Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Hechos:
El juez rechazó la demanda de escrituración, al entender que se acreditó que la
demandada suscribió el boleto de compraventa en cuestión bajo violencia moral
infringida por el actor. Este último apeló y la Cámara confirmó la sentencia.
Sumarios:
1. El boleto de compraventa base de la demanda de escrituración debe declararse
inválido si el comprador accionado logró demostrar que lo firmó bajo intimidaciones,
sin que obste a ello el hecho de que la defensa de aquél se haya fundado en la
inexistencia del acto, pues no se viola el principio de congruencia por resolver un caso
por normas o principios jurídicos no alterados por las partes, en tanto no se alteren los
hechos en que se funda.
Jurisprudencia Relacionada(*)
Tribunal Superior Provincia
LaCorte Suprema de Justicia de la Provincia de Santa Fe, en autos “Mauri,
Luis A. c. Municipalidad de Santo Tomé”, 07/06/1989, la Ley Online
AR/JUR/237/1989 estableció que la voluntad queda viciada por violencia
moral sólo cuando se ha inspirado mediante injustas amenazas, el temor
fundado de sufrir un mal inminente y grave para el caso que no se acceda a
la realización del acto perseguido por el violentador.
(*) Información a la época del fallo
___________________________________________________________
© Thomson La Ley 1
2. La certificación de las firmas en un instrumento —en el caso, un boleto de
compraventa— en modo alguno purga el vicio de violencia ejercida sobre el firmante,
puesto que la amenaza de sufrir el mal anunciado opera a nivel interno en la víctima,
que se ve constreñida a actuar según lo pretende la otra parte, y sería muy poco
probable que quien se siente amenazado pueda poner en conocimiento a
la autoridad certificante que está siendo objeto de alguna intimidación.
Jurisprudencia Relacionada(*)
Tribunal Superior Provincia
LaSuprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, en autos “ S.,
N. Z. c. A., J. A.-Ac. 37.392”, 27/10/1987, La Ley Online AR/JUR/221/1987
dispuso que aun admitiendo que la certificación por escribano público
otorgue fuerza de instrumento público al documento privado en la que ha
sido asentada, su eficacia se limita al alcance de lo certificado, no
extendiéndose a otras circunstancias, a menos que se hagan constar como
ocurridas en presencia del escribano (art. 979, inc. 2°, Cód. Civil).
(*) Información a la época del fallo
___________________________________________________________
© Thomson La Ley 2
El doctor Drago expuso iguales motivaciones, y basado en ellas vota también por
la negativa.
___________________________________________________________
© Thomson La Ley 3
Admitió que se certificaron las firmas en el boleto de compraventa, pero aclaró que la
misma no certifica el contenido ni la entrega del dinero. Expresó que la intimación
invocada fue dirigida a un domicilio en el que nunca vivió; y que no es responsable por
el pago de los $ 1.000 porque nunca convino la celebración de la escritura y por lo
tanto no provocó el gasto. Dio su versión de los hechos afirmando que mantuvo con el
actor una relación de concubinato habitando el inmueble objeto de esta demanda de
escrituración; que luego de varios episodios de violencia familiar el actor expulsó a la
demandada y sus hijos bajo amenazas de muerte, lo que se encuentra instrumentado
en la causa tramitada por ante el Juzgado Penal de Instrucción de la Tercera
Nominación caratulado "Andriani, Vicente Antonio s/Extorsión" (Expte. 1132/04).
Sostuvo que la violencia es la metodología habitual del actor, y mencionó las causas
"Andriani, Vicente A. s/Lesiones" (Expte. 3909/2001) tramitados por ante el Juzgado
Correccional de la Séptima Nominación, actual Cuarta; "Alvarez, Gladis c/Andriani,
Vicente s/Medidas Autosatisfactivas" del Tribunal Colegiado N° 3 - 2°; y Denuncia del
26/12/2001, expediente 4258/01 ante el Centro de Asistencia a la Víctima —
Defensoría del Pueblo. Resaltó que todo el acoso psíquico y físico llevó a la
demandada a abandonar bajo amenzas el hogar familiar; y que la venta nunca existió
(fs. 26 y vta.).
Mediante pronunciamiento que llega a esta instancia para su revisión, el juez a quo
rechazó la demanda con costas al actor. Para así decidir consideró que la accionada
mantiene su postura al afirmar que firmó dos boletos, uno en su casa bajo amenza de
muerte y un segundo boleto en Tribunales; que los dichos coinciden con el relato que
efectuara en fecha 18/10/2004 ante el Fiscal de turno; que las expresiones de la
demandada fueron corroboradas por la testigo Lidia Esther Giraudo; y que la
documental aportada confirma también lo expresado respecto de la personalidad
violenta del actor, con mención al expediente administrativo N° 4258/07 "Alvarez,
Gladys s/Violencia Familiar s/Maltrato Conyugal" tramitado ante el Centro de
Asistencia a la víctima; el expediente "Alvarez, Galdys s/Su Denuncia" (Expte. N°
1170/2001) del Tribunal Colegiado de Familia N° 3 - 2da. Secretaría; y otra causa
penal ante el Juzgado Correccional 7ma. que si bien resultó archivada brinda
verosimilitud a los dichos de la accionada. Sostuvo que las amenazas existieron y
fueron de entidad suficiente como para llevar a la demandada a firmar el contrato en
___________________________________________________________
© Thomson La Ley 4
cuestión; que no resulta indiferente que Andriani sea agente de la policía, y que
además porte armas; que el actor no aportó prueba alguna de la suma de dinero que
afirma haber abonado, lo que resulta un indicio en su contra; a lo que se suma que la
suma líquida de su recibo de sueldo asciende a $ 382,58. Concluyó que de las
pruebas vertidas se puede presumir que la demandada no actuó libremente y que por
contrario la firma del contrato resultó ser consecuencia de las amenazas cursadas por
el actor, atendiendo a la condición, sexo y carácter de la víctima debieron causarle
una fuerte impresión, suficiente como para determinar su conducta (fs. 190/192).
___________________________________________________________
© Thomson La Ley 5
del actor. Por último, le agravia la imposición de costas (fs. 216/224).
Los agravios fueron contestados a fs. 227 y vta. y 228 y vta. a cuyo contenido me
remito en aras a la brevedad.
___________________________________________________________
© Thomson La Ley 6
Alvarez imp. Vicente Antonio Andreani" (Expte. 1132/2004) del Juzgado de
Instrucción Tercera, el sentenciante entendió que no existían "elementos suficientes
que permitan convocar a prestar declaración indagatoria por su presunta
participación en el hecho punible" (v. fs. 178 y vta.), sin embargo las constancias
agregadas en este proceso me persuaden que la demandada se sintió injustamente
amenazada de sufrir un mal inmimente y grave en su persona o en la de sus hijos por
parte de su concubino Vicente A. Andreani. Es que, de la situación que visualizan los
demás expedientes tramitados, como así también del testimonio de Lidia Esther
Giraudo (v. fs. 92 y vta.) se puede concluir que efectivamente el actor tenía una
relación conflictiva con la demandada y que ya anteriormente a la firma del boleto
existieron situaciones de violencia física sobre Alvarez, teniendo que recurrir ésta al
órgano jurisdiccional ("Andriani, Vicente Antonio s/Lesiones" (Expte. N° 3909/01) del
Juzgado Correccional de la Séptima Nominación —hoy Cuarta Nominación— y
"Alvarez, Gladys c/Andriani, Vicente Antonio s/Denuncia (ley 11.529)" (Expte. N°
1170/2001) del Tribunal Colegiado de Familia N° 3 - Segunda Secretaría; Expediente
N° 4258/01 "Alvarez, Gladys s/Violencia Familiar - Maltrato Conyugal" de la
Defensoría del Pueblo de la Provincia de Santa Fe). Por otra parte el testimonio de
Lidia Esther Giraudo cobra vital importancia a la hora de considerar la amenaza
concreta ejercida sobre Alvarez para firmar la demandada el boleto de compraventa,
pues la misma sostiene que Andreani "le decía que le firme los papeles porque sino la
iban a pagar ella y sus hijos" (v. fs. 92). A ello debe agregarse que la certificación de
las firmas del instrumento realizada ante la Oficina de Certificaciones del Poder
Judicial en modo alguno purga el vicio padecido, puesto que la amenaza de sufrir el
mal anunciado opera a nivel interno en la víctima, que se ve constreñida a actuar
según lo pretende la otra parte y sería muy poco probable que quien se siente
amenazado pueda en el preciso momento de la firma ante la autoridad certificante
poner en conocimiento a ésta que está siendo objeto de alguna amenaza.
Por ello, lo que sostiene el recurrente en cuanto a que lo decidido por el a quo
contradice lo resuelto en la causa penal no puede ser admitido, puesto que con las
probanzas de autos se acreditó el hecho de la intimidación a la demandada,
considerando también que coincido con el a quo en la merituación de la testimonial de
Giraudo y en la falta de prueba sobre el pago del precio.
___________________________________________________________
© Thomson La Ley 7
Respecto a esto último, el recurrente se agravia entendiendo que el a quo invirtió la
carga de la prueba y que coloca en cabeza del actor probar la entrega del dinero.
Ahora bien, estando a la defensa de la demandada relativa a que Andriani la obligó a
firmar un boleto de compraventa de su casa, y que agregó recibos de sueldo de esa
época para demostrar que según sus ingresos no le era posible adquirir el inmueble,
correspondía entonces al actor acompañar datos acerca del origen del supuesto
dinero con el que supuestamente abonó el inmueble y no lo hizo.
Al respecto, Llambias expone que la nulidad es una sanción de la ley que recae
sobre un acto jurídico real o existente, es decir, que reúne los elementos esenciales
de tal: sujeto, objeto y forma específica. La inexistencia es una noción conceptual
—no legal— que nuestro entendimiento aplica a ciertos hechos, que no obstante
tener la apariencia de actos jurídicos, no son tales por carecer de algún esencial de
ellos, sea el sujeto, sea el objeto, sea la forma específica. A este no acto jurídico se lo
designa adecuadamente con la denominación de acto jurídico inexistente (Llambias,
Jorge J. "Código Civil Anotado", T. II-B, Ed. Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1984, pág.
209). Es decir, el acto inexistente es un acto non avenue, es decir no sucedido para el
Derecho, por lo que una cosa es existir con vicios —acto nulo— y otra es no existir. La
___________________________________________________________
© Thomson La Ley 8
raíz de la inexistencia como categoría jurídica se encuentra en la realidad o falta de
realidad de la hipótesis negocial, lo que ante su ausencia le impide al acto aparente
producir efectos jurídicos. Y con remisión a un pronunciamiento de la Suprema Corte
de Buenos Aires, señaló que cuando hay vicio ha de recurrirse a la teoría de las
nulidades, en tanto que cuando no hay otorgamiento del acto se está frente a
supuestos de inexistencia (Lloveras de Resk en "Código Civil y normas
complementarias. Análisis doctrinario y jurisprudencial" obra colectiva dirigida por
Alberto J. Bueres y coordinada por Elena I. Highton, t. 2C, Ed. Hammurabi, pág. 271 y
283).
___________________________________________________________
© Thomson La Ley 9
resultó vencido en su pretensión, es acertada la decisión del sentenciante de imponer
las costas al actor conforme lo establece el art. 251 del código de rito. Voto por la
afirmativa.
El doctor Drago fundó sus votos en las mismas razones expuestas por el Vocal
preopinante y en su mérito vota por la afirmativa.
___________________________________________________________
© Thomson La Ley 10