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El tratamiento de la obesidad se basa en la modificación del estilo de vida, que incluye una dieta

equilibrada y actividad física regular. Sin embargo, en algunos casos, estos cambios no son
suficientes para lograr una pérdida de peso adecuada y se requieren intervenciones adicionales,
como fármacos o cirugía.

Fármacos para Controlar el Hambre

Los fármacos para controlar el hambre son aquellos que actúan sobre el sistema nervioso central
para reducir el apetito y la sensación de hambre. Algunos ejemplos de estos fármacos son:

 Anfetaminas y derivados anfetamínicos: Estos fármacos estimulan la liberación de


neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina, que inhiben los centros de la
alimentación en el hipotálamo, una región del cerebro que regula el apetito Un ejemplo de este
tipo de fármaco es la sibutramina, que fue retirada del mercado debido al aumento del riesgo
de infarto y accidentes cerebrovasculares.
 Otros fármacos que combinan componentes para reducir la ingesta y aumentar el
consumo energético: Estos fármacos son combinaciones de sustancias que actúan sobre
diferentes mecanismos implicados en la regulación del apetito y el metabolismo. Estos
fármacos pueden producir una pérdida de peso moderada, pero también tienen efectos
adversos.
 Otros medicamentos que modifican la absorción de lípidos en el sistema digestivo:
Estos fármacos actúan sobre el intestino delgado e impiden la absorción de una parte de la
grasa ingerida con los alimentos. Un ejemplo de este tipo de fármaco es el orlistat, que inhibe
la acción de las lipasas, unas enzimas que descomponen los triglicéridos en ácidos grasos y
glicerol. El orlistat puede producir una pérdida de peso de alrededor del 10% en un año, pero
también tiene efectos secundarios como deficiencia de vitaminas liposolubles.

Cirugía Bariátrica

La cirugía bariátrica es una intervención quirúrgica que modifica el tracto gastrointestinal para
reducir la capacidad o el funcionamiento del estómago y el intestino. La cirugía bariátrica está
indicada en casos graves de obesidad, cuando el índice de masa corporal (IMC) es superior a 40
kg/m2, o a 35 kg/m2 si hay comorbilidades asociadas. La cirugía bariátrica suele producir una
pérdida de peso sustancial, que puede llegar al 50% del peso inicial en dos años, y una remisión
de la diabetes tipo II en el 80% de los casos. Sin embargo, la cirugía bariátrica también implica
riesgos, como complicaciones postoperatorias, hernias, úlceras, malabsorción, anemia,
osteoporosis y trastornos psicológicos. Algunas opciones de cirugía bariátrica son:

 Cirugía de derivación gástrica: Esta cirugía consiste en crear una pequeña bolsa gástrica a
partir de la parte superior del estómago, que se conecta directamente con el yeyuno, una
porción del intestino delgado. La cirugía de derivación gástrica es la más efectiva para la
pérdida de peso, pero también la más invasiva y con más complicaciones.
 Cirugía de cerclaje gástrico: Esta cirugía consiste en colocar una banda ajustable alrededor
de la parte superior del estómago, creando una pequeña cámara gástrica que limita la
cantidad de comida que se puede ingerir. La cirugía de cerclaje gástrico es la menos invasiva
y con menos complicaciones, pero también la menos efectiva para la pérdida de peso.
 Gastrectomía en manguito vertical: Esta cirugía consiste en extirpar una parte del
estómago, dejando una forma de tubo que reduce la capacidad gástrica. La gastrectomía en
manguito vertical no altera el funcionamiento del intestino, por lo que no afecta a la absorción
de nutrientes.

Conclusiones

El tratamiento para la obesidad es un proceso complejo que requiere un enfoque individualizado.


Los cambios en el estilo de vida son la base del tratamiento, pero los fármacos o la cirugía
pueden ser necesarios en algunos casos.

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