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Trabajo Fin de Máster

LA INFLUENCIA DE LA LITERATURA
ROMÁNTICA JUVENIL EN LA
VIOLENCIA DE GÉNERO. ESTUDIO A
TRAVÉS DE LA SAGA AFTER

Victoria Arrieta García


Tutora: María Jesús Úriz Pemán

Especialidad: Violencia de Género

Septiembre, 2022

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS, SOCIALES Y DE LA EDUCACIÓ N

Máster Universitario en intervención social con individuos, familias y


grupos
Victoria Arrieta García

El amor no todo lo puede…

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

Resumen

Vivimos en una sociedad que lucha por la igualdad de género pero que a su vez es trasmisora de roles
y estereotipos de género. Esto también es así en los libros. La literatura romántica juvenil es trasmisora
de ideas, valores y pensamientos. Entre todo ello, destaca lo relacionado con el ideal del amor
romántico. Los personajes nos hacen protagonistas de una historia mientras dura la lectura, nos
identificamos con ellos a partir de las figuras y modelos de conducta. Nos empapamos del discurso del
amor romántico, del único romance que debe existir, aquel que se da entre dos personas, las cuales
tienen que sobreponerse a las dificultades y después vivir felices para siempre. Los libros de literatura
juvenil nos marcan los ideales románticos a alcanzar. Todo ello, unido a otros factores, puede hacer
que una persona sea incapaz de salir de una relación de violencia. Por ello, en el presente estudio se
realiza un análisis de contenido de una de las sagas con gran repercusión en los jóvenes consumidores
de literatura romántica, la saga After, con el fin de determinar si la literatura romántica juvenil puede
influenciar en la aceptación de la violencia dentro de la pareja.

Palabras clave: Amor romántico; Literatura romántica; Violencia de género; Estereotipos de género;
Sistema heteropatriarcal.

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Victoria Arrieta García

Abstract
We live in a society that fights for gender equality, but in turn transmits gender roles and stereotypes.
This is also true in books. Romantic literature for young people transmits ideas, values and thoughts.
Among all this, the ideal of romantic love stands out. The characters make us protagonists of a story
while the reading lasts, we identify with them from the figures and role models. We are soaked in the
discourse of romantic love, the only romance that must exist, the one between two people, who have
to overcome difficulties and then live happily ever after. The books of juvenile literature mark the
romantic ideals to reach. All this, together with other factors, can make a person unable to get out of
a violent relationship. For this reason, in the present study, an analysis of the content of one of the
sagas with great impact on young consumers of romantic literature, The After saga, in order to
determine whether young romantic literature can influence the acceptance of violence within the
couple.

Keywords: Romantic love; Romantic literature; Gender violence; Gender stereotypes;


Heteropatriarchal system.

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................................ 7

MOTIVACIÓN PERSONAL .............................................................................................................................. 8

MARCO TEÓRICO ............................................................................................................................................. 9

1. CONTEXTUALIZACIÓN SOCIAL ............................................................................................................9


1.1 POLÍTICAS PÚBLICAS DE IGUALDAD DE GÉNERO ................................................................................................11

2. ESTEREOTIPOS DE GÉNERO .............................................................................................................. 13

3. PROCESOS DE SOCIALIZACIÓN ........................................................................................................ 16


3.1 AGENTES DE SOCIALIZACIÓN: LA LITERATURA ....................................................................................................18

4. CONCEPTUALIZACIÓN DEL AMOR ROMÁNTICO ............................................................................... 22


4.1 ¿QUÉ ES EL AMOR?.....................................................................................................................................................22
4.2 EL AMOR ROMÁNTICO...............................................................................................................................................24

5. VIOLENCIA DE GÉNERO ..................................................................................................................... 30


5.1 TIPOLOGÍA DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO ............................................................................................................35
5.2 DATOS DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO ....................................................................................................................36

6. RELACIÓN DEL AMOR ROMÁNTICO CON LA VIOLENCIA DE GÉNERO ...................................... 39

PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN ..............................................................................................................43

OBJETIVOS .......................................................................................................................................................43

Objetivo general .......................................................................................................................................... 43

Objetivos específicos .................................................................................................................................. 43

METODOLOGÍA ..............................................................................................................................................44

1. MÉTODO .............................................................................................................................................. 44

2. ENFOQUE/PERSPECTIVA DE GÉNERO ............................................................................................ 46

3. INSTRUMENTO DE ESTUDIO ............................................................................................................ 46

RESULTADOS Y DISCUSIÓN.........................................................................................................................48

CONCLUSIÓN Y LÍNEAS ABIERTAS ............................................................................................................59

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .................................................................................................................61

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Victoria Arrieta García

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

INTRODUCCIÓN

A pesar de que se han elaborado y se cuenta con poli ́ticas públicas para conseguir la igualdad
de género, y mientras la sociedad clama, proclama y lucha por conseguir esa igualdad de derechos
entre hombres y mujeres, los medios de comunicación, entre ellos los libros, siguen reproduciendo
estereotipos y roles de género, lo que tiene un gran impacto en la construcción de la identidad y de la
subjetividad de las personas, siendo aún mayor esta influencia en las y los menores de nuestra
sociedad (Pascual, 2016). Así mismo, cuando hablamos de amor los desequilibrios y diferencias
aumentan (García, y Gimeno, 2017).

El amor romántico continúa estando en la base de las creencias sobre las relaciones de pareja
en la actualidad. Promueve actitudes, expectativas y roles diferentes para mujeres y hombres. Los
roles de géneros, estereotipos de masculinidad y feminidad y la socialización diferenciada se insertan
en el subconsciente colectivo, interiorizando comportamientos, actitudes y conductas tanto en
adultos como en jóvenes. Estos últimos, crecen incorporando dichos valores que pueden fomentar la
normalización de situaciones de control, dominio y subordinación apoyándose en la concepción social
del amor romántico (Blanco, 2014; Muñ iz et al, 2015; Donoso, Rubio y Vila, 2018).

Y, es que la violencia contra las mujeres dentro de las relaciones de pareja presenta una
particularidad y es que la violencia que se ejerce se dirige a alguien a quien se dice que se quiere.

Esta investigación se recoge dentro de los Objetivos de desarrollo sostenible 3, 4 y 5 de la


Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible: “Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos
en todas las edades”, “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover
oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” y “Lograr la igualdad entre los géneros
y empoderar a todas las mujeres y niñas”. Los objetivos se contemplan desde el prisma de que todas
las mujeres puedan ser educadas en igualdad en todos los aspectos de la vida, incluidas las relaciones
de pareja. Que las mujeres sean libres y puedan vivir sin miedo, que puedan vivir en una sociedad que
las respete, que tengamos las mismas oportunidades de elección y de crecimiento personal y
profesional.

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MOTIVACIÓN PERSONAL

Creo que somos muchas las niñas, adolescentes y mujeres las que hemos crecido con el ideal del amor
romántico, que hemos crecido rodeadas de libros dónde el amor era lo más fuerte que había, que con
todo podía. Creo que somos muchas las que hemos crecido buscando ese amor ideal. Creo que hemos
sido muchas las que hemos permitido cosas en nuestras relaciones que no se deberían aceptar.

Hasta que nos hemos dado cuenta de la realidad…Hasta que nos hemos dado de bruces con la
realidad.

No sólo lo creo…Lo veo todos los días en terapia. Veo cómo hay mujeres que no son capaces de salir
de la situación de violencia que viven, que no son capaces de reconocer dicha violencia… Es tal la
influencia del ideal romántico, que hay mujeres que aguantan años y años, incluso una vida, en
relaciones desiguales y de violencia.

Yo no quiero esto para mis hijas, mis sobrinas, ni para ninguna mujer de este mundo. Quiero que se
nos eduque en relaciones sanas, libres, sin coerciones, sin sufrimiento…No quiero que nuestro
objetivo principal en nuestra vida sea encontrar ese amor, ni que la educación y la sociedad participe
de ello. Y por supuesto, quiero que los libros sean capaces de representar realidades amorosas, donde
la mujer no esté supeditada al hombre, dónde cada uno puede tener relaciones interpersonales
distintas a la del otro, donde ninguno tenga que renunciar a todo lo que le gusta, etc.

Me gustaría que fuéramos capaces de dejar atrás los cuentos Disney con los que hemos crecido, la
Bella y la bestia, la bella durmiente, Blancanieves y los 7 enanitos… Me gustaría que cambiáramos
nuestra mirada, nuestra forma de pensar el amor. Y por eso este trabajo pretende ser un pequeño
granito de arena que cambie nuestra mirada y nos haga libres.

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MARCO TEÓRICO

1. CONTEXTUALIZACIÓN SOCIAL

Como afirma la antropóloga Britt-Marie Thurén (2003, 2008), la brecha de género se


encuentra presente en casi todas las culturas del mundo. A pesar de las muchas acciones que se han
llevado a cabo para erradicar esta desigualdad entre hombres y mujeres, en detrimento de las
mujeres, continúa vigente la socialización diferencial (Jiménez, 2016; Llinares y cols., 2018) y el sistema
patriarcal sigue adaptándose a la nueva sociedad (Lorente, 2009).

Fernández (2006) detalla que:

“Las sociedades patriarcales, las cuales siguen prevaleciendo en nuestros días, se diseñan y
organizan desde una prescripción de valores y normas identificables con una determinada
construcción simbólica de masculinidad y feminidad, aunque ello apunte hacia un sincretismo
en el cual se vertebran diversas culturas, costumbres, tradiciones, religiones, relaciones
económicas y núcleos de género” (p.1).

Así mismo refiere que “el patriarcado se va construyendo en lo simbólico, en la organización


social y en un sistema de prácticas que crean lo material y lo espiritual en su expresión macro, medio
y microestructurales” (Fernández, 2006).

Esta construcción simbólica se puede comprender a través de la categorización de género, ya


que ésta, integra atributos subjetivos y expectativas asignadas a las personas en dependencia de su
diferenciación sexual: las actividades, el hacer en el mundo, la inteligencia y la afectividad, el lenguaje,
concepciones, valores, el imaginario, las fantasías, los deseos, la identidad, autopercepción corporal y
subjetiva, el sentido de sí mismo/a, los bienes materiales y simbólicos, etc. (Fernández, 2006). De este
modo, la identidad femenina se crea alrededor de roles “propios de mujeres” (ej. madres, cuidadoras)
y actitudes de sumisión, que las pone en una situación de inferioridad y vulnerabilidad, mientras que
la identidad masculina se relaciona con actitudes de fortaleza, razón, independencia o autoridad
(Pascual, 2016).

Lerner (1986) definió el patriarcado en sentido amplio como: “la manifestación e


institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres y niños/as de la familia y la ampliación
de ese dominio sobre las mujeres en la sociedad en general”.

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Serra (2014) concreta que el patriarcado es un sistema de organización social, político y


económico que institucionaliza las relaciones de poder entre hombres y mujeres, tomando este poder
la forma de dominación por parte del hombre sobre la mujer en todas las esferas vitales. Este sistema
de poder legitima la posición desigual y de desventaja de las mujeres en el acceso a los recursos con
respecto a los hombres, basándose en una fundamentación biologicista (Vacca y Coppolecchia, 2012).

Por lo tanto, la opresión y subordinación de las mujeres está fuerte y profundamente


arraigada en la organización de la sociedad. Esta opresión y subordinación no es consecuencia del libre
albedrío o de factores como la biología o la socialización diferencial, éstos forman parte de una
estructura primaria de poder que se mantiene de manera intencionada y deliberada (Arriazu, 2000).

Todas las sociedades humanas conocidas, a lo largo de la historia, son caracterizadas como
patriarcales, pues como hemos mencionado, se trata de una organización social e histórica que llega
hasta la actualidad. Eso sí, existen diferentes estructuras patriarcales: de coerción y de
consentimiento. El patriarcado de coerción hace referencia a un sistema de leyes y normas explícitas
que estipulan la subordinación de las mujeres, sometidas a prohibiciones cuya transgresión se
sanciona; mientras que en el patriarcado de consentimiento operan de forma implícita los sesgos de
género a través de la estereotipia y la devaluación de la feminidad (Puleo, 2005; Pazos, 2016).

Esta última estructura patriarcal responde a configuraciones de poder contemporáneas


(Foucault, 1975), pues se caracterizan menos por la capacidad punitiva, y más en la normalización de
los prejuicios implícitos y en las discriminaciones indirectas. Estas estrategias de reproducción del
sistema patriarcal aparecen implícitas en el proceso de socialización diferenciada como mujeres y
como hombres. En dicho proceso, además de reforzarse las identidades de género, se interiorizan los
denominados roles de género. Estos hacen referencia al conjunto de normas, mandatos, valores y
funciones culturales que la sociedad establece sobre las actitudes y comportamientos percibidos
como propios y naturales para cada sexo. De esta manera, el ser hombre ha significado ser para sí en
el que se fomenta la autoafirmación y la desconexión de los deseos y necesidades de los otros,
mientras que, ser mujer es ser para otro, fomentando la vinculación y el reconocimiento del otro con
toda la carga de atención, cuidado y complacencia (Lagarde, 2012).

Todas las personas al nacer tienen las mismas potencialidades, sin embargo éstas no son
desarrolladas libremente; es el sistema patriarcal el que condiciona ese desarrollo, definiendo cómo
deben actuar las mujeres y los hombres. En palabras de Bonino (2002) y Butler (2007) al nacer, mujeres
y hombres, tienen asignado un modelo de feminidad y masculinidad hegemónico. En definitiva,

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construye un “Deber ser” en las mujeres y un “Deber ser” en los hombres. Las personas aprenden de
forma consciente e inconsciente las redes articuladoras de este sistema (Santos, s.f).

El androcentrismo es el gran pilar del sistema patriarcal y su eje central las relaciones
jerárquicas de poder. Lo que hace el androcentrismo es darle más valor y reconocimiento a todo lo
relacionado con el hombre y, por ende, menos valor y reconocimiento a lo relacionado con las mujeres
(Santos, s.f).

Para que las mujeres se comporten según los mandatos sociales androcéntricos, se les educa
y potencia en el fomento y desarrollo de habilidades y destrezas relacionadas con los afectos, con la
expresión de sentimientos y emociones. A las mujeres se las configura como “seres para otros/as”
formando parte de su “deber ser”. A los hombres se les potencia el desarrollo de habilidades y
destrezas para cumplir el papel de proveedor, de poder autoritario, de competencia, de agresividad y
de éxito. Es así, que a los hombres se les configura como “seres para sí mismos”. Cuando estos
mandatos sociales no se cumplen aparecen los denominados “castigos sociales” que hacen el papel
de recordar que no estás cumpliendo con tu papel, tu rol asignado. Estos castigos sociales vienen de
la mano de los agentes socializadores. Éstos enseñ an, premian y refuerzan al hacer lo que se espera y
también castigan, si no se cumple con lo esperado (Santos, s.f).

La sociedad patriarcal establece relaciones desiguales entre hombres y mujeres basadas en el


poder, el dominio y el control de hombres hacia mujeres. Estas relaciones desiguales, legitimadas y
perpetradas por la educación, la socialización y los roles de poder, se pueden vivenciar de igual forma
en las relaciones amorosas. Por lo tanto, es en este contexto donde se erigen las múltiples formas de
exclusión y limitaciones en torno a las relaciones de pareja y generan un férreo control patriarcal de
las mujeres, por lo que muchas mujeres han encontrado y encuentran dificultades para un desarrollo
pleno, integral y positivo de su propio ser, de sus propios deseos y necesidades.

1.1 POLÍTICAS PÚBLICAS DE IGUALDAD DE GÉNERO

Para el abordaje y discusión del tema de estudio se hacía imprescindible a modo de


contextualización realizar una breve síntesis del marco normativo de referencia (Tabla 1).

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Tabla 1.
Marco normativo de referencia

MARCO EUROPEO

Declaración sobre la eliminación de la discriminación de la Mujer en 1967


Directiva 76/207/CEE del Consejo, de 9 de febrero de 1976, relativa a la aplicación del
principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres en lo que se refiere al acceso al empleo, a
la formación y a la promoción profesionales, y a las condiciones de trabajo.
Declaración sobre la Eliminación de la violencia sobre la mujer de 1993.
IV Conferencia Mundial sobre las mujeres de 1995. La plataforma de Acción de Beijing
El Tratado de Amsterdam de 1997, que, al modificar el Tratado de Roma de 1957,
constitutivo de la Comunidad Europea, incluye una referencia específica a la igualdad entre el
hombre y la mujer como misión de la Comunidad e incorpora el objetivo de eliminar las
desigualdades entre el hombre y la mujer y promover su igualdad, que deberá inspirar todas las
acciones y políticas comunitarias.
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer de
1999
Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea de 2000 establecen tanto el principio
de igualdad ante la ley como la prohibición de discriminación y contiene un artículo (23), dedicado
a la igualdad entre mujeres y hombres y a las acciones positivas como medidas compatibles con la
igualdad de trato.
Compromiso Estratégico para la igualdad de género 2016-2019

MARCO ESTATAL

Constitución Española de 1978: “Españ a se constituye en un Estado social y democrático de


Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento juri ́dico la libertad, la justicia,
la igualdad y el pluralismo poli ́tico” (art.1.1); art.14 promulga el derecho a la igualdad y a la no
discriminación por razón de sexo; y el art. 9.2 que consagra la obligación de los poderes públicos de
promover las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva.

Real Decreto 1686/2000, de 6 de octubre, por el que se crea el observatorio de la igualdad


de oportunidades entre mujeres y hombres

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Ley 30/2003, de 13 de octubre, sobre medidas para incorporar la valoración de impacto de


género en las disposiciones normativas que elabore el gobierno

Ley orgánica 1/2004, de 28 de diciembre de medidas de protección integral contra la


violencia de género.

Ley Orgá nica 3/2007, de 22 de Marzo, para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres

Real Decreto-Ley 6/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes para la garantía de la


igualdad de trato y de oportunidades entre hombres y mujeres en el empleo y la ocupación

MARCO AUTONÓMICO

Ley Foral 14/2015, de 10 de abril, para actuar contra la violencia hacia las mujeres

Ley Foral 3/2018, de 19 de abril, para la modificación de la Ley Foral 14/2015, de 10 de abril,
para actuar contra la violencia hacia las mujeres

Ley Foral 17/2019, de 4 de abril, de igualdad entre Mujeres y Hombres

Plan de Acción 2016-2021 que desarrolla la Ley Foral 14/2015, de 10 de abril, para actuar
contra la violencia hacia las mujeres

Fuente: Elaboración propia

2. ESTEREOTIPOS DE GÉNERO

Las personas construimos significados a partir de los procesos de socialización. Estas


representaciones sociales (“sistemas cognitivos en los que se reconoce la presencia de estereotipos,
opiniones, creencias, valores y normas” Araya, 2002, p.11) que hacemos de las diferentes realidades
hacen que se generen concepciones y opiniones en torno a situaciones o fenómenos. Los estereotipos
se pueden entender como representaciones mentales interconectadas de creencias compartidas
sobre grupos de personas o categori ́as sociales (Hamilton, 1981; Tajfel, 1981; Auster y Ohm, 2000).

Delgado (1998) define los estereotipos de género como creencias sociales de los roles, rasgos,
características y actividades que definen y distinguen a las mujeres y a los hombres y a la atribución
de significado de las acciones que desempeñan o que se espera que desempeñ en según lo socialmente
aprendido, mujeres y hombres. Jiménez (2005) concreta que los estereotipos de género crean una

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percepción de género interiorizada que orienta y gui ́a la representación de la realidad, las acciones,
pensamientos y comportamientos de los sujetos. Por eso, los estereotipos de género constituyen la
base de la construcción de la identidad de género.

Burin y Meler (2000) refieren que los estereotipos y roles de género actúan como guiones
socialmente establecidos que indican lo que es apropiado o no según el sexo al que se pertenece,
marcando jerarqui ́as entre los sexos. Y, es por ello por lo que, al ser transmitidos de forma profunda
y poco consciente en el proceso de socialización, parecen naturales, resultan más difi ́ciles de analizar
o criticar, y por lo tanto de modificar (Butler, 1999; Kimmel, 2001).

Como refiere Fernandez (2006):

“El dimorfismo sexual se resignifica socialmente y se expresa en un orden de género binario,


diferencial y excluyente: masculino-femenino, dos modos de vida, dos tipos de personas, de
atributos eróticos, psicológicos, económicos, sociales, culturales, políticos, dos modos de ser,
de sentir y de existir” (p.1).

Cabral y García (2006) en su artículo Masculino/femenino... ¿y yo? Identidad o identidades de


género, presentan la siguiente tabla en la que se recogen los estereotipos que responden al ser
masculino y al ser femenina.

Tabla 2.

Estereotipos del ser masculino y de ser femenino

SER MASCULINO SER FEMENINA

Fuerte Débil, bella


inteligente, lógico, racional emocional, intuitiva
activo, agresivo, dominante, asertivo pasiva, sumisa, coqueta
rudo, agresivo tierna, delicada
productivo reproductiva
independiente dependiente, obediente, receptiva
fuerte, decidido tolerante, paciente
seguro, estable insegura, inestable
competitivo colaboradora
persistente voluble, cambiante

Estereotipos que los encasillan en: Estereotipos que las encasillan en: el
el desempeñ o de roles instrumentales que los desempeñ o de roles expresivos y de servicio
llevan a: que las llevan a:

Entrenarse en actividades como luchar, ganar, Postergar(se) esperar, sacrificarse, perder,


atacar, mirar, tocar, conquistar, vencer, defenderse, limitarse, dejarse conquistar,

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dominar, controlar; expresar su sexualidad, a someterse, mostrar(se), reprimir, negar o


ser infiel distorsionar su sexualidad, ayudar, seducir, ser
fiel
Orientarse hacia la vida pública y la realización
social, motivarse al logro, al éxito, a tomar Orientarse hacia la intimidad, construir su vida
decisiones. en el espacio privado y doméstico, a ser
responsable de la crianza de los hijos, limitando
Ser proveedor, protector, servido, obedecido y su realización personal en la familia y en el
detentar el poder, la fuerza y la violencia. Lo hogar.
que significa construir la masculinidad bajo el
“machismo” como expresión exagerada de Ser receptiva, protegida, servir, obedecer
masculinidad, con el deseo y la necesidad de
afirmarse constantemente como hombre ante Ser objeto de abusos de poder, maltrato y
los demás hombres y ante las mujeres, violencia Lo que significa construir la feminidad
probando la hombri ́a y su virilidad en torno a los ejes de la maternidad como
máxima realización e ideal del deber ser
femenino, a la servidumbre voluntaria, entrega
y dependencia de los otros en lo emocional,
afectivo, sexual, económico y social; a albergar
sentimientos de desesperanza aprendida y,
sentirse dueñ a de la culpa.

Fuente: Cabral y García (2006)

Los estereotipos se van transformando, pero su connotación patriarcal sobrevive,


incentivando comportamientos de los hombres y censurando a las mujeres que buscan el cambio. Las
asimetrías de poder, las jerarquías y desigualdades entre hombres y mujeres continúan, unas visibles
y otras ocultas (Fernandez, 2006). Los estereotipos constituyen un importante obstáculo para la
igualdad. La desigualdad y las creencias estereotipadas constituyen factores de riesgo para la
sociedad.

Varias investigaciones han estudiado las formas que los/as adolescentes tienen de pensar y
representar el enamoramiento y el amor, muchas de ellas con la intencionalidad de conocer el grado
en el que los estereotipos de género calan en la identidad y prácticas cotidianas. Es así, como algunas
de estas investigaciones demuestran que a medida que niñas y niños crecen empiezan a mostrar
grandes diferencias en lo que se refiere a entender y vivir el amor y el enamoramiento (Caro, 2001;
Leal, 2007). También, destacan diferencias emocionales. Refieren que mientras los chicos viven el
enamoramiento con calma y felicidad y consideran el amor como la consecución de una meta, las
chicas asocian el amor a sentimientos de dolor y frustración, demostrando cierta supeditación al otro
y una disminución de su autoestima. Así mismo, señalan que se mantienen y reproducen formas
idílicas e irreales del amor (pri ́ncipe azul o la media naranja), fruto de las falacias y mitos del amor
romántico.

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Leal (2007) realizó un estudio para indagar sobre las concepciones acerca de las relaciones de
amor y las formas de amar de los/las adolescentes y observar las posibles variaciones y persistencias
de los modelos tradicionales. Se mostró que las chicas se identifican y se valoran a si mismas según la
relación con el otro; el amor es algo ideal y maravilloso, aunque llegue a provocar dolor y frustración.
Los chicos se decantan sobre todo por la aventura, la meta y el reto que supone esta experiencia. En
lo referente a las formas de sentir, de sentirse a si ́ misma, a si ́ mismo, respecto de una relación de
amor, parecen persistir muchas de las ideas propias de los amores idealizados en que no se contempla
la persona como tal, sino la imagen que se desea poseer de ella. Se mantiene la dolorosa
incomprensión y la asunción del dolor ante un desengañ o amoroso y se suele depositar en la otra
persona la propia valoración personal.

Amurrio, Larrinaga, Usategui y Del Valle (2012) a través del análisis de los estereotipos de
género presentes en las concepciones, vivencias y experiencias de los y las jóvenes y adolescentes
sobre las relaciones afectivas y sexuales, abordó la persistencia de modelos tradicionales de
masculinidad y feminidad. En los grupos de discusión se dibujaban unas relaciones afectivas y sexuales
marcadas por la desigualdad y el dominio de los chicos sobre las chicas. Se naturalizan las diferencias
de género al mismo tiempo que se desvaloriza todo lo referente al mundo de las mujeres. Y en el
horizonte del mundo del amor y de la sexualidad aparece el abuso, la prepotencia, la manipulación, el
chantaje del hombre sobre la mujer, y, consecuencia de todo lo anterior, la justificación, en ocasiones,
de la propia violencia de género. En los grupos de discusión se detectó que la baja autoestima de las
mujeres y la prepotencia de los varones son dos rasgos patriarcales complementarios fuertemente
insertos en la mentalidad de chicos y chicas.

Otros estudios (Megi ́as y Ballesteros, 2014) destacan que hay diferencias muy marcadas entre
los rasgos que las y los adolescentes valoran de la otra persona o de lo que buscan en su pareja.
Muestran que se reproducen rasgos tradicionales, como la asociación de los hombres con el mandato
y dirección y a las mujeres con la belleza y en cuanto a sumisión y abnegación.

3. PROCESOS DE SOCIALIZACIÓN

Al utilizar este término, socialización, en vez de otros con significado similar (ej. aprendizaje o
educación), se insiste en el gran peso que tiene la sociedad en el proceso de formación y crecimiento
de la persona. Como manifestó Comte (citado en Piaget, 1977) “Es necesario explicar al hombre por
la humanidad y no a la humanidad por el hombre”. En esta misma línea, el sociólogo Baldridge (1977)
expuso que:

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“Es la sociedad la que crea al individuo y no éste el que crea a la sociedad. Claro que toda
sociedad es un conjunto de individuos, pero las personas tienen poco poder para cambiar su
sociedad. Sin embargo, la sociedad posee un gran poder sobre los individuos, conforma y
moldea a la vez que crea sus personalidades” (p.175).

La socialización, desde su noción más general, es definida como “el proceso por el que un
individuo se hace miembro funcional de una y,omunidad, adquiriendo la cultura que le es propia”
(Lucas, 1979). Por lo tanto, se podría decir que la socialización es el proceso de adquisición de una
cultura.

La socialización es definida por diferentes autores (Rocher, 1980; Arnett, 1995; Maccoby,
2007; Grusec y Hastings, 2007) como el proceso por el cual los individuos aprenden, interiorizan e
incorporan normas, roles, valores, actitudes y creencias, en el transcurso de su vida, a partir del
contexto socio-histórico en el que se encuentran insertos a través de diversos agentes de socialización
tales como los medios de comunicación, la familia, los grupos de pares y las instituciones educativas,
religiosas y recreacionales, entre otras.

Yubero (2005) añade que el proceso de socialización se desarrolla dentro del contexto donde
se encuentra el individuo junto con las normas y valores que rigen esos patrones conductuales.

Rocher (1980, p.133) en su libro introducción a la sociología expone que en el concepto de


socialización, hay tres aspectos importantes que nos acercan a la socialización “como el proceso por
cuyo medio la persona humana aprende e interioriza, en el transcurso de su vida, los elementos
socioculturales de su medio ambiente, los integra en la estructura de su personalidad, bajo la
influencia de experiencias y de agentes sociales significativos, y se adapta al entorno social en cuyo
seno debe servir”(p.133), y son: en primer lugar, la adquisición de la cultura (de los conocimientos, de
los modelos, de los valores y símbolos); en segundo lugar, la integración de la cultura en la
personalidad, hasta el punto de no sentir el actor, el peso del control social; y en tercer lugar, la
adaptación al entorno social (se pertenece a una comunidad a nivel biológico, afectivo y de
pensamiento).

La socialización es un proceso que define en las personas una forma de ser, actuar y
comportarse, dependiendo de si se es hombre o mujer. Y esto ocurre en todos los ámbitos de nuestra
vida, incluidas las relaciones sentimentales. Bosch y Ferrer (2012, p.14) señalan que:

“La socialización diferencial entre hombres y mujeres implica la consideración social de que
niños y niñas son por naturaleza diferentes y están llamados a desempeñar papeles también

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diferentes en su vida adulta. Así, los agentes socializadores tienden a asociar tradicionalmente
la masculinidad con el poder, la racionalidad y aspectos de la vida social pública (trabajo
remunerado y política) y la feminidad con la pasividad, la dependencia, la obediencia y
aspectos de la vida privada (cuidado y afectividad)”.

Y, es así como en el aprendizaje social de comportamientos de hombres y mujeres queda


como parte del imaginario colectivo de la sociedad, que la fortaleza, actividad, agresividad y rapidez
pertenece a los hombres, en contraposición con la debilidad, pasividad, lentitud y ternura de las
mujeres (Hurtado de Mendoza, 2015).

Por lo tanto, la socialización diferencial hace que hombres y mujeres desarrollen sus
actividades en diferentes ámbitos y adopten diferentes comportamientos.

“Y estas diferencias entre hombres y mujeres contribuyen a confirmar la creencia de que son
diferentes y se comportan de forma diferente y contribuyen también a justificar la necesidad
de continuar socializándolos/as de forma diferente. Es decir, la socialización diferencial es un
proceso que se autojustifica a si ́ mismo” (Bosch y Ferrer, 2013; p.108).

A lo largo del proceso de socialización, diferente para hombres y mujeres, y a través de los
diferentes agentes socializadores son muchos los conocimientos que se van adquiriendo, entre ellas,
una serie de contenidos sobre las relaciones interpersonales, amorosas y de pareja, se aprende qué
es enamorarse, qué sentimientos son apropiados, de quién se debe o no enamorar, quién o qué es
atractivo, cómo debe ser la relación de pareja y los mitos del amor (Flecha, Puigvert y Redondo, 2005;
Duque, 2006). Esto constituye una transposición de los valores imperantes en la sociedad, que no son
otros que los del sistema patriarcal se refiere.

“El concepto de amor romántico no sólo no es ajeno a la socialización de género, sino que es
impulsado y sostenido por ella y la construcción social de este tipo de amor se ha fraguado desde una
concepción patriarcal asentada en las desigualdades de género, la discriminación hacia las mujeres y
la sumisión de éstas a la heterosexualidad como única forma de relación afectivo-sexual” (Ruiz, 2009,
p.14)

3.1 AGENTES DE SOCIALIZACIÓN: LA LITERATURA

Tradicionalmente se considera a la familia, otros grupos primarios, la escuela, los medios de


comunicación social y los grupos de referencia como los cinco medios básicos de socialización (Marín,
1986). En esta investigación ahondaremos en la literatura, como medio de comunicación social, en
relación con el tema del amor, ya que es el tema objeto de estudio.

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

Los medios de comunicación ejercen un papel fundamental en la sociedad y suponen una


importante influencia en el proceso de socialización. A menudo, los medios de comunicación reflejan
situaciones sociales muy estereotipadas, y contribuyen a su difusión e incremento (Coloma, 1990).
Este autor define los medios de comunicación social (o medios de comunicación de masas) como
instrumentos técnicos a través de los cuales profesionales transmiten unidireccionalmente unos
contenidos de información, formación o entretenimiento, que son recibidas por muchas personas.

La idea de “fomentar en los medios de comunicación una imagen de las mujeres no


discriminatoria ni estereotipada” (Ley Orgánica 3/2007, para la igualdad efectiva de mujeres y
hombres), ha sido uno de los objetivos presentes en todos los planes para la igualdad de
oportunidades entre hombres y mujeres en Españ a. Sin embargo asistimos al mantenimiento de los
estereotipos sexistas a través de los medios de comunicación de masa, donde los contenidos recalcan
unas imágenes fuertemente estereotipadas y sexistas.

Lomas (2003) sostiene que los textos de la cultura de masas transmiten significados sobre la
feminidad, la masculinidad, el poder, la familia, la infancia, etc. Un análisis cri ́tico de estos contenidos
pone de manifiesto que son reflejo de una cultura androcéntrica dominante. Gil y Lloret (2007)
apuntan que a pesar de que se han realizado cambios y avances en materia de igualdad, los principales
agentes socializadores continúan transmitiendo creencias discriminatorias.

Los medios de comunicación son especialmente importantes en la construcción de la


identidad de los/as adolescentes, ya que, éstos son como un espejo a través del cual los y las
adolescentes van creando conocimientos, comportamientos, comparaciones y evaluaciones de la
realidad (Pindado 2006). Es así, que también, condicionan las creencias en torno a los roles de género
y las relaciones entre sexos. Por ejemplo, la literatura romántica además de entretener presenta
contenidos sobre la concepción de la sexualidad y de las relaciones amorosas (Galán, 2007).

Los agentes socializadores tienen un papel fundamental en la construcción de qué es el amor,


de la perpetuación del amor romántico y de cómo lo que éstos transmiten condiciona en gran manera
las actitudes y creencias que se tienen. Se aprenden los significados del amor, del enamoramiento, se
marcan las pautas de quién conviene enamorarse y de quien no, qué sentimientos se deben tener,
cómo debe ser la relación de pareja, etc. y normalmente esto se basa en patrones de rol de género
tradicionales y en los mitos de amor presentes en la cultura (Dion y Dion, 1993).

Como hemos referido, en la socialización y el aprendizaje del amor, los medios de


comunicación y los productos culturales, tienen un gran impacto e influencia en la construcción de

19
Victoria Arrieta García

identidad y subjetividad. Muchas/os creadoras/es y productoras/es reproducen el modelo de amor


romántico, roles sociales de género y estereotipos en sus personajes (Pascual, 2016).

Como dice Gorgas (2015), la escritura recoge valores, ideales, afirma y excluye realidades. La
escritura puede ser un medio para la subversión, la revolución y el cambio, pero también, un medio
de difusión, sostén y/o recreación de los valores del sistema vigente. En esta misma línea, Hardisson
(2005) indica que la literatura es una fuente de información sobre la realidad social, ya que, la narrativa
conforma valores y brinda modelos conductuales que pueden influir en la formación de la subjetividad
de los/as lectores/as. Esta misma autora, indica que las novelas son: “portadoras de ejemplos a seguir
y coparti ́cipe de la formación de estereotipos universales, que ratifican una forma de vida y que
contribuye a considerar como “normal” determinadas creencias, valores o conductas.”

Jurado (2001) expone que la literatura es un vehículo de transmisión ideológica y cultural y,


por lo tanto, un instrumento de educación y manipulación. Desde los cuentos tradicionales hasta las
colecciones más modernas se ofrece una perspectiva de interpretación del mundo que es
predominantemente sexista, siendo esto reflejo de la cultura dominante y del orden social
establecido. Gorgas (2015) a través de su investigación acerca del estudio sobre los estereotipos de
género en los cuentos infantiles, llega a la conclusión de que:

“Los roles más significativos en las mujeres están relacionados con el rol de cuidado
(reproducción) y, por extensión, con todas aquellas cualidades ligadas al mismo como es la
solidaridad, la dulzura, ternura, paciencia y conservación y protección. Mientras que, para los
hombres, los roles más significativos están relacionados con el dominio, agresividad, fortaleza,
rudeza e insensibilidad, pero también con aspectos de tipo laboral como el individualismo,
liderazgo, la competitividad, la autonomi ́a, la producción, la resolución, el atrevimiento y la
arrogancia.” (Ros, 2013, p.17)

Así mismo, Colomer (2005) añade que:

“En cualquier época, la literatura ha cumplido esta función socializadora simplemente porque
habla y reflexiona sobre los humanos, es decir, porque nos permite ver con los ojos de los
demás y desde perspectivas distintas, cómo pueden sentirse las personas, la forma en que
valoran los sucesos, los recursos con los que se enfrentan a sus problemas o lo que significa
seguir las normas y las consecuencias de transgredirlas según las variables de cada situación”
(p.2).

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

Los personajes se configuran como un modelo a imitar o a criticar. “La identificación con los
personajes nos hace sentir protagonistas mientras dura la lectura, somos héroes y heroi ́nas, somos
valientes y somos frágiles, rei ́mos y lloramos, nos enfrentamos a nuestros miedos y tomamos
decisiones” (Ros, 2013, p.7). Es así como la lectura posibilita la identificación del lector/a con la obra,
a partir de las figuras y modelos de conducta que en él aparecen. La experiencia de la lectura permite,
en muchas ocasiones, manifiesta cómo somos, qué queremos ser o cómo debemos ser (Gorgas, 2015).

Pindado (2006) señ ala que el incremento de la autoconciencia en la adolescencia, hace a éstos
más sensibles a las imágenes de los medios. Son estas imágenes las que posteriormente emplean
como fuente de información y búsqueda de su identidad. Es en estas edades cuando con gran y mayor
fuerza, el relato, medio muy poderoso, se convierte en herramienta de orientación y modelaje. En la
adolescencia es donde se van a formar las primeras ideas sobre lo que cabe esperar del amor y sobre
la manera de comportarse en la intimidad con la pareja, y todo ello repercutirá en la etapa adulta
(Dion y Dion, 1993).

Los/as adolescentes se empapan del discurso del amor romántico, viéndose reforzados los
tópicos y estereotipos sociales, y llegando a idealizar, a través de las películas, series de televisión,
revistas, música, literatura, etc.

La novela romántica presenta el único romance que debe existir, el que se da en una relación
entre dos personas (generalmente hombre y mujer), las cuales tienen que sobreponerse a las
dificultades y después vivir felices para siempre, derivando en un tópico final: “vivir felices para
siempre”. Siempre se presenta un punto en el que los/as personajes se tienen que sacrificar,
demostrando de esta manera que de verdad se ama a la otra persona (Pascual, 2016) y
posteriormente, por fin, viven su amor en plenitud, en completa libertad, con intensidad, erotismo y
satisfacción sexual, ajenos a preocupaciones materiales o por el futuro, sin atender al qué dirán. Así
mismo, todas aquellas expectativas que pueden producir insatisfacción, frustración, desaprobación,
reprimenda social, etc., son ignoradas o terminan siendo racionalizadas como parte de la misma
mitificación amorosa (Ruiz Repullo, 2016). Esta pauta la siguen muchos relatos, desde cuentos
infantiles hasta novelas para adultos (Pascual, 2016).

Todo lo que tiene que ver con el amor sigue siendo prioritario en el proyecto vital de muchas
mujeres, siendo su consecución un eje vertebrador de la vida de éstas. “Hasta el punto de que sin él
la vida carece de sentido” (Bosch y Ferrer, 2012). “Siempre se dice que el amor es el motor de la vida
y el sentido de la existencia. Pero en nuestra cultura lo es mucho más para las mujeres. Para las

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Victoria Arrieta García

mujeres el amor no es sólo una experiencia posible, es la experiencia que nos define” (Lagarde, 2001,
p.12). Y, muchas de las creaciones literarias perpetúan esta idea del amor romántico.

4. CONCEPTUALIZACIÓN DEL AMOR ROMÁNTICO

4.1 ¿QUÉ ES EL AMOR?

El amor es un constructo muy difícil de definir. Esto es debido a que las formas de comprender,
expresar, definir y vivir el amor son construcciones socioculturales (Pascual, 2016). Este término ha
ido evolucionando, adquiriendo diferentes significados a lo largo de los añ os (Paz, 1993; Lagarde,
2001). Se puede afirmar que lo que cada persona entiende por amor depende de la cultura y el
contexto en el que se encuentre (Lagarde, 2001; Ferrer, Bosch, Navarro, Ramis, García, 2008), lo que
hace que para comprender el concepto del amor sea necesario situarnos en la cultura en la que
estamos. Generalmente, se experimentan unas u otras características del amor y se entienden de una
determinada manera.

Para muchas personas el amor es una emoción básica y universal (Punsent, 2007), que es
necesaria experimentar al menos una vez en la vida (Cuetos, 2016). Bosch (2013, p.29) citando a Erich
Fromm (1956) dice que “el amor es un arte y, por tanto, una acción voluntaria que se emprende y se
aprende, no una pasión que se impone contra la voluntad de quien lo vive”

Desde la Psicologi ́a Social existen dos definiciones básicas sobre el amor, la primera dice así:
“El amor es un conjunto de sentimientos, pensamientos y deseos que, al ser experimentados
simultáneamente, dan como resultado la compleja experiencia que llamamos amor” (Sternberg,
1989), y la segunda: “El amor como el conjunto de pensamientos, sentimientos, motivaciones,
reacciones fisiológicas, acciones (incluidas la “comunicación no verbal”) y declaraciones (conducta
verbal) que ocurren en las relaciones interpersonales e i ́ntimas y sexuales” (Yela, 2000).

Lagarde (2005, p.359) nos proporciona una definición desde la postura feminista: “En la visión
feminista el amor es histórico (está condicionado por las épocas y las culturas), está especializado por
géneros (tiene normas y mandatos diferentes para los varones y las mujeres) y va de la mano con el
poder.”

Desde la biología se comprende el amor como un fenómeno integral, que incluye patrones
conductuales, cognitivos y emocionales, en el que participan el cerebro y los órganos que segregan
hormonas (hipófisis, glándulas suprarrenales, hipotálamo, etc), que producen sensaciones tanto
positivas (el placer, la euforia, la confianza y la seguridad) como negativas (la ansiedad, la obsesión y

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

la depresión). Desde el enamoramiento ocurren cambios fisiológicos en el organismo, que van desde
la modificación de la producción de hormonas hasta la activación o inactivación de zonas cerebrales
(ej. A través de resonancia magnética funcional en sujetos muy enamorados, la presentación de
fotografi ́as de la persona amada activaba regiones del cerebro relacionadas con emociones positivas
como la i ́nsula, la corteza del ci ́ngulo y los núcleos caudado y putamen y al mismo tiempo se
inactivaban otras regiones cerebrales, como la ami ́gdala y la corteza cerebral frontal y prefrontal, que
se asocian al miedo, la tristeza y al establecimiento de un juicio cri ́tico de la conducta y las intenciones
de las otras personas) (Camacho-Arroyo, 2011).

A pesar de las diferencias existentes entre unas y otras definiciones y conceptos del amor,
existe unanimidad en los componentes del amor, que en mayor o menor medida están presentes en
todas (o casi todas) las definiciones que nos podemos encontrar sobre el concepto del amor, que son:
afecto, interés, valoración, confianza, aceptación, entrega, alegri ́a y vulnerabilidad (Shaeffer, 1998).

Esteban (2008) menciona que el amor tiene diversas dimensiones (ideológica, cognitiva,
simbólica, interactiva, relacional, moral, etc), las cuales se interrelacionan entre si ́, dando diferentes
perspectivas del amor y de la conducta amorosa.

El amor es estudiado y representado desde múltiples disciplinas, lo que lleva a que adquiera
matices diferenciales (Cuetos, 2016). Existen diversas teori ́as referenciales que conceptualizan y
explican el amor. Entre ellas se encuentran la teoría de Sternberg (1986) y la teoría de los colores del
amor de John Allan Lee (1973) que no se pueden dejar de mencionar.

Sternberg (1989) considera que los diferentes tipos de amor se basan en tres componentes
principales: intimidad, pasión y compromiso. De la combinación de estos tres componentes y de su
predominio, surgen diferentes tipos de amor: 1) Cariñ o o afecto (surge con la presencia únicamente
del componente de intimidad); 2) Encaprichamiento (predomina el componente de pasión pero no
hay existencia del componente intimidad o compromiso); 3) Amor vacío (existencia de compromiso
pero no de pasión e intimidad); 4) Amor romántico (predominio de la pasión e intimidad, pero no
compromiso); 5) Amor fatuo (compromiso y pasión pero no intimidad); 6) Amor compañero
(compromiso e intimidad, pero no pasión); 7) Amor consumado o Amor completo (combinación de los
tres componentes) (Escobar, 2018).

John Lee (1973) realizó una clasificación de los tipos de amor que ha sido ampliamente
considerada en la investigación sobre el tema (Hendrick y Hendrick ,1986; Ubillos et al., 2001, 2003;
Ferrer et al., 2008), en ella distingue tres estilos amorosos básicos y tres estilos amorosos secundarios.

23
Victoria Arrieta García

Los tres estilos amorosos básicos planteados por el autor son: 1) Eros o amor pasional: representa un
amor caracterizado por una pasión irresistible, con sentimientos intensos, intimidad, fuerte atracción
fi ́sica y actividad sexual; 2) Ludus o amor lúdico: es un amor caracterizado por interacciones casuales,
con poco involucramiento emocional, ausencia de expectativas futuras y evitación de la intimidad y la
intensidad; 3) Storge o amor amistoso: representa un amor basado en la intimidad, la amistad, el
compañ erismo y el cariñ o y busca más un compromiso estable a largo plazo que un apasionamiento
a corto plazo. Mientras que los tres estilos secundarios son: 4) Pragma o amor pragmático: compuesto
de Ludus y Storge, se basa en la búsqueda racional de la pareja ideal; 5) Mani ́a o amor obsesivo o
posesivo: compuesto de Eros y Ludus, se caracteriza por la intensidad y la intimidad, pero también
caracterizado por una fuerte dependencia y desconfianza; 6) Á gape o amor altruista: compuesto de
Eros y Storge, se caracteriza por la entrega desinteresada (dar antes que recibir) y por el autosacrificio
por el bienestar de la pareja (Escobar, 2018; García y Gimeno, 2017).

Cuetos (2016) refiere que el amor debe diferenciarse del concepto de apego, del concepto de
amor romántico, del concepto de enamoramiento, del concepto de pasíon, del concepto de amistad
y del concepto de cariño. El Concepto de apego se deriva de la Teori ́a de Bowlby y se puede definir
como “una clase especi ́fica de vi ́nculo que constituye una unión afectiva intensa, duradera, de carácter
singular, desarrollada y consolidada entre dos personas, por medio de su interacción reci ́proca. Una
vez establecida, promueve la búsqueda y mantenimiento de proximidad con la figura de apego, con
la finalidad de obtener los cuidados y protección necesarios para lograr una sensación de seguridad y
bienestar, tanto fi ́sica como psicológica” (La Fuente Benches, 1989). El concepto de amor romántico
lo podri ́amos entender como “un vi ́nculo apasionado espiritual-emocional-sexual que refleja una alta
estima mutua de su valor como persona” (Branden, 2000). El concepto de enamoramiento como
“acción o efecto de excitar a uno la pasión del amor” (Yela, 2000). “La pasión es la expresión de deseos
y necesidades, tales como la autoestima, la afiliación, el dominio, la sumisión y la satisfacción sexual”
(Sternberg, 2000). El concepto de amistad como un “afecto personal puro y desinteresado,
normalmente reci ́proco, que nace y se fortalece con el trato” (Yela, 2000). Y, el concepto de cariñ o
como “inclinación de amor o buen afecto que se siente hacia una persona o cosa” (Yela, 2000).

4.2 EL AMOR ROMÁNTICO

De acuerdo con Fonseca (2019), para hablar del amor romántico es importante y necesario
hacer mención a su construcción a lo largo del tiempo y para ello haremos referencia a los tres tipos
de amor que Lagarde (2001) presenta como predecesores del amor que conocemos actualmente: el
amor cortés, el amor burgués y el amor victoriano. Según esta autora, en el amor cortés los caballeros
debi ́an mostrar su amor de forma pública, obligándo a mostrar hazañ as de carácter heroico,

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

denotando su valenti ́a, mientras que las mujeres eran mostradas como frágiles doncellas susceptibles
de ser protegidas y consentidas. El amor burgués representaba que el amor y el matrimonio debían ir
de la mano, y donde las mujeres no eran dueñ as de su cuerpo ni de su sexualidad, es decir, sus
prácticas quedaban a disposición del marido. Y, en el amor victoriano los sentimientos y afectos se
hallaban reservados para la intimidad y la privacidad, siendo virtud de las mujeres victorianas
demostrar frigidez y donde la maternidad no debe mezclarse con el sexo y donde la mujer no puede
hacer uso de su cuerpo porque el cuerpo embarazado no le pertenece.

Según Fonseca (2019) con la incorporación de las mujeres al ámbito laboral y educativo, se
debilita esa adhesión ideológica en las formas tradicionales de amor y surge el modelo de amor
romántico. A partir del siglo XVIII, surge el concepto del amor romántico (Eskezani, 2013) y se
caracteriza por el cambio en los roles, sin embargo, las formas tradicionales de amor siguen
perdurando. Además, desde principios de este siglo surge la conexión entre el amor romántico, el
matrimonio y la sexualidad, la cual llega hasta nuestros días (Barrón et al., 1999). Esta relación se fue
estrechando cada vez más, llegando a considerarse el amor romántico como la razón fundamental
para mantener relaciones sexuales y éstas debían ser dentro del matrimonio y además, considerar
que estar enamorado/a es la base fundamental para formar una pareja y para permanecer en ella
(Simpson, Campbell y Berscheid, 1986; Ubillos, Zubieta, Páez, Deschamps, Ezeiza y Vera, 2001). Es así
como, esta forma de amor se hace normativa y común, apareciendo el matrimonio como elección
personal y el amor romántico y la satisfacción sexual partes intrínsecas de este (Barrón et al., 1999;
Yela, 2003).

El amor romántico es un amor novelesco que triunfa sobre cualquier clase de dificultad dando
origen a relaciones imposibles, donde afectos y conflictos están totalmente normalizados,
acompañado de un gusto excesivo por las desgracias amorosas y de la idealización de la persona
amada (Caro, 2008).

El modelo de amor romántico impone y perpetúa el “ideal romántico” de nuestra cultura, y


ofrece un modelo de conducta amorosa que marca lo que “de verdad” significa enamorarse y con
quién, cómo, cuándo y qué sentimientos han de sentirse (Fundación Mujeres, 1993). Estos
comportamientos se integran con aspiraciones que construyen la subjetividad de las mujeres,
haciendo surgir ideales especi ́ficos, como el matrimonio, ya que con la llegada del amor romántico, el
matrimonio se convierte en una demostración de amor (Fonseca, 2019).

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Victoria Arrieta García

Por lo tanto, “el amor romántico es un mito de referencia, un imaginario hegemónico que
genera actitudes, que regula vivencias, que arma estrategias y que perfila tipos de amantes” (Garci ́a y
Casado, 2010).

Ferreira (1995) recoge una serie de características del concepto de amor romántico que son:
entrega total a la otra persona; hacer de la otra persona lo único y fundamental de la existencia; vivir
experiencias muy intensas de felicidad o sufrimiento; depender de la otra persona y adaptarse a ella,
postergando los deseos propios; perdonar y justificar todo en nombre del amor; entregarse al
bienestar de la otra persona; pensar que es imposible volver a querer con la misma intensidad; sentir
que nada vale tanto como esa relación; desesperar ante la idea de que la persona a la que se quiere
se vaya; pensar todo el tiempo en la otra persona, hasta el punto de tener problemas para
concentrarse en otras cosas; prestar atención a cualquier señ al de pérdida de interés por parte de la
otra persona; idealizar a la pareja; pensar que cualquier sacrificio es positivo si es por amor.

De todo esto, del concepto del amor romántico, se derivan mitos que hacen referencia a las
creencias socialmente compartidas sobre la verdadera naturaleza del amor (Yela, 2003). Dichos mitos
son una construcción occidental que surge en el siglo XIX con el objetivo de imponer un determinado
modelo de relación amorosa. Yela (2003), Ferrer et al. (2010), Luzón (2011) y Bosch et al. (2013)
realizan un análisis y clasificación de los principales mitos románticos:

MITO 1: Mito de la media naranja: ("No encontraré a alguien como él/ella, es mi alma gemela")
Este mito compone la creencia de que la pareja que elegimos está predestinada. Crea una fuerte
dependencia emocional y el esfuerzo para que la relación continúe a pesar de las dificultades.

MITO 2: Mito del emparejamiento: (“Nunca se conoció pareja, por algo será”) creencia de que la
relación tiene que ser heterosexual y monógama de manera natural y universal.

MITO 3: Mito de la exclusividad: ("Si siente algo hacia otra persona, es que no está enamorado/a
de ninguna/o de los dos") creencia de que no se puede estar enamorado de más de una persona.

MITO 4: Mito de la fidelidad: ("Si se siente atrai ́do por otro/a es que no me quiere") creencia de
que los deseos pasionales y románticos se satisfacen únicamente con la pareja, para demostrar
que se estima de verdad.

MITO 5: Mito de los celos: ("Le gusta saber dónde y con quien estoy en cada momento porque le
importo") creencia de que los celos son requisito indispensable de amor verdadero y se utilizan
para justificar comportamientos egoi ́stas y represivos.

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

MITO 6: Mito de la equivalencia: ("Nuestra relación está rota. Ya no me pongo nervioso/a cuando-
le veo") creencia de que el amor y el estado de enamoramiento son lo mismo y, por lo tanto,
cuando ya no se siente la pasión inicial es porque ya no se quiere a la pareja o se está enamorado.
Se confunde el enamoramiento (estado pasajero) con el amor (sentimiento).

MITO 7: Mito de la omnipotencia: creencia de que el amor lo puede todo y es suficiente para
solucionar los problemas y justificar conductas.

MITO 8: Mito del libre albedri ́o: ("Lo que sentimos es diferente al resto, es especial") creencia de
que nuestros sentimientos no están influenciados por factores sociales, biológicos o culturales.

MITO 9: Mito del matrimonio: creencia de que el amor tiene que conducir a la unión estable de
la pareja.

MITO 10: Mito de la pasión eterna: creencia de que el amor y la pasión del comienzo tienen que
perdurar durante toda la relación.

MITO 11: Mito del cambio por amor: una idea que justificada en el amor hace creer en un posible
cambio de la persona. Este mito generalmente va dirigido hacia las chicas: el amor se considera
como una lucha para salvar a los hombres y convierte a las chicas en salvadoras de sus novios. A
través de este mito las mujeres se sitúan en un continuo sentimiento de esperanza (Lagarde,
2005).

MITO 12: Mito de los polos opuestos se atraen: entiende que las diferencias unen. Este mito está
influenciado por el mito de la media naranja, ya que, con la falta de la mitad, la otra persona tiene
lo que yo no tengo, me complementa en lo que me falta.

MITO 13: Mito de la compatibilidad del amor y el maltrato: (“los que se pelean se desean” o
“quien bien te quiere te hará sufrir”) es la consideración de que en el amor es compatible dañ ar
a la otra persona. Este mito legitima los comportamientos dañ inos o violentos en nombre del
amor romántico.

MITO 14: El amor verdadero lo perdona/aguanta todo: unido al mito anterior, encontramos esta
idea de que en el amor todo es perdonable. Se ve reflejado en frases como “si me amases de
verdad lo hari ́as”, “si no me perdonas es porque no me quieres de verdad”.

MITO 15: Mito de solo hay un amor verdadero en la vida: se basa en la consideración de que solo
se ama de verdad una vez en la vida y, por tanto, si dentro de esa relación hay aspectos que me

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Victoria Arrieta García

hacen dañ o, tengo que hacer todo lo posible para saltearlos, ya que “como la primera vez,
ninguna”.

MITO 16: Mito de creer que cuando se ama de verdad el otro debe ser lo fundamental: esta idea
sitúa en un lugar secundario y, por tanto, prescindible a todo aquello que no sea la pareja, como
las amistades, los hobbies, la familia…

MITO 17: Mito de la atribución de la capacidad de dar la felicidad al otro/a: si la pareja se


considera como lo fundamental de nuestra vida, nuestra felicidad o no felicidad dependerá de
esa persona.

MITO 18: Mito de si me ama debe renunciar a la intimidad: si somos el uno para el otro y
viceversa, no debe haber secretos, cada persona debe saber todo de la otra.

MITO 19: Normalización del conflicto: creer que los conflictos iniciales no tienen importancia, son
producto de la “adaptación” a la pareja, y, una vez conseguida esta adaptación, desaparecerán.
Sin embargo, aunque pueda haber cierto tipo de conflictos en los inicios de una relación, hay
determinadas conductas que son inaceptables.

Estos mitos suelen ser agrupados en las investigaciones en un conjunto de bloques en función de sus
contenidos. Asi ́, Pascual (2016) agrupa los mitos de acuerdo con sus caracteri ́sticas comunes de la
siguiente manera:

Tabla 3.

Mitos del amor romántico

Grupo 1. “El amor todo lo puede” Grupo 2. “El amor es lo más importante y
requiere entrega total”

● Falacia de cambio por amor ● Falacia del emparejamiento y


● Mito de la omnipotencia del amor conversión del amor de pareja en el
● Normalización del conflicto centro y la referencia de la existencia
● Creencia en que los polos opuestos se ● Atribución de la capacidad de dar la
atraen y entienden mejor felicidad
● Mito de la compatibilidad del amor y el ● Falacia de la entrega total
maltrato ● Creencia en que si se ama debe
● Creencia en que el amor “verdadero” lo renunciarse a la intimidad
perdona/aguanta todo

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

Grupo 3. “El amor verdadero predestinado” Grupo 4. “El amor es posesión y exclusividad”

● Mito de la “media naranja” ● Mito del matrimonio


● Mito de la complementariedad ● Mito de los celos
● Creencia en que solo hay un amor ● Mito de la fidelidad y de la exclusividad
“verdadero” en la vida
● Mito de la perdurabilidad, pasión eterna
o equivalencia

Fuente: Pascual (2016) elaborado a partir de Peña et al. (2011)

Cerro y Vives (2019) estudiaron la prevalencia de los mitos del amor romántico en una
muestra de 168 jóvenes de edades comprendidas entre 16 y 25 años, a partir de la adaptación del
cuestionario sobre mitos románticos (Ferrer, Bosch y Navarro, 2010). El análisis se centra en la
prevalencia de cada uno de los mitos, asi ́ como si existen o no diferencias significativas entre la
aceptación de los mitos por sexo, rama de estudio (educativa, administrativa y social) y nivel de
estudios (Bachillerato, Formación Profesional y Grado Universitario). Entre los mitos con más
aceptación destacan los siguientes: el mito de la media naranja (41’1%), el mito de la pasión eterna
(el 65’5%), el mito del amor es ciego (48’8%) y el amor verdadero lo puede todo (48’2%). El mito del
matrimonio lo tienen integrado el 61’9% de jóvenes. En cambio, los mitos que obtuvieron menor
aceptación fueron los siguientes: el mito de los celos (72’0% de jóvenes estuvieron en desacuerdo), el
mito del emparejamiento (separarse o divorciarse en un fracaso) donde el 86’3% de jóvenes
mostraron su disconformidad, el mito de se puede amar a alguien a quien se maltrata con un 89’9%
en desacuerdo y un 91’1% en desacuerdo con el mito se puede maltratar a alguien a quien se ama.
Los mitos donde más diferencias se observaban, por razón de sexo, son los siguientes: el mito de la
media naranja (tiene más prevalencia en mujeres que en hombres); el mito del matrimonio y el mito
de los celos donde los hombres están más de acuerdo que las mujeres; el mito del emparejamiento
con una aceptación mayor en hombres; el mito se puede amar a alguien a quien se maltrata, las
mujeres presentan mayor aceptacion y en el mito de se puede maltratar a alguien a quien se ama los
hombres presentan mayor aceptación. Los autores refieren que a pesar de que si ́ se presentan
diferencias entre la aceptación de estos mitos entre hombres y mujeres, cabe remarcar que estas no
son predominantes.

La gran carga emotiva que poseen los mitos del amor romántico es lo que hace que sea una
realidad resistente al cambio y al razonamiento (Ruiz Repullo, 2016). Bonilla-Algovia y Rivas-Rivero
(2019) refieren que este conjunto de mitos, en ciertos contextos, pueden justificar e incluso promover

29
Victoria Arrieta García

la violencia de género. Así mismo, cabe afirmar que estos mitos pueden ser particularmente dañinos
en la adolescencia (Ruiz, 2016; Ruiz y Garrido, 2018).

Las dos primeras acepciones del Diccionario de la Real Academia Españ ola perfilan y
reproducen algunas de estas caracteri ́sticas del concepto y mitos del amor romántico, asi ́ como su
causa y finalidad: 1. m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia,
necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. 2. m. Sentimiento hacia otra persona que
naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y
da energi ́a para convivir, comunicarnos y crear.

Un componente del amor romántico, es el cortejo y las diferentes maneras de vivirlo (Walter,
2010). Las chicas esperan, son pasivas, demuestran rivalidad entre iguales, no pueden expresar deseo
y, en caso de hacerlo, son estigmatizadas y desprestigiadas. Los chicos en cambio viven las relaciones
afectivo-sexuales como un reto, dando más importancia a la cantidad de relaciones que a la calidad
de las mismas porque a mayor número de conquistas corresponde una mayor autoestima y un mayor
prestigio social. Esta relación desigual de dependencia y de dominio responde a estereotipos
culturales que propician y legitiman conductas de abuso y violencia. Asi ́, son ellos los que tienen que
tomar la iniciativa en una relación, su fortaleza les impide manifestar sus sentimientos y
consecuentemente manejar sentimientos como la delicadeza, la sensibilidad, la empati ́a. Finalmente,
los chicos malos son los que ligan más y hay que ser malos para conseguir que te quieran (Leal, 2007).

Así mismo, está muy extendida la idea de que en una relación sentimental hay que estar
dispuesta a sufrir y a soportar, salvar la relación amorosa por encima de todo y, en muchas ocasiones,
la falta de percepción, incluso la omisión absoluta de manifestaciones agresivas en la pareja donde
ellas son las vi ́ctimas. De hecho, sorprende el nivel de conformismo existente en las relaciones
sentimentales. En este sentido, para preservar la relación de pareja se llega a aceptar conflictos y
conductas intolerables, donde el yo social predomina sobre el yo individual (Caro, 2008).

5. VIOLENCIA DE GÉNERO

La violencia de género no es un fenómeno nuevo. Si que en los últimos años ha pasado de ser
considerada una cuestión privada a ser entendida como un problema social, en gran medida gracias a
los procesos de denuncia, discusión, visibilización y toma de conciencia sobre la magnitud del
problema y así mismo, han tenido un papel fundamental el movimiento feminista y los grupos de
mujeres (Bosch y Ferrer, 2000; Ferrer y Bosch, 2006).

30
La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

Tradicionalmente se consideraba la violencia contra las mujeres, y particularmente la violencia


dentro de la relación de pareja, como un fenómeno privado, como un derecho del varón, como algo
normal e incluso legi ́timo. Posteriormente, pasó a ser considerada como algo inapropiado pero que
formaba parte de la vida i ́ntima y en lo que, por tanto, no habi ́a que intervenir. Esto ha creado que
muchas mujeres que la padecen y la padecían, presenten y presentaran gran resistencia a la denuncia;
tanto por miedo y vergü enza como desconfianza hacia la ayuda a recibir. Esto ha contribuido a que
este fenómeno continúe siendo, en gran medida, un grave problema “oculto”, donde las cifras
oficiales posiblemente sólo son la punta del iceberg (Bosch, et al. 2004-2007).

La violencia se desarrolla a partir de la relación dominación-sumisión, es por ello, que el


objetivo de la persona agresora es ocasionar dañ o y conseguir el control. La violencia (dentro de todas
sus formas) generalmente se suele producir de manera continuada en el tiempo y sistemática en la
forma. Las mujeres sufren violencia por el mero hecho de ser mujeres, y pertenecen a cualquier
estrato social, nivel educativo, cultural o económico.
“La violencia de género es una de las manifestaciones más claras de la desigualdad,
subordinación y de las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres. Este tipo de
violencia se basa y se ejerce por la diferencia subjetiva entre los sexos” (Ministerio de sanidad,
servicios sociales e igualdad).

La OMS (2003:5) recoge la siguiente definición de violencia:

“Uso intencional de la fuerza o el poder, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra
persona o grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones,
muertes, dañ os psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.”

La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer (AG ONU, 1993) define la violencia
de género como:

“Todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un dañ o
fi ́sico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la
libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada”

La definición que se recoge en la Ley Orgánica 1/2004, en el Arti ́culo 1, de Protección Integral contra
la Violencia de Género, es:

“Todo acto de violencia (...) que, como manifestación de la discriminación, la situación de


desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas

31
Victoria Arrieta García

por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados
a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia. (...) que tenga o pueda tener
como resultado un dañ o o sufrimiento fi ́sico, sexual o psicológico para la mujer, asi ́ como las
amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen
en la vida pública como en la vida privada”

Así mismo, la violencia de género es considerada una de las formas más extendidas de
violación de los derechos humanos y de violación de la dignidad humana. La violencia de género es un
problema en de todos los paises que afecta a millones de mujeres y niñas indepen-dientemente de su
estatus social, su formación cultural o religiosa, su estado civil o su orientación sexual (Ministerio de
sanidad, politicas sociales e igualdad). Así mismo, hay diferentes niveles, tipos y manifestaciones de la
violencia.

La violencia de género ha sido identificada en muchas ocasiones como un problema que se


centra en factores concretos (edad de las víctimas, nivel educativo, etc) invisibilizando, de esta
manera, circunstancias bajo las cuales también existe este tipo de violencia, y por lo tanto, reduciendo
la problemática respecto a la realidad que realmente abarca (Melgar, 2009); y derivando en la creación
de mitos sobre la violencia de género. Esto ha originado que se valorara la VG como un problema
ajeno y de menor escala, que no afectaba a la población en general (Bosch y Ferrer, 2002). Estos mitos
pueden dificultar la identificación de situaciones de violencia o bien justificarlas, e incluso aumentar
la permisividad ante la misma. Múltiples investigaciones señalan que estas creencias sociales siguen
presentes y que a su vez, han influido en la permanencia en la relación de violencia por parte de las
víctimas (Melgar y Valls, 2010).

Según el Estudio del Secretario General de Naciones Unidas (UNICEF, 2006):

“Las rai ́ces de la violencia contra la mujer están en la desigualdad histórica de las relaciones
de poder entre el hombre y la mujer y la discriminación generalizada contra las mujeres en los
sectores tanto público como privado. Las disparidades patriarcales de poder, las normas
culturales discriminatorias y las desigualdades económicas se han utilizado para negar los
derechos humanos de las mujeres y perpetuar la violencia”.

Casado y García Selgas (2010) aluden a la violencia de género como un problema actual pero
antiguo, que requiere de intervención urgente pero que es un problema muy complejo y profundo,
que parece ajeno pero es un problema propio, y resulta evidente pero es confuso y de límites porosos.
Existen leyes, planes, programas desde hace 15 años pero el problema sigue presente, existe la

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

dificultad de establecer li ́mites conceptuales de la violencia y de articular la relación entre poder y


violencia y existe un contexto de pugna discursiva muy complejo (Amigot, 2021).

La violencia de género no se puede reducir y simplificar a sujetos violentos sino que abarca
relaciones, prácticas y lógicas sociales. “La violencia contra las mujeres es un problema de
proporciones epidémicas” (OMS, 2013). La violencia contra las mujeres no es el resultado de actos
aleatorios e individuales de mala conducta, sino que está profundamente arraigada en las relaciones
estructurales de desigualdad entre mujeres y hombres (ONU, 2017). La violencia contra las mujeres
atraviesa el cuerpo, las representaciones sociales, espacios laborales, e interaccionan con lógicas
neoliberales. La VG es un fenómeno intrínsecamente relacionado con el momento histórico y con el
tipo de estructura social. El incremento de la desigualdad social se traduce en el incremento de la
violencia contra las mujeres. La VG es una violencia cuyas rai ́ces están en el sistema de género, sistema
que dicotomiza y jerarquiza la experiencia humana de hombres y mujeres, además de establecer como
“natural” una continuidad entre sexo, identidad de género, orientación sexual, etc (Amigot, 2021).

Al hablar de violencia se hace imprescindible hablar del modelo de análisis de Johan Galtung
(1969, 1990). Este autor aportó la siguiente definición, muy relevante en este campo de estudio: “La
violencia puede ser vista como una privación de los derechos humanos fundamentales, en términos
más genéricos hacia la vida, eudaimonia, la búsqueda de la felicidad y prosperidad, pero también lo
es una disminución del nivel real de satisfacción de las necesidades básicas, por debajo de lo que es
potencialmente posible”.

Johan Galtung (1998) introdujo el concepto del triángulo de la violencia. Según este autor, la
violencia es como un triángulo (iceberg), de modo que la violencia visible es sólo una pequeñ a parte
del conflicto. A esta violencia la denomina Violencia directa. La violencia invisible estari ́a formada por
la violencia estructural, centrada en el conjunto de estructuras que no permiten la satisfacción de las
necesidades y se concreta, precisamente, en la negación de las necesidades; y la violencia cultural, la
cual crea un marco legitimador de la violencia y se concreta en actitudes (Figura 1 y 2). Estos dos tipos
de violencias son las más difíciles de detectar.

33
Victoria Arrieta García

Figura 1.

Triángulo de Galtung (Galtung, 1998)

Figura 2.
Triángulo de Galtung, teoría y práctica (Galtung, 1998)

Para Galtung (2003) el concepto de violencia cultural, que la define como una violencia
simbólica, es una violencia que “se expresa desde infinidad de medios (simbolismos, religión,
ideología, lenguaje, arte, ciencia, leyes, medios de comunicación, educación, etc.), y que cumple la
función de legitimar la violencia directa y estructural, así como de inhibir o reprimir la respuesta de
quienes la sufren, y ofrece justificaciones para que los seres humanos, a diferencia del resto de
especies, se destruyan mutuamente y sean recompensados incluso por hacerlo”.

La violencia simbólica está relacionada con el poder simbólico, el que transforma las
relaciones de fuerza sociales en relaciones de comunicación y conocimiento. Es la base de las
relaciones de dominación. Bourdieu (2002) así se refirió a él: “El poder simbólico, es una forma
transformada –es decir, irreconocible y legitimada– de otras formas de poder”.

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

El concepto de violencia estructural es “aquello que provoca que las realizaciones efectivas,
somáticas y mentales, de los seres humanos estén por debajo de sus realizaciones potenciales”
(Galtung, 1969).

5.1 TIPOLOGÍA DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO

La diferenciación más común sobre los tipos de violencia de género es: violencia física,
violencia psicológica y violencia sexual.

La Violencia fi ́sica es definida como toda acción realizada voluntariamente que provoque o
pueda provocar dañ os y lesiones fi ́sicas. Incluye el uso de la fuerza fi ́sica o de objetos para atentar
contra su integridad fi ́sica (empujones, tirones de pelo, bofetadas, golpes, patadas, pellizcos,
mordiscos, mutilación genital, tortura, asesinato, ...). También se considera la omisión de ayuda ante
enfermedades o lesiones.

La violencia psicológica es comprendida como cualquier acto u omisión que provoque o pueda
provocar daño psicológico. Incluye el empleo de mecanismos de control y comunicación que atentan
contra su integridad psicológica, su bienestar, su autoestima o su consideración, tanto pública como
privada, ante las demás personas, como podri ́an ser: denigrar, despreciar lo que hace; hacer que se
sienta culpable; tratar como si fuera una esclava/o; hacer comentarios desatentos sobre su fi ́sico;
humillar en público o en privado; crearle una mala reputación; obligar a rendir cuentas sobre sus
relaciones o contactos con otras personas; obligar a romper sus amistades; prohibirle hablar con
personas del otro sexo; mostrar celos de las amistades; limitar su espacio vital o no respetarlo; bromas
y chistes machistas o de contenido denigrante; infravaloración de sus aportaciones o ejecuciones;
insultos públicos o privados; las amenazas y la intimidación; el chantaje emocional; las amenazas de
suicidio si la pareja manifiesta su deseo de separarse; etc.

La violencia sexual es cualquier atentado contra la libertad sexual de la mujer por el que se le
obliga a soportar actos de naturaleza sexual o realizarlos. Incluye cualquier acto o expresión sexual
realizado contra su voluntad que atente contra su integridad fi ́sica o afectiva como: bromas,
expresiones groseras, comentarios desagradables, llamadas telefónicas obscenas, propuestas
sexuales indeseables, forzar a ver pornografi ́a, cualquier acto o relación sexual no consentida por la
mujer (acoso, violación, incesto), cualquier relación o acto sexual que la mujer considere humillante o
doloroso, o la obligación de prostituirse. Es una expresión de abuso de poder que implica la
supremaci ́a masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla como objeto.

35
Victoria Arrieta García

Así mismo, Bosch et al. (2004-2007) basándose en la propuesta del “Informe del grupo de
especialistas para combatir la violencia contra las mujeres” del Consejo de Europa (1997), añaden a
estas formas de violencia otras formas de violencia como lo son: violencia económica, violencia
estructural y violencia espiritual. Y estos/as la definen como:

La Violencia económica es la desigualdad en el acceso a los recursos compartidos. Incluye


negar y/o controlar el acceso al dinero común, generar dependencia económica, impedir su acceso a
un puesto de trabajo, a la educación o a la salud, negar los derechos de propiedad, etc.

La Violencia estructural se entiende como las barreras intangibles e invisibles que impiden el
acceso de las mujeres a los derechos básicos. Incluye la negación de la información inherente a los
derechos fundamentales y las relaciones de poder en los centros educativos o de trabajo.

La Violencia Espiritual es entendida como la destrucción de las creencias culturales o religiosas


de las mujeres mediante el castigo, la ridiculización o la imposición de un sistema de creencias ajeno
al propio. Incluye el sometimiento e invisibilidad de las creencias culturales o religiosas de las mujeres
o el analizarlas desde una perspectiva etnocéntrica.

Por otra parte, aunque no se vaya a profundizar en ello se hace imprescindible hacer mención
de que la violencia de género está presente en muchos contextos no sólo en el de la pareja. Se
presenta una clasificación realizada por Sanmarti ́n, Molina y Garci ́a (2003, p.12; citada en Bosch, 2004-
2007) que se adjunta en anexo 1.

5.2 DATOS DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Torres y Antón (2010) señalan que la violencia de género es la primera causa de muerte o
invalidez de mujeres entre 15 y 44 añ os en todo el mundo. La ONU en 2015 refería que el 43% de
mujeres había sufrido algún tipo de violencia psicológica por su pareja sentimental a lo largo de su
vida. Un estudio realizado por la OMS (2018) reflejaba que casi un 30% de todas las mujeres en el
mundo han sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja.

Se nos hace imprescindible reflejar los datos y cifras que respaldan la violencia sufrida por las
mujeres. Para reflejar en esta investigación los datos de mujeres que sufren o han sufrido violencia de
género vamos a recurrir a la macroencuesta de Violencia contra la Mujer de 2019 (la más reciente)
realizada en España. Esta Macroencuesta es la operación estadi ́stica más relevante que se realiza en
Españ a sobre este tipo de violencia. Además, es la única estadi ́stica oficial para medir la prevalencia
de la violencia contra la mujer. Se realiza aproximadamente cada 4 añ os desde 1999. De todos los
datos que reporta la macroencuesta vamos a destacar los siguientes:

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

1. La prevalencia de la violencia fi ́sica sufrida por las mujeres, ocasionada por la pareja actual o
por parejas pasadas: el 3,0% de las mujeres de 16 o más añ os residentes en Españ a ha sufrido
violencia fi ́sica de alguna pareja actual o pasada en los últimos 4 añ os (618.279 mujeres) y el
1,0% (194.478 mujeres) en los últimos 12 meses.
2. El 25,0% de las mujeres que han sufrido violencia fi ́sica de su pareja actual afirman que esta
violencia ha tenido lugar solo una vez frente al 75% que dicen que ha sucedido en más de una
ocasión. En el caso de las mujeres que han sufrido violencia de parejas pasadas, el 17,3%
afirman que solo sucedió en una ocasión mientras que el 82,5% afirman que ocurrió más de
una vez.
3. Prevalencia de la violencia sexual en la pareja: el 2,9% de las mujeres de 16 o más añ os
residentes en Españ a ha sufrido violencia sexual de alguna pareja actual o pasada en los
últimos 4 añ os (585.629 mujeres) y el 1,3% (269.852 mujeres) en los últimos 12 meses.
4. El 10,0% de las mujeres que han sufrido violencia sexual por parte de su pareja actual afirman
que esta violencia ha tenido lugar solo una vez, frente al 86,2% que dicen que ha sucedido en
más de una ocasión. En el caso de las mujeres que han sufrido violencia sexual de parejas
pasadas, el 11,1% afirman que solo sucedió en una ocasión mientras que el 88,8% afirman que
ocurrió más de una vez.
5. Prevalencia de la violencia psicológica emocional en la pareja: el 9,9% del total de mujeres de
16 o más añ os ha sufrido violencia psicológica emocional de alguna pareja actual o pasada en
los últimos 4 añ os (2.014.707 mujeres) y el 5,4% (1.101.661 mujeres) en los últimos 12 meses.
6. El 14,9% de las mujeres que han sufrido violencia psicológica emocional de su pareja actual
afirman que esta violencia ha tenido lugar solo una vez frente al 84,3% que manifiestan que
ha sucedido en más de una ocasión. En el caso de las mujeres que han sufrido violencia de
parejas pasadas, el 8,2% afirman que solo sucedió en una ocasión mientras que el 91,3% que
ocurrió más de una vez.
7. Prevalencia de la violencia económica en la pareja: el 4,0% de las mujeres de 16 o más añ os
residentes en Españ a ha sufrido violencia económica de alguna pareja actual o pasada en los
últimos 4 añ os (825.179 mujeres) y el 2,0% (407.793 mujeres) en los últimos 12 meses.
8. El 67,7% de las mujeres, con respecto a su pareja actual, han sufrido violencia económica y
afirman haberla experimentado “algunas veces” y el 32,3% han sufrido de forma frecuente. El
58,9% de las mujeres afirman haber padecido esta violencia de alguna pareja pasada.
9. Del total de mujeres de 16 o más añ os residentes en Españ a, el 13,4% ha sufrido violencia
fi ́sica en algún momento de su vida causada por alguna persona con la que no mantiene ni ha
mantenido una relación de pareja, el 2,6% ha sufrido esta violencia en los últimos 4 añ os, y el

37
Victoria Arrieta García

0,9% en los últimos 12 meses. Un 8,7% del total de mujeres de 16 o más añ os residentes en
Españ a ha sufrido violencia fi ́sica fuera de la pareja antes de cumplir los 15 añ os de edad.
10. Del total de mujeres de 16 o más añ os residentes en Españ a, el 6,5% ha sufrido violencia sexual
en algún momento de su vida de alguna persona con la que no mantiene ni ha mantenido una
relación de pareja, el 1,4% ha sufrido esta violencia en los últimos 4 añ os, y el 0,5% en los
últimos 12 meses. Un 3,4% del total de mujeres de 16 o más añ os ha sufrido violencia sexual
fuera del ámbito de la pareja antes de cumplir los 15 añ os de edad. Un 2,2% del total de
mujeres de 16 o más añ os ha sido violada alguna vez en su vida.
11. Del total de mujeres de 16 o más añ os residentes en Españ a, el 40,4% ha sufrido acoso sexual
en algún momento de su vida, el 18,1% ha sufrido acoso sexual en los últimos 4 añ os, y el
10,2% han sufrido este acoso en los últimos 12 meses. Un 18,5% del total de mujeres de 16 o
más añ os residentes en Españ a ha sufrido acoso sexual antes de cumplir los 15 años de edad.

A continuación se presenta una gráfica en el que se presenta la evolución de víctimas mortales por
violencia de género en España. De 2003 a 2022. El total de las víctimas mortales a 28 de julio de 2022
son 1155.

Figura 3.

Víctimas Mortales por Violencia de Género de 2003 a 2022

Fuente: Elaboración propia a través de Ministerio de Igualdad (2022)

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

6. RELACIÓN DEL AMOR ROMÁNTICO CON LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Las mujeres han recibido e integrado a través de la educación y la socialización, que debe
prevalecer la satisfacción de las necesidades de su pareja, olvidando o dejando a parte en muchas
ocasiones los propios deseos y necesidades y hacer suyos los de su pareja. Por el contrario, los
hombres han sido educados y socializados en los mandatos de autosuficiencia, poder y éxito, sin
mostrar emociones, ya que es un signo de debilidad. Es por ello por lo que la concepción del amor de
los hombres está basada en la satisfacción de sus necesidades por parte de la mujer, y es ahí, donde
se ve representado el modelo histórico de dominio y sumisión. Cuando la mujer se separa de este
estereotipo y modelo conductual es cuando estalla la violencia, cuando el hombre no acepta que la
mujer escape de su control (Bosch y Ferrer, 2013).

Es decir, las mujeres han sido socializadas en un determinado rol de género, el cual también
tiene un papel en las relaciones afectivo-sexuales y esto incide en la permanencia en la violencia
sufrida (Hoff, 1990; Gómez, 2004; Kalmuss y Straus, 1982; LaViolette y Barnett, 2000; Oliver y Valls,
2004; Valls, Puigvert, y Duque, 2008; Woods, 1999).

Ferrer et al. (2008) señ alan que “el modelo de amor (y, especi ́ficamente, el de amor
romántico) imperante en nuestra sociedad y los mitos asociados a él estari ́an entre los factores que
pueden contribuir a favorecer y/o mantener la violencia contra las mujeres en la pareja” (p.590). Es
decir, la concepción sobre qué es el amor, hace que en cierta medida, se acepten comportamientos
violentos dentro de las relaciones de pareja (Ferrer y Bosch, 2013; Marroqui ́ y Cervera, 2014; Pascual,
2016; Ruiz, 2016). Estudios como los de Herrera (2010), Luzón (2011), Ferrer y Bosch (2013) y Cubells
y Casamiglia (2015) respaldan el papel del amor romántico y los mitos que lo sustentan, como uno de
los posibles factores de riesgo de violencia. Los mitos del amor romántico entrecruzados con los
estereotipos de género, dejan el terreno fértil, aunque no en todos los casos, para el control, el abuso
del poder, y la violencia.

“La violencia de género está intri ́nsecamente ligada a nuestro imaginario social sobre el amor,
los modelos amorosos y los modelos de atractivo, a como nos hemos socializado y nos socializamos
continuamente en ellos” (Flecha, Puigvert y Redondo 2005; p. 107-108)

¿Por qué una mujer continúa en una relación en la que sufre violencia? ¿Por qué siguen con
una persona que ejerce violencia sobre ellas? No son casos aislados el número de mujeres que
permanecen en una relación de violencia de género o que una vez acabada la relación la retomen de
nuevo o incluso, que inicien una nueva relación también de violencia. En muy pocas ocasiones se deja

39
Victoria Arrieta García

la relación después de sufrir la primera agresión (Loseke y Cahill, 1984). Investigaciones cienti ́ficas
aportan motivos y causas por las que las mujeres vi ́ctimas de violencia de género permanecen junto a
la persona que ejerce violencia contra ellas o reinciden en este tipo de relaciones (Schultz, 1964;
Gelles, 1976; Straus et al. 1981; Ferraro y Johnson, 1983; Hoff, 1990; Brown, 1997; Roy, 1997; Barnett,
2000; Walker, 2000; LaViolette y Barnett, 2000; Oliver y Valls, 2004; Piispa, 2004; Fugate et al., 2005;
Hirigoyen, 2006; entre otras y otros). Melgar y Vallas (2010) en su investigación realizan una
clasificación de estas principales causas:

“Dificultad al identificar la violencia; recursos económicos insuficientes; tener hijas e hijos;


falta de apoyo social; presiones externas: maltratador y entorno inmediato; actitud de la
vi ́ctima frente al maltratador: la vana esperanza del cambio; sentimientos adversos hacia si ́
misma; ambivalencia emocional: estar enamorada de la persona que la maltrata” (Melgar,
2009: 288).

En este mismo trabajo, las autoras destacaban que muchas de estas causas eran mencionadas
por las mujeres, pero que cuando se profundizaba y se reflexionaba con ellas sobre cuán importantes
eran o habían sido en su proceso de toma de decisiones, se observaba que no eran el motivo principal.
Se identificó una causa principal que les dificultó, les dificultaba o les seguía dificultando la salida de
la relación de violencia que era “estar enamoradas”. Las autoras se refieren a ello como la socialización
en las relaciones afectivas-sexuales.

Ferreira (1995) describe el concepto del amor romántico como la entrega total a otra persona,
de modo que se convierte en la parte fundamental de la existencia, a través de una relación de
dependencia, asi ́ como el perdón y justificación de conductas por amor. Este tipo de concepción del
amor puede propiciar el mantenimiento de una relación, en cierto modo, pese a la existencia de
violencia por parte de la pareja.

Quienes asumen el modelo de amor romántico y los mitos que de él se derivan tienen más
posibilidades de ser víctimas de violencia y de permitirla. Esto es así porque se considera el amor y la
relación de pareja como aquello que da sentido a la vida y por lo tanto, romper con ello es un fracaso
absoluto en la vida. Así mismo, como el amor todo lo puede han de ser capaces de superar cualquier
dificultad (lo que les lleva a perseverar en la relación de violencia). También, se asume, que la violencia
y el amor son compatibles o incluso que ciertos comportamientos violentos son una prueba de amor,
justificando de este modo los celos, la posesión y/o los comportamientos de control, llegando a
aceptarse y defenderse la idea de que el amor sin celos no es amor, trasladando la responsabilidad
del maltrato a la vi ́ctima por no ajustarse a dichos mandatos (González y Santana, 2001). En definitiva,

40
La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

y como señ alan estas mismas autoras: “un romanticismo desmedido puede convertirse en un serio
peligro” (p. 46).

Caro y Monreal (2017) realizaron un análisis del discurso de adolescentes mediante grupos de
discusión, en el que se reflejó como entre las jóvenes había un mayor nivel de idealización del amor,
de aceptación de la entrega incondicional, de auto-renuncia por los deseos de la pareja, de
identificación total con el otro, y de deseo de conservar los vi ́nculos de la pareja por encima de
cualquier circunstancia. Todo esto puede llevar a justificar y aceptar comportamientos dañ inos para
mantener ese amor.

Como refieren González y Santana (2001) el amor que sustenta el modelo romántico, aunque
no muestra una violencia expli ́cita hacia la mujer, transmite unos roles femeninos de dependencia,
sumisión y entrega, y comporta una serie de implicaciones que hacen vulnerables a las mujeres a la
violencia de género.

Adoptar el modelo de amor romántico y los mitos que de él se derivan, dificulta las acciones
y actuaciones (poner fin a la relación, denunciar, etc) de las mujeres que sufren violencia de género
(Melgar y Valls, 2010; Moreno Marimón y Sastre, 2010; Bosch et al., 2012). Por ejemplo, la creencia
de que el amor y la relación de pareja es lo que da sentido a la vida y que romper la relación y renunciar
al amor es un fracaso, dificulta y retrasa la decisión y necesidad de buscar ayuda o romper la relación;
o la creencia de que el amor lo puede todo que lleva a considerar que es posible vencer cualquier
dificultad en la relación y/o incluso de cambiar a la pareja, llevando a perseverar en la relación de
violencia; o la creencia de que ciertos comportamientos son una prueba de amor, justificando los
celos, la posesión y/o los comportamientos de control, trasladando en muchas ocasiones la
responsabilidad del maltrato a la vi ́ctima por no ajustarse a dichos requerimientos; etc (Ferrer y Bosch,
2013).

Rodriguez, Sanchez y Alonso (2006) realizaron un estudio con el objetivo de reflejar algunas
de las creencias que los/las jóvenes y adolescentes encuestados/as tenían en torno a la violencia y a
las relaciones de pareja. Desde una perspectiva de género los resultados hallados demostraron que
los estereotipos tradicionales y los roles de género, asi ́ como las ideas en relación a la pareja y a la
violencia, están internalizadas en el sistema de creencias de estos y estas jóvenes y en su definición
de la realidad. Ambos sostenían que mujer y hombre en la pareja tenderán a establecer una relación
asimétrica, donde uno procura protección y la otra es protegida, el chico es activo y la chica pasiva. En
este caso son los chicos los que más sesgo cognitivo tienen. Un 60% de las personas encuestadas
estaba totalmente de acuerdo con la afirmación de que el amor lo puede todo. Poniendo en relación

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Victoria Arrieta García

el enamoramiento, el emparejamiento y los roles de género, la población entrevistada afirmaba que


las personas no pueden vivir felices si no tienen pareja, y son las chicas las que más creen en este
concepto. En relación a qué opinan los y las jóvenes sobre el uso de la agresión fi ́sica en la relación de
pareja, se afirmó que en ocasiones una bofetada puede ser útil para solucionar los conflictos de pareja
y por tanto no se descarta su recurso.

Borrajo, Gámez-Guadix y Calvete (2015) en su estudio Justification beliefs of violence, myths


about love and cyber dating abuse, identificaron una considerable prevalencia del abuso entre las
parejas jóvenes, reportando que más del 80% de los jóvenes participaron en conductas de control
hacia su pareja, y que un 20% estuvo involucrado en algún tipo de comportamiento agresivo. Los
autores indicaron que en esta muestra, las creencias distorsionadas acerca del amor estuvieron
relacionadas con la violencia de pareja.

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN

Teniendo en cuenta todo esto, nos planteamos las siguientes preguntas de investigación:

- ¿Qué discurso se crea y recrea en los libros de literatura romántica juvenil?


- ¿El discurso del amor romántico de los libros de literatura juvenil puede influenciar en la
violencia de género dentro de la pareja?

OBJETIVOS

En base a estas preguntas de investigación se plantean los siguientes objetivos:

Objetivo general

Analizar si las narrativas sobre el amor romántico que se presentan en los libros de literatura
romántica juvenil pueden participar en la aceptación y mantenimiento de las conductas
violentas en las relaciones de pareja.

Objetivos específicos

Analizar las creencias sociales existentes en torno al amor

Analizar las creencias sociales existentes en torno a la socialización de género en relación con
los vínculos.

Analizar la influencia del amor romántico en las relaciones amorosas

Analizar el papel de la literatura como agente transmisor de tales principios

Analizar el discurso narrativo del primer libro de la Saga After y si éste proyecta una escala de
valores y unos modelos de conducta acerca de lo que social y culturalmente se considera el
ideal romántico.

Identificar si obras que leen millones de personas en todo el mundo sirven de sostén de una
ideología dominante que subyuga a las mujeres y justifica la violencia contra ellas

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Victoria Arrieta García

METODOLOGÍA

1. MÉTODO

Para alcanzar los objetivos propuestos, se ha escogido la metodología de análisis de contenido


cualitativo.

En su sentido más amplio el análisis de contenido es una técnica de interpretación de textos


(escritos, grabados, pintados, filmados, etc.). Según Abela (2002) el análisis de contenido “se basa en
la lectura (textual o visual) como instrumento de recogida de información, lectura que a diferencia de
la lectura común debe realizarse siguiendo el método cienti ́fico, es decir, debe ser, sistemática,
objetiva, replicable, y valida”. Asi mismo, refiere que aquello que caracteriza y distingue de otras
técnicas de investigación sociológicas al análisis de contenido, es que se trata de una técnica que
combina intrínsecamente, la observación y producción de los datos, y la interpretación o análisis de
los datos (Abela, 2002).

Krippendorff (citado en Abela, 2002) define el análisis de contenido como “una técnica de
investigación destinada a formular, a partir de ciertos datos, inferencias reproducibles y válidas que
puedan aplicarse a su contexto” (1990, p 28).

Berelson (citado en Abela, 2002) sostiene que el análisis de contenido es “una técnica de
investigación para la descripción objetiva, sistemática y cuantitativa del contenido manifiesto de la
comunicación” (1952 p.18).

Se ha escogido esta metodología, el análisis de contenido cualitativo, porque en un texto se


puede percibir el contenido manifiesto, aquello que el autor quiere representar, expresar y comunicar
y el contenido latente oculto, que es aquel que puede servir de sostén de un contenido, que el autor
puede o no pretender transmitir. Lo que nos aporta el análisis de contenido cualitativo es que no sólo
se limita a la interpretación del contenido manifiesto del texto, sino que también profundiza en su
contenido latente y en el contexto social del mensaje (Abela, 2002). Es decir, que el análisis de
contenido cualitativo no tiene sólo como fin encontrar ciertos contenidos en la narrativa o texto, sino
también de encontrar el sentido que estos contenidos tienen dentro del contexto (Herrera, 2018).

El contexto se entiende como el marco de referencia que el lector puede conocer de


antemano o inferir a partir del texto mismo, permitiendo así captar el contenido y el significado de
todo lo que se dice en el texto. Texto y contexto son dos aspectos fundamentales en el análisis de
contenido (Abela, 2002). Por lo tanto, lo que la narrativa expresa (lo que el autor pretende decir) como

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

la narrativa latente (lo que dice sin pretender) adquieren sentido y pueden ser recogidos dentro de un
contexto.

Según Arbeláez y Onrubia (2014, pág. 19), el objeto del análisis de contenido cualitativo es
“verificar la presencia de temas, palabras o de conceptos en un contenido y su sentido dentro de un
texto en un contexto”. Estos mismos autores refiriéndose a Hostil (1969) y Stone, Dunphy, Smith y
Oglive (1966) consideran el análisis de contenido cualitativo como “una técnica de investigación para
formular inferencias identificando de manera sistemá tica y objetiva ciertas características específicas
dentro de un texto” (pág. 19) (citado en Herrera, 2018).

Basándonos en todo lo anterior, para realizar el análisis de contenido, antes de la lectura del
libro, se establecieron unos parámetros (preguntas) sobre las que guiarse para realizar dicha recogida
de información, haciéndolo de este modo objetivo, sistemático y replicable. Para establecer los
indicadores nos basamos en unos objetivos a alcanzar. Los objetivos específicos que se querían
alcanzar en el análisis de contenido eran: 1) Recoger los mitos del amor romántico presentes en el
libro; 2) Identificar los estereotipos y roles de género que discursivamente se exponen; y 3) Distinguir
el contenido narrativo que abierta o sutilmente expresa, incita o dirige a la tolerancia, por parte de las
mujeres, a la violencia.

Principalmente, las preguntas que se plantearon fueron múltiples, pero basándonos en la


investigación de Orellana y Garay (2020) se agruparon y distinguieron finalmente en 9, las cuales se
presentan a continuación:

Tabla 3.

Preguntas de análisis del discurso narrativo

1. ¿Cuáles son los mitos que se destacan en el libro?


2. ¿Cuáles son roles tradicionales que se enfatizan en los personajes principales femeninos
(madre y esposa, cuidadora, responsables del bienestar de otras personas, amar, dar
cariñ o)?
3. ¿Cuáles son las caracteri ́sticas que se destacan en los personajes femeninos principales?
4. ¿Cuáles son los roles tradicionales que se enfatizan en los personajes masculinos principales
(proveedor, empleo formal, con buen trabajo, poder económico, emprendedor)?
5. ¿Cuáles son las caracteri ́sticas que se destacan en los personajes masculinos principales?

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Victoria Arrieta García

6. ¿Cuáles con los modelos y/o arquetipos que se destacan en los personajes masculinos
(Pri ́ncipe azul, el héroe arrogante e indiferente, pero es transformado por la heroi ́na, el
inseguro, compensando por su inteligencia y sensible, otro)?
7. ¿Existe alguna manifestación de violencia en contra de las mujeres?
8. ¿Qué personaje genera violencia en contra de las mujeres?
9. ¿Qué ideas o creencias existen de normalización, justificación o tolerancia de
comportamientos claramente abusivos y ofensivos hacia las mujeres?

Fuente: Orellana y Garay (2020)

2. ENFOQUE/PERSPECTIVA DE GÉNERO

La perspectiva de género, conocido también como gender mainstreaing, se utilizó por primera
vez en el discurso de la ONU en 1975. Posteriormente, este concepto se consolidó en la Conferencia
de Beijing (China, 1995) (Revista de género e igualdad, 2019). La perspectiva se ha integrado en las
poli ́ticas del Consejo de Europa, políticas Españolas y por supuesto, de las políticas de la Comunidad
Foral de Navarra. Esta perspectiva también se quiere incorporar en este trabajo y en el análisis de
contenido cualitativo del primer libro de la saga After.

La perspectiva de género es aquella que tiene en cuenta las diferencias y desigualdades entre
hombres y mujeres existentes en la realidad. Enmarcada esta perspectiva en el análisis de contenido
supone conocer el contexto actual, y conocer las diferencias y desigualdades existentes entre hombres
y mujeres en lo referente al amor. Es decir, esta perspectiva visibiliza el modo en que el género puede
predisponer y afectar la vida y las oportunidades de las personas. A esto se le conoce como “ponerse
las gafas de género”, “ponerse las gafas moradas”. Y esto es lo que queremos ponernos antes de
realizar el análisis de contenido y nos sirve de gran ayuda el marco teórico realizado previamente.

3. INSTRUMENTO DE ESTUDIO

El objeto de estudio de la presente investigación lo constituyen las narrativas sobre el amor


romántico que se presentan en los libros de literatura romántica juvenil y si éstas pueden participar
en la aceptación y mantenimiento de las conductas violentas en las relaciones de pareja. Para ello nos
basaremos en la saga after y en concreto en el análisis de su primer libro: After: aquí empieza todo.
Anna Renee Todd (nacida el 20 de mayo de 1989) es la autora de la saga After. La Saga recoge
una historia que gira en torno a la complicada relación amorosa entre Tessa Young, una chica
estudiosa, educada y responsable, y Hardin Scott, el chico malo y peligroso de la universidad.

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

Los libros que constituyen la saga After son los siguientes:

After 1: Aquí empieza todo (2014)/(ED. PELÍCULA, 2019).

After 2: En mil pedazos (2015)/(ED. PELÍCULA, 2020)

After 3: Almas perdidas (2016)/(ED.PELÍCULA, 2021)

After 4: Amor infinito (2016)/(ED.PELÍCULA, 2022)

After 0(5): Antes de ella (2017)

Esta saga se ha difundido por más de 30 países y ha sido traducida a más de 15 idiomas,
llegando a vender más de 15 millones de ejemplares en todo el mundo. En España, editados por
Planeta, se han vendido más de 1 millón de ejemplares. Todo un fenómeno editorial que tuvo su salto
al cine en 2019, manteniendo el éxito (ABC, 2020).

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Victoria Arrieta García

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Como hemos mencionado, nuestro objetivo es comprobar si la narrativa romántica puede


influir en la aceptación de la violencia de Genero. Para ello, a continuación, se van a presentar
diferentes fragmentos extraídos del libro After: aquí empieza todo, derivados del análisis del discurso.
Al comienzo de la lectura, en el prólogo, encontramos la siguiente concatenación de
oraciones: “Desde nuestro primer encuentro, Hardin cambió mi vida de una manera que ningún curso
de preparación para la universidad ni ningún grupo de lectura para jóvenes lo habri ́a hecho. Aquellas
peli ́culas que vei ́a de adolescente pronto se convirtieron en mi vida, y sus ridi ́culas tramas pasaron a
formar parte de mi realidad.” Esta oración nos acerca al curso de la narrativa y a aquello que es nuestro
propósito de análisis. Refleja que los múltiples mitos, muy arraigados en la sociedad, sobre el amor,
son verdaderos, refleja que aquello que ocurre en las películas románticas o con escenas de amor, es
verdadero, que se cumple. Aquí comienza “la telaraña/el entramado del amor romántico” creando
una idealización en el lector/a de que aquello que ve y/o lee debe cumplirse en su vida porque así será
feliz, estableciendo de primeras una necesidades y estándares a alcanzar posteriormente en la vida
privada. Aquí comienza a formarse lo que a lo largo de la investigación hemos llamado amor
romántico.
Con respecto a la primera pregunta que nos planteamos en el análisis ¿Cuá les son los mitos
que se destacan en el libro? recuperamos los siguientes fragmentos del libro:

Fragmento 1 (p.75): “Mis piernas, como por instinto, rodean su cintura, y me quedo fascinada
al comprobar que mi cuerpo, de alguna manera, sabe cómo responder a sus movimientos”

Fragmento 2 (p.133): “Vuelvo a pensar en lo que me ha dicho antes acerca de que soy yo
misma cuando estoy con él”.

Fragmento 3 (p.243): “Creo que conozco a Hardin de un modo muy personal, como si
conectásemos a un nivel mucho más profundo que simplemente conocer detalles de
información el uno del otro, pero ni mucho menos lo conozco bien.”

Esto no es real. No se conoce a las personas porque sí, por instinto. Nuestro cuerpo no sabe cómo
actuar porque sí. Hay un proceso. Hay un tiempo. Hay parejas que tras años de relación les quedan
partes por conocer de ellos mismos y de la otra persona. El fragmento 1 podríamos decir que esconde
muy sutilmente el mito de “mi pareja debería saber lo que pienso, siento y necesito”. Así mismo, estas
afirmaciones parecen “preciosas” cuando las leemos, nos atrapan y nos crean un imaginario no real
de las relaciones de pareja. Pero, si reflexionamos, ¿Cómo puede saber él como es ella realmente en

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

dos meses? ¿Cómo es posible que ella sienta esa conexión y ese conocimiento personal en dos meses?
¿Conectar a un nivel profundo con una persona se basa en la atracción fuerte que se siente por la otra
persona? No sólo debemos quedarnos en este nivel de análisis, sino también pensar en la dependencia
que crea pensar que una persona es la que nos hace ser nosotros/as mismos/as, pensar el poder que
tiene esa persona sobre nosotros/as.

Fragmento 4 (p.104): “Lo que siento por Hardin es otro motivo por el que no puedo continuar
estando con él. Quiero a Noah, pero si de verdad lo amara como se merece, no tendría estos
sentimientos hacia Hardin”.

Fragmento 5 (p.127): “Perdona, pero es que hay algo que no me encaja. Si fueras mi ́a, no seri ́a
capaz de mantenerme alejado de ti.”

Aquí se detectan los mitos del grupo 4 “El amor es posesión y exclusividad”. Se pueden tener
sentimientos hacia otras personas y esto no significa que no se esté enamorada/o, incluso se puede
sentir atracción por otras personas y esto no significa que no quieras a tu pareja. Esto no significa que
el amor se haya acabado. Así mismo, el fragmento 5 esconde un mito muy arraigado también en la
sociedad, y es que estar enamorado no significa desear estar juntos en todo momento. Esto no es
sano. Que la pareja no esté o no desee estar contigo en todo momento no significa que no te quiera,
significa que además de quererte, quiere a otras personas (amigos/as y familia) o incluso tiene sus
responsabilidades (trabajo) (Mito 16).

Fragmento 6 (p.183): “(…) a pesar del caos que reina en el coche, vuelvo a sentir un poco de
esperanza ante los celos de Hardin. Sé que su actitud tiene más que ver con la rivalidad que
con una preocupación real por que salga con Zed, pero hace que sienta mariposas en el
estómago igualmente.”

Fragmento 7 (p.159): “Me invaden los celos (…) No me importa lo guapo que esté o lo vulgar
que Molly vaya vestida. No la soporto, con ese ridi ́culo pelo rosa y esa ropa ordinaria. Es una
zorra.”

Este fragmento nos acerca a que el sentimiento de los celos es algo bonito y romántico. Sentir celos
no es un indicio de amor. Los celos no son amor. (Mito 5).

Fragmento 8 (p.186): “Mi móvil comienza a sonar. Lo saco del bolso y veo que es Noah. Sin
pensarlo, rechazo la llamada antes siquiera de darme cuenta de lo que estoy haciendo. —
¿Quién es? —Hardin es un cotilla.”

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Victoria Arrieta García

Este fragmento presentado así parece que no guarda ningún problema, salvo que en realidad el chico
es un controlador, ya que repite esa conducta en repetidas ocasiones a lo largo de la narrativa. Eso no
es bonito, no es romántico, no se puede romantizar el control y si se hace, es abrir la puerta a la
violencia en la pareja.

Fragmento 8 (p.291): “Si ambos admitimos lo que sentimos por el otro, ¿cambiará todo lo
demás? ¿Cambiará él? ¿Es capaz de quererme como necesito que me quiera?”

El amor no puede cambiar a las personas. El amor no todo lo puede. Pensar que esto es así, puede
llevar a aceptar y tolerar comportamientos ofensivos de la pareja. Cambiar o modificar
comportamientos no es lo mismo que cambiar la manera de ser. En terapia esto se ve, se ve que
muchas mujeres persisten en las relaciones e incluso perdonan a su agresor porque quieren a sus
parejas y piensan que ellos van a cambiar por ese amor, que van a cambiar por ellas, porque el amor
es más fuerte que todo lo demás, pero la realidad es que la violencia se repite. Se ve como el ciclo de
la violencia se repite una y otra vez.

Con respecto a la segunda y cuarta pregunta que nos planteamos ¿Cuá les son roles
tradicionales que se enfatizan en los personajes principales femeninos? Y ¿Cuáles son los roles
tradicionales que se enfatizan en los personajes masculinos principales? Se resaltan los siguientes
fragmentos:
Fragmento 1 y 2 (p.52) (respectivamente): “Es demasiado tarde para coger el autobús sola”
“Es que no me parece buena idea que andes por ahí de noche, sola”
Fragmento 3 (p.123): “Sus palabras me detienen. Este hombre horrible, ebrio y grosero acaba
de decir que me necesita, y por alguna razón ha sonado como poesi ́a para mis oi ́dos. Hardin
es como una droga. Cada vez que consumo la dosis más mi ́nima de él, ansi ́o más y más.
Absorbe mis pensamientos e invade mis sueñ os”

Fragmento 4 (p.307): “Recuerdo que anoche me prometi ́ a mi ́ misma que hari ́a todo lo que
estuviera en mi mano para ayudarlo a superar su inseguridad.”

Fragmento 5 (p.191) y fragmento 6 (p.212-213): “Hay una larga mesa decorada con muy buen
gusto, con los cubiertos ya dispuestos y varias fuentes de comida en el centro. No cabe duda
de que Karen se ha dejado la piel en esto” y “Karen está haciendo el desayuno —dice—. Ya
casi está listo. Karen se ha esmerado al máximo con el desayuno, como era de esperar.
Después del desayuno, ayudo a Karen a recoger la cocina de nuevo. Hardin se queda
merodeando en la puerta, sin ofrecerse a ayudar y limitándose a observarme.”

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

En el primer y segundo fragmento podemos detectar el rol masculino de protección. Desde la


antigüedad se nos ha enseñado que el hombre asume el rol de protector, siendo un rol característico
de la masculinidad hegemónica. En el tercer y cuarto fragmento podemos ver reflejado el rol de
cuidadora y salvadora. En este libro se ve reflejado, como en muchas otras películas y series de amor,
que la chica salva al chico de su “tormentoso pasado” y cómo el chico cambia completamente. El
tópico de “volver al malo de la peli/libro en bueno”. Pero también podemos observar como se
enmascara la violencia dentro de unas hermosas palabras: “Un hombre ebrio y grosero” (esto no es
bonito ni agradable ni romántico), se enlaza con “me necesita” y “poesía para mis oídos”. Así mismo,
en el fragmento quinto y sexto, podemos ver claramente el rol de ama de casa (aunque no aparece
en el fragmento, esta mujer no trabaja fuera del hogar y se dedica a las labores de dicho hogar).

Con respecto a las preguntas tres y cinco ¿Cuá les son las características que se destacan en los
personajes femeninos principales? ¿Cuá les son las características que se destacan en los personajes
masculinos principales? Encontramos lo siguiente:
Fragmento 1 (83): “Siéntate-me ordena. Y lo hago”

Fragmento 2 (p.120): “¿Acaba de llamarme patética y ahora se muestra preocupado por mi salud?
Me va a volver loca, literalmente, y acabarán teniendo que encerrarme en una habitación
acolchada. (…) Permanezco callada, tan confundida ante las acciones de Hardin como Landon
parece estarlo. —¿Podemos hablar, por favor? —pregunta de nuevo, y aunque sé que no
deberi ́a..., ¿desde cuándo hago lo que debo cuando Hardin está implicado?”

El primer fragmento destaca la obediencia/sumisión de la mujer, mientras que el segundo la


incontrolabilidad de los sentimientos que se sienten por la otra persona y que guía las acciones.
Responde a que “las mujeres somos más emocionales y expresivas”.

Con respecto a la pregunta ¿Cuá les con los modelos y/o arquetipos que se destacan en los
personajes? no podemos dejar de abordar el tópico literario, que se repite en múltiples narrativas
románticas, y en el que se basa la historia de la Saga After, que refleja modelos de mujeres y hombres
en las relaciones de pareja. Cómo se ha mencionado en la metodología, se trata de una historia basada
en la relación amorosa y complicada de una chica estudiosa, educada y responsable, a lo que cabría
añadir, que nunca ha salido de fiesta, ni ha bebido, ni ha disgustado a su madre, que tiene una relación
sana con un chico desde hace años, y…por supuesto, es virgen. En relación con el chico, Hardin, cabría
decir que va de fiesta continuamente, tiene múltiples relaciones sexuales y nunca se compromete.
Volvemos al tópico de mujer buena, estudiosa y saludable-hombre de mala influencia, oscuro y mal

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Victoria Arrieta García

educado. En este punto, podemos observar como hay actitudes y comportamientos percibidos como
propios y naturales de cada sexo.

Respondiendo a la séptima, octava y novena pregunta ¿Existe alguna manifestación de


violencia en contra de las mujeres? ¿Qué personaje genera violencia en contra de las mujeres? ¿Qué
ideas o creencias existen de normalización, justificación o tolerancia de comportamientos claramente
abusivos y ofensivos hacia las mujeres?: Encontramos los siguientes fragmentos en la narrativa:

Fragmento 1 (p.55 y 56): “¿Zed y tú...? —dice en un tono que soy incapaz de descifrar. Me
levanto y lo empujo para pasar, pero él me agarra del brazo. No tiene li ́mites”.

Fragmento 2 (p.74). “Se coloca delante de mi ́, mirando hacia el lugar donde yo estoy sentada
sobre mi cama. Coge mis apuntes de literatura y les da la vuelta un par de veces. Intento
cogerlos, pero, como el capullo irritante que es, levanta más el brazo, de modo que me pongo
en pie para quitárselos. Entonces, Hardin los suelta en el aire y éstos caen al suelo
desordenados. ¡Recógelos! —chillo. Él me mira con una sonrisa maliciosa y dice: Vale, vale.
Pero a continuación coge mis apuntes de sociologi ́a y hace lo mismo con ellos.
Me apresuro a recogerlos antes de que los pise, pero eso también parece hacerle gracia. —
¡Hardin, para! —le grito justo cuando hace lo mismo con el siguiente montón. Enfurecida, me
incorporo y lo aparto de un empujón de mi cama. —Vaya, parece que a alguien no le gusta
que le toqueteen sus cosas —dice riéndose todavi ́a. —¡Pues no! ¡No me gusta! —replico, y
me dispongo a propinarle un nuevo empellón. Él avanza hacia mi ́, me agarra de la muñ eca y
me empuja contra la pared. Su rostro está a unos centi ́metros del mi ́o, y de repente me doy
cuenta de que mi respiración es demasiado agitada. Quiero gritarle que me suelte y exigirle
que recoja mis apuntes. Quiero abofetearlo y echarlo de mi cuarto. Pero no puedo hacerlo.
Estoy paralizada contra la pared, y sus ojos verdes me tienen hechizada. —Hardin, por favor.
—Son las únicas palabras que consigo pronunciar. Y, por el tono suave en que lo hago, no
estoy segura de si le estoy rogando que me suelte o que me bese.”

Fragmento 3 (p.75): “Por un segundo creo que va a darme una bofetada, pero asciende la
mano hasta mi pómulo y me acomoda un mechón de pelo detrás de la oreja. Jurari ́a que
puedo oi ́r su pulso cuando acerca los labios a los mi ́os, y un fuego interior hace que me arda
la piel.”

Fragmento 4 (p.82): ¿Cómo puede pasar de gritarme a esto? Y ¿por qué me gusta tanto que
lo haga?

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

Fragmento 5 (p.96): “No vuelvas a mencionar a mis padres, ¿entiendes? —me ladra, y quiero
abofetearme por fastidiar el bonito momento que estábamos teniendo. —Lo siento. Sólo teni ́a
curiosidad. Has dicho que responderi ́as a una pregunta —le recuerdo en voz baja. Su rostro
se relaja un poco y se acerca hacia mi ́. “

Fragmento 6 (117): Me da miedo, pero no puedo negar que estar cerca de él, aunque esté asi ́
de borracho, hace que me sienta viva. He echado de menos cómo me hace sentir.

Fragmento 7 (p.121): “No pienso llorar delante de él otra vez. Noah nunca me ha hecho llorar;
hemos discutido algunas veces en todos estos añ os, pero nunca me he sentido tan mal como
para llorar. (…) Nunca nadie me habi ́a tratado tan mal en toda mi vida.

Fragmento 8 (p.123): “Me agarra del brazo y me obliga a volverme de nuevo de un tirón. —
¡No me des la espalda! —grita todavi ́a más alto que yo”

Fragmento 9 (p.123): “Pero, entonces, pega los labios a los mi ́os e interrumpe mi discurso. Lo
golpeo en el pecho para detenerlo, pero no cede. Cada mili ́metro de mi ser quiere devolverle
el beso, pero me contengo. Siento su lengua intentando abrirse paso entre mis labios, y me
envuelve con sus fuertes brazos, estrechándome más contra si ́ a pesar de mis intentos por
evitarlo. No sirve de nada; es más fuerte que yo. -Bésame, Tessa. Sacudo la cabeza y él gruñ e
con frustración. -Por favor, bésame. Te necesito.”

Fragmento 10 (p.125): “Me has entendido perfectamente. Haces que sienta... cosas que no
habi ́a sentido antes. No sé cómo manejar esta clase de sentimientos, Tessa, asi ́ que hago lo
único que sé hacer. —Hace una pausa y deja escapar el aliento contenido —. Comportarme
como un gilipollas.”

Fragmento 11 (p.126): “Dime que no quieres volver a sentir mi tacto —susurra, y desliza la
mano hasta mi cuello. Su dedo i ́ndice recorre mi clavi ́cula y asciende de nuevo por mi
garganta. Oigo cómo mi respiración se acelera cuando acerca los labios a pocos centi ́metros
de los mi ́os—. Dime que no quieres que vuelva a besarte —dice, y percibo el olor del whisky
y siento el calor de su aliento—. Di ́melo, Theresa — repite, y yo gimo”

Fragmento 12 (p.131): “Date la vuelta y no mires. Hardin protesta, y yo sonri ́o para mis
adentros mientras me bajo la cremallera de la falda. La dejo caer a mis pies y, de repente, se
enciende otra luz.”

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Victoria Arrieta García

Fragmento 13 (p.131): “Entonces acallo la vocecita de mi subconsciente que me dice que huya
lo más rápidamente que pueda y me dirijo a la cama. “

Fragmento 14 (p.145): “Contengo el aliento mientras su voz retumba contra las paredes (…)
¡Contéstame! —chilla Hardin, y se planta delante de mi ́ (…) Me quedo paralizada mientras
observo el rostro de Hardin enfureciéndose (…) —Hardin..., por favor, no hagas esto —le
ruego. Si se marcha ahora, puedo intentar explicarle a Noah lo que está sucediendo. (…)
Hardin, por favor, márchate y ya hablaremos de esto más tarde —digo intentando calmar los
ánimos (…) —Di ́selo. Vamos, di ́selo —insiste Hardin. No me puedo creer que esté haciendo
esto. Sé hasta qué punto puede ser cruel, pero esto ya pasa de castañ o oscuro.”

Fragmento 15 (p.155): “Mi mente se traslada a un lugar imaginario en el que Hardin es


agradable y divertido; un lugar en el que nos llevamos bien; en el que salimos, como una
pareja, y en el que él me lleva al cine, o a cenar. Me rodea con los brazos y se siente orgulloso
de que sea suya. Me coloca la chaqueta sobre los hombros cuando tengo fri ́o, me besa para
darme las buenas noches y me promete que nos veremos al di ́a siguiente.”

Fragmento 16 (p.170): “Aguantaré todo lo que se le ocurra hacerme mañ ana con tal de poder
pasar más tiempo con él”

Fragmento 17 (p.172): “Cuelga, y yo retrocedo de forma instintiva. Es evidente que está de


mal humor, y no quiero ser el blanco de su ira. Me subo con sigilo a la cama de Steph y me
tapo con la manta.”

Fragmento 18 (p.174): “Porque siempre haces lo mismo: dices unas cuantas cosas bonitas y
luego cambias el chip y termino llorando.“

Fragmento 19 (p.174): “No es mi intención hacerte llorar. Abro los ojos y lo miro.
—Si ́. Si ́ que es tu intención. Es justo lo que pretendes cada vez que me dices cosas hirientes. Y
también era tu intención cuando me obligaste a contarle lo nuestro a Noah. Y cuando me
humillaste en tu cama la semana pasada porque no era capaz de decir justo lo que tú queri ́as.
Hoy me dices que duermes mejor cuando estás conmigo pero, si me tumbara contigo, en
cuanto nos despertáramos me diri ́as lo fea que soy, o que no me soportas (…)”

Fragmento 20 (p.181): “Le leo la lista de distribuidores de coches de segunda mano en un


radio de unos ocho kilómetros y le cuento un par de opiniones de cada uno. —Le das
demasiadas vueltas a todo. No vamos a ir a ninguno de esos sitios.”

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

Fragmento 21 (p.193): “—No quiero volver adentro. —¿Por qué no? Encajas de miedo con sus
remilgadas y aburridas personalidades. «¡Ay! ¿Qué hago aqui ́ otra vez?» Ah, si ́, eso es: ser el
saco de boxeo de Hardin. —¿Sabes qué? ¡Genial! Me voy. ¡No sé por qué no puedo dejar de
intentarlo contigo! —grito—Porque no eres capaz de captar la indirecta, supongo. En cuanto
las palabras salen de su boca, siento que se me forma un nudo en la garganta. —Ya me ha
quedado bien clara —replico.” La escena continua, ella no se marcha.

Fragmento 22 (p.195) y 23 fragmento (219): “Es alucinante la velocidad a la que su estado de


ánimo puede pasar de la ira al deseo o a la calma.” Y “Todo parece un sueñ o. De alguna forma,
sé que se trata de la calma que precede a la tormenta, pero ahora mismo Hardin es mi ancla.
Y espero que no me hunda.”

Fragmento 24 (p.200): “Da igual lo mucho que me haga enfadar o rabiar, que en cuanto me
toca estoy a su merced.”

Fragmento 25 (p.218): “Y, si ́, no me gustaba salir con nadie, hasta ahora. Haces que quiera
salir contigo, que quiera ser mejor persona. Quiero que pienses que te merezco; quiero que
me desees como yo te deseo a ti. Quiero discutir contigo, incluso que nos gritemos hasta que
uno de los dos admita que se equivoca. Quiero hacerte rei ́r, y escuchar tus desvari ́os sobre los
grandes clásicos... Te necesito. Sé que a veces soy cruel..., bueno, casi siempre lo soy, pero
eso es porque no sé ser de otra manera. —Su voz se convierte apenas en un susurro, y me
mira con los ojos desorbitados—. He sido asi ́ durante tanto tiempo que nunca habi ́a querido
cambiar. Hasta ahora, hasta que te conoci ́.”

Fragmento 26 (p.266): Tras una escena de humillación… “Lo digo de verdad —dice—. Te
quiero. Sé que no me crees, pero es la verdad. Te quiero.”

Fragmento 27 (p.270): “Lo tengo peligrosamente cerca y sé lo que va a hacer en cuanto se
agacha para besarme. Trato de apartarme de él pero sus fuertes manos me sujetan con fuerza.
Sus labios acarician los mi ́os, su lengua intenta abrirse paso hacia mi boca, pero no lo dejo.”

Fragmento 28 (p.272): “Me desplomo sobre el asiento, pensando en lo que Landon dijo sobre
los corazones rotos y que, a menos que ames a una persona, no te lo pueden romper. Hardin
me rompe el corazón una y otra vez, incluso cuando creo que ya no quedan más pedazos por
romper. Y lo quiero. Amo a Hardin.”

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Victoria Arrieta García

Fragmento 29 (p.284):” ¿Podemos hablar fuera? —No —susurro. Cada vez que Hardin y yo
hablamos, acabo hecha un mar de lágrimas. Pero él se pone de pie a toda velocidad, me coge
de la mano y tira de mi ́ hasta que me levanto. Una vez fuera, recupero mi brazo de un tirón.
—¡Que no me toques!. Perdona, pero no ibas a venir conmigo por las buenas.”

Fragmento 30 (p.315): “Quiero ser la única persona a la que ames; asi ́ serás mi ́a. ¿Cómo es
que antes era un capullo integral y ahora me dice estas cosas tan bonitas? A pesar del toque
posesivo en su voz, sus palabras son muy dulces y sorprendentemente humildes, viniendo de
él.”

Fragmento 31 (p. 456-457): “Aquella noche... La segunda noche..., y Nate te preguntó si eras
virgen... Y alguien tuvo la idea de...—Yo... A mi ́ se me ocurrió la idea —confiesa Hardin. Se me
ocurrió que... podri ́a ser divertido... hacer una apuesta. (…) —Cuando nos dijo que se habi ́a
llevado el gato al agua no me lo podi ́a creer, ni siquiera al ver el condón —explica Jace con
una risita. —¿Verdad? ¡Yo tampoco! Pero las sábanas... ¡Las sábanas manchadas de sangre
eran impepinables! —secunda Molly muerta de la risa.”

La violencia en muchas ocasiones se presenta de manera sutil, en forma de actitudes hostiles


o menosprecio, amenazas, humillaciones, celos exagerados, control, etc. lo que hace que la víctima
no sea capaz de reconocerla. Esto, junto con los estereotipos y roles de género y el ideal del amor,
pueden llevar a creer y percibir esos comportamientos como “partes del amor”. Por lo tanto, hay
actitudes que preceden a la violencia en la relación de pareja como lo son los insultos, gritos, control,
humillaciones, desprecios, etc. Esto se puede ver muy claro en los fragmentos presentados.

Podemos ver fragmentos en los que se erotiza la agresividad o se presenta el ciclo de la


violencia en la fase de estallido de ira y posterior calma (22 y 23). Como se puede observar, desde el
primer momento que Hardin conoce a Tessa y en todos sus encuentros, éste le insulta y le falta al
respeto, lo que a ella más que apartarle y tener precaución, le atrae más a él. Se han recogido 31
fragmentos que expresan de manera directa una violencia hacia la mujer, una violencia en la pareja.
Son situaciones de violencia que son justificadas en nombre del amor.

Los fragmentos componen una clara expresión de violencia en la pareja, enmarcada dentro
de un discurso romántico. ¿Se puede justificar todo lo que hemos leído en nombre del amor? Las
palabras hablan por sí solas. Los fragmentos hablan por sí solos. Pero la perspectiva con que se lean
crea un significado diferente. No es lo mismo leerlo bajo el prisma del amor romántico, influenciado
por sus múltiples mitos, que desde una mirada crítica en la que todas estas partes de la narrativa son

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

partes del significado social del amor, de un entramado que subyuga a las mujeres permitiendo la
aceptación de la violencia de género dentro de la pareja.

Como hemos estudiado, la violencia contra la mujer es una violación de los derechos humanos.
La violencia es una de las manifestaciones más claras de desigualdad y de relaciones de poder. En este
punto recuperamos la definición presentada en el marco teórico en el punto 5 publicada por la
declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer (1993):

“Todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un dañ o
fi ́sico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la
libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada”

A lo largo de los 31 fragmentos presentados que recogían la violencia dentro del libro After,
podemos encontrar casi todos (por no decir todos) los aspectos presentados en la definición. Hay
amenazas, coerción, privación arbitraria de la libertad y por supuesto daño físico, sexual y psicológico.

Las primeras ideas del amor y de qué se puede esperar de una relación o pareja, se forman
precisamente en la adolescencia, donde generalmente se inician las primeras relaciones. Hay ideas
sociales que siguen proyectando grandes diferencias entre hombres y mujeres. Un ejemplo muy
clarificador es la expresión de la sexualidad, que también se ve muy bien recogido en el texto
analizado. Se ve cómo los hombres tienen mayor libertad en la expresión de su sexualidad y búsqueda
de placer, no son juzgados ni insultados, al contrario. En contraposición, la mujer si expresa esta
libertad es tachada (con palabras extraídas del análisis) como “puta” “zorra”, etc.

Los libros de literatura romántica juvenil son realmente importantes por el público al que van
dirigidos, especialmente los/as adolescentes, que están en plena construcción y búsqueda de su
identidad. Los/as adolescentes configuran su identidad a través de procesos de negociación con las
narrativas mediáticas. De esta manera, los libros de masas, como lo es After, sirven como realidad que
los adolescentes van absorbiendo.

Por eso, nos hacemos la pregunta de cómo es posible que haya esta expresión tan clara de
violencia en la literatura romántica juvenil. Cómo hemos podido ver, esta narrativa condiciona las
creencias de los/as adolescentes en lo que respecta a las relaciones entre hombres y mujeres,
relaciones de pareja y a los roles de género.

La violencia es un fenómeno complejo, en el que intervienen múltiples factores (individuales,


sociales, contextuales, etc.). Y no puede ser explicada sino a través de ellos. Pero si que cabe destacar

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Victoria Arrieta García

que si, como hemos comentado antes, las primeras ideas sobre el amor y primeras relaciones se
establecen en la adolescencia, etapa de múltiples cambios y búsqueda de identidad, es imprescindible
que sepan identificar los peligros o sentimientos confusos, para evitar que puedan verse inmersos en
relaciones de violencia. Y si los libros de masas son agentes socializadores deberían transformar el
discurso que presentan.

La manera en la que se presenta la narrativa romántica, que representa el ideal del amor
rodeado de sus múltiples mitos, pueden dificultar la identificación de situaciones de violencia o bien
justificarlas e incluso aumentar la permisividad ante las mismas. Y esta justificación y permisividad la
vemos reflejada en los 31 fragmentos. Podemos ver representados en estos 31 fragmentos lo que
definíamos en el marco teórico como violencia física, psicológica y sexual y cómo éstas han sido
justificadas. Estos fragmentos nos pueden llegar a hacer creer que el amor es algo ideal y maravilloso,
aunque llegue a provocar dolor y frustración.

Podemos ver cómo el ideal del amor romántico, que se ha estudiado a lo largo de todo el
trabajo, crea expectativas, significados y pensamientos mantenedores de la violencia. Podemos ver
como este amor romántico hace que las personas tengan expectativas y pensamientos erróneos del
amor y de que se debe esperar de él. Podemos ver cómo este ideal se perpetua en la novela romántica.

El ideal romántico es un reflejo de la sociedad patriarcal en la que vivimos, aquella que


establece relaciones desiguales entre hombres y mujeres. Aprendemos de manera inconsciente las
redes articuladoras del amor romántico. Como hemos podido ver en los resultados del análisis de
contenido, estas relaciones desiguales son legitimadas y perpetradas por la literatura romántica
juvenil, y las personas construimos significados a través de lo que leemos. Los estereotipos de género
que se recrean en los personajes de los libros crean una percepción del género que orienta y guía las
acciones, pensamientos y comportamientos.

Así mismo, como se ha recogido en el marco teórico y como hemos podido observar en los
resultados, el ideal del amor romántico imperante en la sociedad contribuye a mantener una relación
de violencia en la pareja. Es decir, el concepto del amor y su aceptación coadyuva a que se acepte la
violencia, en cualquiera de sus expresiones, dentro de las relaciones de pareja. En definitiva, el
entramado del amor romántico prepara el terreno para que en las relaciones se pueda dar el control,
el abuso, el poder y la violencia.

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

CONCLUSIÓN Y LÍNEAS ABIERTAS

Como hemos podido ver, el patriarcado ha dejado una huella profunda que origina
desigualdades entre hombres y mujeres. Es así cómo se construyen diversos aprendizajes en los que
las mujeres se socializan en un rol de sumisión y aceptación de la supremacía masculina. Estas
desigualdades colocan a las mujeres en una posición de inferioridad en las relaciones de género, e
inciden a la hora de generar violencia de género (Melgar, 2010). Por lo tanto, la violencia está
profundamente arraigada en las relaciones desiguales entre mujeres y hombres.

Las transformaciones sociales no han ido de la mano de las transformaciones culturales sobre
el ser masculino y el ser femenino. Como puede ser que luchemos socialmente con políticas contra la
violencia de la pareja, cómo puede ser que la sociedad se vuelque en la lucha contra la violencia, pero
se sigan publicando novelas, que ha día de hoy, mantienen los mitos del amor romántico y en
consecuencia la aceptación de la violencia en la pareja. Los libros recrean una feminidad y
masculinidad estereotipada, de acuerdo con el sistema heteropatriarcal, como evidencian los
personajes protagonistas de sus obras, cuyas identidades se alimentan de la cultura del pensamiento
amoroso (Gorgas, 2015).

Hemos crecido con las películas Disney, Blancanieves y los siete enanitos, la cenicienta, La
bella durmiente, La sirenita, La bella y la bestia, etc., las cuales nos han enseñado cuál es el propósito
final en la vida de una mujer y el poder del verdadero amor, del amor para siempre, del amor que nos
salvará de las penurias y adversidades. Conforme crecemos esto sigue siendo así, lo central sigue
siendo el amor y encontrar a tu media naranja. Canciones, series, películas, libros…esconden mitos del
amor romántico haciendo que nos creemos inconscientemente “el ideal romántico”.

A lo largo de la narrativa del primer libro After se puede identificar la construcción simbólica
de masculinidad y feminidad, se pueden identificar atributos subjetivos y expectativas asignadas a los
personajes (lenguaje, deseos, identidad, valores, etc). Esta narrativa se puede asemejar a la estructura
de consentimiento del sistema patriarcal en el que vivimos, donde se normalizan prejuicios implícitos
y se presentan discriminaciones indirectas.

En este punto cabe destacar la importancia de los agentes socializadores, tanto en la


trasmisión de roles y estereotipos de género como en la concepción y comportamientos entorno al
amor. Como hemos podido ver en el marco teórico, la socialización enseña a las personas una forma
de ser, actuar y comportarse. Y esta socialización es diferente, dependiendo de si se es hombre o
mujer. Y es así como el aprendizaje social de comportamientos queda como parte del imaginario

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Victoria Arrieta García

colectivo de la sociedad. A través de la socialización son múltiples los conocimientos que se van
adquiriendo, entre ellas, los relacionados con las relaciones interpersonales, relaciones amorosas y de
pareja. Nos enseña cómo debemos enamorarnos, de quién y cómo debe ser la relación. Los libros son
medios socializadores y son mantenedores y perpetuadores de toda esta información y lo hemos
podido observar en el análisis de contenido del primer libro de la saga after.

Tras el análisis de contenido del primer libro podemos concluir que el modelo del amor y los
mitos asociados a él están entre los factores que contribuyen a favorecer y/o mantener la violencia
contra las mujeres en la pareja. Del mismo modo, concluir que los mitos del amor romántico
entrecruzados con los estereotipos de género dejan el terreno fértil para el control, el abuso y la
violencia. Quienes asumen el modelo del amor romántico y los mitos que de él derivan tienen más
posibilidades de ser víctimas de violencia y permitirla. Y esto es así porque se considera el amor y la
relación de pareja como aquello que da sentido a la vida.

Así mismo concluir que, la educación, el reconocimiento e identificación de los mitos


románticos es imprescindible para prevenir relaciones desiguales y tóxicas, para prevenir la búsqueda
y persecución/consecución de los ideales románticos. Los libros son medios escritos de educación,
agentes de socialización, trasmisores de estereotipos, modelos e ideas, y por lo tanto deberían
presentar ese carácter igualitario que la sociedad está tratando de alcanzar.

Por último, antes de cerrar, he de destacar tres líneas de trabajo que nos deja esta
investigación. Una de ellas podría ser si estos libros son escritos por mujeres para mujeres. Y la otra,
porqué las mujeres cuando tienen una relación con un hombre y este hombre entabla conversación
con otra mujer u otro tipo de relación tienden a criticar a la otra mujer. Es decir, porqué en vez de
criticar al hombre centramos nuestra rabia/ira en la mujer. Esto es llamativo porque en terapia se ve
con mucha frecuencia. Un ejemplo clarificador de esto es el fragmento extraído de After:

“Me invaden los celos (…) No me importa lo guapo que esté o lo vulgar que Molly vaya vestida.
No la soporto, con ese ridi ́culo pelo rosa y esa ropa ordinaria. Es una zorra.” Y “Lleva una
camiseta de tirantes y una falda roja de cuero. Sólo estamos a martes y ya ha hecho el zorrón
para toda la semana. Deberi ́a reservarse esos modelitos para los fines de semana.” (pag.243)

Así mismo, otra línea interesante de investigación sería si las nuevas publicaciones de novela
romántica juvenil que parecen trasgresoras de estos ideales (ej. Cincuenta sombras de Grey),
realmente enmascaran este mismo ideal románticos y sus mitos asociados.

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

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ANEXO 1. Contextos de la violencia de género

1. Violencia en la pareja

2. Violencia en los conflictos armados

3. Violencia en la sociedad

3.1. Agresiones sexuales

3.2. Explotación y tráfico de mujeres

4. Violencia en el ámbito laboral

4.1. Acoso sexual

4.2. Bullying / mobbing

5. Violencia en los medios de comunicación

5.1. Expli ́cita: Pornografi ́a; Violencia fi ́sica; Representaciones de violación o de esclavitud
sexual; Utilización de mujeres y niñ as como objetos sexuales

5.2. Impli ́cita: Estereotipos sexistas (imagen de la mujer: como objeto sexual, ama de
casa, “estándar de belleza inalcanzable”, ...)

6. Violencia institucional (perpetrada o tolerada por el estado)

6.1. Fi ́sica

6.2. Emocional

6.3. Sexual

6.4. Aborto o esterilización forzada

7. Violencia en las tradiciones culturales

7.1. Mutilación genital femenina

7.2. Matrimonios precoces

7.3. Cri ́menes por honor

7.4. Cri ́menes por la dote

7.5. Ejecuciones extrajudiciales

7.6. Agresiones con ácido

Fuente: Sanmarti ́n, Molina y Garci ́a (2003, p.12; citada en Bosch, 2004-2007)

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La influencia de la literatura romántica juvenil en la violencia de género. Estudio a través de la saga after.

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