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El sujeto necesitado
Una crítica sustantiva al sentido y alcance
del concepto económico de necesidad
Introducción
según las reglas de competitividad del mercado. Solo este hecho fundamenta
la indispensable politización de la cuestión planteada: la relación entre la
economía y las necesidades. Se trata de reconstruir y de repolitizar, para la
subjetividad de las mayorías, la economía (ideológicamente desvinculada,
por la teoría neoclásica, de toda dimensión política), haciendo énfasis, en
el sentido principal del trabajo organizado socialmente, en la definición y la
resolución de las necesidades de todos. Si apuntamos a una democratización
de los mecanismos de legitimación, esto exige, como veremos más adelante,
una rediscusión del concepto de necesidad siguiendo un criterio de raciona-
lidad reproductiva de lo humano y la naturaleza.
Partimos de la hipótesis de que esta es una cuestión central para reafir-
mar el carácter político de la economía y constituir actores sociales en el pro-
ceso de reorientar el sentido y las prácticas económicas institucionalizadas
en la sociedad desde la perspectiva de las mayorías.
Sostener que la perspectiva asumida es la del trabajo no implica arrogarse
visiones del mundo y proyectos transformadores del colectivo llamado “clase
trabajadora” ni mucho menos. Situarnos desde la centralidad del trabajo en
la economía no implica tampoco garantizarle al lector que este trabajo vaya
a enmarcarse en las reivindicaciones de un sujeto heterogéneo que disputa
permanentemente sus opciones tanto políticas como organizativas. Signifi-
ca, más modestamente, tomar una perspectiva analítica de la economía que
sitúa al trabajo como condición de posibilidad de la economía y de la vida en
sociedad de los sujetos que lo realizan: los trabajadores.
Para articular esa complejidad en un sistema donde lo económico se re-
encastra en lo social, partimos de la valorización del trabajo, en todas sus
formas, y de las necesidades derivadas del trabajo, en la medida en que son
ellas las condiciones de posibilidad de la reproducción de la vida de los tra-
bajadores y, por lo tanto, también lo son de la posible transformación de esas
condiciones.
Parte del eje argumental que se deriva de la hipótesis anterior podría re-
sumirse inicialmente de la siguiente manera: las necesidades son las con-
diciones materiales socialmente determinadas para la vida de las personas
en sociedad. Los seres humanos requieren tener satisfechas esas condiciones
para poder desarrollar su ciclo vital como parte de la naturaleza y de la so-
ciedad. La economía es el proceso que se ocupa de la producción, la distribu-
ción, la circulación y el consumo de los bienes y los satisfactores materiales
orientados a la satisfacción de esas necesidades.
Dado que las necesidades de los sujetos están constituidas histórica y so-
cialmente, no trataremos las necesidades individuales separadas de las so-
ciales, sino que las entenderemos integralmente (puesto que ambas están
socialmente determinadas), haciendo hincapié en estas últimas. Las necesi-
dades sociales, en cuanto aspiración legítima de los individuos socialmente
situados (Grassi, 2003), se definen, según la idiosincrasia, en el marco de
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3 Esta definición se toma de los trabajos de Estela Grassi sobre las necesidades sociales (2003).
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4 Ian Gough define las necesidades básicas como aquellas precondiciones universales que
permiten la participación (ser capaces de actuar) en la propia forma de vida. Esas precondiciones
son la salud física y la autonomía (supervivencia) (2003: 23).
El sujeto necesitado 17
5 Se puede ampliar esta idea –desde el marco teórico de la política social y de los Estados de
bienestar– con el concepto de precondiciones sociales para la satisfacción de las necesidades,
en Gough (2003: 22 y ss.).
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