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SISTEMA

RESPIRATORIO
Karen Grisel Moreno Valenzuela
Jazmin Soledad Pintado Poot
Celeste Jimenez Garcia
Aolany Jimena De La Cruz Santos
Yemas
pulmonares
Cuando el embrión tiene alrededor de 4 semanas
aparece el divertículo respiratorio (yema pulmonar)
como una evaginación a partir de la pared ventral
del intestino anterior

A. Embrión de alrededor de 25 días de gestación, en que se aprecia


relación del divertículo respiratorio con el corazón, el estómago y
hígado. B. Corte sagital del extremo cefálico de un embrión de 5 semana
en que se aprecian los sitios de apertura de las bolsas faríngeas y
orificio laringotraqueal.
A–C. Fases sucesivas de desarrollo del divertículo respiratorio (yema pulmonar), en que se
muestran las crestas traqueoesofágicas y la formación del tabique, que divide al intestino anterior
en esófago y tráquea, junto con las yemas bronquiales. D. Porción ventral de la faringe, vista por su
cara superior, en que se aprecia el orificio faríngeo y las protuberancias circundantes.
Laringe
Aproximadamente en el momento en que los cartílagos se forman, el epitelio laríngeo también
prolifera con rapidez, lo que origina la oclusión temporal de su luz. Más tarde la vacuolización y la
recanalización dan origen a un par de huecos laterales, los ventrículos laríngeos. Estos huecos
están limitados por pliegues tisulares que se convierten en las cuerdas vocales falsas y verdaderas.

Debido a que la musculatura de la laringe deriva del mesénquima del cuarto y sexto arcos
faríngeos, todos los músculos de la laringe son inervados por ramas del décimo par craneal, el
nervio vago. El nervio laríngeo superior inerva los derivados del cuarto arco faríngeo, en tanto que
el nervio laríngeo recurrente lo hace con los derivados del sexto arco faríngeo (para más detalles
sobre los cartílagos laríngeos consúltese el
Traque, bronquios y
pulmones
Al tiempo que se separa del intestino anterior, la yema pulmonar forma la
tráquea y dos sáculos laterales: las yemas bronquiales primarias. Al inicio de la
quinta semana cada una de estas yemas se ensancha para constituir los
bronquios primarios derecho e izquierdo. El derecho genera entonces tres
bronquios secundarios, y el izquierdo dos, lo que anuncia la formación de tres
lóbulos en el pulmón del lado derecho y dos en el izquierdo.

Con el crecimiento subsecuente en dirección caudal y lateral, los pulmones se


expanden hacia el interior de la cavidad corporal (Fig. 14-6). Los espacios
disponibles para los pulmones, los canales pericardioperitoneales, son estrechos.
Estos se ubican uno a cada lado del intestino anterior y de manera gradual
quedan ocupados por los pulmones en crecimiento.
Al continuar el desarrollo los bronquios secundarios se dividen una y otra vez con un patrón
dicotómico para dar origen a 10 bronquios terciarios (segmentarios) en el pulmón derecho y a ocho
en el izquierdo, lo que crea los segmentos broncopulmonares del pulmón adulto. Al final del sexto
mes existen alrededor de 17 generaciones de subdivisiones. A pesar de esto, para que el árbol
bronquial adquiera su configuración definitiva deben ocurrir seis divisiones adicionales durante la
vida posnatal

Los pulmones se expanden dentro


de las cavidades pleurales una vez
que los canales
pericardioperitoneales se han
separado de las cavidades
pericárdica y peritoneal,
respectivamente. Obsérvense la
pleura parietal y la visceral, así
como la cavidad pleural definitiva.
La pleura visceral se extiende
entre los lóbulos pulmonares.
Maduración de los
pulmones
Hasta el séptimo mes de la gestación los bronquiolos experimentan división continua para dar origen a
conductos cada vez más pequeños (fase canalicular) y la irrigación vascular se incrementa en forma
constante. Los bronquiolos terminales se dividen para constituir bronquiolos respiratorios, y cada uno de
estos se divide en tres a seis conductos alveolares. Los conductos terminan en los sacos terminales
(alveolos primitivos), que están rodeados por células alveolares planas en contacto estrecho con los
capilares vecinos. Al final del séptimo mes el número de sacos alveolares y capilares maduros es suficiente
para garantizar un intercambio gaseoso adecuado, lo que permitiría la sobrevivencia en el neonato
prematuro.
Antes del nacimiento los pulmones están ocupados por un fluido con proteínas escasas, cierta cantidad de
moco y surfactante, que es sintetizado por las células epiteliales alveolares (neumocitos) tipo II, y que
constituye una capa de fosfolípidos que cubre las membranas alveolares. Al iniciar la respiración, el líquido
pulmonar se absorbe, no así la capa de surfactante, que impide el colapso de los alveolos durante la
espiración al disminuir la tensión superficial en la interfase aire-sangre capilar.
La ausencia de surfactante o su volumen escaso en el neonato prematuro desencadenan síndrome de dificultad
respiratoria (SDR) debido al colapso de los alveolos primitivos (enfermedad de la membrana hialina). El crecimiento de
los pulmones tras el nacimiento se debe principalmente al aumento del número de bronquiolos respiratorios y
alveolos, y no al incremento del tamaño de los alveolos. Se forman alveolos nuevos durante los primeros 10 años de
la vida posnatal.
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