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CAP I

LA ESPISTEMOLOGÍA
La raíz etimológica de la palabra “epistemología” es el término griego episteme, que
suele ser traducido, no muy felizmente, por “ciencia”.
La “episteme” era para los griegos el tipo de saber más alto, el más elaborado, por eso
para Platón, la episteme era el saber propio del mundo inteligible, o mundo de las
Ideasi, saber que, una vez logrado (cosa que no era fácil) permanecía así, eterno e
inmutable, estático, tal y como eran las ideas a las cuales se refería.
No era un conocimiento de objetos empíricos, éstos debían ser evitados ya que
constituían un obstáculo si se quería llegar al mundo inteligible.
En contraposición a la episteme, el tipo de conocimiento propio del mundo sensible (el
mundo de las cosas, el mundo cambiante de lo que nace y muere, de lo que se
corrompe y modifica) era, para Platón, la doxaii, traducido como “opinión”.
Autores que se enmarcan en la tradición epistemológica anglosajona, suelen utilizar
“epistemología” como sinónimo de “teoría del conocimiento” o “gnoseología”, es
decir, como aquella parte de la filosofía que reflexiona acerca del problema del
conocimiento en general, sin distinguir entre el saber científico y los saberes de otro
tipo. La teoría del conocimiento se ocupa de problemas como los del origen y esencia
del conocimiento, teniendo en cuenta que es una de las formas de que los humanos nos
relacionemos con el mundo.
Nosotros utilizaremos “epistemología” como el estudio de la producción de
conocimientos científicos bajo todos sus aspectos: lógico, lingüístico, histórico,
ideológico, etc.
LOS CONTEXTOS
Todos los factores y elementos relacionados con la ciencia se podrían ubicar en alguno
de estos tres contextos:
a) Contexto de descubrimiento: Conjunto de circunstancias que rodean la
aparición de una teoría y que a su vez pueden agruparse en dos tipos. Por un
lado, el acto individual de un científico o grupo de ellos, es decir, las
condiciones y circunstancias subjetivas (psicológicas) que hacen que un
individuo o grupo invente una teoría científica. Por otro, las circunstancias
históricas, sociales, culturales, económicas, políticas que interactúan en el
momento del descubrimiento.
Según el positivismo, ésta sería un área externa al quehacer científico y su estudio, no
es parte constitutiva de la ciencia y sostiene que de estos aspectos deben ocuparse la
sociología, la psicología o la historia.
b) Contexto de justificación: Constituido por la teoría en sí misma, por el “texto”
científico, es decir, el producto terminado. Este texto científico debe tener una
organización lógica, las experiencias y observaciones deben estar bien pensadas
o diseñadas y debidamente documentadas. Deben poder ser revisadas o
repetidas por cualquier persona idónea en el tema.
Para el positivismo, la ciencia puede ser explicada y comprendida atendiendo
solamente a este contexto.
c) Contexto de aplicación: La ciencia moderna tiene un carácter y consecuencias
eminentemente prácticas, ya sea porque la investigación pura se aplique a
productos tecnológicos de manera más o menos directa, o a la inversa, que el
desarrollo tecnológico demande investigación pura.
También involucra al impacto que estos productos tienen en la vida humana y
sus implicancias éticas y jurídicas. La aplicación práctica aparece como el
verdadero motor de la investigación debido al carácter esencialmente
transformador de la naturaleza de la ciencia moderna.
CLASIFICACIÓN DE LAS CIENCIAS
Los intentos de clasificar los saberes vienen desde la antigüedad.
 Platón, distinguió entre el saber (episteme) y la opinión (doxa).
 Aristóteles, clasificó los saberes en tres clases: teóricos, prácticos y poéticos. El
objeto de los saberes teóricos es la verdad, el de los saberes prácticos la acción
encaminada a un fin y el de los poéticos, un objeto exterior producido por un
agente.
 Los estoicos, la filosofía (el saber) se divide en lógica, física y ética, división
que Kant, veinte siglos después, consideraba como adecuada “a la naturaleza de
las cosas”.
 En la Edad Media, hubo múltiples clasificaciones como, por ejemplo, filosofía
en ciencia teórica y práctica, ciencia mecánica y lógica.
 En la Edad Moderna, Francis Bacon (1561-1626) clasificó las ciencias según las
facultades humanas: memoria, que da origen a la historia; razón, que da origen a
la ciencia; y fantasía, que da origen a la poesía.
 August Comte (1798-1857) instituyó una jerarquía de las ciencias de acuerdo
con el grado de su “positividad”, ordenándolas en una serie que comienza con la
matemática y sigue con la astronomía, la física, la química, la biología y la
sociología, con la filosofía como la ciencia más comprensiva.
 Wilhelm Dilthey (1833-1911) divide a la ciencia entre ciencias naturales y
ciencias del espíritu.
Esta multiplicidad nos ilustra acerca de dos cuestiones: en primer lugar, del carácter
histórico, y por ende provisorio, de cualquier clasificación de esta naturaleza. En
segundo término, pone de manifiesto que todas las clasificaciones poseen en común la
intención de agrupar y ordenar todos los saberes en su conjunto, esto lleva
directamente a la preocupación que nuestro siglo inaugura por establecer un “criterio
de demarcación” que delimite antes de cualquier clasificación y en primer lugar, qué
se puede considerar ciencia y qué no.
i

El término "mundo inteligible" o "mundo de las ideas" es un concepto filosófico asociado con la
teoría del conocimiento de Platón, un antiguo filósofo griego. Según Platón, existen dos realidades
distintas pero interrelacionadas: el mundo sensible o mundo de las apariencias y el mundo
inteligible o mundo de las ideas.
El mundo sensible se refiere al mundo que percibimos a través de nuestros sentidos, donde
experimentamos objetos físicos y eventos concretos. Es el mundo de la experiencia empírica, sujeto
a cambios y limitaciones.
Por otro lado, el mundo inteligible o mundo de las ideas es una realidad superior y trascendente.
Según Platón, este mundo está compuesto por ideas o formas eternas y perfectas que son la
verdadera esencia de las cosas. Estas ideas son universales e inmutables, y existen
independientemente de las manifestaciones individuales y cambiantes que percibimos en el mundo
sensible.
Para Platón, el conocimiento verdadero no se puede encontrar en el mundo sensible, ya que las
cosas que percibimos son meras copias imperfectas de las ideas que existen en el mundo inteligible.
La tarea del filósofo, según Platón, es acceder y comprender estas ideas mediante la razón y la
contemplación filosófica
ii

Para Platón, la "doxa" se refiere a la opinión o creencia comúnmente aceptada en contraposición al


conocimiento verdadero y racional. La doxa es un tipo de conocimiento que se basa en las
apariencias y en la percepción sensorial, en contraposición a la episteme, que es el conocimiento
basado en la comprensión racional y la contemplación filosófica de las ideas. Era inferior al
conocimiento verdadero.

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