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EFIP II

DERECHO
PRIVADO VI y VII
(FAMILIA Y
SUCESIONES)

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“Grupo la Docta” 3516315046
Sub-Eje Temático 1: PARENTESCO, MATRIMONIO Y UNIONES
CONVIVENCIALES

Parentesco. Efectos jurídicos: Alimentos. Requisitos de exigibilidad.


Beneficiarios y obligados alimentarios. Contenido de la obligación
alimentaria.
Derecho de comunicación: Régimen legal.
Matrimonio: Definición. Requisitos de existencia y validez. Aptitud natural:
Habilidad física y mental. Aptitud legal: Impedimentos. Definición y
clasificación. Deberes de los cónyuges.
Uniones convivenciales: Definición. Requisitos. Registración y prueba.
Pactos de convivencia: Contenido y límites. Cese de la convivencia: Causas
y efectos

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PARENTESCO:

DEFINICIÓN. Art. 529.-


Es el vínculo jurídico existente entre personas en razón de la naturaleza, las
técnicas de reproducción humana asistida, la adopción y la afinidad.

CLASES:
Son cuatro las clases de parentesco:
-Por naturaleza: es el que existe entre dos personas, una de las cuales desciende
de la otra o ambas de un antecesor común.

-Por técnicas de reproducción humana asistida: ―El CCyCN agrega una nueva
causa a las anteriores, esta es las técnicas de fecundación asistida, en la cual la
fuente del parentesco no es la consanguineidad, sino la voluntad procreacional.

-Por afinidad: es el que vincula a una persona con los parientes consanguíneos o
adoptivos de su cónyuge (pero no existe parentesco entre los parientes
consanguíneos de uno u otro cónyuge, ni existe parentesco entre cónyuges).

Adoptivo: existente entre adoptante y/o adoptantes y adoptado (adopción simple,


adopción de integración) o entre el adoptado y sus parientes y los consanguíneos
y afines de los adoptantes (en la adopción plena). El parentesco por adopción se
origina en una sentencia judicial que constituye un vínculo jurídico familiar similar o
igual al que surge de la filiación consanguínea establecida.

CÓMPUTO DEL PARENTESCO.

ARTICULO 530.-Elementos del cómputo. La proximidad del parentesco se


establece por líneas y grados.

ARTICULO 531.-Grado. Línea. Tronco. Se llama:


a) grado, al vínculo entre dos personas que pertenecen a generaciones sucesivas;
b) línea, a la serie no interrumpida de grados;
c) tronco, al ascendiente del cual parten dos o más líneas;
d) rama, a la línea en relación a su origen.

ARTICULO 532.-Clases de líneas.


Se llama línea recta a la que une a los ascendientes y los descendientes; y línea
colateral a la que une a los descendientes de un tronco común.

El ordenamiento legal, para atribuir efectos jurídicos al parentesco, recurre a las


nociones de grado, línea y tronco.
El cómputo del parentesco tiene como objeto regular las distintas relaciones de
parentesco, sobre la base de la cantidad de generaciones que separan un pariente
de otro.
Se llama “grado” al vínculo existente entre una generación y la subsiguiente.

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Se llama “línea” a la serie no interrumpida de grados. Dentro de ésta categoría se
encuentra la ―línea recta‖ que es la existente entre ascendientes y descendientes,
mientras que es ―colateral‖ la de los parientes vinculados a través de un
ascendiente común (art. 532).
Se denomina “tronco” al antecesor del cual derivan dos o más líneas o ramas; su
determinación es de utilidad para establecer la línea colateral consanguínea, que
es aquella que une a parientes que derivan de un antepasado común (hermanos,
tíos y sobrinos o primos). Las ramas, por su parte, tienen incidencia en el derecho
sucesorio por representación (arts. 2428, CCyCN), donde la herencia se distribuye
por rama o estirpe entre los sucesores y representantes, y no por cabeza

Efectos jurídicos del parentesco:

a) Civiles:
En materia matrimonial el parentesco es causal de impedimentos (art. 403, incs.
a], b], c] y d], CCyCN), concede legitimación para oponerse a su celebración (art.
411) y para promover la acción de nulidad (arts. 424 y 425).
En el derecho sucesorio produce múltiples efectos: otorga una porción legitima a
ascendientes, descendientes y cónyuge (arts. 2444 y ss., CCyCN); en la sucesión
intestada, estructura ordenes de preferencia y de exclusiones (art. 2424 y ss.);
genera inhabilidades para el otorgamiento de testamentos por acto público cuando
el escribano o los testigos son parientes del testador (arts. 295 y 2481).

Es fuente de obligación alimentaria entre ascendientes y descendientes, hermanos


unilaterales y bilaterales y parientes por afinidad en primer grado (arts. 537 y 538,
CCyCN), confiere derecho de comunicación (art. 555) a ciertos parientes.
Otorga legitimación para demandar la incapacidad o capacidad restringida (art.
33), solicitar la inhabilitación (art. 48), prestar el consentimiento informado para
actos médicos, si el paciente no es competente para expresar su voluntad (art. 59)
decidir sobre las exequias (art. 61) ejercer las acciones de protección del nombre
en caso de que el interesado haya fallecido (art. 71) recibir los frutos de los bienes
del ausente, para ser designado curador del ausente (art. 83) ser curador de su
padre o hermanos (139) para ser beneficiario de la afectación de la vivienda al
régimen de protección (art. 246 - 250) y debe dar su consentimiento para la
desafectación (art. 255) y para la transmisión de la vivienda afectada (art. 250).
Es fuente de incapacidad para ejercer la tutela dativa (108) para ser tutor de las
personas que sus padre e hijo tienen pleitos (110, inc. h]) para ser integrante del
órgano de fiscalización de las asociaciones civiles en iguales casos que sus
parientes (art. 173) para autorizar como oficial público un acto jurídico que su
pariente hasta el cuarto grado o segundo de afinidad tenga algún interés (art. 291)
para intervenir como testigo en un instrumento público que su pariente o segundo
de afinidad hasta actúe como oficial público (art. 295).
Obliga a denunciar la orfandad o la vacancia de tutela o de referente adulto que lo
proteja (art. 111), otorga preferencia para su discernimiento (arts. 104, párr. 3, y
643) y para la curatela (art. 139).
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Permite invocar el beneficio de competencia (art. 893, CCyCN). Valga recordar
que el beneficio de competencia es un derecho que se otorga a ciertos deudores,
para que paguen lo que buenamente puedan, según las circunstancias, y hasta
que mejoren de fortuna (art. 892).
Diversa legislación complementaria consideran las relaciones de parentesco como
parte de su regulación, como en materia de constitución (afectación) de la vivienda
(art. 246, CCyCN).

b) Penales
El parentesco se presenta en el derecho penal de tres formas; en algunos casos
funciona como elemento integrante del tipo. Así, en el delito de incumplimiento de
los deberes de asistencia familiar (ley 13.944), o bien aparece como agravante en
el homicidio, lesiones, corrupción, promoción o facilitación de la prostitución o
corrupción, abuso deshonesto y abuso de armas; o, por último, configura eximente
de responsabilidad en el caso de delitos de defraudación, hurto, daños y
encubrimiento.

c) Procesales
En esta materia el parentesco es causal de recusación y excusación de
magistrados (arts. 17, CPCCN y CPCC Bs. As.). En cuanto a la capacidad de
tomarle testimonio a un pariente de la parte interesada, en la actualidad se
encuentra dirigida en materia de familia la calidad de testigo excluido de los
consanguíneos y afines en línea recta de las partes, y del cónyuge, aunque
estuviere separado legalmente, consagrado por los códigos procesales. Ya la
jurisprudencia había admitido la declaración de familiares en materia de familia,
sobre todo bajo la figura del testigo necesario, ahora bien el juez puede considerar
que en el caso concreto es preferente el interés de la familia en evitar mayores
discordias que el interés de las partes y la sociedad en alcanzar la verdad material
(art. 711, CCyCN).

d) Otros efectos

En materia laboral, particularmente en el contrato de trabajo, el parentesco


legitima para pedir la indemnización por antigüedad en caso de muerte del
trabajador (art. 248, ley 20.744), y en caso de accidente de trabajo, el art. 18, ley
24.557, confiere a los parientes la posibilidad de percibir las sumas que hubieran
correspondido al trabajador que fallece en un accidente laboral.- En materia
previsional el art. 53, ley 24.241, otorga derecho de pensión preferente al viudo o
viuda, a los convivientes y, a falta de estos, a los hijos solteros y las hijas solteras
o viudas, en todos los casos hasta los 18 años.
En relación con la salud la Ley de Trasplante 24.193 establece en su art. 21 que
―En caso de muerte natural, y no existiendo manifestación expresa del difunto,
deberá requerirse de las siguientes personas, en el orden en que se las enumera
siempre que estuviesen en pleno uso de sus facultades mentales, testimonio
sobre la última voluntad del causante, respecto a la ablación de sus órganos y/o a
la finalidad de la misma.
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a) El cónyuge no divorciado que convivía con el fallecido, o la persona que sin ser
su cónyuge convivía con el fallecido en relación de tipo conyugal no menos
antigua de tres (3) años, en forma continua e ininterrumpida;
b) Cualquiera de los hijos mayores de dieciocho (18) años;
c) Cualquiera de los padres;
d) Cualquiera de los hermanos mayores de dieciocho (18) años;
e) Cualquiera de los nietos mayores de dieciocho (18) años;
f) Cualquiera de los abuelos;
g) Cualquier pariente consanguíneo hasta el cuarto grado inclusive;
h) Cualquier pariente por afinidad hasta el segundo grado inclusive‖.
Con relación a la violencia de género la Ley de Protección Integral a la Mujer
(26.485) establece en su art. 5º: ―Violencia doméstica contra las mujeres: es
aquella ejercida contra las mujeres por un integrante del grupo familiar,
independientemente del espacio físico donde ésta ocurra, que dañe la dignidad, el
bienestar, la integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, la
libertad, comprendiendo la libertad reproductiva y el derecho al pleno desarrollo de
las mujeres. Se entiende por grupo familiar el originado en el parentesco sea por
consanguinidad o por afinidad‖.

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ALIMENTOS

El derecho de alimentos entre parientes tiene su fuente en una disposición


normativa basada en la solidaridad familiar, es de naturaleza asistencial y tiende a
la ayuda reciproca de los miembros de la familia de acuerdo con las necesidades y
posibilidades de cada uno de ellos, sostenido por la protección integral de la
familia y la garantía constitucional que a ella le corresponde —art. 14 bis,
Constitución Nacional—.
Al tratarse de disposiciones que al parentesco hacen referencia no debemos
distinguir entonces, si aquél deriva de la adopción, de la naturaleza o de las
técnicas de reproducción humana asistida. Ideas coincidentes con las nuevas
formas de familia que existen, y el interés de que exista una adecuada protección
para quienes se encuentren en estado de necesidad.

REQUISITOS DE EXIGIBILIDAD DEL DÉBITO ALIMENTARIO:

El derecho alimentario se hace exigible cuando en los hechos convergen


simultáneamente tres requisitos:
 Vínculo familiar: Se trata de un nexo de parentesco en la clase y grado
que origina la obligación alimentaria.
 Necesidad del accionante: El pariente que requiere alimentos deberá
acreditar su situación carenciada, es decir que no está en condiciones de
atender, en todo o en parte, a su propio sostén.
 Potencialidad económica del requerido: El requerido por alimentos debe
disponer de medios o de recursos de tal envergadura que, además de
permitirle satisfacer prioritariamente sus necesidades personales, incluidas
las del grupo familiar conviviente, y los compromisos asumidos, le hagan
posible atender a la alimentación del necesitado requirente.

BENEFICIAROS Y OBLIGADOS ALIMENTARIOS

ARTICULO 537.-Enumeración. Los parientes se deben alimentos en el siguiente


orden:
a) los ascendientes y descendientes. Entre ellos, están obligados preferentemente
los más próximos en grado;
b) los hermanos bilaterales y unilaterales.
En cualquiera de los supuestos, los alimentos son debidos por los que están en
mejores condiciones para proporcionarlos. Si dos o más de ellos están en
condiciones de hacerlo, están obligados por partes iguales, pero el juez puede fijar
cuotas diferentes, según la cuantía de los bienes y cargas familiares de cada
obligado.

ARTICULO 538.-Parientes por afinidad. Entre los parientes por afinidad


únicamente se deben alimentos los que están vinculados en línea recta en primer
grado.
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El art. 537, CCyCN, establece que la obligación recíproca de alimentos se
determina en el orden siguiente: 1º) ascendientes y descendientes, entre ellos
estarán obligados preferentemente los más próximos en grado, y 2º) los hermanos
bilaterales y unilaterales.
En este orden de ideas, existe un orden prioritario para el reclamo de alimentos,
ya que la acción deberá dirigirse contra quienes se encuentren en el primer orden,
y sólo a falta o imposibilidad de ellos podrá demandarse al resto de los parientes.
Se tiene en cuenta quien se encuentra en mejores condiciones de proporcionar los
alimentos, pero atendiendo al deber de contribución, cuando estén en igualdad de
grados, y si dos o más de ellos están en condiciones de proporcionarlos, la
obligación es por partes iguales. Sin embargo el juez puede fijar cuotas diferentes
teniendo en cuenta la cuantía de sus bienes y las cargas familiares de cada uno
de ellos. Un ejemplo de ello se puede dar entre los alimentos de los abuelos tanto
paternos, como maternos.
Ahora bien, el art. 538, CCyCN, impone obligación alimentaria a los parientes
afines que estén vinculados en línea recta en primer grado. Ello significa que los
cónyuges deben alimentos a los parientes consanguíneos en primer grado de la
línea recta del otro, lo cual incluye al yerno o la nuera en relación con sus suegros
o suegras, y los hijos de cualquiera de los cónyuges, si los hijos del otro cónyuge
fueren menores de edad regirá lo dispuesto para el progenitor afín en los arts. 672
a 676 del CCyCN. En todos los casos la obligación es recíproca.
Esta obligación es subsidiaria de la de los parientes enumerados en el art.
anterior, por lo que no procederá el reclamo en caso de que aquéllos existan y no
se demuestre su incapacidad económica.
De ello puede inferirse que cuando para la persona en estado de necesidad de
alimentos no haya legitimados pasivos ascendientes o descendientes, ni
hermanos bilaterales o unilaterales, o bien que no tengan la capacidad económica
para responder, podrá accederse al pariente por afinidad.
Comprende entonces la obligación del suegro y la suegra respecto del yerno o
nuera y la obligación alimentaria entre el hijo y el padre afín.
El parentesco por afinidad subsiste aun disuelto el matrimonio que le dio origen,
circunstancia que ha dado lugar a problemas de interpretación en caso de nuevo
matrimonio del viudo/a o divorciado/a. El interrogante es si se conservan los
derechos que se tienen respecto de los afines del primer matrimonio además de
los creados en el nuevo o, en cambio, habría un orden de prelación, obligando
preferentemente a los del último matrimonio. También puede interpretarse que el
derecho a recibir alimentos de los parientes por afinidad del primer matrimonio se
extingue por aplicación analógica del art. 434, CCiv.
Nos inclinamos, al igual que Bossert, por la última posibilidad esbozada, toda vez
que es la que mejor refleja el nuevo orden de relaciones jurídicas que el
matrimonio posterior crea.

NATURALEZA Y CARACTERES DE LA OBLIGACIÓN ALIMENTARIA

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Como se consignara en párrafos precedentes, la obligación alimentaria entre
parientes se trata de una obligación recíproca, personalísima e intransferible, que
se encuentra toda ella atravesada por el principio de solidaridad familiar.
El derecho y la obligación alimentaria, en general, tienen los siguientes caracteres:
a) Intransmisibilidad: Aunque la norma guarde silencio, el derecho a recibir
alimentos no se transmite a los herederos del que los percibía, y tampoco la
obligación de pagarlos se traslada a los sucesores del alimentante; ni puede ser
ejercido por vía de acción subrogatoria.
b) Irrenunciabilidad: El derecho no puede renunciarse. Debe precisarse, sin
embargo, que tal restricción se refiere al derecho a percibirlos, mas no a la
renuncia a las cuotas ya devengadas, que, como tales, se encuentran en el
patrimonio del que las recibe. Esta salvedad vale también en punto a la
intransmisibilidad, cuando el crédito o la deuda por alimentados devengados forma
parte del patrimonio transmitido a sus herederos (art. 540).
c) Inalienabilidad: El derecho a recibir alimentos se encuentra fuera del comercio
y, como tal, no puede ser objeto de cesión, o transacción, con la misma salvedad
de las cuotas devengadas y no percibidas que pueden ser cedidas. Otra
consecuencia de este principio es la imposibilidad de embargar las sumas que se
reciban y que no pueden ser compensadas con obligación alguna a cargo del
alimentado.
d) Reciprocidad: Si bien no hay norma expresa que establezca la reciprocidad de
los alimentos entre parientes, esta característica se encuentra implícita en la
naturaleza alimentaria.
e) Irrepetibilidad: Los alimentos pagados por el alimentante son irrepetibles
contra el alimentado.

CONTENIDO DE LA OBLIGACIÓN ALIMENTARIA

Art. 541: La prestación de alimentos comprende lo necesario para la subsistencia,


habitación, vestuario y asistencia médica, correspondientes a la condición del que
la recibe, en la medida de sus necesidades y de las posibilidades económicas del
alimentante. Si el alimentado es una persona menor de edad, comprende,
además, lo necesario para la educación.

El art. 541 del CCyCN, establece que la obligación alimentaria abarca los
siguientes los rubros: a) subsistencia; b) habitación; c) vestuario y d) asistencia
médica. Esta última ha sido incorporada a la norma como un gasto ordinario y no
se encontraba en el ordenamiento anterior.
Dicha obligación se extiende a los gastos relativos a la educación, si el alimentado
es un menor de edad. En este caso, este rubro se extingue de pleno derecho a los
18 años, quedando subsistente los demás hasta que cesen las condiciones que
dieron origen al reclamo alimentario.
Para la fijación de la cuota alimentaria se debe tener en cuenta: a) las
necesidades del alimentado y b) la capacidad económica del alimentante.

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Forma y extensión de la sentencia.
Art. 548: Retroactividad de la sentencia:
Los alimentos se deben desde el día de la interposición de la demanda o desde la
interpelación al obligado por medio fehaciente, siempre que la demanda se
presente dentro de los seis meses de la interpelación.

Cese de la obligación alimentaria: Art. 554:


Cesa la obligación alimentaria:
a) Si el alimentado incurre en alguna causal de indignidad.
b) Por muerte del obligado o del alimentado.
c) Cuando desaparecen los presupuestos de la obligación.
La pretensión de cese, aumento o reducción de alimentos tramitarán por el
procedimiento más breve que prevea la ley local.

DERECHO DE COMUNICACIÓN –RÉGIMEN LEGAL

ARTICULO 555.-Legitimados. Oposición. Los que tienen a su cargo el cuidado de


personas menores de edad, con capacidad restringida, o enfermas o
imposibilitadas, deben permitir la comunicación de estos con sus ascendientes,
descendientes, hermanos bilaterales o unilaterales y parientes por afinidad en
primer grado. Si se deduce oposición fundada en posibles perjuicios a la salud
mental o física de los interesados, el juez debe resolver lo que corresponda por el
procedimiento más breve que prevea la ley local y establecer, en su caso, el
régimen de comunicación más conveniente de acuerdo a las circunstancias.

El art. 555 del CCyCN establece reglas sobre el derecho de comunicación


señalando que ―Los que tienen a su cargo el cuidado de personas menores de
edad, con capacidad restringida, o enfermas o imposibilitadas, deben permitir la
comunicación de estos con sus ascendientes, descendientes, hermanos
bilaterales o unilaterales y parientes por afinidad en primer grado. Si se deduce
oposición fundada en posibles perjuicios a la salud mental o física de los
interesados, el juez debe resolver lo que corresponda por el procedimiento más
breve que prevea la ley local y establecer, en su caso, el régimen de comunicación
más conveniente de acuerdo a las circunstancias‖
El CCyCN facilita alienta y protege las relaciones de los ascendientes,
descendientes, hermanos bilaterales o unilaterales y parientes por afinidad, con
los menores y las personas con capacidad restringida y en especial las relaciones
de los nietos con los abuelos y sanciona desalienta y pena a quienes las impiden o
a quienes las ejercen de manera abusiva.
Para favorecer y posibilitar las relaciones entre los ascendientes, descendientes,
hermanos bilaterales o unilaterales y parientes por afinidad y fundamentalmente
entre los niños y sus abuelos el art. 555 del CCyCN dispone que quienes tienen a
su cargo el cuidado de personas menores de edad, con capacidad restringida, o
enfermas o imposibilitadas, deben permitir la comunicación de éstos con sus
ascendientes, descendientes, hermanos bilaterales o unilaterales y parientes por
afinidad.
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La norma busca favorecer las relaciones entre los parientes al tiempo que trata de
impedir que los niños se transformen en ―trofeos‖ en la disputa entre los adultos,
ya que muchas veces ocurre que el progenitor que tiene la custodia del niño
quiera cortar los vínculos del menor con la familia de su otro progenitor y a veces
con la propia e impida las relaciones entre los abuelos y los descendientes.
El régimen establecido por el CCyCN entiende que para el bienestar del menor es
conveniente el contacto con sus mayores y con la familia extendida y es por ello
obliga al padre que tiene la custodia a no impedir el contacto entre ascendientes,
descendientes, hermanos bilaterales o unilaterales y parientes por afinidad y los
menores y personas con discapacidad (art. 557).
Por otra parte si los padres o personas que tienen la custodia impiden el
acercamiento de ascendientes, descendientes, hermanos bilaterales o unilaterales
y parientes por afinidad el juez debe imponer medidas para disuadir esta conducta
negativa y lograr el cumplimiento eficaz de la ley, porque no se quiere un código
lindo sino un código eficaz que sea útil al ciudadano y que no sea una mera
expresión de deseos sino que propugne realidades que sirvan a los adultos
mayores y a los menores de edad.
En otro orden de ideas los abuelos están obligados a prestar alimentos a sus
nietos. Y éstos les pueden reclamar su prestación en el mismo proceso en que se
demanda a los progenitores. Lo que tiende a evitar un doble juicio en orden a la
eficacia a la que antes hacíamos referencia (art. 668).
Las facultades de los abuelos también se ven reflejadas en su capacidad para
impedir la adopción de un nieto cuando el progenitor que lo quiere entregar en
adopción es menor de edad, en este caso el menor no podrá entregar al niño en
adopción sin el consentimiento de su abuelo. Pero al mismo tiempo el Código no
permite que se confundan los roles, en este sentido el abuelo no puede adoptar al
menor y pasar a ser el padre del menor, sino que deberá cuidarlo en su rol de
abuelo y hacerse cargo de su sostén en los límites conferidos por la ley, es decir
como tutor.
Y a su vez los nietos también tienen obligaciones y desde que son menores se
encuentran obligados a respetar a sus abuelos y a cuidarlos en todas las
circunstancias de la vida en que su ayuda sea necesaria (art. 671).
Por otra parte para evitar las injusticias que muchas veces los nietos cometen con
sus mayores, si los abuelos hicieran regalos o donaciones a sus nietos y en su
vejez éstos los desampararan pueden revocar las donaciones realizadas a
quienes se comportan con ingratitud y olvido (art. 1571) y también puede
declararse la indignidad para suceder (art. 2281) porque el CCyCN no protege
conductas mezquinas y abusivas ni comportamientos inmorales que vulneren a las
personas que en razón de sus afectos son generosas con sus nietos.
Además el CCyCN reconoce que la ruptura intempestiva de la estrecha relación
existente entre niños y abuelos puede generar daño moral y es por eso que
legitima a ambos a reclamar daño moral cuando por el accionar doloso o culposo
alguno de ellos pierde injustamente la vida (art. 1741).
Se deja librado a la prudencia de los jueces las modalidades del derecho
otorgado, es decir, la frecuencia de los encuentros, los lugares donde éste se
desarrollará, su duración e inclusive la necesidad de acompañamiento por alguna
otra persona o funcionario judicial en caso de ser necesario.
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Se otorga a los padres la posibilidad de oponerse al pedido de comunicación,
cuando consideraren que ello puede ser perjudicial, estableciéndose que el juicio
de pedido y la eventual oposición tramitará con arreglo al proceso más breve que
prevean las leyes locales.
Dicha oposición deberá ser fundada y estará en cabeza del oponente la carga de
la prueba que la comunicación con la persona que la pretende puede ocasionar un
perjuicio grave en el niño, niña o adolescente.

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DERECHO MATRIMONIAL
MATRIMONIO
DEFINICIÓN:
El matrimonio en el Derecho Civil argentino hasta el año 2010 era considerado la
unión de un hombre y una mujer con el fin de llevar a cabo un proyecto de vida en
común basado en la asistencia recíproca y la procreación y educación de la prole.
Este concepto surgía de la historia, tradición y los valores comunes del derecho
occidental.

En el año 2010 se sancionó la Ley de Matrimonio entre Personas del Mismo Sexo
(26.618) y a partir de allí el concepto de matrimonio varió fundamentalmente
porque se desvinculó su noción de los conceptos históricos y tradicionales y se la
ligó a la libertad de sus contrayentes para lograr poner en práctica su proyecto de
vida. Así el fin del matrimonio dejó de ser la procreación; ya que no es posible
entre los miembros de la pareja del mismo género sexual.

Todas las definiciones de matrimonio conocidas hasta la sanción de la ley 26.618


aluden a la unión de hombre y mujer.
Borda, siguiendo la clásica definición de Portalis, lo define como ―sociedad del
hombre y la mujer que se unen para perpetuar su especie, para ayudarse, para
socorrerse mutuamente, para llevar el peso de la vida y compartir su común
destino” y aclara que “la familia ha dejado de ser una unidad política o económica,
limitándose a su función biológica y espiritual. Reducida al pequeño círculo de
padres e hijos, es el centro de procreación, de formación moral de los niños, de
solidaridad y asistencia recíproca‖.

Prayones lo define como ―institución social mediante la cual se establece la unión


entre dos personas de distinto sexo, para realizar la propagación de la especie y
los demás fines materiales y morales necesarios para el desarrollo de la
personalidad.‖

Mazzinghi afirma que es una ―Comunidad de vida entre dos personas por libre
decisión de su voluntad y con carácter indisoluble, con el objeto de procrear hijos y
de educarlos y asistirse recíprocamente‖.

Gangi, seguido por Zannoni, define al matrimonio como “la unión del hombre y de
la mujer para formar una familia legítima‖.

También alude al matrimonio como unión heterosexual la definición de la Real


Academia Española, diciendo que éste es ―una unión de hombre y mujer
concertada mediante determinados ritos o formalidades‖.

Cabe señalar que esta definición no fue cambiada tras la aceptación en España
del casamiento entre homosexuales.
A partir de la modificación legislativa que permite casarse a personas de igual
sexo, el concepto jurídico del matrimonio varía ya que deja de estar asociado a la
diversidad sexual.
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En tal sentido, ha de entenderse por matrimonio ―la unión civil formal de dos
personas, que aceptan someterse a un estatuto legal imperativo, constitutivo de un
estado civil‖.
Podemos diferenciar el matrimonio acto del matrimonio estado:
� El matrimonio acto es el acto jurídico familiar que tiene por fin inmediato
establecer relaciones conyugales y que una vez celebrado se traduce en deberes
y derechos interdependientes y recíprocos.
� El matrimonio estado es la relación jurídica familiar emergente del acto de
celebración del matrimonio.
Advertimos que el cambio conceptual del matrimonio, por una parte pone el acento
en la libertad de los contrayentes de someterse al régimen matrimonial, situación
que dan a conocer mediante el registro del acto en el registro civil, y por otra parte,
es un concepto neutro al sexo.
Se diferencia de esta manera a las parejas que prefieren vivir su relación
libremente, de aquellas que legalizan su unión aceptando deberes y derechos a
partir de la inscripción de su manifestación de voluntad frente a las autoridades del
registro civil.
Creemos que a partir de la aceptación legal del matrimonio entre personas de
igual sexo, al definir al matrimonio ha de omitirse cualquier mención que lo
relacione con conceptos sacros, históricos, o ius naturalistas, como con la
diferenciación sexual, ya que por voluntad del legislador, el casamiento ha pasado
a ser una institución indiferente a la diversidad natural de hombre y mujer, neutra a
todo componente femenino y masculino, basada en la autodeterminación de la
libertad personal de acogerse o no acogerse a un sistema imperativo, que regula
sus relaciones personales y patrimoniales.
El aumento en la autonomía de la voluntad reside en permitir que quienes se
sienten atraídos por personas de igual sexo puedan adherir al régimen matrimonial
imperativo.

Caracteres

a. Unidad
Las sociedades occidentales han estructurado la unión a partir de la monogamia, o
sea, la imposibilidad legal para toda persona de contraer más de un matrimonio,
en tanto no se hubiera disuelto su matrimonio anterior. Lo dicho no implica
desconocer que en determinadas culturas la poligamia y la poliandria son
aceptadas, pero esos vínculos, aun válidos en su lugar de celebración, carecen de
efectos en la República por oponerse al orden público interno. (2600, CCyCN).

b. Estabilidad o permanencia
El matrimonio es una institución concebida como permanente, no puede ser
contraído con un plazo de duración y su estabilidad está asegurada por la ley.
Mientras los cónyuges no decidan ponerle fin por una causa y vía legal, la unión
se mantiene en el tiempo. Este carácter no debe confundirse con la indisolubilidad
del vínculo, ya que aun cuando la pareja tenga la posibilidad del divorcio vincular,
ello no excluye la permanencia del vínculo mientras no se produzca aquel
supuesto en legal forma.
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c. Legalidad
El matrimonio, como acto jurídico, humano y voluntario en los términos del art.
259, CCyCN, es un acto libre y personalísimo de los contrayentes, puesto que el
consentimiento de ambos es condición de existencia del acto, conforme lo
establece el art. 406, CCyCN, y la Convención de Nueva York de 1962 (ley
18.444). Para su celebración deben coexistir las condiciones exigidas a las
personas de los contrayentes, su consentimiento y demás solemnidades que
establece la ley para garantizar la regularidad del acto y el control de legalidad que
ejerce el oficial público encargado del Registro Civil.

REQUISITOS DE EXISTENCIA Y VALIDEZ

FORMA
En la Argentina sólo se admite el matrimonio Civil, mientras que en otros países se
acepta el matrimonio civil y el religioso (Gran Bretaña, Estados Unidos, España,
Israel, Portugal, etc.).

ELEMENTOS DE EXISTENCIA
El acto jurídico matrimonial está constituido no sólo por el consentimiento de los
contrayentes sino también por el acto administrativo que implica la intervención de
la autoridad competente para celebrar el matrimonio, de tal manera es posible
afirmar que la estructura del acto jurídico matrimonial resulta de ambos actos que
le dan existencia.
Los elementos estructurales del acto son condiciones de existencia:
 el pleno y libre consentimiento
 prestado ante autoridad competente
El art. 406 establece que: Para la existencia del matrimonio es indispensable el
consentimiento de ambos contrayentes expresado personal y conjuntamente ante
la autoridad competente para celebrarlo, excepto lo previsto en este Código para
el matrimonio a distancia. El acto que carece de este requisito no produce efectos
civiles.

Consentimiento
El consentimiento es la manifestación de voluntad de los contrayentes de querer
celebrar el matrimonio. Éste debe ser prestado personalmente y en forma
conjunta.
Si falta la manifestación de voluntad el matrimonio es inexistente, mientras que si
el consentimiento no es pleno, por haber sido prestado sujeto a plazo, cargo o
condición, el matrimonio existe y la condición se tendrá por no expresada (art.
408).
Si el consentimiento no es libre, el matrimonio resulta afectado con nulidad relativa
por vicios del consentimiento (art. 425, inc. c]), pero existe e incluso puede ser
convalidado.

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El consentimiento debe ser prestado personalmente, como acto libre y
personalísimo, y además, en forma conjunta por ambos contrayentes, con la
salvedad de los casos de matrimonio a distancia, regulados en el art. 422.

Intervención del oficial público


El consentimiento debe ser expresado personal y conjuntamente por los
contrayentes ante la autoridad competente para celebrar el matrimonio, esto es,
ante el oficial público encargado del Registro Civil.
Para su celebración, deben coexistir las condiciones exigidas a las personas de
los contrayentes, su consentimiento y demás solemnidades que establece la ley
para garantizar la regularidad del acto y el control de legalidad que ejerce el oficial
público encargado del Registro Civil.
Establecidas así las condiciones de existencia del matrimonio, se corresponden
dos supuestos de inexistencia: Cuando falta el consentimiento o cuando no es
prestado ante el oficial del Registro Civil.

Falta de consentimiento
La falta absoluta de consentimiento puede resultar tanto en el caso de que uno de
los contrayentes lo negase en el acto de celebración y no obstante se asiente en
el acta su respuesta afirmativa, como también en supuestos menos evidentes. Tal
sería el caso del consentimiento prestado por apoderado, ya que aquél debe ser
prestado en forma personal; en el matrimonio a distancia, cuando el ausente ha
dado su consentimiento para contraer matrimonio con una persona distinta de la
que concurre a la celebración; o bien cuando uno de los contrayentes o ambos
aparentan una identidad falsa, constando en el acta como casados quienes no
concurrieron personalmente a la ceremonia.
Esto último, al igual que en el caso del matrimonio a distancia, no debe
confundirse con el error sobre la identidad de la persona civil —que torna anulable
el matrimonio—, dado que en este supuesto existe consentimiento, pero se
encuentra viciado por el error, como sería el matrimonio a distancia contraído con
un homónimo.

Falta de expresión del consentimiento ante el oficial público competente

Dado que el acto matrimonial constituye un acto jurídico complejo que se integra
con el consentimiento de los contrayentes y el control de su legalidad por parte del
oficial público encargado del Registro Civil, la falta de este último requisito acarrea
la inexistencia del matrimonio.
El matrimonio es inexistente cuando, por ej., se presta el consentimiento por
escritura pública; o en forma privada ante testigos; o bien cuando sólo se celebra
el matrimonio en forma religiosa.
Ahora bien, el CCyCN, en su art. 407, contempla la hipótesis de incompetencia de
la autoridad que celebra el acto, en este caso la existencia del matrimonio no
resulta afectada por la incompetencia o falta del nombramiento legítimo de la
autoridad para celebrarlo, siempre que al menos uno de los cónyuges hubiera
procedido de buena fe, y aquellos ejercieran sus funciones públicamente.

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El artículo regula dos supuestos diferentes, por un lado la incompetencia del oficial
público y por otro el nombramiento ilegítimo de la autoridad para celebrarlo.
En cuanto al primero de los aspectos es difícil comprender la inteligencia de la
norma, la competencia del oficial público se determina por razones de índole
territorial, así, y a modo de ejemplo, el oficial del Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas de San Isidro es competente para celebrar
matrimonios en esa ciudad e incompetente para celebrarlos en otras localidades.
Tal vez la norma haya querido regular el caso donde, los cónyuges sin domicilio
en determinada localidad hayan querido celebrar matrimonio allí, pero ese no es
un caso de incompetencia del oficial público.
El otro supuesto previsto es aún más difícil de comprender, ¿cuál sería el
supuesto de nombramiento ilegítimo del funcionario público?
Se nos ocurre el caso de un funcionario nombrado por un gobierno que hubiere
usurpado el poder, mas no sabemos de casos donde se haya planteado la
inexistencia del matrimonio porque el oficial público fue designado por la última
dictadura militar.

APTITUD NATURAL: HABILIDAD FÍSICA Y MENTAL

La ley requiere para contraer matrimonio, cierta madurez.


El art. 403 inc. f, establece que es impedimento para contraer matrimonio tener
menos de 18 años.
Para el caso de los adolescentes que tienen entre 16 y 18 años, expresa el art.
404 que ellos pueden contraer matrimonio con autorización de sus representantes
legales.
Si los padres o uno de ellos se niegan a prestar el consentimiento,
supletoriamente debe decidir el juez.
Distinto es el caso de los menores de 16 años, para el cual la ley exige, como
requisito ineludible, la dispensa judicial. La dispensa judicial en materia
matrimonial es el mecanismo mediante el cual una autoridad competente procede
al ―levantamiento de la prohibición que obstaculiza el matrimonio‖.
A los fines de obtener la dispensa judicial, la norma establece que el juez debe
mantener una entrevista personal con los pretensos contrayentes y sus
representantes legales, en donde el juez indagará acerca del conocimiento y
entendimiento de los efectos tanto patrimoniales como personales del acto jurídico
matrimonial que tengan los adolescentes.
Mención especial merece el caso configurado por el pretenso matrimonio entre el
tutor o sus descendientes con la persona bajo su tutela. En este caso, se
profundizan los recaudos legales, y no bastará que el juez arribe a la convicción
sobre la conveniencia de las nupcias, sino que, además, requerirá que estén
aprobadas las cuentas de la tutela. Este recaudo obedece a la necesidad de
proteger el patrimonio del pupilo, impidiendo que el tutor o sus descendientes
puedan aprovecharse del matrimonio para no rendir debidamente las cuentas de
la misma. Si no obstante, el tutor o sus descendientes contrajeren matrimonio sin
estar aprobadas las cuentas de la tutela, corresponde la sanción descripta en el

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art. 403 in fine, que establece que el tutor perderá la asignación que le
corresponda sobre las rentas del pupilo.

Habilidad mental
Si bien el art. 403 inc. g establece, como impedimento matrimonial, ―la falta
permanente o transitoria de la salud mental que le impide tener
discernimiento para el acto matrimonial‖, a este impedimento hay que
complementarlo con lo dispuesto en el art. 405, el cual, bajo el paradigma no
discriminatorio, y respetando la ley de salud mental y los principios de Naciones
Unidas para la protección de enfermos mentales y para el mejoramiento de la
atención de salud mental, establece que las personas que padezcan afecciones
en su salud mental puedan celebrar el matrimonio, previa dispensa judicial.

Los requerimientos para otorgar dicha dispensa son:


Intervención de equipos interdisciplinarios
Entrevista personal:

Aptitud legal: Impedimentos. Concepto. Clasificación

Concepto:
Los impedimentos son prohibiciones establecidas por la ley que afectan a las
personas para contraer matrimonio, que se encuentran predeterminadas por el
legislador.

Clasificación:
a. Impedimentos dirimentes e impedientes
Esta clasificación reconoce su origen en el derecho canónico (canon 1036 del
Código de 1917 y canon 1073 del Código de 1983) y se refiere a la índole de la
sanción a la que da lugar la inobservancia del impedimento.
Son dirimentes aquellos cuya violación habilita el ejercicio de la acción de nulidad
del matrimonio, por lo cual se considera que es un obstáculo para la celebración
de un matrimonio válido.
Se llama impediente a aquel que no dando lugar a la nulidad del matrimonio, se
resuelve en una sanción de otro tipo, o simplemente cumple una función
preventiva, obligando al oficial público advertido de su presencia a no celebrar el
matrimonio, ya que, de celebrarse, su inobservancia acarrearía consecuencias
civiles y eventualmente sanciones administrativas para el funcionario interviniente,
pero ello sin provocar la invalidez del matrimonio. Ello sin duda se inspira en la
aplicación del favor matrimonio, principio que concede un trato especial de
protección al matrimonio en orden a la conservación de su esencia y
mantenimiento de sus finalidades.

b. Absolutos o relativos

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Atiende a la extensión del impedimento respecto de las personas con las cuales
no permite casarse. Así, son absolutos aquellos que obstan a la celebración del
matrimonio con cualquier persona, como, por ej., la falta de edad legal o el
matrimonio anterior mientras subsista. En cambio, hay impedimentos relativos que
representan una prohibición sólo respecto de determinadas personas
comprendidas en dicho obstáculo, tales como el parentesco o el crimen.

c. Perpetuos o temporales
Fundada en la subsistencia en el tiempo del impedimento, esta clasificación no
trasciende mayormente en nuestro derecho, al menos no con la importancia que
posee en el canónico, en el cual los impedimentos temporales no obstan a la
convalidación simple del matrimonio una vez desaparecidos. Ejemplo clásico del
impedimento perpetuo es el parentesco. En cambio, la falta de edad legal está
sujeta a extinguirse por el transcurso de un determinado lapso.

d. Dispensables e indispensables
Si el impedimento puede ser removido a través de su dispensa por la autoridad, se
lo denomina dispensable, verbigracia la falta de edad nupcial (art. 404) y la falta de
salud mental (art. 405). El resto de los impedimentos que no son susceptibles de
ser removidos se denominan indispensables.

IMPEDIMENTOS DIRIMENTES
ARTICULO 403.-Impedimentos matrimoniales. Son impedimentos dirimentes para
contraer matrimonio:
a) el parentesco en línea recta en todos los grados, cualquiera que sea el origen del
vínculo;
b) el parentesco entre hermanos bilaterales y unilaterales, cualquiera que sea el origen
del vínculo;
c) la afinidad en línea recta en todos los grados;
d) el matrimonio anterior, mientras subsista;
e) haber sido condenado como autor, cómplice o instigador del homicidio doloso de uno
de los cónyuges;
f) tener menos de dieciocho años;
g) la falta permanente o transitoria de salud mental que le impide tener discernimiento
para el acto matrimonial.

a. Parentesco en línea recta en todos los grados y entre hermanos


bilaterales y unilaterales, cualquiera sea el origen del vínculo
El parentesco como impedimento matrimonial encuentra fundamentos de orden
natural y cultural. Desde la antigüedad se han reconocido las razones biológicas,
eugenésicas y éticas contra el incesto.
El art. 403 del CCyCN en sus incs. a) y b) determina los distintos supuestos de
parentesco entre los futuros contrayentes constituyentes de impedimentos.
Entre parientes en línea recta, la prohibición comprende a ascendientes y
descendientes sin limitación (inc. a).
En línea colateral, prohíbe la celebración del matrimonio entre hermanos
unilaterales o bilaterales (inc. b), diferenciándose así de otras legislaciones

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comparadas, que extienden el impedimento, si bien con carácter dispensable, a
colaterales de tercero e incluso cuarto grado. La letra del inc. b del art. 403 del
CCyCN permite la celebración del matrimonio entre primos y entre tíos y sobrinos.
Los incs. a y b del art. 403 del CCyCN en su párrafo final rezan: ―cualquiera que
sea el origen del vínculo‖. De esta manera, se incluye tanto a la filiación por
naturaleza, las técnicas de reproducción humana asistida como la adopción.
El impedimento de parentesco por consanguinidad, siguiendo la clasificación
enumerada anteriormente, es permanente (por serlo el parentesco), relativo, de
base ética, dirimente no dispensable y la consecuencia de su violación es la
nulidad absoluta.

b. Parentesco por afinidad


Entre los afines, comprende la línea recta en todos los grados (inc. c). Están
comprendidos, por lo tanto, todos los ascendientes y descendientes de quien fuera
cónyuge del contrayente. No hay obstáculo para el matrimonio con afines en línea
colateral.
El impedimento que deriva del parentesco por afinidad subsiste después del
divorcio que es cuando tiene sentido porque antes del divorcio el impedimento
está constituido por la bigamia que deriva del matrimonio existente.
El impedimento se extingue en caso de anulación del matrimonio que le dio origen
al parentesco. En definitiva el impedimento es relativo, dirimente, no dispensable,
de base ética y su violación comporta la anulación, con nulidad absoluta del
vínculo. En cuanto a su permanencia podemos afirmar que es permanente, dado
que permanente es también el parentesco por afinidad.

c. Ligamen
El matrimonio anterior, mientras subsista, es impedimento para un nuevo
casamiento (inc. d) y su violación es causa de nulidad absoluta.
Dicha prohibición ha sido recogida por todas aquellas legislaciones que consagran
como principio el matrimonio monogámico independientemente de la posibilidad
de que se admita, o no, la disolución del matrimonio en vida de los esposos. Cabe
señalar que la poligamia es excepcional en el mundo occidental, pero es aceptada
en los regímenes jurídicos que, bajo la influencia de la cultura islámica, aceptan la
pluralidad de esposas. La poligamia es contraria a la igualdad de sexos en el
matrimonio porque a la mujer no se le permite tener dos maridos. La poligamia en
definitiva es contraria a nuestra moral y a los tratados de derechos humanos, que
consagran la igualdad.
Si existió un matrimonio anterior, éste debió haber sido disuelto, sea por muerte de
uno de los cónyuges, sentencia firme de ausencia con presunción de fallecimiento
o divorcio declarado judicialmente, para que se pueda contraer otro matrimonio
válidamente.
Conforme el actual ordenamiento, en el caso de la ausencia con presunción de
fallecimiento, la sentencia firme produce directamente la disolución del vínculo (art.
435, inc. b), a diferencia del CCiv. Sustituido que establecía como causal de
disolución el matrimonio que contrajere el cónyuge del declarado ausente con
presunción de fallecimiento (art. 213, inc. 2º, CCiv.).

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Este impedimento tiene carácter absoluto, no dispensable, transitorio y su
violación acarrea la nulidad absoluta. Desaparece el impedimento con la
disolución del vínculo, esto es por la muerte de uno de los cónyuges, el divorcio
vincular.

d. Crimen
El condenado como autor, cómplice o instigador del homicidio doloso de uno de
los cónyuges está impedido de contraer matrimonio con el supérstite. El
impedimento existe aún en el caso de que el homicidio hubiere sido perpetrado sin
intención de casarse con el supérstite, sino por cualquier otro motivo, ya que la ley
nada exige sobre las intenciones del autor, y además por considerar inaceptable
que éste tome provecho de una situación que él mismo provocó con su accionar
delictivo. Son condiciones para el impedimento, en primer lugar, la existencia de
un homicidio consumado, seguido por la calificación de la conducta del autor, la
cual debe ser dolosa. Quedan, por tanto, excluidos del impedimento los supuestos
de tentativa, homicidio culposo, preterintencional, legítima defensa, o aquellos de
los cuales resulta que el autor es inimputable.
Con esta nueva redacción ha quedado zanjada la discusión de la doctrina sobre la
exigencia de condena criminal ya que claramente inc. e) del art. 403 CCyCN dice
―haber sido condenado como autor, cómplice o instigador del homicidio doloso de
uno de los cónyuges.
Este impedimento tiene carácter relativo, permanente, no dispensable y su
violación desemboca en la anulación del vínculo, con nulidad absoluta.

e. Falta de edad nupcial


La Ley de Matrimonio Civil estableció, como límite mínimo para contraer
matrimonio, 12 años de edad para la mujer y 14 para el hombre, que fueron
elevados a 14 y a 16, respectiva mente, por la ley 14.394. Con el inc. 5º del art.
166 (texto según ley 23.515) no se permitía a la mujer contraer matrimonio si era
menor de 16 años y al hombre si era menor de 18. La ley 26.449 modificó el texto
del mencionado inc. 5º del art. 166 y equiparó la edad del varón y la mujer en los
18 años, postura que mantiene el art. 403 del CCyCN. Se trata de un impedimento
dispensable (art. 404). El impedimento de ―falta de edad‖ es absoluto, transitorio,
dirimente con sanción de nulidad relativa y es el uno de los dos impedimentos en
la legislación argentina ―dispensable‖.

f. Falta de salud mental


El matrimonio, como acto libre y voluntario, presupone el discernimiento de los
contrayentes, por lo que el derecho comparado coincide en señalar a la falta de
salud mental, como un factor que obsta a su celebración válida; en algunos casos
se lo menciona como impedimento dirimente, y en otros, sólo como un vicio del
consentimiento que produce la nulidad del vínculo.
El inc. g) del art 403 del CCyCN establece como impedimento ―la falta permanente
o transitoria de salud mental que le impide tener discernimiento para el acto
matrimonial‖.
Recientemente la República Argentina ha ratificado la Convención de la
Organización de las Naciones Unidas denominada ―Convención sobre los
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Derechos de las Personas con Discapacidad‖ (ley 26.378, BO 9/6/2008). En ella
se incluye a la discapacidad mental y en su art. 23, inc. a), se reconoce el derecho
a casarse sobre la base del consentimiento libre y pleno.
En estas condiciones, el impedimento aparece adaptado a la legislación
supranacional, ya que en el art. 405, se dispone que el matrimonio puede
celebrarse previa dispensa judicial, en caso de que conserven capacidad para dar
consentimiento matrimonial. Es destacable la sustitución terminológica del
concepto ―privación de razón‖ por ―falta permanente o transitoria de salud mental‖,
acorde con los Tratados Internacionales ratificados por nuestro país y con la
constitucionalización del derecho privado. El impedimento de ―falta permanente o
transitoria de salud mental‖ es absoluto, transitorio o permanente, dirimente con
sanción de nulidad relativa y es el uno de los dos impedimentos en la legislación
argentina ―dispensable‖.

IMPEDIMENTOS IMPEDIENTES:

Son aquellos que impiden la celebración del matrimonio, mas si éste se celebra de
todas formas no pude ser decretada su nulidad, ellos son:

FALTA DE APROBACIÓN DE LAS CUENTAS DE LA TUTELA


El CCyCN unificado en su art. 404 que antes transcribiéramos conserva la
prohibición de celebración de matrimonio entre el tutor y/o sus descendientes con
su pupilo/a, mientras no hayan sido aprobadas las cuentas de la administración.
La norma encuentra su fundamento en la necesidad de evitar que una
administración irregular de los bienes del menor, por parte del tutor, pueda ser
encubierta por el matrimonio entre ambos, y encuentra antecedentes en el
derecho romano.
El texto lleva a consecuencias excesivas, pues dos personas plenamente capaces
—un hijo o nieto del tutor, mayor de edad, y la ex pupila, igualmente mayor—
pueden verse impedidos de contraer matrimonio por la actitud unilateral del ex
tutor.
La sanción para el tutor, en caso de contravenirse la prohibición legal, consiste en
la pérdida del derecho a obtener la retribución sobre las rentas del pupilo,
conforme con lo establecido en el art. 129, inc. d).

ENFERMEDAD VENÉREA EN PERÍODO DE CONTAGIO


Las leyes 12.331 para los varones y 12.668 para las mujeres establecen que
ambos deben realizarse exámenes prenupciales a los efectos de conocer la
existencia de enfermedades venéreas en período de contagio. Estos eran los
denominados impedimentos eugenésicos y pretendían evitar la transmisión de la
enfermedad. Anteriormente se habían prohibido celebrar matrimonios a los
enfermos de lepra.
El art. 416 del CCyCN, no establece que los cónyuges deben presentar este
certificado de realización del examen para contraer matrimonio, sin embargo las
leyes que mencionábamos no han sido derogadas. Azpirí sostiene que esos
certificados ya no resultan exigibles.

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DEBERES DE LOS CÓNYUGES

Los efectos personales del matrimonio se encuentran en diversas normas del


Código. Los fundamentales surgen del art. 431 y 432 del CCyCN, aunque hay
otros efectos personales en los capítulos referentes al nombre, a la filiación y a la
responsabilidad parental.
El CCyCN regula los deberes y derechos matrimoniales conforme a una filosofía
de respeto a la autonomía de la voluntad que parte de considerar que son los
cónyuges quienes deben determinar a qué quieren obligarse durante su relación
matrimonial.
Los deberes y derechos personales que el matrimonio genera son:
 El deber de establecer un proyecto de vida en común.
 El deber de cooperación.
 El deber de convivencia.
 El deber de prestarse asistencia recíproca.
 El deber moral de fidelidad.
 El deber de alimentos.
Estos deberes surgen de la lectura en conjunto de los arts. 431 y
432 del CCyCN que establecen: ―
ARTICULO 431.-Asistencia. Los esposos se comprometen a desarrollar un proyecto de
vida en común basado en la cooperación, la convivencia y el deber moral de fidelidad.
Deben prestarse asistencia mutua.
ARTICULO 432.-Alimentos. Los cónyuges se deben alimentos entre sí durante la vida en
común y la separación de hecho. Con posterioridad al divorcio, la prestación alimentaria
sólo se debe en los supuestos previstos en este Código, o por convención de las partes.
Esta obligación se rige por las reglas relativas a los alimentos entre parientes en cuanto
sean compatibles.
La redacción de los arts. 431 y 432 del CCyCN modifican sustancialmente las
normas originarias contenidas en el CCiv. que establecían como derechos-
deberes recíprocos de los esposos: la fidelidad (art. 198), la cohabitación (arts.
199 y 200), la asistencia y los alimentos (arts. 198, 207 a 209 y 231).

Son deberes mínimos


Los derechos y deberes que se establecen en el CCyCN son los deberes mínimos
o básicos que deben regir la comunidad de vida entre los cónyuges y que hacen a
la esencia de la institución.
El CCyCN regula solamente los aspectos que se han considerado imprescindibles
para la existencia del matrimonio, más allá de los cuales corresponde a los
cónyuges en cada matrimonio su determinación, dando lugar, prácticamente, a
tantas configuraciones concretas en cuanto a su contenido y su ejercicio, como
matrimonios existan.
En otras palabras, a través de la regulación de los derechos y deberes
matrimoniales el legislador no ofrece un modelo único de comportamiento
matrimonial, sino que se limita a establecer las normas básicas de la relación
conyugal, dejando librado a la libertad personal la fijación de los compromisos a
los que quieran sujetar la pareja.

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Son deberes imperativos
En principio, estos deberes son imperativos y no son modificables por la voluntad
de las partes. En tal sentido sería nulo un pacto que antes de la celebración del
matrimonio o durante su vigencia estableciera que los cónyuges no se encuentran
obligados al deber moral de fidelidad. Justamente por su condición de moral, este
pacto sería contrario a la moral e irremediablemente nulo. Si se fijara un pacto de
esta naturaleza no se podría hacer valer ni entre los cónyuges, ni frente a terceros.
Decimos que en principio son imperativos porque el deber de convivencia puede
ser dejado de lado en algunos casos por los cónyuges, como veremos al
explicarlo.

Son deberes recíprocos


Esto implica que ambos cónyuges son acreedores y deudores de esos deberes y
que ambos están obligados en igual medida a su respeto.

Son incoercibles, salvo el deber de alimentos


Por su naturaleza personalísima estos deberes derechos son incoercibles, ya que
no puede obligarse por la fuerza a establecer un proyecto de vida en común, ni a
desarrollar el proyecto de vida común establecido, y tampoco se puede ejercer
coerción para lograr la cooperación, ni la asistencia espiritual.
En el régimen del CCiv. el incumplimiento de los deberes del matrimonio era
causal de divorcio por culpa, mientras que en el sistema del CCyCN, las faltas a
los deberes matrimoniales probablemente desemboque en un divorcio; pero no
hay necesidad de probar el incumplimiento del deber, ni de invocarlo y su violación
no va a tener consecuencias en orden a los efectos que genera el divorcio, ya que
al desaparecer el divorcio por causa también desaparecen las ventajas que el
cónyuge inocente tenía en el divorcio por culpa.
Es decir que en el sistema jurídico que surge a partir de la vigencia del CCyCN,
los deberes conyugales, carecen prácticamente de relevancia jurídica, con la única
excepción del deber de alimentos, ya que su incumplimiento no provoca
prácticamente ninguna consecuencia jurídica, ni se conceden mecanismos de
reacción al cónyuge cumplidor, ni el cónyuge incumplidor afronta ninguna sanción
jurídica relevante por su incumplimiento. De allí que Carlos Martínez de Aguirre en
el derecho español señale la tendencia de calificar esos deberes como deberes de
naturaleza ética moral, o social, pero no como deberes jurídicos.

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UNIONES CONVIVENCIALES

DEFINICIÓN:
Tradicionalmente la doctrina ha denominado a este tipo de uniones como
concubinato, denominación de origen romano que resulta generalmente aceptada
tanto por la doctrina como en el conocimiento popular del instituto. También se la
ha denominado "unión de hecho", "unión libre", "matrimonio aparente" o
―convivencia more uxorio‖.
El Código Civil y Comercial se inclina por denominarlas "uniones convivenciales".
Los autores del proyecto explican que se ha decidido expresamente suprimir la
palabra "concubinato" por entender que ella tiene un contenido peyorativo.
En el art. 509 se la define como la "unión basada en relaciones afectivas de
carácter singular, pública, notoria, estable y permanente de dos personas que
conviven y comparten un proyecto de vida común, sean del mismo o de diferente
sexo".
En la definición se mezcla la noción de la unión con sus caracteres.
Entendemos que debieron separarse los conceptos.
La doctrina anterior al nuevo código había definido a este tipo de uniones
haciendo hincapié en la ―comunidad de vida‖ o ―vida marital‖, la definición del 509
que analizamos, en cambio, introduce el concepto de "relaciones afectivas" que
resulta más amplio y puede referirse a situaciones que no coinciden con la vida en
pareja.
Se ha agregado por el Congreso de la Nación el término ―convivencia‖ en la
definición, éste no se encontraba presente ni en el Anteproyecto de la Comisión
Redactora ni en el Proyecto remitido al Poder Legislativo. Consideramos
importante este agregado ya que el instituto se configura en la convivencia, por lo
tanto ella no podía soslayarse en la definición.
En cuanto a los caracteres de la unión la nueva norma enumera
los siguientes: a) singular; b) pública; c) notoria; d) estable y d) permanente.
La unión es singular ya que no se podrá tener más de una, ni tampoco podrá
estarse unido en matrimonio y en unión convivencial al mismo tiempo. La
singularidad implica que la totalidad de los elementos que constituyen la unión
convivencial debe darse solamente entre los dos sujetos; pero no se destruye la
singularidad por el hecho que alguno de esos elementos se dé entre uno de los
concubinos y otro sujeto, en la medida en que ello resulte un hecho circunstancial.
Por ejemplo: la singularidad no se destruye si el conviviente mantiene una
momentánea relación sexual con otra mujer, o si la conviviente le es infiel en un
momento dado al conviviente.
Entendemos que los caracteres enumerados por separado como "pública" y
"notoria" en realidad responden a un único concepto que es el de comportarse
socialmente como una pareja.

La unión de pareja, para que sea convivencial, debe tener "fama", es decir
reconocimiento público o demostración externa de su existencia; ello desecha las
uniones clandestinas u ocultas.

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Lo importante es que los convivientes sean conocidos como pareja ya que para
tener la posesión de estado de tales deben tener tractatus y fama; el tractatus
deviene de la cohabitación y de las normas internas que regulan la convivencia, y
la fama del conocimiento público de la relación. Sólo cuando esos caracteres
aparezcan podremos reconocer relevancia jurídica a la unión.
Los caracteres de estabilidad y permanencia están referidos a la duración de la
unión, así en el art. 510 se establece un plazo mínimo de dos años para el
reconocimiento de determinados efectos.
La estabilidad es necesaria para poder desterrar todas aquellas uniones efímeras
o pasajeras, donde no existen los vínculos de solidaridad y ayuda mutua, vínculos
que son, en definitiva, los que justifican las consecuencias económicas y jurídicas
que genera este tipo de unión.
Tal como se lo ha regulado entendemos que es dudoso que la unión convivencial
genere entre los convivientes un "estado civil", dado que no produce parentesco
por afinidad.
En principio la unión convivencial no genera estado civil, ello surge al estudiar
escrituras públicas donde se alude al estado civil y no se incluye al conviviente así
por ejemplo dice el art. 305 ―Contenido.
La escritura debe contener: a) lugar y fecha de su otorgamiento; si cualquiera de
las partes lo requiere o el escribano lo considera conveniente, la hora en que se
firma el instrumento; b) los nombres, apellidos, documento de identidad, domicilio
real y especial si lo hubiera, fecha de nacimiento y estado de familia de los
otorgantes; si se trata de personas casadas, se debe consignar también si lo son
en primeras o posteriores nupcias y el nombre del cónyuge, si resulta relevante en
atención a la naturaleza del acto; si el otorgante es una persona jurídica, se debe
dejar constancia de su denominación completa, domicilio social y datos de
inscripción de su constitución si corresponde‖.
Por otra parte la unión convivencial no genera parentesco por afinidad, lo que lo
aleja del concepto tradicional de estado de familia. Si comparamos su regulación
como la prevista en Francia para los "pactos civiles de solidaridad" encontraremos
que en el modelo francés el pacto es un contrato civil destinado a regular la
convivencia de la pareja, en cambio en nuestra nueva legislación la unión tiene
muchos más efectos a lo largo del ordenamiento, lo que a nuestro entender le da
similitud con el estado de familia sin llegar a constituirlo.
Cabe recordar que el estado de familia es la situación jurídica que ocupa una
determinada persona considerada en si con respecto a los miembros de su familia,
el conviviente la única deferencia que tiene con el cónyuge es que no genera
parentesco por afinidad, salvo en lo que se refiere al hijo afín. Al no generar
estado civil el escribano no lo tiene que hacer constar en las escrituras como
surge del art. 305 antes transcripto.

Requisitos
El art. 510 dispone que a los efectos de este Título, para que se les reconozcan
efectos jurídicos a las uniones convivenciales se requiere que: a) los dos
integrantes sean mayores de edad; b) no estén unidos por vínculos de parentesco
en línea recta en todos los grados, ni colateral hasta el segundo grado; c) no estén
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“Grupo la Docta” 3516315046
unidos por vínculos de parentesco por afinidad en línea recta; d) no tengan
impedimento de ligamen ni esté registrada otra convivencia de manera simultánea;
e) mantengan la convivencia durante un período no inferior a dos años.

a. Edad
El art. 510, inc. a) establece como requisito para la existencia de la unión
convivencial la mayoría de edad de ambos contrayentes. Ésta es la edad
establecida para la celebración del matrimonio, con la diferencia de que la falta de
edad legal para casarse puede ser dispensada por autorización judicial o
autorizado por los progenitores cuando se tratara de mayores de 16 años.
En el supuesto de unión convivencial, no se ha previsto dispensa alguna para
celebrarla, y si en la práctica una persona menor de edad conviviera maritalmente,
esta unión carecería de los efectos de la unión convivencial y fundamentalmente
no podría ser registrada, con lo cual no tiene la protección de la vivienda familiar
prevista en el art. 522 del CCyCN, ni sus contrayentes pueden celebrar pactos de
convivencia, ni inscribirlos.
b. Parentesco en línea recta en todos los grados, ni colateral hasta el
segundo grado
No pueden realizar una unión convivencial con efectos jurídicos las personas que
estén unidas por lazos de parentesco consanguíneo, por adopción o derivados de
la voluntad procreacional en línea recta en todos los grados y en línea colateral
hasta el segundo grado. Ello implica que no van a ser considerado convivientes a
los efectos del CCyCN las uniones con los padres, los abuelos, o los hermanos
porque se las considera incestuosas.
Un sector de la doctrina encabezado por el Dr. Córdoba requería la protección
para las uniones convivenciales simplemente familiares entre hermanos que
muchas veces conviven de adultos en una relación solidaria y familiar. El CCyCN
no reconoce esta protección porque establece como requisito para la existencia de
la unión convivencial la falta de parentesco colateral hasta el segundo grado es
decir que si hay parentesco colateral no existe unión convivencial.
c. Parentesco por afinidad
La unión convivencial no puede ser establecida con los ex suegros y en general
con todas aquellas personas con las que exista parentesco por afinidad en línea
recta en todos los grados.
Como el parentesco por afinidad sólo se da en el matrimonio, para que exista este
impedimento el conviviente debe estar casado y divorciado. En ese caso así como
no se podría casar con sus ex suegros, ni con los hijos por afinidad, tampoco se
puede unir convivencialmente con ellos. En cambio cualquier persona puede
unirse convivencialmente con los padres o el hijo de una conviviente anterior.
d. Ligamen u otra unión convivencial
El matrimonio anterior, mientras subsista, y la existencia de otra unión convivencial
son impedimentos para una nueva unión convivencial y su violación priva de
efectos civiles a la unión. Dicha prohibición tiene su fundamento en la monogamia
que es un principio aceptado en las legislaciones occidentales derivados de la
igualdad. En cuanto al impedimento de ligamen aparece contradictorio con
algunas legislaciones especiales no derogadas por esta nueva normativa y que
reconocen derechos a los concubinos con independencia que uno de ellos esté
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“Grupo la Docta” 3516315046
casado. Un ejemplo de ello es el derecho a cobrar la indemnización prevista en el
art. 248 de la Ley de Contrato de Trabajo el cual prioriza el concubinato por sobre
el matrimonio anterior de los concubinos.
Pueden utilizarse aquí dos criterios para resolución de la cuestión, uno de ellos
será entender que la legislación posterior deroga a la anterior y en consecuencia,
denegar el beneficio previsional o la indemnización. Otra posibilidad es entender
que la ley especial prevalece sobre la ley general y en consecuencia mantener los
beneficios. Nos inclinamos por esta última postura. Abona esta interpretación que
el art. 510 hace referencia a que los requisitos exigidos lo son para los efectos
previstos en el propio Código y por tanto no se extienden a otras materias no
abordadas por el nuevo ordenamiento.
e. Mantener la convivencia por un período no inferior a dos años
El quinto y último requisito es que se mantenga la convivencia durante un período
no inferior a dos años. Este requisito está unido al carácter de estable que se le
reconoce a las uniones de hecho para que surtan efectos. Resulta lógico que no
cualquier unión afectiva puede producir las obligaciones que el CCyCN prevé para
las uniones convivenciales. Así no se justifica que recién comenzada una relación
en común los convivientes sean responsables frente a terceros por las deudas que
uno de ellos hubiera contraído con terceros para solventar las necesidades del
hogar o el sostenimiento y la educación de los hijos no comunes conforme a los
arts. 461 y 521 ya que esta responsabilidad es consecuencia de la solidaridad que
se deben los miembros de una familia estable y no las partes de una relación
circunstancial.
El plazo de dos años para conferirle efectos a la convivencia es un plazo que
surge de la decisión del legislador y resulta una decisión prudente porque permite
diferenciar las uniones accidentales, temporarias o a prueba de las verdaderas
uniones familiares.
No resuelve la norma desde cuando comienza el reconocimiento de los efectos
jurídicos a estas uniones, pueden darse dos respuestas: la primera puede ser que
la unión sólo tenga efectos hacia el futuro desde el momento en que se cumplen
los dos años o, que la unión tenga efectos retroactivos a su comienzo cuando la
pareja alcance unida el término previsto.
Creemos que resulta más protectorio para la familia el otorgarle efectos
retroactivos desde el cumplimiento de los dos años. No debemos olvidar que la
familia recibe una especial protección constitucional sin distinguir entre familia de
hecho o matrimonial.
Se advierte aquí también discordancia con legislaciones especiales de
reconocimiento de derechos, así, a modo de ejemplo, el art. 53 de la ley 24.241
otorga el derecho de pensión del derechohabiente cuando hubiere convivido por
los menos cinco años antes del fallecimiento; este plazo se reduce a dos en caso
de descendencia. La nueva ley no establece una derogación ni modificación
expresa a este precepto, que deviene manifiestamente enfrentado con él. Tal
como adelantáramos, si los efectos se circunscriben a las materias reguladas en el
Código, la norma especial prevalecerá.

Registración (Art. 511)

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“Grupo la Docta” 3516315046
ARTICULO 511.-Registración. La existencia de la unión convivencial, su extinción y los
pactos que los integrantes de la pareja hayan celebrado, se inscriben en el registro que
corresponda a la jurisdicción local, sólo a los fines probatorios.
No procede una nueva inscripción de una unión convivencial sin la previa cancelación de
la preexistente.
La registración de la existencia de la unión convivencial debe ser solicitada por ambos
integrantes.

Prueba (Art. 512)


ARTICULO 512.-Prueba de la unión convivencial. La unión convivencial puede acreditarse
por cualquier medio de prueba; la inscripción en el Registro de uniones convivenciales es
prueba suficiente de su existencia.

PACTOS DE CONVIVENCIA (Art. 513)

El nuevo régimen incorpora a nuestro ordenamiento la posibilidad de realizar


pactos convivenciales destinados a regular aspectos relativos a la unión. En
principio estos pactos prevalecen sobre las normas previstas en este Título
(argumento art. 513). Sin embargo, como veremos, ellos están limitados y existen
materias donde no puede acordarse.
Así los pactos no pueden dejar sin efecto lo dispuesto por los arts. 519 (asistencia
recíproca), 520 (contribución en los gastos), 521 (responsabilidad por deudas
contraídas por unos de los convivientes para solventar los gastos del hogar o
mantenimiento y educación de los hijos) y 522 (protección de la vivienda familiar).
Estos ítems conforman el régimen primario que es inderogable por la voluntad de
las partes y aplicables a cualquier pacto de convivencia que ellas decidan
someterse.
Conceptualmente estos pactos son contratos destinados a regular relaciones
futuras entre los convivientes, su contenido puede ser patrimonial o
extrapatrimonial, se trata de contratos bilaterales, que se completan con el solo
acuerdo de las partes (consensuales), cuya forma escrita es requerida.
Entendemos que se trata de un contrato cuyas obligaciones son inherentes a la
personas, en consecuencia deberán ser realizados personalmente o con poder
especial, donde se detallen los términos del pacto al mandatario.

CONTENIDO DEL PACTO


ARTICULO 514.-Contenido del pacto de convivencia. Los pactos de convivencia pueden
regular, entre otras cuestiones:
a) la contribución a las cargas del hogar durante la vida en común;
b) la atribución del hogar común, en caso de ruptura;
c) la división de los bienes obtenidos por el esfuerzo común, en caso de ruptura de la
convivencia.

LÍMITES
ARTICULO 515.-Límites. Los pactos de convivencia no pueden ser contrarios al orden
público, ni al principio de igualdad de los convivientes, ni afectar los derechos
fundamentales de cualquiera de los integrantes de la unión convivencial.
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CESE DE LA CONVIVENCIA. CAUSAS

Conviene distinguir conceptualmente al "cese de la unión convivencial" y el "cese


de la convivencia". Cuando el ordenamiento se refiere a "cese de la convivencia"
regula cuestiones relativas a la finalización de la cohabitación, en otras palabras la
separación física de los convivientes. En cambio el "cese de la unión convivencial"
es un concepto más amplio, implica la ruptura de la pareja y su finalización como
instituto reconocido jurídicamente. Recordemos que pueden existir situaciones que
impliquen el "cese de la convivencia" pero no el final de la "unión convivencial", así
por ejemplo el traslado por trabajo de uno de los convivientes por determinado
tiempo implica cesar temporariamente la convivencia pero no el fin de la unión.
Aclarado esto, las causas de cese de la unión enumeradas en el articulado son: a)
la muerte de uno de los convivientes; b) la sentencia firme de ausencia con
presunción de fallecimiento de uno de los convivientes; c) matrimonio o nueva
unión convivencial de uno de sus miembros; d) el matrimonio de los convivientes
entre sí; e) el mutuo acuerdo; f) la voluntad unilateral de alguno de los convivientes
notificada fehacientemente al otro; g) el cese durante de la convivencia mantenida.

El artículo 523 enumera taxativamente las causales por las cuales se extingue la
unión convivencial. Algunas causales son ajenas a la voluntad de las partes y
otras tienen su origen en la voluntad de los convivientes -

ARTICULO 523.-Causas del cese de la unión convivencial. La unión convivencial cesa:


a) por la muerte de uno de los convivientes;
b) por la sentencia firme de ausencia con presunción de fallecimiento de uno de los
convivientes;
c) por matrimonio o nueva unión convivencial de uno de sus miembros;
d) por el matrimonio de los convivientes;
e) por mutuo acuerdo;
f) por voluntad unilateral de alguno de los convivientes notificada fehacientemente al otro;
g) por el cese de la convivencia mantenida. La interrupción de la convivencia no implica
su cese si obedece a motivos laborales u otros similares, siempre que permanezca la
voluntad de vida en común.

EFECTOS.
a) COMPENSACIÓN ECONÓMICA:

ARTICULO 524.-Compensación económica. Cesada la convivencia, el conviviente que


sufre un desequilibrio manifiesto que signifique un empeoramiento de su situación
económica con causa adecuada en la convivencia y su ruptura, tiene derecho a una
compensación. Esta puede consistir en una prestación única o en una renta por un tiempo
determinado que no puede ser mayor a la duración de la unión convivencial.
Puede pagarse con dinero, con el usufructo de determinados bienes o de cualquier otro
modo que acuerden las partes o en su defecto decida el juez.

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FIJACIÓN JUDICIAL DE LA COMPENSACIÓN ECONÓMICA.

ARTICULO 525.-Fijación judicial de la compensación económica. Caducidad. El juez


determina la procedencia y el monto de la compensación económica sobre la base de
diversas circunstancias, entre otras
a) el estado patrimonial de cada uno de los convivientes al inicio y a la finalización de la
unión;
b) la dedicación que cada conviviente brindó a la familia y a la crianza y educación de los
hijos y la que debe prestar con posterioridad al cese;
c) la edad y el estado de salud de los convivientes y de los hijos;
d) la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo del conviviente que
solicita la compensación económica;
e) la colaboración prestada a las actividades mercantiles, industriales o profesionales del
otro conviviente;
f) la atribución de la vivienda familiar.

CADUCIDAD
La acción para reclamar la compensación económica caduca a los seis meses
de haberse producido cualquiera de las causas de finalización de la convivencia.

b) ATRIBUCIÓN DEL USO DE LA VIVIENDA (ART. 526)

ARTICULO 526.-Atribución del uso de la vivienda familiar. El uso del inmueble que fue
sede de la unión convivencial puede ser atribuido a uno de los convivientes en los
siguientes supuestos:
a) si tiene a su cargo el cuidado de hijos menores de edad, con capacidad restringida, o
con discapacidad;
b) si acredita la extrema necesidad de una vivienda y la imposibilidad de procurársela en
forma inmediata.
El juez debe fijar el plazo de la atribución, el que no puede exceder de dos años a
contarse desde el momento en que se produjo el cese de la convivencia, conforme a lo
dispuesto en el artículo 523.
A petición de parte interesada, el juez puede establecer: una renta compensatoria por el
uso del inmueble a favor del conviviente a quien no se atribuye la vivienda; que el
inmueble no sea enajenado durante el plazo previsto sin el acuerdo expreso de ambos;
que el inmueble en condominio de los convivientes no sea partido ni liquidado. La decisión
produce efectos frente a terceros a partir de su inscripción registral.
Si se trata de un inmueble alquilado, el conviviente no locatario tiene derecho a continuar
en la locación hasta el vencimiento del contrato, manteniéndose él obligado al pago y las
garantías que primitivamente se constituyeron en el contrato.
El derecho de atribución cesa en los mismos supuestos previstos en el artículo 445.

El derecho de atribución cesa: (Art. 445)


 Por cumplimiento del plazo fijado por el juez;
 Por cambio de las circunstancias que se tuvieron en cuenta para su fijación;
 Por las mismas causas de indignidad previstas en materia sucesoria‖.

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En el supuesto de muerte de uno de los convivientes, el artículo 527 dispone:
ARTICULO 527.-Atribución de la vivienda en caso de muerte de uno de los convivientes.
El conviviente supérstite que carece de vivienda propia habitable o de bienes suficientes
que aseguren el acceso a ésta, puede invocar el derecho real de habitación gratuito por
un plazo máximo de dos años sobre el inmueble de propiedad del causante que
constituyó el último hogar familiar y que a la apertura de la sucesión no se encontraba en
condominio con otras personas.
Este derecho es inoponible a los acreedores del causante.
Se extingue si el conviviente supérstite constituye una nueva unión convivencial, contrae
matrimonio, o adquiere una vivienda propia habitable o bienes suficientes para acceder a
ésta.

c) DISTRIBUCIÓN DE LOS BIENES (ART. 528)

ARTICULO 528.-Distribución de los bienes. A falta de pacto, los bienes adquiridos durante
la convivencia se mantienen en el patrimonio al que ingresaron, sin perjuicio de la
aplicación de los principios generales relativos al enriquecimiento sin causa, la
interposición de personas y otros que puedan corresponder.

Los convivientes tienen la posibilidad de pactar la manera de distribución de los


bienes en caso de ruptura a través del pacto convivencial.
A falta de éste, los bienes adquiridos durante la convivencia se mantienen en el
patrimonio al que ingresaron (art. 528).
Sin perjuicio de ello puede suceder que la pareja no celebró pacto, y uno de ellos
adquirió un bien al cual, durante la convivencia ambos le realizaron mejoras. Al
momento de la culminación de la unión convivencial, el bien quedará íntegramente
en el patrimonio de uno de ellos, enriquecido en su valor, en parte, por el esfuerzo
del otro conviviente. O supongamos que un bien fue adquirido por ambos pero
inscripto a nombre de uno sólo de ellos. Para este tipo de situaciones el artículo
comentado se aparta de regular acciones específicas entre los convivientes,
remitiendo a las normas generales del derecho civil como el enriquecimiento sin
causa, la interposición de personas y cualquier otra acción que pudieren
corresponder.
Se regula el enriquecimiento sin causa en sus arts. 1794 y 1795.
Se lo define como el enriquecimiento patrimonial sin causa justificada o lícita de
una persona a expensas de otra. Tiene carácter excepcional sujetando su
procedencia a la inexistencia de otra acción.
La interposición de personas se da cuando el vendedor no conocía que el
adquirente no era el que figuraba como tal. En cuanto a las otras acciones
consideramos que pueden ser procedentes la simulación o fraude. Cabe recordar
que el plazo de prescripción para interponer estas acciones se encuentra
suspendido entre ellos durante la convivencia, de acuerdo a lo establecido en el
art. 2543, inc. b).

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Sub-Eje Temático 2: REGIMEN PATRIMONIAL – MATRIMONIAL ARGENTINO
Régimen patrimonial – matrimonial argentino. Definición y caracterización.
Régimen primario: Definición. Deber de contribución. Asentimiento conyugal.
Responsabilidad solidaria por deudas. Régimen de comunidad: Carácter
supletorio. Bienes propios y gananciales de los cónyuges. Gestión de los bienes
en la comunidad. Deudas personales y comunes de los cónyuges. Régimen de
separación de bienes: Definición. Gestión de los bienes. Prueba de propiedad de
los bienes.

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EJE 2
EL RÉGIMEN PATRIMONIAL – MATRIMONIAL ARGENTINO
DEFINICION:
La comunidad de vida que surge del matrimonio no sólo trae las consecuencias
personales que tratáramos en los capítulos anteriores, sino que también produce
importantes efectos patrimoniales, derivados tanto de la necesidad del
sostenimiento del hogar y del mantenimiento de los miembros de la familia, como
de la necesidad de determinar como se distribuirá el patrimonio a la disolución de
las nupcias y como se realizara la gestión de los bienes.
A partir de la celebración del matrimonio se producen, tanto entre los cónyuges
como entre éstos y terceros, un conjunto de relaciones patrimoniales que han
dado lugar al surgimiento y evolución de diversos marcos legales, los que suelen
denominarse ―regímenes matrimoniales‖ o ―regímenes patrimoniales del
matrimonio‖. Estos regímenes han sido definidos por la doctrina de diferentes
maneras así: Vidal Taquini define al régimen patrimonial-matrimonial como ―el
conjunto de normas jurídicas que regulan las relaciones patrimoniales entre los
cónyuges y de éstos con los terceros‖, Por su parte, Azpiri alude a él como el
―conjunto de disposiciones que establecen la forma en que se relacionan los
esposos entre sí respecto de los bienes y, a su vez, las de aquéllos con terceros‖.
Belluscio sostiene que los regímenes matrimoniales son los sistemas jurídicos que
rigen las relaciones patrimoniales derivadas del matrimonio y que comprenden,
esencialmente, la regulación de la propiedad y administración de los bienes
aportados por los cónyuges al contraer matrimonio y de los adquiridos con
posterioridad, de la contribución al sustento de la familia, y de la medida de la
responsabilidad de los esposos por sus obligaciones a favor de terceros.
Por nuestra parte pensamos que el régimen patrimonial del matrimonio es el
conjunto de reglas que regula las relaciones económicas de los esposos,
tanto entre ellos como con terceros, que comprende la propiedad y la
gestión de los bienes llevados al matrimonio, como los adquiridos con
posterioridad, la forma en que responderán los cónyuges por las deudas
frente a terceros y entre sí y las reglas para la disolución.
Básicamente el régimen de bienes del matrimonio trata de la propiedad de los
bienes de los cónyuges, la forma como estos serán gestionados, la
responsabilidad por deudas y la regulación de la disolución.
Teóricamente, se podría prescindir de toda normativa específica, dejando las
relaciones patrimoniales entre cónyuges en el ámbito de la autonomía de sus
voluntades; sin embargo, el carácter del vínculo matrimonial, y la comunidad de
vida y de intereses que genera, ha justificado la existencia de alguna regulación
específica, de variado alcance e intensidad, incluso en los regímenes de mayor
libertad contractual.
En efecto la existencia de un proyecto de vida en común, la responsabilidad frente
a los descendientes y el principio de solidaridad aún en el caso de separación de
bienes, exige una regulación jurídica que no puede proveer el derecho común.
Es que resulta indiscutible que las normas de los contratos previstas en la parte
general del código son insuficientes para regular adecuadamente las relaciones

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económicas de los cónyuges entre sí y con respecto a terceros que contraten con
ellos, quienes tienen que tener la seguridad de que pueden brindar servicios
básicos a uno de los miembros del matrimonio y que el otro cónyuge responderá
por ellos.
Así si aplicamos las normas contractuales el principio general es que los contratos
son vinculantes para las partes y obligan a quienes lo celebraron, y no obliga a
quienes no forman parte de él, salvo que actúen por representación. Sin embargo
durante el matrimonio uno de los cónyuges debe responder más allá del marco
contractual al que se ha obligado, p. ej., por las deudas contraídas por el otro para
costear los gastos de educación de los hijos, las que debe solventar
solidariamente con quien firmó el acuerdo, aun cuando no se hubiera obligado
contractualmente en forma personal. Ello surge de las normas del régimen
patrimonial matrimonial y es consecuencia de la solidaridad familiar que explica y
justifica la regulación legal del sistema económico esencial de la vida matrimonial.
Entonces, al ser indudable que el matrimonio origina una serie de modificaciones
que atañen al patrimonio de los cónyuges, y aunque esos cónyuges no tengan
bienes y sólo posean su propio trabajo, se presenta inmediatamente, la necesidad
de la regulación de los efectos económicos que las nupcias producen.

CARACTERIZACIÓN

 Convencional no pleno: ya que permite que la pareja antes o en el acto


de celebración del matrimonio opte por cualquiera de los dos regímenes
que ofrece el sistema: comunidad de ganancias o separación de bienes.
Ante la falta de opción, funcionará por vía supletoria la comunidad de
ganancias.
 Mutable: durante la vigencia del matrimonio, los cónyuges pueden cambiar
de régimen la cantidad de veces que lo consideren necesario, con la única
limitación que permanezcan en el mismo régimen al menos un año. Es
decir que al momento de la celebración del matrimonio pueden optar los
cónyuges por el régimen de comunidad y transcurrido al menos un año, a
través de una convención matrimonial, mutar al régimen de separación de
bienes o viceversa.
 Limitación a la autonomía de la voluntad: si bien los cónyuges tienen
autonomía de la voluntad para la elección del régimen antes o durante la
celebración del matrimonio e incluso la facultad de modificar de régimen
durante la vigencia del matrimonio, la ley impone un régimen primario que
es aplicable a ambos regímenes.

Régimen patrimonial matrimonial: entre los cuales pueden optar los cónyuges.
 régimen de comunidad
 régimen de separación de bienes

ARTICULO 449.-Modificación de régimen. Después de la celebración del matrimonio, el


régimen patrimonial puede modificarse por convención de los cónyuges. Esta convención
puede ser otorgada después de un año de aplicación del régimen patrimonial,

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convencional o legal, mediante escritura pública. Para que el cambio de régimen produzca
efectos respecto de terceros, debe anotarse marginalmente en el acta de matrimonio.
Los acreedores anteriores al cambio de régimen que sufran perjuicios por tal motivo
pueden hacerlo declarar inoponible a ellos en el término de un año a contar desde que lo
conocieron.

CONVENCIONES MATRIMONIALES

Son el acuerdo celebrado entre los futuros consortes con el fin de determinar el
régimen matrimonial al cual van a someterse, así como también pueden referirse a
alguno de los aspectos de sus relaciones patrimoniales.

ARTICULO 446.-Objeto. Antes de la celebración del matrimonio los futuros cónyuges


pueden hacer convenciones que tengan únicamente los objetos siguientes:
a) la designación y avalúo de los bienes que cada uno lleva al matrimonio;
b) la enunciación de las deudas;
c) las donaciones que se hagan entre ellos;
d) la opción que hagan por alguno de los regímenes patrimoniales previstos en este
Código.

RÉGIMEN PRIMARIO: Régimen patrimonial – matrimonial

Definición:

Bajo el nombre de ―Disposiciones comunes a todos los regímenes‖ el CCyCN


incorpora un régimen que en doctrina se denomina ―estatuto patrimonial de base‖,
―estatuto fundamental‖, ―régimen patrimonial primario‖ ―régimen primario
imperativo‖ o ―régimen primario‖ constituido por el conjunto de normas, referidas a
la economía del matrimonio que se aplican de forma imperativa a todo régimen
matrimonial, de origen convencional o legal y que tienen por objeto tanto asegurar
un sistema solidario que obligue a ambos cónyuges a satisfacer las necesidades
del hogar y asegure a los acreedores que esas deudas serán solventadas con el
patrimonio de los dos esposos, como proteger la vivienda familiar y los bienes que
la componen.
La denominación ―régimen primario‖, es de origen francés y su génesis es la
reforma del Código Civil francés de 1965, de donde surge de la distinción entre
normas ―primarias‖ que son las inderogables que nacen como consecuencia del
matrimonio, y normas ―secundarias‖ que son las que surgen de la voluntad de las
partes al elegir el régimen de bienes del matrimonio o de la aplicación supletoria
de la ley.
En aras de proteger la comunidad de vida familiar se establecen efectos
patrimoniales, básicos, directos e ineludibles que se cimientan en la idea de
solidaridad.

CARACTERES

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Las disposiciones comunes a todos los regímenes tienen los siguientes
caracteres:
— Imperativas: no pueden ser derogadas ni modificadas por los cónyuges.
— Permanentes: su vigencia se extiende a todo el tiempo de duración del
régimen, cualquiera sea éste.
— De orden público. Han sido incorporadas en interés público basado en la
solidaridad familiar.

El régimen patrimonial primario se ocupa fundamentalmente de:


a. Determinar como deben contribuir los cónyuges a solventar lar necesidades del
hogar.
b. Establecer los caracteres de responsabilidad de los cónyuges frente a los
acreedores.
c. Fijar normas de protección de la vivienda familiar y de los bienes que la
componen.
d. Disponer la necesidad del asentimiento para los actos relativos a la disposición
de la vivienda en común y de los bienes que la componen.
e. Prever la forma en que se suplirá la falta de asentimiento conyugal, por
ausencia impedimento o negativa injustificada.
f. Determinar la ineficacia de los actos realizados sin el asentimiento conyugal.
g. Otorgar medidas precautorias para impedir que se defraude el régimen.

 DEBER DE CONTRIBUCIÓN
Los cónyuges deben contribuir a su propio sostenimiento, el del hogar y el de los
hijos comunes, en proporción a sus recursos. Esta obligación se extiende a las
necesidades de los hijos menores de edad, con capacidad restringida, o con
discapacidad de uno de los cónyuges que conviven con ellos. El cónyuge que no
da cumplimiento a esta obligación puede ser demandado judicialmente por el otro
para que lo haga, debiéndose considerar que el trabajo en el hogar es computable
como contribución a las cargas (Art. 455).
a. Necesidades del hogar
Por hogar debe entenderse a la sede de la familia. Éste puede ser el normal o el
transitorio, es decir que comprende las necesidades de una familia que
transitoriamente por cualquier causa, como ser una enfermedad, se haya
trasladado a un lugar que no es su residencia habitual. También abarca el pago
del canon locativo, dado que el hogar conyugal puede no estar en un inmueble
propio.
b. Los hijos
Con los cuales ambos deben contribuir son los hijos comunes y los incapaces de
uno de los cónyuges que convivan con ellos. Tal contribución no es exactamente
igual porque en el caso de los hijos comunes, la obligación se extiende, aun
cuando no convivan con los padres: durante la menor edad, y mientras exista
obligación alimentaria es decir hasta los 21 años (art. 658 CCyCN), durante la
incapacidad, hasta los 25 años mientras estudien o se capaciten (art. 663) y
siempre que le falten medios para alimentarse y que no sea posible adquirirlo con
su trabajo (art. 622). Mientras que para el supuesto de hijos de uno solo de los
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cónyuges, para que exista el deber de contribución deben; convivir en el hogar
común y ser incapaces. No se extiende ni al supuesto en que no habiten en el
hogar, ni al caso de mayores de 18 años, menores de 25 años estudiantes, ni al
de mayores de edad sin medios para alimentarse.
c. Los familiares
La manutención de los familiares, a cargo de uno de los cónyuges, no está
comprendida dentro del deber de contribución salvo en el supuesto que por vivir
en el hogar común, los gastos sean considerados del sostenimiento del hogar.

 EL ASENTIMIENTO CONYUGAL
El “asentimiento” significa la conformidad de un tercero que no es parte. En
la temática que nos ocupa, la calidad de tercero del cónyuge asentidor cuando
interviene como tal en un acto de disposición onerosa practicado por su consorte,
sólo tiene el sentido de que se notifica del acto y que hasta ese momento no tiene
nada que oponer, pero de ninguna manera implica reconocer la onerosidad o la
sinceridad del acto.
Esta conformidad del cónyuge no contratante del acto, es requerida a los fines de
la validez de ciertos actos, sea cual sea el régimen patrimonial – matrimonial bajo
el que se encuentren los cónyuges.

ARTICULO 456.-Actos que requieren asentimiento. Ninguno de los cónyuges puede, sin
el asentimiento del otro, disponer de los derechos sobre la vivienda familiar, ni de los
muebles indispensables de ésta, ni transportarlos fuera de ella. El que no ha dado su
asentimiento puede demandar la nulidad del acto o la restitución de los muebles dentro
del plazo de caducidad de seis meses de haberlo conocido, pero no más allá de seis
meses de la extinción del régimen matrimonial.
La vivienda familiar no puede ser ejecutada por deudas contraídas después de la
celebración del matrimonio, excepto que lo hayan sido por ambos cónyuges
conjuntamente o por uno de ellos con el asentimiento del otro.

REQUISITOS DEL ASENTIMIENTO


El asentimiento ―debe versar sobre el acto en sí y sus elementos
constitutivos‖. Es decir que: se impone un conocimiento efectivo del contenido
que sólo se adquiere a través de la información y de la transparencia que le
permitan al cónyuge que asiente valorar la conveniencia del acto, particularmente
en un contexto intrafamiliar, en el cual puedan presentarse supuestos de
―influencia injusta o de abuso de posición (Herrera, 2015, pág. 48).

AUTORIZACIÓN JUDICIAL
Cuando uno de los cónyuges no puede o no quiere prestar el aludido
asentimiento, ya sea por estar ausente, por ser persona incapaz, por estar
transitoriamente impedido de expresar su voluntad, o si su negativa no está
justificada por el interés de la familia (art. 458).

En estos casos, el Código prevé la manera para suplir ese asentimiento,


permitiendo que el cónyuge que desee realizar el acto jurídico pueda solicitar la
autorización judicial para suplir dicho asentimiento. A su vez, la norma expresa en

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“Grupo la Docta” 3516315046
el art. 458 que ―el acto otorgado con autorización judicial es oponible al
cónyuge sin cuyo asentimiento se lo otorgó, pero de él no deriva ninguna
obligación personal a su cargo”

RESPONSABILIDAD SOLIDARIA POR LAS DEUDAS


El régimen primario, bajo el principio de solidaridad familiar que inspira el Código
Civil y Comercial, ha introducido novedosas modificaciones al régimen de deudas,
sea cual sea el régimen patrimonial – matrimonial bajo el que se encuentre los
cónyuges.
En este sentido, el Art. 461 establece que: ―los cónyuges responden
solidariamente por: Las obligaciones contraídas por uno de ellos para solventar las
necesidades ordinarias del hogar o el sostenimiento y la educación de los hijos de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 455‖
Es el deber de contribución. ―Fuera de esos casos, y excepto disposición en
contrario del régimen matrimonial, ninguno de los cónyuges responde por las
obligaciones del otro‖.
Podemos concluir que, como principio general, se consagra el principio de
separación de deudas, en el cual cada cónyuge responde con sus bienes propios
y los gananciales que administra (en el caso de el régimen de comunidad) y con
sus bienes personales (en el caso del régimen de separación de bienes) por sus
deudas personales, con la excepción de que la responsabilidad será solidaria, es
decir que el acreedor podrá atacar los bienes de cualquiera de los cónyuges,
cuando la deuda haya sido contraída para ―solventar las necesidades ordinarias
del hogar o el sostenimiento o la educación de los hijos comunes‖.

RÉGIMEN DE COMUNIDAD.

CONCEPTO

La característica principal del régimen de comunidad es la formación de una masa


de bienes que a su conclusión deberá dividirse entre los cónyuges o entre el
supérstite y los herederos del cónyuge fallecido.
Los esposos tienen así una expectativa común sobre los bienes adquiridos.
El régimen de comunidad no implica necesariamente que durante su vigencia
exista una copropiedad o un condominio sobre los bienes.
La extensión de la masa común, como ya veremos, determinará a su vez distintos
tipos de comunidad, pero en cada uno de ellos la titularidad sobre los bienes
durante su vigencia estará vinculada al régimen de administración y disposición.
Esta observación merece destacarse en particular con relación al régimen
argentino, donde el principio de administración separada (arts. 469 y 470, CCyCN)
hace que la masa común no se forme efectivamente hasta el momento de la
extinción del régimen, y es recién entonces cuando los cónyuges actualizan sus
expectativas comunes sobre los bienes que la componen.

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“Grupo la Docta” 3516315046
CARÁCTER SUPLETORIO

El régimen de comunidad de ganancias, es el que ha imperado en forma forzosa


en nuestro país desde siempre y es el que mas enraizado se encuentra con la
idiosincrasia y la cultura argentina, donde la mayoría de los ciudadanos se han
educado en un sistema que obliga a compartir por mitades lo ganado por un
esposo durante el matrimonio presuponiendo que esta ganancia proviene del
esfuerzo de los dos miembros de la pareja, y que ella se produce porque el que la
obtiene fuera del hogar, cuenta con el apoyo de su cónyuge para lograrla.
Como el sistema de comunidad de ganancias es un sistema aceptado por la
mayoría de la población y resultan ética y moralmente valioso que la reforma al
Código Civil lo recepte en el art. 463 como régimen supletorio, ello implica que:
i. los cónyuges no están obligados a realizar un contrato para determinar
la forma como van a regular sus relaciones patrimoniales entre sí y
frente a terceros,
ii. el hacer una convención estableciendo un régimen patrimonial-
matrimonial constituye una opción,
iii. si los cónyuges no optan por formalizar una convención al tiempo de la
celebración del matrimonio quedan sometidos desde la celebración de
las nupcias al régimen de comunidad.

Art. 463
A falta de opción hecha en la convención matrimonial, los cónyuges quedan sometidos
desde la celebración del matrimonio al régimen de comunidad de ganancias (…). No
puede estipularse que la comunidad comience antes o después, excepto el caso de
cambio de régimen matrimonial.

BIENES PROPIOS Y GANANCIALES DE LOS CÓNYUGES. PRUEBA DEL


CARÁCTER DE LOS BIENES

En el régimen de comunidad los bienes se dividen en propios y gananciales; estos


últimos son los que integran la comunidad y los existentes a la finalización se
dividirán por mitades. A continuación los enumeramos por separado.

BIENES PROPIOS. CONCEPTOS GENERALES


De una manera general puede decirse que son ―bienes propios de los cónyuges
aquellos que aporta cada uno al matrimonio, los recibidos posteriormente por
herencia, donación o legado y los adquiridos con el producto de aquéllos‖.
Los bienes propios de los cónyuges han sido enumerados en el art. 464 del
CCyCN en los incs. a) al o).

ARTICULO 464.-Bienes propios. Son bienes propios de cada uno de los cónyuges:
a) los bienes de los cuales los cónyuges tienen la propiedad, otro derecho real o la
posesión al tiempo de la iniciación de la comunidad;
b) los adquiridos durante la comunidad por herencia, legado o donación, aunque sea
conjuntamente por ambos, y excepto la recompensa debida a la comunidad por los cargos
soportados por ésta.

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“Grupo la Docta” 3516315046
Los recibidos conjuntamente por herencia, legado o donación se reputan propios por
mitades, excepto que el testador o el donante hayan designado partes determinadas.
No son propios los bienes recibidos por donaciones remuneratorias, excepto que los
servicios que dieron lugar a ellas hubieran sido prestados antes de la iniciación de la
comunidad. En caso de que el valor de lo donado exceda de una equitativa remuneración
de los servicios recibidos, la comunidad debe recompensa al donatario por el exceso;
c) los adquiridos por permuta con otro bien propio, mediante la inversión de dinero propio,
o la reinversión del producto de la venta de bienes propios, sin perjuicio de la recompensa
debida a la comunidad si hay un saldo soportado por ésta.Sin embargo, si el saldo es
superior al valor del aporte propio, el nuevo bien es ganancial, sin perjuicio de la
recompensa debida al cónyuge propietario;
d) los créditos o indemnizaciones que subrogan en el patrimonio de uno de los cónyuges
a otro bien propio;
e) los productos de los bienes propios, con excepción de los de las canteras y minas;
f) las crías de los ganados propios que reemplazan en el plantel a los animales que faltan
por cualquier causa. Sin embargo, si se ha mejorado la calidad del ganado originario, las
crías son gananciales y la comunidad debe al cónyuge propietario recompensa por el
valor del ganado propio aportado;
g) los adquiridos durante la comunidad, aunque sea a título oneroso, si el derecho de
incorporarlos al patrimonio ya existía al tiempo de su iniciación;
h) los adquiridos en virtud de un acto anterior a la comunidad viciado de nulidad relativa,
confirmado durante ella;
i) los originariamente propios que vuelven al patrimonio del cónyuge por nulidad,
resolución, rescisión o revocación de un acto jurídico;
j) los incorporados por accesión a las cosas propias, sin perjuicio de la recompensa
debida a la comunidad por el valor de las mejoras o adquisiciones hechas con dinero de
ella;
k) las partes indivisas adquiridas por cualquier título por el cónyuge que ya era propietario
de una parte indivisa de un bien al comenzar la comunidad, o que la adquirió durante ésta
en calidad de propia, así como los valores nuevos y otros acrecimientos de los valores
mobiliarios propios, sin perjuicio de la recompensa debida a la comunidad en caso de
haberse invertido bienes de ésta para la adquisición;
l) la plena propiedad de bienes cuya nuda propiedad se adquirió antes del comienzo de la
comunidad, si el usufructo se extingue durante ella, así como la de los bienes gravados
con otros derechos reales que se extinguen durante la comunidad, sin perjuicio del
derecho a recompensa si para extinguir el usufructo o los otros derechos reales se
emplean bienes gananciales;
m) las ropas y los objetos de uso personal de uno de los cónyuges, sin perjuicio de la
recompensa debida a la comunidad si son de gran valor y se adquirieron con bienes de
ésta; y los necesarios para el ejercicio de su trabajo o profesión, sin perjuicio de la
recompensa debida a la comunidad si fueron adquiridos con bienes gananciales;
n) las indemnizaciones por consecuencias no patrimoniales y por daño físico causado a la
persona del cónyuge, excepto la del lucro cesante correspondiente a ingresos que
habrían sido gananciales;
ñ) el derecho a jubilación o pensión, y el derecho a alimentos, sin perjuicio del carácter
ganancial de las cuotas devengadas durante la comunidad y, en general, todos los
derechos inherentes a la persona;
o) la propiedad intelectual, artística o industrial, si la obra intelectual ha sido publicada o
interpretada por primera vez, la obra artística ha sido concluida, o el invento, la marca o el
diseño industrial han sido patentados o registrados antes del comienzo de la comunidad.

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Bienes gananciales
En principio son bienes gananciales los que han sido adquiridos con el esfuerzo
de ambos cónyuges y están destinados a ser partidos por mitades al fin de la
comunidad previo pago de las deudas.
Corresponde distinguir bienes gananciales de ganancias.
Bien ganancial, es el que, ingresa en el acervo consorcial por una de las vías
específicas de adquisición de tales bienes contempladas en el art. 465 pero no
tienen por qué ser ganancia partible.
Para ser ganancia y, en tanto que tal, partible por mitad, se requiere de ese algo
más, que supone el pago de las deudas que pesen sobre la masa ganancial y el
reintegro de las masas privativas cuando éstas hayan disminuido por causa de la
cobertura a sus expensas de gastos comunes o por adquirirse a su cargo bienes
que tienen el carácter de gananciales; ahora bien, la estructura del sistema
atribuye, sin excepción, la carga de la prueba al cónyuge que pretenda el recobro
de sus recompensas.

ARTICULO 465.-Bienes gananciales. Son bienes gananciales:


a) los creados, adquiridos por título oneroso o comenzados a poseer durante la
comunidad por uno u otro de los cónyuges, o por ambos en conjunto, siempre que no
estén incluidos en la enunciación del artículo 464;
b) los adquiridos durante la comunidad por hechos de azar, como lotería, juego, apuestas,
o hallazgo de tesoro;
c) los frutos naturales, industriales o civiles de los bienes propios y gananciales,
devengados durante la comunidad;
d) los frutos civiles de la profesión, trabajo, comercio o industria de uno u otro cónyuge,
devengados durante la comunidad;
e) lo devengado durante la comunidad como consecuencia del derecho de usufructo de
carácter propio;
f) los bienes adquiridos después de la extinción de la comunidad por permuta con otro
bien ganancial, mediante la inversión de dinero ganancial, o la reinversión del producto de
la venta de bienes gananciales, sin perjuicio de la recompensa debida al cónyuge si hay
un saldo soportado por su patrimonio propio.Sin embargo, si el saldo es superior al valor
del aporte ganancial, el nuevo bien es propio, sin perjuicio de la recompensa debida a la
comunidad;
g) los créditos o indemnizaciones que subrogan a otro bien ganancial;
h) los productos de los bienes gananciales, y los de las canteras y minas propias,
extraídos durante la comunidad;
i) las crías de los ganados gananciales que reemplazan en el plantel a los animales que
faltan por cualquier causa y las crías de los ganados propios que excedan el plantel
original;
j) los adquiridos después de la extinción de la comunidad, si el derecho de incorporarlos al
patrimonio había sido adquirido a título oneroso durante ella;
k) los adquiridos por título oneroso durante la comunidad en virtud de un acto viciado de
nulidad relativa, confirmado después de la disolución de aquélla;
l) los originariamente gananciales que vuelven al patrimonio ganancial del cónyuge por
nulidad, resolución, rescisión o revocación de un acto jurídico;
m) los incorporados por accesión a las cosas gananciales, sin perjuicio de la recompensa
debida al cónyuge por el valor de las mejoras o adquisiciones hechas con sus bienes
propios;

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n) las partes indivisas adquiridas por cualquier título por el cónyuge que ya era propietario
de una parte indivisa de carácter ganancial de un bien al extinguirse la comunidad, sin
perjuicio de la recompensa debida al cónyuge en caso de haberse invertido bienes
propios de éste para la adquisición;
ñ) la plena propiedad de bienes cuya nuda propiedad se adquirió a título oneroso durante
la comunidad, si el usufructo se consolida después de su extinción, así como la de los
bienes gravados con derechos reales que se extinguen después de aquélla, sin perjuicio
del derecho a recompensa si para extinguir el usufructo o los otros derechos reales se
emplean bienes propios.
No son gananciales las indemnizaciones percibidas por la muerte del otro cónyuge,
incluso las provenientes de un contrato de seguro, sin perjuicio, en este caso, de la
recompensa debida a la comunidad por las primas pagadas con dinero de ésta.

PRUEBA DEL CARÁCTER DE LOS BIENES

El art. 466 del CCyCN, establece la presunción de ganancialidad donde todos los
bienes existentes a la finalización de la comunidad se presumen gananciales salvo
prueba en contrario.
La regla es igual a la contenida en el art. 1271 del CCiv. Resulta una aplicación de
la regla in dubio pro comunitate. El cónyuge que pretenda desvirtuarla tendrá la
carga de probar que el bien fue adquirido por herencia, legado, donación, o ha
sido adquirido antes del matrimonio o durante éste pero por una causa
preexistente.

ARTICULO 466.-Prueba del carácter propio o ganancial. Se presume, excepto prueba en


contrario, que son gananciales todos los bienes existentes al momento de la extinción de
la comunidad. Respecto de terceros, no es suficiente prueba del carácter propio la
confesión de los cónyuges.
Para que sea oponible a terceros el carácter propio de los bienes registrables adquiridos
durante la comunidad por inversión o reinversión de bienes propios, es necesario que en
el acto de adquisición se haga constar esa circunstancia, determinándose su origen, con
la conformidad del otro cónyuge. En caso de no podérsela obtener, o de negarla éste, el
adquirente puede requerir una declaración judicial del carácter propio del bien, de la que
se debe tomar nota marginal en el instrumento del cual resulta el título de adquisición. El
adquirente también puede pedir esa declaración judicial en caso de haberse omitido la
constancia en el acto de adquisición.

GESTIÓN DE LOS BIENES EN LA COMUNIDAD.

GESTIÓN. CONCEPTO
Llamamos ―gestión‖ al poder que la ley otorga a uno o a ambos cónyuges para
efectuar actos jurídicos con relación a los bienes propios y a los comunes durante
la vigencia de su régimen patrimonial del matrimonio.
Para comprender el derecho argentino, se debe tener claro que el carácter
―ganancial‖ de un bien no significa que ambos cónyuges tengan un derecho actual
sobre él, sino que, al concluir la ―comunidad‖, integrará una masa partible.
En el ―ahora‖ de un régimen conyugal vigente, las normas sobre administración y
disposición son las que definen el poder de cada uno de los cónyuges y la
correlativa pertenencia actual de los bienes.

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Un régimen de comunidad (universal o restringida) puede estar acompañado por
sistemas de administración diversos: gestión marital, o conjunta, o indistinta, o
separada. En ese último caso, que corresponde al derecho argentino vigente,
existen dos masas de administración: una integrada por los bienes de los que es
titular cada uno de los cónyuges. De tal modo, la administración se rige por un
principio de dualidad de masas, y el efecto de la ganancialidad, en cuanto derecho
común de ambos cónyuges sobre los bienes de ese carácter, queda diferido al
momento de la conclusión del régimen.
Esta particularidad del régimen matrimonial de bienes en nuestro derecho ha
generado que algunos autores sostengan que no se trata exactamente de una
―comunidad‖, sino de una ―comunidad diferida‖ (Guaglianone, Fanzolato) o de una
―participación en los adquiridos‖ (Vidal Taquini).

GESTIÓN DE LOS BIENES PROPIOS

En el régimen de comunidad sus integrantes administran y disponen de una


manera especial de sus bienes propios y gananciales, a ello se lo reconoce como
la ―gestión de los bienes‖.
La gestión de los bienes comprende su administración y la disposición. El principio
general en materia de gestión de los bienes en la comunidad indica que los
cónyuges tienen la libre administración y disposición de los bienes propios y de los
gananciales por los adquiridos, salvo las excepciones establecidas en el art. 470
del CCyCN, en estos casos excepcionalmente establecidos se requiere el
asentimiento del otro cónyuge para la realización de ciertos actos.
En el Código Civil reformado por la ley 17.711 se regulaba la administración de los
bienes propios y gananciales en forma conjunta en el art. 1276, mientras que las
normas básicas de disposición de dichos bienes se encontraban en el art. 1277.
En el Código Civil y Comercial unificado se ha preferido legislar por separado la
administración y disposición de los bienes propios, de la administración y
disposición de los bienes gananciales.
Las reglas sobre la administración y disposición de los bienes propios se
encuentran contenidas en el art. 469 al que hay que relacionar con las limitaciones
dispuestas por el régimen primario de bienes. Así el art. 469 del CCyCN dispone
que cada uno de los cónyuges tiene la libre administración y disposición de sus
bienes propios, excepto lo dispuesto en el art. 456.
Sobre los bienes propios los cónyuges tienen una propiedad y un derecho de
administración casi totalmente exclusivo fundado en que ellos no están destinados
a ser partidos a la disolución del régimen. En su consecuencia, marido y mujer son
directos e individuales gestores de sus correspondientes bienes privados; los
administran por sí y ante sí, y pueden disponer de ellos a cualquier título (oneroso
o gratuito), con la excepción bien conocida de la vivienda familiar y del ajuar
doméstico que, aun en el caso en que sean de titularidad privativa, requieren para
su transmisión, también a cualquier título, de la voluntad concorde del cónyuge no
propietario.

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LAS EXCEPCIONES A LA LIBRE ADMINISTRACIÓN Y DISPOSICIÓN DE LOS
BIENES PROPIOS
La excepción a la libre administración y disposición de los bienes propios está
dispuesta en el art. 456 que impide al cónyuge titular disponer libremente los
derechos sobre la vivienda familiar propia y sobre los bienes indispensables de
ésta, sin el asentimiento del otro e impide a los acreedores ejecutar la vivienda
familiar por deudas contraídas después de la celebración del matrimonio, excepto
que lo hayan sido por ambos cónyuges conjuntamente o por uno de ellos con el
asentimiento del otro.
Otra excepción a la libre disposición de los bienes propios está dada por la
imposibilidad de disponer de los bienes muebles destinados al trabajo del otro
cónyuge sin su consentimiento. Esta limitación ha de verse con carácter restrictivo
porque atenta contra el principio general de que la relación de poder se presume
de buena fe a menos que exista prueba en contrario (art. 1919, CCyCN) y contra
las reglas generales en materia de dominio que establece que la posesión de
buena fe del subadquirente de cosas no registrables que no sean hurtadas o
perdidas es suficiente para adquirir los derechos principales (arts. 1895 y 1939,
CCyCN).
A fin de proteger los elementos de trabajo y la posibilidad de desarrollo profesional
se sanciona con nulidad la venta de los bienes indispensables del hogar y los
objetos destinados al ejercicio del trabajo o profesión del otro cónyuge realizados
sin el consentimiento de quien los usa siempre que la demanda sea ejercida
dentro de los 6 meses de haber conocido el acto y no más allá de los 6 meses de
la extinción del régimen de comunidad.

LA GESTIÓN DE LOS BIENES GANANCIALES


La gestión de los bienes gananciales está regulada en forma separada a la gestión
de los bienes propios. Si bien para los bienes gananciales al igual que para los
bienes propios rige el principio general de la libre administración y disposición de
por parte del cónyuge titular, en el supuesto de los bienes gananciales el principio
sufre muchas limitaciones. En las cuales se requiere el asentimiento del cónyuge
no titular para perfeccionar el acto jurídico. Estas restricciones están establecidas
en el art. 470 del CCyCN.
Las excepciones al principio de la libre disposición en materia de bienes
gananciales se encuentran fundadas en la necesidad de preservar el eventual
derecho al 50% de los bienes del cónyuge no titular, que podría verse afectado en
su expectativa por enajenaciones o gravámenes fraudulentos.
Es decir que, la restricción al poder de disposición de bienes tiene por finalidad
evitar que la libre administración se convierta en un instrumento de fraude en
detrimento del otro, privándolo de la mitad que le pudiera corresponderle al tiempo
de la extinción de la comunidad. Cierto es que el cónyuge no titular siempre tiene
a su alcance las acciones de fraude y simulación para preservar su derecho a la
disolución del régimen de comunidad a recibir la mitad de los bienes previo pago
de las deudas; pero también es cierto que esas acciones son difíciles de
promover, complicadas de probar y dificultosas para resolver, por ende es más
conveniente disponer de medidas que dificulten el fraude y preserven el patrimonio

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“Grupo la Docta” 3516315046
a partir, como lo es la necesidad de contar con el asentimiento para disponer de
los bienes gananciales de importancia económica.

DEUDAS PERSONALES Y COMUNES DE LOS CÓNYUGES

DEUDAS DE LOS CÓNYUGES


El denominado ―pasivo de la sociedad conyugal‖ comprende dos aspectos
diferenciables: por una parte, ¿con qué bienes responderán los cónyuges frente a
sus acreedores? (llamada en la doctrina francesa: ―obligación por la deuda‖ o
―pasivo provisorio‖); y por la otra, ¿quién, en definitiva, soporta el peso de la
deuda, en las relaciones internas de la comunidad conyugal? (denominada
―contribución en la deuda‖ o ―pasivo definitivo‖).
Dentro del régimen originario del Código Civil, la necesidad de esa distinción no se
planteaba, pues existía una unidad de responsabilidad, vinculada a la unidad de
administración (en cabeza del marido), y una sola norma, el art. 1275, definía las
―cargas de la sociedad conyugal‖, aplicable entre los esposos y frente a terceros.
La ley 11.357, en sus arts. 5º y 6º, introdujo una nueva regulación de la
responsabilidad de cada cónyuge frente a sus acreedores, estableciendo su
carácter separado en función de la titularidad de los bienes (cada uno responde
por sus deudas con los bienes, propios y gananciales, que ha adquirido y
administra). Por un defecto de técnica legislativa, sin embargo, no se aclaró si
se derogaba o modificaba, y en qué medida, el art. 1275, CCiv. Doctrina francesa
la diferencia entre ―obligación‖ (pasivo provisorio) y ―contribución‖ (pasivo
definitivo), y vinculando la primera con los arts. 5º y 6º, ley 11.357, y la segunda,
con el art. 1275, CCiv.
De tal modo, se entendía que los arts. 5º y 6º, ley 11.357, regían el derecho de los
acreedores de alguno de los esposos de agredir el patrimonio de su deudor o, en
ciertos casos y en forma limitada, el patrimonio del que no contrajo la obligación.
En cambio, el art. 1275, CCiv., quedaba reducido a definir las cargas de la
sociedad conyugal, es decir, qué masa de bienes (la comunidad o los propios de
los cónyuges) debe soportar, al momento de liquidarse la sociedad conyugal, el
peso de la deuda.
El Código Civil y Comercial unificado mantiene dos sistemas de deudas en el
régimen de comunidad al igual que lo hacía la ley 11.357 y el art. 1275 del CCiv.
Por una parte se establece un ―pasivo provisorio‖ denominado ―cuestión de la
obligación por la deuda‖ destinado a determinar cómo responden los cónyuges
frente a sus acreedores durante la vigencia del matrimonio, que se encuentra
regulado por los arts. 467 y 461 del CCyCN.
Y por otra parte se establece el ―pasivo definitivo‖ o ―cuestión de la contribución‖
que determina las cargas de la comunidad o dicho de otra manera qué masa de
bienes (si la de los cónyuges o la de la comunidad) debe soportar la deuda.
El pasivo provisorio es el que regula la faz externa de las relaciones, es decir
aquel que atiende a la relación entre el cónyuge deudor y su acreedor y que se
denomina comúnmente ―cuestión de la obligación‖ y responde a la pregunta ¿qué
bienes responden por las deudas de una persona casada bajo el régimen de
comunidad? O lo que es lo mismo ¿sobre qué bienes puede perseguir el acreedor
el cobro de su acreencia?
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Esta pregunta debe tener respuesta tanto durante la vigencia de la comunidad
como en la etapa de la indivisión postcomunitaria.
De lo expuesto se desprende que los dos aspectos del régimen de deudas entre
cónyuges responden a dos problemas o cuestiones diferentes.
La cuestión de la obligación está referida a la forma cómo las personas casadas
por el régimen de comunidad van a responder frente a sus acreedores, ello implica
si van a responder con todos sus bienes propios y sus bienes gananciales o si
también van a responder por las deudas asumidas durante el matrimonio con los
bienes del cónyuge que no contrajo la deuda. La respuesta a esta cuestión
importa a los acreedores que requieren saber cuál será el patrimonio que
responderá por las deudas.
El aspecto externo se encuentra regulado por el art. 467 que establece que cada
uno de los cónyuges responde frente a sus acreedores con todos sus bienes
propios y los gananciales por él adquiridos y agrega que por los gastos de
conservación y reparación de los bienes gananciales responde también el
cónyuge que no contrajo la deuda, pero sólo con sus bienes gananciales.

ARTICULO 467.-Responsabilidad. Cada uno de los cónyuges responde frente a sus


acreedores con todos sus bienes propios y los gananciales por él adquiridos.
Por los gastos de conservación y reparación de los bienes gananciales responde también
el cónyuge que no contrajo la deuda, pero sólo con sus bienes gananciales.

Excepciones:

ARTICULO 461.-Responsabilidad solidaria. Los cónyuges responden solidariamente por


las obligaciones contraídas por uno de ellos para solventar las necesidades ordinarias del
hogar o el sostenimiento y la educación de los hijos de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 455.
Fuera de esos casos, y excepto disposición en contrario del régimen matrimonial, ninguno
de los cónyuges responde por las obligaciones del otro.

DEUDAS PERSONALES
La totalidad de las deudas contraídas por los cónyuges durante el matrimonio son
personales de quien las contrajo, independientemente de que su consorte también
responde, o bien solidariamente en el caso del art. 461 o en forma concurrente en
el supuesto del art. 467.
A continuación enunciaremos algunos supuestos de deudas personales siguiendo
en esto la clásica obra sobre deudas de Méndez Costa.
Son deudas personales:
Todas las deudas de origen contractual que no respondan a lo dispuesto por el art.
461 ni al 467, última parte, es decir todas las deudas que no sean destinadas a
pagar los gastos de conservación y reparación de los bienes gananciales, ni la
educación y manutención de los hijos comunes ni las contraídas para solventar las
necesidades del hogar.
Cabe aclarar que son deudas personales las deudas por alimentos a parientes no
convivientes debidos por un cónyuge, pues los alimentos son de origen legal, no

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contractual; salvo que sean pactados, si los parientes convivieran, entran en el art.
461 como satisfacción de necesidades del hogar.
Las deudas por honorarios son en principio personales, siempre que los juicios en
que se devengaron no hayan tenido una finalidad susceptible de ser incluida en el
art. 461 citado, con interpretación estricta de la ―conservación‖ de los bienes
gananciales.
También es necesario destacar que las deudas que surjan de la conservación de
los bienes propios del cónyuge son deudas personales.
Son deudas personales por excelencia las establecidas durante el ejercicio de la
profesión, industria o comercio de cada uno de los esposos; las penas pecuniarias
y las multas civiles; las deudas de una sucesión aceptada sin beneficio de
inventario o en que éste se ha perdido; la relativa al cargo de una liberalidad
recibida; las impositivas, ya sea que estén gravados los ingresos, las actividades o
los bienes propios del contribuyente; los accesorios de las deudas personales
(intereses pactados o punitorios, deuda por cláusula penal, p. ej., acciones
posesorias). Son, por lo tanto, personales las deudas por honorarios en el juicio de
separación, divorcio, anulación del matrimonio, pedido de compensación
económica o fijación de convenio regulador.

DEUDAS COMUNES O CONCURRENTES


Las deudas concurrentes son las deudas para la conservación de los bienes
comunes. Se rige por lo dispuesto para las obligaciones concurrentes, art. 851 del
CCyCN.

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RÉGIMEN DE SEPARACIÓN DE BIENES
CONCEPTO

El régimen de separación de patrimonios es un régimen de bienes general y


autónomo que se rige por el principio de independencia entre los cónyuges
respecto de la titularidad de los bienes, su gestión y la responsabilidad derivada de
la deudas y obligaciones personales.
Varsi explica que este régimen surge como consecuencia de que los cónyuges al
contraer matrimonio lo hacen con la seguridad de no hacerse del dinero del otro
cónyuge, ni de su riqueza, es decir de no aprovecharse en razón del matrimonio
del peculio ajeno.
En virtud de este régimen, cada consorte conserva la titularidad de los bienes y
derechos que le pertenecen en el momento de comenzar el matrimonio y también
la de aquellos que después adquieran por cualquier título.
Por lo tanto, en este sistema solamente existen dos masas patrimoniales, que
coinciden con el patrimonio particular de cada esposo.
En coherencia con lo anterior habrá también separación de deudas, es decir que
cada uno responderá por sus deudas. Este sistema que puede parecer
descarnado y contrario a la comunidad espiritual entre cónyuges, cuando se
encuentra complementado por un lado con un régimen primario que obliga a los
cónyuges solidariamente por las deudas del hogar y por sus necesidades y las de
los hijos comunes y no comunes, con protección legal de la vivienda familiar y por
otra parte con un sistema de compensación económica no es contrario a la
solidaridad familiar.
Además resulta el régimen más conveniente para el desarrollo de la empresa
familiar, porque no tiene el riesgo de incorporar a la empresa familiar a una ex
cónyuge, ni a una ex cuñada, ni tiene el peligro de descapitalizar la empresa por la
división por mitades de los bienes gananciales.
El principio directriz que rige este sistema es simple: cada cónyuge conserva la
propiedad personal y exclusiva de sus bienes presentes y de los que adquiera
durante la vigencia de la unión, tanto sea a título oneroso como a título gratuito.
Los cónyuges administran y disponen de los bienes que componen su patrimonio
como si no estuvieran casados, pero se está en presencia de un régimen
patrimonial matrimonial, lo que comporta la necesidad de atender las previsiones
básicas en relación con el régimen matrimonial primario.
Como hemos visto en los capítulos anteriores este régimen puede pactarse en las
convenciones matrimoniales y también puede ser impuesto por orden judicial a
pedido de parte (art. 477), en sustitución del régimen de comunidad cuando la
administración desordenada de uno de los cónyuges ponga en riesgo los intereses
a la ganancialidad de su consorte o cuando los bienes de uno de los cónyuges es
administrado por un curador.
En muchos países éste es el régimen principal, es decir es el régimen que se
aplica de no mediar pacto; ello ocurre por ejemplo en las comunidades españolas
de Baleares, de Valencia y de Cataluña, también en el Japón y en gran cantidad
de países sajones. En Alemania es supletorio; en primer lugar el régimen de
participación de gananciales y en caso de que los cónyuges excluyan este
régimen se aplica el régimen de separación.
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“Grupo la Docta” 3516315046
En definitiva el régimen de separación en algunos países es supletorio en caso de
falta de pacto, mientras que en otros países como ocurre en el nuestro debe ser
elegido por ambos cónyuges o pedido al juez su aplicación por uno de los
cónyuges cuando exista peligro de perder su derecho a los gananciales o la
comunidad impuesta por la ley no se justifique por qué la separación o la
administración de bienes de uno de los consortes es realizada por un curador.
En conclusión en el régimen de separación la regla es la desconexión patrimonial
entre los cónyuges, entre quienes la independencia patrimonial es absoluta salvo
en lo que respecta al régimen primario.

ADMINISTRACIÓN DE LOS BIENES


Cada uno de los cónyuges tiene la libre administración de los bienes de su
titularidad, ya que en este régimen patrimonial matrimonial tiene plena autonomía
porque como no existe una masa común para repartir no se justifica que se le
impongan limitaciones al titular del bien en orden a su poder de administración o
disposición.
La facultad de libre administración se ve limitada por lo dispuesto en los arts. 456 y
462 del CCyCN. Recordamos que el primero de ellos dispone que ―Ninguno de los
cónyuges puede, sin el asentimiento del otro, disponer de los derechos sobre la
vivienda familiar, ni de los muebles indispensables de ésta, ni transportarlos fuera
de ella. El que no ha dado su asentimiento puede demandar la nulidad del acto o
la restitución de los muebles dentro del plazo de caducidad de seis meses de
haberlo conocido, pero no más allá de seis meses de la extinción del régimen
matrimonial. La vivienda familiar no puede ser ejecutada por deudas contraídas
después de la celebración del matrimonio, excepto que lo hayan sido por ambos
cónyuges conjuntamente o por uno de ellos con el asentimiento del otro‖.
Mientras que el 462 del CCyCN estipula que ―los actos de administración y
disposición a título oneroso de cosas muebles no registrables cuya tenencia ejerce
individualmente uno de los cónyuges, celebrados por éste con terceros de buena
fe, son válidos, excepto que se trate de los muebles indispensables del hogar o de
los objetos destinados al uso personal del otro cónyuge o al ejercicio de su trabajo
o profesión‖.
Estos límites a la libre administración están dados por el principio de solidaridad
familiar que prima en todo el derecho de familia y brilla especialmente durante la
vigencia del matrimonio.

ARTICULO 505.-Gestión de los bienes. En el régimen de separación de bienes, cada uno


de los cónyuges conserva la libre administración y disposición de sus bienes personales,
excepto lo dispuesto en el artículo 456.
Cada uno de ellos responde por las deudas por él contraídas, excepto lo dispuesto en el
artículo 461.

Excepciones a la administración separada: Art. 456. Cada conyuge necesita


del asentimiento del otro para:
a) Disponer de los derechos sobre la vivienda familiar.
b) Disponer de los muebles indispensables de la vivienda familiar.
c) Transportar los muebles indispensables de la vivienda familiar fuera de ella.

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“Grupo la Docta” 3516315046
PRUEBA DE LA PROPIEDAD DE LOS BIENES
El art. 506 del CCyCN dispone la prueba de la propiedad. ―Tanto respecto del otro
cónyuge como de terceros, cada uno de los cónyuges puede demostrar la
propiedad exclusiva de un bien por todos los medios de prueba. Los bienes cuya
propiedad exclusiva no se pueda demostrar, se presume que pertenecen a ambos
cónyuges por mitades‖. Para probar la propiedad exclusiva de los bienes respecto
del otro cónyuge y los terceros, cada cónyuge podrá utilizar todos los medios de
prueba, siendo muy importante el inventario que conste en convenciones
matrimoniales.
La prueba en contrario, también podrá ser realizada por todos los medios
acreditativos permitidos, caso que pude ocurrir cuando se simula la adquisición a
nombre de uno de los cónyuges para defraudar las expectativas de los
acreedores.
El problema se presenta para acreditar la propiedad de los muebles no registrales
cuando el matrimonio tiene muchos años de duración. Explica Lasarte que la
rígida regla que impone la inexistencia de masa conyugal requiere unas pautas de
administración y de contabilidad muy minuciosas para acreditar la prueba de los
bienes muebles, que en realidad ninguna pareja que convive lleva hasta el mínimo
detalle, como para garantizar que una vez llegado el momento de la liquidación del
régimen de separación de bienes, se conozca con absoluta certeza la pertenencia
de todos y cada uno de los bienes que integran los dos patrimonios de los
cónyuges.
Por supuesto que ese problema no se va a producir con respecto a los bienes
inmuebles o a los bienes registrables o a las acciones nominativas, pero sí
respecto del sillón del living o de las lámparas del comedor para referirnos a
bienes concretos. ¿Quién puede garantizar transcurridos 10 o 20 años de
matrimonio la exacta pertenencia a uno de los cónyuges?
Es por eso que en función preventiva el art. 506 establece que cuando no sea
posible acreditar a cuál de los cónyuges pertenece algún bien o derecho
corresponderá a ambos por mitades.
Esta norma establece una presunción iuris tantum, es decir que admite prueba en
contrario. Entre los medios que pueden utilizarse cabe mencionar las facturas.
En el supuesto de que los cónyuges posean bienes muebles de considerable valor
o sobre los que tengan especial afección, con el fin de evitar la presunción
establecida en el art 506 del CCyCN es recomendable que los cónyuges
confeccionen un inventario en el momento de constituirse el régimen si se tratara
de un cambio de régimen o se realizara una convención prematrimonial con el
inventario como establece el art. 446 del CCyCN.

ARTICULO 506.-Prueba de la propiedad. Tanto respecto del otro cónyuge como de


terceros, cada uno de los cónyuges puede demostrar la propiedad exclusiva de un bien
por todos los medios de prueba. Los bienes cuya propiedad exclusiva no se pueda
demostrar, se presume que pertenecen a ambos cónyuges por mitades.
Demandada por uno de los cónyuges la división de un condominio entre ellos, el juez
puede negarla si afecta el interés familiar.

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Sub-Eje Temático 3: VICISITUDES DEL VÍNCULO MATRIMONIAL
Divorcio: Definición. Competencia. Requisitos y procedimiento. Efectos. Convenio
regulador. Alimentos posteriores al divorcio. Compensación económica: Definición
y supuestos de procedencia. Atribución del uso de la vivienda. Nulidad del
matrimonio: Definición. Clasificación de las nulidades matrimoniales. Causales.
Efectos de la nulidad según la buena fe de ambos cónyuges, buena fe de uno solo
de los cónyuges o mala fe de ambos cónyuges.

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“Grupo la Docta” 3516315046
Sub-eje 3 VICISITUDES DEL VINCULO MATRIMONIAL

Definición: La disolución de un matrimonio tiene lugar cuando el vínculo valido


preexistente, se extingue por causas sobrevenidas al acto de celebración.

ARTICULO 435.-Causas de disolución del matrimonio. El matrimonio se disuelve por:


a) muerte de uno de los cónyuges;
b) sentencia firme de ausencia con presunción de fallecimiento;
c) divorcio declarado judicialmente.

DIVORCIO: DEFINICIÓN

El divorcio vincular es una de las soluciones legales frente al conflicto matrimonial,


configurando la disolución del vínculo matrimonial en vida de ambos cónyuges
mediante sentencia judicial.

PROCESO DE DIVORCIO
a. Legitimación
El art. 437 del CCyCN, determina que ambos cónyuges pueden solicitar el divorcio
en forma conjunta o cualquiera de ellos puede realizarlo unilateralmente.
En caso de presentarse conjuntamente no existe óbice para que lo realicen con
una única representación letrada, ya que se tratará de un proceso voluntario.
b. Requisitos
La petición debe estar acompañada de un convenio regulador, que sólo en caso
de petición conjunta será un convenio propiamente dicho. En caso de presentarse
un solo de los cónyuges, deberá acompañar un proyecto de convenio, y, corrido el
traslado pertinente, el otro podrá presentar el suyo propio.
En este último caso los esposos deberán explicar las razones en las que fundan
su propuesta y arrimar los elementos de prueba necesarios, el juez, de oficio o a
petición de parte, podrá pedir se agreguen otras pruebas que considere
necesarias para pronunciarse sobre la validez del acuerdo.
En ningún caso la falta de acuerdo sobre aspectos relativos al convenio regulador
impedirá el dictado de la sentencia de divorcio, debiendo resolverse esos
conflictos mediante el procedimiento más breve que prevea la ley local (art. 438 in
fine, CCyCN).
c. Audiencia
El art. 438, tercer párrafo, CCyCN, establece que el juez debe convocar a las
partes a una audiencia en caso de falta de acuerdo sobre el convenio regulador o
alguno de sus aspectos. En caso de convenio suscripto donde se hayan acordado
todas las cuestiones, el juez dictará el divorcio sin más trámite sin necesidad de
audiencia.
d. Homologación

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“Grupo la Docta” 3516315046
El juez debe homologar el convenio regulador, dicha potestad le permite evaluar
su contenido, y eventualmente objetarlo cuando advierta que perjudica de modo
manifiesto los intereses de los integrantes del grupo familiar.
En el régimen anterior se había discutido mucho acerca de la facultad de los
jueces de objetar los acuerdos, se decía que ellos tenían tal potestad
exclusivamente en cuestiones relativas a los hijos o vinculadas con el hogar
familiar, y no en lo relativo a acuerdos patrimoniales. Sin perjuicio de lo expuesto
estas objeciones rara vez suceden en la práctica de nuestros Tribunales.
e. Competencia
El art. 717 del CCyCN establece la competencia del juez del último domicilio
conyugal o el del demandado, a elección del actor, para entender en el proceso de
divorcio y en sus conexos. Si la presentación fuere conjunta será competente el
juez del domicilio de cualquiera de esposos esto es una novedad del nuevo
ordenamiento.

ARTICULO 717.-Procesos de divorcio y nulidad del matrimonio. En las acciones de


divorcio o nulidad, las conexas con ellas y las que versan sobre los efectos de la
sentencia, es competente el juez del último domicilio conyugal o el del demandado a
elección del actor, o el de cualquiera de los cónyuges si la presentación es conjunta.
Si se ha declarado el concurso o la quiebra de uno de los cónyuges, en la liquidación del
régimen patrimonial del matrimonio es competente el juez del proceso colectivo.

ARTICULO 438.-Requisitos y procedimiento del divorcio. Toda petición de divorcio debe


ser acompañada de una propuesta que regule los efectos derivados de éste; la omisión
de la propuesta impide dar trámite a la petición.
Si el divorcio es peticionado por uno solo de los cónyuges, el otro puede ofrecer una
propuesta reguladora distinta.
Al momento de formular las propuestas, las partes deben acompañar los elementos en
que se fundan; el juez puede ordenar, de oficio o a petición de las partes, que se
incorporen otros que se estiman pertinentes. Las propuestas deben ser evaluadas por el
juez, debiendo convocar a los cónyuges a una audiencia.
En ningún caso el desacuerdo en el convenio suspende el dictado de la sentencia de
divorcio.
Si existe desacuerdo sobre los efectos del divorcio, o si el convenio regulador perjudica de
modo manifiesto los intereses de los integrantes del grupo familiar, las cuestiones
pendientes deben ser resueltas por el juez de conformidad con el procedimiento previsto
en la ley local.

EFECTOS

La disolución del matrimonio en vida de los esposos, a través del divorcio vincular,
trae aparejado ciertos efectos:

1) El divorcio disuelve el vínculo matrimonial.


2) Como principio general, cesa el deber de alimentos entre los ex cónyuges. La
prestación alimentaria luego del divorcio es excepcional en los casos establecidos
por el Código Civil y Comercial o por convención entre las partes.
3) Atribución del uso de la vivienda.
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“Grupo la Docta” 3516315046
4) Apellido: La persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo no
puede usar el apellido del otro cónyuge, excepto que, por motivos razonables, el
juez la autorice a conservarlo.
5) Cese del régimen patrimonial matrimonial, ya sea el de comunidad o el de
separación de bienes.
6) Cesa la vocación hereditaria.
7) Surge la necesidad de regular ciertas cuestiones si hubiere hijos menores de
edad, como el ejercicio de la responsabilidad parental, en especial, la prestación
alimentaria.

CONVENIO REGULADOR

El convenio regulador es un negocio jurídico familiar de carácter mixto por


intervenir los particulares y la autoridad judicial que tiene por finalidad regular los
efectos de las situaciones de crisis de matrimonio; por ello es la primera fuente de
regulación entre los cónyuges, por delante de la decisión judicial, que sólo opera
en defecto de acuerdo de éstos.
El art. 438 establece la obligación de acompañar a la demanda conjunta de
divorcio, un convenio regulador, en caso de ser solicitado unilateralmente, debe
acompañarse una propuesta de convenio y correrse traslado a la otra parte, quien
podrá, a su turno, presentar una propuesta alternativa.
A su turno el art. 439 regula el contenido del convenio, éste debe contener:
a) Atribución de la vivienda.
b) Distribución de bienes, ello en principio y cuando los cónyuges estén bajo el
régimen de comunidad (arts. 463 y ss., CCyCN), y no hayan decidido acordar la
partición en forma privada (arts. 500 y 2369, CCyCN). También cuando en el
régimen de separación de bienes tienen bienes en condominio que quieren
disolver.
c) La compensación económica, siempre y cuando ella fuere acordada, a falta de
acuerdo el juez deberá fijar su procedencia a petición de parte.
d) El ejercicio de la responsabilidad parental, a ese efecto 641, inc. b), establece
que en caso de cese de la convivencia éste deberá seguir siendo compartido,
salvo acuerdo o decisión judicial que, en interés del hijo, determiné el ejercicio
exclusivo o distintas modalidades. Asimismo se establece la obligatoriedad de fijar
los alimentos debidos a los hijos.
Esta enunciación no es taxativa, y pueden proponerse otros aspectos que se
considere necesario acordar o resolver, por otra parte en caso de no existir
atribución de vivienda, bienes a distribuir, compensación económica o hijos bajo
responsabilidad parental, los cónyuges deberán hacer saber esa circunstancia al
juez o tribunal.
El contenido mínimo establecido en el art. 439 puede ser ampliado o disminuido
por los consortes. Será ampliado cuando los esposos consideren que existen
situaciones que corresponde regular y no están incluidas en la norma o disminuido
cuando no se den todas y cada una de las hipótesis previstas, ya sea porque no
tienen hijos, o porque éstos son mayores de edad, o porque ambos han
abandonado o carecen de una vivienda en común, o porque están unidos en un
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“Grupo la Docta” 3516315046
convenio de separación de bienes que haga innecesario celebrar convenios sobre
distribución de bienes, o porque no existen desequilibrios que deban ser regulados
mediante prestaciones compensatorias.
También pueden ser incluidos en el convenio regulador, la disolución del
condominio en el supuesto que en el régimen de separación de bienes tuvieran
bienes en condominio.

El art. 439 establece:


Convenio regulador. Contenido. El convenio regulador debe contener las cuestiones
relativas a la atribución de la vivienda, la distribución de los bienes, y las eventuales
compensaciones económicas entre los cónyuges; al ejercicio de la responsabilidad
parental, en especial, la prestación alimentaria; todo siempre que se den los presupuestos
fácticos contemplados en esta Sección, en consonancia con lo establecido en este Título
y en el Título VII de este Libro. Lo dispuesto en el párrafo anterior no impide que se
propongan otras cuestiones de interés de los cónyuges.

ALIMENTOS POSTERIORES AL DIVORCIO

El CCyCN unificado regula los alimentos que se deben los cónyuges después del
divorcio, estos alimentos no están contemplados ni en el derecho chileno, ni en el
derecho francés, ni en el derecho español, donde la obligación alimentaria
finalizan con el divorcio, en cambio el sistema argentino los acepta, a diferencia
del régimen anterior donde la extensión de la cuota estaba determinada por la
culpabilidad o inocencia de quien los reclamaba, y como natural consecuencia de
la eliminación del divorcio causado, ahora se regula un derecho de alimentos
excepcional y que apunta a casos de extrema necesidad del ex cónyuge
solicitante.
Claro está también que rige la libertad de acordar una cuota mejor mediante el
convenio regulador, siendo el régimen del 434 supletorio de dichos acuerdos.

Fundamento de la obligación alimentaria entre cónyuges con posterioridad


al divorcio
El fundamento de la obligación alimentaria post divorcio se encuentra en la
solidaridad divorcial o solidaridad cuasi familiar que es la razón esencial de la
prestación.
Si bien es cierto que los divorciados técnicamente no son familiares entre sí sino
extraños, como enseña Fanzolato esto no significa que estén equiparados a
cualquier persona ajena, sino que los divorciados, entre ellos, son unos ―extraños
muy especiales‖ que han roto sus vínculos jurídicos, aunque no los deberes
morales reconocidos por el orden jurídico.

Enfermo de enfermedad preexistente al divorcio que le impida auto


sustentarse El art. 442 establece la obligación de prestar alimentos a favor de
quien padece una enfermedad grave preexistente al divorcio que le impide auto
sustentarse. Si el alimentante fallece, la obligación se transmite a sus herederos.
Este artículo tiene relación con la obligación de asistencia que se deben los
cónyuges, en virtud de esa obligación de asistencia los esposos deben auxiliarse

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“Grupo la Docta” 3516315046
durante la enfermedad, pero ello no implica cercenar la posibilidad del sano de
poder divorciarse. Ahora bien si una persona sana decide divorciarse de su
cónyuge gravemente enfermo debe asumir la obligación de brindar alimentos al
enfermo, obligación que se extiende a los herederos.
La norma tiene como antecedente el art. 203 del CCiv. Derogado que permitía la
posibilidad de divorciarse del cónyuge enfermo de enfermedad mental o
drogadicción, pero establecía para el sano la obligación alimentaria en todo lo que
fuera necesario para su restablecimiento y recuperación.

ARTICULO 434.-Alimentos posteriores al divorcio. Las prestaciones alimentarias pueden


ser fijadas aun después del divorcio:
a) a favor de quien padece una enfermedad grave preexistente al divorcio que le impide
autosustentarse. Si el alimentante fallece, la obligación se transmite a sus herederos;
b) a favor de quien no tiene recursos propios suficientes ni posibilidad razonable de
procurárselos. Se tienen en cuenta los incisos b), c) y e) del artículo 433. La obligación no
puede tener una duración superior al número de años que duró el matrimonio y no
procede a favor del que recibe la compensación económica del artículo 441.
En los dos supuestos previstos en este artículo, la obligación cesa si: desaparece la
causa que la motivó, o si la persona beneficiada contrae matrimonio o vive en unión
convivencial, o cuando el alimentado incurre en alguna de las causales de indignidad.
Si el convenio regulador del divorcio se refiere a los alimentos, rigen las pautas
convenidas.

La obligación no puede tener una duración superior al número de años que duró el
matrimonio y no procede a favor del que recibe la compensación económica del
artículo 441.

COMPENSACIÓN ECONÓMICA
CONCEPTO:
La pensión compensatoria es un derecho personal reconocido al cónyuge al que el
divorcio le produce un empeoramiento en la situación económica de la que gozaba
en el matrimonio, colocándole en posición de inferioridad frente a la conservada
por el otro consorte.
El presupuesto esencial para otorgar la prestación compensatoria radica en la
desigualdad que resulta de la confrontación entre las condiciones económicas de
cada uno, antes y después de la ruptura. Cabe poner de resalto que no hay que
probar la existencia de necesidad —el cónyuge más desfavorecido en la ruptura
de la relación puede ser acreedor de la pensión aunque tenga medios suficientes
para mantenerse por sí mismo—. Pero sí ha de probarse que se ha sufrido un
empeoramiento en su situación económica con relación a la que disfrutaba en el
matrimonio y respecto de la posición que disfruta el otro cónyuge, que tenga como
causa adecuada el vínculo matrimonial y su ruptura.

ARTICULO 441.-Compensación económica. El cónyuge a quien el divorcio produce un


desequilibrio manifiesto que signifique un empeoramiento de su situación y que tiene por
causa adecuada el vínculo matrimonial y su ruptura, tiene derecho a una compensación.
Esta puede consistir en una prestación única, en una renta por tiempo determinado o,
excepcionalmente, por plazo indeterminado. Puede pagarse con dinero, con el usufructo

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“Grupo la Docta” 3516315046
de determinados bienes o de cualquier otro modo que acuerden las partes o decida el
juez.

Concepto de desequilibrio
Lo importante para determinar si corresponde establecer una compensación
económica es determinar si ha existido un desequilibrio manifiesto que tenga por
causa adecuada el vínculo matrimonial y su ruptura.
Por ello es de vital importancia precisar qué se entiende por desequilibrio.
Éste se define como un descenso en el nivel de vida efectivamente gozado en el
transcurso de la relación, con independencia de la situación de necesidad, mayor
o menor del acreedor, dada la naturaleza esencialmente no alimenticia de ella,
pero teniendo en cuenta las expectativas de bienestar económico que pudiera
haber creado el cónyuge solicitante sobre la base de las condiciones bajo las que
se hubiera desarrollado y conformado la vida conyugal, no debiendo entenderse
como un derecho de nivelación o de indiscriminada igualación, determinando
automáticamente por el hecho de contraer matrimonio.

SUPUESTOS DE PROCEDENCIA

ARTICULO 442.-Fijación judicial de la compensación económica. Caducidad. A falta de


acuerdo de los cónyuges en el convenio regulador, el juez debe determinar la procedencia
y el monto de la compensación económica sobre la base de diversas circunstancias, entre
otras:
a) el estado patrimonial de cada uno de los cónyuges al inicio y a la finalización de la vida
matrimonial;
b) la dedicación que cada cónyuge brindó a la familia y a la crianza y educación de los
hijos durante la convivencia y la que debe prestar con posterioridad al divorcio;
c) la edad y el estado de salud de los cónyuges y de los hijos;
d) la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo del. cónyuge que solicita
la compensación económica;
e) la colaboración prestada a las actividades mercantiles, industriales o profesionales del
otro cónyuge;
f) la atribución de la vivienda familiar, y si recae sobre un bien ganancial, un bien propio, o
un inmueble arrendado. En este último caso, quién abona el canon locativo.
La acción para reclamar la compensación económica caduca a los seis meses de haberse
dictado la sentencia de divorcio.

La acción para reclamar la compensación caduca a los seis meses de haberse


dictado la sentencia de divorcio.

ATRIBUCIÓN DEL USO DE LA VIVIENDA

Una cuestión importante que los cónyuges o las parejas de hecho se plantean en
un proceso de divorcio es quién se queda ocupando la vivienda familiar y quién
sale de ella, ya que el primer efecto de la crisis matrimonial es precisamente la
separación fáctica a fin de evitar —en muchos casos— males mayores. El tema de
la atribución del uso de la vivienda ha sido regulado en el art. 443, donde se han
fijado diferentes pautas para su determinación.

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“Grupo la Docta” 3516315046
Se prevé que cualquiera de los cónyuges puede pedir judicialmente que se le
atribuya la vivienda familiar, tanto que sea el inmueble propio de cualquiera de los
cónyuges o ganancial. El juez deberá establecer el plazo de duración y los efectos
teniendo en cuenta las siguientes pautas:
— la persona a quien se atribuye el cuidado de los hijos;
— la persona que está en situación económica más desventajosa
para proveerse de una vivienda por sus propios medios;
— el estado de salud y edad de los cónyuges;
— los intereses de otras personas que integran el grupo familiar.
La atribución de la vivienda puede producir diferentes efectos a saber:
— a petición de parte interesada, el juez puede establecer: una renta
compensatoria por el uso del inmueble a favor del cónyuge a quien no se atribuye
la vivienda;
— que el inmueble no sea enajenado sin el acuerdo expreso de ambos;
— que el inmueble ganancial o propio en condominio de los cónyuges no sea
partido ni liquidado.
Cabe señalar que estos efectos producen consecuencias frente a terceros a partir
de su inscripción registral. Si se trata de un inmueble alquilado, el cónyuge no
locatario tiene derecho a continuar en la locación hasta el vencimiento del
contrato, manteniéndose el obligado al pago y las garantías que primitivamente se
constituyeron en el contrato.
Numerosos son los criterios contemplados tanto por la doctrina como por la
jurisprudencia para resolver a cuál de los cónyuges corresponde atribuir el hogar
conyugal del matrimonio. En principio, no existe preferencia para ninguno de los
cónyuges, solución que resulta coherente con el principio constitucional de
igualdad de los cónyuges receptado explícitamente en el art. 402.
De acuerdo con lo expuesto, corresponderá, en cada caso, estar a las
circunstancias de hecho de la causa para determinar a cuál de los cónyuges se le
atribuirá el inmueble que fuera la sede del hogar conyugal.

EFECTOS DE LA ATRIBUCIÓN DEL USO DE LA VIVIENDA FAMILIAR.


ARTICULO 444.- A petición de parte interesada, el juez puede establecer: una renta
compensatoria por el uso del inmueble a favor del cónyuge a quien no se atribuye la
vivienda; que el inmueble no sea enajenado sin el acuerdo expreso de ambos; que el
inmueble ganancial o propio en condominio de los cónyuges no sea partido ni liquidado.
La decisión produce efectos frente a terceros a partir de su inscripción registral.
Si se trata de un inmueble alquilado, el cónyuge no locatario tiene derecho a continuar en
la locación hasta el vencimiento del contrato, manteniéndose el obligado al pago y las
garantías que primitivamente se constituyeron en el contrato.

CESE DEL DERECHO DE ATRIBUCIÓN DE LA VIVIENDA

ARTICULO 445.-Cese. El derecho de atribución del uso de la vivienda familiar cesa:


a) por cumplimiento del plazo fijado por el juez;
b) por cambio de las circunstancias que se tuvieron en cuenta para su fijación;
c) por las mismas causas de indignidad previstas en materia sucesoria.

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NULIDAD DEL MATRIMONIO

DEFINICION

La nulidad del matrimonio implica que el matrimonio se ha celebrado con un vicio


grave en cuya consecuencia, por disposición legal y mediante sentencia, dicho
matrimonio queda privado de sus efectos normales.
La nulidad matrimonial es una sanción legal que priva al acto jurídico matrimonial
de sus efectos propios o normales, con efecto frente a todos (partes y terceros),
por adolecer de defectos originarios, estructurales y esenciales a través de un
proceso de impugnación y declaración.
Para llegar a la nulidad del matrimonio es necesario impugnar el acto, probar el
defecto y así poder obtener la declaración que da estado a la nulidad. Aún el
matrimonio entre padres e hijos o entre hermanos, para lograr su nulidad debe
mediar un proceso y una declaración judicial.
El matrimonio defectuoso (inválido) no es automáticamente ineficaz (nulo); a la
causa de la nulidad hay que actuarla. Para lograr la nulidad hay un proceso que va
del defecto a la impugnación del acto, a la prueba del defecto y a la declaración
que da estado a la nulidad. Dicha impugnación puede hacerse por vía de acción o
de excepción; en ambos casos deberá sustanciarse.
El fundamento de la nulidad matrimonial se encuentra en la protección que el
legislador brinda a un interés comprometido en el matrimonio inválido, interés que
puede ser de índole general o de carácter particular.

CLASIFICACIÓN DE LAS NULIDADES MATRIMONIALES

La nulidad matrimonial puede ser clasificada en absoluta y relativa.


La nulidad absoluta corresponde a los actos que, por el defecto que los afecta,
inciden sobre el orden público o las buenas costumbres y la nulidad relativa a los
que sólo inciden sobre intereses particulares.
Según tal clasificación se consideran casos de nulidad absoluta el parentesco, el
ligamen y el crimen por involucrar intereses de orden público. Constituyen
supuestos de nulidad relativa la falta de edad legal, ausencia de salud mental y los
vicios del consentimiento por ser supuestos en los cuales el interés protegido es
particular.
El CCyCN se refiere a los matrimonios de nulidad absoluta en el art. 424 y a los de
nulidad relativa en el art. 425.
Por otra parte no cabe clasificar las nulidades matrimoniales en manifiestas y no
manifiestas porque analizando los supuestos de los arts. 424 y 425, resulta que el
vicio que afecta al matrimonio debe siempre probarse de manera que no cabrían
hipótesis de nulidad manifiesta. En efecto, aun la violación de los impedimentos de
parentesco, ligamen o crimen requieren aportar las partidas pertinentes o
la sentencia condenatoria.
En cuanto a la clasificación de acto nulo y anulable esta ha sido eliminada del
CCyCN, es decir que la clasificación de los actos en nulos y anulables conforme lo
dispuesto por los arts. 1046 y 1045 del CCiv. derogado no existe más y por lo

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“Grupo la Docta” 3516315046
tanto tampoco rige en materia matrimonial la diferencia entre matrimonio nulo y
matrimonio anulable.

ABSOLUTA

Art. 424. Nulidad absoluta: es de nulidad absoluta el matrimonio celebrado con alguno de
los impedimentos establecidos en el Art. 403, inc. a, b, c, d y e.
La nulidad puede ser demandada por cualquiera de los cónyuges y por los que hubieran
podido oponerse a la celebración del matrimonio”.

ARTICULO 403.-Impedimentos matrimoniales. Son impedimentos dirimentes para


contraer matrimonio:
a) el parentesco en línea recta en todos los grados, cualquiera que sea el origen del
vínculo;
b) el parentesco entre hermanos bilaterales y unilaterales, cualquiera que sea el origen
del vínculo;
c) la afinidad en línea recta en todos los grados;
d) el matrimonio anterior, mientras subsista;
e) haber sido condenado como autor, cómplice o instigador del homicidio doloso de uno
de los cónyuges;

RELATIVA

ARTICULO 425.-Nulidad relativa. Legitimados. Es de nulidad relativa:


a) el matrimonio celebrado con el impedimento establecido en el inciso f) del artículo 403;
la nulidad puede ser demandada por el cónyuge que padece el impedimento y por los que
en su representación podrían haberse opuesto a la celebración del matrimonio. En este
último caso, el juez debe oír al adolescente, y teniendo en cuenta su edad y grado de
madurez hace lugar o no al pedido de nulidad. ( inciso f tener menos de dieciocho
años)
Si se rechaza, el matrimonio tiene los mismos efectos que si se hubiera celebrado con la
correspondiente dispensa. La petición de nulidad es inadmisible después de que el
cónyuge o los cónyuges hubiesen alcanzado la edad legal.
b) el matrimonio celebrado con el impedimento establecido en el inciso g) del artículo 403.
La nulidad puede ser demandada por cualquiera de los cónyuges si desconocían el
impedimento. (inciso g) la falta permanente o transitoria de salud mental que le
impide tener discernimiento para el acto matrimonial)
La nulidad no puede ser solicitada si el cónyuge que padece el impedimento ha
continuado la cohabitación después de haber recuperado la salud; y en el caso del
cónyuge sano, luego de haber conocido el impedimento.
El plazo para interponer la demanda es de un año, que se computa, para el que sufre el
impedimento, desde que recuperó la salud mental, y para el cónyuge sano desde que
conoció el impedimento.
La nulidad también puede ser demandada por los parientes de la persona que padece el
impedimento y que podrían haberse opuesto a la celebración del matrimonio. El plazo
para interponer la demanda es de tres meses desde la celebración del matrimonio. En
este caso, el juez debe oír a los cónyuges, y evaluar la situación del afectado a los fines
de verificar si comprende el acto que ha celebrado y cuál es su deseo al respecto.

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“Grupo la Docta” 3516315046
c) el matrimonio celebrado con alguno de los vicios del consentimiento a que se refiere el
artículo 409. La nulidad sólo puede ser demandada por el cónyuge que ha sufrido el vicio
de error, dolo o violencia. La nulidad no puede ser solicitada si se ha continuado la
cohabitación por más de treinta días después de haber conocido el error o de haber
cesado la violencia. El plazo para interponer la demanda es de un año desde que cesa la
cohabitación.

ARTICULO 409.-Vicios del consentimiento. Son vicios del consentimiento:


a) la violencia, el dolo y el error acerca de la persona del otro contrayente;
b) el error acerca de las cualidades personales del otro contrayente, si se prueba que
quien lo sufrió no habría consentido el matrimonio si hubiese conocido ese estado de
cosas y apreciado razonablemente la unión que contraía.
El juez debe valorar la esencialidad del error considerando las circunstancias personales
de quien lo alega.

EFECTOS DE LA NULIDAD. MATRIMONIO PUTATIVO

Como principio, la anulación del matrimonio por sentencia judicial priva de sus
efectos al título de estado de familia que derivaba del acto anulado, desplazando a
los contrayentes del estado de casados. Su estado de familia vuelve a ser el
anterior a la celebración del acto; "las cosas vuelven al mismo o igual estado en
que se hallaban antes del acto anulado", sin perjuicio de que mientras la sentencia
no se dicte, el matrimonio deba reputarse válido, y solo sea tenido por nulo desde
el día de la sentencia que lo anule.
Pero mientras la sentencia no haya sido dictada, el título de estado matrimonial
produce efectos erga omnes, pero la sentencia que anula el matrimonio lo priva de
eficacia con efecto retroactivo.
La sentencia es declarativa y retrotrae sus consecuencias al día de la celebración
del matrimonio que se anula.

EXCEPCIÓN AL EFECTO RETROACTIVO

No se alteran los efectos que el matrimonio habría producido con respecto a


terceros de buena fe, dispone el artículo 426: "la nulidad del matrimonio y la
buena o mala fe de los cónyuges no perjudica los derechos adquiridos por
terceros, que de buena fe hubiesen contratado con los cónyuges‖. Quedan así
protegidos los derechos de quienes hubiesen contratado con los contrayentes
creyéndolos válidamente casados.
Cuando los contrayentes hubieran sido menores de edad al tiempo de contraer el
matrimonio anulado, la emancipación producida por éste subsiste hasta la
sentencia de nulidad. La invalidez del matrimonio no deja sin efecto la
emancipación, salvo respecto del cónyuge de mala fe para quien cesa a partir del
día que la sentencia pasa en autoridad de cosa juzgada‖.
Estos efectos se producen independientemente de la buena o mala fe de los que
celebraron el matrimonio anulado, pero los más importantes son los que tienen
lugar cuando el matrimonio ha sido putativo, es decir, cuando hubo buena fe de
uno de los cónyuges o de ambos.

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“Grupo la Docta” 3516315046
BUENA FE DE AMBOS CÓNYUGES
Si el matrimonio hubiese sido contraído de buena fe por ambos cónyuges,
producirá, hasta el día que se declare su nulidad, todos los efectos del matrimonio
válido

ARTICULO 428.-Efectos de la buena fe de ambos cónyuges. Si el matrimonio anulado ha


sido contraído de buena fe por ambos cónyuges produce todos los efectos del matrimonio
válido hasta el día en que se declare su nulidad.
La sentencia firme disuelve el régimen matrimonial convencional o legal supletorio.
Si la nulidad produce un desequilibrio económico de uno ellos en relación con la posición
del otro, se aplican los artículos 441 y 442; el plazo se computa a partir de la sentencia
que declara la nulidad.

EFECTOS DE LA BUENA FE DE UNO DE LOS CÓNYUGES

ARTICULO 429.-Efectos de la buena fe de uno de los cónyuges. Si uno solo de los


cónyuges es de buena fe, el matrimonio produce todos los efectos del matrimonio válido,
pero sólo respecto al cónyuge de buena fe y hasta el día de la sentencia que declare la
nulidad.
La nulidad otorga al cónyuge de buena fe derecho a:
a) solicitar compensaciones económicas, en la extensión mencionada en los artículos 441
y 442; el plazo se computa a partir de la sentencia que declara la nulidad;
b) revocar las donaciones realizadas al cónyuge de mala fe;
c) demandar por indemnización de daños y perjuicios al cónyuge de mala fe y a los
terceros que hayan provocado el error, incurrido en dolo, o ejercido la violencia.
Si los cónyuges hubieran estado sometidos al régimen de comunidad, el de buena fe
puede optar:
i) por considerar que el matrimonio ha estado regido por el régimen de separación de
bienes;
ii) por liquidar los bienes mediante la aplicación de las normas del régimen de
comunidad;iii) por exigir la demostración de los aportes de cada cónyuge a efectos de
dividir los bienes en proporción a ellos como si se tratase de una sociedad no constituida
regularmente.

El cónyuge de buena fe tendrá los siguientes derechos: 2.1. Compensación


económica Al igual que en el caso del art. 428 CCyC —que regula los efectos de
la buena fe de ambos—, el contrayente de buena fe tiene derecho a solicitar al de
mala fe una compensación económica cuando se reúnan los requisitos de los arts.
441 y 442 CCyC, derecho que no se le otorga al cónyuge de mala fe.Se suprime la
posibilidad de solicitar alimentos que otorgaba el art. 222 CC, reemplazándose por
la compensación para el caso del cónyuge de buena fe.
Revocación de donaciones Asimismo, la norma le otorga al cónyuge de buena fe
la posibilidad de revocar las donaciones que, por cualquier causa, haya realizado
al de mala fe.
Se elimina el recaudo de la regulación anterior en que solo se lo autorizaba a
revocar las donaciones hechas con causa en el matrimonio. Tratándose de un
cónyuge de mala fe, se autoriza al de buena fe a revocar cualquier donación que
este le haya realizado.

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2.3. Daños y perjuicios También puede demandar indemnización por daños y
perjuicios al cónyuge de mala fe y a los terceros que hayan provocado el error,
incurrido en dolo, o ejercido la violencia. En este punto, se reitera lo establecido en
el art. 225 CC, que otorgaba acción de daños y perjuicios al cónyuge de buena fe
para demandar al de mala fe, y a los terceros que hubiesen provocado el error,
incurrido en dolo o ejercido la violencia, en caso de nulidad de matrimonio. Se
incluye el daño moral y el material.
En relación del plazo de prescripción, y sin una norma expresa al respecto, este
será de tres años, por aplicación de lo dispuesto por el art. 2561 CCyC, que
establece ese plazo para el reclamo de la indemnización de daños derivados de la
responsabilidad civil. Comenzará a contar desde la sentencia que declara la
nulidad ya que, hasta tanto no se anule el matrimonio, se reputa válido. Además,
todo plazo de prescripción queda suspendido entre cónyuges durante el
matrimonio (art. 2543, inc. a, CCyC).
División de bienes Respecto de los bienes, si los cónyuges estaban sometidos al
régimen de comunidad, el de buena fe puede elegir, entre las siguientes opciones,
la que le resulte más favorable:
a) considerar que el matrimonio ha estado regido por el régimen de separación
(aunque ese no sea el régimen que ha elegido oportunamente); b) liquidar los
bienes mediante la aplicación de las normas del régimen de comunidad; c) exigir
la demostración de aportes hechos por cada cónyuge a efectos de dividir los
bienes en proporción a ellos, como si se tratara de una sociedad no constituida
regularmente.
Apellido Conforme el art. 67 CCyC, en principio, la nulidad hace cesar el derecho
de usar el apellido del otro cónyuge, pero excepcionalmente el juez puede
autorizar a conservarlo si existen razones fundadas.
Emancipación Conserva la emancipación el cónyuge de buena fe y la pierde el de
mala fe a partir de que la sentencia de nulidad pasa en autoridad de cosa juzgada,
conforme lo establecido por el art. 27 CCyC.
Responsabilidad parental y cuidado de los hijos La buena o mala fe del cónyuge
en la nulidad matrimonial no incide en las reglas establecidas para el ejercicio de
la responsabilidad parental y el cuidado del hijo, ya que no tiene que afectar el
vínculo padre-hijos. Corresponderá la aplicación de los arts. 641, inc. b, y 651
CCyC, que sientan como principio la responsabilidad parental compartida y el
cuidado personal compartido del hijo con la modalidad indistinta, a falta de
acuerdo.
2.8. Derecho hereditario Como ya se ha explicado, cesa el derecho hereditario en
todos los casos de nulidad de matrimonio a partir de la sentencia.
El esposo de buena fe conserva el derecho hereditario si el cónyuge fallece una
vez iniciada la demanda y antes del dictado de la sentencia, salvo el caso en el
que estuvieran separados de hecho, porque esta circunstancia hace cesar la
vocación sucesoria.
Si se trata del cónyuge de buena fe, en el caso de bigamia, nos encontramos
frente a la controversia planteada en el caso del art. 428 CCyC.

MALA FE DE AMBOS CÓNYUGES

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ARTICULO 430.-Efectos de la mala fe de ambos cónyuges. El matrimonio anulado
contraído de mala fe por ambos cónyuges no produce efecto alguno.
Las convenciones matrimoniales quedan sin efecto, sin perjuicio de los derechos de
terceros.
Los bienes adquiridos hasta la nulidad se distribuyen, si se acreditan los aportes, como si
fuese una sociedad no constituida regularmente.

Al igual que en la norma derogada (art. 223 CC), quedan sin efecto las
convenciones matrimoniales, dejándose expresamente a salvo los derechos de los
terceros.
Se suprime la frase "la unión será reputada como concubinato", atento a la
connotación negativa y sancionatoria que surgía de la misma. Es importante
recordar que en el CCyC se regulan las uniones convivenciales (palabra que se ha
elegido para reemplazar "concubinato"), otorgándoseles derechos que no tiene el
cónyuge de mala fe.
El cónyuge de mala fe ha cometido una conducta inapropiada; en cambio, el unido
en convivencia no ha infringido ningún deber jurídico.
En lo patrimonial, si hubieren efectuado convenciones matrimoniales, quedarán sin
efecto alguno y, conforme lo dispuesto en el art. 426 CCyC, no podrán afectarse
los derechos de terceros que de buena fe hubieren contratado con alguno de los
esposos.
Respecto de los bienes, también se mantiene la solución que daba la norma del
CC, mejorando la redacción. Se establece que, si se acreditan aportes, los
mismos deberán distribuirse como si fuesen una sociedad no constituida
regularmente.

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Sub-Eje Temático 4: FILIACIÓN Y RESPONSABILIDAD PARENTAL
Filiación: Filiación por naturaleza. Acciones de filiación: Objeto de cada una de
ellas. Filiación por TRHA: Consentimiento informado: Forma y requisitos. Voluntad
procreacional. Adopción. Requisitos en el adoptante y adoptado. Tipos de
adopción. Definición y características de cada tipo. Responsabilidad parental.
Definición. Titularidad y ejercicio de la responsabilidad parental. Cuidado personal
del hijo: Clases y modalidades. Situación de los progenitores adolescentes. Plan
de parentalidad. Deber alimentario de los progenitores. Progenitor afín: Definición.
Deberes del progenitor afín.

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Sub Eje 4 FILIACIÓN Y RESPONSABILIDAD PARENTAL

DEFINICIÓN:
Concepto y clases
La palabra filiación proviene del latín (������ hijo) y se refiere al lazo de
parentesco existente entre los padres y sus hijos. Ese vínculo filial genera un
universo de relaciones jurídicas, un conjunto de derechos y deberes recíprocos
entre los progenitores y su descendencia.
Históricamente el derecho ha reconocido dos formas de filiación: la filiación por
naturaleza y la filiación por adopción. El Código Civil y Comercial incorpora una
nueva forma de filiación, la filiación por voluntad procreacional que se originó a
partir de la regulación de las ―técnicas de reproducción humana asistida‖. Ello
provoca grandes cambios en el estudio del sistema filiatorio; por ello las
analizaremos en forma separada en el capítulo siguiente.
En el presente estudiaremos los antecedentes, la evolución y el tratamiento actual
de la filiación derivada de la naturaleza.
En ese contexto el art. 558, CCyCN, determina la existencia de tres tipos de
filiación:
1. Por naturaleza: Es aquella derivada de un vínculo biológico y natural
generado por la consanguinidad con sus progenitores. Esta clase de
filiación puede ser matrimonial o extramatrimonial, según los
progenitores estuvieran o no unidos en matrimonio.
2. Por Voluntad Procreacional: Donde se regulan los casos en los cuales
ha intervenido la ciencia médica en el proceso de concepción mediante
alguno de los tratamientos conocidos y;
3. Por Adopción: En este caso el vínculo paterno-filial no se relaciona con
un hecho biológico, sino que es creado por la sentencia que otorga la
filiación.

ARTICULO 558.-Fuentes de la filiación. Igualdad de efectos. La filiación puede tener lugar


por naturaleza, mediante técnicas de reproducción humana asistida, o por adopción.
La filiación por adopción plena, por naturaleza o por técnicas de reproducción humana
asistida, matrimonial y extramatrimonial, surten los mismos efectos, conforme a las
disposiciones de este Código.
Ninguna persona puede tener más de dos vínculos filiales, cualquiera sea la naturaleza de
la filiación.

FILIACIÓN POR NATURALEZA


Determinación
Determinar la filiación implica establecer un nexo en el plano jurídico que, por lo
general, es la concreción en el plano jurídico de un vínculo biológico preexistente.
Es así que, en los hechos, producido el nacimiento de una persona, resulta
necesario establecer jurídicamente a quiénes se atribuye su
paternidad/maternidad. Ello se realiza de cuatro maneras: a) legal, donde si se
dan determinados hechos la ley establece la filiación; b) voluntaria, donde el
emplazamiento se produce por medio de una manifestación de voluntad del sujeto,
c) por sentencia judicial en aquellos casos en los que no hubiere presunciones, o

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“Grupo la Docta” 3516315046
el progenitor se negare a reconocer al hijo, y, d) por el con sentimiento informado
para la realización de una técnica de reproducción humana asistida.
El emplazamiento jurídico en un vínculo filiatorio implica un estado de familia que
sólo puede ser modificado a través de las acciones de impugnación o
desplazamiento que la ley autoriza. Y, a la vez, impide que una de las partes o un
tercero, a través de un acto jurídico o una acción judicial, pretenda emplazar una
filiación diferente respecto de la establecida, si al mismo tiempo no hace efectiva
la vía legal para el desplazamiento del vínculo anterior (arts. 578, CCyCN).
El último párrafo del art. 558 establece, como regla general, que ―ninguna persona
puede tener más de dos vínculos filiales, cualquiera sea la naturaleza de la
filiación‖. Esta limitación opera en dos planos, por un lado impide accionar para
reclamar o emplazar una filiación sin antes desplazar la establecida, piénsese en
el caso de un hijo matrimonial con doble vínculo determinado (madre y padre) y un
tercero que, alegando ser el progenitor desea reclamar esa filiación; previamente
deberá desplazar la paternidad y luego demandar el emplazamiento.
El segundo plano en el que opera la norma son aquellos casos en los cuales
hubiere intervenido material genético de más de dos personas, así en el caso de
dos mujeres casadas entre sí donde una de ellas da a luz con el material genético
de un amigo de la pareja y sin intervención médica. El ordenamiento limita la
multiparentalidad otorgando la maternidad a la mujer que alumbró y la filiación
matrimonial a su cónyuge.
No se nos escapa que en el año 2015 en Mar del Plata se inscribió a un niño como
hijo de dos madres y un padre, ello se hizo antes de la entrada en vigencia del
Código Civil y Comercial y mediante una resolución excepcional del Registro del
Estado Civil y Capacidad de las Personas de la Provincia de Buenos Aires.
Entendemos que al haberse consumido la relación jurídica antes de la limitación,
ella no le será aplicable a ese niño. (argumento art. 7º del CCyCN).

ACCIONES DE FILIACIÓN:

Siempre que la maternidad o la paternidad, sea ésta matrimonial o


extramatrimonial, no se encuentre determinada por alguna de las formas ya
explicitadas será necesario el ejercicio de la acción de reclamación de filiación
prevista en el art. 582, CCyCN, y que tiene por objeto el emplazamiento en el
estado de hijo o hija.
En caso de que la filiación se encuentre determinada pero no se condiga con la
realidad biológica del hijo, previamente a la reclamación es menester promover la
demanda de impugnación del vínculo jurídico preexistente(3), por alguno de los
carriles establecidos (acción de negación de la paternidad matrimonial, acción de
impugnación de la paternidad matrimonial, impugnación o nulidad del
reconocimiento o impugnación de la maternidad).
La legitimación activa para la acción de reclamación de la filiación se concede al
hijo y sus herederos. Sin embargo, los plazos para intentarla varían de acuerdo
con quien la ejerza. Así, el hijo tiene la acción en todo tiempo; en cambio, sus
herederos pueden continuarla en caso de que el hijo fallezca durante el proceso o

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“Grupo la Docta” 3516315046
iniciarla en los casos en que fallezca en la menor edad o siendo incapaz (art. 582,
párr. 4º).
En el caso de que el hijo muera siendo mayor de edad o plenamente capaz, existe
una limitación para el ejercicio de la acción por sus herederos, la que funciona de
la siguiente manera: si transcurriera más de un año de la capacidad del hijo sin
haber éste intentado la acción, sus herederos no tienen posibilidad de accionar
(art. 582, párr. 4º); en cambio, si el hijo falleciere antes del año de alcanzada la
plena capacidad o de haber conocido las pruebas en las que la demanda se
fundare, sus herederos tienen la acción por el plazo que falte para completar el
año.
Si el hijo fallece siendo capaz pero sin conocer las pruebas en las que hubiera
eventualmente fundado su demanda, entendemos que sus herederos tienen la
acción por un término de dos años contados desde el conocimiento de las
pruebas.
El artículo no distingue entre herederos legítimos y herederos instituidos en
testamento, por lo que la acción se concede a ambos.
En cuanto a la legitimación pasiva, la acción debe dirigirse contra el padre o la
madre de acuerdo con el vínculo que se pretenda emplazar; en caso de que la
mujer demandada fuere casada, la demanda debe dirigirse también contra su
cónyuge (art. 582, párr. 1º).
En caso de fallecimiento de los padres, la acción debe entablarse contra sus
herederos sean legítimos o testamentarios (arts. 582, 2278; CCyCN).
En el proceso debe probarse el nexo genético entre el accionante y el demandado,
pudiendo recurrirse a cualquier medio de prueba, donde naturalmente prevalecerá
la prueba de ADN. Los efectos de la negativa a someterse a estas pruebas serán
analizados en el capítulo 20 junto con las acciones de filiación.

ACCIONES DE FILIACION EN PARTICULAR:

 RECLAMACION DE HIJO MATRIMONIAL Y EXTRAMATRIMONIAL:

ARTICULO 582.-Reglas generales. El hijo puede reclamar su filiación matrimonial contra


sus progenitores si no resulta de la inscripción en el Registro del Estado Civil y Capacidad
de las Personas. La acción debe entablarse contra los cónyuges conjuntamente.
El hijo también puede reclamar su filiación extramatrimonial contra quienes considere sus
progenitores.
En caso de haber fallecido alguno de los progenitores, la acción se dirige contra sus
herederos.
Estas acciones pueden ser promovidas por el hijo en todo tiempo. Sus herederos pueden
continuar la acción iniciada por él o entablarla si el hijo hubiese muerto en la menor edad
o siendo persona incapaz. Si el hijo fallece antes de transcurrir un año computado desde
que alcanzó la mayor edad o la plena capacidad, o durante el primer año siguiente al
descubrimiento de las pruebas en que se haya de fundar la demanda, su acción
corresponde a sus herederos por todo el tiempo que falte para completar dichos plazos.
Esta disposición no se aplica en los supuestos de técnicas de reproducción humana
asistida cuando haya mediado consentimiento previo, informado y libre, con
independencia de quienes hayan aportado los gametos.

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“Grupo la Docta” 3516315046
 En el ámbito extrajudicial, la filiación matrimonial se determina y se prueba
con la inscripción del nacimiento del hijo en el Registro del estado civil y
capacidad de las personas, juntamente con la partida de matrimonio de los
padres.
 EL OBJETIVO: ES EMPLAZAR al hijo en el estado de familia que le
corresponde y que no surge de las inscripciones registrales que son
idóneas para determinar dicho estado.
 La falta de título hace necesario recurrir a la vía judicial para determinar la
filiación. Si el hijo goza de una filiación será necesario desplazarla a través
de la acción pertinente y luego ejercer la de reclamación en virtud de lo
dispuesto por el -Art. 578.

LEGITIMACIÓN ACTIVA:
1. El hijo: es el primer interesado en establecer su filiación y puede reclamarla
en todo tiempo, siendo mayor o menor de edad y no se fija plazo de
caducidad.
2. Los herederos del hijo: comprende a herederos legítimos e instituidos por
testamento, estos pueden continuar la acción iniciada por él, pueden
entablarla si el hijo hubiera muerto en la menor edad o siendo incapaz.

CADUCIDAD:
La acción caduca de pleno derecho para los herederos, solo en caso de que el hijo
fallezca siendo mayor de edad y capaz, que haya transcurrido un año de ella y si
las pruebas eran ya conocidas desde antes.

LEGITIMACIÓN PASIVA:
* Ambos padres. Si uno ha muerto, sus herederos.

PRUEBA:
a) el nacimiento del hijo de la madre contra la cual se reclama la filiación.
b) el matrimonio de los progenitores contra los cuales se acciona.
c) el nacimiento dentro del matrimonio de los progenitores.
d) en caso de controvertirse la paternidad por vía de reconocimiento, las pruebas
tenderían a acreditar que el hijo lo es del padre contra el cual se reclama la
filiación.

FIN PERSEGUIDO:
EMPLAZA al hijo en el estado de familia que le corresponde y que no surge de las
Inscripciones registrales que son idóneas para determinar dicho estado:
inscripción de la partida de nacimiento y la partida de matrimonio de los
progenitores.

 RECLAMACIÓN EN LOS SUPUESTOS DE FILIACIÓN EN LOS QUE


ESTÁ DETERMINADA SÓLO LA MATERNIDAD

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“Grupo la Docta” 3516315046
ARTICULO 583.-. En todos los casos en que un niño o niña aparezca inscripto sólo con
filiación materna, el Registro Civil debe comunicar al Ministerio Público, el cual debe
procurar la determinación de la paternidad y el reconocimiento del hijo por el presunto
padre. A estos fines, se debe instar a la madre a suministrar el nombre del presunto padre
y toda información que contribuya a su individualización y paradero. La declaración sobre
la identidad del presunto padre debe hacerse bajo juramento; previamente se hace saber
a la madre las consecuencias jurídicas que se derivan de una manifestación falsa.
Antes de remitir la comunicación al Ministerio Público, el jefe u oficial del Registro Civil
debe citar a la madre e informarle sobre los derechos del niño y los correlativos deberes
maternos, de conformidad con lo dispuesto en la ley especial. Cumplida esta etapa, las
actuaciones se remiten al Ministerio Público para promover acción judicial.

 ACCIÓN DE IMPUGNACIÓN DE LA MATERNIDAD

ARTICULO 588.-Impugnación de la maternidad. En los supuestos de determinación de la


maternidad de conformidad con lo dispuesto en el artículo 565, el vínculo filial puede ser
impugnado por no ser la mujer la madre del hijo que pasa por suyo. Esta acción de
impugnación puede ser interpuesta por el hijo, la madre, el o la cónyuge y todo tercero
que invoque un interés legítimo.
La acción caduca si transcurre un año desde la inscripción del nacimiento o desde que se
conoció la sustitución o incertidumbre sobre la identidad del hijo. El hijo puede iniciar la
acción en cualquier tiempo.
En los supuestos de filiación por técnicas de reproducción humana asistida la falta de
vínculo genético no puede invocarse para impugnar la maternidad, si ha mediado
consentimiento previo, informado y libre.

Más allá de los cambios que introduce el CCyC, lo cierto es que, tanto en el CC
como en el CCyC, la impugnación de la maternidad se centra o se genera por "no
ser la mujer la madre del hijo que pasa por suyo" (conf. art. 261 CC y art. 588
CCyC), siendo una acción única o la misma, sea que la persona que dio a luz esté
o no casada. Es decir, así como la determinación de la maternidad es única, se
trate de una filiación matrimonial o extramatrimonial, lo mismo sucede con su
contracara, la acción de impugnación.

En el Art. 588, la acción de impugnación de la maternidad y extramatrimonial, en


ambos casos la acción tiende a destruir el vínculo existente con el hijo y que está
determinado. La mujer no reviste la calidad de madre. La causa de impugnación
de la maternidad es que la mujer no es la madre del hijo determinado como suyo.
El hijo ha nacido de la mujer que aparece como progenitora, ya sea:
1) Porque ha habido suposición de parto : es el caso en que la presente
madre no ha tenido hijo y sin embargo se realiza la anotación de una
criatura con certificado médico y obstétrico o de un agente de salud, o de la
declaración de dos testigos que dicen haber visto al nacido como si fuera
hijo de la mujer.
2) Porque ha habido sustitución del hijo la mujer que ha dado a luz, hubo
parto, pero se anota como propio no el hijo que ha tenido sino otro. Este
caso es difícil que se produzca por decisión deliberada de los padres, pero
es posible que haya dolo (ej. Cuando el hijo nace muerto y se anota como
propio a otra criatura). Lo más probable que se produzca por error, ej., una
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“Grupo la Docta” 3516315046
confusión en la clínica donde han nacido las criaturas que luego se anotan
equivocadamente en cuanto a sus padres. Si se ejerce la acción de
impugnación, la sentencia favorable destruirá la presunción de filiación del
cónyuge, operada a favor del hijo.

LEGITIMACIÓN ACTIVA:
 El o la cónyuge la ley legitima al cónyuge a impugnar la maternidad de su
propia esposa.
 El hijo
 Todo tercero que invoque un interés legítimo: tal interés deberá ser
atendido en la valoración judicial.
 La madre.

CADUCIDAD:
Para el hijo no caduca nunca, con lo cual podrá promover acción en cualquier
tiempo. Para los otros legitimados, caduca al año de la inscripción del nacimiento
o desde que se conoció la sustitución o incertidumbre sobre la identidad del hijo.

PRUEBA:
No hay limitación. Al actor no le conviene limitarse a aportar las pruebas
tendientes a acreditar el hecho de la sustitución o suposición del parto o maniobra
por la cual la mujer se ha hecho pasar por la madre del supuesto hijo, le
convendrá aportar otras pruebas científicas que demuestren que el vínculo de
sangre es imposible o sumamente improbable.
En los supuestos de filiación por TRHA, la falta de vinculo genético no puede
invocarse para impugnar la maternidad, siempre que haya mediado
consentimiento previo, libre e informado.

 IMPUGNACIÓN DE LA FILIACIÓN PRESUMIDA POR LA LEY

ARTICULO 589.-Impugnación de la filiación presumida por la ley. El o la cónyuge de


quien da a luz puede impugnar el vínculo filial de los hijos nacidos durante el matrimonio o
dentro de los trescientos días siguientes a la interposición de la demanda de divorcio o
nulidad, de la separación de hecho o de la muerte, mediante la alegación de no poder ser
el progenitor, o que la filiación presumida por la ley no debe ser razonablemente
mantenida de conformidad con las pruebas que la contradicen o en el interés del niño.
Para acreditar esa circunstancia puede valerse de todo medio de prueba, pero no es
suficiente la sola declaración de quien dio a luz.
Esta disposición no se aplica en los supuestos de técnicas de reproducción humana
asistida cuando haya mediado consentimiento previo, informado y libre, con
independencia de quienes hayan aportado los gametos.

Qué situaciones regula la normativa en análisis El CCyC, al igual que el CC,


dedica dos normativas a regular la impugnación de la filiación presumida por ley
(arts. 589 y 590 CCyC). En la normativa en análisis, puntualiza cuáles son los
supuestos fáctico-jurídicos que regulan o interesan a esta acción.

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“Grupo la Docta” 3516315046
Siendo la determinación filial la otra cara de la misma moneda de la acción de
filiación, esta normativa se comprende cuando es leída conjuntamente con lo
dispuesto en el art. 566 CCyC. Por lo tanto, todas las modificaciones que se
destacaron al estudiar esa normativa también se ven reflejadas en este otro
artículo.
Veamos: por aplicación del principio de igualdad y no discriminación, el CCyC no
se refiere a la presunción de paternidad del marido de la madre sino, de manera
general y neutra, a la presunción de filiación matrimonial. De este modo, ya sea
que se trate de un matrimonio integrado por personas de igual o diferente sexo, si
un niño nace en el marco de un matrimonio, se presume la filiación del cónyuge de
la persona que da a luz, sea esta un hombre o una mujer. Entonces, así como se
modifica la denominación de la determinación, también se introducen cambios en
la denominación de la acción que deja de llamarse de "impugnación de la
paternidad matrimonial" para ser de "impugnación de la filiación presumida por
ley".
¿En qué supuestos opera esta acción? En el de todos los niños nacidos en un
matrimonio, y dentro de los 300 días de la interposición de la demanda de divorcio
de nulidad, de la separación de hecho o muerte de alguno de los miembros de la
pareja conyugal. ¿Cuál es el objetivo? DESPLAZAR O DESVIRTUAR LA
DETERMINACIÓN LEGAL QUE SE DERIVA DE LA PRESUNCIÓN DE
FILIACIÓN DEL O LA CÓNYUGE, DERIVADA DEL MATRIMONIO QUE PREVÉ
EL MENCIONADO ART. 566 CCYC. ¿Cómo se debe probar? Alegando que el
cónyuge no puede ser el progenitor, o que la filiación presumida por ley no debe
ser razonablemente mantenida de conformidad con las pruebas que la contradigan
o en el interés superior del niño.
Tal como se decía en el art. 258 CC, para tal fin se puede valer de todo o
cualquier medio probatorio no siendo suficiente la sola declaración de quien da a
luz. Ello se funda en que, en el campo del derecho filial, se encuentra
comprometido el orden público y no la autonomía privada o de la voluntad, por lo
cual la ley aleja cualquier posibilidad de connivencia de quien da a luz con su
cónyuge para, rápidamente, proceder al desplazamiento del vínculo filial, con
respecto a este último.
Cuáles son las principales modificaciones Si bien la gran mayoría de los casos en
los cuales se van a plantear la impugnación de la filiación presumida por ley lo
será en el marco de matrimonios conformados por parejas integradas por
personas de diferente sexo, lo cierto es que, por aplicación del reiterado principio
de igualdad y no discriminación, la normativa no puede ni debe estar cerrada a las
parejas del mismo sexo. ¿Por qué en la gran mayoría de los casos este tipo de
planteos judiciales va a ocurrir en el contexto de un matrimonio integrado por
personas de diverso sexo? Porque, para alcanzar la maternidad, los matrimonios
conformados por dos personas del mismo sexo —en especial, por dos mujeres—
deben someterse al uso de las técnicas de reproducción humana asistida y, por
ello, son otras las normas y reglas que rigen esta otra causa fuente filial. Tal es así
que la última parte de la normativa en análisis reitera el principio de
improponibilidad de la demanda de impugnación de la filiación cuando se trata de
niños nacidos por el uso de la TRHA y haya mediado el correspondiente

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consentimiento previo, informado y libre, con total independencia de que el o la
cónyuge haya o no aportado material genético.
Esta realidad no es óbice para que, en algún supuesto excepcional, una mujer
casada con otra mujer mantenga relaciones sexuales con un hombre y de allí
quede embarazada o que hayan procedido a realizar una técnica "casera"
mediante la introducción en su cuerpo de semen de un tercero conocido (o no) y
también quede embarazada. En ambos supuestos se debe aplicar la normativa en
análisis si se pretende la impugnación de la filiación presumida por ley, por la cual,
por aplicación de la presunción legal de filiación matrimonial, la cónyuge de la
mujer que da a luz es tenida por comadre y, por ende, el tercero estaría legitimado
para desvirtuar tal vínculo filial y, así, proceder a reconocer al niño para que el lazo
filial se determine a su favor. Es claro que en ninguna de las dos situaciones
fácticas planteadas se trata de un caso de TRHA, ya que la que se regula como
tercera fuente filial es la que es médicamente asistida, y siempre que se cumplen
ciertos y determinados requisitos; de modo que en esos supuestos no se aplican
sus reglas.
Es por esta razón que la acción de impugnación de la filiación presumida por ley
está abierta al campo de la filiación matrimonial heterosexual como homosexual,
más allá de que en la práctica se presentarán más supuestos en los cuales se
comprometa la filiación matrimonial de un niño nacido en una pareja conformada
por dos personas de diferente sexo.

ARTICULO 590.-Impugnación de la filiación presumida por ley. Legitimación y caducidad.


La acción de impugnación de la filiación del o la cónyuge de quien da a luz puede ser
ejercida por éste o ésta, por el hijo, por la madre y por cualquier tercero que invoque un
interés legítimo.
El hijo puede iniciar la acción en cualquier tiempo. Para los demás legitimados, la acción
caduca si transcurre un año desde la inscripción del nacimiento o desde que se tuvo
conocimiento de que el niño podría no ser hijo de quien la ley lo presume.
En caso de fallecimiento del legitimado activo, sus herederos pueden impugnar la filiación
si el deceso se produjo antes de transcurrir el término de caducidad establecido en este
artículo. En este caso, la acción caduca para ellos una vez cumplido el plazo que
comenzó a correr en vida del legitimado.

 ACCIÓN DE NEGACIÓN DE FILIACIÓN PRESUMIDA POR LA LEY

ARTICULO 591.-Acción de negación de filiación presumida por la ley. El o la cónyuge de


la mujer que da a luz puede negar judicialmente el vínculo filial del hijo nacido dentro de
los ciento ochenta días siguientes a la celebración del matrimonio. La acción caduca si
transcurre un año desde la inscripción del nacimiento o desde que se tuvo conocimiento
de que el niño podría no ser hijo de quien la ley lo presume.
Si se prueba que el o la cónyuge tenía conocimiento del embarazo de su mujer al tiempo
de la celebración del matrimonio o hubo posesión de estado de hijo, la negación debe ser
desestimada. Queda a salvo, en todo caso, la acción de impugnación de la filiación que
autorizan los artículos anteriores.
Esta disposición no se aplica en los supuestos de técnicas de reproducción humana
asistida cuando haya mediado consentimiento previo, informado y libre, con
independencia de quienes hayan aportado los gametos.

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“Grupo la Docta” 3516315046
La acción de negación de la filiación matrimonial se relaciona con la determinación
legal de tal filiación. De este modo, es sabido que la presunción legal opera dentro
de los 300 días de acontecidos ciertos y determinados hechos jurídicos
(interposición de la demanda de divorcio o nulidad) o fácticos (separación de
hecho o fallecimiento). Ahora bien, ya en el CC se establece una diferencia de
carácter objetivo, según el momento en que nace el niño. De esta manera, no es
lo mismo que un niño nazca al día siguiente o a la semana de que los cónyuges
hayan celebrado matrimonio, a que lo haga, por ejemplo, un año después de dicha
celebración. En el primer supuesto, es claro que la concepción se logró antes de la
celebración de las nupcias; en cambio, en el segundo caso, lo fue bastante tiempo
después del matrimonio en el que concepción y nacimiento, ambos hechos,
acontecieron estando vigente el matrimonio. ¿Qué incidencia tiene en el campo de
las acciones de filiación esta diferencia? Si bien en ambos supuestos, por
aplicación del principio previsto en el art. 566 CCyC referido a la determinación de
la filiación matrimonial presumida por ley, se tiene por progenitor del niño nacido al
cónyuge de quien da a luz, el CC le otorga relevancia a dicha diferencia fáctica —
o de momentos en los que se produce la concepción y el nacimiento—, a los fines
de regular las acciones de impugnación. Esta consideración era observada en la
legislación derogada y en la proyectada en 1998, y es mantenida en el nuevo texto
civil.
Por lo tanto, aquellos niños nacidos en el marco de un matrimonio, pero cuyo
nacimiento se produjo dentro de los 180 días posteriores a la celebración de las
nupcias, el cónyuge presumido progenitor por ley puede incoar la acción de
negación del vínculo filial determinado en virtud de lo dispuesto en el art. 566
CCyC.
¿Qué se debe probar a los fines de hacerse lugar a la acción de desplazamiento?
La falta de nexo biológico. Esta posibilidad observa varias limitaciones, ya que la
propia normativa —tanto la vigente como el art. 260 CC— obstan el desarrollo de
esta acción si se acredita y prueba que el o la cónyuge de quien da a luz
(progenitor por presunción legal) tenía conocimiento del embarazo de la mujer al
tiempo de la celebración del matrimonio o la existencia de posesión de estado de
hijo. Si se da alguna de estas dos situaciones, la ley impide el progreso de la
acción de negación, sin perjuicio de quedar abierta la posibilidad de incoar la
acción de impugnación prevista en los arts. 589 y 590 CCyC, tal como deja
expresado el articulado en análisis y lo hacía el art. 260 CC.

OBJETIVO: NEGAR la filiación en virtud de que el nacimiento se ha producido


dentro de los 180 días posteriores a la celebración del matrimonio.

 IMPUGNACIÓN PREVENTIVA DE LA FILIACIÓN PRESUMIDA POR LA


LEY

ARTICULO 592.-Impugnación preventiva de la filiación presumida por la ley. Aun antes


del nacimiento del hijo, el o la cónyuge pueden impugnar preventivamente la filiación de la
persona por nacer.
Esta acción puede ser ejercida, además, por la madre y por cualquier tercero que invoque
un interés legítimo.

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La inscripción del nacimiento posterior no hace presumir la filiación del cónyuge de quien
da a luz si la acción es acogida.
Esta disposición no se aplica en los supuestos de técnicas de reproducción humana
asistida cuando haya mediado consentimiento previo, informado y libre, con
independencia de quienes hayan aportado los gametos.

En primer término, el CCyC mantiene del régimen anterior la regulación de una


acción especial de tipo preventiva, impidiendo que quede determinada una filiación
a favor del cónyuge de quien da a luz si se sabe que no lo une un lazo biológico
con el niño.
Cabe recordar que el mencionado art. 258 CC se refiere, de manera general, a la
impugnación de la paternidad del marido de la madre. Dentro de este género
también se regula un supuesto especial, como es la acción preventiva que tiende
a impedir que se inscriba la paternidad del marido de la madre cuando nazca el
niño. Así, el art. 258 CC en su parte pertinente afirmaba: "Aun antes del
nacimiento del hijo, el marido o sus herederos podrán impugnar preventivamente
la paternidad del hijo por nacer. En tal caso la inscripción del nacimiento posterior
no hará presumir la paternidad del marido de la madre sino en caso de que la
acción fuese rechazada".
Como se ha afirmado en reiteradas oportunidades, el CCyC unifica los plazos de
caducidad de todas las acciones a un año, salvo para los hijos, a quienes no les
caducan nunca tales acciones. En este sentido, al plazo anual que el CC preveía
para las acciones de impugnación si se trataba de la filiación matrimonial, es
mantenido; solo que antes era solo para la filiación matrimonial y ahora lo es para
todas las acciones filiales.
OBJETIVO: DESCONOCER al hijo concebido por la cónyuge, pero aún no ha
nacido.

 IMPUGNACIÓN DEL RECONOCIMIENTO


ARTICULO 593.-Impugnación del reconocimiento. El reconocimiento de los hijos nacidos
fuera del matrimonio puede ser impugnado por los propios hijos o por los terceros que
invoquen un interés legítimo. El hijo puede impugnar el reconocimiento en cualquier
tiempo. Los demás interesados pueden ejercer la acción dentro de un año de haber
conocido el acto de reconocimiento o desde que se tuvo conocimiento de que el niño
podría no ser el hijo.
Esta disposición no se aplica en los supuestos de técnicas de reproducción humana
asistida cuando haya mediado consentimiento previo, informado y libre, con
independencia de quienes hayan aportado los gametos.

El CCyC mantiene la legitimación activa amplia que establecía el art. 263 CC,
siendo esta la postura que adopta al regular todas las acciones de impugnación,
con total independencia del tipo de filiación o de acción de que se trate.
Es sabido que el art. 263 CC también ha sufrido embates de tinte constitucionales
en lo relativo a la legitimación (del propio reconociente para impugnar la acción),
como así también del plazo de caducidad bianual que establecía, como de su
modo de computarse o desde cuándo comienza a correr (el CC lo disponía desde
el reconocimiento).

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El CCyC no toma postura acerca del debate en torno a si el propio reconociente
puede impugnar su propio reconocimiento, el que es considerado irrevocable por
la ley, ya que la situación fáctica en la cual se pudo haber dado dicho acto de
reconocimiento puede ser diferente: creer que efectivamente era el padre
biológico, haber tenido dudas pero no hacer nada para despejarlas o,
directamente, proceder a un "reconocimiento complaciente", es decir, saber
perfectamente que no lo une ningún lazo biológico con la persona a quien
reconoce. Ante la diversidad de supuestos, el CCyC no da una respuesta única o
unívoca al respecto, adoptándose entonces una postura flexible.
En materia de caducidad, al igual o en la misma línea legislativa que se adopta al
regular el art. 590 CCyC respecto de la caducidad de la acción de impugnación de
la filiación presumida por ley, se entiende que la figura de la caducidad en sí no es
inconstitucional, sino que la tensión constitucional se centra en el modo en que se
la regulaba en el CC. Es por ello que el CCyC modifica desde cuándo empieza a
correr, estableciendo que no es desde el acto de reconocimiento sino desde que
se supo o se pudo tener conocimiento de que es posible que no sea el padre
biológico el padre jurídico.
Como se ha expresado, la realidad biológica no es la única vertiente de la
identidad que debe ser tenida en cuenta para hacerse lugar a la acción de
impugnación, en este caso, de la filiación extramatrimonial. Sucede que el
principio del interés superior del niño, si bien no está expresamente mencionado
en el articulado en análisis, es sabido que se trata de un principio rector o columna
vertebral en todo conflicto que involucra a niños y adolescentes. Por lo tanto, en
atención a esta consideración que se suma al reiterado principio de igualdad y no
discriminación entre la filiación matrimonial y extramatrimonial que el CCyC se ha
ocupado expresamente de resguardar, se puede concluir que también en el marco
de la acción de impugnación del reconocimiento se puede limitar la verdad
biológica como único elemento a ser tenido en cuenta para definir el vínculo
jurídico de filiación. De este modo, aquí también cabe recordar todo lo ya
expresado en torno al valor de la posesión de estado de hijo y consigo, a la faz
dinámica de la identidad, la cual puede primar en algún planteo o conflicto filial que
coloque en tensión la identidad estática y la dinámica. Por lo tanto, una vez más,
el CCyC diferencia la legitimación activa —que es amplia como lo era en el art.
263 CC y en todo el sistema legal que implementa el CCyC— de hacer lugar o
rechazar la acción de fondo si ello conculca principios básicos como lo es el del
interés superior del niño, a la luz del derecho a la identidad en su faz dinámica.
Por último, cabe destacar que la figura del reconocimiento está circunscripta a la
filiación por naturaleza en parejas no casadas conformadas por personas de
diferente sexo, siendo que las parejas del mismo sexo deben apelar a las TRHA, y
allí juegan reglas diferentes. Una de ellas y básica es la imposibilidad de impugnar
el vínculo jurídico que se derive del consentimiento previo, libre e informado que
prevén los arts. 560 y 561 CCyC y que se consolida con la improponibilidad de la
demanda que establece el art. 577 CCyC.
OBJETIVO: DESTRUIR el nexo biológico que une al hijo con los padres, nexo
que ha sido recibido jurídicamente por medio del reconocimiento acaecido.

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FILIACIÓN POR TÉCNICAS DE REPRODUCCIÓN HUMANA ASISTIDA

El CCyCN regula una nueva forma de filiación a la que denomina “filiación por
voluntad procreacional”.
La voluntad procreacional es la filiación que surge de la intención de ser padres
independientes del nexo biológico y es una de las consecuencias de la posibilidad
de reproducirse sin sexo.

Consentimiento informado. Forma y requisitos del consentimiento

El artículo 560 del Código Civil y Comercial establece pautas acerca del
consentimiento en las técnicas de reproducción humana asistida, expresando
que:

ARTICULO 560.-Consentimiento en las técnicas de reproducción humana asistida. El


centro de salud interviniente debe recabar el consentimiento previo, informado y libre de
las personas que se someten al uso de las técnicas de reproducción humana asistida.
Este consentimiento debe renovarse cada vez que se procede a la utilización de gametos
o embriones.

Personas que deben prestar el consentimiento


a. Consentimiento del donante de gametos
El donante de gametos tiene que prestar su consentimiento informado para la
utilización de su material genético en la creación de un ser humano y renovarlo
para cada práctica. Su consentimiento será libremente revocado, mientras el
esperma o el óvulo no haya sido utilizado en la creación de un embrión o el
embrión no fuere implantado.
Este consentimiento debe ser un consentimiento informado.
Además de lo que establecen las leyes especiales sobre derechos del paciente y
fertilización asistida al donante se le debe informar que:
a) El centro de salud interviniente podrá dar la información relativa a datos
médicos del donante, cuando es relevante para la salud de su descendiente
genético (art. 564 del CCyCN).
b) Se podrá revelar al descendiente genético la identidad del donante, por razones
debidamente fundadas, evaluadas por la autoridad judicial por el procedimiento
más breve que prevea la ley local (art. 564 del CCyCN).
c) No es admisible para el donante el reconocimiento, ni el ejercicio de acción de
filiación o de reclamo alguno de vínculo filial respecto del niño con el que se
encuentra vinculado genéticamente (art. 577 del CCyCN).
d) No se genera vínculo jurídico alguno con éstos, excepto a los fines de los
impedimentos matrimoniales en los mismos términos que la adopción plena (art. 575
del CCyCN).
b. Consentimiento de quien encarga la técnica con gametos propios
Quienes recurren a la técnica de fecundación asistida aportando sus propios
gametos tienen que prestar su consentimiento para establecer la filiación y

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además deben renovar su consentimiento cada vez que se procede a la utilización
de los gametos y/o de los embriones.
Así por ejemplo una pareja heterosexual casada que recurre a la técnica de
fecundación asistida con su propio material genético tiene que saber que debe
prestar el consentimiento para la entrega del material y para su utilización en cada
práctica.
Al respecto hay que tener en cuenta que si después de creado el embrión el
hombre no presta el consentimiento para la implantación del embrión en la mujer,
la mujer no podrá concebir el embrión aun cuando fuera realizado con sus propios
óvulos. E igualmente si es la mujer la que niega el consentimiento al varón para
implantar el embrión en el útero de otra mujer, éste no podrá lograr la filiación
aunque el embrión haya sido creado con sus espermatozoides aunque ya no
tenga más espermatozoides para concebir un nuevo embrión.
El fundamento de la solicitud de la renovación del consentimiento para cada
práctica se encuentra en que el eje de la filiación por voluntad procreacional está
puesto en la voluntad y no en la genética y si alguno de los que requieren la
técnica no renueva su consentimiento al momento de la implantación, el embrión
no puede ser implantado aunque genéticamente sea hijo de la mujer que lo
reclama y no obstante que ésta no tenga más óvulos para crear un nuevo
embrión.
La falta de voluntad procreacional impide el nacimiento de la filiación aunque
biológicamente exista un nexo biológico entre el o la requirente y el embrión no
implantado. El tema tiene una inmensa dimensión ética y ha dado lugar a
soluciones jurisprudenciales encontradas, porque para la mujer puede ser la única
oportunidad de ser madre de un hijo biológico y a pesar de estar el embrión
creado no puede acceder a la gestación sin el consentimiento del otro requirente
de la técnica.
El Código Civil y Comercial ha dado una solución basada en la autonomía de la
voluntad por sobre el nexo biológico y es por ello que exige que cada vez que se
realice una técnica se tenga que contar con el consentimiento de quienes solicitan
la práctica y de quienes aportan su material genético.
c. Consentimiento de quien encarga la técnica con gametos de terceros
Las personas que requieren el uso de la técnica con gametos de terceros tienen
que prestar un consentimiento para establecer una filiación sin vínculo genético
con el hijo, que no podrá ser impugnada por inexistencia de nexo biológico. Este
consentimiento tiene que ser renovado cada vez que se procede a la utilización de
los gametos o embriones, según el CCyCN.
Forma y requisitos del consentimiento

ARTICULO 561.-Forma y requisitos del consentimiento. La instrumentación de dicho


consentimiento debe contener los requisitos previstos en las disposiciones especiales,
para su posterior protocolización ante escribano público o certificación ante la autoridad
sanitaria correspondiente a la jurisdicción. El consentimiento es libremente revocable
mientras no se haya producido la concepción en la persona o la implantación del embrión.

El consentimiento deberá tener los siguientes requisitos:

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— Escrito: No se admite que la voluntad se exprese informalmente atento a la
importancia que éste tiene para determinar el vínculo jurídico filiatorio.
— Protocolizado: El consentimiento debe ser protocolizado frente al escribano
público. La exigencia de la protocolización tiende a dar seguridad a la voluntad
procreacional.
— Certificado: El consentimiento de no ser protocolizado, puede ser certificado
ante la autoridad sanitaria correspondiente. Al tiempo de la entrada en vigencia del
Código no se sabía cuál era la autoridad sanitaria que pueda garantizar la
certificación del consentimiento, esto deberá determinarlo la ley especial de
técnicas de reproducción humana asistida.
— Previo: El consentimiento debe ser previo a la entrega de los gametos y
también previo a todo proceso de inseminación o implantación y debe renovarse
cada vez que se utilizan gametos o embriones.
— Informado: El consentimiento debe ser informado sobre los aspectos médicos y
los aspectos legales y cumplir con lo establecido en la ley 26.529 y su decreto
reglamentario. Concretamente, el consentimiento informado debe cumplir con el
art. 5º de la ley 26.529 que dice: ―Definición. Entiéndese por consentimiento
informado la declaración de voluntad suficiente efectuada por el paciente, o por
sus representantes legales, en su caso, emitida luego de recibir, por parte del
profesional interviniente, información clara, precisa y adecuada con respecto a:
a) Su estado de salud; b) El procedimiento propuesto, con especificación de los
objetivos perseguidos; c) Los beneficios esperados del procedimiento; d) Los
riesgos, molestias y efectos adversos previsibles; e) La especificación de los
procedimientos alternativos y sus riesgos, beneficios y perjuicios en relación con el
procedimiento propuesto; f) Las consecuencias previsibles de la no realización del
procedimiento propuesto o de los alternativos especificados; g) El derecho que le
asiste en caso de padecer una enfermedad irreversible, incurable, o cuando se
encuentre en estadio terminal, o haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual
situación, en cuanto al rechazo de procedimientos quirúrgicos, de hidratación,
alimentación, de reanimación artificial o al retiro de medidas de soporte vital,
cuando sean extraordinarios o desproporcionados en relación con las perspectivas
de mejoría, o que produzcan sufrimiento desmesurado, también del derecho de
rechazar procedimientos de hidratación y alimentación cuando los mismos
produzcan como único efecto la prolongación en el tiempo de ese estadio terminal
irreversible e incurable; h) El derecho a recibir cuidados paliativos integrales en el
proceso de atención de su enfermedad o padecimiento.
Voluntad procreacional

ARTICULO 562.-Voluntad procreacional. Los nacidos por las técnicas de reproducción


humana asistida son hijos de quien dio a luz y del hombre o de la mujer que también ha
prestado su consentimiento previo, informado y libre en los términos de los artículos 560 y
561, debidamente inscripto en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas,
con independencia de quién haya aportado los gametos.

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Como lo establece el artículo 562 del Código Civil y Comercial de la Nación, los
nacidos por las técnicas de reproducción humana asistida son hijos de quien dio a
luz y del hombre o de la mujer que también ha prestado su consentimiento previo,
informado y libre (…), debidamente inscripto en el Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas, con independencia de quién haya aportado los
gametos.
En esta fórmula legislativa, se percibe que la paternidad y/o maternidad se
determina por el elemento volitivo, que es la voluntad procreacional. Por ello, la
filiación corresponde a quien desea ser padre/madre, a quien quiere llevar
adelante un proyecto parental, y para ello ha prestado el debido consentimiento.

El CCyC reafirma aquí que los nacidos por las técnicas de reproducción humana
asistida son hijos —es decir, queda determinada la filiación— de quien dio a luz, y
también del hombre o la mujer que prestó el correspondiente consentimiento
previo, informado y libre en el modo que lo indican los arts. 560 y 561 CCyC, y
siempre que se encuentre debidamente inscripto en el Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas, sin importar que ambas personas, una de ellas o
ninguna haya aportado sus gametos.
De esta manera, se solucionan los problemas que se han generado en el derecho
argentino, tras la sanción de la ley 26.618, en materia de determinación de la
filiación con la pareja casada y no casada de la persona que dio a luz, que sí la
tenía asegurada por aplicación del principio regulado en el art. 242 CC, que
receptaba el adagio "madre cierta es", su determinación filial, quedando
establecido el vínculo filial por el hecho del parto y la identidad del recién nacido.
En cambio, con la pareja del mismo sexo de esta mujer, la cuestión de la
determinación filial era muy compleja. En un primer momento, algunos registros
civiles se resistían a aplicar la presunción de filiación derivada del matrimonio a las
parejas casadas integradas por dos mujeres; pero con el tiempo, y como resultado
de diferentes luchas —muchas veces acompañadas de ciertas estrategias
jurídicas— por parte de organizaciones de la sociedad civil comprometidas con los
derechos de las personas LGBTI, se fue haciendo lugar a la interpretación de
extender la presunción de paternidad del marido de la madre a los casos de
matrimonios conformados por dos mujeres y cuyos niños nacían en el marco de
este matrimonio.
Sucede que aquí se dejaba de lado a los niños nacidos antes de la ley 26.618 —
niños cuyas madres no pudieron contraer matrimonio para que el niño sea
matrimonial y, por aplicación de la correspondiente presunción de filiación
matrimonial, pueda tener doble vínculo filial— y los casos de niños que nacen en
el seno de parejas de mujeres que no contraen matrimonio por decisión personal o
por diferentes razones. En los casos de niños nacidos antes de la ley 26.618, y
cuyas mujeres contrajeron matrimonio, el conflicto filial fue resuelto por el decreto
1006/2012, que creó un sistema administrativo a los fines de completar el acta de
nacimiento del niño con la cónyuge de la madre, siempre que ambas consintieran
que se proceda la prosecución de este trámite administrativo ante el registro civil.

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La franja de situaciones conflictivas continuaba en los casos de parejas integradas
por dos mujeres que no contraían matrimonio y a quienes los registros civiles no
les admitían el reconocimiento filial del niño, al entender que la figura del
reconocimiento se circunscribía a la filiación extramatrimonial heterosexual en el
que el peso de lo genético/biológico es determinante —ser biológica y
genéticamente el padre—, situación que no se solía dar en varios de los casos
que comprometen a dos mujeres. Este conflicto es resuelto por el CCyC, por
aplicación de la normativa en análisis.
Así, toda persona que se somete a TRHA debe prestar el consentimiento. Si se
trata de una mujer sola que debe apelar a la donación de material genético
masculino, la voluntad procreacional y correspondiente consentimiento
debidamente protocolizado e inscripto en el registro civil, hace generar vínculo filial
con esta; de este modo, las TRHA constituyen un supuesto de monoparentalidad
originaria. Si se trata de una pareja, casada o no, de igual o diverso sexo, ambos
integrantes de la pareja también deben proceder a prestar el correspondiente
consentimiento informado para generar vínculo filial con el niño que nace de las
TRHA, hayan aportado o no material genético.
En la normativa en análisis también se observa la incidencia de la Ley 26.743, de
Identidad de Género, ya que no se refiere a la "mujer" que da a luz sino a "quien
da a luz", de manera neutra, acorde con esta legislación de vanguardia —seguida
por Dinamarca en su reforma de junio del 2014—, pues al no ser necesario
realizar operación quirúrgica alguna, una persona que ha nacido mujer pero que
se cambia su identidad al género masculino, y tiene un hijo, es el padre, y si
estaba en pareja y también prestó el pertinente consentimiento previo, libre e
informado, quedará también determinada la filiación con este miembro de la pareja
que puede ser una mujer o un hombre.

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ADOPCIÓN

La adopción es una institución del derecho de familia en virtud de la cual, y por


medio de una sentencia judicial, se crea entre personas no ligadas por lazos
biológicos próximos un vínculo jurídico de parentesco idéntico o similar al que
surge de la filiación consanguínea establecida.

ARTICULO 594.-Concepto. La adopción es una institución jurídica que tiene por objeto
proteger el derecho de niños, niñas y adolescentes a vivir y desarrollarse en una familia
que le procure los cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades afectivas y
materiales, cuando éstos no le pueden ser proporcionados por su familia de origen.
La adopción se otorga sólo por sentencia judicial y emplaza al adoptado en el estado de
hijo, conforme con las disposiciones de este Código.

Este concepto es incompleto porque sólo se refiere a uno de los tres tipos de
adopción.
El CCyCN regula tres tipos de adopción, la adopción de menores, la adopción de
mayores y la adopción de integración. Cada una de estas adopciones tiene
características diferentes que justifican un régimen diferente. El concepto dado por
el art. 594 sólo alcanza a la adopción de menores de edad que no sea de
integración y no comprende a las otras dos.
En efecto la definición no comprende a la adopción de mayores de edad porque
empieza por afirmar que se trata de una institución jurídica que tiene por objeto
proteger el derecho de niños, niñas y adolescentes y la adopción de los adultos no
tiene este objeto.
El concepto tampoco comprende a la adopción de integración porque señala que
la institución funciona cuando los menores no tienen una familia que le pueda
proporcionar los cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades afectivas y
materiales y en la adopción de integración no se puede discutir que existe una
familia de origen que brinda cuidados al niño adoptado.
El concepto dado por el art. 594 es poco claro porque alude al derecho en
singular, cuando en realidad son diversos derechos lo que justifica la inclusión en
plural.

PRINCIPIOS QUE RIGEN LA ADOPCIÓN:

ARTICULO 595.-Principios generales. La adopción se rige por los siguientes principios:


a) el interés superior del niño;
b) el respeto por el derecho a la identidad;
c) el agotamiento de las posibilidades de permanencia en la familia de origen o ampliada;
d) la preservación de los vínculos fraternos, priorizándose la adopción de grupos de
hermanos en la misma familia adoptiva o, en su defecto, el mantenimiento de vínculos
jurídicos entre los hermanos, excepto razones debidamente fundadas;
e) el derecho a conocer los orígenes;
f) el derecho del niño, niña o adolescente a ser oído y a que su opinión sea tenida en
cuenta según su edad y grado de madurez, siendo obligatorio requerir su consentimiento
a partir de los diez años.

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REQUISITOS EN EL ADOPTANTE Y ADOPTADO

Los requisitos del adoptado están previstos en el art. 597 del CCyC:

ARTICULO 597.-Personas que pueden ser adoptadas. Pueden ser adoptadas las
personas menores de edad no emancipadas declaradas en situación de adoptabilidad
o cuyos padres han sido privados de la responsabilidad parental.
Excepcionalmente, puede ser adoptada la persona mayor de edad cuando:
a) se trate del hijo del cónyuge o conviviente de la persona que pretende adoptar;
b) hubo posesión de estado de hijo mientras era menor de edad, fehacientemente
comprobada.

Y del adoptante en el art. 599, 600 y 601 del CCyC:

ARTICULO 599.-Personas que pueden ser adoptantes. El niño, niña o adolescente


puede ser adoptado por un matrimonio, por ambos integrantes de una unión
convivencial o por una única persona.
Todo adoptante debe ser por lo menos dieciséis años mayor que el adoptado, excepto
cuando el cónyuge o conviviente adopta al hijo del otro cónyuge o conviviente.
En caso de muerte del o de los adoptantes u otra causa de extinción de la adopción,
se puede otorgar una nueva adopción sobre la persona menor de edad.

ARTICULO 600.-Plazo de residencia en el país e inscripción. Puede adoptar la


persona que:
a) resida permanentemente en el país por un período mínimo de cinco años anterior a
la petición de la guarda con fines de adopción; este plazo no se exige a las personas
de nacionalidad argentina o naturalizadas en el país;
b) se encuentre inscripta en el registro de adoptantes.

ARTICULO 601.-Restricciones. No puede adoptar:


a) quien no haya cumplido veinticinco años de edad, excepto que su cónyuge o
conviviente que adopta conjuntamente cumpla con este requisito;
b) el ascendiente a su descendiente;
c) un hermano a su hermano o a su hermano unilateral.

MODALIDADES DE ADOPCIÓN:

ARTICULO 603.-Adopción unipersonal por parte de personas casadas o en unión


convivencial. La adopción por personas casadas o en unión convivencial puede ser
unipersonal si:

 el cónyuge o conviviente ha sido declarado persona incapaz o de capacidad


restringida, y la sentencia le impide prestar consentimiento válido para este acto.
 En este caso debe oírse al Ministerio Público y al curador o apoyo y, si es el
pretenso adoptante, se debe designar un curador o apoyo ad litem; los cónyuges
están separados de hecho.

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“Grupo la Docta” 3516315046
ARTICULO 604.-Adopción conjunta de personas divorciadas o cesada la unión
convivencial. Las personas que durante el matrimonio o la unión convivencial
mantuvieron estado de madre o padre con una persona menor de edad, pueden
adoptarla conjuntamente aún después del divorcio o cesada la unión. El juez debe
valorar especialmente la incidencia de la ruptura al ponderar el interés superior del niño.

ARTICULO 605.-Adopción conjunta y fallecimiento de uno de los guardadores. Cuando


la guarda con fines de adopción del niño, niña o adolescente se hubiese otorgado
durante el matrimonio o unión convivencial y el período legal se completa después del
fallecimiento de uno de los cónyuges o convivientes, el juez puede otorgar la adopción al
sobreviviente y generar vínculos jurídicos de filiación con ambos integrantes de la pareja.
En este caso, el adoptado lleva el apellido del adoptante, excepto que fundado en el
derecho a la identidad se peticione agregar o anteponer el apellido de origen o el
apellido del guardador fallecido.

Declaración judicial de la situación de adoptabilidad

El Código Civil y Comercial, recepta esta práctica judicial consolidada como un


procedimiento con reglas propias para demarcar correctamente el rol de la familia
de origen y de la pretensa familia adoptante en todo el proceso hasta la adopción
de un niño, niña o adolescente.
Se trata de un proceso judicial cuyo objetivo consiste en definir si un niño se
encuentra, efectivamente, en condiciones para ser dado en adopción, o que la
satisfacción del derecho a vivir en familia se verá efectivizado si el niño se inserta
en otro grupo familiar que el de origen.

ARTICULO 607.-Supuestos. La declaración judicial de la situación de adoptabilidad se


dicta si:
a) un niño, niña o adolescente no tiene filiación establecida o sus padres han fallecido,
y se ha agotado la búsqueda de familiares de origen por parte del organismo
administrativo competente en un plazo máximo de treinta días, prorrogables por un
plazo igual sólo por razón fundada;
b) los padres tomaron la decisión libre e informada de que el niño o niña sea
adoptado. Esta manifestación es válida sólo si se produce después de los cuarenta y
cinco días de producido el nacimiento;
c) las medidas excepcionales tendientes a que el niño, niña o adolescente
permanezca en su familia de origen o ampliada, no han dado resultado en un plazo
máximo de ciento ochenta días. Vencido el plazo máximo sin revertirse las causas
que motivaron la medida, el organismo administrativo de protección de derechos del
niño, niña o adolescente que tomó la decisión debe dictaminar inmediatamente sobre
la situación de adoptabilidad. Dicho dictamen se debe comunicar al juez interviniente
dentro del plazo de veinticuatro horas.

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“Grupo la Docta” 3516315046
La declaración judicial de la situación de adoptabilidad no puede ser dictada si algún
familiar o referente afectivo del niño, niña o adolescente ofrece asumir su guarda o
tutela y tal pedido es considerado adecuado al interés de éste.
El juez debe resolver sobre la situación de adoptabilidad en el plazo máximo de
noventa días.

TIPOS DE ADOPCIÓN

El art. 619 enumera los tipos adoptivos que reconoce el CCyCN.


A diferencia de la ley 24.479, el art. 594 define el concepto de adopción,
focalizando en que este instituto tiende a la protección del derecho de los niños,
niñas y adolescentes a vivir y desarrollarse en una familia que le procure los
cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades afectivas y materiales cuando
éstos no pueden ser proporcionados por su familia de origen. El agotamiento de
las posibilidades de que los niños permanezcan en su familia de origen fue
plasmado como uno de los principios que rigen la materia en el inc. C del art. 595.
La voces doctrinarias ya destacaban esta finalidad del instituto de la adopción —
que ahora se consolida específicamente en la legislación civil — y así, p. ej.,
Bossert y Zannoni enfatizaban en que el instituto de la adopción tiene como fin dar
progenitores a los niños, niñas o adolescentes que carecen de ellos, o que, aún
teniéndolos no le ofrecen ―la atención, la protección o los cuidados‖ que aquéllos
requieran. En la misma línea de interpretación, la Corte Suprema de Justicia ha
dicho que la adopción es una institución de protección familiar y social,
especialmente establecida en interés superior de menor, para dotarlo de una
familia que asegure su bienestar y desarrollo integral.
Esta finalidad del instituto se consolidó especialmente luego de la incorporación de
la Convención sobre los Derechos del Niño a la Constitución Nacional en la
reforma del año 1994 (a través del art. 75 inc. 22) ya que dicho instrumento añadió
normas de derechos humanos al derecho interno tales como —en lo que respecta
a las decisiones judiciales concernientes a la adopción de un niño— la cláusula
relativa al interés superior del niño (art. 3º), la preservación del derecho a la
identidad y sus relaciones familiares (arts. 7º, 8º, 9º, 10, 16, 18, 20, 21 inc. a, y 27)
y el derecho del niño a ser oído y que su opinión sea tenida en cuenta (art. 12).
Esta nómina de derechos fueron incorporados, también, en el ámbito nacional por
la ley 26.061 de ―Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes‖ (arts. 3º, 11,
24, 27 y concs.).

ARTICULO 619.-Enumeración. Este Código reconoce tres tipos de adopción:


a) plena;
b) simple;
c) de integración.

Concepto.
 La adopción plena confiere al adoptado la condición de hijo y extingue los
vínculos jurídicos con la familia de origen, con la excepción de que
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subsisten los impedimentos matrimoniales. El adoptado tiene en la familia
adoptiva los mismos derechos y obligaciones de todo hijo.
 La adopción simple confiere el estado de hijo al adoptado, pero no crea
vínculos jurídicos con los parientes ni con el cónyuge del adoptante,
excepto lo dispuesto en este Código.
 La adopción de integración se configura cuando se adopta al hijo del
cónyuge o del conviviente y genera los efectos previstos en la Sección 4ª
de este Capítulo.

FACULTADES JUDICIALES

ARTICULO 621.-Facultades judiciales. El juez otorga la adopción plena o simple


según las circunstancias y atendiendo fundamentalmente al interés superior del niño.
Cuando sea más conveniente para el niño, niña o adolescente, a pedido de parte y
por motivos fundados, el juez puede mantener subsistente el vínculo jurídico con uno
o varios parientes de la familia de origen en la adopción plena, y crear vínculo jurídico
con uno o varios parientes de la familia del adoptante en la adopción simple. En este
caso, no se modifica el régimen legal de la sucesión, ni de la responsabilidad parental,
ni de los impedimentos matrimoniales regulados en este Código para cada tipo de
adopción.

ARTICULO 622.-Conversión. A petición de parte y por razones fundadas, el juez


puede convertir una adopción simple en plena.
La conversión tiene efecto desde que la sentencia queda firme y para el futuro.

ARTICULO 623.-Prenombre del adoptado. El prenombre del adoptado debe ser


respetado. Excepcionalmente y por razones fundadas en las prohibiciones
establecidas en las reglas para el prenombre en general o en el uso de un prenombre
con el cual el adoptado se siente identificado, el juez puede disponer la modificación
del prenombre en el sentido que se le peticione.

 ADOPCIÓN PLENA

La adopción plena confiere al adoptado la condición de hijo y extingue los vínculos


jurídicos con la familia de origen, con la excepción de que subsisten los
impedimentos matrimoniales. El adoptado tiene en la familia adoptiva los mismos
derechos y obligaciones de todo hijo.
Tal como en el Código de Vélez Sarsfield, la adopción plena es irrevocable. Sin
embargo, una novedad que trae el Código Civil y Comercial es la posibilidad de
que el adoptado inicie acción de filiación contra sus progenitores biológicos o que
éstos lo reconozcan. Sin embargo, esta posibilidad sólo es admisibles a los
efectos de posibilitar los derechos alimentarios y sucesorios del adoptado, sin
alterar los otros efectos de la adopción.

ARTICULO 624.-Irrevocabilidad. Otros efectos. La adopción plena es irrevocable.

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“Grupo la Docta” 3516315046
La acción de filiación del adoptado contra sus progenitores o el reconocimiento son
admisibles sólo a los efectos de posibilitar los derechos alimentarios y sucesorios del
adoptado, sin alterar los otros efectos de la adopción.

ARTICULO 625.-Pautas para el otorgamiento de la adopción plena. La adopción plena se


debe otorgar, preferentemente, cuando se trate de niños, niñas o adolescentes huérfanos
de padre y madre que no tengan filiación establecida.
También puede otorgarse la adopción plena en los siguientes supuestos:
a) cuando se haya declarado al niño, niña o adolescente en situación de adoptabilidad;
b) cuando sean hijos de padres privados de la responsabilidad parental;
c) cuando los progenitores hayan manifestado ante el juez su decisión libre e informada
de dar a su hijo en adopción.

ARTICULO 626.-Apellido. El apellido del hijo por adopción plena se rige por las siguientes
reglas:
a) si se trata de una adopción unipersonal, el hijo adoptivo lleva el apellido del adoptante;
si el adoptante tiene doble apellido, puede solicitar que éste sea mantenido;
b) si se trata de una adopción conjunta, se aplican las reglas generales relativas al
apellido de los hijos matrimoniales;
c) excepcionalmente, y fundado en el derecho a la identidad del adoptado, a petición de
parte interesada, se puede solicitar agregar o anteponer el apellido de origen al apellido
del adoptante o al de uno de ellos si la adopción es conjunta;
d) en todos los casos, si el adoptado cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, el
juez debe valorar especialmente su opinión.

 ADOPCION SIMPLE

El art. 627 del CCyCN, clarifica cuáles son los efectos jurídicos derivados de la
adopción simple tanto respecto a la familia de origen como a la adoptiva, regula lo
relativo a la titularidad y ejercicio de la responsabilidad parental, que se transfiere
a los adoptantes; establece —en principio— el derecho de comunicación de la
familia de origen con el adoptado y su derecho a reclamarle alimentos cuando no
pueda proveérselos sus padres adoptivos; y determinar las reglas respecto al
apellido, remitiendo en materia de derechos sucesorio al libro respectivo.
Podemos decir que la adopción simple sólo produce en principio, un
emplazamiento que vincula a adoptante y adoptado pero ―no se consolida el
estado de familia sino que se adquiere sólo un `estado de hijo´‖, no generando en
principio relaciones con la familia del adoptante y sin perder el adoptado sus
vínculos con su familia de origen.

El derecho de comunicación de la familia de origen


Respecto de la familia de origen, los vínculos jurídicos no quedan extinguidos
como consecuencia de la adopción, sino que existe en cabeza de ellos un derecho
expreso de comunicación con el adoptado siempre que no contraríe su interés
superior. En este sentido, el art. 555 del CCyCN enuncia: ―Los que tienen a su
cargo el cuidado de personas menores de edad (...), deben permitir la
comunicación de éstos con sus ascendientes, descendientes, hermanos

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“Grupo la Docta” 3516315046
bilaterales o unilaterales y parientes por afinidad en primer grado. Si se deduce
oposición fundada en posibles perjuicios a la salud mental o física de los
interesados, el juez debe resolver lo que corresponda por el procedimiento más
breve que prevea la ley local y establecer, en su caso, el régimen de comunicación
más conveniente de acuerdo a las circunstancias‖. Consideramos además, que el
derecho de comunicación con la familia de origen, se encuentra estrechamente
vinculado con el respeto por el derecho a la identidad, el derecho a conocer los
orígenes y a la preservación de los vínculos fraternos, todos ellos principios de
orden constitucional-internacional que rigen para la adopción y son enumerados
en el art. 595 del nuevo CCyCN.
No obstante ello, en relación al mantenimiento del vínculo con la familia de origen,
resulta necesario destacar que como todos los derechos, no es absoluto y puede
ser limitado de manera razonable (art. 28 de la CN) si se dan ―razones
debidamente fundadas‖, como podría ser el supuesto muy común de abusos
intrafamiliares, situación en la que dicho contacto resultaría contrario al interés
superior del niño que se intenta proteger.

La responsabilidad parental en la adopción simple


En lo atinente a la titularidad y el ejercicio de la responsabilidad parental, se
mantiene lo dispuesto por el código derogado, es decir, que se transfiere a los
adoptantes, no obstante los demás derechos y deberes que resultan del vínculo
de origen no quedan extinguidos por la adopción simple. De esta forma, se
observa que se quita toda referencia al usufructo paterno(28) toda vez que esta
figura ha sido derogada, para dejar lugar a la regulación de la figura de la ―renta‖
de los bienes de los hijos (arts. 697 y 698 del CCyCN) fundada en la noción de los
niños como sujetos de derecho distintos de sus padres.
En la adopción simple, el único efecto filiatorio de existencia paralela incompatible
con los que surgen de la filiación biológica es el ejercicio de la responsabilidad
parental, debido a que el mismo, ejercido en forma simultánea por los padres
biológicos y los adoptivos, desvirtuaría el fin de la adopción. De hecho, el CCyCN
en su art. 699 inc. e), determina como una de las causales de cese de la
responsabilidad parental ―...adopción del hijo por un tercero, sin perjuicio de la
posibilidad de que se la restituya en caso de revocación o nulidad de la adopción‖.
Como la responsabilidad parental tiene como meta la protección, desarrollo y
formación integral de los hijos mientras sean menores de edad y no se hayan
emancipado, entendemos que resultan de aplicación las normas establecidas en
la sección 4ª, Título VII del CCyCN.
Cabe tener presente que la representación legal del menor adoptado, se
encuentra en cabeza de quien ejerce la responsabilidad parental, que es otorgada
por el CCyCN en el art. 101 inc. b; por lo tanto, los adoptantes son quienes
pueden adquirir los derechos y contraer obligaciones en nombre de sus hijos
adoptivos menores de edad.
No obstante ello, de acuerdo a lo dispuesto por el art. 26, la persona menor de
edad que cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los
actos que le son permitidos por el ordenamiento jurídico, en concordancia con el
principio de autonomía progresiva, debiendo incluso requerirse su consentimiento
para algunos actos.
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“Grupo la Docta” 3516315046
Derecho a reclamar alimentos a su familia de origen
A través de la reforma, se incorpora la posibilidad de que el adoptado reclame a su
familia de origen alimentos en caso de que sus adoptantes no se los puedan
proveer. De esta manera, la obligación alimentaria de la familia de origen es de
carácter subsidiaria y se funda en el efecto principal de este tipo adoptivo: el
mantenimiento del vínculo con la familia de origen y la subsistencia de ciertos
efectos, siempre en beneficio del adoptado.
El apellido en la adopción simple
En este aspecto, se modifica lo que disponía el anterior art. 332 según ley 24.779,
en relación al apellido en la adopción simple. En este sentido, al adoptado se le
imponía tomar el apellido del adoptante y sólo se le permitía solicitar la adición de
su apellido de origen a partir de los 18 años.
En este sentido, el inc. d) del art. 627, faculta al adoptado con Edad y grado de
madurez suficiente— o a los adoptantes, de solicitar expresamente que se
mantenga el apellido de origen del adoptado y que se le adicione o anteponga el
apellido del adoptante o uno de ellos. Esta modificación, contribuye a preservar la
historia personal y el pasado del adoptado, y fundamentalmente importa la
consolidación de los principios anteriormente mencionados en lo que hace a un
derecho personalísimo como es mantener su apellido de origen, como parte
integrante del derecho a la identidad y del interés superior del niño y su función
rectora en el instituto de la adopción.
Del mismo modo, se aclara que de no mediar dicha petición, se aplicarán las
reglas dispuestas en el art. 626 —que rige el apellido del hijo por adopción plena—
, debiéndose siempre considerar la opinión del adoptado de acuerdo con su edad
y grado de madurez.
Finalmente, en el caso de ser revocada la adopción, el adoptado pierde el apellido
adoptivo. Empero, con fundamento en el derecho a la identidad, puede ser
autorizado por el juez a conservarlo.
Derecho sucesorio
Respecto al derecho sucesorio, cabe mencionar que los efectos continúan siendo
limitados y dependen de quien sea el causante. El inc. e) del art. 627, remite al
Libro Quinto dedicado a la ―Transmisión de derechos por causa de muerte‖ para
resolver los efectos respecto de los derechos sucesorios, en particular, a lo
previsto en los arts. 2430 y 2432.
En este contexto, el art. 2430 enuncia que en caso de muerte del adoptante, el
adoptado y sus descendientes tienen los mismos dere chos hereditarios que el hijo
y sus descendientes por naturaleza y mediante técnicas de reproducción humana
asistida. De esta manera, el hijo adoptivo lo hereda concurriendo con otros
descendientes y cónyuge y desplazando a ascendientes y colaterales.
Por su parte, el art. 2432 reproduce lo dispuesto en el art. 333 del Código
derogado al enunciar que ni los adoptantes heredan los bienes que el adoptado
haya recibido a título gratuito de su familia de origen, ni ésta hereda los bienes que
el adoptado haya recibido a título gratuito de su familia de adopción.
Sobre esto último, el CCyCN introdujo una novedad. Este precepto resultaba
bastante disvalioso toda vez que podían presentarse situaciones en las que frente
a la apertura de la sucesión —del adoptado o adoptante— todos los bienes que se
hubiesen recibido a título gratuito de cualquiera de las familias, quedarían como
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“Grupo la Docta” 3516315046
herencia parcialmente vacante, al no poder ser transmitidos. El art. 2432 ha
subsanado dicho inconveniente al aclarar, que si de las exclusiones mencionadas
precedentemente quedaran bienes vacantes, ellas no operan.
Respecto a los demás bienes, los adoptantes excluyen a los progenitores
biológicos; no así a los descendientes del adoptado que excluyen al adoptante.
En cuanto a los progenitores de sangre, el hijo adoptado, los hereda como
cualquier otro hijo legítimo, por lo que concurre con el cónyuge, excluye a los
ascendientes y a los colaterales y tiene derecho a su porción legítima.
Finalmente, si de derecho sucesorio hablamos, no resulta ocioso recordar que el
art. 598 del Código reformado, en su última parte, establece que ―Todos los hijos
adoptivos y biológicos de un mismo adoptante son considerados hermanos entre
sí‖.

ARTICULO 627.-Efectos. La adopción simple produce los siguientes efectos:


a) como regla, los derechos y deberes que resultan del vínculo de origen no quedan
extinguidos por la adopción; sin embargo, la titularidad y el ejercicio de la
responsabilidad parental se transfieren a los adoptantes;
b) la familia de origen tiene derecho de comunicación con el adoptado, excepto que
sea contrario al interés superior del niño;
c) el adoptado conserva el derecho a reclamar alimentos a su familia de origen
cuando los adoptantes no puedan proveérselos;
d) el adoptado que cuenta con la edad y grado de madurez suficiente o los
adoptantes, pueden solicitar se mantenga el apellido de origen, sea adicionándole o
anteponiéndole el apellido del adoptante o uno de ellos; a falta de petición expresa, la
adopción simple se rige por las mismas reglas de la adopción plena;
e) el derecho sucesorio se rige por lo dispuesto en el Libro Quinto.

ARTICULO 628.-Acción de filiación o reconocimiento posterior a la adopción. Después


de acordada la adopción simple se admite el ejercicio por el adoptado de la acción de
filiación contra sus progenitores, y el reconocimiento del adoptado.
Ninguna de estas situaciones debe alterar los efectos de la adopción establecidos en
el artículo 627.

ARTICULO 629.-Revocación. La adopción simple es revocable:


a) por haber incurrido el adoptado o el adoptante en las causales de indignidad
previstas en este Código;
b) por petición justificada del adoptado mayor de edad;
c) por acuerdo de adoptante y adoptado mayor de edad manifestado judicialmente.
La revocación extingue la adopción desde que la sentencia queda firme y para el
futuro.
Revocada la adopción, el adoptado pierde el apellido de adopción. Sin embargo, con
fundamento en el derecho a la identidad, puede ser autorizado por el juez a
conservarlo.

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 ADOPCIÓN DE INTEGRACIÓN

La adopción de integración se configura cuando se adopta al hijo del cónyuge o


del conviviente y genera los efectos previstos en la Sección 4ª de este Capítulo.

ARTICULO 630.-Efectos entre el adoptado y su progenitor de origen. La adopción de


integración siempre mantiene el vínculo filiatorio y todos sus efectos entre el adoptado y
su progenitor de origen, cónyuge o conviviente del adoptante.

ARTICULO 631.-Efectos entre el adoptado y el adoptante. La adopción de integración


produce los siguientes efectos entre el adoptado y el adoptante:
a) si el adoptado tiene un solo vínculo filial de origen, se inserta en la familia del adoptante
con los efectos de la adopción plena; las reglas relativas a la titularidad y ejercicio de la
responsabilidad parental se aplican a las relaciones entre el progenitor de origen, el
adoptante y el adoptado;
b) si el adoptado tiene doble vínculo filial de origen se aplica lo dispuesto en el artículo
621.

ARTICULO 632.-Reglas aplicables. Además de lo regulado en las disposiciones


generales, la adopción de integración se rige por las siguientes reglas:
a) los progenitores de origen deben ser escuchados, excepto causas graves debidamente
fundadas;
b) el adoptante no requiere estar previamente inscripto en el registro de adoptantes;
c) no se aplican las prohibiciones en materia de guarda de hecho;
d) no se exige declaración judicial de la situación de adoptabilidad;
e) no se exige previa guarda con fines de adopción;
f) no rige el requisito relativo a que las necesidades afectivas y materiales no puedan ser
proporcionadas por su familia de origen de conformidad con lo previsto en el artículo 594.

ARTICULO 633.-Revocación. La adopción de integración es revocable por las mismas


causales previstas para la adopción simple, se haya otorgado con carácter de plena o
simple.

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“Grupo la Docta” 3516315046
RESPONSABILIDAD PARENTAL

CONCEPTO.

La responsabilidad parental es el conjunto de deberes y derechos que


corresponden a los progenitores sobre la persona y bienes del hijo, para su
protección, desarrollo y formación integral mientras sea menor de edad y no se
haya emancipado.

Para que exista responsabilidad parental debe existir una condición fija y
afirmativa: que se trate de menores de edad; y otra negativa y contingente, que
estos menores no se hallen emancipados.
Asimismo, existe una condición afirmativa, aunque contingente: que aquellos
menores tengan ascendientes llamados por ley al ejercicio de la responsabilidad
parental, y una circunstancia negativa: que no estén incapacitados ni impedidos
para tal ejercicio.
La responsabilidad parental es en definitiva el conjunto de facultades, entendidas
éstas como los derechos-deberes que tienen los padres tanto sobre la persona
como sobre los bienes de sus hijos, que tienen como fin la protección y formación
integral desde su concepción y hasta la mayoría de edad o emancipación.
De este concepto se desprende que todas aquellas prerrogativas que derivan de
esta institución no se reconocen en interés de los padres, sino ante todo en
beneficio de los hijos y también de todo el grupo familiar.

PRINCIPIOS GENERALES:

ARTÍCULO 639.- La responsabilidad parental se rige por los siguientes principios:


a) el interés superior del niño;
b) la autonomía progresiva del hijo conforme a sus características psicofísicas,
aptitudes y desarrollo. A mayor autonomía, disminuye la representación de los
progenitores en el ejercicio de los derechos de los hijos;
c) el derecho del niño a ser oído y a que su opinión sea tenida en cuenta según su
edad y grado de madurez.

FIGURAS LEGALES DERIVADAS DE LA RESPONSABILIDAD PARENTAL

ARTICULO 640.-. Este Código regula:


a) la titularidad y el ejercicio de la responsabilidad parental;
b) el cuidado personal del hijo por los progenitores;
c) la guarda otorgada por el juez a un tercero.

TITULARIDAD Y EJERCICIO DE LA RESPONSABILIDAD PARENTAL

 Titularidad: es el conjunto de los derechos y deberes que, en principio,


corresponden a ambos progenitores e independientemente.

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 Ejercicio: es la facultad de actuar concretamente en virtud de esos
derechos-deberes y que corresponden en unos casos a uno u otro o a
ambos progenitores.

EJERCICIO DE LA RESPONSABILIDAD PARENTAL.

ARTICULO 641.-Ejercicio de la responsabilidad parental. El ejercicio de la


responsabilidad parental corresponde:
a) en caso de convivencia con ambos progenitores, a éstos. Se presume que los
actos realizados por uno cuentan con la conformidad del otro, con excepción de los
supuestos contemplados en el artículo 645, o que medie expresa oposición;

b) en caso de cese de la convivencia, divorcio o nulidad de matrimonio, a ambos


progenitores. Se presume que los actos realizados por uno cuentan con la
conformidad del otro, con las excepciones del inciso anterior. Por voluntad de los
progenitores o por decisión judicial, en interés del hijo, el ejercicio se puede atribuir a
sólo uno de ellos, o establecerse distintas modalidades;

c) en caso de muerte, ausencia con presunción de fallecimiento, privación de la


responsabilidad parental o suspensión del ejercicio de un progenitor, al otro;

d) en caso de hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial, al único progenitor;

e) en caso de hijo extramatrimonial con doble vínculo filial, si uno se estableció por
declaración judicial, al otro progenitor. En interés del hijo, los progenitores de común
acuerdo o el juez pueden decidir el ejercicio conjunto o establecer distintas
modalidades.

INTERVENCIÓN DE LOS JUECES EN CASO DE DESACUERDO DE LOS


PROGENITORES

ARTICULO 642.-Desacuerdo. En caso de desacuerdo entre los progenitores,


cualquiera de ellos puede acudir al juez competente, quien debe resolver por el
procedimiento más breve previsto por la ley local, previa audiencia de los progenitores
con intervención del Ministerio Público.
Si los desacuerdos son reiterados o concurre cualquier otra causa que entorpece
gravemente el ejercicio de la responsabilidad parental, el juez puede atribuirlo total o
parcialmente a uno de los progenitores, o distribuir entre ellos sus funciones, por un
plazo que no puede exceder de dos años. El juez también puede ordenar medidas de
intervención interdisciplinaria y someter las discrepancias a mediación.

DELEGACIÓN DEL EJERCICIO

ARTICULO 643.-Delegación del ejercicio. En el interés del hijo y por razones


suficientemente justificadas, los progenitores pueden convenir que el ejercicio de la
responsabilidad parental sea otorgado a un pariente, sin perjuicio de lo establecido en

94
“Grupo la Docta” 3516315046
el artículo 674. El acuerdo con la persona que acepta la delegación debe ser
homologado judicialmente, debiendo oírse necesariamente al hijo. Tiene un plazo
máximo de un año, pudiendo renovarse judicialmente por razones debidamente
fundadas, por un período más con participación de las partes involucradas. Los
progenitores conservan la titularidad de la responsabilidad parental, y mantienen el
derecho a supervisar la crianza y educación del hijo en función de sus posibilidades.
Igual régimen es aplicable al hijo que sólo tiene un vínculo filial establecido.

CUIDADO PERSONAL DEL HIJO: CLASES Y MODALIDADES

Se entiende por cuidado personal el derecho deber de los progenitores de tener al


hijo consigo. Es la presencia física la característica esencial de este cuidado.
En los fundamentos del Anteproyecto del CCyCN, se afirma puntualmente que ―Se
diferencia el ejercicio de la responsabilidad parental del cuidado personal del hijo.
El cuidado personal es uno de los deberes y derechos de los progenitores que se
derivan del ejercicio de la responsabilidad parental y atañe a la vida cotidiana del
hijo‖. La nota primordial a tener en cuenta es que el cuidado personal es una de
las aristas del universo que implica la responsabilidad parental.
El cuidado personal compartido no significa estar la mitad del tiempo con cada uno
de los padres, implica mucho más. Por un lado este régimen aspira a realizar una
equitativa distribución de responsabilidades, las que se atribuirán según las
distintas funciones, recursos, posibilidades y características personales de los
progenitores; y por el otro, a garantizar mejores condiciones de vida para los hijos
al no colocarlos en una situación de permanentes tironeos e inestabilidades que
por lo general ocasiona la ruptura de la vida familiar. Para ello es necesario de
parte de aquéllos una comunicación fluida y una posibilidad concreta de
consensuar todos los aspectos que hacen al cuidado de sus hijos.

ARTICULO 648.-Cuidado personal. Se denomina cuidado personal a los deberes y


facultades de los progenitores referidos a la vida cotidiana del hijo.

Conforme se expresara en los fundamentos del anteproyecto del CCyCN, ―En


caso de ruptura de la pareja (matrimonial o unión convivencial), el cuidado
personal (término que reemplaza el de ‗tenencia‘, criticado mayoritariamente por la
doctrina) puede ser compartido (regla) o unilateral (excepción)‖.
Así bien y simplemente como una primera aproximación, cabe aclarar que la letra
del nuevo Código tiene por preferencia el régimen de cuidado compartido, según
diferentes modalidades que se analizarán oportunamente. Esta preferencia a la
coparentalidad se relaciona estrechamente con el art. 9º de la Convención de
Derechos del Niño, en cuanto prima la mantención de las relaciones personales y
contacto directo con ambos padres de forma regular.
Asimismo, la letra de la norma, claramente recepta lo normado por la ley 26.061,
en cuanto a que prescribe en su art. 7º: ―...El padre y la madre tienen
responsabilidades y obligaciones comunes e iguales en lo que respecta al
cuidado, desarrollo y educación integral de sus hijos...‖. Por su parte el art. 11 les

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“Grupo la Docta” 3516315046
confiere a los hijos el derecho ―a la preservación de sus relaciones familiares‖; a
―mantener en forma regular y permanente el vínculo personal y directo con sus
padres, aun cuando éstos estuvieran separados o divorciados‖.
Lo expuesto importa la mutación en la base de la responsabilidad parental puesto
que se recorre un sendero compartido, de responsabilidad solidaria de ambos
padres o madres en el cuidado y la atención de sus hijos.

ARTICULO 649.-Clases. Cuando los progenitores no conviven, el cuidado personal del


hijo puede ser asumido por un progenitor o por ambos.

ARTICULO 650.-Modalidades del cuidado personal compartido. El cuidado personal


compartido puede ser: alternado o indistinto.
 En el alternado, el hijo pasa períodos de tiempo con cada uno de los
progenitores, según la organización y posibilidades de la familia.

 En el indistinto, el hijo reside de manera principal en el domicilio de uno de


los progenitores, pero ambos comparten las decisiones y se distribuyen de
modo equitativo las labores atinentes a su cuidado.

El cuidado personal alternado


El cuidado personal compartido alternado es el equivalente a lo que hoy se conoce
tradicionalmente en nuestro medio como ―tenencia compartida‖. El ―cuidado
personal compartido alternado‖ se comprueba —cualquiera sea la designación—
si hay alternancia en la guarda material, tomando a su cargo el progenitor no sólo
la custodia del hijo en los días de descanso (p. ej., los fines de semana), sino
también la atención del niño en sus actividades diarias. Los casos típicos de esta
clase de cuidado se presentan cuando los padres se atribuyen la custodia
personal del hijo, por ejemplo, dividiendo por mitades cada semana, quincena o si
se asigna un mes completo, alternativamente a cada uno. Debe quedar claro que
el art. 650 no requiere, para configurar el cuidado personal compartido alternado,
que el hijo pase períodos iguales con cada progenitor; pues los tiempos (en que el
niño estará con uno u otro) será ―según la organización y posibilidades de la
familia‖, como reza la disposición.
Sin embargo, alguna equivalencia se exige pues, si claramente el hijo se halla el
tiempo principal con un progenitor y, consecuentemente, un ―tiempo secundario‖
con el otro, la figura no sería ya la referida sino lo que el nuevo Código denomina
―cuidado personal compartido indistinto‖.
El cuidado personal indistinto
La diferencia fundamental que existe entre el sistema alternado y el indistinto es
que en este último el hijo residirá de manera principal en el domicilio de uno de
sus progenitores, con el cual pasará la mayor parte del tiempo y de forma
secundaria lo hará con el otro, compartiendo una menor cantidad de tiempo.
Ambas clases se asemejan en que el cuidado personal de una forma u otra, es
ejercido por ambos padres, puesto que ambos progenitores comparten las
decisiones y se distribuyen de modo equitativo las labores atinentes a su cuidado.
Ahora bien, un requisito necesario será que ambos progenitores (al menos cuando
el niño se encuentra consigo) tenga a su cargo ―las labores atinentes a su

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“Grupo la Docta” 3516315046
cuidado‖ (tal como expresa el artículo citado) pues, de lo contrario, el cuidado
personal será unilateral — art. 653—.

ARTICULO 651.-Reglas generales. A pedido de uno o ambos progenitores o de oficio, el


juez debe otorgar, como primera alternativa, el cuidado compartido del hijo con la
modalidad indistinta, excepto que no sea posible o resulte perjudicial para el hijo.

ARTICULO 652.-Derecho y deber de comunicación. En el supuesto de cuidado atribuido a


uno de los progenitores, el otro tiene el derecho y el deber de fluida comunicación con el
hijo.

ARTICULO 653.-Cuidado personal unilateral. Deber de colaboración. En el supuesto


excepcional en el que el cuidado personal del hijo deba ser unipersonal, el juez debe
ponderar:
a) la prioridad del progenitor que facilita el derecho a mantener trato regular con el otro;
b) la edad del hijo;
c) la opinión del hijo;
d) el mantenimiento de la situación existente y respeto del centro de vida del hijo.
El otro progenitor tiene el derecho y el deber de colaboración con el conviviente.

ARTICULO 654.-Deber de informar. Cada progenitor debe informar al otro sobre


cuestiones de educación, salud y otras relativas a la persona y bienes del hijo.

SITUACION DE LOS PROGENITORES ADOLESCENTES

Los progenitores adolescentes, estén o no casados, ejercen la responsabilidad


parental de sus hijos pudiendo decidir y realizar por sí mismos las tareas
necesarias para su cuidado, educación y salud.
Las personas que ejercen la responsabilidad parental de un progenitor
adolescente que tenga un hijo bajo su cuidado pueden oponerse a la realización
de actos que resulten perjudiciales para el niño; también pueden intervenir cuando
el progenitor omite realizar las acciones necesarias para preservar su adecuado
desarrollo.
El consentimiento del progenitor adolescente debe integrarse con el asentimiento
de cualquiera de sus propios progenitores si se trata de actos trascendentes para
la vida del niño, como la decisión libre e informada de su adopción, intervenciones
quirúrgicas que ponen en peligro su vida, u otros actos que pueden lesionar
gravemente sus derechos. En caso de conflicto, el juez debe decidir a través del
procedimiento más breve previsto por la ley local.
La plena capacidad de uno de los progenitores no modifica este régimen. El art.
644 CCyCN, indica que los progenitores adolescentes, estén o no casados,
ejercen la responsabilidad parental de sus hijos pudiendo decidir y realizar por sí
mismos las tareas necesarias para su cuidado, educación y salud. Las personas
que ejerzan la responsabilidad parental de un progenitor adolescente que tenga un
hijo bajo su cuidado pueden oponerse a la realización de actos que resulten
perjudiciales para el niño; también pueden intervenir cuando el progenitor omita
realizar las acciones necesarias para preservar su adecuado desarrollo. El
consentimiento del progenitor adolescente debe integrarse con el asentimiento de
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“Grupo la Docta” 3516315046
cualquiera de sus propios progenitores si se trata de actos trascendentes para la
vida del niño, como su entrega con fines de adopción, intervenciones quirúrgicas
que ponen en peligro su vida, u otros actos que puedan lesionar gravemente sus
derechos. En caso de conflicto, el juez debe decidir a través del procedimiento
más breve previsto por la ley local. La plena capacidad de uno de los progenitores
no modifica este régimen.
Se deja sin efecto la figura de la tutela por parte de un abuelo sobre su nieto y se
admite, con algunas limitaciones, el ejercicio de la responsabilidad parental por los
progenitores menores de edad, lo que concuerda con la autonomía progresiva
reconocida.

ARTICULO 644.-Progenitores adolescentes. Los progenitores adolescentes, estén o no


casados, ejercen la responsabilidad parental de sus hijos pudiendo decidir y realizar por sí
mismos las tareas necesarias para su cuidado, educación y salud.
Las personas que ejercen la responsabilidad parental de un progenitor adolescente que
tenga un hijo bajo su cuidado pueden oponerse a la realización de actos que resulten
perjudiciales para el niño; también pueden intervenir cuando el progenitor omite realizar
las acciones necesarias para preservar su adecuado desarrollo.
El consentimiento del progenitor adolescente debe integrarse con el asentimiento de
cualquiera de sus propios progenitores si se trata de actos trascendentes para la vida del
niño, como la decisión libre e informada de su adopción, intervenciones quirúrgicas que
ponen en peligro su vida, u otros actos que pueden lesionar gravemente sus derechos. En
caso de conflicto, el juez debe decidir a través del procedimiento más breve previsto por la
ley local.
La plena capacidad de uno de los progenitores no modifica este régimen.

ARTICULO 645.-Actos que requieren el consentimiento de ambos progenitores. Si el hijo


tiene doble vínculo filial se requiere el consentimiento expreso de ambos progenitores
para los siguientes supuestos:
a) autorizar a los hijos adolescentes entre dieciséis y dieciocho años para contraer
matrimonio;
b) autorizarlo para ingresar a comunidades religiosas, fuerzas armadas o de seguridad;
c) autorizarlo para salir de la República o para el cambio de residencia permanente en el
extranjero;
d) autorizarlo para estar en juicio, en los supuestos en que no puede actuar por sí;
e) administrar los bienes de los hijos, excepto que se haya delegado la administración de
conformidad con lo previsto en este Capítulo.
En todos estos casos, si uno de los progenitores no da su consentimiento o media
imposibilidad para prestarlo, debe resolver el juez teniendo en miras el interés familiar.
Cuando el acto involucra a hijos adolescentes, es necesario su consentimiento expreso.

PLAN DE PARENTALIDAD

El plan de parentalidad es un pacto o acuerdo al que arriban los progenitores


según su voluntad o bien siendo complementado o elaborado por la autoridad
judicial, en el que se prevé se acuerden minuciosamente todas aquellas
cuestiones referentes al cuidado y reparto de responsabilidades relativas a los

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“Grupo la Docta” 3516315046
hijos menores habidos en común ―régimen de vacaciones, días festivos y otras
fechas significativas para la familia‖.

CONTENIDO
El plan de parentalidad puede tratar de todas aquellas cuestiones que se
consideren convenientes. La letra de la ley no minimiza la misma a determinados
puntos. Ahora bien, entendiendo que el plan de parentalidad tiene como fin
acordar y definir situaciones para evitar inconvenientes y des puntos.
1) El lugar o lugares en los que vivirán habitualmente los hijos.
2) Las tareas a las que se compromete cada progenitor con relación a las
actividades cotidianas de los hijos.
3) El régimen de relación y de comunicación con los hijos durante los períodos en
que un progenitor no los tenga con él.
4) El régimen de permanencia de los hijos con cada uno de los progenitores en
periodos de vacaciones y en fechas especialmente señaladas para los hijos, para
los progenitores o para su familia.
5) Todo lo referente a la educación formal y las actividades extraescolares y de
ocio. La forma de cumplir el deber de compartir toda la información sobre la
educación, la salud y el bienestar de los hijos.

ARTICULO 655.-Plan de parentalidad. Los progenitores pueden presentar un plan de


parentalidad relativo al cuidado del hijo, que contenga:
a) lugar y tiempo en que el hijo permanece con cada progenitor;
b) responsabilidades que cada uno asume;
c) régimen de vacaciones, días festivos y otras fechas significativas para la familia;
d) régimen de relación y comunicación con el hijo cuando éste reside con el otro
progenitor.
El plan de parentalidad propuesto puede ser modificado por los progenitores en función
de las necesidades del grupo familiar y del hijo en sus diferentes etapas.
Los progenitores deben procurar la participación del hijo en el plan de parentalidad y en
su modificación.

¿Qué sucede si no hay acuerdo o si habiéndolo no se ha homologado


judicialmente?

ARTICULO 656.-Inexistencia de plan de parentalidad homologado. Si no existe acuerdo o


no se ha homologado el plan, el juez debe fijar el régimen de cuidado de los hijos y
priorizar la modalidad compartida indistinta, excepto que por razones fundadas resulte
más beneficioso el cuidado unipersonal o alternado. Cualquier decisión en materia de
cuidado personal del hijo debe basarse en conductas concretas del progenitor que
puedan lesionar el bienestar del niño o adolescente no siendo admisibles discriminaciones
fundadas en el sexo u orientación sexual, la
religión, las preferencias políticas o ideológicas o cualquier otra condición.

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“Grupo la Docta” 3516315046
DEBER Y DERECHO DE LOS PROGENITORES – OBLIGACIÓN DE ALIMENTOS.

La principal obligación de los progenitores en relación a sus hijos es la de


prestarles alimentos, ello así porque la crianza y el desarrollo integral de los niños
es una de las funciones esenciales a las que estamos llamados los seres
humanos, dado que no sólo asegura la continuidad de nuestra especie sino que
además nos permite transmitir nuestra cultura y conocimiento a las futuras
generaciones, es, en definitiva, lo que nos hace trascender como individuos.
La obligación de alimentos emergente de la responsabilidad parental se encuentra
contemplado en los arts. 658 a 670, CCyCN. En comparación con otros regímenes
alimentarios (entre cónyuges o parientes), la obligación de los progenitores
respecto de sus hijos es la más amplia y abarca: gastos de manutención,
educación, esparcimiento, vestimenta, habitación, asistencia, gastos de
enfermedad, y los gastos necesarios para adquirir una profesión u oficio (art. 659,
CCyCN).
El art. 658 establece que ambos progenitores deben alimentos a sus hijos
conforme a su condición y fortuna, y el 659, parte final, en idéntico sentido,
determina que ellos deben ser dados de forma proporcional a las posibilidades
económicas de los obligados y las necesidades de los alimentados.
En consecuencia no se puede establecer a priori el límite de la obligación
alimentaria, sino que su fijación dependerá de los factores antes expresados.
Claro está que de acuerdo a la Convención de los Derechos del Niño, los
progenitores deben proporcionar todo lo necesario para el desarrollo integral de
estos en la medida de sus posibilidades y que el Estado tiene obligaciones
concomitantes con el amparo de la niñez en caso de imposibilidad de aquéllos.
Ambos progenitores deberán contribuir a las necesidades de los hijos de acuerdo
con sus respectivos ingresos y posibilidades, con independencia del régimen de
cuidado personal que se haya establecido; y que a las tareas de cuidado personal
debe establecérseles un valor económico y constituyen un aporte de quien las
realiza (art. 660, CCyCN).
Cuando se debe establecer el monto de la prestación alimentaria se procura
mantener el nivel social y económico del cual gozaba el menor hasta el
surgimiento del conflicto entre sus padres. Para determinar la cuota debe
valorarse el nivel y la aptitud profesional o laboral, capacitación, experiencia y las
posibilidades de lograr ingresos, o, en otras palabras, debe tenerse en cuenta la
condición económica y social de las partes y su calidad de vida.
Sin embargo, aunque el deber alimentario pesa sobre ambos padres, la
contribución del que ejerce el cuidado personal comprende su cotidiana
dedicación, que se traduce en la supervisión y control de los hijos, así como
también los diversos gastos menores que habitualmente debe efectuar quien está
a cargo de la guarda de los hijos menores, criterio que ahora es recogido
expresamente por el art. 660, CCyCN.
En las acciones de alimentos derivadas de la responsabilidad parental no se
requiere demostrar su estado de necesidad, sino que éste se presume. A medida
que los hijos crecen, sus necesidades también; razón por la cual, en general,
proceden pedidos de aumentos de cuota sustentados en esos mayores gastos.

100
“Grupo la Docta” 3516315046
En muchas ocasiones los padres plantean incidentes de reducción de cuota
alimentaria basándose en los mayores gastos que les irroga haber tenido un
nuevo hijo o insuficiencia de recursos. Estos planteos han sido sistemáticamente
rechazados por la jurisprudencia, desde la base de que las mayores obligaciones
no pueden permitir el incumplimiento de las preexistentes, debiendo el padre o
madre procurar los medios para cumplir adecuadamente con todos sus hijos.
ARTICULO 658.-Regla general. Ambos progenitores tienen la obligación y el derecho de
criar a sus hijos, alimentarlos y educarlos conforme a su condición y fortuna, aunque el
cuidado personal esté a cargo de uno de ellos.
La obligación de prestar alimentos a los hijos se extiende hasta los veintiún años, excepto
que el obligado acredite que el hijo mayor de edad cuenta con recursos suficientes para
proveérselos por sí mismo.

ARTICULO 659.-Contenido. La obligación de alimentos comprende la satisfacción de las


necesidades de los hijos de manutención, educación, esparcimiento, vestimenta,
habitación, asistencia, gastos por enfermedad y los gastos necesarios para adquirir una
profesión u oficio.
Los alimentos están constituidos por prestaciones monetarias o en especie y son
proporcionales a las posibilidades económicas de los obligados y necesidades del
alimentado.
Ver: ARTICULO 660.-ARTICULO 661.-ARTICULO 669.-ARTICULO 670.-

PROGENITOR AFÍN

DEFINICION:
El art. 672, CCyCN, establece que se entiende por progenitor afín al ―cónyuge o
conviviente que vive con quien tiene a su cargo el cuidado personal del niño o
adolescente‖. Del juego armónico de las normas que regulan la responsabilidad
parental el niño/a podrá tener dos progenitores afines, así al establecerse como
modalidad preferente el cuidado personal compartido, sea en la modalidad
―alternada‖ o ―indistinta‖ ello determinará que el hijo/a pase períodos de tiempo
con cada uno de los progenitores, según la organización y posibilidades de la
familia. En este contexto, en cualquiera de las hipótesis de cuidado personal
compartido, si ambos progenitores han formado otra pareja, éstos son
progenitores afines a los efectos de los deberes y derechos que las normas
otorgan.
La figura introducida comprende a su vez dos supuestos, el primero es el cónyuge
del progenitor, es este caso si puede hablarse de vínculo por afinidad, ya que la
celebración del matrimonio hace nacer este vínculo entre la persona casada y los
parientes del otro/a (art. 536, CCyCN).
El segundo supuesto es el caso del ―conviviente‖, nótese en primer lugar que la
norma no remite al instituto de la ―unión convivencial‖ (arts. 509 y ss., CCyCN), por
lo que la figura puede comprender a este supuesto y a la simple convivencia que
no configura aquella unión; por caso porque uno de los miembros de la pareja se
encuentra aún casado/a, o no cumplen con el período de dos años de convivencia.
No compartimos la solución legal, entendemos que debería referirse

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“Grupo la Docta” 3516315046
exclusivamente a los casos de ―unión convivencial‖, en tanto ella tiene los
caracteres de estabilidad y permanencia, que las simples uniones no poseen.
La figura no se extiende a aquellos supuestos en los cuales uno de los
progenitores tiene una relación afectiva sin convivencia, en este caso aun cuando
pueda existir vinculación con los hijos de la pareja, la norma ha preferido excluirlo
entendiendo que el trato diario que caracteriza a la unión de la pareja conviviente
es el necesario para generar el vínculo jurídico.
Debe señalarse además que tampoco en este caso corresponde la denominación
―afín‖ ya que ella hace referencia al parentesco por afinidad que no se crea en la
unión convivencial o en la simple convivencia, paradojal resulta que el llamado
―progenitor afín‖ en este caso no es ni ―progenitor‖ ni ―afín‖ al respecto se ha
señalado que aquí se ha utilizado la palabra con un sentido no técnico sino
inclusivo con el fin de comprender ambas situaciones, es decir el matrimonio y la
convivencia de pareja.
La norma prescinde del género por lo que se aplicará a parejas de cualquier
índole.
Una cuestión interesante es que la norma remarca la idea de convivencia con el
hijo para el otorgamiento de los deberes derivados de ella. Aparece dudoso
entonces que pueda aplicarse a aquellos matrimonios que en su proyecto de vida
en común decidan no convivir.
Siendo el contenido de la unión matrimonial autorreferencial los cónyuges pueden
acordar la no convivencia sin recibir sanciones por ello, en este caso podría
preguntarse si se aplica o no la figura del ―progenitor afín‖, Entendemos que no lo
será, aun cuando el parentesco por afinidad surja por el matrimonio, la norma
exige específicamente que ―viva‖ con quien tiene a su cargo el cuidado personal.
En la unión convivencial este problema no surge ya que para su configuración es
necesaria la convivencia (art. 509, CCyCN).
Tampoco aclara la norma que sucede, en el caso de matrimonios, cuando se
produce la separación de hecho, al estar basada la institución en la convivencia,
entendemos que se extinguirá, sin perjuicio de los derechos previstos para luego
de la finalización de la unión en el art. 676 del CCyCN.

DEBERES DEL PROGENITOR AFIN:


ARTICULO 673.-Deberes del progenitor afín. El cónyuge o conviviente de un progenitor
debe cooperar en la crianza y educación de los hijos del otro, realizar los actos cotidianos
relativos a su formación en el ámbito doméstico y adoptar decisiones ante situaciones de
urgencia. En caso de desacuerdo entre el progenitor y su cónyuge o conviviente
prevalece el criterio del progenitor.
Esta colaboración no afecta los derechos de los titulares de la responsabilidad parental.

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“Grupo la Docta” 3516315046
Sub-Eje Temático 5: SUCESIÓN INTESTADA
Sucesión intestada: Principios que rigen la sucesión intestada: Prioridad de los
órdenes sucesorios. Proximidad de grado dentro de cada orden. Indistinción del
origen y naturaleza de los bienes. Titulo universal del llamado. Derecho de
representación. Definición. Casos en que tiene lugar. Requisitos del representante
y representado. Sucesión del cónyuge: Concurrencia con descendientes y
ascendientes. La legítima. Definición. Legitimarios. Porciones legítimas. Acciones
de protección a la legítima. Protección a la igualdad de los legitimarios.

103
“Grupo la Docta” 3516315046
SUCESIÓN INTESTADA

Definición
Al tratar los diferentes tipos de sucesiones, señalamos que la misma podía ser de
dos tipos: testamentaria o intestada. La sucesión es testamentaria cuando el
llamamiento proviene de la voluntad del causante expresada en un testamento.
En cambio la sucesión ab intestato es aquella que se defiere por ministerio de la
ley, a falta, ineficacia o insuficiencia de disposiciones testamentarias.
Esta sucesión, a la que también se denomina ab intestato o legítima, es la deferida
por la ley a los parientes más próximos según el orden que la misma norma
establece. Ahora bien, cabe preguntarse: ¿por qué la ley impone a los individuos
la forma en que han de transmitir sus bienes después de su muerte? El
fundamento de esta sucesión de origen legal reside en el interés de protección a la
familia y en el presunto afecto del causante.
Así lo explicaba Vélez en la nota al art. 3283, que dice: "la sucesión intestada
reposa sobre la voluntad presunta del difunto, no porque esa voluntad puede
considerarse como un hecho cierto respecto a una persona determinada, sino
porque cada ley positiva, cada Código, adopta la presunción general que le parece
más apropiada a la naturaleza de las relaciones de familia".

Caracteres:
 Es una sucesión hereditaria
 Se defiere por ministerio de la ley
 Es supletoria de la testamentaria
 Procede cuando por testamento sólo se ha dispuesto de una parte de los
bienes, o aquel resulta parcialmente ineficaz
 Su fundamento radica, en la protección de la familia.

Causas que la originan


a) Cuando el causante no ha testado.
b) Cuando el causante ha testado, pero el testamento es ineficaz.
c) Cuando el testamento no instituye herederos y se limita a disposiciones
patrimoniales particulares a título de legados;
d) Cuando el heredero testamentario renuncia a la herencia;
e) Cuando las disposiciones testamentarias no alcanzan la totalidad de los bienes.

PRINCIPIOS QUE RIGEN LAS SUCESIONES INTESTADAS

1) PRIORIDAD ENTRE LOS ÓRDENES SUCESORIOS:

El sistema se basa en una prelación de órdenes de llamamiento, que agrupan a


determinados herederos de distinta especie. Así, p. ej., el orden de los
descendientes desplaza al de los ascendientes y éste al de los colaterales. El
sistema seguido por nuestro Código es el de las líneas. Primero hereda la
descendente, luego la ascendente y por último la colateral dejando de lado el

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“Grupo la Docta” 3516315046
sistema de la parentela amén del cónyuge supérstite que concurre con las dos
primeras.
De esta forma, el texto normativo nos indica un orden fijo y pétreo para heredar al
causante. El mencionado art. 2424 del CCyC remarca cuatro categorías de
herederos que establecen el orden a suceder al causante: descendientes,
ascendientes, cónyuge supérstite y por último los parientes colaterales hasta el
cuarto grado.
Una tradicional descripción nos ofrece Pérez Lasala, al señalar que "los grupos de
parientes que constituyen los órdenes sucesorios, se forman con arreglo a la
aristotélica idea de que el cariño desciende, después asciende, y por último se
ramifica (TEORIA ARISTOTELICA DEL AFECTO). Por eso, el primer orden lo
forman los descendientes, el segundo los ascendientes y el tercero los colaterales.
En la clase de los parientes consanguíneos, no se le pone límite de grado al orden
de los descendientes ni al de los ascendientes, en tanto que en el de los
colaterales sólo se hereda hasta el cuarto grado".

ARTICULO 2424.-Heredero legítimo. Las sucesiones intestadas se defieren a los


descendientes del causante, a sus ascendientes, al cónyuge supérstite, y a los parientes
colaterales dentro del cuarto grado inclusive, en el orden y según las reglas establecidas
en este Código.
A falta de herederos, los bienes corresponden al Estado nacional, provincial o a la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, según el lugar en que están situados.

2) PROXIMIDAD DE GRADO DE CADA ORDEN SUCESORIO

Cuando varios herederos pertenecen a un mismo orden (ascendientes,


descendientes, o colaterales), la prelación se establece en razón de la proximidad
del grado. De manera que, como rezaba el derogado art. 3546 del Cód. Civil,
dentro de cada orden, el grado más cercano al causante excluye al más remoto (p.
ej. los hijos desplazan a los nietos y los hermanos a los sobrinos), salvo en el caso
del derecho de representación que constituye un supuesto de excepción a esta
regla.
Es importante señalar que dicha regla no juega entre órdenes y se aplica
solamente cuando se trata de establecer la actualización del llamamiento dentro
de cada orden específico. Así, p. ej., el nieto del causante (2º grado en orden
descendente) tiene preferencia sobre padre del causante (1º grado en el orden
ascendente), dado que primero hay preferencia de órdenes y luego de grados.

3) INDISTINCIÓN DEL ORIGEN Y NATURALEZA DE LOS BIENES O


PRINCIPIO DE EQUIDAD REAL

El principio de la equidad personal implica la ausencia de privilegios basados en la


masculinidad y la primogenitura; y el principio de equidad real se refiere a la falta
de relevancia del origen y naturaleza de los bienes.
El art. 2425, señala que "En las sucesiones intestadas no se atiende a la
naturaleza ni al origen de los bienes que componen la herencia, excepto

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“Grupo la Docta” 3516315046
disposición legal expresa en contrario", es decir que los bienes del causante serán
divididos entre los herederos sin tomar en consideración la causa o título de la
adquisición ya que forman una masa unidad de la cual no pueden los herederos
clasificar y categorizar bienes, para su posterior adquisición.
Este principio no es absoluto y cede frente a dos excepciones:
a) Sucesión del cónyuge: en la sucesión dónde concurra el cónyuge con
cualquiera de los primeros dos órdenes sucesorios, debe tenerse en cuenta el
origen de los bienes, sean gananciales o propios ya que su participación en unos y
otros es distinta.
b) Sucesión en la adopción simple: la segunda excepción está dada por el art.
2432 del CCyC que establece que en caso de adopción simple "ni los adoptantes
heredan los bienes que el adoptado haya recibido a título gratuito de su familia de
origen, ni ésta hereda los bienes que el adoptado haya recibido a título gratuito de
su familia de adopción". En los demás bienes, los adoptantes excluyen a los de la
familia de origen.

4) TITULO UNIVERSAL DEL LLAMADO:

En nuestro sistema legal, la distribución de la herencia entre los herederos se


realiza de dos formas:
por cabezas;
por estirpes.

Regla general

La forma normal de distribución de la herencia es la división por cabezas, la que


consiste en distribuir la herencia entre tantas partes como personas estén
llamadas a la sucesión.
En los casos de sucesión por estirpes, para distribuir la sucesión dentro de cada
una de las estirpes, la división se hace por cabezas.

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“Grupo la Docta” 3516315046
EL DERECHO DE REPRESENTACIÓN.

DEFINICION:
En la sucesión intestada hay dos formas de suceder: por derecho propio y por
derecho de representación. Señala Fornieles que suceder por derecho propio es
presentarse a recoger la herencia en virtud de ser el pariente más próximo dentro
de la línea a la que se pertenece y por derecho de representación es recoger la
herencia que habría tocado a un ascendiente premuerto cuyo lugar ocupa.
De esta forma, podemos señalar que el derecho de representación es el
llamamiento que por obra de la ley se hace a ciertos parientes de una persona
cuando ésta no ha podido (por premorir al causante o ser indigno) o no ha querido
(por renuncia) aceptar una herencia. Coincidimos con Pérez Lasala en que el
derecho de representación es el derecho hereditario, que se le acuerda a ciertos
herederos (representantes) determinado por el grado y cuantía de otros
(herederos) que de haber concurrido a la sucesión los hubieran excluido.
En virtud del derecho de representación los representantes heredan la porción
legítima que su representado hubiera heredado si hubiese llegado a suceder.
Lo que es importante destacar es que el derecho de representación es una
excepción al principio de que el pariente más próximo en grado excluye al más
remoto y que la representación se aplica en la línea recta descendiente sin límites
de grados y en la colateral en favor de los hijos de hermanos o medios hermanos
cuando concurran con sus tíos.
Un ejemplo contribuye a clarificar el instituto: a la muerte del causante quedan dos
hijos vivos y dos nietos descendientes de un tercer hijo prefallecido. Si se aplicara
absolutamente la preferencia por grados, los hijos excluirían de la sucesión a los
nietos. Ello implicaría una injusticia para la rama del heredero que premurió,
porque se vería privada de los bienes de la sucesión de su abuelo. Para paliar
esta injusticia ya desde el derecho romano, se posibilitó primero a los
descendientes y luego a los hijos de hermanos, concurrir a la sucesión, del
causante ocupando el grado que hubiera correspondido al premuerto.

CASOS EN LOS QUE TIENE LUGAR

El art. 2429 del CCyC dispone que "La representación tiene lugar en caso de
premoriencia, renuncia o indignidad del ascendiente. No la impide la renuncia a la
herencia del ascendiente, pero sí la indignidad en la sucesión de éste. Se aplica
también en la sucesión testamentaria, si el testador se limita a confirmar la
distribución a la herencia que resulta de la ley".

Premoriencia
El presupuesto fundamental para que funcione el derecho de representación
respecto del representado es la premoriencia. Esto quiere decir que el
representado tiene que haber muerto antes que el causante; si hubiese muerto
después hubiera transmitido los derechos hereditarios a sus herederos, quienes
en ese caso poseerían un llamamiento directo a la sucesión.
Ausencia con presunción de fallecimiento

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“Grupo la Docta” 3516315046
El antiguo art. 3555 del Cód. Civil, hacía extensivo el instituto de la representación
al ausente con presunción de fallecimiento al señalar que "Pueden también los
hijos del ausente con presunción de fallecimiento, representarlo, no probándose
que existía al tiempo de abrirse la sucesión". Si bien el nuevo Código Civil y
Comercial no cuenta con una norma expresa, debe realizarse la misma
interpretación, en función de lo regulado en los arts. 85 y ss. Finalmente, el mismo
efecto de la ausencia con presunción de fallecimiento debe reconocerse
análogamente al supuesto de la declaración de ausencia por desaparición forzada
de personas, regulada en la ley 24.321 (art. 7º).
Renuncia
El derecho de representación también tiene lugar en el caso de renuncia, teniendo
en cuenta que se considera al renunciante como "si nunca hubiese sido llamado la
herencia, sin perjuicio del derecho de representación en los casos en que por este
Código tiene lugar", según reza el art. 2301.
La renuncia trae como efecto considerar al renunciante como que nunca ha sido
heredero y la sucesión se defiere como si el renunciante no hubiese existido. En
este orden de idea ¿cómo admitir que sea representado por sus descendientes?
La explicación se encuentra en que el representante tiene su vocación de la ley y
no de la voluntad de su representado.
Zannoni aclara que la sucesión por estirpe se funda exclusivamente en una
vocación que ha quedado hipotética para permitir la referencia necesaria que
viabilice la trasmisión a los descendientes de quien, o bien llegó a ser titular de
vocación alguna -caso de premoriencia- o resolvió su llamamiento, como en la
hipótesis de la renuncia. No hay vocación real representada sino vocación
inexistente o resuelta cuyo contenido objetivo determina la cuantía y extensión del
llamamiento por representación. Misma situación se presenta con la indignidad,
que la ley resguarda el derecho de los descendientes de aquella persona que ante
una falta grave sancionada por el Código Civil y Comercial, ha quedado excluido
de la sucesión.
En ese sentido el Código Civil y Comercial, continúa con un instituto del derecho
sucesorio romano, consagrado por el derogado Código Civil: el derecho de
representación. Así, el art. 2427, el cual regula el primer orden de la sucesión
intestada, en su última parte establece que "los demás descendientes heredan por
derecho de representación, sin limitación de grados". De esta manera, el
ordenamiento jurídico evita que aquellos descendientes del prefallecido o
renunciante, no pierdan su vocación hereditaria, sino que la actualicen.
Conmoriencia
Dicho supuesto no se encuentra expresamente previsto en el art. 2429, pero ha
sido reconocido por la doctrina y jurisprudencia mayoritaria, lo que a nuestro
entender consideramos un olvido legislativo, la oportunidad de incorporarlo como
un caso en el que opera la representación.
El actual art. 95 del CCyC dispone que "Se presume que mueren al mismo tiempo
las personas que perecen en un desastre común o en cualquier otra circunstancia,
si no puede determinarse lo contrario". Sin embargo el derogado art. 109 del Cód.
Civil señalaba que "Si dos o más personas hubiesen fallecido en un desastre
común o en cualquier otra circunstancia, de modo que no se pueda saber cuál de

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“Grupo la Docta” 3516315046
ellas falleció primero, se presume que fallecieron todas al mismo tiempo, sin que
se pueda alegar transmisión alguna de derecho entre ellas".
Este último párrafo, actualmente eliminado, había dado lugar a diversas
interpretaciones relacionadas con el efecto que la conmoriencia provocaba en el
derecho sucesorio. Así, las dudas que se planteaban se referían si, p. ej., en el
caso de fallecimiento simultáneo del padre y del hijo, podían los descendientes de
éste representarlo en la sucesión de aquél.
Portas sostenía que "nuestra ley no exige que el representado muera con
anterioridad al causante, aunque por ser éste el caso más frecuente, el art. 3557
(del Código derogado) se refiere a él en forma ejemplificativa (...). La ley requiere
solamente que el representado no viva al momento de la apertura de la sucesión,
y por definición en la conmoriencia se cumple este requisito".
En definitiva, el caso de conmoriencia del causante y el representado, debe ser
asimilado al de premoriencia.
Indignidad
El último de los supuestos en los cuales opera el derecho de representación se
refiere a la indignidad del representado. Se invoca como fundamento que p. ej., los
nietos o sobrinos no tienen la culpa de la mala conducta de su padre y excluirlos
de la herencia equivaldría a considerarlos también como indignos, imponiendo así
un castigo a una descendencia inocente.
En el supuesto de indignidad tiene que haber mediado falta en el descendiente
próximo o en el hermano por la cual ha sido declarado indigno en sus respectivas
sucesiones: entonces sus hijos heredan por representación.
En la misma circunstancia que la indignidad, el viejo Código Civil preveía el
derecho de representación en caso de desheredación del representado, instituto
que fue excluido del actual Código Civil y Comercial.

 Presupuestos objetivos
1) Pre muerte:
2) Conmoriencia: (accidente automovilístico en el que fallecen padre e hijo, los
descendientes de este último pueden representarlo en la sucesión del abuelo).
3) Ausencia con presunción de fallecimiento.
4) Renuncia de la herencia.
5) Indignidad: (donde los nietos o sobrinos no tienen responsabilidad por la mala
conducta del representado).

 Presupuestos subjetivos
Requisitos del representante:
 De acuerdo con el orden sucesorio, el representante sólo puede ser
descendiente -sin limitación alguna de grado- o pariente colateral, sólo
hasta el 4º grado inclusive. Por el contrario, no opera la representación a
favor de los ascendientes. El Código actual no prevé una norma que lo
prohíba, a iferencia del derogado art. 3559 que expresamente establecía
que "La representación no tiene lugar en favor de los ascendientes. El más
próximo excluye siempre al más remoto".

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“Grupo la Docta” 3516315046
Sin embargo, de acuerdo con lo regulado en los arts. 2427 y 2439, sólo lo
regula para los casos de los descendientes y colaterales. El fundamento de la
ausencia de ascendientes es simplemente que la ley tiende a respetar el
orden natural de la marcha de los sucesos.
 El representante debe tener vocación hereditaria del causante, es decir ser
hábil para suceder a aquel de cuya sucesión se trate, tal como regulaba el
derogado art. 3551 del Cód. Civil. Si bien el nuevo Código no contiene una
norma expresa de ese tenor, surge de una lógica jurídica. Así, quien no
podría suceder al causante por haber sido excluido de su herencia por
indigno, mucho menos podrá hacerlo mediante la utilización del derecho de
representación, es decir no podría entrar por la ventana a quien se le cerró
la puerta para heredar.
 El representante debe ser hábil de heredar al representado. El derogado
art. 3553 expresaba que "no se puede representar a aquel de cuya
sucesión había sido excluido como indigno o que ha sido desheredado". El
art. 2429 in fine del CCyC también rescata este criterio, al señalar que a la
representación "no la impide la renuncia a la herencia del ascendiente, pero
sí la indignidad en la sucesión de éste". Para clarificar el fundamento de la
norma, merece destacarse un ejemplo citado por Maffía, al expresar que
"repugna a la conciencia que el hijo, asesino de su padre y declarado
indigno por esa causa, pueda representar a este en la sucesión de su
abuelo".

Requisitos del representado:


El representado debe contar, primeramente, con una vocación hereditaria actual,
es decir tener el grado parental propicio para ser considerado ab initio heredero
legítimo, es decir el grado más cercano dentro del orden excluyente (descendiente
o colateral).
Por otro lado, deben haber generado alguno de los supuestos que hacen viable el
derecho de representación (premoriencia, ausencia con presunción de
fallecimiento, conmoriencia, renuncia o indignidad).

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SUCESIÓN DEL CÓNYUGE

El cónyuge supérstite constituye un orden anómalo concurre con los


descendientes y ascendientes, excluyendo a los colaterales.

CONCURRENCIA CON LOS DESCENDIENTES. ART. 2433

ARTICULO 2433.-Concurrencia con descendientes. Si heredan los descendientes, el


cónyuge tiene en el acervo hereditario la misma parte que un hijo.
En todos los casos en que el viudo o viuda es llamado en concurrencia con
descendientes, el cónyuge supérstite no tiene parte alguna en la división de bienes
gananciales que corresponden al cónyuge prefallecido.

Si heredan los descendientes, el cónyuge tiene en el acervo hereditario la misma


parte que un hijo.
En todos los casos en que el viudo o viuda es llamado en concurrencia con
descendientes, el cónyuge supérstite no tiene parte alguna en la división de bienes
gananciales que corresponden al cónyuge pre fallecido.
* Cuando el régimen es de separación el cónyuge supérstite hereda como un hijo
más.
* Cuando el régimen es de comunidad de bienes, rige lo mismo respecto a los
bienes propios del causante. En cuanto a los bienes gananciales, el cónyuge
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“Grupo la Docta” 3516315046
supérstite no hereda sobre los gananciales que le correspondiesen al cónyuge
fallecido, sino que retira su mitad, atento a su calidad de integrante de la
comunidad de ganancias.

CONCURRENCIA CON LOS ASCENDIENTES, ART. 2434

ARTICULO 2434.-Concurrencia con ascendientes. Si heredan los ascendientes, al


cónyuge le corresponde la mitad de la herencia.

En cuanto a los gananciales, los ascendientes heredan una mitad y la otra se le


entrega al cónyuge, independientemente de la mitad que recibió de los
gananciales en su carácter de integrante de la comunidad de ganancias.

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RESPECTO A LOS COLATERALES, art. 2435

ARTICULO 2435.-Exclusión de colaterales. A falta de descendientes y ascendientes, el


cónyuge hereda la totalidad, con exclusión de los colaterales.

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LA LEGÍTIMA

La doctrina mayoritaria ha definido a la legítima hereditaria como un derecho a la


sucesión sobre determinada porción del patrimonio del causante protegido
imperativamente por la ley (Borda, Maffía, Méndez Costa, Ferrer, Natale).
Vélez Sarsfield definía a la legítima en el art. 3591 del derogado Cód. Civil, como
"un derecho de sucesión limitado a determinada porción de la herencia", pero
dicho concepto era limitado ya que aquélla no se calculaba solamente sobre el
patrimonio dejado al fallecer, sino también sobre el valor de las donaciones
hechas, en vida, por el causante.
Según Orlandi, la legítima es una institución compleja, pues abarca un contenido
patrimonial, implica un límite al poder de disposición del causante y genera un
conjunto de facultades y derechos en los legitimarios, otorgándoseles una posición
particular en el proceso sucesorio o frente a él, según el caso.
Por nuestra parte siguiendo a Pérez Lasala pensamos que la legítima es "La
legítima es una limitación legal y relativa a la libertad de disponer por
testamento o donación, que lleva como consecuencia la reserva de una
porción de la herencia o de bienes líquidos en favor de los denominados
'legitimarios'".
La jurisprudencia ha señalado que el concepto legítimo es polifacético ya que
desde el punto de vista subjetivo para el causante importa una restricción a sus
poderes de disposición, porque los negocios gratuitos que la lesionan carecen de
eficacia plena y definitiva, y desde la óptica del heredero legitimario es un derecho
subjetivo a una parte del patrimonio del difunto del que no puede ser excluido
salvo indignidad, ni privado por el mismo, salvo justa causa de desheredación.
Objetivamente, es una parte del patrimonio del de cujus sobre la cual recaen la
restricción que lo afecta y el derecho del legitimario.
El nuevo Código Civil y Comercial no desarrolla una definición de legítima, sólo se
limita a señalar quiénes son los legitimarios (art. 2444), cuáles son las porciones y
cómo se calcula la masa hereditaria (art. 2445), y cuáles son las acciones de
protección (arts. 2450 a 2454), entre otros aspectos.
Sin embargo, primeramente es importante señalar una aclaración
terminológica y diferenciar la sucesión legítima de la sucesión de los
herederos legitimarios. Si bien ambas tienen en común que su fuente
es la ley y no el testamento, la sucesión legítima es el género y la
legitimaria la especie, ya que dentro de aquélla también encontramos
la sucesión no legitimaria.
En definitiva, la sucesión legitimaria, agrupa a los herederos legitimarios
(forzosos), aquellos que cuentan con la protección de la legítima hereditaria, es
decir los ascendientes, los descendientes y el cónyuge supérstite. En cambio, la
sucesión no legitimaria, incluye a aquellos herederos que no cuentan con porción
legítima, que son los no legitimarios (no forzosos), es decir los parientes
colaterales hasta el cuarto grado inclusive.

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LEGITIMARIOS

ARTICULO 2444.-Legitimarios. Tienen una porción legítima de la que no pueden ser


privados por testamento ni por actos de disposición entre vivos a título gratuito, los
descendientes, los ascendientes y el cónyuge.

Por lo tanto son Legitimarios:


1) los Ascendientes;
2) los Descendientes;
3) el Cónyuge.

Teniendo en cuenta los diversos aspectos que el concepto de legítima involucra, la


legítima es una institución del derecho sucesorio, cuyas normas imperativas
(orden público relativo) imponen un límite legal y relativo a la libertad de disponer
por testamento o donación, reconociendo a los herederos legitimarios (o forzosos)
el derecho a determinada porción de la herencia, o de los bienes —según la
posición que se asuma—, de la cual no pueden ser privados por el causante.
El incumplimiento de este deber impuesto por ley otorga a los legitimarios la
facultad de utilizar las vías legales protectoras a fin de asegurar su derecho.
La legítima en el derecho argentino corresponde a los denominados sistemas de
reglamentación negativa: constituye un límite legal y relativo respecto de la
disposición de los bienes para después de la muerte. El incumplimiento de este
deber impuesto por ley otorga a los legitimarios la facultad de utilizar las vías
legales protectoras a fin de recomponer su legítima.
Su regulación abarca el aspecto contable y normas protectoras.
Los distintos aspectos de abordaje del análisis de la legítima están marcados por
la triple acepción semántica en que es utilizado el término: como limitación a la
libertad de disposición del causante; como masa patrimonial que se trasmite; y
como conjunto de derechos del legitimario que le otorgan una posición dentro del
proceso sucesorio.
Limitación a la libertad de disposición del causante Este límite impuesto al
causante sobre dos tipos de actos en general, donaciones y disposiciones
testamentarias, condiciona el poder de disposición al imponer el deber de respetar
las legítimas.
El legitimario es un heredero llamado a la sucesión legítima, y tiene derecho a que
su participación en el patrimonio del difunto sea a través de bienes que se
encontraban en el patrimonio del difunto o debieran estarlo. Esto último sucedería
respecto a las donaciones con las que se lesionó la legítima de los herederos
forzosos.
Los bienes que fueron objeto de donaciones, no obstante haber salido del
patrimonio del donante, salieron indebidamente, pues con ello se perjudicaban los
derechos de los legitimarios. En tal caso, si conculcan la legítima, los legitimarios
tienen la posibilidad de hacerlos reingresar a la masa hereditaria.
Si bien esos bienes salieron del patrimonio del causante por un acto de
disposición realizado por él, esa salida estaba condicionada a que hubiera podido
efectuar la transmisión por encontrarse el bien objeto de aquella dentro de la
porción de la que estaba autorizado a disponer.

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Masa patrimonial que se trasmite La ley fija cómo se conforma la masa de cálculo
de la legítima a los fines de determinar si ha sido conculcada. Se calcula sobre la
suma del valor líquido de la herencia al tiempo de la muerte del causante más el
de los bienes donados computables para cada legitimario a la época de la
partición según el estado del bien a la época de la donación (art. 2445 CCyC).
Conjunto de derechos del legitimario Los legitimarios no pueden renunciar a los
derechos que la ley les otorga en forma anticipada.
En principio, se impone la nulidad de todo pacto o renuncia de herencia o de
legítima futura (art. 1010 CCyC), con algunas excepciones.
La ley asigna a los legitimarios un derecho en expectativa, de contenido
patrimonial, pero la imperatividad cesa cuando se cumple el fin perseguido por la
norma.
En general, a partir del momento que los legitimarios adquieren tal calidad
(apertura de la sucesión), pueden disponer de sus derechos o renunciarlos,
porque solo se encuentra comprometido el interés particular (ver comentario al art.
2337 CCyC).
Si la legítima ha sido conculcada, el juez no puede de oficio reconstituir la masa de
legítima y solo lo hará a instancia de parte, cuando los legitimarios interpongan las
acciones de protección respectivas.

PORCIONES LEGÍTIMAS. PORCIÓN DISPONIBLE

La legítima lleva consigo la existencia de una porción disponible. La porción


disponible o de libre disposición es la parte de la herencia sobre la que el testador
puede disponer libremente cuando hay legitimarios.
Para determinar la parte disponible debemos realizar el cálculo de la legítima
global. Esta se calcula determinando el activo neto del caudal hereditario (activo
bruto menos las deudas), a lo que deben adicionarse las donaciones.

ARTICULO 2445.-Porciones legítimas. La porción legítima de los


descendientes es de dos tercios, la de los ascendientes de un medio y la del
cónyuge de un medio.
Dichas porciones se calculan sobre la suma del valor líquido de la herencia al
tiempo de la muerte del causante más el de los bienes donados computables para
cada legitimario, a la época de la partición según el estado del bien a la época de
la donación.
Para el cómputo de la porción de cada descendiente sólo se toman en cuenta las
donaciones colacionables o reducibles, efectuadas a partir de los trescientos días
anteriores a su nacimiento o, en su caso, al nacimiento del ascendiente a quien
representa, y para el del cónyuge, las hechas después del matrimonio.

ACCIONES DE PROTECCION DE LA LEGITIMA:

La porción legítima a la que tienen derecho los legitimarios, según la clase a la


que pertenecen, es intangible; en consecuencia, tienen derecho a reclamarla
íntegramente.
El Código Civil y Comercial distingue tres tipos de acciones:
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1. Acción de entrega de la legítima art. 2450: ―El legitimario preterido tiene
acción para que se le entregue su porción legítima, a título de heredero de cuota.
También la tiene el legitimario cuando el difunto no deja bienes, pero ha efectuado
donaciones‖.

ACCIÓN DE ENTREGA DE LA LEGÍTIMA


En el Derecho Romano, el preterido era quien no había sido instituido heredero, ni
tampoco había sido desheredado. Para la Real Academia Española, preterir es
hacer caso omiso de alguien o algo y en su segunda acepción es omitir en la
institución de herederos a los que son forzosos, sin desheredarlos expresamente
en el testamento.
El nuevo Código regula la preterición de heredero forzoso en el art. 2450, aunque
la denomina "acción de entrega de la legítima" al expresa que "el legitimario
preterido tiene acción para que se le entregue su porción legítima, a título de
heredero de cuota. También la tiene el legitimario cuando el difunto no deja
bienes, pero ha efectuado donaciones".
De esta forma se establece dos supuestos de la acción:
Acción del legitimario preterido
Este supuesto opera cuando el legitimario ha sido omitido del testamento y se ha
instituido a otro u otros como herederos o se han dispuesto legados. De esta
forma la acción prevista en el primer párrafo del art. 2450, le permite al heredero
preterido que se le entregue su porción legítima pero a título de heredero de cuota.
Al respecto sostenemos que dicho supuesto representa un equivocado error
legislativo, toda vez que conlleva a la disminución del status quo con el que el
preterido contaba, pues la transformación de la naturaleza de heredero universal a
heredero de cuota significa un menoscabo a sus derechos. Paradójicamente, el
heredero instituido (que puede ser un tercero ajeno u otro legitimario) quedará
investido como heredero universal.
En ese sentido coincidimos con lo sostenido por Ferrer, quien considera que esta
solución pareciera una sanción, porque rebajarlo a la categoría de heredero de
cuota, significa que no podrá demandar por indignidad a otros sucesores del
causante, ni la colación de donaciones que hasta ese momento eran
desconocidas, ni la nulidad de un legado, etcétera.
Finalmente, tampoco podrá, en función de lo previsto en el art. 2488, expandir su
vocación, salvo en el caso de las excepciones previstas específicamente, toda vez
que, como prevé dicha norma, "los herederos instituidos en una fracción de la
herencia no tienen vocación a todos los bienes de ésta" por lo que al carecer de
esa vocación al todo, sólo podrá exigir hasta el límite de su porción.
Acción del legitimario por carencia de bienes y donaciones del causante
Se encuentra prevista en el segundo párrafo del art. 2450. A diferencia del
supuesto anterior en este caso el causante había realizado donaciones las cuales
afectan la legítima del heredero forzoso. El legitimario pide íntegramente su
porción de legítima y la acción debe ser dirigida contra los donatarios.
En este caso también sostenemos la inaplicabilidad de esta acción, y
desconocemos el motivo de su inclusión al nuevo CCyC, toda vez que la situación

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fáctica contenida en la norma, es característica de la acción de reducción,
regulada en los arts. 2452 y 2453 lo que genera una duplicidad de procedimientos.

2. Acción de complemento art. 2451: El legitimario a quien el testador le ha


dejado, por cualquier título, menos de su porción legítima, sólo puede pedir su
complemento.

La acción de complemento opera solo en la sucesión testamentaria, cuando el


legitimario recibe por cualquier título menos de su porción legítima. Se mantiene la
acción de complemento con una redacción similar al derogado art. 3600 CC.
Es posible reiterar las objeciones a la vigencia de esta acción, porque resulta ser
lo mismo peticionar que se le complemente lo que se le ha dejado de menos
respecto de su porción legítima (art. 2451 CCyC), o que se reduzcan las
disposiciones testamentarias que la vulneren, como lo establece el art. 2452
CCyC.
Por lo tanto serían legitimados activos los herederos legitimarios (ascendientes
descendientes o cónyuge del causante) o sus representantes, que actualicen su
vocación hereditaria y que encuentren conculcada su legítima mediante
donaciones o disposiciones testamentarias del causante.
Se aplica el plazo genérico de las prescripciones de 5 años contados a partir de la
apertura de la sucesión, o sea de la muerte del causante (art. 2560 CCyC), no
estando contemplado un plazo específico.

3. Acción de reducción Art. 2452:


ARTICULO 2452.-Reducción de disposiciones testamentarias. A fin de recibir o
complementar su porción, el legitimario afectado puede pedir la reducción de las
instituciones de herederos de cuota y de los legados, en ese orden.

Esta acción prevé el modo de lograr el complemento de la legítima mediante la


reducción de las disposiciones testamentarias contenidas en legados o, en su
caso, de las donaciones hechas por el causante en la medida que están sujetas a
declaraciones de inoficiosidad. La reducción sólo se ejerce hasta lograr el
complemento de la legítima. El efecto principal de esta acción es resolver las
liberalidades en la medida en que excedan los límites de la porción disponible.
En cuanto al orden de la reducción, primero se reducen las disposiciones
testamentarias y luego las donaciones.

Serán objeto de reducción en primer lugar, las instituciones de herederos de cuota


(arts. 2278, 2488 CCyC) y luego se reducirán los legados (arts. 2484, 2490 CCyC
y ss.).
En cuanto a la reducción de los legados, el art. 2452 CCyC establece que se
reducen en el mismo orden establecido en el segundo párrafo del art. 2358 CCyC
(véase el comentario a esta norma).
El art. 2358 CCyC referido determina el orden en que se cumplen los legados:
primero se cumplen los que tengan preferencia otorgada por el testamento, luego

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los legados de cosa cierta y determinada, y finalmente los demás legados,
estableciendo que dentro de la misma categoría se pagan a prorrata.
El orden de la reducción de los legados, previsto en el art. 2452 CCyC es motivo
de debate: a) la norma es clara al remitir al art. 2358 CCyC, por lo cual los legados
se reducen en el orden expresado en dicha norma; b) otros entienden que la
reducción de los legados debería ser en el orden el inverso al del cumplimiento de
los mismos contenido en el art. 2358 CCyC, ya que deberían caer en primer lugar
los restantes legados, luego los de cosa cierta, y finalmente los que tengan
preferencia otorgada por el testamento.

PROTECCIÓN A LA IGUALDAD DE LOS LEGITIMARIOS


COLACION -CONCEPTO
El término "colación" tiene la particularidad de contar con numerosos significados,
muchos de ellos tan disímiles y variados que transforman el sentido de la palabra
a la cual nos referimos.
La Real Academia Española se refiere a la colación como el acto de conferir un
grado de universidad, el cotejo que se hace de una cosa con otra, el territorio o
parte de vecindario que pertenece a cada parroquia en particular y la refacción de
dulces, pastas y a veces fiambres, con que se obsequia a un huésped o se
celebra algún suceso.
Pero también, "sacar a colación" a alguien o algo es hacer mención de él o de ello
y "traer a colación", coloquialmente significa mezclar palabras o frases inoportunas
en un discurso o conversación. Como puede observarse el vocablo, denota
múltiples significados.
Más allá del análisis terminológico, lo que aquí nos interesa es la colación
hereditaria que, en nuestro derecho positivo, es la imputación de las
donaciones realizadas en vida por el causante a cualquiera de los herederos
forzosos que concurren a la sucesión, respecto de la parte o porción que al
beneficiario de la donación corresponde a la herencia.
Maffía entiende que es la obligación que incumbe al heredero forzoso que
concurre con otros coherederos, de computar en la masa partible el valor de las
donaciones que el causante le hubiese hecho en vida e imputarlo en su propia
porción.
Finalmente, en virtud de esta imputación, se añaden en la masa hereditaria todos
los valores donados por el causante a cualquiera de los legatarios que tienen
llamamiento a la herencia, los que se deben sumar al valor total constitutivo del
caudal relicto.
Por nuestra parte siguiendo a Pérez Lasala afirmamos que la colación supone
computar en la masa partible el valor de las donaciones que el causante le ha
hecho en vida a un heredero forzoso que concurre con otros herederos forzosos, e
imputar en su propia porción ese valor, para compensar a los demás herederos en
bienes hereditarios equivalentes a los que le fueron donados al colacionante.
Finalidad:
Pretende mantener dentro de lo posible la igualdad entre los legitimarios.

Fundamento:

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Parte de considerar que el silencio del autor de la sucesión respecto a las
donaciones que realizó a favor de sus descendientes o cónyuge implica interpretar
que ha sido efectuado como anticipo de herencia. El anticipo de herencia surge
por donaciones hechas por el causante en vida a determinados legitimarios.
Prescribe a los 5 años

Un ejemplo imaginario puede aclarar el funcionamiento del instituto:


El Sr. A tenía 3 hijos, B, C y D. Dos años antes de fallecer, le había donado un
inmueble a B por valor de $ 400.000. A la apertura de la sucesión del Sr. A. deja
bienes equivalentes a $ 1.400.000. Así, para armar la masa partible hay que
computar el valor donado al caudal relicto, es decir sumar el donatum al relictum,
para ello:
$ 1.400.000 Bienes dejados por el causante (sr. A)
+ $ 400.000 Donación a B
$ 1.800.000 Masa del cálculo
El valor de la masa de cálculo debe distribuirse por partes iguales, es decir $
600.000 para cada uno de los descendientes.

ACCIÓN DE COLACIÓN
Es una acción personal que termina en una resolución que fija la suma
colacionable, la que se hará valer en el juicio sucesorio, en el acto de partición.

ARTICULO 2385.-Personas obligadas a colacionar. Los descendientes del causante y


el cónyuge supérstite que concurren a la sucesión intestada deben colacionar a la
masa hereditaria el valor de los bienes que les fueron donados por el causante,
excepto dispensa o cláusula de mejora expresa en el acto de la donación o en el
testamento.
Dicho valor se determina a la época de la partición según el estado del bien a la
época de la donación.
También hay obligación de colacionar en las sucesiones testamentarias si el testador
llama a recibir las mismas porciones que corresponderían al cónyuge o a los
descendientes en la sucesión intestada.
El legado hecho al descendiente o al cónyuge se considera realizado a título de
mejora, excepto que el testador haya dispuesto expresamente lo contrario.

Desde la doctrina, se señala que la colación supone computar, en la masa


partible, el valor de las donaciones que el causante le ha hecho en vida a un
heredero forzoso — descendientes o cónyuge — que concurre con otros
herederos forzosos — descendientes o cónyuge-, e imputar en su propia porción
ese valor, para compensar a los demás herederos en los bienes hereditarios
equivalentes a los que les fueron donados al colacionante, es decir, al heredero
donatario.
La colación busca eliminar, luego de la muerte del donante, el efecto del
desequilibrio patrimonial que fue provocado por las donaciones que el causante

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hizo en vida a un heredero forzoso que sea descendiente o cónyuge, existiendo
otros herederos forzosos.
Con la colación, las donaciones quedan transformadas en una ventaja de tiempo
(anticipación de la cuota), y no en una ventaja de contenido (no hay mayor caudal
para un heredero que para otro).
La colación busca eliminar ese desequilibrio patrimonial, considerando la donación
al heredero forzoso como un anticipo de su porción hereditaria.
En el CCyC, los únicos obligados a colacionar son los descendientes y el cónyuge,
a diferencia de lo dispuesto en el art. 3476 CC. Por lo demás, este primer párrafo
continúa con la naturaleza prevista en el Código, que entiende que la colación es
una obligación de valor, tal cual lo prevé en el art. 2396 CCyC.
En adelante, no se aclara que los obligados a colacionar son los descendientes y
el cónyuge, así como los que pueden solicitar la colación.

EXCEPCIONES A LA OBLIGACIÓN DE COLACIONAR


La obligación de colacionar excepciona frente a la dispensa; y la cláusula de
mejora.
La dispensa de colación puede ser realizada en un testamento válido o en el
mismo acto de donación.
La cláusula de mejora tiene la vía testamentaria, de modo relevante.
Puede ocurrir que la disposición testamentaria que favorece a descendientes o
cónyuge, configure o no una mejora, de acuerdo a como se haya dispuesto en el
testamento.

OBLIGACIÓN DE COLACIONAR EN LA SUCESIÓN LEGÍTIMA Y


TESTAMENTARIA
Como en el CC, se debe la colación en la sucesión intestada, y en la sucesión
testamentaria.
Si el causante ha testado a favor de los descendientes y cónyuge, en los mismos
términos que el llamamiento legal, subsiste la obligación de colacionar del
descendiente o el cónyuge instituido.
Se reitera que el ascendiente no debe colacionar ni tampoco puede pedir la
colación, aun cuando este instituido en el testamento.

LEGADO EFECTUADO AL DESCENDIENTE O AL CÓNYUGE


Este legado se reputa efectuado a título de mejora, salvo que el testador haya
expresamente dispuesto lo contrario Por lo tanto, tales legados no se colacionan,
siempre que no excedan la porción disponible. En el orden de los descendientes,
la poción disponible es de un tercio, y en el orden hereditario del cónyuge, es de
un medio.

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Sub-eje Temático 6: SUCESION TESTAMENTARIA
Sucesión testamentaria. Testamento. Definición. Capacidad para testar.
Inhabilidad para suceder por testamento. Formas de testar: Testamento ológrafo.
Requisitos. Testamento por acto público. Requisitos. El heredero universal
instituido. Definición. Casos. Heredero de cuota instituido. Legatarios. Legados:
clases. Prelación de pago. Derecho de acrecer. Definición. Requisitos. Ineficacia
testamentaria: Nulidad. Causales. Revocación de testamentos. Caducidad. El
albacea. Definición. Atribuciones. Deberes y facultades. Fin del albaceazgo

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“Grupo la Docta” 3516315046
SUCESIONES TESTAMENTARIAS

La sucesión testamentaria es aquella que tiene origen en la voluntad del testador


expresada en un testamento. Esta sucesión tiene más valor que la sucesión
intestada ya que al abrirse, ésta queda desplazada, y su llamamiento no depende
de la ley como en el caso de la sucesión legítima, sino que proviene de la decisión
exclusiva del causante.
La sucesión testada puede coexistir con la sucesión intestada en casi todos los
países del mundo, ya que las legislaciones modernas han dejado de lado la
incompatibilidad de ambas sucesiones. En este sentido el art. 2277 primer párrafo
establece que "si el testamento dispone sólo parcialmente de los bienes el resto
de la herencia se defiere por la ley".
Lo importante de determinar en este capítulo es el fundamento de la sucesión
testamentaria, expresado de otra manera, por qué la voluntad del difunto puede
establecer la forma de disponer de los bienes cuando el legislador ya ha
establecido de qué manera se distribuyen los bienes a la muerte de una persona.

TESTAMENTO:
DEFINICION:

El testamento es el acto personalísimo de última voluntad, esencialmente


revocable, por el cual se dispone de todo o parte de los bienes para después de la
muerte, pudiendo contener también disposiciones extrapatrimoniales.
La facultad que el hombre tiene de ordenar sus bienes y disposiciones para
después de su muerte, solo se puede hacer en el derecho moderno a través del
testamento que constituye el acto por el cual una persona dispone para después
de su muerte el destino de todo o parte de su patrimonio o la ordenación de otros
asuntos de carácter no patrimonial.
El testamento es un acto de última voluntad porque recién va a tener efectos
después de la muerte del causante, pero ello no implica que sea la última
expresión del testador antes de morirse, sino que de todas las voluntades
expresadas, es la última que va a tener efectos después de la muerte.

ARTICULO 2462.-Testamento. Las personas humanas pueden disponer libremente de


sus bienes para después de su muerte, respetando las porciones legítimas establecidas
en el Título X de este Libro, mediante testamento otorgado con las solemnidades legales;
ese acto también puede incluir disposiciones extrapatrimoniales.

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“Grupo la Docta” 3516315046
NATURALEZA JURÍDICA:
Es un acto jurídico voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición,
modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídica y, por lo tanto, le son
aplicables las normas de ese acto.

CARACTERES:
1. Es un acto escrito
2. Es unilateral
3. De última voluntad
4. Solemne
5. Es revocable
6. Es personalísimo
7. Es individual
8. Es autosuficiente
9. Es formalmente indivisible.

CAPACIDAD PARA TESTAR

El nuevo Código no cuenta con una norma regulatoria del principio general de
capacidad para testar. Es por ello que, como acto jurídico, al testamento se le
aplican las reglas generales de aquel, en cuanto no sean alteradas por las
disposiciones de éste (art. 2463), es decir, se aplican las normas previstas en el
Título IV del Libro Primero del nuevo Código Civil y Comercial.
En ese sentido para poder otorgar testamento se requiere la capacidad necesaria
para otorgar actos jurídicos. Así, el art. 22, regula la capacidad de derecho,
estableciendo que "toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de
derechos y deberes jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto
de hechos, simples actos, o actos jurídicos determinados" y el art. 23 dispone la
capacidad de ejercicio, al señalar que "toda persona humana puede ejercer por sí
misma sus derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en este
Código y en una sentencia judicial". En definitiva según los principios generales,
toda persona humana puede disponer de sus bienes por testamento, salvo los
supuestos de excepción o limitación que expresamente fije la ley.

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ARTICULO 2464.-Edad para testar. Pueden testar las personas mayores de edad al
tiempo del acto.

El art. 2464 CCyC dispone que la capacidad para testar se adquiere con la
mayoría de edad, es decir a los 18 años (art. 25 CCyC).
Por lo tanto, conforme al texto legal, solo pueden testar las personas que tienen 18
años al momento del otorgamiento del acto.

ARTICULO 2466.-Ley que rige la validez del testamento. El contenido del testamento, su
validez o nulidad, se juzga según la ley vigente al momento de la muerte del testador.

Supuestos de incapacidad:
1) Edad para testar: según el art. 2464, pueden testar las personas mayores de
edad al tiempo del acto. En consecuencia, no pueden hacerlo los menores de 18
años de uno y otro sexo.
La celebración del matrimonio antes de los dieciocho años emancipa a la persona
menor de edad, la que goza de plena capacidad de ejercicio.
2) Personas privadas de razón: el art. 2467: Es nulo el testamento o, en su caso,
la disposición testamentaria: …c) por haber sido otorgado por persona privada de
la razón en el momento de testar. La falta de razón debe ser demostrada por quien
impugna el acto; d) por haber sido otorgado por persona judicialmente declarada
incapaz, siempre y cuando no sea en intervalos de lucidez.
3) Personas limitadas en sus facultades de expresión. Art. 2467 inc. e) Es nulo el
testamento o, en su caso, por ser el testador una persona que padece limitaciones
en su aptitud para comunicarse en forma oral y, además, no saber leer ni escribir,
excepto que lo haga por escritura pública, con la participación de un intérprete en
el acto; siempre que comprendan el contenido del acto.

INHABILIDAD PARA SUCEDER POR TESTAMENTO


La regla general en materia sucesoria testamentaria es que toda persona humana
tiene aptitud para ser titular de derechos. Sin embargo, el Art. 2482 del CCC,
regula las personas que no pueden suceder:

ARTICULO 2482.-Personas que no pueden suceder. No pueden suceder por testamento:


a) los tutores y curadores a sus pupilos, si éstos mueren durante la tutela o curatela o
antes de ser aprobadas las cuentas definitivas de la administración;
b) el escribano y los testigos ante quienes se haya otorgado el testamento, por el acto en
el cual han intervenido;
c) los ministros de cualquier culto y los líderes o conductores espirituales que hayan
asistido al causante en su última enfermedad.

La norma establece las limitaciones a la capacidad de derecho para adquirir por


testamento.
Estas limitaciones a la capacidad de derecho deben interpretarse de manera
restrictiva, es decir, deben estar expresamente contempladas por la ley, existir una
prohibición especial, no pudiendo llegarse a ellas por vía de la interpretación
analógica.

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En el derecho sucesorio testamentario las limitaciones a la capacidad tienden a
proteger a las niñas, niños, y adolescentes, y a las personas mayores de edad
sometidas a cúratela, a los fines de evitar que se consumen propósitos de
captación de la herencia o del legado, o que se ejerza influencia en el ánimo o
voluntad del testador para que efectúe determinadas instituciones en su
testamento.
La norma examinada establece los supuestos de incapacidad de derecho en las
sucesiones testamentarias que seguidamente se examinan, a. Tutores y
curadores. No pueden suceder por testamento los tutores (art. 104 y ss.) y
curadores a sus pupilos (art. 138 CCyC y ss.), si estos mueren durante la tutela o
cúratela o antes de ser aprobadas las cuentas definitivas de la administración.
De esta manera se protege los derechos de las niñas, niños, y adolescentes bajo
tutela, como así también los derechos de las personas mayores de edad que por
alguna circunstancia se encuentran en un régimen de cúratela. Esta incapacidad
es relativa, ya que debe darse la situación de que los pupilos mueran durante la
tutela o cúratela o antes de ser aprobadas las cuentas de la administración, b.
Escribanos y testigos. No pueden suceder mediante testamento el escribano y los
testigos ante quienes se haya otorgado el testamento, por el acto en el cual han
intervenido.
No se invalida el testamento mismo, sino que se invalida la institución de heredero
o legatario del escribano o los testigos intervinientes.
Es un requisito fundamental a los efectos de considerar configurada esta causal
que tanto el escribano como los testigos hayan participado de la celebración del
acto.
C. Los ministros de cualquier culto y los líderes o conductores espirituales. No
pueden suceder por testamento los ministros de cualquier culto y los líderes o
conductores espirituales que hayan asistido al causante en su última enfermedad.
El postulado esencial de la prohibición legal, es que los ministros de cualquier
culto y los líderes o conductores espirituales hayan asistido al causante en su
última enfermedad. Por lo tanto no resulta extensiva dicha prohibición a los
ministros del culto o líderes o conductores espirituales que lo hayan asistido en
otras oportunidades o habitual- mente, o que lo haya ayudado con sus
exhortaciones y demás consejos religiosos.

FORMA DE TESTAR
El testamento es un acto que requiere necesariamente, para su validez, la
observancia de las disposiciones de forma impuestas por la ley.
El principio de solemnidad implica que un acto produce los efectos cuando es
realizado cumpliendo las formalidades impuestas por la ley.

ARTICULO 2473.-Requisitos formales. El testamento puede otorgarse sólo en alguna de


las formas previstas en este Código. Las formalidades determinadas por la ley para una
clase de testamento no pueden extenderse a las de otra especie.
La observancia de las solemnidades impuestas debe resultar del mismo testamento, sin
que se pueda suplir por prueba alguna.
La norma en examen establece que solo se puede testar en algunas de las formas
previstas por la ley.

126
“Grupo la Docta” 3516315046
De este modo se pretende el respeto por la especialidad de cada forma, es decir,
que las formas requeridas para una clase de testamento no puedan extenderse a
otras formas de testar. Por ejemplo, no podrían exigirse las formas del testamento
por acto público al testamento ológrafo, ni a la inversa.
El principio de autosuficiencia y especificidad de cada forma testamentaria es lo
que les garantiza su autonomía, por ende, las formas no pueden mezclarse,
confundirse, o completarse las unas por las otras; y la observancia de las
solemnidades impuestas para cada forma de testar deben resultar del mismo
testamento, sin que se puedan suplir por otros medios de prueba.
Ello implica que quien se encuentre dispuesto a redactar su testamento deberá
elegir entre alguna de las formas de testar, que conforme el marco vigente será la
de un testamento ológrafo o la de un testamento por acto público

TESTAMENTO OLÓGRAFO
Es el testamento que realiza por sí el testador, sin intervención de un escribano y
testigos, escrito de su puño y letra, con fecha y firma.
El testamento para ser válido en cuanto a sus formas, debe ser escrito ―con los
caracteres propios del idioma en que es otorgado, fechado y firmado por la mano
misma del testador‖.

REQUISITOS

ARTICULO 2477.-Requisitos. El testamento ológrafo debe ser íntegramente escrito con


los caracteres propios del idioma en que es otorgado, fechado y firmado por la mano
misma del testador.
La falta de alguna de estas formalidades invalida el acto, excepto que contenga
enunciaciones o elementos materiales que permitan establecer la fecha de una manera
cierta.
La firma debe estar después de las disposiciones, y la fecha puede ponerse antes de la
firma o después de ella.
El error del testador sobre la fecha no perjudica la validez del acto, pero el testamento no
es válido si aquél le puso voluntariamente una fecha falsa para violar una disposición de
orden público.
Los agregados escritos por mano extraña invalidan el testamento, sólo si han sido hechos
por orden o con consentimiento del testador.

 Escrito: Debe ser escrito enteramente por puño y letra del testador. Puede
ser redactado en cualquier idioma. Lo prohibido es el uso de caracteres no
idiomáticos tales como los taquigráficos o criptográficos o alfabeto morse,
dado que ello no ofrece la garantía de exactitud de la escritura común.
Generalmente se utiliza tinta y papel, no hay inconveniente en que se utilice
lápiz, pintura, y que se escriba sobre otros materiales (lienzo, madera).
 Firma: Debe estar a continuación de las disposiciones testamentarias. La
firma demuestra la conformidad definitiva del causante con las últimas
disposiciones. La firma cierra el testamento, de ahí que, si se le hicieren
agregados, deberán reunir todas las condiciones del testamento ológrafo
para ser eficaz.

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“Grupo la Docta” 3516315046
 Fecha: Ordinariamente, la fecha se enuncia con la mención del día, mes y
año correspondiente al calendario gregoriano. Sin embargo, no es
indispensable que se adopte esa forma, por lo que se consideran válidas
las enunciaciones perfectamente equivalentes que fijen de manera precisa
la fecha del testamento.
 Debe estar puesta antes o después de la firma.
 El error del testador sobre la fecha no invalida el acto. Señala
Moreyra (2014, p. 463) que no procederá la nulidad siempre que por medio
de otras enunciaciones pueda determinarse la fecha verdadera.
 El testamento no es válido si voluntariamente el testador puso
una fecha falsa con el fin de violar una disposición de orden público. Por
ejemplo, el declarado incapaz coloca en el testamento una fecha que es
anterior a tal declaración. En este supuesto, quien alegue que la fecha es
falsa deberá acreditar dicho extremo, pues en principio las disposiciones
testamentarias son veraces.

Valor Probatorio:
El testamento ológrafo es un acto privado contenido en un documento privado.
Una vez producida la muerte del testador, debe llevarse a cabo un procedimiento
de verificación y reconocimiento de todo el testamento y de la veracidad de la
firma. Una vez acreditados los requisitos exigidos, el juez lo aprueba y ordena su
protocolización. Conforme a ello, el escribano lo protocoliza y extiende la
correspondiente escritura pública.

TESTAMENTO POR ACTO PÚBLICO


El testamento por acto público (también llamado abierto) es aquel que se otorga
ante un escribano, por escritura pública y en presencia de testigos.

REQUISITOS:
ARTICULO 2479.-Requisitos. El testamento por acto público se otorga mediante escritura
pública, ante el escribano autorizante y dos testigos hábiles, cuyo nombre y domicilio se
deben consignar en la escritura.
El testador puede dar al escribano sus disposiciones ya escritas o sólo darle por escrito o
verbalmente las que el testamento debe contener para que las redacte en la forma
ordinaria. En ningún caso las instrucciones escritas pueden ser invocadas contra el
contenido de la escritura pública.
Concluida la redacción del testamento, se procede a su lectura y firma por los testigos y el
testador. Los testigos deben asistir desde el comienzo hasta el fin del acto sin
interrupción, lo que debe hacer constar el escribano.
A esta clase de testamento se aplican las disposiciones de los artículos 299 y siguientes.

El Testamento debe redactarse cumpliendo las reglas comunes a las escrituras


públicas (299 y sig.).
1) Redactarse en único acto;
2) Redactarse en idioma nacional. Si el testador no conoce nuestro idioma, deberá
realizarse una minuta firmada, traducida por un traductor, o si no lo hay, por
interprete aceptado por el escribano. La Escritura y la minuta deben
protocolizarse.
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3) No deben usarse abreviaturas, iniciales, ni dejarse espacio en blanco. Pueden
utilizarse números.
4) Si el testador tuviese discapacidad auditiva, deben intervenir dos testigos que
puedan acreditar el conocimiento y comprensión del acto por parte del testador. Si
es alfabeto, debe labrarse una minuta firmada por éste y por el escribano, la que
debe protocolizarse.
5) La Escritura debe contener lugar y fecha de otorgamiento, nombre y domicilio
de los testigos, datos personales del testador, naturaleza del acto, constancia
instrumental de la lectura que realiza el escribano, y las firmas del otorgante,
testigos y escribano.

El testamento por acto público es aquel en el que el testador entrega por escrito o
dicta a un escribano público, en presencia de testigos, su última voluntad a los
efectos de que aquel lo incluya en el libro de protocolo.
Se trata de un testamento que, cumplidas las formalidades específicas, consta en
escritura pública. Por lo tanto, las disposiciones en él contenidas gozan de plena
fe no solo respecto de quienes intervinieron en su redacción, sino también
respecto de terceros.
Esta clase de testamentos permite testar incluso a quien no sabe leer ni escribir,
siendo las estipulaciones contenidas en él fácilmente conocidas por terceros, y
debiendo siempre recurrir a un escribano público.
Con la finalidad de que el testamento no sea atacado de nulidad, el escribano
deberá observar todas las formas requeridas para los instrumentos públicos, so
pena de incurrir en la responsabilidad profesional que le compete.

REQUISITOS del testamento por acto público La norma en estudio fija los
requisitos que debe contener el testamento por acto público, los cuales se
consignan a continuación.
A) Escritura pública. El testamento por acto público se otorga mediante
escritura pública, ante el escribano autorizante.
A esta forma testamentaria le resultan aplicables las disposiciones
contenidas en el art. 299 CCyC y ss., referidas a la escritura pública.
El art. 299 CCyC establece que la escritura pública es el instrumento matriz
extendido en el protocolo de un escribano público o de otro funcionario
autorizado para ejercer las mismas funciones, que contiene uno o más
actos jurídicos. Este instrumento, su copia o su testimonio hacen plena fe
como la escritura matriz.
Por su parte, los arts. 300 a 312 CCyC puntualizan los requisitos y el valor
probatorio de las escrituras públicas.
El escribano debe extender la escritura pública con caracteres fácilmente
legibles, en un único acto, manuscrito o mecanografiado, pudiendo utilizar
mecanismos electrónicos de procesamiento de textos (art. 301 CCyC) y en
idioma nacional (art. 302 CCyC).
Si alguna de las personas otorgantes del acto tiene discapacidad auditiva,
deben intervenir dos testigos que puedan dar cuenta del conocimiento y
comprensión del acto por la persona otorgante. Si es alfabeta, además, la
escritura debe hacerse de conformidad a una minuta firmada por ella y el
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“Grupo la Docta” 3516315046
escribano debe darfe de ese hecho. La minuta debe quedar protocolizada
(art. 304 CCyC).
Son nulas las escrituras que no tengan la designación del tiempo y lugar en
que sean hechas, el nombre de los otorgantes, la firma del escribano y de
las partes, la firma a ruego de ellas cuando no saben o no pueden escribir y
la firma de los dos testigos del acto cuando su presencia sea requerida (art.
309 CCyC).
B) Contenido. En cuanto al contenido del testamento por acto público, el
escribano puede recibir las declaraciones del compareciente de manera
personal, y habiéndoselas dictado verbalmente deberá procede a escribirlas
de la manera ordinaria.
También el testador puede dar al escribano sus disposiciones ya escritas o
solo darle por escrito las que el testamento debe contener, para que el
escribano las redacte en la forma ordinaria.
Se trata del ejercicio de un derecho personalísimo, y por lo tanto no se
permite efectuar una disposición testamentaria mediante apoderado.
En caso de que se hayan dado instrucciones por escrito, estas no podrán
ser invocadas en contra del contenido de la escritura pública.
C) Testigos. La escritura pública que contiene el testamento debe ser
otorgada en presencia de dos testigos hábiles, cuyo nombre y domicilio se
deben consignar en la escritura.
El CCyC reduce a dos el número de testigos necesarios en el testamento
por acto público, a diferencia del requisito de los tres testigos residentes en
el lugar contemplado por el art. 3654 CC.
Los testigos del testamento por acto público tienen dos obligaciones: a) la
de firmar la escritura pública, y ó) la de estar presentes desde el comienzo
hasta el fin del acto de lectura del testamento sin interrupción, lo que
constará en el acta que labre el escribano.
El art. 2479 CCyC, al instaurar que los testigos asistan al acto de lectura y
firma del testamento por acto público sin interrupción, supera la discusión
doctrinaria sobre la nulidad o validez del testamento que habiendo estado
firmado por el testador no lo estaba por los testigos y el escribano, y a la
inversa, que habiendo estado firmado por los testigos y el escribano no lo
estuviera por el testador porque este hubiera fallecido en ese lapso (art.
3659 CC).
Estas situaciones habían dividido a la doctrina en dos posturas:
i) Podía ocurrir que habiendo el escribano leído el testamento a los testigos,
y cuando todos hubieren firmado, el testador muriese sin haberfirmado. En
este caso se entendió que si la persona muere antes de haber firmado, solo
tuvo la intención de testar, pero murió sin haber realizado esa intención.
ii) Asimismo, podía suceder que el testador muera inmediatamente luego de
firmar, pero antes de hacerlo los testigos y el escribano. Esta hipótesis
ofrecía dos posiciones interpretativas distintas. Una sostenía que, antes de
la firma de los testigos y del escribano el testamento no estaba concluido
como acto, por lo que la muerte del testador antes de que todos los
intervinientes firmen, deja sin valor alguno el instrumento. Otro sector

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entendía que el testamento quedó perfeccionado con la firma del testador,
resultando injusto que se deje sin efecto esa que fue su última voluntad.
La exigencia contenida en el art. 2479 CCyC de realizar todo en el mismo
acto, es decir, la firma y lectura del testamento en presencia de los testigos,
el testador y el escribano, brinda mayor seguridad jurídica al acto de
disposición, ya que el acto quedará perfeccionado en ese momento.
D) Firma. La norma ilustrada establece la obligación de firmar el acto por parte
del testador y los testigos, teniendo en consideración lo expresado
anteriormente. Asimismo, corresponde remitirse a lo ya expresado al
respecto en el comentario al art. 2476 CCyC.
E) Lectura del testamento. Concluida la redacción del testamento, el
escribano debe proceder a su lectura en presencia del testador y los testigos.
El escribano debe dejar clara constancia de que se ha procedido a dar
lectura del testamento, en presencia tanto del testador como de los dos
testigos.

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HEREDERO INSTITUIDO.
DEFINICION:

La institución de heredero es la designación que se hace por el testador de las


personas que deben sucederlo, o dicho de otro modo, es la disposición
testamentaria por la cual el causante llama a una persona para sucederlo en la
universalidad de sus bienes, o en una parte alícuota de ellos, con vocación
eventual al todo.

ARTICULO 2484.-Principio general. La institución de herederos y legatarios sólo


puede ser hecha en el testamento y no debe dejar dudas sobre la identidad de la
persona instituida.

CASOS
ARTICULO 2485.-Casos especiales. La institución a los parientes se entiende hecha
a los de grado más próximo, según el orden de la sucesión intestada y teniendo en
cuenta el derecho de representación. Si a la fecha del testamento hay un solo pariente
en el grado más próximo, se entienden llamados al mismo tiempo los del grado
siguiente.
La institución a favor de simples asociaciones se entiende hecha a favor de las
autoridades superiores respectivas del lugar del último domicilio del testador con
cargo de aplicar los bienes a los fines indicados por el causante.
La institución a los pobres se entiende hecha al Estado municipal del lugar del último
domicilio del testador o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en su caso, con cargo
de aplicar los bienes a fines de asistencia social.
La institución a favor del alma del testador o de otras personas se entiende hecha a la
autoridad superior de la religión a la cual pertenece el testador, con cargo de aplicar
los bienes a sufragios y fines de asistencia social.

El artículo expone de qué manera deben ser interpretadas las declaraciones


realizadas por el testador, cuando no ha determinado de manera expresa quiénes
serán los beneficiarios de la disposición testamentaria.
El art. 2485 CCyC brinda un auxilio relativo a la interpretación del alcance que
quiso otorgar el testador a las declaraciones que a continuación se desarrollan.

La institución a favor de los parientes. El art. 2485 primer párrafo establece que
"La institución a los parientes se entiende hecha a los de grado más próximo,
según el orden de la sucesión intestada y teniendo en cuenta el derecho de
representación. Si a la fecha del testamento hay un solo pariente en el grado más
próximo, se entienden llamados al mismo tiempo los del grado siguiente".
La individualización del heredero a través de la mención del parentesco que lo liga
con el testador es válida, cuando permite conocer con certeza la persona de que
se trate. Como claramente ejemplifica Zannoni, ello sucede si el testador dice:
"nombro como mi único heredero a mi hermano", y no tiene más que un hermano",
o cuando dice a "sus sobrinos" o a "sus hermanos", etc., disposición que incluirá a
todos quienes revistan tal carácter.

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“Grupo la Docta” 3516315046
En caso de instituirse a una pluralidad de beneficiarios por su parentesco, la
enunciación masculina incluye a los parientes femeninos: así la designación de los
hermanos, comprende a las hermanas, la de los primos a las primas, etcétera.
También puede ocurrir que el testador proceda a realizar una "institución a favor
de los parientes en forma indeterminada". Así, p. ej., si dice "instituyo herederos a
mis parientes", sin especificación alguna. La institución se entiende hecha a los de
grado más próximo. La operatividad de la representación determina que si al
momento de la muerte del testador, uno de los parientes del grado más próximo al
causante hubiere premuerto a este último o renunciare a la herencia, su lugar será
ocupado por sus hijos o descendientes, conforme a los principios generales de la
representación.
Ahora bien, "si a la fecha del testamento hubiese habido un solo pariente en el
grado más próximo, se entenderán llamados al mismo tiempo los del grado
siguiente. La alusión a los "parientes" determina, pues, que junto al único pariente
de grado más próximo del testador concurran, por excepción, los parientes de
grado ulterior. Así, si al momento de testar el causante contaba con un solo
hermano (pariente colateral en segundo grado), y en el testamento instituye
herederos a sus "parientes", junto a su hermano concurrirán a la herencia sus tíos
y sobrinos si los hubiere (colaterales en tercer grado). Es que si el deseo del de
cujus hubiera sido beneficiar exclusivamente a su pariente más próximo no tendría
razón de ser el uso de la expresión plural "parientes".
Otra posibilidad es que el testador instituya herederos a determinados parientes,
designándolos por el grado de parentesco (v.gr. a sus hermanos o primos), y a los
hijos de los premuertos. Aquí, se juzga razonable interpretar que, salvo disposición
en contrario, los descendientes de los premuertos concurran a la herencia
conforme a las reglas de la representación, y por ende, por estirpes. Ello así por
considerar que el testador tuvo la intención de beneficiar por igual a cada una de
las ramas de los parientes beneficiados.
La institución a favor de simples asociaciones. El art. 2485 segundo párrafo
dispone: "La institución a favor de simples asociaciones se entiende hecha a favor
de las autoridades superiores respectivas del lugar del último domicilio del testador
con cargo de aplicar los bienes a los fines indicados por el causante".
Puede ocurrir que el testador haya instituido sucesor a alguna asociación benéfica
sin indicar el órgano al que se debe destinar, en este caso el art. 2485 establece
que esta institución se entiende hecha a favor de las autoridades superiores
respectivas del lugar del ultimo domicilio del causante y destinarlo a los fines que
este hubiera señalado, así, p. ej., si se instituyera a la Cruz Roja debe nterpretarse
que son las autoridades de la Cruz Roja del ultimo domicilio del testador, no las de
la casa central.
La institución a favor de los pobres. El art. 2485 tercer párrafo dispone: "La
institución a los pobres se entiende hecha al Estado municipal del lugar del último
domicilio del testador o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en su caso, con
cargo de aplicar los bienes a fines de asistencia social".
Cuando se instituye sucesor a los "pobres", como evidentemente no se puede citar
a todos los pobres de una ciudad, esta institución se debe entender hecha a favor
del Estado municipal y no debe entenderse que esto favorece al Estado sino a los
menesterosos. En nuestro país no ha existido una jurisprudencia abundante en el
133
“Grupo la Docta” 3516315046
tema, pero sí se ha señalado que si el testador lego el 1/5 de sus bienes a los
pobres y necesitados designando albacea no cabe concluir que el beneficio
corresponde al Estado. La Cámara Nacional Civil sostuvo que si el testador dejó el
quinto de sus bienes a los pobres y necesitados nombrando albacea con amplios
poderes al efecto, debe reconocerse a éste "la facultad de designar la entidad
beneficiaria del legado sin perjuicio de la intervención del Estado para controlar la
inversión y distribución de los fondos, para asegurarse que se hace con seriedad y
que la voluntad del causante no ha sido burlada con una distribución arbitraria,
negligente o dolosa"

La institución a favor del alma del testador o de otras personas. Es difícil precisar
la naturaleza de esta manda ya que la herencia a favor del alma del testador se
trata de un patrimonio sin sujeto o con sujeto provisionalmente indeterminado. En
ella, el interés que se protege no es del heredero, sino el del testador. El causante
que ha desaparecido como persona de derecho tenía un interés espiritual que a su
muerte debe ser respetado.
Al respecto, el art. 2485 último párrafo dispone: "La institución a favor del alma del
testador o de otras personas se entiende hecha a la autoridad superior de la
religión a la cual pertenece el testador, con cargo de aplicar los bienes a sufragios
y fines de asistencia social". Obviamente, el alma no es heredera, lo que ocurre es
que el causante ha dispuesto de los bienes pro anima. Por ello, se ha interpretado
que la institución al alma del testador no constituye una institución de heredero ni
un legado, sino un cargo que el causante impone al heredero o legatario para
aplicar los fondos del acervo en limosnas y sufragios.

HEREDERO UNIVERSAL INSTITUIDO.

ARTICULO 2486.-Herederos universales. Los herederos instituidos sin asignación de


partes suceden al causante por partes iguales y tienen vocación a todos los bienes de
la herencia a los que el testador no haya dado un destino diferente.
Si el testamento instituye uno o varios herederos con asignación de partes y otro u
otros sin ella, a éstos corresponde el remanente de bienes después de haber sido
satisfechas las porciones atribuidas por el testador. Si éstas absorben toda la
herencia, se reducen proporcionalmente, de manera que cada heredero sin parte
designada reciba tanto como el heredero instituido en la fracción menor.

Herederos universales La norma en estudio enuncia dos supuestos:


a. los herederos instituidos sin asignación de partes; y b. si el testamento instituye
uno o varios herederos con asignación de partes y otro u otros sin ella.
Herederos instituidos sin asignación de parte Los herederos instituidos sin
asignación de partes suceden al causante por partes iguales, y con vocación a
todos los bienes de la herencia.
Ello es una consecuencia de la vocación eventual del heredero a todos los bienes
de la herencia, a los que el testador no haya dado un destino diferente.
Esta vocación eventual a toda la herencia implica que, en caso de que el o los
restantes instituidos no quisiesen o no pudiesen recibir la herencia, otro de los
herederos universales instituidos podría tomarla.

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Herederos instituidos con y sin asignación de parte Si el testamento instituye uno o
varios herederos con asignación de partes y otro u otros sin ella, a estos últimos
les corresponde el remanente de bienes después de haber sido satisfechas las
porciones atribuidas por el testador.
Se reputan herederos universales a aquellos a los que no se les ha asignado una
parte de la herencia, que queda circunscripta al remanente de los bienes después
de haber sido satisfechas todas las otras porciones asignadas.
Un supuesto particular lo constituye el hecho de que las porciones efectivamente
asignadas absorban toda la herencia. Frente a esta circunstancia, las porciones
asignadas deben reducirse proporcionalmente, de manera que cada heredero sin
parte designada reciba tanto como el heredero instituido en la fracción menor.

CASOS:
ARTICULO 2487.-Casos de institución de herederos universales. La institución de
herederos universales no requiere el empleo de términos sacramentales. La
constituyen especialmente:
a) la atribución de la universalidad de los bienes de la herencia, aunque se limite a la
nuda propiedad;
b) el legado de lo que reste después de cumplidos los demás legados;
c) los legados que absorben la totalidad de los bienes, si el testador confiere a los
legatarios el derecho de acrecer.
El heredero instituido en uno o más bienes determinados es legatario.

La norma en desarrollo dispone que la institución de herederos universales no


requiere el empleo de fórmulas o términos sacramentales.
Asimismo, el artículo enuncia de modo especial algunos supuestos en los que
debe reputarse que el testador ha querido instituir a un heredero universal.
La atribución de la universalidad de los bienes de la herencia, aunque se limite a la
nuda propiedad; Este inciso reafirma el presupuesto antes señalado en relación a
la designación de heredero sin asignación de parte, que se reputa como universal,
aunque la asignación se limite a la nuda propiedad.
Puede suceder que el testador instituya en un mismo bien a alguien en el
usufructo y a otra persona en la nuda propiedad. En ese supuesto, será heredero
universal quien reciba la nuda propiedad y simplemente legatario quien goce del
usufructo.
Es importante destacar que el instituido en la nuda propiedad no entra en el goce
efectivo del bien, sino hasta que muera del instituido en el usufructo; es decir,
recién cuando muera el legatario usufructuario, el heredero universal consolidará
la nuda propiedad que recibió del causante.

El legado de lo que reste después de cumplidos los demás legados; El inciso hace
referencia a lo que la doctrina ha denominado "el legado de remanente".
Se recoge lo expresado por el art. 3720 CC, que establecía que si después de
haber hecho a una o muchas personas legados particulares, el testador lega lo
restante de sus bienes a otra persona, esta última disposición importa la institución

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“Grupo la Docta” 3516315046
de heredero universal de esa persona, cualquiera sea la importancia de los
objetos legados respecto a la totalidad de la herencia.

Los legados que absorben la totalidad de los bienes, si el testador confiere a los
legatarios el derecho de acrecer (art. 2489 CCyC).
La hipótesis se configura cuando el testador ha efectuado varios legados
particulares pero les ha conferido el derecho a acrecer, en cuyo caso los legatarios
se reputarán herederos universales.
A los efectos de disipar dudas sobre la naturaleza del llamamiento que se hace a
los herederos universales y legatarios, la última parte del art. 2487 CCyC precisa
que es legatario el heredero instituido en uno o más bienes determinados.

HEREDERO DE CUOTA INSTITUIDO

Puede ocurrir que el testador beneficie a un heredero solo en una porción de la


herencia (p. ej., 1/3, 1/8, etc.). En ese caso el heredero recibirá esa fracción sin
tener la posibilidad de tener vocación al todo, ya que no es considerado un
heredero universal. Así el causante no ha querido investirlo como sucesor
universal sino que su voluntad ha sido entregarle solo una porción de la herencia.
El art. 2488 prevé este supuesto al establecer que "Los herederos instituidos en
una fracción de la herencia no tienen vocación a todos los bienes de ésta, excepto
que deba entenderse que el testador ha querido conferirles ese llamado para el
supuesto de que no puedan cumplirse, por cualquier causa, las demás
disposiciones testamentarias.
Si la adición de las fracciones consignadas en el testamento excede la unidad, se
reducen proporcionalmente hasta ese límite. Si la suma de las fracciones no cubre
todo el patrimonio, el remanente de los bienes corresponde a los herederos
legítimos y, a falta de ellos, a los herederos instituidos en proporción a sus
cuotas". Derecho de acrecer Como puede observarse, la voluntad del causante ha
sido instituirlo solo en esa porción (1/3; 1/8), y por ello, como principio general, el
heredero de cuota carece de derecho de acrecer, al determinar que no tiene
vocación al todo

ARTICULO 2488.-Herederos de cuota. Los herederos instituidos en una fracción de la


herencia no tienen vocación a todos los bienes de ésta, excepto que deba entenderse que
el testador ha querido conferirles ese llamado para el supuesto de que no puedan
cumplirse, por cualquier causa, las demás disposiciones testamentarias.
Si la adición de las fracciones consignadas en el testamento excede la unidad, se reducen
proporcionalmente hasta ese límite. Si la suma de las fracciones no cubre todo el
patrimonio, el remanente de los bienes corresponde a los herederos legítimos y, a falta de
ellos, a los herederos instituidos en proporción a sus cuotas.

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“Grupo la Docta” 3516315046
LEGATARIOS
DEFINICIÓN

Los sujetos beneficiados por los legados se llaman ―legatarios‖. Son sucesores
singulares que tienen su llamamiento de un testamento.
El legatario no responde por las deudas del causante, y la posesión que recibe es
la material, ante la entrega del objeto que efectúa el heredero.
El legatario debe ser designado con la precisión suficiente que no deje dudas
sobre su calidad de beneficiario.

LEGADOS:
DEFINICION:

Siguiendo a Borda, hemos de definir al legado particular como "una liberalidad


hecha en un testamento, por la que se transmiten al beneficiario derechos o
excepciones de carácter patrimonial, sobre objetos determinados", sin perjuicio de
dejar a salvo que no siempre hay en él una liberalidad, tal como acontece en los
legados remuneratorios cuando éstos no superan la importancia de los servicios
que se retribuyen a través de los mismos.

ARTICULO 2497.-Bienes que pueden ser legados. Pueden ser legados todos los
bienes que están en el comercio, aun los que no existen todavía pero que existirán
después. El legatario de bienes determinados es propietario de ellos desde la muerte
del causante y puede ejercer todas las acciones de que aquel era titular.

CLASES DE LEGADOS

 LEGADO DE COSA CIERTA Y DETERMINADA

ARTICULO 2498.-Legado de cosa cierta y determinada. El legatario de cosa cierta y


determinada puede reivindicarla, con citación del heredero. Debe pedir su entrega al
heredero, al administrador o al albacea, aunque la tenga en su poder por cualquier
título.

El legado de cosa cierta y determinada es aquel en virtud del cual se le atribuye al


legatario el ejercicio de un derecho real sobre una cosa que pertenece al
causante.
Dada la naturaleza del llamado del legatario, este no recibe de pleno derecho la
posesión sobre los bienes, sino que corresponde que solicite su entrega al
heredero, al administrador de la sucesión o al albacea, aunque dichos bienes se
encuentren en su poder por cualquier título.

 LEGADO DE COSA GRAVADA

ARTICULO 2500.-Legado de cosa gravada. El heredero no está obligado a liberar la


cosa legada de las cargas que soporta. El legatario responde por las obligaciones a

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“Grupo la Docta” 3516315046
cuya satisfacción está afectada la cosa legada, hasta la concurrencia del valor de
ésta.

El art. 2500 CCyC establece que, si la cosa legada se encuentra gravada o


soporta cargas —ya sea con hipoteca, embargo, prenda, usufructo, uso,
habitación, servidumbre, o cualquier otra carga—, el heredero no está obligado a
librarla de esa carga.
Será el legatario quien soportará dichas cargas y responderá por las obligaciones
emanadas de ellas, respondiendo hasta la concurrencia del valor del legado que le
fue otorgado, ya que nunca podría ser perseguido por esa deuda en sus propios
bienes.

 LEGADO DE INMUEBLE

ARTICULO 2501.-Legado de inmueble. El legado de un inmueble comprende las


mejoras existentes, cualquiera que sea la época en que hayan sido realizadas. Los
terrenos adquiridos por el testador después de testar, que constituyen una ampliación
del fundo legado, se deben al legatario siempre que no sean susceptibles de
explotación independiente.

El legado de un inmueble es un legado de cosa cierta, quedando determinado el


mismo por el título de dominio (matrícula), que lo individualiza según su ubicación,
linderos, superficie, etc.
Cuando se efectúa un legado de un inmueble, se realiza un legado de cosa cierta,
y este debe ser entregado con todos sus accesorios. Quedan incluidas dentro de
los accesorios todas las mejoras existentes en el inmueble cualquiera que sea la
época en que hayan sido realizadas, ya sea que se trate de mejoras artificiales o
naturales (arts. 751, 752 y 753 CCyC).
En virtud de ello, los terrenos adquiridos por el testador después de testar, que
constituyen una ampliación del fundo legado, se deben al legatario, siempre que
no sean susceptibles de explotación independiente.
En consecuencia, si dichos terrenos que ampliaron el fundo legado son
susceptibles de una explotación independiente, solo se debe al legatario lo
dispuesto por el testador.
 LEGADO DE GÉNERO

ARTICULO 2502.-Legado de género. El legado cuyo objeto está determinado


genéricamente es válido aunque no exista cosa alguna de ese género en el
patrimonio del testador.
Si la elección ha sido conferida expresamente al heredero o al legatario, éstos pueden
optar, respectivamente, por la cosa de peor o de mejor calidad. Si hay una sola cosa
en el patrimonio del testador, con ella debe cumplirse el legado.

El art. 762 CCyC establece que una obligación de dar es de género cuando recae
sobre cosas determinadas solo por su especie o cantidad.
La doctrina señala que se denomina género al conjunto de individuos que tienen
caracteres comunes; especie es, dentro de ese conjunto, el grupo de individuos

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“Grupo la Docta” 3516315046
que teniendo los caracteres del género, muestran, a su vez, caracteres propios
que lo especifican. Así, por ejemplo: mientras "tela" es el género que comprende a
materiales textiles, "lienzo" es una especie del género de material textil pues,
teniendo los caracteres comunes al género, posee caracteres propios.
Las nociones de género y especie son siempre relativas, pues no existen los
géneros y las especies "puras", ya que siempre pueden volver a calificarse de
género una especie; en nuestro caso, lienzo puede ser género y la especie "de
algodón", "combinado", "de poliéster", etc.
En consecuencia, el legado de género no comprende un objeto individualizado
inicial- mente, sino una cosa que deberá escogerse entre aquellas que presentan
los caracteres comunes del género al cual pertenecen.
El art. 2502 CCyC expresa que el legado cuyo objeto está determinado
genéricamente es válido, aunque no exista cosa alguna de ese género en el
patrimonio del testador.
En este supuesto, el heredero o el legatario deberán adquirir la cosa con el fin de
cumplimentar con la manda testamentaria.
La determinación del objeto, dentro del género, exige una actividad del heredero o
del legatario consistente en la elección de las especies debidas, y estos pueden
optar, respectivamente, por la cosa de peor o de mejor calidad.
Resulta importante destacar el término "respectivamente" consignado en la norma
comentada, ya que ello implica que cuando la elección se confiera al heredero,
este puede cumplir con el legado entregando la cosa de peor calidad; en cambio,
cuando se la deja al legatario, este puede solicitar que le sea entregada la de
mejor calidad.
Por último, si hubiera una sola cosa en el patrimonio del testador, el legado se
cumple entregando la misma.

 LEGADO CON DETERMINACIÓN DEL LUGAR

ARTICULO 2504.-Legado con determinación del lugar. El legado de cosas que deben
encontrarse en determinado lugar se cumple entregando la cantidad allí existente a la
muerte del testador, aunque sea menor que la designada. Si es mayor, entregando la
cantidad designada. Si no se encuentra cosa alguna, nada se debe.
Si las cosas legadas han sido removidas temporariamente del lugar habitual de
ubicación aludido en el testamento, el legado comprende las que subsistan en el
patrimonio del testador hasta la concurrencia de la cantidad indicada por éste.

El art. 2504 CCyC establece distintas soluciones para el caso que el testador
determine las cosas objeto del legado indicando el lugar en que se encuentran
guardadas o depositadas.
El principio general es que se cumple con la disposición testamentaria entregando
la cantidad de cosas existentes a la muerte del testador en el lugar indicado,
aunque sea una cantidad menor que la designada en el testamento.
Si la cantidad que hay en el lugar es mayor, la solución es diferente y solo se debe
entregar la cantidad designada en el testamento.

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“Grupo la Docta” 3516315046
Por último, si no se encuentra cosa alguna en el lugar determinado, nada se debe.
Un supuesto de excepción lo constituye el hecho de que las cosas legadas hayan
sido removidas temporariamente del lugar habitual de ubicación aludido en el
testamento, en cuyo caso el legado comprenderá todos los bienes que hubiere
determinado que subsistan en el patrimonio del testador, hasta la concurrencia de
la cantidad indicada por él.

 LEGADO DE CRÉDITO. LEGADO DE LIBERACIÓN

ARTICULO 2505.-Legado de crédito. Legado de liberación. El legado de un crédito o


la liberación de una deuda comprende la parte del crédito o de la deuda que subsiste
a la muerte del testador y los intereses desde entonces. El heredero debe entregar al
legatario las constancias de la obligación que el testador tenía en su poder.
La liberación de deuda no comprende las obligaciones contraídas por el legatario con
posterioridad a la fecha del testamento.

Existe legado de crédito cuando el testador dispone, a título particular, de


obligaciones patrimoniales en su favor (créditos), transmisibles por sucesión. Este
crédito comprende no solo lo debido al testador, sino también los intereses
vencidos a la apertura de la sucesión. El art. 2505 CCyC, en el caso de los
legados de crédito, impone al heredero la obligación de entregar todos los
documentos que hubiere tenido el testador a fin de documentar dicha obligación.
El legado de liberación es aquel que tiene por objeto extinguir la obligación del
deudor (legatario), mediante la remisión de la deuda que efectúa el testador en el
testamento.
Esta extinción lo es respecto de la deuda principal y de los intereses que se
hubieren devengado hasta la muerte del causante.
La liberación de deuda no comprende las obligaciones contraídas por el legatario
con posterioridad a la fecha del testamento, sino solamente las deudas contraídas
antes de su otorgamiento.

 LEGADO AL ACREEDOR

ARTICULO 2506.-Legado al acreedor. Lo que el testador legue a su acreedor no se


imputa al pago de la deuda, excepto disposición expresa en contrario.
El reconocimiento de una deuda hecho en el testamento se considera un legado,
excepto prueba en contrario.
Si el testador manda pagar lo que erróneamente cree deber, la disposición se tiene
por no escrita. Si manda pagar más de lo que debe, el exceso no se considera legado.

El art. 2506 CCyC dispone que lo que el testador legue a su acreedor no se


imputa al pago de la deuda, excepto disposición expresa en contrario. Ello implica
que, en principio, no hay compensación entre la deuda y lo que el testador lega a
su acreedor.
Asimismo, la norma comentada regula lo atinente al reconocimiento de una deuda
efectuado en el testamento. En este supuesto, el testador se limita a reconocer

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“Grupo la Docta” 3516315046
una deuda en favor de una persona, y ese reconocimiento se considera un legado,
salvo prueba en contrario.
Al considerar la norma que el reconocimiento de deuda que se hiciere al legatario
es un legado, se le otorga al mismo, al acreedor-legatario, la opción de reclamar la
deuda en base a dos títulos diferentes: a) lo hará como acreedor en base al título
de la obligación; y ó) lo hará como legatario en base a la disposición testamentaria
que reconoce el crédito en su favor.
Port último, si el testador manda pagar lo que erróneamente cree deber, la
disposición se tiene por no escrita. Si manda pagar más de lo que debe, el exceso
no se considera legado.

 LEGADO DE COSA AJENA

ARTICULO 2507.-Legado de cosa ajena. El legado de cosa ajena no es válido, pero


se convalida con la posterior adquisición de ella por el testador.
El legado de cosa ajena es válido si el testador impone al heredero la obligación de
adquirirla para transmitirla al legatario o a pagar a éste su justo precio si no puede
obtenerla en condiciones equitativas.
Si la cosa legada ha sido adquirida por el legatario antes de la apertura de la
sucesión, se le debe su precio equitativo. El legado queda sin efecto si la adquisición
es gratuita.

La regla general en materia de trasmisión de derechos se encuentra regulada en


el art. 399 CCyC, mediante el cual se instaura que nadie puede transmitir a otro un
derecho mejor o más extenso del que tiene, sin perjuicio de las excepciones
legalmente dispuestas.
El art. 2507 CCyC dispone que el legado de cosa ajena no es válido, pero queda
convalidado por la posterior adquisición que el testador hiciera de la cosa.
Por el contrario, el legado de cosa ajena es válido si el testador impone al
heredero la obligación de adquirirla para transmitirla al legatario o a pagar a este
su justo precio si no puede obtenerla en condiciones equitativas. Es lo que se ha
denominado legado de cosa ajena a adquirirse, que se traduce en un legado con
cargo al heredero. Este último estará obligado a adquirir la cosa, para luego
transmitirla al legatario.
Cuando el heredero no pudiese adquirir la cosa, debe pagar al legatario su justo
precio. En este supuesto, el legado se convierte en obligación de valor, mediante
el pago del "justo precio" de la cosa ajena al tiempo del cumplimiento del legado.
Puede ocurrir que el legatario hubiese adquirido la cosa que el testador le lega
antes de que este confeccionara el testamento, en cuyo caso, si la hubiera
adquirido a título oneroso, se deberá su precio equitativo. En la hipótesis inversa,
si se hubiere adquirido a título gratuito, el legado quedará sin efecto y en
consecuencia nada se debe.

 LEGADO DE UN BIEN EN CONDOMINIO

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“Grupo la Docta” 3516315046
ARTICULO 2508.-Legado de un bien en condominio. El legado de un bien cuya
propiedad es común a varias personas transmite los derechos que corresponden al
testador al tiempo de su muerte.
El legado de un bien comprendido en una masa patrimonial común a varias personas
es válido si el bien resulta adjudicado al testador antes de su muerte; en caso
contrario, vale como legado de cantidad por el valor que tenía el bien al momento de
la muerte del testador.

Cuando el testador es copropietario o condómino de un bien (art. 1983 CCyC y


ss.), solo puede legar su parte indivisa, pues esa parte le pertenece como un
derecho exclusivo en su patrimonio. Es de aplicación aquí el principio que
establece que nadie puede transmitir un derecho mejor o más extenso del que
tiene (arg. art. 399 CCyC y ss.).
El art. 2508 CCyC dispone que el legado de un bien cuya propiedad es común a
varias personas trasmite los derechos que corresponden al testador al tiempo de
su muerte, sin que tenga relevancia lo que le correspondía al momento de testar.
Otra alternativa contemplada en la norma comentada es el legado de un bien
comprendido en una masa patrimonial común a varias personas. Este legado es
válido si el bien resulta adjudicado al testador antes de su muerte, es decir, si con
posterioridad a la confección del testamento, el testador adquiere de sus
condóminos las partes indivisas.
Para el caso de que el testador no hubiere adquirido de los restantes
copropietarios el bien legado, se reputa que se debe un legado de cantidad y, en
consecuencia, se le debe al legatario el valor que tenía el bien al momento de la
muerte del testador.

 LEGADO DE ALIMENTOS

ARTICULO 2509.-Legado de alimentos. El legado de alimentos comprende la


instrucción adecuada a la condición y aptitudes del legatario, el sustento, vestido,
vivienda y asistencia en las enfermedades hasta que alcance la mayoría de edad o
recupere la capacidad.
Si alcanzada la mayoría de edad por el legatario persiste su falta de aptitud para
procurarse los alimentos, se extiende hasta que se encuentre en condiciones de
hacerlo.
El legado de alimentos a una persona capaz vale como legado de prestaciones
periódicas en la medida dispuesta por el testador.

El art. 2509 CCyC dispone que el legado de alimentos comprende la instrucción


adecuada a la condición y aptitudes del legatario, el sustento, vestido, vivienda y
asistencia en las enfermedades hasta que alcance la mayoría de edad o recupere
la capacidad.
Si el legatario es una persona menor de edad, con capacidad restringida, con
discapacidad, o con incapacidad (arts. 24, 32, 100, 101, 102 CCyC y cc.), el
legado durará hasta que cumpla los 18 años o hasta que recupere la capacidad.
Si, alcanzada la mayoría de edad por el legatario, persiste su falta de aptitud para

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“Grupo la Docta” 3516315046
procurarse los alimentos, el legado se extiende hasta que se encuentre en
condiciones de hacerlo.
Si el legado de alimentos es efectuado a favor de una persona capaz, vale como
legado de prestaciones periódicas en la medida dispuesta por el testador.
Además, deberán tenerse en cuenta las normas del art. 431 CCyC y cc., que
regula los deberes de los cónyuges; el art. 537 CCyC y ss., referido a los
alimentos entre parientes; y el art. 658 CCyC y ss., que atañe a la responsabilidad
parental.

 LEGADO DE PAGO PERIÓDICO

ARTICULO 2510.-Legado de pago periódico. Cuando el legado es de cumplimiento


periódico, se entiende que existen tantos legados cuantas prestaciones se deban
cumplir.
A partir de la muerte del testador se debe cada cuota íntegramente, con tal de que
haya comenzado a transcurrir el período correspondiente, aun si el legatario fallece
durante su transcurso.

Se trata de legados que asignan a los herederos la obligación de cumplir


periódicamente una prestación a su cargo en favor del legatario.
El art. 2510 CCyC establece que cuando el legado es de cumplimiento periódico
existen tantos legados como prestaciones deban cumplirse. Ello implica que cada
período establecido por el testador es independiente de los otros. En
consecuencia, el derecho del legatario se actualiza independientemente en cada
uno de los períodos.
Producida la muerte del testador, se debe cada cuota íntegramente, siempre que
haya comenzado a transcurrir el período correspondiente, aun si el legatario
fallece durante su transcurso.

PRELACIÓN DE PAGO

El art. 2358 dispone: El administrador debe pagar a los acreedores presentados


según el rango de preferencia de cada crédito establecido en la ley de concursos.
Pagados los acreedores, los legados se cumplen, en los límites de la porción
disponible, en el siguiente orden:
a) los que tienen preferencia otorgada por el testamento;
b) los de cosa cierta y determinada;
c) los demás legados. Si hay varios de la misma categoría, se pagan a prorrata.
Así deben ser pagadas las deudas del causante, las cargas de la sucesión deben
apartarse la porción legítima de los herederos forzosos, y sobre el remanente,
deben seguir el orden de pago de los legados previstos por el artículo 2358.

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“Grupo la Docta” 3516315046
DERECHO DE ACRECER

DEFINICIÓN

El derecho de acrecer es el derecho que pertenece en virtud de la voluntad


presunta del difunto a un legatario o heredero, de aprovechar la parte de su
colegatario o coheredero, cuando éste no la recoge.

ARTICULO 2489.-Derecho de acrecer. Cuando el testador instituye a varios herederos en


una misma cuota, o atribuye un bien conjuntamente a varios legatarios, cada beneficiario
aprovecha proporcionalmente de la parte perteneciente al heredero o legatario cuyo
derecho se frustra o caduca.
Los favorecidos por el acrecimiento quedan sujetos a las obligaciones y cargas que
pesaban sobre la parte acrecida, excepto que sean de carácter personal.
El derecho de acrecer se transmite a los herederos.

REQUISITOS DEL DERECHO DE ACRECER:

Los requisitos para el ejercicio del derecho de acrecer son los siguientes:
1. Unidad de objeto sobre el cual recae el legado: esto es, que los legatarios
deben haber sido llamados a una misma cosa o alícuota de la universalidad.
2. Llamamiento plural y conjunto: deben ser llamados conjuntamente varios
sujetos o beneficiarios sobre ese objeto.
3. Desaparición de uno o más colegatarios: es menester que el colegatario no
recoja la parte con que fuera beneficiado, por cualquier causa que fuera —v.gr.
renuncia, premoriencia, etc.
4. Voluntad del causante: debe mediar una voluntad del testador en tal sentido,
sea ésta expresada en su testamento o presumida por la ley. Por consiguiente, el
derecho de acrecer no podrá nunca operar si el testador expresamente se ha
opuesto a él.

INEFICACIA DE TESTAMENTOS

El término "ineficacia" tiene un sentido genérico dentro del cual están


comprendidos todos aquellos casos en los cuales el testamento no llega a producir
efectos jurídicos, cualquiera que fuera la causa.
La ineficacia del testamento proviene de:
1) la nulidad, que es la sanción legal que priva al testamento de sus efectos
propios o normales por adolecer de defectos originales y esenciales, y que
requiere necesariamente de un proceso de impugnación.
2) la caducidad, que puede ser una caducidad propiamente dicha, produciendo así
la ineficacia del testamento (testamentos especiales) por el solo paso o transcurso
del tiempo y que afecta a todo el testamento; o bien por caducidad impropia, que
esa aquella que se produce cuando falta alguno de los presupuestos para que
tenga eficacia la institución de heredero o legado y puede afectar al testamento
entero o a una parte de él.

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3) la revocación, que es el acto por el cual el testador deja sin efecto una
disposición anterior y puede ser expresa (declaración de voluntad que así la
dispone, contenida en un testamento posterior) o tácita (testamento posterior que
no contenga su confirmación expresa, excepto que de las disposiciones resulte la
voluntad de mantenerlo en todo o en parte).
La ineficacia del testamento puede ser total o parcial. Es total cuando pierden
validez y caen todas sus disposiciones contenidas en él, y parcial cuando
mantienen validez las disposiciones no afectadas por la causal de ineficacia.
Un ejemplo de nulidad del testamento total cuando el testador carece de
capacidad para testar, mientras que es parcial cuando el beneficiario de un legado
tiene una incapacidad para recibir por testamento que no invalida el testamento
sino la manda.

NULIDAD:
La nulidad del testamento es una sanción legal que priva al testamento de sus
efectos propios o normales por adolecer de defectos originales y esenciales, y que
requiere necesariamente de un proceso de impugnación.
Se ocasiona por vicios o defectos constitutivos, es decir, concurrentes en el
otorgamiento del testamento. Es decir, la causa de la ineficacia es originaria, vale
decir, concomitante con el otorgamiento del acto.
El criterio de distinción entre nulidad absoluta o nulidad relativa se funda en el
interés que protege la sanción de ineficacia. La nulidad del acto es absoluta
cuando el vicio afecta el interés general, orden público. En cambio, la nulidad es
relativa cuando el vicio atañe al interés de las partes intervinientes.

CAUSALES DE NULIDAD

ARTICULO 2467.-Nulidad del testamento y de disposiciones testamentarias. Es nulo el


testamento o, en su caso, la disposición testamentaria:
a) por violar una prohibición legal;
b) por defectos de forma;
c) por haber sido otorgado por persona privada de la razón en el momento de testar. La
falta de razón debe ser demostrada por quien impugna el acto;
d) por haber sido otorgado por persona judicialmente declarada incapaz. Sin embargo,
ésta puede otorgar testamento en intervalos lúcidos que sean suficientemente ciertos
como para asegurar que la enfermedad ha cesado por entonces;
e) por ser el testador una persona que padece limitaciones en su aptitud para
comunicarse en forma oral y, además, no saber leer ni escribir, excepto que lo haga por
escritura pública, con la participación de un intérprete en el acto;
f) por haber sido otorgado con error, dolo o violencia;
g) por favorecer a persona incierta, a menos que por alguna circunstancia pueda llegar a
ser cierta.

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REVOCACIÓN DEL TESTAMENTO

Los testamentos son esencialmente revocables por la sola voluntad del testador,
con ello se busca preservar que el testamento plasme la última voluntad del
testador para lo cual se le brinda al testador la posibilidad de revocarlo
unilateralmente hasta el momento de su muerte.
Ello está especificado en el art. 2511 que dispone que "el testamento es revocable
a voluntad del testador y no confiere a los instituidos derecho alguno hasta la
apertura de la sucesión. La facultad de revocar el testamento o modificar sus
disposiciones es irrenunciable e irrestringible".
Según Córdoba el testamento no confiere a los instituidos ningún derecho actual,
ningún derecho previo a la muerte, es ésta la que adjudica exigibilidad a las
disposiciones del causante contenidas en él".
La posibilidad de modificar el testamento es de su propia naturaleza, su
fundamento reside en el carácter unilateral del acto y en el hecho de no producir
efectos hasta la muerte. Es por ello que el testador no puede en tales
circunstancias quedar vinculado consigo mismo, y su declaración en el sentido de
comprometerse a no revocar no puede ser acogida por el derecho.
La facultad de revocar libremente los testamentos es una de las diferencias más
importantes entre los testamentos y los contratos porque mientras en los contratos
no se puede revocar por libre voluntad de una de las partes, en los testamentos es
de su esencia tal posibilidad.
Como la esencia es la revocabilidad si un testamento contuviera una cláusula que
estableciera que éste es irrevocable el testamento sería inválido porque haría
perder al testamento el carácter de última voluntad, pero el testamento sería
válido. El testamento es en esencia revocable, atento al carácter unilateral del acto
y al hecho de no producir efectos hasta la muerte del testador.

ARTICULO 2511.-Revocabilidad. El testamento es revocable a voluntad del testador y no


confiere a los instituidos derecho alguno hasta la apertura de la sucesión.
La facultad de revocar el testamento o modificar sus disposiciones es irrenunciable e
irrestringible.

A los efectos que la disposición testamentaria pueda cumplir con su finalidad, es


necesario que el testador haya perseverado en la manifestación de su voluntad
hasta su muerte. Si la modifica (ya sea expresa o tácitamente), habrá revocación
del testamento.

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Cabe recordar que la nota característica de los testamentos es la autonomía de la
voluntad, lo que comporta la posibilidad de que el testador, en cualquier momento
y hasta su muerte, cambie su voluntad y, con ello, se produzca el fenómeno
jurídico de la revocación.
El art. 2511 CCyC establece que el testamento es revocable a voluntad del
testador y no confiere a los instituidos derecho alguno hasta la apertura de la
sucesión (art. 2496 CCyC). Tratándose la revocación de un acto personalísimo y
que expresa la última voluntad de una persona, toda renuncia o restricción a este
derecho es de ningún efecto.

Revocación expresa
ARTICULO 2512.-Revocación expresa. La revocación expresa debe ajustarse a las
formalidades propias de los testamentos.

La norma comentada implica que la revocación de una disposición testamentaria


de manera expresa requiere que el causante en un testamento posterior cancele o
deje sin efecto el testamento anterior.
Por ello, para la revocación expresa, se requiere que se observen las formalidades
propias de los testamentos (art. 2472 CCyC y ss.)

Revocación tácita
ARTICULO 2513.-Testamento posterior. El testamento posterior revoca al anterior si
no contiene su confirmación expresa, excepto que de las disposiciones del segundo
resulte la voluntad del testador de mantener las del primero en todo o en parte.

El art. 2513 CCyC instituye como principio general que un testamento posterior
revoca el anterior. Pero la norma contiene dos excepciones: a) que el segundo
testamento contenga la confirmación expresa del primero; y ó) que, de las
manifestaciones del segundo testamento, resulte la voluntad de mantener el
contenido del primero, ya sea en todo o en parte, en cuyo caso ambos serán
válidos. Se debe entonces analizar la compatibilidad material o voluntaria entre las
disposiciones de uno y otro testamento.
La doctrina, en el sistema derogado, tenía precisado que se planteaban dos
supuestos de incompatibilidad:
i. incompatibilidad material: involucra la imposibilidad de ejecución simultánea de
las disposiciones contenidas en todos los testamentos; ii. incompatibilidad
intencional: comprende la interpretación del alcance dado por el testador a todas
sus liberalidades. Si puede interpretarse de los instrumentos que no se contradice
la voluntad del testador, todas las disposiciones testamentarias serán válidas. En
caso de duda, debe estarse por la validez de todas las disposiciones
testamentarias.
Denota la norma examinada una solución diversa a la prevista por el art. 3828 CC,
que trae mayor claridad en materia de revocación del testamento.

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Revocación por matrimonio
ARTICULO 2514.-Revocación por matrimonio. El matrimonio contraído por el testador
revoca el testamento anteriormente otorgado, excepto que en éste se instituya
heredero al cónyuge o que de sus disposiciones resulte la voluntad de mantenerlas
después del matrimonio.

La norma comentada establece la presunción legal mediante la cual todo


testamento hecho por una persona con habilidad nupcial, en el momento en el que
contrae matrimonio, revoca las disposiciones testamentarias contenidas en él.
La previsión tiene su sustento en el hecho de que contraer nupcias implica la
creación de nuevos afectos y un vínculo que origina un heredero forzoso —el o la
cónyuge—.
Se requiere que el causante haya contraído nupcias, es decir, que haya optado
por formar su familia en base al matrimonio. Como se observa, a los fines de la
consideración de la revocación de un testamento, no reviste entidad la
circunstancia de que el causante con posterioridad al dictado de sus disposiciones
forme una unión convivencial, dado que la misma no genera vocación sucesoria
entre los convivientes.
La excepción a esta previsión legal se configura cuando en el testamento se
instituye heredero al cónyuge, o cuando de sus disposiciones resulta la voluntad
de mantenerlas después del matrimonio. En este caso, el testamento será válido.

CADUCIDAD:
La caducidad del testamento o de las disposiciones testamentarias en él
contenidas es un tipo de ineficacia fundada en razones de hechos o
acontecimientos sobrevinientes al momento en que el causante llevo a cabo su
testamento

CAUSALES:
1. Premoriencia del beneficiario: Art. 2518: La institución de heredero o legatario
caduca cuando el instituido muere antes que el testador o antes del cumplimiento
de la condición de la que depende la adquisición de la herencia o el legado.
2. Perecimiento de la cosa legada: Art. 2519: El legado de cosa cierta y
determinada caduca cuando ésta perece totalmente, por cualquier causa, antes de
la apertura de la sucesión o del cumplimiento de la condición suspensiva a que
estaba sometido. Si la cosa legada perece parcialmente, el legado subsiste por la
parte que se conserva.
El legado, caduca por la transformación de la cosa por causa ajena a la voluntad
del testador, anterior a la muerte de éste o al cumplimiento de la condición
suspensiva.
En el primer caso, el legado es revocado aun en el caso que la cosa legada
recobrara la forma que tenía antes de la transformación. En el segundo, si la cosa
legada recuperara su forma original, renacerá el legado.
3) Renuncia del legatario: Art. 2521 El legatario puede renunciar al legado en tanto
no lo hayaaceptado.
Cualquier interesado puede pedir al juez la fijación de un plazo para que el
instituido se pronuncie, bajo apercibimiento de tenerlo por renunciante.

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EL ALBACEA.
DEFINICIÓN.

El albacea es la persona designada por el causante con la función de hacer


cumplir las disposiciones testamentarias.

FORMA DE LA DESIGNACIÓN. CAPACIDAD.


Art. 2524.-. El nombramiento del albacea debe ajustarse a las formas
testamentarias, aunque no se realice en el testamento cuya ejecución se
encomienda.
Pueden ser albaceas las personas humanas plenamente capaces al momento en
que deben desempeñar el cargo, las personas jurídicas, y los organismos de la
administración pública centralizada o descentralizada.
Cuando se nombra a un funcionario público, la designación se estima ligada a la
función, cualquiera que sea la persona que la sirve.

ATRIBUCIONES.
Art. 2523: Las atribuciones del albacea designado en el testamento son las
conferidas por el testador y, en defecto de ello, las que según las circunstancias
son necesarias para lograr el cumplimiento de su voluntad. El testador no puede
dispensar al albacea de los deberes de inventariar los bienes y de rendir cuentas.
Si el testador designa varios albaceas, el cargo es ejercido por cada uno de ellos
en el orden en que están nombrados, excepto que el testador disponga el
desempeño de todos conjuntamente. En tal caso, las decisiones deben ser
tomadas por mayoría de albaceas y, faltando ésta, por el juez.

DEBERES Y FACULTADES DEL ALBACEA.


Artículo 2526: -. El albacea debe poner en seguridad el caudal hereditario y
practicar el inventario de los bienes con citación de los interesados.
Debe pagar los legados con conocimiento de los herederos y reservar los bienes
de la herencia suficientes para proveer a las disposiciones del testador dándoles
oportunamente el destino adecuado. Debe demandar a los herederos y legatarios
por el cumplimiento de los cargos que el testador les haya impuesto.
La oposición de los herederos o de alguno de ellos al pago de los legados,
suspende su ejecución hasta la resolución de la controversia entre los herederos y
los legatarios afectados.
El albacea está obligado a rendir cuentas de su gestión a los herederos.

FIN DEL ALBACEAZGO. Art. 2531: El albaceazgo concluye por la ejecución


completa del testamento, por el vencimiento del plazo fijado por el testador y por la
muerte, incapacidad sobreviniente, renuncia o destitución del albacea.
Cuando por cualquier causa cesa el albacea designado y subsiste la necesidad de
llenar el cargo vacante, lo provee el juez con audiencia de los herederos y
legatarios.

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