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1 E
del Sistema Penal Acusatorio
Diseño e impresión:
Editora Novo Art, S.A.
Primera edición
Agosto 2009
5,000 ejemplares
• Contenido
Presentación 5
Aspectos generales 7
Fase de investigación 10
Fase intermedia 17
Fase del juicio oral 18
Algunos procedimientos alternos para la solución de conflicto 20
_ Presentación
. . Aspectos generales
• Fase de investigación
23. ¿Cómo se inicia un proceso penal?
Se inicia cuando el Ministerio Público tenga conocimiento que se ha cometido
un delito, ya sea de oficio, por denuncia o por querella.
26. ¿Qué delitos requieren que la víctima denuncie para ser investigados?
Acoso sexual y abusos deshonestos, cuando la víctima sea mayor de edad; deli-
tos contra la inviolabilidad del secreto y del domicilio; estafa y otros fraudes; apro-
piación indebida; usurpación y daños; falsificación de documentos en perjuicio de
particulares; y delitos de fraude de energía eléctrica o agua.
del imputado y obtener la indemnización civil por los daños y perjuicios deri-
vados del delito.
Iil Solicitar su seguridad y la de su familia en casos determinados.
44. ¿Existen actos de investigación que requieren orden previa del Juez de
Garantías?
Sí, entre ellos tenemos el allanamiento de residencias, de oficinas gubernamen-
tales, con ciertas excepciones, la incautación de correspondencia, interceptación
de comunicaciones telefónicas, así como las intervenciones corporales (ejemplo,
extracción de sangre, toma de muestras de fluidos corporales, entre otros) cuando
la persona objeto de la diligencia se negare a practicarla, por mencionar algunas.
45. ¿Existen actos de investigación que requieren control posterior del Juez de
Garantías?
Si, ellos son: la incautación de datos, las operaciones encubiertas, y la entrega
vigilada internacional. Todos estos actos pueden ser realizados por el Ministerio
Público sin autorización judicial, pero deben ser sometidos al control del Juez de
Garantías en un término no mayor de diez (10) días después de practicados.
47. ¿Cuándo la policía puede aprehender o capturar a una persona sin una
orden de autoridad competente?
Cuando la persona haya sido sorprendida en flagrante delito, cuando sea per-
seguida inmediatamente después de su comisión, o cuando se haya fugado de
algún establecimiento penal o de cualquier otro lugar de detención.
55. ¿Por qué razón se eliminó la posibilidad de que el Ministerio Público orde-
nara la aplicación de medidas cautelares personales?
Porque no resulta lo más adecuado que la misma autoridad que investiga y
ordena las aprehensiones, sea la que se pronuncie finalmente sobre la libertad
16 Órgano Judicial • Ministerio Público de Panamá
57. ¿Cuáles son los derechos del imputado cuando es detenido provisionalmente?
• Ser asistido por un abogado defensor. Si no puede pagar, el Estado le propor-
ciona uno gratuito a través de la Defensa Pública.
• Ser informado de manera clara del hecho o hechos que se le acusa, de los ele-
mentos de convicción existente en su contra y de las disposiciones legales que
les sean aplicables.
• Conocer la identidad de quién realiza el arresto, la autoridad que lo ordena y
bajo cuya guarda estará.
• Comunicarse inmediatamente con una persona de su elección y con su aboga-
do, para informarle su privación de libertad y que le proporcionen los medios
para ejercer su derecho.
• No declarar contra sí mismo, guardar silencio, no ser sometido a malos tratos,
ni presión para que renuncie a este derecho, ni ser sometido a métodos o téc-
nicas que cambien su voluntad.
• No ser presentado ante los medios de comunicación o la comunidad, de mane-
ra que dañe su reputación.
• Reunirse con su defensor de manera confidencial.
• Fase intermedia
65. ¿Cómo opera el sistema procesal antes de la entrada en vigencia del nuevo
Código Procesal Pena?
Se caracteriza por la escritura. En el acto de audiencia oral ante el juez, se dis-
cuten las pruebas recabadas por la fiscalía en la etapa de la investigación y se les
valora, aunque no hubiesen sido practicadas con la inmediación del juzgador.
77. ¿Los testigos deben ser preparados por las partes antes de que rindan su
testimonio en el juicio oral?
Sí. Los deben preparar, pero no en el sentido de crear su testimonio o dirigir lo
que debe testificar o para que falten a la verdad, sino para ilustrarlos sobre el pro-
cedimiento y las reglas que han de seguirse; los efectos jurídicos de su declaración;
cuál va a ser el papel del interrogador, del contra interrogador y del juez; sus dere-
chos, sus deberes; resaltar que la verdad está por encima de cualquier otra consi-
deración; advertirles que no debe emitir opiniones y prever preguntas de la otra
parte, entre otros aspectos.
78. ¿Es posible que los funcionarios de la Policía intervengan en el juicio oral?
Sí es posible. Si son propuestos como testigos por las partes, a fin de que expli-
quen su intervención en la recolección de evidencias (qué fue lo encontrado y
cómo lo encontraron), en las aprehensiones (cómo se realizó la captura o por qué
razón) y en los actos de investigación en términos generales.
84. ¿ Qué controles existen cuando el agente del Ministerio Público aplica el
criterio de oportunidad?
Se debe notificar a la víctima o al querellante, quien de no estar de acuerdo,
debe anunciar sus objeciones en el término de los quince días siguientes, y el caso
se someterá al control por parte del Juez de Garantías.
94. ¿Qué va a pasar con las investigaciones relacionadas con hechos y conduc-
tas ocurridas antes de la vigencia del Sistema Penal Acusatorio?
Continúan con el sistema anterior.
96. ¿Cuál se cree será el mayor impacto del Sistema Penal Acusatorio ell la
sociedad?
La agilidad y la rapidez son los mayores impactos con los que contará el nuevo
sistema para administrar justicia. Sin duda, el desenvolvimiento mediante audien-
cias públicas permite que los medios de comunicación pongan en conocimiento
los casos, como una manera de controlar colectivamente la calidad del trabajo de
los jueces, ya sea a nivel individual o de Tribunal, del Ministerio Público y de los
abogados, ya sean públicos o privados.
97. ¿Cómo se espera sean los resultados del Sistema Penal Acusatorio en mate-
ria de eficacia y garantía?
Los resultados que esperamos del nuevo Sistema Penal Acusatorio en materia
de eficacia y garantía van dirigidos a disminuir cuantitativamente, tanto las deten-
ciones preventivas prolongadas en el tiempo, como los procesos sin detenidos,
caracterizándose por resoluciones prontas de los Tribunales, que darán certeza a
las partes de resultados imparciales.
Además, el control previo por parte del Juez de Garantías en actividades claves
en la fase de investigación, representa un incremento de respeto a las garantías
fundamentales de los ciudadanos.
. . Atención a la ciudadanía
100. ¿Qué son los centros de atención e información al ciudadano?
Son puestos de información ubicados en la entrada de las sedes de los
Tribunales y están conformados por funcionarios que han sido especialmente
capacitados para brindar cualquier información relativa a los distintos servicios
que preste el Órgano Judicial.
UNIVERSIDAD DE PANAMÁ
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
PSICOLOGÍA FORENSE
NEUROLOGÍA DE LA MALDAD
PROFESORA
MELBA STANZIOLA
INTEGRANTES
Nadia Batista 8-984-837
Nayelis Baptist 3-748-662
Margaret Francis 8-977-1433
Thays Herrera 8-984-806
Madelaine Jiménez 8-972-357
André Medina 8-961-1145
María Spiegel 9-756-2194
Dimas Sugasti 8-976-1750
Marishell Underwood 8-983-1395
Margie Ward 8-981-1205
1
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN 2
II. PREÁMBULO. REGISTRO DE DAMNIFICADOS: CONDUCTAS MORALES Y AMORALES
2
III. DOS MALVADOS PROMINENTES: DE LA CRUELDAD LETAL AL ENGAÑO PREDADOR
2
IV. OBSERVANCIA COTIDIANA DE NORMAS: USOS DETECTADOS 2
V. CONCLUSIÓN 2
VI. BIBLIOGRAFÍA 2
2
I. INTRODUCCIÓN
Para ilustrar los perfiles típicos de maldad, nos centraremos en dos casos notorios: el del
terrorista Anders Breivik y el del estafador Bernard Madoff. Luego pasaremos a revisar estudios
sobre transgresiones éticas cotidianas, donde también emergen porcentajes similares de
infractores habituales, cooperadores consistentes y oportunistas.
Los comportamientos malignos, los que engendran daño, abusos y perjuicios de todo
tipo, reciben, asimismo, la catalogación de amorales o inmorales, sin necesidad de
recurrir a las nociones registradas en las leyes. La moralidad humana se apoya en dos
ejes primordiales: evitar lesionar o perjudicar a los demás y procurar socorrerlos en caso
de necesidad. No dañar, antes que nada, además de compartir y ofrecer ayuda siempre
que sea posible. La conducta prosocial o moral implica cooperación y socorro llegando
al extremo, si es preciso, de la merma de intereses o el sacrificio de objetivos propios.
En eso se sustenta la benignidad: en el funcionamiento adecuado y espontáneo de los
3
sentimientos morales. El asunto es muchísimo más complejo, por supuesto, aunque
para los objetivos de este ensayo puede dejarse así.
Los principios propugnados por las doctrinas de base secular o religiosa lo recogen de
ese modo cuando plasman aquellos sentimientos en los códigos normativos básicos.
Después de la reverencia y la dignificación de la autoridad suprema (la terrenal de
ordinario o la sobrenatural en las prescripciones religiosas), los principios del
comportamiento justo y deseable son muy sencillos: no matéis, no robéis, no engañéis,
no diseminéis calumnias ni levantéis falsos testimonios. No perjudiquéis al prójimo ni a
sus bienes, sus intereses o su reputación, en primerísima instancia, y siempre que
podáis socorrer y compartir, hacedlo.
Normas simples al servicio de la concordia y la atenuación de fricciones en la vida
comunal. Mimbres para trenzar la cohesión y el compromiso en las continuas y no
siempre plácidas transacciones de la convivencia. Todo eso es lo que los malvados se
dedican a subvertir con tenaz dedicación y, a menudo, con considerable fruición, quizá
porque carecen de sentimientos morales. Quizás, apuntaba ahí, aunque eso supone
avanzar conceptos y hay que ir un poco más despacio.
En los cimientos del edificio moral reside la regla de oro cooperadora: tratad a los otros
cómo querríais ser tratados, comportaos como esperaríais que se comportaran con
vosotros, haced en toda circunstancia lo que querríais que los demás hicieran por
vosotros. Un principio que puede rastrearse en todas las tradiciones doctrinales, tanto si
las normas se sustentan en la capacidad de escrutinio de una divinidad todopoderosa
como si no lo hacen así.
Sin embargo, la complejidad de las interacciones humanas implica que los dilemas
morales son variados y a menudo difíciles de discernir. Por lo tanto, se requieren
cuerpos de normas y leyes amplios y en constante evolución para abordar las
situaciones cambiantes y los choques de intereses en la sociedad. La moralidad y la
4
ética continúan siendo cuestiones fundamentales para la convivencia y la resolución de
conflictos en un mundo diverso y en constante cambio.
Se aborda varios puntos importantes sobre la moralidad y la naturaleza humana. Aquí están los
puntos más destacados:
5
III. DOS MALVADOS PROMINENTES: DE LA CRUELDAD LETAL AL ENGAÑO
PREDADOR
El segundo comité llegó a una conclusión diferente al diagnosticar a Breivik con un trastorno de
personalidad, etiquetándolo como narcisista y antisocial, y no encontró evidencia de
disfunciones mentales en el momento de cometer los ataques. Esto llevó a que Breivik fuera
considerado legalmente responsable por sus acciones y se le impusiera una sentencia de 21
años de prisión, con un período mínimo de 10 años de reclusión obligatoria.
Las decisiones de los tribunales noruego y estadounidense implicaron que ambos delincuentes,
Anders Breivik y Bernard Madoff, fueron considerados plenamente responsables de sus
acciones. Breivik, a pesar de su comportamiento extremadamente violento y su discurso
incoherente, generó dudas sobre su discernimiento debido a su letalidad y rarezas en su
comportamiento. En contraste, los delitos de Madoff no suscitaron dudas, ya que se consideró
que actuó con plena conciencia y reflexión, mostrando una mente perspicaz y meticulosa.
A pesar de estas diferencias, vemos que no es infrecuente que los psicópatas actúen sin una
motivación clara más allá de causar daño a los demás y disfrutar de su sufrimiento. La crónica
negra en todo el mundo está llena de casos crueles y morbosos que a menudo capturan la
atención pública y se convierten en temas recurrentes en la literatura y el cine de género negro.
En los casos más alarmantes de la crónica policial y judicial, los psicópatas suelen ser
prominentes, lo que puede representar cerca de la mitad de estos casos. Sin embargo, estos
casos no son exhaustivos, ya que también involucran factores como el abuso de sustancias,
anomalías neurológicas y psiquiátricas, así como dificultades personales.
El autor plantea la pregunta de si la neurociencia puede ser de ayuda para comprender mejor
los dilemas complejos a los que se enfrentan los jurados y magistrados al tomar decisiones
legales y aplicar sanciones proporcionadas.
7
IV. OBSERVANCIA COTIDIANA DE NORMAS: USOS DETECTADOS
Definimos como conducta no ética los actos que violan principios morales ampliamente
aceptados por la sociedad como la honestidad y la reciprocidad. Incluyendo el engaño, el
fraude o la estafa. Muchos comportamientos que violan estos principios morales no tienen una
víctima identificable, pero pueden lesionar los intereses de una comunidad y son también
ejemplos de conducta no ética.
8
En el otro extremo del espectro, hay un segmento de ciudadanos que oscila, asimismo, entre el
20 y el 30 %, que suele observar siempre las normas, aunque haya signos claros de que la
mayoría no las respeta. Y existe, finalmente, un conjunto mayoritario de ciudadanos que oscila
entre el 40 y el 60 % que tiende a respetar o a saltarse las normas en función de lo que
observa en el entorno.
V. CONCLUSIÓN
En este trabajo, se explora la maldad en la especie humana desde una perspectiva
interdisciplinaria que abarca la biología, la psiquiatría, la psicología social y las neurociencias
9
cognitivas. El autor aborda la existencia de un pequeño porcentaje de individuos,
aproximadamente un 5%, que muestra una inclinación consistente hacia comportamientos
antisociales dañinos, incluyendo psicópatas, y analiza cómo estos individuos pueden desafiar la
moralidad y la ética en la sociedad.
A través de los casos notorios de Anders Breivik y Bernard Madoff, se examinan dos extremos
de la psicopatía: aquellos que causan daño físico extremo y aquellos que perjudican
económicamente. Se destaca la complejidad en la evaluación de la salud mental y la
responsabilidad legal en estos casos.
El trabajo también analiza la observancia cotidiana de normas éticas y cómo factores sociales,
como la corrupción y el incumplimiento de normas, influyen en la honestidad de las personas.
Se revela una variabilidad individual en las conductas éticas, con segmentos minoritarios
prosociales y antisociales, así como una mayoría oportunista.
VI. BIBLIOGRAFÍA
Tobeña, A. (2017). Neurología de la maldad (1.a ed., Vol. 1). Plataforma editorial.
10
UNIVERSIDAD DE PANAMÁ
Facultad de Psicología
Licenciatura de Psicología
Psicología Forense
Perfil psicopático y cerebro moral y amoral
Integrantes:
Durbin Cedeño 6-706-1442
Krishell Francois 8-990-194
Alison Hinestroza 8-971-1877
Eva Lizárraga 8-978-1954
Rosa López 8-976-1270
Anthony Martínez 8- 973-1676
Raquel María Merón H. 8-980-867
Meryann Montenegro 8-948-1194
Alanys Ortega 8-981-1693
27 de octubre de 2023
Índice
Índice....................................................................................................................................... 2
Introducción............................................................................................................... 3
El perfil psicopático............................................................................................................... 4
Currículums psicopáticos desde la infancia........................................................... 5
Cerebros morales y amorales.................................................................................. 7
Idiocia moral: de las criaturas a los adultos........................................................... 9
El gélido utilitarismo de los psicópatas................................................................. 11
Insensibilidad ante el daño...................................................................................12
¿Marcadores neurales de psicopatía?................................................................. 13
La psicopatía ante la justicia................................................................................ 14
Emotividad disfuncional: indicadores fisiológicos de psicopatía:......................... 15
Introducción
Hay versiones de la PCL para adolescentes y para niños, aunque las medidas de
insensibilidad y frialdad emotiva son las que han ofrecido mayor utilidad para
detectar e identificar estas características en la niñez.
Una forma de ser y actuar que no sólo precede a la forma más común de psicopatía
en adultos, sino que también se transmite de generación en generación. Esto
sugiere que la psicopatía podría ser en gran medida una característica inherente
desde el nacimiento.
Caso Robot
Mark era el segundo hijo de Lisa y Tom, según la madre de Mark el presento las
siguientes características: Era muy diferente a su hermana mayor, difícil de manejar,
con gritos y rabietas muy frecuentes, y con una aparente incapacidad para retornar
afecto a sus padres. No respondía a los intentos de interactuar o juguetear, mirando,
a menudo, hacia otra parte cuando Lisa le hablaba, Se mostraba con frecuencia
violento con otros niños, intentando lastimarlos cuando los mayores se distraian. Era
también cruel con la mascota familiar, Rompía deliberadamente los juguetes de su
hermana.
Al cumplir los dieciocho años fue condenado, por primera vez, a reclusión carcelaria
por un robo con violencia. No montó una familia, aunque tuvo un rosario de parejas,
dos de las cuales quedaron embarazadas. Mark no mostró el menor interés en
ocuparse de las criaturas o en proporcionar ayuda económica. Se dedicó al tráfico
de drogas, estuvo implicado en varias estafas y acabó en la cárcel, por segunda
vez, por haber matado a un socio por un litigio sobre dinero. Al llegar a adulto, el
perfil de Mark fue sometido a un escrutinio sistemático por parte de los psicólogos
de la cárcel.
Por un lado, tenemos que los "cerebros morales" se asocian con una mayor
actividad en regiones cerebrales relacionadas con la empatía, la toma de decisiones
éticas y la valoración de las consecuencias morales de las acciones. Estas personas
tienden a considerar las implicaciones éticas de sus acciones y muestran
preocupación por el bienestar de los demás. Estudios de neuroimagen han
identificado áreas cerebrales como la corteza prefrontal ventromedial, el giro
temporal superior y el córtex cingulado anterior como críticas en la toma de
decisiones morales.
A su vez, nos encontramos con lo contrario, que serían "cerebros amorales", los
cuales muestran diferencias en la actividad cerebral y en la toma de decisiones
morales. A menudo, pueden priorizar otros factores, como el beneficio personal, la
utilidad o la conveniencia, sobre las consideraciones éticas. No necesariamente
carecen de una brújula moral, pero su procesamiento cognitivo puede dar lugar a
decisiones que parecen ignorar las implicaciones éticas.
Cuando se han hecho medidas en ellos se han observado disminuciones de la
sustancia gris en esos territorios (polo temporal anterior, córtex orbitofrontal medial y
lateral, circunvolución temporal superior y en las ínsulas). Hay además
disminuciones en cíngulo anterior y posterior y esto se relaciona con la intensidad
de la escala de psicopatía: cuando más fríos e insensibles, morbosos y crueles
menos complejidad neural en el segmento de sustancia gris en los territorios
indicados.
A estos dos sujetos se les plantearon diferentes entre los que se encontraban, por
ejemplo: vas en bote salvavidas porque ha naufragado el crucero donde navegaban,
va muy cargado y hay que echar a la gente por la borda, y se les da a elegir entre su
madre o el perro. Pues bien, los controles normales echan al perro, los que han
tenido lesiones en esos territorios de adultos, también echan al perro porque se
acuerdan de que la norma moral recibida es ésta, pero los dos individuos del estudio
dijeron que echaban a la madre. Y además lo razonaron porque su madre les
molestaba y el perro les defendía.
Sin duda, es fundamental comprender la distinción entre "cerebros morales" y
"cerebros amorales", pero hay que tomar en cuenta que esta es una perspectiva
simplista y no refleja la complejidad de la moralidad humana. A través de la
neuroimagen y la investigación psicológica, podemos examinar cómo las personas
procesan y priorizan los valores éticos en sus acciones. Sin embargo, esta distinción
no debe llevarnos a juzgar la moralidad de manera simplista, ya que la moralidad es
un fenómeno complejo y multifacético que se basa en una amplia gama de
influencias biológicas, psicológicas y culturales.
Los psicópatas son individuos que a menudo muestran una falta de empatía,
remordimiento y comprensión de la moralidad, lo que puede llevar a
comportamientos moralmente cuestionables. Aunque no todos los psicópatas
encajan en la categoría de "idiocia moral", algunos casos notorios de psicópatas que
han cometido actos particularmente inmorales incluyen:
● Ted Bundy: Ted Bundy fue un asesino en serie que cometió numerosos
asesinatos y secuestros en la década de 1970. Mostró una falta de empatía y
un comportamiento cruel hacia sus víctimas, lo que lo convierte en un
ejemplo de una persona con una fuerte falta de moralidad.
● Jeffrey Dahmer: Jeffrey Dahmer, conocido como el "caníbal de Milwaukee",
asesinó y desmembró a 17 hombres y niños en la década de 1990. Su
comportamiento extremadamente inmoral y aberrante ilustra la idiocia moral
en su forma más extrema.
● John Wayne Gacy: Gacy fue otro asesino en serie, conocido como el "payaso
asesino", que mató a al menos 33 jóvenes varones en la década de 1970. Su
comportamiento macabro y la falta de remordimiento son un ejemplo de
idiocia moral.
● Richard Ramirez: Richard Ramirez, también conocido como el "Night
Stalker", fue un asesino en serie y ladrón que aterrorizó a California en la
década de 1980. Cometió una serie de asesinatos y agresiones
extremadamente violentas, lo que indica una fuerte falta de moralidad.
Grabaron vídeos cortos donde se veía una mano inductora y otra receptora que
establecían diferentes contactos reconocibles con facilidad: un contacto afectuoso,
uno hiriente mediante una maniobra dolorosa, uno de rechazo abrupto y otro
totalmente neutral. Consiguieron que veinte psicópatas de un centro para reclusos
con alteraciones mentales pasaran por una sesión de escaneo en un equipo de
fMRI y compararon las activaciones que se registraban en su cerebro ante
diferentes situaciones con las de una veintena de individuos normativos y
equiparados por edad, educación y otros atributos sociodemográficos con los
reclusos.
Las situaciones se presentaron de acuerdo con el siguiente orden:
Por ejemplo, podrían ver una falta de etiqueta social, como no saludar
adecuadamente, de la misma manera que considerarían un acto moralmente
incorrecto, como el robo o la violencia.
A pesar de estos hallazgos, los estudios sobre dilemas morales no han resuelto por
completo este problema y menciona que la mayoría de las investigaciones de
neuroimagen se basan en grupos de sujetos, en lugar de medidas individuales.
● Deterioro del aprendizaje aversivo: les es difícil asociar señales neutras con
estímulos peligrosos, sin embargo una vez logran asociarlas no las pueden
desaprender aunque ya no sea una señal realmente peligrosa.
Los estudios sobre los cerebros morales y amorales, en relación con el perfil
psicopático, arrojan luz sobre la complejidad de la psicopatía y su impacto en la
moralidad. Los psicópatas muestran diferencias neurales significativas, como
lesiones en la corteza prefrontal ventromedial y disfunción en las amígdalas
cerebrales, lo que se traduce en una insensibilidad ante el daño ajeno y una falta de
empatía.
https://monterreyrock.com/2019/05/el-lado-oscuro-richard-ramirez-el-asesino-
rockero/
García, P. (2023, 11 julio). John Wayne Gacy, ‘El Payaso Asesino’. cadena SER.
https://cadenaser.com/cmadrid/2023/07/11/john-wayne-gacy-el-payaso-asesin
o-ser-madrid-sur/
García, P. (2023b, julio 18). Ted Bundy, uno de los más famosos asesinos en serie
https://cadenaser.com/cmadrid/2023/07/18/ted-bundy-uno-de-los-mas-famoso
s-asesinos-en-serie-que-ha-inspirado-al-cine-ser-madrid-sur/
https://www.gq.com.mx/entretenimiento/articulo/jeffrey-dahmer-asesino-serial-
quien-fue-quien-lo-mato
https://christianpau.blogspot.com/2016/04/el-idiota-moral.html
Universidad de Panamá
Facultad de Psicología
Escuela de Psicología
Asignatura:
Psicología Forense
Tema:
Neurología de maldad: Genética de la malicia,
Delincuencia financiera y clanes mafiosos
GRUPO#3
Integrantes:
Yohanis Almendra 8-985-47
Paola Echevers 8-980-524
Aysah Hart 3-750-84
Luz Massiel Ortega 8-970-2039
Ana-Lorena Rudzewski PE-15-1281
Ana Rios 8-974-234
Ana Yanisselli 8-976-1189
Jullieth Vergara 8-976-2357
Ingrid Ríos 8-974-1264
Facilitador:
Melba Stanziola
II semestre
Fecha:
24 de octubre 2023
Índice
Introducción........................................................................................................................... 3
Genética de la malicia............................................................................................................4
Genes, criminalidad y psicopatía....................................................................................... 4
-El gen MAO-A................................................................................................................... 4
Genes finlandeses..............................................................................................................8
Otros genes prominentes:.................................................................................................. 8
Alta peligrosidad psicopática: asesinos en serie…………………………………………….10
Delincuencia financiera y clanes mafiosos....................................................................... 12
-Psicopatías de «cuello blanco».......................................................................................12
Liderazgo psicopático.......................................................................................................13
El cerebro estafador......................................................................................................... 14
Clanes mafiosos...............................................................................................................14
Confrontación grupal: bandas, clanes, hermandades, milicias y otras alianzas.............. 16
Conclusión............................................................................................................................18
Bibliografía........................................................................................................................... 19
2
Introducción
3
Genética de la malicia
La psicópatia al igual que otros trastornos del desarrollo, no tiene una única causa
que lo explique, incluso se han realizado estudios que indican que es el resultado de
una combinación compleja de factores genéticos y ambientales (no genéticos). No
existe un “gen de la psicopatía” que determine su aparición, no obstante, diversas
investigaciones nos dicen que la psicopatía es hereditaria. En este sentido, un padre
que no sufre psicopatía puede ser portador de una o más variantes genéticas que
aumentan las posibilidades de que su hijo desarrolle psicopatía. En su mayoría los
resultados psicológicos arrojan que la psicopatía es la causa de los efectos
combinados de cientos o miles de genes, estos efectos combinados de muchos
genes explican aproximadamente la mitad de la variación de los rasgos psicopáticos
en un individuo, lo que nos lleva a concluir que algunos niños nacen con mayor
riesgo de desarrollar psicopatía. Sin embargo, varios estudios basamos en la
genética, concluyen que la psicopatía tiene un componente genético, el cual se ha
demostrado en estudios de adopción y con gemelos, y se ha asociado a
polimorfismo en los genes que codifican para la triptofanohidroxilasa, el
transportador de serotonina, los receptores 5-HT1B, 5-HT2A y 5-HT2C y los
receptores de dopamina de los tipos 2 y 4.
4
El gen MAO-A ganó prominencia porque a principios de la década de 1990 un grupo
de internistas y genetistas del Hospital Universitario de Utrecht comprobó mediante
estudios que varones neerlandeses sufrían una mutación puntual (un cambio de una
sola letra química del ADN) en el segmento prescriptor de esa enzima, de manera
que nacían sin producir MAO-A y el cerebro crecía y se organizaba sin disponer de
ella. El resultado de esa carencia total, a lo largo de la vida, era un colapso de la
función de la serotonina (Neurotransmisor importante para el funcionamiento óptimo
del individuo). Esto provoca que cuando la serotonina trabaje en los territorios
neurales de la agresividad, actúe como un freno eficaz: es decir que demorará las
descargas impulsivas y disminuirá las reacciones violentas de la persona. Es por
ello que aquellos neerlandeses a los cuales se les realizaba el estudio repitieran los
brotes de violencia exacerbada. Los resultados, además, eran plenamente
concordantes con dos hechos bien conocidos: 1) la gente normativa que tiene
índices bajos de MAO-A en las plaquetas sanguíneas suele ser más impulsiva e
irreflexiva, y 2) los medicamentos que se usan para controlar los brotes agresivos
suelen aumentar la función de la serotonina.
- Variantes
Ahora bien, el gen MAO-A contiene variantes que se presentan con distintas
frecuencias en la población normal:
- La primera es una variante que cursa con una producción eficiente de
la enzima MAO-A (la lleva el 65 % de la gente)
- Y la otra que conlleva una expresión menos eficaz (la lleva el 35 %
restante).
5
detectaron que el 8 % habían sufrido, entre los 3 y los 11 años, un maltrato
relevante en el entorno familiar ( ya sean castigos físicos reiterados o
negligencias, según la opinión de los facultativos). Este maltrato o abuso en
la infancia también incrementaron la probabilidad de conducta antisocial en el
futuro, pero solo en los muchachos que portaban la versión ineficiente
MAO-A. Tambien es importante destacar que el alcohol puede reforzar este
comportamiento. . Esto quiere decir que los que llevaban la versión eficaz de
MAO-A estaban, por el contrario, inmunizados ante el maltrato familiar y a
pesar de haberlo sufrido no se convertían en jóvenes conflictivos y
antisociales. Un 12 % de las criaturas reunió ambas condiciones de riesgo
–haber sufrido algún tipo de maltrato y llevar la versión ineficiente MAO-A. Se
determinó posteriormente que solo ese porcentaje de niños protagonizaron el
44 % de los delitos violentos registrados en toda la cohorte, hasta los 26 años
de edad. El estudio se realizó con niñas y arrojó el mismo resultado. Esa fue
la primera ocasión en que se detectó una «interacción genética-ambiente»
robusta, y de ahí la importancia de los hallazgos y que sea muy citada esta
investigación en Psiquiatría. Importancia que aumentó cuando a lo largo de la
década siguiente se completaron seguimientos en otros lugares y los
resultados globales fueron confirmados: en función de la versión MAO-A que
se lleve, se está más o menos protegido ante las peores inclemencias de la
vida.En paralelo a esos estudios de seguimiento, se pudo mostrar que la
versión ineficiente del gen MAO-A y sus correlatos cerebrales predicen el
rasgo de agresividad a lo largo del itinerario vital, medido con cuestionarios
de personalidad.
6
posee el 65% corteza prefrontal
de personas ventromedial hiporreactiva. La
conectividad de estas dos
regiones a través del
cingulado, mostró patrones
distintos
Cuadro 1: resumen de las variantes del MAO-A, confección propia, información
extraida del libro Neurología de la maldad.
-
En esta imagen se muestra que ante una carga afectiva importante, el
individuo que lleva la variante ineficiente, lleva a un colapso en el
funcionamiento de la sinapsis de la serotonina a lo largo del crecimiento del
individuo, lo que produce una amígdala hiperreactiva y una corteza prefrontal
ventromedial hiporreactiva. Este patrón de activación puede provocar, por
ejemplo, que haya reacciones exageradas y un menor control de impulsos
ante amenazas nimias. Es decir, se perciben muchos estímulos como
provocativos y de ahí las descargas violentas. Si a ello se le añade un
ambiente adverso en la infancia (la descarga del gráfico), estos efectos
pueden acentuarse y las reacciones pueden ser incluso más abruptas.
(Modificada a partir de Baum, 2011.)
Genes finlandeses
Además del prescriptor génico de enzima MAO, otros genes vinculados con la labor
de la serotonina en el cerebro, así como los relacionados con las tareas de la
dopamina y las de los andrógenos, son los que han suscitado mayor interés en el
ámbito de la criminalidad violenta. Esas moléculas, además, interaccionan entre sí
7
en las zonas cerebrales críticas para modular la transacción entre el disparo del
apetito por alcanzar un objetivo y las posibles consecuencias lesivas para uno
mismo o para los demás.
En relación con eso, otro hallazgo pareció consagrar un origen genético para las
anomalías de la impulsividad violenta, localizándolo en eslabones del trabajo
cerebral de la serotonina. En una muestra de 96 reclusos finlandeses condenados
por homicidios (múltiples, en varios casos), asaltos, brutalidad doméstica o
incendios provocados durante brotes de violencia irrefrenable ante incitaciones
nimias y con alcohol de por medio se pudo identificar una variante del gen del
receptor 2B de la serotonina, como mediador de ese tipo de explosiones
incontrolables, en la población finesa.
Fue un trabajo meticuloso, que conllevó la utilización de contrastes entre esos
reclusos violentos y muestras normativas de población finlandesa, así como la
utilización de controles emparejados, persona a persona, con esos criminales por
edad y condiciones sociodemográficas. Se comprobó en el laboratorio de diseño
transgénico que la producción ingenieril de ratones que portaban esa variedad del
receptor 2B de la serotonina que merma su función como freno neural los convertía
en impulsivos e hiperviolentos.
También, en otro trabajo por el mismo equipo finlandés efectuado con más de 500
reclusos con historia reiterada de violencia y sin trastornos mentales procedentes de
19 penales del país se detectó que ser portador de la versión MAO-A deficitaria era
muy relevante para predecir la reincidencia en delitos hiperviolentos (excluyendo los
incendiarios y los sexuales), pero acarrear la variante Q20 del receptor 2B de la
serotonina no lo era.
En un estudio con secuenciación del genoma completo y comparando con muestras
amplias de población finlandesa, una variante del gen CDH13, prescriptor de la
T-cadherina, otra molécula que tiene un papel importante en el metabolismo y la
señalización neuronal y que ha sido vinculada a la presencia de trastornos
atencionales, hiperactividad motora e impulsividad, también se mostró como un
potente predictor de la violencia extrema y reiterativa. Según los autores, mediante
la combinación de esas dos variantes en MAO-A y CDH13, que comportan
disfunciones en el trabajo serotoninérgico y dopaminérgico, podría explicarse entre
un 5 y un 10 %, como mínimo, de la criminalidad violenta en Finlandia.
8
hereditaria ahora coloca esto ante la propensión violenta. La variación de los genes
actúa sólo como una probabilidad y es que empecemos diciendo que pueda ser que
6 de cada 10 personas contenga este gen, sin embargo, esto no los hace actores de
violencia pero sí existe un porcentaje probabilístico mayor en ellos y puede que 2 de
estas 6 personas sí cometan un acto violento. Esto es un tema complejo puesto que
aunque la genética influye en nuestro comportamiento también lo hacen nuestro
ambiente y aquellas experiencias vividas.
Los siguiente genes ayudan en la regulación y transporte del neuroquímico
serotonina:
- SLC6A4
- MAOA
Y es que aunque la serotonina es conocida por ser la hormona de la felicidad, la
misma si se concentra en grandes cantidades en el cerebro lleva a la agresividad.
La testosterona y otros andrógenos participan también en esta regulación de la
agresividad.
La testosterona por un lado en estudios se encuentra que su administración resulta
en el incremento de la ambición competitiva, las reacciones intempestivas ante las
amenazas y los actos agresivos son abundantes. Y por otro lado los andrógenos y
su interacción con los niveles bajos de cortisol, hasta la acentuación de la
neurorregulación por vasopresina, colecistocinina o sustancia P, entre otras
moléculas proagresivas, se ha encontrado que en las cárceles predominan los que
tienen cifras androgénicas elevadas. Ello vale tanto para los varones como para las
mujeres. Descubriendo así que las variantes con repeticiones cortas en el gen para
receptor de los andrógenos (lo cual proporciona una mayor eficiencia testosterónica)
que aumenta la reactividad de la amígdala cerebral ante las amenazas son más
frecuentes en asesinos y violadores.
Aspectos a tener en cuenta en el curso de la maduración cerebral como predictores
de la agresividad: modulación de la testosterona, alrededor de la pubertad;
incremento del volumen amigdalar y la merma en el grosor de la corteza prefrontal
medial y la orbitofrontal; reducción de actividad en la corteza prefrontal que explica
el porqué no siguen las reglas
Algunos atributos nucleares de la personalidad psicopática son:
- Desapego radical
- Insensibilidad emotiva
- Carencia o ausencia de respuesta ante las señales claras del dolor ajeno
- Déficit de activación en los territorios cerebrales que procesan los
componentes afectivos del dolor (la ínsula, el cingulado anterior, zonas del
tálamo),
- Receptor de la oxitocina, se asociaron con el rasgo de callosidad o frialdad
emotiva extrema que anuncia un itinerario psicopático.
9
- Alta peligrosidad psicopática: asesinos en serie
El Manual de Clasificación Criminal, define al asesino serial como aquel que comete
tres o más eventos separados, en tres o más locaciones, donde media
emocionalmente un periodo de enfriamiento entre los homicidios. Sus acciones
están impulsadas por gratificaciones sexuales, sádicas o idiosincráticas, y carecen
de motivaciones personales o venganzas. Las víctimas suelen ser mujeres
desconocidas, y los crímenes muestran un alto grado de planificación, con torturas y
humillaciones. Los asesinos en serie suelen ser de raza blanca y muestran
conexiones con la psicopatía. Utilizan su encanto para seleccionar víctimas
vulnerables, ocultan los cuerpos y pueden vivir vidas aparentemente normales.
Aunque su representación en la ficción es alta, en realidad, constituyen una fracción
muy pequeña de los homicidios, y algunos son más desorganizados y más fáciles
de atrapar. Las fantasías sexuales y la excitación son prominentes en su
comportamiento, y la investigación de patrones fisiológicos puede ayudar a
distinguirlos de otros con parafilias sexuales no violentas.
10
repetidamente sin sentir culpa. Sin embargo, no todos los asesinos en serie son
psicópatas. Es importante recordar que la mayoría de las personas con psicopatía
no se convierten en asesinos en serie, y la mayoría de los asesinos en serie no son
psicópatas. Los factores que contribuyen a la aparición de un asesino en serie son
complejos y pueden incluir una combinación de factores genéticos, ambientales,
sociales y psicológicos.
11
autoprotección de estas últimas, especialmente si son experimentados y
versátiles.
● Fase de Captura: Durante este período, los homicidas "cierran la trampa" y
se deleitan con las reacciones de terror de sus víctimas, utilizando medios
físicos o psicológicos para inmovilizarlas. En este momento, los homicidas
aniquilan a sus víctimas siguiendo su propio método y estilo personal,
experimentando un clímax durante el homicidio.
● Fase Fetichista: Después del asesinato, el homicida guarda un fetiche que le
permite recordar la hazaña y revivir la escena, a menudo recogiendo un
trofeo que prolonga la experiencia.
● Fase Depresiva: Tras el homicidio, los homicidas pueden experimentar una
crisis que los lleva a tener pensamientos suicidas, aunque pocos de ellos
llegan a consumar el suicidio.
A pesar de las diferencias en estas fases descriptivas, todos los casos de homicidio
serial resultan en la eliminación de una víctima inocente, lo que constituye un
comportamiento antijurídico, culpable y punible. Por lo tanto, estos casos siempre
requieren la atención e intervención de profesionales del derecho, la criminología y
la policía judicial.
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un estudio australiano que relaciona la presencia de directivos con rasgos
psicopáticos en empresas con problemas laborales, como acoso, trato
desconsiderado y violaciones de las normativas laborales. Este estudio sugiere que
trabajar bajo la supervisión de directivos con rasgos psicopáticos puede llevar a un
ambiente laboral más hostil y conflictivo.
Características del delincuente de cuello blanco La abogada panameña Gloria
Cheng, en su libro, Aspectos Criminológicos de la Delincuencia que afecta al Sector
Financiero en Panamá, mencionar las siguientes características del delincuente de
cuello blanco,
Se trata de un delito: Las conductas consideradas como delito de cuello blanco,
aquellas que se sancionan penalmente, forman parte de los procesos en las
operaciones financieras y en muchos casos no se consideran conductas lesivas.
Cometido por una persona respetable: El autor o autores de este tipo de
delincuencia se consideran a sí mismos “respetables”, los sujetos activos se
escudan normalmente tras la fachada de una persona jurídica, y por tanto la víctima,
como el autor, resultan ignotos en un proceso.
De elevada condición social (estatus socio-económico): El sujeto activo del delito es
una persona de alto “estatus socioeconómico”. Se excluyen delincuentes poderosos,
económicamente, que carezcan de respetabilidad y alto estatus social, como son los
narcotraficantes.
En ejercicio profesional: Este delito es cometido en el ejercicio de la actividad
económica y empresarial de la persona. No todo delito cometido por personas de
alto “estatus” es necesariamente profesional, sino que, el delincuente de cuello
blanco aprenderá esta conducta, debido a las relaciones sociales con sus pares en
el ejercicio de su actividad empresarial
Liderazgo psicopático
El liderazgo psicopático ha sido objeto de estudio en el contexto corporativo y
político. Investigaciones han revelado que algunos directivos con diagnóstico de
psicopatía ocupan cargos de supervisión, dirección o vicepresidencia con mayor
frecuencia que sus pares. Aunque son considerados malos compañeros de trabajo y
poco leales, se destacan por su visión estratégica, creatividad, innovación y
habilidades de comunicación. Un estudio sobre presidentes de Estados Unidos
mostró que la "dominancia valiente" estaba vinculada positivamente con la
efectividad presidencial, mientras que la "impulsividad egocéntrica" se asociaba con
conflictos y un liderazgo menos eficaz. Estos hallazgos sugieren que ciertos rasgos
psicopáticos, como la desinhibición, valentía y malignidad, pueden ser beneficiosos
en ciertos contextos empresariales y políticos. La valentía, en particular, se
considera esencial para prosperar en entornos competitivos. Estos rasgos también
están relacionados con otras modalidades de maldad genuina, como el
maquiavelismo, el narcisismo y la psicopatía.
13
El cerebro estafador
El famoso criminólogo Edwin Sutherland definió a los delincuentes de cuello blanco
como personas de un alto nivel cultural, que tienden a ser meticulosos, detallistas,
manipuladores, con muy buena capacidad de organización y planificación, que
manejan muy bien la retórica, tienen bajo nivel de valores, alto control de impulsos,
alta tolerancia a la frustración, son obsesivo-compulsivos, tienen la necesidad de
gratificación (status y reconocimiento), y finalmente son muy seductores y
provocadores.
La investigación sobre las características neurales de los "psicópatas corporativos"
o del "cuello blanco" es limitada. Un estudio liderado por Adrian Raine comparó
medidas neuropsicológicas y el grosor de la corteza cerebral en hombres de 21 a 46
años con historial de delitos de cuello blanco y un grupo con índices de delincuencia
similar pero no relacionados con este tipo de delitos. Los "estafadores confesos"
obtuvieron mejores puntuaciones en las pruebas neuropsicológicas de función
ejecutiva, atención y vigilancia, y mostraron un mayor grosor en ciertas áreas de la
neocorteza, particularmente en las regiones prefrontales, relacionadas con la
planificación y ponderación. Estos hallazgos sugieren que la delincuencia de cuello
blanco está asociada con atributos que se oponen a la impulsividad y la
desinhibición violenta característica de la delincuencia "sucia". Los delincuentes de
cuello blanco parecen poseer habilidades de procesamiento de información,
estrategia y control de impulsos que les brindan una ventaja para cometer delitos
que dejan pocos rastros. Además, es probable que tengan un talento sobresaliente
para mentir y evadir las tecnologías de detección de mentiras. El mismo investigador
agregó que algunas de sus habilidades son las que se exigen en cualquier persona
del mundo de los negocios, aunque "no todos en esa posición se vuelven
criminales". Por el contrario, dice Raine, exámenes con escáner han mostrado que
los criminales del tipo psicópata tienden a presentar una amígdala de menor
tamaño. Es decir, la zona donde se procesan las emociones y la empatía es más
pequeña en comparación con los "criminales de cuello blanco".
Aunque se necesita más investigación para llegar a conclusiones sólidas, estos
datos destacan la diferencia entre las psicopatías manipulativas y las impulsivas y
agresivas. La investigación continúa explorando a las personas relacionadas con
corporaciones con una reputación de peligrosidad.
Clanes mafiosos
Un equipo de investigadores mexicanos diseñó un protocolo para medir el
funcionamiento cognitivo de criminales encarcelados pertenecientes a cárteles del
narcotráfico local. Las bandas mafiosas son uno de los nichos ocupacionales
preferidos por los psicópatas y los hallazgos en muestras bien definidas pueden
revelar patrones útiles para avanzar en la caracterización de esos individuos. Los
integrantes de esas organizaciones del narcotráfico mexicano han desarrollado una
estructura jerárquica que supone un prototipo de asociación para las tareas de
14
producción, distribución y comercialización de las drogas, así como para la defensa
inclemente de sus territorios de influencia. La naturaleza clandestina del negocio y la
competición entre esas organizaciones conduce a actos de violencia extrema,
similares o peores que los perpetrados por los criminales solitarios más peligrosos.
Metodología:
- Participantes: 82 prisioneros varones, miembros de clanes de
narcotraficantes, comparados con 76 voluntarios varones de características
similares de la comunidad. El protocolo fue aprobado por las autoridades de
la prisión y consistió en tres sesiones de evaluación de dos horas y media
cada una llevada a cabo por psicólogos entrenados que tenían experiencia
con esas escalas, así como en llevar a cabo entrevistas a psicópatas. Para
estudiar al grupo de internos se reservó una zona tranquila dentro de la
prisión y los guardias traían a los participantes a la evaluación y los devolvían
luego a sus celdas. Los controles fueron evaluados en el Laboratorio de
Neuropsicología y Psicofisiología de la UNAM. Los internos estaban afiliados
a 10 cárteles operativos en México: Sinaloa, Golfo, Juárez, Tijuana, Beltrán,
La Familia, Amezcua, Zhen Li Gon, Milenio y Guadalajara.
- Evaluaciones: Se utilizaron la escala de psicopatía revisada (PCL-R) y la
batería de pruebas de funciones cerebrales ejecutivas (BANFE), que evalúa
la cognición relacionada con el lóbulo frontal.
- Clasificación: Los prisioneros fueron clasificados según su rol en la
organización: comandantes, guardianes, protectores enraizados en su
comunidad, blanqueadores de dinero y distribuidores o productores.
- Resultados:
1. Puntuaciones de Psicopatía: Los prisioneros obtuvieron una puntuación
promedio de 21 en la PCL-R, mientras que el grupo de control anotó un
promedio de 3. Los comandantes y ejecutores mostraron las puntuaciones
más altas (23 y 24 respectivamente).
2. Funciones Ejecutivas y Cognición: Se observaron déficits en las funciones
cognitivas relacionadas con la corteza orbitofrontal, especialmente en
inhibición y impulsividad, en todos los narcotraficantes. Los blanqueadores de
dinero y los protectores tenían las puntuaciones de psicopatía más bajas,
aunque aún superiores a las de personas comunes.
- Conclusiones:
1. Los resultados sugieren que las personas en roles más violentos dentro de
los clanes mafiosos tienen puntuaciones más altas de psicopatía y déficits
cognitivos relacionados con la impulsividad y la inhibición.
2. La naturaleza clandestina y violenta de las operaciones de narcotráfico
conduce a una alta psicopatía y comportamientos impulsivos entre los
miembros de estos clanes.
3. Este estudio destaca la importancia de las evaluaciones neuropsicológicas en
el contexto judicial para comprender mejor los rasgos psicopáticos y tomar
decisiones judiciales más informadas y pertinentes.
Las 6 organizaciones criminales más violentas y peligrosas del mundo:
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- La Yakuza
- Las Triadas
- La mafia italiana: la Cosa Nostra, la Camorra, L´Ndragueta y la Sacra Corona
Unita
- La mafia rusa o mafia roja
- Los cárteles de la droga: Colombia y México
- Las pandillas centroamericanas: Mara Salvatrucha, Latin Kings y los
Trinitarios
Extendiendo el tema de carteles, México ya contaba con una larga tradición de
actividad delictiva organizada, pero no será hasta los años 50 del siglo XX cuando
comienza a vincularse con el narcotráfico.
A partir de los años 80, a raíz de las presiones sobre el tráfico de drogas
colombiano, las rutas de la cocaína se desviaron hacia México, permitiendo el
surgimiento de los cárteles propios. Pronto pasaron de ser una vía de paso para la
cocaína y la heroína provenientes de Colombia, Bolivia y Perú a ser la cuna de la
marihuana y las anfetaminas, teniendo como destinatario final a EEUU. Fruto de la
geopolítica de la criminalidad, su proximidad geográfica ha hecho que la
delincuencia organizada esté muy influida por la oferta y demanda delictiva en el sur
de Estados Unidos.
Asimismo, los cárteles mexicanos están vinculados a muchas otras actividades
ilegales que les aportan beneficios económicos como son el tráfico de personas, las
redes de prostitución, la corrupción, la extorsión, el blanqueo de capitales, los
secuestros o los asesinatos. Los cárteles mexicanos han conseguido entrometerse
en muchas facetas de la economía y la política del país, lo que les ha garantizado
durante cierto tiempo un margen de impunidad para sus actividades delictivas.
En cuanto a la estructura, los cárteles mexicanos tienen una jerarquía más férrea
que la de los cárteles colombianos, además de un elevado grado de especialización.
Actualmente, los cárteles mexicanos siguen teniendo poder en el país, siendo los
causantes de importantes olas de violencia contra funcionarios, policías y civiles,
pero se ha conseguido reducir un poco la incidencia de los delitos cometidos.
● Estas guerras entre organizaciones son muy violentas en que los clanes
criminales utilizan métodos brutales, como la intimidación y la liquidación,
para lograr sus objetivos, sin reparar demasiado en las bajas propias y
mucho menos en las ajenas. Ejemplo: Según el Organized Crime Index,
cientos de organizaciones criminales de tipo mafioso operan en Panamá,
16
donde Bagdad y CalorCalor son los dos grupos más prominentes conocidos
por sus enfrentamientos que dejan múltiples heridos y entre ellos inocentes.
● Esas guerras se dan entre organizaciones criminales sin convenciones o
límites que valgan son el escenario de acciones que alcanzan, a menudo, la
máxima crueldad torturadora y la peor morbosidad destructiva de la que son
capaces los humanos.
● Son una forma de negocio que atrae a personas con características como la
codicia, la dominación, la venganza y la crueldad. Estas personas se unen en
clanes y forman enjambres que son extremadamente letales debido a sus
características.
● Cuando se produce una alianza o una coalición belicosa, por mínima que
sea, cambian los parámetros, entre otras cosas, porque hay reparto de
papeles y múltiples vectores de influencia interna y externa. Ejemplo: Las
pandillas callejeras locales de Panamá a menudo colaboran con
organizaciones criminales más grandes como el cártel de Sinaloa y
organizaciones criminales de Colombia. Calor Calor se enfoca en el
transporte de drogas para estas organizaciones donde cambian su
organización y papeles para la movilización de drogas.
Eso vale para cualquier tipo de confrontación más o menos organizada: desde las
peleas entre bandas callejeras de adolescentes o jóvenes hasta las inmisericordes
batallas que libran los clanes mafiosos o gánsteriles, y desde los despiadados
envites que protagonizan las guerrillas, las insurgencias y los grupos «terroristas»
hasta las grandes confrontaciones entre ejércitos sofisticados. Aunque los malvados
por antonomasia de nuestra época lleven nombres de líderes guerrilleros o
insurgentes célebres, y hayan protagonizado o dirigido ataques brutales en
confrontaciones de gran alcance y resonancia global.
La capacidad del Estado para hacer frente a las redes del crimen organizado ha
quedado en entredicho, no solo por los últimos sucesos sangrientos presuntamente
vinculados a la mafia criolla, sino también porque un reciente informe sobre la
materia así lo ha dejado claro, ya los oficiales del Estado con influencia sobre
autoridades nacionales son ahora los principales actores del crimen organizado y no
los jefes de carteles y mafias.
17
Conclusión
18
Bibliografía
- Andrés, M. M. C. (s. f.). Aspectos neurobiológicos de la psicopatía.
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-079320040
00400006#:~:text=La%20psicopat%C3%ADa%20tiene%20un%20component
e,los%20tipos%202%20y%204.
19
Universidad de Panamá
Facultad de Psicología
Escuela de Psicología
Psicología Forense
Integrantes:
Profesora:
Dra. Melba Stanziola
27 de octubre de 2023
Introducción
Los hombres tienden a ser mucho más prominentes en la crónica policial y judicial
en comparación con las mujeres, lo que podría dar la impresión de que las mujeres
son menos propensas a comportamientos dañinos, predatorios o corruptos. Los
datos demuestran una clara disparidad en la participación en incidentes violentos,
con nueve hombres involucrados por cada mujer en casos de asesinatos,
homicidios, asaltos con violencia física y robos con intimidación.
Por otra parte también se explicará el valor del dinero desde el punto de vista del
impacto y la influencia que tiene las diversas representaciones del dinero en la
sociedad, la relación vista desde el punto de vista biológico y psicológico. Además la
gran codicia monetaria que existe en las sociedades y como es la relación con el
lujo, soborno y extorsión que se da por el uso universal de esto.
En general, los datos respaldan la idea de una mayor propensión de los hombres a
la delincuencia, incluso sin considerar la violencia sexual, donde la mayoría de los
perpetradores son masculinos. Todo esto visto desde puntos de vista más científico,
como lo es la neurología y circuitos neuronales.
Cap N°7 - Corruptos, rufianes y élites extractivas
Generación tras generación, las personas que urden tramas corruptas en el ámbito
empresarial o en la administración pública y que incurren con asiduidad en acciones
fraudulentas pertenecen a la estirpe de los psicópatas. No están limitados por
principios, ni por las normas ni por las advertencias de castigo.
Maquiavélicos
Los high machs tienden a sustraer más que los low machs, siempre y cuando los
supervisores sean ingenuos. En cambio, ante un supervisor desconfiado, los
maquiavélicos no se distinguen de los low machs, ni en la tentación ni en los hurtos.
Por otro lado, los high machs mienten mucho mejor: es difícil distinguirlos de la
gente sincera cuando se proponen engatusar. A los low machs, en cambio, se les
atrapa con facilidad cuando pretenden vehicular un engaño. Esa superioridad para
el embuste de los high machs se sustenta en que saben manejar mejor la
modulación de la voz, los movimientos faciales y la mirada cuando tratan de
engatusar a los demás.
Todos los datos indican que los hombres atenúan el maquiavelismo ante los colegas
varones, respecto del que aplican a sus interacciones con colegas femeninas. De
forma paralela, las mujeres aplican muchas más estrategias maquiavélicas con el
sexo opuesto que con el propio. Los individuos con una buena dotación en ese
rasgo del carácter disponen de ventajas estratégicas, aunque también hay
inconvenientes: el más obvio es toparse con la venganza o el ostracismo cuando los
manipuladores voraces resultan desenmascarados.
Puede que sea así, que no convenga mezclar a la biología con las monedas y la
gente que las usan. Al fin y al cabo, el dinero es un invento reciente y su forma de
encajar en aspectos biológicos debe ser algo inaprensible, es decir imposible de
comprender. De la misma manera que no hay, en el cerebro, sistemas específicos
preconfigurados para la escritura o para el cálculo numérico, tampoco las infinitas
variantes de cambios o lo relacionado al tema del dinero.
Eso hay que aprenderlo a lo largo de años para conocer muy bien las propiedades
del dinero, ya que la biología no ha creado un medio para fijar automatismos, casi
de forma involuntaria manejemos lo relacionado al dinero.
El deseo por el dinero acostumbra a ser, sin embargo, tan sensacional y despierta
unas energías tan intensas que, a pesar de las precaución y reservas impuestas
desde aquellas disciplinas humanísticas, con frecuencia vemos los intentos de
“hincarle el diente” a esa palanca que suele «mover el mundo».
Los neurorradiólogos que trabajan con equipos para el escaneo cerebral, se unen a
esfuerzos con algunos economistas rara avis (‘ave desconocida y rara’ y se aplica a
una persona o cosa que se consideran poco comunes o por tener alguna
característica que las diferencia de las demás de su misma especie) dispuestos a
entrar en los laboratorios de neuroimagen, se propusieron profundizar en aquello
que está escondido, pero que incita a la motivación por el dinero y sus vicios
colaterales.
Codicia metálica
Las diferentes modalidades del dinero (las monedas, los billetes, las cantidades en
unidades monetarias, los incrementos del saldo de la cuenta corriente, los vales o
bonos intercambiables) son todas ellas capaces de acelerar la labor de las áreas del
cerebro que se dedican a procesar incitaciones apetitosas y todo esto basado en la
biología, como lo sexuales o las alimentarias.
Fagocitación de los resortes biológicos del deseo y la consumación por parte del
dinero le otorga propiedades gratificantes (incrementa la reiteración de acciones que
llevaron a obtenerlo), así como incentivadoras (orienta los apetitos y modula la
conducta).
Esa «adicción al dinero» habría que considerarla con cautela, sin embargo, porque
para la gran mayoría de las personas el hambre y la urgencia de ganancias se
mantiene dentro de cauces moderados y no dispara conductas problemáticas.
Hay quienes, en ausencia de oportunidades, las inventan: hay que dejar constancia
de que, además de sus innegables virtudes prosociales, el dinero ha sido el inductor
de la sofisticación incesante de los modos de delinquir. En los estudios de escaneo
cerebral se ha podido comprobar que las pérdidas monetarias activan la circuitería
neural dedicada al sufrimiento y la aversión psicológica, incluso con los sistemas
encargados de procesar dolor.
Lujo, soborno y extorsión
Existen ámbitos donde hay resistencia a aceptarlo: no esperamos, por ejemplo, que
los vecinos nos devuelvan los favores domésticos en billetes, ni que las muestras de
amistad genuina se restrinjan al cambio de vales canjeables. No solo no se espera
eso, sino que incluso puede ofender. Por otro lado, suele halagar mucho más un
regalo apreciable o elaborado que su estricto equivalente en dinero.
El poder, para serlo de veras, debe hacer gala de ostentación aparatosa, y nada
mejor que la versatilidad monetaria para la escenificación del gasto. Las crónicas
históricas y literarias recogen la fascinación humana por el lujo.
Eso nos acerca a otra propiedad del dinero: su capacidad de aventajar a cualquier
otro incentivo para comprar voluntades, para seducir, subyugar y esclavizar. El
soborno es decisivo para el deterioro del dinero funcionando como una ruta óptima
cuando hay que quebrar resistencias y montar extorsiones o chantajes.
Conviene mencionar aquí que, en un estudio con sujetos normativos que puntuaban
alto en escalas de psicopatía, se encontró una activación acentuada de la circuitería
cerebral del deseo ante la posibilidad de ganancias monetarias.
La biología impone que en el trayecto para alcanzar cotas altas de poder político
resulten primados quienes reúnen condiciones para el bandidaje parasitario.Los
individuos astutos, dominantes, crueles, persuasivos, falsos, manipuladores y
audaces son óptimos candidatos para situarse en posiciones de ventaja en las
luchas por el poder.ya que sos atributos dependen de propiedades y sutilezas en la
circuitería neural y de múltiples resortes hormonales.
Entre los políticos de relumbrón y también entre los de segunda y tercera fila hay
una desmesurada proporción de delincuentes disfrazados de servidores de la
comunidad. El hecho de ir a parar a la condición de líder o de subordinado era
azaroso.
En el primer experimento participaron 480 estudiantes, 162 de los cuales (21 años
de edad de media, 100 de ellos varones) actuaron como líderes: las opciones eran
tener uno, dos o tres subordinados y las oportunidades para decidir oscilaban,
asimismo, entre una que era bastante equitativa, otra que repartía el montante
disponible a partes iguales y otras antisociales que primaban ostentosamente el
trozo de pastel que se auto asignaba el «líder-dictador» de trayéndolo del que iba a
parar a los subordinados.
Los resultados indicaron, con rotundidad, que cuantos más subordinados y más
opciones para elegir tenía un líder (es decir, mayor poder), mayor era la tendencia a
tomar decisiones clamorosamente egoístas (corruptas). Hay que recordar que en el
juego del dictador el líder decide sin cortapisas y los subordinados no tienen voz
alguna y reciben la parte del pastel que les otorga graciosamente el líder.
Por tanto, unos hallazgos que robustecen el rol de esos dos factores en la aparición
de la conducta abusiva y parasitaria. El primero es la oportunidad de ejercer poder
sin cortapisas: esa circunstancia lleva a aumentar la tentación y a la comisión
efectiva de abusos leoninos. Pero desempeña también un papel notable el factor
«persona»: a los honestos de veras les costó, mucho más que a los deshonestos,
aprovecharse de situaciones propicias para abusar
Desvergüenza seductora
Esa tendencia se acentúa en los días fértiles de su ciclo menstrual, hasta el punto
de llegar a seleccionar, para las aventuras breves e intempestivas, a individuos que
por su talante y rasgos físicos anuncian una propensión a la infidelidad y a la
desvergüenza, sin disimulos ni paliativos. Los datos a favor de esa tendencia
femenina espontánea son legión, en muchos estudios y en diferentes culturas.
Por supuesto, para los emparejamientos a largo plazo rigen otros criterios. Pero
incluso el orgasmo femenino parece acompasarse mejor y ser mucho más
productivo cuando se alcanza en el trato íntimo con esos personajes. Quizá todo
eso tenga alguna relación con las claras disparidades numéricas entre psicopatía
masculina y femenina que hay que discutir a continuación.
Psicopatías femeninas
Presentación de un caso
María Concepción Ladino, conocida como “la bruja asesina”, fue catalogada como
una asesina en serie en Colombia. Nacida en Bogotá en la década de 1960, se
hacía pasar por una curandera que ofrecía hechicería y brujería para estafar a sus
víctimas. Cometió al menos seis asesinatos en la década de 1990, involucrando
estafas y extorsión. Su modus operandi incluía ganarse la confianza de las personas
con promesas de mejoras en la vida a través de rituales mágicos y pócimas. Fue
condenada a 40 años de prisión por asesinar a seis personas y estafar a más de
veinte, y cumple su condena en la cárcel del Buen Pastor en Bogotá.
A través del análisis de los criterios diagnósticos del DSM-5, es plausible afirmar
que María Concepción Ladino, alias “La bruja asesina”, posiblemente padece un
Trastorno de Personalidad del grupo B, específicamente del tipo Antisocial y/o
Límite. Su comportamiento delictivo se caracteriza por actos imprudentes, erráticos
y crueles, a veces impulsivos y otras veces cuidadosamente planificados. También
muestra una tendencia a la intoxicación grave y la muerte de sus víctimas, lo que
sugiere una falta de control de impulsos y una incapacidad para reprimir sus
impulsos destructivos.
Además, su intento de suicidio en el momento de su captura y su comportamiento
descontrolado son consistentes con características de un trastorno límite de
personalidad. La autora muestra una motivación principalmente económica para sus
acciones, lo que la diferencia de la mayoría de las mujeres delincuentes cuyas
motivaciones suelen estar relacionadas con factores socioculturales como la
pobreza.
Códigos y doctrinas
Vigilancia social
El radar omnisciente
Les hicieron participar en sesiones del juego del dictador y del juego del ultimátum
en interacciones con desconocidos. Los resultados indicaron que las ofertas
generosas dependían, en primera instancia, del grado de inmersión de cada
comunidad en mercados de acceso a bienes y servicios con sus reglas locales y, en
segundo lugar, de la adscripción a una gran religión mundial (islam o cristianismo,
en esas sociedades). La cercanía a un mercado aumentaba las ofertas generosas a
desconocidos un 20 % de media y pertenecer a una gran religión entre 6 y 10 %.
Los participantes jugaron siempre de manera anónima con desconocidos de su
propia etnia, ya que la capacidad de superar fronteras identitarias es restringida.
Limpieza moral
Una serie de estudios mostraron que el hecho de recordar o de detallar por escrito
vivencias personales de conductas reprobables (mentiras, incumplimientos) lleva, en
test de palabras incompletas, a identificar un mayor número de palabras
relacionadas con la higiene o a seleccionar objetos vinculados con la limpieza
personal después de revivir el recuerdo inquietante. Ese vínculo entre la suciedad
moral y la física o entre la asepsia higiénica y la pureza de conciencia tiene tradición
en muchas doctrinas, en las que impregna los usos ordinarios del lenguaje y
promueve elaborados rituales de limpieza.
Conclusiones
Referencias Bibliográficas
Psicología Forense
Docente: Dra. Melba Stanziola
Neurología de la Maldad
Estudiantes:
Jeannette Anderson 8-1137-2381
Magdeline Atencio 8-997-384
Keyra Bernal 8-927-1558
Samaira Bujato EC-35-456
Samantha Miranda 8-1077-1902
Annalia Moreno 8-976-2054
Josafat Pinzón 8-927-96
Karen Ramos 8-956-464
Yacksury Vásquez 2-748-1987
Rettig, en los primeros capítulos, establece un marco conceptual sólido que distingue entre el mal
"incidental", que surge de manera casual, y el mal "deliberado", que es premeditado y calculado.
Además, se adentra en la aparente rareza de la maldad genuina en la sociedad, a pesar de que
los mecanismos biológicos para la agresividad existen en nuestro cerebro.
Una de las contribuciones más significativas de este libro radica en su exploración de las bases
evolutivas y neurológicas de las emociones nocivas. Al examinar regiones cerebrales cruciales
como la amígdala y el córtex prefrontal, Rettig demuestra cómo estas áreas modulan respuestas
emocionales como el miedo, la ira y la aversión, al tiempo que se aventura en el estudio de los
correlatos neurales del desprecio y la envidia, dos. emociones capaces de motivar acciones
perjudiciales hacia los demás.
En un giro impactante, el libro también se adentra en la agresión predatoria y el acoso, tomando
como ejemplo un caso perturbador de adolescentes que atacaron y mataron a un niño en
Inglaterra, al parecer, por mero aburrimiento. Aquí, Rettig pone de manifiesto el papel crucial de
la falta de empatía y la desinhibición en la génesis de actos atroces.
"Neurología de la maldad" no se limita a la violencia física, sino que también desmenuza los
fundamentos biológicos del engaño y el fraude, ilustrando casos de individuos que se aprovechan
de estafas de redes de complicidad. Además, el libro explora las bases neuronales del
autoengaño, ese mecanismo que permite a algunas personas racionalizar acciones moralmente
cuestionables.
Los últimos capítulos del libro se centran en las respuestas sociales y legales frente a la maldad.
Rettig examina el papel del castigo como elemento disuasorio, al mismo tiempo que se aventura
en los dilemas éticos relacionados con el uso de datos neurobiológicos en procesos jurídicos.
También reflexiona sobre el potencial de la rehabilitación y la prevención de la conducta
antisocial.
Vigías y policías
La policía y vigilancia juega un papel importante en el mantenimiento del orden social en las
comunidades que son complejas, esto tanto en humanos como en los primates. Históricamente,
las sociedades han tenido mayor relevancia a la milicia en comparación con la inteligencia y la
policía, esto por su relación con la guerra y la expansión territorial. Sin embargo, en sus orígenes
estas funciones estaban a menudo en manos de las mismas personas.
Si es por temas primitivos, los individuos de alto rango que desempeñan funciones policiales,
por lo general tienden a resolver disputas y mantener la cohesión interna en el grupo. Estas
funciones no solo reducen la agresividad y los conflictos intragrupales, sino que también
facilitan las interacciones sociales, el juego diversificado y, en algunos casos, incluso la apertura
de contactos sexuales múltiples, lo que refuerza la idea de que la policía actúa como un
facilitador social.
Instituciones punitivas
También hay que destacar la importancia del sistema judicial en la imposición de sanciones y
compromisos de cumplimiento obligatorio en casos de conflicto. El papel de los jueces y jurados
es crucial como terceros aceptados por los litigantes para resolver disputas y prescribir normas
en una comunidad. Esta institución, presente en sociedades humanas desde tiempos antiguos,
muestra su sofisticación en la actualidad y es esencial para mantener el orden y la justicia en la
sociedad.
Justicia neural
A través de investigaciones como la que lidera Joshua Buckholtz y su equipo en Boston sobre los
mecanismos de regulación neural al momento de imponer castigos a quienes infringen las
normas, se descubrió que por medio de la neuroimagen las nociones de culpabilidad y daño son
cruciales para determinar la gravedad de los castigos.
En sus estudios, a los participantes se les mostró escenarios que involucraban varias
transgresiones y les pidieron que juzgaran y sancionaran las acciones. Por ejemplo:
• Juan tuvo una falla mecánica en su coche nuevo, lo que lo hizo chocar contra la acera y
matar a una persona en una parada de autobús. ¿Hasta qué punto es culpable Juan y qué
castigo merece?
• Juan se encontró con el nuevo novio de su expareja en una parada de autobús, a quien ya
había amenazado antes. Cumplió su amenaza estrellando deliberadamente su coche
contra la parada de autobús, matando a la persona. ¿Hasta qué punto es culpable Juan y
qué castigo merece?
Estos escenarios reflejan el principio legal de que "un acto no hace culpable a alguien a menos
que la mente también sea culpable". En la ley, la culpabilidad depende del estado mental que
acompaña a las acciones punibles. Aunque las leyes enumeran comportamientos prohibidos,
cometer estos actos (actus rea) por sí solo no es suficiente para recibir un castigo. En la ley, la
culpabilidad se evalúa en función del estado mental vinculado a los actos punibles, se combina la
acción y la intención con sanciones que dependen de la gravedad del daño infligido y la intención
perjudicial.
Volviendo al ejemplo, la primera viñeta es un mero accidente mecánico, mientras que el segundo
conlleva una intención explicita de matar.
A través de estudios de neuro imagen se mostró que este tipo de decisiones “judiciales” de
terceros intervienen regiones cerebrales como la corteza prefrontal medial, las zonas posteriores
de la corteza parietal y la encrucijada temporoparietal. Estas áreas permiten a las personas
elaborar inferencias sobre los estados mentales de otros actores en situaciones éticas, cambiando
sus perspectivas y generando suposiciones sobre las intenciones de los demás.
Figura 1. Regiones cerebrales de la red mentalizadora para las inferencias sobre los escenarios ideatorios
ajenos cuando hay que aplicar sanciones. TPJ: encrucijada temporoparietal; IPS: circunvolución parietal
inferior; mPFC: corteza prefrontal medial (esencial para el montaje de escenas interpretativas); DLPFC:
corteza prefrontal dorsolateral.
En otro estudio del mismo autor sobre la mediación del castigo sancionador se incluyó una
manipulación experimental aplicando salvas de estimulación magnética transcraneal mientras los
participantes evaluaban la culpabilidad decidían la sanción que aplicarían a las viñetas con
escenarios delictivos que iban desde el hurto hasta violencia física o muerte. Cuando se aplicaba
la estimulación se suspendía la actividad cerebral de la zona de diana por lo que hubo una
disminución modesta del castigo, aunque la atribución de la culpa no resultaba afectada. Esto se
debía a un cambio de vectores decisorios pasando a tener más relevancia el daño que la
culpabilidad conduciendo a una menor punición.
Se puede inferir en base a los hallazgos en sus estudios que hay regiones que trabajan para
evaluar el daño, culpabilidad y responsabilidad, y hay otras que integran todo eso cuando hay
que decidir la aplicación de un castigo y su severidad.
Culpa y contrición
Los códigos normativos juegan un papel fundamental al destacar la emoción “moral” de la culpa,
que se utilizar para señalar transgresiones y determinar el grado de sanción aplicable. La culpa
implica una profunda inquietud interna por haber violado una norma importante y la necesidad
de entender la perspectiva de quienes imponen el castigo y de autoevaluarse.
En un estudio japones de neuroimagen con 19 participantes, 10 chicos y 9 chicas leyeron frases
en silencio dentro de un escáner. Algunas frases generaban culpa, otras vergüenza o ridículo, y
otras eran neutras. Cuando los participantes se enfrentaron a las situaciones de culpa o ridículo,
hubo un aumento en la actividad en áreas cerebrales relacionadas con la empatía y la
comprensión de las conciencias ajenas, como algunas regiones de la corteza prefrontal medial y
las áreas posteriores del lóbulo temporal superior.
Al comparar estas situaciones de culpa y ridículo, se encontró que la culpa activaba más las
regiones prefrontales anteriores y mediales, mientras que la vergüenza implicaba la corteza visual
debido a la necesidad de imaginar situaciones comprometedoras, esta involucra una exposición
pública, mientras que la culpa tiende a ser una experiencia más privada.
En un estudio estadounidense que replicó estas situaciones de culpabilidad, distinguiendo entre
la culpa por violaciones de normas y la culpa por causar daño a uno mismo o a los demás. Se
encontró que la culpa por lastimar a otros genera más angustia que la culpa por infringir normas,
y que diferentes regiones cerebrales están implicadas en la regulación de estos sentimientos. La
culpa por dañar a otros involucra regiones frontales dorsales y laterales, así como áreas parietales.
Con otros estudios se añade áreas del cingulado anterior a la regulación neural de la culpa a base
de evocar experiencias personales culpables o frases inductoras de vivencias de remordimiento,
también intervienen zonas más anteriores y mediales de la corteza prefrontal.
Culpa altruista
Es importante reconocer la percepción de la culpa puede notarse en las sutilezas del cerebro
escrupuloso o culpable distinguiendo entre la culpa nuclear (deontológica) y la solidaria o
altruista. La culpa nuclear se relaciona con el lamento íntimo por la violación de reglas morales y
puede llevar a la contrición y la expiación. Es la culpa asociada a la transgresión de normas
morales y conlleva autodepreciación y remordimiento.
Por otro lado, la culpa solidaria o altruista no lleva a la contrición ni al deseo de expiación, sino
que, en su lugar, despierta impulsos generosos. Esta forma de culpa puede surgir cuando alguien
es consciente de disfrutar de una fortuna mayor que los demás sin merecerlo, o en situaciones
en las que una persona se siente culpable por tener más suerte que otras.
Esta investigación ayuda a comprender mejor las tentaciones transgresoras y dañinas antes de
que se cometan acciones indebidas. Esto podría ser crucial para la prevención y la promoción de
conductas benevolentes y mansedumbre, así como para la promoción de rituales de perdón en
diversas doctrinas.
Capítulo 11: Diagnóstico individualizado para los malvados
Los delitos asignables a la ciudadanía ordinaria pueden conllevar dilemas nada sencillos en
términos de atribuciones de imputabilidad y de responsabilidad, aunque la sabiduría judicial y
pericial suele disponer de dos aspectos bastante firmes: Los métodos policiales para reunir y
comprobar evidencias sólidas. y la jurisprudencia acumulada, que suponen garantías
considerables, sin embargo, esto se contrasta con las notorias complicaciones que aparecen
cuando hay singularidades en el cerebro de algunos delincuentes o un funcionamiento anómalo
de los circuitos cerebrales que se dedican a calibrar las decisiones con carga moral relevante.
Algunas propuestas destilan un optimismo rotundo sobre los beneficios que debe reportar la
intersección entre la neurociencia y la ley:
D. Eagleman (2011) nos dice que podremos construir un sistema legal más firmemente
sustentado en la ciencia. donde, aunque se deba excluir a los criminales, estos tendrán sentencias
más personalizadas aprovechando de mejores oportunidades de rehabilitación e incentivos para
el buen comportamiento. Sugiriendo nuevos caminos que seguir por la ley y el orden: sendas que
supondrán un sistema judicial más rentable, flexible y humanitario. Con una visión más profunda
sobre la biología del comportamiento se fomentará una mejor comprensión de las bases de la
reincidencia delictiva lo que ayudará a dictar sentencias con fundamentos empíricos. y a medida
que la ciencia del cerebro vaya en avance se entenderá mejor que las personas se distribuyen a
lo largo de continuums de rasgos y habilidades y no en categorías estancas, adaptando las
sentencias y la rehabilitación a ello.
El problema «grupo versus individuo» es el que presenta unas aristas más complicadas en la
intersección entre la neurociencia y la ley. Saltar desde los hallazgos obtenidos en grupos de
sujetos a las inferencias sobre el funcionamiento mental de un individuo en particular resulta
temerario y da paso a la incertidumbre. Hay maneras de acotar mejor ese salto en función de la
solidez, consistencia y amplitud de los datos grupales, pero esto siempre desde un territorio
probabilístico y los profesionales de la ley deberían tener eso presente.
Por otro lado, la ausencia de una lingua franca entre juristas y neurocientíficos para delimitar y
consensuar el conjunto de nociones aplicables a las funciones y los estados mentales, así como
los rasgos temperamentales y los tonos emotivo-afectivos, es algo que tiene mejor arreglo. El cual
requiere de un arduo trabajo de capacitación recíproca que puede hacerse y alcanzarse sin
obstáculos absolutamente insalvables.
Es indudable que hay ya muchos frentes de contacto e indagaciones conjuntas entre las
neurociencias, la psicología experimental y la ley, a pesar de las resistencias por la policía, los
jueces, los fiscales y otros profesionales del derecho que suelen tener hacia la ciencia en general
y la neurociencia cognitiva en particular. Estos frentes de investigación indican que los
neuropsicólogos, los neurobiólogos y los psiquiatras pueden trabajar con provecho y en común
para ofrecer asesoramiento riguroso y cada vez más sólido en los problemas penales o civiles que
los tribunales deben estudiar, dirimir y, si procede, sancionar.
D. Eagleman (2011) menciona que cuando un delincuente se presenta ante un juez, el sistema
legal pretende discernir hasta qué punto es responsable de sus actos, si estas son el resultado de
sus decisiones dañinas o si emergen de su biología. Todas las decisiones que tomamos están
íntimamente vinculadas a nuestra circuitería neural y no hay manera de separar esos dos niveles.
Entre más sabemos de neurociencia más se complica el concepto de responsabilidad y cómo
decidir los procedimientos del sistema legal. Ocupándose la neurociencia de cuestiones que
pertenecían a los dominios de filósofos o psicólogos. En último término, llegarán a modular las
teorías jurídicas y permitirán edificar una jurisprudencia más sustentada en el conocimiento
biológico.
M. L. Baum (2011) nos dice que, aunque la ortodoxia jurídica demande que una persona debe ser
juzgada en función de las condiciones reales y de su capacidad mental en el momento del acto
delictivo, con independencia de cualquier predisposición a presentar un trastorno o a incurrir en
conductas inapropiadas, exigir pruebas del estado mental de un sujeto en cualquier instante es
poco razonable y poco realista. Solo se puede inferir del estado mental de sujeto, pese a que los
tribunales lo intentan diario. Y es que estos dependen de observaciones del comportamiento (si
hay testigos fiables) y de evaluaciones posteriores de tipo psiquiátrico o de cualquier otro orden.
De estas dos fuentes de datos son meros correlatos de la situación y de la capacidad mental real
de los sujetos de cara a elaborar un escenario plausible sobre un estado mental, es decir, construir
una inferencia. Todas las inferencias son por definición probabilísticas y todas las probabilidades
cuentan porque ayudan a elaborar mejores inferencias sobre los estados mentales y, las
predisposiciones cuentan también, porque proporcionan datos útiles para establecer
probabilidades.
¿Jueces biomodulables?
De esta forma, en el libro se presenta el caso de Jonathan Donahue, quien intentó asaltar un
Burger King, sin embargo, terminó golpeando gravemente al cajero William Porter, sin llevarse
dinero alguno. Porter, quedó en coma por 20 días y sufrió de daño cerebral residual y permanente
con incapacidad para manipular objetos (p. e., escribir o teclear) con precisión. No obstante, se
encontró que Donahue portaba una variante génica vinculada a la propensión acentuada a la
violencia: en concreto, la versión de baja actividad de la enzima MAO-A. Esta evidencia fue
considerada como un atenuante, reduciendo su sentencia.
El libro nos habla de un estudio que se realizó en la Universidad de Albuquerque en Nuevo México
en 2013, en donde evaluaron a 96 reclusos y se les dio seguimiento luego de su liberación. La
evaluación consistió en medir la impulsividad (mediante la inhibición motora) a través de una
tarea convencional Go-NoGo mientras se escaneaba el cerebro. Los reclusos tenían que apretar
un botón (en menos de 1 segundo) si en la pantalla aparecía una “X” y no apretarla si aparecía
una “K”. En los resultados se obtuvo que la actividad en el cingulado anterior tenía una relación
con la reincidencia delictiva. Entre más respuesta había en el cingulado anterior ante los
estímulos, menos probabilidad había de reincidencia delictiva, mostrando una diferencia de hasta
más de 6 meses.
El mal incidental
El trágico evento del vuelo de Germanwings en marzo de 2015, causado por la decisión deliberada
del copiloto Andreas Lubitz de estrellar el avión y acabar con la vida de 150 personas, ofrece una
profunda reflexión sobre el mal incidental y la aparente banalidad de las circunstancias que lo
desatan.
En cuanto al contexto del Incidente, Andreas Lubitz, un copiloto de 27 años sufría de trastornos
mentales, incluyendo episodios depresivos graves y síntomas psicóticos. A pesar de estos
problemas, no fue detectado por los protocolos de revisión médica para pilotos en Alemania.
Lubitz, en soledad en la cabina de mando, aprovechó una oportunidad anodina: el momento en
que el comandante dejó la cabina para estrellar el avión, aunque tomando en cuenta los errores
del sistema , el informe detalla cómo fallaron los mecanismos de seguridad: la normativa no exigía
que un tripulante nunca estuviera solo en la cabina; los médicos que trataron a Lubitz no
informaron a las autoridades pertinentes, y la confidencialidad médica no tenía excepciones para
personas que podrían poner en peligro vidas.
La Banalidad del mal en este incidente pone de manifiesto un acto de destrucción masiva,
motivado por una oportunidad aparentemente trivial. Lubitz, con su acción, llevó a cabo un mal
inconcebible. La gente suele considerar el mal como algo excepcional, pero este evento
demuestra cómo algo tan atroz puede surgir de condiciones aparentemente normales.
increíblemente el mal cobra fama, Lubitz se hizo famoso porque demostró cómo una pequeña
falla en el sistema puede tener consecuencias catastróficas. Esta notoriedad proviene de la
intersección entre la fragilidad humana y las deficiencias del sistema. Su acto resalta la necesidad
de revisar las regulaciones y protocolos para evitar tragedias similares en el futuro. A pesar de la
noción de Hannah Arendt sobre la banalidad del mal, este incidente subraya que el mal, en su
esencia, no es banal. Es profundamente inquietante y se manifiesta en las acciones humanas,
aunque a veces se desencadene por oportunidades triviales. Este evento nos recuerda la
necesidad de ser vigilantes y revisar constantemente nuestros sistemas y regulaciones para
prevenir el mal, incluso en sus formas más aparentemente banas y comunes.
Las devastaciones causadas por la mano humana no son simples incidentes triviales, aunque
puedan contener elementos aparentemente banos. Las tragedias, como el Holocausto y el acto
homicida de Lubitz, contienen aspectos excepcionales que las hacen insondables y difíciles de
entender. A pesar de la trivialidad aparente de ciertos ingredientes, estos eventos siguen
resonando en la memoria colectiva debido a su naturaleza excepcionalmente malévola.
La maldad deliberada
La maldad deliberada es aquella que es premeditada y motivada por la intención de causar daño,
que se puede distinguir de la maldad incidental, que puede surgir de manera casual o sin una
planificación previa. La maldad deliberada se considera más preocupante debido a su naturaleza
calculada y a menudo está relacionada con la psicopatía.
Las motivaciones detrás de la maldad deliberada pueden ser diversas. Estas incluyen el odio, el
rencor, la venganza, el goce torturador y la ambición predadora. Puede ser impulsada por una
combinación de estos factores, y no siempre está relacionada con represalias por agravios
sufridos.
A lo largo del libro, el autor mencionó que los siete pecados capitales de la doctrina católica
ofrecen una amplia gama de comportamientos maliciosos. Se analizó la codicia, la envidia y la
soberbia en los capítulos 6 y 7. También se proporcionó indicios sobre la influencia y las
desviaciones de la lascivia en el capítulo 5. A lo largo de todo el libro, se observó que la ira ha
estado presente en muchos de los casos analizados. No se ha profundizado en la gula, ya que se
considera menos relevante en las circunstancias actuales. Sin embargo, es importante destacar
que la holganza, el escaqueo y la falta de interés desempeñan un papel significativo en la
generación de comportamientos maliciosos, a pesar de que esto pueda parecer paradójico.
El aburrimiento puede desempeñar un papel importante en la génesis de actos maliciosos.
Cuando las personas se sienten aburridas y carecen de estímulos significativos en sus vidas,
pueden recurrir a la crueldad como una forma de entretenimiento o distracción. Esto puede ser
especialmente preocupante en el caso de adolescentes que actúan en grupo.
Se menciona el trágico caso de James Bulger, un niño de dos años asesinado por dos niños de diez
años en un acto de violencia extrema, supuestamente motivado por el aburrimiento. Este caso
ilustra cómo el aburrimiento y la falta de inhibiciones pueden llevar a comportamientos horribles.
El autor sugiere que algunas personas pueden tener un "talento" natural para causar daño,
mientras que otras pueden aprender estas habilidades a lo largo del tiempo. En algunos entornos,
como aquellos relacionados con actividades criminales, estas habilidades pueden ser valoradas y
recompensadas.
La verdadera malicia es un fenómeno poco común en la vida cotidiana, la mayoría de las personas
tiende hacia la tolerancia y la cooperación en lugar de la hostilidad y la agresión, esto se debe en
parte a la existencia de mecanismos cerebrales dedicados a la ponderación, la templanza y la
resolución pacífica de conflictos.
A pesar de la rareza de la maldad genuina, se reconoce que existen mecanismos biológicos para
la toxicidad social en los seres humanos, estos no han sido eliminados a lo largo de la evolución,
ya que han desempeñado un papel en la supervivencia y el éxito en un mundo normativo.
El autor ilustra diferentes modalidades de maldad individual mediante ejemplos. Anders Breivik
es mencionado como un "lobo solitario" que planeó y ejecutó un acto violento en soledad. En
contraste, Bernard Madoff, un estafador financiero, necesitó colaboradores y una red de
complicidad para llevar a cabo su fraude. Estos ejemplos muestran la diversidad de la maldad
individual y cómo se manifiesta en diferentes contextos.
El enfoque del texto ha sido la maldad individual, el análisis de la maldad grupal o intergrupal es
un tema complejo que requiere un enfoque más amplio. Las situaciones de guerra o conflictos
intergrupales pueden dar lugar a niveles extremos de violencia, pero este tema no se ha abordado
en detalle.
Conclusión
El libro Neurología de la Maldad nos reta cuestionando la naturaleza subjetiva del concepto de
maldad. Se destaca que lo que se considera "maldad" puede variar sustancialmente según la
cultura, la época y la perspectiva individual. Sin embargo, a pesar de esta subjetividad, se sostiene
que existen comportamientos que se consideran universalmente malvados, como el asesinato, la
violación y el robo. Esta premisa establece el terreno para una exploración más profunda sobre
cómo la neurología puede estar implicada en la comisión de tales actos atroces.
En primer lugar, nos sumerge en la compleja cuestión de la maldad como concepto subjetivo. La
maldad es, de hecho, una noción que puede variar sustancialmente dependiendo de factores
culturales, históricos y personales. Lo que se considera malvado en una sociedad o en una época
determinada puede no serlo en otra. Esta variabilidad es un recordatorio de la importancia de
tener en cuenta la relatividad cultural y temporal de las normas morales y éticas. Sin embargo, el
documento no se limita a esta perspectiva, sino que profundiza en la existencia de ciertos
comportamientos que, a pesar de la subjetividad, son ampliamente considerados como
malvados, como el asesinato, la violación y el robo. Este punto de partida sienta las bases para la
exploración de las causas y factores que subyacen a tales acciones.
A medida que avanzamos en la lectura, se nos presenta una serie de estudios de casos que
ejemplifican de manera elocuente cómo la neurología puede influir en la comisión de delitos. El
caso de Jonathan Donahue es particularmente revelador, ya que se relaciona directamente con
la genética y su influencia en la propensión a la violencia. Donahue, un asaltante que agredió
gravemente a un cajero durante un intento de robo, portaba una variante genética que lo
predisponía a la agresión. Esta revelación plantea preguntas importantes sobre la responsabilidad
y la culpabilidad de los individuos que cometen delitos. ¿Hasta qué punto pueden controlar sus
impulsos y su comportamiento si están genéticamente predispuestos a la violencia? Estos son
interrogantes que desafiaban las bases de nuestro sistema de justicia penal y que merecen una
consideración seria.
Esta lectura también ahonda en la forma en que jueces y abogados pueden incorporar la
evidencia neurobiológica en los juicios penales. Los resultados de investigaciones neurobiológicas
pueden proporcionar información valiosa para la toma de decisiones en el proceso judicial. En el
caso de personas como Jonathan Donahue, el conocimiento de su predisposición genética a la
violencia puede ser crucial para determinar si su conducta debe considerarse como un atenuante
o un agravante en su sentencia. Este enfoque en la objetividad y la base científica de las decisiones
judiciales subraya la importancia de una justicia equitativa y justa, basada en hechos concretos
más que en suposiciones o prejuicios.
Un aspecto de vital importancia que abordamos es la cuestión de la corrupción en los cuerpos
policiales y cómo puede ser preventiva. La corrupción en las fuerzas del orden es un problema
sistémico que socava la confianza de la sociedad en el sistema de justicia penal. También destaca
cómo el poder, cuando cae en manos equivocadas, puede corromper incluso las instituciones más
respetables. La vigilancia y la transparencia emergen como herramientas cruciales para prevenir
la corrupción. La supervisión efectiva, la rendición de cuentas y la implementación de políticas
anticorrupción son esenciales para mantener la integridad de las fuerzas del orden y garantizar
que cumplan con su deber de manera ética y justa.
A modo de conclusión, El libro nos ofrece una visión profunda y apasionante de la neurología de
la maldad y su relación con el sistema de justicia penal. A través de un análisis meticuloso de
estudios de casos y una exploración detallada de investigaciones neurobiológicas, arroja luz sobre
cómo factores genéticos, psicológicos y neurológicos pueden influir en el comportamiento
humano y, por lo tanto, en la comisión de delitos. Si bien reconoce la subjetividad de la noción de
maldad, también subraya que existen ciertos comportamientos universalmente considerados
como malvados. Esto plantea cuestiones fundamentales sobre la culpabilidad y la responsabilidad
de los delincuentes, especialmente cuando factores genéticos pueden predisponer a la violencia.
Además, destaca la importancia de incorporar la evidencia neurobiológica en el sistema de
justicia penal, de modo que las decisiones judiciales se basan en hechos concretos en lugar de
suposiciones o prejuicios. Esta aproximación objetiva contribuye a una justicia más equitativa y
justa. Por último, el documento aborda la cuestión de la corrupción en los cuerpos policiales y la
necesidad de medidas efectivas para prevenirla, destacando la importancia de la vigilancia y la
transparencia en la preservación de la integridad de las instituciones encargadas de hacer cumplir
la ley.
En conjunto, nos ofrece una contribución significativa al debate sobre la maldad, la justicia penal
y la ciencia detrás de las acciones humanas. Nos recuerda que, aunque la maldad puede ser un
concepto subjetivo, existen cuestiones objetivas relacionadas con la neurología y la genética que
pueden influir en el comportamiento criminal. Además, resalta la necesidad de un sistema de
justicia penal que sea imparcial y basado en la evidencia. Finalmente, nos insta a luchar contra la
corrupción en las fuerzas del orden para mantener la confianza pública en la integridad de la
justicia. Estas son cuestiones cruciales que requieren una atención continua y una acción decisiva
a medida que avancemos en la búsqueda de un sistema de justicia más equitativo y justo para
todos.
PERFILES CRIMINALES
Melba Stanziola
DEFINICIÓN
• Perfil Criminológico
• Técnica de investigación judicial. Consiste en inferir aspectos psicosociales del agresor con
base en un análisis psicológico, criminalístico y forense de sus crímenes, con el fin de
identificar un tipo de persona (no una persona en particular), para orientar la investigación y la
captura.
• Conocido también como “Psicología de la Investigación Criminal” , Perfil del delincuente ,
“perfil Criminal” o “perfil de la escena del crimen”
•.
CESAR LOMBROSO
APLICACIONES DE LA TÉCNICA
• Maltrato en la niñez
• Abuso en la niñez
• Incapaz de empatía
• Desequilibrio químico mental
• Daño Cerebral
• Injusticia Social - Abandono-Diferentes filias
• Exposición a eventos traumáticos
CARACTERISTICAS PICOLOGICAS
• Búsqueda de Placer
• Poca tolerancia a la frustración
• Sentimientos de Poder
• Necesidad de subyugar
• Tendencia a la Negación
• Deficiencia en relaciones interpersonales (Ira, venganza, excitacion
• Ausencia de figura paterna
• Marginación Social
TIPOS DE PERFILES
INFERENCIAS DEL POSIBLE PERFIL PSICOLÓGICO DEL
PERPETRADOR
• INDUCTIVO DEDUCTIVO
• Basado en estudio de casos Depende del Inductivo
• Entrevistas Estructuradas y Semiestruc. Basa en escena del crimen- victima-
en investigaciones policial pruebas geográficas, emocionales
• Solo es valida si aporta informe útil motivaciones del agresor
que no demanda recompensa Firma
CASOS