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Órgano Judicial

Ministerio Público de Panamá

1 E
del Sistema Penal Acusatorio

Una nueva Justicia: ágil y transparente


para vencer la impunidad

Panamá, agosto 2009


Este documento fue redactado tomando como referencia la
publicación 100 Preguntas Sistema Penal Acusatorio, con la
autorización de la Fiscalía General de la Nación de la
República de Colombia.

Diseño e impresión:
Editora Novo Art, S.A.

Pedro Argudo, diagramación y portada.


Montserrat de Adames, edición de textos y estilo.

Primera edición
Agosto 2009
5,000 ejemplares
• Contenido

Presentación 5

Aspectos generales 7

Garantías, principios y reglas 7


Las fases del proceso penal 10

Fase de investigación 10
Fase intermedia 17
Fase del juicio oral 18
Algunos procedimientos alternos para la solución de conflicto 20

Algunos procedimientos en particular 21


Implementación del Sistema Penal Acusatorio 22
Atención a la ciudadanía 24
100 Preguntas del Sistema Penal Acusatorio 5

_ Presentación

Los inconvenientes que confronta el sistema de justicia penal en la actualidad,


entre éstos, el tiempo que demora resolver los procesos, hace que la justicia penal
se perciba poco eficiente.
La respuesta estructural que se plantea es la implementación de un sistema de
procesamiento de causas de corte acusatorio, que a corto plazo permita la materia-
lización de una justicia más expedita.
100 Preguntas del Sistema Penal Acusatorio pretende brindar a la ciudadanía
en general respuestas a las interrogantes más comunes que les pueda causar la
implementación del nuevo sistema.

Este documento da a conocer los principios que imperarán en el proceso y el


papel preponderante que la víctima tendrá.
De igual manera, ilustra de forma sencilla y didáctica acerca de temas como la
nueva figura del Juez de Garantías, a quien le corresponderá controlar las activida-
des de los agentes del Ministerio Público durante la fase de investigación.
Se dedica un espacio a la explicación de los métodos alternos de solución de
conflicto, como mecanismos que deben conocer todos los ciudadanos para contri-
buir a forjar una cultura de paz y coadyuvar con el éxito del sistema penal.
Esta publicación es el resultado de un esfuerzo conjunto entre la Corte
Suprema de Justicia y la Procuraduría General de la Nación, dirigida a sensibilizar
y divulgar el nuevo Sistema Penal Acusatorio.

Ana Matilde Gómez Ruiloba


Procuradora General
de la Nación
100 Preguntas del Sistema Penal Acusatorio 7

. . Aspectos generales

1. ¿Qué es el Sistema Penal Acusatorio?


Es un sistema adversarial, conforme al cual, las partes (Ministerio Público, que-
rellante si lo hubiere y la defensa) se enfrentan en igualdad de oportunidades, ante
jueces imparciales e independientes, que tomarán una decisión de absolución o
condena (en veinticuatro horas) con base a las pruebas practicadas en la audiencia
del juicio oral.

2. ¿Qué es el proceso penal?


Es el mecanismo por medio del cual el Ministerio Público investiga los delitos
y, de resultar una persona vinculada como presunta responsable, se le imputan car-
gos, se le acusa y se le juzga, cuando a ello hubiere lugar. De resultar culpable se le
aplica una sanción.

al Garantías, principios y reglas


3. ¿ Cuáles son los pilares fundamentales que orientan el nuevo Código Procesal
Penal?
El nuevo Código está orientado por la legalidad, el debido proceso, el derecho
al contradictorio, la separación de funciones, inmediación, simplificación de trá-
mites, eficacia, oralidad, publicidad, concentración, estricta igualdad de las partes,
economía procesal, derecho a la defensa, a la presunción de inocencia y la prohibi-
ción del doble juzgamiento.

4. ¿En qué consiste el principio de legalidad?


En que ninguna persona puede ser condenada por una conducta que no haya sido
tipificada o considerada previamente como delito, ni sancionada con una pena o
sometida a una medida de seguridad que no esté establecida con antelación en la Ley.

5. ¿En qué consiste el debido proceso?


En que toda persona, que presuntamente haya cometido delito, tiene derecho a ser
investigada por el Ministerio Público y juzgada por los jueces competentes, siguiendo
las formalidades y procedimientos que establece la Constitución y la Ley. Además,
implica que el procedimiento debe realizarse respetando los derechos y garantias fun-
damentales contenidos en los tratados ratificados por la República de Panamá.

6. ¿En qué consiste la separación defunciones?


En que en el Sistema Penal Acusatorio hay definición más precisa de labores,
por lo que a los fiscales les corresponde investigar y acusar, si es el caso, y a los jue-
ces, juzgar a quienes sean acusados. Asimismo, le corresponde a los jueces realizar
otras actividades jurisdiccionales, como por ejemplo, decidir sobre las medidas
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cautelares personales, así como autorizar y controlar la práctica de otras actuacio-


nes que puedan incidir sobre los derechos y garantías fundamentales de los inter-
vinientes en el proceso (allanamientos, intervenciones corporales, interceptación
de comunicaciones telefónicas, entre otras), salvo las excepciones contempladas en
la propia Ley.

7. ¿En qué consiste la figura del juez natural?


En que la potestad de juzgar y aplicar la pena o medida de seguridad corres-
ponde únicamente a jueces y Tribunales previamente establecidos, de conformi-
dad con la Constitución Política, la Ley, y según las competencias asignadas a
cada uno.

8. ¿Qué es el principio de oralidad?


Significa que las partes, intervinientes y testigos, se manifiestan de forma oral
(con intérprete en caso de ser necesario) en audiencia, ante el juez o el Tribunal, y
que las decisiones se dictarán verbalmente.

9. ¿En qué consiste el principio de contradicción?


En que las partes (Ministerio Público, querellante y defensa) tienen el derecho
de conocer, controvertir o confrontar las pruebas, así como a intervenir en su for-
mación y a oponerse a las alegaciones de la otra parte o interviniente.

10. ¿Qué es el principio de inmediación?


Este principio consiste en que todas las pruebas deben ser practicadas y produ-
cidas por las partes ante el juez, en un juicio público, oral y contradictorio, con el
fin de que éste observe directamente el comportamiento de los testigos y peritos al
declarar, esté presente durante la práctica de toda la prueba que se reproduzca
durante la audiencia de fondo y que pueda valorarla objetivamente.

11. ¿En qué consiste la presunción de inocencia?


En que toda persona debe ser tratada y considerada como inocente durante la
investigación y el resto del proceso, hasta tanto se declare responsable del delito
por el cual se le acusa en sentencia, que haga tránsito a cosa juzgada.

12. ¿Qué es el principio in dubio pro reo?


Aquel que permite establecer que corresponde al Ministerio Público la carga de
la prueba acerca de la responsabilidad penal. Si después de valorar en conjunto y
racionalmente las pruebas aportadas por las partes, el juez tiene dudas sobre la
conducta delictiva o la responsabilidad del acusado, deberá resolver a su favor; esto
es, que la duda favorece al reo.

13. ¿Qué es el principio de concentración?


Aquel que conlleva el deber de practicar las pruebas y diligencias en una audien-
cia continúa, preferiblemente el mismo día, con la presencia de todas las partes.
100 Preguntas del Sístema Penal Acusatorío 9

14. ¿En qué consiste el principio de publicidad?


En que todas las audiencias deben ser públicas o abiertas, con el fin de que a
ellas accedan no sólo las partes intervinientes, sino, también, los medios de comu-
nicación y la comunidad. Lo anterior es salvo que la Ley disponga la reserva de
algún acto.

15. ¿Existen excepciones a la publicidad de las audiencias?


Sí, el Tribunal podrá decidir con justificación razonada que se realice total o
parcialmente en forma privada la audiencia, cuando se pueda afectar la vida priva-
da o integridad física de algunos de los intervinientes; cuando peligre un secreto
oficial, profesional, particular, comercial o industrial, cuya revelación cause perjui-
cio grave; o cuando la víctima sea una persona menor de edad.

16. ¿Qué es la prohibición de doble juzgamiento?


Consiste en que nadie puede ser investigado, ni juzgado válidamente por cau-
sas penales, más de una vez por el mismo hecho, aunque a éste se le dé una deno-
minación distinta.

17. ¿En qué consiste el derecho a la doble instancia?


En que el superior del juez pueda revisar las decisiones adoptadas por éste. en
virtud de la impugnación o recurso presentado por las partes.

18. ¿Qué significa el derecho a la intimidad?


Significa que el cuerpo, los bienes y las comunicaciones de las personas son
inviolables, y sólo pueden ser examinados por orden o mandamiento emitido por
un Juez de Garantías, previo cumplimiento de las formalidades legales y por moti-
vos definidos, sin perjuicio de las excepciones previstas en el Código Procesal
Penal.

19. ¿Qué es el derecho a la libertadfísica o ambulatoria?


Es aquella facultad que tienen las personas de desplazarse, circular y desenvol-
verse libremente. Por lo tanto, nadie puede ser privado de su libertad, sino en razón
a motivos expresados por la Ley.

20. ¿En qué consiste el respeto a la dignidad humana?


En que todos los intervinientes en el proceso penal deben ser tratados como
seres humanos y no como objetos, dando vigencia a los derechos y garantías que
consagra la Constitución, la Ley, y los tratados y convenios internacionales.
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• las fases del proceso penal


21. ¿ Cuáles son las fases del proceso, conforme al nuevo Código Procesal Penal?
o La fase de investigación, donde el Ministerio Público investiga el delito con
base a la hipótesis delictiva planteada o procura la solución del conflicto a tra-
vés de los medios alternativos de resolución del conflicto penal (conciliación y
mediación) y otros procedimientos alternos (por ejemplo, los acuerdos), con el
control del Juez de Garantías para los actos concretos que señale la ley.
o La fase intermedia, en la cual el Ministerio Público, con base a los elementos
de convicción con que cuente, puede pedir que se dicte un sobreseimiento (cie-
rre) de la causa (ya sea porque considere que no constituye delito el hecho
investigado, porque no hay mérito para acusar, entre otros supuestos) o puede
formular acusación, identificando claramente el hecho delictivo que considera
que se cometió y quién presuntamente lo ejecutó, así como las pruebas que
contribuirán a probar lo pretendido. De la acusación, se les da traslado al que-
rellante y a la defensa.
o La fase del juicio oral, en la cual las partes debatirán ante el Tribunal de Juicio,
con base a la teoría del caso, los hechos propuestos y las pruebas que haya
admitido el Juez de Garantías de la fase intermedia. En esta fase cobran plena
vigencia los principios de oralidad, inmediación, contradictorio, igualdad de las
partes, entre otros.

22. ¿Cuáles son las principales audiencias en el Sistema Penal Acusatorio?


En la fase de investigación, son las de controlo legalidad de la aprehensión y la
de formulación de imputación; en la fase intermedia, la de formulación de la acu-
sación; y en la fase del juicio oral, la audiencia del juicio, la de individualización de
la pena y la de lectura de sentencia .

• Fase de investigación
23. ¿Cómo se inicia un proceso penal?
Se inicia cuando el Ministerio Público tenga conocimiento que se ha cometido
un delito, ya sea de oficio, por denuncia o por querella.

24. ¿Quiénes están obligados a denunciar?


Están obligados a denunciar los delitos de acción pública, es decir, aquellos que
se pueden investigar de oficio:
o Los funcionarios públicos, cuando conozcan de éstos en el ejercicio de sus
funciones.
o Las personas que ejerzan cualquier rama de las ciencias médicas, en cuanto a
los hechos conocidos en el ejercicio de su profesión u oficio.
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o Los contadores públicos autorizados y los notarios públicos, cuando se trate de


delitos que afecten patrimonio o ingresos públicos.
Iil Los administradores judiciales, cuando se cometan delitos con respecto de los

bienes de los cuales tengan manejo, administración, cuidado o control.

25. ¿Quiénes no están obligados a denunciar?


A diferencia del Código anterior, en el actual Código Procesal Penal no existe
obligación general de denunciar, salvo las excepciones ya mencionadas.

26. ¿Qué delitos requieren que la víctima denuncie para ser investigados?
Acoso sexual y abusos deshonestos, cuando la víctima sea mayor de edad; deli-
tos contra la inviolabilidad del secreto y del domicilio; estafa y otros fraudes; apro-
piación indebida; usurpación y daños; falsificación de documentos en perjuicio de
particulares; y delitos de fraude de energía eléctrica o agua.

27. ¿Qué delitos requieren de querella para iniciar el procedimiento?


Delitos contra el honor (calumnia e injuria), competencia desleal, expedición
de cheque sin fondos y revelación de secretos empresariales.

28. ¿Cuáles son los derechos de las víctimas?


Las víctimas tienen derecho a:
.. La justicia y a la reparación del daño.
o Recibir protección y a participar en el proceso penal de acuerdo con la Ley.
.. Recibir atención médica, psiquiátrica o sicológica, espiritual, material y social,
cuando las requieran.
Iil Intervenir como querellante en el proceso, para exigir la responsabilidad penal

del imputado y obtener la indemnización civil por los daños y perjuicios deri-
vados del delito.
Iil Solicitar su seguridad y la de su familia en casos determinados.

'" Ser informada sobre el curso del proceso penal respectivo.


o Recibir explicaciones relacionadas con el desarrollo del proceso.

29. ¿Qué es la acción restaurativa conforme al Código Procesal Penal?


Es la que puede ejercer la víctima del delito dentro del proceso penal, para el
reintegro de la cosa y la indemnización o reparación de los daños y perjuicios oca-
sionados por el hecho punible, contra el autor, el partícipe o el tercero civilmente
responsable.

30. ¿Cuál es lafunción esencial del Ministerio Público?


Investigar, acusar y sostener dicha acusación durante el juicio oral y público,
cuando ello sea pertinente. En ese sentido, le corresponde al fiscal probar los
hechos que se consideran delictivos y que sean atribuidos a una o varias personas.
Para el ejercicio de la persecución penal, el Ministerio Público dirige la investiga-
ción de los delitos, practicando u ordenando la ejecución de las diligencias útiles
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para determinar la existencia del ilícito y los responsables, con la colaboración de


los organismos auxiliares de la investigación (Dirección de Investigación Judicial e
Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses).

31. ¿Qué es la Dirección de Investigación Judicial?


La Dirección de Investigación Judicial es una unidad especializada de la Policía
Nacional, con funciones exclusivas de policía de investigación judicial, que confor-
me a la Ley, se constituye en cuerpo auxiliar del Ministerio Público y del Órgano
Judicial.

32. ¿Qué es el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses?


Es una entidad pública adscrita al Ministerio Público, cuya misión fundamen-
tal es brindar asesoría científica y técnica a la administración de justicia en lo con-
cerniente al análisis, evaluación, investigación y descripción científica o médico-
científica de los hallazgos y las evidencias médico-legales. Cuenta con una
Subdirección de Criminalística y una de Medicina Forense.

33. ¿Quiénes tienen acceso a la actuación durante lafase de investigación?


Las actuaciones sólo podrán ser examinadas por las partes y sus representan-
tes, por lo que habrá reserva para los terceros.

34. ¿Cómo actuará el Ministerio Público en el Sistema Penal Acusatorio?


En base al principio de unidad, por lo que la institución estará representada en
cada fiscal que actúe durante la investigación o ante los Tribunales, y todos ten-
drán competencia para adelantar diligencias en el país, con la debida coordinación.
Igualmente, podrán actuar en las audiencias en equipo.

35. ¿Qué decisiones puede tomar el fiscal al conocer de un presunto hecho


delictivo?
Puede iniciar los actos de investigación, a efectos de obtener los elementos que
le permitan establecer si es posible realizar una imputación (vincular formalmen-
te al proceso a una persona que se considera participó del delito) y posteriormen-
te una acusación. Asimismo, puede desestimar las denuncias cuando considere
que el hecho no constituye delito, u ordenar el archivo provisional de las actuacio-
nes cuando no se logre identificar al presunto responsable.

36. ¿A quién corresponde manejar el lugar de los hechos?


A los funcionarios de los organismos de investigación, bajo la dirección del fis-
cal encargado de conocer la causa, con rigor técnico, para asegurar la recolección
y preservación de la evidencia.

37. ¿Puede la fiscalía practicar pruebas?


No. Las pruebas, salvo la anticipada, se practican ante el Tribunal de Juicio, en
una audiencia pública, oral y concentrada.
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38. Si la fiscalía no puede practicar pruebas, ¿ cómo realiza la investigación?


A través de los llamados actos de investigación. Algunos de ellos requieren una
autorización previa del Juez de Garantías, otros deben ser sometidos a un control
posterior, y otros no requieren autorización.

39. ¿Cuáles son los elementos de convicción y las evidencias?


Los elementos de convicción son aquellos que se obtienen durante la fase de
investigación y que probablemente se convertirán en prueba durante el juicio oral.
como por ejemplo, las entrevistas de personas que hayan percibido los hechos con-
siderados como delictivos, que luego podrán constituirse en testimonios.
Las evidencias, por su parte, son huellas, rastros, manchas, residuos, vestigios,
armas, instrumentos u objetos utilizados para la ejecución del presunto delito;
dinero, bienes y otros efectos provenientes de la actividad criminal; documentos.
fotografías, fiÍmación o grabación, la reproducción de imágenes, voces o sonidos
por los medios técnicos que resulten más adecuados y que serán presentados al jui-
cio oral, a través de un peritaje u otro tipo de informe.

40. ¿Qué es cadena de custodia?


Es un procedimiento que asegura la autenticidad de las evidencias, garantizan-
do que lo mismo que fue hallado y recolectado en el lugar de los hechos (escena del
presunto delito) o en otro lugar con motivo de la investigación, sea lo mismo que
se lleva a juicio oral para ser objeto de valoración. La cadena de custodia permite
que se mantenga la integridad de las evidencias, de forma que no sean sustituidas
o alteradas a lo largo del proceso penal.

41. ¿Quién es responsable de cadena de custodia?


Todo funcionario o especialista que tenga contacto con los elementos materia
de prueba o evidencias físicas.

42. ¿Cuáles son las funciones esenciales de los Jueces de Garantías?


Pronunciarse sobre el control de los actos de investigación que afecten o res-
trinjan derechos fundamentales del imputado o de la víctima, y sobre las medidas
de protección de éstas.

43. ¿Existen algunos actos de investigación que puede practicar el Mjnisterio


Público que no requieren autorización del Juez de Garantías?
Sí, existen actos de investigación que pueden practicar los agentes del
Ministerio Público y que no requieren autorización del Juez de Garantías, como
por ejemplo: la inspección del lugar de los hechos, las entrevistas a quienes conoz-
can detalles relacionados con el presunto delito investigado; solicitud de informa-
ción a entidades públicas y privadas, comparecencia del imputado ante el
Ministerio Público para lograr acuerdos, la realización de la exhumación, el levan-
tamiento y peritaje del cadáver; reconocimientos de presuntos vinculados al
hecho, entre otros.
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44. ¿Existen actos de investigación que requieren orden previa del Juez de
Garantías?
Sí, entre ellos tenemos el allanamiento de residencias, de oficinas gubernamen-
tales, con ciertas excepciones, la incautación de correspondencia, interceptación
de comunicaciones telefónicas, así como las intervenciones corporales (ejemplo,
extracción de sangre, toma de muestras de fluidos corporales, entre otros) cuando
la persona objeto de la diligencia se negare a practicarla, por mencionar algunas.

45. ¿Existen actos de investigación que requieren control posterior del Juez de
Garantías?
Si, ellos son: la incautación de datos, las operaciones encubiertas, y la entrega
vigilada internacional. Todos estos actos pueden ser realizados por el Ministerio
Público sin autorización judicial, pero deben ser sometidos al control del Juez de
Garantías en un término no mayor de diez (10) días después de practicados.

46. ¿Cómo debe ser la relación entre elfiscal y la Policía?


Deben constituir un equipo de trabajo. La Policía es un auxiliar de la investiga-
ción, que debe atender los requerimientos que ordene el fiscal que actúa en un caso
concreto; por lo tanto, deben mantener una relación de estrecha comunicación y
colaboración.

47. ¿Cuándo la policía puede aprehender o capturar a una persona sin una
orden de autoridad competente?
Cuando la persona haya sido sorprendida en flagrante delito, cuando sea per-
seguida inmediatamente después de su comisión, o cuando se haya fugado de
algún establecimiento penal o de cualquier otro lugar de detención.

48. ¿ Cuándo existe flagrancia?


Existe flagrancia cuando:
.. La persona es sorprendida y aprehendida al momento de cometer el delito.
.. La persona es aprehendida inmediatamente después de cometer el delito, como
resultado de la persecución material, o por motivo de petición de auxilio de
quien o quienes presencien el hecho.
.. La persona es aprehendida inmediatamente después de cometer una conducta
punible y alguien la señala como autora o partícipe, siempre que en su poder se
encuentre algún elemento probatorio relacionado con el delito.

49. ¿Es necesario ser autoridad para capturar enflagrancia?


No. En situaciones de flagrancia, cualquier persona podrá practicar la captura
o aprehensión.

50. ¿ Qué es la audiencia de formulación de imputación?


Aquella que se realiza ante el Juez de Garantías y, en la cual el agente del
Ministerio Público formula cargos contra una o más personas a las que les atribu-
100 Preguntas del Sistema Penal Acusatorio 15

ye la comisión de un delito, ya que considera que tiene suficientes evidencias para


ello. Desde ese momento, hay una vinculación formal de la persona al proceso y
ésta debe ejercer su derecho a la defensa.

51. ¿Qué es un Defensor Público?


Es un abogado que pertenece al Instituto de la Defensa Pública, adscrito al
Órgano Judicial. Cuando el imputado manifieste que no puede nombrar defensor,
le será nombrado por el fiscal, el juez o el Tribunal, según sea el caso, y sus servi-
cios son gratuitos para el imputado.

52. ¿ Cuándo puede proceder la Policía Nacional a la requisa de personas y


registro de vehículos?
Cuando existan serios motivos que permitan estimar que una persona oculta
algo en su cuerpo y ropas, relacionado con un delito. En esta diligencia, la policía
deberá respetar la dignidad de las personas. Los hombres serán requisados por
hombres y las mujeres por mujeres. Conforme lo establece la Ley, el agente de poli-
cía debe advertir su sospecha a la persona y pedirle que muestre el objeto.
Cuando se trate de registro de vehículos, debe hacerse en presencia del con-
ductor, advirtiéndole que existen motivos para creer que en su vehículo se oculta
algún objeto relacionado con el delito.

53. ¿ Cuándo puede ordenar el Juez de Garantías la detención provisional?


Se podrá ordenar la detención de una persona cuando se proceda por delito
que tenga señalada pena mínima de cuatro años de prisión, y exista evidencia que
acredite el delito y la vinculación del imputado, así como posibilidad de fuga, desa-
tención al proceso, peligro de destrucción de pruebas, o de que pueda atentar con-
tra la vida o salud de otra persona o contra sí mismo.
Excepcionalmente, se podrá ordenar la detención cuando la persona no resida
en el país o cuando la pena sea menor de cuatro años de prisión y, a criterio del
juez, se encuentre amenazada la vida o integridad de una tercera persona.
El Tribunal de Juicio, a solicitud del fiscal, ordenará la detención provisional
cuando el acusado no se presente a la audiencia de juicio oral.

54. ¿El Ministerio Público puede ordenar detención provisional en el nuevo


Sistema Penal Acusatorio?
No. Ni siquiera por vía de excepción. Pero el Ministerio Público sí tiene facul-
tades para ordenar la aprehensión o captura y conducción de una persona.
Tratándose de la aprehensión, deberá poner a la persona a disposición del Juez de
Garantías dentro de las veinticuatro horas siguientes a su recibo.

55. ¿Por qué razón se eliminó la posibilidad de que el Ministerio Público orde-
nara la aplicación de medidas cautelares personales?
Porque no resulta lo más adecuado que la misma autoridad que investiga y
ordena las aprehensiones, sea la que se pronuncie finalmente sobre la libertad
16 Órgano Judicial • Ministerio Público de Panamá

ambulatoria del imputado o la restricción a ésta. Se garantizan más los derechos de


los procesados cuando esas órdenes las emite un juez imparcial.

56. ¿Cuál es el procedimiento cuando se aprehende a una persona?


Si es aprehendida por un particular, la persona debe ser entregada inmediata-
mente a la autoridad más cercana, usualmente será a la Policía. Si es aprehendida
por el agente policial, debe ser conducida inmediatamente al Ministerio Público. Si
es aprehendida por órdenes del Ministerio Público, debe ser puesta a disposición
del Juez de Garantías en veinticuatro horas.

57. ¿Cuáles son los derechos del imputado cuando es detenido provisionalmente?
• Ser asistido por un abogado defensor. Si no puede pagar, el Estado le propor-
ciona uno gratuito a través de la Defensa Pública.
• Ser informado de manera clara del hecho o hechos que se le acusa, de los ele-
mentos de convicción existente en su contra y de las disposiciones legales que
les sean aplicables.
• Conocer la identidad de quién realiza el arresto, la autoridad que lo ordena y
bajo cuya guarda estará.
• Comunicarse inmediatamente con una persona de su elección y con su aboga-
do, para informarle su privación de libertad y que le proporcionen los medios
para ejercer su derecho.
• No declarar contra sí mismo, guardar silencio, no ser sometido a malos tratos,
ni presión para que renuncie a este derecho, ni ser sometido a métodos o téc-
nicas que cambien su voluntad.
• No ser presentado ante los medios de comunicación o la comunidad, de mane-
ra que dañe su reputación.
• Reunirse con su defensor de manera confidencial.

58. ¿Qué es una medida cautelar personal?


Es una medida que afecta el derecho a la libertad ambulatoria de una persona,
adoptada por el Juez de Garantías cuando se dan ciertos requisitos.

59. ¿Cuáles son las medidas cautelares personales privativas de la libertad


personal?
La obligación de mantenerse en su propia casa, habitación o la de otra perso-
na, en un establecimiento de salud y la detención provisional.

60. ¿Cuáles son las medidas cautelares personales no privativas de libertad?


• La obligación de presentarse periódicamente ante la autoridad u oficina desig-
nada por el juez.
• La prohibición de salir del ámbito territorial que se determine.
• La prohibición de concurrir a determinadas reuniones o visitar ciertos lugares
o comunicarse con personas determinadas, siempre que no se afecte el derecho
a la defensa.
100 Preguntas del Sistema Penal Acusatorio 17

o El abandono inmediato del domicilio, cuando se trate de agresiones y la vícti-


ma conviva con el imputado.
o La prestación de una caución económica adecuada.
o La suspensión del ejercicio del cargo público o privado, cuando se le atribuya
un delito cometido en su ejercicio.
o La obligación de no realizar alguna actividad (como conducir vehículos, ejer-
cer determinada profesión u oficio, entre otras), reteniendo en su caso la licen-
cia o documento que acredite la habilitación correspondiente.
o La colocación de localizadores electrónicos.

61. ¿Qué plazo tiene el Ministerio Público para concluir su investigación?


A partir de la formulación de cargos, tiene seis (6) meses para concluir la inves-
tigación. La excepción de un mayor plazo es cuando se trate de asuntos complejos,
esto es, que se trate de varios delitos, varias víctimas o varios imputados, pero el
fiscal requiere previa autorización del Juez de Garantías. En estos casos, la investi-
gación se podrá extender un (1) año con prórroga de otro año .

• Fase intermedia

62. ¿En qué consiste el escrito de acusación?


Es un documento donde el agente del Ministerio Público pide al Juez de
Garantías la apertura a juicio contra una persona, sobre la base de la investigación.
indicando claramente quién es el acusado, cuál es el delito que se le atribuye y cuá-
les son las pruebas que propone practicar en el juicio, entre otros aspectos.

63. ¿En qué consiste la audiencia deformulación de acusación?


Es una audiencia que se hace ante el Juez de Garantías, quien permite a las
partes alegaciones dirigidas a organizar el juicio. En esta audiencia, además de
explicar la acusación, se puede hacer referencia a aspectos relativos a que el fun-
cionario que interviene no tiene competencia para conocer la causa, a que existe
algún acto que fue practicado pero que no tiene validez, o si se presenta algún
aspecto que implique que el fiscal, el defensor o el juez deben separarse del cono-
cimiento del caso por existir causal que pueda afectar su actuación que debe ser
conforme a lo establecido en la Ley. También podrán pronunciarse sobre la adhe-
sión o no del querellante a la acusación del fiscal. El juez debe pronunciarse en el
acto de audiencia.
El aspecto primordial es que se atribuya un hecho delictivo a una o varias per-
sonas, lo cual debe ser probado en juicio oral, asegurando el derecho a la defensa,
la oralidad, inmediación, la concentración, el contradictorio y la publicidad.
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64. ¿ Qué otro tema se aborda en la audiencia de formulación de acusación?


Las partes ponen en conocimiento mutuo las evidencias que van a exhibir en
el juicio oral y las pruebas que desean practicar, decidiendo el Juez de Garantías la
admisibilidad o la exclusión de la prueba .

. . Fase del juicio oral

65. ¿Cómo opera el sistema procesal antes de la entrada en vigencia del nuevo
Código Procesal Pena?
Se caracteriza por la escritura. En el acto de audiencia oral ante el juez, se dis-
cuten las pruebas recabadas por la fiscalía en la etapa de la investigación y se les
valora, aunque no hubiesen sido practicadas con la inmediación del juzgador.

66. ¿Qué ventaja tiene la oralidad?


Que el juez perciba directamente las manifestaciones de los testigos e intervinien-
tes. Esto supone un proceso mucho más ágil, directo, eficaz, eficiente y transparente.

67. ¿Cuál es lafunción esencial de los Tribunales de Juicio?


Conocer del debate oral, de todo su desarrollo y tomar una decisión de absolu-
ción o condena del presunto responsable, luego de la práctica de la prueba con res-
peto a los principios de inmediación, oralidad y contradictorio en el juicio.
Los Tribunales de Juicio serán colegiados, esto es, conformados por tres jueces
imparciales e independientes, y conocerán de las acusaciones que versen sobre
delitos sancionados por la Ley con pena superior a un (1) año.

68. ¿Cuál es la nueva competencia del Tribunal de Jurados o jurados de conciencia?


El Tribunal de Jurados conocerá de los siguientes delitos:
<1 Homicidio doloso que no sea producto de delitos de terrorismo, secuestro, extor-

sión, asociación ilícita, pandillerismo, narcotráfico, o blanqueo de capitales.


<1 Aborto provocado por medios dolosos, cuando, por consecuencia de éste o de

los medios usados para provocarlo, sobreviene la muerte de la mujer.


e Delitos que impliquen un peligro común y aquellos contra la salud pública,
cuando, por consecuencia de ellos, sobrevienen la muerte de alguien, con
excepción de los causados por imprudencia, negligencia o impericia en el ejer-
cicio de una profesión u oficio.

69. ¿A quién corresponde la carga de la prueba en el Sistema Penal Acusatorio?


La carga de prueba le corresponderá al fiscal, quien deberá probar en el juicio
oral y público los hechos que fundamentan su acusación. La excepción es que tra-
tándose de los delitos de blanqueo de capitales, corrupción de servidos públicos,
enriquecimiento injustificado, terrorismo y narcotráfico, los imputados deberán
demostrar la procedencia lícita de sus bienes.
100 Preguntas del Sistema Penal Acusatorio 19

70. ¿Pueden los jueces en el nuevo sistema decretar la práctica de pruebas de


oficio como ocurría en el sistema anterior?
El Juez de Garantías y el Tribunal de Juicio no podrán decretar, en ningún caso,
pruebas de oficio; es decir, no pueden ordenar la práctica de pruebas que las par-
tes no hayan propuesto o solicitado.

71. ¿En qué consiste la audiencia de juicio oral?


Es la fase esencial del proceso acusatorio. Allí ante el Tribunal de Juicio, en una
audiencia pública, oral y concentrada, las partes (fiscalía, querellante, si lo hay, y
defensa) ofrecen sus pruebas, las cuales se practican, son controvertidas y respec-
to a ellas las partes argumentan y exponen sus planteamientos al Tribunal. Cerrado
el debate, los jueces que integran el Tribunal deliberarán y anunciarán el sentido
del fallo (absolutorio o condenatorio).

72. ¿ Cuál es el papel del Tribunal de Juicio en la audiencia oral?


Decidir la controversia, si las pruebas muestran o no más allá de una duda
razonable la responsabilidad penal del acusado. Escuchar de manera imparcial el
testimonio, la presentación y la contradicción de pruebas por las partes, velando
porque el trámite se realice de acuerdo a lo estipulado en la Ley.

73. ¿ Cuántas clases de testigos existen?


En el nuevo procedimiento no se hace una clasificación de los testigos, pero se
establece que no existirán testigos inhábiles. Se permite que las partes hagan pre-
guntas para verificar su credibilidad, así como los vínculos con los intervinientes.
Todo testigo debe expresar si presenció los hechos que narra, si los dedujo, o si los
escuchó referidos de otras personas.

74. ¿Quiénes están en la obligación de declarar?


Todas aquellas personas llamadas judicialmente para ese propósito. Si el testi-
go citado no comparece, se le impondrá una multa, que no lo exonera de su deber
de declarar.

75. ¿Quiénes tiene lafacultad de abstenerse de declarar?


Tienen esta facultad el cónyuge o conviviente en unión de hecho, ascendientes,
descendientes, hermanos, sus parientes colaterales hasta el cuarto grado de con-
sanguinidad o segundo de afinidad, su tutor o pupilo.

76. ¿Quiénes tienen el deber de abstenerse de declarar?


El abogado o apoderado, sobre las confidencias que haya recibido y consejos
que haya dado; el confesor, acerca de las revelaciones hechas por el penitente; el
médico o el sicólogo, en cuanto a las confidencias que le hayan hecho sus pacien-
tes relativas a la consulta profesional.
Órgano Judicial • Ministerio Público de Panamá

77. ¿Los testigos deben ser preparados por las partes antes de que rindan su
testimonio en el juicio oral?
Sí. Los deben preparar, pero no en el sentido de crear su testimonio o dirigir lo
que debe testificar o para que falten a la verdad, sino para ilustrarlos sobre el pro-
cedimiento y las reglas que han de seguirse; los efectos jurídicos de su declaración;
cuál va a ser el papel del interrogador, del contra interrogador y del juez; sus dere-
chos, sus deberes; resaltar que la verdad está por encima de cualquier otra consi-
deración; advertirles que no debe emitir opiniones y prever preguntas de la otra
parte, entre otros aspectos.

78. ¿Es posible que los funcionarios de la Policía intervengan en el juicio oral?
Sí es posible. Si son propuestos como testigos por las partes, a fin de que expli-
quen su intervención en la recolección de evidencias (qué fue lo encontrado y
cómo lo encontraron), en las aprehensiones (cómo se realizó la captura o por qué
razón) y en los actos de investigación en términos generales.

79. ¿Cómo se desarrolla la declaración del testigo en el juicio oral?


Se le recibe el juramento de no declarar en falso testimonio. Seguidamente, la
parte que ofreció la prueba lo interroga y después, si lo desea, la otra parte lo con-
trainterroga. Todos los testigos se someten a preguntas o contrapreguntas.

80. ¿Qué es una audiencia defijación de pena o reparación de la víctima?


Si el fallo es condenatorio y si las partes lo solicitaren, el Tribunal abrirá el
debate, a fin de examinar lo relativo a la individualización de la pena (determina-
ción de la sanción que corresponde imponer a la persona juzgada cuando sea
declarada culpable) y a la cuantificación de la responsabilidad civil (monto de
indemnización de daños y prejuicios a pagar a la víctima), si procediera .

. . Algunos procedimientos alternos


para la solución del conflicto

81. ¿En qué consiste el criterio de oportunidad?


Es la facultad que tienen los agentes del Ministerio Público para ejercer la
acción penal de forma limitada (por determinado delito o delitos que decida) o
inclusive no ejercerla; es decir, para no atribuir un hecho delictivo a una o varias
personas ante los Tribunales, en atención a las circunstancias particulares que se
presentan.

82. ¿Qué ventajas tiene el criterio de oportunidad?


Que el Estado, a través del Ministerio Público, concentra sus esfuerzos en
investigar los delitos de mayor impacto social, a la vez que procura la solución del
conflicto por otros mecanismos distintos al proceso propiamente.
100 Preguntas del Sistema Penal Acusatorio 21

83. ¿En qué casos procede la aplicación del criterio de oportunidad?


(1 Cuando el autor o partícipe del delito haya sufrido, a consecuencia del hecho, un
daño físico o moral grave que haga innecesaria y desproporcionada una pena.
(1 Cuando se trate de un hecho que no afecte gravemente el interés de la colecti-
vidad.
e Cuando la intervención del imputado se estime de menor relevancia.
(1 Cuando la acción penal esté prescrita o extinguida; es decir, haya transcurrido
el tiempo que establece la Ley para investigar o acusar.

84. ¿ Qué controles existen cuando el agente del Ministerio Público aplica el
criterio de oportunidad?
Se debe notificar a la víctima o al querellante, quien de no estar de acuerdo,
debe anunciar sus objeciones en el término de los quince días siguientes, y el caso
se someterá al control por parte del Juez de Garantías.

85. ¿Qué es la conciliación?


La conciliación es una forma alternativa de resolución de conflictos. En la con-
ciliación, que sólo se puede dar en los delitos donde es posible desistir de la pre-
tensión punitiva, se trata de llegar a un acuerdo entre las partes, que de lograrse,
tiene que darse el cumplimiento íntegro de la obligación para que se extinga la
acción penal; es decir, para que cese la posible intervención del Ministerio Público.

86. ¿Qué es la mediación?


También es un mecanismo alternativo de resolución de conflictos. En la
mediación, las partes, antes de que se de la apertura a juicio, pueden solicitarle al
fiscal o al Juez de Garantías que su conflicto penal sea enviado a uno de los
Centros Alternos de de Resolución de Conflicto del Órgano Judicial o del
Ministerio Público, o a un centro de mediación privada, con el propósito de llegar
a un acuerdo.

87. ¿El fiscal puede hacer acuerdos con el procesado?


Sí, para humanizar las actuaciones, solucionar los conflictos generados por la
violación de la ley penal, obtener ayuda investigativa y testimonial contra otras
personas presuntamente vinculadas al delito, y propiciar la reparación efectiva de
los daños y perjuicios causados.

_ Algunos procedimientos en particular

88. ¿Qué es el sometimiento al procedimiento simplificado inmediato?


Cuando se trate de delitos con penas menores de tres (3) años, una vez formu-
lada la imputación de cargos y en el mismo acto, si el fiscal considera que tiene
suficiente material probatorio para obtener una sentencia condenatoria, podrá
22 Órgano Judicial • Ministerio Público de Panama

requerir al imputado si acepta los hechos y de éste aceptarlos, el Juez de Garantías


dictará sentencia en ese mismo acto de audiencia.

89. ¿Qué es el sometimiento al juicio oral inmediato?


Después de la imputación y tratándose de delitos con penas mayores de tres (3)
años, si el fiscal considera que tiene suficiente caudal probatorio para obtener una
sentencia condenatoria, podrá acusar verbalmente al imputado en la misma
audiencia. En este caso, el Juez de Garantías fijará la fecha para audiencia, la cual
se surtirá ante el Tribunal de Juicio.

90. ¿Qué es el sometimiento al procedimiento directo?


Después de la imputación y tratándose de delitos con penas hasta cuatro (4)
años, si el fiscal considera que tiene suficiente caudal probatorio para obtener una
sentencia condenatoria, podrá acusar verbalmente al imputado en la misma
audiencia y, si el acusado acepta los hechos, el Juez de Garantías dictará sentencia
sin más trámite.

91. ¿En qué consiste el anticipo jurisdiccional de la prueba?


En que, excepcionalmente, las partes pueden pedir al Juez de Garantías la pro-
ducción anticipada de una prueba, primordialmente, cuando se trate de una decla-
ración, que lo más seguro es que no se pueda recibir en el juicio o cuando exista
evidente riesgo que la demora haga perder la fuente de prueba (testigos con enfer-
medad terminal o extranjeros que fueron víctimas de delito, pero que deben salir del
país). También procede practicar toda la prueba necesaria anticipadamente, cuando
el imputado se encuentre prófugo y por el transcurso del tiempo sea imposible pre-
servar la prueba. Estas pruebas deben ser practicadas ante el Juez de Garantías .

• Implementación del Sistema Penal Acusatorio

92. ¿Cómo se implementará el Sistema Penal Acusatorio?


De manera progresiva. Iniciando en el Segundo Distrito Judicial, es decir, en las
provincias de Coclé y Veraguas, así como también se aplicará a todos los procesos
que sean de competencia de la Corte Suprema de Justicia en Pleno y la Sala Penal,
como Tribunal de única instancia y de la Asamblea Nacional.

93. ¿Cuándo se implementará en el resto del país?


También de manera progresiva, cada año, sucesivamente, siguiendo con el
Cuarto Distrito Judicial, es decir, las Provincias de Herrera y Los Santos; luego se
implementará en el Tercer Distrito Judicial, que comprende las provincias de
Chiriquí y Bocas del Toro; y, por último, en el Primer Distrito Judicial, esto es, en
las provincias de Panamá, Colón, Darién y la comarca Kuna Yala.
100 Preguntas del Sistema Penal Acusatorio 23

94. ¿Qué va a pasar con las investigaciones relacionadas con hechos y conduc-
tas ocurridas antes de la vigencia del Sistema Penal Acusatorio?
Continúan con el sistema anterior.

95. ¿Qué resultados se espera que tenga el Sistema Penal Acusatorio?


Se espera que el tiempo que demora el proceso penal disminuya cuantitativa-
mente, haciéndolo a la vez más ágil, eficaz y transparente. Esto será así, porque las
pruebas se recibirán en la audiencia pública y las decisiones se tomarán también de
manera pública. Este nuevo sistema permite la ampliación de la cobertura de los dere-
chos, tanto del sindicado como de la víctima, y también la protección de esta última.

96. ¿Cuál se cree será el mayor impacto del Sistema Penal Acusatorio ell la
sociedad?
La agilidad y la rapidez son los mayores impactos con los que contará el nuevo
sistema para administrar justicia. Sin duda, el desenvolvimiento mediante audien-
cias públicas permite que los medios de comunicación pongan en conocimiento
los casos, como una manera de controlar colectivamente la calidad del trabajo de
los jueces, ya sea a nivel individual o de Tribunal, del Ministerio Público y de los
abogados, ya sean públicos o privados.

97. ¿Cómo se espera sean los resultados del Sistema Penal Acusatorio en mate-
ria de eficacia y garantía?
Los resultados que esperamos del nuevo Sistema Penal Acusatorio en materia
de eficacia y garantía van dirigidos a disminuir cuantitativamente, tanto las deten-
ciones preventivas prolongadas en el tiempo, como los procesos sin detenidos,
caracterizándose por resoluciones prontas de los Tribunales, que darán certeza a
las partes de resultados imparciales.
Además, el control previo por parte del Juez de Garantías en actividades claves
en la fase de investigación, representa un incremento de respeto a las garantías
fundamentales de los ciudadanos.

98. ¿Es posible que el Sistema Penal Acusatorio genere impunidad?


El sistema no está diseñado para facilitar la impunidad pero, sin duda, este
fenómeno es un problema real en nuestro entorno. No obstante, las causas no
dependen del sistema procesal penal que se escoja, sino de la solidez de las institu-
ciones. Asimismo, es importante el compromiso que cada uno de los actores del
sistema, incluyendo a la sociedad civil y los medios de comunicación, asuman con
responsabilidad y empeño, y que cada uno cumpla con su función: que el fiscal
dirija su investigación de manera objetiva, que la policía y los organismos de inves-
tigación técnico-científica le colaboren adecuadamente, que el defensor actúe con
academicismo y lealtad, que el juez sea totalmente imparcial e independiente, y
que para que el sistema opere con fluidez exista la dotación de recursos que sean
necesarios.
24 Órgano Judicial • Ministerio Público de Panamá

99. ¿Resultará demasiado costosa la instalación de este sistema en Panamá?


Indudablemente que el cambio del sistema actual, por uno moderno, va a
requerir una cuantiosa inversión inicial en áreas como infraestructura, capacita-
ción y tecnología, entre otrosí pero en muy corto tiempo, esta inversión se debe
recuperar en la medida en que los procesos se resuelvan en menos tiempo, con el
consecuente ahorro de insumos como horas-hombres, servicios básicos, disminu-
ción de los plazos de la detención preventiva y, lo más importante, la respuesta
oportuna de la demanda del servicio .

. . Atención a la ciudadanía
100. ¿Qué son los centros de atención e información al ciudadano?
Son puestos de información ubicados en la entrada de las sedes de los
Tribunales y están conformados por funcionarios que han sido especialmente
capacitados para brindar cualquier información relativa a los distintos servicios
que preste el Órgano Judicial.
UNIVERSIDAD DE PANAMÁ
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
ESCUELA DE PSICOLOGÍA

PSICOLOGÍA FORENSE

NEUROLOGÍA DE LA MALDAD

PROFESORA
MELBA STANZIOLA

INTEGRANTES
Nadia Batista 8-984-837
Nayelis Baptist 3-748-662
Margaret Francis 8-977-1433
Thays Herrera 8-984-806
Madelaine Jiménez 8-972-357
André Medina 8-961-1145
María Spiegel 9-756-2194
Dimas Sugasti 8-976-1750
Marishell Underwood 8-983-1395
Margie Ward 8-981-1205

PANAMÁ, VIERNES 27 DE OCTUBRE DE 2023

1
ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN 2
II. PREÁMBULO. REGISTRO DE DAMNIFICADOS: CONDUCTAS MORALES Y AMORALES
2
III. DOS MALVADOS PROMINENTES: DE LA CRUELDAD LETAL AL ENGAÑO PREDADOR
2
IV. OBSERVANCIA COTIDIANA DE NORMAS: USOS DETECTADOS 2
V. CONCLUSIÓN 2
VI. BIBLIOGRAFÍA 2

2
I. INTRODUCCIÓN

En el presente escrito exploramos los orígenes y motivaciones de las conductas


intencionalmente dañinas, es decir, la maldad en nuestra especie. El Dr. Tobeña (autor del
texto) combina perspectivas de la biología, la psiquiatría, la psicología social y las
neurociencias cognitivas para analizar este fenómeno tan desafiante. Parte de la base de que
existe un pequeño porcentaje de individuos, probablemente en torno a un 5%, que muestra una
inclinación consistente hacia comportamientos antisociales dañinos. Dentro de ese grupo se
encuentran los psicópatas, que protagonizan buena parte de los casos más escalofriantes que
llegan a manos de la justicia.

Para ilustrar los perfiles típicos de maldad, nos centraremos en dos casos notorios: el del
terrorista Anders Breivik y el del estafador Bernard Madoff. Luego pasaremos a revisar estudios
sobre transgresiones éticas cotidianas, donde también emergen porcentajes similares de
infractores habituales, cooperadores consistentes y oportunistas.

Aclararemos los factores cerebrales, ambientales, sociales y motivacionales que subyacen a la


maldad, contrastando hallazgos de investigaciones recientes con reflexiones provenientes de
tradiciones morales y religiosas.

II. PREÁMBULO. REGISTRO DE DAMNIFICADOS: CONDUCTAS MORALES Y


AMORALES
Los malvados dejan, a su paso, un considerable rastro de bajas y de damnificados y
esos regueros de desgracias los ocasionan a conciencia. Es decir, queriendo lastimar o
perjudicar. Eso los distingue. Esa es su huella primordial y con eso queda cubierta una
definición que enseguida daría problemas si se le exigieran mayores sutilezas. En
nuestra tradición cultural, el mal lo representan Caín y el demonio: ellos dos son los
agentes principales del daño y las tragedias del mundo. El primero simboliza a los
urdidores y ejecutores de las inagotables vilezas y atrocidades que distinguen a nuestra
estirpe, mientras que el segundo anda detrás de todo lo que incita a la conducta
maligna, a través de insinuaciones y tentaciones sin fin. Con ello ya disponemos de
suficiente bagaje para empezar este recorrido por los perfiles perversos de la condición
humana.

Los comportamientos malignos, los que engendran daño, abusos y perjuicios de todo
tipo, reciben, asimismo, la catalogación de amorales o inmorales, sin necesidad de
recurrir a las nociones registradas en las leyes. La moralidad humana se apoya en dos
ejes primordiales: evitar lesionar o perjudicar a los demás y procurar socorrerlos en caso
de necesidad. No dañar, antes que nada, además de compartir y ofrecer ayuda siempre
que sea posible. La conducta prosocial o moral implica cooperación y socorro llegando
al extremo, si es preciso, de la merma de intereses o el sacrificio de objetivos propios.
En eso se sustenta la benignidad: en el funcionamiento adecuado y espontáneo de los

3
sentimientos morales. El asunto es muchísimo más complejo, por supuesto, aunque
para los objetivos de este ensayo puede dejarse así.

Los principios propugnados por las doctrinas de base secular o religiosa lo recogen de
ese modo cuando plasman aquellos sentimientos en los códigos normativos básicos.
Después de la reverencia y la dignificación de la autoridad suprema (la terrenal de
ordinario o la sobrenatural en las prescripciones religiosas), los principios del
comportamiento justo y deseable son muy sencillos: no matéis, no robéis, no engañéis,
no diseminéis calumnias ni levantéis falsos testimonios. No perjudiquéis al prójimo ni a
sus bienes, sus intereses o su reputación, en primerísima instancia, y siempre que
podáis socorrer y compartir, hacedlo.
Normas simples al servicio de la concordia y la atenuación de fricciones en la vida
comunal. Mimbres para trenzar la cohesión y el compromiso en las continuas y no
siempre plácidas transacciones de la convivencia. Todo eso es lo que los malvados se
dedican a subvertir con tenaz dedicación y, a menudo, con considerable fruición, quizá
porque carecen de sentimientos morales. Quizás, apuntaba ahí, aunque eso supone
avanzar conceptos y hay que ir un poco más despacio.
En los cimientos del edificio moral reside la regla de oro cooperadora: tratad a los otros
cómo querríais ser tratados, comportaos como esperaríais que se comportaran con
vosotros, haced en toda circunstancia lo que querríais que los demás hicieran por
vosotros. Un principio que puede rastrearse en todas las tradiciones doctrinales, tanto si
las normas se sustentan en la capacidad de escrutinio de una divinidad todopoderosa
como si no lo hacen así.

La complejidad de las interacciones sociales humanas abre un vastísimo universo de


dilemas cambiantes, con choques de intereses y caminos confrontados, en todos los
ámbitos donde hay bienes, intereses, estatus, valores o concepciones en litigio. Por
consiguiente, las opciones y las decisiones con carga moral se amplían y alcanzan una
variedad y sutileza inmensa y en muchos casos devienen difícilmente discernibles. De
ahí que el cuerpo de normas y leyes sea monumental y demande adiciones, ajustes y
precisiones sin cuento.

La reflexión anterior nos muestra la importancia de la moral en la sociedad y cómo los


malvados, al desviarse de estos principios, pueden causar un gran daño. Es
fundamental que los seres humanos se adhieran a normas simples que promuevan la
cooperación, la ayuda mutua y la consideración hacia los demás. La regla de oro, que
nos insta a tratar a los demás como queremos ser tratados, es un principio universal
que trasciende las diferencias culturales y religiosas.

Sin embargo, la complejidad de las interacciones humanas implica que los dilemas
morales son variados y a menudo difíciles de discernir. Por lo tanto, se requieren
cuerpos de normas y leyes amplios y en constante evolución para abordar las
situaciones cambiantes y los choques de intereses en la sociedad. La moralidad y la

4
ética continúan siendo cuestiones fundamentales para la convivencia y la resolución de
conflictos en un mundo diverso y en constante cambio.

Se aborda varios puntos importantes sobre la moralidad y la naturaleza humana. Aquí están los
puntos más destacados:

● Componentes básicos de la moralidad: Se menciona componentes


fundamentales de la moralidad presentes en todas las tradiciones, como la
importancia de la familia, la reciprocidad y la honestidad en el comercio, la
equidad en el disfrute de bienes, el respeto por las personas y los símbolos, así
como el cuidado por la higiene y la moderación en algunos hábitos.
● Visión pesimista de la naturaleza humana: Se describe una visión pesimista de
la naturaleza humana que asume el predominio de los malvados. Se menciona
la división maniquea del mundo en dos mitades, benéfica y tóxica, según la cual
la mayoría de nuestras tradiciones se nutren.
● Reducción de la violencia: Se hace referencia a un punto de vista más benigno
sobre la naturaleza humana que sugiere una disminución apreciable de la
violencia en todas partes, según los estudios sobre la criminalidad de las últimas
décadas.
● Los siete "pecados capitales": Se hace mención de los siete "pecados capitales"
de la Iglesia romana, que incluyen la soberbia, la ira, la envidia, la avaricia, la
lujuria, la gula y la pereza. Estos son considerados como puertas de entrada a
los perfiles malévolos distintivos.
● Enfoque del autor: El autor enfatiza la importancia de recopilar conocimientos
sólidos y evitar detalles sensacionalistas. El propósito es acumular un
conocimiento incipiente pero firme en un ámbito donde se valora el buen criterio
de los juristas y moralistas ecuánimes y prudentes.

5
III. DOS MALVADOS PROMINENTES: DE LA CRUELDAD LETAL AL ENGAÑO
PREDADOR

Es importante analizar el caso de Anders Breivik y su diagnóstico psicológico en el contexto de


su comisión de actos atroces. Breivik es un ejemplo de un individuo que causó un daño
extremo de manera deliberada y premeditada. Su caso plantea importantes cuestiones en
relación con su salud mental y su responsabilidad legal. Se destaca que Breivik cometió actos
violentos que resultaron en la muerte de 77 personas y lesiones a muchas otras. Él justificó sus
acciones en un manifiesto ideológico en el que expresaba su rechazo a la multiculturalidad y su
preocupación por lo que percibía como una "islamización" de su país. Este manifiesto
proporciona un vistazo a sus motivaciones y creencias extremistas.

En cuanto al diagnóstico psicológico, se produjo un debate significativo en el caso de Breivik. El


primer comité de psiquiatras forenses lo diagnosticó con esquizofrenia paranoide y lo consideró
mentalmente perturbado, lo que habría llevado a que fuera considerado no responsable de sus
actos. Sin embargo, este diagnóstico y conclusión fueron objeto de críticas y controversias, lo
que llevó a la designación de un segundo comité de evaluación.

El segundo comité llegó a una conclusión diferente al diagnosticar a Breivik con un trastorno de
personalidad, etiquetándolo como narcisista y antisocial, y no encontró evidencia de
disfunciones mentales en el momento de cometer los ataques. Esto llevó a que Breivik fuera
considerado legalmente responsable por sus acciones y se le impusiera una sentencia de 21
años de prisión, con un período mínimo de 10 años de reclusión obligatoria.

Este caso ilustra las complejidades de la evaluación psicológica en casos de extremismo y


violencia. Las diferencias en los diagnósticos y las consecuencias legales resaltan los desafíos
de determinar la responsabilidad de un individuo que comete actos extremadamente violentos
en nombre de una ideología. También plantea cuestiones éticas y legales sobre el tratamiento y
la seguridad de individuos como Breivik en el sistema penal y el potencial riesgo que pueden
representar para la sociedad.

El caso del defraudador Bernard Madoff, un destacado financiero norteamericano, no requirió


un enjambre de especialistas para discernir sobre incertidumbres y sutilezas diagnósticas.
Madoff había llegado a ocupar el cargo de director consultivo del mercado NASDAQ, en la
Bolsa de Nueva York, y aceptó inmediatamente su responsabilidad en el fraude monumental
que había urdido y conducido, con notable eficacia, durante décadas. Admitió ser el operador
principal del esquema Ponzi que había montado a través de su cartera de inversiones, hasta
precipitar el fraude financiero más importante de la historia norteamericana. En marzo de 2009
se declaró culpable de once delitos federales por haber convertido su firma de inversiones
bursátiles en una estafa piramidal inmensamente lucrativa, que engañó y defraudó a miles de
clientes por un valor de miles de millones de dólares. Madoff declaró que inició las operaciones
fraudulentas a principios de la década de 1990, aunque los investigadores federales
encontraron indicios de que la estafa pudo haber comenzado ya en la década de 1970. La
suma total de capital volatilizado, incluyendo las ganancias inventadas, alcanzó la cifra de
6
65.000 millones de dólares. Las pérdidas reales de dinero, según un comité asesor nombrado
por el Tribunal, se situaron alrededor de los 18.000 millones de dólares. El 29 de junio de 2009
Madoff fue sentenciado a 150 años de encarcelamiento, la máxima pena aplicable en Estados
Unidos según la ley federal vigente para esos supuestos.

Las decisiones de los tribunales noruego y estadounidense implicaron que ambos delincuentes,
Anders Breivik y Bernard Madoff, fueron considerados plenamente responsables de sus
acciones. Breivik, a pesar de su comportamiento extremadamente violento y su discurso
incoherente, generó dudas sobre su discernimiento debido a su letalidad y rarezas en su
comportamiento. En contraste, los delitos de Madoff no suscitaron dudas, ya que se consideró
que actuó con plena conciencia y reflexión, mostrando una mente perspicaz y meticulosa.

A pesar de la gravedad de sus acciones, se considera que ambos eran plenamente


conscientes de las consecuencias de sus crímenes. Este contraste ilustra dos formas de
psicopatía: aquellos que causan daño físico y aquellos que perjudican económicamente, con
reacciones sociales diferentes hacia cada tipo de delito.

De la crueldad fría y letal a la desvergüenza parasitaria

La motivación y el comportamiento de dos individuos notorios, Anders Behring Breivik y


Bernard Madoff, a pesar de poseer personalidades muy distintas. Breivik era un extremista
xenófobo noruego que se embarcó en una campaña mortífera, mientras que Madoff era un
comerciante estadounidense impulsado por un insaciable deseo de dinero y estatus social.

A pesar de estas diferencias, vemos que no es infrecuente que los psicópatas actúen sin una
motivación clara más allá de causar daño a los demás y disfrutar de su sufrimiento. La crónica
negra en todo el mundo está llena de casos crueles y morbosos que a menudo capturan la
atención pública y se convierten en temas recurrentes en la literatura y el cine de género negro.

El autor destaca la elección de Breivik y Madoff debido a su pertenencia a segmentos


acomodados de la sociedad, pero señala que hay personajes con historias aún más
truculentas. En general, los perpetradores de crímenes graves suelen ser una minoría selecta,
y solo una pequeña proporción de ellos se puede diagnosticar como psicópatas con certeza.

En los casos más alarmantes de la crónica policial y judicial, los psicópatas suelen ser
prominentes, lo que puede representar cerca de la mitad de estos casos. Sin embargo, estos
casos no son exhaustivos, ya que también involucran factores como el abuso de sustancias,
anomalías neurológicas y psiquiátricas, así como dificultades personales.

El autor plantea la pregunta de si la neurociencia puede ser de ayuda para comprender mejor
los dilemas complejos a los que se enfrentan los jurados y magistrados al tomar decisiones
legales y aplicar sanciones proporcionadas.

7
IV. OBSERVANCIA COTIDIANA DE NORMAS: USOS DETECTADOS

Definimos como conducta no ética los actos que violan principios morales ampliamente
aceptados por la sociedad como la honestidad y la reciprocidad. Incluyendo el engaño, el
fraude o la estafa. Muchos comportamientos que violan estos principios morales no tienen una
víctima identificable, pero pueden lesionar los intereses de una comunidad y son también
ejemplos de conducta no ética.

Las cámaras de videovigilancia instaladas en muchísimos lugares donde hay concurrencia de


gente, además de ayudar a la policía cuando hay que revisar las secuencias grabadas en una
zona donde se ha producido un delito, han permitido llevar a cabo estudios sobre la conducta
espontánea de los ciudadanos. A finales de 2008, un equipo de psicólogos sociales de la
Universidad de Groninga comunicó en Science unos hallazgos sobre la conducta cívica e
incívica de los viandantes de esa ciudad del norte de los Países Bajos que tuvieron gran
repercusión. Montaron varias situaciones para analizar la influencia del contexto en la
observancia o la transgresión de normas cívicas claras y explícitas. Partían del hecho de que el
vandalismo y la suciedad circundante tienden a incrementar los comportamientos incívicos en
lugares públicos.
En su primer experimento decidieron medir la conducta de ensuciar la vía pública lanzando
papeles al suelo.
Los resultados detectaron dos patrones de comportamiento en los individuos grabados: ante
las señales de suciedad ostentosa de la pared, con transgresión de la norma de no pintar
grafitis, un 70 % de los individuos ensuciaban el suelo y un 30 %, aproximadamente, no lo
hicieron y se guardaron el panfleto; en cambio, ante las señales de respeto escrupuloso de las
normas (pared limpia de grafitis), un 70% conservaba el papel sin tirarlo y solo un 30 %
ensuciaba el pavimento.
Decidieron confirmar esos hallazgos en otras circunstancias y con otras medidas. Lo probaron
en un aparcamiento privado subterráneo, colindante con el supermercado y usado por su
clientela motorizada. Hicieron lo mismo y colocaron los panfletos en los parabrisas de los
vehículos aparcados, muchos de ellos de gamas altas en un lugar que tiene una renta elevada.
La norma, bien visible también en ese caso, era dejar los carros de la compra ordenados en su
sitio una vez descargadas las bolsas, sin dejarlos desparramados por todas partes. Los
resultados arrojaron proporciones prácticamente idénticas a los de los ciclistas.
Finalmente decidieron poner a prueba la apropiación de dinero ajeno en un lugar público.
Colocaron en la boca de un buzón de correos situado en una esquina de la plaza Mayor de
Groninga un sobre mal cerrado y a medio introducir, pero con el destinatario bien indicado, del
cual sobresalía una punta de un billete de cinco euros. Grabaron a los viandantes para poder
distinguir entre los que, al verlo, cerraban el sobre y lo empujaban al fondo del buzón,
mandándolo a su destino, y aquellos que se quedaban con el dinero y salían zumbando.
Cuando el buzón y el parterre que lo rodeaba estaban impecables, predominaron las conductas
cívicas, pero cuando el buzón estaba sucio con todo tipo de pintadas y el suelo lleno de
papeles y desechos, predominó la conducta de llevarse el dinero.
La fracción que incurre en ese tipo de conductas antisociales, de manera habitual, oscila entre
el 20% y el 30 % de la gente.

8
En el otro extremo del espectro, hay un segmento de ciudadanos que oscila, asimismo, entre el
20 y el 30 %, que suele observar siempre las normas, aunque haya signos claros de que la
mayoría no las respeta. Y existe, finalmente, un conjunto mayoritario de ciudadanos que oscila
entre el 40 y el 60 % que tiende a respetar o a saltarse las normas en función de lo que
observa en el entorno.

Continuando con lo expuesto se discuten estudios complementarios sobre honestidad en


contextos experimentales de laboratorio. Se les dio a los participantes oportunidades de ganar
dinero mintiendo sobre resultados aleatorios de lanzar dados. Alrededor de un 30% mintió
sistemáticamente para maximizar ganancias. Un 25-30% fue consistentemente honesto. Y el
resto (40-45%) mintió con frecuencia pero no de forma absoluta. Esto confirma la existencia de
segmentos minoritarios extremos prosociales y antisociales, y una mayoría con comportamiento
oportunista. Patrones similares se observan tanto en la vida real como en experimentos
controlados. También se analizó cómo el contexto social influye en los niveles de honestidad.
En países con más corrupción e incumplimiento de normas, los ciudadanos tienden a ser más
deshonestos. Aunque no mientan directamente, hacen trampa para ganar más.
Todo esto nos evidencia que hay una importante variabilidad individual en las conductas éticas.
Pero los factores sociales también moldean estas tendencias, por lo que mantener instituciones
que promuevan la honestidad y las normas cívicas es crucial para asegurar el bienestar
colectivo.

El estudio mencionado analiza la honestidad y la conducta de las personas en diferentes


países. Se encontró que la honestidad no es un rasgo absoluto, y las personas no son
completamente honestas y deshonestas. Algunos individuos prefieren transgredir una norma
antes que mentir para mantener una imagen de sí mismos. Esto se denomina "deshonestidad
justificada."
Los resultados mostraron que en países con altos niveles de deshonestidad corriente, los
participantes tendieron a actuar de manera cercana a esta "deshonestidad justificada."
También se observó una relación entre las ganancias de los participantes en un juego y el
índice de corrupción por países. En países más corruptos, las personas tendieron a mentir más
en el juego. Además, se confirmó que esta relación existía incluso antes de que los
participantes nacieran, sugiriendo que la sociedad influye en la honestidad de sus
ciudadanos.Estos hallazgos recuerdan los experimentos de Milgram, donde se pidió a personas
aplicar descargas eléctricas dolorosas a otros bajo la influencia de autoridades científicas. Solo
un 30% se negó a hacerlo, mientras que el 70% siguió las órdenes. Esto muestra cómo las
normas y la influencia de la autoridad pueden llevar a comportamientos inmorales. En resumen,
la sociedad y las normas influyen en la honestidad de las personas, y muchos se conforman
con comportamientos cuestionables en situaciones específicas.

V. CONCLUSIÓN
En este trabajo, se explora la maldad en la especie humana desde una perspectiva
interdisciplinaria que abarca la biología, la psiquiatría, la psicología social y las neurociencias

9
cognitivas. El autor aborda la existencia de un pequeño porcentaje de individuos,
aproximadamente un 5%, que muestra una inclinación consistente hacia comportamientos
antisociales dañinos, incluyendo psicópatas, y analiza cómo estos individuos pueden desafiar la
moralidad y la ética en la sociedad.

A través de los casos notorios de Anders Breivik y Bernard Madoff, se examinan dos extremos
de la psicopatía: aquellos que causan daño físico extremo y aquellos que perjudican
económicamente. Se destaca la complejidad en la evaluación de la salud mental y la
responsabilidad legal en estos casos.

El trabajo también analiza la observancia cotidiana de normas éticas y cómo factores sociales,
como la corrupción y el incumplimiento de normas, influyen en la honestidad de las personas.
Se revela una variabilidad individual en las conductas éticas, con segmentos minoritarios
prosociales y antisociales, así como una mayoría oportunista.

En última instancia, el autor resalta la importancia de mantener instituciones que promuevan la


honestidad y las normas cívicas para garantizar el bienestar colectivo. Este trabajo proporciona
una visión integral de la maldad en la sociedad y ofrece una perspectiva valiosa sobre la
compleja interacción entre factores biológicos, psicológicos y sociales en la determinación de
comportamientos éticos y antisociales.

VI. BIBLIOGRAFÍA
Tobeña, A. (2017). Neurología de la maldad (1.a ed., Vol. 1). Plataforma editorial.

10
UNIVERSIDAD DE PANAMÁ

Facultad de Psicología
Licenciatura de Psicología

Psicología Forense
Perfil psicopático y cerebro moral y amoral

Integrantes:
Durbin Cedeño 6-706-1442
Krishell Francois 8-990-194
Alison Hinestroza 8-971-1877
Eva Lizárraga 8-978-1954
Rosa López 8-976-1270
Anthony Martínez 8- 973-1676
Raquel María Merón H. 8-980-867
Meryann Montenegro 8-948-1194
Alanys Ortega 8-981-1693

Profesora: Melba Rosa Stanziola

27 de octubre de 2023
Índice

Índice....................................................................................................................................... 2
Introducción............................................................................................................... 3
El perfil psicopático............................................................................................................... 4
Currículums psicopáticos desde la infancia........................................................... 5
Cerebros morales y amorales.................................................................................. 7
Idiocia moral: de las criaturas a los adultos........................................................... 9
El gélido utilitarismo de los psicópatas................................................................. 11
Insensibilidad ante el daño...................................................................................12
¿Marcadores neurales de psicopatía?................................................................. 13
La psicopatía ante la justicia................................................................................ 14
Emotividad disfuncional: indicadores fisiológicos de psicopatía:......................... 15
Introducción

La conducta humana es un espectro amplio y diverso, que abarca desde la


cooperación y la compasión hasta la engañosa crueldad. Dentro de esta gama, los
psicópatas ocupan un lugar extremo, caracterizado por patrones de comportamiento
que desafían la comprensión convencional de la moralidad y la empatía. Este
trabajo nos permite indagar en el intrigante mundo de los psicópatas, individuos que
muestran una preocupante tendencia hacia la explotación, la manipulación y la falta
de remordimiento en sus interacciones sociales. También explorará las
características distintivas de la psicopatía, su desarrollo desde la infancia y los
posibles marcadores neurales que la acompañan.
Los psicópatas, que constituyen un pequeño pero significativo porcentaje de la
población, han sido objeto de estudio y debate en el campo de la psicología y la
neurociencia. En este contexto, las investigaciones sobre el perfil psicopático han
revelado sobre la naturaleza intrincada de la moralidad humana, identificando
diferencias notables entre lo que se conoce como "cerebros morales" y "cerebros
amorales". Estos descubrimientos han abierto puertas a la comprensión de las
bases biológicas y psicológicas que subyacen a la moralidad humana y la falta de
ella.
Además, este trabajo abordará el concepto de "idiocia moral" y su relación con la
incapacidad de algunos individuos para discernir entre el bien y el mal, a pesar de
contar con un buen coeficiente intelectual. A medida que exploramos estos
aspectos, nos adentraremos en el mundo de la psicopatía y su influencia en la
sociedad.
Finalmente, consideraremos la cuestión de si es posible utilizar marcadores
cerebrales y el funcionamiento de ciertas redes neurales para predecir
comportamientos violentos o crueles en individuos psicopáticos. Esta perspectiva
arroja luz sobre el desafiante debate en el ámbito legal sobre la responsabilidad y la
capacidad mental de los acusados psicopáticos. A lo largo de este trabajo, se
espera proporcionar una visión más completa y matizada de un perfil tan enigmático
como el psicopático, que plantea preguntas importantes sobre la naturaleza misma
de la moralidad y la empatía en la sociedad contemporánea.
El perfil psicopático
La conducta humana puede ser tanto cooperativa y compasiva como engañosa,
abusiva y cruel, los psicópatas se encuentran en el extremo más dañino de este
espectro. Los psicópatas muestran un patrón de comportamiento que se refleja en
sus relaciones interpersonales, afectividad y estilo de vida. Son explotadores,
manipuladores, carecen de empatía y tienen tendencia a la impulsividad. Actúan de
manera egoísta y sin escrúpulos, causando daño a otros sin sentir remordimiento o
temor a las consecuencias, son individuos insensibles y dañinos, y se estima que
constituyen entre el 1% y el 1.5% de la población. En comparación, en las prisiones,
rara vez superan el 20% de los reclusos.

Robert Hare, actualmente el mayor experto en psicopatía, definió a los psicópatas


de esta forma:
“La psicopatía es un trastorno de la personalidad que se define por una serie de
conductas y rasgos de personalidad significativos, la mayoría de los cuales son mal
vistos por la sociedad. El psicópata nos presenta una imagen de una persona
preocupada por sí misma, cruel y sin remordimientos, con una profunda carencia de
empatía y de la capacidad para relacionarse con los demás de manera natural. Lo
que destaca de él es que están ausentes las cualidades esenciales que permiten a
los seres humanos vivir en sociedad.”.

Hare realiza también una clasificación de diferentes tipos de psicópatas:


● Psicópata Primario: es un individuo que presenta un encanto superficial, es
inteligente, no presenta delirios ni pensamientos irracionales, es informal,
insincero, incapaz de experimentar culpa o remordimiento, falta de juicio
práctico e incapaz de aprender de las experiencias, egocentrismo en
extremo, pobreza afectiva e incapaz para amar, relaciones interpersonales
escasas y tiene dificultad para seguir un plan de vida estable.
● Psicópata Secundario: correspondería a un individuo que es capaz de
mostrar culpa y remordimiento, puede establecer relaciones afectivas, su
conducta estaría motivada por problemas de índole neurótica.
● Psicópatas Disociales: serían individuos que presentan conductas
antisociales y que pertenecen a un mundo marginal y poseen o tienen una
subcultura propia. Tendrían una personalidad “normal” y serían capaces de
funcionar adecuadamente dentro de su grupo, manifestando lealtad,
sentimientos de culpa y de afecto.

El diagnóstico de la psicopatía se realiza comúnmente utilizando la escala PCL-R de


Hare, que consta de 20 ítems puntuados en una escala de tres categorías. Los
criterios incluyen la falta de remordimiento, culpa o vergüenza, conducta antisocial
sin justificación, egocentrismo extremo, entre otros. El PCL-R proporciona una
puntuación general de Psicopatía y puntuaciones en 2 factores
(Interpersonal/Afectivo y Desviación social):
● Factor interpersonal: incluye aquellos ítems que hacen referencia a
características interpersonales y afectivas.
● El factor de Desviación Social, abarca aquellos elementos relacionados con
problemas de conducta, irresponsabilidad e impulsividad y con un déficit en la
socialización del individuo.
● Y por último en 4 facetas (Interpersonal, Afectiva, Estilo de vida, Antisocial).

Currículums psicopáticos desde la infancia

Esa constelación egoísta, mendaz, violenta y cruel comienza a manifestarse en la


infancia.

Hay versiones de la PCL para adolescentes y para niños, aunque las medidas de
insensibilidad y frialdad emotiva son las que han ofrecido mayor utilidad para
detectar e identificar estas características en la niñez.

Una forma de ser y actuar que no sólo precede a la forma más común de psicopatía
en adultos, sino que también se transmite de generación en generación. Esto
sugiere que la psicopatía podría ser en gran medida una característica inherente
desde el nacimiento.

Essi Viding, quien trabaja como investigadora en el University College de Londres,


presentó un caso hipotético que ilustra el camino típico, tanto en términos clínicos
como legales, que siguen las personas que desarrollan características psicopáticas
durante su transición a la edad adulta.

Caso Robot

Mark era el segundo hijo de Lisa y Tom, según la madre de Mark el presento las
siguientes características: Era muy diferente a su hermana mayor, difícil de manejar,
con gritos y rabietas muy frecuentes, y con una aparente incapacidad para retornar
afecto a sus padres. No respondía a los intentos de interactuar o juguetear, mirando,
a menudo, hacia otra parte cuando Lisa le hablaba, Se mostraba con frecuencia
violento con otros niños, intentando lastimarlos cuando los mayores se distraian. Era
también cruel con la mascota familiar, Rompía deliberadamente los juguetes de su
hermana.

En la escuela primaria, los problemas de Mark fueron rápidamente en aumento y fue


trasladado a un centro educativo para niños con problemas comportamentales. Su
hermana, en cambio, progresaba muy bien en la escuela y tenía muchos amigos.

En la adolescencia, la conducta de Mark en el instituto se caracterizó por las


acciones agresivas, el acoso y chantaje a los compañeros, intimidaciones a los
profesores y total ausencia de remordimiento por su conducta. Ninguna de las
sanciones impuestas por los centros por donde pasó pareció tener efecto alguno
sobre él.

Al cumplir los dieciocho años fue condenado, por primera vez, a reclusión carcelaria
por un robo con violencia. No montó una familia, aunque tuvo un rosario de parejas,
dos de las cuales quedaron embarazadas. Mark no mostró el menor interés en
ocuparse de las criaturas o en proporcionar ayuda económica. Se dedicó al tráfico
de drogas, estuvo implicado en varias estafas y acabó en la cárcel, por segunda
vez, por haber matado a un socio por un litigio sobre dinero. Al llegar a adulto, el
perfil de Mark fue sometido a un escrutinio sistemático por parte de los psicólogos
de la cárcel.

En los informes, describen que Mark raramente expresaba culpa o remordimiento y


que parecía incapaz de sentir empatía, mientras que disfrutaba cuando manipulaba
a los demás. Registraron, además, su implicación en una considerable variedad de
acciones criminales fuera y dentro de la prisión.

Aunque los rasgos psicopáticos de Mark se manifestaron con tonos diferentes en


función de la edad, su conducta mostró de manera invariable a lo largo de toda su
trayectoria una total falta de escrúpulos o de preocupaciones por el daño o los
perjuicios ocasionados a los demás.

Ese retrato detallado constituye una buena ilustración de que la psicopatía


constituye una anomalía o peculiaridad madurativa que se caracteriza por
disfunciones en el procesamiento afectivo y por una probabilidad incrementada de
conductas violentas. Es el perfil más característico de la trayectoria de los
psicópatas que suelen acabar más pronto que tarde en prisión, aunque los hay
también mucho más discretos y prudentes.

Cuando hablamos de medir la psicopatía, lo importante es que los criterios de Hare


pueden ayudarnos a identificar a un gran número de delincuentes que
probablemente cometerán delitos graves y frecuentes. Tenemos evidencia sólida de
que estos criterios son buenos para predecir si alguien volverá a delinquir, si
cometerán delitos violentos, si tendrán problemas en prisión y si no responderán
bien a los programas de reeducación y prevención.

Cuando alguien es diagnosticado con precisión como psicópata, es más probable


que vuelva a cometer delitos después de salir de la cárcel, y esa probabilidad
aumenta a medida que su puntuación en la escala de psicopatía es más alta. En
estudios que analizan muchos casos, se ha encontrado que en el primer año
después de ser liberados, las personas diagnosticadas como psicópatas tienen tres
veces más probabilidades de cometer delitos en comparación con aquellos que no
son psicópatas, y cuatro veces más probabilidades de cometer delitos violentos.
Hay abundantes datos, por último, que indican que la conducta de un 6 % de los
delincuentes basta para explicar una gran mayoría de los delitos y que un 5 % de
las familias concentra más de la mitad de los conflictos policiales y judiciales en
todas partes. Por lo tanto, debe concluirse que los hallazgos a favor de que existe
un segmento de la ciudadanía que muestra unas inclinaciones y una creatividad
destacada para perjudicar o dañar al prójimo son clamorosos. Esas habilidades
comienzan a manifestarse, además, muy pronto: en la infancia tardía ya son
plenamente detectables. Conviene acercarse, ahora, a la circuitería interna que está
detrás de esos talentos.

Cerebros morales y amorales


La exploración cerebral ha sido muy relevante en individuos con psicopatía y su
relación con la toma de decisiones morales. A lo largo de las últimas dos décadas,
los avances en técnicas de neuroimagen han permitido descubrir singularidades y
modos de funcionamiento particulares en los circuitos cerebrales relacionados con
la toma de decisiones morales. A pesar de que la neurología había descuidado la
investigación sobre las bases neurales de las inclinaciones morales durante un largo
período, las técnicas de neuroimagen modernas y el interés de investigadores de
diversas tradiciones revivieron este campo.

De esta manera, la distinción entre "cerebros morales" y "cerebros amorales" en el


ámbito de la neurociencia y la psicología moral ha generado un creciente interés en
la comprensión de las bases biológicas y psicológicas de la moralidad humana. Esta
división se refiere a las diferencias en la actividad cerebral y el procesamiento
cognitivo entre individuos que muestran una sensibilidad moral pronunciada y
aquellos que parecen carecer de ella.

Por un lado, tenemos que los "cerebros morales" se asocian con una mayor
actividad en regiones cerebrales relacionadas con la empatía, la toma de decisiones
éticas y la valoración de las consecuencias morales de las acciones. Estas personas
tienden a considerar las implicaciones éticas de sus acciones y muestran
preocupación por el bienestar de los demás. Estudios de neuroimagen han
identificado áreas cerebrales como la corteza prefrontal ventromedial, el giro
temporal superior y el córtex cingulado anterior como críticas en la toma de
decisiones morales.

A su vez, nos encontramos con lo contrario, que serían "cerebros amorales", los
cuales muestran diferencias en la actividad cerebral y en la toma de decisiones
morales. A menudo, pueden priorizar otros factores, como el beneficio personal, la
utilidad o la conveniencia, sobre las consideraciones éticas. No necesariamente
carecen de una brújula moral, pero su procesamiento cognitivo puede dar lugar a
decisiones que parecen ignorar las implicaciones éticas.
Cuando se han hecho medidas en ellos se han observado disminuciones de la
sustancia gris en esos territorios (polo temporal anterior, córtex orbitofrontal medial y
lateral, circunvolución temporal superior y en las ínsulas). Hay además
disminuciones en cíngulo anterior y posterior y esto se relaciona con la intensidad
de la escala de psicopatía: cuando más fríos e insensibles, morbosos y crueles
menos complejidad neural en el segmento de sustancia gris en los territorios
indicados.

Caso Clínico - Lesiones cerebrales


El caso más espectacular es el de un niño y una niña que presentó Antonio
Damasio en un artículo titulado Empeoramiento de la conducta social cooperadora y
moral relacionada con las lesiones precoces en la corteza humana prefrontal. La
conclusión era que el daño precoz en territorios prefrontales resultó en un síndrome
que se parece a la psicopatía (individuos malos, reiterativos, morbosos, crueles y
fríos, “los malos peores”).

Se estudió el cerebro de la chica y el chico cuando tenían 21 años. En la chica se


trataba de una lesión que ocurrió a los 5 meses por un accidente de tráfico y el chico
había tenido un tumor benigno pero de rápido crecimiento que obligó a los
neurocirujanos a intervenir a los 8 meses. En los dos casos, que eran de clase
media-alta y en los que las familias dedicaron años a la reeducación, de mayores
tenían un amplio currículo policial. Y desde pequeños, aunque no tenían problemas
académicos, habían presentado multitud de problemas de conducta y, sobre todo,
ausencia total de remordimientos, culpa y compasión.

Los individuos cercanos a la maldad tienen algún tipo de disfuncionalidad, sin


lesiones, que se acerca a lo que les ocurre a estos dos chicos que han perdido un
territorio que se ocupa de evaluar estas circunstancia.

A estos dos sujetos se les plantearon diferentes entre los que se encontraban, por
ejemplo: vas en bote salvavidas porque ha naufragado el crucero donde navegaban,
va muy cargado y hay que echar a la gente por la borda, y se les da a elegir entre su
madre o el perro. Pues bien, los controles normales echan al perro, los que han
tenido lesiones en esos territorios de adultos, también echan al perro porque se
acuerdan de que la norma moral recibida es ésta, pero los dos individuos del estudio
dijeron que echaban a la madre. Y además lo razonaron porque su madre les
molestaba y el perro les defendía.
Sin duda, es fundamental comprender la distinción entre "cerebros morales" y
"cerebros amorales", pero hay que tomar en cuenta que esta es una perspectiva
simplista y no refleja la complejidad de la moralidad humana. A través de la
neuroimagen y la investigación psicológica, podemos examinar cómo las personas
procesan y priorizan los valores éticos en sus acciones. Sin embargo, esta distinción
no debe llevarnos a juzgar la moralidad de manera simplista, ya que la moralidad es
un fenómeno complejo y multifacético que se basa en una amplia gama de
influencias biológicas, psicológicas y culturales.

Idiocia moral: de las criaturas a los adultos


La idiocia moral es un término moderno utilizado por el pensador Norbert Bilbeny
en una de sus obras de 1993 titulada “idiota moral”; es importante destacar que este
término es una expresión coloquial y no un término utilizado en la filosofía ética.
Ahora bien, su significado describe a un individuo que, incluso dotado de un buen
coeficiente intelectual, muestra gran incapacidad para distinguir entre el bien y el
mal, arrastrado por su propio y particular interés personal, a veces egocéntrico,
otras veces económico y sobre todo ideológico, entre otros motivos. Asimismo, la
idiocia moral puede manifestarse de diversas formas, como la falta de empatía hacia
los demás, la corrupción, la indiferencia hacia el sufrimiento ajeno o la adopción de
comportamientos moralmente cuestionables. En general, la idiocia moral indica una
falta de discernimiento o una comprensión deficiente de lo que está bien y lo que
está mal desde una perspectiva ética.

La noción de que pudiera haber anomalías neurológicas detrás de algunas


tendencias antisociales muy marcadas ganó predicamento a partir de la descripción
de casos clínicos con lesiones cerebrales sufridas durante la primera infancia que
resultaron en síndromes parecidos a los de la psicopatía de los adultos. Un equipo
liderado por “Antonio y Hanna Damasio” detalló las consecuencias de las lesiones
prefrontales circunscritas sufridas por una niña y un niño, antes de los ocho meses
de edad, que produjeron trastornos severos y muy precoces del comportamiento en
casa y en la escuela, a pesar de mostrar una maduración motora, sensorial y verbal
sin tacha alguna y de que su rendimiento cognitivo y escolar fue plenamente normal.
Ambos casos pudieron culminar con éxito la educación secundaria, aunque a lo
largo de la adolescencia habían acumulado ya una amplia trayectoria de incidentes
por conductas problemáticas y violentas, con un rosario de acciones ilegales y
detenciones, además de comportamientos promiscuos, mostrando siempre una total
ausencia de culpa o de remordimiento por sus actos. En una batería de pruebas
neuropsicológicas que se les pasó alrededor de los veinte años, el único déficit
cognitivo fue la merma en la capacidad para planificar por anticipado y en hacer
previsiones prudentes de futuro: ambos sujetos cometían errores obvios, en ese
aspecto, debido a una impulsividad acentuada. De todos modos, la mayor diferencia
con los jóvenes normativos de su edad apareció cuando tuvieron que efectuar
elecciones morales para solventar dilemas hipotéticos con carga ética: en esas
circunstancias optaban por opciones ostentosamente egoístas o fríamente utilitarias,
sin prestar la menor atención al daño o perjuicio que pudieran acarrear.
Dos décadas de estudios de neuroimagen han establecido, en personas normales,
que las regiones orbitofrontales y ventromediales de la corteza prefrontal
desempeñan un papel clave en las decisiones y elecciones que llevan carga moral.
Otras regiones del cerebro tales como la amígdala, la circunvolución temporal
superior, la corteza cingulada posterior, la ínsula anterior y las circunvoluciones
angulares tienen también un rol activo en las decisiones morales difíciles (por
acarrear intensa carga emotiva o por fuerte implicación personal), aunque aquellas
zonas mediales y basales de la corteza prefrontal son particularmente decisivas. Por
lo tanto, las mismas regiones que, en sujetos normales, modulan las reacciones de
compasión y precaución moral son las que muestran alteraciones más ostentosas
en los niños con lesiones tempranas en esa parte del cerebro. Esas criaturas
acarrean déficits permanentes en los procesos de la maduración neural adecuada y
en la organización de los circuitos dedicados a captar, procesar y dar la valencia
pertinente a las señales indicativas del daño ocasionado a los demás. Los
psicópatas ordinarios o espontáneos NO tienen lesiones, malformaciones o
anomalías diagnosticables de manera firme e incuestionable en esas regiones del
cerebro, este es un dato que conviene tener muy presente. Sin embargo, la
investigación, tanto con psicópatas encarcelados como con los que gozan de
libertad, ha reunido una considerable cantidad de datos que indican que, en la
mayoría de ellos, hay singularidades en la estructura, la interconectividad y el
funcionamiento de los circuitos antes mencionados: es decir, las redes cerebrales
que procesan y modulan las nociones sobre límites, restricciones y obligaciones
morales, así como las reacciones y los sentimientos ante el daño ajeno. Tales
hallazgos comenzaron con un estudio que detectó una reducción del 11 % de la
materia gris prefrontal en 21 adultos con un diagnóstico de trastorno de la
personalidad antisocial, en comparación con controles normales, adictos adultos y
pacientes con otros diagnósticos psiquiátricos. Esos psicópatas también mostraron
una notable falta de la activación emotiva (medida con la respuesta electrodermal y
la frecuencia cardíaca) durante una sesión de escrutinio social exigente en que se
les pidió que detallaran sus crímenes ante una audiencia. Estos resultados
convergen con otros muchos en los que, en condiciones de estrés emotivo intenso,
los psicópatas muestran una peculiar frialdad en las medidas electrofisiológicas, en
las variaciones hormonales o en las reacciones de sobresalto. Además, los
hallazgos sobre diferencias en densidad de materia gris cortical (en las regiones
prefrontales, sobre todo), así como algunas singularidades estructurales en los
volúmenes de las amígdalas cerebrales, han sido confirmados en muestras de
psicópatas de diferentes países y a través de métodos progresivamente más
refinados.

Los psicópatas son individuos que a menudo muestran una falta de empatía,
remordimiento y comprensión de la moralidad, lo que puede llevar a
comportamientos moralmente cuestionables. Aunque no todos los psicópatas
encajan en la categoría de "idiocia moral", algunos casos notorios de psicópatas que
han cometido actos particularmente inmorales incluyen:

● Ted Bundy: Ted Bundy fue un asesino en serie que cometió numerosos
asesinatos y secuestros en la década de 1970. Mostró una falta de empatía y
un comportamiento cruel hacia sus víctimas, lo que lo convierte en un
ejemplo de una persona con una fuerte falta de moralidad.
● Jeffrey Dahmer: Jeffrey Dahmer, conocido como el "caníbal de Milwaukee",
asesinó y desmembró a 17 hombres y niños en la década de 1990. Su
comportamiento extremadamente inmoral y aberrante ilustra la idiocia moral
en su forma más extrema.
● John Wayne Gacy: Gacy fue otro asesino en serie, conocido como el "payaso
asesino", que mató a al menos 33 jóvenes varones en la década de 1970. Su
comportamiento macabro y la falta de remordimiento son un ejemplo de
idiocia moral.
● Richard Ramirez: Richard Ramirez, también conocido como el "Night
Stalker", fue un asesino en serie y ladrón que aterrorizó a California en la
década de 1980. Cometió una serie de asesinatos y agresiones
extremadamente violentas, lo que indica una fuerte falta de moralidad.

El gélido utilitarismo de los psicópatas


Los estudios neurológicos del equipo de Damasio, confirman que los adultos con
daños en la corteza prefrontal ventromedial (PFVMc) mostraron determinación para
llevar a cabo tales actos fríamente utilitarios cuando se les describe hipotéticamente
llevar a cabo una acción que podría salvar muchas vidas matando a alguien. Los
psicópatas tienden a responder a ese tipo de dilemas morales como utilitaristas fríos
e insensibles. Los sujetos tenían que tomar decisiones en 24 de esos dilemas
hipotéticos que consistían en variaciones sobre sacrificar una vida humana para
salvar otras o matar, mentir o filtrar información privada para conseguir un beneficio
personal.
En la mayoría de los dilemas morales, sin embargo, esos psicópatas y los individuos
normales que sirvieron como controles proporcionaron respuestas similares. Aunque
los déficits en el discernimiento moral puedan llevar a considerar la carga de la
culpa de una manera especial en la psicopatía, los hallazgos de este último estudio
muestran que, en todos esos dilemas, los psicópatas ponderan las consecuencias
de sus decisiones con unos pesos y sesgos bastante cercanos a los de los controles
normales. Solo se detectaron diferencias en una minoría de los psicópatas, y eran
siempre de grado. Otros estudios que han usado dilemas parecidos han mostrado
que los psicópatas pueden distinguir adecuadamente entre el bien y el mal, aunque
no se preocupan, en absoluto, por las consecuencias perjudiciales de sus
decisiones.
Sin embargo, cuando se trata de psicópatas con puntuaciones en los niveles más
altos de las escalas diagnósticas y con ausencia de rasgos ansiosos o temerosos, la
violación de las normas y la transgresión moral es sistemática en esos mismos
escenarios. Por lo tanto, el asunto sigue sin estar resuelto y la afirmación de que los
psicópatas desconocen que sus actos son moralmente erróneos continúa siendo
controvertida.
Insensibilidad ante el daño
Es cierto que tienen una menor reacción de sobresalto y unas variaciones
vegetativas (la conductancia de la piel, el ritmo cardiaco) atenuadas ante imágenes
de personas gravemente heridas o mutiladas. Quizás ese tipo de carencia de
sintonía emotiva ante el sufrimiento de los demás pueda dificultar su capacidad para
apreciar el daño que ellos mismos infligen. Esa menor reactividad fisiológica y
afectiva ante diversos indicios de sufrimiento o de miedo ajeno han sido
documentados muchas veces y son notorios en los jóvenes crueles e insensibles
que acarrean rasgos psicopáticos desde la infancia.

Sin embargo, el grado de respuesta empática de los psicópatas ante las


experiencias o los sentimientos ajenos no se había investigado, de una manera
directa, hasta que el equipo liderado por Christian Keysers, en los Países Bajos,
ideó una manera de hacerlo.

Grabaron vídeos cortos donde se veía una mano inductora y otra receptora que
establecían diferentes contactos reconocibles con facilidad: un contacto afectuoso,
uno hiriente mediante una maniobra dolorosa, uno de rechazo abrupto y otro
totalmente neutral. Consiguieron que veinte psicópatas de un centro para reclusos
con alteraciones mentales pasaran por una sesión de escaneo en un equipo de
fMRI y compararon las activaciones que se registraban en su cerebro ante
diferentes situaciones con las de una veintena de individuos normativos y
equiparados por edad, educación y otros atributos sociodemográficos con los
reclusos.
Las situaciones se presentaron de acuerdo con el siguiente orden:

1) «Observación»: los participantes tuvieron que contemplar, de forma pasiva, los


vídeos con diferentes modos de contacto manual.

2) «Empatización»: se les pedía, según los casos, que adoptaran la perspectiva de


imaginar lo que sentía la mano que aparecía como la receptora del contacto o como
la inductora.

3) «Experiencia»: recibieron esos tipos de contacto de manera real, en cada una de


sus dos manos, por parte de una de las investigadoras del equipo, para tener así
una línea de base para comparar en los propios sujetos.

Los resultados mostraron que los psicópatas tienen, realmente, un déficit de


activación empática ante la visión de un contacto manual cuando contemplan esa
escena como espectadores distanciados. La reducción de activación «empática» se
daba en todos los territorios cerebrales donde cabía esperarla: desde las cortezas
sensoriales y las promotoras que siguen y aprecian el tacto y el movimiento, hasta
los 40 territorios insulares y cingulados que suelen registrar componentes emotivos
y afectivos de la empatía. Aquella reducción se dio, además, sin diferencias entre
las tres vivencias estudiadas: afecto, dolor y rechazo en el contacto manual. Pero
cuando se les pidió que activaran la perspectiva empática imaginando lo que sentía
la mano receptora o la inductora (y comparando tan solo dolor y afecto), las
diferencias con los controles normales se atenuaron mucho. Se concluyó, por
consiguiente, que lo que falla en el cerebro psicopático es la activación espontánea
de la reacción empática al observar, de forma pasiva, las vivencias sociales ajenas,
aunque hay margen para inducirla y activarla si se consigue dirigir su atención hacia
ella.

¿Marcadores neurales de psicopatía?

Los marcadores neurales de psicopatía incluyen:

I. Anomalías en regiones prefrontales y paralímpicas del cerebro:

● Lesiones traumáticas en estas regiones pueden provocar conductas


conflictivas o dañinas graves.
● Ejemplo de veteranos de la guerra de Vietnam con heridas en estas regiones
que mostraron agresividad anómala.
● Caso de un tumor neural benigno en la región orbitofrontal que desencadenó
abusos pedófilos, cedieron al extirpar el tumor, pero regresaron cuando el
tumor se reprodujo.

II. Déficits en volumen y funcionalidad en las amígdalas cerebrales:

● Ayudan a distinguir entre tipos de criminalidad.


● Individuos con anomalías que muestran reacciones frías y distanciadas
tienden a cometer agresiones calculadas.
● Aquellos con violencia reactiva y agresiones impulsivas tienen una función
amigdalar incrementada.
● Reducción del volumen de las amígdalas cerebrales en psicópatas,
especialmente en núcleos basolaterales, laterales y centrales.

III. Lesiones cerebrales y conducta criminal:

● El trauma craneoencefálico se ha relacionado con un aumento significativo en


la criminalidad.
● Estudios longitudinales en Suecia y Finlandia mostraron incremento en la
criminalidad en individuos que sufrieron traumas craneoencefálicos.

IV. Métodos de neuroimagen para identificar sellos neurales de la psicopatía:

● Las conexiones entre la corteza prefrontal ventral (PFVC), la amígdala y


zonas del lóbulo temporal son menores en psicópatas, especialmente en el
hemisferio derecho.
● Adelgazamiento de la franja de materia gris en áreas corticales en
psicópatas.
● Posibilidad de avanzar hacia diagnósticos neurales individualizados para
algunos psicópatas.

V. Estudios de resonancia magnética funcional (fMRI) en prisioneros psicópatas:

● Evaluación moral explícita mostró una mengua de actividad neural en


amígdalas y cingulado anterior en psicópatas.
● La psicopatía se asoció a un menor trabajo de corteza prefrontal dorsolateral
y menor conectividad en situaciones con carga moral implícita.
● Patrones de interconectividad totalmente nuevos entre amígdalas y
encrucijadas temporoparietales se identificaron en psicópatas.

La psicopatía se asocia con anomalías cerebrales específicas que pueden ser


identificadas mediante técnicas de neuroimagen, lo que podría permitir diagnósticos
neurológicos individualizados en el futuro. Además, las lesiones cerebrales y las
diferencias en la actividad cerebral están relacionadas con la conducta criminal en
psicópatas.

La psicopatía ante la justicia


Se aborda la posibilidad de utilizar marcadores cerebrales o el funcionamiento de
ciertas redes neurales en individuos psicopáticos para predecir comportamientos
violentos, crueles o morbosos. Estos marcadores podrían ser útiles para emitir
diagnósticos válidos en casos judiciales, especialmente para determinar si un
acusado es elegible para una defensa basada en la incapacidad mental. Sin
embargo, la cuestión es compleja y debatible, ¿por qué?:

Se menciona que los psicópatas a menudo muestran confusión en lo que respecta a


la moral y la noción de lo que está mal. Además, su capacidad para persuadir,
engañar y manipular podría permitirles beneficiarse de esta ambigüedad moral,
dada la naturaleza intrincada de la moral y la capacidad de los psicópatas para
manipular situaciones morales. Los estudios de Blair sugieren que los individuos
psicópatas tienen dificultades para distinguir adecuadamente entre dos tipos de
comportamientos: la violación de normas morales y la transgresión de las reglas
sociales convencionales. En otras palabras, los psicópatas tienden a considerar que
actos que son simplemente faltas o infracciones sociales comunes son equivalentes
a violaciones de normas morales más profundas.

Por ejemplo, podrían ver una falta de etiqueta social, como no saludar
adecuadamente, de la misma manera que considerarían un acto moralmente
incorrecto, como el robo o la violencia.
A pesar de estos hallazgos, los estudios sobre dilemas morales no han resuelto por
completo este problema y menciona que la mayoría de las investigaciones de
neuroimagen se basan en grupos de sujetos, en lugar de medidas individuales.

Emotividad disfuncional: indicadores fisiológicos de psicopatía:


Los psicópatas presentan otras distinciones que ayudan a redondear su
caracterización. Se pueden observar sus perfiles tan curiosos, en las señales
afectivo-emotivas durante las interacciones sociales.

Algunos de los hallazgos son los siguientes:


● Respuestas fisiológicas disminuidas: por ejemplo, las respuestas cardíacas
ante sufrimiento y dolor ajeno y avisos de peligro para uno mismo. Su umbral
para el dolor o repugnancia les permite tolerar altas intensidades sin
inmutarse.
Un bajo ritmo cardíaco espontáneo, mayor es la propensión antisocial ya que
es un indicador de poco miedo ante circunstancias más comprometidas, lo
que da como consecuencia una menor capacidad de experimentar
sensaciones desagradables al cometer actos delictivos.

● Problemas para captar y reconocer las expresiones emotivas de los demás:


presentan déficits para las expresiones de miedo, tristeza y alegría en el
rostro o habla de los demás, sin embargo sí pueden detectar emociones de
ira, asco o desprecio.

● Deterioro del aprendizaje aversivo: les es difícil asociar señales neutras con
estímulos peligrosos, sin embargo una vez logran asociarlas no las pueden
desaprender aunque ya no sea una señal realmente peligrosa.

● Decisiones económicas distintivas: rechazan las ofertas que sean poco


equitativas en juegos económicos aunque impliquen pérdidas netas en
ganancia monetaria. Así mismo les cuesta cambiar de estrategia cuando han
emprendido una ruta opcional aunque también pueda involucrar pérdidas
cuando las circunstancias hayan cambiado.
Conclusión

Los estudios sobre los cerebros morales y amorales, en relación con el perfil
psicopático, arrojan luz sobre la complejidad de la psicopatía y su impacto en la
moralidad. Los psicópatas muestran diferencias neurales significativas, como
lesiones en la corteza prefrontal ventromedial y disfunción en las amígdalas
cerebrales, lo que se traduce en una insensibilidad ante el daño ajeno y una falta de
empatía.

Sin embargo, la relación entre estas diferencias cerebrales y la moralidad es un


tema debatido. Aunque los psicópatas pueden comprender la diferencia entre el
bien y el mal, su falta de preocupación por las consecuencias negativas de sus
acciones plantea desafíos morales y legales. La aplicación de estos hallazgos en el
sistema de justicia es un asunto complejo y controvertido, ya que los psicópatas
pueden aprovechar su capacidad de manipulación para eludir la responsabilidad.

Por último, estos estudios subrayan la importancia de comprender la interacción


entre la neurociencia y la moralidad, al tiempo que destacan la necesidad de
abordar la psicopatía desde una perspectiva multidisciplinaria que integre la ética, la
ciencia y la legalidad para garantizar una sociedad justa y equitativa.
Bibliografía

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que ha inspirado al cine. cadena SER.

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quien-fue-quien-lo-mato

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https://christianpau.blogspot.com/2016/04/el-idiota-moral.html
Universidad de Panamá
Facultad de Psicología
Escuela de Psicología

Asignatura:
Psicología Forense

Tema:
Neurología de maldad: Genética de la malicia,
Delincuencia financiera y clanes mafiosos

GRUPO#3

Integrantes:
Yohanis Almendra 8-985-47
Paola Echevers 8-980-524
Aysah Hart 3-750-84
Luz Massiel Ortega 8-970-2039
Ana-Lorena Rudzewski PE-15-1281
Ana Rios 8-974-234
Ana Yanisselli 8-976-1189
Jullieth Vergara 8-976-2357
Ingrid Ríos 8-974-1264

Facilitador:
Melba Stanziola

II semestre

Fecha:
24 de octubre 2023
Índice
Introducción........................................................................................................................... 3
Genética de la malicia............................................................................................................4
Genes, criminalidad y psicopatía....................................................................................... 4
-El gen MAO-A................................................................................................................... 4
Genes finlandeses..............................................................................................................8
Otros genes prominentes:.................................................................................................. 8
Alta peligrosidad psicopática: asesinos en serie…………………………………………….10
Delincuencia financiera y clanes mafiosos....................................................................... 12
-Psicopatías de «cuello blanco».......................................................................................12
Liderazgo psicopático.......................................................................................................13
El cerebro estafador......................................................................................................... 14
Clanes mafiosos...............................................................................................................14
Confrontación grupal: bandas, clanes, hermandades, milicias y otras alianzas.............. 16
Conclusión............................................................................................................................18
Bibliografía........................................................................................................................... 19

2
Introducción

El fenómeno de los asesinos seriales ha sido objeto de un profundo y macabro


interés en la cultura popular y la psicología criminal. Estos individuos, que cometen
una serie de homicidios con un modus operandi y motivaciones distintas, han
intrigado a la sociedad y a los expertos por igual. Detrás de sus acciones se
encuentra una compleja interacción de factores genéticos, psicológicos y
ambientales que dan forma a la mente de un asesino en serie.
En la búsqueda para comprender los misterios de la naturaleza humana, la
intersección entre genética y criminalidad ha emergido como un campo intrigante y
complejo. Nos enfrentamos a preguntas fundamentales sobre cómo nuestros genes
influyen en nuestras acciones, especialmente en contextos tan críticos como la
delincuencia. A medida que desentrañamos las complejidades de la genética de la
malicia, no solo exploramos las raíces biológicas de la psicopatía y el
comportamiento delictivo, sino que también nos sumergimos en una reflexión
profunda sobre la esencia misma de lo que significa ser humano.

3
Genética de la malicia

Genes, criminalidad y psicopatía


Los genes son una parte muy esencial de nuestra personalidad, parte de lo que
somos es gracias a la herencia genética de nuestros progenitores y antepasados,
no obstante, la genética del ser humano ha sido un foco de estudio en el
comportamiento criminal. Tanta ha sido la curiosidad que se plantea la pregunta
“¿Cuánto del comportamiento criminal es genético y cuanto es por medio
ambiental?”, ante esto una gran cantidad de estudios de la genética
comportamental, ha hecho comparaciones y procedimientos a gemelos y mellizos,
criados juntos o no, además se han llevado a cabo estudios de adopción a gran
escala para contrastar la influencia de los padres biológicos respecto de los
adoptivos. Los resultados realizados a ambos sexos de diversas etnias, arrojan que
la criminalidad tiene una alta carga genética ya que indica un porcentaje de 40-60
% de proclividad social. Otro estudio a gemelos y mellizos a largo plazo determinó
una mayor fuerza en el temperamento antisocial entre los rasgos del individuo.

La psicópatia al igual que otros trastornos del desarrollo, no tiene una única causa
que lo explique, incluso se han realizado estudios que indican que es el resultado de
una combinación compleja de factores genéticos y ambientales (no genéticos). No
existe un “gen de la psicopatía” que determine su aparición, no obstante, diversas
investigaciones nos dicen que la psicopatía es hereditaria. En este sentido, un padre
que no sufre psicopatía puede ser portador de una o más variantes genéticas que
aumentan las posibilidades de que su hijo desarrolle psicopatía. En su mayoría los
resultados psicológicos arrojan que la psicopatía es la causa de los efectos
combinados de cientos o miles de genes, estos efectos combinados de muchos
genes explican aproximadamente la mitad de la variación de los rasgos psicopáticos
en un individuo, lo que nos lleva a concluir que algunos niños nacen con mayor
riesgo de desarrollar psicopatía. Sin embargo, varios estudios basamos en la
genética, concluyen que la psicopatía tiene un componente genético, el cual se ha
demostrado en estudios de adopción y con gemelos, y se ha asociado a
polimorfismo en los genes que codifican para la triptofanohidroxilasa, el
transportador de serotonina, los receptores 5-HT1B, 5-HT2A y 5-HT2C y los
receptores de dopamina de los tipos 2 y 4.

-El gen MAO-A


Ahora bien, el gen MAO-A es un segmento del cromosoma X que prescribe la
producción de la versión A de la monoamino oxidasa (MAO), una enzima que tiene
un papel destacado en el metabolismo de diversos neurotransmisores en las
sinapsis cerebrales, los lugares de intercomunicación entre las neuronas. Si ese
fermento no hace su trabajo, la regulación fina de la función de la serotonina en el
cerebro se desmorona y también se afectan, aunque en menor medida, las tareas
de la noradrenalina y la dopamina.

4
El gen MAO-A ganó prominencia porque a principios de la década de 1990 un grupo
de internistas y genetistas del Hospital Universitario de Utrecht comprobó mediante
estudios que varones neerlandeses sufrían una mutación puntual (un cambio de una
sola letra química del ADN) en el segmento prescriptor de esa enzima, de manera
que nacían sin producir MAO-A y el cerebro crecía y se organizaba sin disponer de
ella. El resultado de esa carencia total, a lo largo de la vida, era un colapso de la
función de la serotonina (Neurotransmisor importante para el funcionamiento óptimo
del individuo). Esto provoca que cuando la serotonina trabaje en los territorios
neurales de la agresividad, actúe como un freno eficaz: es decir que demorará las
descargas impulsivas y disminuirá las reacciones violentas de la persona. Es por
ello que aquellos neerlandeses a los cuales se les realizaba el estudio repitieran los
brotes de violencia exacerbada. Los resultados, además, eran plenamente
concordantes con dos hechos bien conocidos: 1) la gente normativa que tiene
índices bajos de MAO-A en las plaquetas sanguíneas suele ser más impulsiva e
irreflexiva, y 2) los medicamentos que se usan para controlar los brotes agresivos
suelen aumentar la función de la serotonina.
- Variantes
Ahora bien, el gen MAO-A contiene variantes que se presentan con distintas
frecuencias en la población normal:
- La primera es una variante que cursa con una producción eficiente de
la enzima MAO-A (la lleva el 65 % de la gente)
- Y la otra que conlleva una expresión menos eficaz (la lleva el 35 %
restante).

Más tarde otro grupo de investigadores entre estos Abraham Caspi,


indagaron si esas variantes estaban vinculadas con la conducta antisocial a
lo largo de la vida y dieron a conocer sus resultados en un trabajo de 2002. El
estudio se realizó en el condado de Dunedin, en Nueva Zelanda, siguiendo a
una generación de 1.037 niños desde los 3 hasta los 26 años de edad. El
modo de trabajo era que cada tres años debían completar una revisión
sanitaria y psicológica sistemática, donde pudieron descubrir los problemas
relacionados con la conducta antisocial usando varios periscopios:
diagnósticos pediátricos de trastornos de conducta conflictiva, cuestionarios
de personalidad y psicopatía, así como detenciones policiales y penas
impuestas por los tribunales. Cuando se agrupó a esos chicos en función de
si llevaban las variantes MAO-A eficiente o ineficiente, surgió una asociación
clara con la propensión a la conducta antisocial en el sentido esperado: los
que acarreaban la versión ineficiente eran más conflictivos en todas las
medidas.

Ese seguimiento permitió estudiar, asimismo, la relevancia de otro factor


vinculado con la conducta antisocial de un individuo: el maltrato o el abuso
infantil. Esto se determinó ya que en las revisiones a los varones, los médicos

5
detectaron que el 8 % habían sufrido, entre los 3 y los 11 años, un maltrato
relevante en el entorno familiar ( ya sean castigos físicos reiterados o
negligencias, según la opinión de los facultativos). Este maltrato o abuso en
la infancia también incrementaron la probabilidad de conducta antisocial en el
futuro, pero solo en los muchachos que portaban la versión ineficiente
MAO-A. Tambien es importante destacar que el alcohol puede reforzar este
comportamiento. . Esto quiere decir que los que llevaban la versión eficaz de
MAO-A estaban, por el contrario, inmunizados ante el maltrato familiar y a
pesar de haberlo sufrido no se convertían en jóvenes conflictivos y
antisociales. Un 12 % de las criaturas reunió ambas condiciones de riesgo
–haber sufrido algún tipo de maltrato y llevar la versión ineficiente MAO-A. Se
determinó posteriormente que solo ese porcentaje de niños protagonizaron el
44 % de los delitos violentos registrados en toda la cohorte, hasta los 26 años
de edad. El estudio se realizó con niñas y arrojó el mismo resultado. Esa fue
la primera ocasión en que se detectó una «interacción genética-ambiente»
robusta, y de ahí la importancia de los hallazgos y que sea muy citada esta
investigación en Psiquiatría. Importancia que aumentó cuando a lo largo de la
década siguiente se completaron seguimientos en otros lugares y los
resultados globales fueron confirmados: en función de la versión MAO-A que
se lleve, se está más o menos protegido ante las peores inclemencias de la
vida.En paralelo a esos estudios de seguimiento, se pudo mostrar que la
versión ineficiente del gen MAO-A y sus correlatos cerebrales predicen el
rasgo de agresividad a lo largo del itinerario vital, medido con cuestionarios
de personalidad.

Características MAO-A eficiente MAO-A ineficiente

➔ Los individuos ➔ Esta versión y sus correlatos


que llevan esta cerebrales predicen el rasgo
versión del Gen de agresividad a lo largo del
MAO-A están itinerario vital.
inmunizados a ➔ Esta hormona pone en
pesar de pasar manifiesto comportamientos
por un ambiente antisociales cuando se da al
disfuncional con individuo una administración
maltrato y de testosterona
abuso ➔ Los individuos con esta
➔ Bajas versión, reaccionan ante
probabilidades estímulos amenazantes con
de convertirse un incremento en la actividad
en jóvenes de la amígdala cerebral
conflictivos. hiperreactiva , acompañado
➔ Esta variante la de una baja actividad de la

6
posee el 65% corteza prefrontal
de personas ventromedial hiporreactiva. La
conectividad de estas dos
regiones a través del
cingulado, mostró patrones
distintos
Cuadro 1: resumen de las variantes del MAO-A, confección propia, información
extraida del libro Neurología de la maldad.

➔ Mediación de las variantes del gen MAO-A en la violencia

-
En esta imagen se muestra que ante una carga afectiva importante, el
individuo que lleva la variante ineficiente, lleva a un colapso en el
funcionamiento de la sinapsis de la serotonina a lo largo del crecimiento del
individuo, lo que produce una amígdala hiperreactiva y una corteza prefrontal
ventromedial hiporreactiva. Este patrón de activación puede provocar, por
ejemplo, que haya reacciones exageradas y un menor control de impulsos
ante amenazas nimias. Es decir, se perciben muchos estímulos como
provocativos y de ahí las descargas violentas. Si a ello se le añade un
ambiente adverso en la infancia (la descarga del gráfico), estos efectos
pueden acentuarse y las reacciones pueden ser incluso más abruptas.
(Modificada a partir de Baum, 2011.)

Genes finlandeses
Además del prescriptor génico de enzima MAO, otros genes vinculados con la labor
de la serotonina en el cerebro, así como los relacionados con las tareas de la
dopamina y las de los andrógenos, son los que han suscitado mayor interés en el
ámbito de la criminalidad violenta. Esas moléculas, además, interaccionan entre sí

7
en las zonas cerebrales críticas para modular la transacción entre el disparo del
apetito por alcanzar un objetivo y las posibles consecuencias lesivas para uno
mismo o para los demás.
En relación con eso, otro hallazgo pareció consagrar un origen genético para las
anomalías de la impulsividad violenta, localizándolo en eslabones del trabajo
cerebral de la serotonina. En una muestra de 96 reclusos finlandeses condenados
por homicidios (múltiples, en varios casos), asaltos, brutalidad doméstica o
incendios provocados durante brotes de violencia irrefrenable ante incitaciones
nimias y con alcohol de por medio se pudo identificar una variante del gen del
receptor 2B de la serotonina, como mediador de ese tipo de explosiones
incontrolables, en la población finesa.
Fue un trabajo meticuloso, que conllevó la utilización de contrastes entre esos
reclusos violentos y muestras normativas de población finlandesa, así como la
utilización de controles emparejados, persona a persona, con esos criminales por
edad y condiciones sociodemográficas. Se comprobó en el laboratorio de diseño
transgénico que la producción ingenieril de ratones que portaban esa variedad del
receptor 2B de la serotonina que merma su función como freno neural los convertía
en impulsivos e hiperviolentos.
También, en otro trabajo por el mismo equipo finlandés efectuado con más de 500
reclusos con historia reiterada de violencia y sin trastornos mentales procedentes de
19 penales del país se detectó que ser portador de la versión MAO-A deficitaria era
muy relevante para predecir la reincidencia en delitos hiperviolentos (excluyendo los
incendiarios y los sexuales), pero acarrear la variante Q20 del receptor 2B de la
serotonina no lo era.
En un estudio con secuenciación del genoma completo y comparando con muestras
amplias de población finlandesa, una variante del gen CDH13, prescriptor de la
T-cadherina, otra molécula que tiene un papel importante en el metabolismo y la
señalización neuronal y que ha sido vinculada a la presencia de trastornos
atencionales, hiperactividad motora e impulsividad, también se mostró como un
potente predictor de la violencia extrema y reiterativa. Según los autores, mediante
la combinación de esas dos variantes en MAO-A y CDH13, que comportan
disfunciones en el trabajo serotoninérgico y dopaminérgico, podría explicarse entre
un 5 y un 10 %, como mínimo, de la criminalidad violenta en Finlandia.

Otros genes prominentes:


La genética es algo de lo que no tenemos el
control, pero sí afecta nuestra conducta como
seres humanos y es que para moldear
fenotipos humanos (estatura, color de piel,
etc) mucho más estables se necesitan gran
cantidad de prescripciones e interacciones
génicas que deberían modular la carga

8
hereditaria ahora coloca esto ante la propensión violenta. La variación de los genes
actúa sólo como una probabilidad y es que empecemos diciendo que pueda ser que
6 de cada 10 personas contenga este gen, sin embargo, esto no los hace actores de
violencia pero sí existe un porcentaje probabilístico mayor en ellos y puede que 2 de
estas 6 personas sí cometan un acto violento. Esto es un tema complejo puesto que
aunque la genética influye en nuestro comportamiento también lo hacen nuestro
ambiente y aquellas experiencias vividas.
Los siguiente genes ayudan en la regulación y transporte del neuroquímico
serotonina:
- SLC6A4
- MAOA
Y es que aunque la serotonina es conocida por ser la hormona de la felicidad, la
misma si se concentra en grandes cantidades en el cerebro lleva a la agresividad.
La testosterona y otros andrógenos participan también en esta regulación de la
agresividad.
La testosterona por un lado en estudios se encuentra que su administración resulta
en el incremento de la ambición competitiva, las reacciones intempestivas ante las
amenazas y los actos agresivos son abundantes. Y por otro lado los andrógenos y
su interacción con los niveles bajos de cortisol, hasta la acentuación de la
neurorregulación por vasopresina, colecistocinina o sustancia P, entre otras
moléculas proagresivas, se ha encontrado que en las cárceles predominan los que
tienen cifras androgénicas elevadas. Ello vale tanto para los varones como para las
mujeres. Descubriendo así que las variantes con repeticiones cortas en el gen para
receptor de los andrógenos (lo cual proporciona una mayor eficiencia testosterónica)
que aumenta la reactividad de la amígdala cerebral ante las amenazas son más
frecuentes en asesinos y violadores.
Aspectos a tener en cuenta en el curso de la maduración cerebral como predictores
de la agresividad: modulación de la testosterona, alrededor de la pubertad;
incremento del volumen amigdalar y la merma en el grosor de la corteza prefrontal
medial y la orbitofrontal; reducción de actividad en la corteza prefrontal que explica
el porqué no siguen las reglas
Algunos atributos nucleares de la personalidad psicopática son:
- Desapego radical
- Insensibilidad emotiva
- Carencia o ausencia de respuesta ante las señales claras del dolor ajeno
- Déficit de activación en los territorios cerebrales que procesan los
componentes afectivos del dolor (la ínsula, el cingulado anterior, zonas del
tálamo),
- Receptor de la oxitocina, se asociaron con el rasgo de callosidad o frialdad
emotiva extrema que anuncia un itinerario psicopático.

9
- Alta peligrosidad psicopática: asesinos en serie
El Manual de Clasificación Criminal, define al asesino serial como aquel que comete
tres o más eventos separados, en tres o más locaciones, donde media
emocionalmente un periodo de enfriamiento entre los homicidios. Sus acciones
están impulsadas por gratificaciones sexuales, sádicas o idiosincráticas, y carecen
de motivaciones personales o venganzas. Las víctimas suelen ser mujeres
desconocidas, y los crímenes muestran un alto grado de planificación, con torturas y
humillaciones. Los asesinos en serie suelen ser de raza blanca y muestran
conexiones con la psicopatía. Utilizan su encanto para seleccionar víctimas
vulnerables, ocultan los cuerpos y pueden vivir vidas aparentemente normales.
Aunque su representación en la ficción es alta, en realidad, constituyen una fracción
muy pequeña de los homicidios, y algunos son más desorganizados y más fáciles
de atrapar. Las fantasías sexuales y la excitación son prominentes en su
comportamiento, y la investigación de patrones fisiológicos puede ayudar a
distinguirlos de otros con parafilias sexuales no violentas.

Características de los asesinos en serie


Para Borrás (2002) las características comunes de los asesinos en serie son:
● Maltrato infantil en la infancia.
● Padecen de psicopatía o trastorno antisocial.
● Presencia de algún tipo de psicosis, preferentemente paranoide.
● Presentan una o varias parafilias, tales como gerontofilia, pedofilia, sadismo o
necrofilia.
● Alcoholismo.
● Experiencias sexuales precoces (abuso sexual o incesto).
● Sobreprotección o desestructuración familiar.

Psicopatía y asesinos seriales


La psicopatía es un trastorno de personalidad que se caracteriza por la falta de
empatía, la insensibilidad hacia los sentimientos de los demás, la manipulación, la
impulsividad, la falta de remordimiento y la incapacidad para establecer relaciones
interpersonales significativas.
Existe una relación entre el psicópata y el asesinato en erie ya que en la mayoría de
los casos son personas que no manifiestan culpabilidad, tampoco vergüenza y no
tienen miedo al castigo ni a la culpa. En ambos casos, disfrutan haciendo sufrir a la
víctima ya que les “hace sentir vivos” y por encima del bien y del mal (deseo de
experimentar el control). Asimismo, sienten placer en el acto de matar (satisfacción).
Normalmente, nunca muestran arrepentimiento de sus crímenes. Existe un factor de
reincidencia muy elevado ya que en muchos casos en la propia cárcel intentan
ejercer el control sobre los profesionales que trabajan en las cárceles/centros
adaptados para ellos.

Algunos asesinos en serie pueden ser psicópatas, y su falta de empatía y


remordimiento puede contribuir a su capacidad para cometer crímenes

10
repetidamente sin sentir culpa. Sin embargo, no todos los asesinos en serie son
psicópatas. Es importante recordar que la mayoría de las personas con psicopatía
no se convierten en asesinos en serie, y la mayoría de los asesinos en serie no son
psicópatas. Los factores que contribuyen a la aparición de un asesino en serie son
complejos y pueden incluir una combinación de factores genéticos, ambientales,
sociales y psicológicos.

Clasificación de los asesinos en serie


Los asesinos en serie pueden clasificarse en diferentes tipos según sus patrones de
conducta y motivaciones. En una de las clasificaciones, se distinguen dos tipos
principales:
● Asesinos en serie organizados: Estos asesinos muestran una personalidad
psicopática y planifican cuidadosamente sus crímenes. Sus acciones son
repetitivas y bien ejecutadas. Suelen utilizar restricciones para controlar a sus
víctimas y cometer actos sexuales. Son conscientes de la ilegalidad de sus
acciones y a menudo se enorgullecen de frustrar a la policía, incluso
haciendo llamadas anónimas. Pueden tomar recuerdos de las víctimas como
trofeos. Tienen características de psicopatía, como antecedentes familiares
problemáticos y un alto grado de premeditación en sus crímenes.
● Asesinos en serie desorganizados: Estos asesinos generalmente tienen una
personalidad psicótica y cometen crímenes caóticos y espontáneos. Tienden
a ser personas socialmente inadaptadas y descuidadas en su autocuidado.
Dejan pruebas en la escena del crimen y cometen actos sexuales desviados.
Sus crímenes no siguen un patrón predefinido y actúan de manera impulsiva.
A menudo no se preocupan por ocultar los cadáveres y pueden realizar
actividades postmortem con las víctimas. Tienen características como madres
patológicas, antecedentes psiquiátricos y un mayor riesgo de suicidio
después de cometer el crimen.Para Schlesinger, (profesor de psicología
forense de John Jay College of Criminal Justice) los asesinos desorganizados
realizan el asesinato de una manera impulsiva y sin planear y se comporta de
una manera arriesgada durante el crimen.

Cómo opera un Asesino Serial


En el proceso de caza de víctimas en homicidas seriales, se pueden identificar
varias fases:
● Fase de Áurea: En esta etapa, los homicidas se aíslan socialmente y se
sumergen en fantasías de muerte y destrucción. Estas fantasías les brindan
una sensación de control y dominio. Aunque las fantasías pueden
satisfacerlos temporalmente, a veces los impulsan a matar de manera cruel.
● Fase de Pesca: Durante esta fase, los homicidas eligen y frecuentan lugares
adecuados para encontrar a sus víctimas.
● Fase de Seducción: En esta etapa, los homicidas pueden usar violencia
directa para inmovilizar a sus víctimas o disfrutar de atraer y burlar la

11
autoprotección de estas últimas, especialmente si son experimentados y
versátiles.
● Fase de Captura: Durante este período, los homicidas "cierran la trampa" y
se deleitan con las reacciones de terror de sus víctimas, utilizando medios
físicos o psicológicos para inmovilizarlas. En este momento, los homicidas
aniquilan a sus víctimas siguiendo su propio método y estilo personal,
experimentando un clímax durante el homicidio.
● Fase Fetichista: Después del asesinato, el homicida guarda un fetiche que le
permite recordar la hazaña y revivir la escena, a menudo recogiendo un
trofeo que prolonga la experiencia.
● Fase Depresiva: Tras el homicidio, los homicidas pueden experimentar una
crisis que los lleva a tener pensamientos suicidas, aunque pocos de ellos
llegan a consumar el suicidio.

A pesar de las diferencias en estas fases descriptivas, todos los casos de homicidio
serial resultan en la eliminación de una víctima inocente, lo que constituye un
comportamiento antijurídico, culpable y punible. Por lo tanto, estos casos siempre
requieren la atención e intervención de profesionales del derecho, la criminología y
la policía judicial.

Delincuencia financiera y clanes mafiosos


-Psicopatías de «cuello blanco»
El núcleo del concepto psicópata exitoso, «psicópata corporativo» o «psicópata
financiero» se refiere al conjunto de rasgos de esa condición antisocial que resultan
menos perniciosos en lesiones físicas tasables. Según la descripción del doctor
Hervey Cleckley: el encanto superficial, la habilidad para el engaño y la
manipulación, el atrevimiento y la afición al riesgo, así como la ausencia de toda
culpa y remordimiento en unos sujetos, por otra parte, con apariencia de total
inocuidad. Es decir, reúnen los atributos que ayudan a medrar en los sinuosos y
exigentes ambientes empresariales y financieros sin que afloren los rasgos más
obviamente conflictivos y dañinos la propensión violenta, la crueldad o la
morbosidad, que suelen ser castigados muy pronto.
Este término fue popularizado por Robert Hare y el rosario de fraudes y estafas
colosales que precedieron al inicio de la Gran Recesión en 2008. Sin embargo el
psiquiatra Cleckley y el psicólogo Lykken, fueron quienes describieron casos de
"psicopatía corporativa" o "psicopatía de cuello blanco" antes.

Además, se destaca que, aunque ha habido una gran cantidad de reportajes


periodísticos sobre este tema, la investigación seria y sistemática sobre la
psicopatía en el mundo empresarial es limitada.
la incidencia de la psicopatía en el ámbito de los negocios, se sugiere que podría
ser más alta que en la población general, pero no hay evidencia sólida al respecto
debido a la falta de investigaciones exhaustivas.

12
un estudio australiano que relaciona la presencia de directivos con rasgos
psicopáticos en empresas con problemas laborales, como acoso, trato
desconsiderado y violaciones de las normativas laborales. Este estudio sugiere que
trabajar bajo la supervisión de directivos con rasgos psicopáticos puede llevar a un
ambiente laboral más hostil y conflictivo.
Características del delincuente de cuello blanco La abogada panameña Gloria
Cheng, en su libro, Aspectos Criminológicos de la Delincuencia que afecta al Sector
Financiero en Panamá, mencionar las siguientes características del delincuente de
cuello blanco,
Se trata de un delito: Las conductas consideradas como delito de cuello blanco,
aquellas que se sancionan penalmente, forman parte de los procesos en las
operaciones financieras y en muchos casos no se consideran conductas lesivas.
Cometido por una persona respetable: El autor o autores de este tipo de
delincuencia se consideran a sí mismos “respetables”, los sujetos activos se
escudan normalmente tras la fachada de una persona jurídica, y por tanto la víctima,
como el autor, resultan ignotos en un proceso.
De elevada condición social (estatus socio-económico): El sujeto activo del delito es
una persona de alto “estatus socioeconómico”. Se excluyen delincuentes poderosos,
económicamente, que carezcan de respetabilidad y alto estatus social, como son los
narcotraficantes.
En ejercicio profesional: Este delito es cometido en el ejercicio de la actividad
económica y empresarial de la persona. No todo delito cometido por personas de
alto “estatus” es necesariamente profesional, sino que, el delincuente de cuello
blanco aprenderá esta conducta, debido a las relaciones sociales con sus pares en
el ejercicio de su actividad empresarial

Liderazgo psicopático
El liderazgo psicopático ha sido objeto de estudio en el contexto corporativo y
político. Investigaciones han revelado que algunos directivos con diagnóstico de
psicopatía ocupan cargos de supervisión, dirección o vicepresidencia con mayor
frecuencia que sus pares. Aunque son considerados malos compañeros de trabajo y
poco leales, se destacan por su visión estratégica, creatividad, innovación y
habilidades de comunicación. Un estudio sobre presidentes de Estados Unidos
mostró que la "dominancia valiente" estaba vinculada positivamente con la
efectividad presidencial, mientras que la "impulsividad egocéntrica" se asociaba con
conflictos y un liderazgo menos eficaz. Estos hallazgos sugieren que ciertos rasgos
psicopáticos, como la desinhibición, valentía y malignidad, pueden ser beneficiosos
en ciertos contextos empresariales y políticos. La valentía, en particular, se
considera esencial para prosperar en entornos competitivos. Estos rasgos también
están relacionados con otras modalidades de maldad genuina, como el
maquiavelismo, el narcisismo y la psicopatía.

13
El cerebro estafador
El famoso criminólogo Edwin Sutherland definió a los delincuentes de cuello blanco
como personas de un alto nivel cultural, que tienden a ser meticulosos, detallistas,
manipuladores, con muy buena capacidad de organización y planificación, que
manejan muy bien la retórica, tienen bajo nivel de valores, alto control de impulsos,
alta tolerancia a la frustración, son obsesivo-compulsivos, tienen la necesidad de
gratificación (status y reconocimiento), y finalmente son muy seductores y
provocadores.
La investigación sobre las características neurales de los "psicópatas corporativos"
o del "cuello blanco" es limitada. Un estudio liderado por Adrian Raine comparó
medidas neuropsicológicas y el grosor de la corteza cerebral en hombres de 21 a 46
años con historial de delitos de cuello blanco y un grupo con índices de delincuencia
similar pero no relacionados con este tipo de delitos. Los "estafadores confesos"
obtuvieron mejores puntuaciones en las pruebas neuropsicológicas de función
ejecutiva, atención y vigilancia, y mostraron un mayor grosor en ciertas áreas de la
neocorteza, particularmente en las regiones prefrontales, relacionadas con la
planificación y ponderación. Estos hallazgos sugieren que la delincuencia de cuello
blanco está asociada con atributos que se oponen a la impulsividad y la
desinhibición violenta característica de la delincuencia "sucia". Los delincuentes de
cuello blanco parecen poseer habilidades de procesamiento de información,
estrategia y control de impulsos que les brindan una ventaja para cometer delitos
que dejan pocos rastros. Además, es probable que tengan un talento sobresaliente
para mentir y evadir las tecnologías de detección de mentiras. El mismo investigador
agregó que algunas de sus habilidades son las que se exigen en cualquier persona
del mundo de los negocios, aunque "no todos en esa posición se vuelven
criminales". Por el contrario, dice Raine, exámenes con escáner han mostrado que
los criminales del tipo psicópata tienden a presentar una amígdala de menor
tamaño. Es decir, la zona donde se procesan las emociones y la empatía es más
pequeña en comparación con los "criminales de cuello blanco".
Aunque se necesita más investigación para llegar a conclusiones sólidas, estos
datos destacan la diferencia entre las psicopatías manipulativas y las impulsivas y
agresivas. La investigación continúa explorando a las personas relacionadas con
corporaciones con una reputación de peligrosidad.

Clanes mafiosos
Un equipo de investigadores mexicanos diseñó un protocolo para medir el
funcionamiento cognitivo de criminales encarcelados pertenecientes a cárteles del
narcotráfico local. Las bandas mafiosas son uno de los nichos ocupacionales
preferidos por los psicópatas y los hallazgos en muestras bien definidas pueden
revelar patrones útiles para avanzar en la caracterización de esos individuos. Los
integrantes de esas organizaciones del narcotráfico mexicano han desarrollado una
estructura jerárquica que supone un prototipo de asociación para las tareas de

14
producción, distribución y comercialización de las drogas, así como para la defensa
inclemente de sus territorios de influencia. La naturaleza clandestina del negocio y la
competición entre esas organizaciones conduce a actos de violencia extrema,
similares o peores que los perpetrados por los criminales solitarios más peligrosos.
Metodología:
- Participantes: 82 prisioneros varones, miembros de clanes de
narcotraficantes, comparados con 76 voluntarios varones de características
similares de la comunidad. El protocolo fue aprobado por las autoridades de
la prisión y consistió en tres sesiones de evaluación de dos horas y media
cada una llevada a cabo por psicólogos entrenados que tenían experiencia
con esas escalas, así como en llevar a cabo entrevistas a psicópatas. Para
estudiar al grupo de internos se reservó una zona tranquila dentro de la
prisión y los guardias traían a los participantes a la evaluación y los devolvían
luego a sus celdas. Los controles fueron evaluados en el Laboratorio de
Neuropsicología y Psicofisiología de la UNAM. Los internos estaban afiliados
a 10 cárteles operativos en México: Sinaloa, Golfo, Juárez, Tijuana, Beltrán,
La Familia, Amezcua, Zhen Li Gon, Milenio y Guadalajara.
- Evaluaciones: Se utilizaron la escala de psicopatía revisada (PCL-R) y la
batería de pruebas de funciones cerebrales ejecutivas (BANFE), que evalúa
la cognición relacionada con el lóbulo frontal.
- Clasificación: Los prisioneros fueron clasificados según su rol en la
organización: comandantes, guardianes, protectores enraizados en su
comunidad, blanqueadores de dinero y distribuidores o productores.
- Resultados:
1. Puntuaciones de Psicopatía: Los prisioneros obtuvieron una puntuación
promedio de 21 en la PCL-R, mientras que el grupo de control anotó un
promedio de 3. Los comandantes y ejecutores mostraron las puntuaciones
más altas (23 y 24 respectivamente).
2. Funciones Ejecutivas y Cognición: Se observaron déficits en las funciones
cognitivas relacionadas con la corteza orbitofrontal, especialmente en
inhibición y impulsividad, en todos los narcotraficantes. Los blanqueadores de
dinero y los protectores tenían las puntuaciones de psicopatía más bajas,
aunque aún superiores a las de personas comunes.
- Conclusiones:
1. Los resultados sugieren que las personas en roles más violentos dentro de
los clanes mafiosos tienen puntuaciones más altas de psicopatía y déficits
cognitivos relacionados con la impulsividad y la inhibición.
2. La naturaleza clandestina y violenta de las operaciones de narcotráfico
conduce a una alta psicopatía y comportamientos impulsivos entre los
miembros de estos clanes.
3. Este estudio destaca la importancia de las evaluaciones neuropsicológicas en
el contexto judicial para comprender mejor los rasgos psicopáticos y tomar
decisiones judiciales más informadas y pertinentes.
Las 6 organizaciones criminales más violentas y peligrosas del mundo:

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- La Yakuza
- Las Triadas
- La mafia italiana: la Cosa Nostra, la Camorra, L´Ndragueta y la Sacra Corona
Unita
- La mafia rusa o mafia roja
- Los cárteles de la droga: Colombia y México
- Las pandillas centroamericanas: Mara Salvatrucha, Latin Kings y los
Trinitarios
Extendiendo el tema de carteles, México ya contaba con una larga tradición de
actividad delictiva organizada, pero no será hasta los años 50 del siglo XX cuando
comienza a vincularse con el narcotráfico.
A partir de los años 80, a raíz de las presiones sobre el tráfico de drogas
colombiano, las rutas de la cocaína se desviaron hacia México, permitiendo el
surgimiento de los cárteles propios. Pronto pasaron de ser una vía de paso para la
cocaína y la heroína provenientes de Colombia, Bolivia y Perú a ser la cuna de la
marihuana y las anfetaminas, teniendo como destinatario final a EEUU. Fruto de la
geopolítica de la criminalidad, su proximidad geográfica ha hecho que la
delincuencia organizada esté muy influida por la oferta y demanda delictiva en el sur
de Estados Unidos.
Asimismo, los cárteles mexicanos están vinculados a muchas otras actividades
ilegales que les aportan beneficios económicos como son el tráfico de personas, las
redes de prostitución, la corrupción, la extorsión, el blanqueo de capitales, los
secuestros o los asesinatos. Los cárteles mexicanos han conseguido entrometerse
en muchas facetas de la economía y la política del país, lo que les ha garantizado
durante cierto tiempo un margen de impunidad para sus actividades delictivas.
En cuanto a la estructura, los cárteles mexicanos tienen una jerarquía más férrea
que la de los cárteles colombianos, además de un elevado grado de especialización.
Actualmente, los cárteles mexicanos siguen teniendo poder en el país, siendo los
causantes de importantes olas de violencia contra funcionarios, policías y civiles,
pero se ha conseguido reducir un poco la incidencia de los delitos cometidos.

Confrontación grupal: bandas, clanes, hermandades, milicias y otras alianzas


Esos clanes adoptan unas formas de división estamental y jerárquica, que
recuerdan a la organización de las milicias bien entrenadas y estructuradas.

No hay nada de extraño en ello:

● Estas guerras entre organizaciones son muy violentas en que los clanes
criminales utilizan métodos brutales, como la intimidación y la liquidación,
para lograr sus objetivos, sin reparar demasiado en las bajas propias y
mucho menos en las ajenas. Ejemplo: Según el Organized Crime Index,
cientos de organizaciones criminales de tipo mafioso operan en Panamá,

16
donde Bagdad y CalorCalor son los dos grupos más prominentes conocidos
por sus enfrentamientos que dejan múltiples heridos y entre ellos inocentes.
● Esas guerras se dan entre organizaciones criminales sin convenciones o
límites que valgan son el escenario de acciones que alcanzan, a menudo, la
máxima crueldad torturadora y la peor morbosidad destructiva de la que son
capaces los humanos.
● Son una forma de negocio que atrae a personas con características como la
codicia, la dominación, la venganza y la crueldad. Estas personas se unen en
clanes y forman enjambres que son extremadamente letales debido a sus
características.
● Cuando se produce una alianza o una coalición belicosa, por mínima que
sea, cambian los parámetros, entre otras cosas, porque hay reparto de
papeles y múltiples vectores de influencia interna y externa. Ejemplo: Las
pandillas callejeras locales de Panamá a menudo colaboran con
organizaciones criminales más grandes como el cártel de Sinaloa y
organizaciones criminales de Colombia. Calor Calor se enfoca en el
transporte de drogas para estas organizaciones donde cambian su
organización y papeles para la movilización de drogas.

Eso vale para cualquier tipo de confrontación más o menos organizada: desde las
peleas entre bandas callejeras de adolescentes o jóvenes hasta las inmisericordes
batallas que libran los clanes mafiosos o gánsteriles, y desde los despiadados
envites que protagonizan las guerrillas, las insurgencias y los grupos «terroristas»
hasta las grandes confrontaciones entre ejércitos sofisticados. Aunque los malvados
por antonomasia de nuestra época lleven nombres de líderes guerrilleros o
insurgentes célebres, y hayan protagonizado o dirigido ataques brutales en
confrontaciones de gran alcance y resonancia global.

Panamá en posición 17 en Índice Global de Criminalidad

El análisis basado en la evaluación de cinco mil indicadores y la participación de 350


expertos, examina la situación de la criminalidad en 193 países a partir de una
métrica de puntaje de 1 a 10 y que va de nivel menor a mayor.

El Índice destaca cómo la participación del estado en la delincuencia es un


fenómeno profundamente arraigado en todo el mundo.

La capacidad del Estado para hacer frente a las redes del crimen organizado ha
quedado en entredicho, no solo por los últimos sucesos sangrientos presuntamente
vinculados a la mafia criolla, sino también porque un reciente informe sobre la
materia así lo ha dejado claro, ya los oficiales del Estado con influencia sobre
autoridades nacionales son ahora los principales actores del crimen organizado y no
los jefes de carteles y mafias.

17
Conclusión

En este viaje de descubrimiento, hemos alcanzado una comprensión más profunda


de las complejas interacciones entre nuestra herencia genética y nuestro
comportamiento. La genética de la malicia no es solo un estudio científico; es un
espejo que nos muestra la dualidad de la naturaleza humana. Nos enfrentamos a la
realidad de que, en lo más profundo de nuestros cromosomas, yace una
predisposición hacia la delincuencia para algunos individuos. Sin embargo, este
conocimiento no debe conducirnos a la fatalidad, sino a la empatía y a la necesidad
de intervenciones sociales y de salud mental.
Además, la dinámica de los clanes mafiosos y otras organizaciones criminales ha
revelado la complejidad de la genética en contextos grupales, llevando a preguntas
sobre cómo las predisposiciones genéticas pueden influir en la formación y el
comportamiento de estas organizaciones. A medida que continuamos
desentrañando los misterios de la genética de la malicia, es esencial abordar estas
cuestiones desde perspectivas éticas y científicas, reconociendo la interacción
compleja entre los genes, el entorno y el comportamiento humano. Además de
como pueden ser percibidas las personas como un ejemplo a seguir por su
determinación esta puede estar infundada o ser utilizada para dañar o beneficiar a
costilla de los demás.

18
Bibliografía
- Andrés, M. M. C. (s. f.). Aspectos neurobiológicos de la psicopatía.
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-079320040
00400006#:~:text=La%20psicopat%C3%ADa%20tiene%20un%20component
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- CBC News: The National. Psychopaths: Can Their Brains Be Fixed?


https://youtu.be/_Cz7CjeVmKI?si=xrwNNm2ijrAiiuHo

- Conoce las 6 organizaciones criminales más violentas y peligrosas. (s. f.).


LISAInstitute.
https://www.lisainstitute.com/blogs/blog/organizaciones-criminales-mas-violen
tas-y-peligrosas

- Cuello blanco. (s. f.). Cuello blanco.

- La tercera. (2011, March 4). La mente de un criminal sofisticado. La Tercera.


https://www.latercera.com/diario-impreso/la-mente-de-un-criminal-sofisticado/

- PsychopathyIs. (2023, 21 marzo). Qué causa la psicopatía | Psychopathy iS.


Psychopathy Is.
https://psychopathyis.org/que-causa-la-psicopatia/#:~:text=Una%20pregunta
%20com%C3%BAn%20es%3A%20%E2%80%9C%C2%BF,y%20medioambi
entales%20(no%20gen%C3%A9ticos).

- Viajestic. (2017, 8 mayo). Así se desarrollan en el cerebro el fraude y la


malversación. TecnoXplora.
https://www.lasexta.com/tecnologia-tecnoxplora/ciencia/asi-desarrollan-cerebr
o-fraude-malversacion_20170508591065e90cf22906e6b8d623.html

19
Universidad de Panamá

Facultad de Psicología

Escuela de Psicología

Psicología Forense

Asignación del grupo N°4:

Neurología de la Maldad: Capítulos 7, 8 y 9

Integrantes:

Adriana Araúz 8-974-2112

Nicole Ardila 8-971-2094

Allyson Garay 8-969-301

Dashleen Guerra 8-988-1695

Aldo Guevara 8-977-2174

Ronald Jackson EC-25-13127

Marialex Maldonado EC-157-336

Steffanny Pernia EC-157-165

Lourdes Trejos 8-976-160

Profesora:
Dra. Melba Stanziola

27 de octubre de 2023
Introducción

A continuación presentaremos un recorrido por los capítulos 7, 8, 9 del texto sobre


la Neurología de la maldad. De tal manera que uno de los temas a tratar es la
corrupción, los rufianes y las élites extractivas son conceptos que a menudo están
interconectados y desempeñan un papel significativo en la política, la economía y la
sociedad.

Este es un tema además de mucha controversia en diversas sociedades, la


corrupción se refiere a la utilización indebida del poder para obtener beneficios
personales o ganancias ilícitas, y puede ser perpetrada tanto por individuos como
por grupos. Los rufianes son individuos o grupos que, de manera deshonesta o
violenta, buscan aprovecharse de situaciones o recursos en su propio beneficio, a
menudo a expensas de la comunidad en general. Además de las élites refiriéndose
a las extractivas desproporcionadas y controlar recursos valiosos, a menudo
utilizando prácticas corruptas o rufianes.

Los hombres tienden a ser mucho más prominentes en la crónica policial y judicial
en comparación con las mujeres, lo que podría dar la impresión de que las mujeres
son menos propensas a comportamientos dañinos, predatorios o corruptos. Los
datos demuestran una clara disparidad en la participación en incidentes violentos,
con nueve hombres involucrados por cada mujer en casos de asesinatos,
homicidios, asaltos con violencia física y robos con intimidación.

Por otra parte también se explicará el valor del dinero desde el punto de vista del
impacto y la influencia que tiene las diversas representaciones del dinero en la
sociedad, la relación vista desde el punto de vista biológico y psicológico. Además la
gran codicia monetaria que existe en las sociedades y como es la relación con el
lujo, soborno y extorsión que se da por el uso universal de esto.

Esta desproporción se mantiene en todas las sociedades, independientemente de


su desarrollo. También se observa una brecha similar en la población reclusa, con
nueve prisioneros por cada prisionera en cárceles y centros de internamiento de
menores. Aunque esta diferencia es significativa, no debe pasar por alto la
contribución de las mujeres a la malicia, que abarca desde crímenes graves hasta
una variedad de acciones perjudiciales.

En general, los datos respaldan la idea de una mayor propensión de los hombres a
la delincuencia, incluso sin considerar la violencia sexual, donde la mayoría de los
perpetradores son masculinos. Todo esto visto desde puntos de vista más científico,
como lo es la neurología y circuitos neuronales.
Cap N°7 - Corruptos, rufianes y élites extractivas

Generación tras generación, las personas que urden tramas corruptas en el ámbito
empresarial o en la administración pública y que incurren con asiduidad en acciones
fraudulentas pertenecen a la estirpe de los psicópatas. No están limitados por
principios, ni por las normas ni por las advertencias de castigo.

El hecho de actuar desde un marco mental fríamente utilitario y con un atrevimiento


basado en la ausencia de temor a las sanciones y en la carencia de cualquier
sintonía hacia el daño o el perjuicio ajeno puede resultar muy ventajoso para medrar
mediante operaciones económicas o financieras ilegales. El abanico de delitos que
abarcan las prácticas económicas corruptas es amplísimo y lo es, también, la
variedad y la severidad de los quebrantos infringidos.

En lo que concierne a la proclividad a incurrir en engaños, el solo hecho de puntuar


en positivo en una escala tan sencilla como la escala de desvinculación moral sobre
el engaño es un magnífico predictor de la conducta deshonesta en situaciones de
laboratorio.

Esa tendencia al desprecio de las normas es característica del estilo impersonal y


maquiavélico que gastan los psicópatas en sus interacciones con los demás. De
hecho, hay hallazgos que indican que los rasgos manipulativos típicos del
maquiavelismo, el egoísmo oportunista, haciendo caso omiso de toda regla, los
engaños sistemáticos y las aptitudes destacadas para la seducción, resultan
beneficiosos para alcanzar objetivos económicos y dependen de la labor de la
corteza orbitofrontal, la ínsula y otras regiones cerebrales que se han vinculado con
las decisiones con carga moral.

Maquiavélicos

El maquiavelismo es la tendencia a manipular y traicionar a los demás. Es una


habilidad decisiva para circular con provecho por la vida y constituye uno de los
rasgos cruciales de la inteligencia social. En los test que miden esa modalidad del
ingenio prima la noción de «manipular en beneficio propio y a costa de los intereses
ajenos». Se trata de escalas con ítems como los de la página anterior, de manera
que permiten distinguir entre individuos dotados para el maquiavelismo (high machs)
y los poco dotados (low machs).

No hay una relación consistente entre el ingenio cognitivo destacado y el


maquiavelismo: ni en las notas CI globales ni en las medidas de agudeza o
velocidad mental se observan concordancias firmes.

Los high machs progresan más en ámbitos profesionales competitivos y muy


abiertos: están sobrerrepresentados entre los comerciales, los agentes de bolsa y
los políticos. Lo están menos, en cambio, entre los directivos sénior de las grandes
corporaciones, los altos funcionarios o los técnicos de excelencia.

Los high machs tienden a sustraer más que los low machs, siempre y cuando los
supervisores sean ingenuos. En cambio, ante un supervisor desconfiado, los
maquiavélicos no se distinguen de los low machs, ni en la tentación ni en los hurtos.
Por otro lado, los high machs mienten mucho mejor: es difícil distinguirlos de la
gente sincera cuando se proponen engatusar. A los low machs, en cambio, se les
atrapa con facilidad cuando pretenden vehicular un engaño. Esa superioridad para
el embuste de los high machs se sustenta en que saben manejar mejor la
modulación de la voz, los movimientos faciales y la mirada cuando tratan de
engatusar a los demás.

Todos los datos indican que los hombres atenúan el maquiavelismo ante los colegas
varones, respecto del que aplican a sus interacciones con colegas femeninas. De
forma paralela, las mujeres aplican muchas más estrategias maquiavélicas con el
sexo opuesto que con el propio. Los individuos con una buena dotación en ese
rasgo del carácter disponen de ventajas estratégicas, aunque también hay
inconvenientes: el más obvio es toparse con la venganza o el ostracismo cuando los
manipuladores voraces resultan desenmascarados.

El valor del dinero

La competición con dinero de por medio es exigente y la neurobiología ha


comenzado a estudiar, en serio, los atributos del dinero desde hace muy poco. Y es
también formidable, el análisis del impacto y la influencia que tiene en gran cantidad
disponible en las costumbres y el ánimo de las gentes.
Lo corriente (común o habitual) es considerar que el dinero pertenece a un estrato
simbólico (estratos sociales, es decir que caracteriza a los diferentes niveles
económicos que hay en la población, por ejemplo; la desigualdad) al predio,
refiriéndose a las posesiones de las instituciones sociales, y que requiere, por tanto,
sabidurías abstrusas (difícil comprensión o resulta difícil de entender) y alejadas de
lo que en sí se refiere a circuitos del cerebro-mente.

La economía dispone de herramientas para abordar de manera especializada las


complejidades del dinero, y cuando se necesitan otros conocimientos para aterrizar
en este tema pueden buscarse en el saber matemático o en variantes filosóficas (la
retórica, el derecho, la sociología). De ahí que sean muchos los que consideran que
las ciencias de la naturaleza deberían mantenerse al margen del tema tan
obviamente cultural.

Puede que sea así, que no convenga mezclar a la biología con las monedas y la
gente que las usan. Al fin y al cabo, el dinero es un invento reciente y su forma de
encajar en aspectos biológicos debe ser algo inaprensible, es decir imposible de
comprender. De la misma manera que no hay, en el cerebro, sistemas específicos
preconfigurados para la escritura o para el cálculo numérico, tampoco las infinitas
variantes de cambios o lo relacionado al tema del dinero.

Eso hay que aprenderlo a lo largo de años para conocer muy bien las propiedades
del dinero, ya que la biología no ha creado un medio para fijar automatismos, casi
de forma involuntaria manejemos lo relacionado al dinero.

Medios que sí poseemos, de manera espontánea y sin necesidad de instrucción


alguna, para adquirir habilidades como caminar, correr, saltar, silbar o hablar. Pero
en ningún caso para manejar dinero con solvencia (capacidad para cumplir con
todas las obligaciones entre ellas deudas presentes o futuros), astucia y provecho,
es decir obtener efectos beneficiosos.

El deseo por el dinero acostumbra a ser, sin embargo, tan sensacional y despierta
unas energías tan intensas que, a pesar de las precaución y reservas impuestas
desde aquellas disciplinas humanísticas, con frecuencia vemos los intentos de
“hincarle el diente” a esa palanca que suele «mover el mundo».

Los neurorradiólogos que trabajan con equipos para el escaneo cerebral, se unen a
esfuerzos con algunos economistas rara avis (‘ave desconocida y rara’ y se aplica a
una persona o cosa que se consideran poco comunes o por tener alguna
característica que las diferencia de las demás de su misma especie) dispuestos a
entrar en los laboratorios de neuroimagen, se propusieron profundizar en aquello
que está escondido, pero que incita a la motivación por el dinero y sus vicios
colaterales.
Codicia metálica

Lo primero que hay que destacar es que el hambre de dinero no es metafórica: se


trata de un fenómeno real que tiene su base en zonas particulares de la circuitería
neural, es decir; conjunto de conexiones sinápticas ordenadas. Con la vista, ver de
lejos un dinero alcanzable hace que se activen los sistemas cerebrales del deseo.

La perspectiva de ganancias monetarias, cuando se muestran cantidades que


percibir en situaciones de juego, despierta un trabajo extra en las mismas regiones
que se activan al contemplar una imagen provoca un estímulo de desearlo, un plato
apetecible o una bebida.

Las diferentes modalidades del dinero (las monedas, los billetes, las cantidades en
unidades monetarias, los incrementos del saldo de la cuenta corriente, los vales o
bonos intercambiables) son todas ellas capaces de acelerar la labor de las áreas del
cerebro que se dedican a procesar incitaciones apetitosas y todo esto basado en la
biología, como lo sexuales o las alimentarias.

En cualquier caso, el deseo de dinero tangible, la perspectiva de obtener sumas


constantes y sonantes descansa en los sistemas cerebrales que se dedican a
procesar los apetitos sexuales, alimentarios o de bienestar. El dinero puede adquirir
atributos que lo comparan a las drogas adictivas.

Fagocitación de los resortes biológicos del deseo y la consumación por parte del
dinero le otorga propiedades gratificantes (incrementa la reiteración de acciones que
llevaron a obtenerlo), así como incentivadoras (orienta los apetitos y modula la
conducta).

Esa «adicción al dinero» habría que considerarla con cautela, sin embargo, porque
para la gran mayoría de las personas el hambre y la urgencia de ganancias se
mantiene dentro de cauces moderados y no dispara conductas problemáticas.

Es más, suele permitir la cristalización del comercio bien regulado y generador de


riqueza diversificada. Salvo en los casos infrecuentes de las avaricias y las usuras
obsesivas, o del juego compulsivo que suele conducir a la ruina, el descontrol
inducido por el dinero es poco habitual, pero ello no es un obstáculo para que haya
individuos dispuestos a saltarse límites y a transgredir todas las barreras para
incrementar la acumulación dineraria si se dan circunstancias propicias o que se lo
permitan.

Hay quienes, en ausencia de oportunidades, las inventan: hay que dejar constancia
de que, además de sus innegables virtudes prosociales, el dinero ha sido el inductor
de la sofisticación incesante de los modos de delinquir. En los estudios de escaneo
cerebral se ha podido comprobar que las pérdidas monetarias activan la circuitería
neural dedicada al sufrimiento y la aversión psicológica, incluso con los sistemas
encargados de procesar dolor.
Lujo, soborno y extorsión

El dinero se adorna con esas propiedades gracias a su valor de señal gratificadora


universal. A su valencia de intercambio con cualquier bien o servicio deseable. En la
jerga psicológica, el dinero es un «reforzador secundario generalizado», donde
secundario denota aprendido (no prefijado por la biología) y generalizado indica su
valencia gratificadora sin restricciones.

Existen ámbitos donde hay resistencia a aceptarlo: no esperamos, por ejemplo, que
los vecinos nos devuelvan los favores domésticos en billetes, ni que las muestras de
amistad genuina se restrinjan al cambio de vales canjeables. No solo no se espera
eso, sino que incluso puede ofender. Por otro lado, suele halagar mucho más un
regalo apreciable o elaborado que su estricto equivalente en dinero.

En la señalización de estatus hay, sin embargo, un factor que el dinero ha permitido


amplificar hasta extremos inigualables. Se trata del lujo, de la capacidad de realizar
gastos excesivos o innecesarios sin reparar en costes o esfuerzos.

El poder, para serlo de veras, debe hacer gala de ostentación aparatosa, y nada
mejor que la versatilidad monetaria para la escenificación del gasto. Las crónicas
históricas y literarias recogen la fascinación humana por el lujo.

Eso nos acerca a otra propiedad del dinero: su capacidad de aventajar a cualquier
otro incentivo para comprar voluntades, para seducir, subyugar y esclavizar. El
soborno es decisivo para el deterioro del dinero funcionando como una ruta óptima
cuando hay que quebrar resistencias y montar extorsiones o chantajes.

Conviene mencionar aquí que, en un estudio con sujetos normativos que puntuaban
alto en escalas de psicopatía, se encontró una activación acentuada de la circuitería
cerebral del deseo ante la posibilidad de ganancias monetarias.

El hecho de que ese ingrediente de la psicopatía curse con una hipersensibilidad


ante la gratificación anticipada puede explicar la tendencia a prescindir de
inhibiciones y a dar salida, incluso, a intimidaciones y agresiones instrumentales
para conseguir el objeto deseado. Con lo cual hay ahí un cóctel perfecto y
decididamente peligroso, avivado por el fulgor del dinero.

El arrastre del poder

La biología impone que en el trayecto para alcanzar cotas altas de poder político
resulten primados quienes reúnen condiciones para el bandidaje parasitario.Los
individuos astutos, dominantes, crueles, persuasivos, falsos, manipuladores y
audaces son óptimos candidatos para situarse en posiciones de ventaja en las
luchas por el poder.ya que sos atributos dependen de propiedades y sutilezas en la
circuitería neural y de múltiples resortes hormonales.
Entre los políticos de relumbrón y también entre los de segunda y tercera fila hay
una desmesurada proporción de delincuentes disfrazados de servidores de la
comunidad. El hecho de ir a parar a la condición de líder o de subordinado era
azaroso.

En el primer experimento participaron 480 estudiantes, 162 de los cuales (21 años
de edad de media, 100 de ellos varones) actuaron como líderes: las opciones eran
tener uno, dos o tres subordinados y las oportunidades para decidir oscilaban,
asimismo, entre una que era bastante equitativa, otra que repartía el montante
disponible a partes iguales y otras antisociales que primaban ostentosamente el
trozo de pastel que se auto asignaba el «líder-dictador» de trayéndolo del que iba a
parar a los subordinados.

Los resultados indicaron, con rotundidad, que cuantos más subordinados y más
opciones para elegir tenía un líder (es decir, mayor poder), mayor era la tendencia a
tomar decisiones clamorosamente egoístas (corruptas). Hay que recordar que en el
juego del dictador el líder decide sin cortapisas y los subordinados no tienen voz
alguna y reciben la parte del pastel que les otorga graciosamente el líder.

La testosterona basal aumentó mucho esa tendencia y también lo hizo el egoísmo


previo, mientras que la honestidad de base la atenuaba ya que hay ahí, por tanto,
unos hallazgos que robustecen el rol de esos dos factores en la aparición de la
conducta abusiva y parasitaria.

En experimentos llevados a cabo en Lausana se intentó deslindar hasta qué punto


dos de las variables que se consideran cruciales en asuntos de poder, el número de
seguidores o subordinados que tiene un líder y sus niveles basales de testosterona,
se relacionan con el grado de corrupción económica.

Trabajaron con alumnos de Ciencias Empresariales de la universidad pública que


debían tomar decisiones reales en el Laboratorio de Economía Comportamental. Lo
hacían de forma anónima y a través de pantallas de ordenador, en tiradas del juego
del dictador que acababan reportando dinero real al finalizar esas sesiones, de unos
quince minutos de duración

El hecho de ir a parar a la condición de líder o de subordinado era azaroso. En el


primer experimento participaron 480 estudiantes, 162 de los cuales (21 años de
edad de media, 100 de ellos varones. El primero es la oportunidad de ejercer poder
sin cortapisas: esa circunstancia lleva a aumentar la tentación y a la comisión
efectiva de abusos leoninos.

En el segundo experimento participaron otros 240 estudiantes de procedencia, edad


y distribución de géneros similar al grupo anterior, a quienes habían medido antes
los niveles de testosterona y cortisol en reposo, Por consiguiente, hay que concluir
que el poder corrompe, sin duda, pero sobre todo cuando lo ejercen personas que
flaquean en honestidad o que acarrean cócteles hormonales que promueven el
egoísmo parasitario y descarnado

Por tanto, unos hallazgos que robustecen el rol de esos dos factores en la aparición
de la conducta abusiva y parasitaria. El primero es la oportunidad de ejercer poder
sin cortapisas: esa circunstancia lleva a aumentar la tentación y a la comisión
efectiva de abusos leoninos. Pero desempeña también un papel notable el factor
«persona»: a los honestos de veras les costó, mucho más que a los deshonestos,
aprovecharse de situaciones propicias para abusar

Otra circunstancia que contribuye a la renovación invariable de la estirpe de los


villanos es que acostumbran a tener un notable éxito seductor en el ámbito amoroso
está el arrastre automático de la señalización dominante y el fulgor del dispendio
desinhibido y la ostentación aparatosa.

De hecho, compensan la mengua de oportunidades sexuales a causa de las


cuarentenas por las temporadas en prisión o las derivadas de tener, por regla
general, unos itinerarios vitales más breves que el resto de los mortales a base de
interacciones carnales frecuentes y variadas

Desvergüenza seductora

Esa tendencia se acentúa en los días fértiles de su ciclo menstrual, hasta el punto
de llegar a seleccionar, para las aventuras breves e intempestivas, a individuos que
por su talante y rasgos físicos anuncian una propensión a la infidelidad y a la
desvergüenza, sin disimulos ni paliativos. Los datos a favor de esa tendencia
femenina espontánea son legión, en muchos estudios y en diferentes culturas.

Por supuesto, para los emparejamientos a largo plazo rigen otros criterios. Pero
incluso el orgasmo femenino parece acompasarse mejor y ser mucho más
productivo cuando se alcanza en el trato íntimo con esos personajes. Quizá todo
eso tenga alguna relación con las claras disparidades numéricas entre psicopatía
masculina y femenina que hay que discutir a continuación.

Capítulo N° 8 - Malvadas: psicopatías femeninas

Psicopatías femeninas

Aunque se ha prestado menos atención a las mujeres en este campo debido a su


menor representación en la población reclusa, los datos sugieren que la proporción
de psicópatas es algo menor en mujeres que en hombres. Las características
psicopáticas en mujeres son similares a las de los hombres, incluyendo el egoísmo,
la manipulación, la falta de empatía y la impulsividad. Sin embargo, en la psicopatía
femenina, se observan diferencias, como una aparición más común en la pubertad,
menos violencia física, un mayor uso de engaños y falsedades en las relaciones y
problemas con autolesiones, inestabilidad afectiva y conductas erráticas.
Las mujeres psicópatas pueden ser detectadas efectivamente utilizando la Escala
de Evaluación de Psicopatía de Hare (PCL-R) y otras escalas de psicopatía, aunque
tienden a obtener puntuaciones ligeramente más bajas que los hombres en estas
escalas. Esto sugiere que la psicopatía en mujeres tiende a manifestarse de manera
más atenuada y es menos frecuente en comparación con la psicopatía en hombres.

Un estudio de neuroimagen sugiere que las mujeres psicópatas muestran una


menor actividad cerebral en regiones límbicas durante el procesamiento emocional,
similar a los hombres psicópatas. Sin embargo, se observó una diferencia en la
respuesta cerebral al procesamiento de transgresiones morales, que involucra la
región temporoparietal, lo que podría distinguir entre la psicopatía masculina y
femenina.

En general, aunque la psicopatía en mujeres es menos común que en hombres, no


conlleva benignidad, y la agresividad femenina desempeña un papel en la
malignidad general, aunque en menor medida que en los hombres.

En cuanto a la prevalencia, el DSM-5 (2013) se encontró una alta prevalencia de


trastornos de personalidad del grupo B, incluyendo el trastorno límite, en mujeres
psicópatas. Se sugiere que el trastorno límite y el trastorno antisocial comparten
tendencias como el consumo de drogas, la impulsividad y la inestabilidad emocional,
lo que se traduce en comportamientos sexuales peligrosos y transgresores de la ley

Agresividad femenina cotidiana

A pesar de que las mujeres tienen virtudes naturales, es decir biológicas, en el


cuidado de los hijos, se destaca que ellas también tienen una capacidad competitiva
que no se debe subestimar. Las mujeres son competentes en situaciones de
conflicto o competencia, tanto entre mujeres o con hombres, y utilizan una variedad
de tácticas, tanto agresivas como manipulativas para alcanzar sus objetivos.
Generalmente, la competencia y la combatividad de las mujeres suele ser pasada
por alto o no es reconocida ya que los hombres tienden a protagonizar conflictos
más visibles y frecuentes.

Cuando se destacan agresiones de “baja intensidad” son las mujeres quienes


suelen destacarse en diferentes formas. Habilidades como desplantes, sarcasmo,
burlas, gestos insidiosos, vejaciones, negación y desatención. Las mujeres tienen
una habilidad cognitiva superior para comprender e interpretar los sentimientos de
los demás, y a veces pueden utilizarlo para herir la autoestima de sus oponentes.

En disputas entre hombres y mujeres, se debe considerar las diferencias en


habilidades empáticas así como la brecha en la fuerza física entre ambos sexos. En
promedio, las mujeres tienen un 10-20% de un tamaño corporal inferior que los
hombres, lo que causa que tengan una desventaja cuando se trata de fuerza
muscular. Esta diferencia física ha perdido relevancia a través de los años debido al
profeso en la tecnología y a la reducción de la violencia. A pesar de eso, sigue la
desigualdad en la fuerza física siendo relevante en confrontaciones. Los hombres
recurren a violencia física mientras que las mujeres utilizan otras tácticas.

Cerebros combativos distintivos

Se aborda la cuestión de las diferencias de género en la agresividad, examinando


con más énfasis factores biológicos que pueden influir en esta disparidad.

No se han identificado diferencias distintivas en las estructuras cerebrales


relacionadas con la agresividad entre hombres y mujeres, las regiones neuronales
encargadas de dar curso a las salidas agresivas no presentan, por ahora,
diferenciaciones entre ambos sexos. Hay que indicar, no obstante, que se trata de
engranajes primitivos del cerebro afectivo que son de difícil acceso y que no han
sido abordados aún con las técnicas de escaneo o de morfología zonal más
resolutivas para detectar distinciones en función del sexo. Sin embargo, las
diferencias son notables en algunos sistemas subcorticales, como la amígdala y el
hipotálamo, que regulan reacciones emotivas como la ira y la hostilidad. Incluso, se
ha relacionado la reducción del volumen de sustancia gris en regiones ventrales,
mediales y orbitales de la corteza prefrontal con trastornos de personalidad
antisocial en hombres.

Además, se evidencia la influencia de las hormonas sexuales, especialmente los


andrógenos, en la modulación de la agresividad, con algunas mujeres que muestran
niveles elevados de andrógenos, lo que se asocia con la combatividad física, la
dominancia y las actividades deportivas arriesgadas. Por otra parte, las oscilaciones
hormonales prototípicas del ciclo menstrual generan una reactividad cambiante en el
estado de ánimo que se acompaña de variaciones del umbral de irritabilidad ante los
percances.

También se puede resaltar la importancia de las hormonas relacionadas con la


alarma/estrés (las del eje corticoideo, la adrenalina, la noradrenalina, la
vasopresina) en la agresividad, con diferencias notables entre los sexos en la
producción de cortisol y otros compuestos. Así, por ejemplo, existen datos que
señalan que las adolescentes con una conducta disruptiva reiterada no solo
comparten con los chicos más rebeldes un incremento en los perfiles
testosterónicos, sino unas cifras bajas de cortisol (la hormona diana del estrés
corrosivo).

Se menciona la influencia de la serotonina y los opioides en la regulación de la


agresividad, así como el papel de la oxitocina en la proximidad afectiva lo que
implica una restricción para las expresiones agresivas y la vasopresina central en la
posesión celosa.

Finalmente, se plantea la pregunta de si estas diferencias en la agresividad se


deben exclusivamente a factores biológicos o si las influencias de la cultura, la
educación y la discriminación de género también desempeñan un papel importante.
Se argumenta que las diferencias de género en la agresividad tienen una base
biológica, pero no se puede ignorar el impacto de los factores culturales en estas
disparidades. Se concluye que el cerebro desempeña un papel crucial en la
expresión de rasgos de personalidad como la agresividad y que estas diferencias
están arraigadas en los procesos neuroquímicos, pero no pueden separarse
completamente de las influencias culturales y sociales.

Cambios culturales y combatividad femenina

Aunque las mujeres comunes no son necesariamente benignas, sus estilos


competitivos causan menos daños que los de los hombres. Sin embargo, las
influencias culturales pueden cambiar esta disparidad. Por ejemplo, se ha
observado un aumento constante en la combatividad femenina en varios contextos,
lo que reduce la brecha de proporción de daño entre hombres y mujeres, aquella
desproporción de 9/1 del daño varonil respecto del femenino (de cada nueve
hombres criminales hay una mujer). Son hallazgos tentativos, pero tanto en las
agresiones que conducen al encarcelamiento como en los alborotos y
encontronazos de menor importancia aquella distancia está mermando hasta
acercarse al 8/2 (por cada ocho hombres hay dos mujeres criminales). Este
aumento en la participación femenina en actos delictivos se atribuye en principio a
cambios culturales recientes que permiten que la agresión femenina, anteriormente
restringida por normas sociales, sea más visible.

Con respecto a las adolescentes con comportamientos disruptivos como faltar a la


escuela, escapar de casa, cometer hurtos, actos de vandalismo, peleas con
compañeros, crueldad hacia animales o personas vulnerables, las distancias entre
chicos y chicas son inferiores a lo esperado. Alrededor del 8% de las chicas y el
12% de los chicos exhiben este tipo de comportamientos, esto muestra una brecha
en comparación con las cifras globales de conflictividad o delincuencia. Algunas de
estas adolescentes logran una socialización satisfactoria en años posteriores, pero
una parte significativa continúa con estos comportamientos durante la juventud y la
edad adulta.

En un ejemplo sobre la influencia de las horas de televisión durante la infancia,


adolescencia y primera juventud sobre la conducta agresiva posterior, se muestra en
un estudio longitudinal de 25 años realizado en Nueva York, en el que se involucró a
707 familias (mayoritariamente blancas y católicas) en las que se evaluó a sus hijos
desde los cinco años, se recopilaron datos en cuatro puntos largos, y en la
evaluación final en el año 2000 se mostró que un alto consumo de televisión durante
la adolescencia (a los 14 años), se relacionaba con una mayor probabilidad de
mostrar comportamientos agresivos a los 16 y 22 años, con una incidencia mayor
entre los varones.
Esa vinculación reapareció al comparar las horas dedicadas a ver la televisión a los
22 años respecto de la conducta agresiva a los 30 años, pero en ese periodo el
efecto fue más potente en las chicas, hasta el punto de llegar a igualar los
resultados de los varones. En conjunto, estos datos revelan que existe un subgrupo
de jóvenes de ambos sexos en los que coinciden un alto consumo televisivo con
todo tipo de conductas disruptivas y delictivas, sin que pueda discernirse una
direccionalidad en esa mezcla. El efecto se mantenía cuando se ponderaba la
posible influencia del nivel socioeconómico bajo, el abandono infantil, los abusos
precoces, el consumo de sustancias ilegales y otras variables que predicen
agresividad.

En las pesquisas sobre diferencias sexuales en combatividad se ha progresado


desde la descripción cuantitativa hasta los experimentos dirigidos. Así, cuando las
mujeres reciben dosis bajas de testosterona, pierden parte de su capacidad de
detección emotiva y la comprensión empática. Esto reduce su ventaja en
habilidades de cognición social que generalmente superan a los hombres. También
varían la hostilidad, aversión al riesgo y temor ante amenazas físicas (se vuelven
más atrevidas). Además, la cautela en la toma de decisiones financieras arriesgadas
puede verse afectada por la potenciación androgénica. Estas investigaciones
proporcionan evidencia de que al influir temporalmente en los circuitos
neuroendocrinos específicos, se puede modificar el estilo cognitivo y afectivo de un
género para que se asemeje al del sexo opuesto.

Presentación de un caso

María Concepción Ladino, conocida como “la bruja asesina”, fue catalogada como
una asesina en serie en Colombia. Nacida en Bogotá en la década de 1960, se
hacía pasar por una curandera que ofrecía hechicería y brujería para estafar a sus
víctimas. Cometió al menos seis asesinatos en la década de 1990, involucrando
estafas y extorsión. Su modus operandi incluía ganarse la confianza de las personas
con promesas de mejoras en la vida a través de rituales mágicos y pócimas. Fue
condenada a 40 años de prisión por asesinar a seis personas y estafar a más de
veinte, y cumple su condena en la cárcel del Buen Pastor en Bogotá.

Análisis del caso

A través del análisis de los criterios diagnósticos del DSM-5, es plausible afirmar
que María Concepción Ladino, alias “La bruja asesina”, posiblemente padece un
Trastorno de Personalidad del grupo B, específicamente del tipo Antisocial y/o
Límite. Su comportamiento delictivo se caracteriza por actos imprudentes, erráticos
y crueles, a veces impulsivos y otras veces cuidadosamente planificados. También
muestra una tendencia a la intoxicación grave y la muerte de sus víctimas, lo que
sugiere una falta de control de impulsos y una incapacidad para reprimir sus
impulsos destructivos.
Además, su intento de suicidio en el momento de su captura y su comportamiento
descontrolado son consistentes con características de un trastorno límite de
personalidad. La autora muestra una motivación principalmente económica para sus
acciones, lo que la diferencia de la mayoría de las mujeres delincuentes cuyas
motivaciones suelen estar relacionadas con factores socioculturales como la
pobreza.

Ladino se ganaba la confianza de sus víctimas para luego estafarlas y, en algunos


casos, cometer asesinatos. Su modus operandi implicaba el uso de chantaje,
manipulación, sugestión y en ocasiones coerción, pero rara vez utilizaba la fuerza
física. No mostraba empatía por el sufrimiento de sus víctimas y justificaba sus
acciones aduciendo ingenuidad por parte de estas.

Capítulo N°9 - Radares vigilantes de la maldad

La valoración que los humanos tienen por la convivencia pacífica sugiere la


importancia de que los sistemas de vigilancia se diseñen con la premisa de
minimizar cualquier daño o perjuicio. Esto plantea la necesidad de establecer
garantías mínimas para los fundamentos morales, que a menudo son deficientes en
individuos malintencionados y frágiles en muchas personas.

Códigos y doctrinas

La esencia de las normas morales es independiente de doctrinas religiosas o


seculares. Se enfoca en virtudes como generosidad, compasión, culpa,
remordimiento y vergüenza, que surgen como reacciones emotivas ante situaciones
sociales negativas. Estas virtudes, como se plantea, son universales y no están
limitadas por la instrucción religiosa, sugiriendo una base moral intrínseca en la
naturaleza humana.

La empatía hacia el sufrimiento ajeno, la generosidad y la justicia son intuiciones


innatas que se desarrollan tempranamente en la vida de las personas. Estas
intuiciones no dependen de la orientación doctrinal, lo que implica que ciertos
principios éticos son comunes a todas las culturas y se manifiestan de forma
independiente de las creencias religiosas.

Algunas religiones imponen normas rigurosas sobre conductas permitidas y


prohibidas, influyendo en la vida comunitaria. Sin embargo, se cuestiona la
necesidad de intervención divina para mantener la moralidad. En comunidades
pequeñas y cercanas, donde las interacciones sociales son constantes, el escrutinio
social parece ser suficiente para sustentar normas éticas, eliminando así la
necesidad de divinidades moralizantes.
Generosidad y cumplimiento de normas

La relación entre la generosidad y el cumplimiento de normas en el contexto de la


religiosidad es un tema complejo. Múltiples estudios han arrojado resultados
diversos. Por ejemplo, en una investigación sobre donaciones de sangre en Estados
Unidos, se encontró una tenue conexión positiva entre la práctica religiosa y la
donación de sangre en mujeres, pero esta relación desapareció cuando se
consideraron factores socioeconómicos. En el caso de los hombres, no se observó
una conexión significativa entre la religiosidad y la donación de sangre.

Sin embargo, en estudios de psicología social, se ha demostrado que la religiosidad


puede fomentar la cooperación y la generosidad. Por ejemplo, cuando se activaron
pensamientos religiosos a través de pruebas verbales que contenían conceptos
espirituales, se observó un aumento en la cooperación en juegos económicos
anónimos. La impregnación de ideas religiosas también aumentó la generosidad,
incluso en personas no necesariamente religiosas.

En otro estudio con universitarios en Valparaíso, Chile, se replicaron estos


hallazgos, lo que sugiere que la religiosidad puede promover la generosidad, incluso
en personas de ambientes católicos, independientemente de sus creencias
personales.

No obstante, en lo que respecta a la tendencia a decir mentiras o ser deshonesto,


no se encontraron vínculos claros con la religiosidad. Algunos estudios sugieren que
no existe una relación significativa, y en ocasiones se ha observado una ligera
tendencia positiva entre la religiosidad y la mendacidad. Sin embargo, la imagen de
Dios en la que se cree parece tener un impacto: aquellos que ven a Dios como un
ser punitivo y vengativo tienden a mentir menos, mientras que aquellos que tienen
una visión más benevolente de Dios son más propensos a la mentira. La intensidad
de las creencias religiosas o la devoción personal importan menos que el tipo de
Dios en el que se cree cuando se trata de inhibir comportamientos deshonestos.

Estos hallazgos sugieren que la religiosidad puede tener un impacto complejo en el


comportamiento prosocial y la honestidad, dependiendo de factores como la imagen
de Dios en la que se cree.

Vigilancia social

La dinámica entre la vigilancia social y el comportamiento humano enfatiza en cómo


la presencia de ojos vigilantes, ya sean reales o imaginarios, puede tener un
impacto significativo en la conformidad con las normas y reglas sociales. Cuando
existe una percepción de vigilancia, las personas tienden a cumplir mejor las
normas, desde las más básicas hasta las convenciones sociales más sensibles a las
modas y circunstancias cambiantes. Este efecto se observa tanto en cámaras de
vigilancia reales como en la ilusión de ser observado, incluso mediante simples
siluetas de ojos humanos, que pueden fomentar comportamientos cooperativos con
extraños.

En situaciones donde se siente el anonimato, las personas son más propensas a


actuar de manera egoísta, mentir o engañar. Hay estudios donde la presencia de
gafas oscuras, que proporcionan una sensación de anonimato, reduce la
generosidad en las interacciones sociales. Demuestra cómo la sensación de
impunidad puede conducir a comportamientos menos éticos.

Incluso los niños responden a la vigilancia, ya sea real o imaginaria. La creencia en


la presencia de un agente invisible que observa su conducta puede reducir la
tendencia a mentir en niños hasta cierta edad, demostrando así la influencia
temprana de la vigilancia en el desarrollo moral.

El radar omnisciente

En un estudio llevado a cabo a partir de los datos etnográficos de 186 sociedades


representativas de la variedad de culturas en todos los continentes, se constató que
la presencia de dioses primigenios (creadores de la realidad y gobernadores de
acontecimientos y conductas) está vinculada a un mayor tamaño de las
comunidades, un mejor cumplimiento de normas, el seguimiento policial, el manejo
de dinero y el pago de tasas al fondo común.

Un amplio grupo de etnógrafos liderados desde Vancouver (Canadá) por Joseph


Henrich consiguió confirmar todo eso mediante observaciones de campo, haciendo
jugar a 2.148 individuos de poblaciones africanas, americanas, asiáticas, de Nueva
Guinea y de Oceanía que incluían pequeñas tropas de cazadores-recolectores, así
como pescadores, pastores, horticultores y trabajadores a sueldo, con tamaños que
iban desde los 20 hasta los 4.600 individuos.

Les hicieron participar en sesiones del juego del dictador y del juego del ultimátum
en interacciones con desconocidos. Los resultados indicaron que las ofertas
generosas dependían, en primera instancia, del grado de inmersión de cada
comunidad en mercados de acceso a bienes y servicios con sus reglas locales y, en
segundo lugar, de la adscripción a una gran religión mundial (islam o cristianismo,
en esas sociedades). La cercanía a un mercado aumentaba las ofertas generosas a
desconocidos un 20 % de media y pertenecer a una gran religión entre 6 y 10 %.
Los participantes jugaron siempre de manera anónima con desconocidos de su
propia etnia, ya que la capacidad de superar fronteras identitarias es restringida.

Limpieza moral

La arquitectura cognitiva humana permite, en cualquier caso, una fantástica


flexibilidad, y eso también se aplica a las intuiciones y obligaciones morales.
Podemos pasar con facilidad del remordimiento al auto perdón y la bonhomía
satisfecha, y esos resortes para los virajes en los tonos afectivos son colonizados
por las congregaciones con buen ojo para sacarles partido. La limpieza moral es
uno de los engranajes que han permitido erigir iniciativas dedicadas a las
donaciones compensadoras de privilegios abusivos.

Algunas instituciones religiosas han sabido convertir eso en un chorro de caudales


económicos, hasta el punto de devenir instancias muy poderosas. En nuestro
tiempo, esas aportaciones «limpiadoras de conciencia» han sido aprovechadas para
recaudar capitales y para reclutar voluntarios por las ONG. Hay que tener presente
que el ansia por reubicar la autoimagen y la valoración personal hacia franjas
positivas es común y punzante para muchísima gente. Basta con evocar, tan solo,
algunas circunstancias ordinarias algo deprecatorias, que no hay modo de evitar
conductas no del todo corteses para que aumente la necesidad de aportar dinero a
un fondo común y rehacer, de esa guisa, la autovaloración y la reputación social.
Tan acuciante es esa necesidad, en ocasiones, que puede conducir a la urgencia de
higienizar la conciencia moral «manchada» mediante la limpieza corporal.

Una serie de estudios mostraron que el hecho de recordar o de detallar por escrito
vivencias personales de conductas reprobables (mentiras, incumplimientos) lleva, en
test de palabras incompletas, a identificar un mayor número de palabras
relacionadas con la higiene o a seleccionar objetos vinculados con la limpieza
personal después de revivir el recuerdo inquietante. Ese vínculo entre la suciedad
moral y la física o entre la asepsia higiénica y la pureza de conciencia tiene tradición
en muchas doctrinas, en las que impregna los usos ordinarios del lenguaje y
promueve elaborados rituales de limpieza.

Conclusiones

Al terminar de elaborar este trabajo podemos concluir lo siguiente:

● La personalidad maquiavélica se caracteriza por un enfoque estratégico y


manipulador en las relaciones personales, a menudo asociada con la
búsqueda del poder y el dinero. En esta perspectiva, quienes poseen rasgos
maquiavélicos pueden estar dispuestos a hacer lo que sea necesario para
alcanzar sus metas, incluso si eso implica engañar o manipular a otros.

● Es importante recordar que no todas las personas que buscan el poder y el


dinero son inherentemente maquiavélicas, ya que estos deseos pueden tener
diferentes motivaciones y métodos.

● Se confirma que la psicopatía se debe a la hipersensibilidad ante la


gratificación anticipada puede explicar la tendencia a prescindir de
inhibiciones, intimidaciones y agresiones para conseguir el objeto deseado,
por lo que el dinero impacta de gran manera ya que el fulgor del dinero puede
llevar al ser humano a comportarse de forma peligrosa y decidida a hacer lo
que tenga que hacer por alcanzar esta palanca que mueve al mundo.
● Las mujeres utilizan tácticas variadas, incluyendo agresivas y manipulativas.
Sin embargo, estas habilidades a menudo pasan desapercibidas debido a la
mayor visibilidad de los conflictos protagonizados por hombres.

● Los hombres y mujeres tienen circuitos neurales y cascadas neuroendocrinas


distintivas para competir en situaciones sociales, y aunque sus rendimientos
son similares en general, presentan perfiles diferenciados.

● En cuanto a la prevalencia, el DSM-5 (2013) refiere que el trastorno de


personalidad antisocial, es más frecuente entre los hombres que entre las
mujeres, en una relación de (6:1) y que hay un fuerte componente hereditario
en su padecimiento. La prevalencia disminuye con la edad, lo que sugiere
que los pacientes pueden aprender con el tiempo a cambiar su mal
comportamiento.

● En muchas doctrinas la pureza de las personas a nivel moral va relacionada


con la limpieza física y el mantenimiento que las personas se dan a sí
mismas.

● La importancia de esta ciencia para identificar posibles rasgos o conductas


en los individuos que se encuentran inclinados a estos tipos de
comportamiento a través de evaluaciones en sus circuitos neuronales como
los que día a día estas ciencias han podido ir profundizando gracias a los
avances tecnológicos.

Referencias Bibliográficas

Tobeña, A. (2017). Neurología de la Maldad. Mentes predadoras y perversas.


Barcelona: Plataforma.
https://www.academia.edu/41875609/Neurolog%C3%ADa_de_la_maldad_Mentes_p
redadoras_y_perversas

Villafuerte, C. (2021, 1 de mayo). Análisis histórico documental de una asesina en


serie latinoamericana. http://portal.amelica.org/ameli/journal/621/6212692007/html/
Universidad de Panamá
Facultad de Psicología
Licenciatura en Psicología

Psicología Forense
Docente: Dra. Melba Stanziola

Neurología de la Maldad

Estudiantes:
Jeannette Anderson 8-1137-2381
Magdeline Atencio 8-997-384
Keyra Bernal 8-927-1558
Samaira Bujato EC-35-456
Samantha Miranda 8-1077-1902
Annalia Moreno 8-976-2054
Josafat Pinzón 8-927-96
Karen Ramos 8-956-464
Yacksury Vásquez 2-748-1987

Panamá, 27 de octubre del 2023


Introducción

La exploración de la maldad humana, un enigma que ha desconcertado a filósofos, psicólogos y


científicos a lo largo de la historia, se presenta ante nosotros con una perspicacia sin precedentes
en el libro "Neurología de la maldad". Escrito por Octavio Rettig, este texto sumerge al lector en
un viaje profundo hacia las raíces biológicas y psicológicas de la conducta maliciosa en los seres
humanos. A través de un análisis meticuloso de los mecanismos cerebrales que subyacen a
emociones tan perjudiciales como la ira, la envidia y el desprecio, este libro arroja luz sobre cómo
estos sentimientos pueden desencadenar acciones dañinas.

Rettig, en los primeros capítulos, establece un marco conceptual sólido que distingue entre el mal
"incidental", que surge de manera casual, y el mal "deliberado", que es premeditado y calculado.
Además, se adentra en la aparente rareza de la maldad genuina en la sociedad, a pesar de que
los mecanismos biológicos para la agresividad existen en nuestro cerebro.

Una de las contribuciones más significativas de este libro radica en su exploración de las bases
evolutivas y neurológicas de las emociones nocivas. Al examinar regiones cerebrales cruciales
como la amígdala y el córtex prefrontal, Rettig demuestra cómo estas áreas modulan respuestas
emocionales como el miedo, la ira y la aversión, al tiempo que se aventura en el estudio de los
correlatos neurales del desprecio y la envidia, dos. emociones capaces de motivar acciones
perjudiciales hacia los demás.
En un giro impactante, el libro también se adentra en la agresión predatoria y el acoso, tomando
como ejemplo un caso perturbador de adolescentes que atacaron y mataron a un niño en
Inglaterra, al parecer, por mero aburrimiento. Aquí, Rettig pone de manifiesto el papel crucial de
la falta de empatía y la desinhibición en la génesis de actos atroces.

"Neurología de la maldad" no se limita a la violencia física, sino que también desmenuza los
fundamentos biológicos del engaño y el fraude, ilustrando casos de individuos que se aprovechan
de estafas de redes de complicidad. Además, el libro explora las bases neuronales del
autoengaño, ese mecanismo que permite a algunas personas racionalizar acciones moralmente
cuestionables.
Los últimos capítulos del libro se centran en las respuestas sociales y legales frente a la maldad.
Rettig examina el papel del castigo como elemento disuasorio, al mismo tiempo que se aventura
en los dilemas éticos relacionados con el uso de datos neurobiológicos en procesos jurídicos.
También reflexiona sobre el potencial de la rehabilitación y la prevención de la conducta
antisocial.

"Neurología de la maldad" ofrece una mirada exhaustiva basada en investigaciones recientes,


integrando hallazgos de la neurociencia, la psicología evolutiva y la psiquiatría. Este libro no solo
arroja luz sobre el oscuro rincón de la naturaleza humana donde residen las tendencias
maliciosas, sino que también nos alerta sobre los riesgos de ignorar o subestimar las condiciones
que pueden desencadenar comportamientos malignos. En última instancia, la obra de Octavio
Rettig nos proporciona una herramienta valiosa para entender y, posiblemente, prevenir las
manifestaciones más nocivas de nuestra especie.
Capítulo 10: Sanciones: de los justicieros a la justicia

Vigías y policías

La policía y vigilancia juega un papel importante en el mantenimiento del orden social en las
comunidades que son complejas, esto tanto en humanos como en los primates. Históricamente,
las sociedades han tenido mayor relevancia a la milicia en comparación con la inteligencia y la
policía, esto por su relación con la guerra y la expansión territorial. Sin embargo, en sus orígenes
estas funciones estaban a menudo en manos de las mismas personas.
Si es por temas primitivos, los individuos de alto rango que desempeñan funciones policiales,
por lo general tienden a resolver disputas y mantener la cohesión interna en el grupo. Estas
funciones no solo reducen la agresividad y los conflictos intragrupales, sino que también
facilitan las interacciones sociales, el juego diversificado y, en algunos casos, incluso la apertura
de contactos sexuales múltiples, lo que refuerza la idea de que la policía actúa como un
facilitador social.

El cuerpo policial en general, en su esencia, tiene un papel fundamental en la gestión de los


conflictos dentro de una comunidad, actuando como un facilitador social. Sin embargo, también
existen probabilidades de que el sistema policial tenga normas abusivas y sin escrutinio
adecuado, convirtiéndolo en una opresión; esto tomando en cuenta que mucho poder en las
manos equivocadas puede corromper.
Los cuerpos policiales a menudo han ampliado este poder y han estado involucrados en abusos,
corrupción y colusión con el poder político y la milicia. Esto ha llevado a la necesidad de controlar
y supervisar a los cuerpos policiales para evitar desviaciones y abusos. Hay que señalar que
incluso en democracias sólidas, estas tentaciones y problemas no desaparecen por completo. Los
abusos de poder y corrupción son problemas persistentes en muchas sociedades, y los cuerpos
de policía no están exentos de ellos.
El papel de la percepción pública de la corrupción política y de la policía es alta, lo que resalta la
importancia de mantener sistemas de escrutinio efectivos sobre estos cuerpos para evitar que
abusen de su poder.

Instituciones punitivas

La presencia de las estructuras policiales y sanciones institucionalizadas son esenciales para


promover la cooperación y la civilidad en una sociedad. A pesar de la resistencia y las críticas
por parte de algunos, se destaca que incluso en sociedades ricas y avanzadas, la policía y las
prisiones siguen siendo fundamentales para el mantenimiento del orden social. Los datos
muestran un aumento constante en la presencia de fuerzas policiales públicas y privadas, así
como una proliferación de establecimientos penitenciarios.
Existe una fuerte evidencia experimental que respalda la idea de que el castigo es un impulsor
efectivo de la cooperación y el comportamiento civilizado. La imposición de sanciones a quienes
no cumplen con las normas y la recompensa a los que se comportan de manera altruista son más
poderosas que el uso de premios o la emulación de buenos ejemplos.
Durante un estudio alemán, se observó que en un juego económico de "bienes públicos," la
mayoría de los participantes optaron por un sistema con sanciones institucionalizadas en lugar
de uno sin sanciones, lo que indica una aversión humana natural hacia las instituciones punitivas.
Este estudio revela que, a medida que avanzaban las rondas, casi todos los participantes se
unieron al sistema con sanciones, lo que resultó en un aumento significativo en las contribuciones
al fondo común y una cooperación generalizada. Esto se debió en gran parte a un grupo de
individuos que mostraron una fuerte inclinación a contribuir al fondo común y a castigar a quienes
no lo hacían, incluso a costa de ver disminuidos sus propios beneficios. Este comportamiento de
"altruistas genuinos" fue lo que impulsó la cooperación en el grupo en su conjunto.

Este tipo de comportamiento demuestra cómo la presencia de castigo y sanciones puede


promover la conformidad con las normas sociales y la cooperación en una sociedad. Sin embargo,
también se reconoce que el castigo puede ser utilizado de manera negativa, por ejemplo, para
excluir o discriminar a ciertos grupos.

Vigilancia de los vigilantes: policía de alto rango

El cuerpo policial ejerce un papel inexcusablemente importante en la arquitectura del poder


social, destacando su papel tanto en el mantenimiento de la sociabilidad como en la gestión de
información crítica en disputas. La policía se presenta como un componente fundamental que
permanece constante a lo largo de la historia, incluso cuando los sistemas y los idearios políticos
evolucionan y cambian.
Estos, no suelen ocupar los estratos jerárquicos más altos del poder, pero su función es
insustituible. La presencia de líderes políticos contemporáneos que han tenido responsabilidades
en la comandancia policial, como Vladimir Putin, Raúl Castro, Mariano Rajoy, Nicolas Sarkozy y
miembros de la familia Bush, ilustra la influencia de la policía en el poder político.

Bajo la complejidad de las administraciones contemporáneas, los cuerpos policiales continúan


siendo una parte esencial del poder social. El poder se fundamenta en la capacidad de imponer
un orden practicable, ya sea más permisivo o restrictivo, y esta función recae principalmente en
los diversos cuerpos policiales, incluyendo desde los agentes de inteligencia hasta los de la policía
judicial.

También hay que destacar la importancia del sistema judicial en la imposición de sanciones y
compromisos de cumplimiento obligatorio en casos de conflicto. El papel de los jueces y jurados
es crucial como terceros aceptados por los litigantes para resolver disputas y prescribir normas
en una comunidad. Esta institución, presente en sociedades humanas desde tiempos antiguos,
muestra su sofisticación en la actualidad y es esencial para mantener el orden y la justicia en la
sociedad.
Justicia neural

A través de investigaciones como la que lidera Joshua Buckholtz y su equipo en Boston sobre los
mecanismos de regulación neural al momento de imponer castigos a quienes infringen las
normas, se descubrió que por medio de la neuroimagen las nociones de culpabilidad y daño son
cruciales para determinar la gravedad de los castigos.
En sus estudios, a los participantes se les mostró escenarios que involucraban varias
transgresiones y les pidieron que juzgaran y sancionaran las acciones. Por ejemplo:

• Juan tuvo una falla mecánica en su coche nuevo, lo que lo hizo chocar contra la acera y
matar a una persona en una parada de autobús. ¿Hasta qué punto es culpable Juan y qué
castigo merece?
• Juan se encontró con el nuevo novio de su expareja en una parada de autobús, a quien ya
había amenazado antes. Cumplió su amenaza estrellando deliberadamente su coche
contra la parada de autobús, matando a la persona. ¿Hasta qué punto es culpable Juan y
qué castigo merece?

Estos escenarios reflejan el principio legal de que "un acto no hace culpable a alguien a menos
que la mente también sea culpable". En la ley, la culpabilidad depende del estado mental que
acompaña a las acciones punibles. Aunque las leyes enumeran comportamientos prohibidos,
cometer estos actos (actus rea) por sí solo no es suficiente para recibir un castigo. En la ley, la
culpabilidad se evalúa en función del estado mental vinculado a los actos punibles, se combina la
acción y la intención con sanciones que dependen de la gravedad del daño infligido y la intención
perjudicial.
Volviendo al ejemplo, la primera viñeta es un mero accidente mecánico, mientras que el segundo
conlleva una intención explicita de matar.
A través de estudios de neuro imagen se mostró que este tipo de decisiones “judiciales” de
terceros intervienen regiones cerebrales como la corteza prefrontal medial, las zonas posteriores
de la corteza parietal y la encrucijada temporoparietal. Estas áreas permiten a las personas
elaborar inferencias sobre los estados mentales de otros actores en situaciones éticas, cambiando
sus perspectivas y generando suposiciones sobre las intenciones de los demás.
Figura 1. Regiones cerebrales de la red mentalizadora para las inferencias sobre los escenarios ideatorios
ajenos cuando hay que aplicar sanciones. TPJ: encrucijada temporoparietal; IPS: circunvolución parietal
inferior; mPFC: corteza prefrontal medial (esencial para el montaje de escenas interpretativas); DLPFC:
corteza prefrontal dorsolateral.

En otro estudio del mismo autor sobre la mediación del castigo sancionador se incluyó una
manipulación experimental aplicando salvas de estimulación magnética transcraneal mientras los
participantes evaluaban la culpabilidad decidían la sanción que aplicarían a las viñetas con
escenarios delictivos que iban desde el hurto hasta violencia física o muerte. Cuando se aplicaba
la estimulación se suspendía la actividad cerebral de la zona de diana por lo que hubo una
disminución modesta del castigo, aunque la atribución de la culpa no resultaba afectada. Esto se
debía a un cambio de vectores decisorios pasando a tener más relevancia el daño que la
culpabilidad conduciendo a una menor punición.
Se puede inferir en base a los hallazgos en sus estudios que hay regiones que trabajan para
evaluar el daño, culpabilidad y responsabilidad, y hay otras que integran todo eso cuando hay
que decidir la aplicación de un castigo y su severidad.

Culpa y contrición

Los códigos normativos juegan un papel fundamental al destacar la emoción “moral” de la culpa,
que se utilizar para señalar transgresiones y determinar el grado de sanción aplicable. La culpa
implica una profunda inquietud interna por haber violado una norma importante y la necesidad
de entender la perspectiva de quienes imponen el castigo y de autoevaluarse.
En un estudio japones de neuroimagen con 19 participantes, 10 chicos y 9 chicas leyeron frases
en silencio dentro de un escáner. Algunas frases generaban culpa, otras vergüenza o ridículo, y
otras eran neutras. Cuando los participantes se enfrentaron a las situaciones de culpa o ridículo,
hubo un aumento en la actividad en áreas cerebrales relacionadas con la empatía y la
comprensión de las conciencias ajenas, como algunas regiones de la corteza prefrontal medial y
las áreas posteriores del lóbulo temporal superior.
Al comparar estas situaciones de culpa y ridículo, se encontró que la culpa activaba más las
regiones prefrontales anteriores y mediales, mientras que la vergüenza implicaba la corteza visual
debido a la necesidad de imaginar situaciones comprometedoras, esta involucra una exposición
pública, mientras que la culpa tiende a ser una experiencia más privada.
En un estudio estadounidense que replicó estas situaciones de culpabilidad, distinguiendo entre
la culpa por violaciones de normas y la culpa por causar daño a uno mismo o a los demás. Se
encontró que la culpa por lastimar a otros genera más angustia que la culpa por infringir normas,
y que diferentes regiones cerebrales están implicadas en la regulación de estos sentimientos. La
culpa por dañar a otros involucra regiones frontales dorsales y laterales, así como áreas parietales.
Con otros estudios se añade áreas del cingulado anterior a la regulación neural de la culpa a base
de evocar experiencias personales culpables o frases inductoras de vivencias de remordimiento,
también intervienen zonas más anteriores y mediales de la corteza prefrontal.

Francotiradores con y sin escrúpulos

En un laboratorio australiano, se realizó un estudio sobre la culpa en una situación bélica


imaginaria, donde se diferenciaba entre disparar a soldados enemigos y civiles aparentemente
desarmados. Se escaneó el cerebro de 48 jóvenes mientras observaban videos de una
confrontación en Oriente Medio desde la perspectiva de un francotirador. A pesar de que no
tenían la opción de disparar físicamente, se les pidió que se pusieran en la piel del francotirador
en ambos casos.
Los resultados mostraron que los participantes experimentaron significativamente menos culpa
al imaginar disparar a soldados enemigos en comparación con disparar a civiles. En una escala de
culpabilidad de 1 (nada) a 7 (máxima culpa), la culpabilidad disminuyó de 5.8 al disparar a civiles
a 3.8 al disparar a combatientes.
La diferencia en la culpa experimentada se relacionó principalmente con la actividad en las zonas
laterales de la corteza orbitofrontal en ambos hemisferios del cerebro. La actividad neural en esta
región aumentó de manera significativa al imaginar la liquidación de civiles, y esta actividad
cerebral fue mayor cuanto mayor era el sentimiento de culpa experimentado.
Esto revela que sentirse responsable de la violencia justificada, como liquidar combatientes
enemigos, induce mucha menos culpa que la violencia injustificada, como liquidar civiles.
Además, regiones cerebrales, como la corteza orbitofrontal, desempeña un papel fundamental
en la sensibilidad moral y la experiencia de la culpa en situaciones éticamente complejas.
Añadiendo que al imaginar eliminar civiles en comparación con combatientes los resultados
revelaron que la actividad en las regiones temporoparietales en ambos hemisferios se conectaron
principalmente con la corteza orbitofrontal, una región clave en la elaboración de juicios morales.
Además, al eliminar civiles, hubo una mayor actividad en las áreas del cerebro relacionadas con
el reconocimiento visual de rostros, mientras que, al eliminar soldados enemigos, se detectó un
aumento de actividad en áreas asociadas con el análisis del movimiento y el contexto espacial.
Esto sugiere que existen mecanismos cerebrales que pueden silenciar ciertas áreas del cerebro
moral cuando se justifica infligir daño a otras personas como se observa en psicópatas al tomar
decisiones que implican daño severo o relatar sus hechos.

Culpa altruista

Es importante reconocer la percepción de la culpa puede notarse en las sutilezas del cerebro
escrupuloso o culpable distinguiendo entre la culpa nuclear (deontológica) y la solidaria o
altruista. La culpa nuclear se relaciona con el lamento íntimo por la violación de reglas morales y
puede llevar a la contrición y la expiación. Es la culpa asociada a la transgresión de normas
morales y conlleva autodepreciación y remordimiento.

Por otro lado, la culpa solidaria o altruista no lleva a la contrición ni al deseo de expiación, sino
que, en su lugar, despierta impulsos generosos. Esta forma de culpa puede surgir cuando alguien
es consciente de disfrutar de una fortuna mayor que los demás sin merecerlo, o en situaciones
en las que una persona se siente culpable por tener más suerte que otras.

Un estudio investigó las diferencias en la percepción de la culpa nuclear y solidaria, utilizando


frases indicativas de ambos tipos de culpa junto con fotografías de rostros expresando rabia o
tristeza. Los resultados del estudio mostraron que ambas formas de culpa aumentan la actividad
en ciertas regiones cerebrales, como las prefrontales mediales y el cingulado anterior. Sin
embargo, se encontró que la culpa personal implicaba más al cíngulo e ínsula, mientras que la
culpa altruista o solidaria involucra más la corteza prefrontal medial.

El análisis de estas diferencias en la percepción de la culpa tiene implicaciones en el diagnóstico


de trastornos psicopáticos, ya que se ha detectado que individuos con incapacidad para sentir
remordimiento culpable muestran anomalías estructurales y de funcionamiento en las mismas
regiones cerebrales.

Esta investigación ayuda a comprender mejor las tentaciones transgresoras y dañinas antes de
que se cometan acciones indebidas. Esto podría ser crucial para la prevención y la promoción de
conductas benevolentes y mansedumbre, así como para la promoción de rituales de perdón en
diversas doctrinas.
Capítulo 11: Diagnóstico individualizado para los malvados

Los delitos asignables a la ciudadanía ordinaria pueden conllevar dilemas nada sencillos en
términos de atribuciones de imputabilidad y de responsabilidad, aunque la sabiduría judicial y
pericial suele disponer de dos aspectos bastante firmes: Los métodos policiales para reunir y
comprobar evidencias sólidas. y la jurisprudencia acumulada, que suponen garantías
considerables, sin embargo, esto se contrasta con las notorias complicaciones que aparecen
cuando hay singularidades en el cerebro de algunos delincuentes o un funcionamiento anómalo
de los circuitos cerebrales que se dedican a calibrar las decisiones con carga moral relevante.

Los métodos de la neurociencia están adquiriendo la potencia para influir en la evaluación


criminal de la psicopatía, si lograra describir con precisión y suficiente detalle cuáles son los
circuitos cerebrales que permiten elaborar los juicios morales y cómo operan en circunstancias
concretas, entonces la demostración objetiva de la existencia de singularidades o anomalías
claras en esos circuitos o en sus operaciones podría utilizarse como prueba de que algunos
acusados quizá no puedan discernir, con el ajuste necesario, que sus actos están equivocados. Y
aunque los psicópatas fueran absueltos o consiguieran una sustantiva descarga de culpa y sanción
no se les permitiría salir libre, sino que serían institucionalizados, dado que incluso si los
psicópatas tuvieran un conocimiento difuminado e impreciso sobre la maldad y la toxicidad de
sus acciones, esto no implica necesariamente implica que carezcan en su totalidad de la capacidad
para detectar y comprender la naturaleza perjudicial de sus actos lesivos.

Algunas propuestas destilan un optimismo rotundo sobre los beneficios que debe reportar la
intersección entre la neurociencia y la ley:
D. Eagleman (2011) nos dice que podremos construir un sistema legal más firmemente
sustentado en la ciencia. donde, aunque se deba excluir a los criminales, estos tendrán sentencias
más personalizadas aprovechando de mejores oportunidades de rehabilitación e incentivos para
el buen comportamiento. Sugiriendo nuevos caminos que seguir por la ley y el orden: sendas que
supondrán un sistema judicial más rentable, flexible y humanitario. Con una visión más profunda
sobre la biología del comportamiento se fomentará una mejor comprensión de las bases de la
reincidencia delictiva lo que ayudará a dictar sentencias con fundamentos empíricos. y a medida
que la ciencia del cerebro vaya en avance se entenderá mejor que las personas se distribuyen a
lo largo de continuums de rasgos y habilidades y no en categorías estancas, adaptando las
sentencias y la rehabilitación a ello.

Los investigadores más cautelosos y conocedores de las limitaciones y la variabilidad de los


hallazgos obtenidos en los laboratorios de neuroimagen o que se ayudan con otros
procedimientos de diagnóstico alertan que:
Según M. Koenigs (2011), clínicamente el conocimiento sobre las posibles implicaciones de la
caracterización de los correlatos neurales de la psicopatía podría ser utilizado para ayudar en el
diagnóstico de la condición psicopática y quizás en la identificación de dianas neurales plausibles
para su tratamiento específico. En el ámbito jurídico, los datos de neuroimagen podrían, quizá,
proporcionar sustento adicional en cuestiones sobre la culpabilidad, la probabilidad de un futuro
delito y las perspectivas para la rehabilitación. Sin embargo, estos estudios aún no han revelado
un sustrato neural consistente para la psicopatía.

El problema «grupo versus individuo» es el que presenta unas aristas más complicadas en la
intersección entre la neurociencia y la ley. Saltar desde los hallazgos obtenidos en grupos de
sujetos a las inferencias sobre el funcionamiento mental de un individuo en particular resulta
temerario y da paso a la incertidumbre. Hay maneras de acotar mejor ese salto en función de la
solidez, consistencia y amplitud de los datos grupales, pero esto siempre desde un territorio
probabilístico y los profesionales de la ley deberían tener eso presente.
Por otro lado, la ausencia de una lingua franca entre juristas y neurocientíficos para delimitar y
consensuar el conjunto de nociones aplicables a las funciones y los estados mentales, así como
los rasgos temperamentales y los tonos emotivo-afectivos, es algo que tiene mejor arreglo. El cual
requiere de un arduo trabajo de capacitación recíproca que puede hacerse y alcanzarse sin
obstáculos absolutamente insalvables.

Es indudable que hay ya muchos frentes de contacto e indagaciones conjuntas entre las
neurociencias, la psicología experimental y la ley, a pesar de las resistencias por la policía, los
jueces, los fiscales y otros profesionales del derecho que suelen tener hacia la ciencia en general
y la neurociencia cognitiva en particular. Estos frentes de investigación indican que los
neuropsicólogos, los neurobiólogos y los psiquiatras pueden trabajar con provecho y en común
para ofrecer asesoramiento riguroso y cada vez más sólido en los problemas penales o civiles que
los tribunales deben estudiar, dirimir y, si procede, sancionar.

Neurogenética de la propensión violenta: matización de las decisiones judiciales

D. Eagleman (2011) menciona que cuando un delincuente se presenta ante un juez, el sistema
legal pretende discernir hasta qué punto es responsable de sus actos, si estas son el resultado de
sus decisiones dañinas o si emergen de su biología. Todas las decisiones que tomamos están
íntimamente vinculadas a nuestra circuitería neural y no hay manera de separar esos dos niveles.
Entre más sabemos de neurociencia más se complica el concepto de responsabilidad y cómo
decidir los procedimientos del sistema legal. Ocupándose la neurociencia de cuestiones que
pertenecían a los dominios de filósofos o psicólogos. En último término, llegarán a modular las
teorías jurídicas y permitirán edificar una jurisprudencia más sustentada en el conocimiento
biológico.

M. L. Baum (2011) nos dice que, aunque la ortodoxia jurídica demande que una persona debe ser
juzgada en función de las condiciones reales y de su capacidad mental en el momento del acto
delictivo, con independencia de cualquier predisposición a presentar un trastorno o a incurrir en
conductas inapropiadas, exigir pruebas del estado mental de un sujeto en cualquier instante es
poco razonable y poco realista. Solo se puede inferir del estado mental de sujeto, pese a que los
tribunales lo intentan diario. Y es que estos dependen de observaciones del comportamiento (si
hay testigos fiables) y de evaluaciones posteriores de tipo psiquiátrico o de cualquier otro orden.
De estas dos fuentes de datos son meros correlatos de la situación y de la capacidad mental real
de los sujetos de cara a elaborar un escenario plausible sobre un estado mental, es decir, construir
una inferencia. Todas las inferencias son por definición probabilísticas y todas las probabilidades
cuentan porque ayudan a elaborar mejores inferencias sobre los estados mentales y, las
predisposiciones cuentan también, porque proporcionan datos útiles para establecer
probabilidades.

Los marcadores génicos de la impulsividad y la propensión violenta ya se han hecho presentes en


las cortes de justicia en litigios penales que han suscitado polémicas muy intensas. El más
destacado ha sido el gen de la MAO-A y sus variantes de alta y baja eficiencia. Defensores
intentaron utilizar la presencia de estos genes como variable que aumenta los impulsos
criminales, pero fueron rechazados. Sino hasta 2009 donde se dieron dos sentencias donde los
jueces modificaron la carga asignable de responsabilidad debido a la doble concurrencia de
acarrear la variante menos efectiva del gen de la MAO-A y haber sufrido maltrato severo o
marginación social en las etapas primerizas de la vida aumentando la violencia impulsiva.
En la discusión sobre esos dos casos, Matthew Baum se manifiesta a favor de ese tipo de adiciones
que posibilitarán graduar mejor las sentencias, Además que augura su incremento progresivo a
medida que aumente el conocimiento neurogenético sobre esas y otras muchas variantes
relacionadas con la conducta violenta y la antisocial; pronosticando que llevará a una mayor
sutileza de la argumentación jurídica que se seguirá basando en pruebas y datos indiscutibles así
como en asunciones probabilísticas.

¿Jueces biomodulables?

Los resultados de investigaciones neurobiológicas representan un papel importante a la hora de


juzgar a presuntos cometedores de delitos. Los jueces, a su vez, tienen la responsabilidad de
decidir si el hallazgo encontrado ha de considerarse un atenuante o un agravante. Usualmente,
cuando la evidencia es presentada por la defensa, se considera un atenuante.

De esta forma, en el libro se presenta el caso de Jonathan Donahue, quien intentó asaltar un
Burger King, sin embargo, terminó golpeando gravemente al cajero William Porter, sin llevarse
dinero alguno. Porter, quedó en coma por 20 días y sufrió de daño cerebral residual y permanente
con incapacidad para manipular objetos (p. e., escribir o teclear) con precisión. No obstante, se
encontró que Donahue portaba una variante génica vinculada a la propensión acentuada a la
violencia: en concreto, la versión de baja actividad de la enzima MAO-A. Esta evidencia fue
considerada como un atenuante, reduciendo su sentencia.

En nuestra opinión, estas evidencias encontradas, como la predisposición genética a la violencia,


juegan un rol sumamente importante a la hora de evaluar justamente al presunto delincuente
debido a que se deben tomar en cuenta los aspectos psicólogos, biológicos y sociales a la hora de
analizar casos como el de Donahue y Porter.
Anticipación neural de la reincidencia delictiva

La reincidencia delictiva es un aspecto de gran relevancia a la hora de tomar decisiones como lo


son la reclusión o la liberación de sujetos potencialmente peligrosos, así como en las medidas de
prevención y de reinserción socializadora. Así, existen diversos factores que pueden determinar
la probabilidad de que la persona vuelva a cometer un delito.

El libro nos habla de un estudio que se realizó en la Universidad de Albuquerque en Nuevo México
en 2013, en donde evaluaron a 96 reclusos y se les dio seguimiento luego de su liberación. La
evaluación consistió en medir la impulsividad (mediante la inhibición motora) a través de una
tarea convencional Go-NoGo mientras se escaneaba el cerebro. Los reclusos tenían que apretar
un botón (en menos de 1 segundo) si en la pantalla aparecía una “X” y no apretarla si aparecía
una “K”. En los resultados se obtuvo que la actividad en el cingulado anterior tenía una relación
con la reincidencia delictiva. Entre más respuesta había en el cingulado anterior ante los
estímulos, menos probabilidad había de reincidencia delictiva, mostrando una diferencia de hasta
más de 6 meses.

Como mencionamos al inicio, evaluar el aspecto de la probabilidad de reincidencia delictiva es


sumamente importante debido a la significación que posee esta variable en la toma de decisiones
de gran valor para los reclusos y la sociedad en sí. El sistema judicial tiene una gran
responsabilidad a la hora de juzgar la reinserción social de sujetos potencialmente peligrosos.

Capítulo 12: No hay males banales: atractivo y relevancia de la maldad

El mal incidental

El trágico evento del vuelo de Germanwings en marzo de 2015, causado por la decisión deliberada
del copiloto Andreas Lubitz de estrellar el avión y acabar con la vida de 150 personas, ofrece una
profunda reflexión sobre el mal incidental y la aparente banalidad de las circunstancias que lo
desatan.

En cuanto al contexto del Incidente, Andreas Lubitz, un copiloto de 27 años sufría de trastornos
mentales, incluyendo episodios depresivos graves y síntomas psicóticos. A pesar de estos
problemas, no fue detectado por los protocolos de revisión médica para pilotos en Alemania.
Lubitz, en soledad en la cabina de mando, aprovechó una oportunidad anodina: el momento en
que el comandante dejó la cabina para estrellar el avión, aunque tomando en cuenta los errores
del sistema , el informe detalla cómo fallaron los mecanismos de seguridad: la normativa no exigía
que un tripulante nunca estuviera solo en la cabina; los médicos que trataron a Lubitz no
informaron a las autoridades pertinentes, y la confidencialidad médica no tenía excepciones para
personas que podrían poner en peligro vidas.
La Banalidad del mal en este incidente pone de manifiesto un acto de destrucción masiva,
motivado por una oportunidad aparentemente trivial. Lubitz, con su acción, llevó a cabo un mal
inconcebible. La gente suele considerar el mal como algo excepcional, pero este evento
demuestra cómo algo tan atroz puede surgir de condiciones aparentemente normales.

increíblemente el mal cobra fama, Lubitz se hizo famoso porque demostró cómo una pequeña
falla en el sistema puede tener consecuencias catastróficas. Esta notoriedad proviene de la
intersección entre la fragilidad humana y las deficiencias del sistema. Su acto resalta la necesidad
de revisar las regulaciones y protocolos para evitar tragedias similares en el futuro. A pesar de la
noción de Hannah Arendt sobre la banalidad del mal, este incidente subraya que el mal, en su
esencia, no es banal. Es profundamente inquietante y se manifiesta en las acciones humanas,
aunque a veces se desencadene por oportunidades triviales. Este evento nos recuerda la
necesidad de ser vigilantes y revisar constantemente nuestros sistemas y regulaciones para
prevenir el mal, incluso en sus formas más aparentemente banas y comunes.

Las devastaciones causadas por la mano humana no son simples incidentes triviales, aunque
puedan contener elementos aparentemente banos. Las tragedias, como el Holocausto y el acto
homicida de Lubitz, contienen aspectos excepcionales que las hacen insondables y difíciles de
entender. A pesar de la trivialidad aparente de ciertos ingredientes, estos eventos siguen
resonando en la memoria colectiva debido a su naturaleza excepcionalmente malévola.

La maldad deliberada

La maldad deliberada es aquella que es premeditada y motivada por la intención de causar daño,
que se puede distinguir de la maldad incidental, que puede surgir de manera casual o sin una
planificación previa. La maldad deliberada se considera más preocupante debido a su naturaleza
calculada y a menudo está relacionada con la psicopatía.
Las motivaciones detrás de la maldad deliberada pueden ser diversas. Estas incluyen el odio, el
rencor, la venganza, el goce torturador y la ambición predadora. Puede ser impulsada por una
combinación de estos factores, y no siempre está relacionada con represalias por agravios
sufridos.

A lo largo del libro, el autor mencionó que los siete pecados capitales de la doctrina católica
ofrecen una amplia gama de comportamientos maliciosos. Se analizó la codicia, la envidia y la
soberbia en los capítulos 6 y 7. También se proporcionó indicios sobre la influencia y las
desviaciones de la lascivia en el capítulo 5. A lo largo de todo el libro, se observó que la ira ha
estado presente en muchos de los casos analizados. No se ha profundizado en la gula, ya que se
considera menos relevante en las circunstancias actuales. Sin embargo, es importante destacar
que la holganza, el escaqueo y la falta de interés desempeñan un papel significativo en la
generación de comportamientos maliciosos, a pesar de que esto pueda parecer paradójico.
El aburrimiento puede desempeñar un papel importante en la génesis de actos maliciosos.
Cuando las personas se sienten aburridas y carecen de estímulos significativos en sus vidas,
pueden recurrir a la crueldad como una forma de entretenimiento o distracción. Esto puede ser
especialmente preocupante en el caso de adolescentes que actúan en grupo.

Se menciona el trágico caso de James Bulger, un niño de dos años asesinado por dos niños de diez
años en un acto de violencia extrema, supuestamente motivado por el aburrimiento. Este caso
ilustra cómo el aburrimiento y la falta de inhibiciones pueden llevar a comportamientos horribles.

El autor sugiere que algunas personas pueden tener un "talento" natural para causar daño,
mientras que otras pueden aprender estas habilidades a lo largo del tiempo. En algunos entornos,
como aquellos relacionados con actividades criminales, estas habilidades pueden ser valoradas y
recompensadas.

Se recalca la importancia de reconocer y comprender la maldad deliberada para poder prevenir


y abordar sus manifestaciones. La conciencia de los factores que pueden contribuir a la maldad
deliberada, como el aburrimiento, es fundamental para tomar medidas para prevenir actos
maliciosos.

La rareza del mal

La verdadera malicia es un fenómeno poco común en la vida cotidiana, la mayoría de las personas
tiende hacia la tolerancia y la cooperación en lugar de la hostilidad y la agresión, esto se debe en
parte a la existencia de mecanismos cerebrales dedicados a la ponderación, la templanza y la
resolución pacífica de conflictos.
A pesar de la rareza de la maldad genuina, se reconoce que existen mecanismos biológicos para
la toxicidad social en los seres humanos, estos no han sido eliminados a lo largo de la evolución,
ya que han desempeñado un papel en la supervivencia y el éxito en un mundo normativo.

Aunque el porcentaje de individuos con propensiones extremadamente maliciosas es bajo


(aproximadamente el 5 %), la cantidad de personas dispuestas a participar en conductas incívicas
o destructivas puede aumentar significativamente según el contexto. Esto resalta la importancia
de las restricciones culturales, las instituciones de prevención y la aplicación de la ley. Una
tendencia general a la disminución de la violencia social, respaldada por la teoría del autor Steven
Pinker, se atribuye a una mayor conciencia de las consecuencias de la violencia, así como a la
creciente eficacia de las medidas de prevención y sanción.

El autor ilustra diferentes modalidades de maldad individual mediante ejemplos. Anders Breivik
es mencionado como un "lobo solitario" que planeó y ejecutó un acto violento en soledad. En
contraste, Bernard Madoff, un estafador financiero, necesitó colaboradores y una red de
complicidad para llevar a cabo su fraude. Estos ejemplos muestran la diversidad de la maldad
individual y cómo se manifiesta en diferentes contextos.
El enfoque del texto ha sido la maldad individual, el análisis de la maldad grupal o intergrupal es
un tema complejo que requiere un enfoque más amplio. Las situaciones de guerra o conflictos
intergrupales pueden dar lugar a niveles extremos de violencia, pero este tema no se ha abordado
en detalle.
Conclusión

El libro Neurología de la Maldad nos reta cuestionando la naturaleza subjetiva del concepto de
maldad. Se destaca que lo que se considera "maldad" puede variar sustancialmente según la
cultura, la época y la perspectiva individual. Sin embargo, a pesar de esta subjetividad, se sostiene
que existen comportamientos que se consideran universalmente malvados, como el asesinato, la
violación y el robo. Esta premisa establece el terreno para una exploración más profunda sobre
cómo la neurología puede estar implicada en la comisión de tales actos atroces.
En primer lugar, nos sumerge en la compleja cuestión de la maldad como concepto subjetivo. La
maldad es, de hecho, una noción que puede variar sustancialmente dependiendo de factores
culturales, históricos y personales. Lo que se considera malvado en una sociedad o en una época
determinada puede no serlo en otra. Esta variabilidad es un recordatorio de la importancia de
tener en cuenta la relatividad cultural y temporal de las normas morales y éticas. Sin embargo, el
documento no se limita a esta perspectiva, sino que profundiza en la existencia de ciertos
comportamientos que, a pesar de la subjetividad, son ampliamente considerados como
malvados, como el asesinato, la violación y el robo. Este punto de partida sienta las bases para la
exploración de las causas y factores que subyacen a tales acciones.
A medida que avanzamos en la lectura, se nos presenta una serie de estudios de casos que
ejemplifican de manera elocuente cómo la neurología puede influir en la comisión de delitos. El
caso de Jonathan Donahue es particularmente revelador, ya que se relaciona directamente con
la genética y su influencia en la propensión a la violencia. Donahue, un asaltante que agredió
gravemente a un cajero durante un intento de robo, portaba una variante genética que lo
predisponía a la agresión. Esta revelación plantea preguntas importantes sobre la responsabilidad
y la culpabilidad de los individuos que cometen delitos. ¿Hasta qué punto pueden controlar sus
impulsos y su comportamiento si están genéticamente predispuestos a la violencia? Estos son
interrogantes que desafiaban las bases de nuestro sistema de justicia penal y que merecen una
consideración seria.
Esta lectura también ahonda en la forma en que jueces y abogados pueden incorporar la
evidencia neurobiológica en los juicios penales. Los resultados de investigaciones neurobiológicas
pueden proporcionar información valiosa para la toma de decisiones en el proceso judicial. En el
caso de personas como Jonathan Donahue, el conocimiento de su predisposición genética a la
violencia puede ser crucial para determinar si su conducta debe considerarse como un atenuante
o un agravante en su sentencia. Este enfoque en la objetividad y la base científica de las decisiones
judiciales subraya la importancia de una justicia equitativa y justa, basada en hechos concretos
más que en suposiciones o prejuicios.
Un aspecto de vital importancia que abordamos es la cuestión de la corrupción en los cuerpos
policiales y cómo puede ser preventiva. La corrupción en las fuerzas del orden es un problema
sistémico que socava la confianza de la sociedad en el sistema de justicia penal. También destaca
cómo el poder, cuando cae en manos equivocadas, puede corromper incluso las instituciones más
respetables. La vigilancia y la transparencia emergen como herramientas cruciales para prevenir
la corrupción. La supervisión efectiva, la rendición de cuentas y la implementación de políticas
anticorrupción son esenciales para mantener la integridad de las fuerzas del orden y garantizar
que cumplan con su deber de manera ética y justa.
A modo de conclusión, El libro nos ofrece una visión profunda y apasionante de la neurología de
la maldad y su relación con el sistema de justicia penal. A través de un análisis meticuloso de
estudios de casos y una exploración detallada de investigaciones neurobiológicas, arroja luz sobre
cómo factores genéticos, psicológicos y neurológicos pueden influir en el comportamiento
humano y, por lo tanto, en la comisión de delitos. Si bien reconoce la subjetividad de la noción de
maldad, también subraya que existen ciertos comportamientos universalmente considerados
como malvados. Esto plantea cuestiones fundamentales sobre la culpabilidad y la responsabilidad
de los delincuentes, especialmente cuando factores genéticos pueden predisponer a la violencia.
Además, destaca la importancia de incorporar la evidencia neurobiológica en el sistema de
justicia penal, de modo que las decisiones judiciales se basan en hechos concretos en lugar de
suposiciones o prejuicios. Esta aproximación objetiva contribuye a una justicia más equitativa y
justa. Por último, el documento aborda la cuestión de la corrupción en los cuerpos policiales y la
necesidad de medidas efectivas para prevenirla, destacando la importancia de la vigilancia y la
transparencia en la preservación de la integridad de las instituciones encargadas de hacer cumplir
la ley.
En conjunto, nos ofrece una contribución significativa al debate sobre la maldad, la justicia penal
y la ciencia detrás de las acciones humanas. Nos recuerda que, aunque la maldad puede ser un
concepto subjetivo, existen cuestiones objetivas relacionadas con la neurología y la genética que
pueden influir en el comportamiento criminal. Además, resalta la necesidad de un sistema de
justicia penal que sea imparcial y basado en la evidencia. Finalmente, nos insta a luchar contra la
corrupción en las fuerzas del orden para mantener la confianza pública en la integridad de la
justicia. Estas son cuestiones cruciales que requieren una atención continua y una acción decisiva
a medida que avancemos en la búsqueda de un sistema de justicia más equitativo y justo para
todos.
PERFILES CRIMINALES
Melba Stanziola
DEFINICIÓN

• Perfil Criminológico
• Técnica de investigación judicial. Consiste en inferir aspectos psicosociales del agresor con
base en un análisis psicológico, criminalístico y forense de sus crímenes, con el fin de
identificar un tipo de persona (no una persona en particular), para orientar la investigación y la
captura.
• Conocido también como “Psicología de la Investigación Criminal” , Perfil del delincuente ,
“perfil Criminal” o “perfil de la escena del crimen”

• Observación: Quien la realiza


• Ningún perfil resuelve un crimen investigador-Policía
• Ni el perfilador tiene poderes psíquicos Psicólogo - Criminólogo
HISTORIA DEL PERFIL CRIMINOLÓGICO

El abordaje científico de comportamientos criminales se origina dentro de la


Criminología en el último tercio del siglo XIX con la escuela Positivista
Italiana. Máximos representantes: se basan método empírico -deductivo
• Lombroso (1856-1909) “ Tratado antropológico experimental del hombre delincuente
(1876), Padre la Criminología

• Ferri (1856-1929) Sociólogo, periodista y criminólogo, enuncia los principios de la Escuela


Criminal Positiva

• Garófalo (1852- 1934). Precursor de la Criminología Moderna

•.
CESAR LOMBROSO
APLICACIONES DE LA TÉCNICA

1. Crímenes violentos y seriales


2. Identificación del autor y eliminación de sospechosos
3. Técnicas investigativas con base en la identificación del tipo de criminal
4. Provocar al agresor a través de los medios de comunicación
5. Preparación de interrogatorios
6. Justificación de solicitud de otras pruebas
7. Vincular crímenes
LA TÉCNICA DEL PERFIL CRIMINOLÓGICO
TRES ASPECTOS DE LA INVESTIGACIÓN CRIMINAL
RUBÉN ALCARAZ (2010):

• Reducir el número de posibles sospechosos del hecho,


aplicando las diferentes técnicas de investigación.
• Establecer correlaciones de diferentes casos criminales con
características idénticas o razonablemente parecidas.
• Destacar casos no resueltos que generan impotencia a los
grupos de investigación.
PERFIL CRIMINOLÓGICO:
CUATRO ÁREAS DE INVESTIGACIÓN
POR JORGE JIMÉNEZ (2010)
Profesor de Perfiles Criminales en grado Derecho+Criminología

• La escena del crimen: analiza evidencias forenses halladas en la


misma. Modus operandi y firma
• El análisis de la conducta y comportamiento del criminal ,
(motivaciones y necesidades psicológicas que le llevan a realizar el
crimen.
• Geografía: cómo se comporta geográficamente el criminal y que
características tienen dichas zonas geográficas.
• Victimología: el análisis del comportamiento y características de la
víctima
COMPORTAMIENTO PSICOPATICO
TRIADA DE JOHN MCDONALD
• Entiende y no pierde contacto con la realidad Mayoría
• Deficiencia en el control de sus emociones. de
psicópatas Piromanía
Desafecto
• Deficiencia para seguir normas morales.
Crueldad hacia los
• Tendencia a la actuación y conductas animales
antisociales.
• Locuacidad y encanto superficial.
Enuresis
• Egocéntrico y vanidad desmesurada. Afán de
notoriedad.
• Percepción distorsionada de la vida.
PERFIL PSICOLOGICO DE ASESINO EN SERIE

• Maltrato en la niñez
• Abuso en la niñez
• Incapaz de empatía
• Desequilibrio químico mental
• Daño Cerebral
• Injusticia Social - Abandono-Diferentes filias
• Exposición a eventos traumáticos
CARACTERISTICAS PICOLOGICAS

• Búsqueda de Placer
• Poca tolerancia a la frustración
• Sentimientos de Poder
• Necesidad de subyugar
• Tendencia a la Negación
• Deficiencia en relaciones interpersonales (Ira, venganza, excitacion
• Ausencia de figura paterna
• Marginación Social
TIPOS DE PERFILES
INFERENCIAS DEL POSIBLE PERFIL PSICOLÓGICO DEL
PERPETRADOR
• INDUCTIVO DEDUCTIVO
• Basado en estudio de casos Depende del Inductivo
• Entrevistas Estructuradas y Semiestruc. Basa en escena del crimen- victima-
en investigaciones policial pruebas geográficas, emocionales
• Solo es valida si aporta informe útil motivaciones del agresor
que no demanda recompensa Firma
CASOS

Pedro Alonso López Luis Alfredo Garavito Theodore “Ted” Bundy


“350” Asesinatos Niñas Asesino 190 niños Mas de 35 asesinatos
entre 8 -12 años 8-14 años Mujeres desde 12 años
CONCLUSIONES

• La técnica del perfil criminológico es nueva en metodología pero vieja en cientificidad.


• Es la Criminología, La Psicología y la Psiquiatría: la Triada para su logro
• Es la elaboración de un conjunto de datos, atraves de el método inductivo.deductivo –
mixto, que lleva a obtener un patrón de conducta de una autor criminal desconocido
• Elaborado por un equipo multidisciplinar en apoyo a la acción policial
• Su efectividad es medible al capturar al presunto criminal.

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