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Materia Laboral
Revista Derecho Laboral (Actualidad Jurídica)
Número 157
Tribunal Cámara del Trabajo Sala 1ª Córdoba
Resolución Auto Interlocutorio 240
Carátula Iveco Argentina S.A. c/ Puddu Ángel Hernán - Procedimiento sumario - Exclusión de
tutela sindical - Apelación en no ordinarios y sus acum.
Titulo DELEGADO GREMIAL. EXCLUSIÓN DE TUTELA SINDICAL (art. 52, ley 23551).
CUESTIÓN INCIDENTAL. Cuestionamiento a la medida dispuesta por la empleadora
-trabajador liberado de prestar servicios (art. 30, decreto reglamentario 467/88)-.
COMPETENCIA DEL TRIBUNAL QUE ENTIENDE EN EL JUICIO DE EXCLUSIÓN.
Procedencia.*
Descripción
El caso: El trabajador demandado interpuso recurso de reposición y apelación en contra
del proveído de la Jueza de Conciliación que ordenó recurrir “ante quien corresponda”,
respecto del pedido efectuado por su parte para que el tribunal ordene el cese inmediato
de la medida ilegal e unilateral adoptada por la actora en su contra, impidiéndole el
ingreso a su lugar de trabajo desde el 30/11/2009. Al contestar demanda de exclusión de
tutela sindical, denunció que la accionante había procedido a liberarlo de prestar
servicios, fundamentando su conducta ilegal, antisindical y discriminatoria en el art. 30 del
decreto reglamentario 467/88, eludiendo con ello el procedimiento establecido en el art.
52 de la ley 23551. Indicó que la circunstancia de que el empleador se valiera del art. 30
para liberar de prestar servicios al trabajador amparado por la tutela de ninguna manera
significa eximirlo del cumplimiento de los requisitos exigidos por el art. 52, ya que de ser
así se estaría facultando al accionante a infringir el procedimiento legal impuesto por la
norma y, consecuentemente, el decreto reglamentario estaría modificando en lo
sustancial el contenido del artículo que viene a reglamentar, lo cual resulta inadmisible y
debe ser tachado de inconstitucional si eso se aceptase. Expresó que al resultar
competente el a quo para entender en la acción principal -desafuero- resulta competente
para resolver el cese de la medida preventiva, accesoria. Indicó que la petición formulada
no se encontraba pendiente de resolución en ninguna otra jurisdicción que impida al
Tribunal ingresar a tratar la cuestión, ya que la acción de reinstalación iniciada en contra
de la empresa, radicada ante otra sala de la Cámara de Trabajo, tuvo su origen en
suspensiones ilegales realizadas por la actora, anteriores al pedido de desafuero. La
empresa accionante, al contestar los agravios, ratificó que en definitiva la decisión de
eximir al trabajador de prestar servicios importa el ejercicio regular de un derecho que la
legislación le concede. La Sala de la Cámara de Trabajo interviniente admitió el recurso
deducido por el trabajador demandado y en consecuencia dispuso la remisión de los
actuados al Juez a quo a fin de que se pronuncie sobre la cuestión incidental planteada.
Sala 1ª Laboral Cba., A.I. Nº 240, 02/12/10, “Iveco Argentina S.A. c/ Puddu Ángel Hernán
- Procedimiento sumario - Exclusión de tutela sindical - Apelación en no ordinarios y sus
acum.”.
RESUELVE:
II. Con costas (art. 28 ley 7987). Disponer que los honorarios de los letrados
intervinientes, Dres. …, patrocinantes de la parte apelante y Dres. … apoderados de la
parte apelada, sean regulados oportunamente por el a quo, en el treinta y dos y treinta
por ciento, respectivamente de la suma que resulte de la aplicación de la escala mínima
del art. 36 de la ley 9459, sobre lo que fue motivo de discusión (art. 40 C.A.
Fecha 09/12/2009
Materia Laboral
Revista General
Número 181
Tribunal Corte Suprema de Justicia de la Nación
Resolución
Carátula Rossi, Adriana María c. Estado Nacional, Armada Argentina.
Titulo ASOCIACIONES SINDICALES. TUTELA SINDICAL. Representante gremial de
asociación simplemente inscripta. Procedencia. INCONSTITUCIONALIDAD. Art. 52
de la ley 23.551.
Descripción
El caso: En su condición de presidenta de la Asociación de Profesionales de la Salud del
Hospital Naval, entidad sindical de primer grado simplemente inscripta, y de miembro
titular del Consejo Federal de la Federación Médica Gremial de la Capital Federal,
federación con personería gremial a la cual estaba afiliada, la actora reclamó que se
dejara sin efecto la sanción disciplinaria de suspensión y el cambio de lugar de tareas que
su empleadora, la Armada Argentina, había dispuesto sin contar con una autorización
judicial previa. La sentencia de Cámara, al confirmar lo resuelto en primera instancia,
rechazó la demanda. Para ello, sostuvo la imposibilidad de darle operatividad a la tutela
sindical del art. 52 de la ley 23.551 de asociaciones profesionales “en el marco de una
entidad que se ve desplazada en la representación del personal por otra que posee la
personería gremial”. Contra ese pronunciamiento, la reclamante dedujo el recurso
extraordinario federal, cuya denegación dio origen a la queja. La Corte Suprema de
Justicia de la Nación, por mayoría, hizo lugar parcialmente al remedio procesal
interpuesto.
2. Al limitar a los representantes gremiales de los sindicatos con personería gremial los
alcances de la protección prevista en su artículo 52, la ley 23.551, reglamentaria de la
libertad sindical constitucionalmente reconocida, ha violentado, de manera tan patente
como injustificada, la esfera en que el legislador puede válidamente dispensar
determinados privilegios a las asociaciones más representativas, pues el diferente grado
de tutela reconocido a los representantes gremiales, según provengan de sindicatos
simplemente inscriptos, por un lado, o con personería gremial, por el otro, mortifica esa
libertad respecto de los primeros y de los trabajadores en general, en sus dos vertientes,
individual y social.
Suprema Corte:
-I-
Contra dicha decisión, la accionante interpuso apelación federal (fs. 184/188), que fue
contestada (fs. 191/192) y cuya denegatoria (fs. 194) dio origen a esta presentación
directa (fs. 38/43 del cuaderno respectivo).
-II-
-III-
V.E. tiene reiterado que, si al fundamentarse la apelación federal se alegó, entre otros
extremos, la arbitrariedad del fallo, corresponde tratar, en primer orden, los agravios que
atañen a dicha tacha, dado que de existir no habría, en rigor, una sentencia propiamente
dicha (Fallos: 323:35 y sus citas, entre otros).
En ese plano, estimo menester destacar, ante todo, que si bien los agravios remiten a
circunstancias de hecho, prueba y derecho procesal y común, ajenas, como regla, a la vía
del artículo 14 de la ley Nº 48, ello no configura un óbice decisivo para la apertura del
remedio cuando se demuestra que se ha omitido dar un tratamiento adecuado al
problema de acuerdo a los términos en que fue planteado, el derecho aplicable y la
evidencia rendida (cf. Fallos: 311:1656, 2547; 317:768, etc.).
En el citado contexto, estimo que se debe hacer lugar al recurso deducido, pues se
encuentra acreditado que la peticionante ocupaba un cargo electivo en la Federación
Médica Gremial de la Capital Federal (FEMECA) -ente sindical de segundo grado con
personería gremial- y que su elección como consejera titular, así como la duración de su
mandato, fueron notificadas al empleador (fs. 3, 4 y 5). Lo precedente es así, sin perjuicio
de su desempeño como presidente de la Asociación de Profesionales de la Salud del
Hospital Naval (PROSANA), asociación gremial simplemente inscripta (cfse. fs. 8/15). Los
anteriores extremos, por otra parte, como lo refirió el juez de grado, fueron reconocidos
por la contraria (cfr. fs. 78/84 y 153, ítem 2). Cabe añadir a lo expresado que ninguna
consideración mereció por parte de los juzgadores la referencia de la amparista a la
“representación colectiva plural” instaurada en el marco de la Administración Pública por
los artículos 4 y 5 de la ley Nº 24.185 (cf. fs. 48 vta. y 159).
A mayor abundamiento, cabe recordar que la tutela sindical con rango constitucional no
se agota en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, porque esa manda se vio
fortalecida por la singular protección reconocida a toda persona trabajadora en textos
internacionales de derechos humanos que cuentan con jerarquía constitucional (cfse.
Fallos: 327:3753, etc.); a lo que se agrega lo establecido en numerosos convenios de la
OIT -como los Nº 87, 98 y 135- donde se vislumbra una protección especial contra los
hechos de discriminación sindical dirigida a los trabajadores, trátese o no de
representantes gremiales, y a la actividad sindical desarrollada por los representantes en
el marco del establecimiento o empresa.
La índole de la solución propuesta no anticipa un criterio sobre la decisión que incumba
adoptar en orden al fondo del problema, sin perjuicio de que me exima de considerar los
restantes agravios.
-IV-
Por lo expuesto, estimo que corresponde hacer lugar a la queja, declarar procedente el
recurso extraordinario, dejar sin efecto la sentencia apelada y restituir las actuaciones al
tribunal de origen para que, por quien competa, se dicte un nuevo fallo con arreglo a lo
expresado. Buenos Aires, 31 de octubre de 2007.
Vistos los autos: “Recurso de hecho deducido por la actora en la causa Rossi, Adriana
María c/ Estado Nacional - Armada Argentina s/ sumarísimo”, para decidir sobre su
procedencia.
Considerando:
Luego, para lo que interesa a la litis, cuadra recordar que el artículo 52 de la ley 23.551
dispone que “los trabajadores amparados por las garantías previstas [en el artículo 48],
no podrán ser despedidos, suspendidos ni con relación a ellos podrá modificarse las
condiciones de trabajo, si no mediare resolución judicial previa que los excluya de la
garantía [...]”. De su lado, el mentado artículo 48 prevé las garantías aludidas para los
trabajadores que ocupan “cargos electivos o representativos en asociaciones sindicales
con personería gremial [...]”.
3) Que a los fines de esclarecer el agravio indicado, es preciso asentar dos premisas. La
primera de éstas, reside en la doctrina constitucional expuesta por esta Corte el 11 de
noviembre de 2008 en el caso “Asociación Trabajadores del Estado c/ Ministerio de
Trabajo” (Fallos: 331:2499), al que cabe remitir en razón de brevedad. En efecto, según
fue juzgado en esa oportunidad, la libertad sindical o, en otros términos, la “organización
sindical libre y democrática”, es un principio arquitectónico que sostiene e impone la
Constitución Nacional mediante su artículo 14 bis, y por vía de un muy comprensivo
corpus iuris con jerarquía constitucional, proveniente del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos contenido en su artículo 75.22, segundo párrafo: Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (artículo XXII), Declaración Universal
de Derechos Humanos (artículos 20 y 23.4); Convención Americana sobre Derechos
Humanos (artículo 16); Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo
22.1/3) y Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (artículo
8.1.a y c, y 3). El precedente también destacó cómo estos dos últimos pactos de 1966 se
hicieron eco, preceptivamente, del Convenio Nº 87 de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT) relativo a la libertad sindical y a la protección del derecho de sindicación,
sobre el cual se volverá infra (considerando 6). Y no dejó de tomar en consideración, a su
vez, el artículo 8 del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San
Salvador), de jerarquía superior a las leyes (Constitución Nacional, artículo 75.22, primer
párrafo).
Con base en ello, el Tribunal entendió que el artículo 41.a de la ley 23.551 resultaba
inconstitucional, en la medida en que concedía a los sindicatos que ostentan el carácter
de más representativos, privilegios que excedían de una prioridad en materia de
representación en las negociaciones colectivas, en la consulta por las autoridades y en la
designación de los delegados ante los organismos internacionales, en detrimento de la
actividad de los sindicatos simplemente inscriptos que compartían con aquéllos, total o
parcialmente, el mismo ámbito de actuación.
4) Que la segunda premisa radica en que, tal como se sigue con absoluta nitidez del
citado artículo 14 bis, la libertad sindical debe estar rodeada, como atributo intrínseco o
inherente para el logro de su ejercicio cabal y fecundo, de un particular marco de
protección de los representantes gremiales. Estos, dispuso la norma de manera
terminante, “gozarán de las garantías necesarias para el cumplimiento de su gestión
sindical y las relacionadas con la estabilidad de su empleo”. La expresión “necesarias”
indica, cabe advertirlo, el sentido y destino de las garantías, pero, con mayor vigor aún, el
carácter forzoso e inevitable de su existencia, lo cual refuerza al categórico “gozarán” que
enuncia el precepto. Se trata, por cierto, de una proyección del principio protectorio del
trabajo y del trabajador proclamado expresamente por el artículo 14 bis, hacia el universo
de las relaciones colectivas laborales, en el cual, por ende, también impera la regla de
que el trabajador es sujeto de preferente tutela constitucional (“Vizzoti”, Fallos: 327:3677,
3689 y 3690 - 2004-, y “Aquino”, Fallos: 327:3753, 3770, 3784 y 3797 - 2004- ). La
protección, por añadidura, si bien debe ser realizada por el Estado, no defiende a los
representantes gremiales solo ante acciones u omisiones de aquél violatorias de la
libertad sindical, sino también frente a las acciones u omisiones de análogo tenor pero
provenientes de particulares o actores no estatales, como es el caso, v.gr., de los
empleadores privados.
5) Que, con arreglo a las premisas que han sido expresadas, no se requiere un mayor
esfuerzo para concluir en que, al limitar a los representantes gremiales de los sindicatos
con personería gremial los alcances de la protección prevista en su artículo 52, la ley
23.551, reglamentaria de la libertad sindical constitucionalmente reconocida, ha
violentado, de manera tan patente como injustificada, la esfera en que el legislador puede
válidamente dispensar determinados privilegios a las asociaciones más representativas,
indicada en el considerando 3. La distinción legalmente establecida, i.e., el diferente
grado de tutela reconocido a los representantes gremiales, según provengan de
sindicatos simplemente inscriptos, por un lado, o con personería gremial, por el otro,
mortifica dicha libertad respecto de los primeros y de los trabajadores en general, en las
dos vertientes, individual y social, señaladas en “Asociación Trabajadores del Estado”
(cit., especialmente, considerandos 3, 6 y 8). Esto es así, en primer lugar, puesto que el
distingo constriñe, siquiera indirectamente, a los trabajadores individualmente
considerados que se dispongan a actuar como representantes gremiales, a adherirse a la
entidad con personería gremial, no obstante la existencia, en el mismo ámbito, de otra
simplemente inscripta. Una situación análoga se produce en orden a los trabajadores que
deseen afiliarse y verse representados sindicalmente. Y, en segundo término, ataca la
libertad de los sindicatos simplemente inscriptos y la de sus representantes, al
protegerlos de manera menor que si se tratara de asociaciones con personería gremial,
en un terreno de la actividad sindical que también es propio de aquéllos, y en el cual, de
consiguiente, no se admiten privilegios.
6) Que súmase a todo ello el aporte del antes citado Convenio n87 de la OIT, instrumento
indudablemente fundamental en la materia, según ha quedado extensamente demostrado
en la recordada sentencia Asociación Trabajadores del Estado (considerandos 4, 5 y 8).
En lo que ahora interesa, este instrumento es concluyente en cuanto obliga al Estado,
tanto “a adoptar todas las medidas necesarias y apropiadas para garantizar a los
trabajadores [...] el libre ejercicio del derecho de sindicación” (artículo 11), cuanto a
“abstenerse de toda intervención que tienda a limitar [...] o a entorpecer [el] ejercicio legal”
del derecho de las “organizaciones de trabajadores [...] de organizar [...] sus actividades y
el de formular su programa de acción” (artículo 3.1 y 2). La “legislación nacional”, a su
vez, “no menoscabará ni será aplicada de suerte que menoscabe las garantías previstas
por el presente Convenio” (artículo 8.2). El término “organización”, aclara el artículo 10,
significa “toda organización de trabajadores que tenga por objeto fomentar y defender los
intereses de los trabajadores [...]”.
En efecto, la más que reciente conclusión de este órgano (2008), da cuenta de que, no
obstante la tutela general que prevé el artículo 47 de la ley 23.551, “los artículos 48 y 52
[de ésta] establecen un trato de favor a los representantes de las organizaciones con
personería gremial en caso de actos de discriminación antisindical [fuero sindical] que
excede de los privilegios que pueden otorgarse a las organizaciones más
representativas”, consistentes en una “prioridad en materia de representación en las
negociaciones colectivas, en la consulta por las autoridades y en la designación de los
delegados ante los organismos internacionales” (Observación individual sobre el
Convenio sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación, 1948 (núm.
87). Argentina (ratificación: 1960, Publicación 2008). Más aún; como esta observación
individual lo pone de manifiesto, su contenido no entrañaba más que el recordatorio de
otras de igual naturaleza que el organismo venía dirigiendo a la Argentina “desde hace
numerosos años”.
Con ello, según lo expuso en esta última oportunidad, la Comisión compartía el criterio
del Comité de Libertad Sindical de la OIT, a lo que agregó su confianza en que el
Gobierno “tomará” las medidas apropiadas para asegurar una completa conformidad de
la legislación con el Convenio [nº 87] (ídem).
7) Que, de acuerdo con todo cuanto ha sido expresado, no cabe sino declarar la
inconstitucionalidad del artículo 52 de la ley 23.551, en la medida en que excluye a la
actora del goce de la tutela otorgada por este último a los representantes de asociaciones
con personería gremial, por ser representante (presidenta) de una asociación sindical,
Asociación de Profesionales de la Salud del Hospital Naval (PROSANA), la cual, no
obstante comprender en su ámbito a la relación de trabajo de dicha representante, tiene
el carácter de simplemente inscripta y existe otro sindicato con personería gremial en ese
ámbito. Consecuentemente, el fallo apelado habrá de ser revocado, a fin de que se dicte
uno nuevo con arreglo al presente.
Este resultado torna inoficioso analizar los agravios fundados en el cargo que investía la
actora en FEMECA. Con todo, debe advertirse que, para el supuesto en que el
pronunciamiento que se ordena dictar considerase ese punto, las conclusiones del
Tribunal implican necesariamente, para el sub examine, que se encuentra satisfecha la
“condición” a la que el a quo supeditó la “inclusión de la garantía” para la actora en tanto
“integrante de una federación” (supra, considerando 1).
Por ello, habiendo dictaminado la señora Procuradora Fiscal, se hace lugar parcialmente
a la queja y al recurso extraordinario interpuestos, y se revoca la sentencia apelada con el
alcance indicado, con costas (artículo 68 del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación), de manera que la causa deberá ser devuelta a fin de que, por quien
corresponda, sea dictado un nuevo pronunciamiento con arreglo al presente. Hágase
saber, acumúlese la queja al principal y, oportunamente, remítase.
Considerando:
1º) La señora Adriana María Rossi, cumplía funciones en el Hospital Naval de la ciudad
de Buenos Aires como Presidenta de la Asociación de Profesionales de la Salud del
Hospital Naval (PROSANA) entidad gremial de primer grado simplemente inscripta
adherida a Federación Médica Gremial de la Capital Federal (FEMECA), entidad sindical
de segundo grado que cuenta con personería gremial número 1398.
La demandante Rossi fue electa para integrar, a partir del año 2000, el Consejo Federal
de FEMECA.
Dadas así las cosas, PROSANA decidió adoptar una medida de acción directa
consistente en retención de tareas, con afectación parcial de la prestación de los servicios
del Hospital, motivo por el cual la empleadora aplicó a la actora una sanción disciplinaria
de suspensión por cinco días y un cambio de tareas.
El a quo, en concordancia con lo dictaminado por el señor Fiscal señaló que la decisión
de primera instancia había girado en torno a la imposibilidad de darle operatividad a la
tutela sindical invocada por la actora, por ser parte de una entidad desplazada en la
representación del personal por otra de primer grado con personería gremial (artículo 35
de la ley 23.551).
Sentado eso, consideró que el memorial no cumplía con lo dispuesto por el artículo 265
del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
4º) Contra este pronunciamiento, la parte actora dedujo el recurso extraordinario (fojas
184/188), cuya denegación (fojas 194) dio origen a la queja en examen.
La señora Rossi, señala que el fallo viola la libertad sindical cuando concluye que la
personería gremial de PECIFA le otorga potestad exclusiva para representar al personal
civil de las fuerzas armadas, ya que FEMECA que es la entidad que la eligió como
dirigente se ve impedida de actuar gremialmente en ese ámbito y en consecuencia se
desconoce la protección especial que la ley 23.551 establece a su favor para poder
cumplir su función.
Denuncia, tal como lo había hecho en las instancias anteriores que ese razonamiento no
guarda correspondencia con el amplio alcance de la garantía sindical que el artículo 14
bis de la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales incorporados al
ordenamiento interno (artículo 75, inciso 22 de la Constitución Nacional), han dado a los
gremios.
Afirma que no resulta aceptable que una Federación con personería gremial (sindicato de
segundo grado) se vea impedida de actuar en el ámbito de la personería gremial de un
sindicato de primer grado (PECIFA), pues ambas tienen como objeto la defensa de los
intereses de los trabajadores (artículo 2 de la ley 23.551). Entiende, que dicha
hermenéutica vulnera el principio de “organización sindical libre y democrática”
establecido en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y consecuentemente su
derecho como representante gremial, pues bastaba para la protección que le asigna ese
artículo en el segundo párrafo, que se tratase de un cargo electivo o de representación en
una asociación con personería gremial y la notificación al empleador, extremos cumplidos
en el caso.
Por último, invoca los Convenios de la OIT 87 y 98, que establecen que “...los
trabajadores deberán gozar de adecuada protección contra todo acto de discriminación
tendiente a menoscabar la libertad sindical en relación con su empleo” y que “dicha
protección deberá ejercerse especialmente contra todo acto que tenga por objeto ... b)
despedir a un trabajador o perjudicarlo de cualquier otra forma o causa de su afiliación
sindical o de su participación en actividades sindicales...” (artículos 1 y 2 Convenio 98).
5º) El recurso extraordinario de la representante gremial resulta admisible pues invoca las
garantías necesarias para el cumplimiento de su gestión sindical y las relacionadas con la
estabilidad de su empleo a partir del derecho que todo trabajador tiene a una
“organización sindical libre y democrática”, reconocido por el artículo 14 bis de la
Constitución Nacional y por los convenios internacionales suscriptos por el Estado
Argentino e incorporados al artículo 75.22 del mismo cuerpo normativo. Por otra parte, la
sentencia dictada por la cámara de apelaciones es contraria al derecho que la recurrente
funda en dicha garantía (artículos 14.3 de la ley 48 y 6º de la ley 4055).
Esta conexión entre la libertad sindical y el ejercicio de los derechos gremiales dio lugar,
recientemente, al pronunciamiento de Fallos: 331:2499, “Asociación Trabajadores del
Estado c/ Ministerio de Trabajo s/ Ley de Asociaciones Sindicales”.
En ese fallo, el Tribunal admitió que la exclusividad otorgada por la ley 23.551 al sindicato
con personería gremial para el ejercicio de uno de tales derechos - convocar elecciones
de delegados- podía ser examinada como una restricción a la libertad sindical
garantizada por el artículo 14 bis de la Constitución Nacional (Fallos: 331:2499, 2504,
considerando 2º).
7º) Las reglas hermenéuticas descriptas son las que deben regir la solución del caso.
Ello así, pues lo que debe valorarse es si se trata de restricciones al ejercicio de los
derechos sindicales contrarias al principio de libertad sindical reconocido en el artículo 14
bis a todos los gremios.
Lo dicho, impone recordar que además del clásico agrupamiento de la ley 23.551 en
asociaciones simplemente inscriptas o con personería gremial, también está aquel que
las clasifica según el grado, así son de primer grado, los sindicatos, constituidos por
trabajadores o empleadores (personas físicas); de segundo grado, las federaciones,
formadas por las asociaciones profesionales de primer grado (personas jurídicas) y, por
último, las confederaciones o asociaciones de tercer grado, que son el resultado de la
unión de federaciones o centrales sindicales.
8º) Cabe examinar entonces, si en el sub lite la aplicación de la norma reseñada, implicó
un vaciamiento del contenido mínimo que el artículo 14 bis de la Constitución Nacional
confiere a la libertad sindical y que se traduce en el ejercicio de los derechos gremiales
mencionados en la misma cláusula, entre los que se encuentra el que tienen los
representantes gremiales de contar con las garantías necesarias para el cumplimiento de
su gestión sindical.
9º) El citado artículo 35 de la ley 23.551, sienta como regla que las federaciones no
pueden actuar en la zona o empresa de la actividad o categoría por ellas representadas si
hay ya un sindicato de primer grado ejerciendo la representación. Es decir, que la ley
favorecería la exclusividad de este último.
Por tal motivo, los jueces entendieron que los únicos que podían invocar la tutela sindical
eran los representantes de PECIFA, pues es este gremio el que representa a los
trabajadores del Hospital Naval, no así la dirigente de FEMECA.
Dicha interpretación del citado artículo 35 de la ley 23.551, introduce una severa
limitación en el alcance de los artículos 48 y 52 de la ley 23.551, en la medida que éstos
reconocen protección a los trabajadores que ocupan “cargos electivos o representativos
en asociaciones sindicales con personería gremial (...)”, que es precisamente el caso de
la Federación a la que representa Rossi.
10) El sistema general establecido por la ley 23.551 consiste en concentrar el ejercicio del
conjunto de derechos gremiales en un solo tipo de sindicato, a saber, aquel que obtiene
la personería gremial y este corresponde al que se repute más representativo (artículo 25,
primer párrafo). El propósito de estas restricciones es el de instaurar por vía legal la
unidad de la acción sindical. Al mismo fin, serviría la desprotección de todo representante
gremial que no pertenezca al gremio que ejerce la representación en determinada zona o
empresa, que también ha de ser único (artículo 35 de la ley 23.551). Esta es la
interpretación a la que arribó el tribunal a quo en la sentencia apelada.
En primer término, debe puntualizarse que FEMECA es un gremio que, tal como se ha
reconocido al otorgársele la debida habilitación, tiene el propósito de defender y
representar los intereses profesionales del grupo de trabajadores afiliados a las diversas
asociaciones que la integran, circunstancia que por sí colocaba a la entidad y a sus
autoridades bajo la protección del artículo 14 bis, segundo párrafo de la Constitución
Nacional, en cuanto dispone: “Los representantes gremiales gozarán de las garantías
necesarias para el cumplimiento de su gestión sindical y las relacionadas con la
estabilidad de su empleo”.
Esta inteligencia de las normas específicas, sobre los derechos de los representantes
gremiales ante sus empleadores, no se ve refutada por la letra del artículo 35 de la ley
23.551 que no alude puntualmente a esta cuestión sino en general a la relación entre
entidades gremiales de distintos grados en cuanto a la representación de los
trabajadores, según la cual las de primer grado tiene precedencia. Ahora bien, inferir de
esta regla de coordinación entre diferentes sindicatos otra que niega la tutela a un
representante para el cumplimiento de su gestión sindical, implica otorgarle al precepto
legal y sin que medie una razón de peso un significado que lo pone en contradicción con
el artículo 14 bis previamente mencionado.
De tal modo, ya como se dijo en la recordada decisión de esta Corte en el caso 331:2499,
“Asociación Trabajadores del Estado c/ Ministerio de Trabajo s/ Ley de Asociaciones
Sindicales”, al denegar una garantía expresamente reconocida por la Constitución a un
gremio para asegurar la exclusividad de otro se ha ocasionado un severo agravio al
principio que asegura el derecho a una organización sindical libre y democrática,
reconocido no solo por la Constitución Nacional sino por diversos instrumentos
internacionales tales como el artículo 7.d del Protocolo de San Salvador, el artículo 9no.
de la Declaración Sociolaboral del Mercosur, el Convenio Nº 98 y el 135 de la OIT.
11) Por tanto, cabe concluir que la preexistencia de un sindicato con personería gremial
de primer grado en el ámbito laboral donde se desempeñan los trabajadores de la
actividad que FEMECA también representa, no puede constituir un motivo válido en
términos constitucionales para privar de la protección especial establecida en el artículo
52 de la ley 23.551 a una de sus dirigentes.
Por ello, habiendo dictaminado la señora Procuradora Fiscal, se hace lugar parcialmente
a la queja y al recurso extraordinario interpuesto, y se revoca la sentencia apelada con el
alcance indicado, con costas (artículo 68 del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación), de manera que la causa deberá ser devuelta a fin de que, por quien
corresponda, sea dictado un nuevo pronunciamiento con arreglo al presente. Hágase
saber, acumúlese la queja al principal y, oportunamente, remítase.
Fdo.: Argibay.
09/11/2010
Materia Laboral
Revista Derecho Laboral (Actualidad Jurídica)
Número 153
Tribunal T.S.J. Sala Laboral
Resolución Sentencia 121
Carátula Scurto Fernando c/ Lotería de la Provincia de Córdoba S.E. - Procedimiento sumario -
Acción de reinstalación - Apelación en ordinarios - Recurso directo.
Titulo ACCIÓN DE REINSTALACIÓN. Improcedencia. Acumulación de dos empleos de
reparticiones públicas. Ausencia de violación a derechos sindicales. TUTELA
SINDICAL (art. 52, ley 23551). Precisiones.*
Descripción
El caso: La parte demandada cuestionó la decisión que confirmó en todos sus términos
la procedencia de la reinstalación del actor en el cargo de “Jefe de Departamento” de la
planta permanente de la Lotería de la Provincia de Córdoba S.E. Manifestó que el
Juzgador inobservó el art. 177 de la Constitución Provincial; los arts. 1, 2 -inc. b-, 4, 5 -
último párrafo-, 14 -inc. II-, 31 -inc. j- y 32 -último párrafo- de la ley 5944, así como los
arts. 1 y 4 de la ley 8665 y los arts. 1 y 3 -inc. c- de la ley 8837, todas provinciales. Señaló
que es errónea la consideración plasmada en el pronunciamiento remarcando que la
Carta Magna local establece que no pueden acumularse dos o más empleos de
reparticiones públicas. El actor, entonces, no podía mantener la designación de “Jefe de
Mesa” en la Administración Central y al mismo tiempo acceder al cargo de “Jefe de
Departamento” como personal estable de la Lotería. Agregó que la prohibición de
acumular cargos no puede ser sorteada con el argumento de que el personal de la
Lotería se rige por la Ley de Contrato de Trabajo, ya que ello no empece al carácter
público de la repartición. Manifestó que el demandante no perdió su empleo ni fue privado
de su actividad sindical, sino que siguió revistando en su situación histórica. La sentencia
impugnada confirmó la nulidad de la resolución del Directorio de la Lotería mediante la
cual fue dejada sin efecto la resolución que dispuso designar al actor en el cargo de Jefe
de Departamento. En tal sentido, la Sala de la Cámara de Trabajo interviniente concluyó
que la incompatibilidad no fue invocada oportunamente como fundamento de la medida, y
que si bien la legislación provincial veda la acumulación de cargos públicos permanentes
en un mismo dependiente, es un obstáculo dirigido al régimen de derecho público, que es
el que el actor estaba dejando. Como el personal permanente de la Lotería se rige por la
LCT, no existe esa restricción porque dicha normativa no la contempla. Tras agregar que
el trabajador gozaba de protección gremial, sostuvo que el comportamiento perjudicial al
fuero debió presumirse porque las razones dadas para el cese no se ajustaron a la
verdad ni a derecho. Si el empleador ya conocía la calidad de dirigente sindical del
trabajador no podía producir su baja sin promover previamente la acción correspondiente.
El TSJ provincial, a través de su Sala Laboral, por mayoría, admitió el recurso y rechazó
la demanda en cuanto pretendía la reinstalación del actor en el cargo de Jefe de
Departamento y los salarios caídos. Asimismo impuso las costas por su orden atento a
que la promoción del accionante pudo inducirlo a litigar.
7. El art. 48 de la ley 23551 con meridiana claridad, tutela a los representantes gremiales
estableciendo entre otras garantías que sus condiciones de trabajo no podrán ser
modificadas mientras dure su mandato y hasta un año después de haber concluido el
mismo, para evitar posibles represalias como consecuencia de la gestión sindical.
Cualquier variación de las condiciones de trabajo conlleva una modificación arbitraria si
previamente no se cumple con el trámite previsto en el art. 52 de la LAS. En esta
dirección, las circunstancias apuntadas por la accionada referidas a que la revocación de
la Resolución que designó al actor en el cargo de Jefe de Departamento se enmarcó en
una reestructuración y que además no había tenido comienzo de ejecución, no son
atendibles si previamente no instó la vía sumaria del pedido de exclusión de la tutela de la
que gozaba el trabajador. Y la supuesta incompatibilidad de cargos, de existir (teniendo
en cuenta la documentación de la renuncia), también debió debatirse con posterioridad al
desplazamiento de la protección especial. (Del voto en minoría de la Dra. Blanc G. de
Arabel)
TSJ Sala Laboral Cba., Sent. Nº 121, 09/11/2010. Trib. de origen: Sala 7ª Laboral Cba,
“Scurto Fernando c/ Lotería de la Provincia de Córdoba S.E. - Procedimiento sumario -
Acción de reinstalación - Apelación en ordinarios - Recurso directo”.
Manifiesta que media inobservancia del art. 177 de la Constitución Provincial; de los arts.
1º, 2º inc. b), 4º, 5º último párr., 14º inc. II, 31º inc. j), 32º último párr. de la ley 5944, así
como de los arts. 1º y 4º de la ley Nº 8665 y de los arts. 1º y 3º inc. c) de la ley Nº 8837,
todas provinciales.
Además objeta que Scurto estuviera dejando su cargo de “Jefe de Mesa” porque había
presentado la renuncia condicionada al efectivo nombramiento superior y ésta le fue
aceptada por el Directorio en el acto mismo de designación. Concluye que el distracto
aún no se había producido. Y que el demandante no perdió su empleo ni fue privado de
su actividad sindical, sino que siguió revistando en su situación histórica.
Desde otro costado, la protección que consagra la ley 23551 referida al modo en que se
hace efectiva la tutela sindical, no puede interpretarse fuera del contexto normativo y
teleológico. Para ello, instauró un sistema de protección especial en favor de los
representantes gremiales para asegurar su ejercicio efectivo, con la garantía de la
estabilidad. Es reiterado el criterio de esta Sala en orden a que se exige una agresión
concreta a la función. Por lo que la sola ausencia de la acción de desafuero no genera
inmediatez en la sanción si se patentiza que la finalidad no fue perjudicar el aspecto
gremial (Sent. Nº 100/06; 80/05; 72, 24/02; 126/01; 278/96; 107/94; entre otras).
En definitiva, no perdió su empleo ni fue privado del ejercicio de su actividad sindical, sino
que sigue revistando en su situación histórica (vé. A.I. Nº 494/09).
Coincido con la opinión expuesta por el señor vocal cuyo voto me precede. Por tanto,
haciendo míos los fundamentos emitidos, me expido en la misma forma.
Entiendo que la decisión del Juzgador, que en grado de apelación ratificó la procedencia
de la acción de reinstalación articulada por el trabajador, debe confirmarse. Es que es un
hecho definitivamente fijado en la causa que al tiempo de la modificación de su situación
laboral el Sr. Scurto gozaba de protección gremial. Luego no le resultan oponibles los
actos de la administración, ni razones de reestructuración alguna, si no se efectivizó
previamente la exclusión de tutela sindical. Este mecanismo denominado preliminar
preventivo es de carácter obligatorio y opera como requisito de validez de la conducta del
empleador, quien cuando desea adoptar algunas de las decisiones comprendidas en el
ámbito de protección del instituto (despido, suspensión, modificación de las condiciones
de trabajo) respecto de los sujetos legalmente amparados por esta garantía, antes debe
requerir la aprobación del órgano judicial competente, acreditando la existencia de
circunstancias que las justifiquen y que excluyan la posible motivación antisindical del
comportamiento patronal. De tal manera, la eficacia de esos actos excede la mera
voluntad unilateral, ya que para perfeccionarse debe concurrir ineludiblemente el
pronunciamiento que los autorice. El art. 48 de la ley 23551 con meridiana claridad tutela
a los representantes gremiales estableciendo entre otras garantías que sus condiciones
de trabajo no podrán ser modificadas mientras dure su mandato y hasta un año después
de haber concluido el mismo, para evitar posibles represalias como consecuencia de la
gestión sindical. Cualquier variación de las condiciones de trabajo conlleva una
modificación arbitraria si previamente no se cumple con el trámite previsto en el art. 52 de
la LAS. En esta dirección, las circunstancias apuntadas por la accionada referidas a que
la revocación de la Resolución Nº 07113003 que designó al actor en el cargo de Jefe de
Departamento se enmarcó en una reestructuración y que además no había tenido
comienzo de ejecución, no son atendibles si previamente, reitero, no instó la vía sumaria
del pedido de exclusión de la tutela de la que gozaba Scurto. Y la supuesta
incompatibilidad de cargos, de existir (teniendo en cuenta la documentación de la
renuncia), también debió debatirse con posterioridad al desplazamiento de la protección
especial.
Así voto.
Adhiero a la solución a la que se arriba en el voto que antecede. Por tanto, me expido de
igual modo.
Comparto la decisión que propone el señor vocal doctor Rubio a la presente. Por ello, me
pronuncio de la misma manera.
Por el resultado de la votación que antecede, previo Acuerdo, el Tribunal Superior de
Justicia, por intermedio de la Sala Laboral,
RESUELVE:
IV. Disponer que los honorarios del Dr. … sean regulados en un treinta por ciento de la
suma que resulte de aplicar la escala media del art. 36, ley 9459, sobre lo que constituyó
materia de discusión. Deberá considerarse el art. 27 de la ley citada.
V. Protocolícese y bajen.
Con lo que terminó el acto que previa lectura y ratificación de su contenido, firman el
señor Presidente y los señores Vocales, todo por ante mí, de lo que doy fe.
07/10/2010
Materia Laboral
Revista Derecho Laboral (Actualidad Jurídica)
Número 151
Tribunal Cámara del Trabajo de Villa María
Resolución Auto Interlocutorio 235
Carátula Gramaglia Mónica Patricia c/ Municipalidad de Villa Nueva - Apelación.
Titulo AMPARO SINDICAL (art. 47, ley 23551). Precisiones. REDUCCIÓN UNILATERAL
DEL SALARIO. Importancia. Verificación de acciones persecutorias en contra de
trabajadores tutelados por el art. 52 de la ley 23551.*
Descripción
El caso: La actora dedujo recurso de apelación en contra del proveído del Juez de
Conciliación que rechazó la admisión formal de la acción de amparo sindical incoada (art.
47, LAS). Adujo que el Tribunal inobservó el procedimiento del art. 31 de la ley 7987, en
tanto no corrió traslado de la demanda a la contraria, ni proveyó la prueba ofrecida. Que
incurrió en contradicción porque valoró la prueba documental para pronunciarse sobre el
fondo de la cuestión debatida, para luego sostener que rechazaba la admisibilidad formal
de la acción de amparo. También sostuvo que la resolución carecía de fundamentación
porque se relataron los hechos considerados persecutorios: el cambio de las condiciones
de trabajo, la unilateral modificación del descuento del adelanto de haberes otorgado a la
actora y la garantía que se denunció lesionada fue dispuesta por el art. 52 de la LAS, en
cuanto asegura a los trabajadores que no podrán ser modificadas sus condiciones de
trabajo sin exclusión previa de la tutela. La Cámara de Trabajo de Villa María admitió el
recurso de apelación, ordenando se dé trámite a la acción de amparo sindical y a la
medida cautelar.
Cámara del Trabajo de Villa María, A.I. Nº 235, 07/10/2010, “Gramaglia Mónica Patricia c/
Municipalidad de Villa Nueva - Apelación”.
Y Considerando:
1°) Que el recurso ha sido interpuesto en tiempo oportuno según surge del cotejo de la
fecha de notificación del proveído apelado de fecha 05 de febrero de 2010, y el cargo del
escrito recursivo de la parte actora de fecha 15 de febrero de 2010 (fs. 33), lo dispuesto
por los arts. 94, 95 y concordantes del CPT.
2°) Que la recurrente en primer término considera que V.S. inobserva el procedimiento
del art. 31 de la ley 7987, en tanto rechaza la admisión formal de la acción de amparo
sindical, sin correr traslado de la demanda a la contraria, ni proveer la prueba ofrecida.
Manifiesta que la norma que regula el procedimiento del amparo sindical promovido, no
prevé el rechazo de la demanda, resultando de la arbitraria determinación del Juzgador
una gravísima afectación del derecho de su representada. Insiste en que el a quo debió
ordenar el traslado de la demanda y proveer la prueba ofrecida, explicando que una vez
trabada la litis, fijado entonces los hechos sujetos a prueba y producida ésta, el juzgador
se habría encontrado en condiciones de resolver. Refiere que el Sr. Juez de Conciliación
efectúo una valoración de la prueba documental para pronunciarse sobre el fondo de la
cuestión debatida, para luego sostener que rechazaba la admisibilidad formal de la acción
de amparo. Indica que la contradicción es evidente, en tanto el Juez a quo consideró
como no probados los hechos afirmados por la actora y luego se pronuncia sobre la
procedencia de la acción, no sobre la admisibilidad formal y con ello produjo la grave
lesión del derecho de defensa en juicio.
Respecto al segundo agravio, sostiene la impugnante que los conceptos utilizados por el
Sr. Juez de Conciliación: “b) resulta forzada, artificiosa e incoherente la vinculación
realizada por la actora y su patrocinante respecto al hecho denunciado como persecutorio
y la garantía sindical denunciada como violentada”, se encuentra desprovista de toda
fundamentación y se contradice con los hechos de la causa. Relata lo que considera
persecutorio: el cambio de las condiciones de trabajo, la unilateral modificación del
descuento del adelanto de haberes otorgado a la actora y la garantía que se denunció
lesionada fue dispuesta por el art. 52 de la LAS en cuanto asegura a los trabajadores que
no podrán ser modificadas sus condiciones de trabajo sin exclusión previa de la tutela...
de donde surge la absoluta correspondencia entre el hecho y la garantía violentada a
despecho de lo que sin ningún fundamento sostiene el pronunciamiento en crisis,
quedando acreditada la violación a la ley cometida por el juzgador. Continúa el relato del
agravio -que por razones de brevedad se tienen por reproducidos para evitar tautologías-
con la descripción de los hechos que motivan la acción que sustenta y que pretende sea
proveída. Finalmente plantea el caso federal y reserva de casación.
SE RESUELVE:
31/03/2010
Materia Laboral
Revista Derecho Laboral (Actualidad Jurídica)
Número 146
Tribunal CNAT - Sala IX
Resolución
Carátula Robledo, Oscar Manuel c/ Cordón Azul S.R.L. y otros.
Titulo DIRIGENTE SINDICAL. CARÁCTER SUPLENTE. TUTELA. Alcance de la protección
(art. 48, ley 23551). Cumplimiento de recaudos formales. Comunicación al
empleador (art. 49, inc. b, ib.). Efectos. INDEMNIZACIÓN AGRAVADA (art. 52 ib.).
Procedencia.*
Descripción
El caso: La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, en cumplimiento de lo
ordenado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en lo atinente a la suerte que
mereciera la sanción prevista en el art. 52 de la ley 23551, resolvió admitirla por
considerar que se encontraba justificada la situación de despido indirecto en que se
colocó el actor, quien se desempeñaba como representante gremial -delegado congresal
suplente-, en tanto intimó a la empleadora a aclarar su situación laboral ante la negativa
de tareas.
1. Si se acredita el cumplimiento de la carga formal exigida en el art. 49, inc. b), de la ley
23551 a través de la comunicación a la empleadora de que el actor fue electo para
ocupar el cargo de 5° delegado congresal suplente de dicha asociación sindical y no se
puso en tela de juicio que su designación se efectuó cumpliendo con los recaudos
legales, habida cuenta que no existe cortapisa normativa expresa que excluya a los
delegados suplentes por condicionar la vigencia de la garantía especial al efectivo
ejercicio de la representación, cabe concluir que la estabilidad del accionante se
encontraba tutelada con el alcance e intensidad previstos en el último párrafo del art. 48
de la ley 23551.
CNAT, Sala IX, Sent. del 31/03/2010, “Robledo, Oscar Manuel c/ Cordón Azul S.R.L. y
otros”.
II. Teniendo en cuenta los límites de la revisión sometida al conocimiento de esta Sala,
destacaré liminarmente que obra a fs. 403 el informe de la empresa Correo Argentino que
se expide favorablemente respecto a la autenticidad de la CD impuesta el 19/10/01 que la
UTHGRA agregara en copia a fs. 300 como anexo de su informe de fs. 302, a fin de
acreditar el cumplimiento de la carga formal exigida en el art. 49 inc. b) de la ley 23551 a
través de la comunicación a la empleadora del actor Cordón Azul S.R.L. de que éste fue
electo para ocupar el cargo de 5° delegado congresal suplente de dicha asociación
sindical, con mandato desde el 24/3/02 hasta el 23/3/06.
Por tales razones, dentro del acotado ámbito de revisión que decidiera la C.S.J.N. al dejar
sin efecto el fallo de la Sala VIII de esta Cámara solo en lo atinente a la suerte que
mereciera la sanción prevista en el art. 52 de la ley 23551, propondré que se modifique la
sentencia dictada en la anterior instancia y se eleve el monto de condena a la suma de $
... con más los intereses allí dispuestos que arriban firmes, resultante de adicionar a los $
... determinados en la anterior instancia los $ ... correspondientes al importe de las
remuneraciones que le hubieran correspondido al actor durante los cuatro años de
mandato y el año de estabilidad posterior a su vencimiento ($ ...).
III. El nuevo resultado del litigio impone dejar sin efecto la imposición de costas y
regulación de honorarios correspondientes a la acción principal, debiéndose efectuar
nuevamente en forma originaria (conf. art. 279 del CPCCN).
RESUELVE:
I) Dentro del acotado ámbito de revisión que decidiera la C.S.J.N. al dejar sin efecto el
fallo de la Sala VIII de esta Cámara solo en lo atinente a la suerte que mereciera la
sanción prevista en el art. 52 de la ley 23551, modificar la sentencia dictada en la anterior
instancia y elevar el monto de condena a la suma de $ (pesos...) con más los intereses
allí dispuestos.
III) Costas de ambas instancias a cargo de la demandada Cordon Azul S.R.L. en el 90% y
de la parte actora en el 10% restante.
22/12/2009
Materia Laboral
Revista Derecho Laboral (Actualidad Jurídica)
Número 143
Tribunal Juzgado de Conciliación [Villa María]
Resolución Auto Interlocutorio 186
Carátula Pineda Diana Esther c/ Banco de la Provincia de Córdoba S.A. - Acción de amparo.
Titulo AMPARO SINDICAL (art. 47, ley 23551). ADMISIÓN FORMAL. Requisitos.
Procedencia. TRABAJADORA CON TUTELA SINDICAL. LIBERACIÓN DE PRESTAR
TAREAS. PLANTEO DE INCONSTITUCIONALIDAD DEL ART. 30 DEL DEC. REG.
467/88 (reglamentario del art. 52, LAS). Procedencia. FACULTADES
REGLAMENTARIAS. Precisiones. PRINCIPIOS DE LEGALIDAD Y RAZONABILIDAD.*
6. Del texto del art. 52 de la ley 23551 surge de manera manifiesta que la voluntad del
legislador fue autorizar la decisión de la abstención de prestar tareas del trabajador
sindicalizado en el órgano judicial a través de un incidente dentro de un proceso sumario,
quien merituando el pedido del empleador y examinando la peligrosidad del trabajador,
pudiera resolver como medida cautelar la autorización a la patronal de liberarlo de prestar
tareas. Más claramente: el legislador en todo momento quiso que el significativo impacto -
para el trabajador y sus compañeros que lo eligieron como su representante- de no poder
prestar más tareas se resolviera en un proceso judicial, quedando a disposición de las
partes las vías recursivas en caso de no estar conformes con la resolución dictada.
7. Haciendo una elemental lectura del art. 30 del decreto reglamentario surge que el
P.E.N. -invocando las facultades que le arroga el art. 99, inc. 2, de la C.N. lisa y
llanamente resolvió obviar la vía judicial. Es decir, el decreto ha generado un nuevo
procedimiento para la liberación de tareas muy distinto al pretendido por el legislador,
pues, además de sortear el proceso judicial ha introducido un actor institucional (Ministerio
de Trabajo) que en ningún momento fue tenido en cuenta por el Parlamento para este
trámite efectuando además un reenvío legislativo (al art. 78, LCT) que nunca estuvo
contemplado por el Congreso cuando dictó la ley. De todo ello no puede si no concluirse
que el Poder Ejecutivo ha excedido el marco de sus funciones y facultades ya que ha
agregado casuística, mecanismos y situaciones que la ley no contemplaba lo que implica,
lisa y llanamente, el desconocimiento del espíritu y el fin que persiguió el Congreso al
momento de la creación de la norma.
Juzgado de Conciliación de Villa María, A.I. 186 del 22/12/2009. “Pineda Diana Esther c/
Banco de la Provincia de Córdoba S.A. - Acción de amparo”.
* Seleccionado y reseñado por María Belén del Valle.
RESUELVO:
2) Declarar ilegitima la decisión del Banco de la Provincia de Córdoba S.A. por la que se
liberó de prestar tareas laborales a la Sra. Diana Pineda.
4) Imponer las costas del presente incidente por el orden causado, invitando a los letrados
intervinientes a que manifiesten su condición tributaria ante el Afip, difiriendo la regulación
de honorarios para cuando se cumplimente la presente intimación. Protocolícese y
hágase saber. Fdo. SALOMÓN.
07/08/2009
Materia Laboral
Revista Región Cuyo
Número 44
Tribunal SCJ DE MENDOZA - Sala 2º (Prov. Mendoza)
Resolución Autos 92209
Carátula Campos, Julio Segundo en J° 19.817 Campos, J. c/ La Colina S.A. p/ Ordinario s/ Inc.
Titulo DERECHO COLECTIVO DEL TRABAJO. Exclusión de tutela sindical. Naturaleza
jurídica. Cautelar. Innecesariedad de sentencia firme para la adopción de medidas
empresarias.
Descripción
El caso: Un representante gremial en la empresa fue despedido inmediatamente
después de que se notificara la sentencia que hizo lugar al pedido de exclusión de tutela
sindical. En el entendimiento de que la decisión judicial no se encontraba firme, el
empleado reclamó el pago de las indemnizaciones comunes y agravadas por el distracto.
A su turno, la sentencia de Cámara, hizo lugar a la demanda, en todas sus partes. Contra
este dictum, la empleadora interpuso recurso extraordinario por ante la Suprema Corte. El
Superior Tribunal, al resolver, sostuvo que la naturaleza jurídica del proceso de exclusión
de tutela sindical es el de una medida cautelar, y que no es un recaudo legal la firmeza de
la sentencia del juicio mencionado para que el empleador pueda adoptar la medida
pretendida.
1. Este tribunal se encuentra facultado para resolver en primer término la queja que sea
más apta para la solución del conflicto. En el caso es necesario dilucidar el planteo
casatorio, porque de la suerte de él dependerá el tema costas planteado en el recurso de
inconstitucionalidad (LS 183188, 2021, 284252, 33439, 33513, 33638, entre otros).
4. El art. 52 constituye sin duda la clave operativa de todo sistema legal protectorio de la
libertad sindical y de los derechos de los trabajadores inherentes a ella en relación a las
eventuales prácticas que pudieran llevar a cabo sus respectivos empleadores, con la
finalidad de impedir, dificultar, obstaculizar o restringir el libre ejercicio de su actividad
sindical o de adoptar represalias con el propósito de inducirlos o presionarlos a que
desistan de esas actividades en lo sucesivo, o bien para desalentar otros trabajadores de
la empresa o establecimiento que sientan inclinación a participar en esas actividades.
(Corte, Néstor T. "Modelo sindical argentino", pg. 479 y sgtes.).
5. La tutela establecida por la ley nacional que he referido se ha visto reforzada a partir de
la incorporación a nuestro derecho positivo del Convenio OIT 135, aprobado por la ley
25801 (B.O. 9/4/2008). A través del mismo los estándares de protección se ven elevados
en la medida en que esa norma "supralegal" garantiza que las leyes reglamentarias de
estos derechos fundamentales en el derecho del trabajo, no podrán ser modificadas en
un sentido en que esa tutela se vea debilitada. Esta Convención Nº 135 se incorpora al
listado de convenios internacionales de orden colectivo del trabajo, como lo son el
Convenio sobre la Libertad Sindical y la Protección del Derecho de Sindicalización Nº 87;
el Convenio sobre el Derecho de Sindicalización y Negociación Colectiva Nº 98; el
Convenio sobre Relaciones del Trabajo en la Administración Pública Nº 151 y el
Convenio sobre Negociación Colectiva Nº 154.
10. El estudio de los precedentes de este Superior Tribunal permite concluir que
expresamente se ha enrolado en la tesis que considera al procedimiento de exclusión de
la tutela sindical como un proceso de naturaleza cautelar. Así claramente en la causa
"Pedro Lopez e Hijos S.A. en J: Fernández" (LS 23273, 21101992) se afirmó que "... La
exclusión de la tutela sindical es de naturaleza precautoria, ya que la decisión se apoya
en la verosimilitud de los hechos imputados al Delegado, y en el de la justa causa
pretendida. El Delegado puede discutir luego los hechos y la causa invocada...." Idéntico
criterio se sostuvo en la causa "Quiroga, Miguel Ángel en J°: Quiroga c/ Juan Minetti S.A."
(LS 232452, 12111992). En el precedente "Salvatierra, Alberto en J° Angulo Hnos. S.A"
(LS 281402, 08071998) se precisó que "....En la exclusión de la tutela sindical el tribunal
ordinario hace su juicio de verosimilitud de los hechos y de la falta de relación con la tarea
gremial y para descartar la posible práctica desleal o motivos de persecución. Tal juicio
de valor, con carácter de provisoriedad, los realiza el juez en un procedimiento brevísimo
y que tiene como efecto desactivar el amparo sindical, para que el obrero pueda ser
tratado como cualquier otro trabajador sometido al poder direccional y disciplinario de la
empresa. Es más, el juicio de verosimilitud tiene el sólo efecto de evitar que el trabajador
reclame la indemnización especial, pero no tiene ninguna influencia sobre las
consecuencias que el conflicto pueda generar con motivo de la aplicación de la medida
disciplinaria y en el futuro juicio no tiene influencia la decisión adoptada de exclusión de
los beneficios de la tutela (…). La decisión de la exclusión de la tutela sindical no hace
cosa juzgada respecto de los hechos que se refieren al poder disciplinario que se solicita
ejercer, sino que sólo alcanza al retiro del amparo sindical, para ser tratado como un
empleado común. En cambio, sí hace cosa juzgada respecto del retiro de la tutela sindical
y los derechos que de ella emergen (...). La exclusión de la tutela sindical por el
procedimiento establecido en el art. 52 de la ley 23.551 es un juicio sumarísimo que tiene
por finalidad que la autoridad judicial supervise la verosimilitud de los hechos que motivan
la exclusión de la tutela y si la causal disciplinaria implica directa o indirectamente una
afectación de las tareas de índole gremial, que debe realizar la persona cuya exclusión se
reclama. Como tal es un juicio previo de verosimilitud, una instancia sumarísima que
habilita a la patronal a excluir al empleado de la tutela que le brinda la ley de asociaciones
profesionales, a los fines de evitar caer en la instalación de un privilegio o prerrogativa
personal que repugna el contenido del art. 16 de la Constitución Nacional (…) La
exclusión de la tutela no tiene carácter de definitividad en los términos del art. 151 C.P.C.,
desde que removido el amparo sindical, deben desarrollarse plenamente todas las
conductas referidas al hecho sancionatorio y el empleado ejercer en el mismo todos los
derechos defensivos pertinentes y/o formular todas las reclamaciones a las que crea que
tiene derecho. En suma, la exclusión de la tutela sindical no es definitiva, sino
esencialmente provisoria y actúa como una medida precautoria de remoción de un
obstáculo legal para poder proceder a ejercer el derecho disciplinario sin el amparo o
tutela que importa la calidad de funcionario o delegado gremial...".
12. Sobre el particular tanto el C. 135 de la OIT como la Recomendación Nº 134 del
mismo Organismo Internacional aportan elementos nuevos de interpretación de la
normativa local. Conforme a ellos soy de la opinión que la resolución de exclusión de la
tutela sindical solo constituye una autorización que deja sin efecto la prohibición de
despedir, suspender o modificar las condicionas laborales de los representantes
sindicales pero no afecta la protección del trabajador en cuestión que continuará
subsistente y por ello le queda permitido abrir la discusión sobre la procedencia sustancial
de la medida adoptada por el empleador pero no sobre su procedencia formal. En mi
opinión es así porque la exclusión se refiere única y exclusivamente a la causa o
incumplimiento contractual que habilite la medida, de forma tal que no podría invocarse
otra causa o incumplimiento distinto que el invocado en las actuaciones para justificar la
medida que se adopte. La habilitación, autorización o venia no transforma al
representante protegido en un trabajador común, por lo que el debate posterior deberá
tener en cuenta ese "plus" que lo beneficia y que determina la existencia de una
presunción en su favor que autoriza a "desconfiar" sobre la justa causa invocada por el
empleador como ajena a su mandato gremial y en la que funde la medida adoptada. La
resolución adoptada en estos términos no será definitiva ni tendrá el alcance de cosa
juzgada material, salvo el caso de disponibilidad de la pretensión que posee el empleador
quien podrá ordinarizar el proceso, en la medida en que el Tribunal de la causa lo
autorice.
13. Aquí radica el thema decidedum de la presente causa, donde se discute si la decisión
adoptada en el proceso de exclusión de la tutela sindical seguida por la empleadora le
permitía disponer en forma inmediata el despido del trabajador, delegado del personal, a
quien el sentenciante liberó de la tutela que lo protegía. Y adelanto mi opinión en sentido
afirmativo por las razones que paso a exponer: Es la inteligencia que surge del texto de la
propia norma: el art. 52 de la LAS determina la prohibición de despedir, suspender o
modificar las condicionales de trabajo de los trabajadores amparados por las garantías
previstas en los arts. 40, 48 y 50 "...si no mediare resolución judicial previa que los
excluya de la garantía...". No precisa que esa resolución judicial previa deba encontrarse
"firme", cosa que sí hace en el párrafo tercero del mismo artículo cuando establece la
facultad del trabajador de solicitar su reinstalación y el empleador no la cumple, a los
efectos de habilitar la sanción conminatoria del pago de astreintes. También se requiere
que la sentencia se encuentre firme en el art. 30 del Decreto Reglamentario 467/88
cuando habilita al trabajador a darse por despedido si el empleador no lo reinstalara o no
restableciera las condiciones laborales modificadas "...dentro del plazo que fije a ese
efecto la decisión judicial firme que le ordene hacerlo..." y ratifica también que "...podrá
ejercer igual opción , dentro del quinto día de quedar notificado de la decisión firme que
rechazare la demanda articulada por el empleador para obtener la exclusión de la
garantía....". Este Tribunal ha sostenido que "...si la empleadora no obtuvo la exclusión de
la tutela sindical (porque no realizó el trámite o porque el Juez rechazó el pedido de
despido, suspensión o modificación de las condiciones de trabajo), las medidas que ha
tomado respecto del dirigente o delegado gremial son nulas y sin efecto. En estas
circunstancias el trabajador tiene la opción de considerarse en situación de despido
indirecto y reclamar la indemnización agravada del art. 52 LAS. Esta opción debe
ejercerse en el lapso de cinco días hábiles desde la notificación de la decisión judicial que
rechaza la exclusión de la tutela, según el art. 30 del Decreto reglamentario 467/88 (LS
234041). Es claro, entonces, que cuando tanto el legislador y el poder administrador han
requerido el carácter de "firme" de la sentencia, en esos textuales términos lo han
dispuesto, por lo que mal puede concluirse que nos encontramos en presencia de un
mero olvido o distracción del legislador. o Es coherente con el carácter provisorio y
temporal de la exclusión de tutela: como se destacó con anterioridad la sentencia dictada
en la causa no hace cosa juzgada por lo que el trabajador podrá reeditar el debate sobre
la procedencia sustancial de la medida adoptada en cuyo ámbito no sólo podrá solicitar el
pago de las indemnizaciones por la extinción de la relación laboral sino también las
correspondientes a la ley 23.551, como también le asistirá el derecho, opcional, de
solicitar su reinstalación. o Es coherente con el sistema procesal provincial: como afirma
Machado "... la firmeza de la sentencia depende del diseño de cada régimen
procedimental local, y también del carácter que acuerden al régimen de recursos
ordinarios o extraordinarios..." (Ackerman, Mario "Tratado de Derecho del Trabajo", T. VII,
pág. 749 y sgtes.). En el procedimiento laboral mendocino la sentencia dictada por el
Tribunal sólo es susceptible de ser recurrida por el recurso ordinario de aclaratoria cuya
interposición no incide en la ejecutoria la decisión que nos ocupa porque no puede alterar
la sustancia o fondo de la decisión. Por este medio solo se puede requerir la rectificación
de errores materiales, conceptos oscuros u omisión de pronunciamiento. Los recursos
extraordinarios que pueden deducirse contra la sentencia no afectan su ejecución por
aplicación de la disposición contenida en el art. 147 del C.P.C., por conducto del cual solo
la Suprema Corte es la que está facultada para disponer la suspensión de la ejecución.
Cabe destacar en el punto que la norma no hace distinción alguna que permita
discriminar la situación de aquellas sentencias condenatorias de las meramente
declarativas, por lo que no corresponde distinguir donde la ley no lo hace so pena de
forzar el texto de la norma en busca de un resultado no querido por el legislador. Admitir
lo contrario implicaría dejar en manos del trabajador, sine die o hasta el agotamiento de la
totalidad de los remedios recursivos (ordinarios, extraordinarios locales y extraordinario
federal), el ejercicio de las facultades disciplinaria, o de dirección y organización del
empleador, vaciando de contenido las disposiciones legales que las establecen y
extralimitando la garantía o protección gremial que beneficia al trabajador. Todo lo que
derivaría en un privilegio de hecho no autorizado por el ordenamiento legal. o Es
coherente con el bien jurídicamente tutelado y la finalidad que inspira su protección: El
bien jurídicamente protegido es la libertad sindical y el consiguiente ejercicio efectivo de
los derechos sindicales con mayor alcance personal respecto de los dirigentes sindicales
en el ejercicio o en función de tales derechos en tanto ellas no rebasen el marco de las
actividades sindicales normales. Por ello tanto el C. Nº 135 de la OIT como su
Recomendación Nº 143 determinan que la garantía o protección establecida a favor de
los representantes de los trabajadores está supeditada a que "...dichos representantes
actúen conforme a las leyes, contratos colectivos u otros acuerdos comunes en vigor...".
es decir que no se trata de un derecho absoluto que beneficie al trabajador, sino al mismo
en cuanto a su situación sindical o ejercicio de la función. En el mismo sentido algunos
fallos destacan que para que la garantía no derive en privilegio es dable exigir al
representante una conducta ejemplar, mejor incluso que la de sus representados, puesto
que esa garantía no es un "bill de indemnidad" para incumplir sus obligaciones
contractuales. En tal sentido se ha afirmado que el principio según el cual un trabajador o
un dirigente sindical no debe sufrir perjuicio alguno por sus actividades sindicales, no
implica necesariamente que el hecho de tener un mandato sindical confiera a su titular
una inmunidad contra un eventual despido cualquiera que sea la causa (conf. Comité de
Libertad Sindical del Consejo de Administración de la OIT, Recopilación 1996, párrafo
725, 316° Informe, caso Nº 1972, párrafo 706 y 335 informe, Caso Nº 2236, párrafo 963).
Cuando las actividades sindicales se cumplen fuera del marco de la ley, la persona
interesada no pude invocar la protección del Convenio 98 o, en caso de despido, alegar
que se han violado sus legítimos derechos sindicales (conf. Comité de Libertad Sindical
del Consejo de Administración de la OIT, Recopilación 1996, párrafo 729). La
operatividad de la medida autorizada surge del mismo texto de la resolución dictada por
el Tribunal: Si el Tribunal de la causa dispone que para ejecutar la medida que disponga
el empleador debe cumplirse con alguna condición, como un plazo determinado o
después de quedar la sentencia en estado firme, así expresamente debe disponerlo, de lo
contrario el empleador quedará habilitado automáticamente para su adopción. En este
orden de ideas esta Sala ha afirmado que "...existen causales específicas de exclusión de
tutela sindical, por lo que el empleador, para despedir o suspender disciplinariamente el
representante sindical, debe tramitar y lograr sentencia judicial previa que lo excluya de la
tutela sindical, en trámite sumarísimo. Conseguido el decisorio, se encuentra en
condiciones o habilitado para tomar esas medidas" (LS 232452).
SCJMza. Sala 2ª, Autos N° 92.209 del 07/08/2009, "Campos, Julio Segundo en J°
19.817 Campos, J. c/ La Colina S.A. p/ Ordinario s/ Inc.”. Trib. de origen: 1ª Cám. del
Trabajo de la 2ª Circ. Judicial.
Mendoza, a siete días del mes de agosto del año dos mil nueve, la Excma. Suprema
Corte de Justicia, tomó en consideración para dictar sentencia definitiva la causa N°
92.209, caratulada: "Campos, Julio Segundo en J° 19.817 "Campos, J. c/ La Colina S.A.
p/Ordinario" s/Inc.". De conformidad con lo establecido en los arts. 140 y 141 del C.P.C. y
Acordada N° 5845, quedó determinado el siguiente orden de votación de la causa por
parte de los Señores Ministros del Tribunal: primero Dr. Herman A. Salvini, segundo Dr.
Carlos Böhm y tercero Dr. Pedro J. Llorente.
ANTECEDENTES.
A fs. 10/18 vta. el actor, Sr. Julio Segundo Campos, deduce por intermedio de su
mandante recurso extraordinario de inconstitucionalidad contra la sentencia dictada por la
Excma. Primera Cámara del Trabajo de la Segunda Circunscripción Judicial, en el
expediente N° 19.817, caratulado: "Campos, Julio Segundo c/La Colina S.A. p/Ord." A fs.
41/51 vta. la demandada , La Colina S.A., interpone recurso extraordinario de
inconstitucionalidad y casación contra la misma sentencia. A fs. 64 y 65 se admite sólo el
recurso extraordinario de casación deducido por la demandada y el recurso de
inconstitucionalidad interpuesto por la parte actora, respectivamente. En el mismo acto se
ordenó acumular las actuaciones n° 92017 al presente expediente y se dispuso el
traslado a la contraria de las quejas recursivas interpuestas. A fs. 77/83 luce la
contestación efectuada por el actor y a fs. 90/99 vta. la planteada por la demandada. A fs.
103/105 se expide en dictamen del Sr. Procurador General de la Suprema Corte de
Justicia quien, por las razones que expresa, aconseja el rechazo de los recursos
interpuestos. A fs. 119 vta se llama al acuerdo para sentencia y a fs. 120 se deja
constancia del orden de estudio en la causa por parte de los señores Ministros del
Tribunal.
TERCERA: Costas.
Sobre la misma cuestión el Dr. BIHM adhiere por los fundamentos al voto que
antecede.
Sobre la misma cuestión el Dr. BIHM adhiere al voto que antecede. Con lo que terminó
el acto, procediéndose a dictar la sentencia que a continuación se inserta:
SENTENCIA:
Mendoza, 7 de agosto de 2009. Y VISTOS: Por el mérito que resulta del acuerdo
precedente la Sala Segunda de la Excma. Suprema Corte de Justicia fallando en
definitiva,
RESUELVE:
III Sobreseer el recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el actor, Sr. Julio Segundo
Campos.
V Líbrese cheque por la suma de PESOS CIENTO SETENTA ($ 170) con imputación a la
boleta de depósito de fs. 27 a favor del recurrente, La Colina S.A..
08/11/2006
Materia Laboral
Revista General
Número 116
Tribunal SCJ (Buenos Aires)
Resolución
Carátula “González, Víctor Hugo c/ Establecimientos Cima S.R.L. y otros. Despido”.
Titulo TUTELA SINDICAL INDEMNIZACION POR VIOLACION DE LA ESTABILIDAD
GREMIAL. Rechazo. Cesación de actividades del establecimiento. Finalización de la
obra de construcción para cuya ejecución el trabajador había sido contratado.
Interpretación normativa.
Descripción
SCJ Bs. As. 8/11/2006 “González, Víctor Hugo c/ Establecimientos Cima S.R.L. y
otros. Despido”.
L. 86.290, González, Víctor Hugo contra Establecimientos Cima S.R.L. y otros. Despido -
SCBA - 08/11/2006
ANTECEDENTES
CUESTION
VOTACION
II. Contra dicho decisorio se alza la parte actora mediante recurso extraordinario de
inaplicabilidad de ley en el que denuncia absurdo en la valoración de la prueba y violación
de los arts. 26, 29, 44 inc. "d", 47, 55 y 63 de la ley 11.653;; 34 inc. 4º, 36 inc. 2º, 163
incs. 3º, 4º, 5º y 6º, 330, 354 incs. 1º, 2º y 3º, 358, 362, 375, 457 y 474 del Código
Procesal en lo Civil y Comercial; 9, 29, 30, 136, 242 y 243 de la Ley de Contrato de
Trabajo; 50, 51 y 52 de la ley 23.551; 19, 32 y 35 de la ley 22.250; 11, 15 y 39 incs. 2º y
3º de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires; 14, 14 bis, 16, 17, 18 y 28 de la
Constitución nacional y de la doctrina legal que cita (fs. 322/413).-
5. Finalmente, plantea la inconstitucionalidad del art. 278 del Código Procesal en lo Civil y
Comercial en cuanto impone que el recurso extraordinario de inaplicabilidad sólo
procederá cuando el valor del litigio exceda el monto allí establecido, señalando que
atenta contra los arts. 18 y 31 de la Constitución nacional, puesto que impide que las
causas en las cuales el valor del litigio fuera inferior a dicho límite sean revisadas por el
Superior Tribunal provincial.-
III. El recurso, en mi opinión, no debe prosperar.-
2. Tampoco asiste razón al recurrente en cuanto cuestiona por absurda la conclusión del
a quo relativa a las circunstancias fácticas en el marco de las cuales se extinguió el
contrato de trabajo y el consecuente rechazo de la indemnización por violación de
estabilidad sindical.-
(i) Que la baja del actor se produjo el día 30-VI-1997 en forma conjunta con el resto de
los dependientes de la empresa.-
(ii) Que dicha circunstancia coincidió con la finalización de la obra a la cual González
estaba afectado.-
(iii) Que la obra en cuestión fue entregada por el empleador a la codemandada "Techint
S.A." el día 8-VII-1997 (vered. fs. 304 vta.).-
En virtud de ello, concluyó el tribunal que el vínculo laboral se extinguió el día 30-VI-1997
por la finalización de la obra de construcción para cuya ejecución González había sido
contratado, razón por la cual, por aplicación de lo establecido en el art. 51 de la ley
23.551, resolvió rechazar la procedencia de la indemnización establecida en el art. 52 del
mismo cuerpo legal.-
c. Si bien es cierto que el quejoso ataca ese aspecto del decisorio, no lo es menos que
los argumentos que formula para sustentar su posición son absolutamente ineficaces
para demostrar el absurdo que invoca.-
Ello así, porque las referidas afirmaciones del sentenciante hallan un respaldo
contundente en las conclusiones establecidas en la pericia contable (fs. 245/247), que el
tribunal hizo suyas por no encontrar motivo alguno para apartarse de las mismas, toda
vez que el informe pericial no había recibido objeciones por parte de los litigantes (vered.,
fs. 304 vta.). Además -contrariamente a lo que sostiene el quejoso- del simple análisis de
dicho elemento probatorio se desprende que todas las conclusiones a las cuales arribó el
perito fueron elaboradas en base a las constancias de la documentación laboral y
contable de la codemandada "Establecimientos Cima S.R.L.", que el propio experto juzgó
llevada en legal forma, lo que demuestra que la valoración que el juzgador efectuara de la
pericial contable no puede ser catalogada como absurda.-
Cabe agregar a ello que en nada obsta a lo expuesto la circunstancia de que el tribunal
hubiera tenido por acreditada la autenticidad y recepción de la carta documento mediante
la cual el trabajador se consideró despedido, toda vez que la misma fue fechada el día 8-
VII-1997, es decir que fue enviada por el actor una vez que el contrato -según la
conclusión más arriba expuesta- ya se había extinguido, y sabido es que las
comunicaciones cursadas por las partes con posterioridad al distracto carecen de eficacia
alguna para modificar la suerte de una relación contractual ya fenecida.-
De ello se desprende que, para que resulte procedente el rubro en cuestión, es necesario
que se cumplan dos condiciones sustanciales: (i) la existencia de la deuda salarial y (ii)
que el trabajador afectado efectué, dentro del plazo legalmente establecido, la intimación
fehaciente de pago.-
b. En la especie, no se ha verificado el cumplimiento de ninguna de dichas condiciones.-
En primer lugar, cabe señalar que el accionante, si bien denunció que se le abonaba una
remuneración superior a la que se consignaba en los recibos de haberes, ni siquiera
reclamó el pago de salarios adeudados o diferencias salariales (ver liquidación practicada
en la demanda, fs. 43). Para más, el tribunal tuvo por acreditado -en conclusión no
atacada por el recurrente- que no se probó la existencia de deuda salarial alguna (vered.,
fs. 305).-
Aun cuando lo expuesto es suficiente para sellar la suerte adversa del agravio, cabe
agregar -a mayor abundamiento- que tampoco se demostró que el accionante hubiese
cursado la intimación para que se le abonasen las remuneraciones supuestamente
adeudadas, intimación que de ningún modo puede entenderse suplida -en el caso, como
parece pretender el recurrente- por aquella otra que el actor dirigiera con el fin de que se
le abonasen las indemnizaciones derivadas del distracto (ver carta documento obrante a
fs. 185). Resulta a todas luces evidente que dicha intimación no satisface las exigencias
requeridas en el art. 19 de la ley 22.250 para la operatividad de la sanción indemnizatoria
allí establecida, pues de la simple lectura de la misma surge que el accionante no ha
formulado ningún reclamo de contenido salarial.-
En relación a este aspecto del pronunciamiento, cabe señalar que el tribunal ingresó
indebidamente a abordar la cuestión de la solicitada responsabilidad solidaria de las
codemandadas. Ello así, pues el juzgador desestimó en su totalidad los rubros
patrimoniales reclamados en la demanda, razón por la cual, no existía responsabilidad
alguna susceptible de ser extendida a las referidas legitimadas pasivas, habiendo
devenido abstracto el planteo al momento en que el a quo lo abordara (ver sent. fs. 313 y
ss.).-
5. Por último, tampoco corresponde abordar el planteo de inconstitucionalidad del art. 278
del Código Procesal Civil y Comercial impetrado en el escrito recursivo (fs. 409 vta./412),
porque el recurrente carece de interés a su respecto, toda vez que el monto de lo
cuestionado ante esta instancia extraordinaria -constituido en el caso, por las sumas
reclamadas en concepto de las indemnizaciones establecidas en los arts. 52 de la ley
23.551 y 19 de la ley 22.250- es superior al límite monetario establecido en la disposición
procesal referida. En consecuencia, la petición resulta igualmente abstracta y no debe ser
tratada por esta Corte.-
Los señores jueces doctores Soria, Pettigiani, Kogan y Genoud, por los mismos
fundamentos del señor Juez doctor Roncoroni, votaron también por la negativa.-
SENTENCIA
Notifíquese y devuélvase