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La disciplina

La disciplina es la observancia de
las reglas de conducta y funcionamiento
interno establecidas jerárquicamente por
una organización para sus miembros, así
como la sanción de las inobservancias.
Presupone que las autoridades de dicha
organización poseen una facultad
disciplinaria, que les permite establecer
las normas, investigar las infracciones y
sancionarlas en caso de corresponder, y
que los miembros de la misma tienen
el deber de obedecer. Las normas que
establecen las reglas de conducta, las
sanciones y el procedimiento
sancionatorio integran el
derecho disciplinario.
Algunas organizaciones típicas en las
que la disciplina y el derecho disciplinario
interno resultan importantes son
las empresas y demás organizaciones
laborales, los establecimientos
escolares, las fuerzas
armadas y policiales, las reparticiones
del Estado, los partidos políticos,
los sindicatos, las cárceles, las iglesias,
etc. El derecho disciplinario tiene
similitudes con el derecho penal, en
materia de garantías (debido
proceso, tipicidad, culpabilidad, proporcio
nalidad de la sanción), pero se diferencia
de este en que no tiene como fin
proteger a la sociedad por parte del
Estado, sino garantizar la coordinación
cooperativa de las personas en una
organización jerárquica. La disciplina
infantil en el ámbito familiar, regida por
la patria potestad, tiene algunos
aspectos en común con los regímenes
disciplinarios de las organizaciones.
La disciplina significa instruir a una
persona o animal a tener un determinado
código de conducta u orden. En el
campo del desarrollo del niño, la
disciplina se refiere a los métodos de
formación del carácter y de la enseñanza
de autocontrol y de un comportamiento
aceptable,1 por ejemplo, enseñar a un
niño a lavarse sus manos antes de las
comidas. Aquí, lavarse las manos antes
de las comidas es un patrón particular de
comportamiento, y el niño está siendo
disciplinado para adoptar ese patrón.
Para la disciplina también da lugar a la
palabra disciplinador, lo que denota una
persona que impone orden.
Sin embargo, por lo general el término
«disciplina» tiene una connotación
negativa. Esto se debe a la necesidad de
mantener el orden —es decir, que las
instrucciones de garantizarlo se lleven a
cabo—. El orden es a menudo regulado
a través del castigo.2
Ser disciplinado es entonces, sujeto al
contexto, ya sea una virtud (la capacidad
de seguir instrucciones en forma
correcta) o un eufemismo para el castigo
(que también puede ser denominado
como «procedimiento disciplinario»).
Como sustantivo concreto, la disciplina
se refiere a un instrumento de castigo,
por ejemplo, en la mortificación de la
carne (véase también: flagelación). Este
instrumento también se puede aplicar a
uno mismo, por ejemplo, en penitencia
por no ser lo suficientemente
disciplinados.
Una disciplina académica se refiere a un
cuerpo de conocimiento que se está
dando a —o ha recibido— un discípulo.
Entonces, el término puede denotar una
«esfera de los conocimientos» en la cual
la persona decidió especializarse. En un
instituto de enseñanza superior, el
término disciplina es a menudo sinónimo
de facultad.

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