas y glorificar a Dios. ficaron a Dios, diciendo: Luego Dios
Entonces tomó Pedro la palabra: ha concedido también a los gentiles
47 ¿Podrá
acaso alguno negar el agua la penitencia para la vida.
del bautismo a estos que han recibi-
do el Espíritu Santo igual que nos-
otros? 48 Y mandó bautizarlos en el¡ J a predicación fuera de Palestina.
nombre de Jesucristo. Le rogaron que
se quedase allí algunos días. 19
. Los que con motivo de la perse-
cución suscitada por lo de Esteban
se habían dispersado, llegaron hasta
La noticia del suceso en Jerusalén. Fenicia, Chipre y Antioquía, no pre-

1
1 "1 Oyeron los Apóstoles y los (i) Estas palabras nos muestran cuáles eran
hermanos de Judea que tam- las disposiciones de los judíos, aun convertidos,
bién los gentiles habían recibido la hacia los gentiles.

78
APÓSTOLES. 12

dicando palabra más q*;e a los


la mano c'c Juan, por la espada. 3 Viendo
judíos. 20 Pero había entre éstos al- que esto era grato a los judíos, llegó
gunos hombres de Chipre y de Cirene, a prender también a Pedro. Era por
que llegando a Antioquía predicaron los días de los Acimos, y cogiéndole,
también a los griegos, anunciando al le metió en la cárcel, encargando su
Señor Jesús. 21 La mano del Señor guarda a cuatro escuadras de sol-
estaba con ellos, y un gran número dados con el propósito de exhibirle
creyó y se convirtió al Señor. 22 Llegó al pueblo después
de la Pascua.
la noticia de esto a la iglesia de Je- 5
En Pedro era custodiado
efecto,
rusalén, y enviaron a Antioquía a en la pero la Iglesia oraba
cárcel;
Bernabé, 23 el cual, así que llegó y instantemente a Dios por él. ' La
vió la gracia de Dios, se alegró, y noche anterior al día en que Herodes
exhortaba a todos a perseverar fieles se proponía exhibirle al pueblo, ha-
al Señor;
24 porque era hombre bue- llándose Pedro dormido entre dos
no y lleno del Espíritu Santo y de fe, soldados, sujeto con dos cadenas y
y se convirtió al Señor numerosa guardada la puerta de la prisión por
muchedumbre. 25 Bernabé partió a centinelas, 7 un ángel del Señor se
Tarso en busca de Saulo, y hallándole, presentó, y el calabozo quedó ilu-
le condujo a Antioquía, donde por minado; y golpeando a Pedro en el
espacio de un año estuvieron juntos costado, le despertó, diciendo: Leván-
en la iglesia, e instruyeron a una tate pronto; y se cayeron las cadenas
muchedumbre numerosa, tanto que de sus manos. 8 El ángel añadió:
en Antioquía comenzaron los discí- Cíñete y cálzate. Y lo hizo así.
pulos a llamarse «cristianos» (1). Y agregó: Envuélvete en tu manto y
27 Por aquellos días bajaron de sigúeme. 9 Y salió en pos de él.
Jerusalén a Antioquía profetas, y No sabía Pedro si era realidad lo
levantándose uno de ellos, por nom- que el ángel hacía; más bien le pare-
bre Agabo, vaticinaba por el Espí- cía que fuese una visión.
grande hambre (2) que 10 Atravesando la primera
ritu una y la
había de venir sobre toda la tierra, segunda guardia, llegaron a la puerta
29 de hierro que conduce a la ciudad.
y que vino bajo Claudio. Los dis-
cípulos resolvieron enviar socorro a La puerta se les abrió por sí misma,
los hermanos que habitaban en Ju- y salieron y avanzaron por una calle,
dca, 30 cada uno según sus facul- desapareciendo luego el ángel. 11 En-
tades, y lo hicieron, enviándoselo a tonces Pedro, vuelto en sí, dijo:
los ancianos por medio de Bernabé Ahora me doy cuenta de que real-
y Saulo. mente el Señor ha enviado su ángel
y me ha arrancado de las manos
de Herodes y a toda la expectación
l a persecución de Herodes del pueblo judío. 12 Reflexionando,
Agripa. se fué a la casa de María, la madre
de Juan, por sobrenombre Marcos,
')1
Por aquel tiempo, el rey donde estaban muchos reunidos y
|
líerodes (3) se apoderó de orando. 13 Golpeó a la puerta del
algunos de la iglesia para maltra- vestíbulo y salió una sierva llamada
tarlos. 2
Dió muerte a Santiago, her- Rodé, que luego que conoció la voz
de Pedro, fuera de sí de alegría,
sin abrir la puerta, corrió a anunciar
(1) La fundación de la iglesia de Antioquía
de Siria por los fieles dispersos de Jerusalén
que Pedro estaba ante el vestíbulo.
es un punto importantísimo y una señal del
" Ellos le dijeron: Estás loca. Insis-
progreso de la fe. tía ella en que era así; y entonces
16 Pedro
(2) Durante el gobierno de Claudio (41-53). dijeron: Será un ángel.
el Imperio fué afligido con muchas hambres. seguía golpeando, y cuando le abrie-
A Judea le tocó bajo el gobernador Alejan- ron y le conocieron quedaron estu-
dro (45-48). Los convertidos de la gentilidad
procuran en Judea socorrer a sus hermanos pefactos. 17 Haciéndoles señal con
en la fe. Luego veremos cómo San Pablo fo- la mano de que callasen, les contó
mentaba esta práctica y se valía de ella para cómo el Señor le había sacado de la
borrar los prejuicios de los judíos contra los cárcel, y añadió: Contad esto a San-
gentiles. tiago y a los hermanos. Y salió,
(3) Este Herodes. hijo de Aristóbulo y yéndose a otro lugar.
nieto de Herodes el Grande, recibió el reino 18 Cuando se hizo de día se pro-
del emperador Cayo Calígula. el año 40. y murió
por la Pascua del 44< dujo entre los soldados no pequeño
APÓSTOLES. 13 1235

alboroto por lo que habría sido de — el mago, que eso significa este

i

Pedro. 19 Herodes le hizo buscar, y nombre se le oponía y procuraba


no hallándole, interrogó a los guardias apartar de la fe al procónsul. 9 Mas
y los mandó conducir al suplicio. Saulo (1), también llamado Pablo,
Luego, bajando de la Judea, residió lleno del Espíritu Santo, clavando en
10 le dijo: [Oh, lleno de
en Cesárea. 20 Estaba irritado contra él los ojos,
los tirios y sidonios, que de común I
todo engaño y de toda maldad, ni jo
acuerdo se presentaron a él, y habién- del diablo, enemigo de toda justicial
dose ganado a Blasto, camarero del ¿No vas a cesar de torcer los cami-
rey, le pidieron la reconciliación, por nos rectos del Señor? 11 Ahora mismo
cuanto su región se abastecía del la mano del Señor caerá sobre ti
territorio del rey. 21 El día señalado, y quedarás ciego, sin ver la luz del
Herodes, vestido de las vestiduras sol por cierto tiempo. Al punto se
reales, se sentó en su estrado y les apoderó de él la ti niebla y la oscu-
dirigió la palabra. 22 Entonces el ridad, y daba vueltas buscando quien
12
pueblo comenzó a gritar: Palabra le diera la mano. Al verlo, creyó
de Dios y no de hombre. 23 Al ins- el procónsul, maravillado de la obra
tante le hirió el ángel del Señor, del Señor.
por cuanto no había glorificado a
Dios, y comido de gusanos, expiró.
24
La palabra del Señor más y Pasan los misioneros al Asia
más se extendía y se difundía. 25 Ber- Menor.
nabé y Saulo, cumplido su minis-
terio, volvieron de Jerusalén, lle- 13 De Pafos navegaron Pablo y los
vando consigo a' Juan, llamado Mar- suyos, llegando a Perge de Pamfilia,
cos. y Juan se apartó de ellos y se volvió
a Jerusalén. 14 Ellos, partiendo de
Perge, llegaron a Antioquía de Pisi-
Pablo y Bernabé, en Chipre. dia, y entrando en la sinagoga en
día de sábado, se sentaron. 15 Hecha
-19 1
Había en la Iglesia de Antio- la lectura de la Ley y de los Profetas,
* quía profetas y doctores: Ber- les invitaron los jefes de la "sinagoga,
nabé y Simeón, llamado Niger, Lucio diciendo: Hermanos, si tenéis alguna
de Cirene, Manahcm, hermano de palabra de exhortación al pueblo,
leche del Tetrarca Herodes, y Saulo. decidla.
2 Mientras celebraban la liturgia y 16 Entonces se levantó Pablo, y
guardaban los ayunos, dijo el Espí- haciendo señal con la mano, dijo (2):
ritu Santo (1): Segregadme a Ber- Varones israelitas y prosélitos, escu-
nabé y a Saulo para la obra a que chad: 17 El Dios del pueblo de Israel
los llamo. 3 Entonces, después de eligió a nuestros padres y acrecentó
orar y ayunar, les impusieron las al pueblo durante su estancia en la
manos y los despidieron. tierra de Egipto, y con brazo fuerte
4
Mandados, pues, por el Espíritu los sacó de ella. 18 Durante unos
Santo, bajaron a Seleucia, y de allí cuarenta años los soportó en el de-
navegaron a Chipre. 5 En Salamina sierto; 19 y destruyendo a siete na-
predicaron la palabra de Dios en ciones de la tierra de Canán se la
las sinagogas de los judíos, teniendo dió en heredad 20 al cabo de unos
a Juan por auxiliar. 6 Luego atrave- cuatrocientos cincuenta años. Des-
saron la isla hasta Pafos, y allí en- pués les dió jueces, hasta el profeta
contraron a un mago, falso profeta, Samuel. 21 Luego pidieron rey y les
judío, de nombre Barjcsus. 7 Hallá-
base al servicio del precónsul, Sergio
Paulo, varón prudente, que hizo lla- (1) Desde este momento Saulo es llamado
Pablo. Nunca fué mayor que en esa época el
mar a Bernabé y a Pablo, deseando crédito de los magos, caldeos o no caldeos,
oír la palabra de Dios. 8 Pero Elimas, aun cerca de las autoridades y de los Césares,
a pesar de estar prohibido por las leyes el ejer-
(i) Es el Espíritu Santo quien dirige la acti- cicio de la magia.
vidad de la Iglesia, y aquí quien ordena la (2) San Lucas nos transmite este discurso
partida de Saulo y Bernabé para una empresa del Apóstol, sin duda para darnos un modelo
lejana. Ante todo los preparan mediante la im- de la oratoria de San Pablo cuando hablaba a
posición de las manos, que será su consagra- los judíos, presentándoles su historia como or-
ción, con la que reciben la plenitud del sacer- denada toda ella al Mesías y mostrando en
docio. Jesús de Nazaret el acabamiento de ella.
12.i(í APÓSTOLES, 13

dió Dios a Saúl, hijo de Cis, de la ley de Moisés no podíais ser justifi-
tribu de Benjamín, por espacio de cados. 34 Todo el que en El creyere
cuarenta años. 22 Rechazado éste, será justificado. 40 Mirad, pues, que
alzó por rey a David, de quien dió no se cumpla en vosotros lo dicho
testimonio, diciendo: He hallado a por los profetas:
David, hijo de Jesé, varón según mi 41
«Mirad, menospreciadores, admi-
corazón, que hará en todo mi vo- raos y anonadaos, porque voy a
luntad M Del linaje de éste, según su ejecutar en vuestros días una obra tal
.

promesa, suscitó Dios para Israel que no la creeríais si os la contaran »(1).


un salvador, Jesús, 24 precedido por 42 A la salida, les rogaron que al

Joan, que predicó antes de la llegada sábado siguiente (2) les volviesen
de aquél el bautismo de penitencia a hablar de esto. 43 Di suelta la reunión,
25 Cuando Juan muchos de los judíos y prosélitos
al pueblo de Israel.
estaba para acabar su carrera, dijo: siguieron a Pablo y a Bernabé, que
«No soy yo el que vosotros pensáis; les hablaban para persuadirlos que
viene otro después de mí, a quien permaneciesen en la gracia de Dios.
no soy digno de soltar el calzado. 44 Al sábado siguiente casi toda la
26 Hermanos, hijos de Abraham,
y ciudad se juntó para escuchar la pa-
los que entre vosotros temen a Dios: labra de Dios; 45 pero viendo los
a nosotros se nos envía este mensaje judíos a la muchedumbre, se llena-
de salud.» ron de envidia e insultaban y contra-
27 Los moradores de Jerusalén
y decían a Pablo. 44 Mas Pablo y Ber-
sus príncipes, rechazándole, dieron nabé respondían valientemente, di-
cumplimiento a las palabras de los ciendo: A vosotros os habíamos de
profetas que se leen cada sábado: bablar primero la palabra de Dios,
28 y sin haber hallado ninguna causa mas puesto que la rechazáis y os
de muerte, le condenaron y pidieron juzgáis indignos de la vida eterna,
a Pilato que le quitase la vida. nos volveremos a los gentiles. 41 Así
Y cumplido todo lo que de El estaba nos lo ordenó el Señor:
escrito, le bajaron del leño y le depo- «Te he hecho luz dé las gentes
sitaron en un sepulcro. 30 Pero Dios para ser su salud hasta los confines de
le resucitó de entre los muertos; la tierra.» (3).
31
y durante muchos días se apareció 48 Oyendo esto los gentiles se ale-
a ios que con El habían subido de graban y glorificaban la palabra del
Galilea a Jerusalén, que son ahora Señor, creyendo cuantos estaban orde-
32 Nos-
sus testigos ante el pueblo. nados a la vida eterna. 4B La palabra
otros os anunciamos el cumplimiento del Señor se difundía por toda la
de la promesa hecha a nuestros pa- región; 50 pero los judíos concitaron
dres, 33 que Dios cumplió en nos- a las mujeres devotas y principales
otros, sus hijos, resucitando a Jesús, y a los primates de la ciudad, pro-'
según está escrito en Di salmo se- movieron una persecución contra
gundo: (TÚ eres mi hijo, yo te en- Pablo y Bernabé y los arrojaron de
gendré hoy. » ( ) 34 Pues le resucitó de sus términos. 61 Ellos, sacudiendo el
1
(

entre los muertos, para no volver a la polvo de sus pies contra aquéllos,
corrupción. También dijo: «Yo os se dirigieron a Iconio, 62 mientras los
cumpliré las promesas santas v firmes fieles quedaban llenos de alegría yj
hechas a David. » (2) 35 l'or lo cual, en del Espíritu Santo.
otra parte, dice: «No permitirás que tu
Santo vea la corrupción.» (3) 36 Pues (1) Hab. 1. 5.
bien, David, habiendo hecho durante (2) Los judíos estaban dispersos por el Im-
su vida la voluntad de Dios, se dur- perio y en todas partes tenían su sinagoga.
mió y fué a reunirse con sus padres San Pablo solía dirigirse a ella, donde encon-
37 pero traba un campo preparado para su siembra,
y experimentó la corrupción; en los judíos mismos y en los muchos prosélitos
aquel a quien Dios ha resucitado,: que éstos lograban agregar a la sinagoga. El
ése no vió la corrupción. resultado solia ser que algunos israelitas se
38 Sabed, pues, hermanos, que por
rindieran a la palabra del Apóstol, mientras la
Este se os anuncia la remisión de los masa general de ellos se revolvía contra el pre-
pecados y de todo cuanto por la dicador, al ver sus éxitos entre los prosélitos y
gentiles y al oír la doctrinaque Pablo predi-
caba, de la igualdad de todos en Jesucristo,
(1) Salm. 7. con la consiguiente supresión de 'a Ley y de
(2) Is. 55. 3. los privilegios de la nación escogida.
(3) Salm. 16. 10. (3) Is. 49- 6.
APÓSTOLES. 14, 15 1237

Prosigue la misión en Asia hasta feras, proveyéndoos de alimento y


la vuelta a Antioquía. alegrando vuestros corazones.
18 Con todo esto, a duras penas

-|.
1
Igualmente en Iconio entra- desistió la muchedumbre de sacrifi-
'I
ron en la sinagoga de los judíos, carles. 19 Pero judíos venidos de
donde hablaron de modo que creyó Antioquía e Iconio sedujeron a s I;

una numerosa multitud de judíos y turbas, que apedrearon a Pablo y le


griegos. 2 Pero los judíos incrédulos arrastraron fuera de la ciudad, de-
excitaron y exacerbaron los ánimos jándole por muerto. 20 Rodeado de
de los gentiles contra los hermanos. los discípulos, se levantó y entró
3
Con todo, moraron allí bastante en la ciudad. Luego salió con Ber-
tiempo, predicando con gran liber- nabé, camino de Derbe. 21 Evange-
tad al Señor, que confirmaba la pala- lizada aquella ciudad, donde hicieron
bra de su gracia realizando por su muchos discípulos, se volvieron a
mano señales y prodigios. 4 Al fin se Listra, a Iconio y a Antioquía, con-
dividió la muchedumbre de la ciudad, firmando a los discípulos y exhor-
y unos estaban por los judíos y otros tándolos a permanecer en la fe,
por los Apóstoles. 5
Y como se pro- diciéndoles que por muchas tribula-
dujese un tumulto de gentiles y ciones nos es preciso entrar en el
judíos con sus jefes, pretendiendo reino de Dios. 23 Les constituyeron
ultrajar y apedrear a los Apóstoles, presbíteros en cada iglesia, por la
6
dándose éstos cuenta de ello huye- imposición de las manos, orando y
ron a las ciudades de Licaonia, ayunando, y los encomendaron al
Listra y Derbe, y a las regiones veci- Señor, en quien habían creído. 24 Atra-
nas, 7 donde predicaron el Evangelio. vesando la Pisidia, llegaron a Pam-
8
En Listra vieron a un hombre filia y, habiendo predicado la palabra
inválido de los pies, paralítico desde en Perge, bajaron a Atalía, y de allí
el seno de su madre y que nunca navegaron basta Antioquía, de donde
había podido andar. 9 .Estaba escu- habían salido encomendados a la
chando a Pablo, que fijando en él gracia de Dios, para la obra que ha-
los ojos y viendo que tenía fe para bían realizado. 27 Llegados, reunieron
ser salvo, 10 le dijo en alta voz: la iglesia y contaron (1) cuanto
Levántate sobre tus pies. Y él, había hecho Dios con ellos y cómo
11
dando un salto, echó a andar. La había abierto a los gentiles la puerta
muchedumbre, al ver lo que había de la fe; 28 y moraron con los dis-
hecho Pablo, levantó la voz, di- cípulos bastante tiempo.
ciendo en licaónico: Dios en forma
humana ha descendido a nosotros. El problema de la obligación
12 Y aclamaban a Bernabé como de la Ley.
Zeus y a Pablo como Hermes, por-
que éste era el que llevaba la palabra. -1 t 1 Algunos que habían bajado
13
El sacerdote del templo de Zeus, * "
de Jerusatén decían a los her-
que estaba a la puerta de la ciudad, manos: Si no os circuncidáis conforme
trajo toros enguirnaldados, y acom- a la Ley de Moisés, no podéis ser
pañado de la muchedumbre quería salvos. 2 Con esto se produjo una
ofrecerles un sacrificio. , , controversia y disputa no pequeña,
14 Cuando esto oyeron los Após-
levantándose Pablo y Bernabé con-
toles, Bernabé y Pablo rasgaron sus tra ellos (2). Al cabo determinaron
vestiduras y arrojándose entre la que subieran Pablo y Bernabé a
muchedumbre, gritaban, diciendo:
¿Qué es lo que hacéis? Nosotros (1) Después de tres años de lucha por la
somos hombres como vosotros, que verdad, vuelven los Apóstoles como triunfa-
dores, contando sus combates y sus victorias.
os predicamos para convertiros de
(2) Este capítulo es de sumo interés para la
estas vanidades al Dios vivo, que historia de la Iglesia. Conforme a los vaticinios
hizo el cielo y la tierra, el mar y proféticos, los gentiles han sido admitidos a
todo cuanto hay en ellos: 16 que en la fe. Pero ¿cuáles eran sus relaciones con la
las pasadas generaciones permitió que Ley mosaica? Los judíos, aun después de bauti-
todas las naciones siguieran cada zados, continuaban viviendo según ella, ya que
el Señor no la había derogado y estaban habi-
cual su camino, 17 aunque no las
tuados a ver en ella la norma de la piedad
dejó sin testimonio de Sí, haciendo hacia Dios. Los elementos venidos del fariseísmo
el bien y dispensando desde e) ciclo a la fe eran los más celosos por la conservación
las lluvias y las estaciones fructí- de la Ley, que creían necesaria para la salud
1238 APÓSTOLES. 15

Jerusalén, acompañados de algunos 17


A fin de que busquen los demás
otros de aquéllos, a los Apóstoles y hombres al Señor, y todas las nacio-
|

presbíteros de Jerusalén, para con- nes sobre las cuales fué invocado mi
sultarlos sobre esto. 3 Ellos, despe- nombre, dice el Señor que ejecuta es-
|

didos por la Iglesia, atravesaron la tas cosas, 18 Conocidas desde anti-


Fenicia y Samaría, contando la con- guo» (1).
19
versión de los gentiles y causando Por lo cual es mi parecer que
gozo a todos los hermanos. 4 su A I no se inquiete a los que de los gen-
llegada a Jerusalén fueron acogidos tiles se conviertan a Dios, sino escri-
por la Iglesia y por los Apóstoles y ! birles que se abstengan de las conta-
presbíteros, y les contaron cuanto minaciones de los ídolos, de la for-
6
había hecho por ellos el Señor. Pero nicación, de desgarrado y de sangre.
21
se levantaron algunos de la secta de Pues Moisés desde antiguo tiene
los fariseos que habían creído, los en cada ciudad quienes lo expliquen
cuales decían: Es preciso que se cir- leyéndolo en las sinagogas todos los
cunciden, y mandarles guardar la sábados.
Ley de Moisés. 22
Pareció entonces bien a los Após-
• Se reunieron los Apóstoles y los toles y a los ancianos, con toda la
presbíteros para examinar este asunto. Iglesia, escoger de entre ellos, para
' Después de una larga deliberación, mandarlos a Antioquía con Pablo y
se levantó Pedro y dijo: Hermanos, Bernabé, a Judas, llamado Barsabas,
vosotros sabéis cómo, desde mucho y a Silas, varones principales entre
tiempo ha, determinó Dios aquí entre los hermanos, 23 y escribirles por mano
vosotros que por mi boca oyesen los de éstos (2):
gentiles la palabra del Evangelio y «Los Apóstoles y ancianos her-
creyesen. 8 Y Dios, que conoce los manos, a sus hermanos de la genti-
corazones, ha testificado en su favor, lidad que moran en Antioquía, Siria
dándoles el Espíritu Santo igual que y Cilicia, salud: 24 Habiendo llegado
a nosotros * y nc haciendo diferencia a nuestros pidos que algunos de
alguna entre ellos y nosotros, puri- entre nosotros, sin que nosotros les
ficando con la fe sus corazones. hubiéramos mandado nada para vos-
10
Ahora, pues, ¿por qué tentáis a otros, os han turbado con palabras
Dios queriendo imponer sobre el y han agitado vuestras almas, de
cuello de los discípulos un yugo que común acuerdo, nos ha parecido en-
ni nosotros ni nuestros padres fuimos viaros varones escogidos en com-
capaces de soportar? Por la gracia pañía de nuestros amados Bernabé
del Señor Jesucristo creemos ser y Pablo, hombres que han expuesto
vdvos nosotros, lo mismo que ellos. la vida por el nombre del Señor
12
Toda la muchedumbre escuchó en Jesucristo. Enviamos, pues, a Jud is
silencio a Bernabé y a Pablo, que y a Sílas para que os refieran de
referían cuantas señales y prodigios palabra estas cosas. 28 Porque ha
había hecho Dios entre los gentiles parecido al Espíritu Santo y a nos-
por medio de ellos. 13 Luego que otros no imponeros ninguna otra
callaron, tomó Santiago la palabra carga más que estas necesarias: 29 Que
14 Hermanos, oídme: Simón os abstengáis de las carnes inmoladas
y dijo:
nos ha dicho de qué modo Dios por a los de sangre y desgarro,
{dolos,
primera vez visitó a los gentiles para y de fornicación, de lo cual haréis
la
consagrarse de ellos un pueblo a su bien en guardaros. Pasadlo blsn, • •

30 Los enviados bajaron a Antio-


nombre. 11 Con esto concuerdan las pa-
labras de los profetas, según está escrito: quía, y reuniendo a la muchedum-
18 «Después de esto volveré
y edi-
|

ficaré la tienda de David, que estaba


(1) Am. 9. 11. s.
caída, I y reedificaré sus ruinas ] y (2) El decreto abirca trei pjrroi: h f Jr i¡-
la levantaré, carión, que no obstante ser prohibida por la
ley natural, no era tenida por los gentiles como
junto con la fe en Jesucristo. Pablo y Bernabé falta grave; las carnes inmoladas a los ídolos
protestan contra tal exigencia, y Pedro les da que se vendían al público, y que San Pablo
la razón al declarar, con la aprobación de la declarará luego permitidas (I Cor. 7, 1 ss.);
asamblea, que sólo por Jesucristo podemos y la carnes no sangradas, que la Ley prohibía
alcanzar la vida eterna. Pero, considerando la al vedar comer la sangre. Estos dos preceptos,
condición de los judíos convertidos y por fo- que eran un obsequio a la Ley mosaica, que-
mentar la unión de los fieles todos y de las daron anulados una vez que la Iglesia de ta

Iglesias, se acepta la propuesta de Santiago gentilidad se deaprendió de la Sinagoga.


APÓSTOLES. 16 1239

brc los entregaron la epístola, 31


que, lante, y rogándole, decía: Pasa a
leída, los llenó de consuelo. 82 Judas Macedonia ayúdanos. 10 Luego
y
y Silas, que también eran profetas, que vió la visión, al instante busca-
con muchos discursos exhortaron, a ron cómo pasar a Macedonia, seguros
los hermanos y los confirmaron. 33 Pa- de Dios que los llamaba para evangeli-
sado allí algún tiempo, fueron des- zarlos.
pedidos en paz por los hermanos a
aquellos que los habían enviado.
Pablo, en Europa.
11
Segunda misión de San Pablo. Zarpandode Tróade, navega-
mos derechos a Samotracia (1); el
34 día siguiente llegamos a Neápolis,
Pero Silas decidió permanecer
12
allí,y partió solamente Judas. 35 Pa- de allí a Filipos, que es la primera
blo y Bernabé se quedaron en Antio- ciudad de esta parte de Macedonia,
quía enseñando y evangelizando con colonia romana, donde pasamos algu-
otros muchos la palabra del Señor. nos días. 13 El sábado salimos fuera
36 de la puerta, junto al río, donde pen-
Pasados algunos días, dijo Pablo
a Bernabé: Volvamos a visitar a los samos que estaba el lugar de la ora-
hermanos por todas las ciudades en ción; y sentados hablábamos con
que hemos evangelizado la palabra algunas mujeres que se hallaban re-
14
del Señor, y veamos cómo están. unidas. Cierta mujer llamada Lidia,
37 ¡temerosa de Dios, purpuraría, de la
Bernabé quería llevar consigo tam-
bién a Juan, llamado Marcos; pero ciudad de Tiatira, escuchaba atenta.
Pablo juzgaba que no debían lle- El Señor había abierto su corazón
varle, por cuanto los había dejado para atender a las cosas que Pablo
desde Pamfilia y no había ido con decía. 15 Una vez que se bautizó
ellos a la obra. 39 Se produjo cierto con toda su casa, nos rogó, diciendo:
disentimiento entre ellos, de suerte Puesto que me habéis juzgado fiel
que se separaron uno de otro, y al Señor, entrad en mi casa y que-
Bernabé, tomando consigo a Marcos, daos en ella, y nos obligó.
16
se embarcó para Chipre, 40 mientras Aconteció que yendo nosotros
que Pablo, llevando consigo a Silas, a la oración, nos salió al encuentro
partió encomendado por los hermanos una sierva que tenía espíritu pitónico,
a la gracia del Señor. Atravesó la Siria la cual,adivinando, procuraba a sus
y la Cilicia, confirmando las iglesias. amos grandes ganancias. 17 Ella nos
seguía a Pablo y a nosotros, y gri-
1
1 Llegaron a Derbe y a Listra. tando decía: Estos hombres son sier-
1 u Había allí un discípulo llamado vos del Dios Altísimo y os anuncian
Timoteo, hijo de una mujer judía el camino de la salvación. 18 Hizo
creyente y de padre griego, muy re- esto muchos días. Molestado Pablo,
comendado por los hermanos de se volvió y dijo al espíritu: En nom-
Listra a los de Iconio. 3 Quiso Pablo bre de Jesucristo, te mando salir
que se fuera con él, y tomándole, lo de ésta, y en el mismo instante salió.
19
circuncidó a causa de los judíos Viendo sus amos que había des-
que había en aquellos lugares, pues aparecido la esperanza de su ganan-
todos sabían que su padre era griego. cia, cogieron a Pablo y a Silas y los
4
Atravesando las ciudades, les comu- llevaron al foro, ante los magistrados;
nicaba los decretos dados por los 20 v presentándoselos a los pretores,
Apóstoles y ancianos de Jerusalén, dijeron: Estos hombres perturban
encargándoles que los guardasen. nuestra ciudad, porque siendo judíos,
0
Las iglesias, pues, se afianzaban en predican costumbres que a nosotros
la fe v crecían en número de día en no nos es lícito aceptar ni practicar,
día. siendo como somos romanos. 22 Y
? Atravesada
Frigia y el país
la toda la muchedumbre se levantó
de Galacia, el Espíritu Santo les contra ellos, y los pretores mandaron
prohibió predicar en Asia. 7 Llegaron
a Misia e intentaron dirigirse a Bi- San Pablo pone en este momento los
(i)
tinia, mas tampoco se lo permitió pies en Europa, y pasando por el puerto de
el Espíritu de Jesús; 8 y así, pasando
Neápolis se dirige a Filipos, colonia romana y
organizada, por tanto, a imagen de Roma.
de largo por Mjsia, bajaron a Tróade: Aquí funda una iglesia, que fué de él la más
9
Por la noche tuvo Pablo una visión. amada, según la epístola que más tarde le
L'n varón macedonio se le puso de- • dirigió.
121(1 APÓSTOLES, 17

que, desnudos, fueran azotados con en ella, y por lies sábados discutió
varas, 23 y después de hacerles mu- con ellos sobre las Escrituras, 3 ex-
chas llagas los metieron en la cárcel, plicándoselas y probando cómo era
intimando al carcelero que los guar- preciso que el Mesías padeciese y
dase con cuidado. 24 Este, recibido i resucitase de entre los muertos, y
tal mandato, los metió en el calabozo que éste era Jesucristo, a quien yo
y sujetó bien los pies en el cepo.
les os anuncio. 4 Algunos de ellos se
25
Hacia medianoche Pablo y Si- dejaron convencer, se incorporaron
puestos en oración, alababan a a Pablo y a Silas, y asimismo una
las,
Dios, y los presos les oían. 26 De re- gran muchedumbre de prosélitos grie-
pente se produjo un gran terremoto, gos y no pocas mujeres principales.
basta conmoverse los cimientos de 6 Pero los judíos, movidos de envidia,
la cárcel, y al instante se abrieron reunieron algunos hombres malos de
las puertas y se soltaron los grillos. la canalla, promovieron un alboroto
27
Despertó el carcelero, y viendo en la ciudad y se presentaron ante la
abiertas las puertas de la cárcel, sacó casa de Jasón buscando a los Após-
la espada con intención de darse toles, para llevarlos ante el pueblo.
muerte, creyendo que se hubiesen 6 Pero no hallándolos, arrestaron a
escapado los presos. 28 Pero Pablo Jasón y a algunos de los hermanos y
gritó en alta voz, diciendo: No te los llevaron ante los politarcas, gri-
hagas ningún mal, que todos estamos tando: Estos son los que alborotan
aquí; 29 y pidiendo una luz, se preci- la tierra. Al llegar aquí han sido
pitó dentro, arrojándose tembloroso hospedados por Jasón, 7 y todos
a los pies de Pablo y de Silas. 30 Luego obran contra los decretos del César,
los sacó fuera y les dijo: Señores, diciendo que hay otro rey, Jesús.
¿qué debo yo hacer para ser sal- 8 Con esto alborotaron a la plebe y
vo? 31 Ellos le dijeron: Cree en el a los politarcas que tales cosas oían;
Señor Jesús, y serás salvo tú y tu 9 pero habiendo recibido fianza de
casa. 32 Y le expusieron la palabra] Jasón y de los demás, los dejaron ir
de Dios a él y a todos los de su casa; libres. 10 Aquella misma noche los
i

38
y en aqueila hora de la noche los hermanos encaminaron a Pablo y a
tomó, les lavó las heridas, y en seguida Silas para Berca. Así que llegaron,
se bautizó él con todos los suyos. se fueron a la sinagoga de los judíos.
34 Subiólos 11
Eran éstos más nobles que los
a su casa y les puso la
mesa, y se regocijó con toda su fami- de Tesaiónica, y recibieron con toda
lia de haber creído en Dios. avidez la palabra, consultando dia-
35 Llegado el día, enviaron los riamente las Escrituras, para ver si
magistrados a los li dores con esta era así como los Apóstoles enseña-
orden: Pon en libertad a esos hom- ban. 12 Muchos de ellos creyeron, y
bres. 38 El carcelero comunicó a además mujeres griegas de distin-
Pablo cómo los pretores habían man- ción y no pocos hombres. 13 Pero en
dado soltarlos. 37 Pero Pablo dijo: cuanto supieron los judíos de Tesa-
Después que a nosotros, ciudadanos iónica que también en Berea era
romanos, nos han azotado pública- anunciada por Pablo la palabra de
mente sin juzgarnos y nos han metido Dios, vinieron allí y agitaron y albo-
en la cárcel, ¿ahora en secreto nos rotaron a la pleblc. 14 Al instante los
quieren echar fuera? No será así. hermanos despidieron a Pablo, ca-
Que vengan ellos y nos saquen. mino del mar, quedando allí Silas y
88 Comunicaron los lictores a los ma- Timoteo. 15 Los que conducían a
gistrados estas palabras, y temieron Pablo le llevaron hasta Atenas, reci-
39 Vinieron biendo de él encargo para Silas y
al oír que eran romanos.
y les presentaron sus excusas, y sa- Timoteo de que se le reuniesen cuanto
cándolos, les rogaron (pie se fueran antes.
de la ciudad. 40 Ellos, al salir de la
cárcel, entraron en casa de Lidia, I'ablo, en Atenas*.
y viendo a los hermanos los exhor- 18
taron y se fueron. Mientras Pablo los esperaba en
Atenas (1), se consumía sü espíritu
\~7 1
Pasando por Anfípolis v Apo
lonia, llegaron a Tesaiónica, (i) Atenos, la ciudad de las artes helénicas,
donde había una sinagoga de judíos. más que ninguna otra estaba inundada de mo-
2 Según su costumbre, Pablo entró numentos religiosos que afligían el corasen del
»

APÓSTOLES. 18 12 11

29
viendo la ciudad de ídolos.
llena i
Siendo, pues, linaje de Dios, no
17 Disputaba en sinagoga con los
la |
debemos pensar que la divinidad es
judíos y los prosélitos, y cada día
'

semejante al oro o a la plata o a la


en el ágora con los que le salían al piedra, obra del arte y del pensa-
Y
|

paso. 18 Ciertos filósofos, tanto epi- miento humano. 30 Dios, disimu-


cúreos como estoicos, conferenciaban lando los tiempos de la ignorancia,
con él, y unos decían: ¿Qué es lo ¡
intima ahora en todas partes a los
que propala este charlátán? Otros |
hombres que se arrepientan, 31 por
contestaban: Parece ser predicador í
cuanto tiene fijado el día en que iuz-
de divinidades extranjeras; porque !
gará a la tierra con justicia, por medio
anunciaba a Jesús y la resurrección. ! de un Hombre a quien ha constituido
19
Ytomándole, le llevaron al Areó- '
juez, acreditándole ante todos por
pago, diciendo: ¿Podemos saber qué ¡
su resurrección de entre los muertos.
32 Cuando oyeron lo de la resu-
nueva doctrina es ésta que enseñas?
20 Pues eso es muy extraño a nues- i rrección de los muertos, unos se
tros oídos; queremos saber qué quie- j
echaron a reír, otros dijeron: Te
res decir con esas cosas. 21 Todos los i
oiremos sobre esto otra vez. 33 Así
atenienses los forasteros allí domi-
y I
salió Pablo de en medio de ellos.
34 Algunos se adhirieron a él y cr.e-
ciliados no se ocupan en otra cosa !

que en decir y oír novedades. '

yeron, entre los cuales estaban Dio-


Puesto en pie Pablo en medio
22 nisio el Areopagita y una mujer de
del Areópago, dijo: Atenienses, veo i
nombre Damaris y otros más.
que sois sobremanera religiosos; Apor-
que al pasar y contemplar los objetos l'A Evangelio en Corinto.
de vuestro culto, he hallado un altar
1 Después Pablo
en el cual está escrito: Al dios desco- 1 íí de esto se
nocido (1). Pues ése que sin cono- retiró de Atenas y vino a Co-
cerle veneráis es el que yo os anuncio. |
rinto. 2 Allí encontró a un judío, lla-
24 El Dios que hizo el mundo
y todas mado Aquila, originario del Ponto,
las cosas que hay en él, ése, siendo recientemente llegado de Italia con
Señor del cielo y de la tierra, no Priscila, su mujer, a causa del. de-
habita en templos hechos por mano creto de Claudio que ordenaba salir
de hombre, 25 ni por manos humanas |
de Roma a todos los judíos. Pablo se
es servido, como si necesitase de |
unió a ellos; 3 y como era del mismo
algo, siendo El mismo quien da a 1
oficio que ellos, se quedó en su
todos la vida, el aliento y todas las ¡
casa (1) y trabajaban juntos, pues
cosas. 26 El hizo de uno todo linaje ¡
eran ambos fabricantes de lonas.
humano, para poblar toda la faz de !
4
Los sábados disputaba en la sina-
la tierra.El fijó las estaciones y los goga, persuadiendo a los judíos y a
confines de los pueblos, 27 para que
j

los griegos. B Mas luego que llegaron


busquen a Dios, y siquiera a tientas i
de Macedonia Silas y Timoteo, se
le encuentren, aunque no está lejos dió del todo a la predicación da la
de nosotros, 28 porque en El vivimos palabra, testificando a los judíos que
y nos movemos y existimos, como Jesús era el Mesías. 6 como éstosY
alguno de vuestros poetas ha dicho: le resistían y blasfemaban, sacu-
diendo sus vestiduras, les dijo: Caiga
«porque somos linaje suyo. vuestra sangre sobre vuestras cabe-
zas; limpio soy yo de ella. Desde
Apóstol. Allí se encontró también con los repre" ahora me dirigiré a los gentiles.
sentantes de la filosofía griega, muy caída en- 7
Ypartió, yéndose a la casa de un
tonces, los estoicos y los epicúreos, con los prosélito de nombre Ticio Justo, que
cuales disputaba.
vivía junto a la sinagoga.
(i) Para que ningún dios quedase sin ser 8
Crispo, jefe de la sinagoga, con
honrado en Atenas, y enojado por esta prete-
rición los castigase, se había erigido este altar. toda su casa, creyó en el Señor; y
San Pablo, considerando que entre tantos dio-
ses el único desconocido y sin culto era Dios, (i) El año noveno de su imperio, el 49 ó 50,
toma ocasión de aquí para anunciarlo a los ate- Claudio había expulsado de Roma a los judíos,
nienses. Su discurso se diferencia de los predi- i
muy alborotados con ocasión de la predicación
cados a los judíos. Aquí empieza predicando al j
evangélica. Pablo, que gustaba de no ser gra-
Dios creador del cielo y de la tierra, conser- |
voso a nadie y vivir del trabajo de sus manos,
vador y proveedor de todo, para venir a hablar ¡
se agregó a este matrimonio cristiano, mientras
del juicio por Jesucristo, resucitado de entre Dios le mandó dedicarse del todo a la pre-
los muertos. dicación.
12-12 APÓSTOLES. 19

muchos corintios,oyendo la palabra, i elocuente, había llegado a Efeso. Era


creían y bautizaban. 9 Por la
se muy perito en el conocimiento de las
noche dijo el Señor a Pablo en una I Escrituras. 25 Estaba bien informado
visión: No temas, sino habla y no i del camino del Señor y con fervor de
calles; yo estoy contigo y nadie se espíritu hablaba y enseñaba con exac-
atreverá a hacerte mal, porque tengo titud lo que toca a Jesús; pero sólo
yo en esta ciudad (1) un pueblo conocía el bautismo de Juan. 26 Este,
numeroso. 11 Y
moró allí un año y pues, comenzó a hablar con valentía
seis meses, enseñando entre ellos la en la sinagoga; pero Priscila y Aquila,
palabra de Dios. que oyeron, le tomaron aparte
le
12
Siendo Galión procónsul de Aca- y le expusieron más completamente
ya, se levantaron a una los judíos el camino de Dios. 27 Queriendo pasar
contra Pablo y le condujeron ante a Acaya, le animaron a ello los her-
el tribunal, diciendo: Este persuade manos y escribieron a los discípulos
a los hombres a dar culto a Dios de para que le recibiesen. Llegado allí,
un modo contrario a la Ley. 14 Dis- aprovechó mucho por su gracia a los
poníase Pablo a hablar, cuando Ga- que habían creído, 28 porque vigo-
lión dijo a los judíos: Si se tratase de rosamente argüía a los judíos en
una injusticia o de algún grave cri- público, demostrándoles por las Es-
men, oh judíos, razón sería que os es- crituras que Jesús era el Mesías.
cuchase; pero tratándose de cuestiones
de doctrina de nombres y de vuestra
Ley, allá vosotros lo veáis, yo no San Pablo, en Efeso.
quiero ser juez en tales cosas. 18 Y
los echó del tribunal. 17 Entonces 1 Q 1
En
el tiempo en que Apolo
1
se echaron todos sobre Sostenes, el hallaba en Corinto, Pablo,
se
jefe de la sinagoga, y le golpearon atravesando las regiones altas de
delante del tribunal, sin que Galión Asia, llegó a Efeso (1), donde halló
se cuidase de ello. algunos dispípulos; 2 y les dijo: ¿Ha-
18 Pablo, después de haber perma- béis recibido el Espíritu Santo al
necido aún allí bastantes días, se abrazar la fe? Ellos 1¿ contestaron:
despidió de los hermanos y navegó Ni hemos oído nada del Espíritu
hacia Siria, yendo con él Priscila y Santo. 3 Díjoles él: ¿Pues qué bau-
Aquila, después de haberse rapado tismo habéis recibidor Ellos le res-
la cabeza en Centres, porque habían pondieron: El bautismo de Juan.
hecho voto. 19 Llegados a Efeso, los 4
Dijo Pablo: Juan bautizaba en bau-
dejó; él entró en la sinagoga, donde tismo de penitencia, diciendo al pue-
conferenciaba con los judíos. 20 Ro- blo que creyese en el que venía en
gábanle éstos que se quedase más pos de él, esto es, en Jesús. 6 Al oír
tiempo, pero no consintió, diciendo: esto, se bautizaron en el nombre del
Si Dios quiere, volveré a vosotros. Señor Jesús, 6 imponiéndoles Pablo
Partió de Efeso, 22 y desembarcando las manos; descendió sobre ellos el
en Cesárea, subió- a Jerusalén y Espíritu Santo, y hablaban lenguas
7
saludó a la Iglesia, bajando luego a y profetizaban. Eran unos doce.
Antioquía. 9 Entrando en la sinagoga habló
con libertad por tres meses, conferen-
misión del Apóstol. ciando y discutiendo acerca del reino
de Dios. 9 Pero así que algunos endu-
23
Pasado algún tiempo, partió de recidos c incrédulos comenzaron a
nuevo, y atravesando sucesivamente |
maldecir del camino del Señor de-
el país de Galacia y la Frigia, con- lante de la muchedumbre, se retiró
firmaba a todos los fieles. de ellos, separando a los discípulos,
21 Cierto judío, de nombre Apo- >

y predicaba todos los días en la escuela


lo (2), de origen alejandrino, varón i

tenían del Señor ni de la Iglesia la misión de


Era Corinto una gran ciudad comercial
(1) predicar.
y centro del culto sensual a Venus. Aquí quería I (i) Efeso, gran ciudad comercial y sede
el Señor fundar una de las iglesias más insignes del culto de cierta divinidad asiática asimi-
de la edad apostólica. lada a Artemisa o Diana, era un gran centro
(2) Este Apolo, alejandrino docto, aunque |
para que de ella la fe se difundiese por toda
mal informado de la fe. es un argumento de j
el Asia Menor. Aqui perseveró el Apóstol
como la fe se iba difundiendo y con qué celo í cerca de tres anos, predicando a Jesucristo con
$e daban a predicarla, aun aquellos que no I gran éxito.
APÓSTOLES, 19 1213

de Tirano. 10 Esto hizo durante dos tra vida depende de este oficio. 26 Asi-
años, de manera que todos los habi- mismo viendo y oyendo que
estáis
tantes de Asia oyeron la palabra no sólo en Efeso, sino en casi toda
del Señor, tanto los judíos como los el Asia, este Pablo ha persuadido
griegos. y llevado tras sí a una gran muche-
11
Obraba Dios por mano de Pablo dumbre, diciendo que no son diases
milagros extraordinarios, 12 de suerte los hechos por manos de hombres.
que hasta los pañuelos y delantales 27 Esto, no
solamente es un peligro
que habían tocado su cuerpo, apli- para nuestra industria, sino que es
cados a los enfermos, hacían desapa- en descrédito del templo de la gran
recer de ellos las énfermedades y I
diosa Artemisa, que será reputada
salir a los espíritus malignos. 13 Hasta en nada y vendrá a quedar despo-
algunos exorcistas judíos ambulan- jada de su majestad, aquélla a quien
tes llegaron a invocar sobre los que toda el Asia y el orbe veneran.
tenían espíritus malignos el nombre 28
Al oír esto, se llenaron de ira y
del Señor Jesús, diciendo: Os con- comenzaron a gritar, diciendo: Grande
juro por Jesús, a quien Pablo pre- es la Artemisa de los efesios. 29 Y
dica. 14 Eran los que esto hacían toda la ciudad se llenó de confusión y
j

siete hijos de Esccva, judío de fami- i

a una se precipitaron en el teatro,


lia pontifical; 15 pero respondiendo | arrastrando consigo a Gayo y Aris-
el espíritu maligno, les dijo: Conozco tarco, macedonios, compañeros de
a Jesús y sé quién es Pablo; pero vos- j Pablo. 30 Quería Pablo entrar allá,
otros, ¿quiénes sois? 16 Y arrojándose |
pero no se lo permitieron los dis-
sobre ellos aquel en quien estaba el cípulos. 31 Algunos de los notables
espíritu maligno, se apoderó de los de la ciudad, que eran' sus amigos,
dos y los sujetó, de modo que des- le mandaron recado rogándole que
nudos y heridos tuvieron que huir I
no se presentase en el teatro. 32 Unos
de aquella casa. gritaban una cosa y otros otra. Es-
17 Fué esto
conocido de todos los I
taba la asamblea llena de confusión,
judíos y griegos que moraban en ¡

y muchos no sabían por qué se habían


Efeso, apoderándose de todos un reunido. 33 En esto, empujado por
gran temor y siendo glorificado el los judíos, se destacó de entre la
nombre Señor Jesús; 18 Muchos
del
j
multitud Alejandro, que con la mano
de los que habían creído, venían, hacía señas de que quería hablar al
confesaban y manifestaban sus prác- pueblo. 34 Pero en cuanto supieron
ticas supersticiosas; 19 y bastantes que era judío, todos a una levanta-
de los que habían profesado las artes ron la voz, y por espacio de dos horas
mágicas traían sus libros y los que- estuvieron gritando: ¡Grande es la
maban en público, llegando a cal- Artemisa de los efesios!
cularse el preció de los quemados 35 Habiendo logrado
el secretario
en cincuenta mil monedas de plata; calmar a la muchedumbre, dijo:
20
tan poderosamente crecía y se Efesios, ¿quién no sabe que la ciudad
robustecía la palabra del Señor. de Efeso es la guardiana de la gran
21
Después de esto resolvió Pablo ir Artemisa y de su estatua bajada del
a Jerusalén, atravesando la Macedo- cielo? 36 Siendo esto incontestable,
nia y la Acaya, porque se decía: Desde conviene que os aquietéis y no os
allíiré a Roma. 22 Y enviando a precipitéis. 37 Os digo esto, porque
Macedonia dos de sus auxiliares, Ti- habéis traído aquí a unos hombres
moteo y Erasto, él se detuvo algún que ni son sacrilegos ni blasfeman de
tiempo en Asia. nuestra diosa. 38 Si Demetrio y los
de su profesión tienen alguna queja
El motín de Efeso. contra alguno, públicas asambleas se
celebran y procónsules hay; que re-
23
Pero hubo por aquellos días un curran a la justicia para defender
alboroto no pequeño, a propósito del cada uno su derecho. Si algo más
camino del Señor, 24 ocasionado por pretendéis, debe tratarse eso en una
un platero llamado Demetrio, que asamblea legal, 40 porque hay peli-
hacía en plata templos de Artemisa gro de que seamos acusados de sedi-
que proporcionaban a los artífices ción por lo de este día, pues no hay
no poca ganancia; y convocándolos, motivo alguno para justificar esta
así como a todos los obreros de este reunión tumultuosa. Y dicho esto,
ramo, les dijo: Bien sabéis que nues- disolvió la asamblea.
1211 APÓSTOLES. 20

Viaje hacia Jerusalén. al día navegamos hasta Sa-


tercer
inos,y al otro día llegamos a Mileto.
Luego que cesó el alboroto, 16
1
Había Pablo resuelto pasar de largo
hizo Pablo llamar a los discí- por Efeso, a fin de no retardarse en
pulos, y exhortándoles, se despidió Asia, pues quería, a ser posible,
de ellos (1) y partió camino de estar en Jerusalén el día de Pente-
Macedonia; 2 y atravesando aquellas costés.
17 Desde
regiones los exhortaba con largos Mileto mandó a Efeso a
discursos, y así llegó a Grecia, 3 donde llamar a los presbíteros de la Iglesia.
estuvo por tres meses; y en vista de 18 Cuando llegaron
a él, les dijo (1):
lasasechanzas de los judíos, cuando Vosotros sabéis bien cómo me con-
vieron que se proponía embarcarse duje con vosotros todo el tiempo
para Siria, resolvió volver por Macc- desde que llegué a Asia, sirviendo al
donia. 4 Le acompañaban Sopatros Señor con toda humildad, con lágri-
de Pirro, originario de Berea, los mas y tentaciones que me venían
tesalonicenses Aristarco y Segundo, de las asechanzas de los judíos;
80 cómo
Gayo de Derbcs, Timoteo y los asiá- no omití nada de cuanto os
ticos Tiquico y Trófimo. 6 Estos se fuera de provecho, predicándoos y
adelantaron y nos esperaron en enseñándoos en público y en pri-
Tróade. 6 Nosotros partimos de Fi vado, dando testimonio a los judíos
lipos algunos días después de los y a los griegos sobre la conversión
Acimos, y a los cinco días nos reuni- a Dios y la fe en nuestro Señor Jesús.
mos con ellos en Tróade, donde nos 22
Y ahora, encadenado por el Espí-
detuvimos siete días. ritu, voy hacia Jerusalén, sin sab-M-
7
El primer día de la semana (2), lo que allí me sucederá, 23 sino que
estando nosotros reunidos para partir en todas las ciudades el Espíritu
el pan, platicando con ellos Pablo, Santo me advierte diciendo que me
que debía partir al día siguiente, esperan cadenas y tribulaciones.
24 Pen) yo no bago ninguna estima
prolongó su discurso hasta la media-
noche. 8 Había muchas lámparas en de mi vida, con tal de acabar mi
la sala donde estábamos reunidos. carrera y el ministerio que recibí
9 del Señor Jesús, de anunciar el evan-
Uii joven llamado Eutico, que es-
toba sobre una ventana,
sentado gelio de la gracia de Dios. ís Sé
abrumado por el sueño, porque la que no veréis más mi rostro, vosotros
plática de Pablo se alargaba mucho, todos par quienes he pasado predi-
se cayó del tercer piso abajo, de cando el reino de Dios; 28 por lo cual
donde le levantaron muerto. 10 Bajó en este día os testifico que es-
Pablo, se echó sobre él y, abrazán- toy limpio de la sangre de todos,
27
dole, dijo: No os turbéis, porque pues os he anunciado plenamente
está vivo. 11 Luego subió, partió el el consejo de Dios. 28 Mirad por
pan, lo comió y prosiguió la plática vosotros y por todo el rebaño, sobre
hasta el amanecer, y luego partió. el cual el Espíritu Santo os ha cons-
12
Le trajeron vivo al muchacho, tituido obispos para apacentar la
con gran consuelo de todos. Iglesia de Dios, que El adquirió
13 Nosotros, adelantándonos en la con su sangre. 29 Yo sé que después
nave, llegamos hasta Asón, donde de mi partida vendrán a vasotros
habíamos de recoger a Pablo, por lobos rapaces, que no perdonarán
que él babía dispuesto hacer basta al rebaño, 30 y que de entre vos-
allí el viaje por tierra. 14 Cuando se otros mismos se levantarán hombres
nos unió Asón, en le tomamos cu la que enseñen perversas,
doctrinas
nave y llegamos hasta Mitilene. para arrastrar a los discípulos en su
15 31
De aquí navegamos al día si- seguimiento. Velad, pues, acor-
guiente, pasando enfrente de Quío; dándoos de que por tres años, noche
y día, no cesé de exhortaros con j

(1) Pasado el tumulto, San Pablo se dirigió lágrimas. 32 Ya os encomiendo al


por Macedonia a Corinto, y luego por el mismo Señor y a la palabra de su gracia, ¡

camino se volvió a Tróade. en el Asia. Desde al que puede edificar y dar la heren-
este punto, el autor nos hace seguir día por día cia a todos los (pie han sido santifi-
el itinerario del Apóstol hasta Jerusalén.
(2) El primer día de la semana es el do-
mingo. Es un indicio de que ya por aquella (1) Ninguna página más interesante, para
fecha los fieles habían olvidado el sábado por conocer el alma de üan Pablo, que ésta de su
el día del Señor. • despedida de las iglesias asiáticas.
APÓSTOLES, 21 1245

'

cados. 33 No he codiciado plata, oroi Santo: Así alarán los judíos en Jeru-
o vestidos de nadie. 34 Vosotros sabéis' al varón cuyo es este cinto,
salén
que a mis necesidades y a las de los; entregarán en poder de los gen;
y lo
que me acompañan han suminis- tiles.» 12 Cuando oímos esto, tanto
trado estas manos. 35 En todo os he nosotros como los del lugar le ins-
dado ejemplo, mostrándoos cómo, tra- tamos a que no subiese a Jerusalén.
bajando así, socorráis a los necesi- 13
Pablo entonces respondió: ¿Qué
tados, recordando las palabras del hacéis con llorar y quebrantar mi
Señor Jesús, que El mismo dijo: corazón? Pues pronto estoy, no sólo
Mejor es dar que recibir. a ser atado, sino a morir en Jeru-
36 Y en diciendo esto, se puso del salén por el nombre del Señor Jesús.
14 Y no pudicndo disuadirle, guar-
rodillas con todos y oró; 37 y se le-
vantó nn gran llanto de todos, que, damos silencio, diciendo: Hágase la
echándose al cuello de Pablo, le voluntad del Señor. |

besaban, 38 afligidos sobre todo por lo í

que les había dicho, de que no vol-


verían a ver su rostro. Y le acompa- Llegada a Jerusalén.
ñaron hasta la nave.
15 Después de esto, provistos de lo
1
Así que separándonos de ellos necesario, -subimos a Jerusalén. 16 Iban
2|' nos embarcamos, fuimos dere- con nosotros algunos discípulos de
chos a Cos y al siguiente día a Rodas, Cesárea, que nos condujeron a casa
y de allí a Pátara, 2 donde habiendo de Mnasón chipriota, discípulo anti-
hallado una nave que hacía la tra- guo, en la cual nos hospedamos.
vesía a Fenicia, nos embarcamos y 17 Llegados a Jerusalén, fuimos reci-
nos dimos a la mar. 3
Luego dimos bidos por los hermanos con alegría.
18 Al día siguiente, Pablo, acompa-
vista a Chipre, que dejamos a la
izquierda, navegamos hasta Siria y ñado de nosotros, visitó a Santiago,
desembarcamos en Tiro, porque allí reuniéndose allí todos los presbíteros.
había de dejar su carga la nave. 19 Después de saludarlos, contó una
4 En Tiro nos encontramos a los por una las cosas que Dios había
discípulos, con los cuales permane- obrado entre los gentiles por su
cimos siete días. Ellos, movidos del mano.
Espíritu, decían a Pablo que no 20 Ellos, oyéndole, glorificaban a
subiese a Jerusalén. 5 Pasados aque- Dios, y le dijeron (1): Ya ves,
llos días, salimos e iban acompa- hermano, cuántos millares de cre-
ñándonos todos con sus mujeres e yentes hay entre los judíos, pues
hijos hasta fuera de la ciudad. Allí, todos son celadores de la Ley. 21 Pero
puestos de rodillas en la plaza, ora- han oído de ti que enseñas a los
mos, 6 nos despedimos y subimos a judíos de la dispersión que hay que
la nave, volviéndose ellos a su casa. renunciar a Moisés y les dices que
7
Nosotros (1), yendo de Tiro a Tole- no circunciden a sus hijos ni sigan
maida, acabamos nuestra navega- las costumbres mosaicas. 22 ¿Qué
ción, y saludados los hermanos, nos hacer, pues? Seguro que sabrán que
quedamos un día con ellos. 8 Al has llegado. 23 Haz lo que vamos a
día siguiente salimos y llegamos a decirte: Tenemos cuatro varones que
Cesárea, y entrando en casa de Fe- han hecho voto; 24 tómalos, purifí-
lipe, el evangelista, que era uno cate con ellos y págales los gastos
de los siete, nos quedamos con él. para que se rasuren la cabeza, y así
9
Tenía éste cuatro hijas vírgenes que todos conocerán que no hay nada
profetizaban.
10
Habiéndonos quedado allí varios
del Antiguo Testamento. San Pablo y los suyos
días,bajó de Judea un profeta lla-
ya presentían algún grave percance en Jerusa-
mado Agabo, 11 el cual, llegándose a lén y Agabo se lo confirma (v. 22).
nosotros, tomó el cinto de Pablo, (1) Estas palabras muestran cuan aferrados a
y atándose los pies y las manos con la Ley vivían en la Ciudad Santa los convertidos
él, dijo (2): «Esto dice el Espíritu del judaismo y con qué poca simpatía miraban
la predicación paulina de la libertad de la Ley
mosaica y la salud sólo por la fe en Jesucristo,
(1) Este versículo es de dudosa autentici- tanto para los gentiles como para los judíos.
dad; falta en los mejores códices griegos. El Apóstol no se niega a condescender con esta
(2) Agabo, varias veces mencionado como flaqueza y se ofrece a hacer de padrino de aque-
profeta, emplea aquí el estilo frecuente en otros llos nazareos cristianos.
12 lü APÓSTOLES, 22

de cuanto oyeron sobre ti, sino que 38 ¿Xo eres tú acaso el egipcio que
sigues en la observancia de la Ley. hace algunos días promovió una sedi-
62
Cuanto a los gentiles que han ción y llevó al desierto cuatro mil
creído, ya les hemos escrito nuestra sicarios? 38 Respondió Pablo: Yo soy
sentencia de que se abstengan de judío, originario de Tarso, ciudad
las carnes sacrificadas a los ídolos, ilustre de la Cilicia; te suplico que
de la sangre, de las carnes desga- me permitas hablar al pueblo. 40 Y
rradas y de la fornicación. permitiéndoselo él, Pablo, puesto de
26
Entonces Pablo, tomando con- pie en lo alto de las escaleras, hizo
sigo a los cuatro varones, purificado señal al pueblo con la mano. Luego
con ellos al día siguiente, entró en se hizo un gran silencio y Pablo les
el templo, anunciando el cumpli- dirigió la palabra en hebreo, di-
miento de los días de la consagra- ciendo:
ción, para saber el día en que pu-
diese presentar la ofrenda por cada Discurso ail pueblo.
uno de ellos.
OO Hermanos y padres, escu-
1

Prisión de Pablo. chadme la defensa que ahora


os dirijo. 2 Oyendo que les hablaba
27
Cuando estaban para acabarse en lengua hebrea, guardaron mayor
los siete días, los judíos de Asia, silencio, y prosiguió.
8
Yo soy judío
que le vieron en el templo alboro- nacido en Tarso de Cilicia, educado
taron a la muchedumbre y pusieron en esta ciudad e instruido a los pies
las manos sobre él, 28 gritando: Israe- de Oamaliel, según el rigor de la Ley
litas, ayudadnos; éste es el hombre patria. Me mostraba celador de Dios
que por todas partes anda ense- como todos vosotros lo sois hoy.
4
ñando a todos contra el pueblo, Perseguí de muerte esta doctrina,
contra ley y contra este lugar,
la encadenando y encarcelando a hom-
y como fuera poco ha introducido
si bres y mujeres, 5 como podrá testi-
a los gentiles en el templo y ha pro- ficar el sumo sacerdote y el colegio
fanado este lugar santo. de los ancianos, de quienes recibí
29
Era que habían visto con él cartas para los hermanos de Damasco,
en la ciudad a Trófimo, el efesio, adonde fui para traer a Jcrusalén
y creyeron que Pablo le había intro- a los que allí había encadenados,
ducido en el templo. 30 Toda la a fin de castigarlos. * Pero acaeció
ciudad se conmovió y se agolpó en que, yendo mi camino, cerca ya de
e! templo, y cogiendo a Pablo, le Damasco, hacia el mediodía, de re-
arrastraron fuera del templo, ce- pente me envolvió una gran luz del
rrando en seguida las puertas. 31 Mien- cielo. 7 Caí al suelo y oí una voz que
tras trataban de matarle llegó noti- me decía: Sanio, Saulo, ¿por qué
cia al tribuno de la cohorte de que me 8
Yo respondí: ¿Quién
persigues?
toda Jcrusalén estaba amotinada; eres,Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús
32
y tomando al instante los soldados Nazareno, a quien tú persigues. 9 Los
y centuriones, corrió hacia ellos.
los que estaban conmigo vieron la luz,
En cuanto vieron al tribuno y a los pero no oyeron la voz del que me
soldados, cesaron de golpear a Pablo. hablaba. 10 Yo dije: ¿Qué he de hacer,
33 Acercóse entonces el tribuno, y Señor? El Señor me dijo: Levántate
cogiéndole, ordenó que le echasen y entra en Damasco, y allí se te
dos cadenas y le preguntó quién era dirá le (JIM lias de liaicr.

y qué había hecho.


34 Los de la 11 Como yo no
veía a causa de la
turba decían cada uno una cosa, claridad de aquella luz, conducido
y no pudiendo sacar nada en claro por los que me acompañaban entré
a causa del alboroto, ordenó llevarle en Damasco. 12 Y un cierto Ananias,
al cuartel. varón piadoso según la Ley, acre-
35 ditado por todos los judíos que allí
Al llegar a las escaleras fué
necesario, en vista de la violencia habitaban (1), vino a mi, y acer-
de la multitud, llevar a Pablo entre
los soldados, 38 pues la muchedum- (i) En este discurso San Pablo procura
poner de relieve la persona de Ananias. muy
bre seguía gritando: ¡Quítalo! 3 ' A la apreciado de los judíos, para apoyar mejor su
entrada del cuartel dijo Pablo al causa y probar que su cambio, en virtud de
tribuno: ¿Me permites decirte una aquella viiión, no habla sido una imaginación
cosa? El le contestó: ¿Hablas griegoí suya.
APÓSTOLES, 23 1217

cándoseme me dijo: Saulo, hermano, Pablo, ante el Sanedrín.


mira. Y en el mismo
instante le vi:
14 Yprosiguió: El Dios de nuestros 30 Al día siguiente, deseando saber
padres te ha elegido para que conocie- con seguridad de qué era acusado
ras su voluntad y vieras al Justo y oye- por los judíos, le soltó y ordenó que
ras la voz de su boca; 15 porque tú le se reuniesen los príncipes de los sacer-
serás testigo ante todos los hombres dotes y todo el Sanedrín, y llevando
de que le has visto y oído. 16 ahora Y a Pablo se lo presentó. *

¿qué te detiene? Levántate, bautízate


1
Pablo, puestos los ojos en el
y lava tus pecados, invocando su
nombre. — •> Sanedrín, dijo: Hermanos, siem-
17
Cuando volví a Jerusalén, oran- pre hasta hoy me he conducido de-
do en templo tuve un éxtasis,
el lante de Dios con toda rectitud de
18
y vi al Señor que me decía: Date conciencia. 2 El pontífice Ananías
prisa y sal pronto de Jerusalén, por- mandó a los que estaban junto a él
que no recibirán tu testimonio acerca que le hiriesen en la boca. 3 Entonces
de mí. 19 Yo contesté: Señor, ellos Pablo le dijo: Dios te herirá a ti,
saben que yo era el que encarcelaba pared blanqueada. Tú, en virtud de
y azotaba en las sinagogas a los que la Ley, te sientas aquí como juez,
creían en ti, y cuando fué derramada ¿y contra la Ley mandas herirme?
4
la sangre de tu testigo Esteban, yo Los que estaban a su lado dijeron:
estaba presente, y me gozaba y guar- ¿Así injurias al pontífice de Dios?
5 Contestó Pablo: No sabía, hermanos,
daba los vestidos de los que le ape-
dreaban. 21 Pero El me dijo: Vete, que fuese el pontífice: Escrito está:
porque yo quiero enviarte a naciones No injuriarás al príncipe de tu pueblo.
lejanas. 6 Conociendo Pablo que unos eran
22
Hasta aquí le prestaron atención, saduceos y otros fariseos, gritó diri-
pero luego, levantando su voz, dije- giéndose al Sanedrín: Hermanos yo
ron: Quita a ése de la tierra, que no soy fariseo (1) e hijo de fariseos.
merece vivir. 23 Y gritando tiraron Por la esperanza en la resurrección
sus mantos y lanzaban polvo al aire. de los muertos soy ahora juzgado.
24
En vista de esto, ordenó el tribuno 7
En cuanto dijo esto, se produjo
que lo introdujesen en el cuartel, un alboroto entre los fariseos y sadu-
que le azotasen y le diesen tormento, ceos y se dividió la asamblea. 8 Por-
a fin de conocer por qué causa gri- que los saduceos niegan la resurrec-
taban así contra él. 25 Y así que le ción y la existencia de ángeles y espí-
sujetaron para azotarle, dijo Pablo ritus, mientras que los fariseos pro-
al centurión que estaba presente: fesan lo uno y lo otro. 9
En medio
¿Os es lícito azotar a un romano (1) de un gran griterío se levantaron
sin haberle juzgado? 26 Al oír esto el algunos doctores de la secta de los
centurión, se fué al tribuno y se lo fariseos, que disputaban violenta-
comunicó, diciendo: ¿Qué ibas a mente, diciendo: No hallamos culpa en
hacer? Porque este hombre es ro- este hombre. ¿Y qué, si le habló un
mano. 27 El tribuno se le acercó y espíritu o un ángel? El tumulto se
dijo: ¿Eres tú romano? Y él con- agravó, y temiendo el tribuno que
28 Añadió el tribuno: Yo
testó: Sí. Pablo fuese por ellos despedazado,
adquirí esta ciudadanía por una gran ordenó a los soldados que bajasen,
suma. Pablo replicó: Pues yo la tengo le arrancasen de en medio de ellos
por nacimiento. 29 Al instante se y le condujesen al cuartel. 11 Al día
apartaron de él los que le iban a dar siguiente por la noche se le apareció
tormento, y el mismo tribuno temió el Señor y le dijo: Ten ánimo, porque
al saber que siendo romano le había como has dado testimonio de mí en
encarcelado. Jerusalén, así has de darlo también
en Roma.

(i) La
ley romana concedía a los ciudadanos (i) San Pablo muestra gran talento de abo-
romanos privilegio de que no pudiesen ser
el gado. Era de familia de fariseos y habla sido él
azotados. Julio César había concedido a los celoso fariseo. Punto principal de esta secta era
ciudadanos de Tarso el derecho a la ciuda- la doctrina de la resurrección de los muertos.
danía romana, por la ayuda que le prestaron en Pablo, para quien la resurrección de Jesucristo
la guerra civil. De este privilegio participaba era punto principal de su fe, como lo era de
la familia de Pablo, domiciliada en aquella su esperanza en la resurrección universal, se
ciudad. declara aquí fariseo.
12418 APÓSTOLES. 24

Pablo, en Cesárea. l de que le acusaban, le conduje ante


! su Sanedrín, y hallé que era acusado
12 Cuando fué de
día tramaron una 1

de cosas de su ley, pero no había


conspiración los judíos, jurando no : cometido delito digno de muerte o
comer ni beber hasta matar a Pablo. prisión; 30 y habiéndome sido reve-
13 Eran más de cuarenta conju- los lado que sé habían conjurado para
14
rados, y se llegaron a los pontí- I matarle, al instante resolví enviár-
fices y a los ancianos, diciéndoles: tele a ti, comunicando también a
Bajo anatema nos hemos comprome- los acusadores que expongan ante
tido a no gustar cosa alguna mientras ! tu tribunal lo que tengan contra él.»
no matemos a Pablo; 16 vosotros, 31
Los soldados, según la orden que
pues, y el Sanedrín rogad al tribuno |
se les había dado, tomaron a Pablo
que le conduzca ante vosotros, ale- y durante la noche le llevaron hasta
gando que necesitáis averiguar con I
Antipátrida; 32 y al día siguiente,
más exactitud algo acerca de él; ¡
dejando con él a los jinetes, se vol-
nosotros estaremos prontos para ma- : vieron al cuartel. 33 Así que llegaron
tarle, antes que se acerque. a Cesárea, entregaron la epístola al
16 Habiendo tenido noticia procurador y le presentaron a Pablo.
de esta'
asechanza el hijo de la hermana de 34
|
El procurador, leída la epístola,
Pablo, vino, y entrando en el cuartel i preguntó a Pablo de qué provincia
se lo comunicó a Pablo. 17 Llamó éste I era, y al saber que era de Cilicia,
35 te oiré, dijo, cuando lleguen tus
a un centurión y le dijo: Lleva a
este joven al tribuno, porque tiene I
acusadores; y dió orden de que fuese
algo que comunicarle. 18 El centu- guardado en el pretorio de Hcrodes.
j

rión le llevó al tribuno, y dijo a


éste: El preso Pablo me ha llamado
proceso de San Pablo, ante
|

y rogado que te trajera a este joven, !


el
que tiene algo que decirte: 19 Tomán- procurador Félix.
dole el tribuno de la mano, so retiró
aparte y le preguntó: ¿Qué es lo que 1
Cinco días después bajó el
») I

tienes que decirme? 20 Y él contestó:


I

I
~ sumo
sacerdote Ananlas con
Que los judíos han concertado pe- |
algunos ancianos y cierto orador,
dirte que -mañana lleves a Pablo i
llamado Tértulo, los cuales presen-
ante el Sanedrín, alegando que tienen ¡
taron al procurador la acusación
que averiguar con más exactitud ¡
contra Pablo. * Citado éste, comenzó
algo acerca de él.
21
des cré-No les [Tértulo su alegato, diciendo: 3 Gra-
dito, porque se han conjurado contra 'cias a ti, óptimo Félix, gozamos de
él más de cuarenta hombres de ¡mucha paz y por tu providencia se
entre ellos, y se han obligado bajo |
han hecho en esta nación conve-
anatema a no comer ni beber hasta nientes reformas, que en todo y por
;

matarle, y ya están preparados, en todo hemos recibido de ti con suma


I

espera de que les concedas lo que ¡gratitud. 4 No te molestaré más;


van a pedirte. sólo te ruego que me oigas breve-
22 mente, con tu acostumbrada bondad.
El tribuno despidió al joven
5
encargándole no decir a nadie que Pues bien, hemos hallado a este
le hubiera dado a saber aquello; hombre que es una peste y excita a
23
y llamando a dos centuriones les sedición a todos los judíos del orbe
dijo: Preparad doscientos infantes y es jefe de la secta de los nazarenos.
8 Le prendimos cuando intentaba
pata que vayan hasta Cesárea, se-
tenta jinetes y doscientos lanceros, profanar el templo, y quisimos juz-
para la tercera vigilia de la noche. garle según nuestra ley; 7 pero ll»gó
24 Asimismo preparad cabalgadura Lisias, el tribuno, con mucha fuerza,
a Pablo, para que sea llevado en y le arrebató de nuestras manos,
seguridad al procurador Félix. 45 Y mandando a los acusadores que se
escribió una carta del tenor siguiente: presentasen a ti. 8 Puedes, si quieres,
«Claudio Lisias al muy excelente interrogarle tú mismo y sabrás así
procurador Félix, salud: 27 Estando por él de qué le acusamos nosotros.'
el hombre que te envío a punto de * Los judíos, por su parte, confirma-
ser muerto por los judíos, llegué con ron lo dicho, declarando ser así.
10 Pablo, una vez que el procurador
la tropa y le arranqué de sus manos.
Supe entonces que era ciudadano le hizo señal de hablar, contesto:
romano, 28 y para conocer el crimen Sabiendo que desde muchos años ha
APÓSTOLES, 25 1210

eres juez de este pueblo, hablaré dos dos años, Félix tuvo por sucesor
confiadamente en defensa mía. 11 Pue- a Porcio Festo; pero queriendo con-
des averiguar que sólo hace doce graciarse con los judíos, dejó a Pablo
días que subí a Jerusalén para adorar, en la prisión.
12
y que ni en el templo ni en las
sinagogas ni en la ciudad me encon-
traron disputando con nadie o pro- Apelación al César.
moviendo tumultos en la turba,
13 tyr 1
ni pueden presentarte pruebas de Llegó Festo a la provincia,
las cosas de que ahora me acusan. y a los tres días subió de Cesárea
14 Te confieso que sirvo al Dios de a Jerusalén, 2 y los príncipes de los
mis padres con plena fe en todas las sacerdotes y los principales de los
cosas escritas en la Ley y en los pro- judíos le presentaron sus acusacio-
fetas, según el camino que ésos nes contra Pablo. 3 Pidieron la gracia
llaman secta, 15 y con la esperanza de que le hiciese conducir a Jerusalén.
que ellos mismos tienen de la resu- Hacían esto con ánimo de prepararle
rrección de los justos y de los malos. una asechanza para matarle en el
16 Según esto, he procurado en todo camino. 4 Festo les respondió que
tiempo tener una conciencia irre- Pablo estaba preso en Cesárea y que
prensible para con Dios y para con él mismo había de partir en breve
los hombres. 17 Después de muchos para allá: 6 Así pues, que los prin-
años he venido para traer limosnas cipales de vosotros bajen conmigo
a los de mi nación y a presentar mis para acusar allí a ese hombre, si
oblaciones. 18 En esos días me encon- tienen de qué.
6
traron purificado en el templo, no Habiendo pasado entre ellos sólo
con turbas ni produciendo alborotos. unos ocho o diez días, bajó a Cesá-
Son algunos judíos de Asia los que rea, y al día siguiente se sentó en su
deberían hallarse aquí presentes, para tribunal, ordenando presentar a Pa-
acusarme, si algo tienen contra mí. blo. 7 Una vez presentado éste, los
20 Y si no, que éstos mismos digan judíos que habían bajado de Jeru-
si cuando comparecí ante el Sane- salén le rodearon, haciéndole muchos
drín, hallaron delitoalguno contra y graves cargos, que no podían pro-
mí, 21 como no fuera ésta mi decla- bar, 8 replicando Pablo que ni contra
ración,que yo pronuncié en medio la Ley de los judíos, ni contra el
de Por la resurrección de los
ellos: templo, ni contra el César había
muertos soy juzgado hoy ante vos- cometido delito alguno. 9 Pero Fes-
otros. to (1), queriendo congraciarse con
22
que sabía bien lo que se
Félix, los judíos, se dirigió a Pablo y le
camino, difirió la causa,
refiere a este dijo: ¿Quieres subir a Jerusalén y
diciendo: Cuando venga el tribuno allí ser juzgado ante mí de todas estas
Lisias fallaré vuestra causa. 23 Y acusaciones? 10 Pablo contestó: Estoy
mandó centurión que le guardase,
al ante el tribunal del César; en él debo
dejándole cierta libertad y permi- ser juzgado. Ninguna injuria he hecho
tiendo que los suyos le asistiesen. a los judíos, como tú bien sabes.
24 11 Si he
Pasados algunos días, vino Félix cometido alguna injusticia o
con su mujer Drusila, que era judía, crimen digno de muerte, no rehuso
e hizo venir a Pablo y le escuchó morir. Pero si no hay nada de todo
acerca de la fe en Cristo. 25 Diser- eso de que me acusan, nadie puede
tando él sobre la justicia, la conti- entregarme a ellos: Apelo al César.
12
nencia y el juicio venidero, se llenó Festo entonces, después de hablar
Félix de terror. Al fin le dijo: Por con los de su consejo, respondió: Has
ahora retírate; cuando tenga tiempo apelado al César: al César irás.
volveré a llamarte. 28 Entretanto,
esperando que Pablo le diese dine- (i) El sucesor de Félix, Porcio Festo, se
ro (1), le hizo llamar otras veces muestra muy otro de aquél. Pero, como recién
y conversaba con él. 27 Transcurri- llegado e ignorante de los negocios, quiere,
por una parte, hacer justicia a Pablo, mas por
otra quiere condescender con los deseos de los
(i) Félix era hermano de Palante, favorito judíos. Pablo, cansado ya de tan larga dilación,
de Nerón, y según Tácito, gobernó la provin- apela al César, haciendo uso de su derecho de
cia tiránicamente hasta que, caído su hermano, ciudadanía romana. Así preparaba el cumpli-
fué destituido. Pablo fué una de las victimas miento de lo que el Señor le habla dicho: que
de su arbitrariedad. daría testimonio de El en Roma (23, 11).

79
1 250 APÓSTOLES, 26

Pablo expone sil cansa anle el que me parece fuera de razón enviar
rey A<jripa. un preso y no informar acerca de las
acusaciones que sobre él pesan.
13 Transcurridos algunos 1
Dijo Agripa a Pablo: Se te per-
días, el
rey Agripa y Berenice llegaron a mite hablar en tu defensa.
Cesárea para saludar a Festo. 14 Ha-
biendo pasado allí varios días, dió 'Entonces Pablo, tendiendo la
*"
cuenta Festo al rey del asunto de mano, comenzó así su defensa:
Pablo, diciendo: Aquí hay un hombre Por dichoso me tengo, rey Agripa,
2
que fué dejado preso por Félix, al de poder defenderme hoy ante ti
cual, cuando yo estuve en Jerusalén, de todas las acusaciones de los judíos;
3
acusaron los "príncipes de los sacer- sobre todo, porque tú conoces las
dotes y los ancianos de los judíos, costumbres de los judíos y las contro-
pidiendo su condena. 18 Yo les con- versias que existen entre ellos. Te
testé que no es costumbre de los pido, pues, que me escuches con pa-
romanos entregar (1) a un hombre ciencia. * Todos los judíos conocen
cualquiera sin que al acusado, en cómo he vivido yo desde el principio
presencia de los acusadores, se 1c dé de mi juventud en Jerusalén, en
lugar para defenderse de la acusa- medio de mi pueblo; 8 y si quisieren
ción. dar testimonio, saben de mucho
17 tiempo atrás que viví como fariseo,
Habiendo, pues, venido ellos
aquí a mí, luego al día siguiente, sen- según la secta más estrecha de nuestra
tado en el tribunal, ordené traer al religión. 8 Al presente estoy sometido
hombre ese. 18 Presentes los acusa- a juicio por la esperanza en las pro-
dores, ningún erimen adujeron de mesas hechas por Dios a nuestros
19 padres, 7 cuyo cumplimiento nues-
los que yo sospecha-ba, sólo cues-
tiones sobrepropia superstición
su tras doce tribus, sirviendo continua-
y de cierto Jesús muerto, de quien mente a Dios día y noche, esperan
Pablo asegura que vive. 20 Vacilan- alcanzar. Pues por esta esperanza,
do yo en la investigación, le dije ¡oh revi, soy yo acusado por los ju-
que si quería ir a Jerusalén y ser díos.
8
allí juzgado. 21 Pero Pablo interpuso ¿Tenéis por increíble que Dios
apelación para que su causa fuese resucite a los muertosT • Yo me creí
reservada al conocimiento del Au- en el deber de hacer mucho contra
gusto, y asi ordené que se le guar- el nombre de Jesús Nazareno. 10 Y lo
dase, hasta que le pueda remitir al hice en Jerusalén, donde encarcelé
César. a muchos de los santos, con poder
22 que para ello tenía de los príncipes
Dijo Agripa a Festo: Tendría
gusto en oír a ese hombre. Mañana, de los sacerdotes, y cuando eran
dijo, le oirás. 23 Al otro día llegaron muertos, yo daba mi voto. 11 Muchas
Agripa y Berenice, con gran pompa, veces por todas las sinagogas los
y entrando en la audiencia con los obligaba a blasfemar a fuerza de cas-
tribunos y personajes conspicuos de tigos, y loco de furor contra ellos, los
la ciudad, ordenó Festo que Pablo perseguí hasta en las ciudades extrañas.
fuera llevado. 24 Y dijo Festo: 12
Para esto mismo iba yo a Da-
Rey Agripa y todos los que estáis masco, con poder y autorización de
13
présenles: lie ahí a esle hombre los príncipes de los sacerdotes; y
contra quien toda la muchedumbre al mediodía, ¡oh reyl, vi en el camino
de los judíos en Jerusalén y aquí una luz del ciclo, más brillante que
me instaban gritando que no es digno el sol, que me envolvía a mí y a los
de la vida. 25 Pero yo no he hallado que me acompañaban. 14 Caídos todos
en él nada que le haga reo de muerte, a tierra, oí una voz que me decía
y habiendo él apelado al César, he en lengua hebrea: Sanio, Saulo, ¿por
resuelto enviarle a él. 29 Por esto le qué me persigues? Duro te es dar
18 Yo con-
he mandado conducir ante vosotros, coces contra el aguijón.
y especialmente ante ti, rey Agripa, testé: ¿Quién Señor? El Señor
eres,
a fin de qre con esta inquisición me dijo: Yo soy Jesús, a quien tú
tenga yo qué poder escribir; 27 por- persigues. 18 Levántate y pon le en
pie (1), pues para esto me he dejado
(t) Entregar aquí equivale a condenar, pues
la entrega era a los encargados de ejecutar la (i) En este discurso el Apóstol no hace
sentencia. mención de A ríanlas, e insiste en su primera
APÓSTOLES, . 27 1251

ver de para hacerte ministro y


ti, Do viaje para liorna.
testigo de 10 que has visto y de !o
que te mostraré aún, 17 librándote 2*7 1
Cuando estuvo resuelto que
del pueblo y de los gentiles, a los emprendiésemos
navegación a
la
cuales yo te envío 18 para que les Italia (1), entregaron a Pablo y a
abras los ojos y que se conviertan algunos otros presos en manos de un
de las tinieblas a la luz y del poder centurión llamado Julio, de la co-
de Satanás a Dios y reciban la rcmi- horte Augusta. 2 Embarcados en una
sión d? los pecados y la herencia nave de Adramecia, que estaba para
entre !os debidamente santificados hacerse a la vela para los puertos de
por la fe en mí. Asia, levamos anclas, llevando en
19
No fui, ¡oh rey Agripal, desobe- nuestra compañía a Aristarco, mace-
diente a la visión celestial, 20 sino donio de Tesalónica. 3 Al otro día
que primero a los de Damasco, luego llegamos a Sidón, y Julio, usando
a los de Jerusalén y por toda la con Pablo de gran humanidad, le
región de Judea y a los gentiles, permitió ir a visitar a sus amigos y
anuncié la penitencia y la conversión proveer a sus necesidades. 4 De allí
a Dios, por obras "dignas de peni- levamos anclas, y a causa de los
tencia. 21 Sólo por esto los judíos, al vientos contrarios navegamos a lo
cogerme en el templo, intentaron largo de Chipre, y atravesando los
quitarme la vida. 22 Pero gracias al mares de Cilicia y Pamfilia, llegamos
socorro de Dios, persevero firme hasta a Mira de Licia; 6 y como el centu-
hoy, dando testimonio a pequeños rión encontrase allí una nave alejan-
y a grandes, y no enseñando otra drina que navegaba a Italia, hizo
cosa sino lo que los profetas y Moisés que nos trasladásemos a ella. 7 Na-
han dicho que había de suceder: vegando durante varios días lenta-
23 que
el Mesías había de padecer, mente y con dificultad, llegamos frente
y siendo el primero en la resurrec- a Gnido; luego, por sernos contrario
ción de los muertos, había de anun- el viento, bajamos a Creta junto a
8
ciar fa luz al pueblo y a los gentiles. Salmona; y costeando penosamente
24Defendiéndose él de este modo, la llegamos a cierto lugar lla-
isla,
dijo Festo en alta voz: ¡Tú estás mado Puerto Bueno, cerca del cual
loco, Pablo! Las muchas letras te está la ciudad de Laséa.
han sorbido el juicio. 25 Pablo le 9
Transcurrido bastante tiempo y
contestó: No estoy loco, nobilísimo siendo peligrosa la navegación por
Festo; lo que digo son palabras de ser ya pasado el ayuno (1), les
verdad y sensatez. 26 Bien sabe el advirtió Pablo, 10 diciendo:
Veo, ami-
rey estas cosas, y a él hablo confia- gos, que la navegación va a ser
damente, porque estoy persuadido penosa, y peligrosa, no sólo para la
de que nada de esto ignora, pues carga y la nave, sino también para
no son cosas que se hayan hecho en nuestras personas. 11 Pero el centu-
un rincón. 27 ¿Crees, rey Agripa, en rión di ó más crédito al piloto y al
los profetas? Yo sí que creo. patrón del barco que a Pablo; 12 y
28
Y dijo Agripa a Pablo: Poco por ser el puerto poco a propósito
más, y me persuades a que me haga para invernar en él, la mayor parte
cristiano. 29 Y Pablo: Por poco más fué de parecer que partiésemos de
o por mucho más, pluguiese a Dios allí, a ver si podríamos alcanzar
que no sólo tú, sino todos los que Fenice e invernar allí, por ser un
me oyen se hicieran hoy tales como puerto de Creta que mira contra el
lo soy yo, aunque sin estas cadenas. nordeste y sudeste. 13 Comenzó a soplar
30 Se levantaron el rey
y el pro- el solano y creyeron que se lograría
curador, Berenice y cuantos con ellos su propósito.
31
estaban sentados; y al retirarse
se decían unos a otros: Este hombre
(i) Este relato del viaje por mar, desde
no ha hecho nada que merezca la Cesárea hasta Pozzuoli, cerca de Ñapóles, es
muerte o la prisión. 32 Y Agripa el documento más interesante que nos ha de-
dijo a Festo: Se le podría poner en jado la antigüedad sobre semejante tema, y está
libertad, si no hubiera apelado al hecho con toda la precisión técnica que el asufi-
César. to requería.
(i) El día de ayuno judío, el io del mes
séptimo, que correspondía a septiembre u octu-
conducta contra los cristianos y en la visión bre. Por este tiempo se suspendía la navegación,
divina. pues comenzaba a ser peligrosa.
1252 APÓSTOLES, 28

Levando anclas, fueron costeando día, Pablo exhortó a todos a tomar


más de cerca la isla de Creta; 14 mas alimento, diciendo:
de pronto se desencadenó sobre ella Catorce días hace hoy que estamos
un viento impetuoso llamado eura- ayunos (1) y sin haber tomado cosa
quilón (NE), 15 que arrastraba la alguna. 34 Os exhorto a tomar ali-
nave sin que pudiera resistir, y nos mento, que nos es necesario para nues-
dejamos ir a merced del viento. tra salud, pues estad seguros de que
16 Pasando por debajo de una islita ni un solo cabello de vuestra cabeza
llamada Cauda, a duras penas pudi- perecerá. 85 Y
diciendo esto, dió
mos recoger el esquife. 17 Una vez gracias a Dios delante de todos, y
que lograron izarlo, ciñeron por de- partiendo el pan comenzó a comer.
36 Animados
bajo la nave con cables, y luego, ya todos, tomaron tam-
temiendo no fuesen a dar en la Sirte, bién alimento. 87 Eramos los que en
plegaron las velas y se dejaron ir a la nave estábamos doscientos setenta
merced del viento. 18 Al día siguiente, y seis. 38 Cuando estuvieron satisfe-
fuertemente combatidos por la tem- chos aligeraron la nave, arrojando
pestad, aligeraron, y al tercer día trigo al mar.
89
arrojaron por sus propias manos los Llegado no conocieron la
el día,
aparejos. 20 En varios días no apare- tierra, pero vieron una ensenada
cieron el sol ni las estrellas, y conti- que tenía playa, en la cual acordaron
nuando con fuerza la tempestad, perdi- encallar la nave, si podían. 40 Levando
mos al fin toda esperanza de salvación. las anclas, se abandonaron al mar,
12 Habíamos
pasado largo tiempo y sueltas las amarras de los timones e
sin comer, cuando Pablo se levantó izado el artimón, empujados por la
y dijo: Mejor os hubiera sido, amigos, brisa, se dirigieron a la playa. 41 Lle-
atender a mis consejos: no hubiéra- gados a un sitio que daba a dos mares,
mos partido de Creta y nos hubié- encalló la nave, e hincada la proa
ramos ahorrado estas penas y daños. en la arena, quedó inmóvil, mientras
22 Pero cobrad ánimo, porque
sólo que la popa era quebrantada por la
la nave, ninguno de nosotros, pere- violencia de las olas. 42 Propusieron
cerá. 23
Esta noche se me ha apare- los soldados matar a los presos, para
cido un ángel de Dios, cúyo soy y que ninguno escapase a nado; 48 pero
a quien sirvo, - 4 que me dijo: No el centurión, queriendo salvar a Pa-
temas, Pablo, comparecerás ante el blo, se opuso a tal propósito y ordenó
César, y Dios te hará gracia de todos que quienes supieran nadar se arroja-
los que navegan contigo. 25 Por lo sen los primeros y saliesen a tierra,
44
cual, cobrad ánimo, amigos, que yo y los demás saliesen, bien sobre ta-
confío en Dios que así sucederá como blas, bien sobre los despojos de la
se me ha dicho. Sin duda daremos nave. Y así todos se salvaron.
con una isla.
27
Llegada la décimacuarta noche En la isla de Multa.
en que así éramos llevados de una a
1 Una vez que estuvimos
otra parte por el mar Adriático,
hacia la mitad de la noche sospe-
2$ salvo, supimos que la isla se
en

charon los marineros que se halla- llamaba Malta. 2 Los bárbaros nos
ban cerca de tierra, 28 y echando la mostraron singular humanidad; en-
sonda, hallaron veinte brazas; y cendieron fuego y nos invitaron a
luego de adelantar un poco, de nuevo todos a acercarnos a él, pues llovía
echaron la sonda y hallaron quince y hacia frío. 3 -Juntó Pablo un montón
brazas. 29 Ante el temor de dar en de ramaje, y al echarlo al fuego, una
algún bajío, echaron a popa cuatro víbora que huía del calor le mordió
áncoras y esperaron a que se hiciese en la mano. 4 Cuando vieron los
de día. 30 Los marineros, buscando bárbaros al reptil colgado de su
huir de la nave, trataban de echar al mano, dijeron: Sin duda que éste es
agua el esquife, con el pretexto de un homicida, pues escapado del mar,
echar las áncoras de proa.
81Pablo advirtió al centurión y (i) No es posible tomar las palabras como
a los soldados: Si éstos no se quedan suenan, que los hombres de la nave hubieran
pasado catorce días sin comer, y ademas lu-
en la nave, vosotros no podréis sal-
chando contra el temporal. Parece debe enten-
varos. 82 Entonces cortaron los sol- derse en sentido hiperbólico, de que en todo
dados los cables del esquife y lo aquel tiempo no habrían hecho ninguna comida
33
dejaron caer. Mientras llegaba el formal y en reposo, como entonces lo podían hacer
APÓSTOLES, 28 1253

la Justicia le persigue. 5
Pero él contra el pueblo ni contra las cos-
sacudió el reptil sobre el fuego y no tumbres patrias. 18 Preso en Jeru-
le vino mal alguno,
6 cuando ellos salén, fui entregado a los romanos,
esperaban que pronto se hincharía los cuales, después de haberme inte-
y caería repentinamente muerto. Luego rrogado, quisieron ponerme en liber-
de esperar bastante tiempo, viendo tda, por no haber en mí causa ninguna
que nada extraño se le notaba, mu- de muerte; 19 mas oponiéndose a
daron de parecer y empezaron a ello los judíos, me vi obligado a apelar
decir que era un dios. al César, no para acusar de nada a
7
Había en aquellos alrededores un mi pueblo. 20 Por esto he querido
predio que pertenecía al principal veros y hablaros. Sólo por la espe-
de la isla, de nombre Publio, el cual ranza de Israel llevo estas cadenas.
21
nos acogió y por tres días amisto- Ellos le contestaron: Nosotros
samente nos hospedó. 8 El padre ninguna carta hemos recibido de
de Publio estaba postrado en el lecho, Judea acerca de ti, ni ha llegado nin-
afligido por la fiebre y la disentería. gún hermano que nos comunicase cosa
Pablo se llegó a él, y orando, le impuso alguna contra ti. 22 Querríamos oír
las manos y le sanó. 9 A la vista de de ti lo que sientes, porque de esta
este suceso, todos los demás que en secta sabemos que en todas partes
la isla padecían enfermedades venían se la contradice. 23 Le señalaron día y
y eran curados. 10 Ellos a su vez vinieron a su casa muchos, a los
nos honraron mucho, y al partir nos cuales expuso la doctrina del reino
proveyeron de lo necesario. de Dios, y desde la mañana hasta la
11
Pasados tres meses, embarca- noche los persuadía de ser Dios
mos en una nave alejandrina, que Jesús el Mesías. 24 Unos creyeron lo
había invernado en la isla y llevaba que les decía, otros rehusaron creer.
por insignia los Dióscoros. 12 Arri- 25 No habiendo acuerdo entre ellos,

bados a Siracusa, permanecimos allí se separaron, y Pablo les dijo estas


tres días; 13 de allí, costeando, llega- palabras: Bien habló el Espíritu Santo
mos a Regio, y un día después co- por el profeta Isaías a vuestros pa-
menzó a soplar el sur, con ayuda del dres, 26 diciendo:
cual llegamos al segundo día a «Vete a ese pueblo y diles: Con |

Pozzuoli, 14 donde encontramos her- los oídos oiréis, pero no entende-


manos que nos rogaron permanecer réis, mirando miraréis, pero no veréis;
|

con ellos siete días.


15
Y
así llegamos a
27
porque se ha embotado el cora-
Roma. De allí los hermanos que zón de este pueblo y sus oídos se
|

supieron de nosotros nos vinieron han vuelto torpes para oír, y sus |

al encuentro (1) hasta el Foro de ojos se han cerrado, para que no |

Apio y Tres Tabernas. Pablo, al vean con los ojos ni oigan con los
|

verlos, dió gracias a Dios y cobró oídos, ni con el corazón entiendan


|

ánimo. 16 Cuando entramos en Roma, y se conviertan y los sane.»


permitieron a Pablo morar en casa 28 Sabed, pues, que esta salud
de
suya, con un soldado que tenía el Dios ha sido ya comunicada a los
encargo de guardarlo. gentiles y éstos oirán. 29 Y habiendo
17
Al cabo de tres días, convocó Pa- dicho esto, los judíos salieron, te-
blo a los primates de los judíos, y niendo entre sí gran contienda.
cuando estuvieron reunidos, les dijo: 30 Dos años enteros
permaneció en
Yo, hermanos, no he hecho nada (2) una casa alquilada, donde recibía a to-
dos los que venían a él, 31 predicando
(i) La noticia de que el Apóstol se acercaba el reino de Dios y enseñando con toda
a la capital le precedió a Roma, y sin duda libertad (1) y sin obstáculo lo
algunos de los muchos amigos que, según la tocante al Señor Jesucristo.
epístola a los Romanos, tenía en Roma, le
salieron al encuentro. Llegado a la ciudad, fué
puesto en prisión doméstica. Pablo vivía en de Isaías, que por quinta vez aparece en el
una casa alquilada, ligado con una cadena a un Nuevo Testamento, siempre al mismo propósito.
pretoriano, encargado de su custodia. En la Este versículo no dice expresamente
(i)
casa vivía con sus amigos y podía recibir visitas. que el Apóstol hubiera sido absuelto; pero, en
(a) Sus primeras palabras son sobre su verdad, fuera de la expresión formal, es difícil
causa, a fin de que los judíos no la entorpeciesen hallar una manera de decirlo que deje menos
con sus influencias. Luego pasa a persuadirles lugar a duda. El pretor que en nombre de Ne-
la verdad del Evangelio, con el resultado de rón había de fallar su causa, era Afranio Burro,
siempre: algunos creen, otros se muestran re- hombre íntegro, amigo de Séneca y, como él,
beldes, y San Pablo les repite a todos el texto maestro de Nerón.
INTRODUCCION GENERAL A LAS EPISTOLAS
DE SAN PABLO

CAULO era natural de


Tarso, capital de la Ci-
licio, gran centro comercial y
cultural a la mz. Los padres
del Apóstol eran judíos, fari-
seos. En esta ciudad vivió hs
primeros años de su vida, y
en la casa de sus padres y en
la sinagoga, que no podía
faltar en Tarso, aprendió las
¡trímeras letras y hs timen-
tos de li ciencia sagrada.
Para pe fecionarse en ella
fué enviado a Jerusalén, y
en la escuela de Gama lie l,
maestro no menos' ilustre por
su ciencia que por la gra-
vedad de sus costumbres, hizo
sus estudios hasta alcanzar
la perfección de aquí lia cien-
cia, que era el más rico tesoro
de Israel, manteniéndose fiel
a la sectaque había aprendido
a amar en casa üe su padre.
No conoció personalmente a
Jesús; pero cuando San Esteban comenzó a predicar entre los judíos helenistas la
abrogación de la Ley, del templo y de toda la economía judía, Sanio sintió su
corazón de sincero fariseo conmoverse ante aquella doctrina y se sublevó contra
ella. En el martirio del Protomártir tomó parte, guardando los vestidos de quienes,
por haber sido testigos, tenían el deber de arrojar las primevas piedras. L>uy>
se dio a perseguir a los fieles, entrando en las casas y sacando de ella» a
hombres y mujeres, para que fuesen castigados. Este alo por la causa de su
nación le g'inó la confianza de las autoridades judías, que le dieron cartas para
las sinagogas de Damasco, para promover allí la persecución y traer presos a
hs fieles de aqtiella ciudad.
El relato de su conversión nos lo hace San Lucas con la objetividad de un
historiador, y luego el mismo Apóstol en dos discur. os de abogado, en hs que
pone de relieve éste o el otro punto, según veía convenir para su defensa. El
programa que e.l Señor Ir comunicó por medio de A minias fué éste: que había de
1256 SAN PABLO
llevar el nombre de Jesús a las naciones y a los hijos de Israel, y padecer mucho
por ese mismo nombre. Luego comenzó a predicar en las sinagogas de Damasco,
con gran admiración de los judíos. Pasó tres años en las regiones próximas a
Damasco, ignoramos si predicando, o más bien meditando y rehaciendo su
ispiritu a la luz de su nueva fe y de las revelaciones que el Señor le comunicaba.
Pasados aquellos años, vuelve a Damasco, de donde tuvo que salir descolgado
en una espuerta por el muro, para escapar a las manos de los judíos y de las
gentes de Arctas IV, rey de los nabateos, que entonces reinaba en Damasco.
Llegado a Jerusalén, se encontró con el vacio, porque nadie se fiaba de él. Ber-,
nabé se hizo su introductor cerca de los Apóstoles, pero pronto, por revelación
del Señor, partió para su tierra.
Nada sabemos de sus ocupaciones en Cilicia, de donde vino a sacarle Ber-
nabé para llevarle a campo 7ncís apropiado para él, Antioquía, donde la fe era
acogida con mucha alegría por los gentiles. Por el año 45, en virtud de una orden
del Espíritu Santo, Saulo, en compañía de Bernabé y de Juan Marcos, sobrino de
éste, emprende su primera misión desde Antioquía, por Chipre, hacia Pamfilia,
Pisidia y Licaonia, volviendo otra vez a Antioquía después de tres años de gran-
des éxitos y de no menores penalidades (45-48). En seguida hubieron de partir
los dos amigos para Jerusalén a defender la causa de los gentiles contra las
exigencias de los fariseos convertidos. Vueltos a Antioquía triunfantes, Saulo,
en compañía de Silas, se dirige por la Cilicia a visitar las iglesias del Asia
Menor, y continuando su viaje llegó a Tróade, donde una visión divina le obligó
a pasar a Etiropa. Recorre las provincias de Maccdonia y Acaya, deteniéndose
en las ciudades en que habia sinagogas judías, Filipos, Tcsalónica, Berea,
Atenas y Corinto. En esta ciudad se detuvo año y medio, y luego por mar, haciendo
escala en Efeso, vuelve a Antioquía. Nuevamente se pone en viaje y, atravesando
el Asia Menor, llega a Efeso, donde predica el Evangelio con gran éxito por
espacio de fres años. Los devotos del gran santuario de Artemisa promueven
una sublevación, y Pablo sale de la ciudad, dirigiéndose por Macedonia a Co-
rinto. De aquí vuelve, por el mismo camino hasta Tróade, y costeando el Asia,
llega al fin a Cesárea de Palestina y sube a Jerusalén, donde a los pocos días
es preso. Dos años de prisión en Cesárea, más de medio en su viaje a Roma
y otros dos preso en la capital del Imperio pusieron a prueba el ánimo diniimirn
de Pablo. Cuando en su segunda estancia en Corinto escribió la epístola a los
romanos tenía propósito firme de encaminarse a España. ¿ Conservaría esos
propósitos en los años de su prisión y los realizaría cuando fué puesto en liber-
tad? Muchos dicen que sí, creyéndose apoyados por testimonios de algunos Padres.
Según las epístolas de la cautividad y las pastoral s, Pablo se volvió a Oriente,
estuvo en Efeso, en Creta, en Acaya y luego volvió a Roma, donde murió, decapi-
tado, durante el i fu per io de Nerón.
No parece que Saulo asistiese a las clases de gramática, retórica o filosofía
(//'<' gris, que abundaban en la ciudad de Tarso. De la lengua y de la cultura
gi <( gas "ólo poseía aquellos conocimii nlos que un küntbrt inteligente puede adqui-
rir en el hogar familiar, en el trato con sus conciudadanos, en la vista de tos
monumintiis y de tulas las manifestaciones de la vida social. Al contrario,
estudió y aprendió lo ciencia de Israel, encerrada en la Sagrada Escritura y
en las exposiciones <l< /'••>'doctores. Estos se dividían en varias escuelas, y Sattlo
perteneció a la más rigurosa de todas, que era li de hs fariseos. Conforme a los
principias hermenéuticas de los rabinos, aprendió a interpretar la Escrittira
Estos principios eran muy otros que los ác nut st r a Hermenéutica científica
mas para <ll>s tenían valor. Entre estos principios había algunos más funda
mentóles. Eran éstos el cuna pto de la justicia y dt l modo de adquirirla por la
estriña ohs< rancia di lu ley, los privilegios de Israel ti razón de ser el puebU
i <

de. Dios, il cunee pin dt I reino mesiánico y di I rey Mesías.


SAN PABLO 1257

Cuando Saulo fué derribado en el camino de Damasco, también lo fué del


andamiaje de estos principios, con ayuda del cual pensaba elevarse a la cumbre
de la perfección y alcanzar la vida eterna. Entonces le fué preciso retraer su
espíritu, reorganizando toda su, ciencia escrituraria y sus experiencias reli-
giosas sobre, la base de los nuevos principios, que la fe en Jesucristo había traído
a su alma. Entonces vio la economía divina de la revelación y la historia de
Israel ordenadas al misterio de la encarnación. Y todas las grandezas humanas,
que había soñado para Israel, las reputó por nada comparadas con las que veía
encerradas en la cruz de Cristo y en su resurrección.
La actividad apostólica de San Pablo se ejerció de viva voz, con aquella
palabra suya ardiente y comunicativa, que subyugaba las inteligencias y cauti-
vaba los corazones. (Hcch. 20, 17 ss.; 24, 24 ss.) Pero no pocas veces le fué
necesario hacer uso de. la escritura, escribiendo él mismo o dictando a otros
cartas con que atender a las consultas de las iglesias y a las demás necesidades
de su vida apostólica. No son estas epístolas suyas cartas familiares, ni tampoco
tratados doctrinales en los que pretenda el Apóstol exponer algunos puntos de
doctrina agotando la materia. Tienen de lo uno y de lo otro. Su alma, tan afec-
tuosa y comunicativa, escribiendo a iglesias o personas, que le estaban tan ínti-
mamente unidas, no podía prescindir de aquellos tonos y modos de decir que
son propios de amigos. Por otra parte, tampoco podía olvidar que, como padre,
doctor y apóstol de Jesucristo, escribía a aquellos a quienes ante todo debía la
verdad evangélica. Y estatuía su espíritu tan lleno de ella, la derrama a torrentes,
aun sin proponérselo, con las más insignificantes ocasiones.
El número de las epístolas que se han conservado es de catorce, divididas
en los siguientes grupos, por su orden cronológico: 1° Epístolas a los Tesaloni-
ce.nses, escritas desde Corinto en 51-52. 2.° Epístolas mayores, escritas en Efeso

y en el viaje de Efeso a Corinto en 55-57, y son las dos a los Corintios, la de


los Hálalas y la de los Romanos. 3." Las cuatro de la cautividad, enviadas desde
su prisión romana el año 62, a los Filipenses, Efesios, Colosenses y Filemón.
4. ° Las pastorales escritas en los postreros años de su vida, dos desde Grecia

y una desde Roma, y son la 1 de Timoteo, la de Tito, y la II de Timoteo; y


5. " La epístola a los Hebreos. Las de los dos primeros grupos son probablemente
los más antiguos escritos del N .T., anteriores a los mismos evangelios sinóp-
ticos: las del tercero y quinto grupo son de la época de los evangelios de San
Marcos y San Lucas y de los Hechos, escritas muy probablemente en Roma;
las otras del grupo 4." son poco posteriores a dichos evangelios y muy anteriores
a los escritos de San Juan.
Todas las epístolas tienen un plan general uniforme: después de un encabe-
zamientos de saludo, en que asocia a sí a sus compañeros, seguido de una intro-
ducción más o menos larga, en forma de alabanza o acción de gracias, sigue
una exposición de la doctrina evangélica o una defensa de la misma, luego una
exhortación a la práctica de la doctrina y vida cristianas, para acabar con saludos
y recomendaciones a particulares.
La tradición ha mirado como de San Pablo la epístola a los Hebreos, aunque
tan diferente en la redacción de las paulinas y no obstante admitir que el escri-
tor de ella sea otro que San Pablo. Estas observaciones, bien obvias, pudieran
venir muy a propósito para dar razón de ciertas diferencias en el estilo de las
epístolas, diferencias en que a veces se. apoyan los críticos heterodoxos para negar
al Apóstol, en todo o en parte, algunas epístolas. Claro que esto no iría en
nada contra la inspiración, total de los escritores que la Iglesia recibe como
obra de San Pablo. Admitiendo la inspiración de tantos escritos cuyos autores
se ignoran, no había razón para negarla a los secretarios de los Apóstoles.
1258 TESALONICENSES

INTRODUCCION A LAS DOS EPISTOLAS A LOS


TESALONICENSES

HT ESALONICA, hoy Sulónica, situada en el fondo del. golfo Térmico, se llamo


* primero Termo. Casundro la agrandó, convirtiéndola en ciudad importante y
dándole il nombre de SU mujer, hermana de Alijandro Magno, Tesalónica (315).
Los romanos, al convertir la Maeedonia en provincia de su Imperio (167), desig-
naron a Tesalónica como capital de la cuarta demarcación en que la provincia
quedaba dividida. En la época de San Pablo era una ciudad importante y puerto
de gran tráfico. Tenia una numerosa colonia judía con su sinagoga, y en torno
dt ella muchos prosélitos del judaismo, entre l>s cuales no pocas mujeres prin-
cipales.
Llegó San Pablo a Tesalónica en su segunda misión, cuando, obligado a
deja>- FUipos, se dirigía por la via de Grecia hacia 1 Occidente, buscando campos
i

a limpiados para sembrar la palabra evangélica. Según su costumbre:, se fué


a ta sinagoga y por tres sábados expuso a los asistentes a ella el mensaje que
traía. El resultado fué el de siempre: muchos prosélitos abrazaron la fe, y con
ellos algunos judíos, pero la mayoría de éstos se volvió contra el predicador, •

suscitando un motín que le obligó a partir hacia Berea. Aquí encontró mtjor
aeóg da n la sinagoga; mas, sobreviniendo los judíos de Tesalónica, se inó for-
<

zado a salir camino de Atenas. A'ttt, a las tristezas que le causaba ver aquella
ilustrt ciudad tan dada a la idolati ¡a y el escaso éxito de su predicación a judíos

y gentiles, vinieron a añadirse las ansiedades por la suerte de sus queridos tesa-
louieeuses, que había dejado n medio de la tormenta sin una perfecta formación
i

cristiana y sin la debida organización. Desde Atenas envió a Timoteo para


informarse del estado de aquí lia cristiandad y acabar la obra comenzada de su
organización. Volvió Timoteo a San Pablo, que ya había pasado a Corinto,
eon las mejores noticias que el Apóstol podía desear sobre la firmeza en la fe
de aquellos fieles y su adhesión a la persona de sti maestro y padre espiritual.
También le trajo la noticia de que algunos, llevados de la idea de la próxima
e, inda del Señor, llevaban una riela haragana, sin trabajar y comiendo a casta

dv Uis otros.
San Pablo, al oír tales noticias, escribe la primera carta, desahogando su
corazón en acción de gracias al Si ñor ( 1 ); recuerda cómo había predicado el
Evang lio en Tesalónica (2), las calamidades que pasó después de su partida (3), ,

y amonesta a sus hijos a la castidad, al trabajo y a la práctica de la vida cris- 1


liaría (4, 1-12), advirtiéndoles que no se inquieten por la inminencia de la partí- i
sia o segunda venida del Señor ( 4, 13-18 ) y velen en el cumplimiento de la volun- 1
t.ad de Dios (ó).
M
esta primera epístola volvió al A póstol con buenas noticias sobre
El portador de
la acogida que había tenido su carta, pero Pablo creyó necesario insistir aún enM
los puntos tratados en la primera, sobre todo en el de la parusia, porque los ilusosU
no se reducían a la vida laboriosa, ocasionando no pequeños trastornos en aqucllaU
naciente cristiandad. Comienza también la 2.» epístola por la acción de gracias^
a Dios ( ); insiste luego en el punto de la inminencia de la parusia (2), y t'rmindU
1

son una apremiante exhortación al trabajo y a la vida cristiana (3). El tcmi^M


caliente de estas epístolas es el de la escatologia. Ambas fueron escritas en Co-fl
rinto, con pocos meses de intermedio, a los comienzos de la predicación del Apósto^M
en esta ciudad (51-52).
TESALONIOENSES h 1. 2 1259

I A LOS TES ALONICENSES

Salutación. Cómo ejerció Pablo su ministerio


en Tesalónica.
1
-1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la
1 hermanos,
* de Tesalónica, en Dios
iglesia t) Bien sabéis, que
Padre y en el Señor Jesucristo, gra- ~ nuestra llegada a vosotros (1)
cia y paz. no fué vana; 2 sino que después de
sufrir mucho y soportar muchas afren-
tas en Filipo, como sabéis, confiados
Fidelidad de la iglesia de Tesaló- en nuestro Dios, os predicamos el
nica al Evangelio. evangelio de Dios en medio de mu-
cha contrariedad. 3 sabéis tambiénY
2 que nuestras exhortaciones no pro-
Siempre estamos dando gracias a
Dios (1) por vosotros y recordán- cedían de error ni de concupiscen-
doos en nuestras oraciones, 3 ha- cia ni de engaño; 4 sino de que,
ciendo sin cesar ante nuestro Dios y probados por Dios, se nos había
Padre memoria de la obra de vues- encomendado la misión de evaüge-
tra fe, del trabajo de vuestra caridad lizar; y así hablamos no como quien
y de la perseverante esperanza en busca agradar a los hombres, sino
nuestro Señor Jesucristo, 4 sabedo- sólo a Dios, que prueba nüestri s
res de vuestra elección, amados de corazones. 5 Porque nunca, como
Dios. 5 Pues nuestro evangelio entre bien sabéis, hemos usado de lisonjas
vosotros no fué
en palabras,
sólo ni hemos procedido con propósitos
sino en poder Espíritu Santo
y en el de lucro, Dios es testigo; 6 ni hemos
y en plenísima confianza. Bien sabéis buscado la alabanza de los hombres,
cuáles fuimos con vosotros por amor ni las vuestras, ni las de nadie;
'

vuestro. 6 Os hicisteis imitadores y aun pudiendo hacer pesar sobre


nuestros y del Señor, recibiendo la vosotros nuestra autoridad como
palabra con gozo en el Espíritu Apóstoles de Cristo, 7 nos hicimos
Santo, aun en medio de grandes tri- como pequeñuelos. como nodriza Y
bulaciones, 7 hasta venir a ser ejem- que cría a sus niños, 8 así, llevados
plo para todos los fieles de Mace- de nuestro amor por vosotros, ([He-
donia y de Acaya. 8 Y
así de vosotros, ríamos no sólo daros el evangelio
no sólo se ha difundido la palabra de Dios, sino aun nuestras propias
del Señor en Macedonia y en Acaya, almas; tan amados nos vinisteis a
sino que en todo lugar vuestra fe ser.
en Dios se ha divulgado, sin que ten- 9
Ya os acordaréis, hermanos, de
gamos necesidad de decir palabra, nuestras penas y fatigas, y de cómo
9 pues
ellos mismos refieren la aco- día y noche trabajábamos para no ser
gida que nos hicisteis, y cómo os gravosos a nadie, y así os predica-
convertisteis de los ídolos a Dios, mos el evangelio de Dios. 10 Vosotros
para servir al Dios vivo y verdadero y Dios sois testigos de nuestra con-
y esperar del cielo a Jesús, su Hijo, ducta santa, justa, irreprochable para
a quien resucitó de entre los muertos,
quien nos libró de la ira venidera. (i) Para deshacer los muchos juicios que
los judíos, sus enemigos, propalaban sobre los
sentimientos del Apóstol hacia los tesaloni-
(i) En forma de acción de gracias, San censes, recuerda la forma en que se llevó a
Pablo desahoga su corazón por las buenas noti- cabo la evangelización de Tesalónica, cómo se
cias recibidas de Tesalónica. condujo él y cómo le recibieron ellos.
TESALONICENSES I. 3. 4 1261

que 11 que no pudiendo ya más, he


con los creíais. Sabéis sufrir
como un padre a sus hijos, así a mandado a saber de vuestro esta-
cada uno 12 os exhortábamos y alen- do en la fe, no fuera que el ten-
tábamos, y os conjurábamos a andar tador os hubiera tentado y se hiciese
de modo digno de Dios, que os llamó vana nuestra labor. 6 Ahora, con la
a su reino y gloria. 13 Por esto, ince- llegada de Timoteo y con las buenas
santemente damos gracias a Dios, noticias que nos ha traído de vues-
de que al oír la palabra de Dios tra fe y caridad y de la buena memoria
que os predicamos, la acogisteis no que siempre tenéis de nosotros, de-
como palabra de hombre, sino como seando vernos lo mismo que yo
palabra de Dios, cual en verdad es, a vosotros, 7 hemos recibido gran con-
y obra eficazmente en los que creeéis. suelo por vuestra fe en medio de
14 Hermanos, os habéis hecho imi- todas nuestras necesidades y tribu-
tadores de las iglesias de Dios en laciones. Ahora ya vivimos, sabiendo
Cristo Jesús de Judea, pues habéis que estáis firmes en el Señor. 9 ¿Pues
padecido de vuestros conciudadanos, qué gracias daremos a Dios en retorno
lo mismo que ellos de los judíos, de todo este gozo que por vosotros
15
de aquellos que dieron muerte al disfrutamos ante nuestro Dios, 10 oran-
Señor Jesús y a los profetas y nos do noche y día con la mayor instan-
persiguen, y no agradan a Dios y cia por ver vuestro rostro y com-
están contra todos los hombres; 16 que pletar lo que falte a vuestra fe?
impiden que se hable a los gentiles 11 Que el mismo Dios y Padre nues-
y se procure su salvación. Con esto tro y nuestro Señor Jesucristo dirija
colman la medida de sus pecados. hacia vosotros nuestros pasos, 12 y
Mas la ira viene sobre ellos y está os acreciente y haga abundar en
para descargar hasta el colmo. caridad de unos con otros y con
todos, lo mismo que la sentimos nos-
otros por vosotros, 13 a fin de forta-
Deseo del Apóstol de volver a ver lecer vuestros corazones y haceros
a los tesaloniccnscs, y su alegría irreprensibles en la santidad ante
por las buenas noticias acerca de Dios, Padre nuestro, a la venida de
ellos recibidas. nuestro Señor Jesús con todos sus
santos.
17
Hermanos, privados por el mo-
mento de vuestra vista, no de vues-
tro afecto, quisimos ardientemente Exhortación a la santidad, a la
volver a veros (1) cuanto antes, caridad y al trabajo.
18 menos yo,
y pretendimos ir, al
Pablo, una y otra vez, pero Satanás 1
Por lo demás, hermanos, os
nos lo estorbó. 19 ¿Pues cuál ha de 4 rogamos y amonestamos en el
ser nuestra esperanza, nuestro gozo, Señor Jesús, que andéis según lo
nuestra corona de gloria ante nuestro que de nosotros habéis recibido acerca
Señor Jesucristo a su venida? ¿No del modo en que habéis de andar y
sois vosotros? 20 Cierto, vosotros agradar a Dios, como andáis ya,
sois nuestra gloria y nuestro gozo. para adelantar cada vez más. 2 Bien
sabéis los preceptos que os hemos
O 1 Por
eso, no pudiendo sufrir más, dado en nombre del Señor Jesús.
determinamos quedarnos solos en 3 Porque
la voluntad de Dios es
Atenas, 2 y enviamos a Timoteo, vuestra santificación; que os abs-
nuestro hermano y ministro de Dios tengáis de la fornicación; 4 que cada
en el evangelio de Cristo, 3 a fin de uno sepa tener a su mujer en san-
que nadie se inquiete por estas tri- tidad y honor, 5 no con afecto libi-
bulaciones. Bien sabéis que para eso dinoso, como los gentiles, que no
estamos, * pues ya estando entre conocen a Dios; 6 que nadie se atreva
vosotros os lo prevenimos, que ha- a ofender en esto a su hermano,
bíamos de ser atribulados, como porque vengador en esto es el Señor,
5
sucedió, bien lo sabéis. Por esto, como antes os lo dijimos y atesti-
guamos; 7
que no nos llamó Dios a la
(i) Prosigue manifestando sus sentimientos
impureza, sino a la santidad.
8 Por
hacia ellos después de su partida de Tesalónica tanto, quien estos preceptos
y la conducta de los fieles,, que encomienda al desprecia, no desprecia al hombre,
Señor. sino a Dios, que os dió su Espíritu
12fi2 TESALONICENSES I. S

9
Santo. Tocante a la «-andad, no 1
Cuanto al tiempo y a las cir-
necesitamos escribiros, porque sabéis 5 cunstancias, no hay (1), her-
por Dios cómo habéis de amaros manos, por qué escribir. 2 Sabéis
unos a otros, 10 y practicáis esta bien que el día del Señor llegará
caridad con todos los hermanos que como el ladrón en la noche. 3 Cuando
hay en toda ta Macedonia. Todavía se dicen: "Paz y seguridad», entonces
os exhortamos, hermanos, a progresar de improviso les sobrevendrá la ruina,
más, 11 y a que os esforcéis por llevar como los dolores del parto a la pre-
una vida quieta, laboriosa en vues- ñada, y no escaparán. * Cuanto a
tros negocios, y trabajando con vues- vosotros, hermanos, no viváis en
tras manos, como os lo hemos reco- tiniebla, para que ese día no os sor-
mendado, 12 a fin de que viváis prenda como ladrón; 5 porque todos
honradamente a los ojos de 'os extra- sois hijos de la luz e hijos del día;
ños y no padezcáis necesidad. no lo sois de la noche ni de las tinie-
blas. 8 Por consiguiente, no os dur-
máis como los otros, antes bien
velad y vivid sobriamente. 7 Los que
La resurrección tic los muertos duermen, de noche duermen, y los
y la parusia. que se embriagan, de noche se em-
briagan. 8 Pero nosotros, hijos del
18
No queremos, hermanos, que día, seamos sobrios, revestidos de la
ignoréis lo tocante a la suerte de los coraza de la fe, del yelmo de la caridad
muertos, para que no os aflijáis (1) y de la esperanza de la salvación.
como los demás que carecen de espe- 9 Que
no nos destina Dios a la ira,
ranza. 14 Pues si creemos que Jesús sino a la salvación por nuestro Señor
murió y resucitó, ast también que Jesucristo, 10 que murió por nosotros,
Dios por Jesús tomó consigo a los para que en vida y en muerte este-
que se durmieron en El. 15 Os deci- mos siempre unidos a El. Así pues,
mos como palabra d^l Señor que consolaos mutuamente unos a otros,
nosotros, los vivos, no nos anticipa- como ya lo hacéis.
remos a los que se durmieron; 16 pues,
el mismo Señor, a una orden, a la
voz del arcángel, al sonido de la trom- Amonestaciones y saludos.
peta de Dios, descenderá del cielo (2),
12
y los muertos en Cristo resucitarán Os rogamos, hermanos, que aca-
17
primero; después nosotros, los téis los que laboran con vosotros
a
vivos, los que quedemos, seremos presidiéndoos en el Señor y amones-
arrebatados con ellos en las nubes, tándoos, 13 y que tengáis con ellos
al encuentro del Señor en los aires. mayor caridad por su labor, y que
18 Y
así estaremos siempre con el entre vosotros viváis en paz. 14 Tam-
Señor. Consolaos, pues, mutuamente bién os rogamos, hermanos, que amo-
con estas palabras. nestéis a los revoltosos, alentéis a los
pusilánimes, acojáis a los enfermos y
(i) En este tiempo hablan pasado a mejor seáis sufridos con todos. 15 Mirad
vida algunos de los fieles de Tesalónica. Los que ninguno vuelva a nadie mal por
tesalonicenses, absortos por la idea de la paru- mal, sino que en todo tiempo os
sia y pensando acaso que sólo podrían entrar
hagáis el bien unos a otros y a todos.
en el reino del cielo en compañía del Salvador, 14
sentían tristeza por la suerte de sus hermanos.
Estad siempre gozosos 17 y orad
San Pablo los consuela con la esperanza que sin cesar. 18 Dad en todo gracias a
tenemos en Jesucristo y de que carecen los Dios, porque tal es su voluntad en
gentiles. Cristo Jesús.
(a) En este versículo, San Pablo, se ex- 19
No apaguéis al Espíritu. 20 No
presa en una forma que pudiera dar motivo profecía. 21 Probadlo
despreciéis la
a creer que también pensaba como los tesalo-
nicenses. Pero sin duda que su pensamiento
todo y quedaos con lo bueno. 22 Abs-
es muy otro, puesto que los corrige, tratando de teneos hasta de la apariencia de mal.
23
reducirlos al sendero de la verdad y de la dis- El Dios de la paz os santifique
creción. Los que se hallen vivos al tiempo de
la venida del Señor no se anticiparán a los
muertos, antes a la voz del arcángel y al sonido (i) Aquí insistedoctrina que el Sal-
en la
de la trompeta que transmite los mandatos di- vador tanto evangelio, sobre
inculcara en
el

vinos resucitarán los muertos, luego se incor- la ignorancia de la segunda venida del Señor
porarán a ellos los vivos, y todos juntos saldrán y la necesidad de velar entretanto llevando una
al encuentro al Señor, que viene en las nubes. vida santa.
TESALON1UENSES II, %¡ 2 1263

26 Saludad a todos hermanos con


cumplidamente, y que se conserve los
entero vuestro espíritu, vuestra alma el ósculo santo. 27 Os conjuro por
y vuestro cuerpo sin mancha, para Jesucristo que esta epístola sea leída
la venida de nuestro Señor Jesucristo. a todos los hermanos. 28 La gracia
24 Fiel de nuestro Señor Jesucristo sea con
es el que os llama, y El hará.
26 Hermanos, orad por nosotros. vosotros.

II A LOS TESALONICENSES

Salutación. para que nuestro Dios os haga dignos


de su vocación, 12 y el nombre de'
"| 1
Pablo, Silvano y Timoteo, a la nuestro Señor Jesús sea glorificado
Iglesia de Tesalónica en Dios nues- en vosotros y vosotros en El, según
tro Padre y en el Señor Jesucristo, la gracia de Dios y del Señor Jesu-
2
gracia y paz sean con vosotros de cristo y con toda eficacia cumpla
parte de Dios Padre y del Señor todo su bondadoso beneplácito y la
Jesucristo. obra de vuestra fe.

Progresos de los tcsalonícenses Sobre la parusía.


en la fe y la caridad.
O 1
Por lo que hace a la venida de
3 Hemosde dar a Dios gracias ince- nuestro Señor Jesucristo y a nues-
santes por vosotros, hermanos; y es tra reunión con El, os rogamos, her-
esto muy justo, porque se acrecienta manos, 2 que no os turbéis de ligero,
en gran manera vuestra fe y va en perdiendo el buen sentido, y no os
progreso vuestra mutua caridad, 4 y alarméis, ni por espíritu ni por dis-
nosotros mismos nos gloriaremos de curso, ni por epístola, como si fuera
vosotros en las iglesias de Dios, por nuestra (1), que digan que el día
vuestra paciencia y vuestra fe en del Señor es inminente. 3 Que nadie
todas vuestras persecuciones y en en modo alguno os engañe, porque
5
las tribulaciones que soportáis. Todo antes ha de venir la apostasía y ha
esto es prueba del justo juicio de de manifestarse el hombre de la ini-
Dios, para que seáis tenidos por dig- quidad (2), el hijo de la perdición,
nos del reino de Dios, por el cual
padecéis.
6
Sí, es justo a los ojos de Dios retri- (1) Los que vivían inquietos con la inmi-
buir con tribulación a los que os nencia de la parusia debían de alegar profecías
antiguas o nuevas, y hasta alguna carta del
atribulan, 7 y a vosotros, atribulados, Apóstol. El procura volverlos al caTiino de la
con descanso en compañía nuestra en sensatez: no es cierto que sea inminente e! día
la manifestación del Señor Jesús, del Señor, puesto que su hora es un secreto
desde el cielo con sus milicias angé- del Padre. Después señala los sucesos que han
8
licas, tomando venganza en llamas de preceder a ese día.
de fuego sobre los que desconocen (2) Dos cosas precederán a ese día: primero
la apostasía, luego la aparición del Anticristo,
a Dios y no obedecen al Evangelio el hombre del pecado, que se levanta contra
de nuestro Señor Jesús. 9 Esos serán toda manifestación religiosa y acaba por de-
castigados a eterna ruina, lejos de la clararse a si mismo Dios y reclamar su culto.
faz del Señor y de la gloria de su De estas cosas ya había hablado el Apóstol a
poder, cuando venga para ser glori- sus discípulos. Qué es lo que impide la apa-
ficado en sus santos y admirado rición de ese hombre de pecado, ya lo conocían
por las enseñanzas de San Pablo los tesaloni-
aquel día en todos, por habernos
censes; pero nosotros lo ignoramos y no tene-
recibido vosotros, recibiendo por con- mos sobre esto más que conjeturas, entre las
siguiente nuestro testimonio. 11 Para cuales la más fundada parece la tomada de Da-
eso sin cesar rogamos por vosotros, niel, c. io. Los ángeles de Persia y Grecia
1264 TESALONICENSES II, 3

4
que se opone y se alza contra todo Exhortaciones y saludos.
lo que se dice Dios o es adorado,
hasta sentarse en el templo de Dios 3 1
Por lo demás, hermanos, orad
y proclamarse dios a sí mismo. por nosotros, para que la pala-
¿No recordáis que, estando entre
• bra del Señor se difunda y sea El
vosotros, ya os decía esto? 6 ahora Y glorificado como lo es entre vosotros,
sabéis qué es lo que le contiene, 2
y para que nos libre de los hombres
hasta que llegue el tiempo de mani- perversos y malvados, que no de
festarse. 7 Porque el misterio de ini- todos es la fe. 3 Pero fiel es el Señor,
quidad está ya en acción, sólo falta que os confirmará y guardará del
que el que le retiene sea apartado. maligno. 4 Confiamos en el Señor que
8
Entonces
se manifestará el inicuo, cumplís y cumpliréis lo que os hemos
a quien Señor Jesús matará con
el encomendado. 5 El Señor guíe vues-
el aliento de su boca, destruyéndole tros corazones en la caridad de Dios
con la manifestación de su venida. y en la paciencia del Cristo. 6 En
9
La venida del inicuo irá acompa- nombre de nuestro Señor Jesucristo
ñada del poder de Satanás (3), de os mandamos apartaros de todo her-
todo género de milagros, señales y mano que vive desordenadamente y no
prodigios engañosos, 10 y de seduc- sigue las enseñanzas que de nosotros
ciones de iniquidad para los desti- habéis recibido. 7 Sabéis bien cómo
nados a la perdición, por no haber debéis imitarnos, pues no hemos vi-
recibido el amor de la verdad para vido entre vosotros en ociosidad,
8
ser salvos. 11 Por eso Dios les envía ni de balde comimos el pan de
un poder engañoso para que crean nadie (1), sino que con afán y con
en la mentira, y sean condenados fatiga trabajamos día y noche, para
cuantos, no creyendo en la verdad, se no ser gravosos a ninguno de vos-
complacen en la iniquidad. otros. ' Y no porque no tuviéramos
13 Pero nosotros debemos dar ince- derecho, sino porque queríamos daros
santes gracias a Dios por vosotros, un ejemplo que imitar. 10 Y mien-
hermanos amados del Señor, a quie- tras estuvimos entre vosotros, os
nes Dios ha elegido desde el principio advertimos que el que no quiere
para haceros salvos por la santifi- trabajar, que no coma. 11 Porque
cación del espíritu y la fe verdadera. hemos oído que algunos viven entre
14 A ésta precisamente os llamó por vosotros en la ociosidad, sin hacer
medio de nuestra evangelización, para nada, sólo ocupados en curiosearlo
que alcanzaseis la gloria de nuestro todo. 12 A estos tales les ordenamos
Señor Jesucristo. 16 Manteneos, pues, y rogamos por amor del Señor Jesu-
firmes, y guardad las enseñanzas cristo, que, trabajando sosegada-
que recibisteis, ya de palabra, ya por mente, coman su pan. 13 Cuanto a
nuestras cartas. 18
El mismo Señor vosotros, hermanos, no os canséis
nuestro Jesucristo y Dios, nuestro de hacer el bien. 14 Y si alguno no
Padre, que de gracia os amó y os obedece este mandato que por la
otorgó una consolación eterna, una epístola os damos, a ése señaladle
buena esperanza, 17 consuele vuestros y no os juntéis con él, para que se
corazones y los confirme en toda avergüence. Mas no por eso le miréis
obra y palabra buena. como enemigo, antes corregidle como
a hermano. " El mismo Señor de la
luchan entre sí para defender la causa de los paz os conceda vivir en paz siempre
17 El saludo es de
pueblos que tienen encomendados. Miguel, uno y dondequiera.
de los más altos principes y defensor del pueblo mi mano, Pablo. Esta es la señal en
de Dios, toma parte en esta contienda en favor todas mis epístolas, así escribo. 18 La
del pueblo santo. Según esto, el obstáculo que gracia de nuestro Señor Jesucristo
se opone a la aparición del Anticristo seria este
sea con todos vosotros.
arcángel, principe de los ejércitos celestiales,
que velan sobre la Iglesia y la defienden. A pesar
de todo, el Anticristo trabaja, y el misterio de (i) El Apóstol hace varias veces alusión a
iniquidad, o sea las fuerzas del mal, va obrando sus anteriores enseñanzas de palabra a los tesa-
hasta que le llegue la hora del triunfo momen- lonicenses. Entre estas enseñanzas está la del
táneo, que Dios le tiene señalado en su provi- trabajo, para vivir honradamente y para ayudar
dencia. a los que no pueden trabajar. Es admirable el
(3) La fuerza del Anticristo procederá de equilibrio de aquel espíritu, a quien el haberse
Satán, para que con ella haga prodigios enga- elevado a las alturas de la contemplación no le
ñosos, pero capaces de seducir a los que no impide descender a las pequeñeces de la vida
acogieron la caridad y la verdad. material.
CORINTIOS I. 1 1265

INTRODUCCION A LA I A LOS CORINTIOS


/"* ORIN T O una ciudad importante, de gran comercio, a causa de su posi-
era
ción en istmo de su nombre y de sus dos puertos, el de Cenares, en el mar
el
Egeo, yeldeLequeo, en el golfo de Lepanto, que algo tnás tarde Nerón trató de
unir por un canal. La viuda I hubia sido levantada de sus ruinas por Julio César,
el año 44, y repoblada por gentes venidas de todas partes. Era su vida muy licen-
ciosa, como que su culto ri ligtoso era el de Venus, en sti suntuoso santuario situado
en la Acrocorinto. Los judíos habían también acudido allí y tenían una sinagoga,
muy frecuentada por los gentiles que más o menos simpatizaban con el judaismo.
En tiempo de San Pablo, Corinto era capital de la provincia de Acaya y resi-
dencia del procónsul romano.
San Pablo fundó esta cristiandad en su segundo viaje (51-53), comenzando
a predicar en la sinagoga, hasta que, expulsado de ella, se retiró con algunos
israelitas convertidos y muchos más gentiles (Act. 18, 6 ss.). La carta fué escrita
en Efeso, cuando, en su tercera misión, predicó en aquella ciudad por espacio
de tres años. Las comunicaciones comerciales entre Corinto y Efeso eran fáciles
y frecuentes, por tratarse de dos ciudades comerciales importantes. Por algunos
fieles de Corinto, que iban a Efeso para sus negocios, se enteró el Apóstol de la
situación poco satisfactoria de la cristiandad. Además, los fieles mismos le
dirigieron un largo capítulo de consultas. Con este motivo les escribió esta larga
epístola, por el 56.
El plan de la epístola, después del saludo y acción de gracias, es el siguiente:
1. a parte, corrección de abusos: a) Espíritu de partido (1. 10-4, 21). b) El caso
flil ncestuoso(ó).c) Los pleitos entre los fieles (6,1-11). d) La impureza ( 6, 12-20)
/

2. a parte, respuesta a las consultas: a) El estado de matrimonio y la virginidad (7).


b) Las carnes de los sacrificios (8, 1-11, 1). c) Disciplina de las reuniones
(11, 2-34). d) Los dones espirituales (12, 1-14, 40). e) La resurrección de los
muertos (15). f) Conclusión de la epístola (16).

I A LOS CORINTIOS
Salutación. Acción de n r acias por los dones
concedidos a los corintios.
1Pablo, por la voluntad de Dios
I llamado a ser Apóstol de Cristo 4
Doy continuamente gracias a
Jesús, y Sostenes, hermano, 2 a la Dios (1) por la gracia que os ha sido
iglesia de Dios, de Corinto, a los
santificados en Cristo Jesús, llama- (i) Después de su acostumbrado saludo, en
dos a ser santos, con todos los que que asocia a sus compañeros de apostolado,
invocan el nombre de nuestro Señor San Pablo da gracias a Dios por los bienes
que ha derramado sobre la cristiandad de Co-
Jesucristo en todo lugar, suyo y
rinto. Tenía el Apóstol muy impreso en el alma
nuestro: 3 la gracia y la paz de parte que la fe y los otros dones que la siguen son
de Dios, nuestro Padre, y de Jesu- gracia de Dios y no industria ni mérito del
cristo. hombre.
8o
1266 CORINTIOS I, 2

otorgada en Cristo Jesús, B porque la doctrina de la cruz de Cristo es


en El habéis sido enriquecidos en necedad para los que se pierden, pero
todo; en toda palabra y en todo cono- es poder de Dios para los que se
cimiento, 6 a la medida en que el salvan. 19 Según que está escrito:
testimonio de Cristo ha sido confir- «Perderé la sabiduría de los- sabios,
mado entre vosotros. 7 Así no esca- y reprobaré la prudencia de los pru-
seéis en don alguno, mientras llega dentes.»
para vosotros la manifestación de 20
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde
nuestro Señor Jesucristo, 8 que a su el letrado? ¿Dónde el disputador de
vez os confirmará plenamente, para las cosas de este mundo? ¿No ha
que seáis hallados irreprensibles en el hecho Dios necedad la sabiduría de
mundo? 21
día de nuestro Señor Jesucristo. 9 Pues este Pues por no haber
fiel es Dios, por quien habéis sido conocido el mundo
a Dios en la
llamados a participar con Jesucristo sabiduría de Dios por la humana
su Hijo y Señor nuestro. sabiduría, plugo a Dios salvar a los
creyentes por la locura de la predi-
cación. 22 Los judíos piden señales,
los griegos buscan sabiduría, 23 mien-
Exhortación a la caridad.
tras que nosotros predicamos a Cristo
crucificado, escándalo para los judíos,
Os ruego, hermanos, por el nom-
10
locura para los gentiles, 84 mas poder
bre de nuestro Señor Jesucristo, que
todos habléis igualmente, y no haya
y sabiduría de Dios para los llamados,
ya sean judíos, ya griegos. 25 Porque
entre vosotros cismas, antes seáis la locura de Dios es más sabia que
concordes en el mismo pensar y en que los hombres, y la flaqueza de
11
el mismo Esto, hermanos, os
sentir.
Dios más poderosa que los hombres.
lo digo, porque he sabido por los de 28 Y si no, mirad, hermanos, vues-
Cloe que hay entre vosotros discor- tra vocación; pues no hay entre vos-
dias, 12 y cada uno de vosotros dice: otros muchos sabios según la carne,
Yo soy de Pablo (1), yo de Apolo, ni muchos poderosos (1), ni mu-
yo de Ccfas, yo de Cristo. 13 ¿Por chos nobles. 27 Antes eligió Dios la
ventura está dividido Cristo? ¿O ha necedad del mundo para confundir
sido Pablo crucificado por vosotros, flaqueza del mundo
a los sabios y la
o habéis sido bautizados en su nom- para confundir a los fuertes; 28 y lo
bre? 14 Doy gracias de no haber plebeyo, el desecho del mundo, lo
bautizado a ninguno de vosotros, si que no es nada, lo eligió Dios para
no es a Crispo y a Gayo; 15 para que destruir lo que es, 29 para que nadie
nadie pueda decir que habéis sido pueda gloriarse ante Dios. 30 Por
bautizado en mi nombre. 18 También El sois en Cristo Jesús, que ha venido
bauticé a la casa de Estéfana, mas a seros de parte de Dios sabiduría,
fuera de éstos no sé de ningún otro. justicia, santificación redención,
y
81 para que, según está escrito, «el
que se glorie, se gloríe en el Señor».
La sabiduría del mundo y la de
Dios.

17 Que no me envió Cristo a bauti-


El modo y el fin de la evangeliza-!
clon de Pablo.
zar, sino a evangelizar, y no con arti-
ficiosas palabras (2), para que no se
desvirtúe la cruz de Cristo; 18 porque O Yo, hermanos, llegué a anunj
1
" el testimonio de Dios nq
ciaros
con sublimidad de elocuencia o de
(1) Había entre aquellos griegos, siempre
ligeros y dados a divisiones y partidos, prefe-
rencias por unos u otros predicadores del evan- (i) Jesucristo proclamaba bienaventurad oj
gelio, loque el Apóstol reprueba enérgicamente. a los pobres de espíritu, porque de ellos, man
(2) Entiende San Pablo que la raíz de toda que de los ricos y doctos orgullosos, era el
división o partido está en que los corintios no reino de los cielos; eso mismo acaecía en Co*.
miran bastante a la sabiduría encerrada en la rinto, donde los convertidos er.ui principal-
cruz de Cristo, en la cual está nuestra salud, mente los que ante el mundo no tenían nada,
sino a cosas humanas, la elocuencia, la erudi- de que enorgullecerse. Esto significa en qué
ción, la gracia en el decir, etc., cosas todas hu- aprecio tiene el Señor todos esos bienes huma-
manas que por si nada valen, sino en cuanto nos y qué aprovechan p.ir.i consceuir la vid»
sirven de vehículo a la verdad de Cristo. eterna.
»

CORINTIOS I. S 1267

sabiduría, 2 que nunca entre vos- Divisiones en la iglesia do Corinto.


otros me precié de saber cosa alguna,
sino a Jesucristo, y éste crucificado. O 1
Y yo, hermanos, no pude ha-
3
Y
me presenté a vosotros en debi- " blaros como a espirituales, sino
lidad, temor y temblor; mi palabra como a carnales. Como a niños en
y mi predicación no fué en persua- Cristo os di a beber leche, no comida,
sivos discursos de humana sabiduría,
2
porque aún no la admitíais. ni Y
sino en la manifestación y el poder aun ahora podéis admitirla, 3 porque
del Espíritu, 5 para que vuestra fe sois todavía carnales. Sí, pues hay
no se apoye en la sabiduría de los entre vosotros envidias y discor-
hombres, sino en el poder de Dios. dias; ¿no prueba esto que sois car-
8
Hablamos, sin embargo, entre los nales y vivís a lo humano? 4 Cuando
perfectos, una sabiduría que no es uno dice: Yo soy de Pablo, y otro,
de este siglo (1), ni de los príncipes yo de Apolo, ¿no procedéis a lo hu-
de este siglo, que ante ella quedan mano? 5 Pues ¿qué es Apolo y qué
desvanecidos; 7 enseñamos una sabi- es Pablo? Ministros según lo que a
duría divina, misteriosa, escondida, cada uno ha dado el Señor (1), por
predestinada por Dios antes de los cuyo ministerio habéis creído.
6 Yo planté, Apolo
siglos para nuestra g4oria; 8 que no regó; pero quien
conoció ninguno de los príncipes de dió el crecimiento fué Dios. 7 Ni el
este siglo; pues si la hubieran cono- que planta es algo ni el que riega,
cido, nunca hubieran crucificado al sino Dios que da el crecimiento.
8
Señor .de la gloria. 9 Pero, según El que planta y el que riega son
escrito está: iguales, cada uno recibirá su recom-
«Ni el ojo vió, y ni el oído oyó, pensa conforme a su trabajo. 9 Por-
ni vino a la hombre,
mente del que nosotros, sólo somos cooperadores
lo que Dios ha preparado para los de Dios, y vosotros sois arada de
que le aman. Dios, edificación de Dios.
10
10 Pues
Dios nos la ha revelado Según la gracia de Dios que me
por su Espíritu, que el Espíritu todo fué dada, yo, como sabio arquitecto,
lo escudriña, hasta las profundidades puse los cimientos, otro edifica encima.
de Dios. 11 ¿Pues qué hombre conoce Cada uno mire cómo edifica, 11 que
lo que en el hombre hay, sino el espí- cuanto al fundamento, nadie puede
ritu del hombre, que en él está? poner otro sino el que está puesto,
Así también las cosas de Dios, nadie que es Jesucristo. 12 Si sobre este
las conoce sino el Espíritu de Dios. fundamento uno edifica oro, plata,
12
Y nosotros no hemos recibido el piedras preciosas o maderas, heno,
espíritu del mundo, sino el Espíritu paja, 13 su obra quedará de mani-
de Dios, para que conozcamos los fiesto, pues en su día el fuego lo
dones que Dios nos ha concedido. revelará y probará cuál fué la obra
13
De estos os hemos hablado, y no de cada uno. 14 Aquel cuya obra
con estudiadas palabras de humana subsista recibirá el premio, 15 y aquel
sabiduría, sino con palabras apren- cuya obra sea consumida sufrirá el
didas del Espíritu, adaptando a los daño; él, sin embargo, se salvará,
espirituales las enseñanzas espiritua- pero como quien pasa por el fuego.
les, 14 pues el hombre animal no 16 ¿No sabéis que sois
templo de
percibe las cosas del Espíritu de Dios y que el Espíritu de Dios habita
Dios; son para él una locura y no las en vosotros? Si alguno profana el
puede entender, porque hay que juz- templo de Dios, Dios le destruirá.
garlas espiritualmente. 18 Al con- 17 Porque
el templo de Dios es santo,
trario, el espiritual juzga de todo, y ese templo sois vosotros. 18 Nadie
pero a él nadie puede juzgarle. se engañe; si alguno entre vosotros
16 Porque
¿quién conoció la mente cree que es sabio según este siglo,
del Señor, para poder enseñarle?
Mas nosotros tenemos el pensamiento (i) Ni Pablo, ni Apolo, ni ninguno de los
de Cristo. otros ministros de !a predicación son nada de
suyo, sino ministros de Cristo, que por ellos
da la gracia y la salud. Sobre Cristo hay que
(i) Hay, sin embargo, una sabiduría cris- alzar el edificio de la perfección cristiana; sólo
tiana que no alcanzaron los sabios de este el que sobre este fundamento haya edificado
mundo, porque trasciende toda inteligencia y a él corresponda, se salvará en el día último
creada, y sólo la comunica el Espíritu Santo a en que el Señor someta todas las cosas al juicio
los perfectos en la fe y en la humildad. del fuego.
1268 CORINTIOS I. 4. 5

hágase necio, para llegar a ser sabio. bendecimos; hemos venido a ser
19
Porque la sabiduría de este mundo hasta ahora como desecho del mun-
es necedad ante Dios. Pues escrito do, como estropajo de todos.
está: El caza a los sabios en su astu- 14 No escribo esto para confun-
cia. 20 Y en otra parte: El Señor conoce diros (1), sino para amonestaros,
cuán vanos son los planes de los como a hijos míos carísimos. 15 Por-
sabios. 21 Nadie, pues, se gloríe en que aunque tengáis diez mil pedago-
los hombres, que todo es vuestro; gos en Cristo, pero no muchos padres,
22
ya Pablo, ya Apolo, ya Cefas, ya que quien os engendró en Cristo por
el mundo, ya la nada, ya la muerte,
16 Os exhorto,
el Evangelio soy yo.
ya lo presente, ya lo venidero, todo pues, a ser imitadores míos. 17 Por
es vuestro; 23 y vosotrjs de Cristo, esto os envío a Timoteo, que es mi
y Cristo de Dios. hijo muy amado y fiel en el Señor,
que os traerá a la memoria mis
1
Es preciso que los hombres caminos en Cristo Jesús, y os dirá
4 vean en nosotros ministros de cuál es mi enseñanza por doquier
Cristo y dispensadores de los mis- en todas las iglesias. 18 Como si yo
terios de Dios. 2 Por lo demás, lo que no hubiese ya de ir a vosotros, así
en los dispensadores se busca es que se han hinchado algunos. 18 Pues iré,
sean fieles. 3 Cuanto a mí, muy poco y pronto, si Dios quiere, y entonces
se me da de ser juzgado por vosotros conoceré, no de las palabras de que se
o de cualquier tribunal humano, que hinchan, sino de su eficacia, 20 que
ni aun a mí mismo me juzgo. * Cierto no está en palabras el reino de Dios,
que de nada me arguye la conciencia, sino en realidades. 21 ¿Qué preferís?
mas no por eso me creo justificado; ¿Que vaya a vosotros con la vara o
quien me juzga es el Señor. 8 Tam- que vaya con amor y espíritu de
poco, pues, juzguéis vosotros antes mansedumbre?
de tiempo, mientras no venga el
Señor, que iluminará los escondrijos
de las tinieblas y hará manifiestos Estado moral de la Iglesia
los propósitos de ios corazones, y en- du Corinto.
tonces cada uno recibirá de Dios su
merecido. Es ya público que entre vos-i
1
6
Esto, hermanos, por vía de ejem- 5 otros reina la fornicación, y tal
plo de mí y de Apolo, os lo aplico a fornicación, cual ni entre los genti-
vosotros, para que en nosotros apren- les (2), pues se da el caso de tener
dáis lo de «no ir más allá de lo que uno la mujer de su padre. 2 vos- Y
está escrito», y que nadie por amor otros, tan hinchados, ¿no habéis hecho
de alguno se infle en perjuicio de otro. luto para que desapareciera de entre
7
Porque ¿quién es el que a ti te vosotros quien tal hizo? 3 Pues yoJ
hace preferible? ¿Qué tienes que no ausente en cuerpo, pero presente en
hayas recibido? 8 Y si lo recibiste, espíritu, he condenado ya cual si]
¿de qué te glorías, como si no lo estuviera presente al que eso ha
4 Congregados en nombre del
hubieras recibido? 8 ¿Ya estáis llenos? hecho. (

¿Ya estáis ricos? ¿Sin nosotros habéis


logrado el reino? Ojalá que lo hubie-
(1) Después del párrafo precedente, lleno
rais logrado, para que también nos-
de ironía, en que reprende la presunción de sus
otros con vosotros reináramos. • Por- hijos al constituirse jueces de los predicadores
que, a lo que pienso, Dios a nosotros, evangélicos, vuelve al tono suyo paternal, que
los Apóstoles, nos ha asignado cí iba mejor a su temperamento y a su estilo
último lugar, como a condenados a ordinario.
muerte, pues hemos venido a ser (2) La cristiandad de Corinto, viviendo en
medio de aquella corrupción pagana, era tes-
espectáculo para el mundo entero,
tigo de un caso escandaloso en su propio seno.
para los ángeles y para los hombres. Esto debía de causarles horror y excitar en ellos
10 Hemos venido
a ser necios por la protesta más viva. Un
individuo se había
amor de Cristo; vosotros, sabios en casado con la que habla sido mujer de su propio
Cristo; nosotros débiles, vosotros fuer- padre, y sin duda repudiada por él. Semejante
escándalo debia de tener confundidos a todos los
tes; vosotros ilustres, nosotros viles;
11 Pasamos hambre, sed fieles y no dar lugar a presunciones de ningún
y desnudez, género. San Pablo, excomulgándole, le arroja
somos abofeteados y andamos vaga- de la iglesia en que reina Cristo y le entrega
12
bundos, y penamos trabajando a Satanás,que impera en el mundo, para que
con nuestras manos; 13 afrentados, avergonzado se arrepienta y haga penitencia.
CORINTIOS I, 6, 7 1269

Señor Jesucristo vosotros y mi espí- que tengáis pleitos unos con otros.
ritu, con la autoridad de nuestro ¿Por qué no preferís sufrir la injus-
Señor Jesús, entrego a ese tal a ticia? 8 Y en vez de esto sois vos-
Satanás, para ruina de su carne, a otros los que hacéis injusticias y co-
fin de que el espíritu sea salvo en metéis fraudes, y esto con hermanos.
9
el dia del Señor. ¿No sabéis que los injustos no posee-
No está bien que os jactéis. ¿No
6 rán el reino de Dios? No os engañéis:
sabéis que un poco de levadura hace ni los fornicarios, ni los idólatras,
fermentar toda la masa? ' Alejad ni los adúlteros, ni los afeminados,
la vieja levadura, para ser masa ni los sodomitas, ni los ladrones,
nueva, como sois ácimos, porque ni los avaros, ni los ebrios, ni los
vuestra Pascua, Cristo, ya ha sido maldicientes, ni los rapaces poseerán
inmolada. 8 Así pues, festejémosla, el reino de Dios. 11 algunos esto Y
no con la vieja levadura, no con la erais, pero habéis sido lavados; ha-
levadura de la malicia y la maldad, béis sido santificados; habéis sido
sino con los ácimos de la pureza y justificados en el nombre del Señor
la verdad. Jesucristo, y por el Espíritu de nues-
9
Os escribí en carta que no os mez- tro Dios.
clarais con los fornicarios. 10 No, «Todo me es lícito», pero no todo
12

cierto, con los fornicarios de este te conviene. «Todo me es lícito»,


mundo, con los avaros, con los ladro- pero yo no me dejaré dominar de
nes, con los idólatras, porque para nada. 13 «Los manjares para el vien-
para eso tendríais que saliros de este tre y el vientre para los manjares»;
mundo. 11 Lo que os digo es que pero Dios destruirá el uno y los otros.
no os mezcléis con ninguno que lle- El no es para la fornica-
cuerpo
vando el nombre de hermano, sea ción sino para el Señor, y el
(1),
adúltero, avaro, idólatra, maldiciente Señor para el cuerpo; 14 y Dios, que
borracho o ladrón; con éstos ni resucitó al Señor, nos resucitará tam-
comer; 12 ¿pues qué a mí juzgar a bién a nosotros por su poder. 15 ¿No
los de fuera? ¿No es a los de dentro sabéis que vuestros cuerpos son miem-
a quienes os toca juzgar? 13 Dios bros de Cristo? ¿Y voy a tomar yo
juzgará a los de fuera; vosotros extir- los miembros de Cristo, para hacerlos
pad el mal de entre vosotros. miembros de una meretriz? [No lo
quiera Diosl 16 ¿No sabéis que quien
1
¿Y
osa alguno de vosotros que se allega a una meretriz se hace un
6 un litigio con otro (1),
tiene cuerpo con ella? Porque serán dos,
acudir en juicio ante los injustos, dice, en una carne. 17 Pero el que se
y no ante los santos? 2 ¿Acaso no allega al Señor se hace un espíritu
sabéis que los santos han de juzgar con El. 18 Huid la fornicación. Cual-
al mundo? si Y
habéis de juzgar quier pecado que cometa un hombre,
al mundo, ¿seréis incapaces de juzgar fuera de su cuerpo queda; pero el
esas otras causas más pequeñas? 3 ¿No que fornica peca contra su propio
sabéis que hemos de juzgar aun a cuerpo. 19 ¿O no sabéis que vuestro
los ángeles? Pues mucho más las cuerpo es templo del Espíritu Santo,
naderías de esta vida. 4 Cuando ten- que está en vosotros y habéis reci-
gáis diferencias sobre estas nonadas bido de Dios, y que, por tanto, no
de la vida, poned por jueces a los os pertenecéis? 20 Habéis sido com-
más despreciables de la Iglesia. 5 Para prados a precio. Glorificad, pues, a
vuestra confusión os hablo de este Dios en vuestro cuerpo.
modo. ¿No hay entre vosotros nadie
prudente, capaz de ser juez entre
hermanos? 6 En vez de esto, ¿el her- Respuesta a la pregunta de los
mano pleitea con el hermano, y esto corintios acerca del matrimonio.
ante los infieles? 7
Yaes una mengua
1
Comenzando a tratar de lo que
(i)Otro escándalo reprende el Apóstol en 7 me habéis escrito; bueno es al
los corintios: el andar en pleitos entre sí y llevar
sus causas a los tribunales ordinarios, en vez (i) Con este mismo argumento
persuade los
de resolverlas amigablemente dentro de casa. a la guarda de la castidad. Sus cuerpos son
Con esta ocasión el Apóstol nos da una lista miembros de Cristo, templos del Espíritu Santo:
de los vicios frecuentes entre los gentiles y que ¿cómo profanarlos con la lujuria? Más bien
deben estar muy lejos de quienes han sido deben glorificar a Dios, a quien llevan en su
santificados por la gracia de Dios. propio cuerpo.
1270 CORINTIOS I. 7

hombre no tocar mujer; 2


mas por cuncide. 19 Nada Circuncisión,
es la
evitar la fornicación, tenga cada uno nada prepucio, sino la guarda de
el
su mujer, y cada una tenga su ma- los preceptos de Dios. 20 Cada uno
rido. 3 El marido pague a la mujer, permanezca en el estado en que fué
e igualmente la mujer al marido. llamado. 21 ¿Fuiste llamado en la
4
La mujer no es dueña de su propio servidumbre? No te dé cuidado, y
cuerpo: es del marido; e igualmente aun pudiendo hacerte libre, aprové-
el marido no es dueño de su propio chate más bien de tu servidumbre.
cuerpo: es de la mujer. 5 No os de- 22
Pues el que siervo fué llamado
fraudéis uno al otro, a no ser de por el Señor, es liberto del Señor;
común acuerdo por algún tiempo, e igualmente el que libre fué llamado,
pata daros a la oración, y de nuevo es siervo de Cristo. 23 Habéis sido
volved al mismo orden de vida, a fin comprados a precio, no os hagáis
de que no os tiente Satanás de incon- siervos de los hombres. 24 Hermanos,
tinencia. * Esto os lo digo, condes- persevere cada uno ante Dios en la
cendiendo, no mandando. condición en que por El fué lla-
7
Quisiera yo que todos fuesen mado.
como yo, pero cada uno tiene de 25 Acerca
de las vírgenes, no tengo
Dios su propia gracia, éste una, precepto del Señor, pero puedo dar
aquél otra. 8 Sin embargo, a los no consejo (1), como quien ha obtenido
casados y a las viudas les digo que del Señor la misericordia de ser fiel.
les es mejor permanecer como yo. 26
Creo, pues, que por la instante
9
,
Pero si no pueden guardar conti- necesidad, es bueno que el hombre
nencia, cásense, que mejor es casarse quede así: ¿Estás ligado a mujer?
que abrasarse. 10 Cuanto a los casa- No busques la separación. ¿Estás
dos, precepto es, no mío, sino del libre de mujer? No busques mujer.
Señor, que la mujer no se aparte del 28 Si te casares, no pecas; y si la
marido, 11 y de apartarse, que no doncella se casa, no peca; pero ten-
vuelva a casarse, o reconcilíese con dréis así que estar sometidos a la
el marido; y que el marido no des- tribulación de la carne, que quisiera
pida a su mujer. yo ahorraros.
12
A los demás Ies digo yo, no el 29 Dígoos pues, hermanos, que el

Señor (1), que si algún hermano tiempo es corto. Sólo queda que los
tiene mujer infiel y ésta consiente que tienen mujer vivan como si no la
en cohabitar con él, no la despida. tuvieran; los que lloran, como si no
13
Y si una mujer tiene marido infiel llorasen; los que se alegran, como
y éste consiente en cohabitar con si no se alegrasen; los que compran,
ella, no lo abandone. 14 Pues se san- como si no poseyesen, 81 y los que
tifica el marido infiel por la mujer, y se disfrutan del mundo, como si no
santifica la mujer infiel por el marido. disfrutasen; porque pasa la aparien-
De otro modo vuestros hijos serían cia de este mundo. 38 Yo os querría
impuros, y ahora son santos. 15 Pero libres de cuidados. El célibe se cuida
si la parte infiel se retira, que se - de las cosas del Señor, de cómo agra-
retire. En tales casos no está escla- dar al Señor. 33 El casado ha de cui-
vizado el hermano o la hermana, darse de las cosas del mundo, de
que Dios nos ha llamado a la paz. cómo agradar a su mujer, 34 y así
16 ¿Qué sabes tú, mujer, si salvarás está dividido. La mujer no casada
a tu marido; y tú, marido, si salva- y la doncella sólo tienen que preocu-
rás a tu mujer? parse de las cosas del Señor, de ser
17 Pero cada uno ande según -e\
santas en cuerpo y en espíritu. Pero
Señor le dió y según le llamó. Y esto la casada ha de preocuparse de las
18 ¿Ha
lo mando en todas las iglesias. cosas del marido, de agradar al ma-
sido uno llamado en la circuncisión! rido. 35 Esto os lo digo para vuestra
No falsee el prepucio. ¿Ha sido conveniencia, no para tenderos un
llamado en el prepucio? No se cir- lazo, sino mirando a lo que es mejor

(i)En estos versículos se halla contenido (i) La necesidad de observancia


inculcar la

el privilegio canónico que llaman paulino. Si de la ley conyugal no impideApóstol poner


al

un cristiano o cristiana está casado con un infiel de relieve como más perfecto el consejo de la
que consiente en vivir con la parte fiel respe- virginidad o de la viudez consagrada al servicio
tando su conciencia, el matrimonio se mantiene de Dios, según la recomendación hecha por
firme; pero en caso contrarío, el matrimonio Jesucristo en su propia persona y en la de su
puede disolverse en beneficio de la parte fiel. Madre, y además en su enseñanza (Mt. 19,12).
CORINTIOS í, a, y 1271

y os permite uniros más al Señor, la que nos hace aceptos


es la comida
libres de impedimentos. por abstenernos escasea-
a Dios, y ni
36 Si alguno estima indecoroso para remos, ni por comer abundaremos.
9 Mas cuidad de que esa vuestra
su hija doncella dejar pasar la flor
de la edad, y que debe casarla, haga facultad no sea tropiezo para los
lo que quiera: no peca; que la case. débiles. 10 Porque si alguno te viere
37 Pero
el que firme en su corazón, a ti, que tienes ciencia, sentado a la
no necesitado, sino libre y de volun- mesa en un santuario de ídolos,
tad, determina guardar virgen a su en la flaqueza de su conciencia, ¿no se
hija, hace mejor. 38 Quien, pues, casa creerá inducido a comer las carnes
su hija doncella, hace bien, y quien sacrificadas a los ídolos? 11 Entonces
no la casa hace mejor. 39 La mujer perecerá por tu ciencia el hermano
está ligada por todo el tiempo de flaco por quien Cristo murió. 12 Y
vida de su marido, mas una vez que pecando contra los hermanos e hi-
se duerme el marido, queda libre para riendo su conciencia flaca, pecáis
casarse con quien quiera,, pero en el contra Cristo. 13 Por lo cual, si mi
Señor. 40 Más feliz será si' permanece comida ha de escandalizar a mi her-
así, conforme a mi consejo, pues mano, no comeré carne jamás, por
también creo tener yo el espíritu no escandalizar a mi hermano.
de Dios.
Q
¿No soy libre yo? ¿No soy
7
1

apóstol? ¿No he visto a nuestro


Respuesta a pregunta de los Señor Jesucristo? ¿No sois vosotros
la
corintios acerca de las carnes mi obra en el Señor? 2 Si para otros
saeriiieadas a los ídolos. no soy apóstol, a lo menos para vos-
otros lo soy, pues sois e! sello de mi
Q 1
Cuanto a lo de las carnes sacri- apostolado en el Señor. 3 Y he aquí
u f ¡cadas a los ídolos (1), sabemos mi defensa contra todos cuando me
que todos tenemos ciencia. Pero la discuten: 4 ¿Acaso no tenemos dere-
ciencia hincha, sólo caridad edi-
la cho a comer y beber? 5 ¿No tenemos
fica. 2 Si alguno cree saber algo, aún derecho a llevar en nuestras peregri-
no sabe lo que conviene saber; pero naciones una hermana, igual que los
el que ama a Dios, ése es conocido demás Apóstoles y los hermanos del
por El. 4 Pues bien, acerca del comer Señor y Cefas? 6 ¿O acaso solamente
las carnes sacrificadas a los ídolos, yo y Bernabé estamos obligados a
sabemos que el ídolo no es nada en vivir de nuestro trabajo? 7 ¿Quién
el mundo, y que no hay más Dios jamás milita a sus propias expensas?
que uno solo. 5 Porque aunque algu- ¿Quién planta una viña y no come
nos sean llamados dioses, ya en el de su fruto? ¿Quién apacienta un
cielo, ya en la tierra, de manera que rebaño y no come de su leche?
hubiera muchos dioses y muchos seño- 8
Y esto, no sólo según el común
res, para nosotros no hay más que sentir de los hombres, la misma Ley
un Dios, Padre, de quien todo pro- dice también esto. 9 Porque en la
cede y para quien somos nosotros, Ley de Moisés está escrito: No pon-
y un solo Señor, Jesucristo, por quien gáis bozal al buey que trilla. ¿Es que
son todas las cosas y nosotros tam- Dios se ocupa de los bueyes? 10 ¿No
bién. es más bien por nosotros por quienes
7
Pero no todos saben esto; habi- 10 dice? Por nosotros sin duda se
tuados de antiguo a los ídolos, comen escribió. Que esperando los frutos
esas carnes como realmente sacrifi- ara el que ara y trilla el que trilla.
cadas al ídolo, y su conciencia se 11 Si sembramos en vosotros bienes

mancha por su flaqueza. 8 Pero no espirituales, ¿qué mucho que reco-


jamos bienes materiales? 12 Si otros
(i) El decreto de la asamblea jerosoümitana tienen derecho a participar en vues-
prohibía comer las carnes sacrificadas a los tros bienes, ¿no lo tendremos más
ídolos, que se vendían públicamente en el mer- nosotros? Pero no hemos hecho uso
cado. Los fieles proponen este caso de con- de este nuestro derecho, antes hemos
ciencia a su maestro, el cual les responde que, soportado todo género de privacio-
puesto que los ídolos no son nada, las carnes
de las víctimas a ellos ofrecidas no quedan por
nes para no poner obstáculo alguno
esto manchadas. Sin embargo, es preciso atender al Evangelio de Cristo. 13 ¿No sabéis
a la conciencia flaca de los que sienten de otra que los que ejercen las funciones sa-
manera, para no escandalizarlos. gradas viven del santuario, y los
1272 CORINTIOS I. 10

que sirven al altar, del altar parti- pan espiritual, y todos bebieron la
cipan T 14 Pues así ha dispuesto el misma bebida espiritual, 4 pues bebían
Señor que los que anuncian el Evan- de la roca espiritual que los seguía,
gelio vivan del Evangelio. y la roca era Cristo; 8 pero Dios no
16 Pero se agradó de la mayor
yo no bago uso de este parte de ellos,
derecho. Ni escribo esto ahora para pues fueron postrados en el desierto.
hacerlo valer. Prefiero morir antes 6
Esto fué en figura nuestra, para
que privarme de esta mi gloria. que no codiciemos lo malo como lo
16 Porque evangelizar no es gloria codiciaron ellos, ni idolatréis, como
para mí, sino necesidad. ¡Ay de mí, algunos de ellos, según está escrito:
17
si no evangelizara! Si de mi volun- «Se sentó el pueblo a comer y beber
tad lo recompensa;
hiciera, tendría y se levantaron para danzar. » 8 Ni
pero hago por fuerza, es como
si lo forniquemos, como algunos de ellos
si ejerciera una administración que fornicaron, cayendo veintitrés mil en
me ha sido confiada. 18 ¿En que está, un día. 9 Ni tentemos al Señor, como
pues, mi mérito? En que al evangeli- algunos de ellos le tentaron y pere-
zar lo hago gratuitamente, sin hacer cieron por las serpientes. 10 Ni mur-
valer mis derechos por la evangeli- muréis, como algunos de ellos mur-
zación. En que siendo del todo libre, muraron, acabando a manos del
me hago siervo (1) de todos para exterminador.
ganarlos a todos, 20 y me hago judío 11 Estas cosas
les sucedieron a ellos
con los judíos para ganar a los judíos. en figura y fueron escritas para amo-
Con los qué viven bajo la Ley, me nestarnos a nosotros, para quienes
hago como si yo estuviera sometido ha llegado la plenitud de los tiempos.
12
a ella, no oslándolo, para ganar a Así pues, el que cree estar en pie,
los que bajo ella están. 21 Con los mire no caiga; no os ba sobrevenido
que están fuera de la Ley, me hago tentación que no fuera humana, y
como si estuviera fuera de la Ley, fiel es Dios, que no permitirá que
para ganarlos a ellos, no estando seáis tentados sobre vuestras fuerzas,
yo fuera de la ley de Dios, sino bajo antes dispondrá con la tentación el
la ley de Cristo. 22 Me hago con los éxito, para que podáis resistirla.
flacos flaco, para ganar a los flacos; 14 Por lo cual, amados míos, huid

me hago todo para todos, para sal- la idolatría. 15 Os hablo como a dis-
varlos a todos. 23 Todo lo hago por cretos. Sed vosotros jueces de lo que
el Evangelio, para participar en él. os digo: 16 El cáliz de bendición
24 ¿No sabéis que los que corren que bendecimos, ¿no es la comunión
en el estadio, todos corren, pero uno de sangre de Cristo? Y el pan
la
sólo alcanza el premioT Corred, pues, que partimos, ¿no es la comunión
de modo que lo alcancéis. 28 Y quien del cuerpo de Cristo? 17 Porque el
se prepara para la lucha, de todo se pan es uno, somos muchos un solo
abstiene, y eso para alcanzar una co- cuerpo, pues todos participamos de
rona corruptible; mas nosotros para ese único pan. 18 Mirad al Israel
alcanzar una incorruptible. 26 Y yo carnal. ¿No participan del altar los
corro, no como a la ventura, por un que comen de las víctimas? 18 ¿Qué
premio incierto; no como quien azota digo, pues? ¿Que las carnes sacrifi-
27
el aire, sino que castigo mi cuerpo cadas a los ídolos son algo, o que
y lo esclavizo, no sea que, habiendo los ídolos son algo? 20 Antes bien
sido heraldo para los otros, resulte digo que lo que sacrifican, a los
yo descalificado. demonios y no a Dios lo sacrifican.
Y no quiero yo que vosotros tengáis
+ í\ 1 No quiero, hermanos, que parte con los demonios. 21 No podéis
•l" ignoréis que
nuestros padres beber el cáliz del Señor y el cáliz
estuvieron todos bajo la nube, que de los demonios. No podéis tener
todos atravesaron el mar, 2 y todos parte en la mesa del Señor y en la
siguieron a Moisés bajo la nube y por mesa de los demonios. 22 ¿O queremos
el mar; 3 que todos comieron el misino provocar la ira del Señor? ¿Somos
acaso más fuertes que El?
23 «Todo es lícito», pero no todo
persuadir el sacrificio de la
Intenta
(i)
conviene; «todo es licito», pero no
libertad en obsequio de la caridad fraterna,
con su propio ejemplo, pues teniendo derecho todo edifica. 24 Nadie busque su pro-
a vivir del ministerio apostólico, consiente en vecho, sino el de los otros. 26 Todo
vivir de su trabajo para dar ejemplo a los fieles. cuanto se vende en el mercado, co-
CORINTIOS I, 11 1273

medio, sin inquirir su origen por la mujer se honra dejándola crecer?


motivos de conciencia, 26 porque del Es que el cabello le ha sido dado
Señor es la tierra y cuanto la llena. por velo. 16 Si a pesar de esto, alguno
27 gusta de disputar, nosotros no acos-
Si alguno de los infieles os invita
y vais, comed de todo lo que os sir- tumbramos a hacerlo ni las iglesias
van, sin preguntar nada por motivos de Dios tampoco.
de conciencia. 28 Pero si alguno os
dijere: Esto es inmolado, no comáis,
por el que lo indicó y por la concien- Sobre el modo de celebrar los
cia. 29 No digo por la tuya, sino ágapes.
por la del otro. Pero ¿por qué ha de
coartarse mi libertad por la con- 17 Y al recomendaros esto, no
ciencia ajenaí 30 Si yo con agradeci- puedo alabar que vuestras reuniones
miento participo, ¿por qué he de ser sean no para bien, sino para daño
reprendido por aquello mismo de que vuestro. 18 Pues primeramente oigo
doy gracias? 31 Ya comáis, ya bebáis, que al reuniros hay entre vosotros
hacedlo todo para gloria de Dios, cismas, y en parte lo creo, 19 pues es
32
y no seáis objeto de escándalo preciso que haya disensiones a fin
ni para judíos, ni para griegos, ni de que se destaquen los de probada
para la Iglesia de Dios; 33 como pro- virtud.20 Y
cuando os reunís no es
curo yo agradar a todos en todo, no para comer la cena del Señor, 21 por-
buscando mi conveniencia, sino la que cada uno se adelanta a tomar su
de todos para que se salven. 1 Sed propia cena (1), y mientras uno
imitadores míos, como yo lo soy de pasa hambre, otro está ebrio. 22 Pero
Cristo. ¿es que no tenéis casas para comer y
beber? ¿O en tan poco tenéis la
Iglesia de Dios y así avergonzáis a
La mujer en la iglesia. los que no tienen? ¿Qué voy a deci-
ros? ¿Os alabaré? En esto no puedo
2
i i Os alabo de que en todo os alabaros.
* ' acordéis de mí y retengáis las 23 Porque yo he recibido del Señor

tradiciones que yo os he transmi- lo que os he transmitido, que el


tido. 3 Pues bien, quiero que sepáis Señor Jesús, en la noche en que fué
que la cabeza de todo varón es Cristo, entregado, tomó el pan, 24 y después
y la cabeza de la mujer, el varón, y de dar gracias, lo partió y dijo: Esto
la cabeza de Cristo, Dios. 4 Todo es mi cuerpo, que se da por vosotros,
varón que ora o profetiza velada la haced esto en memoria mía. 25 asi- Y
cabeza, deshonra su cabeza, es lo mismo, después de cenar, tomó el
mismo que si se rapara. 6
Pero si cáliz, diciendo: nuevo
Este cáliz es el
una mujer no que se rape.
se cubre, Testamento en mi sangre: cuantas
Y si es indecoroso para una mujer veces lo bebáis, haced esto en memo-
cortarse el pelo o raparse, que se ria mía. 26 Pues cuantas veces comáis
vele. 7 El varón no debe cubrir la este pan y bebáis este cáliz, anuncia-
cabeza, porque es imagen y gloria réis la muerte del Señor hasta que
de Dios; mas la mujer es gloria del El venga. 27 Así pues, quien come
varón, 8 pues no procede el varón el pan y bebe el cáliz del Señor indig-
de la mujer, sino la mujer del varón; namente, es reo del cuerpo y de la
9
ni fué creado el varón para la mujer, sangre del Señor. 28 Examínese, pues,
sino la mujer para el varón. el hombre a sí mismo antes de comer
10 Debe, pues, llevar la mujer la del pan y beber del cáliz; 29 pues el
señal de la sujeción por respeto a los que sin discernir come y bebe el
ángeles. 11 Pero ni la mujer sin el cuerpo del Señor, se come y bebe su
varón, ni el varón sin la mujer en el propia condenación.
Señor. 12 Porque así como la mujer 30 Por esto hay entre vosotros
procede del varón, así también el muchos flacos y débiles, y muchos
varón viene a la existencia por la
mujer, y todos vienen de Dios. 13 Sed (i) El sentido histórico de estos versículos
vosotros jueces: ¿Es decoroso que es muy discutido. Sin duda se trata de las
cenas de caridad, que, a juicio del Apóstol,
ore a Dios descubierta la mujer?
14 Y no ya no lo eran en Corinto, por la manera de cele-
os enseña la misma natura- brarlas. De aquí toma ocasión para referir la
leza que el varón se afrenta si deja cena del Señor, en términos más parecidos a
crecer su cabellera, 15 mientras que los empleados por San Lucas en su evangelio,
1274 CORINTIOS I. 12, 13

dormidos. 31 Si nos juzgásemos a nos- Espíritu. 14 Porque el cuerpo no


otros mismos, no seríamos condena- es un solo miembro, sino muchos.
15
dos. 32 Mas juzgados por el Señor, Si se dijere el pie: porque no soy
somos corregidos para no ser conde- mano, no soy del cuerpo, no por esto
nados con el mundo. 33 En resumen, deja de ser del cuerpo. 16 Y si dijere
hermanos míos, que cuando os jun- la oreja: porque no soy ojo, no soy
téis para comer, os esperéis unos del cuerpo, no por esto deja de ser
a otros. 34 Si alguno tiene hambre, del cuerpo. 17 Si todo el cuerpo fuera
que coma en su casa, pero que no os ojos, ¿dónde estarla el oído? Y si
reunáis para vuestra condenación. Lo todo él fuera oídos, ¿dónde estaría
demás lo dispondré cuando vaya. el olfatoT
18 Pero Dios ha dispuesto
los miembros en el cuerpo, cada uno
Sobre los dones espirituales. de ellos como ha querido. 19 Si todos
fueran un miembro, ¿dónde estaría
1 O 1 No quiero que de lo que toca el cuerpo! 20 Los miembros son
a los dones espirituales (1) muchos, pero uno solo el cuerpo.
estéis en la ignorancia. * Sabéis que 21
Y no puede el ojo decir a la mano:
cuando ciegamente os
erais gentiles, No tengo necesidad de ti. Ni tampoco
dejabais arrastrar hacia los ídolos la cabeza a los pies: No necesito de
3
por lo cual os hago saber
mudos; vosotros.
que nadie, hablando en el Espíritu Aún hay más: Los miembros del
22

de Dios, puede decir «anatema sea cuerpo que parecen más débiles son
más 23 que
Jesús», y nadie puede decir «Jesús los necesarios; y a los
es el Señor», sino en el Espíritu Santo. parecen más viles, los rodeamos de
4 Hay diversidad de dones, pero mayor honor, y a los que tenemos
uno misino es el Espíritu. 6 Hay diver- por indecentes, los tratamos con
sidad de ministerios, pero uno mismo mayor decencia, 24 mientras que los
es el Señor. 8 Hay diversidad de que de suyo son decentes no necesitan
operaciones, pero uno mismo es Dios, de más. Ahora bien, Dios dispuso el
que obra todas las cosas en todos. cuerpo dando mavor decencia al que
7 Pero a cada uno se le otorga la mani- carecía de ella, 2 * a fin de que no
festación del Espíritu para común hubiera escisiones en el cuerpo, antes
utilidad. 8 A uno le es dada por el todos los miembros se preocupen por
Espíritu la palabra de sabiduría; a igual unos de otros. 26 De esta suerte,
otro la palabra de ciencia, según el si padece un miembro, todos los
mismo Espíritu; 9 a otro fe en el miembros padecen con él; y si un'
mismo Espíritu; a otro don de cura- miembro es honrado, todos los otros
ciones en el mismo Espíritu; 10 a a una se gozan. 27 Pues vosotros sois
otro operaciones de milagros; a otro el cuerpo de Cristo, y cada uno en
profecía, a otro discreción de espíri- parte, 28 según la disposición de
tus, a otro géneros de lenguas, a Dios en la Iglesia, primero Apóstoles,
otro interpretación de lenguas. 11 To- luego Profetas, luego Doctores, luego
das estas cosas las obra el único y el poder de milagros, las virtudes,
mismo Espíritu, que distribuye a después las gracias de curación, de
cada uno según quiere. asistencia, de gobierno, los géneros de
12 Porque asícomo siendo el cuerpo lenguas. 28 ¿Son todos Apóstoles?
uno tiene muchos miembros, y ¿Son todos Profetas? ¿Son todos Doc-
todos los miembros del cuerpo, tores? ¿Tienen todos el poder de
con ser muchos, son un cuerpo único, hacer milagros? 30 ¿Tienen todos la
así es también Cristo. 13 Poique tam- gracia de curaciones? ¿Hablan todos
bién todos nosotros hemos sido bau- en lenguas? ¿Todos interpretan? 31 As-
tizados en un solo Espíritu, para pirad a los mejores dones. Pero
constituir un solo cuerpo, y todos, quiero mostraros un camino mejor.
ya judíos, ya gentiles, ya siervos,
ya libres, hemos bebido del mismo Lu caridad.
(i) £1 Espíritu Santo se mostraba en la 1
-Si hablando lenguas de honv
Iglesia primitiva por la abundancia de sus caris- bres y de ángeles, no tengo
mas o dones, que derramaba en los fieles. Pa- caridad soy como bronce que
(1),
rece que los fieles de Corinto se pagaban mucho
de ellos y San Pablo les explica cómo todos
ellos han de contribuir al bien común de la (i) Sobre todos los dones esta la caridad,
Iglesia, que es el cuerpo de Cristo. sin la cual nada valen todas las otras gracias.
CORINTIOS I, 14 1275

suena o címbalo que retiñe. 2


Y si exótica habla a Dios, no a los hom-
teniendo el don cié profecía y cono- bres, pues nadie le entiende, diciendo
ciendo tocios los misterios y toda la su espíritu cosas misteriosas; 3 mas
ciencia tuviere tan gran fe que tras- el que profetiza habla a los hombres
ladase los montes, si no tengo cari- para su edificación, exhortación y
dad, no soy nada. 3 Y si repartiere consolación. 4 El que habla en lenguas
'toda mi hacienda y entregare mi se edifica a sí mismo; el que profetiza
cuerpo al fuego; no teniendo caridad, edifica a la Iglesia. 5 Yo veo muy bien
nada me aprovecha. que todos vosotros habléis en len-
4
La caridad es paciente, es be- guas, pero mejor que profeticéis;
nigna; no es envidiosa, no es jactan- pues mejor es el' que profetiza que
ciosa, no se hincha; 5 no es descortés, el que habla en lenguas, a menos
no es interesada, no se irrita, no que también interprete para edi-
piensa mal; 6 no se alegra de la injus- ficación.
complace en la verdad; 6
ticia, se Ahora bien, hermanos, si yo
7
todo lo excusa, todo lo cree, todo fuere a vosotros hablando en lenguas,
lo espera, todo lo tolera. ¿.qué os aprovecharía si no os hablase
8
La caridad no pasa jamás: las con revelación o con ciencia o con
profecías tienen su fin, las lenguas profecía o con doctrina? 7 Las cosas
cesarán, la ciencia se desvanecerá. inanimadas, por ejemplo, la flauta o
9
Al presente, nuestro conocimiento la cítara,que producen también soni-
es imperfecto y lo mismo la profecía; dos, si no los producen con distin-
10 cuando llegue el fin desaparecerá ción, ¿cómo se conocerá lo que con
eso que es imperfecto. 11 Cuando yo la flauta o la cítara se toca? 8 Como
era niño, hablaba como niño, pen- también, si la corneta diera un toque
saba como niño, razonaba como niño; indefinido, ¿quién se prepararía para
12 cuando llegué a hombre, dejé
ser la lucha? 9 Así también vosotros, si
como inútiles las cosas de niño. Ahora con el don de lenguas no proferís un
veo por un espejo y oscuramente, en- discurso inteligible, ¿cómo se sabrá
tonces veremos cara a cara. Al presen- lo que decís? Seríais como quien
te conozco sólo en parte, entonces co- habla al aire. 10 Tantas hablas como
noceré como soy conocido. 13 Ahora hay en el mundo, y no hay quien
permanecen estas tres cosas: la fe, la no tenga la suya. 11 Pero si no conozco
esperanza, la caridad; pero la más la significación de las palabras, seré
excelente de ellas es la caridad. para el que me habla un bárbaro, y
el que me habla será para mí un
bárbaro.
El don de lenguas y el de profecía. 12
Ya, pues que sois amantes de
los carismas, procurad abundar en
11 1
Procuraos la caridad, aun ellos para edificación de la Iglesia.
13 Por eso, el que habla en lenguas,
aspirando a los dones espiri-
tuales (1), sobre lodo al de pro- ore para poder interpretar. 14 Porque
2
fecía; pues el que habla en lengua si oro en lenguas, mi espíritu ora,
pero mí mente queda sin fruto.
En ella se resumen todas las virtudes que cons- 15 ¿Qué hacer, pues? Oraré con el
tituyen la vida cristiana. Aventaja a la fe y a la espíritu y oraré también con la mente;
esperanza y es la única de las virtudes que
salmodiaré con el espíritu, pero sal-
permanece en el cielo. La caridad de que aquí
nos habla es la caridad del prójimo, pero prac- modiaré también con la mente. 16 Pues
ticada por amor tie Dios, como un reflejo del si tú das gracias a Dios en espíritu,
mismo amor de Dios. ¿cómo podrá decir amén a tu acción
(i) Este capitulo está consagrado a los dones de gracias el simple asistente? Por-
de profecía y de lenguas y al ejercicio de los que no sabe lo que dices. 17 Tu darás
mismos en las asambleas cristianas. San Pablo
gracias muy bien, pero el otro no se
estima en mucho el don de profecía, porque es
útil para edificar, exhortar y consolar a los edifica. 18 Doy gracias a Dios de que
fieles. Los favorecidos con este don, ejercítenlo hablo en lenguas más que todos vos-
por turno, con orden, en provecho de todos. otros; 19 pero en la Iglesia prefiero
Cuanto al don de lenguas, es una oración del hablar diez palabras con sentido para
espíritu, no de la mente. El agraciado con instruir a otros, a decir diez mil
ese don habla misterios, pero no los entiende,
palabras en lenguas. 20 Hermanos,
ni tampoco los que le oyen, a menos de tener
el don de interpretación. Por esto el Apóstol
no seáis niños en el juicio, sed pár-
manda que se callen, si no son capaces de ser vulos sólo en la malicia, pero adultos
de provecho a los demás. en el juicio. 21 Está escrito en la Ley:
1276 CORINTIOS I. 15

«En lenguas extrañas y con labios La resurrección.


de extranjeros hablaré a este pueblo,
y ni así me entenderán», dice el I £ 1 Os traigo a la memoria, her-
Señor. 22 De suerte que las lenguas ítJ manos, el evangelio que os he
son señal, no para los creyentes, sino predicado, que habéis recibido, en
para los incrédulos, mientras que la el que os mantenéis firmes, 2 y por
profecía no es para los infieles, sino el cual sois salvos, si lo retenéis tal
para los creyentes. como yo os lo anuncié, a no ser
23 Supongamos, pues, que que hayáis creído en vano. 3 Pues
la iglesia
toda se halla reunida en un lugar a la verdad os he transmitido lo que
y que todos, hablan en lenguas: si yo mismo he recibido, que Cristo
entraren no iniciados o infieles, ¿no murió por nuestros pecados según
dirían que estáis locos? 24 Pero si las Escrituras, 4 que fué sepultado,
profetizando todos entrare algún in- que resucitó al tercer día según las
fiel o no iniciado, se sentirá argüido Escrituras, 5 y que se apareció a
de todos, juzgado por todos, 25 los Cefas, luego a los Doce. • Después
secretos de su corazón quedarán de se apareció una vez a más de qui-
manifiesto, y cayendo de hinojos, nientos hermanos, de los cuales mu-
adorará a Dios, confesando que real- chos viven todavía, y algunos mu-
mente está Dios en medio de vos- rieron;7
luego se apareció a Santiago,
otros. luego a todos los Apóstoles; 8 y des-
26
¿Qué pues, decir, hermanos? pués de a todos, como a un aborto,
Que cuando os juntéis, tenga cada se me apareció también a mí. 9 Porque
uno su salmo, tenga su instrucción, yo soy el menor de los Apóstoles,
tenga su revelación, tenga su dis- que no soy digno de ser llamado
curso en lenguas, tenga su interpre- Apóstol, pues perseguí a la Iglesia
tación, pero que todo sea para edi- de Dios. 10 Mas por la gracia de Dios
ficación. 27 Si algunos han de hablar soy lo que soy, y la gracia que me
en lenguas, sean dos o a lo más tres, confirió no ha sido estéril, antes he
por turno y con quien interprete. trabajado más que todos ellos, pero
28 Si no hubiere intérprete, no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
cállese
y hable para sí mismo y para Dios. II
Pues, tanto yo como ellos, esto
29 Cuanto
a los profetas, que hablen predicamos y esto habéis creído.
dos o tres y los otros juzguen. 30 Y 12
Pues si de Cristo se predica que
si hablando uno, otro que está sen- ha resucitado de los muertos, ¿cómo
tado tuviere una revelación, cállese entre vosotros dicen algunos (1) que
el primero, 31 porque uno a uno no hay resurrecciión de los muertos?
13 Si
podéis profetizar todos, a fin de que la resurrección de los muertos
todos aprendan y todos sean exhor- no se da, tampoco Cristo resucitó.
tados. 32 El espíritu de los profetas 14 Y Cristo no resucitó, vana es
si
está sometido a los profetas, 33 por- nuestra predicación, vana vuestra fe.
que Dios no es Dios de confusión, 18 Seremos falsos testigos de Dios,
de alboroto, sino de paz. porque contra Dios testificamos que
Como en todas las iglesias de los ha resucitado a Cristo, a quien no
santos, 34 las mujeres cállense en las resucitó, puesto que los muertos no
asambleas, porque no les toca a ellas resucitan. 16 Porque si los muertos
hablar, sino vivir sujetas, como dice no resucitan ni Cristo resucitó, vana
la Ley. 35 Si quieren saber algo, que es vuestra fe, aún estáis en vuestros
en casa pregunten a sus maridos, pecados. 18 Y hasta los que murieron
porque no es decoroso para la mujer en Cristo perecieron. 19 Si sólo mirando
hablar en la iglesia. 36 ¿Acaso creéis a esta vida tenemos la esperanza
.

que la palabra del Señor ha tenido puesta en Cristo, somos los más
origen en vosotros o que sólo a vos- miserables de todos los hombres.
ha 37 20 Pero no: Cristo, primicia de los
otros sido comunicada? Si
alguno cree ser profeta o estar dotado
de algún carisma, reconocerá que (i) Este capitulo nos revela algo singular;
esto que os escribo es precepto del había en Corínto quien participaba de los sen-
Señor. 38 Si alguno lo desconoce, será timientos de los saduceos. o de los de aquellos
él desconocido. 39 Así que, hermanos filósofos atenienses que se reian al oír hablar
de la resurrección de los muertos. San Pablo em-
míos, aspirad al don de profecía, y no pieza sentando un hecho: la resurrección de Je-
estorbéis hablar en lenguas; 40 pero suchsto, comprobada por múltiples apariciones,
hágase todo con decoro y orden. de las cuales la postrera fué la que él disfrutó.
CORINTIOS I, 15 1277

dormidos, ha resucitado (1) de entre cuerpo vuelven a la vida? 38 ¡Necio!


los muertos, 21 porque, como por Lo que tú siembras no nace si no
un hombre vino la muerte, así por muere. 37 Y lo que siembras no es
un hombre vino la resurrección de el cuerpo que ha de nacer, sino un
22 Y como en Adán simple grano, por ejemplo, de trigo,
los muertos.
liemos muerto todos, así también en o algún otro tal. 38 Y Dios le da el
Cristo somos todos vivificados. 23 Pero cuerpo según ha querido, a cada una
cada uno a su tiempo; el primero de las semillas el propio cuerpo¡
Cristo; luego los de Cristo cuando El
39
No es toda carne la misma carne,
venga; 24 después será el fin y entre- sino que una es la de los hombres,
gará a Dios Padre el reino, cuando otra la de los ganados, otra la de las
haya reducido a la nada a todo prin- aves y otra la de los peces. 40 Y hay
cipado, a toda potestad y a todo cuerpos celestes y cuerpos terres-
poder. 25 Pues preciso es que El reine tres, y uno es el resplandor de los
hasta poner a todos sus enemigos cuerpos celestes y otro el de los
bajo sus pies. 26 El último enemigo terrestres. 41 Uno es el resplandor del
reducido a la nada será la muerte, sol, otro el de la luna y otro el de las
27 pues
ha puesto todas las cosas estrellas; y una estrella se diferencia
bajo sus pies. Cuando dice que todas de la otra en el resplandor.
42 Pues así en la resurrección de los
las cosas están sometidas, eviden-
temente no incluyó a Aquél que todas muertos. Se siembra en corrupción
las sometió; 28 antes cuando le y en incorrupción. 43 Se
resucita
queden sometidas todas las cosas, siembra en ignominia y se levanta en
entonces el mismo Hijo se sujetará gloria. Se siembra en flaqueza, y se
a quien a El todo se lo sometió, levanta en poder. 44 Se siembra
para que sea Dios todo en todo. cuerpo animal y se levanta espiritual.
29 Por otro lado, ¿qué sacarán los Pues si hay un cuerpo animal, tam-
que se bautizaron (2) por los muer- bién lo hay espiritual. 46 Que por
tos? Si en ninguna manera resucitan eso está escrito: El primer hombre
los muertos, ¿por qué se bautizan Adán fué hecho alma viviente, el
también por ellos T 30 Y nosotros último Adán espíritu vivificante.
mismos, ¿por qué estamos siempre en 46 Pero no es primero lo espiritual,
peligro? 31 Os lo aseguro, hermanos, sino lo animal, después lo espiritual.
47
por la gloria que de vosotros tengo El primer hombre fué de la tierra,
en Jesucristo nuestro Señor, que cada terreno; el segundo hombre fué del
día muero. 32 Si por solos motivos cielo. 48 Cual es el terreno, tales son
humanos luché con las fieras en los terrenos; cual es el celestial, tales
Efeso, ¿qué me aprovechó? Si los son los celestiales. 49 Y
como lleva-
muertos no resucitan, comamos y mos la imagen del terreno, llevaremos
bebamos, que mañana moriremos. también la imagen del celestial.
33 No os engañéis. Las conversacio- 60 Pero yo os digo, hermanos, que
nes malas estragan las buenas cos- la carne y la sangre no pueden poseer
tumbres. 34 Volved, como es justo, a el reino de Dios, ni la corrupción
la cordura y no pequéis, porque algu- heredará la incorrupción. 51 Voy a
nos viven en la ignorancia de Dios. declararos un misterio (1): No todos
Para vuestra confusión os lo digo.
36 Pero dirá alguno: ¿Cómo resu-
lias. Luego los diversos grados de gloria
citan los muertos? (3). ¿Con qué por la comparación con los astros.
El reino del cielo no podemos gozarlo
(1)
(i)Esta resurrección de Jesucristo prueba sin despojarnos antes de la corrupción del
que resurrección es posible; negarla sería
la cuerpo. Supuesto lo que precede, va a decla-
negar esperanzas cristianas, hacer de los
las rarnos un misterio. ¿Cuál será? Según nos
cristianos los más miserables de los hombres. indica la Vulgata, que todos resucitaremos,
Pero Cristo resucitó, y en virtud de nuestra pero que no todos experimentaremos la inmu-
unión con El, nosotros también resucitaremos, tación que nos capacite para poseer el reino de
participando de su gloria y de su reino. Dios, porque los reprobos están excluidos de él.
(a) Texto oscuro y diversamente interpre- El texto griego dice más bien que no todos
tado. Los corintios se bautizaban por los muertos moriremos, aunque todos seremos inmutados
que no lo habían sido, esperando, al parecer, para entrar en la gloria. San Pablo habla sólo
hacerlos participantes de las esperanzas cris- con los fieles y respecto de los fieles; lo con-
tianas, resumidas en la resurrección glo- trario supone el texto de la Vulgata. Esto es
riosa. un misterio ya anunciado en la I Tes. 4, 14
(3) ¿Cómo resucitaremos? Primero trata de y en la II Cor. 5, 2 s. A pesar de la univer-
explicar el misterio por el ejemplo de las semi- salidad de la sentencia pronunciada en el Pa-
1278 CORINTIOS í. 16

dormiremos, pero todos seremos in- el propósito de pasar por Macedonia,


mutados. 52 En un instante, en un * ser que me detuviese entre
y podría
abrir y cerrar de ojos, al último toque vosotros, y aun que pasara ahí el
de la trompeta, pues tocará la trom- invierno, para que luego me acompa-
peta y los muertos resucitarán inco- ñéis adonie fuere. 7 X» quiero ahora
rruptos, y nosotros seremos inmuta- veros de paso; espero más bien per-
dos. 63 Porque es preciso que lo manecer algún tiempo entre vosotros,
corruptible se revista la incorrupción si el Señor lo permitiere.
8
Me que-
y que éste ser54 mortal se revista la daré en Efeso hasta Pentecostés,
inmortalidad. Y cuando este ser 8
porque se me ha abierto una puerta
corruptible se revista de incorrup- grande y prometedora, aunque hay
tibilidad este ser mortal se revista
y muchos adversarios.
de inmortalidad, entonces se cum-
plirá lo que está escrito:
55 La muerte ha sido sorbida por la F.nearjios, exhortaciones y
victoria. ¿Dónde está, muerte, tu saludos.
victoria? ¿Donde está, muerte, tu
10
aguijón? Si llega Timoteo ahi, mirad que
56 El aguijón de la muerte es el no se sienta acobardado entre vos-
pecado, y la fuerza del pecado la otros, porque trabaja en la obra del
Ley. 87 Pero gracias sean dadas a Señor igual que yo. 11 Que nadie,
Dios, que nos da la victoria por pues, le tenga en poco, y encaminadle
nuestro Señor Jesucristo. 58 Así pues, en paz para que venga a mí, pues le
hermanos míos muy amados, man- espero con los hermanos. 12 Cuanto
teneos firmes, inconmovibles, abun- al hermano Apolo, mucho le enca-
dando siempre en la obra del Señor, recí que se llegara a vosotros con
teniendo presente que vuestro tra- los hermanos, pero no quiso en modo
bajo no es vano en el Señor. alguno ir ahora; irá cuando tenga
oportunidad.
13
Velad y estad firmes en la fe,
La colecta en favor de los fieles obrando varonilmente y mostrándoos
de Jerusalén. fuertes. 14 Que todas vuestras obras
sean hechas en caridad. 15 Un ruego
1 /i 1
Cuanto a la colecta en favor os voy a hacer, hermanos: Vosotros
de los santos (1), haréis^ según conocéis la casa de Estéfanas, que
lo que dispuse en las iglesias de Gala- es la primicia de Acaya y se ha con-
cia. 2 El día primero de la semana, sagrado al servicio de los santos.
16 Mostraos deferentes con ellos y
cada uno ponga aparte en su casa
lo que bien le pareciere, de modo con todos cuantos como ellos trabajan
que no se hagan las colectas cuando y se afanan.
17
Me alegré de la llegada
yo vaya. 3 Y cuando llegue yo, aqué- de Estéfanas, de la de Fortunato y
llosque tengáis a bien, los enviaré de la de Acaico, porque han suplido
yo con cartas, para llevar vuestro vuestra ausencia. 18 Han traído la
obsequio a Jerusalén. 4 Y si pare- tranquilidad a mi espíritu y al vues-
ciese que también vaya yo,
bien tro. Quedadles, pues, reconocidos.
irán conmigo. 5 Yo iré después de-
19
Os saludan las iglesias de Asia.
atravesar la Macedonia, pues tengo También os mandan muchos salu-
dos en el Señor Aquila y Prisca,
tal vez muchos, los justos que
algunos,
con su iglesia doméstica. 20 Os salu-
rafs'o,
en los últimostiempos sean, en premio de los dan todos los hermanos. Saludaos
sufrimientos tolerados durante las postreras mutuamente con el ósculo santo.
21 El saludo es do mi mano, Pablo.
luchas del Anticristo, obtendrán un indulto,
para que, sin morir, pasen del estado actual 22
Si alguno no ama al Señor, sea
corruptible al de la incorruptibilidad exigida anatema! Maranata. 23 La gracia del
para la posesión del reino de los cielos.
Señor Jesús sea con todos vosotros.
(i) Es de notar la delicadeza con que pro- 24 Mi amor está con todos vosotros
cede el Apóstol al hacer la colecta en favor de
los fieles de Jerusalén. en Cristo Jesús.
CORINTIOS II. 1 1279

INTRODUCCION A LA II A LOS CORINTIOS

I" cristiandad de Corinto preocupó mucho a San Pablo el tiempo que pasó
.4
*-' ausente de Corinto. Esto le movió a escribir la primera carta. Parece que
ésta produjo buen efecto; pero que pronto se volvieron a sentir nuevos ?nales,
que le obligaron a mandar como delegados suyos, primero a Timoteo, y luego
a Tito, quizá, con cartas que no han llegado a nuestras manos. Hasta parece
que se puede pensar en un rápido viaje del Apóstol a Corinto. Terminada su
misión en Efesq, se encaminó a Maccdonia, donde encontró a Tilo, que tran-
quilizó su ánimo sobre el estado de la iglesia, y fué portador de esta carta se-
gunda y anunciador de la pronta llegada dd Apóstol (57). Esta epístola revela
en su composición que el autor no la escribió o dictó de una sentada y con el
ánimo sereno. Se notan en ella interrupciones, cambios de pensamiento, pá-
ginas que indican muy diverso estado de ánimo, tanto, que han dado motivo
a que algunos autores pensaran si podría estar compuesta de varias cartas
del Apóstol. Su plan y contenido es el siguiente: Después del saludo y acción
de gracias (1, 1-11), 1 parte: Apología del Apóstol: a) relaciones entre San
Pablo y los corintios desde la primera epístola (1, 12-2, 17); b) el apostolado
en el Nuevo Testamento (3, 1-4, 6); c) la potencia de Dios en la flaqueza hu-
mana (4, 7-5, 10); d) conducta de San Pablo en su apostolado (5, 11-6, 10);
e) exhortaciones y desahogos del Apóstol (6, 11-7, 16). II parte, la colecta en
favor de los fieles de Jerusalén (8, 1-9, lá). III parte, polémica con sus ad-
versarios de Corinto: a) réplica a las acusaciones (10, 1-18); b) elogio de San
Pablo hecho por sí mismo (11, 1-12, 10); c) excusas del Apóstol (12, 11-21);
d) Conclusión (13).

II A LOS CORINTIOS
Salutación. las y Dios de todo con-
misericordias
4
suelo, que nos consuela en todas
-I
1
Pablo, por la voluntad de Dio? nuestras tribulaciones, para que po-
* Apóstol de Jesucristo, y el her- damos consolar nosotros a todos los
mano Timoteo, a la iglesia de Dios atribulados con el consuelo con que
en Corinto, con todos los santos de nosotros mismos somos consolados por
toda la Acaya: 2 sea con vosotros la Dios. 5 Porque, así como abundan en
gracia y la paz de parte de Dios nosotros los padecimientos de Cristo,
nuestro Padre y del Señor Jesucristo. así por Cristo abunda nuestra conso-
lación. 6 Pues si somos atribulados, es
para vuestro consuelo y salud; si
Consuelos de Dios. somos consolados, es por vuestro con-
suelo, que se muestra eficaz en la
3
Bendito sea Dios, Padre de nues- tolerancia de los mismos trabajos que
tro Señor Jesucristo (1), Padre de nosotros padecemos; 7 y es firme
nuestra esperanza en vosotros, sa-
(i) Como de costumbre, empieza San Pablo
bendiciendo a Dios por sus gracias. Aquí es so (Act. 19). De estos consuelos, una parte
por los consuelos sobre él derramados después venía de las buenas noticias recibidas de Co-
de los muchos trabajos que pasaron en Efe- rinto por medio de Tito.
1280 CORINTIOS II. 2

biendo que así como participasteis dado las arras del Espíritu en nues-
en nuestros padecimientos, así tam- tros corazones.
bién participáis en el consuelo.
8
No queremos, hermanos, que ig- Por qué no fué a Corinto.
noréis la tribulación que nos sobre-
vino en Asia, pues fué muy sobre 23
Pongo a Dios por testigo sobre
nuestras fuerzas, tanto que desespe- mi alma de que por amor vues-
rábamos ya de salir con vida. 9 Aún tro (1) no he ido todavía a Corinto.
más, temimos como cierta la senten- 24 No por que pretendamos dominar
cia de muerte, para que no confiáse-
sobre vuestra fe, sino porque quere-
mos en nosotros mismos, sino en mos contribuir a vuestro gozo, por
Dios, que resucita a los muertos, 10 que vuestra firmeza en la fe.
nos sacó de tan mortal peligro y nos
socorrió. En El tenemos puesta la
esperanza de que seguirá socorrién-
O

1 He hecho propósito de no ir
otra vez a vosotros en tristeza.
donos, 11 cooperando vosotros con 2
Porque si yo os contristo, ¿quién
la oración a favor nuestro, a fin de
va a ser el que a mí me alegre sino
que la gracia que por las plegarias aquél a quien yo contristé! 3 Y esto
de muchos se nos concedió sea de mismo os lo escribo, para que cuan-
muchos agradecida por nosotros. do vaya no tenga que entristecerme
de lo que debiera alegrarme, con-
La sinceridad de San Pablo. fiando en todos vosotros, pues mi
gozo es también el vuestro. 4 Os es-
12 Pues nuestra gloria es el testi- cribo en medio de una gran tribula-
monio de nuestra conciencia. Que no ción y ansiedad de corazón con mu-
en sabiduría carnal, sino en la san- chas lágrimas, no para que os entris-
tidad y sinceridad de Dios, en la tezcáis, sino para que conozcáis el
gracia de Dios, hemos vivido en el gran amor que os tengo.
mundo, y más especialmente entre
vosotros. 13 No os escribimos sino lo
Perdón al incestuoso.
que ya habéis leído, y os es conocido,
y espero que hasta el fin lo conoce- 6
Si me contristó, no me
alguno
réis, 14 así como nos habéis también
contristó a mí, sino en cierto modo,
en parte conocido que somos vuestra por no exagerar, a todos vosotros.
gloria, como sois vosotros la nuestra, 8 Bástele
a ése la corrección de tan-
en el día de nuestro Señor Jesucristo. 7
habríamos de perdo-
pues casi
tos,
narle y para que no se
consolarle,
El plan de su viaje. vea consumido por excesiva tristeza.
8 que públicamente
Por eso os ruego
9 pues
15 Enesta confianza quise ir pri- le ratifiquéis vuestra caridad,
mero a veros, para que tuvieseis una para esto os escribo, a fin de conocer
segunda gracia, 18 y pasando por vuestra virtud y vuestra obediencia.
10 Y al que vosotros algo perdonéis,
vosotros ir a Macedonia, y de nuevo
desde Macedonia volver por ahí y también le perdono yo, pues lo que
ser por vosotros encaminado hacia yo perdono, si algo perdono, por amor
Judea. 17 Al proponerme esto, ¿obré vuestro lo perdono en la presencia de
a la ligera? O lo que yo me he pro- Cristo, 11 para no ser víctimas de los
puesto, ¿me lo propuse llevado de ardides de Satanás, ya que no igno-
sentimientos humanos, de manera ramos sus propósitos.
que haya en mí sí y noí 18 Dios me
es fiel testigo de que nuestra palabra Sucesos «| ratos para Sun Pablo.
con vosotros no es sí y no. *• Porque
12 Habiendo ido a Tróade para
el Hijo de Dios, Cristo Jesús, que os
hemos predicado, yo, Silvano y Ti- anunciar el evangelio de Cristo, no
moteo, no ha sido si y no, antes ha obstante hallar una puerta abierta
sido sí. 80 Cuantas promesas hay de
(i) El motivo por que desistió de su pro-
Dios, son en El sí; y por El decimos
yectado viaje a Corinto fué el estado mismo
amén para gloria de Dios en nosotros. de esta iglesia. El viaje hubiera resultado muy
21 Es Dios quien a nosotros
y a vos- doloroso para ambas partes. Se contentó con
otros nos confirma en Cristo, nos ha escribirles una carta de tonos severos, de la que
ungido, 22 nos ha sellado y nos ha Tito fué portador.
CORINTIOS II. 3. 4 1281

en el Señor, 13 no hallé reposo por no mirar el rostro de Moisés a causa


haber encontrado allí a Tito (1), mi de su resplandor, con ser transitorio,
hermano; y despidiéndome de ellos, 8 ¡cuánto más no será glorioso el
partí para Macedonia. 14 En todo ministerio del espíritu! 9 Si el ministe-
tiempo doy gracias a Dios, que nos rio de condenación es glorioso, mucho
hace triunfar en Cristo, y por nos- más glorioso será el ministerio (1)
otros manifiesta en todo lugar el aro- de la justicia. 10 en verdad en este Y
ma de su conocimiento; 15 porque aspecto aquella gloria deja de serlo,
somos para Dios penetrante olor de comparada con esta otra eminente
Cristo, losque se salvan y los que se gloria mía. 11 Porque si lo transitorio
pierden; 16 en éstos olor de muerte fué glorioso, ¿cuánto más lo será lo
para muerte, en aquéllos olor de vida que permanece?
para vida. Y
para esto, ¿.quién es sufi-
ciente! 17 Porque no somos como
muchos, que trafican con la palabra La libertad cristiana.
de Dios, sino que sinceramente, como
de Dios, hablamos delante de Dios 12
Teniendo, pues, tal esperanza,
en Cristo. procedemos con libertad, 13 y no
como Moisés, que ponía un velo sobre
su rostro para que los hijos de Israel
Las cartas comendaticias. no pusiesen los ojos en una gloria
destinada a perecer. Pero sus enten-
3 1
¿Voy a comenzar de nuevo a dimientos estaban velados y lo están
recon^ndarme a mí mismo? ¿O ne- hoy por el mismo velo que continúa
cesito, como algunos, de letras que sobre la lección de la antigua alian-
nos recomienden a vosotros, o en que za, sin percibir que sólo por Cristo
vosotros me recomendéis? 2 Mis letras ha sido removido. 15 Hasta el día de
sois vosotros mismos (2), escritas hoy, siempre que leen a Moisés, el
en mi corazón, conocidas y leídas de velo persiste tendido sobre sus cora-
todos, 3 pues notorio es que sois carta zones; 16 mas cuando se vuelvan al
de Cristo, expedida por nosotros mis- Señor, será corrido el velo. 17 El
mos, escrita, no con tinta, sino con Señor es Espíritu, y donde está el
el Espíritu de Dios vivo; no en ta- Espíritu del Señor, está la libertad.
blas de piedra, sino en las tablas de 18 Todos nosotros a cara descubierta
carne que son vuestros corazones. contemplamos la gloria del Señor
como en un espejo y nos transfor-
mamos en la misma imagen, de glo-
Pablo, ministro de la nueva ria en gloria, a medida que obra en
alianza. nosotros el Espíritu del Señor.

* Tal es la confianza que por Cristo


tenemos en Dios: No que de nosotros Pablo, heraldo de la verdad.
seamos capaces de pensar algo como
de nosotros mismos, que nuestra su- 1 Por esto, investido de este mi-
6
ficiencia viene de Dios. El nos ca- nisterio por la misericordia, no
pacitó como ministros de la nueva desfallecemos, 2
sino que desechando
alianza, no de la letra, sino del Espí- todo indigno tapujo y toda astucia,
ritu, que la letra mata, pero el espí- en vez de adulterar la palabra de
ritu da vida. 7 Pues si el ministerio Dios, manifestamos la verdad, y nos
de muerte escrito con letras sobre recomendamos nosotros mismos a
piedras fué glorioso, hasta el punto toda humana conciencia ante Dios.
de que no pudieran los hijos de Israel 3 Si nuestro evangelio queda encu-

bierto, es para los infieles, que van a


(1) Salido de Efeso y encaminándose hacia la perdición, cuya inteligencia cegó
Macedonia, iba con el corazón lleno de angustia,
esperando en todas partes encontrar a Tito con (1) Este
ministerio aventaja infinitamente
buenas noticias. al de Moisés,el cual cuando bajaba del monte,
(2) Tomando ocasión de la carta antes men- donde había conversado con Dios, tuvo que
cionada, insiste ahora en otra carta de recomen- cubrirse el rostro, porque el pueblo no podía
dación del Apóstol, que son los mismos corin- soportar la claridad que le circundaba, por tener
tios por él convertidos a la fe. Con ella se ojos obtusos. Esto es símbolo (o tipo) del velo
acrece su confianza en Jesucristo, que le ins- que cubre aún la mente de los israelitas, que no
tituyó ministro del Evangelio. ven la claridad del Evangelio.

81
1282 CORINTIOS II, 5

el dios de este mundo, para que no bles son temporales; las invisibles,
brille en ellos la luz del Evangelio, eternas.
de la gloria de Cristo, que es imagen
de Dios. 5 Pues no nos predicamos
a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús, La» esperanzas de los ministros
Señor nuestro, y cuanto a nosotros, evangélicos.
siervos vuestros ños decimos por amor
de Jesús. 6 Porque Dios, que dijo: Bri- ~ 1
Pues sabemos que si la tienda
lle la luz del seno de las tinieblas, es " de nucestra mansión terrena se
el que ha hecho brillar la luz en nues- deshace, tenemos de Dios una sólida
tros corazones para que demos a cono- casa (1), no hecha por mano de
cer la ciencia de la gloria de Dios hombres, eterna en los ciclos. 2 Ge-
en el rostro de Cristo (1). mimos en esta nuestra tienda, anhe-
lando sobrevestirnos de aquella nues-
tra habitación celestial, * supuesto
Debilidad j fortaleza de los mi- que seamos hallados vestidos, no des-
nistros del Evangelio^ nudos. 4 Pues realmente, mientras
moramos en esta tienda, gemimos, por
7
Pero llevamos este tesoro en vasos cuanto no queremos ser desnudados,
de barro, para que la excelencia del sino sobrevestidos, para que nuestra
poder sea de Dics, y no parezca nues- mortalidad sea absorbida por la vida.
tra. 8
En mil maneras somos atribu- 5
Y es Dios quien así i\Oi ha hecho,
lados, pero no nos abatimos; 9 en per- dándonos las arras de su Espíritu.
plejidades, no nos desconcertamos, * Así estamos siempre confiados, per-

abatidos no nos anonadames, llevan- suadidos de que mientras moramos


do 10 siempre en nuestro cuerpo la en este cuerpo, estamos ausentes del
mortificación de Jesús, para que la Señor, porque caminamos en la fe y
vida de Jesús se manifieste en nues- no en la visión, 8 pero confiamos y
tro cuerpo. 11 Mientras vivimos esta- quisiéramos más partir del cuerpo y
mos siempre entregados a la muerte estar presentes al Señor. • Por esto,
por amor de Jesús, para que la vida presentes o ausentes, nos esforzamos
de Jesús se manifieste también en por serle gratos, 10 puesto que todos
nuestra carne mortal. 12 De manera hemos de comparecer ante el tribunal
que en nosotros obra la muerte, en de Cristo, para que reciba cada uno
vosotros la vida. 13 Pero teniendo el según lo que hubiere hecho en las
mismo espíritu de fe, según lo que cosas del cuerpo, buenas o malas.
está escrito: Creí, por eso hablé; tam-
bién nosotros creemos, y por esto
hablamos; 14 sabiendo que quien re- La conducta de San Pablo.
sucitó al Señor Jesús, también con
11
Sabedores, pues, del terrible jui-
Jesús nos resucitará y nos hará estar
con vosotros; 15 porque todas las hacemos por sincerarnos
cio del Señor,
cosas suceden por vosotros, para que ante los hombres, que a Dios bien de
la gracia difundida en muchos acre- manifiesto le estamos; creo que tam-
ciente la acción de gracias para gloria bién a vosotros. 12 No es que otra vez
do Dios. 16 Por lo cual no desmaya- pretendamos recomendarnos, sino da-
mos, sino que mientras nuestro hom- ros ocasión para gloriaros en nos-
bre exterior se corrompe, nuestro otros, a fin de que tengáis motivo
hombre interior se renueva de día en de gloria ante aquellos que ponen la
día. 17 Pues por la momentánea y gloria en lo exterior y no en lo inte-
ligera tribulación nos prepara un peso Irior. 13 Porque si loqueamos es por
eterno de gloria incalculable, y no •Dios; si juicioseamos es por vosotros.
ponemos los ojos en las cosas visibles,
sino en las invisibles; pues las visi- (i) El vaso se convierte aquí en una casa
terrena, destinada a ser destruida para deiar
(i) Habiendo recibido
tan ministerio
alto llugar a otra, que será el cuerpo glorioso, objeto
del Señor, no se avergüenza de predicar a Je- jde nuestra esperanza. Aunque a la verdad nues-
sucristo, para iluminar a los hombres. Este tro natural deseo no es ver destruida esta casa
ministerio es como un tesoro divino, encerrado o este vestido, sino revestimos de otro vestido
en el vaso frágil de su cuerpo. Tal fragilidad se de gloria, que absorba lo terrino del primero.
muestra en las tribulaciones que pasa, a las que En esto San Pablo vuelve con más fuerza sobre
resiste, sin embargo, por la gracia del Señor, ha idea enunciada en la I Tes. y repetida en
que está en él. 'I Cor., sobre la exención de la muerte.
»

CORINTIOS II. 6. 7 1283


o
14 La caridad de
Cristo nos constriñe, vivamos; cual castigados, mas n
10 como
persuadidos como lo estamos de que muertos; pero siem-
tristes,
si uno murió por todos, luego todos pre alegres; como
pobres, pero enri-
son muertos; 15 y murió por todos queciendo a todos; como quienes nada
para que los que viven, no vivan ya tienen, poseyéndolo todo.
para sí, sino para Aquél que por ellos
murió y resucitó. 16 De manera que Desahogos del corazón de Pablo.
desde ahora a nadie conocemos según
11
la y aun a Cristo si le conocimos
carne; Os abrimos, ¡oh corintios!, nues-
según la carne, pero ahora ya no así. tra boca, ensanchamos nuestro co-
17
De suerte que el que es de Cristo, razón; no estáis al estrecho en nos-
se ha hecho criatura nueva y lo viejo otros, estáis en nuestras entrañas;
pasó, se ha hecho nuevo. 18 'Mas todo 13 pues para corresponder de igual

esto viene de Dios, que por Cristo nos modo, como a hijos os hablo; ensan-
ha reconciliado consigo y nos ha con- chaos también vosotros.
fiado ministerio de la reconcilia-
el
19
ción. Porque a la verdad, Dios Huida de la sociedad pagana.
estaba en Cristo reconciliando al mun-
do consigo y no imputándole sus de- 14 No yunta desigual
os unáis en
litos, y puso en nuestras manes la con los infieles. ¿Qué consorcio hay
palabra de reconciliación. 20 Somcs, entre la justicia y la iniquidad? ¿Qué
pues, embajadores de Cristo, como si comunidad entre la luz y las tinie-
Dios os exhortase por medio de- nos- blas? 15 ¿Qué concordia entre Cristo
otros. Por Cristo os rogamos: Recon- y Belial? ¿Qué parte del creyente con
ciliaos con Dios. 21 A quien no cono- el infiel? 16 ¿Qué concierto entre el
ció el pecado, le hizo pecador por templo de Dios y los ídolos? Pues
nosotros, para que en El fuéramos vosotros sois templo de Dios vivo,
justicia de Dios. según Dios dijo: «Yo habitaré y an-
daré en medio de ellos, y seré su Dios
Descripción de la conducta de y ellos serán mi pueblo. 17 Por lo
San Pablo. cual salid de en medio de ellos y
apartaos, dice el Señor; y no toquéis
1
Cooperando, pues, con El os cosa inmunda, y yo os recibiré 18 y
exhortamos a que no recibáis en seré vuestro padre, y vosotros seréis
vano la gracia de Dios, 2 porque dice: mis hijos y mis hijas, dice el Señor
«En el tiempo propicio te escuché, y todopoderoso.
en día de la salud te ayudé.» Este
el
es tiempo propicio, éste el día de
el L Pues que tenemos estas pro-
1

la salud. 3 En nada demos motivo al- mesas, carísimos, purifiquémonos


guno de escándalo, para que no sea de toda mancha de nuestra carne y
vituperado nuestro ministerio, 4 sino nuestro espíritu, acabando la obra
que en todo mostrémonos como mi- de la santificación en el temor de
nistros de Dios (1), en mucha pa- Dios.
ciencia, en tribulaciones, en necesi-
dades, en angustias, en azotes, en Gozo de San Pablo.
prisiones, en tumultos, en fatigas, en
desvelos, en ayunos, 6 en santidad, Acogednos en vuestros corazones;
2

en ciencia, en longanimidad, en bon- a nadie hemos agraviado, a nadie


dad en el Espíritu Santo, en caridad hemos perjudicado, a nadie hemos
sincera, 7 en palabras de veracidad, explotado. 3 No lo digo para conde-
en el poder de Dios, en armas de naros, que ya antes os he dicho cuán
justicia ofensiva y defensiva, 8 en dentro de nuestro corazón estáis para
honra y deshonra, en mala o buena vida y para muerte. 4 Tengo mucha
fama; cual seductores, siendo vora- confianza en vosotros; estoy lleno de
ces; cual desconocidos, siendo bien consuelo, reboso de gozo en todas
conocidos; cual moribundos, bien que nuestras tribulaciones.
Elogio de los corintios.
El Señor habla dicho a Saulo que es-
(i)
taba destinado a sufrir muchos trabajos por su 5
Nombre; esta página en que el Apóstol nos Pues aun llegados a Macedonia»
pinta cómo ejerció su ministerio, nos prueba no tuvo nuestra carne ningún reposo-
cómo cumplió la misión a él encomendada. sino que en todo fuimos atribulados
1284 CORINTIOS [1, 8

luchas por fuera, por dentro temores. favor de los santos: 5 y no como
* Pero Dios, que consuela a los hu- esperábamos, sino que a sí mismos
mildes, nos consoló con la llegada de se entregaron, primeramente al Señor,
Tito: y no sólo con su llegada, sino y luego a nosotros, por la voluntad
con el consuelo que de vosotros nos de Dios. * Así que encargué a Tito,
trajo, al anunciarnos vuestra ansia, que, según había comenzado, así
vuestro llanto y vuestro celo por mí, también hiciese entre vosotros esta
con lo que creció más mi gozo. 8 Por- obra de caridad.
que si con la epístola os entristecí,
no me pesa. Y si estaba pesaroso
viendo que aquella carta, aunque por Invitación a los corintios.
un momento, os había contristado,
9
ahora me alegro, no porque os con- 7
Y así como abundáis en todo, en
triste, sino porque os entristecisteis fe, en palabra, eu ciencia, en toda
para penitencia. Os contristasteis se- obra de celo y en amor hacia nos-
gún Dios, sin recibir daño alguno de otros, así abundéis también en esta
nuestra parte. 10 Pues la tristeza obra de caridad. 8 No os lo digo como
según Dios es causa de penitencia imponiéndoos un precepto, sino en
saludable, de que jamás hay por que vista de la solicitud de aquéllos y
arrepentirse; mientras que la tristeza para que probéis vuestra caridad.
según el mundo lleva a la muerte. * Pues conocéis la caridad de nuestro
11 Ved cuánta solicitud os ha cau-
Señor Jesucristo, que siendo rico, se
sado esa misma tristeza, según Dios, hizo pobre por amor nuestro, para
y que excusas, qué enojos, que temo- que vosotros fueseis ricos por su po-
res, qué deseos, qué celo y qué vin- breza; 10 y os aconsejo esto, por con-
dicaciones. Totalmente limpios os ha- veniros así, ya que no sólo comen-
béis mostrado en este asunto. 12 Pues zasteis el año pasado a proponéroslo,
si yo os escribí, no fué por el que sino a realizarlo. 11 Acabad, pues,
cometió el agravio, tu por el que lo ahora vuestra obra, a fin de que,
recibió, sino para que se manifestase según La prontitud de la voluntad,
vuestra solicitud por nosotros de- así sea la ejecución de aquélla, con-
lante de Dios. 13 Con esto nos hemos forme a vuestras facultades. 12 Cuan-
consolado. Y a este consuelo nuestro do está pronta la voluntad es acep-
vino a unirse el extremado gozo de ta en la medida de lo que se tiene, no
10 de Tito, cuyo espíritu habéis todos de lo que no se tiene, 13 porque no
confortado. 14 Que si en algo me glo- se trata de que para otros haya
rié con él de vosotros, no he quedado desahogo y para vosotros estrechez,
confundido, sino que así como en sino de que ahora con equidad
14 vuestra abundancia alivie la esca-
todo os habíamos hablado verdad,
así era también verdadero nuestro sez de aquéllos, para que asimismo
gloriarnos con Tito. 18 Y
su cariño su abundancia alivie vuestra penu-
por vosotros se ha acrecentado viendo ria, de manera que haya equidad,
15 según está escrito: «Ni el que re-
vuestra obediencia y el temor y tem-
blor con que le recibisteis. 14 Me ale- cogió mucho abundaba, ni el que
gro de poder en todo confiar en vos- recogió poco estaba escaso.»
otros.

Knvío d«- l ito.


Generosidad <!* l»> maccdonlos.
19
Y gracias sean dadas a Dios
O 1
También quiero, hermanos, ha- que puso en el corazón de Tito esta
ceros conocer la gracia que Dios ha solicitud por vosotros, pues no
hecho a las iglesias de Maccdonia, sólo acogió nuestro ruego, sino que
2 que
la gran tribulación con que han solicitó por propia iniciativa partir
sido probados abundó en gozo, y su a vosotros. 18 Y
con él enviamos a
extremada pobreza so convirtió en otro hermano, cuyo elogio en la pre-
riqueza de liberalidad; 8 doy testi- dicación del Evangelio está difun-
19
monio de que según sus facultades y dido por todas las iglesias: y no
aun por encima de sus facultades, sólo esto, sinoque también fué ele-
de iniciativa propia, 4 instantemente gido por las iglesias para compañe-
nos rogaban que les hiciésemos la ro nuestro de viaje en esta obra de
gracia de participar en el socorro a caridad que hacemos para gloria del
CORINTIOS II. 9. 10 1285

10
mismo Señor y para cumplimiento El que da la simiente al que
de nuestra pronta voluntad, 20 mi- siembra, también le dará el pan para
rando a que nadie nos vitupere en su alimento y multiplicará vuestra
esta colecta quepromovemos. 21 Pues sementera, y acrecentará los frutos
procuramos hacer el bien, no sólo de vuestra justicia. 11 Y
en todo
ante Dios, sino también ante los seréis enriquecidos para toda libera-
hombres. 22 También enviamos con lidad, que por nuestra mediación
ellos a otro hermano nuestro, cuya produzca acción de gracias a Dios.
12
solicitud tenemos bien probada con Pues el ministerio de este servicio
frecuencia en muchos negocios y no sólo remedia la escasez de los
ahora se ha mostrado muy solícito santos, sino que hace rebosar en ellos
por la gran confianza que tiene en copiosa acción de gracias a Dios,
vosotros. 23 Por lo que hace a Tito, 13 por cuanto experimentando esta
mi compañero y cooperador es entre suministración, y por la comunica-
vosotros; cuanto a nuestros herma- ción de vuestra largueza a ellos y a
nos, enviados son de las iglesias, glo- todos, glorifican a Dios por vuestra
ria de Cristo. 24 Mostrad, pues, para obediencia al Evangelio de Cristo,
con ellos vuestra caridad a la faz de 14
y asimismo por su oración por vos-
las iglesias y nuestra gloria en vos- otros a quienes aman a causa de las
otros y la razón de nuestra gloria gracias eminentes de Dios en vos-
por vosotros. otros. 15 Gracias sean dadas a Dios
por su inefable don.

Motivo» de lu colecta.
Pablo se defiende.
Q 1
Cuanto al socorro en favor de
1
los santos, no es necesario que 1(1 Yo, pues, el mismo Pablo, que
yo os escriba: 2 conozco vuestra pron- 1 v presente soy humilde
entre vos-
ta voluntad que es para mí motivo otros, pero ausente soy resuelto con
de gloria de vosotros ante los mace- vosotros, os ruego por la mansedum-
donios, pues Acaya está apercibida bre y la bondad de Cristo, que cuando
desde el año pasado, y vuestro celo esté presente no tenga que atreverme
ha estimulado a muchos. 3 A
pesar con la energía con que pienso resuel-
de esto, envío a los hermanos, para tamente obrar (1) con algunos que
que nuestra gloria en vosotros no nos tienen como si procediésemos
resulte vana en este asunto, y que según la carne. 3 Pues aunque vivi-
según he dicho estéis dispuestos, 4 no mos en la carne, no militamos según
sea que al llegar los macedonios con- la carne; 4 pues las armas de nuestra
migo os encuentren desprevenidos y milicia no son carnales, sino podero-
quedemos confundidos nosotros, por sas por Dios para derribar fortalezas,
no decir vosotros, en este negocio. destruyendo consejos, 5 y toda alta-
5
Por eso he creído necesario rogar nería que se levante contra la ciencia
a los hermanos que anticiparan el de Dios y doblegando todo pensa-
viaje y preparasen de antemano vues- miento a la obediencia de Cristo,
tra prometida bendición, y con esta 6
prontos a castigar toda desobedien-
preparación resulte obra de libera- cia, y a reduciros a perfecta obe-
lidad, y no de mezquindad. 6 Pues diencia.
os digo: El que escaso siembra, es-
caso cosecha; el que siembra con lar-
gura, con largura cosechará. 7 Cada Hará valer su autoridad.
uno haga según se ha propuesto en
su corazón, no de mala gana ni obli- 7
Mirad sólo lo que a la vista
gado, que Dios ama al que da con tenéis. Si alguno confía en que
es
alegría. 8 Y poderoso es Dios para de Cristo, piense también que
como
acrecentar en vosotros todo género él lo es, así lo somos nosotros. 8 Por-
de gracias, para que teniendo siempre que aunque con exceso me gloríe
yo
y en todo lo bastante, abundéis en de la autoridad que me dió el Señor
toda obra buena, 9 según que está
escrito:
«Con largueza repartió, dió a los (i) Otra vez el Apóstol siente atacada su
autoridad y la defiende con vigor, y no contento
pobres; su justicia permanecerá para con esto, ataca a sus adversarios, que se gloria-
siempre. • ban de la suya.
1286 CORINTIOS II. 11

para edificación y no para destruc- |



y aunque Imperito de palabra, no
ción vuestra, no por eso me aver- de ciencia, pues en todo y siempre
gonzaré. Y
que nadie crea que pre- la hemos manifestado entre vosotros.
7
tendo amedrentaros con las cartas. ¿O es que he. cometido un pecado
10 Porque hay quien dice que las humillámdome a mí mismo para que
cartas son duras y fuertes, pjro la vosotros fueseis ensalzados predicán-
presencia corporal es poca cosa y la doos el Evangelio de Dios? 8 Despojé
palabra menospreciable. 11 Piense ese a otras iglesias, recibiendo de ellas
tal que cuales somos ausentes por estipendio para serviros a vosotros;
9
las cartas, tales somos presentes de y estando entre vosotros y hallán-
obra. dome necesitado, a nadie fui gravoso,
pues a mis necesidades subvinieron
Motivos de gloria de San rabio. los hermanos venidos de Macedonia;
y en todo momento me guardé y me
12
Porque no osamos igualarnos o guardaré de seros gravoso. 10 por Y
compararnos con los que a sí mis- la verdad de Cristo que está en mí,
mos se recomiendan: mas midiéndose que esta gloria no sufrirá mengua
a sí mismos y tomándose a sí mismos en las regiones de Acaya. 11 ¿Por qué?
por iludida, no tienen juicio. 13 Nos- ¿Porqué no os amof Eso Dios lo
otros no nos gloriamos desmedida- sabe. 12 Lo que yo ahora hago tam-
mente, sino según la regla que Dios bién lo haré en lo futuro, para cortar
nos ha dado por medida para llegar toda ocasión a los que la buscan, de
aun hasta vosotros. 14 Porque no nos hallar en qué gloriarse igual que nos-
salimos fuera de los límites présen- otros. 13 Pues esos falsos apóstoles,
los, como si no llegásemos hasta vos- obreros engañosos, se disfrazan de
otros, pues hasta vosotros llegamos apóstoles; 14 y no es maravilla, pues
en el Evangelio de Cristo. 15 No glo- el mismo Satanás de ángel
se disfraza
sándonos desmedidamente de traba- 15 No
pues, mucho que
de luz. es,
jos ajenos, sino esperando que cre- sus ministros se disfracen de minis-
ciendo vuestra fe, crezcamos más y tros de la justicia: Su fin será el que
más entre
vosotros, conforme a nues- corresponde a sus obras.
tra medida, 16 evangelizando a los
que están más allá de vosotros, no
para gloriarnos, en ajena regla de lo San Pablo, superior a sus émulos.
ya laborado. 17 El que se gloria, que
se gloríe en el Señor. 18 Pues no es Una vez más os digo, que nadie
14

el que a sí mismo se recomienda me tenga por insensato, y en todo


quien está probado, sino aquel a quien caso, toleradme como insensato, per-
recomienda el Señor. mitiéndome que un poco me gloríe.
17 Lo que voy a decir, no lo digo
Pablo y los predicadores, según el Señor, sino como en locura,
sus émulos. que me da pie para gloriarme. 18 Pues-
to que muchos se glorían según la
1
Ojalá soportéis un poco tu de-
I
i carne, también yo me gloriaré. 19 Pues
mencia. Pero soportadla, 2 por- con gusto soportáis a los insensatos,
que os celo con celo de Dios, pues os siendo vosotros sensatos. 20 Sopor-
he desposado a un solo marido para táis que os esclavicen, que os devoren,
presentaros a Cristo como casta virgen. que os engañen, que se engrían, que
3 Pero temo que. como la serpiente os abofeteen.
engañó a Eva con su astucia, tam- 21
Con sonrojo mío lo digo, que me
bién corrompa vuestros pensamientos, he mostrado débil. En aquello en que
apartándolos de la fidelidad y de la cualquiera ose gloriarse, en locura lo
santidad debidas a Cristo. 4 Porque si digo, también osaré yo. ¿Son hebreos?
viniese alguno predicando a otro Jesús También yo. ¿Son israelitas? También
que el que os hemos predicado, o yo. ¿Son descendencia de Abrahaml
dándoos otro espíritu, lo soportaríais. También yo. 23 ¿Son ministros de
5 Pero yo creo que en nada soy infe-

rior (1) a esos preclaros apóstoles,


apóstoles, los cuales imitan al diablo, que se
transfigura en ángel de luz. En lo que resta del
> (l) Prosigue el mismo tema, declarando, de capitulo, San Pablo establece un paralelo entre
una parte, no ser inferior a los verdaderos c¡ y sus adversarios, enumerando todos los tra-
Apóstoles de Cristo, y muy superior a los falsos bajos que padeció por «J Evangelio.
CORINTIOS II, 12 1287

Cristo? Hablando en locura, más yo; jón de la carne, el ángel de Satanás,


en muchos trabajos, en muchas pri- que me abofetea, para que no me
siones, en muchos azotes, en fre- engría. * Por esto rogué tres veces al
cuentes peligros de muerte. 24 Cinco Señor que se retirase de mí. 9 Y El me
veces recibí de los judíos cuarenta dijo: Te basta mi gracia, que en la
azotes menos uno. 26 Tres veces fui flaqueza llega al colmo el poder.
azotado con varas, una vez fui ape- Muy gustosamente, pues, continuaré
dreado, tres veces naufragué, un día gloriándome en mis debilidades para
y una noche pasé en los abismos del que habite en mí la fuerza de Cristo.
10 Por lo cual me complazco en las
mar; 26 muchas veces en viaje me vi
en peligros de ríos, peligros de ladro- enfermedades, en los oprobios, en las
nes, peligros de los de mi linaje, necesidades, en las persecuciones, en
peligros de los gentiles, peligros en las angustias por Cristo; pues cuando
la ciudad, peligros en el desierto, pe- parezco débil, entonces es cuando
ligros en el mar, peligros entre los soy fuerte.
falsos hermanos, 27 peligros y mise-
rias, en prolongadas vigilas en ham-
bre y sed, en ayunos frecuentes, en San Pablo defiende su conducta
frío y en desnudez; 28 esto sin hablar cu Corinlo.
de otras cosas, de mis cuidados de
cada día, de la preocupación por 11 He hecho el loco, vosotros me
todas las iglesias. habéis obligado. Porque necesitaba
29
¿Quién desfallece que no desfa- ser estimado de vosotros, pues en
llezca yo? ¿Quién se escandaliza que nada fui inferior a los más eximios
yo no me abrase? 30 Si es menester apóstoles, aunque nada soy. 12 Las
gloriarse, me gloriaré en lo que es señales de Apóstol se realizaron entre
mi flaqueza. 31 Dios y Padre del vosotros en mucha paciencia, en por-
Señor Jesucristo, el Bendito por los tentos y prodigios y milagros. 13 ¿Pues
siglos, sabe que no miento. 32 En Da- en qué habéis sido inferiores a las
masco el etnarca del rey Aretas puso otras iglesias, sino en que no os fui
guardia en la ciudad para prender- gravoso. Perdonadme este agravio.
me, 33 y por una ventana, en una 14 He aquí que por tercera vez
(1)
espuerta, fui descolgado por el muro, estoy para ir a vosotros y no os seré
y escapé a sus manos. gravoso; porque no busco vuestros
bienes, sino a vosotros; pues no son
lO 1
Si es menester gloriarse (1), los hijos los que deben atesorar para
l ^ aunque no conviene, vendré a los padres, sino los padres para los
las visiones y revelaciones del Señor. hijos. 15 Yo de muy buena gana gas-
2
Sé de un hombre en Cristo que hace taré y me desgastaré hasta agotarme,

catorce años si en el cuerpo no lo
fuera del cuerpo tampoco lo sé,
por vuestra alma. Porque os amo
sé, si con mayor amor, ¿seré menos amade?
Dios lo sabe —
fué arrebatado hasta
,

el tercer ciclo; 3 que este hombre si —


16 Bien, en nada os fui gravoso, pero

en mi astucia os cacé con engaño.


en el cuerpo o fuera del cuerpo, no 17
¿Os he explotado acaso por medio
lo sé, Dios lo sabe 4

fué arrebatado de alguno de los que os envié? 18 Yo
al paraíso y oyó palabras inefables animé a Tito a ir y envié con él al
que el decir. 5 De
hombre no puede otro hermano; ¿acaso Tito os explo-
tales cosas me
gloriaré, pero de mí tó? ¿No procedimos ambos según el
mismo no me
he de gloriar, si no es mismo espíritu? ¿No seguimos los
de mis flaquezas. 6 Si quisiera glo- mismos pasos?
riarme, no haría el loco, pues diría
verdad. Me abstengo, no obstante,
para que nadie juzgue de mí por Temores de San Pablo.
encima de lo que en mí ve y oye de
mí, 7 a causa de la alteza de mis 19
Hace tiempo creéis que nos jus-
revelaciones. Por lo cual, para que tificamos ante vosotros. No, ante
yo no me engría, fuéme dado el agui- Dios, en Cristo, hablamos: todo, ca-
rísimos, es para vuestra edificación,
(i) Prosigue el tema, enumerando las gra-
cias místicas que recibió del Señor y las mise- (i) Resulta claro que San Pablo, en el largo
rias con que el Señor ha querido contrarrestarla» tiempo de su ministerio en Efeso, estuvo una
para que no le fueran ocasión de orgullo. vez en Corinto.
1288 CORINTIOS II. 13

,0 pues temo que cuando vaya ao Y así somos nosotros débiles en El,
os halle cual querría, y no me halléis pero vivimos con El para vosotros
vosotros cual querríais; temo que haya por el poder de Dios. 5 Examinaos a
contiendas, envidias, iras, ambicio- a vosotros mismos si estáis en la fe;
nes, detracciones, murmuraciones, hin- probaos a vosotros mismos. ¿No re-
chazones, sediciones; 21 que al llegar conocéis que Jesucristo está en vos-
de nuevo a vosotros sea de Dios hu- otros, a no ser que estéis reprobadosT
6
millado a causa vuestra,y tenga que Pero confío que conoceréis que no
llorarpor muchos de los que antes estáis reprobados, 7 y rogamos a Dios
pecaron y no hicieron penitencia de que no hagáis ningún mal, no para
su impureza, de su fornicación y de que nosotros aparezcamos probos,
su lascivia (1). sino para que vosotros practiquéis
el bien, y nosotros seamos como ré-
probos. 8 Pues nada podemos contra
Hará valer xu autoridad. la verdad, sino por la verdad. • Nos
gozamos siendo nosotros débiles y
1 O 1
Por tercera vez (2) voy a vos- vosotros fuertes. Lo que pedimos es
*" otros: Por el testimonio de dos vuestra perfección. 10 Por eso os es-
o de tres es firme toda sentencia. cribo esto ausente, para que presente,
2
Os he dicho ya, y ahora de ante-
lo no necesite usar de la autoridad que
mano como cuan-
lo repito ausente, el Señor me confirió para edificar,
do por segunda vez estuve presente, no para destruir.
y declaro a los que han pecado y a
todos los demás, que cuando otra v;z
vuelva no perdonaré; 3 puesto que Conclusión.
buscáis experimentar que en mí hable
11 demás, hermanos, alegraos,
Por
Cristo, que no es débil para con vos- lo
otros, sino fuerte en vosotros. 4 Por- perfeccionaos, exhortaos, tened un
que aunque fué crucificado en su de- mismo sentir, vivid en paz, y el Dios
bilidad, vive por el poder de Dios. de la caridad y de la paz será con
vosotros. 13 Saludaos mutuamente en
(1) Estos últimos versículos nos hacen olvi- el ósculo santo. Todos los santos os
dar lo que antes nos habla dicho de los con- saludan.
suelos que le habla traído Tito. Aquí son los 13 La gracia del Señor Jesucristo
temores de lo que se va a encontrar en Con.no
lo que le preocupa. y la caridad de Dios y la comuni-
(2) Por segunda vez nos habla de que éste cación de Espíritu Santo sean con
es su tercer viaje a Corinto. todos vosotros.

INTRODUCCION A LA EPISTOLA A LOS GALATAS

f2 AL ACIA estaba situada en el Menor. Recibió su nombre


centro del Asia
de hs gil¡s, que en el sigloC. atravesaron el Mediodía de Europa
III a.

y el Helesponti e invadieron el Asia, y después de muchos años de guerrear


y saquear ciudades y prorincias, al fin, en 230, fueron nucidos por
Atalo I,
rey de Pérgamo, y obligados a cesar en sus correrías y t imar asiento. Poco
a poco vinieron a adoptar la cultura griega, que dominaba en la región, pero
conservando su organización política. Fueron sus cuidades principales Pesi-
mente, Ancira (hoy Augura) y Távium. Cuando, a principios del siglo II,
entraron los romanos en Asia, se les hicieron amigos y aliados, gracias a lo
cual ensancharon sus territorios, hasta que el año 5 a. C., muerto el último rey
gálatu, Augusto convirtió la Oalacia en provincia romana. Comprendía ésta
no sólo bis provincias primitivamente ocupadas f»>r Ins gafos, sino lasque tiuís
GÁLATAS 1269

tarde conquistaron, o sea la Galacia del Norte, que es la primera, y la del Sur,
que es la segunda, que abarca parte de Frigia, Pamjilia, Pisidia y Licaonia.
San Pablo, en compañía de Bernabé, había evangelizado esta última región
en su primera misión apostólica, detalladamente narrada en los Hechos (11-14).
En la segunda misión, acompañado de Silos, volvió a recorrer en rápida visita
las mismas cristiandades. El autor de los Hechos nos dice que luego atrave-
saron la Frigia y la región de Galacia, y que fueron impedidos de predicar
en la provincia de Asia por el Espíritu Santo, que los empujaba hacia Europa.
Algo semejante nos, dice en el tercer viaje de San Pablo, que vino a terminar
primeramente en Efcso, capital de la provincia de Asia. Resulta de todo esto
que si sabemos cómo y cuándo predicó San Pablo en la Galacia meridional,
no tenemos noticias ciertas de su predicación en la Galacia septentrional, es
decir, en la Galacia propiamente dicha.
Dió ocasión a esta epístola el cambio acaecido en aquellas iglesias por la
predicación de ciertos predicadores judaizantes. Eran éstos del grupo de aque-
llos fariseos medio convertidos que predicaban la necesidad de la, circuncisión
para salvarse, y a quienes San Pablo y Bernabé habían tenido que resistir
en la asamblea de J erusalén. Pretendían éstos que los gentiles se incorporasen
a Cristo mediante su incorporación al antiguo pueblo de Dios. Como San Pablo
prescindía de esta incorporación, le miraban aquéllos como enemigo de su nación,
y de ahí el seguirle a todas partes, como la sombra al cuerpo, para deshacer
su obra evangclizadora de Jesucristo, único Salvador. Era, en sustancia, el mo-
tivo por el cual los judíos incrédulos le perseguían con tal ensañamiento. De
buena fe los gálatas se dejaron persuadir de aquellos predicadores, pensaruio
sin duda que sólo les traían un complemento al evangelio recibido de San Pablo,
y, aunque debía de repugnarles bastante, aceptaron hasta la circuncisión.
Cuando San Pablo lo supo, lo sintió en lo más vivo del alma, y luego se
puso a dictar esta epístola, que fué escrita de una sentada, bajo el impulso del
dolor que le produjo ver a sus amados gálatas alejados de la pureza del evan-
gelio que él les había predicado. No se sabe a ciencia cierta el lugar y la fecha
en que fué escrita. Hay quienes dicen que fué escrita en Antioquía, aun antes
de la asamblea de J erusalén, de cuyo decreto no se hace mención. Otros creen
que en Corinto, después de las epístolas a los tesalonicenses. Pero lo más pro-
bable es que la epístola a los gálatas, que es como un esbozo de la epístola a los
romanos, ha debiderde ser escrita o en Macedonia, durante el viaje en que dirigió
la segunda a los corintios, o en Corinto, donde escribió la de los romanos por
los años 56-57.
El tema de la carta es la suficiencia de la sola fe en Jesucristo y la inutili-
dad de la Ley y de la circuncisión para alcanzar la salud. Consta de tres partes:
Después de la acostumbrada introducción (1, 1-10), una parte apologética
de su ministerio (1, 11-2, 21); sigue una segunda, dogmática, sobre el tema
de la epístola (3, 1-5, 12); luego una exhortación (5, 13-6, 10), y termina
con un epílogo (6, 11-18).
1290
GÁLATAS, I, 2

A LOS GALATAS
Salutación.
revelación de Jesucristo. 13 Habéis
oído mi conducta de otro tiem-
1 Pablo, Apóstol, no de parte po (1) en el judaismo, cómo con
1

de los hombres, ni por los hom- gran furia perseguía a la Iglesia de


bres, sino por Jesucristo y por Dios y la devastaba, 14 aventajando
Dios Padre, que le resucitó de en el celo por el judaismo a muchos
2
entre los muertos, y todos los de los coetáneos de mi nación y
hermanos que conmigo
están, a mostrándome extremadamente cela-
Galacia:
de 3
La dor de 15 Pero
las iglesias las tradiciones paternas.
gracia y la paz sean con vosotros cuando plugo al que segregóme
de parte de Dios, nuestro Padre, y desde el seno de mi madre, y me
del Señor Jesucristo,
4
que se entregó llamó por su gracia 16 para revelar
por nuestros pecados, para librarnos en mí a su Hijo anunciándole a los
de este siglo malo, según la voluntad gentiles, al instante, sin pedir con-
de nuestro Dios y Padre, 5 a quien sejo a la carne ni a la sangre, 17 sin
sea la gloria por los siglos de los subir a Jerusalén a los Apóstoles
siglos. Amén. que eran antes de mi, partí para la
Arabia y de nuevo volví a Damasco.
18 Luego, pasados tres años, subí a
Sólo hay un Evangelio.
Jerusalén para conocer a Cefas, a
cuyo lado permanecí quince días.
6
Me maravillo de que tan pronto, 19
A ningún otro de los Apóstoles vi,
abandonando al que os llamó a la si no fué a Santiago, el hermano del
gracia de Cristo, os hayáis pasado Señor. 20 En esto que os escribo,
a otro evangelio.
7
No es que haya bien sabe Dios que no miento. 21 En
otro (1); lo que hay es que algu- seguida vine a las regiones de Siria
nos os turban y pretenden pervertir y de Cilicia, 22 y era, por tanto, per-
el Evangelio de Cristo. 8 Pero aunque sonalmente desconocido para las igle-
23 Sólo oían
nosotros o un ángel del cielo os anun- sias de Cristo en Judea.
ciase otro evangelio distinto del que decir: «El que en otro tiempo nos
os hemos anunciado, sea anatema. perseguía, ahora anuncia la fe que
9
Os lo he dicho antes, y ahora de antes pretendía destruir.» 24 Y glo-
nuevo os lo digo: Si alguno os pre- rificaban a Dios en mí.
dica otro evangelio distinto del que
habéis recibido, sea anatema. 10 ¿Bus- Su viaje a Jerusalén.
to yo ahora el favor de los hombres
o el de Dios? ¿Acaso busco agradar
a los hombres? Si aún buscase agra- 2 Luego, al cabo de catorce
1

dar a los hombres, no sería siervo años (2), subí otra vez a Jeru-
de Cristo. salén, acompañado de Bernabé y

(1) Esta primera parte es de sumo interés


El evangelio de Pablo. para vida del Apóstol. Con ella quiere probar
la
que tiene su evangelio por revelación de
él
Jesucristo, no por enseñanza alguna de los
11
Os hago saber, hermanos, que hombres, aunque sean tan conspicuos como
el evangelio por mí predicado no los Apóstoles de Jesús. Su conducta en el
es de hombre,
12 pues yo no lo recibí judaismo y su completo cambio después son
o aprendí de los hombres, sino por una prueba de la sinceridad de su ánimo, que
rehuye todo engaño.
(i) Este comienzo de la epístola, tan ex- (2) La opinión común es que estos catorce
abrupto, indica bien claro el estado de ánimo años se han de contar a partir de su última
del Apóstol. No hay más que un evangelio, estancia en Jerusalén, y no desde su conver-
el que él les ha predicado. Lo que no sea esto,
sión. Se trata de la subida con Bernabé y Tito
será una perversión del mismo, reprobable, para defender ante la iglesia de Jerusalén la
aunque un ángel del cielo lo enseñas*. libertad de lo* gentiles.

GÁLATAS, 3 1291

'levando conmigo a Tito. 1 Subí, pues, 1 de Santiago, comía con los gentiles;
en virtud de una revelación, y les pero en cuanto aquéllos llegaron, se
comuniqué el evangelio que predico retraía y apartaba, por miedo a los
entre los gentiles, particularmente a de la circuncisión. Y consintieron en
los que eran algo, para saber si corría la misma simulación los otros judíos,
o había corrido en vano. 3 Pero ni tanto que hasta Bernabé se dejó arras-
Tito que iba conmigo, con ser gentil, trar a su simulación. 14 Pero .cuando
fué obligado (1) a circuncidarse, yo vi que no caminaban rectamente
4
a pesar de los falsos hermanos que según la verdad del Evangelio, dije
secretamente se entrometían para a Cefas delante de todos: Si tú,
coartar la libertad que tenemos en siendo judío, vives como gentil y no
Cristo y querían reducirnos a servi- como judío, ¿por qué obligas a los
dumbre. 5 Ni por un momento cedi- gentiles a judaizar?
mos, para que la verdad del Evange-
lio se mantuviese íntegra entre vos-
Los judíos convertidos, exentos
otros. 6 De los que parecían ser algo de la Ley.
— lo que hayan sido en otro tiempo
15 Nosotros somos judíos de naci-
no me interesa, que Dios no es acep-
tador de personas
recibí; antes al
—de ésos nada
,

contrario, cuando
miento (1), no pecadores proce-
dentes de la gentilidad; 16
y sabiendo
vieron que yo había recibido el evan- que no se justifica el hombre por las
gelio de la incircuncisión, como Pedro obras de la Ley, sino por la fe en
el de la circuncisión
8
pues el que Jesucristo, hemos creído también en
obró en Pedro para el apostolado de Cristo Jesús, esperando ser justifi-
la circuncisión, obró también en mí cados por la fe de Cristo y no por las
para el de los gentiles — .
9
Santiago, obras de la Ley, pues por éstas nadie
Cefas y Juan (2), que pasan por se justifica. 17 Mas si buscando ser
ser columnas, reconocieron la
las justificados por Cristo, somos aún
gracia a mí dada, y nos dieron a mí tenidos por pecadores, ¿será que
y a Bernabé la mano en señal de Cristo es ministro de pecado? De
comunión, para que nosotros nos ninguna manera. 18 Si vuelvo a edi-
dirigiésemos a los gentiles y ellos a ficar lo que había destruido, a mí
los circuncisos. 10
Solamente nos pi- mismo me doy por desertor. 19 Mas
dieron que nos acordásemos de los yo, por la misma Ley he muerto a la
pobres, cosa que procuré yo cumplir Ley, por vivir para Dios; estoy cruci-
con mucha solicitud. ficado con Cristo, 20 y ya no vivo yo,
es Cristo quien vive en mí (2). Y
El incidente de Antioquia. aunque al presente vivo en carne,
vivo en la fe del Hijo de Dios, que
11
Pero cuando Cefas fué a Antio- me amó y se entregó por mí. 21 No
quia, en su misma cara le resistí (3), anulo la gracia de Dios, pues si por
porque se había hecho reprensible; la Ley se obtiene la justicia, cu vano
12
pues antes de venir algunos de los murió Cristo.

Tito era gentil de origen, y aceptar su Pop Ley recibieron


(1)
circuncisión habría sido conformarse con las
la fe y no por la
exigencias judías. Más tarde él mismo hizo
los judíos el Espíritu Santo.
circuncidar a Timoteo, judío por su madre,
para facilitarle el acceso a los judíos. Q 1
jOh insensatos gálatasl ¿Quién
(2) Aquí sería la ocasión de mencionar el os fascinó a vosotros, ante cuyos
decreto de la asamblea, y es extraño cómo lo ojos fué presentado Jesucristo como
calla, contentándose con esta declaración del
acuerdo con los tres Apóstoles.
(3) Prueba de la conformidad de Pedro con (1) Lo que sigue es explicación del argumento
Pablo es que cuando fué a Antioquia trataba lanzado al rostro de Pedro, que es el mismo
con los gentiles con entera libertad, dejando a expuesto por Pedro en la asamblea; la imposi-
un lado los prejuicios judaicos; mas luego que bilidad de alcanzar la justicia por la Ley, y la
llegaron a Jerjsalén algunos fariseos conv ¡ni- necesidad de la fe en Jesucristo-
dos, por respeto a ellos comenzó a retirarse te) Después de decir que no tiene más
da los gentiles, arrastrando a otros cen su cuanta con la Ley que si estuviese muerto, y
ejemplo. Este acto de inconsecuencia práctica que vive crucificado con Cristo, añade estas
fué el que movió a Pablo a reprender a Pedro. palabras, que son la síntesis de toda la vida
San Jerónimo y San Agustín sostuvieron una cristiana, la vida en Cristo o la vida de Cristo
polémica sobre si había sido seria la reprensión en nosotros, pues no habla de sí soloel Apóstol,
o fingida, para reprender a otros. sino de los cristianos.
1292 GÁLATAS. 3

muerto en la cruz? 2 Decidme: ¿Ha- La obra de Cristo.


béis recibido el Espíritu (1) por
18 Cristo nos redimió de la maldi-
virtud de las obras de la Lev, o por
virtud de la predicación de la fe? ción de la Ley, haciéndose por nos-
¿Tan insensatos sois? 3 Habiendo co- otros maldición, pues escrito está:
menzado en Espíritu, ahora acabáis «Maldito todo el que es colgado del
en carne? * ¿Tantos dones habréis madero», (1) 14 para que la bendición
recibido en vano? Sí, que sería en de Abraham se extendiese sobre las
vano. 5 El que os da el Espíritu y gentes en Jesucristo, y por la fe
obra milagros entre vosotros, ¿lo hace recibamos la promesa del Espíritu.
por las obras de la Ley o por la pre-
dicación de la fe? l'A testamento.
15 Voy a hablaros, hermanos, a lo
Abruhuin. justificado por la íc. humano. El testamento, con ser de
hombre, nadie lo anuía, nadie le
• Como escrito esta, Abraham añade nada. 18 Pues a Abraham y a
creyó (2) y le imputado a
fué su descendiente fueron hechas las
justicia. 7
Entended, pues, que los promesas (2). No dice a sus des-
nacidos de la fe, ésos son los hijos cendientes, como si se tratara de
de Abraham, 8 pues previendo la muchos, sino de uno solo: «Y a tu
Escritura que por la fe justificarla descendiente», que es Cristo. 17 Y
Dios a los gentiles, pronunció de digo yo: El testamento otorgado
Abraham: «En ti serán bendecidas por Dios no puede ser anulado, de
todas las gentes.» 9 Así que los que modo que la promesa sea invalidada
nacen de la fe son benditos con el por una I^ey que vino cuatrocientos
fiel Abraham.
10 Pero cuantos confían treinta años después. 18 Pues si la
en las obras de la Ley se hallan bajo herencia es por la Ley, ya no es
la maldición (3), porque escrito por la promesa. Y, sin" embargo, a
está: «Maldito todo el que no se Abraham le otorgó Dios la donación
por la promesa. 18 ¿Por qué, pues, la
mantiene en cuanto está escrito en
el libro de la Ley, cumpliéndolo. Ley? Fué dada por causa de las
11
Y qne por la Ley nadie se justifica transgresiones, promulgada por ánge-
ante Dios, es manifiesto, porque les, por mano de un mediador, hasta

«el justo vive de la fe.»


14
Y la Ley que viniese «el descendiente», a quien
no es fe: «el que la cumple, en ella la promesa había sido hecha. s0 Ahora
vivirá» (4). bien, el mediador no es de una persona
sola, y Dios es uno solo. 21 ¿Luego
(i) Con este nuevo ex abrupto comienza a la Ley está contra las promesas de
tratar el aspecto dogmático de la cuestión. Lo Dios? Nada de eso. Si hubiera sido
que hicieron fué una completa falta de
ellos dada una Ley capaz de vivificar real-
reflexión, una fascinación. Los gilatas hablan mente, la justicia vendría de la Ley;
recibido el Espíritu Santo, lo que era mani- 22
p:ro la Escritura lo encerró todo
fiesto por los abundantes carismis que en ellos
se daban como en las demás iglesias. ¿Debían
baja el pecado, para que la promesa
estos carismas a la Ley o a la fe en Jesucristo? fuese dada a los creyentes por la fe
En las sinagogas no los velan. en Jesucristo. 28 Y así, antes de
(3) Para probar que la justicia no era de-
bida a las obras materiales prescritas por la Ley. (1) Son palabras que se dicen del ajusti-
sino al espíritu interior de fe. el Apóstol recurre ciado (Deut. 29, 23).
a Abraham, de quien los judíos se decían hijos. (2) Abraham recibió muchas veces la pro-
Según Gen. 15. 6. cuando Dios prometió al mesa mesiánica, confirmada por Dios con jura-
patriarca un hijo, no obstante su ancianidad mento solemne para él y para su descendencia.
y esterilidad de Sara, dió fe a la palabra
la Esta no puede ser anulada por la Ley, que
del Señor, y esta fe le fué Imputada como acto vino después. Entre las promesas y la Ley hay
de justicia. De este hecho saca el Apóstol la esta diferencia: Las primeras vienen a ser un
ley general de la justicia por la sola fe. pacto unilateral. Dios promete por sí mismo,
(3) Al contrario, quien pone la esperanza por su bondad, sin imponer condiciones; la
de su justicia en la Ley y no la cumple, como Ley del Sinai es un pacto bilateral, cada una
no la cumplían los judíos, según el testimonio de las partes se obliga a lo suyo; Dios a intro-
de San Pedro (Hech. 15. 7) están bajo las maldi- ducir a Israel en Cañan. Israel a cumplir los
ciones de la misma Ley, es decir, de las sancio- preceptos de la Ley. Como Israel tantas veces
nes de ella. Esas maldiciones las ha soportado lo quebrantó, por esto Dios lo da por anulado,
Jesucristo en la cruz, en que expió nuestros aunque para sustituirle por otro, al tenor de
pecados. las promesas hechas a Abraham, que se cum-
(4) Lev. 18, 5. (Deut. 27, 26). plirán en el Mesías.
«¿LATAS. 4 1293

venir la fe estábamos guardados bajo pobres elementos a los cuales de


la Ley, en espera de que había nuevo queréis servir? 10 Observáis
la fe
de revelarse. 24 De suerte que la Ley los días, los meses, las estaciones y
fué nuestro ayo para llevarnos a los años. 11 Temo que hagáis vanos
Cristo, para que fuéramos justifi- tantos afanes como entre vosotros
cados por la fe. 25 Pero, llegada la pasé.
fe, ya no estamos bajo el ayo.
Recuerdos y ansiedades de San
La verdadera posteridad de Pablo.
Ahraham.
12
Hermanos,os suplico que os
29
Todos, pues, sois hijos de Dios hagáis yo, pues que yo me hice
como
por la fe en Cristo Jesús. 27 Porque como vosotros. En nada me habéis
cuantos en Cristo habéis sido bau- herido. 13 Bien sabéis que estaba
enfermo de enfermedad corporal
tizados, os habéis vestido de Cristo.
28 No hay ya no hay cuando por primera vez os anuncié el
judío, o griego,
siervo o libre, no hay varón o hem- Evangelio, 14 y puestos a prueba
bra, porque todos sois uno solo en por mi enfermedad, no me desde-
Cristo Jesús. 29 Ysi todos sois de ñasteis ni me despreciasteis, antes
Cristo, luego sois descendientes de me recibisteis como a un ángel de
Abraham, herederos según la pro- Dios, como a Cristo Jesús. 15 ¿Dónde
mesa. está ahora aquel vuestro afecto?
Pues yo mismo testifico que, de
Situación de los hombres hasta haberos sido posible, los ojos mismos
Jesucristo. os hubierais arrancado para dármelos.
16 ¿Me he hecho, pues, enemigo vues-

_J
1 Digo yo, pues, ahora: En el tro por deciros le verdad? 17 Os cor-
tiempo que el heredero es menor, tejan, no para bien; lo que pretenden
siendo el dueño de todo no difiere es apartaros de mí, para que luego
del siervo, 2 sino que está bajo tuto- vosotros los cortejéis a ellos. 18 Sin
res y curadores hasta la fecha seña- embargo, bien será que con buen celo
lada por el padre. 3 De igual modo me queráis siempre, y no sólo cuando
nosotros: mientras fuimos niños vivía- estoy entre vosotros. 19 ¡Hijos míos,
mos en servidumbre, bajo los elemen- por quienes sufro de nuevo dolores
tos del mundo; 4 mas al llegar la ple- de parto, hasta ver a Cristo formado
nitud de los tiempos, envió Dios a su en vosotros! 20 Querría hallarme a
Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la esta hora entre vosotros y hablaros
Ley, 5 para redimir (1) a los que en varios modos, porque no sé cómo
estaban bajo la Ley, para que reci- voy a hacer con vosotros.
biésemos la adopción. 6 por ser Y
hijos, envió Dios a nuestros cora- El Evangelio reemplaza o la Ley.
zones el Espíritu de su Hijo, que
grita: jAbba, Padre! 7 De manera 21
Decidme, los que queréis some-
que ya no es siervo, sino Hijo, y teros a la Ley, ¿no habéis oído la
hijo, heredero por la gracia de Ley? 22 Porque
si está escrito que
Dios. Abraham tuvo dos hijos, uno de
sierva y otro de libre. 23 Pero el de
Someterse a la Ley sería volver sierva nació según la carne, el de
a la servidumbre. libre en virtud de la promesa. 24 Lo
cual tiene un sentido alegórico (1).
8
En
otro tiempo no conocíais a Esas dos mujeres son dos testamentos,
Dios, servísteis a los que no son
y el uno, que procede del monte Sinaí,
realmente dioses. 9 Ahora que habéis
conocido a Dios (2), o mejor, (i) El Apóstol hace aquí uso de la exégesis
habéis sido de Dios conocidos, ¿cómo alegórica, para declarar más su pensamiento.
de nuevo os volvéis a los flacos y Abraham recibió las promesas mesiánicas para
él y para su descendencia. Pero el mismo texto
segundo dice que el heredero de estas promesas
Cristo nos libró de esa servidumbre de
(i) será Isac, el hijo del ama, no Ismael, el hijo
la Ley, y nos dió por la fe la justicia interior. de la sierva. Los que creen en Jesucrisco, la des-
(a) Los gálatas conocieron a Dios, más cendencia de Abraham, en quien según las pro-
bien fueron de El conocidos, porque con amor mesas serían bendecidas todas las naciones,
los llamó a la gracia de Jesucristo. son los hijos de Isac, los herederos de las pro-
1294 OÁLATAS. 5

engendra para la servidumbre. Esta yo, hermanos, sí aún predicara la


es Agar. 25 El monte Sinaí se halla circuncisión, ¿por qué soy aún per-
en Arabia y corresponde a la Jeru- seguido? Luego ¿se acabó el escán-
salén actual, que es, en efecto, esclava dalo de la cruz? 12 ¡Ojalá se castraran
en sus hijos. 26 Pero la Jerusalén de del todo los que os perturban! (1).
arriba es libre, ésa es nuestra madre;
27
pues de ella está escrito: La caridad suple por la Ley.
«Alégrate, estéril, que no pares,
prorrumpe en gritos, tú que no 13
Vosotros, hermanos, habéis sido
[conoces los dolores del parto, llamados a la libertad; pero cuidado
porque más serán los hijos de la con tomar la libertad por pretexto
[abandonada, para servir a la carne, antes servios
que los hijos de la que tiene ma- unos a otros por la caridad. 14 Porque
[rido.» (I). toda la Ley se resume en este solo
28 Y
vosotros, hermanos, sois hijos precepto: «Amarás a tu prójimo
de la promesa, a la manera de Isac. como a ti mismo.» (2). 15 Pero si
29
Mas asi como entonces el nacido i
mutuamente os mordéis y os devo-
según la carne perseguía al nacido I ráis, mirad que acabaréis por con-
según el Espíritu, así también ahora. sumiros unos a otros.
30 Pero ¿qué dice la Escritura? «Echa
a la sierva y a su hijo, que no será
heredero el hijo de la esclava con el
Las oh ras de la caridad.
hijo de la libre.» (2) 31 En fin, herma- 16
Os digo, pues: Andad en espí-
nos, que no somos hijos de la esclava, ritu y no deis satisfacción a la concu-
sino de la libre. piscencia de la carne. 17 Porque la
carne tiene tendencias contrarias a
Conclusión: o judíos o cristianos. las del espíritu, y el espíritu ten-
dencias contrarias a las de la carne,
^ Con la libertad con que Cristo
1 pues uno y otro se oponen de manera
nos ha librado, así pues, mante- que no hagáis lo que queréis. 18 Pero
neos firmes y no os dejéis sujetar si os guiáis por el Espíritu, no estáis
al yugo dela servidumbre. Ved que bajo la Ley. 19 Ahora bien, las obras
es Pablo quien os lo dice: Si os cir- de la carne son manifiestas, a saber:
cuncidáis, Cristo no os aprovechará Fornicación, impureza, idolatría, he-
de nada. 3 De nuevo declaro a cuantos chicería, odios, discordias, envidias,
se circuncidaron, que se obligan a arrebatos de ira, rencillas, discusiones,
cumplir toda la ley. 4 Os desligáis divisiones, homicidios, embriagueces,
•de Cristo los que buscáis la justicia orgías y otras como éstas, de las
en la Ley, habéis perdido la gracia. cuales os prevengo, como antes lo
6
Mientras que nosotros con segu- hice, que quienes las hacen no here-
ridad esperamos de la fe, por el darán el reino de Dios. 22 Los frutos
Espíritu, el premio de la justicia. del Espíritu son: Caridad, gozo, paz,
• Pues en Cristo Jesús ni vale la longanimidad, afabilidad, bondad, fe,
circuncisión ni vale el prepucio, sino
7 La
la fe actuada por la caridad. Co- (1) circuncisión había sido dada a Abra-
rríais bien: ¿quién os ha impedido ham como señal de la alianza por Dios otorgada
al patriarca. Por ¿sta señal hecha en la carne
obedecer a la verdadí Esa sugestión
quedaba uno incorporado al pueblo de Abraham
no procede de quien os llamó. 9 Un y a las promesas divinas. Los profetas comienzan
poco de levadura hace fermentar toda a explicarlo, al hablar de la circuncisión del
la masa. 10 Yo confío de vosotros en corazón y de los oidos, que es la obediencia a
el Señor, que no sentiréis de otro la ley de Dios. Esta era tipo del bautismo,

modo. El que os perturba llevará su por el cual somos incorporados a Jesucristo


y a su Iglesia. Los judíos hacían extremado
castigo, quienquiera que sea. 11 Pero aprecio de este rito, que implicaba la obliga-
ción de todos los preceptos de la Ley. San
mesas, y están exentos de la servidumbre de Pablo, cansado ya de tanto oír hablar de cir-
los infinitos preceptos de la Ley; los judíos cuncisión, y recordando las costumbres de los
incrédulos, aferrades a la esclavitud de la Ley. sacerdotes de Cibeles, que se mutilaban, pro-
resulto» los hijos de la esclava, y par tanto nuncia estas palabras de desahogo.
esclavos y excluidos de las promesas, que for- (2) A todos los preceptos de la Ley, el
man la herencia transmitida por Abraham a sus Evangelio sustituye este único precepto: el
hijos, según la promesa. amor, que el Espíritu Santo infunde en nues-
(1) Is. 54. i- tros corjzones por la fe en Jesucristo. La cita
(2) Gen. 3t. io. es del Lev. tg, 18.
GÁLATAS, 6 1295

23 mansedumbre, templanza. Contra Conclusión.


éstos no hay Ley. 24 Los que son de
Cristo Jesús han crucificado su carne 11 Ved con qué grandes letras (1)
con pasiones y concupiscencias. os escribo de mi propia mano. 12 Los
las
25 vivimos del Espíritu, andemos
Si que quieren gloriarse
carne, en la
también según el Espíritu. 26 No ésos os fuerzan a circuncidaros, sólo
seamos codiciosos de la gloria vana para no ser perseguidos por la cruz
provocándonos y envidiándonos unos de Cristo. 13 Ni los mismos circun-
a otros. cidados guardan la Ley, pero quie-
ren que vosotros os circuncidéis para
gloriarse en vuestra carne. 14 Cuanto
Consejos varios. a mí, no quiera Dios que me gloríe
sino en la cruz de nuestro Señor
1
Hermanos, si alguno fuere ha- Jesucristo (2), por quien el mundo
6 llado en falta, vosotros, los espi- está crucificado para mí y yo para
rituales, corregidle con espíritu de el mundo; 15 que ni la circuncisión es
mansedumbre, cuidando de ti mismo, nada ni el prepucio, sino la nueva
no seas también tentado. 2 Ayudaos criatura. 16 La paz y la misericordia
mutuamente a llevar vuestras car- será sobre cuantos se ajusten a esta
gas, así cumpliréis la ley de Cristo.
y regla, y sobre el Israel de Dios.
3
Porque si alguno se imagina ser 17 Por lo demás, que nadie me mo-
algo, no siendo nada, a sí mismo se leste, que llevo en mi cuerpo las
4 Que señales de Jesús.
engaña. cada uno examine sus
18 La gracia de nuestro Señor Jesu-
obras, y entonces tendrá de qué
gloriarse en sí y no en otro. cristo sea, hermanos, con vuestro
5 Pues cada uno tiene que llevar espíritu. Amén.
su propia carga. 6 El catecúmeno
comunique todos sus bienes con el (1) San Pablo habla dictado !a carta; pero
que le catequiza. 7 No os engañéis; al fin añade de su puño y letra las últimas
de Dios nadie se burla. Lo que el líneas, como señal de autenticidad.
hombre sembrare, eso cosechará. (2) Los judaizantes pretendían imponer la
' Quien sembrare en su carne, de la circuncisión y la Ley, primero para incorporar
a su nación a los nuevos convertidos y gloriarse
carne cosechará la corrupción; pero así en ellos; luego para no aparecer ante los
quien siembre en el Espíritu, del judíos incrédulos como traidores a su nación
Espíritu cosechará la vida eterna. y desertores de ella. Mas a Pablo nada le im-
9
No nos cansemos de hacer el bien, porta el título de hijo de Israel; su gloria está
que a su tiempo cosecharemos, si no toda en la cruz de Cristo. Los devotos de Ci-
beles solían marcarse en las carnes como siervos
desfallecemos. 10 Por consiguiente,
de la diosa; igual hacían los esclavos que lle-
mientras hay tiempo, hagamos bien vaban la marca de su señor, y los soldados la
a todos, pero especialmente a los del ejército. San Pablo no tiene otra marca
hermanos en la fe. que la de Cristo, de quien se declara siervo.

INTRODUCCION A LA EPISTOLA A LOS ROMANOS

NOS son desconocidos orígenes de


judíos eran numerosos en
los
los romana. En
la iglesia
capital del Imperio,
la
días de Jesús
por su origen se
los

y
les daba el nombre de
libertinos o libertos, pues en su mayor parte procedían
de los prisioneros de guerra llevados por Pompeyo. Tenían en Jerusalén una
sinagoga, y el día de Pentecostés se hallaban presentes muchos de estos libertos
en Jerusalén, adonde habían acudido para la, fiesta. Parece natural suponer
que entre los muchos convertidos por los Apóstoles los primeros días habría
algunos judíos romanos, los cuales al volver a su casa llevaron consigo la fe
y el espíritu de proselitismo, que antes desplegaban a favor del mosaísmo. Es

1296 ROMANOS
además admitido por muchos que cuando Pedro, el año 44, se vió libre de la
prisión se encaminó a Roma. El 48, Claudio publicó un decreto desterrando
de Roma a los judíos (Act. 18, 2). La causa habría sido, según Tácito, un
cierto Cresto, que promovía alborotos en la ciudad. Es muy de creer que el tal
Cresto no es otro que Cristo, que sería el motivo de discusión entre los judíos
que se adherían a la fe y los que a ella resistían.
En todo caso, lo que sí nos consta es que San Pablo, al escribir su carta
a esta iglesia, por el año 57, tenia en Roma muchos conocidos, que de las ciu-
dades de Oriente habían ido a instalarse en Roma. Estos eran portadores de
la fe, que luego propagaban entre sus connacionales y entre los gentiles. En
fin, que por la fecha indicada Roma poseía una cristiandad numerosa, com-
puesta de judíos y gentiles, que San Pablo creyó digna de la más importante
de. sus epístolas.

Discuten los expositores sobre el motivo de esta carta. San Pablo nos dice
que, creyéndose obligado por la misión que del Señor recibiera de predicar a
todos, judíos o gentiles, no quiso que una iglesia como la de Roma, llamada a
ejercer tanta influencia en la Iglesia universal, quedara privada de su doc-
trina. Además, tenía el propósito de predicar la fe en el Occidente, en España,
y para ella el camino era Roma, donde podría recoger informaciones sobre
la nueva tierra que se proponía evangelizar. Según la tradición más segura,
escribió esta epístola en Corinto, cuando desde Efcso se dirigió a aquella ciudad,
hacia el año 57, y fué llevada de Cencres por Febe, que iba a Roma a negocios
personales. (JO, 1 ss.).
• Como (srrita a unu
iglesia con la que no tenia relaciones, la epístola a los
romanos había de por necesidad, menos familiar y más doctrinal que las
ser,
otras suyas. Es ésta, en efecto, la más larga y la más densa en doctrina. Supuesta
la catcquesis ordinaria, quiere San Pablo exponer una parte de aquella sabi-
duría de que habla en la I Cor. El argumento de la epístola parece hallarse
indicado en 1, 16: «No me avergüenzo del Evangelio, que es el poder de Dios
para la salud de todo creyente, del judio primero, luego del gentil, porque en
él se revi la la justicia de Dios, pasando de la fe a la fe, según está escrito: «El
justo vive de la fe.» En la exposición de este argumento nos da San Pablo todo
su conocimiento del ministerio de Jesucristo, con sus experiencias religiosas
y las luchas que en todas ¡¡artes tenia que sostener contra los judíos y los ju-
daizantes.
La epístola se divide claramente en dos partes, fuera de la introducción
(1, 1-17). La primera, que podemos llamar dogmática (1, 18-11, 36); la se-
guruia moral (12, 1-15, 13), y termina con un largo epílogo. La primera parte
se puede dividir en la siguiente forma:
1) Los gentiles esuín fuera del camino de la justicia (1, 18-32). 2) Igual- —

mente los judíos (2, 1-3, 19). 3) La justicia sólo nos viene por la fe (3, 20-
4, 25).

4) La reconciliación con Dios (5). —
5) La libertad del pecado (6). —
6) La libertad de la servidumbre de la Ley (7). —
7) La filiación divina (8). —
8) El problema de la incredulidad judia (9-11).
La parte inoral abarra los siguientes puntos: 1) Deberes para con Dios
(12, 1-8). —
2) Deberes para con el prójimo (12, 9-13, 10). —
3) Deberes para
consigo mismo (13, 11-14). —
4) Del buen uso de la libertad cristiana (14,
1-15, 13).
El epílogo abarca: 1) Excusas por haberles escrito en laforma en que lo
hace 14-33).
(15, —2) Recomendaciones y saludos (16, 1-24).—-3) Dn.ro-
logía (16, 25-27).
ROMANOS, 1
1297

A LOS ROMANO S
de Roma. dicación del Evangelio de su Hijo,
Saludo a los líeles
que sin cesar bago memoria de vos-
* 1
Pablo, siervo de Cristo Jesús, otros, 10 suplicándole siempre en
1 llamado al apostolado, elegido mis oraciones, que por fin algún día,
para predicar el Evangelio de Dios, pur voluntad de Dios, se me allane
11 Porque,
8 que por sus profetas había prome- el camino para ir a veros.
tido en las Santas Escrituras, s acerca a la verdad, deseo veros para comu-
de su Hijo, nacido de la descendencia nicaros algún don espiritual, para
de David, según la carne, 4 consti- confirmaros, 12 o mejor, para con-
tuido Hijo de Dios, poderoso según solarme con vosotros por la mutua
el Espíritu de santidad a partir de la comunicación de nuestra común fe.
resurrección de entre los muertos (1), 13 No quiero que ignoréis, herma-
Jesucristo nuestro Señor, 5 del cual nos, que muchas veces me he pro-
liemos recibido la gracia y el aposto- —
puesto ir pero me ha sido impe-
lado para promover la obediencia a
la fe para gloria de su nombre en
dido hasta el presente —
para reco-
ger algún fruto también entre vos-
,

todas las naciones, 6 entre los cuales os otros (1), como en las demás
contais también vosotros, los llama- gcnles. 11 Ale debo tanto a los griegos
dos de Jesucristo (2); 7 a todos los como a los bárbaros, tanto a los
amados de Dios, llamados santos, que sabios como a los ignorantes. 15 Así
estáis en Roma, la gracia y la paz con que en cuanto en mí está, pronto
vosotros, de parte de Dios, nuestro estoy a evangelizaros también a vos-
Padre, y del Señor Jesucristo. otros los de Roma.

Pablo deseó mucho venir a Roma. Argumento do la epístola.


Ante todo doy gracias a mi Dios
8 16 Pues yo no me avergüenzo del
por Jesucristo, por todos vosotros, de Evangelio (2), que es poder
de
que vuestra fe es conocida en todo el Dios para que
la salud de todo el
mundo. 8 Testigo me es Dios, a quien cree, del judio primero, pero también
sirvo en mi espíritu, mediante la prc- del griego, 17 porque en él se revela
-

la justicia de Dios, pasando de una


El participio,que traducimos por «cons- fe a otra fe, según está escrito: «El
(1)
tituido», lotraduce la Vulgata «predestinado». justo vive de la fe» (3).
El verbo orizo de qje el citado participio pro-
cede, significa definir, fijar, constituir. (Hech. 2, (1) Después de decir que desea ir a Roma,
23; 17. 26; Heb. 4, 7). En este último sentido, para darles parte de los tesoros de gracia y
dice Sin Pedro (Hech. 10, 42), que Cristo fué verdad que atesora, se corrige, limitando sus
constituido juez de vivos y muertos, y San deseos a consolarse con los romanos en la fe
Pablo asegura que Dios juzgará al mundo por común de todos.
el varón (Cristo) a quien constituyó para este (2) El Evangelio se fundaba enla cruz de
oficio (Hech. 17, 31). Según esto, el Apóstol, Cristo. Era, hablando humanamente, para aver-
en el lugar que anotamos, quiere decir que gonzarse ante la grandeza de Roma, ante los
Jesucristo, Hijo de Dios, nacido según la carne templos monumentales del paganismo, ante la
de la descendencia de David, y sometido, por ciencia de Grecia. Sólo la fe divina podría
tanto, a las miserias de la humanidad, fué cons- sobreponerse a todas estas grandezas humanas.
tituido poderosa causa de santificación a partir (3) Según la doctrina que San Pablo ex-
de la resurrección de entre los muertos, por pone ampliamente en esta epístola, la fe es el
la que entró en la gloria del Padre para obte- principio de la justificación, asi en el Antiguo
nernos de El y enviarnos el Espíritu Santo. como en el Nuevo Testamento, pero con esta
(2) Estos seis primeros versículos contie- diferencia: que en el Antiguo Testamento el
nen el saludo, que de ordinario no lleva más objeto de la fe eran las divinas promesas, que
que un par de versículos. Es ejemplo del estilo todas se concentraban en el Mesías, mientras
de San Pablo, en el que las ideas se van enla- que en el Nuevo Testamento el objeto de la
zando unas con otras, y todas juntas nos expli- fe es Cristo, muerto y resucitado, en quien el
can lo qué es Pablo, ministro del Evangelio. Padre puso la salud del mundo.

82
1298 ROMANOS, 2

La gentilidad desconoció a Dios. llenos de envidia, dados al homici-


dio, a contiendas, a engaños, a ma-
19 Pues de Dios se manifiesta
la ira lignidad; chismosos, 30 calumnia-
desde el sobre toda impiedad
cielo dores, aborrecidos de Dios, ultraja-
e injusticia (1) de los hombres, dores, orgullosos, fanfarrones, in-
de aquellos que en su injusticia apri- ventores de maldades, rebeldes a los
31
sionan la verdad cen la injusticia. padres, insensatos, desleales, des-
19 Lo cognoscible de Dios les es amorados, despiadados; 32 y conoce-
manifiesto (2), pues Dios se lo dores de la justicia de Dios y de que
manifestó; 2u porque desde la crea- quienes tales cosas hacen son dignos
ción del mundo, lo invisible de Dios, de muerte, no sólo las hacen, sino
sú eterno poder y su divinidad, se que aplauden a quienes las hacen.
alcanzan a conocer por las criaturas.
De manera que son inexcusables,
21 por cuanto, conociendo a Dios,
Tampoco los judíos están en
no le glorificaron como a Dios ni camino de salvación.
le dieron gracias, sino que se enton-
tecieron en sus razonamientos, vi- 2 1 Por lo cual eres inexcusable, ]oh
niendo a oscurecerse su insensato hombre!, quienquiera que seas, al
corazón; 22 y alardeando de sabios, juzgar: pues en lo mismo en que juz-
se hicieron necios, 23 y trocaron la gas a otro (1), a ti mismo te con-
gloria del Dios incorruptible por la denas, ya que haces eso mismo que
semejanza de la imagen del hombre condenas. 2 Pues sabemos que el juicio
corruptible, y de aves, cuadrúpedos de Dios es conforme a verdad, contra
y reptiles. todos los que comenten tales cosas.
3
¿Y piensas tú, que condenas a los
que eso hacen y con todo lo naces tú,
El castigo do la gentilidad. que escaparás al juicio de Dios?
4
¿O es que desprecias .as riquezas
24 Por esto los entregó Dios a los de su bondad, paciencia y longa-
deseos de su corazón, a la impureza, nimidad, desconociendo que la bon-
con que deshonran sus propios cucr- dad de Dios te atrae a penitencia?
dos, 28 pues trocaron la verdad de 5
Pues conforme a tu dureza y a la
Jios por la mentira, y adoraron y impenitencia de tu corazón, te vas
sirvieron a la criatura en lugar del atesorando ira para el día de la ira
Criador, que es bendito por los siglos, y de la revelación del justo juicio
amen. 28 Por lo cual los entregó de Dios, 6 que dará a cada uno según
Dios a las pasiones vergonzosas, pues sus obras; 7 a los que con perseve-
las mujeres mudaron el uso natural rancia en el bien obrar buscan la
en uso contra naturaleza; 27 c igual- gloria, el honor y la incorrupción,
8
mente los varones, dejando el uso la gloria eterna; pero a los contu-
natural de la mujer, se abrasaron maces, rebeldes a la verdad, que
en la concupiscencia de unos por obedecen a la injusticia, ira c indig-
otros, los varones de los varones, nación. 9 Tribulación y angustia
cometiendo torpezas y recibiendo en sobre todo el que hace el mal, pri-
sí mismos el pago debido a su ex- mero sobre el judío, luego sobre el
travío. 28 Y como no procuraron gentil; 10 pero gloria, honor
y paz
conocer a Dios, Dios los entregó a su para todo el que hace el bien, pri-
réprobo sentir, que los lleva a come- mero para el judío, luego para el
ter torpezas, 29 y a llenarse de toda gentil; 11 pues en Dios no hay acep-
injusticia, malicia, avaricia, maldad; ción de personas.

(1) Desde ahora la cólera de Dios se revela La Ley de gentiles.


sobre toda impiedad e injusticia, por cuanto
Dios entregó a estos tales a su réprobo sentido
a los vicios más infames, frutos del paganismo.
12
Cuantos hubiesen pecado sin
(2) La Sabiduría (13, 1 ss.) declara insen- Ley, sin Ley perecerán; y los que pe-
satos a los filósofos gentiles, que del estudio
de las crhturas no supieron elevarse al Hacedor
de ellas. San Pablo, en Atenas, expone este mis- Se imagina a los judíos que aplauden
(1)
mo argumento (Hech. 17, 22); pero aquí de- la precedente filípica contra Ids gentiles, y
clara mejor esta doctrina, definida de fe por el encarándose con ellos, les viene a decir que no
Concilio Vaticano. *on mejores que los gentiles.
ROMANOS. 3 1299

carón en la Ley, por la Ley serán sí el Incircunciso guarda los pre-


juzgados; 13 porque no son justos ceptos de la Ley, ¿no será tenido por
circuncidado? 27 Por tanto, el incir-
ante Dios los que oyen la Ley, sino
los cumplidores de ia Ley, ésos se- cunciso natural que cumple la Ley
rán declarados justos. 14 En verdad, te juzga a ti, que, a pesar de tener
los gentiles que guiados por la razón la letra y la circuncisión, traspasas
natural sin Ley cumplen los precep- la Ley. 28 Porque no es judío el que
tos de la Ley, ellos mismos, sin te- lo es en lo exterior, ni es circincisión
15 Y la circuncisión exterior de la carne;
nerla, son para sí mismos Ley.
con esto muestran que los preceptos sino que es judío el que lo es en lo
de la Ley están escritos en sus cora- interior, y es circuncisión la del co-
zones, siendo testigos sus concien- razón, según el espíritu, no según la
cias y las sentencias con que entre letra. La alabanza de éste no es de los
sí unos a otros se acusan o se excusan. hombres, sino de Dios.
16 Así
se verá el día en que Dios por
Jesucristo, según mi evangelio, juz- Los judíos, reos ante el tribunal
gará las acciones secretas de los hom- de Dios.
bres.
Q 1
¿En qué, pues, aventaja el
" judío (1), o de qué aprovecha
El judío violador de la Ley, es la circuncisión? Mucho en todos los
más culpable. aspectos, 2 porque primeramente les
ha sido dada la palabra de Dios.
17 Pero
si tú, ¡oh judío!, que confías 3
¡Pues qué! Porque algunos hayan
en la Ley y te glorías en Dios, 18 co- sido incrédulos, va a anular su incre-
noces su voluntad, e instruirlo por la dulidad la fidelidad de Dios? 4 No,
Ley, sabes estimar lo mejor, 19 y ciertamente. Antes hay que con-
presumes de ser guía de ciegos, luz fesar que Dios es veraz y todo hom-
de los que viven en tinieblas, 20 pre- bre falaz, según está escrito:
ceptor de rudos, maestro de niños, «Para que seas reconocido justo
y tienes en la Ley la norma de la [en tus palabras,
ciencia y de la verdad; 21 tú, en suma, y triunfes cuando fueres juzga-
que enseñas a otros, ¿cómo no te [do» (2).
enseñas a ti mismo? ¿Tú, que pre- 5
Pero, si nuestra injusticia hace
dicas que no se debe robar, robas? resaltar la justicia de Dios, ¿qué
¿Tú, que dices que no se debe adul- diremos? No es Dios injusto en des-
terar, adulteras? ¿Tú, que abominas fogar su ira? A lo humano lo digo:
de los ídolos, te apropias los despojos 6
De ninguna manera (3). Si así
de los templos? 23 ¿Tú, que te glo- fuese, ¿cómo podría Dios juzgar al
rías en la Ley, ofendes a Dios traspa- mundo? 7
Pero si la veracidad de
sando la Ley? Pues escrito está: «Por Dios resalta más por mi mendacidad,
causa vuestra es blasfemado entre los para gloria suya, ¿por qué voy a
gentiles el nombre de Dios» (1). ser yo juzgado pecador? 8 ¿Y por
qué no decir lo que algunos calum-
niosamente nos atribuyen, asegu-
La verdadera circuncisión. rando que decimos: Hagamos el mal
para que venga el bien? La conde-
25
Cierto que la circuncisión es nación de ésos es justa. 9 ¿Qué, pues,
provechosa si guardas la Ley (2); diremos? ¿Los aventajamos? No en
pero si la traspasas, tu circuncisión todo. Pues ya hemos probado que
se hace prepucio. 26 Mientras que,

Responde a una objeción, declarando


(1)
(1) Son palabras que dirigía Ezequiel (36, 20) que judío aventaja al gentil por la revelación
el
a los judíos cautivos entre los gentiles, a quienes divina.Que muchos no se aprovechen de ella
daban ocasión de cre:r que el Señor no había no quiere decir que no sea de ningún valor.
podido defenderlos. (2) Cuando el mundo haga juicios sobre
(2) La circuncisión es signo de la alianza la conducta de Dios. Son palabras del Sal-
y, por tanto, de la Ley, que encierra las con- mo 51, 6.
diciones de la alianza. Quien practica la cir- (3) Insiste en la objeción de un modo sin-
cuncisión y no observa la Ley es como si no gular. Si de nuestra Liiquidad Dios saca gloria
estuviera circuncidado. Al comrario, el que sin de justiciero, parece que alcanza alguna ven-
la circuncisión observa la Ley, será reputado Y
taja, y así que injustamente nos castiga. toda-
orno circunciso. vía insiste en lo mismo en el versículo 7.
» '

1300 ROMANOS. 4

judíos y gentiles nos hallamos todos presente y para probar que es justo
bajo el pecado, 10 según que está y que justifica a todo el que cree en
escrito: Jesús.
«No hay justo, ni siquiera uno,
11no hay uno sabio, no hay quien
[busque a Dios. Toda ((loria humara queda
12
Todos se han extraviado, todos excluida-
[están corrompidos,
27 ¿Dónde
no hay quien haga bien, no hay el está, pues, tu jactancia?
siquiera uno.»
[ni Ha quedado excluida. ¿Por qué ley?
13 ¿Por
"Sepulcro abierto es su garganta, la ley de las obras? No, sino
con sus lenguas urden engaños, por la ley de la fe, 28 pues sostene-
veneno de áspides hay bajo sus labios, mos que el hombre es justificado
14 su boca rebosa maldición
y amar- por la fe sin las obras de la Ley.
gura, 29 ¿Acaso Dios es sólo Dios de los
15 judbs? ¿No lo es también de los
veloces son sus pies para derramar
[sangre, gentiles? Sí, también lo es de los gen-
16
calamidad y miseria abunda en tiles, 30 puesto que no hay más que
[sus caminos, un solo Dios, que justifica a la cir-
17 paz no cono- cuncisión por la fe y al prepucio
y la senda de la la
[cieron, por la fe. 31 ¿Anulamos, pues, la
18 no hay temor de Dios ante sus ojos. Ley con la fe? No, ciertamente, antes
18 Ahora bien, sabemos que cuanto la confirmamos (1).
dice la Ley (I) lo dice a los que viven
bajo la Ley para tapar toda boca y
que todos se confiesen reos ante Dios. La justificación de Abraham.
2"
De aquí que por las obras de la
Ley nadie será reconocido justo ant§ A 1
¿Qué diremos, pues, haber ob-
El, pues de la Lsy sólo nos viene el tenido Abraham, nuestro padre
conocimiento del pacado (2). según la carne? Si Abraham fué jus-
tificado por las obras, tendrá moti-
vos de gloriarse, aunque no ante Dios.
Dios lio olor-ciado a la Humanidad 3 Pero ¿qué dice
la Escritura? «Abra-
la salud por Cristo. ham creyó en Dios y le fué computado
a justicia» (2). 4 Ahora bien, al que
81 Mas ahora, sin la Ley, se ha trabaja no se le computa el salario
manifestado la justicia de Dios, ates- como gracia, sino como deuda. 6 Mas
tiguada por la Ley y los profetas; al que no trabaja, sino que cree en
23
la de Dios por la fe en
justicia el que justifica al impío, la fe le es
Jesucristo, para todos los que creen, computada por justicia. 6 Asi es
sin distinción; 23 pues todos pecaron como David proclama bienaventu-
y todos están privados de la gloria de rado al hombre, a quien Dios imputa
Dios, 21 y ahora son justificados gra- la justicia sin las obras:
7
tuitamente por su gracia, por la re- «bienaventurados aquellos cuyas
dención de Cristo Jesús, 25 a quien iniquidades han sido perdonadas y
ha puesto Dios como sacrificio cuyos pecados han sido velados.
8 Venturoso el varón a quien no
de propiciación, mediante la fe en
su sangre, para manifestación de su tomó cuenta el Señor de su peca-
justicia, por haber tolerado en su do» (3).
paciencia los pecados pasados, 28 para 8 Ahora bien, esta bienaventuranza

manifestar su justicia en el tiempo ¿es sólo de los circuncidados o tam-'


bién de los incircuncisos? Porque
Con este rimero de textos tomados de
decimos que a Abraham le fué com-
(1)
los salmos 14. 1-3; 53, 2-4. que hablan lodos
putada la fe por justicia. 10 Tero.
de los judíos, concljye que en lo que toca a
poseer la justicia, están iguales judíos y gen- (t) Con el Evangelio no se anula la Ley,
tiles. La Ley sólo da el conocimiento del pecado, antes se confirma, interpretándola 110 en el
pero no la justicia. sentido jurídico de los judíos, sino en el stum
(2) A
este mal de que adolecen asi judíos tido moral, a la luz del precepto de la caridadfl
como gentiles, remedió Dios dándonos gratui- que trajo JesucnMo y que era el senudo divino
tamente la justicia y la gloria por la fe en Je- de la Ley.
sucristo, a todos sin distinción, judíos o gen- (2) Gen. 14, 6.
tiles. (3) Salmo 32, I, s.
ROMANOS, 5 1301

22 esto le fué computado a


¿cuándo le fué computada? ¿Cuando y por
ya se había circuncidado o antes? justicia. 23
Y
no sólo por él está
No después de la circuncisión, sino escrito que le fué computado a jus-
antes. 11 Y recibió la circuncisión ticia, sino también por nosotros, a
por señal, por sello de la justicia, quienes debe imputársenos, a nos-
que obtuvo en la incircuncisión, para otros, que creemos en el que resu-
que fuese padre de todos los creyentes citó de cutre los muertos, nuestro
no circuncidados, para que también Señor Jesús, que fué entregado por
a ellos la fe (4) les sea computada nuestros pecados y resucitado para
por justicia; 12 y padre de los cir- nuestra justificación.
cuncidados, pero no de los que son
solamente de la circuncisión, sino
de los que siguen también los pasos La justificación, prenda de la
de la fe de nuestro padre Abraham salud eterna.
antes de ser circuncidado.

1 Justificados, pues, por la fe (1)


La promesa de Abraham. tenemos paz con Dios por media-
ción de nuestro Señor Jesucristo,
13 A Abraham y a su posteridad 2
por quien en virtud de la fe hemos
no vino por la Ley la promesa
le obtenido también el acceso a esta
de que sería heredero del mundo, gracia, en que nos mantenemos y nos
14 Pues
sino por la justicia de la fe. gloriamos, en la esperanza de la
si los hijos de la Ley son los here- gloria de Dios. 3 Y no sólo esto,
deros, quedó anularla la fe y abro- sino que nos gloriamos hasta en las
gada la promesa; 15 porque la Ley tribulaciones, sabedores de que la
trae consigo la ira, ya que donde tribulación produce la paciencia, 4 la
no hay ley no hay transgresión. paciencia la virtud probada, y la
16 Por consiguiente, la promesa viene virtud probada la esperanza. 5 Y
de la fe, para que en virtud de la la esperanza no quedará confun-
gracia sea firme la promesa hecha a dida, pues el amor de Dios se ha
toda la descendencia, no a los derramado en nuestros corazones por
hijos de la Ley, sino a los hijos de la virtud del Espíritu Santo, que nos
fe de Abraham, padre de todos nos- ha sido dado. 6 Porque cuando todavía
otros, según está escrito: «Te he éramos débiles, Cristo, a su tiempo,
puesto por padre de muchas nacio- murió por los impíos. 7 En verdad,
nes», ante Aquél en quien creyó, apenas habrá quien muera por un
Dios, que da vida a los muertos y justo; y aun pudiera ser, que murie-
manda a lo que es, lo mismo que a lo ra alguno por uno bueno (2); 8 pero
que no es. Dios probó su amor hacia nosotros,
18
Abraham, contra toda esperanza, en que siendo pecadores, murió
creyó que había de ser padre de Cristo por nosotros. 9 Con mayor
muchas naciones, según está dicho: razón, pues, justificados ahora por
«Así será tu descendencia», 19 y no su sangre, seremos por El salvos
flaqueó en la fe al considerar su de la ira; 10 porque si, siendo enemi-
cuerpo sin vigor, pues era casi cente- gos, fuimos reconciliados con Dios
nario y estaba ya amortiguado el seno por la muerte de su Hijo, mucho
de Sara; 20 sino que ante la promesa más, reconciliados ya, seremos salvos
de Dios no vaciló, dejándose llevar en su vida. 11 Y no sólo reconciliados,
de la incredulidad, antes, fortalecido sino que nos gloriamos en Dios por
por la fe, dió gloria a Dios, 21 con-
vencido de que Dios era poderoso
para cumplir lo que había prometido; (i) Una vez justificados por la fe alcanza-
mos la reconciliación, en virtud de la cual
nos acercamos a Dios como hijos y nos gloria-
(4) La economía divina de la justificación mos en la esperanza de la gloria, y hasta en
por la fe no es nueva. A Abraham le fué im- las tribulaciones, que nos ayudan a conquis-
putado a justicia un simple acto de fe interna, tarla.
con que dió gloria a Dios. Y a esta fe están (a) Los dos miembros de este versículo
ligadas las promesas que el patriarca recibió están unidos por lo adversativo «sin embargo»,
de Dios, mucho antes de que la Ley se diera, que viene a ser una corrección del miembro
y esto que en Abraham acaeció, fué ejemplo primero, pues en efecto, aunque raro, podría
de lo que habla de acaecer en todos los imi- darse el caso de que uno se sacrificara por
tadores de la fe de Abraham. un hombre de bien.
1302 ROMANOS, G

nuestro Señor Jesucristo, por quien por la justicia para la vida eterna,
recibimos ahora la reconciliación (1). por Jesucristo nuestro Señor.

La obra de \dAn y la de Jesu- El cristiano, unido a Cristo por


cristo. el bautismo.
12 Así pues, como por un hombre
i| 1
¿Qué diremos, pues? Perniane-
entró el pecado en el mundo, y por w ceremos en el pajeado para que
el pecado la muerte, que pasó a abunde la gracia? 2 Lejos de eso.
todos los hombres, por cuanto todos Los que hemos muerto al pecado,
habían pecado... 3 Porque hasta la ¿cómo vivir todavía en él? 3 ¿O igno-
Ley, había pecado en el mundo, ráis que cuantos hemos sido bauti-
pero como no existía la ley, el pe- zados en Cristo Jesús fuimos bauti-
cado, no existiendo la Ley, no era zados para participar en su muerte?
imputado a pena. 14 Pero la muerte 4
Con El hemos sido sepultados por
reinó desde Adán hasta Moisés, aun el bautismo (1), para participar
sobre aquellos que no habían pecado en su muerte, para que como El
como pecó Adán, que es tipo del resucitó de entre los muertos por la
que había de venir. 15 Mas no es el gloria del Padre, así también nos-
don como fué la transgresión. Si otros vivamos una vida nueva. 5 Por-
por la transgresión de uno solo mue- que, si hemos sido injertados en El
ren todos, mucho más La gracia de por la semejanza de su muerte,
Dios y el don de la gracia de uno también lo seremos por la de su resu-
solo, Jesucristo, se difundió copio- rrección. 6 Pues sabemos que nuestro
samente sobre todos. 16 Y no fué hombre viejo ha sido crucificado
del don lo que fué la obra de un solo para que fuera destruido el cuerpo
pecador, pues por el pecado de uno del pecado y ya no sirvamos al pe-
solo vino el juicio en la condenación, cado. 7
En efecto, el que muere
mas el don, después de muchas trans- queda absuelto de la pena de pe-
gresiones, acabó en la justificación. cado, 8 si hemos muerto con Cris-
17
Si, pues, por la transgresión de to, también viviremos con El; ' pues
uno solo, esto es, por obra de uno solo, sabemos que Cristo, resucitado de
reinó la muerte, mucho más los que entre los muertos, ya no muere,
reciben la abundancia de la gracia la muerte no tiene ya dominio sobre
y del don de la justicia reinaran en El. 10 Porque muriendo, murió al
la vida por obra de uno solo, Jesu- pecado una vez para siempre; pero
cristo. 19 Por consiguiente, como por 11 Así pues,
viviendo, vive para Dios.
la transgresión de uno solo llegó la haced cuenta de que estáis muertos
condenación a todos, así también al pecado, pero vivos para Dios en
por la justicia de uno solo llega a Cristo Jesús.
todos la justificación de vida. 19 Pues,
como por la desobediencia de uno,
todos fueron hechos pecadores, así
también por la obediencia de uno El servicio del pecado y el de Dios.
todos serán hechos justos. 20 Se
12
introdujo la Ley para que abundase Que no reine, pues, el pecado
el pecado; pero donde abundó el en vuestro cuerpo mortal obedeciendo
pecado, sobreabundó la gracia, 21 para a sus concupiscencias; 13 ni deis
que, como reinó el pecado por la vuestros miembros como armas de
muerte, así también reine la gracia iniquidad al pecado, sino ofreceos
más bien a El como quien, muerto, ha
(i) Esta idea de la reconciliación lleva a
resucitado, y dad vuestros miem-
San Pablo a tratar del origen de la enemistad bros a Dios como instrumento de
del hombre con Dios, del pecado original, justicia. 14 Porque el pecado no tiene
para mostrar o.ue si Adán trajo sobre la huma-
nidad una inmensa calamidad, Jesucristo la
remedió sjbreabundantemente. El versículo 12 (1) Esta parte que trata del bautismo nos
queda suspenso. Orígenes lo completa asi: De explica el sacramento de la iniciación cristiana
la misma suerte, por un hombre entró la jus- como una incorporación a Cristo muerto por
ticia en el mundo, y por la justicia la vida, nuestros pecados y resucitado para nuestra
y asi pasó la vida a los hombres por cuanto justificación. Asi ya no debemos vivir sino la
fueron todos vivificados. la vida de Cristo en Dios, alejados del pecado.
ROMANOS^ .7 1303

ya dominio sobro vosotros (1), pues citó de entre los muertos, a fin de
que no estáis bajo la Ley, sino bajo que deis frutos para Dios. 6 Pues
la gracia. 15 |Pues qué! ¿Pecaremos cuando estábamos en la carne, las
porque no estamos bajo la Ley, sino pasiones de los pecados, vigoriza-
bajo la gracia? De ningún modo. das porla Ley, obraban en nuestros
16 ¿No sabéis que ofreciéndoos a uno miembros y daban frutos de muerte;
6
para obedecerle os hacéis esclavos mas ahora, desligados de la Ley,
de aquél a quien os sujetáis, sea del estamos muertos a lo que nos suje-
pecado para la muerte, sea de la taba, de manera que sirvamos en
obediencia para la justicia? 17 Pero espíritu nuevo, no en la letra vieja.
gracias sean dadas a Dios, porque
siendo esclavos del pecado, obede-
cisteis de corazón a la norma de doc- La Ley y el pecado.
trina a que os disteis, 18 y libres ya
7
del pecado, recobrada la libertad, ¿Qué diremos entonces? ¿Que la
habéis venido a ser siervos de la Ley especado? ]No, por Diosl Pero
justicia. yo no conocí el pecado sino por la
19
Os hablo a la llana, en atención Ley (1). Pues yo no conocería la
a la flaqueza de vuestra carne. Pues codicia si la Ley no dijera: «No codi-
bien, como pusisteis vuestros miem- ciarás» (2). 8 Mas, con ocasión del pre-
bros al servicio de la impureza y de cepto, obró en mí el pecado, toda
la iniquidad para la iniquidad, así concupiscencia, porque sin la ley
ahora entregad vuestros miembros el pecado está muerto. 9 Y yo viví
al servicio de la justicia para la san- algún tiempo sin Ley, pero, sobrevi-
tidad. 20 Pues cuando erais esclavos viendo el precepto, revivió el pecado
10
del pecado, estabais libres respecto y yo quedé muerto, y hallé que eJ
de la justicia. 21 ¿Y qué frutos obtu- precepto, que era para vida, fué
visteis entonces? Aquellos de que para muerte. 11 Pues el pecado, con
ahora os avergonzáis, porque su fin ocasión del precepto, me sedujo y
es la muerte. 22 Pero ahora, libres por él me mató. 12
En suma, que la
del pecado y siervos de Dios, tenéis Ley santa y
es el precepto santo,
por fruto la santificación y por fin y justo y bueno.
la vida eterna. 23 Pues la soldada
del pecado es la muerte; pero el don
de Dios es la vida eterna en nuestro La potencia maligna del pecado.
Señor Jesucristo.
13 ¿Luego lo bueno me ha sido
mortal? Nada de eso; pero el pecado,
Los cristianos, libres de la Ley. para mostrar toda su malicia, por
lo bueno me dió la muerte, hacién-
*7 1
¿O hermanos hablo
ignoráis, — dose por el precepto sobremanera

la
a los que saben de leyes que
Ley domina al hombre todo el
— pecaminoso. 14 Porque sabemos que
la Ley es espiritual, pero yo soy
tiempo que éste vive? 2 Por tanto, carnal (3), vendido por esclavo
la mujer casada está ligada al marido
mientras éste vive; pero muerto el sino también de la obligación de las observan-
mosaicas. El argumento con que aquí de-
marido, queda desligada de la ley cias clara su pensamiento es muy singular. La mu-
del marido. 3 Por consiguiente, vi- jer casada, mientras vive el marido está ligada
viendo el marido, será tenida por a él, pero muerto éste, queda libre para casarse
adúltera si se uniere a otro marido; con otro. Cristo murió y con la muerte quedó
pero si el marido muere, queda libre libre de la Ley; nosotros, incorporados a la
de la ley, y no será adúltera si se une muerte de Cristo, quedamos asimismo exentos
de la Ley, debemos vivir según el espíritu
a otro marido. 4 Así que, hermanos nuevo no ysegún la
y Ley vieja.
míos, vosotros habéis muerto tam- (i) El modo como hasta aquí se habló de
bién a la Ley por el cuerpo de Cris- la Ley parecería dar a entender que es mala,
to (1), para ser de otro que resu- que es pecado. ¿Será así? No, contesta San
Pablo. Pero la Ley nos da mayor conocimiento
de nuestros deberes, sin darnos gracia para
(i) Otro aspecto de la justificación es que, cumplirlos, y así, dándonos mayor conciencia
arrancándonos de la servidumbre del pecado, del pecado, nos hace más pecadores.
nos hace libres de él, pero siervos de la justicia (a) Ex. ao, 17, y Deut. 4, 18.
y de Dios. (3) Esto no es culpa de la Ley, que es de
(i) No (61o noi libra Cristo del pecado. tuyo buena, sino del pecado que habita en nos-
1304 ROMANOS, 8

al pecado. Porque no sé lo que


18 es enemistad de Dios, que no se
hago; pues no pongo por obra lo sujeta ni puede sujetarse a la ley
que quiero, sino lo que no quiero, de Dios (1).
lo que aborrezco. 16 Si, pues, hago |

lo que no quiero, reconozco que la ¡

Ley es buena. 17 Tero entonces ya


no soy yo quien obra esto, sino el Los que caminan según la carne.
pecado, que mora en mi. 18 Pues yo
8
sé que lio liay en mf, en mi carne, Los que viven según la carne no
cosa buena. Porque el querer el bien pueden agradar a Dios; 9 pero vos-
esta en mi, pero el hacerlo no. otros no vivís según la carne, sino se-
19 En no hago el bien que
efecto, gún el espíritu, si es que de verdad el
quiero, sino el mal que no quiero. Espíritu de Cristo habita en vosotros.
20 Pero si hago lo que no quiero, ya Pero si alguno no tiene el Espíritu
no soy yo quien lo hace, sino el de Cristo, ése no es de Cristo. 10 Mas
pecado que habita en mí. 21 Por si Cristo está en vosotros, el cuerpo
consiguiente, tengo en mí esta ley, está muerto por el pecado, pero el
que queriendo hacer el bien, es el espíritu vive por la justicia. 11 Y si
mal el que se me apega; 22 pues el Espíritu de Aquél que resucitó
siento otra ley en mis miembros, a Cristo Jesús de entre los muertos
que repugna a la ley de mi mente habita en vosotros, el que resucito
y me encadena a la ley del pecado a Cristo Jesús de entre los muertos
que está en mis miembros, 24 ¡Des- dará también vida a vuestros cuerpos
dichado de mít ¿Quién me librara mortales por virtud de su Espí-
de este cuerpo de muerte?... 25 Gracias ritu (2), que habita en vosotros.
12
a Dios, por Jesucristo nuestro Señor... Así pues, hermanos, no somos
Así pues, yo mismo que con la muerte deudores a la carne de vivir según
13 que
sirvo a la ley de Dios, sirvo con la la carne, si vivís según la
carne a la ley del pecado. carne moriréis; mas si con el espí-
ritu mortificáis las obras de la carne,
viviréis.

La vida del espirita.

l No hay, pues, ya condenación El cristiano, hijo de Dios.


8 alguna para los que son de Cristo
2 14 Porque los que son movidos
Jesús, porque la ley del espíritu
de vida en Cristo Jesús te libró de la por el Espíritu de Dios (3), ésos
ley del pecado y de la muerte. 3 Pues son hijos de Dios. 15 Que no habéis
lo que a la Ley era Imposible por recibido el espíritu de siervos para
ser débil a causa de la carne, lo hizo recaer en el temor, antes habéis
Dios enviando a su propio Hijo en recibido el espíritu de adopción, por
18 El
carne semejante a la del pecado y el que clamamos: ¡Abba, Padre!
por el pecado y le condenó en la Espíritu mismo da testimonio a nues-
carne, 4 para que la justicia de la tra alma de que somos hijos de Dios,
17 también
Ley se cumpliese en nosotros, los que y si hijos, herederos,
no andamos según la carne, sino según herederos de Dios, coherederos de
5
el espíritu. Los que son según la
carne sienten las cosas camales; los
que son según el espíritu sienten las (1) El Apóstol expone en este párrafo la
cosas espirituales. 8 Porque el ape- vida del cristiano justificado por la acción del
tito de la carne es muerte, pero el Espíritu Santo, que tiende siempre a destruir
la vida de la concupiscencia, que nos lleva al
apetito del espíritu es vida y paz. pecado. Habla aquí considerando esta vida en
7
Por lo cual el apetito de la carne si misma, no con la imperfección con que
suele hallarse en nosotros.
otros, esto es, de este desorden e inclinación (2) La gracia es el germen de la gloria, y
al mal que domina en nosotros como conse- el Espíritu Santo, que nos comunica la vida
cuencia del pecado original. Con este motivo de la gracia, es también quien nos comunicará
San Pablo hace aquí un sutil y vivo análisis de la gloria de las almas y la resurrección de los
la conciencia humana, que de una parte conoce cuerpos.
el bien y lo ama, y de otra se deja llevar del ! (3) Son hijos de Dios los que viven como
mal. Sólo la gracia de Jesucristo nos puede i tales, guiados y marcados por el Espíritu de
librar de esta miseria. Otos.
ROMANOS, 8 1305

Cristo, supuesto que padezcamos con


El plan de Dios sobre los elegidos.
El, para ser con El glorificados (1).
28 Ahora bien; sabemos que Dios
hace concurrir todas las cosas para
Los sufrimientos presentes, com- el bien de los que le aman (1),
parados con la gloria futura. de los que según sus designios son
llamados. 29 Porque a los que de
antes conoció, a ésos los predestinó
18
Tengo para mí que los sufri- a ser conformes con la imagen de
mientos del tiempo presente no son su Hijo, para que Este sea el primo-
nada en comparación con la gloria génito entre muchos hermanos; 30 y
que ha de manifestarse en nosotros; a los que predestinó, a ésos los lla-
18 porque el continuo anhelar de las mó; y a los que llamó, a ésos los
criaturas (2) ansia la manifes- justificó; y a los que justificó, a
tación de los hijos de Dios. 20 Pues ésos los glorificó. 31 ¿Qué diremos,
las criaturas están sujetas a la vani- pues, a esto? Si Dios está por nos-
dad, no de grado, sino por razón de otros, ¿quién contra nosotros? 32 El
quien las sujeta, pero con la esperanza que no perdonó a su propio hijo,
21 de que también ellas mismas serán antes le entregó por todos nos-
libertadas de la servidumbre de la otros, ¿cómo no nos ha de dar con
33
corrupción, para participar en la El todas las cosas? ¿Quién acusará
libertad de la gloria de los hijos de a Jos elegidos de Dios? Siendo Dios
Dios, 22 pues sabemos que la crea- quien justifica, ¿quién condenará?
ción entera hasta ahora gime y 34 Cristo Jesús, el que murió, aún más:
siente dolores de parto. 23 Y no sólo el que resucitó, el que está a la dies-
ella, sino también nosotros, que tene- tra de Dios, es quien intercede por
mos las primicias del Espíritu, gemi- nosotros. 35 ¿Quién nos arrebatará
mos dentro de nosotros mismos, sus- al amor de Cristo. ¿La tribulación,
pirando por la adopción, por la re- la angustia, la persecución, el ham-
dención de nuestro cuerpo. 24 Porque bre, la desnudez, el peligro, la espada?
en esperanza somos salvos; que la 36 Según está escrito:
esperanza que se ve, ya no es espe- «Por tu causa somos entregados
ranza. Porque lo que uno ve, ¿cómo [a la muerte todo el día,
esperarlo? 25 Pero si esperamos lo somos mirados como ovejas des-
que no vemos, en paciencia esperamos. ainadas al matadero» (2).
87
Mas en todas estas cosas ven-
El Espíritu ora <m nosotros. cemos por Aquél que nos amó.
38 Porque persuadido estoy de que
ni la muerte, ni la vida, ni los ánge-
les, ni los principados, ni lo pre-
26 Y el mismo Espíritu viene en sente, ni lo venidero, ni las virtudes,
ayuda de nuestra flaqueza, porque ni la altura, ni la profundidad, ni
nosotros no sabemos pedir lo que ninguna otra criatura podrá arran-
nos conviene; mas el mismo Espíritu carnos al amor de Dios en Cristo
aboga por nosotros con gemidos inefa- Jesús, nuestro Señor (3).
bles, 27 y el que escudriña los cora-
zones conoce cuál es el deseo del He aquí el principio del optimismo
(1)
Espíritu, porque intercede por los cristiano. La
Providencia divina, que lo gobier-
santos según Dios. na todo, todo lo endereza a la salud de los
elegidos. Y señala los pasos que abarca esta
(1) Este verso sintetiza todas las esperanzas Providencia. Empieza por un conocimiento
cristianas. Siendo por Cristo hijos de Dios acompañado de amor, que es el principio de la
tendremos como hijos derecho a la herencia predestinación eterna; sigue la puesta en prác-
de Dios, con Jesucristo, que es el hermano tica de los medios, la vocación y la justificación
mayor. en el tiempo, para terminar con la glorificación,
(2) Hermoso pensamiento éste del Apóstol. que es el término de la predestinación. Dentro
Dios creó al hombre como remate y fin del de esto entran todos los accidentes que pueden
universo, que viene a sintetizarse todo- en el afectar a la vida de cada hombre, los cuales
hombre. De aquí la simpatía de todas las cosas van dirigidos por Dios a la ejecución de sus
con el hombre y su asociación a las dichas y planes, inspirados en el amor.
esperanzas del hombre. Son, dice San Crisós- (2) Palabras del Salmo 44, 23, con que
tomo, como la nodriza o como la servidumbre expone el justo que por la causa de Dios sufre
que se goza con los éxitos de su hijo o de su se- los males que sufre.
ñor y participa de sus esperanzas. (3) ¿_Esta caridad de Cristo es la que El nos
1306 ROMANOS. 9

Sentimientos del Apóstol por los sito de Dios, conforme a la elección,


judíos. no por las obras, sino por el que
llama, permaneciese, 12 le fué a ella
Q
1
Os digo la verdad en Cristo, dicho: «El mayor servirá al menor»,
13 según lo que está escrito:
no miento, y conmigo da testi- «Amé a
monio mi conciencia en el Espíritu Jacob más que a Esaú.»
Santo, 2 que siento una gran tris-
teza y un dolor continuo en mi
corazón, 3 porque desearía ser yo La justicia de Dios para con los
mismo anatema de Cristo por mis «jcnlilfs y los judíos.
hermanos, mis deudos según la carne,
4
los israelitas (1), cuya es la adop- 14 ¿Qué diremos, pues? ¿Que hay
ción y la gloria, y la alianza, y la injusticia en Dios? No, 18 pues a
legislación, y el culto, y las prome- Moisés le dijo: «Tengi misericordia
sas; 5 cuyos son los patriarcas, y de quien tengo misericordia, y com-
de quienes según la carne procede pasión de quien tengo compasión.»
Cristo, que está por encima de todas 18 Por consiguiente, no es del que
las cosas, Dios bendito por los siglos, quiere, ni del que corre, sino de Dios
amen. Y no es que la palabra de que tiene misericordia. 17 Porque dice
Dios haya quedado sin efecto. Es la Escritura al Faraón: «Precisa-
que no todos los nacidos de Israel mente para esto te he levantado, para
son Israel, 7 ni todos los descendien- mostrar en ti mi poder, y para dar
tes de Abraham son hijos de Abra- a conocer mi nombre en toda la
ham, sino que «por Isac será tu tierra.» Así que tiene misericordia
descendencia». 8 Esto es, no los hijos de quien quiere, y a quien quiere
de la carne son hijos de Dios, sino le endurece. 19 Pero me dirás: En-
los hijos de la promesa son la des- tonces ¿por qué reprende? Porque
cendencia. Los términos de la pro- ¿quién puede resistir a su voluntad?
mesa son éstos: «Por este tiempo 20 ¡Oh hombre! ¿Quién eres tú
volveré y Sara tendrá un hijo.» para pedir cuentas a Dios? Acaso
10 Ni es sólo esto; también Rebeca dice el vaso al alfarero: ¿Por qué
concibió de un solo varón, nuestro me has hecho así? 21 ¿O es que no
padre Isac. Pues bien, 11 cuando aún puede el alfarero hacer del mismo
no habían nacido ni habían hecho barro un vaso de honor y un vaso
aún bien ni mal, para que el propó- indecoroso? 22 ¿Qué, pues, si para
mostrar Dios su ira y dar a conocer
tiene. no la que nosotros le tenemos. El Padre su poder, soportó con mucha lon-
nos predestina en Cristo, porque nos ama en ganimidad a los vasos de ira, aptos
Cristo, a quien nos contempla unidos como para la perdición, 23 y al contrario,
miembros a su cabeza, como hermanos menores quiso hacer ostentación de la riqueza
al primogénito.
de su gloria sobre los vasos de su
(i) San Pablo comienza aquí a tratar el
gravísimo y para él torturante problema de la
misericordia que él preparó para la
incredulidad judia. La solución se puede resu- gloria? 24 Vosotros los que El llamó,
mir en los siguientes puntos: i." Dios dio no sólo de los judíos, sino también
a Israel un pacto, una Ley, y con esto las pro- de los gentiles?...
mesas mesi¿nicas. 2.* El motivo de esta dis- 25 Como dice en Oseas: «Al que
tinción de Israel entre todos los pueblos de la
no es mi pueblo llamaré mi pueblo,
tierra, no fueron los mériros del pueblo, sino la
sola misericordia de Dios. De ahí aquella y a la que no es mi amada, mi ama-
sentencia: Amé a Jacob y le preferí a Esaú da.» 28 Y
donde les fué dicho: «No
(Mal. i, 2). Es cierto que no todos los israelitas sois mi pueblo, allí serán llamados
correspondieron a los amorosos planes de Dios hijos del Dios vivo» (1).
sobre su pueblo, pero esto no anula esos planes. 27
E
Isaías clama de Israel: «Aun-
¿De dónde viene la distinción entre unos y otros? que fueran los hijos de Israel como
De Dios, que como el alfarero puede fabricar
la arena del mar, sólo un resto será
de la misma masa vasos de honor y vasos viles.
Luego si todo depende de Dios, ¿dónde está salvo, 28 porque el Señor ejecutará
la responsabilidad humana? San Pablo nos lo sobre la tierra un juicio consumado
indica en el versículo 22: Dios, queriendo hacer y decisivo» (2).
ostentación de su justicia, soportó con mucha
paciencia a los vasos viles aptos para la cólera,
mientras que a los otros quiso mostrarles las (1) Os. 2, 21 y 25. donde habla el profeta
riquezas de su gloria preparándolos para la glo- de la conducta de Dios para coa Israel, pri-
ria. Y éstos no son sólo los israelitas, son tam- mero rebelde, luego arrepentido.
bién los gentiles. (2) Is. 11, 22 i.
»

ROMANOS, 10, 11 1307

*• Y según predijo Isaías: «Si el de entre los muertos, serás salvo.


Señor de los Ejércitos no nos dejara 10Porque con el corazón se cree
un renuevo, como Sodoma hubié- para la justicia, y con la boca se
ramos venido a ser y a Oomorra confiesa para la salud. 11 Pues la
nos asemejaríamos» (1). Escritura dice: «El creyente en El
no será confundido. 12 No hay dis-
tinción entre judío y gentil. Uno
Pop qn6 los judíos no admitieron mismo es el Señor de todos, rico
la íc. para todos los que le invocan, pues
todo el que invocare el nombre del
30 ¿Pues qué diremos? Que los Señor será salvo.
gentiles, que no perseguían la justi-
cia,, alcanzaron la justicia, es decir,
la justicia por la fe; 31 mientras que Fl Fvanrjclio, predicado a los
Israel, persiguiendo la Ley de la judíos y desechado por ellos.
justicia, no alcanzó la Ley. 32 ¿Y por
14 Pero ¿cómo
qué? Porque no fué por el camino pueden invocar a
de la fe, sino por el de las obras. Aquél en quien no han creído? ¿Y
33 Tropezaron
con la piedra de escán- cómo creerán sin haber oído de El?
dalo, según está escrito: «He aquí ¿Y cómo oirán si nadie les predica?
15
que pongo en Sión una piedra de ¿Y cómo predicarán si 110 son
tropiezo, una piedra de escándalo, enviados? Según está escrito: «¡Cuán
y el que creyere en ella no será con- hermosos los pies de los que anuncian
fundido» (2). la paz! » ( 1 ) 16 Pero no todos obedecen
al Evangelio. Porque Isaías dice:
1
"10 Hermanos, a ellos va el afecto «Señor, ¿quién creyó nuestro anun-
de mi corazón y por ellos se cio?» (2) 17 Por consiguiente, la fe es
dirigen a Dios mis súplicas, para por la predicación, y la predicación
que sean salvos. 2 Yo declaro en por la palabra de Cristo.
18
favor suyo que tienen celo por Dios, Pero digo yo: ¿Es que no han
pero no según la verdadera sabiduría; oído? Cierto que sí. «Por toda la
3 porque ignorando la justicia de tierra se difundió su voz, y hasta
Dios y buscando afirmar la propia, los confines del orbe su pregón (3).
19
no se sometieron a la justicia de ¿Pero acaso Isarael no conoció?
Dios; 4 porque el fin de la Ley es Es Moisés el primero que dice:
Cristo, para la justicia de todo el «Yo os provocaré a celos en no
que cree. pueblo, os provocaré a cólera en
pueblo insensato» (4). 20 E Isaías
se atreve a decir: «Fui hallado de
Las dos justicias. los que no me buscaban, me dejé
ver de los que no preguntaban por mi.
21
5
Pues Moisés escribe que el hom- Pero a Israel le dice: «Todo el día
bre que cumpliere la justicia de la tendí mis manos hacia el pueblo
Ley vivirá en ella. 6 Pero la justicia, incrédulo y rebelde» (5).
que viene de la fe, dice así: (3) «No
digas en tu corazón: ¿Quién subirá
al cielo? Esto es, para bajar a Cristo; o
La reprobación de los judíos no
¿quién bajará al abismo? Esto es, para es total.
hacer subir a Cristo de entre los
muertos. J'J Según esto, pregunto yo:
1

8 ¿Pero qué
dice? «Cerca de ti está ¿Pero es que Dios ha rechazado
la palabra, en tu boca, en tu corazón, a su pueblo? No, cierto (6). Que
esto es, la palabra de la fe, que pre-
dicamos. 9 Porque si confesares con (1) Is. 52, 7.
tu boca al Señor Jesús y creyeres (2) Is. hablando de la pasión del
53, 1,
en tu corazón que Dios le resucitó Mesías.
(3) El Salm. 19, 15, dice esto de los cielos,
(1) 13. i, 9- y el Apóstol lo aplica a los heraldos del evan-
(2) Is. 28, 16. gelio.
(3) Por una prosopopeya introduce aquí el (4) Del gran cántico de Moisés (Deut. 31, 21).
Apóstol a la justicia que viene por la fe, repi- (5) Is. 65, 1.
tiendo y glosando las palabra* de Moisés en (6) Pero en Dios no rechazó definiti-
fin.
Deut. 30, la, 1. vamente a su pueblo. Los dones de Dios son
1308 ROMANOS, 11

yo soy israelita, del linaje de Abraham, tos? 16 Que si las primicias son santas,
de la tribu de Benjamín. 2 No ha también la masa; y si la raíz es santa,
rechazado Dios a su pueblo, a quien también las ramas. 17 Y si algunas de
de antemano conoció. ¿O es que no las ramas fueron desgajadas, y tú,
sabéis lo que en lo de Elias dice la siendo acebuche, fuiste injertado en
Escritura, cómo ante Dios acusa a ella y hecho partícipe de la raíz,
Israel: 3
«Señor, han dado muerte es decir, de la pinguosidad del olivo,
a tus profetas, han arrasado tus alta- no te engrías contra las ramas. 18 Y
res, he quedado yo solo, y aún aton- si te engríes, ten en cuenta que no
tan contra mi vida.» 4 ¿Pero que le sustentas tú a la raíz, sino la raíz
contesta el oráculo divino? Me he a ti. 19 Pero dirás: Las ramas fueron
reservado siete mil varones que no desgajadas para que yo fuera injer-
lian doblado la rodilla ante Baal»(l). tado. 20
Bien, por su incredulidad
5
Pues así también en el presente fueron desgajadas, y tú por la fe
tiempo ha quedado un resto, en estás en pie. No te engrías, antes
virtud de una elección graciosa. 6 Pero teme. 21 Porque si Dios no perdonó
si por gracia, ya no es por las obras, a las ramas naturales, tampoco a ti
que en este caso la gracia ya no sería te perdonará.
22 Considera, pues,
gracia. la bondad y la
¿Qué, pues? Que Israel no logró
7
severidad de Dios; la severidad para
lo que buscaba, pero los elegidos con los caldos, para contigo la bondad,
lo lograron. Cuanto a los demás, si permaneces en la bondad, que de

se han encallecido,
8
según está otro modo también tú serás desga-
escrito: «Dióles Dios un espíritu de jado. 23 Mas ellos, de no perseverar
aturdimiento, ojos para no ver y en la incredulidad, scráu injertados,
oídos para no oír, hasta el día de que poderoso es Dios para injertarlos
hoy» (2).° Y David dice: «Vuélvase de nuevo. 24 Porque si tú fuiste
su mesa un lazo y una trampa, y un cortado de un olivo silvestre y contra
tropiezo, y su justa paga; 10 oscu- naturaleza injertado en un olivo
rézcanse sus ojos para que no vean, legitimo, ¡cuánto más éstos, los natu-
y doblega siempre su cerviz» (3). rales, podrán ser injertados en el
propio olivo! 25 Porque no quiero,
hermanos, que ignoréis este misterio,
Lu reprobación de Israel. para que no presumáis de vosotros
mismos: Que el endurecimiento vino
11 Pero pregunto: ¿Han tropezado a una parte de Israel, hasta que en- j
de suerte que del todo cayesen? tra«c la plenitud de ias naciones;
28
No, ciertamente. Pues gracias a su y entonces lodo Tsrael será salvo,
transgresión obtuvieron la salud los segur* está escrito: «Vendrá de Sión
gentiles para excitarlos n emula- el Libertador, para alejar de Jacob
ción. 12 Ysu caída es la riqueza del
si las impiedades.
27
Y esta será mi
mundo, y su menoscabo la riqueza alianza con ellos, cuando borre sus
de los gentiles, ¡cuánto más lo será pecados» (1).
su plenitud! 13
Y a vosotros, los gen- 28 Por lo que toca al Evangelio, :

tiles, os digo que mientras sea após- son enemigos por bien vuestro; mas .

tol de los gentiles, haré honor a mi según la elección, son muy amados de j
ministerio, 14 por ver si despierto la Dios a causa de los padres, 2 * que I

emulación de los de mi linaje y salvo los dones y la vocación de Dios son ,

a algunos de ellos. 1S Porque si su irrevocables. Pues así como vos- I


30

reprobación es reconciliación del mun- otros algún tiempo fuisteis desobe- I


do, ¿qué será su reintegración sino dientes a Dios, pero ahora habéis I
una resurrección de entre los mucr- alcanzado misericordia por su dos- I
obediencia, 31 así también ellos, que
sin arrepentimiento de su parte. La reproba-
ahora se niegan a obedecer, para 1
ción de Israel acaeció para facilitar la vocación dar lugar a la misericordia a vosotros I
de los gentiles; pero al fin, cuando haya entrado concedida, alcanzarán a su vez mi-
en la fe la plenitud de los gentiles, también sericordia; 32 pues Dios nos encerró f
Israel cnti.ua y tendrán pleno cumplimiento a todos en la desobediencia, para »
los oráculos de los profetas. lOh alteza de la tener de todos misericordia. 83 ¡Oh
justicia de Diosl
Se refiere a I Reg. ig, io, s>.
profundidad de la riqueza, de la »
(1)
(2) Dcut. 29, 3. e Is. 29, 10.
(3) Salín. 69, 23- (1) Is. 49. ao. y Jer. 31, 33 •.
ROMANOS, 12, 13 1309

sabiduría y de la ciencia de Diosl amándoos los unos a los otros con


¡Cuan insondables son sus juicios y amor fraternal, honrándoos a porfía
ónán inescrutables sus caminos! 34 Por- unos a otros. 11 Sed diligentes sin
que (1) «¿quién conoció el pensamiento flojedad, fervorosos de espíritu, como
del Señor? ¿O quién fué su consejero? quienes sirven al Señor. Vivid ale-
35 ¿O quién primero le dió, para tener gres con la esperanza, pacientes en
derecho a retribución?» 36 Porque de la tribulación y perseverantes en la
El y por El y para El son todas las co- oración. 13 Subvenid a las necesidades
sas. A El la gloria por los siglos. Amén de los santos, sed solícitos en la hos-
pitalidad. 14 Bendecid a los que os
persiguen, bendecid y no maldigáis.
15 Alegraos con los que se alegran,
La vida nueva.
llorad con los que lloran. 16 Sed
1 ruego, pues, hermanos,
Os unánimes entre vosotros, no seáis
12 por misericordia de Dios,
la altivos, mas allanaos a los humildes.
que ofrezcáis vuestros cuerpos como No seáis prudentes a vuestros pro-
hostia viva, santa, grata a Dios (2), pios ojos. 17 No volváis mal por mal,
que tal sea vuestro culto racional. procurad lo bueno a los ojos de todos
2 Que no os conforméis a este siglo, los hombres. 18 A
ser posible y
cuanto de vosotros depende, tened
sino que os transforméis por la reno-
vación de la mente, para que pro- paz con todos. 10 No os toméis la
curéis conocer cuál es la voluntad justicia por vosotros mismos, ama-
de Dios, buena, grata y perfecta. dísimos, antes dad lugar a la justicia
de Dios; pues escrito está: «A mí
Sentimiento de modestia. la venganza, yo haré justicia, dice
el Señor.» 20 Por lo contrario, «si tu
3
Por que me ha sido
la gracia enemigo tiene hambre, dale de comer;
dada, os encargo a cada uno de vos- si tiene sed, dale de beber; que ha-
toros no sentir por encima de lo que ciendo así amontonaréis carbones
conviene sentir, sino sentir modes- encendidos sobre su cabeza» (1). 21 No
tamente, cada uno según Dios le te dejes vencer del mal, antes vence
repartió la medida de la fe. 3 Pues a al mal con el bien.
la manera que en un solo cuerpo ('.i),
tenemos muchos miembros, y todos
los miembros no tienen la misma Obediencia a los poderes públicos.
función, 5 así nosotros, siendo mu-
chos, somos un solo cuerpo en Cristo, -| O 1
Todos habéis de estar some-
pero cada miembro está al servicio tidos a las autoridades supe-
de otros miembros. 6 Así todos tene- riores (2), que no hay autoridad
mos dones diferentes, según la gracia sino por Dios, y las que hay por Dios
que nos fué dada: unos, la profecía, han sido ordenadas, 2 de suerte
según la medida de la fe; 7 otros, que quien resiste a la autoridad
ministerio para servir; otros, el don resiste a la disposición de Dios, y los
de enseñar, para enseñar; 8 quién, que la resisten se atraen sobre sí
el de exhortación, para exhortar; la condenación. 3 Porque los magis-
quién, el de dar con sencillez; quien trados no son de temer para los que
preside, presida con solicitud; quien obran bien, sino para los que obran
practica la misericordia, llágalo con mal. ¿Quieres no tener que temer a
alegría. la autoridad? Haz el bien y tendrás
9
Vuestra caridad sea sincera, abo- su aprobación, 4 porque es ministro
rreciendo el mal, adhiriéndoos al bien, de Dios para tu bien. Pero si haces

(1) Is. 40, 3. y Job 41, 3. (1) Dos sentencias de los Proverbios. La
(2) En la ley mosaica se ofrecían a Dios primera de 3, 4, pero según el texto griego; la
sacrificios de animales; en la ley evangélica segunda de 25, 21.
esos sacrificios son de los mismos fieles, que (2) La obediencia a las autoridades civiles
con su vida santa ofrecen a Dios el sacrificio es para el cristiano un deber de conciencia,
que más le agrada. pues la autoridad que ejercen emana de Dios,
(3) Esta imagen del cuerpo místico, que es que, como es autor del hombre social, es, por
la Iglcs a, la desarrolla también en I Cor, 12, 27, lo mismo, autor de la sociedad y de la autori-
con el ánimo de exhortar a la colaboración dad, que es la forma de la sociedad misma.
de todos en procurar el bien de la Iglesia con Cuando San Pablo escribió esto desempeñaba
la gracia que cada uno haya recibido. Nerón la dignidad imperial.
1310 ROMANOS, 14

el mal, teme, que no en vano lleva la come no desprecie al que no come


espada. Es ministro de Dios, ven- y el que no come no juzgue al que
gador para castigo del que obra el come, porque Dios le acogió. 4 ¿Quién
mal. 5 Es preciso someterse no sólo eres tú para juzgar al criado ajeno?
por temor del castigo, sino por con- Para su amo está en pie o cae, pero
ciencia. 6 Pagadles, pues, los tribu- se mantendrá en pie, que poderoso es
tos, que son ministros de Dios cons- el Señor para sostenerle. 5 Hay quien
tantemente ocupados en eso. 7 Pagad distingue un día de otro día, y hay
a todos lo que debáis, a quien tri- quien juzga iguales todos los días;
buto, tributo; a quien aduana, aduana; cada uno proceda según su propio
a quien temor, temor; a quien honor, sentir. 6 El que distingue los días,
honor. por el Señor los distingue; y el que
come, por el Señor come, dando
gracias a Dios. 7 Porque nadie para
La perfección de la caridad. sí mismo vive, y nadie para sí mismo
muere; pues si vivimos, para el
No estéis en deuda con nadie,
8 Señor vivimos; y si morimos, mori-
sino amaos los unos a los otros, mos para el Señor. 8 En fin, viviendo
porque quien ama al prójimo ha o muriendo, del Señor somos. 9 Que
cumplido la Ley. 9 Pues «no adulte- por esto murió Cristo y resucitó, para
rarás, no matarás, no robarás, no
dominar sobre muertos y vivos. 10 Y
codiciarás" y cualquier otro precepto,
tú, ¿cómo juzgas a tu hermano o
en esta sentencia se resume: «Amarás por qué le desprecias? Pues todos
al prójimo como a ti mismo.»
10 El hemos de comparecer ante el tribu-
nal de Dios. 11 Porque escrito está:
amor no obra el mal del prójimo,
pues el amor es el cumplimiento «Vivo yo, dice el Señor, que a mí se
doblará toda rodilla y toda lengua
de la Ley.
rendirá homenaje a Dios» (1). 12 Por
consiguiente, cada uno dará a Dios
cuenta de sí.
I'I día de la salud está próximo. 13 No tíos juzguemos ya más unos
a otros; y sobre todo, no pongamos
Y ya conocéis el tiempo, y que
11
tropiezos o escándalo al hermano.
ya es hora de levantarnos del sueño, 14 Yo
sé y confío en el Señor Jesús,
pues nuestra salud está ahora más cer- que nada hay de suyo impuro; mas
cana que cuando creímos. 12 La noche para el que juzga que algo es impuro,
va muy avanzada y se acerca ya el día. para ése lo es. 15 Si por tu comida tu
Despojémonos, pues, de las obras hermano se escandalizase, ya no andas
de las tinieblas, y vistamos las armas según caridad. Mira que por tu comida
de la luz. 13 Andemos decentemente no seas ocasión de que se' pierda
como de día, no viviendo en comilo- aquél por quien Cristo murió. 16 No
nas y borracheras, no en amanceba- sea, pues, vuestra buena obra materia
miento y libertinaje, no en querellas de maledicencia, 17 porque el reino
y envidias, 14 antes vestios del Señor de Dios no es comida ni bebida (2),
Jesucristo y no os déis a la carne sino justicia y paz y gozo en el Espí-
para satisfacer sus concupiscencias. ritu Santo, i 8 Pues el que en esto
sirve a Cristo es grato a Dios y aplau-
dido de los hombres. 19 Por tanto,
Los fuertes y los débiles en la fe. trabajemos por la paz y por nuestra
edificación.
20 No destruyas, por amor de la
1 Acoged al flaco en la fe, sin
entrar en disputas sobre opi- comida, la obra de Dios. Todas las
niones. 2 Hay quien puede comer cosas son puras, pero es malo para el
de todo (1); otro, flaco, tiene que hombre comer escandalizando. 21 Bue-
contentarse con verduras. 3 El que no es no comer carne ni beber vino,
ni hacer nada en que tu hermano
(i) Este párrafo nos indica que en la iglesia
romana abundaban los judíos, que serían los
que sentían esos escrúpulos de las comidas. (i) Is. 45, 23.
Precisamente en atención a ellos y para no (a) El reino de Dios no es comida ni bebi-
impedir la buena convivencia de ellos con los da, porque la ley evangélica no nos dice nada

gentiles, se impuso a éstos el decreto de Jeru- sobre los alimentos, fuera de que éstos no
salén, que nos refiere San Lucas (Act. 15, u). manchan al hombre (Mt. 15. 11 ss.).
ROMANOS, 15 1311

tropiece. 22 La convicción que tú estáis llenos de bondad, llenos de


tienes, guárdala para ti y para toda ciencia, para poder amones-
Dios (1). Dichoso el que a sí taros unos a otros; 18 sin embargo,
mismo no tenga que reprocharse lo os he escrito más libremente (1),
que siente. 23 El que duda, si come en virtud de la gracia que por Dios
se condena, porque ya no procedió me fué dada, de ser ministro de Jesu-
según conciencia, y todo lo que no cristo entre los gentiles, encargado
es según conciencia es pecado. de un ministerio sagrado en el Evan-
gelio de Dios, para procurar que la
1
Los fuertes debemos sobre- oblación de los gentiles sea aceptada,
l»í llevar las flaquezas de los débi- santificada por el Espíritu Santo.
17
les, sin complacernos a nosotros Tengo, pues, esta gloria en Cristo
mismos. 2 Cada uno cuide de com- Jesús, por lo que mira al servicio
placer al prójimo, para su bien, para de Dios; 18 porque no me atreveré
su edificación, 3 que Cristo no buscó a hablar de cosa que Cristo no haya
su propia complacencia, según está obrado por mí para la conversión
escrito: «Sobre mí cayeron los ultrajes de los gentiles, de obra o de palabra,
de quienes me ultrajaban» (2). 4 Pues mediante el poder de milagros y
todo cuanto está escrito, para nues- prodigios y el poder del Espíritu
tra enseñanza fué escrito, a fin de Santo. 19 De suerte que desde Jeru-
que por la paciencia y por la conso- salén hasta la Iliria y en todas direc-
lación de las Escrituras estemos firmes ciones (2), he predicado cumpli-
en la esperanza. 5 Que el Dios de la damente el Evangelio de Cristo.
paciencia -y de la consolación os dé 20 Sobre todo me he hecho un honor
un unánime sentir en Cristo Jesús, de predicar el Evangelio donde Cristo
6
para que unánimes, a una sola voz, no era conocido, para no edificar
glorifiquemos a Dios, Padre de nuestro sobre fundamentos ajenos, 21 sino,
Señor Jesucristo. 7 Por lo cual aco- según lo que está escrito: «Le
geos mutuamente, según que Cristo verán aquellos a quienes no fué
nos acogió a nosotros para gloria de anunciado, y los que no han oído
Dios. entenderán» (3). 22 Por lo cual me he
8
Os digo que Cristo fué ministro visto impedido muchas veces de llegar
de la circuncisión por la veracidad hasta vosotros; 23 pero ahora, no
de Dios, para cumplir las promesas teniendo ya campo en estas regiones,
a los padres, 9 mientras que los gen- y deseando ir a veros desde hace
tiles glorifican a Dios por su miseri- bastantes años, 24 espero veros al
cordia, según está escrito: «Por esto pasar cuando vaya a España y ser
te alabaré entre las gentes, cantaré allá encaminado por vosotros, des-
salmos y salmodiaré a tu nombre» (3). pués de haber gozado un poco de
10 Y otra vez dice: «Regocijaos, vuestra conversación.
gentes, con su pueblo» (4). 11 En otra 25 Mas ahora parto para Jerusalén
parte: «Alabad al Señor todas las en servicio de los santos, 26 porque
gentes, y ensalzadle los pueblos Macedonia y Acaya han tenido a
todos» (5). 12 Y otra vez dice Isaías: bien hacer una colecta a beneficio
«Aparecerá la raíz de Jesé, y el que se de los pobres de entre los santos de
levanta para mandar á las naciones; Jerusalén. 27 Y lo han querido así
y en él esperarán las naciones» (6). considerándose deudores suyos, ya
13 Que que, si los gentiles comunican en los
el día de la esperanza os llene
de cumplida alegría y paz en la fe, bienes espirituales de ellos, deben
para que abundéis en esperanza por ellos servirles con los bienes mate-
28 Una vez cumplido este
la virtud del Espíritu Santo. riales.
14 Bien persuadido oficio, cuando les entregue este fruto,
estoy de que
pasando por vosotros me encaminaré
(1) Establece el mismo principio que en la
I Cor. 8, la indiferencia de los alimentos, pero (1) Al terminar, vuelve San Pablo a excu-
la obligación de no dar escándalo ni ofender sar su audacia de escribir a los romanos, no
la conciencia débil de quienes piensan de otro para enseñarles, sino para traerles a la memoria
modo. cosas que ya debían conocer.
(2) Salm. 69, 10. (2) Le parece que en Oriente ha terminado
(3) Salm. 18, 50. su labor, habiendo dado a conocer a Jesucristo
(4) Deut. 32. 43- desde Jerusalén hasta la Iliria, donde nadie
(5) Salm. 117, 1. habla predicado.
(6) Is. 11, i, 10. (3) Is. 5a, 15.
1312 ROMANOS. 16

29 que yendo
a España (1), y sé Saludad a los de la casa de Aris-
a vosotros iré con la plenitud de la tóbulo. 11 Saludad a Herodiano, mi
bendición de Cristo. pariente. Saludad a los de Narciso,
30 Os exhorto, hermanos, por nues- los que son del Señor. 12 Saludad a
tro Señor Jesucristo y por ln caridad Trifena y a Trifosa, que han pasado
del Espíritu, a que me ayudéis en esta muchas penas en el Señor. Saludad
lucha, mediante vuestras oraciones a Pérsida, muy amada, que sufrió
a Dios por mí, 31 para que me libre muchas penas en el Señor. 13 Salu-
de los incrédulos en Judea y que el dad a Rufo, el elegido del Señor,
servicio que me lleva a Jcrusalén y a su madre, que lo es mía. 14 Salu-
sea grato a los santos. 32 Con esto dad a Asincrito y Flcgón, Patroba,
iré alegre a veros, por la voluntad Hcrmes, y hermanos que viven
a los
de Dios, y me recrearé con vosotros. con ellos. 15
Saludad a Filólogo y a
33 El Dios de la paz sea con todos Julia, a Nerco y a su hermana, y a
vosotros. Amén. Olimpia y a todos los hermanos que
viven con ellos. 18 Saludaos unos a
Recomendación»-*. otros con el ósculo santo. Os saludan
todas las iglesias de Cristo.
1 17 Os recomiendo, hermanos, que
1 fy Os recomiendo
a nuestra her-
mana Febc(2), diaconisa de tengáis los ojos sobre los que pro-
la iglesia de Generes, 2 para que la ducen divisiones y escándalos fuera
recibáis en el Señor de manera digna de la doctrina que habéis aprendido
18 porque
de santos y la asistáis en todo lo que y que os apartéis de ellos,
le fuere necesario, pues ella ha favo- ésos no sirven a nuestro Señor Cristo,
recido a muchos y a mf mismo. sino a su vientre, y con discursos
3 Saludad a Prisca y a Aquila, mis suaves y engañosos seducen los cora-
cooperadores en Cristo Jesús (3), zones de los incautos.
19
los cuales por salvar mi vida expu- Vuestro comportamiento ha lle-
sieron su cabeza, a quienes no sólo gado a noticia de todos; me alegro,
estoy agradecido yo, sino todas las pues, en vosotros, y quiero que seáis
iglesias de la gentilidad. 6 Saludad prudentes para el bien, sencillospara
también a la iglesia de su casa. el mal, y el Dios de la paz aplastará
Saludad a mi amado Epéncto, las pronto a Satanás bajo vuestros pies.
primicias de Asia (4).
Cristo en La gracia de nuestro Señor Jesús
8Saludad a María, que soportó sea con vosotros. 21 Os saluda Timo-
muchas penas por nosotros. 7 Salu- teo, mi colaborador, y Lucio, Jasón
dad a Andrónico y a Junia, mis y Sosípatro, mis parientes. 22 Os
parientes y compañeros de cautive- saludo yo, Tercio (1), que escribo
rio, que son muy estimados entre los esta epístola, en el Señor. 23 Os salu-
apóstoles y fueron en Cristo antes da Cayo, huésped mío y de toda la
que yo. 8 Saludad a Ampliato, a Iglesia. Os saluda Erasto, tesorero
quien amo en el Señor. 9 Saludad a de la ciudad, y el hermano Cuarto.
Urbano, nuestro cooperador en Cristo,
y a Eustaquio, mi amado. 10 Salu- Uoxolofjí"-
dad a Apeles, probado en Cristo.
25 Al que puede confirmaros según
Cuando haya cumplido comisión de
(i) la
mi evangelio y la predicación de
las iglesiasen favor de los fieles a Jerusalén,
quiere buscar nuevos campos de apostolado, y

Jesucristo según la revelación del
pone los ojos en las provincias más occidentales, misterio tenido secreto' en los tiem-
la de España, adonde desea que los romanos pos eternos, 28 pero manifestado
le encaminen. ahora mediante los escritos profé-
(a) Fué la portadora de la carta esta Febe ticos, conforme a la disposición de
que iba a Roma a sus negocios. Dios eterno, que se dió a conocer a
Este matrimonio es una prueba de la
(3)
todas las gantes para que se rindan
facilidad con que se trasladaban los judíos,
que, desterrados de Roma el año 48, pararon a la fe ,
27
—al Dios solo sabio, sea
por Jesucristo, la gloria por los siglos
un tiempo en Corinto (Act. 18, 2), luego en
Efeso (Act. 18, 18; 18, 36), donde continuaban de los siglos. Amén.
cuando San Pablo escribía la I Cor. 16, 19. Y
donde estaban de nuevo al escribir San Pablo
su testamento, la II Tim. 4, 19. (1) Aquí tenemos la simpática figura del
(4) Los nombres que siguen, griegos o la- ecretario de San Pablo en esta ocasión. Lleva
tinos, son muchos propios de judíos y esclavos, un nombre bien romano, igual que el Cayo y
que debían de abundar en la Iglesia romana. el Cuarto que siguen.
FILIPENSES, 1 1313

INTRODUCCION A LA EPISTOLA A LOS FILIPENSES

pILIPOS, ciudad de Macedonia, colonia romana desde Augusto, fué la


primera ciudad que- el Apóstol evangelizó en Europa, al entrar en ella en
su segundo viaje. Hech. 16, 11-40. La iglesia de Filipos fué siempre muy adicta
a San Pablo, hasta el punto de que éste, contra toda su costumbre, aceptase de
los filipenses socorros en dinero (4, 15). Cuando supieron que el Apóstol se
hallaba preso en Roma, se creyeron más obligados a atender a las necesidades
del que había sido su padre en la fe. Enviáronle, pues, a un cierto Epafrodito,
de quien hace el más cumplido elogio (2, 25-30), con el oportuno socorro y para
que se pusiese al servicio de San Pablo. Pero habiendo enfermado aquél gra-
vemente en Boma, los filipenses, al saberlo, se afligieron mxicho de ello, por lo
cual Pablo resolvió remitírselo a Filipos con la carta correspondiente.
Empieza, como de ordinario, dando gracias al Señor por la fe y la caridad
de los filipenses (1, 1-11); habla de su causa y de cuánto contribuyó a pro-
pagar el Evangelio (1, 12-26). Exhortando a los filipenses a llevar una vida
digna del creyente, se levanta a hablar del ministerio de Cristo de la manera
más alta (1, 27-3, 18). Habla luego del envío de Timoteo y de Epafrodito
(2, 19-30) y los exhorta a huir de los judaizantes (3, 1-4, 1); les inculca la
paz (4, 2-7) y acaba dándoles las más expresivas gracias por su caridad hacia
él (4, 8-23).

A LOS FILIPENSES
Saludo. ¡pues os llevo en
el corazón, y en mis
en mi defensa y en la
prisiones,
1 1Pablo y Timoteo, siervos de confirmación del Evangelio, sois todos
I

Jesucristo, a todos los santos en vosotros participantes de mi gracia.


Cristo Jesús que están en Filipos con 8
]
Testigo me es Dios de cuánto os
los obispos y diáconos, 2 la gracia y amo a todos en las entrañas de
la paz de parte de Dios, nuestro Cristo Jesús. 9 Y por esto ruego que
Padre, y del Señor Jesucristo. vuestra caridad crezca más y más en
conocimiento y en toda discreción,
10 para que sepáis discernir lo mejor
Acción de gracias. y seáis puros e irreprensibles para el
día de Cristo, 11 llenos de frutos de
8
Siempre que me acuerdo de vos- justicia por Jesucristo, para gloria y
otros doy gracias a mi Dios; 4 siem- alabanza de Dios.
pre en todas mis oraciones pidiendo
con gozo por vosotros, 5 a causa de
vuestra comunión en el Evangelio, !->us cadenas contribuyen a la
desde el primer día hasta ahora. difusión del Evangelio.
6
Cierto estoy de que el que comenzó
en vosotros la buena obra la llevará 12 Y quiero que sepáis,
hermanos,
al cabo hasta el día de Cristo Jesús. que mi prisión ha contribuido al pro-
7
Así es justo que sienta de vosotros, greso del Evangelio, 13 de manera

B3
1314 FILIPENSES, 2

que en el pretorio (1) y fuera de sea que me quede ausente, oiga de


él es notorio cómo llevo mis cadenas vosotros que estáis firmes en un es-
por Cristo, 14 y la mayor parte de píritu, luchando a una por la fe del
los hermanos en Cristo, alentados por Evangelio, 28 sin aterraros por .nada
mis cadenas, sienten más ánimos para ante vuestros enemigos, lo que es
hablar sin temor la palabra de Dios. para ellos una señal de perdición,
15 Hay quienes predican a Cristo mas para vosotros señal de salud,
por espíritu de envidia y competen- y esto de parte de Dios. 29 Porque
cia, otros lo hacan con buena inten- os ha sido otorgado no sólo creer en
ción: unos por caridad, sabiendo que Crista, sino también padecer por El,
estoy puesto para la defensa del 30 sosteniendo el mismo combate que
Evangelio; otros por competencia pre- habéis visto en mí y ahora oís de mí.
dican a Cristo, no con santa intención,
pensando añadir tribulación a mis
cadenas. 18 ¿Pero que importaT De Exhortación al olvido de sí mismo.
cualquier manera, sea hipócrita, sea
sinceramente,' que Cristo sea anun- Sí hay, pues, en vosotros algún
1

ciado, yo me alegro de ello y me ale- poder de consolar en Cristo, algún


graré. 19 Porque sé que esto redun- refrigerio de amor, alguna comuni-
dará en ventaja mía por vuestras cación del Espíritu y entrañas de
oraciones y por la donación del Es- misericordia, 2 haced cumplido mi
píritude Jesucristo. 20 Conforme a gozo, teniendo todos el mismo pen-
mi constante esperanza, de nada me sar, la misma caridad, el mismo áni-
avergonzaré, antes con entera liber- mo, el mismo sentir. 3 No hagáis
tad, como siempre, también ahora, nada por espíritu de Competencia,
Cristo será glorificado en mi cuerpo, nada por vanagloria, antes llevados
ya por la vida, ya por la muerte. de la humildad, teneos unos a otros
21
Que para mí la vida es Cristo y la por superiores, 4 no atendiendo cada
muerte ganancia (2). 22 Y aunque uno a su propio interés, sino al de los
el vivir cu la carne es para mí fruto otros. 8 Tened los mismos sentimien-
de apostolado, todavía no sé qué ele- tos que tuvo Cristo Jesús, quien,
gir. 23 Por ambas partes me siento siendo Dios en la forma, no reputó
apretado; pues de un lado deseo morir codiciable tesoro mantenerse igual a
para estar con Cristo, que es mucho Dios, 7 antes se anonadó, lomando la
mejor: 24 por otro, quisiera permane- forma de siervo y haciéndose seme-
cer en la carne, que es más necesario jante a los hombres, y en la condi-
para vosotros. "
Por el momento ción de hombre se humilló, hecho
estoy firmemente persuadido de que obediente hasta la muerte, y muerte
quedaré y permaneceré con vosotros de cruz, 8 por lo cual Dios le exaltó
para vuestro provecho y gozo en la y le otorgó un nombre sobre todo
fe, 26 a fin de que vuestra gloria en nombre, 10 para que al nombre de
Cristo crezca por mí con mi segunda Jesús doble la rodilla cuanto hay en
ida a vosotros. los cielos, en la tierra y en los abis-
mos, 11 y toda lengua confiese que
Jesucristo es Señor para gloria de
Exhortación u vivir ri¡<|»uim-ntt'. Dios Padre (1).
27
Sólo os ruego que viváis de ma- Textos como éste revelan la altísima
(i)
nera digna del Evangelio de Cristo, sabiduría del Apóstol, pues hasta para dar
para que, sea que yo vaya y os vea, razón de pensamientos tan sencillos como éste
nos levanta a los más altos misterios de la fe.
(1) E! pretorio era la residencia del pretor Para hacerse cargo del sentido de este pasaje
o gobernador romano. En Roma se conserva hay que considerar que el Dios de la gloría
aún el Castro Pretorio, que era el cuartel de la habita en una gloria inaccesible. Aun cuando
guardia imperi J o pretoriuia. San Pablo vWla quiere manifestarse a los hombres, se presenta
fjera. en una casi alquilada, pero tenia siempre envuelto en una gloría que e> un reflejo de
consigo un pretoriano, encargado de su cus- la que tiene en el cielo. Pues Jesucristo, que
tpdii, que era relevado cada día o varia3 veces como Hijo de Dios vive en ü gloria del Padre,
al día. no se aferró tanto a ella que no consin iera
(2) La vidi del Apóstol es Crisío, parque en mostrarse a los hombre;, no ya ro lea Jo de
Criíto ha tomado posesión de todo su
ser, y ya la gloria en que Isaías y Ez:q ii l vieron al
no ama ni busca sLio a Cristo, y morir es para Se ¡oí. sino en la humiWe condición de hombre
él una ganancia, porque alcanza la unión per- mortal. Y en esto eituvo sj anonadamiento,
fecta con Cristo. en su renuncia a la gloria en que Dios se mos»
FILIPENSES, 3

12
Así pues, amados míos, como Kpafrodito.
siempre habéis obedecido, no sólo
cuando estaba presente, sino mucho 26 He creído necesario enviaros
a
más ahora que estoy ausente, con Epafrodito, nuestro hermano, coope-
tetnor y temblor trabajad por vues- rador y camarada mío, vuestro en-
tra salud. 13 Pues Dios es el que obra viado y ministro en mis necesidades,
en vosotros obrar según 26 puesto que está suspirando
el querer y e¡ por
su beneplácito. 14 Efacedlo todo sin todos vosotros y está angustiado por-
murmuraciones ni discusiones, 15 a que sabe que. ha llegado a noticia
fin de que seáis irreprensibles y sen- vuestra que estuvo enfermo. 27 Cier-
hijos de Dios sin mancha, en
cillos, tamente que estuvo a punto de morir:
medio de esta generación mala y pero Dios tuvo misericordia de él, y
perversa, entre la cual aparecéis como 110 sólo de él, sino también de mí,
antorchas en el mundo, 16 llevando para que yo no tuviera tristeza sobre
en alto la palabra de vida, que en tristeza. 28 Así pues, le envío más
el día de Cristo será para gloria mía prestamente, para que, viéndole de
no haber corrido en vano ni haberme nuevo, os alegréis y yo quede más tran-
en vano afanado. 17 aunque tu- Y quilo. 29 Recibidle, pues, en el Señor
viera que libarme (1 ; sobre el sacrifi- con toda alegTÍa, y honrad a los que
cio y el servicio de vuestra fe, me ale- son como él, 30 que por el servicio
graría y me congratularía con todos de Cristo estuvo a la muerte, habien-
vosotros. 18 Alegraos, pues, también do puesto en peligro su vida para
vosotros de esto mismo y congratu- suplir en mi servicio vuestra ausencia.
laos conmigo.

Deben guardarse de los judai-


Timoteo, enviado de Pablo. zantes.

3 1 Por lo demás, hermanos míos,


19
Espero en el Señor Jesús poder alegraos en el Señor. Escribiros
enviaros pronto a Timoteo, a fin de siempre lo mismo no es molesto para
que yo también cobre ánimo cono- mí, y es para vosotros
saludable.
ciendo vuestro estado. 20 Porque a 2
Ojo perro (1), guardaos de los ma-
al
ningún otro tengo tan unido a mí, los obreros (2), cuidado con la mutila-
que sinceramente se preocupe de ción; 3 porque la circuncisión somos
vuestras cosas, 21 pues todos buscan nosotros, los que servimos en el Es-
sus intereses, no los de Jesucristo. píritu de Dios y nos gloriamos en
22
Vosotros conocéis su probada fide- Cristo Jesús y no ponemos nuestra
lidad y que, como un hijo a su padre, confianza en la carne (3). 4 Aunque yo
me sirvió en el Evangelio, 23 A éste podría confiar en la carne, y si hay
espero enviaros, en seguida que sepa alguno que crea poder gloriarse en
el resultado de mi causa, 24 y confío ella, yo más todavía. Circunciso al
en el Señor que vo mismo podré ir octavo día, de la raza de Israel, de
pronto (2). la tribu de Benjamín, hebreo, hijo
de hebreos, y según la Ley, fariseo,
6
tra^a en las teofanías del Anticuo Testamento.
y por el celo de ella perseguidor de
la Iglesia; según la justicia de la
Nada más frecuente en el Nuevo Testamento
que el titulo de Señor dado a Cristo. Le corres- Ley, irreprensible. 7 Pero cuanto tuve
ponde este título por su naturaleza divina en por ventaja lo reputo daño por amor
que es uno con el Padre y el Espíritu Santo. de Cristo, 8 y aun todo lo tengo por
Le corresponde también por su naturaleza hu- daño, a causa del sublime conoci-
mana, por la excelsa dignidad que como hombre miento de Cristo Jesús, mi Señor, por
tiene; pero aquí San Pabilo considera este ti-
;

tulo como merecido por su humillación y reci- i

bido del Padre en premio de ella, siempre y > (1) Esta frase debe de ser el «cave canem»
como todas las obras del Verbo encarnado, ! que se leía a la entrada de las casas romanas.
para gloria de Dios Padre. Los judíos y judaizantes persegJÍan al
(2)
(1) La liberación se añadía al sacrificio, Apóstol por doquier, con un eis iñaiiiento qje
y así el Apóstol consiente en ser libación aña- no sabemos tuvieran con los o.ros Apóstoles.
dida al sacrificio en que por los filipenses se No podían perdonarle su «traición» a la an igua
ofrece. fe y su completo olvido de los privilegios na-
(2) Después de lo dicho en 1, 25, de nuevo cionales de Israel.
insiste en la seguridad que tiene de ser absuelto (3) En la carne, es decir, en la circuncisión
pronto. carnal y en la descendencia de Abraham.
'!
'

FILIPENSES, 4

cuyo amor todo lo sacrifiqué y lo, elcuerpo de nuestra vileza, conforme


tengo por estiércol, con tal de gozar a su cuerpo glorioso, en virtud del
a Cristo 9 y ser hallado en El, no en poder que tiene para someter a sí
posesión de mi justicia de la Ley, todas las cosas.
sino de la justicia que procede de
Dios, que se funda en la fe y que nos 1
Así que, hermanos míos ama-
viene por la fe de Cristo; 10 para co- 4 dísimos y muy deseados, mi ale-
nocerle a El y el poder de su resu- gría y mi corona, perseverad firmes
rrección y la participación en sus en el Señor, carísimos. 2 Ruego a
padecimientos, conformándome a El Evodia y a Sinteque tener los mis-
en la muerte, 11 por si logro alcanzar mos sentimientos en el Señor. 3 a Y
la resurrección de los muertos (1). ti también, generoso colaborador, te
ruego que ayudes a esos que han
luchado mucho por el Evangelio, con-
La perfección de Pablo. migo y con Clemente y con los demás
12 No
es que la haya alcanzado ya, colaboradores míos, cuyos nombres
es decir, que haya logrado la per- están en el libro de la vida.
fección, sino que la sigo por si le
doy alcance, por cuanto yo mismo fui
alcanzado por Cristo Jesús. 13 Her- j
I.a alegría y la paz.
manos, yo no creo haberla aún al-
canzado; pero dando al olvido lo que 4
Alegraos siempre en el Señor; de
ya queda atrás, me lanzo en perse- j nuevo os digo, alegraos. 6 Vuestra
cución de lo que tengo delante, modestia sea a todos los
notoria
14 corro hacia la meta, hacia el ga- hombres. El Señor está próximo.
lardón de la soberana vocación de 8
Por nada os inquietéis, sino que
Dios en Cristo Jesús (2). 15 Y cuantos en todo tiempo, en la oración y en
hemos llegado, esto mismo sintamos;
j

la plegaria, sean presentadas a Dios


y si en algo sentís de otra manera, | vuestras peticiones, acompañadas de
Dios os hará ver eso que os digo. acción de gracias. 7 Y
la paz de Dios,
18 De cualquier modo que sea, pol- que sobrepuja todo entendimiento,
lo menos perseveremos firmes en eso :
guarde vuestros corazones y vuestros
que hubiéremos alcanzado. pensamientos en Cristo Jesús. 8 Por
lo demás, hermanos, atended a cuanto

l a Imitación de Pablo. haya de verdadero, de honorable, de


justo, de puro, de amable, de lauda-
a
Sed, hermanos, imitadores míos, ble, de virtuoso, de digno de ala-
j
9
y atended a los que andan según el ¡
banza; a eso estad atentos, y prac-
modelo que en nosotros tenéis. 18 Por- ticad lo que habéis aprendido y re-
que son muchos los que andan, de I
cibido, y habéis oído y visto en mí,
quienes frecuentemente os dije, y I y el Dios de la paz será con vosotros.
ahora con lágrimas os lo digo, que
son enemigos de la cruz de Cristo (3).
19 El término de esos será la perdi- Generosidad de los ¡Hipeases para
ción, su Dios es el vientre, y la con- eon San Pablo.
fusión la gloria de los que tienen el
10 Grande fué mi gozo en el Señor
corazón puesto en las cosas terrenas.
20 Pero somos ciudadanos del cielo, desde que vi que habéis reavivado
11 En verdad
de donde esperamos al Salvador y vuestro afecto por mí.
Señor Jesucristo, 41 que reformará sentíais afecto, pero no teníais opor-
tunidad de manifestarlo. Y no es
por mi necesidad por lo que os digo
(i) Todo este razonamiento está apoyado esto, pues sé muy bien contentarme
en sus antiguas experiencias del ningún valor con lo que tengo. 12 Sé pasar nece-
de sus pretensiones fariseas de haber logrado
la justicia de Dios con la observancia de la Ley.
sidad y sé vivir en la abundancia;
A ellas opone la certidumbre de la justicia a todo y por todo estoy bien ense-
lograda por la fe en Jesucristo y en su resurrec- ñado, a la tortura y al hambre, a
ción gloriosa. abundar y a carecer. 13 Todo lo puedo
14 Sin
(a) Imagen tomada de las carreras en el
en Aquél que me conforta.
estadio, ordinarias en las ciudades griegas. embargo, habéis hecho bien tomando
parte en mis tribtlaciones'. " Bien
(3) Los judaizantes que no podiín resig-
narse a poner su confianza en sólo Cristo cru-
sabéis, vosotros, íilipenses, que al
cificado.
FILIPENSES, 4 1817

comienzo del Evangelio, cuando parti trajo, olor de suavidad, livstia acepta
de Macedonia, con ninguna iglesia tuve a Dios. 19 Mi Dios os dará todo lo
cuenta de dado y recibido, sólo con que os falta, según sus riquezas en
vosotros (1). Porque estando en gloria, en Cristo Jesús. 20 Dios y A
Tesalónica, más de una vez me en- Padre nuestro, gloria por los siglos
viasteis Con que atender a mi nece- de los siglos. Amén.
sidad. 17 No es que yo busque dádivas,
sino que busco fruto que produzca
interés en vuestra cuenta. 18 Tengo Conclusión.
ya de todo, vivo en abundancia y
21 Saludad a todos santos en
estoy al colmo, después que recibí de los
Epafrodito lo que de vosotros me Cristo Jesús. Os saludan los hermanos
que están conmigo. 22 Os saludan todos
(i) San Pablo, según afirma en II Cor., los santos, y principalmente los de la
se gloriaba de vivir del trabajo de sus manos casa del César (1). 23 La gracia del Se-
y no ser gravoso a las iglesias en que predicaba. ñor Jesucristo sea con vuestro es-
Creía esto como un deber suyo. Por esto pre- píritu.
senta como un privilegio de los filipenses y una
señal de su predilección que les aceptase el
socorro pecuniario; mas se mostraba solícito (i) Entre la servidumbre del palacio imperial
en recoger limosnas con destino a los fieles abundaban los cristianos, como también los pro-
de Jerusalén. sélitos judíos.

INTRODUCCION A LAS EPISTOLAS DE LA


CAUTIVIDAD

£<S sentencia común, por pocos contradicha, que San Pablo estuvo preso dos
veces: laprimera la que nos cuenta San Lticas (Hec6. 21, 17-28, 31), y la se-
gunda aquella en que escribió la segunda epístola a Timoteo, y que acabó en su
martirio. A
la primera se atribuyen cuatro epístolas, dirigidas una a los efesios,
otra a los filipenses, otra a los colosenses y la otra a Filemón. Nos atenemos al
orden de la Vulgata. En estas cartas se habla de su cautiverio, y de cómo el Señor
lo hizo redundar en beneficio del Evangelio, y manifiesta las buenas esperanzas
que tenia de su libertad. Entre los que contradicen la opinión común de que hayan
sido escritas en Roma, algunos quieren que lo hayan sido en Cesárea, en los dos
años que allí estuvo detenido por Félix, pero no se ve cómo en aquella situación
pudiera tener el Apóstol tan buenas esperanzas de libertad, hasta decir a Filemón
que le preparase hospedaje ( Filem. 22), sobre todo si a esto se añade la revelación
del Señor de que daría testimonio de El en Roma (Hech. 23, 11 ). Otros quieren
que haya sido Efeso la ciudad en que San Pablo estuvo preso y escribió estas
epístolas. En la II Cor. 1, 8, habla de la gran tribulación sufrida en Asia;
en I Cor., 15, 32, asegura haber luchado con fieras (humanas) en Efeso. Sin
negar que San Pablo haya podido sufrir alguna breve prisión como la de Fi-
lipos (Act. 16, 11 8S.), no es razonable admitir una prisión larga, que hubiera
interrumpido su ministerio, tan fructuoso, sin que hubiera sido mencionada
por San Lucas.
En patético discurso de despedida que San Pablo dirigió a los presbí-
el
teros deEfeso (Hech. 20, 18 ss.), asegura el Apóstol que de entre ellos se levan-
tarán lobos rapaces que formarán sectas perversas. En estas cartas, escritas
unos cuatro o cinco años más tarde, habla ya San Pablo de esas sectas, que
comienzan a aparecer. Son las del gnosticismo, que en el siglo II alcanzarán todo
1318 EFESIOS

BU desarrollo. Al presente sólo las conocemos por hs escasos datos de San Pablo.
Parece que reducían a Jesucristo al orden de las jerarquías angélicas, y además
intentaban imponer las observancias de la ley mosaica en l? que toca a hs
alimentos y a las fiestas. Hasta es posible que hubiera aquí algunos elementos
dualistas de origen persa, que entran luego en la composición de los i'arios sis-
temas gnósticos. Estas doctrinas dieron ocasión el Apóstol para descubrirnos
nuevos aspectos de la persona de Jesús en sus relaciones con la Divinidad y
con la Iglesia. La inteligmeia de San Pablo estaba tan llena de la idea de Jesús,
que no necesitaba más que una ligera excitación para derramar nuevos rayos
de luz sobre El.

INTRODUCCION A LA EPISTOLA A LOS EFESIOS

RA Efeso una gran ciudad, muy rica por su comercio, y capital de la pro-
vincia romana de Asia. En ella se veneraba una antigua divinidad asid-
tica, asimilada a Artemisa, la Diana latina. Su templo, considerado como
la séptima maravilla del mundo, se llamaba Artemisión y era centro de. pere-
grinación de toda el Asia. San Pablo predicó en esta ciudad durante su tercera
misión y permaneció en ella casi tres años predicando el Evangelio con gran
éxito, pues de Efeso se derramó la fe por todas las provincias de Asia. (Act. 18,
23-20, 1).
La epístola ha sido escrita durante su prisión por Jesucristo (3, 1). Pero
acerca de los destinatarios de ella se han suscitado diversas dudas y propuesto dis-
tintas opiniones. Ante todo es de extrañar que una epístola escrita a una iglesia
recientemente futuiada por el Apóstol, de la cual tan patéticamente se despidió
al dejarlos (Hcch. 20, 17 ss.), sea tan impersonal, sin ninguno de aquellos
desahogos afectuosos que tanto abundan en las epístolas de San Pablo, y sin
aquella serie de saludos y recomendaciones personales que dan a estas epís-
tolas el carácter de cartas familiares. Añádase a esto que la única expresión
que en esta epístola nos recuerda a Efeso «o todos los santos que están en Efeso-,
falta en algunos códices antiguos, o está añadida de segutida mano. En tercer
lugar, Marción da esta epístola como escrita a los laodicenses. Finalmente,
San Pablo mismo, en la epístola a los eolosenses (4, 16 J habla de una epís-
tola escrita a los de Laodicea.
Por esto se ha supuesto, para resolver estas dificultades, que se trata de una
encíclica llevada por Tiquico, portador de todas estas epístolas, el cual debía
dejar una copia en cada iglesia por donde pasaba. Esto explicaría el carácter
más abstracto de la epístola y también que entre los varios destinatarios hu-
biera prevalecido Efeso por la importancia de la sede, aunque no sin di jar
vestigios en contrario.
La carta, después del saludo (1, 1-2), empieza con una bendición a Dios,
en que expone elmisterio de la redención por Jesucristo (1, 3-14); sigue luego
explicándonos el misterio de la Iglesia, creación del mismo Jesucristo Reden-
tor (1, 15-3, 21). Aista primira parte dogmática sigue la moral o puré ni tica,
(ti que exhorta a conservar la unidad (4, 1-16), la santidad de la vida en todos-

Ios estados de la Igksia (4, 17-ü, 9), y termina con un epílogo en que los ani-
ma a volver sobre si mismos, armados con las armas de las vil ludes cristia-
nas (6, 10-20). A Tiquico, portador de 16* car ta. Ir- encomiendo niforwnri *
acerca del estado de su causa.
EFESIOS, 1 1310

A LOS EFESIOS
S:dudo. gún el propósito de Aquél que hace
todas las cosas conforme al consejo
Pablo, Apóstol de Jesucristo
1 de su voluntad, 12 a fin de que cuan-
I por la voluntad de Dios, a los tos esperamos en Cristo seamos para
sanios y fieles de Jesucristo de Efeso; alabanza de su gloria. 13 En El tam-
2
sean con vosotros la gracia y la paz bién vosotros, que escuchasteis la pa-
de parte de Dios, nuestro Padre, y labra de la verdad, el Evangelio de
del Señor Jesucristo. nuestra salud, en el que habéis creído,
fuisteis Sellados con el sello del Es-
píritu Santo prometido (1), 14 prend 1

Kl plan divino de la salud. de nuestra herencia, rescatando la po-


sesión que El se adquirió para alaban-
3 Bendito sea Dios y Padre de za de su gloria (2).
nuestro Señor Jesucristo, que en
Cristo nos bendijo (1) con toda ben-
dición espiritual en los cielos; * por Acción de gracias.
cuanto que en El nos eligió antes de
15 Por lo cual yo también, conoce-
la constitución del mundo, para que
fuésemos santos e inmaculados ante dor de vuestra fe en el Señor Jesús
El, 5 y nos predestinó en caridad a y de vuestra caridad para con todos
la adopción de hijos suyos por Jesu- los santos, 16 no ceso de dar gracias
cristo, conforme al beneplácito de por vosotros y de hacer de vosotros
su voluntad 6 para alabanza y gloria memoria en mis oraciones, 17 para que
de su gracia (2). Por esto nos hizo el Dios de nuestro Señor Jesucristo
gratos en su Amado, 7 en quien tene- y Padre de la gloria, os conceda espí-
mos la redención por la virtud de su ritu de sabiduría y de consolación en
el conocimientD de El,
18 iluminando
sangre, la remisión de los pseados,
según las riquezas de su gracia, 8 que los ojos de vuestro corazón. Con esto
superabundantemente derramó sobre entenderéis cuál es la esperanza a que
nosotros en perfecta sabiduría y pru- os ha llamado, cuáles las riquezas y
dencia. 9 Por éstas nos dió a conocer Ja gloria de la herencia otorgada a
el misterio de su voluntad, conforme los santos, 19 y cuál la excelsa grandeza
a su beneplácito, que se propuso de su poder para con nosotros, los
realizar en Cristo 10 en la plenitud creyentes, según la fuerza de su po-
de los tiempos, reuniendo todas las derosa virtud (3), 20 que El ejerció en
cosas, las de los cielos y las de la Cristo, resucitándole de entre los
tierra, en El, en quien hemos sido muertos y sentándole a su diestra en
delectados por la predestinación, se- los cielos, 21 por encima de todo prin-
cipado, potestad, virtud y domina-
ción y de todo cuanto tiene nombre,
(1) En forma de bendición a Dios Padre,
el Apóstol nos traza aqui el plan de la reden-
ción en Jesucristo, hasta el fin de ella, que es (1) El Espíritu Santo es sello que nos marca
la consecución de la gloria. como hijos de Dios y es prenda de la vida
(2)En forma de acción de gracias prosigue
. eterni.
el mismo tema, hablando de la vocación de Como rescató Dios a Israel de la servidumbre,
los destinados a la fe en Jesucristo, superior haciendo de él su heredad o posesión, así hace
a todas las jerarquías y cabeza de la iglesia. ahora con nosotros por Jesucristo.
Jesucristo es el principia de toda nuestro bien. (3) La grandeza del poder divino que tanto
En El fuimos elegidos y predestinados desde la i
pondera San Pablo, se muestra en haber resu-
eternidad; por El recibimos la gracia y la adop- citado a Jesucristo y en que por El nos recu-
ción de hijos de Dios. I citará a nosotros.
EFESIOS, 2, 3

no sólo en este siglo, sino también bais lejos, habéis sido acercados por
en el venidero. 42 Y sujetó todas las lia sangre de Cristo. 14 Pues El es
cosas bajo sus pies y a El le puso nuestra paz (1), que hizo de los dos
por cabeza de todas las cosas en la pueblos uno, derribando el muro de
Iglesia, 23 que es su cuerpo, la pleni- separación, la enemistad, 15 anulando
tid del que todo en todos lo llena. en su carne la ley de los manda-
mientos formulada en decretos, para
hacer en Sí mismo de los dos un solo
El poder de Dio» en los cristianos. hombre nuevo, y dando la paz (2), .

18
y reconciliándolos a ambos en un
»)
1
Y vosotros estabais muertos por solo cuerpo con Dios, por la cruz, I

*" vuestros delitos y pecados, 2 en dando muerte en Sí mismo a la ene-


los que en otro tiempo habéis vivido, mistad. 17 Y viniendo nos anunció la
siguiendo el espíritu de este mundo, paz a los de lejos y la paz a los de
bajo el príncipe de las potestades cerca, 18 pues por El tenemos los unos
aéjreas, bajo el espíritu que actúa en y los otros el poder de acercarnos al
los hijos rebeldes (1). 3 Entre los cua- Padre en un mismo Espíritu. 18 Por
les todos nosotros fuimos también con- tanto ya no sois extranjeros y hués-
tados en otro tiempo y seguimos los pedes, sino conciudadanos de los
deseos de nuestra carne, cumpliendo santos y familiares de Dios, 20 edifi-
la voluntad de ella y sus depravados cados sobre el fundamento de los
deseos, siendo por nuestra conducta Apóstoles y de los Profetas, siendo
hijos de ira, como los demás; * pero ¡piedra angular el mismo Cristo Jesús,
21 en quien bien
Dios, que es rico en misericordia, trabada se alza toda
por el gran amor con que nos amó, la edificación, para templo santo en
y estando nosotros muertos por nues- el Señor, en quien vosotros también
tros delitos, nos dió vida por Cristo sois edificados para morada de Dios
— de gracia habéis sido salvados—(2), en e) Espíritu (3).
'
y nos resucitó y nos sentó en los cie-
7
los por Cristo Jesús, a fin de mostrar
en los siglos venideros las excelsas I a misión de Pablo.
riquezas de su gracia, por su bondad
hacia nosotros en Cristo Jesús. 8 Pues 1
Por esto yo, Pablo, estoy pri-
'i
de gracia habéis sido salvados por la sionero de Cristo Jesús por amor
fe, y esto no os viene de vosotros, de vosotros, los gentiles (4), 2 puesto
es don de Dios. * No viene de las obras,
que habéis oído la dispensación de
para que nadie se gloríe; 10 que he- la gracia de Dios a mí conferida (5)
chura suya somos, creados en Cristo en beneficio vuestro, cuando por una
Jesús, para hacer buenas obras, que revelación me fué dado a conocer el
Dios de antemano preparó para que misterio que brevemente arriba os
en ellas anduviésemos. dejo expuesto. * Por su lectura po-
déis conocer mi inteligencia del mis-
terio de Cristo, que 8 no fué dado
Reconciliación de judíos y gentiles a conocer a las generaciones pasadas,
por ( risto.
(1) Cristo es nuestra paz, es decir, nuestro
11 pacificador, que quita de en medio el motivo
Por lo cual, acordaos de que un de separación entre judios y gentiles, la Ley,
tiempo vosotros, gentiles según la para hacer de judíos y gentiles un solo pueblo,
carne, llamados incircuncisión por los ¡el pueblo de Dios.
llamados circuncisión, que se hace (2) Prosigue declarando la obra de salud
en la carne, 12 estuvisteis entonces ien sus destinatarios, que siendo antes gentiles
sin Cristo, alejados de la sociedad de !y sujetos a tantos pecados, han sido incorpo-
rados a Cristo y por El hechos conciudadanos
Israel, extraños a la alianza de la
de los santos y familiares de Dios.
promesa, sin esperanza y sin Dios en (3) El templo era la morada de Dios y eso es
13
el mundo; mientras que ahora, por ahora la Iglesia y lo es cada alma fiel; como mo-
I

Cristo Jesús, los que un tiempo esta- rada santificada por el Espíritu Santo y hecha
!

digna de Dios.
(4) Era en efecto su condición de Apóstol de
(i) Para que mejor estimen lo que ahora los gentiles, lo que concitaba el odio de los iu-
ion, les recuerda lo que antes fueron. dlos contra Pablo.
(a) San Pablo, que recuerda sus antiguos (5) San Pablo ha recibido de Dios la mi-
sentimientos de fariseo, no se cansa de repetir sión de dar a conocer a los gentiles este mis-
que la salvación es don gratuito de Dios. terio de salud.
EFESIOS, 4 1321

a los hijos de los hombres, como lo que pedimos o pensamos, en virtud


ahora ha sido revelado a sus santos del poder que actúa en nosotros,
21
Apóstoles y Profetas por el Espíritu. a El sea la gloria en la Iglesia y
8 en Cristo' Jesús, en todas las genera-
Este misterio es el ser los gentiles
coherederos y miembros todos de un ciones, por los siglos de los siglos.
mismo cuerpo, copartícipes de las pro- Amén.
mesas por Cristo Jesús mediante el
Evangelio (1 ), cuyo ministro fui hecho
yo por don de la gracia de Dios a Kxliortaeión a la unidad.
mí otorgada por la acción de su
poder. 8 A mí, el menor de todos los 1
Así pues, os exhorto yo, preso
santos, me fué otorgada esta gracia, 4 en el Señor, a andar de una ma-
de anunciar a los gentiles la incalcu- nera digna de la vocación con que
lable riqueza de Cristo, 9 y darles luz fuisteis llamados, 2 con toda humani-
acerca de la dispensación del miste- dad, mansedumbre y longanimidad,
rio oculto desde los siglos en Dios, soportándoos unos a otros con cari-
creador de todas las cosas, 10 para dad, 3 solícitos de conservar la uni-
que la multiforme sabiduría de Dios dad del mediante el
espíritu (1)
4
sea ahora notificada por la Iglesia a vinculo de la paz. hay un cuer- Sólo
los principados y potestades en los po y un Espíritu, como también una
cielos, 11 conforme al plan eterno sola esperanza, la de vuestra voca-
que El ha realizado en Cristo Jesús, ción. 5 Sólo un Señor, una fe, un
nuestro Señor, 12 en quien tenemos bautismo, 6 un Dios y Padre de todos,
la franca seguridad de acercarnos a que está sobre todos, por todos y en
El confiadamente por la fe. 13 Por lo todos. (2)
cual os pido que no desmayéis a causa
de mis tribulaciones por vosotros, pues
ellas son vuestra gloria. Diversidad de dones.

Pablo ora por sus correspon-


7
A
cada uno de nosotros ha sido
dada en la medida del don de
la gracia
dientes.
Cristo. 8 Por lo cual dice (3): Subien-
14 Por esto yo doblo mis rodillas do a las alturas, llevó cautiva la cauti-
15
de quien procede
Padre, vidad, repartió dones a los hombres.
ante el 9
toda familia (2) en los cielos y en Eso de «subir», ¿qué significa, sino
la tierra,
16 para que, según los ricos que primero bajó a estas partes bajas
tesoros de su gloria, os conceda ser
de la tierra? 10 El mismo que bajó
es el que subió sobre todos los cielos
poderosamente fortalecidos en el hom-
bre interior por su Espíritu, 17 que para llenarlo todo; 11 y El constituyó
habite Cristo por la fe en vuestros a unos apóstoles, a otros profetas, a,
éstos evangelistas, a aquéllos pastores
corazones, y arraigados y fundados 12
en la caridad, podáis comprender en y doctores, para
la perfección con-
unión con todos los santos cuál es sumada de santos, para la obra
los
del ministerio, para la edificación del
la anchura, la longitud, la altura y
la profundidad, 19 y conocer la cari-
cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos
dad de Cristo, que supera toda ciencia, alcancemos la unidad de la fe y del
para que seáis llenos de toda la ple- conocimiento del Hijo de Dios, cual
nitud de Dios. varones perfectos, a la medida de
la plenitud de Cristo, 14 para que ya
no seamos niños, que fluctúan y se
Doxología.
(1) La primera norma del vivir cristiano
20 es la concordia y la general conspiración de
Al que es poderoso para hacer
todos los que participan de diversas gracias a
que copiosamente abundemos más de la edificación de la Iglesia.
(2) Todo concurre
a la unidad: la Iglesia,
(1) El Apóstol llama misterio, y gran miste- que que es uno.
es una; Dios,
rio, el de reunir a todos los pueblos para hacer- (3)Estas palabras son del salmo 68, 19. Se
los uno solo en Cristo, borrando los privilegios dicen de Dios entrando triunfante con su pue-
de Israel. blo en Sión, donde recibe los homenajes y ofren-
(2) Familiares aquí el conjunto de las jerar- das de los hombres. San Pablo las acomoda a
quías celestes y humanas, todas creadas por Jesucristo entrando triunfante en la gloria, no
Dios para constituir su familia en los cielos, para recibir dones, sino para repartir los dones
siendo El el padre de todos. de su gracia a los redimidos.
1322 EFESIOS, 5

dejan llevar de todo viento de doc- sol sobre vuestra iracundia. No déis
trina por el engaño de Jos hombres, entrada al diablo. 28 El que robaba,
que para engañar emplean astuta- ya no robe, antes bien afánese tra-
mente los artificios del error. 15 Al '
bajando con sus manos en algo
mutrario, abrazados a la verdad, en |
de provecho, de que poder dar al
todo crezcamos en caridad, llegán- que tiene necesidad. 29 No sal^a
donos a Aquél que es nuestra ca- de vuestra boca ninguna palabra
beza, Cristo, 16 de quien todo el áspera, sino palabras buenas y oportu-
cuerpo, trabado y unido por todos nas para edificación, a fin de ser gra-
los ligamentos que lo unen y nutren I tos a los oyentes. 30 Guardaos de en-
para la operación propia de cada I tristecer al Espíritu Santo de Dios (1),
miembro, crece y se perfecciona en en el cual habéis sido sellados para
la caridad (1). el día de la redención. 31 Alejad de
vosotros toda amargura, arrebato,
cólera, indignación, blasfemia y toda
101 hombre viejo. malignidad. 32 Sed más bien unos
para otros bondadosos, compasivos,
17
Os digo, pues, y os exhorto en el j
y perdonaos los unos a los otros,
Señor, a que no viváis como viven !
como Dios os ha perdonado en
los gentiles, en la vanidad de sus Cristo.
pensamientos, 18 oscurecida su razón,
l
ajenos a la vida de Dios, por su ig- Sed, en fin, imitadores de Dios,
norancia y la ceguera de su corazón. 5
como hijos amados suyos, y vivid
19
Embrutecidos, se entregaron a la ¡en caridad, como Cristo nos amó y
lascivia, derramándose ávidamente se entregó por nosotros en oblación
!

con todo género de impureza. 80 No y sacrificio a Dios en olor suave.


3
es esto lo que vosotros habéis apren- Cuanto a la fornicación y cualquier
dido de Cristo, 21 si es que le habéis género de impureza o avaricia, que
conocido y habéis sido instruidos en ni siquiera pueda decirse que lo hay
*

la verdad de Jesús.
22
Dejando vues- entre, vosotros, como conviene a san-
I

tra antigua conversación, despojaos tos; * ni palabras torpes, ni groserías,


del hombre viejo, viciado por la co- ni truhanerías, que desdicen de vos-
rrupción del error; 23 renovaos en otros, sino más bien, acción de gra-
vuestro espíritu 24
y vestios del hom- cias (2). 8 Pues habéis de saber que
bre nuevo, creado según Dios, en ningún fornicario, o impuro, o avaro,
justicia y santidad verdaderas (2). que es como adorador de ídolos, ten-
drá parte en la heredad del reino de
Cristo y de Dios. 6 Que nadie os
ConHi'joN VUl'iOH. engañe con palabras de mentira,
pues por esto viene la cólera de Dios
25 Por lo cual, despojándoos de la sobre los hijos de la rebeldía (3). 7 No
mentira, hable cada uno verdad con tengáis parte con ellos.
su prójimo, pues que todos somos
miembros unos de otros (3). 28 Si os
enojáis, no pequéis (4); ni se ponga el Hijo» «le lu luz.
8
Fuisteis algún tiempo tinieblas,
(1) Este pasaje contiene la idea del cuerpo
místico de Cris:o expresada con mayor claridad
pero ahora sois luz en el Señor;
que en cualquier otro tugar. Como en el cuerpo andad, pues, como hijos de la luz.
* El fruto de la luz es todo bondad,
hay muchos miembros, todos trabados por liga-
mentos, unidos por el sistema nervioso y el justicia y verdad. 10 Buscad lo que
11
vascular por los que se les transmite el alimento es grato al Señor, sin comunicar
y se les imprime el movimiento para obrar, asi
en la Iglesia. Estos miembros son los varios
oficios jerárquicos que reciben todos su fuerza (1) El Espíritu Santo, que mora en las
y virtud de la cabeza, que es Cristo. almas y las santifica y gobierna, se entristece
(2) El nombre viejo es Adán, pecador, y hablando a lo humano, cuando su acción no
los hijos nacidos de él en pecado. El nuevo es obedecida. El dia de la redención definitiva
es Cristo y los hijos nacidos de El por la gracia. es el dia del juicio final.
(3) Somos miembros del mismo cuerpo (3) Tal debe ser la vida de las almas que el
para ayudarnos unos a otros. Espíritu Santo santifico e hizo templos sayos,
(4) En rigor puede uno irritarse contra el (3) Loa hijos de rebelóla son los jud>o t
mal sin exceder los términos de la razón, y por que trabajan por apartar de la fe a los creyentes,
t¿mo sin pecar, aunque esto sea raro. o son los judaizantes, que buscan pervertirlo.
EFE3I0S, 6 1323

en las obras vanas de las tinieblas, jamás su propia carne, sino que la

antes bien estigmatizadlas, sacán- alimenta y la abriga como Cristo a


dolas a la luz; 12 pues lo que éstos la Iglesia,
30 porque somos miembros
hacen en secreto repugna decirlo; de su cuerpo. 31 «Por esto dejará el
13
y todas estas torpezas, una vez hombre a su padre y a su madre
manifestadas por la luz, quedan al y se unirá a su mujer, y serán dos
descubierto ( 1), 14 y todo lo descubier- en una carne» (1). 32 Gran misterio es
to, luz es, por lo cual dice: «Despierta, éste (2), pero entendido de Cristo
tú que duermes, y levántate de entre y de la Iglesia. 33 Por lo demás,
los muertos y te iluminará Cristo» (2). ame cada uno a su mujer, y ámela
15
Mirad, "pues, que vivá's circuns- como a sí mismo, y la mujer reveren-
pectamente, no como necios, sino cie a su marido.
camo aprovechando bien el
sabios,
tiempo, porque los tiempos son malos.
17 Per esto, m
seáis insensatos, sino
Deberes de los hijos y los padres.
entendidos de cuál es la voluntad
del Señor. 18 Y no os embriaguéis, pues 1
en el vino está la liviandad. Llenaos, Hijos, obedeced a vuestros pa-
19 siempre 6 dres en el Señor, porque es justo.
al contrario, del Espíritu,
en salmos, himnos y cánticos espi- 2 «Honra a tu padre y a tu madre.
rituales, cantando y salmodiando al Tal es el primer mandamiento seguido
Señor en vuestros corazones, 20 dando de promesa, 3 «para que seáis felices y
siempre gracias por todas las cosas tengáis larga vida sobre la tierra» (3).
a Dios Padre, en nombre de nuestro 4 Y vosotros, padres, no exaspere. s a
Señor Jesucristo, 21 sujetos los unos vuestros hijos, sino criadlos en dis-
a los otros en el temor de Cristo. ciplina y en la enseñanza del Señor.

Deberes de los cónyuges. Siervos y amos.

22 5
Las casadas estén sujetas a sus Siervos, obedeced a vuestros
maridos como al Señor; 23 porque el amos según la carne, como a Cristo,
marido es cabeza de la mujer, como con temor y temblor, en la sencillez
6
Cristo es cabeza de la Iglesia, y de vuestro corazón; no sirviendo al
salvador de su cuerpo. 24 Y como la ojo, como buscando agradar a un
Iglesia está sujeta a Cristo, así las hombre, sino como siervos de Cristo,
mujeres a sus maridos en todo. que cumplen de corazón la voluntad
35 Vosotros, los maridos, amad a de Dios; 7 sirviendo con buena volun-
vuestras mujeres, como Cristo amó tad, como quien sirve al Señor y no
a la Iglesia (3) y se entregó por a hombre: 8 considerando que a cada
ella, 26 para santificarla, purificán- uno le retribuirá el Señor lo bueno
dola mediante el lavado del agua que hiciere, tanto si es siervo, como
con la palabra, 27 a fin de presen- si es libre. 9 Y vosotros, amos, haced
társela a Sí gloriosa,- sin mancha o lo mismo con ellos, dejándoos de ame-
arruga o cosa semejante, sino santa
e intachable. 28 Los maridos deben
(1) Son palabras del Gen. 2, 24, que con-
amar a sus mujeres como a su propio tienen la institución del matrimonio.
cuerpo. El que ama a su mujer, (2) Este misterio del matrimonio no es
a sí mismo se ama, 29 y nadie aborrece grande en las uniones humanas, que obedecen
a la ley dada por Dios al principio e impresa
(1)Alude aquí San Pablo a los nuevos en el ser humano como en todos los vivientes:
errores que ocultaban en las tinieblas la corrup- pero sí lo es en Cristo y en la Iglesia, cuya
ción moral que llevaban dentro. unión viene a ser expresada por el matrimonio
(2) Estas palabras no se hallan en la Escri- cristiano. En el Antiguo Testamento el matri-
tura. Deben de estar tomadas de algún himno monio humano era el medio para declarar el
cristiano litúrgico. matrimonio divino; en el Nuevo Testamento,
(3) En Antiguo Testamento es frecuentí-
el el matrimonio de Cristo con la Iglesia es el
sima la imagen del matrimonio para expresar misterio declarado por el matrimonio cristiano
las relaciones de Dios con Israel; esta misma en cuanto sacramento.
emplea el Apóstol para expresar las de Jesu- (3) Ex. 20, 12, y Deut. 9, 16. Efectivamente
cristo con la Iglesia, y de ella, como de prin- este mandamiento Ueva aneja la promesa de
cipio, infiere los normas de conducta en:re los la bendición que acomapña a toda familia en
casados. que reina la piedad de los hijos hacia los padres.
1324 FESIOS, 6

liazas, considerando que en los cielos con que podáis hacer inútiles U>*
está su Señor y el vuestro, y que no encendidos dardos del maligno. \? To-
hay en El acepción de personas. (1). mad el yelmo dt la salud y la espada
del espíritu (1), que es la palabra
de Dios, 18con toda suerte de ora-
La milicia cristiana.
ciones y plegarias, orando en todo
10 Por lo demás, confortaos en el tiempo con fervor, y siempre en
Señor y en la fuerza de su poder: continuas súplicas por todos los san-
11 vestios de toda la armadura de tos 19 y por mí, a fin de que me sean
Dios, para que podáis resistir a las dadas palabras de libertad con que
insidias del diablo: 12 que no es nuestra dar a conocer el misterio del Evangelio,
lucha contra sangre y carne, sino 20 del que soy embajador para anun-
contra principados, contra potes- ciarlo con toda libertad y hable de
tades, contra los dominadores de 61 como conviene hablar.
este mundo tenebroso, contra los 81 Y para que sepáis lo que a mi

espíritus malos de los aires. 13 Tomad, se refiere y qué hago, os lo dará a


pues, la armadura de Dios, para que saber Tíquico, hermano amado y
podáis resistir en el día malo, y, fiel ministro en el Señor, 22 que os
vencido todo os mantengáis firmes. envío para que sepáis de nosotros y
14 Estad, pues, alerta, ceñidos vues- consuele vuestros corazones. 23 Paz
tros lomos con la verdad, revestida a los hermanos y caridad con fe,
la coraza de la justicia, 15 y calzados de parte de Dios Padre y del Señor
los pies, prontos para anunciar el Jesucristo. 24 Sea la gracia con todos
evangelio de la paz. 16 Embrazad en los que aman a nuestro Señor Jesu-
todo momento el escudo de la fe, cristo con creciente fervor en la
incorrupción de la vida.
(i) El Apóstol, no pudiendo abolir la escla-
vitud, procura suavizarla con estas altas refle- (i) Hermosamente nos describe el Apóstol
xiones, que brotan del Evangelio, diciendo la las armas de la milicia cristiana, tomando la
verdad a los siervos y a los amos. imagen de las de los legionarios romanos.

INTRODUCCION A LA EPISTOLA A LOS


COLOSENSES

ANDON OS San Lucas a conocer el éxito de la predicación de San Pablo


en Efeso, dice que por dos años predicó en la escuela de Tirano, de suerte
que. todos los moradores de Asia, judíos y gentiles, oyeron la palabra
(Hech. 19, 10). Uno de los que la oyeron con más fruto fué un cierto Epafras,
nattiral de Colosas, ciudad próxima a Laodicea y a Hierápolis, y que Plinio
señala entre las más célebres ciudades de la Frigia. Epafras, fuello a su patria
con el tesoro de la fe de Cristo, que había hallado en Efeso, se dió a comuni-
cárselo a sus compatriotas, llegando a fundar una iglesia que se mostró muy
devota del Apóstol. No mucho después vino a encontrarse con San Pablo en
Roma, informándole del estado de las iglesias de Frigia y de lo» peligros que
corría la fe a causa de los nuevos doctores que iban apareciendo. San Pablo
tomó de aquí ocasión para escribir esta carta a los colosenses y otra a los lao-
dicenses, de que habla en la primera (4, 16).
Al saludo acostumbrado sigue una acción de gracias por la fe y la virtud
de los colosenses (1, 1-14). Luego habla de Jesucristo y de mt excelentísima
dignidad (1, 15-24). El Apóstol está mrargado de pregonar el misterio i¡<-
COLOSENSES, 1
1325

Cristo, y ello le lleva a preocuparse de los colosenses y laodicenses (1, 25-2, 3)


y a impugnar a los falsos doctores, que de una parte rebajan la dignidad
de
Cristo y de otra quieren imponer la circuncisión y otras prácticas judaicas
(2, 4-23 ). A esto siguen las amonestaciones a la
práctica de las virtudes cris-
tianas (3, 1-4, 6), y concluye diciéndoles que Tíquico, portador de las cartas,
les informará del estado de sus cosas (4,. 7-9) y les envía saludos
de cuantos
estaban en su compañía, Aristarco, Marcos, Epafras y Lucas (4, 10-18),

A LOS COLOSENSES
Saludo. miento de la voluntad de Dios, con
toda sabiduría e inteligencia espiri-
1 Pablo, Apóstol de Cristo Jesús tual, 10 y andéis de una manera digna
1

por la voluntad de Dios, y el del Señor, procurando serle gratos


hermano Timoteo, 2 a los santos y en todo, dando frutos de toda obra
fieles, hermanos en Cristo, que moran buena, y creciendo en el conocimiento
en Colosas: la gracia y la paz de de Dios, corroborados en toda virtud
parte de Dios, nuestro Padre. por el poder de su gloria, para el
ejercicio alegre de la paciencia y de
la longanimidad en todas las cosas,
Acción de gracias. 12 dando gracias a Dios Padre, que os

ha hecho capaces de participar de


8 Incesantemente damos gracias a la herencia de los santos en el reino
Dios, Padre de nuestro Señor Jesu- de la luz (1).
cristo, en nuestras oraciones por vos-
otros, 4 pues hemos sabido de vuestra
de la caridad Jesucristo.
fe en Cristo Jesús y
que tenéis hacia todos los santos,
6 por vuestra esperanza, depositada 13
El Padre nos libró del poder de las
en los cielos. En habéis sido ins-
ella y nos trasladó al reino del
tinieblas (2)
truidos por la Hijo de su amor, 14 en quien tenemos
palabra verdadera del
Evangelio, 6 que os llegó,
y como la redención y la remisión de los
en todo el mundo, también entre pecados; 15 que es la imagen de Dios
vosotros fructifica y crece desde el invisible, primogénito de toda cria-
día en que oísteis y conocisteis la tura; 16 porque en El fueron creadas
gracia de Dios en su pureza, 7 según todas las cosas del cielo y de la tierra,
que la aprendisteis de Epafras, nues- las visibles y las invisibles, los tronos,
tro amado consiervo y fiel ministro las dominaciones, los principados, las
de Cristo por nosotros, 8 el cual nos potestades; todo fué creado por El
ha dado a conocer vuestra caridad y para El. 17 El es antes que todo, y
en el Espíritu (1). todo subsiste en El. 18 El es la cabeza
del cuerpo de la Iglesia; El es el
principio, el primogénito de los muer-
Oración por los colosenses. tos, para que tenga la primacía sobre
todas las cosas. 19 Y plugo al Padre
9 Por esto, también desde el día que en El habitase toda la plenitud
en que tuvimos esta noticia, no de la divinidad y por El reconciliar
cesamos de orar y pedir por vosotros; consigo, pacificando por la sangre de
para que seáis llenos del conoci-
(1) A la acción de gracias se une la oración
para pedir laperseverancia y el progreso en las
(i) El motivo mayor para de gra-
la acción gracias recibidas. En todo esto se deja sentir la
cias a Dios es el don de la fe y de la piedad caridad del Apóstol y la comunión de los santos.
cristianas que el Apóstol ve crecer y desarro- (2) El reino de las tinieblas es el reino del
llarse en las iglesias. En verdad que éste es el error y del pecado; el reino de Jesucristo es el
mayor beneficióle Dios a los hombres. reino de la luz y de la verdad.
1326 COLOSENSES, 2

su cruz todas las cosas, así de 1Quiero que sepáis qué lucha
las "2
la tierra como las del cielo (1). jí: sostengo por vosotros y por los
de Laodicea, y por cuantos no han
Los coloseuses. visto mi rostro en carne (1), 2 para que
se consuelen vuestros corazones, a fin
21
Y a vosotros, Otro tiempo extra- de que, unidos en la caridad, alcan-
ños y enemigos de corazón por las céis todas las riquezas de la plena
malas obras, pero ahora reconcilia- inteligencia y conozcáis el misterio
dos en el cuerpo de su carne, por su de Dios, esto es, a Cristo, 3 en quien
muerte, para presentaros santos e in- se hallan escondidos todos los tesoros
maculados e irreprensibles delante de de la sabiduría y de la ciencia.
El, 23 si perseveráis firmemente fun-
dados e inconmovibles en la fe, y no
os apartáis de la esperanza del Evan- Deben guardarse de los errores.
gelio que habéis oído, que lu sido
predicado a toda criatura bajo los 4
Esto os digo para que nadie os
cielos, y cuyo ministro he sido cons- engañe con argumentos capciosos;
tituido yo, Pablo. 6
pues aunque estoy ausente en la
carne, en el espíritu estoy en medio
Pablo y el misterio de la Cruz. de vosotros, alegrándome de vuestro
buen concierto y de la firmeza de vues-
24 Ahora me alegro de mis padeci- tra fe en Cristo. 8 Pues como habéis
mientos por vosotros (2), y suplo recibido al Señor Cristo Jesús, andad
en mi carne lo que falta a las tribu- en El, 7 arraigados y fundados en El,
laciones de Cristo por su cuerpo, corroborados por la fe, según la
que es la Iglesia. 26 Ministro suyo soy doctrina que habéis recibido, abun-
I

yo en virtud de la dispensación divina dando en acción de gracias. 8 Mirad


a mí confiada en beneficio vuestro, que nadie os engañe con filosofías
para llevar a cabo la predicación de falaces (2) y vanas, fundadas en
28 el misterio
la palabra de Dios, tradiciones humanas, en los elementos
escondido desde los siglos y genera- del mundo y no en Cristo. 9 Pues en
ciones v ahora manifestado a sus Cristo habita toda la plenitud de la di-
santos, 87 a quienes de entre los gen- vinidad corporalmentc (3), 10 y estáis
tiles quiso Dios dar a conocer cuál llenos en El, que es la cabeza de todo
es la rinneza de la gloria de este mis-
terio (3). Este, que es el mismo
nuciros de Cristo, aunque de Cristo es el
Cristo en medio de vosotros, es la qm n recibe el Apóstol la energía con que tos
esperanza de la gloria, 28 a quien realira.
anunciamos, amonestando a todos los (1) Como otras veces, insiste en que padece
hombres e instruyéndolos en toda sus prisiones por los gentiles, esto es, por la
sabiduría, a fin de presentarlos a libertad de los gentiles de la Ley rrosaica.
todos perfectos en Cristo, por lo cual (2) Esta página alude a las nuevas doctri-
la falsa filosofía, que comenzaba a difun-
me fatigo (-1), luchando con la energía nas,
dirse en Asia. Contra ellas afirma lo que an'es
de su fuerza, que obra poderosamente habla dicho de Jesucristo Dios y Redentor, en
en mí. quien los colosenses fueron circuncidados con
la circuncisión espiritual, que perdoni los
pecados y da la vida de la jus icia. Este detalle
(i) En este pasaje trazade mano maestra indica que los nuevos doctores imponían la
la excelsa dignidad de Cristo en sus relaciones circuncisión, como lo que si;ue indica que
con Dios, en s'i participación en la obra crea- querían imponer las fiestas j idías, que eran
dora y conservadora y en sus relaciones con la sombra de los misterios cristianos.
Iglesia, de la que es cabezi y fuente de su vi Ja, (3) Este adverbio puede interpretarse en dos
en quien los gentiles son llamados a la santidad. sentidos. El uno, que la plenitud de la divini-
(a) La actua'ización de la gracia de Cris'o dad habita en Cristo real y verdaderamente,
en las almas exige muchos trabajos y penali- pues se hace patente en el cuerpo mismo que
dades de parte del Apóstol y de los demás El toni >. El otro, que encarnó, tomando un
ministros del EvangeMo. cuerpo y revelándose a través de él, segón lo
(3) Este gran misterio encomendado a San que dice Sin Juin: «Vimos su gloria, como ll
Patio para que 1
diese a conocer al mundo
>
que el Unigénito del Padre tient de El» (Jn. 1. 14)
es la incorporación de las gentiles a Cristo, Y en otra parte (I Jn. 1, 1 s.) dice: «Lo que desdi
o sea. Cristo morando en medio de los gen;iles el principio hemos oído, lo que con nuestros
para incorporarlos a Si. ojos himtis visto, lo que palpamos con njestrai
(4) Eslas fatigas del Apóstol,. nrtcesirias manos d;l Verbo de la vid», se manifestó par
para llevar a las almas la gracia de Jesucristo, la vida y nosotros la vimos y damos de ellí
son una especie de complemento de los sufri- testimonio.»
COLOSENSES, 3
Í327

principado y potestad, 11 en quien especie de sabiduría, de afectada pie-


fuisteis circuncidados con una cir- dad, humildad y severidad con el
cuncisión no de mano del hombre, cuerpo, pero sin valor alguno, si no
no por la amputación de la carne, es para satisfacción de la carne.
sino con la circuncisión de Cristo.
12 Con El fuisteis sepultados en el bau-
3 1
Si fuisteis, pues, resucitados con
tismo, y en El asimismo fuisteis Cristo (1), buscad las cosas d-e arri-
resucitados por la fe en el poder de ba, donde está Cristo sentado a la dies-
Dios, que le resucitó de entre los tra de Dios; 2 pensad en las cosas de
muertos. 13 Y a vosotros, que estabais arriba, no en las de la tierra. 3 Es-
muertos por vuestros delitos y por táis muertos, y vuestra vida está
e) prepucio de vuestra carne, os escondida con Cristo en Dios. 4 Cuan-
vivificó con El, perdonándoos todos do se manifieste Cristo, vuestra vida,
11 borrando el
vuestros delitos, entonces también os manifestaréis
acta (1) de los decretos que nos era con El en gloria.
contraria, que era contra nosotros,
quitándola de en medio y claván-
dola en la crtiz; 15 y despojando a Huida de los vicio» antiguos...
principados y potestades, los sacó
valientemente a la vergüenza, triun- 5 Mortificad
en vosotros la forni-
fando de ellos en la cruz. cación, la impureza, la liviandad, la
concupiscencia y la avaricia, que es
La uscesis frigia. una especie de idolatría, 6 por las
cuales viene la cólera de Dios, 7 y en
16 Que ninguno, juzgue
pues, os las que también vosotros anduvis-
por la comida o la bebida, por las teis un tiempo, cuando vivíais con
fiestas, los novilunios o los sábados, ellos. 8 Pero ahora deponed también
sombra de lo futuro, cuya realidad es todas cosas: ira, indignación,
estas
17 Que nadie con afectada
Cristo. maldad, maledicencia, obscenidad y
humildad o con el culto de los ánge- torpe lenguaje. 9 No os engañéis
les (2) prive del premio, ha-
os unos a otros; despojaos del hombre
ciendo alarde de lo que ha visto, viejo con todas sus obras, 10 y ves-
hinchándose sin fundamento de su tíos del nuevo, que sin cesar se renueva
inteligencia carnal, 19 y no teniendo para lograr el perfecto conocimiento,
la cabeza, por la cual el cuerpo entero, según la imagen de su Creador, 11 en
alimentado y trabado por las coyun- quien no hay griego ni judío, cir-
turas y ligamentos, crece con creci- cuncisión ni incircuncisión, bárbaro
miento 20
divino.- Pms si en Cristo o escita, siervo o libre, porque Cristo
estáis muertos a los elementos del lo es todo en todos.
mundo, ¿por qué, como si vivieseis
en el- mundo, os sometéis a preceptos
rituales? 21 «No cejas, no gustes (3), Las virtudes cristianáis.
22 ¿.Todos estos no son
no toques.»
preceptos y enseñanzas humanas de 12 Vosotros, pues, como elegidos de

cosas que con uso se consumen?


el Dios, santos y amados, revestios de
23
San preceptos que implican cierta misericordia, 'bondad, humildad, man-
sedumbre, longanimidad, 13 sopor-
(1) Esta acta es la Ley mosaica con sus pre- tándoos y perdonándoos mutuamente,
ceptos y sanciones, que pesaba sobre el pueblo siempre que alguno diere a otro moti-
de Dios y de la cual nos libró Jesucristo, admi- vo de queja. Como el Señor os per-
tiéndonos a formar parte de su pueblo por sola donó, así también perdonaos vos-
la fe y sin las obligaciones de la Ley.
otros. 14 Pero por encima de todo
(2) La expresión «culto de los ángeles» es esto, vestios de la caridad (2), que
prueba de que los falsos doctores predicaban 15 Y la paz
una religión en que entraban los ángeles como es vínculo de perfección.
intermediarios entre Dios y los hombres, en
perjuicio del único mediador, Jesucristo. (1) Se trata de la resurrección espiritual, del
(3) Tales palabras, remedos del lenguaje alma, a la vida de la justicia.
de los falsos doctores, señalan otro punto de (2) La caridad es la atadura que sujeta
la nueva religión, que distinguía en las cosis, todas las virtudes y gracias que integran la vida
unas puras y otras impuras. Esta distinción cris iana, para darles la debida perfección, ya
existía en la Ley mosaica, pero también en al- que sin la caridad nada valdrían en orden a la
gunas religiones orientales, de donde pasó luego |
vida eterna, según expresamente lo enseña
a las sectas gnósticas. en I Cor. 13.
1328 C0L0SEN3ES, 4

de Cristo reine en vuestros corazones, de fuera, aprovechando las ocasiones.


pues a ella habéis sido llamados en 6 Sea vuestro discurso agradable, sal-
un solo cuerpo. Sed agradecidos picado de sal, de manera que sepáis
19 La palabra de Cristo habite en cómo os convenga corresponder con
vosotros abundantemente, enseñán cada uno.
doos y exhortándoos unos a otros con
toda sabiduría, con salmos, himnos
y cánticos espirituales, cantando y Tíquico.
dando gracias a Dios en vuestros
corazones. 17 Y todo cuanto hacéis 7
De mis cosas os informará Tí-
de palabra o de obra, hacedlo todo quico, el hermano amado, fiel minis-
en el nombre del Señor Jesús, dando tro y consiervo en el Señor, 8 que
gracias a Dios Padre por El. os envío con este fin, para que tengáis
noticias nuestras y lleve el consuelo
a vuestros corazones, 9 junto con
Los deberes familiares. Onésimo, el hermano fiel y querido,
que es de los vuestros. Ellos os infor-
18 marán de lo que aquí pasa.
Las mujeres estén sometidas a
los maridos, como conviene, en el
Señor. Yvosotros, maridos, amad a
vuestras mujeres y no seáis duros Despedid;!,.
con ellas. 20 Hijos, obedeced a vues-
tros padres en todo, que esto es 10 Os saluda Aristarco, mi com-
grato al Señor. 21 Padres, no provo- pañero de cautiverio, y Marcos, pri-
quéis a ira a vuestros hijos, porque mo hermano de Bernabé; acerca del
no se hagan pusilánimes. 22 Siervos, cual habéis recibicV) algunos avisos;
obedeced en todo a vuestros amos si llega a vosotros, acogedle; u y
en la carne, no sirviendo al ojo, Jesús, llamado Justo, que son de la
como quien busca agradar a los hom- circuncisión y mis únicos colabora-
bres, sino con sencillez de corazón, dores en el reino de Dios, habién-
por temor del Señor. 23 Todo lo que dome sido de gran consuelo. w Os
hagáis, hacedlo de corazón como al saluda Epafras, que es de los vues-
Señor y no a los hombres, 24 teniendo tros, siervo de Cristo Jesús, que en
en cuenta que del Señor recibiréis todo momento combate por vosotros
por recompensa la herencia. Servid, en sus oraciones, a fin de que per-
pues, al Señor, Cristo. 26 El que hace severéis perfectos y cumplidos en todo
injuria recibirá la injuria que hiciere, lo que Dios quiere de vosotros. 13 Yo
que no hay en El acepción de petsonas. le rindo testimonio de que se toma
mucho trabajo por vosotros y por
14
los de Laodicea y Hierápolis. Os
Oración y prudencia. saluda Lucas, el médico amado, y
Demás. 16 Saludad a los hermanos de
1
Mandad a vuestros siervos lo Laodicea a Ninfa, y a la iglesia
4 que es justo y equitativo, mi- de su casa.y 18 Y cuando hayáis leído
rando a que también vosotros tenéis esta epístola, haced que sea también
amo en los cielos. 2 Aplicaos a la ora- leída en la iglesia de Laodicea, y la
ción, velad en ella con haciiniento que a Laodicea he escrito, lecdla i

de gracias, 3 orando a una también también vosotros. 17 Decid a Arquipo:


por nosotros, para que Dios nos abra Atiende al ministerio que del Señor j

puerta para la palabra, para anunciar has recibido, para ver de cumplirlo
I

el misterio de Cristo, por amor del bien.


cual estoy preso, 4 a fin de que lo El saludo, es de mi mano, Pablo,
pregone según conviene que yo hable. Acordaos de mis cadenas. La gracia
6 Conversad discretamente con los sea con vosotros.
132^

INTRODUCCION A LA EPISTOLA A FILEMON

J 7N cristiano de Colosas, en otro tiempo convertido a la fe por San Pablo,


**J probablemente en Ejeso, tenía un siervo de nombre Onésimo, que se es-
capó de casa de su amo, llevando acaso dinero o cosa que lo valia. Huyendo
de la justicia, que no dejaría de perseguirle, llegó a Roma y a la morada del
Apóstol, que le convirtió a Jesucristo y le decidió a volver a su amo. Se fué, en
efecto, en compañía de Tíquico, con una carta de recomendación, que es la más
breve y la más delicada de cuantas salieron de la pluma de San Pablo.
Tiene esta epístola especial interés por referirse al grave problema de la
esclavitud. La vida económica y social antigua se basaba en la servidumbre.
Jesucristo nada dijo de ella. San Pablo exhorta a los siervos a servir y obe-
decer a sus amos y a éstos a tratar con caridad a sus siervos. No se cree llamado
a cambiar el estado de aquellos infelices, si no es predicando a todos que son
libres en Cristo y siervos del Señor, iguales ante el Padre celestial y hermanos
en nuestro Salvador Jesucristo.

A FILEMON
Saludo. bido gran alegría y consuelo de tu
caridad, hermano, porque sé que con-
1
Pablo, preso de Cristo Jesús, fortas a los santos.
y hermano Timoteo, a Filemón,
el
nuestro amado y colaborador, 2 a
la hermana Apia, a Arquipo, nuestro Petición por Onésimo.
camarada, y a la iglesia de su casa: 8
Con vosotros sea la gracia y la paz Por lo cual, aunque tendría plena
en Cristo para ordenarte lo
de parte de Dios, nuestro Padre, y libertad
que es justo, 9 más prefiero apelar
del Señor Jesucristo.
a tu caridad. Siendo el que soy,
Pablo, embajador y ahora prisio-
nero de Cristo Jesús, 10 te suplico
Acción de gracias. por mi hijo, a quien entre cadenas
engendré, por Onésimo, 11 un tiempo
4
Haciendo sin cesar memoria de inútil para ti, mas ahora, para ti y
vosotros en mis oraciones, doy gra- para mí muy útil (1), 12 que te remito,
cias a mi Dios, 5 porque sé la fe y la mejor diría, que no te lo remito a él
caridad que tenéis hacia el Señor sino que te remito mis entrañas (2).
Jesús y hacia todos los santos.
6
Que la comunicación de tu fe venga
San (1) Pablo juega aquí con el nombre
a ser eficaz en orden a Cristo, en el de Onésimo, que precisamente significa «útil».
conocimiento perfecto de todo el (2) Hermosa expresión que muestra toda la
bien que hay en vosotros. 7 He reci- ternura del corazón del Apóstol.

84
13:-í0 PASTORALES. I A TIMOTEO
13
Querría retenerlo junto a mí, para It ofendió o algo te debe, ponió a mi
que en tu lugar me siriviera en mi pri- cuenta. 19 Yo, Pablo, de mi puño
sión por el Evangelio; 14 pero sin tu lo escribo, yo te lo pagaré, por no
consentimiento nada he querido hacer, decirte que tú mismo te me debes (1).
a fin de que ese favor no me lo hicieras 20 Si, hermano, que obtenga yo de
por necesidad, sino por voluntad (1). ti esta satisfacción en el Señor.
15 Tal vez
se te apartó por un mo- Consuela en Cristo mis entrañas.
mento, para que por siempre le 21
Te escribo confiado en tu obe-
16 no ya como simple
tuvieras, diencia, y cierto de que harás más
siervo, sino además como hermano de lo que yo te digo. 22 Y vete pre-
amado, muy amado para mí, pero parándome el hospedaje, porque es-
mucho más para ti, según la ley pero, por vuestras oraciones, seros
humana y según el Señor (2). 17 Si me restituido. 23 Te saluda Epafras, com-
tienes, pues, por compañero, acógele pañero de mi cautiverio en Cristo
como mí mismo. 18 Si en algo te
a Jesús, 24 Marcos, Aristarco, Demás,
Lucas, mis colaboradores.
25
(i) Es grande la delicadeza del Apóstol en La gracia del Señor Jesucristo
este y en otros casos análogos, por ejemplo, sea con vuestro espíritu.
cuando se trata de hacer la colecta para los
fieles de Jerusalén, que quiere se haya en ausen-
cia sjya, para que nadie se sienta coaccionado (i) Emplea el Apóstol el lenguaje comercial.
por su presencia. FUemón, que debe al Apóstol la fe y la espe-
(a) Aquí se contiene toda la novedad que ranza de la salud eterna, tiene contraída con el
el Evangelio aporta al grave problema social Apóstol una deuda mucho mayor que todas
de la esclavitud. las de Pablo con él.

INTRODUCCION A LAS EPISTOLAS PASTORALES

[XEVAN nombre las tres epístolas a Timoteo y a Tito, porque no van


este
dirigidasa las cristiandades, sino a las colaboradores de San Pablo en
el oficio pastoral. Son los postreros documentos que nos quedan del gran Após-
tol, escritos entre su primera cautiiidad y la segunda, en que acabó su vida.

En ellas habla particularmente de cómo sus correspondientes han de condu-


cirse en el gibierno de las iglesias, cómo han de enseñar la doctrina de la verdad
y confutar a los propaladores de errores, cómo han de esceger las ministres de
las iglesias, cómo han de instruir y tratar a cada categoría de fieles. Por ellas
vemos cómo los errores que las epístolas' de la cautividad nos daban a conocer,
continúan desarrollándose, errores que acabarán en las múltiples formas de
gnosticismo del siglo siguiente. En cuanto a la constitución de las iglesias,
nos hacen ver cómo va progresando. En los principios la autoridad parecía
estar concentrada casi toda en ¡os Apóstoles y en sus delegados; ahora, que los
Apóstoles faltan o sienten que van a faltar, se completa cada cristiandad con
todos aquellos elementos que son necesarios para su desarrollo futuro.

INTRODUCCION A LA EPISTOLA I A TIMOTEO

J^RA Timoteo natural de Listra, en Licaonia, hijo de padre gentil y madre


Cuando San Pablo pasó por Listra en su primera misión, Timoteo,
judia.
joven aún, y que parece habla perdido a su padre, vivía con su madre, Eunicc,
y su abuela materna, Loida, en una fervorosa piedad judia. Toda la familia
I A TIMOTEO, 1 1381

abrazó la fe que San Pablo predicaba. En la segunda misión el Apóstol, oyendo


los buenos informes que la iglesia de Listra le daba, resolvió tomarle
consigo,
después de hacerle circuncidar, por respeto a los judíos de aquellas regiones,
que sabían era hijo de padre gentil y no estaba circuncidado (Hcch. 16, 3 ss.).
Incorporado a la compañía del Apóstol, fué su fiel servidor en sus peregri-
naciones, y de ello dan testimonio todas las epístolas de San Pablo. Cuando
éste, libre de su primer proceso, se dirigió a Oriente, encargó a Timoteo
el

gobierno de la iglesia de Efeso. Para su instrucción le dirigió desde Macedonia


esta primera epístola.
Después del acostumbrado saludo, le enseña cómo se ha de conducir en la
confutación de las novedades que cundían en Asia (1, 3-20); trata luego de
la oración común de los fieles por todos los hombres, por los príncipes y go-
bernantes (2, 1-15); de las condiciones que lian de tener los presbíteros y diá-
conos de la iglesia (3, 1-13); vuelve a insistir en el tema de los falsos predi-
cadores (3, 14-4, 16); le instruye cómo lia de tratar a las diversas clases de
personas de la iglesia (5, 1-6, 2); cómo ha de gobernarse en lo que toca a si
mismo (6, 3-19), y termina con esta recomendación: «¡Oh Timoteo!, guarda
el depósito, y evita las vanas disputas y las oposiciones de la pretendida ciencia,
que perdió a los que a ella se adhirieron, extraviándolos de la fe.» (6, 20 ss.)

I A TIMOTEO
Saludo. La Ley.
8
1 1
Pablo, Apóstol de Cristo Jesús, Pues sabemos que la Ley es
por el mandato de Dios nuestro buena, para quien use de ella con-
9 teniendo
Salvador y de Cristo Jesús, nuestra venientemente; en cuenta
esperanza, 2 a Timoteo, verdadero que la Ley no es para los justos, sino
hijo en la fe: la gracia, la misericordia, para los inicuos (1), para los rebel-
la paz de parte de Dios Padre y de des, para los impíos y pecadores,
Cristo Jesús, nuestro Señor. para los que carecen de religión y
piedad, para los parricidas y matri-
Timoteo, en Efeso. cidas, para los homicidas, 10 para los
prostituios y sodomitas, ladrones de
3
Te rogué, al partir para Macedonia, esclavos, embusteros, perjuros, y si
que te quedaras en Efeso, para que algún otro hay que se oponga a la
11 conforme al Evan-
requirieses a algunos que no ense- sana doctrina,
ñasen doctrinas extrañas, 4 ni se gelio glorioso del bienaventurado
ocupasen en fábulas y genealogías Dios que me ha sido encomendado.
inacabables (1), más a propósito
pira engendrar disputas que para la
edificación de Dios en la fe. 5 El La misión de San Pablo.
fin del Evangelio és la caridad de un
corazón puro, de una conciencia 13 Gracias doy a nuestro Señor
buena y de una fe sincera (2), 6 de las Cristo Jesús (2) que me fortaleció, de
cuales algunos se desvían, viniendo a haberme juzgado fiel confiarme el
al
13
dar en. vaciedades, 7 alardeando de ministerio, a mí, que primero fui
doctores' dte "la Ley, sin entender lo
que dicen ni Jo que afirman. (1) La Ley puede considerarse de dos modos:
como norma directiva, y ésta es para justos y
pecadores, y como norma que lleva consigo la
(1) Esas fábulas y genealogías pueden ser coacción y la sanción, y ésta sólo es para quie-
los comienzos de las genealogías de eones que nes no se someten a ella de propia voluntad.
tanto abundaron luego en los sistemas gnósticos. (2) San Pablo reconoce la gracia del Señor
(2) Hermosa sentencia que resume la sus- en haberle conferido tan alta misión después de
tancia de la vida cristiana. haber perseguido a la Iglesia.
1332 I A TIMOTEO, 2, 3

blasfemo y perseguidor 'violento, mas y grato ante Dios nuestro Salvador,


íuí recibido a misericordia porque lo 4 el cual quiere que todos los hom-
hacía por ignorancia en mi incredu- bres sean salvos (1) y vengan al co-
lidad ( 1 ); 14 y sobreabundó la gracia de nocimiento de la verdad. 6
Porque
nuestro Señor con la fe y la caridad uno uno también el mediador
es Dios,
en Cristo Jesús. 15 Cierto es y digno de Dios y los hombres, el hombre
de ser por todos recibido, que Cristo Cristo Jesús, 6 que se entregó a Sí
Jesús vino al mundo para salvar a mismo para redención de todos; testi-
los pecadores, de los cuales yo soy monio dado a su tiempo, 7 para cuya
el primero. 16 Mas por esto conseguí promulgación he sido yo hecho he-
la misericordia, para que en mí pri- raldo y apóstol digo verdad en —
meramente mostrase Jesucristo toda
su longanimidad y sirviera de ejem-
Cristo, no miento —
maestro de los
gentiles en la fe y en la verdad.
,

plo a los que habían de creer en El


para la vida eterna. 17 Al Rey de los
siglos, inmortal, invisible, único Dios, .Modo de orar.
el honor y la gloria por los siglos de
los siglos. Amén. 8
Así pues, quiero que los hombres
oren en todo lugar, levantando las
manos puras sin ira ni discusiones.
Advertencia a Timoteo. • Asimismo que las mujeres, en há-
bito honesto, con recato y modestia,
18 Te recomiendo, hijo mío, Timo- sin rizado de cabellos, ni oro ni perlas
teo, que conforme a los augurios ni vestidos costosos, 10 sino con
de hechos anteriormente (2), puestos
ti obras buenas, cual conviene a muje-
en ojos, sostengas el buen
ellos los res que hacen profesión de piedad.
11
combate 19 con fe y buena conciencia. La mujer aprenda en silencio, con
Algunos que la perdieron naufraga- plena sumisión. 12 No consiento que
ron en la fe; 80 entre ellos Himeneo y la mujer enseñe ni domine al marido,
Alejandro, a quienes entregué a Sa- sino que se mantenga en silencio,
13 pues el primero fué formado Adán,
tanás para que aprendan a no blas-
femar (3). después Eva. 14 Y
no fué Adán el
seducido, sino Eva, que, seducida,
incurrió en la transgresión (2). 16 Se
Oración por todos los hombres. salvará por la crianza de los hijos,
si permaneciere en la fe, en la caridad
*2 1
Ante todo te ruego que se y en la castidad, acompañada de la
hagan peticiones, oraciones, sú- modestia (3).
plicas y de gracias por
acciones
a
por los empera-
todos los hombres,
dores y por los constituidos en dig- Cualidades de los obispos.
nidad (4), a fin de que gocemos
1
de vida tranquila y quieta con toda i
Palabra de verdad: Si alguno
piedad y honestidad. f Esto es bueno desea el episcopado (4), buena

Enseñanza importante sobre el deber y


(1)
Esto de la ignorancia suya no fué un
(1) de la oración para cooperar a la volun-
la eficacia
mérito para obtener la gracia, sino una dispo- tad de Dios, que quiere que todos seamos
sición que allanaba el camino a su conversión. salvos.
No habia en él pecado contra la verdad, es decir, El texto del Gen. 3, 6-12, nos presenta
(2)
contra el Espíritu Santo. el pecado de Adán motivado por la condescen-
(2) Estos augurios son los que los fieles dencia con Eva, aunque como quiera que
hadan al recomendar a Timoteo, ponderando fuese, las consecuencias del primer pecado de-
sus buenas cualidades y las esperanzas que pendían de Adán, como cabeza del género
ofrecía. humano.
(3) Los arrojó, por la excomunión, de la (3) Hermoso programa para la santificación
Iglesia, donde reina Cristo, yendo a parar al de mujer en la vida familiar.
la
mundo sometido al imperio de Satanás (I Cor. Es doctrina católica que el episcopado
(4)
5. 4). es de origen divino. Pero no t<¡ tan claro cómo
(4) Dios ordenó todas las cosas a la salud se pasó en la Iglesia del régimen primitivo,
de los elegidos. Entre estas cosas ocupa un lugar en que los Apósteles ejercían la suprema auto-
importante la organización política del mundo, ridad en las iglesias, al régimen episcopal que
por lo cual debemos rogar por los gobernantes, dicen monárquico, el cual vemos implantad
quienesquiera que sean, para que nos ayuden en los comienzos del siglo II sin que se ech
a llevar una vida quieta y tranquila, en la piedad. de ver vestigios de lucha. En estas epistol
I A TIMOTEO, 4 1333

Los nuevos doctores, vaticinados


obra desea; 8 pero es preciso que el
obispo sea irreprensible, marido de
por el Espíritu.
una sola mujer, sobrio, prudente,
morigerado, hospitalario, capaz de I
4 1
Pero el Espíritu claramente dice
enseñar; 3 no dado al vino, ni penden- ¡
que en los últimos tiempos apos-
ciero, sino ecuánime, pacífico, no |
tatarán algunos de la fe, dando oídos
codicioso; que sepa gobernar bien '

al espíritudel error y a las ense-


su propia casa, que tenga los hijos ¡
ñanzas de los demonios, 2 embauca-
en sujeción, con toda honestidad; dores, hipócritas, de cauterizada con-
5 pues quien no sabe gobernar su ciencia, 3 que prohiben las bodas y
casa, ¿cómo gobernará la Iglesia de se abstienen de alimentos creados
Dios? No neófito, no sea que, hin- por Dios para que los fieles (1 ) cono-
chado, venga a incurrir en el juicio cedores de la verdad, los tomen con
del diablo. 7 Conviene asimismo que hacimiento de gracias. 4 Porque toda
tenga buena fama ante los de fuera, criatura de Dios es buena y nada hay
porque no caiga en infamia y en las reprobable, tomado con hacimiento
redes del enemigo. de gracias, 5 pues con la palabra de
Dios y la oración queda santificado.
Los diáconos.

8 Conviene que los diáconos sean Reprobación de tales doctrinas.


asimismo honorables, exentos de do-
blez, no dados al vino ni a torpes 4
Si enseñas esto a los hermanos,
ganancias; 9 que guarden el miste- serás buen ministro de Cristo Jesús,
rio de la fe en una conciencia pura. nutrido
10 Sean probados primero,
en las palabras de la fe y de
y luego la buena doctrina que has alcanzado.
ejerzan su ministerio, si fueren irre- 7 Cuanto a las fábulas impías
y a los
prensibles. 11 También las mujeres cuentos de viejas, deséchalos. Ejer-
deben ser honorables, no chismosas, cítate en la piedad, 8 porque la pie-
12 Los diá-
sobrias y en todo fieles (1). dad es útil para todo y tiene prome-
conos sean maridos de una sola sas para la vida presente
mujer, que sepan gobernar a sus futura. 9 Verdadera doctrina y para la
13 Pues los es ésta
hijos y su propia casa.
digna de ser plenamente recibida;
que desempeñaren bien su ministerio y 10 pues por esto penamos
alcanzarán honra y gran autoridad mos, porque esperamos en Dios vivo,
y combati-
en la fe que tenemos en Cristo Jesús. que es el Salvador de todos los hom-
bres, sobre todo de los fieles (2).
La Iglesia. 11 Esto has de predicar
y enseñar.
18 Que nadie tenga en poco tu juven-
14 Esto te escribo con la esperanza tud, antes sirvas de ejemplo a los
i

de ir a verte pronto, 15 para que si fieles en la palabra, en la conversa-


!

tardo, veas por aquí cómo te con- ción, en la caridad, en la fe, en la


viene conducirte en la casa de Dios, castidad. 13 Mientras llego, aplícate
1

que es la Iglesia de Dios vivo, colum- a la lección, a la exhortación y a la


na y fundamento de la verdad. 16 Y enseñanza. 14 No descuides la gracia
sin duda que es grande el misterio que posees, que te fué conferida en
de la piedad: «Que se ha manifestado medio de buenos augurios, con la
j

en la carne, ha sido mostrado a los imposición de manos de los presbí-


I

ángeles, predicado a las naciones,


creído en el mundo, ensalzado en la
gloria» (2). (1) Nuevas notas de las sectas condenadas:
j
reprobación del matrimonio, no para vivir en
1 castidad, sino en disolución; diferencia en los
obispo y presbítero son una misma cosa y alimentos, establecidas en la Ley, pero con
parece ser que colegialmente gobernaban las otro espíritu. Dios había declarado bueno cuan-
iglesias, poseyendo todos la plenitud del sacer- to había creado, pero estos nuevos doctores lo
docio (Hech. 20, 17). Al fin, el presidente del declaraban malo, viciado en su origen mismo.
presbiterio queda como jefe de la iglesia y (2) La expresión «sobre todo de los fieles»
ios demás como sus auxiliares. debe entenderse en consonancia con lo que
(1)Estas mujeres son sin duda las mujeres arriba dice: «penamos y combatimos». Dios,
de losdiáconos. que tiene universal providencia, es salvador de
(3) Esta estrofa ddbe de ser de un himno todos, pero mira con especial predilección a
cristiano. No es de la Escritura. los fieles que luchan por la verdad.
1334 I A TIMOTEO, 5, 6

teros (1). 16 Esta sea tu ocupación, éste jóvenes se casen, críen hijos, gobier-
tu estudio, de manera que tu apro- nen su casa, y no den al enemigo
vechamiento sea a todos manifiesto. ningún pretexto de maledicencia,
16 Vela sobre ti, atiende a la ense- 15 porque
algunas ya se han extraviado
ñanza, insiste en ella. Haciendo así en pos de Satanás. 16 Si algún fiel
te salvarás a ti mismo y a los que te tiene viudas en su casa, asístalas y
escuchan. no sea gravada la Iglesia, para que
ésta pueda asistir a las que son viu-
das de verdad (1).
Conducta que lia ti»- tener con
los ancianos.

1 l>cl trato con los presbíteros.


Al anciano no le reprendas con
dureza, más bien exhórtale como
a padre; a los jóvenes, como a her- 17 presbíteros que presiden
Los
manos; 2 a las ancianas, como a ma- bien, sean tenidos en doble honor,
dres; a las jóvenes como a hermanas, sobre todo los que se ocupan en la
con toda castidad. 3 Honra a las viu- ¡
predicación y la enseñanza. 18 Pues
das que lo son de verdad. 4 Si la viuda ¡
dice la Escritura: «No pondrás bozal
tiene hijos o nietos, enséñeles ante al buey que trilla» (2), y «Digno es el
todo a reverenciar a los suyos y a obrero de su salario» (3). 19 Contra un
corresponder con sus padres, que esto presbítero no recibas acusación al-
es muy grato en la presencia de guna, si no fuere de dos o tres tes-
Dios. 5 La que es de verdad viuda y tigos. 20 A los que falten, corrígelos
desamparada, ponga en Dios su con- delante de todos, para infundir temor
fianza, e inste en la plegaria y en a los demás. 21 Delante de Dios, de
la oración noche y día. 6 La que Cristo Jesús y de los ángeles elegidos,
lleva vida libre, viviendo está muer- te conjuro que hagas esto sin prejui-
ta. 7 Incúlcales esto, para que sean cios, guardándote de todo espíritu
irreprensibles. de parcialidad. 22 No seas precipitado
8
Si alguno no mira por los suyos, en imponer las "manos a nadie, rio
sobre todo por los de su misma casa, vengas a participar de los pecados
ha negado la fe que un
y es peor ajenos. Guárdate puro. 23 No bebas
infiel. •No sea elegida ninguna viuda agua sola, sino mezcla un poco de
de menos de sesenta años (2), mu- vino por el mal de estómago, y tus
jer de un solo marido, 10 recomendada frecuentes enfermedades. 24 Los pe-
por sus buenas obras, en la crianza cados de los hombres, unos son ma-
de los hijos, en la hospitalidad con nifiestos aun antes de ser juzgados,
los peregrinos, en lavar los pies a otros sólo después de juzgados. 26 Así
los santos, en socorrer a los atribu- i
las obras buenas, unas son manifies-
lados la práctica de toda obra
y en tas; las que no lo son no podrán
buena. 11
Evita el trato con las viu- permanecer ocultas.
das jóvenes, porque una vez que lu-
jurian contra Cristo, buscan marido,
12
incurriendo en reproche por haber Sobre los siervos.
faltado a la primera fe. 13 Y además,
se hacen ociosas y andan de casa en
cysa; y no sólo ociosas, sino también ()
1
Los que están bajo el yugo de
parleras y curiosas, hablando lo que la servidumbre tengan a sus amos
DO deben (3). 14 Quiero, pues, que las por acreedores a todo honor, para
que no sea deshonrado el nombre
(i) El colegio presbiteral de la iglesia to- de Dios ni su doctrina. 2 Los que
maba parte en la ordenación o consagración
episcopal.
tengan amos fieles no los dcspmirn
(a) Estas viudas son las que, a modo de por ser hermanos, antes sírvanles
diaconisas. ejercían en la iglesia el ministerio mejor, porque son fieles y amados
de caridad o de catequesis. los que reciben el beneficio. Esto es
(3) Estas jóvenes viudas con su vida de '

¡o que debes enseñar e inculcar.


liviandad injurian a Cristo, a la profesión cris-
tiana, y además a sus difuntos maridos, por
lo cual se atraen la pública censura. Este pa- (1) La asistencia de la Iglesia a las viudas
rece ser el sentido del Apóstol, más bien que '
aparece ya en los Hechos de Apóstoles. 6.
suponer un voto de castidad, del que nada 1 (2) Deut. 35. 1.
dice el texto. (3) Mat. 18. 16.
II A TIMOTEO

Los ¿alsos doctores. Jesús, que hizo la buena confesión


en presencia de Pondo Pilato, 14 que
8
Si alguno enseña de otra manera te conserves sin tacha ni culpa en
y no presta atención a las saludables el mandato, hasta la manifestación
palabras de nuestro Señor Jesucristo de Nuestro Señor Jesucristo, 15 quien
y a la doctrina que se ajusta a la hará aparecer a su tiempo al bien-
piedad, es un orgulloso, que nada aventurado y solo Monarca, Rey de
sabe, que desvaría en disputas y va- reyes y Señor de los señores, 16 el
nidades, de donde nacen envidias, único inmortal, que habita una luz
contiendas, blasfemias, suspicacias. inaccesible, a quien ningún hombre
5
porfías de hombres de inteligencia vio ni puede ver, al cual el honor y
corrompida y privados de la verdad, el imperio eterno. Amén.
que tienen la piedad por materia de
lucro. 6 Pero es gran riqueza la piedad
acompañada de la frugalidad. Consejos ¡1 |ots i-¡<-<»>..
' Nada trajimos al mundo y nada

podemos llevarnos de él. En teniendo 17


A los ricos de este mundo en-
con que alimentarnos y con que cu-
cárgales que no sean altivos ni pon-
brirnos, estemos con eso contentos.
8 gan su confianza en la incertidumbre
Los que quieren enriquecerse caen de las riquezas, sino en Dios, que
en tentaciones, en lazos y en muchas abundantemente nos provee de todo,
codicias locas y perniciosas, que hun-
para que lo disfrutemos 18 practi-
den a los hombres en la perdición cando el bien, enriqueciéndonos de
10 porque la raíz de buenas obras, siendo liberales en re-
y en la ruina,
todos los males es la avaricia, y mu- partir
chos, por dejarse llevar de ella, se
y atesorando para lo futuro con
que alcanzar la verdadera vida (1).
extravian en la fe, y a sí mismos se
,

atormentan con muchos dolores.

Conclusión.
Exhortación a la perseverancia.
20
¡Oh Timoteo!, guarda el depósito
11
Pero tú, hombre de Dios, huye a ti confiado, evitando las vanida-
de estas cosas, y sigue la justicia, la des impías y las contradicciones de
piedad, la fe, la caridad, la paciencia, la falsa ciencia, que algunos profe-
la mansedumbre. 12 Combate los bue- san, extraviándose de la fe. La gracia
nos combates de la fe, asegúrate la sea con vosotros (2).
vida eterna, para la cual fuiste lla-
mado y de la cual hiciste solemne Este es el uso que debemos hacer de
(1)
profesión delante de muchos testi- los bienes temporales de que Dios nos colma.
gos. 13 Te mando ante Dios, que da (a) No sólo con Timoteo, sino con los fieles
vida a todas las cosas, y ante Cristo a él encomendados.

INTRODUCCION A LA EPISTOLA II A TIMOTEO

J3STA segunda epístola a Timoteo, que es* la postrera del Apóstol, fué es-
en la prisión (1, 8). La situación no se parecía a la anterior, cuando
crita
se mostraba tan satisfecho de que el Señor hubiese convertido su cárcel en pro-
vecho del Evangelio. Ahora se siente solo, porque los de Asia le han abandonado
todos (1, 15). Sólo están con él Lucas y la familia de Onésimo, que no se aver-
gonzó de sus cadenas y le consoló en su prisión. En tal estado el Apóstol se
acuerda de sus fieles discípulos ausentes, y manda que vengan a él Timoteo
y Marcos (4,9 ss.), trayéndole algunas cosas que había dejado en T'róade (4, 11 ).
I33t. II A TIMOTEO, 1

Después del acostumbrado saludo y acción de gracias, insiste el Apóstol


en exhortar a su discípulo a que. conserve la sana doctrina que recibió, y con
ella combata a los propaladores de errores; y corno despidiéndose ya de la vida,
dice: «.Mi libación está derramada y el tiempo de mi partida se acerca "(4, 6).
En medio de sus penas le consuela la esperanza de la corona que le dará el justo
Juez, como a cuantos desean stt venida (4, 8).

II A TIMOTEO
Saludo. nos llamó con vocación santa, no en
virtud de nuestras obras, sino en vir-
1 tud de su propósito y de la gracia
| Pablo, por la voluntad de Dios
' Apóstol de Cristo Jesús, según la que nos fué dada en Cristo Jesús
promesa de vida en Cristo Jesús, a antes de los tiempos eternos, 10 y
Timoteo, mi amado hijo: Gracia, mi- manifestada al presente por la apa-
sericordia y paz de parte de Dios rición de nuestro Salvador, Cristo Je-
Padre y de Jesucristo, nuestro Señor. sús, que aniquiló a la muerte y sacó
a luz la vida y la inmortalidad por
medio del Evangelio, 11 del cual yo
he sido hecho heraldo, apóstol y doc-
Acción de nracias. tor. 12 Por esta causa sufro, poro
no me avergüenzo, porque sé a quién
3 Doy
gracias a Dios, a quien sirvo, me he confiado y estoy seguro de
a ejemplo de mis mayores ,con pura que puede guardar mi depósito para
conciencia, y sin cesar hago memoria aquel día. 13 Retén la forma de los
de ti en mis oraciones noche y día, sanos discursos (1) que de mí
4
deseoso de verte, acordándome de oíste, inspirados en la fe y en la ca-
14
tus lágrimas. Me gozo con la memo- ridad en Cristo Jesús. Guarda el
ria de tu sincera fe, que fué también buen depósito por la virtud del Es-
la de tu abuela, Loida y la de tu píritu Santo, que mora en nosotros.
madre, Eunice, y que no dudo es la
tuya.

Conducta de los discípulos hacia


el Apóstol.
Río debe avergonzarse del
Evangelio. Ya sabes cómo me han vuelto
15

espalda todos los de Asia, entre


la
Por esto te amonesto que hagas ellos Figelo y Hermógenes. 18 Haga
6

revivir la gracia de Dios que hay el Señor misericordia a la familia de


en ti (1) por la imposición de mis Onésimo, porque muchas veces me
manos. 7 Que no nos ha dado Dios ha aliviado y no se avergonzó de mis
espíritu de temor, sino de fortaleza, cadenas, 11 antes estando en Roma,
de amor y de templanza. 8 No te me buscó solícito hasta hallarme.
avergüences jamás del testimonio de 18 El Señor le dé hallar misericordia
nuestro Señor, ni de mí, su prisionero, en aquel día, cerca del Señor. Cuántos
antes soporta con fortaleza los tra- servicios me hizo en Efeso, tú bieu
bajos por la causa del Evangelio en lo sabes.
el poder de Dios, * que nos salvó y
(i) Es de notar la insistencia del Apósto 1
en estas epístolas sobre el lenguaje empleado
Timoteo habla recibido del Apóstol la
(i) en la enseñanza. Se conoce que los falsos doc-
consagración episcopal, que le encarga aquí dores abusaban de él para engañar a los in-
comunicar a quienes se2n dignos de desempe- cautos, dándoles bajo palabras inocentes doc-
ñar tal ministerio. trinas perversas.
II A TIMOTEO, 2. 3 1337

Fntrccj líese por entero al mi- 1 que fácilmente llevan a la


parlerías,
17
nisterio. j
impiedad, y cunden como gan-
;
greña. De ellos son Himeneo y Fi-
O Tú, pues, hijo mío, ten buen
1 leto, 18 que, extraviándose de la ver-
cuidado, confiado en la gracia de dad, dicen que la resurrección se ha
Cristo Jesús; 2 y lo que de mí oíste i realizado ya (1), pervirtiendo con esto
ante muchos testigos, encomiéndalo I
la fe de algunos. 19 Pero el sólido fun-
a hombres fieles, capaces de enseñar !
damento de Dios se mantiene firme
a otros. 3 Soporta las fatigas como ! con este sello: «El Señor conoce a los
buen soldado de Cristo Jesús. 4 El i
que son suyos» (2) y: «Apártese de la
que milita, para complacer al que le iniquidad quien tome en sus labios
alistó como soldado no se embaraza ! el nombre del Señor.»
con los negocios de la vida. 5 Y quien- 20 En una casa grande no hay sólo
quiera que compite en el estadio no vasos de oro y plata, sino también
es coronado si no compite legítima- de madera y de barro; y los unos para
mente. 8 El labrador ha de fatigarse i usos de honra, los otros para usos
antes de percibir los frutos (1). 7 En- viles. 21 Quien se mantenga puro de
tiende bien lo que quiero decir, por- ; estos errores será vaso de honor, san-
que el Señor te dará la inteligencia tificado, idóneo para uso del Señor,
de todo. dispuesto para toda obra buena.
22
Huyelas pasiones juveniles, y sigue
;
la justicia, la fe, la caridad, la paz,
Acuérdese de Jesucristo. con todos los que invocan al Señor
23
con puro corazón. Evita también
8Acuérdate de que Jesucristo, del ! las cuestiones necias y tontas, pues
linaje de David, resucitó de entre siempre engendran altercados, 24 y al
los muertos, según mi evangelio, siervo del Señor no le conviene alter-
9
por el cual sufro estas sus cadenas ¡
car, sino mostrarse manso con todos,
como un malhechor; pero la palabra 1

pronto para enseñar, sufrido, 25 y con


de Dios no está encadenada. 10 Todo mansedumbre corregir a los adversa-
10 soporto por amor de los elegidos, rios, por si Dios les concede el arre-
para que éstos alcancen la salud en pentimiento y reconocer la verdad
26
Cristo Jesús y la gloria eterna. 11 Ver- i
y librarse del lazo de diablo, a
dadera es la palabra: «Que si pade- cuya voluntad están sujetos.
cemos con El, también con El vivi-
remos. 12 Si sufrimos con El, con El
reinaremos (2). Si le negamos, también Huida de los nuevos doctores.
El nos negará. 13 Aun si no le fuére-
mos fieles, El permanecerá fiel, que Q 1
Has de saber que en los últimos
no puede negarse a Sí mismo» (3). sobrevendrán tiempos difí-
días
2
porque habrá hombres egoís-
ciles,
tas, avaros, altivos, orgullosos, mal-
Conducta que Timoteo debe ob- dicientes, rebeldes a los padres, in-
servar con los nuevos doctores. gratos, impíos, 3 desnaturalizados,
desleales, calumniadores, disolutos,
14 Esto has de enseñar, protes- inhumanos, enemigos de todo lo bue-
4
tando ante Dios no ocuparse en dispu- no, traidores, protervos, hinchados,
tas vanas, que para nada sirven, si amadores de los placeres más que de
no es para perdición de los oyentes. Dios, 6 que con una apariencia de
15 Mira bien cómo presentarte ante piedad (3), están en realidad lejos
Dios, probado como obrero que no de ella. Guárdate de esos. 6 Pues hay
tiene de qué avergonzarse, que dis- 1

entre ellos quienes se introducen en


tribuye sabiamente la palabra de la las casas y se captan el ánimo de
verdad. 16 Evita las profanas y vanas mujerzuelas cargadas de pecados, que
se dejan arrastrar de diversas con-
(1) Nadie puede esperar la corona de la
gloria sin luchar y sufrir, y asi merecerla. (1) La reduelan a la resurreción espiritual
(2) Cristo es el modelo de los predestinados. de la muerte del pecado a la vida de la gracia.
Como El hemos de padecer, y merecer la vida (2) Núm. 18-6.
eterna. (3) han sido mo-
Nunca los falsos doctores
(3) Dios no se muda como nosotros; sus delosde perfección moral, porque la verdad
promesas son sin arrepentimiento, por El no de doctrina que ilustra la inteligencia influye
la
dejarán nunca de cumplirse. mucho en la bondad del corazón, pero esto
133S II A TIMOTEO, 4

cupiscencias, que siempre están y por su reino: Predica la palabra,


aprendiendo, sin lograr jnmás llegar insiste a tiempo y a destiempo, ar-
al conocimiento de la verdad. 8 Y a la guye, enseña, exhorta con toda lon-
manera que Jannes y Hambres (1) se ganimidad y doctrina; 3 pues vendrá
opusieron a Moisés, así también éstos un tiempo en que no sufrirán la sana
resisten a la verdad, como hombres doctrina, antes, deseosos de noveda-
de entendimiento corrompido, repro- des, se amontonarán maestros con-
bados en la fe. 9 Mas no saldrán con forme a sus pasiones y apartarán los
sus intentos, porque su insensatez es oídos de la verdad para volverlos a
a todos manifiesta, como lo fué la fábulas. 5 Pero tú vela en todo, so-
de aquéllos. porta los trabajos, haz obra de evan-
gelista, cumple tu ministerio.

Timoteo debe perseverar en la


verdad. Actitud «le San Pablo.
10Pero tú has seguido de cerca 6
Cuanto a mí, a punto estoy de
mis enseñanzas, mi conducta, mis derramarme en libación, siendo ya
planes, mi fe, mi longanimidad, mi inminente el tiempo de mi parti-
caridad, mi paciencia, mis persecu- da (1). 7 He combatido el buen
ciones y aflicciones, las que hube de combate, he terminado mi carrera,
soportar en Antioquía, Iconio y Lis- he guardado la fe. * Ya me está pre-
tra, donde tantas persecuciones sufrí, parada la corona de la justicia, que
de las cuales, sin embargo, me libró me otorgará aquel día el Señor, justo
13 Y todos los que aspiran Juez, y no sólo a mí, sino a todos los
el Señor.
a vivir piadosamente en Cristo Jesús, que aman su venida.
sufrirán persecuciones. 13 Los hom-
bres malos y seductores irán de mal
en peor, engañándose, 14 pero tú per- Noticias.
manece en lo que has aprendido y te
ha sido confiado (2), considerando Date prisa a venir a mí, 10 porque
de qu'énes lo aprendiste, 15 y que Denas me ha abandonado por amor
desde la infancia conoces las Escri- de este siglo, y se marchó a Tesaló-
turas Sagradas, que te pueden ins- nica, Crcscente para Galacia y Tito
truir en orden a la salud por la fe para Dalniacia. 11 Sólo Lucas está
en Jesucristo. 16 Pues toda la Escri- conmigo. A Marcos tómalo y tráelo
tura es divinamente inspirada y útil contigo, que me es muy útil para el
para enseñar, para argüir, para co- ministerio. 12
A Tíquico le mandé a
,

rregir, para educar en la justicia, Efeso. 13


El capote que dejé en Tróa-
17
a finde que el hombre de Dios sea de, en casa de Carpió, tráelo al
perfecto y consumado en toda obra venir, y asimismo los libros, sobre
buena (3). todo los pergaminos, 11 Alejandro, el
herrero, me ha hecho mucho mal.
El Señor le dará la paga según sus
Aliento ¡t Timoteo, obras. 15 Tú guárdate de él, porque
ha mostrado gran resistencia a nues-
A 1
Te conjuro delante de Dios y tras palabras. 14 En mi primsra de-
de Cristo Jesús, que ha de juzgar fensa nadie me asistió, antes me des-
a vivos y muertos, por su aparición ampararon todos. No les sea tomado
en cuenta. El Señor me asistió y
17

tendrá más lugar en los últimos tiempos, en me dió fuerzas, para que por mí fuese
que los errores dominaran más, según la pala- cumplida la predicación y todas las
bra del Señor (Mt. 24, 22).
naciones la oigan. Así fui librado de
(1) La tradición judía desginaba con estos
la boca del león. 18 El Señor me li-
dos nombres a los magos que trataron de opo-
nerse a Moisés (Ex. 7, 22). brará de todo mal y me guardará
(2) Insiste siempre en la guarda del depó-
sitode la doctrina, que debe encomendar, no
(1) El gran Apóstol se despide de la vida
precisamente a los libros, sino a personas
y nj mira sino a la corona que espera. Como
fieles (i. 2).
una libación, que poco a poco sa derrama en
(3) Estas breves palabras nos dicen todo el altar, asi se consumió su vida en la predi-
lo que es la Sagrada Escritura, libro de Dios
cación del Evangelio. Su fin está próximo;
que la inspiró, y útil para todas las necesidades espera la corona de los largos combates soste-
de la vida y del apostolado cristianos. nidos por Jesucristo.
TITO, 1 1339

para su reino A
celestial. El sea la mo en Mileto. 21 Date prisa a venir
gloria por los siglos de los siglos, antes del invierno. Te saludan Eubu-
Amén. lo, Pudente, Lino, Claudio y todos los
19
Saluda a Prisca y a Aquila y a hermanos,
lacasa de Onesiíoro. 20 Erasto quedó 22
El Señor sea con tu espíritu,
en Corinto. A Trófiino le dejé eníer- La gracia sea con vosotros.

INTRODUCCION A LA EPISTOLA A TITO

f^E los orígenes de Tito no sabemos nada sino que era gentil. Por primera vez
aparece en la historia durante la asamblea de Jerusalén, en compañía
de Pablo. Allí el Apóstol hubo de luchar contra los partidarios de la Ley, que
intentaban obligarle a que se circuncidara (Gal. 2, 21 ). Acompañó a San Pablo
durante su estancia en Efeso, y por dos veces f ué enviado por él a Corinto, dando
buena cuenta de la delicada misión que llevaba (II Cor. 2, 12; 7, 6 s.; 8, 16 s.).
Libre el Apóstol de su prisión, pasó por Creta, en donde, al partir, dejó a Tito
encargado de agüellas iglesias. Desde Niccpolis, en Epiro, le escribió esta carta,
rogándole en ella que r'iniera a él, una vez que le enviara como suplentes a Arte-
mes o a Tíquico. Por la segunda a Timoteo sabemos que luego le mandó a
Dalmacia.
La carta es breve. Después del saludo acostumbrado (1, 1-4), instruye a
Tito sobre las condiciones que han de tener los presbíteros (5-9 ); habla de los
cretenses ( 10-16 ); le da normas para tratar a los ancianos, a los jóvenes, a
los siervos (2, 1-10); le manda que inculque en todos la sujeción a las auto-
ridades (3, 1-7), y sólo dos líneas dedica a los jalsos doctores: tanto parecían
abundar en Asia (8-10).

A TITO
Saludo. Condiciones de los obispos.
5
[
1
Pablo, siervo de Dios y Apóstol Te dejé en Creta, para que aca-
de Jesucristo, conforme a la fe bases de ordenar lo que faltaba y
de los escogidos de Dios y al conoci- constituyeses por las ciudades pres-
miento de la verdad, que se ajusta bíteros (1) en la forma que te or-
a la piedad, 2 en la esperanza de la dené. 6 Que sean irreprochables ma-
vida eterna desde los tiempos anti- ridos de una sola mujer, cuyos hijos
guos, prometida por Dios, que no sean fieles, que no estén tachados de
miente, 3 que a su debido tiempo ma- liviandad o desobediencia (2). 7 Por-
nifestó su palabra por la predicación
a mí confiada, según el mandato de (1) Esta ordenanza sobre las condiciones
nuestro Salvador, Dios; 4 a Tito, hijo —
de los obispos presbíteros — concuerda con la
,

de I Tim. 3, 1 ss., y sin duda que fué escrita


mío verdadero, según la fe común, por si mismo tiempo.
la gracia y la paz de parte de Dios El Apóstol no condena las segundas
(2)
Padre y de Cristo Jesús, nuestro Sal- nupci ís. pero excluye del sacerdocio a los que
vador. se hayan casado segunda vez. La Iglesia ha rete-
1340 TITO, 2. 3

que es preciso que el obispo sea incul- modo, que las ancianas observen un
pable, como administrador de Dios; no porte santo, no sean calumniadoras,
soberbio, ni iracundo, ni dado al ni esclavas del vino, sino buenas maes-
vino, ni pendenciero, ni codicioso de tras, 4 para que enseñen a las jóvenes
torpes ganancias, 8 sino hospitalario, a amar a sus maridos y a cuidar a sus
amador de los buenos, modesto, jus- hijos, a ser prudentes y honestas,
to, santo, continente, 9 guardador de hacendosas, bondadosas, dóciles a sus
la palabra fiel; que se ajuste a la maridos, a fin de que no sea infa-
doctrina, de suerte que pueda ex- mada la palabra de Dios (1). 6 Asimis-
hortar con doctrina sana y argüir mo a los jóvenes exhórtalos a ser pru-
a los contradictores. dentes en todo. Tú mismo muéstrate
ejemplo de buenas obras, de integri-
Los cretenses. dad en la doctrina, de gravedad, 8 de
palabra sana e irreprensible, para que
los adversarios se confundan, no te-
10
Porque hay muchos indiscipli- niendo nada malo que decir de nos-
nados, charlatanes, embaucadores, otros. 9
Que los siervos estén sujetos
sobretodo los de la circuncisión (1), a sus amos en todo, complaciéndoles
11 10 ni
a los cuales es preciso tapar la boca, y no contradiciéndoles, defrau-
que revuelven del todo las casas, en- dándoles en nada, sino mostrándose,
señando lo que no deben, llevados del fieles en todo, para hacer honor a la
deseo de torpe ganancia. 12 Bien dijo doctrina de Dios nuestro Salvador.
uno de ellos, su propio profeta (2):
«Los cretenses, siempre embusten s,
bestias malas, poltrones y glotones». Manifestación de la gracia de Dios.
13
Verdadero es tal testimonio. Por
11 Porque
tanto, repréndelos con suavidad, para se ha manifestado la
que se mantengan sanos en la fe, gracia salutífera de Dios a todos los
14 que no den oidos
a las fábulas ju- hombres, 12 enseñándonos a negar
daicas y a los preceptos de los hom- la impiedad y los deseos del mundo,
bres que reniegan de la verdad. para que vivamos sobria, justa y pia-
16 Todo es limpio para los limpios, dosamente en este siglo, 13 con la
mas para los impuros y para los in- bienaventurada esperanza en la ve-
fielesnada hay puro, porque su nida gloriosa del gran Dios y de
mente y su conciencia están conta- nuestro Salvador Cristo Jesús, 14 que
minadas (3). 16 Alardean de conocer a se entregó por nosotros para resca-
Dios, pero con las obras le niegan, tarnos de toda iniquidad y adquirirse
abominables, rebeldes e incapaces de un pueblo propio, celador de obras
toda obra buena. buenas (2). 16 He aquí lo que has de
decir, exhortando y reprimiendo con
Consejos a las diversas categorías. todo imperio; que nadie te desprecie.

— Cuanto a ti, habla de modo


1
Consejos genérales.
conveniente y ajustado a la sana
doctrina. 2 Que los ancianos sean so- *> 1 Amonéstales que vivan sumisos
brios, graves, discretos, sanos en la " a los príncipes y a las autorida-
fe, en caridad, en paciencia.
3
De igual des; que las obedezcan, que estén
prontos para toda obra buena; 2 que
nido esta disciplina. El celibato era para San a nadie infamen, que no sean penden-
Pablo el estado ideal del cristiano, y más del cieros, que sean afables y muestren
ministro del Evangelio (I. Cor. 7), pero esto para con todos una perfecta manse-
de nadie lo exigía. Más tarde la Iglesia juzgó
dumbre. 8 Pues nosotros fuimos tam-
que era tiempo de exigirlo de los que se sin-
tieran con vocación para ejercer el ministerio
bién alguna vez necios, desobedientes,
sagrado.
(1) Este versículo nos indica que los pre- (1) El Apóstol mira mucho a que la con-
dicadores de falsas doctrinas, en buena parte ducta de los cristianos no sea motivo de cen-
al menos, eran judíos. sura para los extraños, antes les sirva de edifi-
(2) La sentencia, tan poco lisonjera para cación para atraerlos a la fe.
los cretenses, es de Epiménides, poeta del (a) Como Dios se habia adquirido a Israel,
siglo VI, que debia de conocerlos. rescatándole de la servidumbre egipcia, asi
(3) Mira, sin duda, a los alimentos de que Cristo se adquirió el pueblo cristiano, comprán-
habla en otros pasajes. dolo al precio de su sangre.
HEBREOS
extraviados, esclavos de toda suerte aprendan a ejercitarse en buenas obras
de concupiscencias y placeres, vivien- los que han creído en Dios. Esto es
do en la maldad y en la envidia, dig- lo bueno y útil para los hombres.
nos de odio, y aborreciéndonos unos • Evita las cuestiones necias, las ge-
a otros. 4 Mas cuando apareció la nealogías y las contiendas y debates
bondad y el amor hacia los hombres sobre la Ley, porque son inútiles y
de Dios, nuestro Salvador, 5 no por vanas. 10 Al sectario, después de una
las obras justas que nosotros hubié- y otra amonestación, evítale, 11 con-
ramos hecho, sino por su misericordia, siderando que está pervertido; peca,
nos salvó mediante el lavatorio de y por su pecado se condena.
la regeneración y renovación del Es 12 Cuando mande a ti a Artemas o
píritu Santo, 6 que abundantemente a Tíquico, date prisa a venir a verme
derramó sobre nosotros por Jesucris- a Nicópolis, porque tengo el propó-
to, nuestro Salvador, 7 a fin de que, sito de pasar allí el invierno. 13 A
justificados por su gracia, seamos he- Zenas, el jurisconsulto, y a Apolo,
rederos de la vida eterna según nues- mira de proveerlos solícitamente y
tra esperanza. de que nada les falte. 14 Y que los
nuestros aprendan a ejercitarse en
buenas obras para atender a las apre-
Consejos para Tito. miantes necesidades, y que no sean
hombres infructuosos. 15 Te saludan
todos los que están conmigo. Saluda
8
Esta es la fiel verdad, y quiero a todos los que nos aman en la fe.
que con tesón la afirmes, para que La gracia sea con todos vosotros.

INTRODUCCION A LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

17 Llector de esta epístola advierte desde el primer momento su diferencia


de las otras epístolas paulinas. El comienzo no es el de una carta, sino el de
un tratado. No aparece por ninguna parte el nombre del autor, que San Pablo
no omite en las demás epístolas, acompañándolo del de sus compañeros. Lo
mismo se diga de la conclusión del escrito. Ni un saludo para nadie, ni una
amonestación personal, nada, en fin, de cuanto caracteriza a las epístolas pau-
linas. Esto ha debido de impresionar a los primeros lectores de ésta, y de ahí
provinieron, sin duda, las dificultades sobre su canonicidad, por las cuales
fué anotada entre las deuterocanónicas.
La tradición de la iglesia alejandrina fué constante en reconocerla como
canónica; no tanto en la atribución al Apóstol, pues Orígenes, considerando
su forma literaria, concluye que la doctrina es de San Pablo, mas la redacción
es de otro. Quién sea éste, Dios lo sabe. Las otras iglesias de Oriente, Siria
Capadocia, etc., mantienen a la vez la canonicidad y la autenticidad paulina
de la epístola. En Occidente vemos a ésta citada por San Clemente a fines del
siglo I. Asimismo la citan como paulina algunos otros escritores de los siguien-
tes siglos; pero en general podemos decir que en Occidente hubo bastantes dudas
acerca de su canonicidad, como lo atestigua San Jerónimo, hasta que por
la mayor comunicación entre las iglesias, a fines del siglo IV y principios
del V, vino a uniformarse la tradición sobre esta epístola, como sobre otras
de canonicidad dudosa. •

La paternidad de la epístola queda aún incierta. Los antiguos la atribu-


1342 HEBREOS
yeron a San Clemente Romano, a Timoteo, a Apolo, a Erasto, y después de
tantas disputas queda en pie la sentencia de Origines, que el autor sólo es cono-
cido de Dios.
La Pont. Com. Bíblica ha venido a sancionar esta sentencia. Después de
resumir en dos preguntas latí razones que abogan por la autenticidad paulina,
y las objeciones en contra de esta autenticidad, armoniza las dos sentencias en
una tercera cuestión formulada así: «Si el Apóstol San Pablo ha de ser tenido
por autor de esta epístola, de suerte que necesariamente sz deba afirmar, no
sólo que él la concibió y planeó bajo la inspiración del Espíritu Santo, sitio
que ti mismo le dió la forma que tiene.» La respuesta es negativa. Quedamos,
pues, en que la epístola tiene por autor a Pablo, pero a otro, que no sabemos
quién sea, por redactor. Para darnos cuenti cabal de este hecho, recordemoe, de
una parte el celo del Apóstol por la salvac'ón de sus hermanos, los israelitas, y
de ttra li oposición que le hacían, no sólo los rebeld s a la fe, sino aun muchzs
de los convert'dos, que perscvraban apegados a la Ley y a loe privilegios nacio-
nales de Israel.
Para darse cuenta del argumento y fin de la epístola, convendrá recordar
cuanto los Hechos de los Apóstoles y las' epístolas paulinas nos dicen del apego
que los fules de Jerusalén tenían a la Ley tnosaica. Ya no es aquella asis-
tencia de los Apóstoles y de los fieles al templo a las horas de la oración, sino
el empeño en imponer la circuncisión a los g?ntiles y, con la circuncisión, otras
observancias legales. Precisamente la contraria actitud de San Pablo fué la que
le atrajo la enemiga de los elementos más dominados por este prejuicio fariseo,
que seguían al Apóstol como la sombra al cuerpo, pretendiendo deshacer su obra
basada en el principio de la justicia por la sola fe en J esucristo.
Nuestra epístola supone que los fieles de Judea se sentían atraídos por la
suntuosidad del templo y la solemnidad de su culto, en cuya comparación era
nada la pobreza del culto cristiano, reducido a la cena del Siñor, la lectura de
las Escrituras y la instrucción de los Apóstoles. Considerando esto, el redactor
de la epístola, que era un fiel diszipulo de San Pablo, y cszribía bajo la ins-
piración del mismo, redactó esta carta mostrando a los fieles la superioridad
de la ley evangélica y de su culto, sobre la tey y el culto mosaico.
Desarrolla este argumento en la forma siguiente: Considera primero a los
dos fundadores, Jesucristo y Moisés, y pone de relieve la superioridad del pri-
mero sobre el segundo (1-4); luigo trata del sacerdocio de Cristo y del de Arón,
corroborando con su conclusión la precedente (5-7); habla en tercer lugar del
principal ministerio del sacerdocio, que es la expiación de los pecados, con-
cluyendo que sólo el sacerdocio de Cristo realiza esa expiación de un modo efi-
caz (8-10). En cada uno de estos puntos la exposición doctrinal va seguida
de una exliortación. Los dos postreros capítulos están consagrados a la fe, por
¡a cual agradaron a Dios todos los patriarcas del Antiguo Tctsamcnt), cuya
historia recorre, imitando al Eclesiástico en la segunda parte de su libro.
Sermjantes razonamientos sólo pudieron ser escritos cuando el templo de
Jerusalén y su culto subsistían; por consiguiente, antes del 70, o por nnjor
decir, dtl 67, en que la guerra estaba ya encendida. La carta pudo haber sido
escrita en Italia, a juzgar por las palabras de 13, 24. El autor promete visitar
pronto a los fieles, en compañía de Timoteo.
HEBREOS, 1, 2 1343

A LOS HEBREOS
Kl Hijo de Dios, postrer Apóstol ángeles espíritus, y a sus ministros
<1«>1 Padre. llamas de fuego.» 8 Y al Hijo: «Tu
trono, joh Dios!, subsistirá por los
1 Muchas veces
1 y en muchas ma- |
siglos de los siglos, cetro de equidad
es el cetro de tu reino. 9 Amaste la
j

ñeras habló Dios en otro tiempo


a nuestros padres por ministerio de justicia, y aborreciste la iniquidad,
los profetas; 2 más últimamente, en por eso te ungió Dios, tu Dios, con
estos días, nos habló por su Hijo (1), óleo de exaltación sobre tus compañe-
a quien constituyó heredero de todo, ros» (1). 10 «Y tú, Señor, al principio,
por quien hizo también el mundo; fundaste la tierra, y los cielos son la
3 que siendo el esplendor de su gloria obra de tus manos. 11 Ellos perecerán,
y la imagen misma de su sustancia, pero tú permaneces, y todos, como
y el que con su poderosa palabra un vestido, envejecerán, 12 y como
sustenta todas las cosas, después de un manto los envolverás, y como
hacer la purificación de los pecados, un vestido se mudarán, pero tú per-
se sentó a la diestra de la Majestad maneces el mismo, y tus años no se
en las alturas, 4 hecho tanto mayor acabarán». (2) 13 ¿Ya cuál de los árge-
que los ángeles, cuanto heredó un les dijo alguna vez: «Siéntate a mi
nombre más excelente que ellos. diestra, mientras pongo a tus ene-
migos por escabel de tus pies?» (3).
14 ¿No son todos ellos espíritus admi-
¡Cristo, superior ¡i los angeles, nistradores,enviados para servicio,
en favor de los que han de heredar
5 ¿Pues
a cuál de los ángeles dijo la salud?
alguna vez (2): «Tú eres mi hijo, yo
te he engendrado hoy?» (3). Y luego:
«Yo seré para El padre, y El será Perseverancia en la ie.
H.jo para mí» (4). 6 Y cuando de
nuevo introduce a su Primogénito en 2 1 Por tanto, es menester que con
el mundo dice: «Adórenle todos los lamayor diligencia atendamos a
ángeles de Dios» (5). 7 De los mismos lo que hemos oído, no sea que nos
ángeles dice: «El que hace a sus deslicemos. 2 Pues si la palabra pro-
ferida por los ángeles fué firme, hasta
(1) Empieza contraponiendo la revelación el punto de que toda transgresión
del Antiguo Testamento, en que Dios habla y desobediencia recibió la merecida
en varios modos y repetidas veces por los pro- 3
fetas, mientras que últimamente nos habló por
sanción, ¿cómo lograremos nosotros
su Hijo. Inspirándose en la Sabiduría (7, 26), rehuirla, si tenemos en poco tan gran
nos expone la relación del Hijo con el Padre salud, que, habiendo comenzado a
y su participación en la creación y conserva- ser promulgada por el Señor, fué entre
ción del mundo, como en Col. 1, 16 ss. nosotros confirmada por los que le
(2) Estos textos no todos están tomados oyeron, 4 atestiguando Dios con seña-
en su sentido literal histórico. En su reciente
les, prodigios y diversos milagros y
encíclica «Divino Afilante Spiritu», n. 20 ss.,
Pío XII habla de la necesidad de estudiar los dones del Espíritu Santo, conforme a
géneros literarios de los orientales para enten- su voluntad? (4).
der la Sagrada Escritura. En estos géneros
literarios entran también los métodos de inter-
pretación y empleo de la Biblia, que no en (1) Salm. 45, 7-
todo se ajjstan a los nuestros. Téngase esto (2) Salm. 102, 6.
presente en toda la epístola, que cita fielmente (3) Salm. 110, 1.
la versión de los LXX. La ley antigua, dada por los ángeles,
(4)
(3) Salm. 2, 7. amenaza con graves sanciones a los infractores;
(4) II Sam. 7, 14. ¿cuánto más la nueva, dada por el Hijo de
(5) Salm. 97, 7. Dios?
i .S4^ HEBREOS, 3

El mundo, sujeto a Jesús. Cristo, superior a Moisés.


1
5 Que no fué a los ángeles a quienes Vosotros, pues, hermanos santos,
sometió el mundo
venidero de que * que
participáis de la vocación
hablamos. 6 Ya lo testificó en cierto |
celeste, considerad al Apóstol y
lugar al decir: «¿Qué es el hombre Pontífice de nuestra confesión, Jesús;
2
para que te acuerdes de él, o el hijo |
fiel al que le hizo, como lo fué Moi-
del hombre para que tú le visites? I
sés en toda su casa. 3 Y
es tenido
7
Hicístele poco menor que a los ,
por digno de tanta mayor gloria
ángeles, coronástele de gloria y de i
que Moisés (1), cuanto mayor que
honor, 8 todo lo pusiste debajo de I la gloria de la casa es la del que la
sus pies» (1). ; fabricó. 4 Pues toda casa es fabricada
Pues al decir que «se lo sometió por alguno, pero el Hacedor de todas
Y
¡

todo», es que no dejó nada que no ! las cosas es Dios. 6 Moisés fué fiel
le sometiera. Al presente no vemos i en toda su casa, como ministro que
aún que todo le esté sometido, pero i había de dar testimonio de todo lo
sí vemos al que Dios hizo poco menor que se había de decir; • pero Cristo
que a los ángeles, a Jesús, coronado I
está como Hijo sobre su casa, que
de gloria y honor, por haber padecido i
somos nosotros, si retenemos firme-
la muerte, para que por gracia de ¡
mente hasta el fin la confianza y la
Dios gustase la muerte por todos. gloria de la esperanza.

Razón de la muerto do .Icm'i i,


La incredulidad y la cólera
de Dios.
10 Pues convenía que Aquel para
7
Por lo cual, según dice el Espíritu
quien y por quien son todas las cosas, Santo: «Si oyereis su voz hoy, 8 no
que se proponía llevar muchos hijos endurezcáis vuestros corazones como
a la gloria, perfeccionase por las tri- en la rebelión, como el día de la ten-
bulaciones al Autor de la salud de tación en el desierto, 9 donde vues-
ellos. 11 Porque todos, así el que san.
¡

tros padres me tentaron y me pusieron


tífica como los santificados, de uno
a prueba, y vieron mis obras 10 du-
solo vienen (2), y por tanto no se rante cuarenta años; por lo cual me
avergüenza de llamarlos hermanos, I

irrité contra esta generación, y dije:


12 diciendo: «Anunciaré tu nombre Andan siempre extraviados en su
a mis hermanos, en medio de la asam- corazón y no conocen mis caminos,
blea te alabaré» (3). 18 Y luego: «Yo II
y así juré en mi cólera, que no
pondré en El mi confianza» (4). Y entrarán en mi descanso (2).
aún: «Heme aquí a mí y a los hijos 12
Mirad, hermanos, que no haya
que me dió el Señor.» Is. 8. 18.
entre vosotros un corazón malo e
14
Pues como los hijos participan incrédulo, que se aparte del Dios
en la sangre y en la carne, de igual vivo; 13 antes exhortaos mutuamente
manera El participó de las mismas, cada día, mientras perdura el «hoy»
para destruir por la muerte al que a fin de que ninguno de vosotros se
tenía el Imperio de la muerte, esto es, endurezca con el el engaño del pecado.
al diablo, 18 y librar a aquellos que 14 Porque hemos sido hechos parti-
por el temor de la muerte estaban cipantes de Cristo en el supuesto
toda la vida sujetos a servidumbre. de que hasta el fin conservemos la
18 Pues, como es sabido, no socorrió
firme confianza del principio; 16 mien-
a los ángeles, sino a la descendincia tras se dice: «Si hoy oyereis su voz,
de Abraham. 17 Por esto hubo de no endurezcáis vuestros corazones
asemejarse en todo a sus hermanos, como en la rebelión.»
a fin de hacerse Pontífice miseri- 14 ¿Quiénes, en efecto, se rebelaron
cordioso y fiel, en las cosas que tocan después de haber oído? ¿No fueron
a Dios, para expiar los pecados del todos los que salieron de Egipto
pueblo. 18 Porque en cuanto El mismo bajo la conducta de Moisésí *
7
Y
padeció siendo tentado, es capaz de
ayudar a los tentados. (1) Contrapone la dignidad de Moisés, el
siervo fiel, en cumplir la misión que el Señor le
(i) Salm. 8, -. 33. encomendara, con la de Cristo, el Hijo; las
(a) Insiste en señalar la comunidad de na- amonestaciones del Espíritu Santo a los co-
turaleza entre el Redentor y los redimidos. etáneos de Moisés, en figura van dirigidas a
(3) Salm. 22. 24 nosotros mismos.
(4) Is. 8. 17 (2) Salm. g5, 7. sb.
HEBREOS, 4, 5
1345

contra quiénes se irritó por espado de Jesucristo, jjran sacerdote.


cuarenta años? ¿No fué contra los
14
Teniendo, pues, un gran Pon-
que pecaron, cuyos cadáveres cayeron
en el desierto? 18 ¿Y a quiénes sino a los (1) que penetró en los cielos,
tífice
desobedientes juró que no entrarían en Jesús, el Hijo de Dios, mantengá-
el descanso?
10 En efecto, vemos que nomonos adheridos a la confesión.
15 No es nuestro Pontífice
pudieron entrar por su incredulidad. tal que no
pueda compadecerse de nuestras fla-
Hay que entrar en el descanso quezas, antes fué tentado en todo a
<le Dios.
semejanza nuestra, fuera del pecado.
16
Acerquémonos, pues, confiadamente
al trono de la gracia, a fin de reci-
«4 1 Temamos, pues, no sea que per-
bir misericordia y hallar gracia para
durando aún la promesa de entrar
el oportuno auxilio.
en su descanso, alguno de vosotros
no acuda a ella. 2 Porque igual que a 1 Pues
¿5 todo Pontífice tomado de
ellos se dirige también a nosotros
éntre los hombres, en favor délos
este mensaje: y no les aprovechó a
aquéllos haber oído la palabra, por
hombres es instituido para las cosas
que miran a Dios, para ofrecer ofren-
cuanto la oyeron sin fe los que la
das y sacrificios por los pecados, 2 para
habían escuchado.
3 que pueda compadecerse de los igno-
Entramos, pues, en el descanso
rantes y extraviados, por cuanto él
los que hemos creído, según que dijo:
«Como juró en su cólera: No entrarán 3está también rodeado de flaquezas,
en mi descanso», aunque acabadas y a causa de ellas debe por sí mismo
ofrecer sacrificios por los pecados,
las obras desde la creación del mundo.
4
Pues en cierto pasaje habla así igual que por el pueblo.
i
4
Y ninguno
se tohia por sí este honor, sino el que
del día séptimo: «Y descansó Dios en
es llamado por Dios, como Arón.
el día séptimo de todas sus obras» (1).
6 Yen éste dice de nuevo: «No en-
5
Y así Cristo no se exaltó a Sí
mismo, haciénd ose Pontífice, sino
trarán en mi descanso.» 6 Queda,
el que le dijo: «Hijo mío eres tú, hoy
pues, que algunos han de entrar en
te engendré» (2). 8 Y conforme a esto
el descanso, y no habiendo entrado
dice en otra parte: «Tú eres sacer-
los primeramente invitados a causa
dote para siempre, según el orden de
de su incredulidad, 7 de nuevo señala
un día, «hoy», declarando por David I
Melquisedec» (3).
7
después de tanto tiempo, lo que Habiendo ofrecido en los días
arriba queda dicho: «Si hoy oyereis
de su vida mortal oraciones y súpli-
cas con poderosos clamores y lágri-
su voz, no endurezcáis vuestros co-
razones.» 8 Pues si Josué los hubiera mas al que era poderoso para salvarle
introducido en el descanso, no ha-
de la muerte, fué escuchado por su
reverencial temor. 8 Y aunque era
blaría (David) de otro día, después
de lo dicho. Por tanto, queda otro Hijo, aprendió por sus padecimien-
tos la obediencia, 9 y por ser consu-
descanso para el pueblo de Dios.
10 Yel que ha entrado en su descanso,
mado, vino a ser para todos los que
le obedecen causa de salud eterna,
también descansa de sus obras, como 10
Dios descansó de las suyas. declarado por Dios Pontífice según
11 Démonos prisa, pues, a entrar Ja orden de Melquisedec.
en este descanso, a fin de que nadie
caiga en este mismo ejemplo de des-
Estado imperfecto de los des-
obediencia. 12 Que la palabra de Dios tinatarios.
es viva, eficaz y tajante, más que
11 Sobre lo cual tenemos mucho
una espada de dos filos, y penetra
hasta la división del alma y del espí- que decir, de difícil inteligencia,
ritu, hasta las coyunturas y la medula, porque os habéis vuelto torpes de
y discierne los pensamientos y las oídos. 12 Pues los que después de
intenciones del corazón. 13 Y no tanto tiempo debíais ser maestros,
hay cosa creada que no sea manifiesta necesitáis que alguien de nuevo os
en su presencia, antes son todas des-
(i) Empieza a tratar el segundo punto, el
nudas y manifiestas a los ojos de sacerdocio de Jesucristo, según el orden de
Aquel a quien hemos de dar cuenta.
i

j
Melquisedec.
I
(2) Salm. 2, 7.
(i) Gen. a. j. (3) Salín. 110. 1

85
I34n HEBREOS, 6, 7

enseñe los primeros rudimentos de la que produce espinas y abrojos es


los oráculos divinos, y os habéis estéril y está próxima a ser maldita,
vuelto tales, que tenéis necesidad de y su fin será el fuego.
leche en vez de manjar sólido. 13 Pues
todo el que se alimenta de leche no
es capaz de entender la doctrina de Palabras de esperanza y de aliento
la porque es aún niño;
justicia,
9
14 mas
el manjar sólido es para los Aunque hablamos de este modo,
perfectos, los que en virtud de la cos- sin embargo, confiamos y esperamos
tumbre tienen los sentidos ejercitados de vosotros, carísimos, algo mejor y
en discernir lo bueno de lo malo. más conducente a la salvación. 1 ' Que
no es Dios injusto para que se olvide
de vuestra obra y del amor que
Propósito del autor.
habéis mostrado hacia su nombre,
1
Por lo cual, dejando a un lado habiendo servido a los santos y per-
(y
las doctrinas elementales sobre severando en servirlos. 11 Deseamos
Cristo (I), tendamos a lo «más per- que cada uno de vosotros muestre
fecto, no echando de nuevo los fun- la misma diligencia por el logro de

damentos de la penitecia de las nuestra esperanza hasta el fin, 12 no


obras muertas y de la fe en Dios, emperezándoos, sino haciéndoos imi-
la doctrina sobre los bautismos, sobre tadores de los que por la fe y la pa-
imposición de las manos, la resu- ciencia han alcanzado la herencia
la
rrección de los muertos y el juicio de las promesas.
13
eterno. Cuando Dios hizo a Abraham la
3
Lo que toca a la perfección, eso promesa, como no tenía ninguno
es lo que me propongo exponer con mayor por quien jurar, juró por Sí
la ayuda de Dios. 4 Porque quienes, mismo, diciendo: 14 «Te bendeciré
una vez iluminados, g'istaron el don abundantemente, te multiplicaré gran-
celestial y fueron hechos participes
demente» (1). 14 Y así, perseverando
del Espíritu Santo, 6
gustaron de la en esperar, alcanzó la promesa. 16 Por-
dulzura de la palabra de Dios y los que los hombres suelen jurar por
prodigios del siglo venidero, * y caye- alguno mayor, y el juramento pone
entre ellos fin a toda controversia
ron en la apostasía; es imposible
y les sirve de garantía. 17 Por lo cual,
que sean renovados otra voz a peni-
tencia (2) y de nuevo crucifiquen queriendo Dios mostrar solemnemente
para si mismos al Hijo de Dios y le a los herederos de las promesas la in-
expongan a la afrenta. 7 Porque la mutabilidad de su consejo, interpuso
18
tierra,que a menudo absorbe la lluvia el juramento, a fin de que por dos
calda sobre ella y produce frutos de cosas inmutables, en las cuales es
bendición para el que la cultiva (3), imposible que Dios mienta, tengamos
recibirá las bendiciones de Dios; 8
pero firme consuelo los que corremos
hasta dar alcance a la propuesta
esperanza. 19 La cual tenemos como
(1) El autor supone los elementos de la
segura y firme áncora de nuestra
catequesis cristiana, que sus destinatarios deben
conocer, y sobre esta base quiere elevarse a alma, y que penetra hasta detrás
cosas más altas. del velo, 20 a donde entró por nosotros
(2) Es imposible para quienes, una vez como precursor Jesús, instituido Pon-
iniciados por la fe y el bautismo en la vida tífice para siempre según el orden de
cristiana, se vuelven atrás, ser de nuevo reno- Mclquiscdec.
vados a penitencia por el bautismo. Pudiera
objetarse a estas palabras del autor, que queda
el sacramento de la penitencia; pero el autor, Él sacerdocio de Mclquiscdec. su-
atento a mantener firmes a sus fieles en la fe perior al de l.cví.
recibida en el bautismo, no mira a este segundo
sacramento, sino a la imposibilidad de renovar 1
el bautismo del agua. Y como el bautismo es
"7 Pues
Melquisedec, rey d«
éste,
la incorporación a la muerte de Cristo, un í Salem, sacerdote del Dios altí-
segundo bautismo exigirla una segunda muerte simo, que salió al encuentro de Abra-
del Salvador en provecho de aquellos que por ham cuando volvía de derrotar a los
el pecado habrían anulado su primer bautismo reyes, y le bendijo, 1 a quien dio las
y el valor de la primera muerte de Cristo. De décimas de todo, se interpreta pri-
un modo semejante habla en 10, 26 ss.
(3) Corrobora lo dicho con la comparación
mero rey de justicia, y ademas, rey
análoga a la evangélica de la higuera estéril
(Le. 13, 6 ss.). (1) Gen. aa. 16 s.
HEBREOS, 7 134 7

de Salem (1), es deeir, rey de paz. : orden de ArónT 12 Mudado el sacer-


3
Sin padre, sin madre, sin genealogía, docio, de necesidad ha de mudarse
sin principio de sus días ni fin de su también la Ley. 13 Pues bien: Aquel
vida, se asemeja en eso al Hijo de |
de quien esto se dice, pertenece a
Dios, que es sacerdote para siempre. j
otra tribu, de la cual ninguno se
4
Y ved cuan grande es éste, a I
consagró al altar. 14 Bien notorio
quien dió el patriarca Abraham el I
es que nuestro Señor nació de Juda,
diezmo de lo mejor del botín. 5 Los i
a cuya tribu nada dijo Moisés tocante
hijos de Leví que reciben el sacerdo- al sacerdocio. 15 Y este cambio de
cio, tienen a su favor un precepto Ley es aún evidente en el supuesto
de la Ley, en virtud del cual pueden de que, a semejanza de Melquisedec,
recibir el diezmo del pueblo, esto es, se levanta otro sacerdote, 16 insti-
de sus hermanos, no obstante ser 1 tuldo, no en virtud del precepto de
también ellos de la estirpe de Abra- I una ley carnal, sino de un poder de
ham. 6
contrario, aquel, que no
Al ! vida indestructible; 17 pues de él
venía de Abraham, recibió los diez- j
se da este test mon o: «Tú eres sacer-
mos de Abraham (2) y bendijo a ¡
dote para siempre, según el orden
aquel a quien fueron hechas las pro- |
de Melquisedec.» 18 Con esto se
mesas. 7 Ño cabe duda que el menor es |
anuncia la abrogación del precedente
bendecido por el mayor. 8 Y aquí son I
mandato, a causa de su ineficacia e
ciertamente los hombres mortales los I inutilidad, 19 pues la Ley no llevó
que reciben los diezmos, pero allí |
nada a la perfección, sino que fué
uno de quien se da testimonio que sólo una introducción a una espe-
vive. 9 Y, por decirlo así, en Abraham, I
ranza mejor, mediante la cual nos
el mismo Leví, que recibe los diezmos, ! acercamos a Dios.
los pagó. 10 Porque aún se hallaba en
la entraña de su padre, cuando le salió
al encuentro Melquisedec.
i
El sacerdocio de Cristo, confir-
mado con juramento.
Imperfección del sacerdocio
levílico. 20 Y por cuanto no fué hecho sin
juramento; pues aquéllos fueron cons-
11
Pues
si la perfección viniera tituidos sacerdotes sin juramento,
por sacerdocio levítico (pues bajo
el
21 mas éste lo fué con juramento

él recibió el pueblo la Ley), ¿qué por el que le dijo: «Juró el Señor


necesidad había de suscitar otro sacer- y no se arrepentirá. Tú eres sacer-
docio, según el orden de Melquise- dote para siempre." 22 De tanto mejor
dec (3), y no denominarlo según el testamento fué hecho fiador Jesús.
23 Y
de aquéllos fueron muchos los
(1) De Melquisedec se habla en Gen. 14, hechos sacerdotes, por cuanto la
18 ss., y de él se dice que era rey y sacerdote muerte les impidió permanecer; 24 pero
a la vez. Nada se dice de su ascendencia, y de 1
éste, por cuanto permanece para sienx-
esto toma pie el autor de la epístola para añadir pre, tiene un sacerdocio perpetuo.
25 Y es, por tanto, perfecto su poder
i

ese rasgo a su significación típica. ,

(2) La superioridad del sacerdocio de Mel-


I de salvar a los que por él se acercan
quisedec sobre el de Leví la prueba nuestro
autor con este argumento: Abraham pagó diez- ! a Dios, y siempre vive para interce-
mos a Melquisedec; Leví estaba en Abraham, der por ellos.
su abuelo, luego fué el mismo Leví quien le 26 Y tal convenía que fuese nuestro
pagó, y confesó con esto ser Melquisedec su- Pontífice, santo, inocente, inmacula-
perior a él. Otra forma del mismo argumento
do, apartado de los pecadores y más
es ésta: Melquisedec bendijo a Abraham: pero
alto que los cielos : 27 que no nece-
el que da la bendición es superior al que la
recibe; luego Melquisedec es superior a Abra- sita, como los pontífices, ofrecer cada
ham y a Leví, su hijo. día víctimas, primero por sus pro-
(3) Si el sacerdocio levítico hubiera reali- pios pecados, luego por los del pue-
zado la santificación, que es su fin, ¿para qué blo, pues esto lo hizo una sola vez,
hablar David en el salmo no de este nuevo ofreciéndose a Sí mismo. 28 En suma,
sacerdocio de Melquisedec? El sacerdocio tiene
!
la Ley hizo pontífices a hombres débi-
su ley, norma de su ministerio, luego a un
nuevo sacerdocio sigúese una nueva ley; luego j
les, pero la palabra del jturárneíi'to
el sacerdocio de Cristo debe poseer la ley que sucedió a la Ley, instituyó al
evangélica. Hijo para siempre perfecto.
,

1348 HEBREOS, 8, 9

Cristo Pontífice entra en el San- dia de sus iniquidades, y de sus pe-


tuario del ciclo. cados jamás me acordaré» (1).
13
Al decir «un pacto nuevo •
La suma de todo lo dirho es
1
declara envejecido el primero. Ahora
8 que nosotros tenemos un Pontí- bien, lo que envejece y se hace anti-
fice que está sentado a la diestra guo está a punto de desaparecer.
del trono de la Majestad en los cielos;
* ministro del Santuario y del taber-
náculo verdadero (1), hecho por el
Señor, no por el hombre. 3 Pues todo El santuario de la anticua alianza.
pontífice es instituido para ofrecer
ofrendas y sacrificios, por lo cual es 1
Y el primer pacto tenía su cere-
Q
preciso que tenga algo que ofrecer. ' monial y su santuario material.
4 Si
El morara en la tierra, no podría Fué construido un tabernáculo, y
ser sacerdote, habiendo ya quienes en él una primera estancia, en que
al tenor de la Ley ofrezcan dones. estaban el candelabro y la mesa y
5
Estos sacerdotes sirven en un san- los panes de la proposición. Esta
tuario que es imageñ y sombra del estancia se llamaba el Santo. s Des-
celestial, según que fué revelado a pués del segundo velo, otra estancia
Moisés, cuando se disponía a ejecutar del tabernáculo, que se llamaba el
el tabernáculo: «Mira se le dijo — —
Santo de los Santos, 4 en el que
y hazlo todo según el modelo que estaba el altar de oro de los perfu-
te ha sido mostrado en el monte» (2). mes (2) y el arca de la alianza,
• Pero nuestro Pontífice ha recibido cubierta toda ella de oro, y en ella
en suerte un ministerio tanto mejor, un vaso de oro que contenía el maná,
cuanto El es mediador de una la vara de Arón, que había rever-
más excelente alianza, concertada decido, y las tablas de la alianza.
sobre mejores promesas. ' Pues si 6 Encima del arca estaban los queru-
aquella primera estuviera exenta de bines de la gloria, que cubrían el
defecto, no habría lugar a una se- propiciatorio, de los cuales nada
gunda. hay que decir en particular.
8 6 Dispuestas así las cosas, en la
Sin embargo, fué vituperándolos,
que les dijo: «He aquí que vendrán primera estancia del tabernáculo en-
días, dice el Señor, en que concertaré traban cada día los sacerdotes, que
con la casa de Israel y con la casa desempeñaban sus ministerios; ' pero
de Judá un pacto nuevo, • no con- en la segunda, una sola vez en el
forme el pacto hecho con sus padres, año entraba el pontífice solo, no
el día en que los tomé de la mano sin haber ofrecido la sangre en expia-
para sacarlos de la tierra de Egipto, ción de sus ignorancias y las del
puesto que ellos no permanecieron pueblo. 8 Quería mostrar con esto el
fieles a mi pacto, y yo los menos- Espíritu Santo que aún no estaba
precié, dice el Señor. 10 Este será expedito el camino del Santuario,
el pacto que yo haré con la casa de mientras el primer tabernáculo sub-
Israel, después de aquellos días, dice sistiese. • Era esto figura que miraba
el Señor: Imprimiré mis leyes en su a los tiempos presentes, pues en aquél
mente, y en sus corazones las escri- se ofrecían dones y sacrificios que
biré. Y yo seré su Dios, y ellos serán no eran eficaces para hacer perfecto
mi pueblo. 11 Y nadie enseñará a en la conciencia al que ministraba.
su prójimo ni a su hermano, diciendo: 10 Sus preceptos eran carnales, sobre
Conoce al Señor; porque todos me alimentos, bebidas y diferentes lava-
conocerán, desde el menor hasta el
mayor, 11 porque tendré misericor-
(1) Jer. 31. 3t ss.
(a) la descripción del Exodo, 30, 1 ssJ
Según
(i) Los sacerdotes levíticos ejercían su mi- el altar de oro de los perfumes estaba en la pri-
nisterio en el tabernáculo de la tierra. Jesu- mera estancia, con la mesa de los panes y el can-
cristo en el tabernáculo del cielo, en la pre- delabro. Con esto concuerda el relato de San
sencia del Padre, donde está intercediendo Lucas, al contar la visión de Zacarías (1, S ss.).
siempre por nosotros. El sacerdocio levítico Esto es claro y no podía ignorarlo el autor»
respondía a la alianza sinaftica, el de Cristo a ¿Qué quiso, pues, significar al pener el altar
una alianza nueva, espiritual, que supone la en el Santísimo? Tal vez el incensario en qut
abrogación de la antigua, según lo habían anun- el sumo sacerdote ofrecía el incienso cuanto,
ciado los profetas. entraba en el Santísimo el día de la expiació»
(a) Ex. 35, 40. (Lev. 16, 11 ss.).
HEBREOS, 10

tonos, establecidos hasta el tiempo de han de ser purificadas con sangre,


la sustitución (1). y no hay remisión sin efusión de
sangre.

lia purificación de los pecados [Necesidad del sacrificio de Cristo.


por Cristo.
23 que
11
Era, pues, necesario las
Pero Cristo, constituido Pontí- figuras del santuario celestial fuesen
fice de los bienes futuros, entró una
purificadas, pero el santuario mismo
vez para siempre en un tabernáculo del cielo había de serlo con más
mejor y más perfecto, no hecho por excelentes sacrificios; 24 que no entró
manos de hombres, no de esta crea- Cristo en un santuario hecho por
ción, 12 ni por la sangre de los machos
mano de hombres, figura del verda-
cabríos y de los becerros, sino por su
dero, sino en el mismo cielo, para
propia sangre entró en el Santuario, comparecer en presencia de Dios
la
realizada la redención eterna. 13 Por- 25
a favor nuestro. Ni para ofrecerse
que si la sangre de los machos cabríos muchas manera que el
veces, a la
y de los toros, y la aspersión de la pontífice entra cada año en el san-
ceniza de la vaca, santifica a los in- tuario en sangre ajena; 26 de otra
mundos y les da la limpieza de la manera sería preciso que padeciera
carne, 14 [cuánto más la sangre de
muchas veces desde la creación del
Cristo, que por el Espíritu eterno a
mundo. Pero una sola vez en la
sí mismo se ofreció inmaculado a plenitud de los tiempos se manifestó
Dios, limpiará nuestra conciencia de
para destruir el pecado por el sacri-
las obras muertas, para servir al
ficio de Sí mismo. 27 Y como a los
Dios vivo! 15 Por esto es el mediador hombres les está establecido morir
de una nueva alianza, a fin de que, una vez, y después de esto el juicio,
por su muerte, para redención de 28
así también Cristo, que se ofreció
las transgresiones cometidas bajo la
sólo una vez para soportar los pecados
primera alianza, los que han sido de todos, por segunda vez aparecerá,
llamados reciban las promesas de la sin pecado, a los que le esperan
herencia eterna.
para recibir la salud.

Aeccsidad de la muerte de Cristo. Impotencia de la Ley para san-


tiiicar.
16 Porque donde hay testamento,
es preciso que intervenga la muerte |[|
1
Pues como la Ley sólo es la
del testador. 17 El testamento es vale- sombra de los bienes futuros,
dero por la muerte, pues nunca el no verdadera realidad de las co-
la
testamento es firme mientras vive sas en ninguna manera puede
(1),
el testador. 18 Y ni el primero fué con los sacrificios que cada año sin
otorgado sin sangre; 19 porque, ha- cesar se ofrecen, siempre los mismos,
biendo sido leídos al pueblo todos los perfeccionar a quienes los ofrecen.
2 De
preceptos de la ley de Moisés, otro modo cesarían de ofrecerlos,
tomando éste la sangre de los be- por no tener conciencia ninguna de
cerros y de los machos cabríos, con pecado los adoradores, una vez ya
agua y lana teñida de grana, e hisopo, purificados. 3 Pero en esos sacrificios
aspergió el libro y a todo el pueblo, cada año se hace memoria de los pe-
20 diciendo:
«Esta es la sangre de la cados, 4 por ser imposible que la san-
alianza que Dios ha contraído con gre de los toros y de los machos ca-
vosotros» (2). 21 Y
el mismo taber- bríos borre los pecados. 5 Por lo cual
náculo y los vasos del culto, los asper- entrando en este mundo dice: «No
gió del mismo modo con sangre, 22 y
según la ley, casi todas las cosas (i) En la fiesta de la expiación, el pontífice,
después de ofrecer el sacrificio por sus pecados
y los del pueblo, entraba en lo interior del
(i) Habla aquí de la celebración de la alian- santuario, llamado Santo de los Santos o San-
za sináiüca, sellada con la sangre de las víctimas, tísimo, a ofrecer la sangre y hacer expiación
a la que sucede la evangélica, sellada con la de los pecados. Jesucristo hizo esto una vez
sangre de Jesucristo. para siempre, entrando en el cielo después de
(a) Ex. 24, 6 ss. su sacrificio.
,

135U HEBREOS 10

quisiste sacrificios ni oblaciones, pero y lavado el cuerpo con el agua pura.


me has preparado un cuerpo. 6 Los 23
Retengamos firmes la confesión de
holocaustos y sacrificios por el pe- la esperanza, porque es .fiel el que la
cado no los recibiste. ' Entonces yo ha prometido.
dije: Heme aquí que vengo —
en el vo- 24 Miremos los unos por los otros,
lumen del Libro está escrito de mí
para hacer, joh Diosl, tu volun-
— para excitarnos a la caridad y a las
buenas obras; 26 no abandonando
tad (1). nuestra asamblea, como es costumbre
8
Habiendo dichoarriba: «Las ofren- de algunos, sino exhortándonos, y
das y holocaustos y sacrificios por
los tanto más cuanto que vemos que se
el pecado no los quieres, no los acep- acerca el día. 24 Porque si voluntaria-
tas», siendo todos ofrecidos según la mente pecamos después de recibir
Ley, 9 dijo entonces: «He aquí que el conocimiento de la verdad, ya no
vengo para hacer tu voluntad.» Abro- queda sacrificio por los pecados, 27 sino
ga lo primero para establecer lo se- un temeroso juicio, y la cólera terri-
28
gundo. 10 En virtud de esta volun- ble que devora a los enemigos. Si
tad somos nosotros santificados por el que menosprecia la ley de Moisés,
la oblación del cuerpo de Jesucristo, sin misericordia es condenado (1) a
hecha una sola vez. muerte sobre la palabra de dos o
tres testigos, 29 ¿de cuánto mayor
castigo pensáis que será digno el que
I.os nrítfgúos saerilicadores y pisotea al Hijo de Dios y reputa por
Cristo. inmunda la sangre de su testamento,
en el cual El fué santificado, c in-
11
Y mientras que todo sacerdote sulta al Espíritu de la gracia? 30 Por-
asiste cada día para ejercer su minis- que conocemos al que dijo: «Mía es
terioy ofrecer muchas veces los la venganza; yo daré la paga» (2). Y
mismos sacrificios, que nunca pue- luego: «El Señor juzgará a su pue-
den quitar los pecados. 12 Este, ha- blo» (3). 31 Terrible cosa es caer en las
biendo ofrecido un sacrificio por los manos del Dios vivo.
pecados, para siempre se sentó a la
diestra de Dios, 13 esperando lo que
resta «hasta que sean puestos sus Exhortación a la perseverancia
enemigos por escabel de sus pies». en sufrir por el Evangelio.
14
De manera que con una sola obla- 32
ción perfeccionó para siempre a los Recordad
los días pasados, en
santificados. 16 Y
nos lo certifica el los después de iluminados,
cuales,
Espíritu Santo, porque después de soportasteis una grave lucha de mise-
haber dicho: 18 «Esta es la alianza ria; 33 de una parte fuisteis dados en
qne contraeré con vosotros, dice el espectáculo a las públicas afrentas y
Señor: después de aquellos días, de- persecuciones (4); de otra os ha-
positaré mis leyes en sus corazones béis hecho partícipes de los que así
y en su mente las escribiré,
17
y de están. 34 Pues habéis tenido compa-
sus pecados e iniquidades no me acor- pasión de los presos, y recibisteis con
daré más.» 18 Pues donde hay remi- alegría el despojo de vuestros bienes,
sión ya no hay oblación por el pecado. conociendo que teníais una hacienda
mejor y perdurable. 85 No perdáis,
pues, vuestra confianza, que tiene
resumen. una gran recompensa. 36 Porque te-
Exhortación y
néis necesidad de paciencia, para que.
19 Teniendo, pues, hermanos, en cumpliendo la voluntad de Dios, al-
virtud de la sangre de Cristo, firme
confianza de entrar en el Santuario (:) En términos solemnes pone de relieve
40 que El nos abrió, como camino
la gravedad de la culpa y del peligro de la salud
nuevo y vivo a través del velo, esto eterna que implica el pecado después de reci-
es, de su carne;
21
y teniendo un bida la gracia por el bautismo. Para urgir más
su argumento, trae a colación las sanciones qut
gran sacerdote sobre la casa de
22 acerquémonos imponía la ley mosaica.
Dios, con sincero Deut. 3a, 35.
(a)
corazón, con fe perfecta, purificados Salm. 135. U-
los corazones de toda conciencia mala
(3) "¿a
Por aquí conocemos que los fieles ha-
(4)
blan sufrido persecuciones por la fe, de lo cual
(i) Salm. 40, 7 s». nos informa bien San Lucas en los Hechos.
.

HEBREOS, 11

caneéis la promesa. " «Porque aún tiendas, lo mismo que Isac y Jacob,
un poco de tiempo, y el que llega coherederos de la misma promesa.
vendrá y no tardará. 38 Mi justo vi- 10 Porque esperaba él ciudad asentada
virá de la fe, pero no se complacerá sobre firmes cimientos, cuyo arquitec-
ya mi alma en el que cobarde se ocul- to y constructor sería Dios (1). 11 Por
ta» (1). 39 Pero nosotros no somos la fe la misma Sara recibió el vigor,
ele los que se ocultan para perdición, principio de una descendencia, y esto
sino de los que perseveran fieles para fuera ya de la edad propicia, por
ganar el alma. cuanto creyó que era fiel el que se
lo había prometido (2). 12 Y por eso de
uno, y éste ya sin vigor para engen-
1.a fe y .su valor en la historia drar, nacieron hijos numerosos como
de los patriarca- las estrellas del cielo y como las are-
nas incontables que hay en las ribe-
ras del mar (3).
I
1
j Ahora bien; es la fe la firme 13
En la fe murieron todos sin reci-
1 1 seguridad de lo que espera- bir las promesas; pero viéndolas de
mos (2), la convicción de lo que no lejos y saludándolas y confesándose
vemos; 2 pues por ella adquirieron peregrinos y huéspedes sobre la tierra,
gran nombre los antiguos. 3 Por la fe 14 pues los que tales cosas dicen dan
conocemos que los mundos han sido bien a entender que buscan la patria.
dispuestos por la palabra de Dios, 15 Que si
se acordaran de aquélla de
de suerte que de lo invisible ha te- donde habían salido, tiempo tuvieron
nido origen lo visible (3). 4 Por la fe para volverse a ella. 16 Pero desea-
Abel ofreció a Dios sacrificios más ban otra mejor, esto es, la celestial.
excelentes que Caín, y por ellos fué Por eso Dios no se avergüenza de
declarado justo, dando Dios testimo- llamarse Dios suyo, porque les tenía
nio a sus ofrendas; y por ella habló preparada una ciudad (4).
aun después de muerto (4). 5 Por la fe 17 Por la fe ofreció Abraham ;i
fué trasladado Enoc, sin pasar por la Isac cuando fué puesto a prueba, y
muerte, y no fué hallado, porque Dios ofreció a su primogénito el que había
le trasladó. Pero antes de ser tras-
recibido las promesas, 18 y de quien
ladado recibió el testimonio de haber se había dicho: «Por Isac tendrás tu
agradado a Dios (5), 6 cosa que sin la descendencia», 19 pensando que hasta
fe es imposible. Que es preciso que
de entre los muertos podría Dios re-
quien se acerque a Dios crea que exis- sucitarle, y así le recuperó en el instan-
te y que es remunerador de los que te en que creía perdido (5). 20 Por
le
le buscan. la fe dió Isac las bendiciones de los
7
Por Noé, avisado por divi-
la fe,
bienes futuros a Jacob y a Esaú (6).
na revelación de lo que aún no se 21 Por Jacob, moribundo, ben-
la fe
veía, movido de temor fabricó el arca dijo a cada uno de
los hijos de José,
para salvación de su casa; y por aque- apoyándose en su báculo (7). 22 Por la
lla misma fe condenó al mundo, ha-
fe José, estando para acabar, se acor-
ciéndose heredero de la justicia según dó de la salida de los hijos de Israel
8
la fe (G). Por la fe Abraham, al ser lla- y dió órdenes acerca de sus huesos (8).
mado, obedeció y salió hacia la tierra 23Por la fe Moisés, recién nacido, fué
que había de recibir en herencia, pero ocultado durante tres meses por sus
sin saber a dónde iba. 0 Por la fe
padres, que viendo al niño tan her-
moró en la tierra de sus promesas moso, no se dejaron amedrentar
como en tierra extraña, habitando en por el decreto del rey (9). 24 Por la fe
Moisés, llegado ya a la madurez,
rehusó ser llamado hijo de la hija
U) Hab. 2, 3 s.
Este capitulo nos muestra al fiel discí-
de Faraón, 25 prefiriendo ser afligido
(2)
pulo de San Pablo. Los patriarcas y profetas
del Antiguo Testamento iban guiados por la fe (1) Gen. 12, 1 ss.
en Dios y en las promesas que Dios les había (2) Gen. 17, 19.
hecho. Esa fe en la palabra divina y la espe- (3) Gen- 15, 5.
ranza de que Dios la cumpliría, era la fuerza (4) Ex. 3, 6.
propulsora de su vida. (5) Gen. 22.
(3) Gen. x. (6) Gen. 27.
(4) Gen. 4, 4- (7) Gen. 48, 15 s.

15) Gen, 5, 4. (8) Gen. 50, 24.


(6) Gen. 6, 8 s I
(9) Ex. 2. 2
1352 HEBREOS. 12

con pueblo de Dios a disfrutar de


el sobre nosotros, para que sin nosotras
las ventajas pasajeras del pecado, no llegasen ellos a la perfección (1).
24 teniendo por mayor riqueza que
los tesoros de Egipto los vituperios
de Cristo, porque ponía los ojos en Exhortación.
la remuneración (1).
27 Por la fe abandonó el Egipto 1 1
Teniendo, pues, nosotros tal
sin miedo a
las iras del rey, pues, nube detestigos que nos en-
como viera al Invisible, perseveró
si vuelve, arrojemos todo el peso del
firme en su propósito. 28 Por la fe pecado que nos asedia, y por la pa-
celebró la Pascua y la aspersión de ciencia corramos al combate que se
la sangre, para que el exterminador nos ofrece, 2 puestos los ojos en el
no tocase a los primogénitos de Is- autor y conservador de la fe, Jesús:
rael (2). 29 Por la fe atravesaron el Mar el cual, en vez del gozo que se le
Rojo, como por tierra seca, mas pro- ofrecía, soportó la cruz, sin hacer
bando a pasar los egipcios, fueron caso de la ignominia, y está sentado
sumergidos (3). 30 Por la fe cayeron a la diestra del trono de Dios. 3 Traed,
los muros de Jericó, después de haber pues a vuestra consideración al que
sido rodeados siete días. 31 Por la fe soportó tal contradicción de los pe-
Rahab, la meretriz, no pereció con cadores contra sí mismo, para que
los incrédulos, por haber acogido be- no decaigáis de ánimo rendidos por
névolamente a los espías (4). la fatiga.
32
¿Y qué más diré? Porque me fal-
taría el tiempo para hablar de Ge-
deóh, de Barac, de Sansón, de Jefté, I :>. corrección divina.
de David, de Samuel y de los profe-
tas, 33 los cuales por la fe subyuga- 4
Aún no habéis resistido hasta la
ron reinos, ejercieron la justicia, al- sangre en vuestra lucha contra el pe-
canzaron las promesas, obstruyeron cado, 5 y os habéis ya olvidado de
la boca de los Icones, 84 extinguieron la exhortación que a vosotros como
la violencia del fuego, escaparon al a hijos se dirige: «Hijo mío, no me-
filo de la espada, convalecieron de la nosprecies la corrección del Señor, y
enfermedad, se hicieron fuertes en no desmayes reprendido por El; • por-
la guerra, desbarataron los campa- que el Señor, a quien ama le reprende,
mentos de los extranjeros. 85 Las y azota a todo el que recibe por
mujeres recibieron sus muertos resu- hijo. (2).
citados, otros fueron sometidos a tor- 7
Soportad Como con
la corrección.
mento, rehusando la liberación por hijos se Dios con vosotros.
porta
alcanzar una resurrección mejor; ¿Pues qué hijo hay a quien su padre
38 otros no corrija? 8 Pero si no os alcanzase
soportaron Irrisiones y azotes,
aún más, cadenas y cárceles; 87 fue- la corrección de la cual todos han
ron apedreados, tentados, aserrados, participado, argumento es de que sois
murieron al filo de la espada, andu- ¡bastardos y no legítimos. • Per otra
vieron errantes, cubiertos de pieles parle, hemos ten'do a nuestros padres
de cabras, desprovistos de ln nece- !
carnales que nos corregían, y nosotros
38 aque-
sario, atribulados, maltratados; |
respetábamos; ¿no hemos de so-
los
llos de quienes no era digno el mun- 1
meternos mucho más al Padre de los
do, perdidos por los desiertos y por ¡espíritus, para vivirí 10 En efecto,
los montes, por las cavernas y por ¡aquéllos, según bien les parecía, nos
las grietas de la tierra. 39 Y todos ¡corregían para proporcionarnos una
éstos, con ser recomendables por su felicidad de pocos días; pero Este,
40 por-
fe, no alcanzaron la promesa, mirando a nuestro provecho nos co-
que Dios tenía previsto algo mejor ¡rrige, para hacernos participantes de
su santidad. 11 Ninguna corrección
parece por el momento agradable,
(1) Quiere decir que Moisés renunció a la
adopción de la princesa egipcia por amor de
las promesas mesiánicas hechas a su pueblo, (1) Todos estos de quienes habla vivieron,
a las cuales no podría llegar sino pasando por lucharon y padecieron alentados por la fe en
trabajos y afrentas. los destinos de su nación, las promesas mesiá-
(2) Ex. 14. nicas hechas por Dios a Israel, causa de li
(3) Jos. a. II s. ¡divina elección de su pueblo,
(4) Ex. a. n l. (a) Prov. a. 11 s.
HEBREOS, 13 1353

sinu dolorosa; pero al fin ofrece fru- el cieloos habla, cuya voz entonces
tos apacibles de justicia a los ejerci- estremecía la tierra y ahora hace
tados por ella. esta promesa: «Todavía una vez, yo
conmoveré no sólo la tierra, sino
también el cielo » (1). 27 Este «todavía
Hay que tener alientos. una vez» muestra el cambio de las
cosas movibles, por razón de haberse
Por lo cual, enderezad las manos
12 ya cumplido, a fin de que permane-
caídas y las rodillas debilitadas, 13 y ciesen las no conmovibles. 28 Por lo
enderezad vuestros pasos, para que cual, ya que recibimos el reino incon-
los cojos no se salgan del camino, movible, guardemos la gracia, por la
antes bien sean curados. 14 Procurad cual serviremos agradablemente a
la paz con todos, y la santidad, sin la Dios con temor y reverencia, 29 por-
cual nadie verá a Dios; 15 mirando que mostró Dios ser un fuego de-
bien que ninguno sea privado de la vorador.
gracia de Dios, que ninguna raíz
amarga, brotando, os impida y co-
rrompa la fe e inficione a muchos de Diversos preceptos ninrales.
los fieles. 16 Mirad que ninguno in-
curra en fornicación, impureza o im-
piedad, como Esaú, que vendió su ~\ 1
Permanezca entre vosotros la
primogenitura por una comida. 17 Bien fraternidad, 2 no os olvidéis de
sabéis cómo queriendo después here- la hospitalidad, pues por ella algu-
dar la bendición, fué desechado y no nos, sin saberlo, hospedaron a ánge-
halló lugar de penitencia, aunque con les (2). 3 Acordaos de los presos, como
lágrimas lo buscó (1). si vosotros estuvierais presos con
ellos, y de los que sufren malos tra-
tos, como si estuvierais en su cuerpo.
hxcelejiciu «le la nueva alianza. 4
El matrimonio sea tenido por todos
en honor; el lecho conyugal sea sin
18
Que no os habéis allegado al mancha, porque Dios ha de juzgar
monte tangible, al fuego encendido, a los fornicarios y a los adúlteros.
5
al torbellino, a la oscuridad, a la Sea vuestra vida exenta de ava-
tormenta, 19 al sonido de la trom- ricia, contentándoos con lo que ten-
peta y a la voz de las palabras, que gáis, porque el mismo Dios ha dicho:
quienes las oyeron rogaron que no «No te dejaré ni te desampararé» (3).
se les hablase más; 20 porque no po- De manera que animosos podemos
dían oírla sin temor (2). Si un ani- decir:«El Señor es mi ayuda, no te-
mal tocaba al monte, había de ser meré; ¿qué me podrá hacer el hom-
apedreado. 21 Y tan terrible era la bre?» (4).
aparición, que Moisés dijo: «Estoy 7
Acordaos de vuestros pastores,
aterrado y tembloroso.» 22 Pero vos- que os predicaron la palabra de Dios,
otros os habéis allegado al monte de y considerando el fin de su vida, imi-
Sión, a la ciudad del Dios vivo, a la tad su fe. 8 Jesucristo es el mismo
Jerusalén celestial, y a las miríadas ayer y hoy y por los siglos. 9 No os
de ángeles, a la asamblea, 23 a la con- dejéis llevar de doctrinas varias y
gregación de los primogénitos, que extrañas; porque es mejor fortalecer
están escritos en los cielos, y a Dios, el corazón con la gracia que con
que es Juez de todos, y a los espíritus viandas, de las que ningún provecho
de los justos perfectos, 24 y al Me- sacaron (5) los que a ellas se ape-
diador de la nueva alianza, Jesús, y garon. 10 Nosotros tenemos un altar,
a la aspersión de la sangre, que del que no tienen facultad de comer
habla mejor que la de Abel. los que sirven en el tabernáculo. 11 Los
25 Mirad que no recuséis al que cuerpos de aquellos animales cuya
habla; porque aquéllos, recusando
si ! sangre, ofrecida por los pecados, es
al que en la tierra les hablaba, no
escaparon al castigo, mucho menos (1) Ag. 2, 6.
vosotros, si desecháis al que desde (2) Gen. 18, 3.
(3) Jos. 1, 5.
I
(4) Salm. 118, 6.
(1) Gen. 25, 33; 27, 30 ss. ¡ (5) La distinción de los alimentos en puros
(2) Recuerdo de la promulgación de la ley j
e impuros no aprovecha de nada para la jus-
en el Sinai (Ex. 19, 6). ticia.
Vó!i4 HEBRE
introducida en el santuario por el y que queremos vivir bien en ludo.
pontífice, son quemados fuera del 19
Sobre todo os ruego que hagáis
12 Por
campamento. lo cual también oración para que yo os sea pronto
Jesús, a fin de santificar con su restituido. 20 El Señor de la paz, que
propia sangre al pueblo, padeció fuera sacó de entre los muertos, por la
de la puerta. sangre de la alianza eterna, al gran
13 Salgamos, pues, a El fuera del Pastor de las ovejas, nuestro Señor
campamento, cargados con su opro- Jesús, 21 os haga perfectos en todo
bio, que no tenemos aquí ciudad per- bien, para hacer su voluntad, cum-
manente, antes buscamos la futura. pliendo en vosotros lo que es grato
15 Por El ofrezcamos de continuo a en su presencia, por Jesucristo, a
Dios sacrificio de alabanza, esto es quien sea la gloria por los siglos de
el fruto de los labios que bendicen los siglos. Amén.
su nombre. 19 De la beneficencia y
de la mutua asistencia no os olvidéis,
que en tales sacrificios se complace
17 Conclusión.
Dios. Obedeced a vuestros pastores
y estadles sujetos, que ellos velan
sobre vuestras almas, como quien ha 22
Os ruego, hermanos, que llevéis
de dar cuenta de ellas, para que lo con paciencia este discurso de exhor-
hagan con alegría y sin gemidos, que tación, porque en verdad os he escrito
esto sería para vosotros poco venturo- brevemente. 23 Sabed que ha sido
so (1). 18 Orad por nosotros. Confia-
, puesto en libertad vuestro hermano
mos en que tenemos bujna conciencia Timoteo, en cuya compañía, si vi-
niere pronto, os he de ver. 24 Saludad
(i) Efectivamente no es una dicha para los a vuestros pastores y a todos los
subditos, sino todo lo contrario, el hacer llorar santos. Os saludan los de Italia. 23 La
a sus superiores por su indisciplina. gracia sea con todos vosotros.
EPÍSTOLA DE SANTIAGO
INTRODUCCION A LA EPISTOLA DE SANTIAGO

TJL nombre de Santiago, Jacobo, era muy común entre los judíos. Tres son
los personajes de este nombre que los Evangelios nos dan a conocer. El
primero es Santiago el Mayor, hijo de Zebedeo, Apóstol, que selló con su muerte
la fe de Cristo, el año 44 (Hech. 12, 2). Otro es Santiago el Menor, hijo de
Alfeo, también Apóstol (Me. 3, 18). El tercero es Santiago, hijo de María,
(Me. 16, 1), hermana de la Virgen y llamada en otro lugar María de Cleofás,
por su marido (Jn. 19, 25). Este es, sin duda, el que en los Actos y en San
Pablo recibe el titulo de hermano del Señor (Gal. 1, 19). Parece que su padre
era hermano de San José, su madre cuñada, en sentido lato hermana de la
Virgen, y por tanto primo del Señor (Le. 9, 54). Se disputa si este tercero se
identifica con el segundo. La tradición de la Iglesia oriental los distingue,
mientras la de la Iglesia occidental, con mayor probabilidad, los considera como
una misma y única persona, y que su padre, Cleofás o Cleopatro, es el mismo
que Alfeo.
Este Santiago, hermano del Señor, gobernó hasta su muerte la iglesia de
Jerusalén. Tanto la Escritura como la tradición histórica nos lo presentan
como muy adicto a la Ley y a las prácticas de la devoción judia, sin perjuicio,
claro es, de la fe en Jesucristo; tanto que aquellos judaizantes que por todas
partes perseguían a San Pablo pretendían escudarse con el nombre de San-
tiago. A pesar de esa su piedad, por la que era venerado de los mismos judíos,
el pontífice Anano le hizo prender y condenar a muerte el año 62, aprovechando
la partida del gobernador romano Porcio Festo.
A juzgar por lo que vemos en Jerusalén (Hech. 21, 20 ss.), hemos de su-
poner que muchos judíos de la dispersión, convertidos a la fe, conservaban su
amor al templo y su devoción por aquellas formas de piedad en que se habían
criado. De aquí debía originarse mayor devoción por la iglesia madre de Je-
rusalén. Este fué, sin duda, el motivo de la carta escrita por Santiago «a las
doce tribus de la dispersión".
La carta contiene una serie de normas morales inspiradas en los libros sa-
pienciales, pero desarrolladas en el ambiente de espiritualidad propia del ser-
món de la montaña.

EPISTOLA DE SANTIAGO
Saludo. De la perseverancia en las
pruebas.
1
] Santiago, siervo de Dios y del
Señor Jesucristo, a las doce tribus 2
Tened, hermanos míos, por sumo
de la dispersión, salud. gozo veros rodeados de diversas ten-
1358 SANTIAGO, 2

3 considerando cibid con mansedumbre la palabra


taciones, que la prueba
de vuestra fe engendra la paciencia. '
injerta en vosotros, capaz de salvar
4
Mas tenga obra perfecta la pacien- vuestras almas. 23 Ponedla en prác-
cia, para que seáis perfectos y cum- tica y no os contentéis sólo con oírla,
plidos, sin faltar en cosa alguna. que os engañaríais; 83 pues quien se
6
Si alguno de vosotros se halla falto contente con sólo oír la palabra sin
de sabiduría, pídala a Dios, que a practicarla, será semejante al varón
todos da largamente y sin reproche, que contempla en un espejo su ros-
y le será otorgada. 6 Pero pida con tro, 44 y apenas se contempla, se va
fe, sin vacilar en nada, que quien y al instante se olvida de cómo era;
vacila es semejante a las olas del íS mientras que quien atentamente
I

mar, movidas por el viento y lleva- considera la ley perfecta, la de la


das de una a otra parte. 7 Hombre \
libertad, ajustándose a ella, no como
semejante no piense que recibirá nada ;
oyente olvidadizo, sino como cum-
de Dios. 8 Es varón indeciso, e in- j
plidor, este será bienaventurado por
constante en todos sus caminos. :

sus obras.
9
Gloríese el hermano pobre en 38 Si alguno cree ser religioso
y no
su exaltación, 10 el rico en su humi- ;
refrena su lengua, se engaña, porque
llación, porque como la flor del heno \
su religión es vana. 17 La religión
pasará. 11 Se levantó el sol con sus pura e inmaculada ante Dios Padre
ardores, secóse el heno, se marchitó es visitar a los huérfanos y a las
la flor y desapareció su belleza. Asi viudas en sus tribulaciones, y con-
también el rico se marchitará en sus i servarse sin mancha en este mun-
empresas. 13 Bienaventurado el varón , do (1).
que soporta la tentación, porque, pro-
bado, recibirá la corona de la vida
que Dios prometió a los que le aman. 1.a caridad.
13 Nadie en la tentación diga: «Soy

tentado por Dios.» Porque Dios ni !


•) Hermanos míos, no juntéis la
1

puede ser tentado al mal ni tienta a *" acepción de personas con la fe


nadie. 14 Cada uno es tentado por i
de nuestro glorioso Señor Jesucristo.
sus propias concupiscencias, que le I
* Porque si entrando en vuestra asam-
atracu y seducen. 15 Luego la concu- blea un hombre con anillos de oro en
piscencia, cuando ha concebido, pare ,
los dedos, en traje magnífico, y entran-
el pecado, y el pecado, una vez con- '

do asimismo un pobre con traje raído,


sumado, engendra la muerte. 14 No I
3 fijáis
la atención en el que lleva el
os engañéis, hermanos míos carísi- traje magnífico y le decís: Tú sién-
mos 17 Todo buen don y toda
(1). |
tate aquí honrosamente; y al pobre
dádiva perfecta viene de arriba, des- j
le decís: Tú quédate en pie, o sién-
ciende del Padre de las luces, en el '

tate bajo mi escabel, ¿no juzgáis por


cual no se da mudanza ni sombra de vosotros mismos y venís a ser jueces
alteración. 18 De su propia voluntad perversos? 5 Escachad, hermanos
nos engendró por la palabra de la míos carísimos: ¿No escogió Dios a
verdad, para que seamos como pri- los pobres según el mundo para enri-
micias de sus criaturas. quecerlos en la fe y hacerlos herede-
ros del reino que tiene prometido
a los que le aman? • Y vosotros
Deberes hacia la verdad. afrentáis al pobre, i No son los ricos
los que os oprimen y os arrastran
14 Sabéis, hermanos míos carísi- ante los tribunales? ' No son ellos
mos, que lodo hombre debe ser pron- los que blasfeman el buen nombre
to para escuchar, lardo para hablar, invocado sobre nosotros? 8 Si en
tardo para airarse, 20 porque la co- verdad cumplís la real ley de la Es-
lera del hombre no obra la justicia critura, «amarás al prójimo como a
de Dios. 31 Por esto, deponiendo toda ti mismo», bien hacéis; • pero si
sordidez y todo rusto de maldad, re- obráis con acepción de personas, co- j

(i) El pensamiento de Santiago es claro y Esta concepción de la religión, que con-


(i)
en nada contrario, aunque si distinto, del de sisteen obras de caridad, esta muy conforme
San Pablo. Santiago quiere obras que sean con doctrina de San Pablo, que exhorta a
la
manifestación de la fe; San Pablo quiere fe hacer de la vida una hostia santa y continua
«activa en obras por la caridad». 1
a Dios (Rom. ta. i; FU. 4. 18).
SANTIAGO, 3 I .<59

metéis pecado, y la Ley os argüirá más severamente, 2 porque todos ofen-


de transgresores. 10 Porque quien ob- demos en mucho. Si alguno no peca
serve toda la Ley, pero quebrante de palabra, es varón perfecto, ca-
un solo precepto, viene a ser reo de paz de gobernar con el freno todo
todos; 11 pues el mismo que dijo: «no su cuerpo. 3 A los caballos les pone-
adulterarás», dijo también: «no ma- mos freno en la boca para que nos
tarás». Y si no adulteras, pero matas, obedezcan y así gobernamos todo su
te has hecho transgresor de la Ley. cuerpo. 4 Ved también las naves,
13 Hablad
y juzgad como quienes que, con ser tan grandes y ser em-
han de ser juzgados por la ley de la pujadas por vientos impetuosos, se
13 Porque
libertad. sin misericordia gobiernan por un pequeño timón a
será juzgado el que no hace miseri- voluntad del piloto. • Así también
cordia. La misericordia aventaja al la lengua, con ser un miembro pe-
juicio. queño, se atreve a grandes cosas.
Ved que un poco de fuego basta para
quemar todo un gran bosque. 6 Tam-
La Ic y las obras. bién la lengua es un fuego, un mundo
de iniquidad. Colocada entre nuestros
14 ¿Qué le aprovecha, hermanos miembros, la lengua contamina todo
míos, a uno decir «yo tengo fe», si el cuerpo, c inflamada por el infierno,
no tiene obras? ¿Podrá salvarle la fe? inflama a su vez loda nuestra vida.
15 Si
el hermano y la hermana están
7
Todo género de fieras, de aves,
desnudos y carecen del alimento coti- de reptiles y animales marinos es
diano, 16 y alguno de vosotros les domable y ha sido domado por el
dijere: «Id en paz, que podáis calen- hombre; 8 pero a la lengua nadie es
taros y hartaros», pero no les diereis capaz de domarla, es un azote irre-
con qué satisfacer la necesidad de su frenable y está llena de mortífero
cuerpo, ¿qué provecho les vendría? veneno. 9 Con ella bendecimos al
17 Así también la fe, si no tiene Señor nuestro y Padre, y con ella
obras es de suyo muerta. 18 Mas dirá maldecimos a los hombres, que han
alg'ino: «Tú tienes fe y yo tengo obras.» sido hechos a imagen de Dios. 10 De
Muéstrame sin las obras tu fe, que la misma boca proceden la bendición
yo por mis obras te mostraré la fe. y la maldición. Y esto, hermanos
19
¿Tú crees que Dios es uno? Haces míos, no debe ser así. 11 ¿Acaso la
bien. Mas también los demonios fuente echa por el mismo caño agua
creen y tiemblan. 20 ¿Quieres saber, dulce y amarga? 12 Puede acaso, her-
hombre vano, que es estéril la fe sin manos míos, la higuera producir afceí-
las obras? 21 Abraham, nuestro padre, tunas, o higos la vid? Y tampoco
¿no fué justificado por las obras un manantial puede dar agua salada
cuando ofreció sobre el altar a Isac, y agua dulce.
su hijo? 22 ¿Ves cómo la fe cooperaba
con sus obras y que por las obras se
hizo perfecta la fe? 23 cumplióseY La sabiduría.
la Escritura que dice: «Pero Abraham 13
¿Quién de entre vosotros es sabio
creyó y le fué imputado a justicia, y e inteligente? Pues muestre con sus
fué llamado amigo de Dios.» 24 Ved, obras y conducta su mansedumbre y
pues, cómo por las obras y no por la su sabiduría. 14 Pero si tenéis en
fe solamente se justifica el hombre. vuestros pechos un corazón lleno de
25 Y asimismo Rahab, la meretriz, amarga envidia y rencilloso, no os
¿no se justificó por las obras, reci- gloriéis ni mintáis contra la verdad;
biendo a los mensajeros y despidién- 15 que no será sabiduría de arriba la
dolos por otro camino? 28 Pues como vuestra sino sabiduría terrena, ani-
el cuerpo sin el espíritu es muerto, mal, demoníaca. 16 Porque donde hay
así también es muerta la fe sin las envidias y rencillas, allí hay desen-
obras. freno y todo género de males. 17 Mas
la sabiduría de arriba es primera-
mente pura, luego pacífica, modesta,
Pecados de la lengua. indulgente, llena de misericordia y
de buenos frutos, imparcial, sin hipo-
1
Hermanos míos, no seáis mu- cresía, 18 y el fruto de la justicia
chos en pretender haceros maes- se siembra en la paz para aquellos
tros, sabiendo que seremos juzgados que obran la paz.
13HÜ SANTIAGO, 4. 5

l,os eiieinioos de la concordia. os jactáis fanfarronamente, y esa


jactancia es mala. 17 Pues al que sabe
I
1
¿Y de dónde entre vosotros hacer el bien y no lo hace, se le im-
-T tantas guerras y contiendas? No puta a pecado.
es de Jas pasiones, que Juchan en
vuestros miembros? * Codiciáis, y,
no teniendo, mataríais; ardéis en en- Contra los ricos.
vidia y, no alcanzando nada, os
combatís y os hacéis la guerra (1). - 1
Y vosotros, los ricos, llorad a
3
Pero no tenéis porque no pedís, O
gritos sobre las miserias que os
y si pedís, no recibís, porque pedís amenazan. * Vuestra riqueza está
mal, para dar satisfacción a vues- podrida; vuestros vestidos, consu-
tras pasiones. 4 Adúlteros, ¿no sabéis midos por la polilla; 3 vuestro oro y
que la amistad del mundo es enemiga vuestra plata, comidos del orín, y
de Dios? Quien pretende ser amigo el orín será testigo contra vosotros y
del mundo se hace enemigo de Dios. roerá vuestras carnes como fuego.
6
¿O pensáis que sin causa dice la 4 Habéis atesorado para los últimos
Escritura: «El Espíritu que mora en días. El jornal de los obreros que
vosotros se deja llevar de la envi- han segado vuestros campos, defrau-
dia?» 8 Al contrario, El con gran dado por vosotros, clama, y los gritos
generosidad da la gracia. Por lo cual de los segadores han llegado a los
dice: «Dios resiste a los soberbios, oídos del Señor de los ejércitos.
pero a los humildes da la gracia» (2). 8
Habéis vivido en delicias sobre la
' Someteos, pues, a Dios, y resistid tierra, entregados a los placeres, y
8
al diablo y huirá de vosotros. Acer- habéis engordado para el día de la
caos a Dios, y El se acercará a vos- matanza. 8 Habéis condenado al
otros. Lavaos las manos, pecadores, justo, le habéis dado muerte sin que
y purificaos, hombres de doble co- él os resistiera.
razón. ' Sentid vuestras miserias,
llorad y lamentaos; conviértase en
llanto vuestra risa, y vuestra alegría hi paciencia.
en tristeza: 10 Humillaos delante del
Señor y El os ensalzará. 11 No mur- 7
Tened pues, paciencia, hermanos,
muréis unos de otros, hermanos; el hasta la venida del Señor. Ved cómo
que murmura de su hermano o juzga el labrador, con la esperanza de los
a su hermano, murmura de la Ley, preciosos frutos de la tierra, aguarda
juzga la Ley. Y si juzgas la Ley, no con paciencia las lluvias tempranas
eres ya cumplidor de ella, sino juez. y las tardías. 8 Aguardad también
II
Uno solo es el legislador y el juez, vosotros con paciencia, fortaleced
que puede salvar y perder. Pero tú, vuestros corazones, porque la venida
¿quién eres para juzgar a tu prójimo? del Señor está cercana. * No os que-
jéis, hermanos, murmurando unos
de otros, para que no incurráis en
juicio; mirad que el Juez está a
\ los comerciantes y a los ricos.
las puertas. 10 Tomad, hermanos, por
13 Y vosotro.., los que decís: «Hoy modelo de tolerancia y de paciencia
o mañana iremos a tal ciudad, y pa- a los profetas, que hablaron en nom-
saremos allí el año, y negociaremos, bre del Señor. 11 Ved cómo ahora
lograremos buenas ganancias», 14 no aclamamos bienaventurados a los
sabéis cuál será vuestra vida de ma- que padecieron. Sabéis la paciencia
ñana, pues sois humo, que aparece de Job, el fin que el Señor le otorgó,,
un momento y al punto se disipa. porque el Señor es compasivo y mi-
14 En vez de esto debíais decir: Si el sericordioso.
Señor quisiere y vivimos, haremos
18 Pero del otro modo
esto o aquello.
.Tu ruínenlo.

12
(i) El pensamiento general de este versículo Pero ante todo, hermanos, na<
no parece ofrecer dificultad, pero la forma
juréis, ni por el ciclo, nipor la tierra,
gramatical de su expresión no es tan clara.
ni con otra especie de juramentos!
En el texto damos la que nos parece más pro-
bable. que vuestro si sea sí, y vuestro no
(a) Prov. 3, 34. según los LXX. I
sea no, para no incurrir en juicio.
SANTIAGO, 5

Oi-ueióii. fervorosa del justo. 17 Elias hombre


era,semejante a nosotros, y oró para
13
¿Está afligido alguno entre vos- que no lloviese, y no llovió sobre la
otros? Ore. ¿Está de buen ánimo? tierra durante tres años y seis meses;
Cante. 14 ¿Alguno entre vosotros 18 y de nuevo oró, y envió el cielo la
enferma? Haga llamar a los presbí- lluvia, y produjo la tierra sus frutos.
19
teros de la iglesia y oren sobre él, Hermanos míos, si alguno de
ungiéndole con óleo en el nombre vosotros se extravía de la verdad y
del Señor (1), 16 y la oración de la otro logra reducirle, sabed que quien
fe salvará al enfermo, y el Señor le convierte a un pecador de su errad"
aliviará, y los pecados que hubiese camino salvará su alma de la muerte
cometido le serán perdonados. 16 Con- y cubrirá la muchedumbre de
fesaos, pues, mutuamente vuestras fal- pecados.
tas, y orad unos por otros para que
os saivéis (2). Mucho puede la oración faltas y pedir perdón de ellas, como es propio
del orgulloso excusar sus faltas y aun negarlas.
Con lo primero se obtiene el perdón de los
(1) Estas palabras han sido interpretadas por hombres y el de Dios, con lo segundo las faltas
el Concilio Tridentino (Sess. XIV, i), como se agravan ante los hombres y ante Dios, a
alusivas al sacramento de la extremaunción. quien agrada la humildad y desagrada la so-
(2) Es propio de los humildes confesar las berbia.

INTRODUCCION A LAS EPISTOLAS DE SAN PEDRO

51MON, hermano de Andrés, fué natural de Betsaida, al Norte del mar de


Genesaret. Fué puesto en comunicación con el Señor por su liermano al día
siguiente de hacerse él y Juan encontradizos con Jesús y de pasar con El la
noche. Cxiando la pesca milagrosa, recibió con su hermano y sus compañeros,
los hijos del Zebedeo, la invitación de Jesús, y se adhirió a El para seguirle
a todas partes. Fué uno de los tres íntimos del Salvador, que le mudó el nombre
en Ce fas j Pedro, para significar el puesto eminente que le daba en la Iglesia.
Subido a los cielos el Maestro, es Pedro el jefe de los discípulos, y el día de
Pentecostés se presenta al pueblo con plena conciencia de la mitión que había
recibido.
San Lucas, en los Hechos, nos lo muestra, ya en compañía de J uan, ya de
otros fieles anónimos, predicando y haciendo prodigios en Jerusalén y en Judea.
Es el que recibe del Señor la orden de admitir a los gentiles a la fe, acudiendo
a la invitación del centurión Cornelio. El rey Agripa quiso darle muerte para
complacer a los judíos, pero el Señor le libró milagrosamente. Libre, salió de
la ciudad para ir «a otra partea. Una antigua tradición, conservada por muchos
Padres, dice que fué a Rorna en los primeros años del emperador Claudio (41-54),
tal vez al ser librado de las garras de Agripa (44). Por el año 49 le vemos ejer-
cer su autoridad en la asamblea de. Jerusalén y fallar el pleito sobre las con-
diciones con que debían ser recibidos los gentiles en la Iglesia. San Pablo nos
dice en su epístola a los Galotas que estuvo después en Antioquia de Siria.
Desde este momento las noticias que tenemos de San Pedro se reducen a sus
cartas escritas en Roma y a la firme tradición de la Iglesia de que, reinando
Nerón murió en Roma, crucificado cabeza abaio, siendo sepultado su cuerpo
en el monte Vaticano. La cronología oficial de la Iglesia señala como fecha
de su muerte el año 67.

86
I3tí2 1 SAN PEDRO, 1

Durante los años en que le perdemos de vista, San Pedro debió de ejercer
su ministerio entre los judíos de las provincias del Asia Menor, y éste sería
el motivo de escribirles las dos cartas que de él poseemos. La primera va diri-
gida «a los elegidos de la dispersión del Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y
Bitinia». La escribió en Babilonia (Roma), y Silvano o Silas fué el encar-
gado de llevarla a su destino. Con el Apóstol se hallaba entonces aMarcos, su
hijot.
La segunda epístola no señala los destinatarios, como tampoco tiene nin-
guno de aquellos rasgos particulares que son propios del género epistolar y
que no faltan en la primera epístola. En ésta nos habla de los herejes que co-
menzaban a pulular en las regiones de Asia, y que no serían otros que los con-
denados por San Pablo en sus epístolas de la cautividad. No son los gnósticos
del siglo II, sino los primeros gérmenes del gnosticismo, que en el siglo siguiente
llegan a su madurez y plena expansión.
La II ofrece en la composición ciertas defícultades, que desaparecen si supo-
nemos haberse dado en el texto una traslocación, y leemos: 3. 1-16, inmediata-
mente después de 2. 3.*, de modo que el orden del texto primitivo fuera 1-2. 3.*;
3. 1-16; 2. 3^-22; 3. 17-18.

I DE SAN PEDRO
Saludo.
que entristeceros un poco, en las
diversas tentaciones, 7 para que vues-
I 1
Pedro, Apóstol de Jesucristo, a tra fe, probada, más preciosa que el
extranjeros de la dis-
los elegidos oro, que se corrompe aunque acriso-
persión, del Ponto, Galacia, Capado- lado por el fuego, aparezca digna de
cia, Asia y Bitinia, elegidos según la alabanza, gloria y honor, en la reve-
presciencia de Dios Padre en la san- lación de Jesucristo, a quien amáis
tificación del Espíritu para la obe- sin haberle visto, en quien ahora
diencia y la aspersión de la sangre de creéis sin verle, y os regocijáis con
Jesucristo (1): la gracia y la paz os un gozo inefable y glorioso * reci-
sean multiplicadas. biendo el fruto de vuestra fe, la salud
de las almas. 10 Acerca de la cual in-
Acción d«- grdetag. quirieron c investigaron los Profetas,
que vaticinaron la gracia a vosotros
8
Bendito sea Dios y Padre de destinada, 11 escudriñando (1) que y
nuestro Señor Jesucristo, que por su cual tiempo indicaba el Espíritu de
gran misericordia nos reengendró a Cristo, que en ellos moraba, y de
una viva esperanza por la resurrec- antemano testificaba los padecimien-
ción de Jesucristo de entre los muer- tos de Cristo y las glorias que habían
tos, 4 para una herencia incorrupti- de seguirlos. 11 A ellos fue revelado
ble, incontaminada e inmarcesible, que no a mismos, sino a vosotros,

que os está reservada en los cielos, 8 a servían con esto, que os ha sido anun-
los que por el poder de Dios habéis ciado ahora por los que os evange-
sido guardados mediante la íe, para lizaron, movidos del Espíritu Santo
la salud que está dispuesta a mani- enviado del cielo y que los mismos
festarse en el tiempo oportuno.
8
Por ángeles desean contemplar.
lo cual exultáis, aunque ahora tengáis
(i) Los profetas velan de lejos los miste-
(i) Se indica aquí parte que en la obra
la rios de Cristo, y por tanto, oscuramente, no
de nuestra salud se atribuye a cada una de satisfaciendo el Señor su deseo de verlos con
las personas de la Santísima Trinidad. claridad y sobre todo de verlos realizados.
I SAN PEDRO, 2 1363

Dijjnidad del cristiano. I el Señor (1 ).


4 A El habéis de allegaros,
'
como a piedra viva, rechazada por
13 los hombres, pero por Dios escogida,
Por Jo cual, ceñidos los lomos de |

vuestra mente (1) y apercibidos, tened preciosa. 6 Vosotros como piedras


vuestra esperanza completamente vivas sois edificados en casa espiritual
puesta en la gracia que os ln traído y sacerdocio santo, para ofrecer a
14 Como Dios sacrificios espirituales, aceptos
la revelación de Jesucristo.
hijos de obediencia, no os conforméis !
por Jesucristo. * Por lo cual en la
a las concupiscencias que primero te- |
Escritura se lee: « He aquí que yo
níais en vuestra ignorancia, 15 antes, ¡pongo en Sión una piedra escogida,
conforme a la santidad del que os |
angular, preciosa, y el que creyere
llamó, sed santos en todo, 16 porque !en ella no será confundido» (2).
7
escrito esta: «Sed santos, porque santo Para vosotros, los creyentes, es
soy yo» (2). 17 Y
si llamáis Padre al |
honor, mas para los incrédulos esa
que sin acepción de personas juzga a piedra, desechada por los construc-
cada cual según sus obras, vivid con tores y convertida en cabeza de
8
temor todo el tiempo de vuestra esquina, «piedra de tropiezos
es
peregrinación, 18 considerando que y roca de escándalo». Rehusando
habéis sido rescatados de vuestro creer, vienen a tropezar en la palabra,
vivir según la tradición de vuestros pues también a eso fueron destinados.
9 Pero vosotros
padres, no con plata y oro, corrupti- sois «linaje escogi-
bles, 19 sino con la sangre preciosa de do (3), sacerdocio real, nación santa,
Cristo, como de cordero sin defecto pueblo adquirido para pregonar el
ni mancha, 20 ya conocido antes de poder del que os llamó de las tinie-
la creación del mundo, y manifes- blas a su luz admirable. 10 Vosotros
tado al fin de los tiempos por vos- que un tiempo no erais pueblo,
otros (3), 21 los que por El creéis en ahora sois pueblo de Dios; no habíais
Dios, que le resucitó de entre los alcanzado misericordia, pero ahora
muertos y le dió la gloria, de manera habéis conseguido misericordia.
que en Dios tengamos nuestra fe y
esperanza.
22
Pues que por la obediencia a la Conducta «muí los extraños.
verdad habéis purificado vuestras
almas para una sincera caridad, 11
Os ruego, carísimos, que, como
amaos entrañablemente unos a otros, peregrinos advenedizos, os absten-
23 como quienes han sido engendra-
gáis de los apetitos carnales que com-
dos de semilla no corruptible, sino baten contra el alma, y observéis
incorruptible, por la palabra viva y entre los gentiles una conducta ejem-
permanente de Dios, 24 porque plar, a fin de que, en lo mismo por-
«Toda carne es como heno, y toda que os afrentan como malhechores,
su gloria como flor de heno. Secóse considerando vuestras buenas obras,
el heno y se cayó la flor, 2S mas la glorifiquen a Dios en el día de la
palabra del Señor permanece para visitación (4).
siempre» (4). Y esta palabra es la que
os ha sido anunciada.
Obediencia a las autoridades.
O Despojaos,
1
pues, de toda maldad
" y de todo engaño, de hipocre- Por amor del Señor, estad suje-
13
2
sías, envidias y maledicencias, y tos a toda autoridad humana; 14 ya
como niños recién nacidos, apeteced
la leche espiritual, para con ella
crecer en orden a la salvación, 3 si (i) El Señor aquí es Jesucristo, objeto de
la
es que habéis gustado cuán bueno es fe.
(aIs. 28, 16. Jesucristo es esa piedra an-
gular principio de salud para los que creen,
Ceñirse es propiode quien se prepara
(1) pero tropiezo para los incrédulos, que se es-
para hacer algo; ceñirse los lomos de la mente candalizan de li cruz.
será prepararse de veras para la obra y aco- (3) Lo que
eJ Señor había dicho de Israel
meterla de hecho. (Ex. 19. 6) Apóstol lo aplica con más razón
eJ
(2) Lev. 19, 2. al pueblo cristiano, que debe hacer de su vida
(3) Conocido por Dios desde la eternidad un servicio continuo del Señor.
y manifestado al fin de los tiempos por amor (4) El ejemplo de una vida pura es el mejor
de los elegidos. atractivo para lograr que los infieles respondan
(4) Is. 40. 8. a la gracia, cuando ésta los visite.
1364 I SAN PEDRO, 3

al Emperador (1) como soberano, ya de los cabellos, del ataviarse con


a los gobernadores, como delegados joyas de oro, o el de la compostura
suyos para castigo de los malhecho- de los vestidos, 4 sino el oculto en el
res y elogio de los buenos. 15 Pues la corazón, que consiste en la incorrup-
voluntad de Dios es que, obrando el ción de un espíritu manso y tran-
bien, amordacemos la ignorancia de quilo; ésa es la hermosura en la pre-
loshombres insensatos; 16 como libres, sencia de Dios. 5 Así es como en
y no como quien tiene la libertad otro tiempo se adornaban las santas
cual cobertura de la maldad, sino mujeres que esperaban en Dios, obe-
como siervos de Dios. 17 Honrad a dientes a sus maridos. • Como Sara (1),
todos, amad la fraternidad, temed a cuyas hijas habéis venido a ser vos-
Dios y honrad al Emperador. otras, obedecía a Abraham y le
llamaba señor, obrando el bien sin
intimidación alguna.
Los siervos. 7
Igualmente vosotros, maridos,
tratadlas con discreción, como a vaso
18 Los siervos estén con todo temor más frágil, honrándolas como a cohe-
sujetos a sus amos, no sólo a los bon- rederas de la gracia de vida, para
dadosos y humanos, sino también a que nada impida vuestras oracio-
los rigurosos (2). 19 Agrada a Dios nes (2).
que por amor suyo, soporte uno las
ofensas injustamente inferidas. 20 Pues
¿qué mérito tendríais, si delinquiendo Deberes para con los fieles.
y castigados por ello, lo soportáis?
Pero si por haber hecho el bien pade-
8
céis y lo lleváis con paciencia, esto es Finalmente, todos tengan un
lo grato a Dios. Pues para esto fuis- mismo sentir, sean compasivos, fra-
teis llamados, ya que también Cristo ternales, misericordiosos, humildes,
padeció por nosotros y os dejó ejem- * no devolviendo mal por mal ni
plo para que sigáis sus pasos. 22 El, ultraje por ultraje; al contrario, ben-
en quien no hubo pecado y en cuya diciendo, que para esto hemos sido
boca no se halló engaño, M ultrajado, llamados, para ser herederos de la
no replicaba con injurias, y atormen- bendición: 10 «Pues quien quisiere
tado, no amenazaba, sino que lo amar la vida y ver días dichosos,
remitió al que juzga con justicia. cohiba su lengua del mal y sus
24 Llevó nuestros pecados en su labios de hablar engaño. 11 Apártese
cuerpo sobre el madero, para que, de mal y obre el bien, busque la paz
muertos al pecado, viviéramos para 12 que los ojos del Señor
y sígala,
la justicia, y por sus heridas hemos miran a los justos, y sus oídos a sus
sido curados. 25 Porque «erais como oraciones, pero el rostro del Señor
ovejas descarriadas»; mas ahora os está contra los que obran el mal» (3).
habéis vuelto al pastor y guardián 13 ¿Y quién os hará mal, si fuereis

de vuestras almas. celosos promovedores del bien? 14 Y


si con todo padeciereis por la justi-
cia, bienaventurados vosotros. No
Los cónyuge*. los temáis ni os turbéis, antes glori-
ficad en vuestros corazones a Cristo
3 1
Asimismo vosotras, mujeres, Señor y estad siempre prontos para
.estad sujetas a vuestros maridos, dar razón de vuestra esperanza a
para que alguno se muestra rebelde
si todo el que os la pidiere; 19 pero con
a la palabra, sea ganado sin palabras mansedumbre y respeto y en buena
por la conducta de su mujer, 2 con- conciencia, para que en aquello
siderando vuestro respetuoso y hones- mismo en que sois calumniados que-
to comportamiento. * Y vuestro orna- den confundidos los que denigran
to no ha de ser el exterior del rizado vuestra buena conducta en Cristo;
17 que mejor es padecer haciendo el

(i) Era Nerón cuando esta carta fué escrita.


Pero era el que ejercía la autoridad, y como
representante del Señor habla de ser obedecido. (1) Si Abraham es nuestro padre en la fe,
(a) Como San Pablo, insiste en la obedien- Sara será por analogía nuestra madre.
cia de los siervos a sus amos. Debía de ser tan (2) Si no hay paz no puede haber oracióo
necesaria esta admonición, dada la dureza de grata a Dios.
la vida de los esclavos... (3) Salm. 34. ss.
I SAN PEDRO, 4 13fiS

bien, si tal es la voluntad de Dios, vivos y a los muertos. 6 Que por esto
que padecer haciendo el mal (1). fué anunciado el Evangelio a los
muertos (1), para que, condenados
en carne según los hombres, vivan
Ejemplo de Cristo. en el espíritu según Dios.

18
Porque también Cristo murió
una vez por los pecados, el Justo Ayuda mutua de los iieles.
por los injustos, para llevaros a Dios.
7
Murió en la carne (2), pero volvió El fin de todo está cercano. Sed,
19
a la vida por el Espíritu y en El pues, discretos y velad en la oración.
fué a predicar a los espíritus que 8 Ante todo tened los unos para los
estaban en la prisión, 20 incrédulos otros ferviente caridad, porque la
en otro tiempo, cuando en los días caridad cubre la muchedumbre de los
de Noé los esperaba la paciencia de pecados. 9 Sed hospitalarios unos con
Dios, mientras se fabricaba el arca, otros, sin murmuración. 10 El don
en la cual pocos, esto es, ocho per- que cada uno haya recibido, póngalo
sonas, se salvaron por el agua. al servicio de los otros, como buenos
21
Esta os salva ahora a vosotros como administradores de la multiforme gra-
antítipo en el bautismo (3), no, qui- cia de Dios. 11 Si alguno habla, sean
tando la suciedad de la carne, sino sentencias de Dios; si alguno ejerce
en demanda a Dios de una buena un ministerio, sea como con poder
conciencia por la resurrección de Jesu- que Dios otorga, a fin de que en
cristo, 22 que, una vez sometidos a todo sea Dios glorificado por Jesu-
El los ángeles, las potestades y las cristo, a quien la gloria y el imperio
virtudes, subió al cielo y está sen- por los siglos de los siglos. Amén.
tado a la diestra de Dios.

A 1
Puesto que Cristo padeció en De la alegría en las persecuciones.
* carne, armaos también del
la
mismo pensamiento, de que quien 18 Carísimos, no os sorprendáis
padeció en la carne ha roto con el como de un suceso extraordinario del
pecado, 2 para vivir el resto del incendio que se ha producido entre
tiempo, no en codicias humanas, sino vosotros, que es para vuestra prueba;
en la voluntad de Dios. 3 Basta ya 13
antes habéis de alegraros en la
de hacer como en otro tiempo la medida en que participáis en los
voluntad de los gentiles, viviendo en padecimientos de Cristo, para que
el desenfreno, en liviandades, en crá- en la revelación de su gloria (2) exultéis
pula, en comilonas y embriagueces y de gozo. 14 Bienaventurados vosotros,
en abominables idolatrías. 4 Ahora, si por el nombre de Cristo sois ultra-
extrañados de que no concurráis a jados, porque el Espíritu de la gloria,
su desenfrenada liviandad, os insul- que es el Espíritu de Dios, reposa
tan; 6 pero tendrán que dar cuenta sobre vosotros.
al que está pronto para juzgar a los 15 Que ninguno
padezca por homi-
cida o por ladrón, o por malhechor,
o por entrometido; 16 mas si por cris-
(1) Siguiendo esta doctrina, los cristianos
triunfaron de los gentiles, y los santos triunfarán
tiano padece, no se avergüence, antes
del mundo. glorifique a Dios en este nombre.
17 Porque ha
(2) Cristo murió en su carne mortal, pero llegado el tiempo de
resucitó glorioso, cuando su alma gloriosa se que comience el juicio (3) por la
unía a su cuerpo, al que comunicó la gloria de casa de Dios. Pues si empieza por
que ella estaba inundada. Esa misma alma glo-
nosotros, ¿cuál será el fin de los que
riosa descendió a los infiernos llevando a todos,
a los creyentes y a los incrédulos, la noticia de
rehusan obedecer al Evangelio de
su resurrección, a unos para su gloria, a otros
para su confusión. (1) Los muertos por el pecado, para vol-
(3) Comoel agua elevando el arca de Noé verlos a la vida.
salvó patriarca y a su familia, así ahora el
al (2) La revelación de la gloria de Cristo
agua bautismal, figurada en la del diluvio, nos tendrá lugar el día del juicio, cuando vendrá
salva, limpiándonos, no la suciedad del cuerpo, a dar a cada uno según sus obras.
sino las manchas de la conciencia. Los contem- (3) Este juicio son las pruebas a que Dios
poráneos de Noé tomaron a cuento el diluvio somete a los suyos. No se salvan sino supe-
anunciado por el patriarca y se burlaban de él rando las pruebas por que el Señor los hace
!

cuando le veían hacer el arca. pasar.


.

II SAN PEDRO, 1

Dios? 18
Y
si el justo a duras penas I los soberbiosy a los humildes da su
se ¿qué será del impío y el
salva, gracia. Humillaos, pues, bajo la
*
19
pecador? Así, pues, los que pade-
j
poderosa mano de Dios, para que a
cen según la voluntad de Dios (1)> en- su tiempo os ensalce. 7 Echad sobre
comienden al Creador fiel sus almas El todos vuestros cuidados, puesto
mediante la práctica del bien. que tiene providencia de vosotros.
8
Estad alerta y velad, que vuestro
adversario el diablo, como león ru-
giente, anda rondando y busca a
A los presbíteros.
quien devorar. 9 Habéis de resistirle
firmes en la fe, considerando que
A los presbíteros que hay entre
1
los mismos padecimientos soportan
vosotros los exhorto yo, copres- vuestros hermanos dispersos por el
bítero, testigo de los sufrimientos de mundo. 10 Yel Dios de la gloria,
Cristo y participante de la gloria que os llamó en Cristo a su gloria
que ha de revelarse: 2 Apacentad el eterna, después de un breve padecer
rebaño de Dios que os ha sido con- os perfeccionará y afirmará, os for-
fiado, no en fuerza, sino en blandura talecerá y consolidará. 11 El elA
según Dios, ni por sórdido lucro, imperio por los siglos de los siglos.
sino con prontitud de ánimo; s no Amén.
como dominadores sobre la heredad, 18
Por Silvano, a quien tengo por
sino sirviendo de ejemplo al rebaño. hermano fiel para con vosotros, os
4
Así, al aparecer el Pastor soberano, escribo brevemente, amonestándoos
recibiréis la corona inmarcesible de y testificándoos ser la verdadera
la gloria. gracia de Dios, ésa en que vosotros
8
Igualmente vosotros los jóvenes, os mantenéis, firmes. 13 Os saluda la
vivid sumisos a los presbíteros, y iglesia de Babilonia, partícipe de
todos ceñidos de humildad en el vuestra elección, y Marcos, mi hijo.
trato mutuo, porque Dios resiste a 14 Saludaos mutuamente en el ósculo
de caridad. La paz a todos vosotros
( i) Este verso está tomado de los Prov. i r, 31 los que estáis en Cristo.

II DE SAN PEDRO
Saludo. ciosas y ricas promesas para hacernos
así partícipes de la divina natura-
1 1
Simón Pedro, siervo y apóstol leza (1), huyendo de la corrup-
de Jesucristo, a los que han ción que por la concupiscencia existe
obtenido la misma preciosa fe por en el mundo; * habéis de poner
la justicia de nuestro Dios y Salvador todo empeño por mostrar en vuestra
Jesucristo. 2 Que la gracia y la paz so fe virtud, en la virtud ciencia, 8 en
os multipliquen mediante el conoci- la ciencia templanza, en la templanza
miento de Dios y de nuestro Señor paciencia, en la paciencia piedad,
Jesús. * en la piedad fraternidad, y en la
fraternidad caridad. 8 Si éstas tenéis
y en ellas abundáis, no os dejarán
Fidelidad O la vocación cristiana. ellas ociosos ni estériles en el cono-
cimiento de nuestro Señor Jesucristo.
3
l'ucs que por el divino poder nos
han sido otorgadas todas las cosas
(1) Estas breves palabras «participes de la
que tocan a la vida y a la piedad, divina naturaleza» contienen todo ei misterio
mediante el conocimiento del que de la gracia de Dios, por la cual somos, no
nos llamó por su propia gloria y sólo de nombre, sino en realidad, hijos de Dios,
virtud, v nos hizo merced fie pre- 'según lo inculca San Juan (I ín. ?. r). *- ^4
1
ÍI SAN PEDRO, 2 13(5;

* Mas
el que de ellas carece es de profecía de la Escr itura ha sido pro-
muy corta vista, es un ciego qué ha ferida por humana voluntad, antes
(do al olvido la purificación desús
'I bien, movidos del Espíritu Santo ha-
antiguos pecados. 10 Por lo cual, her- blaron los hombres de Dios.
manos, tanto más procurad asegurar
vuestra vocación y elección, cuanto
que haciendo así jamás tropezaréis, Los ialsos doctores.
" y tendréis ancha entrada al reino
eterno de nuestro Señor y Salvador O 1
Como hubo en el pueblo pro-
Jesucristo. ^ fetas falsos, así habrá falsos doc-
tores que introducirán sectas perni-
Pos» i-eras exhortaciones. ciosas, llegando hasta a negar al Señor
que los rescató, y atraerán sobre si
Por eso no cesaré de traeros a la una repentina ruina. 2 Muchos los
memoria estas cosas, por más que seguirán en sus liviandades, y por
las sepáis y estéis afianzados en la causa de ellos será blasfemado el
verdad que al presente poseéis, camino de la verdad. 3 Llevados de
13 la avaricia, harán de vosotros mer-
pues tengo por deber, mientras
habito en esta tienda (1), estimu- cadería con palabras mentirosas, pero
laros con mis amonestaciones, 14 con- su condenación, ya antigua, no tar-
siderando que pronto veré abatida dará, su ruina no se retrasará.
mi tienda, según me lo ha manifes- 4
Porque si Dios no perdonó a los
tado nuestro Señor Jesucristo. 15 Quie- ángeles que pecaron, sino que, preci-
ro, pues, que después de mi partida pitados en el tártaro, los entregó a
en todo tiempo recordéis esto. las prisiones tenebrosas, reservándolos
para el juicio; 6 ni perdonó tampoco
al viejo mundo, sino que sólo guardó
Dónde se debe buscar la verda- al octavo, a Noé, para pregonero de la
dera fe. justicia, cuando trajo el diluvio sobre
el mundo de ios impíos; 6 y a las ciu-
18
Porque no fué siguiendo arti- dades de Sodoma y de Gomorra las
ficiosas fábulas como os dimos a condenó a la destrucción, reduciéndo-
conocer el poder y la venida de nues- las a cenizas para escarmiento de los
tro Señor Jesucristo, sino como quie- impíos venideros; 7 mientras que libró
nes han sido testigos oculares (2) de al justo Lot, acosado por la conducta
su majestad. 17 El recibió de Dios de los desenfrenados en su lascivia,
8
Padre el honor y la gloria, cuando de al justo que habitaba entre ellos
la magnífica gloria se hizo oír aquella diariamente y sentía su alma ator-
voz que decía: «Este es mi Hijo mentada viendo y oyendo sus obras
muy amado, en quien tengo mis com- inicuas... (1).
9
placencias» (3). 18 Y esa voz bajada del Pues sabe el Señor librar de la
cielo la oímos los que con El está- tentación a los piadosos y reservar
bamos en el monte santo. 19 Y tene- a los malvados para castigarlos en el
mos aún algo más firme, a saber la día del juicio, 10 sobre todo a los
palabra profetica (4), a la cual muy que van en pos de la carne, llevados
bien hacéis en atender, como a lám- de los deseos impuros, y desprecian
para que luce en lugar tenebroso, la autoridad del Señor. Audaces, pa-
hasta que luzca el día y el lucero se gados de sí mismos, no temen blas-
levante en vuestros corazones. 20 Pues femar de las potestades superiores,
11
debéis ante todo saber que ninguna cuando los ángeles, aun siendo su-
periores en fuerza y poder, no pro-
(1) La tienda es el cuerpo mortal. Asi fieren ante el Señor un juicio inju-
habla también San Pablo (II Cor. 5, 1). rioso contra ellas. 12 Pero éstos, blas-
(2) Alude a la transfiguración del Señor, femando de lo que no conocen, como
en que los Apóstoles presentes vieron la gloria
bestias, naturalmente destinados a
que después había de aparecer en su cuerpo
resucitado, y oyeron, además, la voz del Padre, ser presa de la corrupción, perecerán
13 recibiendo con
que le reconocía por Hijo suyo amado. en su corrupción,
(3) Mat. 17. 5- esto la justa paga de su iniquidad;
(4) Otro testimonio más firme que el per-
sonal del Apóstol es para los fieles y para todos
el de los profetas, que dan testimonio de Cristo, (1) Como hallamos varias veces en San
y este testimonio no viene de los hombres, Pablo, que el sentido queda suspenso, así pa-
sino de Dios mismo. rece quedar aquí, mas parece fácil de completar.
13(58 II SAN PEDRO, 3

pues hace» sus delicias de lcis place- fetas y el precepto del Señor y Sal
res de cada día; hombres sucios, co- vador, predicado por vuestros Após-
rrompidos, se gozan en sus extravíos, toles. 3 Y ante todo debéis saber
mientras banquetean con vosotros. cómo en los postreros días vendrán
14 Sus ojos están llenos de adulte- con sus burlas escarnecedores, que
rio, son insaciables de pecado, se- viven según sus propias concupis-
ducen a las almas inconstantes, tienen cencias 4 y dicen: «¿Dónde está la
el corazón ejercitado en la avaricia; promesa de su venida? Porque desde
son hijos de maldición (1). que murieron los padres, todo per-
18 Dejando la senda recta, se ex- manece igual desde el principio de
traviaron y siguieron el camino de la creación» (1).
8
Balam, hijo de Beor, que buscando Es que voluntariamente quieren
el salario de la iniquidad halló la ignorar que en otro tiempo hubo
reprensión de su propia demencia, cielos y hubo tierra, salida del agua
16
cuando una muda bestia de carga, y en el agua asentada por la palabra
hablando con voz humana, repri- de Dios; 6 por lo cual el mundo de en-
mió la insensatez del profeta (2). Son tonces pereció anegado en el agua (2),
éstos fuentes sin agua, nubes empu- 7
mientras que Jos cielos y la tierra
jadas por el huracán, a quienes está actuales están reservados por la
reservado el Orco tenebroso. 18 Pro- misma palabra para el fuego en el
firiendo palabras hinchadas de vani- día del juicio y de la perdición de los
dad, atraen a los deseos carnales a impíos (3). 8 Carísimos, no se os caiga
aquellos que apenas se habían apar- de la memoria, que delante de Dios
tado de los que viven en el error (3), un solo día es como mil años, y mil
19
prometiéndoles libertad, cuando años como un solo día. 7 No retrasa
son ellos esclavos de la corrupción, el Señor la promesa, como algunos
puesto que cada cual es esclavo de creen; es que pacientemente os aguar-
quien triunfó de él. 20 Si, pues, una da (4), no queriendo que nadie
vez retirados de las corruptelas del perezca, sino que todos vengan a
mundo por el conocimiento de nues- penitencia. 10 Pero vendrá el día del
tro Señor y Salvador Jesucristo, de Señor como ladrón, y en él pasarán
nuevo se enredan en ellas y se dejan con estrépito los cielos, y los ele-
vencer¿ sus postrimerías se hacen mentos, abrasados se disolverán y
peores que los principios (4). asimismo la tierra con las obras que
21
Mejor les fuera no haber cono- en ella hay.
cido el camino de la justicia, que
después de conocerlo, abandonar los
santos preceptos que les fueron dados.
82 En ellos
Hay que vivir prevenido*.
se realiza aquel proverbio
verdadero: «Volvióse el perro a, su 11
Pues si todo de este modo se ha
propio vómito, y la cerda lavada de disolver, ¿cuáles debéis ser vos-
vuelve a revolcarse en el cieno.» otros en vuestra santa conversación
y en vuestra piedad, 18 en la especta-
clón de la llegada del día de Dios,
la VMiida <Iol Sofior. cuando los cielos, abrasados se disol-
verán y los elementos, abrasados s«
O 1
es, carísimos, la segunda
Esta derretirán? 13 Pero nosotros espera-
que os escribo (5) y en
epístola mos otros cielos nuevos y otra tierra
ella he procurado excitar con mis
avisos vuestra sana inteligencia a fin (1) Estos burlones arguyen pasando de la
de que traigáis a la memoria las pa- constancia del universo a su indestructibilidad.
labras predichas por los santos pro- (2) Contra este juicio de los escarnecedores
recuerda cómo para el diluvio volvió la tierra
al estado en que se halló al principio antes de
(i) Nos describe aquí Pedro a los falsos la separación de las aguas y la tierra para tor*
doctores, que tantas veces vemos condenados marse los mares en el dia tercero de la creación,
en las epístolas de Pablo. (3) Señala una nueva destrucción del mundo
(3) Num. 22, 28. no por el agua, sino por el fuego, purificadt»
(3) Los que apenas hablan comenzado a de toda impiedad.
andar por el camino de la conversión. (4) Los herejes de que ante', habla niegan
(4) Cuando mayor es el conocimiento del la venida del Señor al juicio, apoyados en que
mal, mayor pecado es cometerlo. esta venida se diticre. San Pedro da la mejor,
(5) Estas primeras palabras indican que los solución a esta dificultad: Dios es eterno y
destinatarios son los mismos de la primera. no tiene prisas.
SAN PEDRO, 3 1369

nueva etti que tiene su inorada la ten, no menos que las demás Escri-
justicia, según la promesa del Señor. turas, para su propia perdición.
14 Por esto, carísimos, viviendo en

esta esperanza, procurad con diligen-


cia ser hallados en paz, limpios e Conclusión.
irreprochables delante de El, 18 y
17
creed que la paciencia del Señor es Vosotros, pues, amados, que de
para nuestra salud, según que nues- antemano sois avisados, estad alerta,
tro amado hermano Pablo os escribió no sea que, dejándoos llevar del error
conforme a la sabiduría que a él le de los libertinos, vengáis a decaer
fué concedida. 16 Es lo mismo que de vuestra firmeza. 18 Creced más bien
hablando de esto enseña en todas sus en la gracia y en el conocimiento de
epístolas, en las cuales hay aJgunos nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
puntos de difícil inteligencia, que hom- A El la gloria, así ahora como en el
bres indoctos e inconstantes pervier- día de la eternidad.

INTRODUCCION A LAS EPISTOLAS DE SAN JUAN

§AN Juan,hijo de Zebedeo y hermano de Santiago el Mayor, fué uno de


los dos discípulos de Juan Bautista que en oyendo las palabras de éste:
«He ahí el cordero de Dios* (Jn. 1, 35 ss.), se fueron tras de Jesús, pasando
con El hasta el día siguiente. Sin duda que la memoria de aquellas conver-
saciones quedó grabada en el corazón joven de Juan para toda la lida. Lla-
mado luego con su hermano cuando estaban con su padre y los jornaleros
remendando las redes, siguió al Maestro para no separarse ya de El. Fué uno
de los más íntimos de Jesúi, y sin duda el más amado, como se echa de ver por
el hecho de haberle dejado encomendada la Madre. El haber sido pescador
con Pedro en el lago de Genesaret, debió de ser causa de mayor amistad con aquél.
Asi en la mañana de Pascua los dos recibieron el mensaje de la Magdalena
y corrieron a ver el sepulcro. Después de Pentecostés los dos amigos suben a
orar al templo y curan al paralítico, por lo cual fueron llevados ante el Sane-
drín, y castigados y conmi nados para que no predicasen el nombre de Jesús.
Cuando Felipe el diácono predicó la fe en Samaría fueron también los dos
Apóstoles a imponerles las manos y conferirles el Espíritu Santo. Pero en todos
estos lances de la vida de Juan no le oímos pronunciar una sola palabra.
La tradición primitiva, transmitida por los más antiguos escritores de la
Iglesia, nos dice que en la última época de su vida, cuando tal vez habían des-
aparecido ya todos los otros Apóstoles, Juan moró en la provincia de Asia y
especialmente en Efeso; que bajo Domiciano fué traído a Poma y allí condenado
a morir en una caldera de aceite hirviendo, de donde salió más joven. Luego
fué desterrado a Patmos, una islita de la costa del Asia Menor, donde escribió
el Apocalipsis. En esta misma región escribió el último evangelio y las tres
cartas que llevan su nombre, muriendlo a una avanzada edad y siendo sepul-
tado en Efeso, en los postreros años del siglo, y según algunos testimonios, ya
en el reinado de Trajano (98-117).
La epístola primera tiene gran parecido con el cuarto evangelio, y, según la
probable sentencia de algunos, parece haber sido escrita como prefacio o pre-
sentación del evangelio mismo. No tiene nombre de autor ni de destinatario.
137(1 I SAN JUAN, 1, 2

Es como un sermón en que se advierten las sentencias y el estilo del evangelio.


El discípulo amado de Jesús se revela aquí el predicador de la caridad. Esta
carta fué desde el principio r-.cibida en el canon como de San Juan.
Las otras dos, más cortas y como billetes, están dirigidas, la primera a o na
dama llamada Electa, que acaso es un nombre simbólico, y a sus hijos, para
alabar su fe y prevenirlos contra los falsos doctores. La segunda está dirigida
a un cierto Gayo, «a quien mucho ama en la verdad", y cuya hospitalidad hacia
los hermanos alaba, a la vez que censura la conducta contraria de cierto Dio-
trefes, que se mostraba además poco respetuoso hacia la persona del Apóstol.

I DE SAN JUAN
ÍA Vertió de vida. la luz,como El está en Ja luz, enton-
ces estamos en comunión unos con
1 1
Lo que era desdo c] principio, otros, y la sangre de Jesús, su Hijo,
1
lo que hemos oído, lo que hemos nos purifica de todo pecado (1). 8 Si
visto con nuestros ojos, lo que con- dijéremos que no tenemos pecado, nos
templamos y palparon nuestras ma- engañaríamos a nosotros mismos, y la
nos tocante al Verbo de vida, 2 por- verdad no estaría en nosotros. • Si con-
que la vida se ha manifestado y nos- fesamos nuestros pecados, fiel y justo
otros hemos visto y testificamos y es El para perdonarnos y limpiarnos
10
os anunciamos la vida eterna, que de toda iniquidad. Si "decimos que
estaba en el Padre y se nos mani- no hemos pecado, le desmentimos y
festó (1). 3 Lo que hemos visto y oido; su palabra no está en nosotros (2).
os lo anunciamos a vosotros a fin
de que viváis también en comunión ¿y 1 Hijitos míos, os escribo esto
con nosotros. Y esta comunión nues- — para que no pequéis. Si alguno
tra es con el Padre y con su Hijo peca, abogado tenemos ante el Padre,
Jesucristo (2). 4 Os escribimos esto a Jesucristo, justo. 1 El es la propi-
para que sea completo nuestro gozo. ciación por nuestros pecados, 1 no
sólo por los nuestros, sino por los de
todo el mundo.
I.» luz y el pecado.

* Este os el mensaje que de El De la guarda de los manda-


hemos oído y os anunciamos, que Dios mientos.
es luz (3), y que en El no hay timebla
alguna. 6 Si dijéremos que vivimos Sabemos que le hemos conocido (3),
'

en comunión con El y andamos en siguardamos sus mandamientos. 4 El


tiniebla, mentiríamos y no obraríamos que dice que le conoce y no guarda
según verdad. 7 Pero si andamos en sus mandamientos miente, y la verdad
no está en él. 4 Pero el que guarda su
palabra, en ése la caridad de Dios es
(i) palabras son un comentario de
Estas verdaderamente perfecta. En esto
lo que en prólogo del evangelio dice San
el
Juan del Verbo, .en quien estaba la vida, vida
que es la luz de los hombres» (v. 4). Esta vida (1) Participando de la luz, participamos de
es la vida misma de Dios, que se manifestó la vida de Dios, y por Dios y en Dios nos uni-
en la encarnación, para comunicarse a los hom- mos a El como los hijos a los padres de quienes
bres por la gracia y luego por la gloria, la vida proceden.
eterna. (a) El hombre, aun justificado por U gracia,
(a) Por esta comunicación de la vida entra- siempre es pecador, viciado por malas inclinacio-
mos a formar parte de la familia de Dios, somos nes, y siempre tiene que repetir el (perdónanos
hijos de Dios. nuestras deudas».
(3) Dios es la luz de la verdad, y comuni- (3) En la Sagrada Escritura el conocimiento
cándola a los hombres et la lu: de los hom- de Dios implica su amor, y por tanto la guarda
bres (Jn. t. •;) de sus mandamientos.
I SAN JUAN, 2 1371

conocemos que estamos en El. * Quien llegar el Anticristo (1), os digo


dice que permanece en El debe andar ahora que muchos se han hecho anti-
como El anduvo. cristos, por lo cual conocemos que ésta
19
7 Carísimos, no os escribo un man- les la hora postrera (2). De nosotros
dato nuevo, sino un mandato anti- ¡han salido, pero no eran de los nues-
guo, que tenéis desde el principio (1). tros. Si de los nuestros fueran, hubie-
¡

Y ese mandato antiguo es la palabra íran permanecido con nosotros, mas


que habéis oído. 8 Mas de otra parte para que se manifieste29 que no todos
|

os escribo un mandamiento nuevo, son de los nuestros (3).


1
Cuanto a vos-
que es verdadero en El y en vos- otros, tenéis la unción del Santo y no
otros, a saber, que las tinieblas pasan os escribo porque no conozcáis la ver-
v aparece ya la luz verdadera.
9
El dad, 21 sino porque la conocéis y
que dice que está en la luz y aborrece sabéis que 22 la mentira no procede de
a su hermano, ése está aún en las la verdad. ¿Quién es el embustero,
tinieblas (2). 10 El que ama a su her- sino el que niega que Jesús es Cristo?
mano, está en la luz, y en él no hay Ese es el Anticristo, que niega al
23 El que niega
escándalo. 11 El que aborrece a su Padre y al Hijo. al
hermano, está en tinieblas y en ti- Hijo tampoco tiene al Padre. El que
nieblas anda sin saber a dónde ya, confiesa al Hijo tiene también al
24 Lo que desde el principio
porque las tinieblas ciegan sus ojos. Padre (4).
habéis sido, procurad que prevalezca
en vosotros. Si en vosotros perma-
nece lo que habéis oído desde el
Huida del mundo. principio, también vosotros perma-
neceréis en el Hijo y en el Padre.
12
Os escribo, hijitos, porque por su 25 Y ésta fué la promesa que El nos
nombre os han sido perdonados los hizo, la vida eterna,
pecados. 13 Os escribo, padres, porque 20 Os escribo esto a propósito de
j

habéis conocido al que es desde el los que pretenden extraviaros. La


principio. Os escribo, jóvenes, porque unción que de El habéis recibido (5)
habéis vencido al maligno. 11 Os es- permanece en vosotros, y no necesi-
cribo, niños, porque habéis conocido táis que nadie os enseñe, porque,
al Padre. Os escribo, padres, porque como la unción os lo enseña todo y
habéis conocido al que es desde el es verídica y no mentirosa, permane-
principio. Os escribo, jóvenes, porque céis en El, según que os enseñó.
sois fuertes, y la palabra de Dios
permanece en vosotros y habéis ven-
cido al maligno. 15 No améis el mundo
Los hijos de Dios.
ni lo que hay en el mundo. Si alguno
ama el mundo, no está en él la cari- 28 Ahora, pues, hijitos, permaneced
dad del Padre. 16 Porque todo lo que en El, para que, cuando apareciere,
hay en el mundo, concupiscencia de tengamos confianza y no seamos apar-
la carne, concupiscencia de los ojos tados de El a su venida, en confusión.
y el orgullo de la vida, no viene del Si sabéis que El es justo, sabed tam-
Padre, sino que procede del mundo (3). bién que todo el que practica la jus-
17
Y el mundo pasa, y también sus ticia es nacido de El.
concupiscencias; pero el que hace la
voluntad de Dios permanece para (i) Por anticristos entiéndase el espíritu del
siempre. Anticristo, que luego comenzará plenamente
en éste, pero que ahora está en algunos pre-
cursores.
(a) Es decir, la hora de los combates supre-
l os anticristos. mos para los fieles a quienes escribe.
(3) No
quiere decir que quien cae en el
18 error o en el pecado antes no haya estado en
Hijitos, ésta es la hora postrera,
la verdad o en la justicia, sino que frecuente-
y como habéis oído que está para mente los que caen en el error es que antes no
se han adherido sinceramente a la verdad de
(1) Desde el principio se les inculcó a los la fe.
fieles el precepto del amor. (4) Padre e Hijo son correlativos. Quien
(2) Las tinieblas del pecado, pues no vive niega que Dios es Padre, niega que Jesús sea su
en caridad. Hijo, y quien esto niega, niega la paternidad
(3) Esas tres concupiscencias son lo que de Dios.
constituye el mundo, y los que las siguen loúos (5) La unción del Espíritu Santo, que nos
son mundanos. ilumina y nos da j conocer la verdad divina.
I SAN JUAN, 3, 4

'i.
1
qué amor nos ha mostrado nuestras vidas por nuestros herma-
\ "«-ti

Padre, que llamados hijos de nos (1 ). 17 El que tuviere bienes de este


el
Dios, lo seamos. Por esto el mundo mundo, y viendo a su hermano pa-
no nos conoce, porque no le conoce decer necesidad le cierra sus entrañas,
a El. 8 Carísimos, ahora somos hijos ¿cómo mora en El la caridad de
de Dios, aunque aún no se ha mani- Dios? 18 No amemos de palabra ni
festado lo que hemos de ser. Sabe- de lengua, sino de obra y de verdad.
mos que cuando aparezca, seremos 19 En eso conoceremos que somos de
semejantes a El, porque le veremos la verdad, y nuestros corazones des-
tal cual es. 3 Y todo el que tiene en cansarán tranquilos en El, 20 porque
El esta esperanza se santifica, como si nuestro corazón nos arguye, mejor
4
santo es El. El que comete pecado que nuestro corazón es Dios, que co-
traspasa la ley, porque el pecado es noce todas las cosas.
transgresión de la ley. s Sabéis que 21 Carísimos, si el corazón no nos

apareció para destruir el pecado, y arguye, podemos acudir confiados a


que en El no hay pecado. 6 Todo el Dios 22 y si pedimos, recibimos de El,
que permanece en El no peca (1); y porque guardamos sus preceptos (2) y
todo el que peca no le ha visto ni hacemos lo que es grato en su pre-
le ha conocido. sencia. 23 Y su precepto es que crea-
' Hijitos, que nadie os extravíe: mos en el nombre de su Hijo Jesu-
el que practica la justicia es justo, cristo y nos amemos mutuamente,
según que El es justo; 8 el que co- conforme al mandamiento que nos
mete pecado, ése es del diablo, por- dió. 24 El que guarda sus manda-
que el diablo desde el principio peca. mientos permanece en Dios y Dios
Y para esto apareció el Hijo de en El; y nosotros conocemos que per-
Dios, para destruir las obras del manece en nosotros por el Espíritu
diablo. 8 Quien ha nacido de Dios que nos ha dado.
no peca, porque la simiente de Dios
esta en él, y no puede pecar porque
ha nacido de Dios. 10 En esto se co- El espíritu del error y 61 Espíritu
nocen los hijos de Dios y los hijos de la verdad.
del diablo. El que no practica la
justicia no es de Dios, y tampoco el ^ 1
Carísimos, no creáis a cualquier
que no ama a su hermane. 11 Porque espíritu; sino examinad los espí-
este es el mensaje que desde el prin- ritus si son de Dios, porque muchos
cipio habéis oído, que nos amemos seudoprofetas se han levantado en
unos a otros. No como Caín, que,
12
el mundo. * Podéis conocer el espí-
inspirado del maligno, mató a su ritu de Dios por esto: Todo espíritu
hermano. ¿Y por qué le mató? Porque que confiese que Jesucristo ha venido
sus obras eran malas y las de su her- en carne es de Dios (3); 3 pero todo es-
mano justas. píritu que no confiese a Jesús, ése no
es de Dios, es del Anticristo, de quien
habéis oído que está para llegar (4)
La caridad iratenia (2).
y que al presente se halla ya en el
mundo. 4 Vosotros, hijitos, sois de
No 13os maravilléis, hermanos, si el Dios y los habéis vencido, porque
mundo os aborrece. 14 Sabemos que mayor es quien está en vosotros que
hemos sido trasladados de la muerte
a la vida porque amamos a los her- (1) La más alta revelación del amor de
manos. El que no ama permanece en Dios está en el misterio de la encarnación y
15 Quien aborrece a su en la muerte de Jesucristo.
la muerte.
hermano es homicida, y ya sabéis (2) Jesucristo nos invita a acudir al Padre
con la confianza de hijos, que nada nos negará
que todo homicida no tiene en sí la si de verdad lo somos.
19 En esto hemos cono-
vida eterna. (3) La piedra de toque para conocer la ver-
cido la caridad, en que El dió su vida dadera piedad es la sinceridad de la fe; quien
por nosotros; y nosotros debemos dar ésta no tenga no tendrá las demás virtudes cris-
tianas, sino, a lo más, una apariencia de ellas.
(1) No peca mientras se deje gobernar por (4) San Juan nos anuncia en el Apocalipsis
el Espíritu de Dios que ha recibido. la venida del Señor para pronto. Es un modo
(2) La caridad fraterna es el signo mas autén- de exhortar a la vigilancia, puesto que no sabe-
ticode que estamos en gracia, de que hemos mos cuándo vendrá el Señor. Pero recordemos
pasado de la muerte del pecado a la vida de la la sentencia de San Pedro que para Dios mil
justiciay de la gracia. años son como el dia de ayer.
I SAN JUAN, 5 1373

quien está en el mundo. 5 Ellos son mor supone castigo y el que teme no
del mundo, por eso hablan del mundo es perfecto en la caridad. 19 Cuanto a
y el mundo los oye. 0 Nosotros somos nosotros, amemos a Dios, porque El
de Dios. El que conoce a Dios nos nos amó primero. 20 Si alguno dijere:
escucha; el que no es de Dios no nos Amo a Dios, pero aborrece a su her-
escucha. Por aquí conocemos el espíri- mano, miente. Pues el que no ama a
tu de la verdad y el espíritu del error. su hermano, a quien ve, no es posi-
ble que ame a Dios, a quien no ve.

caridad
21
Y nosotros tenemos de El este
Ln caridad de Dios es precepto, que quien ama a Dios ame
fraterna. también a su hermano (1).

Carísimos, amémonos unos a otros,


7

porque la caridad procede de Dios, Los tres testigos.


y todo el que ama es nacido de Dios
y a Dios conoce. 8 El que no ama Cj 1
Todo el que cree que Jesús es
no conoce a Dios, porque Dios es el Cristo, esc es nacido de Dios,
caridad. 0 La caridad de Dios hacia y todo que ama al que le engendró,
el
nosotros se manifestó en que Dios ama engendrado de El. 2 Conoce-
al -

envió al mundo a su Hijo unigénito, mos que amamos a los hijos de Dios,
para que nosotros vivamos por El. en que amamos a Dios y cumplimos
10 En eso está la caridad, no en que sus mandamientos. 3 Pues ésta es la
nosotros hayamos amado a Dios; sino caridad de Dios, que guardemos sus
en que El nos amó y envió a su preceptos. Y sus preceptos no son
Hijo, víctima expiatoria de nuestros pesados, 4 porque todo el engendrado
pecados (1). de Dios vence al mundo; y la victoria
11 Carísimos, si de esta manera nos que ha vencido al mundo es nuestra
amó Dios, también nosotros debe- fe. 6 ¿Y quién es el que vence al
mos amarnos unos a otros. 12 A Dios mundo, sino el que cree que Jesús
nunca le vió nadie; si nosotros nos es el Hijo de Dios? 8 El es el que
amamos mutuamente, Dios perma- viene por el agua y por la sangre,
nece en nosotros y su amor es en nos- Jesucristo; no en agua sólo, sino en
otros perfecto (2). 13 Conocemos que el agua y en la sangre. Y es el espí-
permanecemos en El y El en nosotros ritu el que lo certifica, porque el
en que nos dió su Espíritu. 14 Y hemos espíritu es la verdad (2). 7 Porque tres
visto y damos de ello testimonio, son los que testifican (3), 8 el espí-
que el Padre envió a su Hijo por ritu, el agua y la sangre, y los tres se
Salvador del mundo. 15 Quien con- reducen auno solo (4). 9 Si aceptamos
fiese que Jesús es Hijo de Dios,
Dios permanece en él y él en Dios.
16 Y hemos conocido (1) En una familia son los padres el lazo de
y creído la ca- unión entre los hijos; por esto el amor fraterno
ridad que Dios nos tiene. Dios es nace del amor y piedad hacia los padres, más
caridad, y el que vive en caridad, aún en Dios. Todo amor para ser santo ha de
permanece en Dios y Dios en él. fundarse en Dios, en el prójimo hemos de
17
La perfección del amor en nos- amar a Dios, cuyo hijo es el prójimo y como
otros se muestra en que tengamos tal hermano nuestro. Por esto San Juan y San

confianza en el día del juicio, por- Pablo reducen la ley del Evangelio al único
precepto del amor del prójimo.
que, como es El, así somos nosotros
(2) El Espíritu Santo nos certifica por la
en este mundo. 18 En la caridad no certidumbre de la fe que El nos da.
hay temor; pues la caridad perfecta (3) Este versículo que en la Vulgata dice:
echa fuera el temor (3); porque el te- «Tres son los que dan testimonio en el cielo,
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y los
tres son uno» falta en los códices antiguos, así
(1) La gran manifestación del amor de griegos como latinos, etc., y es desconocido de
Dios por Jesucristo lleva a San Juan a formu- los Padres. Parece tener origen español y haber
lar esta definición de Dios, de que sobre todo ido poco a poco saliendo por vía de exégesis
es caridad. del versículo precedente. Sólo en el siglo XIII
(2) No habiendo visto nadie a Dios, nadie adquirió la forma que hoy tiene en la. Vulgata.
puede tampoco conocer si nosotros nos pare- No hya duda que la supresión del versículo
cemos a Dios como hijos suyos, pero tenemos no dice nada contra el misterio de la Trinidad
un modo de comprobarlo, la caridad fraterna. beatísima, que en tantas formas se halla atesti-
(3) Efectivamente, el amor de hijo a padre guado en la Escritura.
engendra plena confianza y excluye todo temor (4) La sangre de Cristo derramada en la
de castigo. cruz, el agua del bautismo, por que somos ui-
1374 II SAN JUAN
eltestimonio de los hombres, mayor es oye en cuanto le pedimos, sabemos
eltestimonio de Dios, que ha testifi- que obtenemos las peticiones que le
cado de su Hijo. 10 El que cree en el hemos hecho. 10 Si alguno ve a su
Hijo de Dios, tiene este testimonio hermano cometer un pecado que no
en sí mismo. El que no cree en Dios lleva a la muerte, ore y alcanzará
le hace embustero, porque no cree vida para los que no pecan de muer-
en el testimonio que Dios ha dado te (1). Hay un pecado de muerte,
de su Hijo. 11 Y el testimonio es que y no es por éste por el que digo yo
Dios nos ha dado la vida eterna, y que ruegue. 17 Toda injusticia es pe-
esta vida está en su Hijo. 18 El que cado, pero hay pecado que no es de
tiene al Hijo tiene la vida, el que no muerte. 18 Sabemos que todo el na-
tiene al Hijo, tampoco tiene la vida. cido de Dios no peca (2), sino que el
nacido de Dios se guarda a sí mismo,
y el maligno no le toca. 19 Sabemos
Oración y confianza. que somos de Dios, mientras que el
mundo todo está bajo el maligno,
20
13
Esto os escribo a los que creéis y sabemos que el Hijo de Dios
en el nombre del Hijo de Dios, para vino y nos dió inteligencia para que
que conozcáis que tenéis la vida conozcamos al que es verdadero, y
eterna. 14 Y ja confianza que tenemos estemos en el verdadero, en su Hijo
en El, es que si le pedimos alguna Jesucristo. 21 El es el verdadero Dios
cosa conforme con su voluntad, El y la vida eterna. Hijilos, guardaos de
nos oye (1). 15 Y si sabemos que nos los ídolos.

corporados a la muerte del Salvador, el Espí- (1) Este pasaje nos enseña que hay pecados
ritu Santo, que por la fe en la sangre y en el mortales y no mortales. Manda orar por los
agua del bautismo nos santifica; y esto es lo uno. que caen en tales pecados para que conserven
(i) He aqui la norma de la oración: pedir la vida.
según la voluntad de Dios, que es la norma (2) No peca mientras se deje gobernar por
de nuestra vida. el Espíritu de Dios que ha recibido.

II DE SAN JUAN
Saludo. principio tenemos, que os améis
unos a otros; * y ésta es la caridad,
1
El presbítero, a la señora Electa que caminemos según sus preceptos.
y a sus hijos, a los cuales amo yo Y
el precepto es que andemos en
en la verdad; y no sólo yo, sino tam- caridad, según habéis oído desde el
bién cuantos conocen la verdad, * por principio.
7
amor de la verdad, que mora en nos- Ahora se han levantado en (-1 inun-
otros y con nosotros está para siem- do muchos seductores, que no confiesan
pre. 3 Con vosotros sea la gracia, la que Jesucristo ha venido en carne (1).
misericordia y la paz de parte de Estos son los seductores, el Anticristo.
8 Guardaos, no vayáis a perder lo
Dios Padre y de Jesucristo, Hijo del
por
Padre, en la verdad y en la caridad. que habéis trabajado, sino haced
un galardón cumplido. • Todo
recibir
se extravia y no permanece
el que
en la doctrina de Cristo, no tiene a
I.os falsos doctores. Dios; el que permanece en la doc-
trina, ése tiene al Padre y al Hijo.
4 Mucho me he alegrado al saber 10 Si alguno viene a vosotros y no
que tus hijos caminan en la verdad, lleva esta doctrina, no le recibáis en
conforme al mandato que hemos re-
cibido del Padre. 6 Ahora te ruego, (1) Estos seductores negaban la realidad dt
señora, no como quien escribe un la encarnación y enseñaban que ésta habla sido
pn ccpln nuevo, sino el que desde el sólo aparente.
III SAN JUAN K175

11
rasa, ni le saludéis, pues el que le sa- papel y tinta, porque espero ir a
luda comunica en sus malas obras (1). vosotros y hablaros cara a cara, para
que sea cumplido nuestro gozo. 13 Te
Conclusión. saludan los hijos de tu hermana
Electa (1).
12
Mucho más tendría que escribi-
ros, pero no he querido hacerlo con
faltaba porque uno se corrompía era natural
la ruptura con él por el peligro de contagio.
(i) En la primitiva Iglesia, siendo escaso el Este nombre, igual al del versículo i,
(i)
número de los fieles en comparación del de los parece indicar que ambos son simbólicos.
gentiles, vivían aquéllos en más íntima unión, Sería raro que dos hermanas llevasen ambas
ligados por el vínculo de la fe. Cuando éste el mismo nombre.

III DE SAN JUAN


El presbítero, a Gayo. nosotros acogerlos para ser coope-
radores de la verdad.
1
El presbítero, al amado Cayo, 9
He
escrito a la iglesia; pero Dio-
a quien amo en la verdad. trefes, que ambiciona la primacía en-
tre ellos, no nos recibe. 10 Por esto,
si voy allá, le recordaré las malas
La hospitalidad. obras que hace, diciendo desvergonza-
damente contra nosotros cosas falsas.
2
Carísimo, deseo que en todo pros- No contento con esto, no recibe a los
peres y goces de buena salud, así hermanos, y a los que quieren recibirlos
como prospera tu alma. 3 Mucho me se lo prohibe y los echa de la iglesia.
11 Carísimo, no imites lo malo,
alegré con la venida de los hermanos
y con el testimonio de tu verdad, sino lo bueno. El que obra el bien
es decir, de cómo andas en la ver- es de Dios, el que obra el mal, no
dad. 4 No hay para mí mayor ale- ha visto a Dios. 12 De Demetrio todos
gría que oír de mis hijos que andan dan testimonio, y lo da aun la misma
en la verdad. 5 Carísimo, bien haces verdad, y aun nosotros mismos damos
en todo lo que practicas con los her- testimonio, y tú sabes que nuestro
manos y aun con los peregrinos; 4 ellos testimonio es verdadero.
hicieron el elogio de tu caridad en 13 Muchas cosas tendría que escri-

presencia de la iglesia. Muy bien birte, pero no quiero hacerlo con tinta
harás en proveerlos para su viaje y cálamo; 14 espero verte pronto, y
de manera digna de Dios; 7 pues por hablaremos cara a cara. La paz sea
el Nombre partieron sin recibir nada contigo. Los amigos te saludan. Sa-
de los gentiles. 8 Por tanto, debemos luda a los amigos en particular.

INTRODUCCION A LA EPISTOLA DE SAN JUDAS

^7 UDAS, Tadeo, era uno de los Apóstoles y hermano de Santiago el Menor.


J Tanto en los evangelios como en los otros escritos del Nuevo Testamento
pasa enteramente sin ser notado, sólo conocido por las listas de los Apóstoles.
Sin embargo, hemos de creer que respondió a los designios del Señor al elegirle
y agregarle al colegio apostólico. Hegesipo, escritor judío convertido, del siglo 11,
nos menta que algunos nietos de Judas fueron denunciados ni pmpero/inr J)n-
1376 SAN JUDAS
miciano como peligrosos, a titulo de parientes del Señor, pero que al verlos
pobres y con las manos encallecidas del trabajo, los dejó libres.
La breve carta de San Judas, que a sí mismo se dice hermano de Santiago,
debió de ser escrita para aquellos fieles entre quienes su hermano era conocido,
por consiguiente para los judíos convertidos. El tema principal de la carta
son los falsos doctores de que en otras epístolas se habla. La descripción que de
ellos se hace tiene gran parecido con la que nos ofrece la II de San Pedro, sin
otra diferencia que el tener en San Pedro ampliado lo que en San Judas está
más resumido. La sentencia más probable es que fué el primero quien se ins-
piró en el segundo, amplificando lo que en él encontró. Otro detalle singular
de esta epístola son las citas de libros apócrifos, la Asunción de Moisés y el
de Enoc. Como San Pablo cita dos veces los poetas griegos, así San Judas cita
obras tenidas en su tiempo en más estima de la que nosotros hacemos de ellas
hoy, y las cita no para declararlas canónicas, sino para ilustrar o explicar su
pensamiento con las palabras de libros estimados entre aquéllos a quienes es-
cribía.

SAN UD A S
Saludo. prisión, en el Orco, para el juicio
del gran día. 7
Cómo Sodoma y
1
Judas, de Jesucristo y Gomorra y las ciudades vecinas, que
siervo
hermano de Santiago, a los amados de de igual modo que ellas habían forni-
Dios Padre, llamados y conservados cado, yéndose tras los vicios contra
en Jesucristo: 2 la misericordia, la naturaleza, fueron puestas para escar-
paz y la caridad abunden más y más miento, sufriendo la pena del fuego
en vosotros. perdurable ( ). I
8
También éstos, dejándose llevar
de sus delirios, manchan su carne,
Los falsos doctores» menosprecian la autoridad y blas-
feman de las dignidades (2). 9 El ar-
3
Carísimos, descando vivamente cángel Miguel, cuando altercaba con el
escribiros acerca de nuestra común diablo, contendiendo sobre el cuerpo
salud, he sentido la necesidad de de Moisés, no se atrevió a proferir
hacerlo exhortándoos a combatir por un juicio de blasfemia, sino que dijo:
la fe, que una vez para siempre ha «Que el Señor te reprenda» (3). 10 Pero
sido dada a los santos.
4 Porque éstos blasfeman de cuanto ignoran;
disimuladamente se han introducido y aun en lo que naturalmente, como
algunos impíos, ya desde antiguo brutos irracionales, conocen, en eso
11 jAy de ellos,
señalados para esta condenación ( 1 ), mismo se corrompen.
que convierten en lascivia la gracia de que han seguido la senda de Caín,
nuestro Dios y niegan al único Dueño y se dejaron seducir del error de
y Señor nuestro, Jesucristo (2). Balán por amor de la recompensa,
5 Quiero recordaros a vosotros que
|y perecieron en la rebelión de Corél
* a Estos son deshonra de vuestros
ya habéis conocido todas las cosas, i

cómo el Señor, después de salvar de [ágapes, banquetean con vosotros sin


Egipto a su pueblo, hizo luego pere- vergüenza, apacentándose a si mis-
cer a los incrédulos; * y cómo a los
ángeles, que no guardaron su digni- il) En todos es'.os hechos se manifiesta la

dad y abandonaron su propio domi- |


justicia divina, que no dejara de venir sobre los

cilio, los tiene reservados en perpetua |


falsos doctores.
(2) Estas dignidades son las jerarquías an-
gélicas.
(1) De tiempo atrás, se vela la senda que (3) Estas palabras, según el testimonio de
seguían y se auguraba cuil seria su fin. los antiguos, están tomadas del libro llamado
(2) Esta negación debía de consistir en ¡Ascensión de Moisés, que hoy. sólo incompleto,
negar la realidad de la encarnación. se conserva.
SAN JUDAS
mos; son nubes sin agua, arrastradas impíos deseos. 19 Estos son los que
por los vientos, árboles tardíos sin fomentan las discordias; hombres ani-
fruto, dos veees muertos, desarrai- males, sin espíritu. 80 Pero vosotros,
gados; ls olas bravas del mar, que carísimos, edificándoos por vuestra
arrojan la espuma de sus impurezas; santísima fe, orando en el Espíritu
astros errantes, a los cuales está Santo, 21 conservaos en el amor de
reservado el Orco tenebroso para Dios, esperando la misericordia de
siempre. 14 De ellos también profe- nuestro Señor Jesucristo para la
tizó el séptimo desde Adán, Enoc, vida eterna. 22 Cuanto a aquéllos, a
cuando dijo: «He aquí que viene el unos reprendedlos, pues que todavía
Señor con sus santas miríadas, 15 para vacilan; a otros salvadlos, arrancán-
ejercer un juicio contra todos y con- dolos del fuego; de los otros compade-
vencer a todos los impíos de todas ceos con temor, execrando basta la
las impiedades que cometieron y de túnica contaminada por su carne (1).
todas las crudezas que contra El 24 A Aquel que puede guardaros
hablaron los pecadores impíos» (1). sin pecado y haceros ante su gloria
16
.Estos son murmuradores, querello- irreprensibles con alegría, 25 el solo
sos, que viven según sus pasiones, cuya Dios, Salvador nuestro por Jesu-
boca habla con soberbia, que por cristo nuestro Señor, sea la gloria, la
interés fingen admirar a las per- magnificencia, el imperio y la potes-
sonas. tad desde antes de los siglos, ahora
17 Pero
vosotros, carísimos, acor- y por todos los siglos. Amén.
daos de lo predicho por los Apóstoles
de nuestro Señor Jesucristo. 18 Ellos
os decían que a lo último del tiempo (1) No todos estaban igualmente mancha-
dos del error. De los maestros hay que compa-
habría mofadores que se irían tras sus decerse
y execrar su compañíajeon los otros,
los seducidos, hay que obrar de otro modo,
(i) Esta cita es del libro de Enoc, i, 9. reducirlos al camino de la verdad.
INTRODUCCION AL APOCALIPSIS

POCALIPSIS significa
revelación, y viénele la
significación del mismo libro
(I, 1). El objeto de esta reve-
lación son los juicios de' Dios
sobre el mundo y la Iglesia.
Con ello no miró el profeta a
satisfacer la curiosidad , más
o menos legitima, que tampo-
co Jesucristo quiso llenar
cuando a la pregunta de los
discípulos sobre si restaura-
ría entonces el reino de Israel,
lee replicó: «No os toca a vos-
otros averiguar los tiempos y
momentos que el Padre se ha
reservado, pero recibiréis el
Espíritu Santo y seréis mis
en toda
testigos en Jerusalén,
Judea y en Samaria, y hasta
los confines de la tierra».-
(Hech. 1, 7 88.) Juan mira
en su profecía a dar testimo-
nio de Jesús y fortalecer el
ánimo délos fieles para man-
tener ese mismo testimonio. El divino Maestro, al despedirse de sus discípulos, les
había dicho: "En el mundo sufriréis grandes aprietos, pero tened fe, porque yo
he vencido al mundo», y por mí vosotros también venceréis. (Jn. 16, 33.) El
Apocalipsis aspira a ser una explanación de estas palabras, que forman parte
del testamento de Jesús. San Juan desempeña aquí los oficios que a los profe-
tas del Nuevo Testamento atribuye San Pablo: «edificar, exhortar y consolar».
(1 Cor. 14, 3.)
El título griego de este libro, Apocalipsis, ha servido para designar un
género literario especial, que no es exclusivo de la obra de San Juan, y cuyo
conocimiento es indispensable para la recta inteligencia del mismo. El género
apocalíptico es un género profético, pero un tanto diferente del género común
de los videntes del Antiguo Testamento. Eran éstos ministros de la palabra
divina, encargados de explicar e inculcar al pueblo el contenido de la ley y
alentarlo en la observancia de la misma con las promesas que tantas veces había
hecho Dios a Israel. (Sum. Theol. 11, 11, q. 174 a. 4.) Su espíritu, lleno de
13.S0 APOCALIPSIS

celo de Dios, mira los pecados presente* del pueblo y los reprende, esforzándosr
por hacerle ajustar su vida a la norma que de Dios han recibido. Las calami-
dades presentes y futuras l>s sirven de tema para mostrar la justicia de Dio»
e infudirle aquel temor, que el misino Yave se proponía infundirle en las teo-
fanias del Sinaí. (Ex. 20, 20.) Las profecías mesiánicas entran en este plan
para consolar a los fieles, afligidos con las miserias del presente, y para alen-
tarlos a esperar en la fidelidad de Dios. El profeta es, pues, el hombre de su
tiempo, y que habla a sus coetáneos. Su lenguaje está calcado en la misma rea-
lidad, vista por él con aquella su mirada viva y penetrante, y a la que el Espíritu
de Dios daba tintes sublimes.
El género apocalíptico, en cambio, parece desligarse del presente para trasla-
darse a las edades futuras, al f in de las cosas. Esto, sin embargo, tiene algo de
artificioso, ya que en realidad el vidente no puede desligarse de la edad presente,
para la cual escribe y en la cual quiere ejercer su influencia. El estilo es ale-
górico, y en él abundan las visiones imaginarias, las escenas teatrales, en las que
todos los elementos de la naturaleza entran en acción, siendo los ángeles los
directores del movimiento escénico. Con apariencias de precisión cronológica,
emplean cifras aritméticas, que en ellos no suelen tener más que un valor sim-
bólico. Las comparaciones son simples aproximaciones, como si quisieran con
esto decir que las realidades de que liablan superan toda comparación. pesarA
de las apariencias, los apocalípticos son hombres de libro. Sus imágenes, visiones,
etc., están tomadas de los libros del Antiguo Testamento. En el mismo San
Juan hay pocos elementos de expresión que no sean copia o imitación de la his-
toria sagrada, de los profetas, de los salmos.
San Pablo nos muestra, sobre todo en las epístolas a los Tesalonicenses,
cuan grande era la expectación de la parusia, o sea de la segunda venida de
Jesús, que los ángeles habían anunciado el día de su Ascensión. Por otra parte,
el Salvador, en el curso de su instrucción a los Apóstoles, había declarado cuál
sería la suerte que el estaba reservada, la pasión, y cuál la que aguardaba
también a los que quisieran ser sus discípulos, que no podía ser el discípulo
de mejor condición que el maestro. La realidad vino a confirmar estas pndic-
dones y a mostrar cuán grande era la virtud que el Espíritu Santo daba a los
fieles y la fuerza consiguiente de su testimonio ante los jueces y los tiranos.
Pero las persecuciones se prolongaban, y la victoria parecía más lejana cada
día. Sobre todo, cuando, después de los judíos, Roma se declaró enemiga del
nombre cristiano y al culto del Señor Jesús opxiso el culto de los señores del
inundo, Roma y sus Césares. Se necesitaba una fe a toda prueba, para no desfa-
llecer a la vista de una ludia tan desigual. ¿Qué podían los cristianos, escasos
en número, pobres de cultura, faltos de recursos y con la opinión pública ai
contra suya, para luchar con el Imperio, poderosamente organizado, penetrado
de paganismo, y que contaba con el apoyo de las religiones todas y de la sabidu-
ría humana f
Pues a fortificar esa fe, a acrecentar el valor de los soldados de Cristo, se
ordena esta arenga del último apóstol, del postrer general de los ejércitos del
Cordero, que aún continúa con vida en lo rudo de la batalla. Y para esto levanto
su espíritu a considerar la lucha entablada y tan repetidas veces anunciada
por Jesucristo. En ella combatían Dios y su Cordero de una parte, y de la otra
el dragón y sus satélites, la bestia, el falso profeta y los reyes de la tierra, aliados
de la bestia. El número y el poder de los eiiemigos son grandes, y mayor aún
la rabia infernal que los anima; pero en contra está el poder de Dios, que arma q
sus criaturas para lucliar contra los impíos (Sab. 5, 18); y el poder del Cordero,
que es Rey de reyes y Señor de señores. La lucha será fiera, pero la victoria no
puede ser dudosa. Y a la victoria seguirá el juicio de Dios, que dará a cada uno
según sus obras. Tal es el tema del Apocalipsis.
APOCALIPSIS 138 1

En Apocalipsis liay que considerar dos cosas, la doctrina y la forma lite-


el
raria. Ladoctrina no es otra que la revelación de Jesucristo. Como San Cri-
sóstomo llama a los Hechos "el evangelio del Espíritu Santo», asi podríamos
llamar al Apocalipsis el evangelio de la resurrección, y por consiguiente, el
evangelio de los triunfos y de las esperanzas cristianos. Conviene que el lector
no olvide esto, y no se deje llevar de la ilusión de tantos visionarios, que buscan
aquí lo que Jesucristo nos negó por innecesario a nuestra salud.
La forma literaria la bebió el profeta en el Antiguo Testamento. A éste,
y más aún a sus partes apocalípticas, debe acudir el estudioso lector para entender
el sentido material de tantas imágenes y figuras, y penetrar luego el sentido
íntimo que el profeta les atribuye. No hay que decir que este origen literario di
los elementos de las visiones no prejuzga en nada la realidad de las visiones
mismas. Sólo muestra la suavidad con que Dios obra en-la mente de los profetas,
así del Antiguo como del Nuevo Testamento, ordenando los múltiples elementos
sensibles que atesora la memoria del profeta y combinándolos del modo más
conveniente para la expresión de nuevos conceptos. (Sum. Theol. 11, 11, q. 173,
a. 2, c.) Bajo el manto de los antiguos profetas hemos, pues, de entender al
Apóstol de Jesucristo. Que algunas de esas imágenes puedan tener un origen
más antiguo y acaso pagano, es cosa que no cambia en nada su sentido. Pero
esto se debe tener en cuenta para explicar la adaptación, no siempre natural
y aun a veces algo violenta, que tienen las imágenes entre sí, o con la idea que
han de expresar. No han sido creadas de primera intención para ella.
Para darse bien cuenta del Apocalipsis, no estará de más compararlo con
alguno de los canónicos anteriores, con los que, a nuestro juicio, tiene mayor
semejanza. Y ssa primero con la última visión de Daniel. (10- 12.) Comienza
el profeta presentándonos una extraña lucha entre el ángel de Grecia y el de
Persia. Miguel, jefe del pueblo santo, interviene a favor del primero. Representa
esta lucha la caída del imperio persa, que seria sustituido por el de Alejandro.
A éste sucederán los diadocos, y tina larga lucha entre los Tolomeos de Egipto
y los seléucidas de Siria, cuyos incidentes nos cuenta el profeta con la precisión
de un historiador, Itasta venir a parar en Anlíoco y en las profanaciones de
J erusalén, que son el término de todos los vaticinios de Daniel. Después de estos
males y como una proyección de ellos en el lejano futuro, ve el profeta otro tiempo
de angustia, y otro Antioco, que levantará contra el pueblo santo nueva y más
fiera persecución, la cual también tendrá su fin. «Entonces se alzará Miguel,
el príncipe grande, que defiende a los hijos de Israel, y será tiempo de angustia,
como no la hubo desde que liay qentes hasta aquel tiempo. Pero en aquel tiempo
será libertado tu pueblo, todos los que se hallaren escritos en el libro. Y la muche-
dumbre de los que duermen en el polvo de la tierra despertará, unos para la
vida eterna y otros para el eterno oprobio y confusión. Y los sabios resplande-
cerán como la luz del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia como
estrellas para siempre jamás.» (12. 1-2). En lo cual podemos distinguir
tres tiempos: la preparación, que llega hasta Antioco; luego las persecuciones
de éste, y el fin, que es una reproducción agrandada de las persecuciones ante-
riores.
En Sinópticos tenemos también un largo discurso apocalíptico del Sal-
los
vador. Nocabe duda que Jesús conocía todo el futuro desenvolvimiento de la
Iglesia en la tierra; sin embargo, se atiene también a las normas de los pro-
fetas y usa un lenguaje apocalíptico. Insiste el Salvador en los peligros que.
amenazan a sus discípulos y en la próxima ruina de J erusalén, que sucederá
antes que la presente generación pase. Era éste un suceso que había de tener
gran influencia en los destinos de la Iglesia, y que a los Apóstoles importaba
mucho conocer. Pero después de este suceso, pasa de vuelo la serie de los siglos,
que sólo del Padre son conocidos (Mrc. 13, 32), para hablarnos de los postreros

1382 APOCALIPSIS

días del mundo, del juicio, de la resurrección y de las otras postrimerías. Sobre
la historia de la Iglesia entre las naciones y sobre el tiempo de su segunda venida,
Jesús no nos da ningún detalle.
En el plan del Apocalipsis podemos distinguir tres partes: Introducción
(1. 1-8); cuerpo de la obra (1. 9-22. 5); conclusión (22. 6-21). En el cuerpo
de la obra se destaca bien el principio de ella, que contiene la visión de Jesu-
cristo y las epístolas a las siete iglesias (1. 9- 3. 22). El resto de la obra es lo
que forma propiamente el Apocalipsis, cuyo plan es como sigue:
a) Descripción del Juez Soberano y de su corte. (4-5.)
b) Apertura de los siete sellos por el Cordero y despliegue en el cielo de
las fuerzas con que Dios ejercerá su justicia sobre la tierra. (6-8. 1.)
c) Las siete trompetas, o sea la acción de esas fuerzas de Dios sobre el
mundo antiguo y sobre Israel. (8, 2-11. 18.)
d) La encarnación del Hijo de Dios y las encarnaciones del dragón.
(11. 19-14. 5.)
e) Los primeros anuncios del juicio de Dios sobre Roma. (14. 6-20.)
i) Las siete copas de la cólera de Dios sobre Roma. (15-16.)
g) Ultimo anuncio del juicio de Dios sobre Roma. (17-19. 10.)
h) La derrota de Roma y sus consecuencias. (19. 11-21.)
i) El milenio y la batalla contra Gog, y sus consecuencias. (20.)
j) La nueva Jerusalén. (21. 1-22. 5.)
En este cuadro podernos distinguir cuatro tiempos: El pasado, que abarca
la historia antigua, así del mundo pagano como de Israel, y sirve de argumento
para probar el principal intento del autor; el presente, o sea la aparición del
Mesías, con sus consecuencias hasta el futuro próximo, en que el profeta ve la
conclusión de la lucha actual; el milenio, o sea la paz, después de las luchas
que amenazan; el fin lejano, que viene después del milenio, con la victoria defi-
nitiva de Cristo sobre el dragón, y la restauración de todas las cosas en Dios.
Origen del libro. Era por los años 96-98 del siglo primero. El discípulo
amado del Señor, último representante del colegio de los Doce, y por esto más
estimado de las iglesias, había sido desterrado por Domiciano a la isla de Palmos,
cerca de la costa occidental del Asia Menor, enfrente de Mileto. Allí recibió
la inspiración divina de escribir su Apocalipsis y de dirigirlo a siete iglesias
de la provincia proconsular de Asia. Tal es el testimonio de la tradición cristiana,
representada por San Ireneo, Clemente de Alejandría, Orígenes y San Jerónimo.
La historia de la interpretación dd libro sería larga de narrar. De una parte,
el deseo de novedades, y de otra la ignorancia acerca del carácter literario del
Apocalipsis, han sido causa de no pocas cavilaciones. Feliímente, la recta'
aplicación del método histórico, que nos traslada a la época de Satt Juan y nos
da idea de las necesidades de sus destinatarios, facilitan la inteligencia general
del libro, por más que no pocos detalles secundarios queden aún, y quedarán
al vez para siempre, en la oscuridad.
APOCALIPSIS, 1 1383

APOCA LIPSIS
6
Introducción. la tierra. El que nos ama, y nos
ha absuelto de nuestros pecados por
-|
1
Apocalipsis de Jesucristo (1), ia virtud de su sangre, y nos ha hecho
*
que para instruir a sus siervos un reino y sacerdotes (1) de Dios,
sobre las cosas que han de suceder su Padre. A El la gloria y el poder
pronto, ha dado Dios a conocer por por los siglos de los siglos, amén.
su ángel a su siervo Juan, 2 el cual
7
Ved que viene (2) en las nubes
da testimonio de la palabra de Dios del cielo, y todo ojo le verá, y cuantos
y el testimonio de Jesucristo (2), le traspasaron; y se lamentarán todas
esto es, de todo lo que él ha visto. las tribus de la tierra. Sí, amén.
3 Bienaventurado el que lee (3), y los 8
Yo soy el alfa y la omega (3), dice
que escuchan las palabras de esta el Señor Dios, el que es, el que era,
profecía, y los que observan las cosas el que viene, el Todopoderoso.
en ella escritas, pues el tiempo está
próximo.
* Juan, a las siete iglesias que hay

en Asia (4): Con vosotros sean la Visión introductoria.


gracia y de parte del que
la paz, es,
del que era y del que viene, y de los Yo, Juan, vuestro hermano (4)
9

siete espíritus, que están delante de y compañero en la tribulación, en


su trono 5 y de Jesucristo (5), el el reino y en la paciencia, en Jesús,
testigo veraz, el primogénito de los hallándome en la isla llamada Pat-
muertos, el príncipe de los reyes de mos, por la pabrabra de Dios y por
el testimonio de Jesús, 10 fui arreba-
tado en espíritu el día del Señor,
(1) Jesucristo es ministro principal de la y oí tras de mí una voz fuerte, como
revelación, según Jn. i, 18. La idea del inmi- de trompeta, que decía: 11 Lo que
nente juicio de Dios domina en el Apocalipsis
vieres escríbelo en un libro, y envíalo
y le es común con los profetas, los cuales suelen
contemplar en los limites de su horizonte el a las siete iglesias, a Efeso, a Esmirna,
cumplimiento de sus vaticinios. A veces esta a Pérgamo,' a Tiatira, a Sardes, a
representación es verdadera en sentido humano, Filadelfia y a Loadicea. 12 Y me
otras sólo en sentido divino. Los ángeles son volví para ver al que hablaba con-
los intermediarios de la divina revelación en migo; 13 y vuelto, vi siete candeleros
los vaticinios apocalípticos, como en Dan. g y io.
Según Jn. 3, 32, es el mensaje que Je-
de oro, y en medio de los candeleros
(2)
sucristo nos trae de su Padre, y aquí nos es co- a uno, semejante a un hijo del hom-
municado por el profeta, como en Jn. 2,1, 24. bre, vestido de una túnica talar y
(3) Menciona al que hace la' lectura del ceñidos los pechos con un cinturón
mensaje en la asamblea de los fieles, y luego de oro. 14 Su cabeza y sus cabellos
a éstos, que escuchaban.
eran blancos como la lana blanca,
(4) El que es, etc.: es una declaración del
nombre de Yave (Ex. 3, 14) que los Targum como la nieve; sus ojos como llamas
explicaban por el que fué, es y será, y significa de fuego; 15 sus pies, semejantes al
la eternidad e inmutabilidad de Yave, que do- azófar, como azófar incandescente en
mina las mudanzas de la historia humana. El
último miembro, «el que viene», da a esta decla-
ración un sentido histórico muy en armonía (1) Esto es. miembro de un reino y sacer-
con el Apocalipsis, que anuncia la venida de dotes. La
expresión está tomada del Ex. 19, 6
Dios a juzgar al mundo. Los siete espíritus que emplea del pueblo de Israel, y luego se
la
significan la plenitud de los siete dones del aplica al pueblo cristiano en I Pet. 2, 9.
Espíritu de Dios, y en último término el mismo (2) Imagen tomada de Dan. 7, 13, que
Espíritu divino. Jesús se aplica a Sí ante el tribunal de Caifás
(5) Los tres atributos que aquí se dan a (Mt. 24, 30).
Jesús son muy propios del Apocalipsis. «Al que (3) Esto es, el principio y el fin.
nos ama.» El amor de Dios hacia los hombres (4) Después de la introducción general del
es causa de nuestra salud; éste viene a ser el libro, siguen las epístolas a las siete iglesias,
principio de la teología del Apóstol (Jn. 13, I; precedidas de una visión, en que Jesús aparect
I Jn. 3. 16). .il profeta y le va dictando estas epístolas.
APOCALIPSIS , 2

el horno, y como la voz de


su voz que el Espíritu dice a las iglesias-
muchas aguas. 16
Tenía en su diestra Al vencedor le daré a comer del árbol
siete estrellas, y. de su boca salía de la vida, que está en el paraíso
una espada aguda de dos filos, y su as- de mi Dios.
pecto era como el sol, cuando resplan-
dece en toda su fuerza. 17 Así que
le vi, caí a sus pies como muerto, Carta a la iglesia de Esmirnu.
pero él puso su diestra sobre mí,
diciendo: 18 No temas, yo soy el pri- -
8 Y alde la iglesia de
ángel
mero y el último, el viviente (1), que Esmirna (1), escríbele: Esto dice
fui muerto y ahora vivo por los siglos el primero y el último, que estuvo
de los siglos, y tengo las llaves de la muerto y ha vuelto a la vida: * Co-
muerte y del infierno. 19 Escribe, pues, nozco tu tribulación y pobreza, aun-
lo que vieres, tanto lo presente como que estás rico, y la blasfemia de los
lo que ha de ser después de esto. que dicen ser judíos (2) y no lo son,
20 Cuanto
al misterio de las siete antes son la sinagoga de Satán.
estrellas, que has visto en mi diestra, 10 Nada temas por lo que tienes que

y los siete candcleros de oro; las siete padecer. Mira que el diablo os va a
estrellas (2) son los ángeles de las arrojar a algunos en la cárcel, para
siete iglesias, y los siete candelcros que seáis probados, y tendréis una
las siete iglesias. tribulación de diez días. Sé fiel hasta
la muerte, y te daré la corona de la
vida. 11 El que tenga oídos, oiga lo
Carta a la iglesia do Eleso. que el Espíritu dice a las iglesias.
El vencedor no sufrirá daño de la
1
Al ángel de la iglesia de Efeso segunda muerte.
2 escríbele: Esto dice el que tiene
en su diestra las siete estrellas, el
que se pasea en medio de los siete Carta a la iglesia de Pérgamo.
candelcros de oro. 2 Conozco tus
12
obras, tus trabajos, tu paciencia, y Al ángel de la iglesia, de Pér-
que no puedes tolerar a los malos, gamo (3), escríbele: Esto dice el que
y que has probado a los que se dicen tiene'la espada, la espada de dos filos,
apóstoles, pero no lo son, y los ha- la aguda: 13 Conozco dónde moras,
llaste mentirosos. 3 Y tienes paciencia, donde está el trono de Satán y\),
y por mi nombre, sin desfa-
sufriste y que mantienes mi nombre, y no
llecer. Pero tengo contra ti (3) que
* negaste mi fe, aun en los días de
dejaste tu primera caridad. 5 Consi- Antipas, mi testigo, ini fiel, que fué
dera, pues, de dónde has caído, y muerto entre vosotros, donde Satán
arrepiéntete, y practica las obras habita. 14 Pero tengo algo contra ti:

primeras; si no, vendré a ti y remo- que toleras allí a quienes siguen la


veré tu candelero de su lugar, si no doctrina de Balán (5), el que ense-
te arrepientes. 6 Mas tienes esto a
tu favor, que aborreces las obras de (i) Ciudad situada al Norte de Efeso y que
los nicolaítas como yo las aborrezco. gracias a su puerto ha vuelto a florecer en los
7
El que tenga oídos, que oiga lo tiempos modernos. Se mostró siempre muy
afecta a antes que ninguna otra levantó
Roma, y
templos en su honor y en el del César. La iglesia
(1) El viviente es Jesucristo, que murió y es alabada del Señor.
resucitó para vivir eternamente a la diestra del (a) En los martirios de San Policarpo y
Padre, y adquirió por aquí el señorío sobre la San Pionio aparecen los judíos como fieros per-
muerte y sobre la mansión de los muertos, que seguidores de los fieles.
es el infierno. (3) Antigua capital del reino de los ati-
(2) Noes del todo claro el sentido de los lidas, residencia del procónsul romano y centro
siete angeles simbolizados por las siete estre- del culto imperial.
llas. La sentencia más probable es que signifi- (4) Es sin duda el santuario donde, en nom-
can el espirita que informaba a tas iglesias, que bre de la provincia, daba culto a Roma y al
bien podía estar personificado en sus pastores, César el sacerdocio provincial. Antipas es sin
y ser el de la generalidad de los fieles. duda un mártir de esta ciudad, muerto en al-
(3) Es la segunda parte de la epístola, que guna explosión de furor anticristiano.
aquí contiene una grave reprensión, con la (5) La figura de Balan, tomada de Num, aa
grave amenaza de remover el candelero e. d. de y siguientes significa el culto de los Idolos, o
suprimir temporal o perpetuamente la misma mejor, el tomar parte en los banquetes sagra-
iglesia, ya que sin caridad no hay vida y el que dos, que era considerado como un acto de ido-
no vive no existe (I Jn. 3, 14)- latría (i Cor. 10, 14. «•)
1385

ñaba a Balac a poner tropiezos de- que 110 seguís semejante doctrina,
lante de los hijos de Israel, para indu- y no conocéis que dicen profun-
las
cirlos a comer de los sacrificios de los didades de Satán (1), no arrojaré
25
ídolos y fornicar. 15 Así también sobre vosotros otra carga. Sola-
toleras til a quienes siguen de igual mente la que tenéis, tenedla fuerte-
modo la doctrina de los nicolaítas. mente, hasta que yo vaya. Y al 26
16 Arrepiéntete, pues, si no, vendré que venciere y al que conservare
a ti pronto, y pelearé contra ellos con hasta el fin mis obras, yo le daré
la espada de mi boca.
17
El que tenga poder sobre las naciones, 27 y las
oídos, que oiga lo que el Espíritu apacentará con vara de hierro, y
dice a las iglesias. Al que venciere serán quebrantados como vasos de
le daré del maná escondido (1), y le barro, 28 como yo lo recibí de mi
daré una piedrecita blanca, y en ella Padre y le daré la estrella (2) de la
escrito un nombre nuevo, que nadie mañana. 29 El que tenga oídos, oiga lo
conoce sino el que lo recibe. que el Espíritu dice a las iglesias.

Carta a la iglesia de Tiatira.


Carta a la iglesia de Sardes.
18
Al ángel de la iglesia de Tia-
1
tira (2), escríbele: Esto dice el Hijo ¿) Al ángel de la iglesia de Sar-
de Dios, cuyos ojos son como llamas des (3), escríbele: Esto dice el
de fuego, y cuyos pies son semejantes que tiene los de Dios:
siete espíritus
19 Conozco tus obras, tu Conozco tus obras y que tienes
al azófar:
caridad, tu fe, tu ministerio, tu pa- nombre de vivo, pero estas muerto.
2
ciencia, y tus obras últimas, mayores Estate alerta y consolida lo demás,
que las primeras. 20 Pero tengo contra que está para morir, pues no he
ti que permites a Jezabel (3), esa que hallado perfectas tus obras en la
a sí misma se dice profetisa, y enseña, presencia de mi Dios. 3 Por tanto,
y extravía a mis siervos hasta hacer- acuérdate de lo que has recibido
los fornicar y comer de los sacrificios y has escuchado, y guárdalo, y arre-
de los ídolos. 21 Yo le he dado tiempo piéntete. Porque no velas, vendré
si
para que
arrepintiese, pero no
se como ladrón, y no sabrás la hora
quiere arrepentirse de su fornica- en que vendré a ti. 4 Pero tienes en
22
ción (4), y yo voy a arrojarla en Sardes algunas personas que no han
cama, y a los que con ella adulteran manchado sus vestidos y caminarán
en tribulación grande, por si se arre- conmigo vestidos de blanco (4), por-
pienten de sus obras. 23 a sus hijos Y que son dignos. 5 El que venciere,
losharé morir con muerte arrebatada, ése se vestirá de vestiduras blancas,
y conocerán todas las iglesias que jamás borraré su nombre (5) del
yo soy el que escudriña las entrañas libro de la vida, y confesaré su nom-
y los corazones, y que os daré a cada bre delante de mi Padre y delante de
uno según vuestras obras. 24 a Y sus ángeles. 6 El que tenga oídos, oiga
vosotros los demás de Tiatira, los lo que el Espíritu dice a las iglesias.

(1) Imagen tomada


del Ex. i6, 23 que tal (1) Son sin duda los principios, acaso gnós-
vez la Eucaristía, el pan de vida
significa ticos, en que apoyaban esa conducta práctica
(Jn. 6, 50 ss.), opuesto a los banquetes sacri- que aquí reprende el profeta.
legos de guija blanca. Era como el billete para (2) Es decir, le haré brillar en el cielo como
que los vencedores de los juegos fuesen admi- la estrella matutina, según el uso de esta imagen
tidos en los banquetes públicos. en Dan. 12, 3 y I Cor. 15, 40.
(2) Pequeña ciudad industrial en el valle (3) Antigua capital de la Lidia, muy impor-
del Lico, en que abundaban las asociaciones tante por su comercio y famosa por su molicie
profesionales ligadas al culto de Apolo Tirím- y sensualidad (Herod. 1, 155). No puede ser
neo y al culto imperial. más triste la imagen que nos traza de la iglesia
(3) La figura de Jezabel está tomada de de Sardes, muerta a la vida de la gracia, acaso
I. Reg. 16, 31 s., y representa sin duda alguna por la influencia de la molicie reinante.
persona importante que engañaba a los fieles, Con la corrupción pagana y que por eso
(4)
sobre la licitud de asistir a los banquetes, que se vestiránconmigo de blanco, que es vestí-
con frecuencia celebraban las dichas socieda- dura de fiesta y de triunfo.
des. (5) Esta imagen derivada de Ex. 32, 33 y
(4) Está tomada la palabra en sentido meta- Salmo 68, 29, representa el libro en que están
fórico, como en los profetas, por el culto de escritos los justos, los que tienen vida delante
los ídolos. de Dios, y están destinados a vida eterna.
1 38b APOCALIPSIS, 4

Carta o la iglesia do FUadcliia. ni frío ni caliente. 18 Ojalá fueras


frío o callente, mas porque eres
7
Al ángel de la iglesia de Fila- tibio (1), y no eres caliente ni frío,
delfia (1), escríbele: Esto dice el estoy para vomitarte de mi boca.
17
Santo, el Verdadero, el que tiene la Porque dices: Yo soy rico y me he
llave de David, el que abre y nadie enriquecido y de nada tengo nece-
cierra, y cierra y nadie abre. 8 Co- sidad, y no sabes que eres un desdi-
nozco tus obras, mira que he puesto chado, un miserable, un indigente,
ante ti una puerta abierta (2) -que un ciego, y un desnudo; 18 te aconsejo
nadie puede cerrar, porque teniendo que compres de mi oro acrisolado por
poco poder guardaste, sin embargo, mi el fuego, para que te enriquezcas,
palabra y no negaste mi nombre. y vestiduras blancas para que te
9
He aquí que yo te entregaré algu- vistas, y no aparezca la vergüenza
nos de la sinagoga de Satán, de esos de tu desnudez, y colirio para ungir
que dicen ser judíos (3) y no lo son, tus ojos a fin de que veas. 19 Yo re-
sino que mienten; yo los obligaré a prendo y corrijo a cuantos amo:
venir y postrarse a tus pies, y a reco- ten, pues, celo y arrepiéntete. 20 Mira
nocer que te amo. 10 Porque has con- que estoy a la puerta y llamo: si
servado mi paciencia, yo también te alguno escucha mi voz y abre la
guardaré en la hora de la tentación, puerta, yo entraré a él y cenaré con
21
que está para venir sobre la tierra, él y él conmigo. Al que venciere le
para probar a los moradores de ella. haré sentarse conmigo en mi trono,
Vengo pronto. 11 Guarda bien lo que así como yo también vencí, y me
tienes, no sea que otro se lleve tu senté con mi Padre en su trono.
22
co-ona. 11 Al vencedor yo le haré co- El que tenga oídos, oiga lo que el
lumna (4) en el templo de mi Dios, Espíritu dice a las iglesias.
y no saldrá ya jamás fuera de él,
y sobre él escribiré el nombre de
Dios y el nombre de la ciudad de mi Ll Juez Supremo y su corto
Dios, de la nueva Jcrusalén, la que
desciende del cielo, y mi nombre A 1
Después oe oslas cosas tuve
nuevo. 18 El que tenga oídos, oiga una visión (2); y vi una puerta
10 que el Espíritu dice a las iglesias. abierta en el cielo, y la voz, aque-
lla primera, que había oído como
de trompeta, me hablaba y decía:
Carta a la Iglesia do Laodicca. Sube acá, y te mostraré las cosas
que han de acaecer después de éstas.
14 Y ángel de la iglesia de Laodi-
al
2
Al instante, en espíritu, vi un
cea (5), escríbele: Esto dice el trono (3), que estaba colocado en
Amén, el testigo fiel y veraz, el medio del cielo, y sobre el trono, uno
principio de la creación de Dios: sentado. 3 Y el que estaba sentado
" Conozco tus obras y que no eres me parecía semejante a la piedra de
jaspe y al sardónico,y el arco iris
(1) Sudeste de Sardes, gran cen-
Ciudad al que rodeaba el trono era semejante
tro de comunicaciones, situada en una región a una esmeralda. 4 Y alrededor del
fértil pero muy expuesta a los terremotos. trono vi otros veinticuatro tronos (4),
(2) Acaso una alusión a la facilidad de sus los tronos estaban sentados
comunicaciones, y significa un campo abierto
y sobre
veinticuatro ancianos, vestidos de
a la evangelización, para crecer y desarrollarse.
(3) No lo son por la fe sincera en las pro- vestiduras blancas y con coronas de
mesas divinas, que distinguen al pueblo de oro sobre sus cabezas. 5 Y salían del
Israel; a éstos los traerá Dios a sincera conver-
sión y a postrarse ante la pequeña comunidad
de Filadelfia. (1) Imagen natural, tomada del agua tibia,
(4) Le daré un puesto de honor en el tem- que excita el vómito.
plo de Dios, puesto que conservará para siem- (a) Los dos capítulos 4 y 5 se hallan ins-
pre, el nombre de Dios como cosa
y llevará pirados, sobre todo, en Is. 6, Ez. 1, 3. y Dan. 7
que pertenece y está consagrada.
le y nos describen la corte celestial en que mora
(5) Ciudad de la Frigia, en el valle del Lico, el Soberano del universo y el Cordero divino,
famosa por sus manufacturas de lana, por su que comparte su trono.
escuela de medicina, su templo de Esculapio (3) Es el trono de Dios, que no es designa-
y sus específicos para curar la vista. Era rica, do sino bajo la fórmula vaga que sigue, para
como que al ser destruida el año 61 por un indicar que supera toda descripción.
terremoto rehusó el socorro imperial para su (4) Que forman como el senado de Dios,
restauración. igual en Is. 24. 33 y I Reg- 33. 19 ss.
APOCALIPSIS, 6 1387

trono relámpagos, y voces, y truenos, roso,que pregonaba a grandes voces:


y siete lámparas (1) de fuego ardían ¿Quién será digno (1) de abrir el
delante del trono, que eran los siete ibro y desatar sus sellos? 3 nadie Y
espíritus de Dios; 6 Y delante del podía^ ni en el cielo, ni en la tierra,
trono había como un mar de vi- ni debajo de la tierra abrir el libro,
drio (2) semejante al cristal, y en ni verlo. 4 Y
yo lloraba mucho, por-
medio del trono y en rededor de él que ninguno era hallado digno de
Pero uno de los 5
cuatro vivientes, llenos de ojos por abrirlo y de verlo.
delante y por detrás. 7 El primer vi- ancianos mellores, mira
dijo: No
viente era semejante a un león, el que ha vencido (2) el león de la
segundo viviente semejante a un tribu de Judá, la raíz de David, para
toro, el tercero tenía semblante como abrir el libro y sus siete sellos. 6 Y vi
de hombre, y cuarto era semejante
el en medio del trono y de los cuatro
a un águila voladora. vivientes, y en medio de los ancianos,
8
Los cuatro vivientes tenían cada un Cordero, que estaba en pie como
uno de ellos seis alas, y todo en torno degollado (3), que tenía siete cuernos
y dentro estaban llenos de ojos, y no y siete ojos, que son los siete espíritus
se daban reposo día y noche, diciendo: de Dios, enviados a toda la tierra.
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios 7
Y vino y tomó el libro (4) de la
todopoderoso, el que era, el que es y derecha del que estaba sentado en el
el que viene. 9 Y
siempre que los trono. 8
Y cuando lo hubo tomado,
vivientes daban gloria, honor y acción los cuatro vivientes y los veinticuatro
de gracias al que está sentado en el ancianos cayeron delante del Cor-
trono, que vive por los siglos de los dero (5), teniendo cada uno su
siglos, *° los veinticuatro ancianos cítara y copas de oro llenas de per-
caían delante del que está sentado en fumes, que son las oraciones de los
el trono, y se postraban ante el que santos. 9 Y
cantaron un cántico
vive por los siglos de los siglos, y nuevo, que decía: Digno eres de
arrojaban sus coronas delante del tomar el libro y abrir sus sellos, por-
trono, diciendo: 11 Digno eres, Señor, que fuiste degollado y con tu sangre
Dios nuestro, de recibir la gloria, has comprado (6) para Dios hombres
el honor y el poder, porque tú creaste de toda tribu, lengua, pueblo y na-
todas las cosas, y por tu voluntad ción, 10 y los hiciste para nuestro
existen, y fueron creadas. Dios reino y sacerdotes, y reinan
sobre la tierra. 11 vi y oí la voz de Y
El Cordero. (1) Manera dramática de hacer saber que
sólo el Cordero de Dios es digno de revelar los
5 Y vi a la derecha del que estaba
1 juicios del Altísimo.
sentado en el trono un libro (3), (2) La victoria de que aquí se trata no es
otra que la pasión de Jesucristo, por la cual
escrito por dentro y por fuera, sellado
mereció recibir del Padre la soberanía sobre la
con siete sellos. 2 Y vi un ángel pode- tierra, el cielo y el infierno. Fil. 2, 8 ss.; Jn. 5,
22, 27; Act. 10, 42; Dan. 7, 13 s.
(1) Las siete lámparas derivadas de Zac, 4, (3) Por el sacrificio mereció el Cordero este
2 ss. que significan al Espíritu Santo por la ple- poder de abrir los sellos. Siete caernos. El nú-
nitud de sus siete dones, como en 1, 4. mero siete significa plenitud, perfección; el
(2) Es la vasta extensión de los cielos con- cuerno es símbolo de la fuerza y el poder
cebida como un océano inmenso. Estos cuatro (Dan. 7, 7; 8, 3 s.; Zac. I, 18 ss.), cuya plenitud
vivientes misteriosos, que no se pueden decir el Cordero posee. Los siete ojos significan el
animales, porque uno tiene el aspecto de hom- Espíritu Santo, que da testimonio de Jesucristo
bre, derivan de Ez. 1, 5 ss. y 10, 12 ss., donde (Jn. 15, 26 s.), y cuya comunicación, según el
sostienen y mueven el trono de Dios. Su nú- mismo San Juan, es el fruto de la pasión y glo-
mero guarda relación con las cuatro partes del rificación de Jesucristo (Jn. 7, 36).
universo, y sus ojos indican la parte que tienen (4) El libro es un rollo, que de ordinario
en el gobierno del mismo o de la Iglesia espar- se escribía por dentro; pero éste tiene de sin-
cida por todo él. Son los cuatro reyes del reino gular que está escrito también por fuera, o
animal: el rey de lás selvas y de las fieras, el mejor, por detrás.
rey de los ganados, el rey de los aires y el rey (5) Con esta imagen tomada del salmo 141, 2,
de la creación. Como el trono está asentado no sólo por sí le rinden homenaje, sino que
sobre los vivientes, resulta que éstos están 10 hacen en nombre de la Iglesia, que aun
debajo del trono y alrededor de él. lucha en la tierra. (Cf. Tob. 12, 12.)
(3) Este lioro, derivado sin duda de Ez. 2, 9, (6) El cántico nuevo es la confesión de la
es el libro de los juicios de Dios sobre el mundo, obra mesiánica, la redención del mundo por
los cuales habrán de ser revelados por el Cor- la sangre del Cordero (I Cor. 6, 20; Gal. 3, 13;
dero y consignados luego en el Apocalipsis. 11 Pet. 2, 1).
1388 APOCALIPSIS, e

Tnuchos ángeles (1) en rededor del él le fué concedido desterrar la paz


trono, y de los vivientes, y de los de la tierra, y sue se degollasen unos
ancianos; y era su número de miríadas a otros, y le fué dada una gran
de miríadas, y de millares de milla- espada.
res, 12 que decían a grandes voces: 5
Y cuando abrió
el sello tercero oí
Digno es el Cordero, que ha sido al viviente que decía: Ven.
tercer
degollado, de recibir el poder, la Y miré y vi un caballo negro (1), y
riqueza, la sabiduría, la fortaleza, el que le montaba tenía una balanza
el honor, la gloria y la bendición. en la mano. 6 Y oí como una voz en
13
Y
todas las criaturas que existen medio de los cuatro vivientes que
en el cielo, y sobre la tierra, y debajo decía: Dos libras de trigo por un
de la tierra, y en el la mar (2), y todo denario, y seis libras de cebada por
cuanto hay en ellas, oí que decían: un denario, pero el aceite y el vino
Al que está sentado en el trono y al ni tocarlos. 7 Y
cuando abrió el sello
Cordero la bendición, el honor, la cuarto oí la voz del cuarto viviente
gloria y el imperio por los siglos de que decía: Ven. 8 Y mire y vi un
los siglos. 14 Y los cuatro vivientes caballo bayo (2), y el que cabal-
respondieron: Amén. Y los ancianos gaba sobre él tenía por nombre
cayeron de hinojos y adoraron. Mortandad, y el infierno le acompa-
ñaba. Y fuéles dado poder sobre la
La apertura de los siete sellos cuarta parle de la tierra, para matar
descubre los ministros de justicia con la espada, y con el hambre, y con
divina. la peste, y con las fieras de la tierra.
' Y cuando abrió el quinto sello,

(L
"
1
Y el Cordero abrió el
así que vi debajo del altar (3) las almas de
primero de los siete sellos, vi y los que habían sido degollados por
oí a uno de los cuatro vivientes, la palabra de Dios y por el testimo-
que decía con voz como de trueno: nio que guardan. 10 Y clamaban a
3 Ven. Y miré grandes voces, diciendo: ¿Hasta cuán r
y vi un caballo blan-
co (3), y el que montaba sobre él do, Señor (4), Santo, Verdadero, no
tenía un arco, y le fué dada una juzgarás y vengarás nuestra sangre
corona, y salió vencedor, y para en ios que moran sobre la tierra?
11 Y a cada una le fué dada una tú-
vencer aún. 3 Y
cuando abrió el
segundo sello, oí al segundo viviente nica blanca (5), y les fué dicho que
que decía: Ven. * Y
salió un caballo estuvieran callados un poco de tiem-
bermejo (4), y al que cabalgaba sobre po aún, hasta que se completaran
sus consiervos y sus hermanos, que
(1) A la voz de aquéllos, que ocupan el también habían de ser muertos cono
primer lugar en la corte de Dios, siguen luego ellos.
todos los demás coros celestiales, aclamando
al Cordero y pregonándole digno del poder
recibido (Deut. 33, 2; Dan. 7. 10). (1) Representa el hambre negra, en ta cual
(2) No sólo la corte celestial, sino todas las un litro de trigo valdría un denario, esto es,
demás criaturas se asocian a esta glorificación el jornal deun obrero (Mt. 20, 2); el aceite y
de Dios y del Cordero. En el hombre rescatado, el vino debían ser mirados como artículos de
toda la naturaleza se siente redimida y suspira lujo, inasequibles de todo punto.
por la redención plena de los hijos de Dios, (2) El nombre indica que simboliza la peste,
según dice San Pablo Rom. 8, 19. La asocia- el tercer azote con que Dios castiga a la huma-
ción del Cordero a esta glorificación de Dios nidad, y que suele andar en compañía de los
creador y la expresión de la consustancialidad dos anteriores.
de las divinas Personas como el «tribus honor (3) Como en el templo, concibe el profeta
unus», que tanto se repite en la Liturgia. que habla delante de Dios un altar, el de los
(3) Los cuatro caballos proceden sin duda holocaustos, bajo el cual están las almas de
de la visión de Zac. 6, 1-7. Van apareciendo en los mártires, que fueron sacrificadas por la
la escena, para que el profeta se dé cuenta de palabra de Dios y por dar testimonio de ella.
ellos, a la voz de los cuatro vivientes, que (4) Esta súplica de los mártires, el primero
tienen la superintendencia del mundo, como de los cuales es San Esteban, que murió pi-
ministros de la divina Providencia. El color diendo perdón para sus verdugos, está conce-
del caballo blanco indica victoria y salud (19, 11) bida en la forma de las imprecaciones de los
y representa a Jesucristo o más bien a sus Após- salmos. Lo que piden al Señor es el cumpli-
toles y ministros, que llevan el Evangelio por miento de su justicia (Le. 18, 7).
el mundo, que han logrado ya grandes triunfos, (5) La túnica blanca es la vestidura de los
pero que aún alcanzarán otros mayores. triunfadores. Los mártires desde ahora partici-
(4) Este caballo, de color de sangre, sim- pan de la gloria y del triunfo, y con esto tienen
boliza la guerra, como instrumento de la jus- mayor motivo para esperar el pleno cumpli-
ticia de Dios. miento de las promesas divinas.
1389
APOCALIPSIS. 7

14
Y oí, cuando abrió el sexto sello, dos (1), de todas las tribus de los
v hubo un gran terremoto (1), y hijos de Israel: 5 De la tribu de Judá
el sol se volvió negro como un saco doce mil sellados, de la tribu de Rubén
de pelo de cabra, y la luna se tornó doce mi], de la tribu de Gad doce
toda como sangre,* 13 y las estrellas
- mil, 6 de la tribu de Aser doce mil,
del cielo cayeron sobre la tierra, de la tribu de Neftalí doce mil, de la
como la higuera deja caer sus higos tribu de Manasés, doce mil, 7 de la
sacudida por un viento fuerte, 14 y tribu de Simeón doce mil, de la tribu
el cielo se enrolló como un libro que de Isacar doce mil, 8 de la tribu de
se enrolla, y todos los montes e islas Zabulón doce mil, de la tribu de José
se movieron en sus lugares.
15 los Y doce mil, de la tribu de Benjamín
reyes de la tierra, y los magnates, y doce mil.
los tribunos, y los ricos, y los pode- 9
Después de esto miré y vi una
rosos, y todo siervo, y todo libre se muchedumbre grande (2), que nadie
ocultaron en las cuevas y en las peñas podía contar, de toda nación, tribu,
de los montes. 16 Y
decían a los pueblo y lengua, que estaban de-
mantés y a las peñas: Caed sobre lante del trono y del Cordero, vesti-
nosotros y ocultadnos de la cara del dos de túnicas blancas y con palmas
que está sentado en el trono y de la en sus manos. 10 Y clamaban con
cólera del Cordero,
17
porque ha lle- grande voz, diciendo: Salud a nuestro
gada el día grande de su ira, ¿y quién Dios, al que está sentado en el trono,
podrá tenerse en pie? y al Cordero. 11 Y todos los ángeles
estaban en pie alrededor del trono
y de los ancianos y de los cuatro
vivientes, y cayeron sobre sus rostros
La muchedumbre delante del trono y adoraron a Dios,
de los morlííerós. diciendo: Amén. 12 Bendición, gloria,
sabiduría, acción de gracias, honor,
H 1
Después de esto vi cuatro ánge- poder y fortaleza a nuestro Dios por
les (2), que estaban en pie sobre los siglos de los siglos (3), amén.
los cuatro ángulos de la tierra, y 13
Y tomó la palabra uno de los an-
retenían los cuatro vientos de ella, cianos y me dijo: Estos, vestidos de
para que no soplase viento alguno túnicas blancas, /quiénes son y de
sobre ln tierra, ni sobre el mar, ni dónde vinieron? 14 Y le respondí:
sobre ningún árbol. 2 Y vi otro ángel, Señor mío, eso tú lo sabes. Y
me re-
que subía del naciente del sol, y plicó: Estos son los que vienen de
tenía el sello de Dios vivo, y gritó la gran tribulación (4), y lavaron sus
con voz fuerte a los cuatro ángeles,
a quienes había sido encomendado
dañar a la tierra y al mar, diciendo: (1) Todos estos ciento cuarenta y cuatro mil
3
No hagáis daño a la tierra, ni al son los fieles convertidos del judaismo. Para
conservar el número sagrado de doce, se omite
mar, ni a los árboles, hasta que ha- en la enumeración de las tribus la de Dan.
yamos sellado (3) a los siervos de Claro es que los números no tienen más que
nuestro Dios en sus frentes. 4 oí Y valor simbólico. Tal vez este cuadro provenga
que el número de los sellados era de de Ez. 48, 1 ss.
ciento cuarenta y cuatro mil sella- (2) Después del Israel de Dios (Gal. 6, 16),
el profeta, no menos enamorado de la idea de
la salud de Israel que San Pablo, pasa a des-
(1) Toda esta larga descripción de la natu- cribirnos la muchedumbre de los convertidos
raleza que parece desquiciarse, es un elemento de la gentilidad, que son sin número. El pro-
principal del estilo apocalíptico, como puede feta los ve a todos anticipadamente en el cielo
verse en Is. 24, 19 ss.; Jer. 4, 20 ss.; Jo. 2, 10 ss.; aclamando a Dios y al Cordero, autor de su
Mt. 24, 29 ss., y significan la grandeza del salud. Con esto mira el autor a avivar más
poder y majestad de Dios, y asimismo la gran- en sus lectores la esperanza del triunfo, que
deza del juicio divino que toda la naturaleza es la idea fundamental del libro.
presiente. (3) Es la respuesta que dan los ejércitos
(2) Estos ángeles son los que gobiernan los angélicos a la aclamación de la Iglesia, a la
cuatro vientos principales, portadores de males, cual ellos añaden una nueva aclamación, un
y como tales, instrumentos de la justicia divina nuevo hosanna.
(Jer. 49, 36; Zac. 6, 5). (4) Según Mt. 24, 21, es la última tribula-
(3) Esta imagen recuerda la señal puesta ción la mayor que hubo ni habrá jamás; pero
en las casas de los hebreos, según Ex. 12, 21 ss. sin duda aqui no tiene significación tan con-
y mejor Is. 44, 5 y Ez 9, 4. que habla de sellar creta,pues mira a todos los fieles a los cuales
cada individuo. El sello mira a preservarlos de no han de faltar pruebas y persecuciones, según
los males con que el mundo es amenazado. la promesa del Señor y la historia de la Iglesia
i3°o APOCALIPSIS, 8, 9

túnicas y las blanquearon en la san- la tercera parte de los árboles, y toda


gre deJ Cordero. 15 Por eso están de- hierba verde quedó abrasada. 8 Y el
lante del trono de Dios, y le sirven día segundo ángel tocó la trompeta y
y noche (1) en su templo, y el que fué arrojada en el mar como una
está sentado en el trono extiende gran montaña ardiendo en llamas, y
sobre ellos su tabernáculo. 14 Ya no convirtióse en sangre la tercera parte
tendrán hambre, ni tendrán ya sed, del mar, 9 y murió la tercera parte
ni caerá sobre ellos el sol, ni ardor de las criaturas que hay en el mar
17
alguno, porque
Cordero, que está
el I de las que tienen vida, y la tercera
en medio del trono, los apacentará parte de las naves fué destruida.
y los guiará a las fuentes de aguas 10 Y
tocó la trompeta el tercer ángel,
de vida, y Dios enjugará toda lágri- del cielo un astro grande (1),
y cayó
ma de sus ojos. ardiendo como una tea, y cayó en la
tercera parte de Jos ríos, y en las
fuentes de las aguas. 11 el nombre Y
Los cuatro primeros <'c los siete de ese astro es Ajenjo. convirtióse Y
trompetas. en ajenjo la tercera parte de las
aguas, y muchos de los hombres mu-
il
1
Y
cnando abrió el séptimo sello, rieron por las aguas, que se habían
hubo un silencio en el ciclo (2) vuelto amargas. 12 tocó el cuarto Y
por espacio como de media hora. 2 Y
ángel la trompeta, y fué herida la
vi siete ángeles, que estaban en pie de- tercera parte del sol (2), y la terce-
lante de Dios (3), a los cuales fue- ra parte de la luna, y la tercera parte
ron dadas siete trompetas. 3 Y llegó de las estrellas, de suerte que se os-
otro ángel, y púsose en pie junto al cureció la tercera parte de las mis-
altar, con un incensario de oro, y mas, y el día perdió una tercera parte
fuéronle dados muchos perfumes, de su brillo, y asimismo la noche.
para unirlos a las oraciones de todos 13 y
vi y oí un águila (3), que vola-
los santos sobre el altar de oro, que ba por medio del cielo, diciendo con
está delante del trono. 4
el humo Y
poderosa voz: ¡Ay, ay, ay de los mo-
de los perfumes subió con las ora- radores de la tierra por los restantes
ciones de los santos, de la mano del toques de trompeta, de los tres ánge-
ángel a la presencia de Dios. 8 Y tomó les, que todavía han de tocarla!
el ángel el incensario, y lo llenó del
fuego del altar, y lo arrojó sobre la
tierra (4); y hubo truenos, voces, Los tres últimos trompetas.
relámpagos y temblores. 6 los siete Y
ángeles, que tenían las siete trompe- 1
Q
el quinto ángel sonó la trom-Y
tas se dispusieron a tocarlas. peta, y vi una estrella (4), que
7
Y
tocó el primero la trompeta, caía del cielo sobre la tierra, y le
y hubo granizo y fuego mezclado fué dada la llave del pozo del abis-
.

con sangre, que fué arrojado sobre la


tierra; y quedó abrasada la tercera (1) La amargura del ajenjo se menciona
parte de la tierra, y quedó abrasada en Jer. 9, 15; 23, 15; Lam. 3, 15 para expre-
sar las interiores amarguras y pesares, que
Dios derramará sobre los corazones de los
(Jn. 16, 33; II Tim. 3. 13). Las túnicas blancas malos.
representan la blancura de sus almas, adquirida (2) Es un eclipse, expresado en términos
por los méritos del Cordero (Hebr. 9, 14; ponderativos, con más la lluvia de estrellas,
I Jn. I, 7; Apoc. 22. 14). presagio de grandes calamidades para los an-
(1) Como sacerdotes de Dios, según la sen- tiguos (Is. 13, 10 s.; Jo. 4, 15; Am. 8, 9 s.).
tencia de 5, 10. Al contrario, Is. 30, 26; 60, 19 s.
(2) Es un entreacto, durante el cual se pre- (3) El águila, como mensajera de calami-
paran los actores, que comenzarán a actuar dades, es usada por Jer. 48, 40; 49, 22. La in-
en el versículo siguiente. En esta sección la troducción del águila sirve al profeta para di-
escena pasa del cielo a la tierra, y marca la eje- vidir las trompetas en dos grupos de cuatro
cución de los juicios de Dios contra el mundo. y tres, y prolongar el efecto de ta visión, que
(3) Los siete trompetas son como los or- es pintarnos la grandeza de la justicia divina
denanzas divinos, que traerán sobre el mundo y la magnitud de sus castigos sobre la tierra.
las calamidades con que Dios ejerce sus juicios, (4) La estrella es Satán, según Is. 14- 19 ss.
(4) El fuego santo, al caer sobre el mundo, y Le. 10, 18. La nube de langostas es una
manchado de pecados, excita más la cólera di- imagen tomada de Jo. 1,4 ss., y simboliza a
vina y acelera el castigo. Esto indican los truenos los espíritus infernales encargados de dañar a
y relámpagos que siguen a la calda del fuego los hombres que no tienen el sello de "Dios
sagrado. en su frente.
APOCALIPSIS, 10 1391

2
mo; y abrió el pozo del abismo, y I que está en la presencia de Dios,
subió del pozo humo, como el humo !
14que decía al sexto ángel, que tenía
de un gran horno, y se oscureció el la trompeta: Suelta los cuatro ánge-
sol y el aire a causa del humo del les que están ligados sobre el gran
pozo. 3 Y
del humo salieron langostas río (1) Eufrates. 15 Y
fueron sueltos
sobre la tierra, y Ies fué dado poder, los cuatro ángeles, que estaban pre-
como el poder que tienen los escor- parados para la hora, y para el día,
piones de la tierra. 4 Y
les fué dicho y para el mes, y para el año, a fin
que no dañasen la hierba de la tierra, de que diesen muerte a la tercera
ni ninguna verdura, ni ningún árbol, parte de los hombres. 16 Y
el número
sino sólo a los hombres que no tienen de los del ejército de la caballería era
el sello de Dios sobre sus frentes. de dos miríadas de miríadas; yo oí
5
Y se dió orden de que no los ma- su número. 17 Y
asimismo vi en la
tasen, sino que fuesen atormentados visión los caballos y los que cabal-
durante cinco meses (1); y su tor- gaban sobre ellos, que tenían corazas
mento era como el tormento del es- color de fuego, y de jacinto, y de
corpión cuando hiere al hombre. 6 Y azufre; y las cabezas de los caballos
los hombres buscarán en aquellos días eran como cabezas de leones, y de su
la muerte y no la hallarán, y desea- boca salía fuego (2), y humo, y azu-
rán morir y la muerte nuirá de ellos. fre. 18 Y
con las tres plagas perecie-
7
Y las langostas eran semejantes a ron la tercera parte de los hombres,
caballos (2) preparados para la gue- es a saber, por el fuego, y por el humo,
rra, y tenían sobre sus cabezas como y por el azufre, que sajía de su boca.
coronas semejantes al oro, y sus ros- 19 Yel poder de los caballos estaba
tros eran como rostros de hombre; en su boca y en sus colas, pues las
8
y tenían cabellos como cabellos de colas eran semejantes a serpientes,
mujeres, y sus dientes eran como de tenían cabezas y con ellas dañaban.
león; 9 y tenían corazas como corazas 20 Y
el resto de los hombres (3),
de hierro, y el ruido de sus alas era que no murió de estas plagas, no se
como el ruido de muchos caballos, arrepintieron de las obras de sus
que corren a la guerra. 10 Y
tenían manos, no adorando más a los demo-
colas, semejantes a los escorpiones, y nios, ni a los ídolos de oro y de plata,
aguijones, y en sus colas residía su de bronce y de piedra y de made-
poder de dañar a los hombres por dera, los cuaks ni pueden ver ni oír,
cinco meses. 11 Y por rey tienen ni andar; 21 y no se arrepintieron de
sobre sí al ángel del abismo, cuyo sus homicidios, ni de sus maleficios,
nombre es en hebreo Abadon (3), y ni de su fornicación, ni de sus robos.
en griego tiene por nombre Apolyon.
12
El primer ¡ay! pasó (4); he aquí
que vienen aún otros dos ¡ayesl des- El librito proüético.
pués de esto.
13
Y el sexto ángel sonó la trompe- 1
Y vi otro ángel poderoso (4),
ta, y oí una voz que salía de los que descendía del cielo, envucl-
cuatro ángulos del altar de oro (5),
plagas de su justicia, aunque ordenadas más
bien a la conversión de los hombres, según la
(1) Esta cifra de cinco meses está tomada conclusión del versículo 20 s.
del tiempo que dura la plaga de la langosta (1) Era el Eufrates el límite oriental del
en Asia. Imperio y el baluarte contra los partos, la gran
(2) La descripción está inspirada en Joel, pesadilla de Roma, y más aún de las provincias
pero agravada con nuevos elementos para ha- orientales. De aquí toma el profeta la imagen
cerlas más terribles y para que mejor respon- de este nuevo azote.
dan a la nueva realidad, que el profeta por ellas (2) Estos rasgos indican que la caballería
quiere significar. descrita con caracteres tan espeluznantes es la
(3) Abaddon vale tanto .como ruina, des- caballería infernal, cuyas armas son el fuego,
trucción, y en hebreo suele tomarse por si- el humo y el azufre, elementos del abismo.
nónimo de seol, infierno, personificado aquí (3) Las plagas hasta aquí mencionadas, por
para atribuirle el principado de todos los espí- su naturaleza espiritual sólo dañan a los paga-
ritus infernales. nos, no a los fieles, y como los egipcios del
(4) Pasó descripción del primer «lay!»
la tiempo del éxodo, lejos de arrepentirse, se en-
en la plaga anterior; pero su realización conti- durecen más y más en sjs pecados, que son
nuará hasta el fin, como la de las otras. la idolatría y los otros que el profeta, como
(5) Este altar es el de los perfumes, donde el Apóstol, considera como frutos de esta
se ofrecen a Dios las oraciones de la Iglesia, (Rom. 1, 24 ss.).
que son las que traen sobre los hombres estas I
(4) Toda la descripción de este ángel, la
13<J2
APOCALIPSIS, 11

to en una nube; tenía sobre su cabe- pueblos, a las naciones, a las lenguas
za el arco iris y su rostro era como y a los reyes numerosos.
el. sol. y
sus pies como columnas de
fuego, 4 y en su mano tenía un li-
brito abierto. Y
poniendo su pie de- Los dos testigos.
recho sobre el mar y el izquierdo
sobre la tierra, 3 gritó con poderosa
voz, como león que ruge.
gritó,
cuando
hablaron los siete truenos con
Y W
Y fueme dada una caña (1),
1

semejante a una vara, diciendo:


sus propias voces. Y cuando hubie- Levántate y mide el templo de Dios,
4

ron hablado los siete truenos, iba yo y -el altar, y a los que adoran en él.
a escribir; pero oi una voz del cielo, a Y el atrio exterior del templo, dé-
que me decía: Sella las cosas que han jalo fuera, y no lo midas, porque ha
hablado los siete truenos y no las sido entregado a las naciones, que
escribas. 6 Y el ángel, que yo había hollarán la ciudad santa, durante
visto estar sobre el mar y sobre la cuarenta y dos meses. 3 Y mandaré
tierra, levantó al ciclo su mano de- a mis dos testigos (2) para que pro-
recha, 8 y juró por el que vive por feticen, durante mil doscientos se-
los siglos de los siglos, que creó el senta días, vestidos de saco. * Estos
ciclo y cuanto hay en él, la tierra y son los dos olivos y los dos candeleros,
cuantc en ella hay, y el mar y cuanto que están delante del Señor de la
existe en él, que no habrá más tierra. 5 Si alguno quisiere hacerles
tiempo, 7 sino que en los días de la daño, saldrá fuego de su boca, que
voz del séptimo ángel (1), cuando devorará a sus enemigos. Todo el
él suene la trompeta, se cumplirá el que quiera dañarlos morirá. 8 Ellos
misterio de Dios, como El lo anunció tienen poder de cerrar el cielo para
a sus siervos los profetas.
8
Y la voz que la lluvia no caiga los días de su
que yo había oído del ciclo, de nuevo ministerio profético, y tienen poder
me habló y me dijo: Ve, toma el sobre las aguas para tornarlas en
librito abierto de mano del ángel sangre, y para herir la tierra con todo
que' está sobre el mar y sobre la género de plagas cuantas veces qui-
tierra. 9
Y fuíme hacia eí ángel, di- sieren. 7 Y cuando hubieren acabado
ciendo que me diese el librito. Y él su testimonio (3), la bestia, que sube
me resprnuiió: Toma y cómelo (2), y del abismo, les hará la guerra, y los
amargará tu vientre, 'mas en tu boca vencerá, y les quitará la vida. 8 Y su
será dulce como la miel. 10 Y tomé cuerpo yacerá en la plaza de la gran
el librito de la mano del ángel, y me
puse a comerlo, y era en mi boca o sea el misterio del Mesías. Y aunque es ver-
como miel dulce; pero cuando lo dad que el Hijo del hombre no vino a juzgar
hube comido sentí amargadas mis (Jn. 12, 47), sino a salvar y dar su vida en
redención por muchos (Mt. 20, 28); pero
entrañas. 11 Y'mc dijeron: Es preciso también lo es que quien no cree en El a si mis-
que de nuevo profetices (3) '
a los mo se condena (Jn. 3, 18).
(1) La imagen está tomada de Ez. 40, 3,
claridad de rostro, el arco iris que rodea su ca- Zac. 2, 1, y tiene por objeto hacer en el templo,
beza, indica que viene en son de paz, que que es la representación de la religión de Israel,
anuncia un juicio de benevolencia y amor. El un deslinde entre la parte que será entregada
libritoque trae en la mano está abierto, porque a la profanación de los idólatras y la parte que
las cosas que contiene ya están patentes al pro- quedará Ubre de esta profanación, y en que se
feta. desarrollará la vida religiosa de los fieles il Señor
(i) No habrá más tiempo, esto es, más di- (2) La descripción que luego hace de los
lación de las promesas divinas sobre la salud dos testigos por los caracteres tomados de la
mesiánica, las cuales están a punto de cum- historia de Moisés y Elias, es evidente que
plirse. Este pasaje nos indica claramente que mira a estos dos personajes, en cuanto repre-
nos hallamos en el punto decisivo de la acción sentan la ley y el profetismo. Los mismos
de Dios en el mundo, la plenitud de los tiem- y con la misma representación aparecen en la
pos, el cumplimiento de las promesas tantas transfiguración de Jesucristo, según los relatos
veces repetidas por los profetas. evangélicos.
(a) La imagen está tomada de Ez. 3, 1 s., (3) Estos dos versículos nos dicen el fin
y significa el apropiarse el contenido del libro. de los que en la historia de Israel llevaron la
Su gusto du'ce y amargo significa la natura- representación de la verdad de Diós. Son infi-
leza de su contenido, que es a la vez de amor nitos los pasajes de la Escritura en que se da
y de justicia. de esto claro testimonio. Cf. II Cr. 36, 14 ss.,
(3) Esta nueva profecía mira a las naciones que resume la historia antigua, y Le. 13, 34 $.,
y a Israel mismo, que deben sufrir un juicio en que Jesucristo hace el mismo resumen en
divino antes de cumplirse el misterio de Dios, términos má» patéticos.
APOCALIPSIS, 12 1393

ciudad (1), que espiritualmente se tados delante del trono de Dios, ca-
llama Sodoiita y Egipto, donde su yeron sobre sus rostros y adoraron a
Señor fué crucificado. 9 Y los pueblos, Dios, diciendo: 17 Dárnoste gracias,
las tribus, las lenguas y las naciones Señor, Dios todopoderoso, el que es,
verán sus cuerpos durante tres días el que era, porque has cobrado tu

y» medio, (2) y no permitirán que sus gran poder, y entrado en posesión (1)
cuerpos sean puestos en el sepulcro. de tu reino. 18 Las naciones se ha-
10 Y los moradores de la tierra se ale- bían enfurecido, pero llegó tu ira, y
grarán a causa de ellos, y se regoci- el tiempo de que sean juzgados los
jarán, y mutuamente se mandarán muertos, y de dar la recompensa a
regalos, porque estos dos profetas tus siervos los profetas, a los santos
eran el tormento de los moradores y los que temen tu nombre, a los pe-
de la tierra. 11
Y después de tres queños y a los grandes, y destruir
días y medio, un espíritu de vida a los que destruían la tierra.
que procede de Dios entró en ellos,
y los hizo levantarse sobre sus pies,
y un temor grande se apoderó de La encarnación del Hijo de Dios y
quienes los contemplaban. n Y oí una las encarnaciones del dragón.
gran voz del cielo, que les decía:
(11. 19-14. 5.)
Subid acá. Y subieron al cielo en una
nube, y viéronlos subir sus enemi-
gos. 13 Y en aquella bora se produjo
19
Y se abrió el templo de Dios (2),
un gran terremoto (3), y vino al que está en el cielo, y dejóse ver el
suelo la décima parte de la ciudad, arca del testamento en su templo,
y perecieron en el terremoto hasta y hubo relámpagos, y voces, y rayos,
siete mil seres humanos, y los restan- y un temblor, y granizo fuerte.
tes quedaron llenos de espanto, y
dieron gloria al Dios del cielo. 14 El
segundo jay! ha pasado; he aquí Cl Mcsias y el dragón.
que llega el tercer ¡ayl.
1
Y apareció en el cielo una

Llega el reino de Dios. señal grande, una mujer envuel-


ta en el sol (3), con la luna debajo
15 Y séptimo ángel tocó la trom-
el
(1) Lo da como
sucedido, según el estilo
peta (4), y oyéronse en el cielo gran-
de los profetas, pero su cumplimiento viene
des voces, que decían: Ya llegó el luego en el versículo 19. Por eso omite en los
reino de nuestro Dios y de su Cristo calificativos del nombre divino «el que llega",
sobre el mundo, y reinará por los porque ya le da por presente. Contiene este
siglos de los siglos. 16 Y los veinti- capítulo una síntesis de la historia sagrada del
cuatro ancianos (5), que estaban sen- Antiguo Testamento, y el juicio que tantas
veces anuncian los profetas como previo al
establecimiento del reino de Dios en la tierra.
il) Era la mayor calamidad que podía acae- De este juicio sólo el resto escogido se salvaría,
cer ser privado de sepultura, pero aquí sirve quedando los demás condenados por su infi-
para poner más de manifiesto su triunfo. delidad. La destrucción de Jerusalén por Tito,
(2) Los profetas reprendían la idolatría y que anunció el Salvador, no es todo este juicio,
los vicios de y anunciaban su cas-
las naciones, pero es el episodio más importante de él, sobre
tigo, por eso figuran aquí alegrándose por la todo por la destrucción del templo, que im-
muerte de los profetas con la Jerusalén infiel. plica la ruptura de la antigua alianza de Dios
(3) Es la ciudad de Jerusalén la que sufre con Israel.
el terremoto y son sus habitantes los que mue- (2) Este versículo señala el comienzo de
ren en castigo de su infidelidad. No se ve que la segunda parte, la revelación del gran mis-
corresponda a ningún suceso particular; es una terio de Dios. La imagen es clara, ya que el
imagen de la justicia vengadora de Dios sobre templo era la morada de Dios y el arca su
a ciudad rebelde. símbolo. Uno y otra estaban ocultos a los ojos
(4) Gon esto llegamps al momento decisivo de los mortales, a causa de su misma santidad.
de la venida del reino de Dios. Las voces que El abrirse indica la revelación de Dios por el
suenan lo dicen bien claro y concuerdan con Misterio de la Encarnación, por la cual «el
el anuncio del ángel en 10, 5 ss. Verbo habitó entre nosotros» y «nos dejó ver
(5) Dan gracias a Dios por esta suprema la gloria del Padre» (Jn. 1, 14, 18). Los relám-
manifestación de su amor y de su gloria, y al pagos y los truenos son las salvas con que la na-
mismo tiempo de su justicia. El profeta toma turaleza saluda la aparición de Dios en la tierra.
los colores de los profetas del Antiguo Testa- (3) Esta mujer es la Iglesia del Antiguo
mento, que ven el reino de Dios inaugurado con Testamento, que da a luz al Mesias en medio
un acto de justicia sobre Israel y sobre el de grandes pruebas y ansias, con que suspi-
mundo. raba tantos siglos por su venida.

88
1394 APOCALIPSIS, 12

8
de sus pies, y sobre la cabeza una co- dragón, y peleó el dragón y sus án-
rona de doce estrellas, 2 y estando geles, y no pudieron triunfar n' fué
encinta, gritaba con los dolores de hallado su lugar en el cielo. 9 fué Y
parto y las ansias de parir. 3 apa- Y arrojado el dragón grande, la anti-
reció en el cielo otra señal, y vi un gua serpiente, llamada Diablo y Sa-
gran dragón (1), de color de fuego, tanás, que extravía a toda la redon-
que tenía siete cabezas y diez cuernos, dez de la tierra, y fué precipitado en
y sobre las cabezas siete coronas. 4 Y la tierra, y sus ángeles fueron con él
con su cola arrastró la tercera parte precipitados. 10 Y
oí una gran voz
de los astros del cielo, y los arrojó éii el cielo, que decía: Ahora llega la
a la tierra. Y dragón (2)
se paró el salvación, el poder, el reino de nues-
delante de la mujer, que estaba a tro Dios, y la autoridad de su Cristo,
punto de parir, para tragarse a su porque fué precipitado el acusador de
hijo en cuanto lo pariese 5 Y parió nuestros hermanos, el que los acu-
un varón (3), que ha de apacentar saba delante de nuestro Dios de día
11 Pero ellos le han ven-
a todas las naciones con vara de y de noche.
hierro, pero el Hijo fré arrebatado a cido por la sangre del Cordero, y por
Dios y a su trono. 6 La mujer huyó la palabra de su propio testimonio,
al desierto (4), en donde tenía un y m Miospreciaron su vida hasta morir.
12 Por eso, regocijaos, cielos
lugar preparado por Dios, para que y todos
allí la alimentasen durante mil dos- los que moráis en ellos. ¡Ay de la
cientos sesenta días. tierra yde la mar!, porque descendió
el Diablo a vosotras (1) animado de
gran furor, por cuanto sabe que le
La batalla en el ciclo. queda poco tiempo.
7
Y hubo una batalla en el cielo (5):
Miguel y sus ángeles peleaban con el F.l dragón persigue a la mujer.

13 Cuando el dragón se vió preci-


(1) El dragón es el enemigo de Dios y de
su Verbo. Como la mujer, aparece en el cielo pitado en la tierra, se dió a perse-
meteorológico, donde pueden ser visto de todos. guir a la mujer (2) que había parido
Su color es rojizo, de sangre, porque es homi- al Hijo varón. 14 Pero fuéronle dadas
cida desde el principio (Jn. 8, 44)- Las siete a la mujer dos alas del águila grande,
cabezas y los diez cuernos, derivados de la
bestia de Dan. 7, 7, indican su poder y su resis-
tencia. Con la cola arrastra en pos de si a una atmosférico, donde, además, la batalla puede
buena parte de los espíritus celestiales. ser contemplada desde la tierra por el profeta.
(2) Indica esto cuáles son sus propósitos: Miguel es en Dan. 10, 12, 21; 12, 1. el arcángel,
destruir en su cuna misma y en su cabeza el el jefe de los ejércitos celestes y el protector
reino de Dios. Realización de ellos son las ten- del pueblo de Dios; por eso figura aquí como
taciones de Jesucristo, la oposición a su minis- generalísimo en esta batalla contra Satanás.
terio (Le. 10, 18; 22, 31) y la condenación a (1) El diablo, furioso por su derrota y
mué rte por ministerio de los judíos (Jn. 1 3, 2, 27; augurando para dentro de poco otra más de-
Le. 22, 53)- finitiva, se vuelve contra los moradores de la
(3) Este versículo sintetiza la historia te- tierra, para ganarlos a si y hacer la guerra a
rrestre de Jesucristo, y las palabras del sal- Dios (Ef. 2, 2).
mo 2, 9 no dejan lugar a duda sobre la natura- (2) No persigue a los hijos de la infideli-
leza del personajeque viene al mundo, para ser dad, que le están sometidos, sino a los de Dios,
luego levantado al mismo trono de Dios. representados por la mujer, que es la Iglesia,
(4) La mujer, madre del Mesías, es !a mis- y los persigue lleno de rabia, como quien sabe
ma Iglesia, el Israel de Dios, sin distinción que en ellos persigue a Cristo. Pero fueronle
de antiguo o nuevo, el cual queda en la tierra. dndas, etc.: Esta huida de la mujer está tomada
Y en el desierto del mundo, bajo la protección de la huida de Israel al desierto para escapar
de Dios, vive mil doscientos sesenta dias, es del Faraón. En el desierto, o en el alejamiento
decir, media semana, tanto como había durado del mundo, en que reina el diablo, es alimen-
el ministerio profético de los dos testigos. tada por Dios, como lo fué Israel, con el maná.
Aquella media semana pertenece al Antiguo El tiempo de esta estancia es el señalado ante-
Testamento, esta otra al Testamento Nuevo; riormente en el versículo 6. Derivada de
ambas juntas forman una semana entera, sím- Dan. 7, 25; 12, 7, significa la media semana
bolo de las luchas de la Iglesia -en el mundo. de duración que, según la cronología del pro-
La imagen cronológica está tomada también feta, han de durar las luchas de la Iglesia. Es
de Dan. que en varias formas la repite. En el posible también que esta huida de la mujer
desierto la Iglesia será alimentada como Israel al desierto aluda a la retirada de los fieles a
con el pan de la Verdad y el maná de la Euca- Pela, al otro lado del Jordán, al acercarse la
ristía. guerra judia, según la palabra del Señor
(5) La región propia del diablo es el cielo (Mt. 24, 16). Pero esto no cambia el simbolismo.
APOCALIPSIS, 13 1395

para que volase al desierto, a su admirada (1) a la bestia. 4 ado- Y


propio lugar, donde es alimentada por raron al dragón, porque había dado
un tiempo y dos tiempos y medio el poder a la bestia, y adoraron ala
tiempo, lejos de la vista de la ser- bestia diciendo: ¿Quién como la bes-
piente. 15 Y la serpiente arrojó de su tia? ¿Quién podrá guerrear con ella?
boca, detrás de la mujer, como un 5 Y diósele asimismo una boca (2),
río de agua, para hacer que el río la que profiere palabras llenas de arro-
arrastrase. 16 Pero la tierra vino en gancia, y de blasfemia, y fuéle con-
ayuda de la mujer, y abrió la tierra cedida autoridad para hacerlo (3)
su boca, y se tragó el río (1) que durante cuarenta y dos meses.
6
Y
el dragón había arrojado de su boca. abrió su boca, profiriendo blasfe-
17 Yse enfureció el dragón contra la mias contra Dios, blasfemando de su
mujer, y fuése a hacer la guerra nombre, y de su tabernáculo, de los
contra el resto de su descendencia que moran en el cielo.
7
fuéle otor- Y
(2), contra los que guardan los pre- gado hacer la guerra a los santos y
ceptos de Dios y tienen el testi- vencerlos. Y fuéle concedida autori-
monio de Jesús. 18 se apostó sobreYdad sobre toda tribu, y pueblo y
la playa del mar. lengua y nación. 8 Y la adoraron
todos los moradores de la tierra, cuyo
nombre no está escrito, desde el prin-
cipio del mundo, en el libro de la
La bestia. vida del Cordero degollado.

1Q 1
Y
vi cótio salía del mar (3)
una que tenía diez cuer-
bestia, Lo bestia segunda.
nos y siete cabezas, y sobre los cuernos
9
diez diademas y sobre las cabezas nom- Si alguno tiene oídos, que oiga.
bres de blasfemia. 2 era la bestia,Y 10 Si alguno está destinado
a la cau-
que yo vi semejante a una pantera, y tividad, a la cautividad irá; si alguno
sus pies eran como de oso, y su boca mata por la espada, por la espada
como la boca de un león. dióle el Y morirá. En esto está la paciencia y
dragón su poder (4), su trono, y la fe de los santos. 11 Y
vi otra bes-
una autoridad muy grande. 3 Y vi tia (4), que subía de la tierra, y
ala primera de las cabezas (5) como tenía dos cuernos, semejantes a los
herida de muerte, pero su llaga mortal de un cordero, pero hablaba como un
fué curada. Y
toda la tierra seguía dragón. 12 Y ejerció toda la autori-
dad de Ja primera bestia en presen-
cia de ella, e hizo que la tierra y
(i) Las aguas, como imagen de las perse-
cuciones, son frecuentes en los salmos; el río
significa las persecuciones suscitadas contra la (1) La tierra admira el poder de Roma,
Iglesia con el fin de aniquilarla, y aquí espe- poder que en cuanto perseguidor no viene de
cialmente las persecuciones de los judíos contra Dios (Rom. 13, 1 ss.), sino del dragón; éste
la Iglesia naciente. aspira a ser adorado en su imagen y en el culto
(3) Desesperado de poder vencer a la mu- que se daba a la diosa Roma y a sus Césares.
jer, es d;cir, a la Iglesia naciente, se vuelve (2) Tomado de la descripción de Antíoco;
el dragón contra los restantes hijos de la misma, sus blasfemias son la declaración de su divi-
que son los de la gentilidad, para lo cual busca nidad y la exigencia del culto religioso durante
los auxiliares, que el capítulo siguiente nos los tres años y medio que durará la vida de
presenta. lucha de la Iglesia, según vimos atrás (11, 3).
(3) El mar designa aquí el Occidente, por- (3) Como San Pedro en sus discursos ante
que la bestia no es otra que Roma. La des- los judíos (Act. 2, 23), asi San Juan advierte
cripción de la misma está derivada de Dan, 7, que la persecución de la bestia contra los fieles
4 ss., donde nos describe los varios imperios y su momentánea victoria no es debida a que
del mundo y sobre todo el de Antíoco. su poder supere el de Dios, sino a «ola per-
(4) La bestia es una verdadera encarnación misión divina.
del dragón, que en ellaobra, lucha y aspira a (4) Esta segunda bestia, que es un auxiliar
ser adorada como Dios. Es una copia de An- de la anterior, y cuya actividad se ordena a
tíoco, según Dan. 7, 8; 11, 36. fomentar el culto de la primera y, por tanto,
(5) La teitia es un remedo del Cordero, y del dragón en ella, es la filosofía religiosa,
como aquél llevaba la cicatriz de su herida la magia, etc., que se avenían muy bien con
mortal, asi la bes:ia tiene herida una de sus ca- el culto pagano y con el culto imperial, y que
bezas, que es uno de los emperadores (17, io), por esto se declararon adversarias del cris-
cuya vida puso en peligro la vida misma del Im- tianismo. Sus apariencias exteriores son como
perio. Que fuera César, Augusto o Nerón, no de cordero, pero las anima el mismo espíritu
es cosa segura. del dragón que a la primera bestia.
1396 APOCALIPSIS, 14

todos los moradores de ella adorasen frentes. * Y oí una voe del cielo,
a la primera bestia, cuya llaga mortal como voz de grandes aguas, como
había sido curada. 13 É hizo grandes voz de gran trueno; y la voz que oí
señales, hasta hacer bajar fuego del era de que tocaban sus
citaristas,
cielo a la tierra, delante de los hom- cítaras 3
y cantaban un cántico nue-
bres. 14 Y
extravió a los moradores vo, delante del trono y de los cuatro
de la tierra con las señales que le fué vivientes y de los ancianos; y nadie
dado ejecutar delante de la bestia, podía aprender el cántico sino los
diciendo a los moradores de la tierra ciento cuarenta y cuatro mil, aque-
que hiciesen una imagen en honor llos que fueron rescatados de la tie-
de la bestia, que tiene una herida rra. 4 Estos son los que no se man-
de espada y que ha revivido. 16 Y charon con mujeres y son vírgenes.
fuéle dado infundir espíritu en la Estos son los que siguen al Cordero
imagen de la bestia, para que hablase a dondequiera que va. Estos fueron
la imagen e hiciese morir a cuantos rescatados de entre los hombres,
no se postrasen ante la imagen de como primicias para Dios y para el
la bestia, 16 e hizo que a todüs, peque- Cordero. 6 Y en su boca no se halló
ños y grandes, ricos y pobres, libres mentira, son inmaculados.
y siervos, se les imprimiese una mar-
ca (1) en la mano derecha y en la Los preludios del juicio contra
frente, 17 y que nadie pudiese comprar Roma;
o vender, sino el que tuviera la
marca, el nombre de la bestia o el 4 Y vi otro ángel, que volaba por
número de su nombre (2). medio del ciclo y tenía nn evangelio
18
En esto está la sabiduría. El que eterno para pregonarlo a los
(1)
tenga inteligencia calcule el número moradores de la tierra y a toda
de la bestia, porque es número de nación, tribu, lengua y pueblo, 7 di-
hombre. Y su número es seiscientos ciendo a grandes voces: Temed a
sesenta y seis. Dios y dadle gloria, porque llegó la
hora de su juicio (2), y adorad al
El Cordero y su séquito. que ha hecho el cielo y la tierra, el
mar y las fuentes de las aguas-. 8 Y un
"1 4 1
Y vi, y he aquí el Cordero, segundo ángel siguió, diciendo: Cayó,
que estaba sobre el monte de cayó Babilonia (3), la grande, que
Sión (3), y con El ciento cuarenta a todas las naciones dió a beber del
y cuatro que llevan su nombre y
mil, vino del furor de su fornicación.
el nombre de su Padre escrito en sus • Y un tercer ángel los siguió, di-
ciendo con voz fuerte: Si alguno ado-
(1) La imagen se deriva del uso de marcar a ra la bestia y su imagen (4), y re-
los esclavos con el nombre de su señor. Los cibe su marca en la frente o en la
adoradores de la bestia son marcados para que mano, 10 éste beberá del vino del
sean reconocidos, y sólo ellos puedan participar
furor de Dios, que ha sido derramado
en la vida ciudadana. En las persecuciones de
Decio y Diocleciano se vino a cumplir esto casi sin mezcla en la copa de su ira, y
al pie de la letra contra los fieles.
(2) El nombre de la bestia está escrito en (1) Este evangelio eterno se halla contenido
cifras, cuyo valor es 666, o según algunos en las palabras siguientes del ángel, que es
mss., 616. Estas están representadas
cifras temer y adorar a Dios, huyendo de la idola-
por letras, que no sabemos si estarán tomadas tría. Esta será la norma de su juicio sobre
del alfabeto griego o del hebreo, puesto que el las naciones todas, a quienes se dió a conocer
autor quiere aqui envolver en el misterio el por sus obras, pero no le quisieron reconocer
nombre de la bestia. Por esto son muchos los por su Criador y Señor, adorando, en cambio,
nombres que se han propuesto, y todos con- a las criaturas (Rom. 1, 18 ss.).
vienen en designar a Roma, al César o a un em- (3) No se trata del juicio universal, sino
perador en particular, v. gr.. Nerón. de) particular sobre la Roma pagana y per-
(3) En oposición al dragón y a sus auxi- seguidora de los santos, y en ellos de Jesu-
liares, nos presenta aquí el profeta al Cor- cristo.
dero en el monte Sión, símbolo del templo (3) En toda esta sección el autor insiste
y de la ciudad santa, rodeado de otros ciento en anunciar la inminente ruina de Roma, para
cuarenta y cuatro mil escogidos, que no son levantar el ánimo y las esperanzas de los fieles,
los de antes, sino la porción escogida de la y alentarlos a sufrir la persecución con la es-
Iglesia, los fieles que han consagrado a Dios peranza del triunfo.
su pureza. En razón de esta especial consagra- (4) Era el gran peligro de los tiempos del
ción, aparecen más unidos al Cordero, que profeta, el culto imperial, encubierto con el
había dicho: Bienaventurados los limpios de manto de la lealtad a Roma; de aqui la insis-
corazón, porque ellos verán a Dios. tencia del profeta en este punto.
APOCALIPSIS, 15 1397

será atormentado con el fuego y el cuba hasta los frenos de los caballos
azufre delante de los santos ángeles y por espacio de mil seiscientos estadios.
delante del Cordero. 11 Y
el humo
de su tormento subirá por ios siglos de
los siglos, y no tendrán reposo día Las copas de la cólera divina,
y noche aquellos que adoren a la contra la ramera.
bestia y a su imagen, y los que reci-
ban la marca de su nombre. 1 r Y vi en el cielo otra señal
1

12 En esto está la paciencia de los grande y maravillosa (1), sie-


santos (1), aquellos que guardan te ángeles, que tenían siete plagas,
los preceptos de Dios y la fe de las postreras, porque con ellas se
Jesús. 13 Y
oí una voz dei cielo, que consuma la ira de Dios. 2 Y vi como
decía: Escribe: Bienaventurados los un mar de vidrio (2), mezclado de
que mueren en el Señor (2). Sí, dice fuego, y a los vencedores de la bestia,
el Espíritu, para que descansen de y de su imagen y del número de su
sus trabajos, pues sus obras los siguen. nombre, que estaban en pie sobre el
14 Y miré mar de vidrio y tenían las cítaras de
y vi una nube blanca (3),
y sentado sobre la nube a uno, seme- Dios, 3 y cantaban el cántico de Moi-
jante a un hijo del hombre, con una sés, siervo de Dios, y el cántico del
corona de oro sobre su cabeza,- y una Cordero, diciendo: Grandes y estupen-
hoz en su mano. 15 Y salió del tem- das son tus obras, Señor, Dios todo-
plo otro ángel, y gritó con fuerte voz poderoso; justos y verdaderos tus
al que estaba sentado sobre la nube: caminos, Rey de las naciones. 4 ¿Quién
Arroja la hoz y siega, porque es lle- no te ternera, Señor, y no glorificará
gada la hora de la siega, porque está tu nombre? Porque tú solo eres santo,
seca la mies de la tierra. 16 Y el que y todas las naciones vendrán (3) y se
estaba sentado sobre la nube arrojó postrarán delante de ti, pues tus fallos
su hoz sobre la tierra, y la tierra quedó se han hecho manifiestos.
8 Y después de esto vi cómo se
segada. 17
Y otro ángel salió del
templo (4), que está en el cielo, abrió el Templo de la tienda del tes-
y tenía también en su mano una hoz timonio en el cielo, 6 y salieron del
aguda. 18 Y salió del altar otro ángel, templo (4) los siete ángeles que te-
que tenía poder sobre el fuego, y nían las siete plagas, vestidos de lino
clamó con fuerte voz al que tenía la puro, brillante, y ceñidos los pechos
hoz aguda, diciendo: Arroja la hoz con cinturones de oro. 7 Y uno de los
aguda y vendimia los racimos de la cuatro vivientes dió a los siete ánge-
viña de la tierra, porque sus uvas les siete copas de oro, llenas de la
están maduras. 19 Y el ángel arrojó cólera de Dios, que vive por los siglos
su hoz sobre la tierra, y vendimió de los silgos. 8 Y
se llenó el templo de
la viña de la tierra, y echó las uvas
en la gran cuba del furor de Dios, imagen de esta matanza, inspirada en Dt. 32, 42,
20
y fué pisada la uva fuera de la se encuentra en el libro apócrifo de Enoc:
ciudad (5), y saljó la sangre de la «Y su sangre (la de los pecadores) corra como
un río, el caballo hollará la sangre hasta el
(1) La sabiduría de los santos está en en- pecho y el carro se sumergirá en ella (100, 1)».
tender el fin de los unos y de los otros, y su (1) Esta sección tiene su parecido con las
paciencia en ser fieles a los dictados de esta siete trompetas de atrás, y de ella se sirve el
sabiduría. profeta para mostrar la cólera divina contra la
(2) El Espíritu Santo, que mora en la Igle- ciudad perseguidora de los mártires, con el
sia, que anima al profeta, Ese es el que dice fin de sostener el valor de éstos.
estas venturosas palabras, con que enseña a (2) Representa San Juan a los vencedores
los fieles a despreciar la muerte. Lo que im- celebrando las alabanzas de su Dios. Es una
porta es morir en el Señor, unidos con El por anticipación en el triunfo para alentar a los sol-
la fe y por la fiel observancia de sus preceptos. dados de Cristo a la lucha.
(3) El personaje de la nube recuerda al (3) Los profetas nos presentan con fre-
de Dan. 7, 10. Es Jesucristo, que viene a reco- cuencia a las naciones atraídas a Dios por la
ger la mies y guardarla en ¡os graneros de vista de los prodigios que hace en favor de
Dios (Mt. 9, 27; Me. 4, 29; Jn. 4, 35 ss.). su pueblo. Así también aquí, y es en sustancia
(4) Muy distinto del anterior, este ángel la fuerza indestructible de la Iglesia, soste-
viene a ejecutar la justicia de Dios contra los nida por Dios, que es un argumento de su
impíos, arrojándolos en la cuba de la cólera divinidad.
divina, para ser en ella pisados- (Is. 63, 3 s.). (4) Como si dijera que salieron de parte
(5) Fuera de Jerusalén, junto a la cual de Dios, cuyos mensajeros eran ejecutores de
ponen los profetas el juicio de Dios (Jo. 3, 12; su justicia, que es una especie de sacerdocio
Zac. 14, 4). El estadio vale 185 metros. La para los ángeles.
1 398 APOCALIPSIS, 16

humo (1) de la gloria de Dios y de 11


y blasfemaban del Dios del cielo
su poder, y nadie podía entrar en el a causa de sus
trabajos y de sus
templo hasta que se hubieron consu- úlceras, pero de sus obras no se arre-
mado las siete plagas de los siete pentían. 12 Y
el sexto derramó su
ángeles. copa sobre el gran río Eufrates (1),
y secóse su agua, de suerte que quedó
expedito el camino a los reyes del
Las copas. naciente del sol. 13 Y
vi que de la
boca del dragón, y de la boca de la
A
1 "
1
Y del Templo
oí una gran voz, bestia, y de la boca del falso profeta
los siete ángeles: Id
que decía a salían tres espíritus inmundos (2),
y derramad las siete copas de la ira como ranas, que son los espíritus de
de Dios sobre la tierra. 2 fué el Y los demonios, que hacen señales, que
primero y derramó su copa sobre la se dirigen hacia los reyes de la tierra
tierra, y sobrevino una úlcera maligna para juntarlos a la batalla del día
y perniciosa sobre los hombres (2) grande de Dios todopoderoso. 15 He
que tenían la marca de la bestia, y aquí que voy como ladrón (3);
qne se postraban ante su imagen. bienaventurado el que vela y guarda
3
Y el segundo derramó su copa sobre sus vestidos, para no andar desnudo
el mar y se convirtió en sangre c"omo y que se vean sus vergüenzas. 18 Y los
de muerto (3), y murió todo ser juntó en el sitio, que en hebreo se
viviente en el mar.
4
Y el tercero llama Harmagedón. 17 Y el séptimo
derramó su copa sobre los ríos, y sobre derramó su cipa en el aire, y salió
las fuentes de las aguas, y se convir- del templo una gran voz, que procedía
tieron en sangre. 5 Y oí al ángel de las del trono de Dios, diciendo: Hecho
aguas, que decía: Justo eres, Tu, está. 18
Y hubo relámpagos (4),
el que es, el que era, el Santo, porque y voces, y truenos y un gran terre-
así has juzgado. 6 Puesto que derra- moto, cual no lo hubo desde que exis-
maban la sangre de los santos y de ten los hombres sobre la haz de la
los profetas, tú les has dado a beber tierra. 19 Y la gran ciudad se hizo
sangre; bien se lo merecen. 7 Y oí al tres partes, y hundiéronse las ciu-
altar que decía: Sí, Señor, Dios todo- dades de las naciones, y la gran Babi-
poderoso, verdaderos y justos son lonia fué recordada delante de Dios,
lus juicios. para darle el cáliz del vino del furor
8
Y el
cuarto derramó su copa sobre de su cólera. 20 Y huyeron todas las
el soly fuéle dado abrasar a
(4), islas, y las montañas desaparecieron.
los hombres con el fuego.
9
Y eran 21
Y una granizada grande, como de
abrasados los hombres con grandes un talento, cayó del cielo sobre los
ardores, y blasfemaban el nombre de hombres, y blasfemaron los hombres
Dios, que tiene poder sobre estas contra Dios por la plaga del granizo,
plagas; pero no se arrepintieron para porque era grande en extremo su
darle gloria. 10 Y el quinto derramó plaga.
su copa sobre el trono de la bestia,
y su reino se cubrió de tinieblas (5),
y de dolor se mordían las lenguas, (1) El Eufrates, mencionado ya en la sexta
trompeta (g, 13 ss.).
(2) La descripción que nos hace de estos
esplrirus inmundos indica que se trata de sa-
(1) Como en la inauguración del templo camuelas y pres'idigitadores, que con sus
salomónico, donde la gloria de Dips, que lo charlas y embustes embaucan a los reyes y a
llenaba impedia a los sacerdotes ejercer sus los pueblos y los inducen a hacer la guerra
funciones (Ex. 22. 40, 32 s.; I Reg. 8, 10 s.). a los santos. Esta guerra es la descrita en 19, 1 1 ss.
(2) Es la sexta plaga de Egipto; con ella (3) La moraleja de estas profecías es la
amenaza Dios a los infractores de su ley en misma que la del discurso apocalíptico, la
Deut. 28, 27. 35. exhortación a la vigilancia, porque el Señor
(3) En sangre podrida ya. Es la primera viene cuando menos se piensa (Mi. 24, 43;
plaga de Egipto, que figura ya en la segunda Le. 12, 39). Los vestidos son las obras buenas.
trompeta (8. 8 s.). (4) Los fenómenos meteorológicos y sís-
(4) Los ardores del sol los abrasan, pero micos son siempre, en el estilo apocalíptico,
sin inducirlos a penitencia, no obstante conocer los pródromos que anuncian la justicia divina
la causa del azote. Antes con las blasfemias sobre el mundo implo. Como el Faraón, que
vienen a merecer mayores castigos. cuantos más azotes le enviaban, más se endu-
(5) Es la novena plaga de Egipto (Ex. 10, 22), recía, asi éstos se endurecen en sus pecados
que viene sobre el reino de la bestia, como y no se arrepienten de ellos, para justificar
antes sobre el del F¡3aón. asi la cólera de Dios.
APOCALIPSIS, 1? 1399

Lllirnos anuncios del castigo <lc la bestia, porque era y no es, y


la {ji-au iiabilouia. reaparecerá. 9 Aquí está el sentido,
que encierra la sabiduría. Las siete
17 1
Y
vino uno de los siete ánge- cabezas son siete montañas, sobre las
que tenían las siete copas,
les, cuales está sentada la mujer. 10 Y
y habló conmigo, y me dijo: Ven, te son siete reyes (4), de los cuales
mostraré el juicio de la gran rame- cinco cayeron, el uno existe, y el
ra (1) que está sentada sobre las otro no ha llegado todavía, pero
grandes aguas, 2 con quien han forni- cuando venga permanecerá poco
cado los reyes de la tierra, y los tiempo. 11 Y la bestia, que era y ya
moradores de la tierra se embria- no es, es también un octavo, que es
garon con el vino de su fornicación. de los siete, y camina
a la perdición.
3 Y llevóme en espíritu al desierto, 12 Y diez cuernos
los que ves
y vi una mujer sentada sobre una son diez reyes (1), los cuales no
bestia bermeja, llena de nombres han recibido aún la realeza, pero
de blasfemia, la cual tenía siete con la bestia recibirán la autoridad,
cabezas y diez cuernos. 4 Y la mujer como reyes por una hora. 13 Estos
estaba vestida de púrpura y grana, tienen el solo pensamiento de prestar
y adornada de oro, y piedras pre- a la bestia su poder y autoridad.
14
ciosas y perlas, y tenía en su mano Pelearán con el Cordero (2), y el
ana copa de oro, llena de abomina- Cordero los vencerá, porque es el
ciones y de las impurezas de su for- Señor de señores y Rey de reyes, y
nicación. 5 Y
sobre su frente, llevaba también los que están con El, llama-
escrito un nombre: Misterio (2): Ba- dos y escogidos y fieles. 15 Y me dijo:
bilonia la grande, la madre de las Las aguas que ves, sobré las cuales
rameras y de abominaciones de la
las está sentada la ramera, son los pue-
tierra. 6 Y mujer embriagada
vi a la blos, las muchedumbres, las naciones
con la sangre de los mártires de y las lenguas. 16 Y los diez cuernos
Jesús, y viéndola me maravillé sobre- que ves (3), igual que la bestia, abo-
manera. 7 Y díjome el ángel: ¿De qué rrecerán a la ramera, y la dejarán
te maravillas? Yo te declararé el mis- desolada y desnuda, y comerán sus
terio de la mujer y de Ja bestia, que
la lleva, que tiene siete cabezas y
diez cuernos. 8 La bestia que has (1) Que son una misma cosa con la bestia,
visto era (3), pero ya no es, y está por cuanto son la representación del poder
del Imperio. El primero de estos reyes debe
a punto de subir del abismo y camina de ser el primer perseguidor, que fué Nerón;
a la perdición; y se maravillarán los el sexto seria Domicíano, en cuyo tiempo es-
moradores de la tierra, cuyo nombre cribió el profeta; el séptimo reinará poco,
no está escrUo en el libro de la vida porque el tiempo de la paz será breve. Luego
desde la creación del mundo, viendo vendrá un octavo, que traerá la más furiosa
persecución, será un nuevo Nerón o un nuevo
Domiciano, en el cual se encarnará el poder
(i) La nueva imagen representa lo mismo de la bestia y del dragón; será como Antíoco
que la anterior, como aparece claro por los en los capítulos n y 12 de Daniel. Se dice
caracteres de la bestia sobre que cabalga la que camina a su ruina, porque desde el prin-
ramera idolátrica vestida de púrpura que sim- cipio la mano de la divina justicia pesa sobre
boliza la sangre de los mártires. Con ésta forni- él y acabará por aplastarle.
can todos los reyes de la tierra, que reconocen (2)Estos diez reyes representan a los prín-
su divinidad y le rinden culto, al igual que sus cipes bárbaros y aliados, que prestan a Roma
subditos. Entre la bestia y la ramera hay una su fuerza para perseguir a los fieles y hacer la
unión estrecha, de suerte que ambas vengan a guerra al Cordero. En el asedio de Jerusalén
representar una misma idea. tomaron parte, junto con las legiones romanas,
(a) El profeta no puede declarar este nom- las naciones aliadas de Roma con sus reyes.
bre de otro modo que llamándole misterio: (3) Después nos describe la batalla de la
pero lo que sigue es bien claro para quienes bestia y todos sus aliados contra el Cordero,
conocen el simbolismo de los apocalípticos; que los vencerá con sólo presentarse en el
se trata de Roma, la perseguidora de los fíeles campo de batalla. Con el Cordero y por El
de Jesús. vencerán asimismo sus fieles, que luchan a su
(3) Por lo que precede, es indudable que lado. Así el profeta alienta a los fieles a la lucha,
aquí se trata de Roma, del Imperio pagano, que se acerca.
que exige la adoración de si mismo; pero este (4)Esta imagen, igual que la batalla si-
Imperio se halla representado por el empera- guiente, está tomada de la invasión de Gog
dor, que asimismo era adorado como repre- en Ez. 37 s., en donde los invasores se vuelven
sentación de la majestad romana. Esto es pre- unos contra otros y acaban por destruirse mu-
ciso tenerlo en cuenta para deshacer este jero- tuamente; tal ocurrirá aquí: todos se volverán
glífico del ángel exegeta. contra la ramera y la aniquilarán.
14ÜU APOCALIPSIS, 18

carnes, y la quemarán al fuego. los reyes de la tierra (1) que con


17
Porque Dios puso en su corazón ella fornicaban y se entregaban al
ejecutar su designio, un solo designio, lujo, cuando vean el humo de su
y dar a la bestia la soberanía sobre incendio, 10 se detendrán a lo lejos
y
ellos,hasta que se cumplan las pala- por el temor de su tormento, di-
bras de Dios. 18 la mujer que has Y ciendo: ¡Ay, ay de la ciudad grande,
visto es aquella ciudad grande, que de Babilonia, la ciudad fuerte, porque
tiene la soberanía sobre todos los en una hora ha venido su juiciol
reyes de la tierra. 11
Y
llorarán y se lamentarán los
mercaderes de la tierra por ella (2),
porque no hay quien compre sus
Lamentación sobre Babilonia. mercaderías, 13 las mercaderías de
oro, de plata, de piedras preciosas,
18 1
Después de estas cosas vi otro de perlas, de lino, de púrpura, de
ángel, que bajaba del cielo con seda, de grana, toda madera olo-
gran poder, a cuya claridad quedó rosa, todo objeto de marfil, y todo
la iluminada. 2
tierra gritó con Y objeto de madera preciosa, de bronce,
poderosa voz, diciendo: Cayó, cayó de hierro, de mármol, 13 cinamomo y
la gran Babilonia (1), y quedó con- aromas, mirra e incienso, vino, aceite,
vertida en morada de demonios, y flor de harina, trigo, bestias de carga,
guarida de todo espíritu inmundj, y ovejas, caballos, y coches, esclavos,
albergue de toda ave inmunda y abo- y almas de hombres. 14 Los frutos
minable; 3 porque del vino de la sabrosos a tu apetito te han faltado,
cólera de su fornicación bebieron todas y todas las cosas más exquisitas y
las naciones, y con ella fornicaron los delicadas perecieron para ti y ya
reyes de la tierra, y los comerciantes no serán halladas jamás. 15 Los
de toda la tierra con el poder de su mercaderes de estas cosas, que se
lujo se enriquecieron. enriquecían con ella se detienen a lo
4
Y
oí otra voz del .Meló, que decía: lejos por el temor de su tormento,
Sal de ella (2), pueblo mío, para llorando y lamentándose, diciendo:
14 ¡Ay,
que no os contaminéis con sus peca- ay de la ciudad grande, que
dos, y para que no os alcance parte se vestía de lino, púrpura y grana,
de sus plagas; B porque sus pecados y se adornaba de oro, piedras pre-
se amontonaron hasta llegar al ciclo, y perlas, porque en una hora
ciosas
y Dios se acordó de sus iniquidades. quedó devastada tanta riqueza! 17 Y
8
Dadle según lo que ella dió (3), y todo piloto y navegante, los mari-
dadle el doble de sus obras; en la neros y cuantos bregan en el mar,
copa en que ella mezcló, mezcladle al se detuvieron a lo lejos, 18 y clama-
doble; 7 cuaiito se envaneció y entregó ron, al contemplar el humo de su
al lujo dadle otro tanto de tormento incendio, y dijeron: ¿Quién había
y duelo. Ya que dijo en su corazón: semejante a la ciudad grande? w Y
Como reina estoy sentada, yo no soy arrojaron ceniza sobre sus cabezas,
viuda ni veré duelo jamás; 8 por eso y gritaron llorando y lamentándose,
vendrán en un día sus plagas, la mortan- y diciendo: jAy, ay de la ciudad
dad, el duelo y el hambre; y será con- grande, en la cual se enriquecieron
sumida por el fuego, pues poderoso es todos cuantos tenían navios en el
el Señor Dios que la ha juzgado. mar, a causa de su suntuosidad,
8
Y llorarán, y por ella se herirán porque en una hora quedó devastada!

(1) Los reyes de la tierra son los vasallos


(1) Como
cosa ya hecha anuncia la caída de Roma, que se lamentan de la ruina de la
de Babilonia con las palabras con que los anti- ciudad, por quien sentían una veneración
guos profetas anunciaban la ruina de la capital grande y hasta supersticiosa. Ez. 26. 15 ss.;
de los caldeos. Cf. Is. 13, 21 s.; 21, 9 s.; 34, 27. 3; s., trae una lamentación semejante
13 ss.; Jer. 50. 39; 51, 37 ss. sobre Tiro. Aqui aparecen llenas de veneración
(2) Esta orden de abandonar ciudad es la por Roma y dolidas de su ruina; atrás son ellos
una expresión de la certeza y prontitud de su los que se levantan contra ella y la aniquilan
castigo. Las palabras se leen casi a la letra (17, 2t s.,.16 s.). Ambas cosas responden a
en 48. 20; Jer. 50, 8; 51, 6, 45; Zac. a, 7.
Is. la historia. Los que primero la sirvieron, luego
La justicia divina agrava la pena en
(3) se alzaron contra ella.

razón del orgullo de la ciudad. El profeta recoge (2) Esta larga lamentación está inspirada
aqui todos los pasajes de los antiguos profetas en la análoga de Ez. 27. 5 ss. sobre Tiro. Todo
para lanzarlos sobre la nueva Babilonia. concurre a pintar la grandeza del juicio de Dios
Cf. Jer. 16. 18; 17. 18; 51. 13 ss. sobre la gran ciudad.
APOCALIPSIS, 19 1401

Regocijo de los santos. sus siervos, y cuantos le teméis,


pequeños y grandes. 6 Y óí una voz
!0 Regocíjate por ello (1), ¡oh ciclol, como de gran muchedumbre, y como
y los santos y los apóstoles y los pro- voz de muchas aguas, y como voz
fetas, porque Dios ha juzgado nuestra de fuertes truenos, que decía: Ale-
causa contra ella. luya, poique ha establecido su reino
21 Y un ángel poderoso levantó una el Señor (1), Dios todopoderoso;
piedra (2), como una rueda grande
7
alegrémonos y regocijémonos, dé-
de molino, y la arrojó al mar, mosle gracias, porque han llegado las
diciendo: Con tal ímpetu será arro- bodas del Cordero, y su Esposa está
jada Babilonia, la gran ciudad, y no dispuesta, 8 y fuéle otorgado vestir-
será hallada. 22 Y
nunca más se se, de lino brillante, puro, pues el
oirá en ella la voz de los citaristas, lino son las obras justas de los santos
de los músicos, de los flautistas y de
9
Y me dijo: Escribe: Bienaventurados
los trompeteros, ni artesano de nin- los invitados al banquete de bodas
gún arte será hallado jamás en ti, del Cordero. Y me dijo: Estas son
y la voz de la muela no se oirá ya más las palabras verdaderas de Dios.
en ti, 23 la luz de la lámpara no
10
Y me arrojé a sus pies (2) para
brillará más en ti, ni se oirá más la adorarle. Y me dijo: Mira, no hagas
voz del esposo y de la esposa, porque eso; consiervo tuyo soy y de tus
tus comerciantes eran magnates de hermanos, los que tienen el testi-
la tierra, porque con tus maleficios monio de Jesús. Adora a Dios. Por-
se han extraviado todas las naciones, que el testimonio de Jesús es el
24 de
y en ella se halló la sangre de los espíritu profecía.
profetas y de los santos y de todos
los degollados sobre la tierra.
La batalla de Harmagedon.
1Q Después de esto oí una inerte
1
11 Y vi el cielo abierto,
voz, como de una muchedumbre y he aquí
(3) numerosa en el cielo, que decía: un caballo blanco (3), y el que le
Aleluya, salud, gloria, honor y poder montaba es llamado Fiel, Verídico, y
a nuestro Dios,
2 porque verdaderos con justicia juzga, y hace la guerra.
y justos son- sus juicios, pues ha
12
Sus ojos son como llama de fuego,
juzgado a la gran ramera, que co- lleva en su cabeza muchas diademas,
rrompía la tierra con su fornica- y tiene un nombre escrito, que nadie
ción, y en ella ha vengado la sangre conoce sino él mismo, 13 y viste un
de sus siervos. 3 Y por segunda vez manto empapado en sangre, y tiene
dijeron: Y el humo de la
Aleluya. por nombre Verbo de Dios. 14 le Y
ciudad (4)sube por los siglos de siguen los" ejércitos celestes sobre
Y cayeron de hinojos los
los siglos. 4 caballos blancos, vestidos de lino
veinticuatro ancianos, y los cuatro
vivientes, y adoraron a Dios, que úl Ha establecido su reino, esto es, lo ha
está sentado en el trono, diciendo: consolidado; pues hasta el presente le era dis-
Amén, aleluya. putado el campo por el dragón y sus satélites.
5 Y del trono salió una voz, que Mira, igual que cuanto sigue, a la victoria del
decía: Alabad a nuestro Dios, todos Cordero, que se acerca. Las bodas son una
imagen distinta para expresar la misma idea.
Son las bodas del Verbo encarnado' con la
(1) Los reyes se lamentan porque ven des- Iglesia. Cf. Mt. 25, 1 ss.
truida la ciudad de sus amores, los mercaderes (2) Se arroja a sus pies en señal de gra-
porque pereció la plaza de sus ganancias; pero titud por tantas revelaciones como por su
los moradores del cielo se alegran porque ven medio había recibido. El profeta sabe sin duda
cumplida la justicia de Dios sobre la que per- que no es Dios quien se las ha hecho, sino un
seguía a los fieles de Jesucristo. siervo suyo, y que la adoración no es una ado-
(2) Imagen tomada de Jer. 51, 63 s., que ración de latría; todavía el ángel rehusa esta
la aplica a Babilonia. La enumeración del ver- señal de reverencia, por más Insistir en la con-
sículo 22 se deriva del mismo profeta 25, 10, denación de la idolatría, que es el culto de las
que la aplica a Jerusalén y Judá. criaturas, en oposición al de .Dios.
(3) Las miríadas de miríadas del cielo cele- (3) Hasta aquí todo contribuía a darnos
bran ya con un canto anticipado el triunfo de idea de la victoria de Dios y de su Cristo sobre
la justicia de Dios, que va a ejecutar sus ven- el dragón y la bestia. Ahora aparece pronto
ganzas sobre la ciudad impía. a dar la batalla el Generalísimo de los ejércitos
(4) El humo de la ciudad es el auténtico celestes, cuyas insignias son bien manifiestas.
testimonio de la justicia divina, y pide la repe- El será el ejecutor de lo^ juicios de Dios, hasta
gición del himno de triunfo. aquí anunciados (I Cor. 15. 24).
1402 APOCALIPSIS, 20
blanco, puro. 15 Y de su boca sale delabismo y una gran cadena en su
una aguda para herir con
espada mano. a Y cogió al dragón, la ser-
ella a las naciones, y El las regirá con piente antigua, que es el Diablo,
vara de hierro, y Él pisa el lagar del Satanás, y le encadenó por mil años.
vino del furor de la cólera de Dios 3
Y le arrojó al abismo y cerró, y
todopoderoso. 16 Y tiene sobre su encima de él puso un sello, para que
manto y sobre su muslo escrito su no extraviase más a las naciones
nombre: Rey de reyes, Señor de hasta terminados los mil años, des-
señores. pués de los cuales será soltado por
Y vi un ángel puesto de pie en
17 poco tiempo. 4 Y vi tronos (1), y
el sol (1), que gritó con una gran voz, sentáronse en ellos, y fuéles dado el
diciendo a todas las aves que vuelan poder de juzgar, y vi las almas de los
por lo alto del cielo: Venid, congre- que habían sido degollados por el
gaos al gran festín de Dios, 18 para testimonio de Jesús y por la palabra
comer las carnes de los reyes, las de Dios, y cuantos no habían adorado
carnes de los tribunos, las carnes de a la bestia, ni a su imagen, y no
los valientes, las carnes de los caba- habían recibido la marca sobre su
llos y de los que cabalgan en ellos, frente y sobre su mano; y vivieron y
las carnes de todos los libres y de los reinaron con Cristo mil años. 6 Los
esclavos, de los pequeños y de los restantes muertos (2) no vivieron
grandes. hasta terminados los mil años. Esta
19 Y vi a la bestia, y a los reyes de es la primera resurrección. 8 Bienaven-
la tierra, y a sus ejércitos, reunidos turado y santo (3) el que tiene
para hacer la guerra al que montaba parte en la primera resurrección; sobre
el caballo y a su ejército. 20
fué Y ellos no tendrá poder la segunda
aprisionada bestia (2), y con
la muerte, sino que serán sacerdotes
ella el falso profeta, que hacía señales de Dios y de Cristo, y reinarán con
delante de ella, con las cuales extra- El por mil años.
viaba a los que habían recibido el
carácter de la bestia y a los que cuales Dios y su Cristo reinarán en la tierra
adoraban su imagen: vivos fueron sin contradicción alguna, y sus santos gozarán
arrojados ambos al lago de fuego, de paz, pero paz relativa,si se compara con la

que arde con azufre. 21 los demás Y edad pasada, que fué la edad heroica de la
por Iglesia. No se debe olvidar el punto de vista
fueron muertos la espada,
(3)
en que el profeta se coloca, para fijar el sen-
que de la boca, y todas las
le salía
tido histórico de sus palabras.
aves se hartaron de sus carnes. (1) Estos tronos están destinados para los
que con Cristo pelearon y vencieron, esto es,
para los mártires, a quienes corresponde la
El milenio. palma de la victoria. Como quienes sobre
todo sostuvieron el peso de la lucha con su
Capitán, recibirán un premio que no corres-
1
Y vi un ángel (4) que des- ponde a los demás muertos, y éste es juzgar,
cendía del cielo, trayendo la llave que en el sentido bíblico vale tanto como
regir y gobernar el mundo junto con su Ca-
(1) Esta invitación, hecha desde el sol a pitán, a quien por haberse humillado hasta la
todas las aves, anuncia una gran carnicería y muerte le fué dado reinar sobre todo el uni-
derrota de los ejércitos contrarios; está tomada verso (Fil. 2, 8 s.).
de la batalla dada por Dios contra Gog en (2) Los restantes muertos no son los in-
Ez. 39. 17-20. fieles,porque éstos no vivirán, sino los fieles
(2) Sin detenerse a narrar los incidentes que no alcanzaron la palma del martirio, y a
de la lucha, muy desigual, pues es lucha entre quienes no corresponde el premio de los már-
Dios y las criaturas, pasa a darnos el resultado tires.
de la batalla, o sea, la prisión de los jefes ene- (3) El que tenga parte en esta primera
migos, que son arrojados al abismo. resurrección, que es este premio especial dr
(3) Los jefes, como encarnación del espí- los mártires, tiene asegurada la resurrección
ritu idolátrico y perseguidor del dragón, son final, porque el Señor ha dicho: Bienaventura-
arrojados al abismo; los ejércitos son muertos, dos los que padecen persecución por la justicia,
lo cual no se ha de entender sino en sentido porque de ellos es el reino de los cielos.
espiritual, esto es, como auxiliares de los ene- ¿En qué consiste este reinado especial de los
migos de Dios. A veces Dios destruye a sus mártires con Cristo? A nuestro juicio, en lo que
enemigos como hizo con San Pablo, convir- se halla simbolizado por la aureola de gloria de
tiéndolos. que la Iglesia rodea a los mártires, y los rodeaba
(4) Este ángel viene para encadenar al dra- sobre todo en los primeros siglos, en que sólo
gón y encerrarlo en el pozo del abismo, donde los mártires eran objeto de culto y veneración.
estaban ya sus auxiliares, la bestia y el falso Entonces sólo ellos reinaban en la Iglesia con
profeta. Allí estará por mil años, durante los Cristo, y con El regían la Iglesia, y éste es el
APOCALIPSIS, 21 1403

La batalla final y el juicio de fuego y azufre (1), donde están


uui\ eisal. también la bestia y el falso profeta,
y serán atormentados dfa y noche
7
Y cuando se hubieren acabado los por los siglos de los siglos.
mil años (1), será Satanás soltado 11
Y vi un trono alto y brillante (2),
de su prisión 8 y saldrá a extraviar y que en él se sentaba, de cuya pre-
al
a las naciones (2) que moran en los sencia huyeron el cielo y la tierra,
cuatro ángulos de la tierra, a Gog y no dejaron rastro de sí. 12 Y vi a
y a Magog, y reunirlos para la guerra, ios muertos (3), grandes y peque-
cuyo ejército será como las arenas del ños, que estaban delante del trono;
mar. 9 Y subirán sobre la anchura de y fueron abiertos los libros, y fué
la tierra, y cercarán el campamento abierto otro libro, que es el libro de
de los santos, y la ciudad amada. la vida. Y
fueron juzgados los muer-
Pero descenderá fuego del cielo y los tos, según sus obras, según las obras
devorará. 10 Y el diablo, que los extra- que estaban escritas en los libros.
13 Y entregó la mar los muertos que
viaba, será arrojado en el estanque
tenía en su seno, y asimismo la
muerte y el infierno entregaron los
poder que a y que no se con-
ellos se otorga
cedía a los demás muertos en
el Señor.
que tenían, y fueron juzgados cada
(1) Este versículo, como
4. implica una
el uno según sus obras. 14 Y la muerte y
de las mayores dificultades del Apocalipsis. el infierno (4) fueron arrojados al
Para su solución es preciso tener presente estanque de fuego; ésta es la segunda
que los profetas nos presentan siempre las muerte, el estanque de fuego. 15 Y
luchas que han de preceder al establecimiento
del reino de Dios, encarnadas en los sucesos
todo el que no fue hallado escrito (5)
históricos que más afectaban a ellos y a sus en el libro de la vida, fué arrojado en
coetáneos. Son éstos las invasiones asirias, en el estanque de fuego.
la primera parte de Isaías; la cautividad y la
vuelta, en la segunda parte, y asimismo en
Jeremías, Ezequiel, etc. La Jerusalén celestial.
En nuestro profeta es la Roma imperial
pagana, que pretende exigir para sí el culto
y adoración que sólo a Dios es debido, y que 2| 1
Y vi un cielo nuevo (6) y
para lograr su propósito derrama la sangre de una tierra nueva, porque el
muchos mártires de Jesús. Según esto la
victoria de Jesucristo sobre la bestia significa a los tesalonicenses (II Tes. 2, 3-12). La forma
la victoria sobre el paganismo romano; el pe- literaria está tomada de Ez. 10, 38 s., en que
ríodo de la lucha abarca la época de las per- nos describe la invasión de Gog y de los pue-
secuciones, la época de los mártires, que se blos escitas con innumerables aliados, que en
considera terminada con la paz de Constantino. el siglo vil invadieron el Oriente y fueron a
Luego con esta paz debe empezar el reinado morir a las fronteras del Egipto.
de Cristo, el período de los mil años, que no (1) Viene a sufrir la pena definitiva, a que
se ha de tomar a la letra, como ninguna de las habían sido condenados antes la bestia y el
cifras del Apocalipsis, sino como expresión falso profeta, esto es, el abismo.
de aquella duración sin fin que los profetas (2) El trono es el del Juez soberano, que va
atribuyen al reino de Dios una vez que logre a dar la sentencia definitiva sobre el mundo.
establecerse en el mundo (Is. 9, 7; Sal. 72, 3; Viene rodeado de tan grande majestad, que los
Le. 1, 32). cielos y la tierra huyen ante ella.
La concepción de esta época es ideal, como (3) Los muertos todos, vueltos a la vida,
lo es en los profetas antiguos, los cuales a la son juzgados cada uno según sus obras. Esta
época de las idolatrías y pecados, de las vio- es la expresión que más frecuentemente se
lencias y persecuciones, hacen suceder la era de halla en la Escritura, como norma de la jus-
la justicia y la santidad, de la paz y de la más ticia de Dios (Sal. 61, 13; Jer. 25, 14; 32, 19;
cumplida bienandanza. Pero no nos debemos Rom. 2, 6; II Tim. 4, 14).
equivocar sobre la verdadera mente del profeta, (4) La muerte y el infierno personificados
que sin duda no tenía olvidadas las sentencias como auxiliares del pecado; con él quedan des-
del Divino Maestro: «No es el siervo de mejor truidos para siempre, como San Pablo declara
condición que el Señor. Si, pues, a mí me per- en I Cor. 15, 26, 54 ss.
siguieron, también a vosotros os perseguirán» (5) Además de los libros en que se hallan
(Jn. 15, 20). escritas las obras de los muertos todos, hay
Es preciso dejarnos de fantasías y atenernos otro, que es el libro de los predestinados para
a los datos de la fe, en la cual está nuestra la vida, y cuantos no están escritos en este libro
salud, que era precisamente lo que el profeta son condenados a la segunda y definitiva
buscaba. muerte, que es el lago de fuego o el infierno,
(2) Este trozo nos pinta la postrera lucha adonde los manda la sentencia de Jesús, a hacer
que habrá de preceder a la consumación del compañía a Satanás y a sus ángeles (Mt. 25, 41).
reino de Dios en la tierra, según nos lo pre- (6) Semejantes frases de cielo nuevo y tierra
sentan Dan. 11. s., los Sinópticos en el dis- nueva están tomadas de Is. 65, 17; 66, 22.
curso apocalíptico, y San Pablo en la epístola Serán nuevos por el cambio que la destruc-
140-1 APOCALIPSIS, 21

primer cielo primera tierra


y la novia (1), la esposa del Cordero. 10 Y
habían y el mar no
desaparecido; me llevó en espíritu a un monte grande
existía ya. * Y vi la ciudad santa, y alto (2), y me mostró la ciudad
la nueva Jerusalén (1), que descen- santa, Jerusalén, que descendía del
día del cielo del lado de Dios, ataviada cielo, de parte de Dios, que tenía la
como una esposa que se engalana gloria de Dios. 11 Su brillo era seme-
para su esposo. 3 Y oí una voz grande, jante a la piedra más preciosa, como
que del trono decía: He aquí el Ta- la piedra de jaspe pulimentado.
18 Tenía un muro
bernáculo (2) de Dios entre los (3) grande y alto
hombres, y erigirá su tabernáculo y doce puertas, y sobre las doce
entre ellos, y ellos serán su pueblo puertas doce ángeles y nombres escri-
y el mismo Dios será con ellos, 4 y tos, que son los nombres de las doce
enjugará las lágrimas de sus ojos, y tribus de los hijos de Israel: 13 de la
la muerte no existirá más, ni habrá parte de Oriente tres puertas, de la
duelo, ni gritos, ni trabajo, porque parte del Norte tres puertas, de la
todo iesto es ya pasado. parte de Mediodía tres puertas, y
6
Y dijo el que estaba sentado en de la parte del Poniente tres puertas.
el trono: He aquí que hago nuevas
14 Y
el muro de la ciudad tenía
todas las cosas (3). dijo: Escribe, Y doce hiladas, y sobre ellas los nombres
porque éstas son las palabras fieles de los doce Apóstoles del Cor-
y verdaderas. Y díjome: Hecho está.
6 dero.
Yo soy el alfa y la omega, el principio 15 Y
el que hablaba conmigo tenía
y el fin. Al que tenga sed le laré una medida, una caña de oro, para
gratis de la fuente de agua de vida. medir la ciudad, sus puertas y su
7
El que venciere heredará estas muro. 19 Y la ciudad estaba asen-
cosas, y seré su Dios, v él será mi tada sobre una base cuadragunlar,
hijo. 8
Y
cobardes (4), los infie-
los y su longitud era tanta como su
les, los abominables, los homicidas, anchura. Y midió con la caña la ciu-
los fornicadores, los deshonestos, los dad tenía doce mil estadios,
(4), y
hechiceros, los idólatras y todos los siendo iguales su longitud, su latitud
embusteros tendrán su parte en el y su altura. 17 Y
midió su muro, que
estanque, que arde con fuego y azufre, tenia ciento cuarenta y cuatro codos,
que es la segunda muerte. medida humana, que era la del ángel.
• Y vino uno de los siete ángeles, 18 Y su muro era de jaspe,
y la ciu-
que tenían las siete copas, llenas de dad oro puro, semejante al vidrio puro;
18
las siete últimas plagas, y habló conmi- y las hiladas del muro de la ciudad
go, y me dijo: Ven y te mostraré la
(1) Porque, como en las parábolas (Mt. 25. t),
las fiestas del cielo son las fiestas de boda del
ción deTpecado y de sus efectos, la muerte, etc., Cordero con la ciudad santa de los elegidos.
traerá consigo. San Pedro, II Pet. 3. lo ss., (2) De donde pudiera como de una atalaya
reproduce esta idea de los profetas, indicando contemplar la ciudad, cuya descripción luego
que tal renovación será espiritual (Rom. 8, 19 ss.). nos da.
(t) La imagen de la ciudad de Jerusalén, (3) Puesto a describir la ciudad, lo hace
que baja del cielo, es de origen judio; pero la tomando por base una ciudad antigua con su
idea expresa bien la naturaleza de esa ciudad, muro, sus puertas, etc. Los ángeles de estas
que como el reino de Jesucristo no es de este puertas son sin duda los centinelas, y las puer-
mundo, porque es todo espiritual. tas llevan por nombre los de las doce tribus,
(a)El tabernáculo, como el templo que lo hacia las cuales dan salida, como acontecía en
sustituyó, era el monumento de la presencia Jerusalén. Ni esta geometría ni la semejante
de Dios en medio de su pueblo. Por la Encar- de Ez. 48, 30 ss., de donde ésta se deriva,
nación se realizaba más perfectamente (Jn. 1, 14) tiene mucho que ver con la topografía de la
y ahora alcanza su ápice por la visión facial, Jerusalén histórica.
que hace felices a los santos. (4) La forma de la ciudad era un cuadrado
(3) En el orden humano y espiritual, pues perfecto, como la de Ez. 45. 2; 48. 16 ss. Los
que, renovado el hombre por la glorificación, 12.000 estadios a 185 metros el estadio dan
todas quedan renovadas en él. Es el mismo 2.220 kilómetros, lo que indica que se trata
pensamiento de San Pablo cuando en Rom. 8, de una ciudad ideal, bien represente esa me-
19 ss. nos pinta a las criaturas gimiendo y su- dida la totalidad de su perímetro, bien un
friendo dolores de parto por la glorificación de solo lado. Aún no es claro cómo puede la
los hijos de Dios y su completa reden- ciudad tener la misma altura que longitud y
ción. latitud, como no sea que la suponga edificada
(4) Para los contaminados con los vicios sobre un monte alto, como solian estar las
de los paganos, que San Pablo enumera lar- ciudades de Palestina para su mejor defensa,
gamente en Rom. 1, 28 ss.; II Tim. 3, 2 ss. y aquí para que resultase más airosa, más visi-
y que excluían del reino de los cielos. ble y más deminante.
APOCALIPSIS, 22 1405.

eran de todo género de piedras precio- Cordero estará en ella, 4 y sus siervo*
sas: la primera de jaspe, la segunda de le servirán, y verán su rostro, y lleva
zafiro, la tercera oe calcedonia, 20 la rán su nombre sobre la frente. 5 No
cuarta de esmeralda, la quinta de habrá ya noche, ni tendrá necesidad
sardónica, la sexta de cornalina, la de luz de antorcha, ni de luz del sol,
séptima de crisólito, la octava de porque el Señor Dios los alumbrará,
berilo, la novena de topacio, la décima y reinarán por los siglos de los si-
de crisoprasa, la undécima de jacinto, glos (1).
y la duodécima de amatista. 21 las Y
doce puertas eran doce perlas, cada
una de las puertas era de una perla, Lpílogo
y la plaza de la ciudad era de oro
puro, como vidrio transparente. * Y me dijo: palabras
Estas son las
22 Pero templo no vi en ella (1), pues fieles y verdaderas Señor, (2), y el
el Señor, Dios todopoderoso con el Dios de los espíritus de los profetas
Cordero, era su templo. 23 La ciudad envió su ángel para mostrar a sus sier-
no había menester de sol (2) ni de vos las cosas que están para suceder
luna que la iluminasen porque la gloria pronto.
de Dios la iluminaba,, y su lumbrera 7
Y he aquí que vengo presto (3).
era el Cordero. 24 Y a su luz cami- Bienaventurado el que guarda las
narán las naciones (3), y los reyes palabras de la profecía de este libro.
de la tierra llevarán a ella su gloria. * Y yo, Juan, soy el que oí y vi estas
25 Sus puertas no se cerrarán de día, cosas. Y
cuando las oí y vi, caí de
pues noche allí no habrá, 26 y llevarán hinojos, para adorar, ante los pies
a ella la gloria y el honor de las nacio- del ángel, que me las mostraba.
nes. 27 Y en ella no entrará cosa 9 Pero
me dijo: No hagas eso, pues
impura (4), ni quien cometa ini- yo soy consiervo tuyo y de tus her-
quidad y mentira, sino los que están manos los profetas, y de los que
escritos en el libro de la vida del guardan las palabras de este libra;
Cordero. adora a Dios. 10 Y me dijo: No selles
los discursos de la profecía de este
¡yey Y me mostró un río (5) de
1 libro (4), porque el tiempo está
agua de vida, clara como el cercano. 11 El que es injusto (5)
cristal, qae salía del trono de Dios y continúe en sus injustic'as, el torpe
del Cordero. 2 Entre la calle y el prosiga en sus torpezas, y el justo
río, a uno y otro lado, había un practique aún la justicia, y el santo
árbol de vida, que daba doce frutos, santifíquese más. 12 He aquí que vengo
cada fruto en su mes, y las hojas presto (6), y conmigo mi recom-
del árbol eran saludables para las pensa, para dar a cada uno según
naciones. 3 Y no habrá ya maldición sus obras. 13 Yo soy el alfa y la omega,
alguna (6). Y el trono de Dios y del

(1) El reino sin fin de Dios y de su Cristo


(1) Si templo era el monumento de la
el será participado por los que a Cristo fueron
presencia divina, estaba de sobra alli, donde fieles.
Dios se mostraba tan presente a los suyos. Palabras fieles, cuyo cumplimiento no
(2)
(2) Los ciudadanos están iluminados por puede faltar, para alentar a los fieles a sufrir
la gloria de Dios que los inunda. Con Dios las persecuciones que les amenazan.
junta siempre el Cordero, Verbo de Dios e (3) Como en el Evangelio, el Salvador pro-
Hijo de Dios y una sola cosa con el cura excitar de la pereza a los fieles con la inmi-
Padre. nencia de la venida de Dios a juzgar.
(3) Palabras tomadas de-Is. 60, 3 ss. que (4) «No selles el libro-: como si dijera que
expresan la universalidad del reino me- estaba cercano el tiempo de su cumplimiento.
siánico. Son palabras de Jesucristo que se prolongan
(4) Este versículo está inspirado en Is. 35, 8; hasta el versículo 16.
52, 1, y significa la pureza y santidad de vida, (5) Como si dijera: los juicios de Dios
que resplandecerá en los moradores de aque- están declarados, ahora que haga cada uno lo
lla ciudad, que por algo se dice ¡anta. que le plazca La palabra de Dios no dejará
(5) La imagen del rio se halla en Gen. 2, 9, de cumplirse. Es una permisión retórica, como
Sal. 45, 4, y sobre todo en Ez. 47. 1 ss-, y repre- en Is, 6, 9 s.; Jer. 15, 2; Zac. 11, 9; pues bien
senta las aguas de la vida eterna, que riegan el claro está cuál es el deseo del profeta y el del
árbol, asimismo de vida. Señor, que le habla.
(6) No habrá cosa digna de execración,- es (6) Estas palabras de Jesucristo insisten en
decir, cosa de pecado, y por consiguiente de la inminencia de su venida, que será para cada
pena, que nace del pecado. uno cuando menos lo espere.
1401, APOCALIPSIS, 22

el primero y el último, el principio sed venga, y el que quiera tome gra-


y fin. 14 Bienaventurados los que tis el agua de la vida.
el
18
lavan sus túnicas, para tener derecho al Yo atestiguo (1) a todo el que
árbol de la vida, y a entrar por las puer- escucha las palabras de la profecía
tas que dan acceso a la ciudad. 15 Fuera de este libro: que si alguno añade a
perros (1), hechiceros, fornicarios, estas cosas, Dios añadirá sobre él
homicidas, idólatras, y todos los que las plagas escritas en este libro;
aman y practican la mentira. 19
y si alguno quita de las palabras
16 Yo,
Jesús, envié a un ángel para del libro de esta profecía, quitará
testificaros estas cosas en las igle- Dios su parte del árbol de la vida,
sias. Yo soy la raíz y el linaje de y de la ciudad santa, que están
David, la estrella brillante de la escritos en este libro. 20 Dice el que
mañana. 17
Y el Espíritu y la Es- testifea estas cosas: Sí, vengo pron-
posa (2) dicen: Ven. Y el que to (2). Amén. Ven, Señor Jesús.
escucha diga: Ven. Y el que tenga 21 La gracia del Señor Jesús con todos
los santos. Amén.
«Fuera perros», que son los sodomi-
(1)
tas, según el lenguaje déla Biblia (Dt. 23, iS), (1) Con estas palabras, inspiradas en las
a los cuales siguen todos los contaminados adver:encías y ruegos con que los autores o
con los vicios de los gentiles, ya enumerados copistas suelen terminar sus libros, da a en-
en 21, 8. tender el profeta la certidumbre de su inspi-
(2) El Espíritu Santo anima el corazón de ración divina.
la Esposa, la Iglesia militante, y la hice sus» (2) Jesucristo insiste una vez más en la
pirar por la venida del Esposo. Estos mismos prontitud de su venida. «Ven, Señor», es la
son los deseos de los verdaderos fieles, que es- respuesta a la promesa del Señor y que con-
cuchan esta profecía (Fil. 1, 23). cuerda con el Maran ata. de I Cor. 16, 22.
ACABÓSE DE IMPRIMIR ESTA VERSIÓN
DIRECTA DE LA SAGRADA BIBLIA EL
- DÍA l8 DE MARZO DEL AÑO DE
GRACIA DE I944, VÍSPERA
DE LA FIESTA DE SAN
JOSÉ, PATRONO DE
LA IGLESIA
UNIVE RS AL

LA US DE O VIRCI ÑIQUE MATRI


Secciones de la B. A. C.
— i. Sagradas Escrituras.
y Cánones. 2. Teología
3. Santos Padres. 4. —
Ascética y Mística.
5. Historia y Hagiografía. 6. Filosofía. —
7. Pensamiento social y político cristiano.
8. Literatura y arte cristianos.

La flor de la Antigüedad y la flor de las Ciencias Sagradas moder-


nas, en una colección rigurosamente pensada y escogida, con carácter
orgánico y formativo.

LOS 1 4 PRIMEROS VOLÚMENES DE LA B. A. C.


1-^. Sagrada Biblia, de Nácar-Colunga.
Primera versión directa del hebreo y griego al castellano.

3. Suma Poética. — Antología de la Poesía Religiosa Española,


por J. M. Pemán y M. Herrero García.
4. Obras espirituales completas de San Ignacio de Loyola,
por el R. P. V. Larrañaga, S. J.

5-B. Código de Derecho Canónico comentado, por el Dr. Don


L. Miguélez, Fray Sabino A. Morán, O. P., y D. M. Cabreros
de Anta.

Vida de San Ignacio. Vida de San Francisco de Borja.

Vida del P. Diego Laínez. Historia del cisma en In-
glaterra, por el P/\Rivadeneyra.
«-*>• Suma Teológica. Tomo I (en latín y castellano), por Santo
Tomás de Aquino.
10-11. Obras completas de Fray Luis de León.
1 2. Tratado de la Virgen Santísima, de Alastuey.
13. Obras de Fray Luis de Granada.
14. Biblia Vulgata Latina.

OBRAS MAGISTRALES
Obras de San Agustín. Filosóficas, teológicas, pastorales y apologél
Edición bilingüc.Tatina y castellana, en 12 volúmenes.

Obras de Santo Tomás de Aquino. Suma Teológica y Suma contra


gentes.
Obras selectas de San Buenaventura.
Disputaciones metafísicas del P. F. Suárez, S. J.

Y otras que están en preparación.

El orden enunciado ne coincidirá exactamente con el de publicación.

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